De Camino A La Meca - Odt

 

De camino a la meca

Un peregrino que iba camino de la ciudad santa de La Meca llegó cierto día a una aldea. Su avanzada edad, su barba blanca, la larga túnica que vestía y el cayado en que se apoyaba le daban un aspecto venerable. Al entrar en la aldea coincidió con un pastor llamado Abdul, al que preguntó  por algún lugar que le pudiera servir de posada.  co como mo ya se sabe que los buenos musulmanes sienten debilidad por los !ombres santos que peregrinan a La Meca, el pastor le o"reció su casa como albergue. #l peregrino aceptó de buen agrado el o"recimiento y los dos !ombres se encaminaron a la casa de Abdul c!arlando animadamente. $uando llegaron a la casa del pastor, la esposa de Abdul, una agradable mu%er que se llamaba &'tima, acogió al peregrino con toda !ospitalidad y le pidió que se sintiera como en su propio !ogar. (ras (ras o"recer al peregrino un t) con !ierbabuena y conversar un buen rato sobre las incidencias del via%e, Abdul y &'tima prepararon una cena especial para !alagar a su !u)sped.  despu)s de cenar, cedieron al peregrino su propio cuarto para que pasara cómodamente la noc!e y descansara de tan "atigoso via%e, mientras ellos se retiraban a dormir al establo %unto a sus cabras. A la ma*ana siguiente, el peregrino se levantó, se aseó y se sentó s entó a desayunar.  tras el desayuno, desa yuno, cuando el pastor y su esposa esperaban que el peregrino emprendiera nuevamente su via%e, )ste entabló una animada conversación con sus an"itriones.  pasó el tiempo y lllegó legó la !ora de comer, y el y su se esposa invitaron al peregrino a que compartiera suquedarse mesa cona ellos.  una como quiera que la pastor sobremesa alargó m's de lo esperado, el peregrino decidió dormir noc!e m's en casa de los pastores. +tro tanto ocurrió en los días sucesivos. #l peregrino se levantaba de buen !umor y tras el desayuno comenzaba a contar cientos de an)cdotas que le !abían ocurrido durante su larga y penosa  peregrinación.  con ello llegaba la !ora de la comida, que se alargaba, en una amena sobremesa.  como ya era tarde para reemprender el camino, el peregrino se quedaba un día m's. acía ya una semana que el peregrino !abía llegado a aquella casa y &'tima veía con inquietud que su !u)sped no mostraba intención alguna de proseguir su via%e. -or eso, en cuanto se quedó por la noc!e a solas con su marido le di%o  /Abdul, el peregrino lleva ya una semana en nuestra casa y no parece tener intenciones de marc!arse. (ienes que !acer que se vaya antes de que acabe con las escasas provisiones que nos quedan para pasar el invierno.  /Mu%er /le respondió el pastor/, 0cómo voy a ec!arlo de nuestra casa1  aa sabes que nuestra nuestra religión nos obliga a ser !ospitalarios con todo el mundo y muc!o m's con los !ombres santos que  peregrinan a La Meca. Si lo ec!ara, cometeríamos un !orrible pecado que nadie nos perdonaría. perdonaría.  /-ero es que /insistió &'tima/ se !a !ec!o due*o de la casa.  con su conversación tampoco nos de%a traba%ar.  /2o insistas y ten paciencia /respondió Abdul/. Abdul/. a a ver's ver's que ma*ana o pasado ma*ana, a m's tardar, nos dice que se va, y tú podr's sentirte "eliz por !aber realizado una acción piadosa. Así quedaron las generosamente cosas y el peregrino continuó dis"rutando de la !ospitalidad de aquellas buenas  personas que tan lo !abían acogido.

 

abían pasado veinte días desde la llegada del peregrino cuando &'tima volvió a !ablar con Abdul.  /Mira, marido, no podemos mantener esta ridícula situación por m's tiempo. #ste !ombre !ombre !a invadido nuestra casa y est' acabando con nuestros alimentos. (enemos que !acer cualquier cosa  para librarnos de )l. #l pastor ba%ó la cabeza y &'tima insistió  /#n estos veinte días !emos consumido las cuatro cabras que teníamos, y nuestras reservas de d'tiles pr'cticamente !an desaparecido. Adem's, ya estoy !arta de que siempre nos cuente las mismas !istorias y no nos de%e traba%ar. traba%a r. , , por por si "uera poco, no estoy dispuesta a seguir durmiendo en el establo mientras )l ocupa nuestro cuarto. #s preciso que tomemos una determinación.  /#st' bien, mu%er /di%o por "in Abdul/. $reo que que tienes razón. Si ma*ana no se va, !ablar) con )l. Al día siguiente, despu)s de la comida, Abdul se dirigió al peregrino.  /-ara nosotros !a sido un altísimo !onor !aber !aber podido dis"rutar durante estos días de la compa*ía de un !ombre santo como tú. -ero nuestra despensa se !a quedado vacía y en adelante temo que no  podemos atenderte como mereces. Salvo que quieras ayudarnos en nuestros nuestros traba%os diarios y... y...  /3ealmente /lo tener interrumpió el peregrino/ !e encontrado en ti yy no tu esposa a unos unremedio os verdaderos !ermanos y siento que de%arlos. -ero mi deber es lo primero tengo m's que  proseguir camino a La Meca. Ma*ana mismo, en cuanto amanezca, continuar) mi peregrinación. -asó la noc!e, y apenas el sol asomaba por la línea del !orizonte, el pastor se acercó al cuarto del  peregrino y le di%o  /4enerable  /4e nerable peregrino, lev'ntate, que el gallo ya !a cantado. #l peregrino abrió los o%os, miró a Abdul y le di%o  /0$ómo1 05u) todavía tienen un gallo1 -ues, entonces... entonces... 6me quedar) un día m's7  tap'ndose con el embozo de la s'bana, el peregrino se dio vuelta y continuó durmiendo.

 De Las mil y una noches.