Danzas Autóctonas de La Paz

March 26, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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DANZAS AUTÓCTONAS DE LA PAZ 2011

DANZAS AUTÓCTONAS de La Paz 2011

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Gestión Municipal Luis Revilla Herrero Alcalde Municipal de La Paz Walter Gómez Méndez Oficial Mayor de Culturas Darío Andrés Zaratti Chevarría Director de Promoción y Producción Cultural Nicolás Huallpara Aruquipa Jefe de Unidad Promoción del Folklore y las Artes Populares Elaborado por: Vida Tedesqui Responsable del Área de Investigación Unidad de Promoción del Folklore y las Artes Populares Edición y Correcciones: Fernando Lozada Saldias J. Nelson Antezana R. Diseño: Ramiro Mario López Massi Fotografías: Arcil Rodriguez – TPC Eveline Sigl David Ordoñez Ferrer - TPC David Mendoza – UPIIC - OMC Base de Datos de la UPFAP – OMC

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Presentación Históricamente los contextos sociales y políticos, presentes en procesos de modernidad, no abandonan muchas de sus diferentes prácticas culturales ante todo en un país “testimonio” como es el nuestro. En este contexto, las danzas autóctonas en el departamento de La Paz configuran una rica variedad entre las zonas andina, valles y tierras bajas, constituida por distintas comunidades que comparten este espacio. La profunda relación entre el rito agrícola, la música y la danza, son elementos fundamentales de los acontecimientos ceremoniales y festivos, expresados en el respeto y armonía con la naturaleza, manifestados en diferentes danzas enfatizando lo ritual simbólico y que se crean a partir de las cosmovisiones de nuestros pueblos. La Oficialía Mayor de Culturas, en el propósito de rescatar, revalorizar, preservar y difundir la música y las danzas autóctonas, que forman parte de la diversidad y expresiones culturales de ritualidad y simbología de la cosmovisión andina – amazónica, presenta la tercera versión de esta cartilla que contiene rasgos descriptivos de varias de las danzas vigentes y de algunas recuperadas. Esta revalorización es posible, en gran medida, por la persistencia de iniciativas de los propios actores culturales, como la Federación Folklórica Departamental de La Paz y sus 20 Provincias que hace posible celebrar este año la IX Entrada de Música y Danzas Autóctonas Originarias; entradas que desde el año 2009 cuentan con un mayor respaldo del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.

Walter Gómez Méndez Oficial Mayor de Culturas

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Danza de origen aymara, su nombre original es “Karwani” que significa “con llamas”. La llamerada como danza andina tiene su representación simbólica y ritual. Por su significado simbólico esta danza representa a los pastores o llameros en el arreo de camélidos que transportaban productos agrícolas por los diferentes pisos ecológicos desde tiempos prehispánicos hasta el presente. Lo ritual de esta danza tiene que ver con la idea de que la misma está relacionada con un rodeo andino, en el cual los bailarines “…formaban un cerco en torno a los rebaños de llamas alpacas y vicuñas, luego de ser capturadas eran esquiladas, y los animales heridos o viejos pasaban a ser alimento. Terminado este rodeo, se realizaba la ‘wilancha’, sacrificio animal que se ofrecía a las deidades andinas.”1 En la actualidad, la vestimenta se caracteriza por fusionar elementos antiguos del vestuario de los aymara y elementos del campesino actual. Los hombres y las mujeres llevan en la mano derecha una qurawa u honda. Asimismo tanto hombres como mujeres portan en la cabeza una montera. En general, este vestuario en los varones consiste en: camisa y pantalón de bayeta por debajo de la rodilla, medias largas de kayto hasta la altura del pantalón, abarcas, un aguayo de colores que cruza la espalda, faja multicolor, una soga de lana de llama enroscada que cruza la espalda y el pecho en sentido contrario al del aguayo. La mujer lleva una o más polleras anchas y largas, debajo de las polleras una o más manqhanchas, blusa y sobre ella un aguayo cruzado, calza abarcas.

1 Pág. 7 “Significado de la Danza” En: Llamerada San Andrés, 20 años. s/ed. LaPaz – Bolivia 2006

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La danza del Anatiri, en español el que juega, o Patak Pollera (cien polleras), representa una relación simbólica de agradecimiento por la producción agrícola y ganadera. De acuerdo a algunas interpretaciones, esta danza constituiría una especie de “progenitor” de la danza de los ch’utas, por algunas similitudes se aprecian en la vestimenta. Esta danza es representada en pareja de forma dual, donde hombres y mujeres tienen roles específicos de escenificación; la mujer representa la fuerza y energía llevando al bailar una gran cantidad de polleras. Se baila generalmente durante el anata - carnaval en las comunidades de Pariri, Callamarka, Santiago de Machaca, Sallacucho y otras, de las Provincias Los Andes, Camacho, Pacajes, Ingavi y Manco Cápac. Forman parte de la misma instrumentos como los pinquillos de aproximadamente 50 cm. de largo con cinco o seis orificios y wankaras o tambores andinos. La vestimenta, de acuerdo a las interpretaciones regionales, consiste en: los varones llevan poncho de lana de vicuña, chalina, sombrero de lana de oveja, debajo de éste un lluch’u o gorro andino, pantalón de bayeta y una lámina de metal adornada con pedrería de distintos colores, la cual se exhibe cruzada sobre el pecho. Las mujeres portan polleras de bayeta, chaquetillas (jubones) bordadas con figuras andinas, awayu, sombrero, tullmas en las trenzas y calzan abarcas. Esta vestimenta suele variar de acuerdo a cada región.

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El K’usillo representa una danza de carácter burlesco o jocoso que de acuerdo a diferentes interpretaciones haría alusión, por un lado a un “diablo picaresco” y otra versión sostiene que K’usillo vendría del término aymara “kusisiña” que significa alegrarse. También se relaciona la palabra aymara “kusillu” que designa al mono. Se dice que la danza del k’usillo se remonta a la época y tradición prehispánica. Sin embargo, durante la Colonia este personaje incorporó nuevas expresiones. En la actualidad, los k’usillus se presentan en diferentes danzas tanto autóctonas como folklóricas urbanas, derrochando alegría y mostrando cierto grado de libertad en sus movimientos, al no existir una coreografía determinada para esta danza. La presencia del k’usillo está asociada también a la época de la siembra y la cosecha como expresión de fecundidad y fertilidad. Según datos del Museo Nacional de Etnografía y Folklore, la danza de los k’usillos se realiza principalmente en la región altiplánica de los departamentos de La Paz y Oruro, en danzas como: Quena – Quena, Lakitas, Waka Thuquri y otras. Generalmente intervienen en la interpretación de esta representación hombres y mujeres tocando pinkillus y wankaras (tambores) saltando alegremente. Se dice que en la época del imperio incaico existía un personaje único que vestía: “…una chaqueta larga y desgastada hecha de retazos de tela, llevaba en la cabeza varios cuernos y en las manos tenía pieles de animales muertos, como lobos, zorros y vicuñas, como trofeo. Este personaje significaría una burla hacia el mundo material y a la necesidad de poseer o tener alguna riqueza, mostrando que no se necesitaba nada para ser feliz; también evidenciaba que el mencionado personaje poseía las características de los animales que llevaba en forma de trofeo.” (Osuna, 1997) (6)

Q Anteriormente era representada en las Provincias Los Andes y Bautista Saavedra, entre otras, y hoy en día en contextos urbanos durante el Anata - Carnaval. Se caracteriza por ser una danza que hace alusión a la acción de prevenir heladas y más bien llamar a las lluvias para evitar sequías y continuar con el proceso de siembra de la papa, por tanto esta danza es representada en la época de “retoño de la papa”, durante el Anata – Carnaval y hasta el Domingo de Tentación. Es interpretada tanto por varones y mujeres, que danzan en parejas con movimientos rápidos y cadenciosos, zapateos con vueltas y giros que se realizan intercambiando lugares entre pareja en zigzag. La misma forma parte del enamoramiento y el coqueteo entre parejas jóvenes, pero a su vez celebrando las primeras cosechas en la época del Anata – Carnaval. Asimismo, se dice que esta danza era representada durante la noche con el fin de “encontrar” pareja; en esta circunstancia haría alusión a una forma de relacionamiento amoroso. El acompañamiento musical tiene que ver con melodías y cantos relacionados a la fecundidad y fertilidad.

Qhachwiri en Huarina

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Danza representada en las comunidades de Puerto Acosta, Carabuco, Sica – Sica y Batallas de las provincias Camacho, Los Andes y Aroma, escenificada en la época de Awti Pacha o época seca. Esta danza se caracterizó antiguamente, por presentar un tocado de plumas de suri o ñandú en diferentes formas, elementos que le dan precisamente el nombre. La misma, con el tiempo y en contextos urbanos fue recreada y estilizada. Ésta se caracteriza por ser una danza ceremonial y ritual en agradecimiento por los frutos y elementos que provee la Pachamama. La interpretación de esta danza se la hace con música de zampoñas (sikus) de una sola

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hilera, bombos, ambos elementos son sostenidos por ambos lados; mientras en una mano se sostiene el Siku o zampoña con la otra se tocará el bombo. Antiguamente la vestimenta c o n s i s t í a en tocados de plumas de ñandú en forma de paraguas colocados encima la cabeza, poncho de color rojo, pantalón de bayeta de color negro o blanco, pañuelo de tocuyo cruzado por la espalda, fajas de colores. Las mujeres, en algunas oportunidades t a m b i é n llevaban encima la cabeza un tocado de suri.

Respecto a esta danza encontramos una variedad de interpretaciones, muchas de las que señalan similitudes entre el Waka Tinti, Waka – Waka, Waka Tinki y Waka Thuqhuri siendo éstas variantes expresivas del mismo baile de acuerdo a la región donde se lo practica. Asimismo, cuando hablamos de Waka Thuqhuri, nos estaríamos refiriendo a aquella danza que se ejecuta en la región de Achacahi, Puerto Acosta, La Paz, Laja y Batallas, entre otras poblaciones. Está asociada con la introducción de toros y vacas en los Andes, siendo una recreación o ilustración de la misma, interviniendo diferentes personajes: •Las Mamalas, representan a la mujer madura del campo con su cabello, que cae en cascada en torno a su cuerpo. •Las lecheras, que llevan entre 20 a 25 polleras. Se conoce también a este personaje como Pataka Pollera, representando a la verdadera india. •Las Pastoras, la fiel expresión de la Imilla o Lulu gualaycha que pastorea luciendo poca cantidad de polleras, viste su atractivo aguayo.

•El Toro Semental que representa la fuerza y coraje de la danza adornado con platería. •El Kaisallu o matador, lleva una máscara y porta su espada con la cual azarea al Toro •El Jilakata, líder de piel broncínea que porta un cetro al cual se añade un chicote como representación de autoridad. De acuerdo a algunas investigaciones, el origen es post-hispánico, que surge de la mofa a las corridas de toros que eran realizadas por los españoles. El Waca Thuqhuri no es más que una representación burlesca del toro acompañado de las lecheras, el kusillo y el matador kaisallo que siempre están al mando del guía Jilakata. Etimológicamente, la palabra Waca Thuqhuri significa: danza de los toros, y también es considerada como una ceremonia de siembra donde el toro ungido con su respectiva vestimenta iniciaba el primer surco para sembrar las diferentes semillas de la región, dando lugar a un sincretismo entre lo exógeno y esta danza indígena.

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Jach’a Tata Danzanti Danza ritual que se ejecuta y representa con la idea de obtener una buena o mejor cosecha. Sin embargo, cuando se habla de la esencia y característica de la misma, encontramos dos visiones que difieren entre sí. Por un lado, la que sostiene que esta danza se la ejecuta como castigo de la comunidad a un miembro de ésta, los que la representan y bailan serían aquellas personas que hubiesen cometido traición o faltas a la comunidad, entonces esta danza se la realizaría para “pagar” sus culpas. La otra visión, la cual es la más aceptada, sostiene que esta danza y la representación de la misma tiene que ver con un rito dirigido a la productividad de la tierra y la buena cosecha. Asumiendo esta última visión, debemos señalar que esta danza, la cual alude a una representación y no tanto a una danza como estamos acostumbrados, proviene de la comunidad de Umala del Departamento de La Paz, la misma que se practica los meses de junio a septiembre, en el juyphi pacha o época de heladas. En esta representación participan o participaban cinco a seis integrantes, todos varones (el Danzanti, dos diablicos –guardianes del danzanti– y tres o dos awilas (viejas) que interpretan la música). Se dice que para realizar la misma se elegía a un hombre joven, fuerte, y con reconocido prestigio. En relación a la música intervienen los waka pinquillo (de cañahueca con dos orificios) y la wankara (especie de tambor). (10)

El Jach’a Tata Danzanti se bailaba durante tres días. Se dice que antes de realizar la misma se ofrecía comida y bebida, además de mujeres vírgenes, al que representaría al personaje del Danzanti. De acuerdo a algunas interpretaciones, el hecho de poseer mujeres también se expresaría en la fecundidad de la tierra, y una vez que éste Danzanti comienza a “bailar” lo haría hasta morir o agotarse físicamente. Ahora bien, la muerte en la cosmovisión andina, a diferencia de la visión católica, no es entendida como una muerte trágica sino más bien los que van a morir cumplirían una función social, éstos servirían para fructificar los sembradíos siendo beneficiosos dentro del ciclo ritual agrícola. El Danzanti lleva una gran máscara de yeso en forma del rostro de un sapo o hampatu, asociado éste al sentido de fertilidad. Como todo proceso cultural vivo, éste va evolucionando y con el tiempo presenta cambios y recreaciones, por ejemplo: la vestimenta, los personajes y la manera de recrearse, ya no como una danza ritual dirigida a la fertilidad de las tierras y la cosecha en la cual el Danzanti ofrecería su vida para precisamente otorgar vida a los sembradíos. En la actualidad esta danza la encontramos también en la comunidad de Achacachi de la provincia Omasuyus, la cual se presenta como el Jach’a Thuquri o Gran señor Danzador.

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Danza representada en los Municipios de Apolo y Guanay, la misma hace alusión a episodios pasados de la etnia Leco, además del agradecimiento a la naturaleza y su entorno. Se interpreta también al arribar o abandonar un territorio, confirmando de esta manera el carácter nómada que pudo tener este grupo. Es de apreciar la forma en que se la baila, puesto que los danzarines llevan mochilas llamadas “llamachi” las cuales se cuelgan con fibras hechas de corteza de árbol. En éstas llevan sus bienes, tutumas, pequeñas aves y productos varios. Esta danza es interpretada durante la fiesta de San Juan y de la Inmaculada Concepción del 8 de diciembre. Llevan en la cabeza un tocado o penacho de plumas de gallina. Es interpretada por hombres y mujeres, aunque se dice que antiguamente sólo era ejecutada por los varones y posteriormente el rol de las mujeres empezó a jugar un papel importante. Actualmente existen variaciones en la vestimenta, pero antiguamente se utilizaban tipoyes de corteza de árbol, mientras que en la actualidad éste es de tela con imágenes que hacen alusión al entorno de su habitad. Asimismo llevan “bastones”, los mismos que, se dice, antiguamente servían de apoyo y para abrirse paso al caminar por la selva, además de un silbato hecho del cascarón del árbol con el cual se llamaba a los animales además de guiar a las personas. Esta danza se interpreta con ritmo de flautas, bombos o tambores, a su paso se emiten gritos entrecortados en tono de falsetes. Los movimientos de esta danza son cadenciosos y en zigzag, haciendo una imitación simbólica de los movimientos del viento y el río.

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Lecos San Juaquín de Mohos

Danza que hace alusión al pasado preincaico de los médicos herbolarios o curanderos andinos y su trajín por diversos ayllus, en tanto viajeros itinerantes, que curaban y aún hoy curan con plantas y otras especies naturales, recorriendo grandes distancias, llevando plantas y yerbas medicinales para el tratamiento de diversas enfermedades. La palabra viene de dos voces en aymara Kolla - Medicina y Wayuña - llevar. Por tanto esta danza hace alusión a las faenas de los herbolarios itinerantes de la Cultura Mollo y actualmente de las comunidades de Charazani, Curva, Amarete de la Provincia Bautista Saavedra. La danza es representada tanto por varones como por mujeres. En la escenificación de la misma, los movimientos y saltos son ágiles haciendo alusión a los movimientos y desplazamientos del médico herbolario por diferentes lugares. En la actualidad se presenta en diferentes fiestas o festividades basándose en la cultura andina y ostentando el conocimiento ceremonial y ritual que poseían los médicos ancestrales. La música se dice que es ceremonial ejecutada por Sikus o zampollas e instrumentos de percusión. La vestimenta de músicos y danzantes consiste en pantalón blanco, poncho rojo con figuras de la región, sombrero de ala ancha, faja tejida, abarcas y bolsa o ch’uspa bordada sujeta al pecho en la cual portaban los elementos medicinales. En el caso de las mujeres portan blusa bordada en los puños, pollera, sombrero, mantas de awayu de la región o tejido de la Cultura Mollo, sostienen en la mano una especie de sombrilla, hecha de plumas de suri, con la cual se protegían del sol durante las largas caminatas que recorrían de ayllu en ayllu.

Kallawaya-Charazani Prov. Bautista Saavedra

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Se dice que esta danza hace alusión a guerreros que durante la invasión española se opusieron a ésta y por tanto se la tipifica como una danza guerrera. Se caracteriza en su interpretación por infundir temor en los espectadores, sea a través de la vestimenta de los danzarines o por los garrotes que blanden a su paso. De acuerdo a algunas versiones, esta danza era representada durante la noche. Por otro lado, se dice que existía la costumbre de arrojar o deshacerse de los trajes después de bailar, tirando éstos a los barrancos o ríos, en tanto se tenía la creencia de que los danzarines no debían presenciar los rayos de luz con el traje puesto porque corrían el riesgo de convertirse en verdaderos locos. Participan de ésta sólo varones, la vestimenta mayormente es oscura la misma que en oportunidades incluye elementos del entorno, por ejemplo animales del lugar, la música es lúgubre. Se dice que esta danza aún se la práctica en la región de los Yungas y algunas zonas de la Provincia Camacho.

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Loco Palla-Palla - Puerto Acosta

Algunas investigaciones sostienen que ésta no es en sí una danza, sino que la misma hace alusión al proceso en el cual se ejecuta la Tarqa (instrumento hecho de madera), la misma se suele interpretarse en los meses del Anata/ Carnaval y durante el Jallu Pacha (época de lluvias) o también es ejecutada en épocas de siembra y cosecha dentro del ciclo ritual agrícola. Se dice que este instrumento tiene como propiedad llamar las lluvias y lograr que éstas ayuden al crecimiento de los sembradíos. Generalmente se utilizan Tarqas de seis orificios, pudiendo estas ser grandes, medianas o pequeñas. La melodía que sale de la tarqa se asemeja a la música del Qhachwiri o Wayñuri, sin embargo el ritmo suele variar de acuerdo a las regiones. Ésta se interpreta en las comunidades de Comanche, Caquiaviri, Calacoto, San Pablo de Tiquina, Jesús de Machaca, entre otras. En tarkeada ejecutada por hombres bailan y participan hombres y mujeres, en parejas que se mueven en un ritmo de huayño desplazándose alegremente en agradecimiento por la buena producción. La vestimenta en los varones consiste en pantalón, camisa, poncho, sombrero de la región y abarcas. En el caso de las mujeres pollera multicolor, awayu tejido, sombrero y abarcas. La influencia y extensión de la misma comprende regiones de Oruro, Cochabamba y La Paz, en ésta última ya estilizada.

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Danza que hace alusión a aquellos guerreros que ofrecieron resistencia ante la conquista y dominación de su cultura, utilizando arcos, flechas, hachas o lanzas. Por tanto, esta sería una danza “guerrera” de los pueblos de la Amazonia boliviana, representada y emulada por comunidades aymaras, que hace alusión al proceso histórico de dominación de una cultura sobre otra. En ese sentido, haría mención a una forma de sincretismo violento, es decir, dominación y absorción de una cultura frente a la otra. La misma expresa una remembranza a los hombres de la amazonia o zonas tropicales del norte del departamento de La Paz. Es representada los meses de junio y/o septiembre en las comunidades de Pucarani, Colquencha, Aysamaya, entre otras, de las provincias Los Andes, Omasuyos, Larecaja, Aroma, Manco Kapac e Ingavi. En su interpretación, se utilizan pífanos (especie de flauta pequeña), la vestimenta consiste en los varones: penacho de plumas verdes de loro; pintada con figuras de loros, pumas, etc., máscara de yeso o madera, pantalón, camisa, encima de ésta y cruzando el pecho lucen collares largos de semillas y abarcas de goma. Las mujeres llevan en la cabeza un penacho circular y más pequeño, que algunos llaman asxata (especie de corona), el cabello suelto, polleras de bayeta de diferentes colores, blusa o jubón con bordados, collares al igual que los hombres y en la mano sostienen un hacha pequeña.

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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS: • Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF). En Internet: http://www.musef. org.bo/mascaras/02.html • OSUNA, Sotomayor Amaya. “El Khusillo”. En: X Reunión Anual de Etnología 1996. La Paz : Museo Nacional de Etnografía y Folklore, 1997. • PAREDES Candía, Antonio. La Danza Folklórica en Bolivia. La Paz : Gisbert y Cía., 2da. Ed. • PAREDES, Rigoberto. El Arte Folklórico de Bolivia. La Paz : Talleres Gráficos Gamarra, 1949. • Registro de música y danza autóctona del Departamento de La Paz. Prefectura del Departamento de La Paz, Secretaria Departamental de Turismo, Dirección de Culturas. La Paz, 2009 • SIGL, Eveline; LÓPEZ Zenteno Elena; ORDOÑEZ Ferrer David. Cada año bailamos - Sapa maraw thuq’tapxirita. Danzas autóctonas del Departamento de La Paz. Gobierno Municipal de La Paz, Biblioteca Paceña – Colección La Paz Hoy. La Paz , 2009 • VARGAS, Manuel. “Máscaras del altiplano”. En: McFarren, Peter. Máscaras de los Andes bolivianos. La Paz – Bolivia: Quipus, 199

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Oficialía Mayor de Culturas

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