Cyborg - Sueños y pesadillas de la tecnologia

March 29, 2017 | Author: David García Montero | Category: N/A
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La evolución de la tecnología y la visión de la perfección del ser humano puede tener buenos...

Description

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683866 ©-Igor Sadaba, 2009. Quedan rigurosame nte prohibidas, sin Ia autorizaci6n escrita de los tirularcs del· , un software desarrollado en Brasil. Es una discapacitada que, ayudada por w1 sistema electromecanico, se incorpora al consumo tecnol6gico como el resto de los mortales. Este mouse visual ad hoc (que cuesta poco mas de roo d6lares) esta pensado para los cuatro millones de tetraplejicos que viven en Brasil y cuyas posibilidades de conexi6n ala red (el gran mantra de nuestro tiempo) pasan por estas ayudas tecnol6gicas. Todos los enferf!1ns Je distrofia o de enfermedades degenerativas, mutilados en accidentes labor::des o paraplejicos debido a ,iniestros ric trafico, al igual que victimas de alglin ataque cardiovascular grave, dependen de este tipo de asistencias para normalizarse corporal y socialmente. Cada vez que se ha presentado el invento en publico ha sido para mostrar a los cuatro vientos lzs capacidades infinitas e insondables de la ciencia y de Ia tecnologia.'

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INTRODUCCI6N

Despues de que alguien coloque una serie de cables de colores vistosos alrededor de los ojos de Marfa del Socorro, elb escribe laborios_amente y con mucha paciencia. -~sa especie de electrocardiograma de sus sentimientos y emociori_es lee ~u pensamiento, para luego ir tecleando con parsimonia, letra a letra, con el fin de formar cada palabra, palabra a palabra, para acabar creando frases, etc. Los electrodos que tocan ciertos pw1tos cerebrales de Socorro captan algunas de las sefiales electricas qne emiten los musculos que rodean sus ojos y que se mueven a velocidad de vertigo. C C)n ella, desplazan cl cwsor por un teclado virtual donde la nueva literata va scleccionando los caracteres uno a uno. La selecci6n es aun mas llamativa: un pestafieo equivale al clic de lill raton manual y supone como una pequei'ia puerta que permite a! usuario comunicarse con el resto delmtmdo a a·aves de Internet o simplemente escribir un texto. Un abrir y cerrar de ojos es Ia seiial para posarse sabre una letra, un numero o w1 sfmbolo, las jJfimeras piezas de un largo puzzle que habra que ir completando con entereza y aguante. A traves de esa permanente interacci6n ojo-pantalla lo impensable se haec posible. Y no es puro software, sino todo un

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que viene a significar 'arte', 'tecnica' y engloba el conjunto de procedimientos y medios creados por el hombre para ucilizar recursos y fuerzas naturales en su propio provecho. En este libro utilizamos de una manera mas o menos similar e indiscinta «tecnologia» y «tecnica», aunque no son propiamente idencicas. Las diferencias pueden ser variadas. Hay quien considera que la tecnologia es el estudio racional de las tecnicas. Otros sitU.an las tecnicas c;-; el momento anterior ala constituci6n de una ciencia, mientras que las tecnologias suponen ya una ciencia en marcha, y abren el camino a nuevos desarrollos . Por ejemplo: «A diferencia de las tecnicas, la tecnologia es un sistema de instituciones que no ha exiscido siempre, es un producto de Ia sociedad contemponinea constiruiuo con las materiales de otras instituciones cercan:b ,, (Broncano, zooo, p. 83). U na tercera distinci6n afirmaria que tecnologfa es tecnica racionaL es decir, conocimiento por causas )' razoncs. La tccnologfa, por tanto, serfa conocimiento tecnico basado en razones ci"cntfficas.

INTRODUCCI6N

sistema destinado a mejorar h1 salud (Ia vida de las personas) y cuyo coste de cerca de 6 millones de reales (unos 2,5 millones de .euros) fue financiado por val"ias empresas del distrito de Manaos. La misma fuhdaci6n estt'

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--;stos factores ha generado un humus propicio para pensar Ia h;lJridaci6n hombre-miquina. Un sumatorio de agentes que, a su vez, han te11ido su historia y sus encuentros o desencuentros. Intentaremos proyectar una mirada L ~i"l':ergentt:> ~ su con junto para dibujar una adecuada genealogia del rnOl"ii.Cnto actuaL Todos estos factores nos han abocado, durante ellargo siglo xx, ala hegemonfa de la gran ciencia (Big Science) aplicada, la tecnociencia, una practica cientffica orientada hacia la aplicaci6n industrial y sociaL Un tipo de macroinvestigaci6n, guiada por los rafles de la gran empresa, gestionada por la figura del ingeniero y con Ia expectativa de poder ser aplicada mediante tecnologfas utiles. Esa simbiosis entre saber cientffico, cultura material y tecnica, y perspectiva ingenieril cristaliza en un fordismo triunfa;~te y, tras la Segunda Guerra Mundial, en uno de los grandes estandartes del mundo occidental: un paradigma de ciencia industrial que tiene, como gran epftowe; el in-

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co. No queda clara que tengamos un cuerpo material, fijo, remora pesada, y un alma eterna e inmutable que aletea libremente par los mas insospechados parajes espirituales·. Lascasas no parecen tampoco tan simples. En las paginas que siguen se iritroduce una idea algo mas compleja, que tiene que ver con nuestro «futuro actual». El catalogo de ejemplos que hemos reunido nos impele a indagar y a escudrifi.ar el boom tecnol6gico que nos absorbe y atrapa desde otros angulos. Se trata de inspeccionar que ocurre no cuando las tecnologfas se introducen en nuestras vidas, sino cuando se implantan en nuestros cuerpos. Tenemos que hacer fr·ente con valentfa al hecho de que cada vez es mas difiCil distinguir nuestra parte natural de nuestros anexos artificiales. No estamos hacienda recuento del consumo tecnol6gico (entretenimiento, transporte, informatica, decoracion o bisuterfa), sino de Ia produccion normalizada de cuerpos tecnicamente modificados (o creados). Unos tecnocuerpos que han pasado de ser la excepci6n a ser la norma. Cada nuevo avance esta siendo encaminado a dilat~r nuestras facultades y a trascender nuestras limitaciones fisicas o psicologicas. Esa capacidad para incorporar extensiones de nuestro propio cuerpo disloca los marcos tradicionales de interpretacion del uso que hadamos del mundo tecnico y de los objetos que nos circundan. Es cierto que hemos sido constantemente construidos y reconstruidos a partir de nuestras propias invenciones a lo largo de la historia (remota y reciente), pero ahara el asedio ha concluido. La tee- . nica se ha incorporado al cuerpo de manera indistinguible. Podemos considerar que la cultura material, producto de las invenciones humanas, es un autentico caballo de Troya (cuya bondad o maldad estan por determinar) llV Jesalojable. Es un inquilino que se ha tomado todas las confianzas, quedandose a vivir dentro de nosotros. No se ha llegado a esta situacion de un modo inmediato o directo. Han tenido que confluir varios caminos y entrecruzar~~ ideas y acontecimientos. De un lado, el desarrollo military



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INTRODUCCION

forme de Vannebar Bush al presidente Roosevelt: Science, The endlessfrontier del ai1o I 945 (Echenrrfa, zoo.8, p. wr). En estc texto se rcconocfa finalmente Ia centralidad de Ia teci10ciencia en las relaciones i11teni.acionales yen la configuraci6n del orden capitalista planetaria que tom~l"ba cuerpo en aquellos n{omentos. Las cuestiones cientfficas ya no son monopolio de los sabios locos y despeinados, sino materia de reflexi6n y decision polftica.

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En tal enredo de rnezclas, c6cteles, composiciones e hibridacioHes, las tecnofilias y las tecnofobias se entrecruzan al modo de la doble helice del ADN. Unas, como rechazo sistematico a todo elemento tecnol6gico, compai'iero del capitalismo globa l; la desconfianza generalizada ante otra pesadilla maquinica que ate al humano a su 16gica perversa. Otras, como suculentas recompensas a una promesa redentora. Estas novedades se postulan para solucionar milagrosamente problematicas asfixiantes. Ambas p erspectivas (a favor o en contra) reproducen la ambivalencia que genera la tecnologfa en la conciencia del mundo rnoderno, un amasijo de imagenes, representaciones y discun;ns que combinan sospechas e ilusiones sin fin. El cyborg, nuestra materia de estudio, nova a ser menos y com porta dosis intensas de ambigua fascinaci6n, de odios recalcitrantes y de ansias ut6picas. Es preciso un aviso a navegantes: este libro no se dedica a valorar las consideraciones morales sobre la tecnologia (no, al menos, consciente o directamente). Las connotaciones eticas de lo que vamos a describir son infinit::s, pero no es nuestra tarea evaluarlas pormenorizadamente. Ni mucho menos presentaremos una verdad acab. El cyborg in corpora deliberadamente componentes ex6genos e"xtendiendo Ia funci6n .de control autorreguladora del org·anismo para -adaptarlo a los nu evas entornos (Ciynes y Kline, 1960, p. 30).

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Es decir, traduciendo esa oscura ·y barroca sentencia ingenieril: se trata de una simbiosis entre el hombre y un conjunto de elementos exteriores tal que el todo completo resultante funcione equilib~·adamente, como si fuera un solo organismo. Fue Ia primera vez que se utiliz6 un neologismo que se convertiria en un autentico fen6meno de masas y que trastocaria Ia atmosfera intelectual que se abria por aquellos afios. La cooperaci6n deliberada y constante entre un organismo vivo y mecanismos tecnicos, de manera que el producto tlnal viva arm6nicamente, era nn planteamiento a tener en cuenta. Este libro pretencle estirar las reflexiones que pueden surgir dedi cha idea . Siguiendu con el articulo de Clynes y Kline y con su idea de fundir a los astronautas con sus naves espaciales, el cyborg se definfa entonces como alga que incorporaba controles hornPn~taticos artificiales y aut6nomos sobre los procesos orga;-;icos desde el interior de los organismos: La tarea de adaptar el cuerpo humano a cualquier entorno que pueda elegir sera mas facil si aumenta el conocimientn del funcionamiento homeostatico, los aspectos ciberneticos del mismo que estan comenzando a ser entendidos e investigados (Clynes y Kline, 1960, . --

Si el hombre en el espacio, aparte de pilotar su vehiculo, debe estar continuamente cumprobando cosas y realizando aju::.cc; simplei>>ente para mantenerse vivn , se convertira en un esclavo de Ia maquina. El prop6sito del Cyborg, e igualmente de sus sistemas homeostaticos, es constituirse en un sistema organizativo en el cual dichos problemas rob6ticos son tenidos en cuenta automatica e incnnscientemente, dejamlo al hombre libre para explorar, para crear, para pensar y para sentir (Ciynes y Kline, r96o, p. 30).

p. 29).

La idea inicial de Clynes y Kline era lanzar sabre el tapete un prnyecto c-ientffico que adecuara artificialmente a los seres humanos para la vida en nuevas contextos y parajes (se pensaba en las condiciones extremas que se suponfa tendrian que soporur los astronautas en viajes interestelares yen donde tem-

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La idea de « homeostasis» la tomaron del psicologo Walter Cannon (1932), que posteriormente serfa desarrollada en la cibernetica (vease el cap. 2) por Wiener (i948) y se aplicaba a los mecanismos autorreguladores que se controlan con un . « fe edback negativo» (no requieren la solicitud desde el «organismo madre»). El toncepto, creado a su vez por el biologo y medico frances Claude Bernard (1810-1873), se refiere a una caracterfstica de ciertos sistemas (especialmente los vivos, pero no solo) para regular su ambiente intern a, manteniendo una cierta condicion de estabilidad. Por ot:ra parte, hay quien distingue entre homeostasis biologica, psicol6gica y cibernetica. La homeostasis cibernetica, que era en la que pensaban Clynes y Kline, es un rasgo de los sistemas autorregulados (tambien denominados «sistemas ciberneticos») que radica en la capacidad para conservar determinadas variables internas en un equilibria dinamico, estado estacionario o dentro de ciertos lfmites tolerables, ala vez que pueden cambiar algunos parametros de su estructura interna (vease, para mas detalles, Bateson, 1993, pp. 140-178). Es decir, la concepcion originaria del cyborg pensaba en la integracion de lo humano con los utensilios exteriores de una manera corripensada, sosegada y nivelada, de tal forma que se pudiera asegurar una convivencia pacifica, igualada y beneficiosa en ultima instancia. Clynes y Kline sabian que est:!ban proponiendo algo que se derivaba naturalmente de las expectativas de progreso tecnico y cientifico de la epoca y que testimoniaba tambien el rosario de superinventos y el exito del fil6n espacial. Intufan a la par que la idea sngerida, de alguna manera, imitaba ala naturaleza (abundan los animales que innovan fisiologicamente para poder sobrevivir en co11Jiciones adversas). Pero tambien sospechaban que estaban rozando los limites de h r.iencia ficcion (vease el cap. 3) y que estaban, ala vez, tanteando las frontens de lo imaginado: «Otras soluciones son proyecciones en el futuro que por su autentica naturaleza nos deben recordar a la ciencia ficcion >> (Ciynes y Kline, 1960, p. 30). En suma, sus in-

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De todas formas, una de las aclaraciones que, con el paso de los tiempos, mas ha subrayado Clynes ha sido que su primera propuesta iba encaminada exclusivamente a ayudar a sobrevivir a los astronautas, no a cambiar por completo su naturaleza. Esta segunda opcion es la deriva natural del termino (por «natural>> entendemos la continuidad que de inmediato se dedujo de la idea inicial, lma consecuencia quf> estaba contenida en la alin timida propuesta de los acuiiadores del termino). Sus intuiciones consistian originari~mente en fijar una serie de mecanismos de supervivencia fisiologica y psicol6gica para astronautas, no en componer una nueva raza o especie humana totalmente transformada. Una anecdota resefiable es que cuando Clynes propuso el termino ~>, Kline, mof:indose de la palabreja, agreg6: «Suena como el nombre de una ciudad danesa>>.

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tuiciones paredan adecuadas para sus tiempos. No se trataba de que el ser humano intentara llevarse consigo tod::> su ecosistema terraqueo, sino de que tratara de adaptarse en cierto grado y mode:> a los nuevas contextos. No podemos ser ayudados porIa «madre tierra» en nuestras conquistas ·celestes o extraterrestres, tenemos que elegir un numerolimitado de tecaologias que nos transformcn para subsistir allende la estratosfera. Las biosferas no son de quita y pon, asi que la solucion optima pasara por adecuar medios (tecnicos) a fines (exploracion espaciai). Vivir como en casa fuera de casa solo es posible mediante los arreglos que el cyborg podrla llegar a materializar: Si el hombre intenta ]a adaptacion parcial a las condiciones espaciales en vez de insistir en transportar todo su entorno con el, nuevas y numerosas posibilidades aparecen. Es posible entonces pensar en la incorporaci6n de dispositivos ex6genos integrales para desarrollar los cambios biol6gicos que puedan ser necesarios en los mecanismos homeost:iticos humanos que le permitan vivir en el espacio qua natura (Clynes y Kline, 1960, p. 30).

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HISTORIA DE UNA ID.t:A: LOS Oi> dentro de Ia divisi on NASA's Biotechnology a!'d Human Resea rch . Un estudio detallaclo del programa pucde consultarse en Driscoll (1963, reproducido en Gray et al., 1995, pp. 75-81). La agencia espacial norteameric;ma dedic6, por esas fechas, denodados esfuerzos a implementar todo un equipo de cyborgs para recorrer el espacio sideral. Incluso el magazine Life publico un reportaje completo con una «toto de un cyborg>>. Con el paso de los afios, las dificultades crecientes, el recorte de presupuesto, Ia lejania con Ia que comenzaron a percibirse los viajes duraderos en el espacio, algunos malogrados y sonoros fracasos (Apolo XIII, Challenger y otros desengafios), etc., el plan se desinfl6 dentro de los programas institucionales y las modas de investigaci6n en Estados Unidos. Como todo lo que viene va, muchas ideas se hacen populares durante un corto lapso de ti empo para luego perd~;.·se en el olvido. Tm·o, no obstante, para la NASA, w1os cuantos afios de gloria efimera. El paseo de Amstrong por los cniteres lw1ares, afios mas tarde, y suespectacular retransrnisi6n televisiva no consiguieron rescatar el proyecto cyborg del baul de los recuerdos aeroespaciales. Solo en una de las ramas de la ingenieria aplicada se puede decir que la idea cuaj6 con cierta solidez (al menos en el tipo de desarrollos posteriores): en el campo militar. Basta ver los cascos de piloto de combate con sus visores para procesar la informacion, o los nuevos trajes de asalto que incorporan miriadas de virguerias ciberneticas para sobrevivir a la cruda y s:1lvaje guerra. En estos casos, los interfaces incorporados (casco, traje, visores, armamento, etc.) materializaban el «cyborg militar>>, el soldado bi6nico y otras criaturas semejantes. Pero en el terreno cs pacial, el cyborg qued6 algo obsoleto y pasado de IIIoda hasta que fu e recogido por las ciencias sociales y humanas alguno s :1fios despues.

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Mas alla de su continuidad o persistencia, Ia intuici6n de C lynes y Kline de implementar algun tipo de «bricolaj e humano>> para adecuarnos mejor a Ia~ condiciones adversas qu edo para siempre en el imaginario cultural de Occidente. Planta ron una semilla con illuchos frutos. 0, exprcsado en. otr~1s palabras, dieron forma te6rica a algo que ya venfa barruntando Ia ciencia ficci6n y que ya venia producienclose de facto: nuestro ajuste corporal segtin contextos, contrariedades y obstaculos (tanto internos como extemos) mediante la tecnologfa a! cambiante mundo en el que habitamos. La historia demuestra que nuestra convergencia con la tecnologfa !leva siglos produciendose. Como se dice de tantas genialidades, la acm1aci6n del concepto de cyborg no supuso realmente una revoluci6n novedosa, sino que molde6 intelectual y cuuceptualmente algo que llevaba cocinandose desde varios siglos antes, materializando en un termino un proceso social e hist6rico qu e tiene siglos de recorrido (nuestra fusion con Ia tecnologia). El duo que formaron estos cienlfficos le puso finalmente nombre a un proceso que estaba eclosionando desde hada tiempo. La mediaci6n tecnica incorporada se comenz6 a visualizar y a entender, a potenciar conscientemente. Pn.i- primera vez se bautiz6 de una manera coherente al proceso de integraci6n hombre-maquina y se dieron las condiciones para pen::.u.,! o y reflexionarlo. Con el paso del tiempo, en decadas posteriores, se recogi6 la idea y se amplific6 con otros tonos y matices, pero siempre bajo la etiqueta «cyborg». YJine y Clynes no eran visionarios futuristas o sectario s, y se dieron cuenta inmediatamente de las numerosas im!Jlicaciones de su propuesta, como ya hemos mencionado. Por ejemplo, sabf"..'1 que el hecho de llegar siquiera a plantearnos un «mejoramiento>> de las caracterfsticas humanas redunda rfa en el conocimiento mismo de lo que hoy en dfa consid eramos como tal y en su potenciz.l utilizaci6n; expresado en otros terminos y como adelantaban en su articulo seminal, cambiar lo que somos nos permitirfa profundizar en saber lo

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HISTORIA DE UNA iDEA: LOS ORGANISMOS CIBERNI'fTIC:OS ( ... ]

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percepcion, variacion de la temperatura y Ia presion externas, trastornos psiquiatricos, etc. Toda una larga lista de asignaturas pendientes para que los hombres del futuro conquisten las galaxias cercanas o, al "menos, deambulen por el espacio exterior y quiza, dentro de ·no inucho, puedan contra tar tours o~ganiza­ dos por alguna luna de Saturno con vistas a la supernova mas cercana. Los progenitores del nuevo tennino, un pianista vocacional metido a psicologo de astronautas con un don especial para inventar cachivaches y un psiquiatra experto en drogas psicotr6picas, en su aaiculo en coautoria t.enian en mente la posibilidad de usar implantes o drogas para merodear por las estrellas sin necesidad de pesados y costosos trajes. Los astronautas de la epoca dependian de naves mastod6nticas 0 sofisticados anclajes con un grado de autonomia muy relativa. Los organos corporales de estos exploradores siderales no realizaban ninguna sintesis efectiva con el resto del entramado tecnol6gico que les acompafi.aba, que era visto como un lastre pesado. La relaci6n con la tecnologia existia, por supuesto, pero no se habia optimizado de manera adecuada; era preciso un giro copernicano en la forma de enfocar Ia cuestion. Habia un desequilibrio manifiesto: se sabia mucho de las herram.ientas para viajar al espacio, pero muy poco de la supervivencia en el. Clynes, posteriormente, ha usado la comparacion con un pez que qui era vivir fuera del agua en una zona seca (Clynes, I 995, p. 3s): transforma su sistema de agallas para sobrevivir o acabara pereciendo por falta de un metodo para obtener oxigeno. Por tanto, hay que recordar, yes un hecho resefi.able, que el contexto de emergencia de Ia idea del cyborg es la carrera espacial con Ia guerra fria como tel6n de fonracterfsticas psicofisicas de los astronautas para subsistir en condiciones precarias. Y como ha ocurrido en OtrOS C3SOS, el concepto clesboidarfa el campo militar para fiitrarse, lenta perr) ya irreversiblemente, en el mundo civil. Estamos ha~ blando de invenciones que emanan del imaginario belico y que encuentran acomodo en la pd.ctica no militar, reciclandose en paz. En resurnidas cuentas, un cyborg, en la imaginaci6n de Clynes y Kline, era un astronauta mejorado, un viajero interes•pacial integrado con la nave, ayudado par artilugios para controlar su presion, temperatura, pulso cardiaco y demas variables fisiol6gicas. Representa ba un artefacto que servia para poder sobrevivir en habitats lejanos, en estrellas remotas y aridas. Sin embargo, como veremos, la idea se extendi6, convergiendo con la cie:o.cia ficci6n, la ciencia real y las esperanzas y miedos sociales, para designar, con el termino «cyborg», a todos los s.::res hfbridos entre materia organica y materia inorganica (mec-~nica, electrica, etc.). Un cliche o meme (Dawkins) poderoso cobr6 vida y rept6 hasta las mas rec6nditas esquinas de Ia cultura occidental. Desde la idea de unos «humanos superiores» de Clynes y Kline hasta lo que hoy puede interpretarse hay un mundo, pero la semilla siempre resurge y retoma su andadura. No en vano, el final de su articulo (la ultima frase) se proyecta en un futuro incierto pero prometedor, fijando Ia pauta de un pequefio paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad: Resolver los muchos problemas tecnol6gicos derivados de los vuelos espaciales tripulados mediante Ia adaptaci6n del hombre a su entorno, en vez de al reves, no solo supondn1 un paso adelante significativo en el progreso cientffico humano, sino que puede tambien proporcionar una nueva y superior dimension para el espfritu humano (Clynes y Klme, 1960, p. 33). 33

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HISTORIA DE UNA IDEA:

Desde el punto de vista estrictamente cronologico o genealogico, la propuesta de nuestros dos neurologos espaciales es realmente avanzada y prem?tura porque, a pesar de todas las revoluciones y olas tecnologicas (Toffler), no sera basta principios de los afios setenta que las tecnologias digitales van a comenzar a hacer su irrupcion. Recordemos que el microprocesador, ri1as o menos similar al actual, aparece en Ia escena social en r97r (Castells, 1996, y .Maldonado, 1998), y la explosion de las tecnologfas digitales no se produce basta las decadas posteriores (r98o-r990). La convergencia tecnologica entre ramas dispersas y dispares, perc, cada vez m;1s potentes (biotecnologfa, telecomunicaciones, ingenieria genetica, medicina, robotica, nanobiologia, etc.), se convertira en el disparador o catapulta de todos estos planes intelectuales que sevenfan procesando en el mundo de la ingenieria. Por ejemplo, si somas fieles ala historia, un poco antes, en 1958, el psiquiatra y cirujano de las US Air Forces FlightJack Steele (r958) ya habia usado el concepto de «bionica» (Bionics) con la intenci6n de integrar lo biologico y lo ingenieril. Asi que, con anterioridad a! boom cyborg y a estas tempranas e incipientes intuiciones, un campo relativamente cercano y affn, el de !a bi6nica, ya habia comenzado a despuntar. Dicha bionica suele entenderse como la aplicacion del estudio de soluciones biologicas a !a tecnica de los sistemas de arquitectura, ingenieria y tecnologia modernas (etimologicamente, bi6nica viene del griego, significando 'relativo a la vida'). Para algunos, la bionica es aquella rama de la cibernetica (vease el cap. z) que trata de simular el comportamiento de los seres vivos, haciendolos mejores por media de iristrumentos mecanicos. Inspirarse en la biologfa a la hora de construir objetos artificiales cs tan viejo como !a propia historia humana; Leonardo da Vinci reconoci6 haberse inspirado en los murcielagos para sus disefios voladores. Desde ese punta de vista, las ideas del cyborg y la cibernetica estan pe.::-fectamente solapadas con la bionica, pero, si bien esta ultima es una simple rama de la ingenieria, las primeras

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comportan una filosoffa y un proyecto aparentemente tm1s completo y abarcador. Incluso, buscando similit)Jdes y pareciclos, hay quien ha sefialaclo que el padre de la sociobiologfa moderha, Ed'Yarcl Wilson, reflexionando sabre las sociedades de insectos, xa habfa teorizaclo sabre sistemas de las mismas caracterfsticas cuando en I97I escribio acerca de los «superorganismos ciberneticamente regulados» (cybernetically regulated super--organism, Wilson, 197r). Wilson, revitalizador de !a investigacion sociobiologica a fines del siglo pasado, planteaba que las colonias de hormigas funcionaban mediante procesos autorregulados de recoleccion de comida y defensa del honniguero, utilizando feromonas para transmitirse informacion entre ellas. Las actividades individuales de cada una de las honnigas estaL,n tan estrechamente coordinadas y organizadas que daba !a impresion de que todo el hormiguero operaba como un unico superorganismo mas qile como Ia suma de sus pequefiitos insectos. Si bien estamos lejos de la idea del cyborg, que incluye alglin tipo de simbiosis o integracion con lo tecnico (inorganico), !a idea no deja de ser sugerente y similar en su concepcion de un todo coordinado, mayor que la suma de las partes. En general, entenderemos por cyborg la integraci6n hombre-m:iquina en sus diferentes vertientes y versiones, un tipv especial de relacion (individual y social) entre los sistemas naturales (biologicos, org:inicos) y los sistemas inorganicos o tecnicos (mec:inicos, electricos, digitales, etc.) en la cual se diluyen las fronteras de los mismos. Una posterior definicion del termino la proporciono Donna Haraway (vease el cap. 8) en Manifiesto para cyborgs, en el que se refiere al mismo como «Un hfbrido entre Dna maquina y un organiSffiO» (Haraway, I99I, p. so). Es cierto que Haraway realiza una.aproximaci6n mas academica y politica a! termino, extendiendolo a las dicotomfas clasicas con las que clasific~mos bs sociedades (genera, raza, etc.) para proponer una metafora del nuevo sujeto o agente social. Haraway, como veremos, sigue el rastro de Cly35

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mando un racimo extenso de subdefiniciones, utili zaciones y apreciaciones o matices. La amplia gama de cyborgs sera uno de los hechos que habra que tener en cu.enta a medida que avimcemos en Ia tematica que nos ocupa. . Disquisiciones aparte, la oefinici6n.es··excesivamente amplia, ya que, segun ella, marcapasos, pr6tesis dentalcs u ortopedicas, gafas, piercings, tatuajes, audifonos, vacunas, cirugias esteticas o muletas y sillas de ruedas nos habrfan cyborgizado ya hace lustros. Cuando un Homo sapims cualquiera se coloca, cada manana, su par de gafas de manera inconsciente, y se monta en una bicicleta sabre Ia q•1e pedalea automatic~mente para dirigirse a sus tareas diarias, (110 ha sufrido y ::

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