Cusicanqui y Barragan. Debates Postcoloniales

March 27, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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DEBATES P ostColoniales

Una introducción a los Estudios de la Subalternidad

Sia RiveraBarragán Cusianqui Rossana (mpld) l Gtéz Al pd A bc Pd l  (Tdct)

Grupo de Investigación Culturas, confits y  subjetvdades

Universidad Surcolombiana Universidad Vicerrectoña de Investigaciones



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)I

Aruwiyiri

 

Publicado por primera vez en La Paz, Bolivia, por Aruwiyiri, historas, SEPHIS, en 1997.

0 De los autores: Guha,Gayatri Gyan Pandey, hahid Amin,Veena Disp esh Dispesh Chakrabarty, ParthaRanajit Chatteee, Chakravorty Spivak, Das, Gyan Prakash 0 De De la  la edición: Silvia Rivera Cusicanqui y Rossana Barragán 0 De las traductoras: Rossana Barragán, Raquel Gutiérrez, Ana Rebeca Prada, Alisn Spedding, Silvia Rivera biana-Grupo © De la edición colombiana, 27: Universidad Surcolom Surcolombiana-Grupo Culturas, Cultura s, Confictos y Subjetividades y Aruwiyiri, histoas, SEPHI 0 De las fotos de la carátula Olmo Tores

Impreso por Gente Nueva Editorial Impreso Cra 17 17 No 312, Bogot, DC

Teléfono: 322188

Impreso en Colombia Pnted in Colombia 27

 

Contenido NOTA SOBRE LA EDICIÓN COLOMBIANA ............................................... ............................................... 5 PRESENTACIÓN ................................................................................... 9 RESEÑA SOBRE LA INDIA ................................................................... 2 3  ENSAYOS Y MONOGRAFÍAS ............................................................. 2 7

Rni Guh Prefacio a los Estudios de la Subalternidad.

Escritos sobre la historia y sociedad sudasiática ................................... 2 9 Rnji Guh Sobre algunos aspectos de la historiografía colonial de la Inia ........................................................................... 31 Rnji Guh La prosa de contrainsurgencia ...................................... 41 Gyn Pndey Rebelión campesina y nacionalismo indio: El movimiento campesino en Awadh, 19191922 .................................. 8 7 Shhid Amin Testimonio de cargo y discurso judicial:

El caso de Chauri Chaura ................................................................... ................................................................... 14 14 Mps de referen     181 Dispesh Chkrb Sindicalismo en una cultura jerárquica: os trabajadores del yute en Calcuta, 19201950 ................................ 185 P Cheee La nación y sus campesinos .................................... 2 2  Ph Cheee El Estado Nacional ................................................. ................................................. 249  

II. DEBAT        2 7 5 ATEE 

Invitación al diálogo ....... ......................... .............................. ................... ....... 2 7 7 Ga yatri Chakrabor Spivak: Etdio de la baltenidad: hitoiogaa aa .... ................... ............................. ............................. ...................... ....... 2 9 1 Decontyendo la hitoiog abar: Di   peshh Chakr abar:  pes

V eena eena Das:

L a Lo bal balteni tenidad daddecomo pepectiva ............... ............................ ..................... ........ 32 7 Etdio la baltenidad como ctica Gyan Pkash:

colonial ................................................................................... 345 ot colonial GLOSARO  369

LOS AUTORES  3 7 5

 

lPOR Q I Debates postcoloniales? as luchas de los sectores populares colombianos han sido contadas Ldesde diversos géneros narrativos y múltiples perpectivas. Pue, aparte de fragmentos en un par de novela del siglo diecinueve y principios del veinte, desde los años treinta de la centuria pasada fueron expuestas en la prensa de izquierdas y en tonos épicos y de denuncia. Luego, andando los sesenta, esas confrontaciones aparecieron en novelas y crónicas periodsticas y, poco después, alcanzaron fulgor militante en obras de teatro y documentales que recorrieron universidades, sindicatos y barrios populares. En esos lugares propiciaron debatesy sobre la historia del pas, luchas anticoloniales antiimperialistas, generaron solidaridades con lalasresistencia de los de abajo.y Desde entonces, periodistas e intelectuales vienen recogiendo testimonios sobre las mismas. En las tres últimas décdas, estos asuntos han llamado la atención de investigadores universitarios. En su conjunto las narrativas citadas han abierto un camino que en lneas

muy gruesas y entre otros episodios, episodios, actores actores y autores podría pasar pasar por por la huelga de las bananeras en Cen años de soledad o en el discurso de Jorge Eliécer Gaitán; las obras de teatro de grupos como La Candelaria o el Libre de Bogotá sobre la batalla comunera siglo XVIII, guerrilla liberal de Guadalupe Salcedo de los últimos añosdelcincuenta, o laslaluchas agrarias de los sesenta y setenta. También por lo documentales de Martha Rodríguez y Jorge Silva sobre campesinos e indgenas; por los relatos sobre las historias populares y de elite de Orlando Fals Borda; los eguimientos a las luchas rurales hechos por León Zamosc, Silvia Rivera, Catherine Le Grand, Alfredo Molano, Álvaro Delgado, Renán Vega o Clemencia Ramrez; el examen de la resistencia   

WILLIAM FERNANDO loRRES/HILDA loRRES/HILDA OLEDAD PACÓN

obrera de Mauricio Archila o el de la protesta urbana realizado por Medólo Medina y Arturo Alape. Y, por supuesto, por las enseñanzas de las comunidadesoba negras r del Pacífico expuestas por ibia Gruso, Carlos Rosero y Arturo Esc Como puede suponerse, estos recorridos han exigido ya el esfuerzo de la síntesis y la visión de los panoramas que se abren sobre el tema. Por fortuna, estas expectativas se concretaron, en el caso de la síntesis, en os libros de CINEP 25 ños de luhs soiles en Colombi 19701995 (Archila y otros, 2001} e Ids y enids uels y reuels. s poess soiles en Colombi 19581990 (Archila, 2003) que obtuvo e Premio en Ciencias Sociales Ángel Escobar en 2004; y en el caso de los panoramas, en Moimienos soiles esdo y demoi en Colombi (Archila y Pardo, 2001}. Pero, en paticuar, estos estudios universitaios, para relatar as confrontaciones, intentan construir o reelaborar categoías conceptuaes como a de moimienos soles, y utilizan metodoogas que van desde la etnografía y la investigación acción aticipativa asta el examen estadístico. Con todo, pese al rigor de buena pae de esos trabajos, no han estimulado un debate que diferen diferencias cias de leng lenguajes uajes y úbic úbicos os mediante mediante tenga rresonan esonancias cias pare parecicidas a las de las obras de teatro y los documentales antes referidos. al vez ello se deba a la actitud de los medios masivos tan dispuesta a refundir las informaciones académicas en las secciones de farándula, a cierto aislamiento de las universidades frente a sus entornos, a su transformación en mera fábrica de profesionales instrumentales, o por otra

parte al regodeo acrítico de de algunos de de sus miembros con las categorizacio orizaciones nes   que ponen ponen d e moda los  los   centros académ académicos icos del norte norte   y

con las que, a menudo, sus autores y divulgadores quieren ser más agudos

sutiless sin da darse Y sutile rse   cuenta de de que no gana ganan n mucha eficacia efi cacia analíti analítica. ca. Por

cier to, to, entre las palabras que estos últimos han puesto en circulación se

postcolonial.   Y como mone escucha scu cha   la  la  de  de  postcolonial. moneda da que va de de mano en mano mano   hasta desdibu j  jar ar sus sus   relieve relieves, s,   lo postc postco olonial ent  ent re re nosot ros ros parece  parece  haber perd perdiido  su  pot encia  cr ít ica.

Por eso, con e ánimo de estimular el debate sobre movimientos sociales y precisar dentro de él la posibe utilidad de otras categorías y métodos de anlisis, apostamos por imprimir ahora la edición colombiana de estos Deb es osoloniles Un noduón  los Esuds de l Subleidd.

 

¿ POR QUÉ REEDIAR DEBATES OSCOLONIALES?

Valga recordar que su pimera edición se publicó en Bolivia por iniciativa de investigadoras comprometidas con movimientos sociales hace ya una década, en y1997, lo que yevidencia no sólo la de anticipación las editoras traductoras su conocimiento delcapacidad debate internacional, sinodetambién el nivel de la discusión en el país andino, incluso, a pesar del aislamiento con que se acostumbra estigmatizarlo. Entre ellas se destaca Silvia Rivera Cusicanqui, quien hizo la selección de los textos con Rossana Barragán y, además, coordinó el equipo de traductoras, con el propósito de organizar un libro que presentara un panorama puntual de los desarrollos del Grupo de Estudios de la Subalternidad y, a la vez, diera cuenta de sus debates internos y externos. Por otra parte, el libro abre un espacio para continuar discutiendo el papel que juegan hoy y deben jugar quienes trabajan en Estudios atinoamericanos: tanto quienes escriben sobre el asunto desde los Estados Unidos como quienes lo hacen desde la Améica indígena, hispana y portuguesa. Esta edición aspira, por tanto, a acercarnos más a ese grupo de investigadores que como se detalla en la Presenón  construyeron un proyecto intelectual de alto rigor e impacto político, en el que crearon herramientas conceptuales propias y, al mismo tiempo, retomaron y reelaboraron críticamente camiento algunas propuestas sirva parapor empeñarnos la academia en del consolidar norte. Enlossuma, diálogos quiere SurSur. que este acer-

Diálogos de los que Silvia Rivera Cusicanqui se ha convertido en tejedora tanto dentro del Continente como con Asia. Pues durante su exilio en Colombia bia escr escrib ibió ió Polí e deolog del momeno mpesno olombno El so de l ANUC (1982}, y ya en su país publicó uno de los textos clásicos sobre los movimientos sociales latinoamericanos, Opmdos pe no endos Luhs del mpesndo ym y qhehw 1900-1980 (1984}, que cumple en América atina similar papel al de Aspeos elemenles de l nsurgen mpesn en l Indintelectual olonl (1983} Ranajit en Asia. En esta aventura de encuentro entre ladeIndia y SurGuha América la acompañaron las investigadoras sociales y traductoras Alison Spedding, Raquel Gutiérrez y Ana Rebeca Prada. A ellas nuestro agradecimiento por su generosidad y entusiasmo a la hora de posibilitar la reedición del libro; al SEPHIS, la Coordinadora de Historia, el aller de Historia Oral Andina y su editorial Aruwiyiri, por el permiso para reeditarlo. Y a la Vicerrectoría de Investigaciones y Proyección Social de la 7

 

WIUA FERNANDO TORRES/HIDA OEDAD PACÓN

Universidd Surcolombin, por coger el proyecto y respldrlo económicmente, Nncy Ctene en especil Molin. l doctor Tmbién Jiro  u Antonio Torres Rodrguez y Willim érez y su eficz por su sistente generoso poyo en el proceso editorl.       Grupo de nvestigción en Culturs, conflictos y subjetivddes

8

 

PACÓN

l preente libro e una de la primera traduccione realizada en América del Sur, de una colección de enayo del grupo de Etudio de la Subalternidad El grupo e conformó a ne de lo año 70 en Inglaterra y poco depué comenzó a editar en elhi una publicación periódica llamada Sube Sudes Wngs on Souh Asn Hso nd Soey, cuyo primer



número vio la luz en 1982, bajo el ello de Oxford India A partir de un núcleo inicial de hitoriadore (Ranajitipeh Guha, Chakrabarty, artha Chatteee, avid Hardiman, avid Arnold, GautamGyanendra Bhadra y andey, Shahid Amin), el grupo e ha ampliado y reorganizado, bajo una conducción editoial má colectiva y u ede e ha traladado a la India Hata el vol VI, la colección etuvo en mano de Ranajit Guha, quien depué de u año en Inglate rra e haba traladado a Canberra, donde actualmente reide La edicione poteriore paaron a la reponabilidad de otro miembro del colectivo: Chatteee y andey (VII), Arnold y Hardiman (VIII), Amin y Chakrabar (IX La corriente de Etudio de la Subalternidad que inaugura la labor del grupo  incribe en una rica y erudita tradición académica india, aentada en centro univeritaio de gran pretigio y relacionada con lo mayore foco intelectuale de Europa La experiencia de la diápora y el pao má o meno prolongado por la intitucione académica del norte, no dejan de imprimir u ello en el etilo, problemática y tema de dicuión del grupo La dimenión crtica de u trabajo tiene un punto de paida doble: en e oonimo báno y en el nonmo nd, que lo delazó, dando continuidad a u nocione ilutrada del ujeto, como en una uerte de dicuro 9

 

SILVIA RIVEA (U!CANQUI/RossANA BAAGÁN

especuar esta y «derivativo» (Chatteee). ospor trabajos grupode intentan des mantear razón iustrada y coonia e sóodehecho que intentan restituir a Los (grupos cases) subaternos su condición de sujetos puraes y descentrados que habitan de un modo territoria La espesura histórica de La ndia. En La historiografía dominante estos mútipes sujetos ocuparon como un magma e territorio y La crónica y sobre su administración y contro se instituyó buena parte de Legado documenta y de aparato estata de país. a hegemonía coonia en La construcción instituciona e imaginaria de La ndia es así cuestionada desde e punto de vista de una sociedad civi abigarrada La sociedad subaterna que siempre permanece heterogénea y eusiva a La poítica de Los de «arriba». a propia noción de subleidd resuta foada como ago distinto ajeno y preexistente a mundo occidenta La Razón como Historia aunque sin desconocer que es este mismo mundo e que Le ha ega do este concepto desde a vertiente gramsciana. Su otra inquietud teórica es e tema de a dominión un fenómeno que se

anca en a producción documenta de as éites cooniaes británicas pero también de as éites nativas que primero habían coaborado con os británicos y uego se habían reconstituido en el poder para poner n escena a misión civiizadorapretensión de Europadeenuniversaidad. otro teatro ea de nacionaismo y su contradictoria ectura cutura detriunfante este proceso cooca bajo a upa a arga tradición iustrada de a región benglí, que facii tó este tránsito a otorgare su tejido cutura. Esta cutura nondia intentó así cooptar a as masas insurrectas convocadas por Gandhi a a misión de su propia autociviización. No es casua por eo que una ectura tan origina de a insurgencia campesina «nacionaista» de a textuaidad estata o de as paradojas de a case obrera provenga de inteectuaes como Guha Chatteee o Chakrabarty que conocen íntimamente esta cutura hegemónica y sus formas de discurso y corpora. Como es casua que a tradición musumana de a verba ucha nacionaista y su tampoco convergencia no sectaria con os hindúes en e movimiento gandhiano se vean refejados en os trabajos de Amn y Pandey con una ectura innovadora de as «uchas comunaistas» que dividieron a facciones reigiosas regionaes o de casta en e contexto de a ucha por a independencia y que continúan hoy brindando un rico matera de discusión y anáisis crítico a a case poítica e inteectua de ese país. En esta vena e prestar a a vez atención a as prácticas y a os discursos de os propios campesinos insurrectos aunque mediatizados por as fuentes ociaes caracter caracteriza iza a varios de estos estudios que aanaizan naizan e mome momento nto de 10

 

PRSACÓ

rblió

spldor y de cso. Vaios de ellos se como momento a la vez de centan en una gan poblemática: ¿cómo es que las movilizaciones campesi nas conta el Raj (sobeanía colonial bitánica en la India) se constituyeon y desafiaon el oden vigente, y cómo finalmente se fagmentaon y degadaon en comuUmo lo que que aquí podíamos denomina faccionalismo faccionalismo en ente te co co munidades y castas hindúes y musulmanas? a actualidad de esta poblemáti ca nos emite a la inseción activa del gupo en el debate políticoacadémico de su país, hecho que emana de una tadición de compomiso que, en los años 60 y 70, estuvo inevitablemente ligada al maismo. No obstante, lo que dis tingue al gupo también con una elcítica postestuctualista al maismo, que devela sus íntimases ataduas pensamiento ilustado, colonial o naciona lista, lo que les pemite plantease ota gan poblemática: la especicidad de lo subalteno colonial (o (o postcolonial), la natualeza de la conciencia de los

lo subalteno colonial (o (o postcolonial), la natualeza de la conciencia de los gupos subaltenos, sus nociones éticas, umoes y mitos cotidianos, que han sido tatadas maginalmente po la tadición maista ilustada, siempe en busca de alguna «acionalidad» detás de las fomas tadicionales de evuelta de los subaltenos (cf. (cf. os tetos de Ranajit Guha, Gyan Pakash y Veena Das, en este volumen). a influencia y aaigo de los Estudios de la Subaltenidad en los debates intenos de la India es polémica y poblemática, debido al contadictoi in flujo que sobe ellos tiene la inseción de los intelectuales indios de la diáspo a al «palacio» de las univesidades del note, como lo llamaa Spivak. Su ce ciente populaidad en los Estados Unidos (nuevo cento hegemónico postco lonial) lo atestigua, como también el hecho de que la pimea taducción al hindi de Sublt Studis ecién fue publicada en la India en 1996. En este ámbito, es cuioso anota que la poducción individual y colectiva del gupo ha sido así, llegado difundida de ebote, en los a lamás discusión divesosacadémica cículos académicos de Améica atina, del Note, desde y ha la coiente  sidi de estudios cultuales hasta el debate histoiogáfico más eciente. Cuando fenómenos como el descito se obsean desde un país como Bo livia, esulta paadójico descub que los ecos de muchos debates geneados en el Su acaban llegando a nuestos países mediatizados po la efleión 1

1 Por Edward Said (1978), Orin Orintalsm talsm Wst Rprs Rprsntatio ntations ns of th th Orint Londres Routledge & Kegan Paul 11

 

SILVIA RIVEA (UICANOUI/RossANA BAAGÁN

académica del Nor tt e  . Florencia Mallon plant ea clar am ament e esta par adoja adoja en n abajo, la ator a evalúa cr ticam ticament e aclo syo pblicado en 199 2 • En est e t rr  abajo, las contibciones del llamado Gr po po de Estdios Sbalt er  er  nos Latinoamer ica nos ica no, al qe compar a con el «Gr po po Sbalt er  er  no or iginal» no iginal» (sic), destacando las t ensiones t eór icas icas y metodológicas qe ést e int rr odc o  dce, y qe son pasadas por alto por el pr m mer o. o. Sin embar go, go, lego de na exposición por menor izada izada y dita, Mallon simplica n tanto la refl exión india redciéndola a n ces dita, er  ionabl e «pr oy oyecto gr amsciano», amsciano», al ser vicio vicio del cal debier a colocar se todo el e e e r  r  r  e e r  e ebat  postmod st  ct nat al   za se enca r  ga as,payr adójicam ga apost  dójicam ent ealista. , de deUna spojafor mlación de ss pedcliasta r  idad idad es más

notabl es a la cont r ribción i bción t eór ica ica del gr po po de los Suble Sudies Esto no diere mcho de la actitd del Gr po po de Estdios Sbalt er  er  nos Latinoamer ca nos ca no, qe t er  er minan minan redciendo las cont rr bcion  bciones de la India a na casstica de var acion aciones etnogr ácas ácas qe e jemplican desde el Sr la t eoa y las gr an an des lneas conceptal es pr odcidas odcidas por el No e. Como bien apnta Veena Das (en est e volmen), la actitd cr tica tica del gr o o «no signica rechazar las cat e goas occidental es; ant es bien, es señal d qe se ha iniciado na relación e e re e r  r n va y más atónoma con llas». Esto mismo pa c sb aya Gayat al most r r ar qe cier to to esencialismo basado en la irredctibilidad del Spivak, sjeto sbalt er  er  no, podr a no, a constitir se en la cr tica tica más válida al imper alismo, alismo, y ser as na ver dad dad er a «est rr  at  at egia par a nest r r os os tiempos» (ver Spvak, en est e volmen). Per o Florencia no acier ta ta tampoco en descbir las implicaciones de los Estdios de la Sbalt er  er  nidad par a la ciencia social de Amér ica nidad ica Latina, pes no mest rr  a int er  er és és por el cor ps ps de debat es qe en nest rr  o sbcontinent e, se haban desarr ollado ollado en tor no no a lo colonial y postcolonial. Las t rr adicion a  diciones del debat e latinoameicano sobre la siuión olonil, como sist ema est r ctr ant e y resor tt e  pr ofndo ofndo de nest r ras a  s sociedades, se congr an an desde ánglos my diver sos, sos, a par ttiir de veient es t eóicas mar xistas xistas y postmar xistas, xistas, matizadas por el infljo de pr oc ocesos como la descolonización af rr  icana icana y la recrrent e acción histór ica ica de nest rr  os os pr opios opios «insr gent es», sean estos campesinos andes cidades. Per o asimis indgenas o pobladores empobrecidos de las gr and mo, na de las pecliar dad dades del debat e latinoamer icano icano es qe centa ent re re ss pr otagonistas otagonistas con histor iado iadores de habla indgena, lo qe plant ea nevas

2 «P «Pro rome mesa sa  dlema de los estudos subalternos: perspectvas a par de la hstora latnoamercana» 12

 

PRESENTACIN

problemáticas en un contexto signado aún por el imperialismo, el neocolonialismo y el colonialismo interno As, la escuela de historia económica argentina de los años 70, ejemplificada en los trabajos de Tandeter, Assadourian, Garavaglia y otros, sentó las bases para una renovación teórica y metodológica de importantes alcances,  por l hcho d hbr ctdo su ális  Potos y  l pobló lborios idíg, el eje donde capitalismo y colonialismo hallaron su dura-

dera que signada aiculación por modas a travéseuropeas de un mercado y enmarcada interior en de la «larga «gran narrativa duración»deAunlos modos de producción» (Spivak), esta corriente, de clara raz marxistagramsciana, ha impactado de muchas maneras el alcance de la reflexión histórica sobre nuestras sociedades Más recientemente, en el área andina, los temas de la insurgencia campesinoindgena y las formas peculiares que asumen el capitalismo y la opresión oligárquica en los siglos XIX y XX fueron abordados también por miembros de la revista Acs y del Taller de Historia Oral Andina, y por personalidades individuales muy influyentes, como el historiador Albeo Flores Galindo y el sociólogo René Zavaleta, entre otros, generando un intenso debate, en muchos sentidos paralelo al que plantearon nuestro colegas indios A nes de los años 60, el sociólogo mexicano ablo González Casanovas haba ya lanzado la hipótesis del coloilsmo ito, para explicar la profunda heterogeneidad de nuestras sociedades y la vigencia de antiqusimas estructuras de dominación que resultaron singularmente funcionales a la explotación neocolonial, oligárquica y capitalista del campesinado indgena en vastas áreas rurales de nuestros pases ero incluso se ha estudiado desde varios ángulos la insurgencia obrera, campesina e indgena contemporánea, y se ha reinseado el tema del colonialismo interno en el debate poltico Mallon prefiere pasar por alto estas diversas tradiciones intelectuales Flores Flores Galindo es el único historiador latinoamericano que cita, no por por cierto inmerecidamente y concentrarse concentrarse en el debate académico del Norte A contrapelo de los postulados pluridisciplinarios del grupo indio, el debate noeamericano parece no más seguir lneas disciplinarias: se critica desde la historiografa las pretensiones teóricas de los estudios literarios o culturales Estos son los sesgos de localización invisibles que la mediación del Norte puede introducir en los debates historiográcos SurSur, empobreciendo su horizonte teórico y metodológico Con la publicación de esta colección de aulos queremos situar los ecos del debate postcolonial iniciado en la India al lugar de su primera emisión, emisión , 13

 

SIVIA RIVEA (UICANQUI/ (UICANQUI/R RosANA BAAGÁN

estituyendo as a la idea de elaciones SuSu algo de su conceción geogá fca y epeiencial, as como de su peculia tetua y especicidad istoio gáfcas Aunque el gado de amplitud y continuidad del debate iniciado po el gupo de la India no tiene, popiamente ablando, paangón en Améica atina, tenemos la espeanza de contibui, a tavés de la publicación de estos

tetos, a eplantea algunas de las cuestiones ovidadas, iesueltas o tuncas, que quedaon en el camino de la efleión istoiogáfica y sociológica en Améica atina, o que debatiéndose oyfundamental en téminosdeenovados, peo quizás también máscontinúan fagmentaos El objetivo este libo es, con todo, más modesto pues tan sólo aspia a somete estos tabajos a los avataes de un debate académico en castellano, en los contetos dispesos y dependientes de nuestos popios pases, ciudades y univesidades, a tavés de una selección ilustativa, que nos pemita conoce algunas de sus lneas temáticas y planteamientos intepetativos, a tiempo de saboea sus divesos estilos naativos y analticos, que tienen un aie tan distinto a los que nos llegan desde otas latitudes Ceemos que elestá pogama intelectual y moalendel gupo deque losRanajit EstudiosGua de la Subaltenidad, ejempamente epuesto el Po escibió paa el pime númeo de la colección en 1982 (en este volumen) Su punto de paida es una posición de pincipio: «No ay nada en los aspectos espiituales y mateiales de la condición subaltena, pasados y pesentes, que no nos inteese» Un campo de acción tan vasto alla epesión metodológica en un enfoque intedisciplinaio: los tabajos del gupo se inteesan po la «istoia, la poltica, la economa y la sociologa de la subaltenidad», tanto como po el estudio de las «actitudes, ideologas y sistemas de opinión», todo lo cual es integado en la noción sintetizadoa de cultua ¿Peo, en qué consiste paa Gua esta condición subaltena? El debate maista de los años 60 y 70 es sin duda, su punto de paida Sin embago, a difeencia de Améica atina, el gupo de la India patió de la pemisa y de a ealidad ealida d de un poceso poceso de independencia independencia nacional nacional que apenas apena s aba culmi nado en 1947 y que les pemitió engaza la noción de subaltenidad con la epeiencia más eciente, del colonialismo bitánico y de las lucas gandianas  nacionalistas po la Independencia Se tataba de un nacionalismo anticolonialismo más eitoso que cualquiea de las vaiantes latinoamecanas (e intepelaba a un univeso inmensamente más vasto) Sin embago, en el o apate de una alusión cotés al debate gamsciano, Gua aticula sus puntos de vista en tono a la subaltenidad a tavés de otos astos del dis 14

 

PRSNCÓN

curso dominane, más inernalizados en las peculiares esrucuras de poder de la India. Así, no sin ciero dejo de ironía, recurre a la auoridad del Cone  Diona para denir a la persona subalerna, simplemene, como al-

guien «de rango infeior», sea en érminos de «clase, casa, edad, género» u «ocupación». La esfera del análisis de clase, si bien sólidamene documenada en las invesigaciones del grupo, se conviee así en el puno de parida para una see de indagaciones, que les llevarán a recorrer los discursos dominanes y auorizados (del esado colon colonial, ial, la élie naconalisa o la inelligensia marxisa), ano como el corpus de sus radiciones escriurarias y religiosas propias, así como la conrapae oral y esimonial que acompaña a su rabajo de campo isorográfico. Ese proceso de cuesionamienos le conducirá a una lecura «enre líneas» de sus fuenes, buscando en ellas las suras y conradicciones que les permian seguir el rasro de las voces y demandas oblieradas de los insurgenes. No esamos enonces, frene a un ejercicio inelecual que an solo adere3 - con za el discurso isorográco las abigarradas convencional voces delcomo mundobien campesino lo señalóy énico Amin enpopuuna conferencia lar. Pero ampoco se raa de un ingenuo redescubrir de «ora isoria», recurriendo a fuenes menos sesgadas, que permian acceder a un nivel supuesamene inconaminado de la conciencia de los oprimidos. Como bien los señala Gua ciando a Gramsci: «los grupos subalernos esán siempre sujeos a la acividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan». La meáfora derrideana del palimpseso, que proponen Amin y Prakas, resula por ello an elocuene para expresar esas formas borrosas y disconinuas de la conciencia subalerna capaces de desaar acciones muliudinarias que se difunden como reguero de pólvora en un mundo rural an exenso y caleidoscópico como el de la India, pero ambién de reve   1 rerocesos, regresiones faccionalisas y derroas políicas. En una siuación  colonial donde los/as oprimidos/as son denegados de una «posición enunciaoria» desde la cual podrían aricular su propia isoricidad (Spivak}, la improbable area de resiuir esa voz sólo podría realizarse mediane un minucioso análisis de las uellas, orsiones y silencios inscos en los propios discursos dominanes, cuya legiimidad y poder prescripivo resularían así puesos en ela de juicio.

3 Con e auspicio de SEPHIS, Shahid Amin aizó una gia de conencias que cubió as ciudades de Buenos Aies México, Lima, Cuzco, Cochabamba y La Paz, en octube de 1996 15

 

SILVIA RIVEA usICANQUI/RossANA BAAGÁN

No a sido fácil presentar un abanico que muestre Los diversos matices de una práctica istoiográca tan compleja y rica, signada también por diversas tensiones y debates internos. a elección de Los atículos traducidos a seguido, sin embargo, algunos criterios, siendo el primero el de La accesibilidad. A pesar de nuestros esfuerzos, no nos ha sido posible contar con Los vol. VI y VII de La colección, que se allan agotados. Hemos accedido en cambio al Amc Libr Libroo de Pa PatRiw, t a C atte atteee ee,complementar , así como al Foro que dedicó al temadeLaLarevista revista Historicl para algunos aspectos selección. Un

segundo criterio ha sido el de presentar trabajos que proporcionen un panorama general de Los fundamentales principios teóricometodológicos implícitos y explícitos que como grupo se plantearon, así como Los ecos del debate académico que suscitaron sus trabajos. En esta perspectiva se encuentran Los artículos de Gua, así como La defensa de Cakravarty ante Las reacciones de una publicación colega de La India, tanto como Los balances de Gayatri C akravo akravorty rty Spivak, Gyan Prakash Prakash y Veena Das.__En En tercer Lugar, hemos querido mostrarLostextos representativos Las diversas fases demostrando su reflexión, querecuvan desde años iniciales hasta eldeperiodo más reciente, temas rrentes y focalizados, así como balances más contemporáneos y ambiciosos. ntre Los primeros, podemos mencionar al trabajo de Pandey sobre La mediación nacionalista y gandiana de La insurgencia campesina y el de Amin sobre el discurso judicial, que cierra el Lente sobre un evento preciso, a La vez expresivo de La «historia Local» en el más pleno de sus sentidos y de Las narrativas emancipatorias de La nación en Las que este evento termina enmarañado. Entre Los segundos, están Los trabajos de Gua sobre La revuelta campesina, y La

forma es reconstruida es reconstrui da de y articulada articulad a en eprovenientes n Los discursos ideológicos dominantes,cómo así como Los análisis Chatteee, de su Libro Th domi tod i gm donde se discute La reconstrucción política de una historia india de La Lucas campesinas, así como La textura de Los aparatos burocráticos que racionalizan Lo «nacional» en La etapa postindependencia. A modo de ilustrar algunos aspectos de La práctica istoográfca brevemente bosquejada, analizaremos algunos textos de La selección que nos ayudarán a precisar La naturaleza de La ruptura epistemológica y metodológica que plantean Los Estudios de La Subalternidad, pero que además ilustran muy bien Las continuidades y virajes desde La etapa temprana a Los trabajos más maduros del grupo. L trabajo de Gua sobre La «prosa de contrainsurgencia», ae de una crítica a La visión mecanicista de Las rebeliones campesinas, que Las retratan como a actos reflejos, espasmódicas reacciones ante causas exter  16

 

PRESENTACION

nas de oden económico o poltico Analiza entonces los discusos primaos, oducidos po las instancias encagadas diectamente de la epesión y el p oducidos contol de estos movimientos, con los cuales se constuye el código básico de containsugencia, que lleva a la ciminalización de las acciones ebeldes y la expoliación de su sustancia poltica y coheencia ideológica os ecuentos o discusos secundaos sean las elaboaciones contempoáneas autoizadas o los textos de funcionaios etiados, que pueden mostanos una «semblanza de objetividad», expesada en una naativa impesonal, peo que sitúan igual mente a estos eventos en una cadena explicativa, atibuyéndoles una pehis toia y una causalidad, que luego se usan paa legitima las acciones civiiza toias o epesivas desplegadas po las élites con el n de eadica o peveni la violencia de los insugentes Al ebelde se le piva as de la condición de sujeto de su popia evuelta y se lo conviete en un petexto paa la eflexión disciplinadoa o autoefomista de los popios podees coloniales o naciona les Finalmente, estaan los discusos teraios incluyendo las vaiantes li bea be al,l, nacion nacionali alista sta o ma max xis ista ta de la hhisto istoiog iogaf afa a que ponen ponen en evidenc evidencia ia una modalidad más solapada del código de containsugencia, al subsumi a los actoes en la estategia extena de su edención o nacionalización Estos discusos esultan as instumentales paa un nuevo despojo, que inscibe a las acciones ebeldes en teleologas civilizatoias, despojándolos de su inteli gibilidad, peo enunciando también a compende todo el tejido cotidiano de «umoes, visiones mticas, eligiosidad y lazos de comunidad», que subyace a la insugencia campesina En su afán de disciplina póstumamente a los insuectos, estos discusos teciaios acabaán entampados en la «naativa maesta» de occidente y esultaán incapaces de supea los macos explicati vos de la posa de containsugencia De este modo, la histoogafa se con vetiá, según palabas de Guha, en una «foma de conocimiento colonialis ta», aticulada en tono a discusos civilizatoios supepuestos que encuben pemanentemente los astos de la iniciativa históica de los gupos domina dos, pa pa a te tem min inaa  of of ecién eciéndole doless en el plano plano poltico poltico tan ssólo ólo una una «ciuda dana mitigada y de segunda clase» El tabajo de Shahid Amin, po su pate, constituye una aguda lectua ctica de un tipo de fuente que se usa con fecuencia en la histoiogafa de las ebeliones campesinas el discuso judicial que se genea en el poceso de su enjuiciamiento, a tavés de la deteminación de culpabilidades y la funda mentación de penas y castigos En el caso de los 172 pequeños andis y atesanos indidualizados como culpables (ente una multitud de apoximada  17

 

IVIA IVE usICANQI/ossANA BARRAGÁN

mente mil pesonas) po el incendio de la hn (estación policial) de Chaui Chaua y la muee de 23 polias, acaecida el 4 de febeo de 1922, el análisis de Amin evela que en el poceso de constucción de la evidencia inciminatoia paa el juicio se foman «campos de pode» desde los cuales esulta imposible compende las motivaciones de la ebelda, paa no habla de apoximase a su lógica intena. dota a los actos de elunadiscuso pehistoia y unaboa aticulación causal, y alAlindividualiza a losebeldes culpables, judicial los nombes, los ostos y las estategias de los individuos y de la multitud amotinada (o o diigentes, tanto como paicipantes asos), paa conduci a todos ellos al anonimato y la desfiguación que autoizan su convesión en ciminles. En este poceso, la ebelda campesina esulta despojada a la vez de su caácte poltico y de su histoicidad, situación que no podá se supeada ni siquiea cuando la histoiogaa nacionalista invieta el veedicto y convieta a los ciminales en máties de la gesta anticolial, y en beneméitos y pensionistas del estado independiente. Estos ejemplos nos pemiten destaca una pespectiva de análisis cental en los tabajos del gupo: el énfasis que ponen en la compensión de las fomas coloniales y postcoloniales del pode y la dominación en sociedades abigaadas y pluales como la India. El tabajo de Chatteee pate también de las «boaduas y silencios» del discuso ocial, peo popone una lectua de la insugencia desde adento, esto es, desde la noción de «comunidad» insugente. El auto eflexiona a pai de la pieda angula de la contibución de Guha sobe los «aspectos elementales de la ebelda campesina», mostando a los ebeldes como pesonajes insumisos, aún paa la histoiogafa, en su pemanente esistencia a las acionalizaciones libeales o nacionalistas que se hacen en su nombe. En su segunda contibución, el auto analiza el papel de las buocacias del desaollo en la consumación de una evolución pasiva del capital en la India postcolonial, cuya fuente de legitimidad la evolución independentista independe ntista de los años cua cuaenta enta genea uunn pema pemanente nente ddilema ilema:: el de hace convege las demandas de la acionalidad, con las demandas contapuestas de la legitimación. La natualeza del estado postcolonial en la India se asentaáá as en «esa paeja contadictoa, . . . iónicamente amoniosa» donde conta vegen lo iacional de la de poltica con lo acional la planicación; asgo constitutivo y paadójico la dominación social de contempoánea en un la India, que poda se extensible a muchas otas sociedades nooccidentales del Su. Ceemos que el conjunto de ensayos que pesentamos al público bolivano

 latinoamecano, ayudaá a eplantea una see de temaspoblema elevan 18  

PRESENACÓN

tes, no sólo para Las ciencias sociales, sino para Los debates sobre el destino p oltico de Los campesinos y otros grupos subalternos, que en el área andina Llenan Las páginas de La historiografa de La insurgencia antiestatal en Los útimos cinco siglos. Pensamos que La reflexión y el debate Lanzados por Los colegas de La India, permitirán conectar muchas de estas cuestiones con nues tra propia reflexión, retomando temáticas ya esbozadas por diversos crculs Latinoamericanos desde Los años 70, pero también enfrentando nuevas pre guntas y realidades, como La que brindan Las actuales movilizaciones étnicas que se han venido dando en Los años 80 y 90, a Lo Largo y ancho del continen te. No obstante, La adopción irreflexiva de modas intelectuales del norte, ha permitido que en algunos crculs académicos Latinoamericanos, prime La acti tud de «borrón y cuenta nueva» frente a nuestras propias tradiciones intelec tuales tual es -y -y el ma rxismo es una de ellasellas- que empo brece brece el debate debate Latin Latin oam er eri i cano y Le dota de una cualidad particularmente fragmentada. En esta perspectiva, esperamos que ésta sea una ocasión para emprender un diálogo más horizontal entre historiadores/as del Sur, tanto como entre nosotros/as mismos/as. Esperamos también que Los/as Lectores/as puedan encontrar en este Libro sendas fructferas para elaborar sus propias reflexio nes, para renovar sus marcos de referencia, y para iniciar ese «diálogo entre fragmentos» (Pandey). No sólo por gusto, también por urgencia vital, es e cesario volver a discutir temas como el de La conciencia rebelde y La construc ción del poder burocrático del Estadonación, anclado en nociones civlizatorias y coloniales que engranan ecazmente con Las más modernas tecnologas y formas de extracción y transferencia de excedentes. Sila Rivea Cusicanqui Rossana Baagán

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Adecmientos Esta publicación no habría sido posible sin el concurso de muchas much asdepeon pe as y grupo grupos. pmer lua luapncpalmente queremo queremoss agradece agrad ecerr al grupo losonas Estudios de s.la En Subalteidad, a Shahid Amin, por su contbucón y apoyo en todo el proceso de elabora ción de este lib, y a Gyan Pandey como miembro del direoo del SEPHIS. A Oxford Univei Press, Pnceton Univei Press, y la revista American Histocal Reve por permitios publicar estos trabajos. Al directorio del SEPHIS y a su Secretao Ejecutivo, Ulbe Bosma, por su colabocón múltple a los inteambios aca démicos entre diversos países del Su Queremos también menco la labor Anacon Rebeca Prada, RiveraVan Anar lison Spedding Speddide ngRaquel por su Gutéz, comprom c ompromiiso la labor de de traducción trSilva aducción Vayn también tamb ién n uestros uestros agdecmientos agdecmientos a Vania y Heidi Oros Oros,, a Seemin Qayum Qa yum y a Gonalo Pa , a los miemb m iembrros del Taller de Histoa Oral Andina, en especal al Lc Carlos Mamani Condo, y la Coordi nadora de Histoa, que contibuyeron a este producto colectivo de muchas maneras

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 SBR  I

a Inda es una undad poltca que tene más de 3 mllones de Km 2 • y se Lcalcula que en 2007 cuenta con una poblacón de 1100 mllones; es decr,, más que toda Áfca y mucho decr mucho más que cualquer pas latnoamercano latnoamercano La mayora de sus habtantes practcan la relgón hndú y, en segundo lugar, la musulmana All exsten 1652 lenguas, 18 de ellas reconocdas por la Const tucón. El hnd es el doma más dfunddo pues lo habla cas el 25%; le s guen el telugu (con el 4.6%), el bengal y marat (con el 4.1%), el taml (con 2.9%) mllones, el canara (con el 22%). La dversdad relgosa y étnca ha supuesto para la Inda una sere de conflctos Por eemplo, en 1965, se enfrentó con Pakstán por la regón de Cachemra, donde exste una mayora de musulmanes, y tambén por el Pakstán

Orental convertdo desde 1971 en Bangladesh Por otra pae, los Skhs cuya relgón combna el monotesmo estrcto, de orgen musulmán, con tradco ness hndúes y quenes ne quenes pueblan pueblan el el Punab, buscan buscan crear crear tambén tambén su propo Estado, y por ello se enfrentan con las mayoras hndúes Por esta razón, des de 1980, se han reavvado los enfrentamentos «comunalstas» y que llevaron al asesnato de Indra Gandh. La socedad nda está organzada en castas, un sstema erárquco e nterdependente en el que la endogama, los rtos regosos, las prohbcnes y los lo s prvlegos, caracter caracterzan zan a cada una de elas ela s y en los que la pureza pureza e mpureza regulan tambén las escalas socales El térmno casta es, sn embaro, de orgen pougués y sgnfca lnaje. Los térmnos locales son vaa, que es traducdo eneralmente como «categora» y ja o lnaje y nacmento. En forma esquemátca exstran 4 varnas: los bhmaes a quenes compete el 23

 

R ESEÑA SOBE LA IN DA

conocimiento de los rituales y textos sagrados; los cstrills entre quienes el poder temporal es importante, lla_ados antes prncipes o guerreros; los isys a quienes corresponden las funciones de producción e intercambio y, nalmente, los shud que sien a los otros tres, en especial, como artesanos  y obreros obreros  Con todo, esta es una división divi sión ideal y, por tanto, alejada aleja da de la complejidad social actual En el interior de cada jti, por ejemplo, pueden haber divisiones; además, no siempre hay correspondencia entre el jti la   y la ocupación A contracorriente de la imagen simplista de este esquema, la realidad es mucho más compleja, pues sistemas de tipo casta se han implantado también  sscritiz  sscr itizó ó entre ingresócomunidades al sistema demusulmanas, castas mediante y entre un proceso la población que sedellama «intocables» que De otro lado, la casta y el nivel económico no siempre coinciden: as, entre los brms se pueden encontrar hombres de negocios opulentos pero también gente de modesta condición social En el otro extremo, un ri (palabra que designa actualmente a los que antes eran llamados «intocables») puede ocupar altos puestos gubernamentales Cada región lingüstica y cultural tiene sus propias estructuras de casta, que se entrecruzan de diversos modos con las categoras económicas, religiosas y de poder

Polticamente la India Estado federal que tiene compuesto 25 Estados y 6deTerritorios En la capital, Delhi,esseunencuentra el parlamento una

Asamblea del Pueblo y de una Cámara Alta cuyos integrantes son elegidos mediante el sufragio universal El gobierno es presidido por un Primer Ministro el jefe del Partido que tiene el mayor número de sitios en el Parlamento  y por un Presidente Presidente de la República República y su Vice Presidente que tienen un papel limitado Desde antes de la independencia de la India en 1947, su vida poltica ha estadodeldominada lista pas Esteporse elfundó Congreso en 1885, Nacional y desde Indio, las elprimeras mayor partido décadas nacionade este siglo tuvo el liderazgo intelectual de Mohandas Karamchand Gandhi {1869 1948), hasta su muerte en los albores de la independencia Entonces la conducción del Paido del Congreso pasó a manos de Jawaharlal Nehru, lder de la Independencia y Primer Ministro desde 1947 hasta su muere en 1964; luego, a su hija Indira Gandhi, hasta su asesinato en 1984 y, por último, a Rajiv Gandhi, hijo de Indira, hasta noviembre de 1989 (y quien fue asesinado en 1 9 9 1) 24

 

SÑA SOR A NDA

Hios en la independena de la India

el siglouna XV,nueva expediciones portuguesas intentaron En descubrir ruta a lasmarítimas ndias para aumentar yel españolas comercio de especias Los árabes perdieron el monopolio del comercio entre la ndia y el Occidente que detentaban desde el siglo V A su vez, los portugueses crearon actorías y bodegas para almacenar las mercancas que llevarían a Lisboa. Los ingleses los imitaron al fundar en 1600 la Compañía de las ndias Orientales Es Indi Compny)  y los siguieron holandeses holand eses y daneses dan eses Más tarde, en 1604, los franceses crearon su propia Compagnie des ndies Orientales Sin embargo, fue la compañía inglesa la que consolidó su política imperialista rente a ella,deenlos1857 estallóindios el Motín de los de Cipayos que no sólo fue un tinamiento soldados en contra sus ofciales ingleses, sinoamoun levantamiento generalizado de campesinos, peones agrícolas y población de castas bajas En 1858 la ndia pasó al minio directo de la Corona , en 1877, la reina Victoria se proclamó Emperatriz de las ndias. En estas circunstancias la agricultura se comercializó cada vez más gracias al azúcar, té, café, etc. Poco tiempo después, en 1885, se creó el [Partido dl] Congreso Nacional ndio, cuya política se tornó más radical en las primeras décadas del siglo XX

Swar

 ydencia. bajo elDe lema esta época de data (autogobierno) también la creación demandó de la yLiga luchó Musulmana por la indepenA partir de 1919 el movimiento nacionalista ingresó en una nueva fase: El [Partido del] Congreso Nacional ndio se amplió y la oposición política se reoganizó Bajo la influencia de Gandhi y Nehru y con el apoyo e la Liga Musulmana, se desarrolló primero un movimiento de masas llamado Khilafat o Movimiento e NoCooperación (19211922) y, luego, el Movimiento de Desobediencia Civil en 19301931 En 1942 Gandhi lanzó el movimiento «Quit ndia». Pero a partir de esa época se dio un conflicto en la alianza nacionalista: Nehru quería pque or Muhammad la ndia independiente All Jinnah fuese {18761948), una e quería invisibleuny estado la liga Musulmana, independiente dirigida para los musulmanes. Al lograr su independencia en 1947 se proclamó la República e la Unión ndia y la República slámica del Pakistán, pero ello dio lugar a numerosos enfrentamientos entre fracciones musulmanas e hindúes, que continúan hasta nuestros días y, por cieo, con rasgos fundamentalistas.

25

 

�' I

 

Pefacio a los Esdios de la Subaltemidad

 r H y   rá Ranajit Guha

l propósito de la presente colección de ensayos, la primera de una serie, es promover una discusión sistemática e infrmada sobre temas de la subalternidad en el campo de los estudios surasiáticos, para así, recticar la nclinación elitista característica de gran pae de la investigación y del trabajo académico en esta área en particular La palabra «subalterno» del título tiene el signifcado que le da el Conse Oxford Dona, es decir, «de rango inferior». Será utilizada en estas páginas

E

• NE.: Traducción de Ana Rebeca Prada del aículo: «Preface» en: Subaltem Studies I Wtings n Suth Asian Histo and . Ranajit Guha editor[1982 Delhi: Oxford Universiy Press. 1996 La N.E.:  Nota Editorial será ulizada con nes aclaratorios y se disinguirá de las notas a pie de página de los autores por a utilización del asterisco o los corchetes en caso de realizarse aclaraciones en el texto o nota del autor. En algunos casos los lectores encontrarán también N. de T. que significa Notas de Traducción. En notas de p ie de página hemos respetado la forma de citar bibliografía que tienen los autores. El contenido de algunas de las N.E.: como por ejemplo la explicación de los términos que están en idiomas de la India ha sido en algunos casos extractado de los glosaos que se encuentran al final de los volúmenes de Subaltem tudies, y en otros nos hemos apoyado en la información que nos proporcionó el Dr. Shahid Amin. Hemos ela bo borrado asimismo un glosao general que figura al final del libro. Este prefacio introduorio al pmer número de la Revista Subaltem Studies lleva en su versión oginal sólo el título de Prefacio. Para situarlo en su contexto hemos añadido el título completo de la revsta en castel cas tellano lano . En los diversos diversos arículos arículos las refe referencias rencias a la revista revista se realiz realizan an  ya sea con su nom bre ogin al o bien traducida como Estudios  Subaltemidad, para hacer refrencia tanto a la resta como al colecivo a cargo de su pubicación. No se ha acudido a la versión más literal de «Estudios Subalternos» porque consideramos que es un anglicismo de ambigüedades la subalternidad de ellostérmino propios «subalterno» estudios y nohemos sólo la de los sujetoscargado subalternos. Para respetarque el denotaa carácter genérco que tiene recurrido más bien al senido que le da Guha como «condición» o «atributo general de subordinación». 29

 

JIT u H A RANAJIT

como denominación del atributo general de subordinación en la sociedad urasiática, ya sea que esté expresado en términos de clase, casta, edad, géne ro, ocupación, o en cualquier otra forma. Con las palabras «historia y sociedad» del subtítulo se intenta dar forma abreviada a todo lo que implica la condición subalterna. Como tal, no hay nada en los aspectos espirituales y materiales de esa condición, pasados y presentes, que no nos interese. Obviamente sería ocioso de nuestra parte, es

perar que la gama de contribuciones a esta serie pueda corresponder, así sea remotamente, al proyecto de seis puntos previsto por Antonio ramsci en sus «Notas sobre la historia italiana». Sin embargo, dentro de las limitaciones del presente estado de la investigación de nuestros propios recursos, esperamos publicar ensayos bien escritos sobre temas de la subalternidad, realizados por estudiosos que trabajan en las humanidades y en las ciencias sociales. Habrá mucho en estas páginas que se relacione con la histoia, la política, la econo mía y la sociología de la subalternidad, así como con las actitudes, ideologías y sistemas de opinión; en síntesis, con la cultura que moldea esta condición. Reconocemos, por supuesto, que la subordinación no puede entenderse excepto como uno de los términos constitutivos de una relación binaria en la que el otro es la dominación, ya que «los grupos subalternos están siempre sujetos a la actividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan». os grupos dominantes recibirán entonces, en estos volúmenes, la consideración que merecen, sin que se les dote, sin embargo, de esa lsa pma cía que les asignó la larga tradición de elitismo en los estudios surasiáticos. De hecho, pae impoante de nuestro empeño consiste en asegurar que nuestro énfasis en la subalternidad funcione como medida de valoración objetiva del papel de la élite, así como de ctica a las interpretaciones elitistas de ese papel. Pensamos que no estamos solos en nuestra preocupación por tal elitismo y en la necesidad de combatirlo. Otros se han sentido igualmente infelices frente a las distorsiones y desproporciones generadas por esta tendencia del trabajo académico sobre asuntos surasiáticos. Esperamos, por lo tanto, que otros estudiosos se unan a nosotros en esta empresa, publicando por su cuen ta o a través nuestro sus investigaciones sobre temas de la subalternidad, su crítica al elitismo en sus respectivas disciplinas, y ayudándonos en general, con su consejo sobre los contenidos de éste y los subsiguientes volúmenes de Subalt er  St ud ii e   s.  s. 

Canberra Agosto d 1981

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Sobre alnos aspectos de la Histooafa Colonial de la India·1 Ranajit Guha

a historiografa delpor nacionalismo indio ha elestado dominada du rante mucho tiempo el elitismo indio tantopor elitismo colonialista como por el elitismo burguésnacionalista2 • Ambos se originaron como pro ducto ideológico del gobierno británico en la India, pero han sobrevivdo a la transferencia del poder y han sido asimilados a formas de discurso neocolonialistas y neonacionalistas en Gran Bretaña y en la India respectivamente a historiograa elitista de tipo colonialista o neocolonialista cuenta entre sus principales protagonistas a escrtores e institucioes brtánicas, pero tiene imitadores en la India y también en otros pases a historograa elitista de tipo nacionalista o neonacionalista es ante todo una práctica india, aunque

1

 Traduccón de Ana Rebeca Prada del aículo «On soe Aspect of The Hstoography of Colonal Inda», en Ranajt Guha (1982) (Ed.) Subalte Studies  Wtings on South sían Hto and Soe, Delh: Oxford ersty Press, 1996. pp. 1-8. Unversty Unv   El a utor agradece a todos los autores ncludos en este voumen [N. E. Se reere a Shahd Amn, Davd Ar nold , Paha Chatteee, Davd Hardman y Gyan Pandey], así como a Gautam Barda, Dpesh Chakrabay Ragg habendra Chatopadhyay por sus comentaos a una versón anteor de este texto. Y Ra * * N.E. Aunque el adjetvo nglés «ndan» se traduce habtualmente al castellano como «hndú», hay una nexacttud en esta formabudstas de traduccón se refere refere arelgosas lo s practcantes practcantes de la l a de relg relgón hndusta, Yanorcada ncluye a los musulmanes, y otras Hindú congregacones mnortaas laónInda.   Re m mttmos al lector a la nota mpresa al fnal de este artículo para una dencón de los térmnos «élte»,  p ue uebb lo», «subalterno», etc, tal como se utlzan en esos párrafos. 31

 

RANAJIT uH A

no carece de imitadores en las filas de los historiadores liberales de Gran Bretaña y de otras pates.

2  Ambas variedades de elitismo comparten un prejuicio: que la construc ción de la nación india y el desarrollo de la conciencia que moldeó este proce so el nacionalismo, fueron logros exclusiva o predominantemente de élite. En las historiograas colonialista y neocolonialista estos logros son atribui dos a funcionarios y administradores gobierno colonial británico, a sus políticas, instituciones y cultura en losdelestudios nacionalistas y neonaciona listas, a personalidades, instituciones, actividades e ideas de la élite india. 3. La primera de estas dos historiografías define al nacionalismo indio fundamentalmente como una función del estímulo y respuesta. Basada en una aproximación estrechamente conductista, representa al nacionalismo como la suma de actividades e ideas con las que la élite india respondió a las instituciones, opotunidades, recursos, etc., generados por el colonialismo. Existen varias versiones de esta historiografía, pero la modalidad central común a todas ellas es la descripción del nacionalismo indio como una suerte de «proceso de aprendizaje» mediante el cual la élite nativa se habría involucrado en política al intentar negociar con el laberinto de instituciones y el correspondiente complejo cultural introducido por las autoridades coloniales para go bernar el país. Lo que hizo que la élite atravesara este proceso no fue según esta historiografa, un elevado idealismo dirigido al bien general de la nación, sino, simplemente, la expectativa de recompensas bajo la forma de una porción de la riqueza, el poder y el prestigio creados por el gobierno colonial  y asociados a él. Se nos dice entonces que el estímulo de tales recompensas con todo el juego concomitante de colaboración y competencia entre el poder gobernante y la élite nativa, así como entre varios elementos de esta última, fue lo que constituyó al nacionalismo indio. 4. La orientación general del otro tipo de historiografía elitista consiste en representar al nacionalismo indio como una empresa fundamentalmente idealista en la que la élite indígena habría guiado al pueblo de la subyugación a la libertad. Las diversas versiones de esta historiografa diferen en el grado de énfasis que otorgan al papel que jugaron los líderes individuales o las organizaciones e instituciones élite, como fuerzaa todas principal de esta empresa. Sin embargo, la demodalidad común ellaso motivadora es la defensa del nacionalismo indio como una expresión fenoménica de la bondad de la élite nativa, nativa, magnifcando magnif cando contra contra toda evidencia evidencia el aspecto aspecto antagóni antagónico co de 32

 

OR SOROGRAA COONA D A NDA

su relación con el régimen colonial en relación a su aspeco colaboracionisa, su papel como promoores de l causa del pueblo en relación al de exploadores y opresores, su alruismo y auoabnegación en relación a la arrebaiña por el escaso poder y privilegio que les fuera concedido por los gobernanes para asegurarse su apoyo al Ra*. e esa manera, se escribe la hisoria del nacionalismo indio como una suere de biografa espiriual de la élie india ind ia 5 La hisoriografa eliisa no carece, por supueso, de uilidad Nos ayuda a conocer más sobre emas como la esrucura del esado colonial, el fun cionamieno y manejo de sus diversos órganos en cieras circunsancias hisócas, la nauraleza de las alianzas de clases que lo susenaban, algunos aspecos de la ideologa de la élie como ideologa dominane del perodo, la conradicción enre las dos élies y la complejidad de sus oposiciones y coaliciones muuas, as como el papel de algunas organizaciones de élie y de las personalidades briánicas e indias más impoanes Nos ayuda, sobre odo, a enender el carác carácer er ideológico de la his hisoriogra oriogra a mism misma a 6 Lo que no puede hacer, sin embargo, una escriura hisórica de ese ipo, es explicarnos el nacionalismo indio, ya que no reconoce, y menos inerprea, la conribución del pueblo  por s mismo, es decir, idpditmt de la élie, a la formación y desarrollo de ese nacionalismo En lo que concierne a ese aspeco paricular, la pobreza de esa hisoriografa se demuesra, más allá de oda duda, por su incapacidad de comprender y valorar la ariculación masiva de ese nacionalismo, excepo negaivamene, como un problema de ley orden, o bien si oacaso ya sea como respuesa al carisma de yalgún lder de élie en losposiivamene, érminos acualmene más de moda, de una movilización verical sujea a la manipulación faccionalisa La muliudinaria paicipación del pueblo indio, a veces en números de cienos de miles e incluso millones, en acividades e ideas nacionalisas, se represena enonces como una desviación frene al proceso polic supuesamene «real», vale decir, la laboriosa marcha de las ruedas del aparao del esado y de las insiuciones de élie engranadas a él En oros casos, esa paricipación es simplemene aribuida, como un aco de apropiación ideológica a la influen ciasoriografa e iniciaiva de claramene las élies propiamene dichas La bancarroa de esa hi fe queda expuesa cuando es emplazada a explicar * NE Soberanía briánica en a India

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RAN IT GuH A

nómenos como el levantamiento antiRowlatt de 1919· y el movimiento Quit ndia [ Aband Abandone onenn la India] India] de 1 942 94 2   , para mencionar sólo dos de las numerosas instancias de iniciativa popular que se armaron en el curso de las campañas nacionalistas en desao al control de la élite o en ausencia de él. ¿Cómo puede ayudarnos una historiograa tan unilateral y de miras tan estrechas a comprender los desplazamientos profundos que, muy por debajo de la supercie de la política de élite, élite, hicieron posible posible         o las manifestamanifestaciones militantes de solidaridad con los amotinados de RIN? 7. sta insuciencia de la historiograa elitista es consecuencia directa de la sión estrecha y parcial de la política en la que se halla comprometida en viud de su perspectiva de clase. n todos los estudios de este tipo se presupone o declara que los parámetros de la política india son exclusiva o pncipalmente los de las instituciones introducidas por los btánicos para el gobierno del país y el correspondiente conjunto de leyes, políticas, actitudes y otros superestructura. entonces, una histoograa elementos paralizadadeporla tal denición no Inevitablemente, puede sino equiparar la política con el conjunto de actividades e ideas de quienes estaban directamente involucrados en el manejo de estas instituciones, es decir, los gobernantes coloniales y sus      los grupos dominantes de la sociedad nativa, a tal punto que se pensaba que sus transacciones mutuas constituían todo el contenido del nacionalismo indio y que la esfera de influencia de este último era coincidente con la esfera de lo político. 8. Lo que queda claramente fuera de esta historiograa ahistórica es la   . Porque, paralelamente a la esfera de influencia de la política de élite, existió a lo largo del peodo colonial otra esfera de la política india, en la que los actores principales no eran los grupos dominantes de la  N: l primer movimiento de masas a nivel de toda la India lanzado por Gandhi para protestar en ontra de un onunto de leyes que, bao el pretexto de renar y reprimir ativdades terrostas, erenó las libertades iviles de la poblaión india n muhos lugares, el movimiento ue más allá de los límites estableidos por Gandhi  N. Movimiento iniiado por Gandhi y su partido, el Congreso Naional Indio, para liberarse de los británios, bajo la onsigna «Abandonen la India» [Quit India], que ondujo a una onsiderable violenia  N.. Nombre de un pequeño pueblo-merado en Uttar Pradesh, en la pae septentrional de la India. Conoido porque una multitud de ampesinos, alegando ser seguidores de Gandhi, se enrentaron on las uerzas del orden el 4 de ebrero de 1922, quemando la estaión poliial y matando a 23 poliías Ver al resp resp ecto  cto   el a íc ul uloo de S h ad i d A m i n , e n este  vollu m e n .   ste   vo

    N  n ranés en el original. Alumnos, seguidores, aólitos o disípulos

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SOE HOOGAFA COONA DE  NDA

ocedad ndígena n las autordades colonales, sno las clases y grupos sub alternos que consttuían la masa de la poblacón trabajadora y el estrato nter medo de la cudad y el campo, en suma, el pueblo. sta era una esfera autóno ma dado que no se orgnaba en la polítca de elte, n su exstenca dependía de ella. Sola era tradconal en la medda en que sus raíces podían rastrearse a lo precolonales, de nngún modo era arcaca en el como sentdo de er tempos antcuada. ejos de serpero destruda o vualmente desactvada, suce dó con la polítca de elte tradconal por la ntrusón del colonalsmo, cont nuó funconando vgorosamente, a pesar de este últmo, ajustándose a las condcones mperantes bajo la soberanía brtánca y desarrollando, en mu chos sentdos, característcas enteramente nuevas tanto formales como de con do. ste domno autónomo, tan moderno como la polítca ndígena de tendo. ten élte, se dstnguía por su relatva mayor profunddad, tanto temporal como de estructura. 9. Uno de los rasgos más mpotantes de esta polítca estaba relaconado precsamente a aquellos aspectos de la movlzacón tan poco explcados por la hstorograa eltsta. n el domno de la polítca de élte, la movlzacón e lograba vertcalmente, mentras que en la polítca del subalterno· se la lograba horzontalmente. a nstrumentalzacón de la prmera se caracterza ba por una dependenca relatvamente mayor respecto a las adaptacones co lonales de las nsttucones parlamentarias brtáncas y a los resduos de las nttucones polítcas semfeudales del perodo precolonal; la de la segunda dependía más ben de la organzacón tradconal del parentesco y la terrto raldad o de las asocacones de clase, según el nvel de concenca de la gente mplcada. a movlzacón de élte tendía a ser de orentacón relatvamente más legalsta y consttuconalsta; la movlzacón de los grupos y clases ub alternos relatvamente más volenta. a primera era por regla general, más cautelosa y controlada, la segunda más espontánea. a movlzacón popular en el perodo colonal halló su más ampla realzacón en los levantamentos campesnos. Sn embargo, tambén en las áreas urbanas, en muchas nstancas hstórcas en las que partcparon masas de trabajadores y membros de la p eequeña queña burguesía, la fgura de la movlzacón dervaba drectamente del paradgma de la nsurreccón campesna.

 N   : Aquí este volumen volumen se a co nseao el término término subalterno s ubalterno en la meia en que Aquí y en otras otras partes partes e este opone en singular al termino élite

  

RANAJIT G u H A

10. n conjunto, la ideologa operativa en esta esfera de influencia refle  jaba la diversidad de su composición social, con predominio de la perspectiva de sus elementos dirgentes sobre la de los demás, en cualquier época y en cualquier evento en particular. Sin embargo, a pesar de tal diversidad uno de sus invariables de era lala subalternidad noción de resistencia la dominación de élite. storasgos es consecuencia común a atodos los integrantes de esta esfera, lo que la distingue ntidamente, como tal, de la poltica de élite. ste elemento ideológico no era, por supuesto, uniforme en calidad o densi dad en todas las instancias. n el mejor de los casos aumentaba la especici dad, focalización y tensión de la acción poltica subalterna Sin embargo, hubo ocasiones en que su énfasis en intereses sectoriales desequilibró los movi mientos populares, de modo tal que surgieron desviaciones economicistas y rupturas sectarias, socavando por lo general las alianzas horizontales. 11. Aún otro conjunto de rasgos distintivos de esta poltica derivaba de las condiciones de explotación a las que estaban sujetas, en grado varable, las clases subalternas, as como de su relación con el trabajo productivo de la mayora de sus protagonistas, es decir, a trabajadores y campesinos, y con el trabajo manual e intelectual de los pobres urbanos no industriales y de los estratos bajos de la pequeña burguesa, respectivamente. a experiencia de la explotación y del trabajo dotó a esta poltica de muchos idiomas, normas y valores peculiares, que la situaron en una categora apae de la poltica de élite. 12. Por supuesto, éstos y otros rasgos distintivos de la poltica del pueblo (la lista no es de modo alguno exhaustiva) no siempre aparecan en el estado puro al que se alude en los tres últimos párrafos. l impacto de las contradic ciones existentes los modifcaba en el curso de su actualización en la historia Sin embargo, aún con todas las modificaciones, estos rasgos contribuyen a demarcar la esfera de la poltica del subalterno respecto a la de la poltica de élite. élit e. a coexistencia coexistencia de esta estass dos esferas esferas o veientes veientes que puede ser percib percibida ida intuitivamente, pero también comprobada mediante demostración, era el el so de l burguesí indi en ndice de una verdad histórica importante: su ineno de hblr nombre de l nón Hubo vastas áreas de la vida y la

conciencia del pueblo que nunca fueron integradas a su hegemona.  dioo m esruurl que surgió de ello es un dato de la historia del perodo colo nial de la India que nadie que se interese por su interpretación puede ignorar sin caer en un error. 36  

SOE IOIOGAA COONIA DE  NDIA

13  al dicotoma no signicó, sin embargo, qe estos dos dominios estan herméticamente cerrados el no para el otro, ni qe no hbiera contacier an to algno entre ellos Por e contrario, haba n alto grado de sperposición qe srga, precisamente, del esferzo realizado de vez en cando por los elementos más avanzados de esferzo la élite indgena, especialmente la brgesa, por integrarlos Cando tal estvo vinclado a lchas libradas onsistentemente y provistas de objetivos antiimperialistas más o menos claros, prodjo resltados espléndidos Pero en otras ocasiones, cando se vinló a movimientos qe no tenan objetivos antiimperialistas totalmente rmes, o qe los haban perdido en el crso de s desarrollo desviándolos hacia compromisos legalistas, constitcionalistas  otros con el gobierno coal, prodjo retiradas espectaclares y graves reversiones bajo la forma lonial, loni de lchas sectarias En calqier caso, el trenzado de las dos vertientes, la poltica de élite y la del sbalterno, condjo invariablemente a sitaciones explosivas qe indican qe las masas convocadas para lchar por los objetivos de la élite, se las arreglaban para escapar a s control y estampar el sello aracterstico de la polica poplar en las campañas iniciadas por las clases altas 14 Sin embargo, las iniciativas originadas en la esfera de inflencia de la poltica del sbalterno no feron por s parte lo sfcientemente poderosas como para implsar al movimiento nacionalista a convertirse en na lcha de liberación nacional hecha y derecha a clase trabajadora no estaba aún sfientemente en canto como a las condiciones objetivas s ser socialali-y s oncienciamadra de claseparas, tampoco estaba todavade rmemente dada al campesinado Como resltado, no poda hacer nada para asmir la direción y completar la misión qe la brgesa no haba logrado realizar El desenlace de todo ello fe qe los nmerosos levantamientos campesinos del perodo, algnos de ellos de alcance masivo y ricos en conciencia anticolonialista, esperaron en vano por n liderazgo qe los alzara por encima del localismo y los generalizara en na campaña antiimperialista a escala nacional Eventalmente, gran pae de la lcha sectorial de trabajadores, campesinos y pe-

qeña brgesa rbana seporentrampó economicismo o, en casodemasiado de estar p olitizada, olitizada, permaneció, falta de enn elliderazgo revolcionario, fr ag agmentada como para tomar efectivamente la forma de algo parecido a n movimiento de liberación nacional 15 a problemática central de la historiograa de la India colonial es p re  re cis  tuirse cis amente, amente, el estdio de este caso históico de la naón para consti tuirs 37

 

RANAJI GUHA

Ese fracaso se debe a la incapacidad de la burguesa, an como de la clase rabajadora, por conducirla a una vicoria decisiva sobre el colonialis mo y a una revolución democráicoburguesa, sea del tipo decimonónico clá como tal.

sico bajo hegemona de la yburguesa, un ipo más moderno la hegemona de rabajadores campesinos,seaesdedecir, una democracia de bajo «nuevo ipo». No exise una manera deerminada de invesigar esa problemáica. «Con que broen muchas flores, no importa la mala hierba». Pensamos, real mene, men e, que en la prácica de la hisoriograf a, aún los l os eliisas ienen algo que enseñarnos, as sea por medio de ejemplos negaivos. Pero ambién estamos convencidos de que la hisoriografa eliisa debe ser resuelamene combai da mediane un discurso alternaivo basado tanto en el rechazo al monismo espurio y ahistórico caracesico de su visión del nacionalismo indio, como en el reconocimieno coexisencia policos, el de la éliedey ela del subalerno.e interacción enre ambos dominios 16. Estamos seguros de no esar solos en esta preocupación por el esado acual de la hisoriografa poltica de la India colonial, ni ampoco en la bús queda de alernativas. El elitismo de a hisoriografa india moderna es un hecho opresivo que ofende a muchos esudianes, profesores y escriores, ano como a nosoros mismos. Puede que no odos suscriban lo que hemos señalado sobre el ema, de la misma manera en que lo hicimos. Sin embargo, no cabe duda que muchos oros punos de vista y prácicas historiográficas podrán converger y aproximarse a nuesra posición. El propósito de hacer conocer nuesra perspeciva es el de promover al convergencia. No preende mos sino poner a prueba e indicar una orientación, esperando demosrar en la prácica, que eso es fcible. Esperamos aprender mucho de cualquier debae que pueda surgir, no sólo de la coincidencia con aquellos que piensan como nosoros, sino también de la crica de los que no lo hacen.

Una noa sobre el uso dado a los érmnos «éle», «pueblo», «subaler no», ec.

En esa presenación, se ha uilizado el érmino «élie» con el signifcado de grupos dominanes, anos exranjeros como indgenas. Los grupos domi nantes tnjeros incluan a odas las personas de origen no indio, es decir, principalmene funcionarios briánicos del esado colonial, ano como in • N. de T.: En inglés: Lt a hudrd hudrd ow blossom blossom ad w do do  ·t mid mi d    tth h wds, wds, refrán popularizado

po r  M a o   T s e   T u n g .  

38  

ORE SOROGRAA COLONAL DE  NDA

riales, comerciantes, financistas, eños e plantaciones, terratenie ntes  s t riales, y misioneros extranjeros. domts dígs incluían a clases e intereses que operaan Los en  grupos os niveles. E l l d l Idi  su couto se encontraa a los ayores magnates feuales, a los representantes más importantes e la burgesía inustrial y mercantil y a los nativos reclutaos para los niveles más altos e la burocracia. n los ils giol y locl estaan representaos por aquellas clases y otros elementos que eran y s miembros e los grupos a nivel e la Inia en s conjunto incluios en la categoría anterior, ya sea aquellos que, aún peenecieno a estratos sociales jerárquicamente infeores, ctub  prtir d los itss d dchos grupos y o corm  los trss rddrmt cospodts  su propo sr socil.

omaa en su conjunto y en términos astractos, esta última categoría e la élite era htgé en su composición y, gracias al carácter esigual e los esarrollos económico y social a nivel regional,  distt  cd ár. La clase o elemento ominante en un área, a pair e la efnición que se io anteriormente, poía estar entre los ominaos en otra. sto poía crear mucas ambigüeaes ambigüe aes y contraicciones contraicciones y e heco heco las las creó en actitues actitues y alianzas, especialmente entre los estratos más ajos e la aristocracia rural, los terratenientes empobrecios, los campesinos ricos y meios. Los cuales pertenecían dlmt hbldo a la categoría e «pueblo» o e «clases subalternas», tal como se la efne a continuación. s tarea e la investigación explorar, ientifcar y meir la naturaleza especifica y el grao e dsció e estos elementos respecto al ieal, así como situarlos históricamente.

Los términos «puelo» y «clases sualternas» an sio tilizaos como sinónimos a lo largo e esta nota. Los grupos y elementos sociales inclios en esta categoría representan l drci dmogác t l poblció di y todos qullos hmos dscto comobaja, «élit. e estas clases ytotl grupos, como ser laqu aristocracia rural más los Algnas acenaos emporecios, los campesinos ricos y los campesinos meios, qe fgurarían «natural mente» como parte el «puelo» o e los «salternos», poían, ajo ciertas circunstancias, actuar para la «élite», como se la enió anteriormente, y ser as clasificaos a partir e ésta en algunas sitaciones locales y regionales, a igüea que le toca aclarar al istoriaor con base en una lectra etallaa y sensata e la eviencia. 39

 

La osa de Cona-Insgencia*  Ranajit Guha

 n cualquier tiempo o ugar bajo el , cuando un campesino se eE vantaba en rebelión, o hacía necesaria y explcitamente en violación e una serie de códigos que defnan su misma existencia como miembro de esa sociedad colonial y aún en gran medida, semifeudal Porque su subal ternidad era materializada por a estructura de a propiedad, institucionalizada

por a ey, santicada por a religión religión y hecha tolerable tolerable y hasta deseable deseable por la tradición; rebelarse era en verdad, destruir muchos de os signos familiares que haba aprendido a eer y manipular para extraer un signifcado del duro undo a su alrededor y convivir con él Bajo estas condiciones, el riesgo de «oner as cosas al revés» era cieamente tan grande, que difcilmente podra incorporarse a tal proyecto en un estado de distracción No hay nada en as fuentes primarias de a evidencia histórica como para sugerir en textos algodescuidados distinto Ellas e impresionistas desmienten elsobre mito,eldetallado tema, decon quetanta as sublevacio frecuencia nes campesinas habran sido asuntos exclusivamente espontáneos y sin pre • N.E.: Traducción de Raquel Gutiérrez y Alison Spedding, corregida por Silvia Rivera, del artculo: «The Po se of Counter-Insurgency», En: Suba Subalte lte  Studies  Wti Wtings ngs on South Sout h Asian Histo and Soe. Ranajit   ha editor. Delhi: Oxford University Press 1995 (1983) pp. 1-42.   Agradezc Agradezcoo los comentaos de mi miss colegas del equipo editor editorial ial sob sobre re un borrador inicial inic ial de est estee ensayo. •• NE.: Peodo colonial de la soberanía británica. 41

 

JIT UH A RANAJIT RANA

meditación. a verdad es totamente opuesta. Sería difíci citar un evantamiento escaa ago signicativa no hayacuando sido, desehecho, ya sea por de tipos de moviización menosque miitantes probóprecedido otros métodos sin resutados, o por debates entre sus dirigentes para sopesar con seriedad os factores en pro y en contra de cuaquier recurso a as armas. En acontecimientos tan diferentes entre sí en contexto, carácter y composición como omo e e  dhing [N.E.: evantamiento] de Rangpuren contra de Debi Sinha (1783, e  bidha [N.E.: otro término oca para evantamiento o rebeión] de Barasat encabezado por Titu Mir (1831, e  hoor Santa (1935 y e «motn azu» de 1860, os protagonistas habían intentado peticiones, comisiones u otras formas2 de súpica antes de proceder reamente a decarar a guerra a sus opresores . Una vez más, as revuetas de os Ko (1832, os Santa y os Munda (1 8991900 899 1900  , tanto como e dhing de Rangpur y as jacqueries··· en os distritos de Aahabad y Ghazipur durante a Rebeión de os Cipayos de 1857 8     (para nombrar só só o dos instancias instancias entre muchas ddee una serie notab e e), ), todas habían sido inauguradas por consutas panicadas y en agunos casos

* N.E.: seLevantamientos y disturbios. Términocampesinas utilizado para describir las los insurrecciones de 1855. autor refere a una serie de rebeliones que varían desde alzamientosSantal «tribales» y losEl levantamientos hindúes de castas no registradas, muchas veces milenarstas, como aquellos de los Kols, Santals y Mundas, hasta los movmientos de los campesinos musulmanes en Bengala (como la revuelta de 8311 sost 83 sostenida enida por TTitu itu Mir), en contra de los tterr erratenient atenientes es y como afirmación de una i dentidad cam pes pesin ina a musulmana musulma na para los campesinos, peque pequeños ños propieta propietarios rios y otro otross elementos ple plebeyo beyoss que e mergieron ddurante urante la Gran rebelión de los Cipayos en 18571858. 2. Los ejemplos son demasiado numerosos para citarlos. Para algunas de ellos, vease MDS. Pp. 467, 48-9, sobre el dhing de Rangpur, BC 54222; Metcalfe y Blunt a la Coe de Directores (10 de abril 1832), párrafs 4-5 sobre la sublevación de Barasat: WW, Hunter, nna of Rural Bengal ( 7 ª edición: Londres, 1897), pp 327-28 y JP, 4 de octubre, 1855; «The Thacoors Perwannah» para el hool Santal: C.E. Buckland (1901), Bengal under the Ueutennt-Goveos er tomo, Calcuta, p. 192, para el «motín azul». Nota: Para una lista de ls abrevaturas usadas en este capítulo, veáse al nal del aculo * * N .E .: Los Kols, Santal Santalss y Munda s eran llamadas tr tribu ibu s por la etnograa y llaa adm inistr ini stració aciónn colonia colonial,l, aunque el criterio para delimitar ígidamente las trbus de los campesinos, o los animistas (trbales) de las castas hindúes rurales no siempre era tan marcado. Los Santals era una de las más impoantes y extensas trbus» e agricultores y jornaleros empleadon en la construcción de vías férreas, en las plantaciones de

té  y  e n   las   c a r b o n e ra s . 

• • • NE: En fránces en el oginal. Designa a los levantamientos y rebeliones campesinas, en recuerdo del leva nta miento de Jacques Bon Homme contra la nobleza de la «Isla» de Francia de 1358. Su nombre es

s i n ó n i m o   d e   c a m pe s i n o   y  p u e b l o .

• • • • N.E: E ntre 185758, la Rebelión de los Cipayos, soldados indios empleados en el ejército de la Comañí India, cubrió extensas paes del noe y centro de la India, con exclusión de Bengala 42

 

LA PROSA DE CONTRA-INSURGENCIA

 rolongadas, entre los representantes de las masas camesinas de lugar 3 • En verdad, casi no existe un eemplo del campesinado, ya sean los aldeanos cauos y aeg ados a la tierra de las llanuras o los suuestamente más volátiles aivasis· de las regiones de altura, que se hubiese metido o deado llevar i nconscientemente a la rebelión. Tenían demasiado que apostar y no se entreg a rían a ella sino como un modo deliberado, aunque desesperado, de salir de una condición insoportable de existencia. n otras palabras, la insurgencia ue una actividad llevada a cabo de manera motivada y consciente por parte de las masas rurales. Emero,sobre estaelconciencia parece haber sesido de poca atención en la literatura tema. La historiograa ha obeto contentado con tratar al rebelde camesino como una persona meramente empírica o miembro de una clase, ero no como una entidad cuya voluntad y razón constituían la praxis llamada rebelión. En la mayoría de las narraciones, esta omisión está en verdad teñida de

metáoras que asimilan las sublevaciones campesinas con enómenos naturales: estallan como tormentas de truenos, se mueven como terremotos, se extienden como incendios de monte, se contagian como eidemias. En otras alabras, cuando el proverbial montón de tierra se da la vuelta, se trata de un asunto a ser explicado en términos de la histoa natural. Incluso cuando esta historiograa se ve obligada a producir una explicación en términos más hu manos, lo hará asumiendo una identidad entre naturaleza y cultura, que señala un estado supuesamente muy bao de civilización eemplicado en «esos estallidos periódicos de crimen y desorden a los cuales se entregan todas las tribus salvaes», como lo expresó el primer historiador de la rebelión Chua. Alternativamente, se buscará una explicación en la enumeración de sus causas actores como las privaciones económicas y políticas, por eemplo, que no se relacionan en absoluto con la conciencia del campesino o lo hacen de manera  Vese por ejempo MDS pp 579-80; Freedom Struggle in Uttar Pradesh, tomo 4 (Lucknow, 1959) pp 84 85, 549 Nombree dado a a pobación trib triba a que se sitúa debaj debajoo de sist sistema ema de castas castas Designa a miembros miembros de  N  E  Nombr ibus registradas o censadas («scheduled») en a Constitución Independiente de a India (1950) que di deecho deecho a estos grupos tradicionamente expotados a a protección estata, otorgndoes cuotas especiaes a aa a e ingreso a escueas y coegios, trabajos gubernamentaes y egisatura 4  P ice The Chuar Rebellion of of 1 799 799,, p CL La edició ediciónn de a obra obra utiizada en este este ensa ensayo yo es a pubicada n A  Mitra (ed) (1953) Distct Handboo: Midnapu Aipore Apéndice 4

43  

RAN uH A

neatva desencadenan desencanstntva denan la yrebelón rebel una espece ref reflejo lejo es decr como una que respuesta cas ónsincomo racocino frente de a sufrmentos físcos de uno u otro tpo (pej hambre tortura trabajos frzados etc) o como una reaccón pasva ante aluna ncatva del enemo al que se subordnan En ambos casos se consdera a la nsurenca como teor a la concenca del campesno y se coloca l Causa como sustituto fantasma de la Razón, que se supone es la lóica de dicha concencia  ¿ Cómo adquiró la hstor hstorogra ografía fía esta ceuera ce uera especfca sn s n encontrar nunca un remedo? Para responder se podra empezar mrando de cerca sus elementos consttutvos y examnando esos cortes costuras y puntadas esas huellas

de remendo remendo que nos nos ndcan de qué materal materal están hechos y la manera manera en en que se los absorbe en la tela de la escritura El corpus de escrtos hstórcos sobre la nsurgenca campesina en la India colonal está consttudo por tres tpos de discurso Estos pueden ser descry teiao, pmaio secundario tos según el de orden quedos hanporaparecdo en elcomo tempo y su lacón Cada uno se dferenca los en otros el nivel de su dentfcacón formal y/o admtida (versus real y/o tácta) con un punto de vsta ofcal por el rado de dstancia con respecto al evento al que se refere y por la proporcón entre los componentes dstributvos e integratvos en su narratva Para empezar con el dscurso primario éste es casi sin excepcón de carácter ocial en el sentdo amplo del térmno Es decr se orgnaba no sólo entre burócratas mlitares aentes y otros empleados directamente por el oberno sno tambén entre aquellos del sector noofcal que se relacionaban de manera smbótica con el Ra, como ser los dueños de plantaciones msoneros comerciantes técncos y otros entre los blancos y terratenientes prestamstas etc entre los natvos Tambén era ocal en tanto que se dr a en prmer término a usos admnstratvos ya sea para nformar al obierno para que éste tome accones o para determinar sus poltcas Incluso cuando ncorporaba declaracones procedentes de «la otra parte» la de los nsurentes o sus aliados como muchas veces fue el caso de menciones directas o ndrectas contendas en el cuerpo de la correspondencia ofcal o de manera an más caracterstca como «anexos» a ésta lo haca sólo como pae de un 44

 

A POA DE ONTA-INUGNIA

mento to giado por intereses administrativos En otras palabras, sea cal ar g men re s  forma especica y en verdad las había en varedad asombrosa, des e re de la caa introdctoria, el telegrama, el despacho y el comnicado, hasta el resmen, resme n, infr inf rme me,, ji j icio cio y edicto final final tanto s  prodcció prodcciónn como como s circla ción eran necesariamente contingentes de las razones de Estado Un aspecto adicional qe distinge a esta clase de discrso es s natrale za inmediata Ella srgía de dos condiciones la primera, qe las declaraci ones de este tipo se escribían en forma concrrente o poco tiempo despés del acontecimiento, la segnda, eran redactadas por como los propios partícipes implicados Para yestos nes, nqe«partícipe» se defne n contemporá neo involcrado indirectamente en el acontecimiento en calidad de actor, o

bien indirectamente como observador Por spesto, esto excliría a aqel género de escritra retrospectiva, como es el caso de algnas memorias, don de el intealo entre el acontecimiento y el recerdo es considerable; pero nos dejaría aún con na docmentación enorme «fentes primarias», como se las conoce con oce en el ocio q e le habla al hhisto istoiiad ador or con na especie de voz voz ances tral, haciéndolo sentir más próximo a s tema os dos ejemplos qe se transcriben a continación son bastantes repre sentativos del discrso primaio El prmero se relaciona con la sblevación de Barasat en 1831 y el segndo con la rebelión de los Santals en 1855

4  

TEXTO 1 5

Al: ViceEecán General el Ejército. Señor: Habieno recibio el Gobierno información feigna e que un cuerpo e Insurgentes Fan Fanáticos áticos está cometieno actualmente las atrocidades más atredas  desenfrenadas contra los Pobladores el Pas en las cercanas e Tippy en la Jurisicción e Barasat y e que han esafiao y rechazao la última fuerza que la Autoa Civil el lugar puiera reunir para apresarles, he sio encar-

gao por el Honorable Vice Presiente en Consejo e peir que U., comunique sin retraso al Oficial General Comanante e la División Presiencial las órenes el Gobierno para que un Batallón Completo e Infantea Nativa ese Barackpore y os Seis Libras* que serán munios para su cumplimiento (sic) necesaro e Golunaze ese Dum Dum, toos bajo el Mano e un Ofcial e Campaña con juicio y ecisión, sean irigios inmeiatamente a proceer y encontrarse en Baraset one serán encontraos por 1 Havilar y 12 Solaos el Tercer Regimiento e Caballera Ligera que actualmente frman la escolta el Honorable Vice Presiente. °

camento 2 . El Magistrao y le proporcionará se encontrarálaeninformación Baraset connecesaria el Ofcial para Encargao su conucción, el Destareferente a la ubicación e los Insurgentes; pero sin tener autoria alguna para interferir con las operaciones Militares que el Ofcial Encargao e los Destacamentos puea consierar oportunas, con el fin e errotar o capturar o, en caso caso e  e resistencia, estruir a los que perseveran en desaar la autoridad del Estado  turb turbar ar la tranq tranquu ilidad ilidad pública. pú blica. 3 °  Se hhaa arribao a la conclusión conclusión e  e que el sericio no será e naturaleza tan prolongaa como para requerir un abastecimiento e municiones mayor al que se puea llevar en Bolsa y en os Carretones para los Cañones, y que no ocurrirá veerá la ninguna ayua queifculta fuere necesar necreferente esara a.. al transporte. En caso contraro se pro4 ° . El Magistrao será instruio para brinar toa to a la ayua re refer ferent entee al abastecimiento y otras cosas requeras para la Tropa. Yo soy etc. Sala e Consejo 10 e noviembre 1831 (Firma) Cnl.Wm. Casement. Sec. Gob. Dep.Mil. 5 BC 54222 JC 22 de noviembre 1831 «Etrat from the Proeedings of the Honourable the Vie Preside Pres ident nt in Counil in the Milita Depa Depament ment Under da date te the th e 10 10th th Nove November mber 1831» 1831» Énfa Énfasis sis adii adiional onal • N de T En inglés «Two si-Pounders», añones que lanan balas de seis libras de peso 46

 

 PO E CON-I CON-INUGENC NUGENCI I

  6 D: W.C.Taylor, caballro. A: F.S. Mudg, caballro Fchado, 7 d julio d 1855 Mi qudo Mudg:

Hay una runión grand d Santals 4 ó 5.000 hombrs n un lugar a unas 8 millas d aquí y ntindo qu todos stán bin armados con Arcos y Flchas. Tulwa, Lanz loss alrede Lanzas as tc, y s su intención asaltar a todos los Europeos de lo

dores y saquea dores saquearr sus biene bieness y ases asesinarlo inarlos s La causa de todo esto es que supuesta supuesta mente me nte un unoo de sus Dioses se ha Enca Encaado ado y ha hech hechoo su aparició apariciónn en algún lugar cerca de de aaqu quíí y qu quee es su intenci intención ón go gobe bear ar ccom omoo Rey sobre toda esta parte de la India y ha ordenado a los Santas reun reunir ir y dar muee a todos los Europeos y Nativos inuyentes de los alrededores Como este es el punto más cercano a la Reunión supongo que será el pmero en ser asaltado y pinso qu sa mjor

para ti mandar aviso a las autordads n Brhampor y pdir ayuda militar agrradabl adable, e, y n la mdida dado qu sr asesinado no es una pepeciva ag mdida n qu qu 

pud avriguar, Srcond Tuyo, st tc. s un asunto bastante seo 7 d julio,1855 (Firmado) W.C.Taylor.

Nada poda se más inmediato que estos textos. Escitos tan ponto como os acontecimientos fueon identiicados como ebelión po quienes tenan ás azón paa temelos y se encuentan ente los pimeos egistos que poseemos sobe dichos sucesos en las colecciones de la Biblioteca del Indi Ofce* y en los Achivos del Estado de Bengala Occidental. Como emuesta la evidencia sobe el bdroh [levantamiento] de 1831 7 , no fue sino hasta el 10 de noviembe que las autodades de Calcuta llegaon a econoce la citada  olencia en la egión de Baasat como lo que ea: una insuección a todo da encabezada po Titu Mi y sus hombes. La cata del Coonel Casement identi ca paa nosoto el momento peciso cuando el Titu un hasta entonces des conocido digente del campesinado local ompe lanzas conta el Raj y se la lio 1 8 5 5 . julio fechado  el 11 de ju urshidabadd fechado  � J P 19 de julio 1 855. dju Magi strado de M urshidaba caa  del Magis djuto a caa

E n fas is  a d i c i o n a l . 

 N. de T. T.  epaa epaameto meto del del gobiero gobier o btái bt áico co que se ocupaba ocupaba de sus sus tertoos e e  la Idia I dia   sí BC 54 JC, 3 de abril 183: lexader a Barell (8 de oviembre de 1831) 47

 

RAN RA N GUH GU H A

ra as el camino acia la istoria La feca del siguiente documento celebra tamién un inicio: el del hool Santal Fue ese mismo da el 7 de julio de 1855 que el asesinato del dg efe de Polica] Manes después de que un encuentro entre su tropa y los campesinos reunidos en Bagnadii iciera esta-

llar la sulevación El estallido debió ser lo bastante ruidoso como para ser registrado con un susto evidente en esa nota garabateada en Sreecond por un empleado europeo del Ferrocarrl de la India Oriental en enecio de su colesrk' Una vez más estas son palaras que indican tan directamente ga y del como sea posible el impacto de una rebelión campesina contra sus enemigos durante las primeras y sangrientas oras 111

Nada de esa calidad instantánea se filtra asta el nivel siguiente el del discurso secundario Este se nutre del discurso pmario como méel", pero a la vez lo transforma Para contrastar los dos tipos de discurso se podra equiparar al primero con una suete de istoriograa en estado crudo y primordial o con un embrión aún no articulado como organismo con miembros denidos y al segundo con el producto procesado no importa cuán crudo sea el procesamiento es decir un discurso debidamente constituido aunque infantil Esta diferencia se da obviamente en función del tiempo En la cronologa de este corpus paicular el texto secundario sigue al prmario a cierta distancia y are una perspectiva para convertir el acontecimiento en istoria no sólo en a percepción de ajenos sino también en la de los propios paicipantes As fue que Mark Tornill Magistrado el verano jquer de 1857 cuando estallara el motn de los Guardias de delMatura Tesoro en provocando  jqueries ies en todo el distrito reconsi reconsideraa deraa la cualidad alt alterada erada de su propia narrativa en la que él mismo gura como protagonista En la introducción a sus conocidas memorias Ls enus y experiens peonles de un mgisrdo durne el surgimieno pgreso y represión del Mon Indio [The Personl Adenures And Expeenes Of A Mgisre During The Rise Progress And Supressión Of The Indi Muiny] (Londres 1884) escritas veintisiete años después del acon-

tecimiento anotó:

• NE: Jefe, Superor, Autordad •• NE: En francés en el orgnal Mateal, matera pma

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 PRSA DE CNRA-NSRGENCA  

Después de la represión al Motín Indio, empecé a escribir un relato de mis aventuras avent uras . . . [pero] [pe ro] cuando cuando terminé terminé mi narración, el interés del público púb lico por el

tema había desaparecido. Luego pasaron los años, y surgió otro tipo de interés. Los acontecimientos de esa época se han conveido en historia y mi relato rel ato puede resultar resultar una contribución a esa historia hi storia . . . es así que he decidido publicar esta narración.

Despojado de contemporaneidad, el discurso como eemento del pasado y clasifcado como histoa. es Esteentonces cambio, rescatado a la vez formal y categorial, lo ubica en la intersección precisa entre el colonialismo y la istoriograa, otorgándole un doble carácter a patir de su vnculo simultáneo con un sistema de poder y con la forma de su representación. La autora es de por s un testimonio de esta intersección, y Thornhill está ejos de ser el único funcionario convertido en historiador. En verdad, era uno entre muchos funcionarios, civiles y militares, que escribieron en retrospecti va sobre los disturbios populares en la India rural bajo el Rj. Tomadas en conjunto, estas narraciones se dividen en dos categoras. En primer lugar, estaban aquellas basadas en la expeencia propia de los escritores como par ticipes. Bajo la forma de memoas de uno u otro tipo, fueron escritas, ya sea con un considerable retraso en relación a los acontecimientos narrados o bien simultáneamente; pero a dierencia del discurso primario, en este caso esta ban dirigidas a la lectura pública. Este hecho marca una impotante diferen cia, pues muestra cómo la mente colonialista lograba serir a la vez a Clo y a a contrainsurgencia, de modo que la supuesta neutralidad de la primera, difícilmente dejara de afectar el apasionamiento de la segunda. Sobre este tema retornaremos más adelante. Los dos tipos de reminiscencias abundan en a literatura sobre el Motn, que se centró en la violencia del campesinado (especialmente en las Provincias noroccidentales y centrales de la India) no en menor grado que en la de los propios pyos. Relatos como el que escribió hornhill mucho tiempo después del acontecimiento, eran equiparables a otros, asi contemporáneos, como el Seo y enu on Khkee Resllh [See n Ae nure nure wh Khkee Resllh], o L Cblle Volun de Meeru dune los Mones de 185758 [Meeru Voluneer Horse urng he Munes of  857  58 ] de Dunlop (Londres 1858), o Aenurs peonles durne l rebell ón ón n n  en Rohlund Fuehghur y Oudh [Peonl denures urng he Indn e bb el  e  l ón ón n Rohlun Fuehghur nd Oudh] de Edwards (Londres, 1858), para

 encionar sólo algunas de entre una multitud de publicaciones destin adas a destinadas satisfacer a un público ávido de relatos de horror y gloria. 49

 

RANAIT  UH A

El otro tipo de prosa que califcara como discurso secundario es también ora de funcionarios. De igual modo, ellos se dirgían a un público predominantemente noocial, pero no tocaban temas que estuvieron en directa relación con su propia experiencia. Sus trabajos incluyen algunos de los relatos más ampliamente consultados y apreciados sobre sublevaciones campesinas, escritos ya sea bajo la forma de monografías sobre ciertos acontecimientos la de Jamini Mohan Ghosh sobre los disturbios SannyasiyFaqir y la de la J.D Price sobre la Rebelión Chuar son ejemplos, o bien en forma de relatos que hacían parte de obras más extensas, como la historia de W.W.Hunter sobre el hool de los Santals, incluida en sus Anales de Bengala Rul [e Anna of Rul Bengal]. Aparte de ellos, algunos de los funcionarios más brillantes del Seicio Civil realizaron notables contribuciones a los capítulos históricos de las Gacetas de Distrito D D  Gaz Gaze eee ee  * . Tomados en conjunto, estos textos constituyen un sustancial corpus de escritura, que goza de gran autoridad entre los estudiosos del tema, y casi no existe historiografía alguna en el siguiente nivel de discurso, es decir el terciario, que no se apoye en él como fundamento. El prestigio de este género se debe en gran medida al aura de imparcialidad que lo rodea. Al mantener su narrativa decididamente fuera del ámbito de la experiencia personal, estos autores han logrado, así sea sólo por implicación, otorgarle una semblanza de verdad. Como funcionaos, sin duda fueron portadores de la voluntad del Estado. Pero dado que escribieron sobre un pasado en el que ellos mismos no fguraban como funcionarios, sus declaraciones eran tenidas porenmássusauténticas y menos sesgadas las de los otros, cuyos relatos, basados propios recuerdos, estaban que necesariamente contaminados por su intervención en los disturbios rurales en calidad de agentes del Raj En contraposición a éstos, se cree que aquellos se acercan «desde afuera» a los acontecimientos narrados. Como obseadores cínicamente apaados del sitio y del asunto bajo diagnóstico, se supone que han encontrado para su discurso un nicho en ese reino de la neutralidad peecta el reino de la Histoa sobe el cual presiden el pasado simple (Aos)** y la tercera persona. * N de  Manuales para admnstradores escrtos por los funconaros profsonales del Servco Cvl la

a d m i n i s t r a c i ó n   bri t á n i  a .  

* N de TT  Vene del grego aors aorstos tos ndet ndeterm ermnado. nado. Es el pretér pretérto to ndef ndefndo ndo de la con conugac ugacón ón grega gr ega;; una forma verbal fleona que típcamente denota smple ocurrenca de una accón sn referenca a su complettud duracón o repetcón

50

 

A ROSA D CONRA-INSRGNCIA IV

¿Hasta qué punto es válida esta aseveración de neutralidad? Para resonder a esta pregunta debemos advertir que el mero hecho de originarse en es comprometidos con el colonialismo no nos permite tomar ningún sesautor es go como dado. Presuponer que este sesgo es evidente por sí mismo sería negar a así la historiografía de reconocer susclarificará propias aporías derrotar la finalidad delasuposibilidad ejercicio concreto. Como se más ade-y ante, precisamente por negarse a pbar lo que se presenta como obvio, es que los historiadores de la insurgencia campesina quedan atrapados en lo obvio. La crítica, entonces, tiene que empezar no por nombrar el sesgo sino por examinar los componentes del discurso, vehículo de toda ideología, e identificar la forma cómo podrían haberse combinado para describir cualquier fgura paicular del pasado. stos componentes, en ambos tipos de discurso y sus variedades comentadas hasta el momento, son los que llamaremos «segmentos». stán comuestos de la misma materia lingüística, es decir, de series de palabras de extensión variable y, según la función que desempeñan en el texto, se pueden dividir en dos tipos: los segmentos «indicativos» y los «interpretativos». Una rimera diferenciación general en un texto dado podría asignarles, respecti vamente, el papel de informar y el de explicar. No obstante, esto no implica su mutua segregación. Por el contrario, muchas veces se los encuentra imbcados uno en el otro, no sólo de hecho sino por necesidad. n los 1 y 2indicativos puede observarse n ambos, los Textos segmentos fguran cómo en tipofunciona normal tal de imbricación. letra, en tanto que los interpretativos han sido puestos en cursiva. n cualquiera de estas cartas, los segmentos se interpenetran y sustentan mutuamente, sin seguir un modelo ni pautas especifcas, para otorgar signicado a los documentos; aun que al hacerlo, coneren a algunos de los hilos una ambigüedad que inevitablemente se pierde en esta forma especíca de representación tipográfca. Sin embargo, incluso en este esquema, surge el bosquejo de una división de funciones entre dos clases de segmentos: la aseveración indicativa exone (es decir, infrma las acciones reales ylasanticipadas de ellosfnrebeldes y sus enemigos, y la sobre) aseveración interpretativa comenta con de comprener (es decir, explicar) su signifcado. La diferencia entre ambas corresponde a lo que ocurre entre los dos comonentes básicos de cualquier discurso histórco que, siguendo la terminolo

51

 

RA RANNT GU HA

ga de Roland Barhes, llamaremos  funones e ndies ª Las primeras son segmenos que componen la secuencia lineal de una narraiva. Son contiguos, pues operan en una relación de solidadad al implicarse muuamene y sumarse en series cada vez más largas que se unen para producir un enunciado agregaivo. Ese úlimo puede ser visto, enonces, como una suma de microsecuencias, a cada una de las cuales, sean o no impoanes, debera ser posi ble asignarle nombres a ravés de una operación mealingüstica, utilizando érminos que puedan o no perenecer al exto bajo consideración. Es as que las funciones de un cueno folklórico han sido llamadas por Bremond, si guiendo a Propp; ude rión luh onro etc. Y las de una trialidad como el ofrecimieno de un cigarrillo en un cueno de James Bond, han sido clasicadas por Barhes en oe ep enender  Jumr A pair de ese procedimieno, se poda quizás tener una paua para defnir una exposición hisórica como discurso con un nombre, en el cual se subsume un número dado de secuencias nombradas. Debera ser posible, entonces, hablar de una narraiva hipotéica llamada «la insurrección de Titu Mir» compuesta de un numero de secuencias, que incluyen al To 1 . Pongamos nombre a este documento y llamémoslo, por ejemplo, As del Consejo de Clu (Alternativas como Esllido de len o Ejéro Moili zdo también servian y seran susceptibles de ser analizadas en términos similares, aunque no idénticos, a los que siguen) En nuestro texto, el mensaje As del Consejo de Clu (C) puede ser ledo, en érminos generales, como lrm(a)enedos inerenión una de dosse secuencias cada combinación una de las cuales puede a su llamadas vez descomponer segmentos:(b), la primera se descomponda en insuón esll (a) e nón rebid (a"},  y l a segunda e n decisión de movilizar a l ejéro (b) y orden impartida (b"). A su vez, cada componene de cada par poda ser representado por una nueva serie vinculada; as (a") se descompone en roddes omeds (a  y des o  l uoridd ( a2 ) en tanto que (b") se descompone en infner  ser desplzd (b, poyo de l riller (b) y oopeón del mgisdo (b En oras palabras, la narraiva de este documeno puede ser recapiulada en res

equivalencias, de al suere que: 8. Mi deuda con Roland Barthes en muchos de los términos y procedimientos analíticos usados en este

arculo debería ser demasiado obvia para todos los familiarizados con su tructural Analisis of Narratives» Y «The Struggle with the Angel», en Barthes (1977) Image-MusicT, Glasgow pp. 79141, e «Historical Discourse», en M. Lane (1970) (ed) Structuralism a Reade Londres, pp 145-55, como para requerir referencias detalladas, además de aquellas que se hagan explcitas 52

 

 PROS E CONR-NSRGENC

C = (a+b)  = (a (a +a") + (b (b +b") b")            = (a 1 +a2 ) + a" + b+ b+ (b 1 +b2 +b  Debe uedar claro, a pair de esta disposición, ue no todos los elemen tos del paso  pueden ser expresados en microsecuencias del mismo nivel o ende, en el paso  nos ueda una concatenación de segmentos extraídos e distintos niveles, ue se imbrican mutuamente para constituir una estruc tua de coe burdo y desigual En la medida en ue las unidades funcionales el nivel ms bajo son las ue u e una narrativa tiene como sus rlt sintagmticos, su curso nunca ser regular El iato entre segmentos unidos de este modo desigual est necesariamente cargado de incertidumbre y de «momentos de iesgo», tivas de de las modo ue sólo tal ue una cada ser seguida microsecuencia en la próxima terminasecuencia por abrirpara rutascontinuar alterna con el relato «Du ont, futuro socio de Bond, le ofrece fuego con su encende do, pero Bond lo recaza; el signicado de esta bifurcación es ue Bond teme instintivamente un aparato con trampa explosiva»9 • Lo ue Bartes identica auí como «bifurcación» en la fcción, tiene sus paralelos también en el dis curso istórico La supuesta realización de atrocidades (a en el comunicado ofcial de 1831 elimina la creencia en la propagación pacífca de la nueva octrina de Titu, ue las autoridades ya conocían, pero ue asta entonces dso  l utodd ue alto se reere a los rebeldes como abiendo «desaado y re (a2   por abían pasado por considerarla irrelevante La expresión cazado la última fuerza ue la Autoridad Civil del lugar pudiera reunir para apresarles», tiene como su otro término no enunciado, los esfuerzos de Titu para persuadir al Gobierno, mediante solicitudes y comisiones, para ue atienda las reivindicaciones de sus correligionarios Y así, sucesivamente Cada una de estas unidades funcionales elementales implica así un nodo ue no se a ma terializado totalmente en un eco real, una especie de signo cero a través del cual la narrativa afrma su tensión Y la istoriograa nunca deja resultar fas

cinante, bre su propio precisamente pasado, porue est porsiendo su misma la representación naturaleza plagada verbal de del peligros, ombre so re

cinante, bre su propio precisamente pasado, porue est porsiendo su misma la representación naturaleza plagada verbal de del peligros, ombre so re pleta de la verosimilitud de este tipo de disyuntivas tan agudamente diferencia das En este sentido, el discurso istórico es el tllr ms antiguo del mundo . B ahes ImagMusic, p 10 53

 

RAN I GuH A

V

EL anáisis secuencia demuestra, entonces, que una narrativa es una concaenación de unidades funcionaes que no están aineadas tan estrechamente. Estas timas son disociativas su funcionamiento e aspecto anaítico de un discurso, más que en e sintético. Como taes,y enfatizan no son eas as que generan por sí mismas su signicado. Así como e sentido de una paabra (p.e. «hombre») no está representado en forma fraccionada por cada una de as etras (p.e. H,O,M,B,R,E) que constituyen su imagen gráfca, ni una frase (p.e. «érase una vez») está representada en sus paabras componentes tomadas por separado, así también os segmentos individuaes de un discurso no nos pue den informar por separado acerca de o que éste signifca. En cada instancia, e significado es producto de un proceso de integración que compementa a a articuación asecuencia. Como osudijo Benveniste,forma, en cuaquier a disociación que nos muestra constitución en tantoidioma que la«es integración nos muestra sus unidades signifcantes»  . o mismo puede decirse de enguaje de a historia. En su discurso, a operación integrativa es reaizada por e otro tipo de unidades narrativas básicas, es decir, os indces. Correato necesao e imprescindibe de as funo nes, se distinguen de eas en agunos aspectos importantes Los ndices, debido a  natraleza veical de ss relaciones, son nidades 1º

semánti semánticas signifcado, cas verdaderas: no a na «operación». a diferenciaLa de draticación e las «fnciones», « fnciones», de los ndices . . . se referen ocrre «más a n arriba». . . (es) na ratifcación ratifcación paradigmática Por el contra contrario, rio, la de las fn ciones está siempre «más allá»; allá »; es na n a ratifcación ratifcación sintagmát sintagmática ica Fnone e índice entonces, encbren otra distinción clásica: las fnciones involcran relata metonmicas, los ndices relata metafóricas; las primeras responden a na fncionalidad del hacer, los últimos a na fncionalidad del ser   •

a inteención vertica de índices en un discurso es posibe gracias a a

desorganización de su ineaidad por un proceso que corresponde a a distaxia en e comportamiento de muchos idiomas naturaes. Bay, que ha estudiado 10 Emile Benveniste (1966) Problms  linguistqu gnra/ (Pais), p 126 El oiginal, «la dissoiation nos live la onstittion onstittion fomelle fomelle lin lintég tégation ation nos live des nités signiants», ha sid sidoo veido al inglés de modo difeente y la vesión de la oba en este idioma me eslta menos satisftoia Problms in Gnr Gnral al Linguistics (Floida, 1971), p 107 11. Bar hes,  Imag e-Mu sic  sic-T -T ,  p  93  54

 

A ROSA DE CONRAINSRGENCIA

este fenómeno con gran detalle, encuentra que una de las diversas condicio n es de su ocurrencia en francés es «cuando partes del mismo signo están s eparadas», eparada s», tal ta l que la expres expresió iónn «elle a ppardon ardon né» [ ella ella ha perdona perdonado) do) , a l ser ertida en negativo, es trozada y recompuesta cono «elle ne nous a jama;s pardonné» né» (ella (ella no n os ha perdonad perdonadoo ja más 1 2 • De manera parecida, el plus pardon prfético simple bengalí «shé jabe» puede rescribirse mediante la inserción e un interrogativo o una serie de condicionales negativos entre las dos pala ras para producir, respectivamente, «shé k  jabé» y «shé na hoy na jabé». En una narrativa histórica es también el proceso de «distensión y expan sión» de su sintagma lo que ayuda a los elementos paradigmáticos a inil trarse reconstituir sus, qque segmentos enn una totalidad significa ti tiva. va. Esyasí, precis precisam amente ente, ue se llogra ograindividuales la coordina coordinació ción de los ejes mmet etoní oní micos  metafóricos en un enunciado y se actualiza la interacción necesaria de sus funciones e ínices. No obstante, estas unidades no se distrbuyen en pro porciones iguales en todos los textos, pues algunos tienen una incidencia mayor de un tipo más que de otro. Como resultado, un discurso podra ser predominantemente metonímico o metafórico, dependiendo de si un núme ro signiicativamente mayor de sus componentes es ratiicado de manera sintagmática o paradigmática 1 . Nuestro Tto I corresponde al primer tipo. 3

Puede verse el conjunto formidable aparentemente impenetrable sus relata metonímica, en el paso III dely análisis secuencial presentado deatras. Por in hallamos la perecta autentificación de la perspectiva del idiota so re la historia, como «una maldita cosa después de otra»: sublevacón -   ormacón  decsón - orden. No obstante, una mirada más cercana al texto os permite detectar las grietas por las que se ha deslizado el «comentario», penetrando la férrea armadura de los «hechos». Las frases en cursiva son

testimonio de esta intervención paradigmática y constituyen su medida. Son ndices, y como tales tales jueg an el papel de los adjeUvos o etetos, por oposi losrr verbos que, hablando términos homología • Aluna trabaja traba jarr íntim íntim aentre mente ora con cción ión ya na rrat ativa, iva, j uegan el papel deen ffun un ciones  4de estas últimas, convierten al comunicado en más que un mero registro de acontecimientos y ayudan a imprimirle un signiicado, una intrpretación,   Charles Ball (196) nguistiqu Général t ngustiqu ncas (Berne) p  144    Bahes (1967) Elmn of Smiology Londres p  .  Bahes ImagMusict p. 128

 

RANIT U HA

mediante la cual los protagonistas emergen de él no como campesinos sino como «Insurgenes», no como musulmanes sino como «fnáios»; su acción no es la resistencia a la tiranía de la élite rural sino «ls roiddes más reids y desennds on los Pobldores»; su proyecto no es una rebelión contra el Zmind* sino un «deso  l uoridd del Esdo», no es la búsqueda de un orden alternativo donde la paz del campo no sea violada por la anarquía oficialmente consentida del gamonalismo semifeudal sino la urbión de l rnquilidd públi. Si la inteención de índices «sustituye el signifcado por la copia directa de los acontecimientos relatados» en un texto tan cargado de metonimia como éste, se puede conar en que lo hará todavía en mayor medida en aque15

llos predomina lo metafórico. Esto puede en el Todiscursos 2, donde donde el elemento de comentao, que hemos puestoevidenciarse en la letra cursiva, prevalece ampliamente sobre el elemento de repoaje. Este úlimo puede ser representado a través de una concatenación de tres secuencias funcionales: reunión de Sn rmdos le  ls uoddes y pedido de yud mili r, y puede verse cómo la pimera se ha apaado de las demás mediante la inserción de un gran trozo de materal explicativo, y cómo las dos últimas resultan también envueltas y encerradas por el comentario. Este se inspira en el temor de que el poblado de Sreecond, al ser «el puno más erno  l reunión reunión.... .... pepe será el primero en ser sldo» «ser sesindo y, por supuesto, que miedo no es un grdble». Sin embargo, nótese que este se justifca políimene, es decir atibuyendo a los Santals una «inenón de sl .... sque  sque.... y dr muee  odos los Europeos y Nios inuyenes» para que

«uno de sus Dioses», en forma humana, pueda «gober omo Rey sobre od es pe de l Indi». a actitud de este documento no es entonces neutral

frente a los acontecimientos testimoniados; si se presentara como «prueba» ante el tribunal de la historia, apenas podría esperarse de él una testifcación imparcial. Por el contrario, es la voz del colonialismo comprometido, que ya ha posición entre perspectivadistinguiendo del autogobierno en DaminiKohtomado y la continuidad del Rjla británico, lo queSantal es supuestamente bueno para el bienestar de uno, como temible y catastrófco para el otro, o • N de T: Terratenentes generalmente de casta elevada a qenes estaba sjeta na  na poblacón poblac ón de peones de casta baja qe trabajaban y vvían en ss terrenos or extensón tambén la propedad o domno señoral 15 bd p  119

  

LA POSA DE CONTA-INSUENIA

ea como «un suno bsne seo». En ota paaba, o ndice en ete dicuo como como también también en e anteio anteio no intoducen intoducen a un código código paticu contituido de ta manea que paa código cada uno de u petada igno tenemo un un contamenaje, un oto Tomando una foma ntónimo, aa, de epeentación binaia que Mao Tetung hizo fmoa a ectua «¡Es e  ble!» paa cuaquie eemento en uno de eo debe apaece en e oto como « ¡ Esá b been !»  y vicevea. Paa peenta gáficamente ete choque de código, código, puede coocae o ndice en cuiva de o s 1 y 2 en una matiz ama da «TERRIBLE» (confome a atibuto adjetivo de a unidade de ete tipo poyectándoo de ta manea que e haga viibe un mapa de o témino impicado impica do aunqu aunquee no enunciado enunciado en o texto texto nomae, nomae, que coepon 16

,

dean a a matiz «BIEN». TERRIBLE

BIEN

Insurgentes Fanáticos Atrocdaes atrevias y esenfrenaas contra los poblaores Desao a la autora el Estao Turbacón e la tranquilia ública

Campesinos Puritano Puri tanoss islámicos Resistencia a la oresión

Intención e asalta, etc. Gobieo e uno e sus ioses como Rey

Intención de castiqar Autogobiern Santal a los oresores

Rebelión contra los zamina Lucha por u n orden me mejor jor

Lo que uge de a inteacción de eta matce opueta peo mutuamen te impicada e que nueto texto no on un egito de obevacione incontaminada po e ego, e juicio o a opinión, ino que, po e contao, no haban de una compicidad tota. Si e puede deci que a expeione en a coumna deecha epeentan, en conjunto, a a inugencia, o ea a código que contiene todo o ignificante de a páctica ubatena de «pone e mundoque a evé» y a conciencia a aimenta, entonce a otaE coumna tiene epeenta u opueto,que e deci, a containugencia. antago nmo ente a do e ieductibe y no hay nada en ea que pueda deja epacio paa a neutaidad. Eto documento caecen entonce de entido ecepto en témino de un código de pacificación que, bajo e Ra, ea un comp ejo de intevención coecitiva, amada y veba, po pate de Etado    . Sld Wo of Mo Tstug Tomo I (Pekín 197)  -7 57

 

IT UH A RANAIT RANA

sus  proégés  proégés** , la élite nativa. Como representantes del discurso de tipo pma rio en la historiografía de las sublevaciones campesinas, éstos son especímenes de la prosa de contrainsurgencia. VI

¿Hasta qué punto el dscurso secundario compart también este compromiso? ¿e es posible formular otra prosa que no sea la de contransurgencia? Por supuesto, las narrativas de esta categoría, cuyos autores fguran entre los protagonistas, son sospechosas casi por denición, pues en ellas, la presencia de la primera persona gramatical debe ser reconocida como seña de complicidad. Cabede preguntarse, empero, es posible compensar adecuadamente la pérdida objetividad que esto siocasiona, mediante el uso consistente del pasado simple (osto) en estos textos. Porque, como observa Benveniste, la enunciación histórica permite el uso de tres variedades del pretérito el aoristo, el imperfecto y el pluscuamperfecto, estando el presente excluido por denición . En efecto, las memorias alejadas de los acontecimientos relatados por un lapso bastante largo, parecieran satisfcer esta condición. Por o tanto, lo que cabe averiguar es hasta qué punto la fuerza del pretérito corrige el sesgo provocado por la ausencia de la tercera persona. 17

as memorias de Mark Thornhil sobre el Motn nos proporcionan un texto donde el autor mira en retrospectiva una serie de eventos que haba experimentado veintsiete años atrás. Como señala en el fragmento que hemos ctado, «los acontecimientos de ese tiempo» se haían «convertido en historia», y él tiene la intención de hacer la contribución «a esa historia», producendo así o que hemos definido como un tipo específico de discurso secundario. Quizás pueda apreciarse mejor la dierenca inscrita en él por este ntealo, al compararlo con algunas muestras del discurso primario que el propio autor nos ha dejado sobre este mismo tema. Dos de ellas pueden ser eídas en conjunto como el registro de su percepción de lo que pasó en la estación de Mathura y el campo circundante entre el 14 de mayo y el 3 de junio de l857. Escritas con el op** de 18

• N.E. En francés n  oga. Progdos. 17. Bnvns, op. c., p 239. 18 From struggl in Uttr Prsh mo 5. pp 68592. * * N. d T. Casco gro para progrs d so, usado por os coonasas bráncos; por xnsón _ smboo d a coona bránca. 58

 

A POA E CONA-INUGENCIA

Magistrado de Distrto y dirigidas a sus superiores superiores la una el 5 de junio 18 1 85 7 es decir,y cuarenta horas después fnalizado el período bajo eran consideración, la otra ely10ocho de agosto de l858, de cuando los acontecimientos aún recordad reco rdados os vvdamente como un pasado muy reciente reciente estas caas caas coinciden en su alcance con las primeras noventa páginas de su libro, que cubren las ismas tres semanas, pero que fueron escritas casi tres décadas más tarde, ya con el sombrero del historador. Ambas cartas tienen un carácter predominantemente metonímico. Sendo su origen casi contemporáneo a la experiencia que relatan, adoptan necesarespiración, riamente la forma algunas de undebosquejo las ocurrencias y comunican de ese al lector, verano en secuencias extraordinario. casi sin El sintagma asume entonces una semblanza de factualidad donde casi no cabe el comentaro. Pero aquí nuevamente, un examen detallado revela que la soldadura de las unidades funcionales es menos sólida de lo que parece a prmera vista. Incrustadas en ellas hay índices que revelan las ansiedades del guardián local de la ley y orden ( «el estado es tado del distrito dis trito en general ge neral es tal que ds odo otrol»: «la Iy está  p  plz lzd d»» ) , sus temores («rumores muy ls

sobre el acercamiento del ejército rebelde»), su desaprobación moral de las actividades ...de ormmt») los aldeanos armados («los disturbios en por el distrito... distrito ... se incrementan incrementan...  y, por contraste, su aprecio los colaboradores nativos hostiles a los insurgentes ( «la casa de los Seth.. Seth....  rbió o muh gtilz»). Índices como éstos constituyen una suerte de marcas de nacimiento ideológicas, que se exhiben notoramente en gran parte de este tipo de material sobre las sublevaciones campesinas. Es más, tomando en cuenta otros aspectos relevantes de los textos por ejemplo, el modo de trata miento abrupto, tan revelador de la conmoción y terror generados por el mut* estos índices revelan que toda la evidencia supuestamente «objetiva» sobre las de masas desde su origen por lael militancia prejuicio y de punto vstarurales, parcial estaría de sus contaminada enemigos. Si los historiadores no consiguen darse cuenta de estos signos reveladores que aparecen como marcas en el alimento básico de su ofcio, este es un hecho que debe explicarse principalmente en términos de la óptica de una historiografía colonialista, y no tanto así como un argumento a favor de la presunta objetividad de sus «fuentes prmaras». * N E fracés e el origial Mo 59

 

RANAJI RANA JI GU HA

pondiente. No ay Por nadael tan contrario, inmediato éste oincorpora abrupto diversas en el discurso perspectivas secundario que lecorres otor an profundidad en el tiempo, y su sinifcado deriva de esta determinación emporal. Podemos comparar, por ejemplo, el relato de los acontecimientos en ambas versiones para cada día especifco; digamos, el 14 de mayo de 185, al principio de nuestro período de tres semanas. Su contenido, que se resume en un corto párrafo de cincuenta y siete palabras en la carta de Thornhill del 10 de aosto de 1858, puede ser representado plenamente en cuatro suscintos sementos, sin pérdida sinifcativa aluna del mensaje: moindos se e n iión desde Gurgon ond porado europeos noe co de do meres yibid no ombenes desphdos  Ag que el relato

mienza prácticamente con esta introducción, no hay un exordio que sia como contexto, y el instantáneo despeue transmite el sentido de una sorpresa total. En el libro, no obstante, ese mismo instante le merece un extenso tras fondo de tres páinas y cuatro meses y medio de duración (pp. 13). Todo

este tiempo y espacio se dedica a presentar detalles cuidadosamente escogi dos acerca de la vida y experiencia del autor en, el período anteor al Motín. Estos son realmente signios Como índices, preparan al lector para lo mayo que está y fechas por venir posteriores, y le ayudan cuando a ompnder entran a la los narrativa acontecimientos en forma escalonada. del 14 de Así, la misteriosa circulación de hp' en enero y la preocupación silencio sa pero expresiva del hermano del narrador, un ocial de alto rano, sobre un telerama recibido en Ara el 12 de mayo, con la noticia aún no conrmada del levantamiento en Meerut, presagian los acontecimientos de dos días más tarde en su propia jeftura de distrito. Nuevamente, detalles triviales como su «considerable inreso y ran autoridad», su casa, caballos, sirvientes, «un baúl lleno de vajilla de plata que estaba en la entrada y... y...una una ran resea de mantas el olocausto de Cacemira, que pronto perlas ibayadiamantes»; reducir su autoridad le ayudanaalamostrar, nada, ypor a conveir contraste,a sus sirvientes en rebeldes, su casa en un matadero y su propiedad en botín para los saqueadores pobres del pueblo y del campo. Al anticipar así los acon tecimientos narrados, aunque sea sólo por implicación, el discurso secundario destruye la entropía del primero, su materia prima. En adelante no abrá nada en el relato que se pueda considerar totalmente inesperado.

 N de T Tipo de pan sin evadra eco de arina de tgo Comida diaria en el noe de la India 60

 

 PA E NTA-INUGENIA

19 Este resultado es obra de los llamados «traslado res de d e organizac  ión» i ón» ue ayudan al autor a superponer una temporalidad propia a la de su tema, es q ue decir «a 'descronologiza el hilo histórico y restaurar, as sea sólo por medio del recuerdo o la nostalgia, un iempo a la vez complejo paramétrico y nolineal  trenzando la cronologa del contenido con la del acto e lenguaje que lo relata» En nuestro ejemplo, el «trenzado» no consiste únicamente en enca jar un contexto evocativo a la secuencia desnuda que se relata en el breve rafo de su carta os trasladores desorganizan el sintagma dos veces para pár rafo ntroducir en ambos resquicios, momentos de tiempo autoral suspendidos entre 

los dos polos de la «espera», unay gura idealmente constituida permitir el juego de digresiones, apartes paréntesis que forman crculospara y meandros en la trama, aumentando as su profundidad As, al esperar noticias sobre los movimientos de los amotinados, el autor reflexiona sobre la paz del atardecer

en la estación distrital, desviándose de su relato para contarmos, en violación del cánon histoográfco de tiempo y persona: «a escena era simple y llena del reposo de la vida Oriental En los tiempos que siguieron muchas veces volvera a mi memoria» Y más tarde, esperando otra vez el transporte para llevar a los evacuados reunidos en su sala, se retira por unos instantes de esa noche «Eraqueunala habitación iluminada, alegre, paicular, con flores para Fue lacomentar: última vez vi as, y aslinda, quedabien impresa en mi memoria» ¿Hasta qué punto ayuda la operación de estos trasladores a corregir el sesgo resultante de la inteención del esctor en primera persona Al parecer, no mucho, porque cada uno de los ndices acuñados en la narrativa representa una elección de principio entre los dos términos de una oposición paradigmática Entre la autoridad del jefe de distrito y el desafo de pae de las masas armadas, entre el seilismo habitual de sus criados y la afrmación de su autorrespeto como rebeldes, entre sus insignias de riqueza y poder (oro, caballos, mantas bungalow y la apropiación o destrucción de las mismas por la muchedumbre subalterna, el autor, apenas distinguible del funcionario de antaño, elige consistentemente lo pmero a nostalgia hace todava más elocuente su elección: as, el recuerdo de lo que se considera «bien» un atardecer apacible o un cuao elegante, le permite entizar, por contraste, la sem  Wo    9. Para la exposició ed wrtngs: Wo ave, v sus Sele Seleed concepto cl ave, (1971)  sobre  sobre  este concepto n de Roman  Roman  Jakobson Jakobson (1971)  exposición  n nd d lnguage. La organización en olla lla l a noción de traslad trasladres res de de organizac Bah es desarr o Pañs pp pp   130-47. Bahes La   Haya Haya y Pañs os su e nsay nsayo o «Histor  ical i cal Discourse» D iscourse», , pp. 1468 Todos To dos los fragme fragmentos ntos citados  citados en e n este es te párraf  párraf   han sido han  sido tomad de este ensayo, si no hay otra refrencia 61

 

RANAIT uH A RANAIT

blanza «terrible» de la violencia popular dirigida contra el Raj. Resulta evi dente que exist una lógica en esta preferencia, en cuya autoafrmación se niega la posibilidad de una serie de inversiones. Éstas, en combinación con otros signos del mismo orden, constituyen un código de insurgencia. Iéti cas a las del magistrado, las pautas de elección del historiador se amoldan así a un contracódigo, el código de contrainsurencia. V en este génro(aosto) especíco secundario el efecto del Sipasado simple no del ogradiscurso entonces prevalecer sobre neutralizante la subjetivi

dad del protagonista como narrador, ¿cómo se da el balance de tiempo y per sona en la otra variedad de escritura dentro de esta categoría? En ambas pue de verse el funcionamiento de dos lenguajes, a la vez equiparables en su iden tificación con el colonialismo pero también diferentes por su forma de ex presarlo. Como ejemplo de la variedad más burda podemos usar La rebelión Ch uar de 1 799 {Th {Thee Chu huar ar RebelUon of of 1 799} de J.C. rice. Escrito en 1874, mucho tiempo después del acontecimiento, es obvio que la intención del au to tor por entonces ent onces Ofcial Ofdirecto, cial de sin Asent Asentamie s de Midn apur apuespecífco r era era llaa en de mente. pres presentar entar unr relato histórico un amiento n ntos administrativo El relato iba dirigido al «lector casual», tanto como a cualquier «funcionario futuro de Midnapore», esperando compartir con ellos «el vivo interés que he sentido al leer los viejos archivos de «Midnapore» 2  ero tal parece que el «gozo . . . sent sentido ido»» por el autor «al repasar est estos os ppapeles apeles»» ter termi mina na por producir un texto casi indistinguible del discurso primario que utiliza como fuent. Ante todo, este último resulta conspicuo debido a su mera presencia física. Más de una quinta parte de esa mitad del libro especícamente dedicada a los º

hechos de 1799, compone apenas de citasmodificadas. directas de Sin esosembargo, archivosloy importante otra parte considerable, de separáfrasis para nosotros es la evidencia que ofrece el autor de la identifcación de sus propios sentimientos con los de ese grupo reducido de blancos que cosecha ron las tempestades ocasionadas por los vientos que había sembrado el Go bierno de la Compañía*, al introducir cambios violentamente disruptivos en ese extremo suroriental de Bengala. Sólo que el miedo de los ociales asedia 20 Pce, op ctp, CX  N de T a Compañía de a Inda Oenta (East India Company) fue una socedad comeca ngesa que tomó a su cago muchos aspectos de gobeno de a Inda duante e sgo XIII y pncpos de XIX 62

 

A PA DE CNTA-INUGENCIA

os en la estaión e Minapur en 1799 se onvierte, setenta y ino años más are, en ese oio genoia araterístio e too un género e esritura riá n i a postMotn. «La falta e inlinaión e las autoriaes, iviles o militae ess , a proeer personalmente para ayuar a sofoar los isturbios es muy impatante», esribe para avergonzar a sus ompatriotas, para luego jatarse: En stos timpos d fusils modrnos* una mdia docna d uropos habría igualado a vint vcs l númro d Chuars Claro qu con la naturalza imprfcta d las armas d ntoncs no s podía sprar qu los uropos s

apurasn infructu apurasn infructuosa osamn mnt t a mtrs n pligro pro yo habría sprado sprad o qu los ofcials uropos d la posta hubisn h ubisn al mnos n algunas algunas instancia instanciass nfrntado l asalto n prsona y rplido a sus asaltants M asombra l hcho d qu ningún ofcial uropo civil o militar con la xcpción quizás dl Tnint Gill adm admitió itió sa snsación d prscución gozosa qu la mayora mayora d jóvns sintn hoy n la caza o n cualquir actividad dond hay un lmnto d pligro. D habr vivido n 1799 pinso qu la mayora d nosotros hubiésmos considrado mjor dpo l habr capturado un Chuar mrodant oloroso a sangr y botín qu al oso grand qu las slvas d 2

Midnapor pudan criar  Resulta laro que ni la separaión el autor on respeto a su tema, ni la iferenia entre el tiempo el aonteimiento y el e su narrativa, han heho muho para inspirarle objetivia Su pasión paree el mismo oren que la el solao británio que en 1857, en la vspera el saqueo e Delhi esribiera: «Confo on to sineria que la oren impartia uano ataquemos Delhi, ser se rá ... Matalos a toos; no hay que ar uartel» • En estos términos, la atitu el histoaor haia los rebeles es inistinguible e la el Estao: la aitu el azaor frente a su presa. Contemplao as, un insurgente no es sujeto e omprensión o interpretaión sino e exterminio, y el isurso e la historia, lejos e ser neutral, sie iretamente para instigar a la violenia oial Sin embargo, existen otros esritores que han ultivao el mismo género, que gozan e reonoimiento por haberse expresao en un iioma menos 22

edee pued quee se   pu n los qu sile s co con ra»   Fu Fusile  bisag sagra» ores   de   bi • N de   T.: En inglés, cargad gadores ralmentee « car ade, , lite ralment h-loade breech-lo inglés,   breec

  gar vario ete s que mosqu squete  os mo aniguos veloce  oce s que los anigu ntre cañ sagra ra e ntre culata,, más vel una bi  bisag caño o yy   culata és de una  a trav través t iros a arioss tiros

 agaban po a boa d fusi.

 Pi, ibíd. ión,, ición edic     ginad G. Wibfo (1894) An Unrecorded Chapter of  the da   ed unda egun res:: Seg ndres Lond ny. Lo utiny. dian  Muti Ind the  In pp,  76-77 .

63

 

I uH A RANA

sanguinario. Quizás su mejor representante sea W.W. Hunter y su relato sobre l insurrección Santal de 1855, que gura en los Anaes de Bengaa ru [he a of Rura Benga] En muchos aspectos, este es un texto digno de coA nn nna ntario. Escto una década después del Motín y doce años después del hoo 3 , me ntari no tiene nada de ese tono revanchista y racista común a gran parte de la literatura angloindia del período. Es más, el autor trata a los enemigos del 2

Raj no

sólo, con consideración sino con respeto, aunque en pocas semanas

habían barrido la soberanía británica en tres colonial distritos yorientales y resistian cinco mesescona las fuerzas unidas del ejército sus recientemente adquiridos auxiliares, los ferrocarriles y el «telégrafo eléctrico». Siendo uno de los primeros ejercicios modernos en la historiograa de las rebeliones campesinas indias, ubica al levantamiento en su contexto cultural y socioeconómico, analiza sus causas y se nutre de archivos locales y relatos contemporáneos para evidenciar su progreso y eventual represión. Aquí, según parece, estamos frente a esa instancia clásica de disolución del sesgo y la opinión propios del autor, mediante el funcionamiento del tiempo pasado y la tercera persona gramatical. el discurso histórico sediseñado establece fn y larealiza el ideal de ese¿Quizás «modo aquí de narrativa impersonal... paraporborrar presencia del que habla"? 24. Esta semblanza de objetividad, de ausencia de sesgos obviamente demostrables, no tiene sin embargo nada que ver con que «los hechos hablen por sí mismos» en una condición de metonimia pura, incontaminada por el comentaio. Por el contrario, el texto está plagado de comentarios. Hay que compararlo con algo así como el artículo casi contemporáneo sobre este tema en Cacutta Revew (1856) o incluso con la historia del hoo de K.K. Datta, escrito mucho tiempo después de su represión, para darse cuenta cuán poco contiene sobre los detalles de lo que concretamente pasó 2 5 • Es más, la narrativa del acontecimiento ocupa apenas 7% del libro, en el capítulo que se desarrolla hacia él como un clímax, y algo menos del 50% de ese capítulo lo ocupa el texto que se dedica especícamente a todo este tema. El sintagma se rompe 2 Según una nta de esta bra, parece ser que ue parcalente escrta en 866 a dedcatra esta echada el 4 de arz de 868 Tdas uestras reerencas, drectas  ndrectas, crrespnde al Capítul IV de la sépta edcón (ndres, 897) n hay tra ndcacón 24 Barthes Image-MusicTt, p 2 25 Anón «The Snthal Rebelln, en Calcua Revew (856), pp 2264 KK Datta (Meerut, 970), «The Santal Insurrectn  85557, en AntiBrush Plats and Mvemen Befre 1857 pp 452

4  

 PR D RR

u a y otra vez por ditaxia, y la iterpretació e fltra para eamblar lo egmeto e ua totalidad igificativa de carácter mayormete metafrico Para uetro fie, la coecuecia má relevate de eta operació e la

maera e que ditribuye la relata paradigmática a lo largo de u eje de co tiuidd hiórica que e divide e u «ate» y u «depué», precedido por ua cotextualizació y prologado e ua perpectiva La repreeta ció de la iurgecia termia a co ee mometo itercalado etre u paa do y u fuuro, de tal modo que lo valore particulare de uo y otro e graba obre el eveo para dotarle u igicado particular VIII

Reriédoo e primer lugar al coexto, cabe eñalar que do tercera pae del captulo que culmia e la hitoria del levatamieto e ocupa de u relao iicial de lo que e podra llamare la hitoria atural de u prota goia A la maera de u eayo eográco, eta pare traa de lo apec o práctica fico, idioma, mio, religió, rio, medio ambie e, de cazaradicioe, y agricultura, orgaizació ocialhábita, y gobiero comual de lo Satal de la regió de Birbhum Hay mucho detalle aqu que aputa al poecial coflicto, como atagoimo etre el alvaje oble de lo cerro y lo avaro explotadore de la llaura Tal e el cao de referecia a u dig idad peroal («Él («Él o e agacha hata el uelo como el hidú rural»; la mujer Saal «igora la uceptibilidad tmida de la hembra hidú», etc) Lo que ee cotrate implica e la poecial ervidumbre e mao de pretamia hidúe, hi dúe, u hoeidad ho eidad («A diferecia del hidú hi dú él u  u ca piea pie a e ga g aar ar diero de exraño, evitaeecrupuloamee todo auoy fruta de egocio y e iete dolido i e iite pagarle a cambio de la leche que u mujer aca»), la codicia y el fraude de lo comerciate y terrateiete foráeo que evetualme eve tualmee e cod co dujero ujero a la ublevació ublevació,, u deapego deapego ( « Lo Satal Sa tal vive a alejado como puede de lo hidúe»), la iruió del dku* e u vida y e u territorio y el holocauo que ievitablemete le iguió Eto dice oorga a la ublevació o ólo ua dimeió moral y lo valore de ua guerra juta, io tambié ua profudidad e el tiempo Eto úlimo e realiza a travé de la operació de marcadore diacróico e el exo u paado imagiario a ravé de u mito de creació (apropiado  NE. Exraño exraero. ex raero.



 

RANI uH A

para describir una empresa asumida según la guía espiritual del Thakur*) y un

pasado real pero remoto (adecuado para descrbir una rebelión saturada de tradición) a través de fragmentos de la prehistoria en el rito y en el habla, donde se menciona, por ejemplo, la ceremonia Santal de «Purificación para Los Muertos», como huella de «un recuerdo borroso de tiempos lejanos, cuando moraban al lado de grandes ríos», o su idioma como «ese archivo intocable donde de unaennación bronce elo pasado inscpciones roca».se inscribe más hondamente que en tablas de Al acercarse al acontecimiento, el autor le otorga un pasado reciente, que cubre un período de aproximadamente sesenta años de «administración directa» (británica] en la región. os aspectos morales y temporales de la narrativa confluyen aquí en la gura de una contradicción irreconciliable. De un lado se dieron, según Hunter, una see de medidas benécas introducidas por el gobierno, como el Tratado Decenal que promovió la expansión del área culivada e indujo a los Santals, a partir de l92, a alquilarse como peones agícolas; el establecimiento, en 1832, de un espacio demarcado por columnas de piedra, en el que podían colonizar tierras vírgenes y bosques sin temor a ser molestados por tribus hostiles; el desarrollo de la «niciativa inglesa» en Bengala bajo la forma de fábricas de añil para las cuales «Los inmigrantes Santal proporcionaban una población de jornaleros»; y la última pero no la menos impoante de las bonanzas, su absorción, por miles, a pair de 1854, en cuadrillas de trabajadores para la construcción de ferrocarriles a lo largo de la región. Pero por otro lado, dos conjuntos de fctores se habrían combinado para desmantelar todo el beneficio resultante del gobierno colonial: la explotación y opresión de los Santal por parte de los hindúes codiciosos y fraudulentos terratenientes y prestamistas, y el fracaso de la administración local, su policía y las cortes  judiciale  judic iales, s, en protegerles o enmendar los agravios que sufrían. sufrían. IX Este énfasis en la contradicción sirve al autor para fines obviamente interpretativos. e hace posible ubicar la causa de la sublevación en el fracaso del Raj en lograr que sus aspectos positivos prevalecieran sobre los defectos

del todavía acontecimiento persistentes se y las encaja defciencias así directamente en el ejercicio en elde objetivo la autoridad. enunciado El relato al  N.E.: Dios. 66

 

 POA DE COA-IUECIA

 POA DE COA IUECIA

iicio del captulo que es el de interesar no sólo al estudioso «de estas razas decadas» sino también al hombre de estado «El hombre de estado indio descubrirá» escbió refiriéndose eufemsticamente a los encargados de ejecutar la poltica poltic a británi británica ca en la India «que estos Hijos de d e la Selva son susceptibles a las mismas influencias que los demás hombres para su mejoraiento y que la etensión futura de la iniciativa inglesa en Bengala depende e gran medida de su capacidad para civilizarse» Esta preocupación por el mejoramiento» (es decir por la transformación acelerada del campesinado « mejoramiento» ribal en mano de obra asalariada y su incorporación a proyectos tpicamente colonialistas de eplotación de los recursos indios) es la que eplica esa mezcla de firmeza y «comprensión» que se trasluce en la actitud de Hunter hacia la rebelión Siendo un impealista liberal él la interpretó simultáneamente como ua amenaza para la estabilidad del Raj, y como una crtica útil a una adminisració que estaba lejos de ser perfecta As mientras censura al gobierno de la época por no haber declarado la ey Marcial suficientemente rápido como para cortar el hool en sus inicios se cuida también de diferenciarse de sus copatriotas que deseaban castigar a toda la comunidad Santal por el crimen de sus rebeldes y deportar a ultramar a la población entera de los distritos ivolucrados Un imperialista de miras genuinamente amplias como Hunter o vea llegar la hora en que la tbu como muchos otros pueblos aborgenes el subcontinente demostrara su «capacidad de civilización» convirtiéndose e fuente inagotable de fuerza de trabajo barata Esta visión se inscribe en lo que hemos llamado «perspectiva» con la que hoollosa ierra«administración su narración Echando directamente irrupción del de esa avara y práctica» que lanoculpa hizo de casola de las quejas Sanals y que se concentró sólo en recaudar impuestos continúa catalogando los b ee n cido do de ss-introduci quee fue introdu máás exacto qu o ilusorios de l «sistema m neficios   eficios alg algo

p ués ués de la rebelión» para mantener el poder de los usureros sobre sus deudo-

r es es den so s flsos   st ringir ringir el uso de me didas y pe so  mites de   la ley re st  t ro ro de los   l mites dent  e n el c o nc hados a on nes   es enga enganc  o mercio m   ercio al al detalle y garantizar e l derecho   de los pe o  e s  quee la scog o  más qu c  oger su ro es. es. Per o  mbiando   de pat ro  er ttando ando o   c aambiando  d sea des er  su   liberta libertad e fo  ue   habra fo rma inglesa» glesa» la q ue  ue vvamete amete la la   «iniciativa in ativa, fue n nue  rma administ rrativa, o  iibuido buidoente r adicalme  n nt  t e al bie trab  nestar de e lae tbu tbu. . Los o  oc carles arles « cc  aambiaro  mbi «ra-  o n a aro  es  mtr  b  aro aro co l » yferr  aca acab  l capita capital  a jo d con   del lación la r eelación  pletamente pletam s  para para   salario  lario s  zó n nat ural d do de sa cia de  de   un f do la  aus ee  cia avitud, a s aber, la  dee la es cc  llavitud ab aja o es    a tac iio  rabajo   par a  las p ll atac  ajado rres mand anda de   fuerz a  de t rabajo  ib rres». es». La de m es l ib  als», Sat als», e é  de  As  s Sa ió n de de lo s  o sic  s  ic ió  aú  más  la p o ada a me   jo rar  rar  aú estinada  st aba destin  am « eest   As ss am 67

 

RANIT  UHA

a igua que e estímuo ara enganchar eones or contrato ndenued cooes ara as Isas Mauricio y e Caribe. Es as que a roseridad de camesino triba se daa gracias a desarroo de un enorme mercado de trabajo subcon tinenta y de utramar dentro de Imerio Británico, En os jardines de té de Assam «su famiia cometa encuentra emeo y cada niño adiciona, en ugar de ser un mientras medio ara su obreza, sea convierte fuente de riqueza»; os incrementar cooes se beneciaran, su retornoendeunaÁfrica o as Indias Occidentaes, «a término de sus contratos, con ahorros de un rome dio de 20 ibras esterinas, una suma suciente ara estabecer a un Santa como rósero roietario en su roia adea». Como odemos constataro con una mirada retrosectiva desués de un sigo, muchas de as suuestas mejoras ueden más bien atribuirse a sus buenos deseos, o resutaron tan emeras que no tuvieron ningún imacto. La reación entre a usura y e eonaje enganchado or contrato se mantuvo durante todo e dominio británico y hasta de bientrabajo entrado e régimen de a India indeendiente. La ibertad de mercado resutaba seriamente restringida or a fta de cometencia entre e caita británico y e indgena. E emeo de famiias tbaes en as antaciones de té se vovió una fuente de exotación cnica de trabajo de mujeres y niños. Las ventajas de a moviidad  y a contrataci contr atación, ón, fueron anuad anu adas as or as irreguar irreg uaridad idades es en e roceso de enganche y a maniuación que haan os akas* de fctores adversos como a deendencia económica y a diferenciación socia. E sistema de contratos ayudaba menos a iberar e trabajo servi que a desarroar una esecie de segunda servidumbre, y as sucesivamente. Pero esa su visión nunca materiaizada, nos ermite comrender e carác ter de este tio de discurso. La ersectiva que insiraba se resuma en efecto en un testimonio de fe en e cooniaismo. Según esta ersectiva, e hoo se asimiaba a a trayectoria de Raj, as como a emresa miitante de un came sinado triba or iberarse de yugo trie de saka sahuka** y zamnda*** • NE: Recutadores o enganchadores de mano de obra para as pantacones carreteras y vías érreas •• NE: NE: Sahuka o prestamsta que típcamente avanzaba dnero y/o especes antes de a cosecha cuando os campesnos se encontraban a borde de a msea recamando e préstamo en cantdades muy eevadas después de a a cosecha cosecha  Muchas veces estos ntereses usuranos eran taes que os campesnos nunca o ograban graban cancear a deuda y se convertían en una espece de servos ncuso heredtaros de prestamsta En Amérca Latna se conoce esta orma de trabao como  po  pona naj o scl sclav avtu tu por ua ua • • • N E : E yugo yugo ttrp rpe e de os os  sar  sarka ka sahuk sahuka a y zamna se reere respectvamente a gobernoestado a

os prestamstas y a os terratenentes 68

 

 PROSA DE CONRA-NSRGEN□A

se asimilaba a la «iniciativa inglesa», o sea a la base del Imperio. El objetivo anunciado al principio del relato podía entonces ser reiterado hacia el nal donde el autor declaraba haber escrito al menos «en parte por las enseñanzas que la historia reciente (de los Santals. R.G.) nos proporciona sobre el método correcto para tratar con las razas aborígenes». a represión de las sublevaciones campesinas locales formaba parte de este método, pero ahora se integrab a a una estrategia más amplia, diseñada para enfrentar los problemas econóicos del Gobierno británico en la India como elemento de los problemas lobales del gobierno imperial. «Estos son los problemas», dice Hunter al concluir el capítulo, «que los estadistas indios están llamados a solucionar en los próximos cincuenta años. Sus predecesores han llevado la civilización a la India será su deber hacer que esta civilización sea a la vez beneciosa para los nativos y segura para nosotros». En otras palabras, se asignaba a esta istoriograa un papel en el proceso político que habría de garantizar la seguridad del Raj mediante una combinación de fuerza bruta para aplastar la ebelión cuando ocurriera, y reforma con el n de prevenirla, de antemano, aancando al campesinado tribal de sus bases rurales y distribuyéndolo como fuerza de trabajo barata para su explotación por el capital británico, en la India y en ultramar. a prosa abiertamente agresiva y nerviosa de la contrainsurgencia, nacida de las preocupaciones de la colonia temprana, llegó así a asumir, en este género de escritura histórica, el lenguaje rme pero benigno, autotario pero comprensivo, de un imperalismo maduro y seguro de sí mismo. X ¿Cómo es que hasta el tipo más liberal de discurso secundario es entonces incap az az de desenredarse del código de contrainsurgencia? Con todas las venajas que tiene escribir en tercera persona y tratar un pasado distante, el funionario convertido en historiador está todavía lejos de ser imparcial cuando se trata de los intereses ociales. Sus simpatías para con el sufrimiento de os ampesinos y su comprensión de lo que les empujaba a rebelarse, no le inhiben, uando ega el momento critico, de colocarse al lado de la ley y el orden y hooyde usticar el traspaso la campaña contra el manos civiles manos ilitares con el n dedeaplastarlo de manera rápida absoluta. Como sea señaló anteriormente, su posición parcializada frente a los resultados de la rebelión

e qquivale uivale a un compromiso con las metas e intereses del régimen. El discurso e la historia, apenas discernible del de la política del estado, termina absorbiendo las preocupaciones y objetivos de esta última. 69

 

RANIT uH A

En esta su afnidad con La poltica, La historiograa revela su carácter como una orma de conomiento colonialta Es decir, emerge directamente del co nocimiento que La burguesía había usado en su período ascendente para in terpretar el mundo con el n de adueñarse de él y establecer su hegemonía sobre Las sociedades occidentales, pero convertida en instrumento opre sión nacional a medida que éstas adquian para sí mismas «un Lugardebajo el sol» ue así que La ciencia política, que había defnido el ideal de ciudadanía para La naciónestado europeos, se usó en La India colonial para establecer instituciones y diseñar Leyes específcamente destinadas a generar una ciuda danía mitigada y de segunda clase a economía política, que se había desa rrollado en Europa como una crítica al feudalismo, fue manejada para promo ver el gamonalismo neofeudal en La India a historiografía se adaptó tam bién a Las relaciones de poder bajo el Ra y resultó cada vez más engranada al carro del Estado ue gracias a esta conexión, y a La suma de talentos desplegada para sus tentarla, que La historiografa sobre temas del período colonial tomó La forma de un discurso altamente codicado AL funcionar en el marco de una arma ción multifacética del dominio británico en el subcontinente, asumió La fun ción de representar el pasado reciente de su gente como «a Obra de Inglate rra en La India» Siendo un discurso de poder por derecho propio, presentaba cada uno de sus momentos como un triunfo, es decir, como La secuela más favorable de entre un número de posibilidades conflictivas para el régimen en cualquier instante específco De ese modo, en su forma madura como en Lo Anales de Hunter, La continuidad gura como uno de sus aspectos necesa rios y cardinales A diferencia del discurso primario, no puede darse el Lujo de ser un esbozo discontinuo y carente de consecuencias EL acontecimiento no constituye su contenido único, pues es el término medio entre un principio que Le sie de contexto y un fnal que es a La vez una perspectiva vinculada a La próxima secuencia En esta serie en movimiento, el único elemento que permanece constante es el Imperio y Las políticas necesarias para resguardar lo y perpetuarlo

AL funcionar como Lo hace dentro de este código, Hunter, a pesar de La buena voluntad que declara solemnemente en su dedicatoria («Estas pági nas nas  tienen poco que decir en relación a La raza gobernante Mi asunto es con el pueblo»), termina por escribir La historia de una Lucha popular como un episodio en el cual el sujeto real no es el pueblo sino, en realidad, «La raza gobernante» institucionalizada como Raj. Como cualquier otra narrativa de 70  

A POSA DE CONANSUENCA

ete tipo, u relato del h también etá allí para celebrar una continuidad: la del poder británico en la India. La enunciación de caua y reforma no e má que un requerimiento etructural para ete continuum proporcionándole repectivamente contexto y perpectiva. Ambo irven de manera admirable, para reitrar el acontecimiento como un dato en la hitoria de vda del Imperio, pero no hacen nada para iluminar ea forma de conciencia llamada inurencia. El rebelde no tiene luar en eta hitoria como ujeto de la rebelión. XI

No hay nada en el dicuro terciario para enmendar eta auencia. Má alejado en el tiempo de lo acontecimiento que tiene como tema, ete dicuro iempre lo mira en tercera perona. En la mayoría de lo cao, e obra de ecritore nooficiale, bien de exfuncionario ya no detienen limitación u obliación oprofeional de repreentar que el punto vita ninuna del obierno. Si reulta que adoptan un punto de vita oficial, ello e debe a que el autor lo ha ecoido por voluntad propia, má que por haber ido condicionado a adoptarlo por lealtad o compromio adminitrativo. E cierto que hay aluna obra hitóica que muetran abiertamente tal preferencia y no pueden expreare en una voz que no ea la de lo uardiane de la ley y el orden; on ejemplo de un dicuro terciario que reviee a ee etado de identifcación cruda con el réimen, tan caracterítico del dicuro primario. Pero hay otro lenuaje muy divero dentro de ete énero, que van dede el polo liberal hata el de izquierda. Ete último tiene epecial importancia debido a que quizá contituya la má influyente y prolífica de toda la variedade del dicuro terciario. A eta corriente le debemo aluno de lo mejore etudio obre la inurencia campeina india y u caudal e cada vez mayor, como evidencia tanto de un creciente interé académico por el tema, como de la relevancia que poeen lo movimiento ubalterno del paado

para comprender la tenione contemporánea en nuetro rincón del mundo. inurencia. Eta literaturaAume e ditinue el puntopordeuvita efuerzo del inurente de rompery con conidera, el códio condeél,contracomo bueno» lo que la otra parte llama terrible, y vicevera. No deja duda en el lector de que deea que triunfen lo alzado, y no u enemio. Aquí, a dif encia del dicuro ecundario de tipo liberalimperialita, el reconocimien e lo aravio que ufren lo campeino conduce directamente a apoyar u lucha en po de una reivindicación por la arma. 71

 

RANI H A RANI

Pero estos dos tipos tan diferentes y contrarios entre sí en su orientación ideológica, tienen muchas otras cosas en común Tómese, por ejemplo, esa notable contribución de la academia radical Bharater Krishak-bidroha O 26

anatantik Samgram y compárese relatotextos de la sesubleva ción Santal de 1855 condeelSuprakash de HunterRayComo narrativas,suambos hacen eco mutuamente Siendo la de Ray una obra posteor, posee todas las venta jas de nutrirse de investigaciones más recientes, como la de Datta, y estar así más infrmada Pero mucho de lo que tiene que decir sobre el inicio o desarro llo de Hool es ttom omado ado de hecho, directamente directamente ccit itado ado de los Ana Analles    d e Hunter • Además, ambos autores se apoyan en el artículo de Calcutta Review (1856 para gran parte de su evidencia n consecuencia, hay poco en la des cripción de este acontecimiento específco que difera signicativamente, en 27

tre los tipos de discurso secundario y terciario Tampoco hay mucho que distinguir entre ambos, en términos de su admi ración po porr el cora corajje de lo loss rebel rebeldes des y su avers aversió iónn por las operacione operacioness de g eno eno  cidio montadas por las fuerzas de contrainsurgencia De hecho, en ambos aspectos Ray reproduce in tenso el testimonio de Hunter, recogido de pri mera mano de ociales directamente involucrados en la campaña, en sentido de que los Santals «no entendían de rendirse», mientras que para el ejército «no fue guerr guerraa    fue eejecución jecución»» 8 • La simpatía expresada por los enemigos del Raj en el e l discurso ter terciar ciario io radical es plenam ente equiparab equiparablle a la del disc discurs ursoo secundario colonialista s más, el Hool fue para ambos una lucha eminente mente justa, apreciación que derivan de su coincidencia en torno a los facto res que lo provocaron Terratenientes malvados, usureros extorsionistas, co merciantes deshonestos, policías venales, funcionarios irresponsables y pro cesos legales parcializados; todos fguran con igual prominencia en ambos 2

relatos Ambos historiadores utilizan la evidencia registrada sobre el tema en el ensayo de Calcuta Revie y Ray se apoya nuevamente en Hunter para gran parte de su información sobre el endeudamiento Santal y la esclavitud del contrato y sobre la opresión por parte de prestamistas y terratenientes en connivencia con funcionarios, como testifican los fragmentos liberalmente citados de su obra 9  26. 2 28. 29.

Tmo I Calcuta, 1966), cap. 13. Para estos vese bd pp, 323, 325, 32, 328 !bd, p. 33 Hunter, op ct, pp, 24-49. Ray, op. c ., pp. 316-19

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A ROSA D CONR-INSRGNCI

Sin embargo, Los dos escritores utilizan La causalidad para desarrollar persctivas enteramente distintas EL enunciado de causas juega el mismo papel pe ctivas en el relato de Hunter que en cualquier otra narrativa de tipo secundario, es decir, es un aspecto esencial del discurso e contrainsurgencia En este asecto, sus Anles pertenecen a una tradición de historiografía colonialista p ecto, que , para este acontecimiento específico, está tpicamente ejemplifcada en ese ensayo racista y vengativo Llamado «The Sonthal Rebellion» All el funcionao, obvamente conocedor, pero también testarudo, atribuye La sublevación, como Lo hace Hunter, al fraude de Los bns*, a Las transacciones de Los mhjn**, al despotismo de Los zmndr (terratenientes) y a La ineciencia de Los srk (autoridades) En Laes misma vena, Thornhill claramente, sus Personl Ade Ad en nur ures  , Los alzamientos ruralesatribuye del peodo del Motn en en Uttar radesh,

al colapso de Las relaciones agraras tradicionales como consecuencia del advenimiento del dominio británico OMalley identifica La raz del bdh de abna en 1873 en Las abusivas rentas exaccionadas por Los terratenientes, y La Comisión de Motines del Decán atribuye Los disturbios de 1875, a La explota ción del campesinado Kunbi por parte de prestamistas foráneos en Los distri tos de oona y Ahmednagar  Se podra seguir añadiendo muchos otros acontecimientos y textos a esta Lista EL espritu de todos ellos está bien represenResoluones del Depmeno udl tado en el siguiente fragmento de Las (Judicial Department Resolutions) del 22 de noviembre de 1831, sobre el tema de La sublevación encabezada por Titu Mir 30



La naturaleza seria de los últimos disturbios en el distrito de Baraset hace que sea un objeto de importancia sobresaliente el que la cus que dio lugar a los mismos sea plenamente insi para que se puedan cmn correctamente los motivos que activaron a los insurgentes y para que se asuman cun n aquellas medidas que se consideren apropiadas a n de imi l cu  sóns simils 3 1 •  NE. Casta de mercaderes  N.E.: Banqueros, comercantes, prestamstas 0 Anon., op. ct., pp. 238-41 Thomhll, op. ct., pp. 3335 L.S.S. O'Malley (1923}, Bgal Distric az az: Paba Calcuta, p. 25 Rpo of t Comissio Appoitd i Idia to Iquir ito t Causs of t

Riots wic took plac i t yar 1875 i t Pooa ad Amdagar Distc of t Bombay Prsid Prsid

(  ndres 1878, passm.  BC 54222 JC, 22 Nov.1831 (no 91. Énfass adconal.

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RANIT uH A RANIT

Eso o resume todo. Conocer a causa de un fenómeno es ya un aso en a vía de controaro. Investigar  y as comprender la causa de los disturbios rura impees ayuda a adotar as medidas «que se consideren aroiadas a n de dir la recuna de desórdenes similares». Con este mismo n, e corresonsal de alcutta Review {1856) recomendó una «retribución merecida», es decir, «que eos (os Santals, R.G.) deben ser cercados y cazados en todas artes... artes ...que que se es debe obligar a la fuerza, si es necesario, a volver a DaminiKoh y al camo devastado en Bhauguore y Beerbhoom, a reconstruir las adeas en ruinas, restaurar los camos desoados ara el cultivo, abrir caminos y ejecu tar obras úblicas en genera, y hacer ésto bajo vigiancia y guardia... guardia... y que se debe mantener este estado de cosas hasta que sean cometamente aacigua  2 • La aternativa más suave, rouesta or dos y reconquistada su lealtad» Hunter, era, como hemos visto, una combinación de Ley Marcial ara reimir una rebeión en curso y medidas ara dar continuidad a la «iniciativa ingle sa», de tal modo que (como había sugedo su comatriota) el camesinado indóci fuera absorbido como fuerza de trabajo barata en la agcultura y las obras úbicas en benefcio de los mismos dikus e ingenieros de caminos y ferrocarriles contra quienes había alzado las armas. Con todo, y a esar de su variación de tono, ambas recetas ara «hacer... «hacer...imosible imosible la rebelión a través del rogreso de los Santals  ; es decir todas las soluciones coonialistas a as que se llegó fueron or medio de larima exlicación de nuestras sublevaciones camesinas, matera ara unacausal histoiograa comrometida en

asimilarlas al Destino trascendental del Imerio británico. XII

En e reato de Ray, la causalidad sirve ara enganchar el Hool con un destino de naturaleza algo distinta. Pero ara llegar a él, este autor sigue los asos Hunter, es decir, conttoacontecimientoperspectiva alineados en un continuum histórico. Hay agunos araelismos obvios en a manera en que el acontecimiento adquiere un contexto en ambas obras. Ambas emiezan con a rehistoria (tratada con más brevedad or Ray que or Hunter) y continúan con un reaso de asado más reciente, a artir de 1790, cuando a tibu entró or rimera vez en contado con e régimen. Para ambos, es a donde reside a causa de la rebelión, si bien con una diferencia. Para Hunter, os disturbios se 32. Ao, op. ct., pp 2364 33. !bd, p. 263 74

 

LA POSA DE CONTAINSUENCIA

gnarn en un malestar lcalizad, que afectó a un cuerp de tr md saludable: el fracas de la administración disttal para brar de acuerd cn el entnces emergente ideal del Raj cm el ma-baap* del campesinad, que l prtegea de la tirana de elements malvads dentr de la prpia scie dad indgena. Para Ray, era la presencia misma del pder btánic en la India la que impulsó a ls Santals a sublevarse, prque sus enemigs, ls terrate nientes y prestamistas deban su autdad y hasta su existencia, a las nuevas dispsicines sbre la rpiedad de la tierra intrducidas pr el gbiern clnial y al desarrll acelerad de una ecnma mnetizada baj su impac t. a sublevación cnstituyó, entnces, una crtica n sól de la administra ción lcal sin del prpi clnialism. s más, utilizand la prpia evdencia de Hunter, Ray arba a cnclusines muy diferentes, y hasta cntradictrias: Está comprobado con claridad, por la propia aseveración de Hunter, que la responsabilidad de la miseria extrema de los Santals recae en el sistema admi nistrativo inglés tomado en su totalidad, junto con los zaminda (terrate nientes) y mahajans [banqueros] . Porque fue el sistema admini administr strati ativo vo inglés el que creó zaminda y mahajans para satisfacer satisfacer su propia necesidad de explo tación y gobierno y el que los ayudó, directa e indirectamente, al ofrecerles su protección y patronazgo  •

Habiend (más identifcad clnialism, es decir, al Raj cm sistema y en su ttalidad que en alcualquiera de sus defrmacines lcales), cm la causa principal de la rebelión, su resultad adquiere valres radicalmente di ferentes en ls ds texts. Mientras Hunter es explcit en su preferencia pr una vctria en favr del régimen, Ray l es igualmente en favr de ls rebel es. n crrespndencia cn ell, cada cual psee una perspectiva que se destaca en agud cntraste cn la del tr. a de Hunter planta que la cns lidación del dmini británic cn base en una administración refrmada, evitará las jacqueies que estallan pr su incapacidad de prteger a ls adivasis [p blación blación censada] expltadres nativs, ls transfrmará en una fuerza tribal de trabaj móvildey ls abundante, empleada de ymanera prnta y pr vechsa pr ls terratenientes indis y la «iniciativa inglesa». Para Ray, el acntecimient es «el precursr de la gran rebelión» de 1857 y un eslabón esencial en la prlngada lucha del puebl indi en general, y de ls campe  N.E. Ma-bap. Lteralmente madre y padre Témino utilizado frecuentemente para representar e ideal de u n a eación paternalista entre los campesinos y el gobierno colonal.  Ra op cit p. 318 75

 

RANAJI RANA JI Gu HA

                                                                                  3 5     hoo                                                 E estruendo estruendo de a ass bataas concretas concretas d e a  a insurrec insurrección ción s e ha h a camado Pero sus ecos han seguido vibrando a través de os años aumentando en voumen mientras más campesinos campesinos se unían unían a a ucha uch a E toque de trompeta que amó a os Santals a a bataa    sse eaa escuchado escucha do en otras paes de país en tiempos de a Hue H uega ga de Añi Añi  en 1860, a Subevación de Pabna y Bogra en 1872, e A zamiento zamiento Campesino Campesino Marath M arathaa en Poona y A hmednagar en 1875-6. Finamente iba a confuir en a eigencia masiva de campesinado en todo e país de

zamindars rs y prestamistas prestamistas   ¡ Goria a os Santas Santas fin de a opresión de s s zaminda in inmo moa ae ess que   mostraron e camino a a bataa! La bandera de a ucha miitante desde entonces ha pasado de mano a mano a o argo y ancho de toda a india 3



                                            Pashchmbanga Pdeshk Kshak Sabha          Las amas de fuego fuego encendido encendido hace h ace cien años añ os por os máires má ires campesinos campesinos de a insurrección Santa se etendieron a muchas regiones en toda a India Se podía ardiendo amas endea os rebeión cutivadores de añi de Bengaaver(1860), en aesas subevación raiyatsdedeosPabna y Bogra (1872), en a de campesinado Marathan de Deccan (1875-6). E mismo fuego fue encendido una una y otra otra vez en e curso de as rebeiones campesinas campesinas Mopa Mo pahh en Maabar Maabar  Ese fuego no se ha etinguido todavía sigue ardiendo en os corazones de os os campesi campesinos nos indios indios    37

35 bd, p 340 36 L Natarajan (1953) Pasant Upsings in Inia 18501900 Bombay, pp 312 37 Abdulla Rasul (1954) Santal Bihr Amar Kahini. Calcuta, p 24

6  

 POSA DE CONTA-INSUENCIA

rescatar Evidentemente, la historia de el lapropósito insurgencia de tal del discurso continuum terciao que condena c ondena consistea jaquee en tratar de a asimilarse con «la Obra de Inglaterra en la India», ordenándola a lo largo del eje alternativo de una prolongada campaña por la libertad y el socialismo. No obstante, como sucede con la historiografía colonialista, éste también resulta ser un acto de apropiación que excluye al rebelde como sujeto consciente de su historia e incorpora a ésta tan sólo como elemento contingente de otra historia, cuyo sujeto es también otro. Así como el sujeto real del discurso secundario no es el rebelde sino el Raj y la burguesía india, el del discurso terciario del tipo Historiadelaluchaporlalibertad, es entonces una abs tcón llamada ObreroyCampesino, un dea en ugar de a eonadad hs tóca rea de nsurgente, que lo reemplaza en el tipo de literatura que acabamos de analizar. Decir esto no es, por supuesto, negar la importancia política de tal apro-

piación. Dado que cada lucha por el poder de las clases históricamente ascen dentes, en cualquier época, involucra la apuesta por una tradición, es totalmente congruente que los movimientos revolucionarios de la India reclamen entre otras, a la rebelión Santal de 1855, como pae de su herencia. Pero a pesar de lo noble la causa e del instrumento tal laapropiación, ésta es conduce a la mediación de de la conciencia insurgentedepor del historiador, decir, de una conciencia del pasado por otra conciencia, condicionada por el presente. La distorsión que emana, necesaria e inevitablemente, de este proceso, está en función de la brecha existente entre el tiempoacontecimiento y el tiempodiscurso, que hace que la representación verbal del pasado sea poco precisa, en el mejor de los casos. Y dado que el discurso versa en esta instancia especíca sobre propiedades de la mente actitudes, creencias, ideas, etc., más que sobre externalidades que son más fáciles de identifcar y describir, la tareaNodehay su nada  representaciónhistoriografía se riografía  torna aún  pueda más complicada que de arcostumbre. completaompletaeliminar hacer para elimin pueda hacer nada  que la histo mente puedee hacer Lo  que sí pued nte a su  su  óptica. Lo  inherente sión, por qque ue es inhere or  r sión, nte   tal dist o sin em como un métrica, ca, es decir   como mo para aramétri rsión   co como istorsión conocer  cer   la disto o, es re recono embarg bargo, dat o que dete podría dría ngir que que po ando de f fngir rcicio,   dej dejando ejercicio, orma mism mismaa del   eje rmina   la f orma determina  atar   plenam enton nces se lo. Sólo  Sólo  ento econstruir lo. plenamee nte l a concien y  r econstruir  cia del pasado y  conciencia odr á red con-esta   con distancia cia entre esta cativa,, la distan te signifi significativa ra realmen realmente anera reducir, ucir,   de mane iencia na   llegar a una para llegar ell a como para riador tiene tiene de ell  historiador epción qu quee el histo  y la perc percepción cia y  r oxi situ tuala  si icionar. ar. En la  ede amb ambicion se  pu puede oxima áximo o que se  cana,  qu quee es lo máxim ción cer cana,  mación  ión ió n actual , la bre breccha es e es en n ver dad ta tan n anch  anchaa, que hay m muc ucho ho má m á s que  que un un   nivel 77

 

RAN IT GU A

inevitale literatura punto. sobre Esto sea puede demostrar de con error sólo en una lamirada reveexistente a algunossobre de losestediscursos rebe lilióó n d e 1855 .

 La religiosidad fue, según todos os relatos, central en el hool. La noción de poder que o inspiró se expresaa en ideas, actos y palaras que como tales, eran de naturaleza explcitamente religiosa. No era que el poder fuese un contenido envuelto en una forma externa a él, lamada religión: Fue un asunto de estar ambos inseparablemente condensados, como el signicado y su signifcante (vagahaviva amprkatu en el idioma de esa violencia masiva. De ahí a atribución del alzamiento a un mandamiento divino, en ugar de a

os agravios específicos; a realización de ritos antes (p.ej., ceremonias propiciatorias para alejar el apocalipsis de Lag y Lagini, as Serpientes Origi narias, distrbución de telindur. etc. y durante el alamiento (p.e. adorar a a diosa Durga; bañarse en el Ganges, etc.; el surgimiento y circulación e mitos en su forma característica: el rumor (p.ej. sobre el advenimiento del «ángel exterminador» encarnado en un búfalo, el nacimiento e un héroe prodigioso de una virgen, etc. La evdencia es a a vez abundante e inequí voca sobre este punto. Las declaraciones de os protagonistas principales y sus seguidores son todas enfáticas y hasta insistentes acerca de este aspecto de su ucha, como debe resultar obvo incluso en os pocos fragmentos de as fuentes que reproducimos en el Apéndice. En suma, en este caso ni siquiera es posile hablar de insurgencia, salvo como una conciencia religiosa, o que equivale a decir, como una demostración masiva de autoenajenación (para prestarnos un término marxista que descie a esencia misma de a religiosi dad que haría inducido a os reeldes a mirar su proyecto como predicado por una voluntad distinta a la suya: «Kanoo y Sedoo Manjee no están pelean do. E propio Thacoor [Dios] va a pelear»  • ¿Qué tan auténticamente ha sido representado este fenómeno en el dis curso histórico? En a correspondencia ofcial de a época se lo identicó como 38



 NE Aceite y bermeón, de uso ritual 38 Los eejempos jempos son demasiado numerosos para citaros en un ensayo de esta esta extensión, extensió n, pero para agunos ejempos véase More Hapram K Reak Katha cap 79, en A Mitra (ed, Dist Handb: Bankura (Calcuta, 1953. 39 Apéndice fragmento 2 78

 

lA PA DE CNTA-INUGENCIA

un caso de «fanatismo» a insurrección duraba ya tres meses y segua con rza cuando JR Ward, Comisionado Especial y uno de los administra dores ue rza más importantes en la región de Birbhum, escribió desesperado a sus superio res en Calcuta: «He sido incapaz de atribuir la insurrección de Beerbhooln a algo más que al fanatsmo». El lenguaje que usó para describir el fenómeno resulta tpico de la respuesta sobresaltada y culturalmente culturalm ente arrog arrogante ante del colo nialismo decimonónico ante cualquier movimiento radical inspirado en una doctrina nocristiana por parte de una población sometida: «Estos Sonthals han sido inducidos a unirse a la rebelión, rebelión , por una creencia queSer puede rastrearse claramente hasta sus hermanos en Bhaugulpore, de que un Todopoderoso

su & inspirado ha aparecido como el redentor de su Casta  su gnorana & su perstón fue fácilmente convertida en un delo relgoso que no se ha deteni do ante nada» El mismo lenguaje se encuentra en el artculo de Calcutta evew. En él, se reconoce al Santal como «un hombre eminentemente religio so» y su rebelión se compara con oas ocasiones históricas en las que «el esp ítu fanátco de la sup etón relgosa» haba sido «incitado para forta lecer y provocar un conflicto ya listo a estallar, basado en otras razones» 4 1 • 4 0



erocitado el autor da a est un comprensivo, gro signifcativamente diferente al el infrme All, identifcación un Guardia poco atrapado en la explo sión del hool, se muestra impresionado por la espontaneidad de «un delirio religioso religio so que que no se deten detenaa ante nada» En contraste, el artculo escrito cuando el régimen haba recuperado confanza en s mismo gracias a una campaña de ersecución e incendio en las zonas de los disturbios, interpreta la religiosi ad como un truco propagandstico utilizado por los lderes para mantener en alto la moral de los rebeldes Al referse, por ejemplo, a los rumores mesiánicos ue circulaban, dice: «Todas estas ridiculeces sin duda fueron nventadas para 42



antener a ntenerosen insurgentes alto el coraje la numerosa chusma» Nada podra«chusma», ser más elitista sondevistos aqu como una inconsciente espojada de voluntad propia y manipulada a gusto por sus jees ero un elitismo como éste no es sólo un rasgo de la historiografa colo ialis ta ta El discurso terciario de la variedad radical exhibe el mismo desdén  r la conciencia poltica de las masas campesinas, cuando está mediada por l a r eli eligiosidad ara un ejemplo de ello, volvamos al relato de Ray sobre la   P 8 Nov. 1855; Wad to Govenment of Bengal {13 de Octube de 1855). Énfsis adicional    Anon, op. cit., p. 243. Énfasis adicional.    !bid, p. 246. Énfasis adicional. 79

 

RAN UH A

sulevación. Cita las siguientes lneas del aculo de Calcua versión algo imprecisa pero todava claramente reconocile:

Reew,

en una

Seedoo y Kanoo Seedoo Kanoo estaban estaban sentado sentadoss de noche noc he en s hogar hog ar revolvendo revolvendo mchas mc has cosas . . . n pedacto de papel cayó en la cabez cabezaa de Seedoo, Seedoo, y súbtamente sú btamente el Thakoor (dos) aparecó ante la mrada asombrada de Seedoo y Kanoo; se parecía a n hombre blanco, anqe vestdo al estlo natvo; en cada mano tena dez dedos; sostenía n lbro blanco, en el qe escrbó; el lbro y con él

20 pedazos de papel. .. lo presentó a los hermanos; ascendó y desaparecó. Otro pedazo de papel cayó sobre la caza de Seedoo y lego vneron dos hombres. . . le nsnaron nsnaron el sentdo sentdo de la orden orden del Tha T hakoor, koor, e galm g alment entee desapareceron. Pero no sólo hbo na aparcón del sblme Thakoor; cada día de la semana por n breve período, él hzo saber de s presenca a ss apóstoles favortos... En las págnas plateadas del lbro y sobre las hojas blancas de los trozos seltos de papel, había palabras escrtas; posterormente éstas eron descfradas por los Sonthals letrados, capaces de leer e nterpretar;; pero s sgnfcado pretar sgnfcado ya había sdo sfc s fcent entemen emente te explcado a los los dos Iíderes43 •

Con lgunos cambios de detalle (inevitables en un folklore vivo) éste es, en verdad, un relato bastante auténtico de las visiones que los dos lderes Santal creyeron haber experimentado. Sus declaraciones, reproducidas parcialmente en el Apéndice (Fragmentos 3 y 4), lo conrman. Entre paréntesis, no se trata aqu de pronunciamientos públicos con nes de impresionar a sus seguidores. A diferencia de «El Perannah del Thacoor» (Apéndice: Fragmento 2) dirigido a hacer conocer sus opiniones a las autoridades antes de la sublevación, éstas eran las palabras de cautivos que esperan la ejecución. Digidas a interrogadores lidad como propaganda. hostiles En en boca campamentos de hombres militares, de unahabran tribu que, tenidosegún poca toda utireferencia, aún no haba aprendido a menti4 , ellas representaban la verdad y nada más que la verdad para quienes las profean. Pero eso no es lo que Ray quisiera atriuirles. Lo que fgura como una mera insinuación en Calcua Ree se eleva al status de un sofsticado aparato de propaganda en sus comenta rios introductorios sobre la sección citada arriba. As: 43. Ibid, pp 2434 Ray, op cit, pp 3212 44 44 Esto Esto es de aceptación ge gener neral al Véase Véase,, por eejem jem plo plo,, la obseación de Sheill {1854) sobre la verdad como «sagrada» entre los Santals «ofreciendo en este aspecto un ejemplo brillante a sus mentirosos vecinos, los bengales» Geograpical ad Statstical Repo o te Oist Baguo Calcuta, p 32 80

 

A RSA D NRA-NSRNA

Tanto Sidu como Kanu sabían que el slogan (dhwa que iba a tener más efecto entre los atrasados Santals tenía que ser religioso. religioso. Entonces, para inspirar a los Santals a luchar, ellos dndieron el rumor de la directiva divina en favor de iniciar tal lucha. La historia inventada (kaita) por ellos es la si guiente4 .

Hay poco aqu que diera de o que un escritor colonialista tenda que ecir sobre el supuesto atraso del campesinado Santal, os designios manipu ativos de sus Esderes oenoscada usosunodedea estos religión comoRay un oinstrumento dey tal nipulación más, puntos hace mejor es, a o mucho, el más explcito de os dos autores en atribuir, sin evidencia algu a, una grosera mentira y un directo engaño a os jefes rebeldes La invención es toda suya y testimonia el fracaso de un radicalismo supercial en concep tuar a mentalidad insurgente salvo en términos de un secularismo incontami ado Incapaz de asumir a religiosidad como una modalidad central de a conciencia campesina en a India colonial, no se atreve a reconocer su capaci ad mediadora para el concepto campesino de poder y para todas as contra cciones que de ello resultan Por ende, se ve obligado a racionalizar as ambigüedades de a poltica rebelde, atribuyendo una conciencia secular a os eres y una conciencia sobrenatural a sus seguidores y haciendo de éstos ctimas inocentes en manos de hombres astutos munidos de todos os trucos e un poltic indio moderno a a caza de votos rurales Hasta dónde puede oducir al historiador un razonamiento de este cuño, puede verse con mayor ardad aún en a proyección de esta tesis a su estudio del ulgulan Birsaite en  trabajo posterior de Ray, donde escribe: mecanismo Para propagar esta que su doctrina religiosa, adoptó un nuevo kaushal al igual lo hizo Sidu, el líderBirsa* Santal, en vísperas de la rebelión de 1855. Birsa sabía qe los Kol eran un pueblo muy atrasado y lleno de supetión religiosa como consecuencia de la propaganda misionera hindúbrahmá brah mánica nica y cristiana cristiana entre entre ellos durante durante u n largo largo período. período . Entonces, no n o era conveniente evitar la cuestión de la religión si el pueblo Kol iba a ser liberado de las malignas malignas influencias influencias religiosa religiosass y atraído al camino de la rebelión. Más Má s bien, para superar la mala mala influen influencia cia de las religiones religiones hindú h indú y cristiana, iba ib a a ser necesario propagar entre ellos su nueva fé en nombre de ese mismo Dios   ay op c, p 32 Énss adconal

al» de Munda Munda,, en Bengala «ribal» de la gene «rib ilenasa iliane de oviienoo ilenasa de un oviien • N  E. : Líder de 81  

RANAJIT uH A RANAJIT

syo, e introdcir nevas normas

Con ee n había ha bía que recur i era pre preco co a la men ira ira eenn lo ine ineree ree el p ueb ueblo. lo.

Birsa propagó el rmor de qe él había recibido esta s neva religión de la deidad prncipal de los Mndas el Sing Bonga en persona46 •

Así, el historiador radical es llevado or l lógica de su roia incomrensión, a atribuir una mentira intencionada a uno de nuestros más grandes re beldes. la ideología de ese oderoso (levantamiento) no ha bría sidoPara nadaél, más que un uro invento. Pero ulgulan Ray no está solo en su lectura equivocada de la conciencia insurgente. Baskay le hace eco, casi alabra or alabra, al describir la visión del líder Santal sobre el aoyo divino al hool como mera roaganda dirigida «a insirar a los Santals a alzarse en rebe lión»7 . Formulaciones como éstas se dulican en otros textos del mismo gé nero, que solucionan el acerijo del ensamiento religioso entre los Santals, ignorándolo or comleto. Un lector que se base en los ensayos alguna vez influyentes de Natarajan y Rasul como su única fuente de información sobre la insurrección deAllí855, sosechará religiosidad en aquel gran acontecimieno. se loaenas reresenta en alguna sus asectos secula exclusvamente res. Claro que esta acitud no se restringe a los autores mencionados en este ensayo. La misma mezcla de mioía y rechazo direco a mirar lo que surge de la evidencia, caracteriza a la mayor ae de la literatura existente sobre el tema. XIV

¿Por qué el discurso terciario, hasta en su variedad radical, es tan reticente a comrender el elemento religioso de la conciencia rebelde? Porque sigue atraado en el aradigma que insiró al discurso colonialista, ideológicamen te contrario, de los tios rimario y secundario. En todos los casos, esto es consecuenia del rechazo a reconocer en el insurgente al sujeto de su roia historia. Toda vez que una rebelión camesina ha sido asimilada a la trayectoria del Raj de la Nación o del Pueblo, se vuelve fácil abdicar de la resonsabilidad que tiene el historiador de exlorar y describir la conciencia esecífca de cada rebelión y contentarse con atribuirle una conciencia trascendental. En términos oerativos, esto equivale a negar a la masa de rebeldes una voluntad roia, reresentándolos como simles instrumentos de otra voluntad. Es así 46. Ray (1970) Barater Baiplabik Samgramer Itias Tomo 1 Calcuta, p 95 Énfss adconal 47. Dhirendranath Baskay (1976) Santal Gamasamgramer Itias Calcuta p 66 82

 

lA POA DE CONAINUENCIA

ue  istoiogfí cooniist ve   insugenci coo  ticución de un espontneidd pu ue enfent  vountd de Estdo encnd en e Ra. Si cso se tibuye gun concienci  os ebedes, sóo se  cedit  un puñdo de sus dees, o con ás fecuenci,  gunos individuos o peueños gupos de  nobez eno. Nuevente, en  istoiogfí buguesncionist, o ue se ee en todos os oviientos cpesinos es un concienci de éite en cidd de fuez otiz. Esto  evdo  coss otescs coo  ccteizción de  Rebeión de Añi de 1860 coo tn «e ie oviiento de ss novioento» y, en gene,   ectu de tos s ucs popues en  Indi u dunte os pieos ciento veintinco ños de doinio bitánico, coo pecusos espiitues de [Ptido e] Congeso Ncion Indio. De ne sii,  especificidd de  concienci ebede  sido eudid tbién po  istoiogfí dic. Esto se debe  que está cecd po un concepto de s subevciones cpesins coo si fuen un seie de conteciientos odendos en ne diect de descendenci un eenci, coo se    enudo, donde todos os eeentos poseen  is eneog y se epicn ente s po su copoiso con os idees ás eevos de ibetd, igudd y ftenidd. En est visión istóc de  istoi e  insugenci, todos os oentos de  concienci se siin  oeno útio y ás eevdo de  seie, en vedd,  un Concienci Ide. Un  istoiogfí dedicd  pesegui t Concienci (incuso cundo o ce, entbeente, en nobe de xiso), se   pepd p nej s contdicciones que en eidd son  tei de que está ec  istoi. Ddo que se supone que este Ide es de cácte enteente secu, , os que ceen en é tienen que pt  id cundo se ven confontos con evidencis de eigiosidd, coo si est úti no existie, o bien  enen ue expic cono un fude inteigente y bien intenciondo, pepedo po unos cuntos dees iuindos sobe sus seguidoes ibécies, odo o cu, po supuesto, se ce en s de «os inteeses de puebo». A ti de , e te ico en itos, itos, uoes, espenzs en un Edd Dod y teoes de un in de Mundo ininente, que nos b de  uton jención de ebede se desgst  tvés de este discuso bstcto y esté    Poco puede ce p iuin es cobinción de sectso y iitnci, iitnci,   e es un sgo tn ipotnte de nuest istoi u. Qued fue de su 48

 o gesh Chanda Bagal (ed) (953) Peasant revolution in Bengal. Calcuta, p 5 83

 

RANIT u HA

comprensión la ambigüedad de fenómenos tales como los acaecidos durante el movimiento Tebhaga en Dinajpur, donde aparecían campesinos musulmanes viniendo al Kisan Sabha «inscribiendo a veces un martillo o una hoz en la bandera de la Liga Musulmana», o jóvenes maulas «recitando versos melodiosos del Corán» en reuniones de aldea, mientras «condenaban el sistema jotedari  y a práctica prácti ca de cobrar intereses interes es elevados eleva dos9  La rápida transformación de la lucha de clases en conflictos comunales* y viceversa, provoca en este discurso alguna apología bien urdida, cuando no un simple desconcieo, pero ningu na explicación genuina. Sin embargo, esta historiografía no fracasa únicamente en su compren sión del elemento religioso en la conciencia rebelde. La especifcidad de una insurrección rural se expresa también en términos de muchas otras contradicciones, que son igualmente omitidas. Cegado por la luminosidad de una conciencia perfecta e inmaculada, el historiador no ve otra cosa que solidaridad en la conducta rebelde, ejemplo, ycon no un consigue ver de su insurgencia Otro, es decir, la traición. Inflexible en supor compromiso concepto como movimiento generalizado, subestima el poder de los obstáculo interpuestos por el localismo y la territorialidad. Convencido de que en una sublevación rural la movilización fluye exclusivamente de una autoridad global de élite, tiende a descaar la actuación de muchas otras autoridades que forman pae de las relaciones primordiales de una comunidad rural. Preso de abstracciones vacías, el discurso terciario, incluso el de tipo radical, sólo se ha distanciado hasta el momento de la prosa de contrainsurgencia mediante declaraciones emocionales. Todavía tiene que puede atravesar un camino largo actuación antes de poder comprobar que el insurgente apoyarse en sumuypropia para recuperar su lugar en la historia. Abreaturas

 Boards Collections, India Oce Records (Londres)  ort William Judicial Consultations en BC  Judicial Proceedings, West Bengal State Archives (Calcuta)  Maharaja Deby Sinha (Nashipur Raj Estate, 1914) 49. unl en 197 graan struggle in Bengal, 194647 Nueva Delh p 49

• N . d e T. e eee a conlctos conlctos cconal cconales es ente «comu «comundad ndades» es» elgosas étncas etc. m ás notablemen notablemente te ente hndúes y musulmanes.

84

 

LA POSA  CONTA-NSUNCA

APÉNDICE

rgmeno 1

Yo vine a saquear... saquear...Sidoo Sidoo y Kaloo [ Kanhu] se decla declarar raron on Ra Rajas jas & [dijeron e] ellos iban a saquear lodo el país y a tomar posesión de él, también dijeque] qu on, nadie nos puede impedir porque es la orden de akoor. Por este motivo todos hemos venido cn ellos. ene JP 19 de juio 1885: Declaracin de Balai Majhi (14 de julio de 1885) u ene gmeno 2

El hacoor ha bajado a la casa de Seedoo Manjee, Kanoo Manjee, Bhyrub y Chand, en Bhugnudihee en Pergunnah Kunjeala. El hakoor en persona está conversando con ellos, él ha bajado del Cielo, él está conversando con Kanoo y Seedoo, los Sahibs y los Soldados blancos van a pelear. Kanoo y Seedoo Manjee no están peleando. El hacoor mismo va a peear. Entonces Uds. Sahibs ydel]Soldados el hacoor mismo. Madre satisfechos Ganges va venir [ayuda hacoor.pelean Va a contra llover fuego del cielo. Si están con elenhacoor, entonces tienen que ir al otro lado del Ganges. El hacoor ha ordenado a los Sonthals que hay que pagar 1 anna de renta para un arado de buey. Para un arado de búlo 2 annas. El reino de la Verdad, ha comenzado. Se administrará usticia verdadera. Al que no hable la verdad no le será permitido quedarse en la ierra. Los Mahajuns han cometido un pecado grande. Los Sahibs y el amlah han hecho todo mal, en esto los Sahibs han pecado mucho. Los que cuentan cosas al Magistrado y los que investigan casos para él to man 70 elu hacoor 80 rupiasmeconha gran opresión, en esto pecado. Por este motivo ordenado diciendo quelosel Sahibs país nohan es de los Sahibs... Sahibs ... P.S. Si Uds. Sahib están de acuerdo, entonces tienen que quedarse al otro ado del Ganges, y si o están de acuerdo no pueden quedarse de aquel lado el río; va a llover fuego y todos los Sahibs serán muertos por la mano de Dios en persona y si Sahibs pelean con mosquetes el Sonthal no será golpeado por as balas y el hacoor va a dar sus Elefntes y caballos por voluntad propia a os Sonthals... ...si si pelean con los Sonthals dos días serán como un día y dos oches como una noche. Ésta es la orden del hacoor. Fue nt  : JP, 4  de   aonnt ee:1262)

Frgmeno 3

Oct ubre ubre de de   18 18555:  5:   «El Perwann Perwannaah del   Thaco hacoor  or » (fecha (fechad do 10  10 

Entonces los Manjees & Purgunnaits se reunieron en mi erraza & conver Entonces sb amos durante 2 meses, «que Pontet & Mohech Dut no escuchan nuest ras ras 85

 

RANAI uH A RANAI

uejas & nade se comporta coo nuestro Padre & Madre» luego un Dos des cndó del celo en forma de una rueda de carretón & me djo «Mata a Pontet & el Darogah & los ahajuns & entonces vas a tener justca & un Padre & Madre»; entonces el Thacoor volvó a los celos; después de esto: 2 hombres coo Bengales vneron a m terraza: cada uno tena ses dedos medo pedazo de papel cayó en m cabeza antes de que vnera el Thacoor & la otra mtad cayó después. Yo no podía leer pero Chand & Seheree & un Dhoe lo leyeron y djeron «El Thacoor te ha escrto para pelear contra los Mahajens & entonces vas a tener justca»... justca»... Fut J, 8 de novembre de 18: «Examen de Seedoo Sonthal, úimo Thacoor». gmto 4

En Bysack el Dos descendó en m casa, yo mandé una perwannah al Sahb Burra en Calcuta Calcut a... escrbí que el Thaco Thacoor or había vendo ven do a m casa & estaba conversando bajo m cargoconmgo & yo tenía & había que pagar avsado todasa las todos rentas los alSonthals Gobernoque& no bantenía a estar que oprimr a nade & los zandars & Mahajans estaban cometendo gran opre són sacando 20 p por una & yo ba a colocarlos a dstanca de los sonthals & s no se ban, a pelear con ellos. *

Ishwar era un hombre blanco con sólo un dootee & chudder se sentó en el suelo coo un Sahb escbó en este pedazo de papel. Me do 4 papeles pero después presentó 16 más. El thacoor tenía  dedos en cada mano. No lo veía en día.alSólo lo veía de noche. Entonces los sonthals se reuneron en m casa parael ver thacoor. *

[ En Maheshpur] la tropa vno & tuvmos tuvmos una pele peleaa... .. . después, vendo que los hombres de nuestro lado estaban cayendo, ambos nos dmos la vuelta dos veces sobre ellos & una vez los echaos, entonces hce poojah [acto de ado racón] ... & luego vineron muy muchas balas & Seedoo & yo, ambos estába mos herdos. El thacoor había dcho «va salr agua de los mosuetes» pero m tropa cometó algún crmen, por eso las predccon[es] del thacoor no se cumpleron, unos 80 sonthals fueron muertos. *

odos los papeles en blanco cayeron del celo & el lbro donde todas las págnas están en blanco tambén cayó del celo. ut JP, 20 de dcembre 18 «Examen de Kanoo Sonthal». 86

 

Rebelión Cpesina y Nacionalismo Indio: el Moiento Cpesino en Awa, 1919-22 Gyan Pandey

n enero de 1921 los campesinos de Awadh irrumpieron en la escena Enacional en la India. Enormes manifestaciones campesinas en los azaes de Fursatganj y Munshiganj en el distrito de Rae Bareli culminaron en ataques armados de la policía el 6 y 7 de enero. En otros lugares de los distrios de Rae Bareli, Faizaad y Sultanpur, la violencia campesina estalló aproximadamente en esea mismo momento, ycon saqueo azaresA (como en ursatganj, ataques los terratenientes atallas con de la policía. decir verdad, durante algunas semanas los erratenientes tuvieron demasiado miedo omo para presentarse en el perímetro de sus fncas. «Ustedes han presenciado en tres distritos del sur de Oudh [Awadh] los inicios de algo parecido a una evolución», oservó Harcourt Butler, Goernador de UP (Provincias Unidas de Agra y Awadh, el Uttar Pradesh actual) en marzo de 1921 Los actos de los ampesinos reciieron tamién una amplia pulicidad en la prensa nacionasta, sore todo después de que Jawaharlal Nehru fuera involucrado en los 1



acontecimientos del 7 de enero en Munshiganj.  aducción de Raquel G utieez utieez y Alison Speddin g, coegida po Silvia Silvia Rivea, del atícu atícu lo Peasant   ot and Indian Nationalism: The Peasant Movement in Awadh. 1919-22", en Ranajit Guha (ed.) (1982)  a lte Stdies I tings on South Asian Histo and Soe Delhi: Oxfod Univesity Pess, 1996   o lec ción acou Butle, Mss Eu  116 (Biblioteca de la India Ofce, Londes) tomo 80; Nota de la t  tevista de Butle con taluqda (v infa), 6 de mazo de 1921 87

 

G vAN  PA N DE 

Prácticamente por primera vez desde 1857, el campesinado de Awadh se había impuesto a la atención de las lites de la India colonial. El debate creció rápidamente. os líderes de la principal agrupación política nacionalista, el del] Congreso, que habían tomado en algunas de las reuniones y[Partido manifestaciones campesinas en los mesesparte anteriores, se disponían ahora a defender a los campesinos en los tribunales y a impedir mayor violencia. os funcionarios coloniales se apresuraron en deliberar sobre una legislación preventiva. «Es obvio desde hace mucho tiempo», dijo uno de ellos, «que la ey de Arrendamientos de Oudh necesita enmiendas»  • os liberales, nacionalistas moderados que se iban alejando del [partido del] Congreso a medida que éste asumía posiciones más militantes, compaían sin embargo tanto la posición gubernamental como la de este partido. Junto a los Congresistas del lugar, algunos liberales apoyado las de demandas los esfuerzos iniciales de organización de loshabían colonos. Después enero dey 1921, fueron los primeros en exigir una legislación para mejorar sus condiciones de vida. as causas subyacentes de la protesta campesina que dieron lugar a estas reacciones, residían en una confguración de relaciones agrarias que habían evolucionado durante un largo período. En 1856, Awadh fue incorporado al gobierno británico directo, según se dijo, para salvar a la provincia de los efectos del mal gobierno y la anarquía. Desde ese punto de vista, el motín y la rebelión civil de 185759 que fue escenario de algunas de las luchas más feroces y de lasA represalias más severas del siglo,deconstituyó un episodio desafortunado. partir de entonces, los benecios la Pax Británica fluyeron sin obstáculo hacia algunos grupos. Entre sus principales beneciarios se contaban cerca a doscientos ochenta tluqdrs* que, debido a su papel en la reciente sublevación, eran ahora considerados «líderes naturales» del pueblo. En su mayoría, los tluqd eran s astócratas) locales, cabezas de linaje, funcionarios y recaudadores de impuestos**, que se habían asegurado una

2 Achivos del Estado de Utta adesh, ucknow (en adelante: AEU) Depaamento de Administación Geneal (en adelante: DAG), Expediente 50/1921 KW: Comisao, Divsión de ucknow al Secetaio Jee Up 14 de eneo de 1921  NE enedo de deechos sobe una taluqa, o sub-división egional que compendía vaias mahals (unidades tibutaias) en Awadh   N de  En el oiginal tax-mes; es deci, indiduos no empleados dictamente po el gobieno, peo que obtenían contatos pvados paa la ecaudacón de impuestos en nombe del Estado, pemitiéndoles coba las sumas que quisiean siempe que cumpliean con el contato [NE: Una instución paecda a la lictacón de diemos, ue el efugio de una clase teateniente en decadenca en los andes bolianos de la ea epublcana]

88  

 CPS Y COSO O

poscón ndependente en el terrtoro antes de que éste uera anexados por los brtáncos, y la compaan con un puñado de «metoros jees» (NT lea les a la causa brtánca) que se ceron acreedores a las ncas decomsadas a los rebeldes más notoos A esta multtud abgarrada los nuevos gobernantes le conreron ormalmente mucos de los derecos de la gent terratenente de Gran Bretaña Ellos se asentaron sobre tres quntas partes del área culva da de Aad a cambo del pago regular de rentas y el apoyo en la mantencón del orden en el campo La poltca brtánca se drga aora a garantzar a los tluqdrs la rqueza, rango y segurdad necesaros para cumplr este papel La ampltud del compromso brtánco con los tluqd se muestra en lo que en los años 1890 escrbera Harcou Butler: para fines poltcos «los Taluqdars son ud»3 Conforme a la Ley de Propedades Endeudadas (Encumb (Encumbered ered Esttes ) de 1870 y otras meddas ulterores, los admnstradores colonales acep taron ncluso garantzar las propedades tluqdr nsolventes, asumendo su dmnstracón asta por vente años, aunque esto fuera en contra de todos sus prncpos de economa poltca Se ceron algunos esfuerzos para garantzar los derecos ntermedaros de otros grupos tradconalmente prvlegados: propetaros aldeanos, comu dades que controlaban varas parcelas de terra con ttulo prondvso y colonos prvlegados de dversa categoa Esto era en parte necesaro debdo como  la prolongada los Rajputsresstenca Parar dedeAmsn mucos Pargana de estos y lospropetaos subpropetaros de rango del menor, eudo del Raja de Prpur (ambos en el dstrto de Fazabad) 4  Legalmente y en térm nos de poder concreto, estos grupos ntermedaros retenan algo de su ante or poscón en el tluqd as como tambén en las áreas no-tluqdri de Awad 5  Sn embargo, la Pax Brtánca y los subasentamentos de los años

Awad  Sn embargo, la Pax Brtánca y los sub asentamentos de los años 1860 tendan a r en contra de los ntereses de estas clases nerores Por lo general, quedó estpulado que los subpropetaos pagaran el arren o al Goberno, más un 10 a 50% adconal As, eran ellos los que cargaban con todo el peso de los ncrementos en las rentas, mentras los tluqd elu De lhi tury ry Delhi Centu 3 T R  eteenth   Cen Nineteenth ds and the India   in the Nin landlor ds Raj: Noh Noheern India Land, landlor  the Btish Raj: R   Metcalf ( 1 979) Lan cture in Indian  stcture  98. Veáse ta and soal st (comp).. Land control control and  (1969)   (comp) ykenergg (1969) F rykener en  R.E. Fr tamén Metcalf en htor tor  Madi  so son, p.  1 4 7   

  !d pp 1313 troll  n U P 1 8 6 0 ontro cal al con nd  so soc 5  J .   Mu nt   and  ageme ment anage state te man rds   o  t h e   lan nd   lo lords landd esta rds   and ndlo lords e «La «Land sgrav ave Musgr   20» Mo Asian Stuis 6 (3) July 197. 89

 

GYAN PANDEY

dían cualquier nueva obligación. n los años que siguieron al término de la primera ronda de composiciones y subcomposiciones, los subpropietarios menores menore cadafrente vez mása de sus restantes derechos frente fren teMuchos a los uqd hastas perdieron cierto punto, prestamistas y otros extraños. grupos y, de colonos, alguna vez privilegiados, también sufrieron pérdidas en el proceso general de elevación de rentas. l Gobierno contribuyó directamente a estos acontecimientos. n las fincas bajo administración gubernamental d Mehdona,, Kaprad Mehdona Kapradih ih y Sehipur en el distrito d e Faizabad, Faizabad, por ejemplo, se realizaron varios arrestos de subpropietarios por no haber pagado Las rentas completas; y dode los coloos pagaba tasas educidas sólo po los voes del taluqda si deecho legal basado e u título popiedad bieo bie o se esfozó esfo zó eé ealguo é gicam gicamet etee paa eleva los los de aie aiedos dos hastaateio, el ivel elde Golos que pagaba los agicultoes comues 



Así, entre Los colonos, Los Brahmanes y Thakurs sufrieron una reducción progresiva tanto en términos de Los niveles de renta favorables, como en el área de tierra que Les era arrendada. Sin embargo, La presión sobre ellos fue Leve en comparación con La ejercida sobre Los Kurmis y Muraos, castas agrícolas con fama de ecientes, que conformaban una parte considerable de Los colonos, Llegando cerca al millón de personas en Awadh en Los años 1880. n Rae Bareli, en La década que siguió a Los primeros asentamientos regulares en el distrito, Los precios sólo subieron gradualmente, pero el incremento de Los arriendos sufrió variaciones entre Lo que se describía como aumento «nomi-

nal» y un 3080%, aunque en un par de casos Llegó al 100% 7 • Con Los asentamientos uqd, La mayor parte de Los habitantes de Awadh (algo menos que 11.5 millones en 1881 y más de 12 millones en 1921), había perdido ya en todo caso La totalidad de sus derechos, que al principio no estaban registrados pero Luego fueron excluidos del registro. a gran mayoría [ennw] en pequede agricultores en colonos precarios ñas propiedades,seo convirtió en jornaleros sin tierra. n el distrito de ucknow a principios de los años 1880, sólo 0.5% de La población agricola poseía más de 50  Metcalf e Fkeberg, op ct, p 1334 éase també {1883) ol/io of Pp Rltig to th oditio of th Tt d th Wog of th Pst Rt Lw i Odh Allahabad,  tomos 7 Ibd, tomo 1, p 135 90

 

REELN CAMPENA Y NACONAMO NDO

ighs de tierra (una bigh 5/8 de acre). 6% posea entre 20 y 50 bighs, b ighs 11.5% entre 10 a 20 bighs,  y 3 9 . 5 % menos meno s de 5 bighs. Esto sucedia en

tiempos en que los funcionarios, a quienes difcilmente se les podra acusar de generosidad en estos asuntos, consideraban que un agricultor necesitaba cuan do menos 5 bighas para vivir razonablemente». El restante 27.5% 27.5% de la población agrcola de Lucknow fue clasicado como jornaleros sin tierras.ª En vaas ocasiones, la resistencia de los colonos Kurmi y otros9 no consiguió más que desacelerar estos procesos en áreas especfcas. Tampoco la legislación, dirigida a proporcionar una seguridad módica a los desprotegidos colonos y algo de control sobre el nivel de aumento de los arriendos, fue capaz de detener signicativamente Los terratenientes demasiados ases en la manga,ella deterioro mayora degeneral. ellos regalo del propio Rajtenan Británico, como para verse afectados seriamente por estas amenazas de papel. Ellos recau daban arriendos más altos que lo permitido, instituyeron un sistema de impues tos noociales donde el arrendatario pagaba una elevada prima o nzn para ingresar o reingresar a una parcela, y con frecuencia ignoraban la ley por com pleto10. En la década de 1870, C.W. McMinn señaló que el poder luqdr era todava grande e incluso, en algunos aspectos, «más absoluto» que antes, aunque ahora (estando constreñido a canales más estrechos) utilizaba «recursos 11

 luqd más mezquinos» concentraban ahora sus en terrenos exprimir sus propiedades paraLosextraer ingresos, sin preocuparse poresfuerzos mejorar sus

o por proteger a los colonos y dependientes antiguos. Los campesinos de Pratapgarh descbieron en su propia jerga esta situación conversando con el Sub Comisario del distrito en 1920. Refriéndose a la murd froshi knun (literalmente, la «ley de venta del cadáver), es deci, la ley que permita el aumento inmediato del arriendo o, caso contrario, la venta del terreno al deceso del arrendatario, ellos decan qu haba surgido un nuevo tipo de Mahabrahman (el más bajo de los Brahmanes por el hecho de que vive exclusivamente de dones unerarios). El único objetivo de este personaje era rezar para que hubiera epi 8 !bid; tomo 2, p. 400 9  F.W. Pote, Fial sttlmt rport of th Allahabad District (All (Allaha ahaba badd 1878) , pp. 47  8; S. Gopal Gopal (  9 7 5), Jawaharlal Nhru: a biograph tomo I, ondes, p. 46. 0. Veáse G  Pande (1978). Th ascda ascda  of of th ogrss i  Uttar Pradsh Pradsh 1 926  1934: a study i pct mobiliatio (Delhi 1978) p. 21.   . Citado en Metcalf, La ladlos ad th Raj p. 175. 91

 

GYA  PADEY 

demias de la misma manea que el negociante de ganos eza paa que haya hambun hamb unas, as, de talstemodo que pudie pudieea a e ecoge  una ca cosecha de las hono hono a io ioss murda faroshi. de Mahabahman elcoge teateniente. «Antes que cenizas en en la pia, hay que satisfce al Mahabahman»  • se enf en Como paa aumenta las desgacias de las clases bajas, la pesión demo gáca sobe la tiea y el costo de la vida aumentaon continuamente a pai de fnes del siglo XIX. n estas condiciones, un amplio secto del campesinado de Awadh, fomado tanto po pequeños popietaios como po colonos, se hundió en el endeudamiento. Con el paso del tiempo, estaban cada vez más a meced de sus cultivos mecantiles, sobe todo el aoz y el tigo, paa paga inteeses y otas deudas, y se incementó el áea cultivada dedicada a ellos. a mayo pae de la población ual dependa paa su popio consumo de ga nos infeioes como el maz, cebada, jowar y bajra. Como consecuencia de la ceciente demanda de estos ganos infeioes y de la educción de las áeas dedicadas a su culivo, sus pecios aumentaon aún más ápidamente que los del tigo y el aoz duante las pimeas décadas del siglo XX  • ste es un ndice un tanto paadójico de la dislocación social subyacente a la subleva ción del campesinado de Awadh después de la Pimea Guea Mundial. 13

de 1921 fueapidez el punto culminante un movimiento que haba avan zadoneo con muchsima a pai de su de inicio apoximadamente a nes de 1919. n Patapgah se haban oganizando localmente Kisan Sabhas, o aso ciaciones campesinas, a pati de los pmeos meses de 1920. A mediados de ese mismo mismo año encont enconta on on un notab notable le lde lde y coo coo dinado dinado en Baba Ramchanda Ramchand a,, un hombe de Mahaashta de antecedentes incietos que haba sido peón enganchado en Fiji y luego sadhu (limosneo eligioso) que anduvo popa gando las scituas hindúes en Jaunpu, Sultanpu y Patapgah, antes de dedicase a la taea de oganiza Kisan Sabhas. ncabezados po Ramchanda, los miembos de laFue Kisan Sabha que de Patapgah el apoyo deallos nacio nalistas ubanos. entonces Jawahalalbuscaon Nehu «descubió» campesi nado indio y encontó el campo «encendido de entusiasmo y lleno de una aa excitación»  ; y fue entonces cuando los tabajadoes Kisan Sabha del [Pati  12. EUP. Departamento UP Renta () Epedente 5 de 1920: Report on araran dturbance n Pratapgarh» por V. N. Mehta Sub Comao Pratapgarh (en adelante Inrme Mehta) p. 4 1. M.H. Sddq (19). Ag Agan an uns in Noh India; India; he Unied Pronce Proncess 1 91 8-22. Nueva Delh cap. 2. Nehru hru (196). An auobiography ondre rempreón de 47 pp. 5 51 4 J. Ne 92

 

REEIÓN CAMEINA Y NACINALIM INDI

do del] Cogreso, que se haba esforzado por exteder sus lazos e las aldeas de UP desde 1918, empezaro a trabaar e asociació co los orgaizadores de estas Sabhas locales idepedietes, sobre todo e Awadh. Co aterioridad a la participació de los acioalistas urbaos, el movimieto Kisa Sabha de Awadh ya haba logrado ua fuerza cosiderable. Sólo e el distrito de Pratapgarh se ifomó que estaba e fucioamieto 585 panchaya (comités de arbitrae aldeao establecidos por los campesios). Durate el mes o dos e que Rure la aldea dode se frmó la pmera Kisa Sabha e Pr P rata ata pgarh pgarh fue cetr cetroo del movimie movimiet to, o, se decía que l0 l00.000 0.000 cam pesios se haba registradou e la orgaizació. Estosla tempraos esfuerzos del orgaizativos haba recibido idireco estmulo por actitud compresiva Sub Comisario de Pratapgarh. V. N. Mehta, quie pidió a Ramchadra y otros lderes que le remitiera las queas campesias a  de examiarlas, e istruyó ivestigacioes referidas a los alegatos más tagibles 1 5 • Ahora, co el creciete apoyo acioalista urbao, el movimieto avazaba todava más rápidamete hasta eglobar extesas regioes de los disttos de Pratapgarh, Rae Bareli, Sultapur

y Faizaad, y establecía impoates pósicioes e otros lugares. Su fuerza puede uzgarse por el úmero de campesios que, segú se decía, participaro e maifestacioes muy diverso tipo 40ea septiembre 50.000 paradeexigir de Ramchadra de lade cárcel de Pratagarh 1920,la80liberació a 100.000 para el primer Cogreso Kisa Sabha de Awadh realizado e Ayodhya (distrito de Faizabad) e diciembre de 190 Este tipo de cálculos sobre el úmero de paicipates e estas reuioes masivas so, por supuesto, muy poco cofables. Pero icluso si rebaamos estas cifras a la mitad o la ercera pae, como lo hacía los fucioaos coloiales de la época, resulta idicativas del asceso e u movimieto de proporcioes masivas. Las cosas llegaro a u puto crtico e eero de 191, y poco tiempo espués el movimieto campesio de Awadh, ya desprovisto del apoyo de sus aliados urbaos de ataño, fue repimido e u resuelto ataque por parte del Gobiero. Pese a todo, el movimieto o logró ser aplastado y pocos meses 16



  . olección 2 Baba Ramchandra (Museo Nacional y Biblioteca Nehru, Nueva Delhi; en adelante MNBN. Acc No 10; R XI Autobiographical notebook, p, 13; colección I Ramchandra (MNBN. Acc No 13, nota» de 8 de agosto de 194(¿? y caa incompleta de 1939, pp. 5. Sobre el papel de Mehta, véase t  bin informe Mehta p. 3.  Sddiqi, op. cit., pp. 147. 93  

YAN PANEY

después resurgió en el note de Awadh que bajo este la forma modifcada de un movimiento Eka (de unidad). Consideramos último es una continuación de la fase anterior del movimiento, el Kisan Sabha, porque en su creación estuvieron involucrados los mismos tipos de fuerzas, y existió el mismo tipo de relación ambigua entre el [Partido del] Congreso y los rebeldes campesiiniales, las asociaciones Eka recibieron ayuda de algunos En sus etapas iniales, nos Congresistas y Khilaftistas de Malihabad, en el distrito de ucknow. Sin embargo, rápidamente dejaron atrás estos inicios, se extendieron ampliamente y se volvieron muy militantes, El movimiento tuvo mayor fuerza en ciertos 



distritos del norte de Awadh, los cuales cunda el azote de lalarenta en grano y las rentas disfrazadas. as en asociaciones campesinas exigían conmutación de rentas a efectivo y se resistían a pagar un centavo más sobre los arrendos registrados. Al mismo tiempo, hacían llamados por la nocooperación al régimen colonial. Poco tiempo después, los observadores colonialistas se queja-

ron del hecho de que el Código Penal Indio y el Código de Procedimento Criminal no tuveran «disposiciones para toda una región del agro, que está en pie de batalla contra la ley y el orden» • Aún así, los líderes del [Partido del] Congreso dedicaron poca atención a los protagonistas de Eka, y en su 18

momento, esta armada nueva fase del movimiento derable fuerza polical y militar. fue reprimida con el uso de consiNingún otro resultado parecía haber sido posible, en vista de las posiciones adoptadas, a comienzos de 1921, por las diversas fuerzas contendientes en UP. En las páginas que siguen examinaremos estas posiciones con algún detenimiento, por lo que nos revelan acerca de las diversas interpretaciones sobre la naturaleza de la lucha política en la India colonial y sobre el papel del campesinado en dicha lucha. os líderes nacionalistas urbanos y los funcionarios británicos nos han dejado textos más o menos detallados sobre el movmiento campesino de Awadh; perspectivas divergentes que revelan, según creemos, sus preocupaciones básicas y el alcance de su comprensión de las contradicciones y posibilidades existentes en la situación. Por supuesto, hay variaciones sutiles y otras no tan sutiles, entre el lenguaje, digamos, de Gandhi y el 17 Como di dijo jo l oci ocial al s spc pccamnt camnt dlgad dlgadoo por l Gobirno dd U P nint Coronl J C Fant Fanthorp horp «El moviminto Eka, qu comnzó hacia fins d 1921, s una rsurrcción dl moviminto Kisan Sabha», Unit Provincs Gazt 13 d mayo d 1922, pa V (n adlant, nfrm Fanthorp p 273 18 Rcort dl Englshman (Calcuta 28 d Fbrro d 1922 n GO, Dpartamnto dl ntrior, Rama Policiaca Expdint 862 d 1922 (Archivo Nacional d ndia, Nuva Dlhi 94

 

REEIÓN CMPEIN Y NCIONIMO INIO

de Nehru, o entre la apreciación de los iberales y la de los jóvenes Congresis tas nocooperacionistas de 192022. Del mismo modo, del lado del Gobierno, existe una diferencia abismal entre la respuesta de alguien como el Sub Comi sionado de Pratapgarh, V: N. Mehta, y la de H.R.C. Hailey, su Comisionado y  jefe inmediato en la División de Faizabad, o la de Harcourt Butler, Butler, eniente Gobernador y posteriormente (después de 1920), Gobernador de UP: el pri mero llevó a cabo un extenso recorrido por su distrito, entrevistó a 1700 estigos y recopiló una gran cantidad de material, sobre cuya base elaboró en t estigos 1920 un «nforme sobre Los Disturbios Agrarios en Pratapgarh», de 111 pági nas; el segundo describió dicho informe como «parcializado», «unilateral», que pinta Los agravios campesinos en trazos «espeluznantes»; y el tercero, 9

sencillamente lo descartó por ser «largo y tosco» • Es impotante tomar nota de estas variaciones para realizar una recons trucción adecuada de la historia del período. En términos generales son discernibles dos posiciones: La una ofcial, otra del [Partido de] Congreso, respecto al movimiento campesino de Awadh por estos años. Se puede tam bién distinguir la posición general de Los terratenientes, pese a que en esta época que éstosnoeran Awadh títeres de sus amos coloniales, a tal punto han en dejado unasimples declaración propia de alguna signicación. En cuanto a Los campesinos que provocaron este debate, nadie se molestó en registrar su discurso. Se ha descubierto una pequeña colección de papeles, notas y diarios escritos por Baba Ramchandra, principalmente entre fnes de la década de 1930 y La de 1940, y ésta es, en algunos sentidos, muy valiosa. Pero los campesinos no nos han Legado testimonio alguno en el que hubieran esbozado Los impulsos que Les movían o justificado Las acciones que realizaron entre 191922, ni siquiera una declaración elaborada por Ramchandra. la visión campesina La Lucha sea recup  eerada, rada, y todoProbablemente lo que se diga sobre ella en estadeetapa seránunca obligadamente tentativo. Aún así, parece importante intentar reconstruirla, aunque sea en forma fragmentaria, a partir de las declaraciones aisladas de campesinos q uuee se encuentran en los documentos y de La única otra evidencia que tenemos: el mensaje que contienen sus acciones. En ausencia de ello, el registro histórico quedaría lamentablemente incompleto. Pero el ejercicio es también relevante otro motivo. 1 9  Depaamento de Renta UP (A) Expedente 753 de 920; Haley a Keane 26 de novembre de 920  a «Nota» de Butler de 7 de dcembre de 920 95

 

YAN PANDY

Por mucho tiempo, los historiadores de la India han debatido acerca de cómo se llevó a cabo la movlización de masas en el curso de la lucha por la liberación del dominio colonial. En los textos más tempranos, los intérpretes nacionalistas, tanto como los colonialistas, se inclinaban a tratar a las «masas» (predominantemente campesinas, en esta ociedad agraria) como esencialmente inees. Cuando la insurrección campesina tuvo lugar y se expandió la marea de agitación antiimperialista en las postrimeras del dominio británico en la India, los colonialistas la interpretaron como evidencia de la mani-

pulación dede«agitadores de afuera», mientras que para los nacionalistas era evidencia la intervención de lderes populares urbanos. a historiograa colonialista (y neocolonialista) no se ha alejado mucho de esta posición temprana, aunque la teora de la provocación intencional de disturbios entre gente ignorante � indiferente se ha vuelto supelua con el descubrmiento de «facciones», con sus miembros siempre listos, por cientos si no por miles, o incluso decenas de miles, a levantarse tras los «líderes faccionales» en la lucha de estos últimos por el prestigio y los réditos de los cargos políticos 20  Por otro lado, los histoadores liberalnacionalistas y marxistas se han lanzado a hacer y signifcativas armaciones en relación a la política de protesta masivanuevas en la India. En primer lugar, la investigación ha demostrado que muchas de las insurrecciones campesinas más impoantes fueron en gran medida autónomas, y que la inteención de líderes «externos» fue un fenómeno marginal y muchas veces tardío. Sin embargo. pese a haberse reconocido que los campesinos ejercieron en ocasiones una iniciativa independiente, se tendió a ver sus acciones como nopolíticas o, en el mejor de los casos, como «prepolíticas». Más recientemente, algunos estudiosos han admitido que en realidad estas acciones fueron (a veces) políticas, en la medida en que lanzaron un desao a la estructura establecida de autoridad y buscaron la creación de centros alternativos de poder. Pero la anteor visión persiste y no hay duda que sigue siendo dominante en las universiades universi ades y entre entre muchos interesados en la histoa histoa reciente del subcontinente, hallano expresión, por ejemplo, en la ecuación corente que se hace del movimiento del Congreso como movimiento «político» y de las luchas de obreros y campesinos como movimiento «social». Incluso allí donde el contenido político e estas luchas ha sido en alguna medida reconocido, parece haber surgido un 20 Veáe D Hardiman, The Indian action: a political theo examined» Esudios Subaleos 96

 

ÓN CSN Y NONSO NDO

argumeno nuevo. En lo que se podra llamar la úlima resisencia de la isoriograa nacionalisa radicional, aora se sugiere que esas luchas secorales de campesinos, obreros y oras clases laboosas y exploadas, no seguan el paso a la necesidad cenral de la «nación» en esa eapa de su hisoa: la de acer avanzar el movimieno animperialisa 2   No es posible desaar a pleniud la validez de algunas de esas proposi-

ciones mienras no se realice una invesigación más a fondo de la hisoria moderna de lapopular. India, sobre odo en seel sabe campoyadebasane los movimienos de especfmasas y la conciencia No obsane, sobre luchas cas, como la de los campesinos en Awadh enre 191922, como para poner en duda cieros presupuesos de larga daa, referidos a lo que se ha dado en llamar la relación enre las luchas populares y el movimieno nacional indio. El objeivo que he delimiado para ese ensayo es el de examinar esos presupuesos a la luz de lo que ya sabemos sobre el movimieno campesino de Awadh, a pair ano de fuenes secundarias como primarias. Voy a analizar en principio las muy variadas respuesas conemporáneas a los aconecimienos de 191922 en esa región, para no luego hisoria dorespolicos que inerprean la rebelión campesina hanconsiderar adopado siconlosdemasiada rapidez el puno de visa de los paicipanes más ilusrados y visibles en la lucha anicolonial en la India de los siglos XIX y XX La respuesta del [Pado del] Congreso

En febrero de 1921, cuando visió Uar radesh, Gandhi emiió las si guienes Insrucciones para los campesinos de la provincia: saraj

ble Ela menos éxio del que las siguienes y la solución reglas de sean nuesras esricamene reivindicaciones obseadas no será posi 1 No pode podemos mos llasimar asimar a nad nadie. ie. No podemo podemoss usar nue nuesros sros palos en conra de nadie. No podemos usar un lenguaje abusivo ni imponer cualquier ora presión indebida    Veáse Bpan Chandra (1979 Ntom  oom  Mo I (Nuev Delh para la cón que Gandh y el [Pado del] Congreso post Prmera Guerra Mundal «mpulsaban [a las masas] a a a ctv ctvdad dad poltca» y para la dstncón anteor entre la lucha «poltca» y «socal» pp 127 165 183  as m Hay un certo eco de esta dstncón 'poltcosocal tambén en Sumt Sarkar (1973 h

S a

dh h movmt   d n aros (NuevaLaDelh ellalu cha se cam expresa frecue nca poránea en extemporánea extem académcosenBg académcos la Inda 1903-1908 y en otras otras paes poscónp de515 queyuna pe pesna snacon era frecuenca  d  ssonsta se expresa con más clardad en Sddq op ct pp 217 219 ambén se reeja en Bpan  a ndra op ct p  37 9

 

GYAN PANDE PANDEYY

2. No podemos saquear tiendas. 3. Debemos influír sobre nuestros oponentes a través través de la gentileza, no a través de la fuerza física ni cortando su suministro de agua ni los seicios del barbero y el lavandero.

4. No podemos retener los impuestos del Gobierno ni los arriendos del terrateniente. 5. Si hubieran algunas quejas contra los zemindrs deberán ser comunicadas al pndi Nehru deberánsseguirse 6. Se deberá tener Motilal en mente quey queremos queremo convertirsusa los lconsejos. os zemind en amigos. 7. Actualmente no estamos eje ejerciendo rciendo la deso desobediencia bediencia civil; entonces, debemos cumplir con todas las órdenes del Gobierno. 8. No podemos detener trenes ni entrar en ellos ellos a la fuerza y sin pagar pasajes. 9. En caso de que se seaa arrestado cualquiera de de nuestros nuestros líderes, no podemos impedir su arresto ni provocar disturbio alguno. No vamos a perder nuestra causa el Gobierno arreste a nuestros líderes; pero ciertamente vamosporque a perderla si nos enloquecemos y cometemos hechos de violencia. 0. Debemos abolir las bebidas intoxicantes, drogas y otros malos hábitos.   . Debem Debemos os tratar a todas las mujere mujeress como madres y hermanas hermanas;; respetarlas y protegerlas. 2. Debemos promover la unidad entre hindúes y musulmanes. 3. De igual modo entre hindúes no debemos considerar a nadie como inferior o intocable. Deberá existir un espíritu de igualdad y fraternidad entre todos.y Debemos como hermanos hermanas.mirar a todos los habitantes de la India 4. No podemos permitir los juegos de azar. 5. No podemos robar.  6 . No podemos decir mentiras bajo ninguna circunstan circunstancia. cia. Debemos ser honestos en todos nuestros tratos. 7. Debemos introducir la rueca de hilar en todos los hogares y todas las personas pers onas h hombr ombres es y mujeres mujeres deben dedicar dedicar su tiempo lib libre re a hila hilar.r. Se debe enseñar y estimular a los muchachos y muchachas a hilar al diarias. 8. menos Debemoscuatro evitarhoras el uso de toda tela extranjera y usar la tela que los tejedores hacen con el hilo hilado por nosotros mismos. 98

 

N SN Y NONSO NDO

19 No debemos recurrir a los trbunales, pero sí debemos arreglar toda dsputa medante el arbtraje partcular

o que más debemos recordar es que debemos controlar la raba, nunca s eerr volentos e ncluso aguantar la volenca que nos nflgen 2 2 • stas Istrucos, drigdas especalmente a los campesinos de Awadh, q uuee hace tan poco habían sdo responsables por actos de volenca, pueden interpretarse como el pronuncamento nal del [Partdo del] Congreso sobre el movmento campesno en dcha regón Con seguridad, las Istruccios fueron emtdas después de un ntensa medtacón y búsqueda nteror por parte de Gandh, y de un prolongado perodo de prueba y rror tal-and r] por pae de los líderes del [Pado del] Congreso como totaldad n las flas del Congreso y de otros patidos naconalstas hubo quenes estuvieron a avor de una prolongacón de la lucha campesna Pero, en el pensamento de los más mportantes líderes provncales y naconales del [Partdo del Congreso, los meses de enero y febrero de 1921 señalaron un punto de conversón mportante os números 13, 9 y quzás 8, además de la oracón nal de las Istruco s, reteran la honda preocupacón gandhana por mantener la novolenca en toda crcunstanca s notable, sn embargo, que las prohbcones que contenen no fluyen smplemente de una aversón a toda forma de volenca sca tambén emanan de un conocmento exacto de las accones que los campesnos de Awadh realzaron en los meses precedentes, a medda que se desarrollaba el movimento Ksan Sabha as Istruccios 1 y 2 evdentemente ntentan contrarrestar el tpo de actvsmo campesno que había estallado en Rae Barel a prncpos de enero de 1921 y unos días después en Fazabad, Sultanapur y otros lugares os ampesnos habían asaltado y saqueado tanto a los bazares como a los almaenes de granos comunales Habían destrozado y quemado benes: paja del t err  err atenente, atenente, cultvos en los campos del terratenente, gran cantdad de ropa, oy as, as, etc a Istrucó 2 se relacona con esto s probable que la Istruc ó 15 se refera a lo msmo, porque la destruccón no se derenca del robo , a los ojos de los propetaros y de sus abogados  .

Colleed orks of Mht Gndhi

tomo 19, (Alahabad, 1966), pp. 41920. 99

 

Y PDY

a nsruón 9 habla en conta de los epetidos intentos de los campesins po libea a sus ldees cuando ellos son aestados En más de una ocasión en el cuso de las semanas pevias, dichos intentos haban conducido a seios enfentamientos con la polica, que haba teminado dispaando sus amas El más famoso de estos incidentes fue el que ocuió en el baza de Munshiganj, a unas millas del cento del pueblo de Rae Baeli, el 7 de eneo de 1921 En madugada dicha ocasión miles decomún campesinos se concentaon en elconsegui pueblo desde la El objetivo e la multitud eunida ea la libeación de un lde popula a mayoa acudió a causa de los umoes quee indicaban qu qu quee Baba Ramchand Ramchanda haba sido a estado y ence ence ado en la cácel de Rae Baeli Algunos comentaban que haban escuchado que Gandhi también haba sido deenido all Es pobable que en medio de la multitud se encontaan también algunos seguidoes de Baba Janki Das, un lde local del movimiento Kisan Sabha, aestado en el distito dos das antes, no sin antes se deca deca habe habe tenido tenido la posibil posibilidad idad de ins instt u uii  a sus hombes hombes pa pa a que eunan a la gente de Akha (un cento tempano del movimiento Kisan Saha), paa acudi al poblado y libealo    El númeo de asistentes ponto ceció hasta unos 10000, y se deca que el secto «más gande y deteminado» de la multitud estaba en Munshiganj a asamblea ea pacfica aunque ehusaba disolvese hasta que sus ldees fuean libeados; fnalmente, teminó disolviéndose cuando un teateniente y los policas hicieon vaos dispaos, matando a vaios asistentes e hiendo a muchos más Apenas tes semanas más tade, el 29 de eneo de 1921, oto hombe que se Goshainganj haca llama en Ramchanda el distito de fueFaizabad aestadoAntes ceca de a lasuestación aesto de él haba feocail estado de activo en la egión, animando a los campesinos a ehusase a paga sus aendamientos como potesta conta las condiciones impeantes, e invocando la  justicia de que la tie tiea a debe pe p e tenece tenece  al que la t abaja Se ddec ecaa que contaba con una multitud de seguidoes, debido a su pédica adical, a su vestimenta  sadhuu · y, no en meno gado, al nombe que haba adoptado Cuando se le  sadh aestó, se eunieon multitudes en la estación, en la ceencia de un falso umo sobe la intención de las autoidades de lleváselo en ten Se acosta  2  . UUPP DAG 50/ 50/11 92 1, Kws Kws JJ.A .A . St John Farnon al Sub Comsaro, Comsaro, Ra Barel Barel,, 19 de enero enero de 1921 19 21 ,  la Nota de AG. Shre, 29 de enero de 1921 * N.E. Limosnero relgoso tnerante 100

 

REBEUON CAMESINA Y NACINALISM INDI

ron en los rieles e impidieron que se moviea el ren; fueron dispersados nue vamene, pero sólo después de que la policía abriera fuego y arresara a 18 p aicipanes 4 • De hecho, ya para enonces ales confronaciones enre el pueblo y la policía se habían vuelo basane frecuenes «Incluso cuando se enjuicia a agiadores menores por delios riviales», escribió el Sub Comisario 2

e Bara insancia Banki en una declaración a la Baba Coe Ramcliandra e Jusicia en de wadh, en elurada cas presenada iniciado conra p rimera ebrero de 1921, «aglomeraciones enormes se reúnen en el edicio de la Core con fines de aemorizar a los esigos o rescaar al acusado»  Sin duda, Gandhi deseaba impedir el rebroe de los hechos de violencia que habían esallado en esas siuaciones Pero al hacerlo, aacó la propia acción que había mosrado a la adminisración briánica, por primera vez, la fuerza or organizada ganizada del cam pe pesina sinado do y má s im poan poanee aú aún n qu quee se la ha bía mos mosr rado ado a los propios campesinos Hacia fnes de agoso de 1921, las auoridades del srio de Praapgarh arresaron a Baba Ramchandra bajo lo que parece ser un cargo invenado de «robo» Fueron arresados junos con el Thakur Jhinguri Singh, uno de los hombres responsables del esablecimieno de Kisan Sabhas en el disrio incluso anes de l paicipación de Ramchandra, y unos reina campesinos más La soliciud de libead provisional ue rechazada Tres días má arde, cuando los hombres arresados fueron ciados al ribunal de Praapgarh, enre 4 a 5000 campesinos marcharon al pueblo para verles; y a consecuencia de eso se posergó la audiencia o se realizó secreamene en la cárcel Enonces, la muliud marchó a la cárcel y realizó una maniesación pacífca frene a ella; que sólo se disolvió luego de que los uncionaos hicieran varios compromisos, cuya nauraleza no queda clara Díez días después, una muiud más grande (esimada por varias uenes enre 10000 y 4050000 personas) se reunió en Praapgarh, araída por el rumor de que Gandhi habría 25

ve nido a consegui p resentee, no   s e h izo present handra . G h andi a ndi no  amnchandra lib ertad   d e R amnc con seguirr la libertad p ero los compromiso omiso   de los obtener er el compr tarse hasta obten los camp saron levan levantarse esinos   rehu rehusaron campesinos fu n cio pasaroo n te, y pasar ana siguien si guiente, ra a la la mañ mañana ci o n a ros de Ram chandra libera rían a Ramchand d e que que   liberarían manecc er. a  a  n o c he a ori lla s del río  cárce l a l a mane frente  a la cárcel er a reunirs reu nirsee frente  v o lv lver río  Sai Sai para vo A  m e d i d a q u e la  perdiero ieronn e l   v alor ; ridaee s perd crecía, ía, las a u to rida la   m u c h e d u m bre crec  4  Sddq op ct pp 1689  Pap Pa peles de Mola Nerhu Grupo C üudcos) (MNBN) Expendente 44 ReyEmperador  Ram Chandra  a  o bajo seccón 14A IPC Core de Prmera Instanca de Oudh declaracón presentada por CW Gran   bco comm saro Bara Bank 10 de febrero de 191

0  

AN PANE

Ramchandra fue lierado, sacado de la cárcel ocultamente para impedir una estampida, y luego conducido a un sitio alejado donde desde lo alto de un árol pronunció un discurso para sus seguidores. emerosos, los funcionarios haían asegurado a la multitud que tamién se ian a investigar las quejas de los campesinos y, si ien nada de esto tuvo resultados inmediatos, unos días después se• levantaron los cargos contra Ramchandra, Jhinguri Singh y los otros acusados Fue una victoria nole que las prohiiciones de Gandhi no permiti rían repetir a los campesinos de Awadh. Es igualmente dicil situar el ogen de la Instrucón 8 tan sólo en el prin cipio de la noviolencia. En oporunidad de dos reuniones masivas de los cam pesinos, el Congreso Kisan de Awadh en Ayodhya el 2021 de diciemre de 1920, y una conferencia posterior en Unchahar en Rae Bareli el 15 de enero de 1921, miles de campesinos practicaron la «nocooperación» viajando en tren 26

sin pagar pasaje yhasta ofreciendo «resistencia pasiva» al acostarse en las rieles eran expulsados, que los funcionaos se dieron por vencidos y les cuando permi tieron viajar gratis. Como hemos visto antes, tamién en enero de 1921 los campesinos practicaron saagrha acostándose en las rieles en Goshainganj (Faizaad) el día del supuesto arresto de Ramchandra. Años más tarde, Jawaharlal Nehru recordaría con orgullo estos actos espontáneos de los campesinos de Awadh. El Movimiento de Nocooperación haía empezado escriió, y los sans se dedicaron a viaj viaj ar sin pasajes en los trenes en grandes nú números, meros, sobre todo cuando tenían que asistir a sus grandes reunio reuniones nes de masas perió dicas, obligarles que en ocasiones ocasaiones convocaban hasta sesenta setenta mil personas. Era dicil moverse , como nunca se habíao visto, desafaban abiea mente a las autoridades del ferrocarril, diciéndoles que los viejos tiempos h abían llegado a su fin. fin. No sé a instancias instancias de quién comenzaron estos vi viaajes en masa gratis. Nosotros no se los habíamos sugerido. De pronto nos enteramos que ellos andaban en eso 2 7 

No ostante, en ferero de 1921, Gandhi aconsejó, o más ien, instruyó a los sans [campesinos] que deían astenerse de tales acciones, y Nehru es tuvo de acuerdo con él. 26 Sddq, op ct, pp 130- 3 Ramchand Ramc hand a nf nfoma oma que el juco conta él y sus camaadas fue fue montado

po la Fnca Ramganj Veáse su cata ncompleta, sn fecha, en Coleccón Rachamda Acc No 163 Expedente de tema No 1, «Papeles efeentes al movmento campesno en Awadh, 1921» 2 7    N e h u ,   o p    ct , p    5 9    102

 

REEÓN CAMPENA Y NACNAM NACNAM ND ND 

Los números 8 y 9 de as Istruccios de Gandhi revean que, según su unto de vista y e de régimen coonia, os campesinos deban asumir a res onsabiidad por a preservación o a ruptura de a novioencia, ante cua quier situación de enfrentamiento con as autoridades. La Istrucci 3 mues ra ésta también Lafueinstrucción su percepción de toda campesi y terratenientes. se reere a aconfrontación fuerza sica, entre pero o singu nos que ar en ea es a prohibición de boicot socia. Fue precisamente esta práctica tradiciona de as Kisan Sabhas de Awadh a que marcó su arribo a a arena oítica de a posguerra, y también fue a través de ea que expandieron con siderabemente su infuencia. Hacia fines de 1919, ciertos tluqdrs de Pratapgarh, cupabes de severas exacciones y otros actos de opresión, se haaban confrontando taes «huegas» por pae de os adeanos. Nu dhobi d kr d g, es deci, a abor de barbero, e avandero y otros trabajos seiesdiciembre pero esenciaes, de 1921, evarse cabo. Más de un año después, entre de 1920 ydejaron enero de estaa forma de protesta seguía sien o muy difundida en os distritos de Pratapgarh y Sutanpur  • Ahora, des ués de estaido de a vioencia en varios sitios, Gandhi buscaba restaurar a paz» pidiendo a entrega vountaria de esa arma tan efectiva y probada por  tiempo. A os terratenientes no se es exigiría un sacrifcio equivaente. En reaidad, a preocupación por os intereses de os terratenientes ega a aún más ejos. «No tenemos que dejar de pagar a contribución a Gobierno ni e arrendamiento a terrateniente» (Istrucció 4). Esto se mantenía en a a ínea de a Istrucó 2. «Actuamente no estamos ejerciendo a desobedien ia civi civi  ( ese «paso adeante» sería adoptado adoptado por e [ Partido de] Congreso Congreso recién en noviembre de 1921, G.P.): entonces, debemos cumpir con todas as rdenes de Gobierno». Pero esto también era así a partir de un razonamiento otamente distinto: «Se deberá tener en mente que queremos convertir a os midrs en amigos» (Istrucció 6). «Debemos infuir sobre nuestros oponentes a través de a gentieza» (Istrucció 3) «Si hubieran agunas que  as contra os zmidrs deberán ser comunicadas a Pandit Motia Nehru y eberán seguirse sus consejos» (Istrucció 5). 28

E  uso de a primera ersona de pura en as Istrucios de Gandhi fue un oque deicado, tíicamente suyo. Pero a deicadeza de a Istrució 5 »Si  bieran agunas quejas», es de otro orden. Las sufridas masas camesinas de    ol/eed Wo or Mahatma Ghandi tomo X, p. 544 Sddqu, op cit, p 111 103

 

AN PANDE

Awadh irrumpieron con furia en 192021, en una situación de extrema penua. Ya nos hemos referido a la posición casi inexpugnable que la administración británica garantizaba a los tauqda  y también a la posición extremadamente extremadamente insegura, en términos legales, en que quedó colocada la enorme mayoría de colonos en Awadh; lo que quizás era sto como pae de dichas garantas Hemos señalado también la tendencia casi general a la depauperación del campesinado bajo el peso de una economa estancada, en combinación con el crecimiento demográfco, el ala de precios y la demandas crecientes de arrendamientos, intereses y otras prestaciones A par de la Pmera Guerra Mundial les fueron impuestas nuevas y aplastantes cargas: precios en ascenso vertiginoso, cosechas inseguras, empréstitos de guerra, reclutamiento y desmovilización súbitas , fnalmente, una desastrosa temporada de epidemias Además de todo esto, los terratenientes ejercieron una renovada presión para aumentar los arrendamientos, se produjo un gran incremento del nazana  y otras otras contbuciones, respaldados por la fuerza de los desalojos legales e ilegales llamados bedakh. Los campesinos de Awadh protestaron amargamente contra el nazna  y el bedakh en 192021 Los funcionarios admitieron la legitimidad de su protesta,  y por lo tanto se apresuraron apresuraron a enmendar enmendar la Ley de Rentas « N o cabe duda,» duda, » escribió el Comisao de la División de Lucknow adquiendo una nueva conciencia de su entorno en enero de 1921, qu n as popidads po administadas d los

taluqda

n st distito

(Ra Bali, GP)considación y otos, los ytatnints han tatado los colonos con tanta flta d n algunos casos, con tal anivl d opsión qu uno stá obligado a simpatiza con stos últimos 29



No es que Gandhi estuviera menos enterado que este funcionario sobre el grado de sufrimiento de los campesinos Entre los lderes más prominentes del movimiento nacional, él fue el primero que hizo votos para identifcarse con los más pobres del pas (en lenguaje, en vestimenta, en la comida que coman) y trabajar en su mejoramiento, precisamente en virtud de su

conciencia de la miseria Pero en Awadh a principios de la década de 1920, Gandhi buscaba morigerar el significado del conflicto de intereses entredebiterrat enientes y campesinos, tanto por razones tácticas como, al parecer, do a sus preocupaciones en torno a la noviolencia «Si hubieran algunas • N.E: Evicción o desalojo de la tiea que se posee como aendatao o subaenatao 29 UP DAG 50/92, Kws: Comisionao de ucknow a ecetaio Jee UP, 4 de eneo de 92 104

 

ÓN CSN Y NACONSO NO

quejas»: en otras palabras, i hubiera ejemplos de actos de opresión, casti g os o crueldades ue un campesino no pudiera ya tolerar de ninguna mane a, no debía potestar, organizar un boicot social al opresor, ni realizar aagraha sentándose y ayunando de sus su casa, sino ue debíamanera, referi el asunto al Pandit Motilal Nehru,delante y seguir consejos. De otra fuea de la esfera de estos agravios extremos, absolutamente insopotable, « Deben aguantar un poco si el emindar los atormenta. No ueremos pelea con los emindars Los emindars también son escl esclavo avoss y n o ueremos h acer e problemas» 3 º .

Meses má tarde, Jawaharlal Nehru, ue encabezaba la Conferencia Política del Distrito de Rae Bareli, secundó a Gandhi. La conferencia hizo un llama miento a colonos y eminda a vivi en armna y, aunue la flamante Ley de Rentas (Ley de Enmienda a la Ley de Rentas de Awdh ue había sido aproba da rápidamente por la legislatura provincial. G.P.) había empeorado sus posi ciones, los colonos deban aún aguantar pacientemente sus penurias, pagar us arriendo y tornar en cuenta el bienestar del país». Con anterioidad, el [Paido del] Congreo haba enviado mensajes en términos todava más cla o: se pedía a los campesinos de la División de Faizahad ue se abstuviean de organizar reuniones» así como «disturbios» y ue dejaran en manos de andhi la conuista del Swaraj 3 1 • Debe recalcarse ue la principal dea Gandhi lídere del Congreso Congre so n o era auí la de u rgir a preocupación los cam pes pesin in o a bju rarydeotos la vviolencia iolencia  continuar su lucha por medios no-violentos. Antes bien, ellos les urgían a  abandono total de la lucha en favo de la unidad», en torno a lo ue tanto lo como los comentarista posteriores llamaan «la lucha principal» contra o británico.

a idea de u n fr frente ente unid o con los los te terr rrat atenie enie ntes ntes de Aw Awad ad h en l a cam pa ña antiimperialista merece un momento de atención, ya ue resulta batante obvia la dependencia de lo terratenientes respecto a los británicos (la «es avitud» de la ue hablaba Gandhi). Muy pocos taluqdars desempeaban a función útil para la economía rural, según recordó posteriormente el ombe que fue Comisario de Asentamientos de Rae Bareli en los aos 1890:    hand hand a u n púb públco lco campe campeno no en Faz Fazab abad ad el  0 de bre brero ro d e 9    cado cado en Sddq Sddq op c p 80    op opal al op c c  pp 6 65  eáe am amb bén én Sdd Sddq q op c p 79 para expreone má emprana de   p rob robacón acón de Jawarharlal a la accone de lo campeno 105

 

YAN PANEY

a mayoa ean meos «colectoes de contibuciones» 3 2 • Los bitánicos se apoyaban en estos ecaudadoes. Ellos ean «un cuepo muy sólido» «de ninguna manea una cantidad insignificante» y «los únicos amigos que tenemos» obsevó el Teniente Gobenado de UP en 1920. Y una vez más según señalaa en un memoándum escito paa justifica la petición de que se esevaan cinco cuules a los luqdrs en el nuevo consejo legislativo a se estable establecido cido en la po povinci vinciaa bajo las efom efomas as de 1919 «ellos viven viven de sus popiedades. Son notables en todas las buenas obas. Toman las iendas de todos los movimientos paa el pogeso de la povincia y pagan cuotas geneosas» 3 3 • Vale la pena destaca la mutualidad de inteeses que encontamos aqu luqdrs poque dependan lo lago lay anco delostoda la egión donde seseveamente extendieon de las los Kisanbitánicos. Sabas enA192021 autoidad luqdr se desplomó de golpe: pocos pudieon ace «algo más que encease en sus casas o pai al pueblo más cecano a quejase de la negligencia de las autoidades»3 • Posteiomente en febeomazo de 1921 como el peo de aldea que sale a lada cuando el peligo ya pasó los luqd volvieon a la batalla en febeomazo de 1921 inexoables en su ecazo a pemiti una enmienda libeal a la Ley de Rentas de Awad insistiendo en la inviolabilidad de los snds (o patentes) que les aban sido otogados po

los bitánicos después de 18 1855 7.afimó En unquedebate sobebuenos las popuestas de eny mienda legislativa un luqdr ellos ean teatenientes: po lo tanto «el colono ... debiea se tan sólo el que cultiva la tiea y no debiea otogásele deeco alguno»3 5.

32 olección Butler, tomo 75; comentario de SH Fremantle sobre la charla de R Burns «Recent rent & revenue policy in the United Provinces, en Joual of the Roal Soe of A (20 de Mayo de 1932, p 6 4 3 3  ol But Butte ter,r, tomo tomo 2 1; cartas cartas a HH E  Richards, Richards, 2 d e jun io de 1920, 192 0, y a Vincen Vincent,t, 1 0 de noviembre noviembre d e 1920; tomo 5;  5; MMemorán emorán du dumm preparado para el omi omité té Southboroug Southborough,h, 1 ° de diciembre de 19 18 Butler Butler «exp «expimió imió 20 lakhs [un lakh 100000] de rupias del Mah Mahara arajah jah de Balr Ba lramp amp ur para el Emp ré résti stito to de Guerr Guerraa y a cambio le consiguió un titulo de aballero [] De hecho, su intención era la de extraer 50 lakhs pero debido a un malentendido, el funcionario subordinado que Butler enviara a Balrampur pidió sólo 20 lakhs (ol Butler, tomo 20: Butler a Hewett, 19 de Julio de 1918 34 UP DAG 50/3/1921; Hailey a Lambert, 1" de febrero de 1921; cf también ol Butle, tomo 80, notas Butler sobre su reunión con taluqdars el 6 de marzo de 1921 35 Ibid: Nota sobre sobre reunión con c on los taluqdars, taluqdars, 12 d e febre febrero ro de 192 1 92 1 Por Po r el énf énfasis asis en los sanads, veá veáse se en especi esp ecial al « «aluqdar aluqdarss an andd the amendment of th thee Oudh Rent Law Law (Lucknow sf de Ra Raja ja Sir Rampal Si ng h, en ibid s

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REEÓ CMPE Y COMO COMO O  O

El roio Nehru resumió admirablemente a osición de os luqdrs en

u Auobiog:

Los taluqda y los zeminda may mayor ores es . . . fuero ueronn hi hijos jos mim ados del Gobierno británico, pero este haba conseguido a través de la educación y la forma ción especial especial que les daba o dejaba dejaba de darles reducrlos, como clase, a un a condición de total mpotencia intelectual. No haan absolutamente nada por sus a rr rrendat endatar arios, ios, com o en a lgun a medda l o haban hec ho los terr terrat ate e nientes de otros pases, y se convirtieron en parásitos absolutos de la tierra y del pueblo Su princip al activ activid idad ad era la de de intentar ap lacar a los los fun fun cion arios locales, local es, si n cuyo favor favor no ha bran pod ido exist existi r por muc ho tiemp tiemp o, y la de exigir sin cesar la protección de sus privilegios e intereses especiales 3 

No obstante, ésta era una reflexión más tarda. En 1921, Nehru y Gandhi contemlaban horroriados as acciones que os camesinos de Awadh desata ron contra estos criados del imerialismo. Pero no se ercataron del valor imbólico de os acontecimientos de Munshiganj del 7 de enero de 1921, o al meno o asaron or alto cuando el terrateniente y el Sub Comisario haban cerrado flas con os olicas armados, contra os camesinos desarmados y us aliados Congreistas, orque incluso Nehru describa hasta entonces al errateniente como un «medio funcionario» y escba amargamente sobre esos mellios» (el Sub Comisario británico y el terrateniente Sikh) que se usieron ado a ado en Munshiganj 3  • A esar de ello, os deres del [Partido del] ongreso se dirigieron a os «hermanos» terratenientes en busca de aoyo

ara a gran ucha que entonces se desencadenaba contra os británicos. La són colonal diciembre  d e 1920 recorrió, entre entre diciembre  británica que que recorrió, in teligencia   británica fcial de L a inteligencia U n ofcial

 enero de 1921, esta región de «disturbios», realió o que sera, en algunos

 p uación ua ción oltica  oltica  en el camo de ectos, el aná anális is más ers az idad de Ladesit jus U ar que   al, que colonial,  justificar tificar el el poder coloni r de ersic su icaz neces necesidad esh, , alisis pesar pesa Pradesh Prad ig ual realiza  mes por La n se basó basó en un via je de un mes evaluación paso. Su evaluació realiza  a cada paso. p  re del distrito  en   u bgarh arh en rh   (Parta (Partabg ad que  que  co ratagarh Allahabad linda da con  con  Prataga distrito  de Allahab colin ino aspe an en aspe or  r me) erenciaban se  dif erenciab ndicione ioness se  a, Las Las co condic zona, pur. En esta zon aunpur. me) y Jaun  Nehu op cit p 58    eect Woks of Jawaha Nehu tomo 1 (Nuea Dehi 1972) pp 213224 107

 

YAN PANDEY

tos sgncatvos de las que se deron en Awadh. Sn embargo. por esos msmos años, all haba surgdo un fuerte movmento Ksan Sabha, y exsten tantos rasgos en común con nuestra regón, que puede consderarse a este nforme sobre Allahabad como representatvo del dscurso ofical sobre el movmento campesno en Awadh por la msma época·. Este documento del Departamento de Intelgenca, que ntentó ser un n forme general (y además secreto), es mucho menos selectvo que las Instruc cones de Gandh. Su propósto explcto era establecer la dentdad de las fuerzas de oposcón en el campo y los motvos del descontento campesno. El nforme va drectamente al grano, abordando las causas del movmento Ksan Sabha.

En todas partes   las protest protestas as más grandes g randes se producen produce n en contra del bedakhli [desalojo], no obstante la gran cantidad de tierras rnarusi [maurusi es decir, tierra bajo bajo tenencia tenencia por ocupación estable] en manos de de los agricul tores de estas regiones (p 193)

 a stuacón era muc mucho ho más crtca e n los dstrtos vecnos de Awadh, don de la mayor parte de las terras de los colonos era gha-maurus (de noocupa cón). Pero ncluso ncluso en Allahabad,

zaminda prevalece idea de que los están capeando la tormenta del alza de los preciosla exprimiendo a sus colonos, tanto en forma de nazranas como elevando los arriendos Donde no se pagan estas estas elevadas rentas, los colonos son expulsados, o en algunos casos se entrega la tierra a otros para traba trabajarl jarla, a, sin siquiera obsear la formalidad de una orden de evicción (p 193)

os comentaros del funconaro sobre la estructura de la admnstracón colonal son gualmente francos. Nos dce que en las aldeas nade saba nada sobre las reformas Montague MontagueChelmsf Chelmsford ord de las que tanto se jactaba (el Go berno. G.P.), n sobre el derecho a votar conceddo a algunas personas, hasta que ellos[Partido del] Congreso correr lahabran voz de sdo que «una no se farsa debaaún votar. Pero para Nocooperadores, lashzo eleccones mayor» de la que fueron en realdad. as eleccones habran sgnfcado añade en una sgn sgncatva catva observ observacón acón qu quee «os funconaro funconaross meno menores res y los qque ue de  N E : E autor remite remite en este pár párrafo rafo a un do docume cumento nto en aneo que no ha sido reproducido reproducido en esta edici edición ón Se trata de «Kisham Sabhad en Aahabad», Gobierno de a India, Depaamento Interior Rama Poítica Depósito febr febrer eroo 19 21  No 1 3  Etraído de  emorándu emorándum m No. 10 52, fechado en Aahabad Aahabad e 7 de enero de 1921, firmado por P Biggane Asistente de DIG en Subatern Studies I, pp 192-197 En as citas tetuaes nos referimos a as páginas de esta pubicación 108

 

ÓN  ÓN CAMSNA Y NACONASMO NO N O

sean el bien de este gobierno, que está deseoso de convertir el Esquema de Reforma aenla un tal del como se trae eclutas iza éxito, de la hubiesen bandera otraído como votantes lo hacen aconlaslasurnas cuotas Empréstito de Guerra» Más adelante, señala con precisión la posición social y política contemporánea de los terratenientes «El amindar promedio sólo se preocupa de recaudar los arriendos y presta muy poca atención a mejorar los medios de producción, de comunicación y de riego en sus propiedades» «La posición que han asumido los aminda consiste en sostener que ellos y sus antepasa dos han deseado el bien del gobierno, y que ahora es el turno del gobierno en ayudarles a salir de sus diicultades» «Su único deseo es que las cosas se conseen como siempre han sido» La mayor debilidad de este inorme es la ausencia de toda reerencia diecta al papel del Gobierno colonial El autor racasa de plano al no prestar atención al hecho del que él mismo es un «uncionario Europeo», aunque haga armaciones en sentido contrario Sobre todo, el punto que le interesa enatizar es que la agitación de las Kisan Sabhas no es «de modo alguno anti bitánica, ni siquiera antiGobierno» Según sugiere, el movimiento se diige básicamente contra los terratenientes porque, ¿quién puede negar que éstos

básicamente contra los terratenientes porque, ¿quién puede negar que éstos últimos son, en gran parte, quienes lo han desatado? En una variante intere sante del tema de la «manipulación», arguye además que los campesinos en ealidad ignoraban en gran medida las principales cuestiones que se dirimían; ni siquiera sabían quien era Gandhi, y llegaron a decir «Estamos a avor de Gandhiji y del Sarkar (autoridad, gobierno)» Luego añadiremos algo más so be este tema De entrada, se puede notar que el inorme en limpio del ocial de inteli encia al Gobierno y a la Corte Tutelar, y su aseveración de que los campesi os de ninguna manera eran antiGobierno o antibritánicos, se contradice on el testimonio mismo nos de brinda sin darseG.P.)cuenta: Es una ideaqueaél(en la mente los aldeanos, que un hombre pobre no

tiene posibilidad alguna contra un hombre rico en una querella udicial en los tribunales, y nadie puede decir que en ello no hay algo de verdad bao el sistema de la usticia civil y penal tal como ha llegado a ser practicado en la India (p. 193).

 N  de T.: teralente Court of Wards, dvsón judcal a cargo del nobraento de albaceas que  maban en sus anos la adnstracón de propedades hpotecadas o con probleas legales o cuyos   e os eran expulados enores de edad.

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YAN PANDEY

Admite, además, que los camesinos culan al Gobierno de todos los a dcimientos sufridos durante la guerra, dado que crean ser ellos quienes «su ministraron los hombres y el dinero» sin recibir nada a cambio. Finalmente, en la última ae del informe hay evidencias aún más contundentes que contradicen la areciación de este hombre de inteligencia, de que el Gobierno estaba «or encima de todo eso». All se afrma que «todo el mundo» obedeca cuan do a multitudes de camesinos se les comunicaba que Gandhi había ordenado abstenerse de votar. «Por el momento... momento... la alabra de Gandhi es surema». «Se debe hacer lo que él ordena» (. 19697). Estos hechos reresentaban un abierto desafío a la autoridad de los británicos. Debemos añadir que en una situación en la cual los camesinos ni siquiera sabían a ciencia cierta quién era Gandhi (como indica el informe de inteligencia), resulta oco robable que udieran siemre enterarse de cuáles eran sus «órdenes». Seguramente, ellos mismos habrán decidido, or suosición, cuáles odrían ser estas órdenes. Este unto tiene cierta imortancia ya que, como veremos en el acáite si-

guiente de este ensayo, en algunas regiones de Awadh el nombre de Gandhi llegó a ser usado or los rebeldes camesinos, en ausencia de toda instrucción esecíca de Gandhi, ara imartir justicia a terratenientes y olicías, es decir, tanto a los funcionarios subordinados, como a quienes estaban a vor del régimen. os comentarios del agente de inteligencia sobre la suremacía de Gandhi, emero, nos dicen aún más sobre la naturaleza del movimiento camesino en Awadh en 191922. Nos muestran el imoante ael que jugara el rumor en el surgimiento de estos movimientos. Es un aserto común el que los camesi nos, disersos y aislados or sus condiciones de existencia, son incaaces de movilizarse ara la acción olítica. Requieren de un «líde externo» se nos ice; un Rey Camesino o su sustituto moderno, que venga a liberar a la gente de sulejano, esclavitud. Así, quien se sabehaque muchaslaveces un Soberano Justoara y r lo general ha sido brindado insiración necesaria la rebelión camesina. a creencia en un «líder externo» también uede ser vista como la otra cara de la creencia en el colaso de la estructura de autoridad localmente reconocida; y el rumor cumle la función de comunicar tal noción con tanta efectividad como el dirigente urbano. Aquí se encuentra el verdade ro signifcado del mito del Gran Hombre: «alguien» ha desafado los oderes existentes, «alguien» ha venido a liberar(los). Entonces, Es asombrosa la la aceptación aceptación d e que goz gozaa e l nombre del Sr Sr.. G and hi, i ncluso en las aldeas más rem ot otas as Nadie parec parecee sabe r exact exactame ame nte quién o qué es, per peroo 110  

REELIÓN CAMPEINA Y NACIONALIMO INDIO

se da por hay h ay que hacer lo que ordena Elincluso es un Ma Mahatma un un sadhu, unsentado Pandit, que un Brahman que vive en élAllahabad, unhatma Deotao Un hombre dio que Gandhi era un mercader que vendía tela a tres annas la vara

Quizá alguien alguien le contó sobre sobre la tienda de de Gan Gandh dhii (la nueva tienda Swadesh quee se establec qu estableció ió en la ciuda ciudadd de Allahabad, G P)  Los más int inteli elige gent ntes es dicen dicen que es un hombre que está trabaando por el bien del país, pero el verdadero poder de su nombre tal vez deba buscarse en la idea de que fue él quien frenó el bedakhli [desaloo] en Paabgarh Es un ejemplo curioso del poder de un nombre (p 196}

la Primera Guerra de Mundial, en muchas paes reinterpretados, de la India se haba dadoDurante una intensa circulación rumores. Embellecidos, modifcados y agrandados a medida que pasaban de boca en boca, estos rumores contribuyeron de manera signifcativa a la avalancha de sublevaciones masivas

durante este perodo. Exista una difundida creencia de que el Impeo británico estaba el borde del colapso la campaña de reclutamiento se haba vuelto cada ez más fuosa y temida pues los ejércitos estaban ya diezmados  haba que, exprimir hasta el útimo centavo a la gente (los Empréstitos de Guerra) pues las arcas ociales estaban acias. a promoción del Gobi Propio·· asumió un signicado Se decia que Elel mundo Rey de Alemania enviando ayudar a losnuevo. opositores del Raj. se estaba estara volcando al revés.tropas El dapara de los oprimidos llegaba. As, por esos años, los cuentos sobre la llegada de los alemanes provocaban «excitación» no sólo en las aldeas de Allahabad pero ambién acompañaron a una diversidad de sublevaciones, como por ejemplo la agiación entre los Oraons de Ranchi y Chota Nagpur (y en los lejanos jardines e té de Assam) en 191516, la violenta rebelión de los Santhals de Mayurbhanj  O issa) issa) en 1917 y los motines en gran escala de Shahabad (Bihar) en ocasión de la Baqrld en ese mismo año   •

El «poder de un nombre» se hizo evidente una vez más en Awadh en los primeros años de la década de 1920. anto «Baba Ramchandra» como  Ga Gandhi» ndhi» llegaron a adquirir una convocatoria extraordinaria. Esto se evi   N  de T.: Swadeh fue e movmento frmado por Gandh en fvor de hado dométo y e uo de ropa he ha de a bayeta fabrada on ete ho a nstrucciones tada anteromente nuyen vara rferena a repeto   N de T: a frae tera e Home Rule; gna a ndependena de a Inda 8  Veáe IO ondre /P & J/6/1448 de 1916 P & de 1918 GOI   me Prog Conf 1919 tomo 52. J/6/1488 de 1917: /P & J/61507 111

 

YAN PANDY

dencia en las enrmes manifestacines que se realizarn, en diversas ca sines, en pr de la libertad de Ramchandra y en el éxit que tuv el «Fals» Ramchandra en Gshainganj (Faizahad), que mencinams antes. Su influj se evidencia igualmente en la «persnalidad múltiple» que Ramchandra pareca haber desarrllad en este períd: según Nelsn él habría estad «en Bahr Bahraich aich el e l quint quint  (día de d e ener d e 1921, 1921, G.P G.P.), .), .. según Grant en ese mism mment estaba en Barabanki y según Peters estaba en Fyzabad (Faizabad) 3 9 • En alvarias casines, ls serumres sbre la prvcarn presencia de Gandhi cntribu yern tumult y, cm ha señalad, aglmeracines de

millares de campesins en la cárcel de Pratapgarh en septiembre de 1920 y en Rae Bareli el 7 de ener de 1921 cuand se prduj la balacera plicial en Munshiganj. Antes de que terminara la semana, el Cmisari de Faizabad infrmó que un «elevad númer» de campesins se dirigía a Rae Bareli (distrit distrit en el que se había pr prgramad gramad una gran reunión de delegad s campesins en Unchahar el 15 de ener), infrmads pr sus Kisan Sabhas de que «la rden de Gandhi era que ells asistieran» 40 • Cn estas referencias aámbit las respuestas frente acampesina «Gandhi» ysbre «Ramchandra», hems entrad ya de al de la percepción ls acntecimients plítics 191922. a perspectva campesna

«Estams a favr de Gandhiji y del Saka. Tant ls campesins de UP cm ls rebeldes campesins de cualquier tra parte 41 , parecen haber mantenid la fe en la justicia y benevlencia de un sberan distante, el «Sarkar», aún si se rebelaban c ntra sus despótics agentes. Desde este punt de vista, quizás pueda decirse inclus que había una gta de verdad en esa frase del inrme de inteligencia del distrit de Allahabad, que explicaba la reverencia hacia Gandhi cm riginada en la creencia de que él tenía influencia sbre el Gbiern. 3 9 . UP DAG 50/ 50/  92  Kws Haley Haley a Secretao Secretao en Jee, Jee, 5 de enero de 9 2  , Nelson, Nelso n, Grant Grant y Peters Peters eran los Sub Comsaros de los tres dstrtos nombrados. 40 Ibd, Haley al secretao en je, 3 de enero de92. 4. C, Gopal, op. ct., pp 49-50n . J. Catanach, «Agraan dsturbances n nneteenthcentu, Idia

Ecoomic  Social Histo Rw 3: (996) Danel eld, Rebels n the Tsar. Boston, 976, passm. 11

 

REELIÓN CAMPEINA Y NACIONALIMO INDIO

Tal vez sea signicativo que en el Aadh de principios de los años 1920, quienes hablaban de Gandhi como un sustituto del Rey en Delhi o ondres tendan más bien a ser hombres de la ciudad 42 • os «reyes» propios de los campesinos eran reclutados localmente, El «Raj de Gandhi» traería consigo una reducción de las rentas, y Baba Ram Chandra Ke rajwa Paa maja urawe na (En el Raj de Baba Ramch and ra

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