Cusicanqui y Barragan. Debates Postcoloniales
March 27, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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DEBATES P ostColoniales
Una introducción a los Estudios de la Subalternidad
Sia RiveraBarragán Cusianqui Rossana (mpld) l Gtéz Al pd A bc Pd l (Tdct)
Grupo de Investigación Culturas, confits y subjetvdades
Universidad Surcolombiana Universidad Vicerrectoña de Investigaciones
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Aruwiyiri
Publicado por primera vez en La Paz, Bolivia, por Aruwiyiri, historas, SEPHIS, en 1997.
0 De los autores: Guha,Gayatri Gyan Pandey, hahid Amin,Veena Disp esh Dispesh Chakrabarty, ParthaRanajit Chatteee, Chakravorty Spivak, Das, Gyan Prakash 0 De De la la edición: Silvia Rivera Cusicanqui y Rossana Barragán 0 De las traductoras: Rossana Barragán, Raquel Gutiérrez, Ana Rebeca Prada, Alisn Spedding, Silvia Rivera biana-Grupo © De la edición colombiana, 27: Universidad Surcolom Surcolombiana-Grupo Culturas, Cultura s, Confictos y Subjetividades y Aruwiyiri, histoas, SEPHI 0 De las fotos de la carátula Olmo Tores
Impreso por Gente Nueva Editorial Impreso Cra 17 17 No 312, Bogot, DC
Teléfono: 322188
Impreso en Colombia Pnted in Colombia 27
Contenido NOTA SOBRE LA EDICIÓN COLOMBIANA ............................................... ............................................... 5 PRESENTACIÓN ................................................................................... 9 RESEÑA SOBRE LA INDIA ................................................................... 2 3 ENSAYOS Y MONOGRAFÍAS ............................................................. 2 7
Rni Guh Prefacio a los Estudios de la Subalternidad.
Escritos sobre la historia y sociedad sudasiática ................................... 2 9 Rnji Guh Sobre algunos aspectos de la historiografía colonial de la Inia ........................................................................... 31 Rnji Guh La prosa de contrainsurgencia ...................................... 41 Gyn Pndey Rebelión campesina y nacionalismo indio: El movimiento campesino en Awadh, 19191922 .................................. 8 7 Shhid Amin Testimonio de cargo y discurso judicial:
El caso de Chauri Chaura ................................................................... ................................................................... 14 14 Mps de referen 181 Dispesh Chkrb Sindicalismo en una cultura jerárquica: os trabajadores del yute en Calcuta, 19201950 ................................ 185 P Cheee La nación y sus campesinos .................................... 2 2 Ph Cheee El Estado Nacional ................................................. ................................................. 249
II. DEBAT 2 7 5 ATEE
Invitación al diálogo ....... ......................... .............................. ................... ....... 2 7 7 Ga yatri Chakrabor Spivak: Etdio de la baltenidad: hitoiogaa aa .... ................... ............................. ............................. ...................... ....... 2 9 1 Decontyendo la hitoiog abar: Di peshh Chakr abar: pes
V eena eena Das:
L a Lo bal balteni tenidad daddecomo pepectiva ............... ............................ ..................... ........ 32 7 Etdio la baltenidad como ctica Gyan Pkash:
colonial ................................................................................... 345 ot colonial GLOSARO 369
LOS AUTORES 3 7 5
lPOR Q I Debates postcoloniales? as luchas de los sectores populares colombianos han sido contadas Ldesde diversos géneros narrativos y múltiples perpectivas. Pue, aparte de fragmentos en un par de novela del siglo diecinueve y principios del veinte, desde los años treinta de la centuria pasada fueron expuestas en la prensa de izquierdas y en tonos épicos y de denuncia. Luego, andando los sesenta, esas confrontaciones aparecieron en novelas y crónicas periodsticas y, poco después, alcanzaron fulgor militante en obras de teatro y documentales que recorrieron universidades, sindicatos y barrios populares. En esos lugares propiciaron debatesy sobre la historia del pas, luchas anticoloniales antiimperialistas, generaron solidaridades con lalasresistencia de los de abajo.y Desde entonces, periodistas e intelectuales vienen recogiendo testimonios sobre las mismas. En las tres últimas décdas, estos asuntos han llamado la atención de investigadores universitarios. En su conjunto las narrativas citadas han abierto un camino que en lneas
muy gruesas y entre otros episodios, episodios, actores actores y autores podría pasar pasar por por la huelga de las bananeras en Cen años de soledad o en el discurso de Jorge Eliécer Gaitán; las obras de teatro de grupos como La Candelaria o el Libre de Bogotá sobre la batalla comunera siglo XVIII, guerrilla liberal de Guadalupe Salcedo de los últimos añosdelcincuenta, o laslaluchas agrarias de los sesenta y setenta. También por lo documentales de Martha Rodríguez y Jorge Silva sobre campesinos e indgenas; por los relatos sobre las historias populares y de elite de Orlando Fals Borda; los eguimientos a las luchas rurales hechos por León Zamosc, Silvia Rivera, Catherine Le Grand, Alfredo Molano, Álvaro Delgado, Renán Vega o Clemencia Ramrez; el examen de la resistencia
WILLIAM FERNANDO loRRES/HILDA loRRES/HILDA OLEDAD PACÓN
obrera de Mauricio Archila o el de la protesta urbana realizado por Medólo Medina y Arturo Alape. Y, por supuesto, por las enseñanzas de las comunidadesoba negras r del Pacífico expuestas por ibia Gruso, Carlos Rosero y Arturo Esc Como puede suponerse, estos recorridos han exigido ya el esfuerzo de la síntesis y la visión de los panoramas que se abren sobre el tema. Por fortuna, estas expectativas se concretaron, en el caso de la síntesis, en os libros de CINEP 25 ños de luhs soiles en Colombi 19701995 (Archila y otros, 2001} e Ids y enids uels y reuels. s poess soiles en Colombi 19581990 (Archila, 2003) que obtuvo e Premio en Ciencias Sociales Ángel Escobar en 2004; y en el caso de los panoramas, en Moimienos soiles esdo y demoi en Colombi (Archila y Pardo, 2001}. Pero, en paticuar, estos estudios universitaios, para relatar as confrontaciones, intentan construir o reelaborar categoías conceptuaes como a de moimienos soles, y utilizan metodoogas que van desde la etnografía y la investigación acción aticipativa asta el examen estadístico. Con todo, pese al rigor de buena pae de esos trabajos, no han estimulado un debate que diferen diferencias cias de leng lenguajes uajes y úbic úbicos os mediante mediante tenga rresonan esonancias cias pare parecicidas a las de las obras de teatro y los documentales antes referidos. al vez ello se deba a la actitud de los medios masivos tan dispuesta a refundir las informaciones académicas en las secciones de farándula, a cierto aislamiento de las universidades frente a sus entornos, a su transformación en mera fábrica de profesionales instrumentales, o por otra
parte al regodeo acrítico de de algunos de de sus miembros con las categorizacio orizaciones nes que ponen ponen d e moda los los centros académ académicos icos del norte norte y
con las que, a menudo, sus autores y divulgadores quieren ser más agudos
sutiless sin da darse Y sutile rse cuenta de de que no gana ganan n mucha eficacia efi cacia analíti analítica. ca. Por
cier to, to, entre las palabras que estos últimos han puesto en circulación se
postcolonial. Y como mone escucha scu cha la la de de postcolonial. moneda da que va de de mano en mano mano hasta desdibu j jar ar sus sus relieve relieves, s, lo postc postco olonial ent ent re re nosot ros ros parece parece haber perd perdiido su pot encia cr ít ica.
Por eso, con e ánimo de estimular el debate sobre movimientos sociales y precisar dentro de él la posibe utilidad de otras categorías y métodos de anlisis, apostamos por imprimir ahora la edición colombiana de estos Deb es osoloniles Un noduón los Esuds de l Subleidd.
¿ POR QUÉ REEDIAR DEBATES OSCOLONIALES?
Valga recordar que su pimera edición se publicó en Bolivia por iniciativa de investigadoras comprometidas con movimientos sociales hace ya una década, en y1997, lo que yevidencia no sólo la de anticipación las editoras traductoras su conocimiento delcapacidad debate internacional, sinodetambién el nivel de la discusión en el país andino, incluso, a pesar del aislamiento con que se acostumbra estigmatizarlo. Entre ellas se destaca Silvia Rivera Cusicanqui, quien hizo la selección de los textos con Rossana Barragán y, además, coordinó el equipo de traductoras, con el propósito de organizar un libro que presentara un panorama puntual de los desarrollos del Grupo de Estudios de la Subalternidad y, a la vez, diera cuenta de sus debates internos y externos. Por otra parte, el libro abre un espacio para continuar discutiendo el papel que juegan hoy y deben jugar quienes trabajan en Estudios atinoamericanos: tanto quienes escriben sobre el asunto desde los Estados Unidos como quienes lo hacen desde la Améica indígena, hispana y portuguesa. Esta edición aspira, por tanto, a acercarnos más a ese grupo de investigadores que como se detalla en la Presenón construyeron un proyecto intelectual de alto rigor e impacto político, en el que crearon herramientas conceptuales propias y, al mismo tiempo, retomaron y reelaboraron críticamente camiento algunas propuestas sirva parapor empeñarnos la academia en del consolidar norte. Enlossuma, diálogos quiere SurSur. que este acer-
Diálogos de los que Silvia Rivera Cusicanqui se ha convertido en tejedora tanto dentro del Continente como con Asia. Pues durante su exilio en Colombia bia escr escrib ibió ió Polí e deolog del momeno mpesno olombno El so de l ANUC (1982}, y ya en su país publicó uno de los textos clásicos sobre los movimientos sociales latinoamericanos, Opmdos pe no endos Luhs del mpesndo ym y qhehw 1900-1980 (1984}, que cumple en América atina similar papel al de Aspeos elemenles de l nsurgen mpesn en l Indintelectual olonl (1983} Ranajit en Asia. En esta aventura de encuentro entre ladeIndia y SurGuha América la acompañaron las investigadoras sociales y traductoras Alison Spedding, Raquel Gutiérrez y Ana Rebeca Prada. A ellas nuestro agradecimiento por su generosidad y entusiasmo a la hora de posibilitar la reedición del libro; al SEPHIS, la Coordinadora de Historia, el aller de Historia Oral Andina y su editorial Aruwiyiri, por el permiso para reeditarlo. Y a la Vicerrectoría de Investigaciones y Proyección Social de la 7
WIUA FERNANDO TORRES/HIDA OEDAD PACÓN
Universidd Surcolombin, por coger el proyecto y respldrlo económicmente, Nncy Ctene en especil Molin. l doctor Tmbién Jiro u Antonio Torres Rodrguez y Willim érez y su eficz por su sistente generoso poyo en el proceso editorl. Grupo de nvestigción en Culturs, conflictos y subjetivddes
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PACÓN
l preente libro e una de la primera traduccione realizada en América del Sur, de una colección de enayo del grupo de Etudio de la Subalternidad El grupo e conformó a ne de lo año 70 en Inglaterra y poco depué comenzó a editar en elhi una publicación periódica llamada Sube Sudes Wngs on Souh Asn Hso nd Soey, cuyo primer
E
número vio la luz en 1982, bajo el ello de Oxford India A partir de un núcleo inicial de hitoriadore (Ranajitipeh Guha, Chakrabarty, artha Chatteee, avid Hardiman, avid Arnold, GautamGyanendra Bhadra y andey, Shahid Amin), el grupo e ha ampliado y reorganizado, bajo una conducción editoial má colectiva y u ede e ha traladado a la India Hata el vol VI, la colección etuvo en mano de Ranajit Guha, quien depué de u año en Inglate rra e haba traladado a Canberra, donde actualmente reide La edicione poteriore paaron a la reponabilidad de otro miembro del colectivo: Chatteee y andey (VII), Arnold y Hardiman (VIII), Amin y Chakrabar (IX La corriente de Etudio de la Subalternidad que inaugura la labor del grupo incribe en una rica y erudita tradición académica india, aentada en centro univeritaio de gran pretigio y relacionada con lo mayore foco intelectuale de Europa La experiencia de la diápora y el pao má o meno prolongado por la intitucione académica del norte, no dejan de imprimir u ello en el etilo, problemática y tema de dicuión del grupo La dimenión crtica de u trabajo tiene un punto de paida doble: en e oonimo báno y en el nonmo nd, que lo delazó, dando continuidad a u nocione ilutrada del ujeto, como en una uerte de dicuro 9
SILVIA RIVEA (U!CANQUI/RossANA BAAGÁN
especuar esta y «derivativo» (Chatteee). ospor trabajos grupode intentan des mantear razón iustrada y coonia e sóodehecho que intentan restituir a Los (grupos cases) subaternos su condición de sujetos puraes y descentrados que habitan de un modo territoria La espesura histórica de La ndia. En La historiografía dominante estos mútipes sujetos ocuparon como un magma e territorio y La crónica y sobre su administración y contro se instituyó buena parte de Legado documenta y de aparato estata de país. a hegemonía coonia en La construcción instituciona e imaginaria de La ndia es así cuestionada desde e punto de vista de una sociedad civi abigarrada La sociedad subaterna que siempre permanece heterogénea y eusiva a La poítica de Los de «arriba». a propia noción de subleidd resuta foada como ago distinto ajeno y preexistente a mundo occidenta La Razón como Historia aunque sin desconocer que es este mismo mundo e que Le ha ega do este concepto desde a vertiente gramsciana. Su otra inquietud teórica es e tema de a dominión un fenómeno que se
anca en a producción documenta de as éites cooniaes británicas pero también de as éites nativas que primero habían coaborado con os británicos y uego se habían reconstituido en el poder para poner n escena a misión civiizadorapretensión de Europadeenuniversaidad. otro teatro ea de nacionaismo y su contradictoria ectura cutura detriunfante este proceso cooca bajo a upa a arga tradición iustrada de a región benglí, que facii tó este tránsito a otorgare su tejido cutura. Esta cutura nondia intentó así cooptar a as masas insurrectas convocadas por Gandhi a a misión de su propia autociviización. No es casua por eo que una ectura tan origina de a insurgencia campesina «nacionaista» de a textuaidad estata o de as paradojas de a case obrera provenga de inteectuaes como Guha Chatteee o Chakrabarty que conocen íntimamente esta cutura hegemónica y sus formas de discurso y corpora. Como es casua que a tradición musumana de a verba ucha nacionaista y su tampoco convergencia no sectaria con os hindúes en e movimiento gandhiano se vean refejados en os trabajos de Amn y Pandey con una ectura innovadora de as «uchas comunaistas» que dividieron a facciones reigiosas regionaes o de casta en e contexto de a ucha por a independencia y que continúan hoy brindando un rico matera de discusión y anáisis crítico a a case poítica e inteectua de ese país. En esta vena e prestar a a vez atención a as prácticas y a os discursos de os propios campesinos insurrectos aunque mediatizados por as fuentes ociaes caracter caracteriza iza a varios de estos estudios que aanaizan naizan e mome momento nto de 10
PRSACÓ
rblió
spldor y de cso. Vaios de ellos se como momento a la vez de centan en una gan poblemática: ¿cómo es que las movilizaciones campesi nas conta el Raj (sobeanía colonial bitánica en la India) se constituyeon y desafiaon el oden vigente, y cómo finalmente se fagmentaon y degadaon en comuUmo lo que que aquí podíamos denomina faccionalismo faccionalismo en ente te co co munidades y castas hindúes y musulmanas? a actualidad de esta poblemáti ca nos emite a la inseción activa del gupo en el debate políticoacadémico de su país, hecho que emana de una tadición de compomiso que, en los años 60 y 70, estuvo inevitablemente ligada al maismo. No obstante, lo que dis tingue al gupo también con una elcítica postestuctualista al maismo, que devela sus íntimases ataduas pensamiento ilustado, colonial o naciona lista, lo que les pemite plantease ota gan poblemática: la especicidad de lo subalteno colonial (o (o postcolonial), la natualeza de la conciencia de los
lo subalteno colonial (o (o postcolonial), la natualeza de la conciencia de los gupos subaltenos, sus nociones éticas, umoes y mitos cotidianos, que han sido tatadas maginalmente po la tadición maista ilustada, siempe en busca de alguna «acionalidad» detás de las fomas tadicionales de evuelta de los subaltenos (cf. (cf. os tetos de Ranajit Guha, Gyan Pakash y Veena Das, en este volumen). a influencia y aaigo de los Estudios de la Subaltenidad en los debates intenos de la India es polémica y poblemática, debido al contadictoi in flujo que sobe ellos tiene la inseción de los intelectuales indios de la diáspo a al «palacio» de las univesidades del note, como lo llamaa Spivak. Su ce ciente populaidad en los Estados Unidos (nuevo cento hegemónico postco lonial) lo atestigua, como también el hecho de que la pimea taducción al hindi de Sublt Studis ecién fue publicada en la India en 1996. En este ámbito, es cuioso anota que la poducción individual y colectiva del gupo ha sido así, llegado difundida de ebote, en los a lamás discusión divesosacadémica cículos académicos de Améica atina, del Note, desde y ha la coiente sidi de estudios cultuales hasta el debate histoiogáfico más eciente. Cuando fenómenos como el descito se obsean desde un país como Bo livia, esulta paadójico descub que los ecos de muchos debates geneados en el Su acaban llegando a nuestos países mediatizados po la efleión 1
1 Por Edward Said (1978), Orin Orintalsm talsm Wst Rprs Rprsntatio ntations ns of th th Orint Londres Routledge & Kegan Paul 11
SILVIA RIVEA (UICANOUI/RossANA BAAGÁN
académica del Nor tt e . Florencia Mallon plant ea clar am ament e esta par adoja adoja en n abajo, la ator a evalúa cr ticam ticament e aclo syo pblicado en 199 2 • En est e t rr abajo, las contibciones del llamado Gr po po de Estdios Sbalt er er nos Latinoamer ica nos ica no, al qe compar a con el «Gr po po Sbalt er er no or iginal» no iginal» (sic), destacando las t ensiones t eór icas icas y metodológicas qe ést e int rr odc o dce, y qe son pasadas por alto por el pr m mer o. o. Sin embar go, go, lego de na exposición por menor izada izada y dita, Mallon simplica n tanto la refl exión india redciéndola a n ces dita, er ionabl e «pr oy oyecto gr amsciano», amsciano», al ser vicio vicio del cal debier a colocar se todo el e e e r r r e e r e ebat postmod st ct nat al za se enca r ga as,payr adójicam ga apost dójicam ent ealista. , de deUna spojafor mlación de ss pedcliasta r idad idad es más
notabl es a la cont r ribción i bción t eór ica ica del gr po po de los Suble Sudies Esto no diere mcho de la actitd del Gr po po de Estdios Sbalt er er nos Latinoamer ca nos ca no, qe t er er minan minan redciendo las cont rr bcion bciones de la India a na casstica de var acion aciones etnogr ácas ácas qe e jemplican desde el Sr la t eoa y las gr an an des lneas conceptal es pr odcidas odcidas por el No e. Como bien apnta Veena Das (en est e volmen), la actitd cr tica tica del gr o o «no signica rechazar las cat e goas occidental es; ant es bien, es señal d qe se ha iniciado na relación e e re e r r n va y más atónoma con llas». Esto mismo pa c sb aya Gayat al most r r ar qe cier to to esencialismo basado en la irredctibilidad del Spivak, sjeto sbalt er er no, podr a no, a constitir se en la cr tica tica más válida al imper alismo, alismo, y ser as na ver dad dad er a «est rr at at egia par a nest r r os os tiempos» (ver Spvak, en est e volmen). Per o Florencia no acier ta ta tampoco en descbir las implicaciones de los Estdios de la Sbalt er er nidad par a la ciencia social de Amér ica nidad ica Latina, pes no mest rr a int er er és és por el cor ps ps de debat es qe en nest rr o sbcontinent e, se haban desarr ollado ollado en tor no no a lo colonial y postcolonial. Las t rr adicion a diciones del debat e latinoameicano sobre la siuión olonil, como sist ema est r ctr ant e y resor tt e pr ofndo ofndo de nest r ras a s sociedades, se congr an an desde ánglos my diver sos, sos, a par ttiir de veient es t eóicas mar xistas xistas y postmar xistas, xistas, matizadas por el infljo de pr oc ocesos como la descolonización af rr icana icana y la recrrent e acción histór ica ica de nest rr os os pr opios opios «insr gent es», sean estos campesinos andes cidades. Per o asimis indgenas o pobladores empobrecidos de las gr and mo, na de las pecliar dad dades del debat e latinoamer icano icano es qe centa ent re re ss pr otagonistas otagonistas con histor iado iadores de habla indgena, lo qe plant ea nevas
2 «P «Pro rome mesa sa dlema de los estudos subalternos: perspectvas a par de la hstora latnoamercana» 12
PRESENTACIN
problemáticas en un contexto signado aún por el imperialismo, el neocolonialismo y el colonialismo interno As, la escuela de historia económica argentina de los años 70, ejemplificada en los trabajos de Tandeter, Assadourian, Garavaglia y otros, sentó las bases para una renovación teórica y metodológica de importantes alcances, por l hcho d hbr ctdo su ális Potos y l pobló lborios idíg, el eje donde capitalismo y colonialismo hallaron su dura-
dera que signada aiculación por modas a travéseuropeas de un mercado y enmarcada interior en de la «larga «gran narrativa duración»deAunlos modos de producción» (Spivak), esta corriente, de clara raz marxistagramsciana, ha impactado de muchas maneras el alcance de la reflexión histórica sobre nuestras sociedades Más recientemente, en el área andina, los temas de la insurgencia campesinoindgena y las formas peculiares que asumen el capitalismo y la opresión oligárquica en los siglos XIX y XX fueron abordados también por miembros de la revista Acs y del Taller de Historia Oral Andina, y por personalidades individuales muy influyentes, como el historiador Albeo Flores Galindo y el sociólogo René Zavaleta, entre otros, generando un intenso debate, en muchos sentidos paralelo al que plantearon nuestro colegas indios A nes de los años 60, el sociólogo mexicano ablo González Casanovas haba ya lanzado la hipótesis del coloilsmo ito, para explicar la profunda heterogeneidad de nuestras sociedades y la vigencia de antiqusimas estructuras de dominación que resultaron singularmente funcionales a la explotación neocolonial, oligárquica y capitalista del campesinado indgena en vastas áreas rurales de nuestros pases ero incluso se ha estudiado desde varios ángulos la insurgencia obrera, campesina e indgena contemporánea, y se ha reinseado el tema del colonialismo interno en el debate poltico Mallon prefiere pasar por alto estas diversas tradiciones intelectuales Flores Flores Galindo es el único historiador latinoamericano que cita, no por por cierto inmerecidamente y concentrarse concentrarse en el debate académico del Norte A contrapelo de los postulados pluridisciplinarios del grupo indio, el debate noeamericano parece no más seguir lneas disciplinarias: se critica desde la historiografa las pretensiones teóricas de los estudios literarios o culturales Estos son los sesgos de localización invisibles que la mediación del Norte puede introducir en los debates historiográcos SurSur, empobreciendo su horizonte teórico y metodológico Con la publicación de esta colección de aulos queremos situar los ecos del debate postcolonial iniciado en la India al lugar de su primera emisión, emisión , 13
SIVIA RIVEA (UICANQUI/ (UICANQUI/R RosANA BAAGÁN
estituyendo as a la idea de elaciones SuSu algo de su conceción geogá fca y epeiencial, as como de su peculia tetua y especicidad istoio gáfcas Aunque el gado de amplitud y continuidad del debate iniciado po el gupo de la India no tiene, popiamente ablando, paangón en Améica atina, tenemos la espeanza de contibui, a tavés de la publicación de estos
tetos, a eplantea algunas de las cuestiones ovidadas, iesueltas o tuncas, que quedaon en el camino de la efleión istoiogáfica y sociológica en Améica atina, o que debatiéndose oyfundamental en téminosdeenovados, peo quizás también máscontinúan fagmentaos El objetivo este libo es, con todo, más modesto pues tan sólo aspia a somete estos tabajos a los avataes de un debate académico en castellano, en los contetos dispesos y dependientes de nuestos popios pases, ciudades y univesidades, a tavés de una selección ilustativa, que nos pemita conoce algunas de sus lneas temáticas y planteamientos intepetativos, a tiempo de saboea sus divesos estilos naativos y analticos, que tienen un aie tan distinto a los que nos llegan desde otas latitudes Ceemos que elestá pogama intelectual y moalendel gupo deque losRanajit EstudiosGua de la Subaltenidad, ejempamente epuesto el Po escibió paa el pime númeo de la colección en 1982 (en este volumen) Su punto de paida es una posición de pincipio: «No ay nada en los aspectos espiituales y mateiales de la condición subaltena, pasados y pesentes, que no nos inteese» Un campo de acción tan vasto alla epesión metodológica en un enfoque intedisciplinaio: los tabajos del gupo se inteesan po la «istoia, la poltica, la economa y la sociologa de la subaltenidad», tanto como po el estudio de las «actitudes, ideologas y sistemas de opinión», todo lo cual es integado en la noción sintetizadoa de cultua ¿Peo, en qué consiste paa Gua esta condición subaltena? El debate maista de los años 60 y 70 es sin duda, su punto de paida Sin embago, a difeencia de Améica atina, el gupo de la India patió de la pemisa y de a ealidad ealida d de un poceso poceso de independencia independencia nacional nacional que apenas apena s aba culmi nado en 1947 y que les pemitió engaza la noción de subaltenidad con la epeiencia más eciente, del colonialismo bitánico y de las lucas gandianas nacionalistas po la Independencia Se tataba de un nacionalismo anticolonialismo más eitoso que cualquiea de las vaiantes latinoamecanas (e intepelaba a un univeso inmensamente más vasto) Sin embago, en el o apate de una alusión cotés al debate gamsciano, Gua aticula sus puntos de vista en tono a la subaltenidad a tavés de otos astos del dis 14
PRSNCÓN
curso dominane, más inernalizados en las peculiares esrucuras de poder de la India. Así, no sin ciero dejo de ironía, recurre a la auoridad del Cone Diona para denir a la persona subalerna, simplemene, como al-
guien «de rango infeior», sea en érminos de «clase, casa, edad, género» u «ocupación». La esfera del análisis de clase, si bien sólidamene documenada en las invesigaciones del grupo, se conviee así en el puno de parida para una see de indagaciones, que les llevarán a recorrer los discursos dominanes y auorizados (del esado colon colonial, ial, la élie naconalisa o la inelligensia marxisa), ano como el corpus de sus radiciones escriurarias y religiosas propias, así como la conrapae oral y esimonial que acompaña a su rabajo de campo isorográfico. Ese proceso de cuesionamienos le conducirá a una lecura «enre líneas» de sus fuenes, buscando en ellas las suras y conradicciones que les permian seguir el rasro de las voces y demandas oblieradas de los insurgenes. No esamos enonces, frene a un ejercicio inelecual que an solo adere3 - con za el discurso isorográco las abigarradas convencional voces delcomo mundobien campesino lo señalóy énico Amin enpopuuna conferencia lar. Pero ampoco se raa de un ingenuo redescubrir de «ora isoria», recurriendo a fuenes menos sesgadas, que permian acceder a un nivel supuesamene inconaminado de la conciencia de los oprimidos. Como bien los señala Gua ciando a Gramsci: «los grupos subalernos esán siempre sujeos a la acividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan». La meáfora derrideana del palimpseso, que proponen Amin y Prakas, resula por ello an elocuene para expresar esas formas borrosas y disconinuas de la conciencia subalerna capaces de desaar acciones muliudinarias que se difunden como reguero de pólvora en un mundo rural an exenso y caleidoscópico como el de la India, pero ambién de reve 1 rerocesos, regresiones faccionalisas y derroas políicas. En una siuación colonial donde los/as oprimidos/as son denegados de una «posición enunciaoria» desde la cual podrían aricular su propia isoricidad (Spivak}, la improbable area de resiuir esa voz sólo podría realizarse mediane un minucioso análisis de las uellas, orsiones y silencios inscos en los propios discursos dominanes, cuya legiimidad y poder prescripivo resularían así puesos en ela de juicio.
3 Con e auspicio de SEPHIS, Shahid Amin aizó una gia de conencias que cubió as ciudades de Buenos Aies México, Lima, Cuzco, Cochabamba y La Paz, en octube de 1996 15
SILVIA RIVEA usICANQUI/RossANA BAAGÁN
No a sido fácil presentar un abanico que muestre Los diversos matices de una práctica istoiográca tan compleja y rica, signada también por diversas tensiones y debates internos. a elección de Los atículos traducidos a seguido, sin embargo, algunos criterios, siendo el primero el de La accesibilidad. A pesar de nuestros esfuerzos, no nos ha sido posible contar con Los vol. VI y VII de La colección, que se allan agotados. Hemos accedido en cambio al Amc Libr Libroo de Pa PatRiw, t a C atte atteee ee,complementar , así como al Foro que dedicó al temadeLaLarevista revista Historicl para algunos aspectos selección. Un
segundo criterio ha sido el de presentar trabajos que proporcionen un panorama general de Los fundamentales principios teóricometodológicos implícitos y explícitos que como grupo se plantearon, así como Los ecos del debate académico que suscitaron sus trabajos. En esta perspectiva se encuentran Los artículos de Gua, así como La defensa de Cakravarty ante Las reacciones de una publicación colega de La India, tanto como Los balances de Gayatri C akravo akravorty rty Spivak, Gyan Prakash Prakash y Veena Das.__En En tercer Lugar, hemos querido mostrarLostextos representativos Las diversas fases demostrando su reflexión, querecuvan desde años iniciales hasta eldeperiodo más reciente, temas rrentes y focalizados, así como balances más contemporáneos y ambiciosos. ntre Los primeros, podemos mencionar al trabajo de Pandey sobre La mediación nacionalista y gandiana de La insurgencia campesina y el de Amin sobre el discurso judicial, que cierra el Lente sobre un evento preciso, a La vez expresivo de La «historia Local» en el más pleno de sus sentidos y de Las narrativas emancipatorias de La nación en Las que este evento termina enmarañado. Entre Los segundos, están Los trabajos de Gua sobre La revuelta campesina, y La
forma es reconstruida es reconstrui da de y articulada articulad a en eprovenientes n Los discursos ideológicos dominantes,cómo así como Los análisis Chatteee, de su Libro Th domi tod i gm donde se discute La reconstrucción política de una historia india de La Lucas campesinas, así como La textura de Los aparatos burocráticos que racionalizan Lo «nacional» en La etapa postindependencia. A modo de ilustrar algunos aspectos de La práctica istoográfca brevemente bosquejada, analizaremos algunos textos de La selección que nos ayudarán a precisar La naturaleza de La ruptura epistemológica y metodológica que plantean Los Estudios de La Subalternidad, pero que además ilustran muy bien Las continuidades y virajes desde La etapa temprana a Los trabajos más maduros del grupo. L trabajo de Gua sobre La «prosa de contrainsurgencia», ae de una crítica a La visión mecanicista de Las rebeliones campesinas, que Las retratan como a actos reflejos, espasmódicas reacciones ante causas exter 16
PRESENTACION
nas de oden económico o poltico Analiza entonces los discusos primaos, oducidos po las instancias encagadas diectamente de la epesión y el p oducidos contol de estos movimientos, con los cuales se constuye el código básico de containsugencia, que lleva a la ciminalización de las acciones ebeldes y la expoliación de su sustancia poltica y coheencia ideológica os ecuentos o discusos secundaos sean las elaboaciones contempoáneas autoizadas o los textos de funcionaios etiados, que pueden mostanos una «semblanza de objetividad», expesada en una naativa impesonal, peo que sitúan igual mente a estos eventos en una cadena explicativa, atibuyéndoles una pehis toia y una causalidad, que luego se usan paa legitima las acciones civiiza toias o epesivas desplegadas po las élites con el n de eadica o peveni la violencia de los insugentes Al ebelde se le piva as de la condición de sujeto de su popia evuelta y se lo conviete en un petexto paa la eflexión disciplinadoa o autoefomista de los popios podees coloniales o naciona les Finalmente, estaan los discusos teraios incluyendo las vaiantes li bea be al,l, nacion nacionali alista sta o ma max xis ista ta de la hhisto istoiog iogaf afa a que ponen ponen en evidenc evidencia ia una modalidad más solapada del código de containsugencia, al subsumi a los actoes en la estategia extena de su edención o nacionalización Estos discusos esultan as instumentales paa un nuevo despojo, que inscibe a las acciones ebeldes en teleologas civilizatoias, despojándolos de su inteli gibilidad, peo enunciando también a compende todo el tejido cotidiano de «umoes, visiones mticas, eligiosidad y lazos de comunidad», que subyace a la insugencia campesina En su afán de disciplina póstumamente a los insuectos, estos discusos teciaios acabaán entampados en la «naativa maesta» de occidente y esultaán incapaces de supea los macos explicati vos de la posa de containsugencia De este modo, la histoogafa se con vetiá, según palabas de Guha, en una «foma de conocimiento colonialis ta», aticulada en tono a discusos civilizatoios supepuestos que encuben pemanentemente los astos de la iniciativa históica de los gupos domina dos, pa pa a te tem min inaa of of ecién eciéndole doless en el plano plano poltico poltico tan ssólo ólo una una «ciuda dana mitigada y de segunda clase» El tabajo de Shahid Amin, po su pate, constituye una aguda lectua ctica de un tipo de fuente que se usa con fecuencia en la histoiogafa de las ebeliones campesinas el discuso judicial que se genea en el poceso de su enjuiciamiento, a tavés de la deteminación de culpabilidades y la funda mentación de penas y castigos En el caso de los 172 pequeños andis y atesanos indidualizados como culpables (ente una multitud de apoximada 17
IVIA IVE usICANQI/ossANA BARRAGÁN
mente mil pesonas) po el incendio de la hn (estación policial) de Chaui Chaua y la muee de 23 polias, acaecida el 4 de febeo de 1922, el análisis de Amin evela que en el poceso de constucción de la evidencia inciminatoia paa el juicio se foman «campos de pode» desde los cuales esulta imposible compende las motivaciones de la ebelda, paa no habla de apoximase a su lógica intena. dota a los actos de elunadiscuso pehistoia y unaboa aticulación causal, y alAlindividualiza a losebeldes culpables, judicial los nombes, los ostos y las estategias de los individuos y de la multitud amotinada (o o diigentes, tanto como paicipantes asos), paa conduci a todos ellos al anonimato y la desfiguación que autoizan su convesión en ciminles. En este poceso, la ebelda campesina esulta despojada a la vez de su caácte poltico y de su histoicidad, situación que no podá se supeada ni siquiea cuando la histoiogaa nacionalista invieta el veedicto y convieta a los ciminales en máties de la gesta anticolial, y en beneméitos y pensionistas del estado independiente. Estos ejemplos nos pemiten destaca una pespectiva de análisis cental en los tabajos del gupo: el énfasis que ponen en la compensión de las fomas coloniales y postcoloniales del pode y la dominación en sociedades abigaadas y pluales como la India. El tabajo de Chatteee pate también de las «boaduas y silencios» del discuso ocial, peo popone una lectua de la insugencia desde adento, esto es, desde la noción de «comunidad» insugente. El auto eflexiona a pai de la pieda angula de la contibución de Guha sobe los «aspectos elementales de la ebelda campesina», mostando a los ebeldes como pesonajes insumisos, aún paa la histoiogafa, en su pemanente esistencia a las acionalizaciones libeales o nacionalistas que se hacen en su nombe. En su segunda contibución, el auto analiza el papel de las buocacias del desaollo en la consumación de una evolución pasiva del capital en la India postcolonial, cuya fuente de legitimidad la evolución independentista independe ntista de los años cua cuaenta enta genea uunn pema pemanente nente ddilema ilema:: el de hace convege las demandas de la acionalidad, con las demandas contapuestas de la legitimación. La natualeza del estado postcolonial en la India se asentaáá as en «esa paeja contadictoa, . . . iónicamente amoniosa» donde conta vegen lo iacional de la de poltica con lo acional la planicación; asgo constitutivo y paadójico la dominación social de contempoánea en un la India, que poda se extensible a muchas otas sociedades nooccidentales del Su. Ceemos que el conjunto de ensayos que pesentamos al público bolivano
latinoamecano, ayudaá a eplantea una see de temaspoblema elevan 18
PRESENACÓN
tes, no sólo para Las ciencias sociales, sino para Los debates sobre el destino p oltico de Los campesinos y otros grupos subalternos, que en el área andina Llenan Las páginas de La historiografa de La insurgencia antiestatal en Los útimos cinco siglos. Pensamos que La reflexión y el debate Lanzados por Los colegas de La India, permitirán conectar muchas de estas cuestiones con nues tra propia reflexión, retomando temáticas ya esbozadas por diversos crculs Latinoamericanos desde Los años 70, pero también enfrentando nuevas pre guntas y realidades, como La que brindan Las actuales movilizaciones étnicas que se han venido dando en Los años 80 y 90, a Lo Largo y ancho del continen te. No obstante, La adopción irreflexiva de modas intelectuales del norte, ha permitido que en algunos crculs académicos Latinoamericanos, prime La acti tud de «borrón y cuenta nueva» frente a nuestras propias tradiciones intelec tuales tual es -y -y el ma rxismo es una de ellasellas- que empo brece brece el debate debate Latin Latin oam er eri i cano y Le dota de una cualidad particularmente fragmentada. En esta perspectiva, esperamos que ésta sea una ocasión para emprender un diálogo más horizontal entre historiadores/as del Sur, tanto como entre nosotros/as mismos/as. Esperamos también que Los/as Lectores/as puedan encontrar en este Libro sendas fructferas para elaborar sus propias reflexio nes, para renovar sus marcos de referencia, y para iniciar ese «diálogo entre fragmentos» (Pandey). No sólo por gusto, también por urgencia vital, es e cesario volver a discutir temas como el de La conciencia rebelde y La construc ción del poder burocrático del Estadonación, anclado en nociones civlizatorias y coloniales que engranan ecazmente con Las más modernas tecnologas y formas de extracción y transferencia de excedentes. Sila Rivea Cusicanqui Rossana Baagán
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Adecmientos Esta publicación no habría sido posible sin el concurso de muchas much asdepeon pe as y grupo grupos. pmer lua luapncpalmente queremo queremoss agradece agrad ecerr al grupo losonas Estudios de s.la En Subalteidad, a Shahid Amin, por su contbucón y apoyo en todo el proceso de elabora ción de este lib, y a Gyan Pandey como miembro del direoo del SEPHIS. A Oxford Univei Press, Pnceton Univei Press, y la revista American Histocal Reve por permitios publicar estos trabajos. Al directorio del SEPHIS y a su Secretao Ejecutivo, Ulbe Bosma, por su colabocón múltple a los inteambios aca démicos entre diversos países del Su Queremos también menco la labor Anacon Rebeca Prada, RiveraVan Anar lison Spedding Speddide ngRaquel por su Gutéz, comprom c ompromiiso la labor de de traducción trSilva aducción Vayn también tamb ién n uestros uestros agdecmientos agdecmientos a Vania y Heidi Oros Oros,, a Seemin Qayum Qa yum y a Gonalo Pa , a los miemb m iembrros del Taller de Histoa Oral Andina, en especal al Lc Carlos Mamani Condo, y la Coordi nadora de Histoa, que contibuyeron a este producto colectivo de muchas maneras
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SBR I
a Inda es una undad poltca que tene más de 3 mllones de Km 2 • y se Lcalcula que en 2007 cuenta con una poblacón de 1100 mllones; es decr,, más que toda Áfca y mucho decr mucho más que cualquer pas latnoamercano latnoamercano La mayora de sus habtantes practcan la relgón hndú y, en segundo lugar, la musulmana All exsten 1652 lenguas, 18 de ellas reconocdas por la Const tucón. El hnd es el doma más dfunddo pues lo habla cas el 25%; le s guen el telugu (con el 4.6%), el bengal y marat (con el 4.1%), el taml (con 2.9%) mllones, el canara (con el 22%). La dversdad relgosa y étnca ha supuesto para la Inda una sere de conflctos Por eemplo, en 1965, se enfrentó con Pakstán por la regón de Cachemra, donde exste una mayora de musulmanes, y tambén por el Pakstán
Orental convertdo desde 1971 en Bangladesh Por otra pae, los Skhs cuya relgón combna el monotesmo estrcto, de orgen musulmán, con tradco ness hndúes y quenes ne quenes pueblan pueblan el el Punab, buscan buscan crear crear tambén tambén su propo Estado, y por ello se enfrentan con las mayoras hndúes Por esta razón, des de 1980, se han reavvado los enfrentamentos «comunalstas» y que llevaron al asesnato de Indra Gandh. La socedad nda está organzada en castas, un sstema erárquco e nterdependente en el que la endogama, los rtos regosos, las prohbcnes y los lo s prvlegos, caracter caracterzan zan a cada una de elas ela s y en los que la pureza pureza e mpureza regulan tambén las escalas socales El térmno casta es, sn embaro, de orgen pougués y sgnfca lnaje. Los térmnos locales son vaa, que es traducdo eneralmente como «categora» y ja o lnaje y nacmento. En forma esquemátca exstran 4 varnas: los bhmaes a quenes compete el 23
R ESEÑA SOBE LA IN DA
conocimiento de los rituales y textos sagrados; los cstrills entre quienes el poder temporal es importante, lla_ados antes prncipes o guerreros; los isys a quienes corresponden las funciones de producción e intercambio y, nalmente, los shud que sien a los otros tres, en especial, como artesanos y obreros obreros Con todo, esta es una división divi sión ideal y, por tanto, alejada aleja da de la complejidad social actual En el interior de cada jti, por ejemplo, pueden haber divisiones; además, no siempre hay correspondencia entre el jti la y la ocupación A contracorriente de la imagen simplista de este esquema, la realidad es mucho más compleja, pues sistemas de tipo casta se han implantado también sscritiz sscr itizó ó entre ingresócomunidades al sistema demusulmanas, castas mediante y entre un proceso la población que sedellama «intocables» que De otro lado, la casta y el nivel económico no siempre coinciden: as, entre los brms se pueden encontrar hombres de negocios opulentos pero también gente de modesta condición social En el otro extremo, un ri (palabra que designa actualmente a los que antes eran llamados «intocables») puede ocupar altos puestos gubernamentales Cada región lingüstica y cultural tiene sus propias estructuras de casta, que se entrecruzan de diversos modos con las categoras económicas, religiosas y de poder
Polticamente la India Estado federal que tiene compuesto 25 Estados y 6deTerritorios En la capital, Delhi,esseunencuentra el parlamento una
Asamblea del Pueblo y de una Cámara Alta cuyos integrantes son elegidos mediante el sufragio universal El gobierno es presidido por un Primer Ministro el jefe del Partido que tiene el mayor número de sitios en el Parlamento y por un Presidente Presidente de la República República y su Vice Presidente que tienen un papel limitado Desde antes de la independencia de la India en 1947, su vida poltica ha estadodeldominada lista pas Esteporse elfundó Congreso en 1885, Nacional y desde Indio, las elprimeras mayor partido décadas nacionade este siglo tuvo el liderazgo intelectual de Mohandas Karamchand Gandhi {1869 1948), hasta su muerte en los albores de la independencia Entonces la conducción del Paido del Congreso pasó a manos de Jawaharlal Nehru, lder de la Independencia y Primer Ministro desde 1947 hasta su muere en 1964; luego, a su hija Indira Gandhi, hasta su asesinato en 1984 y, por último, a Rajiv Gandhi, hijo de Indira, hasta noviembre de 1989 (y quien fue asesinado en 1 9 9 1) 24
SÑA SOR A NDA
Hios en la independena de la India
el siglouna XV,nueva expediciones portuguesas intentaron En descubrir ruta a lasmarítimas ndias para aumentar yel españolas comercio de especias Los árabes perdieron el monopolio del comercio entre la ndia y el Occidente que detentaban desde el siglo V A su vez, los portugueses crearon actorías y bodegas para almacenar las mercancas que llevarían a Lisboa. Los ingleses los imitaron al fundar en 1600 la Compañía de las ndias Orientales Es Indi Compny) y los siguieron holandeses holand eses y daneses dan eses Más tarde, en 1604, los franceses crearon su propia Compagnie des ndies Orientales Sin embargo, fue la compañía inglesa la que consolidó su política imperialista rente a ella,deenlos1857 estallóindios el Motín de los de Cipayos que no sólo fue un tinamiento soldados en contra sus ofciales ingleses, sinoamoun levantamiento generalizado de campesinos, peones agrícolas y población de castas bajas En 1858 la ndia pasó al minio directo de la Corona , en 1877, la reina Victoria se proclamó Emperatriz de las ndias. En estas circunstancias la agricultura se comercializó cada vez más gracias al azúcar, té, café, etc. Poco tiempo después, en 1885, se creó el [Partido dl] Congreso Nacional ndio, cuya política se tornó más radical en las primeras décadas del siglo XX
Swar
ydencia. bajo elDe lema esta época de data (autogobierno) también la creación demandó de la yLiga luchó Musulmana por la indepenA partir de 1919 el movimiento nacionalista ingresó en una nueva fase: El [Partido del] Congreso Nacional ndio se amplió y la oposición política se reoganizó Bajo la influencia de Gandhi y Nehru y con el apoyo e la Liga Musulmana, se desarrolló primero un movimiento de masas llamado Khilafat o Movimiento e NoCooperación (19211922) y, luego, el Movimiento de Desobediencia Civil en 19301931 En 1942 Gandhi lanzó el movimiento «Quit ndia». Pero a partir de esa época se dio un conflicto en la alianza nacionalista: Nehru quería pque or Muhammad la ndia independiente All Jinnah fuese {18761948), una e quería invisibleuny estado la liga Musulmana, independiente dirigida para los musulmanes. Al lograr su independencia en 1947 se proclamó la República e la Unión ndia y la República slámica del Pakistán, pero ello dio lugar a numerosos enfrentamientos entre fracciones musulmanas e hindúes, que continúan hasta nuestros días y, por cieo, con rasgos fundamentalistas.
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Pefacio a los Esdios de la Subaltemidad
r H y rá Ranajit Guha
l propósito de la presente colección de ensayos, la primera de una serie, es promover una discusión sistemática e infrmada sobre temas de la subalternidad en el campo de los estudios surasiáticos, para así, recticar la nclinación elitista característica de gran pae de la investigación y del trabajo académico en esta área en particular La palabra «subalterno» del título tiene el signifcado que le da el Conse Oxford Dona, es decir, «de rango inferior». Será utilizada en estas páginas
E
• NE.: Traducción de Ana Rebeca Prada del aículo: «Preface» en: Subaltem Studies I Wtings n Suth Asian Histo and . Ranajit Guha editor[1982 Delhi: Oxford Universiy Press. 1996 La N.E.: Nota Editorial será ulizada con nes aclaratorios y se disinguirá de las notas a pie de página de los autores por a utilización del asterisco o los corchetes en caso de realizarse aclaraciones en el texto o nota del autor. En algunos casos los lectores encontrarán también N. de T. que significa Notas de Traducción. En notas de p ie de página hemos respetado la forma de citar bibliografía que tienen los autores. El contenido de algunas de las N.E.: como por ejemplo la explicación de los términos que están en idiomas de la India ha sido en algunos casos extractado de los glosaos que se encuentran al final de los volúmenes de Subaltem tudies, y en otros nos hemos apoyado en la información que nos proporcionó el Dr. Shahid Amin. Hemos ela bo borrado asimismo un glosao general que figura al final del libro. Este prefacio introduorio al pmer número de la Revista Subaltem Studies lleva en su versión oginal sólo el título de Prefacio. Para situarlo en su contexto hemos añadido el título completo de la revsta en castel cas tellano lano . En los diversos diversos arículos arículos las refe referencias rencias a la revista revista se realiz realizan an ya sea con su nom bre ogin al o bien traducida como Estudios Subaltemidad, para hacer refrencia tanto a la resta como al colecivo a cargo de su pubicación. No se ha acudido a la versión más literal de «Estudios Subalternos» porque consideramos que es un anglicismo de ambigüedades la subalternidad de ellostérmino propios «subalterno» estudios y nohemos sólo la de los sujetoscargado subalternos. Para respetarque el denotaa carácter genérco que tiene recurrido más bien al senido que le da Guha como «condición» o «atributo general de subordinación». 29
JIT u H A RANAJIT
como denominación del atributo general de subordinación en la sociedad urasiática, ya sea que esté expresado en términos de clase, casta, edad, géne ro, ocupación, o en cualquier otra forma. Con las palabras «historia y sociedad» del subtítulo se intenta dar forma abreviada a todo lo que implica la condición subalterna. Como tal, no hay nada en los aspectos espirituales y materiales de esa condición, pasados y presentes, que no nos interese. Obviamente sería ocioso de nuestra parte, es
perar que la gama de contribuciones a esta serie pueda corresponder, así sea remotamente, al proyecto de seis puntos previsto por Antonio ramsci en sus «Notas sobre la historia italiana». Sin embargo, dentro de las limitaciones del presente estado de la investigación de nuestros propios recursos, esperamos publicar ensayos bien escritos sobre temas de la subalternidad, realizados por estudiosos que trabajan en las humanidades y en las ciencias sociales. Habrá mucho en estas páginas que se relacione con la histoia, la política, la econo mía y la sociología de la subalternidad, así como con las actitudes, ideologías y sistemas de opinión; en síntesis, con la cultura que moldea esta condición. Reconocemos, por supuesto, que la subordinación no puede entenderse excepto como uno de los términos constitutivos de una relación binaria en la que el otro es la dominación, ya que «los grupos subalternos están siempre sujetos a la actividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan y sublevan». os grupos dominantes recibirán entonces, en estos volúmenes, la consideración que merecen, sin que se les dote, sin embargo, de esa lsa pma cía que les asignó la larga tradición de elitismo en los estudios surasiáticos. De hecho, pae impoante de nuestro empeño consiste en asegurar que nuestro énfasis en la subalternidad funcione como medida de valoración objetiva del papel de la élite, así como de ctica a las interpretaciones elitistas de ese papel. Pensamos que no estamos solos en nuestra preocupación por tal elitismo y en la necesidad de combatirlo. Otros se han sentido igualmente infelices frente a las distorsiones y desproporciones generadas por esta tendencia del trabajo académico sobre asuntos surasiáticos. Esperamos, por lo tanto, que otros estudiosos se unan a nosotros en esta empresa, publicando por su cuen ta o a través nuestro sus investigaciones sobre temas de la subalternidad, su crítica al elitismo en sus respectivas disciplinas, y ayudándonos en general, con su consejo sobre los contenidos de éste y los subsiguientes volúmenes de Subalt er St ud ii e s. s.
Canberra Agosto d 1981
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Sobre alnos aspectos de la Histooafa Colonial de la India·1 Ranajit Guha
a historiografa delpor nacionalismo indio ha elestado dominada du rante mucho tiempo el elitismo indio tantopor elitismo colonialista como por el elitismo burguésnacionalista2 • Ambos se originaron como pro ducto ideológico del gobierno británico en la India, pero han sobrevivdo a la transferencia del poder y han sido asimilados a formas de discurso neocolonialistas y neonacionalistas en Gran Bretaña y en la India respectivamente a historiograa elitista de tipo colonialista o neocolonialista cuenta entre sus principales protagonistas a escrtores e institucioes brtánicas, pero tiene imitadores en la India y también en otros pases a historograa elitista de tipo nacionalista o neonacionalista es ante todo una práctica india, aunque
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Traduccón de Ana Rebeca Prada del aículo «On soe Aspect of The Hstoography of Colonal Inda», en Ranajt Guha (1982) (Ed.) Subalte Studies Wtings on South sían Hto and Soe, Delh: Oxford ersty Press, 1996. pp. 1-8. Unversty Unv El a utor agradece a todos los autores ncludos en este voumen [N. E. Se reere a Shahd Amn, Davd Ar nold , Paha Chatteee, Davd Hardman y Gyan Pandey], así como a Gautam Barda, Dpesh Chakrabay Ragg habendra Chatopadhyay por sus comentaos a una versón anteor de este texto. Y Ra * * N.E. Aunque el adjetvo nglés «ndan» se traduce habtualmente al castellano como «hndú», hay una nexacttud en esta formabudstas de traduccón se refere refere arelgosas lo s practcantes practcantes de la l a de relg relgón hndusta, Yanorcada ncluye a los musulmanes, y otras Hindú congregacones mnortaas laónInda. Re m mttmos al lector a la nota mpresa al fnal de este artículo para una dencón de los térmnos «élte», p ue uebb lo», «subalterno», etc, tal como se utlzan en esos párrafos. 31
RANAJIT uH A
no carece de imitadores en las filas de los historiadores liberales de Gran Bretaña y de otras pates.
2 Ambas variedades de elitismo comparten un prejuicio: que la construc ción de la nación india y el desarrollo de la conciencia que moldeó este proce so el nacionalismo, fueron logros exclusiva o predominantemente de élite. En las historiograas colonialista y neocolonialista estos logros son atribui dos a funcionarios y administradores gobierno colonial británico, a sus políticas, instituciones y cultura en losdelestudios nacionalistas y neonaciona listas, a personalidades, instituciones, actividades e ideas de la élite india. 3. La primera de estas dos historiografías define al nacionalismo indio fundamentalmente como una función del estímulo y respuesta. Basada en una aproximación estrechamente conductista, representa al nacionalismo como la suma de actividades e ideas con las que la élite india respondió a las instituciones, opotunidades, recursos, etc., generados por el colonialismo. Existen varias versiones de esta historiografía, pero la modalidad central común a todas ellas es la descripción del nacionalismo indio como una suerte de «proceso de aprendizaje» mediante el cual la élite nativa se habría involucrado en política al intentar negociar con el laberinto de instituciones y el correspondiente complejo cultural introducido por las autoridades coloniales para go bernar el país. Lo que hizo que la élite atravesara este proceso no fue según esta historiografa, un elevado idealismo dirigido al bien general de la nación, sino, simplemente, la expectativa de recompensas bajo la forma de una porción de la riqueza, el poder y el prestigio creados por el gobierno colonial y asociados a él. Se nos dice entonces que el estímulo de tales recompensas con todo el juego concomitante de colaboración y competencia entre el poder gobernante y la élite nativa, así como entre varios elementos de esta última, fue lo que constituyó al nacionalismo indio. 4. La orientación general del otro tipo de historiografía elitista consiste en representar al nacionalismo indio como una empresa fundamentalmente idealista en la que la élite indígena habría guiado al pueblo de la subyugación a la libertad. Las diversas versiones de esta historiografa diferen en el grado de énfasis que otorgan al papel que jugaron los líderes individuales o las organizaciones e instituciones élite, como fuerzaa todas principal de esta empresa. Sin embargo, la demodalidad común ellaso motivadora es la defensa del nacionalismo indio como una expresión fenoménica de la bondad de la élite nativa, nativa, magnifcando magnif cando contra contra toda evidencia evidencia el aspecto aspecto antagóni antagónico co de 32
OR SOROGRAA COONA D A NDA
su relación con el régimen colonial en relación a su aspeco colaboracionisa, su papel como promoores de l causa del pueblo en relación al de exploadores y opresores, su alruismo y auoabnegación en relación a la arrebaiña por el escaso poder y privilegio que les fuera concedido por los gobernanes para asegurarse su apoyo al Ra*. e esa manera, se escribe la hisoria del nacionalismo indio como una suere de biografa espiriual de la élie india ind ia 5 La hisoriografa eliisa no carece, por supueso, de uilidad Nos ayuda a conocer más sobre emas como la esrucura del esado colonial, el fun cionamieno y manejo de sus diversos órganos en cieras circunsancias hisócas, la nauraleza de las alianzas de clases que lo susenaban, algunos aspecos de la ideologa de la élie como ideologa dominane del perodo, la conradicción enre las dos élies y la complejidad de sus oposiciones y coaliciones muuas, as como el papel de algunas organizaciones de élie y de las personalidades briánicas e indias más impoanes Nos ayuda, sobre odo, a enender el carác carácer er ideológico de la his hisoriogra oriogra a mism misma a 6 Lo que no puede hacer, sin embargo, una escriura hisórica de ese ipo, es explicarnos el nacionalismo indio, ya que no reconoce, y menos inerprea, la conribución del pueblo por s mismo, es decir, idpditmt de la élie, a la formación y desarrollo de ese nacionalismo En lo que concierne a ese aspeco paricular, la pobreza de esa hisoriografa se demuesra, más allá de oda duda, por su incapacidad de comprender y valorar la ariculación masiva de ese nacionalismo, excepo negaivamene, como un problema de ley orden, o bien si oacaso ya sea como respuesa al carisma de yalgún lder de élie en losposiivamene, érminos acualmene más de moda, de una movilización verical sujea a la manipulación faccionalisa La muliudinaria paicipación del pueblo indio, a veces en números de cienos de miles e incluso millones, en acividades e ideas nacionalisas, se represena enonces como una desviación frene al proceso polic supuesamene «real», vale decir, la laboriosa marcha de las ruedas del aparao del esado y de las insiuciones de élie engranadas a él En oros casos, esa paricipación es simplemene aribuida, como un aco de apropiación ideológica a la influen ciasoriografa e iniciaiva de claramene las élies propiamene dichas La bancarroa de esa hi fe queda expuesa cuando es emplazada a explicar * NE Soberanía briánica en a India
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RAN IT GuH A
nómenos como el levantamiento antiRowlatt de 1919· y el movimiento Quit ndia [ Aband Abandone onenn la India] India] de 1 942 94 2 , para mencionar sólo dos de las numerosas instancias de iniciativa popular que se armaron en el curso de las campañas nacionalistas en desao al control de la élite o en ausencia de él. ¿Cómo puede ayudarnos una historiograa tan unilateral y de miras tan estrechas a comprender los desplazamientos profundos que, muy por debajo de la supercie de la política de élite, élite, hicieron posible posible o las manifestamanifestaciones militantes de solidaridad con los amotinados de RIN? 7. sta insuciencia de la historiograa elitista es consecuencia directa de la sión estrecha y parcial de la política en la que se halla comprometida en viud de su perspectiva de clase. n todos los estudios de este tipo se presupone o declara que los parámetros de la política india son exclusiva o pncipalmente los de las instituciones introducidas por los btánicos para el gobierno del país y el correspondiente conjunto de leyes, políticas, actitudes y otros superestructura. entonces, una histoograa elementos paralizadadeporla tal denición no Inevitablemente, puede sino equiparar la política con el conjunto de actividades e ideas de quienes estaban directamente involucrados en el manejo de estas instituciones, es decir, los gobernantes coloniales y sus los grupos dominantes de la sociedad nativa, a tal punto que se pensaba que sus transacciones mutuas constituían todo el contenido del nacionalismo indio y que la esfera de influencia de este último era coincidente con la esfera de lo político. 8. Lo que queda claramente fuera de esta historiograa ahistórica es la . Porque, paralelamente a la esfera de influencia de la política de élite, existió a lo largo del peodo colonial otra esfera de la política india, en la que los actores principales no eran los grupos dominantes de la N: l primer movimiento de masas a nivel de toda la India lanzado por Gandhi para protestar en ontra de un onunto de leyes que, bao el pretexto de renar y reprimir ativdades terrostas, erenó las libertades iviles de la poblaión india n muhos lugares, el movimiento ue más allá de los límites estableidos por Gandhi N. Movimiento iniiado por Gandhi y su partido, el Congreso Naional Indio, para liberarse de los británios, bajo la onsigna «Abandonen la India» [Quit India], que ondujo a una onsiderable violenia N.. Nombre de un pequeño pueblo-merado en Uttar Pradesh, en la pae septentrional de la India. Conoido porque una multitud de ampesinos, alegando ser seguidores de Gandhi, se enrentaron on las uerzas del orden el 4 de ebrero de 1922, quemando la estaión poliial y matando a 23 poliías Ver al resp resp ecto cto el a íc ul uloo de S h ad i d A m i n , e n este vollu m e n . ste vo
N n ranés en el original. Alumnos, seguidores, aólitos o disípulos
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SOE HOOGAFA COONA DE NDA
ocedad ndígena n las autordades colonales, sno las clases y grupos sub alternos que consttuían la masa de la poblacón trabajadora y el estrato nter medo de la cudad y el campo, en suma, el pueblo. sta era una esfera autóno ma dado que no se orgnaba en la polítca de elte, n su exstenca dependía de ella. Sola era tradconal en la medda en que sus raíces podían rastrearse a lo precolonales, de nngún modo era arcaca en el como sentdo de er tempos antcuada. ejos de serpero destruda o vualmente desactvada, suce dó con la polítca de elte tradconal por la ntrusón del colonalsmo, cont nuó funconando vgorosamente, a pesar de este últmo, ajustándose a las condcones mperantes bajo la soberanía brtánca y desarrollando, en mu chos sentdos, característcas enteramente nuevas tanto formales como de con do. ste domno autónomo, tan moderno como la polítca ndígena de tendo. ten élte, se dstnguía por su relatva mayor profunddad, tanto temporal como de estructura. 9. Uno de los rasgos más mpotantes de esta polítca estaba relaconado precsamente a aquellos aspectos de la movlzacón tan poco explcados por la hstorograa eltsta. n el domno de la polítca de élte, la movlzacón e lograba vertcalmente, mentras que en la polítca del subalterno· se la lograba horzontalmente. a nstrumentalzacón de la prmera se caracterza ba por una dependenca relatvamente mayor respecto a las adaptacones co lonales de las nsttucones parlamentarias brtáncas y a los resduos de las nttucones polítcas semfeudales del perodo precolonal; la de la segunda dependía más ben de la organzacón tradconal del parentesco y la terrto raldad o de las asocacones de clase, según el nvel de concenca de la gente mplcada. a movlzacón de élte tendía a ser de orentacón relatvamente más legalsta y consttuconalsta; la movlzacón de los grupos y clases ub alternos relatvamente más volenta. a primera era por regla general, más cautelosa y controlada, la segunda más espontánea. a movlzacón popular en el perodo colonal halló su más ampla realzacón en los levantamentos campesnos. Sn embargo, tambén en las áreas urbanas, en muchas nstancas hstórcas en las que partcparon masas de trabajadores y membros de la p eequeña queña burguesía, la fgura de la movlzacón dervaba drectamente del paradgma de la nsurreccón campesna.
N : Aquí este volumen volumen se a co nseao el término término subalterno s ubalterno en la meia en que Aquí y en otras otras partes partes e este opone en singular al termino élite
RANAJIT G u H A
10. n conjunto, la ideologa operativa en esta esfera de influencia refle jaba la diversidad de su composición social, con predominio de la perspectiva de sus elementos dirgentes sobre la de los demás, en cualquier época y en cualquier evento en particular. Sin embargo, a pesar de tal diversidad uno de sus invariables de era lala subalternidad noción de resistencia la dominación de élite. storasgos es consecuencia común a atodos los integrantes de esta esfera, lo que la distingue ntidamente, como tal, de la poltica de élite. ste elemento ideológico no era, por supuesto, uniforme en calidad o densi dad en todas las instancias. n el mejor de los casos aumentaba la especici dad, focalización y tensión de la acción poltica subalterna Sin embargo, hubo ocasiones en que su énfasis en intereses sectoriales desequilibró los movi mientos populares, de modo tal que surgieron desviaciones economicistas y rupturas sectarias, socavando por lo general las alianzas horizontales. 11. Aún otro conjunto de rasgos distintivos de esta poltica derivaba de las condiciones de explotación a las que estaban sujetas, en grado varable, las clases subalternas, as como de su relación con el trabajo productivo de la mayora de sus protagonistas, es decir, a trabajadores y campesinos, y con el trabajo manual e intelectual de los pobres urbanos no industriales y de los estratos bajos de la pequeña burguesa, respectivamente. a experiencia de la explotación y del trabajo dotó a esta poltica de muchos idiomas, normas y valores peculiares, que la situaron en una categora apae de la poltica de élite. 12. Por supuesto, éstos y otros rasgos distintivos de la poltica del pueblo (la lista no es de modo alguno exhaustiva) no siempre aparecan en el estado puro al que se alude en los tres últimos párrafos. l impacto de las contradic ciones existentes los modifcaba en el curso de su actualización en la historia Sin embargo, aún con todas las modificaciones, estos rasgos contribuyen a demarcar la esfera de la poltica del subalterno respecto a la de la poltica de élite. élit e. a coexistencia coexistencia de esta estass dos esferas esferas o veientes veientes que puede ser percib percibida ida intuitivamente, pero también comprobada mediante demostración, era el el so de l burguesí indi en ndice de una verdad histórica importante: su ineno de hblr nombre de l nón Hubo vastas áreas de la vida y la
conciencia del pueblo que nunca fueron integradas a su hegemona. dioo m esruurl que surgió de ello es un dato de la historia del perodo colo nial de la India que nadie que se interese por su interpretación puede ignorar sin caer en un error. 36
SOE IOIOGAA COONIA DE NDIA
13 al dicotoma no signicó, sin embargo, qe estos dos dominios estan herméticamente cerrados el no para el otro, ni qe no hbiera contacier an to algno entre ellos Por e contrario, haba n alto grado de sperposición qe srga, precisamente, del esferzo realizado de vez en cando por los elementos más avanzados de esferzo la élite indgena, especialmente la brgesa, por integrarlos Cando tal estvo vinclado a lchas libradas onsistentemente y provistas de objetivos antiimperialistas más o menos claros, prodjo resltados espléndidos Pero en otras ocasiones, cando se vinló a movimientos qe no tenan objetivos antiimperialistas totalmente rmes, o qe los haban perdido en el crso de s desarrollo desviándolos hacia compromisos legalistas, constitcionalistas otros con el gobierno coal, prodjo retiradas espectaclares y graves reversiones bajo la forma lonial, loni de lchas sectarias En calqier caso, el trenzado de las dos vertientes, la poltica de élite y la del sbalterno, condjo invariablemente a sitaciones explosivas qe indican qe las masas convocadas para lchar por los objetivos de la élite, se las arreglaban para escapar a s control y estampar el sello aracterstico de la polica poplar en las campañas iniciadas por las clases altas 14 Sin embargo, las iniciativas originadas en la esfera de inflencia de la poltica del sbalterno no feron por s parte lo sfcientemente poderosas como para implsar al movimiento nacionalista a convertirse en na lcha de liberación nacional hecha y derecha a clase trabajadora no estaba aún sfientemente en canto como a las condiciones objetivas s ser socialali-y s oncienciamadra de claseparas, tampoco estaba todavade rmemente dada al campesinado Como resltado, no poda hacer nada para asmir la direción y completar la misión qe la brgesa no haba logrado realizar El desenlace de todo ello fe qe los nmerosos levantamientos campesinos del perodo, algnos de ellos de alcance masivo y ricos en conciencia anticolonialista, esperaron en vano por n liderazgo qe los alzara por encima del localismo y los generalizara en na campaña antiimperialista a escala nacional Eventalmente, gran pae de la lcha sectorial de trabajadores, campesinos y pe-
qeña brgesa rbana seporentrampó economicismo o, en casodemasiado de estar p olitizada, olitizada, permaneció, falta de enn elliderazgo revolcionario, fr ag agmentada como para tomar efectivamente la forma de algo parecido a n movimiento de liberación nacional 15 a problemática central de la historiograa de la India colonial es p re re cis tuirse cis amente, amente, el estdio de este caso históico de la naón para consti tuirs 37
RANAJI GUHA
Ese fracaso se debe a la incapacidad de la burguesa, an como de la clase rabajadora, por conducirla a una vicoria decisiva sobre el colonialis mo y a una revolución democráicoburguesa, sea del tipo decimonónico clá como tal.
sico bajo hegemona de la yburguesa, un ipo más moderno la hegemona de rabajadores campesinos,seaesdedecir, una democracia de bajo «nuevo ipo». No exise una manera deerminada de invesigar esa problemáica. «Con que broen muchas flores, no importa la mala hierba». Pensamos, real mene, men e, que en la prácica de la hisoriograf a, aún los l os eliisas ienen algo que enseñarnos, as sea por medio de ejemplos negaivos. Pero ambién estamos convencidos de que la hisoriografa eliisa debe ser resuelamene combai da mediane un discurso alternaivo basado tanto en el rechazo al monismo espurio y ahistórico caracesico de su visión del nacionalismo indio, como en el reconocimieno coexisencia policos, el de la éliedey ela del subalerno.e interacción enre ambos dominios 16. Estamos seguros de no esar solos en esta preocupación por el esado acual de la hisoriografa poltica de la India colonial, ni ampoco en la bús queda de alernativas. El elitismo de a hisoriografa india moderna es un hecho opresivo que ofende a muchos esudianes, profesores y escriores, ano como a nosoros mismos. Puede que no odos suscriban lo que hemos señalado sobre el ema, de la misma manera en que lo hicimos. Sin embargo, no cabe duda que muchos oros punos de vista y prácicas historiográficas podrán converger y aproximarse a nuesra posición. El propósito de hacer conocer nuesra perspeciva es el de promover al convergencia. No preende mos sino poner a prueba e indicar una orientación, esperando demosrar en la prácica, que eso es fcible. Esperamos aprender mucho de cualquier debae que pueda surgir, no sólo de la coincidencia con aquellos que piensan como nosoros, sino también de la crica de los que no lo hacen.
Una noa sobre el uso dado a los érmnos «éle», «pueblo», «subaler no», ec.
En esa presenación, se ha uilizado el érmino «élie» con el signifcado de grupos dominanes, anos exranjeros como indgenas. Los grupos domi nantes tnjeros incluan a odas las personas de origen no indio, es decir, principalmene funcionarios briánicos del esado colonial, ano como in • N. de T.: En inglés: Lt a hudrd hudrd ow blossom blossom ad w do do ·t mid mi d tth h wds, wds, refrán popularizado
po r M a o T s e T u n g .
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ORE SOROGRAA COLONAL DE NDA
riales, comerciantes, financistas, eños e plantaciones, terratenie ntes s t riales, y misioneros extranjeros. domts dígs incluían a clases e intereses que operaan Los en grupos os niveles. E l l d l Idi su couto se encontraa a los ayores magnates feuales, a los representantes más importantes e la burgesía inustrial y mercantil y a los nativos reclutaos para los niveles más altos e la burocracia. n los ils giol y locl estaan representaos por aquellas clases y otros elementos que eran y s miembros e los grupos a nivel e la Inia en s conjunto incluios en la categoría anterior, ya sea aquellos que, aún peenecieno a estratos sociales jerárquicamente infeores, ctub prtir d los itss d dchos grupos y o corm los trss rddrmt cospodts su propo sr socil.
omaa en su conjunto y en términos astractos, esta última categoría e la élite era htgé en su composición y, gracias al carácter esigual e los esarrollos económico y social a nivel regional, distt cd ár. La clase o elemento ominante en un área, a pair e la efnición que se io anteriormente, poía estar entre los ominaos en otra. sto poía crear mucas ambigüeaes ambigüe aes y contraicciones contraicciones y e heco heco las las creó en actitues actitues y alianzas, especialmente entre los estratos más ajos e la aristocracia rural, los terratenientes empobrecios, los campesinos ricos y meios. Los cuales pertenecían dlmt hbldo a la categoría e «pueblo» o e «clases subalternas», tal como se la efne a continuación. s tarea e la investigación explorar, ientifcar y meir la naturaleza especifica y el grao e dsció e estos elementos respecto al ieal, así como situarlos históricamente.
Los términos «puelo» y «clases sualternas» an sio tilizaos como sinónimos a lo largo e esta nota. Los grupos y elementos sociales inclios en esta categoría representan l drci dmogác t l poblció di y todos qullos hmos dscto comobaja, «élit. e estas clases ytotl grupos, como ser laqu aristocracia rural más los Algnas acenaos emporecios, los campesinos ricos y los campesinos meios, qe fgurarían «natural mente» como parte el «puelo» o e los «salternos», poían, ajo ciertas circunstancias, actuar para la «élite», como se la enió anteriormente, y ser as clasificaos a partir e ésta en algunas sitaciones locales y regionales, a igüea que le toca aclarar al istoriaor con base en una lectra etallaa y sensata e la eviencia. 39
La osa de Cona-Insgencia* Ranajit Guha
n cualquier tiempo o ugar bajo el , cuando un campesino se eE vantaba en rebelión, o hacía necesaria y explcitamente en violación e una serie de códigos que defnan su misma existencia como miembro de esa sociedad colonial y aún en gran medida, semifeudal Porque su subal ternidad era materializada por a estructura de a propiedad, institucionalizada
por a ey, santicada por a religión religión y hecha tolerable tolerable y hasta deseable deseable por la tradición; rebelarse era en verdad, destruir muchos de os signos familiares que haba aprendido a eer y manipular para extraer un signifcado del duro undo a su alrededor y convivir con él Bajo estas condiciones, el riesgo de «oner as cosas al revés» era cieamente tan grande, que difcilmente podra incorporarse a tal proyecto en un estado de distracción No hay nada en as fuentes primarias de a evidencia histórica como para sugerir en textos algodescuidados distinto Ellas e impresionistas desmienten elsobre mito,eldetallado tema, decon quetanta as sublevacio frecuencia nes campesinas habran sido asuntos exclusivamente espontáneos y sin pre • N.E.: Traducción de Raquel Gutiérrez y Alison Spedding, corregida por Silvia Rivera, del artculo: «The Po se of Counter-Insurgency», En: Suba Subalte lte Studies Wti Wtings ngs on South Sout h Asian Histo and Soe. Ranajit ha editor. Delhi: Oxford University Press 1995 (1983) pp. 1-42. Agradezc Agradezcoo los comentaos de mi miss colegas del equipo editor editorial ial sob sobre re un borrador inicial inic ial de est estee ensayo. •• NE.: Peodo colonial de la soberanía británica. 41
JIT UH A RANAJIT RANA
meditación. a verdad es totamente opuesta. Sería difíci citar un evantamiento escaa ago signicativa no hayacuando sido, desehecho, ya sea por de tipos de moviización menosque miitantes probóprecedido otros métodos sin resutados, o por debates entre sus dirigentes para sopesar con seriedad os factores en pro y en contra de cuaquier recurso a as armas. En acontecimientos tan diferentes entre sí en contexto, carácter y composición como omo e e dhing [N.E.: evantamiento] de Rangpuren contra de Debi Sinha (1783, e bidha [N.E.: otro término oca para evantamiento o rebeión] de Barasat encabezado por Titu Mir (1831, e hoor Santa (1935 y e «motn azu» de 1860, os protagonistas habían intentado peticiones, comisiones u otras formas2 de súpica antes de proceder reamente a decarar a guerra a sus opresores . Una vez más, as revuetas de os Ko (1832, os Santa y os Munda (1 8991900 899 1900 , tanto como e dhing de Rangpur y as jacqueries··· en os distritos de Aahabad y Ghazipur durante a Rebeión de os Cipayos de 1857 8 (para nombrar só só o dos instancias instancias entre muchas ddee una serie notab e e), ), todas habían sido inauguradas por consutas panicadas y en agunos casos
* N.E.: seLevantamientos y disturbios. Términocampesinas utilizado para describir las los insurrecciones de 1855. autor refere a una serie de rebeliones que varían desde alzamientosSantal «tribales» y losEl levantamientos hindúes de castas no registradas, muchas veces milenarstas, como aquellos de los Kols, Santals y Mundas, hasta los movmientos de los campesinos musulmanes en Bengala (como la revuelta de 8311 sost 83 sostenida enida por TTitu itu Mir), en contra de los tterr erratenient atenientes es y como afirmación de una i dentidad cam pes pesin ina a musulmana musulma na para los campesinos, peque pequeños ños propieta propietarios rios y otro otross elementos ple plebeyo beyoss que e mergieron ddurante urante la Gran rebelión de los Cipayos en 18571858. 2. Los ejemplos son demasiado numerosos para citarlos. Para algunas de ellos, vease MDS. Pp. 467, 48-9, sobre el dhing de Rangpur, BC 54222; Metcalfe y Blunt a la Coe de Directores (10 de abril 1832), párrafs 4-5 sobre la sublevación de Barasat: WW, Hunter, nna of Rural Bengal ( 7 ª edición: Londres, 1897), pp 327-28 y JP, 4 de octubre, 1855; «The Thacoors Perwannah» para el hool Santal: C.E. Buckland (1901), Bengal under the Ueutennt-Goveos er tomo, Calcuta, p. 192, para el «motín azul». Nota: Para una lista de ls abrevaturas usadas en este capítulo, veáse al nal del aculo * * N .E .: Los Kols, Santal Santalss y Munda s eran llamadas tr tribu ibu s por la etnograa y llaa adm inistr ini stració aciónn colonia colonial,l, aunque el criterio para delimitar ígidamente las trbus de los campesinos, o los animistas (trbales) de las castas hindúes rurales no siempre era tan marcado. Los Santals era una de las más impoantes y extensas trbus» e agricultores y jornaleros empleadon en la construcción de vías férreas, en las plantaciones de
té y e n las c a r b o n e ra s .
• • • NE: En fránces en el oginal. Designa a los levantamientos y rebeliones campesinas, en recuerdo del leva nta miento de Jacques Bon Homme contra la nobleza de la «Isla» de Francia de 1358. Su nombre es
s i n ó n i m o d e c a m pe s i n o y p u e b l o .
• • • • N.E: E ntre 185758, la Rebelión de los Cipayos, soldados indios empleados en el ejército de la Comañí India, cubrió extensas paes del noe y centro de la India, con exclusión de Bengala 42
LA PROSA DE CONTRA-INSURGENCIA
rolongadas, entre los representantes de las masas camesinas de lugar 3 • En verdad, casi no existe un eemplo del campesinado, ya sean los aldeanos cauos y aeg ados a la tierra de las llanuras o los suuestamente más volátiles aivasis· de las regiones de altura, que se hubiese metido o deado llevar i nconscientemente a la rebelión. Tenían demasiado que apostar y no se entreg a rían a ella sino como un modo deliberado, aunque desesperado, de salir de una condición insoportable de existencia. n otras palabras, la insurgencia ue una actividad llevada a cabo de manera motivada y consciente por parte de las masas rurales. Emero,sobre estaelconciencia parece haber sesido de poca atención en la literatura tema. La historiograa ha obeto contentado con tratar al rebelde camesino como una persona meramente empírica o miembro de una clase, ero no como una entidad cuya voluntad y razón constituían la praxis llamada rebelión. En la mayoría de las narraciones, esta omisión está en verdad teñida de
metáoras que asimilan las sublevaciones campesinas con enómenos naturales: estallan como tormentas de truenos, se mueven como terremotos, se extienden como incendios de monte, se contagian como eidemias. En otras alabras, cuando el proverbial montón de tierra se da la vuelta, se trata de un asunto a ser explicado en términos de la histoa natural. Incluso cuando esta historiograa se ve obligada a producir una explicación en términos más hu manos, lo hará asumiendo una identidad entre naturaleza y cultura, que señala un estado supuesamente muy bao de civilización eemplicado en «esos estallidos periódicos de crimen y desorden a los cuales se entregan todas las tribus salvaes», como lo expresó el primer historiador de la rebelión Chua. Alternativamente, se buscará una explicación en la enumeración de sus causas actores como las privaciones económicas y políticas, por eemplo, que no se relacionan en absoluto con la conciencia del campesino o lo hacen de manera Vese por ejempo MDS pp 579-80; Freedom Struggle in Uttar Pradesh, tomo 4 (Lucknow, 1959) pp 84 85, 549 Nombree dado a a pobación trib triba a que se sitúa debaj debajoo de sist sistema ema de castas castas Designa a miembros miembros de N E Nombr ibus registradas o censadas («scheduled») en a Constitución Independiente de a India (1950) que di deecho deecho a estos grupos tradicionamente expotados a a protección estata, otorgndoes cuotas especiaes a aa a e ingreso a escueas y coegios, trabajos gubernamentaes y egisatura 4 P ice The Chuar Rebellion of of 1 799 799,, p CL La edició ediciónn de a obra obra utiizada en este este ensa ensayo yo es a pubicada n A Mitra (ed) (1953) Distct Handboo: Midnapu Aipore Apéndice 4
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RAN uH A
neatva desencadenan desencanstntva denan la yrebelón rebel una espece ref reflejo lejo es decr como una que respuesta cas ónsincomo racocino frente de a sufrmentos físcos de uno u otro tpo (pej hambre tortura trabajos frzados etc) o como una reaccón pasva ante aluna ncatva del enemo al que se subordnan En ambos casos se consdera a la nsurenca como teor a la concenca del campesno y se coloca l Causa como sustituto fantasma de la Razón, que se supone es la lóica de dicha concencia ¿ Cómo adquiró la hstor hstorogra ografía fía esta ceuera ce uera especfca sn s n encontrar nunca un remedo? Para responder se podra empezar mrando de cerca sus elementos consttutvos y examnando esos cortes costuras y puntadas esas huellas
de remendo remendo que nos nos ndcan de qué materal materal están hechos y la manera manera en en que se los absorbe en la tela de la escritura El corpus de escrtos hstórcos sobre la nsurgenca campesina en la India colonal está consttudo por tres tpos de discurso Estos pueden ser descry teiao, pmaio secundario tos según el de orden quedos hanporaparecdo en elcomo tempo y su lacón Cada uno se dferenca los en otros el nivel de su dentfcacón formal y/o admtida (versus real y/o tácta) con un punto de vsta ofcal por el rado de dstancia con respecto al evento al que se refere y por la proporcón entre los componentes dstributvos e integratvos en su narratva Para empezar con el dscurso primario éste es casi sin excepcón de carácter ocial en el sentdo amplo del térmno Es decr se orgnaba no sólo entre burócratas mlitares aentes y otros empleados directamente por el oberno sno tambén entre aquellos del sector noofcal que se relacionaban de manera smbótica con el Ra, como ser los dueños de plantaciones msoneros comerciantes técncos y otros entre los blancos y terratenientes prestamstas etc entre los natvos Tambén era ocal en tanto que se dr a en prmer término a usos admnstratvos ya sea para nformar al obierno para que éste tome accones o para determinar sus poltcas Incluso cuando ncorporaba declaracones procedentes de «la otra parte» la de los nsurentes o sus aliados como muchas veces fue el caso de menciones directas o ndrectas contendas en el cuerpo de la correspondencia ofcal o de manera an más caracterstca como «anexos» a ésta lo haca sólo como pae de un 44
A POA DE ONTA-INUGNIA
mento to giado por intereses administrativos En otras palabras, sea cal ar g men re s forma especica y en verdad las había en varedad asombrosa, des e re de la caa introdctoria, el telegrama, el despacho y el comnicado, hasta el resmen, resme n, infr inf rme me,, ji j icio cio y edicto final final tanto s prodcció prodcciónn como como s circla ción eran necesariamente contingentes de las razones de Estado Un aspecto adicional qe distinge a esta clase de discrso es s natrale za inmediata Ella srgía de dos condiciones la primera, qe las declaraci ones de este tipo se escribían en forma concrrente o poco tiempo despés del acontecimiento, la segnda, eran redactadas por como los propios partícipes implicados Para yestos nes, nqe«partícipe» se defne n contemporá neo involcrado indirectamente en el acontecimiento en calidad de actor, o
bien indirectamente como observador Por spesto, esto excliría a aqel género de escritra retrospectiva, como es el caso de algnas memorias, don de el intealo entre el acontecimiento y el recerdo es considerable; pero nos dejaría aún con na docmentación enorme «fentes primarias», como se las conoce con oce en el ocio q e le habla al hhisto istoiiad ador or con na especie de voz voz ances tral, haciéndolo sentir más próximo a s tema os dos ejemplos qe se transcriben a continación son bastantes repre sentativos del discrso primaio El prmero se relaciona con la sblevación de Barasat en 1831 y el segndo con la rebelión de los Santals en 1855
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TEXTO 1 5
Al: ViceEecán General el Ejército. Señor: Habieno recibio el Gobierno información feigna e que un cuerpo e Insurgentes Fan Fanáticos áticos está cometieno actualmente las atrocidades más atredas desenfrenadas contra los Pobladores el Pas en las cercanas e Tippy en la Jurisicción e Barasat y e que han esafiao y rechazao la última fuerza que la Autoa Civil el lugar puiera reunir para apresarles, he sio encar-
gao por el Honorable Vice Presiente en Consejo e peir que U., comunique sin retraso al Oficial General Comanante e la División Presiencial las órenes el Gobierno para que un Batallón Completo e Infantea Nativa ese Barackpore y os Seis Libras* que serán munios para su cumplimiento (sic) necesaro e Golunaze ese Dum Dum, toos bajo el Mano e un Ofcial e Campaña con juicio y ecisión, sean irigios inmeiatamente a proceer y encontrarse en Baraset one serán encontraos por 1 Havilar y 12 Solaos el Tercer Regimiento e Caballera Ligera que actualmente frman la escolta el Honorable Vice Presiente. °
camento 2 . El Magistrao y le proporcionará se encontrarálaeninformación Baraset connecesaria el Ofcial para Encargao su conucción, el Destareferente a la ubicación e los Insurgentes; pero sin tener autoria alguna para interferir con las operaciones Militares que el Ofcial Encargao e los Destacamentos puea consierar oportunas, con el fin e errotar o capturar o, en caso caso e e resistencia, estruir a los que perseveran en desaar la autoridad del Estado turb turbar ar la tranq tranquu ilidad ilidad pública. pú blica. 3 ° Se hhaa arribao a la conclusión conclusión e e que el sericio no será e naturaleza tan prolongaa como para requerir un abastecimiento e municiones mayor al que se puea llevar en Bolsa y en os Carretones para los Cañones, y que no ocurrirá veerá la ninguna ayua queifculta fuere necesar necreferente esara a.. al transporte. En caso contraro se pro4 ° . El Magistrao será instruio para brinar toa to a la ayua re refer ferent entee al abastecimiento y otras cosas requeras para la Tropa. Yo soy etc. Sala e Consejo 10 e noviembre 1831 (Firma) Cnl.Wm. Casement. Sec. Gob. Dep.Mil. 5 BC 54222 JC 22 de noviembre 1831 «Etrat from the Proeedings of the Honourable the Vie Preside Pres ident nt in Counil in the Milita Depa Depament ment Under da date te the th e 10 10th th Nove November mber 1831» 1831» Énfa Énfasis sis adii adiional onal • N de T En inglés «Two si-Pounders», añones que lanan balas de seis libras de peso 46
PO E CON-I CON-INUGENC NUGENCI I
6 D: W.C.Taylor, caballro. A: F.S. Mudg, caballro Fchado, 7 d julio d 1855 Mi qudo Mudg:
Hay una runión grand d Santals 4 ó 5.000 hombrs n un lugar a unas 8 millas d aquí y ntindo qu todos stán bin armados con Arcos y Flchas. Tulwa, Lanz loss alrede Lanzas as tc, y s su intención asaltar a todos los Europeos de lo
dores y saquea dores saquearr sus biene bieness y ases asesinarlo inarlos s La causa de todo esto es que supuesta supuesta mente me nte un unoo de sus Dioses se ha Enca Encaado ado y ha hech hechoo su aparició apariciónn en algún lugar cerca de de aaqu quíí y qu quee es su intenci intención ón go gobe bear ar ccom omoo Rey sobre toda esta parte de la India y ha ordenado a los Santas reun reunir ir y dar muee a todos los Europeos y Nativos inuyentes de los alrededores Como este es el punto más cercano a la Reunión supongo que será el pmero en ser asaltado y pinso qu sa mjor
para ti mandar aviso a las autordads n Brhampor y pdir ayuda militar agrradabl adable, e, y n la mdida dado qu sr asesinado no es una pepeciva ag mdida n qu qu
pud avriguar, Srcond Tuyo, st tc. s un asunto bastante seo 7 d julio,1855 (Firmado) W.C.Taylor.
Nada poda se más inmediato que estos textos. Escitos tan ponto como os acontecimientos fueon identiicados como ebelión po quienes tenan ás azón paa temelos y se encuentan ente los pimeos egistos que poseemos sobe dichos sucesos en las colecciones de la Biblioteca del Indi Ofce* y en los Achivos del Estado de Bengala Occidental. Como emuesta la evidencia sobe el bdroh [levantamiento] de 1831 7 , no fue sino hasta el 10 de noviembe que las autodades de Calcuta llegaon a econoce la citada olencia en la egión de Baasat como lo que ea: una insuección a todo da encabezada po Titu Mi y sus hombes. La cata del Coonel Casement identi ca paa nosoto el momento peciso cuando el Titu un hasta entonces des conocido digente del campesinado local ompe lanzas conta el Raj y se la lio 1 8 5 5 . julio fechado el 11 de ju urshidabadd fechado � J P 19 de julio 1 855. dju Magi strado de M urshidaba caa del Magis djuto a caa
E n fas is a d i c i o n a l .
N. de T. T. epaa epaameto meto del del gobiero gobier o btái bt áico co que se ocupaba ocupaba de sus sus tertoos e e la Idia I dia sí BC 54 JC, 3 de abril 183: lexader a Barell (8 de oviembre de 1831) 47
RAN RA N GUH GU H A
ra as el camino acia la istoria La feca del siguiente documento celebra tamién un inicio: el del hool Santal Fue ese mismo da el 7 de julio de 1855 que el asesinato del dg efe de Polica] Manes después de que un encuentro entre su tropa y los campesinos reunidos en Bagnadii iciera esta-
llar la sulevación El estallido debió ser lo bastante ruidoso como para ser registrado con un susto evidente en esa nota garabateada en Sreecond por un empleado europeo del Ferrocarrl de la India Oriental en enecio de su colesrk' Una vez más estas son palaras que indican tan directamente ga y del como sea posible el impacto de una rebelión campesina contra sus enemigos durante las primeras y sangrientas oras 111
Nada de esa calidad instantánea se filtra asta el nivel siguiente el del discurso secundario Este se nutre del discurso pmario como méel", pero a la vez lo transforma Para contrastar los dos tipos de discurso se podra equiparar al primero con una suete de istoriograa en estado crudo y primordial o con un embrión aún no articulado como organismo con miembros denidos y al segundo con el producto procesado no importa cuán crudo sea el procesamiento es decir un discurso debidamente constituido aunque infantil Esta diferencia se da obviamente en función del tiempo En la cronologa de este corpus paicular el texto secundario sigue al prmario a cierta distancia y are una perspectiva para convertir el acontecimiento en istoria no sólo en a percepción de ajenos sino también en la de los propios paicipantes As fue que Mark Tornill Magistrado el verano jquer de 1857 cuando estallara el motn de los Guardias de delMatura Tesoro en provocando jqueries ies en todo el distrito reconsi reconsideraa deraa la cualidad alt alterada erada de su propia narrativa en la que él mismo gura como protagonista En la introducción a sus conocidas memorias Ls enus y experiens peonles de un mgisrdo durne el surgimieno pgreso y represión del Mon Indio [The Personl Adenures And Expeenes Of A Mgisre During The Rise Progress And Supressión Of The Indi Muiny] (Londres 1884) escritas veintisiete años después del acon-
tecimiento anotó:
• NE: Jefe, Superor, Autordad •• NE: En francés en el orgnal Mateal, matera pma
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PRSA DE CNRA-NSRGENCA
Después de la represión al Motín Indio, empecé a escribir un relato de mis aventuras avent uras . . . [pero] [pe ro] cuando cuando terminé terminé mi narración, el interés del público púb lico por el
tema había desaparecido. Luego pasaron los años, y surgió otro tipo de interés. Los acontecimientos de esa época se han conveido en historia y mi relato rel ato puede resultar resultar una contribución a esa historia hi storia . . . es así que he decidido publicar esta narración.
Despojado de contemporaneidad, el discurso como eemento del pasado y clasifcado como histoa. es Esteentonces cambio, rescatado a la vez formal y categorial, lo ubica en la intersección precisa entre el colonialismo y la istoriograa, otorgándole un doble carácter a patir de su vnculo simultáneo con un sistema de poder y con la forma de su representación. La autora es de por s un testimonio de esta intersección, y Thornhill está ejos de ser el único funcionario convertido en historiador. En verdad, era uno entre muchos funcionarios, civiles y militares, que escribieron en retrospecti va sobre los disturbios populares en la India rural bajo el Rj. Tomadas en conjunto, estas narraciones se dividen en dos categoras. En primer lugar, estaban aquellas basadas en la expeencia propia de los escritores como par ticipes. Bajo la forma de memoas de uno u otro tipo, fueron escritas, ya sea con un considerable retraso en relación a los acontecimientos narrados o bien simultáneamente; pero a dierencia del discurso primario, en este caso esta ban dirigidas a la lectura pública. Este hecho marca una impotante diferen cia, pues muestra cómo la mente colonialista lograba serir a la vez a Clo y a a contrainsurgencia, de modo que la supuesta neutralidad de la primera, difícilmente dejara de afectar el apasionamiento de la segunda. Sobre este tema retornaremos más adelante. Los dos tipos de reminiscencias abundan en a literatura sobre el Motn, que se centró en la violencia del campesinado (especialmente en las Provincias noroccidentales y centrales de la India) no en menor grado que en la de los propios pyos. Relatos como el que escribió hornhill mucho tiempo después del acontecimiento, eran equiparables a otros, asi contemporáneos, como el Seo y enu on Khkee Resllh [See n Ae nure nure wh Khkee Resllh], o L Cblle Volun de Meeru dune los Mones de 185758 [Meeru Voluneer Horse urng he Munes of 857 58 ] de Dunlop (Londres 1858), o Aenurs peonles durne l rebell ón ón n n en Rohlund Fuehghur y Oudh [Peonl denures urng he Indn e bb el e l ón ón n Rohlun Fuehghur nd Oudh] de Edwards (Londres, 1858), para
encionar sólo algunas de entre una multitud de publicaciones destin adas a destinadas satisfacer a un público ávido de relatos de horror y gloria. 49
RANAIT UH A
El otro tipo de prosa que califcara como discurso secundario es también ora de funcionarios. De igual modo, ellos se dirgían a un público predominantemente noocial, pero no tocaban temas que estuvieron en directa relación con su propia experiencia. Sus trabajos incluyen algunos de los relatos más ampliamente consultados y apreciados sobre sublevaciones campesinas, escritos ya sea bajo la forma de monografías sobre ciertos acontecimientos la de Jamini Mohan Ghosh sobre los disturbios SannyasiyFaqir y la de la J.D Price sobre la Rebelión Chuar son ejemplos, o bien en forma de relatos que hacían parte de obras más extensas, como la historia de W.W.Hunter sobre el hool de los Santals, incluida en sus Anales de Bengala Rul [e Anna of Rul Bengal]. Aparte de ellos, algunos de los funcionarios más brillantes del Seicio Civil realizaron notables contribuciones a los capítulos históricos de las Gacetas de Distrito D D Gaz Gaze eee ee * . Tomados en conjunto, estos textos constituyen un sustancial corpus de escritura, que goza de gran autoridad entre los estudiosos del tema, y casi no existe historiografía alguna en el siguiente nivel de discurso, es decir el terciario, que no se apoye en él como fundamento. El prestigio de este género se debe en gran medida al aura de imparcialidad que lo rodea. Al mantener su narrativa decididamente fuera del ámbito de la experiencia personal, estos autores han logrado, así sea sólo por implicación, otorgarle una semblanza de verdad. Como funcionaos, sin duda fueron portadores de la voluntad del Estado. Pero dado que escribieron sobre un pasado en el que ellos mismos no fguraban como funcionarios, sus declaraciones eran tenidas porenmássusauténticas y menos sesgadas las de los otros, cuyos relatos, basados propios recuerdos, estaban que necesariamente contaminados por su intervención en los disturbios rurales en calidad de agentes del Raj En contraposición a éstos, se cree que aquellos se acercan «desde afuera» a los acontecimientos narrados. Como obseadores cínicamente apaados del sitio y del asunto bajo diagnóstico, se supone que han encontrado para su discurso un nicho en ese reino de la neutralidad peecta el reino de la Histoa sobe el cual presiden el pasado simple (Aos)** y la tercera persona. * N de Manuales para admnstradores escrtos por los funconaros profsonales del Servco Cvl la
a d m i n i s t r a c i ó n bri t á n i a .
* N de TT Vene del grego aors aorstos tos ndet ndeterm ermnado. nado. Es el pretér pretérto to ndef ndefndo ndo de la con conugac ugacón ón grega gr ega;; una forma verbal fleona que típcamente denota smple ocurrenca de una accón sn referenca a su complettud duracón o repetcón
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A ROSA D CONRA-INSRGNCIA IV
¿Hasta qué punto es válida esta aseveración de neutralidad? Para resonder a esta pregunta debemos advertir que el mero hecho de originarse en es comprometidos con el colonialismo no nos permite tomar ningún sesautor es go como dado. Presuponer que este sesgo es evidente por sí mismo sería negar a así la historiografía de reconocer susclarificará propias aporías derrotar la finalidad delasuposibilidad ejercicio concreto. Como se más ade-y ante, precisamente por negarse a pbar lo que se presenta como obvio, es que los historiadores de la insurgencia campesina quedan atrapados en lo obvio. La crítica, entonces, tiene que empezar no por nombrar el sesgo sino por examinar los componentes del discurso, vehículo de toda ideología, e identificar la forma cómo podrían haberse combinado para describir cualquier fgura paicular del pasado. stos componentes, en ambos tipos de discurso y sus variedades comentadas hasta el momento, son los que llamaremos «segmentos». stán comuestos de la misma materia lingüística, es decir, de series de palabras de extensión variable y, según la función que desempeñan en el texto, se pueden dividir en dos tipos: los segmentos «indicativos» y los «interpretativos». Una rimera diferenciación general en un texto dado podría asignarles, respecti vamente, el papel de informar y el de explicar. No obstante, esto no implica su mutua segregación. Por el contrario, muchas veces se los encuentra imbcados uno en el otro, no sólo de hecho sino por necesidad. n los 1 y 2indicativos puede observarse n ambos, los Textos segmentos fguran cómo en tipofunciona normal tal de imbricación. letra, en tanto que los interpretativos han sido puestos en cursiva. n cualquiera de estas cartas, los segmentos se interpenetran y sustentan mutuamente, sin seguir un modelo ni pautas especifcas, para otorgar signicado a los documentos; aun que al hacerlo, coneren a algunos de los hilos una ambigüedad que inevitablemente se pierde en esta forma especíca de representación tipográfca. Sin embargo, incluso en este esquema, surge el bosquejo de una división de funciones entre dos clases de segmentos: la aseveración indicativa exone (es decir, infrma las acciones reales ylasanticipadas de ellosfnrebeldes y sus enemigos, y la sobre) aseveración interpretativa comenta con de comprener (es decir, explicar) su signifcado. La diferencia entre ambas corresponde a lo que ocurre entre los dos comonentes básicos de cualquier discurso histórco que, siguendo la terminolo
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RA RANNT GU HA
ga de Roland Barhes, llamaremos funones e ndies ª Las primeras son segmenos que componen la secuencia lineal de una narraiva. Son contiguos, pues operan en una relación de solidadad al implicarse muuamene y sumarse en series cada vez más largas que se unen para producir un enunciado agregaivo. Ese úlimo puede ser visto, enonces, como una suma de microsecuencias, a cada una de las cuales, sean o no impoanes, debera ser posi ble asignarle nombres a ravés de una operación mealingüstica, utilizando érminos que puedan o no perenecer al exto bajo consideración. Es as que las funciones de un cueno folklórico han sido llamadas por Bremond, si guiendo a Propp; ude rión luh onro etc. Y las de una trialidad como el ofrecimieno de un cigarrillo en un cueno de James Bond, han sido clasicadas por Barhes en oe ep enender Jumr A pair de ese procedimieno, se poda quizás tener una paua para defnir una exposición hisórica como discurso con un nombre, en el cual se subsume un número dado de secuencias nombradas. Debera ser posible, entonces, hablar de una narraiva hipotéica llamada «la insurrección de Titu Mir» compuesta de un numero de secuencias, que incluyen al To 1 . Pongamos nombre a este documento y llamémoslo, por ejemplo, As del Consejo de Clu (Alternativas como Esllido de len o Ejéro Moili zdo también servian y seran susceptibles de ser analizadas en términos similares, aunque no idénticos, a los que siguen) En nuestro texto, el mensaje As del Consejo de Clu (C) puede ser ledo, en érminos generales, como lrm(a)enedos inerenión una de dosse secuencias cada combinación una de las cuales puede a su llamadas vez descomponer segmentos:(b), la primera se descomponda en insuón esll (a) e nón rebid (a"}, y l a segunda e n decisión de movilizar a l ejéro (b) y orden impartida (b"). A su vez, cada componene de cada par poda ser representado por una nueva serie vinculada; as (a") se descompone en roddes omeds (a y des o l uoridd ( a2 ) en tanto que (b") se descompone en infner ser desplzd (b, poyo de l riller (b) y oopeón del mgisdo (b En oras palabras, la narraiva de este documeno puede ser recapiulada en res
equivalencias, de al suere que: 8. Mi deuda con Roland Barthes en muchos de los términos y procedimientos analíticos usados en este
arculo debería ser demasiado obvia para todos los familiarizados con su tructural Analisis of Narratives» Y «The Struggle with the Angel», en Barthes (1977) Image-MusicT, Glasgow pp. 79141, e «Historical Discourse», en M. Lane (1970) (ed) Structuralism a Reade Londres, pp 145-55, como para requerir referencias detalladas, además de aquellas que se hagan explcitas 52
PROS E CONR-NSRGENC
C = (a+b) = (a (a +a") + (b (b +b") b") = (a 1 +a2 ) + a" + b+ b+ (b 1 +b2 +b Debe uedar claro, a pair de esta disposición, ue no todos los elemen tos del paso pueden ser expresados en microsecuencias del mismo nivel o ende, en el paso nos ueda una concatenación de segmentos extraídos e distintos niveles, ue se imbrican mutuamente para constituir una estruc tua de coe burdo y desigual En la medida en ue las unidades funcionales el nivel ms bajo son las ue u e una narrativa tiene como sus rlt sintagmticos, su curso nunca ser regular El iato entre segmentos unidos de este modo desigual est necesariamente cargado de incertidumbre y de «momentos de iesgo», tivas de de las modo ue sólo tal ue una cada ser seguida microsecuencia en la próxima terminasecuencia por abrirpara rutascontinuar alterna con el relato «Du ont, futuro socio de Bond, le ofrece fuego con su encende do, pero Bond lo recaza; el signicado de esta bifurcación es ue Bond teme instintivamente un aparato con trampa explosiva»9 • Lo ue Bartes identica auí como «bifurcación» en la fcción, tiene sus paralelos también en el dis curso istórico La supuesta realización de atrocidades (a en el comunicado ofcial de 1831 elimina la creencia en la propagación pacífca de la nueva octrina de Titu, ue las autoridades ya conocían, pero ue asta entonces dso l utodd ue alto se reere a los rebeldes como abiendo «desaado y re (a2 por abían pasado por considerarla irrelevante La expresión cazado la última fuerza ue la Autoridad Civil del lugar pudiera reunir para apresarles», tiene como su otro término no enunciado, los esfuerzos de Titu para persuadir al Gobierno, mediante solicitudes y comisiones, para ue atienda las reivindicaciones de sus correligionarios Y así, sucesivamente Cada una de estas unidades funcionales elementales implica así un nodo ue no se a ma terializado totalmente en un eco real, una especie de signo cero a través del cual la narrativa afrma su tensión Y la istoriograa nunca deja resultar fas
cinante, bre su propio precisamente pasado, porue est porsiendo su misma la representación naturaleza plagada verbal de del peligros, ombre so re
cinante, bre su propio precisamente pasado, porue est porsiendo su misma la representación naturaleza plagada verbal de del peligros, ombre so re pleta de la verosimilitud de este tipo de disyuntivas tan agudamente diferencia das En este sentido, el discurso istórico es el tllr ms antiguo del mundo . B ahes ImagMusic, p 10 53
RAN I GuH A
V
EL anáisis secuencia demuestra, entonces, que una narrativa es una concaenación de unidades funcionaes que no están aineadas tan estrechamente. Estas timas son disociativas su funcionamiento e aspecto anaítico de un discurso, más que en e sintético. Como taes,y enfatizan no son eas as que generan por sí mismas su signicado. Así como e sentido de una paabra (p.e. «hombre») no está representado en forma fraccionada por cada una de as etras (p.e. H,O,M,B,R,E) que constituyen su imagen gráfca, ni una frase (p.e. «érase una vez») está representada en sus paabras componentes tomadas por separado, así también os segmentos individuaes de un discurso no nos pue den informar por separado acerca de o que éste signifca. En cada instancia, e significado es producto de un proceso de integración que compementa a a articuación asecuencia. Como osudijo Benveniste,forma, en cuaquier a disociación que nos muestra constitución en tantoidioma que la«es integración nos muestra sus unidades signifcantes» . o mismo puede decirse de enguaje de a historia. En su discurso, a operación integrativa es reaizada por e otro tipo de unidades narrativas básicas, es decir, os indces. Correato necesao e imprescindibe de as funo nes, se distinguen de eas en agunos aspectos importantes Los ndices, debido a natraleza veical de ss relaciones, son nidades 1º
semánti semánticas signifcado, cas verdaderas: no a na «operación». a diferenciaLa de draticación e las «fnciones», « fnciones», de los ndices . . . se referen ocrre «más a n arriba». . . (es) na ratifcación ratifcación paradigmática Por el contra contrario, rio, la de las fn ciones está siempre «más allá»; allá »; es na n a ratifcación ratifcación sintagmát sintagmática ica Fnone e índice entonces, encbren otra distinción clásica: las fnciones involcran relata metonmicas, los ndices relata metafóricas; las primeras responden a na fncionalidad del hacer, los últimos a na fncionalidad del ser •
a inteención vertica de índices en un discurso es posibe gracias a a
desorganización de su ineaidad por un proceso que corresponde a a distaxia en e comportamiento de muchos idiomas naturaes. Bay, que ha estudiado 10 Emile Benveniste (1966) Problms linguistqu gnra/ (Pais), p 126 El oiginal, «la dissoiation nos live la onstittion onstittion fomelle fomelle lin lintég tégation ation nos live des nités signiants», ha sid sidoo veido al inglés de modo difeente y la vesión de la oba en este idioma me eslta menos satisftoia Problms in Gnr Gnral al Linguistics (Floida, 1971), p 107 11. Bar hes, Imag e-Mu sic sic-T -T , p 93 54
A ROSA DE CONRAINSRGENCIA
este fenómeno con gran detalle, encuentra que una de las diversas condicio n es de su ocurrencia en francés es «cuando partes del mismo signo están s eparadas», eparada s», tal ta l que la expres expresió iónn «elle a ppardon ardon né» [ ella ella ha perdona perdonado) do) , a l ser ertida en negativo, es trozada y recompuesta cono «elle ne nous a jama;s pardonné» né» (ella (ella no n os ha perdonad perdonadoo ja más 1 2 • De manera parecida, el plus pardon prfético simple bengalí «shé jabe» puede rescribirse mediante la inserción e un interrogativo o una serie de condicionales negativos entre las dos pala ras para producir, respectivamente, «shé k jabé» y «shé na hoy na jabé». En una narrativa histórica es también el proceso de «distensión y expan sión» de su sintagma lo que ayuda a los elementos paradigmáticos a inil trarse reconstituir sus, qque segmentos enn una totalidad significa ti tiva. va. Esyasí, precis precisam amente ente, ue se llogra ograindividuales la coordina coordinació ción de los ejes mmet etoní oní micos metafóricos en un enunciado y se actualiza la interacción necesaria de sus funciones e ínices. No obstante, estas unidades no se distrbuyen en pro porciones iguales en todos los textos, pues algunos tienen una incidencia mayor de un tipo más que de otro. Como resultado, un discurso podra ser predominantemente metonímico o metafórico, dependiendo de si un núme ro signiicativamente mayor de sus componentes es ratiicado de manera sintagmática o paradigmática 1 . Nuestro Tto I corresponde al primer tipo. 3
Puede verse el conjunto formidable aparentemente impenetrable sus relata metonímica, en el paso III dely análisis secuencial presentado deatras. Por in hallamos la perecta autentificación de la perspectiva del idiota so re la historia, como «una maldita cosa después de otra»: sublevacón - ormacón decsón - orden. No obstante, una mirada más cercana al texto os permite detectar las grietas por las que se ha deslizado el «comentario», penetrando la férrea armadura de los «hechos». Las frases en cursiva son
testimonio de esta intervención paradigmática y constituyen su medida. Son ndices, y como tales tales jueg an el papel de los adjeUvos o etetos, por oposi losrr verbos que, hablando términos homología • Aluna trabaja traba jarr íntim íntim aentre mente ora con cción ión ya na rrat ativa, iva, j uegan el papel deen ffun un ciones 4de estas últimas, convierten al comunicado en más que un mero registro de acontecimientos y ayudan a imprimirle un signiicado, una intrpretación, Charles Ball (196) nguistiqu Général t ngustiqu ncas (Berne) p 144 Bahes (1967) Elmn of Smiology Londres p . Bahes ImagMusict p. 128
RANIT U HA
mediante la cual los protagonistas emergen de él no como campesinos sino como «Insurgenes», no como musulmanes sino como «fnáios»; su acción no es la resistencia a la tiranía de la élite rural sino «ls roiddes más reids y desennds on los Pobldores»; su proyecto no es una rebelión contra el Zmind* sino un «deso l uoridd del Esdo», no es la búsqueda de un orden alternativo donde la paz del campo no sea violada por la anarquía oficialmente consentida del gamonalismo semifeudal sino la urbión de l rnquilidd públi. Si la inteención de índices «sustituye el signifcado por la copia directa de los acontecimientos relatados» en un texto tan cargado de metonimia como éste, se puede conar en que lo hará todavía en mayor medida en aque15
llos predomina lo metafórico. Esto puede en el Todiscursos 2, donde donde el elemento de comentao, que hemos puestoevidenciarse en la letra cursiva, prevalece ampliamente sobre el elemento de repoaje. Este úlimo puede ser representado a través de una concatenación de tres secuencias funcionales: reunión de Sn rmdos le ls uoddes y pedido de yud mili r, y puede verse cómo la pimera se ha apaado de las demás mediante la inserción de un gran trozo de materal explicativo, y cómo las dos últimas resultan también envueltas y encerradas por el comentario. Este se inspira en el temor de que el poblado de Sreecond, al ser «el puno más erno l reunión reunión.... .... pepe será el primero en ser sldo» «ser sesindo y, por supuesto, que miedo no es un grdble». Sin embargo, nótese que este se justifca políimene, es decir atibuyendo a los Santals una «inenón de sl .... sque sque.... y dr muee odos los Europeos y Nios inuyenes» para que
«uno de sus Dioses», en forma humana, pueda «gober omo Rey sobre od es pe de l Indi». a actitud de este documento no es entonces neutral
frente a los acontecimientos testimoniados; si se presentara como «prueba» ante el tribunal de la historia, apenas podría esperarse de él una testifcación imparcial. Por el contrario, es la voz del colonialismo comprometido, que ya ha posición entre perspectivadistinguiendo del autogobierno en DaminiKohtomado y la continuidad del Rjla británico, lo queSantal es supuestamente bueno para el bienestar de uno, como temible y catastrófco para el otro, o • N de T: Terratenentes generalmente de casta elevada a qenes estaba sjeta na na poblacón poblac ón de peones de casta baja qe trabajaban y vvían en ss terrenos or extensón tambén la propedad o domno señoral 15 bd p 119
LA POSA DE CONTA-INSUENIA
ea como «un suno bsne seo». En ota paaba, o ndice en ete dicuo como como también también en e anteio anteio no intoducen intoducen a un código código paticu contituido de ta manea que paa código cada uno de u petada igno tenemo un un contamenaje, un oto Tomando una foma ntónimo, aa, de epeentación binaia que Mao Tetung hizo fmoa a ectua «¡Es e ble!» paa cuaquie eemento en uno de eo debe apaece en e oto como « ¡ Esá b been !» y vicevea. Paa peenta gáficamente ete choque de código, código, puede coocae o ndice en cuiva de o s 1 y 2 en una matiz ama da «TERRIBLE» (confome a atibuto adjetivo de a unidade de ete tipo poyectándoo de ta manea que e haga viibe un mapa de o témino impicado impica do aunqu aunquee no enunciado enunciado en o texto texto nomae, nomae, que coepon 16
,
dean a a matiz «BIEN». TERRIBLE
BIEN
Insurgentes Fanáticos Atrocdaes atrevias y esenfrenaas contra los poblaores Desao a la autora el Estao Turbacón e la tranquilia ública
Campesinos Puritano Puri tanoss islámicos Resistencia a la oresión
Intención e asalta, etc. Gobieo e uno e sus ioses como Rey
Intención de castiqar Autogobiern Santal a los oresores
Rebelión contra los zamina Lucha por u n orden me mejor jor
Lo que uge de a inteacción de eta matce opueta peo mutuamen te impicada e que nueto texto no on un egito de obevacione incontaminada po e ego, e juicio o a opinión, ino que, po e contao, no haban de una compicidad tota. Si e puede deci que a expeione en a coumna deecha epeentan, en conjunto, a a inugencia, o ea a código que contiene todo o ignificante de a páctica ubatena de «pone e mundoque a evé» y a conciencia a aimenta, entonce a otaE coumna tiene epeenta u opueto,que e deci, a containugencia. antago nmo ente a do e ieductibe y no hay nada en ea que pueda deja epacio paa a neutaidad. Eto documento caecen entonce de entido ecepto en témino de un código de pacificación que, bajo e Ra, ea un comp ejo de intevención coecitiva, amada y veba, po pate de Etado . Sld Wo of Mo Tstug Tomo I (Pekín 197) -7 57
IT UH A RANAIT RANA
sus proégés proégés** , la élite nativa. Como representantes del discurso de tipo pma rio en la historiografía de las sublevaciones campesinas, éstos son especímenes de la prosa de contrainsurgencia. VI
¿Hasta qué punto el dscurso secundario compart también este compromiso? ¿e es posible formular otra prosa que no sea la de contransurgencia? Por supuesto, las narrativas de esta categoría, cuyos autores fguran entre los protagonistas, son sospechosas casi por denición, pues en ellas, la presencia de la primera persona gramatical debe ser reconocida como seña de complicidad. Cabede preguntarse, empero, es posible compensar adecuadamente la pérdida objetividad que esto siocasiona, mediante el uso consistente del pasado simple (osto) en estos textos. Porque, como observa Benveniste, la enunciación histórica permite el uso de tres variedades del pretérito el aoristo, el imperfecto y el pluscuamperfecto, estando el presente excluido por denición . En efecto, las memorias alejadas de los acontecimientos relatados por un lapso bastante largo, parecieran satisfcer esta condición. Por o tanto, lo que cabe averiguar es hasta qué punto la fuerza del pretérito corrige el sesgo provocado por la ausencia de la tercera persona. 17
as memorias de Mark Thornhil sobre el Motn nos proporcionan un texto donde el autor mira en retrospectiva una serie de eventos que haba experimentado veintsiete años atrás. Como señala en el fragmento que hemos ctado, «los acontecimientos de ese tiempo» se haían «convertido en historia», y él tiene la intención de hacer la contribución «a esa historia», producendo así o que hemos definido como un tipo específico de discurso secundario. Quizás pueda apreciarse mejor la dierenca inscrita en él por este ntealo, al compararlo con algunas muestras del discurso primario que el propio autor nos ha dejado sobre este mismo tema. Dos de ellas pueden ser eídas en conjunto como el registro de su percepción de lo que pasó en la estación de Mathura y el campo circundante entre el 14 de mayo y el 3 de junio de l857. Escritas con el op** de 18
• N.E. En francés n oga. Progdos. 17. Bnvns, op. c., p 239. 18 From struggl in Uttr Prsh mo 5. pp 68592. * * N. d T. Casco gro para progrs d so, usado por os coonasas bráncos; por xnsón _ smboo d a coona bránca. 58
A POA E CONA-INUGENCIA
Magistrado de Distrto y dirigidas a sus superiores superiores la una el 5 de junio 18 1 85 7 es decir,y cuarenta horas después fnalizado el período bajo eran consideración, la otra ely10ocho de agosto de l858, de cuando los acontecimientos aún recordad reco rdados os vvdamente como un pasado muy reciente reciente estas caas caas coinciden en su alcance con las primeras noventa páginas de su libro, que cubren las ismas tres semanas, pero que fueron escritas casi tres décadas más tarde, ya con el sombrero del historador. Ambas cartas tienen un carácter predominantemente metonímico. Sendo su origen casi contemporáneo a la experiencia que relatan, adoptan necesarespiración, riamente la forma algunas de undebosquejo las ocurrencias y comunican de ese al lector, verano en secuencias extraordinario. casi sin El sintagma asume entonces una semblanza de factualidad donde casi no cabe el comentaro. Pero aquí nuevamente, un examen detallado revela que la soldadura de las unidades funcionales es menos sólida de lo que parece a prmera vista. Incrustadas en ellas hay índices que revelan las ansiedades del guardián local de la ley y orden ( «el estado es tado del distrito dis trito en general ge neral es tal que ds odo otrol»: «la Iy está p plz lzd d»» ) , sus temores («rumores muy ls
sobre el acercamiento del ejército rebelde»), su desaprobación moral de las actividades ...de ormmt») los aldeanos armados («los disturbios en por el distrito... distrito ... se incrementan incrementan... y, por contraste, su aprecio los colaboradores nativos hostiles a los insurgentes ( «la casa de los Seth.. Seth.... rbió o muh gtilz»). Índices como éstos constituyen una suerte de marcas de nacimiento ideológicas, que se exhiben notoramente en gran parte de este tipo de material sobre las sublevaciones campesinas. Es más, tomando en cuenta otros aspectos relevantes de los textos por ejemplo, el modo de trata miento abrupto, tan revelador de la conmoción y terror generados por el mut* estos índices revelan que toda la evidencia supuestamente «objetiva» sobre las de masas desde su origen por lael militancia prejuicio y de punto vstarurales, parcial estaría de sus contaminada enemigos. Si los historiadores no consiguen darse cuenta de estos signos reveladores que aparecen como marcas en el alimento básico de su ofcio, este es un hecho que debe explicarse principalmente en términos de la óptica de una historiografía colonialista, y no tanto así como un argumento a favor de la presunta objetividad de sus «fuentes prmaras». * N E fracés e el origial Mo 59
RANAJI RANA JI GU HA
pondiente. No ay Por nadael tan contrario, inmediato éste oincorpora abrupto diversas en el discurso perspectivas secundario que lecorres otor an profundidad en el tiempo, y su sinifcado deriva de esta determinación emporal. Podemos comparar, por ejemplo, el relato de los acontecimientos en ambas versiones para cada día especifco; digamos, el 14 de mayo de 185, al principio de nuestro período de tres semanas. Su contenido, que se resume en un corto párrafo de cincuenta y siete palabras en la carta de Thornhill del 10 de aosto de 1858, puede ser representado plenamente en cuatro suscintos sementos, sin pérdida sinifcativa aluna del mensaje: moindos se e n iión desde Gurgon ond porado europeos noe co de do meres yibid no ombenes desphdos Ag que el relato
mienza prácticamente con esta introducción, no hay un exordio que sia como contexto, y el instantáneo despeue transmite el sentido de una sorpresa total. En el libro, no obstante, ese mismo instante le merece un extenso tras fondo de tres páinas y cuatro meses y medio de duración (pp. 13). Todo
este tiempo y espacio se dedica a presentar detalles cuidadosamente escogi dos acerca de la vida y experiencia del autor en, el período anteor al Motín. Estos son realmente signios Como índices, preparan al lector para lo mayo que está y fechas por venir posteriores, y le ayudan cuando a ompnder entran a la los narrativa acontecimientos en forma escalonada. del 14 de Así, la misteriosa circulación de hp' en enero y la preocupación silencio sa pero expresiva del hermano del narrador, un ocial de alto rano, sobre un telerama recibido en Ara el 12 de mayo, con la noticia aún no conrmada del levantamiento en Meerut, presagian los acontecimientos de dos días más tarde en su propia jeftura de distrito. Nuevamente, detalles triviales como su «considerable inreso y ran autoridad», su casa, caballos, sirvientes, «un baúl lleno de vajilla de plata que estaba en la entrada y... y...una una ran resea de mantas el olocausto de Cacemira, que pronto perlas ibayadiamantes»; reducir su autoridad le ayudanaalamostrar, nada, ypor a conveir contraste,a sus sirvientes en rebeldes, su casa en un matadero y su propiedad en botín para los saqueadores pobres del pueblo y del campo. Al anticipar así los acon tecimientos narrados, aunque sea sólo por implicación, el discurso secundario destruye la entropía del primero, su materia prima. En adelante no abrá nada en el relato que se pueda considerar totalmente inesperado.
N de T Tipo de pan sin evadra eco de arina de tgo Comida diaria en el noe de la India 60
PA E NTA-INUGENIA
19 Este resultado es obra de los llamados «traslado res de d e organizac ión» i ón» ue ayudan al autor a superponer una temporalidad propia a la de su tema, es q ue decir «a 'descronologiza el hilo histórico y restaurar, as sea sólo por medio del recuerdo o la nostalgia, un iempo a la vez complejo paramétrico y nolineal trenzando la cronologa del contenido con la del acto e lenguaje que lo relata» En nuestro ejemplo, el «trenzado» no consiste únicamente en enca jar un contexto evocativo a la secuencia desnuda que se relata en el breve rafo de su carta os trasladores desorganizan el sintagma dos veces para pár rafo ntroducir en ambos resquicios, momentos de tiempo autoral suspendidos entre
los dos polos de la «espera», unay gura idealmente constituida permitir el juego de digresiones, apartes paréntesis que forman crculospara y meandros en la trama, aumentando as su profundidad As, al esperar noticias sobre los movimientos de los amotinados, el autor reflexiona sobre la paz del atardecer
en la estación distrital, desviándose de su relato para contarmos, en violación del cánon histoográfco de tiempo y persona: «a escena era simple y llena del reposo de la vida Oriental En los tiempos que siguieron muchas veces volvera a mi memoria» Y más tarde, esperando otra vez el transporte para llevar a los evacuados reunidos en su sala, se retira por unos instantes de esa noche «Eraqueunala habitación iluminada, alegre, paicular, con flores para Fue lacomentar: última vez vi as, y aslinda, quedabien impresa en mi memoria» ¿Hasta qué punto ayuda la operación de estos trasladores a corregir el sesgo resultante de la inteención del esctor en primera persona Al parecer, no mucho, porque cada uno de los ndices acuñados en la narrativa representa una elección de principio entre los dos términos de una oposición paradigmática Entre la autoridad del jefe de distrito y el desafo de pae de las masas armadas, entre el seilismo habitual de sus criados y la afrmación de su autorrespeto como rebeldes, entre sus insignias de riqueza y poder (oro, caballos, mantas bungalow y la apropiación o destrucción de las mismas por la muchedumbre subalterna, el autor, apenas distinguible del funcionario de antaño, elige consistentemente lo pmero a nostalgia hace todava más elocuente su elección: as, el recuerdo de lo que se considera «bien» un atardecer apacible o un cuao elegante, le permite entizar, por contraste, la sem Wo 9. Para la exposició ed wrtngs: Wo ave, v sus Sele Seleed concepto cl ave, (1971) sobre sobre este concepto n de Roman Roman Jakobson Jakobson (1971) exposición n nd d lnguage. La organización en olla lla l a noción de traslad trasladres res de de organizac Bah es desarr o Pañs pp pp 130-47. Bahes La Haya Haya y Pañs os su e nsay nsayo o «Histor ical i cal Discourse» D iscourse», , pp. 1468 Todos To dos los fragme fragmentos ntos citados citados en e n este es te párraf párraf han sido han sido tomad de este ensayo, si no hay otra refrencia 61
RANAIT uH A RANAIT
blanza «terrible» de la violencia popular dirigida contra el Raj. Resulta evi dente que exist una lógica en esta preferencia, en cuya autoafrmación se niega la posibilidad de una serie de inversiones. Éstas, en combinación con otros signos del mismo orden, constituyen un código de insurgencia. Iéti cas a las del magistrado, las pautas de elección del historiador se amoldan así a un contracódigo, el código de contrainsurencia. V en este génro(aosto) especíco secundario el efecto del Sipasado simple no del ogradiscurso entonces prevalecer sobre neutralizante la subjetivi
dad del protagonista como narrador, ¿cómo se da el balance de tiempo y per sona en la otra variedad de escritura dentro de esta categoría? En ambas pue de verse el funcionamiento de dos lenguajes, a la vez equiparables en su iden tificación con el colonialismo pero también diferentes por su forma de ex presarlo. Como ejemplo de la variedad más burda podemos usar La rebelión Ch uar de 1 799 {Th {Thee Chu huar ar RebelUon of of 1 799} de J.C. rice. Escrito en 1874, mucho tiempo después del acontecimiento, es obvio que la intención del au to tor por entonces ent onces Ofcial Ofdirecto, cial de sin Asent Asentamie s de Midn apur apuespecífco r era era llaa en de mente. pres presentar entar unr relato histórico un amiento n ntos administrativo El relato iba dirigido al «lector casual», tanto como a cualquier «funcionario futuro de Midnapore», esperando compartir con ellos «el vivo interés que he sentido al leer los viejos archivos de «Midnapore» 2 ero tal parece que el «gozo . . . sent sentido ido»» por el autor «al repasar est estos os ppapeles apeles»» ter termi mina na por producir un texto casi indistinguible del discurso primario que utiliza como fuent. Ante todo, este último resulta conspicuo debido a su mera presencia física. Más de una quinta parte de esa mitad del libro especícamente dedicada a los º
hechos de 1799, compone apenas de citasmodificadas. directas de Sin esosembargo, archivosloy importante otra parte considerable, de separáfrasis para nosotros es la evidencia que ofrece el autor de la identifcación de sus propios sentimientos con los de ese grupo reducido de blancos que cosecha ron las tempestades ocasionadas por los vientos que había sembrado el Go bierno de la Compañía*, al introducir cambios violentamente disruptivos en ese extremo suroriental de Bengala. Sólo que el miedo de los ociales asedia 20 Pce, op ctp, CX N de T a Compañía de a Inda Oenta (East India Company) fue una socedad comeca ngesa que tomó a su cago muchos aspectos de gobeno de a Inda duante e sgo XIII y pncpos de XIX 62
A PA DE CNTA-INUGENCIA
os en la estaión e Minapur en 1799 se onvierte, setenta y ino años más are, en ese oio genoia araterístio e too un género e esritura riá n i a postMotn. «La falta e inlinaión e las autoriaes, iviles o militae ess , a proeer personalmente para ayuar a sofoar los isturbios es muy impatante», esribe para avergonzar a sus ompatriotas, para luego jatarse: En stos timpos d fusils modrnos* una mdia docna d uropos habría igualado a vint vcs l númro d Chuars Claro qu con la naturalza imprfcta d las armas d ntoncs no s podía sprar qu los uropos s
apurasn infructu apurasn infructuosa osamn mnt t a mtrs n pligro pro yo habría sprado sprad o qu los ofcials uropos d la posta hubisn h ubisn al mnos n algunas algunas instancia instanciass nfrntado l asalto n prsona y rplido a sus asaltants M asombra l hcho d qu ningún ofcial uropo civil o militar con la xcpción quizás dl Tnint Gill adm admitió itió sa snsación d prscución gozosa qu la mayora mayora d jóvns sintn hoy n la caza o n cualquir actividad dond hay un lmnto d pligro. D habr vivido n 1799 pinso qu la mayora d nosotros hubiésmos considrado mjor dpo l habr capturado un Chuar mrodant oloroso a sangr y botín qu al oso grand qu las slvas d 2
Midnapor pudan criar Resulta laro que ni la separaión el autor on respeto a su tema, ni la iferenia entre el tiempo el aonteimiento y el e su narrativa, han heho muho para inspirarle objetivia Su pasión paree el mismo oren que la el solao británio que en 1857, en la vspera el saqueo e Delhi esribiera: «Confo on to sineria que la oren impartia uano ataquemos Delhi, ser se rá ... Matalos a toos; no hay que ar uartel» • En estos términos, la atitu el histoaor haia los rebeles es inistinguible e la el Estao: la aitu el azaor frente a su presa. Contemplao as, un insurgente no es sujeto e omprensión o interpretaión sino e exterminio, y el isurso e la historia, lejos e ser neutral, sie iretamente para instigar a la violenia oial Sin embargo, existen otros esritores que han ultivao el mismo género, que gozan e reonoimiento por haberse expresao en un iioma menos 22
edee pued quee se pu n los qu sile s co con ra» Fu Fusile bisag sagra» ores de bi • N de T.: En inglés, cargad gadores ralmentee « car ade, , lite ralment h-loade breech-lo inglés, breec
gar vario ete s que mosqu squete os mo aniguos veloce oce s que los anigu ntre cañ sagra ra e ntre culata,, más vel una bi bisag caño o yy culata és de una a trav través t iros a arioss tiros
agaban po a boa d fusi.
Pi, ibíd. ión,, ición edic ginad G. Wibfo (1894) An Unrecorded Chapter of the da ed unda egun res:: Seg ndres Lond ny. Lo utiny. dian Muti Ind the In pp, 76-77 .
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I uH A RANA
sanguinario. Quizás su mejor representante sea W.W. Hunter y su relato sobre l insurrección Santal de 1855, que gura en los Anaes de Bengaa ru [he a of Rura Benga] En muchos aspectos, este es un texto digno de coA nn nna ntario. Escto una década después del Motín y doce años después del hoo 3 , me ntari no tiene nada de ese tono revanchista y racista común a gran parte de la literatura angloindia del período. Es más, el autor trata a los enemigos del 2
Raj no
sólo, con consideración sino con respeto, aunque en pocas semanas
habían barrido la soberanía británica en tres colonial distritos yorientales y resistian cinco mesescona las fuerzas unidas del ejército sus recientemente adquiridos auxiliares, los ferrocarriles y el «telégrafo eléctrico». Siendo uno de los primeros ejercicios modernos en la historiograa de las rebeliones campesinas indias, ubica al levantamiento en su contexto cultural y socioeconómico, analiza sus causas y se nutre de archivos locales y relatos contemporáneos para evidenciar su progreso y eventual represión. Aquí, según parece, estamos frente a esa instancia clásica de disolución del sesgo y la opinión propios del autor, mediante el funcionamiento del tiempo pasado y la tercera persona gramatical. el discurso histórico sediseñado establece fn y larealiza el ideal de ese¿Quizás «modo aquí de narrativa impersonal... paraporborrar presencia del que habla"? 24. Esta semblanza de objetividad, de ausencia de sesgos obviamente demostrables, no tiene sin embargo nada que ver con que «los hechos hablen por sí mismos» en una condición de metonimia pura, incontaminada por el comentaio. Por el contrario, el texto está plagado de comentarios. Hay que compararlo con algo así como el artículo casi contemporáneo sobre este tema en Cacutta Revew (1856) o incluso con la historia del hoo de K.K. Datta, escrito mucho tiempo después de su represión, para darse cuenta cuán poco contiene sobre los detalles de lo que concretamente pasó 2 5 • Es más, la narrativa del acontecimiento ocupa apenas 7% del libro, en el capítulo que se desarrolla hacia él como un clímax, y algo menos del 50% de ese capítulo lo ocupa el texto que se dedica especícamente a todo este tema. El sintagma se rompe 2 Según una nta de esta bra, parece ser que ue parcalente escrta en 866 a dedcatra esta echada el 4 de arz de 868 Tdas uestras reerencas, drectas ndrectas, crrespnde al Capítul IV de la sépta edcón (ndres, 897) n hay tra ndcacón 24 Barthes Image-MusicTt, p 2 25 Anón «The Snthal Rebelln, en Calcua Revew (856), pp 2264 KK Datta (Meerut, 970), «The Santal Insurrectn 85557, en AntiBrush Plats and Mvemen Befre 1857 pp 452
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PR D RR
u a y otra vez por ditaxia, y la iterpretació e fltra para eamblar lo egmeto e ua totalidad igificativa de carácter mayormete metafrico Para uetro fie, la coecuecia má relevate de eta operació e la
maera e que ditribuye la relata paradigmática a lo largo de u eje de co tiuidd hiórica que e divide e u «ate» y u «depué», precedido por ua cotextualizació y prologado e ua perpectiva La repreeta ció de la iurgecia termia a co ee mometo itercalado etre u paa do y u fuuro, de tal modo que lo valore particulare de uo y otro e graba obre el eveo para dotarle u igicado particular VIII
Reriédoo e primer lugar al coexto, cabe eñalar que do tercera pae del captulo que culmia e la hitoria del levatamieto e ocupa de u relao iicial de lo que e podra llamare la hitoria atural de u prota goia A la maera de u eayo eográco, eta pare traa de lo apec o práctica fico, idioma, mio, religió, rio, medio ambie e, de cazaradicioe, y agricultura, orgaizació ocialhábita, y gobiero comual de lo Satal de la regió de Birbhum Hay mucho detalle aqu que aputa al poecial coflicto, como atagoimo etre el alvaje oble de lo cerro y lo avaro explotadore de la llaura Tal e el cao de referecia a u dig idad peroal («Él («Él o e agacha hata el uelo como el hidú rural»; la mujer Saal «igora la uceptibilidad tmida de la hembra hidú», etc) Lo que ee cotrate implica e la poecial ervidumbre e mao de pretamia hidúe, hi dúe, u hoeidad ho eidad («A diferecia del hidú hi dú él u u ca piea pie a e ga g aar ar diero de exraño, evitaeecrupuloamee todo auoy fruta de egocio y e iete dolido i e iite pagarle a cambio de la leche que u mujer aca»), la codicia y el fraude de lo comerciate y terrateiete foráeo que evetualme eve tualmee e cod co dujero ujero a la ublevació ublevació,, u deapego deapego ( « Lo Satal Sa tal vive a alejado como puede de lo hidúe»), la iruió del dku* e u vida y e u territorio y el holocauo que ievitablemete le iguió Eto dice oorga a la ublevació o ólo ua dimeió moral y lo valore de ua guerra juta, io tambié ua profudidad e el tiempo Eto úlimo e realiza a travé de la operació de marcadore diacróico e el exo u paado imagiario a ravé de u mito de creació (apropiado NE. Exraño exraero. ex raero.
RANI uH A
para describir una empresa asumida según la guía espiritual del Thakur*) y un
pasado real pero remoto (adecuado para descrbir una rebelión saturada de tradición) a través de fragmentos de la prehistoria en el rito y en el habla, donde se menciona, por ejemplo, la ceremonia Santal de «Purificación para Los Muertos», como huella de «un recuerdo borroso de tiempos lejanos, cuando moraban al lado de grandes ríos», o su idioma como «ese archivo intocable donde de unaennación bronce elo pasado inscpciones roca».se inscribe más hondamente que en tablas de Al acercarse al acontecimiento, el autor le otorga un pasado reciente, que cubre un período de aproximadamente sesenta años de «administración directa» (británica] en la región. os aspectos morales y temporales de la narrativa confluyen aquí en la gura de una contradicción irreconciliable. De un lado se dieron, según Hunter, una see de medidas benécas introducidas por el gobierno, como el Tratado Decenal que promovió la expansión del área culivada e indujo a los Santals, a partir de l92, a alquilarse como peones agícolas; el establecimiento, en 1832, de un espacio demarcado por columnas de piedra, en el que podían colonizar tierras vírgenes y bosques sin temor a ser molestados por tribus hostiles; el desarrollo de la «niciativa inglesa» en Bengala bajo la forma de fábricas de añil para las cuales «Los inmigrantes Santal proporcionaban una población de jornaleros»; y la última pero no la menos impoante de las bonanzas, su absorción, por miles, a pair de 1854, en cuadrillas de trabajadores para la construcción de ferrocarriles a lo largo de la región. Pero por otro lado, dos conjuntos de fctores se habrían combinado para desmantelar todo el beneficio resultante del gobierno colonial: la explotación y opresión de los Santal por parte de los hindúes codiciosos y fraudulentos terratenientes y prestamistas, y el fracaso de la administración local, su policía y las cortes judiciale judic iales, s, en protegerles o enmendar los agravios que sufrían. sufrían. IX Este énfasis en la contradicción sirve al autor para fines obviamente interpretativos. e hace posible ubicar la causa de la sublevación en el fracaso del Raj en lograr que sus aspectos positivos prevalecieran sobre los defectos
del todavía acontecimiento persistentes se y las encaja defciencias así directamente en el ejercicio en elde objetivo la autoridad. enunciado El relato al N.E.: Dios. 66
POA DE COA-IUECIA
POA DE COA IUECIA
iicio del captulo que es el de interesar no sólo al estudioso «de estas razas decadas» sino también al hombre de estado «El hombre de estado indio descubrirá» escbió refiriéndose eufemsticamente a los encargados de ejecutar la poltica poltic a británi británica ca en la India «que estos Hijos de d e la Selva son susceptibles a las mismas influencias que los demás hombres para su mejoraiento y que la etensión futura de la iniciativa inglesa en Bengala depende e gran medida de su capacidad para civilizarse» Esta preocupación por el mejoramiento» (es decir por la transformación acelerada del campesinado « mejoramiento» ribal en mano de obra asalariada y su incorporación a proyectos tpicamente colonialistas de eplotación de los recursos indios) es la que eplica esa mezcla de firmeza y «comprensión» que se trasluce en la actitud de Hunter hacia la rebelión Siendo un impealista liberal él la interpretó simultáneamente como ua amenaza para la estabilidad del Raj, y como una crtica útil a una adminisració que estaba lejos de ser perfecta As mientras censura al gobierno de la época por no haber declarado la ey Marcial suficientemente rápido como para cortar el hool en sus inicios se cuida también de diferenciarse de sus copatriotas que deseaban castigar a toda la comunidad Santal por el crimen de sus rebeldes y deportar a ultramar a la población entera de los distritos ivolucrados Un imperialista de miras genuinamente amplias como Hunter o vea llegar la hora en que la tbu como muchos otros pueblos aborgenes el subcontinente demostrara su «capacidad de civilización» convirtiéndose e fuente inagotable de fuerza de trabajo barata Esta visión se inscribe en lo que hemos llamado «perspectiva» con la que hoollosa ierra«administración su narración Echando directamente irrupción del de esa avara y práctica» que lanoculpa hizo de casola de las quejas Sanals y que se concentró sólo en recaudar impuestos continúa catalogando los b ee n cido do de ss-introduci quee fue introdu máás exacto qu o ilusorios de l «sistema m neficios eficios alg algo
p ués ués de la rebelión» para mantener el poder de los usureros sobre sus deudo-
r es es den so s flsos st ringir ringir el uso de me didas y pe so mites de la ley re st t ro ro de los l mites dent e n el c o nc hados a on nes es enga enganc o mercio m ercio al al detalle y garantizar e l derecho de los pe o e s quee la scog o más qu c oger su ro es. es. Per o mbiando de pat ro er ttando ando o c aambiando d sea des er su liberta libertad e fo ue habra fo rma inglesa» glesa» la q ue ue vvamete amete la la «iniciativa in ativa, fue n nue rma administ rrativa, o iibuido buidoente r adicalme n nt t e al bie trab nestar de e lae tbu tbu. . Los o oc carles arles « cc aambiaro mbi «ra- o n a aro es mtr b aro aro co l » yferr aca acab l capita capital a jo d con del lación la r eelación pletamente pletam s para para salario lario s zó n nat ural d do de sa cia de de un f do la aus ee cia avitud, a s aber, la dee la es cc llavitud ab aja o es a tac iio rabajo par a las p ll atac ajado rres mand anda de fuerz a de t rabajo ib rres». es». La de m es l ib als», Sat als», e é de As s Sa ió n de de lo s o sic s ic ió aú más la p o ada a me jo rar rar aú estinada st aba destin am « eest As ss am 67
RANIT UHA
a igua que e estímuo ara enganchar eones or contrato ndenued cooes ara as Isas Mauricio y e Caribe. Es as que a roseridad de camesino triba se daa gracias a desarroo de un enorme mercado de trabajo subcon tinenta y de utramar dentro de Imerio Británico, En os jardines de té de Assam «su famiia cometa encuentra emeo y cada niño adiciona, en ugar de ser un mientras medio ara su obreza, sea convierte fuente de riqueza»; os incrementar cooes se beneciaran, su retornoendeunaÁfrica o as Indias Occidentaes, «a término de sus contratos, con ahorros de un rome dio de 20 ibras esterinas, una suma suciente ara estabecer a un Santa como rósero roietario en su roia adea». Como odemos constataro con una mirada retrosectiva desués de un sigo, muchas de as suuestas mejoras ueden más bien atribuirse a sus buenos deseos, o resutaron tan emeras que no tuvieron ningún imacto. La reación entre a usura y e eonaje enganchado or contrato se mantuvo durante todo e dominio británico y hasta de bientrabajo entrado e régimen de a India indeendiente. La ibertad de mercado resutaba seriamente restringida or a fta de cometencia entre e caita británico y e indgena. E emeo de famiias tbaes en as antaciones de té se vovió una fuente de exotación cnica de trabajo de mujeres y niños. Las ventajas de a moviidad y a contrataci contr atación, ón, fueron anuad anu adas as or as irreguar irreg uaridad idades es en e roceso de enganche y a maniuación que haan os akas* de fctores adversos como a deendencia económica y a diferenciación socia. E sistema de contratos ayudaba menos a iberar e trabajo servi que a desarroar una esecie de segunda servidumbre, y as sucesivamente. Pero esa su visión nunca materiaizada, nos ermite comrender e carác ter de este tio de discurso. La ersectiva que insiraba se resuma en efecto en un testimonio de fe en e cooniaismo. Según esta ersectiva, e hoo se asimiaba a a trayectoria de Raj, as como a emresa miitante de un came sinado triba or iberarse de yugo trie de saka sahuka** y zamnda*** • NE: Recutadores o enganchadores de mano de obra para as pantacones carreteras y vías érreas •• NE: NE: Sahuka o prestamsta que típcamente avanzaba dnero y/o especes antes de a cosecha cuando os campesnos se encontraban a borde de a msea recamando e préstamo en cantdades muy eevadas después de a a cosecha cosecha Muchas veces estos ntereses usuranos eran taes que os campesnos nunca o ograban graban cancear a deuda y se convertían en una espece de servos ncuso heredtaros de prestamsta En Amérca Latna se conoce esta orma de trabao como po pona naj o scl sclav avtu tu por ua ua • • • N E : E yugo yugo ttrp rpe e de os os sar sarka ka sahuk sahuka a y zamna se reere respectvamente a gobernoestado a
os prestamstas y a os terratenentes 68
PROSA DE CONRA-NSRGEN□A
se asimilaba a la «iniciativa inglesa», o sea a la base del Imperio. El objetivo anunciado al principio del relato podía entonces ser reiterado hacia el nal donde el autor declaraba haber escrito al menos «en parte por las enseñanzas que la historia reciente (de los Santals. R.G.) nos proporciona sobre el método correcto para tratar con las razas aborígenes». a represión de las sublevaciones campesinas locales formaba parte de este método, pero ahora se integrab a a una estrategia más amplia, diseñada para enfrentar los problemas econóicos del Gobierno británico en la India como elemento de los problemas lobales del gobierno imperial. «Estos son los problemas», dice Hunter al concluir el capítulo, «que los estadistas indios están llamados a solucionar en los próximos cincuenta años. Sus predecesores han llevado la civilización a la India será su deber hacer que esta civilización sea a la vez beneciosa para los nativos y segura para nosotros». En otras palabras, se asignaba a esta istoriograa un papel en el proceso político que habría de garantizar la seguridad del Raj mediante una combinación de fuerza bruta para aplastar la ebelión cuando ocurriera, y reforma con el n de prevenirla, de antemano, aancando al campesinado tribal de sus bases rurales y distribuyéndolo como fuerza de trabajo barata para su explotación por el capital británico, en la India y en ultramar. a prosa abiertamente agresiva y nerviosa de la contrainsurgencia, nacida de las preocupaciones de la colonia temprana, llegó así a asumir, en este género de escritura histórica, el lenguaje rme pero benigno, autotario pero comprensivo, de un imperalismo maduro y seguro de sí mismo. X ¿Cómo es que hasta el tipo más liberal de discurso secundario es entonces incap az az de desenredarse del código de contrainsurgencia? Con todas las venajas que tiene escribir en tercera persona y tratar un pasado distante, el funionario convertido en historiador está todavía lejos de ser imparcial cuando se trata de los intereses ociales. Sus simpatías para con el sufrimiento de os ampesinos y su comprensión de lo que les empujaba a rebelarse, no le inhiben, uando ega el momento critico, de colocarse al lado de la ley y el orden y hooyde usticar el traspaso la campaña contra el manos civiles manos ilitares con el n dedeaplastarlo de manera rápida absoluta. Como sea señaló anteriormente, su posición parcializada frente a los resultados de la rebelión
e qquivale uivale a un compromiso con las metas e intereses del régimen. El discurso e la historia, apenas discernible del de la política del estado, termina absorbiendo las preocupaciones y objetivos de esta última. 69
RANIT uH A
En esta su afnidad con La poltica, La historiograa revela su carácter como una orma de conomiento colonialta Es decir, emerge directamente del co nocimiento que La burguesía había usado en su período ascendente para in terpretar el mundo con el n de adueñarse de él y establecer su hegemonía sobre Las sociedades occidentales, pero convertida en instrumento opre sión nacional a medida que éstas adquian para sí mismas «un Lugardebajo el sol» ue así que La ciencia política, que había defnido el ideal de ciudadanía para La naciónestado europeos, se usó en La India colonial para establecer instituciones y diseñar Leyes específcamente destinadas a generar una ciuda danía mitigada y de segunda clase a economía política, que se había desa rrollado en Europa como una crítica al feudalismo, fue manejada para promo ver el gamonalismo neofeudal en La India a historiografía se adaptó tam bién a Las relaciones de poder bajo el Ra y resultó cada vez más engranada al carro del Estado ue gracias a esta conexión, y a La suma de talentos desplegada para sus tentarla, que La historiografa sobre temas del período colonial tomó La forma de un discurso altamente codicado AL funcionar en el marco de una arma ción multifacética del dominio británico en el subcontinente, asumió La fun ción de representar el pasado reciente de su gente como «a Obra de Inglate rra en La India» Siendo un discurso de poder por derecho propio, presentaba cada uno de sus momentos como un triunfo, es decir, como La secuela más favorable de entre un número de posibilidades conflictivas para el régimen en cualquier instante específco De ese modo, en su forma madura como en Lo Anales de Hunter, La continuidad gura como uno de sus aspectos necesa rios y cardinales A diferencia del discurso primario, no puede darse el Lujo de ser un esbozo discontinuo y carente de consecuencias EL acontecimiento no constituye su contenido único, pues es el término medio entre un principio que Le sie de contexto y un fnal que es a La vez una perspectiva vinculada a La próxima secuencia En esta serie en movimiento, el único elemento que permanece constante es el Imperio y Las políticas necesarias para resguardar lo y perpetuarlo
AL funcionar como Lo hace dentro de este código, Hunter, a pesar de La buena voluntad que declara solemnemente en su dedicatoria («Estas pági nas nas tienen poco que decir en relación a La raza gobernante Mi asunto es con el pueblo»), termina por escribir La historia de una Lucha popular como un episodio en el cual el sujeto real no es el pueblo sino, en realidad, «La raza gobernante» institucionalizada como Raj. Como cualquier otra narrativa de 70
A POSA DE CONANSUENCA
ete tipo, u relato del h también etá allí para celebrar una continuidad: la del poder británico en la India. La enunciación de caua y reforma no e má que un requerimiento etructural para ete continuum proporcionándole repectivamente contexto y perpectiva. Ambo irven de manera admirable, para reitrar el acontecimiento como un dato en la hitoria de vda del Imperio, pero no hacen nada para iluminar ea forma de conciencia llamada inurencia. El rebelde no tiene luar en eta hitoria como ujeto de la rebelión. XI
No hay nada en el dicuro terciario para enmendar eta auencia. Má alejado en el tiempo de lo acontecimiento que tiene como tema, ete dicuro iempre lo mira en tercera perona. En la mayoría de lo cao, e obra de ecritore nooficiale, bien de exfuncionario ya no detienen limitación u obliación oprofeional de repreentar que el punto vita ninuna del obierno. Si reulta que adoptan un punto de vita oficial, ello e debe a que el autor lo ha ecoido por voluntad propia, má que por haber ido condicionado a adoptarlo por lealtad o compromio adminitrativo. E cierto que hay aluna obra hitóica que muetran abiertamente tal preferencia y no pueden expreare en una voz que no ea la de lo uardiane de la ley y el orden; on ejemplo de un dicuro terciario que reviee a ee etado de identifcación cruda con el réimen, tan caracterítico del dicuro primario. Pero hay otro lenuaje muy divero dentro de ete énero, que van dede el polo liberal hata el de izquierda. Ete último tiene epecial importancia debido a que quizá contituya la má influyente y prolífica de toda la variedade del dicuro terciario. A eta corriente le debemo aluno de lo mejore etudio obre la inurencia campeina india y u caudal e cada vez mayor, como evidencia tanto de un creciente interé académico por el tema, como de la relevancia que poeen lo movimiento ubalterno del paado
para comprender la tenione contemporánea en nuetro rincón del mundo. inurencia. Eta literaturaAume e ditinue el puntopordeuvita efuerzo del inurente de rompery con conidera, el códio condeél,contracomo bueno» lo que la otra parte llama terrible, y vicevera. No deja duda en el lector de que deea que triunfen lo alzado, y no u enemio. Aquí, a dif encia del dicuro ecundario de tipo liberalimperialita, el reconocimien e lo aravio que ufren lo campeino conduce directamente a apoyar u lucha en po de una reivindicación por la arma. 71
RANI H A RANI
Pero estos dos tipos tan diferentes y contrarios entre sí en su orientación ideológica, tienen muchas otras cosas en común Tómese, por ejemplo, esa notable contribución de la academia radical Bharater Krishak-bidroha O 26
anatantik Samgram y compárese relatotextos de la sesubleva ción Santal de 1855 condeelSuprakash de HunterRayComo narrativas,suambos hacen eco mutuamente Siendo la de Ray una obra posteor, posee todas las venta jas de nutrirse de investigaciones más recientes, como la de Datta, y estar así más infrmada Pero mucho de lo que tiene que decir sobre el inicio o desarro llo de Hool es ttom omado ado de hecho, directamente directamente ccit itado ado de los Ana Analles d e Hunter • Además, ambos autores se apoyan en el artículo de Calcutta Review (1856 para gran parte de su evidencia n consecuencia, hay poco en la des cripción de este acontecimiento específco que difera signicativamente, en 27
tre los tipos de discurso secundario y terciario Tampoco hay mucho que distinguir entre ambos, en términos de su admi ración po porr el cora corajje de lo loss rebel rebeldes des y su avers aversió iónn por las operacione operacioness de g eno eno cidio montadas por las fuerzas de contrainsurgencia De hecho, en ambos aspectos Ray reproduce in tenso el testimonio de Hunter, recogido de pri mera mano de ociales directamente involucrados en la campaña, en sentido de que los Santals «no entendían de rendirse», mientras que para el ejército «no fue guerr guerraa fue eejecución jecución»» 8 • La simpatía expresada por los enemigos del Raj en el e l discurso ter terciar ciario io radical es plenam ente equiparab equiparablle a la del disc discurs ursoo secundario colonialista s más, el Hool fue para ambos una lucha eminente mente justa, apreciación que derivan de su coincidencia en torno a los facto res que lo provocaron Terratenientes malvados, usureros extorsionistas, co merciantes deshonestos, policías venales, funcionarios irresponsables y pro cesos legales parcializados; todos fguran con igual prominencia en ambos 2
relatos Ambos historiadores utilizan la evidencia registrada sobre el tema en el ensayo de Calcuta Revie y Ray se apoya nuevamente en Hunter para gran parte de su información sobre el endeudamiento Santal y la esclavitud del contrato y sobre la opresión por parte de prestamistas y terratenientes en connivencia con funcionarios, como testifican los fragmentos liberalmente citados de su obra 9 26. 2 28. 29.
Tmo I Calcuta, 1966), cap. 13. Para estos vese bd pp, 323, 325, 32, 328 !bd, p. 33 Hunter, op ct, pp, 24-49. Ray, op. c ., pp. 316-19
72
A ROSA D CONR-INSRGNCI
Sin embargo, Los dos escritores utilizan La causalidad para desarrollar persctivas enteramente distintas EL enunciado de causas juega el mismo papel pe ctivas en el relato de Hunter que en cualquier otra narrativa de tipo secundario, es decir, es un aspecto esencial del discurso e contrainsurgencia En este asecto, sus Anles pertenecen a una tradición de historiografía colonialista p ecto, que , para este acontecimiento específico, está tpicamente ejemplifcada en ese ensayo racista y vengativo Llamado «The Sonthal Rebellion» All el funcionao, obvamente conocedor, pero también testarudo, atribuye La sublevación, como Lo hace Hunter, al fraude de Los bns*, a Las transacciones de Los mhjn**, al despotismo de Los zmndr (terratenientes) y a La ineciencia de Los srk (autoridades) En Laes misma vena, Thornhill claramente, sus Personl Ade Ad en nur ures , Los alzamientos ruralesatribuye del peodo del Motn en en Uttar radesh,
al colapso de Las relaciones agraras tradicionales como consecuencia del advenimiento del dominio británico OMalley identifica La raz del bdh de abna en 1873 en Las abusivas rentas exaccionadas por Los terratenientes, y La Comisión de Motines del Decán atribuye Los disturbios de 1875, a La explota ción del campesinado Kunbi por parte de prestamistas foráneos en Los distri tos de oona y Ahmednagar Se podra seguir añadiendo muchos otros acontecimientos y textos a esta Lista EL espritu de todos ellos está bien represenResoluones del Depmeno udl tado en el siguiente fragmento de Las (Judicial Department Resolutions) del 22 de noviembre de 1831, sobre el tema de La sublevación encabezada por Titu Mir 30
•
La naturaleza seria de los últimos disturbios en el distrito de Baraset hace que sea un objeto de importancia sobresaliente el que la cus que dio lugar a los mismos sea plenamente insi para que se puedan cmn correctamente los motivos que activaron a los insurgentes y para que se asuman cun n aquellas medidas que se consideren apropiadas a n de imi l cu sóns simils 3 1 • NE. Casta de mercaderes N.E.: Banqueros, comercantes, prestamstas 0 Anon., op. ct., pp. 238-41 Thomhll, op. ct., pp. 3335 L.S.S. O'Malley (1923}, Bgal Distric az az: Paba Calcuta, p. 25 Rpo of t Comissio Appoitd i Idia to Iquir ito t Causs of t
Riots wic took plac i t yar 1875 i t Pooa ad Amdagar Distc of t Bombay Prsid Prsid
( ndres 1878, passm. BC 54222 JC, 22 Nov.1831 (no 91. Énfass adconal.
73
RANIT uH A RANIT
Eso o resume todo. Conocer a causa de un fenómeno es ya un aso en a vía de controaro. Investigar y as comprender la causa de los disturbios rura impees ayuda a adotar as medidas «que se consideren aroiadas a n de dir la recuna de desórdenes similares». Con este mismo n, e corresonsal de alcutta Review {1856) recomendó una «retribución merecida», es decir, «que eos (os Santals, R.G.) deben ser cercados y cazados en todas artes... artes ...que que se es debe obligar a la fuerza, si es necesario, a volver a DaminiKoh y al camo devastado en Bhauguore y Beerbhoom, a reconstruir las adeas en ruinas, restaurar los camos desoados ara el cultivo, abrir caminos y ejecu tar obras úblicas en genera, y hacer ésto bajo vigiancia y guardia... guardia... y que se debe mantener este estado de cosas hasta que sean cometamente aacigua 2 • La aternativa más suave, rouesta or dos y reconquistada su lealtad» Hunter, era, como hemos visto, una combinación de Ley Marcial ara reimir una rebeión en curso y medidas ara dar continuidad a la «iniciativa ingle sa», de tal modo que (como había sugedo su comatriota) el camesinado indóci fuera absorbido como fuerza de trabajo barata en la agcultura y las obras úbicas en benefcio de los mismos dikus e ingenieros de caminos y ferrocarriles contra quienes había alzado las armas. Con todo, y a esar de su variación de tono, ambas recetas ara «hacer... «hacer...imosible imosible la rebelión a través del rogreso de los Santals ; es decir todas las soluciones coonialistas a as que se llegó fueron or medio de larima exlicación de nuestras sublevaciones camesinas, matera ara unacausal histoiograa comrometida en
asimilarlas al Destino trascendental del Imerio británico. XII
En e reato de Ray, la causalidad sirve ara enganchar el Hool con un destino de naturaleza algo distinta. Pero ara llegar a él, este autor sigue los asos Hunter, es decir, conttoacontecimientoperspectiva alineados en un continuum histórico. Hay agunos araelismos obvios en a manera en que el acontecimiento adquiere un contexto en ambas obras. Ambas emiezan con a rehistoria (tratada con más brevedad or Ray que or Hunter) y continúan con un reaso de asado más reciente, a artir de 1790, cuando a tibu entró or rimera vez en contado con e régimen. Para ambos, es a donde reside a causa de la rebelión, si bien con una diferencia. Para Hunter, os disturbios se 32. Ao, op. ct., pp 2364 33. !bd, p. 263 74
LA POSA DE CONTAINSUENCIA
gnarn en un malestar lcalizad, que afectó a un cuerp de tr md saludable: el fracas de la administración disttal para brar de acuerd cn el entnces emergente ideal del Raj cm el ma-baap* del campesinad, que l prtegea de la tirana de elements malvads dentr de la prpia scie dad indgena. Para Ray, era la presencia misma del pder btánic en la India la que impulsó a ls Santals a sublevarse, prque sus enemigs, ls terrate nientes y prestamistas deban su autdad y hasta su existencia, a las nuevas dispsicines sbre la rpiedad de la tierra intrducidas pr el gbiern clnial y al desarrll acelerad de una ecnma mnetizada baj su impac t. a sublevación cnstituyó, entnces, una crtica n sól de la administra ción lcal sin del prpi clnialism. s más, utilizand la prpia evdencia de Hunter, Ray arba a cnclusines muy diferentes, y hasta cntradictrias: Está comprobado con claridad, por la propia aseveración de Hunter, que la responsabilidad de la miseria extrema de los Santals recae en el sistema admi nistrativo inglés tomado en su totalidad, junto con los zaminda (terrate nientes) y mahajans [banqueros] . Porque fue el sistema admini administr strati ativo vo inglés el que creó zaminda y mahajans para satisfacer satisfacer su propia necesidad de explo tación y gobierno y el que los ayudó, directa e indirectamente, al ofrecerles su protección y patronazgo •
Habiend (más identifcad clnialism, es decir, al Raj cm sistema y en su ttalidad que en alcualquiera de sus defrmacines lcales), cm la causa principal de la rebelión, su resultad adquiere valres radicalmente di ferentes en ls ds texts. Mientras Hunter es explcit en su preferencia pr una vctria en favr del régimen, Ray l es igualmente en favr de ls rebel es. n crrespndencia cn ell, cada cual psee una perspectiva que se destaca en agud cntraste cn la del tr. a de Hunter planta que la cns lidación del dmini británic cn base en una administración refrmada, evitará las jacqueies que estallan pr su incapacidad de prteger a ls adivasis [p blación blación censada] expltadres nativs, ls transfrmará en una fuerza tribal de trabaj móvildey ls abundante, empleada de ymanera prnta y pr vechsa pr ls terratenientes indis y la «iniciativa inglesa». Para Ray, el acntecimient es «el precursr de la gran rebelión» de 1857 y un eslabón esencial en la prlngada lucha del puebl indi en general, y de ls campe N.E. Ma-bap. Lteralmente madre y padre Témino utilizado frecuentemente para representar e ideal de u n a eación paternalista entre los campesinos y el gobierno colonal. Ra op cit p. 318 75
RANAJI RANA JI Gu HA
3 5 hoo E estruendo estruendo de a ass bataas concretas concretas d e a a insurrec insurrección ción s e ha h a camado Pero sus ecos han seguido vibrando a través de os años aumentando en voumen mientras más campesinos campesinos se unían unían a a ucha uch a E toque de trompeta que amó a os Santals a a bataa sse eaa escuchado escucha do en otras paes de país en tiempos de a Hue H uega ga de Añi Añi en 1860, a Subevación de Pabna y Bogra en 1872, e A zamiento zamiento Campesino Campesino Marath M arathaa en Poona y A hmednagar en 1875-6. Finamente iba a confuir en a eigencia masiva de campesinado en todo e país de
zamindars rs y prestamistas prestamistas ¡ Goria a os Santas Santas fin de a opresión de s s zaminda in inmo moa ae ess que mostraron e camino a a bataa! La bandera de a ucha miitante desde entonces ha pasado de mano a mano a o argo y ancho de toda a india 3
•
Pashchmbanga Pdeshk Kshak Sabha Las amas de fuego fuego encendido encendido hace h ace cien años añ os por os máires má ires campesinos campesinos de a insurrección Santa se etendieron a muchas regiones en toda a India Se podía ardiendo amas endea os rebeión cutivadores de añi de Bengaaver(1860), en aesas subevación raiyatsdedeosPabna y Bogra (1872), en a de campesinado Marathan de Deccan (1875-6). E mismo fuego fue encendido una una y otra otra vez en e curso de as rebeiones campesinas campesinas Mopa Mo pahh en Maabar Maabar Ese fuego no se ha etinguido todavía sigue ardiendo en os corazones de os os campesi campesinos nos indios indios 37
35 bd, p 340 36 L Natarajan (1953) Pasant Upsings in Inia 18501900 Bombay, pp 312 37 Abdulla Rasul (1954) Santal Bihr Amar Kahini. Calcuta, p 24
6
POSA DE CONTA-INSUENCIA
rescatar Evidentemente, la historia de el lapropósito insurgencia de tal del discurso continuum terciao que condena c ondena consistea jaquee en tratar de a asimilarse con «la Obra de Inglaterra en la India», ordenándola a lo largo del eje alternativo de una prolongada campaña por la libertad y el socialismo. No obstante, como sucede con la historiografía colonialista, éste también resulta ser un acto de apropiación que excluye al rebelde como sujeto consciente de su historia e incorpora a ésta tan sólo como elemento contingente de otra historia, cuyo sujeto es también otro. Así como el sujeto real del discurso secundario no es el rebelde sino el Raj y la burguesía india, el del discurso terciario del tipo Historiadelaluchaporlalibertad, es entonces una abs tcón llamada ObreroyCampesino, un dea en ugar de a eonadad hs tóca rea de nsurgente, que lo reemplaza en el tipo de literatura que acabamos de analizar. Decir esto no es, por supuesto, negar la importancia política de tal apro-
piación. Dado que cada lucha por el poder de las clases históricamente ascen dentes, en cualquier época, involucra la apuesta por una tradición, es totalmente congruente que los movimientos revolucionarios de la India reclamen entre otras, a la rebelión Santal de 1855, como pae de su herencia. Pero a pesar de lo noble la causa e del instrumento tal laapropiación, ésta es conduce a la mediación de de la conciencia insurgentedepor del historiador, decir, de una conciencia del pasado por otra conciencia, condicionada por el presente. La distorsión que emana, necesaria e inevitablemente, de este proceso, está en función de la brecha existente entre el tiempoacontecimiento y el tiempodiscurso, que hace que la representación verbal del pasado sea poco precisa, en el mejor de los casos. Y dado que el discurso versa en esta instancia especíca sobre propiedades de la mente actitudes, creencias, ideas, etc., más que sobre externalidades que son más fáciles de identifcar y describir, la tareaNodehay su nada representaciónhistoriografía se riografía torna aún pueda más complicada que de arcostumbre. completaompletaeliminar hacer para elimin pueda hacer nada que la histo mente puedee hacer Lo que sí pued nte a su su óptica. Lo inherente sión, por qque ue es inhere or r sión, nte tal dist o sin em como un métrica, ca, es decir como mo para aramétri rsión co como istorsión conocer cer la disto o, es re recono embarg bargo, dat o que dete podría dría ngir que que po ando de f fngir rcicio, dej dejando ejercicio, orma mism mismaa del eje rmina la f orma determina atar plenam enton nces se lo. Sólo Sólo ento econstruir lo. plenamee nte l a concien y r econstruir cia del pasado y conciencia odr á red con-esta con distancia cia entre esta cativa,, la distan te signifi significativa ra realmen realmente anera reducir, ucir, de mane iencia na llegar a una para llegar ell a como para riador tiene tiene de ell historiador epción qu quee el histo y la perc percepción cia y r oxi situ tuala si icionar. ar. En la ede amb ambicion se pu puede oxima áximo o que se cana, qu quee es lo máxim ción cer cana, mación ión ió n actual , la bre breccha es e es en n ver dad ta tan n anch anchaa, que hay m muc ucho ho má m á s que que un un nivel 77
RAN IT GU A
inevitale literatura punto. sobre Esto sea puede demostrar de con error sólo en una lamirada reveexistente a algunossobre de losestediscursos rebe lilióó n d e 1855 .
La religiosidad fue, según todos os relatos, central en el hool. La noción de poder que o inspiró se expresaa en ideas, actos y palaras que como tales, eran de naturaleza explcitamente religiosa. No era que el poder fuese un contenido envuelto en una forma externa a él, lamada religión: Fue un asunto de estar ambos inseparablemente condensados, como el signicado y su signifcante (vagahaviva amprkatu en el idioma de esa violencia masiva. De ahí a atribución del alzamiento a un mandamiento divino, en ugar de a
os agravios específicos; a realización de ritos antes (p.ej., ceremonias propiciatorias para alejar el apocalipsis de Lag y Lagini, as Serpientes Origi narias, distrbución de telindur. etc. y durante el alamiento (p.e. adorar a a diosa Durga; bañarse en el Ganges, etc.; el surgimiento y circulación e mitos en su forma característica: el rumor (p.ej. sobre el advenimiento del «ángel exterminador» encarnado en un búfalo, el nacimiento e un héroe prodigioso de una virgen, etc. La evdencia es a a vez abundante e inequí voca sobre este punto. Las declaraciones de os protagonistas principales y sus seguidores son todas enfáticas y hasta insistentes acerca de este aspecto de su ucha, como debe resultar obvo incluso en os pocos fragmentos de as fuentes que reproducimos en el Apéndice. En suma, en este caso ni siquiera es posile hablar de insurgencia, salvo como una conciencia religiosa, o que equivale a decir, como una demostración masiva de autoenajenación (para prestarnos un término marxista que descie a esencia misma de a religiosi dad que haría inducido a os reeldes a mirar su proyecto como predicado por una voluntad distinta a la suya: «Kanoo y Sedoo Manjee no están pelean do. E propio Thacoor [Dios] va a pelear» • ¿Qué tan auténticamente ha sido representado este fenómeno en el dis curso histórico? En a correspondencia ofcial de a época se lo identicó como 38
•
NE Aceite y bermeón, de uso ritual 38 Los eejempos jempos son demasiado numerosos para citaros en un ensayo de esta esta extensión, extensió n, pero para agunos ejempos véase More Hapram K Reak Katha cap 79, en A Mitra (ed, Dist Handb: Bankura (Calcuta, 1953. 39 Apéndice fragmento 2 78
lA PA DE CNTA-INUGENCIA
un caso de «fanatismo» a insurrección duraba ya tres meses y segua con rza cuando JR Ward, Comisionado Especial y uno de los administra dores ue rza más importantes en la región de Birbhum, escribió desesperado a sus superio res en Calcuta: «He sido incapaz de atribuir la insurrección de Beerbhooln a algo más que al fanatsmo». El lenguaje que usó para describir el fenómeno resulta tpico de la respuesta sobresaltada y culturalmente culturalm ente arrog arrogante ante del colo nialismo decimonónico ante cualquier movimiento radical inspirado en una doctrina nocristiana por parte de una población sometida: «Estos Sonthals han sido inducidos a unirse a la rebelión, rebelión , por una creencia queSer puede rastrearse claramente hasta sus hermanos en Bhaugulpore, de que un Todopoderoso
su & inspirado ha aparecido como el redentor de su Casta su gnorana & su perstón fue fácilmente convertida en un delo relgoso que no se ha deteni do ante nada» El mismo lenguaje se encuentra en el artculo de Calcutta evew. En él, se reconoce al Santal como «un hombre eminentemente religio so» y su rebelión se compara con oas ocasiones históricas en las que «el esp ítu fanátco de la sup etón relgosa» haba sido «incitado para forta lecer y provocar un conflicto ya listo a estallar, basado en otras razones» 4 1 • 4 0
•
erocitado el autor da a est un comprensivo, gro signifcativamente diferente al el infrme All, identifcación un Guardia poco atrapado en la explo sión del hool, se muestra impresionado por la espontaneidad de «un delirio religioso religio so que que no se deten detenaa ante nada» En contraste, el artculo escrito cuando el régimen haba recuperado confanza en s mismo gracias a una campaña de ersecución e incendio en las zonas de los disturbios, interpreta la religiosi ad como un truco propagandstico utilizado por los lderes para mantener en alto la moral de los rebeldes Al referse, por ejemplo, a los rumores mesiánicos ue circulaban, dice: «Todas estas ridiculeces sin duda fueron nventadas para 42
antener a ntenerosen insurgentes alto el coraje la numerosa chusma» Nada podra«chusma», ser más elitista sondevistos aqu como una inconsciente espojada de voluntad propia y manipulada a gusto por sus jees ero un elitismo como éste no es sólo un rasgo de la historiografa colo ialis ta ta El discurso terciario de la variedad radical exhibe el mismo desdén r la conciencia poltica de las masas campesinas, cuando está mediada por l a r eli eligiosidad ara un ejemplo de ello, volvamos al relato de Ray sobre la P 8 Nov. 1855; Wad to Govenment of Bengal {13 de Octube de 1855). Énfsis adicional Anon, op. cit., p. 243. Énfasis adicional. !bid, p. 246. Énfasis adicional. 79
RAN UH A
sulevación. Cita las siguientes lneas del aculo de Calcua versión algo imprecisa pero todava claramente reconocile:
Reew,
en una
Seedoo y Kanoo Seedoo Kanoo estaban estaban sentado sentadoss de noche noc he en s hogar hog ar revolvendo revolvendo mchas mc has cosas . . . n pedacto de papel cayó en la cabez cabezaa de Seedoo, Seedoo, y súbtamente sú btamente el Thakoor (dos) aparecó ante la mrada asombrada de Seedoo y Kanoo; se parecía a n hombre blanco, anqe vestdo al estlo natvo; en cada mano tena dez dedos; sostenía n lbro blanco, en el qe escrbó; el lbro y con él
20 pedazos de papel. .. lo presentó a los hermanos; ascendó y desaparecó. Otro pedazo de papel cayó sobre la caza de Seedoo y lego vneron dos hombres. . . le nsnaron nsnaron el sentdo sentdo de la orden orden del Tha T hakoor, koor, e galm g alment entee desapareceron. Pero no sólo hbo na aparcón del sblme Thakoor; cada día de la semana por n breve período, él hzo saber de s presenca a ss apóstoles favortos... En las págnas plateadas del lbro y sobre las hojas blancas de los trozos seltos de papel, había palabras escrtas; posterormente éstas eron descfradas por los Sonthals letrados, capaces de leer e nterpretar;; pero s sgnfcado pretar sgnfcado ya había sdo sfc s fcent entemen emente te explcado a los los dos Iíderes43 •
Con lgunos cambios de detalle (inevitables en un folklore vivo) éste es, en verdad, un relato bastante auténtico de las visiones que los dos lderes Santal creyeron haber experimentado. Sus declaraciones, reproducidas parcialmente en el Apéndice (Fragmentos 3 y 4), lo conrman. Entre paréntesis, no se trata aqu de pronunciamientos públicos con nes de impresionar a sus seguidores. A diferencia de «El Perannah del Thacoor» (Apéndice: Fragmento 2) dirigido a hacer conocer sus opiniones a las autoridades antes de la sublevación, éstas eran las palabras de cautivos que esperan la ejecución. Digidas a interrogadores lidad como propaganda. hostiles En en boca campamentos de hombres militares, de unahabran tribu que, tenidosegún poca toda utireferencia, aún no haba aprendido a menti4 , ellas representaban la verdad y nada más que la verdad para quienes las profean. Pero eso no es lo que Ray quisiera atriuirles. Lo que fgura como una mera insinuación en Calcua Ree se eleva al status de un sofsticado aparato de propaganda en sus comenta rios introductorios sobre la sección citada arriba. As: 43. Ibid, pp 2434 Ray, op cit, pp 3212 44 44 Esto Esto es de aceptación ge gener neral al Véase Véase,, por eejem jem plo plo,, la obseación de Sheill {1854) sobre la verdad como «sagrada» entre los Santals «ofreciendo en este aspecto un ejemplo brillante a sus mentirosos vecinos, los bengales» Geograpical ad Statstical Repo o te Oist Baguo Calcuta, p 32 80
A RSA D NRA-NSRNA
Tanto Sidu como Kanu sabían que el slogan (dhwa que iba a tener más efecto entre los atrasados Santals tenía que ser religioso. religioso. Entonces, para inspirar a los Santals a luchar, ellos dndieron el rumor de la directiva divina en favor de iniciar tal lucha. La historia inventada (kaita) por ellos es la si guiente4 .
Hay poco aqu que diera de o que un escritor colonialista tenda que ecir sobre el supuesto atraso del campesinado Santal, os designios manipu ativos de sus Esderes oenoscada usosunodedea estos religión comoRay un oinstrumento dey tal nipulación más, puntos hace mejor es, a o mucho, el más explcito de os dos autores en atribuir, sin evidencia algu a, una grosera mentira y un directo engaño a os jefes rebeldes La invención es toda suya y testimonia el fracaso de un radicalismo supercial en concep tuar a mentalidad insurgente salvo en términos de un secularismo incontami ado Incapaz de asumir a religiosidad como una modalidad central de a conciencia campesina en a India colonial, no se atreve a reconocer su capaci ad mediadora para el concepto campesino de poder y para todas as contra cciones que de ello resultan Por ende, se ve obligado a racionalizar as ambigüedades de a poltica rebelde, atribuyendo una conciencia secular a os eres y una conciencia sobrenatural a sus seguidores y haciendo de éstos ctimas inocentes en manos de hombres astutos munidos de todos os trucos e un poltic indio moderno a a caza de votos rurales Hasta dónde puede oducir al historiador un razonamiento de este cuño, puede verse con mayor ardad aún en a proyección de esta tesis a su estudio del ulgulan Birsaite en trabajo posterior de Ray, donde escribe: mecanismo Para propagar esta que su doctrina religiosa, adoptó un nuevo kaushal al igual lo hizo Sidu, el líderBirsa* Santal, en vísperas de la rebelión de 1855. Birsa sabía qe los Kol eran un pueblo muy atrasado y lleno de supetión religiosa como consecuencia de la propaganda misionera hindúbrahmá brah mánica nica y cristiana cristiana entre entre ellos durante durante u n largo largo período. período . Entonces, no n o era conveniente evitar la cuestión de la religión si el pueblo Kol iba a ser liberado de las malignas malignas influencias influencias religiosa religiosass y atraído al camino de la rebelión. Más Má s bien, para superar la mala mala influen influencia cia de las religiones religiones hindú h indú y cristiana, iba ib a a ser necesario propagar entre ellos su nueva fé en nombre de ese mismo Dios ay op c, p 32 Énss adconal
al» de Munda Munda,, en Bengala «ribal» de la gene «rib ilenasa iliane de oviienoo ilenasa de un oviien • N E. : Líder de 81
RANAJIT uH A RANAJIT
syo, e introdcir nevas normas
Con ee n había ha bía que recur i era pre preco co a la men ira ira eenn lo ine ineree ree el p ueb ueblo. lo.
Birsa propagó el rmor de qe él había recibido esta s neva religión de la deidad prncipal de los Mndas el Sing Bonga en persona46 •
Así, el historiador radical es llevado or l lógica de su roia incomrensión, a atribuir una mentira intencionada a uno de nuestros más grandes re beldes. la ideología de ese oderoso (levantamiento) no ha bría sidoPara nadaél, más que un uro invento. Pero ulgulan Ray no está solo en su lectura equivocada de la conciencia insurgente. Baskay le hace eco, casi alabra or alabra, al describir la visión del líder Santal sobre el aoyo divino al hool como mera roaganda dirigida «a insirar a los Santals a alzarse en rebe lión»7 . Formulaciones como éstas se dulican en otros textos del mismo gé nero, que solucionan el acerijo del ensamiento religioso entre los Santals, ignorándolo or comleto. Un lector que se base en los ensayos alguna vez influyentes de Natarajan y Rasul como su única fuente de información sobre la insurrección deAllí855, sosechará religiosidad en aquel gran acontecimieno. se loaenas reresenta en alguna sus asectos secula exclusvamente res. Claro que esta acitud no se restringe a los autores mencionados en este ensayo. La misma mezcla de mioía y rechazo direco a mirar lo que surge de la evidencia, caracteriza a la mayor ae de la literatura existente sobre el tema. XIV
¿Por qué el discurso terciario, hasta en su variedad radical, es tan reticente a comrender el elemento religioso de la conciencia rebelde? Porque sigue atraado en el aradigma que insiró al discurso colonialista, ideológicamen te contrario, de los tios rimario y secundario. En todos los casos, esto es consecuenia del rechazo a reconocer en el insurgente al sujeto de su roia historia. Toda vez que una rebelión camesina ha sido asimilada a la trayectoria del Raj de la Nación o del Pueblo, se vuelve fácil abdicar de la resonsabilidad que tiene el historiador de exlorar y describir la conciencia esecífca de cada rebelión y contentarse con atribuirle una conciencia trascendental. En términos oerativos, esto equivale a negar a la masa de rebeldes una voluntad roia, reresentándolos como simles instrumentos de otra voluntad. Es así 46. Ray (1970) Barater Baiplabik Samgramer Itias Tomo 1 Calcuta, p 95 Énfss adconal 47. Dhirendranath Baskay (1976) Santal Gamasamgramer Itias Calcuta p 66 82
lA POA DE CONAINUENCIA
ue istoiogfí cooniist ve insugenci coo ticución de un espontneidd pu ue enfent vountd de Estdo encnd en e Ra. Si cso se tibuye gun concienci os ebedes, sóo se cedit un puñdo de sus dees, o con ás fecuenci, gunos individuos o peueños gupos de nobez eno. Nuevente, en istoiogfí buguesncionist, o ue se ee en todos os oviientos cpesinos es un concienci de éite en cidd de fuez otiz. Esto evdo coss otescs coo ccteizción de Rebeión de Añi de 1860 coo tn «e ie oviiento de ss novioento» y, en gene, ectu de tos s ucs popues en Indi u dunte os pieos ciento veintinco ños de doinio bitánico, coo pecusos espiitues de [Ptido e] Congeso Ncion Indio. De ne sii, especificidd de concienci ebede sido eudid tbién po istoiogfí dic. Esto se debe que está cecd po un concepto de s subevciones cpesins coo si fuen un seie de conteciientos odendos en ne diect de descendenci un eenci, coo se enudo, donde todos os eeentos poseen is eneog y se epicn ente s po su copoiso con os idees ás eevos de ibetd, igudd y ftenidd. En est visión istóc de istoi e insugenci, todos os oentos de concienci se siin oeno útio y ás eevdo de seie, en vedd, un Concienci Ide. Un istoiogfí dedicd pesegui t Concienci (incuso cundo o ce, entbeente, en nobe de xiso), se pepd p nej s contdicciones que en eidd son tei de que está ec istoi. Ddo que se supone que este Ide es de cácte enteente secu, , os que ceen en é tienen que pt id cundo se ven confontos con evidencis de eigiosidd, coo si est úti no existie, o bien enen ue expic cono un fude inteigente y bien intenciondo, pepedo po unos cuntos dees iuindos sobe sus seguidoes ibécies, odo o cu, po supuesto, se ce en s de «os inteeses de puebo». A ti de , e te ico en itos, itos, uoes, espenzs en un Edd Dod y teoes de un in de Mundo ininente, que nos b de uton jención de ebede se desgst tvés de este discuso bstcto y esté Poco puede ce p iuin es cobinción de sectso y iitnci, iitnci, e es un sgo tn ipotnte de nuest istoi u. Qued fue de su 48
o gesh Chanda Bagal (ed) (953) Peasant revolution in Bengal. Calcuta, p 5 83
RANIT u HA
comprensión la ambigüedad de fenómenos tales como los acaecidos durante el movimiento Tebhaga en Dinajpur, donde aparecían campesinos musulmanes viniendo al Kisan Sabha «inscribiendo a veces un martillo o una hoz en la bandera de la Liga Musulmana», o jóvenes maulas «recitando versos melodiosos del Corán» en reuniones de aldea, mientras «condenaban el sistema jotedari y a práctica prácti ca de cobrar intereses interes es elevados eleva dos9 La rápida transformación de la lucha de clases en conflictos comunales* y viceversa, provoca en este discurso alguna apología bien urdida, cuando no un simple desconcieo, pero ningu na explicación genuina. Sin embargo, esta historiografía no fracasa únicamente en su compren sión del elemento religioso en la conciencia rebelde. La especifcidad de una insurrección rural se expresa también en términos de muchas otras contradicciones, que son igualmente omitidas. Cegado por la luminosidad de una conciencia perfecta e inmaculada, el historiador no ve otra cosa que solidaridad en la conducta rebelde, ejemplo, ycon no un consigue ver de su insurgencia Otro, es decir, la traición. Inflexible en supor compromiso concepto como movimiento generalizado, subestima el poder de los obstáculo interpuestos por el localismo y la territorialidad. Convencido de que en una sublevación rural la movilización fluye exclusivamente de una autoridad global de élite, tiende a descaar la actuación de muchas otras autoridades que forman pae de las relaciones primordiales de una comunidad rural. Preso de abstracciones vacías, el discurso terciario, incluso el de tipo radical, sólo se ha distanciado hasta el momento de la prosa de contrainsurgencia mediante declaraciones emocionales. Todavía tiene que puede atravesar un camino largo actuación antes de poder comprobar que el insurgente apoyarse en sumuypropia para recuperar su lugar en la historia. Abreaturas
Boards Collections, India Oce Records (Londres) ort William Judicial Consultations en BC Judicial Proceedings, West Bengal State Archives (Calcuta) Maharaja Deby Sinha (Nashipur Raj Estate, 1914) 49. unl en 197 graan struggle in Bengal, 194647 Nueva Delh p 49
• N . d e T. e eee a conlctos conlctos cconal cconales es ente «comu «comundad ndades» es» elgosas étncas etc. m ás notablemen notablemente te ente hndúes y musulmanes.
84
LA POSA CONTA-NSUNCA
APÉNDICE
rgmeno 1
Yo vine a saquear... saquear...Sidoo Sidoo y Kaloo [ Kanhu] se decla declarar raron on Ra Rajas jas & [dijeron e] ellos iban a saquear lodo el país y a tomar posesión de él, también dijeque] qu on, nadie nos puede impedir porque es la orden de akoor. Por este motivo todos hemos venido cn ellos. ene JP 19 de juio 1885: Declaracin de Balai Majhi (14 de julio de 1885) u ene gmeno 2
El hacoor ha bajado a la casa de Seedoo Manjee, Kanoo Manjee, Bhyrub y Chand, en Bhugnudihee en Pergunnah Kunjeala. El hakoor en persona está conversando con ellos, él ha bajado del Cielo, él está conversando con Kanoo y Seedoo, los Sahibs y los Soldados blancos van a pelear. Kanoo y Seedoo Manjee no están peleando. El hacoor mismo va a peear. Entonces Uds. Sahibs ydel]Soldados el hacoor mismo. Madre satisfechos Ganges va venir [ayuda hacoor.pelean Va a contra llover fuego del cielo. Si están con elenhacoor, entonces tienen que ir al otro lado del Ganges. El hacoor ha ordenado a los Sonthals que hay que pagar 1 anna de renta para un arado de buey. Para un arado de búlo 2 annas. El reino de la Verdad, ha comenzado. Se administrará usticia verdadera. Al que no hable la verdad no le será permitido quedarse en la ierra. Los Mahajuns han cometido un pecado grande. Los Sahibs y el amlah han hecho todo mal, en esto los Sahibs han pecado mucho. Los que cuentan cosas al Magistrado y los que investigan casos para él to man 70 elu hacoor 80 rupiasmeconha gran opresión, en esto pecado. Por este motivo ordenado diciendo quelosel Sahibs país nohan es de los Sahibs... Sahibs ... P.S. Si Uds. Sahib están de acuerdo, entonces tienen que quedarse al otro ado del Ganges, y si o están de acuerdo no pueden quedarse de aquel lado el río; va a llover fuego y todos los Sahibs serán muertos por la mano de Dios en persona y si Sahibs pelean con mosquetes el Sonthal no será golpeado por as balas y el hacoor va a dar sus Elefntes y caballos por voluntad propia a os Sonthals... ...si si pelean con los Sonthals dos días serán como un día y dos oches como una noche. Ésta es la orden del hacoor. Fue nt : JP, 4 de aonnt ee:1262)
Frgmeno 3
Oct ubre ubre de de 18 18555: 5: «El Perwann Perwannaah del Thaco hacoor or » (fecha (fechad do 10 10
Entonces los Manjees & Purgunnaits se reunieron en mi erraza & conver Entonces sb amos durante 2 meses, «que Pontet & Mohech Dut no escuchan nuest ras ras 85
RANAI uH A RANAI
uejas & nade se comporta coo nuestro Padre & Madre» luego un Dos des cndó del celo en forma de una rueda de carretón & me djo «Mata a Pontet & el Darogah & los ahajuns & entonces vas a tener justca & un Padre & Madre»; entonces el Thacoor volvó a los celos; después de esto: 2 hombres coo Bengales vneron a m terraza: cada uno tena ses dedos medo pedazo de papel cayó en m cabeza antes de que vnera el Thacoor & la otra mtad cayó después. Yo no podía leer pero Chand & Seheree & un Dhoe lo leyeron y djeron «El Thacoor te ha escrto para pelear contra los Mahajens & entonces vas a tener justca»... justca»... Fut J, 8 de novembre de 18: «Examen de Seedoo Sonthal, úimo Thacoor». gmto 4
En Bysack el Dos descendó en m casa, yo mandé una perwannah al Sahb Burra en Calcuta Calcut a... escrbí que el Thaco Thacoor or había vendo ven do a m casa & estaba conversando bajo m cargoconmgo & yo tenía & había que pagar avsado todasa las todos rentas los alSonthals Gobernoque& no bantenía a estar que oprimr a nade & los zandars & Mahajans estaban cometendo gran opre són sacando 20 p por una & yo ba a colocarlos a dstanca de los sonthals & s no se ban, a pelear con ellos. *
Ishwar era un hombre blanco con sólo un dootee & chudder se sentó en el suelo coo un Sahb escbó en este pedazo de papel. Me do 4 papeles pero después presentó 16 más. El thacoor tenía dedos en cada mano. No lo veía en día.alSólo lo veía de noche. Entonces los sonthals se reuneron en m casa parael ver thacoor. *
[ En Maheshpur] la tropa vno & tuvmos tuvmos una pele peleaa... .. . después, vendo que los hombres de nuestro lado estaban cayendo, ambos nos dmos la vuelta dos veces sobre ellos & una vez los echaos, entonces hce poojah [acto de ado racón] ... & luego vineron muy muchas balas & Seedoo & yo, ambos estába mos herdos. El thacoor había dcho «va salr agua de los mosuetes» pero m tropa cometó algún crmen, por eso las predccon[es] del thacoor no se cumpleron, unos 80 sonthals fueron muertos. *
odos los papeles en blanco cayeron del celo & el lbro donde todas las págnas están en blanco tambén cayó del celo. ut JP, 20 de dcembre 18 «Examen de Kanoo Sonthal». 86
Rebelión Cpesina y Nacionalismo Indio: el Moiento Cpesino en Awa, 1919-22 Gyan Pandey
n enero de 1921 los campesinos de Awadh irrumpieron en la escena Enacional en la India. Enormes manifestaciones campesinas en los azaes de Fursatganj y Munshiganj en el distrito de Rae Bareli culminaron en ataques armados de la policía el 6 y 7 de enero. En otros lugares de los distrios de Rae Bareli, Faizaad y Sultanpur, la violencia campesina estalló aproximadamente en esea mismo momento, ycon saqueo azaresA (como en ursatganj, ataques los terratenientes atallas con de la policía. decir verdad, durante algunas semanas los erratenientes tuvieron demasiado miedo omo para presentarse en el perímetro de sus fncas. «Ustedes han presenciado en tres distritos del sur de Oudh [Awadh] los inicios de algo parecido a una evolución», oservó Harcourt Butler, Goernador de UP (Provincias Unidas de Agra y Awadh, el Uttar Pradesh actual) en marzo de 1921 Los actos de los ampesinos reciieron tamién una amplia pulicidad en la prensa nacionasta, sore todo después de que Jawaharlal Nehru fuera involucrado en los 1
•
acontecimientos del 7 de enero en Munshiganj. aducción de Raquel G utieez utieez y Alison Speddin g, coegida po Silvia Silvia Rivea, del atícu atícu lo Peasant ot and Indian Nationalism: The Peasant Movement in Awadh. 1919-22", en Ranajit Guha (ed.) (1982) a lte Stdies I tings on South Asian Histo and Soe Delhi: Oxfod Univesity Pess, 1996 o lec ción acou Butle, Mss Eu 116 (Biblioteca de la India Ofce, Londes) tomo 80; Nota de la t tevista de Butle con taluqda (v infa), 6 de mazo de 1921 87
G vAN PA N DE
Prácticamente por primera vez desde 1857, el campesinado de Awadh se había impuesto a la atención de las lites de la India colonial. El debate creció rápidamente. os líderes de la principal agrupación política nacionalista, el del] Congreso, que habían tomado en algunas de las reuniones y[Partido manifestaciones campesinas en los mesesparte anteriores, se disponían ahora a defender a los campesinos en los tribunales y a impedir mayor violencia. os funcionarios coloniales se apresuraron en deliberar sobre una legislación preventiva. «Es obvio desde hace mucho tiempo», dijo uno de ellos, «que la ey de Arrendamientos de Oudh necesita enmiendas» • os liberales, nacionalistas moderados que se iban alejando del [partido del] Congreso a medida que éste asumía posiciones más militantes, compaían sin embargo tanto la posición gubernamental como la de este partido. Junto a los Congresistas del lugar, algunos liberales apoyado las de demandas los esfuerzos iniciales de organización de loshabían colonos. Después enero dey 1921, fueron los primeros en exigir una legislación para mejorar sus condiciones de vida. as causas subyacentes de la protesta campesina que dieron lugar a estas reacciones, residían en una confguración de relaciones agrarias que habían evolucionado durante un largo período. En 1856, Awadh fue incorporado al gobierno británico directo, según se dijo, para salvar a la provincia de los efectos del mal gobierno y la anarquía. Desde ese punto de vista, el motín y la rebelión civil de 185759 que fue escenario de algunas de las luchas más feroces y de lasA represalias más severas del siglo,deconstituyó un episodio desafortunado. partir de entonces, los benecios la Pax Británica fluyeron sin obstáculo hacia algunos grupos. Entre sus principales beneciarios se contaban cerca a doscientos ochenta tluqdrs* que, debido a su papel en la reciente sublevación, eran ahora considerados «líderes naturales» del pueblo. En su mayoría, los tluqd eran s astócratas) locales, cabezas de linaje, funcionarios y recaudadores de impuestos**, que se habían asegurado una
2 Achivos del Estado de Utta adesh, ucknow (en adelante: AEU) Depaamento de Administación Geneal (en adelante: DAG), Expediente 50/1921 KW: Comisao, Divsión de ucknow al Secetaio Jee Up 14 de eneo de 1921 NE enedo de deechos sobe una taluqa, o sub-división egional que compendía vaias mahals (unidades tibutaias) en Awadh N de En el oiginal tax-mes; es deci, indiduos no empleados dictamente po el gobieno, peo que obtenían contatos pvados paa la ecaudacón de impuestos en nombe del Estado, pemitiéndoles coba las sumas que quisiean siempe que cumpliean con el contato [NE: Una instución paecda a la lictacón de diemos, ue el efugio de una clase teateniente en decadenca en los andes bolianos de la ea epublcana]
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CPS Y COSO O
poscón ndependente en el terrtoro antes de que éste uera anexados por los brtáncos, y la compaan con un puñado de «metoros jees» (NT lea les a la causa brtánca) que se ceron acreedores a las ncas decomsadas a los rebeldes más notoos A esta multtud abgarrada los nuevos gobernantes le conreron ormalmente mucos de los derecos de la gent terratenente de Gran Bretaña Ellos se asentaron sobre tres quntas partes del área culva da de Aad a cambo del pago regular de rentas y el apoyo en la mantencón del orden en el campo La poltca brtánca se drga aora a garantzar a los tluqdrs la rqueza, rango y segurdad necesaros para cumplr este papel La ampltud del compromso brtánco con los tluqd se muestra en lo que en los años 1890 escrbera Harcou Butler: para fines poltcos «los Taluqdars son ud»3 Conforme a la Ley de Propedades Endeudadas (Encumb (Encumbered ered Esttes ) de 1870 y otras meddas ulterores, los admnstradores colonales acep taron ncluso garantzar las propedades tluqdr nsolventes, asumendo su dmnstracón asta por vente años, aunque esto fuera en contra de todos sus prncpos de economa poltca Se ceron algunos esfuerzos para garantzar los derecos ntermedaros de otros grupos tradconalmente prvlegados: propetaros aldeanos, comu dades que controlaban varas parcelas de terra con ttulo prondvso y colonos prvlegados de dversa categoa Esto era en parte necesaro debdo como la prolongada los Rajputsresstenca Parar dedeAmsn mucos Pargana de estos y lospropetaos subpropetaros de rango del menor, eudo del Raja de Prpur (ambos en el dstrto de Fazabad) 4 Legalmente y en térm nos de poder concreto, estos grupos ntermedaros retenan algo de su ante or poscón en el tluqd as como tambén en las áreas no-tluqdri de Awad 5 Sn embargo, la Pax Brtánca y los subasentamentos de los años
Awad Sn embargo, la Pax Brtánca y los sub asentamentos de los años 1860 tendan a r en contra de los ntereses de estas clases nerores Por lo general, quedó estpulado que los subpropetaos pagaran el arren o al Goberno, más un 10 a 50% adconal As, eran ellos los que cargaban con todo el peso de los ncrementos en las rentas, mentras los tluqd elu De lhi tury ry Delhi Centu 3 T R eteenth Cen Nineteenth ds and the India in the Nin landlor ds Raj: Noh Noheern India Land, landlor the Btish Raj: R Metcalf ( 1 979) Lan cture in Indian stcture 98. Veáse ta and soal st (comp).. Land control control and (1969) (comp) ykenergg (1969) F rykener en R.E. Fr tamén Metcalf en htor tor Madi so son, p. 1 4 7
!d pp 1313 troll n U P 1 8 6 0 ontro cal al con nd so soc 5 J . Mu nt and ageme ment anage state te man rds o t h e lan nd lo lords landd esta rds and ndlo lords e «La «Land sgrav ave Musgr 20» Mo Asian Stuis 6 (3) July 197. 89
GYAN PANDEY
dían cualquier nueva obligación. n los años que siguieron al término de la primera ronda de composiciones y subcomposiciones, los subpropietarios menores menore cadafrente vez mása de sus restantes derechos frente fren teMuchos a los uqd hastas perdieron cierto punto, prestamistas y otros extraños. grupos y, de colonos, alguna vez privilegiados, también sufrieron pérdidas en el proceso general de elevación de rentas. l Gobierno contribuyó directamente a estos acontecimientos. n las fincas bajo administración gubernamental d Mehdona,, Kaprad Mehdona Kapradih ih y Sehipur en el distrito d e Faizabad, Faizabad, por ejemplo, se realizaron varios arrestos de subpropietarios por no haber pagado Las rentas completas; y dode los coloos pagaba tasas educidas sólo po los voes del taluqda si deecho legal basado e u título popiedad bieo bie o se esfozó esfo zó eé ealguo é gicam gicamet etee paa eleva los los de aie aiedos dos hastaateio, el ivel elde Golos que pagaba los agicultoes comues
•
Así, entre Los colonos, Los Brahmanes y Thakurs sufrieron una reducción progresiva tanto en términos de Los niveles de renta favorables, como en el área de tierra que Les era arrendada. Sin embargo, La presión sobre ellos fue Leve en comparación con La ejercida sobre Los Kurmis y Muraos, castas agrícolas con fama de ecientes, que conformaban una parte considerable de Los colonos, Llegando cerca al millón de personas en Awadh en Los años 1880. n Rae Bareli, en La década que siguió a Los primeros asentamientos regulares en el distrito, Los precios sólo subieron gradualmente, pero el incremento de Los arriendos sufrió variaciones entre Lo que se describía como aumento «nomi-
nal» y un 3080%, aunque en un par de casos Llegó al 100% 7 • Con Los asentamientos uqd, La mayor parte de Los habitantes de Awadh (algo menos que 11.5 millones en 1881 y más de 12 millones en 1921), había perdido ya en todo caso La totalidad de sus derechos, que al principio no estaban registrados pero Luego fueron excluidos del registro. a gran mayoría [ennw] en pequede agricultores en colonos precarios ñas propiedades,seo convirtió en jornaleros sin tierra. n el distrito de ucknow a principios de los años 1880, sólo 0.5% de La población agricola poseía más de 50 Metcalf e Fkeberg, op ct, p 1334 éase també {1883) ol/io of Pp Rltig to th oditio of th Tt d th Wog of th Pst Rt Lw i Odh Allahabad, tomos 7 Ibd, tomo 1, p 135 90
REELN CAMPENA Y NACONAMO NDO
ighs de tierra (una bigh 5/8 de acre). 6% posea entre 20 y 50 bighs, b ighs 11.5% entre 10 a 20 bighs, y 3 9 . 5 % menos meno s de 5 bighs. Esto sucedia en
tiempos en que los funcionarios, a quienes difcilmente se les podra acusar de generosidad en estos asuntos, consideraban que un agricultor necesitaba cuan do menos 5 bighas para vivir razonablemente». El restante 27.5% 27.5% de la población agrcola de Lucknow fue clasicado como jornaleros sin tierras.ª En vaas ocasiones, la resistencia de los colonos Kurmi y otros9 no consiguió más que desacelerar estos procesos en áreas especfcas. Tampoco la legislación, dirigida a proporcionar una seguridad módica a los desprotegidos colonos y algo de control sobre el nivel de aumento de los arriendos, fue capaz de detener signicativamente Los terratenientes demasiados ases en la manga,ella deterioro mayora degeneral. ellos regalo del propio Rajtenan Británico, como para verse afectados seriamente por estas amenazas de papel. Ellos recau daban arriendos más altos que lo permitido, instituyeron un sistema de impues tos noociales donde el arrendatario pagaba una elevada prima o nzn para ingresar o reingresar a una parcela, y con frecuencia ignoraban la ley por com pleto10. En la década de 1870, C.W. McMinn señaló que el poder luqdr era todava grande e incluso, en algunos aspectos, «más absoluto» que antes, aunque ahora (estando constreñido a canales más estrechos) utilizaba «recursos 11
luqd más mezquinos» concentraban ahora sus en terrenos exprimir sus propiedades paraLosextraer ingresos, sin preocuparse poresfuerzos mejorar sus
o por proteger a los colonos y dependientes antiguos. Los campesinos de Pratapgarh descbieron en su propia jerga esta situación conversando con el Sub Comisario del distrito en 1920. Refriéndose a la murd froshi knun (literalmente, la «ley de venta del cadáver), es deci, la ley que permita el aumento inmediato del arriendo o, caso contrario, la venta del terreno al deceso del arrendatario, ellos decan qu haba surgido un nuevo tipo de Mahabrahman (el más bajo de los Brahmanes por el hecho de que vive exclusivamente de dones unerarios). El único objetivo de este personaje era rezar para que hubiera epi 8 !bid; tomo 2, p. 400 9 F.W. Pote, Fial sttlmt rport of th Allahabad District (All (Allaha ahaba badd 1878) , pp. 47 8; S. Gopal Gopal ( 9 7 5), Jawaharlal Nhru: a biograph tomo I, ondes, p. 46. 0. Veáse G Pande (1978). Th ascda ascda of of th ogrss i Uttar Pradsh Pradsh 1 926 1934: a study i pct mobiliatio (Delhi 1978) p. 21. . Citado en Metcalf, La ladlos ad th Raj p. 175. 91
GYA PADEY
demias de la misma manea que el negociante de ganos eza paa que haya hambun hamb unas, as, de talstemodo que pudie pudieea a e ecoge una ca cosecha de las hono hono a io ioss murda faroshi. de Mahabahman elcoge teateniente. «Antes que cenizas en en la pia, hay que satisfce al Mahabahman» • se enf en Como paa aumenta las desgacias de las clases bajas, la pesión demo gáca sobe la tiea y el costo de la vida aumentaon continuamente a pai de fnes del siglo XIX. n estas condiciones, un amplio secto del campesinado de Awadh, fomado tanto po pequeños popietaios como po colonos, se hundió en el endeudamiento. Con el paso del tiempo, estaban cada vez más a meced de sus cultivos mecantiles, sobe todo el aoz y el tigo, paa paga inteeses y otas deudas, y se incementó el áea cultivada dedicada a ellos. a mayo pae de la población ual dependa paa su popio consumo de ga nos infeioes como el maz, cebada, jowar y bajra. Como consecuencia de la ceciente demanda de estos ganos infeioes y de la educción de las áeas dedicadas a su culivo, sus pecios aumentaon aún más ápidamente que los del tigo y el aoz duante las pimeas décadas del siglo XX • ste es un ndice un tanto paadójico de la dislocación social subyacente a la subleva ción del campesinado de Awadh después de la Pimea Guea Mundial. 13
de 1921 fueapidez el punto culminante un movimiento que haba avan zadoneo con muchsima a pai de su de inicio apoximadamente a nes de 1919. n Patapgah se haban oganizando localmente Kisan Sabhas, o aso ciaciones campesinas, a pati de los pmeos meses de 1920. A mediados de ese mismo mismo año encont enconta on on un notab notable le lde lde y coo coo dinado dinado en Baba Ramchanda Ramchand a,, un hombe de Mahaashta de antecedentes incietos que haba sido peón enganchado en Fiji y luego sadhu (limosneo eligioso) que anduvo popa gando las scituas hindúes en Jaunpu, Sultanpu y Patapgah, antes de dedicase a la taea de oganiza Kisan Sabhas. ncabezados po Ramchanda, los miembos de laFue Kisan Sabha que de Patapgah el apoyo deallos nacio nalistas ubanos. entonces Jawahalalbuscaon Nehu «descubió» campesi nado indio y encontó el campo «encendido de entusiasmo y lleno de una aa excitación» ; y fue entonces cuando los tabajadoes Kisan Sabha del [Pati 12. EUP. Departamento UP Renta () Epedente 5 de 1920: Report on araran dturbance n Pratapgarh» por V. N. Mehta Sub Comao Pratapgarh (en adelante Inrme Mehta) p. 4 1. M.H. Sddq (19). Ag Agan an uns in Noh India; India; he Unied Pronce Proncess 1 91 8-22. Nueva Delh cap. 2. Nehru hru (196). An auobiography ondre rempreón de 47 pp. 5 51 4 J. Ne 92
REEIÓN CAMEINA Y NACINALIM INDI
do del] Cogreso, que se haba esforzado por exteder sus lazos e las aldeas de UP desde 1918, empezaro a trabaar e asociació co los orgaizadores de estas Sabhas locales idepedietes, sobre todo e Awadh. Co aterioridad a la participació de los acioalistas urbaos, el movimieto Kisa Sabha de Awadh ya haba logrado ua fuerza cosiderable. Sólo e el distrito de Pratapgarh se ifomó que estaba e fucioamieto 585 panchaya (comités de arbitrae aldeao establecidos por los campesios). Durate el mes o dos e que Rure la aldea dode se frmó la pmera Kisa Sabha e Pr P rata ata pgarh pgarh fue cetr cetroo del movimie movimiet to, o, se decía que l0 l00.000 0.000 cam pesios se haba registradou e la orgaizació. Estosla tempraos esfuerzos del orgaizativos haba recibido idireco estmulo por actitud compresiva Sub Comisario de Pratapgarh. V. N. Mehta, quie pidió a Ramchadra y otros lderes que le remitiera las queas campesias a de examiarlas, e istruyó ivestigacioes referidas a los alegatos más tagibles 1 5 • Ahora, co el creciete apoyo acioalista urbao, el movimieto avazaba todava más rápidamete hasta eglobar extesas regioes de los disttos de Pratapgarh, Rae Bareli, Sultapur
y Faizaad, y establecía impoates pósicioes e otros lugares. Su fuerza puede uzgarse por el úmero de campesios que, segú se decía, participaro e maifestacioes muy diverso tipo 40ea septiembre 50.000 paradeexigir de Ramchadra de lade cárcel de Pratagarh 1920,la80liberació a 100.000 para el primer Cogreso Kisa Sabha de Awadh realizado e Ayodhya (distrito de Faizabad) e diciembre de 190 Este tipo de cálculos sobre el úmero de paicipates e estas reuioes masivas so, por supuesto, muy poco cofables. Pero icluso si rebaamos estas cifras a la mitad o la ercera pae, como lo hacía los fucioaos coloiales de la época, resulta idicativas del asceso e u movimieto de proporcioes masivas. Las cosas llegaro a u puto crtico e eero de 191, y poco tiempo espués el movimieto campesio de Awadh, ya desprovisto del apoyo de sus aliados urbaos de ataño, fue repimido e u resuelto ataque por parte del Gobiero. Pese a todo, el movimieto o logró ser aplastado y pocos meses 16
•
. olección 2 Baba Ramchandra (Museo Nacional y Biblioteca Nehru, Nueva Delhi; en adelante MNBN. Acc No 10; R XI Autobiographical notebook, p, 13; colección I Ramchandra (MNBN. Acc No 13, nota» de 8 de agosto de 194(¿? y caa incompleta de 1939, pp. 5. Sobre el papel de Mehta, véase t bin informe Mehta p. 3. Sddiqi, op. cit., pp. 147. 93
YAN PANEY
después resurgió en el note de Awadh que bajo este la forma modifcada de un movimiento Eka (de unidad). Consideramos último es una continuación de la fase anterior del movimiento, el Kisan Sabha, porque en su creación estuvieron involucrados los mismos tipos de fuerzas, y existió el mismo tipo de relación ambigua entre el [Partido del] Congreso y los rebeldes campesiiniales, las asociaciones Eka recibieron ayuda de algunos En sus etapas iniales, nos Congresistas y Khilaftistas de Malihabad, en el distrito de ucknow. Sin embargo, rápidamente dejaron atrás estos inicios, se extendieron ampliamente y se volvieron muy militantes, El movimiento tuvo mayor fuerza en ciertos
distritos del norte de Awadh, los cuales cunda el azote de lalarenta en grano y las rentas disfrazadas. as en asociaciones campesinas exigían conmutación de rentas a efectivo y se resistían a pagar un centavo más sobre los arrendos registrados. Al mismo tiempo, hacían llamados por la nocooperación al régimen colonial. Poco tiempo después, los observadores colonialistas se queja-
ron del hecho de que el Código Penal Indio y el Código de Procedimento Criminal no tuveran «disposiciones para toda una región del agro, que está en pie de batalla contra la ley y el orden» • Aún así, los líderes del [Partido del] Congreso dedicaron poca atención a los protagonistas de Eka, y en su 18
momento, esta armada nueva fase del movimiento derable fuerza polical y militar. fue reprimida con el uso de consiNingún otro resultado parecía haber sido posible, en vista de las posiciones adoptadas, a comienzos de 1921, por las diversas fuerzas contendientes en UP. En las páginas que siguen examinaremos estas posiciones con algún detenimiento, por lo que nos revelan acerca de las diversas interpretaciones sobre la naturaleza de la lucha política en la India colonial y sobre el papel del campesinado en dicha lucha. os líderes nacionalistas urbanos y los funcionarios británicos nos han dejado textos más o menos detallados sobre el movmiento campesino de Awadh; perspectivas divergentes que revelan, según creemos, sus preocupaciones básicas y el alcance de su comprensión de las contradicciones y posibilidades existentes en la situación. Por supuesto, hay variaciones sutiles y otras no tan sutiles, entre el lenguaje, digamos, de Gandhi y el 17 Como di dijo jo l oci ocial al s spc pccamnt camnt dlgad dlgadoo por l Gobirno dd U P nint Coronl J C Fant Fanthorp horp «El moviminto Eka, qu comnzó hacia fins d 1921, s una rsurrcción dl moviminto Kisan Sabha», Unit Provincs Gazt 13 d mayo d 1922, pa V (n adlant, nfrm Fanthorp p 273 18 Rcort dl Englshman (Calcuta 28 d Fbrro d 1922 n GO, Dpartamnto dl ntrior, Rama Policiaca Expdint 862 d 1922 (Archivo Nacional d ndia, Nuva Dlhi 94
REEIÓN CMPEIN Y NCIONIMO INIO
de Nehru, o entre la apreciación de los iberales y la de los jóvenes Congresis tas nocooperacionistas de 192022. Del mismo modo, del lado del Gobierno, existe una diferencia abismal entre la respuesta de alguien como el Sub Comi sionado de Pratapgarh, V: N. Mehta, y la de H.R.C. Hailey, su Comisionado y jefe inmediato en la División de Faizabad, o la de Harcourt Butler, Butler, eniente Gobernador y posteriormente (después de 1920), Gobernador de UP: el pri mero llevó a cabo un extenso recorrido por su distrito, entrevistó a 1700 estigos y recopiló una gran cantidad de material, sobre cuya base elaboró en t estigos 1920 un «nforme sobre Los Disturbios Agrarios en Pratapgarh», de 111 pági nas; el segundo describió dicho informe como «parcializado», «unilateral», que pinta Los agravios campesinos en trazos «espeluznantes»; y el tercero, 9
sencillamente lo descartó por ser «largo y tosco» • Es impotante tomar nota de estas variaciones para realizar una recons trucción adecuada de la historia del período. En términos generales son discernibles dos posiciones: La una ofcial, otra del [Partido de] Congreso, respecto al movimiento campesino de Awadh por estos años. Se puede tam bién distinguir la posición general de Los terratenientes, pese a que en esta época que éstosnoeran Awadh títeres de sus amos coloniales, a tal punto han en dejado unasimples declaración propia de alguna signicación. En cuanto a Los campesinos que provocaron este debate, nadie se molestó en registrar su discurso. Se ha descubierto una pequeña colección de papeles, notas y diarios escritos por Baba Ramchandra, principalmente entre fnes de la década de 1930 y La de 1940, y ésta es, en algunos sentidos, muy valiosa. Pero los campesinos no nos han Legado testimonio alguno en el que hubieran esbozado Los impulsos que Les movían o justificado Las acciones que realizaron entre 191922, ni siquiera una declaración elaborada por Ramchandra. la visión campesina La Lucha sea recup eerada, rada, y todoProbablemente lo que se diga sobre ella en estadeetapa seránunca obligadamente tentativo. Aún así, parece importante intentar reconstruirla, aunque sea en forma fragmentaria, a partir de las declaraciones aisladas de campesinos q uuee se encuentran en los documentos y de La única otra evidencia que tenemos: el mensaje que contienen sus acciones. En ausencia de ello, el registro histórico quedaría lamentablemente incompleto. Pero el ejercicio es también relevante otro motivo. 1 9 Depaamento de Renta UP (A) Expedente 753 de 920; Haley a Keane 26 de novembre de 920 a «Nota» de Butler de 7 de dcembre de 920 95
YAN PANDY
Por mucho tiempo, los historiadores de la India han debatido acerca de cómo se llevó a cabo la movlización de masas en el curso de la lucha por la liberación del dominio colonial. En los textos más tempranos, los intérpretes nacionalistas, tanto como los colonialistas, se inclinaban a tratar a las «masas» (predominantemente campesinas, en esta ociedad agraria) como esencialmente inees. Cuando la insurrección campesina tuvo lugar y se expandió la marea de agitación antiimperialista en las postrimeras del dominio británico en la India, los colonialistas la interpretaron como evidencia de la mani-
pulación dede«agitadores de afuera», mientras que para los nacionalistas era evidencia la intervención de lderes populares urbanos. a historiograa colonialista (y neocolonialista) no se ha alejado mucho de esta posición temprana, aunque la teora de la provocación intencional de disturbios entre gente ignorante � indiferente se ha vuelto supelua con el descubrmiento de «facciones», con sus miembros siempre listos, por cientos si no por miles, o incluso decenas de miles, a levantarse tras los «líderes faccionales» en la lucha de estos últimos por el prestigio y los réditos de los cargos políticos 20 Por otro lado, los histoadores liberalnacionalistas y marxistas se han lanzado a hacer y signifcativas armaciones en relación a la política de protesta masivanuevas en la India. En primer lugar, la investigación ha demostrado que muchas de las insurrecciones campesinas más impoantes fueron en gran medida autónomas, y que la inteención de líderes «externos» fue un fenómeno marginal y muchas veces tardío. Sin embargo. pese a haberse reconocido que los campesinos ejercieron en ocasiones una iniciativa independiente, se tendió a ver sus acciones como nopolíticas o, en el mejor de los casos, como «prepolíticas». Más recientemente, algunos estudiosos han admitido que en realidad estas acciones fueron (a veces) políticas, en la medida en que lanzaron un desao a la estructura establecida de autoridad y buscaron la creación de centros alternativos de poder. Pero la anteor visión persiste y no hay duda que sigue siendo dominante en las universiades universi ades y entre entre muchos interesados en la histoa histoa reciente del subcontinente, hallano expresión, por ejemplo, en la ecuación corente que se hace del movimiento del Congreso como movimiento «político» y de las luchas de obreros y campesinos como movimiento «social». Incluso allí donde el contenido político e estas luchas ha sido en alguna medida reconocido, parece haber surgido un 20 Veáe D Hardiman, The Indian action: a political theo examined» Esudios Subaleos 96
ÓN CSN Y NONSO NDO
argumeno nuevo. En lo que se podra llamar la úlima resisencia de la isoriograa nacionalisa radicional, aora se sugiere que esas luchas secorales de campesinos, obreros y oras clases laboosas y exploadas, no seguan el paso a la necesidad cenral de la «nación» en esa eapa de su hisoa: la de acer avanzar el movimieno animperialisa 2 No es posible desaar a pleniud la validez de algunas de esas proposi-
ciones mienras no se realice una invesigación más a fondo de la hisoria moderna de lapopular. India, sobre odo en seel sabe campoyadebasane los movimienos de especfmasas y la conciencia No obsane, sobre luchas cas, como la de los campesinos en Awadh enre 191922, como para poner en duda cieros presupuesos de larga daa, referidos a lo que se ha dado en llamar la relación enre las luchas populares y el movimieno nacional indio. El objeivo que he delimiado para ese ensayo es el de examinar esos presupuesos a la luz de lo que ya sabemos sobre el movimieno campesino de Awadh, a pair ano de fuenes secundarias como primarias. Voy a analizar en principio las muy variadas respuesas conemporáneas a los aconecimienos de 191922 en esa región, para no luego hisoria dorespolicos que inerprean la rebelión campesina hanconsiderar adopado siconlosdemasiada rapidez el puno de visa de los paicipanes más ilusrados y visibles en la lucha anicolonial en la India de los siglos XIX y XX La respuesta del [Pado del] Congreso
En febrero de 1921, cuando visió Uar radesh, Gandhi emiió las si guienes Insrucciones para los campesinos de la provincia: saraj
ble Ela menos éxio del que las siguienes y la solución reglas de sean nuesras esricamene reivindicaciones obseadas no será posi 1 No pode podemos mos llasimar asimar a nad nadie. ie. No podemo podemoss usar nue nuesros sros palos en conra de nadie. No podemos usar un lenguaje abusivo ni imponer cualquier ora presión indebida Veáse Bpan Chandra (1979 Ntom oom Mo I (Nuev Delh para la cón que Gandh y el [Pado del] Congreso post Prmera Guerra Mundal «mpulsaban [a las masas] a a a ctv ctvdad dad poltca» y para la dstncón anteor entre la lucha «poltca» y «socal» pp 127 165 183 as m Hay un certo eco de esta dstncón 'poltcosocal tambén en Sumt Sarkar (1973 h
S a
dh h movmt d n aros (NuevaLaDelh ellalu cha se cam expresa frecue nca poránea en extemporánea extem académcosenBg académcos la Inda 1903-1908 y en otras otras paes poscónp de515 queyuna pe pesna snacon era frecuenca d ssonsta se expresa con más clardad en Sddq op ct pp 217 219 ambén se reeja en Bpan a ndra op ct p 37 9
GYAN PANDE PANDEYY
2. No podemos saquear tiendas. 3. Debemos influír sobre nuestros oponentes a través través de la gentileza, no a través de la fuerza física ni cortando su suministro de agua ni los seicios del barbero y el lavandero.
4. No podemos retener los impuestos del Gobierno ni los arriendos del terrateniente. 5. Si hubieran algunas quejas contra los zemindrs deberán ser comunicadas al pndi Nehru deberánsseguirse 6. Se deberá tener Motilal en mente quey queremos queremo convertirsusa los lconsejos. os zemind en amigos. 7. Actualmente no estamos eje ejerciendo rciendo la deso desobediencia bediencia civil; entonces, debemos cumplir con todas las órdenes del Gobierno. 8. No podemos detener trenes ni entrar en ellos ellos a la fuerza y sin pagar pasajes. 9. En caso de que se seaa arrestado cualquiera de de nuestros nuestros líderes, no podemos impedir su arresto ni provocar disturbio alguno. No vamos a perder nuestra causa el Gobierno arreste a nuestros líderes; pero ciertamente vamosporque a perderla si nos enloquecemos y cometemos hechos de violencia. 0. Debemos abolir las bebidas intoxicantes, drogas y otros malos hábitos. . Debem Debemos os tratar a todas las mujere mujeress como madres y hermanas hermanas;; respetarlas y protegerlas. 2. Debemos promover la unidad entre hindúes y musulmanes. 3. De igual modo entre hindúes no debemos considerar a nadie como inferior o intocable. Deberá existir un espíritu de igualdad y fraternidad entre todos.y Debemos como hermanos hermanas.mirar a todos los habitantes de la India 4. No podemos permitir los juegos de azar. 5. No podemos robar. 6 . No podemos decir mentiras bajo ninguna circunstan circunstancia. cia. Debemos ser honestos en todos nuestros tratos. 7. Debemos introducir la rueca de hilar en todos los hogares y todas las personas pers onas h hombr ombres es y mujeres mujeres deben dedicar dedicar su tiempo lib libre re a hila hilar.r. Se debe enseñar y estimular a los muchachos y muchachas a hilar al diarias. 8. menos Debemoscuatro evitarhoras el uso de toda tela extranjera y usar la tela que los tejedores hacen con el hilo hilado por nosotros mismos. 98
N SN Y NONSO NDO
19 No debemos recurrir a los trbunales, pero sí debemos arreglar toda dsputa medante el arbtraje partcular
o que más debemos recordar es que debemos controlar la raba, nunca s eerr volentos e ncluso aguantar la volenca que nos nflgen 2 2 • stas Istrucos, drigdas especalmente a los campesinos de Awadh, q uuee hace tan poco habían sdo responsables por actos de volenca, pueden interpretarse como el pronuncamento nal del [Partdo del] Congreso sobre el movmento campesno en dcha regón Con seguridad, las Istruccios fueron emtdas después de un ntensa medtacón y búsqueda nteror por parte de Gandh, y de un prolongado perodo de prueba y rror tal-and r] por pae de los líderes del [Pado del] Congreso como totaldad n las flas del Congreso y de otros patidos naconalstas hubo quenes estuvieron a avor de una prolongacón de la lucha campesna Pero, en el pensamento de los más mportantes líderes provncales y naconales del [Partdo del Congreso, los meses de enero y febrero de 1921 señalaron un punto de conversón mportante os números 13, 9 y quzás 8, además de la oracón nal de las Istruco s, reteran la honda preocupacón gandhana por mantener la novolenca en toda crcunstanca s notable, sn embargo, que las prohbcones que contenen no fluyen smplemente de una aversón a toda forma de volenca sca tambén emanan de un conocmento exacto de las accones que los campesnos de Awadh realzaron en los meses precedentes, a medda que se desarrollaba el movimento Ksan Sabha as Istruccios 1 y 2 evdentemente ntentan contrarrestar el tpo de actvsmo campesno que había estallado en Rae Barel a prncpos de enero de 1921 y unos días después en Fazabad, Sultanapur y otros lugares os ampesnos habían asaltado y saqueado tanto a los bazares como a los almaenes de granos comunales Habían destrozado y quemado benes: paja del t err err atenente, atenente, cultvos en los campos del terratenente, gran cantdad de ropa, oy as, as, etc a Istrucó 2 se relacona con esto s probable que la Istruc ó 15 se refera a lo msmo, porque la destruccón no se derenca del robo , a los ojos de los propetaros y de sus abogados .
Colleed orks of Mht Gndhi
tomo 19, (Alahabad, 1966), pp. 41920. 99
Y PDY
a nsruón 9 habla en conta de los epetidos intentos de los campesins po libea a sus ldees cuando ellos son aestados En más de una ocasión en el cuso de las semanas pevias, dichos intentos haban conducido a seios enfentamientos con la polica, que haba teminado dispaando sus amas El más famoso de estos incidentes fue el que ocuió en el baza de Munshiganj, a unas millas del cento del pueblo de Rae Baeli, el 7 de eneo de 1921 En madugada dicha ocasión miles decomún campesinos se concentaon en elconsegui pueblo desde la El objetivo e la multitud eunida ea la libeación de un lde popula a mayoa acudió a causa de los umoes quee indicaban qu qu quee Baba Ramchand Ramchanda haba sido a estado y ence ence ado en la cácel de Rae Baeli Algunos comentaban que haban escuchado que Gandhi también haba sido deenido all Es pobable que en medio de la multitud se encontaan también algunos seguidoes de Baba Janki Das, un lde local del movimiento Kisan Sabha, aestado en el distito dos das antes, no sin antes se deca deca habe habe tenido tenido la posibil posibilidad idad de ins instt u uii a sus hombes hombes pa pa a que eunan a la gente de Akha (un cento tempano del movimiento Kisan Saha), paa acudi al poblado y libealo El númeo de asistentes ponto ceció hasta unos 10000, y se deca que el secto «más gande y deteminado» de la multitud estaba en Munshiganj a asamblea ea pacfica aunque ehusaba disolvese hasta que sus ldees fuean libeados; fnalmente, teminó disolviéndose cuando un teateniente y los policas hicieon vaos dispaos, matando a vaios asistentes e hiendo a muchos más Apenas tes semanas más tade, el 29 de eneo de 1921, oto hombe que se Goshainganj haca llama en Ramchanda el distito de fueFaizabad aestadoAntes ceca de a lasuestación aesto de él haba feocail estado de activo en la egión, animando a los campesinos a ehusase a paga sus aendamientos como potesta conta las condiciones impeantes, e invocando la justicia de que la tie tiea a debe pe p e tenece tenece al que la t abaja Se ddec ecaa que contaba con una multitud de seguidoes, debido a su pédica adical, a su vestimenta sadhuu · y, no en meno gado, al nombe que haba adoptado Cuando se le sadh aestó, se eunieon multitudes en la estación, en la ceencia de un falso umo sobe la intención de las autoidades de lleváselo en ten Se acosta 2 . UUPP DAG 50/ 50/11 92 1, Kws Kws JJ.A .A . St John Farnon al Sub Comsaro, Comsaro, Ra Barel Barel,, 19 de enero enero de 1921 19 21 , la Nota de AG. Shre, 29 de enero de 1921 * N.E. Limosnero relgoso tnerante 100
REBEUON CAMESINA Y NACINALISM INDI
ron en los rieles e impidieron que se moviea el ren; fueron dispersados nue vamene, pero sólo después de que la policía abriera fuego y arresara a 18 p aicipanes 4 • De hecho, ya para enonces ales confronaciones enre el pueblo y la policía se habían vuelo basane frecuenes «Incluso cuando se enjuicia a agiadores menores por delios riviales», escribió el Sub Comisario 2
e Bara insancia Banki en una declaración a la Baba Coe Ramcliandra e Jusicia en de wadh, en elurada cas presenada iniciado conra p rimera ebrero de 1921, «aglomeraciones enormes se reúnen en el edicio de la Core con fines de aemorizar a los esigos o rescaar al acusado» Sin duda, Gandhi deseaba impedir el rebroe de los hechos de violencia que habían esallado en esas siuaciones Pero al hacerlo, aacó la propia acción que había mosrado a la adminisración briánica, por primera vez, la fuerza or organizada ganizada del cam pe pesina sinado do y má s im poan poanee aú aún n qu quee se la ha bía mos mosr rado ado a los propios campesinos Hacia fnes de agoso de 1921, las auoridades del srio de Praapgarh arresaron a Baba Ramchandra bajo lo que parece ser un cargo invenado de «robo» Fueron arresados junos con el Thakur Jhinguri Singh, uno de los hombres responsables del esablecimieno de Kisan Sabhas en el disrio incluso anes de l paicipación de Ramchandra, y unos reina campesinos más La soliciud de libead provisional ue rechazada Tres días má arde, cuando los hombres arresados fueron ciados al ribunal de Praapgarh, enre 4 a 5000 campesinos marcharon al pueblo para verles; y a consecuencia de eso se posergó la audiencia o se realizó secreamene en la cárcel Enonces, la muliud marchó a la cárcel y realizó una maniesación pacífca frene a ella; que sólo se disolvió luego de que los uncionaos hicieran varios compromisos, cuya nauraleza no queda clara Díez días después, una muiud más grande (esimada por varias uenes enre 10000 y 4050000 personas) se reunió en Praapgarh, araída por el rumor de que Gandhi habría 25
ve nido a consegui p resentee, no s e h izo present handra . G h andi a ndi no amnchandra lib ertad d e R amnc con seguirr la libertad p ero los compromiso omiso de los obtener er el compr tarse hasta obten los camp saron levan levantarse esinos rehu rehusaron campesinos fu n cio pasaroo n te, y pasar ana siguien si guiente, ra a la la mañ mañana ci o n a ros de Ram chandra libera rían a Ramchand d e que que liberarían manecc er. a a n o c he a ori lla s del río cárce l a l a mane frente a la cárcel er a reunirs reu nirsee frente v o lv lver río Sai Sai para vo A m e d i d a q u e la perdiero ieronn e l v alor ; ridaee s perd crecía, ía, las a u to rida la m u c h e d u m bre crec 4 Sddq op ct pp 1689 Pap Pa peles de Mola Nerhu Grupo C üudcos) (MNBN) Expendente 44 ReyEmperador Ram Chandra a o bajo seccón 14A IPC Core de Prmera Instanca de Oudh declaracón presentada por CW Gran bco comm saro Bara Bank 10 de febrero de 191
0
AN PANE
Ramchandra fue lierado, sacado de la cárcel ocultamente para impedir una estampida, y luego conducido a un sitio alejado donde desde lo alto de un árol pronunció un discurso para sus seguidores. emerosos, los funcionarios haían asegurado a la multitud que tamién se ian a investigar las quejas de los campesinos y, si ien nada de esto tuvo resultados inmediatos, unos días después se• levantaron los cargos contra Ramchandra, Jhinguri Singh y los otros acusados Fue una victoria nole que las prohiiciones de Gandhi no permiti rían repetir a los campesinos de Awadh. Es igualmente dicil situar el ogen de la Instrucón 8 tan sólo en el prin cipio de la noviolencia. En oporunidad de dos reuniones masivas de los cam pesinos, el Congreso Kisan de Awadh en Ayodhya el 2021 de diciemre de 1920, y una conferencia posterior en Unchahar en Rae Bareli el 15 de enero de 1921, miles de campesinos practicaron la «nocooperación» viajando en tren 26
sin pagar pasaje yhasta ofreciendo «resistencia pasiva» al acostarse en las rieles eran expulsados, que los funcionaos se dieron por vencidos y les cuando permi tieron viajar gratis. Como hemos visto antes, tamién en enero de 1921 los campesinos practicaron saagrha acostándose en las rieles en Goshainganj (Faizaad) el día del supuesto arresto de Ramchandra. Años más tarde, Jawaharlal Nehru recordaría con orgullo estos actos espontáneos de los campesinos de Awadh. El Movimiento de Nocooperación haía empezado escriió, y los sans se dedicaron a viaj viaj ar sin pasajes en los trenes en grandes nú números, meros, sobre todo cuando tenían que asistir a sus grandes reunio reuniones nes de masas perió dicas, obligarles que en ocasiones ocasaiones convocaban hasta sesenta setenta mil personas. Era dicil moverse , como nunca se habíao visto, desafaban abiea mente a las autoridades del ferrocarril, diciéndoles que los viejos tiempos h abían llegado a su fin. fin. No sé a instancias instancias de quién comenzaron estos vi viaajes en masa gratis. Nosotros no se los habíamos sugerido. De pronto nos enteramos que ellos andaban en eso 2 7
No ostante, en ferero de 1921, Gandhi aconsejó, o más ien, instruyó a los sans [campesinos] que deían astenerse de tales acciones, y Nehru es tuvo de acuerdo con él. 26 Sddq, op ct, pp 130- 3 Ramchand Ramc hand a nf nfoma oma que el juco conta él y sus camaadas fue fue montado
po la Fnca Ramganj Veáse su cata ncompleta, sn fecha, en Coleccón Rachamda Acc No 163 Expedente de tema No 1, «Papeles efeentes al movmento campesno en Awadh, 1921» 2 7 N e h u , o p ct , p 5 9 102
REEÓN CAMPENA Y NACNAM NACNAM ND ND
Los números 8 y 9 de as Istruccios de Gandhi revean que, según su unto de vista y e de régimen coonia, os campesinos deban asumir a res onsabiidad por a preservación o a ruptura de a novioencia, ante cua quier situación de enfrentamiento con as autoridades. La Istrucci 3 mues ra ésta también Lafueinstrucción su percepción de toda campesi y terratenientes. se reere a aconfrontación fuerza sica, entre pero o singu nos que ar en ea es a prohibición de boicot socia. Fue precisamente esta práctica tradiciona de as Kisan Sabhas de Awadh a que marcó su arribo a a arena oítica de a posguerra, y también fue a través de ea que expandieron con siderabemente su infuencia. Hacia fines de 1919, ciertos tluqdrs de Pratapgarh, cupabes de severas exacciones y otros actos de opresión, se haaban confrontando taes «huegas» por pae de os adeanos. Nu dhobi d kr d g, es deci, a abor de barbero, e avandero y otros trabajos seiesdiciembre pero esenciaes, de 1921, evarse cabo. Más de un año después, entre de 1920 ydejaron enero de estaa forma de protesta seguía sien o muy difundida en os distritos de Pratapgarh y Sutanpur • Ahora, des ués de estaido de a vioencia en varios sitios, Gandhi buscaba restaurar a paz» pidiendo a entrega vountaria de esa arma tan efectiva y probada por tiempo. A os terratenientes no se es exigiría un sacrifcio equivaente. En reaidad, a preocupación por os intereses de os terratenientes ega a aún más ejos. «No tenemos que dejar de pagar a contribución a Gobierno ni e arrendamiento a terrateniente» (Istrucció 4). Esto se mantenía en a a ínea de a Istrucó 2. «Actuamente no estamos ejerciendo a desobedien ia civi civi ( ese «paso adeante» sería adoptado adoptado por e [ Partido de] Congreso Congreso recién en noviembre de 1921, G.P.): entonces, debemos cumpir con todas as rdenes de Gobierno». Pero esto también era así a partir de un razonamiento otamente distinto: «Se deberá tener en mente que queremos convertir a os midrs en amigos» (Istrucció 6). «Debemos infuir sobre nuestros oponentes a través de a gentieza» (Istrucció 3) «Si hubieran agunas que as contra os zmidrs deberán ser comunicadas a Pandit Motia Nehru y eberán seguirse sus consejos» (Istrucció 5). 28
E uso de a primera ersona de pura en as Istrucios de Gandhi fue un oque deicado, tíicamente suyo. Pero a deicadeza de a Istrució 5 »Si bieran agunas quejas», es de otro orden. Las sufridas masas camesinas de ol/eed Wo or Mahatma Ghandi tomo X, p. 544 Sddqu, op cit, p 111 103
AN PANDE
Awadh irrumpieron con furia en 192021, en una situación de extrema penua. Ya nos hemos referido a la posición casi inexpugnable que la administración británica garantizaba a los tauqda y también a la posición extremadamente extremadamente insegura, en términos legales, en que quedó colocada la enorme mayoría de colonos en Awadh; lo que quizás era sto como pae de dichas garantas Hemos señalado también la tendencia casi general a la depauperación del campesinado bajo el peso de una economa estancada, en combinación con el crecimiento demográfco, el ala de precios y la demandas crecientes de arrendamientos, intereses y otras prestaciones A par de la Pmera Guerra Mundial les fueron impuestas nuevas y aplastantes cargas: precios en ascenso vertiginoso, cosechas inseguras, empréstitos de guerra, reclutamiento y desmovilización súbitas , fnalmente, una desastrosa temporada de epidemias Además de todo esto, los terratenientes ejercieron una renovada presión para aumentar los arrendamientos, se produjo un gran incremento del nazana y otras otras contbuciones, respaldados por la fuerza de los desalojos legales e ilegales llamados bedakh. Los campesinos de Awadh protestaron amargamente contra el nazna y el bedakh en 192021 Los funcionarios admitieron la legitimidad de su protesta, y por lo tanto se apresuraron apresuraron a enmendar enmendar la Ley de Rentas « N o cabe duda,» duda, » escribió el Comisao de la División de Lucknow adquiendo una nueva conciencia de su entorno en enero de 1921, qu n as popidads po administadas d los
taluqda
n st distito
(Ra Bali, GP)considación y otos, los ytatnints han tatado los colonos con tanta flta d n algunos casos, con tal anivl d opsión qu uno stá obligado a simpatiza con stos últimos 29
•
No es que Gandhi estuviera menos enterado que este funcionario sobre el grado de sufrimiento de los campesinos Entre los lderes más prominentes del movimiento nacional, él fue el primero que hizo votos para identifcarse con los más pobres del pas (en lenguaje, en vestimenta, en la comida que coman) y trabajar en su mejoramiento, precisamente en virtud de su
conciencia de la miseria Pero en Awadh a principios de la década de 1920, Gandhi buscaba morigerar el significado del conflicto de intereses entredebiterrat enientes y campesinos, tanto por razones tácticas como, al parecer, do a sus preocupaciones en torno a la noviolencia «Si hubieran algunas • N.E: Evicción o desalojo de la tiea que se posee como aendatao o subaenatao 29 UP DAG 50/92, Kws: Comisionao de ucknow a ecetaio Jee UP, 4 de eneo de 92 104
ÓN CSN Y NACONSO NO
quejas»: en otras palabras, i hubiera ejemplos de actos de opresión, casti g os o crueldades ue un campesino no pudiera ya tolerar de ninguna mane a, no debía potestar, organizar un boicot social al opresor, ni realizar aagraha sentándose y ayunando de sus su casa, sino ue debíamanera, referi el asunto al Pandit Motilal Nehru,delante y seguir consejos. De otra fuea de la esfera de estos agravios extremos, absolutamente insopotable, « Deben aguantar un poco si el emindar los atormenta. No ueremos pelea con los emindars Los emindars también son escl esclavo avoss y n o ueremos h acer e problemas» 3 º .
Meses má tarde, Jawaharlal Nehru, ue encabezaba la Conferencia Política del Distrito de Rae Bareli, secundó a Gandhi. La conferencia hizo un llama miento a colonos y eminda a vivi en armna y, aunue la flamante Ley de Rentas (Ley de Enmienda a la Ley de Rentas de Awdh ue había sido aproba da rápidamente por la legislatura provincial. G.P.) había empeorado sus posi ciones, los colonos deban aún aguantar pacientemente sus penurias, pagar us arriendo y tornar en cuenta el bienestar del país». Con anterioidad, el [Paido del] Congreo haba enviado mensajes en términos todava más cla o: se pedía a los campesinos de la División de Faizahad ue se abstuviean de organizar reuniones» así como «disturbios» y ue dejaran en manos de andhi la conuista del Swaraj 3 1 • Debe recalcarse ue la principal dea Gandhi lídere del Congreso Congre so n o era auí la de u rgir a preocupación los cam pes pesin in o a bju rarydeotos la vviolencia iolencia continuar su lucha por medios no-violentos. Antes bien, ellos les urgían a abandono total de la lucha en favo de la unidad», en torno a lo ue tanto lo como los comentarista posteriores llamaan «la lucha principal» contra o británico.
a idea de u n fr frente ente unid o con los los te terr rrat atenie enie ntes ntes de Aw Awad ad h en l a cam pa ña antiimperialista merece un momento de atención, ya ue resulta batante obvia la dependencia de lo terratenientes respecto a los británicos (la «es avitud» de la ue hablaba Gandhi). Muy pocos taluqdars desempeaban a función útil para la economía rural, según recordó posteriormente el ombe que fue Comisario de Asentamientos de Rae Bareli en los aos 1890: hand hand a u n púb públco lco campe campeno no en Faz Fazab abad ad el 0 de bre brero ro d e 9 cado cado en Sddq Sddq op c p 80 op opal al op c c pp 6 65 eáe am amb bén én Sdd Sddq q op c p 79 para expreone má emprana de p rob robacón acón de Jawarharlal a la accone de lo campeno 105
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a mayoa ean meos «colectoes de contibuciones» 3 2 • Los bitánicos se apoyaban en estos ecaudadoes. Ellos ean «un cuepo muy sólido» «de ninguna manea una cantidad insignificante» y «los únicos amigos que tenemos» obsevó el Teniente Gobenado de UP en 1920. Y una vez más según señalaa en un memoándum escito paa justifica la petición de que se esevaan cinco cuules a los luqdrs en el nuevo consejo legislativo a se estable establecido cido en la po povinci vinciaa bajo las efom efomas as de 1919 «ellos viven viven de sus popiedades. Son notables en todas las buenas obas. Toman las iendas de todos los movimientos paa el pogeso de la povincia y pagan cuotas geneosas» 3 3 • Vale la pena destaca la mutualidad de inteeses que encontamos aqu luqdrs poque dependan lo lago lay anco delostoda la egión donde seseveamente extendieon de las los Kisanbitánicos. Sabas enA192021 autoidad luqdr se desplomó de golpe: pocos pudieon ace «algo más que encease en sus casas o pai al pueblo más cecano a quejase de la negligencia de las autoidades»3 • Posteiomente en febeomazo de 1921 como el peo de aldea que sale a lada cuando el peligo ya pasó los luqd volvieon a la batalla en febeomazo de 1921 inexoables en su ecazo a pemiti una enmienda libeal a la Ley de Rentas de Awad insistiendo en la inviolabilidad de los snds (o patentes) que les aban sido otogados po
los bitánicos después de 18 1855 7.afimó En unquedebate sobebuenos las popuestas de eny mienda legislativa un luqdr ellos ean teatenientes: po lo tanto «el colono ... debiea se tan sólo el que cultiva la tiea y no debiea otogásele deeco alguno»3 5.
32 olección Butler, tomo 75; comentario de SH Fremantle sobre la charla de R Burns «Recent rent & revenue policy in the United Provinces, en Joual of the Roal Soe of A (20 de Mayo de 1932, p 6 4 3 3 ol But Butte ter,r, tomo tomo 2 1; cartas cartas a HH E Richards, Richards, 2 d e jun io de 1920, 192 0, y a Vincen Vincent,t, 1 0 de noviembre noviembre d e 1920; tomo 5; 5; MMemorán emorán du dumm preparado para el omi omité té Southboroug Southborough,h, 1 ° de diciembre de 19 18 Butler Butler «exp «expimió imió 20 lakhs [un lakh 100000] de rupias del Mah Mahara arajah jah de Balr Ba lramp amp ur para el Emp ré résti stito to de Guerr Guerraa y a cambio le consiguió un titulo de aballero [] De hecho, su intención era la de extraer 50 lakhs pero debido a un malentendido, el funcionario subordinado que Butler enviara a Balrampur pidió sólo 20 lakhs (ol Butler, tomo 20: Butler a Hewett, 19 de Julio de 1918 34 UP DAG 50/3/1921; Hailey a Lambert, 1" de febrero de 1921; cf también ol Butle, tomo 80, notas Butler sobre su reunión con taluqdars el 6 de marzo de 1921 35 Ibid: Nota sobre sobre reunión con c on los taluqdars, taluqdars, 12 d e febre febrero ro de 192 1 92 1 Por Po r el énf énfasis asis en los sanads, veá veáse se en especi esp ecial al « «aluqdar aluqdarss an andd the amendment of th thee Oudh Rent Law Law (Lucknow sf de Ra Raja ja Sir Rampal Si ng h, en ibid s
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REEÓ CMPE Y COMO COMO O O
El roio Nehru resumió admirablemente a osición de os luqdrs en
u Auobiog:
Los taluqda y los zeminda may mayor ores es . . . fuero ueronn hi hijos jos mim ados del Gobierno británico, pero este haba conseguido a través de la educación y la forma ción especial especial que les daba o dejaba dejaba de darles reducrlos, como clase, a un a condición de total mpotencia intelectual. No haan absolutamente nada por sus a rr rrendat endatar arios, ios, com o en a lgun a medda l o haban hec ho los terr terrat ate e nientes de otros pases, y se convirtieron en parásitos absolutos de la tierra y del pueblo Su princip al activ activid idad ad era la de de intentar ap lacar a los los fun fun cion arios locales, local es, si n cuyo favor favor no ha bran pod ido exist existi r por muc ho tiemp tiemp o, y la de exigir sin cesar la protección de sus privilegios e intereses especiales 3
No obstante, ésta era una reflexión más tarda. En 1921, Nehru y Gandhi contemlaban horroriados as acciones que os camesinos de Awadh desata ron contra estos criados del imerialismo. Pero no se ercataron del valor imbólico de os acontecimientos de Munshiganj del 7 de enero de 1921, o al meno o asaron or alto cuando el terrateniente y el Sub Comisario haban cerrado flas con os olicas armados, contra os camesinos desarmados y us aliados Congreistas, orque incluso Nehru describa hasta entonces al errateniente como un «medio funcionario» y escba amargamente sobre esos mellios» (el Sub Comisario británico y el terrateniente Sikh) que se usieron ado a ado en Munshiganj 3 • A esar de ello, os deres del [Partido del] ongreso se dirigieron a os «hermanos» terratenientes en busca de aoyo
ara a gran ucha que entonces se desencadenaba contra os británicos. La són colonal diciembre d e 1920 recorrió, entre entre diciembre británica que que recorrió, in teligencia británica fcial de L a inteligencia U n ofcial
enero de 1921, esta región de «disturbios», realió o que sera, en algunos
p uación ua ción oltica oltica en el camo de ectos, el aná anális is más ers az idad de Ladesit jus U ar que al, que colonial, justificar tificar el el poder coloni r de ersic su icaz neces necesidad esh, , alisis pesar pesa Pradesh Prad ig ual realiza mes por La n se basó basó en un via je de un mes evaluación paso. Su evaluació realiza a cada paso. p re del distrito en u bgarh arh en rh (Parta (Partabg ad que que co ratagarh Allahabad linda da con con Prataga distrito de Allahab colin ino aspe an en aspe or r me) erenciaban se dif erenciab ndicione ioness se a, Las Las co condic zona, pur. En esta zon aunpur. me) y Jaun Nehu op cit p 58 eect Woks of Jawaha Nehu tomo 1 (Nuea Dehi 1972) pp 213224 107
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tos sgncatvos de las que se deron en Awadh. Sn embargo. por esos msmos años, all haba surgdo un fuerte movmento Ksan Sabha, y exsten tantos rasgos en común con nuestra regón, que puede consderarse a este nforme sobre Allahabad como representatvo del dscurso ofical sobre el movmento campesno en Awadh por la msma época·. Este documento del Departamento de Intelgenca, que ntentó ser un n forme general (y además secreto), es mucho menos selectvo que las Instruc cones de Gandh. Su propósto explcto era establecer la dentdad de las fuerzas de oposcón en el campo y los motvos del descontento campesno. El nforme va drectamente al grano, abordando las causas del movmento Ksan Sabha.
En todas partes las protest protestas as más grandes g randes se producen produce n en contra del bedakhli [desalojo], no obstante la gran cantidad de tierras rnarusi [maurusi es decir, tierra bajo bajo tenencia tenencia por ocupación estable] en manos de de los agricul tores de estas regiones (p 193)
a stuacón era muc mucho ho más crtca e n los dstrtos vecnos de Awadh, don de la mayor parte de las terras de los colonos era gha-maurus (de noocupa cón). Pero ncluso ncluso en Allahabad,
zaminda prevalece idea de que los están capeando la tormenta del alza de los preciosla exprimiendo a sus colonos, tanto en forma de nazranas como elevando los arriendos Donde no se pagan estas estas elevadas rentas, los colonos son expulsados, o en algunos casos se entrega la tierra a otros para traba trabajarl jarla, a, sin siquiera obsear la formalidad de una orden de evicción (p 193)
os comentaros del funconaro sobre la estructura de la admnstracón colonal son gualmente francos. Nos dce que en las aldeas nade saba nada sobre las reformas Montague MontagueChelmsf Chelmsford ord de las que tanto se jactaba (el Go berno. G.P.), n sobre el derecho a votar conceddo a algunas personas, hasta que ellos[Partido del] Congreso correr lahabran voz de sdo que «una no se farsa debaaún votar. Pero para Nocooperadores, lashzo eleccones mayor» de la que fueron en realdad. as eleccones habran sgnfcado añade en una sgn sgncatva catva observ observacón acón qu quee «os funconaro funconaross meno menores res y los qque ue de N E : E autor remite remite en este pár párrafo rafo a un do docume cumento nto en aneo que no ha sido reproducido reproducido en esta edici edición ón Se trata de «Kisham Sabhad en Aahabad», Gobierno de a India, Depaamento Interior Rama Poítica Depósito febr febrer eroo 19 21 No 1 3 Etraído de emorándu emorándum m No. 10 52, fechado en Aahabad Aahabad e 7 de enero de 1921, firmado por P Biggane Asistente de DIG en Subatern Studies I, pp 192-197 En as citas tetuaes nos referimos a as páginas de esta pubicación 108
ÓN ÓN CAMSNA Y NACONASMO NO N O
sean el bien de este gobierno, que está deseoso de convertir el Esquema de Reforma aenla un tal del como se trae eclutas iza éxito, de la hubiesen bandera otraído como votantes lo hacen aconlaslasurnas cuotas Empréstito de Guerra» Más adelante, señala con precisión la posición social y política contemporánea de los terratenientes «El amindar promedio sólo se preocupa de recaudar los arriendos y presta muy poca atención a mejorar los medios de producción, de comunicación y de riego en sus propiedades» «La posición que han asumido los aminda consiste en sostener que ellos y sus antepasa dos han deseado el bien del gobierno, y que ahora es el turno del gobierno en ayudarles a salir de sus diicultades» «Su único deseo es que las cosas se conseen como siempre han sido» La mayor debilidad de este inorme es la ausencia de toda reerencia diecta al papel del Gobierno colonial El autor racasa de plano al no prestar atención al hecho del que él mismo es un «uncionario Europeo», aunque haga armaciones en sentido contrario Sobre todo, el punto que le interesa enatizar es que la agitación de las Kisan Sabhas no es «de modo alguno anti bitánica, ni siquiera antiGobierno» Según sugiere, el movimiento se diige básicamente contra los terratenientes porque, ¿quién puede negar que éstos
básicamente contra los terratenientes porque, ¿quién puede negar que éstos últimos son, en gran parte, quienes lo han desatado? En una variante intere sante del tema de la «manipulación», arguye además que los campesinos en ealidad ignoraban en gran medida las principales cuestiones que se dirimían; ni siquiera sabían quien era Gandhi, y llegaron a decir «Estamos a avor de Gandhiji y del Sarkar (autoridad, gobierno)» Luego añadiremos algo más so be este tema De entrada, se puede notar que el inorme en limpio del ocial de inteli encia al Gobierno y a la Corte Tutelar, y su aseveración de que los campesi os de ninguna manera eran antiGobierno o antibritánicos, se contradice on el testimonio mismo nos de brinda sin darseG.P.)cuenta: Es una ideaqueaél(en la mente los aldeanos, que un hombre pobre no
tiene posibilidad alguna contra un hombre rico en una querella udicial en los tribunales, y nadie puede decir que en ello no hay algo de verdad bao el sistema de la usticia civil y penal tal como ha llegado a ser practicado en la India (p. 193).
N de T.: teralente Court of Wards, dvsón judcal a cargo del nobraento de albaceas que maban en sus anos la adnstracón de propedades hpotecadas o con probleas legales o cuyos e os eran expulados enores de edad.
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Admite, además, que los camesinos culan al Gobierno de todos los a dcimientos sufridos durante la guerra, dado que crean ser ellos quienes «su ministraron los hombres y el dinero» sin recibir nada a cambio. Finalmente, en la última ae del informe hay evidencias aún más contundentes que contradicen la areciación de este hombre de inteligencia, de que el Gobierno estaba «or encima de todo eso». All se afrma que «todo el mundo» obedeca cuan do a multitudes de camesinos se les comunicaba que Gandhi había ordenado abstenerse de votar. «Por el momento... momento... la alabra de Gandhi es surema». «Se debe hacer lo que él ordena» (. 19697). Estos hechos reresentaban un abierto desafío a la autoridad de los británicos. Debemos añadir que en una situación en la cual los camesinos ni siquiera sabían a ciencia cierta quién era Gandhi (como indica el informe de inteligencia), resulta oco robable que udieran siemre enterarse de cuáles eran sus «órdenes». Seguramente, ellos mismos habrán decidido, or suosición, cuáles odrían ser estas órdenes. Este unto tiene cierta imortancia ya que, como veremos en el acáite si-
guiente de este ensayo, en algunas regiones de Awadh el nombre de Gandhi llegó a ser usado or los rebeldes camesinos, en ausencia de toda instrucción esecíca de Gandhi, ara imartir justicia a terratenientes y olicías, es decir, tanto a los funcionarios subordinados, como a quienes estaban a vor del régimen. os comentarios del agente de inteligencia sobre la suremacía de Gandhi, emero, nos dicen aún más sobre la naturaleza del movimiento camesino en Awadh en 191922. Nos muestran el imoante ael que jugara el rumor en el surgimiento de estos movimientos. Es un aserto común el que los camesi nos, disersos y aislados or sus condiciones de existencia, son incaaces de movilizarse ara la acción olítica. Requieren de un «líde externo» se nos ice; un Rey Camesino o su sustituto moderno, que venga a liberar a la gente de sulejano, esclavitud. Así, quien se sabehaque muchaslaveces un Soberano Justoara y r lo general ha sido brindado insiración necesaria la rebelión camesina. a creencia en un «líder externo» también uede ser vista como la otra cara de la creencia en el colaso de la estructura de autoridad localmente reconocida; y el rumor cumle la función de comunicar tal noción con tanta efectividad como el dirigente urbano. Aquí se encuentra el verdade ro signifcado del mito del Gran Hombre: «alguien» ha desafado los oderes existentes, «alguien» ha venido a liberar(los). Entonces, Es asombrosa la la aceptación aceptación d e que goz gozaa e l nombre del Sr Sr.. G and hi, i ncluso en las aldeas más rem ot otas as Nadie parec parecee sabe r exact exactame ame nte quién o qué es, per peroo 110
REELIÓN CAMPEINA Y NACIONALIMO INDIO
se da por hay h ay que hacer lo que ordena Elincluso es un Ma Mahatma un un sadhu, unsentado Pandit, que un Brahman que vive en élAllahabad, unhatma Deotao Un hombre dio que Gandhi era un mercader que vendía tela a tres annas la vara
Quizá alguien alguien le contó sobre sobre la tienda de de Gan Gandh dhii (la nueva tienda Swadesh quee se establec qu estableció ió en la ciuda ciudadd de Allahabad, G P) Los más int inteli elige gent ntes es dicen dicen que es un hombre que está trabaando por el bien del país, pero el verdadero poder de su nombre tal vez deba buscarse en la idea de que fue él quien frenó el bedakhli [desaloo] en Paabgarh Es un ejemplo curioso del poder de un nombre (p 196}
la Primera Guerra de Mundial, en muchas paes reinterpretados, de la India se haba dadoDurante una intensa circulación rumores. Embellecidos, modifcados y agrandados a medida que pasaban de boca en boca, estos rumores contribuyeron de manera signifcativa a la avalancha de sublevaciones masivas
durante este perodo. Exista una difundida creencia de que el Impeo británico estaba el borde del colapso la campaña de reclutamiento se haba vuelto cada ez más fuosa y temida pues los ejércitos estaban ya diezmados haba que, exprimir hasta el útimo centavo a la gente (los Empréstitos de Guerra) pues las arcas ociales estaban acias. a promoción del Gobi Propio·· asumió un signicado Se decia que Elel mundo Rey de Alemania enviando ayudar a losnuevo. opositores del Raj. se estaba estara volcando al revés.tropas El dapara de los oprimidos llegaba. As, por esos años, los cuentos sobre la llegada de los alemanes provocaban «excitación» no sólo en las aldeas de Allahabad pero ambién acompañaron a una diversidad de sublevaciones, como por ejemplo la agiación entre los Oraons de Ranchi y Chota Nagpur (y en los lejanos jardines e té de Assam) en 191516, la violenta rebelión de los Santhals de Mayurbhanj O issa) issa) en 1917 y los motines en gran escala de Shahabad (Bihar) en ocasión de la Baqrld en ese mismo año •
El «poder de un nombre» se hizo evidente una vez más en Awadh en los primeros años de la década de 1920. anto «Baba Ramchandra» como Ga Gandhi» ndhi» llegaron a adquirir una convocatoria extraordinaria. Esto se evi N de T.: Swadeh fue e movmento frmado por Gandh en fvor de hado dométo y e uo de ropa he ha de a bayeta fabrada on ete ho a nstrucciones tada anteromente nuyen vara rferena a repeto N de T: a frae tera e Home Rule; gna a ndependena de a Inda 8 Veáe IO ondre /P & J/6/1448 de 1916 P & de 1918 GOI me Prog Conf 1919 tomo 52. J/6/1488 de 1917: /P & J/61507 111
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dencia en las enrmes manifestacines que se realizarn, en diversas ca sines, en pr de la libertad de Ramchandra y en el éxit que tuv el «Fals» Ramchandra en Gshainganj (Faizahad), que mencinams antes. Su influj se evidencia igualmente en la «persnalidad múltiple» que Ramchandra pareca haber desarrllad en este períd: según Nelsn él habría estad «en Bahr Bahraich aich el e l quint quint (día de d e ener d e 1921, 1921, G.P G.P.), .), .. según Grant en ese mism mment estaba en Barabanki y según Peters estaba en Fyzabad (Faizabad) 3 9 • En alvarias casines, ls serumres sbre la prvcarn presencia de Gandhi cntribu yern tumult y, cm ha señalad, aglmeracines de
millares de campesins en la cárcel de Pratapgarh en septiembre de 1920 y en Rae Bareli el 7 de ener de 1921 cuand se prduj la balacera plicial en Munshiganj. Antes de que terminara la semana, el Cmisari de Faizabad infrmó que un «elevad númer» de campesins se dirigía a Rae Bareli (distrit distrit en el que se había pr prgramad gramad una gran reunión de delegad s campesins en Unchahar el 15 de ener), infrmads pr sus Kisan Sabhas de que «la rden de Gandhi era que ells asistieran» 40 • Cn estas referencias aámbit las respuestas frente acampesina «Gandhi» ysbre «Ramchandra», hems entrad ya de al de la percepción ls acntecimients plítics 191922. a perspectva campesna
«Estams a favr de Gandhiji y del Saka. Tant ls campesins de UP cm ls rebeldes campesins de cualquier tra parte 41 , parecen haber mantenid la fe en la justicia y benevlencia de un sberan distante, el «Sarkar», aún si se rebelaban c ntra sus despótics agentes. Desde este punt de vista, quizás pueda decirse inclus que había una gta de verdad en esa frase del inrme de inteligencia del distrit de Allahabad, que explicaba la reverencia hacia Gandhi cm riginada en la creencia de que él tenía influencia sbre el Gbiern. 3 9 . UP DAG 50/ 50/ 92 Kws Haley Haley a Secretao Secretao en Jee, Jee, 5 de enero de 9 2 , Nelson, Nelso n, Grant Grant y Peters Peters eran los Sub Comsaros de los tres dstrtos nombrados. 40 Ibd, Haley al secretao en je, 3 de enero de92. 4. C, Gopal, op. ct., pp 49-50n . J. Catanach, «Agraan dsturbances n nneteenthcentu, Idia
Ecoomic Social Histo Rw 3: (996) Danel eld, Rebels n the Tsar. Boston, 976, passm. 11
REELIÓN CAMPEINA Y NACIONALIMO INDIO
Tal vez sea signicativo que en el Aadh de principios de los años 1920, quienes hablaban de Gandhi como un sustituto del Rey en Delhi o ondres tendan más bien a ser hombres de la ciudad 42 • os «reyes» propios de los campesinos eran reclutados localmente, El «Raj de Gandhi» traería consigo una reducción de las rentas, y Baba Ram Chandra Ke rajwa Paa maja urawe na (En el Raj de Baba Ramch and ra
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