Cuento de Terror 6

August 12, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Cuento de Terror 6: "La Cola del Diablo" EN EL HOSPITAL las horas se sucedían muy lentamente, sobre todo en el turno de noche, y las enfermeras tenían la costumbre de contarse historias entre ellas, de todo tipo: divertidas, dramáticas, de terror y de amor. Pero eran las historias de terror las que preferían las novatas. Una

vez, una de las enfermeras más viejas, Mercedes, durante una noche contó lo siguiente:

 “Hace mucho tiempo, ti empo, en la década de los l os setenta, tuvimos como paciente a un anciano de unos ochenta

años, el señor Moore, que llegó al hospital con un cuadro agudo de peritonitis. Lo operaron de urgencia y en esa misma operación descubrieron que sus tripas estaban carcomidas por el cáncer. Los doctores cerraron la herida y luego lo pusieron en la sala del pabellón tres, donde generalmente van a parar los pacientes que ya no tienen más remedio.   Nadie quería atender al señor Moore. Las drogas y el dolor lo habían vuelto loco. Era muy agresivo y mordió en varias ocasiones a las enfermeras más distraídas. Lo ataron a la cama, pero aún así trataba de mordernos si nos acercábamos demasiado. Sus dientes castañeaban en el aire y aún recuerdo ese ruido escalofriante que hacían al chocar entre sí: “tic tic tic tic”.   Una noche, escuché el timbre de uno de los pacientes y al ver el tablero me di cuenta que se trataba de la habitación de Moore. Como yo era la más nueva generalmente me mandaban a mí, por lo que no tuve más remedio que ir a ver qué pasaba. Pero cuando llegué a la habitación me encontré con una sorpresa. La cama de Moore estaba vacía, y había sangre en el centro de las sábanas. Mucha sangre. El paciente que compartía la habitación con él era quien había apretado el timbre, para alertarnos. Salí de la habitación para buscarlo, y de repente me sentí embargada por un terror inexplicable, que me sacudió de pies a cabeza. Ustedes saben que el pabellón tres es un lugar de por sí tétrico, la gente muere ahí todos los días, se escuchan lamentos, llantos, gemidos. Los pasillos siempre están mal iluminados y huele muy mal, una termina acostumbrarse. Miréy hacia abajo y vi quedelunpasillo, rastrodonde de sangre se dirigía hacia aunque los ascensores. Seguípor el rastro con la mirada al llegar al extremo hay una curva, vi que algo se arrastraba sobre el suelo. Parecía una serpiente, al principio pensé que era una serpiente, pero luego, con horror, me di cuenta que se trataban de las tripas del señor Moore. Se le había abierto la herida y arrastraba las tripas como una horrible cola de unos diez metros de longitud. Se tambaleaba en dirección a la puerta abierta del ascensor, con aquella asquerosidad siguiéndolo. Corrí hacia él y resbalé en la sangre del piso. Y creo que fue una suerte, porque cuando el señor Moore se metió al ascensor se dio vuelta y me sonrió. Fue la sonrisa más maligna y demencial que vi en mi vida. Sus ojos estaban negros por el dolor o la locura. Apretó el botón de la planta baja, y las puertas del ascensor se cerraron. Y gran parte de sus tripas había quedado afuera. No necesito decirles lo que ocurrió cuando el ascensor bajó, tampoco quiero hacerlo, porque fue repugnante y estremecedor. Incluso los médicos más experimentados vomitaban al ver el interior del ascensor. Pero el horror no terminó allí. Al cabo de una semana de haber muerto el señor Moore, una enfermera dijo haber visto a un anciano caminando por el pasillo del pabellón tres, con las tripas siguiéndolo como un rabo. La enfermera renunció algunos días después, y el mito del fantasma del señor Moore quedó, aunque nadie volvió a verlo”.   Apenas la enfermera Mercedes terminó de contar esto, una de las novatas señaló con cara de espanto hacia el pasillo. Allí, a través de la puerta entreabierta, podía verse un intestino largo y ensangrentado, que con lentitud de gusano se arrastraba sobre el suelo en dirección a los ascensores.  

Cuento de Terror 10: "El Fantasma de Youtube" HACÍA RATO que el cumpleaños de Jimena había terminado, aunque las chicas se quedaron hasta tarde repasando las fotos y videos de aquella jornada. Estaban en el dormitorio de Jimena, que tenía un amplio ventanal que daba al patio trasero. De vez en cuando las chicas reían y se mostraban las fotos que habían tomado con sus celulares; luego las subían al Facebook y hacían comentarios graciosos a la espera de alguna respuesta. Jimena era la más favorecida, sus comentarios eran respondidos de inmediato por dos o más chicos que estaban online. Sus amigas la miraban con una mezcla de burla y envidia, aunque no se quejaban, sabían que esa noche Jimena lucía espléndida.-Chicas, quiero que vean un video que filmé con el celu- dijo después Romina, dominando la risa-. Está genial. Las otras chicas rodearon el celular para ver el video. No era gran cosa, apenas uno de los

 

chicos bailando y haciendo el payaso sobre el sofá, sofá, aunque a las chicas les resul resultó tó mortalmente divertido. -Vamos a subirlo a Youtube- propuso Romina. Romina. -No- dijo Jimena Jimena de inmediato. inmediato. Sus amigas voltearon voltearon para verla, extrañadas. extrañadas. -¿Por qué no? -¿No escucharon lo que pasa con los videos de Youtube?- Jimena había perdido su aire risueño y ahora se veía muy preocupada-. Parece que anda dando vueltas una especie de virus informático que afecta a los videos. No contagia a todos los videos, algunos dicen que apenas al uno por ciento, pero si te llega a tocar… dicen que es aterrador Qué cosa? -Primero empieza empieza con una mancha mancha negra en un ángulo. Después la mancha se empieza a extender por todo el vídeo, se borran los paisajes, las caras, también los sonidos. Al final queda todo negro, y se escucha como una especie de respiración, aunque no se sabe de quién es, porque no se ve nada. Y después, desde aquella aquella oscuridad, sale una cara horrible que te mira durante unos segundos, segundos, y el video termina. -Qué espanto- dijo Romina. -A mi me parece una estupidez- dijo Florencia, que era la escéptica del grupo-. Debe ser una de esas campañas que se hacen para arruinar la reputación de una empresa. Como cuando dijeron que la Coca Cola está hecha con sangre de cerdo. -¿De verdad? Nunca escuché eso. -Porque es una estupidez, por eso. -Igualmente ahora me me dio miedo miedo y no quiero quiero subir el videovideo- dijo Romina. -No seamos estúpidas, chicaschicas- insistió Florencia-. Florencia-. Ya tenemos catorce años, estamos bastante grandes para creer en los cuentos del coco. Y antes de que alguien pudiera detenerla, arrebató el celular a Romina y apretó el botón para subir el video a Youtube. -¿Qué haces? Florencia rió y salió corriendo con el celular rumbo al baño. Se encerró ahí y por más que sus amigas golpearon la puerta, la chica no abrió. -Flor, sal de ahí ya mismo porque… Al cabo de un rato la chica abrió la puerta. Su expresión se había transformado por completo. -Parece que es verdad lo del virus- dijo, y mostró el celular-. Miren. El video, que ahora estaba en la plataforma de Youtube, mostraba una mancha negra en el ángulo superior izquierdo, que poco a poco se iba ensanchando. ensanchando. -Te -Te lo d dijeije- susurró Jimena-. Te dije que esto podía pasar. pasar. -¿Y ahora qué hacemos? hacemos? -Nada. -Nada. Ya es tarde. El virus se adueñó de la página. Las chicas se quedaron viendo viendo el transcurrir del video, que poco a poc poco o se iba oscureciendo y perdiendo color. -No sé si quiero verlo hasta el final- dijo Jimena en voz desmayada-. No sé si quiero ver esa cara. Mejor vamos a detenerlo aquí. -No se puedepuede- dijo Romina, que había palidecido-. palidecido-. Parece que el celular celular está colgado. Trató de reiniciar reiniciar el aparato, pero fue inútil. Mientras, la mancha del video se fue agrandando, hasta que finalmente ocupó toda la pantalla. -Ahoradijo una de las chicas-. Es ahora. -No quiero quiero ver- repetía Jimena-. Jimena-. No No quiero ver. Pero vieron. Y la negrura total estaba ahí, ahí, en la pantalla de cuatro pulgadas, pero no aparecía ningún rostro demoníaco. Finalmente el video terminó y el celular se apagó solo. -Bueno, no fue tan terrible como…  Romina señaló señaló hacia hacia la ventana; las luces del patio patio se había apagad apagado o por completo. -¿Alguien sabe quién…  Pero no pudo terminar la frase. En la ventana había aparecido un rostro. Un rostro que flotaba en la oscuridad, de rasgos humanos aunque tenía los ojos completamente negros, y de su boca salía una especie de resoplido parecido al relincho de un caballo. La cara miró a las chicas, una por una, y luego emitió una risa r isa aguda, casi un aullido. -No lo miremos- dijo Jimena, retrocediendo hacia la pared opuesta-. No lo miremos y se irá. Es una aparición. Nosotros la invocamos pero podemos hacer que se vaya. Y entonces las chicas se tomaron de las manos y miraron hacia el suelo, llorando y rezando en voz baja, pero al rato la luz de la habitación se apagó y en la profunda oscuridad escucharon el ruido de la ventana al abrirse. 

Cuento de Terror 29: "Noche de Brujas (II): Casa en el árbol" Era Noche de Brujas y los chicos se contaban historias de terror. Estaban los cuatro en la casa del árbol que solían utilizar como punto de encuentro. Eran las doce y media de la noche y los haces de las linternas formaban sombras movedizas en los rincones. Los rostros de los chicos, todos ellos pálidos y tensos, flotaban como globos en la oscuridad. Era el turno de Ramiro de contar su historia, y comenzó así: -No voy a hablar de vampiros, tampoco de hombres lobos ni cementerios abandonados, sino de algo que ocurrió de verdad. Aquí, en esta cuadra. Para ser más precisos, en este mismo árbol. -Somos todos oídos- dijo Federico, algo burlón. -Un vecino se colgó de una de las ramas- dijo Ramiro, señalando hacia fuera-. Fue hace mucho. El viejo Jeremía, que vive a la vuelta de mi casa, me contó la historia. Dijo que el tipo se llamaba Martínez, y estaba totalmente loco. Todo el mundo le tenía las noches gritaba y se muerto escuchaban voces en su casa, aunque el tipo vivía solo. Y los miedo. perros. Por Siempre aparecía un perro en suextrañas vereda. Algunos decían que él los envenenaba. Otros, que los utilizaba como sacrificio para el Demonio. Decían que susurraba cosas terribles, y que en una ocasión atacó con un cuchillo a un repartidor de pizzas que

 

pasaba por el lugar. Lo metieron en el loquero, pero al año salió. Y un mes después lo encontraron colgado de las ramas de este mismo árbol. -¿Eso es todo?- dijo Agustina, algo decepcionada con la historia. El otro chico negó con la cabeza, apesadumbrado. -Hace unos meses, yo andaba en bici por aquí, cuando alcé la mirada y lo vi. Vi a Martínez. Estaba colgado de una rama. Al principio pensé que se trataba de un muñeco que alguien había puesto allí como broma. Pero no era un muñeco, era una aparición. Sus pies aún pataleaban y emitía unos horribles sonidos de ahogamiento. Y luego quedó quieto. Era la hora de la siesta, recuerdo, y no andaba nadie en la calle. Yo corrí y me metí en mi habitación, y no volví a salir el resto de la tarde. Dos días después volví a verlo. Era de noche, y estaba a punto de dormirme cuando escuché un ruido afuera. Me asomé a la ventana: su cabeza, colgada de una soga, se balanceaba mecida por el viento. Y sus ojo s… sus ojos estaban fijos en mí. Brillaban en la oscuridad . Cerré la ventana y recé hasta quedar dormido. Al día siguiente, Coli, mi perro, amaneció muerto. -Oh, por Dios- dijo Agustina, llevándose una mano a la boca. -Creo que será mejor que pares, ¿vale?- tartamudeó Federico, mirando de reojo a su amigos-. Estás asustando a Agus... -Mi perro estaba muerto en el jardínjardín - alzó la voz Ramiro, sin poder contenerse-. Duro como una piedra. Lo enterramos en el patio, y cuando miré hacia el árbol, el tipo estaba ahí, colgado y sonriéndome burlón. Esa fue la última vez que lo vi. Por P or lo menos hasta hoy. Ahora quiero invocarl invocarlo. o. Quiero tenerlo cara a cara, cara , y vengarme por la muerte de mi perro. -Estás loco- susurró Federico, ya incapaz de disimular el miedo-. ¿Qué rayos piensas hacer? -Hoy es Noche de Brujas, y la línea que nos separa del mundo de los muertos es más delgada que nunca-dijo Ramiro, sacando una cuchara de su bolsillo-. Esto pertenecía al muerto. Estuve leyendo un libro de magia negra, y sé cómo invocarlo. -Cállate de una vez, por favor- dijo Agustina, con voz desmayada. -Te invoco. Yo se te pusieron invoco, MartínezRamiro, sus manos ahuecadas. De repente sus ojos en blancodijo y su cuerpocolocando comenzólaa cuchara mecerseentre de atrás hacia adelante, como sumido en un trance-. Te invoco en nombre de tu Señor, Amo y Morador de las Tinieblas. Deberás responder por la muerte de mi perro, y por todo el daño que has hecho en esta vida. -¡Cállate de una vez, imbécil! ¡Lo envenené yo! Por un momento, en la casita del árbol, nadie habló. Lenta, muy lentamente, Ramiro fue recuperando la compostura. Y luego observó a Agustina, con una expresión de dolida incredulidad. -¿De qué diablos estás hablando, Agus? -Lo odiaba- dijo la chica-. Odiaba a Coli. Lo siento. Cada vez que pasaba por ahí, tu perro trataba de morderme. Te dije que le pusieras correa, pero tú siempre te burlabas. Y un día no pude más y le arrojé carne envenenada. Por eso tu perro murió. No N o fue ningún maldito espíritu. ¡Fui yo! -No puedo creerlo…  Quedaron los cuatro en silencio, sin saber qué decir y evitando cruzar las miradas. Y fue ahí que escucharon el crujido. Un crujido como el de una hamaca balanceándose en la oscuridad. Sólo que no había ninguna hamaca ahí afuera, y los chicos lo sabían. Se miraron entre sí, con los rostros contraídos por el miedo. Y entonces el árbol comenzó a sacudirse con violencia. Las hojas caían de a miles y se escuchaba el ruido seco de las ramas partidas. Se sujetaron de donde pudieron y gritaron hasta quedar roncos. La endeble puerta de la casita se abrió y Agustina fue la primera en caer al vacío. Le siguió Ariel y finalmente Ramiro. Quedó Federico, aferrándose con fuerza a una madera astillada que sobresalía de las paredes. Las sacudidas se hicieron más fuertes y el chico gritó y lloró al mismo tiempo. -Qué es lo que quieres?- chilló ya sin fuerzas-. ¿Qué es lo que quieres? Y escuchó una voz, una voz oscura y demoníaca desde profundidades del follaje, que decía: -Más perros. Más animales. animales. Más sacrificios para nuestro Amo. -¡Lo haré!- sollozó Federico-. ¡Juro por lo que más quieras que lo haré! Pero por favor, déjame vivir... El árbol comenzó a inclinarse peligrosamente, y la casita de madera cayó. Federico fue el único y milagroso superviviente de la tragedia. Los otros tres murieron aplastados por el árbol. “El terrible accidente de la casita del árbol”, titularon los periódicos sensacionalistas sensacionalistas..  Cinco días después, la señora Perkins, vecina del barrio, como era costumbre se levantó temprano para barrer el patio. Se detuvo en la verja que daba a la calle y dejó caer la escoba, horrorizada. Sobre la acera, en tétrica fila, había todos inmóviles, todos muertos; sus vísceras estabandispuestos al descubierto y brillaban bajo eldocenas tibio solde deperros, la mañana.

 

Cuento de Terror : Enfermera Nocturna" Era su primera noche en el hospital. El bebé dormía en la cuna junto a ella. Había sido un parto difícil, aunque al final todo salió bien. La trasladaron a la sala de maternidad y allí le enseñaron a dar el pecho. Términos que eran totalmente nuevos para ella, como “meconio” o “calostro”, se le hicieron habituales en

cuestión de minutos. Y a eso de las diez de la noche, luego de llorar durante casi todo el día, el bebé se durmió. “Ahora descanse, porque mañana será peor”, le sonrió la enfermera. Apagó la luz y se fue. Luisa

quedó pensando en la oscuridad, meciendo de vez en cuando la cuna. Pensaba en el padre ausente, y en cómo diablos haría para arreglárselas sola con el bebé. Porque el padre, apenas un chico que acababa de terminar la secundaria, al igual que ella, no tenía intenciones de volver. “Mañana será otro día”, pensó la

 joven cerrando losde ojos. Se madre, despertó en mitad la noche, sobresaltada. Había un ruido del otro lado de la puerta. Un ruido como si alguien en el pasillo caminara y jadeara como un perro. Las pisadas iban y venían, iban y venían. Y ese jadeo. ¿Realmente era un jadeo? Era como una respiración agitada y superficial. El niño a su lado se removió inquieto, y la madre lo meció hasta calmarlo. c almarlo. Tomó el teléfono y discó el número de enfermería. -¿Sí?- respondió una voz adormilada del otro lado. -Hola, soy Luisa Machado, de la sala 122- susurró la chica, para no despertar al bebé-. Hay un ruido del otro lado de la puerta… no me deja dormir.  -¿Un ruido?- pareció despabilarse la enfermera-. ¿Un ruido como qué? -Parece que alguien camina. Va y viene po r el pasillo. Y respira de una un a forma rara. Como un… jadeo.  -Oh, Dios- dijo la enfermera a través del teléfono. Se escuchó un clic y al cabo de unos segundos una nueva voz, esta vez más autoritaria, habló con evidente urgencia:   - ¿Señora Machado? -Sí, estoy aquí. ¿Qué…  -Soy la jefa de enfermería. No salga de la habitación. Por lo que más quiera, no salga. -¿Me quiere decir qué es lo que está pasando?- alzó un poco la voz Luisa, ahora asustada. -¿Tiene a su bebé ahí? -Está aquí conmigo, claro. -Abrácelo. Abrácelo con todas sus fuerzas. -Es una broma, ¿no? -No es una broma. Hay algo al go peligroso ahí afuera. Pensamos que no volvería, pero nos equivocamos. -¿Algo peligroso?- Luisa se incorporó de la cama y miró hacia la puerta cerrada-. Entonces llame a la policía. Y vengan. Ayúdenme…   -No podemos- dijo la enfermera-. Nosotras también corremos peligro. -¿Quién es, por Dios? -Es…  La puerta de repente comenzó a sacudirse. Parecía que alguien, con una fuerza sobrehumana, la golpeaba sin cesar. La respiración se había transformado en una especie de pavoroso grito de hiena, que resonó y se hizo eco en las profundidades del corredor. El bebé de inmediato se despertó y comenzó a llorar, sacudiendo loslabracitos violencia. -¡Está golpeando puerta!-con gritó Luisa. -¡No abra!- le dijo la aterrorizada enfermera a través del teléfono- ¡No abra y abrace a su bebé! ¡Abrácelo ANTES DE QUE LO LLEVE! Luisa no dudó un instante. Ni siquiera pensó en las escalofriantes palabras de la enfermera. Se puso el bebé en el pecho y enseguida la puerta se abrió con un golpazo. Una mujer, vestida de enfermera, entró arrastrándose como una serpiente. El uniforme estaba por completo manchado de rojo, la sangre goteaba y manchaba los mosaicos encerados. Tenía el cuerpo doblado y caminaba apoyada en sus brazos, porque no tenía piernas. Miró hacia uno y otro lado y luego comenzó a trepar por la cuna del bebé. Sus ojos eran ciegos y una lengua bífida asomaba entre sus labios. Luisa se paró sobre la cama, con el niño en brazos, y saltó por encima de la cosa. La enfermera de inmediato se dio vuelta y trató de agarrarla en el aire, pero falló por muy poco. Luisa salió corriendo de la habitación. Miró hacia atrás. La aparición iba tras ella, arrastrando el cuerpo por el pasillo. Sus brazos eran esqueléticos y largos y parecían las patas de una araña. Luisa llegó al final del pasillo y, aún abrazando al bebé, abandonó el hospital. Caminó unas cuadras y luego se sentó en una parada de colectivo, meciendo al niño. No sabía dónde ir. La noche era fría y la chica envolvió al bebé con una manta para protegerlo. Al rato, su celular comenzó a llamar. -¿Luisa?- era la voz de la enfermera, que parecía muy preocupada-. ¿Dónde rayos se metió, Luisa? ¿El bebé está bien?

 

  -Abandoné el hospital. No me vvan an a obligar a volver con esa co cosa sa dando vueltas po porr ahí- sollozó la chica- ¿Me quiere decir qué diablos era eso? -No lo sabemos- explicó la enfermera, luego de una pausa-. El hospital es antiguo, y cuando nosotras llegamos, ella ya estaba aquí. Pensábamos que era una leyenda, hasta que un día, hace diez años, la vimos. Cinco niños murieron esa noche, y uno desapareció. -¿Es un fantasma? -Es algo peor. Los fantasmas son sólo visiones. Esto es algo… demoníaco. Escuche, Luisa…  -No pienso regresar ahí, si es lo que se propone- dijo la chica, titiritando de frío. En ese momento pasó un autobús, casi vacío, aunque Luisa no hizo esfuerzo alguno en detenerlo. ¿Para qué? El viaje tarde o temprano terminaría. -Escuche, Luisa, porque esto es muy importante- insistió la enfermera-. Debe cuidar de su bebé las veinticuatro horas del día, porque en cuanto se descuide esa cosa regresará y se lo llevará. Cuando elige un bebé, no descansa hasta obtenerlo. Así ha ocurrido siempre. De nada servirá huir, ella la seguirá a donde quiera que vaya. ¿Tiene alguien que cuide del bebé, además de usted? -Yo…- dijo Luisa, recordando al padre lejano, y a sus propios padres muertos hacía tiempo. Sabía que estaba sola en el mundo. Tampoco tenía dinero para pagar una niñera-. Lo cuidaré yo misma. No dormiré nunca. -Eso es imposible, Luisa. Tarde o temprano tendrá que hacerlo. Y entonces…   -No dormiré nunca- repitió la mujer, con decisión. -Luisa… que Dios la bendiga, Luisa. A usted y al bebé. Ojalá pudiéramos ayudarla…   La chica cortó. Miró a su bebé, dormido bajo la mantita de lana, y acarició su mejilla sonrosada y tibia. -No dormiré nunca, Santi- le prometió al chico, y unas lágrimas calientes triplicaron su visión y le corrieron mejilla abajo- Nunca. Te protegeré. Lo juro por Dios. Dice la leyenda que Luisa jamás volvió a dormir. Día tras día, noche tras noche, la chica heroicamente cuidó de su bebé, hasta que éste se hizo mayor y la enfermera nocturna lo dejó en paz. Recién ahí Luisa, convertida unaabrazada anciana decrépita pese que contaba conlágrima treinta de y dos años, pudo cerrarde losalegría, ojos y dormir un en poco, fuertemente al aniño, y con una cansancio, o quizás resbalando por sus arrugadas mejillas . Cuento de Terror 42: "El Hombre del Patio"

 Para Nare C., quien pidió un relato sobre niños niños endemoniados.  ♦♦♦♦♦♦

 

-Todo comenzó cuando un día vi a mi hijo mirando por la ventana de su dormitorio- comenzó así su relato el hombre recostado en el diván-. Cuando le pregunté qué era lo que miraba, Dany señaló a través de la ventana y dijo: “Hay un hombre ahí afuera, parado en el patio". Inmediatamente pensé que se trataba de un pervertido. Los hay a montones en este mundo, ¿no le parece, doctor? Agarré el cuchillo y salí al patio hecho una furia, dispuesto a cortar sus pelotas. Pero ahí no había nadie. Regresé a la habitación de mi hijo y le pregunté por qué me había mentido. Pero el chico volvió a señalar hacia fuera. “Está ahí”, dijo, gruñido ruñido com como o respuesta. Se  “sólo que no puedes verlo, porque está muerto”.   El psiquiatra soltó un leve g inclinó sobre su libreta y escribió:  “Padre violento. El hijo reclama atención, probablemente a causa del divorcio”.  -Continúe, por favor- dijo, inclinando la cabez cabeza. a. El padre se acomodó sobre eell div diván án y siguió con el relato. 

-Después de esa vez mi chico no volvió a parar. Yo le decía que cortara con esas historias, porque asustaban a su hermanita Agustina, pero él siguió y siguió. Decía ver fantasmas por todos lados: cuando íbamos a hacer las compras, en la escuela, incluso en el puto jardín de infantes de Agustina. Dijo que veía el fantasma de un chico jugando en el arenero, que lo saludaba, ¿puede creerlo? El psiquiatra no dijo nada, pero en su libreta anotó:  “Probable esquizofrenia del chico. Delirios persecutorios del padre”.  ¿Sigo hablando?- dijo el hombre.   -Claro. -Es que usted me distrae cuando escribe en su cuaderno, ¿sabe? -Es mi trabajo, señor Donovan. Usted no preste atención a lo que yo haga, concéntrese en la l a historia.   El padre murmuró algo por lo bajo, pero luego continuó:   -Ladel gota que derramó el vasopero fue la sábado. Me tocaba a mí los chicos, eso régimen compartido, a semana eso de pasada, las ochoelde la noche llegaron sincuidar avisara mis amigospor y compañeros de barajas. Así que encerré a los chicos en el dormitorio y les dije que no hicieran mucho barullo, porque papá quería pasar una noche tranquila con sus amigos. La nena no dijo nada, ella pobrecita siempre fue calladita, pero Dany empezó con las quejas. Dijo que el hombre del patio no los iba

 

a dejar dormir. Que cada vez estaba más cerca, y él tenía miedo, porque el hombre no era un fantasma común, sino algo mucho más malo que eso. Lo peor fue cuando Agustina, con ojos asustados, secundó a Dany y dijo que ella también había comenzado a verlo. Incluso me mostró un dibujo que había hecho de aquel hombre; ella siempre fue muy buena en el dibujo, siempre dibujó cosas lindas como mariposas o flores, pero la cosa horrible que me mostró esa vez terminó por sacarme de mis casillas. Agarré a Dany y lo sacudí.  “¿Ves lo que pasa por andar diciendo estupideces? Ahora tu hermana también cree en esas cosas”, le dije. Lo llevé de las orejas a la ventana v entana y señalé hacia fuera. “Ahí no hay nadie, ¿lo ves? No hay ningún hombre muerto en el patio. Así que no quiero más hi storias de esa mierda, ¿entendiste?”. Dany

agachó la cabeza y no dijo nada, pero algo en su mirada me hizo creer que traería problemas esa noche. El psiquiatra volvió a escribir en su libreta.  “Graves problemas de alcohol”.  El padre parecía estar cada vez más agitado.  -Regresé al living y por unas horas me olvidé de ellos. Esa noche mis amigos apostaban fuerte, y yo la verdad no ligué nada. Eran las doce de la noche y casi me habían desplumado. Estaba furioso. Aposté mis últimos cien pesos y luego tiré las barajas. Cuando miré mis cartas, no podía creerlo: era la mejor mano que me había tocado en mi vida. ¡La mejor! Tenía todo a mi favor para recuperar el dinero perdido.   -¿Y entonces? -El grito. O mejor dicho , los gritos. gritos . En la habitación de los chicos. En ese momento juro que pensé en matarlo. En matar a ese chico. chi co. Pero sin embargo continué jugando.   -¿Continuó jugando, pese a los gritos?   -¡Era la mejor mano de mi vida! ¿Es que no lo entiende? Además ya estaba acostumbrado a esas cosas, esos estúpidos juegos de Dany. Él y sus putos fantasmas muertos. Seguí jugando y por fin, Dios bendito, gané algo. Entonces el Pato Esquivel, uno de mis amigos, me dijo: “Hey, Donovan, ¿no tendrías que ir a ver qué carajo pasa en esa habitación? Esos niños g ritan como endemoniados”. Así que fuimos a ver. Yo fui el primero en entrar a esa habitación, estaba muy borracho y…   -¿Qué fue lo que vio?- dijo el doctor, luego de anotar en su libreta:  “Adicción al juego”. 

-Le reitero, doctor, que estaba borracho- dijo el hombre, con ojos suplicantes-. Es posible que lo que vi no que… ano sé, un delirio.centímetros Cuando unode bebe…   -¿Qué lo que vio?insistió el médico. mi sea hijo,más flotando unos cuarenta la camadijo fue el hombre, apresuradamente-. Tenía-Vilosa ojos en blanco, y una baba negra le corría por el mentón. Pero peor fue lo que vi detrás de él…  

-¿Qué vio? -Había una cara- dijo el hombre, echándose de repente a llorar-. Una cara que salía de la pared. Tenía dientes como cuchillas, y sus ojos brillaban como linternas en la noche. Una cara que era exactamente igual a la que mi hija había dibujado…  -Usted dijo a la policía que la ventana estaba abierta…   -Sí, sí…  -Y que su hija m menor, enor, Agustina, no se encontraba en la habitación…  -Después de atender a Dany, de sacarlo de su “trance” o lo que diablos fuera eso, comenzamos a

buscarla. Dany gritaba que el hombre del patio se la había llevado, pero claro que no le creímos. La buscamos por todos lados, aunque no pudimos encontrarla. E lla… ella era mi pequeñita y…  -¿Sabía usted, señor Donovan, que cuando hallaron a su hija, en el descampado detrás de su casa, se encontraba completamente desnuda?  -Lo sé. Dios misericordioso, lo sé…   -¿Y que cuando realizaron la autopsia correspondiente, Agustina tenía señales de haber sido violada por varios varios  hombres?- el psiquiatra parecía haber perdido su tranqui tranquilidad lidad académica. Habí Habíaa dejado la libreta a un lado y casi hablaba a los gritos- ¿Y que parte de los rastros encontrados debajo de sus uñitas, pertenecen a usted?  -Sería incapaz de hacer daño a mi pequeña… lo juro… - el hombre de repente alzó la cabeza y miró al psiquiatra, con los ojos convertidos en ranuras de odio-. Usted… usted me tendió una trampa. Dijo que sólo quería curarme, pero veo que su intención i ntención es meterme entre rejas. Lo mataré, doctor.   Se paró del diván y comenzó a avanzar hacia el psiquiatra. El doctor apretó un timbre y de inmediato entraron a la habitación dos policías, poli cías, que redujeron al hombre y se lo llevaron.   -¡No fui yo, doctor!- decía el hombre, mientras lo llevaban a la rastra por el pasillo del hospital-. ¡Sería incapaz de hacerle daño a mi hijita! Sé que soy un miserable borracho, pero debe creerme…   El doctor volvió a sentarse y suspiró.  

-¿Se encuentra bien, doctor Alves?- le preguntó su secretaria, que había asomado a la puerta al escuchar el griterío.  -Creo que sí, Lorena. Los policías actuaron muy rápido. Ahora por favor, déjeme a solas, debo terminar el La informe.   secretaria se retiró, y el doctor abrió su libreta. Y de inmediato saltó sobre su silla. En la libreta había un dibujo infantil, hecho con la lapicera. Se trataba de un rostro horrible, demoníaco, que mostraba unos dientes afilados como cuchillos. Debajo decía lo siguiente:   NO ES ESQUIZOFRENIA. 

 

NO ES ALCOHOL.  NO ES ADICCIÓN AL JUEGO.  EXISTE.  Y SE ENCUENTRA DETRÁS DE USTED.   OBSERVÁNDOLO POR LA VENTANA.   El doctor se dio vuelta. La silla giratoria crujió bajo su peso.   -Jesús bendito- dijo el doctor, que hasta ese momento se manifestaba ateo. Sus esfínteres se aflojaron y su cabello entrecano comenzó a caer, como los l os pétalos de una flor de repente marchita. marchi ta.   Lo encontraron tres horas después, aún con el rostro en dirección a la ventana: parecía un anciano de ciento veinte años, y se había arrancado los ojos.  Autor: Mauro Croche Croche

QUE DIOS ME PERDONE  Alex era uno de esos pre adolescentes que decía que el mundo es una basura y que su vida era un fracaso tras otro. Lunes de septiembre, Alex despertó para ir a la escuela sabiendo que sería otro  día largo y aburrido, se vistió y bajó las escaleras para tomar el desayuno que  su madre le preparó, ella lo quería mucho y simplemente detestaba que el fuese así. El la trataba mal, jamás se llevaron bien, su padre no vivió mas allá de los tres años de Alex, nunca pudo verlo arr iba y crecer, en fin, Alex desayunó tomó su  mochila y partió a la escuela. El día era nublado, algo lluvioso. Miró hacia arriba dijo;-Estupendo, lo que faltaba. Llegó a la escuela y no saludó ni a un maestro ni a los alumnos, se sentó y  apoyó la frente en la mesa escupiendo al piso y maldiciendo. El no era solitario, siempre había gente burlándose de el o golpeándolo. Los demás se divertían con el, pero el no se divertía con ellos, es más, cuando lo golpeaban ni siquiera se defendía. Este día, el estaba fatigado y realmente enojado, la cereza sobre el pastel fue que uno de sus compañeros, un bravucón le pateó las patas traseras de la silla y el cayó de espaldas al suelo con fuerza, todos se le reían. Pero el se levantó y el bravucón lo aventó al suelo nuevamente de un empujón, el estaba decidido a no soportar más abusos de sus compañeros. Pero no peleó, el no  luchaba, no sabía defenderse. No era cobarde ya que insultó fuertemente al bravucón, pero eso solo enfurecía a este molesto muchacho y el comenzó a golpearlo en la espalda, el estómago y la cara. Alex estaba sangrando y el bravucón reía, sus compañeros ya no lo hacían y el profesor tampoco. Si no que el intentó separarlos y lo hizo, Alex fue enviado a la dirección a castigo, el bravucón se salió con la suya.-Alex, ¿otra vez aquí?-Yo no hice nada.-No me trago tus t us mentiras, llamaré a tu madre. Llámala, no me importa.-Eres un maleducado.Mataré a ese bastardo.-Cállate por favor.-Zorra...- susurró por lo bajo-.Su madre dijo que no podría venir ya que estaba trabajando, así que la directora dejó que Alex volviese a su salón solo para ser molestado nuevamente por el  idiota, el tomó una tijera cuando nadie lo veía de la mochila de su compañera y se la guardó bajo su camisa. Al finalizar la clase, Alex siguió al bravucón y al estar alejados de la escuela,  golpeó su nuca con la palma de la mano y corrió lo más rápido y lejos que pudo, el bravucón obviamente lo siguió sin descanso, Alex corrió hasta una vieja granja en ruinas, llovía a cantaros y el bravucón buscaba a Alex por todos lados hasta que el frenó, se quedó inmóvil mirando las hierbas, a ver si Alex estaba escondido ahí. Pero Alex estaba sobre el, sacó la tijera de su camisa y se preparó. Alex estaba   sobre una roca, arriba del bravucón dispuesto a terminar con sus abusos de una vez por todas, aún tenía algo de sangre en su nariz resultado de la golpiza que le dieron en clase, Alex se preparó. Saltó y cuando el Bravucón volteó Alex, rápidamente apuñaló en el hombro derecho al bravucón, este gritaba sin parar,  Alex se agachó, tomó un palo que había en el suelo y golpeó al bravucón en la rodilla y de un solo golpe, la dislocó, esta estaba al revés y el bravucón gritaba y gritaba sin parar sin caerse hasta que Alex, finalmente golpeó su cara con el palo y este se desmalló. Alex lo miró mir ó con desprecio mientras caían las gotas de  lluvia sobre la cara de ambos, la sangre también lo hacía. Un poco más tarde, el bravucón se despertó atado de pies y manos con una  soga sucia, con la ropa y la cara ensangrentada y la rodilla dolida, Alex entró al granero y le dijo;-Oh, despertaste imbécil.-¿Alex?-¿A imbécil.-¿Alex?-¿A quién esperabas?¿Qué sucede?-Vas a morir.-¿Qué?-Te mataré.-¿Porqué?-¿Tú mataré.-¿Porqué?-¿Tú por qué crees?-Se que he sido un idiota contigo y lo lamento, perdóname.-No, ya es tarde, no te puedes arrepentir de lo que ya está hecho.-Maldición, por favor no me mates. -Cielo santo, ¡cómo se te ocurre maldecir ante Dios! -¿De qué hablas?

 

  -Mira hacia arriba. Había un rosario colgando, era el que siempre llevaba Alex a la escuela. -¿Sabes?... No tolero la vida porque pienso que el cielo es mucho mejor, quizá  Dios no me acepte ya que estoy haciendo esto, pero me arrepentiré en un  futuro, mientras tanto... Que Dios me perdone... Alex torturó volentamente al bravucón incluso después de muerto y volvió v olvió a su  casa totalmente cambiado de manera positiva para su madre. Días después, el cuerpo sin vida del bravucón fue encontrado por la policía.  Sobre el había una nota que decía "Que Dios me perdone" y un rosario sobre  ella. Luego de ese asesinato, Alex comenzó a cambiar, era mejor persona con su   madre y su hermana, aunque aún tenía problemas en la escuela.

 

Velaré por ti cada noche, amor mío  Justo en la zona más apartada, dentro del bosque más oscuro, hermoso y misterioso del mundo, se encontraba una vieja mansión, en la cual residía desde sus 24 años, Andrew, que para esas fechas ya tendría 73.Teniendo solo 12 años, conoció a una niña, apenas le era menor por un año, una chiquilla delgada, de ojos oscuros como el tronco de un roble, cabello negro como la noche y piel no muy blanca, una apasionada del piano, su nombre: Alessa. Andrew, un chico un tanto pálido, rubio oscuro y con ojos verdes como la hierba que se cubre de rocío en la mañana, quedó profundamente enamorado de la niña, siendo esta, el primer y único amor de su vida.Fueron pasando los años y la relación se fortalecía cada vez más, el amor iba creciendo para nunca terminarse, la amaba, la amaba con toda su alma y fuerza tanto humana como espiritual, ella era todo en la vida de Andrew. Alessa, una joven misteriosa, por completo callada y curiosa, le había entregado a Andrew algo muy especial; le había entregado su corazón. Teniendo Andrew 24 y Alessa 23, decidieron llevar las cosas más enserio, no sólo porque se amaran, sino porque sabían que ese sería el único amor dentro de sus vidas y que en definitiva querían estar juntos por el resto de sus días; contrajeron matrimonio a esa edad, para luego mudarse a la ya mencionada mansión dentro de aquel hermoso bosque, puesto a que, Alessa amaba los árboles y ese había sido su grande sueño, y Andrew quería verla feliz a costa de todo. Alessa quedó embarazada a los 25, estaban emocionados e increíblemente felices, pero la desgracia se hizo presente por primera vez ante ellos con la pérdida de aquel ser que crecía dentro del vientre de la chica, ella se deprimió y se volvió aún más silenciosa, Andrew no sabía que hacer para volver a verla feliz. Transcurrieron los años, Alessa poco a poco superó el dolor, su comportamiento no cambió, pero Andrew la amaba a pesar de todo, nunca tuvieron hijos, y eso no fue impedimento a la felicidad de estos dos seres, puesto a que en ningún momento dudaron de su amor el uno por el otro, y como al principio fue, el amor no dejaba de crecer. Tras pasar 35 años, Alessa comenzaba a verse cansada, sólo se sentaba junto a la ventana o frente a su piano e interpretaba melodías fúnebres, su talento era inigualable, y Andrew en ningún momento le perdió la admiración. Cada vez se le veía más débil, la mujer apenas caminaba, disfrutaba de mirar el bosque desde un viejo sillón negro, contemplar la vida que rodeaba su morada y sonreír ante tal belleza, su marido la miraba cada vez más preocupado, temía perderla, su único amor, su única familia, él se destrozaba al verla así, en cambio ella... ella era feliz. Alessa tenía una imaginación sumamente grande,le gustaba inventar hermosas historias que contaba a Andrew cuando se encontraba aburrida, para ser una mujer mayor, se le veía bastante joven, permanecía su belleza casi intacta, y su inteligencia no la había abandonado un sólo momento. Un hermoso día, como otros atrás, Alessa salió de la gran casa y caminó hacia el bosque, Andrew aún dormía y no se percató de cuando la mujer se levantó para luego perderse entre los viejos árboles, para cuando abrió los ojos, Alessa no se encontraba por ningún lado, a pesar de la edad, el hombre se encontraba fuerte y, al igual que su esposa, se le veía joven. Asustado, salió en busca de Alessa, como la mujer apenas caminaba, fue ventaja para Andrew, no habría llegado muy lejos, eso era lo que el suponía, estaba en lo cierto, tras correr desesperado por 43 minutos, encontró el frágil cuerpo de su esposa en el suelo, se arrodilló a su lado y la acostó en su regazo, trató de despertarla, no respondía; alarmado, la tomó entre sus brazos y camino de regreso a casa, la recostó sobre la cama y empezó a llorar, no podía perderla, no a ella, no a su Alessa. Pasaban los días y ella no despertaba, su piel pálida se hacía cada vez más fría, sus ojos no se abrían, no le hablaba, no le miraba, no sonreía. Llegó el día al que le temía tanto, Alessa dejó de respirar. Pasaron 12 años desde que ella se fue, desde entonces, Andrew no se levantaba de ese viejo sillón negro, no paraba de contemplar aquel hermoso piano de cola en el que su esposa solía interpretar las más hermosas y melancólicas melodías, no dejaba de exhalar el aroma que despedían sus ropas oscuras y perfectamente cuidadas, Andrew había dejado de ser el mismo, ella le hacía mucha falta, pero esperaría el día de su muerte, cada noche para volver a verla y estar hasta la eternidad a su lado, jamás dejarla, el hombre esperaba ver llegar a la muerte tomando la mano de su esposa para entregársela de nuevo y llevarlos juntos hasta el mundo que no se acaba, la esperaba con ansias. Una noche, cuando el se encontraba contemplando las fotos de Alessa, una voz comenzó a llamarle, era imposible confundirla, era ella, su Alessa; al darse la vuelta, ahí estaba, sonrió, el momento había llegado, dejó caer la foto al suelo y se dirigió a los brazos de la mujer, se besaron cual si no hubiese mañana, el cuerpo de Andrew quedó inerte, su alma se unió a la de Alessa, recobraron el aspecto de su juventud, se fundieron en uno, las melodías inundaron el aire, desaparecieron en el cielo nocturno, ahora estarían juntos, para siempre jamás ... 

 

Palabras de media noche a el alma de mi amada  Esta es una carta que escribí en una noche de insomnio en mi habitación. Esta escrita en tiempo presente porque creo que ella aun me escucha. Gracias por leerla. Debajo de la carta les dejo el Link para que puedan ver la verdadera historia de Arely (premiada categoría mejor cuento) Arely han pasado los años comprendo que te he perdido completamente. Pero aun así formas parte de mi esencia como persona. Quiero dar gracias a Dios por haberte conocido. Has cambiado mi vida para siempre, Eres ese tipo de personas que cuando se cruzan en el camino de alguien, lo rectifica. Lo transforma para siempre. Yo estaba perdido, muerto antes de encontrarte, y ahora que te has ido vuelvo a sentirme así. Eres vida en las palabras que escribo. Gracias por todo lo que me diste. Siempre recordare tus ocurrencias, tus gestos, tu cuerpo, Tu sonrisa, tus grandes ojos, tu mirada, la forma en la que tapabas mis ojos por la espalda cuando me encontrabas en la calle, todas esas cosas tuyas se han grabado en mi ser. En lo más profundo de mí. Ahora veo a mí alrededor y me doy cuenta que en ningún lugar estas. Me ha costado mucho asimilarlo Lo nuestro parece una trágica novela de romance. Ojala fuera así. Ahora estoy solo. Me queda tu recuerdo, y es todo lo que necesito para seguir adelante. Por favor descansa en paz. Seguiré adelante con mis metas como me lo pediste en aquel sueño donde nos vimos por última vez. Quiero decirte que te extraño mucho. Te amo, y te amare siempre . 

Amor   La fiebre me supera, y me encuentro fatal. No para de subir, y cada vez estoy peor. Empiezo a tener visiones febriles, y a los pies de mi cama está ella. Un vaso de agua en mi mesilla, y paños empapados de alcohol para la fiebre. "Cariño", susurro como puedo, "Tengo visiones" "Lo se" me contesta ella, con una sonrisa en la cara. Me tomo las pastillas de la mesilla, con el agua que había allí. Me la bebo de un trago, y me duermo. O al menos lo intento. Durante mi duermevela noto susurros de aliento, sus besos en mi mejilla, como me cambia los paños de alcohol y me arropa. Y así medicamentos y durante tres días, mi esposa no se separa de mi cama, me trae agua y bebidas isotónicas, los se encarga de bajarme la fiebre. Pero algo me mantiene intranquilo, y son las visiones. Son perturbadores, aunque ella siempre esté allí. Finalmente, al tercer día me puedo levantar por mi propio pie. Me pongo el termómetro, la fiebre ha bajado. Ella no está en casa, así que beso su foto en agradecimiento. Me encuentro muy bien, así que decido sorprenderla. Bajo a la calle y le compro un ramo de flores bien bonito, cojo el coche y me dispongo a ir a buscarla. Llego al lugar y saludo al guarda de la puerta. Busco entre las interminables hileras, y finalmente la encuentro. "Hola cariño" le susurro aunque no hay nadie más."Gracias por cuidarme aún" y sin esperar una respuesta, dejo las flores en su lápida, mientras beso la foto que hay en ella, la misma que llevo en mi cartera y que conservo en mi casa. Que te vaya bien, amor. (La respuesta  Esta es la respuesta a la carta que escribí ya hace muchos meses. Tenía pensado dejarla guardada, pero las heridas de m mii corazón han ido sanando poco a poco así que he decidido terminar lo que empecé. Juan Carlos, te escribo porque recibí tu carta… Estoy aquí en España y hace mucho que no te veo. T us palabras son muy sinceras y lamuy verdad siento el deseo de me verte también. Tuque sabes que nunca fue miella, decisión irme yque dejarte. Mifue madre iene un trabajo rentable aquí. Cuando dijo que tenía venirme a vivir con lo primero pensé en ti.ttiene Pensé que me iba y que todas las cosas que soñé hacer contigo se quedaban ahí, junto con todos los momentos y recuerdos que pasamos los dos. Le dije a mama que no quería irme. Pero ella lo vio solo como uno más de mis arranques de rebeldía, entonces hablo con mi hermano mayor, y como te lo imaginaras él no me apoyo ni un poquito. Le dijo que yo no era obediente en nada de lo que me pedía. Y que siempre llegaba tarde por las noches. También le hablo de ti. Le dijo que eras la mala influencia que provocaba mi rebeldía. Entonces caí en la cuenta que ninguno de ellos podía entenderme.  Llore mucho pero me resigne a venir… camine los pasos en el aeropuerto en dirección a un gran avión como oveja que

se dirige al matadero, en cuanto subí y mire por la ventana, y mientras el capitán del avión decía algunas palabras por el altavoz que no puse atención. Pensaba que toda mi vida estaba a punto de cambiar. Estaba dejando todo lo que conocía para ir a un país donde nadie me conocía, y donde no tenía nada en común con nadie. Pero ninguna razón que yo pudiera darles era importante para ellos. Mire desesperada por la ventana del avión pensando que en algún momento vendrías, pero nunca llegaste y es normal que haya sido así. Después de todas las cosas que te dije…  Pensé que era la única manera de sentir desapego por ti. Y cuando te vi dar la vuelta para irte, sentí el deseo de salir corriendo ir abrazarte y perderme en tus besos, Nada de eso sucedió y el avión ya había despegado.  Los primeros días llore mucho tu recuerdo, logre sobrevivir gracias a una fotografía que nos sacamos el día que nos

 

conocimos en la iglesia, inmediatamente nos llevamos muy bien. Tanto así que nos tuvieron que pedir que nos calláramos o saliéramos, porque estando en la última fila no podíamos dejar de reír. ¿Verdad que tu también lo recuerdas? Tu carta ha sido como un puñal que traspasa hasta el último rincón de mí ser. No quiero que dudes ni por un segundo que te ame con toda mis fuerzas. Pero el destino nos separo…   No sé si algún día regrese. Por eso debes continuar adelante. Solo piensa que cuando sueñes conmigo yo también lo estoy haciendo contigo. Quiero que busques una bella chica y te vuelvas a enamorar, nadie puede saber que sucederá en el futuro tal vez y nos volvamos ver. Hasta entonces QUE TE VAYA BIEN AMOR La triste historia de Cupido   Yo soy Angie,y les diré una cosa, Cupido no solo es un ángel idiota con un pañal y un arco, no solo hay un Cupido, saben, son mucho muchos Cupidos rodeando a todo el mundo en sí, y la regla principal del Cupido es la no enamorarse ..pero cada mil años un Cupido rompe esa regla y ese Cupido soy yo .. El Cupido ..de cada mil años sí puede enamorase pero nunca se fijaran en él... Esta es mi historia a punto de morir como una cupido, He visto mi vida pasar, solo viendo el amor de los demás durante toda mi vida. Ustedes creen justo eso de solo poder observar y unir parejas felices pero tu nunca tener una. Me enamore del el ángel el me está asesinando poco a poco, y francamente no se que hacer, el ir desapareciendo me desespera ..pero lo peor es que le ángel sabe bien eso, el sabe bien que me estoy muriendo y aun así no hace nada el solo se dedica a mirarme y matarme más lentamente es fastidioso y no lo aguanto más. De que sirve una vida tan misera como la mía, el que todos tengan tengan a su amor es gracias a mi arco ,y ,y a mis flechas de amor, yo el cupido Angie me enterare mi propia flecha e inetreganarle a el ángel que me está matando lo odio tanto pero ala vez lo adoro con todo a mi alma lo amo tanto que no sería capaz de matarlo para salvarme a mi misma es imposible. Mi nombre es angie y aquí comienza mi historia.. Un último adiós  Andrés era un chico sano, listo pero no popular en su colegio. María era la chica que amaba, siempre estaba soñando con ella, intentado tocar su pelo, rozar su piel, pero ella jamás se fijaría en un chico como él, jamás. El primer día de instituto tuvo suerte y le tocó con ella, justo a su lado, al llegar el recreo todos le insultaban, le hacían zancadillas y puños.Al día siguiente lo mismo, al llegar a clase se quedó sorprendido porque ella le había hablado por primera vez, él se quedó mirándola, pero no le dijo nada, solamente silencio y ella se marchó. Este día no iba a cambiar, le pegaban, le maltrataban pero él siempre seguía ahí de pie, ignorándoles. En eso se fijó María que ella también le amaba, pero en realidad ninguno estaba seguro de ser correspondido. Al llegar a clase los chicos le decían cosas a María. Andrés le dijo: -Tranquila eres guapa y no eres gorda. María: -Gracias, tú tampoco estas tan mal y si te pegan, dales su merecido. Se hicieron muy amigos, pero no llegó lo de novios. Andrés se despertó, pero se despertó raro y con ganas de vomitar. Su madre le dijo que se duchara y que iban al médico. Se duchó pero vio que se le caía el pelo. Se fueron rápidamente. Al llegar el médico les dijo la peor noticia del mundo. -Lo..Lo siento señora, hemos detectado que su hijo tiene t iene Leucemia, un cáncer maligno. Le debemos ingresar para que no muera La madre se echó a llorar y abrazó con todas sus fuerzas a Andrés.Pasaron 2 meses desde que detectaron cáncer a Andrés, no le quedaba mucho de vida. Le visitó María, se quedó ahí 4 noches con él, agarrándole la mano. Le dio un beso en el labio y Andrés se fue, simplemente se fue.María nunca fue la misma

 

Aguas turbias Hace más de 3 años atrás, cuando yo tenía unos 10 años aproximadamente, fuimos de vacaciones con mi familia al sur . Llegamos, nos instalamos y descansamos. En el transcurso tr anscurso del pequeño descanso que tuvimos por el largo viaje mi abuelo dijo: -Mañana podemos ir al río, pues ahora está menos peligroso -mi Papa -pues claro mañana vamos al rio ah pasar un lindo día en familia¡Todos nos pusimos contentos.. Al siguiente día , despertamos temprano para alistar todas las cosa para ir al famoso rio llamado *AGUAS TURVIAS* Pues yo tenía muchas ansias de ir , pero tenía esa gran duda de que porque mi abuelo había mencionado *mañana podemos ir al rio PUES P UES ESTA MENOS PELIGROSO* me llamo mucho la atención pero lo deje de lado. Eran más o menos las 3:26 de la tarde y habíamos terminado de almorzar cundo llego la hora de irnos al río , el camino era un poco complicado porque habían muchas subidas y bajadas además que el camino era de tierra y habían muchas piedras , pues finalmente llegamos Al río , al llegar sentí una brisa escalofriante que puso mis pelos de punta . Nos instalamos debajo de un árbol que llegaba sombra ya que había mucho sol. Luego de acomodarnos me saque la ropa y me quede con mi traje de baño, luego entre sola al río y me di cuenta de que por dentro del agua se formaba una especie de brillo como brisa de color celeste y que se expandía por todo el río me llamo tanto la atención que comencé ah seguirla , seguirla ,seguirla y no me daba cuenta para cual lado me Dirigía . Hasta que la pequeña especie de brillo desapareció . Entonces ahí fue cuando mire asía los lados y me di cuenta que no estaba por el lado que estaba mi familia , trate de devolverme pero cada vez me perdía mas , hasta que el sol desapareció y se nublo perdidamente . No sabía qué hacer me estaba empezando ah asustar ya que tan solo tenía 7 años ., luego de la nada comencé a escuchar una Voz totalmente preciosa que venía de desde sde el fondo de aquel Río , fue tanta la atracción por aquella voz que no aguante en acercarme a al medio del río , Cuando llegue a la mitad del río aquella hermosa voz había desaparecido y sentí que algo extraño recorría mi cuerpo algo así como un Escalofrió que cada vez más se asía más grande y más potente , de la nada sentí que alguien me observa por detrás , di vuelta mi mirada y había una especie grande posada en una roca ,tenía unos ojos profundos y que daban desconfianza , unos labios gruesos y morados que mostraban que estaban muy gastados , en sus mejillas tenía unas pocas pecas , tenía el cabello largo y de color Negro Azulado , su piel era pálida y lo que más me llamo La Atención fue que tenía Una Aleta , Pues Era definitivamente Un Sirena....Mientras yo estaba estupefacta ante aquella criatura , ella me miro con una cara de pensativa . Luego se lanzo fuerte mente asía el río y volví ah sentir ese escalofrió y el Agua del río se puso muy turbia y salto del agua la criatura atacándome asía a mí con un rostro de demonio , con dientes de punta como los clavos , sus ojos blancos , y en su piel se marcaron sus venas . salto asía mí y me un dio asía adentro ahogándome con el agua , me llevo hasta lo profundo y a mí se me estaba acabando la respiración , me movía hacia todos lados el agua del río se comenzó ah poner oscura . hasta que mi respiración no aguanto más y me comencé ah ahogarme hasta que ya no pude mas y mis ojos se cerraron de apoco.. Desperté en una pequeña cueva que tenía una poza llena de hojas de los árboles que habían , me impacto tanto que me yo me había muerto y re-viví ..Comencé ah caminar ,caminar y caminar y no encontraba en donde estaba mi familia tenía mucho sueño y aguantaba no cerrar mis ojos , me senté en una piedra para poder descansar y sentí un olor Incomodo empecé ah observar y doy vuelta mi cabeza y vi como 7 cuerpos muertos de un tipo de criaturas extrañas 4 tenían el cuerpo de un chimpancé y muy delgados pero su cara era como de gato , 2 eran de un tipo de cuerpo como de lagartijas y los pies y la cara eran de gallina , y el ultimo fue le mas espectacular ya que era con la figura de un cuerpo humano pero su cara estaba toda deformada , y todas las criaturas tenían cortes por todo su cuerpo y muy profundos . Yo estaba totalmente Aterrorizada y cada vez más me alejaba de apoco , hasta que mi cuerpo de desplomo hacia el suelo y mi cabeza se golpeo con una piedra y me quede inconsciente al despertar el río estaba totalmente seco , así que era mi oportunidad de correr por al medio y demorarme menos , cada vez que avanzaba el río cada vez se estaba llenando , el agua me estaba pasando las rodillas asique comencé ah correr , hasta que llegue hasta el lugar en le que me había extraviado y pues mi familia no estaba . El viento comenzó ah soplar extremadamente fuerte , cuando estaba alejándome de ahí para volver ah la pequeña casa de mis abuelos del sur se cayó una rama del árbol ár bol que me golpeo la cabeza y quede inconsciente . al siguiente día desperté en el hospital con un dolor de cabeza terrible y junto a mi lado estaba mi abuelo , y yo lo mire y me dijo. -En la vida existen fantasías , pero esta es de verdad y no se la tienes que revelar a nadie porque estoy es un secreto de las criaturas mas espeluznantes de este mundo -

 

La extinción  Pocas personas saben lo que ocurrió en Orbus, pero yo me encuentro vivo para contarlo, al igual que muchos orbítanos que se han escondido en las cuevas más profundas de las cordilleras Morfeo. El Imperio Americano no puede fingir que todo sigue como antes. Los satélites han captado imágenes horribles, ni el ejército ni el gobierno son los únicos culpables, nosotros, de alguna forma también estamos implicados, pues nadie en su sano juicio mata a 20 millones de personas (una civilización entera) sin el apoyo de su pueblo. Los orbítanos no estaban preparados. Lo que han conseguido averiguar los científicos y los periodistas que trabajan en la NASA se acerca mucho a la verdad, la cual es incluso más terrorífica todavía. Yo tuve la suerte de estar explorando los alrededores del Monte Rugby cuando se produjo el desastre.Caminaba junto a un pelotón de treinta y siete hombres dirigidos por un teniente t eniente poco experimentado en los territorios de Orbus, junto a cinco orbítanos que nos guiaban hacia nuestra base militar. La cálida brisa que nos había hecho sudar abundantemente desapareció en el transcurro del mediodía. La temperatura descendió conforme pasaban las horas. A las cinco de la tarde solo faltaba una media hora para que solaris, la estrella Orbus, tocara el horizonte, lo que me m e resultó muy extraño, pues estábamos en pleno verano y además, en esa época, los vientos del desierto soplaban en la cordillera. Nos paramos para descansar a esa misma hora, todavía no habíamos conseguido atravesar el enorme monte Rugbi, pero la base se encontraba a ochocientos metros de nosotros. Traíamos un pesado cargamento de minerales, que extraíamos en una mina encontrada en nuestra expedición. Los orbítanos soltaron el cargamento y agotados, se tumbaron sobre la maleza, formada por helechos y musgos. Se les veía m muy uy nerviosos, pero como eran una raza orgullosa, a pesar de ser muy supersticiosa no nos hablaron del terror que les provocara que Solaris se ocultara tan pronto. Al cabo de unos minutos recogimos el equipaje y nos pusimos en marcha pero uno de los orbítanos se quedó paralizado, con la mirada fija en el horizonte. El teniente iba a castigarle, sin embargo se asombró más incluso que él. Acto seguido, me volví como los demás hacia el ocaso. El crepúsculo no se encontraba acompañado de ríos de color magenta, violetas y velas de fuego, una profunda oscuridad rodeaba ese astro que estaba empequeñeciendo. La estrella Solaris se convertía en una diminuta mota de polvo, no se la tragaba la tierra, desaparecía como si un monstruoso gigante la devorara. Con el astro se fue también la vía. Estoy seguro de que los orbítanos debieron sentir que les arrancaban los ojos, la mitad desfalleció en el momento mismo en el que Solares se desvaneció, probablemente, se levantaron cinco minutos después y el frío los convirtió en témpanos de hielo antes de que pudieran siquiera salir de su confusión. Arremetió contra todos una terrible ráfaga de viento, pero no había ni nubes ni tormenta. Se crearon invisibles tornados en el aire. La nieve pronto cubrió el terreno de una gruesa capa de hielo en poco tiempo. Estos hechos a duras penas los pudimos contemplar, pues solo nos iluminaba la luz de las estrellas que más tarde, t arde, se reflejarían en los ojos de los cadáveres helados, dándoles una falsa vida, en los que realmente habían sido congelados vivos. La mayor parte del pelotón se disgregó, y el resto fue incapaz de creerse lo que sucedía. El teniente se disparó en la cabeza, sabiendo ya lo que hacían con el astro y cuáles podían ser las consecuencias. Casi todos los orbítanos, poco acostumbrados a las bajas temperaturas, no tardaron en morir. Por suerte, uno de los orbítanos había sido traído desde el norte a las espesas selvas del ecuador y era valiente y compasivo, no dudó en ofrecerse a llevarme a un lugar seguro. Conseguimos cruzar la selva, sin que los desgarrados gritos gr itos de animales y humanos nos alteraran. Recuerdo que una Nazta, una especie de libélula gigante, se nos puso en nuestro comino. El diminuto punto que ahora era Solaris, dio a su silueta apariencia de un hombre. Vimos en sus ojos la desesperación, sus pupilas se rompían en miles de copos blancos. Sin embargo, tan deprisa como se nos apareció se fue, siendo carnívora, podría habernos confundido con una de sus presas y matarnos. Nunca olvidaré el siniestro silbido que producía el animal. En el hueco que había debajo de la enorme raíz de cada tronco, unos ojos nos observaban, el infierno del hielo se desataba y las hojas... me parecieron las vértebras de un humano. Alcanzamos una caverna, en la cual nos ocultamos esperando a que alguien nos rescatara. Nuestra esperanza se derrumbó rápidamente. Lo que sucedía no era una catástrofre cualquiera, era el apocalipsis, no podíamos escapar de él en ningún lugar del planeta. Los satélitas han registrado que la temperatura de Orbus es ahora de 270 grados bajo cero, ya había alcanzado ese número mientras estuve encerrado en el subsuelo, huyendo de un enemigo que jamás nos abandona, el frío y el hambre. Mi amigo orbiano, no voy hablar de en qué circunstancias, murió. Si no fuera por la nave que me envió la ONU, no hubiera sobrevivido. Fui rescatado junto a otros veinte orbianos que ahora están recuperándose del desastre tanto moral como físicamente. He escuchado que el ejército americo planeaba sacar todo el combustible de Solaris(helio e hidrógeno) desde hacía muchos años. Lo agotaron en pocos días como un depósito de petróleo. Nada más se supo de este plan hasta el momento en el que se llevó a cabo y parte de esta maquinación también era culpar a una determinada sección del ejército o a unos ministros que no tenían nada que ver. Esto no ha acabado aquí, ciudadanos de la gran metrópolis, Alfa Centauro y Sirius están en el punto de mira de Washington, y quizá nuestro propio sol,algún día.. .

 

Aves Carnívoras  Esta es una ciudad tranquila rodeada de montañas, como es de saber se realizan muchas expediciones. Amanece y la gente sale cuando esta soleado para regar su jardín o alimentar sus mascotas. Pero a pesar de estar rodeado de montañas, si avanzas más adelante llegaras a una playa. La gente nada o solo toma el sol, a veces es un poco molesto por las gaviotas que a veces te picotean o te quieren robar la comida, pero para mí es divertido. Mi casa estaba cerca de la playa, mi nombre es Tony, vivo con mis padres, mi hermano mayor, hermana mayor y hermana menor. Cerca de la playa existe un puerto de barcos, este día la playa fue cerrada debido a que un barco con importantes cargamentos químicos llegó. Y era considerado tóxico para la gente que está cerca de allí. Ese día estaba soleado, yo estaba en mi cuarto jugando videojuegos mientras mi hermano mayor miraba la llegada del enorme barco. Cuando de repente escuche un grito, reconocí la voz de mi hermano, y decía “el barco se estrello!”. Toda la casa salió al  jardín para observar y no fuimos los únicos, el día estaba soleado y los desechos químicos formaron enormes nubes que hasta el cielo se oscureció. Las gaviotas fueron directamente afectadas y de pronto notamos su extraño comportamiento. Ahí fue cuando la pesadilla empezó, los desechos eran más potentes de lo que pensaba, pues las gaviotas se volvieron agresivas y empezaron a atacar a la gente, pero no eran mordiscos simples, esta vez estaban realmente mordían violentamente nuestra piel, le gente empezó a correr por la calle en vez de esconderse en su casa. Nosotros hicimos eso, pero una gaviota entro por la ventana y atacó a mi padre en los brazos, era una pesadilla ver como mordían a tu padre y casi arrancarle el brazo. Después me atacó a mí, pero mi madre fue a la cocina por un sartén y espantó al animal con eso. Entonces sin pensar ni un poco salimos al jardín y tomamos el auto, mi padre piso hasta el fondo el acelerador y nos alejamos. Las otras personas corrían, otras estaban encerradas en su casa colocando los muebles sobre las ventanas para evitar que entraran, fue una escena horrible. Las gaviotas se lanzaron como misiles hacia el vidrió hasta romperlo, mordieron a toda la familia. Y como si nuestra suerte no fuera mala se acabo la gasolina, posteriormente salimos corriendo del auto. No recuerdo muy bien, pero creo que miraba a los perros atacar a las personas, como si también estuvieran contaminados. Pero entonces.... Cuando se agotó el combustible del auto, las gaviotas seguían violentas, empecé a ver gente muerte tirada en el suelo, algunas con los intestinos por fuera y otras sin ojos que todavía agonizaban. En medio de eso encontramos a unos policías, estaban refugiados en sus patrullas y otros recogían niños para ponerlos salvo, aunque su plan no funcionaba del todo porque no tenían donde esconderlos, y las patrullas no resistirían muchas personas. “Vamos con ellos”, fue lo primero que grite y eso hi cimos. Algunos policías intentaban disparar a las gaviotas, mientras otros valientemente ingresaban a las casas a sacar gente. Entonces tuve una idea genial que se la conté a los odios a mi familia y obvio mis padres fueron los primero en negarse, puesto que eran buenas personas.“Pero no queda otra opción cariño” dijo mi padre, mi madre puso una cara de tristeza y decepción antes decir: “está bien...”.   Nos acercamos a los policías y nos dijeron “Quédense aquí entre las patrullas, y no se muevan” Yo pregunte “oficial, ¿cómo limpiaran la contaminación?”  Con una cara de vergüenza respondió: “no tenemos idea”. “Pero ¿alcanzaremos a evacuar a mucha gente verdad?” pregunte asustado. “Si evacuamos nos seguirán las gaviotas” respondió.  Después de estas palabras mis hermanas empezaron a llorar, pues era claro que no nos quedaba salida alguna. Era definitivo que los policías no aguantarían mucho y morirían antes de alcanzar a evacuar a todas las personas. Estábamos empapados de sangre, yo observaba a los demás niños de 7-8 años también empapados de sangre, y lo más triste era ver a las madres embarazadas o los bebes muertos en sus propios jardines. Me dije a mí mismo “no, soy muy joven para morir, y todavía me quedan muchos momentos para compartir con mi familia, mis amigos de la escuela ya deben estar muertos, pero no perderé a mi familia.”En ese momento estaba tan concentrado que ya ni sentía los mordiscos que tenía en mi espalda y cabeza. “En cualquier momento empezara a llover lluvia acida”, menciono el oficial. Pue sto a que

la contaminación ya había subido hasta nublar el día. Mi hermoso pueblo playero estaba destruido. Cuando mi padre le echo un ojo a la puerta abierta de la patrulla, me volteo a ver y yo solo dije “ahora”.  En cuestión de segundos toda mi familia entró a la patrulla y escapamos a máxima velocidad. El rostro de los policías se lleno de sorpresa, ¿imagina ver a una persona morir frente a ti, que expresión pondrías? pues así fue la expresión de aquellos oficiales.   Dejamos a los niños que estaban siendo cuidados ahí, los policías también quedaron solos sin patrullas. Entonces las gaviotas vieron que los policías ya no tenían donde protegerse y las personas evacuadas. Empezaron a morderlos a todos hasta matarlos.   Pues nunca volvimos, nos escapamos y las gaviotas ni se dieron cuenta. ¿Me siento culpable? para nada, ahora yo y mi familia vivimos felices en un departamento, voy a una escuela avanzada y tengo más amigos que antes. Cuando menciono esto me pregunto que le paso a mis antiguos amigos. Mi padre es hombre de negocios, mi hermana menor

 

sigue siendo tan alegre como siempre y mis hermanos mayores platican lo que sucedió como si fuera un cuento. Han pasado 5 años desde aquel desastre y escuche en las noticias que las gaviotas siguen habitando el pueblo, todavía contaminadas, obviamente no hay personas vivas en ese lugar. No es curioso como la mente humana es capaza de cometer tanta maldad con tal de escapar, ahora se que no iré al cielo después de lo que hice aquel día. Por cierto, ahora vivimos en una zona rodeada de granjas, no vivimos en un rancho eh, vivimos cerca de unos cuantos. Esta lleno de cuervos todo el tiempo, pero muchos cuervos, por suerte estamos alejados de esas odiosas playas, sin barcos que se estrellan y liberan mortal contaminación. Una ocasión mi hermana menor me despertó en medio de la noche diciendo que tuvo una pesadilla, me dijo que un avión con desechos se estrelló cerca y liberó una contaminación que afecto a los cuervos de manera violenta. violenta.

Un mundo extraterrestre Odar se acercó a la base del domo y apoyó sus cuatro dedos sobre el cristal. La forma de medio balón del domo y el cristal súper resistente con que estaba construido, protegía a su especie de la devastación que sufría su planeta. Fuera el cielo estaba siempre gris, y en el suelo se desparramaban los restos medio carbonizados de la exuberante vegetación que cubriera el planeta. Odar observaba aquella devastación con sus grandes ojos grises. Con las manos apoyadas en el cristal, recorrió con la vista el paisaje humeante y desolado que dominaba todo. Cerca del domo andaban algunos “lifacs“, unos animales de cuerpo aplanado y cubierto por una gruesa caparazón escamada; una de las pocas especies que aún sobrevivían. De repente los “lifacs” corrieron hacia sus cuevas. cuevas. Algunos meteoritos comenzaron a caer sobre la superficie; primero de forma aislada. En donde caían levantaban cenizas o creaban un pequeño incendio. Algunos daban en el domo y se partían en pequeños trozos encendidos que por el cristal. El estrépito de la lluvia mortal se fue intensificando. El cielo gris se llenó de líneas deresbalaban fuego humeantes. Los meteoritos impactaban por todos lados, levantando ceniza y oscureciendo el paisaje, haciendo que resaltaran las líneas de fuego que descendían con mortal rapidez desde el cielo. El domo en el que estaba Odar era uno de los cientos de refugios que había en el planeta, y en cada uno había miles de extraterrestres. Y ante la lluvia incandescente casi todos miraban hacia arriba; los pequeños se aferraban a sus madres, temerosos, y todos esperaban que pasara, que no fuera peor que otras veces, pues el planeta estaba al límite. De a poco la lluvia fue disminuyendo. Apenas caían algunos meteoritos cuando un general extraterrestre se acercó a Odar, y en su idioma le dijo: - Comandante. Localizamos un planeta habitable. La especie dominante está bastante avanzada tecnológicamente, y son afectos a la guerra. - Entonces no tenemos otra opción que exterminarlos - dijo Odar, sin dejar de mirar hacia afuera. Después se volvió haciaTierra. su general y le preguntó: -¿Cómo llaman sus habitantes a ese planeta? - Lo llaman

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