Cuando Vienen Las Sombras - Dr. H. Spencer Lewis, Rosacruz AMORC
May 12, 2017 | Author: Luis Victoria | Category: N/A
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Articulo publicado en la revista Rosicrucian Digest, oct de 1933. Trata sobre el advenimiento de la Noche Obscura en el ...
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Cuando Vienen las Sombras PREPARAOS PARA ALGUNAS DE ESTAS EXPERIENCIAS EN VUESTO VIAJE POR EL SENDERO Por el Dr. H. SPENCER LEWIS, F.R.C. (Tomado del "Rosicrucian Digest", de octubre de 1933)
M
e intereso mucho un editorial publicado en el número de agosto de 1933 de la excelente revista inglesa "The Occult Review". Sus editoriales son siempre interesantes y bien documentados, y de vez en cuando tocan algunos de los principios profundos del misticismo. En este editorial, el autor dice que hay un tipo de "malestar" que prevalece entre las personas que van progresando en el sendero del desarrollo espiritual o místico, y cuyas vidas son "vívidas e intensas". Mucho me complació que el autor usara esos términos: vívido e intenso, porque creo que estas palabras describen mejor la clase de individuos que es más sensible a las experiencias de esta extraña emoción. Muchos estudiantes que han hecho algún progreso en el sendero del desarrollo espiritual y místico han comentado que a medida que sus vidas se hacen más en armonía con los principios espirituales y místicos de la existencia que nos rodea, tanto más intensas y más vívidas son sus reacciones tanto a las alegrías como a los dolores de la vida. Es expresión común del estudiante de misticismo verdaderamente serio y devoto el decir que una de las primeras y más notables manifestaciones de que está ocurriendo un cambio en nuestro interior, es la de una apreciación más aguda, una comprensión más llena de simpatía, de los dolores y tristezas de la existencia humana, y al mismo tiempo también de las alegrías y cosas más ligeras de la vida, que parece que hallaran una reacción más cordial y rápida en nuestro interior, y en un
grado más alto que antes. Como un amado estudiante lo dijo: la luz del sol que danza en sus rayos al caer sobre el piso de mi cuarto parece que ejecutara una fantasía de luz y armonía para mi propia diversión, y me sentí tan feliz como un niño observándola, y hasta la risa de un niño de pocos meses llega a sr cautivadora, con una influencia avasalladora y dinámica, mientras que la sola idea de la ignorancia y de la oscuridad mental en la vida de los seres humanos, parece que nos trajera un desaliento abrumador. Esas personas viven una plenitud de vida, en sentido extraordinario y mental. Esas personas oscilan como un péndulo, desde el grado extremo del dolor hasta el grado extremo de la felicidad. Fácilmente se las conmueve y se las lleva desde un plano o un grado de reacción emocional hasta otro. Esto se debe a que su vida interior es verdaderamente vívida e intensa, y está llena con toda la plenitud de la experiencia del alma. Pero el editor de la revista inglesa también llama la atención acerca de algo que ordinariamente se conserva en secreto entre los que han progresado en el Sendero. El habla francamente de aquella parte inevitable del viaje del místico, cuando el sol parece que se oculta y que el día termina, y los pasos del estudiante lo llevan gradualmente hacia la noche, al progresar en el Sendero. El editor dice que este periodo de sombras profundas ha recibido diversos nombres, que en el lenguaje de los místicos cristianos se lo llama "la noche oscura". Entre los que no son cristianos, especialmente entre los orientales, este periodo se conoce con el nombre de: viaje a través de las sombras. En la mayor parte de los documentos Rosacruces se la llama la Noche Oscura. Es cierto que este periodo dura a veces varios meses, y hasta un año. A este periodo es que puede aplicársele el término malestar. Quiero citar algo más del excelente editorial: "Sin embargo, es característico que, ya sea de larga o corta duración, pocos estudiantes, si es que los hay, pasan a través de él sin quejarse, y ningún consuelo o seguridad que les dé otra persona, sirve de nada para el que sufre. Resulta imposible convencer al estudiante de que, en el fondo, todo va bien . . . ¿Existe alguien cuya vida interna haya alcanzado un grado apreciable de desarrollo y que no
haya experimentado ese vacío, esa muerte interna, que acaba con el atractivo de todas aquellas cosas que, ordinariamente, consideramos como las más valiosas y dignas? . . . Sin embargo, de una manera o de otra, el verdadero discípulo lucha vigorosamente, a través de estos periodos de oscuridad interior, sin perder completamente el contacto con una certeza interna de que está en el camino verdadero; de que, sea cual fuere la apatía y hasta la aversión que sienta en lo profundo de su corazón, él sabe que las sombras que caen sobre él proceden de afuera". Aquí está, en verdad, el punto esencial que merece la consideración constante del discípulo. No estoy de acuerdo con el editor en creer que todos los discípulos, especialmente aquéllos que entran en las sombras por la primera vez, saben siempre o sienten siempre la convicción de que las sombras caen sobre él desde el exterior. Nuestra experiencia al ayudar a millares de estudiantes en el sendero, durante esta época crítica, nos indica que debemos tratar de dar confianza continua al discípulo y asegurarle de que la mayor parte de esa sombra no procede de condiciones interiores. Y aún en muchos casos en que existe la creencia de que la sombra proviene del exterior, hay a veces también una creencia de que las sombras y la oscuridad proceden de alguna fuente del mal que está dirigida personalmente contra el bienestar del discípulo. Es en este punto del viaje del discípulo en el sendero en que fácilmente cae en la tentación de considerar demasiado y a veces exageradamente la posible existencia de los poderes imaginarios que se atribuyen a la magia negra. Para la buena guía del discípulo es necesario hacerle comprender que las tinieblas obedecen a un decreto cósmico y que son buenas en su intención y en su propósito, y que verdaderamente son una experiencia que el discípulo tiene que pasar como parte de su iniciación y desarrollo. Es cierto que a veces de esas sombras son un estado que, interpretado erróneamente como parte de las tinieblas, se debe simplemente a mala salud o a estados físicos del cuerpo humano. Por esta razón es que el sistema Rosacruz de instrucción y guía en el sendero insiste en la
importancia de los tratamientos de la buena salud y del conocimiento de las causas de la enfermedad y de su curación psíquica o mística. Es tal vez por la misma razón que algunos sistemas y escuelas orientales insisten en la creencia de que el discípulo que está en el sendero debe abstenerse de comer carne, de beber ciertos líquidos, de ingerir ciertos alimentos y debe abstenerse de ciertas funciones y emociones del organismo humano. La creencia en el celibato, en la dieta restringida, en la práctica de la respiración profunda y otras cosas especiales, figuran en algunos sistemas orientales únicamente como medios para conservar, no solamente la buena salud, sino una buena cantidad de ese poder creador que está en el cuerpo humano y que según se cree impide toda clase de enfermedad o de desgaste físico. Pero en la larga experiencia de los adeptos del mundo occidental se ha probado que muchas de estas restricciones de alimentación y supresiones de funciones naturales tienden a crear estados físicos anormales que hacen al individuo fácilmente atacable por ese estado llamado "malestar", tanto como lo haría cualquier causa externa, cósmica o espiritual. Por esta razón la prohibición universal y general de comer carne, y de abstenerse de otros placeres mortales y naturales, ha quedado eliminada de todos los sistemas de guía mística más modernos y eficaces. Es necesario considerar al individuo más bien que a la clase, y hay pocos individuos que verdaderamente requieran esas estrictas reformas, esas estrictas prohibiciones que figuraban destinadas a las masas en las antiguas creencias. La salud normal es todo lo que se requiere para el discípulo, más bien que un estado anormal de supuesta pureza y de extrema espiritualidad. Durante este periodo de la Noche Oscura, hay algo de inquietud, de duda y de lucubraciones. A veces la mente se hace indiferente a todo lo que es místico, espriitual y oculto, mientras que en otros momentos la mente parecer ser agudamente analítica y crítica, y parece que hallara razones vivamente coloreadas y artificialmente inspiradas para dudar de la sinceridad y valor y beneficios de cualquier curso de estudio espiritual y místico. Hasta los propios instructores que han sido la inspiración del estudiante, aparecen de pronto en la mente del discípulo como
personas dudosas; el estudiante duda de los buenos motivos de aquéllos; la amistad parece tener menos valor que antes y la voz del tentador parece especialmente amable y cuidadosa. Viene también una sensación de depresión, de soledad y de inferioridad, o pudiera también surgir bruscamente la figura grotesca de la superioridad, con su ego altamente exagerado, tratando de proclamar sus super-cualidades y su indudable derecho a mirar con desdén todo lo que se ha aprendido y a desdeñar también a todos aquéllos que son guías y directores en el Sendero.
Paralización Es durante este periodo cuando muchos discípulos arbitrariamente detienen su progreso, hacen un alto a un lado del sendero, tratan de establecer contacto con otros que también se han detenido y que viven en las sombras, y hallan allí la confirmación de sus dudas y falsas creencias en la experiencia de los demás, llegan a conclusiones erradas que les hacen ver falsamente que su actitud de ese momento es correcta, renuncian a todo contacto que tienda a elevarlos, abandonan los estudios y se entregan a las tinieblas más profundas de la negra noche del pesimismo. Hay algunos que hallan lo que ellos creen que es un descanso de ese malestar, adoptanto esta actitud contraria y abandonando su camino. Esos creen que han salido de una situación deplorable y que han alcanzado la libertad. Al renunciar a sus estudios y apartarse de su escuela de pensamiento y ayuda, alardean de que quieren ser almas libres y de que ya no pueden hallar la felicidad y la paz en estar asociados y en entregarse a estudios minuciosamente prescritos. Parece que el momentáneo efecto del cambio que arbitrariamente producen en su vida los lleva erradamente a creer que se han libertado de cadenas y que han roto los lazos que los unían como esclavos, pero nosotros sabemos muy bien que a esta falsa interpretación sigue rápidamente un grado mayor todavía de pesimismo, de inquietud, y que el estado siguiente inspira profunda
lástima. Es entonces cuando llega, en verdad, el momento de probar la vanidad del hombre y de probar su ego exagerado. Es entonces cuando el discípulo verdaderamente desconsolado y verdaderamente incapacitado, comprende que necesita más que nunca la compañía y la guía que recientemente abandonó. Pero en vez de admitir su error, la pobreza de su juicio, la sumisión a la voz del tentador y la flaqueza de su fortaleza espiritual, ese estudiante rehusa escribir a su maestro, a su guía y a sus compañeros y solicitar una nueva admisión en las filas de los que estudian su grado. Algunas veces pasan años antes de que estas personas lleguen a alcanzar no solamente una comprensión completa del error que cometieron al abandonar su progreso duante la hora de las tinieblas, sino a dominar la debilidad que muestran al vacilar para volver audazmente al sendero y poner fin a sus continuas horas oscuras. Hay siempre gran alegría en el corazón de guías y maestros cuando un discípulo perdido se redime o vuelve voluntariamente al sendero. En el sendero no hay tinieblas oscuras ni sombras que sean tan deprimentes como el periodo de melancolía que envuelve al estudiante que cede a la tentación de las sombras para abandonar el sendero y liberarse de las influencias que continuamente lo impulsan desde adentro y desde afuera. Una vez que el yo interno ha tenido conciencia del sendero y ha probado todas sus alegrías y pesares, y se ha desarrollado a través de las cambiantes emociones y de las diversas influencias, se ve entonces arrojado a las profundidades de la mayor tiniebla y al abismo del constante torbellino, por haber cortado su entonamiento, su armonía y sus contactos que tan preciosos eran. Sin embargo, todos aquéllos que permanecen firmes en el sendero, ven que la Noche Oscura conduce al alba maravillosa que está más allá de la frontera. Parece que de acuerdo con la resolución, la sinceridad y la devoción del discípulo, así las horas de la Noche Oscura se acortan y terminan. Solo aquéllos que permanecen firmes y escuchan las afirmaciones de sus guías e instructores llegan a comprender que durante este paso de la noche una de las mayores batallas del yo personal se libra y se gana. Como
muy bien lo dice el autor en su editorial: "En el ardor del combate, aquél que sufre y padece no ve que hasta las últimas heces del yo se purifican. Sólo después que los pies han recorrido muchos largos kilómetros en el Sendero, es posible comprender a plena conciencia la índole ilusoria de esos estados afectivos que asaltan al aspirante, pero mientras él se niegue a descarriarse de su verdadero sendero interno, esas pruebas son, en verdad, una fuente de fortaleza".
Una Advertencia Que sirva esto de advertencia a los estudiantes, sean jóvenes o viejos, sean nuevos o no en el sendero: a medida que viajamos por el camino de la vida. Así, pues, es natural que esperemos que en nuestro camino de desarrollo llegue un momento en que el primer día de viaje termine y el sol se ponga durante un rato y las tinieblas nocturnas oscurezcan la vía y llenen de tinieblas nuestra vista. No hay mayor razón para que el discípulo abandone su carrera en esta época, de la que habría para abandonar la existencia terrenal cuando las sombras del cielo se hacen más tupidas y el final del día trae la oscuridad para la vista mundana. Porque, así como los tentadores y agentes del mal se reúnen y residen en los sitios tenebrosos de la noche de nuestra jornada mundana, así también los tentadores invisibles y los agentes esotéricos del mal residen en las sombras de la noche espiritual. Allí tratan de atraer al devoto y apartarlo del Sendero e inducirlo a tomar sendas extraviadas; lo impulsan a abandonar su camino directo; influencian su pensamiento y su juicio; ofrecen una engañosa luz brillante, la cual aseguran que brilla más que el mismo día; hablan arteramente de la libertad del alma; sugieren que la vía independiente, la nueva vía, el camino abierto, virgen, inexplorado, a través de un país imaginario y de maravillas nunca descubiertas, será la más rica de las recompensas; señalan las pruebas y tribulaciones que ya se han soportado y las convierten en montañas; esparcen las
palabras de la duda con respecto a la sinceridad y bondad de quienes son sus compañeros y guías; comentan los fracasos que el estudiante ha tenido y fomentan las pequeñas vacilaciones que haya podido tener en su mente, y las agrandan a tamaños enormes. Pero nunca explican por qué si son emisarios que traen grandes recompensas y grandes beneficios, viven sólo entre las sombras. Jamás explican por qué no se les encuentra entre la luz de la vida, entre la luz del sendero. Ellos no se nos presentan como si fueran parte de la sombra, pero dejan que descubramos esto por nosotros mismos, después que nos hayamos unido a ellos en su labor de crear desgracia, infelicidad y descontento. Por esta razón vuestros ojos deben estar atentos, esperando la aurora que está más allá de la noche, y vuestros oídos y vuestro corazón deben escuchar la voz de quienes entonan sus cantos inspirados durante el día, a la gloriosa luz que precede a esa falsa y siempre oscura noche.
Copyright : Este articulo ha sido extraido de la publicacion “ El Rosacruz ” Volumen III, Numero 5, de Mayo de 1950 con copyright de 1950 por “ la Suprema Gran Logia de A.M.O.R.C ” ( Todos los derechos reservados ) Si ud desea recibir articulos de esta revista subscribase en la sig. Direccion : http://www.rosacruz.org/rosacruz/suscribir.html
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