Cualidades y Vicios de La Redaccion
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Vicios
Resultan de la: imprecisión, construcción inadecuada, falta de concordancia, palabras malsonantes, falta de claridad, repeticiones frecuentes e inadecuadas en el uso del lenguaje, los vicios de redacción se evidencian cuando el escritor redacta párrafos de un escrito. Los vicios de redacción son los siguientes:
Digresión.
Es una parte de la expresión que trata un tema ajeno al tema principal y rompe con la ilación del discurso. Se sale del tema y se regresa a él sin la menor ilación.
Ejemplo: Voltarire vivió algunos años en Inglaterra donde estudió la organización del país; estaba a favor del régimen liberal francés y en contra de la monarquía absoluta de Francia. Arremetió contra la intolerancia religiosa a la que llamó “infame”. Este gran hombre, admirador de las teorías de Locke, a su regreso a Francia, publicó Cartas Filosóficas o cartas sobre los Ingleses. Voltaire lucho por las libertados políticas y religiosas. Fue un deísta apasionado. Su crítica cáustica, irónica, gustó a los intelectuales de la época, y sus obras, a pesar de que algunas se quemaron en la plaza
pública por “escandalosa y contrarias a la religión y buenas costumbres”
fueron leídas y admiradas. Monotonía.
Refleja el desconocimiento de la variedad del léxico, existe una pobreza en el lenguaje. Consiste en usar los mismos términos parecidos o imprecisos, para expresar ideas o pensamiento, se repite vocablos vagos o imprecisos que restan calidad a la información. Estos términos pueden ser: especie, cosa, algo, puso, de lo que es.
Ejemplos: Tu perro es de una una especie poco común. (Tu perro es de una raza poco común) No sé a qué cosa te refieres. (No sé a qué tema te refieres) Hablaré de lo que es la inteligencia (Hablaré acerca de la inteligencia)
Uso de verbos que sirven para todo propósito (hacer, decir, tener, poner, haber, ser, estar, etcétera). Ejemplos: Hacer una casa. (Construir una casa) Tener grandes cualidades. (Poseer grandes cualidades) La casa tiene 120 metros cuadrados. (La casa mide 120 metros cuadrados)
Anfibología.
Son las palabras, frases o enunciados imprecisos, con sentido ambiguo, de doble sentido o doble interpretación. Ejemplos: La maestra vio paseando por el parque a su mejor alumna. (¿Quién paseaba la maestra o la alumna?) Cuando Martín encontró a Estela ya tenía otra pareja. (¿Quién tenía otra pareja? ¿Martín o Estela?) La U gana al Alianza en su campo. (¿El campo de quién?) Tomó una botella y se fue. (¿Quién tomó la botella, a donde se fué? Ambigüedad léxica) Anastasia no quiere a su hermana porque es mala. (¿Quién es mala? Ambigüedad morfológica)
Pleonasmo.
Es la repetición innecesaria de una idea ya expresada. Puede servir para dar énfasis a una frase. Algunas veces es aceptable como expresivo o poético. Ejemplos: Lo vi con mis propios ojos Me besaste con tus hermosos labios. Oríllese a la orilla
Súbe para arriba Sí ciertamente Mas sin embargo
Solecismo.
Resulta de una construcción sintáctica o de una concordancia inadecuada. En la lengua española se originan por la alteración de la concordancia, por el mal uso de las preposiciones. Ejemplos: Uno de los que cantaba tropezó con la batería. (Uno de los que cantaban tropezó con la batería)
Anacoluto
Frases partidas en las que la segunda parte no concuerda con la primera. Ejemplo La televisión aparte de distraernos su función había de ser también educativa. (La función de la televisión además de distraer es educar).
Frases sin terminar.
Se deja frases inconclusas que hacen perder el sentido del escrito y se presta a interpretaciones dudosas. Ejemplo:
El médico será capaz de enfrentar de MODO ADECUADO, con un criterio psicosomático que adquirirá con la experiencia en el trato de pacientes con enfermedades psicológicas.
Cacofonía.
Repetición de algunas letras o sílabas en una misma frase, que producen un sonido desagradable. Ejemplo Un no sé QUÉ QUE QUEDAN balbuciendo (Un no se qué, tal que quedan balbuciendo) Me saludas A ARMANDO (Saludos para Armando) Las ballenas llenan el MAR MARavilloso. (Las ballenas colman el océano maravilloso).
Barbarismos.
Son vicios del lenguaje que consisten en escribir o pronunciar mal las palabras, emplear vocablos impropios o utilizar palabras de otros idiomas que. Ejemplos: Faltas ortográficas
zanaoria -> zanahoria almuada -> almohada escusa -> excusa
Errores de acentuación
váyamos -> vayamos roido -> roído méndigo -> mendigo
Pronunciar mal las palabras
dotor vesitas eligiré haiga avarus peritus
-> -> -> -> -> ->
doctor visitas elegiré haya avaro perito
Queísmo y dequeísmo
Se llama queísmo y dequeísmo al vicio sintáctico que consiste en la ausencia o presencia indebida de la preposición de; se da frecuentemente ante la conjunción que, la cual introduce una proposición subordinante (enunciado o frase que dependa de la oración principal).
Indican queísmo las frases u oraciones donde se suprime la preposición de cuando es necesaria. Ejemplo: Lucía llegó a la conclusión que invertiría en un negocio. (Lucia llegó a la conclusión de que invertiría en un negocio) Indican dequeísmo las frases u oraciones en las que la preposición de se utiliza. Ejemplo: Si repruebas el examen será difícil de que pases el año. (Si repruebas el examen será difícil que pases el año)
Cualidades
Estas son las principales cualidades que contribuyen a la eficacia de la redacción: 1. Concreción En la redacción, concretar es "abreviar a lo más esencial el asunto sobre el que se escribe". Esto significa evitar rodeos inútiles —como resulta gran parte de la natural palabrería empleada en la. expresión oral. "TAI grano!" es la fórmula. Las palabras ociosas,"huerasde contenido", deben desecharse. Ya no se justifican los párrafos de relleno ("Sin más por el momento, y en espera de que se sirva responder. . .") ni los extensos parlamentos con su obligada síntesis o aclaración adjunta ("Es decir. . .", "Lo que podría sintetizarse o aclararse diciendo que. . .") ni los formulismos vanamente vuelteros ("Suplico muy atentamente a usted que se sirva tener a bien disponer.. ."). Hoy se busca la economía y la funcionalidad en todos los órdenes de la actividad humana, y la redacción no podría estar exenta de esas exigencias. 2. Claridad Nada de lo expresado debe motivar dudas ni equívocos. Las palabras han de emplearse con propiedad, condición ineludible para que los hombres puedan entenderse en un idioma. (Si se usa "anginas" por "amígdalas", "panfleto" por "folleto" o "hasta" en lugar de "desde" —como ocurre frecuentemente en México—, indudablemente habrá motivo de incomprensión para muchos hispanohablantes.) 3. Sencillez La redacción moderna, en general, se caracteriza por la llaneza o ausencia de afectación. Las expresiones hinchadas y ceremoniosas, a veces rutinariamente serviles, resultan improcedentes en esta época de practicidad y realismo, en que hasta los arraigados "¿mande? ", "para servirle" y "su casa de usted" —en lugar de "mi casa"— van desapareciendo en boca de los mexicanos más avanzados. La cortesía se ha aligerado de oropeles fuera de moda: así, el clásico final de carta "Me reitero como su afectísimo, atento y seguro servidor", ha quedado reducido al más lógico "Atentamente estoy a su disposición" —si esto es verdad— o al sintético "Atentamente", en que se sobrentiende "Lo saludo". La sencillez (no la vulgaridad ni la grosería) imprime a la redacción un tono de veracidad expresiva que la favorece en efectividad y atracción. 4. Adecuación Es una virtud clave en todo acto de relación humana: "Cada cosa en su lugar, con su porqué." No conviene dirigirse a todos de idéntica manera —salvo el caso de situaciones grupales. El mismo tema tratado en un informe científico, un escrito protocolar, un artículo periodístico o una carta familiar, requiere de una redacción distinta, perfectamente adecuada a cada caso. "Yo escribo así" o "Este es mi estilo" será buena fórmula para un literato, que es un artista, pero no para un redactor, que es sólo el expositor por escrito de un tema ya dado. La adecuación en lo escrito significa un acto de lógica consideración hacia el destinatario. La pregunta medular es: "¿Quién leerá esto que escribo? "; y la respuesta, un escrito adaptado a la comprensión, el gusto y las necesidades de ese "quien".
5. Ordenación funcional La elección de "cada cosa" conveniente para lograr la mencionada adecuación de lo escrito al lector, está unida a la elección del lugar apropiado para que esas "cosas" actúen funcionalmente. Los elementos no deben ordenarse al azar ni siempre automáticamente, por rutina o costumbre. Cada parte del escrito (principio, medio y fin) tiene una misión que cumplir: el orden escogido debe responder al cumplimiento estricto de esa misión. 6. Originalidad Cuando se redacta, como norma general conviene evitar toda muestra de automatismo, copia o actitud indiferente. Escribir sin pensar en los términos empleados, en su mejor distribución o funcionalidad expresiva — como un robot—, no es saber redactar. Lo escrito resulta frío, mecánico, superficial. En cambio, el alejamiento de la rutina lleva a la originalidad. Aunque, por supuesto, no todo tipo de redacción admite estricta originalidad, con frecuencia queda un resquicio —hay que saber buscarlo— para el toque personal, empleado con adecuación. No siempre el formulismo puede evitarse; pero las fórmulas deben utilizarse con conciencia de su utilidad y han de estar actualizadas en su contenido y forma para que tengan fuerza expresiva. A veces se logra originalidad simplemente recurriendo a la naturalidad y sencillez del habla cotidiana, en terrenos en que la mayoría se empantana entre fórmulas rimbombantes y frases amoldadas por mentalidades de otras épocas. 7. Interés Esta cualidad busca producir "influencias positivas" en el ánimo del destinatario, para que concentre su atención en el contenido del escrito. Está basada en la atracción y es condición de la curiosidad —deseo de saber, participación activa en la búsqueda de los "porqués"—, importante elemento en muchas formas de las relaciones humanas. 8. Actualidad "Estar al día" o "vivir la época" son frases que resumen el ideal de la juventud espiritual —no de edad— y progresista. La manera de enfocar los temas, los datos utilizados, la construcción de los párrafos, el vocabulario, la puntuación, la forma ortográfica, los símbolos convencionales, los elementos materiales que acompañan a la redacción, todo debe revelar agilidad y vigencia actual.
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