Descripción: Miradas Interdisciplinarias hacia la Ciencia del Lenguaje...
Colección 1 Cuadernos de Lingüística Volumen 2 Enero - Junio de 2008 ISSN
Facultad de Ciencias de la Educación Maestría en Lingüística Rector Ing. Luis Enrique Arango Jiménez Vicerrector Académico Ing. José Germán López Quintero Vicerrector de Investigaciones, Innovación y Extensión Samuel Ospina Marín Decana Facultad de Ciencias de la Educación Dra. María Teresa Zapata Saldarriaga Director Escuela Español y Comunicación Audiovisual Mg. Gonzaga Castro Arboleda Directora Maestría en Lingüística Mg. Eva Patricia Velásquez Upegui Directora Revista Mg. Eva Patricia Velásquez Upegui Comité Editorial Adolfo Elizaincin - Universidad de la República .Montevideo Julio Alfonso Escamilla Morales - Universidad del Atlántico José Joaquín Montes - Instituto Caro y Cuervo Julián Serna Arango - Universidad Tecnológica de Pereira Luis Enrique Tabares Idárraga - Universidad Tecnológica de Pereira Sandra Milena Henao Melchor - Universidad Tecnológica de Pereira Obra Gráfica Edwin Javier Morales Perdomo Artista Visual Dibujos Técnica Mixta
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En Homenaje al Maestro Luis Nelson Goyes Ortega Doctor Honoris Causa en Literatura. Lingüista y Poeta Colombiano
Contenido Eugenio Coseriu (1921 - 2002) Alberto Zuluaga O.
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Práctica Pedagógica, Modelo Inferencial de la Comunicación y Teoría de la Relevancia Algunas Reflexiones desde la Pragmática Edison Ortiz Muñoz
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¿El Lenguaje, un fantasma? Wilmar Alberto Ospina Mondragón
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¿Para qué la Reflexión Filosófica en Personas que se ocupan del Lenguaje? Juan Pablo Gutiérrez Gómez
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La Construcción de la Realidad Social en John R. Searle Luis Enrique Tabares Idárraga
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El abrazo de dos Sísifos -A propósito de la relación entre Filosofía y PragmáticaMiguel Ángel Caro Lopera
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De la Sospecha a la Provocación. Normatividad Vs Uso Milena Henao
77
Pragmática y Competencias Educativas: Una Visión Creada a partir de la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson Sandra Milena Osorio Monsalve ¡Mejor Dicho!... ¿mejor dicho qué? Diga algo Eva Patricia Velásquez Upegui Reflexiones entorno al principio de Cooperación en el Aula de Clase Diana Milena Tamayo Montañez Anexo: Concurso la Palabra más Rara
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Presentación
El presente número, como anunciamos en la edición anterior, versará sobre un tema monográfico: “Pragmática, Filosofía y Giro Lingüístico”; publicación dedicada a la reflexión teórica y aplicada de la disciplina pragmática, entendida ésta como la relación entre lengua, usuarios y contexto. Incluye diferentes reflexiones tanto en aspectos conceptuales como en aquellos relacionados con el funcionamiento de la lengua. La pragmática como disciplina de los estudios del lenguaje permite comprender la lengua como un sistema plenifuncional; lo cual nos indica que cualquier estudio del uso demanda un conocimiento tanto de la gramática social como de la gramática sistémica. En los artículos aquí recogidos se reflexiona sobre los aportes de Eugenio Coseriu a la ciencia lingüística; se discute sobre el proceso de enseñanza aprendizaje según los presupuestos teóricos planteados por la pragmática; se reflexiona sobre las relaciones entre la filosofía, la pragmática y por ende la lingüística; se analiza la realidad social a través de los postulados de J. Searle; y por último se presenta una aproximación al análisis pragmático de un marcador discursivo. Con estos artículos se busca provocar al lector hacia la discusión sobre el estado actual y las tendencias de los estudios pragmáticos de la lengua en comunidades de habla específicas. La perspectiva pragmática también apunta hacia una reflexión frente a la filosofía de lenguaje en tanto que dilucida aspectos, relaciones, funciones y categorías de los actos de habla realizados activa y efectivamente (realizativos) tales como: prometer, ordenar, predicar, declarar, sancionar, absolver, desear o creer; estos hechos del habla son estudiados desde los postulados de autores como Austin, Searle, Grice, Haverkate, Bravo, Sperber, Wilson, Brize, entre otros, quienes han expuesto los inicios, desarrollos e investigaciones de los actos ilocucionarios (fuerza, intencionalidad, implicaturas, indirecciones, relevancia, cortesía). Queda pues la invitación para que dialoguemos en torno a este tema, y para que comenten mediante cualquier medio sus inquietudes; con seguridad mantendremos una discusión académica que contribuya a la orientación y configuración constante de los cuadernos: nuestra publicación.
Edwin Morales Fisgón Carboncillo y acuarela sobre papel 100 x 150 cm 03-03-04
Eugenio Coseriu (1921 - 2002)
Eugenio Coseriu (1921 – 2002)
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Alberto Zuluaga O.∗ Resumen:
En este artículo se ofrece una breve presentación de la vida y las principales obras del más importante filólogo, lingüista y teórico del lenguaje europeo de la segunda mitad del siglo XX, Eugenio Coseriu. Se ha puesto especial atención en los principios básicos de su actividad científica y pedagógica. También se mencionan algunos detalles problemáticos de su trabajo. Además, se formulan algunos comentarios especulativos sobre esta excepcional persona, quién de muy jóven perdió todo menos la vida, y luego, siendo extranjero en dondequiera que vivió, se entregó por completo al trabajo y al éxito científico, supeditando a ello todo lo demás.
Palabras Claves: Sistematizador, lingüística integral, conocimiento primario
intuitivo, coherencia filosófica, empirismo idiomático, respeto por la tradición, responsabilidad social, especialista no limitado a su especialización.
Summary:
This paper offers a summary presentation of the life and main works of the most important European philologist, linguist and language theoretician of the second half of the twentieth century, Eugenio Coseriu. Special attention has been drawn to the basic principles of his own scientific and pedagogical activity. A few problematic details of his work are also mentioned. Only secondarily I aim to dare some speculative remarks on a personality who as a young man lost all but his life, was then everywhere a foreigner, and carried on subordinating everything else to his scientific working.
Key Words: Sistematizator, integral linguistics, primary intuitive knowledge, phylosophical coherence, idiomatic linguitic, empiricism, respect for tradition, social responsibility, specialist non limited to their own one field.. Eugenio Coseriu ha sido, sin lugar a dudas, el más genial y reconocido lingüista europeo de la segunda mitad del siglo XX. De ello han dado testimonio fehaciente no sólo algunas de las numerosas notas necrológicas y ensayos 1 Este texto se publicó en 2003 en PhiN, Berlín. He hecho sólo unos pocos ligeros retoques. Para actualizar algunas informaciones, séame permitido llamar la atención, expresamente, sobre el “Eugenio Coseriu Archiv”, dirigido por su discípulo y sucesor en la Universidad de Tubinga, Johannes Kabatek. Véase: Rundbrief (Circular) 1 (2007) de dicho Archivo y www.coseriu.de; e-mail:
[email protected]. * Colombiano nacionalizado en Alemania. Después de haberse licenciado en filología en la Universidad Libre de Colombia y de haber colaborado como investigador del Atlas Lingüístico etnográfico del Instituto Caro y Cuervo de Bogotá, emigró a Europa. Se doctoró en Lingüística en la Universidad de Friburgo y ha sido profesor de hispanística, en la Universidad de Tübingen, Alemania. Es autor de numerosos estudios teóricos y empíricos, sobre todo de fraseología. Es considerado como el más eminente fraseólogo de la lengua española. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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divulgados con motivo de su muerte2, sino también más de cuarenta doctorados honoris causa y otras incontables distinciones académicas que le fueron otorgadas en diversos lugares del mundo, sobre todo en Europa y en Latinoamérica. En Coseriu se conjugaron de manera insólita y privilegiada el filósofo, el teórico del lenguaje, el epistemólogo, el lingüista y el filólogo con el prodigioso conocedor cabal de unos veinte idiomas en sus formas hablada y escrita. Dejó publicados cerca de 380 trabajos científicos (preferentemente artículos) en español, alemán, francés, rumano, italiano y portugués. Sus pocas publicaciones en inglés explican, en gran medida, su escasa influencia en el mundo científico anglosajón. Queda de él, además, una numerosa obra manuscrita de la cual se viene ocupando la universidad de Tubinga con efectivo auspicio especial de la Deutsche Forschungsgemeinschaft -Asociación Alemana para la Investigación Científica- (Véase Kabatek 2002). Algunas de sus obras (p. ej., Sincronía, diacronía e historia; los estudios compilados en Teoría del lenguaje y lingüística general (especialmente “Sistema, norma y habla” y “Determinación y entorno”); “Los universales del lenguaje (y los otros)”; “Estudio funcional del vocabulario (Compendio de lexemática)”. [Estos dos últimos en Coseriu 1978: Gramática, semántica, universales, Madrid, Gredos] y Textlinguistik. Eine Einführung son, en mi sentir, lo más lúcido, coherente y esclarecedor que, al respecto, hasta hoy se ha publicado en América y Europa. Dejó también Coseriu, formados por él con toda severidad científica, numerosos alumnos (investigadores y profesores) de Japón, de Europa Oriental y Occidental y de Latinoamérica. La mayoría de ellos son personalidades muy destacadas o en filosofía del lenguaje o en sociolingüística y dialectología o en lingüística histórica o en lógica o en semántica y lexicología o en fraseología o en lingüística de texto y traductología. Algunos, en sus especializaciones respectivas, ya van más allá de los lineamientos y enseñanzas fundamentales del maestro, sin dejar de mostrar siempre su profunda impronta positiva. Los principios pedagógicos de Coseriu deben mencionarse aquí, aunque sea en forma sumaria3: (1) Corresponder a los intereses e inclinaciones de cada alumno. (2) Formar especialistas no limitados a su especialidad. La lengua alemana dispone para este contexto de una expresión sencilla y descriptiva, «keine Fachidioten” [ = ’ningunos idiotas especialistas’]. Y (3) Un principio fundamental de su concepción del trabajo científico: Nada de teoría sin hechos concretos y nada de hechos concretos sin teoría. Este principio coseriano, uno de los que mejor caracteriza los trabajos suyos y los de sus alumnos, lo comenta Willens (2002) de este modo: ‘Como su modelo, Wilhelm 2 V., por ej.: J. Trabant: „Letzter Meister. Zum Tod des Sprachwissenschaftlers Eugenio Coseriu“, en Süddeutsche Zeitung, 10. Sept. 2002. J. Trabant 2003: „Vom Hören und Sagen. Zum Gedenken an Eugenio Coseriu.“ Vorgetragen am 12.12. 03 in Tübingen (m.). K. Willens: „Eugenio Coseriu (1921-2002). Versuch einer Würdigung“(m.). H. Weber: „Eugenio Coseriu 1921- 2002“, en Gemeindebote Kirchentellinsfurt, 14. Sept. 2002. H. Knörr: “Llanto por Eugenio Coseriu”. (m). H. M. Gauger, „ Systematiker“, en Frankfurter Allgemeine Zeitung,10. Sept. 2002. Además, H. Aschenberg: "Eugenio Coseriu als Hochschullehrer", en A. Murguía 2002, 11-32. J.-P. Durafour: «Eugenio Coseriu: Epistémologue, philosophe du langage et linguiste », Ibid., 33-70. Y J. Kabatek : »Die unveröffentlichten Manuskripte Eugenio Coserius : Eine Projektskizze, Ibid., 111-124. 3 Véase J. Kabatek / A. Murguía 1997: «Die Sachen sagen, wie sie sind…» .Eugenio Coseriu im Gespräch. Tübingen, Narr. Se trata de una interesante biografía presentada en forma de entrevistas hechas por los autores con Coseriu mismo. La citaré, en adelante, así: Die Sachen sagen . Véase, además, Aschenberg 2002. 8
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Eugenio Coseriu (1921 - 2002)
von Humboldt, Coseriu representó una síntesis de empirismo idiomático, coherencia filosófica y fundamentación epistemológica’, y Trabant (2002), al respecto, habla de ‘enlace (Vermählung) de la filosofía con la filología; la cual, como amor al lenguaje, recobró brillantez, amplitud y profundidad’, y Aschenberg (2002), ‘un lingüísta que suele integrar análisis empíricos detallados en una teoría del lenguaje amplia y esclarecedora’. Pero citémoslo a él mismo: en su nota preliminar a Coseriu 1978 dice, entre otras cosas: “Se trata, en todos los casos, de estudios de teoría (y metodología) lingüística, lo cual, a mi modo de ver, no excluye sino que implica la consideración e interpretación de hechos lingüísticos concretos. En efecto, la teoría efectivamente tal no es, como a veces se piensa (y se dice), construcción “in abstracto” de modelos arbitrarios. … La teoría, en su sentido primario y genuino, es aprehensión de lo universal en lo concreto, en los “hechos” mismos. No hay, por consiguiente, ni distancia ni conflicto entre hechos (o investigación empírica) y teoría, sino que la investigación empírica y la teoría son dos formas complementarias de la misma actividad”. Aquí es bueno observar que Coseriu renovó los estudios del lenguaje en Alemania. Mejor dicho, sacó la filología alemana del aislamiento y atraso debidos a la guerra, trayéndole el estructuralismo en sus diversas corrientes (junto con una crítica pertinente al mismo, v. Trabant 2003). Desde luego, él no fue, en absoluto, un mero estructuralista; solía indicar que el método estructural se revela como adecuado sólo en el estudio del sistema, y éste es apenas un componente del hablar. En el hablar intervienen, además, otros factores, como el conocimiento de las cosas, los entornos, el metalenguaje, el discurso repetido y los gestos. Coseriu llamó «integral» a la lingüística que él mismo preconizaba (Cf. Die Sachen sagen, p 157 y sigs.). Se trata, propiamente, de tres disciplinas bien diferenciadas: A)
Lingüística del hablar en general y del empleo de la lengua, cuyos fundamentos esbozó especialmente en su estudio Determinación y entorno.
B)
Lingüística de los sistemas funcionales homogéneos y lingüística de la variación (dialectal, sociocultural y estilística).
C)
Lingüística del texto, que entendió como hermenéutica, interpretación de las relaciones del signo en el texto y en sus contextos o ‘entornos’, presentada en su obra ya clásica Textlinguistik. Eine Einführung.4
La dialectología, la sociolingüística y la estilística de la lengua quedan incluidas, como lingüística de la variación, en la lingüística de la arquitectura de la lengua histórica. Coseriu presentó o, al menos, señaló, algunas ramas de aplicación de su lingüística integral: teoría de la traducción, teoría de la política lingüística y teoría del aprendizaje de lenguas. Coseriu define la lengua como un sistema de procedimientos, de modos de 4 Ya disponemos de traducción al español: Lingüística del texto. Introducción a la hermenéutica del sentido. Edición, anotación y estudio previo de Óscar Loureda Lamas, Madrid: Arco/Libros 2007. 325 págs. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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hacer, como una técnica no cerrada y terminada sino abierta, dinámica (en esto la diferencia de los códigos); es un sistema que se define por oposiciones y que funciona y se constituye (y cambia) en el hablar. El hablar es, pues, el punto de partida de la ciencia del lenguaje y es, ante todo, una actividad creativa. (La norma lingüística social, el sistema funcional y el tipo lingüístico representan diferentes niveles de abstracción y de gramaticalidad). Por ello solía decir Coseriu, rememorando a Humboldt y a Croce: ‘no se aprende, simplemente, un idioma; se aprende a ser creativo en ese idioma, es decir, a superar lo materialmente aprendido; uno domina efectivamente un idioma cuando está en condiciones de crear con él algo nuevo, de decir o entender en él algo nunca dicho antes. También el entender es creativo’. La lengua no es un sistema estático, terminado, no es algo hecho y dado de una vez por todas; es realidad que funciona cambiando y cambia al funcionar. Sincronía y diacronía no son dos propiedades cronológicas reales sino dos perspectivas, funcionamiento y desarrollo, dadas en la realidad del hablar. El cambio es, en su esencia, modalidad del funcionamiento. El saber lingüístico es, pues, un saber técnico, interindividual (social), tradicional (histórico) y, esencialmente, intuitivo. La tarea del lingüísta consiste, básicamente, en transformar ese conocimiento primario, intuitivo, en un saber racionalmente reconocido, explicado y fundamentado. Este es el principio científico básico de Coseriu, válido, según él, no sólo para la lingüística sino también para las ciencias de la cultura en general (“Es geht also bei den Kulturwissenschaften,.., darum, das Bekannte zum Erkannten zu machen, zu begründen, zu erklären“, Die Sachen sagen, p. 177). Por esto „no hay ni distancia ni conflicto entre lo que sabe el hablante y lo que sabe [debe saber] el lingüista. La diferencia es de nivel cognoscitivo. En la lingüística (descriptiva y teórica), …se trata de trasladar al plano de la reflexividad -…- aquello que se sabe ya de manera intuitiva: de transformar lo „conocido“ en algo racionalmente „re conocido“, o sea, para decirlo con palabras de Leibniz, en conocimiento distinto y adecuado“ (Coseriu, 1978, P. 11). Los otros principios de su trabajo científico los explicó en repetidas ocasiones (también en Die Sachen sagen): el de objetividad, formulado por Platón en Sophistes “decir las cosas tal como ellas son”. Es un principio ético, válido para todas las ciencias; su cumplimiento no se logra nunca totalmente, pues la interpretación ocurre siempre en una determinada situación histórica, es hecha por alguien que presenta determinadas condiciones previas. Un tercer principio científico coseriano se refiere a la actitud respecto a la tradición: se trata de la concepción del propio trabajo como continuidad y renovación de tradiciones. Su cuarto principio científico, lo califica Coseriu de antidogmatismo, es lo mismo que el anterior, pero referido al presente: reconocimiento y valoración de otras posiciones científicas coetáneas. La expresión “alcances y límites de …” o “Leistung und Grenzen der…” parece haber sido su lema, al ocuparse de las contribuciones de otros autores antepasados o contemporáneos. A veces, dicha expresión aparece como título de un capítulo o de un libro (por ej., Alcances y límites del mecanicismo lingüístico, en “Forma y sustancia en los sonidos del lenguaje”; o Leistung und Grenzen der transformationellen Grammatik, 1975, Tübingen, Narr; Leistung und Grenzen der kontrastiven Grammatik, en (1970) Probleme der kontrastiven Grammatik, Hrsg. V H. Moser, Düsseldorf, Schwann). (Traducción al español: Alcances y límites de la 10
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gramática contrastiva, en Coseriu 1978). El reconocer, controvertir, evaluar, caracterizar otros aportes, tradicionales o contemporáneos, son componentes importantes de toda su obra. Los realiza desde una coherente concepción propia. Por esto nos parece acertado afirmar que Coseriu obtuviera su verdad filtrando la tradición5. O, también, se puede sostener que ésta adquiere valor y actualidad en la discusión coseriana. Su quinto principio se refiere a la ética del científico como ciudadano: es el principio de la responsabilidad social (V. Die Sachen sagen, Pág. 181), de la aplicación práctica de la ciencia. También la aplicación práctica debe justificarse mediante una teoría sólida (Véase, p. ej., su estudio sobre traductología “Lo erróneo y lo acertado en la teoría de la traducción”, en Coseriu 1977a, El hombre y su lenguaje, Madrid, Gredos). Otro rasgo positivo especial de esta personalidad científica –no explicitado por él mismo– requiere mención aparte: la sistematización. “Er verfügte über eine enorme systematisierende Kraft”6. Coseriu poseía una luminosa capacidad de sistematización, con la que acendraba definitivamente la eficacia de su docencia. El calificativo ‚océano de conocimientos‘ con que ha sido apostrofado en Alemania el fenómeno Coseriu debería, pues, especificarse: ‘océano de conocimientos sistematizados‘. Los principios pedagógicos y científicos formulados por Coseriu mismo, no constituyen, propiamente un cuerpo de doctrina presentado en forma sistemática (esto lo ha anotado Aschenberg 2002), pero caracterizan su obra7 desde sus primeros años en Montevideo. Véase, p. ej., además de los trabajos compilados en el ya citado tomo Teoría del lenguaje y lingüística general, su poco citado artículo “Sobre el futuro romance”, en Revista Brasileira de Filología, III, 1 (1957). Allí Coseriu: (1) hace una proficua evaluación de las explicaciones (las morfológicas y las semántico-estilísticas) presentadas hasta ese momento por Vossler, v.Wartburg, Spitzer, Meyer-Lübke y muchos otros más. Luego (2) aplica esclarecedoramente la doctrina filosófica de la copresencia existencial del tiempo interiormente vivido (Carabellese, Heidegger)8 para explicar “la duplicidad” del futuro [modal yusivo, he de recordar o aspectivo inceptivo-inminente, voy a ir; y meramente ‘temporal’ recordaré, iré], la ‘inestabilidad general de las formas (no de la categoría) de futuro’ , así como ‘la periódica renovación de dichas formas’ . Y (3), finalmente, para explicar la renovación del futuro latino en un determinado momento histórico, aduce Coseriu la aparición del cristianismo, “un movimento espiritual que, entre otras cosas, despertaba y acentuaba el sentido de la existencia y le imprimía una genuina orientación ética”. Es decir, según Coseriu, la renovación del futuro latino debe incluirse entre los cambios lingüísticos motivados por las nuevas necesidades expresivas suscitadas por el cristianismo. Por supuesto, no todo en la extraordinaria obra coseriana me parece 5 "Coseriu gewinnt Wahrheit großenteils durch Filtern der Tradition", schreibt Christian Lehmann und damit hat er vollkommen recht" (H. Aschenberg 2002, 20). 6 Lo ha observado expresamente H.-M. Gauger 2002, quien titula su correspondiente breve nota necrológica "Systematiker". 7 Y, lo que me parece también digno de señalarse, la de la mayoría de sus alumnos. 8 Coseriu solía enseñar que el fundamento profundo de la ciencia del lenguaje se encuentra en la filosofía del lenguaje. (“vielleicht war der eigentliche Erfolg der Coseriuschen Sprachphilosophie, daß sie die Philosophie wieder mit der Linguistik verbundet hat nachdem diese anderhalb Jahrhunderte lang nicht mehr miteinander zu tun haben wollten”, nos dice un reputado lingüista y filósofo del lenguaje en la Alemania actual, Trabant 2003). CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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pefectamente aceptable. A manera de ilustración, quisiera indicar en seguida tres o cuatro detalles que considero, entre otros, muy controvertibles o bastante problemáticos: A) En ocasiones abunda en distinciones teóricas y metodológicas más sutiles que profundas y orientadoras, por ejemplo, en su registro de entornos del hablar (V. Determinación y entorno, loc. cit.), la distinción entre zona, ambiente y ámbito, a partir de la cual cae en una discusión de detalle en que parecen confundirse ámbito y ambiente, y que termina por despistar cuando habla de «ámbitos ambientales». Su clasificación de los entornos no me parece completamente coherente9, porque, además del contexto idiomático (“la lengua misma”), enumera entornos verbales (“el discurso mismo”) y extraverbales (« todas las circunstancias no lingüísticas »); y, sin embargo, presenta por separado «la situación», «la región» y «el universo del discurso» como clases de entornos diferentes tanto de los contextos verbales como de los extraverbales. No vemos, por ejemplo, ninguna diferencia clara y lógica entre «situación», por una parte, y contextos «empírico» y «práctico u ocasional», por la otra ; en realidad, hechos mencionados como constitutivos del contexto práctico u ocasional, «el acontecer el discurso en la calle, en una clase, … de día o de noche… » (Coseriu 1962, 316), pueden entenderse como constitutivos de la situación o del llamado contexto empírico. B) En su formulación (reformulación) de la distinción «combinaciones libres» / «combinaciones fijas», Coseriu define, en repetidas ocasiones10 y sin mayores precisiones, la técnica del discurso por oposición a las combinaciones fijas, que él llama “discurso repetido”. Pero, las combinaciones fijas pueden, a su vez, emplearse en el hablar, como componentes de combinaciones libres más extensas; ello quiere decir, por lo tanto, que las unidades de discurso repetido son también elementos de la técnica del discurso. Ésta no debiera, pues, definirse, simplemente, en oposición ni, mucho menos, con exclusión de las combinaciones fijas o unidades fraseológicas, como decimos hoy. C) En sus artículos «Sobre las categorías verbales» y «El estudio funcional del vocabulario», Coseriu les niega, expresamente, a las preposiciones significado léxico (= el contenido ideal representado por la palabra y que posibilita, en el hablar, la referencia a la realidad), las considera meras formas11, instrumentos gramaticales. Muy bien, pero en su análisis de con - en “Semántica, Forma interior del lenguaje y estructura profunda” en el mismo tomo, Coseriu 1978 - (el pastel está hecho con harina -utilizando la materia x-, corto el pan con el cuchillo -por medio del instrumento x-, paseo con un amigo -en compañía de x-, paseo con alegría -experimentando el sentimiento x-) le asigna a esa preposición el contenido léxico ‘presencia’ formulado de la siguiente manera: “y x está presente”, “estando presente x”. Con lo cual, el maestro parece 9 Para una crítica detallada de la teoría de los entornos, véase A. Zuluaga 1980, págs. 167 – 169. 10 Véase, al menos, "Structure lexicale et enseignement du vocabulaire", en Actes du premier colloque international de linguistique appliquée, Nancy 1966, Págs. 175-217. 11 "...desde el punto de vista de los dos tipos de significado [léxico y categorial] que aquí se consideran, existen palabras que sólo pueden ser F [formas], (pero tienen "significado instrumental", como los artículos y las preposiciones; u otros valores como las interjecciones),…" Coseriu 1978, pág. 60. "…, puesto que hay palabras que no tienen significado léxico ("categoremas", "instrumentos"), no todo lo que es palabra pertenece al vocabulario en cuanto objeto de la lexemática", Ibid., pág. 209. 12
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contradecir su propia doctrina12. D) Finalmente quisiera indicar un aspecto explicable, quizás, por el origen de muchas (la mayor parte) de sus publicaciones en Alemania (éstas fueron dictadas directamente por el autor a algún alumno, asistente o ayudante, o surgieron de notas tomadas por éstos durante las clases): de vez en cuando el lector crítico tropieza con formulaciones que causan extrañeza por lo impropias. Por ejemplo, en Coseriu 1980, pág. 127, se lee: “Ich glaube behaupten zu dürfen, dass der Don Quijote ein Gedicht über die Freiheit ist, dass die Freiheit das eigentliche Thema dieses Romans darstellt” (‘Creo poder sostener que El Quijote es un gran poema a la libertad, que la libertad es el verdadero tema de esa novela’)13. Esto, dicho así, produce la poco grata impresión de que el autor se ufana (y aun pavonea) de lo que es mera reformulación de una idea explicitada y documentada por otros estudiosos cervantistas muchos años antes. Por ejemplo, en 1948, y con indicación expresa de retomar una observación de A. Castro , L. Spitzer interpreta lo que él mismo llama „perspectivismo lingüístico“ -polionomasia, polietimología y poliglotismo - (del que, precisamente, se ocupa Coseriu en el mencionado contexto, citando a Spitzer) y otros procedimientos, como diversos juegos de palabras, desautomatización de enunciados formulísticos y la ironía en El Quijote , como afirmación de la libertad, sobre todo de la libertad artística. Spitzer llega a decir: „It is a historical miracle that, in the Spain of the Counter-Reformation, when the trend was toward the reestablishment of authoritarian discipline, an artist should have arisen who, thirty-two years before Descartes‘s Discours de la méthode (…)was to give us a narrative which is simply one exaltation of the independent mind of man – and of a particularly powerful type of man: of the artist,“ …“All the explanations [de la primera frase de la novela: En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme ] … fail to take into sufficient consideration the functional value, for the novel, of the attitude of the author expressed therein –which, in my opinion, is the glorification of the freedom of the artist”14. El lector de estas líneas, después de columbrar la grandeza científica excepcional de Eugenio Coseriu, se preguntará, con justificada curiosidad, cómo sería esta persona. En las mencionadas entrevistas biografía Die Sachen sagen se puede encontrar amplia respuesta, bástennos aquí las siguientes observaciones. Pasó, obsesionado por el trabajo científico, estudiando, escribiendo, enseñando casi cada día y cada noche de su vida. Para ello, desde muy joven, se habituó a dormir solamente unas escasas dos o tres horas al día. Era un excelente contador y escucha de buenos chistes, de todos los colores; podía reír sin inhibiciones. Pero la infancia y la adolescencia 12 Desde luego, no voy a entrar a discutir aquí el problema del tipo o de los tipos de significado de las preposiciones ni el del principio coseriano de tratar de formular en forma muy abstracta un significado básico , unitario, que pueda cobijar todos los diferentes tipos de acepciones. 13 Traducción mía (A. Z.). No sobra anotar aquí, además, que estamos acostumbrados a decir El Quijote, para referirnos a la novela, y Don Quijote para referirnos al personaje. 14 Spitzer, Leo 1988, Págs. 264 y 265. Véase, además: "the hero is Cervantes, the artist himself, who combines a critical and illusionistic art according to his free will", pág. 265; "By the deliberate assertion of his free will.., ibidem; "The artistic freedom conquered by Cervantes, … In the predicament indicated by (…) "o lo que quisieras que sea", the artist has asserted his own free will"; "Now, from what has been said it would appear that the artist Cervantes uses linguistic perspectivism only in order to assert his own creative freedom; and…", Pág. 254. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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con carencias extremas en Rumania, un pequeño país ocupado en aquella época15, del que tuvo que huir desplazado y fugitivo, le dejaron huellas indelebles ; fue un hombre de un dominio invencible (parecía no haberse hecho nunca concesiones), muy cuidadoso en los gastos, salvo cuando se trataba de adquirir libros ; excéptico o desconfiado hacia el resto del mundo, pero ávido de reconocimientos y de lealtades. Áspero y autoritario16, y de fobias y temores impávidos, iba siempre directamente al grano en todo y con todos. Pero con los alumnos que lo entendían y lo buscaban y consultaban y lo aprovechaban con seriedad, Coseriu fue acogedor, excepcionalmente generoso y, en ciertos casos, muy jovial, a la manera popular latinoamericana (De ello doy testimonio agradecido). Uruguay, la llamada Suiza de América en la década de los cincuenta del siglo pasado, se lo llevó de Italia, lo nombró profesor, le facilitó condiciones y presupuesto para centrarse en la lingüística, le otorgó pasaporte y nacionalidad, y aun le concedió los primeros grandes reconocimientos merecidos. En la segunda página de Coseriu 1977: Estudios de lingüística románica, Madrid, Gredos, leemos: “Dedico este libro a la República Oriental del Uruguay”. No le conocí compromiso político coherente. A los 19 años abandonó su país de origen que se le tornó extraño, y, después, dondequiera que vivió, siempre se sintió extranjero (Cf. Die Sachen sagen, págs. 27-28) y sin derecho a voto, con la excepción de unos cuantos años en Uruguay. Nolens volens Coseriu fue o ‘un hombre sin patria’ o ‘un ciudadano del mundo’. Se dejó homenajear públicamente en países con regímenes tan represivos y tan desvergonzados, como la Rumania de Ceaučescu, o tan autoritarios y de orígenes tan sanguinarios, como la España de Franco, o tan democráticos y libres, como la Alemania Federal y la España de González. Un libro suyo, Lezioni di Linguistica Generale (1973), lo dedicó Don Eugenio a tres lingüistas: un fascista, un comunista y un liberal demócrata. Entre 1940 y 1951 Coseriu realizó la mayor parte de sus estudios universitarios en Italia; en Roma se doctoró en filologías eslávica y románica, y en Milán, en filosofía. En esa década se ganó la vida en diferentes oficios, sobre todo en el periodismo. Desde 1963 hasta su jubilación en 1989 regentó la cátedra de lingüística general y las de filologías románicas en la Universidad de Tubinga. Desde aquí, en el tiempo libre de clases (Vorlesungsfreiezeit), más o menos la mitad del año, viajó casi sin sosiego por Europa y por América Latina, dictando cursos y conferencias. Sus últimos años constituyeron una elocuente lección sobre “la condición humana”: Coseriu cosechó abundantemente los frutos de una existencia dedicada, por encima de todo lo demás, al éxito científico; no alcanzó a recibir personalmente todos los numerosos homenajes que se le ofrecieron; sin embargo, fue abrumador el final de su vida “de pocos amigos”. Ya en sus 15 De Rumania se ha dicho que 'tiene siete vecinos y, de entre ellos, un único amigo: el Mar Negro'. Y que es 'una isla latina en un mar eslavo'. 16 Curiosamente, él mismo llegó a decir de algún colega suyo: "er war doch ein wenig… tyrannisch eingestellt" (Cf.. Die Sachen sagen, Pág. 96 14
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Eugenio Coseriu (1921 - 2002)
aciagos últimos meses, abatido por el abandono y por el sufrimiento de una implacable enfermedad terminal, fueron sólo unos cuantos de los alumnos más cercanos y el cura cróata de su parroquia quienes le brindaron, de vez en cuando, ratos de compañía y conversación. Sus palabras de despedida a un colega francés revelan el drama final: “Personne ne peût plus rien pour moi, seule l’amitié peût encore m’aider”. Nosotros, en nombre del Instituto Caro y Cuervo y del nuestro, dejamos constancia de profundo reconocimiento para con su obra científica, creativa y renovadora. Y confiamos en que la posteridad siga beneficiándose de este enorme e invaluable legado.
Bibliografía Aschenberg, H. 2002: „Eugenio Coseriu als Hochschullehrer“. En Murguía 2002, 11 – 32. Coseriu, E. 1957: “Sobre el futuro romance“. En Revista Brasileira de Filologia, III, 1 (Recogido en Coseriu 1977b). Coseriu, E. 1958: Sincronía, diacronía e historia. Montevideo (1973 segunda edición revisada y corregida, Madrid, Gredos). Coseriu, E. 1962: Teoría del lenguaje y lingüística general. Cinco estudios. Madrid, Gredos. Coseriu, E. 1966: “Structure lexicale et enseignement du vocabulaire”. Actes du premier colloque international de linguistique appliquée. Nancy, 175 – 217. Coseriu, E. 1975: Leistung und Grenzen der Transformationellen Grammatik. Tübingen, Narr. Coseriu, E. 1973: Lezioni di Linguistica Generale. Torino, Editore Boringhieri. Coseriu, E. 1977a: El hombre y su lenguaje. Madrid, Gredos. Coseriu, E. 1977b: Estudios de lingüística románica. Madrid, Gredos. Coseriu, E. 1978: Gramática, semántica, universales. Madrid, Gredos. Coseriu, E. 1980: Textlinguistik. Eine Einführung. Tübingen, Narr. Durafour, J. P. 2002: «Eugenio Coseriu: epistémologue, philosophe du langage et linguiste». En Murguía 2002, 33 – 70. Gauger, H. M. 2002: „Systematiker“. En Frankfurter Allgemeine Zeitung, 10. September. Kabatek, J. 2002: “Die unveröffentlichten Manuskripte Eugenio Coserius – eine Projektskizze”, En Murguía 2002, 11-124. Kabatek, J. / Murguía, a. 1997: Die Sachen sagen wie sie sind… Eugenio Coseriu im Gespräch. Tübingen, Narr. Knörr, H. 2002: “Llanto por Eugenio Coseriu”. (Manuscrito). Moser, V. H. (Hrg) 1970: Probleme der kontrastiven Grammatik. Düsseldorf, Schwann. Murguía, A. 2002: Sprache und Welt. Festgabe für Eugenio Coseriu zum 80. Geburtstag. Tübingen, Narr. Spitzer, L. 1988: Representative Essays. A. K. Forcione et al. . Stanford, Stanford University Press. Trabant, J. 2002: “Letzter Meister. Zum Tod des Sprachwissenschaftlers Eugenio Coseriu“. En Süddeutsche Zeitung, 10. September. Trabant, J. 2003: “Vom Hören und Sagen. Zum Gedenken an Eugenio Coseriu“. Tübingen, Universität. 12. Dezember. Weber, H. 2002: “Eugenio Coseriu 1921 – 2002“. En Gemeindebote Kirchentellinsfurt, 14. September. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Alberto Zuluaga O.
Willens, K. 2002: „Eugenio Coseriu (1921 – 2002). Versuch einer Würdigung“. (Manuscrito). Zuluaga, A. 1980: Introducción al estudio de las expresiones fijas. Frankfurt, Bern, Peter Lang. (Alberto Zuluaga O. (Tubinga, 2003)
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Edwin Morales La Venus se siente observada Carboncillo y café sobre papel 100 x 150 cm 10-04-05
Práctica Pedagógica, Modelo Inferencial de la Comunicación y Teoría de la Relevancia. Algunas reflexiones desde la Pragmática
Práctica Pedagógica, Modelo Inferencial de la Comunicación y Teoría de la Relevancia. Algunas reflexiones desde la Pragmática
Edison Ortiz Muñoz∗ Resumen:
Desde la pragmática, los eventos comunicativos generados en los espacios académicos requieren de elementos precisos, con pertinencia y efectividad; de tal manera, que la práctica pedagógica, la comunicación y el discurso relevante, entren en comunión, en beneficio de verdaderos y dinámicos procesos de enseñanza y aprendizaje. Es pues, este el propósito de la siguiente reflexión.
Palabras Claves: Pedagogía, comunicación, teoría de la relevancia, pragmática, actos de habla.
Summary:
From the pragmatic, the communicative events generated in the academic spaces require of precise elements, with pertinent and effectiveness; of such way, that the pedagogical practice, the communication and the excellent speech, enter communion, benefit of true and dynamic processes of education and learning. It is then, this intention of the following reflection.
Key Words: Pedagogy, communication, theory of the relevance, pragmatic, acts of speech.
CRISIS La escuela como institución, se ha visto inmersa en una serie de cuestionamientos sobre la calidad de los procesos que en ella se han venido desarrollando. Los egresados en cada uno de los ciclos no encuentran una articulación adecuada, al pasar de un nivel a otro. La familia, en su progresiva desarticulación y disfuncionalidad, pretende que ella asuma la responsabilidad de formar en valores y principios; la sociedad, le exige individuos forjados en el respeto y la sana convivencia; el modelo económico del momento, le solicita personas eficientes en el ejercicio de funciones productivas; el estado, le cuestiona * Docente titular de la Institución Educativa Deogracias Cardona Pereira. Licenciado en Español y Comunicación Audiovisual. Universidad Tecnológica de Pereira. Especialista en Educación de la Universidad Cooperativa de Colombia. Diplomado en Pedagogía y Didáctica de la Universidad Pinar del Río. Cuba y la UNISARC de Colombia. Estudiante de III semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira. edison660109@ yahoo.es CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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sus pobres resultados en las pruebas de medición estándar; y la escuela en sí misma, solicita más presencia y compromiso de la familia; más inversión social del gobierno, para no ser el reflejo de la intolerancia y la violencia de la sociedad; demanda más inversión del estado en infraestructura para el mejoramiento de los procesos educativos; y espera, una mejor actitud de las nuevas generaciones ante los deberes académicos. Una crisis motivada por una cadena ininterrumpida de señalamientos mutuos que han estancado por completo las posibilidades de crecimiento y de transformación. Por tanto, ¿qué hacer desde la práctica pedagógica del maestro, para dinamizar el trabajo en el aula y ser consecuentes con las exigencias del momento? Desde la pragmática, es posible desarrollar algunos planteamientos sobre la comunicación que se establece en la relación maestro-alumno, al participar en actos de habla permanentes, y con los cuales se está compartiendo el conocimiento; y a la vez, cualificar los niveles de interpretación y comprensión de los significados que subyacen en las emisiones de cada uno de los hablantes. Así, los planteamientos de Paul Grice, sobre el Modelo Inferencial de la Comunicación, y la Teoría de la Relevancia de Deirdre Wilson y Dan Sperber, constituyen el referente teórico para las reflexiones del presente análisis.
LAS REFLEXIONES El modelo clásico de la comunicación parece tener aún, algunos adeptos, que mantienen un esquema estático de emisor - mensaje - receptor para difundir el conocimiento. Suponen una predisposición y unos preconceptos claros y definidos del estudiante frente a la novedad de la información académica. Pero poco interés se le presta a la calidad del estímulo, entiéndase como información codificada por el maestro para ser descifrada por sus alumnos; mucho menos, existe una preocupación por los procesos efectivos de comprensión de la esencia de los mensajes, que incluyen el propósito y el sentido de la elaboración discursiva. Desde el modelo inferencial, el comunicador, para el caso, el maestro, en la construcción del significado, pone en juego una evidencia suministrada para que sea inferida por su interlocutor, el estudiante, quien debe llegar a la evidencia de su intención. De lo contrario, el desconcierto y la desmotivación surgen como obstáculo para nuevos eventos comunicativos, por la imposibilidad de acceder al sentido y al significado de la información recibida. La pragmática de carácter inferencial, plantea que el oyente deduce el significado del hablante, a partir de la evidencia suministrada; por tanto, sus emisiones deben generar expectativas de manera automática para que merezcan toda su atención. El principio de cooperación y las máximas de cualidad (sinceridad); cantidad (informatividad); relación (relevancia); y modo (claridad) deben asumirse en el cumplimiento de actos de habla verdaderamente significativos en el aula de clase. Con la teoría de la relevancia, un enunciado debe suscitar alguna inquietud en el oyente que lo lleve hacia el significado propuesto por el hablante. 20
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Práctica Pedagógica, Modelo Inferencial de la Comunicación y Teoría de la Relevancia. Algunas reflexiones desde la Pragmática
Debe encontrar además, una relación con la información que ya posee, y un impacto positivo en el listado de sus gustos y preferencias, para que se convierta en una información relevante. Lo que poco entra en sintonía con el estudiante, simplemente se desecha. Además, de los fenómenos perceptibles, los pensamientos, los recuerdos y las conclusiones inferenciales, el proceso cognitivo también constituye un estímulo externo (input), y como tal debe considerarse para convertirlo en contenido relevante para el estudiante. La búsqueda de lo significativo, como inquietud innata del ser humano, implica que siempre se está en contacto con estímulos de muy diversa naturaleza, pero cada individuo asimila, consciente y de forma sistemática, sólo aquellos que le despiertan su sensibilidad. Un contenido temático, constituye pues un input relevante, si entra en contacto con informaciones previas, para convertirse en un efecto cognitivo positivo, de tal forma que el estudiante al valorar las implicaciones de los enunciados determina la trascendencia de los mismos; y así, a mayor efecto cognitivo positivo, mayor relevancia; y a mayor esfuerzo de procesamiento en la búsqueda del sentido, menos relevancia. Entonces, ¿Por qué desconocer la información que los estudiantes han asimilado en la escuela misma y en otros espacios de prácticas sociales? ¿Por qué ignorar las situaciones en las que un grupo, o casi la totalidad, demuestran desgano por un tema, una asignatura, un área o un plan de estudios en general? Si por naturaleza el ser humano tiende de manera natural a maximizar la relevancia, por la misma evolución del sistema cognitivo, sus agudos sistemas de percepción exigen estímulos apropiados; y si el maestro, se conscientiza de esta tendencia automática, podría anticiparse a los efectos en los estados mentales de sus estudiantes, y seleccionar con mayor precisión los supuestos contextuales del conocimiento, para conducir a la conclusión pretendida en el aprendizaje. Un conocimiento claro, manifiesto y patente, despierta en el estudiante, la habilidad para sacar conclusiones, deducir y predecir resultados. La comunicación se transforma en un acto ostensivo-inferencial, que implica una intención informativa y una intención comunicativa. En la primera, se pretende informar a un interlocutor de algo; y en la segunda, compartir a un interlocutor la intención informativa propia. El estudiante llega a la comprensión, si se cumple la intención comunicativa, o sea al reconocer la intención informativa; y esta última se realiza si el destinatario confía en su comunicante. La confianza se construye con verdaderos estímulos ostensivos, que llamen la atención y se concentren en el significado pretendido: relevancia plena para el estudiante. El maestro, al mantener el interés en la elaboración de actos de comunicación ostensivos1, gana en credibilidad, y aumenta las probabilidades de impacto positivo en sus estudiantes, y por consiguiente, el aprendizaje se torna significativo y de relevancia óptima. 1 La comunicación inferencial, lo que la teoría de la relevancia llama, comunicación ostensivo inferencial, lleva consigo un nivel extra de intención: la de informar a un interlocutor de algo, y la de informar a un interlocutor de una intención informativa propia (Deirdre Wilson y Dan Sperber, 2004-pág.244). CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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La presunción de relevancia óptima para el maestro, supone una predicción de un acto comunicativo ostensivo, y una realización que compromete un esfuerzo y una fijación clara en el efecto. La fuerza del estímulo ostensivo, lo hace tan relevante, que el estudiante justifica el esfuerzo de procesamiento y se preocupa por su comprensión. Además, infiere su calidad ostensiva, valorando las capacidades y preferencias del maestro. No obstante, estos actos comunicativos, propios del aula de clase, también están perneados por las emociones. La inconformidad por cierto tipo de información o irrelevancia, se hacen manifiestas desde un silencio ostensivo, que debe ser descifrado por los interactuantes, para adecuar elementos y recuperar la relevancia del acto. De ambos, se espera el cumplimiento de la máxima de la buena disposición cooperadora, para garantizar la continuidad significativa de los actos de habla. En este caso, la violación de la máxima de cantidad, implicaría una incapacidad, más que una falta de disposición. La relevancia es en consecuencia, inversamente proporcional al esfuerzo. A menor relevancia de los estímulos, mayor esfuerzo del estudiante por descifrar lo percibido. Cabe precisar, que en ningún momento los niveles de esfuerzo deben afectar la rigurosidad del análisis y la formalidad del saber en las ciencias, por el contrario, se pretende una motivación, para que el conocimiento se difunda de una manera clara, desmitificada y sin presunciones. A manera de conclusión, la identificación del contenido explícito e implícito, es una labor inferencial que se rige por el principio comunicativo de la relevancia. En el proceso general de comprensión de los estudiantes, es indispensable el desarrollo de un pensamiento con capacidad para predecir o hipotetizar sobre los posibles significados contenidos en un acto comunicativo. Para ello, es indispensable prepararlos para que lleguen al contenido explícito, las explicaturas, a través de una efectiva descodificación, desambiguación y concreción del referente. También, orientarlos hacia la lectura de los supuestos contextuales o referencias indirectas, premisas implicadas. Igualmente, solicitarles que infieran la información desarrollada y las conclusiones implicadas. Los tres momentos, como una acción simultánea, para comprender el significado propuesto como estructura profunda, en múltiples y diversas tipologías textuales.
Bibliografía AUSTIN, John L. Cómo hacer cosas con palabras. (Compilado por J. O. Urmson) Barcelona: Paidós.1998. GRICE H. Paul. Las intenciones y el significado del hablante. Madrid: Tecnos. En VALDÉS VILLANUEVA, Luís M. 1999. ESCANDEL VIDAL, Mª Victoria. Introducción a la pragmática. Barcelona: Editorial Anthropos.1993. SEARLE, John R. Actos de habla. Madrid: Cátedra. 1999. SPERBER, Dan; DEIRDRE, Wilson. La teoría de la relevancia. Revista de investigación lingüística. Vol. VII-2004. Págs. 237-286.
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Edwin Morales Mirada del otro Carboncillo, cerufa y café sobre papel 100 x 150 cm 18-07-05
¿El lenguaje, un fantasma?
¿El lenguaje, un fantasma? Wilmar Alberto Ospina Mondragón∗ Resumen:
Puede vislumbrarse, con acervo, que en la practicidad lingüística no sólo las lexías de una lengua determinada transforman de manera caleidoscópica el devenir cognoscente (objetivo y subjetivo) de los seres humanos, sino que, también resignifican el contexto social y cultural que los vadea de forma vehemente; no obstante, las palabras que ejercen mayor fuerza de conmutación social son aquellas desmembradas del uso cotidiano, ordinario o coloquial, porque éstas no son alopécicas o minucias lexicales como suelen determinarse desde un contemplación soslayada, por el contrario, lo que se resguarda en su ingente presencia es una miríada semántica, una mixtificación del contorno dado a través de la palabra emitida por el pueblo, por la multitud, puesto que, en aquellas emisiones lingüísticas están contenidas las experiencias del mundo, absorbidas por múltiples generaciones. Incluso desde la pragmática el silencio hace sus veces.
Palabras Claves: Pragmática, lenguaje, semántica, contexto social y cultural. Summary:
It can be glimpsed, with heritage, in the practicity of linguistic not only the lexis of a particular language transform trough a kaleidoscopic form the cognitive coming about (objective and subjective) of humans beings, but also they focuse their meaning in the social and cultural context which wade them in a vehement way; although, the words which exert a stronger strength in terms of social communication are those ones which come from the daily use, ordinary or colloquial. These aren’t any type of baldo or lexical minor as they are supposed to be determinated from a eluded view, what is saved in its huge presence is a semantic view to the contrary, a variation of the given environment trough the speech stated by the people, by the crowd, since in those linguistic statements are the world’s experiences which are absorbed by multiple generations. Eventough from the pragmatic the silence itself makes its roll.
Key Words: Pragmatics, linguistics, semantics, social and cultural context. Sí, vocifera la gélida realidad en la espesura del mundo, el hombre es sin conmiseración alguna un ser del lenguaje, es delimitado en todos los contornos que lo componen por la palabra, sin embargo, ello no significa que todos se tornen idénticos, tal vez a partir del campo biológico, en apariencia y como * Docente de la Institución Ciudad Boquía Pereira. Docente catedrático de la Universidad Tecnológica de Pereira. Licenciado en Español y Comunicación Audiovisual. Estudiante de III semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira.
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concepto ínfimo puedan serlo; no obstante, en la esfera lingüística nunca un hombre es uno, desde el umbral de esta perspectiva, uno puede ser muchos, puesto que, su comportamiento lingüístico consigue imbuirlo en tantos contextos socioculturales y comunicacionales como individuos se aúnan en la tierra. En este coaccionar humano, constante y permanente, como la vida y la muerte, se involucra no sólo el agente psíquico desde el raciocinio, sino que, de manera simultánea también el comportamental accionado por el uso del lenguaje. Esto como axioma universal es inquebrantable, irrefutable.
“El lenguaje no es un espejo de la realidad. Simplemente es un instrumento para el desarrollo de la vida del hombre. Pensamiento y lenguaje son, ante todo, conducta humana y, en consecuencia, pertenecen al campo de la praxis”1 En esta elucubración sobre el lenguaje, se puede argüir que una lengua determinada se aprehende por reflexión2, es decir, por el uso pragmático de lo que se escucha, de hecho y sin lugar a dudas, el neófito se ase de su lengua por su necesidad de interacción comunicativa, para ello no es menesteroso ahondar y conocer una estructura teórica del lenguaje, tan sólo practicar con las palabras que se van anclando, paulatinamente en su cerebro y que, van gestando una huella lingüística imborrable, un repertorio lingüístico con el cual es posible comunicarse, hacerse entender, interactuar. Es pues, el lenguaje un acontecer ciertamente pragmático, una funcionalidad lexical. El lenguaje como fuente que faculta al hombre de razón es análogo al juego, es decir, ambos estados actitudinales están regidos por una normatividad consuetudinaria aceptada o, por lo menos, así suele suceder, sin embargo, ello no indica que el lenguaje como juego deba instituirse de carácter uniforme, sino que, por efectos de uso y desuso del mismo subyacen otras formas de acarrearlo a la practicidad; así por ejemplo, una palabra abandonada a su ignominiosa normatividad, puede usurpar, aunque sea paradójico, múltiples significados de acuerdo al contexto al que se adjudique su usanza, incluso desde la pragmática el silencio hace sus veces. Puede vislumbrarse, con acervo, que en la practicidad lingüística no sólo las lexías de una lengua determinada transforman de manera caleidoscópica el devenir cognoscente (objetivo y subjetivo) de los seres humanos, sino que, también resignifican el contexto social y cultural que los vadea de forma vehemente; no obstante, las palabras que ejercen mayor fuerza de conmutación social son aquellas desmembradas del uso cotidiano, ordinario o coloquial, porque éstas no son alopécicas o minucias lexicales como suelen determinarse desde una contemplación soslayada, por el contrario, 1 WITTGESTEIN, Ludwing. La filosofía del lenguaje. Editorial Alianza. Madrid. 1973. Pág. 139. 2 Este término no alude al evento de raciocinar sobre un hecho, idea, sentimiento o teoría determinada, sino, sobre el reflejo del sonido, de las palabras al ser emitidas y posteriormente reutilizadas por el hablante nativo.
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¿El lenguaje, un fantasma?
lo que se resguarda en su ingente presencia es una miríada semántica, una mixtificación del contorno dado a través de la palabra emitida por el pueblo, por la multitud, puesto que, en aquellas emisiones lingüísticas están contenidas las experiencias del mundo, absorbidas por múltiples generaciones. El otro discurso, el normativo, el regulado, mejor dicho el científico es, sin miramientos artificiosos, más plúmbeo, más metálico; menos dócil; habría que exorcizarlo de su rigidez semántica para usufructuar un análisis pragmático sobre su composición y uso. Así pues, es hacedero elucidar que, tan arbitrarias son las reglas gramaticales como el lenguaje, sin éstas las palabras no exhortarían ningún significado y, al transgredirlas una metamorfosis semántica se matiza sobre ellas, por tanto, sin esta variabilidad de significaciones lexicales el lenguaje no sería versátil; al cabo, ambos (tanto las normas como el lenguaje) son preponderantes para la comunicación humana.
“La obediencia a una regla es una práctica o costumbre que se adquiere, no algo que se derive de un único hombre, por tanto, marcan, por un lado, la uniformidad y, por otro lado, la diversidad de conductas, de uso”3 Es, entonces, ante todo precepto epistemológico, indubitable considerar que el hombre y su realidad están abandonados, sin extrañas patologías, ante los actos de habla, porque evidentemente, existen tantos usos del lenguaje como seres humanos en la tierra, por consiguiente, dichos actos no son convencionalizados o esquematizados con inflexibilidad, más bien son volubles, amplios, porque todos ellos en su envoltura lingüística tienen impregnada una o múltiples intenciones, puesto que, entre su condición de producción y su modo de interpretación se abisma una vasta diferencia que es concomitante con el contexto sociocultural en el que se emita cada acto de habla o locución, en la que, de forma implícita en algunos casos y , explícita en otros tantos, se evidencia una fuerza ilocucionaria que robustece o reanima la condición contrastiva entre los diversos y heterogéneos actos del lenguaje que habitan en la vida social del hombre. Al respecto se puede esgrimir que decir sería, así, el acto ilocucionario más genérico y no habría posibilidad de identificar la locución como entidad separable de la ilocución. Toda locución es, pues, una ilocución, ya que en esta siempre quedan incluidas la emisión de palabras y la referencia y predicación correspondiente. De tal suerte, se inquiere que en todo acto de habla el lenguaje es el elemento que media el desarrollo y realización de dicha actividad, al cabo, en cada uno de ellos la diferencia radica de acuerdo a su funcionalidad, uso e intención, es decir, a los efectos perlocucionarios que el acto verbal produce en las otras personas o interlocutores. Austin4 columbra la estructura corpórea de los actos de habla erigiendo una postura ahondada en la dualidad, por un lado, estos actos pueden ser constatativos y, por el otro, pueden tornarse realizativos; estos son enunciados
3 Ibíd. Pág. 146. 4 AUSTIN, J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Ed electrónica Philosophia. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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cognoscitivos de lo que puede afirmarse y se abanderan como falsos o verdaderos verificando la existencia o insubsistencia de un hecho o estado de cosas; aquellos, por su parte, se emplean para advertir que el sólo hecho de enunciarlos equivale a su realización; no obstante, por la complejidad de las normas que los regulan (son oraciones gramaticalmente declarativas, comportan sólo la primera persona del singular del presente indicativo, no son clasificadas como verdaderas o falsas, sino como adecuadas o inadecuadas, además no carecen de sentido) se instituyen bajo el velo de lo ritualizado y pueden contemplarse como judicativos, ejercitativos, compromisorios, comportativos o expositivos. “los enunciados realizativos se usan para llevar a cabo diferentes tipos de acciones; más o menos ritualizadas o convencionalizadas, uno de cuyos episodios principales- si no el principalconsiste precisamente en pronunciar determinadas palabras.”5 Ahora bien, estos actos verbales de acuerdo a su propósito comunicativo obtienen diferentes acepciones de ejecución, así pues, por las características que los embadurna, ellos pueden ser infortunados, insinceros, viciados, adecuados e inadecuados, entre otros. Sin embargo, un acto de habla no es un proceso ínfimo de decir algo, éste por su constitución natural e intención comunicativa se apropia, de forma paralela de unas relaciones semióticas que tienen como función primordial reavivar las interrelaciones comunicativas entre los seres humanos, es decir, la palabra no está aislada desde ningún tópico del lenguaje no verbal o inarticulado, casi podría asegurarse, que su primera significación se irgue allí, en lo no verbal. Es por ello que en el lenguaje no sólo se acumulan fenómenos lingüísticos que se perfilan como objeto de estudio, sino que, también a él se ligan una vastedad de vivencias y experiencias humanas desmembradas en derredor de su uso común y que, por consiguiente, suscitan análisis de mayor relevancia, mucho más enfáticos, puesto que, el acto de habla no es tan sólo la producción de la palabra, sino la contextualización que de ella se realice.”El lenguaje que usamos en nuestra comunicación ordinaria es una herramienta que el paso del tiempo ha ido puliendo, hasta hacer de ella un útil perfectamente adaptado a los fines que sirve. Se trata de un instrumento empleado por generaciones y generaciones, que lo han ido ajustando paulatinamente a las necesidades de cada momento. En este sentido, las distinciones que establece el lenguaje corriente tienen que considerarse como un buen indicativo de que la sociedad que las establece las considera necesarias.”6 Por tanto, es factible inferir que el reflejo emitido por el urente espejo de la sociedad, cuando un hombre se asoma a él de manera plena o tal vez, con cierta timidez, vislumbra una silueta netamente sonora, lexical. El hombre es la encarnación del lenguaje. De hecho, las palabras fluyen en el ser humano así como la luz se desprende del sol, naturalmente; ellas y por analogía lógica, se podría decir iluminan la vida comunicacional de la humanidad, puesto que, ninguna lengua es árida 5 ESCANDELL, María Victoria. Introducción a la pragmática. Barcelona: Ed Ariel.. España. Pág. 35 6 AUSTIN, J. L. La filosofía corriente del lenguaje. Pág. 52. 28
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para dicho fin, todas, sin excepción alguna hacen de la comunicación una existencia social, ello se evidencia en la capacidad que tiene cada individuo para expresar cualquier cosa que desee decir; imaginaos entonces, ¿cuántas personas en el mundo entero se apropian del principio de expresabilidad? ¡Todas! ¡Todas! ¡Todas! Absolutamente todas. He allí, en el uso del mencionado principio las líneas que delimitan no sólo el contorno geográfico humano, sino también, el contexto sociocultural y comunicacional. Casi podría decirse que, los actos de habla son la materialización del principio de expresabildad, así pues, ambos procesos están íntimamente relacionados con el hablante, en tanto que contienen lo que éste quiere expresar o decir, con el enunciado emitido en cuanto al significado que implícito trae consigo la frase o palabra emitida, con el oyente desde qué es lo comprendido y qué efectos produce en él la emisión del enunciado y, por último, con la sintaxis, a través de la cual se vislumbra la relación y estructuración de las palabras usadas en una enunciación determinada. Se hace preponderante, inquirir que, del principio de expresabilidad subyace, paulatinamente, el de cooperación, el cual profesa que los actos de habla ejecutados en un evento comunicativo o conversacional no son sensaciones de observancias inconexas, sino que, más bien son un conjunto de propósitos comunes que direccionan con racionalidad e inteligibilidad el discurso desarrollado por los interlocutores. En ambos principios lo que se percibe es un equilibrio de contrarios, de fuerzas opuestas y, en medio de ellas emerge, con naturalidad, la comunicación dada a través de las máximas conversacionales7 que en ella se gestan; en otros términos, así como de la tierra emergen los ríos, así de los hombres las interacciones lingüísticas. Puede la historia ocultar bajo la sempiterna forma de su sombra hechos o sucesos que refutan la existencia humana, el desarrollo industrial y científico, la conspiración política, la parálisis del arte moderno, entre otros, no obstante, para ella y las demás ciencias es inverosímil negar la presencia del lenguaje como herramienta de comunicación humana, puesto que, la insubsistencia de éste en el decurso de todos los tiempos ahondaría al hombre en las profundidades de una sociedad vesánica. El lenguaje es, entonces, análogamente a las necesidades fisiológicas, la de mayor vitalidad para el hombre, puesto que, con ella él se excluye de las rudimentarias venalidades a las que se exponen, con permanencia, los demás seres de la escala zoológica y por las cuales aún, en el umbral del siglo XXI continúan trasegando el universo en cuatro patas y haciendo siempre sus necesidades comunicativas de la misma forma: mecánicamente. Por el contrario, el homo sapiens - sapiens, tal vez, ejecute de manera mecánica todas sus actividades fisiológicas, más le sería imposible comunicarse siempre de la misma forma, por tanto, si el lenguaje es fisiológico, es una necesidad 7 Estas se derivan del principio de cooperatividad y se componen de la cantidad que es la información que se proporciona y la contribución que se hace en el evento comunicativo; la cualidad que es la veracidad a la que se hace alusión en el enunciado emitido; la relación que compete directamente con lo lacónico, es decir, emitir enunciados relevantes en el proceso de comunicación y, por último, el modo que alude al cómo se dice lo emitido. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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caleidoscópica, ecléctica; es por consiguiente una forma comunicativa que varía de acuerdo al contexto y a lo que se pretenda decir o enunciar. Cuando en el principio, la voz cósmica, con sus fríos ruidos inarticulados e inaprensibles prorrumpió el silencio y dijo: ¡hágase la luz! Lo que se erguía desde el fondo de la caverna no era una sombra proyectada por la lumbre del contexto o un imperecedero fantasma que urdía el temor, sino que, por el contrario, lo que se edificaba era en sí mismo el hombre: el lenguaje.
Biliografía AUSTIN, J L. Cómo Hacer Cosas con Palabras. Madrid: Editorial Paidos. 2003. ____________. La Filosofía Corriente del Lenguaje. Madrid: Editorial Paidos. 2005. BORGES, Jorge Luís. El Lenguaje de Buenos Aires. Buenos Aires: Editorial Emecé. 1998. CLEMENTE, José Edmundo. El Lenguaje de Buenos Aires. Buenos Aires: Editorial Emece. 1998. ESCANDELL, María Victoria. Introducción a la Pragmática. Barcelona: Editorial Ariel. 2000. FOUCAULT, M. Las palabras y Las Cosas. México: Editores siglo XXI. 2001. GOYES O, Luís Nelson. Fundamentos de la Pragmática del español. Sin pie de imprenta (S.P.I.) HALLIDAY, M. A. K. El lenguaje como semiótica social. Barcelona: Editorial Seix Barral. 1998. LYONS, J. Lenguaje, Significado y Contexto. Madrid: Editorial Paidos. 2002. ROUSSEAU. Jean Jacques. Ensayo Sobre el Origen de las Lenguas. Bogotá: Editorial Norma. 1993.
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Edwin Morales Net Carboncillo, cerufa y café sobre papel 100 x 150 cm 04-08-05 (Obra seleccionada 40 Salón Nacional de Artistas 2006)
¿Para qué la Reflexión Filosófica en Personas que se ocupan del Lenguaje?
¿Para qué la Reflexión Filosófica en Personas que se ocupan del Lenguaje? Juan Pablo Gutiérrez Gómez∗ Resumen:
La aproximación a la relación lingüística - filosofía y a la disertación interdisciplinaria está mediada por el lenguaje como forma de actualización de saberes y revisión de otros. Los conceptos respecto del lenguaje han cambiado, revaluado y resignificado en las últimas décadas. La segunda de ellas da buna fe de ello y los juegos del lenguaje han posibilitado ampliar y enriquecer su parte semántica. El presente escrito hace alusión al apalabramiento del ser, la relación Lingüística - Literatura, como también al giro lingüístico como forma de resignificación semántica
Palabras Claves: Lingüística, Filosofía, Lenguaje, Giro lingüístico, individuo,
ideas, discurso.
Summary:
The approach to the philosophical – linguistic relationship and interdisciplinary disquisition is through the agency of language actualization and by the review of that knowledge. The concept about language has been changed, reevaluated and has had its meaning changed over the past few decades. This philosophy has proven this out, and the games of language have quite possibly heightened and enriched its semantic vision. The following article speaks of being, to the linguistic – literary relationship, and to the linguistic shift, creating a form of semantic reacceptance.
Key Words: Linguistics, philosophy, language, linguistic draft, individual, ideas, discourse.
El hombre tiende, por naturaleza, a comunicarse para interpretar su medio. Con la invención y utilización de lenguajes logró romper las barreras que impedían trascender su pensamiento individual y decodificarlo para sus semejantes. Los tiempos contemporáneos, al igual que los diversos cambios que ha experimentado el hombre en su devenir histórico, hacen que mediante su expresión y pensamiento, revise los postulados del dogmatismo. Como la historia de la humanidad le ha vendido a través de extensos periodos, lo ha llevado a que repiense desde la periferia la historia oficial y canónica que tanto eco ha tenido sobre nuestras culturas. * Docente de tiempo completo ocasional. Programa de Español y Literatura. Universidad del Quindío. Licenciado en Español y Literatura. Especialista en la Enseñanza de la Literatura. Estudiante de III Semestre de la Maestría en Lingüística (UTP).
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Desde tiempos antiguos siempre ha estado implícita la relación filosofía y lenguaje, máxime si hacemos referencia a culturas ágrafas, donde el valor comunicativo estaba reflejado en la palabra de carácter oral. La cultura griega sí que lo supo aprovechar y la técnica por excelencia fue la mayéutica. En esta el maestro provocaba a sus discípulos con preguntas, mediante las cuales ayudaba a aflorar las posibles respuestas que están en ellos. De esta manera se lograba entablar discursos que permitían construir nuevos saberes a partir de la interacción. En el deseo de conocer, construir conocimientos y experiencias nuevas, el hombre en la búsqueda y solución de interrogantes filosofa, discrepa, acepta, tolera, fantasea y se aferra a la intemporalidad del tiempo para solucionar sus dudas a través del recurso más inmediato y poderoso que tiene, el lenguaje. Tanto el sofista como el filósofo aprovecharon la masificación que produjo el uso del lenguaje para recrear, trasmitir, confundir y discutir las tesis que darían explicación a este mundo y el de más allá. Pero la relación no es solamente de dirección del lenguaje a la filosofía sino también de la filosofía a quienes se ocupan del lenguaje. La filosofía se ocupa de brindar las herramientas de interpretación y comprensión, no en el sentido de códigos sino en el sentido de la intencionalidad, uso y pertinencia de lo que se quiere expresar. La filosofía proporciona la explicación desde la perspectiva del todo, lo que nos hace reflexionar sobre las inquietudes resultantes del texto, nos obliga a buscar posibles respuestas, a descomponer las partes y a recrear con un lenguaje propio. Son los filósofos los que con su inquietud constante evidenciaron el uso de normas y reglas para estandarizar el pensamiento. Dieron reglas para poder entender, interpretar y explicar el mundo. Fueron ellos, con sus aportes orales y escritos los que dieron luz a un nuevo uso del lenguaje Las ideas no son estáticas, los paradigmas tampoco. Aquellos que se creían inamovibles cedieron paso ante la razón y la creatividad del ser. Esto permitió realizar miradas divergentes de su contexto y de lo entronizado. Es así como los pensadores, de acuerdo con sus ideas, intereses y experiencias, se atreven a reconstruir lo establecido y posibilitar otras interpretaciones, otras miradas conducentes ellas a desequilibrar lo normativo. Lutero no fue la excepción y su compatriota Nietzsche tampoco; se atrevieron sí, desearon ser divergentes también, cuestionaron, por supuesto y la luz de la postmodernidad afloró tenuemente a través de los rincones seguros de la inteligencia. La Filosofía no ha estado exenta de ello; por el contrario, gracias a su interrelación con la Lingüística y, más exactamente, con la Pragmática, las miradas sobre la historia y la humanidad han sido más significativas, más plurales, más antagónicas y, en ocasiones, convincentes, pues los paradigmas al igual que temáticas tabúes, han dado paso a la cotidianidad y la subjetividad hermenéutica. Los tiempos cambian al igual que las ideas, las expresiones también al igual que sus significados. Las teorías evolucionan y se repiensan, se retoman y se olvidan, se actualizan y se pierden en los anaqueles de la memoria. 34
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Conocer no es sinónimo de cantidad interpretativa y, por supuesto, no requiere volúmenes de teorías para aventurarnos en sesiones hermenéuticas. Por el contrario, permite desarrollar “buen olfato”, para atinar en la “diana” de los diversos tópicos que cotidianamente permean nuestro entorno académico. La provocación desde diferentes puntos de vista se erige como reto, curiosidad y anhelo, para conducir de esta forma a la actualización de saberes que, aunque han estado latentes, golpean la puerta de la curiosidad para su actualización. Es aquí donde la idea, más como representación de significados, de sucesos, pasa a ser repensada y se viste de matices, de culturas y de pensamientos. La idea debe encantar y, por supuesto, el discurso que la soporta. De no ser así, la provocación, el entusiasmo y el interés se perdería y caeríamos en los enfoques logocéntricos, donde la autoridad era palabra inquebrantable y tatuadora de vicios y temores, donde importaba la memoria, más no la Mnemósine griega. Expresiones como “la historia no perdona”, son ciertas, lástima que las personas archivemos en la memoria a corto plazo. Y que las actitudes y pensamientos caducos sean orientados por valoraciones canonizadas que evitan pensar, disertar y revaluar la historia real de algunos hitos de la humanidad. Pero no olvidemos que tenemos un as bajo la manga, el lenguaje y los diversos matices y aplicaciones que de él podemos hacer para vehicular el conocimiento. Pero, es la palabra. ¡Aah! El poder de la palabra dirán algunos, la retórica dirán otros, la desviación del código con su estética, el uso no más, dirán espíritus más simples y poco partícipes del saber. Pero es el lenguaje, esa llave del cofre del olvido que permite retrotraer el pasado, actualizar el presente y repensar la construcción de sentido. La metáfora de la torre de Babel desvió la univocidad, la homogeneidad, la uniformidad, por algo fue. De no ser así, los cabestros del “mundo feliz”, habrían cumplido su cometido y el movimiento circular de la humanidad iniciaría y llegaría a la misma partida. Es, gracias a la construcción de sentido que el lenguaje se actualiza, no sin reconocer el contexto y la argumentación de los pensadores, que las teorías aparecen, se modifican, se conservan, se esconden en lo recóndito de la memoria y, finalmente, se extinguen, bien sea por desuso o reacción de pensamientos nuevos. Una clara muestra de ello fue el extenso período del medioevo, que opacó en gran medida la sed de conocimiento del hombre en su afán de cuestionar y explicar, innovar y depurar, pensar y repensar el devenir histórico del ser a través de su existencia. Ya Neruda nos habló de las palabras, Cortázar jugó con ellas, de Greiff algunas inventó, Nietszche las precisó, Aristóteles no las idealizó, Gabo fantaseó con ellas, y en la actualidad las expresamos a través de “metáforas de la cotidianidad” sin ser muchas veces conscientes de ello. Aún así, oímos discurrir frases sin sentido, adoptadas como juegos del lenguaje donde se camuflan intenciones y secretos, donde siempre van a estar presentes las ideas. Es común escuchar expresiones como ¡tengo una idea!, ¡esa es una buena idea!, ¡escucho ideas!, ¡disertaremos en torno de la siguiente idea!, sin percatarnos que la palabra “idea” es vagabunda y se hace referencia a CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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ella a través de varias acepciones, varios matices, varias intenciones, varios pensamientos. De ahí que sea vaga y sea necesaria en la cotidianidad de nuestro discurso. Desde Platón la idea se relacionaba con lo omnipresente, lo teocéntrico, pensamiento que se afianzó más en el medioevo y que decayó considerablemente en el renacimiento, gracias a los avances que se dieron en el interior de los artes y de las ciencias, dando lugar a repensar, revisar, contrastar ideologías y dogmatismos periodizados y, en algunos casos, revaluados. Las teorías al igual que las ideas no son perennes, están vigentes y actuales hasta que se cuestionan y unas nuevas se erigen como reacción a las anteriores, de no ser así, la idea platónica sería aún la panacea y nos hubiéramos perdido el placer de disfrutar y aproximarnos a los pensamientos de intelectuales que desde la Filosofía ha dejado una huella en la Historia. La razón, por ser individual al igual que el entorno, no deja de ser subjetiva, ni pura, aún así lo objetivo por ser real no se percibe de la misma manera que el otro, pero en ocasiones es ese olfato perceptivo el que hace que nos detengamos, resignifiquemos y veamos el amanecer con una nueva óptica, donde nuestras necesidades, inquietudes y conflictos se desborden hasta el orden de lo normativo. La cultura nos condicionó y con mayor razón la academia que da fe de esa misma cultura, por eso los diferentes métodos o paradigmas, que han evidenciado resultados sorprendentes, no quieren dejar de ser utilizados para reforzar ese condicionamiento. En el siglo XX, la bien entrada postmodernidad, trajo nuevas miradas, que al relacionarlas con la vanguardia, oxigenaron tanto la ciencia como las disciplinas del saber. La Literatura no fue la excepción y, por supuesto, la Filosofía tampoco. Borges, Huidobro, Vallejo, Cortázar, Parra, de Greiff, desde el contexto americano miraron la estética literaria como un acto “poético”, que exigía dejar atrás cánones tradicionales y exigían de los lectores encontrar sentidos en lo construido; Feyeraben, Watzlawick, Habermas, en contextos totalmente diferentes, lo enfatizaron con sus obras y, por qué no decirlo, la experimentación jugó un papel muy importante. Todos los caminos conducen a Roma, pero los diferentes métodos dependiendo de la mentalidad del investigador o se sujetan a lo tradicional o se desvían para buscar nuevos rumbos. Por eso es conveniente recordar y dimensionar el pensamiento filosófico de Feyerabend donde se despide de la razón y da la bienvenida a la intuición y al azar, como forma de construir saber, ya que el conocimiento no se copia, se construye, se reconstruye y se actualiza a partir de actos de habla, los cuales no sólo dicen sino que hacen. Cada acto de habla no sólo es diferente, es también nuevo con un sentido, el que corresponde a las intenciones de los interlocutores en contextos y situaciones comunicativas.
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Hay conceptos metafísicos que hoy en día rehúsan alejarse de su significado logocéntrico y se vuelven perennes, en aquellas personas que han estado inmersas en una tradición tanto teológica como cultural. Los universales como pilares básicos de la metafísica y apoyados en la tradición cristiana, permearon culturalmente varios períodos en los cuales el centro de la obra de arte fue el hombre y el artista, la palabra. Es por ello que lo que ayer fue dogmatismo, hermetismo, la misma hermenéutica, en un principio religioso ha posibilitado diferentes valoraciones, diferentes miradas de individuos inmersos en un tiempo sin tiempo. Los filósofos nos han vendido sus ideas, sus concepciones de mundo a través de las diferentes escuelas o periodizaciones y han sido clásicos, paradigmáticos, olvidados y poco recordados. Platón aún es rotulado como idealista desde la academia y lo más triste es ver que sus postulados, reflexiones, son orientados sin ninguna transposición didáctica y los discípulos de la academia siguen entregados a los brazos de Morfeo, sin ningún interés por conocer qué hicieron o dejaron de hacer los filósofos. Mal síntoma. Las palabras cambian al igual que los conceptos, vagabundos o no, lo que ayer significaba algo, el hombre en su apalabramiento del mundo, permitió la creación de otros significados. No es lo mismo el concepto de idea para Platón1 en su contexto que en el nuestro; para él, “todas las cosas del mundo material han sido creadas a partir de unas formas, moldes o arquetipos o paradigmas que denomina idea […], las ideas son entidades independientes de la mente humana -aunque no exista, ellas existen- y constituyen la auténtica realidad. Son espaciales, atemporales y eternas”. Si esto lo asociamos con el pensamiento judeo-cristiano, entendemos el porqué uno de los períodos más extensos de la humanidad tuvo tanto éxito, bien, por el adoctrinamiento o por la fuerza, por ello las cruzadas, los concilios y temor no dejaron de ser los ases bajo la manga de los metafísicos religiosos para justificar sus actuaciones. Repensar la historia universal heredada a través de diferentes modelos, valorar la relación filosofía - lingüística, en la cual el lenguaje como hecho integrador es provocador, incitador, seductor modelador y constructor de reflexiones conducentes a la deconstrucción del individuo, del entorno y del pensamiento, donde la valoración, el deguste, la lectura atenta y responsable, coadyuva en la opinión, reflexión, contraste y producción de reflexiones posteriores.
Giro lingüístico y discurso cotidiano Tanto la filosofía como la pragmática, en sus respectivos quehaceres disciplinares, siempre se han ocupado del lenguaje, de su uso y de su significación; ejemplo claro de ello es el primer Wittgenstein, con su “Tractatus Lógico- filosófico”, el cual desde su visión filosófica defendía la posición de que el lenguaje no debía ser ambiguo, sino preciso, exacto en su nominalización, visión que posteriormente cambia, al entender que en la expresión se dan diversos juegos del lenguaje. 1 Platón, República Libro VI CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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La palabra en uso cambia y los pensamientos son transformados por ella, el estatismo de la expresión es superado por otros matices, más significativos y polisémicos, de ahí la actualización de expresiones denotativas y connotativas que camuflan la lengua, la desvían y permiten la inserción de figuras literarias que posibilitan otros referentes, otros estilos, otros significados, otros giros correspondientes a los nuevos sentidos y valores que les damos a los cosas del mundo posible. Serna Arango al hacer referencia a lo semántico comenta: “El significado de las palabras que a diario utilizamos, lejos de ser neutral, condiciona nuestra manera de ver el mundo2”, por tanto, nos conocemos y nos formamos una idea del otro a través de la interacción lingüística. Los estudios del lenguaje desde la actuación le permiten al lingüista estudiar las expresiones, los actos de habla, las metáforas que alternan con nuestra cotidianidad y, a la vez, precisar más los sentidos de los usos de la sociolingüística, la pragmática y el análisis del discurso, por su parte el filósofo, gira su mirada al lenguaje, exprime las palabras y piensa a través del léxico. El hombre apalabra el mundo de manera diversa, con léxicos diversos acordes a la intención y al propósito de la intención comunicativa. Ha habido intenciones lingüísticas para explicar épocas y pensamientos, igualmente para enfatizar ideologías, y los filósofos clásicos no han sido exentos de ello, de no ser así lo esencial del pensamiento hubiera sucumbido sin expresión y la idea no habría aflorado. De igual manera, los albores del signo lingüístico se pudieron extinguir sin los pensamientos postmetafísicos. Es así como Lyotard, citado por Rojas Osorio3, comenta: “ El giro lingüístico se da con Wittgenstein.. Quien defendía la tesis según la cual la filosofía no consiste sino en la aclaración del lenguaje… Wittgenstein entiende el lenguaje desde la perspectiva de los juegos del lenguaje (sprachpiele). El segundo Wittgenstein rechaza la tesis tradicional de que el significado se refiere al pensamiento y la referencia sea la cosa a la cual se apunta la proposición”, reflexión acertada, que supera el mundo clásico e ideológico de Platón, al posibilitar el plurilingüismo, la diversidad y un nuevo viraje lingüístico comunicativo, rescatándose la importancia del lenguaje polifónico, multifuncional, alejado de lo normativo, pero relacionado totalmente con expresiones usadas en nuestra cotidianidad. Así como el mundo gira y las cosas cambian, el individuo a través del tiempo es mirado de formas diversas, desde ángulos opuestos, desde enfoques diferentes, siendo Nietzsche uno de esos posibilitadores; se aleja del ideal del hombre metafísico y lo despoja de sus universales para actualizarlo desde su expresión, su pensar y su actuar, al reconocer el lenguaje como medio para este logro.
2 Serna Arango, Julián. (1995).El principio de la relatividad lingüística. Revista de Ciencias Humanas. UTP · N° 6 3 Rojas Osorio, Carlos (1 de febrero de 2001). Revista de Filosofía. Universidad de Chile, Facultad de Humanidades. 38
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Ya en El ocaso de los ídolos, la oscuridad da paso a la luz y el individuo da paso a la reflexión y al apalabramiento que su entorno le posibilita. La expresión, la palabra, viene a ser mutable, con más carga semántica y con nuevas figuras de tropos que dan razón de lo que decimos y pensamos, y aunque la normatividad de la expresión denotativa la despoje de lo connotativo, para que la información sea más clara, las metáforas creadas a partir de frases, las hiperbólicas, seguirán siendo contundentes, comunes, risibles y en ocasiones poco comprendidas por hablantes vernáculos. No hay que olvidar que las palabras no tienen usos sino significados y el cambio de ideas o conceptos, requiere la actualización de nuevas palabras con cargas semánticas propias de lo narrado. Decimos, ejecutamos y realizamos actos con palabras como lo dice Austin; pero son las palabras las artífices del proceso comunicativo, sean orales o escritas, horizontes de sentido. En el giro lingüístico la figura más representativa es la metáfora, la cual expresa sentido desde lo literario hasta lo cotidiano, de lo objetivo hasta lo subjetivo que, al igual que la técnica del haikú, debe ser precisa y bien pensada, el lenguaje está girando hacia la metáfora y su pluralidad significativa. Lakoff y Johnson, al igual que Bajtín se han ocupado del lenguaje, de su sentido a través de la sintaxis, la morfología y su uso en la cotidianidad, pues se percatan de que los cambios sociales, exigen nuevos eventos, nuevas palabras al observar que la mutación de léxico se da cuando hay cambios y las palabras ayudan a trasegar los espacios de nuestra existencia. Aunque otrora las relaciones no eran tan evidentes y el estudio de una disciplina se centraba en el análisis de la otra, el individuo en su trasegar por los senderos de su existencia, ha logrado darse cuenta de que el conocimiento en vez de ser excluyente es complementario, transversal y que tanto lingüistas como filósofos, no siguen extendiendo la brecha del conocimiento, sino que aúnan y complementan esfuerzos por hacer de la expresión, la intención y los propósitos comunicativos, una herramienta que ayude a explicar y descifrar sentidos en situaciones discursivas de la cotidianidad. En sí, entendemos que el lenguaje es también una forma de mirar el mundo, que no es neutral, que las palabras no tienen significados sino usos, que el mundo es interactivo y se hacen lecturas de él, que la historia al igual que el hombre cambian y que el lenguaje mas que decir sugiere, en si es más que forma.
Bibliografía LAKOFF, George, JOHNSON, Mark. Metáforas de la vida cotidiana. España: Editorial Cátedra, segunda edición. 1980. SERNA ARANGO, Julián. Teoría del recorte del mundo en occidente. Colección gráficas olímpica, volumen No. 2. Pereira, Colombia. 1994. ____________. El principio de la relatividad lingüística. En: Revista de Ciencias Humanas UTP. N° 6, Pereira,1995. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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____________. De la postmodernidad a la metafísica. Revista de ciencias Humanas. UTP. # 11, Pereira, 1997. ____________. Las contingencias de la filosofía. Revista de ciencias humanas. UTP # 18,Pereira, 1998. ____________. Metafísica y postmetafísica. Revista de ciencias humanas. UTP. # 26, Pereira, 2000. ____________. Héroes, coro y destino en la tragedia griega. Revista de ciencias humanas. UTP # 30.Pereira, 2001 ROJAS, OSORIO, Carlos. Revista de filosofía. Universidad de Chile, facultad de humanidades 2001.
Referencias Electrónicas NIETZSCHE, Federico. El ocaso de los ídolos. Proyecto Espartaco. http://www. espartaco.cjb.net
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Edwin Morales Voyeur film Carboncillo, cerufa y café sobre papel 122 x 150 cm 22-07-05 (Obra seleccionada Salón Nacional de Artistas 2006)
La Construcción de la Realidad Social en John R. Searle
La Construcción de la Realidad Social en John R. Searle Luis Enrique Tabares Idárraga∗ Resumen:
En este artículo se plantea y se argumenta la tesis de John R. Searle, acerca de la realidad como construcción de una institución social denominada lenguaje. Muchos de los problemas filosóficos que más interesan tienen que ver con el modo en que las varias partes del mundo se relacionan entre sí. En Searle, y con la teoría de los actos de habla, la teoría de la mente y la filosofía del lenguaje encontramos la respuesta la cuestión de cómo los hechos en bruto necesitan una institución como el lenguaje para crear hechos institucionales.
Palabras Claves: Reglas constitutivas, reglas regulativas, intencionalidad colectiva, hechos sociales, hechos institucionales, lenguaje, trasfondo.
Summary:
In This article, it is established and argued the John R. Searle thesis about the reality as a construction of a social institution named language. Many of the philosophic problems that interested the most deal with the way in which the several parts of the world related each other. In Searle and with the theory of speech acts, the Mind Theory and the Language Philosophy we find the answer to the inquiry of how the natural facts need an institution as the language to create institutional facts.
Key Words: Constitutive rules, regulative rules, collective intentionality, social facts, institutional facts, language, background knowledge. En el capítulo 1 de Las piedras angulares de la realidad social Searle expresa:”Hay porciones del mundo real, hechos objetivos en el mundo, que son hechos sólo merced al acuerdo humano. Hay cosas que existen sólo porque creemos que existen como el dinero, la propiedad, los gobiernos y los matrimonios. Sin embargo, muchos hechos que tiene que ver con estas cosas son hechos objetivos en el sentido de que no son cuestión de mis preferencias o valoraciones ni de las de ustedes. Estos hechos contrastan con hechos tales como que el Everest tiene nieve y hielo cerca de su cúspide o que los átomos de hidrógeno tienen un electrón, hechos que son completamente independientes de cualquier opinión humana. Searle denomina a los primeros hechos institucionales para distinguirlos de los hechos no institucionales o brutos. Los primeros se llaman así porque para su existencia se requieren de * Profesor Asociado, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad Tecnológica Pereira. Magíster en Lingüística Hispánica del Instituto Caro Cuervo. Doctorado en Ciencias de la Educación con Énfasis en Lenguaje. Universidad del Valle.
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instituciones sociales. Para que este pedazo de papel sea un billete de cinco dólares tiene que haber la institución humana del dinero. Mientras que los hechos brutos no la requieren. Evidentemente, para poder enunciar un hecho bruto necesitamos de la institución del lenguaje, pero el hecho enunciado debe ser distinguido del enunciado del mismo”. La cuestión es: ¿Cómo son posibles los hechos institucionales? ¿Y cuál es la estructura de esos hechos? Hay opiniones de que toda la realidad es algo así como una creación humana y de que no hay hechos en bruto. Otros han argumentado en contra de la idea de sentido común, según la cual hay hechos en el mundo que convierten en verdaderos a nuestros enunciados según su correspondencia con los hechos. Searle defiende la idea de que hay una realidad totalmente independiente de nosotros. Se trata de dar respuesta a cuestiones ¿Cómo puede haber una realidad objetiva que existe, en parte, por acuerdo humano? Por ejemplo, ¿Cómo puede ser un hecho completamente objetivo que los trocitos de papel que hay en mi bolsillo sean dinero si algo es dinero sólo porque creemos que es? ¿Y cuál es el papel del lenguaje en la constitución de esos hechos? Searle comienza con una ontología de las relaciones sociales cotidianas: entro a una cafetería en París, me siento junto a una mesa. Aparece el camarero y yo emito un fragmento de una expresión francesa: el camarero trae la cerveza y yo me la bebo. Dejo unos dineros en la mesa y me voy. No se puede captar los rasgos de la anterior descripción con conceptos de la física y de la química que permita definir restaurante, camarero, expresión francesa, dinero, ni siquiera silla, aún cuando todos los restaurantes, camareros, dineros y sillas son fenómenos físicos. La escena tiene una ontología grandiosa e invisible: el camarero no posee realmente la cerveza que me sirve, sino que es un empleado del restaurante que la posee. En la descripción el autor trata de ser neutro, sin embargo el léxico introduce criterios normativos de evaluación, los camareros pueden ser competentes o incompetentes, honestos o deshonestos, groseros o atentos. Sí al salir del restaurante me voy a escuchar una conferencia esta ontología no hace sino aumentar. Una razón por la cual sostenemos está ontología es que la compleja estructura de la realidad social resulta, por así decirlo, ingrávida e invisible. El niño crece en una cultura en la que la realidad social le es sencillamente dada. Usamos sillas y bañeras sin reparar en su ontología y sin tomar conciencia de ello. Nos resultan tan naturales como las piedras, el agua y los árboles. La verdad es que suele ser más difícil ver a los objetos como puramente naturales, despojados de sus papeles funcionales, que entender nuestro entorno en términos de sus funciones socialmente definidas. Así los niños aprenden a ver automóviles circulando y bañeras rebosantes; y sólo por fuerza de la abstracción pueden verlos como objetos materiales en trayectorias lineales. La invisibilidad de la estructura de la realidad crea un problema también para el analista. No podemos limitarnos a describir cómo se nos aparece desde un punto de vista fenomenológico interno, porque el dinero, las bañeras y los 44
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matrimonios no parecen tener una estructura compleja. Tampoco pueden ser descritos desde un punto de vista conductista externo. La investigación ontológica versa sobre el modo en que los hechos sociales existen. Se necesita una imagen del modo en que la realidad social casa con la ontología general y de la forma en cómo se relaciona la existencia de hechos sociales con las cosas que existen. Condición necesaria de que ustedes sean personas instruidas es que tengan noticias acerca de dos teorías: la teoría atómica de la materia y la teoría biológica evolucionista: el mundo consiste exclusivamente en entidades, que por comodidad y conveniencia, aunque no sea exacto, describimos como partículas. Estas partículas existen en campos de fuerza y están organizados en sistemas. Las fronteras de esos sistemas están fijadas por relaciones causales. Algunos sistemas corresponden a seres vivos que tienen una buena cantidad de moléculas basadas en el carbono y hacen abundante uso de hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Estos tipos de sistemas vivos evolucionan a través de la selección natural y algunos han llegado a generar cierta clase de estructuras celulares -específicamente: sistemas nerviosos- capaces de causar y sostener la consciencia como rasgo biológico por tanto físico pero también mental en un nivel superior, tales como los cerebros humanos y un buen número de diferentes tipos de cerebros animales. De la mano de la consciencia viene la intencionalidad, la capacidad de la mente para representar objetos y estados de cosas en el mundo. No toda la consciencia es intencional ni todo acto intencional es consciente. Así cualquier estado intencional que es inconsciente es al menos accesible a la consciencia. ¿Cómo podemos dar cuenta de la existencia de hechos sociales dentro de esta ontología? Buena parte de nuestra visión del mundo depende de nuestro concepto de objetividad y la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo. Como se sabe la distinción corresponde a diferentes grados; aunque también, de manera menos frecuente se tienen en cuenta dos sentidos: objetivo y subjetivo desde una epistemología son básicamente predicados de juicios. A menudo hablamos de subjetividad cuando queremos decir que su verdad o falsedad no puede fijarse objetivamente sino que depende de ciertas actitudes, sentimientos y puntos de vista; por ejemplo Rembradt es un gran artista impresionista. Mientras que el juicio objetivo: Rembradt vivió en Amsterdan en el transcurso del año 1632 contrasta con el anterior ejemplo, los hechos en el mundo que los convierten en verdaderos o falsos son independientes de cualquier actitud. En este sentido epistémico, no sólo podemos hablar de juicios objetivos, sino de hechos objetivos. De esos ejemplos debería resultar obvio que la distinción entre la objetividad y la subjetividad epistémicos, es un asunto de grado. Los dolores son entidades subjetivas, porque su modo de existencia depende de que sean sentidos por los sujetos. Pero las montañas, a diferencia de los dolores, son ontológicamente objetivas porque su modo de existencia es independiente de cualquiera sujeto o de cualquier estado CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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mental. Reflexionemos sobre lo siguiente: podemos formular enunciados epistémicamente subjetivos sobre entidades que son ontológicamente objetivas, por ejemplo: el monte Everest es más bello que el monte Whitney y análogamente, podemos formular enunciados epistémicamente objetivos sobre entidades que son ontológicamente subjetivas como en el enunciado: ahora tengo dolor de espalda. La mente es un conjunto de rasgos de nivel superior del cerebro que son a la vez físicos y mentales. Se necesita introducir ahora la distinción entre rasgos del mundo que existen independientemente de nosotros y aquellos que, para su existencia, dependen de nosotros. Los rasgos del mundo descritos en la ontología fundamental como montañas y moléculas, existen independientemente de nuestras representaciones. Descubrimos que hay una distinción entre aquellos rasgos que se podrían denominar intrínsecos y aquellos rasgos que existen en relación con la intencionalidad de los observadores. Es, por ejemplo, un rasgo intrínseco del objeto que esta frente a mis ojos, el cual tiene una masa y una composición química. Está compuesto en parte de madera, las células de la cual consisten en fibras de celulosa y en parte también está compuesto de metal que a su vez consiste en una aleación metálica de moléculas. Todos estos rasgos son intrínsecos. Pero también se puede decir con verdad del mismo objeto que es un destornillador, el cual es un rasgo referido al observador o al usuario; la gente lo usa como (o lo ha hecho para el propósito de servir como, o lo ve como) un destornillador. La existencia de rasgos del mundo que son relativos al observador no añade nuevos objetos materiales a la realidad, pero puede añadir rasgos epistémicamente objetivos a la realidad cuando los rasgos en cuestión existen en relación con los observadores y los usuarios. No siempre es inmediatamente obvio si un rasgo es intrínseco o relativo al observador. Los colores son un buen ejemplo. Antes del desarrollo de la física en el siglo diecisiete, la gente pensaba en los colores como en rasgos intrínsecos. Desde entonces mucha gente ha llegado a concebirlos como propiedades que existen sólo en relación con los observadores. Es intrínseco que la luz se refracte diferencialmente cuando se refleja sobre las superficies y es intrínseco a la gente el que tengan experiencias cromáticas subjetivas causadas por el impacto de la luz en sus sistemas visuales. Pero la ulterior atribución de propiedades cromáticas a los objetos del mundo es relativa al observador, porque sólo puede hacerse en relación con las experiencias de los observadores causadas por el impacto de la luz. Además, debe agregarse el matiz de que las acciones de observar y de usar son ellas mismas intrínsecas al observador. Desde el punto de vista de todos nosotros, quienes estamos inmersos en el mundo que nos incluye como agentes activos, es imperioso distinguir entre aquellos enunciados verdaderos que formulamos para atribuir al mundo rasgos que existen con independencia de cualquier actitud o perspectiva que tengamos y aquellos enunciados que atribuyen rasgos que existen sólo en relación con nuestros intereses, creencias, propósitos, etc. 46
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En cada uno de los siguientes pares, el primer término enuncia un hecho intrínseco acerca de un objeto y el segundo término enuncia un hecho relativo al observador acerca del mismo objeto. 1a. Este objeto es una piedra. 1b. Este objeto es un pisapapeles. 2a. La luna causa las mareas. 2b. La luna está bella esta noche. 3a. Los terremotos suelen ocurrir cuando chocan las placas tectónicas. 3b. Los terremotos son malos para las fincas. Nótese en que 1b y 3b el enunciado relativo al observador es epistémicamente objetivo, mientras que en 2b es subjetivo. Todo eso ilustra los modos en que las tres distinciones se cruzan entre sí: la distinción entre lo intrínseco y lo relativo al observador; la distinción entre la objetividad y la subjetividad ontológicas y la distinción entre la objetividad y la subjetividad epistémicos. Una consecuencia de esta distinción es: para cualquier rasgo F relativo al observador, el parecer F tiene primacía lógica sobre ser F, porque correctamente entendido- el parecer F es una condición necesaria de ser F. Para dar cuenta de la realidad social en el marco de esta ontología se requieren tres elementos: la asignación de función, la intencionalidad colectiva y las reglas constitutivas. En primer lugar, esta la asignación de función: Los humanos y otros animales tienen la notable capacidad para imponer funciones a los objetos, tanto naturales como creados para ejecutar las funciones asignadas. En lo atinente a nuestras experiencias normales de las partes inanimadas del mundo, hay que decir que no experimentamos las cosas como objetos inmateriales y mucho menos como colecciones de moléculas. Ocurre más bien que experimentamos un mundo de sillas y mesas y salas de lectura. Todos los términos que se acaban de usar entrañan criterios de evaluación que son internos a los fenómenos en cuestión, pero no internos a las entidades bajo su descripción como objetos materiales. Se puede asignar funciones a fenómenos naturales como ríos y árboles y algunos otros objetos los construimos para asignarles una función, evaluarlos como buenos o malos. En otros objetos asignamos una función estética, práctica o de cualquier otro tipo; decimos, por ejemplo: este río es bueno para nadar. En biología una práctica común, es hablar de funciones como si fueran intrínsecas a la naturaleza. Pero, salvo en aquellas partes de la naturaleza que son conscientes, ella ignora por completo las funciones. Es intrínseco a la naturaleza que el corazón bombee sangre y cause su circulación en el cuerpo. También es un hecho intrínseco que el movimiento de la sangre esté relacionado con un conjunto global de procesos causales que tienen que ver con la supervivencia del organismo. Cuando decimos que la función del corazón es bombear sangre estamos haciendo algo más que registrar esos hechos intrínsecos. Pero la atribución de ellos a la naturaleza independiente de nosotros, es relativa al observador. Incluso cuando descubrimos una función en la naturaleza, como ocurre cuando descubrimos la función del corazón, la CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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cual consiste en descubrir los procesos causales junto con la asignación de una teleología de esos procesos. Lo revela el hecho que todo un léxico de éxitos y fracasos que es inadecuado para los simples hechos de la naturaleza ahora es adecuado, como cuando hablamos de disfunciones, cardiopatías y corazones mejores. Así, resulta que si aceptamos que la supervivencia y la reproducción tienen un valor para los organismos y que la existencia continuada tiene un valor para las especies, podemos descubrir que la función del corazón es bombear sangre. Si estimáramos la muerte y la extinción por encima de todo, entonces diríamos que la función del cáncer es acelerar la muerte lo mismo que la función de envejecer y la selección natural. Uno de los mayores logros de Darwin fue eliminar la teleología en la explicación del origen de las especies: “La evolución acontece merced a fuerzas ciegas, brutas y naturales”. Otra pista, y acaso decisiva, de que las funciones, a diferencia de las causas, son relativas al observador es que las atribuciones de funciones, a diferencia de las atribuciones de causas, son intencionales-con-una- s. La cual no debe confundirse con la intencionalidad con-una-c. La intencionalidad es una propiedad de la mente, una propiedad que la dirige hacia objetos y estado de cosas presentes en el mundo. La intencionalidad es aquella `propiedad de las sentencias y de otras representaciones que está en la raíz de que éstas no consigan pasar algunas pruebas de extensionalidad. La substitución de términos correferenciales en contextos funcionales no consigue preservar los valores de verdad. Así, la función de A es hacer X y hacer X es idéntico a hacer Y no implica la función de A es hacer Y. Por ejemplo, la función de los remos es bogar; y bogar consiste en ejercer presión sobre el agua desde un fulcro fijo; pero no es el caso que la función de los remos sea ejercer presión sobre el agua desde un fulcro fijo. Algunas funciones no se imponen a objetos con propósitos prácticos, sino que se asignan a objetos y procesos que se dan naturalmente como parte de una explicación teórica del fenómeno en cuestión. Decimos: el corazón funciona para bombear sangre cuando damos cuenta del modo en que los organismos viven y sobreviven en relación con una teleología que valora la supervivencia y la reproducción. Estas funciones se llaman no agentivas. No hay una línea divisoria clara entre ambos tipos de funciones, a veces una función agentiva puede reemplazar a una no agentiva; como por ejemplo, cuando construimos un corazón artificial. En general, pero de ninguna manera siempre, ocurre que las funciones agentivas necesitan para mantenerse el concurso de una continuada intencionalidad por parte de los usuarios, mientras que las funciones no agentivas siguen cumpliendo su función sin requerir el menor esfuerzo de nuestra parte. Hay palabras en lengua española que expresan el resultado de este tipo de imposición de función como significado o simbolismo. Los tipos de significado gruesos se hallan en el lenguaje. Haciendo uso del lenguaje imponemos una función específica –la de representar- a marcas y sonidos. También es notable el hecho de que sea inconsciente el hecho de asignación de función; y de que una vez impuestas, las funciones a menudo sean –por así decirlo- invisibles; 48
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Tal es el caso de la función del enunciado la nieve es blanca, este representa, el estado de cosas de que la nieve es blanca. Simboliza, representa, vale por, o en general significa una cosa. En segundo lugar, tenemos que muchas especies animales, la nuestra señaladamente, poseen una capacidad para la intencionalidad colectiva. No sólo se comprometen en una conducta cooperativa, sino que comparten también estados, deseos e intenciones. Además, de la intencionalidad individual también hay intencionalidad colectiva. Yo hago algo sólo en tanto que parte de nuestro hacer algo. La relación entre yo intento y nosotros intentamos no puede ser reducido o eliminado a favor de otra cosa. La idea es que si intentamos hacer algo juntos, eso consiste en el hecho de que yo lo intento hacer en la creencia de tú lo intentarás también, y tú lo intentas en la creencia de que yo lo intentaré. Y todos creen que el otro tiene esas creencias, y esas creencias sobre esas creencias en una sucesión infinita de creencias: yo creo que tú crees que yo creo que tú crees que yo creo… y así sucesivamente. Todos estos intentos están condenados al fracaso. La intencionalidad colectiva es un fenómeno biológico primitivo. No se consigue una agregación suficiente para un sentido de colectividad. El elemento crucial en la intencionalidad colectiva es un sentido del hacer (desear, creer, etc.) algo juntos, y la intencionalidad individual que cada una de las personas tiene deriva de la intencionalidad colectiva que todos comparten. De aquí en adelante un hecho social se refiere a cualquier hecho que entraña intencionalidad colectiva. En los trabajos de filosofía del lenguaje Searle viene sugiriendo una respuesta a la cuestiones de la relación entre los rasgos del mundo que son puros y brutos asuntos físicos y biológicos, de un lado, y aquellos rasgos del mundo que son asuntos culturales y sociales, del otro. Se requiere una distinción.. Los hechos brutos necesitan de la institución del lenguaje para que podamos enunciarlos, pero los hechos brutos mismos existen independientemente del lenguaje o de cualquier otra institución. ¿Pero qué es una institución? Searle da respuesta introduciendo el tercer elemento: la distinción entre reglas constitutivas y reglas regulativas. Algunas reglas regulan actividades previamente existentes. Mientras otras las constituyen y la regulan. Searle identifica algunos rasgos aparentes de la realidad social de manera ingenua e intuitiva, incluidos también rasgos de hechos institucionales y otros que no requieren estructuras institucionales, los cuales son: 1.
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Como formulación preliminar, podemos decir, por ejemplo, que para que el concepto de dinero pueda aplicarse al material que está en mi bolsillo, tiene que ser la clase de cosa que la gente piensa que es dinero. Si todo el mundo deja de creer que es dinero, deja funcionar como dinero y, finalmente, deja de ser dinero. Lógicamente hablando, el enunciado: un cierto tipo de substancia X, es dinero implica una disyunción inclusiva indefinida de la forma X se usa como dinero o X es visto como dinero, o es creído que X es dinero, etc. El uso de expresiones performativas explícitas en la creación de hechos institucionales; los cuales son una clase de actos de habla que Searle llama ¨declaraciones¨. En las declaraciones el estado
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de cosas representado por el contenido proposicional del acto de habla es llevado a existencia por la ejecución exitosa de ese mismo acto de habla. Una expresión como se aplaza la sesión, crea hechos institucionales. La primacía lógica de los hechos brutos sobre los hechos institucionales. Intuitivamente, parece que no hay hechos institucionales sin hechos brutos. Por ejemplo, cualquier substancia puede ser dinero, pero el dinero tiene que existir en alguna u otra forma. Los hechos sociales en general, y especialmente los hechos institucionales, están jerárquicamente estructurados. Los hechos institucionales existen, por así decirlo, en la cima de los hechos brutos. A veces los hechos brutos no se manifiestan como objetos físicos, sino como sonidos o marcas sobre el papel. Un hecho institucional no puede existir aislado, sino en un conjunto de relaciones sistemáticas con otros hechos. Así, por ejemplo, para que alguien en una sociedad pueda llegar a tener dinero, esa sociedad debe tener un sistema de intercambio de bienes y servicios contra dinero. Pero para que una sociedad pueda tener un sistema de intercambio, tiene que tener un sistema de propiedad y de posesión. Resulta tentador pensar en los objetos sociales como entidades con existencia independiente en analogía con los objetos estudiados por las ciencias naturales. Pero en el caso de los objetos sociales la gramática de las frases nominales nos esconde el hecho de que, en tales casos, el proceso prima sobre el producto.
Relacionado con los rasgos 1 y 2 está el rasgo aparente adicional de que sólo los seres que poseen lenguaje, o algún sistema mas o menos de representación, pueden crear la mayoría de –acaso todos- los hechos institucionales, porque el elemento lingüístico parece ser parcialmente constitutivo del hecho. Si se dice que algunas colmenas tienen esclavas y reinas es más bien una metáfora, no se puede perder de vista que para que una comunidad tenga literalmente esclavas y reinas, los participantes deberían estar en posesión del aparato necesario para representar algo así como una reina o una esclava. El mero comportarse de cierto modo no es suficiente. Debería darse cierto conjunto de actitudes, creencias, etc., por parte de los miembros de la comunidad, y esto parecería requerir un sistema de representación como el lenguaje; además, es parte parcialmente constitutiva de los hechos. Hay un paso no muy largo en el desarrollo de una taxonomía jerárquica de la realidad social e institucional al estipular que cualquier hecho que entrañe intencionalidad es un hecho social. Así por ejemplo, la caza del león por las hienas y la aprobación de una ley por el Congreso constituyen clases de hechos sociales. Los hechos institucionales, como se verá, son una subclase especial de los hechos sociales. La aprobación de una ley por el Congreso es un hecho institucional; no lo es la caza del león por las hienas. El paso siguiente consiste en la introducción de funciones agentivas de tipo colectivo. Dado un aparato que incluye tanto la intencionalidad colectiva como la imposición intencional de funciones agentivas a objetos físicos, el paso que combina las dos no cubre un trecho largo. Si es fácil concebir el modo en que una persona aislada podría decidir usar algún objeto como silla, creo que no resulta difícil concebir la manera en que dos o más individuos 50
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juntos podrían decidir usar dicho objeto como un lugar para sentarse. El paso siguiente es más difícil, porque implica la imposición colectiva de funciones a objetos en circunstancias en las cuales la función asignada al objeto no puede cumplirse meramente en virtud de los rasgos intrínsecos al objeto; como sería el caso de un tronco usado a manera de banqueta. La imposición colectiva de función, cuando la función sólo puede ser cumplida meced al acuerdo o a la aceptación colectivos, es un elemento crucial en la creación de los hechos institucionales. Considérese el ejemplo del muro y la manera como los moradores y vecinos continúan reconociendo a la línea de piedras, una señal de marca territorial; la reconocen y afecta su conducta. La línea de piedras tiene ahora una función que no queda cumplida merced a sus puras propiedades físicas, sino en virtud de la intencionalidad colectiva y el resultado es una representación simbólica. Los humanos imponen funciones a fenómenos en circunstancias en que la función no puede cumplirse gracias a sus propiedades físicas o químicas, sino que se requiere la cooperación continua en las formas específicas de reconocimiento y aceptación de una nueva categoría al que se le asigna una función. Éste es el punto de llegada y el aporte de Searle: todas las formas institucionales de la cultura humana, siempre tienen la estructura X vale como Y en C. El trecho central en el puente que va de la física a la sociedad está constituido por la intencionalidad colectiva, y el movimiento decisivo, en el tránsito de la creación de realidad social es la imposición de intencionalidad colectiva de función a entidades que no pueden cumplir la función sin esa imposición. Puesto que constituye una categoría especial de las funciones agentivas se denominan funciones de categorías.1 Este es el ejemplo de la frontera; antes el muro funcionaba causalmente y evoluciona hasta convertirse en una marca. Se pretende que la frontera funcione del mismo modo que funcionaba el muro, pero el medio por el cual cumple esta función es el reconocimiento colectivo de que las piedras tienen una categoría especial al que va vinculada la función. En el caso extremo, la función de categoría puede vincularse a una entidad cuya estructura física está relacionada de un modo meramente arbitrario con el cumplimiento de la función. Considérese el caso del dinero y su evolución como papel moneda. La forma de la regla constitutiva X cuenta como Y en C; como se usa esta locución estará determinando un conjunto de hechos y objetos institucionales, nombrando el término Y algo más que los rasgos puramente físicos del objeto nombrado por el término Y. Por lo demás la locución ¨cuenta como¨ nombra un rasgo de la imposición de una categoría al que se vincula una función por medio d la intencionalidad colectiva que va más allá de funciones. La regla no añade sino un rótulo, de manera que no es una regla constitutiva, Tampoco queda expresada cuando decimos que objetivos de una determinada forma cuentan como sillas, porque las funciones asignadas se hacen de modo independiente de cualquier acuerdo humano. Mas cuando decimos que tales y tales trozos de papel cuentan como dinero, estamos en presencia de una regla constitutiva genuina, porque satisfacer el término X –tales y tales trozos de 1 La denominación de esta función de status se traduce y asume como posición, categoría yo rango según consulta hecha en el libro el Dardo en la palabra de Fernando Lázaro Carreter y al comentario hecho en clase por el profesor Adolfo León Gómez CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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papel-, no es por sí mismo suficiente para ser dinero, ni determina el término X rasgos causales que hubieran de resultar suficientes para permitir que el material en cuestión funcionara como dinero sin acuerdo humano. De modo tal, que la regla introduce los siguientes rasgos: el término Y tiene que asignar un rango no poseído previamente por el objeto por la sola circunstancia de satisfacer el término X; y tiene que haber acuerdo colectivo – al menos aceptacióntanto respecto de la imposición del nuevo rango al material al que se refiere el término X, como respecto a la función que va con él. Por lo demás, en la medida en que los rasgos físicos determinados por el término X no bastan por sí mismos para garantizar el cumplimiento de la función asignada y determinada por el término Y, el nuevo rango y sus correspondientes funciones tienen que tener el tipo de cosas que pueden constituirse por acuerdo. Ocurre también que tiene que darse de manera continuada la validez de la función asignada. La sensación que experimentamos, de acuerdo con la cual hay un elemento mágico, en la creación de hechos institucionales a partir de hechos brutos, deriva del carácter no físico, no causal de la relación entre los término X y Y en la estructura en la cual simplemente hacemos que las cosas X cuenten como cosas Y. Uno se puede preguntar ¿Son estos trozos de papel realmente dinero? ¿Hacer ciertos ruidos con la boca es realmente prometer? Describir esos trozos de papel con el término Y dinero es más que suministrar un rótulo manejable para los rasgos del término X, es describir un nuevo rango, es decir un conjunto de funciones ligadas a él por medio del intercambio o provisión de valor. Tal imposición tiene que ser colectivamente aceptada y reconocida, o la función no se cumplirá. El segundo rasgo aparente tiene que ver con el papel de las expresiones preformativas en la creación de muchos -pero no de todos- los hechos institucionales. La explicación la suministra la estructura de las reglas constitutivas. En general, cuando el término X es un acto de habla, la regla constitutiva permite que el acto de habla pueda ser ejecutado como una declaración preformativa que crea el estado de cosas descrito por el término Y. Puesto que decir ciertas cosas cuenta como cerrar un contrato o aplazar una reunión, nosotros podemos ejecutar estos actos diciendo que los ejecutamos. Si usted es presidente de una reunión, entonces en las circunstancias apropiadas puede decir: se aplaza la reunión. Puesto que tal regla permite que la función sea impuesta a un acto de habla, la mera ejecución de ese acto de habla en circunstancias apropiadas puede constituir la imposición de la función, constituyendo así un nuevo hecho institucional. El tercer rasgo aparente que se requiere para explicar es la primacía de los hechos brutos sobre los hechos institucionales; se explica también con la estructura de las reglas constitutivas. La estructura de los hechos institucionales es una estructura de jerarquías de las forma X cuenta como Y en el contexto C. En la base de esa jerarquía están fenómenos cuya existencia no tienen que ver con el acuerdo humano. La cuarta cuestión es: ¿Por qué hay siempre ciertas clases de relaciones sistemáticas entre los hechos institucionales? Y 52
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la quinta ¿Por qué los actos institucionales parecen primar sobre los objetos institucionales? La respuesta es que los hechos en cuestión están diseñados para el propósito de tener este tipo relaciones: los gobiernos y el dinero. La explicación de la aparente primacía de los actos sociales sobre los objetos sociales es que los objetos están altamente diseñados para servir a las funciones agentivas; fuera de éstas, revisten un interés muy menguado. Lo que entendemos como objetos sociales: gobierno, dinero, universidades, por ejemplo, son patrones de actividades. Los objetos materiales como los trozos de papel son objetos como cualesquiera otros, pero al imponerles una función de categoría se crea un nivel de descripción del objeto por el cual se convierten en un objeto institucional, verbigracia, un billete de veinte dólares. El objeto no ha cambiado; lo que ocurre es que se le ha asignado una nueva categoría ligado a una función; pero esa función se manifiesta sólo en las transacciones reales; el interés radica no en los objetos sino en los procesos y en los acontecimientos en los cuales se manifiestan las funciones. El objetivo principal del capítulo 3 es explicar y justificar la tesis de que el lenguaje es esencialmente constitutivo de la realidad institucional. Parece imposible tener estructuras institucionales como el dinero y el matrimonio, los gobiernos y la propiedad sin que haya una forma de lenguaje, porque las palabras u otros símbolos son parcialmente constitutivos de los hechos. Si los hechos institucionales necesitan el lenguaje y el lenguaje es él mismo una institución, parecería que el lenguaje necesita del lenguaje. La tesis de Searle tiene una visión débil y una fuerte, la primera para que se dé un hecho institucional, la sociedad debe imponer al menos una forma primitiva de lenguaje y en este sentido tiene primacía él sobre las demás instituciones. Desde este punto de vista, el lenguaje es la institución social básica en el sentido de que todas las demás presuponen el lenguaje, pero el lenguaje no las presupone; se puede tener lenguaje sin tener dinero, pero no al revés. La versión fuerte dice que cada institución necesita de elementos lingüísticos de los hechos que están albergados en la institución. Searle cree que ambas son verdaderas y limita su argumentación de la segunda, pues la versión fuerte implica la débil. No se trata de una definición de lenguaje ni una explicación de otros rasgos que resultan esenciales como la capacidad generativa infinita, la presencia de mecanismos indicadores de fuerza ilocucionaria, cuantificadores y conectivas lógicas sino de determinar el rasgo esencial del lenguaje en la constitución de los hechos institucionales. La existencia de mecanismos simbólicos, como las palabras, que, por convención, significan, o representa, o simbolizan algo que va más allá de ellos mismos. Así, cuando se dice que el lenguaje es parcialmente constitutivo de los hechos institucionales, no se quiere decir que los hechos institucionales requieran lenguajes naturales como el francés, el alemán o el inglés. Quiere decir que los hechos institucionales contienen esencialmente algunos elementos simbólicos: hay palabras u otros mecanismos convencionales que significan o expresan algo, o representan o simbolizan algo que está más allá de ellos mismos, y lo hacen de un modo que es públicablemente comprensible. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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El lenguaje contiene esencialmente entidades que simbolizan; y en el lenguaje, a diferencia de los estados intencionales prelingüísticos, esas capacidades intencionales no son intrínsecas a las entidades, sino que les son impuestas por –o derivan de- la intencionalidad intrínseca de los humanos. Así, la sentencia: estoy hambriento es parte del lenguaje porque tiene capacidades representativas o simbólicas por convención. Pero la sensación real de hambre no necesita del lenguaje ni de ninguna representación para que se sienta el hambre. Hay que distinguir entre hechos independientes del lenguaje como el hecho de que el monte Everest tiene hielo y nieve en la cúspide y hechos dependientes del lenguaje como el hecho de que el monte Everest tiene hielo y nieve en la cúspide en una oración en español. Una segunda distinción es entre pensamientos dependientes del lenguaje y pensamientos independientes del lenguaje. Algunos si dependen en el sentido de que ningún animal podría tenerlos si no dispusiera de palabras u otros mecanismos lingüísticos para tener un pensamiento; pero otros pensamientos son independientes del lenguaje en el sentido de que un animal puede tenerlos sin disponer de palabras u otros mecanismos. Un caso obvio de pensamiento dependiente del lenguaje es el pensamiento de que el monte Everest tiene hielo y nieve en su cúspide es una oración en español. Un ser que no dispusiera de lenguaje no podría albergar ese pensamiento. Los casos más obvios de pensamientos independientes del lenguaje los ofrecen las intuiciones y cogniciones no institucionales, primitivas, biológicas que no necesitan mecanismos lingüísticos. Por ejemplo, un animal puede tener sensaciones conscientes de hambre y sed; siendo ambas formas, un deseo. Los deseos son estados intencionales con contenidos plenamente intencionales. Ahora se reformula la tesis inicial. Para que un hecho dependa del lenguaje, una condición suficiente es que se cumplan dos requisitos: Primero, las representaciones mentales, como los pensamientos, deben ser parcialmente constitutivos del hecho, y segundo, la representación en cuestión debe depender del lenguaje. De la estructura de las reglas constitutivas se sigue inmediatamente que los hechos institucionales cumplen el primero. Del hecho de que la función de rango determinada por el término Y sólo puede ser cumplida si se reconoce, se acepta y se percibe como tal, o se cree tal, se sigue que el hecho institucional en cuestión puede existir si es representado como existente. Los hechos como en el caso de intercambio con el dinero sólo puede existir si la gente tiene cierta clase de creencias, y otras actitudes mentales. Es algo que es propiedad porque la gente lo cree. En este sentido, todos los hechos institucionales son ontológicamente subjetivos, aun si, son epistémicamente objetivos. La satisfacción del primer requisito no implica por sí sola la satisfacción del segundo. Un hecho podría contener estados mentales como rasgos constitutivos y no ser, sin embargo, lingüístico. Por ejemplo, supongamos la creación de la palabra huesiperro para significar un hueso que es deseado al menos por un perro. En tal caso, el que sea un huesiperro está parcialmente constituido por algún estado mental canino. Pero no hay nada necesariamente lingüístico en 54
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esos estados mentales, porque los perros pueden desear hueso sin necesidad de un lenguaje con que expresar su deseo. ¿Cuál es la diferencia entre huesiperros y dinero? La respuesta viene de la naturaleza del movimiento de X a Y cuando contamos a algún X como algo que tiene la función de rango nombrada por el término Y. Debe venir de una comprensión de la naturaleza de esta función. El movimiento de X a Y es eo ipso un movimiento lingüístico, aun en los casos en que aparentemente no tiene nada que ver con el lenguaje. Se funde con la tesis de que los pensamientos que son constitutivos de los hechos institucionales son dependientes del lenguaje en varios casos: En primer lugar, algunos pensamientos son de tal complejidad que resultaría empíricamente imposible llegar a pensarlos sin disponer de símbolos. Los pensamientos matemáticos necesitan de un sistema de símbolos. Los pensamientos abstractos complejos necesitan de palabras y símbolos. Otro tipo de caso es aquel en el cual el lenguaje se ve involucrado como un asunto de necesidad lógica porque la expresión lingüística del pensamiento resulta esencial para que sea el pensamiento que es; por ejemplo, el pensamiento hoy es jueves 26 de octubre. Podemos traducir la expresión al francés pero no a otro calendario radicalmente diferente como el Maya. Se tendría igual referente pero diferente sentido. Se podría pensar que lo mismo vale para los perros y los gatos en relación con su sistema lingüístico. Algo es un perro sólo en relación con el sistema general de identificación de animales y objetos. La diferencia crucial es ésta: los rasgos poseídos por un objeto, y virtud de los cuales la palabra perro es verdadera de él, es decir, los rasgos en virtud de los cuales es un perro son rasgos que existen independientemente del lenguaje. Y en la medida en que uno puede pensar en esos rasgos independientemente del lenguaje, uno puede tener pensamiento independiente del lenguaje. En cambio, los rasgos en virtud de los cuales hoy es jueves, 26 de octubre no pueden existir independiente de un sistema verbal, porque el ser jueves, 26 de octubre es un asunto de su relación con el sistema verbal sin el cual no puede darse el hecho. El hecho de hoy sea jueves, 26 de octubre, no es un hecho institucional porque, aunque el día ha sido identificado institucionalmente como tal, el rótulo no transporta ninguna función de categoría como sería con el día de Navidad. El pensamiento de que esto sea un billete de veinte dólares y es de mi propiedad exigen un lenguaje, y lo exigen con necesidad conceptual. Algunos hechos sencillos para defender la tesis; Cuando se juega al fútbol se ganan puntos. Un partido ganado vale tres puntos. Este no es un pensamiento que pudiera albergar alguien que no dispusiera de símbolos lingüísticos. Porque los puntos sólo pueden existir en relación con un sistema lingüístico apto para representar y contar puntos. Si usted elimina todos los mecanismos simbólicos para representar puntos, no queda anda más. Sólo hay el sistema de representar y contar puntos. El principio general subyacente a estas intuiciones, el desplazamiento de X a Y en el movimiento que crea los hechos institucionales es el tránsito de un nivel bruto a un nivel institucional. Ese desplazamiento, como se ha puesto de relieve una y otra vez, sólo puede existir si es representado como existente. Pero no puede haber ningún modo prelingüístico de representar el elemento Y, porque no hay nada prelingüístico que pueda ser percibido o atendido aparte como elemento X, y no hay anda que pueda ser prelingüístico del CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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deseo o inclinación algunos, aparte del elemento X. Sin lenguaje podemos ver un hombre jugando y llevando un balón. Pero no podemos ver que el equipo gana tres puntos, ni podemos desear que lo haga porque los puntos no son algo que pueda pensarse o que pueda existir independientemente de las palabras u otro tipo de señaladores. El término Y crea un rango que se añade a los rasgos físicos del término X, el cual tiene que proporcionar razones para la acción que son independientes de nuestras inclinaciones naturales. El rango existe sólo si la gente cree que existe, y las razones sólo funcionan si la gente las acepta como razones. Por lo tanto, el agente debe tener algún modo de representar el nuevo rango. Si existe por convención, tiene que haber un modo convencional de representarlo. Pero ¿por qué el término X mismo no habría de convertirse en el modo convencional de representar el nuevo rango? La respuesta es, se podría, pero asignar ese papel al término X es precisamente asignarle un rango simbolizador o lingüístico. La única diferencia entre X y Y es que se ha impuesto un nuevo rango al elemento X, el cual necesita marcadores, porque empíricamente hablando, no hay nada más en él. Todos estos puntos pueden aclararse más llamando la atención sobre el rango deóntico de los fenómenos institucionales. Se crean derechos deberes, poderes, obligaciones, deudas, etc. Y resulta característico de tales fenómenos que creen razones para las acciones que son independientes de los que ustedes, yo o cualquier otro esté inclinado a hacer. Tales fenómenos no son reducibles a algo más primitivo o más simple como conductas o temores. Respecto a la cuestión si puede haber acaso hechos institucionales que no dependen del lenguaje. En el caso de la línea que marca la frontera si debe al hábito que la gente no la cruza, entonces no es necesario el lenguaje para esa disposición. Los animales son susceptibles de entrenamiento y otros tienen maneras naturales, sorprendentemente variadas de marcar el territorio. Sólo tienen una disposición a conducirse de ciertas maneras. No hay nada deóntico en esas marcas. El requisito de que haya marcadores lingüísticos para los hechos institucionales equivale a la exigencia de que los participantes de la institución tengan algún modo convencional de marcar el hecho de que, ahora, el elemento X tiene el rango Y. Esos marcadores son ahora parcialmente constitutivos de rango. La solución de nuestro rompecabezas pasa por darse cuenta de que el lenguaje está precisamente diseñado para un tipo autoidentificatorio de hechos sociales. El niño crece y es educado en una cultura en la que aprende a tratar los sonidos que le salen de su boca y la de otros, como algo que vale por, o que significa o que representa, alguna otra cosa. El paso que media entre el rango bruto y el institucional es eo ipso un paso lingüístico, pues el término X simboliza ahora algo que va más allá de él mismo. Pero este paso simbólico necesita de pensamientos. Para poder pensar el pensamiento que constituye el paso del término X al rango Y, tiene que haber un vehículo de pensamiento. Tenemos que tener algo con lo cual poder pensar. Los rasgos físicos del 56
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término X son insuficientes para el contenido del pensamiento; pero un objeto cualquiera que pueda ser convencionalmente usado para y pensado como portador de ese contenido puede ser usado para pensar el pensamiento. Los objetos que mejor sirven para pensar son las palabras, porque para eso están diseñadas. En realidad, una de las condiciones para que algo sea una palabra es que sea pensable. Pero, estrictamente hablando cualquier marcador puede servir. Se usan marcadores análogos a las palabras, a modo de vehículos del pensamiento. Al servirnos de palabras, decimos: esto es de mi propiedad; él es el presidente de la reunión, etc., pero, a diferencia de lo que ocurre con la estrella vespertina, que vale por el objeto; palabras como propiedad o presidente no vale por objetos. A veces, ponemos rótulos o símbolos al elemento X; este billete es moneda de curso legal para todas las deudas públicas y privadas. La representación es, al menos en parte una declaración: crea el rango institucional por la vía de representarlo como si existiera, no representa ningún fenómeno. Podemos tratar al objeto X mismo, por convención, como si tuviera el rango Y, lo mismo que podemos tratar como dinero a las monedas o como una frontera a la línea de piedras, pero hacerlo es ya una categoría lingüística, pues los objetos son ahora símbolos convencionales públicos de algo que está más allá de ellos mismos; simbolizan un rango deóntico que está más allá de sus propiedades físicas. Desde las sociedades preliteradas hasta el presente, ha habido muchos marcadores convencionales que no son palabras pero que funcionan como palabras. Tenemos una consecuencia de lo dicho hasta ahora: la capacidad para vincular un sentido, una función simbólica, a un objeto que todo ese sentido intrínsecamente es la condición previa no sólo del lenguaje, sino de toda realidad institucional. En determinados contextos, proferir los sonidos el gato está sobre el felpudo cuenta como afirmar que el gato está en el felpudo. Se trata de la creación de hechos institucionales de acuerdo con la fórmula. La diferencia entre ellos es que la creación de un acto de habla es algo que tiene ulteriores capacidades de representación; mientras que, en este sentido, los puntos conseguidos en partido no valen algo que va más allá de ellos. Lo que vale como significado del sonido gato es lo que vale para el trozo de papel como su función en tanto que billete de dólar. No obstante, el sonido gato tiene una función referencial que no tiene el trozo de papel. La gente tiene que ser capaz de pensar el pensamiento. Y ese es un pensamiento que no se puede pensar sin palabras; por las razones: Primera razón el lenguaje es epistémicamente indispensable; se necesita algún modo lingüístico de representar los hechos –de nueva creación- sobre las funciones, porque no podemos inferirlos de las propiedades físicas de los objetos. El reconocimiento del hecho de que algo es dinero requiere la representación lingüística o simbólica de ese algo. Segunda razón: los hechos en cuestión, por ser inherentemente sociales deben ser comunicables. Si funciona el sistema, tenemos que ser capaces de decirle a la gente que están casados, que presiden una reunión o que aplazan unas elecciones. Aun en los casos más simples de hechos institucionales, esa comunicación requiere un medio público. Tercera razón: en la vida real los fenómenos en cuestión son extremadamente complejos y la representación de esa información necesita del lenguaje. La estructura de los hechos existe sólo en la medida en que es representada, los CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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hechos complejos requieren un sistema complejo de representación para su existencia; y esos sistemas complejos son lenguajes. Cuarta razón: los hechos en cuestión persisten en el tiempo independientemente de la duración de las contingencias y la inclinación de los participantes en la institución; esa existencia continuada necesita un medio de representación lingüística de los hechos. En capítulo 4, trata de la teoría general de los hechos institucionales; en la primera parte se expone sobre la iteración, la interacción y la estructura lógica. Se pretende generalizar el análisis del dinero para descripciones como el matrimonio, la propiedad, la contratación, el despido, las guerras, las revoluciones, los estados y gobiernos, los sindicatos, las reuniones políticas, los médicos, las universidades, lo caballeros medievales y los impuestos. Para hacerlo se necesita agregar a los asuntos previos dos discernimientos. Primero: la estructura X cuenta como Y en C puede ser iterada. Podemos imponer función de categoría entidades a las que ya han sido impuestas. En tales caso, el término X en un nivel superior puede ser un término Y de un nivel inferior. Y podemos imponer funciones de rango cuando el término C determina un contexto que requiere una función de rango previamente impuesta. En tales casos, el término C en un nivel superior puede ser un término Y en un nivel inferior. No es exagerado decir que estas iteraciones proporcionan la estructura lógica de las sociedades complejas. Segundo: puede haber sistemas entreverados de esas estructuras iteradas, sistemas que operan a lo largo del tiempo. Tales funciones requieren que esas estructuras interactúen continuamente a lo largo de periodos dilatados de tiempo. Se impone esas nuevas funciones de categoría a entidades que no son actos de habla, por ejemplo, a la gente. Así, en estos casos, en la formula X cuenta como Y en C, el elemento X puede ser ya un acto de habla: una ceremonia matrimonial. En el caso del lenguaje estos rangos se imponen a tipo de sonidos y marcas y aunque las funciones del lenguaje son numerosas, las funciones primarias son las de representar el mundo en las varias modalidades de actos de habla. En el dinero los rangos han sido típicamente impuestos a trozos de metal y papel y las funciones son las de servir como medio de intercambio, depósitos de valor, etc. En el caso del matrimonio la situación es más complicad; el rango ha sido inicialmente impuesto a un conjunto de actos de habla que constituyen la ceremonia; pero esos actos funcionan para crear un nuevo hecho institucional. Pero el matrimonio mismo impone nuevas funciones a las partes implicadas, las funciones de status de ser marido y mujer con obligaciones. Una vez que una sociedad tiene la institución de la propiedad, se crea normalmente nuevos derechos mediante actos de habla; supongamos que regalo un reloj a mi hijo. Puedo hacerlo diciendo es tuyo o por la presente, te regalo mi reloj, lo que se ha hecho es imponer una nueva función a esos actos de habla, la de transferir propiedad. Esos actos de habla, a su vez, imponen una nueva función de status al reloj, la de pertenecer a mi hijo. Hemos dicho que las estructuras institucionales permiten que la posesión física bruta en el caso de la propiedad o la proximidad física bruta en el caso 58
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del matrimonio, sean sustituidas por un conjunto de relaciones merced a las cuales la gente puede estar casada aunque no vivan juntos y pueda poseer propiedad aunque estén muy alejados. Para completar este destacable trasgo intelectual, debemos tener en cuenta lo que Searle llama indicadores de categoría; en forma de certificados matrimoniales, anillos de alianza y documentos testamentarios. Las elaboradas estructuras de ciudadanías, derechos y responsabilidades, poderes y cargos, elecciones y otros métodos de selección de gobernantes y distribución de cargos, etc., evolucionan como estructuras institucionales por la vía de esta imposición colectiva. Hay una escala que va de la libertad a la necesidad, de al arbitrariedad a la razón. En un extremo de la libertad y la arbitrariedad está el dinero. Todo tipo de sustancias puede servir como dinero. En el otro extremo de la necesidad y la razón; la clase de cosas a las que puede imponerse esa función de rango es muy restringida; no cualquier objeto puede cumplir esa función. En el abanico intermedio hay condiciones X como las promesas hechas en un matrimonio o las pruebas que tenía que pasar un hombre para convertirse en caballero. De lo anterior surge una consecuencia importante: las expresiones de rango admiten dos definiciones, una en términos de la constitución (el término X) y otra en términos de la función agentiva impuesta (el término Y). Una buena prueba para detectar hechos genuinamente institucionales es averiguar si podemos o no codificar explícitamente las reglas. En muchos casos como la propiedad, el matrimonio y el dinero han sido codificados en leyes explicitas. Otros como la amistad, las fechas y las fiestas de sociedad, no han sido codificados así, pero podrían serlo. Si los derechos y deberes de la amistad se convierten súbitamente en un asunto de graves consecuencias jurídicas o morales, entonces, podemos imaginar la transformación de esas instituciones informales en instituciones implícitamente codificadas. Las cuales nos libran de la espontaneidad, flexibilidad e informalidad que tiene la práctica no codificada. De estos ejemplos debe quedar claro que hay una transición gradual y no una línea tajante entre los hechos sociales en general y la especial subclase de los hechos institucionales. Lo esencial para la discusión es que no podemos asumir que el sistema de aceptación este respaldado por un sistema creíble de fuerza. El sistema de fuerza mismo es un sistema de aceptación; las fuerzas policiales y los ejércitos son funciones de sistemas de posiciones, más importante aún, el sistema de fuerza presupone a los otros sistemas de funciones. El rasgo notable de las estructuras institucionales es que la gente continua reconociendo y cooperando aun si no parecen sacar ventaja alguna; cuando las instituciones se mantienen en buena medida por hábito, puede colapsarse de forma súbita, como cuando la gente pierde la confianza en su moneda o deja de reconocer a su gobierno como tal. La forma más enigmática de la creación de posición se da en la creación de los CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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derechos humanos. Antes de la Ilustración Europea, el concepto de derechos sólo tenía aplicación en el marco de alguna estructura institucional como la propiedad. De uno u otro modo, acabo siendo colectivamente aceptada la idea de que uno podía tener una función de posición simplemente por ser humano. El término X era humano y el término Y era poseedor de derechos inalienables. En general las funciones de rango son asuntos de poder, tanto negativos como positivos, condicionales y categóricos, colectivos e institucionales. Todo lo que resulta apreciable de la civilización requiere la creación y mantenimiento de relaciones institucionales de poder a través de funciones de rango colectivamente impuestas. Estas requieren una vigilancia y un ajuste constantes para crear la equidad, la eficiencia, la flexibilidad y la creatividad, por no decir nada, de valores tradicionales como la justicia, la libertad y la dignidad. ¿Cuáles son las formas y límites de esa imposición? A primera vista los hechos institucionales parecen revestidos de una gran variedad y simultaneidad; pero, los hechos institucionales tienen realmente sólo un pequeño número de propiedades formales, generales. En el caso más simple, el término Y nombra un poder que el término X no posee en virtud de su estructura. En los casos que el término X es una persona, esta adquiere poderes que antes no tenía. Y en los casos en que el término X es un objeto, el usuario de este objeto puede hacer cosas con este objeto que no podría hacer virtud e la mera estructura de X. Mediante el acuerdo colectivo y las formas de poder se pueden crear hechos institucionales. Algunos hechos institucionales entrañan un rango puro, pero sin ninguna función. También hay casos en que la categoría es puramente honorífica. En la fórmula cuenta como Y en C, ¿Cuántos tipos de Y hay? El rango Y puede imponerse a distintas categorías ontológicas de fenómenos: gente como los presidentes, esposas y esposas; objetos como las sentencias y certificados, y acontecimientos como las eyecciones y las bodas. Todos actúan en relaciones sistemáticas. La categoría gente, incluidos los grupos es fundamental en el sentido de que la imposición de funciones de rango a los objetos y acontecimientos sólo funcionan con la gente. Las funciones de rango se distribuyen en ciertas categorías amplias: simbólicas, deónticas, honoríficas y procedimentales. Puesto que el contenido de Y viene impuesto al elemento X por aceptación colectiva se relaciona con algún tipo de acción o, con algún tipo de acciones. Por lo demás, hay límites estrictos a las clases de poderes que pueden ser creados se enuncian las formas generales del contenido del término Y en un número pequeño de formulas. Puesto que el poder es poder de hacer algo o de imponer que algún otro haga algo, el contenido proposicional de las funciones de rango de poder es siempre en parte que (S hace A). En el capítulo 5, sobre la teoría general de los hechos institucionales; en la 60
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segunda parte Searle habla de su creación, mantenimiento y jerarquía. Para hacerlo señala cuatro elementos: la institución, su uso en la creación de hechos, la existencia continuada y sus indicadores. La institución permite la creación de hechos institucionales a partir de hechos sociales y hechos brutos. Consiste siempre en reglas constitutivas (practicas y procedimientos) que tiene la forma X cuenta como Y en el contexto C. el caso es que la intencionalidad colectiva impone un rango social a un fenómeno, y con ese rango una función, lo que se necesita es una formula para representar la estructura de esa imposición. El término Y impone un nuevo rango al fenómeno nombrado por el término X, y el nuevo rango trae una formula que no puede ser cumplida meramente en los rasgos intrínsicos de X. La función requiere del rango para ser cumplida y el rango requiere la intencionalidad colectiva, la cual incluye una aceptación continuada del rango con su correspondiente función. La función no significa aceptación de ningún tipo de análisis funcional o de explicaciones funcionales. Dentro de las instituciones se necesita distinguir tres elementos: la creación inicial del hecho institucional, su existencia continuada y su representación oficial (normalmente lingüística) en forma de indicadores de categoría. Los casos más simples de creación de hechos institucionales son aquellos en los que las estructuras institucionales ya garantizan que ciertas acciones de acción inferior cuentan como fenómenos institucionales de nivel superior. Ejemplos obvios, son los juegos y actos de habla. El ajedrez y el fútbol. Un acaso especial de creación es el uso de expresiones explícitamente performativos, se impone una función de rango nueva a un acto de habla, cuando el presidente de la cámara dice: declaro inaugurada la legislatura. En principio no parece haber límite a este tipo de iteración de función de rango impuesta sobre la función de rango. Así en unas elecciones las expresiones individuales cuenta como votar en unas elecciones. Una secuencia de esos actos de habla debidamente certificado por las autoridades, cuenta como unas elecciones. Obtener un número suficiente de votos cuenta como ganar. Ganar y prestar juramento cuenta como convertirse en alcalde de una ciudad. El secreto para comprender la existencia continuada, la persistencia de los hechos institucionales es sencillamente, que los individuos implicados y miembros de la comunidad relevante deben seguir reconociendo y aceptando la existencia de esos hechos. En el momento en que todos o casi todos rechazan el reconocimiento de los derechos de propiedad como en una revolución, los derechos de propiedad dejan de existir en esa sociedad. Puesto que las instituciones sobreviven en la aceptación, en muchos casos se apela a un elaborado aparato de prestigio y honor para asegurar su reconocimiento y mantenimiento. La formula X cuenta como Y se aplica tanto a la creación como a la persistencia, pues la regla constitutiva del hecho está regulada por su condición de creado CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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y aun no destruido. Los hechos institucionales requieren representaciones oficiales, indicadores de categoría. Cuando se habla de indicadores de rango describe el segundo papel cumplido por el lenguaje. Hay una taxonomía jerárquica implícita en la descripción; ahora se hará explicita. Una taxonomía jerárquica nos enseñará el lugar de una realidad social, institucional y mental dentro de una única realidad física. El objetivo es mostrar como el mundo de las instituciones es parte del mundo físico. Para construir la taxonomía hay que discernir y proceder con un material tan variado como entrecruzado. Searle da una visión implica de las relaciones entre los diferentes tipos de hechos. La distinción original entre hechos brutos e institucionales ha quedado transcendida. En el capítulo 6, Searle menciona las capacidades del trasfondo y la explicación de los fenómenos sociales. El asunto de la imposición colectiva de intenciones pareciera como si fuera siempre un asunto de acciones o conjunto de acciones deliberadas. Pero salvo un par de ocasiones – cuando una cámara aprueba leyes y las autoridades cambian las reglas del juego – la creación de hechos institucionales es típicamente un hecho que no requiere funciones que no sean posiciones implícitas e explicitas a nivel inferior. La estructura de las instituciones humanas es una estructura de reglas constitutivas. La gente que participa en las instituciones no es normalmente consciente de esas reglas, a menudo tiene una concesión falsa sobre la naturaleza de la institución y hasta de las mismas personas que la crearon. Las reglas no están por lo general codificadas y aún en los casos en que, como el lenguaje natural y en la propiedad, los lingüistas, los legisladores y los juristas han codificado muchas reglas, la mayoría de nosotros ignoramos esas reglas. Y aun si no las ignoramos, las codificaciones no se dejan interpretar por sí solas. Tenemos que saber como interpretar o como aplicar las reglas codificadas. La ciencia cognitiva y lingüística dan una respuesta: evidentemente, observamos esas reglas pero lo hacemos inconscientemente. En realidad en muchos casos, las reglas ni siquiera son reglas de las que pudiéramos ser conscientes. Por ejemplo, Chomsky, en su Gramática Generativa dice que un niño es capaz de aprender la gramática de una lengua particular porque ya posee de modo innato las reglas de la gramática universal, y esas reglas están tan profundamente ancladas en el inconsciente que no hay modo alguno que el niño pueda ser consciente de su operación. A Searle no le satisface esta explicación y dice que nuestra imagen de los estados mentales inconscientes es que se parecen en todo a los estados mentales conscientes, salvo en la conciencia. En este capítulo el interés no es mostrar las limitaciones de los modelos explicativos sino proponer una alternativa de explicación. Para explicar como podemos relacionarnos con estructuras de desempeño de papeles, como el lenguaje, la propiedad, el dinero, etc., cuando no conocemos las reglas y, por lo tanto, nos las podemos observar ni consciente ni inconscientemente, se tiene que apelar a la noción de trasfondo: los estados intencionales sólo funcionan dado un conjunto de capacidades que no consisten ellas mismas en fenómenos intencionales. Así, por ejemplo, las creencias, los deseos y las 62
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reglas sólo determinan condiciones de satisfacción – condiciones de verdad para las creencias, condiciones de cumplimientos para los deseos, etc. Dado un conjunto de capacidades que no consisten en fenómenos intencionales. Searle define el concepto de trasfondo como el conjunto de capacidades no intencionales o preintencionales que hacen posible los estados intencionales de función. Se entiende por capacidades: habilidades, disposiciones, tendencias y en general, estructuras causales. Se trata de una causación neurofisiológica. Y no estamos hablando de condiciones lógicas de posibilidad. Todos los estados intencionales son real o potencialmente conscientes, son argumentos razonables y, por lo tanto, se restringe la discusión a las formas conscientes de la intencionalidad. El argumento más simple a favor del trasfondo sólo puede determinarlo sus condiciones de verdad, u otras condiciones de satisfacción frente a un trasfondo de capacidades, disposiciones, habilidades, etc., que no son ellas mismas parte del contenido semántico de la oración. En oraciones que contienen verbos como cortar, abrir o crecer como: Andrés corto el césped o el sastre cortó la tela; o piénsese en el verbo crecer: la economía americana está creciendo, o mi hijo está creciendo, o mi hijo está creciendo. En una expresión literal normal de cada una de estas oraciones, cada verbo tiene un significado constante. Pero en cada caso el mismo verbo determinará distintas condiciones de verdad, pues lo que cuenta como cortar o crecer variará de un contexto a otro. Considérese un ejemplo de los que se discute en pragmática, ella le dio a él la llave y abrió la puerta. Es un asunto muy discutido si el hablante realmente ha dicho (o meramente implicado), que el abrió la puerta con esta llave, y si el dice realmente que ella le dio en primer lugar la llave a él y, luego él abrió la puerta; pero hay un acuerdo general en que, atendido el sentido literal hay una subdeterminación de lo dicho. En el significado literal ella le dio a él llave y él abrió la puerta, no hay nada que estorbe a la siguiente significación: él abrió la puerta con la llave de ella abatiendo y rompiendo la puerta a golpes. La única cosa que estorba a esas interpretaciones no es el contenido semántico, sino el simple hecho de que ustedes tienen el conocimiento sobre el modo de funcionamiento del mundo, de que ustedes tienen un conjunto de capacidades para embragar con el mundo y, estas capacidades no pueden estar en el significado literal de la oración. La tesis de trasfondo se puede extender de estos contenidos semánticos a los contenidos intencionales en general. ¿Cómo funciona el trasfondo? Veamos unas pistas sobre el modo en que las capacidades de trasfondo, aun sin estar construidas – ni poder estarlo – como contenidos intencionales adicionales, las precondiciones para el funcionamiento de los contenidos intencionales. 1.
El significado de cualquier sentencia subdetermina radicalmente las condiciones de verdad de la misma, pues, el significado literal de la oración no hace sino fijar un conjunto de condiciones de verdad, dadas ciertas condiciones de trasfondo. De modo inmediato y sin mayor esfuerzo interpretamos la oración de forma apropiada.
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Lo que vale para la semántica vale para la percepción. Dadas ciertas habilidades de trasfondo, somos capaces de ver ciertas cosas como tales cosas. En cualquier caso normal de percepción es un caso de percepción como, en donde el agente asimila el objeto percibido a alguna categoría que le resulte más o menos familiar. Estas dos funciones se extienden a la conciencia en toda generalidad. Es un hecho interesante acerca de la conciencia el que nuestras experiencias conscientes vengan a nosotros con lo que bien podríamos llamar un aspecto de familiaridad. Puesto que toda intencionalidad es aspectual, toda intención consciente y la posibilidad de percibir, esto requiere de una familiaridad con el conjunto de categorías bajo los cuales se tiene la experiencia de esos objetos. La capacidad para aplicar estas categorías es una capacidad de trasfondo. Las secuencias temporalmente extendidas de las secuencias vienen a nosotros en una forma narrativa o dramática. El trasfondo no sólo tiene una aplicación episódica o una forma aspectual, sino que tiene también una aplicación dinámica sobre una serie de acontecimientos sucesivos. Las creencias y los deseos sólo fijan las condiciones en un trasfondo de capacidades que no son ellas mismas creencias o deseos. Cada uno de nosotros tiene un conjunto de disposiciones motivacionales. Además de los deseos y creencias que estructuran las experiencias, lo que da sentido a estos deseos y creencias es un conjunto de disposiciones motivacionales. En cualquier momento, estoy predispuesto para ciertas cosas y no para otras. En las grandes ciudades estoy predispuesto para los ruidos y la contaminación. Mis capacidades de trasfondo determinan un conjunto de predisposiciones que determinan el conjunto de mi naturaleza. El trasfondo me predispone a ciertos tipos de conducta. Estoy predispuesto a reírme con ciertos chistes y no con otros. Estoy dispuesto a hablar alto pero sólo hasta cierto punto y no hacia otro, como también a mantener cierta distancia y lo anterior son manifestaciones de trasfondo.
¿Cómo es posible qué las reglas de la institución desempeñen un papel en nuestros tratos con la institución aún en el caso de que no observemos las reglas, ni consciente ni inconscientemente? En el debate de la ciencia cognitiva, un problema relacionado con el trasfondo y discutido durante décadas es, distinguir entre conducta descrita y gobernada por reglas. ¿Cómo hay que entender las reglas del lenguaje, por ejemplo, las reglas de una sintaxis? Desde un punto de vista deberíamos limitarnos a decir que las reglas no tiene realidad alguna, salvo como parte de una descripción teorética de los fenómenos. El punto de vista más osado dice que la conducta no está meramente descrita por las reglas sino que está gobernada o guiadas por ellas. Y en este caso estamos obligados a pensar en el contenido semántico de la regla como algo que desempeña un papel causal en el desempeño de la conducta. ¿Cuál de esos puntos de vista nos del modo correcto de pensar sobre el trasfondo? A Searle no le satisface ninguno de los dos: si pensamos en el trasfondo intencionalmente, entonces hemos abandonado la tesis del 64
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trasfondo y, de otro lado, decimos que las reglas no desempeñan papel causal alguno en la conducta, estamos obligados a decir que el trasfondo es tal que esto lo que la persona hace.
Bibliografía SEARLE, John R. Actos de Habla. Ensayos de Filosofía del Lenguaje. Madrid: Ediciones Cátedra, 1980. SEARLE, John R. La Construcciónde la Realidad Social. Madrid: Paidós Ibérica, 1997. SEARLE, John R. Mente, Lenguaje y Sociedad. Madrid: Alianza Editorial, 2001.
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El abrazo de dos Sísifos -A propósito de la relación entre Filosofía y Pragmática-
El abrazo de dos Sísifos
-A propósito de la relación entre Filosofía y PragmáticaMiguel Ángel Caro Lopera* “Un filósofo es un hombre que experimenta ve, oye, sospecha, espera y sueña constantemente cosas extraordinarias, que se siente impresionado por sus propios pensamientos, como si éstos viniesen de fuera, de arriba abajo, como por una especie de acontecimientos, como rayos que él solo puede sufrir, porque quizá él mismo es una tempestad, siempre preñada de nuevos rayos; un hombre fatal, alrededor de quien rueda, ruge, estalla siempre algo de inquietante. Un filósofo es un ser que muchas veces huye de sí mismo, muchas veces tiene miedo de sí mismo... pero que es demasiado curioso para “no volver siempre sobre sí mismo”. (Nietzche, Más allá del bien y del mal, 292).
Resumen:
El siguiente texto explora, a través de distintas metáforas, algunas relaciones entre Filosofía y Pragmática, en razón de su origen, evolución, métodos, características y prospectivas. A partir de este análisis y con base en las propuestas de Serna (2005 y 2007), el autor busca explicar la importancia de la reflexión filosófica para quienes deseen dedicarse al estudio del lenguaje.
Palabras Clave: Lingüística, pragmática, retórica, filosofía. Summary:
The following text explores, across metaphors, the relationship between Philosophy and Pragmatics, according to their origin, evolution, methods, characteristics, and projections. From this analysis and based on the academic papers of Serna (2005 and 2007), the author attempts to explain the importance of philosophical reflection for those who want to study linguistics.
Key Words: Linguistics, pragmatics, rhetoric, philosophy. Quienes lo vieron pensaron que era imposible. No podían dar crédito al dictamen de sus ojos: El anciano de las barbas largas (huelga decir venerable) caminaba (o mejor, levitaba) tomado de su mano. Ella, la de quince años, la lisonjera, la nueva del barrio, la coqueta (para las matronas, la casquivana) se perdía en sus ojos, se enredaba en sus canas, hasta que terminaba jugando en el umbral de sus labios. Para muchos, burda patraña, degeneración suma (“siquiera se murieron los abuelos, sin ver cómo se afemina la molicie”); para otros, pasión de otoño (la versión contraria a la de Susan Sarandon y James Spader), romance de primavera, amor de verano o desliz de invierno (de algún * Docente catedrático Licenciatura en Comunicación e Informática Educativa. Universidad Tecnológica de Pereira. Licenciado en Español y Comunicación Audiovisual. Estudiante de III semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira.
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modo, la insoportable levedad…del tiempo); para unos pocos, el reencuentro de un padre con su hija y sólo para unos cuantos (probablemente poetas), el primer nuevo romance de un alquimista que volvió a nacer. Lejos de ser éste un hipertexto deshonroso de la Lolita nabokoviana o una versión edulcorada del affaire entre Abelardo y Eloísa o una reescritura cursi del metarrelato del Caballo Viejo o -peor aún- el esbozo de un guión televisivo para devolver al estrellato a un galán maduro, este exordio podría preparar el ambiente a un fenómeno que, al calor de las alianzas interdisciplinares y de la pérdida de límites entre ciencias, ha venido cobrando enorme vigencia desde el segundo Wittgenstein: la estrecha relación, la nueva simbiosis (sin perder la alegoría y los extranjerismos, el flirteo) entre Filosofía y Pragmática. En efecto, la primera –tan antigua como la humanidad, pero tan joven como la última de sus generaciones- renace sucesivamente, cual fénix, de sus propias cenizas, pues, en definitiva gravita en torno a las mismas preguntas trascendentales sobre el origen del hombre y de su mundo. Sus respuestas –inevitablemente ligadas a los caprichos del poder, a las necesidades económicas, a los modos culturales o a los dictámenes del culto- eclosionan o involucionan, avanzan o retroceden, hasta tal punto que en ella (como en la historia) también se adviertan largas noches, crisis profundas, reencauches, encuentros, desencuentros y revoluciones. No en vano, actualmente se presiente que, más que saber, la filosofía es una actitud, ya que se alimenta del asombro, de la duda, de la sospecha. En tal sentido, las palabras de Serna (2005: 57–58) no pueden ser más contundentes:
Desde un punto de vista etimológico, el término “filósofo”, implica un reconocimiento de la interinidad del saber, de su perspectivismo, y se diferencia así del término “sabio”. Quien se crea sabio no puede ser filósofo, pero como no hay más sabio que Dios, de acuerdo con Pitágoras, quien se crea sabio, forzoso es concluir, sería un impostor; y en particular, un metafísico. Desde el punto de vista de los pensadores pertenecientes a la tribu de cazadores de esencias, de universales, en cambio, ellos son los filósofos y los otros no serían más que sociólogos ocupados de lo particular únicamente. Lamentablemente, el hecho de que exista el sustantivo filosofía puede inducirnos a engaños, en virtud de la falaz neutralidad de nuestra gramática. Imaginamos, en efecto, la Filosofía (precedida para mayores señas de un artículo definido) como ser consumado, como nombre al que se le pueden tender múltiples atributos y acaso nos negamos la posibilidad de verla como acción, como verbo, como búsqueda inacabada o como la tarea interminable de un Sísifo que sube de nuevo su piedra (aclaremos, con Heráclito, que jamás estará subiendo el mismo camino). Peor aún, podríamos barruntarla investida del palio de los sustantivos propios -con mayúscula inicial- como una sola, impoluta, uniforme, coherente, y la olvidaríamos como una babel de conversaciones, discusiones y conflictos. La segunda –la Pragmática- la hija menor de la Lingüística, fue concebida en medio de las turbulencias de la falacia descriptiva y del lenguaje visto 70
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como código abstracto; nació, a escondidas de Descartes, Kant y del mismo Husserl, en la clandestinidad, al pie de los muros de la concepción especular del lenguaje; lleva entonces los genes de Peirce y de Moore, los efluvios del segundo Wittgenstein, el aliento de Austin y la impronta de Searle. Bautizada por Morris (citado por Escandell, 1993:7) hacia la década del cuarenta como “la ciencia de los signos en relación con sus intérpretes”, no tardó en ocupar un escaño superior al de sus hermanas mayores: la Fonética, la Fonología, la Morfología, la Sintaxis y la Semántica, hasta tal punto que, en medio de las usanzas del carnaval postmoderno, de la pérdida de límites y de la promiscuidad de las disciplinas, haya consolidado cercanas relaciones con sus primas la Psicolingüística, la Sociolingüística, la Neurolingüística, El Análisis del Discurso y hasta la Literatura. Vale decir que tan inusitado rating de popularidad no podría atribuirse a la lozanía de su juventud o al fervor esnobista que suscita. Más bien, tendrá que ver con su renuncia a los universalismos, su desapego a las taxonomías (a pesar de Grice), su displicencia por las esencias, su renuencia a las definiciones, su abdicación a todo absolutismo y su distanciamiento de gramáticas, diccionarios, epistemologías y teologías. Encantará la Pragmática por su cercanía a lo diverso, lo plural y lo relativo, por su defensa de lo múltiple, por su apología de los usos, por su complacencia con lo cotidiano, por su guiño a lo descentrado. Seguramente cuando restituye el valor del contexto, cuando se detiene en las circunstancias que rodean la emisión de un enunciado, cuando explora los escenarios particulares y soberanos de cada juego de lenguaje, cuando sopesa los alcances semánticos de un realizativo, cuando rastrea los circuitos perdidos de un infortunio, cuando le sigue la pista a las urdimbres diferenciadoras de un acto de habla o cuando cede a la tentación de dilatarse en el espectro infinito de las posibilidades perlocucionarias, la Pragmática se acerca –aun sin saberlo- al mismo mundo que nos han pintado los poetas. Quizás por ello, la labor de un amante de la Pragmática Lingüística sea similar a la odisea hermenéutica del que se desnuda de paradigmas para zambullirse inocente en las aguas únicas e irrepetibles de un poema, y, por consiguiente, su lucha emule la de otro Sísifo que tendrá que volcar de nuevo lo aprendido para volver a empezar ante las exigencias propias de cada texto (aclaremos, para solaz de Heráclito, que además son otros el camino, la piedra y la montaña misma). A estas alturas resultará prácticamente perogrullesco advertir que Filosofía y Pragmática han allanado por sus propios pasos un camino común. La primera, en desmedro de la metafísica, ha venido sospechando desde Nietzsche y Heidegger que el diluvio empezó en la palabra, que ningún cambio filosófico se fragua al margen del habla, que las revoluciones (parodiando a Horacio) parirán -como los montes- un minúsculo ratón si no desfloran el lenguaje. Así, la Filosofía sale al encuentro de la Pragmática, vestida con el sayo del giro lingüístico (aquel que invierte su relación pensamiento – lenguaje), luego de haberse descubierto –como en el cuento de Andersen- in puribus, por siglos engañada, mientras ostentaba el traje imperial que Platón, Aristóteles y su séquito de sastres metafísicos le hicieron creer que llevaba. Llegará, asimismo, cargada de multiformes conchas de mar ajenas a los simétricos compases de las ontologías euclidianas que pendían de su pecho. Cada una de ellas, aún en ciernes, revelará al oído de los nuevos amantes de Sofía insospechadas CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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resonancias de ultramar: la de primera persona, la esquizoide, la rizomática, la copernicana (Serna, 2007:54):
Lejos de ser una curiosidad literaria, las ontologías alternativas contribuyen a desmantelar algunos de nuestros más recónditos prejuicios, así como a recuperar para nosotros posibilidades de construir mundo, de gestar sentido, sentido que –debemos enfatizar- no sólo es significado, sino, además, ánimo, en contravía con el recorte de mundo experimentado a partir de la ontología euclidiana. No cabe duda de que al beber de tales fuentes, la Filosofía ha encontrado su elíxir de eterna juventud. De ahí que en ese diálogo interdisciplinar, en ese abrazo de Sísifos, presintamos promesas de amor eterno. Podríamos abusar de la alegoría (y de Francisco Luis Bernárdez) para poner en labios de la Filosofía aquello de que “si para recobrar lo recobrado, debí perder primero lo perdido, si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo soportado […] después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”. Muy seguramente después de la “larga noche de la metafísica”, aquella que horrorizó a Nietzsche, pero que también le sirvió de acicate para promover un giro copernicano en la forma de filosofar; después de haber encontrado en la Pragmática y en la Literatura mejores compañías, “después de haber vuelto a nacer” (Serna, 2005), la Filosofía (con mejor suerte que Macondo a pesar de haber vivido más de cien años de soledad) aprovechará sin duda su “segunda oportunidad sobre la tierra”. Obviamente a la Pragmática tal cercanía le reportará pingües beneficios. En primer lugar, podrá advertir sus genealogías en los ya olvidados escarceos de la Filosofía antes de Platón y Aristóteles: allí en medio del ágora de las culturas orales sobre las cuales desplegaba la palabra su prístina plasticidad. Así lo advierten Godoy y Watt (1996: 62) citados por Serna (2005: 22): “En las culturas orales, las palabras –y en especial palabras como ‘Dios’, ‘Justicia’, ‘Alma’, ‘Bien’- difícilmente podrían concebirse como entidades separadas, divorciadas tanto del resto de la oración como de su contexto social, pero una vez que se les confiere la realidad física de la escritura, cobran vida propia”. Más aún, en virtud de tales hallazgos esclarecerá la Pragmática el eslabón perdido que malogró su evolución directa desde la Retórica Antigua1. Precisamente, al margen de la atomización platónica, que la había relegado en Gorgias a la prisión de mero ejercicio formal de persuasión, la Retórica era algo más que la suma de la inventio, dispositio, elocutio, memoria y pronuntiatio. Más allá del texto que confeccionaba (el que según Platón distraía a la multitud mediante la seducción de su elegancia y de sus sonoridades), campeaba el hecho retórico, formado –como nos lo recuerda Albaladejo (1989: 43)-por todo un circuito comunicativo en el que se distinguían el orador 1 Acentuemos aquí la distinción entre este adjetivo y el usual de clásica, en adhesión a la propuesta de Perelman, citado por Gómez (2000: 33), según la cual, “la retórica clásica estudia los tropos, las figuras del discurso, las técnicas para embellecerlo y poetizarlo (…) la retórica antigua [en cambio] era ‘arte de persuasión’, tanto para los sofistas como para Aristóteles y para los teóricos latinos, entre los cuales merecen mención Cicerón y Quintiliano”. 72
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El abrazo de dos Sísifos -A propósito de la relación entre Filosofía y Pragmática-
o productor, el destinatario, el texto retórico mismo, el referente de éste y el contexto. Naturalmente, el motor gravitacional que pondrá en movimiento todo este sistema comunicativo también fue advertido desde los albores de esta protopragmática y recibió el nombre de aptum, definido por Lausberg (1966: 258) como “la armónica concordancia de todos los elementos que componen el discurso o guardan alguna relación con él”. Lamentablemente, al desprecio platónico y a la subvaloración del estagirita, se sumaron oscuros afanes predatorios. Por ejemplo, a finales del siglo XVI –cuenta Albaladejo- Pierre de la Ramée (en uso de sus atribuciones como representante legal de Aristóteles) reclamó para la Dialéctica los materiales teóricos de la inventio y promovió la restricción de la Retórica a la simple elocutio, con lo cual una degradada ecuación semántica quedó acuñada: Retórica = ornato + artificios verbales + palabrería. Lo demás será para nosotros tragedia conocida. Al respecto, Alvarado y Yeannoteguy (1999:63) concluirán: “la retórica mantiene una carga peyorativa”; Gómez (2000: 33) agregará: “…cuando son técnicas que entran en discursos fríos o en discursos vacíos, entonces se llaman ‘retóricas’, en el sentido despectivo de la palabra, que es el que con más frecuencia se utiliza”; y nuestros camaradas sentenciarán: “no me vengas con retóricas”, “deja tu retórica barata”, etc. Duele pensar que tal saqueo ejecutado en nombre del Tribunal de la Santa Inquisición Metafísica haya asolado los huertos del que hubiera sido –antes de cualquier Gramática o de alguna Lingüística pura- territorio de la Pragmática. Ya podríamos parodiar a Rodrigo de Caro en su tono elegíaco: “Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora, campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Retórica famosa”. Sin embargo, la nostalgia de dicha pérdida parece resarcirse cuando, del contacto con la Filosofía, la Pragmática aprende a descorrer el telón que por siglos el canon platónico-aristotélico había interpuesto a interpretaciones alternativas de la cultura grecolatina. Al instante, despuntarán voces marginales que nos contarán otras historias. Como aquellas que nos revelan que, allende las cinco operaciones retóricas, flotaba una sexta -no constituyente de discurso- a la que poca atención prestaron los códices aristotélicos y que paradójicamente le restituiría a la Retórica su consaguinidad con la Pragmática. Se trata de la intellectio. Serán precisamente Sulpicio Víctor y Aurelio Agustín2 quienes se refieran a ella. Afortunadamente, su presencia no pasó inadvertida ante la lupa de Lausberg (1966), García Berrío (1979), Chico Rico (1989) y Albaladejo (1989). Este último nos la trascribe como “el examen de todos los elementos y factores del hecho retórico por el orador antes de comenzar la producción del texto retórico (58). No sería preciso ahondar en este momento en las implicaciones de este asunto, pues a la larga, lo que pretendemos aquí es mostrar que, de alguna manera, el mejor legado de la Filosofía a la Pragmática sea la lección de sus canas, la historia de sus errores. Seguramente, por su juventud, esta última también se verá tentada por el esencialismo. Quizás, las aparentes seguridades de una taxonomía, los parasoles de un método o mejor aún el refugio acorazado de una lógica la distraerán (y acaso la sustraigan) de su vocación nómada, de su 2 Reseñados por Halm (1863) en Rhetores Latini minores, según Ruiz de la Cierva (2002). CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Miguel Ángel Caro Lopera
condición trashumante. En últimas, quienes nos ocupemos de ella –y en suma, del lenguaje- tendremos que beber constantemente de la reflexión filosófica para no perder el norte de nuestros propios pasos. Acaso, para desintoxicar el cuerpo de dogmatismos, cada noche debamos libar sorbitos de Nietzsche hasta invadir el oído de voces esquizoides, preñadas de rayos, que nos vengan “de fuera, de arriba abajo” y que nos hagan huir. Sin embargo, allí, en el paroxismo del miedo y de la curiosidad –como buenos nietos de Pandora y como aspirantes lejanos al amor de Sofía- no resistamos la tentación de volver sobre nosotros mismos. Tal vez, desde esa perspectiva, más cercanos a la clarividencia del poeta que a la miopía del epistemólogo, podamos dilucidar entre Filosofía y Pragmática -allende las uniones escandalosas o las bodas por conveniencia- el romance entre dos ciencias igualmente jóvenes, no por el “tiempo vegetativo” que vivieron, sino por el futuro común que avizoran.
Bibliografía ALBALADEJO, Tomás. Retórica. Madrid: Síntesis. 1989. ALVARADO, Maite y YEANNOTEGUY, Alicia. La escritura y sus formas discursivas. Buenos Aires: Eudeba. 1999. BORGES, Jorge Luis. Otras inquisiciones. Bogotá: Casa Editorial El Tiempo. 2001. DIJK, Teun Van. La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario. Barcelona: Paidós. 1978. DUCROT, Oswald. Polifonía y argumentación. Conferencias del seminario Teoría de la Argumentación y Análisis del Discurso. Cali: Universidad del Valle. 1988. GÓMEZ, Adolfo León. Seis conferencias sobre teoría de la argumentación. Cali: AC Editores. 2000. LAUSBERG, Heinrich. Manual de retórica literaria: fundamentos de una ciencia de la literatura, trad. Pérez, José. Madrid: Gredos. 1966. MARINA, José Antonio. La selva del lenguaje. Introducción a un diccionario de los sentimientos. Barcelona: Anagrama. 1998. |NIETZSCHE, Federico. Más allá del bien y del mal. Trad. Sánchez Pascual. Barcelona: Orbis. 1983. SERNA, Julián. La filosofía nace dos veces. Barcelona: Anthropos. 2005. ____________. Crepúsculo de los ídolos ó Cómo se filosofa con el martillo. Trad. Sánchez Pascual. Madrid: Alianza. 1996. ____________.Ontologías alternativas. Aperturas de mundo desde el giro lingüístico. Barcelona: Anthropos. 2007 VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Fernando. “Los tres lectores rumiantes de Nietzsche”, Oficio de maestro. Santafé de Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. 2000.
Referencias Electrónicas RUIZ DE LA CIERVA, María del Carmen. Las operaciones retóricas no constituyentes de discurso. Consultado Julio 30, 2007, en http://www.ensayistas.org/critica/ retorica/ruiz/discurso2.htm.
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Edwin Morales Éxtasis Carboncillo y café sobre papel 100 x 150 cm 07-07-05 (Obra seleccionada Corredor de Arte Vial Autopistas del Café)
De la Sospecha a la Provocación - Normatividad vs. Uso
De la Sospecha a la Provocación Normatividad vs. Uso Milena Henao* Resumen:
En el siguiente texto se ubica el oficio de la pragmática en la lingüística actual, sin olvidar que la pragmática es una disciplina que llega al lenguaje por medio de la filosofía, y que tiene un recorrido histórico reciente, a comparación del largo trayecto de centurias que lleva consigo la lingüística, que desde sus inicios se estudió como una ciencia con su objeto de estudio determinado. Sin embargo, la sospecha surgió y confirmó que eso que se había llamado ciencia no podía serlo porque su objeto de estudio no podía estar tan delimitado.
Palabras Claves: Lingüística, gramática, pragmática, giro lingüístico, normas. Summary:
The following text locates the office of pragmatism in actual linguistics without forgetting that pragmatism is a discipline that arrives at language by way of philosophy, and that it has a relatively recent historical record when compared to the much longer history in the many centuries involved with linguistics, and that since the beginning of its study has been thought to have a specific objective of examination. However, a suspicion arose and was subsequently confirmed that linguistics itself couldn’t possibly be regarded as a science because a specific object of study in fact doesn’t exist at all.
Key Words: Linguistics, grammar, pragmatics, linguistic draft, norms.
INTRODUCIÓN ¿Qué sería del proceso moderno tal y como lo conocemos, si la sospecha no hubiera surgido? La respuesta a esa pregunta sería simple: Sencillamente estaríamos en la premodernidad, donde el oscurantismo seguiría reinando como sombra de toda innovación. Lo más seguro es que las verdades absolutas gobernarían en el caos determinado por las clases dominantes (Estado – Iglesia); la relación acción – conocimiento seguiría estancada como pasó en ese proceso histórico en que el conocimiento objetivo se miraba al margen de la acción. Así, si la sospecha no hubiese llegado a provocar los imaginarios sociales, el estilo plano de filósofos, escritores, políticos y de todos aquellos que se dedicarán Docente catedrática de Morfosintaxis en la Licenciatura de la Lengua de la Enseñanza de la Lengua Inglesa del Departamento de Humanidades e Idiomas de la Universidad Tecnológica de Pereira. Licenciada en Español y Comunicación Audiovisual. Estudiante de III Semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira.
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Milena Henao
a plasmar sus pensamientos en el papel conllevaría a tener humanistas con fórmulas matemáticas, y como tal, irrefutables, seguramente el concepto de “imaginarios sociales” quizá sólo sería usado para referirse a objetos inexistentes, tales como unicornios azules o dragones que cuidan castillos.
LA SOSPECHA EN LA LINGÜÍSTICA Y si esto hubiese seguido así, la gramática con su normatividad, seguiría de manera tangencial colada por medio de la lingüística como una ciencia, con su razón de ser definida, sin tener en cuenta que quienes usan el lenguaje no lo usan con la normatividad del caso, además de olvidarse de la característica creadora que posee el lenguaje. Porque
“la gramática se propone únicamente es dar reglas para distinguir las formas correctas de las incorrectas, es una disciplina normativa, muy alejada de la pura observación, y su punto de vista es necesariamente estrecho”1 Esta ciencia desde su fórmula matemática lo único que tendría por hacer sería acomodar a los usuarios a la norma. Por mucha normatividad existente los usuarios del español (o los usuarios de otra lengua) hacen uso de su potencial innato instintivamente. O ¿Qué podría decir un hablante analfabeta que desconoce quizá toda la norma para comunicarse con el doctor que lo atiende? Y ¿Qué podría pensar la academia cuando las producciones televisivas son recurrentes con personajes que pervertidamente atropellan la norma prescriptiva del lenguaje y los receptores de estos personajes masivamente asimilan estas perversidades? Y el uso… el uso poco o nada importaría a los estudiosos de la lingüística, y quizá sería mirado como la piedra en el zapato de los lingüistas, dado que, aunque los hablantes internalizan estructuras y hasta pueden llegar a memorizar ciertas normas, al hacer uso de la lengua, vista ya como habla, esas normas para el hablante común y corriente preocupado más por nimiedades de otra índole o por otras ciencias o disciplinas, estas reglas no son tan importantes puesto que lo verdaderamente necesario para el hablante de a pie, el que necesita comunicarse o informar o hablar…, es que el oyente lo interprete correctamente, que exista una retroalimentación adecuada, y para eso sólo es necesario un léxico común en un contexto común. Que podrían haber pensado Aristóteles, Kant o más recientemente el gramático mas renombrado de la lengua española, el Dr. Andrés Bello, al escuchar a un joven de una comuna nororiental paisa o de Agua Blanca en Cali o de San Judás en nuestra ciudad diciéndole a otro:
1 De Saussure, Ferdinand. Curso de Lingüística General. Buenos Aires: Editorial Losada, 1979. Pag. 47. 78
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De la Sospecha a la Provocación - Normatividad vs. Uso
Oe parce, si hizo esa vuelta…
¿oe? ¿parce? ¿vuelta, de voltear? Indudablemente esa proposición no hubiera tenido sentido alguno porque la combinación de esas palabras dentro de la norma no tienen sentido. Y en este ejemplo nos quedaría mucho por hablar solamente de la palabra parce. El origen de esta palabra que inicialmente era parte del lenguaje de los sicarios, luego del parlache, en la actualidad es usada por una gran colectividad dada la aceptación de este término. Otro ejemplo tomado de un contexto callejero entre dos hombres jóvenes podría ser: Esa hembra aguanta. Desde lo normativo y en la definición del diccionario de la Real Academia Española hembra es el animal de sexo femenino, sin embargo metafóricamente se refiere a la mujer. Y aguanta, del verbo aguantar según el DRAE es soportar, resistir, sostener. Lo que significaría que el animal femenino resiste, faltaría conocer qué es lo que resiste. Sin embargo en ese contexto esta frase quiere decir que es una mujer bonita, con una connotación hacia lo sexual. Lo anterior quiere decir que si la sospecha no hubiera existido el Giro Lingüístico no hubiera llamado la atención de los estudiosos del lenguaje. Afortunadamente:
“A través del acontecer histórico una misma palabra se casa con determinado significado, luego con otro, con otro más, y así sucesivamente, en lo que sería una especie de monogamia en serie. De allí surgen las acepciones acumuladas por el diccionario”2 Por eso, y específicamente para los pensamientos más modernos se hace necesario dar las gracias a la sospecha y a sus maestros quienes se atrevieron a mirar más allá de lo que sus entornos como la escuela, la familia, el estado y la iglesia, los obligaban, se quitaron la venda y abrieron los ojos, dejándonos un gran legado innovador, porque el proceso moderno no sólo giro lingüísticamente, sino y a partir del mismo lenguaje, en todos los ámbitos de la sociedad.
FILOSOFÍA DEL LENGUAJE Desde este punto de partida, la palabra se tornó plástica porque no es definida por conceptos sino por usos. De esta forma, no es necesario escribir todo un tratado con la fórmula de la objetividad para hacer filosofía, ya que esos tratados pudieron reducirse a aforismos subjetivos con el mismo sentido del tratado, con pocas palabras bien moldeadas a partir de resonancias semánticas o trasteos semánticos: metáforas, ironías y figuras literarias, 2 SERNA ARANGO, Julián. Ontologías Alternativas. Aperturas de mundo desde el giro lingüístico. Barcelona: Anthropos; Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira, 2007. Pag. 17 CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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por ejemplo, podían llevar a la reflexión de los intérpretes. Sabiendo tejer adecuadamente un aforismo, éste puede provocar más que un tratado, como lo ha logrado Nietzsche con sus lectores. Y quizás sea esta la razón por la que los lingüistas debieron dirigir su mirada hacia la filosofía, porque desde esta disciplina los filósofos más que ocuparse de un saber tienen la actitud de repensar y reflexionar el entorno en el que fueron depositados por la vida misma, porque indudablemente los contextos de quienes se dedican a esta disciplina (o a cualquier otra) son fundamentales para sus miradas y reflexiones. Pero, aquí tenemos que recordar que filosofía es una palabra que tiene diferentes usos, al igual que ocurre con otras palabras por la misma plasticidad y uso de éstas, entendemos que hablamos de la filosofía no esencialista, esa filosofía que permite la subjetividad y el relativismo: porque las expresiones implican más de lo que dicen (Serna: 2004, pag. 62) La filosofía miró el lenguaje y sus filósofos como Wittgenstein, Austin y Searle, entre otros, dejaron una gran herencia a los lingüistas en sus testamentos: aire de familia, el acercamiento al lenguaje ordinario, los juegos del lenguaje, una nueva mirada a la relación preestablecida que se tenía entre la palabra y el objeto, el decir relacionado a la acción, entre muchas otras nuevas razones de uso del lenguaje encasilladas en la pragmática (palabra que, como veremos, no sólo se diferencia de la gramática por oposición fónica y por la adición del fonema /p/). Estos fueron hechos que mostraron a los lingüistas que la gramática es necesaria, la norma como estudiosos del lenguaje la debemos conocer, aunque ésta sólo hace parte de la lingüística interna, objeto de estudio estructuralista de la lengua, como en su momento lo hicieron Saussure y Chomsky. Pero llegaron los filósofos y su filosofía, conllevando a la necesidad de mirar a la lingüística externa, porque el lenguaje requiere de factores exteriores para apropiarse de esta facultad innata en el hombre: sicología, sociología, historia y filosofía, factores que finalmente dan muestra del uso. Y desde la filosofía nos encontramos con que podemos hablar de palabras prístinas que en algún momento son transformadas semánticamente para tornarse quizá en palabras ubicuas, definidas por sus usos dentro de diferentes contextos. El siguiente ejemplo tomado de un verso de la canción “Camino” de una banda rockera de Chile llamada Los Tres, da muestra de ello:
Camino, camino sin ti. Por tu sendero que no tiene fin. Paso por ciudades sin hablar. Piso senderos y mar. Sigo no se donde voy Ah... Un crucero, mira donde estoy El primer verso tiene la palabra camino como sustantivo y camino como verbo. Se le habla al camino que es un nombre común que no escucha, y 80
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además se le dice que camina sin este nombre, sin el camino. Eso sería si lo miráramos estrictamente como significado diccionario, el cual no permitiría la comprensión del verso. De todas formas, este verso supone unos recursos literarios, que incluye a la metáfora donde el camino es la vida y donde quien expresa este verso camina salido de la norma preestablecida por la vida. Esa información aparece solamente en la primera línea, anotando que es la percepción desarrollada de manera subjetiva por la autora de este texto, por lo cual sería válido que otro intérprete difiera de esta interpretación y ofrezca una nueva. Entonces ¿Qué se podría decir de esas otras palabras combinadas? Éstas pueden dar mayor tipo de interpretaciones que pueden tener variados sazones para quien o quienes escuchen o lean esta canción. Ejemplos se pueden encontrar a diario en el lugar menos pensado, la ciudad es un libro abierto de voces y escrituras que llegan sin buscarlas: publicidad, amigos, contaminación visual, medios de comunicación y hasta en baños, como el siguiente ejemplo tomado de un baño de la Universidad Tecnológica de Pereira en donde una estudiante anónima, y se conjetura su género porque fue encontrado en un baño para mujeres, escribió un graffiti que por el léxico que pretendió usar se puede denominarlo graffiti literario, por darle un nombre que lo diferencie de los otros que tienen un contenido político,
El graffiti dice: Tus labios impávidos desnudan mi silencio el exilir del vino mojado mis huesos y embadurnada de sueños quizá me encuentro en una cueva oscura donde nace lo que yo ni siento…
insultante, dedicatorio o de otra índole. Este graffiti fue escrito en un baño a modo de palimpsesto, porque los baños de instituciones públicas suelen ser rayados, luego borrados, nuevamente rayados y así en lo sucesivo, y eso se hace evidente porque siempre queda la tenue huella del escrito anterior. La construcción gramatical de este graffiti es bien irregular: aparece la palabra exilir, pero no hay que ser muy diestro en cuestiones gramaticales para entender que es elixir… Lo que yo ni siento, en vez de usar la sintaxis más CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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común: lo que ni yo siento. Con esta construcción no será imposible comprender que la anónima escritora le hace una dedicación abstracta a alguien que la enfrenta al encuentro de su ser, al parecer algo triste y melancólico: ¿Cómo van a estar mojados los huesos? ¿Qué es estar embadurnada de sueños? Solamente el Giro Lingüístico puede dar respuesta, y esta respuesta se da desde la subjetividad del lector. Con estos ejemplos, se podría llegar a creer que la pragmática puede dar fin con la normatividad que ha caracterizado a la gramática. Sin embargo, como lo se ha mencionado anteriormente, la gramática es necesaria para los estudiosos de la lengua (desde lo virtual), pero prima el uso sobre la norma. Sería descabellado creer que la gramática no va a figurar en la lingüística, pero hemos visto como día a día los lingüistas van relegando un poco a la norma para adentrarse en el uso, con los usuarios reales y no ideales de la lengua. Esto no sería un fenómeno exclusivo de la lingüística, toda ciencia, toda disciplina se renueva. Y la misma reacción vuelve a ser renovada. Así todo gran descubrimiento, innovación, reacción, creación, origina siempre una crisis y catástrofe en la sociedad, porque desaparece la costumbre para un nuevo hábito a lo nuevo (y cuando se es adultos reacostumbrarnos a lo nuevo es un poco más difícil). Sin embargo, la normatividad, pese a su arbitrariedad, es la base del uso para la comprensión de los mil y un códigos infinitos que posee el lenguaje, en cualquiera de sus manifestaciones. La vida es una reacción que durante diferentes procesos se va renovando, o para no ir muy lejos ¿Cuándo pensamos que la gramática tendría que propender por una nueva gramática, analizada por las diferentes zonas dialectales de habla hispana, como actualmente ocurre? Con todo esto, sólo me queda dar gracias a la sospecha y esperar lo que viene después de la pragmática y el giro lingüístico, porque llegará el momento en que las palabras que nos apalabran el mundo colectivo e individual que conocemos, no serán las mismas, quizá ni suficientes… Así con este panorama incierto del uso, sólo me queda decir que Judas los bendiga y que la sospecha siga reinando. Amen Concluyendo este texto la lingüística se ha renovado, pasó de ser una ciencia a ser una disciplina porque encontró que la norma no es la esencia de la lengua sino el uso. El Giro Lingüístico llegó a los hablantes para dar una nueva visión al mundo que los rodea, las palabras no están determinadas por objetos, o por significados, es su uso y su contexto. El diccionario, pese a que tiene la validez del caso para definir palabras que no se encuentran en los lexicones de los hablantes, solamente sirve de referencia
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para continuar apalabrando el mundo. Como el uso es la materia prima en la lingüística actual, la corrección puede pasar a un lado, sin embargo, es la costumbre de muchos estudiosos tratar de mantener el uso adecuado y no chabacano del lenguaje.
Bibliografía DE SAUSSURE, Ferdinand. Curso de Lingüística General. Buenos Aires: Editorial Losada. 1979. FREUND, Gisèle. La Fotografía como Documento Social. Barcelona: Editorial Gustavo Pili, SL. 1993. SERNA ARANGO, Julián. Filosofía, literatura y Giro Lingüístico. Una nueva síntesis. Siglo del Hombre Editores, Universidad Tecnológica de Pereira. 2004. ____________. Ontologías Alternativas. Aperturas de mundo desde el giro lingüístico. Barcelona: Anthropos; Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira, 2007.
Referencias electrónicas Información Disponible en World Wide Web: http://www.rae.es
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Edwin Morales Voyeur Carboncillo y acuarela sobre papel 100 x 150 cm 20-02-04
Pragmática y Competencias Educativas: Una Visión Creada a partir de la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson
Pragmática y Competencias Educativas: Una Visión Creada a partir de la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson Sandra Milena Osorio Monsalve* Resumen:
Cuando entramos a analizar el nexo existente entre lenguaje y educación, encontramos todas las interacciones humanas: pragmáticas, (en la acción); analíticas (en el proceso de conocimiento); socioculturales (en el proceso ideológico) y estéticas (en la recreación de la expresión de la realidad). El estudiante no debe desempeñarse como usuario pasivo del lenguaje en el proceso de enseñanza-aprendizaje; por el contrario, él debe interactuar como núcleo principal de este acontecer, desarrollando competencias interpretativas, comunicativas y lingüísticas, conjugando conocimiento y comunicación en el discurso oral. El conocimiento sobre pragmática y la competencia del docente en esta disciplina es fundamental para que en el proceso de interpretar y producir enunciados, los estudiantes sean eficaces; es él quien debe abordar con ellos el estudio de la pragmática y propiciar el diálogo a partir de expresiones con sentido y sobre todo: hacer énfasis en el reconocimiento de intenciones, fundamento de la teoría de la relevancia, objeto del presente artículo.
Palabras Claves: Lenguaje,
pragmática.
educación,
comunicación, competencias,
Summary:
When we start to analyze the existence between the language and education, we find all the human interactions: pragmatics (in the action), analytics (in the process of knowledge), social-cultural (in the ideological process) and aesthetics (in the recreation of the expression of reality). The students should not develop as passive user of the language in the process of learning-teaching; other wise, he should interchange like the principal nucleus of this process, developing competences interpretative, communicative and linguistics, unifying knowledge and communication in the oral speech. The knowledge about pragmatics and the competences of the advisor in this discipline is necessary for the process to interpretative and produce announcements, the students are efficient, is him who should boar whit the students the study of the pragmatic and propitious the dialogues from the expressions with sense and the most important make emphasis’ on the acknowledgement of intentions, study of relevance, object the present articule.
* Profesora titular de la Institución educativa Santa María Goretti en Santa Rosa de Cabal. Licenciada en Español y Comunicación Audiovisual. Universidad Tecnológica de Pereira. Estudiante III semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira.
[email protected] CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Sandra Milena Osorio Monsalve
Key words: Language, education, communication, competence, pragmatics. En las últimas décadas, la lingüística ha centrado su interés en el papel del lenguaje en relación con las creencias y la conducta humana. Por ello se ha desarrollado la conciencia y la necesidad de disponer de una disciplina independiente que aborde de manera amplia la diversidad y complejidad de los fenómenos lingüísticos. De esta necesidad ha surgido una extensa variedad de enfoques de trabajo alrededor del lenguaje, entre los cuales se encuentra la pragmática. Todo hablante oyente tiene un conocimiento inconsciente de la lengua, conocimiento que lo convierte en un sujeto competente lingüísticamente para materializar su pensamiento por medio del lenguaje oral o escrito en los niveles cognitivo y pragmático, como es el caso de la producción de enunciados; lo cual le permite establecer comunicación con sus iguales; realizar todo tipo de socializaciones sobre diferentes temas en diferentes ámbitos, incluyendo el educativo, entre otras competencias lingüísticas. Recordemos que la pragmática es una disciplina nueva, estrechamente relacionada con la lingüística, la cual goza de una relativa autonomía y comprende el estudio de los signos en relación con los hablantes-oyentes (usuarios), orientándose al estudio de las emisiones verbales como los actos de habla, lo cual implica el contexto comunicativo en el cual se producen dichos eventos conversacionales. Las expresiones lingüísticas son producidas, entendidas (o mal entendidas) y utilizadas (para bien o para mal) por personas reales como parte de su vida mental y sus interacciones sociales. Por consiguiente, el habla es un fenómeno tanto mental neuronal como social cultural, y por este motivo es estudiado no sólo por gramáticos, sino también por neurocientíficos, psicólogos y científicos sociales. A propósito de la Teoría de la Relevancia, Sperber y Wilson (2004: 238) plantean que:
“Su objetivo es explicar en términos cognitivos razonables a qué equivalen esas expectativas de relevancia, y cómo éstas pueden contribuir a una visión empírica aceptable del proceso de comprensión”. La explicación de ambos autores en cuanto a la tesis central de esta teoría sienta las bases fundamentales tanto para el estudio de la mente humana como para la investigación de los procesos cognitivo-lingüísticos que subyacen a todo proceso educativo comunicativo. Esta teoría de relevancia interactúa con la pedagogía al relacionar ambos conceptos: lenguaje y pensamiento y trabajar con modelos y métodos psicológicos que permiten dar cuenta de los fenómenos existentes en la mente del ser humano, asociados a los procesos de producción discursiva a través del uso del lenguaje. De acuerdo con la terminología de esta teoría, cualquier estímulo externo o 88
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representación interna que sirva como input de un proceso cognitivo podrá ser considerado relevante para un sujeto en un momento determinado:
“Una percepción visual, un sonido, un enunciado, un recuerdo es relevante para un sujeto cuando entra en contacto con una información previa de la que ya dispone, produciendo con ello una serie de resultados que le incumben, como por ejemplo, responder a una pregunta que tenía en su cabeza, aumentar su conocimiento sobre cierto asunto, resolver una duda, confirmar una sospecha o corregir una impresión que ha resultado ser equivocada”. (2004: 239). En nuestra labor como educadores, debemos preguntarnos entonces ¿Qué es lo que pasa en la mente de nuestros estudiantes?, ¿Qué sucede allí y qué elementos pragmáticos interfieren al momento de comunicarse?, ¿Por qué esto los lleva muchas veces a experimentar actos de habla infortunados? Sabemos que la respuesta está en la mente del sujeto, pero ¿Cómo funciona la mente humana que aprende? La mente humana está compuesta por tres sistemas que interactúan constantemente para desempeñar cualquier actividad, entre ellas la del aprendizaje. Según la Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual Alberto Merani, estos sistemas son: el afectivo, el cognitivo y el expresivo: Para aprender, estos sistemas reconstruyen, a partir de la aprobación
El Triángulo de la Mente Humana
QUERER
SABER HACER
SABER
SISTEMA AFECTIVO SISTEMA EXPRESIVO
SISTEMA COGNITIVO
de modelos, la propia red de significados, los cuales están regidos por la competencia comunicativa de los sujetos, es decir, por la capacidad que tienen tanto de emitir enunciados correctamente estructurados, sin ninguna ambigüedad como cuando los reciben de su interlocutor; y lo que es más importante aún: más allá de deducir simplemente el significado literal de un enunciado, la clave está en la habilidad que desarrollan para desentrañar la verdadera “intención” que persigue su interlocutor en el momento de la comunicación, basándose en la comprensión de elementos pragmáticos extralingüísticos como gestos, movimientos de las manos, posturas y distancias corporales producidas por el contacto físico durante una conversación. El fenómeno del habla es muy complejo, pero ante esta ininteligibilidad, CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Sandra Milena Osorio Monsalve
la teoría de la relevancia como propiedad mental que se apoya en la pragmática se convierte en una herramienta fundamental para explicar el conocimiento y los procesos de la comunicación humana:
TEORÍA DE LA RELEVANCIA COMUNICACIÓN HUMANA PLANO DE LA EXPRESIÓN RECONOCIMIENTO DE INTENCIONES
“El oyente deberá tomar el significado oracional que ha sido codificado en forma lingüística; siguiendo la ley del mínimo esfuerzo, lo enriquecerá en el nivel explícito y lo complementará en el implícito hasta que la interpretación resultante se adapte a sus expectativas de relevancia.”(2004:245). Las emisiones de los enunciados generan de manera natural e inmediata una cantidad de expectativas que el oyente comienza a tratar de seguir con el fin de encontrar el significado profundo. Esto permite deducir que la relevancia que damos a una situación o evento determinado, sea este positivo o negativo, afortunado o desafortunado, condiciona tanto la estructura mental y el pensamiento como nuestro discurso, lo que hace que cambiemos nuestro repertorio y registro, elijamos una serie de palabras en lugar de otras, pero basados en la nueva situación que se nos presenta y atendiendo a las consecuencias que estas conllevan. De esta manera, llegamos a comprender que los actos expresivos permiten formular el estado psicológico de los hablantes en relación con lo dicho y que un enunciado a pesar de tener aparentemente un significado, en la realidad no lo tiene, porque no todos los actos ilocutivos se realizan de manera explícita. Lo explícito en una conversación viene a ser como la punta del Iceberg; en cuanto a la significación es equivalente a la información superficial o denotativa de lo que se dice, en tanto que lo implícito es lo que subyace a la punta del iceberg, es de carácter connotativo y guarda relación con lo que se comunica. Para poder comprender el sentido, la intención y el significado real de las palabras que emite el hablante, es necesario que el oyente conozca de antemano el marco situacional en que se presenta el acto comunicativo y sus implicaturas, las cuales tienen que ver con la competencia lingüística, discursiva y semiótica, que incluye lo kinésico y lo proxémico. Dell Hymes (1972: 6) asegura que. 90
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Pragmática y Competencias Educativas: Una Visión Creada a partir de la Teoría de la Relevancia de Sperber y Wilson
“Los miembros de un grupo saben sobre qué se está hablando en un momento determinado y reconocen cuándo el tema se ha cambiado y logran mantener y cambiar un tópico. Estas habilidades son parte de su competencia comunicativa y es de especial importancia para el estudio de la coherencia del discurso”. Las competencias comunicativas son una clase de competencias básicas , porque con ellas los estudiantes pueden solucionar situaciones en las cuales se busca comunicar mensajes que tienen intencionalidades subjetivas; ponen en juego las habilidades de expresión y comprensión, es decir, ordenan el sistema afectivo, cognitivo y expresivo en función de la construcción creativa o la interpretación crítica de mensajes. Se cualifican en la medida que los educandos mejoran su comprensión y dominio de los diferentes códigos y formatos propios de la literatura y los medios de comunicación. Las competencias pragmáticas o mediáticas son una clase de competencias comunicativas; con ellas las personas enfrentan situaciones comunicativas donde está presente un mensaje que media la interacción entre personas y grupos o agentes sociales; pone en juego las habilidades de expresión creativa y comprensión crítica para poder crear o valorar actos comunicativos presentes en medios de comunicación social. Se cualifican en la medida que el sujeto comprende y domina los diferentes formatos de los medios de comunicación social de primera, segunda y tercera generación. Nuestros niños a medida que van adquiriendo la lengua materna, van interiorizando la competencia comunicativa, que les servirá como herramienta útil para saber hacer en un contexto dado y ocupar un lugar determinado en la sociedad, jugando el rol que escojan en su adultez. De acuerdo con lo anterior, si una competencia se define como un saber hacer en un contexto, entonces la base de la pragmática en la enseñanza de la lengua, será saber identificar las tres competencias educativas básicas que nuestros educandos deben saber desarrollar y desarrollar bien: Interpretativa: Sabemos que toda conversación es impredecible desde el principio, pero son los enunciados del interlocutor los que condicionan el curso de la misma y en últimas es el elemento pragmático el que va a resolver el problema de comunicación. El locutor debe inferir lo que su interlocutor le expresa en la realidad. Al final de este proceso de inferencia, el comunicante habrá producido un resultado cognitivo; hablamos entonces tanto de la competencia interpretativa del hablante-comunicante como de la competencia del escucha-oyente. Argumentativa: Por medio de la deducción y la explicación convincente de los hechos pragmático-comunicativos. Si enseñamos a nuestros estudiantes a evitar la oscuridad en la expresión, evitar la ambigüedad, a ser breves y ser ordenados en el discurso, estaremos contribuyendo al desarrollo de la competencia lingüística, discursiva, semiótica, la cual incluye por supuesto lo CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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kinésico y lo proxémico, dentro de la argumentación de sus ideas. Propositiva: si el ser humano tiene la capacidad de fabricar mensajes con base en sus procesos mentales y lo relevante es lo que considera le sirve para inferir algo; a partir de esta teoría, creando y manteniendo en nuestros educandos la curiosidad y el placer por plantear y expresar nuevas ideas, lograremos que ellos asuman una actitud crítica y reflexiva, lo cual implica las dos competencias anteriores. Desde esta perspectiva el aprendizaje se concibe como una cualificación progresiva de las estructuras significativas con que los seres humanos comprenden su realidad para actuar frente a situaciones pragmáticas concretas. En la mente de cada educador existe la posibilidad de generar nuevas estrategias pedagógicas y metodológicas bien orientadas, con una intención didáctica que facilite en los educandos el aprendizaje y desarrollo de sus competencias básicas en condiciones particulares. Conocer y aprender los criterios para mejorar los currículos del lenguaje con base en las competencias anteriores debe ser el principal objetivo de los maestros; saber que el aprendizaje parte de la interacción con la realidad y vuelve a ella, y por tanto, el proceso de enseñanza también, es entender que la educación modifica la mente humana y como consecuencia de ello, la evaluación del aprendizaje debe centrarse en el comportamiento y la comunicación.
Bibliografía AREIZA LONDOÑO, Rafael, CISNEROS ESTUPIÑÁN, Mireya, TABAREZ IDÁRRAGA, Luis Enrique. Hacia una nueva visión sociolingüística. Bogotá: Ecoe Ediciones. 2004. ESCANDELL, María Victoria. Introducción a la pragmática. España: Editorial Ariel, S.A. 1996. HYMES, Dell. Modelos de interacción del lenguaje. Holt Rinehart & Winston, N. Y: Centro de Publicaciones, Universidad de Antioquia, Medellín, (s.f.). p. 10. (fotocopias). Trad. De Isabel Castellanos de “Models of the interaction of Language and Social Life”, In: Directions in Sociolinguistics: The Etnography of Communication. John Gumperz & Dell Hymes (editors). 1972. MERANI, Alberto. Programas de Mejoramiento Pedagógico. Bogotá: Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual. 2006. SPERBER, Dan. DEIRDRE, Wilson. Artículo La teoría de la relevancia en Revista de Investigación Lingüística. Vol. VII- Págs. 237-286. 2004. SPERBER, Dan. DEIRDRE, Wilson. La Relevancia. Madrid. Ed. Visor. 1994.
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Edwin Morales Sin título Carboncillo, cerufa y café sobre papel 35 x 50 cm Mayo 2006
¡Mejor dicho!… ¿mejor dicho qué? Diga algo
¡Mejor dicho!… ¿mejor dicho qué? Diga algo Eva Patricia Velásquez Upegui* Resumen:
En este artículo se realiza una aproximación al análisis pragmático del marcador discursivo “mejor dicho” utilizado frecuentemente en las conversaciones cotidianas de los hablantes pereiranos. Se exploran los diversos usos y situaciones comunicativas en las que esta expresión aparece; para determinar qué tipo de implicaturas se derivan de estos contextos conversacionales, además se establece una relación entre el habla, la cortesía y la imagen social; para comprender el sentido de solidaridad, amabilidad y consideración atribuido a estos hablantes como característica propia de su cultura.
Palabras Claves: Pragmática, cortesía, tipos de cortesía, conversación, contexto, habla.
Summary:
This article looks to make a pragmatic analysis of the “better (or well) said” expressions that are most frequently used in the everyday speech of Pereiran people. It explores their diverse usage as well as the communicative situations where these expressions are used, in order to determine what type of undertones are derived from these conversational contexts, in addition to establishing a relationship between speech, gentility and social image; to understand the sense of solidarity, kindness and consideration attributed to the cultural characteristics of the habitants of the city of Pereira.
Key Words: Pragmatics, politeness, types of politeness. conversation, context, speech.
INTRODUCCIÓN Dentro de las conversaciones cotidianas es común encontrar distintas unidades lingüísticas que se alejan de su significado lexical y gramatical para adquirir un significado contextual, ligado al uso, es decir, a las situaciones comunicativas en las que estas unidades se actualizan1. Los diferentes sentidos que adquieren los enunciados desprovistos de ataduras normativas evidencian las relaciones sociales y las ideologías de los grupos que las utilizan. Lo anterior, supone según Ch. Bally que la lengua se actualiza en los actos de habla, asumidos como * Profesora Universidad Tecnológica de Pereira. Facultad de Educación. Magíster en Lingüística Española. Instituto Caro y Cuervo. Directora de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira. 1 Para Ch.Bally la función de la actualización consiste en transformar el lenguaje en habla. Citado por V. JA. MYRKIN En: Lingüística del texto. (comp). 1997. pp25. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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acciones específicas que se realizan cuando se produce una emisión en la que se conjuga la forma, el significado y la función de las oraciones en el texto2. Estas actualizaciones dependen de las necesidades comunicativas y socializadoras de los hablantes. En el presente artículo se propone una aproximación a la descripción del uso de la expresión “mejor dicho”, propia de los hablantes pereiranos en sus conversaciones cotidianas3. Interesan aquí las posibles caracterizaciones como unidad conversacional, al igual que las motivaciones e implicaciones socioculturales derivadas de los contextos verbales inmediatos en los que aparece tal expresión. Para ello se aborda como perspectiva teórica la pragmática, en cuanto se analiza el uso del “mejor dicho” en actos de habla concretos y, a la vez se aborda un enfoque discursivo en cuanto a la relación dialógica entre los interlocutores. Como premisa fundamental se plantea que los hablantes pereiranos poseen un profundo sentido de la cortesía plasmado en sus conversaciones cotidianas a través del uso de formas lingüísticas que permiten construir y mantener una imagen social positiva reconocida desde valoraciones como la amabilidad, la consideración y la solidaridad.
SIGNIFICADOS CONVENCIONALES La unidad lingüística “mejor dicho” es clasificada por Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (2000) como un marcador discursivo de uso común en la construcción de discursos escritos utilizado para agrupar, ordenar o establecer relaciones entre las microestructuras textuales para lograr la cohesión y coherencia. El autor define marcador discursivo como:
“[…] unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional - son pues, elementos marginales - y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación.” Los marcadores discursivos son unidades lingüísticas funcionales, por tal razón no proporcionan significados en sí mismos, por el contrario se comportan como elementos instrumentales que contribuyen a la construcción de sentido. Martín Zorraquino y Portolés Lázaro clasifican los marcadores discursivos en cinco grupos: 1.
Estructuradores de la información: carecen de significado argumentativo y su cometido es la organización informativa de los discursos. Se clasifican
2 Véase al respecto, Dijk. Teun van. Estructura y funciones del discurso. México: Siglo XXI. 1980. pp 58. 3 Los contextos de uso fueron establecidos a partir de conversaciones y registros escritos con estudiantes y profesores de diferentes universidades y personas no vinculadas directamente a la Universidad de diferente estrato social, nivel de instrucción y género. A quienes se le preguntaba si utilizaban la expresión “mejor dicho” en sus conversaciones y con qué función lo hacían. En total se entrevistaron 120 personas. 96
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¡Mejor dicho!… ¿mejor dicho qué? Diga algo
en: ordenadores; comentadores y digresores. 2.
Conectores: vinculan semántica y pragmáticamente un miembro del discurso con otro anterior, de tal forma que el marcador guía las inferencias que se han de efectuar del conjunto de los dos miembros discursivos conectados. Se clasifican en: aditivos; consecutivos y contraargumentativos.
3.
Reformuladores: presentan con una expresión más adecuada - el miembro del discurso en el cual se encuentran - lo expuesto en un miembro anterior. Se clasifican en: explicativos; de rectificación; de distanciamiento y recapitulativos.
4.
Operadores argumentativos: refuerzan o ejemplifican un argumento. Condicionan por su significado, las posibilidades argumentativas del miembro en el que se incluyen sin relacionarlo con otro anterior. Se clasifican en: de refuerzo argumentativo y de concreción.
5.
Conversacionales: aquellos cuyo uso más frecuente es en la conversación.
El marcador discursivo “mejor dicho” se clasifica como un reformulador de rectificación, cuya función es según Prada (2001) presentar la información expuesta en un primer enunciado de una manera más clara, es decir, para corregir o mejorar lo expresado en el primer miembro. El “mejor dicho” es considerado como el marcador discursivo reformulador rectificativo más habitual y puede estar precedido por la conjunción disyuntiva “o”, además de la puntuación, su posición es interoracional. Prada afirma que no se presentan casos de ambigüedad en el uso de este marcador.
“Por este camino fueron cayendo todas las empresas en manos particulares, empezando por las más débiles económica u organizativamente. Hoy quieren que el turno sea para las Empresas Públicas de Medellín (EPM). Pero en este caso no pueden utilizar los mismos argumentos, o mejor dicho no existe un argumento.”4
VALORES PRAGMÁTICOS DEL USO DE MEJOR DICHO El uso de este marcador discursivo, es habitual en las conversaciones de los hablantes pereiranos, en estos contextos conversacionales se deslinda de su función exclusivamente gramatical y funcional, como conector oracional para adquirir distintos matices pragmáticos que regulan la comunicación cotidiana. Según Briz (1998: 44):
4 Ejemplo tomado de http://www.desdeabajo.info/mostrar_articulo.php?id=538. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Eva Patricia Velásquez Upegui
ESTRUCTURADORES DE LA INFORMACIÓN
CONECTORES
Comentadores
Pues, pues bien, así las cosas, etc.
Ordenadores
En primer lugar/en segundo lugar/; por una parte/por otra parte; de un lado/de otro lado, etc.
Digresores
Por cierto, a todo esto, a propósito, etc.
Conectores Aditivos
Además, encima, aparte, incluso, etc.
Conectores Consecutivos
Conectores Contraargumentativos
REFORMULADORES
Reformuladores Explicativos
O sea, es decir, esto es, a saber, etc.
Reformuladores de Rectificación
Mejor dicho, mejor aún, más bien, etc.
Reformuladores de Distanciamiento Reformuladores Recapitulativos OPERADORES ARGUMENTATIVOS
MARCADORES
Por tanto, por consiguiente, por ende, en consecuencia, de ahí, entonces, pues, así, así pues, etc. En cambio, por el contrario, por el contrario, antes bien, sin embargo, no obstante, con todo, etc.
Operadores de Refuerzo Argumantativo Operadores de Concreción
En cualquier caso, en todo caso, de todos modos, etc. En suma, en conclusión, en definitiva, en fin, al fin y al cabo, etc. En realidad, en el fondo, de hecho, etc. Por ejemplo, particular, etc.
en
De Modalidad Epistémica
Claro, desde luego, por lo visto, etc.
De Modalidad deóntica
Bueno, bien, vale, etc.
Enfocadores de la Alteridad Metadiscursivos Conversacionales
Hombre, etc.
mira,
oye,
Bueno, eh, este, etc.
Cuadro 1 - Los marcadores del discurso Tomado de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (2000: 4082) 98
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“Conversar es comunicar cooperativamente y negociar estratégicamente un propósito con el otro. De ahí que la conversación sea una especie de discurso retórico que persuade y busca la aceptación del otro en forma continuada”. Las conversaciones cotidianas son interacciones que mantienen negociaciones cooperativas entre los interlocutores, reguladas a su vez por unas normas de conducta social que activan ciertos contenidos de los enunciados orientados a cumplir una intención. La cooperación se entiende como un acuerdo conversacional entre los interlocutores cuyo objeto es mantener la interacción comunicativa. Por otro lado, la cortesía5 trata de mantener o realzar la imagen social de los interlocutores en dichos intercambios. Las personas poseen una imagen social que esperan sea aceptada y respetada, por ello, frecuentemente se emplean estrategias orientadas a satisfacer esta imagen. La cortesía garantiza la correspondencia entre los deseos de imagen social y la construcción colectiva de la misma. En palabras de Kerbrat-Orecchioni (1996) y Carrasco Santana (1999)6, se reconocen dos tipos de cortesía, una cortesía mitigadora, de carácter negativo, motivada por un posible riesgo de amenazas al interlocutor y que se dirige a evitarlas o repararlas; y una cortesía valorizante, de carácter positivo, en la que no existe riesgo de amenaza y su cometido es producir actos corteses. En este sentido interesa el rol del interlocutor y la manera en que refuerza su imagen positiva.
a. EL “MEJOR DICHO” COMO ESTRATEGIA DE CORTESÍA VALORIZANTE La cortesía consiste en el reconocimiento de una imagen positiva de sí mismo y del otro que se fortalece a través de la conversación. Para mantener esta imagen los grupos crean ciertas normas sociales que aceptan y reconocen dentro de su dinámica social; cualquier comportamiento que infrinja estas normas pone en riesgo la imagen de los interlocutores. Algunos usos del “mejor dicho” en los hablantes pereiranos se inscriben dentro de la cortesía valorizante, cuyo objeto es mantener y legitimar una imagen positiva de los hablantes como gente amable y solidaria, es decir, para promover y difundir esta imagen.
5 Según CONTRERAS FERNÁNDEZ (2004). […] la cortesía tradicionalmente se ha concebido como un conjunto de muestra de respeto, cuyo uso determinaba el buen funcionamiento tanto de la organización social como por ende de las interacciones. Además, el conocimiento de los principios que regulan la etiqueta conversacional era y es el objetivo principal de la educación y una de las notas distintivas de los buenos modales. 6 Citado por ALBELDA MARCO. Marta. Cortesía en diferentes situaciones comunicativas. La conversación coloquial y la entrevista sociológica semiformal. En: BRAVO. Diana. BRIZ. Antonio. Pragmática Sociológica: Estudios sobre el discurso de la cortesía en Español. Barcelona: Ariel. 2004. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Una conversación casual entre dos mujeres conocidas en un pasillo de la universidad: A: Hola, ¿qué más?, ¿cómo te ha ido? B: Bien, con tanto trabajo, como te parece que tuve que presentar una exposición durísima en la universidad; me pidieron un informe en el colegio donde trabajo, esta semana tuve que ir al colegio de los niños y tengo a mi mamá más enferma. A: No, mejor dicho. En este ejemplo, el hablante A expresa solidaridad para con B, quien entiende que el “mejor dicho” significa en este contexto te comprendo, expresando cierta consideración frente al interlocutor, sin embargo, A asume que se le ha dado más de la información que ha pedido y que se ha violado una de las máximas conversacionales7 del principio de cooperación. A pesar de que A es consciente de ello, no lo expresa y utiliza el “mejor dicho” como una manera de proteger tanto su imagen como la de B, pues mantiene el respeto hacia su intervención, sin comprometerse expresando una idea más clara; el “mejor dicho” no exhibe la opinión de A, sino un acuerdo frente a lo expresado. B se siente correspondida pues reconoce en A una intención de solidaridad. La estrategia utilizada por A corresponde a lo que Goffman (1970) define como el trabajo de la cara, que consiste en la protección de la imagen social o la conservación de una imagen positiva. Para el caso de los hablantes pereiranos se trata de un acuerdo social implícito en el que se pretende ser condescendiente con el enunciado del otro, es decir, proteger la propia imagen a través del respeto de la imagen del otro. El “mejor dicho” en el ejemplo anterior mantiene un equilibrio de la imagen de ambos interlocutores, en el que B espera una especial consideración de A, y éste a su vez la trasmite sin riesgo de amenaza; por el contrario resalta su capacidad de compresión y solidaridad. Nótese que el uso de este marcador no compromete al interlocutor con una afirmación directa, más bien le permite mantener cierta distancia frente a lo expresado. Puede ser que para A no sea tan complicada la situación de B, o piense que está exagerando, o simplemente no le interese; el “mejor dicho” le permite ser cortés y ponerse de lado de B. La necesidad de imagen social, hace que los hablantes adapten diferentes formas lingüísticas a las situaciones comunicativas fuera de los estándares normativos, en este caso el “mejor dicho” no funciona como un reformulador rectificativo ni como un conector oracional, sino como una estrategia de cortesía. Frecuentemente, se utiliza el “mejor dicho” para evaluar positivamente el enunciado de un interlocutor, a manera de acuerdo frente a lo expresado. En un campeonato de baloncesto, dos espectadores llevan tres horas viendo partidos:
7 Grice (1975). Máxima de cantidad: “Haga que su contribución sea tan informativa como sea necesario. No haga usted que su contribución resulte más informativa de lo necesario” 100
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A: ¡Toda la mañana aquí y no hemos visto ni un partido bueno! B: Mejor dicho8. La afirmación de A es compartida por B, quien lo hace manifiesto a través del “mejor dicho”, dando a entender, tienes razón, estoy de acuerdo. B apoya el enunciado, aunque no resulta necesario hacerlo; en este sentido se entiende que la cortesía valorizante se traduce en un trabajo para el mantenimiento de la imagen. Esta forma lingüística como estrategia de cortesía valorizante se ve igualmente reflejada en la siguiente conversación entre compañeros de oficina, mujer y hombre respectivamente: A: ¿Qué tal la de Mario ayer?, teniendo su propia oficina, viene para la nuestra, utiliza el computador, internet, imprime varias hojas, acaba la tinta y luego se enoja porque no mantenemos lleno el cartucho a color. B: humm, mejor dicho En este caso, B no expresa abiertamente un juicio de valor que lo comprometa de manera directa con el enunciado de A, es decir, A pretende que B se ponga de su parte e infiera que Mario es una persona que se toma atribuciones que no le corresponden, sin embargo, B no niega ni afirma el comentario anterior; el “mejor dicho” le permite encubrir su opinión de tal manera que A infiere que B es solidario frente a la naturaleza de su reclamo y que comprende las razones de su enojo, sin expresar juicios de valor que lo comprometan negativamente con Mario o con su interlocutor. A través del “mejor dicho” los hablantes, en este contexto sociocultural, expresan su solidaridad y amabilidad para con el otro, sin introducir una nueva información, más bien dando por terminado este segmento de la conversación. El “mejor dicho” posibilita mantener la imagen de ambos interlocutores, pues se establece un lazo de comprensión y complicidad discursiva que los beneficia mutuamente. B respeta lo dicho por A, sin correr el riesgo de poner en peligro su imagen. La cortesía está ligada a las relaciones interpersonales, por tanto su función en un intercambio comunicativo depende del modo de relación social, que en este caso no evidencia una relación de poder sino de imparcialidad. El “mejor dicho” puede catalogarse como una respuesta fática, que se produce durante un intercambio comunicativo, cuando un interlocutor en actitud deferente y atenta, pretende demostrarle a otro que está participando de manera activa en la conversación. Una conversación espontánea que sostienen dos amigas acerca de sus hijos
8 En este caso la función del “mejor dicho” puede compararse con la función de los marcadores conversacionales de modalidad deóntica, estos marcadores según Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (2000: 4161), reflejan actitudes del hablante relacionadas con la expresión de la voluntad (o de lo afectivo). […] indican si el hablante acepta, admite (consiente en), etc – o no - lo que se infiere del fragmento del discurso al que remiten. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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A: ¿Cómo va tu niña? B: Natalia está muy desordenada A: ¿Y eso por qué? B: No hace nada en la casa y en el colegio le está yendo muy mal A: Mejor dicho B: No sé qué hacer A: ¿Y qué dice ella? B: La verdad no he hablado con ella; voy a esperar la reunión de padres en el colegio. El “mejor dicho” genera en B la seguridad de que A le está prestando atención, que le interesa lo que dice y que además comprende la situación. Está función fática corresponde, de igual manera a una estrategia de cortesía, que contribuye al mantenimiento de la imagen positiva de los hablantes, en tanto manifiesta respeto y consideración hacia el otro.
b.CORTESÍA MITIGADORA: ATENUACIÓN La atenuación es utilizada cuando surgen actos amenazantes a la imagen que según Albeida Marco (2004:117)
“[…] en la cultura hispánica son aquellos que dañan el prestigio público de la persona, a la que van dirigidos, que la hacen quedar mal, transmiten críticas u ofensas, en definitiva, que la humillan o la empujan a desempeñar alguna tarea sin contar con la voluntad del otro. Lingüísticamente se pueden manifestar de muchas formas, como, por ejemplo, a través de imperativos, insultos, reprimendas, por medio de énfasis prosódico, con apelaciones directas al tú, olvidos, equivocaciones, etc., siempre que afecten o impliquen la esfera personal del tú”. Cuando este tipo de actos amenazantes se realizan, pero el interlocutor no quiere dañar su imagen ni poner en riesgo la imagen del otro, utiliza estrategias lingüísticas que disminuyan una posible amenaza, es decir, de mecanismos de atenuación, como el uso de condicionales, de preguntas para hacer peticiones o la introducción del por favor para dar órdenes, entre otros; estas estrategias caracterizan un tipo de cortesía mitigadora; como manifestación lingüística semántico-pragmática. En palabras de Briz 9:
“Se trata de un mecanismo más complejo e incluso aparentemente contradictorio, en tanto que me alejo del mensaje, suavizándolo, evitando algo de lo que digo o hago, para acercarme o no alejarme demasiado del otro y de ese modo evitar posibles tensiones, malentendidos, amenazas a la imagen propia y, sobre todo, ajena”. En muchos intercambios comunicativos la emisión del “mejor dicho” restituye 9 Briz parte del Face Thereatening Act, de Brow y Levinson (_}[1978, 1987) 102
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el estado de la conversación, a manera de coda como lo explica Labov (trad. 1998)10, cuando al final de las narraciones, el interlocutor introduce un elemento lingüístico que lo pone de regreso al inicio de la conversación, lo anterior restablece la situación comunicativa y da a entender que se ha terminado la conversación o al menos un segmento de ésta11. Un grupo de estudiantes universitarios en una reunión para realizar un proyecto de una asignatura: A: Tenemos que organizar los cuadros, hacer las gráficas y redactar el informe. B: Yo me encargo de las gráficas C: Yo voy revisando el informe… A: Me acuerdo del trabajo que hicimos para el semestre pasado, ¡que trasnochada!; Karina estaba sirviendo café como loca para que no nos durmiéramos y por echarle azúcar le hecho sal, ¿se acuerdan? A:B:C: (Risas) B: Yo no alcancé a probar A: Yo si, guacalas. A:B:C: (Risas) C: Yo me lo tomé todo, con ese sueño A:B:C: (Risas) A: Mejor dicho. Bueno, yo voy a terminar los cuadros. Por medio del “mejor dicho”, A cierra12 este segmento de la conversación, para retomar el tema inicial sobre el trabajo a entregar. A restablece el estado de la conversación y lo hace porque tiene el poder dentro del grupo para hacerlo. El uso del “mejor dicho” en este contexto está restringido a los hablantes elegidos social e implícitamente, esta fórmula lingüística no será emitida por los demás interlocutores pues es A quien lleva el hilo de la conversación. Es claro que A considera que ha sido suficiente la digresión, para hacerlo saber emplea el “mejor dicho” atenuando un llamado de atención que da por terminado este tema y los obliga centrarse en el objeto de la reunión. La atenuación garantiza la no agresión de los interlocutores para el mantenimiento de una relación comunicativa favorable. Los hablantes realizan la implicatura13 y retoman el tópico inicial. 10 Traducción Universidad del Valle. Análisis de las narraciones orales de los jóvenes en el área sur-central de Harlem. 11 Labov y Waletsky y posteriormente Labov ( 1972), determinaron una estructura general para los relatos de experiencias personales. Estos autores describieron seis elementos básicos de toda narrativa: • (R)Resumen: breve explicación de lo que se va a contar • (O)Orientación: lugar, tiempo y circunstancias en que se desarrollan la/s acciones. • (AC)Acción Complicante: núcleo de la narración. • (E)Evaluación: opinión o valoración que el narrador hace de la historia. • (Rs)Resolución: modo en que termina el conflicto. • (C)Coda: algún tipo de comentario que indica el final y conecta con el inicio de la narración 12 Dentro de la estructura de la conversación el “mejor dicho” permite ubicar el cierre conversacional, a través de los turnos de paso, donde los interlocutores ceden la palabra para dar oportunidad de que otro hablante introduzca algún tema nuevo, o intervenciones de límite de tópico, es decir, aquellas en las que el hablante emite algún tipo de emisión que da por terminado el tema que estaba desarrollando. 13 De acuerdo con A. Briz (1998: 46) una implicatura corresponde a aquella información comunicada implícitamente, que se deduce y se interpreta a partir de supuestos previos. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Como se enunció previamente, este marcador discursivo tiene como función establecer una relación entre un precedente y un consecuente, para ampliar o sintetizar una información. En varios contextos conversacionales también se usa el “mejor dicho” con la función antes citada, exhibiendo una variación que consiste en enlazar enunciados emitidos por diferentes interlocutores, este elemento lingüístico funciona como vínculo entre una oración emitida por otro interlocutor la cual es retomada por uno de los hablantes incluyendo una conclusión que cierra o redondea el tema. En una conversación entre jóvenes: A: Parce, me conseguí una novia que vive en Boyacá14, ¿qué tal es eso por allá? B: Ese barrio es tenaz A: ¡No exagere! B: Pregúntele a este parcero que vivió por allá C: Si parce, el barrio es caliente B: Mejor dicho, parcero, donde usted vaya por allá le quitan las medias sin quitarle los zapatos. De manera cortés se recogen las demás intervenciones de los interlocutores a modo de conclusión, que se entiende como para no decirte más, no insistas más, trata de comprender que. Este marcador atenúa un llamado de atención hacia alguien que no ha entendido la advertencia explicada de antemano a través de otros enunciados. Este elemento discursivo funciona igualmente, como atenuador de amenazas o reclamos, como en el siguiente caso: En una conversación familiar entre padre e hija: A: Mirá el tatuaje tan lindo que me hice B: ¿Cómo así?, ¿cómo así? A: Mentiras este es el croquis, mañana me lo hacen de verdad B: Mejor dicho, mijitica donde usted se haga eso tenemos un problema. De nuevo se concluye el asunto introduciendo el “mejor dicho” para dar por terminada la conversación y enunciar una amenaza. En este contexto su significado alude a te advierto que, te atienes a; y atenúa la fuerza del enunciado, protegiendo la imagen del ambos interlocutores ante este acto de habla amenazante. Los contextos familiares privilegian un estilo de habla informal, sin embargo, esta característica no exime el uso de formas de cortesía entre los hablantes pereiranos, estas son habituales tanto en el dominio del hogar como fuera de él. Es común el uso del “mejor dicho” para expresar advertencias como en la siguiente conversación entre madre e hija:
14 Se ha cambiado el nombre del barrio para no estigmatizar los sectores de la ciudad 104
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A: ¡Casi que hay que ir por usted! B: No, mami, estaba hablando con él porque tiene una cantidad de problemas y yo lo estaba escuchando. A: Cuidado mijita, donde su papá se dé cuenta que usted está hablando con ese muchacho ¡mejor dicho! Con esta expresión, A quiere dar a entender que la acción realizada por B será fuertemente castigada, es decir, el “mejor dicho” mitiga la fuerza de la advertencia e incluso sutil amenaza manifestada por A de manera indirecta. La función atenuadora del “mejor dicho” se manifiesta en llamados de atención o regaños. En estas situaciones de uso el hablante omite cierta información que puede poner en peligro su imagen y la del interlocutor; estas omisiones se sustituyen con el “mejor dicho”; permitiendo que el interlocutor infiera el grado de enojo o decepción del hablante, como se ve en el siguiente ejemplo: En el aula de clases el profesor regaña a sus estudiantes por el incumplimiento con las indicaciones de un trabajo: A: ¡No, muchachos! ¡Así no! ¡Ah! ¡Mejor dicho! Los estudiantes infieren que el trabajo se presentó incompleto o mal hecho y por esta razón el profesor está molesto. En este caso se actualizan implicaturas como es el colmo, es incomprensible, igualmente el interlocutor comprende que el “mejor dicho” agrupa posibles sentidos que se derivan de una actitud de enojo. Como en el siguiente caso. Conversación entre madre e hija en la casa: A: ¡Quiubo! ¡¿Qué son estás horas de llegar?! B: Hay me descache se me pasó la hora. A: Eeehhhh, pero ese cuentico está muy maluco B: Yo no vuelvo a llegar tarde A: Eso es lo que siempre dice, Eh ¡Ave María! ¡Mejor dicho! En este caso se cierra el reclamo con el “mejor dicho” que permite inferir el grado de enojo de A; quien no tiene que extenderse en más reclamos para que B se entere de que en efecto esto no puede volver a suceder porque se ha llegado al límite. El “mejor dicho” posee también la función de atenuar y dar por entendido un contenido irónico. En palabras de Haverkate (2004):
“La ironía es un recurso retórico complejo, difícil de definir de manera unívoca. Limitándonos a la ironía asertiva podemos sostener que es una estrategia conversacional cuya esencia radica en que el hablante manipula el valor veritativo de lo que asevera. En términos más precisos, el hablante comunica lo contrario de lo que cree”.
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El “mejor dicho” está presente en situaciones en las que el hablante pretende hacer ostensible un llamado de atención suavizado a través de esta expresión; y su función es orientar al interlocutor hacia el sentido irónico del enunciado. En el aula de clases el profesor se dirige a sus estudiantes: A: ¡Guauuu! ¡Qué belleza! ¡No trabajen tanto! ¡Mejor dicho! En el ejemplo anterior, se utiliza el “mejor dicho” para concluir el enunciado completando el sentido irónico a manera de reproche. Conversación entre padre e hijo, uno espera al otro en un restaurante para cenar: A: ¡Mejor dicho! ¡Qué elegancia! El uso del “mejor dicho” disminuye cualquier tipo de ambigüedad en el enunciado. Esta expresión ratifica el contenido irónico implícito, de tal manera que es clara la intención del interlocutor, quien demerita la presentación personal del hijo a través de la ironía, sin embargo, el uso del “mejor dicho” permite que la conversación continúe sin alejar a los interlocutores por un posible desacuerdo o inconformidad.
c. OTROS USOS DEL “MEJOR DICHO”. Adjetivo Superlativo
Dentro de las conversaciones cotidianas de los hablantes pereiranos, es común el uso del “mejor dicho” como adjetivo superlativo, entendido éste desde un sentido absoluto, es decir, su función es la expresar una cualidad poseída absolutamente por el objeto en alto grado.15. Una conversación entre amigas en la calle: A: Ya fuiste al restaurante nuevo B: no, no he ido A: venden una comida ¡que mejor dicho! En estos casos el “mejor dicho” va acompañado de la conjunción “que”; su función es enlazar el nombre con un modificador, cuyo significado se excede del grado positivo al superlativo, entendido por el interlocutor como muy deliciosa o sabrosísima.
Exclamación
Comúnmente se utiliza el “mejor dicho” como actitud de asombro o sorpresa; con el sentido de ¡Por Dios!
15 Al respecto véase Manuel Seco en Manual de Gramática Española.(1989: 35) 106
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¡Mejor dicho!… ¿mejor dicho qué? Diga algo
Conversación espontánea entre amigas A: Cómo te parece que el hijo de Martha tuvo un accidente y quedó parapléjico B: ¡Mejor dicho! A: Solo tenía 20 años En estas situaciones se entiende que la información causa impresión en B y el “mejor dicho” le permite manifestarlo; además se expresa consideración y pena frente a lo narrado.
Forma Eufemística
En ciertas conversaciones este marcador discursivo se utiliza para dar a entender ideas de tipo sexual, que no pueden ser nombrados directamente por pudor o vergüenza. El “mejor dicho” funciona como un eufemismo para las relaciones sexuales. Conversación entre jóvenes estudiantes universitarios A: Parce, mirá que salí ayer a rumbiar con sus amigas B: ¿Si?, ¿y qué pasó? A: ¿Qué pasó? Hummm, que no pasó, ¡mejor dicho! El “mejor dicho” aporta información como ya te lo podrás imaginar, tú ya sabes que, en efecto el interlocutor comprende las implicaciones de este uso, y no espera ninguna precisión adicional. Conversación entre amigas: A: Todavía estás saliendo con Carlos B: Este fin de semana estuvimos juntos, eso pasó de todo, ¡mejor dicho! El interlocutor infiere la extensión semántica de la expresión “pasó de todo”, lo anterior tiene una connotación sexual que se afirma con el uso del “mejor dicho”, orientando el sentido del enunciado hacia implicaturas como ni para qué te lo cuento, fue lo máximo.
CONSIDERACIONES FINALES Los hablantes del Eje Cafetero, particularmente de la ciudad de Pereira, se han reconocido como personas amables, solidarias y de gran calidad humana; esta noción de sí mismos tiene evidentemente un correlato lingüístico que se evidencia en el uso de la lengua. La expresión “mejor dicho” es un ejemplo de ello. Ésta es de uso frecuente en las conversaciones de los pereiranos y se acomoda en los diferentes contextos comunicativos a las necesidades de los usuarios, no pertenece estrictamente a conversaciones formales e informales, es una estrategia que se mantiene para garantizar la comunicación, aunque sus funciones varían, su finalidad es la misma: ser cortés. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Eva Patricia Velásquez Upegui
Para el caso de los hablantes pereiranos, lo anterior implica mantener una imagen positiva de sí mismo a través del respeto y la consideración del otro; de igual manera se utiliza para atenuar actos comunicativos en los cuales la imagen del interlocutor se vea amenazada, es decir, cuando es consciente del riesgo que corre su imagen y de la necesidad de mantenerse seguro, sin ningún tipo de reproche social. No se trata de una máscara que usa el interlocutor para quedar bien ante los demás, sino de una actitud al interior de una cultura que ha construido su dinámica social con base en un tratamiento cortés, que se fundamenta en: •
El uso de la cortesía como estrategia necesaria para que los intercambios verbales sean exitosos (sujetos a situaciones e intencionalidades particulares).
•
La cortesía entre los hablantes pereiranos se percibe tanto en construcciones ritualizadas y convencionalizadas (saludos, despedidas, agradecimientos, peticiones) como en formas lingüísticas funcionales.
•
El carácter valorizante y mitigador de la cortesía para mantener lazos de afectividad entre los interlocutores, materializado a través del uso del marcador discursivo “mejor dicho”
Los hablantes pereiranos, de manera innovadora, han despojado el marcador discursivo “mejor dicho” de su carácter funcional dentro del sistema de la lengua para ser concebido como una estrategia de cortesía reguladora de su gramática social. Lo anterior evidencia que en el uso priman los intereses comunicativos de los hablantes, lo cual implica apartarse de las normas sistémicas para adoptar las normas consuetudinarias instauradas por patrones culturales. Vale la pena cuestionarse si la cortesía en los hablantes pereiranos es una característica de una cultura del acercamiento o si por el contrario es una muestra de distanciamiento y falta de confianza hacia los demás. Para esto sería necesario un estudio más detallado, con un corpus más amplio, que vincule mayor número de hablantes en diversas situaciones comunicativas, sin embargo, la pregunta queda y será nuestro deber responderla. ¡No, mejor dicho!
Bibliografía BERNÁNDEZ, Enrique. (comp.)Lingüística del texto. Madrid: Arco Libros. 1987. BOSQUE, Ignacio y DEMONTE, Violeta. Gramática descriptiva de la lengua española. España: Espasa Calpe. 2000. ESCANDELL VIDAL, María Victoria. Introducción a la pragmática.Barcelona; Ariel Lingüística. 1996. GOFFMAN, Erving. Ritual de la Interacción. Buenos Aires: Tiempo contemporáneo. 1970. LABOV. William. WALETZKY. Joshua. Narrative análisis: oral versions of personal experience. En: Journal of narrative and life history. Lawrence Erlbaum Associates. United States of America. 1997 108
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¡Mejor dicho!… ¿mejor dicho qué? Diga algo
LABOV. William. Some Further Steps in Narrative Analysis. En: Journal of narrative and life history. Lawrence Erlbaum Associates. United States of America. 1997. LABOV. William. La transformación de la experiencia en sintaxis narrativa. Cali. Centro de traducciones de la Universidad del Valle. 1998. Martín Zorraquino, María Antonia y Portolés Lázaro, José. Los marcadores del discurso. En: BOSQUE, Ignacio y DEMONTE; Violeta. Gramática descriptiva de la lengua española. España: Espasa Calpe. 2000. SECO, Rafael. Manual de Gramática Española. Bogotá: Círculo de Lectores. 1989.
Referencias Electrónicas BRIZ, Antonio. Atenuación y Cortesía verbal en la conversación coloquial: su tratamiento en la clase de ELE. En: http//www.cervantes-muenchen.de/es/05_ lehrerforrtb/Actas05-06/1Antoniobriz.pdf. 2005 HIDALGO NAVARRO, Antonio. La expresión de la cortesía en el español hablado: marcas y recursos prosódicos para su reconocimiento en la conversación coloquial. En: http://www3.unileon.es/dp/dfh/SEL/actas/Hidalgo.pdf. 2006 CONTRERAS FERNÁNDEZ, Josefa. El uso de la cortesía y las sobreposiciones en las conversaciones un análisis contrastivo alemán – español. En: http://www. tesisenred.net/tdx-0720105-103445. 2004. PRADA, Juan José. Reconocimiento eficiente de marcadores del discurso en español. Análisis y representación. En: http://www.fing.edu.uy/inco/pedeciba/ bibliote/tesis/tesis-prada.pdf. 2001.
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Edwin Morales Sin título Carboncillo, cerufa y café sobre papel 35 x 50 cm Mayo 2006
Reflexiones entorno al Principio de Cooperación en el Aula de Clase
Reflexiones entorno al Principio de Cooperación en el Aula de Clase Diana Milena Tamayo Montañez* Resumen:
El presente artículo pretende sustentar las similitudes que existen entre el Principio de Cooperación de Grice y los postulados constructivistas, de acuerdo con las dinámicas que se dan en el aula de clases, y a su vez, a los principios interactivos, posturas y actitudes lingüísticas que asumen tanto el estudiante y el docente.
Palabras Claves: Principio de Cooperación (GRICE), constructivismo, actos de habla, aula de clases
Summary:
The following article seeks to support the similarities that exist between the Principle of Cooperation of Grice and the constructivist theories, concurring with the dynamics present in classroom settings, while at the same time corresponding to interactive principles as well as linguistic attitudes and theories adopted by both students and teachers.
Key Words: Principle of Cooperation (GRICE), constructivist theories, acts of speech, classroom. El lenguaje es un contrato, muchas, veces directo otras indirecto, en el que nos comprometemos con los demás en el arte de establecer conexiones de diferente índole, desde distintas perspectivas, con diversos elementos para satisfacer la necesidad primordial de comunicarnos y a su vez lo que nos hace ser quienes somos. En este orden de ideas se enunciarán a través de este texto, algunas reflexiones que surgen del principio de cooperación y los intercambios lingüísticos que rigen una clase con base en una pedagogía constructivista en donde el perfil del estudiante se concibe como un constructor del conocimiento-aprendizaje en un esfuerzo cooperativo en donde ambas partes se retroalimentan constantemente. Es decir, cuando se mezclan conceptos como constructivismo y cooperación lo que se quiere plantear, es la idea de que el sujeto tanto en los aspectos Docente de la Institución Colegio Calasanz Pereira. Licenciada en Pedagogía Infantil. Estudiante de III semestre de la Maestría en Lingüística. Universidad Tecnológica de Pereira.
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Diana Milena Tamayo Montañez
cognitivos, sociales y lingüísticos del comportamiento no es un simple producto del ambiente ni resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción conjunta que se produce como resultado de la interacción realizada en este caso por el docente y el estudiante. Se hace necesario aclarar entonces que tanto en el Principio de Cooperación de Grice y el constructivismo Ausubeliano se entiende al sujeto como un ser pensante, cooperante y que sus acciones son recíprocas y en doble dirección, a diferencia de las teorías lingüísticas basadas en emisores y receptores que sólo permitían ver una cara del intercambio lingüístico. De este modo, según la posición constructivista abordada desde Ausubel, las mediaciones de clase se hacen a través de diálogos en construcción (que no están delimitados ni acabados) que exigen un consenso permanente de ambas partes, aludiendo a un esfuerzo conjunto y a una continuidad en los intercambios en torno a una serie de preguntas y respuestas sobre un tema en el cual están presentes: las opiniones, los gustos, y las actitudes, además de ciertas inclinaciones y afinidades entre el estudiante y el profesor. Estos intercambios se encuentran delimitados entre una pregunta inicial en la cual el docente trata de indagar por los conocimientos previos del estudiante, una posible respuesta del estudiante entorno a ideas varias con respecto a la idea o concepto por el que el docente esté indagando, una exposición de ideas en tono de respuesta por parte del profesor, retomando las ideas de los alumnos para una conceptualización más precisa. Y finalmente, preguntas del estudiante con un fin definido que conlleva a la retroalimentación. Así pues en esta sucesión de hechos lingüísticos o “actos de habla” en el aula de clase, se encuentran principalmente aquellos que son denotados por los siguientes verbos como: enunciar, describir, aseverar, observar, comentar, mandar, pedir, aprobar, prometer, objetar, solicitar y argumentar, preguntar, responder entre otros. De esta manera el maestro y sus alumnos realizarán entonces cuatro tipos de actos lingüísticos diferentes: 1. emiten palabras, es decir, se realizan actos de emisión, (consisten simplemente en emitir secuencias de palabras) 2. Se refieren y predican, es decir, se concretan actos proposicionales (emitir palabras dentro de oraciones, bajo ciertas condiciones y con ciertas intenciones”) 3. Se enuncia, se pregunta, manda, promete, entre otras, o lo que es lo mismo: se efectúan actos ilocucionarios. Y finalmente, los actos perlocutivos o perlocucionarios según Austin1. Es decir, la noción de las consecuencias o efectos que tales actos en sucesión, tienen sobre las acciones, pensamientos, y creencias de los estudiantes. De acuerdo con esta situación pregunta-respuesta con fines determinados el Principio de Cooperación de Grice, juega un papel fundamental, debido a 1 Los actos de habla de acuerdo con Austin están conformados por los siguientes actos: El acto locutivo: acto de decir algo. El acto ilocucionario: acto de decir algo que incluye decir algo (preguntar o responder, dar una información, hacer una advertencia, anunciar un veredicto o una intención, etc.). El acto perlocucionario: efectos que el acto verbal produce en “los sentimientos, pensamientos o acciones del auditorio, del hablante o de otras personas”. 114
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Reflexiones entorno al Principio de Cooperación en el Aula de Clase
que en cada uno de las interacciones que subyacen los actos comunicativos en el aula se evidencia una sintonía indisoluble entre hablante oyente frente al evento educativo. En palabras de (Trillos 1998 cit por ESCAMILLA) “No estamos ante sistemas abstractos de signos ajenos a la voluntad de los usuarios, sino ante prácticas comunicativas en las que el lenguaje, la acción y el conocimiento son inseparables”. Es decir, la comprensión del significado de las oraciones, el análisis de los actos lingüísticos no son tareas independientes sino una sola cuestión. Razón por la cual desde la filosofía del lenguaje, la tendencia a concentrar sus reflexiones en el uso de las expresiones en situaciones de habla: EN CONTEXTOS ESCOLARES. El aula de clases tiene unas reglas definidas, de acuerdo con éstas el profesor toma el lugar del hablante y los alumnos el de oyentes y viceversa. Así pues, cuando se inicia una metodología ya predeterminada por ambas partes y regida por unas reglas caracterizadas y estipuladas tanto explícitas como implícitamente, se da una conexión en la cual el lenguaje empieza a tener un sentido y caracterizaciones de fondo. De igual forma cuando el docente lanza su pregunta inicial da unos indicios que hacen que el estudiante no de una respuesta arbitraria, pues éste da pistas para que en la pregunta inicial su auditorio infiera y prevea hacia dónde se quiere llegar. Cuando el maestro concede entonces la pregunta y el estudiante accede a emitir su enunciado de manera concreta e inteligible, se cumple con el primer propósito del intercambio comunicativo. En palabras de Roulet “Los actos de habla desde una perspectiva conversacional se pueden definir como actos comunicativos, que siendo de preferencia verbal “hechos de interacción” sostienen la relación entre los interlocutores. Hay una jerarquía entre los actos comunicativos; Roulet (1991). El docente dirige su auditorio, pero los roles en este contexto tienden a cambiar en cada uno de los interlocutores. Por ello debe haber por parte de cada uno el reconocimiento de las inferencias de las intenciones y halla una correspondencia lógica en la comunicación. Para concluir, estudiar el lenguaje como instrumento que media en el aula de clase implica contemplar dos aspectos: su contenido referencial y su fuerza ilocutiva. “El primero es el de los mensajes y responde al supuesto de que es posible captar una parte de su significado identificando los referentes a los que remiten, es decir, identificando aquello de lo que hablan los mensajes” (Coll, 1992) [12], aclarando que los mensajes no contienen referentes sino expresiones referenciales que remiten a saberes específicos. A su vez, los referentes remiten a dos aspectos fundamentales; el primero, los contenidos como objeto de enseñanza-aprendizaje y el segundo, a los contenidos que dan cuenta de los modos de organización, control y regulación de cada actividad desarrollada en el aula de clase.”La referencia es un acto de habla y los actos de habla son realizados no por las palabras, sino por los hablantes al emitir palabras” .
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Diana Milena Tamayo Montañez
Bibliografía SEARLE, Jhon. “Actos de habla. Ensayos de filosofía del lenguaje”. Principio de expresabilidad. Editorial Cátedra, Madrid, 1980. P. 28. LEWANDOWSKY, Theodor. “Diccionario de lingüística”. Ed. cátedra, Madrid,1982. AUSTIN, John. Cómo hacer cosas con palabras. Editorial. Paidós. Barcelona, 1990. Pág. 153. SEARLE, John. Actos de Habla. Ediciones Cátedra. Madrid, 1980. Pág. 33., ESCAMILLA, Julio. Fundamentos Semiolingüísticos de la Actividad Discursiva. Fondo de publicaciones de la universidad del Atlántico. Colombia 1998. Pág Xlll
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Concurso la Palabra más Rara En el marco de la celebración del Día del Idioma, la Maestría en Lingüística de la Universidad Tecnológica de Pereira, organizó el Concurso “La palabra más rara” según consideraciones de los hablantes en el contexto de uso pereirano. Este concurso tenía como objetivo sensibilizar a los hablantes frente a los procesos de innovación y cambio lexical; las bases del concurso se enfocaron hacia la presentación de una palabra no incluida en el Diccionario de la Real Academia Española, a la cual se le debía dar un significado. A continuación se presentan las palabras que participaron en el concurso:1
MARCAS Y ABREVIATURAS UTILIZADAS adj. amb. Col. C. Pacíf. C. Atlánt. cult. Der. desp. espon. f. Geom. inform. intr. juv. m. y f. mil Perei. pop. prnl. rur. s. tr. Var. vulg. * ** *** ****
Adjetivo Ambiguo. Sustantivo usado como masculino y femenino Colombia Costa Pacífica Costa Atlántica Culto Derivación Despectivo Espontáneoç Sustantivo femenino Geometría Informática Intransitivo Juvenil Sustantivo con distinción de masculino y femenino Milicia Pereira Popular Pronominal Rural Sustantivo masculino Transitivo Variante Vulgar Ejemplo tomado del CREA Ejemplo tomado de libro, revistas y televisión. Ejemplo tomado de Internet Ejemplo tomado del habla cotidiana
Aletoso, -a adj/s. pop. espon. desp Dicho de persona, arrebatada. Diana Milady Manrique. Estudiante Licenciatura Español y Literatura.
1 Estas palabras han sido modificadas por el Comité Editorial de la Revista de acuerdo con criterios Lexicográficos, propios de la disciplina Lingüística. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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Bicuca f. Perei. pop. espon. Poco dinero. ****Mi sueldo es una bicuca. Eliana Lucía Bernal. Cambatao adj. m. C.Pacíf. espon. desp. Dicho de persona, con un desarrollo físico anormal. Robert F Satizabal Salazar. Chereveco adj. amb. Cost Atlan. espon. desp. Dicho de un objeto o máquina en mal estado. ****Este chereveco no aguanta el viaje. Profesor Victor Barros. Universidad Tecnológica de Pereira. Chichipato, -a adj/s. pop. espon. desp Dicho de persona, avara. *** No inviten al chichipato de Miguel, que siempre que vamos a pagar se hace el gringo y no da ni un peso. Jerga de Colombia En:htttp.www.jergasdehablahispana.org/index.php?pais=Colombia&palabra =chichipato&tipobusqueda=1&PHPSESSID=3 Elian Lucía Bernal Chocoro m. C. Atlán. pop. espon. Palabra utilizada para nombrar cualquier objeto del que se desconoce o se ha olvidado su nombre **** Por favor pásame el chocoro ese. Profesor Víctor Barros. Universidad Tecnológica de Pereira. Coquimbo, -a adj/s. C.Pacíf. espon. desp. Dicho de persona, que tiene el pelo cabello demasiado corto. Robert F Satizabal Salazar. Cosiampiro (Var. Cosiampirulo) m. pop. espon. Palabra utilizada para nombrar cualquier objeto del que se desconoce o se ha olvidado su nombre. **** Se me quedó el cosiampiro que había que entregarle a Ana. Rodrigo García Eliana Lucía Bernal Desconchinflado, -a adj/s. pop. espon. Dicho de algo, dañado. ***Debe estar como desconchinflado ese contador de usuarios simultáneos. En:http://www.independientesantafe.com/forum/lofiversion/index. php?t5912.htm Eliana Lucía Bernal. Gorobeta f. Perei. pop. espon. Hambre. ****Me dio gorobeta, comamos algo rápido. Luis Monsalve. Estudiante de Licenciatura Español y Literatura 118
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Guglear (Der. Google, motor de búsqueda en internet) intr. inform. Buscar en internet por un tema o palabra en particular. ***Guglear ayuda mucho, para comparar otras maneras de interpretar un mismo hecho, muchas veces “politizado” o sesgado. En:http://blogs.baquia.com/gugleando/post/2006/05/31/navegar-guglearmenear Miguel Ángel Lara Rocha. Ingeniero de Sistemas Ñorria adj. amb. rur. espon. desp. 1. Dicho de algo, desagradable o de mal gusto. //2. Dicho de persona, ruin y avara. ****Esa ñorria no vino a hacer el trabajo, por no pagar el pasaje. Profesor Agustín Marulanda Correa. Universidad Tecnológica de Pereira. Ganador del concurso. Parcero, -a (Var. Parce) Col. espon. afec. Dicho de un amigo íntimo, compañero, colega, cómplice, socio. ****Todo bien parcero. Profesora Mireya Cisneros. Universidad Tecnológica de Pereira Pentaquismirio hexaquisquilio tetracosio hexaconta pentagonalis s. Geom. Polígono de 56.465 lados. Javier de Jesús Ríos Gómez Perroculo adj/m. mil. espon. desp. Dicho de persona, que busca cualquier pretexto para no cumplir con sus deberes. ***Como cuando dice ‘me duele el estómago’ para no voltear, entonces es un perroculo. El País. 9 /06/2008. En:http://www.elpais.com.co/paisonline/notas/Febrero252006/cuadros.html Daniel Giraldo Correa. Pirobo, -a adj/s. Colombia. desp. vulg Dicho de persona, homosexual. *** Digan donde vive ese pirobo pa’ ir a buscarle y cascarle a ver si es tan machito. Profesor Luis Gildardo Rivera Galindo. Universidad Tecnológica de Pereira. Quitiar intr./prnl. juv. espon. Salir de un lugar o situación determinada ****Lo quitió tan pronto llegó. Juan Carlos Gutiérrez Renderizar (Del inglés render) tr. inform. 1. Generar una imagen en computador desde un modelo. //2. Convertir una imagen 3D en 2D para su uso en modelos hechos a computador. ***Manual para renderizar en Archicad. En: http://www.arquitectuba.com.ar/manuales-espanol/manual-renderizaren-archicad-gratis-espanol/ Miguel Ángel Lara Rocha. Ingeniero de Sistemas. CUADERNOS DE LINGÜÍSTICA 2
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