Crónica Del Dia de Muertos

December 25, 2017 | Author: Oliver Michel | Category: Mesoamerica, Death, Religion And Belief
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Descripción: cronica de un dia de muertos...

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CRÓNICA DEL DIA DE MUERTOS Lo primero que se me viene a la mente cuando escucho día de muertos son 3 cosas: Mi difunta familia, un panteón y el aroma de las flores de cempasúchil. Las pequeñas y cortas vacaciones para conmemorar el día de muertos fueron muy tristes para mi familia y para mi, mi tío fue asesinado antes de la fecha de muertos y aun recuerdo lo último que le dije; “gracias tío, luego venimos” y él me respondió con una sonrisa y su característica amabilidad “si Guti, para eso estamos” y luego me fui. Me es imposible no sentir tristeza al escribir estas líneas, imaginar 3 balas en el pecho a quemarropa me dejan con muchos sentimientos entre ellos coraje, tristeza, dolor y mezclas de ellos que no puedo distinguir, aun no puedo creer que esté bajo tierra al lado de mi abuelo. La muerte es un concepto muy particular de cada persona que no sigue a ninguna religión y algo similar en aquellos que si lo hacen, siempre vale la pena preguntarse por los antecedentes de algo o alguien como las religiones y las tradiciones, una de ellas de las que vale la pena hacer hincapié es el día de muertos, una tradición que se remonta a siglos incluso a miles de años , claro que en ese entonces no se conocía como ahora, simplemente se hacia lo que se sigue haciendo, creer en la vida después de la muerte, recordar a nuestros difuntos, orarles. El día de muertos, es una tradición que viene desde nuestros ancestros, de culturas que nos antecedieron como la maya, la azteca, etc. Todas venían de una cultura madre llamada los olmecas por lo tanto muchas de las culturas tenían algo en común, entre ellas el culto a los muertos, sus grandes pirámides y algo que supuestamente se considera hoy en día: el nexo con antiguos astronautas a los que llamamos alienígenas, pero el punto aquí son los muertos, creían que de alguna manera la vida no consistía en tener un inicio y un fin , todo era cíclico según ellos por eso su calendario circular y su creencia en la vida después de la muerte. La muerte no era el fin, era el inicio de algo nuevo, el espíritu que abandona el cuerpo para ir al inframundo y luego al cielo, junto a los dioses. Los indígenas, nuestros ancestros creían que la muerte era vida, por eso los sacrificios, para que con la sangre que se derramaba se aplacara el hambre de los dioses y les diera vida, el liquido vital que contenía le esencia de la vida era algo sagrado en especial el corazón. También cabe mencionar que las personas muertas eran enterradas junto a sus pertenencias para que las usaran en la otra vida, esto se hacía en especial con los emperadores mesoamericanos, para los más importantes era levantada toda una pirámide que tomaba tiempo y trabajo construirla y cuando morían se les enterraba en núcleo de estas magnificas estructuras. Me he desviado del tema pero es que las raíces son tan profundas que me hacen encontrar más arboles. Como dije anteriormente lo que se hacia antes se sigue haciendo, no de la misma manera pues con la llegada de los españoles a Mesoamérica y con el pasar del tiempo las tradiciones se han distorsionado y ya no es meramente los mismo que hace unos 20 años cuando todos salían a pedir sus calaveritas y no halloween, es por eso que solo los abuelitos levantan los altares a sus muertos en fechas de tempranas de noviembre y que también cocinan platillos típicos de esas fechas como los tamales nejas, ellos conservan su antigüedad ,mi abuela antes del día de muertos

levanto un altar, para su esposo y para su hijo , mi tío ya había muerto y los rezos habían acabado , en el altar puso lo que le gustaba a su hijo cerveza, tamales, fruta ,dulces y varios retratos yo al verla poner el altar me sentí conmovido; ella estaba poniendo toda esa comida para su hijo y su esposo ,esas velas y los adornos… que tristeza me dio ,pero más tristeza me dio cuando sentí su persona, cuando me sentí como ella. Como el mexicano es de los mejores oportunistas, muchos no tardaron en ir a pedir dulces el día 31 de octubre(un día antes de la fecha), en la casa de mi abuela ubicada en la colonia Zapata pocas fueron las personas que llegaron a la puerta a pedir dulces , son oportunistas pero no tontos, en la noche no hay mucha gente, el silencio reina en las calles , casi nadie sale con miedo a perder la vida en una balacera(como le sucedió a mi tío), que lástima que la violencia cause tantos estragos en la tranquilidad de las personas, solo por gentes que defienden sustancias que destruyen el cuerpo pero que son negocio. Cuando llego el día primero de noviembre todos fuimos al panteón que se llama “valle de la luz”, creí que sería un día muy triste pero al llegar al panteón y ver todo ese color amarillo que tenían las flores de cempasúchil fue algo alucinante, nunca había visto algo así, el lugar en donde estaba no parecía un panteón parecía un campo en donde la estación del año era la primavera. Yo iba entrando al panteón cargando una cubeta con flores de terciopelo y una abeja me estaba siguiendo pero yo seguía caminando al lado mis tías, nos dirigíamos a la tumba de mi abuelo y mi tío ,en el transcurso del camino vi demasiada gente y me puse a divagar en mi mente, todas esas personas iban a ver a sus difuntos, a hablarles, dejarles flores y adornos, a llorarles recordando todos esos momentos que pasaron juntos , pero todos iban creyendo que hay vida después de la muerte, por eso les llevaban adornos y todas esas cosas tradicionales teniendo la esperanza de volver a verlos algún día. Cuando llegué a la tumba de mi tío y mi abuelo me encontré con mi papá, mis hermanos, primos y tías .Lo primero que hice cuando llegue a la tumba fue ver a mi abuela pues supuse que estaría llorando pero no fue así, ella estaba sentada en una silla rodeada de sus hijos y nietos, todos sentados recordando los momentos que pasamos con nuestros difuntos, a mi papá y el esposo de mi tía se les subió el alcohol a la cabeza y entre lloriqueos lograron sacar a todos carcajadas incluso a mí. Ese día todos estábamos como una familia, reunidos, unidos todos sentados en el pasto frente a la tumba de nuestros familiares, los grupos de músicos no tardaron en llegar, todos estaban vestidos de manera igual ,tenían guitarras, violoncelos y acordeones. Un grupo de músicos se acercaron a nosotros y los adultos les pagaron para que tocaran melodías y cantaran. Cuando escuche las canciones me entro la tristeza pero no lloré, las canciones hacían recordar tus difuntos, tenían frases como “este hombre fue mi padre” esa frase me recordó a mi abuelo pero cuando escuche la frase “a él lo tuve entre mis brazos” me entristecí y voltee a ver a mi abuela automáticamente, sabia que ella estaba recordando a mi tío y mientras todos mirábamos al horizonte con los ojos llenos de lagrimas los músicos seguían tocando. Ese día el cielo estaba naranja, habíamos ido al panteón en la tarde y mi padre hablo conmigo lo que me dijo no fue mucho, creo que solo quería compartir algo con alguien y yo solo le dije que si con la cabeza, mis gestos eran todo con lo que podía responderle pero

en mi mente le agradecí que me dijera lo que pensaba. Voltee a ver a mi izquierda y de lejos vi a una señora grande de edad, de vestido azul y con lentes, sola enfrente de una tumba la observe y supuse que era viuda, y que había ido a ver su esposo, podía ser cualquier persona a quien iba a ver pero aun así me quede más triste viéndola sola enfrente de una tumba, todos iban con sus familias pero ella no. Había niños jugando por todas partes, corriendo de un lado a otro estaban disfrutando del día y riendo mientras que otros lloraban, al lado de la tumba de mi tío estaba la de un señor que se llamaba Enrique Rodríguez Loyola 1968-2007 su tumba estaba muy arreglada con un cuadrito de pétalos de cempasúchil y una sombrilla que me sorprendió que nadie se la robara, que buena fe tenían sus familiares. Luego de estar un rato en el panteón nos fuimos y alcancé a ver la lapida de mi tío y también de mí abuelo Rubén García Guerrero 1967-2012 y Custodio García Hernández 1968-2007 Esa tarde comprendí que cualquiera puede morir en cualquier momento, repentinamente, yo nunca me imagine que mi hermano me dijera a llantos “se murió mi tío Rubén” o lo de mi abuelo ¿quién creería que moriría el día de reyes? , Esa tarde comprendí que debo aprovechar al máximo cada día que viva, aunque no siempre lo hago estoy seguro que si muero mañana alguien me recordará y estaré feliz de haber estado en paz con mi familia, Esa tarde comprendí que mi existencia no debe ser en vano, debo aprovecharla para marcar diferencia.

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