Descripción: reposnsabildiad politica de ibarra segun medios...
Universidad del Salvador Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social Ciclo de Licenciatura en Periodismo
Tesina ¿Hubo un culpable político de la tragedia de Cromañón? El tratamiento de la responsabilidad de Aníbal Ibarra por parte de Clarín, Página/12 e Infobae.
Realizado por: Martín Javier Hermida Directora de la Carrera de Periodismo: Prof. Ana Laura García Luna Tutor de la Tesina: Prof. Elisa Crowe Asesor metodológico: Prof. Leonardo Cozza Asignatura: Tesina
Buenos Aires, 6 de noviembre de 2015
[email protected] 15-3601-7812
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“Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”- Malcolm X ABSTRACT El trabajo aborda el tratamiento de la responsabilidad del entonces jefe de Gobierno porteño,
Aníbal Ibarra, según Clarín, Página/12 e Infobae, durante la tragedia de
Cromañón. A partir del análisis de contenido y de discurso, hallamos ciertas inferencias textuales y contextuales en las notas periodísticas que llevan a una presentación tendenciosa de la información en beneficio de intereses políticos y económicos. Cromañón – Ibarra – Medios
Índice Introducción
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Problema
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Hipótesis
10
Objetivos
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Marco teórico 11 Metodología propuesta 15 Manipulación de la información y desinformación17 Los medios, parte central de la superestructura del capitalismo…………………….……………………..19 Cronología de los hechos
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La responsabilidad de Ibarra………………………………………………………….……………...…….23 La cobertura informativa
33
Cronología……………………………………………………………………………….……………….34 ¿En qué otras cuestiones se favoreció a Ibarra?.........................................................................................53 La línea editorial de Clarín y Página/12………...………………………………………………….……79 Leyes a favor de los medios…………………………………………………………………………...…...95 Algunas conclusiones preliminares ……………...……………………………………….…….................96 Conclusiones 99 Bibliografía………………………………………………………………………………....................…..106 Apéndice….……………………………………………………………………..………………....…..….109 Anexo……….………………………………………………………………………………………..……116
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A) INTRODUCCIÓN República de Cromañón era una discoteca ubicada en el barrio de Once, en Capital Federal, que ofrecía recitales de bandas de rock under que soñaban con masificarse. El 30 de Diciembre del 2004, a menos de un año de su inauguración, más de 2.800 jóvenes se dispusieron a ver el show en vivo de la banda de rock Callejeros. Lo que iba a ser una fiesta concluyó con la muerte de 194 chicos y más de 1000 heridos. Se convirtió así en la mayor tragedia no natural del país. Aquel show comenzó cerca de las 22:30. Las primeras bengalas ya se hacían sentir desde un primer momento. El empresario a cargo del boliche, Omar Chabán, alertaba desde los altoparlantes sobre este peligro, ya que dos veces antes ya se había producido un principio de incendio. El llamado fue desoído y a sólo tres temas del inicio, una candela incendió la media sombra del techo y las planchas de poliuretano sobre ella, provocando la emisión de un compuesto tóxico y letal. En plena oscuridad, la gente intentaba escapar desesperadamente mientras algunos valientes volvían para buscar a sus acompañantes. Muchos se asfixiaron y no pudieron salir. Las ambulancias no daban abasto para contener la tragedia y los autos particulares que casualmente llegaban al lugar ofrecían su ayuda. Algunos culparon al chico que tiró la bengala que desencadenaría el fuego, otros a la corrupción, otros al poder político, otros a la sociedad en su conjunto, otros a Chabán, otros a Callejeros y así se extendía la cadena de responsables. En los hechos, el local estaba habilitado para 1.031 personas, pero ese día había más del triple. La falta de controles había permitido que el lugar fuese categorizado como local de baile “clase C" en los registros del Gobierno de la Ciudad. Por su parte, Callejeros arengaba desde su web “la noche de las bengalas" y Chabán cerraba con candado la salida de emergencia. Además, la certificación de Bomberos estaba vencida y 10 de los 15 matafuegos estaban despresurizados.1 Esta riqueza de circunstancias repercutió en la prensa gráfica, que se vio ante una tragedia que ofrecía varias aristas de análisis. El incendio causó un impacto político 1 Esta información puede obtenerse en: E. Ratti y F. Tosato,
Cromañon, La tragedia contada por 19 sobrevivientes, Buenos Aires, Editorial Planeta, 2005, Introducción y Sanz Cerbino, G , Culpable. República Cromañón 30 de diciembre de 2004, Buenos Aires, Edic. Ryr, 2009, Introducción.
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importante que algunos medios gráficos renegaron, minimizaron o contrabalancearon en relación a su caracterización como medios oficialistas. El caso de Aníbal Ibarra, por entonces jefe de Gobierno porteño, ofrece un tipo de tratamiento particular de los medios, porque permite mostrar cómo se posicionaron ante su responsabilidad. Ibarra se desempeñó como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al
ser
electo
por
los
períodos
del
7
de
agosto
de 2000 al 10
de
diciembre de 2003 hasta su destitución mediante un juicio político, el 7 de marzo de 2006, habiendo estado suspendido en su cargo desde noviembre de 2005. Esto es relevante en la medida en que el periodismo es, siguiendo al periodista chileno Camilo Taufic, autor del indispensable "Periodismo y lucha de clases" (1973), “no sólo la forma de comunicación dominante entre las destinadas a las grandes multitudes, sino la forma determinante —por sus contenidos— dentro de todo el sistema de comunicación social”.2 En este sentido, hablaremos de sistema de comunicación de masas para definir a aquel sector de la prensa cuyo objetivo es “no sólo llegar al mayor número de individuos posible, con el máximo efecto, sino también, al mismo tiempo, recoger todas las manifestaciones de la vida social y de la naturaleza cuya divulgación sea útil para la sociedad”.3 Este tipo de prensa no apareció misteriosamente de la nada; fue una necesidad de la burguesía, entendida como aquella clase social preeminente en el capitalismo, que se vio obligada a masificar la “cultura” para llevar adelante su modo de producción, o sea, la forma en que se organiza la actividad económica en una sociedad. La comunicación masiva es un producto típico de la sociedad industrial; surge en la primera mitad del siglo XIX en los países capitalistas más desarrollados, y su importancia crece a medida que aumentan la concentración urbana y la movilidad social. Favoreció de esta manera el surgimiento del movimiento obrero y sus partidos revolucionarios, pero invirtió el proceso al recuperar para sus fines el uso de los medios de comunicación más desarrollados para convertirlos en masivos. Este señalamiento no es inocente: el trabajo se propone analizar los medios desde un punto de vista marxista. En este sentido, el concepto de “sociedad de clases” (según la 2 Camilo Taufic, Periodismo y lucha de clases, Chile, Quimantú, 1973, cap. IV. Disponible en http://www.academia.edu/8871147/Taufic_Camilo_-_Periodismo_Y_Lucha_De_Clases_PDF. Consultado el 10 de mayo de 2015.
3 Ibídem 4
cual una clase minoritaria, que se conoce como burguesía, se enfrenta con otra mayoritaria, constituida por los trabajadores, que son los creadores de la riqueza social), será, en última instancia, el trasfondo de nuestro trabajo, ya que usualmente se ocultan aquellas fuerzas e intereses que manipulan los factores de la comunicación. Desde nuestra perspectiva, las personas no están alienadas por determinado tipo de medio, como la televisión, sino que lo están por el capitalismo, que impone qué es lo que debemos ver y qué no. De ahí derivamos la idea de que la prensa no es “el cuarto poder del Estado”, como nos quieren hacer ver algunas teorías comunicacionales, sino que está al servicio de los poderes de turno y es una de las formas concretas que asume su poderío una clase. Por ello, como instrumentos que hacen posible la comunicación y, por tanto, el conjunto de las relaciones sociales, los medios son objeto de un extendido “fetichismo”: se les atribuye cualidades positivas y negativas innatas, y no se observa que son reflejo de las condiciones sociales en que operan. Continuando con nuestro análisis, el lenguaje de los medios no es transparente: implica una toma de postura ante los hechos. De este modo, la realidad -concreta y tangible- fue estudiada desde una perspectiva particular, que tiene tras de sí una teoría sobre la naturaleza de un acontecimiento determinado. Por ende, el mensaje mediático es ideológico, ya que se ampara en una manera específica de ver al mundo. En otras palabras, los medios fragmentan la realidad y la reconstruyen ideológicamente. Como señala el sociólogo Juan Luis Pintos, “hoy son los ´medios´, las empresas de construcción de realidad que están produciendo de diferentes modos las posibilidades de percibir algo ´como real´”.4 Los medios otorgan percepciones del mundo, del entorno vivido por los demás y, al mismo tiempo, reconstruyen un contexto inteligible. Según la profesora de Educación Mediática Verónica Marín Díaz, “presentan una imagen en la que han obtenido un espacio específico en nuestras vidas, determinando el desarrollo de las mismas”.5 Así se forman los contextos referenciales de la persona; los acontecimientos son codificados en distintas formas para darle a la información un sentido particular. En este sentido, los intereses políticos de la prensa, a través de alianzas coyunturales con el 4 Juan Luis Pintos, “Apuntes para una teoría: los "medios", la "realidad" y la alternativa local”, Revista Latina de Comunicación Social, n° 36, noviembre, 2007. Disponible en Internet en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/ aa2000kjl/u36di/05pintos.htm. Consultado el 26 de julio de 2010.
5 V. Marín Díaz, Medios de comunicación, educación y realidad, España, Universidad de Huelva, 2006, p.194 5
Gobierno de turno o la oposición, ordenan, clasifican y manipulan la realidad. La cobertura de la prensa, entonces, no es fruto del azar, y esto adquiere importancia pues los medios son los verdaderos creadores de la opinión pública, que es tanto como decir que son los verdaderos creadores de la verdad (si es que existe tal concepto en la realidad). Ahora bien, ¿cómo operó la burguesía como clase en relación al tratamiento informativo sobre Cromañón? El Profesor y Licenciado en Historia e investigador del CONICET, Gonzalo Sanz Cerbino, estudió los hechos ocurridos en Cromañón en su libro Culpables y en varios artículos divulgados en diversos periódicos locales e internacionales. En una entrevista que puede verse en el apéndice de este trabajo, aclara: “Vivimos en una sociedad que está regida por una serie de relaciones sociales capitalistas y que prácticamente nada escapa a esa lógica social. Los medios son entonces un negocio privado, salvo los públicos, pero la mayoría esta manejado por empresarios. ¿Qué se desprende del caso Cromañón? Que hay una responsabilidad de los empresarios como clase, que hay una forma en que administran sus negocios que genera hechos como Cromañón, y esto se ve en el caso de los trenes, con Cirigliano, viejo grupo concesionario del Sarmiento, en el caso de las aerolíneas de los accidentes aéreos, y de los boliches, que reproducían el mismo funcionamiento que termina llevando a que la obtención de ganancias aparezca por encima del resguardo de los asistentes. Y en ese sentido es lógico que los medios de comunicación en manos de empresarios se manejen con la misma lógica de Chabán, tengan una misma lectura donde la responsabilidad empresaria se diluye. Porque ese empresario también vive de la ganancia”.6 Siguiendo a Taufic, al estar enclavada de semejante manera en el proceso productivo, la comunicación no puede sino reflejar las contradicciones que se dan allí, donde hay explotados y explotadores, países imperialistas y países subdesarrollados, un sistema socialista y un sistema capitalista. La comunicación de masas contemporánea, además, es en sí misma una forma de producción, para cuya realización hay que disponer de empresas de grandes dimensiones, que combinen los recursos financieros, intelectuales, mecánicos, electrónicos, laborales, gerenciales, necesarios para emitir mensajes simultáneos a millones de personas. Los grandes medios de comunicación en el capitalismo no sólo son exponentes y voceros de los negocios en grande, sino que ellos
6 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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mismos son un negocio en grande, trátese de los diarios, las agencias de publicidad, el cine o la televisión.7 Por eso, para comprender el modelo democrático actual resulta imprescindible entender la relación entre la prensa y el poder político. En ese sentido, los medios han pasado desde situaciones incómodas durante las dictaduras, cuando la libertad de prensa se vio seriamente amenazada, y también han jugado un papel clave en la crítica a los abusos del poder político. En fin, el caso Cromañón muestra que pocos medios realizaron una investigación minuciosa de lo que sucedió mediante una sistematización de la información que fue apareciendo en forma fragmentaria. Como veremos, la desinformación se puede observar en el manejo de titulares, los sesgos en la presentación de los hechos y omisiones y tendencias editoriales, a través de estrategias discusivas textuales y no textuales. Las principales cuestiones en las que analizaremos el tratamiento de la responsabilidad del entonces jefe de Gobierno porteño será en la cobertura de las marchas a favor y en contra de Ibarra, en las responsabilidades del siniestro, el juicio a Ibarra, el concepto de tragedia, la demonización de Chabán y las teorías conspirativas sobre el entonces candidato a jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, puntos que luego trataremos en profundidad. Esta “crisis” en los medios nacionales va en paulatino crecimiento y repercute en la opinión pública, que descree cada vez más de ellos como instrumentos confiables. En 1998, el periodismo se ubicaba en la cima de la credibilidad (55,1 por ciento), por encima de instituciones como la Iglesia (11,5 por ciento) y los empresarios (5,8 por ciento). En 2004, en cambio, los resultados ubicaron al periodismo con un 35,5 por ciento de credibilidad, debajo de un 54, 3 por ciento de ciudadanos que no le cree a "ninguno". La iglesia, en cambio, se elevó a un 24,9 por ciento, mientras que el empresariado bajó a un 4,1 por ciento.8 Estos datos deben recordarnos que la democracia y la comunicación son conceptos que van unidos, por lo que la caída en desgracia de una afecta a la otra.
A.1) PROBLEMA 7 Camilo Taufic, op.cit., Capítulo IV 8 G. Postolski et al, La credibilidad periodística en crisis, Argenprensa, octubre, 2005. Disponible en Internet en: http://a-ipi.net/article133324.html#auteur124020. Consultado el 26 de julio de 2010.
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República de Cromañón es uno de los tantos casos que permiten mostrar la edificación de la culpabilidad de distintos agentes que son considerados responsables de la tragedia. La reconstrucción de la responsabilidad por el hecho fue en el sentido de adjudicar las causas a distintos agentes, como los participantes del recital, los músicos, los empresarios, la sociedad o el poder de turno. En este sentido, la constitución de la agenda setting establece que los medios influirán a la audiencia al dar relevancia a ciertos aspectos del problema. El caso Cromañón no fue ajeno a la lógica de jerarquizar los temas, seleccionando lo que es importante y relegando otros acontecimientos. En el marco de la información, nuestro hecho a investigar puede también otorgar un análisis cabal de la agenda setting de los medios. En este sentido, la política, más que nunca, es un proceso comunicacional, lo que puede verse en la elección de los distintos costados políticos de la tragedia. Al respecto, el espacio dado a Aníbal Ibarra en los medios fue distinto en cada medio, lo mismo que los análisis, hechos desde diferentes puntos de vista. Recalcamos también que la insistencia en un tema por parte de los medios genera la percepción de que un determinado asunto es importante. En este sentido, según Sanz Cerbino: “Hay una lectura general de los medios que tiene que ver no sólo con Cromañón, sino con otros hechos sociales, que es la tendencia a analizar estos “crímenes sociales” como cosas aisladas. Entonces, en lugar de ver las regularidades de un tema, se ve el hecho solitario. En cada caso hay una tendencia muy marcada por cortar el hilo por lo más fino”.9 Taufic habla de una tendencia al “sincretismo”; a la homogeneización de sus contenidos, es decir, a reducir a su orientación ideológica los diversos temas que abordan. Aquí debemos tener en cuenta también que la intelección del fenómeno no se corresponde con un crecimiento cuantitativo de la información. En otras palabras, el qué se dice queda en un segundo plano con respecto a la avidez de contenidos. En este sentido, los intereses políticos detrás de algunos medios pueden ser un vínculo directo con la información que transmiten. Esto significa que el actor político en disputa opera dentro de la órbita del discurso y es nuestro trabajo analizarlo.
9 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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Nuestra investigación se desarrollará en torno a Clarín, Página/12 e Infobae desde el 31 de diciembre de 2004 hasta el 31 de marzo de 2006, mes en el que Ibarra es destituido. Se tomará específicamente la relación establecida entre los medios de comunicación y la política, a través de la postura de sentidos y los espacios de poder. La decisión de optar por estos tres periódicos se debe a que compartieron en el período la misma línea de interpretación en torno a la tragedia.10 Este poder concentrado influyó no sólo en la percepción del tema, sino que actuó en la realidad misma. Según Sanz Cerbino, “quienes defendieron a Ibarra no terminaron imponiéndose sólo porque del otro lado también se los combatió”. Los medios serían un factor determinante en las fuerzas intervinientes en el juicio político a Ibarra. “En el juicio”, prosigue Sanz Cerbino, ”había un frente de batalla en la Legislatura y otra por fuera. De un lado tenemos al gobierno nacional, que hizo marchas a favor de Ibarra, que lo apoyó con gestos de funcionarios, y los medios de prensa, que construyeron la visión del enfrentamiento, y del otro lado los padres de Cromañón, las victimas, un sector de la sociedad, la izquierda, luchando contra esas ideas. (…) Si esa presión no hubiese estado, el resultado del juicio habría sido otro”.11 Para finalizar, la investigación se propone, junto a una serie de trabajos, estudiar el desempeño de los medios desde un ámbito académico que no ha tomado profusamente el caso Cromañón. El tema ha sido abordado en muchas ocasiones; a veces sin la carga cuantitativa y cualitativa que un trabajo científico se propone, y otras centrándose demasiado en el juicio político a Ibarra. De este modo, el trabajo quiere contribuir a mostrar el discurso de un medio en particular, a través de un análisis concreto y profundo a la vez. Por otro lado, buscaremos mostrar la verdadera cara de la prensa y que no existe la “verdad”, sino que esta se construye a través de múltiples condicionamientos que reflejan la postura editorial de cada periódico. Examinar los modos de lectura de los medios es una forma de estudiar la conformación y el rol de tales multimedios y comprender cómo inciden en la vida cotidiana. Lo que queremos mostrar es la idea de Tony Cuadrado: “En las multi-articuladas sociedades modernas, las posibilidades de obtener información 10 G. Sanz Cerbino, op.cit. 11 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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realmente independiente y objetiva (pese a lo que se autoatribuyen algunas publicaciones) son muy reducidas”.12 Observar los límites de los medios en el sentido político es explicar por qué son un instrumento más de poder de la sociedad. En este sentido, como aparatos ideológicos del Estado, los grandes medios coartan la libertad de expresión de los periodistas y son grandes trabas para la comunicación social en el sentido estricto del término. Por eso este trabajo es un intento de sanear a las personas que están detrás de todo ese andamiaje. En un aspecto personal, esa será la misión de mi investigación. Algunos de las cuestiones que me movieron a adentrarme en el caso Cromañón y que sirvieron como disparadores de la investigación son: 1. ¿Qué estrategias discursivas emplearon los medios para tratar las responsabilidades políticas de la tragedia? 2. ¿Cuál fueron los posicionamientos en el juicio a Aníbal Ibarra? 3. ¿Qué espacio tuvo cada responsable mencionado de la tragedia (chico de la bengala, Chabán, inspectores, etc.) en estos medios? 4. ¿Qué imagen elaboraron sobre Ibarra y los otros responsables políticos en su gestión? 5. ¿De qué otros instrumentos, además de los textuales, se valieron para establecer su posición? 6. ¿Qué papel jugó la publicidad oficial en el tratamiento de la tragedia? 7. ¿Qué conceptos en abstracto desarrollaron los medios a través de sus notas para contrarrestar el peso de la culpabilidad de Ibarra?
A.2) HIPÓTESIS Los diarios Clarín, Página/12 e Infobae consignaron dudas de carácter diverso en el tratamiento de la información acerca de la responsabilidad política del entonces jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en relación a la tragedia de Cromañón.
12 Tony Cuadrado, “La realidad de los medios de comunicación”, Artículos universitarios, España, UNED, s.f.. Disponible en http://www.uned.es/ntedu/espanol/master/primero/modulos/teoria-de-larepresentacion/realidad_medios.pdf. Consultado el 10 de junio de 2015. 10
A.3) OBJETIVOS
Comparar la cobertura y el tratamiento del caso Cromañón en Clarín, Infobae y Página/12.
Recopilar y reseñar los principales hechos noticiosos desde la tragedia de Cromañón hasta la destitución del entonces jefe de Gobierno porteño, en cuanto a nuestro objeto de estudio se refiere.
Relevar la información judicial acerca de la culpabilidad de Aníbal Ibarra.
Analizar cuál fue la representación que se realizó de los presuntos culpables de la tragedia en las notas periodísticas.
Observar cuál fue el rol de la prensa frente al caso Cromañón.
Indagar los mecanismos de manipulación y desinformación que se usaron en las unidades de información estudiadas.
A.4) MARCO TEÓRICO: ¿Cómo estudiar los hechos? Los medios de comunicación generan en las personas una opinión favorable a su ideología. El semiólogo, sociólogo y antropólogo argentino Eliseo Verón construyó la teoría de los discursos sociales, por la cual aquello que llamamos realidad social es una construcción discursiva de los medios de comunicación en relación al imaginario social, es decir, el conjunto de creencias, mitos, deseos y frustraciones que constituyen a una sociedad.13 De este modo, debemos abandonar la falacia de que los medios reflejan la realidad. Hay tantas realidades como discursos. El carácter de acontecimiento lo construye el medio a través de la noticia, lo que influye y determina, en muchos casos, la forma de pensar. En este sentido, las investigadoras Lila Luchessi y María Graciela Rodríguez afirman que los medios dan o quitan visibilidad a los problemas, construyen los sentidos de las representaciones y dan nombre a los hechos, en orden de reproducir los pensamientos de la hegemonía.14 13 Eliseo Verón, La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad, Buenos Aires, Gedisa, 1987, p. 125. 14 Lila Luchessi y María Graciela Rodríguez, Fronteras globales. Cultura, políticas y medios de comunicación, Buenos Aires, La Crujía, 2007, p.10.
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Sin embargo, rastrear aquellos elementos que vinculan a los medios con la burguesía no es sencillo. Según Sanz Cerbino, “lo que hay que saber es qué pregunta hacerse, qué tenemos que preguntarles a los medios, cómo hago para ver ciertas ideas comunes generales afines a la clase dominante, independientemente de qué fracción de la clase estemos hablando y su relación con el gobierno”. Una idea que comparte la prensa comercial es la defensa de la propiedad privada de los medios de producción. “Esa idea va a aparecer en un momento de formas, en una huelga, frente al delito, frente a los crímenes. Esto va a aparecer más allá de las cosas de coyuntura. (…) Ciertas ideologías compartidas por la ideología dominante, como la exaltación del trabajo y una serie de ideas cristianas también están presentes”, explica el autor.15 La cuestión acerca de la ideología dominante es trascendental, pues permite comprender que las ideas deben ser contextualizadas en un momento histórico determinado. “Las ideas de la clase dominante —dice Marx— son también las ideas dominantes en cada época, o, dicho de otro modo, la clase que es la fuerza material dominante en la sociedad es también la fuerza dominante espiritual. La clase que dispone de los medios de producción material, dispone, a la vez, de los medios de producción intelectual; tanto así, que lo uno en lo otro, las ideas de aquellos a quienes les son negados los medios de producción intelectual están sometidas, por eso mismo, a las ideas de la clase dominante”.16 Los fenómenos serán estudiados a partir de diferentes teorías: En primer lugar, la Teoría de la Agenda Setting, de Maxwell McCombs. La agenda setting es la tematización, es decir, la imposición desde la prensa de los factores que inciden en sobre qué pensar, es decir, delimitan los asuntos en los que se piensa. Los medios, de este modo, dirigen la atención de la opinión pública a ciertos temas particulares que ellos presentan como los más sobresalientes en un momento dado. Los medios fuerzan la opinión hacia determinadas cuestiones, construyen imágenes del mundo político y proponen objetos acerca de los cuales el público debe pensar.
15 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
16 C. Marx y F. Engels, La Ideología Alemana, Montevideo, Ed. Pueblos Unidos, 1959, p. 49. 12
Mediante un proceso denominado “priming” los medios definen criterios de enjuiciamiento y ayuda con la interpretación y recuperación de cierta información, es decir, dan relevancia a determinados temas que la audiencia tiende a seguir, respetando el esquema de comprensión de cada uno. En nuestro caso particular, la prensa puede proporcionar estándares para evaluar las cuestiones políticas. El consultor en Comunicación Política, Orlando D’Adamo, señala además el concepto de “framing” en referencia a los esquemas de interpretación que permiten ubicar, percibir, identificar y clasificar la información que las personas reciben del entorno, es decir, la capacidad de los medios de provocar diferentes conclusiones en la audiencia según la forma en que le presenta la información.17 La presentación y los contenidos de las noticias pueden generar diversas conclusiones en la audiencia. De esta manera, la forma en que se titulan y relatan los hechos actúan cómo parámetros de evolución y, a su vez, proponen conclusiones a sus lectores. En nuestro caso en particular, la audiencia tiene distintas acepciones hacia la persona de Aníbal Ibarra según lo que los medios publican. En relación a esto, el intelectual estadounidense Walter Lippman afirma que los individuos conocen el mundo de una forma indirecta a través de imágenes mentales sobre las situaciones o personas que se hacen en nuestro pseudoambiente, formulado por los medios de comunicación. De esta forma, nuestras decisiones en el mundo real son acordes a nuestras percepciones en el pseudoambiente. Las imágenes mentales que la gente se hace de las noticias o informaciones, son fundamentos de la opinión pública.18 Por otra parte, la teoría conductista se basa en el modelo de Estímulo-Respuesta. Los medios son los emisores de un mensaje cuyo estímulo provoca una reacción en las personas. Bajo esta teoría, el emisor del mensaje, en nuestro caso los medios, intentan articular los mensajes para provocar unos efectos determinados en la masa. El conductismo habla de que determinados estímulos darán determinadas reacciones, es decir, a A le corresponde B. Al ser básicamente empirista, esta teoría analiza un modo de conseguir determinada conducta en los individuos.
17 Orlando D`Adamo et al.. Medios de comunicación, efectos políticos y opinión pública. Una imagen, ¿vale más que mil palabras?, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 2000, cap. IV
18 Walter Lippmann, La opinión pública, España, Langre, 2003, p.120 13
Sin embargo, la interpretación transforma y modela el significado del mensaje recibido, marcándolo con las actitudes y los valores del destinatario, a veces hasta el extremo de cambiar radicalmente el sentido del propio mensaje. La teoría crítica se propone estudiar los fenómenos en referencia a los hechos históricos y sociales que lo determinan, y comprendiendo a la sociedad como totalidad. En este sentido, estaríamos frente a productos de la actividad humana. En cuanto a los medios, podemos sostener que para esta teoría son instrumentos de reproducción de masas que le proponen al individuo una libertad aparente, cuando en realidad reproponen las relaciones de fuerza del aparato económico-social. Puede afirmarse también que el trabajo busca alejarse de algunas posturas teóricas de la comunicación. Primero, de aquella presente en el periodismo norteamericano, que considera a los medios como el cuarto poder, o sea, como contralor del Gobierno en la democracia. En cambio, la investigación ubica a los medios como portavoces no sólo del Gobierno de turno sino principalmente de intereses ideológicos, políticos y económicos de la burguesía. Por otra parte, se aleja también del modelo de Laswell, que ve a la comunicación como un proceso lineal de transmisión de un mensaje del emisor al receptor. El conductismo parte de un mensaje fabricado por un emisor activo hacia una masa pasiva que reacciona según este estímulo linealmente. Tampoco se ubica del lado de la teoría de los efectos limitados, que empieza a ver al receptor como receptor activo, sino que se abstiene de cualquier sistema teórico cerrado y le da relevancia, en cambio, al contexto social, evitando la separación entre el sujeto y el mensaje. En este sentido, el conocimiento estaría mediado por la experiencia y la época en que vivimos. Se acercaría así a la denominada Teoría Crítica, de la que fueron impulsores Adorno y Horkheimer. La cuestión acerca de la ideología dominante es trascendental, pues permite comprender que las ideas deben
ser
contextualizadas
en
un
momento
histórico
determinado. Al
estar
inseparablemente unida a la existencia material de la sociedad, la comunicación reproduce en el terreno de la ideología las características de la base productiva y de las relaciones de base que se dan en ella.
A.5) METODOLOGÍA PROPUESTA 14
Se denomina “análisis de contenido” al “conjunto de procedimientos interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos singulares de comunicación previamente registrados, y que, basados en técnicas de medida, a veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuento de unidades), a veces cualitativas (lógicas basadas en la combinación de categorías) tienen por objeto elaborar y procesar datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior”19. El análisis de contenido permite no sólo comprender el significado del producto comunicativo, sino obtener información acerca del contexto en que se produjo ese material. A partir del análisis minucioso de la información que se encuentra dentro de los continentes materiales, es posible extraer conclusiones acerca de “los procesos singulares de comunicación en los que se han producido los documentos analizados”.20 Durante la investigación que dará forma a la tesina también utilizaremos un método cualitativo basado en el Análisis Crítico del Discurso (ACD). El mismo se centra en problemas sociales y fundamentalmente se ocupa de analizar las relaciones de dominación, discriminación, poder y control manifestadas a través del lenguaje. La metodología consiste en analizar de forma concreta los discursos institucionales, políticos, de géneros, y mediáticos, que dan testimonio de la existencia de abiertas relaciones de lucha y conflicto. Según Cristián Gallegos Díaz, el discurso es una “práctica social compleja, heterogénea, no caótica, como (inter)acción entre personas que usan formas lingüísticas variadas (repertorio comunicativo) y contextualizadas en lo lingüístico, lo local, lo cognitivo y representación del mundo, reales o imaginadas, con intenciones y finalidades concretas y situadas”.21 El análisis crítico del discurso no se trata sólo de un análisis descriptivo y analítico, sino que es también social y político. El ACD intenta descubrir, revelar, divulgar aquello que está implícito. Se centra así en las estrategias de manipulación, legitimización,
19 José Luis Piñuel Raigada, Estudios de sociolingüística: Linguas, sociedades e culturas, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2002, p. 2
20 Ibídem, p. 3 21 Cristian Gallegos Díaz, Análisis crítico del discurso etnicista: las ideologías como justificadoras de las asimetrías de poder, Chile, Universidad de La Serena, 2001, Pág. 3.
15
creación de consenso y otros mecanismos discursivos que influyen en el pensamiento a beneficio de los más poderosos.22 Con el ACD consideraremos el contexto discursivo de manera no restringida o el significado que existe más allá de las estructuras gramaticales. Esto incluye la consideración de los contextos políticos del uso de la lengua. En este sentido, sostenemos que es importante aprender a analizar los discursos y sus estructuras, y relacionarlos con estructuras sociales y políticas. Es decir, existe una relación sistemática entre el texto noticioso y el contexto. En Cromañón, el discurso se construye en base al sujeto que representa. Los padres, por ejemplo, lo construyen a partir del dolor, y es a través de las pasiones de sujetos que perdieron a hijos, hermanos y amigos que se comunican. Del mismo modo, los discursos del oficialismo y la oposición se fundan en una dirección política, según sus intereses mediatos o inmediatos como actores en pugna. El discurso estaría ligado entonces a la construcción de la identidad y las representaciones que los participantes se hacen el uno del otro.23 Por ejemplo, la identidad discursiva que transmiten el grupo de padres y amigos representa la lucha contra la injusticia social, la impunidad de los corruptos, la ineficiencia de los gobernantes. Relacionando la formación discursiva con la ideológica, los investigadores sociales Pecheux y Fuchs afirman: “Debemos concebir lo discursivo como uno de los aspectos materiales de lo que hemos llamado la materialidad ideológica. Dicho de otra manera, la especie discursiva pertenece al género ideológico, lo que equivale a decir que las formaciones ideológicas incluyen necesariamente como uno de sus componentes una o varias formaciones discursivas interrelacionadas que determinan lo que puede y debe ser dicho (articulado bajo la forma de una arenga, de un sermón, de un panfleto, de una exposición, de un programa, etc.) a partir de una posición dada en una coyuntura”.24 Para entender el rol de los medios noticiosos y sus mensajes, debemos prestar atención a las estructuras y estrategias de estos discursos. Por ejemplo, el contenido y 22
Teun A. Van Dijk, Racismo y análisis crítico de los medios, Barcelona, Paidós, 1997, página 16 y 17.
23 María Belén Román, La construcción del ethos en el discurso inaugural de Cristina F. de Kirchner”, Artículos universitarios, Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán, 2011. Disponible en http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/formayfuncion/article/view/23856. Consultado el 5 de mayo de 2015.
24 M. Pêcheux et al, “Mises au point et perspectives à propos de l'analyse automatique du discours”, Langages, 9e année, n° 37, pp. 7-80. Disponible en http://www.magarinos.com.ar/courtine.htm. Consultado el 20 de mayo de 2015.
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forma de un título y el cuerpo de una noticia puede influir en la interpretación y persuadir al lector de tomar determinada idea. En conclusión, como afirma el lingüista holandés Van Dijk, debemos estudiar críticamente las relaciones entre discurso mediático y prácticas e ideologías dominantes.25
A.6) MANIPULACIÓN DE LA INFORMACIÓN Y DESINFORMACIÓN El filósofo y sociólogo Hebert Marcuse en “El hombre unidimensional” advierte en su obra que los medios alienan al hombre y son utilizados por el poder para afianzarse en la cima, con el fin de desviar la atención de las personas a los problemas que realmente afectan a sus vidas. Por su parte, en relación a la dimensión social que la desinformación y la manipulación implica, Teun van Dijk la considera “un abuso de poder por las élites simbólicas que tienen acceso preferencial al discurso público y manipulan el pensar colectivo a favor de sus propios intereses”. 26 En este sentido, los medios crean la ilusión de abarcar todas las voces en el tratamiento de la información, olvidándonos que el discurso siempre es pensado y los medios pertenecen a grupos con un interés político y económico. Ahora bien, ¿qué significan estos conceptos del subtítulo? Según el doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra Gabriel Galdón, la desinformación es “la ausencia de verdadera información o de información verdadera”. 27 “Una persona desinformada es una persona que no sabe lo verdadero y esencial de algo; que está en el error o que tiene una confusión mental y vital sobre los temas que necesita o le son útiles saber para actuar libre y solidariamente”, prosigue. Pero cuando hay una intención clara de engañar por parte de los medios, entonces la llama “manipulación”. De este modo, el autor concluye que “la manipulación es, por tanto, la desinformación intencionada que, a través de las diversas técnicas de ocultación o tergiversación de la 25 Teun A. Van Dijk, “Ideología y análisis del discurso”, Utopìa y Praxis Latinoamericana de la Universitat Pompeu Fabra, 2005. Disponible en http://www.discursos.org/oldarticles/Ideolog%EDa%20y%20an%E1lisis%20del %20discurso.pdf. Consultado el 20 de mayo de 2015
26 Teun A. Van Dijk, “Discurso y manipulación: Discusión teórica y algunas aplicaciones”, Revista Signos 39, Universidad Pompeu Fabra, España, 2006. Disponible en www.redalyc.org/articulo.oa?id=157013768003. Consultado el 9 de junio de 2015.
27 Gabriel Galdón, Información, desinformación y manipulación, España, CEU Ediciones, 2014. Disponible en http://www.ceuediciones.es/blog/informacion-desinformacion-y-manipulacion-por-gabriel-galdon/. Consultado el 9 de mayo de 2015.
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realidad, se elabora con verosimilitud al servicio de los diversos intereses del poder dominante y que, por falta de resistencia crítica, impregna a parte de los ciudadanos”.28 De este modo, como afirma el coordinador de Comunicaciones e investigador Luis Miguel Romero Rodríguez, la manipulación “conlleva consigo una planificación, premeditada y alevosa, un diseño semiológico y discursivo encaminado a trasponer el mensaje diseñado al comportamiento del receptor, luego del proceso de decodificación del mensaje”; además de “prever el impacto que dicho mensaje tendrá en el receptor, tomando en cuenta su campo de experiencia y referencia compartida, así como su escala de valores, necesidades, creencias”.29 Para ello, el emisor se valdría de “trucos”, “ya sean semánticos, técnicos o psicológicos; para engañar, malinformar, influir, persuadir o controlar un objeto, generalmente con el objetivo de obtener beneficios propios o ajenos”.30 Por ello, “bajo la apariencia de estar informando de manera detallada sobre gran cantidad de hechos de actualidad, los medios establecen en realidad una jerarquización interesada de los mismos, según su localización y extensión, que privilegia pues ciertas noticias y margina y casi oculta otras”.31 Debemos
también
explicar
someramente
un
tipo
de
manipulación:
la
sobreinformación. En cuanto al primero, estamos tan sobreexpuestos a una sobreabundancia de información a través de diversos canales que nuestra capacidad de discernimiento acerca de qué cuestiones creer por ciertas o darles importancia, se dispersa y se debilita. En este sentido, se marginan ciertos aspectos a favor de otros menos esclarecedores para la cuestión. Por ello, la sobreinformación se basa más en informar sobre el cómo y en apenas hacerlo sobre el por qué.
28 ibídem 29 Luis Miguel Romero Rodríguez, La manipulación informativa y la desinformación: La anomia de los receptores y el fomento de víctimas propiciatorias, España, Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, 2011
30 idem 31
La división se basó en AA.VV., “Técnicas de Desinformación. Manual para una Lectura Crítica de la Prensa”, G.A.C. (Grupo de Aprendizaje Colectivo) de Comunicación Popular, s.l., s.f.. Disponible en http://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/tecnicas-de-desinformacion.pdf. Consultado el 25 de julio de 2014
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A.7) Los medios, parte central de la superestructura del capitalismo Resta darle la última y más importante relación causal al guionado ibarrista que imperó en estos medios analizados: la relación de los medios con la clase dominante, es decir, como parte del entramado superestructural de un sistema económico. Rechazamos las nociones vertidas por la sociología norteamericana, que siempre situó los medios masivos de comunicación fuera de las relaciones de poder y de los antagonismos de clase imperantes en el modo de producción capitalista. La autonomización de los medios lleva a una concepción que postula que los medios producen efectos sui generis sobre una sociedad ideal, por fuera de las condiciones materiales que la sostienen. Según el sociólogo belga Armand Mattelart, “el modo en que funcionan los aparatos de comunicación, que determina el modo en que se elaboran e intercambian los mensajes, se corresponde con los mecanismos generales de producción e intercambio que condicionan toda actividad humana en la sociedad capitalista”.32 El modo de producción capitalista incluye la superestructura político jurídica (Estados, leyes) y la superestructura ideológica (el sistema de ideas, imágenes y sensibilidades que naturalizan una práctica particular o una forma de la comunicación como única posibilidad). En este sentido, “las ideas y las prácticas sociales relacionadas con la libertad de prensa y expresión, y con la ética profesional del comunicador constituyen formas ideológicas especificas que, dentro de la esfera de la comunicación y la información, confinan el proceso de comunicación a un marco particular, y así legitiman su función de reproducción de las relaciones sociales dentro del modo de producción capitalista”.33 A esto Mattelart lo llama “ideología burguesa de la comunicación”, como aquellas formas ideológicas que, juntas, actúan como un “cemento” para el modo de comunicación.34 Mattelart considera que las noticias, tal y como están representadas en un medio, nos hablan de una ideología en particular: “La ideología no es meramente un sistema de ideas o representaciones; es también, y sobre todo, un conjunto de prácticas sociales. Por lo tanto, la ideología del periodismo incluye no solo las ideas sobre la objetividad, la 32 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación. Introducción a Comunicación y lucha de Clases. Vol.1., Buenos Aires, El Río Suena, 2010, p. 49
33 ibídem 34 Ibídem 19
libertad de prensa, la opinión pública, o la ciencia de la comunicación, etc. Sino también las múltiples practicas que establece como el único modo de entender y practicar el periodismo, que pueden incluir por ejemplo desde los modos de recolección de información, los modos de escribir y de editar, las operaciones fotográficas y el montaje, como así también los modos de observación científica del fenómeno periodístico”.35 Sin embargo, la ideología no podría estar exenta de una teoría de clase. La noción de clase “contradice la sagrada verdad que reza que cada uno es libre de recibir información que cada uno es libre de expresar y de transmitir libremente su propia información a otros”. Haciendo un paréntesis, esto está relacionado con otro concepto: la libertad de expresión en el periodismo. Como señala el mismo autor en otro texto, la libertad de prensa es la libertad de la propiedad. Es funcional a los intereses de los propietarios de los medios de producción. Y agrega: “El concepto de libertad de prensa que permite que el poder de la información pertenezca a una minoría propietaria, va a la par con una concepción de la organización del medio de comunicación de masas. La que encuentra su expresión en la verticalidad del mensaje. Según el esquema burgués el medio de comunicación masiva obedece a una dirección unilineal, desde arriba hacia abajo, es decir desde un emisor que trasmite la superestructura del modo de producción capitalista hacia un receptor que constituye una base cuya mayoría no ve reflejadas sus preocupaciones y formas de vida sino más bien aspiraciones, valores y normas que la dominación burguesa estima las más convenientes para su propia sobrevivencia”.36 La importancia de un análisis de clase es que enfatiza el siguiente hecho: “Porque la clase dueña de los medios de producción económicos e ideológicos se apropia de la producción de fuerzas sociales antagónicas, tiene que imponer su realidad y su orden como los únicos posibles”.37 La clase también interviene cuando los hechos son interpretados por el profesional de la noticia. “Coartado él mismo por el propietario del medio y en general por la institucionalidad burguesa, el suceso en que participa, el pueblo suele transitar a través del crisol de los intereses de una clase: se asiste entonces a un proceso de apropiación de un suceso o noticia cuyo actor es el pueblo en provecho de la legitimación del sistema de dominación. Razón por la cual podemos decir que en la sociedad burguesa
35 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, en Pensamiento crítico, Instituto Cubano del Libro, La Habana, junio de 1971, nº 53, páginas 4, Disponible en
36http://www.filosofia.org/hem/dep/pch/n53p004.htm. Consultado el 25 de julio de 2014. 37 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación…, op.cit., p. 53 20
la burguesía tiene la dinámica de la información. Cualquiera fuera el actor del hecho, les abona a su cuenta”, concluye el autor.38 Volviendo al comienzo de esta argumentación, la hegemonía activa que la clase dominante ejerce sobre el conjunto de la sociedad a través de estado toma múltiples formas. Como nos recuerda Mattelart: “El estado no puede circunscribirse al uso de la represión, pues debe asumir una función de mediación, para usar el término adoptado por Gramsci. Este rol es asegurado por las instituciones que Althusser designó como aparatos ideológicos del Estado y a las que Gramsci agrupo dentro del concepto de sociedad civil. Dentro de este concreto podríamos agrupar a los medios. Tomada como una totalidad, la maquinaria estatal garantiza las condiciones políticas necesarias para la reproducción de las relaciones de producción. Por lo tanto, un punto de vista marxista sobre los aparatos de comunicación debería en primer lugar situarse dentro del marco de una teoría del Estado-clase”. 39 En coincidencia con Mattelart, y poniendo como ejemplo el rol que jugar los medios en el caso Cromañón: “Los momentos de crisis (…) pueden revelar las apuestas políticas de los medios y acelerar la implementación de análisis y teorías que, en otros contextos, son estimulados principalmente por las necesidades de reproducción de la sociedad existente”.40
B.1) CRONOLOGÍA: LOS HECHOS HASTA LA DESTITUCIÓN
30/12/04. Incendio en el boliche República Cromañón, en Once. Mueren 194 personas, en su mayoría jóvenes de alrededor de 20 años.
7/01/05: Por tres votos la Legislatura porteña no consigue que Ibarra sea interpelado.
28/01/05: Ibarra, en la Legislatura porteña, escucha preguntas de los diputados. Reconoce que el local debió haber sido clausurado, porque desde el 25 de noviembre de 2004 estaba vencido el certificado entregado por los bomberos.
38 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, op.cit. 39 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación..., op.cit., p.59 40 Ibídem 21
30/01/05: Familiares, sobrevivientes y amigos de las víctimas de Cromañón realizan otra multitudinaria marcha que es reprimida por la policía.
31/01/05: Ibarra convoca a una consulta popular vinculante para la revocatoria de su mandato. El plebiscito nunca se hizo, pero Ibarra se quedó en el sillón.
01/02/05: Ibarra concurre por segunda vez al recinto del Legislativo para continuar respondiendo a los diputados, ante el reclamo de los familiares de las víctimas, que se quejan porque el jefe Comunal elude algunas preguntas. Mariana Márquez, mamá de Liz, ante la continua evasión en las respuestas, le grita: “Mi hija es un cadáver, pero vos sos un cadáver político”.
15/04/05. Comienza a trabajar la Comisión Investigadora de la Legislatura, que debe emitir un dictamen sobre la conveniencia o no de someter a Ibarra a juicio político.
29/07/05: los nueve diputados de la Comisión Cromañón de la Legislatura porteña presentan un dictamen de 947 fojas, en el que recomiendan promover el juicio político a Ibarra.
04/08/05: Se deja el curso del juicio político en manos de los 45 diputados de la Sala Acusadora del Legislativo, cuya función es analizar la validez formal, jurídica y política de la recomendación.
10/08/05: Se reúnen por primera vez los 13 miembros de la Comisión Investigadora de la Sala Acusadora.
17/08/05: La Comisión cita a Ibarra para el 26 de agosto, ante varios pedidos de prórroga del jefe Comunal.
09/09/05: Ibarra presenta por escrito su descargo, de 200 páginas. Pide la recusación de seis de los 13 diputados de la Comisión Investigadora y que se agreguen como prueba las declaraciones de más testigos.
16/09/05: la Sala Acusadora, por 35 sobre 40 votos, rechaza las recusaciones y cita a testigos de los propuestos por Ibarra.
29/10/05: Seis legisladores presentan un dictamen de mayoría donde recomiendan el enjuiciamiento de Ibarra por presunto mal desempeño de sus funciones. 22
31/10/05: Cuatro dictámenes en minoría -tres de ellos absolutorios fimados en total por cuatro integrantes, y uno acusatorio firmado por otros tres- son presentados en la Sala Acusadora.
10/11/05: La Sala Acusadora no vota y pasa a cuarto intermedio.
14/11/05: Con 30 votos sobre 45 –las 2/3 partes previstas en la Constitución-,la Sala Acusadora aprueba la apertura del juicio político y la suspensión de Ibarra en sus funciones. El vicejefe, Jorge Telerman, asume interinamente la jefatura.
13/12/05: Comienza formalmente el juicio político a Ibarra y se presentan los listados de testigos para la defensa y la acusación. Ibarra presenta su defensa y la fiscalía eleva la acusación. Las partes piden al titular del Tribunal las declaraciones de más de 100 testigos, incluido Chabán, que no fue citado.
18/01/06 al 21/02/06: la Sala Juzgadora toma declaraciones a los testigos.
07/03/06: La Sala Juzgadora, presidida por Julio Maier, resuelve destituir a Aníbal Ibarra por 10 votos condenatorios –2/3 que exige la Constitución-, 4 absolutorios y una abstención.
B.2) LA RESPONSABILIDAD DE IBARRA Penas constitucionales La responsabilidad de Aníbal Ibarra consistió en evaluar si las estructuras de control que instituyó y las medidas tomadas durante su gestión como jefe de Gobierno porteño respondieron eficazmente a la idoneidad que la Constitución de la Ciudad exige para desempeñar ese cargo. También formó parte del estudio cómo se preparó el Jefe de Gobierno para una eventual emergencia y cuál fue su respuesta ante la emergencia concreta del 30 de diciembre de 2004. La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires41 establece que las atribuciones y deberes del Jefe de Gobierno son:
ARTÍCULO 102.- El Jefe de Gobierno tiene a su cargo la administración de la Ciudad, la planificación general de la gestión y la aplicación de las normas. (…)
41 Argentina, Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Boletín Oficial (BOCBA) N° 47, 1996 23
9. Establece la estructura y organización funcional de los organismos de su dependencia. Nombra a los funcionarios y agentes de la administración y ejerce la supervisión de su gestión.10. Propone la creación de entes autárquicos o descentralizados. 11. Ejerce el poder de policía, incluso sobre los establecimientos de utilidad nacional que se encuentren en la Ciudad. 12. En ejercicio del poder de policía, aplica y controla las normas que regulan las relaciones individuales y colectivas del trabajo. Sin perjuicio de las competencias y responsabilidades del Gobierno Nacional en la materia, entiende en el seguimiento, medición e interpretación de la situación del empleo en la Ciudad.13. Aplica las medidas que garantizan los derechos de los usuarios y consumidores consagrados en la Constitución Nacional, en la presente Constitución y en las leyes. 14. Establece la política de seguridad, conduce la policía local e imparte las órdenes necesarias para resguardar la seguridad y el orden público.
ARTÍCULO 104.- Atribuciones y facultades del Jefe de Gobierno: 2. Formula y dirige las políticas públicas y ejecuta las leyes. 9. Establece la estructura y organización funcional de los organismos de su dependencia. Nombra a los funcionarios y agentes de la administración y ejerce la supervisión de su gestión. 11. Ejerce el poder de policía 14. Establece la política de seguridad, conduce la policía local e imparte las órdenes necesarias para resguardar la seguridad y el orden público. 21. Otorga permisos y habilitaciones para el ejercicio de actividades comerciales 22. Crea un organismo con competencias en ordenamiento territorial y ambiental, encargado de formular un Plan Urbano y Ambiental
ARTÍCULO 105.- Son deberes del Jefe de Gobierno: 1. Arbitrar los medios idóneos para poner a disposición de la ciudadanía toda la información y documentación atinente a la gestión de gobierno de la Ciudad. 4. Proporcionar a la Legislatura los antecedentes e informes que le sean requeridos.
El 14 de noviembre de 2005, los 30 legisladores de la Sala Acusadora de la Legislatura porteña que aprobaron el inicio del juicio político, le imputaron a Ibarra mal desempeño de sus funciones en el marco de la tragedia de Cromañón. Se basaron en el 24
artículo 92 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, por el cual “la Legislatura puede destituir por juicio político fundado en las causales de mal desempeño o comisión de delito en el ejercicio de sus funciones o comisión de delitos comunes, al Gobernador, al Vicegobernador o a quienes los reemplacen; a los ministros del Poder Ejecutivo, a los miembros del Tribunal Superior de Justicia; del Consejo de la Magistratura; al Fiscal General; al Defensor General; al Asesor General de Incapaces; al Defensor del Pueblo y a los demás funcionarios que esta Constitución establece“.42 De los 13 diputados que integraban la comisión investigadora de la Sala Acusadora, 9 recomendaron la apertura del enjuiciamiento a través de dos dictámenes acusatorios. En cambio, los otros cuatro emitieron 3 dictámenes absolutorios. El dictamen acusatorio de mayoría mantuvo los 12 cargos que habían sido imputados por la comisión ad hoc creada en febrero de 2006. Este es un resumen de los cargos:43 1. Ineficaz e ineficiente política de habilitación, verificación y control de las actividades comerciales. 2. Insuficiente e ineficiente asignación de recursos materiales y humanos para el desarrollo de actividades de control comunal. 3. Incumplimiento del deber de control e ineficiente ejercicio del control interno. 4. Designación de funcionarios sin cumplimiento del requisito de idoneidad en la sindicatura General de la Ciudad de Buenos Aires. 5. Negligencia en la adopción de medidas adecuadas en respuesta a las alertas institucionales de la Defensoría del Pueblo; de las resoluciones de la Legislatura, y de las recomendaciones de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires. 6. Ineficiente e irregular ejercicio del poder de policía de habilitación y control 7. Omitir disponer las medidas necesarias para el cumplimiento de las normas de higiene, seguridad y orden público (art 105, inc. 6 CCABA). 8. Incumplimiento de la obligación legal de instruir en tiempo y forma los sumarios administrativos tendientes a deslindar responsabilidades respecto de las 42 ibídem 43 “Folleto sobre el Juicio Político”, Los Pibes de Cromañón, 2 de diciembre de 2005. Disponible en http://pibescromagnon.ourproject.org/spip.php?article24. Consultado el 11 de junio de 2015
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irregularidades advertidas por el jefe de gobierno en el área de la Dirección General de Verificaciones y Controles (noviembre de 2003) así como de radicar las correspondientes denuncias penales. 9. Direccionamiento arbitrario de los operativos de control de las actividades comerciales. 10. Incumplimiento
manifiesto
de
resoluciones
administrativas
y
judiciales,
principalmente en materia de habilitaciones. 11. Incumplimiento del Plan Maestro Metropolitano de Defensa Civil. 12. Ineficaz e ineficiente política de prevención, coordinación y respuesta ante la emergencia.
Dictámenes contra Ibarra La durante la sesión del martes 7 de Marzo de 2006, que culminaba el proceso de juicio político a Aníbal Ibarra, la Sala Juzgadora de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, compuesta por 15 diputados porteños, decidía destituir a Ibarra de su cargo por mal desempeño de sus funciones, asumiendo la jefatura de Gobierno su compañero de fórmula, el vicejefe Telerman. Las responsabilidades de Ibarra se fundamentaron en el mal desempeño en la atención de la emergencia durante la noche del incendio, a la inobservancia de las alertas institucionales de los distintos organismos de control de la Ciudad de Buenos Aires y, sobre todo, por el ejercicio deficiente del poder de policía. Dentro de los dictámenes presentados en la sesión por los legisladores que condenaron a Ibarra44, merecen nuestra atención los siguientes, debido a su señalamiento de las cuestiones que atañen a la responsabilidad del ex funcionario:
Fallo condenatorio de Héctor Pastor Bidonde, legislador por Bloque del Sur: “Una de las cuestiones que claramente se ha probado durante este juicio político ha sido que la política de seguridad durante la gestión 2000-2004 ha sido claramente inadecuada, ineficiente, contradictoria, poco planificada y con probadas situaciones de corrupción. Esto se ha manifestado claramente en algunos de los cambios más significativos que tuvo el área durante este
44 “La destitución”, Los Pibes de Cromañón, 6 de octubre de 2006. Disponible en http://pibescromagnon.ourproject.org/spip.php?article30. Consultado el 10 de junio de 2005.
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período. De un breve repaso enunciativo resulta llamativamente confusa la estructura de control y fiscalización que el señor Ibarra diseñó e implementó a través de decretos emitidos en su calidad de Jefe de Gobierno de la Ciudad anómala de Buenos Aires”. “(…) Existió la decisión política de reformular una y otra vez la estructura administrativa de la ciudad. Entre agosto del año 2000 y el 30 de diciembre de 2004 se produjeron no menos de 20 modificaciones de diferentes magnitudes en el área de Seguridad. Se sabía que el área de Control funcionaba mal, pero hubo confusión. Había algo que bien podría llamarse ’gobernabilidad por tanteo’. Esto no es idoneidad; esto no es buen desempeño. Todos los habitantes de la ciudad eran potencialmente vulnerables frente a tamaño descontrol”. “La defensa logró demostrar durante este juicio que los secretarios Giudici y López ejercían sus funciones con una alta autonomía. Ibarra los dejaba hacer; no les impartía directivas; no los controlaba; no se enteraba de lo que pasaba, qué rumbo y qué estado tenía cada área, a pesar de ser áreas de alto riesgo. Ése no es el rol de un Jefe de Gobierno. Ibarra, según la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de acuerdo con los artículos 102 y 104, debió haber sido el estratega y planificador de las políticas llevadas adelante por sus secretarios; debió evaluar indicadores de gestión, análisis cualitativo; debió corregirlas; debió controlar y evaluar la gestión de sus funcionarios; impartirles las directivas centrales, etcétera. En un área tan sensible él debió haber tenido una actitud mucho más activa.” Fallo condenatorio del Roberto Destéfano, legislador por el PRO: “Podemos asegurar que falló el poder de policía de la Ciudad por mal diseño y dirección de las políticas de control. Hubo trece cambios en las estructuras de control en cuatro años. Desde que en agosto de 2000 el doctor Ibarra asumió nunca envió a esta Legislatura la Ley de Ministerios. Esto permitió realizar una fenomenal cantidad de cambios de estructura, pasando el área de control de una secretaría a otra”. “Desarticuló el área de Verificación. Mediante el Decreto 2116 de noviembre de 2003, invocando un focazo de corrupción, echó a 300 inspectores y los reemplazó por sólo 40. Esta situación llevó a que mermara la cantidad de inspecciones y muchos locales no fueron inspeccionados por casi dos años, como es el caso de Cromañón (…)” “Hubo discrecionalidad en la habilitación o clausura de locales bailables, ya que se desarmó un mecanismo corrupto de inspecciones para armar otro discrecional y arbitrario, que se conducía vía Handy”. (…) “No clausuró locales bailables culpando a las leyes de vacíos y contradicciones, siendo que estas mismas leyes fueron las aplicadas en el 2005 para clausurar todos los locales que no cumplían con la normativa vigente”. Fallo condenatorio de Silvia Majdalani, legisladora por el PRO: “Es obvio que el doctor Ibarra no puede realizar personalmente una inspección, ni brindar asistencia médica; pero sí debe supervisar que estas 27
tareas se efectúen correctamente. Fue el doctor Ibarra quien le comunicó a la sociedad que el área de Verificación y Control de la Ciudad no funcionaba correctamente y que personalmente se haría cargo de solucionar tan irregular y peligrosa situación. Cansado de recibir denuncias y reclamos de los vecinos, disolvió el área. Es aquí cuando comienza un sinfín de modificaciones, resoluciones y decretos con el objeto de ordenar el área y hacer que ésta cumpla con su misión” (…) “Ha quedado claro que no se logró esa meta, pero lo que es aún peor es que muchos de los funcionarios y empleado siguieron prestando servicios en el Poder Ejecutivo de la Ciudad en otros cargos, sin evaluar nunca que cambiándoles el cargo no se cambiaría el fondo”. Fallo condenatorio de Marcelo Fernando Meis, legislador por el PRO: “Vale la pena considerar la postura del constitucionalista Bielsa, quien entiende por mal desempeño la falta de idoneidad profesional o técnica o moral, ineptitud o insolvencia moral que determine un daño a la función o a la gestión de intereses generales de la Nación. (…) También en el mismo sentido, el doctor Badeni entiende que el mal desempeño comprende a toda conducta acreditable objetivamente, que revela la falta de idoneidad del funcionario para proseguir en el ejercicio del cargo ni ejercer el cargo sin la diligencia propia que impone, es causal de mal desempeño”. Fallo condenatorio de María Florencia Polimeni Legisladora por Guardapolvos Blancos, independiente: “Nuestro deber es juzgar si hubo o no mal desempeño en el ejercicio de las funciones de Jefe de Gobierno. Cuando nos hacemos esta pregunta surge espontáneamente otra: ¿qué se entiende por mal desempeño?” “Como decía hace un rato -si bien parece una obviedad-, el maestro constitucionalista Bidart Campos hablaba de mal desempeño como lo contrario al buen desempeño. El buen desempeño, entonces, no es otra cosa que hacer lo que se debe. Sea cual fuese el camino que adoptemos para revisar si se hizo lo que se debía hacer, llegaremos a la misma conclusión: las cosas se hicieron mal o directamente no se hicieron. Falta dilucidar quién es el responsable”. “Empecemos señalando que quien tiene el poder y la legitimidad en cualquier organización para dar las órdenes es -según el teórico Claus Roxin- el llamado "hombre de arriba". Éste domina la organización, sin coacción ni engaño, pues puede cambiar a los ejecutores a su voluntad. Si el ejecutor no recibe esa legitimidad, es remplazado por otro, porque el hombre de arriba dispone de un aparato de poder organizado que maneja para actuar”. “(…) En un sistema presidencial las decisiones las toma el titular del Poder Ejecutivo, que el cargo es unipersonal, que puede contar con un gabinete que lo asista en el ejercicio del gobierno, pero el único que de manera indelegable, por medio del voto popular, tiene la legitimidad necesaria para el ejercicio del gobierno es el Jefe de Gobierno. Se ubica en la cúspide de una estructura jerárquica, donde la línea de mando es absolutamente clara: del Jefe de Gobierno hacia abajo. Sus ministros obtienen esa competencia por su 28
designación por parte del Jefe de Gobierno, que le concede capacidad para actuar; pero esa delegación de atribuciones nunca implica delegación de responsabilidades”. Fallo condenatorio de Helio Rebot, legislador por el Frente para la Victoria. (…) “En este juicio político no está en juego la aplicación del principio penal de culpabilidad, por el que se discute si el enjuiciado es culpable o inocente por acción o por omisión. En este juicio político está en juego, al igual que en todos los juicios políticos, la aplicación del principio de responsabilidad que implica determinar que una persona tiene o no responsabilidad política, con prescindencia de sus intenciones o de que haya cometido o no delito pena”. Fallo condenatorio de Guillermo Smith, legislador por el ARI. (…) “Que no puede dejar de merituarse que las referidas medidas de gobierno, fueron adoptadas en el área de poder de policía luego de numerosas otras, que implicaron marchas y contramarchas aparejadas en numerosas falencias, que deberían haber servido como experiencia para no cometer nuevos yerros”. (…) “Que si, por lo tanto, puede decirse que la política seguida en materia de poder de policía fue gravemente ineficaz para alcanzar sus específicos objetivos, también puede apreciarse que fue objetiva y estructuralmente inadecuada para la pretendida erradicación de la corrupción en esa área”. (…) “Es deber constitucionalmente impuesto al Jefe de Gobierno disponer las medidas necesarias para el cumplimiento de las normas de Higiene, Seguridad y Orden Público, según el Artículo 105, inciso 6), de la Constitución local, y también es su atribución ejercer la supervisión de la gestión de los funcionarios y agentes de la administración que él nombra, según el inciso 9 del Artículo 104 de dicha Constitución. Tan mal desempeñó estos deberes y atribuciones el doctor Aníbal Ibarra que los funcionarios de las más altas jerarquías de su administración, que él designara para la aplicación de las normas de Higiene, Seguridad y Orden Público, se encuentran actualmente procesados en orden al delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público”. “No se trata de responsabilizar al Jefe de Gobierno por los incumplimientos de los agentes inferiores de su administración, pero es indudable que debe responder por los funcionarios de alta jerarquía que designara en materia tan sensible y que, como ha quedado demostrado en este juicio, actuaron con una total falta de idoneidad, si es que algunos no llegaron a incurrir en faltas más graves”. “Debe exigírsele a todo funcionario público la necesaria idoneidad, y ello en mayor grado cuando se ejercen las más altas responsabilidades de gobierno. El mal desempeño del doctor Ibarra se agrava cuando se considera que de modo alguno es aceptable que haya desconocido y desoído las alertas institucionales, especialmente las emitidas, en forma reiterada, por la Defensoría del Pueblo y la ampliamente publicitada por el Defensor Adjunto, arquitecto Alimena. Como bien dijera la diputada Polimeni, si se asumiera a 29
título de hipótesis que esto fue así, ya no habría que hablar de mal desempeño, sino de otra cosa”.
Ibarra contesta La respuesta del entonces Jefe de Gobierno porteño ocurrió en su interpelación de enero de 2005, en una sesión extraordinaria que se realizó en la Legislatura porteña. Allí eludió sus responsabilidades político – institucionales, esgrimiendo que el resultado de las acciones realizadas previamente a la tragedia, durante y después eran consecuencia de un sistema difuso que imposibilita aplicar correctamente las normas y ejercer acciones de política pública eficiente. Ibarra expresó: “la única forma es hacer controles en el momento en que se realiza la actividad. Repito: la diferencia está en cómo se controlan los espectáculos que sí requieren habilitación y los que no. De haberse modificado el sistema, no le quepa ninguna duda de que esto era evitable”. En cuanto a la responsabilidad por la administración del sistema de control de habilitaciones y verificaciones, es decir las inspecciones, para resguardar el cumplimiento de las normas, el entonces funcionario señaló: “Como Jefe de Gobierno de esta Ciudad de Buenos Aires, me hago cargo de que esa área de Seguridad, Justicia y Control Comunal adolecía de deficiencias estructurales, y más allá de los esfuerzos realizados, que he venido a relatar a esta Legislatura, a brindar explicaciones, a dar la documentación, a aportar los decretos –que, por supuesto, ustedes, señores legisladores, conocen porque fueron publicados todos en el Boletín Oficial–, repito, que el área no funcionaba ni de lejos correctamente, y como Jefe de Gobierno me hago cargo de ello. (…) Quiero ser más preciso en las fallas estructurales del área de Seguridad y Justicia. Esta área presenta la particularidad de adolecer de un sistema integral informatizado que permita la intercomunicación entre las diferentes áreas y la utilización de los tiempos de ejecución de las tareas y funciones inherentes a cada área. Este estado de situación conlleva a una gestión ineficiente y poco transparente, perjudicando al gobierno en general y también al ciudadano común al alentar los abusos, las especulaciones, la burocratización desmedida, la corrupción, la lentitud en la puesta en marcha de dispositivos de seguridad ante emergencias y situaciones de riesgo”.45 A su vez, admitió:
45 AA.VV., “Cromañón, Sobre las responsabilidades políticas e institucionales del Gobierno de la Ciudad”, Primer Informe Del Diputados del Bloque Frente Compromiso para el Cambio, Buenos Aires, Febrero de 2005, p.28.
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”Tenía y tiene –y me hago cargo como Jefe de Gobierno– las siguientes problemáticas: circuitos administrativos poco claros; falta de organización en las distintas áreas de la Secretaría de Justicia y Seguridad Urbana; falta de capacitación básica en informática del personal; falta de recursos humanos especializados en diversas temáticas; inercia del personal; resistencia al cambio; parque informático deficiente; sistemas en tecnologías heterogéneas; falta de integración con sistemas de las demás reparticiones del gobierno de la ciudad; duplicación de ingresos de datos en diferentes entornos operativos; falta de indicadores de gestión; falta de un sistema integral para la activación de dispositivos ante situaciones de emergencia; falta de un sistema para el control y seguimiento de habilitaciones y permisos de actividades comerciales; falta de un sistema para una visión integral de diversos fenómenos vinculados con la seguridad en la ciudad; falta de un sistema para el control, seguimiento y actualización de tareas vinculadas con la fiscalización de obras particulares y catastro.” 46 El andamiaje administrativo que pone en funcionamiento las políticas públicas, según Ibarra, desvirtúa el mandato constitucional, en sus artículos 104 y 105, especialmente en relación a la supervisión de los funcionarios. En aquella sesión afirmó: “En cuanto a los artículos 104 y 105 de la Constitución, entre las funciones dice: “ejecuta las obras y presta servicios públicos”. No soy yo el que ejecuta las obras; para eso hay toda una organización del Gobierno de la Ciudad; para eso están todas las jerarquías dentro del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para hacerlas cumplir. Insisto: en algunos casos se hace bien, en otros mal y en otros, más o menos. Ésa es la estructura de un gobierno, y usted lo conoce bien. Pretender que el Jefe de Gobierno ejecute personalmente todo este tipo de cosas es incorrecto, y me extraña que lo diga”.47 Por otro lado, la “cuestión cultural” habría jugado para Ibarra un papel difusor en el ejercicio de control de policía. En relación a la ley que pena la violación al Código Contravencional, destacó: “La Ley 451 (…) es una ley del Código de Edificación, de la década del ‘40. Y este concepto de ocupación era para locales como los que usted mencionó, del tipo Mau Mau, muy diferentes de los que son ahora. Incluso, en Europa el factor de ocupación es de dos personas y media por metro cuadrado, casi el triple de lo que es aquí. También es una norma obsoleta que, si se si se ajustara para que se la cumpla, hoy tornaría prácticamente inviable la mayoría de los emprendimientos. Es de las normas que yo dije que estaban hechas para que no se cumplieran y para que se infrinjan: entonces, infringir una, dos o tres, es lo mismo; se infringen. (…) Acá también debemos tener racionalidad para modificar con criterios más modernos y acordes con la seguridad. Porque acá también hay una cuestión cultural: si se va al lugar y no están todos 46 Ibídem 47 Ibídem, p.29 31
apretujados, pareciera que es un fracaso. Entonces, también es una cuestión cultural”.48 La información desactualizada fue otra de las causales para la elusión de la responsabilidad: “Quiero hacer, primero, una relación vinculada con lo cuantitativo. En los padrones, en esta Ciudad de Buenos Aires, figuran 267.843 locales habilitados. Esto no quiere decir que todos ellos estén en funcionamiento, porque también una de las falencias que tiene el sistema es que quienes habilitan dejan la actividad y no dan de baja esa habilitación. Por ese motivo, esto es lo que figura en el padrón. Y, seguramente, este número es mayor que el que tiene la realidad de locales que están en funcionamiento. Podemos hablar de 200.000.”49 Corresponde también citar otras dos declaraciones de Ibarra para graficar cómo pensaba su responsabilidad:
“En síntesis, el Jefe de Gobierno está acá no por lo que hizo, sino por lo que no hizo”.50 “En cuanto a la pregunta respecto de cuál es el grado de responsabilidad que se atribuye como Jefe de Gobierno. Lo he dicho en toda mi exposición y que cada uno lo extraiga de allí. Al principio dije que me hago cargo de lo que me corresponde y que no me voy a hacer cargo de lo que no me corresponda. Me he referido a las falencias del sistema. En toda esa intervención he hecho referencia respecto de las cosas de las que me hago cargo como Jefe de Gobierno en cuanto a las falencias del sistema. Termino como cuando empecé mi intervención: no eludo nada de lo que me corresponde y no voy a tomar nada que no me corresponda”. 51 En suma, los procesamientos y las condenas se hicieron bajo la figura de
incumplimiento de los deberes de funcionario público y sólo alcanzaron a quienes tenían una responsabilidad inmediata sobre las inspecciones, vedando el camino que llevaba al responsable último de la política en materia de control, Aníbal Ibarra. Desde un plano de análisis marxista, esto tiene una explicación lógica. La Justicia burguesa basa su investigación de responsabilidades individuales sobre hechos criminales puntuales. En otras palabras, se puede encontrar culpables a una serie de funcionarios, pero nunca a un 48 Ibídem 49 Ibídem, p.30 50 Ibídem 51 Ibídem 32
Estado corrupto en sí mismo. No obstante, existían evidencias suficientes para inculpar a Ibarra: estaba al tanto de las deficiencias de las inspecciones y no hizo nada para remediarlo, y desmanteló el cuerpo de inspectores, existiendo fuertes presunciones de que lo hizo en connivencia con empresarios locales.52 En los hechos, el 7 de agosto de 2006, la jueza de Instrucción María Angélica Crotto, explicó que Aníbal Ibarra no tuvo, como jefe del Gobierno porteño, ninguna responsabilidad en la tragedia de Cromañón. "Debe aplicarse el principio de confianza, descartándose que Ibarra hubiera violado el deber de cuidado que le era exigido. Esto se debe a que los funcionarios con competencia específica para la resolución de la problemática planteada demostraron que se habían encargado de tomar medidas sobre el alerta sobre los locales de baile y, por lo tanto, nada le indicó al ex jefe de gobierno que Fiszbin, Torres y Fernández no estaban actuando diligentemente", expresó la jueza en el fallo. Entre otros fundamentos, la magistrada marcó las diferencias entre el juicio político que terminó con la destitución de Ibarra y el proceso penal. También se destacó que la responsabilidad política no implicaba la existencia de una responsabilidad penal o criminal.53
B.3) LA COBERTURA INFORMATIVA Las primeras notas relacionadas con la responsabilidad de Ibarra hicieron eje en la marcha de familiares. Siguiendo al relevamiento hecho por Diarios sobre diarios54, el domingo 3 de enero de 2005 se produjo una marcha espontánea desde la sede del boliche hasta la jefatura de Gobierno porteño. Página/12 colocó en tapa que la movilización pidió la renuncia del jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Además, en la página 4 consignó el reclamo de justicia de “Miles de personas”, al tiempo que le daba voz al entonces jefe de Gobierno porteño para equilibrar las cosas: dijo que “la tragedia nos llevó a replantear todo
52 Gonzalo Sanz Cerbino, op. cit., cap. IV 53 La Nación, 8 de agosto de 2006. 54 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, Diario sobre diarios, 16 de marzo de 2006. Disponible en http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko. Consultado el 10 de junio de 2015
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el sistema” y anunció más controles.55Por el contrario, Clarín dejó la noticia para la página 29, bajo el título “El fuerte y masivo reclamo de justicia para las víctimas terminó con incidentes”, en el que se destaca la violencia de la marcha.56 Diarios sobre diarios (DsD) afirma que la construcción mediática en esos días para presentar cotidianamente la tragedia de Cromañón tuvo varias aristas: la reconstrucción de los hechos en sí mismos; los testimonios de los sobrevivientes; la historia de los deudos; la vida de Chabán y la historia del grupo Callejeros. Fueron relatos “blandos” que se editaron en las secciones de información general. Se sumaron también las implicancias en la designación de Juan José Alvarez como secretario de Seguridad porteño. Ese relato, que recién empezaba, se editó en la sección “El País”. En esa sección de “Política” – como en la de cualquier diario del mundo – el discurso es más conceptual, es decir “duro”. La decisión provisoria de los editores de Clarín de llevar determinados aspectos informativos a la “blanda” sección “Sociedad” fue la primera edición editorial.57 A continuación, pasaremos a describir cómo fue analizado en los medios el papel de Ibarra en Cromañón, su accionar en el desenvolvimiento de los distintos hechos que llevaron a su suspensión y luego destitución, así como también todas aquellas cuestiones que pueden derivar en un tratamiento sobre la imagen de Ibarra. Primero se realizará un recorrido cronológico, seguido por un análisis de algunos subtemas donde se evidenció un tratamiento favorable a la figura de Ibarra, para terminar en la observación de la línea editorial de Clarín y Página/12.
Cronología de los hechos Ibarra refuerza el control de los locales A los pocos días de ocurrido Cromañón, la gestión de Ibarra desplegó una incesante actividad de clausura de decenas de comercios, discotecas y espacios culturales y otros lugares que incumplían normas de seguridad. Esta clausura masiva sirvió para atenuar el 55 Página/12, 4 de enero de 2005 56 Clarín, 4 de enero de 2005 57 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, 16/03/2006. Disponible en http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko. Consultado el 10 de junio de 2015.
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efecto negativo en la imagen de la administración porteña, aunque ponía en evidencia también que el gobierno a cargo de Aníbal Ibarra había sido poco eficaz en el ejercicio de los controles hasta la tragedia del 30/12. Los medios se hicieron eco de esta iniciativa de Ibarra e inundaron sus páginas con esta información. El día 2, Página/12 anunciaba “quince días sin boliches”, luego de prohibir los recitales en boliches bailables y decretar la suspensión, durante quince días, de toda actividad en ese tipo de comercios.58 Al día siguiente Clarín daba la misma noticia y añadía “Ibarra impuso nuevos controles y también apunta contra Chabán”, donde se señalaba que los locales tendrían que validar las autorizaciones cada tres meses.59 El 4, una columna de opinión, “El hábito de la gestión reactiva” destacaba que las medidas decididas por Ibarra eran “indudablemente adecuadas”.60 Las iniciativas de seguridad se extendían por todo el país. El 6 de enero, Clarín tituló “Ajustan los controles en discotecas, bailantas y shows de todo el país”, y nombraba los reacondicionamientos de locales en Carlos Paz, Misiones y Rosario, entre otros. Aquel mismo día, Verbitsky hablaba de “tierra de nadie”, un concepto que según el periodista se suprimiría luego de presentado el proyecto de seguridad de Ibarra.61 Dos días más tarde, Clarín informaba la proyección de un único número para emergencias, que abarcaba “desde las inspecciones en áreas críticas hasta el control de la seguridad privada”.62 La seguidilla de noticias sobre la temática siguió en lo sucesivo en el matutino, mientras que Página/12 recopilaba información más esporádicamente. Los pedidos de renuncia del entonces flamante secretario de Seguridad porteño, Juan José Álvarez, de todos los funcionarios de la cartera "hasta el nivel de director", iba en la misma línea. 63 El 10 se tomaban en la editorial las nuevas “Obras y reformas para la Ciudad” y se anunciaba 58 Página/12, 2 de enero de 2005 59 Clarín, 3 de enero de 2005 60 Clarín, 4 de enero de 2005 61 Clarín y Página/12, 6 de enero de 2005 62 Clarín, 8 de enero de 2005 63 Clarín, 8 de enero de 2005 35
un nuevo plan de “inspecciones conjuntas en 18 boliches por día”: “Las harán inspectores y bomberos en 108 discos. Crearán un registro fotográfico de todo lo aprobado. Exigirán planes de evacuación y una brigada contra incendios en los recitales”, describía.64Al día siguiente, al primer día de controles en la ciudad, se revisaron 20 locales y se detectaron fallas de toda índole. Por supuesto, esto fue informado por Clarín. 65 El 12, un operativo clausuró en el centro comercial Plaza Liniers las salas de cine y el patio de juegos. Clarín lo destacó como un “una inspección sorpresa que forma parte de los nuevos controles para evitar desastres como el de Cromañón”.66 Una editorial de la edición siguiente llamaba a “Prevenir, antes que lamentar”. “Los resultados muestran lo que ya se sabía: que las violaciones a las normas de seguridad no eran la excepción sino un problema generalizado”, concluía.67 El día 13 Ibarra y Álvarez anunciaban más controles y cambios en cuanto a las normas de seguridad, se ordenaba la clausura en el Village Recoleta y 40 multas.68 "Bocharon otros dos boliches”, se afirmaba el 14, que agregaba que “los inspectores siguieron ayer con las inspecciones en locales clase C (bailables)” y que “también hubo controles en locales comerciales, gastronómicos y de entretenimiento”.69 El 18 Clarín destacaba que “Para la Ciudad, los boliches no pueden ser reabiertos”. “Ninguno de los 108 boliches de la ciudad de Buenos Aires está en condiciones de abrir hoy, cuando termina el plazo de clausuras preventivas de quince días dispuesto por el Gobierno”, finalizaba.70 El 19 de enero, una columna de opinión consideraba que “No sirven los controles espasmódicos”; allí se le daba el mismo papel al Estado y a la sociedad en el papel de las tragedias como la de Cromañón. Pese a echar lastre de la responsabilidad del gobierno de la ciudad, sólo hablaba del “funcionario corrupto” y no directamente de quién debía 64 Clarín, 10 de enero de 2005 65 Clarín, 11 de enero de 2005 66 Clarín, 12 de enero de 2005 67 Clarín, 13 de enero de 2005 68 Clarín, 13 de enero de 2005 69 Clarín, 14 de enero de 2005 70 Clarín, 18 de enero de 2005 36
controlarlo, en este caso el gobierno de Ibarra. 71 Al día siguiente, Clarín anunciaba que “la Secretaría de Seguridad porteña, a cargo de Juan José Alvarez, ya dio el primer paso para armar un mapa de riesgo de la Ciudad”. Una "mesa de acción" con especialistas en distintas áreas (ingeniería, arquitectura, estadísticas, seguridad) tendrían a su cargo la recepción y el procesamiento de la información sobre todos los locales comerciales de Capital Federal “para hacer más eficaces las inspecciones”.72 A 25 días de Cromañón, Clarín informaba sobre “una nueva etapa de controles en los boliches”. “Esta semana el Gobierno de la Ciudad sumará un aliado en los controles que estableció luego de la tragedia de Cromañón: a los bomberos se unirán ahora los inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos”, explicaba. 73 Al día siguiente, una denuncia de Álvarez hablaba de “cuatro mil restoranes y bares no registrados”, que "serán puestos en orden o clausurados".74 El mismo día se clausuraba el hotel de Alan Faena en Puerto Madero porque no tenía habilitación y le faltaba el certificado de material ignífugo. Las autoridades auguraban “otro fin de semana sin boliches” por falta de adaptación a los nuevos controles.75 El 30, Página/12 titulaba “Donde hubo fuego, quedan controles”, en relación al reclamo del Gobierno porteño por nuevo Código de Faltas, “con sanciones más severas para los que ponen en riesgo la seguridad de la gente”. En la nota se alababa que 2005 fuera “el año de los controles”, pues “en total hubo 22.300 verificaciones en locales con riesgo potencial para las personas, desde discotecas a hoteles, pasando por shoppings, restaurantes, geriátricos y escuelas privadas“.76 El 5 de febrero, este matutino anunciaba que Ibarra iba a firmar “un decreto de necesidad y urgencia con las nuevas exigencias”, que incluía un reempadronamiento de los locales, que debían contar a partir de ese momento con un bombero y un médico de 71 Clarín, 19 de enero de 2005 72 Clarín, 20 de enero de 2005 73 Clarín, 24 de enero de 2005 74 Clarín, 25 de enero de 2005 75 ibídem 76 Página/12, 30 de enero de 2005 37
guardia. Luego, en una nota central de dos páginas, un título rezaba “Haremos un mapa de riesgo”, como se había anunciado un mes antes.77 Dos días después, Página/12 denunciaba que “las empresas vinculadas con el boliche de Once son cáscaras vacías” y que “casi 16 mil edificios y construcciones de todo tipo siguen el mismo esquema: sus propietarios son empresas extranjeras, la mayoría off shore, por lo que sus responsables se vuelven inhallables ante un apuro”.78 El 8, “Todos los colegios, a control” comprendía la exigencia del gobierno “a todas las escuelas, públicas y privadas”, para que “presenten un plan de evacuación ante incendios”.79 El 9 de febrero, este diario reafirmaba las nuevas normas para los boliches, que ahora entraban “en cuenta regresiva”. Otra nota destacaba “Buscando la corrupción cero”, por la instrumentación de “cambios en el sistema de habilitaciones y control”. 80 Al comenzar marzo, sólo el 10 por ciento de los 5 mil boliches que existían en Buenos Aires antes de Cromañón volvían a abrir sus puertas.
Interpelación y referéndum Febrero iba a empezar con la interpelación a Ibarra, citado para el primer día del mes. Antes de ese evento, el entonces jefe de Gobierno tomó la iniciativa mediática y anunció la realización de un referéndum para preguntarle a la ciudadanía si debía renunciar o seguir en el cargo, a la vez que decidió denunciar a Mauricio Macri como responsable de su encrucijada política. El domingo 30 de enero Clarín abría su edición dándole espacio a la ofensiva del jefe de Gobierno porteño contra su principal rival al colocar en la tapa “Ibarra: Macri hace un show con la tragedia”.81 En la nota central, una entrevista al Jefe de Gobierno porteño, Ibarra afirmaba que hubo presión de Macri a cada uno de los legisladores. Decía que Macri "combinó con la izquierda" para que la sesión se aplace, dando a entender nuevamente la 77 Página/12, 5 de febrero de 2005 78 Página/12, 7 de febrero de 2005 79 Página/12, 8 de febrero de 2005 80 Página/12, 9 de febrero de 2005 81 Clarín, 30 de enero de 2005 38
alianza política contra Ibarra.82 Volvió a tapa el martes 1, al abrir con “Ibarra pone en juego su gobierno”, recogiendo las opiniones (en su mayoría favorables) de todo el abanico político acerca de la iniciativa, y un día después editó en la tapa – para compensar tanto espacio al ibarrismo - “Referendo de Ibarra: crítica de la oposición”. 83 Es decir, Clarín editó con un signo favorable a Ibarra concediéndole espacio e iniciativa pero contraponiendo en menor medida la opinión de la oposición. Entrevistado en Clarín ese domingo, con acusaciones a Macri, con balances de su interpelación y con diversos análisis sobre su futuro político, el entonces jefe de Gobierno porteño lograba así estar en las portadas de los dos matutinos a un mes de la tragedia de Cromañón. Como ya se apuntó Clarín presentó en su tapa “Ibarra: ‘Macri hace un show con la tragedia’”.84 Su segundo título se lo brindó al aniversario de la tragedia, que fue el “tema del domingo”, en donde consignó una historia de dos sobrevivientes de la tragedia, titulado “Pelear por la vida”. 85 Cabe señalar que Ibarra nunca puso en juego su Gobierno, porque la Constitución de la Ciudad requiere de una mayoría del 50% sobre los votantes inscriptos, esto es, cerca del 70% de los votantes efectivos. Esto fue referido por Clarín en la edición del 2 de febrero: “Las diez claves sobre el referendo revocatorio” señalaba, en su punto 8: “¿Qué tiene que suceder para que el mandato sea revocado? Dice el artículo 15 de la ley: "Si la opción por la revocatoria del mandato hubiere obtenido el apoyo del 50 por ciento de los electores inscriptos en el padrón (...), el funcionario quedará separado de su cargo". Es decir, hace falta el voto de la mitad de todos los habilitados para votar (1.298.996) y no de los que efectivamente votaron, que inevitablemente son menos”.86 De este modo, un punto central en la estratagema de Ibarra se ponía casi al final de una nota y no se desarrollaba aparte. Además, debemos recalcar que el artículo 67 de la Constitución de la Ciudad pide que sea el electorado el que reclame, con el 20 por ciento de las firmas del padrón electoral, la revocatoria del mandato. Ibarra evitó también este 82 ibídem 83 Clarín, 1 de febrero de 2005 84 Clarín, 30 de enero de 2005 85 ibídem 86 Clarín, 2 de febrero de 2005 39
paso. De este modo, las falacias de la convocatoria de Ibarra a un referéndum apuntaban a que pretende evitar la recolección de firmas, no pone en juego al conjunto de su gobierno, o se ampara en un método que convierte a las abstenciones en un voto favorable a su continuidad. Otra denuncia, de más alcance, señalaba la falacia de pedir una revocatoria con la finalidad de impulsar lo contrario de ella, o sea la continuidad de Ibarra, transformándola en un plebiscito para confirmarlo. Por último, como señalaba La Nación en su editorial del 2 de febrero, la decisión de Ibarra era “contraría a todas luces el espíritu de la Constitución de la ciudad, que ha concebido el referéndum (…) como un derecho de los gobernados y no como un artilugio de los gobernantes para superar los efectos de una crisis política que los afecta o los debilita”.87 A pesar de lo expuesto, la convocatoria a referéndum de Ibarra fue considerada en Clarín como “valiente”. El 1 de febrero su editor general, Ricardo Kirschbaum escribía en su columna “La única carta posible”: “Ibarra decidió someterse a la decisión de la gente y anunció su voluntad de autopromover un referéndum de revocatoria de mandato, previsto en la Constitución porteña. Es un paso riesgoso, realista y valiente”. Para enfatizar esta crónica, decía que “se había desatado una ofensiva durísima, encabezada por el macrismo y la izquierda dura, que iba restándole margen de acción”. Y concluía: “Ibarra no tiene garantizado nada. Sencillamente no tenía futuro, si llegaba a concluir su período. Es un acto de coraje, aun si pierde”.88 Ese mismo día, Clarín anunciaba que la jugada de Ibarra era “sorpresiva, riesgosa y definitiva”.89 Arrinconado por el macrismo y la izquierda, y sin una red política suficiente, Ibarra habría optado por la salida más riesgosa. ”Si la mayoría de los porteños —con voto obligatorio— decide que se vaya, no tendrá más remedio que marcharse a un costo del que difícilmente pueda recuperarse”, afirmaba el matutino. 90 Nada se decía en cambio de los votos necesarios para que Ibarra dejara el cargo. Al día siguiente se repetía el concepto: el
87 La Nación, 2 de febrero de 2005 88 Clarín, 1 de febrero de 2005 89 ibídem 90 ibídem 40
referendo era una “una jugada audaz, en un escenario político dominado por las carencias”.91 Allí se señalaba: “Al jefe del Gobierno porteño le alcanzó para subsistir en el poder con el espaldarazo simultáneo del presidente Néstor Kirchner y de Eduardo Duhalde, y con una pizca de orden y coraje que había extraviado en las horas inmediatas posteriores al drama del boliche República Cromañón. (…)La oposición, representada por el macrismo, hizo el resto para ayudar a Ibarra, de modo involuntario, a salir de a poco de su laberinto. (…) Esa debilidad manifiesta fue, sin dudas, la que terminó por envalentonar a Ibarra. La convocatoria a un referendo podría valorarse como un gesto audaz, aunque tampoco pareció formularla con los pies en el aire”.92 En Página/12, sin embargo, también hubo espacio para una opinión contraria al oficialismo. Verbitsky, en su editorial “Circunstancias” del 6 de febrero de 2005, decía: “La revocatoria es una herramienta del ciudadano contra las autoridades. Es más que dudoso que el Superior Tribunal considere constitucional su uso por el gobierno en contra del interés de los electores. La misma desidia que abandonó a su suerte a los chicos en Cromañón se observa en el control del padrón electoral de la Ciudad (... ) Con un padrón de 2,6 millones, la revocatoria del mandato de Ibarra requeriría el voto de 1,3 millones. Esto es el total de quienes votaron por Macri en la segunda vuelta del año pasado y cerca de la mitad de quienes entonces prefirieron a Ibarra. Si votara la misma cantidad de personas que el año pasado (70 por ciento del padrón) haría falta más del 70 por ciento de los votos en contra para remover al gobernador. Bastaría que fuera a votar menos de la mitad del padrón para que la remoción resultara aritméticamente imposible, aun cuando el 100 por ciento de los concurrentes reclamara el alejamiento. Lenguaraces del gobierno de la Ciudad afirman que bastaría que hubiera un voto menos a favor que en contra para que Ibarra renunciara. Pero esto implica un gesto adicional de desprecio por la constitucionalidad de sus actos y otra manipulación de las normas que degrada la calidad institucional”.93 Clarín editaba el 6 de febrero en su portada como título principal “Referendo: Ibarra busca que se vote en mayo”. En su página 3 se encontraba desarrollado el tema. En tanto, para tener información sobre la “estrategia” de los familiares de las víctimas de Cromañón, el lector debió llegar hasta la página 40 del diario. 94
91 Clarín, 2 de febrero de 2005 92 Clarín, 2 de febrero de 2005 93 Página/12, 2 de febrero de 2005 94 Clarín, 6 de febrero de 2005 41
Finalmente, la presentación de Ibarra fue rechazada, tras lo cual algunas agrupaciones oficialistas comenzaron a juntar las firmas para que la votación se pueda llevar a cabo. Para abril, la intención de Ibarra por plebiscitar su mandato con una consulta popular perdía lugares ante la apatía de la sociedad, hasta que finalmente fue cancelada.
El juicio a Ibarra Desde entonces Clarín decidió editar con ese criterio: le otorgó páginas de “El País” a los hechos políticos mayoritariamente protagonizados en positivo por Ibarra y dejó que “Sociedad” o “Policiales” se hiciera cargo de la actividad de los familiares. Hasta tal punto resultó confuso el desdoblamiento informativo que el 6 de febrero se ganó el “No me gustó” en la sección “El juicio final” del lector Facundo Chaves, estudiante jujeño de 29 años. En su crítica dijo que no le gustó “el desorden con que se presentaron las noticias relacionadas con la tragedia de Cromañón, publicadas en dos secciones distintas, El País y Sociedad”. Paralelamente, en la página de apertura de El País, con “el plan” de Ibarra para el referendo, Fernando González firmó una columna donde señaló que “la investigación de lo que ocurrió en Cromañón pasó a segundo plano. En la vidriera del escenario se instaló el referendo”.95A esa instalación contribuyó Clarín. En tanto, en el suplemento Ñ de Clarín, el urbanista y filósofo francés Paul Virilio analizaba Cromañón y explicaba que, en la actualidad, los cambios de régimen o gobierno ya no se logran a través de “guerras o revoluciones sino a partir de atentados y catástrofes”.96 Ibarra quedaba a salvo así de una caída de su popularidad en caso de que lo suspendieran. El 13 de marzo, en tanto, Verbitsky volvía a criticar desde Página/12. En su columna de ese domingo señaló que la hermana del jefe de Gobierno porteño, Vilma Ibarra, la ex subsecretaria de Control Comunal, Fabiana Fizbin, el también renunciante Juan Carlos López, y el jefe de Gabinete, Raúl Fernández “manejaban en forma exclusiva las cajas negras de la ciudad”. Señaló que “por eso antes de reunirse con los familiares de
95 ibídem 96 Clarín, 26 de marzo de 2005 42
las víctimas de Cromañón, Ibarra realizó un insólito encuentro con los propietarios de boliches”.97 Abril y mayo de 2005 fueron meses donde la información sobre la temática cayó en espacios y valoración periodística en todos los diarios. Los hechos más relevantes fueron el 8 de abril, cuando comenzó la labor de la Comisión Investigadora de la Legislatura, y el 13 de mayo, cuando la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones de los Criminal y Correccional dispuso la libertad de Chabán porque entendió que no había riesgos de que se fugara ni de que pudiera entorpecer la causa. El 19 de mayo Clarín excluyó de su cobertura periodística una presentación judicial de los familiares de las víctimas para que el juez que instruía la causa llame a declarar a Ibarra. Ese mismo día, diarios como La Nación advirtieron sobre una nueva acusación en su contra relacionada con la investigación de la tragedia. “Hoy, abogados de algunos de los familiares de las víctimas pedirán al juez de Instrucción Julio Lucini que acuse a Ibarra por su presunta responsabilidad en 193 casos de homicidio simple con dolo eventual y que le tome declaración indagatoria”, señalaba La Nación en la nota “Cromagnon: insisten en acusar a Ibarra”.98 Es decir, en este punto Clarín ignoró una información generada por los familiares de las víctimas de Cromañón. Junio de 2005 no trajo noticias de relieve sobre la temática. De hecho Cromañón prácticamente desapareció de las páginas de los matutinos. La excepción fue el 3 de junio al conocerse el procesamiento sin prisión preventiva por homicidio culposo seguido de sendos embargos por 10 millones de pesos contra el líder de Callejeros y los músicos que tocaron en Cromañón.99 Por el contrario, en julio Cromañón volvería a ocupar espacios. El 5 de julio, La Nación editaba “Obstruye Ibarra la investigación legislativa por el Caso Cromagnon”, basado en la no autorización para que comparezca el secretario de Seguridad ante la comisión parlamentaria.100Clarín no hizo ninguna referencia. En Infobae, Ibarra disparaba 97 Página/12, 13 de marzo de 2005 98 La Nación, 19 de mayo de 2005 99 Clarín, 3 de junio de 2005 100 La Nación, 5 de junio de 2005 43
con dureza sobre la Comisión investigadora: denunciaba "reuniones secretas" en la Legislatura y que esta tenía “una parcialidad que sólo cuenta con motivaciones políticas".101 El 28 de julio se publicó en algunos matutinos la primera solicitada en apoyo a Ibarra. Bajo el lema “Por la justicia, contra la manipulación política”, sobrevivientes y familiares de la tragedia de Cromañón, artistas, intelectuales, deportistas, Abuelas de Plaza de Mayo, representantes de entidades religiosas, entre otros, manifestaban “su compromiso irrenunciable con los valores democráticos y la plena vigencia de las instituciones de la Ciudad de Buenos Aires”. En la solicitada, cerca de 200 firmantes, expresaron su preocupación por la manipulación política de la tragedia. Entre los firmantes figuraron, Estela Carloto, Ernesto Sábato, Javier Calamaro, Dolores Demonty y Rodolfo Suárez, Adriana Varela, Amadeo Carrizo, Miguel Rep, Rosa Bru, Roberto “Tito” Cossa, Lito Vitale, Leopoldo Federico, Raúl Portal, organizaciones sociales de la ciudad, de derechos humanos y otros.102 El 29 de julio la Comisión Investigadora presentaba el dictamen para promover el juicio a Ibarra por “Mal Desempeño”. El diario Clarín, al día siguiente, no incluyó ese dictamen entre sus títulos de portada. Simplemente lo registró en los pequeños recuadros de la parte superior de la tapa. Para acceder a la nota, los lectores debieron ir hasta la página 41, de la sección Sociedad. Antes de esa nota, podía encontrarse una crítica de Ibarra a la Comisión bajo el título “Hizo un simulacro de investigación”.103 Infobae se dedicó esos días a publicar comentarios de personas allegadas a Ibarra. El que más veces apareció en el portal fue Fernández, quien consideró, por ejemplo, que no había “elementos” para destituir a Ibarra.104 La confirmación de que Ibarra debería presentar su defensa ante la Comisión Investigadora de la Legislatura fue omitida de las portadas.
101 Infobae, 16/18 de julio de 2005 102 Ver Clarín y Página/12, 28 de junio de 2005 103 Clarín, 30 de julio de 2005 104 Infobae, 3 de agosto de 2005 44
La primera semana de agosto, los principales diarios argentinos publicaron editoriales para fijar posición con respecto al pedido de juicio político, lo que se analizará más adelante. La respuesta de Ibarra al dictamen de la Comisión Investigadora se demoraría hasta septiembre. El viernes 9 de septiembre, Ibarra brindó una conferencia de prensa señalando una serie de anomalías del documento de la Comisión y anunció que enjuiciaría penalmente a algunos de sus integrantes.105 El día 10, Clarín editó su título principal “Ibarra acusa a la comisión de falsificar pruebas”. 106 La información fue publicada en la página 3 del diario, abriendo la sección “El País”. Es decir, un método absolutamente desbalanceado. Los lectores de Clarín no pudieron acceder a un tratamiento igualitario de la información, tanto de quien acusa como de quien se defiende. Ergo: muchísimos lectores de Clarín quedaron expuestos a la desinformación. Hasta Página/12 editó en igualdad a las partes en pugna.107 Infobae volvió entonces con la catarata de declaraciones del entorno gubernamental: “Ibarra calificó de "farsa" el informe Cromañón”, “Ibarra recusa a cinco legisladores y habla de "parodia" , “Ibarra criticó por "vagas e imprecisas" las acusaciones en su contra”. 108 El 10 de noviembre se reunió la Sala Acusadora pero al no sumar los 30 votos necesarios para abrir el proceso de juicio político contra el Jefe de Gobierno, el cuerpo presidido por el macrista Santiago de Estrada decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes 14, en medio de una sesión cargada de tensiones. El viernes 11 de noviembre, Clarín tituló “Impidieron votar si Ibarra va a Juicio” y en la volanta apuntó “Inédita actitud de víctimas de Cromañón”109, en referencia a la actitud de los familiares luego de que la oposición no alcanzara los 30 votos necesarios para abrir el proceso contra el entonces jefe de Gobierno. 105 Clarín, 9 de septiembre de 2005 106 Clarín, 10 de septiembre 107 Página/12, 10 de septiembre de 2005 108 Infobae, 9 de septiembre de 2005 109 Clarín, 11 de noviembre de 2005 45
Por esos días, Infobae intentaba alejar la posibilidad del juicio político y adelantaba que el legislador Roberto Vázquez votaría en contra del enjuiciamiento. Con este voto negativo, se alejaba la chance de contar con los 30 votos necesarios para aprobar el proceso. Esto, claro está, no sucedió finalmente.110 Esto no eximia al portal de levantar declaraciones de Ibarra, como era usual. Primero acusaba a “varios legisladores” por llevar a la ruptura de la votación y levantar la sesión. Denunció también “fuertes presiones” de algunos sectores políticos. Luego, negó un pacto con el gobierno y denunció amenazas contra sus hijos.111
Juicio y suspensión El 14 de noviembre, la Sala Acusadora decidió que se inicie el juicio político contra el Jefe de Gobierno porteño, quien quedó suspendido hasta el cierre del proceso por un período de cuatro meses. El voto del músico y legislador “Chango” Farías Gómez (que en la sesión anterior se había ausentado del recinto por “un pico de presión" ante un “apriete” de sus compañeros kirchneristas de bancada) fue uno de los que permitió llegar a los 30 votos necesarios. Aquel mismo día, Infobae revelaba que “hubo infiltrados en la sesión de la Legislatura”. El vicepresidente del cuerpo, Santiago de Estrada dijo también que a "algunas caras de Quebracho ya las conocemos".112 El 16, el mismo portal publicaba declaraciones de Ibarra, que “defendió su gestión” y aclaró no estar "deprimido, ni quebrado". Además, insistió con que hubo "revancha política" en la votación de la Legislatura, volvió a acusar a Mauricio Macri y denunció que hubo presiones para aprobar el proceso, y así "lavar culpas".113 Confirmada el lunes siguiente la suspensión, Clarín dijo en su portada del martes que la votación contraria al jefe de Gobierno se dio “después de la fuerte presión ejercida
110 Infobae, 13 de noviembre de 2005 111 Infobae, 12 y 13 de noviembre de 2005 112 Infobae, 14 de noviembre de 2005 113 Infobae, 16 de noviembre de 2005 46
por un sector de los familiares”.114 Días atrás, este mismo matutino hablaba de “las presiones de todo tipo, con diputados en llanto, enfermos o internados”, pues “los legisladores estuvieron acorralados por los familiares y el poder político”. Por supuesto, señalaba que “la carga de los familiares de Cromañón en los pasillos de la Legislatura fue la más evidente”, pero no fue la única: “funcionarios del Gobierno nacional y porteño también gastaron los teléfonos para asegurarse de que el juicio político (…) no prosperaría”.115 En aquellos meses, el entonces tercer diputado nacional electo de Pro, Eduardo Lorenzo Borocotó, anunció su pase a las filas kirchneristas, con obvias consecuencias en relación a la votación en la Legislatura. Van der Kooy evaluó luego que el pase de Borocotó -días antes de la votación en la Legislatura- había sido “un grueso error” que precipitó tanto la furia de los familiares como la imposibilidad para que el pediatra votara como hubiera pretendido el Gobierno nacional. “Ocurrieron demasiadas cosas anormales. Las volteretas y la desaparición de legisladores. Los supuestos sobornos que denunciaron, sin aportar una prueba, los familiares. La prepotencia. También las inoportunas apariciones del Gobierno que, ahora mismo, reconoce como un grueso error. Sobre todo el traspaso de Eduardo Lorenzo Borocotó a las huestes del oficialismo”, concluyó el periodista.116 El diario también editó una nota ese día titulada “Esta vez, los familiares liberaron su bronca sin violencia”, en el que se relataba una reunión de un grupo de familiares que finalizó con cánticos contra Ibarra.117 Nuevamente el eje pasaba a estar del lado de los familiares, no del quid de la cuestión. Horacio Verbitsky, en Página/12, afirmó que el pase de Borocotó al oficialismo “es una conducta inescrupulosa, que contradice todas las afirmaciones contra la hipocresía y en favor del sinceramiento de las posiciones políticas”. 118 Sin embargo, ese mismo día una
114 Clarín, 15 de noviembre de 2005 115 Clarín, 11 de noviembre de 2005 116 Clarín, 15 de noviembre de 2005 117 ibídem 118 Página/12, 13 de noviembre de 2005 47
nota de opinión de Nicolás Casullo hablaba nuevamente de la política golpista, al considerar: “Cromañón nos estaría diciendo: si mañana hay un choque de trenes donde, por diversas irresponsabilidades, mueren desgraciadamente 500 personas debe pasar a juicio político el presidente de la nación. Aunque parezca absurdo existe mucho de esta “política” golpista en esta trama nacional que cumplió un nuevo acto en sus secuencias. Hay algo que cada vez soporta menos el argentino, y Cromañón expuso: a sí mismo”.119 Dos días después, Ibarra arrancaba en La Paternal la recorrida por distintos barrios porteños en busca del apoyo de la sociedad para enfrentar el juicio político. “No vamos a bajar los brazos, vamos a seguir adelante y a dar la pelea”, publicaba Página/12.120 El ataque a la Sala Juzgadora fue parte de la estrategia pro Ibarra de Página/12. Primero, el matutino denunció los “entretelones” de los votos sobre el juicio político. “En la Legislatura muchos se preguntan para quién juega cada uno y hasta qué punto cada cual está jugando para aquel que dice jugar”, explicaba en la nota titulada “Entre negociaciones y sospechas”.121 Las presiones a los miembros de la Sala Juzgadora “para que voten contra el jefe de Gobierno” fueron denunciadas por Strassera antes de decidirse el juicio político a Ibarra.122 “Con mucho ruido y pocas nueces” resumía que “la Sala Juzgadora no pudo resolver nada, salvo que mañana harán una nueva reunión (…) en la que ni ellos mismos saben muy bien qué tratarán”.123 “La Sala Juzgadora se constituyó para juzgar…a todos menos a Aníbal Ibarra”, criticaba el matutino tras la constitución de la Sala Juzgadora “en general” y “no de Ibarra”, pues se reunió la Sala Juzgadora sin su presidente, el juez Julio Maier, y los legisladores interpretaron que se trataba de una reunión de la sala “permanente” (y no la que “en particular juzga a Ibarra”). Se describía el episodio como parte de “la comedia de enredos e intrigas del juicio político”.124
119 Página/12, 16 de noviembre de 2005 120 Página/12, 18 de noviembre de 2005 121 Página/12, 13 de noviembre de 2005 122 Página/12, 12 de enero de 2005 123 Página/12, 14 de noviembre de 2005 124 Página/12, 26 de noviembre de 2005 48
Finalmente, mientras en la Legislatura porteña se trataba el proyecto de “cableado” que involucraba a Multicanal (ver más adelante), Clarín sacó 4 fotos consecutivas del sábado 19 al martes 22 de noviembre en sus ediciones, mostrando al suspendido Ibarra en plena actividad pública.
Las audiencias por el juicio político El primer aniversario de la tragedia de Cromañón no mereció fuertes despliegues periodísticos de parte de Clarín, Página e Infobae. El viernes 30 de diciembre se podía ver en Clarín apenas un pequeño título lateral, al pie de la tapa recordaba “A un año de Cromañón”, con una nota color de los “objetos perdidos que nadie aún reclamó”. Fue editada en la página 44.125 Eso sí, el “juicio a Ibarra” se editó en la Página/12, con otro título funcional al ex jefe de Gobierno suspendido: “Un zamorista pide investigar a toda la Legislatura”. 126 El sábado 31 incluyó una foto de la marcha acompañado por el epígrafe “Una multitud por el dolor de Cromañón”. Otra vez recurrió a una nota color para cubrir la movilización en las páginas 52 y 53. Ninguno de ellos publicó el documento de familiares y amigos de Cromañón del lunes 2 de enero, en el que diversos grupos de deudos hacen responsable, en general, al Gobierno nacional por “encubridor”. Para ellos Chabán e Ibarra son los principales responsables. Y sostuvieron que había un “pacto de impunidad” para evitar que se haga Justicia que abarcaba a Kirchner, Alberto Fernández, Ibarra, Telerman, Vilma Ibarra y Raúl Fernández. Clarín nunca publicó el documento de los familiares y las críticas quedaron registradas en notas color donde precisó que hubo “cánticos muy duros contra Ibarra y Chabán”.127 El lunes 2, no publicó ni una línea sobre Cromañón. Eso sí, ese día en la página 8, siguió publicando informaciones funcionales al jefe de Gobierno: “Movidas del
125 Clarín, 30 de diciembre de 2005 126 ibídem 127 Clarín, 31 de diciembre de 2005 49
principal partido opositor porteño. El juicio político a Ibarra divide las aguas dentro del macrismo”.128 En Página/12, en cambio, se destacaban los hechos violentos en la Sala V de la Cámara del Crimen, durante una serie de entrevistas con padres disconformes con un fallo. “Para que sepan en carne propia lo que es perder un hijo” tenía un tono claramente amenazador. Esta actitud contrastaba con la de un familiar que había perdido a su mujer y a dos hijos, “y hoy está al frente de un comedor”, al igual de otros ejemplos de “padres que pudieron superar el trance”.129 El 5 de enero de 2006 unas treinta personas supuestamente familiares de víctimas de Cromañón realizaron una protesta frente a la casa del suspendido jefe de Gobierno porteño, en el barrio de Villa Ortúzar. Página/12 editó una declaración de Ibarra que señalaba al hecho como “parte de la gravedad de la situación” y aprovechó para criticar a la oposición “por su silencio ante las agresiones”. Otra vez se recurría a lo sentimental con una foto de Ibarra recibiendo la solidaridad de vecinos y seguidores que se juntaron en la puerta de su casa. Clarín hacía la propia destacando “el apoyo” recibido por los “vecinos”, luego del escrache.130 Siguieron dos artículos imparciales de Clarín que publicó los domingos 8 y 15 de enero. En ambos casos además de incluir las dificultades de Ibarra para juntar los votos que necesitaba para mantenerse en su cargo, desde la edición de títulos, volantas y bajadas, el tratamiento fue ecuánime. Junto al estudio de investigación sobre los chicos fallecidos fueron los únicos tratamientos con tono positivo a las víctimas y familiares de Cromañón. Incluso en el primer artículo se destacaba: “A nueve días del inicio de las audiencias del juicio político contra el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, los integrantes de la Sala Juzgadora ya comenzaron a sufrir fuertes presiones cruzadas para tratar de condicionar sus votos”.131
128 Clarín, 2 de enero de 2006 129 Página/12, 2 de enero de 2006 130 Clarín y Página/12, 7 de enero de 2006 131 Clarín, 8 de enero de 2006 50
El 17 de enero, Ibarra se presentó ante la Sala Juzgadora y pidió la nulidad del juicio político aduciendo en un fuerte discurso que es “Es ilegal, contrario a la Constitución y al reglamento”. Los tres pedidos de nulidad del juicio político formulados por la defensa de Ibarra fueron rechazados por una mayoría de doce de los quince legisladores que integran el cuerpo, aunque con disidencias entre ellos. Aún cuando la mayoría de los diarios ubicaron su eje en los rechazos al planteo de Ibarra por parte de legisladores de PRO, ARI y el Frente Para la Victoria, Clarín, en cambio, prefirió titular “Ibarra hizo un fuerte alegato, pero no pudo evitar que siga el juicio” y calificó de “previsible” el rechazo de la Sala.132 El miércoles 25 de enero, en el marco del juicio político, se conoció que más de un testigo se había reunido con Ibarra y sus abogados antes de prestar declaración. Algunas crónicas periodísticas precisaron que la revelación fue hecha por uno de los testigos mientras era indagado por el legislador kirchnerista Helio Rebot quien se percató que todos tenían instructivos escritos a los cuales - cada tanto - consultaban antes de responder. La confesión causó un revuelo político en la Legislatura. Clarín, en tanto, mantuvo su línea de defensa del suspendido jefe de gobierno y tituló: “Juicio a Ibarra: defensores y fiscales cruzaron denuncias por presiones”.133 En este caso, Clarín forzó la interpretación de los hechos y encaró la noticia por algo que ya se venía dando, obviando la noticia más relevante de la jornada. El mismo día, Clarín aseguró que según Strassera, “los testigos tienen miedo de declarar” y de esta manera, negó que el inspector César Suárez Campesano, quien había admitido haber mantenido reuniones con Ibarra y sus abogados, hubiera sido presionado para elaborar su declaración.134 El domingo 29 de enero, Clarín publicó declaraciones del entonces vicepresidente Daniel Scioli, quien sostuvo que llevar al jefe de Gobierno al banquillo “es una barbaridad”. Siguió el miércoles cuando editó una nota interior titulada “Fuerte cruce entre familiares de Cromañón y el fiscal Strassera”. Ese día minimizó la declaración de un inspector que comprometió al suspendido jefe de gobierno con sus dichos, llevando el eje 132 Clarín, 18 de enero de 2006 133 Clarín, 26 de enero de 2006 134 ibídem 51
hacia la pelea. Sólo señaló que se trataba de Nicolás Walsoe, un ex inspector de la Ciudad que denunció irregularidades en las habilitaciones de varios clubes de fútbol. Se centró en cambio en que “Un grupo de familiares de las víctimas rodeó al ex fiscal con sus carteles y lo trató de "mentiroso". Y éste les respondió que siempre actúan "presionando".135 Equilibró el viernes jerarquizando en su tapa una declaración de Felipe Solá, quien dijo que “el juicio a Ibarra es una carnicería”, en lo que fue un respaldo al suspendido jefe de Gobierno que se sumaba a los de Scioli y de Gil Lavedra. Ese día la nota de Clarín sobre el juicio político comenzó diciendo que la testigo Alicia Oliveira, la ex defensora del pueblo, no aportó “nada nuevo a lo que ya había escrito en sus informes”, ya que ratificaba que había "desinterés" en el Gobierno porteño por controlar la situación de los boliches en la Ciudad. Exactamente las mismas palabras que usó el defensor de Ibarra y que se podían leer en la misma nota apenas cinco párrafos después: “Para el defensor de Ibarra, Julio Golodny, su declaración fue "absolutamente inocua, no aportó nada nuevo ya que el propio Ibarra se cansó de decir que había un área que no funcionaba".136
El caso Romagnoli y la continuación del juicio El jueves 16 de febrero presentó su renuncia a la Sala Juzgadora el legislador opositor Gerardo Romagnoli, luego de denunciar que el juicio político a Ibarra se había convertido en un “show”. El hecho repercutió en los diarios del viernes 18 de febrero. Clarín tituló en tapa “Renunció uno de los juzgadores de Ibarra” con la volanta “más polémica” dando a entender que todo lo que ocurría en esa instancia era “polémico”. Aquel mismo día, el periódico sacó una declaración de Ibarra que decía que “El papel de los fiscales es patético y morboso” y que la salida de este funcionario hería “de muerte” el proceso en su contra. 137 Página/12 también tituló “El juicio está herido de muerte”, explicando que lo de Romagnoli “era lo que faltaba” para terminar de condenar el juicio.138
135 Clarín, 1 de febrero de 2006 136 Clarín, 3 de febrero de 2006 137 Clarín, 18 de febrero de 2006 138 Página/12, 18 de febrero de 2006 52
El miércoles 1 de marzo repercutió en las tapas de los diarios la sesión de la Legislatura en la que se leyó la acusación contra Ibarra, tras la cual el suspendido jefe de Gobierno ensayó su defensa. Los diarios volvieron a mostrar sus diferencias a la hora de editar, como se detallará a continuación. Clarín tituló en su portada “Pidieron destituir a Ibarra, pero él dice que es un golpe”. Sin embargo en su página 3 el rotativo fue “Ibarra denunció un golpe y los fiscales piden la pena máxima”. En su tapa, Clarín también editó la foto del padre de una chica muerta en Cromañón haciendo el gesto de pasarse el dedo por la garganta y dedujo que fue una “amenaza de muerte”. De este modo, se destacaba la violencia de los familiares, que “estallaron en gritos e insultos, y fueron desalojados”.139 La secuencia de esa fotografía también fue editada en la cobertura del hecho que hizo Página/12. Por el lado de Infobae, las declaraciones de Ibarra tomaron un cauce mayor a las ya abundantes en su web. Así se transformó en vocero del oficialismo durante el juicio. Los dichos de Ibarra se centraron en críticas hacia la oposición y hacia la Sala Juzgadora de la Legislatura porteña. En relación al primero, Ibarra habló de “estrategia en su contra”, y acusó a la oposición de generar incidentes y de crear una estrategia en su contra, no de buscar responsabilidad política. En cuanto al segundo, Ibarra usó términos como “carnicería política", “golpe institucional”, “farsa” y “show mediático”, al tiempo que denunciaba infiltrados en las sesiones y de reuniones “secretas” en la legislatura. En cuanto a sus argumentos de defensa, Infobae publicó en reiteradas veces declaraciones de Ibarra sobre las marchas a su favor durante el juicio y las encuestas que rechazaban su destitución.
La destitución En la sesión del martes 7 de Marzo de 2006, culminaba el proceso de juicio político a Aníbal Ibarra. La Sala Juzgadora de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, compuesta por 15 diputados porteños, decidía destituir a Ibarra de su cargo por mal desempeño de sus funciones, asumiendo la jefatura de Gobierno su compañero de fórmula, el vicejefe Telerman. 139 Clarín, 1 de marzo de 2006 53
Los primeros movimientos del ex jefe de Gobierno porteño fueron seguidos de cerca por los diarios. Clarín titulaba: “Ibarra hace planes, busca alianzas y dice que va a rendir cuentas de su gestión”. Manifestaba así que Ibarra no tenía ninguna intención de abandonar la política.140 Clarín mostraba a Ibarra como un político enérgico y activo: ya hablaba del 2007 en su intención de fundar un nuevo partido político. “Ibarra hizo su reaparición en escena desde una tarima montada en el céntrico Palacio San Miguel con un semblante notablemente recuperado, en comparación con el gesto demacrado que mostró cuando el 7 de marzo recibió el fallo desfavorable de la Legislatura en el juicio político”, completaba.141 Lo mismo había sucedido al momento de la suspensión. En aquel momento, Clarín sacó una nota titulada “Ibarra dijo que no va a renunciar y acusó a Macri de revanchismo” en la que Ibarra anunciaba que no iba a renunciar y lo mostraba entero y dispuesta salir del escollo.142
¿En qué otras cuestiones se favoreció a Ibarra? Las marchas en el centro de la escena Frente a las marchas de los primeros días, el oficialismo comenzó a difundir una interpretación cuyo objetivo era deslegitimar y aislar el reclamo popular. La movilización era, según los ibarristas, expresión de un intento del macrismo de concertar un “golpe institucional”.143 La derecha aprovechaba el “dolor” de las victimas para derribar el gobierno democrático de Ibarra. Los partidos de izquierda, con una presencia evidente en cada marcha, impulsaban el reclamo de los familiares con el mismo objetivo “antidemocrático”, que resultaba funcional a la derecha macrista que se alzaría con el poder. La teoría del golpe institucional alcanzó una difusión masiva en los últimos meses de 2005 a medida que se acercaba la posibilidad de que Ibarra fuera llevado a juicio político. 140Clarín, 9 de marzo de 2006 141 Clarín, 22 de marzo de 2006 142 Clarín, 5 de noviembre de 2005 143 Ver más adelante en el acápite “Todos contra Macri” 54
La primera movilización por Cromañón se produjo casi sobre los hechos. Fue el sábado 1 de enero de 2005, cuando todavía quedaban cientos de internados, una decena de cadáveres sin identificar, personas buscadas y muchos padres que no habían enterrado aún a sus hijos fallecidos . La concentración partió de lo que posteriormente se denominaría “el santuario”, en la esquina de Bartolomé Mitre y Jean Jaures, en el barrio porteño de Once. Este “santuario”, donde familiares y amigos de las víctimas comenzaron a dejar objetos y mensajes para recordar a sus seres queridos, se formó en la esquina del local incendiado, protegido por las vallas policiales. En la concentración participaron, según informan los cronistas, familiares y amigos de las víctimas, sobrevivientes y varias personas que no estaban directamente implicadas en los sucesos. Sin embargo, “cientos” de personas se acercaron y decidieron, en ese momento, marchar hacia la morgue judicial, en primer lugar, y a la sede del gobierno porteño luego. La convocatoria no fue difundida masivamente por los medios de comunicación. En Página/12 y Clarín, la información se centró en la búsqueda de culpables, no así en la marcha, a la cual sólo se la mencionó de pasada. El 4 de enero, Página/12 editó en la tapa una marcha de los familiares de Cromañón. Se destacaba: “Miles de personas marcharon desde plaza once a la jefatura de gobierno en reclamo de Justicia. La jueza indaga hoy al empresario detenido. Kirchner pidió que “la Justicia actúe rápido y eficazmente”. Ibarra dijo que “la tragedia nos llevó a replantear todo el sistema” y anunció más controles”.144 La marcha del jueves 20 de enero, al cumplirse tres semanas del crimen, no fue reseñada por Página/12. Clarín le dedicó una escueta crónica en la que no se menciona la cantidad de asistentes.145 Evidentemente, la convocatoria seguía mermando. Sin embargo, la marcha se mantuvo e hizo sentir su reclamo. El 21 de noviembre fue la primera marcha de respaldo a Ibarra, en oposición al juicio político que había ordenado instruirle la Legislatura. Clarín publicó en su tapa una foto del acto sobre el título “Multitudinario acto en defensa de Ibarra”. Desde su portada, señaló que acudieron “más de 12 mil personas” y destacó la asistencia de “oradores de distintos sectores sociales y trabajadores de la cultura” y de “tres padres de víctimas de 144 Página/12, 4 de enero de 2005 145 Página/12, 20 de enero de 2005 55
Cromañón”. Eligió también centrarse en la heterogeneidad del público (“desde oficinistas y matrimonios de clase media hasta familias enteras llegadas desde las zonas más pobres de la ciudad”).146 En el centro de la pagina 9 se lo podía ver a Ibarra abrazado a un familiar de una víctima. En Pagina 12 se destacó que “Ibarra obtuvo el respaldo que buscaba”. “La convocatoria a la concentración en apoyo a Ibarra sorprendió a propios y extraños. Siete mil personas auguraban en los días previos los hombres del jefe de Gobierno”, agregaba en el cuerpo. Destacaba que entre los oradores había familiares de víctimas y coincidía con Clarín en el número de asistentes.147 Infobae fue el más optimista en este punto: dijo que hubo “cerca de cinco cuadras completas” de manifestantes. Este medio prefirió acentuar el discurso de Ibarra, quien destacó el “compromiso con la democracia" y que con ese acto "empezó a hablar la sociedad". Al mismo tiempo, Infobae se refirió a la presencia de la madre de una víctima de Cromañón en la marcha de apoyo a Ibarra. Gladys Coronel, tal el nombre de la susodicha, dijo tener "ideales diferentes" al resto de los padres que estuvieron de acuerdo con el inicio del juicio político a Ibarra.148 El lunes siguiente hubo un nuevo acto de apoyo a Ibarra. El miércoles 23 Página/12 tomaba las declaraciones de uno de los 40 padres que habrían estado allí. “Los culpables directos son otros, desde Omar Chabán a Callejeros” fue la frase elegida de titulo. “A mí no me compró (Aníbal) Ibarra, ni estoy a favor de Ibarra. Si hubiera sido (Mauricio) Macri, hubiera hecho lo mismo (…) Ibarra es utilizado como chivo expiatorio por cuestiones políticas; una manipulación que a los padres no nos sirve para nada y no nos garantiza justicia“, decía uno de los padres. Al mismo tiempo adelantaba la nota subsiguiente que “Ibarra seguirá con sus apariciones públicas y su gente saldrá con mesas a la calle el próximo fin de semana”.149 Al año siguiente, el 13 de enero Infobae hizo lugar a la convocatoria para un abrazo a la legislatura que se haría el 17 de ese mes a favor de Ibarra, día en que también había una marcha en su contra. “El dolor no es venganza” fue el título elegido para hacer
146 Clarín, 22 de noviembre de 2005 147 Página/12, 22 de noviembre de 2005 148 Infobae,
18 de noviembre de 2005
149 Página/12, 23 de noviembre de 2005 56
mención a sólo uno de los dos frentes opuestos. 150 El 17, Infobae destacó nuevamente que “entre los manifestantes hay familiares de víctimas de Cromañón”, mientras que en Clarín y en Página/12 la noticia sólo fue informada dentro de otras notas.151 El acto planeado para el 2 de marzo comenzó a ser anunciado por Página/12 con más de dos semanas de anticipación, desde el 13 de febrero. La manifestación de aquel jueves a Plaza de Mayo era la tercera del ibarrismo desde que la Legislatura porteña dispusiera la suspensión de su líder. El 18 de febrero dedicaba una nota (“Todos para la plaza”) sobre la convocatoria de Ibarra, mencionando las organizaciones y personalidades que la apoyaban: “Ibarra multiplicó sus encuentros con distintos actores de la sociedad porteña. Su último contacto fue con dirigentes de más de 70 clubes de barrio, quienes se pronunciaron en contra del juicio político al que está siendo sometido y expresaron su “compromiso con la verdad, la búsqueda de la justicia y el respeto por las instituciones”.152 En las ediciones del 22 y 24 de febrero mostraron extensas crónicas a la futura convocatoria. La nota de esta última fecha, titulada “Convocan a una marcha contra la destitución de Aníbal Ibarra”, enfatizaba nuevamente la presencia de allegados de distintos sectores al acto: “Dirigentes políticos, de organismos de derechos humanos, movimientos sociales y personalidades de la cultura”. “Además, se hacía eco de las declaraciones de Ibarra como un símbolo de la ciudadanía: “Ibarra remarcó que en el juicio político “no hubo ni un solo testimonio que justificara la destitución” y remató: “La convocatoria a esta marcha no es por Ibarra, es por todos nosotros. Va a ser también una expresión a favor de la investigación y el esclarecimiento total de la tragedia”. 153 Clarín, por su parte, anunciaba la marcha el 16 de febrero y hacía alusión a ella el 20 de febrero y el 2 de marzo. El día de la marcha, el 2 de marzo, volvieron a sacar una nota sobre el tema: “La carta que juega Ibarra”, en la que se mencionaba nuevamente la denuncia de un golpe institucional y una crítica a los legisladores que promovieron el enjuiciamiento. Por otro lado, ese mismo día se produjo una movilización de Familiares de víctimas de Cromañón a 150 Infobae, 13 de enero de 2006 151 Infobae, 17 de enero de 2006 152 Página/12, 18 de febrero de 2006 153 Página/12, 24 de febrero de 2006 57
catorce meses del incendio. “Un acto a catorce meses de la tragedia” fue el título elegido para una breve nota en la sección El País.154 Al día siguiente, la cobertura de la marcha ocupó la tapa completa del diario y varias páginas de su interior. Página/12 sacaba como nota de tapa “De contrataque”. El titular central del diario rezaba: “Con el golpismo institucional como enemigo”. El primer párrafo de la nota afirmaba que “la concentración de apoyo a Aníbal Ibarra comenzó a prepararse con tiempo en torno de una idea clave: la defensa por la democracia”. Además se hablaba de un ataque de la derecha y de que estaba en peligro la “institucionalidad”, a pocos días de que la Sala Juzgadora decidiera sobre su destitución. También se destacaba la heterogeneidad en la composición social del reclamo, entrevistando a algunas personas aisladas de la marcha, con una breve reseña con la edad y a qué se dedicaba cada una de ellas, como una manera de contraponer sus mensajes al de la mayoría de los familiares de las víctimas de Cromañón.155 Clarín, por su parte, editaba la marcha en la tapa, que mostraba a un Ibarra emocionado y luego la nota era editaba en las primeras páginas, siendo la nota principal de esa edición. En la edición del domingo 5 de marzo, Página/12 volvió a dedicar una página a la marcha. Esta vez, el pretexto fue una entrevista a Estela de Carlotto, la principal oradora en el acto: “Fuimos a defender a la democracia” fue el título elegido. 156Para la marcha que organizaron los familiares al cumplirse los 14 meses del crimen apenas si le dedicaron un pequeño recuadro de un cuarto de página. A diferencia de la marcha ibarrista, la de los padres no fue anunciada previamente y sólo se la reseñó una vez realizada.
Las encuestas como creadoras de imagen Dos encuestas fueron difundidas el domingo 9 de enero y coincidieron en otorgar el cuarto lugar en la cadena de responsabilidades por la tragedia de Cromañón a Aníbal Ibarra, luego a Chabán, la persona que tiró la bengala y finalmente los inspectores de la Ciudad. La primera encuesta, publicada por Clarín y elaborada por la consultora CEOP, 154 Página/12, 2 de marzo de 2006 155 Página/12, 3 de marzo de 2006 156 Página/12, 5 de marzo de 2006 58
Centro de Estudios de la Opinión Pública, sobre 708 casos de Capital Federal y Gran Buenos Aires, arrojaba también que casi el 70 por ciento de los interrogados no quería la renuncia de Ibarra. Además, se dejaba entrever una cuestión que tomaría visibilidad más adelante: los encuestados afirmaban que habían sectores que intentan sacar rédito político de la tragedia, aunque la mayoría, el 35,4 por ciento, no sepa quiénes son. 157 A su vez, Página/12 presentó el mismo día un sondeo de OPSM de Zuleta Puceiro que otorgó el principal lugar a los organismos de control, después a quien arrojó la bengala y luego a Chabán. Indicó que el cuarto lugar sería para Ibarra. La encuesta afirmaba también que “la abrumadora mayoría de los consultados cree que Ibarra debe quedarse en su puesto para trabajar en la solución y no renunciar”. 158 Ese mismo día, Horacio Verbitsky en Página/12 anticipaba sus dudas sobre las mediciones oficiales.159 El 28 de enero, una nueva encuesta de Clarín hecha por la Universidad Abierta Interamericana afirmaba que “más de la mitad de los porteños le adjudican algún tipo de responsabilidad al jefe de Gobierno”, pero “casi el mismo porcentaje cree que no debe renunciar”.160 Así surgía de una encuesta elaborada por la Universidad Abierta Interamericana sobre cuatrocientos casos de mayores de 18 años de ambos sexos. Otro sondeo al día siguiente señalaba que “el 68% de los porteños considera que la Legislatura de la Ciudad es tan responsable como Aníbal Ibarra en la tragedia de Cromañón”, de acuerdo a un sondeo de Jorge Giaccobe y Asociados. 161 En febrero, “No a la renuncia, sí a que se haga cargo” esbozaba en Página/12 que, según un estudio de Zuleta Puceiro, la mayoría de los porteños consideraba que “Ibarra tiene responsabilidad institucional en la tragedia, pero preferiría que siguiera gobernando, rindiera cuentas, investigara y no eludiera las imputaciones”. “Paralelamente, el cuestionamiento abarca a la totalidad del arco político, y una de las razones por las que se 157 Clarín, 9 de enero de 2005 158 Página/12, 9 de enero de 2005 159 Página/12, 9 de enero de 2005 160 Clarín, 28
de enero de 2005
161 Clarín, 29 de julio de 2005 59
reclama que Ibarra siga gobernando es porque no se ven alternativas claras en la oposición”, concluía. 162 Días más tarde, en medio de la convocatoria del referéndum de Ibarra, Página/12 señalaba en “El teorema del voto” que los sondeos mostraban una mejora en la imagen de Ibarra en relación a los primeros días luego de Cromañón. “La evolución de la imagen negativa de Ibarra resulta similar a la positiva: después de Cromañón llegó al 37 por ciento y hoy es del 26 por ciento. En diciembre pasado el 18 por ciento de los porteños decían tener una mala imagen del jefe del distrito”, afirmaba. También destacaba que el entonces jefe de Gobierno tenía casi el doble de imagen positiva que Macri.163 En agosto, bajo el titulo “Para que termine el mandato”, Página/12 consideraba que “un 51 por ciento de los porteños no quiere que destituyan a Aníbal Ibarra”. La encuesta perteneciente a Adrogué-Caruso, la consultora de cabecera del gobierno de la Ciudad, expresó también que el 66 por ciento consideraba que debe seguir gobernando hasta terminar su mandato. Sólo un 12 por ciento de los 400 consultados por la encuestadora dijo evaluar en forma positiva la tarea de los legisladores que realizaron la investigación, contra un 45 por ciento que hizo un balance negativo de su desempeño. Por otro lado, el 42 aprobaban lo hecho por la administración porteña el 42 por ciento y lo desaprueba el 50 por ciento.164 A mediados de noviembre, Página/12 publicaba una encuesta de OPSM en la que el 71,6 por ciento consideraba que el inicio del juicio político se debía a “una decisión inspirada en consideraciones políticas”, aunque el 75,3 creía que Ibarra tenía al menos “alguna” responsabilidad institucional por Cromañón.165 Más tarde, suspendido y a punto de ir a juicio, una encuesta de la empresa Knack “distribuida por el gobierno porteño” le daba el 48 por ciento de imagen buena o muy buena, un 24 neutral y sólo un 25 mala o muy mala. “Al mismo tiempo, dos tercios de los preguntados dice que los legisladores que votaron la suspensión lo hicieron bajo presión y 162 Página/12, 2 feb. 2005 163 Página/12, 20 feb. 2005 164 Página/12, 8 de agosto de 2005 165 Página/12, 16 de noviembre de 2005 60
porcentajes similares creen que el juicio al que será sometido no brindará Justicia a las víctimas de Cromañón y es en realidad una revancha política”, afirmaba el sondeo. 166 Luego, Infobae señalaba a fines de 2005 que “Ibarra tuvo una sorprendente mejora en su imagen pública”, ya que “pasó de registrar 19 puntos de percepción positiva en el público a 42”. El trabajo arrojaba además que 53% estuvo en desacuerdo de que se le iniciara juicio político.167 A inicios de 2006, otras encuestas revelaban que más de la mitad de los porteños se oponía a que Aníbal Ibarra sea destituido. Relevada por Ricardo Rouvier y Asociados una de ellas arrojaba que el 50,2 % tenía una imagen positiva de Ibarra contra el 44,3 % que declaraba su rechazo. Por otra parte, el estudio de Analogías reveló que el 67,3 % consideraba al empresario Omar Chabán como responsable de la tragedia del boliche de Once, el 49,7 % se la adjudica también a la gente que asistió y el 39,7 incluyó a Ibarra. Para Analía del Franco, que enfocó su pregunta sobre la gestión, había un empate clavado entre el 48,2% que se manifestó favorablemente y el que respondió en forma negativa.
168
Mientras tanto, en declaraciones a Infobae, Ibarra aseguraba que más del 70 por ciento de la gente de la Capital no estaba de acuerdo con el juicio político, de acuerdo a datos que manejaba su equipo de Gobierno. “Su problema no está con la sociedad sino con la política”, agregaba el matutino.169 “En las encuestas, por paliza” titulaba en marzo Página/12 para ilustrar que dos de cada tres porteños estaba en desacuerdo con la remoción de Aníbal Ibarra. Así lo indican cinco encuestas consultoras Hugo Haime y Asociados, Analogías, OPSM, Knack y Lauzán y Asociados distintas realizadas esta semana. La mayoría cree que el proceso derivó en una pelea política, más que en la búsqueda de responsabilidades en el caso Cromañón, hay muchas críticas a los legisladores y a lo que consideran violencia de los familiares, al mismo tiempo que sostienen que en el Gobierno de la Ciudad hubo problemas de desempeño de Ibarra, pero no cómo para iniciarle un juicio político.170
166 Infobae, 11 de diciembre de 2005 167 Infobae, 27 de diciembre de 2005 168 Clarín, 28 de enero de 2006 169 Infobae, 20 de enero de 2006 61
Estas encuestas no son casos aislados. En la nota “Asfixia”, de Horacio Verbitsky, publicada en Página/12, se aseguraba que “funcionarios del gobierno se dedicaron a evaluar el impacto sobre la imagen de Ibarra y las posibilidades de que aumentara o disminuyera la presión social en demanda de su renuncia”. “Este análisis puede tener sentido en la intimidad de un político, pero su difusión a través de los medios con el propósito de influir en la opinión pública profundiza la ruptura de un sector de la clase política con las personas normales”, comentó.171
Los responsables En la primera crónica completa de los hechos, el domingo 2 de enero de 2005, Página/12 señalaba: “La actitud irresponsable de un empresario que ignoró las más elementales normas de seguridad, la insensatez de quienes arrojaron bengalas en un lugar cerrado y las falencias en los controles por parte del Estado son las tres patas –con diversos grados de responsabilidad que habrá que establecer– en las que se asientan las causas de la mayor tragedia producida en el país por causas no naturales“.172 Aparecían así en un plano de igualdad las responsabilidades del Estado, los empresarios y del público asistente al recital. Las victimas se convertían en victimarios: “Nada exime de responsabilidad a los jóvenes que arrojaron las bengalas: estaban largamente advertidos de que lo que hacían podía provocar un desastre, pero continuaron con su ejercicio insensato”.173 El lunes 3 de enero Página/12 insistía en la “cultura rock” de los últimos años y sus responsabilidades: la “celebratoria del rito, de los trapos y las bengalas”. La nota señalaba la responsabilidad del público y de las bandas que toleraban estas conductas, pero también hacía un mea culpa al referirse a los periodistas del rock, que festejaban los shows sin llamar la atención sobre los peligros que implicaban. El artículo también citaba al productor Daniel Grinbank, quien minimizó las culpas del jefe de Gobierno. “No nos 170 Página/12, 5 de marzo de 2006 171 Página/12, 9 de enero de 2005 172 Página/12, 2 de enero de 2005 173 ibídem 62
podemos quedar con la inconsciencia de Chabán y el pibe de la bengala. (…) y ojo, que esta gestión de los inspectores del Gobierno de la Ciudad era radicalmente diferente de la anterior, se manejó con transparencia y queriendo romper el viejo sistema de coimas a mansalva”.174Las palabras del empresario no eran compartidas necesariamente por el periódico, pero las responsabilidades del Estado siempre eran genéricas: la corrupción, los gobiernos, pero nunca hablaban de la responsabilidad concreta de Aníbal Ibarra. El martes 4 de enero comenzaba la demonización de Chabán, funcional a los intereses de Ibarra. Aquel día, José Pablo Feinmann le dedicaba una columna: “¡Cómo se habrán divertido Chabán y los suyos al encontrar el nombre del boliche! ¡Qué hallazgo, qué imaginación tiene esta gente! Habrán dicho (hasta es posible ¿verlos? en acción): ‘Hagamos un boliche para los pobres. Le sacamos los clientes a la bailanta y los juntamos en una república prehistórica”.175 Al día siguiente se destacaba en el diario que el abogado del empresario había dicho que “Chabán tiene que estar preso porque algo hizo”. En torno a Ibarra, una nota expresaba que había dicho estar en “el peor momento de su gestión pero que jamás pensó en renunciar”. La misma línea interpretativa se repetía en un artículo: “Tres factores confluyeron en la causalidad de la catástrofe: la desaprensión empresaria, la imprudencia de quienes arrojaron las bengalas y la falta de capacidad de control de gobierno local. La proporcionalidad de la respectivas culpas debe investigarse y sancionarse”. 176 Se insistía así en la cadena de responsables, pero al señalar la culpa en torno al Gobierno se hablaba de “las fallas en los controles”, centrando la responsabilidad en los inspectores y en quienes estarían involucrados más directamente con lo ocurrido. Esta insistencia del diario en no nombrar a Ibarra se daba días después cuando desde su entorno cargaron contra los bomberos, porque “en abril de 2004, la Superintendencia de Bomberos certificó que Cromañón cumplía con las normas contra incendios”.177 Página/12 basó su estrategia en que Chabán y Callejeros se echaran mutuamente la culpa. El 6 de enero, el empresario apuntaba al personal de seguridad contratado por el 174 Página/12, 3 de enero de 2005 175 Página/12, 4 de enero de 2005 176 Página/12, 5 de enero de 2005 177 ibídem 63
grupo. ”Fueron tres jóvenes los que lanzaron las bengalas adrede”, aseguraba, lo cual luego se demostró que era falso.178 Ese mismo día, la editorial, “Festival de bengalas”, consideraba que “cuando la sociedad civil o una porción de la misma se siente afrentada, su reclamo en términos políticos es muy duro: deben rodar cabezas, deben ir funcionarios a la cárcel”. “Poco se cree en el castigo por vía del voto, en la depuración de los gobernantes mediante la alternancia. Eso parece lejano y, sobre todo, parece poco. La crisis de las instituciones, como la de la sociedad, como la del mercado, compelen a la producción de un puro presente. Años de impunidad producen ciudadanos que reclaman penas catonianas, cirugía mayor como único tratamiento.”, finalizaba, en clara defensa de las instituciones.179 El 7, Ibarra aparecía nuevamente en el centro de la escena, en orden de relatar el encuentro con “los familiares de las víctimas de República Cromañón”. “Ibarra escuchó sus relatos y demandas y prometió que colaborará con la Justicia. Luego de algunos diálogos tensos, los visitantes se retiraron más tranquilos”, destacaba en el copete.180 Al día siguiente le tocaba el turno nuevamente a Chabán. Página/12 denunciaba “la trama oscura de las sociedades” que lo rodeaban, haciendo mención a que según la AFIP y el Banco Central, “Chabán no figuró nunca en sociedades comerciales”. Señalaba también: “En los papeles, no lleva las riendas de ninguno de sus negocios, ni siquiera en las tres sociedades vinculadas a Cromañón que investiga la Justicia. A los entendidos, la trama empresaria les llama la atención: no está su nombre y entre los accionistas hay jubilados y otras personas de las que se dispara un abanico de otras 15 sociedades”.181 El domingo 9, Página/12 publicaba una nota que recogía la opinión de cuatro terapeutas, especialistas en adolescencia, que analizaban lo sucedido. Para Susana Quiroga, psicoanalista, investigadora y docente de la UBA, Cromañón era una expresión de la “omnipotencia de los adolescentes “que incluye entre otros el mecanismo de negación de la realidad”. Proseguía: 178 Página/12, 6 de enero de 2005. Más tarde, el 26 de enero, Página/12 publicaba un escrito donde Callejeros pedía ser querellante. Allí dos integrantes del grupo acusaron al empresario y a su jefe de seguridad por cerrar la puerta de emergencia que provocó la masacre. El 23 de febrero, por su parte, el matutino publicaba que el manager de Callejeros responsabilizaba a Chabán.
179 ibídem 180 Página/12, 7 de enero de 2005 181 Página/12, 8 de enero de 2005 64
“Es como si uno se volviera sordo ante ciertas evidencias que atañen a la conservación de la vida. Los adolescentes se caracterizan por la omnipotencia de sus acciones, de sus ideas, de sus hazañas, e identificados con la figura del héroe creen que todo lo pueden. (…) en ese boliche se quebró la omnipotencia heroica de los adolescentes. (…) por otra parte, sin querer abordar el nivel sociocultural de los fenómenos de masas, lo que se quebró también esa noche fue la omnipotencia de los grupos de rock que, en ocasiones, se permiten desestimar ciertos hechos que los ponen al límite de la muerte”.182 A la hora de culpar a las víctimas, Ricardo Rodulfo, también profesor de la UBA, hizo un análisis más amplio. Señalaba el problema con los signos de las reglas de toda colectividad y las complicidades habidas, más allá de las responsabilidades políticas y empresariales. En esta interpretación, por acción u omisión, todos tenemos responsabilidad por lo sucedido. El profesor Rodolfo Uribarri prefirió hablar de la responsabilidad de los padres: “Existe una especie de renuncia al lugar de los padres. Ha habido un falso entendimiento de que comprender a los jóvenes es darles el gusto en todo. Pero la verdadera función de los padres en la adolescencia es orientar y la orientación implica limitaciones, hay cosas que no se pueden permitir. Permitir el acceso a un lugar con poca seguridad es una parte de la responsabilidad de los padres(...) Hay una mal entendida psicología de creer que los padres deben ser amiguitos de los hijos y esto es muy nocivo para la organización psíquica de los jóvenes”.183 Por último, a inicios de 2006, Página/12 publicaba como nota central sobre el caso Cromañón una entrevista a Strassera, defensor de Ibarra, en la que atacaba al macrismo y a los familiares, y ubicaba como título uno de sus dichos: “Culpables son los que tiraron las bengalas”.184 Por el lado de Clarín, la culpabilidad se centró en la cultura de los jóvenes y en Chabán. El 3 de enero Clarín publicó toda una edición dedicada a eso. Primero eligió para titular un análisis de especialistas de ”cómo funciona en los chicos el juego con la muerte”, una declaración de Chabán de diciembre de 2003: “La mentalidad Chabán: "Cada tanto tienen que reventar muchos jóvenes". De este modo se equiparaba las culpas entre ambos actores, dejando de lado las responsabilidades políticas. Algunas frases de los especialistas 182 Página/12, 9 de enero de 2005 183 Página/12, 9 de enero 2005 184 Página/12, 15 de enero de 2005 65
hablaban de que “El adolescente siempre está queriendo ir más allá y contraponerse al sistema adulto”, de “riesgo contra uno mismo y riesgo contra terceros”, entre otras.
185
Ese
mismo día, “la cultura de la pirotecnia” era la justificación para acusar al “ambiente del rock” de provocar el desenlace de Cromañón. "Somos parte de esa inconsciencia”, dijo uno de los rockeros entrevistados.186 No podía faltar también la carga contra el “nene que lanzó la bengala”. Fue el sonidista de Cromañón el testigo que mostró el lugar donde había estado el chico y donde casualmente se había encontrado una bengala usada. 187 Insistió el 4 al señalar que “Otro testigo dice que vio al nene con la bengala fatal”. 188 En esa edición, una nota claramente desbalanceada a favor de Ibarra trataba “la falla en los controles de seguridad”, poniendo en el primer lugar de la responsabilidad a los inspectores, que “no son expertos en dispositivos contra incendios y que ellos sólo chequean que los certificados estén en regla”.189 El 4, una nota de opinión reflexionaba acerca de “la relación de la sociedad con las normas” para señalar que el incumplimiento de las mismas “se repite permanentemente” en situaciones diversas, apuntando a que el problema era social.190 Las declaraciones de un técnico y de SADAIC, por su parte, oficiaron de testimonios contra Chabán. Una nota de Clarín destacaba que el empresario quedaba “un poco más complicado”, luego de que un técnico dijera que le había “advertido los riesgos”.191 Al igual que Página/12, en los primeros días tras la tragedia, una nota de opinión, “La responsabilidad de la sociedad ante el Estado”, repartía culpas: “En la Argentina, existen desde antiguo y son valoradas, conductas dirigidas a desconocer o desafiar las regulaciones o coerciones estatales. La "viveza criolla" se denomina, precisamente, la aplicación de la inteligencia o la
185 Clarín, 3 de enero de 2005 186 Clarín, 3 de enero de 2005 187 ibídem 188 Clarín, 4 de enero de 2005 189 ibídem 190 Clarín, 4 de enero de 2005 191 Clarín, 8 de enero de 2005 66
picardía a la violación de las normas, a operar de acuerdo al más inmediato interés individual sin tener en cuenta los intereses ajenos”.192 Clarín también dedicó espacio al expediente Cromañón. Consideraba que “todas las pruebas arrinconan a Chabán”, admitiendo que “la responsabilidad de quien tiró la bengala” no estaba “en el centro de la investigación”. Las entonces 1200 fojas de la causa tenían “evidencias de que la tragedia fue evitable”. “Por eso se le imputa a Omar Chabán, responsable del boliche, la figura de homicidio por dolo eventual: conocía el riesgo, debió prever las consecuencias y no hizo nada”. Recién en el cuerpo de la nota, casi al final, señalaba: “La otra línea de investigación tiene que ver con quienes cerraron los ojos y dejaron que estas negligencias se produjeran. Aquí entrarían, en principio, funcionarios del Gobierno porteño y de Bomberos de la Policía Federal”.193 Recién el día siguiente llegan las culpas al ámbito gubernamental. Pero se habla sólo de las inspecciones, como “una tarea que siempre estuvo bajo sospecha”, y de los inspectores como “un cuerpo todavía indomable para Ibarra”.194 El 17 de enero Clarín titulaba “Surgen reproches por las bengalas entre los seguidores de Callejeros”. Allí varios jóvenes opinaban acerca de su culpabilidad por el uso de pirotecnia en los recitales.195 En otra nota posterior, se informaba sobre un decreto del Gobierno de la Ciudad para indemnizar por $300 mil a los familiares de las víctimas fatales de Cromañón. La condición, según informa el medio, era renunciar a los juicios civiles contra la Ciudad, “pero podrán enjuiciar a los responsables”, eludiendo directamente la responsabilidad del Gobierno en la tragedia.196 El 26 de enero, Clarín publicaba acusaciones de Callejeros a Chabán, a quien lanzó el explosivo, y el jefe de seguridad de Cromañón. Nunca aparecía Ibarra entre los culpables, cuando era sindicado así por el grueso de los familiares.197 Al día siguiente, Raúl Villareal, mano de recha de Chabán seguía la misma línea anterior, pero ahora cruzando a 192 Clarín, 193
9 de enero de 2005
Clarín, 10 de enero de 2005
194 Clarín, 11 de enero de 2005 195 Clarín, 17 de enero de 2005 196 Clarín, 20 de enero de 2005 197 Clarín, 26 de enero de 2005 67
Callejeros porque “toda la seguridad y el control” corría por cuenta de ellos. Esa misma edición insistía en la idea de que la banda era “parte clave en la organización del recital del desastre”, al tiempo que anunciaba una cautelar para inhibir sus bienes.198 Más adelante, Ibarra presentó un informe ante la Legislatura. En aquel momento Clarín tildó de polémicas las declaraciones del funcionario y se centró en las críticas del macrismo.199 Meses más tarde, Clarín publicaba una edición especial del Suplemento Sí para conmemorar sus 60 años. Hubo espacio para Cromañón: allí, la filósofa Diana Maffia volvía a colocar a la culpabilidad un sentido abstracto. Una “sociedad filicida y amnésica” había provocado un “ritual juvenil del rock and roll”, en el que la “transgresión adolescente” desafiaba las reglas de los padres para convertir el “aguante" en un “ritual sacrificial”. Lo peor de esta opinión llega hacia el final, con un anacronismo digno de mención: “Los hijos de la generación que también ofreció y exigió cuerpos y vidas como ofrenda de pertenencia a una identidad, entonces política. Los hijos del "nunca más". Cromañón era signo de una cultura malograda, por eso el suplemento también resaltaba en otra nota la “lamentable politización de la tragedia”. 200 Por el lado de Infobae, las cosas fueron aun más enfáticas en torno a las culpabilidades. El periódico, parte del multimedio dirigido por Daniel Hadad que incluía canal 9 y radio 10, compartió a grandes rasgos la misma línea de interpretación que los medios que ya analizamos. En las notas publicadas allí durante la primera semana, se destaca la particular persecución a quien había encendido la bengala que originó el siniestro. El 3 de enero, bajo el título “Joven afirma que vio al que prendió la bengala”, se hacía una descripción de este sujeto. El tono policial de la crónica, que asumía sin matices que los culpables eran quienes habían encendido las bengalas, también informaba que la policía estaba elaborando los identikits de los culpables. 201 En otra nota que apareció el mismo día, se señalaba que la policía había secuestrado bengalas dentro del local, sin aclarar que se trataba de la pirotecnia confiscada en los cacheos de la noche del 30.
202
El 4
de enero, siguiendo la misma línea de investigación, aparecía una crónica titulada “Más 198 Clarín, 27 de enero 2005 199 Clarín, 31 de enero de 2005 200 Suplemento Sí, Clarín, 28 de agosto de 2005 201 Infobae, 3 de enero 2005 68
testimonios insisten en que la bengala la tenía un niño”.
203
El 6 de enero anunciaban: “Ya
tienen el identikit de quien tiró la bengala y causó la tragedia”. Ampliando la lista de culpables, punteaban en otro titular que Callejeros invitaba a un ”festival de bengalas en Cromañón”, en referencia a una crónica periodística que publicitaba el recital. 204 De esta manera comenzaba una campaña sobre Callejeros que, además de correr el eje de responsabilidad de Ibarra, sembraba la semilla que dividiría a los grupos de padres. Esta línea editorial se mantendría en Infobae. El 4 de enero otro titular apuntaba hacia la demonización de Chabán: “Un testigo asegura que vio a chavan huir como una rata”. Y otro apuntaba hacia el público del recital: “Enfrentamientos entre policías y fans demoró el rescate”.205 El día siguiente se transcribían declaraciones del abogado de Chabán, en el que aseguraba que cliente debía estar preso pero no debía ser el único detenido por el caso. Por otro lado, señalaba: “Una testigo dice que vio a un joven y no a un niño con la bengala”.206 De este modo, se fabricaba un chivo expiatorio servía para tranquilizar a los familiares que reclamaban justicia y desviar las miradas impacientes que se posaban sobre Ibarra. El 6 de enero, Infobae entrevistaba a un profesional para indagar las causas del “descontrol de los más jóvenes”. “La sociedad no sabe cómo controlar a los adolescentes”, fue el sugestivo título que usó. “La tragedia de República Cromañón dejó al desnudo un comportamiento social preocupante”, seguía la bajada.207 En la misma línea que Página/12, repartía la culpa entre los jóvenes y sus padres: “La tragedia de Once dejó al descubierto el descontrol de los más jóvenes (…), si se tiene en cuenta que antes del show fueron varias las advertencias sobre el riesgo de incendio, y la reacción del público fue aun peor. Los especialistas ven en la reacción de los adolescentes “una cuestión ambivalente”. Los chicos se convierten en víctimas y victimarios, según define 202 ibídem 203 Infobae, 4 de enero de 2005 204 Infobae, 6 de enero de 2005 205 Infobae, 4 de enero de 2005 206 Infobae, 5 de enero de 2005 207 Infobae, 6 de enero de 2005 69
el doctor Enrique de Rosa Alabaster, psiquiatra especialista en estrés post traumático”. 208 Por supuesto, los padres no serían ajenos a esta situación: ”Los desbordes que caracterizan a los jóvenes de hoy se corresponden con un mensaje surgido de la misma familia, donde la falta de normas parece una constante”.209 El mismo día, titulaba “Ibarra convocó a los familiares y cuestionó a opositores”, donde este criticaba “a quienes buscan sacar réditos con la tragedia”, a la vez que cargaba nuevamente contra Chabán.210 La “cruzada contra las bengalas” llegó al extremo de elevar el rango de noticia rumores que luego se demostrarían falsos. El 9 de enero, bajo el titulo “Denuncia: vendían pirotecnia dentro de Cromañón”, Infobae levantaba las declaraciones de un vecino del barrio que aseguraba que dentro del boliche se vendía pirotecnia y que funcionaba una guardería en el baño, en la que los asistentes podían dejar a sus hijos. La noticia demonizaba a Chabán pero también ser vía para culpabilizar a las víctimas y a la banda.211 Esta obsesión por la posibilidad de un nuevo Cromanón fue usual en el portal. En diciembre de 2005 publicó “Bengalas en recital en Mendoza hacen temer un nuevo Cromañón”, en referencia a una presentación del ex guitarrista de Los Redondos con su banda, Skay, en el estadio cerrado de Andes Talleres. El músico había amenazado con suspender el show pero igual continuó. “El fantasma de Cromañón se hizo presente”, aseveraba. Y concluía: “El dato, que puede resultar anecdótico ante la ausencia de incidentes, demuestra que las bengalas, a pesar de esa tragedia de Cromañón, pertenecen de manera casi indeleble a la cultura del rock”. 212
La agresión a Carlotto El apoyo que ciertos organismos de derechos humanos brindaban a Ibarra le daba sustento a la teoría conspirativa de Macri y cía. y generaba, a su vez, oportunidades para su difusión. El lunes 1 de agosto, cuando salía de un encuentro con Cristina Kirchner y el juez 208 ibídem 209 ibídem 210 ibídem 211 Infobae, 9 de enero de 2005 212 Infobae, 18 de diciembre de 2005 70
Garzón -donde se reivindicó la política de derechos humanos del gobierno y se defendió a Ibarra- Estela Carlotto fue recibida con huevos e insultos por un pequeño grupo de padres de Cromañón. En la charla, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo defendió veladamente a Ibarra, haciendo referencia a la defensa de las instituciones.213 La agresión fue utilizada por los medios e Ibarra para desacreditar a los familiares y su lucha, y le terminó haciendo el juego a la campaña de desestabilización de la derecha. El hecho contra la prestigiosa dirigente fue portada de todos los matutinos, quienes coincidieron en repudiar – mediante editoriales y opiniones firmadas – la agresión. El incidente, que podríamos considerar menor, dio lugar a una extensa cobertura por parte de los medios llamados “progresistas”, en particular de Página/12. La línea la marcó el gobierno nacional, que recibió a Carlotto al día siguiente en la Casa Rosada. En esa oportunidad, la primera dama declaró que no había que minimizar el episodio. 214 Ese día la noticia de último momento aparecía en un recuadro de la tapa del matutino. 215 El día siguiente el episodio ocupó toda la tapa del diario y sus dos primeras páginas. La cobertura reseñaba una conferencia de prensa en donde Carlotto y, como contrapartida, demonizaba y deslegitimaba a los padres de Cromañón. Una entrevista a la presidente de las Abuelas que se publicó en esa edición se titulaba ”Estoy de duelo pero no voy a bajar los brazos”. El intento de agigantar el episodio era evidente.216 El 4 de agosto, el hecho volvió a ocupar una página del diario. Esta vez se reseñaba un intercambio de opiniones entre “Chiche” Duhalde y Cristina Kirchner sobre lo sucedido, y unas declaraciones de Carlotto en donde exigía que los padres que la escracharon se retracten públicamente. 217 En su edición del domingo 7 de agosto, Página/12 volvía sobre el incidente en un balance de la semana política.218Por su parte, Clarín resumía su posición en una editorial del 4 de agosto, llamada “La agresión como método de protesta”, en la que sostenía: 213 “El voto popular da mandato y hay que respetarlo”, Página/12, 2 de agosto de 2005 214 “El que tira huevos, puede muy bien tirar con un arma de fuego”, Página/12, 4 de agosto de 2005 215 “Los familiares de las víctimas de Cromañón agreden a Estela Carlotto”, Página/12, 4 de agosto de 2005 216 Página/12, 3 de agosto de 2005 217 Página/12, 4 de agosto de 2005 218 Página/12, 7 de agosto de 2005 71
“La agresión a Estela Carlotto es un signo más de la degradación de las costumbres políticas y sociales y un nuevo signo de alerta, destinado a todos los sectores, sobre la necesidad de reencauzarlas por los caminos de la ley (...) La apelación a la agresión y la violencia debe ser rechazada en cualquier circunstancia, para que las actividades políticas y sociales se desarrollen en un clima civilizado y el disenso se procese dentro del respeto a los demás y de las instituciones”.219
Las amenazas Durante el juicio político a Ibarra, la cobertura tendenciosa de los hechos se intensificó. Un ejemplo de ello es lo publicado por Página/12 en esos meses. Uno de los ejes de la cobertura periodística fue el detallado seguimiento de las “amenazas” de algunos padres, que encajaban perfectamente en la interpretación de Página/12. Los “intolerantes” que “amenazan” y “presionan” sobre las “instituciones democráticas “son un componente imprescindible de la teoría del “golpe institucional”. El periódico llegó a dedicar páginas enteras a hechos realmente insignificantes. En su edición del 2 de enero, bajo el titulo “Un pequeño grupo de padres de víctimas amenazó a los camaristas”, dedicaba una página completa a reseñar un pequeño altercado protagonizado por los ‘padres. El incidente se produjo durante una audiencia con los jueces de la Sala V de la Cámara del Crimen, en donde un grupo de padres desencajados insultaron a los jueces y amenazaron con matar a sus hijos. Para el cronista (nuevamente Raul Kollman), el hecho era grave porque registraba antecedentes: “(…) El estilo de las amenazas y la agresión están circunscriptas a un pequeño núcleo que ya fue protagonista de hechos de violencia e intimidación. Al propio Aníbal Ibarra lo amenazaron de muerte; lo mismo hicieron respecto de sus hijos. El legislador chango Farías Gómez denunció igualmente intimidaciones y hasta hubo llamados amenazantes contra los padres de la actual pareja de Ibarra”.220 El 3 de enero, el matutino dedicó una nueva página al episodio. En esa oportunidad reseñaron declaraciones radiales de uno de los padres acusados, en donde, luego de intentar minimizar el episodio, terminó reiterando las amenazas: “Si voy preso por las amenazas, cuando salgo entonces sí lo voy a matar al juez”. 221 Evidentemente se trataba de un grupo 219 Clarín, 4 de agosto de 2005 220 Página/12, 2 de enero de 2006 221 Página/12, 3 de enero de 2006 72
de padres con desequilibrios propios de la situación que estaban viviendo, a lo que no se los puede tomar seriamente. Sin embargo, para Página/12, las amenazas no debían ser subestimadas. El sábado 7 de enero dedicaban otra nota a las declaraciones de kirchneristas e ibarristas que rechazaban las amenazas sufridas por Ibarra en un escrache en su domicilio. Gustavo López, ex secretario de cultura porteño, reclamó allí “una actitud de defensa de las instituciones” y manifestó su temor a que “esto no se pueda frenar y que alguien cometa algún delito”.222 Defensor de Ibarra, Julio César Strassera, puso cada pieza en su lugar al explicar el rol que cumplían las amenazas. Según sus dichos, los familiares de las victimas de Cromañón amenazaban a los legisladores para que votaran contra Ibarra, como sucedió con Farías Gómez en la Sala Acusadora. 223 En los días siguientes, varios operadores ibarristas reiteraron lo dicho por Strassera: Ibarra no contaba con garantías para defenderse porque los familiares amenazaban a los legisladores.224 Algunas semanas después, cuando se acercaba el momento de la votación definitiva, Página/12 volvió a la carga para denunciar “las amenazas de los intolerantes”. En la crónica del alegato de Ibarra ante la sala juzgadora, el periódico señaló que en medio de la sesión, varios familiares “reaccionaron y profirieron amenazas”. El episodio sucedió luego de que Ibarra se quejara porque se había amenazado a sus dos hijos menores. Los padres no pudieron contener su bronca y comenzaron a gritarle “asesino, te vamos a matar”. Además de la crónica, Página/12 reflejó el incidente en un recuadro titulado “Amenazas”, con una foto de los padres acompañada por el siguiente epígrafe: “En medio del escándalo, uno de los familiares hace el clásico gesto de degüello dirigido a los legisladores”.
225
La campaña de Página/12 preparó el terreno para impugnar los métodos
de los padres en el momento de la votación. Como en los momentos previos de la sesión de la Sala Acusadora de noviembre, en la que se resolvió la suspensión de Ibarra y la apertura de su juicio político, los legisladores no sólo habrían recibido para el matutino presiones de todos lados, sino también amenazas: “Anoche un grupo de padres de Cromañón realizó un escrache en la casa en la que Beatriz Baltroc aparece registrada en la guía telefónica, donde 222 Página/12, 7 de enero de 2006 223 Página/12, 12 de enero de 2006 224 Página/12, 13/15 de enero de 2006 225 Página/12, 8 de febrero de 2006 73
pintaron leyendas en su contra con aerosol y rompieron un par de vidrios”.226 El escrache fue la respuesta de los padres al cambio de voto de la legisladora, luego de una reunión con el ex vicepresidente “chacho” Álvarez. Sin embargo, para Página/12, los que ponían en riesgo las instituciones eran los padres.
Otro abono a la teoría golpista: ¿Quién tiró la bengala? Entre el miércoles 23 y el jueves 24 de noviembre de 2005, Clarín le otorgó mucho espacio a la denuncia de una joven que dijo que el hijo del abogado Iglesias era quien había tirado una de las bengalas que incendiaron Cromañón. La elección de este chico no fue azarosa. El protagonismo adquirido por José Iglesias, abogado de la causa, con sólidos vínculos con la iglesia católica y un pasado polémico, lo hacía blanco fácil de los medios progresistas. Desde el inicio del proceso, ciertos medios se ocuparon de hacer público el pasado de iglesias, con el objeto de deslegitimar su reclamo, y por elevación, el del conjunto de los padres. Luego de la suspensión de Ibarra, esta campaña se intensificó. Se intentó vincular a Iglesias con el macrismo, como prueba de que lo sucedido constituía un intento golpista. Luego, se ventilo el pasado de Iglesias como abogado de Rubén Bereja en la quiebra del Banco Macro y las sospechas de haber participado en supuestas maniobras de lavado de dinero. La presencia de otros padres en los medios se fue desdibujando, paralelamente al excesivo protagonismo que adquiría la figura de Iglesias. “La chica, de 17 años, declaró ante la Justicia. Y habría identificado a quien provocó el fuego como el hijo muerto del abogado Iglesias. Este acusó a Ibarra de realizar una maniobra política”, decía el matutino. 227 En sintonía con la sospechosa crónica, reproducía declaraciones de Ibarra, que se preguntaba por qué nadie se ocupaba de las responsabilidades de quien arrojó la bengala. Clarín daba bastante espacio a las objeciones de los familiares y dejaba abierta la puerta a que todo se tratara de una maniobra con un pequeño comentario publicado bajo el titulo “Fotógrafos misteriosos”. Allí señalaba que el día anterior habría sido visto un grupo sospechoso en el santuario, que se encontraba fotografiando la imagen de Pedro Iglesias, y que se alejaron al notar la presencia de los 226 Página/12, 7 de marzo de 2006 227 Clarín, 23 de noviembre de 2005 74
periodistas de Clarín.228Pero al ir a declarar ante el juez, la chica fue desmentida por sus amigos presentes en el recital y reconoció que tenía una bengala pero no sabía si había sido Iglesias quien originó el fuego. Clarín entendió el jueves que “El relato de la chica y sus amigos puso en duda quién tiró la bengala”. “La joven ratificó que vio al hijo del abogado Iglesias cuando la arrojaba, pero no pudo asegurar si causó el incendio. Otros tres testigos directamente la contradijeron”, señalaba. Sembraba también sospechas sobre la Justicia, donde podría haberse iniciado la maniobra: es que la testigo declaró cuatro veces en seis días, algo inédito en relación a las decenas de testimonios en donde se describía al sospechoso de arrojar la bengala.229 Por ello, Clarín sobredimensionó una información contra uno de los representantes de los familiares, en este caso Iglesias, y luego desinformó cuando la pista fue descartada por vía judicial. Este hecho mereció un tratamiento análogo en el diario Página/12, que sacó la noticia en tapa. En una nota firmada por Raúl Kollman se precisaban una serie de hechos absolutamente falaces, desmentidos en sede judicial con carácter inmediato, por contar con un fotokit confeccionado mediante las declaraciones de cientos de sobrevivientes, que ya habían hecho descartar que entre las víctimas fatales de Cromañón estuviera el que tiró la bengala. “Más allá de la polémica, lo cierto es que en el juzgado le dan importancia a la identificación y al menos por ahora consideran que el testimonio de la joven es sólido.”, afirmaba. 230 También se hicieron eco de las denuncias de los familiares, que señalaron que todo se trataba de una operación, y que resultaba muy sospechosa una identificación ocurrida a 11 meses de los sucesos, justo en medio del juicio a Ibarra. El cronista también dedicó un lugar, no muy destacado, a reseñar la opinión de “varios criminalistas”, que marcaron lo improbable que resultaba la identificación, teniendo en cuenta que el local se encontraba casi a oscuras y que esa noche se arrojaron decenas de bengalas.231 A diferencia de Clarín, la noticia no se diluyó al día siguiente en Página/12. Sus fuentes seguían insistiendo en la solidez del testimonio que denunciaba a Pedro Iglesias, a pesar de que los amigos de la testigo “no reforzaron” sus dichos. Además, recalcaba que, 228 Clarín, 23 de noviembre de 2005 229 Clarín, 24 de noviembre de 2005 230 Página/12, 23 de noviembre de 2005 231 ibídem 75
claramente, “no hubo una historia artificialmente armada”.232 El 25 de noviembre la noticia ya había desaparecido de los diarios. El domingo 27 de noviembre, Horacio Verbitsky, el único periodista de Página/12 que no defendía implícita o explícitamente a Ibarra, denunció: “La difusión en el diario de Daniel Hadad de que un imprevisto testimonio judicial sindicaba al hijo del abogado José Iglesias como lanzador de la bengala que prendió fuego al revestimiento de Cromañón, corrió por cuenta de Alejandra Raful, de la Consultora AR. Bordó y Raful eran las dos patas de la construcción mediática con la que Ibarra imaginaba la carrera política nacional que se hizo humo tóxico el 30 de diciembre pasado. El lanzamiento se había realizado pocos días antes, en el teatro Coliseo. Ahora ese aparato estaba dedicado a planear el rescate del jefe de Gobierno”.233 Según el periodista, la consultora AR era experta en operaciones de prensa: “Además de trabajos de creación y destrucción de imagen, Rafuls vende contactos con periodistas de distintos medios y mantiene una relación especial con aquellos que giran en la órbita de Daniel Hadad y el escribano Raúl Juan Pedro Moneta”. El periodista que publicó los artículos sobre el tema en Página/12, Raúl Kollman, era además columnista en los noticieros de canal 9. En una denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el abogado de Victimas de Cromañón, Sergio Bergenfeld, se refirió al caso. El escrito se ocupaba de denunciar las campañas de prensa orquestadas desde el ibarrismo contra los familiares de víctimas de Cromañón, y hacía referencia particularmente al multimedios dirigido por Hadad. El escrito calificaba a las denuncias sobre el hijo de Iglesias como una operación que formaba parte de una “campaña de desacreditación”. El documento denunciaba, además, una campaña previa promovida por los medios de Daniel Hadad. La campaña tenía como objetivo desprestigiar a Bergenfeld, mediante afirmaciones sin fundamentos que lo sindicaban como un “cuestionado abogado” con un “pasado oscuro”. El ataque contra Bergenfeld tenía como eje la amistad del abogado con el juez de la causa Cromañón. El supuesto objetivo era obligar al juez Lucini, que en ese momento procesaba a los funcionarios de inspecciones, a renunciar a la causa. La campaña coincidió con un pedido de recusación contra el juez de los funcionarios procesados. Según 232 Página/12, 24 de noviembre de 2005 233 Página/12, 27 de noviembre de 2005 76
Bergenfeld, la maniobra que lo obligó a renunciar a la causa Cromañón fue orquestada por Ibarra y perpetrada por la consultora de Alejandra Rafuls, en complicidad con los medios manejados por Hadad”.234 Por último, cabe destacar que la denunciante “elegida” era inimputable por su edad y fue desmentida por sus propios familiares y amigos en forma inmediata, además de probarse la mendacidad de sus dichos, entre otros aspectos, al señalar que había reconocido al que tiró la bengala al pasar por primera vez por la Plaza de la Memoria y ver la foto. Además, la acusadora no sólo no pudo ubicar al chico en el lugar correcto, sino que esta foto no coincidía con la faz de Pedro Iglesias la noche de la tragedia, por haber sido tomada mucho antes. 235 La gravedad de la cuestión fue percibida por los legisladores, ya que algunos de ellos solicitaron al Jefe interino de gobierno, adopte las medidas necesarias para evitar que futuros testigos se reúnan con el suspendido Ibarra. Como resultas de ello, a los empleados del área de Control Comunal, César Carpenzano y Virginia Brizuela, que se reunieron con el abogado defensor de Aníbal Ibarra y con éste mismo antes de dar sus testimonios, el 25 de enero, se les inició un sumario administrativo.236
El apoyo de las figuras políticas Desde el inicio del proceso no hubo dirigentes de primera línea que se mostraran a favor de la destitución. Sólo la izquierda la reclamó en público. En cambio, una buena parte del arco político, desde Alfonsín a Scioli, de Solá a Binner, salió a apoyarlo. Varias figuras de la segunda línea del kirchnerismo se pronunciaron a favor de Ibarra. Sus declaraciones ocuparon un lugar central en los medios que estudiamos. El primero en salir a respaldarlo fue Diego Kravetz, titular del bloque kirchnerista en la Legislatura porteña. A poco de comenzado el juicio se plegó a la línea de defensa ibarrista, que señalaba la existencia de un golpe institucional: “Cuando se junta la izquierda y la 234 Gonzalo Sanz Cerbino, op.cit. 235 Ibídem 236 “Ibarra y Cromañon”, Que no se repita, s.f. Disponible en www.quenoserepita.com.ar/ibarra_y_cromanon. Consultado el 11 de junio de 2015
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derecha, seguro que un gobierno democrático se cae”. 237 Dos semanas después, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, calificó el juicio de “carnicería política”.238 A los dos días llegó el respaldo de una funcionaria del Gobierno nacional, Graciela Ocaña, entonces titular del PAMI, que descalificó el proceso y criticó a Macri y a Carrió.239 Pocos días después, el que se pronunció fue Scioli quien sostuvo que el juicio “sentaría un precedente peligroso”.240 Finalmente se pronunció el entonces diputado oficialista Miguel Bonasso, quien consideró que el juicio, “lejos de buscar la justicia para las víctimas”, era un instrumento utilizado por quienes perseguían ”objetivos que fueron negados por el voto popular”.241 Al acercarse a la fecha del veredicto el respaldo del ex primer mandatario, Néstor Kichner, fue claro y directo. Recibió a Ibarra suspendido en un acto en la Casa Rosada y lo saludó con un cordial “amigo Aníbal”, que no dejaba lugar a dudas. 242 Reforzando el apoyo, el kirchnerismo porteño convocó al acto organizado por Ibarra para el 2 de marzo. A la marcha adhirieron el PJ porteño, presidido por Alberto Fernández, la Corriente Nacional y Popular, liderada por el kirchnerista Ricardo Velazco, el Frente Nacional Popular y Transversal y el Partido de la Victoria. No se privaron de asistir, tampoco, varios funcionarios nacionales que se mostraron públicamente apoyando a Ibarra.243 El periódico también dedicó bastante espacio durante los meses del proceso a los dirigentes políticos y a los intelectuales que opinaron sobre el juicio. El jueves 5 de enero levantaron las opiniones de los intendentes Luis Juez y Hermes Binner, el 11 de enero la del constitucionalista Danial Sabsay, el 24 de enero las de la senadora Vilma Ibarra, el 27 de enero la del ex presidente Raúl Alfonsín y el 3 de febrero la del gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá. Todos cuestionaron el proceso y defendieron a Ibarra. En el mismo 237 Página/12, 19 de enero de 2006 238 Página/12, 3 de febrero de 2006 239 Página/12,
5 de febrero de 2006
240 Página/12, 9 de febrero de 2006 241 Página/12, 26 de febrero de 2006 242 Página/12, 22 de febrero de 2006 243 Página/12, 2 de marzo de 2006 78
sentido se expresaron Graciela Ocaña, titular del PAMI, el vicepresidente Daniel Scioli, el Premio Nobel Adolfo Perez Esquivel, el actor Horacio Fontova, el banquero Carlos Héller, el ex presidente Duhalde, Estela Carlotto, y el gobernador tucumano Jorge Alperovich.244 Todos ellos pudieron expresar su apoyo a Ibarra de diferentes formas: en columnas de opinión, reportajes o en notas especificas que levantaban sus declaraciones públicas. Como contrapartida, en el mismo período (enero a marzo de 2006) sólo una persona ajena al proceso tuvo un espacio en Página/12 para criticar a Ibarra: Horacio Rodríguez Larreta, dirigente del partido de Macri.245
Todos contra Macri Un relato que logró instalarse mucho fue el de Ibarra como una víctima de la derecha, de un complot para desestabilizarlo. A Ibarra se lo acusaba de ser un tipo poco sensible, frío, que no había estado en el lugar de los hechos. Los medios jugaron un papel central en este sentido. De este modo, “sensibilizaron” el rol de Ibarra, desapareciendo de la opinión pública la imagen de poca sensibilidad que daba en un principio. A Macri le fue dado, en cambio, un papel atacante como una rabiosa campaña política para posicionarlo como próximo jefe de Gobierno.246 Paralelamente se inició una campaña mediática para deslegitimar las intervenciones de la oposición liderada por el espacio de Macri. Los funcionarios de Ibarra y del kirchnerismo, junto a organismos como Abuelas de Plaza de Mayo, comenzaron a hablar también de un “intento de golpe“. Los cruces entre Ibarra y Macri tuvieron dos momentos fundamentales. Primero, en la inicial presentación de Ibarra en la Legislatura porteña para responder las preguntas por Cromañón y segundo, durante el juicio político. En ambos casos se trató de presentar la disputa como una “presión” y una “ofensiva” hacia Ibarra. En cuanto al primer caso, la presión al principio era tal que el 24 de enero de 2005 Ibarra dictó un decreto convocando a sesión extraordinaria de la Legislatura, a fin de brindar explicaciones. Este mecanismo le permitió eludir la interpelación y condicionar el 244 Página/12, 5/1,11/1, 24/1, 27/1, 3/2, 5/2, 9/2, 21/2, 22/2, 26/2, 5/3, 7/3, todos 2006 245 Página/12, 31 de enero de 2006 246 “Una movida política en la que también juegan la Rosada y Macri”, Clarín, 29 de julio de 2005 79
desarrollo del acto. El 30 de enero Clarín colocaba en la tapa “Ibarra: Macri hace un show con la tragedia” y titulaba en la nota central: “Presión para que Ibarra siga respondiendo”, y explicaba que el PRO había salido a “meter presión” para que se presentara a responder “el resto de las preguntas por Cromañón”. 247 Además, Ibarra denunciaba en Clarín que "hubo presión de Macri a cada uno de los legisladores". Dijo entonces que Macri "combinó con la izquierda" para que la sesión continúe otro día. Y que pretendía “hacer un show con la tragedia". Días más tarde, la convocatoria a referéndum de Ibarra fue considerada en Clarín como “valiente”. Para enfatizar esta crónica, consideraba que “se había desatado una ofensiva durísima, encabezada por el macrismo y la izquierda dura, que iba restándole margen de acción” (ver “La línea editorial de Clarín y Página/12”). 248 Página/12, por su parte, manifestaba que quienes reclamaban la interpelación de Ibarra querían “afectar la gobernabilidad y prácticamente ir por un cambio de gobierno”. 249 Paralelamente, este matutino organizó su defensa motorizando el acceso a los medios de una serie de subsidiadas Organizaciones No Gubernamentales. Así, 166 organizaciones sociales y de derechos humanos advirtieron que “la derecha apela a mecanismos miserables y antidemocráticos” en torno de Cromañón. En sucesivos actos, junto a Carlotto se expresaron Mónica Carranza y Margarita Barrientos, dos viejas dirigentes del movimiento villero, siempre refiriendo el golpe institucional de la derecha: “El intento de golpe institucional que una vez más quiere llevar adelante la derecha apela a mecanismos miserables y antidemocráticos, montándose sobre el dolor de la tragedia”.250 El segundo momento de ataques contra Macri, menos importante, ocurrió previo al dictamen de la Comisión Legislativa que investigó la tragedia de Cromañón. "Manipularon políticamente la tragedia”, tituló Clarín, al tiempo que analizaba el impacto político de Cromañón en otra nota, donde tildaba al dictamen sobre el caso Cromañón “teñido por la campaña” y criticaba el “uso electoralista” de la tragedia.251 Página/12, en tanto, publicaba las declaraciones de jefe de Gabinete de Ibarra, Raúl Fernández. “Lamentablemente es un 247 Clarín, 30 de enero de 2005 248 ibídem 249 Página/12, 23 de enero de 2005 250 Página/12, 28 de enero de 2005 251 Clarín, 29 de julio de 2005 80
panfleto. (…)Se trata de una maniobra política orquestada por la oposición”, sentenciaba.252 Por otro lado, la pretendida neutralidad en las notas muchas veces fue sutilmente desproporcionada a favor de Ibarra a través de un mayor espacio cedido o a través de fotos que ubicaban mejor a Ibarra.253 El primer caso fue el predominante en el caso de Infobae, que decidió darle más entidad a aquellas declaraciones de Ibarra o vinculadas a su entorno.
La línea editorial de Clarín y Página/12 El 3 de enero de 2005, Clarín, en su primera editorial dedicada al tema, “Un tragedia con responsables”, señalaba, por un lado, la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad por los controles insuficientes ”que daban lugar a conductas inescrupulosas de los empresarios”. Como ya hemos visto anteriormente, en el mismo nivel de responsabilidad se encontraban los asistentes al recital: “conductas habituales como disparar bengalas en los recitales que se hacen en lugares cerrados y concurrir a los mismos con chicos”. “Acá se unen la irresponsabilidad de los participantes con la de los organizadores y empresarios que han tolerado prácticas peligrosas para propios y extraños”, resumía. 254 En “Leyes y responsabilidades”, Kirschbaum negaba que aplicar la ley fuera el problema central en Cromañón. “El derecho, es decir el marco legal, las normas, es impotente por sí solo para cambiar la sociedad”, decía en este sentido.255 En otra nota de opinión de la misma edición se sostenía que “el incendio del Once obliga a pensar con seriedad la relación de la sociedad con las normas”. 256 El incumplimiento de la ley era responsabilidad de la sociedad, no de la gestión de Gobierno o el Estado. Dos días después, Clarín hablaba de la responsabilidad política como un asunto atado al sentimentalismo:
252 Página/12, 30 de julio de 2005 253 Ver, por ejemplo, “Día de cruces Ibarra-Macri“, Página/12, 4 de marzo de 2006 254 Clarín, 3 de enero de 2005 255 Clarín, 4 de enero de 2005 256 ibídem 81
“Y hubiéramos querido ver a los dirigentes políticos que votamos no hace tanto con la voz quebrada, abrazando a los padres de las víctimas en los entierros, prestos a repartir agua mineral y bancos en las puertas de la morgue (...) Hubiéramos querido que los dirigentes tuvieran el coraje y la gallardía de apretar las manos de las madres en un gesto de reconocimiento, de confortación, en un mensaje de "no están solas". Por otro lado, consideraba que “la muerte naturalizada de los jóvenes se arrastra por el país diluyendo culpas y responsabilidades (…). Se culpabiliza a las madres adolescentes que allí los dejaron, ocultando bajo esta acusación de negligencia que las llevó supuestamente a escoger el placer contra el deber materno, la responsabilidad moral que impone la asimetría de quien tiene a su cargo la organización del evento para dar las garantías necesarias para la protección de la vida de quienes en él participan”. 257 Finalmente concluía: “Y la pretensión de diluir la responsabilidad en la culpabilidad colectiva —que en nuestro país se desplazó de los llamados a la reconciliación nacional más allá de la aplicación de la Justicia hasta la asunción melancólica de una supuesta culpabilidad colectiva frente al saqueo realizado en la década del 90, del cual no han quedado establecidos judicialmente los responsables políticos ni económicos— conduce a que las cuestiones civiles se diriman en términos intersubjetivos, como si se tratara de una serie que va de la culpa a la buena voluntad culminando en la exculpación, pero al margen de responsabilidades jurídicas firmemente establecida”.258 Al día siguiente, “Responsabilidad compartida y cultura del riesgo” destacaba que “las responsabilidades por la tragedia de Once no se limitan a autoridades y empresarios, y a la desaprensión existente en relación al cumplimiento de normas y leyes, sino que ha sido producto de una cultura del riesgo, tolerada pasivamente por quienes deben enfrentarla”. La culpa no era solamente del Gobierno, de los empresarios y de los jóvenes, sino que era producto de un peligro que atravesaba el conjunto de la sociedad. Un ejemplo eran los hábitos de “conductores, ciclistas y peatones”, que son causantes de la enorme cantidad de víctimas de accidentes de tránsito. 259
257 ibídem 258 Ibídem 259 Clarín, 5 de enero de 2005 82
La protesta de los medios en cuestión radicó en apelar a los valores de la civilidad por sobre la barbarie, escandalizándose por la violencia que conducía la indignación. En “Violencias de Cromañón”, el médico y psicoanalista Juan Carlos Volnovich, consideraba: “Así, en una sociedad dominada por un proyecto de exterminio que tiene a los jóvenes por destinatarios, en una sociedad como la nuestra, el discurso del "Otro" absoluto se inscribe en el inconsciente como deseo de muerte y frecuentemente se expresa a través de acciones destructivas hacia los demás y hacia sí mismos. Violencia ejercida, violencia padecida: da lo mismo, porque en ellos se borra el límite entre víctimas y victimarios. Ese gran "Otro" incorporado en el seno de lo propio explica la destructividad pero, sobre todo, la autodestructividad que los habita. La indefensión original los predispone a quedar subordinados al poder, y éste exige sacrificios humanos”.260 “Lo formal y lo gestual” buscaba desviar la atención de la palabras y gestos políticos ante la tragedia para concluir que “estas indignaciones dirigidas hacia lo simbólico, estas iras desatadas contra lo gestual resultan efectivas para desviar la atención del foco principal: las responsabilidades individuales y colectivas de la calamidad, la cultura —por así designar a ese conjunto de hábitos, ritos, creencias y conductas— que profundamente la posibilitó”.261 Similar análisis se hace con la llamativa analogía entre Cromañón y el hombre primitivo que se representa en “Cromagnon, Estado sin república”. “En el Estado Cromagnon no se juzga a los victimarios, sencillamente (si la relación de fuerzas las ayuda) las víctimas los linchan; porque no hay autoridad que haga de árbitro en el respeto a los derechos de cada uno. No hay reglas, es todos contra todos (…) Idealmente, el Estado Republicano no permite llegar a esos extremos. Pero para que así ocurra, todos los habitantes tienen que ser ciudadanos; y los jóvenes que concurren a ése y a otros recitales están lejos de serlo".262 “La seguridad se construye entre todos” buscaba desviar la atención de los controles que debía realizar el Gobierno y fallaron, y en cambio consideraba: “(…) Se debe entender también que el castigo de los culpables no alcanza. Es necesario construir organización que dé sustentabilidad y extensión real a la energía controladora que liberó el desastre. La seguridad se construye 260 Clarín, 7 de enero de 2005 261 Clarín,
9 de enero de 2005
262 Clarín, 11 de enero de 2005 83
todos los días y entre todos”. Aníbal Ibarra logró escapar del pedido de interpelación. Pero sus opositores, por sentido de la responsabilidad, o por simple impericia y desorientación, lo están ayudando. Un amplio espectro que fue desde Mauricio Macri hasta la izquierda empujó en caliente para interpelarlo. Al fracasar el intento, esa alianza de oportunidad se deshizo en un suspiro. Desde entonces hay inacción y silencio. Ibarra necesita ese espacio manso para recomponerse”. 263 En “Desterrar impunidad y corrupción” la carga vuelve hacia el sector empresarial, destacando que “se construyó un despiadado sistema lucrativo, caracterizado por una vehemente voracidad empresarial que derivó en el desprecio del valor de la vida”. Y vuelve hacia el tema de la culpa de todos: “Las responsabilidades emergentes sólo debe determinarlas la Justicia. Como sociedad, el mejor tributo que podemos brindar a quienes cayeron o fueron marcados con la tragedia es no sólo hacer valer nuestros derechos, sino también cumplir con nuestras obligaciones ciudadanas”.264 “Una jugada audaz, en un escenario político dominado por las carencias” fue el título elegido por Clarín para celebrar la asistencia de Ibarra a la Legislatura porteña para brindar explicaciones por Cromañon. “El balance indicaría que la distensión habría respondido antes a rusticidades de la oposición que a una lúcida estrategia desarrollada por Ibarra”, afirma el matutino, al tiempo que caracteriza el accionar de Ibarra como “una pizca de orden y coraje”.265 El 4 de agosto publicó “La agresión como método de protesta”. Allí sostuvo que “El lunes pasado, la presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo sufrió la agresión de un grupo de familiares de víctimas de Cromañón, por lo que consideran su alineamiento con el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, en la cuestión abierta por el pedido de juicio político a este último”. Agregó que “Los familiares de las víctimas de la tragedia de Once tienen todos los motivos para sentirse heridos y todo el derecho de opinar y tomar posiciones sobre los temas vinculados con el hecho o sobre cualquier otro”. “Pero nada justifica que ellos, ni nadie, canalicen sus ideas o emociones a través de la violencia, en abierta violación de las leyes”, añadió. 266 263 Clarín, 12 de enero de 2005 264 Clarín, 22 de enero de 2005 265 Clarín, 2 de febrero de 2005 266 Clarín, 4 de agosto de 2005 84
El 13 de noviembre el editorial se titulaba “Dos inquietantes signos de la política y de la sociedad”. El texto apuntaba a rechazar tanto el pase del diputado Borocotó a las filas del oficialismo como también algunas actitudes de los “familiares de las víctimas de Cromañón”. Para Clarín ambos hechos “revelan una degradación de la vida política y de los comportamientos sociales, que afecta la salud y la confiabilidad de las instituciones”. Con respecto al primer punto explicaba que “hay límites que no deberían traspasarse en honor de la ética - o la apariencia de la misma - y del respeto a los ciudadanos que no gobiernan sino a través de sus representantes”. Decía también que “Operaciones como las que se comentan no enaltecen ni otorgan credibilidad a quienes las protagonizan o las propician, y sólo contribuyen a difundir la desconfianza de la ciudadanía en el sistema político”. Al referirse a la segunda instancia señalaba que “en los últimos tiempos algunos familiares profirieron amenazas contra funcionarios y jueces y, la semana pasada, irrumpieron en la Legislatura con el propósito de no permitir que sesionara, salvo en el caso que el balance de votos fuera favorable a su propósito de promover el juicio político a Ibarra”.267 El editorial más explícito sobre este último punto fue publicado el 16 de noviembre. Se titulaba “Responsabilidades del Estado y de la política”. Clarín aseguraba que “el juzgamiento político es un instrumento previsto en la Constitución de la Ciudad, por lo cual su utilización es perfectamente legítima”. Pero a la vez indicaba: “La decisión de un grupo de legisladores de segmentos contrapuestos, de apelar a esa instancia estuvo revestida, desde el comienzo, de un fuerte y cuestionable sentido político. Todo indica que su intención básica no era contribuir al esclarecimiento de los hechos que desencadenaron la tragedia de Cromañón ni de las responsabilidades involucradas en los mismos, sino crear un vacío institucional para obtener réditos políticos”.268 El 19 de noviembre, otro editorial equiparaba la violencia ocurrida en una formación ferroviaria de la localidad bonaerense de Haedo, con algunas actitudes de familiares de víctimas de Cromañón. “La violencia de hoy en la sociedad” fue el título elegido. Para trazar un paralelo -entre hechos de naturaleza bien distintas- el texto publicado sostenía que “la amenaza y la violencia se están convirtiendo en recurso habitual de los reclamos y protestas, aun los más legítimos, lo que habla de una inquietante 267 Clarín, 13 de noviembre de 2005 268 Clarín, 16 de noviembre de 2005 85
degradación de las conductas personales y de las relaciones en el seno de la sociedad”. “Uno de ellos fue la ola de violencia desatada en Haedo, motorizada en parte por activistas, pero que tuvo la adhesión espontánea de muchas personas, mayormente jóvenes. Casi paralelamente, una solicitada y declaraciones a los medios de difusión de miembros del Consejo de la Magistratura dieron cuenta de que algunos de sus miembros recibieron amenazas, incluso de muerte, por parte de familiares de víctimas de la tragedia de Cromañón”, proseguía.269 A principios de 2006, en medio del juicio, Kirschbaum defendía en “La política y el juicio a Ibarra” su “capacidad de pelea”, el “carácter político” de la intervención de sus acusadores, y atacaba a Macri y a la izquierda por ocultar ser parte de una "manipulación política de la tragedia”. También elogiaba la intervención de Ibarra en la Sala Juzgadora: “Ibarra ha castigado duro el flanco más débil del juicio en su contra”. 270 En “Mejor clima político, con final incierto”, Van der Koy defendía, en relación al juicio a Ibarra, lo que decían las encuestas, porque “la gente no parece convencida que esa justicia se salde haciendo rodar la cabeza de Ibarra”. En cuanto a las culpabilidades, nombraba sólo a “los funcionarios municipales (tres hasta ahora) involucrados en un proceso penal”, en el entorno del gobierno de Ibarra, y le daba preponderancia a “la cultura de la pirotecnia suicida”. Por otra parte, también se centraba en otro puntal de Ibarra: las marchas. “Las expectativas descansan ahora en las nuevas adhesiones que Ibarra pueda cosechar y en las marchas callejeras para intentar condicionar el fallo de la Sala. Está claro que en las últimas semanas algo cambió: Ibarra no es el hombre que está sólo y simplemente espera”.271 “Otro trauma institucional“ decía que en el juicio “apareció menos el genuino interés de sancionar a los responsables que un indisimulable intento de cobrar cuentas políticas pendientes”. Volvía luego a las encuestas: “Frente a Cromañón la opinión pública se conmovió y exigió probar responsabilidades pero no la remoción de Ibarra (…) La Justicia sólo es Justicia si coincide con lo que un sector quiere. De lo contrario, se utiliza cualquier fórmula —en este proceso la intimidación y la amenaza fueron algunas de las 269 Clarín, 19 de noviembre de 2005 270 Clarín, 18 de enero de 2006 271 Clarín, 1 de marzo de 2006 86
armas más efectivas— para forzar la realidad”. Ibarra aparecía aislado, como preso de fuerzas externas: “Si algo estuvo claro desde el vamos, luego de Cromañón, que la suerte de Ibarra dependía de otros y que eso sólo prometía agonía y especulación”. Y finalizaba haciendo un reproche a los juzgadores: ”Que hayan echado a Ibarra es una decisión política, una sanción, una venganza, según como se vea. Hay algo incontrastable: añade otra herida a un sistema que aún no digirió una tragedia y sus transgresiones cotidianas, a las que justifica en silencio pero critica en público”.272 La idea del aislamiento de Ibarra se hacía constante. “Otra vez la soledad política condenó a Ibarra en el momento culminante” era el título de una nota firmada por Van der Kooy para marcar que la destitución no era suficiente para hablar de Justicia, porque los responsables también eran otros: “No hay antecedentes en el mundo, que se sepan, de un gobernador destituido por una tragedia en una discoteca. Ni siquiera cuando en Boston fallecieron 491 personas en 1942. Los legisladores atribuyeron a Ibarra responsabilidad política: pero resta saber, entre tantas cosas, qué ocurrirá con Omar Chabán, con los policías que recibían prebendas y con el grupo Callejeros que fomentaba el fuego suicida y amaga con volver a tocar (…)Resta también una mirada introspectiva de muchos padres que toleran hábitos o conductas sociales que demasiadas veces derivan en desgracias. Quizás no sea momento de perdírselo a aquellos sumergidos en el dolor irreparable”. Para terminar, se descargaba con la Sala Juzgadora: “El espectáculo político de la Capital no fue diferente al que pudieran haber brindado Catamarca o Santiago del Estero —por dar sólo un par de ejemplos— cuyas prácticas acostumbran a ser vapuleadas con desdén. Hubo en la Legislatura durante el trámite intrigas, violencia y desfachatez”. 273 Ahora pasemos al análisis de Página/12. A 3 días de la tragedia, el matutino nombraba las causas del incendio: “la actitud irresponsable de un empresario que ignoró las más elementales normas de seguridad, la insensatez de quienes arrojaron bengalas en un lugar cerrado y las falencias en los controles por parte del Estado”. Esta aparente neutralidad se caía con el correr de los párrafos para concluir que “Ibarra cargó las tintas en la irresponsabilidad empresaria y en quienes arrojaron pirotecnia dentro del local, pero no eludió el papel que le cabe a su gobierno”. Luego, destacaba el anuncio de la suspensión de 272 ibídem 273 Clarín, 8 de marzo de 2006 87
la actividad en locales bailables durante 15 días, en lugar de considerarla una medida oportunista.274 Al igual que en Clarín, el problema cultural era recurrente. En “Prevenir es hacer justicia” se hablaba de “una cultura incompleta que (…) no llega a la prevención”. Y seguía: “Una cultura de la responsabilidad social está ausente todavía entre nosotros. Se trata de una cultura que haciendo carne en el funcionario le permita tomar conciencia de que su omisión o negligencia puede ser –y ha sido en este caso– causante de muchas muertes (….) Falta entre nosotros una cultura de la responsabilidad social que nos involucre a todos y que nos haga comprender que prevenir también es hacer justicia”.275 En “La miga del pan de la muerte”, Sandra Russo consideraba que “los adolescentes están tomados de rehenes por el dolor de la pérdida, y exigen justicia”. Se refería así a una supuesta cooptación política de parte de los jóvenes. “Como existe desidia en las inspecciones y así como existen empresarios ratas como Omar Chabán, también existen muchos que tratarán de sacar migas del pan de la muerte”, sintetizaba. No mencionaba a Ibarra.276 En “Crueldad y cinismo”, José Pablo Feinmann apuntaba específicamente contra Chabán. “Uno puede imaginar a Chabán y sus socios muy divertidos con la idea: “Ya que les robamos los clientes a la bailanta pongámosle al boliche un nombre adecuado a nuestra nueva clientela”, comentaba en una analogía entre el hombre primitivo y el nombre del boliche. En este sentido, criticaba también a los “rockeros jóvenes”, que según Feinmann “fueron a engrosar los números de los marginados, de los desclasados”. “Chabán y los suyos deciden bajar el nivel y llegar hasta donde el “público” ha llegado: a las cavernas”, continuaba. “Ciudadanos y no simios. Responsables también, sin duda. Pero alejados de la inmundicia moral de quienes le pusieron ese nombre a ese boliche, cuya “historicidad”, hoy, nos sobrepasa”, finalizaba.277 Una defensa velada de Ibarra se produjo el 15 de abril: 274 Página/12, 2 de enero de 2005 275 Página/12, 2 de enero de 2005 276 Página/12, 5 de enero de 2005 277 Página/12, 12 de abril de 2005 88
“Cuando la sociedad civil o una porción de la misma se siente afrentada, su reclamo en términos políticos es muy duro: deben rodar cabezas, deben ir funcionarios a la cárcel. Poco se cree en el castigo por vía del voto, en la depuración de los gobernantes mediante la alternancia. (…) Años de impunidad producen ciudadanos que reclaman penas catonianas, cirugía mayor como único tratamiento”. Luego, esta misma nota sacaba a relucir, en defensa de Ibarra, los sondeos: “Dos diarios nacionales proponen la misma encuesta on line, el prorrateo de las responsabilidades en la tragedia. Aníbal Ibarra, en ambas, le gana a Omar Chabán con holgura”.278 En línea con lo anterior, Página/12 llamaba a una “nueva forma de hacer política”, complicada de formular por “las carencias de los empresarios y las contradicciones de la sociedad civil”. Al mismo tiempo, decía que “Ibarra y el gobierno nacional coinciden en que el pedido de renuncia es una flagrante injusticia y una desmesura”, pero que una movida política en un contexto así podía ser “peligrosa”.279 En “Política golpista”, el ensayista Nicolás Casullo consideraba que el caso Cromañón estuvo violentado por las partes intervinientes desde un principio, y que luego esta violencia devino en “política golpista”: “Todo va siendo violencia retenida, pendenciera, rencorosa, bravucona, resentida, patologizada, más allá de los disfraces que adquiera. Cromañón nos estaría diciendo: si mañana hay un choque de trenes donde, por diversas irresponsabilidades, mueren desgraciadamente 500 personas debe pasar a juicio político el presidente de la nación. Aunque parezca absurdo existe mucho de esta “política” golpista en esta trama nacional que cumplió un nuevo acto en sus secuencias. Hay algo que cada vez soporta menos el argentino, y Cromañón expuso: a sí mismo”. 280 Mario Wainfeld volvía a reprochar a la oposición, principalmente a los familiares, en la nota “Sin impunidad pero con deudas”: “Emblocados contra Ibarra, los opositores están cerca de provocar su destitución en un procedimiento que sigue siendo de final abierto. (…) Los familiares son un factor de poder en lo tocante a la esfera de sus reivindicaciones, usualmente muy poco abiertas a la negociación como suele ocurrir con los movimientos que persiguen un objetivo único. Por un cúmulo de circunstancias (incluida la de haber ocurrido la tragedia en la ciudad del que “se vayan todos” a apenas tres años de su clímax) ese objetivo abarcó desde el 278 Página/12, 15 de abril de 2005 279 ibídem 280 Página/12, 16 de noviembre de 2005 89
vamos la destitución de Ibarra. Una medida extrema, desproporcionada a la (eventual) responsabilidad mediata de Ibarra, perseguida con ahínco impar por un grupo de enorme determinación que blande la legitimidad de su dolor y que obtiene magna repercusión de sus argumentos y sus acciones”. Y como ya vimos en otros artículos, tenía por exagerada la condena a Ibarra: “Víctimas y otros ciudadanos de a pie exigen para los acusados de delitos de gran impacto penas siderales. Si no hay cadena perpetua o prisión muy prolongada, preconizan, no hay justicia. Seguramente dirían lo mismo si Ibarra, más allá de haber pagado ya siderales precios políticos, fuera absuelto. (…) Es como si quisieran compensar en el cuerpo de los acusados, todo lo que zafaron otros”.281 Para finalizar, advertía que la principal falla del Gobierno se debía a no promover la participación cultural en los jóvenes, obviando la responsabilidad de Ibarra en lo sucedido en Cromañón: “A un año de la tragedia no hay impunidad pero sí muchas deudas del poder político. Tal vez la central es haberse restringido al rol playing del juicio a Ibarra y no haber producido movidas culturales, acciones colectivas, discusiones legales (las normas penales se revelan vetustas, la Constitución porteña es un mar de lagunas, el juicio político no está reglamentado”.282 En “Justicia, sin venganza ni odio, para Cromañón”, Adolfo Pérez Esquivel lamentaba el juicio político a Ibarra, relegando de cualquier tipo de acusación aquella que involucraba a la política: “Lamentablemente un grupo de familiares de las víctimas ha condenado al jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, acusándolo de ser responsable de la tragedia y de “asesino, corrupto, etcétera”. Todas las broncas contenidas se descargan sobre el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. (…) Las fuertes presiones de algunos familiares y la decisión de los legisladores de diversos partidos políticos han logrado que fuera suspendido en sus funciones para ser llevado a juicio político. (…) La intolerancia marca las acciones generadas por el miedo. En este cuadro de situación no faltan las especulaciones de sectores políticos con el dolor de las familias de las víctimas y de los sobrevivientes. (…) Si bien Ibarra tiene la responsabilidad general por ser jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la misma deriva en otras instancias y responsabilidades tanto de funcionarios como de instituciones, inspectores, los bomberos, la policía”.
281 Página/12, 3 de diciembre de 2005 282 Ibídem 90
Finalmente, concluía que “el juicio político a Ibarra está marcado por serias contradicciones e intereses políticos, en particular del macrismo”. 283 Mario Wainfeld, en “Una sorpresa que se veía venir”, justificaba la salida de Ibarra por la debilidad parlamentaria: “Es real que las faltas achacadas a Ibarra no pueden homologarse a delitos de lesa humanidad o dolosos cometidos por otros gobernantes. Y, ya se subrayó, es factible que el castigo que se le propinó haya sido un infausto precedente. Precedente, valga matizar, sólo reiterable en un improbable contexto de debilidad parlamentaria similar a la que tenía el gobierno porteño”. La culpa del juicio era del excepcional sistema político argentino, pues “los planteos suelen ser de máxima, su capacidad de veto muy grande, lo que suma al sistema político en un nivel de crispación, de intransigencia y de impredecibilidad muy alto”.284 En “Un juicio bochornoso”, Eduardo Aliverti defendía deliberadamente al entonces jefe de Gobierno porteño, incluso señalando que sólo en Argentina podía ocurrir que se llevara a cabo un juicio político: “Quienes voltearon a Ibarra lo eligieron con exclusividad; (…) sólo en la Argentina ocurre que un hecho de estas características haga rodar la cabeza de un jefe de Gobierno; que una lógica implacable debería llevar a que entonces renunciara o fuese enjuiciado el ministro del Interior, como responsable de la policía y los bomberos coimeros, y que por carácter transitivo le pasara otro tanto al Presidente de la Nación. (…) Ibarra es un mediocre inexpresivo que no estuvo a la altura del tiempo y las circunstancias que le tocaron vivir. Igual que el grueso de esta sociedad. No había derecho a destruirlo así. Y justo ellos, esos juzgadores que han vivido para cambiarse de un postor a otro. Es llamativo que algunos no lo adviertan y crean, en cambio, que hemos gozado un fortalecimiento de las instituciones y un límite a la impunidad del poder”.285 Sin embargo, debemos señalar la presencia de notas específicas donde se atacó a Ibarra, publicadas por Horacio Verbitsky, Beatriz Sarlo, Tomás Abraham y Jorge Lanata, entre otros. El primero de ellos, por ejemplo, lanzaba a poco del hecho: “Ibarra corrió a tontas y a locas en defensa de su imagen, con lo que terminó de hundirla. Un estilo político 283 Página/12, 22 de febrero de 2006 284 Página/12, 8 de marzo de 2006 285 Página/12, 13 de marzo de 2006 91
asfixiante en crisis”.286 En “Obscenidades” criticaba nuevamente la imagen pública del ex jefe de Gobierno, al resaltar que ”hizo falta una gestión presidencial para que Ibarra hiciera lo mínimo esperable de un gobernante después de un episodio tan tremendo, que es reunirse con sobrevivientes y con familiares de los muertos por asfixia”. 287 Luego, evaluaba el impacto sobre la imagen de Ibarra y las posibilidades de que aumentara o disminuyera la presión social en demanda de su renuncia, cerrando así un análisis con datos objetivos acerca de cómo se construía una figura en torno al poder.288 Como estas, otras notas también reflejaron un costado opositor a la línea principal del diario, aunque huelga señalar que ocuparon un rol secundario en la propia estructura del diario o, en su defecto, fueron muchos menores en cuanto a cantidad en relación a las que sí respetaron la idea de una defensa a Ibarra.
Los medios como agentes activos de la política La propaganda oficial El tratamiento de la prensa comercial hacia el caso Cromañón no puede analizarse sin considerar la influencia que el Gobierno tiene sobre los medios a través del reparto de la pauta de publicidad oficial. Las partidas presupuestarias destinadas a la colocación de avisos del gobierno en los medios se incrementaron notablemente a lo largo del gobierno de Néstor Kirchner. Como veremos, esta es una de las principales herramientas con las que cuenta el Gobierno para controlar los contenidos difundidos por dichos medios. Entre el 2003 y el 2006, la Secretaría de Medios de la Nación, el principal órgano de asignación de publicidad oficial, multiplicó el presupuesto ejecutado. La cifra paso de 46 millones en 2003 a 212.684.834 en 2006.289 Esto es relevante porque el respaldo de Kirchner a Ibarra fue claro y contundente. Luego de un inicio dubitativo, recibió cordialmente a Ibarra en la Casa Rosada a principios 286 Página/12, 9 de enero de 2005 287 ibídem 288 ibídem 289 María O'Donnell, Propaganda K. Una maquinaria de promoción con el dinero del Estado (periodístico). Buenos Aires, Planeta, 2007, p.79-81
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de 2006.290 El kirchnerismo porteño también convocó al acto organizado por Ibarra para el 2 de marzo de ese año. A la marcha adhirieron el PJ porteño, la Corriente Nacional y Popular 25 de mayo, el Frente Popular Nacional y Transversal y el Partido de la Victoria, además de otros funcionarios nacionales.291 El acto fue apoyado por una solicitada firmada por diputados y senadores K que señalaban que el juicio ponía en riesgo la estabilidad institucional.292 Este respaldo tenía como finalidad convencer a los legisladores reacios que votaban en la Sala Juzgadora, en especial a Helio Rebot. En la semana previa al dictamen definitivo, el presidente recibió a Jorge Arguello, jefe político de Rebot, en un claro gesto de convencerlo para asegurarse el apoyo a Ibarra.293 Sin embargo, la asignación de publicidad oficial no está completamente centralizada en la Secretaría de Medios. Cada provincia, cada municipio, cada organismo descentralizado, los bancos provinciales y el Banco Nación cuentan con sus propias partidas de publicidad que no son nada despreciables. Durante el 2005, la Ciudad de Buenos Aires destinó casi 60 millones de pesos a publicidad y el Banco Ciudad casi 20 millones. En la Provincia de Buenos Aires, la suma de los presupuestos de publicidad de la gobernación, el Banco Provincia y la lotería provincial ascendió a 120 millones en 2006. Considerando estos agregados y sin tener en cuenta los presupuestos de publicidad del resto de las provincias y municipios, el peso de la pauta oficial representa un 10 por ciento de la inversión total en publicidad del país.294 El libro de la periodista María O´Donnell, Propaganda K, nos permite acercarnos a las relaciones entre el Gobierno y los medios, cuya expresión material última son las cifras destinadas a la publicidad oficial. Un buen ejemplo es la relación entre el “progresista” Aníbal Ibarra, jaqueado por la “derecha” y los medios de Daniel Hadad. Según relata O ´Donnell, en el verano de 2001, Ibarra intentó un acercamiento a Daniel Hadad, para tratar de revertir el mal trato que recibía de Radio 10, propiedad del empresario. La persona elegida para iniciar las tratativas fue la mencionada operadora Alejandra Rafuls, de 290Página/12,
22 de febrero de 2006
291 Página/12, 2 y 3 de marzo de 2006 292 Página/12, 2 de marzo de 2006 pagi 293 Página 12, 7 de marzo de 2006 294 Gonzalo Sanz Cerbino, op.cit. 93
inmejorable relación con hadad. Para esa época, el empresario también estaba buscando un acercamiento a Ibarra, interesado en el negocio de las maquinas tragamonedas. De esta manera, Rafuls se convirtió en la interlocutora entre Ibarra y Hadad. Su consultora nunca trabajó formalmente para el gobierno porteño, pero, según consigna O'Donnell, parte del equipo de prensa de Ibarra de aquella época renunció disconforme con la relación con Rafuls. El vinculo entre Ibarra y Hadad se puso a prueba luego de Cromañón, cuando sus medios mostraron una evidente benevolencia hacia el jefe de Gobierno, razón por la cual, fueron denunciados por abogados y familiares. Entre el 2004 y el 2005, los medios del grupo Hadad duplicaron la pauta publicitaria recibida del gobierno de la Ciudad, que pasó de 4.301.767 pesos a 7.954.079. El dinero destinado a Hadad pasó de representar un 11.1 del total del gasto publicitario de Ibarra a un 14.5.295 A poco de asumir la presidencia, Kirchner también tuvo un encuentro con Hadad en donde se habría gestado una duradera alianza entre ambos. El empresario se encontraba en problemas porque canal 9, que adquirió junto al empresario menemista Raúl Moneta, no despegaba. El pasado de Hadad no coincidía con el discurso del presidente, pero “le ofrecía al gobierno la posibilidad de subordinar a un multimedios que en teoría se encontraba ideológicamente en la vereda de enfrente y que podía tomar un rumbo impredecible de la mano de Moneta”.296 Según O' Donnell, a cambio de un giro radical del grupo, la Secretaria de Medios multiplicó por 10 el monto de publicidad que le asignaba. Canal 9 pasó de recibir 656.007 pesos en 2003, a facturar 6.258.248 en publicidad oficial en 2004. Algo similar ocurrió con América TV, que pasó de 2.550.970 en 2003 a 8.720.458 en 2004. Según la autora, el aumento de las asignaciones se debió a una estrategia de cooptación de los dos canales más débiles, tanto en términos de audiencia como en términos financieros, ya que ambos canales se encontraban en convocatoria de acreedores y no podían afrontar sus deudas. La modificación de los ingresos tuvo su contrapartida en el cambio de la línea editorial. La modificación de los ingresos tuvo su contrapartida en el cambio de la línea editorial de los canales. El cambio en la línea editorial en los medios de Hadad se verificó, según O´ Donnell, en el trato “más cordial” que recibieron el presidente y sus funcionarios. Además, 295 María O'Donnell, op.cit. 296 ibídem 94
la abierta defensa a los militares torturadores desapareció para adecuarse al discurso del nuevo presidente.297 Dentro del grupo de medios que analizamos, la pauta oficial ascendió vertiginosamente en el caso de Página/12, que pasó de 1.718.573 en 2003 a 9.218.737 en 2005. Ese año recibió casi el doble que la Nación, y apenas un 25 % menos que Clarín, dos diarios que lo superan ampliamente en tirada. Según el Instituto Verificador de Circulaciones, los domingos Clarín vendía más de 800.000 ejemplares y La Nación más de 250.000. Página/12 no declaraba su circulación a la entidad, pero su tirada oscilaba entre los 160.000 que denunciaba su departamento comercial y sus 80.000 de las estimaciones de Poder Ciudadano. Según un informe de la Asociación por los Derechos Civiles y el Open Society Institute, la publicidad oficial que percibe Página/12 representa un 29 por ciento del total de ingresos de publicidad de diario, cuando en Clarín y La Nación esa cifra apenas alcanza un 5. 298 Por otra parte, queríamos citar in extenso un testimonio que nos muestra que el encubrimiento mediático para evitar la destitución de Ibarra existió y fue concebida de esa forma por sus impulsores. La cobertura de la prensa no fue un producto del azar. En el acápite que sigue veremos qué intereses unían a estos medios de comunicación con Aníbal Ibarra y Néstor Kirchner. Sin embargo, existe un testimonio importante que muestra que la cobertura que se hizo en los medios sobre el tema fue producto de una estrategia comunicacional ideada por el círculo de colaboradores más cercanos al ex jefe de Gobierno. De esta forma fue descrita por Daniel Rosso, subsecretario de Comunicación Social del gobierno de Ibarra a la revista Imagen: “Cuando se produjo la tragedia estábamos muy bien en términos de imagen. Pero la noche misma de la tragedia se produjo una situación que, en realidad, pasa en toda crisis, y es la pérdida de control de la agenda por parte del gobierno. En una situación de crisis, la dimensión que toma es el diámetro de la pantalla televisiva: todo está ahí. En el caso de Cromañón, lo que ocurrió fue que se multiplicaron los puntos de emisión, los móviles siguieron el desarrollo frenético de los familiares buscando a sus hijos y, además, se sumó el “vivo”: la emisión fue continua (…) Lo primero que hicimos fue recuperar un poco la tranquilidad. Es decir, estar en los hechos, pero intentar quedarse un poquito afuera: pensar qué hago con esto que está totalmente desbordado… 297 María O'Donnell, op.cit., p. 87 298 María O'Donnell, op.cit., p.96-97 95
Muchos criticaron esta frialdad ante lo que estaba ocurriendo, porque en realidad se había generalizado la idea de que todos los actores debían estar en el interior de la crisis emocional que vivían los familiares. (…)Nuestra responsabilidad como operadores de la comunicación, era estar fuera de la crisis (…) No se podía exponer a un funcionario porque los periodistas iban a preguntar otras cosas, por ejemplo por la falta de controles, y en ese momento lo que había que hacer era dar información de servicio: “Si quieren discutir los controles, lo hacemos mañana, hoy hay que dar la información”(…) Después de la tragedia aparecieron familiares muy activos que buscaban instalar una serie de relatos en los medios. Nuestro trabajo fue desmantelar esos relatos, porque cuando lográs que se instale el tuyo, salís de la crisis. (…) El primer relato que José Iglesias, padre de una de las víctimas y abogado que lleva la causa, quería instalar era que Chabán e Ibarra eran socios. Si ese relato se instalaba, nosotros no controlábamos nada e Ibarra salía con una imagen positiva del 10 %. El segundo relato era la falta de gestión , que también se cayó porque no pudieron poner en relación ese argumento global con lo que había pasado en Cromañón: la habilitación la había hecho una gestión anterior, había otros actores involucrados como la policía, los bomberos, etc. (…) Finalmente terminó instalándose un relato muy similar al nuestro y era que Ibarra no puede saber qué pasa en los niveles inferiores; acá hubo multicausalidad; hubo un conjunto de factores que tuvieron que ver con la tragedia y la responsabilidad estaba ahí”.299 Un análisis completo del manejo publicitario lo hizo Verbitsky, que publicó el 27 de noviembre en Página/12 una nota enunciando detalladamente el manejo publicitario y personajes corruptos del gobierno de Ibarra, sin embargo fue editada en la página 14 del diario, cuando suele ser una de las primeras; no fue anunciada en tapa (algo que es habitual) y fue presentada como nota de “opinión”.300 El artículo se centró en el presupuesto de publicidad de Ibarra y en las consultoras contratadas por él para su imagen y comunicación: Bordó Comunicación, cuyo “principal accionista, Eduardo Pinheiro, a quien llaman Pino, es el esposo de Mónica Desperbasques, jefa de asesores del Jefe de Gabinete, Raúl Fernández” y AR, que pertenece “a una histórica operadora de Enrique Nosiglia y el menemismo”. Se trata de la Consultora AR, de Alejandra Raful que planeó “la difusión en el diario de Hadad de que un imprevisto testimonio judicial sindicaba al hijo del abogado Iglesias como lanzador de la bengala que prendió fuego Cromañón”. En la nota se aseguraba:
299 ídem 300 Página/12, 27 de noviembre de 2005 96
“Mientras la mayor parte de las partidas son subejecutadas, la de propaganda se sobreejecuta. En 2003 se gastaron en publicidad y propaganda menos de diez millones de pesos. En 2004 se presupuestaron veinte millones pero se ejecutó el doble. Este año se presupuestaron cuarenta y cinco millones y cuando se conozca el resultado final de 2005 es improbable que sea menor a noventa millones. El proyecto de presupuesto para 2006 contempla cincuenta y siete millones y si el hábito se repite pasará de cien (…) Pero a partir de este año, el gobierno incluyó dificultades adicionales para quien intente saber cuánto se gastará en esas actividades. De ahora en adelante las partidas no se asignarán por jurisdicción sino por programa, lo cual hará mucho más difícil seguir la pista. (…) Otra de las ideas que esa maquinaria comunicacional puso en circulación es que el juicio político contra el jefe de Gobierno constituye un golpe institucional y un intento de torcer la voluntad popular, del que acusa al hombre de negocios con el Estado Mauricio Macri”.301 Leyes a favor de los medios Entre el 19 y el 22 de noviembre de 2005, mientras Clarín mostraba a Ibarra en plena actividad política, en la Legislatura porteña se decidía el proyecto de “cableado” que involucraba a las principales empresas de video cable, entre ellas al grupo Clarín. La Legislatura aprobó el 6 de diciembre la ley que permitía que las empresas de TV por cable no tengan que soterrar el cableado. Hay que aclarar que el proyecto fue avalado por algunos ibarristas y algunos macristas.302 El grupo Clarín, que controlaba Cablevisión y Multicanal, había incumplido las normas que obligaban a invertir en esta área. Según DsD, la ley “no sólo blanqueaba años de incumplimientos graves, sanciones no adoptadas, decomisos no ejecutados; sino que además, liberaba a los obligados de todas las prestaciones que debían con arreglo a la Ordenanza 48.899”.303 En efecto, el proyecto del Poder Ejecutivo “eliminaba la obligación de enterrar (soterrar) el cableado aéreo; posibilitaba mantener todo el cableado aéreo, reemplazando progresivamente los postes por columnas metálicas ignoraba los vencimientos ya ocurridos y, nuevamente, daba un plazo larguísimo para reemplazar postes de madera por columnas de metal (lo incumplido hasta allí era eliminar los postes y 301 Ibídem 302 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, Diario sobre diarios, 16 de marzo de 2006. Disponible en http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko. Consultado el 10 de junio de 2015.
303 La Nación, 20 de mayo de 2005 97
enterrar): las redes instaladas sobre postes de madera deberán realizar la reconversión al sistema de columna metálica en una proporción del cinco por ciento (5%) anual”. Estos cambios le significaban a las empresas de cable, además de la ventaja de borrar 10 años de incumplimientos y de las consecuencias inherentes a ellos, un ahorro de más de U$S 200.000.000. 304 Esto significa que el grupo Clarín obtuvo “favores” de los poderes públicos. La marcha atrás con la ordenanza del ´95 implicó para las empresas, según la denuncia, un ahorro de más de 200 millones de dólares. Cabe destacar que el principal beneficiario de dicha ley era el grupo Clarín, que controlaba las empresas cablevisión y multicanal. En la Legislatura el trámite no pasó así nomás. El ex diputado Rubén Devoto señaló que “esta ley es un escándalo (…) un espléndido regalo”. El ex diputado Héctor Bidonde señaló que era “una de las leyes más bochornosas”, que obligaba a preguntarse “qué hay detrás de este proyecto que obviamente induce a las sospechas más profundas”. Y así se respondía a sí mismo: “Acá hay plata, acá hay negocios, y hay justamente un monopolio de la información. Hay un grupo concentrado que abarca Radio Mitre, Diario Clarín, Multicanal, Cablevisión, Supercanal. Todo es de este grupo. Tenían que hacer una inversión y no la hacen(…)”.305 Ese mismo año, el Gobierno nacional extendió a Clarín la licencia para explotar canal 13 hasta el año 2025. De este modo, suspendió los plazos en curso por ese lapso. Según La Nación, “la prórroga permite que se incremente el valor de las compañías (o los activos) al gozar de mayor estabilidad, lo que mejora las posibilidades de negociación de las empresas con abultadas deudas. E incluso, de los grupos extranjeros que tienen que desprenderse de sus activos”.306 Fue el Gobierno de Kirchner el que permitió también la fusión de Cablevisión y Multicanal el 7 de diciembre de 2007, con la resolución 257, que permitió que el Grupo Clarín controlara casi el 70 por ciento del mercado de cable argentino. Eran tiempos en que
304“Otro caso de corrupción enterrado: el soterramiento de cables de las operadoras de video cable”, s.f.. Disponible en http://www.quenoserepita.com.ar/otro_caso_de_corrupcion_enterrado_el_soterramiento_de_cables_de_las_operadoras_d e_video_cable. Consultado el 10 de junio de 2015.
305
“Otro caso de corrupción enterrado: el soterramiento de cables de las operadoras de video cable”, op.cit.
306 La Nación, 21 de mayo de 2005 98
Kirchner concedía y Clarín llenaba sus páginas con noticias positivas sobre la gestión del Gobierno.
B.4) ALGUNAS CONCLUSIONES PRELIMINARES La investigación de este caso nos permite hacer (o animarnos a hacerlo al menos) algunas generalizaciones de índole comunicacional y política que volcaremos a continuación, en pos de no confundirlas con las conclusiones particulares del caso Cromañón. Sin embargo, estas aseveraciones deben ser tomadas no sólo como una síntesis de este trabajo, sino también como reflexiones de índole personal a partir del mismo.
¿La prensa hace periodismo? La democracia se asienta no sólo en la libertad de prensa, sino en su correcto ejercicio, informando a los lectores de los hechos por sí mismos. En el libro de Bob Woodward, sobre el escándalo de Watergate, o Ezeiza, de Rodolfo Walsh, sobre la masacre ocurrida durante el gobierno de Perón, no hacen falta opiniones; el lector extrae sus conclusiones dejando que hechos hablen, igual que hablarían en el caso Cromañón si hubieran sido comunicados de forma ecuánime a la población. Si a esta omisión, se une la búsqueda de la desinformación mediante el manejo de titulares, sesgos en la presentación de los hechos, omisiones y tendencias editoriales, estamos ante una situación de tergiversación, que no es más que otra muestra de lisa y llana corrupción. Como señala Sanz Cerbino, en su libro Culpables: “La influencia del Gobierno sobre la cobertura que la prensa comercial le dio al caso Cromañón es clara. Esto no significa que la prensa goce de cierta “libertad”. Los medios tienen intereses propios, ajenos a los de los gobiernos. Mantener cierta credibilidad de cara a la población, para poder seguir vendiendo, es uno de ellos. Los medios tienen intereses comerciales, son empresas capitalistas, y en función de esos intereses actúan. La demanda del público es una de las bases de su negocio, pero no dejan de ser importantes los intereses de los gobiernos y de otras empresas, que tienen en sus manos el financiamiento de un porcentaje importante de la actividad, amén de otros favores. No es extraño que la prensa comercial trace alianzas o se enfrente a los gobiernos de turno en función de sus intereses propios, de los de las fracciones de la burguesía que la sostienen o de los virajes de la opinión pública. Todo ello influyó en la cobertura que hicieron los medios del caso Cromañón. Además, como empresas capitalistas que son, no cabe en su lógica poner en 99
cuestionamiento el conjunto de las relaciones sociales. Y eso es lo que pone sobre la mesa el caso Cromañón”.307 Por otra parte, los medios trazan una operatoria similar cuando se encuentran con otros hechos de la agenda política. Sanz Cerbino destaca, en este sentido, el tratamiento de los accidentes de trenes en el último tiempo. “Desde algún sector político se tira algo a rodar y como bola de nieve se repite durante días y queda la idea instalada. Por ejemplo, el ministro que dice enseguida por cualquier hecho de accidente de trenes que es responsabilidad del maquinista, que es una especie de complot de los sindicatos ferroviarios para tumbar al gobierno”, explica. Otro ejemplo es el caso de Nisman, el fiscal que alcanzó notoriedad por tener a su cargo la causa del atentado contra el edificio de la AMIA y que fue encontrado muerto en su casa, según el autor, puede analizarse desde una óptica parecida: “Es una operación bastante más complicada que tirar algo, pero hubo una preparación de los servicios, previa al caso, que cuando sale ya hay una lista de cosas para desprestigiar al tipo. El tipo aparece con mujeres, gastándose la plata (...) A esto se suma la declaración de Aníbal Fernández. Nisman se convierte en alguien indefendible para la opinión pública -aunque ya lo era antes-, y la noticia se diluye. Así se ve cómo se construye una noticia y cómo la intervención de la prensa puede modificar la realidad”.308 Una de las particularidades del caso Cromañón es que se dio en una coyuntura distinta a la actual en relación al vínculo Gobierno-medios. “Si todos los medios hubiesen estado detrás del Gobierno, como en 2004, no habría sido necesario hablar del supuesto asesinato a Nisman. Porque hoy hay un sector de la burguesía en los medios que está contra el Gobierno y que tiene una expresión dentro de ellos, y la noticia tiene un vuelo diferente”, finaliza.
Hacia una comunicación de masas veraz Los “medios de masas” tienden a relegar a las masas de su control, a darles un papel pasivo. Ella son sólo receptoras de los bombardeos de noticias e ideas que fueron elaboradas sin su mínima intervención y sin tener en cuenta sus intereses. La clase controladora de estos medios no sólo domina a las masas en la comunicación, sino también 307 Gonzalo Sanz Cerbino, op. cit., p. 316 308 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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en la realidad misma, siendo la prensa un reflejo deformado de las relaciones sociales de producción actuales, es decir, del capitalismo. Al estar inseparablemente unida a la existencia material de la sociedad, la comunicación reproduce en el terreno de la ideología las características de la base productiva y de las relaciones de base que se dan en ella. Por lo mismo la información periodística, que es parte de la ideología, tiene un carácter de clase, y no puede dejar de tenerlo. Por ellos, como señala Taufic, “sólo con el triunfo definitivo del socialismo, la abolición de las clases y el paso a la propiedad social —de todo el pueblo— de los principales medios de expresión, la información volverá a ser un bien común, y sus beneficios, compartidos con las grandes masas”.309 Siguiendo a este autor, “en el socialismo, en cambio, no sólo las innovaciones tecnológicas en los medios de comunicación deben significar un progreso que se acople sobre la marcha al desarrollo de toda la sociedad, sino que incluso los medios de comunicación más tradicionales pueden adquirir una nueva proyección, usados en forma creadora y masiva por el pueblo”.310 Qué distinto sería el caso en el que, “invirtiendo los términos autoritaristas, que suelen disfrazarse de un cariz paternalista, y restableciendo la relación basesuperestructura”, los medios de comunicación de masas se transformaran para que el mensaje ya no se imponga desde arriba, sino que el pueblo mismo sea el generador y el actor de los mensajes que le son destinados. Por consecuencia, “si su noción de libertad de expresión y de prensa se despoja de su abstraccionismo y cobra cuerpo, (…) la noción de libertad de expresión deja de ser una utopía clasista”, afirma Mattelart. 311 Hasta ahora, la clase dominante establece el criterio para jerarquizar las noticias y los temas que deben circular y lo que en última instancia debe preocupar a la opinión pública (agenda setting). De este modo, la democratización de los medios iría unida a la expulsión de la clase dominante de la dinámica de la información y, en un sentido más global, de la cultura, y a que las clases trabajadoras elaboren sus noticias y las discutan. Eso significa que pueda ser el emisor directo de sus propias noticias, de su comunicación.
309 C. Taufic, op.cit. 310 ibídem 311 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, op.cit. 101
Queda por ver qué lugar ocupa el periodista en esta transición. ¿Puede modificar el cariz de una noticia, o, más aún, la mirada de un medio sobre la realidad? Sanz Cerbino nos acerca una respuesta: “El problema de los medios de comunicación es que el periodista tiene más en común con el que hace el piquete que con el dueño del medio, en el sentido de su relación con los medios de producción. Eso no significa que los periodistas, por el hecho de ser obreros, no vayan a reproducir las ideas de la clase dominante. Pero sí implica que a esos periodistas se los puede ganar para otras ideas. (…) Los medios tienen muchas formas de disciplinar a sus trabajadores, pero hay resquicios donde uno se puede colar. (…). El tema es si uno tiene la voluntad de aprovecharlos”.312
C) CONCLUSIONES La enorme mayoría de los argentinos recibieron información sobre el juicio político a Ibarra y su destitución final a través de los medios de comunicación. Es decir, se formaron opinión de los hechos a través de la construcción de la realidad mediática que día a día – como los capítulos de una novela – fueron armando y desarmando los grandes medios de comunicación. En Argentina, los diarios nacionales que se editan en Capital Federal tienen la capacidad de formar la agenda de cada día, que luego las emisoras radiales replican desde la mañana temprano y la TV le otorga “vida” mostrando imágenes. Agencias de noticias y portales amplían la información, ingresan temas durante la jornada siguiente. Y así nuevamente los matutinos “marcan agenda” al día siguiente. Pero ¿fueron los diarios equilibrados a la hora de editar? ¿Dieron a conocer todos los puntos de vista? ¿Contemplaron todas las lecturas de los principales actores a lo largo de los catorce meses de cobertura? O por el contrario ¿fueron parciales? El presente trabajo demuestra que Página/12 y Clarín fueron “ibarristas” por decisión editorial. Fueron coherentes desde las editoriales, las coberturas informativas, hasta las portadas. Como señala la conclusión de un informe titulado “El juicio político a Ibarra según Clarín”, del 16 de marzo de 2006, en la web Diarios sobre diarios, en quince meses, sólo unas pocas notas contemplaron a todos los actores: oficialismo y oposición, familiares, etc. En general, la temática fue dividida favoreciendo siempre a Ibarra por los espacios y secciones que le dedicó relegando a otros actores opositores, y así forzó interpretaciones de 312 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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los hechos y mostró desprolijidades periodísticas de diversa índole. Así, por ejemplo, minimizó las marchas de los familiares; usó las encuestas para crear una gradación de culpabilidades; le otorgó protagonismo al entonces funcionario y nunca a la Comisión Investigadora; instaló reiteradamente a la “violencia” asociada a los familiares; obvió presentaciones judiciales de los abogados de familiares a la Sala Acusadora o a los Familiares; apoyó el referéndum impulsado por Ibarra; sobrevaloró una falsa denuncia contra Iglesias; e instaló a la “violencia” en relación a los familiares. 313 No puede dejar de mencionarse que otros medios como el diario Infobae también fue “ibarrista” sobre la base de omitir información y recargar el portal con declaraciones de Ibarra y sus allegados, más que por accionar a favor como hizo Clarín. El dueño de Infobae Daniel Hadad puso a disposición de Ibarra Radio 10, cuestión que luego se traslució en el portal de noticias. Por ello, el abogado de un grupo de familiares de Cromañón, Fabián Bergenfeld, denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Hadad y a Eduardo Feinmann, por la cobertura informativa realizada por Canal 9 y Radio 10 de la tragedia del boliche de Once. 314
¿Cuál es el discurso de los medios? A su vez, los discursos asumieron una forma determinada según el enunciador. Esto significa que los medios ubicaron los discursos según las pasiones, sobredimensionando las formas por sobre el contenido informativo mismo. En el caso de la oposición, se encorseto su mensaje al ataque directo al ibarrismo para tener así una cuota de poder mayor, y así tomó el lugar de “golpistas” que buscaban generar una crisis institucional para luego ser Gobierno, ocultando los hechos objetivos que, como sujetos críticos de una situación, dieron a conocer muchas veces. En segundo lugar, la representación prediscursiva tuvo al conflicto como característica del comportamiento del público la noche del 30 de diciembre de 2004. Se atacó, de este modo, a la demanda de los padres como también se tendió a responsabilizar al público de Callejeros. Otra manera empleada por los medios como para 313 “El juicio político a Ibarra según Clarín”, op.cit 314 “Hadad, Feinmann y dos consultores, acusados ante la OEA”, Radiodifusión Data, 13 de marzo de 2006 103
focalizar la noticia en el conflicto político fue destacar la defensa de Ibarra, la cual se redujo a frases políticamente correctas dedicadas al general de la sociedad, pero desatentas para con los padres, de los cuales no quiso defenderse. Por otro lado, más allá de las encuestas, los medios se dedicaron a repartir las responsabilidades de Cromañón entre Chabán, Callejeros, los jóvenes y la cultura en general, y no tanto en Ibarra. Para aportar a esta idea, Sanz Cerbino agrega: “En los primeros meses Página/12, Clarín, Infobae y otros medios presentaron la información de tal manera que la responsabilidad de Ibarra se diluía siempre en responsabilidades más generales. Uno leía una suerte de tríada: el responsable era el Gobierno que no controló, el empresario que no realizó las reformas de seguridad y el público. Callejeros aparecía al lado del empresario; los padres y el que tiró la bengala, al lado del público. Detrás de esa línea se manipuló mucho en esas primeras semanas, cuando Ibarra estaba en la picota porque había movilización en su contra, se lo invitaba a comparecer en la legislatura, estaba a punto de ser destituido. Entonces se empezó a sembrar información de que la responsabilidad era del público”.315 El tratamiento que le dio la prensa comercial al tema abarcó desde datos falsos –el chico de la bengala, el plebiscito como jugada real de Ibarra, etc., hasta interpretaciones que apuntaban a culpabilizar a las víctimas en lugar de ir hacia Ibarra. En este sentido, fueron comunes argumentos que en general fueron utilizados para desviar las culpas de los victimarios a las víctimas, como ser la violencia de los familiares o la cultura del rock. Además, la culpabilización de Callejeros sirvió muchas veces para culpar al público que concurría a sus espectáculos.
¿Cómo se presentó la desinformación? Esto demuestra que los 3 actores que analizamos recurrieron a la desinformación y a la manipulación informativa. Ahora bien, ¿bajo qué formas apareció en el trabajo?316 En primer lugar, influyó en el lugar y el espacio que ocuparon las noticias sobre Ibarra y la tragedia de Cromañón en general. En el caso que analizamos, tuvo importancia la sección en que aparecieron las notas de la tragedia. En este sentido, la adjudicación de 315 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
316 La división se basó en AA.VV., “Técnicas de Desinformación. Manual para una Lectura Crítica de la Prensa”, G.A.C. (Grupo de Aprendizaje Colectivo) de Comunicación Popular, s.l., s.f.. Disponible en http://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/tecnicas-de-desinformacion.pdf. Consultado el 25 de julio de 2014
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un hecho a una u otra sección suele tener importantes efectos sobre la relevancia y difusión que alcance la noticia y sobre su interpretación. El caso más claro fue el usado por Clarín, que relegó el caso de la sección “El País” a la sección “Sociedad”. En segundo lugar, la amplitud de la noticia, es decir, la cantidad de páginas que se le dedicó y el de días en que se mantiene, hace al interés de un periódico sobre determinado tema. Esto pudo verse en la divulgación que se le dio a la noticia del supuesto chico que había tirado la bengala, que se mantuvo varios días en los diarios analizados, la violencia de los familiares y los manejos de la Sala Juzgadora y las encuestas a favor de Ibarra, principalmente. En tercer lugar, la sobreinformación, que constituye lo contrario a las carencias informativas. Ambos, como caras de una misma moneda, constituyen una forma de desinformar. El personalismo de Ibarra en Infobae, es decir, la atención casi absoluta en su figura, llenó el portal, con declaraciones del funcionario mayoritariamente, no siendo ecuánimes con sus contrapartes: los familiares y la oposición. En cuarto lugar, la información insuficiente. Ningún medio de comunicación gráfico, salvo unos pocos periodistas, hablaron de los hechos que involucraban la responsabilidad política y penal de Ibarra. Las acciones de los familiares tampoco fueron puestas de relieve. En quinto lugar, en los titulares se resaltan aspectos específicos de la noticia. Esto es importante porque, junto a la fotografía, suelen ser los elementos más llamativos de una noticia. Muchas veces los titulares no se corresponden con el contenido de la noticia o incluso pueden dar pistas falsas sobre la información. Esto lleva a una lectura tan superficial puede resultar deformada. Ejemplos de Página/12 son: “Una decisión inspirada en consideraciones políticas”, en relación a encuestas sobre la culpabilidad de Ibarra y “Los culpables directos son otros desde Omar Chabán a Callejeros”, sobre una de las marchas a favor de este funcionario. Por parte de Clarín: “La mentalidad Chabán: ´Cada tanto tienen que reventar muchos jóvenes´, sobre la culpabilidad de Chabán e “Ibarra pone en juego su gobierno”, en relación a un plebiscito que no ponía en juego en realidad la gobernabilidad. En sexto lugar, las fotos son otro elemento de una noticia que atrae la atención. Pese a no haber tratado la cuestión en este trabajo, la inclusión de una foto, así como su 105
tamaño, influye en destacar o marginar el acontecimiento. La tapa de Página/12 del 14 de noviembre de 2005 tiene una imagen de Ibarra con reveses religiosos, en medio del juicio político. En Clarín fue usual el uso de fotos de Ibarra abrazando a familiares en las notas sobre las marchas a favor y aquellas post suspensión. Por otro lado, este matutino hizo uso de viñetas para ilustrar las notas. El dibujante Landrú sugiere la idea de una “maniobra política” en la decisión de la Legislatura de suspender a Ibarra. 317 En un dibujo de una edición anterior se ve a una “mano mecánica” que parece llevar a un muñeco de Ibarra al abismo, haciéndolo parecer una marioneta, en alusión a la suspensión.318 Como síntesis de este punto, es importante señalar la visión de Sanz Cerbino sobre cómo se brindó la información: “Los medios se manejan en una sociedad contradictoria: tienen que vender los ejemplares en esta sociedad. Lo que digan también influye en a quién venden”. En relación a los actores menos favorecidos, dice el historiador que “no pueden no sacar nada de los padres, tienen que tener una apariencia equilibrada”. “La trampa está en que lo que dice Ibarra es la tapa y las primeras páginas y los columnistas, y que cuando tenés que reseñar algo de los padres aparecen como violentos desde los copetes, títulos, bajadas, etc y, de esa manera, llevan al lector a que haga cierta lectura de esa info”, prosigue.319 El autor también recalca la relevancia de la información falsa para desinformar: “Desde el poder político se baja una línea, aunque parezca disparatada. Y en los hechos de Cromañón esto se vio claramente en las lecturas que se reprodujeron en la mayoría de los medios. Esto representaba un sentido común por el cual la culpa era de la sociedad en su conjunto. (…)La idea es sacar cualquier cosa y después que todos lo agarren. Si uno no se toma el trabajo de analizar críticamente a los medios -quién lo dice, por qué, con quién está alineado-, pasa. Es la famosa frase de Goebbels: “Miente, miente, que algo quedará”.320
317 Clarín, 17 de noviembre de 2005 318 Clarín, 15 de noviembre de 2005 319 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015. Entrevista personal
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