Crecer+en+Cristo

February 21, 2017 | Author: albertojvo9842 | Category: N/A
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Guía de Estudio de la Biblia

CRECER EN CRISTO

(Lecciones de la Escuela Sabática)

Edición pa­ra adultos Octubre - Diciembre de 2012

Autor Kwabena Donkor Dirección general Clifford Goldstein Dirección editorial Marcos G. Blanco Traducción y redacción editorial Rolando A. Itin Diseño de tapa Nelson Espinoza Ilustraciones Lars Justinen

Contenido Introducción......................................................................... 2 1. La gran controversia: el fundamento............................... 5 2. La revelación, y el Dios de ella...................................... 12 3. El hombre: artesanía divina........................................... 19 4. La salvación: la única solución...................................... 26 5. Crecer en Cristo............................................................ 33 6. Victoria sobre las fuerzas del mal.................................. 40 7. “Armarse” para la victoria..............................................47 8. La iglesia: en servicio a la humanidad........................... 54 9. La iglesia: ritos y rituales............................................... 61 10. La Ley y el evangelio..................................................... 68 11. La vida cristiana........................................................... 75 12. Eventos finales.............................................................. 82 13. Cuando todo sea hecho nuevo...................................... 89 Las Guías de Es­tu­dio de la Bi­blia son pre­pa­ra­das por la ofi­ci­na de las Guías de Es­tu­dio de la Bi­blia pa­ra Adul­tos de la Aso­cia­ción Ge­ne­ral de los Ad­ven­tis­tas del Sép­ti­mo Día. La pre­pa­ra­ción de es­tas guías ocurre ba­jo la di­rec­ción ge­ne­ral de una co­mi­sión mun­dial de eva­lua­ción de ma­ nus­cri­tos pa­ra la Es­cue­la Sa­bá­ti­ca, cu­yos miem­bros ac­túan co­mo con­sul­ to­res. Las lec­cio­nes pu­bli­ca­das re­fle­jan las su­ge­ren­cias de la co­mi­sión, de mo­do que no re­pre­sen­tan ex­clu­si­va­men­te la in­ten­ción del au­tor de ellas.

Colección Guía de Estudio de la Biblia GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA PARA LA ESCUELA SABÁTICA EDICIÓN PARA ADULTOS (Sabbath School Lessons), (USPS 308-600). Spanish-language periodical for fourth quarter, 2012.Volume 117, No. 4. Published quarterly by the Pacific Press® Publishing Association, 1350 North Kings Road, Nampa, ID 83687-3193, U.S.A. Subscription price, $10.20; single copies, $3.99. Periodicals postage paid at Nampa, ID. POSTMASTER: Send address changes to GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA PARA LA ESCUELA SABÁTICA EDICIÓN PARA ADULTOS, P.O. Box 5353, Nampa, ID 83653-5353. Printed in the United States of America. TEXTO Y DIAGRAMACIÓN: CASA EDITORA SUDAMERICANA. IMPRESIÓN Y DISTRIBUCIÓN: PACIFIC PRESS® PUBLISHING ASSOCIATION. DERECHOS RESERVADOS. COPYRIGHT © 2012, BY PACIFIC PRESS® PUBLISHING ASSOCIATION. SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE FOLLETO SIN EL PERMISO DE LOS EDITORES

INTRODUCCIÓN

CREENCIAS FUNDAMENTALES

T

odos creemos en algo. Aun los que pretenden no creer en nada, o en nada absoluto, creen en algo (en este caso, su relativismo). Las creencias son im­ portantes porque impactan grandemente en cómo vivimos. Pero, para algunos cristianos, más importante que las creencias, o la conducta, es pertenecer, tener un sentido de comunidad. Sin embargo, la comunidad debe estar basada en creencias compartidas, metas compartidas y preocupaciones comunes. Para los adventistas del séptimo día –personas provenientes de todos los grupos imaginables de la humanidad–, lo que nos mantiene unidos como comunidad son nuestras 28 “creencias fundamentales”, que son la base para crecer en Cristo y vivir como una comunidad de fe a la luz de la eternidad. Algunos alegan que lo que importa es nuestro amor a Cristo, no las doc­ trinas. Esto suena bien, pero la Biblia nunca separa un amor a Cristo de un amor a la verdad. Se nos dice que “siguiendo la verdad en amor” podemos crecer en Cristo (Efe. 4:15, 16). Conocer las doctrinas no es un mero acumular datos correctos; más bien, conocer la doctrina resulta en amor a Dios (2 Juan 6-10). Además, la Biblia está preocupada por la “sana doctrina” porque, entre otras cosas, afecta la vida ética (1 Tim. 1:9, 10; Tito 2:1-5). La Iglesia Adventista del Séptimo Día sostiene 28 doctrinas fundamentales. No constituyen un credo, en el sentido de que no puede esperarse ningún desa­ rrollo adicional de las verdades expresadas en ellas (o que no se puedan añadir más enseñanzas). Y, aunque siempre debemos mantenernos abiertos a más luz, un consenso firme sobre esas creencias es vital para la unidad y la misión de la iglesia. ¿Qué ha congregado a millones de personas de todo el mundo en un movimiento unido si no son las doctrinas compartidas? Este trimestre nos concentraremos en algunas de esas enseñanzas. Aunque creemos que las 28 son fundacionales y fundamentales para nuestra identidad, no podemos estudiar todas en un trimestre. No obstante, esperamos presentar una guía sistemática y coherente para algunas de ellas. Se dará especial aten­

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ción a la creencia nº 11, “Crecer en Cristo”, aceptada por el Congreso de la Aso­ ciación General realizado en St. Louis, Missouri, EE.UU., en el año 2005 (ver las lecciones 5 a 7). Esta creencia, en sí misma y por sí misma, no añade una enseñanza nueva o previamente desconocida; más bien, en respuesta a las ne­ cesidades de ciertas regiones del mundo, ayuda a clarificar la comprensión de la iglesia acerca del poder de Dios para dar a los creyentes en Cristo la victoria sobre las fuerzas del mal. De hecho, todas las lecciones de este trimestre es­ tarán dentro del contexto de la lucha entre Cristo y esas fuerzas del mal. Es lo que llamamos “la gran controversia”. Dentro del motivo de la gran controversia y directamente relacionada con ella, la salvación en Cristo es el hilo que une todas las doctrinas. La gran contro­ versia y los problemas que ha generado constituyen el escenario para el plan de redención, que subraya y satura nuestras 28 creencias fundamentales. Entonces, las doctrinas no son un fin en sí mismas. Son un medio para un fin, y ese fin es Jesús, y conocer a Jesús por nosotros mismos, y crecer en él. O, más subjetivamente, nuestras 28 doctrinas deberían conducirnos a una com­ prensión más profunda de lo que Jesús hizo por nosotros por medio del plan de salvación; el cual, a su vez, debería llevarnos a un amor más profundo por Dios y a una vida más comprometida con revelar ese amor al mundo y a los “princi­ pados y potestades en los lugares celestiales” (Efe. 3:10). Sí, todos creemos en algo. La meta de este trimestre es ayudarnos no solo a creer en la Verdad, sino también a amar más a Dios y a crecer en su gracia. Kwabena Donkor, natural de Ghana, es uno de los directores asociados del Instituto de Investigaciones Bíblicas en las oficinas centrales de la Asociación General, en Silver Spring, Maryland, EE.UU.

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CLAVE DE ABREVIATURAS CBA CS DMJ DTG Ed EUD HAp HHD JT MGD MS NEV NVI PP PVGM RVR SpP TI TM TTA VM

Comentario bíblico adventista, 7 tomos El conflicto de los siglos El discurso maestro de Jesucristo El Deseado de todas las gentes La educación Eventos de los últimos días Los hechos de los apóstoles Hijos e hijas de Dios Joyas de los testimonios, 3 tomos La maravillosa gracia de Dios Mensajes selectos, 3 tomos Nuestra elevada vocación La Biblia, Nueva Versión Internacional Patriarcas y profetas Palabras de vida del gran Maestro La Biblia, Versión Reina-Valera de 1960 The Spirit of Prophecy, 4 tomos Testimonios para la iglesia, 9 tomos Testimonios para los ministros Tratado de teología adventista, Raoul Dederen, ed. La Biblia, versión moderna

BIBLIOGRAFÍA Asociación Ministerial de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1988. Dederen, Raoul, ed. Tratado de teología adventista del séptimo día, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009. Eliot, T. S. The Complete Poems and Plays. Nueva York, San Diego, Londres: Harcourt Brace & Co., 1952. Erickson, Millard J., Christian Theology. Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1998. Joint Commission on Baptism, Confirmation of the Church of England. Londres: SCM, 1955. Kaiser, Walter C., Five Views on Law and Gospel. Grand Rapids, Mich.: Zondervan, 1993. Morris, Leon, The Apostolic Preaching of the Cross. Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publ. Co., 1965. Niebuhr, H. Richard, Christ and Culture. HarperCollins Publishers, 1996. Stuart, Douglas K., The New American Commentary: Exodus. Broadman & Holman, Publishers, 2006. 4

Lección 1: Para el 6 de octubre de 2012

LA GRAN CONTROVERSIA: EL FUNDAMENTO

Sábado 29 de septiembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3:15; Apocalipsis 12:117; Isaías 14:4-21; Ezequiel 28:12-19; Isaías 53:6; Romanos 1:20-28; Juan 16:2. PARA MEMORIZAR: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre su simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15).

PENSAMIENTO CLAVE: El motivo de la gran controversia es el concepto general que da cohesión a las creencias fundamentales de los adven­ tistas del séptimo día. SE HA DICHO QUE “la necesidad es la madre de la invención”. La palabra madre, en este caso, significa “fuente”, “fuerza impulsora”, “fundamento”; es la nece­ sidad de algo lo que mueve a la gente a la acción. La necesidad de aire más limpio es, por ejemplo, la fuerza impulsora del movimiento que busca energías diferentes de los combustibles fósiles. Así como sucede con las invenciones físicas, un sistema de creencias tam­ bién necesita un principio que lo explique. Los adventistas del séptimo día profesan un cuerpo de 28 doctrinas fun­ damentales. Estas creencias tienen como base el concepto de “la gran contro­ versia”. Cada una de las 28 doctrinas trata sobre un aspecto específico de la con­ troversia cósmica. Las creencias que estudiaremos este trimestre tienen como trasfondo el motivo de la gran controversia. Esta semana veremos algunos de los puntos clave de este fundamento.

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Lección 1 // Domingo 30 de septiembre

LA CONTROVERSIA Y SUS PARTICIPANTES La gente sintió siempre que la humanidad está en una lucha entre fuerzas opuestas. El poeta T. S. Eliot escribió: “En todos mis años, una cosa no cambia./ Por más que la disfrace, esto no cambia:/ La perpetua lucha entre el bien y el mal”.–T. S. Eliot: The complete Poems and Plays, p. 98. Aunque esta idea es común, la gente tiene conceptos muy diferentes sobre de qué trata el conflicto, quiénes están involucrados, qué está en juego y cómo terminará. Como adventistas, tenemos una perspectiva muy específica de esta lucha, por nuestra comprensión de la Biblia y del modo en que ella describe “la gran controversia”. Estudia Génesis 3:15 y Apocalipsis 12:1 al 17. ¿Quiénes son los actores en este conflicto? Aunque se usan símbolos para describirlos, ¿por qué creemos que los poderes descritos son reales y literales? ¿Qué sucedería si todo nuestro sistema de creencias espiritualizara la realidad del gran conflicto entre Cristo y Satanás, y nuestra participación en él?

La gente suele usar términos tales como el diablo o ángeles, y aun Dios, diciendo algo muy diferente del significado de estas palabras. Por ejemplo, algunos usan la palabra Dios solo por la función que tiene en el lenguaje; no tienen interés en el hecho de que “Dios” exista o no. Cualesquiera que sean los símbolos usados para describirlos, la Biblia en­ seña que son entidades reales, trabadas en un conflicto real. La mayoría de las doctrinas que estudiaremos este trimestre no tendrían sentido si los actores de la controversia no son tomados como literales, y esto a menudo nos pone en desacuerdo con la cultura actual. Aunque el secularismo ha adoptado muchas formas durante los dos últimos siglos, nada lo caracteriza mejor que el deseo de eliminar del habla humana todo lenguaje “de otro mundo”. Con el éxito de la ciencia, la gente en algunas culturas se inclina a pensar en los problemas de forma científica. Ángeles y de­ monios no andan bien en el pensamiento científico. Por eso, de la cultura actual está desapareciendo la creencia en lo sobrenatural.

¿Cuánto ha impactado tu propia cultura en la cosmovisión científica y secular? ¿Cuánto te ha impactado a ti? ¿De qué aspectos de esta cosmovisión debemos protegernos especialmente? 6

Lunes 1º de octubre // Lección 1

LA CAÍDA DE LUCIFER Aunque la Biblia no nos dice explícitamente qué problemas están involu­ crados en la controversia entre Dios y Satanás, se los puede inferir de pasajes bíblicos como Isaías 14:4 al 21 y Ezequiel 28:12 al 19. Originalmente, estos pa­ sajes representaban reyes paganos de Tiro y Babilonia; pero, cuando se los lee con cuidado, hay detalles que van más allá de estos gobernantes del antiguo Cercano Oriente. Apuntan al origen, la posición y la caída de Satanás. En 1 Timoteo 3:6, Pablo advierte contra la ordenación, al ancianato, de un converso nuevo, advirtiendo que tal acto podría hacer que la persona se envaneciera y cayera en la misma condenación del diablo. ¿De qué manera esta declaración arroja luz sobre los dos pasajes indicados, y de qué modo los tres pasajes nos ayudan a comprender algunos de los problemas implicados en el conflicto?

De los textos citados, se evidencian tres problemas: orgullo, autonomía e independencia. El Antiguo Testamento describe a un ser creado, dependiente, que aspira a ser autosuficiente e independiente. Pero, la independencia siempre es de algo o de alguien. Primera de Juan 3:8 dice que el diablo ha pecado desde el principio; 1 Juan 3:4 define el “pecado” como ilegalidad. Por lo tanto, el pe­ cado de Satanás, que era una búsqueda de independencia y autonomía, re­ presentó un deseo de liberarse de las “restricciones” de Dios y de sus leyes. Al rehusar mantenerse bajo la autoridad de la Ley de Dios, Satanás mostró querer vivir bajo un conjunto diferente de condiciones. Esta rebelión también implica que, para él, el sistema de leyes del cielo no era el ideal, que había en él algo que estaba mal. Pero, siendo que la Ley de Dios es un reflejo del carácter de Dios, un defecto en la Ley equivaldría a un defecto en el carácter de Dios. Es decir, la rebelión de Satanás era en contra de Dios mismo.

Orgullo, autonomía, independencia. ¿Qué evocan en tu mente estas tres palabras? ¿De qué modo incluso nosotros estamos en peligro de caer en estas trampas, aunque sea sutilmente? Después de todo, bajo las condiciones correctas, ¿qué hay de malo en cualquiera de estas ideas? 7

Lección 1 // Martes 2 de octubre

EL ARMA DE DIOS “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15). ¿Cómo revela este texto la gran controversia?

El lenguaje críptico de Génesis 3:15, donde se predice la controversia, nos da un indicio de las reglas de Dios en este conflicto. Vemos que el conflicto, que acababa de comenzar en la Tierra entre la serpiente y la mujer, tomaría forma involucrando a los seguidores de los contendientes iniciales: la “simiente” de la mujer, y la “simiente” de la serpiente. A su debido tiempo, el conflicto llegaría a su clímax en un choque mortal entre Satanás y un descendiente de la mujer, Jesús de Nazaret. El arma que Dios eligió fue Jesús, quien pelearía en favor de la mujer, hasta sufrir “heridas”, para finalmente darle un golpe mortal a la ser­ piente. El arma elegida sería un acto de sacrificio hecho por Jesús, un acto de amor abnegado. ¿Cómo nos ayudan los versículos siguientes a comprender algunos de los problemas involucrados en la gran controversia? ¿De qué forma el plan de salvación es central en todo esto? Compara Génesis 4:4 con Hebreos 11:4:

Compara Génesis 12:3 y 22:18 con Gálatas 3:16: Compara Éxodo 25:8 con Hebreos 4:2: Compara Isaías 53:6 con Romanos 5:8: Considera Mateo 16:18 y 18:16 al 20: Considera Hebreos 8:1 y 2:

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Miércoles 3 de octubre // Lección 1

LA PELEA DE SATANÁS Ayer viste una progresión de la revelación de Dios y de su verdad en la gran controversia. Dios obró por medio de la adoración patriarcal y la realizada en el Santuario israelita, de la muerte expiatoria de Cristo, de la iglesia, y del propio ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Pero, Satanás trabaja sin descanso para destruir los planes de Dios. Gran parte de la controversia ha sido, y sigue siendo, sobre estos mismos problemas. Por ejemplo, el sistema de sacrificios de los patriarcas y el del Santuario de Israel fueron diseñados por Dios para recordarnos que él es el Creador y para mantener viva la esperanza de la redención. ¿De qué manera procuró Satanás usurpar y destruir la verdad acerca del plan de salvación, especialmente como se revela en el sistema de sacrificios? Ver Rom. 1:20-28; Deut. 32:17, 18.

La encarnación de Cristo, su ministerio sobre la Tierra y su muerte como sacrificio expiatorio en la cruz fueron las partes centrales del modo que Dios eligió derrotar a Satanás. La muerte de Cristo garantizó la derrota de Satanás en su lucha contra Cristo. ¿Cómo muestran los siguientes textos la forma en que Satanás trabajó contra Jesús? Mat. 2:1-18; 4:1-11; 16:21-23; 27:39-42.

Después de su muerte y resurrección, Cristo estableció su iglesia para pro­ clamar las buenas nuevas de salvación a la humanidad perdida. Desde el co­ mienzo, Satanás decidió debilitarla y destruirla. Los siguientes pasajes muestran algunas de las tácticas de Satanás contra la iglesia (ver Hech. 5:17, 18; 7:54-60; 2 Tes. 2:1-4; 1 Tim. 4:1; 2 Ped. 2:1; Apoc. 12:13-17). Entretanto, Hebreos presenta un Santuario real en el cielo, donde Cristo entró después de su ascensión (Heb. 4:14-16; 9:24), donde realiza funciones sa­ cerdotales en favor de la humanidad pecadora (Heb. 7:27). En Daniel 8:11 al 14, vemos la actividad de Satanás en relación con el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial, y su intento de usurpar ese ministerio.

Lee 1 Pedro 5:8 y 9. ¿Qué advertencia da y cómo podemos vivirla cada día? ¿Cómo podemos resistir al diablo? ¿Cuán a menudo percibes los esfuerzos de Satanás en contra de ti? 9

Lección 1 // Jueves 4 de octubre

DESTINOS “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). ¿Cómo se nota aquí cuál es el problema fundacional de la gran controversia?

La profecía nos proporciona una vista de las escenas finales del conflicto entre Dios y Satanás. Durante 1.260 años (Dan. 7:25; 12:7; Apoc. 11:2; 12:14; 13:5), Satanás, esporádicamente pero en forma persistente, persiguió al pueblo de Dios. En un choque final (Apoc. 12, 13), Satanás emplea dos poderes terrenales: una bestia semejante a un leopardo (Apoc. 13:1-10), y una bestia de dos cuernos (Apoc. 13:11-17), que usan sus mismas tácticas. Apocalipsis 14:6 al 13 es una descripción del movimiento que usa Dios frente a Satanás en las etapas finales de la lucha, para llevarla a su conclusión. ¿De qué forma se manifestarán algunos de los problemas del gran conflicto?

Dios proclama claramente los problemas involucrados en el conflicto (re­ presentados por los tres ángeles) antes de que este finalice. La humanidad ne­ cesita ser informada para que las personas tomen su decisión acerca de los problemas. En el conflicto final, habrá personas leales a Dios. En Apocalipsis 14, están simbolizadas por el número 144.000, posiblemente representativo de un grupo innumerable de todas las naciones de la Tierra (Apoc. 7:4). Ellos obedecen los mandamientos de Dios en una época de gran angustia y adoran de todo co­ razón a su Dios creador. Reciben la aprobación de Dios y son victoriosos con él, mientras que los impenitentes son destruidos (Apoc. 14:14-20), y así termina la gran controversia.

En esta gran controversia ninguno puede ser neutral. Estás de un lado o del otro. Cualquiera puede decir que está del lado de Dios (ver Juan 16:2); ¿cómo sabes, con certeza, que estás realmente de ese lado? ¿Cuál es tu respuesta? 10

Viernes 5 de octubre // Lección 1

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee, en el Tratado de teología adventista (Raoul Dederen, ed.), el capítulo titulado “Gran conflicto”, por Frank B. Holbrook, páginas 1.085 a 1.128. “La Biblia es su propio intérprete. Debe compararse texto con texto. El estu­ diante debería aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención. Debería comprender la naturaleza de los principios que luchan por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo, en su propio caso, cada acto de su vida revela uno u otro de estos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar” (Ed 190). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. En esta cita de La educación, Elena de White escribe que la gran contro­ versia interviene en cada fase de la experiencia humana. ¿Cuán cierto ha sido esto en tu propia experiencia? Tu comprensión del motivo de la gran contro­ versia ¿ha sido una fuente de fortaleza o de frustración al luchar con los pro­ blemas diarios en el mundo de pecado y sufrimiento? 2. Algunos hablan de una “demora” de la segunda venida de Cristo. Con la cantidad de injusticia y sufrimiento sin sentido en el mundo, parece que cada día de vida adicional sobre la Tierra es uno que está de más. Pide a los miembros de la clase que compartan sus perspectivas individuales con respecto al motivo de la gran controversia, desde el punto de vista de la así llamada “demora”. 3. ¿Cuán seguros podemos estar respecto de la solución final del conflicto entre el bien y el mal? ¿Qué te da la seguridad de que el mal no vencerá al final? ¿Qué razones tenemos para creer esto? ¿De qué modo, por ejemplo, la profecía de Daniel 2 nos ayuda a tener seguridad acerca del resultado final? 4. En la clase, repasen la pregunta final de la sección del jueves. La respuesta es especialmente relevante por causa de nuestra comprensión de quiénes son los perseguidores en los últimos días. Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que estaremos del lado correcto?

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Lección 2: Para el 13 de octubre de 2012

LA REVELACIÓN, Y EL DIOS DE ELLA

Sábado 6 de octubre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Pedro 1:19-21; 2 Timoteo 3:16, 17; Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; Hebreos 11:6; Éxodo 3:1-14. PARA MEMORIZAR: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Heb. 1:1, 2).

PENSAMIENTO CLAVE: Por importante que sea entender la forma en que opera la inspiración bíblica, más importante es conocer al Dios re­ velado por medio de la Inspiración. “LOS CIELOS CUENTAN la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1). Es muy cierto. Lo que no declaran es que Dios nos ama, que murió por nosotros y que está obrando para salvarnos. El resultado final es que, para aprender acerca de Dios, la fuente clave es la Biblia. Hay grandes verdades, en especial sobre la naturaleza de Dios y su acti­ vidad en este mundo, que no conoceríamos si no nos fuera revelado. Aunque la gente puede sentir que existe una lucha entre el bien y el mal, ¿cómo podría saber de la gran controversia si no fuera por las Escrituras? Esta semana consideraremos dos cosas: 1) qué dice la Biblia acerca de sí misma y de cómo fue inspirada, y 2) qué enseña acerca del Dios que la inspiró.

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Domingo 7 de octubre // Lección 2

LA DOCTRINA DE LAS ESCRITURAS Lee 2 Pedro 1:19 al 21. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de cómo consideraron las Escrituras los autores del Nuevo Testamento?

Pedro afirma que las profecías del Antiguo Testamento no tuvieron origen humano. Su argumento es que los profetas hablaron porque fueron “inspirados por el Espíritu Santo”, es decir, el impulso que los llevó a escribir las Escrituras fue el Espíritu Santo. Los escritores bíblicos fueron inspirados por Dios mismo. Lee 2 Timoteo 3:16 y 17. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la Biblia y para qué debe usársela?

Es muy claro que Pablo deseaba que Timoteo comprendiera que, como las Escrituras fueron producidas divinamente, son confiables y valiosas para la edi­ ficación de los creyentes. Pablo no deja lugar a dudas en cuanto a la veracidad, autoridad y origen de las Escrituras. Nota, también, que está hablando de “toda la Escritura”. Pablo no nos deja la opción de tomar y elegir qué partes pensamos que son inspiradas y qué partes no lo son. No todo nos obliga ahora, tal como las leyes ceremoniales, pero eso es radicalmente diferente de la pretensión de que algunas partes de la Biblia son inspiradas y otras no, o que algunas partes no son tan inspiradas como otras partes (sea lo que fuere que esto signifique). Lee Mateo 4:4, 7 y 10; 22:41 al 46 y Juan 10:34 y 35. ¿Qué verdad vital acerca de las Escrituras y de su autoridad podemos obtener de estos textos?

No importa lo que creamos, necesitamos un punto de partida, una base sobre la cual definir esa creencia. Para los cristianos adventistas del séptimo día, la base es la Biblia, norma absoluta y árbitro de la verdad.

¿Cuánto tiempo pasas con la Palabra? ¿Cuánto de tu vida sigue el modelo de lo que ella enseña? Piensa en las últimas 24 horas. ¿Qué hiciste, o no hiciste, durante esas horas, que estuvo basado en la autoridad de las Escrituras? 13

Lección 2 // Lunes 8 de octubre

LA NATURALEZA DE LA INSPIRACIÓN “No son las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados. La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo [...]. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual. La mente divina es difundida. La mente y la voluntad divinas se combinan con la mente y la voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios” (MS 1:24). ¿De qué forma nos ayudan estas palabras a comprender cómo opera la inspiración bíblica?

La gente a veces se obsesiona con lo que considera textos problemáticos. Por ejemplo, las palabras de la inscripción que estuvo sobre la cruz de Jesús: “ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS” (Mat. 23:37); “EL REY DE LOS JUDÍOS” (Mar. 15:26); “ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS” (Luc. 23:38). ¿Cómo compren­ demos estas diferencias? La Biblia dice que “toda la Escritura es inspirada por Dios” y que es digna de confianza; pero aquí vemos diferencias. Es decir, la Inspiración permite di­ ferentes expresiones de una idea o un evento, mientras aquellas los describan adecuadamente. Donde una aproximación general es suficiente, la Inspiración la acepta. Pero, si se necesita algo específico, como en 1 Reyes 6:1, la Inspira­ ción lo proporciona y debemos aceptarlo como tal. Compara Hechos 1:18 con Mateo 27:5. ¿En qué forma estos informes de la muerte de Judas parecen diferir?

Durante un tiempo, los críticos de la Biblia afirmaban que estos versículos estaban en conflicto. Pero, investigaciones recientes muestran que la palabra traducida como “cayendo de cabeza”, en Hechos 1:18, también significa “se hinchó”. Es probable que, después de colgarse, Judas no haya sido descubierto hasta que su cadáver se hubo hinchado, lo que provocó que su abdomen esta­ llara. Lo que parecía contradictorio no lo es ahora. La mayor parte de la Biblia no tiene problemas. Donde quedan algunas pre­ guntas acerca de “errores” o “contradicciones” aparentes, la actitud prudente sería la humildad. Hay personas que han naufragado en su fe al concentrarse en estos textos “problemáticos”. No debemos juzgar la Palabra, sino obedecerla. 14

Martes 9 de octubre // Lección 2

EL MISTERIO DEL DIOS TRIUNO “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gén. 1:26).

Entender cómo actúa la Inspiración, por importante que sea, es solo un medio para un fin, y ese fin es conocer a Dios. Una comprensión profunda de cómo fue escrita la Biblia, o aun una comprensión profunda de las verdades reveladas en ella, no significan nada si no conocemos a Dios por nosotros mismos (Juan 17:3). Y una cosa que la Biblia afirma explícitamente acerca de sí misma es su unicidad. Lee Deuteronomio 6:4 y Marcos 12:29. ¿Qué verdad crucial se encuentra en estos textos?

La expresión en la Biblia acerca de la unicidad de Dios descarta cualquier idea de muchos dioses. Hay solamente un Dios. Sin embargo, el cuadro total que obtenemos de la Biblia es que hay un “contenido” interno en Dios, aun en su unicidad. Lee Génesis 1:26; 3:22; y 11:7; Juan 1:1 al 3 y 18; y 20:28; 2 Corintios 13:14; y Mateo 28:19. ¿De qué modo estos textos comienzan a clarificar la realidad interna de Dios?

La sugerencia que hace el Antiguo Testamento de una pluralidad provee indi­ cios acerca de la naturaleza interior de Dios. Cuando unimos esto con la afirma­ ción del Nuevo Testamento acerca de Jesucristo y el Espíritu Santo, comenzamos a darnos cuenta de que hay mucho acerca de Dios que no comprendemos plena­ mente, y probablemente nunca lo entenderemos. El aspecto triuno de Dios es un misterio, entre muchos, con el cual tendremos que aprender a vivir. La información que da la Biblia acerca de Dios, incluyendo su naturaleza en tres personas, no se provee para que nos ocupemos en filosofar y especular, sino para aumentar nuestra comprensión de sus actividades, especialmente su obra redentora en nuestro favor, mientras la gran controversia se desarrolla y finalmente se termina.

¿Quién no tiene muchas preguntas que solamente Dios puede responder? ¿Cómo podemos aprender a confiar en él hasta que llegue el tiempo cuando se nos den respuestas? 15

Lección 2 // Miércoles 10 de octubre

LOS ATRIBUTOS DE NUESTRO CREADOR La Biblia nos revela verdades acerca de Dios, que no encontramos en nin­ guna otra parte. Entre esas verdades, está la de que es el Creador. De hecho, esto es lo primero que la Biblia nos dice acerca de Dios: que él creó “los cielos y la tierra” (Gén. 1:1). Una de las muchas cosas fascinantes acerca de este texto es que la Biblia sencillamente da por sentada la existencia de Dios sin tratar de probarla ni de­ mostrarla. La Biblia pasa mucho tiempo enseñándonos acerca de cómo es Dios, especialmente al revelar su carácter por medio de su interacción con la huma­ nidad caída. Pero, no ocupa tiempo tratando de probar que él existe. Simple­ mente, da por sentada su existencia. Lee Hebreos 11:6 y Romanos 10:17. ¿Qué se dice acerca de Dios y del rol que su Palabra desempeñó en darnos la percepción de su existencia?

La convicción de la existencia de Dios no puede provenir solo de argumentos racionales. La Biblia enseña que una persona se convence de la existencia de Dios por medio de la experiencia personal con él, cuando el Espíritu Santo impresiona el corazón y la mente con los hechos de su existencia. En muchos casos, la gente puede llegar a creer en Dios primero; solo después comienza a edificar una base lógica e intelectual para la fe en un Dios a quien no puede ver. Lee Malaquías 3:6; Santiago 1:17; 1 Juan 4:8 y 16; y 2 Crónicas 6:18. ¿Qué nos indican estos textos acerca de los atributos de Dios? ¿Qué otros atributos de Dios se revelan en la Palabra?

Medita en los atributos de Dios expresados en las Escrituras. ¿Cuántos de ellos podrías conocer de otras fuentes; es decir, de la naturaleza, o de la expe­ riencia personal? ¿Qué te enseña tu respuesta acerca de cuán vitales son las Escrituras para nuestra comprensión de cómo es Dios realmente?

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Jueves 11 de octubre // Lección 2

LAS ACTIVIDADES DE DIOS Aun la lectura más superficial de la Biblia revela que Dios está activamente involucrado con la humanidad y con lo que sucede aquí sobre la Tierra. No está distante, alejado e indiferente, como algunos antiguos griegos enseñaban acerca de Dios, o aun como algunos teólogos cristianos tratan de describirlo hoy. Aunque es radicalmente diferente de lo que él creó, Dios está íntimamente ligado a su creación. Como vimos ayer, la Biblia describe a Dios como nuestro Creador, un hecho que muestra cuán vinculado está él con este mundo. ¿Qué nos enseñan los siguientes textos acerca de las otras actividades de Dios aquí sobre la Tierra, especialmente en el contexto de la gran controversia? Gén. 11:9

Gén. 19:24

Éxo. 3:1-14

Juan 3:16

1 Tes. 4:17

Sin duda, la Biblia revela a un Dios que está muy involucrado con la huma­ nidad. Todo el escenario de la gran controversia, realmente, trata del modo en el que Dios está obrando para salvar a la humanidad de las garras del pecado y de Satanás. Desde el primer acto de la creación de la Tierra (Gén. 1:1), pasando por la cruz (Juan 19:18) y hasta la re-creación de la Tierra (2 Ped. 3:12, 13), la Biblia nos muestra inequívocamente la actividad íntima de Dios en favor de la humanidad.

¿De qué modo has experimentado tú, personalmente, la actividad de Dios? ¿De qué modo lo has visto actuar en tu vida y en la vida de otros? ¿Cómo puedes aprender a obtener consuelo por saber cuán cercano e íntimo está Dios en relación con nosotros? 17

Lección 2 // Viernes 12 de octubre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Peligro que entraña el conoci­ miento especulativo”, El ministerio de curación, pp. 334, 345; “El Verbo hecho carne”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 344-349; y “Prefacio” e “Introducción”, El conflicto de los siglos, pp. 5-15. “Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio de instru­ mentos humanos, y él mismo, por su Santo Espíritu, habilitó a hombres y los hizo capaces de realizar esa obra. Guió la inteligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del Cielo. Aunque llevado a todo viento en el vehículo imperfecto del idioma humano, no por eso deja de ser el testimonio de Dios; y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, lleno de gracia y de verdad. “En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la expe­ riencia religiosa. ‘Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para ense­ ñanza, para reprensión, para corrección, para instrucción en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando cumplidamente instruido para toda obra buena’ (2 Tim. 3:16, 17, VM)” (CS 9). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. ¿Cuánta confianza podemos tener en nuestras conclusiones acerca de Dios, aparte de la información que nos da la Biblia? ¿Hay espacio para com­ prender a Dios desde otras fuentes? Si fuera así, ¿cuáles son ellas, y cómo asegu­ rarnos de que la información que dan es correcta? 2. ¿Por qué cualquier cosmovisión que niega lo sobrenatural contradice la Palabra de Dios? 3. La ciencia y la tecnología han sido una gran bendición para la huma­ nidad. Además, de algún modo, la ciencia nos ayuda a comprender el poder de Dios (p. ej., considera lo que nos ha mostrado acerca de la gran complejidad de la vida). Pero ¿cuáles son los límites obvios de lo que la ciencia nos puede enseñar acerca de Dios? Además, ¿cuándo la ciencia puede actuar en contra de la correcta comprensión de Dios? 4. ¿Por qué la doctrina de un Dios triuno (aunque sea difícil de comprender) es tan importante para nosotros como adventistas? ¿Qué pasaría, por ejemplo, si Cristo fuera otro ser y no plenamente Dios?

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Lección 3: Para el 20 de octubre de 2012

EL HOMBRE: ARTESANÍA DIVINA

Sábado 13 de octubre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 1:26, 27; Marcos 12:13-17; Génesis 2:19-25; Hechos 17:26; Romanos 5:12-19. PARA MEMORIZAR: “Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado” (Sal. 100:3).

PENSAMIENTO CLAVE: Dios creó a la humanidad a su propia imagen; el pecado contaminó esa imagen. El plan de Dios es restaurar esa imagen en nosotros. ARTHUR SCHOPENHAUER, en el siglo XIX, pensando sobre la identidad humana, chocó en la calle a alguien, quien lo increpó enojado: –¿Quién es usted? –¿Que quién soy yo? Eso quisiera yo saber. ¿Quiénes somos como raza? ¿Cómo llegamos y qué hacemos aquí? Estas son preguntas antiguas que los humanos todavía debaten hoy, pero las Escrituras las contestan. Hay un vínculo inseparable entre nuestra identidad y la doctrina de la creación; allí se encuentran todas las respuestas; es la doctrina bíblica central para comprender a la humanidad, porque se concentra en nuestros orígenes, no solo en nuestros comienzos. “Comienzos” se refiere al hecho de llegar a ser; “origen” añade la idea de propósito al hecho de llegar a ser. La enseñanza bíblica de la creación es opuesta al evolucionismo, que alega que no hay un propósito para nuestra existencia (estamos aquí solo por el azar). Estas dos enseñanzas son alternativas irreconciliables con nuestra existencia y con nuestra identidad como humanos. 19

Lección 3 // Domingo 14 de octubre

LA CREACIÓN Y LOS ORÍGENES HUMANOS “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gén. 1:27). ¿Qué nos dice este texto acerca de nuestros orígenes, tan diferentes de lo que enseña el evolucionismo?

Es imposible no ver que, como un acto consciente de Dios, la creación de la humanidad tenía un propósito. Las Escrituras no dejan lugar para ninguna idea de azar. Fuimos hechos con un propósito, y se nos dio una naturaleza y una esencia específicas desde el comienzo. Ser hechos “a la imagen de Dios” implica una esencia y un propósito tan concretos y distintos como podemos imaginar. Esto es importante, porque al­ gunos pensadores han alegado que los humanos tenemos que crear nuestro propio significado y propósito porque venimos sin ellos en forma inherente. Si, por ejemplo, el evolucionismo fuera correcto, podríamos insistir en que te­ nemos que hacernos un propósito ya que el evolucionismo enseña que, siendo accidentes, no tenemos ninguno. En contraste, según la Biblia, ya vinimos com­ pletos, hechos a la imagen de Dios y creados para darle gloria. Los orígenes tratan con la historia. Lee Judas 14; Romanos 5:12 al 21; y 1 Corintios 15:20 al 22. ¿Cómo nos ayudan estos textos a comprender la historicidad de Adán en Génesis 1 y 2? ¿Por qué es tan importante comprender que Adán fue una persona histórica?

Es sorprendente cuántos eruditos de la Biblia desechan la historicidad de Adán. Dicen que es un mito, un símbolo para la humanidad, pero que no fue una persona real. Se podría aceptar esa creencia solo distorsionando los textos mismos, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.

Medita en el hecho de que fuiste hecho a la imagen de Dios. ¿Qué debería decirte esto acerca de tu valor inherente, sin importar tus faltas, debilidades y limitaciones? 20

Lunes 15 de octubre // Lección 3

LA IMAGEN DE DIOS: Parte 1 Como vimos ayer, Adán y Eva fueron personas literales, no símbolos o mitos, sino seres de carne y hueso hechos “a la imagen de Dios”. Obviamente, ser hechos a la imagen de Dios es algo bueno, sagrado, que nos otorga valor inhe­ rente. ¿Qué significa esto, realmente? Lee Génesis 1:26. ¿Qué afirmación parece vincularse con la creación del hombre a la imagen de Dios? Es decir, Dios dice que la humanidad está hecha a su imagen, y luego dice algo como un resultado. ¿Qué es eso, y cómo nos ayuda a comprender el concepto de “imagen de Dios”?

Génesis 1:26 es una declaración de intención hecha por Dios. Él creó al hombre a su imagen y luego le ordenó algo. Ser creado a la imagen de Dios parece ser necesario para ejercer cierta función; en este caso, para tener “do­ minio” sobre el resto de lo que Dios había creado. Por lo tanto, “la imagen de Dios” otorgó dotaciones físicas, intelectuales, sociales y espirituales necesa­ rias para que la humanidad cumpliera el propósito de Dios para ella. “Tener dominio” sobre el resto de la creación ciertamente incluye respeto, cuidado y buena mayordomía. Tal vez la humanidad debía interactuar en una forma diná­ mica con el orden “inferior”, creado de tal modo que reflejara cómo Dios inte­ ractúa con los hombres mismos. Hechos a la imagen de Dios, también significa que los humanos debían representar a Dios en el mundo. ¡Qué responsabilidad! Lee Marcos 12:13 al 17. ¿Cómo nos ayudan estos versículos a comprender lo que significa ser hechos a la imagen de Dios?

El mensaje práctico de Jesús parece ser: “Da tu dinero a César; él tiene su imagen en él y, por lo tanto, le pertenece. Pero date a ti mismo a Dios. Tú tienes su imagen, y le perteneces a él”.–Millard J. Erickson, Christian Theology, p. 515. ¿Cómo se traduce esto en términos prácticos? Lo más probable es que tam­ bién llevemos la imagen de Dios en nuestro amor, compromiso y lealtad a él, así como en la forma en que tratamos a otros. Ser hechos a la imagen de Dios es algo que se debe manifestarse en nuestras acciones. 21

Lección 3 // Martes 16 de octubre

LA IMAGEN DE DIOS: Parte 2 Cualquier otra cosa que signifique “hechos a la imagen de Dios” también muestra que fuimos hechos para tener relaciones. ¿Cuáles son esas relaciones, y cómo deberíamos actuar con ellas, siendo lo que somos? Lee Génesis 2:19 y 20. ¿Qué nos indica esto, en forma directa, acerca de la relación de la humanidad con el mundo?

Nota la autonomía, la libertad, dada aquí a Adán. Debía dar nombres a las criaturas que Dios había creado. Dios no les dio sus nombres, sino que dejó esa tarea a Adán. El texto sugiere que Dios aceptaría los nombres que Adán les diera a las criaturas. Lee Génesis 2:20 al 25. ¿Cómo revelan estos versículos los aspectos relacionales para estos seres hechos a la imagen de Dios?

Se han escrito muchos comentarios acerca del significado de estos versí­ culos. Lo fascinante aquí, entre otras cosas, es la cercanía y la intimidad que de­ bían existir entre Adán y Eva. Adán fue creado del suelo; y Eva, de Adán (algo que ayuda a distinguirla de cualquier otra criatura de la Tierra). Ser hechos a la imagen de Dios, entonces, indudablemente genera la capacidad de tener rela­ ciones estrechas y amantes (lo que ciertamente refleja la relación dentro de la Deidad misma). Ahora estudia Génesis 1:27 junto con Génesis 3:20 y Hechos 17:26. ¿De qué forma la unidad entre la primera pareja de seres humanos se extendió para cubrir la unidad de toda la raza humana? ¿Qué tiene que decir la unidad de la humanidad acerca de problemas éticos tales como la justicia, el racismo, etc.?

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Miércoles 17 de octubre // Lección 3

UNA IMAGEN CORROMPIDA Uno de los muchos obstáculos para quienes quieren ver evolucionismo en el informe bíblico de la creación es la caída. En la Biblia, el mundo y la hu­ manidad eran perfectos cuando fueron creados, lo que contradice el evolucio­ nismo. Por la transgresión, entraron al mundo el sufrimiento y la muerte, una idea contraria al modelo evolucionista, donde el sufrimiento y la muerte serían parte del proceso de la “creación”. ¿Cómo sería el carácter de Dios si él nos hubiera creado como enseña el evo­ lucionismo? Sería un Dios que usa procesos violentos, egoístas y de dominación del más fuerte para crear un ser sin fallas que “cae” a un estado de violencia, egoísmo y dominación, del cual tiene que ser redimido o afrontar el castigo final. ¿Qué produce el evolucionismo en el plan de salvación? ¿Se encarnaría Dios en un homínido formado por el ciclo asesino de la selección natural, para abolir la muerte, “el postrer enemigo” (1 Cor. 15:26)? Pero ¿de qué forma la muerte puede ser el “enemigo” cuando sería lo que Dios habría elegido para crear a los humanos? Dios tendría que haber gastado muchos homo erectus, y homo heidelbergensis para conseguir finalmente una criatura a su propia imagen (homo sapiens). ¿Habría Jesús venido a salvar a la humanidad del proceso mismo que Dios habría usado para crear a la humanidad? Esa idea es necia y no bíblica. Lee Romanos 5:12 al 19, y Colosenses 3:10. Según estos versículos, ¿qué produjo el pecado en la humanidad? ¿Cómo ves la gran controversia en este cuadro? Ver 1 Juan 3:8.

El pecado afectó todo aspecto de la vida humana, y aun a la Tierra misma. Elena de White habla de una “triple” maldición que se posó sobre el mundo: la primera fue la caída de Adán; la siguiente, el asesinato de Abel; y luego, el daño causado por el diluvio. Los teólogos hablan también acerca de la “depravación total”, la idea de que cada aspecto de la humanidad fue dañado por el pecado. Al mirar al mundo que nos rodea, no es difícil ver esto.

Algunos creen que la violencia, el sufrimiento y la muerte fueron parte de la manera en que Dios creó a la humanidad. Otros, que estos elementos son parte de la forma en que Satanás procura destruir a la humanidad. Piensa en las diferencias en cuanto al carácter de Dios que presentan estos dos conceptos. 23

Lección 3 // Jueves 18 de octubre

LA RESTAURACIÓN Aunque los efectos del pecado fueron profundos y generalizados, nuestra suerte no es irreversible. La Biblia habla de la posibilidad de renovación y res­ tauración de la imagen de Dios en nosotros. Lee Romanos 8:29; 2 Corintios 3:18; y Efesios 4:23 y 24. ¿Qué esperanza presentan?

La Biblia sustenta la esperanza de ser hechos de nuevo a imagen de Dios. A la renovación de esa imagen en la humanidad, la acompaña una reducción de los efectos que el pecado tuvo sobre nosotros y nuestras relaciones. Pero, esto no resulta de esfuerzos humanos. Cristo es la base de la esperanza de la reno­ vación humana; y todo cambio que se produzca en nuestra vida y la esperanza de salvación descansa sobre lo que Cristo realizó por nosotros, basado en su justicia, no en la nuestra. ¿De qué modo 2 Corintios 5:17 se relaciona con la re-creación del hombre a imagen de Dios? El ser una nueva criatura ¿pone a la persona fuera del alcance del pecado y de sus efectos? ¿Qué te dice tu propia experiencia?

La Escritura enseña que, para lograr la renovación espiritual, entramos en una guerra espiritual entre la carne y el espíritu (Gál. 5:16, 17). Los que se están renovando a imagen de Dios encuentran que esta guerra es la realidad de la experiencia humana, aceptan el desafío y se ponen del lado de Dios en la gran controversia (Efe. 6:10-13). Escribiendo acerca de quienes han experimentado el poder renovador de Cristo, Elena de White nota: “Pero, habiendo alcanzado esta experiencia, el cristiano no debe cruzarse de brazos, conforme con lo que ha logrado. El que se haya decidido a entrar en el reino espiritual descubrirá que todos los poderes y las pasiones de la naturaleza no regenerada, respaldados por las fuerzas del reino de las tinieblas, están preparados para atacarlo. Cada día debe renovar su consagración, cada día debe batallar contra el pecado. Los antiguos hábitos, las tendencias hereditarias hacia el mal, se disputarán el dominio, y contra ellos debe velar siempre, apoyándose en el poder de Cristo para obtener la victoria” (HAp 393).

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Viernes 19 de octubre // Lección 3

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La creación”, Patriarcas y profetas, pp. 24-33. “Al principio el hombre fue creado a la imagen de Dios. Estaba en perfecta armonía con la naturaleza y la ley de Dios; los principios de justicia estaban gra­ bados en su corazón. Pero el pecado lo separó de su Hacedor. Ya no reflejaba más la imagen divina. Su corazón estaba en guerra con los principios de la ley de Dios. ‘La intención de la carne es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede’ (Rom. 8:7). Mas ‘de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito’, para que el hombre fuese reconciliado con Dios. Por los méritos de Cristo puede restablecerse la armonía entre el hombre y su Creador. Su corazón debe ser renovado por la gracia divina, debe recibir nueva vida de lo alto. Este cambio es el nuevo nacimiento, sin el cual, según expuso Jesús, nadie ‘puede ver el reino de Dios’” (CS 520, 521). “El verdadero propósito de la educación es restaurar la imagen de Dios en el alma. En el principio, Dios creó al hombre a su propia semejanza. Lo dotó de cualidades nobles. Su mente era equilibrada, y todas las facultades de su ser eran armoniosas. Pero, la caída y sus resultados pervirtieron estos dones. El pecado echó a perder y casi hizo desaparecer la imagen de Dios en el hombre. Restaurar esta fue el objeto con que se concibió el plan de salvación y se le concedió un tiempo de gracia al hombre” (PP 645, 646). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. ¿De qué forma la enseñanza del evolucionismo entra en el escenario de la gran controversia? ¿Cómo ha usado Satanás esta doctrina para socavar la fe en la Biblia? 2. Repasa el Nuevo Testamento y busca todos los textos que hablan acerca de Adán. ¿Cuán claro es que todos los escritores del Nuevo Testamento creían que Adán había sido una persona real? ¿Por qué esta comprensión es tan impor­ tante para nuestro concepto de quiénes somos, cómo llegamos a la situación en la que estamos y la esperanza que tenemos en Jesús? 3. Medita en la idea de ser restaurados a la imagen de Dios. ¿Cómo hemos de entender esto, especialmente como seres sujetos a la decadencia, la muerte, la enfermedad y las plagas? 4. Las dos enseñanzas más fundacionales de la física –la teoría cuántica y la relatividad general– se contradicen directamente entre sí. ¿Qué debería de­ cirnos esto acerca de cuán cuidadosos debemos ser cuando aceptamos algo como un “hecho”, meramente porque la ciencia lo dice?

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Lección 4: Para el 27 de octubre de 2012

LA SALVACIÓN: LA ÚNICA SOLUCIÓN

Sábado 20 de octubre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 2:25; Jeremías 17:9; Tito 1:1, 2; Romanos 3:19-24; Hechos 2:37; Lucas 7:47; Efesios 2:1-5. PARA MEMORIZAR: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

PENSAMIENTO CLAVE: El problema del pecado es muy grande: cuán agradecidos debemos estar de que la solución fue suficientemente grande como para resolverlo. EL “PROBLEMA DEL PECADO” se refiere a la crisis causada por la caída de Adán y Eva en el Jardín del Edén, que trajo a la Tierra la gran controversia entre el bien y el mal. La parte de Dios en el conflicto ha sido detener y, al final, eliminar los efectos mortíferos del pecado en la Tierra y en la creación como un todo. La acción de Dios de rescatar a la creación de los resultados del pecado constituye la doctrina de la salvación. Y, aunque esa batalla se desarrolló aquí en la Tierra, los problemas de la gran controversia son, literalmente, universales. La doctrina de la salvación trata de Dios y su obra de salvarnos. Pero, la humanidad también tiene un rol importante. Sí, nuestra parte vital consiste en contestar a esta pregunta: ¿Cuál será nuestra respuesta a esa provisión? De esa respuesta depende el destino eterno de nuestras almas. 26

Domingo 21 de octubre // Lección 4

EL ALCANCE DEL PROBLEMA Siendo que la salvación es la solución de Dios al problema creado por el pecado, la extensión del daño hecho por el pecado determina el alcance de la solución. No sería una solución si no fuera capaz de resolver el problema, no importa cuál sea su tamaño. ¿Qué revelan los siguientes textos acerca del alcance del problema del pecado? ¿Cómo lo experimentaste tú mismo, o ves a tu alrededor la realidad de estos textos? Juan 2:25

Sal. 59:2 Jer. 17:9 Rom. 5:12 Sant. 5:1-7 Isa. 5:23 2 Tes. 2:10 ¿Quién de nosotros no ha conocido profunda, dolorosa y personalmente cuán malo es el problema del pecado? Vivimos cada momento de nuestras vidas con la realidad del pecado y sus efectos. Cada aspecto de la existencia hu­ mana en este planeta, hasta cierto grado, está dominado por la realidad del pe­ cado. Desde la política hasta los rincones más interiores del corazón humano, el pecado ha infectado a la raza. Es tan malo que, sin una solución divina, no habría solución. ¡Cuán agradecidos deberíamos estar de que la solución ha sido dada! Se llama “el plan de salvación”, y su propósito es resolver el problema del pecado.

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Lección 4 // Lunes 22 de octubre

LA PROVISIÓN DIVINA: Parte 1 Los efectos del pecado fueron inmediatos, y requirieron atención inmediata. Por lo tanto, fue necesario algún tipo de provisión para cuando el pecado apa­ reciera. Elena de White lo expresó claramente: “Tan pronto como hubo pecado, hubo un Salvador. Cristo sabía que habría de sufrir, y sin embargo se convirtió en el Sustituto del hombre. Tan pronto como pecó Adán, el Hijo de Dios se presentó como el garante de la raza humana, con tanto poder para impedir la condenación pronunciada sobre los culpables como cuando murió en la cruz del Calvario”.–“Comentarios de Elena G. de White” (CBA 1:1.098, 1.099). ¿Qué nos dicen estos textos acerca del plan de salvación y cuándo fue establecido? ¿Qué esperanza y promesa podemos encontrar en ellos? Tito 1:1, 2

Efe. 1:3-5 2 Tes. 2:13, 14 Apoc. 13:8 ¿Qué están indicando estos textos? Básicamente, desde la eternidad, Dios había hecho provisión para el problema del pecado. Aunque Dios no ordenó la existencia del pecado (si lo hubiese hecho, él sería el responsable –una idea ho­ rrible y blasfema–), él sí sabía que aparecería, de modo que ya en la eternidad hizo provisión para afrontarlo. Esta es la predestinación bíblica, muy diferente de la “predestinación” como se la entiende comúnmente. Era el plan de Dios, desde la eternidad, que todos los seres humanos tuvieran salvación en Jesús. El hecho de que algunos re­ chacen esta salvación no la anula; solo aumenta la tragedia de lo que significa estar perdido frente a lo que se ha hecho por nosotros.

Medita en la gran verdad de que, desde la eternidad, el plan de Dios era que tú, personalmente, tuvieras salvación. Piensa en lo que esto significa. ¿De qué modo esta verdad impacta tu vida? 28

Martes 23 de octubre // Lección 4

LA PROVISIÓN DE DIOS: Parte 2 A lo largo de toda la historia de la salvación, comenzando con la primera promesa evangélica (Gén. 3:15), y pasando por el primer sistema de sacrificios (Gén. 4:4), el pacto con Abram (Gén. 12:1-3) y, luego, el servicio del Santuario israelita (Éxo. 25:8), todo señalaba y culminaba en la vida, muerte, resurrección y ministerio celestial de Jesucristo, la provisión máxima de Dios para resolver el problema del pecado. Tal vez podamos comprender mejor la seriedad del problema del pecado solamente cuando captemos lo que se requirió –la cruz– para que quedara re­ suelto. La cruz sola demuestra la total imposibilidad de que la humanidad re­ solviera el problema del pecado por sí misma. Una situación extrema requirió una solución extrema, y la muerte de Cristo, Dios llevando en sí mismo nuestros pecados, es una medida tan extrema como podamos imaginar. La muerte de Cristo como sacrificio se presenta en la Escritura como una expiación por el pecado, es decir, el medio por el cual se trata definitivamente el problema del pecado en todas sus manifestaciones. ¿De qué modo la muerte de Cristo provee la salvación del hombre? Explora esta pregunta desde las siguientes perspectivas: 1. Justificación / Reconciliación (estar bien con Dios): ver Luc. 18:9-14; Isa. 53:4-7; Rom. 3:19-24, 28; Zac. 3:1-4

2. Santificación / Regeneración (vivir bien ante Dios): ver 1 Cor. 6:8-11; Rom. 6:1-8

3. Glorificación (seguridad de la resurrección a vida eterna): ver Juan 5:24, 25; 1 Juan 5:9-13; 1 Tes. 4:16, 17

Medita en el hecho de que el pecado es tan malo que demandó la cruz para salvarnos de los resultados finales, la muerte eterna. ¿Cómo puede ayudarnos a no pecar, el mantener la cruz siempre ante nosotros? 29

Lección 4 // Miércoles 24 de octubre

LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN: Parte 1 El pecador es justificado y reconciliado por el sacrificio expiatorio de Cristo por todos (Rom. 5:6-10). La provisión que Dios hizo para la justificación y la re­ conciliación de la humanidad consigo mismo por la muerte de Cristo necesita ser llevada a la experiencia del creyente. No es suficiente tener un conocimiento teórico de la justificación. Necesitamos experimentar lo que ello significa. Hechos 2:36 al 38 y Hechos 3:19 señalan el arrepentimiento como el comienzo de la experiencia de salvación del pecador. ¿De qué modo la naturaleza del arrepentimiento, como un sentido de remordimiento, nos ayuda a conectar la experiencia de la justificación con la muerte de Cristo?

Piensa en esto: “Nada puede conmover las profundidades del alma al punto que puede lograrlo la comprensión del amor perdonador de Cristo. Cuando los pecadores contemplan este amor divino insondable, el cual se exhibió en la cruz, reciben la más poderosa motivación para el arrepentimiento que existe. Esta es la bondad de Dios que nos guía al arrepentimiento (Rom. 2:4)”.–Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, p. 139. Lee Romanos 3:23 al 25 y Efesios 2:8. ¿Qué lugar tiene la fe en la experiencia de la justificación?

La Biblia dice que la fe viene por el oír; y el oír, por la Palabra de Dios (Rom. 10:17). Contemplar el amor de Cristo motiva a la persona a arrepentirse. El es­ tudio y la contemplación de la Palabra de Dios es de gran importancia en la experiencia de la justificación. La bondad de Dios nos guía al arrepentimiento y la justificación. Así, si yo me arrepiento del pecado y experimento la justificación, Dios es el que recibe el crédito. La salvación es realmente un don gratuito de Dios porque, en realidad, somos salvos por gracia por medio de la fe (Efe. 2:8).

¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que puedes inundar tu corazón y tu mente con la bondad de Dios, al pensar en lo que él ha hecho por ti y en aquello de lo que te ha librado? 30

Jueves 25 de octubre // Lección 4

LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN: Parte 2 La experiencia de la justificación pone, dentro de la vida del creyente, reali­ dades espirituales que inician cambios en la vida de la persona. En la justifica­ ción, el pecador es perdonado (Luc. 7:47; Efe. 1:7; Rom. 4:7), es liberado de las acusaciones de pecado y reconocido como justo (Rom. 5:16, 18; 8:1), y recibe el don de una vida nueva (Efe. 2:1-5; 2 Cor. 5:17). En esta experiencia nueva, no importan nuestro pasado ni nuestros pe­ cados, no importa cuántas faltas y errores hayamos cometido, podemos ser perdonados y limpiados por Dios. Piensa en lo que esto significa. La muerte de Cristo cubre todo pecado, no importa cuánto te condene tu corazón (1 Juan 3:20); cuando te entregas a Cristo, por fe, y aceptas su vida perfecta en lugar de tus propios “trapos de inmundicia” (Isa. 64:6), entonces ya está cubierto por la justicia de Cristo. Su vida perfecta te es acreditada como si fuera tuya. ¡Eso es un regalo al pecador! La pregunta es: ¿Cómo puede pasar algo así a una persona, y que esa per­ sona no cambie radicalmente? Ese cambio, a menudo llamado “nuevo naci­ miento”, es una parte esencial de la experiencia de la salvación. Lee los textos mencionados en los párrafos previos, y resume sus enseñanzas acerca de la justificación y la forma en la que la experimentamos en nuestra propia vida.

La experiencia del perdón concluye con la ira de Dios, y despeja cualquier barrera para recibir la reconciliación y el compañerismo con Dios. Una vida nueva se abre al pecador, quien puede vivir en compañerismo con Cristo bajo la dirección y la guía del Espíritu Santo. El arrepentimiento es el requisito previo para recibir el perdón y la justifica­ ción, y viene acompañado de la confesión y el bautismo (Hech. 2:38; 1 Juan 1:9). Esto ayuda a explicar el hecho de que, aunque el perdón está disponible para todos, no todos serán perdonados.

¿Cómo es tu vida al tener esta promesa: que tu aceptación ante Dios está basada en lo que Jesús hizo para ti, y no en lo que hagas o en la observancia de la Ley? 31

Lección 4 // Viernes 26 de octubre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Dios con nosotros”, El Deseado de todas las gentes, pp. 11-18; y “Salvación”, por Iván T. Blazen, Tratado de teología adventista, Raoul Dederen, ed., pp. 308-356. “El plan de nuestra redención no fue una reflexión ulterior, formulada des­ pués de la caída de Adán. Fue una revelación ‘del misterio que por tiempos eternos fue guardado en silencio’ (Rom. 16:25, VM). Fue una manifestación de los principios que desde edades eternas habían sido el fundamento del trono de Dios [...]. Dios no ordenó que el pecado existiese, sino que previó su existencia, e hizo provisión para hacer frente a la terrible emergencia. Tan grande fue su amor por el mundo que se comprometió a dar a su Hijo unigénito ‘para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna’ (Juan 3:16)” (MGD 23). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Piensa en cuán malo ha de ser el pecado, que requirió la muerte del Creador mismo para resolverlo. ¿Qué revela la cruz acerca de la total imposibi­ lidad de que la humanidad se salve a sí misma? ¿Qué creemos que podríamos añadir a lo que ya ha sido hecho por nosotros? 2. Algunos creen en lo que se llama la “expiación subjetiva”, la idea de que nada acerca de la cruz cambió nuestra situación frente a Dios. Más bien, todo lo que hizo la cruz, dicen ellos, fue cambiar nuestra actitud hacia Dios, y nada más. ¿Qué hay de deficiente en tal teología? ¿Qué dice acerca del problema del pecado, si todo lo que se necesitara fuera un “ajuste de actitud” de nuestra parte, para resolverlo? 3. ¿Cuán posible es tener un buen conocimiento acerca de la salvación y, no obstante, no tener la experiencia de ella? ¿Qué entiendes del comentario de Elena de White, de que “la consagración a Dios debe ser un asunto vivo y práctico; no una teoría de la cual debe hablarse sino un principio entretejido con toda nuestra experiencia” (NEV 245). ¿Cómo, en forma diaria y práctica, podemos vivir esta experiencia de la salvación? 4. Medita en el lugar de la salvación en el contexto de la gran controversia. ¿Por qué Satanás quiere mantener a tantas personas como le sea posible sin la salvación en Jesús? ¿Cuáles son los medios que él usa contra nosotros, y cómo podemos defendernos de ellos?

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Lección 5: Para el 3 de noviembre de 2012

CRECER EN CRISTO

Sábado 27 de octubre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 35:10; Marcos 10:45; Romanos 6:12-23; Efesios 6:12; Colosenses 1:16; 2:15; Gálatas 4:1-11. PARA MEMORIZAR: “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15).

PENSAMIENTO CLAVE: La victoria de Cristo en la cruz define cómo puede crecer el cristiano. LA MODIFICACIÓN de las creencias fundamentales de la iglesia, votada en el 58º Congreso de la Asociación General (en 2005), se tituló “Crecer en Cristo”. Al analizar la declaración, es evidente lo siguiente: Jesús derrotó a los poderes sa­ tánicos y las fuerzas del mal; por medio de Cristo, tenemos la victoria sobre esos poderes; y hay condiciones para que estas victorias se logren en la experiencia de una persona. Estos puntos ocuparán nuestra atención las tres próximas semanas. Esta semana consideraremos la victoria de Cristo en la cruz. Por su victoria –sobre el pecado, y sobre toda otra fuerza que opere en contra de la humanidad y de la creación de Dios–, Cristo ha logrado la salvación para nosotros. Al captar lo que Cristo hizo en nuestro favor, comprenderemos mejor lo que podemos tener en nuestras vidas ahora. Su victoria puede ser la nuestra solo si la reclamamos porque, no importa lo que Jesús haya hecho por nosotros, debemos elegir aceptarlo. Por eso, la victoria no se da automáticamente a cualquiera.

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Lección 5 // Domingo 28 de octubre

LA REDENCIÓN El cristianismo es una “religión de redención”, en la que la gente se salva de la devastación del pecado por medio de lo que otro hizo por ella, en este caso, Jesús. La religión cristiana puede distinguirse de una “religión de la ley”, donde uno puede rectificar su destino por sus propios esfuerzos al “hacer buenas obras”. Necesitamos esta redención porque, según la Biblia, la gente sin Cristo está esclavizada por el pecado (Juan 8:34) y bajo una sentencia de muerte (Rom. 6:23). No puede liberarse por sí misma de estas dos situaciones. La condición difícil del pecador requiere intervención externa, y esto viene con un precio. Como lo dice el Nuevo Testamento, ese precio era la muerte de Jesús en la cruz. ¿Qué revelan los siguientes pasajes acerca del concepto de redención? Isa. 35:10; Mar. 10:45; Gál. 4:4, 5; Tito 2:14; Heb. 9:12; 1 Ped. 1:18, 19.

Desde el punto de vista del Nuevo Testamento, la muerte redentora de Cristo fue un sacrificio y una sustitución. Él tomó nuestro lugar, se sacrificó en nuestro favor, sufriendo nuestra suerte a fin de que no tuviéramos que sufrirla nosotros. Algunos rechazan esto porque no les gusta la idea de que alguien sufra en lugar de otro, pero ese es el centro del mensaje del evangelio. “Cuando el Nuevo Testamento habla de la redención, entonces, a menos que nuestra lingüística falle, significa que Cristo pagó el precio de nuestra redención. Siendo que el precio pagado debe ser adecuado para la compra en cuestión, esto indica una equivalencia, una sustitución”.–León Morris, The Apostolic Preaching of the Cross, p. 61.

Piensa en algunos aspectos de tu propia vida que encuentras que son imposibles de cambiar, acerca de las cuales no puedes hacer absolutamente nada. Del mismo modo, somos absolutamente impotentes para salvarnos. ¿De qué forma esto nos ayuda a entender mejor lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz? ¿Cómo debería la sorprendente verdad de la redención impactar nuestras vidas? 34

Lunes 29 de octubre // Lección 5

ESCLAVOS LIBERTADOS La redención es como la liberación de una forma de esclavitud que necesitó ayuda “exterior” y, por ello, podemos llegar a la conclusión de que la huma­ nidad está atada a un poder más fuerte que ella misma. ¿Qué poder o agencia tiene así atada a la humanidad pecadora? Estudia Romanos 6:12 al 23. Nota que, en los versículos 18, 20 y 22, Pablo habla de libertad. ¿Cuál es el contexto de esta libertad? ¿De qué habla Pablo aquí?

Piensa en lo que Pablo dice aquí, junto con lo que dice en Romanos 6:1 al 11. Pablo habla de lo que sucede en el bautismo cristiano; plantea algunas cosas que deben morir con Cristo en el bautismo. Con eso, Pablo desafía al cristiano, que se ha unido con Cristo, a manifestar el señorío de Cristo, quien lo ha “li­ brado” del poder del pecado. La conclusión es que, no importa cuán corrompida haya sido nuestra na­ turaleza por el pecado, por medio de Cristo podemos ser libres de su poder “esclavizador”. ¿Quién no ha visto cuán devastadora puede ser esta esclavitud? ¿Quién no ha visto vidas arruinadas por el pecado? Este es el mayor enemigo que debemos enfrentar como humanos. Esa esclavitud no es impuesta solamente desde afuera; más bien, es una que proviene desde dentro de nosotros. ¿Cómo somos libertados de una esclavitud, un yugo, que se origina en nosotros, en nuestra propia naturaleza? La respuesta es que la liberación viene solo por el poder de Jesús, quien ganó la victoria por nosotros y nos ofrece el poder para vencer. Por medio de Cristo, somos perdonados por nuestros pecados, muertos a ellos y liberados de ellos. Ya no tienen que dominarnos. Estas son promesas sorprendentes, promesas que todos los que profesan el nombre de Cristo deben reclamar para sí mismos.

¿Cuál ha sido tu propia experiencia con el poder esclavizador del pecado? ¿Cómo puedes aprender a aferrarte mejor de las maravillosas promesas de libertad que Jesús nos ofrece? 35

Lección 5 // Martes 30 de octubre

PRINCIPADOS Y POTESTADES: Parte 1 La Biblia retrata nuestro mundo como bajo el dominio de las fuerzas del mal que procuran controlarnos y destruirnos. La gran controversia resulta de la obra de Dios contra estos poderes. Las buenas noticias son que, después de la cruz, la victoria está asegurada, aun cuando las batallas continúan. El conflicto es dramático, cósmico y feroz, pero la victoria pertenece a Dios, y la podemos compartir por la fe. Estudia los siguientes textos: 1 Juan 3:8; 5:19; Juan 12:31; 16:11; Efe. 6:12; Col. 1:16; 2:15; Rom. 8:38, 39. ¿Qué nos revelan acerca de estas batallas? ¿Qué grandes esperanzas y promesas hay aquí para nosotros?

Muchas personas del siglo XXI actúan basadas en una cosmovisión solo científica. Es decir, examinan las cosas desde una perspectiva naturalista, la única que creen que es válida. Un mundo poblado con fuerzas malignas y do­ minado por poderes demoníacos es considerado por ellos como el rezago de una época de ignorancia. En cambio, la Biblia presenta un conjunto de fuerzas hostiles que abarcan principados y potestades. Aunque la cosmovisión bíblica incorpora conceptos naturalistas y científicos, ciertamente no basa en estos toda la comprensión de la realidad. El concepto bíblico del mundo abarca tanto la cosmovisión natural como la sobrenatural. En Romanos 8:38, la palabra traducida como “principado” es, en griego, arjái, que puede referirse tanto a gobernantes civiles como a poderes sobrena­ turales que ejercen un dominio maligno sobre el hombre. En Efesios 6:12, la frase “los gobernadores de las tinieblas de este siglo” podría traducirse también como “gobernantes mundiales de estas tinieblas”. “Es evidente que Pablo se refiere a espíritus con individualidad propia, los cuales ejercen cierto grado de autoridad sobre el mundo. Compárese esta de­ claración con la frase ‘príncipe de este mundo’ (Juan 12:31; 14:30; 16:11), que describe a Satanás” (CBA 6:1.043).

¿Cómo se revela la gran controversia en tu vida? ¿Cómo sientes la lucha? ¿Cuál es la única forma de ser derrotado cuando tienes la promesa de la victoria de Cristo en tu favor? 36

Miércoles 31 de octubre // Lección 5

PRINCIPADOS Y POTESTADES: Parte 2 Como vimos, “principados” puede referirse a los gobernantes del mundo o a poderes sobrenaturales. Otra palabra griega que se usa para “principados” es stoijéia, que literalmente significa “sustancias elementales o principios”. El contexto en que aparece stoijéia revela otros aspectos de este mundo caído, del cual hemos sido redimidos. Dado este contexto, ¿de qué otras cosas hemos sido librados por medio de Jesús, fuera de los poderes malignos literales? Ver Col. 2:8, 14, 20; Gál. 4:1-11, especialmente los vers. 3, 9.

El concepto de Pablo de los “poderes” parece conectar seres espirituales con las fuerzas que gobiernan la vida humana fuera de Cristo. Estas pueden ser políticas, sociales, tradicionales o religiosas. La palabra stoijéia, en Gá­ latas 4:3 y 9, habla del sistema del paganismo del cual fueron librados los cris­ tianos de Galacia. En Colosenses 2:8 y 20, es una metáfora de los principios filosóficos mundanos. “En Isaías 24:21, el contraste entre ‘los reyes de la tierra sobre la tierra’ y el ‘ejército de los cielos en lo alto’ parece indicar que los primeros son humanos; los segundos se refieren a Satanás y a sus ángeles caídos. Pablo llama a Satanás ‘príncipe de la potestad del aire’ (Efe. 2:2); y a los dirigentes invisibles de la im­ piedad, ‘gobernadores de las tinieblas de este siglo’, que viven en las ‘regiones celestes’ (Efe. 6:12). En 1 Corintios 15:24 y 25, Pablo habla de la subyugación de estas potestades por Cristo” (CBA 4:238). La Biblia señala que la vida está gobernada por poderes personales e im­ personales. Sin Cristo, el hombre está a merced de estos poderes. Las pre­ siones presentes, el temor al futuro, así como las demandas de la vida, la so­ ciedad, la tradición y la ideología, ejercen influencias que pueden separarnos de Dios. Pero, por Cristo hemos sido librados de nuestros pecados y de ser es­ clavos de estos ‘poderes’. Necesitamos comprender esa victoria y reclamarla como nuestra. Además de las realidades sobrenaturales que existen en el mundo, ¿con qué otras influencias luchas tú, que obran en contra de ti y de tu fe? Necesitas identi­ ficar quiénes son, y luego reclamar las promesas de Jesús para ganar la victoria sobre ellas.

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Lección 5 // Jueves 1º de noviembre

SE REVELA UN ASESINO Cristo vino al mundo para destruir las obras del diablo (Heb. 2:14), y lo hizo en la cruz. Pero, si Cristo venció al diablo, ¿por qué todavía luchamos contra sus poderes? Lee Colosenses 2:15. Considera los tres verbos que usa Pablo para describir lo que sucedió en la cruz. ¿Qué significan ellos?

Primero, Cristo “despojó” o “desarmó” (NVI) los “poderes”. La palabra griega apekdúomai significa “quitarse la ropa”. Aquí puede significar quitarles las armas. ¿Qué armas? “La vida victoriosa de Cristo [...] significó la condenación del diablo. Le fue quitado el disfraz a Satanás. Sus artimañas fueron descubiertas ante los ángeles y todo el universo celestial. Su verdadera naturaleza quedó expuesta. [...] Cristo despojó mediante su cruz a los principados y potestades de las tinieblas de su posición y de su autoridad como príncipe de este mundo” (CBA 7:210, 211). Cristo “exhibió públicamente” (RVR), “humilló en público” (NVI) a los “poderes”. ¿Cómo fueron expuestos en la cruz? Ver Juan 8:44.

Cristo “triunfó sobre ellos”. La palabra griega es thriambéuo: celebración. Aquí vemos un misterio: Jesús colgaba de la cruz en lo que parecía una derrota y, no obstante, la Biblia lo llama un triunfo. Este triunfo reveló que Satanás es un homicida. El dominio de los poderes llegará a su fin (1 Cor. 15:24) y el último enemigo, la muerte, será destruido (15:26). Hasta entonces, tenemos que luchar con la fortaleza que Dios nos ofrece a todos. Después de la muerte de Cristo, “Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. [...] Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales. [...] “Sin embargo, Satanás no fue destruido entonces. Los ángeles no com­ prendieron ni aun entonces todo lo que entrañaba la gran controversia. [...] Tanto el hombre como los ángeles debían ver el contraste entre el Príncipe de la luz y el príncipe de las tinieblas. El hombre debía elegir a quién quería servir” (DTG 709). 38

Viernes 2 de noviembre // Lección 5

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El Libro de los libros”, La educación cristiana, p. 143 (229 en la edición de la Biblioteca del hogar cristiano); “El es­ piritismo”, Historia de la redención, pp. 413-416; “¿Quiénes son los ángeles?”, El conflicto de los siglos, pp. 565-571. “Se está riñendo una batalla que los ojos humanos no ven. El ejército del Señor está en el terreno procurando salvar almas. Satanás y su hueste están también obrando, procurando de toda manera posible engañar y destruir. [...] Día tras día sigue la batalla. Si pudiesen abrirse nuestros ojos para ver obrar a los agentes buenos y malos, no habría trivialidades ni vanidad ni bromas. Si cada uno quisiera revestirse de toda la armadura de Dios y pelear virilmente las batallas del Señor, se ganarían victorias que harían temblar el reino de las tinieblas” (JT 2:380). “Siempre que el hombre procure ponerse en armonía con Dios, sabrá que la afrenta de la cruz no ha cesado. Principados, potestades y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, todos se alistan contra los que consienten en obedecer la ley del cielo. Por eso, en vez de producirles pesar, la persecu­ ción debe llenar de alegría a los discípulos de Cristo, porque es prueba de que siguen los pasos de su Maestro” (DMJ 28). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Considera Hebreos 2:14 y 15 más de cerca. La muerte como agente de es­ clavitud se describe allí claramente. Nota, también, el énfasis en nuestro temor a la muerte. ¿Por qué tememos tanto la muerte? ¿De qué manera el temor nos retiene, como dice el texto, en una clase de esclavitud? ¿Cómo deberían consi­ derar la muerte los cristianos, libres en Cristo? 2. Para algunas personas, la idea misma de fuerzas demoníacas es tonta superstición; para otros, este temor domina su vida entera. Los cristianos ¿cómo podemos tener un equilibrio correcto en nuestra comprensión de la realidad de estos poderes y, no obstante, comprender lo que Cristo ha hecho por nosotros en su lucha contra ellos? 3. ¿Cuáles son algunos ejemplos de cómo las fuerzas malignas controlan o influyen sobre diversos poderes mundanos? 4. ¿De qué forma la cosmovisión de la gran controversia nos ayuda a en­ tender la existencia continuada del mal, aun después de la victoria de Cristo en la cruz?

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Lección 6: Para el 10 de noviembre de 2012

VICTORIA SOBRE LAS FUERZAS DEL MAL

Sábado 3 de noviembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Efesios 1:18-22; Romanos 8:26-39; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:6-10; Lucas 10:1-20; Hechos 5:12-16. PARA MEMORIZAR: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Rom. 8:37).

PENSAMIENTO CLAVE: En Cristo tenemos ganada la victoria sobre todas las fuerzas que nos oprimen.

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EN ALGUNAS REGIONES, se considera la religión solamente como una ayuda para afrontar los desafíos de la vida diaria. La idea cristiana de la salvación del pecado, por ejemplo, es ajena a muchas religiones tradicionales. En esos lugares, el cristianismo puede verse únicamente como un medio para resolver los problemas diarios. Aunque un estilo de vida cristiano tiene ventajas prácticas, debemos re­ cordar que el cristianismo tiene una perspectiva “de otro mundo”, porque ve otra realidad más allá del mundo material. Ambas realidades son importantes, aunque en ellas hay fuerzas con propósitos opuestos entre sí. Podemos estar agradecidos por las promesas de victoria en ambas realidades. Enfaticemos otra vez que la gran controversia entre Cristo y Satanás debe constituir el trasfondo de nuestra comprensión del mundo y de nuestro lugar en él. En este conflicto, el cristianismo no abandona a sus adherentes a las fuerzas hostiles. Por el contrario, en Cristo tenemos la promesa de victoria sobre ellas.

Domingo 4 de noviembre // Lección 6

UN ESCENARIO PARA NUESTRA VICTORIA El cristiano no tendría esperanza de victoria sobre las fuerzas del mal a menos que hubiera un escenario para ella. En el estudio de la semana pasada llegó a ser claro que Cristo, por medio de su muerte en la cruz y su resurrección de la tumba, ganó la victoria sobre toda suerte de mal y de “poderes” impíos. En un sentido muy real, al desenmascarar y desarmar estos “poderes”, les puso un límite. El hecho de que los “poderes” hayan sido puestos bajo sujeción esta­ blece el escenario para la victoria del cristiano. Estudia Efesios 1:18 al 22. Pablo ruega que los ojos de los cristianos de Éfeso sean iluminados. Según Pablo, ¿qué logró Cristo para nosotros? ¿Cómo entendemos esto en el contexto de la gran controversia? ¿Qué se nos promete? ¿Cómo hacemos que estas promesas sean reales en nuestra propia experiencia?

Pablo ora pidiendo que una iluminación profunda acompañe al cristiano. Cuando esto haya sucedido, su vida estará llena de esperanza cristiana. Com­ prenderá sus privilegios como heredero de Dios, y conocerá por experiencia el poder de Dios, que tiene la misma magnitud que el que resucitó a Jesús de los muertos. Lee Efesios 1:20 al 22. ¿Qué podemos reclamar de estas promesas, en nuestras luchas con fuerzas mayores que nosotros?

Como consecuencia de la crucifixión de Cristo y su resurrección, todo está en sujeción a él, incluyendo principados y potestades. El escenario está prepa­ rado para ganar victorias individuales sobre todo lo que nos oprime.

Considera los versículos para hoy. ¿Qué puedes obtener de ellos para ti en las luchas que estés afrontando? Piensa en lo que se nos promete en Cristo. ¿Cómo puede esto pasar de mera teología a la realidad de nuestra experiencia? 41

Lección 6 // Lunes 5 de noviembre

ESPERANZA DE VICTORIA No solo está listo el escenario para la victoria del cristiano sobre las fuerzas del mal, sino también la Biblia explícitamente nos da la esperanza de victoria sobre ellas. Estudia Romanos 8:26 al 39. ¿Qué punto presenta Pablo aquí? ¿Qué razones da él para que el cristiano mire con confianza el futuro? Considera las maravillosas promesas y palabras de ánimo contenidas en estos versículos. ¿Cómo podemos llevarlas más allá de la teología y vivir de acuerdo con la enseñanza de la Palabra de Dios?

Romanos 8:29 y 30 ha sido base de discusiones sobre la predestinación. Pero el pasaje tiene, en el contexto, una gran promesa. Pablo presenta por lo menos dos razones para que el cristiano tenga confianza en Dios. Primera, el Espíritu nos ayuda en nuestras pruebas y “gemidos”. Segunda, según el eterno propósito de Dios, todas las cosas, aun las pruebas, contribuyen al bienestar definitivo del cristiano, aunque sean duras en este momento. Confiar en Dios durante las dificultades significa vivir por fe y no por vista. En los versículos 29 y 30, Pablo justifica la confianza expresada en el ver­ sículo 28. Aquí muestra cómo se ha desarrollado el propósito de Dios para los que lo aman, que incluye el proceso de la salvación. En los versículos 31 al 34, ¿cómo llega al clímax el argumento de Pablo para fortalecer la confianza del cristiano? Considera especialmente el versículo 31. En el contexto de la gran controversia, ¿qué obtenemos de este versículo para nosotros, personalmente?

Romanos 8:35 al 39 ofrece una lista de entidades sobre las cuales el cristiano puede vencer. Nota que “principados y potestades” están incluidos en la lista. Lo amplio de esta lista señala que no hay nada en el universo sobre lo que el cristiano no puede ser victorioso, gracias a Jesús.

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Martes 6 de noviembre // Lección 6

EL CRISTIANO VERSUS EL DIABLO Lee Santiago 4:7. ¿Qué clara promesa se da al que resiste al diablo? ¿Cómo podemos resistir, siendo que es una fuerza más poderosa que nosotros? Ver también Deut. 4:4.

El cristiano no es una víctima impotente, a merced del diablo (¿puedes ver aquí, también, la importancia de comprender la realidad literal de Satanás y de sus ángeles caídos?). Sin embargo, el cristiano no debe levantarse en oposición al diablo, sino tomar una posición contra él. La palabra traducida como “re­ sistir” es, en griego, anthístemi, que significa “tomar una posición contra algo”. Es una actitud que el cristiano toma, que hace que el diablo huya. Esa actitud es la de completa entrega a Jesús, el único que tiene poder para hacer que el diablo huya de nosotros. Lee 1 Pedro 5:6 al 10. ¿Qué promesa se nos da frente a un enemigo que, como “león rugiente”, procura devorar a alguien? ¿De qué manera estos textos nos ayudan a comprender lo que escribió Santiago? Ver también Efe. 4:27 y 6:11.

Pedro escribió estas palabras para amonestar a los cristianos que estaban sufriendo persecución. Él sabía que, detrás de la persecución que sus lectores sufrían, estaba su archienemigo, Satanás. El apóstol amonesta a sus lectores a resistir al diablo. Aquí Pedro utiliza la palabra usada por Santiago, anthístemi, pero añade el modificador stereói (duro o firme). Así, él sugiere que el diablo puede huir de los que presentan un frente sólido, como de una roca, contra sus ataques. Una actitud cobarde no servirá. Pedro también sabe que, a pesar de una posición firme, el sufrimiento todavía puede perdurar por un tiempo; pero que Dios mismo perfeccionará y fortalecerá al cristiano (1 Ped. 5:10).

Aun con todas estas promesas, no se nos promete ser libres del sufrimiento. ¿Quién no conoce la realidad del sufrimiento? Como humanos, parecemos destinados a sufrir en este mundo. ¿Qué diferencia vital debería generar nuestra fe en medio del dolor y la tristeza? 43

Lección 6 // Miércoles 7 de noviembre

EJEMPLOS DE VICTORIA Hasta aquí vimos, por la Biblia, la esperanza y las promesas de victoria que el cristiano puede tener. En la Biblia tenemos registrados ejemplos reales de cristianos victoriosos sobre las fuerzas del mal. Comenzaremos con el ejemplo del ministerio de los primeros discípulos a quienes Jesús envió. Lee Mateo 10:1 al 8; Marcos 6:7, 12 y 13; Lucas 9:1 y 2; y 10:1 al 20. ¿Qué se les encomendó hacer a estas personas? ¿Cómo deben entenderse estos textos en el contexto de la gran controversia? Además, ¿qué nos dicen estos textos hoy a nosotros, que fuimos llamados a predicar acerca de Jesús?

Es interesante que, cuando Jesús envió a los Doce a proclamar el evangelio de la venida del Reino de Dios, él les dio poder sobre los demonios y los espí­ ritus inmundos. Se debería esperar la manifestación de los “poderes” al proclamarse el evangelio; por ello, existía la necesidad de darles poder sobre ellos. Las fuerzas malignas se manifestaron cuando los Doce predicaban, e igualmente cierto fue que muchos demonios y fuerzas malignas fueron expulsados. Hasta donde se puede ver en los registros, Jesús no comisionó a los Setenta, específicamente, a echar fuera demonios (ver Luc. 10:9). No obstante, este es el aspecto de la misión que parece haberles entusiasmado más (Luc. 10:17). Con gozo, los Setenta informaron que, al predicar el evangelio del Reino, los demo­ nios se les sujetaban. Por supuesto, ellos entendieron que era el poder de Jesús, que obraba a través de ellos, lo que lo hacía posible. Aunque se puede debatir mucho acerca de estos textos y de cómo deberían ser comprendidos hoy, el punto importante es que, como cristianos llamados a proclamar el evangelio al mundo, por medio de Cristo tenemos el poder para hacerlo.

Lee Lucas 10:20. ¿Qué punto importante debemos obtener de las palabras de Jesús aquí? ¿Qué muestra su respuesta en cuanto a lo que es importante en nuestras vidas? ¿Cómo podemos asegurarnos de mantener este énfasis en la forma correcta? 44

Jueves 8 de noviembre // Lección 6

EJEMPLOS DE VICTORIAS (LIBRO DE HECHOS) Hay ejemplos de victorias sobre fuerzas demoníacas que sucedieron en los días de Jesús. Sin embargo, las victorias no se limitaron a ese período. En el libro de Hechos, encontramos victorias continuadas de los seguidores de Jesús sobre las fuerzas de los demonios. Por supuesto, esto no debería sorprendernos, pues Jesús dejó promesas a sus seguidores acerca de que el Espíritu Santo estaría con ellos cuando él se fuera (ver, p. ej., Juan 14:16). Sabemos que la gran controversia entre Cristo y Satanás, aunque resuelta en forma final en la cruz, ha de continuar librándose hasta el fin. Así, los segui­ dores de Cristo, al procurar cumplir su comisión evangélica, iban a involucrarse en el gran conflicto. Lee los siguientes ejemplos de algunas de esas victorias sobre las fuerzas del mal. ¿Qué lecciones podemos aprender para nosotros en el contexto de nuestros esfuerzos de evangelización y testimonio? Hech. 5:12-16

Hech. 3:1-11

Hech. 16:14-18

Hechos 16:14 al 18 presenta un caso poco usual. Cuando la niña esclava mencionó al “Dios Altísimo”, sus palabras expresaban una gran verdad. Sin em­ bargo, Pablo podía ver lo que realmente sucedía. Los poderes sobrenaturales que ella manifestaba daban ganancia a sus amos, pero no eran de Dios, y Pablo lo sabía. Cuando ella exclamó que estos hombres eran “siervos del Dios Al­ tísimo”, ella no hablaba acerca del verdadero Dios sino, muy probablemente, acerca de un dios cananeo que también era llamado Elyon [Dios Altísimo]. Nota cuán fácilmente, solo por el uso de ciertos términos comunes, el error pudo comprometer grandemente la verdad.

Considera Hechos 5:12 al 16, y lo sorprendente de que la gente esperara que “a lo menos su sombra [la de Pedro]” cayese sobre ellos. ¿Qué advertencia debería dar esto para cualquier cristiano que trabaja para el Señor, especialmente cuando su obra se considera “de éxito”? 45

Lección 6 // Viernes 9 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “No se turbe vuestro corazón”, El Deseado de todas las gentes, pp. 617-635; “Cómo apropiarse de la justicia de Cristo”, Fe y obras, p. 96; “La ciencia y la revelación”, Mensajes selectos, t. 3, pp. 354, 355. “Jesús venció por la sumisión a Dios y la fe en él, y mediante el apóstol nos dice: ‘Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. [...]’ (Sant. 4:7, 8). No podemos salvarnos a nosotros mismos del poder del tentador; él venció a la humanidad y, cuando nosotros tratamos de resistirlo con nuestra propia fuerza, caemos víctimas de sus designios; pero ‘torre fuerte es el nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será levantado’ (Prov. 18:10). Satanás tiembla y huye delante del alma más débil que busca refugio en ese nombre poderoso” (DTG 104, 105). “El poder omnipotente del Espíritu Santo es la defensa de toda alma contrita. Cristo no permitirá que pase bajo el dominio del enemigo quien haya pedido su protección con fe y arrepentimiento. El Salvador está junto a los suyos que son tentados y probados. Con él, no puede haber fracaso, pérdida, imposibilidad o derrota; podemos hacer todas las cosas mediante aquel que nos fortalece. Cuando vengan las tentaciones y las pruebas, no esperéis arreglar todas las dificultades, sino mirad a Jesús, vuestro Ayudador. “Hay cristianos que piensan y hablan demasiado del poder de Satanás. Piensan en su adversario, oran acerca de él, hablan de él, y parece agrandarse más y más en su imaginación. Es verdad que Satanás es un ser fuerte, pero, gracias a Dios, tenemos un Salvador poderoso que arrojó del cielo al maligno. Satanás se goza cuando engrandecemos su poder. ¿Por qué no hablamos de Jesús? ¿Por qué no magnificamos su poder y su amor?” (DTG 455). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Toma algunos de los ejemplos de esta semana que muestran las victorias reveladas en la Biblia. ¿De qué modo vemos cosas similares que suceden hoy? ¿Qué podemos hacer, si es posible, para ver más de ellas? 2. ¿Qué significa “acercaos a Dios”, como dice la cita arriba? ¿Cómo ha­ cemos eso? Analiza en la clase qué significa, cómo puedes hacerlo y qué su­ cede cuando lo hacemos. 3. Imagínate que tú eres Pedro, y que la gente quiere que aunque sea la toque tu sombra. Piensa acerca de lo que podría hacerte espiritualmente. ¿Cuál es tu única seguridad en una situación como esa?

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Lección 7: Para el 17 de noviembre de 2012

“ARMARSE” PARA LA VICTORIA

Sábado 10 de noviembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Efesios 6:14-18; 2 Corintios 6:7; Efesios 5:9; Romanos 10:15; 1 Tesalonicenses 5:8; Marcos 14:38. PARA MEMORIZAR: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efe. 6:13).

PENSAMIENTO CLAVE: Cada creyente debe estar personal e indivi­ dualmente armado, cuando nos encontremos sumergidos en la gran controversia. LA META DE SATANÁS es lograr para sí mismo la lealtad que todo creyente le da a Cristo. Antes de la conversión, las personas pertenecían al territorio del diablo. Aunque la conversión saca al creyente del dominio del diablo, no des­ troza completamente su poder. Satanás desea destruir nuestra fe y ganarnos de nuevo para sí. Tiene una gran colección de trucos engañosos; la Escritura los llama “asechanzas del diablo” (Efe. 6:11). Pero, no importan los engaños y las asechanzas del enemigo, él no puede quitar de Cristo a ninguno que esté decidido a mantenerse fiel al Señor. (Satanás podrá hacernos la vida miserable, pero eso es otro asunto.) Esta lección se concentra en la armadura del cristiano para esta guerra, pues esa es nuestra única protección. Por eso, necesitamos entender la natu­ raleza de esa armadura, ya que sin ella caeremos presa del enemigo; con ella, nuestra victoria es segura.

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Lección 7 // Domingo 11 de noviembre

LA NECESIDAD DE ARMARNOS PERSONALMENTE En Efesios 6:12, Pablo describe la vida cristiana como una lucha, diciendo: “tenemos lucha”. Nota que él usa el plural. Literalmente, el pasaje dice: “No tenemos lucha contra sangre y carne”. El versículo 13 nos insta a ponernos toda la armadura de Dios, provista para que la usemos. Pablo comienza el versículo con la expresión “por tanto”, lo que implica que, en vista de la naturaleza del conflicto, tal armadura es necesaria. El apóstol describe de qué modo debería estar armado el cristiano, y lo hace con las imágenes de un soldado romano armado para la batalla. Considera las imágenes de Efesios 6:14 al 17. ¿Qué hay en este cuadro que te impresiona al ver que hay una lucha que no solo involucra a cada cristiano, sino también demanda, fundamentalmente, un compromiso personal? ¿Qué significa para ti que tú mismo tienes una pelea en la que debes participar?

La palabra traducida como “lucha” originalmente se refería a los combates hombre a hombre; pero, más tarde se aplicó a otros tipos de pelea. Si bien puede ser que no se refiera a una contienda mano a mano con demonios, esta palabra, por el modo en que es usada aquí, señala que se trata de una lucha individual. La parábola de las diez vírgenes, en Mateo 25:1 al 13, aunque en un contexto diferente del que consideramos aquí, también se refiere al tema del compro­ miso personal en asuntos espirituales. Elena de White aplica las condiciones es­ pirituales de las cinco vírgenes de la descripción de Jesús a las personas que, en el tiempo del fin, tendrán una forma de piedad, pero no su poder (2 Tim. 3:1-5). “Esta es la clase de personas que en tiempo de peligro clama: Paz y seguridad. Arrullan sus corazones en la seguridad, y no sueñan con peligros. Cuando se despiertan alarmados de su letargo, disciernen su destitución, y tratan de que otros suplan su necesidad; pero, en las cosas espirituales, ningún hombre puede suplir la deficiencia del otro” (PVGM 339).

¿Qué cosas puedes hacer para ti mismo, cosas que ningún otro puede hacer por ti? (Por ejemplo, nadie puede comer por ti.) ¿Cómo aplicas, entonces, ese mismo principio al armarte para el conflicto espiritual, en el cual cada uno, individualmente, estamos participando? 48

Lunes 12 de noviembre // Lección 7

CEÑIDOS CON LA VERDAD, LA CORAZA DE JUSTICIA “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia” (Efe. 6:14).

Aunque es un poco difícil saber la naturaleza exacta del ceñidor, parece que, en Efesios 6:14, Pablo pudo haberse referido a un delantal de cuero que ofrecía alguna protección al abdomen pero permitía libre el movimiento para la acción. En este sentido, el ceñidor, o delantal, era una pieza básica de la ar­ madura. Y, según Pablo, esa parte era “la verdad”. Junto con ese “ceñidor de verdad” estaba la coraza de justicia. De este modo, en un mismo versículo, Pablo vincula los conceptos de verdad y de justicia. Lee los textos que siguen. ¿Cómo nos ayudan a comprender el vínculo entre la verdad y la justicia, y por qué son tan importantes para nuestra protección espiritual en la gran controversia? 1 Rey. 3:6; Sal. 15:2; 96:13; Prov. 12:17; Isa. 48:1; 2 Cor. 6:7; Efe. 5:9.

Cuando Pablo habla de la justicia como de una coraza, en el contexto de la guerra espiritual, piensa en problemas morales. Hacer lo correcto y practicar justicia, es decir, vivir la “verdad”, es tan vital para los cristianos en la batalla contra los poderes del mal como la coraza lo era para el soldado en el campo de batalla. Cuando dejamos de hacer lo que es correcto, cuando volvemos las espaldas y no hacemos lo que sabemos que es la verdad, somos presa fácil de los ataques de Satanás. Al mismo tiempo, aunque esta “justicia” incluya vivir una vida correcta, siempre debemos recordar el otro aspecto de la justicia: el de la justicia de Cristo, que cubre al creyente y constituye la única esperanza de salvación para el cristiano. Mientras nos aferremos a esta verdad –que nuestra salvación des­ cansa en Jesús–, podemos estar protegidos de uno de los más eficaces ataques espirituales de Satanás contra nosotros: el desánimo. ¿Te has sentido alguna vez tentado a abandonar tu caminar con Jesús por haberte desanimado por tu vida, tu carácter, tus acciones? Si es así, ¿por qué el comprender la verdad acerca de la justicia de Cristo es tan vital para una fuerte defensa contra los ataques de Satanás?

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Lección 7 // Martes 13 de noviembre

LA PREPARACIÓN Y EL ESCUDO DE LA FE El soldado romano calzaba zapatos con fuertes clavos, para poder andar por toda clase de terrenos, pues aseguraban un buen agarre. Pablo los compara con el “apresto”, o “preparación”, del evangelio de paz (Efe. 6:15). Lee Isaías 52:7, Romanos 10:15 y Efesios 6:15. Parece que Pablo pensaba en la constancia en la vida cristiana durante la guerra. ¿En qué sentido el evangelio de paz provee al cristiano de un “buen agarre” en la guerra espiritual?

Efesios 6:15 puede ser traducido de diferentes maneras: “pies calzados con la preparación del evangelio de paz”, o “con la disposición”, o “con el equipamiento del evangelio de paz”. La clave es una palabra griega que puede signi­ ficar “ preparación”, es decir, tener un buen fundamento. Por eso, el evangelio de paz como un “fundamento preparado” es la paz del cristiano reconciliado con Dios por la sangre de Cristo. Esta reconciliación da al cristiano una base firme para la batalla espiritual. Según Pablo, la siguiente pieza es el escudo, que él compara con la fe (Efe. 6:16). El apóstol usa aquí una expresión que puede traducirse como “por sobre todo”, o “además de todo”. ¿Qué crees que quiso decir con esta frase?

La palabra traducida como “escudo” viene de “puerta”. El escudo, que medía más o menos 1,20 m por 0,70 m (4 x 2,5 pies), constaba de dos capas de madera encoladas, y tenía la forma de una puerta. Como en esos días las flechas se untaban con asfalto y luego se encendían, el escudo estaba cubierto con cuero, para extinguir las flechas encendidas, y destruir sus puntas. Esta era una arma de defensa muy destacada. La analogía espiritual es fácil de ver: entre los “dardos de fuego” de Satanás, están la lujuria, la duda, la codicia, etc. “Pero la fe en Dios, sostenida en lo alto como un escudo, los detiene, apaga su llama y hace que caigan inofensivos al suelo” (CBA 6:1.045). Esta clase de fe es fe en acción, que incluye la verdad doctrinal pero va más allá de una mera creencia. Es una fe activa contra el ene­ migo. Por supuesto, no podemos salvarnos ni pelear contra el diablo nosotros mismos: nuestra batalla es elegir diariamente a Dios por sobre cualquier cosa. 50

Miércoles 14 de noviembre // Lección 7

YELMO Y ESPADA El yelmo de la salvación en Efesios 6:17 está, tal vez, tomado de Isaías 59:17, aunque Pablo lo aplica en forma diferente. En Isaías 59, Dios viste el yelmo de salvación; en Efesios, se llama al cristiano a recibirlo. Mientras que los ele­ mentos previos pudieron haber sido diseñados para un soldado que debía po­ nérselos, el yelmo se les entregaba. Tal vez Pablo usa esta ilustración para enfa­ tizar que la salvación se le “da” en su totalidad. En 1 Tesalonicenses 5:8, Pablo habla del yelmo como la esperanza de la salvación. En Efesios 6:17, el yelmo es descrito, sencillamente, como la salvación. ¿Cómo puede este cambio de énfasis ayudarnos a explicar la forma en que la salvación puede ser un arma de defensa?

En el Nuevo Testamento, la salvación es una experiencia presente que cul­ minará en la eternidad por medio de la liberación de toda clase de mal. El yelmo victorioso que Dios viste (Isa. 59:17) se le da al creyente como una protección. Siendo que la meta del diablo es privar a los cristianos de su salvación, la segu­ ridad presente de la salvación que se le “da” al creyente, independientemente de sus propias obras, es un arma poderosa para sobrevivir al conflicto. Todo creyente puede, en cualquier conflicto espiritual, proclamar con el salmista: “Jehová Señor, potente salvador mío, tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla” (Sal. 140:7). Después de mencionar el yelmo de salvación, Pablo habla de “la espada del Espíritu”, que es la Palabra de Dios. Compara este texto con Hebreos 4:12. ¿Qué verdad importante se transmite en el contexto de nuestra batalla con Satanás?

La tentación de Cristo, registrada en Mateo 4:1 al 10, ilustra de qué modo la Pa­ labra de Dios puede ser un arma efectiva. El pasaje también provee un incentivo para que los cristianos se fortifiquen con las verdades que están reveladas en ella.

Muchas fuerzas tratan de debilitar nuestra confianza en la Biblia. ¿Cuáles son algunas de esas fuerzas en tu propia sociedad, iglesia o cultura? ¿Cómo puedes defenderte contra todos los intentos (que a veces pueden ser muy sutiles) de debilitar tu confianza en la Palabra de Dios? 51

Lección 7 // Jueves 15 de noviembre

ORANDO EN TODO TIEMPO Efesios 6:18 comienza con la frase “orando en todo tiempo”, que sugiere que orar está conectado con los versículos anteriores. La idea es que, al recibir la armadura celestial y ponérsela, se necesita depender de Dios. Por eso, “la ora­ ción no es un arma más, sino es el espíritu, la manera en la cual debe llevarse la armadura completa y librarse la batalla. Pablo insta a sus lectores a que la oración sea en ellos un estado mental continuo, una actitud de permanente comunión con Dios” (CBA 6:1.045). Lee Efesios 6:18. ¿Qué palabras asociadas con la amonestación respecto de la oración sugieren vigilancia y disciplina?

La Biblia llama a la gente a no dejar de orar (Luc. 18:1; Rom. 12:12; Fil. 4:6; Col. 4:2; 1 Tes. 5:17). Pero, en el contexto del combate con las fuerzas del mal, Pablo enfatiza, en Efesios 6, que cada ocasión de la vida debe estar envuelta en oración. Esta actitud no es una demanda pequeña para los cristianos, porque nuestro primer instinto en momentos de dificultad es consultar a amigos y co­ legas, lo que está bien y tiene su lugar. Sin embargo, la oración debe ser siempre nuestra defensa y es algo que debemos estar “haciendo en todo tiempo”. Efesios 6:18 comienza con “orando en todo tiempo” y sigue con la expresión “velando”. ¿Acerca de qué debemos estar velando, y por qué?

Cuando Jesús estuvo en el Getsemaní, a los discípulos a quienes encontró durmiendo les dijo que velaran y oraran (Mar. 14:38). Y, antes de eso, Jesús les había advertido a todos los discípulos que velaran (Mar. 13:33-37). Desde la perspectiva de Lucas, velar está vinculado con la oración como algo constante que da fortaleza espiritual al cristiano. En Efesios 6:18, el énfasis está en orar por otros. Sin duda, al orar por otros, nosotros somos espiritualmente fortalecidos, y estamos mejor armados para el conflicto subsiguiente, más allá de cómo sea.

¿Por qué orar por nosotros es más importante espiritualmente que tener a otros que oren por nosotros? ¿Qué hace por ti la oración personal que las oraciones de otros no pueden hacer? 52

Viernes 16 de noviembre // Lección 7

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La importancia de buscar el verda­ dero conocimiento”, Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 326, 328; “La lucha que tenemos por delante”, Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 176, 177; “¡Oh Dios! Ayúdame a ascender”, Meditaciones matinales (1953), p. 108; “Llamamiento a alcanzar una norma más alta”, Los hechos de los apóstoles, pp. 257-261. “En cada alma luchan activamente dos poderes en procura de la victoria. La incredulidad ordena sus fuerzas, guiadas por Satanás, para separarnos de la Fuente de nuestra fortaleza. La fe ordena las suyas, dirigidas por Cristo, el Autor y Consumador de nuestra fe. El conflicto continúa hora a hora ante la vista del universo celestial. Esta es una batalla cuerpo a cuerpo, y el gran inte­ rrogante es: ¿Quién obtendrá el dominio? Cada uno debe decidir por sí mismo este asunto. Todos deben tomar parte en esta lucha, peleando en un bando o en el otro. En este conflicto no hay tregua [...]. Se nos urge a prepararnos para esta acción. ‘Confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo’. La advertencia se repite: ‘Por lo tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo’ ” (HHD 330). “Debemos ponernos cada parte de la armadura, y luego mantenernos firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como sus soldados. Luchemos valientemente para él procediendo correctamente en cada transacción. [...] No deis ocasión para que el enemigo hable mal de la verdad. Poneos vuestra co­ raza de justicia divinamente protegida, que todos tienen el privilegio de llevar. Ella protegerá vuestra vida espiritual”.–“Comentarios de Elena G. de White” (CBA 6:1.119). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Esta lección enfatizó la lucha en la que todos estamos involucrados; sin embargo, somos parte de una comunidad más grande. ¿De qué modo, como co­ munidad, podemos ayudarnos unos a otros en muchos conflictos individuales? ¿Qué cosas prácticas puede hacer la comunidad para ayudar a aquellos que tienen necesidades espirituales? 2. Las imágenes militares ¿cómo refuerzan la realidad de la lucha? ¿Por qué es importante mantener ante nosotros la realidad de este conflicto? ¿Quién puede imaginar que un soldado, en el campo de batalla, se olvide de que está en una guerra? ¿Por qué es más importante, para nosotros, no olvidar esto?

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Lección 8: Para el 24 de noviembre de 2012

LA IGLESIA: EN SERVICIO A LA HUMANIDAD

Sábado 17 de noviembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 16:5; 1 Corintios 1:2; 1 Pedro 2:9; Mateo 28:19, 20; Juan 17:21, 22; Hechos 15:1-29. PARA MEMORIZAR: “Esto os escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:14, 15).

PENSAMIENTO CLAVE: “Deberíamos recordar que la iglesia, aunque débil y defectuosa, constituye el único objeto en la Tierra al cual Cristo otorga su consideración suprema” (MS 2: 457). PARA MUCHOS, la iglesia no es lo que solía ser. Algunos están incluso hablando acerca de un “cristianismo sin iglesia”, un concepto que es autocon­ tradictorio. Otros alegan contra la “religión organizada” (¿qué es mejor: “una religión desorganizada”?). La Biblia enseña claramente la importancia de la iglesia. No es una opción; es un componente vital del plan de salvación. En­ tonces, no sorprende que, en la gran controversia, Satanás obre mucho contra ella, ya que la iglesia es un medio importante por el cual los pecadores están en contacto con la oferta de salvación que hace Dios. La iglesia, escribió Pablo, es “la casa de Dios”, “columna y baluarte de la verdad” (1 Tim. 3:15). La iglesia no es una invención humana: fue creada por Dios para llevar a los pecadores a una relación salvadora con él. 54

Domingo 18 de noviembre // Lección 8

LA NATURALEZA DE LA IGLESIA: Parte 1 Al pensar en la naturaleza de algo, solemos estar interesados en sus orí­ genes, funciones y propósito. Además de proveer diversas imágenes para des­ cribir a la iglesia, la Biblia usa una palabra específica, ecclesía, que significa “lla­ mados afuera”. En la vida secular griega, se la usaba para describir a un grupo de ciudadanos que salía de sus hogares a un lugar público para una reunión, o asamblea. El Nuevo Testamento usa la palabra en este sentido. En la traducción griega del Antiguo Testamento (la Septuaginta), la “congre­ gación” de Israel, cuando se reunía ante Dios con propósitos religiosos, aparece como ecclesía. Los judíos fueron “llamados aparte” para ser un pueblo especial, y los pri­ meros cristianos pudieron haber usado la palabra para identificar a aquellos creyentes que habían sido llamados para ser testigos de Cristo. En el Nuevo Testamento, la iglesia describe a la compañía de los fieles del mundo entero. Nota que la palabra ecclesía nunca se usa para un edificio en el que se adora. La palabra “sinagoga” originalmente denotaba una asamblea de personas reu­ nidas para un propósito específico, pero los cristianos prefirieron usar ecclesía. Ambas palabras indican que la iglesia del Nuevo Testamento fue una continua­ ción histórica de la iglesia del Antiguo Testamento, la “congregación” de Israel (Hech. 7:38). La palabra ecclesía indica un grupo de personas llamadas por iniciativa de Dios. ¿Cómo explica esto el uso que Pablo hace de la palabra en tres niveles diferentes: 1)iglesia en hogares individuales (Rom. 16:5; 1 Cor. 16:19); 2) la iglesia en ciudades específicas (1 Cor. 1:2; Gál. 1:2); y 3) la iglesia en regiones geográficas mayores (Hech. 9:31)?

Ecclesía es cualquier grupo de personas reunidas para compartir una rela­ ción salvadora con Cristo. Es decir, las congregaciones individuales son parte de la iglesia entera; cada unidad representa el todo. Además, la iglesia es una en todo el mundo, pero al mismo tiempo está presente en cada asamblea.

Piensa en tu iglesia local, que funciona como representante de la iglesia entera de Dios. A causa de esto, ¿qué responsabilidades tienen tú, como parte del cuerpo de una iglesia y tu iglesia local misma? 55

Lección 8 // Lunes 19 de noviembre

LA NATURALEZA DE LA IGLESIA: Parte 2 Además de la palabra ecclesía, el Nuevo Testamento describe a la iglesia con varias imágenes que explican más sobre su naturaleza y su función. Hoy veremos solo dos conceptos: la iglesia como pueblo de Dios, y la iglesia como cuerpo de Cristo. 1. El “pueblo de Dios”, como concepto, se aplica en la Biblia a los hijos de Israel (Deut. 14:2). Lee 1 Pedro 2:9, donde el concepto se aplica a los cristianos. ¿Cómo entendemos lo que esto significa para nosotros hoy?

Nota que aun al aplicar este concepto a los cristianos, todavía se usa para describir a la nación de Israel (Luc. 1:68; Rom. 11:1, 2). El Nuevo Testamento aplica el concepto a la iglesia en una forma que sugiere continuidad y consu­ mación. (Ver Gál. 3:29.) 2. “Cuerpo de Cristo”: Romanos 12:5; 1 Corintios 12:27; y Efesios 1:22 y 23 describen a la iglesia como el cuerpo de Cristo. ¿De qué modo estos textos nos ayudan a comprender mejor su naturaleza y sus funciones?

Estos textos dan numerosas ideas; tal vez la más obvia sea la unidad que de­ bería verse en la iglesia. Esto es una idea expresada en otras partes del Nuevo Tes­ tamento, especialmente en 1 Corintios 12, donde Pablo escribe: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espí­ ritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” (1 Cor. 12:12-17).

Algunas personas sufren una enfermedad autoinmune: su sistema inmunológico, que debería proteger al cuerpo, lo ataca. Piensa en las implicaciones de esta analogía de la iglesia como el “cuerpo de Cristo”. 56

Martes 20 de noviembre // Lección 8

LA MISIÓN DE LA IGLESIA La iglesia como el “cuerpo de Cristo” significa que ella ha de hacer lo que Cristo haría si todavía estuviera “corporalmente” sobre la Tierra. Por esta razón, la iglesia ha sido llamada “asamblea”. Sencillamente, no tiene una misión: la iglesia es una misión. Lee Mateo 28:19 y 20. ¿De qué forma trata el tema de la misión de la iglesia?

La misión involucra enviar personas a hablar por Dios. Es lo que Dios mismo hizo con los profetas de Israel (Jer. 7:25) y con los apóstoles (Luc. 9:1, 2; 10:1, 9). Jesús envió a sus discípulos así como el Padre lo envió a él (Juan 20:21). La iglesia hoy no puede hacer menos, y debe seguir fiel a su llamamiento. ¿Qué nos enseñan también los siguientes textos acerca de la misión de la iglesia? Efe. 4:11-13; Mat. 10:5-8; Sant. 1:27; Efe. 1:6; 1 Ped. 2:9.

Claramente, la evangelización es central en la misión de la iglesia. La iglesia existe también para la edificación de los creyentes, para la promoción de la verdadera adoración y para ocuparse en asuntos de preocupación social. Aunque la iglesia afronta muchos desafíos, uno de los más difíciles es man­ tener un equilibrio apropiado en su comprensión de la misión. Por un lado, sería muy fácil enredarse en la reforma social, y en trabajar por el mejoramiento de la sociedad y sus males. Aunque esa obra es importante, en y por sí misma, nunca debe permitirse que absorba la misión primordial de la iglesia, que es llevar a los perdidos a Jesús, y preparar a un pueblo para su retorno. Al mismo tiempo, necesitamos evitar el extremo de vivir como si cada titular del periódico se­ ñalara el fin del mundo, y descuidar, por eso, las tareas básica del diario vivir. Necesitamos sabiduría divina para llegar a tener un equilibrio correcto.

¿Cuán involucrado estás en la misión de la iglesia? ¿Cómo podrías hacer más de lo que haces? ¿Por qué es importante para tu crecimiento espiritual estar involucrado en el llamamiento de la iglesia? 57

Lección 8 // Miércoles 21 de noviembre

LA UNIDAD DE LA IGLESIA La iglesia –es decir, los “llamados” por Dios, el “pueblo de Dios”, el “cuerpo de Cristo” y el “templo del Espíritu Santo”– está capacitada para el servicio o la misión. La unidad es esencial para que la iglesia pueda cumplir con éxito su misión. El problema de la unidad estaba en el pensamiento de Cristo hacia el fin de su vida en la Tierra (Juan 17:21, 22). Jesús oró por la unidad de la iglesia (Juan 17:21, 22) y Pablo exhortó a los creyentes acerca de ella (Rom. 15:5, 6). ¿De qué manera hemos de entender la unidad tal como está expresada en estos textos? ¿Qué significa esta unidad?

La unidad por la que Cristo oró y sobre la cual Pablo exhortó a los creyentes involucraba unión de sentimientos, pensamientos, acciones, y mucho más. No se logra por medio de “ingeniería” social, administración diplomática, o subter­ fugios políticos. Es un don otorgado por Cristo a los creyentes (Juan 17:22, 23) y mantenido por el poder de Dios el Padre (Juan 17:11). Lee 1 Corintios 1:10 y 2 Corintios 13:11. ¿Cómo hemos de lograr lo que Pablo pedía aquí?

Todos somos diferentes y tenemos distintos conceptos, que a veces pueden hacer difícil la unidad. Aunque las presiones y las tensiones son inevitables en todos los niveles de la iglesia, necesitamos mantener una actitud de humildad y negación propia, y un deseo de un bien que es mayor que nosotros mismos. Muchas divisiones surgen por causa del egoísmo, del orgullo y de un deseo de exaltarse a uno mismo y sus conceptos propios por sobre otros. Ninguno de nosotros sabe todo lo que es correcto, ni comprende perfectamente todas las cosas. Cualesquiera que sean las diferencias que surjan, si tomáramos cada día nuestras cruces, muriéramos diariamente al yo y buscáramos no solo nuestro propio bien sino también el de los otros y de la iglesia, muchos de los problemas con los cuales luchamos y que estorban la obra desaparecerían. En resumen, la unidad comienza con cada uno de nosotros, como segui­ dores de Cristo, no solo de nombre sino en una vida de verdadero sacrificio propio, dedicada a una causa y a un bien mayor que nuestras personas.

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Jueves 22 de noviembre // Lección 8

EL GOBIERNO DE LA IGLESIA Gobernar es lograr que las cosas se hagan. Así es en la vida social, y también en la de la iglesia. El gobierno involucra organizar las cosas de modo funcional y coherente, con reglamentos y estructuras diseñados para facilitar las tareas. La autoridad también es vital para el gobierno. En la vida de la iglesia, ¿quién tiene que autorizar cosas y quién puede ser autorizado para hacer cosas? Las diferentes respuestas a estas preguntas produjeron distintas formas de gobierno eclesiástico. Los adventistas del séptimo día tienen un sistema representativo de go­ bierno de la iglesia. Idealmente, el liderazgo actúa porque los representantes recibieron autoridad y responsabilidades delegadas por la feligresía. No basta que el sistema de gobierno de la iglesia se apoye en las Escrituras; la autoridad dentro del sistema debe mostrar sensibilidad a los valores bíblicos. Considera Hechos 15:1 al 29. ¿Qué principios vemos aquí involucrados en la organización y el gobierno de la iglesia?

Según esto, la organización de la iglesia necesita estar centrada en la difu­ sión del evangelio. Bíblicamente, el gobierno de la iglesia es tan bueno como sea su promoción de la misión y la evangelización. Cristo ejerce su autoridad por medio de su iglesia y sus líderes designados, pero no les ha entregado todo su poder a ellos: él sigue siendo la cabeza de la iglesia (Efe. 1:22). La iglesia primitiva sabía que no podía ejercer ninguna autoridad independiente de Cristo y su palabra. En Hechos 15:28, vemos que la asamblea decidió lo que ha “parecido bien al Espíritu Santo”, el representante de Cristo. Los líderes de la iglesia, hoy, deben actuar en la misma forma. Considera Mateo 20:24 al 28, y 23:8. ¿Qué implicaciones tiene respecto del ejercicio de la autoridad en la iglesia, en todos los niveles?

¿Cuán dispuesto estás a servir a otros? Piensa en tus motivos para lo que haces en la iglesia, sin tomar en cuenta el cargo que tengas. ¿Cuáles son esos motivos, y cómo puedes mantenerlos en armonía con los principios revelados en la Palabra? 59

Lección 8 // Viernes 23 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Iglesia”, Tratado Teológico Adventista del Séptimo Día, Raoul Dederen , ed., pp. 606-654; “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, Testimonios para los ministros, pp. 361-364; “La iglesia es la luz del mundo”, Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 155-169. “Si un hombre confía en sus propias facultades y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder dominante, el procedimiento mejor y el único seguro consiste en quitarle el puesto, para que no se haga un gran daño y él mismo pierda su propia alma, y ponga en peligro el alma de otros. [...] Esta disposición a do­ minar sobre la heredad de Dios causará una reacción a menos que estos hom­ bres cambien su conducta. [...] El cargo no engrandece a un hombre ni en una jota o una tilde a la vista de Dios, quien solamente valora el carácter” (TM 362). “La misión de la iglesia de Cristo consiste en salvar a los pecadores que perecen. Consiste en darles a conocer el amor de Dios hacia los hombres y ga­ narlos para Cristo por la eficacia de ese amor. La verdad para este tiempo debe ser proclamada hasta en los rincones oscuros de la Tierra, y esta obra puede empezar en nuestro propio país” (JT 1:359). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. No hay duda de que la iglesia, nuestra iglesia, tiene problemas. Jesús lo explicó así: “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es se­ mejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue” (Mat. 13:24, 25). Lee el resto de la parábola. ¿De qué modo aplicamos a nuestra iglesia lo que dijo Jesús, y cómo tratamos con los que causan problemas? ¿Signi­ fica esto que no hay circunstancias en las cuales alguien pueda ser desglosado como miembro? Ver, por ejemplo, Tito 3:10 y 11; y Romanos 16:17. 2. ¿Qué le dices a alguien que, creyendo que la iglesia está corrompida, decide apartarse del cuerpo como un todo, y seguir solo? 3. Nuestra iglesia afirma el concepto de lo que ha sido llamado “el sacer­ docio de todos los creyentes”. ¿Qué incluye esta idea? ¿Qué responsabilidades representa para nosotros? 4. Analiza en la clase algunas de las amenazas potenciales para nuestra unidad como iglesia. ¿Qué problemas han causado divisiones en la iglesia en el pasado? ¿Qué podemos aprender del pasado, que pueda ayudarnos a evitar cosas similares en el futuro?

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Lección 9: Para el 1º de diciembre de 2012

LA IGLESIA: RITOS Y RITUALES

Sábado 24 de noviembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 28:19, 20; Romanos 6:3-8; Mateo 26:26-28; Juan 13:1-17; 1 Corintios 11:24-26. PARA MEMORIZAR: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hech. 2:38).

PENSAMIENTO CLAVE: Dios instituyó ordenanzas que, debidamente comprendidas, refuerzan la fe. ALGUNAS CULTURAS tienen ritos de iniciación, o “ritos de pasaje”, que consti­ tuyen el paso de las personas de una etapa de la vida a otra. Por ejemplo, los ritos de la edad adulta se realizaban alrededor del comienzo de la pubertad, y variaban de un lugar a otro. Todos tenían la meta de asegurar que los jovencitos se formaran para ser personas productivas y responsables como parte de la comunidad. En el proceso, los varones y las niñas aprendían qué se esperaba de ellos como miembros adultos de la sociedad. En la comunidad cristiana también hay ritos específicos que señalan el com­ promiso de las personas con la fe que profesan. Estos actos sagrados confirman la participación y el compañerismo de una persona en la comunidad, y la ayudan a ser miembro fiel de ella. Favorecen la comprensión de lo que incluye su compromiso con Cristo. Esta semana consideraremos tres ritos de nuestra fe: el bautismo, el lavamiento de los pies y la Cena del Señor. 61

Lección 9 // Domingo 25 de noviembre

EL NOMBRE DE LOS RITOS SAGRADOS Durante las primeras etapas de la iglesia cristiana, los creyentes de la iglesia cristiana de oriente, donde el griego era el idioma común, utilizaban la palabra mystérion (misterio) para describir los ritos sagrados cristianos. En el occidente, donde predominaba el latín, empleaban sacramentum, “sacramento”. Un sacramentum era el juramento de un soldado romano, en el que declaraba su obe­ diencia a las órdenes del comandante. Quienes usaban esta palabra sentían que describía con exactitud la naturaleza de los ritos sagrados. Con el tiempo, la idea vino a representar un acto con un poder interior invisible. La iglesia de la Edad Media identificó siete actos, llamados “sacramentos”, que se consideraban medios de infundir gracia al alma de una persona. Durante la Reforma, se analizaron y criticaron los sacramentos. Para mu­ chos, el término sacramento estaba contaminado. Sintieron que se necesitaba una palabra diferente, y usaron ordenanza. Esta palabra viene del verbo “or­ denar”, que hacía de la ordenanza un acto especial que Cristo había instituido u ordenado. El preferir ordenanza en vez de sacramento implica que uno participa de esos actos porque están divinamente ordenados, y para mostrar la lealtad y la obediencia a Jesús como Señor. Los adventistas consideramos el bautismo, el lavamiento de los pies y la Cena del Señor como ordenanzas, actos que revelan nuestra lealtad a Cristo. Son formas simbólicas de expresar nuestra fe. Lee Mateo 28:19 y 20; Juan 13:34; y 1 Corintios 11:23 al 26. ¿Hasta qué punto estos pasajes sostienen la idea de que los actos sagrados deberían describirse como “ordenanzas”?

Aunque le demos importancia a las “ordenanzas”, siempre debemos re­ cordar que ellas no son actos para ganar la salvación u obtener méritos ante Dios. El pecado y sus consecuencias son demasiado serios para que podamos ser redimidos por ritos, aun los instituidos por Cristo. Solo la muerte de Jesús en la cruz fue suficiente para lograr nuestra salvación. Entendemos que las orde­ nanzas son símbolos exteriores del reconocimiento de lo que Cristo ha hecho por nosotros y de nuestra unión con él, y sirven bien a ese propósito. Son me­ dios para un fin, no un fin en sí mismos.

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Lunes 26 de noviembre // Lección 9

EL BAUTISMO En el Nuevo Testamento, varias imágenes describen lo que significa el bau­ tismo. Este simboliza una unión espiritual con Cristo (Rom. 6:3-8) al identifi­ carnos con su sufrimiento, muerte y resurrección. Es una renuncia al estilo de vida anterior de la persona. Así, el bautismo se vincula con el arrepentimiento y el perdón del pecado (Hech. 2:38), con el nuevo nacimiento y la recepción del Espíritu (1 Cor. 12:13), y con la entrada a la iglesia (Hech. 2:41, 47). El bautismo simboliza una relación de pacto con Dios por medio de Cristo (Col. 2:11, 12), y es equivalente a la circuncisión del Antiguo Testamento. Tam­ bién simboliza una transferencia de lealtades, que pone a la persona en una comunidad que sirve a Cristo. La recepción del Espíritu capacita al creyente para servir a la iglesia y a la obra de salvación de los perdidos (Hech. 1:5, 8). Hace varios años, la Comisión Conjunta de la Iglesia Anglicana sobre el Bau­ tismo, la Confirmación y la Santa Comunión hizo una admisión importante. Dijo: “Quienes recibían el bautismo eran normalmente adultos y no infantes; y debe admitirse que no hay evidencia concluyente en el Nuevo Testamento para el bautismo de los infantes” (Baptism and Confirmation Today, citado por Millard J. Erickson, Christian Theology, p. 1.102). El bautismo excluye a los infantes como candidatos, porque el bautismo bíblico requiere fe y arrepentimiento. Además, conocer la palabra de Dios para el desarrollo de la fe (Rom. 10:17) indica que el arrepentimiento debe estar ligado con la instrucción bíblica. Esto es necesario para que los candidatos produzcan “frutos dignos de arrepentimiento” (Luc. 3:8) como evidencia de su relación con Cristo. La naturaleza del bautismo aclara la diferencia entre una ordenanza y un sacramento. El bautismo, para quienes lo ven como sacramento, es el medio que produce la transformación de la muerte espiritual a la vida. Al entenderlo así, la edad de la persona no importa, porque es un evento sobrenatural. Pero el bautismo, como ordenanza, es una indicación de un cambio interno (algo so­ brenatural) que ya ha sucedido en el creyente en su experiencia con Jesús. De este modo, los candidatos para el bautismo deberían ya haber experimentado la fe en Cristo; por lo tanto, la pregunta de quién y cuándo es bautizado llega a ser muy importante.

Si has sido bautizado, piensa en esa experiencia. ¿Por qué necesitamos ser “bautizados” cada día? ¿Cómo se logra esto? 63

Lección 9 // Martes 27 de noviembre

LA ORDENANZA DE LA HUMILDAD Imagina el dolor que debió haber sentido Jesús –cercano a la cruz, la máxima humillación– cuando vio las discusiones entre sus discípulos sobre quién sería el mayor en su Reino. Lee Lucas 22:24 al 27 (ver también Mat. 18:1; 20:21). ¿Qué verdad vital no habían aprendido todavía los discípulos?

Nuestro mundo está tan distorsionado y pervertido por el pecado que te­ nemos todo al revés, por más “racional” y “sensato” que ese “revés” parezca. ¿Quién en su sano juicio preferiría servir en vez de ser servido? ¿No se trata de que, en la vida, todo debe ser para adelante, y llegar a ser rico y alguien a quien otros atiendan, en lugar de estar sirviendo a otros? Entonces, no es extraño que, en ocasión de la Última Cena, Jesús lavara los pies de los discípulos. Las palabras no podrían haber transmitido con mayor fuerza la realidad de lo que la verdadera grandeza es para Dios que el lavamiento de los pies de aquellos que deberían haber besado los de él. ¿Qué nos enseña Juan 13:1 al 17 acerca del lavamiento de los pies como una parte del Servicio de Comunión?

Hay muchas verdades que surgen de estos versículos. En el 3 dice que Jesús sabía que el Padre le había dado “todas las cosas en sus manos”. ¿Qué sucedió después? Sí, Jesús, sabiendo bien que “había salido de Dios, y a Dios iba”, se levantó de la mesa y comenzó a lavar los pies a los discípulos (vers. 5). Aun sin saber plenamente quién era Jesús en realidad, ellos debieron de haber estado atónitos. ¿Cómo podrían no haber visto aquí la lección? Sin embargo, piensa también lo que significa que el servicio del lavamiento de los pies vino antes de la Cena del Señor. Antes de reclamar para nosotros todo lo que Cristo hizo por nosotros, cuán importante es ir a la Cena del Señor con un sentido de nuestra propia humildad, bajeza y necesidad de la gracia divina.

¿Los pies de quién te haría un inmenso bien espiritual si los lavaras? 64

Miércoles 28 de noviembre // Lección 9

LA CENA DEL SEÑOR Lee Mateo 26:26 al 28. ¿Cuál es el significado de lo que Jesús nos dice que hagamos? ¿Por qué es importante ver esto en términos de símbolos?

La Cena del Señor reemplaza la fiesta de la Pascua del antiguo pacto. La Pascua encontró su cumplimiento cuando Cristo, el Cordero pascual, dio su vida. Antes de su muerte, Cristo instituyó este reemplazo, el gran festival de la iglesia del Nuevo Testamento bajo el nuevo pacto. Así como la Pascua con­ memoraba la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, la Cena del Señor conmemora la liberación del Egipto espiritual, de la esclavitud del pecado. La sangre del cordero Pascual aplicada sobre el dintel y los postes de las puertas protegía a sus habitantes de la muerte; el alimento que su carne proveía les daba fuerzas para huir de Egipto (Éxo. 12:3-8). Así, el sacrificio de Cristo trae liberación de la muerte: los creyentes son salvados por medio de la participa­ ción tanto de su cuerpo como de su sangre (Juan 6:54). La Cena del Señor pro­ clama que la muerte de Cristo en la cruz nos perdona, nos salva y nos promete la victoria sobre el pecado. Lee 1 Corintios 11:24 al 26. ¿Qué importante verdad doctrinal de la cruz se revela aquí?

Aquí se ve el aspecto sustitutivo de la muerte de Cristo. Su cuerpo fue que­ brado y su sangre derramada por nosotros; en la cruz, tomó sobre sí lo que realmente nos correspondía a nosotros. Cada vez que participamos de la Cena del Señor, debemos recordar lo que Cristo logró en nuestro favor. Cuando añadimos a la Cena del Señor el lavamiento de los pies, esto nos ayuda a preparar nuestros corazones antes de participar de la Comunión, y deberíamos darnos un sentido de la naturaleza comunitaria de esta ordenanza. La cruz, simbolizada por el pan y el vino, nos recuerda que cualquier cosa te­ rrenal que nos divida señala que somos pecadores con necesidad de la gracia. El servicio de Comunión debe ayudarnos a ver nuestras obligaciones, no solo para con el Señor, sino también de unos para con otros.

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Lección 9 // Jueves 29 de noviembre

ESPERANDO LA SEGUNDA VENIDA “Así pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Cor. 11:26). ¿Qué gran esperanza se presenta aquí?

Con estas palabras, vemos claramente cuán estrechamente ligadas están la segunda venida de Cristo y el servicio de Comunión. Y esto tiene mucha lógica, porque la segunda venida es, realmente, la culminación de lo que sucedió en la cruz. Uno podría alegar que la mayor razón de su primera venida –que incluía que su cuerpo fuera quebrantado y su sangre derramada por nosotros– fue la segunda venida. La primera venida preparó el camino para la segunda. ¿De qué serviría la primera venida de Cristo sin la segunda?

El servicio de Comunión, en un sentido, cubre el período entre el Calvario y la segunda venida de Cristo. Cada vez que participamos en la Comunión, medi­ tamos en la cruz y lo que el Señor realizó allí por nosotros. No obstante, eso no puede separarse de la segunda venida. De hecho, lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros no llegará a su culminación sino hasta la segunda venida. Lee Mateo 26:29. ¿Qué está indicando Jesús en este versículo?

Considera la promesa, la certeza y la esperanza que nos brinda aquí el Señor. Estas palabras implican una cercanía e intimidad entre los redimidos y el Redentor que se extenderá por la eternidad. Jesús nos está prometiendo que no beberá de este fruto de la vid hasta que lo beba nuevo con nosotros en el Reino eterno. Cuando recordamos quién es él –el Creador del universo (Col. 1:16)–, esta promesa es aún más asombrosa. De este modo, además de todo a lo que apunta el servicio de Comunión, también nos señala la gran esperanza que nos espera en la segunda venida de Jesús. ¿Desanimado? ¿Oprimido? Bienvenido a un mundo caído. ¿Por qué, en medio de todo lo que te está pasando, es tan importante mirar la cruz, y ver lo que significa para ti ahora y lo que significará para tu futuro definitivo? 66

Viernes 30 de noviembre // Lección 9

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee los capítulos 15 al 18 de Creencias adventistas, publicado por la Asociación Ministerial de la Iglesia Adventista. “El bautismo es un rito muy sagrado e importante, y su significado debe comprenderse cabalmente. Significa arrepentirse del pecado e iniciar una nueva vida en Cristo Jesús. No debe haber indebido apresuramiento para re­ cibir este rito. Calculen el costo tanto los padres como los hijos” (JT 2:391). “La Pascua señalaba hacia la liberación de los hijos de Israel, y también fue un tipo, señalando hacia adelante, de Cristo, el Cordero de Dios, muerto para la redención del hombre caído. La sangre asperjada sobre los postes de las puertas prefiguraba la sangre expiatoria de Cristo y también la dependencia continua, del hombre pecador, de los méritos de esa sangre, para estar seguros de no caer bajo el poder de Satanás y para la redención final” (SpP 1:201). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. ¿Cuándo fue la última vez que lavaste los pies de alguien en una cere­ monia de lavamiento de los pies? ¿Por qué esta práctica es tan importante? 2. Lee 1 Pedro 3:20 y 21. ¿Qué analogía usa Pedro para explicar el significado del bautismo? 3. Los primeros cristianos fueron acusados de muchas cosas de las cuales no eran culpables, incluyendo el canibalismo. Una de las razones fueron los siguientes versículos: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él” (Juan 6:53-56). ¿Qué quiso enseñar Jesús con estas palabras? ¿Por qué es tan importante que comprendamos el significado espiritual de textos como este? 4. En la clase, analicen con más detalle el aspecto comunal del servicio de Comunión. ¿En qué forma esto debería ayudarnos, como iglesia, a comprender mejor lo que son nuestras obligaciones mutuas y para con la comunidad?

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Lección 10: Para el 8 de diciembre de 2012

LA LEY Y EL EVANGELIO

Sábado 1º de diciembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 19:7, 8; Éxodo 23:1-9; 1 Juan 5:3; Romanos 3:19, 20; Éxodo 20:11, 12; Deuteronomio 5:15.

PARA MEMORIZAR: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3, 4).

PENSAMIENTO CLAVE: Toda la Ley moral de Dios revela nuestro pe­ cado y nuestra necesidad de un Salvador. La Ley y el evangelio son inseparables. LA LEY Y EL CARÁCTER de Dios están en el centro de la gran controversia y, cuando esta concluya, serán vindicados ante el universo espectador. Hasta en­ tonces, la controversia sigue rugiendo y, como seres humanos, terminamos de un lado u otro según a qué amo sigamos. En las palabras de Bob Dylan: Has de servir a alguien,/ puede ser al diablo o puede ser a Dios, /pero has de servir a alguien. Quienes elijan servir a Dios lo hacen por amor, a causa de lo que Cristo hizo. Habiendo sido sepultados a través del bautismo con Cristo en su muerte, el cuerpo de pecado fue destruido y ya no necesitan servir a su amo anterior, el pecado, sino que son libres para obedecer a Dios y su Ley. Esta semana consideraremos la naturaleza de la Ley, su propósito y su rela­ ción con la gracia salvadora de Dios. Bien comprendida, la Ley de Dios ayuda a revelar lo que la gracia de Dios nos ofrece en Cristo. 68

Domingo 2 de diciembre // Lección 10

LA LEYES Y LAS REGLAS DE DIOS La palabra toráh es un término hebreo muy usado en el Antiguo Testamento y, a menudo, se traduce como ley. El Nuevo Testamento usa la palabra griega nómos (ley), para traducir toráh. Toráh significa “orientación”, o “guía”. Siendo que la Biblia es un registro de la relación de Dios con los humanos, en la Biblia, en general, “ley”, se refiere a todas las instrucciones de Dios a su pueblo. Como Dios mismo es bueno y recto, y guía e instruye a su pueblo en bondad y rectitud, entonces su Ley revela su bondad y su rectitud. O, como decimos, la Ley es un reflejo del carácter de Dios. ¿Qué nos dicen los siguientes textos acerca de la Ley y, en última instancia, acerca de Dios? Sal. 19:7, 8; Rom. 7:12; Sal. 119:151, 152, 172.

Por medio de la Biblia, Dios se ha revelado a la humanidad. Al leer el texto sagrado, uno encuentra mucho material referente a orientaciones e instruc­ ciones que cubren muchos aspectos de la vida humana: moralidad, ética, salud, sexualidad, dieta, trabajo, etc. Algunas de estas instrucciones son universales; otras son más limitadas en el tiempo y en su amplitud. Pero, como todas ellas son instrucciones de Dios (toráh), se necesita mucho cuidado para comprender qué es universal y qué es limitado. Los adventistas y otros grupos cristianos generalmente distinguen entre las leyes “ceremoniales” (reglas que enseñan el plan de salvación por símbolos y prácticas rituales), leyes “civiles” (instruc­ ciones con respecto a la vida comunitaria del antiguo Israel) y leyes “morales” (instrucciones de conducta para la humanidad). El libro de Levítico contiene leyes ceremoniales, con respecto al servicio del Santuario y su sistema ritual. Las leyes civiles y el principio de justicia que está detrás de ellas puede verse, por ejemplo, en Éxodo 23:1 al 9. Y luego tenemos la Ley moral, los Diez Mandamientos, que la mayoría de los cristianos (por lo menos, en teoría) cree que todavía son la Ley de Dios para la humanidad.

Considera Éxodo 23:1 al 9. ¿Qué principios morales universales obtenemos de lo que fue dado específicamente al antiguo Israel? 69

Lección 10 // Lunes 3 de diciembre

LA LEY MORAL HOY La mayoría de los cristianos afirma que los Diez Mandamientos son el código moral universal de Dios. Se ve esto, por ejemplo, en diversas batallas legales en los Estados Unidos, en las cuales los cristianos han procurado que los Diez Man­ damientos estuvieran fijados en diversos lugares públicos, especialmente en las escuelas. Hace años, el Estado de Alabama estuvo envuelto en una batalla legal que involucraba a un juez estatal. Este rehusó quitar un monumento de los Diez Mandamientos de una sala de los tribunales, a pesar de las órdenes dadas por un tribunal más elevado. En la mente de muchos, los Diez Mandamientos, lejos de estar invalidados, siguen siendo la norma legal divina para la moralidad. Y con buenas razones. Para comenzar, aunque el Decálogo (los Diez Man­ damientos) fue codificado en el Sinaí, el libro de Génesis sugiere que la mayoría de los Mandamientos ya eran conocidos previamente. ¿Qué revelan los siguientes textos acerca de la existencia de la Ley antes del monte Sinaí? Gén. 35:1-4; 2:3; 4:8-11; 39:7-9; 44:8; 12:18.

Sobre una base lógica, no tiene sentido que los Diez Mandamientos hayan sido exclusivamente una institución judía, algo destinado solo para un pueblo específico en un momento y lugar particulares. ¿Acaso no tiene sentido que problemas morales como el robo, el asesinato, la fornicación, la idolatría, etc., estén universalmente equivocados, no importa en qué cultura sea? Además, cuando la Biblia es tan clara con respecto a que el pecado está definido por la Ley (Rom. 7:7), la idea de que la Ley fue abrogada o sustituida es una posición incoherente para cualquier cristiano que cree en la Biblia. ¿Cómo nos ayudan los siguientes textos del Nuevo Testamento a entender la perpetuidad de la Ley de Dios? Sant. 2:11; 1 Juan 2:3, 4.

Primera de Juan 5:3 dice que la obediencia a los mandamientos de Dios es una expresión de nuestro amor hacia él. ¿Qué significa esto? ¿Por qué nuestra obediencia a los mandamientos es una expresión de amor? 70

Martes 4 de diciembre // Lección 10

LA LEY Y EL EVANGELIO Aunque muchos entienden que los Diez Mandamientos siguen siendo obli­ gatorios en la vida de los cristianos, el rol que desempeñan en el plan de sal­ vación puede ser confuso. Si no somos salvados por guardar la Ley, entonces, ¿cuál es su propósito? ¿De qué manera los siguientes textos nos ayudan a comprender el rol de la Ley en la vida de aquellos que son salvos por la gracia? Rom. 3:19, 20

Sal. 119:5, 6 Rom. 7:7 La Ley nunca fue diseñada para ser un medio de salvación. Mediante la operación del Espíritu Santo, la Ley crea en el pecador la necesidad de la gracia (evangelio) de Cristo. Como señala qué es lo correcto, qué es lo bueno, qué es lo verdadero, los que no alcanzan esa norma (que somos todos nosotros) se damos cuenta de su necesidad de salvación. En este sentido, la Ley nos señala la necesidad del evangelio, la necesidad de gracia. Y esta gracia nos viene por medio de Jesús. La función de la Ley, aun en el Antiguo Testamento, es mos­ trarnos nuestra necesidad de salvación; nunca fue un medio para proveer esa salvación. “Preguntar si la Ley puede darnos la salvación es hacer la pregunta equi­ vocada en lo que se refiere a las Escrituras ¡tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento! Nunca, ninguno de los dos Testamentos afirma, implica, o siquiera sugiere que este pudo ser alguna vez el caso [...]. “Es un error adicional alegar que el autor de Hebreos (10:1-4) corrigió la Ley, como si hubiera enseñado que ‘la sangre de los toros y de los machos cabríos puede quitar los pecados’ [...]. Los sacrificios eran figuras, tipos y modelos del único perfecto sacrificio que había de venir” (Walter C. Kaiser, Five Views on Law and Gospel, pp. 394, 395).

Mira a tu alrededor lo que la violación de la Ley de Dios ha hecho a la humanidad. ¿Cómo es impactada tu vida por la violación de la Ley de Dios? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de cuán relevante sigue siendo la Ley? 71

Lección 10 // Miércoles 5 de diciembre

EL SÁBADO Y LA LEY Como vimos en la sección del lunes, muchos cristianos todavía creen en la naturaleza obligatoria de la Ley de Dios. Si aceptamos la realidad del pecado, es difícil ver cómo alguien puede creer otra cosa. No obstante, todo el problema de la obligación cristiana hacia la Ley llega a ser muy confuso, de repente, cuando aparece el tema de la obediencia al cuarto Mandamiento, el específico con respecto al séptimo día. La ironía es que aquel juez de Alabama que insistía en poner el monumento a los Diez Manda­ mientos en la sala del tribunal violaba él mismo esa Ley, porque al observar el domingo no guardaba el mandamiento bíblico del descanso en el séptimo día. De acuerdo con Santiago, “cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” (Sant. 2:10). Ese juez era culpable de violar cada precepto de la Ley que él insistía en poner en la sala del tribunal. En Éxodo 20:9 y 10 hallamos el mandamiento del sábado. El texto señala cuándo es el sábado (el séptimo día), y cómo ha de guardarse (cesación del trabajo regular de todos) para mantener su santidad. “El sábado no se describe como un día de recuperación de aquellos que son demasiado débiles para se­ guir trabajando día tras día sin descanso. Se lo presenta como una detención buena para todos, con el propósito de reenfocar la santidad (todas preocupa­ ciones que surgen de pertenecer a Dios, que es la santidad) a fin de gozar de las bendiciones de Dios de ese día y su potencial” (Douglass K. Stuart, The New American Commentary, Exodus, 2:460). El potencial espiritual del sábado está incorporado en lo que simboliza. ¿Cuál es el significado espiritual del sábado? ¿Cómo te ha ayudado tu propia experiencia para apreciar el sábado? Éxo. 20:11; Deut. 5:15; Éxo. 31:13; Eze. 20:20; Heb. 4:3-9.

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Jueves 6 de diciembre // Lección 10

EL SÁBADO Y EL EVANGELIO Ayer consideramos Éxodo 20:11 y 12, y Deuteronomio 5:15. Vemos aquí que el sábado apunta a dos ideas: la Creación y la Redención, dos conceptos que están estrechamente vinculados en la Biblia. Dios no solo es nuestro Creador, sino también nuestro Redentor; y ambas verdades espirituales importantes llegan a nosotros cada semana, cada séptimo día, al descansar en sábado “con­ forme al mandamiento” (Luc. 23:56), como lo hicieron las mujeres “que habían venido con él desde Galilea” (vers. 55). Lee Colosenses 1:14 al 16, y Juan 11:1 al 14. ¿Cómo vinculan estos textos a Jesús como Creador y Redentor?

“Puesto que la Ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, solo uno igual a Dios podría expiar su transgresión. Ninguno sino Cristo podría salvar al hombre de la maldición de la Ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo” (MGD 42). Solo como Creador, solo como Uno igual a Dios, solo como aquel que hizo “todas las cosas” (Juan 1:3), podía Jesús ser aquel que redimiera a la humanidad caída. Al señalarnos a Cristo como nuestro Creador y Redentor, el sábado es un símbolo del evangelio de gracia. Nuestro descanso en sábado revela que no­ sotros no somos salvados por las obras de la Ley, sino por lo que Cristo hizo por nosotros. De este modo, el descanso del sábado llega a ser un símbolo del descanso que tenemos en Jesús (ver Heb. 4:3-9). La salvación también es restauración; es re-creación, un proceso que no solo comienza ahora cuando hemos aceptado a Jesús (ver 2 Cor. 5:17; Gál. 6:15), sino también culmina con la re-creación de los cielos y la Tierra (ver Isa. 65:17; Apoc. 21:5). Aquí se muestra claramente cómo están vinculadas la Creación y la Re­ dención, y ambas verdades vitales están incorporadas en el mandamiento del sábado, uno de los Diez Mandamientos.

Una cosa es decir que guardas el sábado o que descansas en sábado. Los escribas y los fariseos hacían eso. Pero, otra cosa es experimentar la plenitud y la riqueza del sábado. ¿Cómo es tu observancia del sábado? ¿Qué podrías hacer para obtener mejores bendiciones espirituales y físicas que Dios provee para nosotros en el sábado? 73

Lección 10 // Viernes 7 de diciembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee A Solemn Appeal, pp. 140-146; “Los Estados Unidos en la profecía”, El conflicto de los siglos, pp. 486-503. “Dios quiere que comprendamos que él tiene derecho a nuestra mente, nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu; a todo lo que poseemos. Le pertenecemos por creación y redención. Como Creador nuestro, reclama la totalidad de nuestro servicio. Como nuestro Redentor, tiene una demanda de amor como asimismo de derecho, un amor sin paralelo [...]. Nuestros cuerpos, nuestras almas, nuestras vidas son suyos no solo porque nos los ha concedido como un don gratuito, sino también porque nos está supliendo constantemente de sus beneficios y nos da fuerza para usar nuestras facultades” (MGD 245). “Y el Señor dice: ‘Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicia, santo, glorioso de Jehová [...] entonces te deleitarás en Jehová’ (Isa. 58:13, 14). A todos los que reciban el sábado como señal del poder creador y redentor de Cristo les resultará una delicia. Viendo a Cristo en él, se deleitan en él. El sábado les indica las obras de la creación como evidencia de su gran poder redentor. Al par que recuerda la perdida paz del Edén, habla de la paz restaurada por el Salvador. Y todo lo que encierra la naturaleza repite su invitación: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar’ (Mat. 11:28)” (DTG 255, 256). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. En Jeremías 31:33, leemos: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escri­ biré en su corazón”. Algunos tratan de usar este texto para mostrar que la Ley (o, realmente, el sábado del séptimo día) ha sido abrogada bajo el nuevo pacto. ¿Qué tiene de malo este razonamiento? En realidad, ¿de qué maneras este texto refuerza la posición de los adventistas del séptimo día con respecto a la Ley, incluyendo el sábado? 2. Por cuanto creemos que la Ley, incluyendo el sábado, debe ser guardada, ¿por qué debemos ser cuidadosos de no caer en la trampa del legalismo? En la clase, conversen sobre qué es el legalismo y cómo podemos evitarlo. 3. Piensa en el lugar que ocupa la Ley en la gran controversia. ¿Por qué, en sus ataques a la Ley de Dios, Satanás ha elegido el mandamiento del sábado para concentrar su atención en él? ¿Por qué fue esto algo “brillante” de su parte?

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Lección 11: Para el 15 de diciembre de 2012

LA VIDA CRISTIANA

Sábado 8 de diciembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Deuteronomio 8:11-17; Fi­ lipenses 2:3, 4; 1 Corintios 15:51, 52; Apocalipsis 22:1-5; Mateo 22:39; Gé­ nesis 2:21-25. PARA MEMORIZAR: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos” (1 Juan 3:16).

PENSAMIENTO CLAVE: Cualquiera puede llamarse cristiano. Sin em­ bargo, ¿qué significa esto en términos prácticos? “HERMANOS MÍOS, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Sant. 2:14). La Biblia enfatiza la “sana doctrina”; pero este énfasis está en el contexto de una vida santa (1 Tim. 1:10; Tito 2:1-5) y señala que la meta bíblica es una vida ética con obligaciones hacia otros. En realidad, si miramos con cuidado estos textos, vemos que vinculan la sana doctrina con una vida correcta, ¡como si la vida correcta en sí misma fuera sana doctrina! El cristiano es un agente de Dios para la salvación y el bien de otros en la gran controversia. Estar “tan concentrado en el cielo que no se es bueno para la Tierra”, aunque sea un cliché, es una realidad que los cristianos deben evitar. Es cierto, el cielo va a ser nuestro hogar definitivo, pero ahora estamos en la Tierra, y necesitamos saber cómo vivir mientras estemos aquí. Esta semana consideraremos un cristianismo práctico que debemos mani­ festar en nuestra vida. 75

Lección 11 // Domingo 9 de diciembre

MAYORDOMÍA Cuando pensamos en la salvación traducida en el servicio a otros, no po­ demos evitar el concepto cristiano de la mayordomía. La Seventh-day Adventist Encyclopedia define “mayordomía” como la “responsabilidad del pueblo de Dios por todo lo que Dios le ha confiado, y la manera de usarlo: la vida, el ser físico, el tiempo, los talentos y las capacidades, las posesiones materiales, las oportunidades de servir a otros, y su conocimiento de la verdad”. Analiza los pasajes indicados a continuación. En cada uno, pregúntate: Dadas mis circunstancias específicas, ¿cómo puedo manifestar en mi propia vida los maravillosos principios que enseñan estos textos? ¿De que modo deben estas verdades impactar en la forma en que vivo y me relaciono con otros, con Dios y con los dones que él me ha dado? Deut. 8:11-17

Sal. 24:1

Fil. 2:3, 4

1 Juan 3:16

La Biblia enseña que el propósito fundamental para toda la creación de Dios es glorificarlo a él. El pecado ha desvirtuado mucho esta realidad, pero Dios dirigió su acción salvífica hacia nosotros, para llevarnos de regreso a par­ ticipar con toda la creación en la glorificación de Dios (Efe. 1:11-14). Al reco­ nocer con palabras y hechos el señorío de Cristo sobre nuestras vidas, damos gloria a Dios. La expresión completa del señorío de Cristo sobre nuestras vidas involucra nuestro servicio a otros mediante el uso de nuestros talentos, tiempo, capacidades y posesiones materiales. Lee de nuevo los textos para hoy. ¿Cuáles te inspiran más, y por qué? ¿Qué te motiva a tratar de vivir de tal modo que te involucres en buscar el bien de otros así como el propio? ¿Por qué es tan importante para ti, espiritualmente, vivir por otros? 76

Lunes 10 de diciembre // Lección 11

EL DIEZMO: UNA PORCIÓN MÍNIMA “Y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro. Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví [...]” (Neh. 10:38, 39).

Piensa acerca de tu vida; piensa en su brevedad, piensa en que tu muerte es inevitable (a menos que Cristo regrese durante tu vida). Piensa en lo que significaría si, como muchos creen, la tumba fuera el fin total. Tú estás aquí; tal vez un espasmo en tu metabolismo celular hace su parte (a menudo con dolor, dificultad y temor), y luego termina todo, de un modo u otro. Cuando todas esas células mueren, nada queda sino un cadáver del que los gusanos y las bacterias se alimentan hasta que ellos también expiran. La suerte de todos nosotros en un universo más grande que nuestro planeta, y mucho más que nuestras vidas individuales, podría no tener ningún sentido, sino ser solo una broma cruel que la mayoría no encontraríamos graciosa. En contraste con ese escenario, mira lo que Cristo nos ha dado. Mira lo que se nos ofrece por medio de Jesús. Mira lo que el plan de salvación nos dice acerca de nuestra valía y de lo que fue hecho por nosotros, de modo que no tengamos que afrontar la suerte descrita antes. ¿Qué se nos ha dado en Cristo? 1 Cor. 15:51, 52; Apoc. 21:4; Gál. 3:13; Efe. 1:6, 7; Apoc. 22:1-5. ¿Qué deberían significar estas cosas para nosotros? ¿Cómo deberían impactar estas promesas en cada aspecto de nuestra existencia?

“Hablo del sistema de diezmos, que me parece tan precario. ¡Cuán vano es el esfuerzo de medir con reglas matemáticas el tiempo, el dinero y el amor ante un amor y un sacrificio sin medida! ¡Los diezmos para Cristo son una limosna tan mísera, un precio tan irrisorio para pagar algo que costó tanto! Desde la cruz del Calvario, Cristo pide una rendición incondicional” (TI 4:121).

Después de todo lo que Cristo hizo por ti, ¿no puedes ejercer suficiente fe y devolverle una pequeña porción de lo que él te dio? 77

Lección 11 // Martes 11 de diciembre

LA RESPONSABILIDAD HACIA UNO MISMO Jesús nos dice claramente: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:39). Es un texto muy interesante, ya que a menudo miramos el amor hacia uno mismo como lo que más se opone al cristianismo y a la idea de una abnegación desinteresada. ¿Qué quiso decir Jesús con este texto? ¿Cómo lo interpretamos y lo aplicamos de tal modo que refleje de qué se trata el verdadero cristianismo?

El amor a uno mismo, en un sentido cristiano, no es egoísmo, no es ponerse a uno mismo antes que todos. Por el contrario, el amor a uno mismo significa que, dándonos cuenta de nuestra propia valía ante Dios, procuramos vivir lo mejor posible, sabiendo que los resultados no nos beneficiarán solo a nosotros (lo que está bien), sino también a aquellos con quienes entramos en contacto. ¿Cómo relacionarías la exhortación de Jesús (citada arriba) con los siguientes textos? Fil. 2:5, 8

2 Cor. 5:14, 15 1 Cor. 10:31-33 1 Ped. 1:13-16 La redención que el pecador obtiene en Cristo trae tal unidad con él (Gál. 2:20) que el cristiano desea vivir una vida ordenada según el deseo de Cristo. El pecador desea tener a Cristo en la mente, ya no vivir para sí mismo sino para él y atender el llamado a la santidad (separarse de cosas como las pasiones, las tendencias pecaminosas de la cultura y la impureza moral). Si te amas, querrás lo mejor para ti mismo, y lo mejor para ti es una vida consagrada a Dios, una vida que refleje el carácter y el amor de Dios, una vida que viva no para sí, sino para el bien de otros. La manera más segura de garantizarte una existencia miserable es vivir solamente para el yo, sin pensar nunca en el bien de otros.

Medita en lo que significa amarte a ti mismo en el sentido cristiano. ¿Cuán fácil es que este amor se centre en sí mismo (lo que es autodestructivo)? ¿Cuál es la única manera de protegerte de esa trampa? 78

Miércoles 12 de diciembre // Lección 11

EL MATRIMONIO CRISTIANO El hombre es un ser social. En el hogar, en el trabajo, en lugares públicos, la gente desarrolla toda clase de relaciones. Una conducta cristiana responsable debería verse en todo lugar, y la Biblia tiene principios para guiarnos en estas relaciones. Lee los siguiente pasajes y prepara una definición bíblica de matrimonio: Gén. 2:21-25; Mal. 2:14; Efe. 5:28.

Hoy se dice que el matrimonio es difícil de definir porque su significado difiere en el tiempo y, entre pueblos y culturas diferentes. Pero, la Biblia no tiene una idea flexible del matrimonio. Según la Escritura, el matrimonio es una institución dada por Dios, en que dos adultos de diferente género hacen un pacto para compartir una relación íntima y duradera. Es decir, la Biblia marca un vínculo profundo de unidad entre un hombre y una mujer, con un sentido de permanencia, fidelidad y confianza. Como en la relación con Dios, la relación entre los esposos debería ser protegida en forma sagrada. Hoy, aun dentro de la iglesia, el matrimonio es tratado con liviandad. Las personas se unen ante Dios y luego, cuando surgen asperezas, se presentan frente a un juez humano, quien, por medio de leyes humanas, separa lo que Dios ha unido. Algo está mal en este cuadro; pero, como iglesia, luchamos por saber qué hacer en estas situaciones. Además de los problemas de poligamia, cohabitación, divorcio, nuevo casamiento y la práctica de la homosexualidad, ¿qué desafíos acerca de la sexualidad humana puedes identificar en la sociedad hoy? ¿Qué consejo bíblico puedes ofrecer frente a estos problemas?

El adulterio, la fornicación y la pornografía abundan en la sociedad actual. No obstante, Dios sigue considerando las fallas humanas con compasión y mi­ sericordia; y estas malas prácticas pueden ser vencidas por medio de la gracia de Cristo. Con esfuerzo, se debe tratar de alcanzar los ideales divinos, aunque hoy se justifique el pecado con muchas excusas y calificaciones culturales.

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Lección 11 // Jueves 13 de diciembre

LA CONDUCTA CRISTIANA Más allá de la familia, ser cristiano tiene otras repercusiones sociales y pro­ fesionales al reconocer el concepto bíblico de que los cristianos están en el mundo, pero no son del mundo (Juan 17:14-18). Considera las siguientes tres áreas de la vida diaria, y analiza las responsa­ bilidades cristianas del estilo de vida y la conducta: 1. Relaciones empleador-empleado (Sant. 5:4-6; Efe. 6:5-9). El empleador cristiano debe guiarse por el principio de que un trabajo adecuado requiere una compensación adecuada. Por otro lado, los trabajadores cristianos deben resistir la tentación de hacer un trabajo descuidado. “Los padres no pueden cometer un pecado mayor que el de permitir que sus hijos no tengan nada que hacer. Los niños pronto aprenden a amar la ocio­ sidad, y llegan a ser hombres y mujeres negligentes e inútiles. Cuando tienen la edad suficiente para ganarse la vida y hallar empleo, trabajan de una manera perezosa, esperando sin embargo que se les pague tanto como si hubieran sido fieles” (PVGM 280). 2. Deberes cívicos (Rom. 13:1-7). El cristiano pone a Dios primero en todas las cosas, y evalúa toda acción y responsabilidad desde esta perspectiva. Por eso, el cristiano se opondrá a la discriminación en cualquier forma, aun si es ofi­ cialmente sancionada. Al mismo tiempo, “los cristianos pagan impuestos, par­ ticipan en los deberes cívicos, respetan las leyes de tránsito y los reglamentos sobre la propiedad, y cooperan con las autoridades civiles para frenar o con­ trolar el crimen y la violencia” (TTA 789). 3. Responsabilidad social (Isa. 61:1-3; Mat. 25:31-46). Analiza la siguiente declaración: “El cristiano puede ejercer su vocación de buscar el Reino de Dios si, motivado por el amor al prójimo, lleva adelante su obra en las comunidades de la familia, y en la vida económica, nacional y política. [...] Solamente al ocu­ parse en el trabajo cívico por el bien común, por la fidelidad en la vocación social hacia las personas, seguirá el ejemplo de Cristo”.–H. Richard Niebuhr, Christ and Culture, p. 97.

En tu interacción social y de trabajo, ¿pueden las personas ver tus valores cristianos? Sé honesto contigo mismo (aunque pueda ser doloroso). ¿Qué aspectos de tu vida atraen a las personas a tu fe? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de la forma en la que vives? 80

Viernes 14 de diciembre // Lección 11

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Creencias adventistas, de la Aso­ ciación Ministerial de los Adventistas, cap. 22 y 23; “Estilo de vida y comporta­ miento cristiano”, Miroslav M. Kis, Tratado de teología adventista del séptimo día, Raoul Dederen, ed., pp. 759-814. “Los actos de generosidad y benevolencia fueron concebidos por Dios para [...] estimular en ellos un interés y afecto mutuo en imitación del Maestro [...]. La ley del diezmo fue fundada sobre un principio permanente y fue ideada para ser una bendición para el hombre. “El sistema de benevolencia fue dispuesto para prevenir el gran mal de la co­ dicia. Cristo vio que, en la práctica de los negocios, el amor a las riquezas sería la mayor causa de la extirpación de la verdadera piedad del corazón. Vio que el amor al dinero congelaría en forma profunda y dura las almas de los hombres, deteniendo la corriente de impulsos generosos y cerrando sus sentidos a las necesidades del sufriente y el afligido” (TI 3:600). “Si uno tiene salud y fuerzas, ese es su capital, de modo que debe usarlo adecuadamente. Si pasa horas en ociosidad hablando de cosas innecesarias, es negligente en su negocio, lo cual la Palabra de Dios prohíbe. Tales personas tienen una obra que hacer a fin de proveer lo necesario para sus familias, con el propósito de ahorrar lo necesario para dedicarlo a fines caritativos en la me­ dida en que Dios lo haya prosperado. “No hemos sido puestos en este mundo nada más que para preocuparnos de nosotros mismos, sino que se requiere que participemos en la gran obra de salvación, imitando así a Cristo, quien llevó una vida [...] de utilidad para el prójimo” (TI 1:291, 292). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. El tema del matrimonio y del divorcio preocupa mucho, pues es muy común. ¿De qué modo aplicamos los conceptos bíblicos cuando tratamos este tema? Si fuéramos estrictos al aplicar las enseñanzas de Jesús, ¿estaría la gente menos inclinada al divorcio? Analiza este problema 2. Medita en el tema del diezmo. Algunos dicen que quisieran dar el diezmo a quien ellos elijan, en lugar de darlo a la iglesia de la que son miembros. ¿Cuál es el peligro de esta actitud? 3. Ningún cristiano puede ignorar las amonestaciones bíblicas con respecto al cuidado de los pobres y los necesitados que hay entre nosotros. Al mismo tiempo, ¿cuáles son los escollos ocultos en nuestra vocación si el cuidar a los pobres llega ser el objetivo principal, en lugar de ser el medio para un fin mayor? Analiza.

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Lección 12: Para el 22 de diciembre de 2012

EVENTOS FINALES

Sábado 15 de diciembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hebreos 8:1-5; Isaías 53:6; Romanos 3:24, 25; 1 Timoteo 2:5; Hebreos 9:23; Hechos 3:19-21. PARA MEMORIZAR: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hech. 3:19-21).

PENSAMIENTO CLAVE: La enseñanza bíblica del ministerio de Cristo en el Santuario celestial, de su segunda venida y de la resurrección de los muertos constituye un mensaje de esperanza para quienes confían en Dios. LA GRAN CONTROVERSIA ha tenido muchos momentos críticos, pero el clímax fue la cruz, donde se aseguró la derrota definitiva y la destrucción de Satanás. La profecía bíblica señala un “tiempo del fin” (Dan. 12:4, 9), un período de gran importancia en la relación entre Dios y su pueblo. Los eventos de este “tiempo del fin” se conocen como escatológicos, que significa “las cosas últimas”. Esta semana veremos tres eventos que tienen implicaciones espirituales: el ministerio de Cristo en el Santuario celestial, la segunda venida de Cristo y la resurrección de los que murieron en la fe verdadera.

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Domingo 16 de diciembre // Lección 12

EL SANTUARIO CELESTIAL: Parte 1 La Creencia Fundamental nº 24 comienza diciendo: “En el cielo hay un San­ tuario, el verdadero Tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre” (ver Heb. 8:2). Esta es una de las presuposiciones de la Biblia (Sal. 11:4). Lee Hebreos 8:1 al 5. ¿Qué enseñan estos versículos?

El Santuario terrenal se describe como un tipo, o modelo, del celestial; esto significa que el primero tiene algún parecido con el segundo. El Santuario te­ rrenal nos enseña mucho acerca del celestial. A pesar de lo que ese Santuario significaba para Israel, su verdadera importancia se encuentra en el celestial y lo que sucede allí. Por medio de los sacrificios y el ministerio sacerdotal, el mo­ delo nos enseña realidades del Santuario celestial. Los servicios del Santuario terrenal fueron el medio que usó Dios para explicar los principios de la salva­ ción a su pueblo, una sombra del real ministerio de Cristo (Heb. 9:9-15), tanto en su muerte como en su intercesión en el Santuario celestial. El Santuario terrenal enseñaba que, aunque era necesario el derramamiento de sangre (Heb. 9:22) para expiar el pecado, todavía existía la necesidad de un mediador sacerdotal entre los pecadores y un Dios santo. El ministerio del sacerdote en el Lugar Santísimo purificaba el Santuario del pecado, y requería que la gente se afligiera y arrepintiera. Así, el Juicio también se destacaba como una parte integral del ministerio total de salvación. Es fascinante notar que Hebreos 8:1 y 2 dice que la meta de los siete ca­ pítulos anteriores del libro era señalar la realidad del Santuario celestial y el lugar de Cristo como Sumo Sacerdote en ese Santuario. Hebreos asigna gran importancia al ministerio de Cristo en el Santuario celestial como parte de todo el plan de salvación. Nada indica que el Santuario en el cielo, y mucho menos el ministerio de Cristo allí, fuera como metafórico o simbólico. En realidad, el versículo 5 deja en claro que el Santuario terrenal –una estructura real con sa­ cerdotes y sacrificios reales– era solo una “sombra” de la realidad de lo que Cristo está haciendo por nosotros en el Santuario celestial.

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Lección 12 // Lunes 17 de diciembre

EL SANTUARIO CELESTIAL: Parte 2 El servicio del Santuario terrenal revelaba tres fases de la salvación: el sa­ crificio sustitutivo, la mediación sacerdotal y el juicio. La Biblia enseña que las tres fases de la salvación están incorporadas en el ministerio de Cristo en favor de los pecadores. Lee Isaías 53:6; Romanos 3:24 y 25; y 2 Corintios 5:21. ¿De qué forma la muerte de Cristo en la cruz satisfizo el aspecto sustitutivo de la salvación?

¿Qué dicen estos textos acerca de Cristo y de su mediación en favor de los pecadores? 1 Tim. 2:5; Heb. 7:25.

Así como los sacrificios de animales señalaban la muerte de Cristo, el mi­ nisterio sacerdotal era una sombra del verdadero ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Específicamente, el ministerio continuo, o diario, de los sa­ cerdotes en el Lugar Santo simbolizaba el acceso que el pecador tiene a Dios por medio del ministerio de Cristo como Intercesor y Mediador en el Santuario celestial (Heb. 4:14-16). Estudia Hebreos 9:23. ¿Cómo se relaciona la purificación de las cosas en los cielos con la obra sacerdotal en el Santuario terrenal el Día de la Expiación?

Recordando los servicios del Santuario terrenal, Hebreos 9:23 señala cla­ ramente un ministerio purificador de Cristo en el cielo. Este es un texto que durante siglos ha dejado perplejos a muchos eruditos, porque enseña que algo en el cielo ha sido contaminado y necesita ser purificado. Para los adventistas, con nuestra comprensión de las dos fases de la obra celestial de Cristo, esta purificación es el antitipo de la purificación anual del Santuario terrenal en el Día de la Expiación. Piensa en la expiación: lo que significa, cómo se realiza y quién es el único que puede hacerla por nosotros. ¿Por qué, entonces, la noticia de que estamos viviendo en el “Día de la Expiación” debe ser algo positivo y lleno de esperanza? 84

Martes 18 de diciembre // Lección 12

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO Lee Hechos 3:19 al 21. Aquí se dice que los pecados serán borrados. ¿Cómo se relaciona esto con la purificación del Santuario?

Si bien Pedro pudo no haber conocido “los tiempos y las sazones”, su re­ ferencia a la profecía de Joel, en Hechos 2:14 al 21, señala su comprensión del cumplimiento de la profecía en su tiempo. En su pensamiento profético, “ha­ blando por inspiración y por lo tanto más allá de su propia comprensión limi­ tada, Pedro se refiere [...] a dos grandes acontecimientos de los últimos días [...]: 1) El gran derramamiento del Espíritu de Dios, y 2) la eliminación final de los pecados de los justos. Estos acontecimientos están ligados con un tercer acon­ tecimiento culminante: la segunda venida de Cristo” (CBA 6:162). La iglesia primitiva estaba segura de la segunda venida de Cristo y de la promesa de una Tierra y un cielo nuevos (2 Ped. 3:13). La primera venida de Cristo habría sido inútil sin la segunda. La solución al problema del pecado, un proceso que comenzó con el sacrificio de Cristo en la cruz, alcanzará su consumación cuando, después de la purificación del Santuario, aparezca “por segunda vez [...] para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:26, 28). De hecho, sin la segunda venida y la resurrección que viene con ella, ¿qué significaría la promesa de salvación para nosotros (ver 1 Tes. 4:16-18)? ¡Nada! La segunda venida de Cristo será el fin de la gran controversia. Satanás, sabiendo que el final está cerca, procura desviar a tantos como le es posible. Se nos dice que, “a medida que se acerca la segunda aparición de nuestro Señor Jesucristo, instrumentos satánicos son impulsados desde abajo. Satanás no solo aparecerá como un ser humano, sino también personificará a Jesucristo; y el mundo que ha rechazado la verdad lo recibirá como el Señor de señores y el Rey de reyes” (EUD 172). La venida de Cristo será un evento literal, personal y vi­ sible que impactará al mundo entero y terminará con el pecado, el sufrimiento, la miseria, la enfermedad y la muerte.

Considera nuestro mundo. ¿Cuánto éxito hemos tenido en hacerlo un lugar mejor? Aunque tenemos que tratar de mejorar la suerte de los menos afortunados que sufren y padecen necesidad, ¿por qué debemos tener siempre ante nosotros la única solución para ello? 85

Lección 12 // Miércoles 19 de diciembre

ESPERANDO LA VENIDA Lee 1 Tesalonicenses 5:1 al 11. ¿Cuál es el mensaje aquí, y por qué es relevante en la época en que vivimos? ¿Cómo podemos aplicar estas palabras a la vida diaria en forma práctica?

Hay que destacar aquí la esperanza que deben tener los cristianos que es­ peran el retorno de Cristo. Necesitamos ser vigilantes y sobrios, de modo que ese día no nos tome por sorpresa. Pero, también debemos estar llenos de fe, amor y esperanza; porque, “sea que velemos o que durmamos” (es decir, si mo­ rimos antes del regreso o estamos vivos cuando retorne), tenemos la promesa de vida eterna con él. En esta época, cuando vemos señales a nuestro alrededor, debemos ser cui­ dadosos en el modo de interpretar y entender su importancia. Muy a menudo, podemos ser atrapados por eventos que producen gran excitación y expecta­ tiva, solo para verlos desvanecerse. Esta clase de cosas, una vez terminadas, pueden dejar chasqueados y llenos de dudas a los feligreses. Necesitamos ser vigilantes, pero también cautos, sabios y humildes, al procurar discernir las se­ ñales de los tiempos (ver Mat. 16:1-4). ¿Cuál es el propósito de las “señales de los tiempos”, según Juan 13:19 y 14:29?

Las predicciones acerca de los últimos tiempos no fueron dadas para satis­ facer la curiosidad, sino para mantener vigilantes a los creyentes (Mat. 24:3244). Mientras esperamos la segunda venida, necesitamos mantener abiertos los ojos y saber qué enseña la Palabra de Dios acerca de los eventos finales. Esto es importante, porque hay muchos conceptos falsos dentro del cristianismo con respecto a las señales de los tiempos.

¿Cómo llegamos a un equilibrio correcto al vivir con la esperanza de la segunda venida mientras, al mismo tiempo, nos abstenemos de ver cada titular como una señal del fin? ¿Cómo evitamos la apatía, por un lado, y el fanatismo, por el otro? 86

Jueves 20 de diciembre // Lección 12

MUERTE Y RESURRECCIÓN Uno de los eventos relacionados con la segunda venida de Cristo es la resu­ rrección de quienes murieron creyendo en él. Para la mayoría de los creyentes, esta es la parte más importante de la segunda venida, porque muchos de ellos estarán muertos cuando él retorne. ¿Qué nos enseñan los siguientes textos acerca de la resurrección de los muertos cuando Cristo regrese?

1 Tes. 4:13-16 1 Cor. 15:13-25 Rom. 8:11 Fil. 3:20, 21

La Biblia enseña que, en la resurrección, el “cuerpo” vuelve a la vida. Es decir, la resurrección bíblica es una resurrección corporal. Esta verdad es más clara cuando recordamos que, después de su resurrección, la tumba de Cristo estaba vacía. Entonces, por su resurrección tenemos la certeza de la nuestra. Si la resurrección equivale a quebrantar el poder de la muerte, ¿cómo es que podemos acceder a ella solo estando “en Cristo”? 2 Tim. 1:8-10.

La clave para la inmortalidad no es el descubrimiento científico más grande. El poder de la muerte ya ha sido quebrado por la muerte y la resurrección de Cristo (Rom. 6:9). Basado en ese logro, él otorga inmortalidad a quienes se identi­ fican con su muerte y su resurrección mediante el bautismo (Rom. 6:23). Además, la Biblia aclara que el don de la inmortalidad se dará a los creyentes cuando Jesús venga por segunda vez, a la “final trompeta” (1 Cor. 15:51-54), y no al morir.

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). ¿De qué modo puedes aferrarte a esta esperanza? ¿Cómo te sentirías sin ella? 87

Lección 12 // Viernes 21 de diciembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “La intercesión de Cristo por el hombre en el Santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz. Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya con­ clusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, ‘donde entró por nosotros como precursor Jesús’ (Heb. 6:20). Allí se refleja la luz de la cruz del Calvario; y allí podemos obtener una comprensión más clara de los misterios de la redención. La salvación del hombre se cumple a un precio infinito para el Cielo” (CS 543). “Para el creyente, Cristo es la Resurrección y la Vida. En nuestro Salvador, la vida que se había perdido por el pecado es restaurada; porque él tiene vida en sí mismo para vivificar a quienes él quiera. Está investido con el derecho de dar la inmortalidad. La vida que él depuso en la humanidad, la vuelve a tomar y la da a la humanidad” (DTG 730, 731). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Juan Calvino llamó a la obra de intercesión de Cristo la “continua aplica­ ción de su muerte por nuestra salvación”, y se dice que “la existencia de un San­ tuario celestial era una teología corriente entre los clérigos puritanos”. La obra de intercesión de Cristo es una enseñanza muy importante. Considera cuánto del Antiguo Testamento está centrado alrededor del Santuario y el Templo, y cuánto del Nuevo también lo está. ¿Qué debería decirnos esto acerca de la im­ portancia de esta doctrina? 2. Hebreos 9:23 ha tenido perplejos por siglos a los eruditos, que no pueden entender cómo algo en el cielo podría necesitar purificación. Aunque como adventistas tenemos aún mucho que aprender de lo que significa este texto, ¿de qué manera nuestra comprensión de Daniel 8:14, por ejemplo, nos ayuda a clarificar este importante concepto? 3. La resurrección de Cristo es realmente esencial para la fe cristiana. Sin ella, no tenemos nada. Lee 1 Corintios 15:1 al 6. Pablo, aquí, procura persuadir a sus lectores de la evidencia de la resurrección de Cristo. Nota especialmente el versículo 6. ¿Qué dice allí? ¿Por qué enfatiza el hecho de que muchas personas a quienes Cristo apareció todavía vivían? Es como si él dijera: “No tomen solo mi palabra. Pregunten a algunos de los que lo vieron por sí mismos”. Estas no son palabras que uno esperaría de alguien que no estuviera seguro de lo que enseña. ¿Qué otra evidencia bíblica puede ayudarnos a reafirmar nuestra cer­ teza de la resurrección de Cristo?

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Lección 13: Para el 29 de diciembre de 2012

CUANDO TODO SEA HECHO NUEVO

Sábado 22 de diciembre LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Tesalonicenses 4:16-18; Apocalipsis 20; 1 Corintios 4:5: Romanos 8:20-22; Apocalipsis 21:11-22:5; Apocalipsis 21:3. PARA MEMORIZAR: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apoc. 21:4).

PENSAMIENTO CLAVE: ¿Qué es el milenio, cuándo ocurre y a qué conduce? SIR THOMAS MORO (1478-1535), el gran pensador inglés, acuñó la palabra utopía para describir una isla imaginaria con un sistema social y legal aparentemente perfecto. Desde entonces, la palabra se usa a menudo en forma peyorativa para denotar la imposibilidad de una sociedad perfecta. ¡Cuántas veces los humanos han creado “utopías”! Siempre han fallado miserablemente. Pero la Biblia habla de una utopía verdadera. Dios ha estado trabajando hacia esta meta desde la caída del hombre. Dios quiere llevar a la humanidad a la utopía creada para ella. En el Santuario celestial, Cristo concluirá su obra de salvación, vendrá a la Tierra por segunda vez con gloria deslumbrante, resucitará a los santos muertos, transformará a los que estén viviendo, y todos reinarán con el Señor en el cielo durante mil años. A este período lo llamamos “milenio”. El comienzo del milenio marcará el inicio de la única utopía realizable que los humanos habrán conocido desde el Edén, antes de la caída. 89

Lección 13 // Domingo 23 de diciembre

EVENTOS QUE INICIAN EL MILENIO Si el milenio marca el comienzo de la “utopía” de Dios, es natural que tra­ temos de saber cuándo ocurrirá y cómo será. El milenio aparece en Apocalipsis 20, donde se lo menciona seis veces entre los versículos 2 y 7. Para saber cuándo sucederá, debemos conocer el lugar de ese capítulo en el fluir del Apocalipsis. Aunque el libro no sigue una línea recta de tiempo, en este caso no es muy difícil determinar cuándo comienza el milenio. Compara 1 Tesalonicenses 4:16 al 18 con Apocalipsis 20. ¿De qué forma la naturaleza de la resurrección ayuda a determinar cuándo se inicia el milenio?

Apocalipsis predice que, antes de la segunda venida, tres poderes (el dragón, la bestia y el falso profeta) reunirán a las naciones para oponerse a la obra de Cristo y de su pueblo (Apoc. 16:13). A la venida de Cristo (Apoc. 19:11), las naciones se reunirán para hacer guerra contra él; pero, en el proceso, la bestia y el falso profeta serán destruidos (Apoc. 19:19, 20). Apocalipsis 20 se ocupa del tercer poder, el dragón. Cuando los muertos en Cristo resuciten (pri­ mera resurrección, vers. 5), el dragón (Satanás) será capturado y arrojado al abismo por mil años (vers. 1-3). Estos eventos aparecen también en 1 Tesalonicenses 4:16 al 18 y en 2 Te­ salonicenses 1:7 al 9; ambas citas ayudan a explicar lo que sucederá antes del comienzo del milenio. El inicio coincide con la segunda venida de Cristo. Los muertos en Cristo resucitarán para unirse a los fieles vivos, y ambos grupos serán llevados al cielo. Los malvados que estén vivos morirán por el “resplandor” de su venida (2 Tes. 2:8). Y la Tierra, desolada, será la cárcel de Satanás, quien estará atado por mil años con la “cadena” de las circunstancias. Por eso, Satanás estará atado para que no “engañase más a las naciones” (Apoc. 20:3). Muchos ven un vínculo simbólico entre el “desierto” al cual es enviado el macho cabrío el Día de la Expiación (Lev. 16:22) y las circunstancias de Satanás durante el milenio.

En estos versículos, se habla de sucesos sobrenaturales que revelan la grandeza y el poder de Dios frente a la debilidad y la impotencia humanas. ¿Cómo podemos recordar siempre este contraste? ¿Por qué esto es un buen remedio contra el orgullo y la suficiencia propia? 90

Lunes 24 de diciembre // Lección 13

EN MEDIO DEL MILENIO Lee Apocalipsis 20:4 al 6. ¿Cuál es la evidencia de que el milenio se desarrollará en el cielo (por lo menos para los salvados)?

Uno de los grupos que participará en el milenio se describe como “las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos”. La Biblia no enseña la existencia de almas separadas del cuerpo, inmortales y conscientes. Este texto, en cambio, pinta a los que pasaron por la persecución como se describe en Apocalipsis 12:17 al 13:18. En la segunda venida, cuando ocurre la primera resurrección, estas “almas” perseguidas resucitan y reinan en el cielo con Cristo (comparar con 1 Tes. 4:15-17). Apocalipsis 20:4 dice que, durante el milenio, el Juicio será dado específicamente a los redimidos. Sabiendo que los fieles están reinando con su Señor y los malvados murieron por el resplandor de su venida, ¿cuál es la naturaleza y el propósito de este juicio?

Una de las tres cosas que vimos fue el juicio conectado con el ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Ese juicio es diferente del de Apocalipsis 20:4, que cumple la promesa de Cristo en Mateo 19:28 y corresponde a la afirmación de Pablo de que los santos juzgarán al mundo (1 Cor. 6:2, 3). El concepto de juicio en la Biblia es rico y multifacético. El Juicio Final tiene tres fases: la primera está asociada con el ministerio sacerdotal de Cristo. Los adventistas llamamos a esta “la fase investigadora del Juicio Final”, mencionada en Apocalipsis 20:4 y 1 Corintios 6:2 y 3. En la segunda fase, los redimidos ten­ drán la oportunidad de examinar los juicios de Dios sobre los agentes de la rebelión. La tercera fase del Juicio Final es la ejecutiva; son los eventos que sucederán al fin del milenio.

Lee 1 Corintios 4:5. ¿Qué esperanza importante se encuentra aquí, en vista del hecho de que tenemos muchas preguntas sin respuesta? 91

Lección 13 // Martes 25 de diciembre

EVENTOS AL FINAL DEL MILENIO Lee Apocalipsis 20:7 al 9. ¿Qué eventos señalan el fin del milenio, y qué oportunidad tiene Satanás?

Un cambio en las circunstancias “libera” a Satanás: la resurrección del resto de los muertos que “no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (vers. 5). La frase “Gog y Magog” se usa figuradamente, como en Ezequiel 38:2, y describe a quienes Satanás pudo engañar, los impíos de todos los tiempos. Sa­ tanás inspirará a esta multitud universal para que tome la ciudad de Dios. Apo­ calipsis 20:9 sugiere que la ciudad, la Nueva Jerusalén, ya habrá descendido del cielo a la Tierra, y Satanás y sus huestes marcharán contra ella. Apocalipsis 21 contiene una descripción de la ciudad. Ya se dijo que el Apocalipsis no avanza en orden cronológico. Considera Apocalipsis 20:11 al 15. ¿Cómo se expresa aquí la idea del Juicio? ¿Cuál es la importancia de que el castigo final ocurra después de que los santos hayan estado involucrados en el Juicio? Apoc. 20:4.

“Durante el milenio, los santos participan en un juicio donde se delibera y se revisan los casos de los perdidos de esta Tierra y de los ángeles caídos. Este juicio es necesario en vista de la naturaleza cósmica del problema del pecado. La trayectoria de la rebelión del pecado ha sido el objeto de la preocupación y el interés por parte de otros mundos (Job 1; 2; Efe. 3:10). Todo el intervalo del pe­ cado debe ser manejado de tal manera que los corazones y las mentes, en todo el universo de Dios, queden satisfechos con su tratamiento y la conclusión del pecado, con referencia particular al carácter de Dios. [...] Los redimidos de la Tierra [necesitan] entender los tratos de Dios con los que clamarán para que las rocas caigan sobre ellos y los escondan del ‘rostro del que está sentado sobre el trono’ (Apoc. 6:16). Deben estar totalmente satisfechos con la justicia de Dios en sus decisiones con respecto a los perdidos” (TTA 1.044).

¿Qué dice acerca del carácter de Dios el que los redimidos participen en el juicio de los perdidos? ¿Cómo encuadra esta idea en la gran controversia? 92

Miércoles 26 de diciembre // Lección 13

LA TIERRA NUEVA Apocalipsis 20 termina con la eliminación de Satanás y su hueste. Apoca­ lipsis 21 se inicia con una visión de un nuevo cielo y una Tierra nueva. Apocalipsis 21:1 al 5 presenta la promesa de que Dios hará todas las cosas nuevas. ¿De qué modo esto refleja el informe de la creación en el Génesis? (Gén. 1, 2). ¿Cuáles son las diferencias?

La palabra traducida como “nuevo” en Apocalipsis 21:1 enfatiza algo que es nuevo en forma o cualidad más bien que un evento “nuevo” en el tiempo. El propósito de Dios en la creación del Génesis permanece no logrado hasta que se cumpla en la Tierra Nueva. De aquí que toda la creación gima y anhele la liberación (Rom. 8:20-22). La nueva creación de Dios consistirá en liberar el cosmos y la Tierra de su estado actual para llevarlos a la conformidad con sus designios. Aunque la nueva creación será diferente de la antigua, habrá cierta continuidad entre ambas. Como la antigua, la Tierra Nueva será real, un lugar tangible, habitado por seres reales y físicos. La Tierra será renovada, purificada por fuego (2 Ped. 3:10-13). Lee Apocalipsis 21:11 a 22:5, y capta los aspectos físicos de la Nueva Jerusalén, capital de la Tierra Nueva. ¿De qué forma la descripción de Juan muestra la realidad de la ciudad?

Una cosa es clara: hablamos de un lugar literal y físico. La herejía pagana de que lo físico es malo y lo espiritual es bueno es ajena a la Escritura. Aunque las pa­ labras , aun las inspiradas, son limitadas en lo que logran transmitir, pueden ense­ ñarnos que nos espera una herencia real. Podemos recordar que este mundo, con todas sus imperfecciones, no es como debería haber sido; es una aberración que Cristo viene a arreglar. En contraste, la descripción de Apocalipsis, aunque sea difícil de captar, es la realidad eterna que nos espera. ¡Qué esperanza tenemos, comparada con los que creen que la muerte es el fin de todo!

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Lección 13 // Jueves 27 de diciembre

LA VIDA EN LA TIERRA NUEVA Lee Apocalipsis 21:3. ¿De qué manera este hecho estupendo cambiará la vida para los habitantes de la Tierra Nueva?

Tal vez no haya en toda la Biblia otra visión que inspire tanta reverencia como la que Juan describe aquí; la Tierra Nueva no solo será el hogar de los humanos, sino también el de Dios. El santo y trascendente Creador del universo honrará a la comunidad de los redimidos con su presencia. Por supuesto, Dios por siempre permanecerá distinto de sus criaturas; pero, en la Tierra Nueva, la separación entre Dios y la humanidad, producto del pecado, será eliminada. Además, se restaurará el verdadero compañerismo: no solo entre Dios y los hombres, sino también entre los humanos y la naturaleza, y aun dentro de la naturaleza misma. Juan describe que allí no habrá más maldición (Apoc. 22:3); además, cesará la hostilidad dentro del mundo animal (Isa. 65:25). Más allá de la restauración del compañerismo completo, la eliminación del “gemido de la creación” significa que todo lo que es dañino –la decadencia, la enfermedad, la muerte y el sufrimiento– será cosa del pasado (Rom. 8:21; Apoc. 21:4). Lee el Salmo 8. ¿Cuál es el mensaje para nosotros aquí?

Las implicaciones de la presencia de Dios en la Tierra Nueva y las impli­ caciones para la vida allí son inmensas, tal como lo revela la ciencia. El ta­ maño del universo “visible” es de muchos millones de años luz de extensión; sin embargo, los hombres de ciencia especulan ahora que este inmenso y vasto cosmos representa solo un siete por ciento de lo que realmente existe. Y, para pensar: El Dios que creó todo esto no solo murió por nosotros, sino también morará con nosotros por la eternidad. Por causa de nuestras mentes caídas, limitadas, no entendemos todo esto; sin embargo, debemos caer sobre nuestras rodillas, y adorar y alabar a aquel que no solo nos creó, sino también nos redimió y promete vivir con nosotros por toda la eternidad.

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Viernes 28 de diciembre // Lección 13

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “En el servicio ritual típico del sumo sacerdote, hecha la propiciación por Israel, salía y bendecía a la congregación. Así también Cristo, una vez terminada su obra de Mediador, aparecerá ‘sin pe­ cado [...] para la salvación’ (Heb. 9:28, VM), para bendecir con el don de la vida eterna a su pueblo que lo espera. Así como, al quitar los pecados del San­ tuario, el sacerdote los confesaba sobre la cabeza del macho cabrío emisario, también Cristo colocará todos estos pecados sobre Satanás, autor e instigador del pecado. El macho cabrío emisario, que cargaba con los pecados de Israel, era enviado ‘a tierra inhabitada’ (Lev. 16:22); así también Satanás, cargado con la responsabilidad de todos los pecados que ha hecho cometer al pueblo de Dios, será confinado durante mil años en la Tierra, entonces desolada y sin habitantes, y sufrirá finalmente la entera penalidad del pecado, en el fuego que destruirá a todos los impíos” (CS 439, 540). “El temor de hacer aparecer la futura herencia de los santos demasiado ma­ terial ha inducido a muchos a espiritualizar aquellas verdades que nos hacen considerar la Tierra como nuestra morada. [...] Los que aceptan las enseñanzas de la Palabra de Dios no ignorarán por completo lo que se refiere a la Patria celestial. [...] El lenguaje humano no alcanza a describir la recompensa de los justos. Solo la conocerán quienes la contemplen. Ninguna inteligencia limitada puede comprender la gloria del paraíso de Dios” (CS 733). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Dentro de la iglesia cristiana, hay tres posiciones básicas (con variantes) acerca del milenio: 1) que representa la era entre la primera y la segunda ve­ nida de Cristo; 2) que es un largo período de paz y justicia en la Tierra antes de que vuelva Cristo, producido en parte por la predicación del evangelio y las reformas sociales; y 3) que el milenio ocurrirá después del regreso de Cristo y sucederá en el cielo. Los adventistas tomamos esta tercera posición, en la que el milenio se desarrolla en el cielo, no en la Tierra. ¿Qué problemas presentan las otras opciones? 2. Lee Apocalipsis 21:27. ¿Cómo entiendes esta exclusión? ¿Qué otras exclu­ siones hay, y por qué? 3. Medita en los intentos humanos de crear “utopías”. ¿En qué ejemplos puedes pensar? ¿Cuáles fueron los resultados? ¿Por qué siempre fracasaron, y por qué eso nos revela nuestra total dependencia de la intervención de Dios en nuestro mundo?

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