CPQ

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CPQ Cuestionario de Personalidad para Niños (8-12 ños) R.B. PorteryR.B. Catteli

MANUAL (6-edición)

PUBLICACIONES DE PSICOLOGÍA APLICADA Serie menor núm. 120 Publicado por TEA Ediciones, S.A., según acuerdo especial con el propietario original, INSTITUTE FOR PERSONALITY AND ABILITY TESTING (Illinois, USA) que se reserva todos los derechos. MADRID 1999

Introducción

Hace algunos años se introdujo en España el afamado, y no siempre aceptado, Cuestionario de Personalidad 16 PF (del que ya existen publicadas tres Formas-. A, B y C). Poco a poco el psicólogo español se va familiarizando con la teoría de la personalidad de R. B. Cattell y su especificación en las escalas de sus cuestionarios. Es verdad que la terminología que emplea, en cierto modo extraña en nuestra cultura psicológica, y la abundancia de escalas y factores que presenta sorprenden y retraen al usuario; tal vez están más acostumbrados a la simplicidad de la estructura de dos o tres dimensiones de Eysenck y continuadores. Esta multidimensionalidad de la estructura que ofrece Cattell es difícil de captar en una labor de diagnóstico individual 'o colectivo; son muchos los factores e interrelaciones a tener en cuenta, y exigen un esfuerzo y experiencia que probablemente se alcanza después de algún tiempo de contacto con los resultados de los instrumentos de Cattell. Recientemente se han publicado (TEA Ediciones, S. A., 1981) los materiales y resultados de la adaptación española de la Forma A de otro cuestionario de Cattell, el ESPQ, para niños d'e seis a ocho años; con éste se ha cubierto la aplicabilidad de sus instrumentos en la parte inferior del amplio abanico que cubren los cuestionarios de personalidad. El presente CPQ, para niños de ocho a doce años, se solapa con el anterior y viene a cubrir una zona inmediatamente superior de ese abanico de aplicabilidad; dicha zona es completada también ahora con la publicación de la adaptación española del HSPQ, para sujetos de doce a dieciocho anos, que se solapa con el presente CPQ en su parte inferior y con el l ó P F en su parte superior; de esta manera, los cuestionarios de Cattell (ESPQ, CPQ, HSPQ y 16 PF, con igual estructura de personalidad y casi idénticas escalas o factores) cubren una extensa zona de aplicabilidad que va desde niños de seis años hasta adultos de la tercera edad. En el presente instrumento, CPQ, la multiplicidad de las escalas de Cattell es de 14, 13 rasgos de personalidad y una escala de habilidad mental o inteligencia. Comparada su estructura con la del instrumento de Catteli más conocido, el 16PF, han desaparecido cuatro escalas (L, M, Qi y Q2), y se han introducido dos nuevas: D (Excitabilidad) y J (Inhibición), fruto de los análisis factoriales de los autores en la personalidad de los niños de ocho a doce años. Estas 14 escalas o factores de primer orden permiten obtener unos factores de segundo orden o dimensiones más generales en la estructura de la personalidad. Probablemente, para el psicólogo que toma contacto por primera vez con los resultados de estos cuestionarios sea preferible comenzar la interpretación por las dimensiones secundarias y pasar luego a incorporar en ellas la interpretación de los puntos bajos y altos obtenidos en las escalas o factores primarios; aunque existen algunas divergencias entre la estructura simplificada de Eysenck y la complejidad de Cattell, en líneas generales tienen bastantes semejanzas,- por tanto, una vez que se ha captado la estructura de personalidad del sujeto o grupo en sus factores secundarios, es más fácil adentrarse en esa rica multiplicidad de escalas que ofrecen estos cuestionarios cattellianos. Sin embargo, no hay que olvidar que las puntuaciones obtenidas en los factores de segunde orden

son sólo estimaciones, es decir, son resultados de aplicar una fórmula de regresión; ésta es válida en la muestra de tipificación o análisis y, por inferencia, en sujetos de características similares, pudiendo presentar algunas peculiaridades (e incluso contrasentidos) cuando se aplica a un sujeto determinado. En estas situaciones paradójicas, tai vez es preferible atender prioritariamente a la significación de las escalas primarias, porque ese sujeto, probablemente, es un caso que se aleja demasiado de la estructura factorial de covariaciones que presentaba la muestra de estudio y en él la estimación mediante la fórmula de regresión tiene un mayor error. Aunque no definitivos, los estudios realizados en la adaptación española del CPQ son esperanzadores. Se han analizado muestras bastante grandes y de sujetos procedentes de diversas partes del país y, aprovechando toda la información recogida hasta el momento, se ha considerado conveniente lanzar una primera edición que pueda ser ya utilizada por los psicólogos españoles y que permita especificar los sujetos de estudio, así como recoger en el futuro información y contrastes sobre su apücabiüdad y resultados en diferentes entidades de diagnóstico infantil. En los estudios actuales se ha podido disponer de los datos y análisis que, sobre varios millares de sujetos, ha ofrecido la colaboración del 1CCE (Instituto Calasanz de Ciencias de la Educación), en el que han trabajado varias personas: Arturo Aran, Valentín Azpilicueta, Ignacio Dendaluce, Narciso García, M.a Teresa Gómez, Luis González, Félix Iguacen, Melchor Ramírez y José Rioja. En su mayoría, estos datos han sido analizados de nuevo, principalmente para definir la estructura superior de ios factores de segundo orden, determinar los pasos numéricos para su obtención práctica y elaborar los baremos necesarios para la interpretación de todas las escalas. N. Seisdedos Sección de Estudios

el reconocimiento de la necesidad de tests de personalidad que, aplicados colectivamente, puedan ser útiles (1). Para lograrlo, estos instrumentos deben medir dimensiones importantes de la personalidad e identificables en la ciencia psicológica, ser susceptibles de aplicación colectiva, ofrecer un máximo de información psicológica en un tiempo mínimo de aplicación y ser económica y objetivamente puntuables. El psicólogo puede desear, en primer lugar, analizar el diseño del Cuestionario CPQ desde la perspectiva del panorama de los tests existentes. Por lo menos en el área clínica, actualmente parece que se está en el momento final del monopolio de los instrumentos de medida "proyectiva" y "profunda" y hrm surgido varias críticas sobre su fiabilidad, valide;: y objetividad (véase el apartado 1.2 del Manual del JSPQ, TEA, 1981). Por estas razones, muchos psicólogos y educadores se han decidido a utilizar los cuestionarios para una evaluación comprensiva de los factores de la personalidad; la investigación ha mostrado en muchas situaciones clínicas que estos instrumentos, aunque no están libres de ciertos sesgos, poseen unos valores que probablemente les hacen ser el tipo de test más aplicable y útil; exigen pocos requisitos del examinador, ofrecen un sistema de puntuación fácil y objetivo y pueden ser diseñados para evaluar una gran diversidad de atributos. A pesar de las fundadas virtudes del cuestionario, hasta el momento- su principal desarrollo se ha centrado en el área del examen de los adultos. El autor y colaboradores han elaborado nuevos instrumentos para otras edades: HSPQ (12-18 años), el presente CPQ (8-12 años) y el ESPQ (6-8 años). Los estudios realizados hasta el momento han mostrado que, con unas

pocas excepciones, la misma estructura de rasgos encontrada en los adultos (cuestionario 16PF) es aplicable y demostrable entre ¡os niños y adolescentes. Administrado en dos sesiones, con 70 elementos en cada una, el CPQ es aplicable a escolares de 3.° a 7.° de EGB y, atendiendo a la personalidad del niño y sus posibles problemas en esos cursos de la actividad escolar, el test permite puntuaciones en catorce -dimensiones de la personalidad, incluyendo el aspecto intelectual, en un tiempo mínimo de aplicación (unos 35 minutos cada sesión). El CPQ puede resultar una evaluación especial en relación con la adaptación de los niños al final del primer ciclo de la EGB. Con ella el profesor puede comprender mejor las necesidades y predisposiciones de los alumnos de su clase y adaptar su actividad instructiva y disciplinaria a cada niño; puede facilitar esa intuición del docente acerca de los muchos pequeños problemas de adaptación que inevitablemente surgen en estos años, así como ayudar en su resolución, puesto que ofrece algunas bases como punto de partida en la comunicación entre padres y profesores. Para que este apartado no resulte demasiado optimista, hay que añadir algunas palabras de precaución. El instrumento no debe ser considerado como algo definitivo en su forma actual; es fruto de-una adaptación y, además, como en cualquier test psicológico, sus puntuaciones pueden ser interpretadas de manera no válida. Habrá que seguir estudiando sus restutrdos para llegar a un cuestionario mejor construido, con una tipificación más extensa y específica que incluya grupos especiales y que permita una medida más fiable y útil.

1.3 —ESCALAS DEL CPQ

Las 14 escalas del CPQ apuntan a dimensiones cuya naturaleza, funcionalmente independiente, ha sido establecida mediante investigación factorial. Sin embargo, cada una de ellas es más que una escala factorial; representa un constructo que ha demostrado tener valor general como una estructura psicológicamente significativa dentro de la personalidad; así hay que entender, por ejemplo, la Fuerza del superego (escala G), la Dominancia (E), la Estabilidad emocional o fuerza del yo (C) o la Surgencia del temperamento (F). Es necesario subrayar la abundante investigación qus ha servido de base para la construcción de este instrumento üe evaluación de la personalidad, porque todavía se publican algunos cuestionarios que no tienen más

bases que correlaciones empíricas de los elementos con unos criterios de valoración, o son un apriorísüco diseño de "mesa de despacho" con unos elementos de validez "aparente" para medir unos "rasgos" arbitrariamente definidos. En el primero de los casos (correlaciones con criterios de valoración), la validación tiene una objetividad aparente, pero implica un error circular, puesto que el "rasgo" evaluado no tiene un estatus seguro en la estructura de la personalidad, y las valoraciones contienen más errores subjetivos que las mismas respuestas a los elementos que se intentan validar. Las 14 escalas aluden a variables psicológicas qut han sido aisladas factorialmente: cada factor representa

(1) Esta efectividad de los tests en los centros escolares dependerá, naturalmente, de la formación y experiencia profesionales de los educadores. Al redactar este Manual se asume qut. en el futuro, los educadores recibirán una mejor formación psicológica, o serán ayudados por psicólogos escolares profesionales.

una dimensión estadísticamente separable en el conjunto de respuestas al cuestionario. Cuando las escalas se construyen así, necesitan mucha investigación posterior para identificar las implicaciones prácticas de cada una de ellas. Las descripciones que vienen a continuación resumen esas implicaciones; en cada escala o factor existen dos polos, y el que aparece a la iz-

quierda corresponde siempre a las puntuaciones bajas en el mismo. No se han incluido aquí los nombres tóenicos (Afectotimia, Dominancia. Sursencia. Parmia. Coastenia, etc.), más utilizados en la literatura factorial de las investigaciones, sino las adjetivaciones más popuiares y utilizadas en el ieneuajc corriente.

F-ACTOF?

Reservado, alejado, crítico.

A

Abierto, afectuoso, reposado, participativo.

El niño que p u n t ú a alio, generalmente se caracteriza por ser abierto y social, y el que puntúa bajo por ser más frío y alejado. En esta época de ;a infancia, la diferencia entre ambos se pone particularmente de manifiesto en el grado en e! niño responde favorablemente a la actuación de los profesores y, en general, a toda la situación escolar.

RACTOF?

Inteligencia baja, pensamiento concreto.

B

Inteligencia alta, pensamiento abstracto.

Una puntuación alta indica un niño "brillante", rápido en su comprensión y aprendizaje de las ¡deas, mientras que en e¡ otro polo está el niño más "corto" y de lento aprendizaje y comprensión. Este factor es una medida muy simple de los aspectos intelectuales y nunca debe reemplazar a una medida más estable de cociente intelectual obtenida con otro test más apropiad'o.

RACTOR

Afectado por los sentimientos, emocionalmente poco estable, turbable.

C

Emocionalmente estable, tranquilo, maduro, afronta la realidad.

El niño con puntuación alta se muestra con una relativa calma, parece estable y socialrnente maduro, y está mejor preparado para relacionarse con los demás, mientras que en el otro polo el niño tiene menos tolerancia a la frustración y es más propenso a perder el control emocional.

Calmoso, poco expresivo, poco activo, algo "soso", cauto.

Excitable, impaciente, exigente, hiperactivo, no inhibido.

Esta escala parece medir la tendencia a exhibir excitación a una pequeña provocación, o una hiperacuvacion a diferentes tipos de estímulos. La puntuación baja parece describir al niño emocionalmente plácido.

Sumiso, obediente, dócil, acomodaticio, cede fácilmente.

Dominante, dogmático, agresivo, obstinado,

El niño E + es relativamente activo, dogmático y agresivo, mientras, que en el polo opuesto este niño es más dócil. En esta época de la i n f a n c i a , la probable expresión de este factor es más la conducta agresiva que una dominancia que tenga éxito, puesto que los niños no han aprendido todavía las técnicas de manipulación social. Un sujeto E + tiene a menudo problemas de conducta, pero si su dogmatismo es manejado dcr modo que desarrolle una expresión más constructiva, la adaptación posterior del niño puede tener más éxito.

TO R

Sobrio, prudente, serio, taciturno.

Entusiasta, confiado a la buena ventura, incauto.

El niño alto en F es bastante e n t u s i a s t a , optimista y seguro de sí mismo El bajo en F es más serio y se autodesaprueba. Los estudios realizados parecen mostrar que el niño F-)- proviene en mayor proporción de un medio familiar relativamente seguro y cariñoso, mientras que el ambiente f a m i l i a r del niño desnrgente F— está más caracterizado por una privación de afectos.

Despreocupado o desatento con las reglas, actúa por conveniencia propia, con poca fuerza del superego.

Consciente, perseverante, moralista, sensato, sujeto a las normas, con mucha fuerza del supérese.

La escala parece reflejar el grado en que el niño ha incorporado los valores del mundo de los adultos. En esta época de la infancia tiene especial importancia ia valoración que da él a su rendimiento en la situación escolar.

Cohibido, tímido, sensible a la amenaza.

Emprendedor, socialmente atrevido, no inhibido, espontáneo.

Junto con la escala A, este factor H es un componente de la Extraversión-tntroversion, y se expresa en diferentes grados de sociabilidad. Mientras que el A+ es sociable en el sentido de que muestra una respuesta emocional positiva a las personas, el H+ lo es en el sentido de que se relaciona libre y atrevidamente con los demás. El niño H— es más sensible, se amedranta fácilmente y, medíame el alejamiento, i n t e n t a evitar la amenaza y excesiva estimulación sociales.

Sensibilidad dura, rechazo a ¡as ilusiones, realista, confianza sóio en sí mismo.

Sensibilidad blanda, impresionable, dependiente, sbperproiegido.

Lo: resultado.-; de- lo; estudio; señalan q u e e! modelo de personalidad asociado con el polo alto de esta eicuk. e:- un upo a¿ sensibilidad fomentad;, por ¡a superprotección Consecuentemente, un niño I- tiende a mostrar una mayor dependencia í t e merosL e v i t a c i ó n de ¡a arnenazi. j::.,,;,.,

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amenté se ofrecen unos términos que identifican muy genéricamente las variables en sus polos Consúltese el Manual para una mejor comprensión de las escalas. i'liynplit

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NO1A — Para VARONES, utilícense los coeficientes v constantes rodeados con un circulo. Para MUJERES, los no rodeados. En cada variable, la .? columna de casillas contendrá los valores positivos, y la 2.? los nei;.itivas.

IWI.

Fig. 1.— Perfil general y factores de segundo orden (obtención gráfica y numérica).

Justificación estadística

La edición original americana del Manual acumula información i7 análisis con la Forma A del CPQ (normalmente junto con los estudios de la Forma B, no editada en español). En los estudios españoles realizados hasta el momento se han obtenido ya muestras su-

ficientes y se espera poder ampliarlas en el f u t u r o . En los apartados siguientes, se resume la información estadística original y la obtenida con sujetos españoles, y en el capítulo 4 se presentan los haremos elaborados.

2.1—ESTUDIOS ORIGINALES

En su formato actual, los elementos están ordenados según un modelo cíclico considerado óptimo desde dos puntos de vista. En primer lugar, la variedad decontenido de las catorce escalas hace que la tarea del niño resulte más interesante. En segundo lugar, la ordenación actual hace más conveniente y fácil la obtención de las puntuaciones mediante una plantilla de corrección. Los elementos que puntúan en cada escala están indicados en el cuadro auxiliar A. en el capítulo 4, inmediatamente antes de los baremos. Todos los elementos, excepto los de la escala B. tienen dos alternativas. En el cuestionario para los adultos (16 PFj existe una tercera alternativa, de "compromiso", para aquellos sujetos que consideran inaplicables a sus sentimientos los dos extremos de respuesta propuestos. En el CPQ sólo hay dos alternativas de respuesta, puesto que el niño no es capaz, como el adulto, de un uso equilibrado de la alternativa media. Es una "realidad" psicométrica que, en general, los cuestionarios son más propensos a los efectos de la distorsión, tamo por un intento deliberado de enmascaramiento como por unos agentes motivacionales subconscientes. Sin embargo, la crítica de que esto destruye completamente el valor de la medida mediante cuestionarios es injustificada. En ia consiruccion áe! CPQ se tuvo esto en cuenta para minimizar esta fuente de error de medida. Por ejemplo.- las cuestiones se redactaron de modo míe fueran todo lo más "neutrales" po-

sibles en relación con la deseabilidad social. Además, se ha equilibrado el número de respuestas de acuerdo y en desacuerdo que puntúan en cada escala, para eliminar los efectos de la aquiescencia. Otra estrategia, tal vez técnicamente más significativa, consistió en elegir al final aquellos elementos que tuvieran poca "validez aparente", pero mantuvieran su capacidad discriminativa del rasgo que intentan medir. No obstante, esto no es una importante medida de prevención en el caso de los niños, porque les falta esa sofisticación que les capacita para definir cuál es la "buena imagen". Sea como fuere, hay que subrayar que es el aplicador el que tiene la responsabilidad de reducir los efectos de la distorsión a un mínimo; debe lograrlo haciendo que todos los niños se sientan confortables y exista un buen clima durante toda la aplicación; más importante aún. debe captar la cooperación de los niños y lograr que contesten con sinceridad a todas las cuestiones En cuanto a las características psicométricas de! CPQ. lo que muchos psicólogos denominan fiabiiidad. Cartel 1 ¡o identifica mejor como consistencia. Este termino comprende diferentes enfoques de estimación de la varianZíi verdaaera de un i-si. Asi, específicamente. ¿,pueden obtener medidas de: Y] fiabiiidad, que incluye la dependencia (correlaciones test-retest con intervalo pequeño) v la estabilidad (correlacione': tssí-reres' non

intervalo grande); 2) homogeneidad (consistencia interna); 3) equivalencia (correlaciones interferirías). La tabla 1 ofrece índices (en centésimas) tanto de la nubilidad como de la validez del cuestionario.

cia de A + B; con excepción de la escala J. señalan una gran precisión cuando se utilizan ambas Formas. En cuanto a la validez, se construyen muchos tests con la finalidad de predecir algún aspecto de la conducta o medir una única dimensión de la personalidad; la validez de estos tests señala el grado de relación entre lo específicamente medido y lo que se ha intentado medir. El CPQ, como los cuestionarios hermanos suyos aplicables en otras edades, es un test de medida múltiple y simultánea de muy diferentes aspectos de la personalidad, y puede ser útilmente aplicable en la predicción y medida de muy diferentes situaciones. A causa de esto, y también porque no tiene una larga historia de aplicaciones prácticas, el cuestionario no puede presentar una información de validez concreta.

En la primera fila de índices de la tabla 1 se presentan los coeficientes de dependencia calculados en una muestra de 88 varones (V) y mujeres (M), con intervalo de sólo dos días entre test y retest. En la segunda fila de la tabla 1 se recogen los coeficientes de homogeneidad obtenidos en una muestra de 114 V -1- M, calculados según la fórmula KR20 (Kuder-Richardson); idealmente estos índices deberían ser bajos o moderados, puesto que se ha tomado sólo una pequeña muestra del universo total de conductas diferentes para cada rasgo o escala, y esto conlleva pequeñas intercorrelaciones entre los elementos o átomos de conducta. En la tercera fila de la tabla se encuentran coeficientes de equivalencia obtenidos correlacionando, en una muestra de 2.930 V + M, sus puntuaciones en la Forma A con las de la Forma B del CPQ, y estos índices corregidos con la formulación de Spearman-Brown; en realidad, no son precisamente coeficientes de equivalencia de la Forma A, sino infraestimaciones de la dependen-

Sin embargo, es más importante la relación entre lo •lúe el instrumento mide y alguna hipótesis de un constructo referido a la estructura de la personalidad. Se construyen muchos tests sobre unos fundamentos estrictamente empíricos, es decir, sin una orientación teórica; su utilidad es extremadamente limitada, porque su aplicabilidad sólo se refiere a un criterio. Muy distinta

Tabla y

calidez

del

1

F"orma A y e s t a d í s t i c o s b á s i c o s

H

I

66 59 57 79

58 52 63 64

72 68 67 69

5,6 1,9

6,9

5,6 1,9

3,2

2,8 L9

7,6 1 9

A

B

C

D

Dependencia . . . . Homogeneidad . . Equivalencia . . . . ' Validez . . '

59 51 53 55

72 37 67 82

47 62 67 73

67 58 68 83

67 53 61 33

70 60 67 91

1.414 V: S sx

6,5 18

6,9 20

6,0 20

4,6 •2 3

5,4 2,1

1.420 M:

6.9 1,9

7,3 1,9

6,2 70

3,9 9 9

3,5 1,8

X

ha sido la construcción teóricamente basada del CPQ; sus escalas son relevantes en una hipótesis de la estructura de la personalidad, y su validez vendrá a indicar tanto la bondad de la hipótesis como la adecuación de la medida de cada constructo introducido en la hipótesis; es una validez de concepto (o de constructo). El proceso para obtener estos índices es bastante complejo y surge de las técnicas del análisis factorial, lo cual no puede ser explicado en las páginas de este Manual. No obstante, cada coeficiente puede ser considerado como una correlación media entre un grupo de elementos y el factor que, en su conjunto, intenta medir. Con unos

5,5 1 9

9 9 '

6,5 9 9

N

O

59 25 43 65

70 40 64 59

60 45 65 68

61 55 70

56 41 68 76

3,7 1 8

3,8 71

4,1

5,6 94

4,4

3.8 19

2:6 1 9

4.3

9 9

'

9 9

Q*

7,1 i1

3,9 9 9

términos mas precisos, esta es una validez directa de concepto. Los resultados obtenidos con la Forma A del CPQ se hallan en la última fila de la tabla 1. En la base de la tabla 1 se encuentran los estadísticos básicos de varones (V) y mujeres (M) de la muestra de tipificación original. El lector puede utilizarlos para examinar las diferencias intersexos (en origen y en la adaptación) e interculturas (cuando se analizan las diferencias entre éstos y los estadísticos que incluyen los haremos españoles).

2.2 —ADAPTACIÓN ESPAÑOLA

Fruto de la colaboración con el 1CCE (Instituto Calasanz de Ciencias de la Educación, Madrid), se ha diapuesto de dos muestras generales: una compuesta por 7.151 casos (3.372 V y 3.779 M) en una primera fase, y otra de tipificación, con 5.058 casos (2.667 V y 2.391 M). en una segunda; en ambas se ha tomado el 5° curso de EGB como entidad representativa del ámbito de aplicabilidad en la que realizar los análisis y obtener los resultados que se presentan a continuación. La primera fase fue realizada en 1976 por Quintina Martín-Moreno a partir de la edición original de 1963, con datos procedentes de un 80 % de las provincias españolas. La segunda fase ha sido llevada a cabo por la Sección de Estudios de TEA Ediciones, S. A., recogiendo los datos recientes del 1CCE y las últimas publicaciones de Cattell y colaboradores. Hace unos años (entre 1970 y 1972) se preparó y depuró la redacción de un primer instrumento que ha sido aplicado durante este tiempo a gran número de niños de muy diversas partes de España. Con los insultados de miles de alumnos del curso escolar 1975-76 se han llevado a cabo (Q. Martín-Moreno, 1976) una investigación de tipo correlacional y factorial de las catorce escalas del CPQ. Recientemente, se ha tomado otra muestra de alumnos del curso 1979-80, y la Sección de Estudios de TEA Ediciones ha empleado una metodología similar, incluyendo el análisis de distribuciones y promedios, variabilidad y correlaciones, así como diversos análisis factoriales, para disponer los resultados de forma que pudieran ser utilizados por los aplicadores del CPQ en su labor práctica. Aunque en este proceso se ha intentado, primordialmente, conservar los valores discriminativos del Cuestionario para las aplicaciones prácticas, se ha seguido una metodología que pudiera reproducir y comprobar también en nuestra cultura el esquema y modelo de personalidad que proponen los autores (Porter y Cattell). No obstante, una adaptación y tipificación no terminan nunca y serán necesarios nuevos análisis y estudios para conocer mejor el instrumento y su aplicabilidad. En la publicación básica original del CPQ ("Handbook", IPAT, 1972). se señala que existen diferencias claras en cuanto a la edad y el sexo y se aconseja la existencia de Daremos separados para cada sexo (y en algunas escalas para la edad si el intervalo es de varios años). Estas diferencias en estudios americanos (sobre una muestra de 2.834 Y + M) muestran que las mujeres son más abiertas ÍA + ). sensibles (I + ), conscientes (C — . . . aprensivas (O — j e integradas (Q¿ + ). mientras oue ios varones destacan por ser más dominantes (E-r ). excitables ( D - f ) , entusiastas (F-f) y tensos !(X~ )• Estos resultados concuerdan con los hallados en oíros estudios: ocho de los catorce factores del CPQ I. K y Oj son consistentes cor iO¿ h a -

llazgos de diferencias intersexos en otros instrumentos cattellianos (ESPQ, HSPQ y 16PF); en términos de factores de segundo orden se observa que las niñas son menos ansiosas y más extravertidas que los niños, pero al llegar a la pubertad se vuelven más introvertidas y ansiosas. En ios estudios españoles (con una muestra total de 11.468 V + M) se encuentran resultados parecidos. En un grupo de 3.095 V y 1.579 M, éstas destacan con I + , O+ y Q¿ + , mientras que los varones sobresalen por su E + , F + , H+ y N + . Las muestras son muy grandes, lo cual hace que pequeñas diferencias en puntuaciones directas sean pronto significativas al N. c. del 1 %, aunque también es verdad que en ellas los promedios empleados (X) son mucho más estables y significativos de los promedios verdaderos (Xj de la población. Con esta salvedad, y cuando se toma la muestra total española, se puede afirmar que, en general, cada sexo presenta unas características: a)

Los varones son más reservados, dominantes, entusiastas, duros, astutos, serenos, descuidados de reglas 'y relajados.

b)

La mujeres son más inteligentes, abiertas, sumisas, sobrias, cohibidas, sensibles, sencillas, aprensivas, integradas y tensas.

En un estudio diferencial interculturas se observa que los niños españoles (comparados con los americanos de su mismo sexo y edad aproximada de once años) son A-, B + , C+, E-, F-, H - , J+ y O-, mientras •que las niñas españolas son A — , B — , C - f , D +, E -f., G - , H-. I-. J-f , Q,- y Q.J+ en relación con las niñas americanas. Aunque el Cuestionario CPQ ha sufrido las modificaciones naturales de una adaptación y ya no es exactamente el mismo instrumento, el lector podría tomar los promedios españoles de las tablas de haremos, transformarlos en decatipos a partir de los estadísticos básicos americanos incluidos en la tabla 1 y elaborar el perfil característico de los niños españoles. Finalmente, en los análisis de las muestras'existentes, al lado de los miles de sujetos de 5.° de EGB ya citados, se dispuso de dos muestras, una de 4.° de EGB con 351 casos, y otra de 6.° de EGB con 400 casos; en las., dos había sujetos de ambos sexos. Como es sabido, la variable curso escolar está muy relacionada con la edad. pero, probablemente por la pequeña amplitud del ámbito de aplicabilidad del CPQ, no parece que esta variable provoque diferencias sustanciales, puesto que en ninguna de las catorce escalas ("excepto, naturalmente, la de inteligencia o factor Bi se observan aumentos o disminuciones sistemáticos. Por estas razones, los análisis se han continuado con est curso central de la aplicabilidad, 5.° de EGB. y la tipificación y baiemos se han leferido a esa entidad escolar

2.3 —FiABILIDAD Y VALIDEZ

En los estudios de adaptación española no se han realizado aún estudios de fiabilidad del tipo de los indicados en el apartado anterior y cuyos resultados vienen resumidos en la tabla ]. A partir de los resultados encontrados en los análisis ya realizados, se puede estimar que los índices de fiabilidad que se obtengan en el futuro con sujetos españoles serán similares a los encontrados en niños americanos.

su naturaleza y caracterísiicas. La tabla 2 presenta en centésimas estos índices en dos muestras de varones (en la mitad superior derecha dei cuadro, con 2.095 y 2.667 casos, respectivamente) y dos de mujeres (en la mitad inferior izquierda, con 1.579 y 2.391 casos, respectivamente); ambas muestras son de alumnos de 5.° curso de EGB de muy diversas partes de España. La similitud entre los índices de las dos muestras de cada sexo indica la estabilidad de las interrelaciones de las escalas; sin .embargo, al buscar diferencias intersexos se observan algunas particularidades muy características. Así, por ejemplo, es curioso encontrar que entre las niñas son estadísticamente más significativas las interrelaciones entre los rasgos que Cattell denomina Do-

Una de las características del CPQ que interesa conocer al psicólogo que utiliza en la práctica el Cuestionario hace referencia a las interrelaciones existentes entre las múltiples escalas o puntuaciones que presenta; esta información permite unas notas adicionales sobre

1 n terco r retí a c:l OI-ÍC5S ci e las escalas del OF^Cp ( rm Ljcs&tra & espartólas)

Escala

A

A B

C

09 17 43 40

D

-29 -40

E

-11 -15

F

02 00 29 29 36 38 07 07

G H I

14 09

39 40

-27 -35

17 15 10 13 11 03

F

G

H

. I

J

-09 03 -13 -01 04 04 04 '00 -00 -07 -28 -02 14 -32 -07 06

27 28

36 36

-00 -00

04 -01

02 -03 -05 -03

12 12

09 09 28 30 -37 -41

35 32

-33 -30

50 -10 40 -15 _44 -35 -20 -43 -34 -14 27 -32 -02 10 -37 -07 09 26 -18 -49 -51 28 -16 -45 -44 23

-05 -03

-28 -32

13 -02 09 -00 11 14 08 17 -02 27 -01 27

E

32 29 35 34 21 11

N

O

Q,

CL

— 22 -31

-20 -25

-35 -39

26 26

-24 -30

-06 — 12

09 05

06 03

-17 -26

-07 -11 -49 -51

24 28

— 27 -30

38 33

37 37

-36 -37

47 47

-06 -06

-09 -08 -34 -35

01 -01 -29 — 32 34 35 11 06

39 32

10 10

— 36 -36

34 25

14 11

-35 — 32

-08 -11

21 19

-07 -08

-11 -16

11 07

27 23

•n

14

— 17 -23

-35 -26

— 3°'

44 39

-41 -4-1

-08 -09

-36 -39

-18 13

-36 -40

24 25

-32 -33

07 08

— 23 — 21

06 04

31 26

-10 -06

24 22

35 36

-23 -25

34 36

26

-41 — 42

40 36

-26

35 32

37 34 -34 -35

-05 -05

-01 -01

-02 -06

-33 -36

38 39

04 -12 — 22 04 -13 — 25

-38 -42

11 08

-03 -22 -05 -23 — 42 -10 -48 -43 -14 -55 30 34 -02 30 37 -02 -30 10 -28 05 -31 -31

41 39 36

41

-21 — 27

-34 -27

24 26

40

13

-05 -07

-31 -34

-40 -43

-04 -06

38 38

33 30

-45 -45

-37 -33

— 19 -13

50 49

27 31

33 26

-28 -31

-48 -45

55 53

36 31

21 08

-51 -49

-32 -38

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35 12

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— 29 -35 37 -i "

-42 — 43 - 47 -50

m i n a n c i a C E ) . S u r y c n c i a (F) y Premsia f l ) , es dock, entre las n i ñ a s ha}' una mayor tendencia a q u e las dom i n a n t e s ( E + ) sean t a m b i é n e n t u s i a s t a s ( F - f ) y de sensibilidad dura f l — ), o viceversa, así como que las entusiastas CF + ) son también duras (T — ) , aunque estos índices no permiten señalar cuál de los rasgos es la

causa y cuáles los efectos. A nivel ilc factures de seg u n d o orden, los tres rasgos y con esos signos p u n t ú a n en la dimensión que se lia d e n o m i n a d o Excitabilidad o Dureza, a u n q u e E— c 1 — t a m b i é n a y u d a n a d e f i n i r la dimensión de Extraversión, y F— la de Ansiedad.

2.4 —ANÁLISIS FACTORIALES (DIMENSIONES

Las catorce escalas del CPQ, conglomerados o paquetes de elementos contestados en una determinada dirección y moduladas mediante la introducción de alguna variable considerada importante (como el sexo, la edad o el curso), han sido sometidas a diferentes análisis factoriales. Se ha partido de aceptar apriorísticamente la dirección o alternativa propuesta por la plantilla oriainal de corrección, con la cual se han obtenido las puntuaciones directas de los sujetos en esas catorce escalas. En los análisis realizados en 1975-76 se utilizaron las matrices de intercorrelaciones de cada sexo que aparecen en la primera línea de las casillas de la tabla'2; los estudios llevados a cabo recientemente han empleado las matrices de tntercorrelaciones que se incluyen en la segunda línea de las casillas de la tabla 2 (2.667 varones y 2.391 mujeres, alumnos de 5.° de EGB); los estadísticos básicos de estas dos últimas muestras son muy similares a los que presentan las tablas de baremos. porque estos mismos sujetos han sido utilizados para la elaboración de los decatipos junto con otras muestras. Las matrices de intercorrelaciones citadas han sido factorizadas mediante soluciones oblicuas (que permiten a las dimensiones definidas quedar relacionadas si así lo piden los datos), y con diversos procedimientos de rotación: componentes principales, factores principales y de máxima verosimilitud; la rotación final aceptada ha sido la de factores principales. En los estudios originales, con una muestra de 300 V + M escolares de 4.° grado y de comunidades rurales, se han definido los cuatro ya clásicos factores de secundo orden de Cattell: Extraversión (A + , E+ F + , H + y O -). A n s i e d a d (C-, D + , F+, G - , H-, O + , Q : - y Q.,+), Dureza ( A - , E + , G - , H + . I _ y Q, _ ) t Independencia (C+, D + , E + , F+, J + , N — , O + , Q.; + y Q.Í + ). Aunque entre los adultos, las publicaciones originales de los instrumentos de Cattell consideran independientemente ambos sexos en d tratamiento y obtención de las dimensiones secundarias, en el caso del CPQ tanto el Manual de Porter y Cattell como el '"Handbool:' : publicados por la entidad

SECUNDARIAS)

IPAT, no distinguen entre varones y mujeres. Por otra parte, en el citado M a n u a l sólo se informa de Extraversión y Ansiedad, por considerar que esos son más prácticos en la labor de psicodiagnóstico. Sin embargo, en los estudios españoles se han mantenido separados ambos sexos, porque presentan alguna peculiaridad a la hora de definir dimensiones secundarias; así, por ejemplo y en la práctica, en el perfil de factores de segundo orden impreso al dorso de la Hoja de respuestas, la Dureza de las mujeres da más peso que la de los varones a F+ (Surgencia) y a 1 — (Harria o sensibilidad dura). Además, aunque en los análisis factoriales se han llegado a determinar cuatro dimensiones, las soluciones que se proponen a continuación sólo incluyen las tres primeras, porque la cuarta (Independencia) no se presenta tan consistentemente como en los estudios de muestras de sujetos de mayor edad con el HSPQ o 16PF. La tabla 3 presenta, independientemente para cada sexo, las saturaciones factoriales de la solución rotada en las tres dimensiones: I (Ansiedad), II (Extraversión) y III (Excitabilidad/Dureza), así como las comunalidades OV) de cada variable, es decir, el cuadrado de su correlación con todos los factores; en la base se encuentran los porcentajes de varianza total explicada por cada factor y por el CPQ (debajo de los h'-) (2). En la mitad derecha de la tabla 3, separada por una doble línea vertical, se encuentran los pesos factoriales de cada variable para estimar el decatipo de un sujeto en una dimensión a partir de los decatipos en las, escalas; en la base se encuentran las constantes "a" a añadir en la fórmula de regresión para estimar dicho decatipo Di en la dimensión I con los pesos K] a K,, de la tabla y los decatipos D, a D n en las catorce escalas de personalidad; es una fórmula del tipo de:

D. = K.D,

K,D., +

K,,D n + a

Como es sabido, las puntuaciones factoriales de un sujeto en las dimensiones secundarias no puede realizarse con las saturaciones factoriales presentadas en la mitad izquierda de la tabla. Ambas matrices de saturaciones (de varones y de mujeres) deben ser transíonna-

(2) Estas tres d i m e n s i o n e s no son i n d e p e n d i e n t e s : la relación Dircc' Qitaríiniii; empleada presentó unas correlacione;, ínterfactores de —(1.59 e n t r e I } I! en ambos sexo> y de —0.24 y —0.36 entre II y III en varones y mujeres, respectivamente; la correlación emre I \1 no s; siímiíicanva

3.

Normas cJe aplicación y corrección 3.1-—INSTRUCCIONES GENERALES

El CPQ fue disenado para empleo con grupos, y se puede aplicar convenientemente en un aula de clase con 20 a 30 niños. Normalmente, no es aconsejable hacerlo a un grupo mayor a causa de la dificultad de mantener un buen clima de examen'y de supervisión. En consecuencia, el mismo profesor, con una pequeña preparación, podría aplicar el Cuestionario a su mismo grupo de clase. No es necesario subrayar que la aplicación se puede hacer individualmente; en este caso, siempre que sea posible, se seguirán las mismas instrucciones que para la aplicación en grupo. Una vez que el niño ha comprendido cómo hacerlo, se le puede dejar solo y acudir cuando pida alguna ayuda. Cuando el CPQ se aplique individualmente a causa de algún.problema especial (incapacidad lectora, ceguera, etc.). el aplicador seguirá e! procedimiento normal con este tipo de sujetos, leyéndole las cuestiones y anotando las respuestas en la Hoja de acuerdo con las contestaciones orales del niño. En la aplicación el examinador debe intentar por todos los medios mantener un buen clima y alcanzar una efectiva comunicación. En cualquier situación hay que asegurarse de que ei niño conoce lo que tiene que hacer, más que intentar seguir rígidamente unas instrucciones verbales. No es posible establecer un conjunto de instrucciones normalizadas que sean completamente adecuadas E todas ¡as situaciones de examen con niños; las que vienen a continuación se recomiendan como una normativa aproximada. Es muy importante que el examinador recuerde en todo momento la tarea que espera del niño, y esté preparado para repetir unas instrucciones para asegurarse de su comprensión. Debe estar preparado para solucionar y atender ios muy diferentes pequeños problemas que plantean los niños, especialmente los más pequeños. Normalmente no es necesario explicar o repetir con otras palabras las cuestiones, porque ya han sido diseñadas parL estos niños de edad escolar. Además. CL mu} 1

conveniente evitar estas explicaciones con los elementos de inteligencia (cuestiones 2, 16, 30, 44 y 58 en cada parte). Sin embargo, es permisible la repetición de toda una cuestión o parte de ella, porque para algunos niños es tal vez más comprensible la audición que la lectura de una frase. El Cuestionario se aplica sin tiempo limitado, y con los niños más pequeños tal vez sería preferible dividir la aplicación en dos sesiones; el diseño actual del Cuadernillo y Hoja de respuestas permite estas dos sesiones aplicando una parte en cada una, puesto que se presentan como si fueran do_s entidades separadas. En los exámenes con niños no convendría alargar una sesión más allá de los cincuenta minutos. La aplicación del CPO exige una Hoja de respuestas dividida en dos partes y con espacios destinados a los datos de identificación y ejemplos de entrenamiento; el examinador debe estar familiarizado con el impreso. la forma de anotar las respuestas y el procedimiento a emplear para eliminar y cambiar un contestación; facilitaría la tarea tener a mano una Hoja para aludir a ella en las explicaciones. En cada parte, los espacios destinados a las respuestas están ordenados en cinco columnas que tienen que ser completadas de arriba a abajo antes de pasar a la siguiente; en cada columna hay espacios para catorce cuestiones y se van correspondiendo exacta y correlativamente con las páginas del Cuadernillo, lo cual puede evitar las contestaciones en espacios distintos al de su numeración. Téngase en cuenta que en la fase siguiente, corrección y puntuación, es muy difícil detectar con la plantilla estos errores de anotación. Para la aplicación es imprescindible que haya unas buenas condiciones de examen, sin interrupciones, i que los sujetos estén separados para evitar que puedan comunicarse entre sí. El examinador procurará motivar a los sujetos para que pongan el máximo interés en realizarlo bien, y en la presentación de las instrucciones utilizará una pronunciación clara y pausada.

Normas de

4.1—CONVERSIÓN DE PUNTUACIONES DIRECTAS EN DECATIPOS

Las puntuaciones directas obtenidas en la fase anterior no son interpretables por sí mismas, no tienen significación por su valor absoluto; es necesario transformarlas en unos valores o escala de significación universal. Esta transformación se realiza mediante una comparación con los datos o puntuaciones obtenidas por una muestra o muestras normativas (y de algún modo representativas) de la población general a la cual pertenecen los sujetos cuyas puntuaciones directas se pretende interpretar. Las tablas construidas en la tipificación española permiten la conversión de las puntuaciones directas en otras denominadas decatipos (en inglés "stens", s-ten, s = standard y ten = diez), una escala típica de 10 puntos que ha mostrado en la práctica un grado bastante bueno en la discriminación de los resultados. Los decatipos se distribuyen sobre una escala de 10 puntos equidistantes en unidades típicas (supuesta la ditribución normal), con una media en el decatipo 5,50 y una desviación típica de dos decatipos. Así, pues, los decatipos 5 y 6 se extienden, respectivamente, a media desviación típica a ambos lados de la media, y comprenden el grupo central de la población, mientras que los extremos superior del decatipo K) e inferior del decatipo 1 se encuentran a dos y media desviaciones típicas a ambos lados de la media. Se puede, por tanto, considerar que los decatipos 5 y 6 son valores medios. 4 y 7 muestran una pequeña desviación íen una y otra dirección, respectivamente), 2-3 y b-y indicar, una gran desviación y 1 y 10 son "alore:- cxircrnni. entendiendo todas estas posiciones corno relamas a la población específica sobre la cual

años), se ha buscado una entidad escolar representativa del mismo y de la labor práctica de los psicólogos: el curso 5.° de EGB, y en él se han conjugado los~criterios de significación estadística (diferencias intersexos significativas).. Consecuentemente, se ha tomado este curso 5.° como variable de aplicación práctica, muy relacionada con la edad, y el sexo como variable diferenciadora de significación psicológica. En cada uno de los sexos (5.574 varones y 5.894 mujeres) se han construido baremos para cada una de las catorce escalas del CPQ, y los estadísticos descriptivos (media y desviación típica) de cada una se encuentran en las columnas finales de las tablas de baremos. En estas tablas, cada línea se refiere a un factor o escala e incluye sus puntuaciones directas; en la cabecera y pie de cada columna se halla el decatipo correspondiente. En algunas escalas, dada la pequeña variabilidad de las puntuaciones directas del CPQ, no han aparecido algunos decatipos; cuando esto ocurre en un extremo de la escala de decatipos (1 ó 10), se debe a una pequeña asimetría de las distribuciones, y en esa zona el instrumento resulta menos discriminativo. Conviene señalar que existen dos clases de decatipos: los típicos (que normalizan la distribución a partir de los estadísticos descriptivos del grupo, media y desviación típica), y los decatipos normalizados (que normaliza el grupo no sólo por sus estadísticos descriptivos, sino en todos los intervalos de la distribución"). Como ha mostrado la práctica en este y otros cuestionario? de personalidad, existen alnunas variables cuya? distribuciones no son simétricas. *y puede ocurrir que los decatipos típicos extremos no comprendan ningún sujeto o se salean de los ámbitos de la variable: esto no sucede normalmente con los decatipos normalizados.

te una mera transformación "lineal" de las puntuaciones directas, sino que han sido fruto de una transformación de tipo "superficial", teniendo en cuenta el área o frecuencia existente en cada uno de los intervalos de amplitud unidad de las distribuciones; aun así, en el caso del CPQ, como sólo existen diez puntuaciones di-

rectas para los diez decatipos, el decatipo extremo ha quedado vacío. E] lector interesado en estos problemas puede encontrar una detallada especificación de la elaboración de un baremo en decatipos normalizados en el apañado 4.1 de la Monografía técnica del 16 PF CSeisdedos. 1981). cuva tabla 21 eiernüiiñca los cálculos.

4.2 —ELABORACIÓN DEL PERFIL INDIVIDUAL

Para una mejor interpretación de los factores de primer orden (escalas A a Q 4 ), es conveniente elaborar el perfil individual del sujeto (impreso existente al dorso de la Hoja de respuestas) y analizarlo teniendo en cuenta las .descripciones recogidas en el apartado 1.3 (o el resumen incluios como cuadro C en el apartado siguiente) y los resultados presentados en el capítulo 2. En primer lugar, es necesario anotar en cabecera los datos de identificación del sujeto y copiar en la columna correspondiente los decatipos obtenidos consultando los haremos con las puntuaciones directas en las catorce escalas del CPQ. El modelo del perfil de los factores de primer orden es independiente del sexo del sujeto (variable que ya se ha tenido en cuenta a la hora de consultar los haremos), pero en la interpretación psicológica del gráfico sí es necesario considerar ésta y otras variables del niño. Si los valores de los decatipos se trasladan al gráfico existente a la izquierda de los mismos, se puede dibujar el perfil o línea quebrada resultante. A su vez, si estos decatipos se multiplican por los pesos impresos delante de las casillas o pequeños recuadros del gráfico de la derecha de la columna de decatipos, y sus resultados se van anotando dentro de las casillas, se ha realizado ya el paso más importante (ponderación de las escalas o factores primarios) para la obtención de los factores secundarios descritos en el capítulo 2, y cuyos resultados pueden incluirse también en el gráfico de la izquierda, en la parte inferior. La utilización de pesos diferentes para cada sexo tiene en cuenta las pequeñas diferencias intersexos existentes a este nivel de la estructura de la personalidad.

mero o peso anotado delante de las casillas existentes a la misma altura y debajo de los signos más ( + ) y menos ( — ) de las tres dimensiones a estimar, y anotar el resultado dentro de esas casillas. Como se indica en la base del gráfico, si el sujeto es un varón, se utilizarán los pesos ¡njtidcs dentro de unos pequeños círculos; si es una mujer, se emplearán los otros pesos. 3.

Introducir en las casillas siguientes las constantes correspondientes al sexo del sujeto.

4.

Sumar, independientemente para cada dimensión, los valores anotados en todas las casillas de una misma columna, incluida la constante registrada en la base, y anotar el resultado en la casilla inmediatamente inferior. Cada dimensión o factor secundario presenta dos columnas: una de valores positivos ( + ) y otra de valores negativos ( — ) .

5.

Obtener la diferencia entre las sumas de las dos columnas y anotar el resultado en la casilla final. • Como las ponderaciones vienen dadas en décimas y se ha operado con decatipos. el resultado final es también un valor decatipo en decimas; -basta, pues, dividir por 10 (en el impreso se ha colocado ya la coma decimal) para tener ese decatipo en la dimensión correspondiente.

6.

Trasladar estos valores finales al perfil de la izquierda y proceder a la interpretación de ambos perfiles (de primero y segundo orden) atendiendo a los cuatro puntos siguientes: — altura absoluta de las escalas;

Para ilustrar lo indicado anteriormente, la figura 1 presenta un impreso de perfil cumplimentado con el ejemplo del hipotético sujeto utilizado en el apartado 2.4, varón de 5.° de EGB. Presentados con orden y aisladamente, los pasos anteriores y ejemplificados en la figura 1, son los siguientes: 1.

Incluir los decatipos hallados (de acuerdo con el baremo correspondiente) en la columna destinada a ellos.

2.

Multiplicar el decatipo de cada escala por el nú-

— pendiente o forma general del perfil; — variabilidad o dispersión de las crestas y valles; y — mayor validez y fiabilidad de los factores de segundo orden, es decir, el psicólogo debería comenzar por interpretar las dimensiones secundarias y pasar luego a considerar las diferentes escalas o factores primarios como una especificación de los tres factores secundarios.

El significado de las desviaciones en una u otra dirección, a partir del promedio, en estos factores de segundo orden, puede definirse con las breves explicaciones siguientes:

Puntuaciones altas (8-10)

Puntuaciones bajas (1-3)

Ansiedad baja (Ajuste)

Ansiedad alta

El niño que puntúa bajo suele encontrar que la vida es gratificante y que logra llevar a cabo lo que cree importante. Sin embargo, una puntuación baja extrema puede indicar falta de motivación ante las tareas difíciles, tal como ha mostrado el estudio de relación entre la ansiedad y el rendimiento.

El niño que puntúa alto se presenta lleno de ansiedad (en su sentido corriente), No es necesariamente un- neurótico, pues la ansiedad puede ser ocasional, pero puede presentar algún desajuste, como estar insatisfecho con su posibilidad de responder a, las urgencias de la vida o con sus éxitos en lo que desea. En el extremo es un índice de desorganización de la acción y de posibles alteraciones fisiológicas.

Q,, Introversión

Extraversión

El niño que puntúa bajo tiende a ser reservado, autosuficiente e inhibido en los contactos personales. Esto puede ser favorable o desfavorable, según la situación particular en la que tiene que actuar; así, por ejemplo, la introversión es una variable predictwa interesante para el trabajo de precisión.

El niño que puntúa alto es socialmente desenvuelto, no inhibido, con buena capacidad para lograr y mantener contactos personales. Esto puede ser muy favorable en las situaciones que exigen este tipo de temperamento; pero no debe considerarse en general como buen predictor, por ejemplo para el rendimiento escolar.

RACTTOR

Q,,,

Calma

Excitabilidad/Dureza

El niño que puntúa bajo es de sensibilidad blanda., impresionable, acomodaticio y sumiso, sobrio y prudente, sentimental, socialmente escrupuloso y poco expresivo.

El niño que puntúa alto tiende a ser hiperactivo y de sensibilidad dura, agresivo y obstinado, entusiasta, calculador y perspicaz; aunque le gusta la actividad en grupo, se despreocupa de las normas y sigue sus propias necesidades.

Naturalmente, las descripciones anteriores son solamente unas breves indicaciones sobre la naturaleza de estos factores, pero útiles al- lector de este Manual. En el "Handbook:" original (Porter y Cattell, 1972) existe una descripción y discusión más amplia de los resultados de los análisis y estudios, así como varios procedimientos y formulaciones para predecir diferentes perfiles de personalidad.

4.3 —CUADROS AUXILIARES PARA LA INTERPRETACIÓN

A continuación se presentan algunos cuadros, preparados durante las fases de la adaptación y tipificación, que se consideran a u x i l i a r e s para una mejor interpretación de los resultados del CPQ. En la distribución del contenido del Manual, estos cuadros se han colocado inmediatamente delante de los baremos. como complementarios de ellos. Son los siguientes: A)

Elementos de la adaptación española (con la ordenación original entre paréntesis) y alternativas ptinluables de cada escala. Como se ha indicado

anteriormente, en la edición original existen dos plantillas de corrección, y para simplificar este proceso y material con una sola plantilla, se han reordenado los elementos en la adaptación española. Por tanto, el psicólogo que desee contrastar o comparar sus resultados u observaciones con los obtenidos mediante la versión original (o de similar estructuración), debe consultar este cuadro. Al lado de la numeración de cada elemento se indica la alternativa, A o B, puntuable

B)

Conversión de decaiipos a ceniila,. Tal vez resulte interesante pura los psicólogos más acostumbrados a la escala de centiles para interpretar medidas de personalidad. En el uso corriente de aplicación práctica se utilizarán los valores enteros de decatipos (en cursiva) y se redondearán al entero más próximo los centiles equivalentes, excepto en el

1 te;rn stl \i ro

lemerntos y

A. _jnti_jatDles p>a ra c a d e e s c e l a e=r-i Is orcienac 1 ón e s p a ñ o l a y original (^r-»tr^ paréntesis)

Elementos y alternativas punta ables

Escala

A B C D E F G H I J N 0

Q3Q,

caso de los decatipos de las dimensiones secundarias, que en su cálculo se obtienen en décimas. Los valores decimales de decatipos se incluyen para uso de aquellos investigadores que empleen estas puntuaciones típicas como promedios de grupos específicos.

1 ( 1) A 2(11)A 3 ( 6)B 4 (12) A 5(13)B 6 (14) A 7(31)B 8 (32) A 9(33)B 10 (34) A 11 (51) A 12(52)B 13(53)B14 (54) A

15 ( 2 ) B 16(15)C 17 ( 4 ) B 18 (16) A 19 (17) A 20 (18) A 21 (35) A 22(36)B 23 (37) A 24 (38) A 25 (55) A 26(56)B 27 (57) A 28 (5 8) A

29 ( 5)-B 30(19)B 31 ( 3) A 32 (20) B 33(21)B 34 (22) A 35(39jB 36 (40) B 37(41)B 38 (42) A 39 (59) B 40 (60) B 41(61)B 42 (62) A

Ci_ja caro Co nx/'erslíjn

Decatipo

7,0 1.1

1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 1,7 1.8 1.9 2,0 2.1 2.2 2Ü 2.4 2.5 2.6 2.7 2.8" 2.9 3,0 3.1 3.2

Gentil

Decatipo

1,2 1.4 1,6 1,8 2.0 2^3 2,6

2.9 3.2 3,6 4,0 4.5 5,0 5.5 6,0 6^7 7.4 8.1 8,8 9.7 70,6 11.5 12.5

Gentil

i

4,0 22,7 24.2 25,8 27.4 29.1 30.8 32.6 34.5 36.3 38.2 40,7 42.1 44,0 46.0 48.0 500

57 ( 9) A 58 (27) A 59 ( 8 ) B 60 (28) A 61 (29) B 62 (30) B 63 (47) A 64 (48) A 65 (49) B 66 (50) B 67 (67;> A 68 (68) A 69(69)B 70 (70) B

B

cié c J c t c a t l p o s en

3.3 13,6 3,4 14,7 3,5 15,9 3,6 17,1 3,7 18,4 3,8 19,8 3,9 21,2 4.1 4,2 4.3 4.4 4.5 4,6 4,7 4.8 4.9 5,0 5.1 5,2 5.3 5,4 :- 5

43 ( 7 ) B 44(23)C 45 (10) A 46 (24) B 47 (25) A 48 (26) B 49(43)B 50 (44) A 5 1(45) A 52 (46) B 53 (63) B 54 (64) A 55 (65) A 56 (66) B

Decatipo

5,6 5,7 5,8 5.9 6,0 6,1 6.2 6.3 6.4 6.5 6^6 6,7 6.8 6,9

centllesi

Gentil

52.0 54.0 56.0 57.9 59,9 61,8 63,7 65.5 67.4 69.2 70,9 72,6 74.2 75.8

Decatipo

7,9 8,0 8.1 8,2 8.3 8,4 8,5 8.6 8.7 8.8 8.9 9,0 y.l 9.2

7.0 77.3 ' 9.3 7.1 78.8 9.4 7.2 80,2 9,5 ~.3 81.6 ; 9.6 7.4 82.9 < 9.7 7.5 84,1 ! 9.8 7.6 85.3 : 9,9 7.7 86.4 1 JO.O "7.8 87.5

Gentil 88.5

89,4 90.3 91,2 91,9 92.6 93.3 93,9 94,5 95,0 95,5 96,0 96.4 96.8 97.1 97.4 97,7 98.0 9S.2 98.4 98,6 98,8

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Descripción de las escalas del CPO. Es simplemente un recordatorio resumido de la significación operativa (con adjetivos) de las variables, más con-

densada que la que presenta el apañado 1.3 del Manual

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