Cosmovisión Evolucionista. Ensayo.

December 18, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Nombre: Luz del Carmen Gómez Hernández

COSMOVISIÓN EVOLUCIONISTA Hoy en día cada ser humano se pregunta por qué están en este mundo hacia donde se dirigen si es que vino por casualidad o vino v ino con un propósito a esta vida es tal vez estas cosas que son causantes de querer entender y saber las respuestas que yacen en la mente de cada individuo. Es ahí que la ciencia intenta explicar y brindarnos respuestas sobre estas dos posturas que son el evolucionismo y el creacionismo que a la misma vez son tan diferentes, pero al mismo tiempo necesitan de ambas para tratar de explicar algo sin poder llegar a una conclusión. Ya es más de 2 siglos que se s e viene debatiendo varias teorías que de alguna manera intenta explicar de la manera más transparente y razonable el inicio o el origen en el que el ser humano aparece como tal; es un problema que ha sido tomado por grandes científicos y filósofos a lo largo de nuestra n uestra historia y lamentablemente sin poder llegar a una conclusión ni a una clara verdad. porque es un problema que abarca muchos temas, que sin duda puede generar tipo de argumentos y fundamentos. La teoría de la evolución generalmente aceptada es la Teoría Darwinista, expuesta en la obra El Origen de las Especies en 1859. Esta teoría evolucionista consiste básicamente en lo que seguramente todos nosotros hemos estudiado o al menos escuchado. Según la teoría evolucionista de Darwin, los individuos presentan variaciones aleatorias y la evolución viene determinada por la selección natural. Estas variaciones se denominan d enominan también mutaciones aleatorias, para remarcar su carácter supuestamente no dirigido. La teoría darwinista se impuso a la teoría evolucionista propuesta por Lamarck, según la cual, los caracteres adquiridos durante la vida de los individuos pasaban a la descendencia. El ejemplo clásico es el de la evolución del cuello de la jirafa. Según la teoría de Lamarck, las primeras jirafas, al estirar continuamente su cuello por la forma de conseguir el alimento, llegaban a alargarlo, engendrando posteriormente descendientes con el cuello un poco más largo; por su parte, Darwin sostenía que, nacidas al azar unas jirafas con el cuello más largo, eran las que mejor se habían adaptado al medio y sobrevivido mejor, engendrando más descendencia. Junto a las teorías de la evolución propiamente dichas, se encuentran las leyes de Mendel (1865) sobre la herencia genética, cuyos elementos fundamentales son la combinatoria de los genes y su carácter dominante o recesivo. Si bien, respecto a la fecha señalada es conveniente indicar que hasta finales del siglo XIX, esta teoría permaneció en el más absoluto anonimato y no precisamente porque Mendel no intentase su publicación, como se sostiene en algunos ámbitos. Resumiendo, las ideas expuestas por Lamarck, Darwin y Mendel forman el cuerpo central de los conceptos en materia de evolución biológica o evolución de las especies. No obstante, también conviene señalar existencia de teorías derivadas de las anteriores y otras teorías de carácter religioso. Pasamos ahora a efectuar un análisis crítico de las teorías evolucionistas más importantes, sin que en ningún caso suponga una valoración negativa.  Asimismo, una breve descripción de estas teorías evolucionistas se puede encontrar en el anexo al hablar de las teorías sobre el origen del hombre. Cito la Teoría Creacionista o Creacionismo y otras teorías de carácter religioso porque está relacionada con las teorías de la evolución y muchas personas de una forma u otra las comparten. Como la Teoría Creacionista no sigue el método científico en su más amplio sentido, no se puede hacer crítica alguna, solamente manifestar mi profundo respeto en las creencias religiosas de todo tipo.

 

Nombre: Luz del Carmen Gómez Hernández

Problemática similar surge al estudiar las posiciones o teorías sobre la existencia del alma-cuerpo (monismo y dualismo) y, aunque en menor grado, los conceptos mente-cerebro (conductismo lógico -Wittgenstein, identidad y funcionalismo) por encontrarse en el ámbito de la teología y la filosofía más que en el de la ciencia. En todo caso, pienso que se pueden mantener la Teoría Creacionista o Creacionismo y demás posturas religiosas y, a la vez, aceptar cualquier otra teoría de la evolución, con una interpretación metafórica de determinadas explicaciones de carácter religioso al origen de la vida. Es por ello que el ser humano crea polémicas y controversia para intentar conocer mediante ellos mismos su origen aun teniendo un inclina miento hacia una creencia religiosa. La postura del creacionismo se origina tomando como referencia las consideraciones y pasajes que ostenta la biblia de la comunidad cristiana y o católica, Es por eso que según la versión que entrega esta comunidad y simbólico libro mediante el antiguo testamento (Génesis 1.1) es que el mundo y el universo fueron creados por un ser superior llamado Dios el constructor y creador de todo, así como a los animales y el ser humano que lo hizo a su semejanza y se les dio el nombre de Adán y Eva respectivamente. Mientras tanto la postura evolucionista evolucionista fue una teoría que surgió a partir de charles Darwin que con su investigación se encargó de manifestar o argumentar que el ser humano se había trasformado y pasado de muchos cambios empezando desde el mono o simio irracional ( el e l que no razona ) y sufrir distintos tipos de cambios radicales y drásticos en su anatomía y contextura y también en su aspecto cognoscitivo a un ser racional (el que razona) culto, intelectual y con una anatomía estable y perfecta pero conservando los rasgos notablemente parecidos a sus antepasados. El creacionismo científico surgió como reacción ante el pujante evolucionismo materialista, una filosofía nociva para las ideas religiosas y morales de la sociedad americana. Su génesis se encuentra en la actividad de algunos grupos de fundamentalistas protestantes que se organizaron emprendiendo una amplia campaña con la que pretendían conseguir dos objetivos básicos: por una parte, mostrar que la Biblia proporciona conocimientos científicos acerca de la creación y que serían contrarios a las hipótesis evolucionistas; y, por otra, conseguir legalmente que en las clases de ciencia natural que se dan en las escuelas, junto con las teorías evolucionistas, se explique también, dedicando igual tiempo, el creacionismo como concepción alternativa. La mentalidad de los creacionistas científicos se explica por la confluencia de tres factores. Uno es el fundamentalismo protestante que interpreta la Biblia de modo excesivamente literal y que, por tanto, fácilmente considera como científicas algunas informaciones que deben ser s er entendidas en el contexto del estilo empleado en esas narraciones. Así, el obispo anglicano de Armagh, Usher, a finales del siglo XVII, decidió, basándose en textos bíblicos, que el mundo había sido hecho en el 4004 a. C., cálculo que debió de parecer poco interesante a teólogos de mayor envergadura. Otro factor es la historia de los Estados Unidos, que incluye contrastes ideológicos que se remontan a las causas y efectos de la guerra civil y que no han desaparecido por completo. Y un tercero es que, de hecho, se difunden tesis evolucionistas de tipo materialista y relativista, que se presentan como científicas, pero realmente son extrapolaciones injustificadas carentes de base científica. El anti-evolucionismo es ya antiguo en grupos del Sur de los Estados Unidos. Después de la guerra civil no se consiguió una unidad religiosa. Los del Sur acusaban a los del Norte de estar infectados por un "espíritu liberal" que se manifestaría, por ejemplo, en afirmar, según el "espíritu" y no la "letra" de la Biblia, que debía condenarse la esclavitud. El Sur perdió la guerra, pero no estaba dispuesto a perder sus ideas, y se mantenía firme en convicciones que parecían tradicionales frente a la l a laxitud de los del Norte.

 

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Parece que estas corrientes, que han confluido en el "creacionismo científico", ven en el evolucionismo un poderoso aliado del materialismo moderno que pretende difundir a gran escala una visión relativista y atea que socava los fundamentos mismos de la civilización humana. George Marsden, profesor de Historia en Michigan, afirma que los creacionistas científicos han identificado correctamente el contenido materialista de gran impacto social que se presenta apoyado en el evolucionismo. Cita como ejemplo la popular serie televisiva Cosmos, de Carl Sagan, que trasluce una clara visión anti-creacionista. Y señala quede loslacreacionistas percibido esa filosofía nociva para las religiosas y morales básicas civilización, han concluyendo, aunque no justificando, queideas "los defensores dogmáticos de mitologías evolucionistas anti-sobrenaturalitas constituyen una invitación a responder del mismo modo". El creacionismo utiliza argumentos basados en el razonamiento lógico de que, si la teoría evolucionista tiene fallos y puntos débiles o no puede dar razón de algunos hechos, quedaría demostrado que el creacionismo es correcto. Sus argumentos suponen que sólo existen dos opciones: el creacionismo o el evolucionismo darwinista. Los creacionistas científicos se han servido de los debates evolucionistas recientes como pretexto para afirmar que el darwinismo está a punto de ser destruido, con lo cual su posición quedaría como la única alternativa razonable. Sin embargo, no han tenido en cuenta que el deseo de proponer y discutir nuevas hipótesis, lejos de anunciar el inminente colapso de una teoría, se considera, en general, como un signo de vitalidad científica. La hipótesis creacionista, en cambio, armoniza bastante mal literalmente entendida con los datos científicos. Como la mayor parte de los creacionistas sostienen que el mundo fue creado casi instantáneamente hace unos pocos miles de años, ellos se oponen no sólo a la l a teoría de la evolución, sino a toda interpretación científica del pasado. Si prevaleciera esta posición, la Geología, la Paleontología, la Arqueología e incluso la Cosmología deberían reformularse de forma que la ciencia retornaría a un marco teórico propio del siglo XVIII. El evolucionismo radical. Sus defensores han visto en las teorías evolucionistas la prueba científica de que no es admisible la creación. El origen del universo y del hombre se explican sin necesidad de recurrir a la existencia de un Dios creador, noción que ha sido superada por el avance científico. El hombre no es más que un producto de la evolución al azar de la materia, y los valores humanos son algo casual y relativo, ya que están en función de las condiciones en que se ha realizado dicha evolución material. Con estos presupuestos, las iniciativas jurídicas y educativas de los creacionistas han sido contrarrestadas directa y contundentemente por los defensores del evolucionismo. Por ejemplo, el Dr. Wayne Moyer, director ejecutivo de la Asociación Americana Am ericana de Profesores de Biología, ha hecho un llamamiento a los profesores universitarios para que ayuden a los maestros a oponerse al intento de introducir en las clases de Biología una "teología disfrazada de ciencia". Pero, debemos plantear esta polémica en sus justos j ustos términos. La realidad es que la evolución como hecho científico y la creación divina se encuentran en dos planos diferentes: no existe la alternativa alternat iva evolución-creación, como si se tratara de dos posturas entre las que hubiera que elegir. Se puede admitir la existencia de la evolución y, al mismo tiempo, de la creación divina. Si el hecho de la evolución es un problema que ha de abordarse mediante los conocimientos científicoexperimentales, la necesidad de la creación divina responde a razonamientos metafísicos. La naturaleza no puede ser creativa en sentido absoluto. El hecho de la creación, así entendido, no choca con la posibilidad de que unos seres surgieran a partir de otros. Evolución y creación divina no son necesariamente, por tanto, términos contradictorios. Podría haber una evolución dentro de la realidad creada, de tal manera que, quien sostenga el evolucionismo, no tiene motivo alguno para negar la creación. Dicha creación es necesaria, tanto si hubiera evolución

 

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como si no, pues se requiere para dar razón de lo que existe, mientras que la evolución sólo se refiere a transformaciones entre seres ya existentes. En este sentido, la evolución presupone la creación. Pero es que, además, quien admite la creación así entendida, tiene una libertad total para admitir cualquier teoría científica. Quien no admita la creación, necesariamente deberá admitir que todo lo que existe actualmente proviene provie ne de otros seres, y éstos provienen de otros, y así sucesiva e indefinidamente, de manera que todos y cada uno de los seres que existen deben tener un origen trazado por la evolución. Aunque pueda resultar paradójico, es aeladmitir evolucionista radical quien viola las exigencias de rigor del método científico, pues se ve forzado unas hipótesis que no pertenecen al ámbito científico, y deberá admitirlas, aunque no pueden probarse. No hay, por tanto, necesidad de plantear ningún conflicto entre ciencia y religión. Esto es lo que postulan, al menos, destacados científicos evolucionistas. John McIntyre, profesor de Física en la Universidad de Texas, confiesa la frustración que experimenta por el hecho de que los "antievolucionistas" hayan usurpado el término "creacionismo", e insiste en que es del todo posible conciliar las creencias cristianas en un Dios creador con la idea de d e que la vida haya evolucionado a través del tiempo. Por su parte, el paleontólogo neodarwinista G. G. Simpson, asegura: Por lo que hace a la polémica, el panorama no es muy m uy halagüeño. Sin embargo, queda la esperanza de que se impongan los análisis serenos. El creacionismo científico y el evolucionismo radical se alimentan mutuamente. Hoy por hoy, el evolucionismo radical parece el e l contrincante más fuerte: su poder y difusión están aliados con una mentalidad pragmatista muy extendida, en la que la ciencia es para muchos la única fuente de la verdad. La batalla no tendrá final, mientras no se disipe el error en que incurren ambas posturas con sus extrapolaciones. Porque ni la Biblia contiene co ntiene datos científicos desconocidos en la época e en n que fue escrita, ni tampoco es legítimo ni científico negar lo que no se alcanza mediante la ciencia. Existen dos parcelas autónomas del saber humano Filosofía y Ciencia que no se pueden trasvasar sin caer en extrapolaciones inadmisibles o en una peligrosa pirueta conceptual. El problema desaparece cuando se advierte que evolución y creación divina se encuentran en planos distintos y, por lo tanto, no se excluyen mutuamente, aunque haya un tipo de "evolucionismo" que es incompatible con la admisión de la creación y un tipo de "creacionismo" que es incompatible con la aceptación de la evolución. Por último, ante la cuestión teológica de si Dios puede actuar o no en el mundo que diseñó sabiamente al principio, conviene señalar lo siguiente. El cristianismo acepta que el Creador interviene en la creación de tres formas distintas: mediante su providencia por medio de aactuaciones extraordinarias y a través de los milagros. En el primer caso,ordinaria, la acción divina se lleva cabo mediante las leyes naturales originalmente establecidas. Por ejemplo, según el salmista, Dios hace crecer la hierba para alimentar al ganado y las plantas para dar de comer al hombre. En segundo lugar, la providencia extraordinaria consiste en usar fenómenos naturales con un propósito divino determinado. La Biblia se refiere a un viento que impulsó codornices y de esta manera pudieron alimentarse los israelitas en el desierto. Finalmente, están los verdaderos ve rdaderos milagros, como caminar sobre las aguas, alimentar a cinco mil personas, revivir a Lázaro o la propia resurrección de Jesús, que constituyen transgresiones de las leyes naturales realizadas con un propósito redentor. De una manera objetiva se llega a la conclusión que no solamente en los tiempos pasados sino también en el presente y muy probable en los tiempos posteriores abran indiscutibles roses en las teorías tratando de mostrar todo tipo de argumentos y bases que les permita expresar con claridad y propiedad su valides.

 

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Es quizás por estas cosas que suceden con ambas teorías o posturas últimamente tratan de agrupar ambas posturas tratando de explicar que una postura netamente divina carezca de fundamentos científicos.  



 





   



 



   





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