Cortes Lopez Jose Luis. Introduccion a La Historia Del Africa Negra. 1990.

October 5, 2017 | Author: Cristián González Puebla | Category: Climate, South Africa, Angola, Africa, Democratic Republic Of The Congo
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PRÓLOGO

UN CONTINENTE CODICIADO, ESCENARIO DE LA LUCHA POR LA HEGEMONÍA MUNDIAL.

Cuando el 24 de julio de 1983 el Rey Juan Carlos I recibía el premio Simón Bolívar, los españoles, en su mayoría, escucharon por primera vez un nombre: Nelson Mándela. Después supieron que aunque había obtenido el premio conjuntamente con nuestro Rey, no podría recibirlo por encontrarse en una prisión sudafricana. Se trataba de un dirigente del ilegal A.N.C. (Congreso Nacional Africano) fundado en 1912. Uno de los periódicos de más tirada en nuestro país publicó que se encontraba en la isla de Robben, el Alcatraz sudafricano, pese a que hoy en día es la sede de instalaciones de ayuda a la navegación y no funciona como tal prisión. También se escribió que era el líder indiscutido de 20 millones de negros, cuando pertenecen a 26 grupos étnicos principales que hablan 31 dialectos distintos, necesitando las lenguas de los blancos para entenderse entre sí, y que uno de ellos formó el mayor imperio militar de la negritud: el del Napoleón, Zulú Chacka. Durante años guerrearon con fiereza, practicando el mfecane, es decir, el aniquilamiento total de pueblos incorporando a los vencidos a sus ejércitos, como en las guerras más terribles de la edad antigua. Pues bien, estos negros sudafricanos gozan del más alto nivel de vida de África y poseen un parque automovilístico sin parangón en todo el continente, pero carecen de algo fundamental, como es el poder regir su sociedad democráticamente por sí mismos. Los blancos que los dirigen afirman que sin su protección volverían a aniquilarse entre sí. Como dice José Luis Cortés: «La Unión Sudafricana está sustentada por una economía fuerte, apoyada en una mano de obra barata y en una riqueza natural fuera de serie». En palabras del profesor de Teoría del Estado, César Díaz, «el conflicto más importante con el que se enfrentará la humanidad en los años venideros se está prefigurando en Sudáfrica con perfiles más nítidos que en otros lugares» (El País, 14 de noviembre de 1983). Es, efectivamente, este país tan apasionante el centro del foco de conflictos del África austral. Los dos bloques mundiales se disputan intensamente la posesión de los países productores de los minerales estratégicos. El ejemplo más claro lo tenemos en la lucha encarnizada que asoló el Chad, cuya zona Norte posee ricos yacimientos de uranio, wolframio y estaño. En el África austral, después de los ricos Zaire y Zambia, la naturaleza ha dotado generosamente a Angola, Sudáfrica, Namibia y Zimbabwe. Sudáfrica es primero del mundo en oro, diamantes, vanadio, platino, cromo, manganeso y flúor. Controla la mina de uranio más importante del mundo, Rossing en Namibia. Igualmente, recientemente una gigantesca explotación a cielo abierto en Witbank (Transvaal) ha logrado la autosuficiencia en carbón para las grandes centrales térmicas que generan su gran riqueza industrial. Cuarenta y ocho Mirages F-l y más de 100 Mirage-III, junto con Buccaner y Camberra de procedencia inglesa e Impala de patente italiana Aermacchi, hacen que la Fuerza Aérea Sudafricana disponga de más de 400 cazas y cazas-bombarderos a reacción; lo que disuade totalmente a sus vecinos de mayoría negra e impide que sus represalias en Lesotho, Angola o Mozambique puedan ser devueltas. Por si fuera poco, el episodio no aclarado de Thornhill en el que en esta importante base de Zimbabwe fueron destruidos 10 aviones de la antigua Fuerza Aérea de Rhodesia impidió que el nuevo Gobierno de

mayoría negra pudiera controlar la única aviación moderna del África austral además de la sudafricana. Pero esta superioridad militar tiene un precio y la población blanca (casi cinco millones contando los portugueses y rhodesianos emigrados) englobada en la Citizen Forcé, hasta los cuarenta años, está obligada a prestar un mes de servicio militar anual. Esto supone un fuerte golpe para la economía, que pierde a los más calificados en la industria o en los servicios. Si bien son los profesionales ex selous scouts rhodesianos (la mejor fuerza anti-subversiva del mundo), junto con los portugueses que hablan las lenguas indígenas angoleñas, englobados en el batallón 32, con otros mercenarios europeos, los que llevan el peso de la guerra. En Namibia, además, los nómadas hereros y bosquimanos, perfectamente adaptados al desierto, son los únicos negros del Ejército sudafricano enfrentados a los ovambos, tribu que es su enemiga natural y que conforma el S.W.A.P.O., la Organización Guerrillera que lucha desde Angola por la independencia namibiana. Y este problema tribal es siempre la raíz de todo. Según el censo de 1979, los ovambos son 442.936, muchos menos de la mitad de la población total que supera el millón, con más de cien mil blancos, pues las restantes tribus, damaras y hereros sobre todo, además de los bosquimanos, por razones étnicas se oponen a los ovambos, desconociendo los demás caracteres políticos y sociales de la lucha. Para el Gobierno blanco de Pretoria, Namibia es, de hecho, la quinta provincia sudafricana con derecho de conquista desde que en 1915 las tropas del antiguo general Boer Smuts desfilaran por la avenida Goering, gobernador militar (padre del general de la Luftwaffe), de la capital Windhoek después de derrotar a las tropas alemanas. Después los sudafricanos pasaron a Tanganica, donde el gran general alemán Von Letov-Vorbeck traía en Jaque a los británicos en el África oriental. Para el resto del mundo el líder del S.W.A.P.O., el ovambo Sam Nujoma, es el único representante válido de Namibia, máxime después de que el líder blanco Dirk Mudge dimitiera el 10 de enero de 1983 por considerar que el Gobierno de Pretoria no le permitía ejercer una autoridad efectiva. Después en Suiza, Cabo Verde y la O.N.U. se han celebrado conversaciones para la independencia de Namibia sin resultados. Sudáfrica exige la retirada de los veinte mil cubanos de Angola y ello supondría el colapso del Gobierno del M.P.L.A. al que protegen, lo que el régimen angoleño no acepta. Y de nuevo nos encontramos ante un problema tribal. Al marcharse los portugueses los negros en su mayoría, poco instruidos, no accedieron al poder. La etnia kikongo a la que pertenecía Holden Roberto, cuñado del presidente del Zaire Mobutu y dirigente del F.N.L.A., Movimiento Independiente montado por la C.I.A., fracasó rotundamente. Así, el poder recayó en los mulatos y negros evolucionados como el doctor Agostinho Neto, Lucio Lara y Eduardo Dos Santos, actual presidente, vinculados a la tribu kimbundu e integrados en el Movimiento para la Liberación de Angola (M.P.L.A.), apoyados por la Unión Soviética y veinte mil soldados cubanos. Después surge U.N.I.T.A., vinculado a los intereses occidentales, pero en principio no a los Estados Unidos, que prefirió a Holden Roberto. Su dirigente Jonás Savimbi cambió de táctica y para vencer a los cubanos vinculó su lucha a la de su tribu los umbundu contra la kimbundu del M.P.L.A., vendida según él a los blancos y mulatos. Y esto ha sido la clave de su éxito además del indudable apoyo en armas de Sudáfrica. Atacada su única refinería, destruidos sus ferrocarriles, Angola está paralizada económicamente y todos los veranos sufre en sus provincias del sur las operaciones de castigo (a lo israelí) que el Ejército de Sudáfrica efectúa persiguiendo a los guerrilleros del S.W. A.P.O.

La superioridad económica y militar de Sudáfrica y la intensidad de la presión guerrillera del Movimiento Nacional Revolucionario (M.N.R.) en Mozambique y la U.N.I.T.A. en Angola, junto con la falta de una ayuda económica realmente eficaz por parte de la Unión Soviética, han obligado a que Mozambique y Angola negocien la paz con Sudáfrica, recogida en el acuerdo de Komati-Port, firmado por Samora Machel (Mozambique) y Botha (Sudáfrica) el 16 de marzo de 1984. El caso de Etiopía y Somalia es especialmente curioso. Etiopía, sede hoy de la O.U.A., era el más firme aliado de los EE.UU. en el continente africano. Por el contrario, Somalia, en el puerto de Berbera recibía al grueso de la flota soviética del índico y el mar Rojo. Por caprichos de la distribución colonial el Ogaden, poblado por somalíes era administrado por Etiopía, siendo siempre reivindicado por Somalia. De febrero a junio de 1974, una serie de huelgas derrumban la monarquía feudal y absolutista del emperador Haile Selassie. Un Consejo Militar Provisional se hace cargo del poder bajo la Presidencia de Aman Andom, oficial destacado del contingente etíope en la guerra de Corea, lo que hacía suponer la continuación de la hegemonía de los Estados Unidos. A partir de noviembre de 1977, Mengistu Haile Mariam se hace con el poder fusilando a sus oponentes y se rodea de jóvenes oficiales, formados en los países del Este. En el verano de 1977 el presidente de Somalia, general Siad Barre, aprovecha el desorden interior y la guerra secesionista de Eritrea para cumplir sus reivindicaciones territoriales: anexionarse el OGADEN. Pero producirá el fenómeno contrario: aglutinar la revolución contra el enemigo exterior. Recordemos que el mismo fenómeno sucedió en el Irán convulso de Jomeini contra la invasión irakí de Saddam Hussein. La Unión Soviética que desde 1975 juega perfectamente sus bazas, cambia de bando y prefiere los 35 millones de etíopes a los 4 millones de somalíes. El material ruso y los soldados cubanos cambian el curso de la guerra de inicial predominio somalí. El 20 de noviembre de 1978, Etiopía y la U.R.S.S. firman un tratado de amistad y cooperación. Somalia abandonada por los soviéticos se ve obligada a pactar el 24 de agosto de 1980, dando facilidades navales y aéreas en Berbera a los Estados Unidos. Por último, finalizaremos estas incursiones en el laberinto africano refiriéndonos a RhodesiaZimbabwe. La independencia unilateral proclamada por el antiguo héroe de la R.A.F. Ian Smith, enfrentaba a los 250.000 blancos rhodesianos y sus auxiliares negros al resto del mundo. Contando únicamente con la inhibición británica y el apoyo sudafricano, la guerra arruinaba la economía. El ministro británico de Asuntos Exteriores lord Carrington consiguió en Lancaster House, en noviembre de 1979, el mayor éxito de su carrera al propiciar un entendimiento pacífico con la mayoría negra (después tuvo que dimitir por no prever la toma Argentina de las Malvinas en abril de 1982). La mayoría negra estaba unida nada más que coyunturalmente frente al enemigo blanco. Los matabele, segundo grupo racial en número y tribu de origen zulú, durante los últimos cien años han detentado la hegemonía entre los negros por su fuerza y belicosidad. Precisamente la colonización blanca, desde el principio por la actitud de Cecil Rhodes, propició a través de acuerdos maquiavélicos con el jefe matabele Lobengula esa hegemonía (y a esa tribu pertenece el jefe del Z.A.P.U. Joshua Nkomo). Muerto Lobengula en lucha forzada por los agentes de Rhodes, la British South África Company asumió el poder, cediéndolo posteriormente a Gran Bretaña. Los ingleses impidieron más abusos, pero no repararon las antiguas injusticias. Después en la guerra contra el blanco los matabeles llevaron el peso de la acción guerrillera sufriendo más bajas pese a ser cuatro a uno inferiores en número al otro grupo, el Shona. Al producirse la independencia total por el principio democrático de un hombre un voto, los

shonas de Robert Mugabe, el Z.A.N.U., vencieron ampliamente, lo que redujo a los matabele a un papel secundario en la historia de Zimbabwe. Esto no lo aceptaron y a pesar de tener carteras en el Gobierno, los enfrentamientos de ambas etnias fueron de tal magnitud que resultó preciso la intervención de las fuerzas del ejército de I. Smith formadas por negros y mandadas por oficiales blancos, célebres «African Rifiles of Rhodesia» para imponer la paz. El papel que se dio a los blancos que aceptaron la nueva situación (unos cincuenta mil emigraron a Sudáfrica, Gran Bretaña y América) tampoco gustó a los matabeles, que se sublevaron en Bulawayo (segunda ciudad del país), y esta vez Mugabe envió una brigada Shona entrenada por coreanos del norte que cometió muchos abusos contra la población civil. Afortunadamente, la evolución posterior ha sido esperanzadora con dos ministros blancos en el Gobierno Mugabe. Y el Estado se preocupa de garantizar la seguridad de los granjeros y ganaderos blancos que viven en la zona más conflictiva del país, Matabeleland en el sur de Zimbabwe. Los lazos económicos con Sudáfrica aún siguen siendo importantes puesto que el material de construcción, cemento y ladrillo, sigue siendo la principal exportación de Zimbabwe a su peligroso vecino del sur. Mugabe, un marxista inteligente, ha visto a su alrededor derrumbarse la economía de los países africanos al faltar los blancos: Ghana, Zambia, Angola, Tanzania (con el ferrocarril colapsado sin repuestos) y no ha cometido el mismo error. Por el contrario, cuando un Gobierno negro ha contado con técnicos europeos ha alcanzado el mayor nivel de vida del continente: Kenya, Costa de Marfil, Gabón y Camerún. El desplome económico sufrido en algunos países ricos, como Zaire, en el que recorriéndolo hemos observado que ha retrocedido en el nivel de vida, ya que es inferior, inclusive, al de la época colonial. Nos hace comprobar el desastre que supone la corrupción y la mala administración, endémicas en África. Por otra parte, en Sudáfrica la Reforma Constitucional aprobada en Referéndum el 2 de noviembre de 1983, ha concedido algunos derechos a los mestizos: Asamblea con 82 miembros electos y 10 designados y a los asiáticos Asamblea con 41 electos y 5 designados; aunque los blancos siguen conservando mayoría al disponer de 165 electos y 20 designados. Por el contrario, los 19 millones de negros siguen marginados en sus bantustanes (zonas autónomas para negros clasificados por tribus), en los Town Ships, suburbios para negros, o en las residencias para solteros de las minas y grandes industrias. Pero muchos de estos trabajadores con un nivel y cualificación profesional muy superior al resto del continente, incluido los países árabes, miran con desconfianza a sus competidores del mismo color los nativos de Zambia, Mozambique, Malawi, etc., que sin cualificación alguna emigran a Sudáfrica para poder enviar dinero a sus familias, lo que hace desconfiar del Gobierno de esos países que no pueden proporcionar trabajo a sus connacionales y alienta soluciones para los sudafricanos. Sin embargo, es la económica la reivindicación de este trabajador cualificado, verdadero resultado de tres generaciones de revolución industrial. Este negro no puede admitir que su sueldo sea inferior al del blanco portugués, al que tiene que enseñar su trabajo por provenir de un ámbito rural de Angola o Mozambique que no habla inglés o africaans (las lenguas de los blancos), y por el hecho de su color cobra más y manda sobre los negros más cualificados. Si la injusticia racial es un foco de conflictos, esta otra injusticia genera notorias desigualdades, que hieren donde más duele a muchos, en su economía. Recientemente, cuando en noviembre de 1983, nuestros Reyes visitaron Túnez, Congo y Zaire, la prensa española apenas pudo describir la historia, económica y social del Congo y Zaire. Y, sin embargo, el Zaire ha sido continuo titular de prensa en los años sesenta. De Túnez, país árabe y próximo, se sabía mucho. Los otros dos eran desconocidos.

Pero si en general África sigue siendo desconocida para el español medio, esta situación afortunadamente empieza a cambiar. La parte árabe siempre ha estado más cerca y ha influido decisivamente en nuestra historia: Castillejos, Wad Ras, Abd-El-Krim, Annual, el desembarco de Alhucemas, el Ejército del Protectorado Marroquí pasando el estrecho en la guerra civil, el mítico miedo a «los moros» con las historias que han pasado de padres a hijos y, por fin, la Independencia, los sucesos de Ifni, y la «Marcha Verde» tan próxima en el tiempo y tan insuficientemente investigada. También nuestra «tradicional amistad» con los pueblos árabes, algunos de cuyos jefes de Estado nos han visitado escoltados por la flamante «guardia mora», nos hizo estar pendientes de los hechos originados por la participación de Palestina, de la crisis de Suez y su evolución posterior en Oriente Medio. Por el contrario, la problemática al sur del Sahara ha estado muy lejos de nosotros en la geografía y en el espíritu. Nuestro pequeño enclave de Guinea, reducido aún más por la presión francesa, lo que dio lugar al suicidio de Jover, miembro de la Comisión de límites, había sido adquirido a costa de otros perdidos: ceder inmensos territorios del Paraguay jesuítico al Brasil Portugués por el Tratado de San Ildefonso, hecho que los paraguayos de hoy recuerdan y no perdonan. Por su terrible climatología ecuatorial, Guinea no sirvió como fuente de esclavos sino todo lo contrario, hubo que llevar negros cubanos con oficio (los antepasados de los Balboa de hoy) para iniciar las primeras plantaciones y construcciones. Así se marcó la primera diferenciación, la del nativo del interior reacio a cualquier influencia exterior y el negro evolucionado que vuelve de América a sus raíces africanas. Como los dasouza en Dahomey, los esclavos libertos que poblaron «Free Town» (Ciudad libre, en Sierra Leona), ayudados por las sociedades filantrópicas o en Liberia (esclavos libertados de los EE.UU.) tendrán que luchar con las etnias del interior con la misma o más energía aún que los colonizadores blancos lo harán en Sudán, Ghana o Congo, durante el siglo xix. Y cuando el 12 de octubre de 1968, nuestro pequeño enclave, alcanza la independencia, lo hace después de que dos Ministerios, Presidencia de Gobierno y Asuntos Exteriores (Carrero Blanco y Francisco Castiella) se hayan enfrentado protegiendo a dos candidatos diferentes, en las elecciones a la Presidencia de la nueva República: Bonifacio Ondo y Atanasio Ndongo. Así se propició la victoria de un tercero: Francisco Macías, antiguo conserje, elevado a la Alcaldía de Mongomo, pueblo, fronterizo con Camerún. Y ello da lugar a la paradójica situación de que en el país que más titulados superiores tiene por 20.000 habitantes de toda África, llegue al poder un representante de la clase política menos instruida y que eliminará a todos los que posean educación superior, con las consecuencias de todos conocidas. Pero sí, han heredado nuestro sentido del humor y así en el último golpe de Estado al establecer la nueva matrícula de los vehículos oficiales C.M.S. (Consejo Militar Supremo), los guineanos decían: «Con Mongomo seguimos», ya que los de ese clan continuaban dirigiendo la nación. Sin embargo, el deber de España es no abandonar a la única nación que habla nuestro idioma, a pesar de las dificultades que nos suponga, ya que a una descolonización inadecuada responde una evolución política difícil y tormentosa. Lógicamente hoy, la situación guineana es el mayor espejo africano en España. Aunque desde 1968 cuando en la cumbre de Argel de la O.U.A. se proclamó la africanidad de Canarias, el olvido español de la nueva África independiente se hizo preocupante. Luego se produjo el inevitable aldabonazo, en 1977 el Comité de Liberación de la O.U.A. se reúne en Luanda y decide proporcionar ayuda económica al

M.P.A.I.A.C. para conseguir que finalice la última colonia española, según ellos: Canarias. Y entonces, una nueva celeridad hará mover los pasos de Asuntos Exteriores y se aumentarán las relaciones con África, aumentando el número de diplomáticos, así como el intercambio de visitas a nivel de jefes de Estado. Al fin España ha descubierto África. A este redescubrimiento de África ha contribuido activamente la obra de tres centros madrileños: el Colegio Mayor Virgen de África, el C.I.D.A.F. (Centro de Información y Documentación Africanas) y el Centro de Estudios Juan de la Rosa, con dos ciclos dedicados al África Contemporánea en Seminarios Históricos. Estas instituciones han podido difundir la obra de africanistas entrañables como don Julio Cola Alberich o la de los profesores Roberto Mesa y Víctor Morales, dedicados al mundo árabe o como José Urbano Martínez Carrera y Donato Ndongo, especializados en el mundo negro. Junto a ellos y con luz propia, en el marco del C.I.D.A.F. donde ha publicado La Organización para la Unidad Africana y El golpismo en África negra, ambos en 1982, empieza a destacar un joven y brillante profesor de Enseñanza Media, José Luis Cortés. Después de haber sido cooperante en Zaire y Burundi, ha recorrido gran parte de África. Ello le ha permitido (a Cortés) tener un conocimiento directo de esta realidad tan compleja que es la africana. Fruto de sus viajes y estudios es el detallado y documentado trabajo que van a leer, a pesar del inevitable resumen que la Colección Austral conlleva. Sin duda va a constituir un auxiliar muy útil para los estudiantes universitarios y para todos los españoles en general que quieran acercarse a la realidad sugestiva de un continente semi-desconocido. Se dice que el hechizo de una noche africana embriaga profundamente. Esperemos que ese hechizo capture alguna vez a los espíritus responsables de que aún hoy, no haya una especialidad de estudios africanos en las Facultades de Geografía e Historia o de Ciencias Políticas. De ahí que, trabajos como el de José Luis Cortés, necesiten unos cauces más amplios que permitan perpetuar su labor. Como decía Kwameh Nkrumah: «tenemos derecho a cometer nuestros propios errores» (Cortés, en El golpismo en África negra), como si no bastaran los cometidos por los europeos. Sin embargo, no les dejan, decía Ndabaningi Sithole: «la nueva conciencia política, el nuevo sentido del destino y la nueva autoevaluación africanos que surjan del propio corazón y no de Moscú, Londres, o Washington» (el reto de África, 1962), habría que ayudar a los africanos a andar un largo camino. En Niefang (Guinea Ecuatorial), antes Sevilla, un tanque destruido recuerda a los españoles y guineanos de paso la proximidad en el tiempo del último golpe de Estado. Pero hay un recuerdo mejor. En todas las aldeas ecuatoriales, especialmente en el Zaire en la zona central, siempre hay una choza sin paredes sostenida con palos y con un fuego en el centro para la reunión de los mayores. Se le denomina «La Casa de la Palabra». Qué bello sería si esta institución tradicional sirviera para el diálogo sincero y sustituyera para siempre la imagen del tanque destruido de Niefang. JUAN MANUEL RIESGO. De la Sociedad de Estudios Internacionales. Profesor de la Universidad Complutense y del Curso de Altos Estudios Internacionales.

INTRODUCCIÓN

1. EL MARCO GEOGRÁFICO.

A) El relieve.—Dos características pueden definirlo: su pesadez y su monotonía. Esta pesadez y monotonía se muestran también en sus costas que son rectilíneas o ligeramente curvas con algunos estuarios o bahías muy abiertos y cabos poco pronunciados. Es un terreno antiguo en donde el zócalo precámbrico aflora en un tercio del territorio. Las series plegadas y asociadas a este zócalo están muy mineralizadas encontrándose abundancia de oro, cobre, hierro, uranio, estaño, manganeso… Los elementos primarios, sobresaliendo el gres y los esquistos, se dejan ver principalmente en la parte occidental, mientras que al sur del Ecuador, las series permotriásicas forman el Karroo. Elementos jurásicos y cretácicos del Secundario se encuentran en la parte Oriental (Nubia) y en la casi totalidad de los bordes continentales. Desde el Eoceno y hasta el Cuaternario se van acumulando depósitos fluviales y eólicos en las grandes cubetas interiores. La actividad volcánica ha sido; muy intensa: de la época primaria datan las rocas doloríticas de África Oriental, los filones de Guinea y Malí y las coladas basálticas del Drakenberg. Al final del Terciario y principio del Cuaternario adquiere la máxima intensidad, formando islas, como la de Annobón, o montañas, como el Kilimanjaro, Karissimbi, etc... Esta actividad ha sido favorecida por las rupturas ocasionadas por los movimientos orogénicos que han causado grandes fracturas como la del mar Rojo o los Rifts. La erosión ha actuado según la alternancia de climas húmedos y semiáridos. En la primera fase se destruyen las rocas cuyos despojos son transportados, en época semiárida, a las zonas bajas. Estas fases, unidas a los levantamientos provocados de forma lenta por los movimientos orogénicos, han conducido a la formación de un modelo de relieve en forma de escalera muy característico en África. El Cuaternario, con sus cambios de clima, ha modificado esta estructura y ha causado la formación de los valles actuales. La coraza que se ha formado sobre el suelo testimonia la existencia de los climas húmedos, mientras que los climas secos explican las grandes extensiones de sedimentos eólicos. B) El clima. — Guarda una cierta simetría con respecto al Ecuador, impone su marca al paisaje, explica el establecimiento humano y condiciona sus actividades: — Los ecuatoriales se caracterizan por su regularidad y monotonía, con humedad constante, cielo plomizo, débil insolación y una temperatura permanente de unos 26°. Suelen distinguirse cuatro subgrupos: guineano, templado, seco y de montaña. Este clima origina, como paisaje vegetal, la selva virgen con predominio del árbol. Es el lugar donde se practica la recolección. — Los tropicales tienen una doble estación: seca y lluviosa, conociendo meses frescos, en la

estación seca, y otros muy calurosos al aproximarse la estación de lluvias. Hay varios subgrupos según nos vamos alejando del Ecuador y según la altitud del relieve. A estos climas se asocian las florestas claras y las sabanas en donde el árbol crece junto a la hierba. El paisaje va cambiando a medida que nos alejamos de la selva virgen y nos acercamos a las regiones con menos agua. En estas latitudes es donde se practica la agricultura y la caza de animales salvajes.

Distribución climática. — Los semiáridos son climas de transición hacia el desértico. Sus precipitaciones son débiles (menos de 600 mm.) y poseen inviernos cortos. Están sometidos a los caprichos de la naturaleza y la pluviometría no es constante, por lo que se tienen grandes sequías que causan serios estragos a la economía ganadera. Están al origen de un paisaje de estepas y praderas donde el árbol se va degradando en arbusto. Es una zona apta para la ganadería itinerante en busca de pastos estacionales jalonados por puntos de agua. — A estos climas hay que añadir los desérticos, en el Sahara y Kalahari y el Mediterráneo que ocupa la región de El Cabo, en África del Sur. C) Aguas continentales. — Las cubetas interiores suelen recoger gran cantidad de lluvia que los ríos drenan hacia el mar. El relieve primario y su disposición escaleiforme hace que éstos discurran entre rápidos y cataratas impidiendo su navegabilidad. El régimen fluvial es exclusivamente pluviométrico.

D) Los suelos. —Son pobres por varias causas: el calor constante y el trabajo de los microorganismos digieren rápidamente los restos vegetales, no proporcionando mucho humus; también son pobres en azol, pues las bacterias lo transforman en nitrales solubles arrastrados por la lluvia; la abundancia de vegetales hacen a la superficie muy porosa, lo que permite una gran filtración de las sales y partículas finas dejando la superficie muy empobrecida.

Esquema geológoco del África Negra. En las regiones de clima tropical sudanés, con lluvias abundantes y una estación seca, el suelo se «ferrolitiza» dando una gama de rojos rica en hidróxidos de hierro y aluminio y pobres en bases y sílices. El juego lavado-evaporación favorece la coraza laterítica. Cuando esta coraza aflora a la superficie la hace totalmente estéril constituyendo lo que se ha llamado la «lepra» del África tropical. En las regiones muy húmedas, la brevedad del período seco explica la poca evaporación y la débil deshidratación. Se forma, también, un horizonte rojo que no llega a formar coraza por la presencia constante del agua. Este suelo tiene poco humus, aunque se puede utilizar después de una roturación, pero envejece rápidamente. En las regiones semiáridas el fenómeno de la deshidratación es determinante: el suelo es poroso y poco «ferrolitizado». Son las tierras aptas para la agricultura si cuentan con agua suficiente. La presencia de suelos azonales se explica por la existencia de diversas rocas madre. Entre éstos destacamos los suelos volcánicos y los que se han preparado para una agricultura moderna. El hombre constituye, a veces, un factor de degradación del suelo empleando la práctica de quemar la vegetación durante la estación seca. Esta costumbre mata la vida microbiana y favorece la erosión.

2. POBLACIÓN Y POBLAMIENTO No es fácil seguir con seguridad el establecimiento de los grupos humanos en el continente. Sin duda ninguna y teniendo en cuenta los datos de la antropología, el emplazamiento humano es un resultado de migraciones y mestizajes. Según los estudios de Mauny y Vallois, podemos dividir la población actual africana en los siguientes grupos: A) Grupo paleonegrítico. —Es el ocupante más antiguo de África y el que más parecido tiene con el hombre prehistórico. Está compuesto por: — Pigmeos: Pequeña talla y tez moreno-amarillenta, mesocéfalos y gran pilosidad. Habitan la selva ecuatorial donde han sido confinados por el avance negroide. Se dedican a la caza y practican la endogamia. — Bosquimanos: Replegados en las regiones áridas de Angola, Botswana y del Suroeste africano por la presión bantú y blanca, tienen la piel amarillo-cobriza y en ellos se da el fenómeno de la esteatopigia. Viven de la recolección y la caza. — Hotentotes: Emparentados con los anteriores, se dedican a la ganadería. Su unión con europeos y asiáticos ha dado los «cape coloured» y los «griqua». B) Grupo negroide. —Habita las tres cuartas partes de África y, en realidad, no sabemos su procedencia. Parece que tienen su origen en Sudán y, en sucesivas olas, invaden todo el continente. Antes del año 6000 no podemos aún hablar de «raza negra»; sus restos más antiguos son el hombre de Asselar y el de Jartum. Se distinguen por sus cabellos ensortijados, dolicocefalia o mesocefalia, prognatismo y rara pilosidad. Comprenden: — Guineanos: En la zona del Senegal al Camerún. — Sudaneses: Desde el Senegal a Kordofán. — Nilóticos: Parte de África Central y depresión del Hilo. — Congoleños: Selva ecuatorial hasta Angola. — Zambezienses: Regiones del Zambeze. C) Grupo Caucasoide. — Habla lenguas afroasiáticas o libico-eritreas y llegan de Asia hacia el 15000 por Suez o Guardafui. Se dedican a la cría del ganado y la sequía del Sahara los obliga a emigrar hacia el Sur. D) Grupos mestizados. —Etíopes: Intermediarios entre blancos y negros. —Peul o Fulbé: Parece que proceden de un mestizaje entre negros, etíopes y árabes.

—Malgaches: De tipo mongoloide, serían una mezcla de indonesios, negros y árabes. África es un continente subpoblado (16 hab/km²), razón que se explica por motivos históricos: frecuentes luchas tribales, trata de negros y colonización, y por la hostilidad del medio natural apto para el desarrollo de bastantes enfermedades mortales. África Occidental, la meseta etíope y la región del lago Victoria son las zonas más habitadas con una densidad superior a 20 h/km² Densidades medias, entre 5-20 h/km², las tienen los países situados en la zona del Sahel y en las orillas del Congo, la zona costera de Angola y los países próximos al lago Nyassa. Muy poco pobladas están las regiones de Mauritania y Sudán, la cubeta congoleña y las zonas desérticas y semiáridas de África Central. La tasa de natalidad es elevada, situándose en un casi 32 por 1.000. A esto contribuye una nupcialidad muy elevada y una precocidad en la edad de matrimonio, unidas a fuertes elementos culturales que protegen y estimulan la maternidad. La mortalidad del 25 al 30 por 1.000, es la más alta del mundo, debido a las dificultades del medio, malnutrición, falta de higiene, ausencia de infraestructura sanitaria... La esperanza de vida sólo se cifra en unos cuarenta años, por lo que la población africana es extremadamente joven, teniendo el 40 por 100 de la misma, menos de quince años.

3. SOCIEDAD. Es imposible fijar unos esquemas generales que nos muestren un cuadro aproximado del marco en que se desarrolla la vida africana. En el continente se han recopilado alrededor de 900 culturas con particularismos diferentes que apenas si pueden integrarse en una panorámica más universal. Dejando a un lado aspectos culturales, las relaciones humanas se han armonizado según la amplitud del medio en que han existido. Este medio podemos sintetizarlo en cuatro modelos diferentes que se han dado a lo largo de toda la historia precolonial africana: — El clan: Está formado por familias; varios clanes formarían una tribu. En este medio estrecho priman las relaciones de filiación y descendencia, y la jerarquía existente a nivel social se confunde con la natural familiar. Es lo que se ha llamado una «anarquía ordenada» de tendencia igualatoria y colectivista, cuyas relaciones no son muy rigurosas, fuera de lo establecido por la costumbre. — Sociedad semidiferenciada: Las relaciones no guardan un estricto carácter familiar, sino que ya se da un poder complejo compartido por aquellos que desempeñan funciones específicas: rituales, militares, políticas... Entre la colectividad ya hay ciertas categorías o castas que confinan a sus miembros a la realización de ciertas tareas que otras no pueden hacer. Se rompe, así, el carácter igualitario para apuntar los primeros brotes de una jerarquización positiva que sobrepase el marco natural. — Sociedad diferenciada de corte tradicional: Son grupos extensos que, a veces, llegan a formar como una especie de microestado bajo el poder casi absoluto de un jefe, al que la tradición ha conferido una cierta aureola espiritual. Por debajo del jefe se extiende una jerarquía cuyos miembros detentan una parcela de poder. Los diversos grupos que integran esta sociedad cumplen funciones diferentes y se dedican a menesteres institucionalizados por la tradición o la costumbre. No existe una tendencia igualatoria sino que cada miembro actúa en la sociedad según su riqueza, su situación jurídica o ritual, o según el grupo del que provenga. — Estados: En África, como veremos, han existido imperios y reinos, de una extensión variable,

que se han formado a base de fuerza y mediante la introducción de elementos extraños que son los que han dado la cohesión necesaria a la dirección política: Islam, Cristianismo, ejemplo europeo... En este marco, la desigualdad social se acentúa muchísimo y se constata una división neta en clases, dentro de una jerarquía regulada por una ley positiva que va desde el rey, como cabeza, al esclavo, último valor de la sociedad.

4. EL PROBLEMA DE LAS LENGUAS. Como quiera que los grupos han llevado una vida bastante cerrada con pocos contactos con el exterior, proliferaron muchas lenguas, se conocen unas 1.200, que dan mucho trabajo a los lingüistas a la hora de hacer una clasificación un poco exhaustiva. Por otra parte, al carecer de escritura es imposible saber el estado en que se encontraban antes o las que han desaparecido. Como quiera que no se habla ninguna lengua, si exceptuamos el kiswahili hablado en la parte oriental y que es una amalgama de elementos bantú, árabes y europeos, por varios grupos importantes, los gobiernos han tenido que servirse de las lenguas colonizadoras como medios de instrucción y como base practica para el entendimiento entre las varias etnias que componen un Estado. Dentro de las lenguas autóctonas, exponemos aquí la clasificación hecha por Greenberg (The Languages of Africa) que, aunque ha sido criticada, es una de las más logradas. Según él, las lenguas africanas se dividen en los siguientes grupos: a) Grupo Congo-Kordofán que comprende dos subgrupos: Níger-Congo que engloba casi todas las lenguas del Oeste, las lenguas bantúes y la mayor parte de las lenguas habladas en el Norte. El otro subgrupo es el de Kordofán que comprende cinco lenguas de pequeña extensión en el Sudán. b) Grupo nilótico-sahariano que contiene seis subgrupos en los que se encuentran las lenguas habladas en el centro de África, desierto de Libia, este del lago Victoria y ciertos puntos del curso medio del Níger. c) Grupo afroasiático con cinco subgrupos que comprenden las lenguas semíticas, bereberes, cuchitas, egipcias, chadianas, haussa y otras. d) Grupo Khoisan, encierra tres subgrupos con las lenguas habladas en ciertas partes de África austral y Tanzania por bosquimanos, hotentotes, sandawe y hatsa.

5. LAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS. Son de dos tipos diferentes: A) Arte popular.— Dejando aparte el arte rupestre, muy bien representado en la casi totalidad de África, la característica esencial de este tipo de arte es su sentido religioso. La religión animista con su infinidad de geniosy espíritus y la necesidad de tenerlos aplacados, junto al culto a los antepasados, ha hecho posible la aparición de ritos que se alimentan de la realización de objetos materiales más o menos

perfeccionados; por eso, el arte africano es genuinamente estatuario, comprendiendo estatuillas de bulto redondo, relieves y máscaras. En la religión y en los actos de la vida cotidiana el objeto de arte es indispensable, aunque el artista no crea para hacer un objeto decorativo sino sagrado: la cabeza de antílope en la máscara no es un antílope, sino el dios antílope. La estatua no es un simple recuerdo, sino el antepasado mismo que vive eternamente. Por esto mismo, la escultura africana es «conceptual»: expresa una interpretación de la realidad y no su apariencia, representando a los seres humanos de forma simbólica constituidos por elementos que se juzgan esenciales. Esto explica que la estatua no sea un retrato, sino una evocación colectiva del antepasado al que están unidos los componentes del clan y que se adornan con esos elementos. Así, por ejemplo, el sexo suele ser uno de estos componentes esenciales, pues la mayor gloria del antepasado es la procreación y la multiplicación del clan. La máscara es símbolo de una teofanía que hace posible la aparición de un dios con toda su fuerza. También podemos hablar, en cierta forma, de un arte «utilitario»: antes de una partida de caza o en ciertos momentos de la vida agrícola, se practican los ritos tradicionales empleando máscaras y estatuas para obtener abundantes piezas y buena cosecha. Este arte popular al servicio, pues, de la religión, está realizado por artistas especializados que emplean diversos materiales como madera, piedra, cobre, hierro, marfil y arcilla y suelen ser muy honrados por las tribus: los kissi (alta Guinea) fabrican sus estatuas en piedra; los bámbara, emplean exclusivamente la madera; los dogo, senufo, baule y guro crean las más bonitas máscaras de África empleando también la madera; en el Camerún se construyen máscaras de cobre; en Dahomey, estatuas de hierro; los agni utilizan el latón y cobre en sus estatuillas... Desde el siglo XVIII se constata un decrecimiento de la estatuaria en las zonas que recibieron la influencia del Islam. B) Arte cortesano. —Surge con motivo de la aparición de reinos que mantienen una vida de corte y se sirven de la decoración para realzar su prestigio. Esto ha sido posible, también, por la riqueza de los soberanos lograda a través del comercio marítimo. El artista trabaja para los reyes, nobles y ricos personajes que pagan el trabajo. Los utensilios de la vida ordinaria se embellecen expresando la grandeza y el poder de sus propietarios. El arte, en este caso, deja de ser colectivo para individualizarse, y los orfebres rivalizan en audacia para trabajar el oro y cobre. Hay muchos pueblos que, al contacto con el exterior, han refinado su arte como los baulé que construyen para sus reyes sillas sagradas ricamente decoradas, los yoruba que adornan las puertas del palacio con hermosos bajorrelieves de cobre, los lunda, chokwe, bamum, bamileke y otros que también conocen manifestaciones artísticas cortesanas. El ejemplo más acabado de este arte lo ostenta Benín, en donde podemos distinguir tres períodos claros: los siglos xiv-xv corresponden a un período realista con trazados regulares y empleo de una capa delgada de metal. En el XVI-XVIII los rasgos se estilizan en una placa de metal mucho más gruesa y pesada. En el XVIII y XIX el trazado es estereotipado y los símbolos del poder se multiplican en medio de una decoración abundante.

6. FUENTES DE LA HISTORIA AFRICANA. En contra de lo que algunos autores han sostenido, es posible hacer una historia de África si tenemos en cuenta los métodos y exigencias de la historia total. Es cierto que, para determinadas épocas, encontraremos algunas dificultades para establecer una cronología, pero también es verdad que aún no se han agotado las posibilidades previstas por los métodos de las diferentes ciencias. Pensamos,

principalmente, en los horizontes que la Arqueología, Lingüística y Etnología pueden abrir para un mayor estudio exhaustivo de la historia africana. a) Las fuentes escritas tienen diversa procedencia: — Las de origen árabe están entre las más importantes. Se trata de narraciones de viajes efectuados por expertos geógrafos que nos han dado una visión de la vida africana de un valor inestimable: Masudi, Ibn Hawkal, Al Bekri, Al Idrissi, al Omari, Ibn Batutah, Ibn Khaldum, Al Hasan (León Africano), Mahmud Kati, Es Saadi... Son especialmente ricas para el estudio de África Occidental en lo referente a la historia de los grandes imperios sahelianos. También para África Oriental tenemos relatos árabes describiéndonos la vida y comercio de los sultanatos que fueron surgiendo a lo largo de la costa. — En cuanto a las europeas distinguimos dos períodos: Precolonial: Abarcaría los relatos de las primeras expediciones marinas, los diarios de abordo, los testimonios de los primeros misioneros, todo lo relacionado con la trata de negros, descripción de los primeros contactos diplomáticos entre reinos de ambos continentes, etc... Colonial: Sin duda el período más rico y en donde podemos encontrar la relación más completa sobre la vida africana del momento. Se incluyen aquí los resultados de las exploraciones, los tratados de protectorado realizados con los jefes indígenas, reconocimiento económico de las regiones, estudios etnológicos, resistencia a la colonización, práctica jurídico-administrativa... Tanto en un caso como en otro, se trata de fuentes que encontramos en los archivos y bibliotecas de las antiguas potencias colonizadoras, de diversas instituciones o de casas privadas. Actualmente, algunas universidades africanas están haciendo un esfuerzo de recopilación de tanta documentación dispersa, indispensable para poner al día una historia de África fuera de prejuicios e ideologías con que, a veces, se afronta el estudio del continente. b) La tradición oral. Un historiador no puede enfrentarse a un estudio serio de la historia de África sin tener muy en cuenta la riqueza de la tradición oral que suministra datos preciosos sobre cualquier aspecto de la vida en el continente. De hecho, muchas de sus aportaciones han servido para esclarecer y relacionar hechos aislados o para establecer una cronología que parecía imposible fijar. No hay que olvidar que las sociedades africanas han vivido inmersas dentro de la civilización de la palabra y en ella se ha guardado el sentido histórico de cada pueblo; por tanto, descubrir el valor de esta palabra es captar la esencia de cada sociedad. El problema que plantea la tradición oral no es saber si ella puede proporcionar o no una certeza histórica, cosa admitida por casi todos, sino acertar con el método que hay que escoger para seleccionar los datos y dar un diagnóstico sobre los mismos con plena seguridad. Si la escritura se guarda por sí misma o tiene unas leyes y métodos que nos garantizan su autenticidad, la tradición oral de los pueblos africanos también ha contado con medios propios para velar por la pureza del contenido. Muy a menudo esta tradición se ha controlado por diferentes testigos que vigilan estrechamente su conservación. Casi siempre se ha confiado a funcionarios especiales que la repetían, incluso a diario, para fijarla

convenientemente en la mente de todos. Comparando unas tradiciones con otras según las reglas de los géneros literarios y las técnicas de la literatura oral, se llega a eliminar, seleccionar y conservar los hechos válidos que presiden la evolución de estas sociedades.

CAPÍTULO I

RESEÑA PREHISTÓRICA

Círculos de civilizaciones africanas.

1. LA APARICIÓN DEL HOMBRE. En África es más difícil que en Europa separar la Prehistoria de la Historia^ pero lo que sí se puede afirmar categóricamente es que África es la cuna de la Humanidad, por cuanto que en ella se han encontrado los fósiles más antiguos pertenecientes a nuestros antepasados. Antes de la aparición del

hombre en el Cuaternario, tenemos que remontarnos al final de la época Terciaria cuanto los antropomorfos se separan del tronco de los primates y comienzan, al parecer, el camino de la «Hominización». Tal sucede con el fósil Procónsul, descubierto en África Oriental, que debió existir hace unos veinticinco millones de años: su ángulo dental le sitúa más cerca del hombre que del mono y las articulaciones de la rodilla y posición del fémur demuestran que el procónsul podía mantenerse derecho. El Kenyapiteco, que vivió hace doce millones de años tiene ya una dentadura humanoide y se servía de piedras para romper los huesos. El período Cuaternario conoció una serie de incidentes climáticos que, en Europa, dieron origen a las glaciaciones Gunz, Mindel, Riss y Wurm, pero que, en África, correspondieron a los períodos pluviales Kagueriense, Kamasiense, Kanjeríense y Glambiense, aunque haya que excluir una coincidencia exacta. Esta climatología cambió el aspecto físico y ecológico de la tierra. África debió reunir las condiciones más idóneas para favorecer la evolución de la vida hacia la aparición del hombre según unos estadios determinados: A) En el período Kagueriense, dentro del Paleolítico inferior vivió la familia de los Australopitecos, hace 1.700.000 años, diseminados en las sabanas y con una capacidad craneal de 430-500 cm³ Los más famosos representantes son el Zijántropo (África Oriental), Telántropo (África del Sur) y el Hombre del Chad. El Austrolopiteco utilizaba guijarros con un corte tosco obtenido al golpear unos contra otros. Este corte le servía para romper los huesos de sus víctimas y extraer la médula. Contemporáneo a él vivió otra familia de talla más pequeña, pero con una mayor capacidad craneal y más próximo al homo sapiens que se servía de útiles más reducidos. Se le dio el nombre de homo habilis. B) Dentro del Kamasiense y principios del Kanjeriense viven los Arcántropos, cuyos representantes más típicos son los Pitecántropos que proliferaron mucho en África ocupando toda la extensión del continente. Vivió hace unos 750.000 años, cuenta con una capacidad craneal de 800 cm³ y se cree que tenía un lenguaje articulado. Dejó África para ir a habitar otras partes, como lo demuestran los fósiles encontrados en Asia (Pitecántropo de Java, Sinántropo de Pekín) y en Europa (mandíbula de Mauer, en Alemania). El Pitecántropo está asociado a la cultura de los bifaces muy rica en todo el continente. Al final se perfeccionan para dar paso a las industrias del: Ateriense, en el Norte, caracterizado por puntas triangulares, láminas y raspadores; Fauresmithiense, en África del Sur y Oriental, y cuyo principal útil es el hacha; Sangoense, en las regiones del Centro, adaptado al trabajo de la madera. C) Al final del Kanjeriense y principios del Gambliense viven los Paleántropos, que son los protagonistas del Paleolítico medio y cuyo tipo más reciente está constituido por los Neardenthalienses con una capacidad craneal de 1.422 cm³ El trabajo lítico se orienta hacia una miniaturización de los útiles. Como industrias principales tenemos: la Capsiense, en el Norte, caracterizado por grandes láminas de dorso abatido y raspadores; la Lupembiense, en las zonas occidentales, centrales y australes, que sigue la tradición sangoense y se manifiesta en piezas de fino retoque en ambas láminas y en sierras; la Stillbayense, en las regiones australes, que obtiene retoques delicados por presión en ambas caras; la Magosiense, en la parte oriental, con finas hojas y puntas asociadas ya a la cerámica. D) Los Neántropos llegan al final del Gambliense para inaugurar la tercera edad de la piedra. Son los homo sapiens que, probablemente, invaden Europa atraídos por las mejoras climáticas. Esta

afirmación estaría en consonancia con el hecho de que los esqueletos descubiertos en Grimaldi, los más antiguos que hasta ahora se han encontrado pertenecientes a este período, tienen un marcado carácter negroide. En África se han hallado fósiles del homo sapiens en Singa, Elmenteita, Mechta el Arbi, Asselar, Boskop... Las diferentes condiciones climáticas posibilitaron la diferenciación progresiva de las razas. Las industrias microlíticas aparecen en todas las regiones africanas utilizando varias de ellas la piedra pulida. Este período marca una diferenciación neta entre las culturas europeas y las de África. El Auriñacense, Solutrense y Magdaleniense europeos faltan en el continente africano.

2. LAS CULTURAS NEOLÍTICAS Caracterizado el Neolítico por la multiplicación, variedad y perfeccionamiento de los útiles, por la invención de la agricultura y ganadería y por el nacimiento de la cerámica, África ha conocido importantes hogares de civilización neolítica. Se había mantenido hasta época reciente que la agricultura africana no era sino una imitación de lo que se había hecho en Mesopotamia, pero estudios actuales y las fechas aportadas por el C-14 demuestran que África ha descubierto su agricultura de forma autónoma y paralela a como se había hecho en Asia. Entre el Nilo y la meseta etíope es el lugar en el que, según algunos autores, aparecen las primeras plantas cultivadas por poblaciones negras. Se han encontrado numerosos restos de cerámica de bellas proporciones, decorada en su interior con una especie de peine fabricado con aletas de pescado. Esta cerámica se ha encontrado en tumbas ocupadas por esqueletos pertenecientes a gente de raza negra. La gran cantidad de tumbas rebela la existencia de una densa población. El Sahara fue uno de los paraísos neolíticos. Gran cantidad de hachas neolíticas, puntas de flecha de gran variedad, arpones, anzuelos, picos, pilones, piedras de moler, morteros, cerámicas... son testimonios de una vida intensa dedicada a la agricultura y pesca. Los numerosos Oueds (cauces secos) que existen en el desierto hacen pensar en la riqueza de agua que mantenía los pastos necesarios para una abundante ganadería, hecho atestiguado ampliamente por las pinturas rupestres. El trigo, la cebada, el mijo, la avena y ciertas plantas textiles debieron cultivarse con cierta profusión. Según dataciones efectuadas por el C14, la agricultura se había practicado hacia el año —4850 en Haua Fteah (Cirenaica), sobre el —4500 en el Fayum (valle del Nilo) y hacia el —3460 en Memiet (Adrar). Las minas de sílex, en el bajo Tilemsi, han jugado un gran papel proporcionando millares de toneladas que se han empleado para la fabricación de objetos. También ha proporcionado abundante material el Adrar. Restos de vanería se han detectado en el Fayum. En África Occidental, concretamente en el valle alto del Níger, se han hallado indicios de cultivo de sorgo, mijo, sésamo y ciertas variedades de arroz hada el —4000. En el Este y en el Sur se han descubierto vestigios de hogares sedentarios en los —iv y —m milenios. Las zonas interiores de los bosques dan fechas más recientes: Kitampo —1400; Ntereso —1250... En todas partes se ha encontrado una cerámica variada predominando la forma esférica u oval de fondo redondo con o sin decoración. También se han descubierto vasos y recipientes tallados o esculpidos.

3. LOS METALES.

Al contrario de lo que suele suceder en otros lugares, se pasa del Neolítico al hierro casi directamente con un desconocimiento bastante generalizado del bronce y cobre. Hay muchos lugares en los que no se han encontrado restos de estos metales y, en otros, aparecen ya junto al hierro, sobre todo en África subsahariana. Esto está en consonancia con lo que ya decía Herodoto (—iv): «En Etiopía (nombre que se daba al África conocida) el metal más raro y más precioso es el bronce.» Sin embargo, en la parte septentrional, después de los hallazgos de cobre en Mauritania que han dado una antigüedad que se remonta al —480 y en el Atlas, parece que se puede hablar de una Edad de Cobre cuyos límites están por determinar. Lo mismo se puede decir para el valle del Nilo: Kuch ha dado bronce y cobre antes de la llegada del hierro. Con respecto a la aparición de este metal en África se barajan dos hipótesis: la teoría clásica de hacerlo venir de los hititas vía Egipto y Nubia, desde donde pasaría al Chad y Níger, siendo llevado hacia el Sur por los bantú, y la que supone que la metalurgia del hierro fue «inventada» de forma autónoma por los africanos al sur del paralelo 13. La primera teoría encuentra una justificación en el hecho de que el hierro aparece muy tardíamente en el África subsahariana, teniendo que esperar, a veces, hasta los siglos m y iv de Nuestra Era para encontrarlo. Sin embargo, a la vista de los hallazgos que, lentamente, se van haciendo, la segunda hipótesis va cogiendo cada vez más fuerza. Con la invasión siria el hierro llega a Egipto hacia el año —700. En África, el objeto más antiguo analizado corresponde a la región de Nubia y hay que situarlo en el —744, aproximadamente, si bien el dato hay que mirarlo con muchas reservas. Ahora bien, con absoluta garantía y firmeza se puede afirmar que Meroe conoce el hierro en el —514, aunque haya que esperar un siglo para conocer el gran desarrollo metalúrgico que conoció esta ciudad. Los pueblos de cultura mediterránea lo utilizan normalmente hacia el año —400, pero Cartago, según algunos autores, ya lo poseía el año —500 y sería ella quien enseñara a los negros su obtención. Volviendo al valle del Nilo, la tumba del rey kuchita Harsiotef, muerto en el —362, contiene hierro. En África Occidental, Nok (Nigeria) ha revelado una cultura típica del hierro fechada en el siglo — III, y en Taruga (también Nigeria) el hierro encontrado se ha situado entre el —300 y el —280. Por lo que se refiere al África tropical y austral los hallazgos han dado fechas muy posteriores. En Zambia y Zimbabwe fragmentos de cerámica atribuidos a los primeros metalúrgicos se remontan sólo al siglo n de nuestra era; el horno más antiguo encontrado en Rwanda y que se utilizaba para fundir hierro, data del siglo +III; las excavaciones realizadas en Kalombo (África del Sur) han proporcionado un hierro junto a una cerámica carenada y su edad no sobrepasa nuestro siglo iv. Este hecho de que, según el estado actual de las investigaciones, cuanto más al Sur más tarde aparece el hierro, ha hecho concebir la teoría de que el hierro se conoce primero en el Norte y es llevado al Sur por el pueblo migrador Bantú según dos itinerarios: — Chad, Benin, Níger y África Occidental, siendo los sao los que juegan un papel importante de intermediarios debido a su emplazamiento entre el Benue y el Chari. — Chad-Sur: al llegar al Ubangui toman dos direcciones: unos se dirigen hacia el bajo Congo y otros hacia el lago Victoria y de aquí progresan hacia las regiones australes. El conocimiento del hierro ha dejado unas huellas sociales importantes en la organización de casi todas las tribus rurales sedentarias. El arte del herrero ha sido concebido como algo de esencia divina, de forma que el forjador será sometido a un ritual preciso. La futura organización en castas de la

sociedad dará un papel preeminente a los herreros. Sin embargo, en las colectividades pastoriles (massai, peul, somalí...) los herreros no gozan de gran prestigio y, más bien, se los consideró como parte de las castas inferiores.

4. EL ARTE PREHISTÓRICO. A) Arte rupestre. —En todas las regiones de África se han encontrado manifestaciones artísticas, aunque no todas pueden considerarse prehistóricas. Si lo comparamos con el europeo, vemos que éste es, esencialmente, animalístico y, excepto en España oriental, se ha realizado en cavernas y grutas. En cambio, el arte africano aunque conserva una buena parte de elementos animalísticos, sin embargo se orienta con profusión a la representación de la persona humana y hacia formas geométricas abstractas. Las representaciones suelen conservarse, generalmente, al aire libre y, raramente, en abrigos bajo roca o en grutas. a) Sahara: Se localiza en rocas compactas y resistentes, abrigos bajo roca y pequeñas grutas en toda la extensión desértica, destacando: Fezzan, Tassili, Djabo, Tibesti, Mertutek, Zemmur, Hoggar, Iforas, Adrar, Djebel Uenat... Es, sin duda, la parte más rica en representaciones que abarcan la figura humana, gran variedad de animales, carros, árboles, signos alfabéticos y diversidad de dibujos esquemáticos. Los grabados presentan varias técnicas: trazo liso y profundo, superficie lisa y pulida, superficie en relieve por vacío del encuadre, trazo o superficie piqueteada por golpes más o menos profundos y de una aproximación irregular... En cuanto a la pintura, los colores más empleados son el negro, blanco, gris, ocre y una gama imprecisa entre el rojo y el amarillo. El estilo sigue un naturalismo fiel en las representaciones más antiguas para derivar al esquematismo más reciente por simplificación de trazos. Mauny ha clasificado en cinco grupos este arte sahariano: — Grupo naturalista de la gran fauna etíope (—5000 —2000): Es un período de cazadores. Los hombres se representan desnudos y de gran talla. El grabado es de estilo naturalista y trazado profundo. — Grupo de pastores (—2000 —1000): Las escenas de caza están menos representadas y el hombre aparece con el arco. El grabado comienza a decaer al mismo tiempo que se asiste a un florecimiento de la pintura y aparecen las primeras escenas religiosas. — Grupo del caballo (—1200 Nuestra Era): Se conocen ya los metales y hay un cambio de armamento apareciendo la jabalina y el escudo. Los carros comienzan a recorrer varias rutas. — Grupo líbico-bereber (—200 + 700): Influencia romano-bizantina; el caballo se impone a los carros. Al armamento habitual se añade el cuchillo. Al final, el camello se irá imponiendo al caballo. Tendencia a la simplificación. — Grupo árabe-bereber y moderno (+700 a nuestros días). Se dan ya las primeras expediciones árabes al Sahara y se organizan las pistas caravaneras para hacer el comercio con el Sudán. Los grabados son esquemáticos y de baja calidad. Predominio de los «Tiflnar» o escritura bereber derivada de la escritura sahariana antigua.

b) Región occidental: Cerca de Bamako (Malí) hay I representaciones polícromas de hombres y animales de estilo naturalista y esquemático. Por el contrario, en los alrededores de Kita se han descubierto cuatro grutas con pinturas exclusivamente esquemáticas que evocan vegetales, recintos, signos escaleiformes, manos, felinos. En Costa de Marfil también se ha encontrado un arte semejante. En Camerún, la expresión artística es geométrica y está realizada de forma piqueteada sobre superficie pulida. Su edad exacta es desconocida. c) África Central: La región de Katanga (actualmente Shaba, al Sur del Zaire) ha dado una serie de lugares con figuras esquemáticas en donde podemos distinguir tres técnicas diferentes: trazado delgado poco profundo, contornos punteados y trazados rectilíneos muy marcados. También se han encontrado pinturas, sobre todo en el monte Kabwe, realizadas utilizando el rojo pálido y dentro del esquematismo que preside en toda la zona. Se pueden distinguir dos estadios diferentes: el grupo antiguo que habría ejecutado estas obras en la época mesolítica, y el grupo reciente, probablemente bantú, cuyas representaciones las habrían plasmado en rocas más tiernas utilizando algún objeto de metal. Manifestaciones semejantes se han encontrado en Zambia y Angola por lo que se puede concluir afirmando la existencia de una zona amplia caracterizada por un arte rupestre inciso, punteado y pintado, de corte totalmente esquemático opuesto al arte naturalista de otras regiones. d) Zona oriental: En Etiopía las representaciones encontradas en el Harar y Eritrea representan figuras humanas y escenas pastorales con un estilo naturalista en las más antiguas para pasar a un esquematismo en las más recientes. En Kenya y Tanzania el doctor Leakey ha reconocido 17 épocas diferentes en el arte rupestre que él mismo ha reunido en tres grupos fundamentales: el más antiguo perteneciente al Paleolítico superior de factura bastante grosera; en un segundo momento se introduce un bello naturalismo apareciendo frecuentemente la figura humana, a veces, estilizada; al final, se constata una decadencia acentuada coexistiendo grabados y pinturas. e) África del Sur: Posee una gran riqueza de muestras rupestres que abarca la representación de numerosos animales, del hombre en varias facetas y posiciones y de escenas conjuntas. En los grabados se han distinguido hasta 11 estilos. La pintura se presenta, en estadios sucesivos, como monocroma para representar figuras aisladas, bícroma para las escenas y polícroma para las grandes composiciones con cierto logro de la perspectiva. Sobre la edad se ha discutido mucho. Varios autores coinciden en afirmar que los grabados más antiguos podrían situarse en la Edad Media de la piedra (—10.000), pero en cuanto a las pinturas, que Breuil situó también en esta época, se piensa que son mucho más recientes y realizadas, probablemente, por algún grupo bosquimano. B) Arte mueble. —Está mínimamente representado. En el Sahara, en lugares cercanos a Ghadamés, Chad, Djanet y Rhadamés, se han encontrado algunas estatuillas de 25 a 40 cm. trabajadas de forana tosca con un cuerpo macizo y redondeado al que se le ha añadido una cabeza sin boca y con los ojos apenas señalados. Tienen cierta semejanza con los betilos fenicios. Algunas estatuas representan animales. Todas parecen pertenecer a una época neolítica. Nok (Nigeria) ha dado una serie de estatuas realizadas en tierra cocida cuyo significado desconocemos y cuya antigüedad se remonta al —III siglo.

5. LAS CULTURAS MEGALÍTICAS. En Europa estas culturas suelen situarse en la Edad del Cobre y bronce, pero en África no sucede así. Algunos megalitos son de época muy reciente. Los Dólmenes abundan mucho en África del Norte,

son raros en el valle del Nilo y Etiopía y no existen en el resto del continente. Su antigüedad no va más allá de nuestro siglo m. Etiopía cuenta con una gran riqueza de menhires que se asemejan mucho a los europeos, pero poseen adornos grabados que les confieren un carácter local. No podemos precisar su edad ni la de los existentes en Dakar y Bamako. Por el contrario, los menhires de Zimbabwe son muy recientes. En la región de Soddo (Sudeste de Addis Abeba) hay un círculo de piedras cuyo significado se desconoce. En el Sahara hay gran profusión de túmulos y chuchéis (fosas de forma cilíndrica) específicamente bereberes. Aunque cumplen la misión de tumbas, sin embargo, a veces sirven para honrar un santo del Islam o para perpetuar su memoria. Están muy aislados y revelan ya condiciones bastante desérticas por lo que parece que, aun los túmulos más antiguos, no deben sobrepasar el siglo m de Nuestra Era. Otra muestra megalítica sahariana la encontramos en Sudanés (350 km. al norte de Gao), en donde un círculo de piedras de 100 metros de diámetro delimita una zona de cenizas de unos 40 centímetros de espesor. Entre esta ceniza había restos de cerámica y un esqueleto curvado en posición forzosa mirando hacia el Oeste. Los más famosos megalitos africanos se encuentran en el Senegal, en la región de Sine Salum, entre el río Gambia y Ferio. Se trata de 900 piedras repartidas en 54 círculos de varios tipos. Algunas están trabajadas en forma de lira. AI parecer, se trata de tumbas de grandes señores. En las excavaciones efectuadas se ha hallado cerámica y metal y la antigüedad señalada por el C-14 nos sitúa hacia el año +750. En el Níger medio, en la región de Tundidaro al oeste de Tombuctu, está instalado un conjunto de 180 piedras repartidas en dos elipses de 150 y 30 piedras, respectivamente, separadas por 175 metros. Su altura oscilaba de 0,30 a 1,50 metros. No se conocen ni su significado ni su edad. En Togo hay piedras levantadas de edad desconocida, algunas de ellas grabadas.

CAPÍTULO II

DE LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA AL SIGLO X

Este período es conocido como los «siglos oscuros» de la historia africana. El continente comienza a aislarse de las culturas mediterráneas a causa de la desertización del Sahara. Del —7300 al —5000 estaba lleno de grandes lagos comunicados por numerosos ríos. El Chad, que tenía una extensión de 330.000 km² al final del Paleolítico, hoy su superficie es de tan sólo 25.000 km² Pozos y oasis se han ido secando y el desierto ha cortado toda relación Mediterráneo-África negra hasta la llegada del Islam. Por otra parte, los habitantes de raza negra que lo habitaban se vieron obligados a emigrar hacia el Sur en busca de mejores condiciones de vida.

1. LOS CONTACTOS CON EL MUNDO CLÁSICO Las relaciones del mundo clásico con África negra parecen escasas, vistos los cortos resultados que la Antropología nos ha mostrado: estatua de Osiris, perteneciente al -VIII siglo, encontrada en el Zaire; otra también de Osiris con cartucho de Thutmés III (-1450) al sur del Zambeze, varias monedas en Mauritania y poco más. Las excavaciones llevadas a cabo en Zambia han dado material de hierro, cobre y oro mezclados con perlas de importación, pero las más antiguas pertenecen sólo al siglo vil de Nuestra Era. En Zimbabwe, todo el material examinado estaba incluido entre los años +330 y +1085. Sin embargo, hay que dejar constancia de los intentos que se hicieron para conocer las costas africanas e implantar bases comerciales. Hacia el año —2000, podemos afirmar con seguridad, que se hacían viajes por las costas mediterráneas y del mar Rojo en busca de productos africanos. Al Occidente se venía a buscar, principalmente, estaño, cobre, oro y ámbar, y del mar Rojo marfil, oro y productos aromáticos. Hacia el —1500, en tiempos de la reina egipcia Hatchepsut, tenemos documentación de un viaje comercial realizado al país de Punt (Sur). Podemos estar seguros que durante el primer milenio antes de Nuestra Era las costas marroquíes (Lixus) eran visitadas, por lo menos, hasta el cabo de Nun en Occidente y hasta el cabo de Guardafui en Oriente. Antes de la llegada de los romanos, fenicios y cartagineses quisieron conocer el enigmático continente. Herodoto y Plinio nos han dejado relatos de supuestos viajes, alrededor de África, que permanecían en las tradiciones populares. Así se nos habla del periplo que realizaría el fenicio Nechao (—600) de Este a Oeste; de los viajes de Sataspes, Himilcon y Piteas; del que realizó el marsellés Euthymene (—IV) que llegaría a un río «que tiene animales semejantes a los del Nilo...». El más famoso periplo de la antigüedad sería el de Hannon (—V) que, partiendo de Cádiz, llegaría al golfo Arábigo. De haber sido realidad, se hubiera adelantado en veinte siglos a Vasco de Gama. Eudoxio de Cycique (— 110) también sale de Cádiz intentando contornear África. Con respecto a la parte Oriental, el relato más famoso es el del periplo del mar de Eritrea que describe las costas del mar Rojo, India y África Oriental. Cádiz se convirtió en el centro más experimentado en cuestiones del mar, y la mayoría de los que

intentaron la aventura africana por la parte occidental vinieron a buscar dotaciones gaditanas. «La captura del atún y otros peces grandes del Atlántico», como se lee en el número 84 de Cosas maravillosas oídas atribuido falsamente a Aristóteles, los hicieron expertos especialistas en las costas atlánticas. Estrabón (III, 5) confirma la reputación de Cádiz: «Son sus pobladores los que navegan en los mayores barcos y a más grandes distancias tanto por el Mediterráneo como por el Océano.» Hay autores que afirman que ya por este tiempo (—m, —i) los gaditanos descubrieron las islas Canarias. A pesar de los esfuerzos, parece que no hubo muchos resultados positivos. El mismo Estrabón (II, 120) afirma: «Todos cuantos han recorrido las costas de Libia (África) ya hubieren salido del golfo Arábigo, ya de las Columnas de Hércules, se vieron obligados, al cabo de algún tiempo, a dar la vuelta a causa de diversos accidentes.» Los romanos, con menos vocación marinera, se limitaron a colonizar el «África útil» (Norte), país del trigo y del olivo. Al Sur compraron, a través de Egipto, pieles, marfil y fieras para el circo. El oro del Sudán no fue conocido antes de la llegada del Islam y sólo los cartagineses parece que fueron a buscarlo al Atlas. A pesar de esta falta de vocación marinera, Hippalus, bajo Tiberio, descubrió el mecanismo de los monzones, lo que permitía alejarse de las costas infectadas de piratas. En el primer siglo de nuestra era parece ser que los navegantes griegos, estacionados en Egipto, conocían las costas africanas hasta el Ecuador. Lo que sí intentaron los romanos fue atravesar el Sahara. Plinio refiere que Cornelio Balbus en el —19 llegaría hasta el Níger, cosa que no sucedió en realidad. También habla de Suetonio Paulinos que llegaría más allá del Atlas en el año +42. En el año +70 Septimino Flacus alcanzaría Fezzan y Bilma y Julio Matemus se adelantó hasta el Air. Los antiguos, pues, ignoraban la casi totalidad de África negra.

2. LA EVOLUCIÓN EN EL INTERIOR. A) África del Nilo y Etiopía. —Poblaciones negras se instalaron a lo largo del Nilo, entre el Egipto faraónico y Etiopía. Los egipcios conocían estas tierras con el nombre de PUNT y comerciaban con ellas. Relaciones especiales mantuvieron en tiempos de la dinastía XVIII en que la reina Hatchepsut envía una gran expedición comercial que lleva a Egipto oro, esclavos, marfil, ébano y ganado. Los egipcios construyen una serie de fuertes para controlar el comercio del Nilo llegando hasta la segunda catarata (— 1980). Hacia el —1650 y aprovechando una debilidad del poder egipcio, surge alrededor de Kerma, en la fértil depresión de Dongola, el reino de KUCH. Mantienen contactos estrechos con Egipto que, durante el Nuevo Imperio (—1580 —1085), coloniza estos territorios y explota a los kuchitas. La administración egipcia se encarga de obtener el oro, marfil, ébano, basalto y diamantes de Kuch que sólo se limita a ser una reserva de mano de obra. Se lleva al rey a Tebas y se le somete al pago de un fuerte tributo. Esto permitió a los egipcios llegar hasta la cuarta catarata. El siglo —VIII marca una nueva decadencia del poder egipcio que es aprovechada por Alara, descendiente de la dinastía cuchita, para fundar el reino de NAPATA, rico en cereales y ganado. Sus conquistas se extienden hacia el Norte llegando a la tercera catarata. El gran rey es Piankhy que extiende sus conquistas hasta el bajo Nilo. Le sucede su hermano Shabaka (—716 —701) al que se le considera fundador de la XXV dinastía egipcia, o «dinastía etiópica» que dura hasta el —656, año de la invasión de Asurbanipal. El reino estaba dividido en provincias (Nomos) con una importante administración central. El rey era el representante directo del dios egipcio Amón.

Cuando los asirios alejan de Egipto a los Cuchitas, éstos se instalan en MÉROE, nueva capital, con mejores perspectivas económicas al estar cerca de las rutas caravaneras. En el siglo —III adquiere su apogeo y los reyes renuncian a las necrópolis de Napata para hacerse enterrar aquí, tanto más que sus mujeres son meroíticas. Es el gran centro metalúrgico africano de la época: se han encontrado colinas de escorias de hierro de hasta 9 metros de altura. Además del hierro, habían construido excelentes obras de riego. La intensa vida comercial se manifiesta en sus intercambios con Egipto y Etiopía. Su hierro y oro le permite comprar marfil, piedras preciosas, sedas y bronces de la China. Su civilización fue importante habiéndose encontrado más de 200 lugares de cultura meroítica manifestada en la construcción de grandes pirámides y monumentos, testimonio de una organización muy jerarquizada, de base esclavista, que posee grandes riquezas y que se rige por una etiqueta cortesana. Ezana, rey de Axum, acaba con Meroe el año +350. Los pueblos que sobreviven a Meroe viven en plena Edad de Hierro; se sabe poco de ellos y se los engloba bajo el nombre genérico de GRUPO X. Siguen, en general, la cultura meroítica y en sus túmulos se han encontrado tesoros, platerías, marfiles, diademas, piedras preciosas. El embrión de Etiopía hay que buscarlo en el puerto de ADULIS, preparado en el siglo — III por Ptolomeo Evergete para controlar el comercio del mar Rojo: marfil, caparazones, plantas aromáticas contra productos mediterráneos, telas, metales y objetos de lujo. La influencia de Arabia se manifiesta en la formación de una cultura sábeo-etiópica que se deja ver en las estatuas humanas y animalísticas con un gran realismo y esquematismo decorativo. Partiendo de Adulis y prolongándose hacia la meseta del Tigré surge el reino de AXUM, a finales del siglo i de Nuestra Era. Adquiere un gran desarrollo y riqueza por el hecho de ser el canalizador de todo el comercio entre el Nilo, mar Rojo y Asia. Ezana extiende el reino y se convierte al cristianismo dando una personalidad al país y una estabilidad al poder. Éste pasará al pueblo Amhárico, habitante de las montañas que dará su impronta al reino una vez que Etiopía pase a instalarse más al interior. La lengua evoluciona dando el «guezo» y tomando al siriaco el vocabulario litúrgico. Después de Ezana transcurren unos siglos que tuvo un reinado glorioso.

África al final del siglo VI.

Reinos nubienses y Etiopía VI-XVI. Los pueblos nubienses siguen a los pueblos del Grupo X. Su presencia activa se extiende del siglo

vi al xiv, alcanzando un nivel elevado de estabilidad y progreso. NUBIA estaba dividida, de Norte a Sur, en tres reinos: Nobacia, Makuria y Aloa cuyas capitales respectivas eran Ibrim, Dongola y Soba. El reino más floreciente era Aloa que ocupaba un país fértil con abundancia de cereales, viñas, palmeras y floreciente ganadería. Cristianizados por el monje monofísita Julián, estos reinos se unieron en el siglo vi para volverse a dividir en seguida. Estaban impregnados de la cultura bizantina y empleaban el griego como lengua litúrgica. Su fuerte vida comercial llegaba, incluso, hasta los intercambios con África Occidental a través del imperio de Kanem. B) El Sahara. —Comienza una fuerte desecación a partir del —2500. Entre el —III y el —I milenios el desierto progresó hacia el Sur unos 400 km. Esto impulsó a una emigración de los pastores hacia los macizos mejor regados de África Central y Oriental. Hacia el -I milenio ya se van fajando los lugares de poblamiento en torno a las zonas húmedas que iban quedando: en el Norte se van instalando y mezclando cazadores y ganaderos nómadas de raza blanca pertenecientes a la familia de los bereberes, mientras que en la parte meridional, al Sur del paralelo 20, el poblamiento de agricultores y pescadores negros es mucho más denso y pertenecen, en su generalidad, a la raza negra. En los comienzos de Nuestra Era tiene lugar la «revolución del camello» cuya utilización fue extendida en Egipto por los ptolomeos y de aquí pasó a la región tripolitana y al Fezzan, de forma que, a partir del siglo m, ya lo tenemos en el centro del Sahara. El camello hará posible la relación comercial entre el Norte de África y el Sudán negro. Algunos autores árabes hablan de la presencia cristiana en el Sahara e, incluso, en el Sudán al afirmar que el reino de Ghana conoció en sus orígenes, a gente que practicaba el cristianismo. Esta aseveración parece justificarse por el hecho de que numerosos cristianos donatistas perseguidos se refugiaron en el desierto a partir del siglo IV. C) Nok. —Entre el —900 y el +200 se desarrolla esta cultura en una extensión de más de 500 km. a través del ancho valle entre el Níger y el Benue. Por primera vez se puede ver el paso del trabajo de la madera y de la piedra al hierro (—III). Nok es famosa por las estatuillas de tierra cocida de hombres y animales dentro del más puro estilo naturalista. Es una civilización puramente africana que se desarrolla en el seno de una población negra. Estas estatuas guardan una gran relación con el arte que se desarrollará en Benín en el siglo XVII. D) Las migraciones. —El Sahara húmedo y su posterior desecación ha originado dos corrientes migratorias de distinto signo y orientación. Con las condiciones óptimas para el desarrollo de la ganadería, El Sahara ha sido centro de atracción de los pastores, que viniendo del Este, se instalan en diferentes puntos y prosiguen su marcha hacia el Oeste hasta alcanzar las regiones del Níger o de la costa. Este trasiego de gentes está muy bien atestiguado en las pinturas rupestres de Tassili. Las conquistas y razzias llevadas a cabo por persas y asirios en el valle del Nilo, así como la caída de Kuch y las luchas dinásticas que se siguieron, fueron también otros tantos motivos para la emigración. Pueblos como los yoruba, haussa o ga llegan a sus enclaves actuales. En general, las tradiciones de casi todos los pueblos de África Occidental hablan de la venida de un punto lejano, situado en el Este, y en muchas de sus culturas se pueden detectar elementos nilóticos. Cuando el Sahara comienza a perder su humedad, los pueblos pastores iniciaron la marcha en busca del agua en África Central. En este sentido merece especial consideración el fenómeno bantú. No se trata de un grupo unitario de tipo etnológico, sino de un grupo lingüístico que habitaba las regiones del Chad. Son pastores y guerreros que, en su marcha hacia el Sur, se van infiltrando en forma de cuña sometiendo a

las poblaciones autóctonas, gracias a la superioridad bélica que les confieren sus armas de hierro. Se dice que ellos fueron los que extendieron este metal en las regiones subsaharianas. Al instalarse en nuevos marcos geográficos, elaboran diversos modos de vida dejándose influenciar por las organizaciones autóctonas: en la selva ecuatorial forman pequeñas comunidades en las claridades desforestadas bajo la autoridad de los mayores y regidos por la costumbre; en la sabana se constituyen en poderosos reinos con una economía próspera y diversificada; al Este y Sur de los grandes lagos se transforman en apacibles pastores y cultivadores organizados en familias extensas autónomas. E) La región oriental.—A partir del siglo VII los árabes van tomando una posición más activa en el comercio con las costas índicas desplazando, en la parte septentrional, a los romanos. El «dinar» abunda cada vez más sustituyendo el «aureus» latino y al «dirham» persa hasta el punto de que, en el siglo X, la única moneda en curso es el «diñar». Los árabes van a buscar esclavos y marfil y van instalándose en Mogadiscio, Malindi, Sofala, Pemba y otros puntos, haciendo de estos puertos plazas fortificadas y centros comerciales. A esto les ayudó enormemente la innovación técnica de la vela triangular que permitía mejor seguir el curso del viento y, por ende, un desplazamiento más rápido. Los thonga, primer pueblo bantú que atraviesa el Zambeze, llega a Zimbabwe y asimila la técnica de la construcción en piedra, constituyendo el período PRE-MONOMOTAPA (IV-XII). Las construcciones más antiguas datan de los siglos V-VI, que coincide con la época rhodesiana del hierro. F) Madagascar. —Es uno de los lugares que más tardíamente ocupa el hombre. Su presencia se señala entre el —300 y el —200. Estos hombres ya poseen el hierro y tienen una cerámica avanzada. Su primer asentamiento es costero y, poco a poco, van pasando al interior. La antropología demuestra que estos primeros habitantes son indonesios y sus cultivos también apuntan a esta hipótesis: cocotero, ñame, arroz, taro, calabazas... Sin embargo, los animales domésticos son de origen africano. Su llegada corresponde a la época de las navegaciones indonesias hacia el Oeste aprovechando la piragua de dos mástiles y balancín. No se sabe si llegaron directamente desde Indonesia, aprovechando la corriente subecuatorial que hace este recorrido, o si haciendo escala en el sur de la India llegan a Madagascar aprovechando los monzones.

CAPÍTULO III

LOS SIGLOS X - XVI

1. ÁFRICA OCCIDENTAL. A) LA ZONA SAHELIANA. —Hasta los siglos IX-X casi no sabemos nada de lo que acontece en el Sahel (banda que se extiende entre el borde del Sahara y la masa forestal guineana). Podemos asegurar que las migraciones continuaron hacia el Sur, a medida que se intensifica la desertización del Sahara. A partir de este siglo asistimos a la formación de Estados poderosos que alcanzaron un nivel cultural elevado. A la formación de los mismos contribuyeron, entre otras, las siguientes razones: — Se trata de las mejores tierras para cereales (300-1000 mm. de lluvia): mijo, fonio, sorgo, arroz... y con grandes posibilidades para la ganadería, lejos de la tsé-tsé, verdadero azote para la misma. — Abundancia de oro, factor esencial de desarrollo y comercio. Los placeres principales los encontramos en la zona de Buré, Galam, Bambouck, Bonduku, Lubi... — La presencia árabe: este pueblo, camellero y comerciante, atraviesa fácilmente el Sahara e introduce a esta parte de África en el circuito mundial de las ideas, de la economía y de la política. Por otra parte, el Islam será el fermento aglutinador de estos pueblos que inspirará el desarrollo social de los mismos. — Situación privilegiada que les hace controlar los intercambios entre África del Norte (en constante contacto con Europa), África subsaheliana y valle del Nilo. El comercio internacional será la principal fuente de riqueza, bien sostenido por una floreciente economía agropecuaria. — El empleo sistemático del hierro les dará una superioridad sobre los pueblos forestales, que utilizan armas de madera. a) Los grandes imperios del Sahel Occidental: Los bereberes Lemtuna, procedentes de las montañas mauritanas del Adrar, fundaron el primero de estos reinos que fue el de AUDAGHOST hacia finales del siglo VIII. En el siguiente se hace con el control de las rutas caravaneras, lo que le da un poderío inmenso. En el siglo x se convierte al Islam y, a mediados del mismo, ya domina a más de «20 reyes negros», según un testimonio de la época. Recibe, sobre todo, trigo, sal, telas, cobre y frutas, exportando oro, esclavos, cola, madera preciosa y especias. Audaghost llegó a contar con 6.000 habitantes, cifra extraordinaria para una ciudad del desierto. GHANA, o «país del oro», toma el relevo de Audaghost, a la que somete el año 990. Parece que su origen habría que atribuirlo a los sarakolé, a finales del siglo vil, que se agrupan en el país de Uagadugu alrededor de Kumbi-Saleh, la capital. Su enclave definitivo será el territorio comprendido

entre el alto Senegal y el alto Níger. Hacia el 790, Khaya Maghan Cissé opera una revolución de palacio, comienza una política de anexiones e instala la dinastía que gobernará hasta la caída del reino.

Imperio de Ghana. Su fama provenía de la fabulosa cantidad de oro proporcionada, esencialmente, por los yacimientos de Gadiaru, Garentel, lrensi y Falemé, en el alto Senegal. Ésta érala base que alimentaba su comercio internacional. La Administración, muy centralizada, cuenta con una división territorial en provincias, aldeas y cantones, así como con una serie de reinos vasallos que pagan un tributo al rey de Ghana. Este vasallaje se mantiene gracias al sistema de rehenes y matrimonios. Contrariamente a los demás reinos, se mantendrá en el animismo rechazando el Islam. En Kumbi-Saleh se mantiene una intensa vida cortesana reglamentada por un minucioso protocolo. La oposición al Islam será la causa de su ruina, ocasionada por el fanatismo almorávide. Esta secta tuvo su origen en un monasterio (Ribat) ideado y dirigido por el místico Yasin en las islas Tidra (costa mauritana). Sus 1000 adeptos bereberes, imbuidos de rigorismo islámico y disciplina militar, proclaman la guerra santa. Ibn Tachfin, a la muerte de Yasin, lleva a la práctica los proyectos de éste: en 1077 se apoderan de Ghana, en 1082 cae todo Marruecos y pasan a la España de los taifas después de la desaparición de los omeyas. De Ghana a Toledo intentan una nueva administración, con Marraquech como centro, y una nueva concepción del Islam más simple e igualatoria. Este intento no dura mucho: Los reinos cristianos hispánicos continúan la Reconquista y, en la parte opuesta, los príncipes negros rechazan la expansión violenta del Islam y le resisten. La provincia Sosso, que formó parte de Ghana, se rebela y ocupa este país en 1203. Se constituye en nuevo reino alrededor de la dinastía Diaresso y continúa su adhesión a la religión tradicional. La acción almorávide no tuvo mucha influencia en África negra. El origen del imperio de MALÍ es aún mal conocido, pero todo hace pensar que los pueblos mandingos (malinkés) se habían constituido en pequeños clanes que formaban alianza alrededor de la figura de un rey. En el siglo XI se impondría el clan de los konaté y su jefe, Sarbendana, se convertiría al Islam, recogería en su provecho el impuesto, mantendría un ejército y dirigiría la vida religiosa. En el siglo XII no sabemos casi nada; probablemente llevaría una vida apacible exportando su oro. Su riqueza y su conversión al Islam debieron atraerse el interés y el odio de los Sosso que invaden el

país en 1228 y exterminan a la familia real.

Imperio de Mali. De esta matanza escapa Sundiata Keita (1235-1255), que los griots nos pintan como minusválido curado milagrosamente y experto cazador, dato importantísimo para la sociedad primitiva. Bate a los sosso en la famosa batalla de Krina (1235) e invade todo el país. En 1240 conquista Ghana y las minas de oro. A su muerte va a dejar el reino sólidamente instalado. Sigue un período de crisis resuelto favorablemente por el usurpador Sakura (1285-1300) que se reveló como un gran conquistador agrandando considerablemente el reino. El siglo XIV conocerá el esplendor del «Gran Mali», gracias a la obra magistral de Kanka Mussa (1312-1337) bajo cuyo reinado el Imperio alcanzó la máxima extensión. Fue famosa su peregrinación a la Meca en 1324 que tuvo dos consecuencias importantes: la entrada de Malí en la esfera internacional relacionándose con el Maghreb, Egipto y Oriente Próximo, y la purificación del Islam de prácticas infiltradas. Sus sucesores no supieron mantener la herencia: la anarquía hace su aparición y los Estados vasallos se declaran independientes en el siglo XV. Los mossi por el Sur y los tuareg por el Norte actúan en forma de tenaza arrasando y desorganizando el Imperio. Los songhay, liberados, atacan implacablemente por el Este apoderándose de los importantes centros comerciales de Djenné y Tombuctu para llegar, en 1545, a pillar la capital. En los siglos XVI y XVIII se acentúa la decadencia y serán los bámbara los que acaben con el Imperio en su ataque de 1670, reduciéndolo a la región de su origen: Kangaba-Niani. El esplendor político se alimentó de la floreciente vida económica. El oro, cuyas minas principales se encontraban en Buré, Bambuck y Galam, fue la base del comercio, como ya lo fuera en Ghana. Este oro ha alimentado la economía europea y medio-oriental del siglo XIII al XVI y ha sostenido la intensa vida urbana (más de 400 ciudades, según las crónicas). También produce cobre en Diara y Takedda y hierro en el alto Senegal y Níger. Telas norteafricanas, sedas de Damasco, caballos, sal, cola, especias y marfil eran los productos más importados. La agricultura, próspera, se desarrolló con la extensión del regadío y el incremento del algodón.

Almorávides. El Imperio estaba dividido en provincias, mandadas por un farin; al principio se tuvo una corte ambulante hasta que se instala permanentemente en Niani, regida por la costumbre protocolaria. La sociedad estaba repartida entre la aristocracia, grandes dignatarios, comerciantes, letrados, hombres libres del campo y siervos. Sólo la nobleza accedía a las funciones civiles y militares. La cultura se vio favorecida por los reyes, destacando la figura de Mussa que trajo letrados de otros países, como ocurrió con el granadino Es Saheli constructor de varias mezquitas y de la sala de audiencia del palacio de Niani, celebrada por todos los visitantes. Los SONGHAY fueron quienes más se beneficiaron de la descomposición de Mali. De sus orígenes oscuros debemos retener que los antepasados de los songhay se establecieron en la región de Kukya y sus primeros reyes pertenecían a la dinastía Dia. Hacia el año 1000 se islamizan y trasladan la capital a Gao, dedicándose a una política de conquistas hasta que en 1325 son sometidos por Malí. Ali Kolen, a finales del siglo XIV, depone al rey vasallo, toma el título de Sonni y se declara independiente. En 1400 los songhay saquean Niani.

Imperio Sonhhay.

Sonni Alí (1464-1492) es el que configura el Imperio. Con un ejército de oficio y una caballería numerosa, sale victorioso en todas las batallas agrandando sin cesar el reino. El hecho de no soportar la influencia de los letrados musulmanes, hizo que se hable mal de él en todas las crónicas, a pesar de ser uno de los mejores jefes con que ha contado el África Negra. A su muerte, estos letrados hacen una revolución de palacio para llevar al trono a Mohammed Turé, de la dinastía Askya. Buen guerrero y organizador llevó al Imperio a la cumbre y fue investido califa del Sudán, después de su peregrinaje a La Meca en 1496. Entre sus conquistas hay que destacar la anexión de casi todos los estados Haussa. El oro sigue siendo la principal riqueza, pero no hay que olvidar la sal, artículo esencial en la Edad Media y que se producía con mucha abundancia en Teghazza. Los viajeros de la época nos hablan de la abundancia de cereales, arroz, frutas, bueyes, ovejas y caballos, así como la buena organización del regadío. La tierra pertenece, principalmente, a la nobleza y a los letrados musulmanes, pero es trabajada por los esclavos a los que el señor alimenta y viste. La actividad comercial adquirió la cota máxima de la Edad Media. Se intensificó mucho la vida urbana y las ciudades se poblaron de escuelas coránicas y mezquitas que desarrollaron gran actividad cultural. Hay que destacar Tombuctu con su Universidad, Biblioteca Nacional y ambiente intelectual, en donde, según nos dice León Africano, «el comercio de libros proporcionaba más beneficios que ningún otro». Los reveses comienzan en el primer tercio del siglo XVI con una serie de revueltas. Daud (15491582) endereza la situación, pero en el reinado de su hijo El-Hadj (1582-1586), los marroquíes, que pretendían el oro y la sal de Songhay, envían la primera expedición. Castigada por el rigor del desierto sólo algunos pueden volver a Marruecos (1584). Al año siguiente los marroquíes ocupan Teghazza y en 1591 El Mansur, sultán de Marruecos, envía al renegado español D’Juder con un ejército de 4.000 hombres, de los que las dos terceras partes son andaluces. Equipados con armas de fuego acaban con la resistencia songhay en la batalla de Tondibi (25 abril 1591). Aparte de las razones internas que han llevado a cada Estado a desaparecer, hay que considerar otras de índole general: —A partir del siglo XVI las civilizaciones costeras norteafricanas pierden la supremacía que habían tenido antes: el descubrimiento del Nuevo Mundo hace que el Mediterráneo pierda fuerza en favor de las costas atlánticas, con lo cual el Sahel pierde su mejor mercado. La llegada de los portugueses y españoles a las costas de Guinea desplaza, definitivamente, las rutas comerciales hacia el océano. — Las rutas transaharianas se hacen cada vez más difíciles por el agotamiento progresivo de pozos y oasis. —La composición misma de los Imperios: su unidad era ficticia. Los pueblos estaban sometidos por la fuerza a un vasallaje. En el momento en que el poder central diera muestras de debilidad, surgían con rapidez las fuerzas centrífugas. b) Los REINOS MOSSI: Forman uno de los pueblos más originales. Su manera de gobernarse consiste en una mezcla de anarquías rurales familiares y monarquías complejas que controlan grandes masas

humanas. Su principal riqueza es la agricultura. Animistas incorruptibles, se opusieron al Islam rigiendo su vida por la costumbre. Su origen parece que hay que colocarlo en una emigración venida del Este y que se instala, hacia el siglo XIII, en el país recorrido por el Volta en sus tres ramas.

Reinos Mossi. En el siglo XVI, período de máximo esplendor, aparecen divididos en Estados cuyo origen es el reino de Gambaga, capital del pueblo Dagomba. Su expansión originará los reinos de Uagadugu, Yatenga, Mamprussi y Gurma. Todos obedecen al Moro Naba, asistido por un Consejo de 16 ministros, que cuenta con uno de los ejércitos mejores de África. La sociedad es una de las más jerarquizadas: de base rural y con un comercio poco desarrollado, ésta está compuesta por: la aristocracia nobiliar, que comprende a los príncipes de sangre y a los grandes dignatarios militares; los servidores reales, entre los que están los pajes, funcionarios y oficiales del ejército; los hombres libres integrados por campesinos, artesanos, comerciantes y soldados. Podían ser reducidos a esclavitud por ciertas faltas o voluntariamente; los esclavos, la mayoría de origen guerrero, que trabajan la tierra y pueden liberarse sirviendo en el ejército. c) Entre el Níger y el Chad: A medida que transcurren los siglos, el peso geopolítico y económico se va desplazando hacia el este. El pueblo HAUSSA es, probablemente, el que se instaló más antiguamente en la depresión del Chad. Hasta el siglo XIII sabemos muy poco de ellos, pero debieron ocupar las montañas del Air antes de la llegada de los tuareg. Hacia la mitad del siglo XIV pudieron confeccionarse los siete estados tradicionales: Kano, Zaria, Gobir, Rano, Katsena, Biram y Daura. En este siglo aceptan el Islam.

Estos pueblos estuvieron siempre expuestos a los ataques songhay por el oeste y a los de Bornu por el este.

Los estados Haussa. Todos tuvieron una suerte desigual y entre ellos se hicieron la guerra en numerosas ocasiones. Los más prósperos fueron Kano y Katsena que rivalizaron por el control comercial después de la desaparición de Songhay. En el siglo XV Kano mantiene la hegemonía para perderla, en beneficio de Katsena, a finales del XVI, momento en que recibe gran parte de la intelectualidad huida de Tombuctu. El baluarte económico es el comercio, dada su situación privilegiada. Venden cola, sal, esclavos y géneros de algodón, para comprar metales, productos mediterráneos, alhajas, perlas, conchas y armas. Zaria conoce un momento de esplendor en la segunda mitad del siglo xv, bajo la reina Amina. Es el estado más esclavista. Los demás llevan una vida más tenue con predominio de la economía agrícola. Una aristocracia militar domina la vida política y elige al rey que puede ser depuesto si no gobierna con acierto. El estado de KEBBI, situado entre Songhay y Haussa, recibió muchas influencias de éstos pero no es haussa. Es un pueblo belicoso que lanzó campañas victoriosas contra Gao y resistió las incursiones de Bornu. No será sometido hasta el siglo XIX. Al nordeste del Chad nace el reino de KANEM, formado por el pueblo kanembu que es el resultado de un mestizaje de varias etnias entre las que se encuentra la del pueblo negro sao y otros de raza blanca. Los kanembu absorben a otros pueblos y les imponen su lengua, el kanuri. Hacia el año 800 el rey Dugu logra fundar el embrión del reino con capital en Njimi. Esta dinastía dura hasta el año 1085 en el que el rey Hume se convierte al Islam y se proclama primer sultán. Hasta el siglo XIII, el rey más grande fue Dumana I (1097-1150), que inaugura una política imperialista, extendiéndose por el norte hasta el Fezzan. De 1250 a 1350 se lanzan campañas contra los saos, tubu y tuareg colonizándose la parte oeste del lago. Las guerras internas por la sucesión debilitaron extraordinariamente el poder de Kanem. Los bulala, que habían fundado el reino de Gaoga, se aliaron con los tubu y ocuparon Kanem. Ornar (13801388) debe abandonar Kanem para refugiarse en BORNU. Las luchas cortesanas por el poder

continúan hasta la llegada de Ali Ghayi (1479-1507) que restaura la autoridad imperial, ocupa toda la región de Bornu y funda la capital en Bimi. Sus sucesores siguen agrandando el Imperio, vencen a los bulala e instalan en Kanem un protectorado. El rey más grande fue Idriss Alaoma (1580-1617), gran conquistador y organizador del reino. Todos los años, fuera de la estación de lluvias, preparaba sus expediciones que se dirigieron, prácticamente, contra todos los pueblos. Muere en campaña luchando contra algún pueblo del Sur. Después de un breve período de paz, vuelven a la anarquía y los pueblos vecinos no tardan en lanzarse a la guerra. KANEM-BORNU conoció una vida política muy centralizada. El sultán estaba asistido por el gran Consejo, compuesto de los 12 oficiales principales del Imperio, que controlaba sus decisiones importantes. En la corte jugaban un gran papel la reina-madre y la primera esposa. El rey estaba obligado a repartir muchas prebendas para ganarse la seguridad de su trono, de aquí las interminables luchas e intrigas palaciegas.

El imperio Kanem-Bornu. Su economía reposó en el comercio, habiendo controlado las rutas comerciales que confluían en el Chad: del Mediterráneo llegan caballos, sedas, géneros finos de algodón, armas y objetos de lujo.

África negra da esclavos. Kaur y Fezzan proporcionan dátiles, el golfo de Guinea envía la cola y Darfur cobre. Por su parte, Bornu ofrece enormes cantidades de sal y natrón y, en menos cantidad, oro de Guangara.

B) LA PARTE DEL SENEGAL. —Hasta el siglo XVI, la historia de esta parte es muy mal conocida. A grandes rasgos podemos distinguir tres zonas de influencias dentro de una economía fundamentalmente rural.

Los reinos del Senegal. a) Senegal Tuculor que comprende, esencialmente, el Futa Toro dividido en provincias más o menos autónomas. Los árabes llamaron a esta zona Tekrur. Fue el primer país islamizado. Hasta el siglo xvi se suceden cuatro dinastías hasta que aparece Koli Tenguela que unificará el país, lo agrandará a expensas del reino Diolof y su dinastía reinará hasta la llegada de los franceses. Se vive en una sociedad muy estratificada basada en castas: hombres de oración (tarobé), la casta más elevada; los hombres libres (sebbé): guerreros, cazadores, cultivadores y artesanos; los cautivos (matchubé). b) Senegal Wolof: se funda en el siglo xiv alrededor del reino de Diolof por parte de los Uolof que llegan del noroeste. A éstos se debe la estructuración social que comprende a los hombres libres, nobles o no, dentro de una jerarquía rígida; los hombres impuros divididos en castas según su oficio y, finalmente, los cautivos. En el siglo xvi se escinden en cuatro reinos: Diolof, Wallo, Cayor y Baol. En el siglo XVIII, el pueblo lebu, que habita la península de Cabo Verde, se separa de Cayor. c) Senegal Serer: forma los reinos de Sine y Salum emparentándose con los peul. Como los anteriores, se organiza en castas muy diferenciadas: aristocracia, hombres libres, cautivos y esclavos. La organización política presenta una original división de poderes entre el soberano y los jefes de la Asamblea, de los hombres libres, de los esclavos y del Ejército. C) PUEBLOS MIGRADORES: los peul. —Nadie se pone de acuerdo sobre su origen, aunque todo hace pensar que proceden del alto Egipto llegando al occidente africano en varias oleadas migratorias. Su condición de pastores transhumantes hace que se desplacen según las estaciones y siguiendo unos itinerarios fijos. Aparecen en los confines del Imperio de Ghana antes del siglo XI y fuertemente instalados en el valle del Senegal y en ambos Futa y Tekrur. En este mismo siglo varios clanes se dirigen hacia el este alcanzando el valle alto del Níger e instalándose en Kaniaga, en donde se mestizan con los sarakolé. En el siglo XV están ya en la curva del Níger y forman en Masina, bajo el ardo (rey) Maghan Dialo, un reino aprovechando la buena tierra de pastos que da la confluencia Niger-Bani. Este reino tiene su apogeo bajo el ardo Aliu II (1466-1488), pero será sometido por los songhay en 1494. Las avanzadillas peul llegaron hasta las tierra haussa.

Rutas Comerciales en la Edad Media. A parte de este reino, los peul, por su transhumancia, no formaron grandes estados. Conviven con otros pueblos formando un elemento importante en la sociedad del África del Oeste. Suelen formar teocracias animistas siendo el ardo jefe espiritual y militar. Se opusieron tenazmente al Islam, y, aunque no eran guerreros, la presión de ciertos estados como Mali y songhay les obligó un poco a organizarse para resistir. En constante conflicto con los peul estuvieron los DJERMA originarios de Mali y que se instalaron cerca del lago Debo hacia el siglo XV. Al final del siglo XVI serán sometidos por los songhay. Al principio del siglo XVII el rey Tagur realizó la unidad política, pero, a su muerte, sus cuatro hijos se repartieron el reino. Acabarán mezclándose con los songhay. D) LOS PUEBLOS FORESTALES —Nos encontramos con pueblos como los guang, eguafo, bete, akan, mande, kru, gan, dan, senufo, organizados en aldeas y tribus sin llegar a formar estados. A veces surgen algunos centros comerciales, como Bono o Banda, donde se comercializan los productos, especialmente la cola. Cada aldea es independiente y el jefe asegura el orden, administra justicia y dirige la religión. Su principal riqueza económica está en la agricultura. Un pueblo especializado en el comercio, los diula, se encargan de intercambiar los productos que traen del Sahel o de la costa. Los pueblos Senufo y mande son hábiles artistas; sus admirables estatuas y máscaras de madera están en función del culto animista. Estos pueblos pacíficos se ven amenazados por los belicosos malinké que huyen de Malí en plena decadencia. Pueblo comerciante y musulmán se ve atraído por la riqueza de la selva y trata de controlar las rutas que van hacia el golfo de Guinea. Tampoco se constituyen en estados aunque logran dejar cierta influencia musulmana por donde pasan. E) REINOS DEL GOLFO DE BENIN. —Entre el bajo Níger y el Ueme, al norte de los actuales Togo y Benín, se instalan, en terreno fértil, los YORUBA, que provenían de una región comprendida entre el Níger y el Chad y que llegan, en dos migraciones sucesivas entre el siglo XI y el XIII, conducidos por un tal Odudua, fundador del primer reino. Sus hijos fundarían otros reinos como Oyó, Ifé, Illorin,

Benín. Más tarde aparecen otros como los reinos Ibo, Nupé, Djukum... Todos tienen una historia confusa, pero se organizaron sobre el mismo esquema socio-político.

Situación de África occidental a finales del s.XV. Este marco es la ciudad que formaba una especie de república oligárquica regida por una Asamblea cuyo jefe pertenecía a la familia principesca de Ifé. Todas las ciudades reconocen un vago poder soberano del Alafín de Ifé, centro espiritual de todos los yoruba. Este rey nombra a los jefes de aldea, tiene poder religioso y administra justicia. No obstante, está controlado por una Asamblea que puede pedir su muerte en cuyo caso sus mujeres, esclavos y servidores morían con él. La sociedad se armoniza en hermandades que comprenden patronos, obreros y aprendices. Su comercio es floreciente exportando marfil, esclavos, sal, especias y productos artesanales e importando metales, cobre, tejidos. La moneda más corriente es el cauri. Su agricultura y ganadería son prósperas, siendo el ñame la base de la alimentación. El pueblo yoruba nos ha dejado el arte escultórico más refinado de África. Las estatuillas de tierra cocida encontradas en Ifé y que representan reyes, constituyen, según Fagg, la cumbre del arte naturalista africano. Tiene grandes afinidades con la cultura de Nok. En Benín, en el siglo xiv, bajo el soberano Evare, se crean los relieves en bronce, latón, y marfil que suponen la cumbre del arte cortesano. También poseen una cultura megalítica cuyo origen y significado no se conocen bien.

2. LOS REINOS DE ÁFRICA CENTRAL. Los clanes bantú que se desplazaron hacia el oeste siguiendo el curso del Ubangui, alcanzaron la parte norte del bajo Congo y formaron varios estados pequeños, pero sin organización política especial: Mpangu, Mbata, Loango, Bungu... En el siglo XV, un hijo del jefe de este último estado emigra hacia el sur y se instala cerca de la actual Boma; después de someter a las tribus indígenas, Nimi Lukeni se casa dentro del clan que tiene derecho sobre la tierra y toma el título de Maní KONGO, siendo el

primer rey conocido. Al someter a las tribus vecinas se agranda el estado y éste se organiza en cinco provincias: Soyo, Mpemba, Mpangu, Mbata y Nsundi a cuya cabeza está un gobernador nombrado por el rey. En el siglo XVI se extiende con nuevas provincias. El rey es elegido por un colegio electoral de 9 a 12 miembros de los que el jefe de dignatarios tiene el derecho del culto. El rey tiene un poder de naturaleza divina y debe observar estrechamente las costumbres tribales, si no, se le obligaba a dimitir. Su ejército está compuesto de esclavos equipados con armas de hierro. A parte de su riqueza agrícola y ganadera, la economía se nutre, además, de la pesca, de los impuestos, de una desarrollada metalurgia y de la venta de esclavos, marfil, pieles y rafia. La moneda más corriente es el cauri. Los portugueses entran en relación estrecha con el Congo en tiempos de Alfonso I (1482-1494), a quien la tradición considera como el rey más grande. En 1487 exigen la conversión del reino al cristianismo a cambio de una ayuda técnica. Sin embargo, tiene problemas con ellos porque intenta oponerse a la masiva exportación de esclavos. A partir de 1520 las relaciones se enfrían porque los portugueses no encuentran las fabulosas minas de oro que se habían imaginado. Los congoleños, para sacudirse esta tutela, entablan relaciones diplomáticas con el Vaticano. Diogo I (1541-1561) intenta una política personal sometiendo a los extranjeros a su jurisdicción y volviéndose a las costumbres tradicionales. Esto le atrae la oposición de Portugal y de la Iglesia. Cuando a su muerte se intenta imponer un rey que haga el juego a los portugueses, la masa se subleva y se crea una fuerte corriente de xenofobia. En 1568, bajo Alvaro I, los invasores yaga ocupan el país. Los portugueses acuden en su ayuda, liberando el Congo en 1575. A partir de este momento, el Congo pierde su preeminencia en favor de Angola. La llegada, en el siglo XVII, de ingleses, franceses y holandeses rompe el monopolio portugués y las provincias comienzan a separarse. Más al sur, entre el Tanganyka y el alto Kasai, las tribus viven de forma autónoma sin llegar a formar reinos. Los mejor organizados son los que se encuentran en las márgenes de los lagos que forman el Lualaba. Hacia la mitad del siglo XVI, el pueblo LUBA se organiza bajo el mando del rey Kongolo y somete las regiones situadas en el alto Lomani. Otro rey famoso, Kalala, prosigue las conquistas al este del Lualaba. Un hermano de Kalala somete al pequeño reino de Kalany en territorio LUNDA, se casa con la reina de esta etnia y funda un próspero reino. Ambos pueblos son expertos trabajadores del metal, sobre todo del cobre, y hábiles artistas, destacándose la escultura en madera de los chokues. Los BAKUBA, entre el Kasai y el Sankuru, formaron un estado de cierta relevancia que se mantendrá hasta el siglo XIX.

3. ZONA AL SUR DEL ZAMBEZE

Reinos del Congo y del Zambeze. Asentamientos Peul y Mandingo. Los pueblos bantú rechazados de la región de los Grandes Lagos se dirigen hacia el sur del Zambeze a donde llegan en el siglo XIII, siendo los thonga los primeros. Aquí encuentran un pueblo que había empleado la piedra en sus construcciones y asimilan esta técnica. Al final de este siglo, un tal Nembiré, de extirpe chona, somete a los demás clanes y funda un reino cuya figura estelar es el rey MONOMOTAPA que dará nombre al reino. Reunificará la mayor parte de Zimbabwe actual y Mozambique. En el siglo XV es un reino rico y próspero que comercia con los árabes, instalados en Sofala, el oro y el cobre y construye numerosos fuertes de piedra como Nacetali, Dhlo Dhlo, Khami. La capital será Zimbabwe. Al principio del siglo XVI empiezan una emigración hacia el sur y el comercio lo harán con los portugueses que toman Sofala a los árabes en 1505. Como moneda se empleaba la barra de cobre en forma de H. Se han encontrado porcelanas chinas y persas de los siglos XIII y XIV. Son también hábiles agricultores que practican la técnica de las terrazas en las colinas. En su avance, los bantú rechazan a los bosquimanos, hexeros y hotentotes obligándoles a desplazarse hacia el desierto de Kalahari. Van extendiendo su conocimiento sobre la agricultura, ganadería y trabajo del hierro. Desde el siglo XV, los thonga se instalan ya en la costa del Natal. Del siglo XVI al XVIII van llegando los nguni, sotho y shonas que irán ocupando, progresivamente, las orillas del Limpopo y los territorios de Natal y Transvaal. Todos se agrupan en familias y tribus, pero no llegan a formar estados.

4. LA REGIÓN INTERLACUSTRE

Reinos interlacustres. La costa Oriental. En el siglo XIV surgen pequeños estados (de 250 a 500 km²) con una población de algunos millares de pastores. El más antiguo es el reino de KITARA, al oeste del Victoria, dominado por un clan hima y que conoce un gran crecimiento al principio del siglo XV e impone su soberanía a otros estados preexistentes. Sus construcciones son un conjunto de trincheras concéntricas: las interiores albergan la ciudad y sus dependencias y las exteriores sirven para guardar el ganado. La corte es itinerante y el rey goza de un poder absoluto y sagrado, normalmente hereditario. Los LUO, de raza nilótica y ocupantes de la zona norte, emprenden una serie de migraciones hacia el este durante tres siglos. En la segunda mitad del siglo XV destruyen el reino de Kitara y fundan el clan real de BITO que, al principio del XVI, se descompone en varios estados, siendo los principales Bunyoro y Buganda. Este clan tuvo su enemigo principal en el clan hinda, instalado al sur a principios del siglo XVI y que engendrará una serie de dinastías que se ponen a la cabeza de pequeños reinos. Al norte del Tanganyka los TWA, cazadores y alfareros, y los HUTU, pueblo bantú y campesino, viven formando linajes autónomos dentro de un sistema patriarcal con poder de origen divino. La llegada de los pastores TUTZI, hacia el siglo XIII, cambiará la relación de fuerzas. Éstos someterán a las otras etnias y se constituirán en clan dominador formando el reino de RWANDA y, más tarde, el de BURUNDI. Para Rwanda, Ruganzu sería el primero en la lista de los soberanos que funda una dinastía en el siglo XV. El rey Kigeri Mukobanya detiene la invasión de Bunyoro y su hijo, en el siglo XVI, agranda el territorio elevándolo a la categoría de gran estado. Los tutzi impusieron un régimen feudal hasta que el rey Mutara I restructuró políticamente el país, debilitó la autoridad de los señores y centralizó el poder del estado. Los tutzi tomaron de los hutu la lengua bantú y la organización monárquica; pero permanecieron dos castas prácticamente incomunicables. Ambos despreciarán a los twa con una aversión misteriosa. La sociedad se rige por principios teocráticos. La economía sigue los moldes de la sociedad: los tutzi se dedican a la

ganadería, los hutu al campo y los twa a la caza y a los trabaos manuales.

5. LAS COSTAS ORIENTALES. Forman una banda baja y arenosa en donde bosques y montañas hacen difícil la penetración al interior. A las poblaciones instaladas en estas costas, desde el Zambeze a Somalia, los árabes dieron el nombre de ZENDJ. Estas costas siempre fueron frecuentadas por asiáticos, especialmente árabes, atraídos por las riquezas mineras y los esclavos. El producto resultante de la confrontación bantú, árabe e india dio origen a la cultura swahili. Hacia el siglo xv se detecta la presencia china, pero no duró mucho tiempo. Hacia el 750 MASCATE conoció un gran poderío y sus mercaderes frecuentaban habitualmente las costas africanas aprovechando los monzones para doblar el cuerno. Con la toma de Persia por los turcos, muchos nobles vienen a instalarse definitivamente a estas costas. Surgen, así, sultanatos anclados en ciudades-estados sin organización centralizada, pero con una riqueza deslumbrante manifestada en excelentes construcciones de piedra. Ya en el siglo X son famosas las ciudades de Mogadiscio, Brava, Kilwa, desde donde se pasa a Mafia y a las Comores. En el siglo XII, Malindi y Mombasa; en el XIII, Gedi y Pemba. En el siglo XIV, Zanzíbar se constituye en sultanato independiente. Hasta el siglo XV, Mombasa y Kilwa son las más prósperas y en el XVI Sofala recibe un maravilloso impulso. El comercio es la razón de ser de estos sultanatos. Los árabes vienen a buscar oro, marfil, hierro, cobre, pieles de león y leopardo, caparazones de tortuga, goma, ámbar, cuernos de rinoceronte y esclavos. Traen perlas, porcelanas, vidrios, tejidos y metales. Estos productos engendran una corriente comercial que pone en contacto Arabia, India, China, Siam, Mesopotamia y Persia. Para damos cuenta de la importancia de este comercio, podemos poner como ejemplo la revuelta de los esclavos zendj de la región de Bassora (Irak) del año 868 al año 883. El Gobierno, para terminar con ellos, tuvo que exterminar a todos. La llegada de los portugueses a finales del siglo XV causa la ruina de toda esta civilización. Se portan bruscamente y ninguna ciudad, a excepción de Malindi, quiere tener relaciones amistosascomerciales con ellos. El mestizaje que operan con los zendj da origen a los «prazeros», a cuyas manos pasará el comercio en el siglo XVI. En realidad, los portugueses no tenían gran empeño en establecerse en estas costas y sólo las consideraron como etapas necesarias para llegar a la India. En 1587 tiene lugar la invasión de los simbas, caníbales que saquean las ciudades del litoral desde Kilwa a Mombasa. En el interior hay una serie de culturas sedentarias que conocen el hierro y que han dejado testimonios de su vida en las ruinas de sus establecimientos, ciudades de piedra, terrazas, canales de riego, trabajos de minas, pinturas rupestres. Están organizados según los criterios de la familia extensa y, probablemente, son de lengua bantú. Se los ha agrupado bajo el nombre de cultura AZANIENSE que se extendería del 500 al 1500. A partir de este año parece que su cultura se interrumpe por las invasiones de los galla, somalíes, massai...

6. ÁFRICA DEL NILO Y ETIOPÍA Con la ocupación árabe de Egipto el año 639 comienzan los problemas para NUBIA. En el 652 los

árabes cercan Dongola, pero son rechazados. Volverán en una segunda incursión, en el 854, aliados con los bedja, pueblo nómada que habita más allá de las fronteras de Nubia y que se dedica al pillaje. Los nubienses responden con una incursión a Egipto en el 967. En 1172 atacan Asuam y Saladín envía sus tropas que se apoderan de Ibrim al año siguiente. A partir del siglo XIII la presión del Islam se hace más fuerte y en 1287 Dongola es ocupada por Egipto y en 1317 se incorpora definitivamente a su territorio. Aloa resiste un poco más, pero sucumbe en 1504 ante el avance de los fung. Éstos habían fundado el estado árabe de Sennar que declarará una guerra continua a los cristianos de Nubia y Etiopía, así como a los pueblos animistas del sur: los chilluck, dinka... haciendo de esta zona uno de los paraísos de los esclavistas musulmanes. Con la islamización de Nubia, ETIOPÍA quedaba cortada del mundo cristiano. Las buenas relaciones que habían existido entre Arabia y Axum comienzan a deteriorarse. Los piratas saquean sus costas y los bedja la parte septentrional de Eritrea. Los pueblos Somalí y Danakil también se convierten al Islam y se declaran enemigos de los cristianos etíopes. Éstos no tienen más remedio que dejar las llanuras litorales para buscar refugio en las mesetas elevadas de Amra. El mar Rojo se convertía en un mar árabe. Una fuerte renovación llega a mediados del siglo XII de la mano de la dinastía zague cuyo principal rey, Lalibela, instala una nueva capital en la zona de Lasta, de difícil acceso, y se dedica a reafirmar el espíritu cristiano mediante la creación de iglesias y monasterios. Esta dinastía desaparece a finales del siglo XIII para dejar el poder a los descendientes de la antigua aristocracia axumita. El rey más grande de esta dinastía es Zara Yaqob (1434-1468) que sufre la amenaza turca y tiene que llamar en su ayuda a los portugueses en 1526. Lebna Dengel envía fuera a los portugueses y el imán Ahmed Al-Ghazi aprovecha para atacar de nuevo. Éstos deben volver. A mediados del siglo XVI tiene lugar la terrible invasión Galla que se adueñó de todo el reino etíope, reduciéndolo a la sola provincia de Gondar. Hay una nueva recuperación a finales de este siglo bajo el enérgico Sarsa Dengel, pero la verdad es que Etiopía cae durante más de dos siglos en una serie de luchas dinásticas y divisiones feudales hasta la llegada de Theodoro en 1855. La cultura etíope está fuertemente impregnada de caracteres religiosos. La liturgia se mantiene dentro del rito copto y se traslada a la vida formando una teocracia en donde el rey se encarga del cumplimiento de los preceptos de la religión. Ésta se contamina de ciertos caracteres africanos y paganos. El monasterio es el foco de irradiación cultural y económica. Él estará a la base del desarrollo literario y en sus grandes posesiones trabajaba la inmensa mayoría del pueblo. El rey se desplaza continuamente percibiendo el tributo y haciendo justicia acompañado de un potente ejército. Todo este período es un continuo forcejeo entre la expansión islámica, que pretende la desaparición del reino cristiano etíope, y la lucha de éste por su existencia. Pequeños reinos musulmanes, formados por los danakil, issa y algunas facciones de los somalíes, se reagruparon, a partir del siglo XIII, para formar un estado potente: el Sultanato de IFAT, en los alrededores de Zeila, que será destruido en el XVI por los etíopes. El imán Harar Ahmed vuelve a reconstruir el estado que será definitivamente arrasado por la invasión Galla, nómadas de religión animista. Otro estado árabe de cierta importancia surge en ADAL, en las orillas del mar Rojo y también se empleará con fuerza en la lucha contra Etiopía. Otros pueblos como los afar, somalí y fung, que habitan en la parte del cuerno, se islamizan en épocas indeterminadas. En la región costera surgen los sultanatos

de Racheita, Tadyura y Gobad. Más al interior, la unidad social es la gran familia patriarcal adaptada a la movilidad de los nómadas.

7. LA LLEGADA DE LOS EUROPEOS. Aragoneses y mallorquines, buscando nuevas salidas a su expansión marítimo-comercial, envían expediciones a África negra. En el siglo XII se hace referencia a un viaje de Benjamín de Tudela que parte hacia la isla de Sokotora y Etiopía. Viajes como éste debieron sucederse con cierta periodicidad y aumentar extraordinariamente en el siglo XIII, una vez que se ha detenido el avance árabe. Se ha considerado este siglo como el más importante dentro de la historia de la marina por sus innovaciones técnicas: sustitución de la vela cuadrangular por la triangular, puesta a punto del gobernalle de estrambote, perfeccionamiento de la brújula china y mayor capacidad en el tonelaje. Los navegantes españoles siguen marcando la pauta a lo largo de este siglo. En 1230, un grupo de españoles entra en la desembocadura del Senegal. En 1283, Ramón Lulio relata el viaje de uno de sus mensajeros que parte de Tabelbalat con una carga de sal hacia Ghana y Malí. En 1291, los hermanos Vivaldi salen de Mallorca, vía Ceuta, «a fin de navegar hacia las Indias por el océano y las tierras indias para intercambiar mercancías». Al doblar el cabo de Nun se pierde todo contacto con ellos. En el siglo XIV se perfecciona enormemente la Cartografía. Los Portulanos y Planisferios se detallan cada vez más y nacen escuelas de geógrafos con la misión de situar cada porción del globo. Sin duda ninguna, la escuela que adquirió mayor renombre fue la escuela de cartógrafos judíos que nace en Mallorca y que confecciona atlas bajo demanda real. A ella se debe el insuperable Mapa Catalán (1375) de Abraham Cresques, uno de los más perfectos de la Edad Media. También debemos recordar el de Juan de Garignano (1320), Dulcert (1339) y Pizzigani (1367). En este siglo las Canarias ya son muy frecuentadas y siguen las expediciones hispánicas a las costas occidentales. En este sentido debemos recordar la expedición de Jaime Ferrer (1346) que sale de Baleares hacia el misterioso «Río de Oro», actual Senegal, y de cuyo resultado no sabemos nada. También marinos franceses de Rúen, Dieppe, Saint Malo y Normandía se instalaron, en este siglo, en puntos de la costa africana. El siglo XV va a conocer el dominio político de los portugueses. Estos se lanzarán a la competencia con castellanos y aragoneses ayudados por la ascensión económica de la burguesía local, la necesidad de tierras para los nobles y señores y la existencia de un buen banco de pesca. A estas razones hay que unir intereses comerciales, motivos religiosos concretizados en la lucha contra el Islam y la necesidad de oro y cereales. Desde el punto de vista técnico, hay que hablar de la perfección que supieron dar a la carabela, que logran poner a punto hacia 1440. El infante Enrique el Navegante, hijo de Juan I, fue el impulsor de la presencia portuguesa en África. En 1415 se conquista Ceuta y, según el cronista Valentín Fernández, «después de la conquista... decide rápidamente descubrir esta costa porque había sabido que los moros iban a buscar el oro del lado de esta región occidental de África». Los descubrimientos se suceden de forma prodigiosa, de forma que a su muerte, en 1460, ya habían llegado a Sierra Leona, lo que suponía un reconocimiento de 2.500 km. de costa. En 1483 alcanzan la desembocadura del Congo, cuatro años más tarde Bartolomé Díaz dobla el cabo de Buena Esperanza y, en 1497, Vasco de Gama tocaba Zanzíbar y llegaba a la India. Enrique se había ayudado en estos descubrimientos del asesoramiento de la escuela de Sagres que él

había fundado y en la que se encontraban los mejores geógrafos portugueses de la época. También contó con la colaboración de expertos extranjeros como la del veneciano fray Muro que confecciona para el navegante uno de los primeros mapas (1459) en que podemos apreciar el extremo meridional africano. Para evitar los frecuentes choques con los marinos españoles, se logró la bula papal Romanus Pontifex (1454) mediante la cual los portugueses renunciaban a las Canarias, pero adquirían el monopolio en las costas de Guinea. Para coordinar toda la política africana se creó, en 1450, la «Casa de Mina», cuya sede se trasladará a Lisboa en 1482 por Juan II. Se transformará en un verdadero ministerio bajo el nombre de «Casa de India». En el siglo XVI los portugueses continuaron haciendo sus viajes y ocupando las ciudades afroárabes de la costa oriental arruinando su civilización. El índico se convertía en un mar portugués. La presencia europea en África tuvo unas consecuencias inmediatas: la implantación progresiva del catolicismo, la transferencia del peso económico del Sahara al Atlántico, la decadencia de los estados islamizados, la apertura del comercio de esclavos y la introducción de ciertas plantas: ananás, arácido, cacahuet, guayaba, maíz, manioca, papai, patata, piña, tomate, tabaco...

8. MADAGASCAR. Hacia el siglo XII-XIII llegan los pueblos arabizados que se apoderan del comercio. Los Antalaotes, mezcla de árabe, indonesio y bantú que habitaban las Comores, dependientes de Kilwa, pueblan las costas del Noroeste dedicándose a la vida marina. En el Nordeste hay otro pueblo de características negroides y con material funerario importado de China y Persia. En la región del Sudeste se instalan los Zafi-Raminia y los Antemoro, también islamizados. Estos pueblos vienen a las costas africanas a buscar esclavos y practicar el comercio. A medida que asistimos a un aumento demográfico se va ocupando el interior, en donde destacan los Betsileo y los Hova, con nuevas concepciones políticas que darán origen a los primeros reinos. Estos empezarán a fundarse en el siglo XVI, pero adquirirán su apogeo en el XVIIXVIII. En 1500 una escuadra portuguesa, diseminada por un temporal, da ocasión a que una de las naves conducida por Diogo Dias, encuentre la isla desconocida hasta entonces por los europeos; desde ese momento será una etapa en la ruta de las Indias. Los portugueses destruyen los puestos árabes del Noroeste y fracasan en su intento de cristianizar la isla. Los holandeses, desde finales del siglo XVI, también la utilizan en su camino hacia Indonesia hasta que se instalan en El Cabo (1652) abandonando la isla. También los ingleses de la «Compañía de Indias», fundada en 1600, la frecuentan para aprovisionarse y no logran un intento de asentamiento efectuado en 1644. Los franceses ya habían traficado con las costas en 1527, pero será en el siguiente siglo cuando la «Compañía de las Indias Orientales» llegue con regularidad a la isla para establecer un comercio continuo que provocará conflictos con los indígenas.

CAPÍTULO IV

LOS SIGLOS XVII-XVIII

1. ÁFRICA OCCIDENTAL. A) La evolución en el Sahel. — Los marroquíes se instalaron en Tombuctú y su presencia fue tan negativa, que acabaron con toda la vida económica y cultural del Imperio. Desde aquí se enviaba a Marruecos oro, sal, esclavos y otros productos. Hasta 1612 los sultanes de Marruecos nombraban a los pachás de Tombuctú hasta que la corrupción se adueñó de los soldados y, a partir de ese año, fueron ellos mismos los que los eligieron. La gestión de El D’Juder no agradó al sultán: llamado a Marruecos será ejecutado y sustituido por Mahmüd. Entre 1712 y 1750 hubo 200 pachás y después de 1660 la oración se hace no en nombre del sultán, sino en el del pachá rechazándose la soberanía de Marruecos.

La zona del Sahel en el s. XVII. Al principio, los marroquíes intentaron una implantación sólida, pero habiendo fracasado en varías expediciones hacia el Este y el Sur, abandonaron todo intento de expansión, limitándose a controlar las grandes ciudades. Se mantiene la administración y el aparato Songhay. A partir de 1730 los soldados se mestizaron con los songhay de lo que resultó la formación del pueblo arma, que se harán vasallos de los bámbara y peul. En 1591, el Askya Nuh, depuesto en 1599, reunió lo que quedaba del pueblo songhay y fundó el reino de DENDI con capital en Lulami. En 1612, Dendi, después de una derrota, firma la paz definitiva con los marroquíes entablándose entre ambos buenas relaciones si bien éstos intervienen constantemente en los asuntos internos del reino. Sigue un período confuso hasta su descomposición al final del siglo xvn, dando origen a otros pequeños reinos. Los pueblos BÁMBARA habían conservado, dentro del Imperio de Malí, una gran sociedad patriarcal estructurada en linajes y repartida en grandes aldeas que se insertaban en cantones. Esta fuerte cohesión histórica, impregnada de un animismo a toda prueba, será un fermento de oposición a la

tentativa marroquí de someter el Sudán. A principios del siglo XVII los bámbara están divididos en pequeños estados tribales bien estructurados. A finales de este siglo, XVII Kulibaly reúne a estas tribus en un estado único, fundando el reino de SEGU que se enfrenta fuertemente a los marroquíes haciendo incursiones hasta Tombuctú. Viven de la agricultura, logrando desarrollar una excelente ganadería, merced a la sabana herbácea atravesada por el Níger que proporciona una gran fertilidad. A su muerte, sus hijos son asesinados y el Imperio cae en una anarquía militar hasta la llegada de Ngolo Dyara, a finales del siglo XVIII, que endereza la situación y extiende mucho el reino otorgándose el título de Fama. Bajo Monson Dyara (1790-1810) el reino conoce su apogeo, iniciando un período de decadencia a su muerte. Los causantes principales de la caída bámbara son los PEUL que, no obstante, se habían aliado con ellos para oponerse al avance del Islam. En el siglo XVII ya están en el Senegal (Futa Djalon, Futa Toro), Macina y borde de la selva ecuatorial. Algunos grupos se sedentarizan en el Senegal, pero otros vuelven a emigrar hacia el Este en dirección al Chad. Estas continuas migraciones están en consonancia con su modo de vida dedicada al pastoreo de grandes rebaños transhumantes. Su expansión es explicable por el debilitamiento de los reinos tradicionales y la inseguridad de las poblaciones.

Senegal en los s.XVII-XVIII. A principios del siglo XVIII comienzan a aceptar el Islam y a formar grandes estados buscando la dominación política. Con este hecho, el Islam cambia de naturaleza: si hasta entonces su penetración fue pacífica y comercial, ahora se convertirá en guerrera intentando imponerse por la fuerza y aplastando a quien no lo acepte. El movimiento comenzó en 1725, en Futa Djalon, predicado por el piadoso musulmán

Karamoko Alfa, a quien se le da el título de «almany» («jefe de los creyentes») y declara la guerra a los paganos. En 1751, el gran guerrero Ibrahima Sori toma el poder y extiende su autoridad a la casi totalidad de Futa Djalon, imponiendo las bases del nuevo estado. Los peul se apoderan de las tierras y reducen a la esclavitud a los campesinos animistas, formando ellos el conjunto de hombres libres que alimentará el ejército. Los más ricos o sabios se constituyen en nobleza dedicada a la guerra y a los estudios coránicos. Este estado peul será una confederación de nueve provincias dirigidas por familias nobles entre las que eligen el almany, cuya autoridad se limita a dos años para evitar el exceso de poder. Este mismo ejemplo se seguirá en Futa Toro: Abdul Kader toma el título de almany en 1776 apoyándose en los «torobé», que eran musulmanes despreciados por la población. Instala la capital en Kobilo islamizando toda la región de Tekrur y Wolof.

B) Los Estados de la costa. — Al amparo de la trata negrera se van fortificando ciertos estados históricos o surgen otros cuya vida fluctúa según la evolución del comercio esclavista, pero todos acabarán arruinándose por la misma causa. Tal es el caso de BENÍN que había entrado en contacto con los portugueses en 1472 y se había enriquecido mucho por el comercio atlántico. La necesidad de adquirir esclavos le hace extender sus conquistas, centralizar su administración y acentuar el poder del rey a expensas de los dignatarios. Hacia 1650 adquiere un máximo de esplendor que desaparecerá al final del siglo, agotado por las luchas exteriores ocasionadas por la caza de esclavos y las querellas dinásticas.

Estados de la sabana y la floresta en el s.XVII. De los pueblos FON sólo sabemos que formaron una serie de estados a partir del siglo XVII. Todas las tradiciones dan como antepasado a la princesa Aligbonon, madre del rey de Tado, Agassu. Se desplazan hacia el Este y, por razones desconocidas, se separan en tres grupos que dieron origen a los estados de Alada, Portonovo y Abomey. Portonovo fue fundado por Te Agbalin a finales del sigloXVII. Los portugueses proporcionan armas a sus descendientes que extienden el reino y practican la caza al esclavo. Estarán en fuerte lucha contra Tegbessu.

Abomey fue creado por Dogbagri que tiene que huir de Alada a causa de un conflicto de sucesión. Los yoruba se apoderaron de Abomey en 1712, pero Tegbessu los rechaza iniciando una era de expansión. Se comporta como un gran represor y llama a los europeos para que guarden su estado de posibles ataques exteriores. Le sucede Agadja que se hace vasallo de Oyó para asegurar su libertad de acción y darse a la trata de esclavos. Todos los reyes fueron grandes esclavistas y los europeos fueron metiéndose cada vez más en los asuntos del estado. A mitad del siglo XVIII las ciudades costeras de Uidadh, Ardra, Popo y otras se rebelaron, siendo sus habitantes reducidos a la esclavitud. Los fon viven de los cultivos en el marco de una sociedad rural. El rey está asistido de ministros y de numerosos notables en cortes ricas en donde se desarrolla un excelente arte cortesano plasmado en bajorrelieves, estatuas, puertas y tronos. Como es habitual, la Trata se hace en provecho del rey y de algunos nobles. Se formé un cuerpo de elite dentro del ejército: las amazonas, mujeres vírgenes no sometidas a nadie. A finales del siglo XVI, las tribus AKAN vienen del Norte para establecerse entre el Volta y el Bandama, formando una serie de estados. El más importante fue el estado de Bono, unido al comercio del oro y que subsistirá hasta la mitad del siglo XVIII. Otros pueblos llegarán hasta la costa, mezclándose con elementos guang y ga. A Bono le tomarán el relevo otros reinos: Adamsi, Denkira, Akuamu... Los ASHANTI, pueblo emparentado con los akan, están sometidos al reino de Denkira hasta que Osei Tutu (1695-1731) opera la liberación y funda la «Confederación Ashanti» alrededor del simbólico «trono de oro». La Confederación se engrandece conquistando el reino abrón y otros pueblos. La capital se establece en Kumasi, si bien cada pueblo goza de una gran libertad. El rey es elegido entre los miembros de la familia real y está ayudado por tres ministros principales y asistido por un Consejo de notables, aunque un gran papel lo juega el Okomfo Anokye, gran sacerdote, que dirige los asuntos desde Kumasi. El cantón es la unidad administrativa dirigido por un jefe y su consejo. Se habían enriquecido mucho vendiendo oro y marfil. Los ashanti estuvieron en continuo conflicto contra los fanti en lucha por la adquisición del monopolio de la Trata. A finales del siglo XVIII se rompe la Confederación. También familiares de los akan son los AGNI y los BAULE. Los primeros fundan en el siglo XVII una serie de reinos, siendo el más importante el de Sanwi. Los segundos forman un grupo guerrero dirigidos por la reina Abla Poku estableciéndose en las orillas del Bandama. Asimilados por los autóctonos se convierten en pacíficos agricultores sobresaliendo por sus cualidades artísticas. Su reino comprendía ocho clanes. Otros reinos de cierta relevancia fueron: BUNA, poblado por agricultores lorhon que viven sin formar estados. Los reyes explotaron las minas de oro y controlaron el tráfico de la cola. Sin embargo, los ABRÓN formaron un reino poderoso y rico con una organización estricta. El imperio KONG se formó en el siglo XVIII habitado, en su mayoría, por dyulas. Es el primer estado que funda su poder no en la caballería, sino en las armas. Su objetivo fue controlar todas las rutas caravaneras.

África en el s.XVIII.

Reinos de la costa en el s.XVIII. Finalmente, en el delta del Níger se constituyen pequeños estados atraídos por los beneficios de la Trata: IBO, EDO, EFIK... que se forman alrededor de un mercado de esclavos como Warri, Brass, Bonny... Su organización varía: a veces son monarquías y, a veces, repúblicas. Nunca fueron guerreros y sus esclavos procedían del interior.

C) La situación entre el Níger y el Chad:—Los estados HAUSSA conocen un poderío comercial con la caída del imperio songhay, pero se ven amenazados por las incursiones constantes del reino de Jukum que ya había sometido a Zaria al final del siglo XVI. Katsena, que somete a Kano, impone su hegemonía a principios del siglo XVIII para cederla, a mitad de este siglo, a Gobir. BORNU comienza su desintegración a raíz de la muerte del gran Idriss Alaoma, recibiendo los ataques de los tuaregs, jukum y otros nómadas del desierto. El debilitamiento de los haussa y de Bornu favorecerá el asentamiento paulatino de los peul que propiciarán la formación de los grandes imperios del siglo XIX. El Islam sigue posibilitando una importante actividad intelectual con la aparición de autores y obras que mantienen la

tradicional vida cultural islámica. Al este del Chad y como consecuencia de la caída de Bornu, aparecen, ya fortalecidos, ciertos estados que aparecieron en la segunda mitad del siglo XVI. BAGUIRMI surge en el curso medio del Chari alrededor de su capital, Masenia, formando un conglomerado de tribus de diversos orígenes. El rey Abdallah (1561-1602) se convierte al Islam y hace la guerra a los paganos del Sur, especialmente a los bulala. UADAI se libera de DARFUR hacia la mitad del siglo XVII y se convierte en estado con capital en Warra. Otros estados menos importantes son los de KORDOFAN y SENNAR, este último en manos de los funj. El comercio, especialmente el de esclavos, caballos y marfil, es la riqueza más importante de estos reinos.

2. ÁFRICA CENTRAL

Los reinos del Congo en el s.XVII. La descomposición del reino del Congo permitirá la ascensión del reino de Ndongo, al que los portugueses llamaron ANGOLA cuando entraron en relación con él en 1520. Fue, al principio, una provincia congoleña adquiriendo su independencia en fechas imprecisas. Hacia 1500 aparece como un estado de cierta importancia y los portugueses entablaron relaciones permanente con él a partir de 1557. Éstos dejan el puerto congoleño de Mpinda y se apoderan de Loanda en 1576, haciendo de esta ciudad el centro más activo del tráfico atlántico y de la Trata negrera. Comienzan una colonización planificada. En 1623, la reina Ana Nzinga logra atraerse a los jefes y, unida a los jagas, se rebela contra los portugueses manteniendo la guerrilla hasta 1656 sin haber sido reducida. Los holandeses desembarcan en Loanda en 1641 pero su estancia fue efímera rechazados por los portugueses. Con la desaparición de Nzinga desaparece la resistencia indígena a la presencia portuguesa. Angola fue dividida en presidios o capitanías mandados por un militar asistido de un juez y un capellán. Cada capitanía se subdividía en territorios tribales a las órdenes de jefes tradicionales vasallos, ahora,

de Portugal. En Loanda se encontraba el poder central compuesto por el gobernador, un Consejo consultivo, el obispo, el procurador general y el comandante del Ejército. Toda la administración giraba alrededor de la Trata. Más al interior, los reinos LUNDA, LUBA y BAKUBA continúan aumentando su territorio y haciendo más consistentes las estructuras de sus estados. Su comercio se intensifica con el asentamiento europeo y la intensidad de la Trata. Sus importaciones más importantes se refieren a artículos de cristal, telas y armas de fuego, exportando marfil, cobre y esclavos. Suelen conservar una organización muy centralizada dando origen a múltiples luchas dinásticas. Este período va a ver surgir otros reinos de cierta importancia: el reino Lozi, fundado por Mbou y que, al final del siglo XVII, llega hasta las cataratas Victoria gracias al gran guerrero Ngombela que dividirá el reino en dos partes. El reino KAZEMBE nace alrededor de 1750 siendo el rey Lukwesa quien organiza la administración entrando en relaciones comerciales con portugueses (oeste) y árabes (este). Otros pueblos como los TIO, NUNU, LELE conocen cierta prosperidad y, aunque formaron organizaciones potentes, sin embargo nunca llegaron a formar verdaderos estados.

3. AL SUR DEL ZAMBEZE.

Poblamiento de África del Sur en el s.XVII. Los portugueses, partiendo de la ciudad de Sofala, penetran en el interior instalándose a lo largo del Zambeze. El rey de MONOMOTAPA les concede, en 1607, la explotación de las minas de oro, cobre, hierro y plomo, pero, en lugar de explotarlos, los portugueses prefirieron comprar las mercancías a los negros. Sus abusos originaron muchos conflictos y la primera mitad del siglo XVII es una serie de crisis continuas. En 1620, los sothos atraviesan Monomotapa liberando a las tribus de pagar tributo y desorganizando el comercio interior. Portugal interviene con sus tropas poniendo un nuevo emperador

que se convertirá más tarde al cristianismo. A partir de 1684 se oye hablar de Chamgamira, jefe rozwi que logra hacerse con un gran territorio debido a sus conquistas, pero con su muerte se derrumba. Hacia 1700 los rozwi, que habitaban en las inmediaciones de Zimbabwe, se apoderan de Monomotapa y la destruyen. A partir de 1725 comienza un nuevo período conocido como el Gran Zimbabwe con nuevas construcciones de piedra más importantes y nueva técnica en la orfebrería del oro. Al norte del Zambeze y sobre unos 250 km. de costa surge el imperio MARAVI, cuyos orígenes parece remontarse al siglo XVI gracias a los éxitos guerreros del jefe Mambela. Pone la capital en Muzura, ciudad que conoce una fuerte vida comercial basada en el marfil, hierro, esclavos y paños de algodón de fabricación indígena. El oro había desaparecido, prácticamente, del mercado. Al principio del siglo XIX el reino se fragmentó y los reyezuelos se dedicaron a hacerse la guerra entre sí provocados por los portugueses. Contrariamente a lo que sucederá en otras partes de África, la presencia blanca en esta zona tendrá, desde el principio, un marcado carácter de permanencia y colonización. Los navíos de la «Compañía Holandesa de las Indias Orientales», que hacían escala en la isla de Santa Helena, después del naufragio de uno de ellos descubrirán las ventajas de estas costas y, en 1652, tres barcos llegan cargados con todo lo necesario para fundar lo que será la ciudad de El Cabo. Cinco años más tarde llegan los primeros BOERS: granjeros holandeses calvinistas impregnados de un fanatismo religioso que se dedicarán plenamente a la ganadería. Su unión con mujeres bosquimanas y hotentotes dio origen a los griquas que fueron empleados como esclavos. En 1685, con la revocación del edicto de Nantes muchos hugonotes franceses vienen a engrosar las filas de los boers. Su penetración hacia el interior es lenta, pero constante: en 1750 algunos ya están a 350 km. de El Cabo y veinticinco años más tarde ya se encuentran a 800 km. Ante la falta de mano de obra reducen a los hotentotes al estado de servidumbre. La expansión boer en busca de pastos chocó con la de los xosa, también ganaderos. Los conflictos surgidos por la ocupación de las tierras y el robo de ganado dieron motivo a una serie de conflictos sangrientos que se conocen con el nombre de «Guerras Cafres». Los boers se van cortando el mundo exterior: sólo van a El Cabo durante la Navidad para la celebración de ciertos sacramentos y para hacer las compras necesarias. Luego vuelven a la soledad familiar. Como Holanda se despreocupa de ellos, en 1795 se proclaman independientes bajo el nombre de «República de Graaf-Reinet», pero ese mismo año Inglaterra ocupa El Cabo y cuatro años más tarde disuelve la República.

Reinos del Zambeze en el s.XVIII.

4. LA ZONA INTERLACUSTRE. BUNYORO se extiende al final del siglo XVII y principios del XVIII. Durante este siglo, una revuelta de Toro, uno de los principales reinos sometidos, precipita su desintegración. Por su parte, BUGANDA también comienza su expansión a finales del siglo XVI anexionando territorios pertenecientes al estado soberano de Bito de forma que, al final del XVII, extiende su autoridad sobre el lago Victoria y sus orillas hasta el río Kagera. A mitad del siglo XVIII conoce otro nuevo empuje aprovechando la crisis de Bunyoro. El poder central se afirma muchísimo nombrando y dimitiendo a los funcionarios a discreción. Las tribus de alrededor, para su seguridad, se hacen vasallos. Cuenta con capital permanente y un rico ceremonial cortesano. La base económica es el mijo y los tributos que se pagan en cabezas de ganado. RWANDA también conoce una gran expansión en el siglo XVII debido, sobre todo, a la acción del violento y belicoso rey Ruganzu Ndori. Hacia el siglo XVIII los tutzi llegan al oeste del Tanganyka y reducen a los autóctonos formando el reino de BUHA. En las mesetas de la actual Tanzania, los bantu no lograron formar estados sólidos, sino que forman organizaciones muy fragmentadas de tipo clánico que se hacen guerras continuas. Las altas montañas de Kenya están ocupadas por tribus ganaderas, como los KIKUYU, agrupados en clanes dirigidos por consejos de ancianos y los KAMBA. Ambos grupos están

en continua guerra por ocupar las tierras, lo que les hace desplazarse hacia el Sur a un ritmo de 20 a 25 km. por año. Toda esta zona entra en contacto comercial con los sultanatos de la costa y con Zanzíbar, a la que venden marfil, pieles, forros, bueyes y esclavos, y de la que compran telas, cristalería, géneros de algodón, porcelanas y armas de fuego.

Región de los Grandes lagos al final del s.XVIII.

5. EVOLUCIÓN EN LAS COSTAS ORIENTALES. La presencia portuguesa en los grandes puertos del índico (Malindi, Mombasa, Kiloa, Mozambique, Sofala...) se ve cada vez más contestada a medida que, alrededor de esas ciudades, se van configurando pequeños estados islámicos en fuerte relación comercial con Asia. Los pequeños principados árabes del golfo Pérsico alejan a los portugueses y se lanzan a la conquista de los puertos africanos: de 1652 a 1698 el imán de Omán envía sus barcos para ocupar estos puertos. En 1660 ocupa Mombasa y, poco después, Mogadiscio, Zanzíbar, Kiloa... Mombasa será reconquistada por los portugueses en 1728, pero, dos años más tarde, cae en manos del sultán de Mascate. A partir de 1740, los omaníes habían consolidado sus posiciones en Arabia, lo que les permitía prestar toda su atención a las costas africanas. Los sultanes de

Omán y Mascate comienzan una gran actividad económica uniendo, comercialmente, estas costas con la India. Los productos más intercambiados eran esclavos, oro y especias.

6. LA REGIÓN DEL NILO Y ETIOPÍA. Los pueblos no logran construir sólidos estados tal vez porque los más fuertes e importantes de esta región son nómadas o por la constante pugna existente entre cristianos (Etiopía), animistas (Galla) y musulmanes (la mayoría de las tribus). El emperador etíope Susneyos (1606-1632) se convierte al catolicismo por los esfuerzos del jesuita español Pero Páez que también sobresalió como arquitecto y construyó el palacio real. Escribió una Historia de Etiopía de un valor considerable. El pueblo etíope no aceptó esta sumisión al Papa y su hijo Fasiladas (1632-1667) renuncia al catolicismo y expulsa a los jesuitas. Con la muerte de este rey el panorama etíope se ensombrece cayendo en un período de luchas, invasiones y crisis. Esta decadencia culmina en el período que va de 1769 a 1800 en que se suceden varios reyes fantoches que dejan el poder en mano de los gobernadores (ras) de provincias que, así, se hacen prácticamente independientes. Se ha llamado a este período la «Época de los jueces».

7. LA PRESENCIA EUROPEA. Una vez que los portugueses descubrieron la ruta hacia las Indias, los europeos comienzan a tomar puntos estratégicos en las costas africanas para potenciar el comercio con el nuevo continente. Ninguna nación europea se resignó a aceptar la caprichosa división del universo que había hecho el Papa. Los portugueses se asentaron fuertemente en la parte de Guinea, Angola y Mozambique y hacia 1640 su preponderancia comienza a caer perdiendo enclaves en favor de otras naciones europeas. Los holandeses ocupan antiguas posiciones portuguesas: Arguin, Gorea, Elmina, Axim... y comercian en otros puntos, principalmente en las costas del Camerún, Gabón y Loango. A finales del siglo XVII cuentan con una colonia numerosa en El Cabo. Daneses y suecos construyen varios fuertes, de efímera existencia, en la costa de Guinea. Portugal cede a España las islas de Fernando Poo y Annobón. Las posiciones holandesas desaparecerán, bien reconquistadas por los portugueses o tomadas por franceses e ingleses. Los franceses ya se habían establecido en las costas atlánticas bajo los reinados de Francisco I y Enrique II, de forma que al final del siglo XVI se dan monopolios a compañías que tratan en Senegal y Gambia. Pero la principal implantación francesa corresponde al período 1640-1710 y sus enclaves principales se encuentran en las costas de Senegal, Guinea y Congo desde donde intentan la penetración al interior. De 1710 a 1800 se extiende el período de la preponderancia inglesa, casi siempre en lucha contra los intereses franceses. Ocupan Senegal después de la guerra de los Siete Años y se apoderan o compran la mayoría de los territorios pertenecientes a los holandeses, suecos y daneses. Senegal será reconquistado por Francia durante la guerra de la Independencia y, desde entonces, los ingleses tomaron posiciones definitivas en puntos del golfo de Guinea y en la provincia de El Cabo. El comercio que se pretende realizar con África se deja a compañías que suelen adquirir el

monopolio de la comercialización de ciertos productos o de ciertos territorios, siempre según las normas rígidas del sistema mercantilista de la época. La compañía tiene que costear un pequeño ejército y una administración compuesta, generalmente, por gente mediocre. Los componentes de ambas instituciones suelen desaparecer pronto debido al rigor del clima, a la enfermedad y a los excesos. La mayor parte de estas compañías caen en bancarrota. Por el contrario, los armadores privados tienen, generalmente, beneficios a causa de un mejor control de las mercancías y de las operaciones. Se suele practicar un comercio de trueque: los europeos traen hierro, cobre, tejidos, pacotilla, tabaco, fusiles, alcohol, sal y se llevan oro, marfil, goma, pieles, cera, pimienta, madera... Salvo el comercio costero, Europa se desinteresa del interior africano. En esta época sólo los pombeiros (mestizos de portugués y negra) y los boers se aventuran a penetrar en el interior.

8. LA TRATA.

La trata de esclavos. Como hemos visto en la vida económica de los Imperios, una parte fundamental de su comercio estaba alimentado por la venta de esclavos a los mercaderes árabes que los transportaban a Europa o Asia. Castellanos y portugueses tuvieron la idea de explotar, en su propio beneficio, este pingüe mercado. Tenemos noticias de la existencia de mercados esclavistas en 1443 al sur del cabo Blanco, tal vez destinados a las minas de sal. Se podía ser esclavo o bien por herencia o por reducción a tal estado por varias causas: ser prisionero de guerra, haber cometido ciertos delitos, declararse insolvente... Con el

tiempo la mayoría de los esclavos procederán de capturas violentas realizadas con tal fin (como hacían los pombeiros) o por guerras provocadas para lo mismo. Los esclavos se intercambiaban por alhajas, metales, armas de fuego, telas, bebidas alcohólicas, baratijas, quincallería, dinero. El descubrimiento de América y la extensión del cultivo de la caña de azúcar intensificaron la Trata. Los reyes españoles concluirán tratados con comerciantes cediéndoles el monopolio de la introducción de esclavos en el Nuevo Mundo. Era el famoso «Asiento» que pasará por manos genovesas, portuguesas, francesas, inglesas... Algunos lugares europeos y la mayoría de los territorios americanos se poblaron de gentes de color. Ya a principios del siglo XVI se dice que en ciertas zonas de Portugal el número de esclavos supera al de los nativos. A partir del siglo XVII la Trata era la medula del «Tráfico Triangulan»: los armadores fletan barcos con productos europeos con los que compran esclavos. Éstos son transportados a América y vendidos. Con el producto de las ventas se compran productos tropicales, especialmente azúcar, ron y tabaco, que, vendidos en Europa, reportarán grandes beneficios. La travesía era uno de los momentos más delicados y penosos para los esclavos. Muchos morían por epidemias o malos tratos. Se ha establecido el índice de mortalidad en el 12 por 100 para los barcos franceses, el 17 por 100 en los holandeses y británicos y el 15 por 100 en los portugueses. Cuando en el siglo XIX se extreme la vigilancia para su abolición, se llega a una mortandad del 25 al 30 por 100. Aunque las cifras manejadas por los diferentes autores suelen ser, a veces, muy distantes, nos quedamos con las proporcionadas por Mauny: 16.000.000 para la Trata atlántica y 14.000.000 para la oriental. Algunos historiadores consideran que la Trata oriental fue aún más fuerte que la occidental. Las consecuencias fueron de doble signo: en Europa se origina una corriente económica positiva desatándose una fiebre esclavista que afectó a casi todos los países. Éstos crearon puestos en las costas africanas en donde almacenaban los esclavos hasta la llegada de los barcos: Gorea (Senegal), Costa de los Esclavos, desembocadura del Congo, Angola y Mozambique fueron los focos principales de la Trata. Para África supuso una regresión total: políticamente, porque aparecen estados esclavistas que se autodestruyen vendiendo a sus propios habitantes; económicamente, porque desaparecen los elementos más productivos; socialmente, porque se origina una serie de desplazamientos de las poblaciones, que huyen de la esclavitud, ocasionando un claro desequilibrio ecológico.

9. MADAGASCAR.

Madagascar y reinos malgaches en el s.XVIII. Asistimos a la consolidación de los reinos que empezaron a formarse en el siglo XVI, a partir de pequeños principados que agrupaban algunas tribus bajo una autoridad común, y cuya distribución podemos agrupar en: a) Reinos de la costa oriental: De Sur a Norte tenemos los antandroy, ocupando una región seca sobre la costa arenosa. Construyen sus aldeas rodeadas de murallas de madera y se dedican, principalmente, a la ganadería bovina. Los antefasi y zafisoro son cultivadores mientras que los antanosi, antemoro y antesaka se dedican, más bien, al comercio vendiendo a los europeos y árabes cera, madera de ébano y esclavos. El reino principal, al final del siglo XVII y primera mitad del XVIII, fue el de Betsimisaraka gracias al genio del rey Ratsimilaho, hijo de un pirata inglés y de una princesa malgache, que, apoyándose en las armas de fuego y contando con la ayuda de piratas ingleses, franceses y americanos, logrará hacerse con un gran reino. Contaron con una economía basada en la pesca, arroz, ganadería y bosques. Pero su principal riqueza provino del comercio de esclavos que despobló las costas y las empobreció. A su muerte, en 1750, su reino desaparece sumido en la anarquía. b) Reinos de la costa occidental: Tenemos los mahafali dedicados a la ganadería y los sakalava que se constituyeron en dos reinos: Menabe, creado por Andriandahifotsi que distribuye tierras a su familia y da un carácter sagrado a su función real, y Boina, fundado por un hijo del rey anterior que conoció una gran extensión al final del siglo XVIII. Los sakalava imponen su dominio a la mayor parte de las tribus de la costa occidental merced a las armas de fuego que compran a los europeos. El rey goza de un respeto absoluto, posee la tierra e inmensos ganados y tiene derecho de vida y muerte sobre

sus sujetos. Se atrae la fidelidad de sus jefes distribuyéndoles tierras. c) Reinos del interior: Los más importantes son los betsileo ubicados en las montañas y que poseen armas de fuego para la captura de esclavos. Se dedican a la agricultura y ganadería. Pero los merina fueron los que, en realidad, sobresalieron. Se formaron en el siglo XVI a partir de los hova y ya no dejaron de extenderse y desarrollarse. El rey Kalambo, en el siglo XVII, da un carácter sagrado y absoluto a la monarquía. Su hijo instala la capital en Tananarive. En la primera mitad del siglo XVIII adquirió una gran extensión dividiéndose en cuatro provincias gobernadas por los hijos del rey. La segunda mitad conoce una decadencia y anarquía hasta la llegada de Nampoina (1787-1810) que restablece la unidad y extiende aún más el reino en todas las direcciones, siendo su intención la conquista de toda la isla. Es el creador del primer gran reino moderno de Madagascar. El reino estaba dividido en seis provincias a cuya cabeza había gobernadores-nobles que hacían justicia y percibían el impuesto en nombre del rey. A pesar de la proliferación de reinos, se puede hablar de una «civilización malgache» con unas características comunes. La economía se basa en la pesca, caza, agricultura y ganadería, predominando una u otra según las regiones; así, al Este se practicó una agricultura sobre terreno previamente quemado, en el Centro predomina el cultivo del arroz y en el Oeste y Sur sobresale la ganadería compuesta por bueyes, cabras, ovejas y cerdos. Algunos pueblos, como los vezo, viven exclusivamente de la pesca. El artesanado es muy activo y se trabaja el hierro, cobre, oro, cerámica, madera, algodón, seda... El comercio, fuera de la venta de esclavos, está poco desarrollado, siendo los betsileo y los merina los que instalan los primeros mercados permanentes. Se han encontrado monedas de origen árabe y español. La religión predominante es el animismo con un marcado carácter social, pues ésta se practica en el marco de la familia o del clan. La sociedad se articula en familias, clanes y tribus. La unidad social es el clan que puede extenderse a varias aldeas. Dentro de esta organización básica existen las castas: la nobleza domina la sociedad y de la casta superior procede el rey que, una vez consagrado, es adorado como un dios. En el extremo opuesto están los esclavos, fruto de la guerra o de una reducción a tal estado por condena.

CAPÍTULO V

DE 1800 A 1914: LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LOS PUEBLOS

África a principios del s.XIX.

1. ÁFRICA OCCIDENTAL.

África Occidental en el s.XIX. A) La zona saheliana. —En la parte del Senegal, las familias están en el origen de guerras intestinas y movimientos centrífugos. Futa Toro y Kayor entran en guerra con la victoria de este último. A su vez, este estado irá perdiendo fuerza y cohesión permitiendo la separación de los lebu bajo la dirección de Dial Diop. La parte del Níger va a conocer nuevos intentos de reagrupamientos políticos debido, sobre todo, a la acción peul. Pero hasta el triunfo de éstos, la zona conocerá una gran inestabilidad aprovechada por los tuareg que ocupan, en varias ocasiones, Tombuctú y Gao. Algunos reinos logran formarse y subsistir efímeramente pagando tributo a los más fuertes. Tal es el caso del reino de Kunta. Los bámbara de Segu logran rehacerse en la primera mitad del siglo y aumentan su extensión mediante conquistas en el Sur. El reino de Kaarta, también bámbara, conoce un gran apogeo de 1799 a 1844, sometiendo al reino de Khasso, rico estado que poseía las minas de oro de Bambuck y que se había distinguido por sus luchas continuas contra los bámbara. Hacia 1810 los peul de Macina llevan a cabo una revolución dirigida por Seku Ahmadu rebelándose contra los dirigentes animistas y proclamando la guerra santa al mismo tiempo que instauraban una teocracia. Ahmadu recibe de Fodio el título de «Cheikh» y organiza el estado. La capital se constituye en Hamdallaye y el territorio se divide en cinco grandes regiones administrativas, dividiéndose las provincias en cantones. Una serie de consejos ayudarán a la labor de los jefes estando la vida reglamentada por la ley coránica. Obliga a los clanes a sedentarizarse y a roturar las tierras e impone un reglamento para la ganadería fijando los lugares de paso, de campamento y de pastos. Es el verdadero colonizador de esta región. Sus campañas bélicas se dirigieron, casi exclusivamente, contra los bámbara, aunque se aliará con ellos ante el peligro tuculor.

Los estados peul en el s.XIX. Abdul Kader murió asesinado y sucede un período de anarquía. El Hadj Omar (1848-1864), piadoso musulmán que había ido tres veces a La Meca, se afilió a la secta Tidjania que proclamaba la supresión de clases dentro del Islam, y se presenta en Futa Djalon hacia 1842. La aristocracia no lo recibe bien y se va a Tamba, donde sus discípulos van aumentando constantemente. Proclama la guerra santa una vez que se apoderó de todo el Tekrur, anexionando Kaarta, Khasso, Segu e invadiendo Macina por haberse aliado con los bámbara. Su efímero estado se organiza en una teocracia militar regida por consejos de «marabuts» según los dictámenes del derecho coránico. En 1863, los bámbara de Segu y los peul de Macina se rebelan obligando a Omar a retirarse. Muere ese año y sus hijos no pueden proseguir su obra. La tentativa tuculor causó la decadencia económica de la región. Las rutas de la cola, oro y marfil se arruinan y bandas armadas recorren esta región librándose al pillaje.

El imperio del Hadj Omar. B) Las regiones costeras. —La revolución peul se dejó sentir ampliamente en el sur del Sahel. Ellos son los responsables de la decadencia mossi y de la desaparición de otros reinos. Los dyula, que habían sido mayoría en el imperio kong, enriquecidos por el tráfico marítimo intentarán una expansión mayor y más coherente. Samory (1871-1898) logrará hacerse dueño de un vasto territorio en el alto Níger instalando la capital en Bisandugu y siendo bien recibido en todas partes por los clanes dyulas. Fue un guerrero incansable que estuvo en lucha continua con los pueblos que rodeaban su reino y contra la penetración europea.

Los estados de Samory. El pueblo abrón se muestra belicoso e invade Buna en 1820, pero dos años más tarde son los baulé los que vencen a los abrón y conocen un período brillante hasta 1840 dominando el comercio del oro. A partir de este año se abre un período de guerras de sucesión y de conflictos internos que anuncian la decadencia del reino. Los senufo se fortalecen a mediados de siglo alrededor de las ciudades Nielle y Bengue. Los zerma logran fundar un reino al sur de la implantación mossi sometiendo a los gurunsi, pero éstos, un poco más tarde se levantan y los rechazan. En Dahomey, a la muerte de Agadja (1797) hay una crisis hasta la llegada al poder del rey Ghezo (1818-1858) que instituye una administración centralizada y somete a las comunidades a una vigilancia intensiva controlando con su ejército de 15.000 combatientes toda la vida del país. Quiere reconvertir la economía no haciéndola depender únicamente de la Trata, sino potenciando la agricultura mediante la extensión de grandes plantaciones que controla el rey. Introduce, además, nuevos cultivos como tabaco, maíz, arácidos y bananas. Políticamente, rompe el vasallaje con Oyó y cada año hace varias expediciones contra los países vecinos. A su muerte, Glele intentará seguir sus pasos pero no podrá y su reino será sometido. Los yoruba también sintieron poderosamente la repercusión de los ataques peul. En Oyó se originan migraciones y, hacia 1860, Ibadan desplaza a Oyó en importancia. Los distintos clanes yorubas se lanzan a guerras internas que arruinan su poder y su comercio. Ifé, ciudad santa, es destruida. Benín intenta tomar la iniciativa a principios del siglo XIX lanzando ataques contra ciertos pueblos para asegurarse las vías comerciales, pero los ingleses las cortan y, en 1880, está en plena decadencia: los vasallos no pagan el tributo y las poblaciones viven en una inestabilidad permanente. Los ashanti, merced a su gran rey Osei Bonsu (1800-1824), logran una cierta preponderancia en esta zona. La estructura del reino reposa sobre la autonomía de las autoridades tradicionales que tienen su vida política y económica independiente. Los países sometidos están en las manos de la administración real. Sus límites no son bien conocidos y estuvieron en lucha constante contra los fanti, confederados y

ayudados por los ingleses, y contra los ewe. La economía se basó, esencialmente, en el comercio de esclavos y en el aceite de palma. C) Las transformaciones entre el Niger y el Chad. — Osman Dan Fodio, asceta que había estudiado en Agadés, recorre los estados haussa denunciando la corrupción, la frivolidad de los grandes y las prácticas jurídicas opresivas, contrarias al Islam. Pronto se ve rodeado de gran cantidad de adeptos y en 1804 proclama la guerra santa. En poco tiempo se hace con la totalidad de los estados haussa y en 1808 se lanza contra la capital de Bornu. Al Sur, los peul se levantan en Adamawa a las órdenes de Adama, que recibe el estandarte de Fodio y marcha a la guerra santa sometiendo a las tribus paganas y formando un reino alrededor de Yola, la capital. Este reino se articula en laminados más o menos autónomos. El imperio de Fodio no gozó de unidad orgánica sino que fue un conglomerado de emiratos organizados de forma diferentes según su composición étnica. El sultán de Sokoto tiene la autoridad suprema. La homogeneidad política impuesta por Fodio repercutió en un aumento del comercio transahariano servido, básicamente, por el marfil y los esclavos. En 1817 muere Fodio y el imperio se divide en dos estados: la parte occidental, con capital en Gando, la recibe Abdulaye, hermano de Fodio, y el resto, bajo el nombre de Sokoto, será dirigido por su mismo hijo Bello. Este reino conocerá una gran prosperidad fundamentada en las hilaturas de Kano y la venta anual de esclavos. A partir de 1880, los emiratos comienzan a sentir las conquistas franco-inglesas. Bornu había recibido los impactos de Fodio por lo que pierde sus mercados occidentales. Kamani (1812-1835) controla el poder y endereza la situación librando batallas contra Baguirmi al que logra someter en 1824. Su hijo Umar no tiene éxito en sus campañas hacia el Oeste y deja el gobierno en manos de favoritos que se entregan a luchas palaciegas e intrigas. El comercio transahariano cae en manos de los tuareg. Uadai, que se había afirmado en el siglo XVIII, conoce cierta prosperidad por el intenso tráfico de marfil y esclavos. Hacia la mitad de siglo, la capital Abeché sustituye a Warra. Alí (18581874) realizó una apertura al exterior favoreciendo el comercio y la artesanía. En 1870 pilla y saquea la capital de Baguirmi, Massenya. También somete a vasallaje a Darfur. En 1892, en la región comprendida entre el Chad, Centroáfrica y Sudán, surge el efímero imperio de Rabah sostenido por la violencia de éste. Ataca y vence a Uadai, Baguirmi y Bornu. Organiza la administración poniendo gobernadores al frente de las provincias conquistadas y se instala en Dikoa como capital del nuevo reino. Ayudado por un numeroso ejército vive de una economía de botín. Con su muerte en Kusseri, en 1900, desaparece su estado.

2. AFRICA CENTRAL. Las incursiones de Fodio por el Norte, la revolución zulú al Sur y la acción de los negreros en el resto de esta zona, van a originar una ola de movimientos de población que la mantendrán en constante inestabilidad. Surgen reinos de muy corta duración que se deshacen en luchas entre sí. Sólo citamos los más importantes: el rey Bamun somete a unos cincuenta reyezuelos y se fabrica un estado de unos 7.000 km² pasándose al Islam al final del siglo XIX. Los guerreros kogobili vienen huyendo de los negreros de la parte de Bar El Gazal a las órdenes del jefe Ngura. Se establecen al este del río Chinko y fundan el reino ZANDE, cuyo organizador fue su hijo Mabengue. Sus descendientes dividieron el reino. La

dominación zande consiste en la repartición de tierras a los diferentes clanes. Se divide en provincias dadas a gobernadores asistidos por consejos. La economía de estos pueblos es agraria, pero se crea un circuito comercial: las gentes del interior compran armas, pólvora y sal a las poblaciones que tienen acceso a la costa y perlas y tejidos a los del Norte. Ellos venden esclavos, marfil y cola. Otros grupos étnicos importantes no lograron constituirse en grupo organizado. Los fang llegan a la actual costa del Gabón para mezclarse con otros pueblos y dar nacimiento a etnias nuevas. Los banda, originarios de Darfur y hábiles metalúrgicos, se mezclan con los sara y se convierten al Islam. Finalmente los baya, provenientes de Adamawa, protagonizan una migración violenta y se dispersan en seis grupos por la sabana mezclándose con diferentes pueblos bantú. En la parte Sur se sienten las conmociones provocadas por los zulúes de Chacka y por los nguni. Debido a las conquistas de los primeros, los kololo, desplazados de sus tierras, invaden el reino lozi desgarrado por luchas intestinas. El nuevo reino toma el nombre de ROTSE y el gran organizador es Sebitwane. En 1864, los príncipes lozi se deshacen de los kalolo pero caen en un período de división interna hasta la llegada del reformador Lewanika (1885-1900) que da nueva cohesión al reino mejorando la administración. Los nguni, en 1835, pasan el Zambeze y se dirigen hacia el Tanganyka. A la muerte de su jefe en 1845 estallan en bandas que asolan la región. En 1870 son vencidos por los bemba. Angola está ya plenamente en manos de los portugueses y su economía, después de la supresión de la Trata, reposa totalmente en la exportación de productos agrícolas indígenas, ya que las minas y plantaciones no dieron el fruto apetecido. El territorio sigue agrandándose con las anexiones de Matamba, Cassange, Ambriz y el reino del Congo. El intenso comercio que se da en esta zona, propiciado por la ocupación de Angola al Oeste y la prosperidad de Zanzíbar al Este, provoca la aparición de estados prósperos: Imbangala, Yaka, Lwena y, sobre todo, Chokwe que somete a los lunda en 1885. No obstante, éstos logran sacudirse el yugo chokwe en 1887. El comercio se alimentó de esclavos, marfil y cobre. El reino luba se engrandece al este del Lualaba. En 1885, a la muerte del gran rey Kalombo, el estado fue dividido entre sus dos hermanos y las luchas entre ambos no cesaron. Los bakuba mantienen su territorio, pero entran en decadencia. Hacia 1850 un aventurero llamado Msiri llega a Kazembe y se casa con una hija del rey. El comercio y la intriga le hacen próspero. En 1880 se presenta como rey y lucha contra los lunda, interviniendo también, en el imperio luba después de la muerte de Kalombo. Los bayeke se unieron a Msiri, lo que les permitió una gran prosperidad comercial. Morirá en 1891 al ser vencido por las expediciones enviadas por el Estado independiente del Congo. El poderío bemba se fundamenta en la obra de su rey Chitapankwa que refuerza su poder sustituyendo a los jefes tradicionales por elementos de su familia y alcanza su apogeo con el rey Sampa (1883-1896), cayendo después en manos europeas. Un caso curioso es la formación del estado de Tippu Tib, uno de los negreros más famosos de esta región. Llega desde Mwero con una gran caravana y se establece entre el Lomani y el Lualaba, dedicándose a la venta de esclavos y del marfil. Impone una administración con capital en Maniema, construye plantaciones y carreteras y predica el Islam. Los métodos represivos provocan revueltas. Su estado desaparece en 1892 tras las luchas sostenidas por el gobierno del Congo contra Sefu, hijo de Tippu Tib.

3. AL SUR DEL ZAMBEZE.

Los clanes bantú en Sudáfrica a princios del s.XX. Dos hechos marcan el período en esta zona: la revolución zulú y la ascensión del poder blanco. Chacka, el «Napoleón de África», perteneciente a un clan nguni, reúne a las tribus de esta etnia establecidas entre los montes Dragón y el índico imponiéndoles el nombre «zulú». Crea un ejército organizado en clases de edad que, armado únicamente de espadas, ataca en forma de tenaza. A partir de 1845 comienza una política de conquistas imponiéndose a las poblaciones con métodos represivos y de terror que le valen ser asesinado en 1828. A su muerte, la unidad se rompe pero la expansión nguni continúa. Mzilikazi se retira al norte del Limpopo, donde funda el reino Matabelé cuya independencia se mantendrá hasta 1889. Otro grupo conducido por Zuidé llega cerca del lago Nyassa. Su hijo Zwangendaba se impone a los rozwi matando a su último emperador. Con la muerte de éste en 1848, los nguni se dispersan formando bandas armadas que asolan la región. El pueblo sotho, para huir de los nguni, se refugia en una zona de difícil acceso al oeste de los montes Dragón, bajo la dirección de Moshesh. Allí funda el reino de Basutho, con capital en Thaba Bosiu, que resistirá los ataques nguni, matabelé y europeos hasta 1868. Los ingleses obtuvieron del Congreso de Viena que proclamara a El Cabo colonia inglesa y a los boers sujetos británicos. En seguida dan leyes permitiendo a los indígenas poseer tierras y aboliendo la esclavitud. En 1837, 2.000 familias marcharon más al interior huyendo de la presencia británica. Es el «Gran Trek» o marcha de grupos autónomos bajo jefes militares. Un grupo dirigido por Pretorius vence a los zulúes y crea la República del Natal que será anexionada por los ingleses en 1843. Nuevo éxodo que dará como resultado la fundación de las «Cuatro Repúblicas de Transvaal» y la Colonia del río Orange.

Ante los problemas causados por los indígenas, los ingleses quieren entenderse con los boers y se firma la «Convención de Sand River» que reconocerá el Estado Libre de Orange con fronteras mal definidas. En 1860, las Repúblicas del Transvaal se unen formando la «República Sudafricana» con Paul Krugger como presidente. Rompen también con la Iglesia holandesa fundando la suya propia. El descubrimiento de oro y diamantes suscita, de nuevo, la apetencia inglesa que busca la guerra para apoderarse de las minas y someter a los boers. La guerra estalla y tras unos éxitos iniciales de los boers, se imponen los ingleses firmándose la paz en 1902. En 1907, el Gobierno inglés daba la autonomía a las Repúblicas de Transvaal y de Orange. En 1910 nace la Unión Sudafricana que comprendía, además de Transvaal y Orange, las viejas colonias de El Cabo y Natal. Se decidió no incorporar en la Unión a las formaciones de origen no europeo: Basutholand, Swaziland y Betchuanaland que quedaron como protectorados ingleses.

4. LA PARTE ORIENTAL. Mombasa conoce, bajo la familia de los Omani (1746-1837), cierta prosperidad y conserva su autonomía a pesar de las apetencias del sultán de Máscate. Sin embargo, bajo la acción de éste y de los británicos, Palé y Pemba se separan de Mombasa. Las demás ciudades de la costa siguen su vida comercial a base, sobre todo, del marfil y de los esclavos. Zanzíbar será la que más progrese a causa del cultivo del clavo de giroflé y de la cofra que fomentan mucho la instalación de indios y árabes y la importación de esclavos para el desarrollo de las plantaciones. Tanta importancia tuvo el mercado de esclavos que en el decenio 1860-1870 se trataron más de 70.000 esclavos anuales en el solo mercado de Zanzíbar. La riqueza y prosperidad hicieron que, en 1832, la corte se trasladara de Máscate a esta isla. Esta circunstancia hizo intensificar extraordinariamente los contactos con la zona interior a través de tres rutas importantes: la ruta Sur, o ruta de los Yao, que, a través del país makonde y makua, se dirige desde los bordes del lago Nyassa hacia Kiloa, Mkindani y Lindi. Es la ruta del marfil y de los esclavos. La ruta Centro está abierta por los nyamwezi y va desde Bagamoyo (frente a Zanzíbar) hasta Ujiji (lago Tanganyka) prolongándose hacia el Congo. Es la ruta, por excelencia del marfil y del cobre. Cuenta con el mercado más importante del interior, Tabora, en donde se habían instalado cantidad de comerciantes árabes e indios en buena relación con los indígenas. Desde aquí se abrían otras dos rutas secundarias hacia Baganda (Norte) por la parte occidental del Victoria y hacia Nyassa. Finalmente, la ruta Norte partía de Mombasa hacia el Kilimanjaro para introducirse en el país kikuyu y llegar a Buganda. Las razzias árabes hacen que muchos pueblos bantú huyan al interior, dejando muchos espacios vacíos en la zona. Los pueblos no supieron organizarse para hacer frente a la invasión árabe. Solamente los nyamwezi, bajo el gran jefe Mirambo, lograron unirse y formar un reino fuerte que controló toda la ruta comercial del Centro. A su muerte (1884) este reino desaparece.

5. LOS REINOS INTERLACUSTRES. Buganda es el estado más fuerte que consolida sus posiciones anexionando las regiones de Kobi y Bwera y obligando a varios reyezuelos a pagarle tributo. Al mismo tiempo se van reafirmando sus instituciones políticas siendo las más importantes el Gran Consejo de la corona, el primer ministro y el jefe del clan más importante. Todo bajo el poder absoluto del kabaka. Los primeros comerciantes árabes

llegan a la corte del kabaka Suna en 1844, pero son alejados de ella. La subida al poder del kabaka Mutesa (1856-1884) convierte a Buganda en la potencia dominante y acentúa la centralización del reino, al mismo tiempo que entra en contacto con los comerciantes árabes. Con un potente ejército de fusileros hace incursiones en los países vecinos para robar ganado. Bunyoro sale de su crisis y hacia 1860 intenta una política expansionista que dará origen a una tensión con Buganda. La llegada de los europeos evitará la guerra. Rwanda, al final del siglo XVIII y principios del XIX, está sumido en luchas internas. La subida al poder de Kigeri IV (1853-1895) marca un período de grandeza manifestado en campañas guerreras victoriosas y en el control ejercido sobre las rutas comerciales que llegan al Kivu. Por su parte, Burundi sigue la expansión que ya comenzara a principios del siglo pasado y entra en conflicto con Rwanda y Buha apoderándose de la parte occidental de este último. Hacia 1850 intentan penetrar los árabes en estos países. Sólo podrán hacerlo, con mucha dificultad, en Burundi. Estos reinos permanecerán, prácticamente, fuera de las rutas árabes.

6. LA REGIÓN DEL NILO Y ETIOPÍA.

Etiopía desunida a principio del s.XIX. Etiopía comienza el siglo xix dividida en tres estados como consecuencia de la crisis política vivida bajo la «Época de los Jueces»: Tigre, Amhara y Choa. Un jefe llamado Kassa, de Amhara, comienza una ascensión fulgurante y consigue someter Tigre y las provincias de Godjam y Begemder. Se hace proclamar emperador en 1855 bajo el nombre de Teodoros II y traslada la capital a Magdala, desde donde lanza incursiones contra Choa y País Galla. Trata de someter a los señores feudales sustituyéndolos por gobernadores elegidos por él mismo. A su muerte, Juan IV no puede mantener la unidad debido a problemas que los europeos le ponen y cuya presencia es favorecida por la apertura de Suez. A estos problemas hay que añadir los causados por la revolución mahdista en Sudán. Muere en 1888 en una campaña contra los mahdistas que el año anterior ya habían llegado hasta Gondar, la antigua capital.

Con su desaparición, Menelik II (1889-1913), de Choa, aparece como el único soberano incontestable. Somete a las provincias disidentes y conjura el peligro galla. Él es el fundador de la Etiopía moderna mediante una serie de reformas que pondrán a su país en la corriente internacional. También dota al país de una infraestructura económica: crea una moneda nacional, un banco central y perfecciona la red viaria con el aumento espectacular de carreteras y la introducción del ferrocarril. Los italianos quisieron infiltrarse en Etiopía firmando el Tratado de Ucialli (1889) en el que se habla de «paz y amistad perpetuas». Italia interpretó este tratado como un protectorado, por lo que Menelick lo denunció en 1894. En la guerra que se entabló, los italianos fueron vencidos en Adua. Esto dio un gran prestigio a Etiopía y Francia e Inglaterra envían representaciones diplomáticas. En 1906, una convención entre Francia, Italia e Inglaterra garantizaba la independencia etíope.

7. LA SUPRESIÓN DE LA TRATA. Los movimientos de opinión en contra de la esclavitud se multiplicaron a lo largo del siglo XVIII creando sociedades antiesclavistas. En los países de cultura y colonización inglesas, la secta de los cuáqueros ya había fundado en 1727 la «Sociedad de los Amigos» que se oponía a la esclavitud. John Wesley, metodista de principios éticos rigurosos, ejerce gran influencia sobre W. Wilberforce que será presidente de la «Sociedad Antiesclavista» y bajo cuyas presiones lord Mansfield, presidente del Tribunal del rey, proclama que la libertad de todos los hombres está garantizada por la ley. En 1807, Inglaterra proclama la abolición de la Trata. En Francia, Raynal y los Ilustrados crearon una opinión antiesclavista. La Revolución suprime la Trata, aunque luego el Imperio vuelve a permitirla, para ser definitivamente abolida en 1815. Un poco más tarde se suprime la esclavitud: 1834 en Inglaterra y 1848 en Francia. Por presiones de estos dos países, las demás naciones europeas van suprimiendo el comercio y la condición de esclavos. Para la parte oriental africana, el Tratado de Hammerton (1861), que Inglaterra suscribe con el sultán de Zanzíbar, prohíbe a todo barco hacer la Trata en todas las costas índicas. A pesar de estas prohibiciones, la Trata clandestina continuó por largo tiempo y los buques ingleses encargados de reprimirla, eran incapaces de conseguirlo plenamente. Ésta irá desapareciendo a medida que se impone su antirrentabilidad. Para resolver el problema de los negros liberados de los barcos clandestinos y de los esclavos emancipados en las colonias americanas, se piensa en el «Retorno a África», creando compañías especiales para llevar a cabo esta operación. Así surge la colonia de Freetown (Sierra Leona) en 1787 y, un poco más tarde, la de Monrovia.

8. EL NACIMIENTO Y LA EVOLUCIÓN DE LIBERIA. En 1818, la «Sociedad americana de Colonización» compra Monrovia para repatriar a sus esclavos emancipados. Cuatro años más tarde se le dota de una Constitución. De 1822 a 1828 se va formando la colonia gracias a los esfuerzos de Jehudi Ashmum y a la ayuda de la Sociedad de Colonización. Más al Sur se habían instalado otros grupos dependientes de la «Sociedad de Colonización de Pensilvania y del Misisipí» y de la «Sociedad de Maryland». Todos estos grupos eran autónomos hasta que se fusionaron en 1834 bajo el nombre de Liberia que sigue recibiendo la aportación de esclavos emancipados hasta que, en 1847, se proclama República. Su configuración geográfica definitiva se obtiene mediante los

acuerdos angloliberianos de 1882 y los franco-liberianos de 1892. A final de siglo hay una serie de luchas entre los emancipados y los negros del interior. Aquéllos afirman su superioridad sobre éstos y se consagra la desigualdad entre ambos, siendo la minoría afroamericana la que ostentará el poderío político y económico olvidando, prácticamente, a las gentes del interior. El presidente Barclay (1904-1912) hace los primeros tímidos ensayos de querer armonizar ambos grupos llamando a gentes del interior para integrarse en la Administración. Estos intentos no se potenciaron. Estados Unidos presionó a Liberta para que entrara en guerra contra Alemania a cambio de un empréstito.

9. MADAGASCAR.



Madagascar en 1910. A la muerte de Nampoina sube al poder Radama I (1810-1828) que quiere poner a su reino a la moda europea, aconsejado por el inglés James Hastif que hace posible un «Tratado de amistad con Gran Bretaña». Los ingleses le proporcionan armas de fuego, pero le hacen firmar, en 1817, un tratado para la «Abolición de la Trata en toda la extensión de los estados del rey de Madagascar». Con esta superioridad militar el reino merina se impone fácilmente a los restantes reinos que quedaban aún, aunque no consigue someterlos a todos. Favorece la apertura de escuelas y la llegada de gentes con oficios; da normas prohibiendo las costumbres un tanto duras y quita los privilegios fiscales a las grandes familias. Su sucesor Ranavalona I (1828-1861) hace todo lo contrario gobernando con la ayuda de una camarilla que desconfía de los europeos, rompe con ellos y se apodera de toda la riqueza del reino. Se expulsa a los extranjeros y se prohíben sus costumbres. Su reinado termina en medio de un empobrecimiento general y los demás pueblos terminan odiando al pueblo merina por la opresión ejercida. Radama II intenta, de nuevo, la apertura con Occidente, pero cae asesinado en 1865. Hasta 1895 tenemos el período que se llama de los «Primeros Ministros» que se casaban con las reinas y ejercían el poder. Rainilaiarivony se casa con la reina Ranavalona II y desarrolla una gran política de reformas. Favorece a los ingleses cristianos y establece las normas para reformar el ejército, la administración y la justicia. Una serie de tratados con los países europeos garantizan la libertad de comercio. Mención especial suele hacerse de su Código de justicia en que trata de conjugar tradición y cristianismo. Sin embargo, sus reformas llegaban un poco tarde.

CAPÍTULO VI

DE 1800 A 1914: CONQUISTA EUROPEA Y RESISTENCIA AFRICANA

La conquista de África.

Hasta el final del siglo XIX los europeos ocupaban realmente África del Norte y la parte de El Cabo. En el resto del continente se mantenían en ciertos enclaves costeros. Estos enclaves sirvieron únicamente para sostener un comercio de Trata que, inserto en el Tráfico Triangular, proporcionaba grandes beneficios. Con la abolición de la Trata y la apertura de Suez, África queda un poco al margen del mundo tanto más que, hasta ese momento, los excedentes de población habidos en Europa eran absorbidos plenamente por América. Sin embargo, a finales de siglo la situación cambia por completo: América se independiza y la emigración al nuevo continente no es tan fluida como antes, aun cuando la población europea aumenta ostensiblemente: 300 millones en 1870 y 452 en 1914. Por otra parte, la Revolución industrial había ocasionado la crisis de superproducción (1880-1895) con una bajada espectacular de precios. Finalmente, la rivalidad política presionará a los Gobiernos para buscar posiciones estratégicas. Estos tres factores son, entre otros muchos, los que impulsarán a Europa a buscar en África remedio a parte de

sus males.

1. LAS EXPLORACIONES La exploración africana, aunque empezó siendo una empresa pacífica que pretendía fines científicos y que estaba promovida por Sociedades de Geografía que proliferaron en todos los países europeos, acabó contagiándose de intereses políticos para terminar siendo la antesala de una ocupación militar. La frontera de ambas concepciones podemos situarla hacia mitad de siglo. Los puntos que más atrajeron la curiosidad exploradora fueron la región del Níger, los alrededores del Chad, el curso y las fuentes del Nilo, el alto Congo y la zona del Zambeze. a) La región del Níger fue la primera en atraer la atención de las Sociedades Geográficas y esto por dos motivos: el recuerdo legendario de los imperios medievales y el misterio del río. Se discutía si el Níger era la prolongación del Senegal o si era un río emisario del lago Chad. Houghton (1791) recorre Gambia y el Faleme. Muere cuando intenta conocer la dirección del Níger. Mungo Park toma el relevo. En su primer viaje (1795) comprueba que el río discurre hacia el Este, por lo que no puede ser el Senegal. En un segundo viaje (1805) quiere llegar hasta la desembocadura, pero muere en los rápidos de Bussa. Los hermanos Lander (1830) llegan a la desembocadura demostrando que no comunicaba con el Chad. Tombuctu es también atracción de todos los que recorren esta región. El explorador más ilustre fue René Caillé que, partiendo de la Costa de Marfil, llega a esta ciudad en 1827 y, disfrazado de árabe, se integra en una caravana con la que llega a Tánger: era la primera travesía, Sur-Norte, de África Occidental. b) La depresión del Chad se vio frecuentada por numerosos exploradores. En 1821, Denham, Oudney y Clapperton salen de Trípoli y llegan al Chad probando que el Níger no tenía salida de este lago. Se separan y Denham explora el bajo Chari y Clapperton marcha 1 la zona del Níger. Richardson, Overweg y Barth también salen de Trípoli en 1850 y, después de atravesar juntos el Hamada, Hamra y Air, se separan. El primero se dirige hacia Bornu, donde muere. Barth, uno de los fundadores de la exploración científica, marcha hacia Kano, Chad, Logone, Chari, Benue, Yola, Tombuctu, Níger para volver a Kanem y Bornu. Resuelve el complicado problema de las cuencas del Níger y Chad. Rohlfs quiere continuar la obra de Barth. En 1862, saliendo de Tánger, recorre las regiones de Tuat y Rhadamés. En 1865, partiendo de Trípoli, visita Bornu, Sokoto, Baguirmi y, descendiendo el Benue, llega a Lagos. En 1875 visita el desierto de Libia y Abisinia. Es el explorador que más vive dentro de África. Nachtigal, en 1869, explora las regiones de Tibesti, Bornu, Kuka, Uadai, Darfur, Kordofán y, desde aquí, pasa al Nilo y El Cairo. c) El enigma del Nilo consistía en conocer su nacimiento o sus fuentes. Algunos exploradores centraron su búsqueda en la parte del Sudán y Etiopía, como Bruce (1787) que recorre las fuentes del Nilo Azul en Etiopía, Burckhadt (1814) que atraviesa el desierto de Nubia llegando hasta Suakin en el mar Rojo, o Bottego (1891) que atraviesa el país Galla, recorre el valle del Omo y el curso medio del Juba para terminar en Mombasa. Otros se van a la región de los Grandes Lagos: Burton y Speke (1857) llegan al Tanganyka y mientras Burton se queda allí enfermo, Speke se marcha solo y descubre el Victoria. En 1860 hace otra exploración por estas regiones y se encuentra con los esposos Baker que habían descubierto el lago Alberto. Krapf y Rebmann estudian los lugares del monte Kenya y del

Kilimanjaro. d) El río Congo, con su impresionante masa de agua y su inflexión hacia el Sur, atrajo a multitud de exploradores. Cameron (1874) demuestra que el río emisario del Tanganyka es el Lukuga y que el Lualaba no podía ser la continuación del Nilo, ya que la cuenca de éste es más alta que la de aquél. También explora la cuenca del Kasai. Stanley, en 1871, sale para buscar a Livingstone encontrándolo a orillas del Tanganyka. En 1874 vuelve y explora la región de los Grandes Lagos. Para terminar con el enigma del Lualaba decide recorrerlo hasta el final, llegando a Boma (desembocadura del Congo). Quedaba demostrado que este río no era sino el curso superior del Congo. Brazza (1875-1884), en varios viajes, explora la orilla derecha del Congo llegando al nacimiento del Ogué y explorando las regiones del Kuilu y Ubangui-Chari. Schweinfurth (1868) recorre las tierras del Ubangui descubriendo y explorando el Uellé. e) La parte del Zambeze tuvo como principal explorador a Livingstone que, en cuatro viajes, recorrió prácticamente toda la región, siendo el explorador que contabilizó el mayor número de descubrimientos. En su primer viaje (1849) descubre el lago Ngami, el río Kwando y las fuentes del Kasai; en su segundo, hace la travesía Angola-Zambeze descubriendo las cataratas Victoria; en su tercero, el lago Nyassa y en el cuarto los lagos Moero y Banguelo. Lacerda recorre el alto Zambeze llegando a Katanga y Serpa Pinto (1877), atraviesa África partiendo de Angola y llegando a Mozambique.

Resistencia a la colonización europea.

2. EL IMPERIALISMO EUROPEO. La abolición de la Trata lleva consigo la «reconversión» del comercio. Ahora ya no se podrán traer ciertos artículos para comprar esclavos, sino que habrá que obtener productos o materias que puedan interesar no ya a América, lejana, independiente y con una economía autónoma, sino a Europa que va camino de su Revolución Industrial. A medida que ésta se vaya plasmando, la necesidad de materias primas se hará más patente y las ocupaciones se intensificarán: hasta 1815 las ocupaciones se limitan a puntos costeros. De 1815 a 1855 se dan las primeras penetraciones hacia el interior: Francia entra hasta el desierto de Argelia y opera incursiones en Gabón, Comores y Madagascar. Los ingleses ocupan Natal, Zanzíbar y Lagos y los portugueses se introducen en la meseta angoleña. De 1855 a 1880 hay una lenta pero progresiva penetración: Francia somete la mayor parte del Senegal, Costa de Marfil y Gabón, Inglaterra impone un protectorado en Ghana y Bélgica ya ha puesto los ojos en el Congo. De 1885 a 1914 los europeos se lanzan a una camera de ocupaciones no exenta de serios enfrentamientos. Esta carrera vino propiciada por la Conferencia de Berlín (1884-1885) reunida bajo pretextos humanitarios antiesclavistas, pero que ocultaba claras ambiciones políticas. Los representantes europeos se reúnen para legalizar la ocupación africana, comprometiéndose a observar ciertas reglas: libertad de comercio y navegación en el Congo y Níger, supresión de la Trata en todo el continente, ocupación real del territorio, para tener derecho sobre él, y notificación de ésta a los demás países. Estos dos últimos puntos fueron el detonante que lanzó a los europeos a una ocupación brutal y rápida del suelo africano. La soberanía europea se impone mediante la guerra o se arranca a los jefes tradicionales presionándolos para que firmen tratados de protectorado sometiéndose a los extranjeros. Las fronteras se fijarán por traslados entre europeos.

3. EL IMPERIALISMO FRANCÉS. A) La formación del África Occidental Francesa (A.O.F.). —En Francia, la idea colonial coge fuerza a partir de 1870, sostenida por hombres como Ferry, Gambetta o Leroy Beaulieu que forman el alma del «Partido Colonial». Ellos harán posible que comerciantes y armadores se unan a militares, marinos y misioneros para una empresa común. El punto de partida principal es Senegal convertido en posesión francesa en 1814 por el Tratado de París. Faidherbe llega como gobernador en 1854 con una política clara: imponer en todo el río Senegal la soberanía francesa mediante la táctica de puestos articulados. De aquí, si es posible, pasar al Níger. Comienza sometiendo a los moros trarza, de Mauritania, y hace un protectorado de este país, después de ponerse de acuerdo con España que toma Río de Oro. También reduce la resistencia de Lat Dior en el Cayor que, habiendo dividido su ejército en pequeños grupos hostigaba sin cesar a los franceses. También realizó varias campañas contra Hadj Omar Tall. Por su parte, Gallieni deshace la oposición de Mamadu Lamine, marabut cuya fama de santidad la explotó en beneficio propio. Pinet Laprade somete la parte de Casamance y la región serer. El alto Níger tiene como conquistador importante a Archinard que hubo de oponerse a Ahmadu Cheiku, jefe del estado de Segú que muere en Sokoto sin haber sido sometido, y a Samory. Éste fue el oponente más fuerte a la presencia extranjera; practica la técnica de la «tierra quemada» consistente en hacer el vacío delante de los enemigos sin cederles hombres ni reservas y reocupando el terreno una vez que el enemigo haya pasado. Para capturarle hubo que recurrir a la corrupción y traición después del

fracaso de muchas campañas contra él. Fue hecho prisionero en 1892 y deportado a una isla de Gabón, donde muere en 1900. También se distinguieron en esta zona Borgnis-Desbordes que entra en Bamako (1883) y Bonnier que hace campañas contra los bámbara y peul. En la Curva del Níger, los dogon se levantan contra los franceses dirigidos por el marabut Hamidu Kolado, Babemba hace lo propio hasta la caída de Sikasso y los tuareg aniquilan a los primeros franceses que entran en Tombuctu en 1893, hasta que Joffre y Klobb rompen toda resistencia. Francia tenía necesidad urgente de ocupar la región del Volta para detener el avance inglés que subía por el Níger. Aprovechando querellas de sucesión e instigando a unas partes contra otras, los franceses van apoderándose de toda la zona, según los proyectos del coronel Trentinian. Voulet somete Yatenga y Gurunsi y reprime el levantamiento de los samo. Destenave consolida la posición francesa firmando un acuerdo con los ingleses, según el cual el Volta Blanco sería la frontera natural entre ambas partes. Vallet e Hugot imponen el control francés en el Volta Negro. La parte costera, a excepción de Dahomey, opusieron una menor resistencia. Guinea fue explorada por Bouet-Willaumetz y ocupada por el doctor Bayor en 1882. En Costa de Marfil ya actuaba, desde principios de siglo, la compañía marsellesa Regis. Treich se adelanta a los ingleses y obtiene un tratado de protectorado. Abomey había firmado con Bouet-Willaumetz un pacto de amistad y comercio. Glele y Behanzin se opusieron a la penetración francesa. Este último tiene que soportar dos guerras con Francia (1890 y 1894) que causan su ruina. Dodds, partiendo de Portonovo y con grandes efectivos militares, se apodera de Behanzin deportándolo a Argelia. Senegal, Sudán (Malí-Alto Volta), Níger y Costa de Marfil formaron, en 1895, el África Occidental Francesa (A.O.F.). En 1899 se añadieron Guinea y Dahomey y, en 1903, Mauritania. Formarán una especie de Federación bajo poder civil y recibirán, en 1904, un estatuto que, con ligeras diferencias, durará hasta 1946. En 1919, Alto Volta se desprende de Sudán. B) África Ecuatorial Francesa (A.E.F.) y Yibutí. —Excepto en la región del Chad, los franceses no conocieron una oposición violenta. Gabón, en 1839, conoció los primeros tratados de comercio llevados a cabo entre Bouet Willaumetz y el rey Denis. Más tarde trató con otros reyes. Brazza conseguirá para Francia la parte derecha del bajo Congo y firma con el rey Makoko un tratado de protectorado en 1880. En 1889, los franceses inauguran un puesto en Bangui. Para ocupar la zona del Chad se tenía que deshacer a Rabah que había masacrado varias expediciones francesas. Para ello se prepararon tres columnas que, partiendo de Argelia, Níger y Congo, tenían que encontrarse en el lago. En 1900, las tres columnas se enfrentan a Rabah en Kosseri derrotándolo y matándolo. No obstante, continuó la oposición de los senussi hasta la muerte de su sultán en 1911: toda la región del Chad quedaba bajo dominio francés. El Congo, Ubangui-Chari y Chad formaron África Ecuatorial Francesa (A.E.F.), a la que se añadirá, más tarde, Gabón. Luis Felipe recibe un puerto del rey de Choa. En 1862, Francia obtiene Oboky, más tarde, el buen puerto de Yibuti como concesión para un ferrocarril. Con esto se despierta el sueño francés de unir Dakar con Yibuti. Del Congo sale Marchand para realizarlo y llega hasta Fachoda, en el valle del Nilo. Allí llegará el inglés Kitchener que pretende hacer posible el sueño inglés de unir El Cabo con El Cairo. Este encuentro provocó una tensión mundial, pero Francia se retira dejando vía libre a Inglaterra.

4. EL IMPERIALISMO INGLÉS. A) En África Occidental.— Kipling, Disraeli y Rhodes fueron los bastiones más importantes de la idea colonial en Inglaterra. En 1827, los ingleses están en Femando Poo. En Gambia, a principios del siglo XIX, algunos mercaderes habían organizado puestos y construido ciertos fuertes. En 1821, la Corona toma posesión de estos territorios y los une a Sierra Leona. A partir de 1865 la resistencia a los ingleses se hace fuerte hasta la muerte de Fodé Kaba en 1901, pese a que en 1894 Inglaterra le había concedido el protectorado. El Gobierno inglés se retiró de Ghana en 1828 para alejarse de los conflictos Fanti-Ashanti. Un «Comité de mercaderes de Londres» continuó la gestión hasta que el Gobierno vuelve de nuevo en 1843 y compra las posiciones danesas (1850) y holandesas (1872). La revuelta de los ashanti hace intervenir al ejército inglés sometiéndolos por la fuerza. En 1900 se declara el protectorado. Los conflictos de Lagos de 1851 terminan diez años más tarde declarándolo colonia. Lo mismo sucederá con las costas nigerianas (1885) y con el interior después de haber vencido al Oba Overami, cuya derrota fue seguida de una terrible represión y pillaje de las obras artísticas guardadas en su palacio. Los Emiratos del Norte opusieron, hasta muy tarde, una sensible resistencia que hubo de ser reducida en grandes campañas llevadas a cabo por lord Lugard. B) En África Austral. —Partiendo de El Cabo, los ingleses querían llegar hasta el Nilo, pero tenían que adelantarse a los portugueses que pretendían la unión Angola-Mozambique. Esto será llevado a término por Cecil Rhodes, hombre sin escrúpulos que firma tratados con los reyes de esta zona y los interpreta como quiere, lanzando a unas poblaciones contra otras. La superioridad inglesa hace posible el tratado de 1891 por el que los portugueses deben renunciar a su idea. Por la ocupación del Tanganyka a cargo de los alemanes se hace imposible el avance inglés hacia el Nilo. Lesotho (1868) y Swazilandia (1891) se someten como protectorados a Inglaterra. C) En África Oriental. —Ismail, hijo del soberano egipcio Mehemet Ali, conquista Sudán y funda la ciudad de Jartum. Inglaterra logra controlar la política egipcia. Cuando los mahdistas hacen su revolución, los ingleses, temerosos de que otros pudieran venir, los aplastan y ante la presencia de Marchand en Fachoda, declaran a Sudán condominio anglo-egipcio. De aquí parten Lugard y su sucesor Colville que consiguieron el protectorado para Uganda después de ceder la isla de Heligoland (mar del Norte), a Alemania y después de romper la resistencia del Kabaka Mwanga y someter a los demás reinos tradicionales. Con objeto de obtener una salida al mar por Mombassa, reocupa lo que más tarde será Kenya, aunque las tribus, especialmente los Nandi, atacaron mucho a los ingleses. A partir de 1884, éstos firmaron numerosos tratados con las tribus somalíes que aceptan el protectorado británico e Inglaterra los reunió bajo el nombre de Somaliland. En 1899, Abdullah Hassan proclama la guerra santa contra los infieles que se extiende rápidamente. Italianos e ingleses debieron unirse para vencerlos en 1911.

5. EL IMPERIALISMO ALEMÁN. A) Región occidental. — Bismarck no se consideraba colonialista, pero acabó cayendo en el colonialismo arrastrado por el ejemplo europeo y el desarrollo industrial de Alemania. En Togo, los comerciantes instalados en 1876, presionaron para que fuera reconocido como protectorado en

1885, con consentimiento de Francia que debe acceder a esta ocupación para que Alemania no se oponga a su presencia en Marruecos. En el Camerún, diversas casas de Hamburgo habían enviado representaciones que permanecían en Duala. Nachtigal firmó tratados con los jefes adelantándose a franceses e ingleses. En 1899 están en Adamawa tomando Tibati. La batalla de Marua contra el emir de Yola, en 1902, consagra la victoria alemana en Camerún. En el suroeste africano Bismarck autoriza la protección oficial a los enclaves del comerciante alemán Lüderitz. Inglaterra debe acatar esta decisión para que Alemania respete su intromisión en Egipto. La revuelta de los herero y hotentotes contra el régimen alemán fue reprimida de una forma feroz costándoles más de 60.000 muertos. B) Región oriental. — Peters, secretamente, había desembarcado en las costas de la actual Tanzania y firmado una serie de tratados con los jefes; incluso llegó a obtener del kabaka Mwanga un tratado de protectorado. Entonces, Inglaterra accedió a cambiar la isla de Heligoland, que interesaba a Alemania, por Uganda y la renuncia alemana a Zanzíbar y Pemba. Rwanda, explorada por Von Götzen, se convierte en protectorado en 1899 y, aprovechando las luchas intestinas entre los tutzi, se instalan también ese año en Burundi. Los alemanes tuvieron mucha dificultad en someter la zona: en 1888 Bushiri toma la cabeza de un levantamiento que costó mucho reprimir y él mismo fue ahorcado. Los métodos brutales de Peters desencadenaron el levantamiento de los cogo, hehé y chaga. En 1905, la rebelión magi-magi exterminó a los funcionarios y misioneros alemanes. La represión hizo más de 120.000 víctimas.

6. EL IMPERIALISMO BELGA. Se circunscribe al Congo (actual Zaire). Leopoldo II había organizado la «Conferencia de Bruselas» (1876), en la que invitaba a todos los enemigos de la esclavitud y a los amigos de la civilización a colonizar África. Esta Conferencia coincide con la marcha de Stanley desde Zanzíbar al Congo para tomar posesión del territorio para el rey belga. En esta Conferencia se crea la «Asociación Internacional del Congo». En la Conferencia de Berlín pasará a ser el «Estado Independiente del Congo» (1885-1908) gobernado por Leopoldo II, según una carta especial. Los belgas se dan prisa en ocupar la parte meridional para impedir el avance de Rhodes. La resistencia mayor la encontraron por parte de negreros arabizados, como Msiri y Ngongo Lutete contra los que chocan las columnas belgas. También las tribus autóctonas, como los zande, pahuin, lunda, kuba resistieron a los europeos. Célebres fueron también las revueltas baterelas que eran soldados formados por los belgas para someter a los demás autóctonos y que pusieron en serio aprieto al ejército regular. El mayor oponente fue Tippu-Tib contra el que los belgas lanzaron las campañas de 1892-1894 para destruirlo. Muchas columnas belgas fueron aniquiladas. En 1908, Leopoldo II dejaba el Congo, como herencia, al estado belga.

7. EL IMPERIALISMO EN EL RESTO DE EUROPA. A) Portugal. — Se quedó en los lugares que ya ocupaba en el siglo XVII: Cabo Verde, Guinea-Bissau, Angola, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe. Lo único que intentó en este siglo fue apoderarse de la zona intermedia entre Angola y Mozambique después de los esfuerzos realizados por Lacerda y Serpa Pinto. Pero los ingleses deshicieron esta ilusión. En Angola, los cuahama iniciaron una rebelión en 1897 y, a pesar de la represión portuguesa, mantuvieron la guerrilla hasta 1915 con la derrota de Mongua. Los

ovimdundu y los dembo se sublevaron en 1902 y 1907 y no fueron sometidos hasta 1910. En Mozambique, en 1894, los indígenas trataron de apoderarse de la capital, Lourenço Marques; ante su fracaso, se pusieron bajo las órdenes del jefe Gunguhana que prefirió el protectorado británico. Tres columnas portuguesas tomaron y quemaron, en 1895, su capital, Manjakazi, y lo cogieron prisionero llevándolo a Lisboa. B) Italia.— Las corrientes colonialistas tienen en D'Annunzio y De Corradini a dos firmes baluartes. Aprovechando el desinterés que las naciones muestran en el cuerno africano, Italia se introduce en esta parte tomando bajo su protección las bases que poseía el armador Rubattino. Con el consentimiento de Inglaterra se apoderará, también, de la región etíope de Eritrea. C) España.— Por los tratados de San Ildefonso y de El Pardo (1877-1878), Portugal cedió a España las islas de Annobon y de Fernando Poo y el derecho a comerciar libremente en las costas del golfo de Guinea, a cambio de un arreglo fronterizo argentino-brasileño. España abandona un poco estos lugares y Femando Poo es ocupada por los ingleses en 1827. En 1832, los ingleses dejan esta isla y, merced a las expediciones oficiales de Juan José de Lerena (1843), España mantuvo una presencia estable en la actual Guinea Ecuatorial. En 1858 se envía a Carlos Chacón como primer gobernador.

África en 1876.

África al final de 1885.

África en 1900.

8. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y SUS CONSECUENCIAS. Todas las colonias alemanas fueron escenario de enfrentamientos bélicos. En Sudáfrica, los boers apoyaban a los alemanes del Suroeste, mientras que el Gobierno dio su apoyo a los ingleses; esto se tradujo en una rebelión boer pro-germánica que fue aplastada en Bloemfontein. El general sudafricano Smuts vence a los alemanes del Suroeste que se rinden en julio de 1915. En África Occidental, los alemanes se hicieron fuertes en Camerún, abandonando Togo en 1914. Ese mismo año ya hay un desembarco aliado en Duala, pero el Gobierno alemán resiste en Yaundé. Columnas aliadas que parten de Nigeria, Chad y Congo convergen en esta ciudad que no se rinde hasta principios de 1916; los supervivientes pasarán a la Guinea Española. En el este africano fue donde los alemanes obtuvieron más éxitos y no llegaron a rendirse hasta la capitulación de Alemania. Tras una serie de victorias alemanas, se ocupa Kenya. En 1916, ingleses, sudafricanos y belgas, salen de Kivu contraatacando y ocupando las tres cuartas partes de los territorios alemanes. Éstos intentaron la contraofensiva al año siguiente, pero, faltos de medios, pasan a Mozambique, desde donde hacen la guerrilla, entregándose en noviembre de 1918, después de volar los depósitos ingleses en Rhodesia. África cooperó activamente al desarrollo de la guerra. Sus efectivos actuaron no sólo en el continente, sino que fueron enviados también a Europa. El número global de sus combatientes pasó de

30.000 en 1914 a 120.000 en 1917 y a 183.000 en 1918. Las bajas se estimaron en unas 110.000. Las poblaciones tuvieron que sufrir un deterioro en su forma de vida ya que les impusieron nuevas formas de trabajo forzoso, más impuestos y mayor número de prestaciones personales para afrontar los efectos de la guerra. Esto dio origen a nuevas revueltas y nuevas represiones. Varias fueron las consecuencias de la guerra: las colonias alemanas fueron entregadas, por la Sociedad de Naciones en calidad de mandatos, a las potencias vencedoras: Togo y Camerún fueron divididas entre franceses e ingleses. El Suroeste se entregó a África del Sur, Tanganyka a Inglaterra y Rwanda y Burundi a Bélgica. Como consecuencia de esto se modificaron las fronteras de Libia, Mozambique, que recibe el triángulo de Kionga, y Kenya que pierde la provincia del Nordeste en favor de Somalia italiana.

9. LA CONQUISTA DE MADAGASCAR. Ingleses y franceses quieren imponerse en Madagascar, pero a partir de la ruta de Suez los primeros comienzan a desinteresarse de la isla. En 1890, un tratado entre ambos permite a Inglaterra ocupar Zanzíbar y Nigeria dejando las manos libres a Francia para actuar en Madagascar. Ésta invoca la existencia de un tratado de protectorado en 1885 para enviar al general Duchesne que desembarca en Majunga en febrero de 1895 apoderándose de Tananarive en septiembre. El 6 de agosto de 1896 se declara a Madagascar colonia francesa. Una serie de revueltas y rebeliones hacen que Francia envíe a Gallieni a «pacificar» la isla. Éste comienza suprimiendo la monarquía en 1897, fusila al primer ministro y extiende los puestos militares fortificados, organizando mercados, carreteras y escuelas. Cuando se marcha en 1905, Madagascar está ya dentro de los esquemas coloniales franceses.

CAPÍTULO VII

1918-1945: EL APOGEO DEL COLONIALISMO. CARACTERES COMUNES.

1. CARACTERES COMUNES Aunque cada sistema colonial va a desarrollarse según unos esquemas propios, sin embargo, hay una cierta unanimidad de criterios sobre aspectos fundamentales: — Ideología colonial: hacia 1900, la burguesía domina el mundo encarnando la idea del progreso. África también va a caer en sus manos pretextando un humanitarismo que esconde el deseo de provecho y de dominio no exento de abusos: todo ello dirigido por la corriente imperialista que fue la que impregnó la mentalidad burguesa de afán pragmático y lucrativo. A pesar de todo, hacía falta una «justificación» para ocupa lo que no le pertenecía, y ésta se hace echando mano de varios argumentos: atraso moral del indígena, mala explotación de las tierras, que pertenecen a la humanidad, derecho de proteger al más débil, deber de la civilización, derecho universal a la circulación y transmigración, derecho al libre comercio entre las naciones... Una vez que se ha justificado la presencia, se invocan los títulos de ocupación que suelen resumirse en tres: cesión contractual, adquisición mediante guerra justa e interés superior por la paz. Y, a partir de estos supuestos, la explotación colonial se cumple según una periodización: hasta 1920 se concretiza la ocupación y se comienza la explotación de los productos naturales sin tocar a su estructura social. De 1920 a 1945 se crea una infraestructura colonial más o menos desarrollada según el espíritu del colonizador y nacen los núcleos urbanos que originan una movilidad sacudiendo la estructura social. De 1945 a 1960 se intensifica la explotación colonial. En cada país existirán técnicos de la colonización que tratarán de llevar a la práctica sus ideas en las colonias. — Sociedad colonial: el fenómeno más grave de la ocupación fue que las nuevas fronteras, creando entidades nuevas, rompieron el mundo tradicional. Por otra parte, el hombre blanco no suele adaptarse al mundo africano: excepto en África del Sur, la población europea no está enraizada; reside en África por cuestiones de trabajo y se vuelve a la metrópoli cuando puede, bien por motivos de vacaciones o por jubilación. Sin embargo, este hombre y su forma de vida será imitado por el indígena que pierde, así, su forma de ser para adquirir los esquemas mentales del colonizador. En este sentido, el factor educacional va a jugar un papel de excepción: la enseñanza será de tipo occidental y creará una clase próxima al colonizador completamente fuera del esquema tribal. A esto cooperará eficazmente el desarrollo misionero que, en frecuentes ocasiones, es el único vehículo de alfabetización fuera del mundo urbano. No obstante, esta enseñanza no se desarrolló mucho porque, lógicamente, no interesaba al colonizador. Según un informe del Consejo de Tutela de la O.N.U., para 1950 sólo del 10 al 15 por 100 de la población negra escolarizable estaba escolarizada: dato bastante engañoso, pues, en ciertos países como el Sudán, ese mismo año había 99,9 por 100 de

analfabetos; por el contrario, Madagascar daba un índice de escolarización del 29,30 por 100. El trabajo es otro fenómeno de destribalización. Cuando los europeos suprimen la esclavitud, implantan el trabajo forzoso que causará innumerables víctimas. (Por ejemplo, el ferrocarril Brazzaville-Océano, realizado por prestaciones forzosas, costó más de 17.000 muertes para tan sólo 140 km.) Esta clase de trabajo se sustituirá por el «Contrato de trabajo» que, en realidad, era un trabajo forzoso camuflado. Este «contrato» fue controlado más o menos por la legislación de la metrópoli. Así, Bélgica no permitía este contrato superior a tres años, Francia lo permite sólo para un plazo máximo de dos años, lo mismo hace Inglaterra, mientras que Alemania sólo lo admitió para un tiempo de siete meses. Con el trabajo más o menos libre, se introduce la lucha por el dinero y la gestación de las clases. Los hijos de ciertos jefes y hombres ricos van a estudiar a Europa y, al volver a sus países, ocuparán puestos importantes en la administración, erigiéndose en la clase más elevada. Otros dejarán el marco de sus aldeas para ir a los centros urbanos o a las minas a pedir trabajo: formarán un proletariado que originará los grandes barrios cerca de la ciudad administrativa. Poco a poco irán surgiendo el fenómeno sindical, hasta el punto de que en 1944 ya habían sido reconocidos más de 300 sindicatos obreros adscritos a centrales europeas. La Carta de Filadelfia, publicada en mayo de ese año, habla en su artículo primero de que «toda política colonial... tendría, como primer objetivo, el progreso social» y acepta una moción especial sobre el trabajo de los indígenas, sus condiciones y su salario. Con ligeras variaciones, esta sociedad africana podría estructurarse en los siguientes estamentos: nobleza profesional compuesta por el gobernador y altos funcionarios de la administración; los jefes de las grandes empresas y sociedades concesionarias; los propietarios independientes: plantadores, granjeros, gerentes de pequeñas empresas; comerciantes; notables africanos; africanos asalariados y resto de africanos encuadrados en la sociedad tradicional. Hasta el final del período colonizador, ningún africano logró encaramarse hasta las dos primeras esferas de este panorama social. — Economía colonial: no se hace sobre supuestos mercantilistas, como en los tiempos pasados, sino sobre modelos liberales, una vez que la abolición de la Trata había encarecido los productos. Está caracterizada por un desequilibrio permanente, un dinamismo y expansión constantes y un sometimiento continuo a las exigencias metropolitanas, ya que las metrópolis no quieren, en modo alguno, que sus colonias les sean gravosas. Podemos distinguir tres estadios: 1. En un primer momento los europeos se arrojan ávidamente sobre las riquezas naturales de los países cuya explotación y salida comercial son más seguras. Esta primera explotación se caracteriza por una falta de previsión y ausencia completa de plan de conjunto. Como método se usa el trabajo forzoso que origina continuas perturbaciones sociales. La explotación se hace por medio de «compañías» privadas que multiplican los puestos en el interior e imponen un tributo a los indígenas en dinero o en especias. Este método de explotación se orientó, casi exclusivamente, a la recogida intensiva de ciertos productos tropicales no consiguiendo más que explotar a las gentes y esquilmar las tierras. 2. En un segundo estadio, los pueblos colonizadores concentraron su atención en las minas, que exigen un mayor esfuerzo de equipo y la intervención, cada vez más fuerte, del estado. Los indígenas pasarán a poseer lo esencial de los productos agrícolas de exportación: arácidos, aceite de palma, cacao, café, bananas, algodón. En esta fase se entra en una economía de intercambio,

esencialmente con la metrópoli, y, poco a poco, con otros países. 3. Finalmente, y sin que se llegara a consumar por la llegada de la independencia, se intenta equilibrar la vida económica de las colonias mediante una relación adecuada entre minería, industria, agricultura y estado social del indígena, pasando de una economía cerrada o semiabierta a otra de plena apertura con el exterior. Las empresas no podrán llevarlo a cabo y el estado tendrá que intervenir directamente tomando bajo su responsabilidad el desarrollo de sus colonias. Las inversiones estatales superan a las privadas, aunque el sistema siga siendo el de las metrópolis: liberal en las posesiones inglesas y proteccionista en las francesas. Los efectos de la colonización fueron visibles y marcaron profundamente el desarrollo posterior de las independencias: a) Se orientó a los países en el monocultivo o monoproducción, relegando a segundo plano otros sectores, lo que desequilibró la economía de estos territorios: arácido en Senegal; café y cacao en Costa de Marfil, Camerún, Ghana y Guinea Ecuatorial; café en Rwanda, Uganda y Burundi; madera en Gabón; algodón en el Chad, Sudán y Ubangui-Chari; aceite de palma en Nigeria; diamantes en Angola; cobre en el Congo (Zaire) y Rodesia del Norte (Zambia); oro en la República de Orange y Transvaal; ganadería en Kenya... Esto frenó una posible industrialización básica y causó un gran retraso en la puesta de valor de estos países. b) El empuje de las ciudades y el olvido del campo hizo que se desarrollara más el sector terciario que el secundario y que se formara una burguesía colonial indígena anclada en aquel sector y cuyo dinero, dirigido a la adquisición de bienes de consumo o invertido en inmobiliarias y empresas de transportes, es totalmente improductivo. c) Algunos autores han hablado de la «Revolución de los transportes y de las transmisiones» como un hecho positivo de la colonización. Sin embargo, hay que oponer serias consideraciones a tal afirmación: en cuanto a las carreteras hay que decir que son simples pistas de trazado irregular, inutilizables, por regla general, en la época de lluvias y que unían solamente núcleos de interés económico para el colonizador. En el momento de las independencias el número de kilómetros de carreteras asfaltadas es irrisorio y se circunscribe a las cercanías de las grandes ciudades. Por lo que respecta al ferrocarril, su disposición radial (interior-océano) habla claramente de la intención colonial de evacuar productos más que de un deseo de poner en contacto diferentes regiones para promover su desarrollo económico. Además, la apertura normal de la vía es de 1,44 metros, mientras que la empleada en África sólo tiene 1 metro, con lo que su capacidad de transportes es mucho más débil. En 1930, ésta era la situación ferroviaria en algunas zonas africanas (en kilómetros):

Regiones

Longitud

Longitud por Longitud por 10.000 habitantes 100 km²

A.E.F

358

1,0

0,01

Sudán

3.205

4,5

0,11

Congo Belga

3.950

3,9

0,14

Angola

2.361

9,2

0,18

A.O.F

3.402

2,3

0,12

694

1,8

0,34

Madagascar

d) La ocupación violenta de las mejores tierras por parte de los blancos, desplazaba a los indígenas a posiciones menos favorables. El caso de Kenya es, a este respecto, sintomático: algunos millares de blancos poseían 42.000 km², mientras que un millón de kikuyus se tenía que contentar con 10.000 km². La agricultura se orientó hacia los productos de exportación olvidando los cultivos alimenticios. Esto hará que el déficit alimentario aumente de forma dramática causando, en años de pluviometría irregular, verdaderas épocas de hambre, sin olvidar el desgaste y empobrecimiento a que se somete al suelo.

2. EL SISTEMA FRANCÉS. Administrativamente, las colonias dependen de un ministerio, creado en 1894, que nombra gobernadores generales para A.O.F., A.E.F. y Madagascar. Los protectorados se adscriben al Ministerio de Asuntos Exteriores y se nombra un residente general francés al lado del soberano nativo. Los mandatos (Camerún y Togo) tienen un régimen un poco diferente. En realidad, el Parlamento no se interesa en las colonias. La legislación colonial se hace a base de decretos firmados por el presidente de la República y preparados por el Ministerio de las Colonias, según el parecer de los gobernadores. El representante supremo de la Administración local es el gobernador general «depositario de los poderes de la República». Le asiste un Consejo de Administración. Dentro de la Federación, cada territorio tiene un gobernador local y las colonias se dividen en circunscripciones y subdivisiones. Desde el punto social, Francia practica la «Asimilación» según su postulado de «colonizar para civilizar» y que trata de hacer de los africanos seres culturalmente franceses. Los colonizadores pertenecen a categorías jurídicamente diferentes: los «sujetos» son los nativos no ciudadanos sometidos a un régimen especial aprobado en 1909 y que se llama el «Indigenado». Guardan sus costumbres y son juzgados por la justicia indígena. Forman el 90 por 100 de la población y están sometidos a impuestos y prestaciones personales. Una categoría intermedia la forman los «exentos» del Indigenado: jefes de cantones, funcionarios, antiguos militares, comerciantes... Finalmente, los «ciudadanos originarios» están sujetos al Código civil y a la jurisdicción francesa. Sólo tenían este privilegio los senegaleses pertenecientes a las cuatro comunas de pleno ejercicio: San Luis, Dakar, Gorea y Rufisque. En 1936, estos ciudadanos sumaban 78.000 solamente. Las finanzas se regulan según un presupuesto general que existe para las colonias y presupuestos especiales para cada una de ellas. La ley presupuestaria de 1901 preveía que las colonias debían hacer

frente a sus propios gastos, pero fue casi imposible llevarlo a la práctica. La explotación económica se llevó a cabo mediante el régimen de concesiones puesto que las tierras vacantes son del estado y los nativos sólo conservan el gozo de los terrenos, pero no pueden disponer de ellos sin la utilización de las autoridades europeas. Se empezó otorgando cuarenta grandes concesiones a otras tantas sociedades. En 1910, las explotaciones se conceden sólo para un periodo de diez años y sólo para ciertos productos. Este régimen fue muy atacado y en 1926 la extensión máxima de una concesión será sólo de 10.000 hectáreas. Se hizo una explotación extensiva de productos tropicales. Según cifras de 1938, algunos productos alcanzaban estas cantidades: 643.000 toneladas de arácidos en Senegal y 160.000 (en 1940) en Sudán. En Guinea se recogían 52.000 toneladas de plátanos. El cacao, café y plátanos proporcionaban en Costa de Marfil 55.000, 25.000 y 12.000 toneladas, respectivamente. En Dahomey (actual Benín) y Togo se cosechaban 100.000 y 13.000 toneladas de aceite de palma. La madera en Gabón alcanzaba las 380.000 toneladas (en 1931). Madera, aceite de palma, plátanos y cacao daban, en Camerún, 40.000, 33.000, 28.000 y 27.000 toneladas, respectivamente. También se recogían algodón en el Chad y algodón, café, caucho y diamantes en Ubangui-Chari. Estos productos eran transportados por ferrocarril desde los centros de recogida hasta los puertos atlánticos por los ejes: Sudán-Dakar, Kayes-Bamako, KankanConakry, Norte-Abidjan, Congo-Océano, Duala-Yaundé.

3. EL SISTEMA INGLÉS. Con una concepción distinta de lo que es una colonia y con métodos más flexibles, los ingleses confiaron su imperio colonial a economistas y no a militares, administrando sus posesiones según la categoría del territorio: a) Las tierras dadas a compañías estatutarias tenían objetivos primordialmente comerciales. Estas compañías fueron: «La Real Compañía del Níger», encargada de colonizar el norte de Nigeria y que, no pudiendo hacer frente a la guerra declarada por algunos emiratos y los franceses, sucumbió en 1900 haciéndose cargo de su territorio el «Colonial Office». «La Compañía Imperial del África del Este», que operaba en Uganda, tampoco superó las dificultades. En cambio, la «Compañía británica de África del Sur», bajo la mano dura de Rhodes, era la única capaz de cumplir con lo que se había impuesto: expansión de la autoridad inglesa y colonización de los territorios al Norte del Limpopo. b) Las «Colonias de la Corona» dependen directamente del «Colonial Office» que nombra a los gobernadores y funcionarios. c) Finalmente, los «Dominios» eran territorios a los que se les había dado una autonomía desde 1863. En África sólo se había concedido este privilegio a la Unión Sudafricana. El principio básico de la colonización se basó en la «administración indirecta» («Indirect Rule») que pretendía dejar en manos de los jefes tradicionales («Chief Native Authorithy») la mayor autoridad posible favoreciendo su colaboración con el poder europeo. Éste estaba representado por el gobernador que debía gobernar con el parecer y acuerdo de un Consejo legislativo que debía reunirse, por lo menos, una vez al año para examinar el presupuesto. Jurídicamente, los ingleses no introdujeron ninguna diferencia entre sus colonizados. La aplicación

de las leyes no se hace siguiendo principios precisos, sino que el indígena está sometido al régimen de la costumbre. La única misión de los jueces es llenar las lagunas de la ley. Con respecto a las finanzas, el principio fundamental fue que la administración colonial debería ser soportada por la colonia misma, independientemente de la ayuda financiera del Tesoro. Da a sus colonias, pues, una autonomía financiera no pudiendo el Parlamento exigir un tributo colonial. Las tierras son del estado relegando a los indígenas a simples usuarios. A los europeos se les da las mejores tierras en buenas condiciones de arrendamiento que llega hasta los noventa y nueve años. , En 1923, la «Compañía británica de África del Sur» proclama su incapacidad de mantener el gobierno en sus territorios y anuncia que se dedicará a acciones lucrativas. Hay división entre Rhodesia del Norte (Zambia), que pasará a depender del «Colonial Office» y Rhodesia del Sur (Zimbabwe) que, no queriendo unirse a la Unión Sudafricana, recibe un gobierno autónomo. Las plantaciones (tabaco, maíz, café) y explotaciones ganaderas se extendieron a lo largo del ferrocarril, que arrancando de El Cabo, atravesaba Rhodesia de sur a norte. En 1939, se comienza a explotar el cobre del Norte (el Copperbelt) con la ayuda del carbón que se produce en el Sur. En Kenya se sueña con hacer «el país del hombre blanco» mediante la creación de granjas modelo en las mejores tierras (los Highlands) que producirán una ganadería abundante y seleccionada. En 1919 ya se contabilizaban 300.000 cabezas de bovinos y 270.000 de ovino para sólo 9.000 colonos. Uganda se especializa en café y algodón, productos que se evacúan por ferrocarril empleando la línea VictoriaMombasa. En 1917 se forma una «Unión aduanera» entre Kenya y Uganda a la que se unirá Tanganyka en 1923, dando origen a la «Comunidad de África del Este». A partir de 1924, Inglaterra comienza a exigir la marcha de la administración egipcia de Sudán, debido a que en El Cairo fue asesinado el gobernador general británico. Se explota principalmente el algodón que se evacúa hacia el mar Rojo mediante el ferrocarril Jartum-Port Sudán que tiene ramificaciones hacia el Norte y Oeste. En África Occidental se sintió la influencia de Lugard, el ideólogo del «Indirect Rule»: «El residente debería gobernar por y para los jefes tradicionales.» En Gambia se cultivó especialmente el arácido. Sierra Leona quedará un poco en el anonimato hasta que se descubren minas de hierro y diamantes en 1930. Ghana, tradicional país del oro, encuentra en el cacao su punto fuerte hasta el punto de cosechar, él solo, la mitad de la producción mundial. En Nigeria, el cacao y aceite de palma constituyen la principal riqueza hasta el descubrimiento del petróleo.

4. EL SISTEMA ALEMÁN. Antes de perder sus colonias, Alemania había colonizado su territorio mediante concesiones a compañías estatutarias que habían conocido las mismas dificultades que sus colegas europeas. Teóricamente, las colonias son territorios colocados bajo el protectorado del Imperio y forman parte de él sin ser de la Confederación. Cuenta con administradores de distrito y jefes de puesto ayudándose, a veces, de las autoridades tradicionales. Sólo se garantiza la libertad de conciencia y de culto y, a excepción de algunos negros que podrían ser «asimilados» a los blancos, todos se regirán según la costumbre. Como las naciones anteriores, las tierras son propiedad del Imperio, conservando los indígenas el gozo de las tierras que ya conservaban. A partir de 1907 se crea un Ministerio de Colonias y se abre una nueva política: la colonia dará sus productos a la metrópoli, pero ésta se comprometerá a elevar el nivel social de la colonia. Se quiere

disminuir la diferencia entre indígenas y europeos prohibiendo la venta de tierras a los no-africanos y reglamentando el trabajo obligatorio que sólo se empleará en los trabajos públicos y será pagado convenientemente. En 1914, las colonias están en pleno apogeo habiéndose construido ferrocarriles en Camerún, Togo y Tanganyka.

5. EL SISTEMA BELGA. La personalidad del Congo queda definida por el artículo 5° de la Carta colonial: «El Congo tiene una personalidad distinta de la de la metrópoli. El activo y pasivo de Bélgica y de las colonias permanecen separados.» Hay que distinguir dos períodos claros: 1876-1908 es la época leopoldiana y de 1908 a la independencia es el período del Congo Belga. En ambos períodos la cabeza de la administración la ostenta un gobernador general dependiente del Ministerio de las Colonias y, bajo cuya autoridad, estaban seis provincias articuladas en circunscripciones y distritos, siempre dirigidos por personal belga. Los colonizados, en un principio, fueron catalogados en «matriculados» (una minoría) que tenían todos los derechos civiles reconocidos por la legislación del Congo Belga, y los «no matriculados» (la mayoría) cuya vida estaba regulada por la costumbre. Esta doctrina llevaba necesariamente a la «Asimilación» del indígena por la cultura belga. Con la creación del «Congo Belga» se rechaza este sistema para adoptar la tesis de la «Evolución»: favorecer el progreso de las sociedades indígenas convengan. Esta doctrina estuvo protegida por un «paternalismo» gubernamental, empresarial y religioso que se cifraba en hacer bien al indígena pero manteniéndolo dependiente y sumiso, sin que él se hiciera responsable de su futuro. La Iglesia católica jugó un papel importante dirigiendo la casi totalidad de la enseñanza primaria y parte de la secundaria. También fue ella la que levantó la primera Universidad, el Lovanium, en Leopoldville (actual Kinshasa). El régimen de propiedad del suelo reviste una triple consideración: tierras registradas propiedad de los no africanos, tierras ocupadas por los indígenas sobre las que tienen derecho de ocupación y tierras del estado que son las adquiridas por él y las que se consideran «vacantes». En la explotación del Congo podemos distinguir tres momentos: Al principio se conceden grandes territorios a compañías que se dedican a la recogida de productos naturales, sobre todo el caucho y el marfil, mediante trabajo forzoso e impuestos extravagantes: cada persona debía entregar cuatro kilos de caucho al mes. En 1891, Leopoldo II pone fin al comercio privado en el Congo contradiciendo el Acta de Berlín. Inmediatamente, las compañías supervivientes racionalizan su explotación mediante el sistema de plantaciones: café, algodón, arácido, aceite de palma... Por último, la gran riqueza del subsuelo, sobre todo en la parte de la antigua Katanga (hoy Shaba), hace que, a partir de la primera guerra mundial, las principales exportaciones congoleñas sean de origen minero: cobre, cinc, carbón, diamantes, cobalto, uranio... La evacuación de los productos se hacía por el ferrocarril Benguela-Elisabethville (Lubumbashi) y el río Congo, cuyos tramos no navegables se suplieron por tramos de ferrocarril que terminaban en la línea regular Kinshasa-Matadi. Los territorios de Rwanda-Burundi, recibidos por la S.D.N., se unen a la administración congoleña formando la séptima provincia con un vicegobernador al frente. Los belgas buscaron la colaboración de los tutzi, pero introdujeron y favorecieron la explotación de café que permitió a los hutu una cierta emancipación con respecto a los señores tutzi. En 1946, el mandato se cambia en tutela y se mira más por los intereses autóctonos.

6. EL SISTEMA PORTUGUÉS. Sus territorios dependen de un Ministerio Colonial y está dirigido por un gobernador general que nombra a los responsables de las provincias. Éstos, a su vez, se dividen en distritos. En 1930, Salazar, ministro de las Colonias, promulga el acta colonial, definiendo la entidad jurídica de sus posesiones: «Las provincias de ultramar, en cuanto parte integrante del estado portugués, son solidarias con la metrópoli... La metrópoli tiene derecho de intervenir en los asuntos de las provincias» (art. 135). Sin embargo, los súbditos colonizados no eran considerados «portugueses». Solamente los «Asimilados» que vivían a la occidental, sabían leer y escribir y eran católicos, eran considerados ciudadanos a carta cabal. Su número era muy exiguo: en 1939 sólo se contabilizaban 2.000 asimilados. Portugal tuvo serias dificultades para colonizar debido a su falta de capital y potencial humano. Esto hizo que la explotación de las tierras y el subsuelo se concediera a compañías extranjeras que, en 1900, llegaron a controlar los dos tercios de Mozambique. Para paliar este problema se favoreció la implantación y permanencia de colonos blancos en régimen estable y se exportó a otras colonias la mano de obra: desde 1909 una convención aseguraba la entrega de 100.000 mozambiqueños anuales para trabajar en las minas de oro de Transvaal. Los Prazos (enormes extensiones autónomas) pasaron a propiedad del estado en 1880. Mussolini piensa en África como espacio vital italiano y no se contenta con los puntos recibidos en África Oriental, sino que entra en Addis Abeba en mayo de 1936 para hacerlo centro del África Oriental Italiana (A.O.I.) como parte del Imperio italiano. En 1924, el territorio de Jubaland (nordeste de Kenya) es cedido por Inglaterra a Italia que lo incorpora a la Somalia Italiana. En todas estas posesiones italianas se promueve una colonización demográfica basada en la explotación agrícola: algodón, plátanos y azúcar. Mérito incuestionable de los italianos fue la extensión y mejora de la red viaria y acondicionamiento de los puertos.

8. EL SISTEMA ESPAÑOL. Las posesiones son administradas por la «Dirección General de Marruecos y de las Colonias» que nombra un gobernador asistido por dos Consejos: la Junta de autoridades civiles y militares y el Consejo Colonial. En 1938 reciben el nombre de «Territorios españoles del golfo de Guinea» divididos en los distritos de Fernando Poo y Guinea Continental. En 1953 estos dos distritos se transforman en provincias regidas por las mismas leyes que la metrópoli. Se conocerá esa parte como «Región ecuatorial de España». Según los estatutos, el gobernador es responsable de la «mejora de la suerte de los indígenas» dentro de una política social regida por el «Patronato de los Indígenas» instituido en 1904 y modificado en 1938. Se basa en la teoría generalizada de la asimilación y divide a los indígenas en tres categorías: los que han conseguido la emancipación plena, puestos bajo régimen civil y metropolitano; los que sólo han alcanzado una emancipación limitada que se rigen por la legislación civil metropolitana, pero inmersos en el estatuto local, y los no-emancipados sometidos al régimen local. La organización sanitaria y la escolarización (90 por 100) fueron de las más efícades de África. Económicamente, se hizo una explotación intensiva de los recursos agrícolas y forestales. El cacao

conseguido en las plantaciones, con mano de obra liberiana, se consideró el de mejor calidad mundial. Café, madera y plátanos fueron los otros productos más explotados. La pequeñez geográfica y la riqueza de los recursos hicieron que el indígena ecuatoguineano conociera un nivel de vida superior al nivel medio africano.

9. EVOLUCIÓN DE LA UNIÓN SUDAFRICANA. Con la formación de la Unión, comienzan las luchas de partido para su orientación política. El problema fundamental era la integración político-social de los africanos en la vida pública. La tendencia anglófona era liberal y pretendía cierta inclusión indígena en las tareas políticas, pero los «afrikaaners» (descendientes de los boers), partiendo de la superioridad absoluta del hombre blanco, se negaban a que los africanos tuvieran derechos políticos. El jefe de esta tendencia es Hertzog que, pese a mostrarse dispuesto a romper con Inglaterra, se adhiere a la Commonwealth en 1925 después de haber ganado las elecciones del año anterior. Su política se hace más racista presionado por el extremista doctor Malan. Quita el voto a los negros instruidos y hace que éstos estén representados en el Parlamento por los blancos. En 1946, Malan toma el poder y acentúa el régimen racista apartando de las listas a los de origen asiático. El «Apartheid» se iba consolidando. Poco a poco, el mayor número de tierras y las mejores fueron a parar a manos de los blancos, de forma que a los africanos se les confinó en el 13 por 100 del territorio siendo el 65 por 100 de la población. Diversas leyes urbanas alejan a los hombres de color de las ciudades o condicionan su presencia. Desde la colonización boer, basada en la agricultura y ganadería, la Unión fue pasando, de forma acelerada, a una economía minera que operó una «Revolución Industrial» ayudada, en gran parte, por el capital extranjero: en 1935 sobre los 1.220 millones de libras, esterlinas que europeos y americanos han invertido en África subsahariana, 520 millones lo fueron en la Unión. En víspera de la segunda guerra, la región del Witwatersrand era comparable a las regiones industriales europeas. Las minas de oro, diamante, uranio, carbón, hierro y manganeso estaban a pleno rendimiento construyendo la riqueza de unos pocos. En 1922, los obreros blancos se apoderaron de la región aurífera porque los propietarios habían amenazado con dar trabajo a los africanos, empleando salarios más bajos. El general Smuts, primer ministro, tuvo que reducirlos violentamente causando la muerte de centenares de ellos. A las gentes de color les sirvió de poco tanta riqueza.

10. LlBERIA. Estados Unidos no concedió a Liberia el empréstito prometido y esto agravó su situación económica, ya que había roto con Alemania, cuyas relaciones comerciales habían supuesto un pulmón de oxígeno para la economía liberiana. Para paliar un poco la situación, en 1922, el Gobierno firmó con la compañía americana Firestone la «Stevenson Restriction Act» por la que le cedía un millón de acres de tierra para la obtención de caucho durante noventa y nueve años. Liberia recibiría el 1 por 100 del valor del caucho exportado. Este contrato colonial exigiría múltiple mano de obra que fue obtenida en condiciones más o menos serviles. Como quiera que esto también sucedía con los libértanos que iban a trabajar a las plantaciones españolas de Fernando Poo, estalló un escándalo de tráfico de esclavos y la S.D.N. envió

una comisión de encuesta que descubrió la complicidad del presidente King, que tuvo que dimitir arruinando el prestigio de Liberia. A esto se unió la crisis de 1930 que dejó en la bancarrota a la nación. Estados Unidos, protector de Liberia, exige el nombramiento de un delegado que actúe con mano dura para sanear la situación. La independencia de Liberia estaba comprometida. En 1942 debe firmar un tratado con Estados Unidos cediéndole la utilización y defensa de las instalaciones estratégicas liberianas. Bajo su presión, Liberia declara la guerra a Japón y a Alemania en enero de 1944. Este mismo año sube al poder Tubman que enderezará la situación.

11. ETIOPÍA. Zidj Yassu había sucedido a Menelik II, pero es depuesto en 1916 en favor de la hija de éste, Zaoditu, pero se nombra a Tafari Mokonnen regente y heredero del trono. A partir de 1922 comienza una serie de reformas: introducción de ministerios, abolición gradual de la esclavitud y servidumbre, viajes al extranjero, progreso de la enseñanza y mejora de la sanidad, regulación de los impuestos... A nivel internacional consigue, en 1923, la inclusión de Etiopía en la Sociedad de Naciones. En 1930, a la muerte de la emperatriz, sube al trono con el nombre de Haile Selassie y, al año siguiente, promulga la primera Constitución escrita instituyendo un Parlamento bicameral. El fascismo italiano, con aires de imperialismo colonizador, piensa en la ocupación de Etiopía como solución a su expansionismo demográfico y como arma de propaganda política: lavar la mancha de Adua. Los italianos provocan incidentes fronterizos y ocupan el territorio etíope sin previa declaración de guerra. A pesar de las protestas y de las sanciones acordadas por la S.D.N., que nunca se llevaron a cabo, las tropas de Mussolini entraron en Addis Abeba en mayo de 1936.

12. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. En esta guerra, África negra no fue un teatro de operaciones tan importante como lo fue en la primera: sólo hubo enfrentamientos de cierta consideración en «el Cuerno». África francesa no conoció la ocupación alemana porque las cláusulas del armisticio franco-germano no lo permitían a cambio de la lealtad de las colonias al gobierno colaboracionista de Vichy. Sin embargo, agentes de la Francia Libre de Gaulle actuaron a partir del Congo y de las colonias inglesas para poner a las posesiones francesas bajo su influencia: en 1940, el gobernador del Chad, Félix Ebué, se une a De Gaulle; Leclerq desembarca en Duala y se apodera del Camerún; Brazzaville es tomada por un grupo de gaullistas provenientes del Congo Belga; poco después, se entregaba la guarnición estacionada en Bangui. Gabón se pasaba a Francia Libre después de una guerra civil: toda la A.E.F. estaba bajo control aliado. Sin embargo, fracasó un intento de desembarco en Dakar para apoderarse del A.O.F. Habrá que esperar el desembarco aliado en el norte de África, en noviembre de 1942, para que Vichy pierda toda su influencia en esta parte. También este año Yibuti se pasa a Francia Libre y Madagascar hace lo propio después de un desembarco inglés. Por su parte, los italianos lanzaron una ofensiva, en julio de 1940, que les permitió ocupar Somalia británica; pero al año siguiente la contraofensiva inglesa, apoyada por sudafricanos y franceses, permitía recuperar esta zona, desembarcar en Eritrea y liberar Etiopía posibilitando el retorno de Haile Selassie.

Si las operaciones bélicas fueron escasas, la contribución africana, sin embargo, fue esencial. África tuvo que suministrar gran cantidad de materias primas a sus aliados, sobre todo después que Japón entrara en guerra y controlara las plantaciones de heveas y la producción de caucho del Extremo Oriente. De nuevo, la población fue sometida a un trabajo intenso y, en muchas partes, forzoso, para producir los artículos necesarios y mejorar las comunicaciones. La necesidad de materias primas contribuyó eficazmente al desarrollo de la prospección geológica, al aumento de la industria minera y de transformación y a la cualificación de la mano de obra. Todo esto a un ritmo desconocido hasta entonces. Esto tuvo tres consecuencias importantes: una ruptura aún más fuerte con el marco tradicional africano, una profunda regresión agrícola y una necesidad de renovar el sistema colonial. La recién nacida O.N.U. cambia el nombre de «mandato» para ciertas regiones por el de «territorios bajo tutela» y Francia se hace eco de esta corriente en la Conferencia de Brazzaville (febrero 1944) abierta por el mismo De Gaulle. Esta Conferencia fue de carácter administrativo y no político y, aunque se condena «toda idea de autonomía incluso lejana», sin embargo, se quiere escuchar a las colonias: éstas estarán representadas en el Parlamento metropolitano y se decide la formación de una Asamblea Colonial, de carácter consultivo, y otra de tipo federal compuesta de representantes coloniales y metropolitanos con voto deliberativo en cuestiones de naturaleza federal.

13. MADAGASCAR. Durante la primera guerra mundial 45.000 malgaches fueron enrolados. En 1915, se forma una sociedad secreta, la «Vy Vato Sakelika» en contra de la presencia francesa y que será duramente reprimida. A partir de los años treinta, los elementos más intransigentes piden abiertamente la independencia. Juan Ralaimongo, que en París frecuenta los medios izquierdistas, está al origen de la lucha abierta por la emancipación desde 1922 reclamando para todos los malgaches la ciudadanía francesa. Su influencia hará posible la gran manifestación de 1929 delante del Gobierno general pidiendo la autonomía. A partir de 1939 su círculo deriva hacia las tesis nacionalistas. Durante la segunda guerra mundial se observa una actitud pro-Vichy hasta que el ataque inglés a Diego Suárez en mayo de 1942 coloca a Madagascar al lado de la Francia Libre de De Gaulle. Gallieni había dejado el camino abierto para una colonización racional. Pasado el paréntesis de la guerra de 1914, ésta prosigue dividiendo a la isla en grandes zonas naturales que sustituyen a las provincias. El ferrocarril Fianarantsoa-Costa del Este será el eje económico principal que permite la implantación de nuevos cultivos como el café, giroflé, tabaco y azúcar. Se intensifica y perfecciona la red viaria. En 1938, las exportaciones sobrepasan en un tercio a las importaciones, constituyendo el café el 36 por 100 del valor de las mismas. El 75 por 100 de su comercio lo efectúa con Francia, como es natural. La política francesa se esfuerza en colonizar los grandes espacios vacíos que aún quedan en la isla mediante emigrantes betsileo y merina, especialmente. Este hecho hará hablar, más tarde, del fenómeno de la «merinización» de la isla, y que estará a la base de ciertos levantamientos contra el poder central.

CAPÍTULO VIII

DE 1945 A LAS INDEPENDENCIAS

África había contribuido mucho al desarrollo de la segunda guerra mundial y había sufrido en sus propias carnes el esfuerzo que esto llevaba consigo: aumento de impuestos y trabajo forzoso. Una mano de obra barata y la industrialización acelerada en muchas regiones desarrollaron la actividad económica y permitió el nacimiento de una clase aburguesada, en su mayoría comerciantes y plantadores, y de un proletariado, ambos con mentalidad nacionalista. Estas clases urbanas fueron el soporte de las nuevas corrientes que pedían la autonomía para África y la quiebra del sistema colonial. Surgieron grupos políticos dirigidos por líderes que se labraron una incontrastable autoridad política. En su momento, ellos serán los interlocutores válidos entre la metrópoli y los territorios africanos.

1. LA FORMACIÓN DE LA MENTALIDAD NACIONALISTA. No se puede decir que esta mentalidad surja en este período. Se venía formando desde muy atrás, aunque los acontecimientos aceleraron su formación. Los más importantes podrían ser: A) La crisis del sistema colonial.— Los métodos empleados, impuestos y trabajos obligatorios, hicieron aborrecer la administración colonial. Bajo esta forma de opresión las colonias iban prosperando y las metrópolis se interesaron cada vez más en ellas. Si antes era norma común que las colonias no debían costar nada a los colonizadores, a partir de la segunda guerra se cambió de táctica. Los países se dan cuenta de que sin inversiones no se puede hacer rendir a las colonias e invierten. Inglaterra publica la Colonial Development and Welfare Act, en 1946, sobre el desarrollo económico y social de sus colonias. De 1946 a 1955 invierte en las mismas 210 millones de libras. Francia, en el mismo período, 1.400 millones de francos. Esto hubiera sido impensable antes. Estas inversiones tuvieron una respuesta inmediata en los beneficios. Por fijarnos sólo en la producción minera, en 1938 ésta alcanza un valor de 1.000 millones, para pasar a 5.440 millones en 1955. Sin embargo, la agricultura no se vio favorecida, en modo alguno, por la mejora económica. A pesar de que los países colonizadores intentaron racionalizar el sistema, éste estaba herido de muerte en las recientes instituciones internacionales: la Carta del Atlántico (14 agosto 1941) dice en su artículo 3°: «Ellos (los firmantes de la Carta) respetan el derecho que tiene cada pueblo a escoger la forma de gobierno bajo la cual él quiere vivir. Ellos desean que sean devueltos los derechos soberanos y el libre ejercicio del gobierno a los que han sido privados de ellos por la fuerza.» La Conferencia de San Francisco (abril-junio 1945) crea un «Comité especial que vele por los intereses de los países no autónomos.» Este Comité se irá transformando hasta convertirse, en realidad, en un Comité anticolonial que creará corrientes de opinión contrarias a este sistema. En esto se verá ayudado por los países de tradición antiimperialista: La U.R.S.S. que considera el colonialismo como un hecho capitalista y los Estados Unidos que buscan el fin de la ocupación colonial para tener ellos las manos libres y poder posibilitar su expansión económica.

B) El panafricanismo. — Nace y se desarrolla entre los negros de Norteamérica y las Antillas y, según Georges Padmore, el gran teórico de esta doctrina, el panafricanismo intenta «realizar el gobierno de los africanos para los africanos respetando las minorías raciales y religiosas que desean vivir en África con la mayoría negra». Surge a finales del siglo pasado de la mano de Sylvester Williams y Du Bois le dará un contenido definitivo: «Si el negro debe jugar un día un papel en la historia del mundo, será gracias a un movimiento panafricano», escribía en 1897. Pedía la unidad de fuerza entre los asociados bajo un líder que aglutinara todas estas fuerzas. Marco Garvey populariza la idea panafricana dándole un contenido místico-mesiánico. Lanza el grito de «África para los africanos» y promueve la campaña del «Retorno a África». Tuvo el mérito capital de haber dado a los negros la «conciencia de su origen» y su sentido de solidaridad internacional. La idea del panafricanismo se institucionalizó en los Congresos que tuvieron una importancia capital, no ya por la difusión que alcanzaron las ideas panafricanas sino por el papel que jugaron en la formación de los líderes africanos. Poco a poco África irá asumiendo el papel principal y hombres como N’Krumah (Ghana), Wallace Johson (Sierra Leona) o Jomo Kenyatta (Kenya) pasan a ocupar el primer puesto en la escena relegando completamente a los teóricos americanos. En el Tercer Congreso (Londres, 1923) se expone en el manifiesto final: «Pedimos al mundo entero que el pueblo negro sea tratado como son tratados todos los otros hombres. No encontramos otros caminos para alcanzar la paz y el progreso.» En el Quinto (Manchester, 1945) se exige ya la autonomía política: «Estamos decididos a ser libres. Si Occidente está aún resuelto a gobernar a la humanidad por la fuerza, entonces los africanos... pueden verse en la obligación de hacer uso de la fuerza en sus intentos para llegar a la libertad total.» El panafricanismo habla pasado de ser una idea racial pannegrista a convertirse en una reivindicación política. C) Resurgimiento cultural.—África, se puso de moda en Europa tanto en el arte como en la literatura. Las máscaras africanas inspiraron nuevas perspectivas a Picasso y a otros pintores. Sartre denuncia el problema africano en su Orfeo Negro. Tempels sorprendía al mundo del pensamiento con su Filosofía bantú. Munier apostaba por el continente africano con El despertar de África negra... Los intelectuales africanos residentes en Europa lanzaban también su obra a un público que descubría su mundo y su valor literario. Varios de ellos, entre los que destacaban Senghor y Alioune Diop, fundaban la revista Présence Africaine, verdadero vehículo aglutinador de las ideas opuestas a la colonización cultural. Este círculo supo oponer un dique fuerte a la idea de la asimilación cultural propagada por las potencias extranjeras. Algunos de ellos acuñaron el término «Negritud» como expresión de lo que pudiera ser la cultura negra tomada en su conjunto y plenitud: «La Negritud es el descubrimiento de los valores culturales de la civilización negroafricana: don de emoción y de simpatía, don del ritmo y de la forma, don de la imagen y del mito, espíritu comunitario y democracia.» (Senghor.) D) Nacimiento de iglesias nacionalistas. — Es un fenómeno que se observa desde la introducción del Islam o del cristianismo. En los tiempos modernos, los nuevos profetas que se levantan como patrocinadores de las nuevas sectas unen a su carácter místico-religioso marcadas tendencias políticas. A finales del siglo xix encontramos iglesias tribales entre los tembos y betchuanas (África austral). Mangena Makone había fundado la «Iglesia etiopista» y el liberiano Harris protagoniza un movimiento religioso que reúne bastantes adeptos en África Occidental. Nigeria conoció en 1923 y 1930 dos movimientos religiosos nacionalistas: la secta de los «Querubines y Serafines» y la «Iglesia del Señor». En África Central la Iglesia kimbanguista y el movimiento Kitwala tuvieron una gran difusión y fueron la pesadilla de las autoridades coloniales.

Estas iglesias tienen unos rasgos comunes: quieren restaurar la dignidad del hombre africano identificando, a veces, al pueblo negro con el pueblo elegido de la Biblia. Suelen hacer gala de un gran antieuropeísmo. En este punto sobresalió el movimiento Kitwala para quien «toda autoridad viene del diablo» y predica la resistencia pasiva al poder europeo, dirigiendo su profeta Busiri una de las más grandes revueltas de campesinos. Simón Kimbangu conoció la prisión varias veces y muere precisamente en la cárcel por su oposición al sistema. Finalmente, toman la Biblia como base y declaran la guerra a la brujería y al fetichismo como causantes del subdesarrollo africano. Al margen de las iglesias separatistas, tanto las jerarquías protestantes como católicas quieren y favorecen una africanización de las mismas. En 1953, Pío XII proclamaba la urgencia de la creación de jerarquías autónomas en África. E) Las formaciones políticas. —A partir de 1945 gran cantidad de partidos políticos proliferaron en todo el continente. Sólo señalaremos los más importantes. África Occidental fue, sin duda, el epicentro de la actividad política en este período. El partido que canalizó las aspiraciones de la parte francesa fue el Reagrupamiento Democrático Africano (R.D.A.) que nace en Bamako en octubre de 1946 de la mano de los más prestigiosos políticos del momento. Pretende oponerse a los intentos del Gobierno francés que quería integrarlos dentro de la República francesa, pero no en las mismas condiciones que los franceses. Boigny, líder del partido lanza su consigna: «Por la liberación de África de una tutela odiosa: el Imperialismo.» El fin del R.D.A. lo expone el mismo Houphouét-Boigny en el Congreso de Bamako: «La emancipación de los diversos países africanos del yugo colonial mediante la afirmación de su personalidad política, económica, social y cultural; la adhesión libremente consentida de una unión de naciones y de pueblos, fundada en la igualdad de derechos y deberes.» Los que no se habían adherido al R.D.A. o se habían separado de él por el giro a la derecha que toma el partido a partir de 1951 fundan, tras pasar por otras formaciones, el Partido del Reagrupamiento Africano (P.R.A.) que, en el Congreso de Cotonú de 1958, tomará como lema: «Buscad primero la independencia y el resto se os dará por añadidura.» En la parte oriental, central y austral surge el Movimiento Panafricano de Liberación de África del Este, Central y del Sur (P.A.F.M.E.C.S.A.) con un objetivo claro: «Liberar a estos países del Imperialismo, de la supremacía blanca, de la explotación y de la degradación social... hasta la autodeterminación y el establecimiento de gobiernos democráticos que aseguren el bienestar social y económico de estos pueblos.» En el África controlada por Bélgica, el partido más importante fue el Movimiento Nacional Congoleño (M.N.C.), cuyo personaje más relevante fue Lumumba y en cuyos programas estaba la lucha por las libertades fundamentales y la liberación del colonialismo. F) La emancipación laboral.—Es, prácticamente, lo último que se afrontó en el marco de la autonomía general. Los pocos sindicatos existentes y el corto número de afiliados (en 1957 sólo había unos 3 millones de inscritos para toda África negra) dependían de las centrales metropolitanas. En la reunión que se tiene en Bamako (Mali), donde se congregan 144 delegados de 14 territorios de África se manifiestan claras tendencias nacionalistas: «Sin la autonomía política, una pretendida autonomía sindical no es más que una palabra vana.» En 1957, se llega a la constitución de la Unión General de Trabajadores de África Negra (U.G.T.A.N.) que no llegó a reunir a todas las centrales. Su fin: «Organizar a todos los trabajadores de África negra para coordinar sus actividades sindicales en la lucha contra el régimen colonial y otras formas de explotación...»

Otros intentos pretendían la ansiada unión sindical: en Brazzaville, en 1959, se constituye la Unión Panafricana de los Trabajadores Creyentes. En Casablanca, ese mismo año, se crea la Unión Sindical Panafricana que habla del «papel histórico devuelto a la clase obrera en la marcha del continente africano hacia la liberación y la unidad». Hubo centrales que no estuvieron de acuerdo con la reunión de Casablanca e intentaron otras agrupaciones. Lo que se dejó ver en todos estos intentos de reagrupamiento fue una clara conciencia nacionalista y el hecho de buscar una autonomía sindical lejos de la tutela de las centrales metropolitanas. G) El influjo de las conferencias. —Sin duda ninguna la que más influyó en la formación de una conciencia tercermundista fue la Conferencia de Bandoeng (Indonesia) en abril de 1955. Los países que habían adquirido su independencia se reunieron allí para afirmar su solidaridad frente a las potencias occidentales. Sólo intervinieron seis países africanos: Ghana, Egipto, Etiopía, Liberia, Sudán y Libia, pero la influencia de las tesis allí debatidas recorrió toda la geografía del continente. Entre otros muchos puntos se habló de la cooperación, condena del imperialismo y del derecho del hombre a la autodeterminación. Según Senghor, esta Conferencia supuso «la muerte del complejo de inferioridad». Será imitada por otras a nivel exclusivamente africano: se tienen tres Conferencias de Estados Africanos Independientes. La primera, celebrada en Accra (Ghana) en abril de 1958, recogía estas palabras de N’Krumah: «África para los africanos no significa que las otras razas sean excluidas de nuestro continente. Esto quiere decir simplemente que los africanos... se gobiernen y deben gobernarse ellos mismos en sus propios países...» En la última, en Addis Abeba (Etiopía), en 1960, se habla de un fondo especial para los Movimientos de Liberación. Entre 1958 y 1961 se tuvieron las Conferencias de los Pueblos Africanos (C.P.A.) bajo la iniciativa de N’Krumah que quería atraerse a los dirigentes de los futuros estados independientes a sus tesis sobre el proyecto de una futura unidad política africana. N’Krumah decía: «La independencia de Ghana estaría desprovista de sentido a no ser que esté ligada a la liberación de toda África.» Y es que los estados independientes actuaron como un ejemplo a seguir por parte de los que aún continuaban sometidos.

2. LOS TERRITORIOS BAJO DOMINIO FRANCÉS. Fueron accediendo a la independencia de forma, gradual dentro de un marco institucional que soñaba con mantener siempre, de una forma u otra, estos territorios: a) LA UNIÓN FRANCESA es la primera respuesta que se da a las aspiraciones automistas. En la Conferencia que se tuvo en Brazzaville (febrero 1944), De Gaulle había declarado que era necesario que los territorios coloniales accedieran a la autonomía. Senghor y otros dirigentes redactaron, en 1946, un proyecto de Constitución que preveía una especie de Confederación en donde cada uno gozaba de una gran autonomía. Sin embargo, se rechazó este proyecto y se redactó una Constitución centralizadora que creaba esta Unión Francesa. El preámbulo proclama: «Francia forma con los pueblos de ultramar una Unión fundada en la igualdad de derechos y deberes sin distinción de raza ni de religión.» Sin embargo, para la Asamblea sólo se admitían veintiocho representantes de las colonias que pasaron a llamarse «Territorios de Ultramar». El descontento cundió entre los dirigentes africanos que acusaron a Francia de mantener el principio de la “misión civilizadora del pueblo evolucionado” y hablaron de «colonización política».

b) LA LEY MARCO: los socialistas, que llegan al poder en 1956, quieren afrontar este problema y paliar un poco el desencanto causado por la Unión Francesa, esta ley introduce una serie de reformas que permiten el sufragio universal, el colegio único y el reconocimiento de las poblaciones de ultramar a administrarse ellas mismas. Para esto se crean asambleas territoriales que votan el presupuesto del territorio y tienen poder legislativo en ciertas materias, y Consejos de Gobierno que, elegidos por las asambleas locales, dirigen la administración. Aunque esta ley suponía un gran avance sobre la Unión Francesa, no definía claramente la naturaleza de los lazos entre metrópoli y territorios africanos. Tampoco se hablaba de la posibilidad de acceso a la independencia por parte de estos territorios. c) LA COMUNIDAD: De Gaulle sube al poder en 1958 y quiere arreglar, de una vez por todas, el espinoso problema colonial. La opinión pública, sensibilizada por los artículos de Cartier que consideraba la colonización como un asunto ruinoso, pedía también una salida airosa a la crisis. De Gaulle lo afrontó de lleno y da ese año una nueva Constitución creando la Comunidad. El presidente de la República francesa es, al mismo tiempo, el presidente de la Comunidad que será asistido por un Consejo ejecutivo que comprende a los jefes de Gobierno de los estados miembros. Al someterla a referéndum, cada país podía aceptarla o pronunciarse por la independencia. Sólo Guinea escogió la independencia, proclamada el 2 de noviembre. Pero la Comunidad tampoco colmó los deseos autonomistas y pronto se empieza a hablar de que «es un nuevo aparato de explotación colonial». En 1959, se ve la necesidad de un cambio y, en los primeros meses de 1960, se comienza la transferencia de competencias comunes a los que serían los nuevos estados. El ejemplo de Guinea jugó un papel decisivo. Este año obtuvieron la independencia: Camerún (1 enero) y Togo (27 abril), ambos países estaban bajo tutela y tuvieron un régimen especial de forma que pidieron la independencia sin necesidad de acudir a un referéndum. La Federación de Mali (20 junio) que comprendía Sudán y Senegal durará muy poco: el 20 de agosto Keita (Sudán) intentó un golpe de Estado para arrebatar los poderes militares que tenía Mamadú Día (Senegal). Fracasado el golpe, Senegal abandona la Federación. Por su parte, Sudán se convirtió en la República de Mali el 22 de septiembre de ese año. Dahomey, actual Benín (1 agosto), Níger (3 agosto), Alto Volta (5 agosto), Costa de Marfil (7 agosto), Chad (11 agosto), República Centroafricana (11 agosto), Congo-Brazzaville (15 agosto) y Gabón (17 agosto) recibieron su independencia. Francia sólo se quedó en la zona del puerto de Yibuti que proclamará su independencia, tras referéndum, el 27 de junio de 1977.

3. LOS TERRITORIOS INGLESES. Inglaterra conoció una historia descolonizadora menos agitada. Con más sentido práctico que Francia fue favoreciendo la africanización de los Gobiernos con prudencia, pero con firmeza. La oposición principal al camino descolonizador vino de los propios colonos ingleses que se opusieron con tesón a la autonomía que la metrópoli iba concediendo a las colonias. El primer paso que dio fue la transformación de los Consejos en órganos representativos y, después, la elección sustituirá a la nominación. Una serie de constituciones elaboradas en cada país fue llevando progresivamente a éste a la independencia. Como quiera que en las colonias se dieron múltiples choques tribales, Inglaterra trató de imponer regímenes que armonizaran extensas áreas regionales. SUDÁN: ya en plena guerra hay peticiones a Gran Bretaña para que le conceda la independencia,

cosa a la que no accede. En 1948, se elabora una Constitución que establece una Asamblea elegida y un Consejo ejecutivo. En 1952, una nueva Constitución prevé el establecimiento de dos Cámaras y la formación de un Consejo de Ministros responsable ante ellas. Las elecciones fueron ganadas por el Partido Nacional de la Unión (N.U.P.) de Ismail El-Azhari que pasa a ser primer ministro que conduce al país a la independencia el 1 de enero de 1956. Al año siguiente, GHANA (6 marzo) accedía también a la independencia gracias a la labor incansable de N’Krumah que, ayudado por el Partido de la Convención del Pueblo (C.P.P.), reclama la autonomía y desencadena la desobediencia civil y disturbios. Será detenido, pero las autoridades inglesas tendrán que liberarlo y proclamarlo primer ministro en las elecciones que tienen lugar en 1951. Desde entonces él será el dirigente que conducirá el país a su autonomía completa. Estos dos países fueron los que marcaron la pauta en África. Tras un breve paréntesis, los demás países africanos se lanzarán en bloque a la conquista de sus independencias. NIGERIA, el país más poblado de África y uno de los mosaicos culturales más difíciles de conjuntar, constituyó un serio problema a la hora de concederle la independencia. El norte, poblado en su mayoría por haussa musulmanes, anquilosados en las escuelas coránicas medievales, se oponía al sur, más progresista, con una enseñanza de tipo occidental y una administración moderna. El suroeste está habitado por una mayoría yoruba y su jefe era Awolowo, mientras que el sudeste comprendía la región petrolífera Ibo y era la más adelantada en todos los sentidos. Para equilibrar esta repartición se crea la región Centrooeste con preponderancia Edo. Cada región disponía de una Asamblea elegida por jefes y notables y era consultiva. En 1952, el sur quiere la autonomía y el norte no. En 1954, modificaciones constitucionales hacen de Nigeria un Estado federal, se dan gran autonomía a las regiones nombrando Gobiernos responsables y se introduce el sufragio universal para la elección de la Asamblea Federal. En 1957, las regiones recibían plena autonomía teniendo cada una de ellas un primer ministro. El 1 de enero de 1960 recibe la independencia. SIERRA LEONA conoce también graves contradicciones étnicas y administrativas. Su parte costera había sido nombrada Colonia de la Corona y era la más evolucionada, pero era minoría con respecto al interior que era administrado como Protectorado. En 1946, se forman los primeros distritos en el interior y la Constitución que se proclama al año siguiente da 14 escaños al Protectorado contra 6 a la Colonia. En las elecciones de 1953 vence el Partido Popular de Sierra Leona (S.L.P.P.) bajo la dirección de Milton Margai que representaba a las gentes del interior y conduce al país a la independencia que llega al 7 de abril de 1961. CAMBIA conoció unos problemas idénticos entre la zona costera (Colonia) y el interior (Protectorado). En 1954, se da la Constitución que establece el sufragio universal para designar a los delegados del Consejo ejecutivo. En 1962, las elecciones permiten el triunfo de Dawa Jawara que pasa a primer ministro, ayudado por el Partido Progresista del Pueblo (P.P.P.), del que era su líder y que representaba las aspiraciones del Protectorado. Al año siguiente se concede la autonomía interna y el 18 de febrero de 1965 adquiere la independencia. SOMALIA ITALIANA conoce un auge nacionalista bajo la Liga de la Juventud Somalí sobre todo a partir de 1943. En 1949, la O.N.U. coloca a Somalia bajo tutela italiana por un período de diez años. En la parte británica, SOMALILAND, conoce también una agitación creciente que obliga al Gobierno británico a dar una Constitución en 1958 que preveía la autonomía y la independencia. El Protectorado terminaba el 26 de junio de 1960. Ambas Somalias acceden a la independencia el 1 de julio de 1960 formando la República somalí. TANGANYKA obtiene, en 1945, la inclusión de los primeros africanos en el Consejo legislativo

cuyos miembros comienzan a ser elegidos a partir de 1953. Al año siguiente, nace la Unión Nacional Africana de Tanganyka (T.A.N.U.) de la fusión de tres corrientes distintas y tiene dos objetivos claros: la independencia y la igualdad de derechos para todos. La inspección de la O.N.U. ve en este movimiento la expresión popular del nacionalismo. En 1957, se aprueba el sufragio universal y, en las elecciones del año siguiente, cinco miembros de la T.A.N.U. fueron elegidos ministros. Este triunfo se alarga más en 1960 y Nyerere es investido primer ministro, recibiendo la autonomía plena en mayo del siguiente año y la independencia el 9 de diciembre. ZANZÍBAR proclama las primeras reivindicaciones serias en 1948 provenientes de los árabes que forman las primeras asociaciones. En 1956, la mayoría de los componentes del Consejo legislativo son elegidos y, en 1960, se tiene la Conferencia constitucional que da al Sultanato un Gobierno responsable. El Partido Nacional de Zanzíbar, árabe, y el Partido AfroShirazi, formado principalmente por negros, protagonizan la vida política en un equilibrio de fuerzas. A mediados de 1963 se otorga la autonomía y el 10 de diciembre de ese año la independencia. UGANDA ofrecía muchas dificultades debido a la existencia de los reinos tradicionales enemigos entre sí. Los ingleses se apoyaron, sobre todo, en Buganda y esto les complicó mucho las cosas, ya que fue el reino más reticente a la hora de afrontar la independencia. En 1952, se intenta una serie de reformas en este reino que pretendían la creación de una Asamblea (Lukiro) representativa y la creación de nuevos ministerios. El rey Mutesa se alarma, pide la vuelta de la administración del «Colonial Office» y, a corto plazo, la independencia separada para este reino. Esto le vale ser exiliado el año siguiente. Volverá como monarca constitucional, pero boicoteará todos los intentos electoralistas que lleven a la democratización de la Asamblea. En 1959, surge con fuerza el Congreso del Pueblo de Uganda dirigido por Milton Obote que sabe atraerse al Kabaka bugandés. Él será quien, en 1961, dirija la delegación que participará en la Conferencia de Londres para decidir el futuro del país. Se propone un sistema federal, pero se dan muchas concesiones a Buganda cuyos delegados al Parlamento federal serán designados por su Asamblea propia. Como primer ministro. Obote conduce al país a la independencia el 9 de octubre de 1962. KENYA es el país anglófono que tiene la etapa pre independentista más agitada, a causa de los 30.000 colonos europeos de los «White Highlands» que se habían fabricado un poderío económico fuerte a costa de las tribus kikuyu y masai que fueron relegadas a tierras pequeñas y pobres. La lentitud de Inglaterra en solucionar el problema, provocó la revuelta violenta de los Mau-Mau a partir de 1951. En 1953, Jomo Kenyatta, jefe del partido Unión Democrática de Kenya y el dirigente de más prestigio, es encarcelado acusado de colaborar con los Mau-Mau. Al año siguiente se introduce al primer africano en el Consejo de Ministros. En 1960 se tiene la Conferencia de Londres que acepta un compromiso plurirracial para la formación de un Gobierno que reservaría cuatro carteras ministeriales a los africanos, tres a los europeos y una a los asiáticos. A partir de esta Conferencia las fuerzas políticas se dividen y nace el partido Unión Nacional Africana de Kenya (K.A.N.U.) que pide la unidad contra otros grupos que se pronunciaban por la Federación. Sale ganador en las elecciones de 1961, Kenyatta es liberado y, en octubre de 1962, se pone al frente del K.A.N.U. En las elecciones de 1963 vuelve a ganar y Kenyatta es investido como primer ministro que obtiene la independencia el 12 de diciembre de 1963. LA FEDERACIÓN DE RHODESIA se crea en 1953 comprendiendo los territorios de Rhodesia del Norte, Rhodesia del Sur y Nyassaland. La Constitución aprobada a tal efecto preveía una Asamblea de 35 miembros y sólo 6 africanos: 2 por cada territorio. El primer ministro federal fue Garfíeld Todd que fue obligado a presentar su dimisión en 1958 por sus ideas demasiado liberales en favor de los negros. Su sucesor, Roy Welensky frena el imperceptible avance de los negros. Éstos se oponían a la Federación y organizaron disturbios y manifestaciones en los territorios concernientes. En Nyassaland, en

marzo de 1959, la represión hizo cincuenta y dos muertos africanos y el dirigente de la oposición, Banda, es encarcelado. En Rhodesia del Norte, Kaunda también conoce la prisión y en Rhodesia del Sur, N’Komo protagoniza la oposición. En julio de 1959, Inglaterra toma cartas en el asunto y nombra una Comisión para estudiar los problemas de esta zona. La Comisión constata la oposición de los africanos a la Federación. En 1960 se revisan los acuerdos de 1953, y la propuesta de Inglaterra confeccionando un sistema complejo de votación para evitar el dominio de una etnia es rechazada por los blancos como muy liberal y por los negros por no ajustarse a sus aspiraciones. Siguen las tensiones hasta que en la reunión de Victoria Falls, en 1963, se acuerda la disolución de la Federación y se convocan elecciones generales en Rhodesia del Norte, donde se impone el Partido de la Unidad Nacional para la Independencia de Kaunda y en Nyassaland, donde gana el Partido del Congreso de Malawi de Banda. La independencia les fue concedida a Rhodesia del Norte el 24 de octubre tomando el nombre de ZAMBIA y el 6 de julio a Nyassaland que se llamará MALAWI. Ambas en 1964. En Rhodesia del Sur, los blancos se agruparon en el Frente Rhodesiano de Ian Smith que, no queriendo ceder a las presiones británicas de promover el desarrollo político de las poblaciones africanas, proclama la independencia unilateral el 11 de noviembre de este año. BOTSWANA: la antigua colonia de Betchuanaland tuvo en Khama el jefe indiscutible de la independencia. Heredero directo de los jefes de una de las principales tribus, funda, en 1956, el Partido Democrático que, en las elecciones de 1965 gana 28 de los 31 escaños. Con este resultado pasa a ocupar el puesto de primer ministro y obtiene la independencia de su país el 30 de septiembre de 1966. Basutholand, que se llamará LESOTHO, tuvo en el Congreso Africano de Basutholand la fuerza política que llevó al país a la independencia el 4 de octubre de 1966 bajo la dirección de Ntsu Mokhehlé. En 1955 se formaron Consejos legislativos y en 1958 se pidió una reforma constitucional que permitió la autonomía en 1961. En SWAZILANDIA, antigua Ngwane, el rey Sobhuza forma su propio partido, el Imbokoduo, en 1964, para oponerse a las formaciones de izquierda. En las elecciones de 1967 obtiene un triunfo claro y de Protectorado pasa a ser «Estado protegido autónomo». Con el apoyo de los europeos de su país recibe la independencia el 6 de septiembre de 1968.

4. LAS COLONIAS BELGAS. Bélgica mantuvo hasta el final un modelo estable de economía paternalista que apenas si permitió una evolución hacia la africanización administrativa. El bajo nivel de instrucción se deja ver en el hecho de que en el momento de la independencia del Congo sólo treinta africanos tenían título universitario. A partir de 1945 los belgas quieren crear una «clase de evolucionados» que controlaron mediante la entrega de un «carné al mérito cívico» (1948) y, más tarde, por una «matrícula» concedida solamente a 217 familias. En el CONGO, el movimiento independentista comienza a tomar cuerpo a partir de 1958 en que el grupo tribal Abako de Kasavubu gana las elecciones municipales. Las formaciones que van surgiendo suelen tener un marcado carácter tribal, excepción hecha del Movimiento Nacional Congoleño (M.N.C.) de Lumumba que aglutina las fuerzas progresistas radicales y se pronuncia claramente por la independencia. Bélgica se resiste a concedería y 1959 será un año de disturbios y motines que siembran el pánico entre la población blanca y obliga al Gobierno a reconsiderar su postura. En enero de 1960 se tiene la Mesa Redonda de Bruselas, en donde triunfa el Frente Común que se pronuncia por la

independencia. Las elecciones dieron el triunfo a Lumumba y con el triunfo la idea unitaria en contra de las tesis federalistas patrocinadas por Kasavubu. La independencia tuvo lugar el 30 de junio de 1960 en medio de una agitación general. Por presiones de la O.N.U., Bélgica se decide a introducir las primeras reformas en los territorios de RWANDA-BURUNDI en 1952, año en que se introducen Consejos consultivos y se suprimen ciertas costumbres ancestrales que sostenían la superioridad tutzi. En las elecciones que se tienen entre 1952 y 1956 la mayoría de ¡os escaños son ocupados por esta etnia. En Rwanda, en mayo de 1957, los hutu comienzan a contestar esta supremacía y exigen una serie de reformas. La tensión tutzi-hutu crece y en 1959 con la muerte súbita del rey Mutara III y la subida al poder de Kigeri V, los hutu desatan una revolución sangrienta asesinando a una gran cantidad de tutzis y pidiendo la independencia. Este mismo año había nacido el partido Parmehutu, dirigido por Kayibanda, con unas reivindicaciones radicales. Los belgas, desbordados por la situación, proclaman, en 1960, la separación de Rwanda y Burundi y en octubre se ínstala en Rwanda un gobierno provisional dirigido por p1 hutu Gitera que, en enero del año siguiente, destituye al rey y proclama unilateralmente la independencia. La O.N.U. debe intervenir directamente y convocar elecciones que dan el triunfo a la República y al partido Parthutu. La independencia real se concede el 1 de julio 1962. En el mismo año también Burundi accede a la suya en un ambiente de mucha más calma. El partido Uprona (Unidad y Progreso Nacional), fundado en 1959, ganaba las elecciones legislativas de 1961 y constituía una Asamblea y un Gobierno bajo la presidencia del rey Mwambutsa. A partir de septiembre obtenía su autonomía y, a pesar de que la O.N.U. pretendía la unión con Rwanda, Burundi no lo aceptó.

5. LAS POSESIONES ESPAÑOLAS. Como las demás naciones europeas, España había intentado oponerse a las corrientes independentistas que penetraron en Guinea Ecuatorial y declaró a sus colonias «provincias». Sin embargo, la marcha de los acontecimientos en el resto del continente y las presiones de la O.N.U. hicieron que España emprendiera el camino de la descolonización que comienza con la ley del 30 de julio de 1959 estableciendo la igualdad entre negros y blancos. El 15 de diciembre de 1963 se aprueba la autonomía tras un referéndum y, a partir del año siguiente, funciona ya un Gobierno autónomo presidido por Bonifacio Ondo Edu. El 22 de junio de 1968 se tiene la Conferencia constitucional en la que se adopta un proyecto de régimen presidencialista. En las elecciones previas a la independencia vence el partido Movimiento para la Independencia de Guinea Ecuatorial dirigido por Francisco Macías que recibe la independencia el 12 de octubre de 1968.

6. LAS COLONIAS PORTUGUESAS. Deben su independencia al desarrollo y éxito de la lucha armada y a la caída de la dictadura portuguesa por la «Revolución de los claveles» del 25 de abril de 1974. En total, Portugal debió de movilizar a más de 150.000 soldados y emplear en esta guerra colonial el 40 por 100 de su presupuesto nacional, siempre ayudado por los aliados de la O.T.A.N. En noviembre de 1968, la Asamblea general de la O.N.U. recomendó la independencia inmediata de las colonias portuguesas, pero Portugal nunca accedió a negociar su independencia.

GUINEA-BISSAU: Amílcar Cabral, más tarde asesinado en Conakry (Guinea), había fundado, en 1956, con otros compañeros el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (P.A.I.G.C.) que, tres años más tarde, desencadenó la lucha armada ayudado por las armas llegadas de los países del área socialista. La guerrilla tuvo enorme éxito hasta el punto de que el 24 de septiembre de 1973 una Asamblea nacional elegida en plena guerra de liberación proclamó la independencia, siendo reconocido el nuevo Estado por cerca de ochenta países. Un mes después de la Revolución portuguesa se reunían en Londres autoridades lusitanas con representantes del P.A.I.G.C. y se fijaba la independencia oficial para el 10 de septiembre después de que la guerra hiciera más de 1.800 muertos portugueses y varios millares entre los africanos. ANGOLA: desde 1954 dirigentes angolanos fundaron la Unión de los Pueblos de Angola (U.P.A.) con vistas a la iniciación de un movimiento de liberación en la colonia. Dos años más tarde, Viriato da Cruz y Mario de Andrade se separaron de la U.P.A. y con otros miembros procedentes de otras formaciones, especialmente del Partido Comunista de Angola, crean el Movimiento para la Liberación de Angola (M.P.L.A.). Los restantes componentes de la U.P.A. formarán, en 1961, el Frente nacional para la Liberación de Angola (F.N.L.A.) bajo la dirección de Holden Roberto. Ambos movimientos, por separado, comienzan este año su lucha armada. De las filas de Holden sale Jonás Savimbi que, en 1966, organiza su propio movimiento, la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (U.N.I.T.A.) con gran apoyo popular que opera principalmente en la parte sur ayudado por elementos sudafricanos. Todos los intentos que se hicieron para unir estos movimientos y hacer un solo frente contra Portugal, fracasaron. Cuando los portugueses quieren conceder la independencia no saben a qué movimiento dirigirse como interlocutor válido. Las reuniones que se hicieron en Penina, Mombassa y Nakuru no sirvieron nada más que para fijar la fecha de la independencia (11 noviembre 1975) porque los acuerdos no sobrevivían más de tres o cuatro semanas. El 31 de enero de 1975 se instala en Luanda un Gobierno de coalición para preparar la independencia, pero en marzo estallan las diferencias entre el F.N.L.A. y el M.P.L.A. y comienza una guerra civil que aún no ha terminado. A partir de julio, los cubanos deciden apoyar abiertamente al M.P.L.A. lo que hará que este movimiento se haga dueño de Luanda y reciba la independencia en la fecha señalada, siendo jefe de Gobierno Agostinho Neto, dirigiente del M.P.L.A. desde 1962. En MOZAMBIQUE actúa el Frente de Liberación de Mozambique (F.R.E.L.I.M.O.) creado en 1962 por Eduardo Mondlane que será asesinado en febrero de 1969. Desde 1964 la lucha armada toma cuerpo dirigida por Samora Machel, gran estratega de la guerrilla, que se hará con el control del partido en 1972. En agosto de 1974 se celebran conversaciones en Dar es-Salaam (Tanzania) entre Mario Soares, ministro portugués de Asuntos Exteriores, y los representantes supremos del F.R.E.L.I.M.O. Estas conversaciones prepararon los acuerdos de Lusaka (Zambia) en que se fijó la fecha de la independencia para el 25 de junio de 1975 y se creó un Gobierno provisional de transición dirigido por Joaquín Chissano como primer ministro y que era la tercera personalidad del F.R.E.L.I.M.O.

7. MADAGASCAR. A partir de 1946 se suprimen las leyes del «indigenado» y los malgaches obtienen los mismos derechos que los franceses consiguiendo una Asamblea representativa. Diputados de esta Asamblea presentan el 21 de abril de 1946, en la Asamblea Nacional de París, un proyecto de ley sobre la abolición de la anexión y declaración de la independencia malgache en el seno de la Unión Francesa. Al

no tener eco, se desencadena, al año siguiente, la famosa rebelión de marzo que sólo pudo ser reprimida dos años más tarde con gran dureza y muchas condenas a muerte, entre las que hay que contar la de aquellos diputados que pidieron en París la independencia ante la Asamblea. Madagascar seguirá las mismas vicisitudes políticas que los demás territorios franceses hasta su independencia el 26 de junio de 1960.

CAPÍTULO IX

LA EVOLUCIÓN DE LOS PAÍSES DESDE LA INDEPENDENCIA

ALTO VOLTA. Mauricio Yameogo ocupó la magistratura suprema a la hora de la independencia, pero su incoherencia política le llevó a fluctuar entre el conservadurismo de Costa de Marfil y el progresismo de Ghana o Guinea, sin línea fija. A esta falta de visión política unió su incapacidad económica creando una situación de crisis que empieza en 1963 y se acentúa en los dos años siguientes. Para llenar el déficit presupuestario aumenta constantemente las tasas aduaneras, establece un impuesto cedular del 10 por 100 a los salarios superiores a 10.000 francos C.F.A. y anuncia una bajada del 20 por 100 a los salarios de los funcionarios. Estas medidas impopulares provocan, el 3 de enero de 1966, una huelga general y grandes manifestaciones que pedían la caída de Yameogo. Ese día el coronel Sangulé Lamizana, jefe del estado Mayor, toma el poder y el 8 forrpa un gobierno provisional afirmando que el Ejército toma el poder por cuatro años suspendiendo todas las actividades políticas. Terminado este período en 1970, vuelven los partidos y las actividades políticas recobran su pulso, pero en medio de intrigas y corrupciones que originan una crisis política. Gerardo Uedraogo, que había ganado las elecciones y era primer ministro, no se entendía con la Asamblea. Lamizana, que por ser el oficial de más alto rango era automáticamente presidente de la República según la Constitución de 1970, vuelve a intervenir directamente el 22 de enero de 1974 dando su segundo golpe con disolución de la Asamblea nacional y formación de un Gobierno de renovación el 11 de febrero. Quiere hacerse con un poder fuerte creando un partido único, pero fracasa. Ante las críticas y oposición a su política, el 1 de octubre de 1977 vuelve a permitir las actividades políticas. Al año siguiente hay elecciones legislativas y presidenciales y Lamizana es elegido presidente inaugurando la Tercera República. Se legalizan los tres partidos que obtuvieron más votos, pero de nuevo las intrigas y el falseamiento de la vida política desbordan a Lamizana que es considerado como «un cadáver en el poder». Esta degradación la aprovechó Saye Zerbo el 15 de noviembre de 1980 para acabar con la Tercera República e instalar un Comité Militar de Reconstrucción para el Progreso Nacional, que declara su interés para instalar «una democracia verdadera». Sus medidas, populares en principio, pronto causan un gran desencanto y la vida política y económica languidece. El 7 de noviembre de 1982 Saye es derrocado por un grupo de militares que ponen como presidente al capitán Tomás Sankara. Uno de los países más pobres del mundo, tiene que recurrir a la emigración para alimentar a sus gentes. La producción agrícola y pastoril constituye la única fuente de ingresos. Algodón, arácido, mijo, sorgo, maíz y arroz se ven continuamente afectados por las sequías que se producen frecuentemente en la zona saheliana, haciendo perecer gran parte de su ganadería. Se ha puesto mucha ilusión en el sector minero después del descubrimiento de manganeso y oro en la región de Tambao. Excepto en la primera

etapa de Lamizana que logra un equilibrio presupuestario a base de una política de deflación, el país se ha ido endeudando progresivamente, como es la norma común para casi todos los países africanos.

ANGOLA. No ha recuperado su equilibrio político y económico debido a la prolongación de la guerra civil que las autoridades de Luanda no son capaces de acabar. La U.N.I.T.A. tiene serios apoyos sudafricanos y occidentales que cubanos y soviéticos no logran someter. Esto ha hecho desaparecer, prácticamente, su vida económica aunque sus posibilidades son extraordinarias: café (tercer productor mundial), tabaco, algodón, maíz, caña de azúcar, trigo y madera son sus principales productos agrícolas; pero su riqueza principal proviene del subsuelo: petróleo, manganeso, cobre, hierro, uranio y diamantes. Cuenta, además, con algunas industrias de transformación: madera, harinas, azúcar, cemento, refinería de petróleo... Con la independencia, Neto se lanza a una intensa vida internacional para captar la adhesión a su movimiento y cortar el apoyo prestado por muchos países a la guerrilla. En este sentido, logrará una reconciliación espectacular con el Zaire, donde operaban grupos antiangoleños. Por su parte, los «katangueños», enemigos de Mobutu, tenían sus campos de entrenamiento en Angola. Aun asumiendo las tesis socialistas, busca una diversificación económica y una colaboración con las multinacionales y mundo capitalista en base a la consecución de una política realista. Por este motivo parece que habría que explicar la destitución del primer ministro Lopo do Nascimento, ministro del Interior Carlos Rocha y otras personalidades en diciembre de 1978 por oponerse a la apertura a Occidente querida por Neto. Interiormente, éste luchó para transformar el M.P.L.A. en un partido marxista-leninista y eliminar las tendencias existentes en su interior. Éstas se manifestaron en una contestación a la autoridad de Neto como en el caso Chipenda, uno de los mejores jefes guerrilleros que también aspiraba al control del partido, y en la oposición racial negros-mulatos, bien ilustrado por la rebelión de Nito Alves, gran héroe nacional negro, en mayo de 1977. Éste se oponía a que las instancias supremas de la política fueran controladas, como así era, por los mulatos, fundadores históricos del M.P.L.A. Con la desaparición de Alves y sus seguidores, Neto se hace con el control absoluto persiguiendo dos objetivos esenciales: Unidad y Socialización. Muere el 11 de septiembre de 1979 en Moscú y el 14 se nombra a Lucio Lara sucesor. Posteriormente se nombra presidente a Eduardo Dos Santos.

DAHOMEY-BENÍN. Es el país africano que pasa por las experiencias políticas más diversas y contradictorias debido a dos factores fundamentales: los liderazgos políticos que obedecen a áreas tribales y el protagonismo del ejército. Huberto Maga, primer presidente, es derribado por el general Soglo el 28 de octubre de 1963 con la complicidad de los sindicatos que pedían aumento de sueldos. Soglo hace aprobar por referéndum la constitución de la Segunda República el 5 de enero de 1964 y de las elecciones subsiguientes sale elegido presidente Migan Apithy. Había formado coalición con Justino Ahomadegbé que se queda como vicepresidente. Esta coalición no marcha e interviene, de nuevo, Soglo en noviembre del año siguiente pretextando la caótica situación económica. Intenta retener el 25 por 100 de los salarios de los funcionarios como «impuesto de solidaridad» y éstos crean una situación confusa con manifestaciones y huelgas que le desbordan. En diciembre de 1967, un grupo de jóvenes oficiales, dirigidos por Mauricio

Kuandete, se hacen con el poder «considerando que nuestros jefes militares han decepcionado al pueblo y traicionado al ejército nacional». Nombran jefe de Estado a Alfonso Alley. Éste promete entregar el poder a los civiles en mayo de 1968, pero prohibiendo la participación en la vida pública a los antiguos presidentes. Esto ocasionó una gran abstención en las elecciones de mayo en las que resultó elegido Baile Adju por sólo el 27 por 100. Alley anula las elecciones y entrega el poder a Emilio Derlin Zinsu, que se hace elegir por el pueblo, para que saque al país del marasmo económico en que se encuentra. En diciembre de 1969, Kuandete le rapta y se hace, por segunda vez, con el poder, convocando elecciones que serán anuladas por las irregularidades cometidas. Hace aprobar una carta constitucional el 1 de mayo de 1970 que confía el poder a un Consejo Presidencial compuesto de Maga, Apithy y Ahomadegbé que presidirían el poder por turno cada dos años. Maga es el primero en ejercerlo aliándose con Ahomadegbé y aislando a Apithy. Dos años más tarde toma el relevo Ahomadegbé que no terminará su mandato por la intervención de Mateo Kereku el 26 de octubre de 1972. Kereku acaba con el triunvirato argumentando que «un cuerpo con tres cabezas es un verdadero monstruo», e introduce la estabilidad política protagonizando un hegemonismo político y eliminando a sus posibles oponentes. Instala al país en la vía socialista y convierte a Dahomey en la República Popular de Benín. El adoctrinamiento de las masas y la situación económica son los puntos básicos de su programa. La inestabilidad política había dejado la economía a nivel de subsistencia. Ésta se alimenta exclusivamente de la agricultura, siendo el principal producto el algodón al que se unen madera, aceite de palma, arácido, maíz, sorgo...

BOTSWANA La estructura británica en África austral dejó a Botswana como un rehén económico de Pretoria, de quien depende casi exclusivamente. De aquí la política realista y moderada seguida por Seretse Khama para mantener la independencia de su país y no enemistarse con sus vecinos. Su preocupación primordial es crear una economía nacional en un país donde sólo un quinto de su suelo es cultivable. Su principal riqueza es la ganadería y las minas de manganeso, diamantes y amianto. En 1976 se descubren nuevas minas de diamantes, cobre y níquel que posibilitarán un desarrollo más fuerte de este sector. Crea una moneda nacional apartándose del rand sudafricano, pretende la nacionalización del ferrocarril y el control del 50 por 100 de las acciones de las compañías que explotan los diamantes. El 13 de junio de 1980 moría Khama, siendo su sucesor Quett Masire que prosigue la misma política que su antecesor.

BURUNDI. Es un país pobre de economía rural donde el café es el principal producto cultivado y exportado. Su independencia está marcada por la contradicción étnica tutzi (14 por 100 de la población y clase dominadora) y hutu (85 por 100 y clase dominada). Esta contradicción, hasta la llegada de Bagaza, ha ocasionado una espiral de violencia que ha acabado masacrando a gran número de personas, principalmente hutu, como nos lo demuestran las matanzas de 1965, 1969 y 1972, entre otras. También han servido para un arreglo de cuentas entre los clanes tutzi. El rey Mwambutsa IV se hace constitucional y nombra un primer ministro hutu, pero la vida parlamentaria no marcha y los gobiernos se suceden mientras que el rey pasa largas temporadas en el extranjero. En 1965 se tiene la primera gran rebelión

hutu porque habiendo ganado las elecciones se dice que sólo los tutzi serán llamados al Senado. El rey huye al extranjero mientras la represión, dirigida por Micombero, hace numerosas víctimas hutu. Mwambutsa no quiere volver, pero sí lo hace su hijo que, el 8 de julio de 1966 le usurpa el poder, tomando el nombre de Ntare V y nombrando a Micombero jefe de Gobierno. Éste derroca a Ntare en noviembre del mismo año y se instala la República con un Gobierno eficaz, pone orden en la Administración y termina con la violencia racial prohibiendo que se hable del tema. Se consideró constructor de la paz y de la unidad, pero no pudo escapar a las intrigas y luchas de los de su etnia. Cuando los hutu tratan de resurgir, de nuevo, en 1972, realiza una represión brutal que cuesta a la etnia hutu de 200.000 a 300.000 víctimas. A partir de este año, su Gobierno se hace dictatorial y corrompido. En julio de 1974 hace votar una Constitución centralizadora que otorga todos los poderes al partido U.P.R.O.N.A. y al presidente que lo controla. Juan Bautista Bagaza, al frente de un grupo de militares, derriba a Micombero considerándolo como un hombre acabado. Persigue implacablemente la corrupción y, aunque admite ciertas medidas socializantes, sin embargo, no impone un sistema marxista en la economía. Sus primeras medidas tratan de crear un clima de distensión, nombra cuatro ministros hutu y quiere terminar con el espinoso problema racial. Su programa de gobierno es ambicioso abarcando todos los campos y no dejando nada para la improvisación. Su primer afán es la economía para lo que establece el Plan Quinquenal 1978-1982, que da la prioridad a la agricultura, sector que ocupa el 90 por 100 de la población. Se consiguieron muchos de los objetivos.

CABO VERDE Desde el 5 de julio de 1975 en que consigue la independencia, toda la preocupación del Gobierno, que encabeza Arístides Pereira, se dirige a conseguir la autosuficiencia alimentaria. La caña de azúcar, agrios, arácidos, plátanos y café no cubren las necesidades de sus habitantes que, en número considerable, abandonan las diez islas principales y otros pequeños islotes que componen el archipiélago. Cada año el Gobierno gasta más de 500 millones de escudos para conseguir las 600.000 toneladas de alimentos y evitar, en lo posible, el hambre. Gracias a la ayuda internacional se está llevando a cabo un vasto programa agrícola-ganadero que paliará, en parte, las necesidades urgentes de la población.

CAMERÚN. Un país con grandes recursos y probada estabilidad política, conoció una independencia bastante agitada, debido a la guerrilla armada desencadenada por la Unión de los Pueblos del Camerún (U.P.C.) de Rubén Um Nyobé, Abel Kingue, Emest Uandié... Las tropas francesas tuvieron que permanecer varios años para apoyar al Gobierno contra la guerrilla y calmar también a los bamileké que se sublevaron por el problema de la distribución de tierras y se opusieron a la acción del Gobierno llegando a practicar actos terroristas. En 1961, mediante plebiscito, la parte norte del Camerún oriental se une a Nigeria y la parte sur se une al Camerún francés formando una República federal. El presidente Ahmadu Ahidjo tuvo como puntos esenciales de su política la unidad y el desarrollo económico. Para conseguirlo, empleó la primera década de su mandato en perseguir implacablemente la

guerrilla que se puede considerar terminada en 1970 con el descubrimiento del «complot de Santa Cruz», en el que resultó estar implicado el arzobispo Ndongmo, y la captura y ejecución de Ernerst Uandié. En 1966 crea un partido único: la Unión Nacional Camerunesa (U.N.C.), en la que se deberán integrar los demás partidos. El último acto de esta unión se efectúa en 1972 año en que, tras referéndum, se abandona el sistema federal para hacer del Camerún un Estado Unitario. Ahidjo cesa voluntariamente el 6 de agosto de 1982. Le sustituye Paul Biya. Los extraordinarios recursos naturales y la dirección política segura, se han traducido en una economía próspera. Ésta se ha programado mediante planes quinquenales a nivel nacional y regional ya que el norte estaba menos desarrollado que el sur. Los objetivos de los planes se han conseguido de manera satisfactoria. Los principales productos exportados son el cacao, café y algodón que, hasta 1970, constituían el 30 por 100 del valor de las exportaciones. A esto hay que añadir las partidas importantes obtenidas por la madera y el aluminio conseguido de la bauxita procedente de Guinea. En 1974 se descubrió petróleo, que empieza a exportarse tres años después, constituyendo la fuente principal de los ingresos actuales. Las diferencias entre Ahidjo y Biya se acentúan. Aquél acusa a éste de llevar al país a la división y al enfrentamiento. El 6 de abril hay un intento de golpe y se acusa a Ahidjo de potenciarlo, condenándosele a muerte por contumacia. Biya quiere dar a su política un aire más liberal y democrático.

CONGO. Es uno de los países más politizados de África, y en donde los movimientos de masas han jugado un papel de los más importantes. Fulbert Yulú, de acuerdo con su oponente Jaime Opangauit, se hace con el cargo de la presidencia en el momento de la independencia y, sostenido por la etnia Lari, implanta un régimen autoritario en donde cohabitan la arbitrariedad, corrupción e ineficacia. Los sindicatos dirigen una huelga general y un movimiento de rebeldía, en agosto de 1963, que le derriban. Alfonso MassembaDebat se hace cargo del poder, hace votar una nueva Constitución y cambia de orientación política poniendo al Congo en la era socialista; esto provoca una revuelta lari en febrero de 1964 y la reticencia de los católicos. Sin embargo, se verá continuamente desbordado por el partido que él había fundado, el Movimiento Nacional Revolucionario que pide continuamente la radicalización de la Revolución. Las disensiones dentro del partido son aprovechadas por Manen N’Guabi que, en diciembre de 1969, es nombrado jefe de Estado y proclama la voluntad de «integrar la República Popular del Congo en la historia de la gran Revolución proletaria mundial». No obstante, N’Guabi pretende mantener un socialismo «a la africana» teniendo en cuenta la mentalidad y tradición de su pueblo. Comienza una serie de nacionalizaciones y su dirigismo permite un aumento de la inversión pública aunque la mayoría de las empresas nacionalizadas serán deficitarias por mala gestión. En 1975, el panorama económico es negativo y busca la solución radicalizando más su régimen haciéndolo más marxista. En marzo de 1977, en uno de los múltiples atentados que tuvo cae asesinado. En abril, Yhombi Opango es nombrado a la magistratura suprema e intenta una suavización del régimen abriéndose a Occidente. Ante este giro a la derecha, los radicales del partido, con Denis Nguesso a la cabeza, le hacen la guerra y le acusan de corrupción, alta traición y malversación de bienes públicos. Será destituido y reemplazado por Nguesso el 8 de febrero de 1979. Marxista-leninista de estricta observancia, Nguesso vuelve a la radicalidad y al dirigismo en la economía. Ésta tiene grandes posibilidades en el uranio,

plomo, hierro, potasa y, sobre todo, en el petróleo que procura la mayor parte de las recetas. La agricultura, bastante descuidada en los planes del Gobierno, cuenta principalmente con madera, caña de azúcar, arácido, caucho y aceite de palma.

COSTA DE MARFIL. Se la podría definir como el país de la estabilidad política y del progreso económico. Solamente se puede señalar un complot descubierto y abortado en 1964 y la típica contestación estudiantil en 1969. Ambos hechos no lograron enturbiar la paz y su presidente, Houphouet Boigny ha podido dedicarse, sin más preocupaciones, a la tarea de desarrollar el país y hacer de él una verdadera nación moderna con un verdadero peso económico. Conservador en política y liberal en economía, ha logrado que su país sea uno de los países africanos más considerados y respetados en el mundo. Su éxito lo ha logrado partiendo de una base pragmática y real: la agricultura. Mientras que los países africanos, equivocadamente, miran a la industrialización como un remedio a sus males, Costa de Marfil ha puesto su punto de partida en el desarrollo y modernización de su producción agrícola, consiguiendo ser el segundo productor mundial de café, tercero de cacao, quinto de piña, sexto de plátanos... contando, también, con otros productos tropicales y madera. En una planificación sabia, se han diversificado los recursos agrícolas y se han introducido cultivos nuevos como hevea, palma de aceite, algodón, arroz, cofra... Este desarrollo armónico ha permitido financiar el desarrollo de zonas menos favorecidas, como el norte, y alimentar una sólida industria de transformación de los productos agrícolas. El desarrollo económico queda suficientemente ilustrado por el hecho de que Costa de Marfil ha realizado un crecimiento medio anual del 7,1 por 100, logrando escapar a la «crisis del petróleo». En 1977 se hace oficial el hallazgo de yacimientos de este producto en el gran Bassam.

CHAD. Su posición estratégico-cultural entre el África árabe y África negra es la imagen continua de la guerra civil norte-sur que asola el país desde casi la independencia. En este ambiente desestabiiizador juega un papel importante Libia que quiere imponer al Chad un régimen cómodo que le permita controlar la zona de Aozu, rica en yacimientos petrolíferos. N’Garta Tombalbaye firma la independencia que, desde el principio, tendrá dificultades para entenderse con los más de cien grupos lingüísticos que componen su país, ya que pretende conducir al Chad como si fuera un feudo de su propiedad. Pronto suprime las formaciones políticas obligándolas a integrarse en su Partido Progresista Chadiano y comienza a perseguir a sus oponentes políticos. Los abusos de la Administración corrompida suscitan levantamientos populares en varias regiones, principalmente en el norte. Su forma de proceder le va creando un vacío y, para salir de él, disuelve su partido y crea el Movimiento Nacional para la Revolución Cultural y Social, al que le da la misión de promover una revolución cultural mediante la «chadización» y la reconquista de los valores tradicionales perdidos por la colonización. La política represiva y los abusos administrativos tuvieron una repercusión inmediata: la creación, por parte de Abba Sidick, del Frente de Liberación Nacional del Chad (F.R.O.L.I.N.A.T.) que apareció hacia 1965 en la prefectura del B.E.T. (Borku, Ennedi, Tibesti) y que irá extendiéndose progresivamente una vez que Francia, después de luchar contra el movimiento a partir de 1968, abandona el Chad en 1975.

Este año sube al poder Félix Mallum mediante un golpe de Estado que costó la vida a Tombalbaye y emprende una política de reconciliación nacional tratando de integrar en la vida nacional al F.R.O.L.I.N.A.T., que ya se había escindido en varios grupos, siendo la facción más importante la dirigida por Hisseine Habré. Logra atraerse a dirigentes de otros movimientos, pero Habré se muestra irreconciliable: la guerra civil sigue sin solución aparente y la política de reconciliación nacional no da los resultados queridos. Mallum hace un supremo esfuerzo y el 29 de agosto de 1978 firma una «Carta Fundamental» «para constituir el marco institucional de la República del Chad». Mallum se queda como presidente y Habré será el primer ministro. No tarda mucho tiempo en producirse enfrentamientos. Para terminar con la ingobernabilidad, el 20 de marzo de 1979 se reúnen en Kano los líderes de las principales tendencias y, días después se llega a un acuerdo que instituye un Consejo de Estado Provisional, a cuyo frente se pone Weddey, que será contestado muy pronto, pero en agosto del mismo año, en otra reunión en Lagos, se le pone al frente del Gobierno de Unión Nacional de Transición (G.U.N.T.). En este Gobierno, Wadal Kamugué, jefe del sur, ostenta la vicepresidencia y Habré la cartera de Defensa. Cuando en marzo de 1980 Habré ataca al ejército de Weddey, los restantes jefes, ayudados por Libia, se unen y logran que Habré abandone el país con sus fuerzas. En enero de 1981, radio Trípoli anuncia la fusión Libia-Chad, lo que provoca la oposición de los dirigentes y las reacciones internacionales. Debido a éstas y a otros dirigentes de su Gobierno, en noviembre de 1981 se invita a Libia a retirar sus tropas, cosa que hace inmediatamente; pero Habré, refugiado en Sudán, aprovecha para volver y ocupar la capital, Yamena. Kamugué y otros jefes sudistas hacen secesión y forman un Gobierno que dicen ser el legítimo del Chad. Libia, apoyando al G.U.N.T., se instala en la parte norte y Francia envía 1.200 soldados para neutralizar esta presencia libia y sostener a Habré que, además, cuenta con tropas zaireñas. El clima de guerra civil ha reducido a las gentes a la miseria y a un nivel de subsistencia. Las plantaciones de algodón, principal producto exportado, prácticamente no existen, y la ganadería, otra de las bases económicas, se ha reducido considerablemente.

ETIOPÍA. Haile Selassie, a pesar de ser un emperador reformista, no fue muy rápido en la aplicación de las reformas. La posguerra transcurre con las mismas características que antes. Solamente en 1955 modifica un poco la Constitución otorgando el voto censitario a los adultos. Selassie fue un hombre viajero que recorrió más veces el mundo que su país, dedicándose más a la política internacional que a los asuntos internos. En 1960 le llega el primer aviso serio: el jefe de la Guardia Imperial se hace con el control de Addis Abeba. El golpe será aprobado por Asfa Wossen, heredero al trono... Controlado el golpe, al año siguiente propone una Reforma agraria, problema capital en Etiopía, donde la tierra se la reparten el emperador, la nobleza y la Iglesia dentro de un régimen semifeudal. No la llevó a efecto. En 1962 anexiona Eritrea, con la que Etiopía formaba una Federación. Esto dio origen al nacimiento del Frente de Liberación de Eritrea (F.L.E.) que declara la guerra a Etiopía buscando la independencia. En 1966 se modifican prudentemente las estructuras del Imperio, se descentraliza un poco la Administración, se aumenta el poder del primer ministro, se instituye el sistema parlamentario, se aumentan las obras públicas... Nobleza y clero se oponen a este «modernismo». La sequía de 1970 causa

muchas víctimas y, al año siguiente, proclama otra Reforma agraria que tampoco se lleva a la práctica... En 1974, el Ejército, en acciones escalonadas, irá acabando con las personas influyentes del Gobierno, y de la nobleza obligando al emperador a ceder a sus presiones, nombrando o dimitiendo a los primeros ministros hasta que, el 12 de septiembre, se le detiene y se le destituye a él mismo después de una campaña de difamación hábilmente dirigida. El Ejército se hace con el poder y se forma un Comité Militar Administrativo Provisional (D.I.R.G.U.E.), cuyos cerebros son Mengistu y Abate, que dirige todas las acciones. Aman Andom y Teferi Banti, sus primeros presidentes, son depurados y ejecutados para dejar paso al dirigente verdadero, Mengistu Haile Mariam, en enero de 1977. Implanta el «terror rojo» ejecutando por cualquier pretexto y aniquilando cualquier oposición. La vida etíope se organiza según el modelo socialista más rígido siguiendo fielmente los postulados marxistas-leninistas. En las ciudades, los «kebeles» (comités de barrio) controlan la actividad y en el campo se opera una Reforma agraria dividida en varias etapas y prestando gran importancia al sector, ya que sus ingresos principales vienen de ahí, proporcionando, especialmente, café, algodón y productos oleaginosos.

GABÓN. Rozando el medio millón de habitantes, es, sin duda ninguna, uno de los países más prósperos y ricos de África. Con abundancia de madera y otros productos tropicales, se ha visto favorecido, sobre todo, por una riqueza extraordinaria de su subsuelo: hierro, manganeso, uranio y petróleo han hecho la riqueza gabonesa que se desarrolla dentro de un sistema liberal, pero sin descuidar el aspecto social de las gentes que han visto sensiblemente elevado su nivel de vida. El petróleo, descubierto en 1972, es la base primordial que proporciona las divisas necesarias para hacer frente a la infraestructura, declarada «prioridad de prioridades» en los planes económicos. Cuidado especial merece el trazado ferroviario «Transgabonés», de 950 km., que unirá los principales centros económicos del país. Junto a él se están haciendo o modernizando carreteras, hoteles, puertos y aeropuertos. Sin embargo, sus primeros años de vida política fueron bastante accidentados. León Mba es el primer presidente que gobierna en relación estrecha con Francia, impone su partido, el Bloque Democrático Gabonés, como partido único e implanta un Gobierno autoritario legislando a golpe de decreto. A pesar de todo, no logra imponer su autoridad ni atraerse a la clase política. Los medios estudiantiles y los jóvenes tecnócratas o militares le reprochan su «afrancesamiento». Así, en febrero de 1964, un levantamiento militar le derriba y pone como presidente a Aubame, de ideas socialistas. Los franceses, que ya sentían la futura riqueza de Gabón, intervienen restituyendo el poder a Mba que morirá en 1967. Alberto Bongo, vicepresidente, toma el poder y lleva a cabo algunas reformas políticas tratando de conquistar la popularidad que su antecesor no tenía. En 1967 modifica la Constitución e introduce el sufragio universal para la elección del presidente y una Asamblea por cinco años. Su Gobierno lo definió como un Gobierno «ni a la izquierda ni a la derecha, sino siempre adelante», interesándose profundamente por la mejora social de su pueblo, al que ha dotado convenientemente de las prioridades necesarias.

GAMBIA.

Pequeño país incrustado en Senegal vive del cultivo del arácido, del arroz y del contrabando que hace con los senegaleses. Dawa Jawara, profundo demócrata, somete a referéndum y se aprueba una nueva Constitución que hace de Gambia una república. Sin embargo, la contestación no ha dejado de manifestarse. En octubre de 1980, soldados senegaleses debieron intervenir para contrarrestar un complot pro-libio. También intervendrán en julio del año siguiente para reducir a Kukli Samba Sayang, que se hace dueño del país e instala, por breves horas, un régimen de tendencia Comunista, aprovechando la ausencia de Jawara. Este golpe aceleró el proyecto de la SENEGAMBIA, tan deseado por Senegal y querido también por Jawara. Desde 1967 se habían firmado importantes acuerdos de cooperación y creado un Tratado de Asociación apoyado por un secretariado permanente que prepararía la futura asociación. Ésta fue anunciada por ambos países en noviembre de 1981.

GHANA. Es, junto a Benín, el país que más militares ha conocido en la dirección del Estado. Primer productor mundial de cacao, este producto ha estado a la base de la formación de una burguesía con relaciones en el exterior que ha buscado el dominio político. Las gentes están muy politizadas y han soportado mal los regímenes exclusivamente militares. Kwame N’Krumah quiere hacer de Ghana un modelo para todos los países de África, basado en los principios socialistas. Partiendo del multipartidismo, pronto se .dirige hacia el absolutismo y culto de la personalidad, encarcelando a enemigos políticos e instalando el partido único. Dedicado a una intensa vida internacional, relega los problemas interiores a un segundo plano, lo que le va cortando del pueblo. La floreciente situación económica desaparece ante lo que se ha llamado su «locura de grandezas» que le llevó a la realización de proyectos exorbitantes y suntuarios que arruinaron las arcas del Estado. En febrero de 1966, los militares le derriban y forman un Consejo Nacional de Liberación a cuya cabeza ponen al general Ankrah, justificando el golpe «por la situación caótica de la economía». En abril del año siguiente, le obligan a dimitir acusándole de corrupción y sustituyéndole por Akwasi Afrifa, que tenía fama de hábil economista y administrador incorruptible. Endereza algo la situación económica y decide entregar el poder a los civiles. En las elecciones celebradas a finales de agosto de 1969 sale elegido, como primer ministro Kofi Busia, ya que la presidencia era ostentada, por tiempo indefinido, por un tribunal militar. En enero de 1970, los militares dejan la presidencia y la Asamblea elige un presidente civil en la persona de Akufo Addo. Busia es un liberal, realista y pragmático, cuyo deseo es enderezar la vida económica, para lo que tiene que adoptar una serie de medidas impopulares, como la reducción de sueldo a los funcionarios, que desencadenan huelgas y disturbios sangrientos. La caída del precio del cacao arruina la ilusión del progreso económico y su deseo de dialogar con África de Sur le corta de numerosos sectores políticos. Ignacio Acheampong termina con Busia en enero de 1972 acusándole de mala gestión administrativa y malversación de fondos públicos. Pretende conseguir la unidad nacional alrededor del Ejército y de su persona y, en el plano internacional, rompe el diálogo con África del Sur y se alinea con las tesis progresistas apoyando a los Movimientos de Liberación. Intenta relanzar la producción alimentaria. En 1974 consigue un cierto relanzamiento económico que decae al siguiente año con la bajada de la producción del cacao. El malestar social provoca un endurecimiento del régimen. Acheampong propone un Gobierno de unión nacional que es muy criticado por la clase política. El Consejo Nacional de Liberación le dimite en julio de 1978 y pone en su lugar a William Fred Akuffo que restablece la colegialidad dentro del Consejo, rota por su antecesor. Promete el retorno al poder civil en julio de

1979, proclamando la Tercera República. Las elecciones para tal proyecto tienen lugar en junio de ese año, pero inmediatamente se da el golpe del capitán Jerry Rawlings que se apresura a comunicar su intención de respetar el resultado de las elecciones y que «un baño de sangre era necesario para limpiar Ghana y, especialmente, el Ejército». Asegura que el Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, fundado después del golpe, se limitará a la «limpieza de la casa». En efecto, el Tribunal Revolucionario examina las cuentas de personalidades políticas y militares y condena a muerte a varias de ellas por corrupción, entre las que se encuentran los antiguos presidentes Afrifa, Acheampong y Akuffo. En noviembre de 1979 entrega el poder al vencedor de las elecciones, Hilla Limann que intenta deshacerse de la presencia de Rawlings y sus amigos. Aunque hay ciertos indicios de recuperación, sin embargo, la intriga y la corrupción vuelven a la vida política, al mismo tiempo que aparece la escasez de productos en los mercados. Limann era un prisionero de su partido y no podía satisfacer la esperanza puesta en él. Esto propició la vuelta de Rawlings a finales de diciembre de 1980 con ideas de permanencia y revolución, habiéndose beneficiado del apoyo libio y sufriendo la influencia de Gaddafi. Sin embargo, no se le ve una política definida ni una orientación económica clara. El cacao, del que es el primer productor mundial, ha estado a la base del desarrollo económico y su precio en el mercado mundial ha sido determinante de la vida política interior. Junto a él, café, madera, oro, bauxita, manganeso, diamantes, aluminio y electricidad son otros productos que se exportan. Su industria es una de las más desarrolladas de África negra, pero las sucesivas crisis han hecho que ésta ni siquiera funcione a la mitad de sus posibilidades.

GUINEA Seku Ture, formado en las filas sindicalistas, representó en las primeras horas de la independencia africana uno de los baluartes revolucionarios más radicales de todo el continente. Después de su famoso «no» a la Comunidad de De Gaulle, dirigió a su país según los postulados socialistas en cuanto a la economía y según el centralismo democrático de partido único en la política. Se volcó, inmediatamente después de la independencia, en una cooperación con los países del Este y no permitió la más leve contradicción a su forma de mandar, encarcelando y ejecutando a cuantos políticos se oponían a sus directrices. En este sentido se ha hecho tristemente célebre el campo de concentración de Boiro, donde han perecido numerosas personalidades dentro de la vida política. Esta política suya, que algunos han calificado como la «lógica de la horca», le ha valido varios reproches de Amnistía Internacional por su olvido de los derechos del hombre, y muchos atentados tanto al interior como al exterior. Pero ha sabido mantener la independencia de su país. No duda en mandar fuera al embajador soviético Solod cuando éste intenta inmiscuirse en los asuntos guineanos. Desencantado por la ayuda de los países socialistas, a partir de 1974 se vuelve a Occidente y comienza a entablar relaciones diplomáticas con países que antes había calificado como reductos del imperialismo, no ahorrando el insulto a sus presidentes, como son los casos de Senegal y Costa de Marfil. También intenta atraerse a la etnia peul que se había distinguido por su oposición al régimen y que había sufrido en varias ocasiones la dureza de la represión, de forma que más de un millón han tenido que huir del país. Un gran error económico de Turé ha sido la marginación de la agricultura: en un país de pluviometría generosa y habiéndose podido alcanzar lo que se ha hecho en Costa de Marfil, sin embargo,

su agricultura no es boyante y, a veces, escasean los productos de primera necesidad que han desencadenado reacciones violentas, como ocurrió en agosto de 1977 con el llamado «motín de las amas de casa» que se extendió a las principales ciudades del país, protestando por la escasez de alimentos y otros productos, pues no se cuida, tampoco, suficientemente la producción de café, cacao, madera, plátanos, maíz, tabaco... y se ha puesto más bien el acento en la riqueza del subsuelo: hierro, oro, diamantes y, sobre todo, la bauxita, de la que posee la mitad de las reservas mundiales y que alimenta el gran complejo alumínico de Fría. Seku Turé muere el 26 de marzo de 1984 sucediéndole el primer ministro Lansana Beavogui. El 3 de abril, los militares dan un golpe y establecen un «Comité de Recuperación Nacional» que califica al régimen de Turé de «sangrienta dictadura». Lansana Conte se pone al frente del Comité.

GUINEA-BISSAU. Después de la guerra de liberación se encuentra con un total de 90 por 100 de analfabetos y una economía que apenas pasa los niveles de subsistencia y agravada por la escasez de lluvia que, desde 1970, no ha sido muy abundante en esta zona. La O.N.U. lo consideró país en «estado crítico», lo que suponía que había que crear, primero, las condiciones previas al desarrollo. Estos dos problemas son los que afronta de lleno el primer presidente, Luis Cabral, aunque sus resultados no son muy positivos, llegándose a una situación de hambre en 1980 que provoca manifestaciones y descontentos. Cabral quiso concentrar el poder en sus manos y cayó en la tentación de eliminar físicamente a sus oponentes; teniendo en sus manos las carteras de Defensa, Seguridad y Asuntos Extranjeros era fácil practicar purgas sin que su Gabinete lo advirtiera. En noviembre de 1980 quiere hacer una reforma constitucional que otorgue al presidente poderes aún más amplios. Esto dio motivo a que Joao Bernardo Vieira le arrebatara el poder: «nuestro pueblo va a ser dueño de su destino al servicio de su progreso y de su bienestar». Estas palabras hacen una alusión velada al problema étnico: los mestizos, de acuerdo con los caboverdianos, mestizos también en su mayoría, controlaban las altas instancias del partido y de la Administración, y mientras que en Cabo Verde sólo pueden ejercer en el terreno administrativo los caboverdianos hijos de caboverdianos, en Guinea éstos podían ocupar cualquier puesto, ya que se preveía una posible unión de ambos países. Esto irritaba a los negros guineanos que veían en los mestizos a una clase superior que los dominaba. Su política económica mira, sobre todo, a conseguir la autosuficiencia alimentaria.

GUINEA ECUATORIAL. Francisco Macías Nguema, gran orador y demagogo, en cuanto se ve con el poder en sus manos comienza a eliminar a sus oponentes y, después de un fallido golpe de Estado, protagonizado por Atanasio Ndong con la implicación de España en mayo de 1969, se lanza a una represión feroz ejecutando o encarcelando a las personalidades más importantes. Suprime las formaciones políticas y crea, en 1970, el Partido Único Nacional del Trabajo. Al año siguiente suprime los artículos de la Constitución que le interesan y se hace con los tres poderes. Sus matanzas son famosas hasta el punto de que un cuarto de los guineanos se exilian, la O.U.A. cierra su oficina en Malabo y Amnistía Internacional denuncia varias veces las muertes y torturas de Macías. La floreciente economía en el momento de la

independencia se reduce a unos niveles de subsistencia. El último presupuesto del Estado se refiere a 1974. Teodoro Obiang Nguema llega al poder después de una pequeña guerra civil, en agosto de 1979, y crea un Consejo Superior Militar encargado de poner orden en la caótica situación y con una sola idea: reconstruir el país. Para esto se vuelve, preferentemente, a España, con quien firma, en octubre de 1980, un Tratado de Amistad y Cooperación que incluye un ambicioso programa. La corrupción y la mala gestión de esta ayuda serán obstáculos serios a la eficacia de la misma. Se pretende que Guinea conozca el esplendor económico que tenía en el momento de la independencia, basado en sus productos tropicales: cacao, café, madera, aceite de palma y una industria derivada de la transformación de los mismos.

KENYA. Con la independencia, Jomo Kenyatta no hace sino seguir la trayectoria que, prácticamente, han seguido todos los presidentes: afirmar su autoridad haciendo desaparecer todo intento de contestación. Así, un año después de la independencia, como la oposición se manifiesta en contra de las garantías que se dan al capital extranjero, elimina las formaciones políticas obligándolas a entrar en su partido. En 1966, Oginga Odinga, marxista, es acusado de querer resucitar la revolución Mau-Mau y de recibir armas de China; entra en oposición con las tesis de Kenyatta, abandona la vicepresidencia y crea la Unión del Pueblo de Kenya (K.A.U.). Cuando en 1969, Ton M’Boya, lúo como Odinga, cae asesinado por un Kikuyu, tribu a la que pertenecía Kenyatta, los lúo originan disturbios graves que costarán varios muertos. El partido de Odinga será prohibido y él detenido. El K.A.N.U. seré declarado partido único y toda oposición cortada en su raíz. Kenyatta ha sido acusado de nepotismo y corrupción, presentando a la familia Kenyatta como un clan financiero que controla los principales recursos económicos del país. Cuando en la independencia las tierras de los famosos «White Highlands» debieron distribuirse entre colonos negros, fueron adquiridas solamente por ciertos burgueses e incluso por europeos. El 22 de agosto de 1978 moría Kenyatta y Arap Moi le sucede, buscando un cierto liberalismo político, abriendo embajadas en países de ideología distinta. No ha logrado reducir el desencanto y, en agosto de 1982, tiene un serio aviso en el intento de golpe que costó numerosas víctimas y el saqueo de tiendas y almacenes de algunas ciudades. Kenya ha logrado mantener un alto índice anual de crecimiento debido al café, té, algodón, ganadería, piretre y turismo.

LESOTHO. Enclavado en África del Sur, su independencia es ficticia y su economía descansa en el salario de los 150.000 trabajadores que prestan sus servicios en las minas sudafricanas. El rey Moshoeshoe II ve cómo Leabua Jonathan, primer ministro, se atribuye poderes constitucionales que le pertenecen. Ntsu Mokhehle, con el apoyo del rey, reúne a toda la oposición para protestar por este hecho. Leabua manda disolver la reunión y hace firmar al rey un documento en el que se compromete a no participar más en política. En 1970 debería haber habido elecciones, pero como preveía una derrota no las convoca, obligando al rey a exiliarse en Holanda y deteniendo a sus oponentes. Su gran riqueza diamantífera está explotada por la sociedad Río Tinto Cinc.

MADAGASCAR Filiberto Tsiranana logró mantener a su país en estrecha colaboración con Francia, aun después de la independencia, lo que le valió serias críticas de la oposición, lo mismo que su intento de diálogo con África del Sur. En economía trata de ajustar un cierto socialismo expresado en la creación de «granjas del Estado» que servirían de ejemplo al cooperativismo de iniciativa privada. No obstante, se mostró muy abierto a la invasión de capital extranjero. En 1970 y 1971, la oposición se manifestó rebelándose contra el régimen, pero la represión no se hizo esperar. En 1972 sigue la contestación callejera y en abril una huelga general paraliza toda la vida, seguida en medio de grandes manifestaciones. Completamente desbordado, entrega el poder a los militares en la persona de Gabriel Ramanantsoa. Forma un Gobierno de unidad nacional que se propone como meta afrontar la situación económica... No logra hacer nada ante la oposición que le llueve de todas partes. En febrero de 1974 entrega el poder a Ricardo Ratsimandrava que es asesinado a los pocos días. Un Consejo militar, dirigido por el general Gilíes Andriamahazo, se encarga de mantener la situación hasta que en las elecciones de diciembre de ese año el capitán de fragata Didier Ratsiraka sale elegido y con él el cambio en la dirección política: «La Revolución Socialista es la sola elección posible para llegar a un desarrollo rápido en Madagascar.» Su objetivo es la liberación económica, pues en 1974 el 85 por 100 de la economía está en manos extranjeras. Comienza una serie de nacionalizaciones y favorece, al máximo, el cooperativismo. En 1976 funda el partido A.R.E.M.A. (Vanguardia de la Revolución malgache) con objetivo de agrupar bajo su poder a todos los partidos de izquierda. A pesar del optimismo de los primeros años, la crisis aparece pronto; una ola de bandidismo asola al país, las empresas nacionalizadas no marchan, el petróleo no llega de Irak por su guerra con Irán y la escasez de alimentos es un hecho. Las huelgas y manifestaciones se multiplican y Ratsiraka endurece el régimen. La economía malgache descansa, principalmente, en la agricultura: café, azúcar, plátanos, cacao, arácido, tabaco. También juega un papel importante la pesca, ganadería y minería: cromita, piedras preciosas, mica, bauxita, esquistos bituminosos y carbón.

LIBERIA. Se enfrenta a la vida moderna con un problema social bastante acentuado: los «freemen» (descendientes de los negros repatriados de América), reunidos en el True Wihig Party controlan la política y ostentan el 60,4 por 100 del ingreso nacional a pesar de ser sólo el 3 por 100 de la población. William Tubman, que llega al poder en 1943, quiere ir limando esta contradicción y poner a Liberia en la órbita moderna. A partir de 1945 empieza una política de unificación, pero demasiado lenta. Su esfuerzo lo concentró en la revitalización económica, practicando una política de puertas abiertas al capital que pone al país en un liberalismo salvaje. Esto dará origen a desequilibrios socio-económicos: la agricultura quedará relegada a segundo plano, aunque emplea al 75 por 100 de la población, mientras la minería, que sólo abarca a un 23 por 100, se desarrolla enormemente, contando con hierro, diamantes, bauxita, manganeso. El caucho constituye el segundo valor de las exportaciones, después del hierro. Por las facilidades concedidas, el pabellón de su flota mercante es el más grande del mundo. En el plan 1966-1970 se pretendió poner un poco de orden en la economía y se pensó en los cultivos alimenticios, en cuya compra se gasta el Estado enormes cantidades.

En 1971, a la muerte de Tubman, William Tolbert se compromete más en serio con las reformas que hay que realizar. Quiere una armonía mayor entre todos los ciudadanos, limando las diferencias étnicas y una integración más profunda de Liberia en África. Para esto favorece mucho la instrucción y crea un Banco nacional que controle la circulación del dólar americano, moneda oficial liberiana. Sus medidas económicas no fueron eficaces y la contestación y oposición se van manifestando en la Alianza Progresista de Liberia (P.A.L.) creada por Gabriel Matthews. Este movimiento será disuelto pero aparecerá bajo otras siglas. El anuncio de una subida del precio del arroz en mayo de 1979 origina una revuelta callejera que saquea el 90 por 100 de los almacenes de la capital. Soldados guineanos tienen que venir a poner orden. Las tensiones que se viven este año obligan a Tolbert a pronunciar un discurso en el Parlamento, en enero de 1980, prometiendo reformas sociales. En marzo vuelve la contestación con carácter más serio y organizado y las formaciones que la practican son declaradas ilegales y suprimidas. Tolbert no llevó a cabo las reformas prometidas y unas cuantas familias eran las que se beneficiaban de la riqueza liberiana. El plan socioeconómico previsto para 1976-1980 tenía como objetivo principal: carreteras, agricultura y bosques... y prácticamente no se realizó nada. A principios de abril, Samuel Doe, sargento mayor, da un golpe de Estado por la «corrupción e incapacidad del Gobierno y del presidente», que muere en el transcurso del mismo. Juzga a los colaboradores del antiguo régimen por «corrupción, alta traición, violación de los derechos humanos». Instala un Consejo Popular de Redención nutrido por elementos progresistas y de ideas cercanas al P.A.L. El 22 de abril ejecuta a trece antiguos ministros, deteniendo otras ejecuciones por presiones internacionales. Doe afirma no pertenecer a un campo definido, sino que pretende moralizar 2a vida pública, eliminando la corrupción y los abusos del poder. Las primeras medidas apuntan a la imposición de una economía de austeridad. Su trayectoria política ha ido girando hacia posiciones moderadas y amistad con Occidente, apartándose del radicalismo inicial.

MALAWI. La agricultura cooperativista, la pesca en los lagos que ocupan un quinto del suelo, la bauxita, el salario de los 20.000 trabajadores que acuden a África del Sur y los créditos que éste le concede, han hecho de Malawi un país en progresión ascendente dirigido, casi como una propiedad privada, por el doctor Kamazu H. Banda. Un índice anual de crecimiento del 6 por 100 atestigua la marcha hacia el desarrollo. Banda es elegido presidente vitalicio en julio de 1971, bien arropado por su Partido del Congreso de Malawi, proclamado partido único y del que es, también, presidente vitalicio. Banda cree firmemente en las virtudes del capitalismo y sus tres ideas fundamentales son: trabajo, esfuerzo individual y respeto a la autoridad. Toda contestación u oposición están condenadas al fracaso.

MALÍ. Modibo Keita, primer presidente, anunciaba en septiembre de 1960: «Hemos escogido el socialismo... Está cerca el momento en que, en muchos sectores, los trabajadores pondrán en sus manos la gestión de sus empresas y dar, así, la medida de su adhesión a nuestra opción socialista,..» En 1962 ya se constata la primera oposición a su régimen y reprime a los tuareg que pretenden mantener sus

costumbres tradicionales. Crea una «Milicia popular» que, en realidad, no hace más que requisar los bienes de las gentes. Los proyectos socialistas chocan con la inercia de agricultores y comerciantes que no comprenden las intenciones del Gobierno, mientras que Keita se dedica a una densa vida internacional. Las empresas creadas por el Gobierno, con una gestión desastrosa, cuestan enormes cantidades a los presupuestos del Estado. Su acción financiera tampoco dio los resultados apetecidos: se sale de la zona franca creando su propia moneda, el franco malí que se deteriora rápidamente favoreciendo una inflación galopante. Los militares, encabezados por Mussa Traoré, derriban a Keita en noviembre de 1968 instalando un Comité Militar de Liberación Nacional. Acusan a Keita de carencia económica, autoritarismo burocrático, cooperación exclusiva con el bloque del Este y estratificación rápida de los sectores de producción. Aunque dicen los militares que no cambiarán la opción socialista, lo cierto es que se asiste a una derechización política y a un liberalismo económico. En el Consejo ha habido momentos de tirantez, luchas de influencias y varios intentos de golpe. La sequía de 1972-1974 ha dado al traste con varios proyectos encaminados a enderezar la situación económica, si bien en 1977 es el primer país saheliano que alcanza la autonomía alimentaria. La corrupción ha hecho su aparición y los militares no son capaces de pararla. La mala gestión de las empresas sigue costando grandes sumas de dinero al Estado y éste no dispone de mucho. El presupuesto para 1980 no preveía ni un solo franco para la inversión y aparecía la penuria de alimentos. La situación es difícil para un país que sólo dispone de pequeños recursos agrícolas y ganaderos dependientes de los caprichos de la naturaleza.

MOZAMBIQUE A pesar de la independencia conseguida, Samora Machel ha tenido que trabajar mucho para conseguir la pacificación interna, ya que hubo muchos grupos que se opusieron a la preponderancia del F.R.E.L.I.M.O. (Frente de Liberación de Mozambique), como la etnia macua que supone el 45 por 100 de la población. Grupos armados terroristas, alimentados por extranjeros, se han dedicado a sabotear los pocos centros de cierta actividad económica. Por si esto fuera poco, Mozambique ha tenido que soportar reiterados ataques de Rhodesia, cuyo ejército atravesó en múltiples ocasiones la frontera mozambiqueña persiguiendo a los guerrilleros de la Zanu de Mugabe, destrozando cuanto encontraba a su paso. Esta ausencia de paz ciudadana ha sido un serio obstáculo a la hora de reconstruir la economía. Esta, basada en la agricultura, sufrió mucho durante la guerrilla, sobre todo las plantaciones mejor cuidadas y más productivas de los europeos. Sus ingresos, por otros conceptos, se reducen a una minería mal explotada, pero con bastantes posibilidades (hierro, bismuto, bauxita, kaolín, mica), a la gran presa de Cabora Bassa, cuya electricidad es, en gran medida, exportada a África del Sur y al salario que perciben los casi 100.000 mozambiqueños que trabajan en este país, recibiendo el Gobierno de Mozambique una parte de sus sueldos. A pesar de que se ha escogido el modelo socialista para el desarrollo, sin embargo, Samora Machel busca y pide la ayuda de Occidente y de la empresa privada.

NÍGER. País que se encuentra a 600 km. del mar, en zona desértica y con una infraestructura rudimentaria, ha

encontrado su riqueza en el uranio, cuyos yacimientos, de los más importantes del mundo, han cambiado la fisonomía de un país que, teniendo todas las características de ser pobre, cuenta, ahora, con grandes posibilidades. Diori Hamani fue uno de los líderes más prestigiosos en los albores de las independencias africanas. Sus primeros años debe dedicarlos a combatir al partido marxista S.A.W.A.B.A., de Djibo Bakary, que se había pasado a la clandestinidad practicando la lucha armada. Reconstruye la nación bajo su Partido Progresista Nigereño al que hace partido único. Deja los asuntos del Estado a gente mediocre y él se dedica a la diplomacia internacional. La corrupción y especulación aparecen. Solía presentar a su país como un «islote de estabilidad, concordia y paz», pero la sequía de 1972 cortará toda ilusión de desarrollo y permitirá ver los límites de la corrupción: se habla de grandes fortunas aparecidas a la sombra de la sequía. En abril de 1975, el Ejército toma el poder, llevado por Seyni Kuntché, «poniendo fin al régimen de corrupción, de egoísmo y de indiferencia...». Al amparo del dinero proporcionado por el uranio, se fija como objetivo el desarrollo agrícola en un vasto plan de riego que libre al país de los caprichos de la pluviometría, y así evitar el que la cabaña quede reducida a la mitad, como pasó en la sequía de 1972. A partir de 1977 las exportaciones superan a las importaciones, permitiendo el alza en el nivel de vida y una mejora en los servicios y acondicionamiento del país.

NIGERIA. Después de la independencia continúa con las mismas contradicciones étnicas que ya tuviera en los momentos pre independentistas. Tafawa Baiewa, del norte, es el primer ministro. Cuando en 1963 se convierte en República Federal, Azikiwe se convierte en presidente. Ya en 1965 empiezan los enfrentamientos serios con la rebelión tiv que costó más de 3.000 muertos. Los ibo, gente activa y emprendedora, se habían hecho con el control de la Administración y del comercio, instalándose en casi todas las partes. Su dinamismo suscita la envidia del norte, en cuya Cámara se pretende tomar medidas contra ellos. La escalada antiibo suscitó la reacción de éstos que, en enero de 1966, se levantan apoyados por jóvenes jefes del Ejército asesinando a dirigentes del norte: Balewa, Bello, Akintola. Dan el poder a Aguyi Ironsi, general ibo. Rompe el sistema federal para hacer de Nigeria un país unitario de veinticinco provincias. Mantiene en prisión a los líderes del oeste, Awolowo y Enahoro, lo que le atrae la oposición yoruba. En julio, Ironsi es raptado y su cuerpo será encontrado horriblemente torturado al día siguiente. El Ejército nombra presidente a Yakubu Gowon que vuelve a la estructura federal, pasando el número de estados a doce y liberando a los jefes del oeste. Su nueva división no afecta al norte ya que los estados surgidos coinciden con la demarcación de los emiratos tradicionales, mientras que el este, país ibo, queda dividido en dos, cortando a los ibo de su riqueza tradicional: el petróleo. Por otra parte, la campaña antiibo continuaba. Ojukwu, gobernador de esta provincia, no llega a un acuerdo con el poder central y declara la secesión con el nombre de Biafra, el 7 de julio de 1967. La guerra que sigue a continuación dura hasta el 15 de enero de 1970 dejando dos millones de víctimas. Gowon no entregó el poder a los civiles como había prometido y no es capaz de acabar con la gran corrupción que existía en todos los niveles. Tampoco pone freno a la anarquía económica que crece al amparo del petróleo. En julio de 1975 es derribado por el Ejército que nombra a Ramat Murtala presidente. Se propone una serie de reformas a plazos fijos, comenzando por una lucha implacable a la corrupción. Sus intentos son cortados de raíz al ser asesinado en febrero de 1976. Olosegum Obasanjo, moderado, humanista, pragmático y hábil, toma el relevo y promete seguir la obra de Murtala saneando, sobre todo, la

economía. En agosto de 1979 entrega el poder a los civiles en la persona que Shehu Shagari que había ganado las elecciones celebradas en ese mes. Ciertas manifestaciones hacen pensar que aún no se han acabado los conflictos étnicos. Su enorme riqueza económica tanto en agricultura (cacao, arácido, algodón, café, aceite de palma) como en minería (estaño, hierro, carbón, colombita, tántalo, wolframio, oro, plomo, cinc, mármol, esquistos, caolín, lignito...) se ha visto suplantada por el petróleo, verdadero eje económico del país, hasta el punto de que los productos agrícolas han experimentado un descenso vertiginoso. El petróleo ha llevado a una política económica aventurera y descontrolada que ha hecho prosperar la corrupción y ha creado un mundo diferenciado en dos partes bien delimitadas: un sector ultramoderno vecino al mundo rural tradicional, anclado en una vida ancestral a quien parece no llegan los beneficios del oro negro. El 31 de diciembre de 1983 los militares derribaban a Shagari. El general Mohamed Buhari es el hombre fuerte que explica el golpe para acabar con la corrupción y superar la crítica situación económica.

REPÚBLICA CENTROAFRICANA. Con café, té, algodón, uranio y diamantes en cantidad suficiente, Centroáfrica podría comprometerse con optimismo en un desarrollo positivo. Bartolomé Boganda, que era el designado para ocupar la primera presidencia, muere en accidente de aviación en 1959. Su sobrino David Dacko recibe su herencia y se convierte en primer presidente de la independencia, apoyado por el Movimiento para la Revolución Social Negra, muy pronto proclamado partido único. Al año siguiente de la independencia firma un Acuerdo de Cooperación con Francia que es interpretado como una prolongación colonial. Esta colaboración con el antiguo colonizador, unida a su pretendida política de austeridad, a la caída del precio del algodón y café, principales productos exportados, y a su flirteo con China Comunista, crean un malestar social y causan su caída en enero de 1966. El jefe de las Fuerzas Armadas, Juan Bedel Bokassa, se hace con el poder estableciendo una larga época de dictadura y gobernando al país a base de decretos y de caprichos. No tiene una política definida ni una línea económica. Disuelve los sindicatos y concentra en sus manos la casi totalidad de las carteras ministeriales. A partir de 1970 la producción cae en picado y se llega a los límites de la subsistencia. En 1976 se modifica la Constitución e introduce la monarquía parlamentaria, preparando, así, el terreno para el año siguiente en que se autocorona emperador en una ceremonia que costaba al estado cuatro millones de dólares. En 1979, la situación es insostenible: huelgas y manifestaciones se suceden. El mismo emperador interviene en la represión y toma parte en la matanza de algunos colegiales. La opinión internacional le aísla y Francia prepara el golpe en septiembre de ese año, restableciendo a Dacko nuevamente. Pero Dacko no es un hombre popular y, políticamente, está acabado. No logra enderezar la situación y Francia, otra vez, le abandona para permitir el golpe, dos años más tarde, al militar Andrés Kolingba.

RHODESIA-ZIMBABWE Con la declaración unilateral de la independencia, la O.N.U. dicta unas sanciones económicas, que no se llevarán a la práctica, y la oposición negra, dirigida por Mugabe y N’Komo, declara la guerrilla.

Smith ha desafiado cuantas presiones le han hecho y se ha prestado a una serie de medidas dilatorias para ganar tiempo y mantenerse en el poder el más largo tiempo posible. El 2 de marzo de 1970 proclamaba la República y el 10 de abril se confirma la victoria del Frente Rhodesiano de Smith que consigue los cincuenta escaños del Parlamento previstos para los europeos. Al año siguiente se confecciona el «Primer acuerdo anglo-rhodesiano» que no es aceptado por la mayoría negra. En 1972, las Fuerzas Armadas de Mugabe (Zanu) y de N’Komo (Zapu) se unen, bajo mando militar unificado, formando el Frente Patriótico que recrudece y planifica la guerrilla ayudado por los países negros vecinos. Dos años más tarde representantes de Gran Bretaña, Zambia, Tanzania y Botswana discuten sobre el futuro de Rhodesia y presionan a Smith que libera a varios nacionalistas negros. En 1976 se presenta, en la Conferencia de Ginebra, otro «acuerdo» elaborado por Kissinger, secretario de Estado americano, que preveía dos años de preparación para la independencia. Fracasa porque se pide la independencia total cuanto antes y Smith no está dispuesto a conceder ninguna ventaja a sus adversarios. Al año siguiente se presenta un plan angloamericano en cuatro partes: alto el fuego, dimisión del Gobierno de Smith, elecciones generales y proclamación de la independencia. Este plan mostraba bien a las claras las intenciones de los occidentales que antes, con más o menos diplomacia, habían apoyado a Smith. Éste, por su parte, a partir de marzo de 1978 comienza una serie de conversaciones con los líderes moderados (Muzorewa, Sithole, Chirau) que culminarán en el llamado Acuerdo Interno que prevé que el 28 por 100 de los escaños sean reservados a los blancos, haciendo negros y blancos colegios separados. En las elecciones celebradas en abril de 1979 sale elegido Muzorewa, que será nombrado primer ministro en junio, dando nacimiento oficial a Rhodesia-Zimbabwe. Nadie reconoció al nuevo Estado ni se respaldó el Acuerdo Interno. Esto desanimó a Smith que dio luz verde a cualquier proyecto viable. El 10 de septiembre tiene lugar la Conferencia de Londres, en el Lancaster House que se prolongará hasta diciembre: en octubre se acepta la nueva Constitución, en noviembre los acuerdos de transición y en diciembre el acuerdo final. La O.N.U. levanta las sanciones, entra en vigor el alto el fuego e Inglaterra asegura el interim. En febrero de 1980 se celebran elecciones que dan el triunfo a Mugabe: «Es el momento de la reconciliación... Hay un sitio para todos en el nuevo país... Los cambios se realizarán de forma realista... Utilizaremos a los que están sin preocuparnos por el color de su piel.» A pesar de tener mayoría absoluta piensa en un Gobierno de reconciliación, dando la cartera del Interior a N’Komo. Gobierna según las tesis socialistas, pero sin radicalismos, permaneciendo abierto a Occidente. A pesar de todo, las diferencias internas no han desaparecido y Mugabe y N’Komo no se entienden, teniendo que abandonar éste su cartera y el país. Sus seguidores han protagonizado acciones violentas que Mugabe ha tenido que reprimir.

RWANDA. País rural donde las gentes tienen fobia al urbanismo, la economía de trueque está aún en pleno vigor, siendo el café el que proporciona más de la mitad del valor de las exportaciones. También exporta, en mucha menos cantidad, piritas, casiterita y wolframio. Gregorio Kayibanda es un hombre sin ideas políticas que cierra su país a toda influencia exterior, aislándolo. Al año siguiente de la independencia, los tutzi de Burundi intentan la invasión. Habiendo sido descubiertos, la represión consiguiente hará numerosas víctimas. Económicamente, el país permanece estacionario en los diez años largos de poder que tuvo en sus manos. El 1 de julio de 1973, Juvenal Habyarimana, jefe del Ejército, derriba a Kayibanda e inaugura la

Segunda República, tratando de sacar al país de su aislamiento y de promover el desarrollo económico. Para esto crea el partido único Movimiento Revolucionario Nacional para el Desarrollo con misión de «asegurar la emancipación de las masas y liquidar definitivamente las secuelas del odio». Su economía, partiendo de focos semiurbanos, se organizará según planes quinquenales, siempre basada en la agricultura. Ha logrado la paz civil y ha metido a su país en varias organizaciones internacionales.

SENEGAL. Está unido a la figura gigantesca de Leopoldo Sedar Senghor, humanista de fama mundial. Es uno de los países que más estabilidad política han conocido, ya que sólo habría que contabilizar un incidente serio: una tentativa de golpe de Estado en diciembre de 1962. El itinerario político que empieza siendo rígido y con partido único, la Unión Progresista Senegalesa, se va abriendo paulatinamente, permitiendo la creación de un nuevo partido en 1974, el Partido Democrático Senegalés, de A. Wade, e introduciendo el tripartidismo en 1978. Senghor ha jugado un gran papel de moderador en la vida internacional africana. Esta estabilidad le ha permitido concentrar sus esfuerzos en el desarrollo económico. La explotación preponderante es el arácido, pero, a partir de 1965, se intenta diversificar la agricultura para evitar el peligro de depender de un solo producto. Así se desarrolla el algodón, arroz y hortalizas mediante un sano aprovechamiento de los ríos. Los productos mineros principales son: fosfatos y hierro. Su industria es una de las más potentes de África. Capítulo muy importante es, también, la pesca, que, a veces, suele ocupar el segundo puesto en la contribución el producto interior bruto y el turismo que se está desarrollando mucho últimamente. El 31 de diciembre de 1980 Senghor cesaba voluntariamente y dejaba la presidencia en manos de Abu Diuf que continúa la misma línea político-económica, introduciendo el multipartidismo.

SIERRA LEONA. Es un país que vive del subsuelo, especialmente de los diamantes y bauxita, cuyos yacimientos dan signos de agotamiento. También, aunque en menos cantidad, produce platino, oro, hierro y cromo. En agricultura se produce arroz, cacao, café, aceite de palma, madera y otros productos tropicales. Milton Margal muere en 1964 y le sucede su hermano Alberto, que trata de labrarse un poder absoluto mediante una serie de medidas anticonstitucionales. Su gestión económico-financiera es desastrosa, gastando enormes cantidades en obras inútiles y suntuarias, pidiendo créditos a corto plazo y creando un grave déficit presupuestario. Las elecciones de 1967 dieron empate entre Margal y Stevens. El representante de la reina de Inglaterra nombra primer ministro a Stevens. El general Lansana entra en el Parlamento e implanta la ley marcial. El 23 de marzo los militares derriban a Lansana y crean un Consejo Nacional para la Reforma, poniendo al frente a Juxon-Smith y arrestando a los dirigentes más importantes. El 18 de abril de 1968, Patrick Gordon ejecuta lo que se ha llamado el «golpe de los sargentos» pretextando la corrupción del régimen y nombra a Stevens primer ministro. Al tomar el poder, las gentes se manifiestan y son duramente reprimidas. En 1971, Sierra Leona es declarada República y Stevens ejerce una política de mano dura contra sus adversarios. A pesar de todo, la contestación sigue produciéndose y se ve incapaz de normalizar la vida económica.

SOMALIA. Abdirashed Ali Shermarke conduce a Somalia a la independencia. Practicó, hasta 1967, una política «irredentista», es decir, de reivindicación de ciertos territorios que pertenecían a Somalia, pero que, por efectos de la colonización, pasaron a otros países: Yibuti, la provincia norte de Kenya y la región del Ogaden, en Etiopía. Estos territorios, unidos a Somalia actual formarían la «Gran Somalia» representada en la estrella de cinco puntas que forma parte de la bandera nacional. Con las elecciones de 1967, el Gobierno pasa a Ibrahim Egal y Shermarke queda en la presidencia. Se cambia de dirección política olvidando el irredentismo y pasando a una política moderada de apertura a Occidente y de buenas relaciones con los países que mantenían los territorios antes citados. En octubre de este año Shermarke es asesinado. Con motivo de este asesinato, el Ejército toma el poder poniendo a la cabeza del Estado a Syad Barre, presidente del Consejo Supremo Revolucionario. Dice tomar el poder «para luchar contra la corrupción de las clases que dirigen el país y que ha conducido al asesinato del presidente Shermarke». Se adhiere a la Liga árabe y adopta el socialismo científico, del que se nutre el Partido Socialista Revolucionario Somalí, partido único. Firma un tratado de amistad con la U.R.S.S., siendo el primero de su género que se firma en África negra. Su política económica realista y controlada, logra conseguir el superávit presupuestario en 1972. Quiere llevar el irredentismo a sus últimas consecuencias pretendiendo la anexión del Ogaden. La guerra somalo-etíope es un fracaso de enormes consecuencias: enemistad con Moscú, deterioro económico y desencanto de las gentes. En estas fuentes se alimenta el intento de golpe de abril de 1978. La década de los ochenta comienza con un nivel de vida alto, debido al alza de los precios a los que apenas pueden llegar los somalíes.

SUDÁN Es el país más grande de África y en el que con más fuerza se ha dado el antagonismo Norte-Sur, arreglado gracias a una política realista y comprensiva. Es un país con enormes posibilidades agrícolas, muy mal explotadas por la insuficiente infraestructura. Su principal cultivo es el algodón, al que hay que unir la goma arábiga, arácido, trigo y algo de hierro, manganeso, mica blanca, mármol y cobre. Los primeros gobiernos de la independencia, mandados por Isma'íl El-Azhari y por Abdalla Khalid, hacen gala de gran inestabilidad. Se entregan a la lucha de partidos olvidando la vida económica. Llegan a faltar los productos más comunes e incluso alimentos. El mariscal Ibrahim Abboud toma el poder en noviembre de 1958. Su deseo y meta es conseguir la unión nacional, atrayéndose a las gentes del sur, cristianos y animistas, que eran reacios a soportar la autoridad musulmana del norte. Abboud piensa que es problema de fuerza y emprende una acción violenta al mismo tiempo que inicia la «colonización del sur» animando a los nordistas a ocupar las tierras de los rebeldes. Los sudistas se organizan alrededor del Frente de Liberación Anya-Nya que opone una resistencia armada. Incapaz de resolver la situación debe dimitir en octubre de 1964. Hasta mayo de 1969 hay cuatro gobiernos que no hacen nada. El país era dirigido, en realidad, por militares derechistas y musulmanes conservadores. Los «oficiales libres» toman el poder entregándoselo a Gaafar El Numeyri, apoyado por la izquierda. Su política la orienta hacia un «socialismo sudanés», comenzando a nacionalizar algunas empresas. Suprime el partido U.M.M.A., partidario del Mahdi, jefe de una secta musulmana

caracterizada por su fanatismo conservador. Los mahdistas se rebelan a finales de 1970 y se tuvo que emplear la totalidad del Ejército para reducirlos. También disuelve el Partido Comunista en el que se había apoyado para tomar et poder. Los comunistas lograron dar un golpe de Estado, pero Numeyri consiguió escapar de la cárcel y controlar I la situación. La política interior de Numeyri fue arreglar el problema del sur, cosa que logró a base de continuas negociaciones. El 28 de febrero de 1972 se firmó el acuerdo I en Addis Abeba que concedía la autonomía al sur, poniendo fin a una guerra que costó más de un millón de muertos. Tuvo gran cantidad de atentados que fueron determinando el curso de su política. Pretende la realización de grandes proyectos agrícolas financiados con dinero árabe. A pesar de las convulsiones que ha sufrido, ha sabido dar cierta conciencia de existencia y unidad a un país en el que tantas culturas conviven. Necesitando urgentemente la ayuda árabe para paliar su desastrosa actuación económica, Numeyri aplica estrictamente la ley musulmana, incluso en el sur y olvida el acuerdo de Addis Abeba eliminando su autonomía. En 1983 la guerrilla comienza a reorganizarse y vuelve la inestabilidad y la represión en esta zona.

SWAZILANDIA. El rey Sobhuza II aceptó la independencia como rey constitucional, sometido a un Gobierno dirigido por un primer ministro y en el que hay otras instituciones de carácter occidental. Sin embargo, partiendo del poder que le da la tradición de su pueblo, fue conquistando los poderes que le quitara la Constitución de 1968. En abril de 1973 ya se sentía lo suficientemente fuerte como para dar una nueva Constitución en la que asume todos los poderes, ayudado por el Ejército: «Las Constituciones de tipo occidental no están hechas para nosotros.» Así, proclamaba el estado de urgencia, prohibía los partidos políticos y detenía a los jefes de la oposición. Es un país rico, pero ligado a Sudáfrica, con la que ha firmado un acuerdo monetario y forma una unión aduanera. Aparte de sus recursos agrícolas posee ricos yacimientos de hierro y amianto y se beneficia, extraordinariamente, del aporte monetario de los casi 40.000 swazi que trabajan como mineros en Pretoria y Johannesburgo. Sobhuza muere el 21 de agosto de 1982 y le sucede su hijo de once años Makhosimuelo, ocupándose de la regencia su madre.

TANZANIA. Es otro de los raros países en que la estabilidad política ha permitido concentrar esfuerzos para lanzarlos al desarrollo económico. Sin embargo, Nyerere tuvo que pasar por una prueba de fuerza: ciertos batallones de su ejército se sublevan en 1964 pidiendo la total africanización del mismo. Desbordado, Nyerere tiene que llamar a las tropas británicas para restablecer el orden. Pasado este incidente, Nyerere se entrega de lleno a la construcción de su país. El 22 de abril de este mismo año, Zanzíbar y Tanganyka se unían para formar Tanzania. En 1967, en la «Declaración de Arusha», se daban los principios básicos por los que se regirá la sociedad tanzana y que podíamos resumir en dos: «La agricultura base del desarrollo» y «trabajar duro es la base del desarrollo». Todo dentro de una política socialista. Partiendo de la agricultura, se intenta reunir a los campesinos en aldeas (Ujamaa) para que sean ellos los artífices y destinatarios de la producción y del desarrollo. Se crean muchos Ujamaa y se

colectivizó el pequeño comercio sin los resultados apetecidos. Se dio un poco de marcha atrás en 1978, pero no se abandonaron las tesis socialistas. El ferrocarril Tanzam, realizado por los chinos y que une Dar es Salaam con Lusaka, constituye una gran ayuda para la economía. Ésta se alimenta de giroflé, algodón, café, tabaco, té, piritas, diamantes, carbón, hierro y piedras semipreciosas. Las metas que se propone Nyerere con su política son: evitar la creación de clases dominantes y dominadas; reducir las desigualdades salariales entre obreros y campesinos y marcha lenta hacia la construcción del Estado socialista.

TOGO. Silvano Olimpio gobierna a su país con un rigor de contable y se propuso atraerse la parte del antiguo Togo británico (Togoland) que fue unido a Ghana, dividiendo, así, a los ewe. Este deseo le enfrentó a N’Krumah que amenazó, incluso, con invadir Togo. Practicó una política de aislamiento que cortó a su país de la ayuda exterior. El 13 de enero de 1963 era asesinado. Los militares entregan el poder a Nicolás Grunitzky que se propone, en el plan interior, la reconciliación y unión nacional; en la economía, favorecer la industrialización «dando facilidades a los que quieran invertir capitales»; en el campo internacional, cooperación amistosa con vistas a la unidad africana. Sus primeras medidas populares le atrajeron el apoyo de las masas. Pero la oposición que le hacen los partidarios de Olimpio, agrupados en el Partido de la Unidad Togolesa, impide toda marcha hacia adelante. Grunitzky habla con los militares y les entrega el poder en enero de 1967. Lo recibe Esteban Eyadema por ser el de más alta graduación e instituye un Comité Togolés de Reconciliación Nacional. Se propone realizar una política que consiga la unidad nacional partiendo del reencuentro del hombre togolés consigo mismo a través de una política de austeridad. En economía ha obrado un auténtico éxito merced a la explotación de los fosfatos y la subida de su precio en el mercado internacional. La euforia hizo concebir una política descabellada de inversiones y unos proyectos escasamente estudiados que tuvieron que ser rectificados. La alegre vida consumista desequilibra la balanza comercial. La agricultura quedó abandonada y Eyadema coge esta cartera en 1975 pretendiendo la autosuficiencia del país en cinco años. No lo consiguió. También posee café, cacao, mármol y uranio.

UGANDA. Milton Obote pretendía una concentración del poder en sus manos para imponer un modelo de Estado. En 1964 ya se dan los primeros incidentes serios entre él y el Kabaka a propósito de ciertos territorios ocupados por Buganda y que se pasan a Bunyoro, su antiguo reino. El Kabaka se niega a firmar los traspasos. En 1965 la situación sigue tensa: las innovaciones de Obote no agradan al Kabaka y éste ordena desalojar la administración federal de Buganda y Obote responde rodeando militarmente el palacio real de Mengo. Mutesa huye de Uganda y se refugia en Londres. En 1966 se suprime la Federación y se declara el Estado unitario. En 1967 una nueva Constitución da nuevos poderes a Obote, acentuando la forma republicana del Gobierno y en 1969 se pronuncia por la opción socialista, contenida en la «Carta del hombre ordinario», muy próxima a la declaración de Arusha. Obote propone un régimen igualatorio bajo control económico del Estado y con la participación del pueblo en todos los sectores.

Para llevar a cabo todo esto funda el Congreso del Pueblo de Uganda al que hace partido único. Aunque tuvo numerosos intentos de derrocamiento, sólo lo consigue Idi Amin en enero de 1971. Éste fue recibido como un liberador, pero pronto defraudó a todos con su régimen dictatorial, sus matanzas, sus asesinatos políticos, su persecución de gentes no musulmanas, sus torturas y desconocimiento de los derechos del hombre, varias veces denunciado por Amnistía Internacional. Sólo se preocupó del Ejército para tenerlo contento y que no se volviera contra él, a pesar de que lo purgó cuantas veces quiso y lo nutrió con gentes de su etnia. La economía floreciente de Uganda (algodón, café, té, azúcar, tabaco, cemento, cobre, estaño, berilio...) quedó reducida a nada. Cuando el 30 de octubre de 1978 ataca unos territorios de Tanzania, Nyerere responde y tras una guerra entre ambos países cae Kampala en abril del año siguiente, haciéndose cargo del país el Frente de Liberación Nacional de Uganda. Yusuf Lule, autoritario y de corte liberal, se pone al frente del Gobierno. Al no permitir la vuelta de Obote se le obliga a dimitir en junio y le sustituye Godofredo Binaisa que también choca con los partidarios de Obote. Los militares le destituyen y lo reemplazan por el general Paulo Mwanga que es un incondicional de Obote. Forma una comisión militar en la que entran otros partidarios suyos. Esto permite la vuelta de Obote que se impone en las elecciones celebradas en diciembre de 1980.

YIBUTI. El antiguo Territorio de los Afar e Isa celebra conversaciones con Francia, potencia colonizadora, en junio de 1976 para hablar sobre la independencia que se debería dar a este territorio. En febrero de 1977 se tiene la mesa redonda de París en donde representantes de todos los movimientos hablan sobre las modalidades en que se concederá la independencia: referéndum, relaciones con Francia y medidas de africanización de los dirigentes. M. Kamil es nombrado presidente del Gobierno de transición. El 8 de mayo de 1977 hay elecciones que consagran el triunfo del Reagrupamiento Popular para la Independencia que procede, inmediatamente, a formar un Gobierno de unidad nacional poniendo a Hassan Gouled como presidente. Su principal riqueza proviene de las escalas que realizan en su puerto muchos barcos que hacen la ruta por el canal de Suez.

ZAIRE. En el momento de la independencia era el primer productor mundial de uranio y cobalto (63 por 100 del cobalto mundial); producía, además, el 75 por 100 de diamantes, el 40 por 100 del uranio, el 20 por 100 del cobre, el 4,3 por 100 del cinc y, en menor cantidad, estaño, manganeso, oro, plata, carbón... La producción agrícola (bosques, plátanos, arácidos, azúcar, café, algodón, caucho, té, aceite de palma...) representaba el 45 por 100 del valor de las exportaciones y el 50 por 100 de su tonelaje... Grandes complejos mineros e industriales se habían levantado, sobre todo, en la región de Katanga (actual Shaba) y Kasai. Toda esta fabulosa riqueza que, bien administrada, proporcionaría uno de los mayores bienestares, ha sido destruida por la inestabilidad política, al principio, y por la corrupción y mala gestión después. No se puede tirar tanto en tan poco tiempo. Desde la independencia hasta la llegada de Mobutu, el Zaire conoce cinco momentos políticos,

distinguiéndose todos por su agitación política y su violencia: Lumumba y Kasavubu, que forman el primer Gobierno, no se entienden y Katanga y Kasai hacen secesión. Mobutu toma el poder, detiene a los dos y, reuniendo a la poca gente preparada, forma el Alto Colegio de Comisarios bajo la dirección de Ileo. Pero Kasai y Katanga siguen haciendo secesión y ahora Gizenga hace lo propio en Stanleyville (Kisangani), proclamando una república lumunbista. Después de varios intentos de arreglar la situación se llega, finalmente, al Cónclave de Lovanium (agosto 1961) en el que se prevé un acuerdo para formar un Gobierno de unión nacional bajo la presidencia de Cirilo Adula. La O.N.U. termina con la secesión de Katanga, pero las masas rurales de la región de Kwilu se rebelan agitadas por Gizenga y Mulele. En julio de 1964, Kasavubu llama a Tshombe como primer ministro esperando, así, terminar con el problema katangueño. Tampoco resuelve nada. Sumialot, Olenga y Gbenye fundan la República del Pueblo del Congo en la zona del lago Kivu, que será sometida por las fuerzas centrales en abril de 1965. En octubre, Kimba es llamado a formar Gobierno, pero el Parlamento no le da la confianza. El 25 de noviembre de 1965, Mobutu pone fin a este marasmo político y económico imponiendo el rigor militar en la administración y en la economía. Comienza lleno de buena voluntad y eficacia, aunque carece de un programa de acción, característica de su mandato: gobierna a base de impulsos, grandes palabras y enormes proyectos que, en la práctica, no se traducen en nada. La euforia reformista la lleva a la nacionalización de las minas en economía y, en política, al «recurso a la autenticidad» que pretende encontrar la identidad del zaireño librándole de las intromisiones colonialistas. Para llevar a cabo estas ideas, funda el Movimiento Popular de la Revolución con ciertos tintes inquisitoriales. A partir de 1973, con su gran discurso de la «zairianización», entrega la economía a los nacionales. Desde este momento, asistimos a una deteriorización continua de la situación: la crisis mundial, la desastrosa gestión de las empresas nacionalizadas, la corrupción sin límites, los grandes viajes presidenciales alrededor del mundo con un séquito impresionante y, sobre todo, la baja del precio de los principales productos exportados dan al traste con la economía que ya no ha levantado cabeza. A partir de 1975 se abandona la «zairianización y se llama a los extranjeros, pero éstos se muestran muy reticentes. Los agricultores, completamente abandonados, rayan en la subsistencia. El Gobierno gasta enormes sumas para importar alimentos que antes exportaba. Para empeorar aún la situación, las dos invasiones de los ex gendarmes katangueños, en 1977 y 1978, dañan seriamente el centro de producción de Kolwezi, principal pulmón de la economía. El presidente toma una serie de medidas, conocidas como el «plan Mobutu», para sanear la situación. Occidente no se decide a financiar este plan convencido de la mala gestión de los dirigentes zaireños; pero, por otra parte, saben que Mobutu es el principal garante de sus intereses en la zona y no se atreven a provocar su caída. Poco a poco Mobutu se pliega a las exigencias de los occidentales y éstos le envían la ayuda bastante controlada.

ZAMBIA. Participa, aunque en menos cantidad, del potencial económico del Zaire. Su principal riqueza está basada en la minería, sobre todo en el cobre, plomo, cobalto, cinc y manganeso. La agricultura comprende tabaco, maíz, arácido y algodón. Caracterizada por una estabilidad política dominada por la personalidad de Kenneth Kaunda, el país ha encontrado serias dificultades en la eoconomía por las fluctuaciones que el precio del cobre, principal producto exportable, ha tenido en el mercado mundial y por la lucha de liberación en Zimbabwe que ocasionó el cierre de la frontera con Rhodesia en varias ocasiones, poniendo en graves aprietos su comercio. También el Ejército rhodesiano penetró en ocasiones hasta Lusaka persiguiendo a los guerrilleros de N’Komo y destrozando instalaciones

zambianas. También la guerrilla angolana tuvo bases en territorios zambianos. Lusaka siempre fue centro de acogida y reunión para los Movimientos de Liberación. A partir de 1977, la crisis mundial del cobre obliga a disminuir la producción en un 15 por 100 originando paro y reducción de divisas y obligando a devaluar la moneda en un 20 por 100. Kaunda propugna una política de paz y convivencia basada en un humanismo de raíces filosófico-cristianas. Su talento de gran negociador y su capacidad de conciliación le han hecho uno de los hombres más escuchados de África, mediador en los conflictos más delicados y hombre de gran talla internacional.

UNIÓN SUDAFRICANA. Va a institucionalizar la política racista del apartheid potenciada por el fenómeno de la «Bantustanización» y se opondrá, de forma caprichosa, desafiando a la opinión mundial y a la Asamblea de la O.N.U., a cuantos intentos se hagan para liberar el territorio de África del Suroeste (Namibia). Todo esto es obra del Partido Nacional, afrikaaner, que se impone en las elecciones de 1948. Una serie de leyes irán impidiendo los matrimonios mixtos, las relaciones sexuales e imponiendo la clasificación racial, la libreta de trabajo, la separación en los establecimientos y lugares públicos: transportes, Universidades. Paralelamente se suprimía la representación parlamentaria de los asiáticos, negros y mestizos... La oposición a esta política se manifiesta en la formación del Congreso Nacional Africano (A.N.C.), dirigido por A. Luthuli que propone una resistencia no violenta según las ideas de Ghandi. En 1958 consiguen una huelga general de dos días. El Gobierno, para reprimir este movimiento, dicta la «Ley de supresión del comunismo» que, además de suprimir este partido, permite detener a toda persona sospechosa de actividades procomunistas. En 1959, del A.N.C. se desgaja el Congreso Panafricano (P.A.C.), mucho más radical, bajo la dirección de Roberto Sobukwe... Organizan manifestaciones, como las de Sharpeville, en 1960, que costará sesenta y nueve muertos. Este mismo año serán prohibidos y pasarán a la clandestinidad practicando la violencia. Cuando Inglaterra, en 1961, presiona para un cambio de política, Werwoerd reacciona retirándose de la Commonwealth y cambiando de nombre a su país que pasará a llamarse Unión Sudafricana. En 1964 se detiene a los principales jefes de la oposición y el Parlamento da una serie de leyes que permiten mantener en prisión preventiva durante ciento ochenta días a toda persona sospechosa. En 1967, la Unión alcanzaba el mayor número de prisioneros civiles con un número de 568.000. En 1966, Werwoerd caía asesinado en pleno Parlamento. Baltasar Vorster, anticomunista visceral y afrikaaner convencido, sucede a Werwoerd de quien había sido ministro de Justicia y Prisiones. En sus primeras declaraciones manifiesta: «Deseo seguir el camino del doctor Werwoerd...» y así fue. Intenta un cambio de imagen ante la opinión africana y pretende el diálogo con ciertos líderes africanos moderados: Boigny (Costa de Marfil), Tsiranana (Madagascar), Kaunda (Zambia)... pero al ver que no consigue resultados positivos abandona los intentos y continúa su política racista a pesar de las condenas de las Iglesias (1976) y de las advertencias de la O.N.U. Los incidentes siguen proliferando y hay que destacar el de Soweto, el 15 de junio de 1976, que cuesta 300 muertos. Las formaciones anti-Apartheid surgen también con mucha frecuencia, pero son disueltas: en octubre de 1977 se prohíben nada menos que dieciocho organizaciones negras, pasando muchas a la clandestinidad. El 28 de septiembre de 1978 Vorster dimite como primer ministro, pasando a ser presidente, cuyo cargo ocupa hasta el 4 de junio de 1979.

Pieter Willem Botha le sucede. Es un militarista que ha hecho posible el poderío militar de la Unión; sin embargo, se enfrenta a la política racista y parece que quiere hacer desaparecer muchas manifestaciones del Apartheid. El racismo está sustentado por una economía fuerte apoyada en una mano de obra barata y en una riqueza natural fuera de serie. La Unión ocupa el primer lugar mundial en la producción o reservas de vanadio, platino, cromo, manganeso, oro, silicato de aluminio y flúor; el tercer puesto en antimonio; el quinto en plomo; el sexto en plata; el séptimo en níquel y hierro; el octavo en cinc y en carbón. Esta riqueza hace que su comercio en el mundo sea floreciente y que no se hayan aplicado los embargos y sanciones decretados por la O.N.U. La «Bantustanización» es una consecuencia lógica de la política del Apartheid que quiere la separación de las razas y el desarrollo paralelo de éstas. Se apoya en el concepto geográfico de «Homeland» libre, o territorio preparado para que vivan en libertad e independencia los diversos pueblos bantú que están en la Unión. En realidad, lo que se pretende es crear una serie de economías periféricas cuya plataforma girante y benéfica sea la economía de Pretoria. Políticamente los negros pierden la «nacionalidad» sudafricana siendo considerados como simples emigrantes. El 13 por 100 del territorio se destina a éstos «homelands» que albergarían 18 millones de negros, mientras que los 4 millones de blancos se quedarían en el resto. Esta política comienza a aplicarse en 1960, creando los siguientes «bantustanes»: Bophutatswana, Ciskei, Lebowa, Gazankulu, Transkei, Vendaland, Quaqwa, Zuzuland, Ngwane. De éstos ya han recibido la independencia: Transkei (25 octubre 1976), Bophutatswana (6 diciembre 1977) y Vendaland (11 septiembre 1979). NAMIBIA es otro punto caliente en la política sudafricana. El territorio del suroeste africano fue colonia alemana cedida por la S.D.N. a Sudáfrica en calidad de mandato. Después de la segunda guerra mundial la O.N.U. ha presionado varias veces al Gobierno sudafricano para que arregle la situación hasta que el 17 de octubre de 1966 la O.N.U. quita este mandato jurídico sobre el territorio a Sudáfrica, cosa que Pretoria no acepta. Un ultimátum lanzado para que se retire de Namibia tampoco es tenido en cuenta. Varios planes se han elaborado para arreglar el problema, pero no han tenido efecto. El de la O.N.U. que proponía el control de las acciones de la guerrilla y del Ejército, el desarme de las milicias civiles y comandos armados y la asistencia de 1.200 funcionarios, custodiados por Cascos Azules, para dirigir las elecciones, es rechazado por Pretoria. El 8 de diciembre de 1982 comienzan, en Cabo Verde, una serie de negociaciones en las que, por primera vez, Sudáfrica se muestra dispuesta a arreglar la situación de Namibia. Por su parte, el Gobierno ha intentado un «arreglo interno» celebrando elecciones en diciembre de 1978 a pesar de las advertencias del Consejo de Seguridad. Éste declarará nulas las mismas. Se ha pretendido, también, llevar a cabo una política de «bantustanización» dividiendo el territorio en diez «homelands». Ante la reiterada negativa del Gobierno a negociar, surge la lucha armada llevada a cabo por la Organización del Pueblo del Sudoeste africano (S.W.A.P.O.), cuyo líder es Sam Nunjoma y que, en 1974, fue reconocido por la O.N.U. como el único representante del pueblo de Namibia. El 25 de mayo de 1979 se expulsa de la Asamblea general de la O.N.U. a la representación sudafricana mientras se debatía la cuestión de Namibia. La riqueza que encierra el subsuelo, rico en cobre, cinc, uranio, diamantes y otros minerales es la causa fundamental de la negativa sudafricana.

CAPÍTULO X

PROBLEMAS DEL ÁFRICA INDEPENDIENTE

África no ha encontrado todavía el camino de su realización histórica en los tiempos actuales. La crisis mundial que sacude a la gran mayoría de los países pega con más fuerza a las jóvenes naciones africanas que, faltas de experiencia política y económica, se encuentran incapaces de hacer frente a la misma. Entre las numerosas causas que pueden concurrir a crear esta situación podemos citar:

1. FACTORES DE ÍNDOLE POLÍTICA. No se ha encontrado, todavía, un cauce político que sirva de marco adecuado al desarrollo normal de la convivencia. El poder político, a medida que se aleja del sistema colonial, se encuentra dividido entre sus fundamentos tradicionales y sus aspiraciones modernistas. Este choque es, en el fondo, la causa de todos los males africanos. Se han cogido, sin más, los sistemas importados por el colonizador y se ha hecho tabla rasa del comportamiento tradicional confeccionando, de este modo, una superestructura social en la que no encajan la mayoría de los africanos. Los choques, disturbios y asperezas de toda índole surgen en un territorio bien abonado para ello. Esta situación de inestabilidad se perpetúa porque está favorecida por diferentes elementos desestabilizadores: a) Las fuerzas políticas no colaboran, sino que se enfrentan entre sí disputándose el poder con vehemencia y, una vez conseguido de la forma que sea, tratan de mantenerse en él por cualquier mecanismo. Estos gobiernos anulan toda oposición, se van encerrando en sí mismos y no consiguen equipos de recambio. Las masas no son sino un instrumento del que se sirven los dirigentes y a las que no se las atiende. b) La personalización del poder: está en estrecha relación con lo anterior y con la tradición. Para el mundo tradicional africano, la idea de poder reside en el jefe. De este elemento se sirve el presidente, que llega al poder de una forma más o menos constitucional, para ir concentrando este poder absoluto en su persona. Si tiene un carisma personal o sus métodos son expeditivos logra mantener una aparente unidad nacional, ayudado de su partido, al que hace partido único. Cuando desaparece, las fuerzas centrífugas vuelven a aparecer. c) Estas fuerzas centrífugas suelen alimentarse de la tradición: jefe tradicional, religión y particularismos étnicos que entran en conflicto con las nuevas fuerzas: partidos, sindicatos, ejército, organizaciones juveniles... Raro es el país africano que ha logrado este equilibrio entre tradición y modernidad o que no tenga que enfrentarse en su interior a algún problema tribal, penosa herencia de la colonización. d) El desequilibrio tribal se ve favorecido por una administración parcial, corrompida e ineficaz. En la

casi totalidad del continente, la mayor parte del presupuesto se emplea en pagar al funcionariado que, por otra parte, no es capaz de servir al engranaje del estado, sino que, en general, se instala en una burocracia estéril sin perspectivas del progreso. En no pocas ocasiones la Administración comete abusos y exacciones sobre la población, llegando a provocar levantamientos de ésta. e) La injerencia de fuerzas extranjeras en África completa la marcha hacia la inestabilidad. Antiguas potencias colonizadoras y el mecanismo de los bloques son para África otros tantos factores desestabilizadores. La presencia extranjera es numerosa y de índole diferente. A los agentes económicos y personal técnico de todo tipo, hay que añadir la presencia militar que interviene directamente en conflictos bélicos inter-africanos y nacionales o para mantener y apuntalar un cierto régimen. Es clarísima la influencia extranjera en la elaboración de muchos golpes de estado y en el sostenimiento de regímenes ineficaces o claramente negativos para sus países.

2. PROBLEMAS ECONÓMICOS. Tampoco tiene África una estructura económica. La colonización contribuyó en gran medida a crear una serie de islotes incomunicados con consecuencias negativas incalculables: en 1982 el comercio interafricano sólo ocupaba el 4,5 por 100 del comercio total africano. Esto quiere decir que la casi totalidad del comercio se realiza con países fuera del continente de un superior nivel de desarrollo y con los términos del intercambio a su favor, lo que irá desangrando a África y endeudándola progresivamente hasta alcanzar niveles de auténtica catástrofe. La economía adolece de los siguientes defectos, entre otros muchos: a) Es una economía de trata, prolongación, más o menos, de los supuestos mercantilistas que la colonización adoptó con ligeros retoques. Los códigos de inversión favorecen la llegada de capital extranjero y la repatriación ventajosa de los beneficios. Generalmente el comercio reposa en la exportación de materias primas, cuyo precio se pone fuera de África, y en la importación de bienes elaborados, normalmente más caros. Esto origina un empobrecimiento y pone freno al desarrollo. b) El elemento humano tampoco contribuye al desarrollo. Se cuenta con una densidad insuficiente para la puesta en valor del medio. Esto origina una economía de subpoblamiento y un mercado estrecho. Por otra parte, el desplazamiento constante hacia los centros urbanos crea una movilidad innecesaria y desestabilizadora, ya que la ciudad no ofrece puestos de trabajo para todos, cayendo en el peligro de superurbanización: En 1965, la población urbana era del 11,7 por 100, mientras que para 1985 se calcula que alcanza un 28 por 100. La falta de cualificación de esta mano de obra y su posible subempleo, tampoco favorecen una expansión económica. c) La mala explotación de los recursos naturales. Es una pesada herencia del sistema colonial. La agricultura se orientó hacia el monocultivo exportable y se olvidaron los cultivos alimenticios de forma que éstos quedaron a nivel de autoconsumo. Los gobiernos, excepto en raras ocasiones, no se han preocupado de la agricultura, que emplea a la mayoría de la población, y gastan enormes cantidades en la compra de alimentos cuando África podría ser el gran continente exportador de productos alimenticios. El sector secundario está mínimamente desarrollado. Sólo la industria minera ha creado algunos grandes complejos para la obtención de minerales que, una vez extraídos, emprenden el camino hacia otros continentes para su empleo en las industrias. La falta de energía, de mercado, de poder financiero y de cualificación de la mano de obra son, entre otras, las causas de la

escasez de la industria. El sector de los servicios ha recibido un fuerte incremento y su financiación priva al estado de un dinero que podría emplearse en la inversión. d) La insuficiencia de medios financieros queda plasmada por una economía poco monetaria que impide intercambios importantes y el ahorro privado. A esto se añade un aumento continuo del déficit de la balanza comercial por la degradación de los términos del intercambio. El poco dinero disponible es mal empleado por el poder que, en no pocas ocasiones, lo invierte en obras suntuarias de prestigio y ostentación. e) La supuesta ayuda que se recibe del exterior es insuficiente y se emplea mal. En 1960, la Asamblea de la O.N.U. aprobó la transferencia del 1 por 100 del producto nacional bruto de los países desarrollados a los menos favorecidos. Como nadie cumplía esta norma, en 1972 se rebajó al 0,7 por 100 que sólo cumplen algunos países europeos. Esta ayuda está gravada por una serie de condiciones y exigencias que, en realidad, la convierten más en un beneficio del país que la concede que en una ayuda real.

3. PROBLEMAS SOCIALES. Ya se han apuntado anteriormente: desequilibrio campo/ciudad, oposición modernidad/tradición, clase política cortada totalmente del pueblo, burguesía ineficaz cuyo dinero se invierte en obras suntuarias o empresas improductivas como inmobiliarias o empresas de transportes, paro y subempleo... A tanto factor de desequilibrio tenemos que añadir el fracaso cultural, quizá la peor obra de la colonización, que los gobiernos no han afrontado debidamente. Se sigue enseñando y actuando según modelos europeos. El rendimiento de la enseñanza primaria es decepcionante. Los estudios medios y superiores son excesivamente clásicos sin que sirvan demasiado a los fines de una sociedad que tiene que ver muy poco con la europea.

4. INTENTOS DE SOLUCIÓN a) En el orden interno: EL GOLPISMO. Cuando África consigue su independencia, hay dos hechos que llaman la atención: el impulso unánime hacia la libertad y el prestigio que acompañó a los hombres que dirigieron la liberación de sus países. Esto hizo pensar que África había nacido bajo el signo de la solidaridad en torno a los «padres de la patria». Pero fue sólo un espejismo. Hoy el panorama ha cambiado completamente. Los artífices de las independencias fueron cayendo paulatinamente siendo sustituidos por dirigentes militares que han introducido la violencia en la vida política y la espiral del pronunciamiento. La conquista del poder por parte de los militares se ha realizado a partir de una crisis económica y de una rutina política. El colonizador había dejado a estos países con una cierta prosperidad aunque orientada según los intereses metropolitanos. Los primeros gobiernos no supieron ni mantener esta relativa riqueza ni reconvertir la economía en favor de sus intereses. La corrupción, el nepotismo, la ineficacia administrativa hacen su aparición institucionalizando, de alguna manera, la anarquía económica. Paralelamente, los líderes olvidaron su talante democrático y endurecieron sus regímenes ante las primeras protestas de la oposición a la que persiguen duramente. Así, anulan las formaciones políticas haciendo de su partido el partido único y derivando hacia regímenes de clara

tendencia dictatorial. Los jefes históricos de la independencia se dedicaron mucho a la vida internacional relegando los problemas de sus países a un segundo plano dejándolos en manos de gente incompetente. Se llega, así, a un callejón sin salida por falta de piezas de recambio político y de ideas para gobernar. La única institución organizada y con poder suficiente para terminar con esta situación es el ejército, nutrido con elementos formados en el extranjero y que traen a sus países ideas de cambio. Elementos de este ejército, apoyados muchas veces desde el exterior, se hacen con el poder instalando regímenes dictatoriales con la promesa de entregar la dirección política a los civiles, una vez que hayan «saneado» la situación. Cuando han acabado con el poder civil, los militares se disputan la dirección política cayendo en la espiral del pronunciamiento. El golpe no ha mirado el «colorido» del régimen: Desde el más progresista, como los regímenes de N’Krumah o Ture, hasta los más moderados, como los de Senghor o Boigny, se extiende la escalada o el intento golpista. Ninguna nación africana se ha visto exenta de tentativas de derrocamiento. Pero la propuesta golpista no ha llevado a África la solución de sus problemas. Al contrario, se constata una degradación económica más pronunciada y un empeoramiento de la vida política. Sólo en algunos casos el golpismo ha servido para fomentar una conciencia nacional, acabar con un marasmo político o arreglar una situación momentánea, pero, al no retirarse a tiempo, han caído luego en los mismos defectos que sus predecesores. b) En el orden internacional: LA O.U.A. El 25 de mayo de 1963 nacía en Addis Abeba, después de arduas y laboriosas negociaciones, la ORGANIZACIÓN PARA LA UNIDAD AFRICANA, una institución supranacional que quería ser el eje y nervio de toda la política africana frente al mecanismo de los bloques y la afirmación de África en el concierto mundial. Sus objetivos principales eran: reforzar la unidad entre los países, mantener la solidaridad y cooperación, defender la integración territorial y eliminar el colonialismo. Para conseguir todo esto, se coordinarían los esfuerzos en los campos político, económico, cultural y defensivo. Los principios que regirían esta Organización serían: igualdad soberana de todos los estados, no injerencia en los asuntos internos, respeto a la integridad territorial de los demás, arreglo pacifica de las diferencias y problemas, condena del asesinato político, lucha por la emancipación total africana y política de no alineación. Desde la euforia del nacimiento hasta el fracaso de 1982 en que, por primera vez, la Cumbre de la O.U.A. no puede abrir sus puertas en Trípoli por falta de entendimiento entre los jefes africanos, la Organización ha conocido una serie de altibajos que han hecho de ella «un sueño político para un continente dividido». Ya desde su nacimiento conoció tales problemas que parecía iba a desaparecer en breves años. Sin embargo, se ha mantenido desafiando problemas e incapacidades. En la década de los sesenta, la O.U.A. debe afrontar los duros problemas de la división entre progresistas y moderados, las vicisitudes de la independencia del Congo (Zaire), los conflictos fronterizos dejados por la colonización, la guerra de Biafra, apartheid, Rhodesia. La aparente incapacidad de solucionar todos estos puntos originó una serie de desánimos generales y se habló de cambiar la dirección, apuntando que la O.U.A. se acercara más a las cuestiones de cooperación y economía, dejando a un lado los problemas políticos. La crisis del petróleo dará al traste con esta ilusión y los problemas nuevos que surgen en la década siguiente, sin olvidar los anteriores, son mucho más difíciles de resolver: Angola, Sahara y Chad,

por citar sólo los más sobresalientes, han dividido totalmente a los africanos hasta el punto de no lograr ni una mínima base de acuerdo. A esto ha contribuido eficazmente la proliferación de los regímenes militares que han endurecido sus posiciones según su militancia en los bloques, rompiendo el proverbial diálogo que caracteriza a los africanos. El fracaso de Trípoli hay que verlo desde esta perspectiva. Sin embargo, hay que achacar al activo de la Organización un hecho incuestionable: la descolonización y liberación del continente. El apoyo a los Movimientos de Liberación y las presiones internacionales han conseguido que territorios como las antiguas colonias portuguesas, Rhodesia y Yibuti adquirieran su autonomía y que Namibia marche hacia su liberación. Incluso que el Apartheid se vaya suavizando, aunque para enfrentarse al coloso sudafricano, África habrá tenido que edificar un cierto poderío económico. La desgracia de la O.U.A. es haber sido creada como fuerza estabilizadora en una situación de perenne movimiento y cambio. Desde ese momento, debe obrar siempre a contracorriente en lo económico, político y social, con lo que eso implica de dificultad, riesgo y desgaste.

APÉNDICE

En síntesis y sirviéndonos de datos estadísticos, exponemos la realidad demográfica, social, cultural y económica de los países africanos al principio de los años ochenta. En algunos casos, los hemos comparado con otros continentes para mejor percibir la situación global. De todas formas, las cifras son bastante elocuentes para mostrarnos, sin paliativos, las graves dificultades en que, en todos los aspectos, está metida Africa, aun cuando cuenta con una serie de recursos naturales y humanos que podrían hacer de ella el continente de más posibilidades de cara a un desarrollo esperanzados

Regiones

FECHA DE LAS INDEPENDENCIAS

Alto Volta

5-X-1960

Angola

11-XI-1975

Argelia

5-VII-1962

Benín

1-VIII-1960

Bostswana

30-IX-1966

Burundi

1-VII-1962

Cabo Verde

5-VII-1975

Camerún

1-I-1960

Centroafrícana, Rep.

13-VIII-1960

Chad

11-VIII-1960

Comores

6-VIl-1975

Congo

15-VIII-1960

Costa de Marfil

7-VIII-1960

Egipto

28-II-1922

Etiopía

SIEMPRE

Gabón

17-VIII-1960

Gambia

18-II-1965

Ghana

6-III-1965

Guinea

2-X-1958

Guinea Bissau

24-IX-1973

Guinea Ecuatorial

12-X-1968

Kenia

12-XII-1963

Lesotho

4-X-1966

Liberia

26-VII-1847

Libia

24-XII-1951

Madagascar

26-VI-1960

Malawi

6-VII-1964

Malí

20-VI-1960

Marruecos

2-III-1956

Mauricio

12-III-1968

Mauritania

28-XI-1960

Mozambique

25-VI-1975

Níger

3-VIII-1960

Nigeria

1-X-1960

Rwanda

1-VIl-1962

Senegal

20-VI-1960

Seychelles

28-VI-1976

Sierra Leona

27-IV-1961

Somalia

1-VIII-1960

Sto. Tomé y Príncipe

12-VIl-1975

Sudáfrica Sudán

31-V-1910 1-I-1956

Swazilandia

6-IX-1968

Tanzania

9-XI I-1961

Togo

27-IV-11960

Túnez

20-VIII-1956

Uganda

9-X-1926

Yibuti

27-VI-1977

Zaire

30-VI-1960

Zambia

24-X-1964

Zimbawe

18-IV-1980

Mapa político africano. TABLAS DE DATOS ESTADÍSTICOS (deben consultarse datos actualizados)

1- Población y extensión País - Capital - Habitantes en la capital - Superficie - Habitantes / Crecimiento anual (%) - Densidad ____________________ 2- Evolución de la población mundial Evolución de población por edades ____________________ 3- Datos socioeconómicos PNB - Renta per Cápita - Escolarización - Importaciones / Exportaciones - Moneda - Valor ____________________ 4- Industrias extractivas Mineral - Total Mundo - Total África - Porcentaje ____________________ 5- Producción agrícola Producto - Total Mundo - Total África - Porcentaje ____________________ 6- Pesca y ganadería Producto - Total Mundo - Total África - Porcentaje ____________________

BIBLIOGRAFÍA De acuerdo con la idea que ha regido esta obra, que es la de proporcionar al lector una síntesis histórica del mundo negro- africano, vamos a orientar la bibliografía también en este sentido, exponiendo, fundamentalmente, publicaciones en castellano junto a otras que, aunque no estén en este idioma, son fáciles de encontrar. Se trata de una bibliografía básica ARTE: FAGG, W.: Sculptures Africaines, Fernand Hazan, París, 1965. FOUQUER, R.: La escultura moderna de los makonde, Ed. C.I.D.A.F., Madrid, 1979. LAUDE, J.: Las artes del África negra, Labor, Barcelona, 1973. LHOTE, H.: Hacia el descubrimiento de los frescos de Tassili. La pintura prehistórica del Sahara, Ed. Destino, Barcelona, 1975. PALERMO, M.A. y DUPEY, A.M.: Arte popular africano, C. Ed. de América Latina, Buenos Aires, 1977. PAULME, D.: Las esculturas de África negra, Ed. F. de C.E., Méjico, 1974. PUOÁN, J.: Summa Artis, tomo I: Arte de los pueblos aborígenes, Espasa Calpe, Madrid, 1980.

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ESPAÑA - ÁFRICA NEGRA: Para conocer estas relaciones, es imprescindible tomar contacto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en su sección del Instituto de Estudios Africanos (I.D.E.A.), cuyas publicaciones recogen todo lo que España ha hecho en el continente vecino y, en general, casi todo lo que en España se ha escrito sobre África. CARRASCOSA, L.: Malabo. Ruptura con Guinea, Ed. Mayler, Madrid, 1977. ESPAÑA EN ÁFRICA: «Un siglo de fracaso colonial», en Historia 16,1979. FERNÁNDEZ, R.: Guinea, materia reservada, Ed. Sedmay, Madrid, 1976. GARCÍA, D.R.: Macías, la ley del silencio, Plaza y Janés, Barcelona, 1977. LOZANO SERRALTA, M.: La nacionalidad en los territorios dependientes, I.D.E.A., Madrid. NDONGO BIDYOGO, D.: «Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial», en Cambio 16, Madrid, 1977.

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