Contemp. de Papel C. 7 El Perdón

Contemplaciones de papel  José María Rodríguez Rodríguez Olaizola, S.J.

Capítulo 7. El Perdón 7. La adúltera (Jn. 8,1 – 11)

Camina con paso frme. El corazón le late desbocado, pero no puede dear !ue nadie note su ner"iosismo. #oa$ "a al encuentro de %bel, & es dic$osa. 'ace a(os !ue no se sentía tan li"iana. %nsía "erle, sentir sus manos )uertes acariciar su espalda, encontrarse con la mirada pícara !ue siempre le $ace sentirse en casa. Espera !ue la acune en sus brazos* !ue se sea a, una una "ez m+s, el re)ugio !ue le garantice su protección. E"oca su olor & anticipa &a la "oz )ami )amili liar ar,, c+ c+li lida da,, !ue le susu susurrra pala palabr bras as !ue !ue la $ace $acen n sentirse deseada. %celera el paso. #o !uiere !ue la reconozcan. ampoco !uiere pensar. -ara !ué/ Mil "eces se $a dic$o !ue es una insensatez esta a"entura, & mil "eces $a sido incapaz de $acerle caso a la prudencia. Jared es un buen $ombre &, a su manera ruda, la !uiere. 0 sin embargo, ella se arroa en los brazos de %bel sin preocuparse de consecuencias, con"enciones o castigos. Sabe !ue, si llegan a descubrirla, estar+ perdida, pero no es capaz de renunciar a esta pasión !ue la remue"e. Recuerda cada detalle, cada gesto !ue la $a ido conduciendo $asta donde est+ a$ora. Cómo empezó todo. %bel es pariente leano de Jared. Su marido es un $ombre corrdial co dial,, so soci ciab able le & ac acog oged edor or,, & le $izo $izo siti sitio o en su ca casa sa cuando llegó por primera "ez a Jerusalén. #oa$ & Jared )ormaban un matrimonio )uerte, o eso pensaba ella. Cuando les desposaron, no lo encontraba atracti"o, pero aprendieron aprendieron a !uererse & &a tienen dos $ios $ermosos. 1l la $a tratado siempre con ternura -or !ué, entonces, cuando sus oos se cruzaron con los de %bel, se sintió tan rem emo" o"id ida/ a/ #o podía podía sino sino pens pensar ar en él él.. 2o "eía "eía o"en o"en,, $ermoso, con algo de primiti"o & sal"ae en la mirada3 2a 4

primera "ez !ue sus manos se rozaron, supo !ue estaba perdiendo el control. Se resistió durante semanas. 5ntentó e"itarle. ambién él se mostraba distante. ero una tarde !ue se encontraron solos en la casa, él se acercó & la miró con oos implorantes. arecía desesperado. Murmuraba palabras sin demasiado sentido6 70o3no puedo m+s3, no sé38. Ella sí sabía. 0 aun!ue el sentido com9n, la prudencia & el recuerdo de Jared le gritaban !ue lo dease correr, )ue incapaz de resistirse al impulso de abrazarle. 0 a los abrazos siguieron las caricias, los besos, & la rendición total. %bel pronto abandonó la casa de sus parientes para instalarse en un cuartuc$o miserable, pese a las protestas de Jared. Este cuarto se con"irtió para ellos en palacio donde compartían miedos & placeres )urti"os. Cuando, algunas noc$es, Jared la acaricia &, not+ndola distante, pregunta6 7-:ué te pasa/8, ella sospec$a !ue lo sabe todo. ero luego él sigue cercano, cari(oso, tran!uilo como siempre, & entonces su miedo se des"anece. #oa$ mira a sus $ios & a su marido, & por una parte desea acabar con esa a"entura, "ol"er a su "ida tran!uila, ol"idar este episodio insensato. Sabe !ue %bel se cansar+ también, !ue desposar+ a una muc$ac$a m+s o"en, !ue esto no puede durar3 pero ninguno de los dos es capaz de cortar a9n. 2lama a la puerta, !ue se abre al instante. %bel la est+ esperando. Se )unden en un abrazo impaciente. Sus labios se encuentran. 2a respiración del o"en se mezcla con la su&a. Sus manos acarician ese rostro &a )amiliar, & siente la e;citación !ue recorre todo su cuerpo. Se empiezan a des"estir sin dear de besarse. 2a puerta se abre con "iolencia & estrépito. #oa$ mira $acia el umbral & palidece. Jared apo&a una mano en la pared. erra?8. 7>%d9ltera?8. 7>Aamos a lapidarla?8. %$ora se da cuenta de lo !ue le espera, & le in"ade un p+nico atroz. -%dónde la lle"an/ Jared?8, o implora6 7>#o?8. ero sus lamentos se pierden entre el rugido de la muc$edumbre, !ue grita enardecida, como sedienta de sangre. 'a perdido la noción del espacio & no sabe a dónde B

la conducen. 2e arde la cara por el bo)etón primero, e intenta mantener la ropa !ue casi le arrancan a tirones. 2lora & suplica, consciente de !ue la "an a matar. Si tan sólo pudiera decírselo?, si tan sólo pudiera e;plicarle, compensarle3? ero no $a& perdón en los oos !ue la rodean. #o $a& piedad, sino odio. :uiz+ sea meor así. Ella misma se siente despreciable. -:ué le $a pasado/ ercibe con sorprendente nitidez algunos detalles6 los nudillos blancos de !uien aprieta las piedras con )uriosa determinación, los labios apretados de !uien sólo parece esperar el momento de la condena, el silencio denso !ue parece $aberse apoderado del grupo. na "oz surge de alg9n lugar en el círculo e insiste6 7>Contesta? -:ué debemos $acer/8. #oa$ mira de nue"o al $ombre agac$ado. 1ste se le"anta & obser"a despacio los rostros de !uienes le rodean. 2uego $abla, sin dirigirse a ninguno en particular6 7El !ue esté libre de pecado !ue tire la primera piedra8. 2a muer se encoge, anticipando el dolor de la primera pedrada, pero esta no llega. emerosa, alza la "ista. El silencio se puede cortar. arecería !ue el tiempo se $ubiese detenido. #adie se mue"e. #adie se atre"e a mirar a los lados. El odio $a desaparecido de los semblantes, sustituido por el estupor. #oa$ est+ atónita. -:ué $a $ec$o ese $ombre/ 2es $a en)rentado con su propio pecado. Ella mira a esos rostros, los de !uienes siempre $an aparecido como  ustos, nobles, puros3& ad"ierte la "erdad reeada en las 9ltimas palabras. -:uién est+ libre de pecado/ -:uién puede cumplir al pie de la letra esta 2e& terrible & agobiante/ #o $a& $ombres puros. %sí de simple. Cada cual tiene sus luc$as, sus a!uezas, sus difcultades & sus secretos3, & este $ombre se $a atre"ido a decirlo en "oz alta. En su interior se enciende un destello de esperanza. -Es posible !ue "i"a/ Entonces un $ombre anciano, !ue $ace tan sólo unos minutos agarraba un pedrusco con )uria & parecía dispuesto a acabar con ella, abre la mano, dea caer la piedra & se retira, absorto en la memoria de sus propias contradicciones. 'a& miradas !ue se dirigen a Jared, como si a él, la "íctima del ultrae, le correspondiese iniciar la F

lapidación. ero su esposo da media "uelta & se alea con la cabeza gac$a. 2a ma&oría entonces le imita. Sólo se o&e el ruido sordo de las piedras al caer sobre el suelo arenoso. Entre el grupo $a& !uien parece de)raudado & toda"ía mira alrededor, esperando !ue alguien comience esa eecución terrible. ero #oa$ ad"ierte !ue nadie "a a ser capaz de $acerlo. %l fnal, se !ueda sola con ese $ombre. :uienes permanecen en la e;planada est+n a distancia. 1l se acerca a ella & la a&uda a le"antarse & a cubrirse. oda"ía tiembla cuando él le pregunta6 7Muer, -ninguno de estos te $a condenado/8. 7#inguno, Se(or8, responde ella con "oz casi inaudible. 7ampoco &o te condeno. %nda & no pe!ues m+s8. #o sabe !uién es, ni tan si!uiera su nombre, pero am+s $a confado tanto en alguien, am+s se $a sentido ante una persona de !uien emanase al tiempo tanta autoridad & tanta ternura. 2e parece !ue el perdón de este $ombre le est+ abriendo la puerta a una "ida nue"a. 1l le acaricia la cabeza con un gesto !ue le recuerda a su madre. #oa$ no tiene )uerzas ni para llorar.