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March 1, 2019 | Author: Jimmy Ofilio Perez Guido | Category: European Colonization Of The Americas, Colonialism, Nicaragua, Slavery, Americas
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viernes, 23 de marzo de 2012

Conquista y colonización de Nicaragua. 1a. parte

Conquista y colonización de Nicaragua 1  parte a

Manuel Moncada Fonseca I. Conquista y colonización ¿Paz colonial?

Nicaragua fue “descubierta” “descubierta” por los españoles en 1502, año en que Colón efectuó su cuarto cuarto y últim Mundo.. Y no Mundo no fue con ello ello que que se inició su historia historia.. Tampoco Tampoco es es cierto cierto “que “que la la nueva nueva historia historia indo-hi indo-hispa spa http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2012/03/conquista-y-colonizacion-de-nicaragua_23.html

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como sostiene Pablo Antonio Cuadra, “por un diálogo entre el cacique Nicaragua y el conquistad Dávila”.i A contrapelo, entonces, de la supuesta paz que reinó durante el dominio colonial, los indíge de muy diversas maneras: Con cantares; con huelgas de sexo, esto es que los indígenas, escribe López de Gómora, “no dormían para que no pariesen esclavos de españoles”, (Herrera plantea, en esencia, eso mismo); de siembra, Las Casas, contando que una vez que se pretendió hacer un nuevo repartimiento de indios, ést sembrar para los españoles; con infanticidios y abortos; al respecto, otra vez Las Casas dice que “las matan sus criaturas y las preñadas las echan fuera del cuerpo” ii; con infanticidios, suicidios y hu como contaba el cacique Gonzalo al italiano Girolano Benzoni: “...a tal punto llegaron las cosas – le d (...) mataban a sus hijos, otros iban a colgarse, otros se morían de hambre” iii; con las armas en la ma Diriangén, Nicarao (¿Macuilmiquiztli?) iv , y otros caciques. Quizá la simulación se deba considerar de resistencia indígena al dominio colonial. Gámez, por ejemplo, habla de las repentinas conversiones cristianos ante el temor que provocaba en ellos la presencia del invasor europeo  v . El encuentro de Nicarao y Gil González

 Veamos, cómo pasaron las cosas en lo que a nicaraos y chorotegas se refiere. Los objetivos de Gil Gonz a Nicaragua no podían ser sino de dominación, considerando el mensaje que transmitiera al (¿Macuilmiquiztli?), asegurándole, por un lado, que no llegaba a causarle daño sino a enseñarle la "rogarle" obediencia al Rey de Castilla; por el otro, que de no condescender “a sus ruegos, le harí respuesta del cacique fue que “aceptaba la amistad con que le brindaba [el conquistador], y recibiría ta católica si cuando conociese sus fundamentos le parecía conveniente”  vi. Llama la atención el hecho que llamado “diálogo” entre el conquistador y Nicarao, éste expresara su disposición a recibir el cristianism fuera por aparentar ante el conquistador) , pero no a deponer las armas  viii. Con todo, es aún más sig ocurrió después de este encuentro "amistoso". Tras contactarse con Nicarao, Gil González se internó en territorio nicaragüense y se encontró con el c al que, igualmente, le “rogó” su cristianización. éste prometió responder al cabo de tres días, lo cual h con sus hombres para rechazar al invasor, lo que ocurrió en abril de 1523. Viéndose obligadas a reti castellanas nuevamente atravesaron las tierras de Nicarao sin ningún problema. Sin embargo, al no estos dominios, fueron atacados por los nicaraos ix. Hechos semejantes se observaron en todo el continente americano a lo largo de los tres siglos d colonial. No obstante, los apologistas de este dominio siempre han insistido en presentar las cosa propiamente, desde la óptica idealizada con que la Corona Española y sus personeros enfocaro “cristianización” y la “civilización” de los nativos americanos sirvieron de manto a lo que, en verdad, explotación despiadada del indio y en saqueo indiscriminado a sus riquezas. La espada y la cruz malignamente para reducir al nativo americano a la más cruel esclavitud. Y por mucho que la re esfuerce hoy por glorificar el pasado colonial x -tratando así de justificar la “moderna” pero no-menos dominación del trabajo por el capital-: autores que estaban lejos de lo que hoy se llama izquierda r escritos la naturaleza sanguinaria, explotadora y expoliadora de la colonia, aunque, por otra pa defenderla a ultranza. “La conquista de América -dice Ayón- es la lucha gigantesca de dos mundos. Por una parte se pres pueblo que, orgulloso con la gloria del triunfo obtenido en una guerra de siete siglos [contra el dom España], se lanza a buscar en los confines de la tierra y en el seno de las naciones salvajes, nuevos h espíritu y nueva savia para su sangre; y por otra parte aparece la raza americana, exuberante de vida  ver sus creencias amenazadas por extrañas creencias, sus altares destruidos, sus dioses profanados, su cadáveres y sus familias pereciendo entre las llamas de horrorosos incendios, rechaza con valor de enemigos y se empeña en cerrar las puertas a la luz de una civilización invasora” xi. Lejos, pues, del diálogo que, supuestamente, dio inicio a las relaciones entre los conquistadores nativos de Nicaragua, como anota Wheelock, esa historia se inició, por el contrario, “con una encar indio contra el colonialista español, mantenida luego -lejos de cualquier diálogo- durante los tres si dominación peninsular”xii. Esta visión de las cosas es, por completo, diferente de la que la historiog generalmente de corte liberal o conservador, proporciona, interesada como está, en idealizar el pasa http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2012/03/conquista-y-colonizacion-de-nicaragua_23.html

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 justificar el presente opresor y explotador. ¿Fue la de Centroamérica la peor parte de la emigración que llegó de España?

En lo que concierne propiamente al domino colonial en territorio centroamericano, al contrario de l según la cual éste dominio fue peor acá que en ninguna otra parte del Nuevo Mundo, porque “remotas provincias de la América-Central (…) tuvieron la mala suerte de recibir la peor parte de la  venía de España” xiii; para la autora Laurette Sejourne, La Española y Cuba se constituyeron e experimentación de los futuros conquistadores de toda América”. Allí aprendieron a reducir a lo condición de animales domésticos. Allí mismo, iniciaron “la lucha entre compatriotas, por medio homicidio y el robo”. Y agrega algo aún más esclarecedor: “El modelo creado en la Española hubo de servir para todo el continente, y la historia de la modificará de un país a otro en razón del carácter específico de la geografía, de la cultura y del gobie de ellos”. Allí tuvieron lugar, indica, las primeras rebeliones y querellas para disputarse la riqueza y e forma, allí se registraron los primeros enfrentamientos sangrientos contra los enviados por la coro primeras condenas oficiales de muerte; sobre su suelo se perfeccionó y legalizó la trata de sere instauró el repartimiento de hombres y tierras. Respecto a la conquista de México, la autora expresa que los métodos de Cortés fueron calcados exa que otros conquistadores pusieron en práctica, con los mismos ataques sorpresa antes del aman muchedumbres enloquecidas y desarmadas que terminaban reconociéndose culpables.  Así las cosas, no era fortuito que el emperramiento, como apunta la autora, fuera una tortura apli “legalmente contra los que no pagaban tributo” xvi. ¿A qué atribuir la violencia de los castellanos contra los americanos?

 Y contra la idea expuesta también por Gámez, que atribuye la violencia de los castellanos -tanto entr aborígenes- a la condición brutal y supersticiosa de una soldadesca recogida por lo común en lo tabernas y en las inmediaciones de los presidios españoles xvii, Sejourne acota: “Ya antes de la llegada puestos así en libertad [se refiere a los condenados a muerte que serían libres al cabo de dos a  América y a los condenados a cadena perpetua, quienes igualmente serían libres sólo que al año] descubierta, umbral de un inmenso continente virgen, era víctima de disensiones y presa de la brutal Hay que añadir a esto un asunto de vital importancia: lo relativo a que algunos de los grandes co  América, fueron de origen noble. Hernán Cortés y Pedrarias Dávila, por ejemplo, lo fueron. Y, distinguieron por una crueldad ilimitada, la perfidia y la intriga especialmente contra los indígena contra los suyos. En efecto, el primero, era poseedor de una inmensa fortuna y del título de marqué había servido en la guerra de Castilla, en la cual adquirió la fama de valiente, era hermano del con “Caballero de Segovia y pariente inmediato de varias personas de la nobleza y de valor de Españ Burgos intercedió en su favor ante el monarca, partiendo de los servicios que él prestara en la to Bujía; de su rango de coronel de la infantería española y de que se había educado en la Real Casa Pedrarias fue confirmado en su cargo de Gobernador del Darién xx. Despoblamiento brutal por trato brutal y por enfermedades

Oviedo, en su Historia general y natural de las Indias, escribe que en Cuba, para 1548, había quin pero que, entonces, la mayoría de los habitantes provenía de otras islas. Sin embargo, cuando ésta se en ella un millón de nativos. No obstante, el cronista explicaba el hecho a partir de que las minas no de que la codicia de los hombres era insaciable. Por otra parte, acusaba a los indios de ser ociosos, trabajo, melancólicos y cobardes, mal inclinados, mentirosos, de poca memoria e inconstantes. “M su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron con sus propias manos. Bartolomé de Las Casas anota que en Nicaragua al principio había, según cálculos de sus comp seiscientas mil personas, pero en unos cuantos años esta población se redujo a entre doce y quin Germán Romero Vargas, partiendo del carácter interesado de las informaciones que suministran, González, Las Casas y Oviedo, estima que la población de Nicaragua, en el momento inicial de la c unos 100 mil aborígenes xxiii. Según Radell, citado por Cardoso y Pérez Brignoli, en las primer0a http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2012/03/conquista-y-colonizacion-de-nicaragua_23.html

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conquista, la población de Nicaragua sobrepasaba más de un millón, pero producto del dominio reducida a 10.000. Esta brusca disminución de la población se atribuye a las enfermedades, a las guerras, y a la exporta (entre 200.000 y 500.000) xxiv . En general, al despoblamiento de América contribuyó en gran medida una macabra importación cual el indígena no estaba biológicamente preparado- consistente en viruelas, tétanos, enfermeda intestinales y venéreas, el tracoma, el tifus, la lepra, la fiebre amarilla, las caries de la boca. El antrop Darey Ribeiro, citado por Eduardo Galeano, calcula “que más de la mitad de la población abori  Australia, y las islas oceánicas murió contaminada luego del primer contacto con los hombres blanco La barbarie contra el indígena obra del sistema colonial

Mas, no debe creerse que la barbarie contra el indígena era producto de individuos aislados. Era, por fenómeno derivado por entero del sistema colonial en su conjunto. No en vano, al cronista imperia Sepúlveda se le encargó la tarea de justificar el derecho de la Corona sobre los aborígenes del  Amparándose en Aristóteles, Sepúlveda justificaba lo que él llamaba “las justas causas de las gu indios”. Según él, existía el derecho de someter por la fuerza a los que, dada su condición natural, d la obediencia; lo perfecto debe gobernar a lo imperfecto, igual que lo excelente a su opuesto; hom están sujetos a esa norma. Por eso, las fieras y la mujer son dominadas por el hombre. Y siendo que, diferencia esencial entre el hombre blanco -que él estima noble, inteligente virtuoso, etc.- y el bárb que existe entre el hombre y los monos; en consecuencia, el uso del arte de cazar debe dirigirse n animales sino también contra los hombres que rechazan el yugo esclavista, pese a que nacen para s mismo, para Sepúlveda las víctimas se benefician con la avaricia de los conquistadores y es al  vencedor, a quien achaca la culpa de las rapiñas xxvi. Para él, las atrocidades de los españoles, aunque tenían la importancia que, según él, sí tenía la responsabilidad de los mismos en la imposición de la a los aborígenes americanos xxvii. Bartolomé de Las Casas, quien se pusiera a la cabeza de la defensa del indígena fue acusado de herej la idea de igualdad humana; desconocimiento de la desigualdad de las razas, al negarse a admit hombres unos están destinados a ser libres y a mandar y que, otros, siendo deficientes por naturale  bien, están destinados a la servidumbre y la sujeción que los primeros les impongan; desorden m hombre de “mente confusa” y de “delirio paranoico”, incapaz de admitir que la esencia humana tiene de realización xxviii. Menosprecio racial a los nativos americanos

Conociendo la brutalidad que los castellanos mostraron contra el indígena en todos los territorios d que estaban bajo su poder, Sejourne llega a una conclusión irrebatible: “La lectura de cualquier docu a la conquista da la certidumbre de que ninguna acusación podrá jamás ser tan terrible co acontecimientos” xxix.  W. Howitt, citado por Marx en El Capital, escribe: “Las barbaries y las execrables atrocidades cristianas en todas las regiones del mundo, y contra todos los pueblos a los cuales pudieron sub paralelo en ninguna otra era de la historia universal, en ninguna raza, por salvaje, groser desvergonzada que fuese” xxx. Para algunos como el conde de Bufón, los indios eran animales frígidos y débiles, no se registraba e actividad del alma”. El abate De Paw hablaba de que en América los indios degenerados alternaba no ladraban, “vacas incomestibles y camellos impotentes”. Para Voltaire, América estaba habi perezosos y estúpidos, sus cerdos tenían, algunos, el ombligo a la espalda, sus leones eran calvos y c De maestre, Montesquieu, Hume y Bodin se negaron a reconocer como semejantes a los hombres  América. Hegel se refirió a la impotencia física e intelectual de América. El padre Gregorio García, e sostuvo que los indios eran perezosos, no creían en los misterios de Jesús, ni agradecían a los espa  bien que se les brindaba por su ascendencia judía xxxi. Complicidad del clero en el crimen y en reparto del botín http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2012/03/conquista-y-colonizacion-de-nicaragua_23.html

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Desde luego, los hombres de espada no actuaron sólos, sino en contubernio con los de sotana. En opinión de Gámez resulta acertada, diciendo que los miembros del clero, en su mayoría, por codicia, la obra de iniquidad o esclavitud contra el indio, al contrario, ayudaban a ella “atentos únicamente en el rico botín de los despojos” xxxii. Y en un tono más recio expresa: “El clero católico, que atendida s pudo servir para suavizar el yugo colonial, fue con muy contadas excepciones otro terrible azote para clérigos que en aquel entonces recorrían el Nuevo Mundo, no se distinguían por la fe y cristiano ar Evangelio (...) Gran número de frailes se trasladó a las colonias con la esperanza de gozar de una holgada y encontrar satisfacción a sus terrenales aspiraciones” xxxiii. Sin embargo, más duros son aún los términos que utiliza el historiador francés Mauricio La Chate, ci para referirse a los que, desde las metrópolis, imponían su voluntad a los pueblos: “Los anales de la His siglo XVI debían ser trazados en caractéres de sangre, pues nunca las crueldades, los homicidios, los a sido tan multiplicados y terribles; nunca los reyes y los papas habían cometido tantas atrocidades...” xxxiv . Por su parte, Eduardo Galeano escribe: “La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista colonial. Para arrancar la plata de América, se dieron cita en Potosí los capitanes y los ascetas, los ca  y los apóstoles, los soldados y los frailes” xxxv . Tibor Wittman y Corvina Kiadó plantean que los rel aprovechar con habilidad las calamidades naturales para infundir temor a Dios entre los indios. Y cristianismo entre los indígenas, recurrían a las mismas creencias que éstos tenían. No es casual, autores, que la virgen de Guadalupe apareciera en el mismo lugar en el que, en México, rendían cul su dios Tonantzin xxxvi. La denuncia del crimen y del despojo

Durante la conquista, hubo voces, aunque pocas, que clamaron contra el maltrato a la població americano. Otros, sin ser propiamente sus defensores -como cronistas interesados en recoger todo l Nuevo Mundo-, quizá sin proponérselo, denunciaban las atrocidades que los suyos cometían e mismo. Gracias a los cronistas, se sabe que Pedro Arias de Ávila, conocido como Pedrarias D constituyera en el primer gobernador de la provincia de Nicaragua, hizo gala -al igual que la conquistadores y colonizadores del continente americano- de una crueldad sin límites contra los nati Hacía, por ejemplo, uso de perros feroces para dar muerte a los indios rebeldes. Primero les echaba p cuyos ataques los indios se defendían con el auxilio de garrotes; luego, ante la huída de los perros jóv dos perros viejos que los hacían caer en tierra y, finalmente, soltaba contra ellos a los más feroces para de despedazarlos xxxvii. Con base en la lectura de las crónicas coloniales, Ayón señala: “Los naturales dados en encomienda era los esclavos; y al repartirlos entre los señores, sucedía que correspondiendo un sólo pueblo a tres ó tomaba el número de indios que se le señalaba, sin fijarse en la inhumana división que hacían de un dejando al marido separado de su esposa, y a la madre lejos de sus tiernos hijos. El tributo qu exorbitante, y no se libraban de él ni aún los muchachos, quienes no pudiendo pagarlo se veían obliga pueblos en cuadrillas de doscientos o cuatrocientos, sin exceptuar a los jóvenes, con el objeto de ir a r ríos, en donde algunos perecían miserablemente, hambrientos y sin abrigo” xxxviii. Con relación a Nicaragua, Las Casas dice: “Pedían cada cuatro o cinco meses, o cada vez que alguno al o licencia del gobernador, al cacique cincuenta esclavos, con amenaza de que sino los daba lo habían d echar a los perros bravos. Iban los señores por sus pueblos y tomaban lo primero todos los huérfanos, a quien tenía hijos legítimos, uno, y a quien tres hijas, las dos, y no de los más indispuestos, sino e altura, como les daba el español una vara; y de esta manera cumplía el cacique el número que el tira grandes alaridos y llantos del pueblo. Como esto se hacía tantas veces, asolaron desde el año de [15 [15]33 todo aquel reino, llevando todas aquellas muchedumbres de indios, siendo tan libres como esclavos a Panamá y al Perú donde todos son muertos” xxxix. García Peláez sostiene que para los americ tributo, encomienda, confiscación, destierro y muerte, era todo uno, y lo mismo la paz que la guerra” xl. “Es verdad lo que digo, que si un cristiano español hubiese de ir desde esta ciudad de León o de la Gra  y no supiese el camino no tiene necesidad de llevar quien se lo muestre ni preguntar por el camino, m rastro de los huesos de los indios muertos que hay hasta allá. Sé de cierto, que hay hombres que en e http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2012/03/conquista-y-colonizacion-de-nicaragua_23.html

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que se coja oro, se le han muerto de su repartimiento doscientas personas, y otros que tenían buenos que ya no tienen indios para sacar oro...” xli. El saqueo colonial y el desarrollo industrial de Europa

Según cálculos de Ernest Mandel -que sumó el valor de oro y plata saqueado al Nuevo Mundo hast saqueado en Indonesia por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, desde 1650 hasta 178 del capital francés proveniente de la trata de esclavos de las Antillas británicas y, finalmente, el saq mismas-, el resultado de todo el saqueo practicado sobrepasa al valor total de la inversión realizada totalidad de las industrias europeas. Y, por supuesto, lo que benefició a Europa, en las regiones som por el contrario, impidió la acumulación originaria del capital industrial xlii. Según cálculos de Alexandr von Humboldt, en medio siglo, entre 1750 y 1809, mediante las export plata, de México se evadió un excedente de unos cinco mil millones de dólares, según el valor que es a fines de los años 60 xliii. Conozcamos algunas de las valoraciones que el saqueo de América significó para Europa desde el p acumulación de capital y de desarrollo industrial. Eduardo Galeano plantea, en esencia, que el oro y la plata arrebatados por los europeos a sus dom además de estimular el desarrollo económico de las metrópolis, lo hizo posible xliv . Marx manifiesta: “El descubrimiento de regiones auríferas y argentíferas de América, la reducción d la esclavitud, su soterramiento en las minas, su exterminio, los comienzos de la conquista y saqu Orientales, la transformación de África en una especie de madriguera comercial para la caza de los negra: tales son los procedimientos idílicos de acumulación primitiva que señalan la era capitalista e En su Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels expresan: “El descubrimiento de circunnavegación de África ofrecieron a la burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los India y de China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la multiplicación d cambio y de las mercancías en general imprimieron al comercio, a la navegación y a la industria u entonces desconocido y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento revolucionario de la soc descomposición. (…) La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el de  América” xlvi. ¿Se necesita hurgar más la historia de la conquista y colonización de América para concluir que ello fue la base real sobre la que llamamos subdesarrollo, como también el factor esencial sobre el cual, tras la larga lucha independentista, se impuso el dominio d mundial sobre los territorios que estuvieron bajo el dominio colonial europeo, con la hegemonía de Inglaterra, primero, y con l después? -----------Este

texto fue publicado, el 28 de octubre de 2008, bajo el nombre "El caso de Nicaragua: Desmitificando la conquista" , http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2008/2008prim/educacion10/mundo-28102008.asp;  el 29 de septiembre del mismo año, el Servicio Informativo El Salvador (SIEP). http://ecumenico.org/leer.php/1564; en la misma fecha, Tercera Información. http://www.tercerainformacion.es/3i/article5755.html; Citas [i]. Cuadra, Pablo A. El Nicaragüense. EDUCA, Centroamérica. 1978. p. 20. [ii]. Documento Nº 10. Las huelgas: sexual y de siembros. Documentos de la Historia de Nicaragua. 1523-1857. Recopilación de Antonio Esgueva Gómez. UCA, Managua. 1983. p. 41. [iii]. Benzoni, Girolani. Fragmento de su obra Historia del Nuevo Mundo. En: Interpretación económica y social de la Historia de Nicaragua. Compilación del Doctor Jaime Wheelock Román para la Maestría en Historia ofrecida por el D Managua. Febrero de 1998. p. 131. (la numeración corresponde al fragmento indicado). [iv]. Véase entrevista de El Nuevo Diario a Fernando Silva ( “Cacique Nicarao es puro invento”) y a Rafael Casanova (“No hubo Nicarao, todo es invento”), en las ediciones, respectivamente, del 12 y del 16 de septiembre del 2002. [v]. Gámez, José Dolores. Historia de Nicaragua.. Madrid, 1955. p. 94. [vi]. Ayón, Tomás. Ayón, Tomás. H istoria de Nicaragua.. Obra en tres tomos, Tomo I. Madrid, 1956. pp. 154-155. [vii]. “Estas repentinas conversiones al Cristianismo (…) no eran sinceras, obligados por el temor, creían con firmeza que salvar a bien poco precio sus vidas, con sólo consentir se les mojara la cabeza no tenía ninguna trascendencia. Se observó  bautizados que cerraban sus templos y botaban sus ídolos, en cuanto los españoles se alejaban, volvían a sus antiguos ritos”. Quintana Orozco, Ofman. Apuntes de historia de Nicaragua. Cuarta edición aumentada y corregida. Managua, Marzo [viii]. Gámez, José Dolores. Ob. cit. p. 155. [ix]. Ibíd. pp. 157-158. Véase también: Arellano, Jorge Eduardo. Nueva Historia de Nicaragua. Fondo Editorial CIRA, Managua, Nicaragua, 1990. p. 92. [x]. “Una de las cosas más asombrosas de los exploradores españoles –casi tan notable como la misma exploración- es el espíritu humanitario y progresivo que desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones”. Enciclopedia Autodidá 41. Otro texto, plantea: “Y corresponde a España en pleno apogeo de su gloria como pueblo cristiano, el recibir estas tierras [las del Nuevo Mundo] como regalo del señor”. Siso Martínez, JM; Bártoli, Humberto. Mi Historia Universal. Noviembre de 1990. p. 205. En contraste con esto, en un tercer texto leemos: “Nuestros aborígenes vivieron más de trescientos años bajo la absoluta dominación española.¡He aquí las raíces de nuestra tragedia al presente!” Y en el párrafo qu UN BOTÍN DE ORO Y ESCLAVOS EN DONDE EL REY TENÍA PARTICIPACIÓN”. Lainez, Francisco. Nicaragua: Colonialismo español, yanqui y ruso. Serviprensa Centroamericana. Guatemala, 1987. p. 88. [xi]. Ayón. Tomás. Ob. cit. p . 114. [xii]. Wheelock Román, Jaime. Raíces Indígenas de la Lucha Anticolonialista en Nicaragua. Managua, 1985. p. 1. [xiii]. José Dolores Gámez. Ob. cit. p. 114. [xiv]. Sejourne, Laurette. I. Antiguas Culturas Precolombinas. Siglo veintiuno. Cuarta edición en castellano. Diciembre de 1973. p. 14. [xv]. Ibíd. p. 33. [xvi]. Ibíd. p. 65. [xvii] . Gámez, José Dolores. Ob. cit. p. 114. [xviii]. Sejourne, Laurette. Ob. cit. p. 13. [xix]. Ibíd. pp. 29-42. [xx]. Ayón, Tomás. Ob. cit. pp. 128-129.

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