Conquista Militar
November 27, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Conquista militar Tras la caída de México-Tenochtitlán (13 de agosto de 1521), los españoles reiniciaron su proceso de exploración y conquista el cual se extendería con Cortes hacia la mar del sur y Oaxaca, así como rumbo a las Hibueras. A fines de la primera mitad del siglo XVI, los españoles iniciaron la explotación y conquista de tierra chichimeca. Durante el Siglo XVI, los españoles acabaron extendiendo su control e influencia sobre gran parte de Mesoamérica (Michoacán, Oaxaca, Jalisco, Golfo y parte de la zona Maya- Soconusco y Mérida-), lo único que amenazo la expansión española fue la guerra que los chichimecas desarrollaron, que estuvo a punto de destruir el mundo español. A mediados del siglo XVII los españoles consumaron la conquista del último señorío maya independiente, un siglo después (siglo XVIII) extenderían o ampliarían su influencia sobre las regiones más alejadas del septentrión novohispano (Guadiana, Nuevo México, Texas, Sonora, Baja y Alta California. Bajo el apoyo real de Carlos III y del virrey novohispano Conde de Branciforte los españoles realizaron la última etapa de expansión hacia el norte, lo cual incluyo la fundación del pueblo de Nuestra Señor de los Ángeles, culminando con el establecimiento del presidio de San Francisco Solano en la Alta California (1823). La conquista del Imperio Mexica y la dominación militar de los pueblos indígenas de México. La colonización española se inicio en las islas de las Antillas, en donde, gracias a la superioridad técnica y organizativa de los españoles, los indígenas pronto fueron exterminados. Desde Cuba, el gobernador Diego de Velázquez, inicio el descubrimiento y la conquista del territorio mexicano. Después de las expediciones de exploración de Francisco Hernández de Córdoba y de Juan de Grijalva, se organizo otra al mando de Hernán Cortes. La expedición partió el 18 de febrero de 1519. Cortes llevaba 11 embarcaciones, 10 oficiales, 550 soldados, 200indigenas caribeños, 16 caballos y 14 cañones. Llegaron a Cozumel. Aquí se incorporo como interprete Jerónimo de Aguilar, quien había sido tomado prisionero en la primera expedición a tierras mexicanas. La expedición bordeo la península de Yucatán y se dirigió a las costas de Tabasco, en donde Cortes recibió como regalo 20 doncellas, entre las que se encontraban Malintzin (la Malinche), una princesa de un reino de Veracruz que había sido conquistado por los mexicas, a quien Cortes bautizo con el nombre de dona Marina. Dona Marina traducía del náhuatl al maya, y Jerónimo de Aguilar del maya al castellano, pero pronto Malintzin aprendió el castellano, por lo que se convirtió en la compañera inseparable de Cortes. En Veracruz, Cortes fundo la Villa Rica de la Vera Cruz, el primer Ayuntamiento español en tierras mexicanas. Cortes no tenía autoridad para conquistar el territorio explorado, pues. El gobernador de Cuba, Diego de Velázquez, lo había enviado en una expedición de exploración. Sin embargo, el nuevo Ayuntamiento le otorgo los títulos de Gobernador y Capitán General. Ignorando a Diego de Velázquez, Cortes envió la primera Carta de Relación al rey de España, Carlos I, en donde le pedía autorización para conquistar el territorio mexicano. Muchos de sus capitanes y soldados se negaban a seguirlo, pues temían que los guerreros mexicas acabaran con ellos. Cortes entonces desmantelo y hundió sus navíos para que nadie pudiera regresar. A través de las historias que le contaban los indígenas, Cortes se dio cuenta de la rivalidad que existía entre los pueblos del Imperio Mexica, y decidió aprovecharlas en su empresa de conquista. Llevo a cabo una primera alianza con el pueblo de Cempoala en Veracruz, y se interno en el territorio mexicano. De ahí se dirigió a Tlaxcala. Después de una sangrienta batalla en la que los españoles derrotaron a los tlaxcaltecas, esos se unieron a Cortes para luchar en contra de los mexicas, sus eternos enemigos.
Al pasar por Cholula, Cortes supo que le habían tendido una emboscada. El conquistador organizo entonces una gran matanza de caciques y reyes para demostrarles su poderío. Moctezuma, el señor mexica o tlatoani, se había enterado de la llegada de los extraños, y había enviado obsequios a Cortes, rogándole que se retirara de sus dominios. Estos regalos solo acrecentaron el interés del conquistador, quien ansiaba poder y riquezas. Terribles presagios atormentaban a Moctezuma. Se decía que el Quinto Sol llegaría a su fin durante su reinado, y que el dios tolteca Quetzalcóatl, al que describían como un hombre blanco y barbado, regresaría a recuperar su reino. Con estos pensamientos, Moctezuma recibió a Cortes como Huésped en uno de sus hermosos palacios. Pero como los españoles tenía miedo de que los mexicas los atacaron, Cortes obligo al emperador mexica a permanecer en el palacio en calidad de rehén. Estando en la ciudad de Tenochtitlán, Cortes recibió la noticia de que Diego de Velázquez había enviado a Pánfilo de Narváez para tomarlo prisionero y llevarlo de regreso a Cuba. Decidió salir a combatirlos dejando la ciudad al mando de Pedro de Alvarado. Durante su ausencia, se cerebro una ceremonia festiva en Tenochtitlán. Pedro de Alvarado se sintió atemorizado por las danzas, los trajes y los sacrificios, creyó que los danzantes se preparaban para atacarlos y decidió sorprenderlos organizando una matanza. Los mexicas se levantaron contra Moctezuma y rodearon la residencia de los españoles. Mientras tanto, con el oro mexica, Cortes soborno a los soldados españoles que venían a detenerlo y logro que se le unieran, derrotando a Pánfilo de Narváez. Cuando Cortes regreso con un gran ejercito a la ciudad de Tenochtitlán, los mexicas les permitieron la entrada e inmediatamente sitiaron la ciudad. Moctezuma trato de abogar por los españoles ante su pueblo, pero fue apedreado y murió. Cortes decidió escapar de la ciudad la noche del 30 de junio de 1520. En la batalla murieron la mayoría de sus soldados. El conquistador lloro bajo un árbol en el pueblo de Tacaba en un episodio que se conoce como “la noche triste”. Los españoles se refugiaron con sus aliados los tlaxcaltecas. Desde ahí planeo Cortes la conquista de Tenochtitlán. Construyo 13 bergantines y sitio la ciudad por agua y por tierra. El nuevo señor mexica, Cuitláhuac, murió de viruela, una enfermedad que había llegado de Europa junto con los españoles. Le siguió en el mando Cuauhtémoc. Los mexicas defendieron heroicamente su ciudad, pero estaban muy débiles a causa de la falta de agua y alimentos, y de una terrible epidemia de viruela. El 13 de agosto de 1521 la ciudad de Tenochtitlán cayó en manos de los españoles. Casi todos los señoríos que estaban sujetos al Imperio Mexica aceptaron pacíficamente la dominación española. Durante el siguiente siglo, los españoles fueron sometiendo poco a poco a los demás grupos mesoamericanos y extendieron su dominio hasta Aridoamerica. Reagrupamiento de los españoles y abastecimiento de Cortés Los sobrevivientes españoles pasaron tres días en Hueyotlipan donde fueron auxiliados por los tlaxcaltecas. Poco después Cortés y Maxixcatzin se reunieron en Tlaxcala para refrendar su alianza. Durante veinte días los conquistadores descansaron, atendieron a los heridos y se reorganizaron. Poco antes a la última incursión a Tenochtitlan habían sido atacadas dos comitivas españolas. El primer ataque causó poco más de veinte bajas, algunos hombres de Narváez habían sido arrestados por las fuerzas de Cortés y eran conducidos al valle de México. Los prisioneros nunca llegaron a su destino pues fueron sorprendidos por guerreros mexicas en Quecholac. El segundo ataque causó cuarenta y cinco bajas españolas y doscientas bajas tlaxcaltecas cuando una excursión al mando de Juan de Alcántara fue aniquilada en Calpulalpan.139 Cortés decidió entonces emprender una campaña militar para castigar a la región, no sólo para recuperar el honor y el ánimo de sus hombres, sino también para cortar la vía de suministros que recibía la ciudad de Tenochtitlan desde la costa oriental. Con base en el discurso de Moctezuma, el caudillo español consideró que todos los
mexicas y tributarios eran oficialmente vasallos de Carlos I y que cualquier acción adversa, por tal motivo, debía ser considerada como acto de rebeldía. La lectura del requerimiento fue un procedimiento habitual para justificar legalmente los actos punitivos de la nueva campaña. 140 Los tlaxcaltecas aportaron dos mil guerreros al mando de Tianquizlatoatzin, quien guio a Cortés a las zonas de Zacatepec, Acatzingo y Tepeaca. El teuctli local se rindió el 4 de septiembre de 1520. Los prisioneros fueron esclavizados y se les marcó con hierro candente en la mejilla una «G» de «guerra». 141 Muchos guerreros tepeacas fueron sacrificados por los tlaxcaltecas sin ninguna reclamación por parte de Cortés, quien toleró en repetidas ocasiones las acciones que sus aliados llevaban a cabo a pesar de que éstas eran las mismas que tanto criticó de sus enemigos.140 El caudillo español fundó la villa de Segura de la Frontera y desde el nuevo emplazamiento dirigió ataques a las localidades de Quecholac, Huaquechula, Itzocan, Tecamachalco, Zapotitlán, Izúcar y Chiautla.142 Varios pueblos de la zona, entre ellos Huejotzingo y Cuetlaxtlan, prefirieron no oponer resistencia y aceptaron la alianza con las fuerzas españolas, pero otros como Tecamachalco y Acaptelahuacan fueron casi exterminados. El 30 de octubre, en Segura de la Frontera, Cortés redactó la segunda carta de relación, en la cual describió los últimos acontecimientos sin dar gran importancia al revés de Tenochtitlan. Alonso de Mendoza y Diego de Ordás fueron los responsables de llevar la misiva, pero zarparon con destino a la península ibérica hasta marzo de 1521: «...y por no dar cuenta de todas las particularidades que nos acaecieron en esta guerra, que sería prolijidad, no diré sino que, después de hechos los requerimientos para que viniesen a obedecer los mandamientos que de parte de vuestra majestad se les hacían acerca de la paz, no los quisieron cumplir y les hicimos la guerra y pelearon muchas veces con nosotros y con la ayuda de Dios y de la real ventura de vuestra alteza siempre les desbaratamos y matamos muchos, sin que en toda la dicha guerra me matasen ni hiriesen ni un español..en obra de veinte días hube pacíficas muchas villas y poblaciones a ella sujetas y los señores y principales de ellas han venido a ofrecerse y dar por vasallos de vuestra majestad...» Segunda carta de relación. Hernán Cortés. 143
El jefe de carpinteros, Martín López, fue enviado por Cortés a Tlaxcala. Su misión era cortar y preparar madera para construir trece bergantines, los cuales serían utilizados en el asalto anfibio a Tenochtitlan. Cuando López llegó a Tlaxcala, se enteró que Maxixcatzin había muerto víctima de la viruela pero pudo obtener sin problema la ayuda de Xicohténcatl Huehue.140 Alonso de Ávila y Francisco Álvarez Chico viajaron a Santo Domingo en busca de caballos, ballestas, pólvora, arcabuces y cañones. Por otra parte, Francisco de Solís viajó a Jamaica en una misión similar. Los gastos fueron financiados con el poco oro rescatado de Tenochtitlan y del almacenado previamente en Tlaxcala.144 En esos días llegaron diferentes embarcaciones: una de ellas procedente de Cuba comandada por Pedro Barba, quien llevaba una carta de Velázquez dirigida a Narváez. El capitán de la nave y la tripulación decidieron unirse a Cortés. Lo mismo sucedió con una embarcación capitaneada por Rodrigo Morejón. Desde Castilla, Juan de Burgos llegó al mando de una embarcación que hizo escala en las islas Canarias; paralelamente, desde Sevilla llegó Juan de Salamanca, quien hizo escala en Santo Domingo.144 En la zona del río Pánuco una expedición dirigida por Diego de Camargo bajo órdenes del gobernador de Jamaica, Francisco de Garay, había sido derrotada por los nativos huastecos. Para colmo, durante el escape una de las embarcaciones naufragó. Los sesenta sobrevivientes y Camargo se unieron a Cortés. El gobernador de Jamaica envió embarcaciones de apoyo, cincuenta hombres al mando de Miguel Díez de Aux y cuarenta hombres al mando de Francisco Ramírez «el Viejo». Estos capitanes, al evaluar la situación, también decidieron unirse a las fuerzas de Cortés.140 Con el objetivo de controlar la totalidad de la ruta hacia la costa oriental, Gonzalo de Sandoval fue designado para efectuar una nueva campaña en Zautla y Xalacingo. Con tan sólo ocho bajas españolas, los pueblos fueron sometidos y al igual que en Tepeaca, los prisioneros fueron esclavizados y herrados. 140 Debido a que los tesoros fueron utilizados para conseguir los aprovisionamientos y se respetó además el quinto del rey, no hubo reparto de oro para los soldados. Algunos se inconformaron, entre ellos se encontraba Andrés de Duero, lo cual provocó el rompimiento de la larga amistad con Cortés. Éste decidió dejar partir a los inconformes de regreso a Cuba para evitar posibles sublevaciones y redactó ordenanzas militares y civiles para controlar a los que se quedaron.145 Las fuerzas españolas comenzaron el avance hacia Texmelucan acompañadas por un gran contingente de tlaxcaltecas, quienes sumaron diez mil hombres bajo el mando de Chichimecatecle. El objetivo de Cortés fue realizar un bloqueo a la ciudad de Tenochtitlan. Los pueblos de
Huexotla, Coatlinchan, Chalco, Amecameca, Tlalmanalco, Ozumba, y Mixquic, decidieron apoyar a los españoles proveyéndoles también de alimentos. Cuando las fuerzas españolas llegaron a Tetzcuco, el tlatoani Coanácoch huyó hacia Tenochtitlan para reunirse con Cuauhtémoc. La población también evacuó la ciudad, yéndose en parte a Tenochtitlán en miles de barcas sin que Cortés pudiera evitarlo. Los tlaxcaltecas por su parte incendiaron el palacio de Nezahualpilli, en el cual se encontraban los códices texcocanos.146 Ixtlilxóchitl, enemigo y hermano del tlatoani, se convirtió en aliado incondicional de los españoles, fue designado señor de la ciudad, y sobre la base de esto Cortés logró que parte de la población volviera. Allí recibió delegados de varias localidades de la región comunicando su apoyo a los españoles. Después de ocho días fortificando su recinto en Texcoco, y sin recibir ataques, Cortés avanzó hacia el sur sobre Iztapalapa con 15 jinetes, 200 infantes y 5.000 aliados indios, incluyendo un número indeterminado de texcocanos a las órdenes de Ixtlilxóchitl.147 Esto implicaba situarse casi sobre las veredas de acceso a Tenochtitlán. Tomó Itzapalapa, pero gran parte de los defensores pudieron ser evacuados en barcas. Por la noche los mexicas abrieron obras de contención provocando que la ciudad se inunde, por lo que Cortés debió evacuar la plaza esa misma noche, perdiendo las provisiones que había tomado. Al día siguiente los mexicas envían un ejército por tierra, y tropas que atacan desde balsas y se retiran cuando los españoles intentan cargar. Sin poder evitar el hostigamiento de las barcas, sin atreverse a atacar al ejército de tierra, que era muy numeroso, y sin alimentos, Cortés opta por replegarse a Texcoco. Pese a su temor de que haber sido rechazado evitara que continuaran pasando al bando español nuevas ciudades, recibe luego delegados de Otumba y otras poblaciones que le comunican su apoyo. Al no tener comunicación directa con la costa, Cortés envía a Gonzalo de Sandoval con tropas para escoltar a parte de las fuerzas tlaxcaltecas a sus tierras, con la ropa obtenida por estas como botín, llegar a Veracruz para enviar correspondencia de Cortés y expulsar a su regreso a la guarnición mexica de Chalco, desde donde la población ofrecía pasar al bando español. Por su parte, Cuauhtémoc había ordenado cortar las líneas de suministro españolas en Chalco y Huexotla, pues el maíz de la zona era de vital importancia. Tras alcanzar Veracruz, Sandoval derrotó a los mexicas en Chalco y regresó a Texcoco. 148 El 15 de febrero de 1521 Cortés consideró que la construcción de los bergantines debía terminarse cerca del lago. Un gran número de tamemes y aliados tlaxcaltecas transportaron las tablas desde Tlaxcala hasta las orillas del lago de Texcoco y se excavaron zanjas para poner las embarcaciones en el agua. Campañas militares al norte y occidente de Tenochtitlan[editar] Una vez dispuestos los barcos, Cortés realizó una nueva salida para alcanzar los accesos a Tenochtitlán desde el oeste, dando vuleta a la laguna por el lado norte. Llevaba 25 jinetes y 300 infantes, más los aliados tlaxcaltecas. Una fuerza mayor que la empleada en la salida hacia Iztacpalapan. A pocos kilómetros de camino encontraron y desbarataron un ejército mexica, en el que fue el único combate campal de la salida. A continuación atacaron Xaltocan y alcanzaron a entrar en la ciudad, pero al caer el día se retiraron de ella y acamparon a una legua. En los días siguientes pasaron por Huatullan, que encontraron abandonada, y luego por Tenayuca, Cuautitlán y Azcapotzalco sin encontrar resistencia. Finalmente atacaron Tlacopan, ciudad principal de los tepanecas, donde se concentró la resistencia mexica, ya que esta ciudad era cabecera de los accesos a Tenochititlán desde el oeste. Tetlepanquetzaltzin y sus hombres fueron obligados a replegarse a Tenochtitlán y al día siguiente los españoles quemaron Tlacopán, en venganza por quienes habían muerto allí en la "Noche Triste". Durante seis días los españoles mantuvieron ocupada la ciudad, librando escaramuzas diarias con tropas que venían de Tenochtitlán y avanzando sobre el inicio de la calzada que cruzaba la laguna. Los mexicas los instaban a intentar cruzarla, pero Cortés no quería repetir la situación de quedar encerrados dentro de Tenochtitlán y se limitó a hostilizar las cabeceras de la calzada, pidiendo parlamentar con enviados de Cuauhtémoc, esperado obtener una rendición. Los mexicas se negaban a parlamentar, y en una ocasión en que los amenazó con que morirían de hambre en el sitio, desde la torre de defensa de la calzada le tiraron un pan de maíz, diciéndole que si quería ya tenían acopio de sobra para ellos. Viendo que no lograba parlamentar, y no podía sostenerse en Tlacopán, porque las ciudades y campos de la zona habían sido evacuados, Cortés desandó el camino y regresó a la base española en Texcoco. Viendo su retirada, un ejército mexica los siguió, pero la caballería lo emboscó y puso en fuga en Acolman.147 Las victorias conseguidas por los españoles y el fortalecimiento de la alianza con los tlaxcaltecas ya eran noticia en todo el Imperio mexica. Tributarios y enemigos fueron aumentando, lenta pero inexorablemente, las fuerzas de Cortés. Poblaciones enteras de las comarcas vecinas enviaron embajadores de paz para rendir tributo a la corona española y aliarse en el ataque a Tenochtitlan. La inercia avasalladora de la irrupción se había generado. 149
Los nuevos aliados no sólo incrementaron la fortaleza bélica del conquistador a lo largo de esa etapa, sino que además cumplieron la tarea estratégica de espionaje e información al alto mando acerca de las concentraciones y movimientos de las fuerzas enemigas. Viendo sus derrotas en los combates directos con los españoles frente a Tenochtitlán, Cuauhtémoc contraatacó con tropas enviadas a Chalco y Tlalmanalco, en el sur del sistema de lagos, para asegurar la posesión de la zona, con lo que obstaculizaban las comunicaciones y vías de suministro de los sitiadores con Tlaxacala. Cortés envió a Sandoval que atacó a las guarniciones mexicas en Huastepec y Acapichtlan tomando los dos pueblos. Tras retirarse Sandoval a Taxcoco, los mexicas hicieron aún otro intento de reocupar Chalco. El ejército enviado allí marchó tan rápido que llegó antes de que Sandoval pudiera regresar con tropas españolas, pero en Chalco fue rechazado por un ejército local y Sandoval al llegar encontró ya la situación resuelta en favor de sus aliados. Con esto el camino más directo de Tlaxcala a la base española en Texcoco quedó definitivamente abierto, y los españoles dominaron tanto el este como el sur de la región de lagos. 147 Campañas militares al sur de Tenochtitlan[editar] En respuesta a las gestiones de Francisco Álvarez Chico y Alonso de Ávila, en febrero de 1521 una nueva embarcación, procedente de Santo Domingo, ancló frente a la Villa Rica de la Vera Cruz. En ella se transportaba armamento, pólvora, sesenta caballos y doscientos hombres. Entre estos se encontraban el tesorero Julián de Alderete, fray Pedro Melgarejo de Urrea y el licenciado Alonso Pérez, quienes habrían de incorporarse a las campañas militares.147 Estando en Tetzcuco, durante los últimos días de marzo de ese año, Gonzalo de Sandoval reunió doscientos soldados españoles, veinte jinetes y un gran contingente de aliados chalcas y tlaxcaltecas. Partió en dirección a Cuauhnáhuac (Cuernavaca) para confrontar a un ejército mexica que se encontraba defendiendo esa posición. El lugar era importante para Tenochtitlan debido a que era la ruta de comunicación hacia Xochicalco. Sandoval y sus hombres descansaron en Tlalmanalco y al continuar su avance tuvieron enfrentamientos en Huaxtépec (Oaxtepec) y Chimalhuacán. Un segundo ejército mexica había reforzado la zona y se había posicionado en Yecapixtla. Sandoval decidió regresar a Texcoco.150 Cortés aumentó el contingente con texcocanos y huejotzingas; Olid, Tapia y Pedro de Alvarado relevaron a Sandoval. El siguiente encuentro fue en el peñón de Tlayacapan. Los capitanes Pedro de Ircio, Andrés de Monjaraz, Rodríguez de Villafuerte y Francisco Verdugo encabezaron el asalto. Ahí los mexicas repelieron el primer intento, pero días más tarde fueron derrotados cuando las fuerzas españolas los rodearon y dejaron sin agua. 151 Conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas en Metztitlan, Lienzo de Tlaxcala.
El avance de los conquistadores continuó hacia Yautepec. El segundo ejército mexica que se encontraba en la localidad huyó a Juchitepec, donde fue alcanzado y sometido. El 13 de abril desde Tetzcuco, Cortés partió con refuerzos, incursionó por Tepoztlán y Cuauhtlan (Cuautla). Una vez dominadas las localidades, se reunió con la primera expedición para realizar el ataque final y definitivo a Cuauhnáhuac. 152 La siguiente etapa de la campaña se desarrolló en Xochimilco. El tlatoani local Yaomahuitzin ofreció resistencia, casi a punto de ser vencido engañó a los españoles fingiendo tener intenciones de pactar pero sólo con el objetivo de ganar tiempo y recibir ayuda desde Tenochtitlan. Cuauhtémoc envió un ataque combinado por tierra y por la laguna. Debido al factor sorpresa, mexicas y xochimilcas lograron una victoria temporal. Cortés casi fue hecho prisionero al caer de su caballo. Cristóbal de Olea pudo salvarlo a cambio de ser herido y de que un par de soldados españoles fueron capturados y más tarde, sacrificados. 153 La batalla se prolongó durante tres días más y finalmente, los hombres de Cuauhtémoc se replegaron a Tenochtitlan. Tras haber roto la barrera defensiva, los conquistadores avanzaron a Coyoacán donde el teuctli Coapopocatizin prefirió huir y la localidad fue tomada por las fuerzas de Cortés. Desde este lugar, las fuerzas de ataque se dividieron con los objetivos de tomar Churubusco, controlar la retaguardia en Tláhuac y Mixquic, y rodear el lago por occidente hasta Tlacopan. De esta forma, se cerró totalmente el cerco a Tenochtitlan. 147 Algunas fuerzas mexicas atacaron en escaramuzas aisladas, logrando capturar a algunos soldados más. Cortés subió a la cúspide de un teocalli para mostrar al tesorero Julián de Alderete, la ciudad de Tenochtitlan que se encontraba a trece kilómetros de distancia. El licenciado Alonso Pérez, notó cierta melancolía en la expresión del conquistador y le dijo: a pedido a los mexicas la rendición y ellos siempre se negaron. Era la víspera del ataque final. 154 Sitio de Tenochtitlan[editar] .
Controlado el oriente, nororiente y sur, Cortés no dudo en reafirmar las posiciones en Tlacopan (Tacuba), Azcapotzalco, Tenayuca y Cuautitlán. El objetivo de aislar la ciudad se había logrado y ahora faltaba coordinar un ataque simultáneo a la ciudad desde todos los accesos, al igual que el asalto apoyado en los bergantines que había venido construyendo. Poco antes de iniciar el sitio de la ciudad, Antonio de Villafaña, aún fiel a Diego Velázquez de Cuéllar, elaboró un plan para asesinar a Cortés y a los capitanes Sandoval, Alvarado y Tapia. Pronto Villafaña fue descubierto y sentenciado a la horca, por lo que el hecho no tuvo mayor repercusión. 155 Tras el incidente, Cortés comenzó a reagrupar fuerzas; los bergantines estaban listos en Texcoco; solicitó hombres de Chalco, Tlalmanalco; envió mensajeros a Xicohténcatl Huehue y pidió refuerzos de Tlaxcala, Cholula y Huejotzingo. Entre los capitanes tlaxcaltecas viajaba Xīcohténcatl Āxāyacatzin (el hijo), quién nunca había querido ser aliado de Cortés. Pedro de Alvarado fue asignado al frente de Tlacopan. Cristóbal de Olid con el apoyo de Andrés de Tapia, Francisco Verdugo y Francisco Lugo por Coyoacán. Gonzalo de Sandoval, apoyado por Luis Marín y Pedro de Ircio, por Iztapalapa. Hernán Cortés quedó al mando de los bergantines desde Texcoco. 156 Antes de iniciar el ataque se supo que Xicohténcatl no se encontraba en su posición, probablemente por estar coordinando sus fuerzas o realizando tareas de acopio. Cortés aprovechó la ocasión para acusarlo de traición y lo sentenció a morir en la horca el 12 de mayo de 1521.157 Cortés siempre desconfió del capitán tlaxcalteca, quién había opuesto fuerte resistencia en las guerras confrontadas antes de ser aliados y con esta acción preventiva quiso eliminar la posibilidad de que sus más fuertes aliados se volvieran en su contra.158 La última ofensiva externa de las fuerzas leales a los mexicas provenía de los malinalcas, matlatzincas y cohuixcas. Cortés envió fuerzas a cargo de Andrés de Tapia y Gonzalo de Sandoval para detener su avance.162 Los conquistadores españoles pensaron que los mexicas estaban totalmente debilitados y realizaron una incursión general a la ciudad. En una escaramuza Cortés fue capturado, pero fue valientemente rescatado por Cristóbal de Guzmán, quien por salvar la vida de Cortés cayó prisionero en manos de los mexicas. En franca retirada, algunos otros españoles fueron hechos prisioneros.163 De acuerdo con las costumbres de guerra de los mexicas, los prisioneros fueron sacrificados a sus dioses en lo alto de sus templos. Impotentes, sus conmilitones pudieron observar los hechos a lo lejos, reconociéndolos por la blancura de su piel. Sin embargo el hecho dio ánimo a Pedro de Alvarado, quien, en su afán de venganza, se colocó a la vanguardia para el asalto final. Al final del sitio, que duró tres meses, Pedro de Alvarado tomó la plaza de Tlatelolco. Los tenochcas que aún quedaban confrontaron las últimas batallas y fue entonces cuando los conquistadores pudieron observar, horrorizados, que los mexicas no solo habían sacrificado a los prisioneros: además de extirparles el corazón, habían arrancado la piel de los españoles caídos para adornar sus templos u ofrendarla a su dios Xipe Tótec. En la refriega murieron algunos de los últimos señores y jefes mexicas. Los capitanes más destacados en la defensa del sitio por parte de los tlatelolcas fueron Coyohuehuetzin y Temilotzin, y por parte de los tenochcas Tlacutzin y Motelchiuhtzin. Cuauhtémoc se reunió en Tolmayecan con sus capitanes, intendentes y principales para deliberar la inminente rendición. 165 El 13 de agosto de 1521, correspondiente al día "1 coatl" del año "3 calli"166 del mes Xocotlhuetzi,167 Cuauhtémoc salió de Tenochtitlan en una canoa, probablemente con la intención de negociar la rendición, pero fue avistado y capturado por el capitán García Holguín, mientras la ciudad caía en manos de los españoles y de sus aliados. 168 Cuando Cuauhtémoc estuvo en presencia de Cortés, señaló el puñal que el conquistador llevaba al cinto y le pidió que lo matara, pues no habiendo sido capaz de defender su ciudad y a sus vasallos, prefería morir a manos del invasor. Este hecho fue descrito por el propio Hernán Cortés en su tercera carta de relación a Carlos I de España: De acuerdo a las estimaciones de Hernán Cortés, los conquistadores españoles, junto con sus aliados tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas, chalcas, cholultecas y demás coaligados mataron a más de cuarenta mil mexicas durante las últimas jornadas. López de Gómara describió en su obra que «el cerco duró tres meses, tuvo en él doscientos mil hombres, novecientos españoles, ochenta caballos, diecisiete tiros de artillería, trece bergantines y seis mil barcas. Murieron cincuenta españoles y seis caballos y no muchos indios. Murieron de los enemigos cien mil, sin contar los que mató el hambre y la pestilencia». 170
Para celebrar el acontecimiento, los castellanos se reunieron en el palacio del señor de Coyoacán Coapopocatizin, pues en Tenochtitlan el hedor era insoportable. Organizaron un banquete con vino, carne de cerdo, carne de pavo y tortillas de maíz en abundancia. Al día siguiente celebraron misa y se cantó un tedeum.171 Restauración de la ciudad y tormento de Cuauhtémoc A Cortés no le interesaba en ese momento la muerte de Cuauhtémoc. Prefirió utilizar ante los mexicas su reconocimiento como tlatoani, aunque en realidad ya era súbdito del emperador Carlos V y del propio Cortés. Así lo hizo con éxito, aprovechando la iniciativa y el poder de Cuauhtémoc a quién le restituyó el status de noble mexica, respetado y bien tratado pero cautivo, para usar su prestigio y autoridad a fin de gobernar a los vencidos, asegurando la colaboración de los mexicas en los trabajos de limpieza y restauración de la ciudad. Lo primero que ordenó fue restablecer el suministro de agua potable a la ciudad. La reconstrucción de Tenochtitlan se realizó al estilo renacentista europeo para convertirla más tarde con el nombre de México, en la capital de la Nueva España, que fue el primer virreinato de las Indias.172 La codicia por el oro no se hizo esperar y no conforme con trescientos ochenta mil pesos oro ya fundido en barras de acuerdo a la crónica de Díaz del Castillo, o ciento treinta mil castellanos según la crónica de López de Gómara; el tesorero Julián de Alderete exigió el tormento de Cuauhtémoc, para que éste confesase donde se escondía el resto del tesoro de Moctezuma Xocoyotzin. Fue entonces cuando a Tetlepanquetzaltzin y Cuauhtémoc les untaron los pies de aceite acercándoselos al fuego. Aquél se quejó con Cuauhtémoc del martirio y éste le respondió: «¿Acaso estoy yo en algún deleite o baño?». Años más tarde en España, recayó en Hernán Cortés la culpabilidad de permitir el martirio. 173 Se hizo entonces el recuento de los tesoros y se separó el quinto real, el cual incluía oro, perlas, plata, tarros, platos, ídolos de oro así como figuras de peces y pájaros, ropas lujosas de sacerdotes, plumas exóticas, animales vivos como aves, jaguares, y esclavos. Alonso de Ávila y Antonio de Quiñónez fueron los que llevaron este cargamento en tres carabelas, pero fueron asaltados por corsarios franceses comandados por Jean Fleury cerca de las islas Azores.174 Todo el quinto del rey fue robado y los españoles fueron hechos prisioneros. Ávila fue puesto en libertad dos años más tarde. 175 Entre los conquistadores se realizó la repartición de oro. Descontando el pago a la corona, el porcentaje de Cortés, los gastos de expedición y los altos pagos de algunos capitanes, la suma a repartir entre la tropa sólo alcanzó los setenta pesos. La cantidad era ridícula, pues en ese tiempo una espada tenía un costo de cincuenta pesos. 176 Para conseguir nuevos tesoros y subir el ánimo de los hombres, Cortés organizó de inmediato nuevas expediciones. De esta forma evitó una rebelión.177 El caudillo español solicitó el envío de frailes o sacerdotes evangelizadores. Mientras tanto se estableció en Coyoacán a donde llegó su mujer, Catalina Juárez «la Marcaida», quien falleció al poco tiempo. 178 Cuando en 1522 se recibió en la Nueva España la autorización correspondiente por parte del rey, Hernán Cortés comenzó la asignación de tierras a los soldados y capitanes participantes de las campañas, usando el régimen de encomiendas.179
2.2. Estrategias de conquista y territorios efectivamente ocupados La estrategia de conquista seguida por los conquistadores españoles fue la de tomar posesión de la mayor extensión posible de territorio fundando fortalezas o ciudades fuertes en medio de las zonas que poseían una mayor densidad de población autóctona. Se trataba de instalar población blanca en los centros de poder de los imperios agrarios americanos con el objetivo de captar los excedentes agrícolas y manufacturados de las comunidades agrarias a través de la encomienda de indios. La producción que antes se tributaba para la manutención del culto y la nobleza ahora debía ser captada por los encomenderos y por el imperio español por medio de un complejo sistema de imposiciones. Se trata del ideal señorial que intentó implantar la hueste indiana (Mellafe; 1995). Pedro de Valdivia fundó 10 ciudades y fortalezas para mantener bajo dominio y control un territorio de alrededor de 350.000 km². (pero en definitiva el control se pudo ejerecer sólo sobre 190.000 kilómetros cuadrados) sobre el cual vivía una población indígena cercana al millón. Siguiendo la estrategia de conquista, Valdivia repartió todos los indios en encomiendas y dio tierras a sus soldados y a todos quienes solicitaran avecindarse en las ciudades de la nueva gobernación de Chile. Sin embargo, en 1553, la primera gran sublevación destruyó casi todas las fundaciones, además de la vida del propio Valdivia. Con todo, esta estrategia fue continuada por García Hurtado de Mendoza en 1557, quien pronto se dio cuenta que, en el caso de Chile, donde no existía un poder imperial que podía ser reemplazado por un puñado de audaces conquistadores, no era posible aplicar un modelo de ocupación territorial de frontera abierta. En Chile no había una pirámide de poder
social y económico que capturar. Por ello, no era posible reproducir la misma estrategia que se había utilizado para conquistar los grandes imperios precolombinos de México y Perú. En Chile no había imponentes construcciones, ni una nobleza imperial, ni grandes depósitos estatales de mercadería. La ocupación territorial prehispánica en estos territorios consistía en una serie de tribus independientes que no estaban acostumbradas a ser sometidas. No era posible, entonces, crear ciudades para el control de cada grupo, tampoco se les podía dominar fácilmente. Por otra parte, el mínimo excedente que producían era insuficiente para mantener los asentamientos españoles. La obtención de tributos sólo se pudo lograr con los brutales trabajos en los lavaderos de oro. A mayor abundamiento, en el caso de Chile los primeros tiempos de la conquista fueron de guerra permanente con los diversos caciques araucanos. La guerra de Arauco debilitó el poder señorial y debilitó la incipiente economía. La articulación comercial interna era débil y el ambiente hostil. Finalmente, los españoles lograron formar unidades económicas autárquicas y cerradas sin relaciones comerciales con las demás regiones del país, aunque poco a poco se fueron abriendo al comercio extraregional, según lo comenta Mellafe (op.cit.). La rebelión indígena de 1598 terminó por hundir definitivamente el proyecto de ocupación territorial valdiviano. Desde 1553 no hubo una paz completa y duradera con los indios del sur. Siempre había un cacique sublevado que sembraba la intranquilidad. No obstante, la rebelión de 1598 fue total. Recién en 1603 se llegó a establecer la tranquilidad entre el río Itata y el Bío Bío, quedando Chillán y Concepción como avanzadas de ocupación. Desaparecieron todas las ciudades del sur, con excepción de las de Chiloé. La ocupación española se redujo de 350.000 km2 a unos 190.000 km2. El reino de Chile no desapareció pues el núcleo central logró detener el avance de los indios rebeldes y el virreinato peruano estaba obligado a mantener bajo control y vigilancia el paso por el estrecho de Magallanes y las costas del océano Pacífico. En consecuencia, desde entonces, debió enviar un Real Situado con el objetivo de financiar la defensa de Chile y solventar los gastos de manutención de un ejercito permanente y profesional y no la hueste de conquista. De este modo, en Chile, el rey “no tiene un maravedí de provecho, sino infinitos gastos” (Jara; 1984). Desde entonces se impuso una frontera militar y al mismo tiempo un sistema de relaciones fronterizas. Los españoles debieron renunciar al territorio situado al sur del Bío Bío, relativamente rico en oro y población. No obstante, la economía tuvo un incentivo en la provisión del ejército permanente situado a lo largo de la línea de fuertes de la frontera. Con el tiempo, la frontera proporcionó la oportunidad de comerciar aguardiente, vinos, objetos elaborados de hierro, esclavos araucanos, ganado y oro, producido este último por los mismos indios de guerra. De este modo, se configuraba lo que ha sido llamado el Chile tradicional o núcleo central del país también denominado como “la cuna de Chile”. Es decir, el territorio efectivamente ocupado por los españoles o más bien por los criollos y mestizos. Al interior del territorio realmente ocupado, las haciendas se fueron conformando en sentido oriente–poniente. Los espacios relativamente limitados exacerbaron la vigilancia del ganado, principal producto en el siglo XVII, denominado por Benjamín Vicuña Mackenna como el “siglo del sebo”. No era una economía orientada al consumo de carne sino al aprovechamiento de la grasa y el cuero. Pastores arrieros y vaqueros fueron distribuidos por los hacendados en puntos claves al interior de sus tierras: en sus límites, en las rinconadas de invernadas y en las pequeñas pampas donde el ganado pasaba diferentes épocas del año. El paisaje característico del campo chileno del siglo XVII y gran parte del siguiente es de modestas casas de administradores, graneros, corrales y los trabajadores de las estancias repartidos en grupos de dos o tres ranchos distantes unos de otros. El viajero podía caminar leguas antes de encontrar un par de ranchos y así se repetía el paisaje en jornadas de días enteros. Lentamente surgió, entonces, una primera estructura de latifundio o latifundio antiguo, que logró desarrollarse en base a modestas exportaciones de productos derivados de la ganadería, además de algo de cobre y trigo, vino, frutas secas y jarcias. Se trata de las simientes de lo que más tarde el célebre ministro Diego Portales denominaría “el peso de la noche” o el poder de la hacienda. En fondo lo que tiene lugar es un reorientación general de la sociedad hacia un proceso de creciente ruralización y explotación agrícola. A lo largo de todo el siglo XVII no se estableció ningún centro urbano de importancia y la población se dispersó por el territorio. A mediados de este siglo se habían repartido y dividido todas las tierras disponibles para explotación agrícola entre Santiago y La Serena. Desde entonces la hacienda se transformó en un microcosmos social autónomo y autosuficiente presidido por el hacendado, especie de intermediario entre el mundo urbano y rural y dueño del poder total en el mundo rural. Entonces lo normal era que los corregidores administrasen desde sus propias haciendas los territorios bajo su jurisdicción, inclusive la administración de justicia.
Cortés estableció alianzas con los enemigos de los aztecas. Entre ellos estaban los tlaxcaltecas. Sabía que él sólo no conquistaría ese imperio. Por lo que debería actuar rápido y con desición. Apresando a Moctezuma inmediatamente, el imperio azteca quedó sin mando y el imperio se reveló, por lo que Cortés huyó, salvándose milagrosamente, muriendo muchos españoles en la huida. Posteriormente Pánfilo de Narváez intentó apresar a Cortés, pero fué derrotado, uniéndose el ejército de Narváez con el de Cortés fortaleciéndose éste último. A su regreso, Cortés construyó bergantines para entrar por los canales que cruzaban el imperio, como lo dice Bernal Díaz del Castillo, causando gran daño, además de que la población ya estaba mermada por la viruela. Cuauhtémoc peleó con todo lo que tenía pero fué insuficiente. Siendo apresado poco tiempo después del regreso de Cortés
Los Mexicas u lo Aztecas cayeron porque habian hecho un gran imperio sometiendo a muchos pueblos del centro de Mexico los cuales les pagaban tributo aparte que los Aztacas eran un tanto crueles con ellos ya que para hacer los sacrificios a sus Dioses no sacrificaban a gente Azteca sino que hiban a traer gente de los pueblos sometidos por eso muchos pueblos entre ellos los Tlaxcaltecas sus mas fieros enemigos y a los cuales los Mexicas no habian podido someter ayudaron a los Espanoles para derrotarlos. En cuanto a las tecnicas de la conquista en el norte de Mexico fueron distintas los indios del norte de Mexico eran indomitos y barbaros lo espanoles mandaron misioneros y critianizarlos apoyando las misiones por un Presido (puesto militar) Luego despues de cristianzar a los indios y hacerlos sedentarios ya que eran nomadas, luego se traian colonos principalmente espanoles y mestizos para formar poblados así surgieron (chihuahua Nueva Vizcaya en la colonia) Jalisco Nieva Galicia en la colonia) Nuevo Leon que conserva el nombre y Tamaulipas antes Nuevo Santander.
Cortes se dio cuenta de la naturaleza traicionera, hipocrita, envidiosa y servil de los indios de todas las etnias. Simplemente los exploto a su beneficio. Los Mexicas permitieron su esclavizacion por que no habia de otra, y los demas pueblos, que creian haber esclavizado a los tiranos del anahuac, cayeron en la misma esclavitud, nunca comprendieron que juntos eran una gran nacion, y separados eran un grupo de pueblos pobres, mal organizados que vivian aun en el neolitico. Principalmente utilizar las creencias de los mexicas a su favor, con respecto a que Hernan Cortez supuestamente representaba a su Dios Quetzalcoatl, también aprovechar las divisiones que existian entre los diferentes pueblos como los tlaxcaltecas, que estaban resentidos por tener que pagar tributos constantemente y ofrecer a su gente en sacrificio; y por ultimo y mas importante que los mexicas no mataban a sus enemigos en batalla solo tomaban prisioneros, sobre todo no tenían armas tan potentes como los cañones y rifles en cambio los españoles podían matar a sangre fría. Si le quieres llamar estrategia a tratar de convertirlos al cristianismo y haberlos asustado montando caballos los cuales no conocian y creian que era un hombre con cuerpo de anmal, a las matanzas, al haber violado a sus mujeres y quitarles el oro, pues entonces esa fué, Te recomiendo leas el libro," la conquista de méxico" EDUARDO DEL RIO mejor conocido como RIUS, en una breve historia además de chusca entenderas más como fue la dichosa conquista hasta nuestros días. Su estrategia fue la de dividir y atacar a grupos mas pequeños de resistencia mientras que se unian con tribus oprimidas por los Aztecas a las que les prometian mejor trato y reconocerles lugares de privilegio, pero al final, como es natural, los traicionaron tambien.
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