Configuracion Practico Funcional

July 6, 2017 | Author: Alhe Grimaldo | Category: Industries, Capitalism, Textile Industry, Poverty, Poverty & Homelessness
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Descripción: Configuración Ptráctico-Funcional...

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CONFIGURACION PRACTICO FUNCIONAL Configuración práctico-funcional de productos industriales en los siglos XIX y XX

Principales Exponentes • • • •

Shaker Primitiva industrialización de la Gran Bretaña Bauhaus Funcionalismo



A principios del siglo xx, cuando se comenzó a superar el periodo del Art Noveau, surgió el concepto FUNCIONALISMO, que fue un movimiento basado en el racionalismo de la forma, además de la utilización y adecuación de los medios materiales en fines utilitarios o funcionales, pero sin embargo puede ser considerado como medida de perfección técnica, pero no necesariamente de belleza y se aplicó tanto para el diseño gráfico, como en el ámbito del diseño industrial.



Las teorías funcionalistas toman como principio básico la estricta adaptación de la forma a la finalidad o “la forma sigue a la función” que es la belleza básica; pero que no es incompatible con el ornamento, que debe cumplir la principal condición de justificar su existencia mediante alguna función tangible o práctica, ya que no es suficiente deleitar a la vista, sino que también debe articular la estructura, simbolizar o describir la función del edificio, o tener un propósito útil.

Los Shakers nos ofrecen un claro ejemplo de cómo puede desarrollarse el entorno objetual a partir de la forma de vida, es decir, de las posibles formas de satisfacción de necesidades.

Usaban el colectivismo y eran económicamente independientes. Su ideología era cercana a la comunista, pues se basa en la igualdad, fraternidad y anti violencia. Su origen está marcado por la situación social que acompañó a la primitiva industrialización en Inglaterra con sus características de pobreza, opresión, enfermedad, miseria, desigualdad, explotación y violencia. Sólo mediante una modificación radical de la vida podía variarse esta situación, por lo que una creencia visionaria y una evasión hacia una utópica forma de vida significaban una ayuda. Las creencias de los Shakers contenían términos religiosos: • Todos los hombres son iguales y todos tienen los mismos derechos y los mismos deberes. • Todos los hombres son independientes y libres. • Nadie tiene derecho a la propiedad privada.

El Modo de vida de los Shakers, deriva de su religión. Los conceptos de referencia son: la perfección, el orden, la pureza, y la simplicidad. Pensaban que “Toda fuerza engendra una forma”. Cada objeto debe cumplir simplemente con su función sin elementos superfluos. Sacralizaban el valor de uso hasta la perfección, es decir la utilidad es la belleza. La simplicidad encarna la pureza y la unidad. El orden debe reinar y las formas inútiles son proscritas. Codificaban los colores colectivamente y prescindían de figuras. Las formas de vida y los métodos de producción de los shakers se basaban en los principios que constituían sus creencias. En oposición a la entonces naciente producción industrial, los shakers fabricaban sólo para uso propio y únicamente cuando éste ya estaba cubierto, para el «mundo profano».

La unidad de religión y de forma de vida configuró un entorno personal de un elevado orden, simplicidad y pureza. En el conjunto de su entorno objetual no intervinieron configuradores especializados, sino los propios miembros de las comunidades según reglas perfectamente establecidas. 1. Los colores deben ser claros y suaves pero nunca opacos. Los fondos blancos realzan la pureza.

2. El mobiliario es muy ligero y fácil de transportar para ser trasladado fácilmente. Muchas cosas eran colgadas en listones a manera de percheros que corrían en las paredes. 3. Piezas prácticas, funcionales y de austera ornamentación, construidas con maderas locales como el arce, el pino y el cerezo. 4. Cada detalle tiene su razón y cada objeto su función en su lugar específico.

ó ñ La Gran Bretaña de esta época era el centro de la economía mundial, gracias a su expansiva política colonial y a su voluminosa flota mercante, que en 1750 comprendía unos 6000 buques. El intercambio de matérias primas de ultramar, principalmente algodón, por productos de la industria británica formaron las bases de las relaciones económicas mundiales. La industria británica se desarrolló en virtud de este comercio con ultramar. La importación de algodón en bruto favorecía ante todo a las manufacturas textiles de Manchester. Eric J. Hobsbawm designó esta expansión de la industria textil entre 1780 y 1840 como la primera fase de la Revolución Industrial británica.

La mayor parte de la primitiva industria posterior a 1750 se asentaba en el campo, y la producción discurría en forma de trabajo hogareño, que al principio se efectuaba junto a las tareas agrícolas y más tarde como tarea principal. Así surgieron las colonias industriales que se surtían de materias primas a través de comerciantes al por mayor, quienes recompraban después los productos manufacturados y alquilaban además los medios de producción como telares y herramientas.

La dotación de la esfera privada del trabajador, a consecuencia del bajo poder adquisitivo, era humilde y constaba la mayoría de las veces únicamente de un par de sartenes, pucheros y un horno. La configuración de estos utensilios no era consciente, se supeditaba a los fines, a los materiales empleados y a los procesos de fabricación manual.

El sistema económico británico se basaba en el principio del capitalismo, en el que los hombres se dividían en dos clases: propietarios de tierras y medios de producción y trabajadores que ponían a contribución su trabajo a cambio de un salario. El Imperio naciente se concentraba así en las manos de unos pocos empresarios. Los productos industriales de aquel tiempo eran buques a vapor, ferrocarriles, máquinas y bienes de equipo configurados principalmente según los principios de la economía. Estos productos no se desarrollaban para satisfacer las necesidades de quienes los fabricaban, sino para engrandecer el sistema industrial británico, que funcionaba sobre la base del capitalismo y el progresivo incremento del mismo a través de la exportación de los productos fabricados. Por esta causa, tales productos se orientaban en escasa medida hacia el usuario, y su configuración, por los motivos antes expuestos, era el resultado de los principios de la producción más económica: empleo de materiales, trabajo y procesos de producción con los costes más favorables posibles a fin de alcanzar el mayor beneficio posible.

La situación de los trabajadores sólo empezó a mejorar en el último cuarto del siglo XIX, cuando una gran depresión redujo las oportunidades de la economía británica.

Estimulada por Estados Unidos, la industria británica empezó a fabricar productos de uso duraderos La máquina de coser fue uno de los primeros allá por los años 1890.

Tras el cambio de siglo, debido al incremento del poder adquisitivo de la población laboral, se desarrolló la industria de los bienes de uso, cuyos productos, fabricados en masa, encontraron cada vez mayor salida.

Los productos de aquella época no surgieron todavía con un propósito consciente de configuración, sino que su apariencia visual caía dentro de las responsabilidades del constructor, que a todas luces juzgaba las funciones prácticas de los productos industriales y las posibilidades de su ejecución racional como los factores de influencia más importantes.

Con el cambio de siglo, transcurrió aún mucho tiempo antes de que se normalizase el proceso industrial mediante el sistema de distribución del trabajo; el configurador de productos industriales todavía no colaboraba con el constructor. La totalidad de la fase de desarrollo la ejecutaban los constructores.

Una excepción era la Allgemeine Elektrici- táts Gesellschaft AEG en Berlín, que ya en 1907 encargo al arquitecto Peter Behrens la configuración de los productos y de todos los impresos además de la de los edificios. Peter Behrens fue el primer configurador de Alemania cuya actividad coincide en principio con la del configurador que hoy designamos como diseñador industrial.

PETER BEHRENS Y LA AEG

En la Bauhaus la apariencia visual determina elementalmente una teoría estética. Era objetivo de esta institución resumir todas las disciplinas artesanales y artísticas de la construcción bajo la primacía de la arquitectura. Modelo de ello fueron los maestros de obra de las catedrales de la Edad Media en los que se reunían todas las disciplinas que tomaban parte en la construcción.

De acuerdo con esta idea, en la Bauhaus había los talleres más diversos; los talleres metalúrgicos y los de carpintería fueron los que aportaron los resultados más interesantes en lo que se refiere a la configuración de productos industriales, y posteriormente unidos, recibieron la denominación de talleres de construcción y desarrollo.

La evolución de la Bauhaus fue complicada, llena de facetas, y los productos del trabajo de los talleres estuvieron sometidos a múltiples intereses, disputas e influencias externas.

La Bauhaus existió en Weimar desde 1919 hasta 1925. Se disolvió en 1925 al término de los contratos de los maestros, a causa de diferencias con el Gobierno turingio, y fue trasladada a Dessau. En la primera fase de la Bauhaus en Weimar, cuando fueron llamados como maestros los más importantes artistas de la época, las enseñanzas se centraron en el ámbito de los trabajos manuales y a éste pertenecieron los resultados obtenidos. Se trataba principalmente de piezas individuales hechas a mano. Esto constituyó un acierto tanto para los productos del taller metalúrgico como para los de carpintería, en los que en parte se desarrollaron muebles para las obras que Walter Gropius proyectaba como arquitecto libre.

Desde 1925 hasta 1932 la Bauhaus estuvo en Dessau. Walter Gropius tuvo la oportunidad de proyectar un nuevo edificio escolar que en 1926 pudo albergar los servicios de enseñanza. Esta segunda etapa de la Bauhaus se vio marcada por el creciente empleo de conocimientos científicos en la actividad de la configuración. Tal tendencia se consolidó a partir de 1928 con el nuevo director de la Bauhaus, Hannes Meyer. En los primeros momentos, se elaboraron principalmente productos de uso hechos a mano como piezas individuales, y más tarde se configuraron productos de uso con miras a una producción industrial iniciada sobre la base de estrechos contactos con empresas industriales.

La tercera etapa, que empezó con el cierre de Dessau y el traslado a Berlín y terminó con el cierre de la Bauhaus, convertida en instituto privado por los nacionalsocialistas, carece de interés para lo que nos afecta.

Atendiendo a la configuración práctico-funcional de productos industriales en la Bauhaus, evidentemente es esencial la segunda etapa de 1925 a 1932.

Ya se mencionó al principio que la configuración prácticofuncional de productos industriales de la Bauhaus se basaba en teorías estéticas, en oposición a los productos de los shakers y a los de la primitiva industrialización de Gran Bretaña. Los elementos configurativos utilizados en la Bauhaus se habían utilizado con anterioridad en el campo artístico.

Ya los artistas del cubismo, del constructivismo y los artistas del grupo De Stijl redujeron las apariencias visuales de sus obras de arte a elementos geométricos como el cuadrado, el triangulo y el circulo en el campo de las dos dimensiones, o a los elementos plásticos cubo, pirámide de tres caras y esfera.

La lámpara de mesita de noche de Marianne Brandt de 1927 o los muebles de tubo de acero de Marcel Breuer, que después de 1926 fueron fabricados industrialmente y vendidos con gran éxito, constituyen ejemplos de productos industriales de la Bauhaus de configu- ración práctico-funcional que tras 1945 se convirtieron en guía para un nuevo diseño industrial

el concepto de funcionalismo se ha aplicado en el pasado muy unidimensionalmente, casi de modo exclusivo para aquellos entornos objetuales en los que destacaban las funciones prácticas. Las teorías de los funcionalistas aportan criterios que pueden emplearse en la producción industrial: • Liberación de los productos de «lo inútil» y «lo superfluo» (por ejemplo, ornamentos o efectos lúdicos). • Empleo de principios de construcción técnico-físicos y técnico-económicos. • Utilización racional de los métodos disponibles hacia objetivos bien determinados. • Mínimos gastos hacia rendimientos máximos. • Costes mínimos de fabricación y de explotación. • Renuncia a la configuración de los productos bajo influencias emocionales.

Trabajo: Realizar una Critica del Funcionalismo y realizar una línea del tiempo con Los objetos mas representativas de los estilos entes mencionados.

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