Concierto Para Cuatro Cerebros

July 28, 2017 | Author: Bioesencia Cosmetica | Category: Hypnosis, Psychoanalysis, Anthropology, Psychotherapy, Psychology & Cognitive Science
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concierto para cuatro cerebros en psicoterapia

quince años después

serie técnicas

TERESA ROBLES

concierto para cuatro cerebros en psicoterapia

quince años después

Quinta reimpresión México, 2010 Cuarta reimpresión México, 2007 Tercera edición México, 2005 © Teresa Robles; 1990 diseño de la colección y portada: Carmen Ramírez Hernández correctora de estilo: Malú de Dios [email protected] Alom Editores, S.A. de C.V. Tels.: 8500-6161, 8500-6262, 8500-6363 y 5593-5875 José Ma. Velasco Nº 72-402 [email protected] www.hipnosis.com.mx

ISBN 968-6513-00-0 Te agradecemos que compres y distribuyas nuestros materiales para continuar produciendo nuevos, pero si conoces a alguien que necesite éste y no puede comprarlo, por favor cópiaselo. Gracias por ayudarnos a construir un mundo mejor. Impreso y hecho en México

El logotipo del Centro Ericksoniano de México es un glifo del Calendario Sagrado Maya o Tzolkin. Se llama CIMI, el Enlazador de Mundos y representa un puente. Es también el glifo del cambio. Queremos enlazar la Ciencia y la Espiritualidad, la Investigación y el Trabajo Clínico, los distintos tipos de Medicinas y técnicas de Sanación, el Conocimiento y el Servicio, La Razón, el Cuerpo y la Emoción, el Afuera y el Adentro, sirviendo de puente entre el pasado, el presente y el futuro de las personas que nos consultan, sirviendo de enlace entre las personas, familias y grupos que llegan a nosotros. Al adoptar como logo este símbolo sagrado, formalmente nos ofrecemos como canales para realizar, desde nuestro lugar y en la medida que nos corresponda, este enlace, trabajando como un equipo quecolabora,participaycreceenconjunto.

ADVERTENCIA: Las técnicas que aquí se presentan son muy fáciles de aprender y de usar, sin embargo, solamente deberán ser utilizadas por especialistas y en un contexto terapéutico porque: “aprender a inducir un trance es igual que aprender a inyectar. Cualquiera es capaz de hacerlo, pero para saber qué se inyecta es necesario el conocimiento médico. Y se puede enfermar o matar a alguien con una inyección”.

ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS CONCIERTO PARA CUATRO CEREBROS, QUINCE AÑOS DESPUÉS... Prólogo a la tercera edición. Teresa Robles PRÓLOGO A LAS EDICIONES ANTERIORES. Daniel Araoz INTRODUCCIÓN ANTECEDENTES

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PRIMERA PARTE CÓMO SE CONSTRUYE LA REALIDAD 1. LA REALIDAD ¿SE CONOCE O SE CONSTRUYE? 2. El CEREBRO. Marcelo Álvarez Un poco de historia ¿Cómo entonces se estudia al cerebro y sus funciones? Conociendo al cerebro: una forma de empezar ¿Y para qué dos cerebros? ¿Cuáles son las destrezas o talentos especiales de cada uno de los hemisferios? Algunas de las características diferenciales de los dos cerebros 9

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¿Cuántas otras destrezas o talentos especiales son característica del hemisferio derecho? ¿Y que hay del hemisferio izquierdo? Y, aquí no acaba la historia Los nuevos modelos ¿Y dónde se encuentra esa información? ¿Y qué hay del observador? El modelo holográfico ¿Cuáles son las formas de llegar a estos estados diversos de conciencia?

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SEGUNDA PARTE CÓMO SE RE-CONSTRUYE LA REALIDAD 1. BUSCANDO CAMINOS CON CORAZÓN 2. EL INICIO DEL CAMINO. Métodos de inducción de trance Crear o revivir una escena placentera Inducción a través de la percepción de sensaciones Inducción a partir de la percepción de un afecto o de un dolor Inducción a partir de la utilización de metáforas Inducción a través de la disociación Inducción para entrenar en autohipnosis 3. CÓMO SE MANTIENEN LA DIRECCIÓN Y EL CAMINO. Las técnicas para sugerir 4. DESATANDO NUDOS, HACIENDO CAMINO AL ANDAR, O TRAZANDO ESTELAS EN LA MAR. Diferentes técnicas para reconstruir la realidad DESATANDO NUDOS. Recuperación de aprendizajes y recursos internos.

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HACIENDO CAMINO AL ANDAR, CAMINOS QUE PODEMOS VOLVER A CAMINAR Reconstrucción de situaciones desagradables Reconstrucción de la historia Reconstrucción de sueños HACIENDO CAMINO AL ANDAR... CAMINOS QUE QUEDAN ATRÁS... QUE NO SE HAN DE VOLVER A PISAR TRAZANDO ESTELAS EN LA MAR... El trabajo con símbolos RECORRIENDO CAMINOS UNIVERSALES... El trabajo con metáforas HACIENDO CAMINO AL ANDAR... CAMINOS CON CORAZÓN 5. DESATANDO NUDOS, HACIENDO CAMINO AL ANDAR Y ESTELAS EN LA MAR, EN EL CASO DE SHARON

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Quisiera agradecer de manera muy especial: — A mis raíces, entre las que está mi familia de origen, padres y hermanos, y que a veces siento mucho más profundas de lo que parecen. — A Roberto, que un día paró en seco mi hiperactividad, me tiró al pasto y me enseñó a disfrutar ver pasar las nubes. — A Andrés, Cecilia y Daniel que con sus sonrisas, sus juegos y el simple hecho de crecer junto a mí, me llenaron de amor y dieron rienda suelta a mi imaginación. Me da un gusto enorme que Cecilia esté colaborando con nosotros y apoyándonos desde su lugar. — A Rodolfo, Fernanda y Elena que se sumaron después y me dieron, hasta ahora, ocho nietos maravillosos: Rodolfo, Ana Ceci, Renata, Roberto,Aranza, Sofía, Martín y el bebé que está por llegar. — A mi segunda familia: suegros, cuñados y sobrinos, siempre llenos de vida, de colores, de luz; siempre cercanos y apoyando. — A Jorge, que escribió un capítulo en la primera edición, y recorrió conmigo un buen tramo del camino. —AMarcelo, que escribió el nuevo capítulo sobre el cerebro. — A Anita, que al ocuparse durante 30 años de los detalles prácticos y cotidianos, me permitió darme el gusto de estudiar y escribir durante largas noches y días, sin preocupaciones. — A todos mis pacientes, alumnos y amigos que me han abierto las puertas de su mundo interior permitiéndome sentir y crecer junto con ellos. — A Agustín Monsreal, que recorrió conmigo paso a paso el camino de la redacción de este libro, siempre animándome con su interés y su aprobación y que, sobre todo, me dio permiso de escribir como se me diera la gana. — A mis primos Luz del Carmen y Bernardo Ledesma, quienes hace quince años, cuando estaba terminando de escribir este libro, formaron con JorgeAbia y conmigo la editorial. — A todos mis queridos colaboradores en el Centro, que tienen la camiseta grabada y están siempre dispuestos a hacer realidad cualquier locura que me pase por la cabeza, como crear dieciocho cursos on-line en un mes, revisar y corregir un libro en dos días, 13

hacer un proyecto en una noche, sacar adelante una revista durante un año, de la nada. Nunca acabaré de agradecerles que estén aquí, en este lugar, en esta vida, colaborando, soñando. En orden alfabético son: Alejandra, Alejandro, Arturo, Beatriz, Bichis, Carmen, Cécile, Eduardo, Evangelina, Fernando, José Neif, Juanita, Lalo, Lizett, Magdalena, Malú, Márgara, Margarita, Mercedes, Miguel Ángel, Naty, Paula, Rosa María, Rocío, Rosie, Rosy, Saúl, Socorro, Zaira. — A todos los terapeutas de Yo Soy Creciendo, que han ofrecido innumerables horas de trabajo voluntario apoyando a personas de pocos recursos. —Anuestros nuevos capacitadores que están integrándose como equipo con gran entusiasmo. — Y, por supuesto, a todos los que han pasado por aquí dejando su granito de arena...

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CONCIERTO PARA CUATRO CEREBROS, QUINCE AÑOS DESPUÉS... Prólogo a la tercera edición

Quince años después, lector, lectora, alumno, alumna, colega, ¿qué hay de nuevo? Me parece que mi pensamiento se ha vuelto más flexible y juguetón y mi forma de trabajar, más simple. Sin embargo, lo esencial de mi propuesta de trabajo permanece. Quince años después, he disfrutado mucho releer este libro, redescubriendo técnicas y verbalizaciones olvidadas que he vuelto a utilizar. El texto, me gustó tal cual está. Decidí que no valía la pena tratar de modificarlo para “actualizarlo” porque es fluido, coherente y sigue ofreciéndonos una forma de hacer psicoterapia muy útil y eficaz. La misma, en esencia. Simplifiqué y actualicé la bibliografía, haciendo referencia a publicaciones mías más recientes, cambié algunas afirmaciones drásticas por frases en lenguaje tentativo, pulí un poco la puntuación. Solamente cambié una técnica: la Abreacción Silenciosa, tomada de Edelstein porque, como veremos al hablar de la Física Cuántica, tal parece que lo que imaginamos es una realidad e influye sobre la materia y las personas implicadas. Sustituí esta técnica por el ejercicio para quedar en paz con los demás, que utilizo actualmente. Pedí al Dr. Marcelo Álvarez, querido amigo y colaborador, que escribiera el capítulo sobre “El cerebro”, a partir de los nuevos paradigmas de la neurología, congruentes con mis nuevos marcos de referencia y que sustituye al de Jorge Abia que aparecía en las ediciones anteriores. Durante la lectura, me llamó la atención, que en ese tiempo miraba al paciente y mis intervenciones casi exclusivamente desde los lentes de la teoría psicoanalítica. Quiero comentarte lector, 15

lectora, que cada vez utilizo menos conceptos de esta teoría y mis lentes se han diversificado. Por fin, he logrado integrar mi formación como antropóloga a mi forma de hacer psicoterapia ericksoniana. Estoy incursionando en el campo de la Etología (estudio de la conducta instintiva) humana y fascinada al darme cuenta de cómo los nuevos paradigmas de la ciencia, expresados en la Física Cuántica, son útiles para entender qué sucede cuando trabajamos con estados amplificados de conciencia (como es el trance hipnótico natural), y nos abren caminos y estrategias para 1 utilizar en la psicoterapia . En realidad, este capítulo fue idea e iba a ser escrito por un queridísimo amigo que, por motivos de salud, no pudo hacerlo y ya que me toca hacerlo a mí, me gustaría expresarte mis ideas, lector, lectora, de la manera siguiente: 1. Comentarte primero mis principales cambios en la técnica durante los últimos quince años y en qué publicaciones puedes leer más sobre ellos. 2. Compartirte después las aportaciones de nuestros nuevos marcos de referencia.

Loscambiosen la técnica 1. Mecanismos de protección La idea de usar mecanismos para proteger el trance, surgió de constatar que en muchos seminarios y congresos a los que asistía, las grandes figuras de la hipnosis hacían demostraciones o inducciones de trance para mostrar sus técnicas y, al acabar su exposición, se iban y yo me encontraba entre los asistentes a varias personas que se sentían mal porque al observar la demostración habían entrado en trance, y ya ahí, aparecían mudos apretados de su mundo interno que estaban pendientes de resolver y su proceso quedaba a la mitad. Permanecía un rato ayudándolos a terminar el trabajo que habían iniciado y a sentirse bien. A partir de estas situaciones, me surgió la inquietud de proteger el proceso durante el trance para asegurarme que la persona llegara a buen puerto, es decir, terminara sintiéndose mejor de como había empezado y así continuara después de la sesión. 16

Actualmente utilizo para esto tres mecanismos de protección: la 2 3 respiración como mecanismo de cambio, palabras “protectoras” 4 entremezcladas y la propuesta de una Parte Sabia que toma en sus manos el trabajo. Muy poco tiempo después de publicado Concierto para cuatro cerebros en psicoterapia , me di cuenta de que el hecho de utilizar la respiración como EL MECANISMO de cambio, era ya una protección, porque la respiración es un mecanismo saludable por definición y que continúa con la persona todo el tiempo, es decir, continúa realizando el proceso de cambio todo el tiempo que sea necesario, automáticamente. Empecé también a hacer como primer ejercicio un trance en el que sugiero que la respiración llega a todas las partes de la persona comunicándolas, limpiando en cada una lo que hay que limpiar, sanando lo que hay que sanar, acomodando lo que hay que acomodar, digiriendo emociones atoradas. Así, de manera indirecta, la respiración empieza a trabajar puntos clave y universales: la comunicación entre las distintas partes de la persona, sanar heridas, digerir emociones, elaborar situaciones pendientes, facilitando el trabajo terapéutico. Al uso de la respiración agregué la utilización de palabras protectoras que repito, entremezclando. Estas palabras son dos adverbios y dos gerundios: automáticamente, saludablemente, aprendiendo y disfrutando. Los adverbios en español son juegos de palabras (automáticamente, equivale a con la mente automática). Los gerundios corresponden a un presente en movimiento. Por estas razones, ambos son más fáciles de entender por el cerebro derecho. Cuando sugerimos que algo se dé “disfrutando”, estamos indirectamente deshaciendo el segundo de los tres nudos que 5 propongo en “Buscando caminos con corazón” como una de las explicaciones de por qué estamos mal si, como propone el Dr. Erickson junto con muchos otros grandes pensadores, todos 6 tendemos al crecimiento y al bienestar . Cuando sugerimos “estás aprendiendo”, estamos dando permiso a la persona de cometer errores como en todo proceso de aprendizaje humano, animándola a aprender de ellos, recaer y volverse a levantar. 17

Milton H. Erickson ponía el trabajo en trance en manos de la mente inconsciente de quienes lo consultaban. Como veremos un poco más adelante, yo propongo que tenemos una Parte Sabia que va más allá de la mente inconsciente. Al empezar un trance, pongo en sus manos el trabajo y al terminar, lo dejo en sus manos. De esta manera, ya no utilizo la técnica de Bandler y Grinder de la Bendición a través de la cual se sugiere que el proceso continúa mientras la persona duerme, a través de los sueños. 2. Respecto al uso de símbolos7 Como podrás ver, en este libro propongo evocar el símbolo del problema, luego el de los recursos y a continuación, con la ayuda de la respiración, el símbolo de los recursos actúa sobre el del problema, resolviéndolo o echándolo fuera. En la actualidad, sólo evoco el símbolo del problema y sugiero que la respiración lo transforma, lo digiere, o hace con él lo que tiene que hacer. Otra opción aún más sencilla es pedirle que entregue el símbolo del problema a su Parte Sabia y le pida que se ocupe de él. 3. Utilización de técnicas paradojales8 Las técnicas paradojales se han usado ampliamente en psicoterapias basadas en la Teoría de Sistemas, con personas que han aprendido a comunicarse principalmente a través de lo que se conoce como Doble Vínculo9. Yo considero que el Doble Vínculo se da y se sostiene por una relación entre disfraces (de desconfirmación de la persona), y que se deshace cuando empieza a darse una relación entre personas (de confirmación). En este tipo de relación se dan los siguientes elementos: - Haga lo que haga la persona, o aunque no haga nada, siente que está mal. - Intenta responder lo que supone son los mandatos del otro y no puede porque son contradictorios, se encuentra en una trampa, sin darse cuenta de que es así, y se angustia tratando de encontrar una solución. 18

- Está amenazada de quedarse sin el cariño de la otra persona y vive esta posibilidad como una constante amenaza de muerte. - Intenta evitar estas amenazas negando sus propias percepciones y deseos. - Vive soportando el presente con la ilusión de que algún día todo será maravilloso. Cuando alguien ha aprendido a lo largo de su historia a funcionar en una relación de doble vínculo, llega a consulta pidiéndonos cambiar porque se siente mal, sufre. Pero en otro nivel, casi siempre encubierto, nos pide que le permitamos seguir igual. La persona quiere cambiar, pero si cambia en terapia, después de no haber podido cambiar sola, siente que está mal (esta sociedad nos enseña que sólo hay un lugar para el que está bien), que perdió frente al terapeuta, quien resultó más capaz que ella. Pero si no cambia, también está mal, porque sigue sufriendo. Si el terapeuta en su afán de ayudar empuja al cambio, la persona se aferra más al problema conocido. Ignacio Maldonado, fundador del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (ILEF) usa la siguiente metáfora respecto a la terapia con este tipo de personas: Es como ir en un coche, entre más aprieta el acelerador el terapeuta, la persona aprieta más el freno. Si dejamos de apretar el acelerador o tal vez hasta frenamos un poquito, es probable que el paciente se anime a pisar el acelerador. Y nosotros podríamos agregar, para ir a su paso y a su ritmo. Esto, ¿cómo se hace? Proponiendo a la persona que siga igual, puesto que lo que ha hecho hasta ahora es lo mejor que ha podido hacer, mientras encuentra otra manera de estar bien o aprende de esa situación lo que tiene que aprender para continuar en su proceso de crecimiento. Desde 1995, junto con Jorge Abia, cuando un símbolo no cambiaba, sugeríamos: “fíjate cómo tu respiración deja eso igual pero saludablemente renovado, renovándose con cada respiración, mientras aprendes lo que tienes que aprender de ahí... cómodamente”. Ahora, propongo a la persona que llega diciendo que no puede más con su vida, que no logra cambiar o que a pesar de la 19

respiración, la escena o símbolo que tiene en la mente, sigue igual: “Despreocúpate, descansa, déjalo en manos de tu Parte Sabia que sabe exactamente qué hacer con eso”. 4. Trabajo con temas universales En los últimos años de su vida, el Dr. Erickson repetía a todos sus pacientes las mismas inducciones al hacerlos entrar en trance. Les hablaba de cómo ser una mente sin cuerpo, de cómo crecen las plantas hasta dar frutos, de cómo aprendimos el alfabeto. Cuando le preguntaban por qué repetía estos temas, respondía, “no los repito, para cada persona los digo de una manera diferente”, es decir, 10 cortados a su medida . Repetía y repetía esas metáforas porque correspondían a temas universales. Yo creo que los seres humanos, más allá de ser únicos e irrepetibles, en el fondo somos muy parecidos. Cada vez más trabajo con los temas universales que se encuentran debajo de las dificultades que la persona que me consulta quiere resolver y de esta manera, el trabajo se hace mucho más eficiente. Por ejemplo, debajo de muchas problemáticas, hay heridas abiertas o falta de cariño, falta de límites (bardas) y todo esto lo trabajo con metáforas que permiten resolver estos temas de 11 manera indirecta . 5. Trabajo con nuestra Parte Sabia o nuestra Sabiduría Interna Para Milton H. Erickson, nuestra mente inconsciente era como una Parte Sabia, porque, decía él, contenía los registros de todas nuestras experiencias de vida, que son aprendizajes que podemos utilizar para resolver cualquier dificultad que la vida nos presente. No recuerdo bien cómo llegué a la idea de un Parte Sabia. Comencé pensando en que nuestra Sabiduría Interna debería ser algo más que la mente inconsciente e incluir a nuestros instintos y nuestros mecanismos de sobrevivencia. Cuando conocí la propuesta de la Física Cuántica de que el Universo funciona como un holograma, es decir, como la 20

proyección de algo en donde cada una de sus partes tiene la información del todo, de repente me dije: “Toda la información del Universo está adentro de mí, yo completa soy mi parte sabia… toda la información del Universo, una cantidad infinita de recursos que podemos aprender a despertar y utilizar” y pensé en llamar a esa Parte Sabia, yo completa: Yo Soy. Yo Soy es mi Esencia, eso en lo que soy igual a ti, a la estrella de mar, a cada uno de los árboles de un bosque, al bosque completo, al sol, la luna y las estrellas. Yo Soy, mi Esencia, la Esencia de todo el Universo. Poco tiempo después, una persona me comentó: Yo Soy es uno de los siete grandes nombres sagrados de Dios en hebreo, es el nombre para el Dios adentro de mí. Me gustó la idea, el Dios adentro de mí, la Esencia de todo en el Universo, la fuerza creadora. Y para las personas que no crean en esto, el Dios adentro de mí, adentro de ti, sigue siendo una linda metáfora. Así, al primer ejercicio utilizando la respiración para desencadenar diferentes procesos (acomodar, sanar, digerir 12 emociones, conectar las distintas partes) le agregué: “tu respiración llega hasta tu Parte Sabia, despertándola, expandiéndola, ¿ya te diste cuenta cómo tu Parte Sabia está despertando?, ¿cómo la imaginas? Pon este trabajo en sus manos, es el trabajo de crecimiento y evolución de tu vida”. Y de ahí en adelante, cada vez más, en lugar de transformar los símbolos o digerirlos con la respiración, propongo a las personas en trance que los entreguen a su Parte Sabia para que haga con ellos lo que sea mejor para ella. Esto simplifica muchísimo el trabajo en trance y desde que empecé a utilizarlo, me asombré de su fuerza y eficiencia. Empecé también a invitar a las personas que me consultaban a mantener un diálogo con su Parte Sabia fuera de la sesión, a pedirle que les hablara en sueños o a través de su intuición, hasta llegar a proponerles que hicieran un pacto entre su Parte Divina y su Parte humana para construir juntas, en la realidad material, todo lo que 13 deseaban . Este Pacto está basado en la propuesta de la Física Cuántica de que la conciencia (que yo traduzco como Deseo, Fe e Imaginación) construye la realidad material, creando sincronicidades, como veremos al hablar de este tema un poco más adelante.

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Nuevosmarcosdereferencia 1.Aportaciones de laAntropología Social La Antropología me ha servido para entender cómo aprendimos la cultura del sufrimiento (primer nudo). Jean Piaget dice que todo lo que llegó a nosotros antes de que nuestro sistema neurológico estuviera maduro como para analizar la información que le llegaba y hacer un juicio sobre ella, lo absorbimos como esponjitas a través de un proceso inconsciente. Y esta información quedó grabada en nuestro interior como algo que no cuestionamos, como postulados de vida que nos hacen reaccionar pero que no criticamos. Robert 14 Dilts llama a estos postulados “creencias limitantes” . Son limitantes, no porque sean falsas sino porque no las cuestionamos. Yo creo que la Antropología Social nos permite entender los valores y creencias (la cultura) que mantienen un síntoma, descubriendo las creencias limitantes detrás de él, denunciando las ideologías que nos han impuesto las distintas instituciones religiosas, políticas y educativas y que guardamos bajo la forma de estas mismas creencias. De esta manera inconsciente, aprendemos a estar mal, a creer que la vida se sufre, que no merecemos. Y si aprendimos a estar mal, nos diría el Dr. Erickson, podemos aprender a estar bien. Mi propuesta desde la Antropología Social, está expresada en la conversación hipnótica que precede a los ejercicios 15 del Manual del grupo de crecimiento publicado en esta editorial . 2. La Etología humana Esta disciplina estudia la conducta instintiva humana y completa la visión de la Antropología Social. Nos ayuda a descubrir a la persona completa que somos, recuperando la importancia de nuestro cuerpo y de nuestros mecanismos de sobrevivencia y de adaptación, a los que la civilización nos ha hecho reprimir, olvidar o incluso satanizar. Un concepto que está surgiendo de esta disciplina es la resiliencia 16. La resiliencia es la tendencia de los seres vivos a volver a su estado natural una vez que han cesado las presiones que impedían que esto sucediera. 22

Si los seres humanos tendemos naturalmente al crecimiento y al bienestar, la psicoterapia ericksoniana estaría enfocada a simplemente eliminar lo que está estorbando a la persona para volver a estar naturalmente bien. 3.Aportaciones de la Física y la Física Cuántica Estas aportaciones me han ofrecido una visión tan rica hasta ahora, que necesitarían de una o varias publicaciones para expresarla. Afortunadamente ya tenemos la primera, tejiendo sueños y realidades, las aportaciones del paradigma holográfico a la psicoterapia ericksoniana , de Guillermina Krause17 y espero que pronto tengamos otras más. Einstein propone que pasado, presente y futuro (para nosotros, el futuro probable) están ocurriendo al mismo tiempo y forman una unidad. La visión lineal que tenemos del tiempo que nos hace creer que el pasado ya pasó, es producida por nuestro cerebro. Esto nos permite entender por qué cambiando el presente, transformamos nuestro pasado y nuestro futuro probable, sin tener que ir al pasado a enfrentar situaciones difíciles y dolorosas. Si el Universo funciona como un holograma, sería la proyección creada por una energía-materia consciente, nuestra esencia, lo que realmente somos y, como ya señalé, en cada una de sus partes, en mí, como parte del Universo, estaría la información del Todo. Eso quiere decir que cada momento de nuestra vida, nuestras acciones, deseos, emociones, ideas, pasan a formar parte del Todo en el momento en que se dan. Rupert Sheldrake llama a ese Todo el campo mórfico porque, propone, a medida que se van acumulando registros similares, se crean patrones, formas, que se expresan en todos los individuos de la especie. Las vivencias acumuladas de todos los seres humanos desde la creación de los aparatos electrónicos y las computadoras, han creado patrones en el campo mórfico que hacen que nuestros niños y adolescentes pareciera que nacieron con un chip que les facilita el manejo de estos aparatos. Tal parece que cuando nos encontramos en un estado amplificado de conciencia, como son el trance hipnótico natural o la meditación, tenemos acceso a las grabaciones del campo mórfico y 23

las podemos modificar. Eso explica que cuando una persona cambia a través de la psicoterapia ericksoniana, en donde se trabajan recuerdos de su historia o símbolos que probablemente condensan situaciones de vida, nos encontramos a menudo que otros miembros de la familia cambiaron también para bien, sin venir a terapia. Si esto es así, a través de la psicoterapia ericksoniana podemos influir sobre las grabaciones de todo el campo mórfico, de toda la humanidad, en todos los tiempos. Yo siempre he afirmado que construimos la realidad, de ahí el título del video de mi cirugía de vesícula sin anestesia, ni 18 medicamentos: la construcción de una realidad . Esto tiene que ver con el concepto de sincronicidad. El término fue utilizado en el siglo pasado por Carl Jung para referirse a “dos eventos que se dan de manera simultánea uno en el plano material y otro en el mental, sin que ninguno sea causa del otro”. Por ejemplo, deseamos contactar una persona y de repente la encontramos en un lugar adonde ni ella ni nosotros acostumbramos ir. Esto no es una coincidencia, sino una sincronicidad. Para Jung, no existe una relación de causa-efecto entre los dos hechos, sin embargo la Física Cuántica nos dice que nuestra CONCIENCIA construye la realidad material, nuestro deseo de encontrar a esa persona, provocó que eso sucediera. Las sincronicidades pueden ser mucho más complicadas y elaboradas, al grado de que no podemos pensar en ellas como simples coincidencias. Podemos entender esa CONCIENCIA como la combinación de: Deseo de que algo suceda, Certeza de que así será, creación de una Imagen mental de su realización e Incertidumbre acerca de cuándo y cómo sucederá. Espero que muy pronto tendremos otra publicación dedicada a este tema: la técnica de reencuadre de Milton H. Erickson, como una forma de generar sincronicidades, de Federico Reyna. El paciente llega con un deseo de cambiar y con Fe en el terapeuta, que lo hace imaginar el resultado (técnica del Ensayo) y crea la expectativa de que eso se dará sin saber cómo ni cuándo. El Dr. Erickson comentaba a sus pacientes: “Yo no sé si el cambio ocurrirá esta noche, o mañana o cuando dejes de venir aquí; no sé si 19 será poco a poco o de golpe”, etcétera . Antes de terminar con este punto, me gustaría comentar que 24

hemos observado que la práctica de la psicoterapia ericksoniana, desde el papel del terapeuta o desde el del paciente, nos lleva a desarrollar nuestra percepción y otras habilidades que podrían considerarse fenómenos paranormales o inusuales, como los 20 llamaría el Dr. Etzel Cardeña y que es muy importante aprender a manejar bien. Esto es algo para explorar y comentar en otro trabajo. Antes de terminar este prólogo, me gustaría también plantearte lector, lectora, una pregunta que intento responder en un próximo 21 libro : si las alucinaciones visuales y auditivas de los psicóticos fueran percepciones de registros en el campo mórfico, ¿cómo podríamos explicar y tratar la locura? Espero que disfrutes la lectura de Concierto para cuatro cerebros en psicoterapia como yo la disfruté cuando me dispuse a escribir este prólogo y que sus ideas te sean de utilidad. Muchas gracias por tu interés y por ayudarnos a construir caminos con corazón. Teresa Robles Centro Ericksoniano de México, A.C. agosto 10 del 2005

Notasyreferenciasbibliogr áficas 1

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KRAUSE, Guillermina, Tejiendo sueños y realidades, aportaciones del paradigma holográfico a la psicoterapia ericksoniana , Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2005. Ver el capítulo: “Tu respiración está digiriendo...”, en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 43-49. Ver el capítulo: “Aprendiendo, disfrutando, saludablemente, automáticamente”, en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 39-42. Sobre la técnica de Entremezclado, ver el capítulo: “Cómo se mantienen la dirección y el camino. Las técnicas para sugerir” en este mismo libro (p. 119). Ver el capítulo: “Buscando caminos con corazón” en este mismo libro. Ahora tengo otras explicaciones que espero sistematizar y publicar pronto en un libro que se titule algo así como ¿Por qué si la vida es fácil, nos la hacemos difícil? o ¿Cómo empezamos a estar mal? 25

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Ver el capítulo: “Trazando estelas en la mar... el trabajo con símbolos” en este mismo libro. 8 Ver el capítulo: “Botellita de jerez, todo lo que hagas te saldrá al revés”, en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 89-97. 9 Este concepto fue acuñado por Gregory Bateson al estudiar el tipo de comunicación que se daba entre los pacientes esquizofrénicos internados en un hospital y las madres que los visitaban. Ver: BATESON, Gregory, Don D. JACKSON, Jay HALEY y John H. WEAKLAND, “Hacia una teoría de la esquizofrenia”, en BATESON, Gregory, Pasos hacia una ecología de la mente. Una aproximación revolucionaria a la autocomprensión del hombre, Carlos Lohlé, BuenosAires, 1976, pp. 231-256. 10 Ver: ROBLES, Teresa, Terapia cortada a la medida, un seminario ericksoniano con JeffreyK. Zeig, 3ª reedición,Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2001. 11 Ver: ROBLES, Teresa, “Indirect Work with couples”, en The Handbook of Ericksonian Psychotherapy, editado por Brent B. Geary y Jeffrey K. Zeig, The Milton H. Erickson Foundation Press, Phoenix,AZ, 2001, pp. 443-457. 12 Ver: “1. Mecanismos de protección” en este mismo capítulo. 13 Ver: “Ejercicio para despertar al Yo Soy y ponerse en contacto con él”, en ROBLES, Teresa, Manual del grupo de crecimiento, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2003, pp. 22-23. 14 DILTS, Robert, Las creencias, Urano, México, 1998. 15 ROBLES, Teresa, Manual del grupo de crecimiento, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2003. 16 Sobre este tema se puede consultar: CASULA, C., “Introducción”, en SHORT, Dan, Estrategias terapéuticas de Milton H. Erickson, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2005. 17 KRAUSE, Guillermina, Tejiendo sueños y realidades, aportaciones del paradigma holográfico a la psicoterapia ericksoniana , Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2005. 18 Disponible a la venta en el Centro Ericksoniano de México. 19 Esta técnica de sugestión se conoce como presuposiciones de tiempo y de lugar. 20 CARDEÑA, Etzel et. al., Varieties of Anomalous Experience, APA Books, Handcover, 2000. 21 De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco. Ensayos sobre la locura , próximamente en esta misma editorial.

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PRÓLOGO A LAS EDICIONES ANTERIORES

Por fin tenemos un libro en español dedicado a la hipnosis moderna o, como yo la he llamado, la nueva hipnosis, conectándola históricamente con l'école nouvelle de Nancy de principios del siglo XX bajo la inspiración de Bernheim, Coue y Baudouin. La Dra. Robles explica de manera clara, eminentemente práctica y concisa el uso de la nueva hipnosis para el enriquecimiento personal que es el fin último de toda psicoterapia. Siguiendo los pasos de Milton H. Erickson enfatiza el aspecto de aprendizaje individual, la naturalidad de esta actividad del cerebro derecho para completar el proceso del pensar humano, y el refinamiento de la comunicación verbal y trans-verbal que la hipnosis hace posible. Éste es un libro sobre salud mental, no sobre psicopatología, que nos enseña a buscar soluciones y nuevas opciones para gozar una vida llena y fructífera. El método y las técnicas hipnóticas que aprendemos en sus páginas presuponen una apertura mental en el lector, un deseo de trascender métodos ya familiares y frecuentemente gastados. Es un volumen optimista orientado a la práctica clínica, escrito con claridad, calor humano, respeto al individuo y sin las arrogantes complicaciones con que muchos autores de psicología torturan a sus bien intencionados lectores. Pero su simplicidad es deceptiva, ya que está basada en una teoría sólida y requiere conocimiento científico de psicología en general y de psicoterapia en particular. Robles nos recuerda que nuestros problemas tienen antecedentes en nuestra historia personal. Debido a experiencias dolorosas del pasado (como bien lo describe en detalle el caso de Sharon en el último capítulo) desarrollamos defensas mentales para protegernos 27

de ese dolor emocional. Pero después de un tiempo, las defensas que nos sirvieron en un principio, no son ya necesarias y, sin darnos cuenta, continuamos utilizándolas. Esto constituye el comportamiento sintomático que en el presente nos priva de libertad y de felicidad. La hipnoterapia de Robles es el método más rápido y eficaz de librarnos de estos síntomas para poder gozar de la vida orientados hacia el futuro, sin continuar con las restricciones de nuestro pasado. De esta forma, la autora se agrega a la corriente intelectual de la nueva hipnosis que se cristalizó en los Estados Unidos de América a principios de los años 1970. Sus abanderados fueron Milton H. Erickson del lado clínico-práctico y T. X. Barber del de la investigación científica. Aunque Robles, en su flexibilidad y adaptabilidad a la realidad existencial de cada paciente, no rechaza las maniobras de la hipnosis tradicional, deja bien en claro que ellas no son necesarias (y a veces son hasta contraproducentes) para beneficiar al paciente con la experiencia hipnótica. Consecuentemente, las inducciones artificiales impuestas por el hipnotista tradicional se abandonan en favor de una fina observación de lo que el paciente nos brinda sin darse cuenta, como su estilo de lenguaje, gestos, cambios de voz, etcétera, para utilizar esas manifestaciones no-conscientes con el fin de llevarlo a una conciencia nueva de lo que está ocurriendo en su espíritu. Con este método, permisivo, natural y respetuoso, el paciente encuentra en sí mismo recursos internos para superar sus dificultades presentes. El corolario de este sistema es que se aleja de lo esotérico y misterioso, frecuentemente asociado con la hipnosis tradicional, poniendo la hipnosis al alcance de toda persona que tiene suficiente capacidad para usar su imaginación. Por lo tanto, no hay necesidad de decidir por medio de tests cuestionables si la persona es “hipnotizable” o no. Robles nos hace ver que el problema no es la “hipnotizabilidad” del paciente sino la habilidad de hipnotizar del terapeuta. Mientras el método empleado para inducir este estado mental natural llamado hipnosis sea rígido, artificial y arbitrario, como son muchas de las inducciones de la hipnosis tradicional, habrá razones para decir que muchos pacientes no responden positivamente. Pero si el método usado es el propuesto por Robles, la hipnosis está al alcance de prácticamente todo paciente, ya que todos tienen imaginación y la usan. 28

Y esto nos lleva a otro punto muy importante. Lo que tenemos delante nuestro no es una nueva escuela de psicoterapia. Es, en cambio, un método que tanto el psicoanalista como el conductista y todos los que ocupan los casilleros teóricos intermedios, pueden adaptar a su manera de trabajar. La hipnosis que nos enseña la autora constituye un enriquecimiento de cualquier modalidad terapéutica porque es un refinamiento enriquecedor de la comunicación entre terapeuta y paciente. Un libro como éste está destinado a ocupar un lugar prominente en la literatura clínica en castellano. Desde que conocí al Dr. Milton Erickson en 1959, mostró siempre sumo interés en culturas distintas a la suya. Me imagino que él estará sonriendo, desde donde esté, con gusto y agradecimiento humilde (una de sus características personales) a los esfuerzos de la Dra. Robles por presentar su pensamiento y sus contribuciones clínicas a nuestro mundo latino. Sin embargo, esta presentación hace exactamente lo que Erickson enseñó cuando vivía, que era animar a sus discípulos a enriquecer su pensamiento propio con ideas nuevas y técnicas clínicas valientes, todas dentro de su método de infinito respeto al individuo en un marco clínico sólidamente teórico. Robles no sólo nos presenta a Erickson, sino que, de acuerdo con su pensamiento, agrega sus experiencias clínicas e ideas personales. De este modo, ella nos invita a tener confianza en nuestra propia experiencia terapéutica y a emplearla en la aplicación y uso de la nueva hipnosis. Dr. Daniel L. Araoz Profesor de la Universidad de Long Island Nueva York, 1990

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INTRODUCCIÓN

Crecí en una familia mexicana de clase media alta donde se valoraban mucho la formación académica y el trabajo intelectual y, al igual que en toda familia decente, se guardaban la compostura y las buenas maneras y se ocultaba lo feo, lo desagradable y lo vergonzoso. No asistí a la escuela durante la Primaria porque para mi papá no había escuela en México suficientemente buena para sus hijas. Mis dos hermanas y yo estudiamos con una maestra particular y aprendimos en gran medida a ser autodidactas y a disfrutar el trabajo intelectual. Entré a una Secundaria tradicional y, aunque buena estudiante, siempre fui soñadora y pasaba horas y horas “en la luna” al margen de los conflictos familiares encubiertos. En el ambiente familiar y de amigos fui vista como alguien optimista, que veía las cosas color de rosa, arriesgada y necia, que se lanzaba de cabeza cada vez que decidía hacer algo y, pasara lo que pasara, lo lograba. Al terminar la Preparatoria, intenté estudiar Trabajo Social porque quería “ayudar a los demás”, pero esta carrera no llenó mis expectativas intelectuales. Por fin me metí de lleno a la Antropología Social, que me permitía viajar, explorar, conocer culturas distintas y convivir con personas, en apariencia diferentes, con las que compartía los mismos problemas existenciales. Estuve yendo y viniendo a Tarahumara, a la Sierra de Puebla y al Valle de Temascalcingo. Luego me casé y fui a hacer un postgrado en Francia. Cuando regresé a la Ciudad de México y me instalé ahí para vivir, pasé de la Antropología de campo a la Antropología de escritorio y mi interés por el trabajo disminuyó, prácticamente desapareció. Me 31

acerqué a la Teoría Psicoanalítica buscando bases para el marco teórico de una investigación. Al darme cuenta de que podía hacer el Doctorado en Psicología Clínica y ser terapeuta, experimenté de nuevo el entusiasmo por reencontrar el contacto cercano con la gente a través del trabajo. La Teoría Psicoanalítica me ofreció un camino fascinante para la comprensión del inconsciente, de los determinantes ocultos de la conducta humana. Sin embargo, sentía que la técnica del Psicoanálisis me encadenaba. Me encadenaba el tener que mantener de manera estricta la neutralidad y el encuadre: mantenerme a distancia sin expresar mis afectos ni utilizar mi experiencia personal. He de decir que a menudo incurría en infracciones dejándome llevar por mi intuición, especialmente cuando trabajaba con niños. Por ejemplo, usaba el jardín de mi casa como extensión del consultorio y salía con mi paciente a sembrar plantas, a recoger caracoles, a usar los columpios. En una ocasión incorporé a mi perro, “Punti”, al material del consultorio. Punti entraba a sesión con nosotros y el niño jugaba tratándolo en la forma en que él sentía que lo trataban sus papás. Punti obedecía interesado a todas sus órdenes. Otra vez, un paciente llegó con patines y entré a la casa a buscar los de mi hija para patinar con él en el garaje. Este niño experimentó así que había una actividad en la que él tenía una gran maestría y podía enseñar a un adulto, a mí. Una vez, me permití expresar mis afectos y dar a conocer parte de mi historia. En una familia en donde el padre había muerto en un accidente en la carretera, el niño de siete años se mantenía retraído en la casa y en la escuela, sin llorar, ni querer hablar de ese tema. Le dije que yo entendía cómo se sentía, porque mi papá también había muerto en un accidente. Un día salió de mi casa y no regresó, nunca lo vi muerto y pasé mucho tiempo sin creerlo, esperando día tras día que fuera mentira y que regresara. Es importante reconocer que mi supervisora, excelente teórica y clínica, después del primer momento de asombro cada vez que me “confesaba” con ella, se mostraba flexible y abierta a escuchar mis argumentos teóricos y técnicos. Pasamos innumerables horas tomando mate juntas mientras reflexionábamos sobre cada una de mis infracciones y, aunque frecuentemente llegábamos a la conclusión de que lo que había yo hecho tenía bases y era útil con ese paciente, en ese momento, enseguida buscaba que regresara “al 32

buen camino” de la técnica psicoanalítica. Yo no discutía más, quería aprender a hacer las cosas “bien”, pero algunos pasos de ese camino no encontraban resonancia en mi interior. En el de ella probablemente sí, porque es una excelente psicoanalista a quien siempre agradeceré su flexibilidad y los conocimientos y experiencias que compartió conmigo, trago a trago de mate. Muchas veces respetaba a los pacientes que “se resistían” a recordar cosas dolorosas y, cuando rechazaban mis interpretaciones, pensaba que podían tener razón. Recuerdo al menos a dos personas a quienes sí interpreté la resistencia reiteradamente y que abandonaron el tratamiento. En la supervisión concluimos que había hecho yo lo “adecuado técnicamente”, sin embargo, me pareció que tenían razón y que mi actitud había sido intrusiva. En fin, la técnica del Psicoanálisis no iba conmigo, la teoría, sí. Cuando estuve en el papel de paciente de Psicoanálisis, como parte de mi formación profesional, aprendí en carne propia que el ver las cosas color de rosa se llamaba Negación y era una defensa. Mi supervisora me invitó a colaborar con ella en el Hospital Infantil de México con niños enfermos del riñón. Pronto sentí la necesidad de trabajar con sus familias para ayudarlas a enfrentar el diagnóstico de la enfermedad y la posibilidad de la muerte de esos niños. Inicié la formación en Terapia Familiar y, a mi manera, me metí de cabeza en la Epistemología Constructivista y en la Teoría de Sistemas. Aprendí a reconocer que hasta las situaciones más grises tienen un lado rosa y que la realidad es una totalidad. Aprendí a reconocer que siempre están presentes los dos lados de cada moneda: el día y la noche, lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad. Que cada persona es libre de elegir ver uno u otro lado y que es más útil ver el rosa, sin negar el gris, porque nos lleva a crecer. Descubrí que todos los sistemas abiertos, los seres vivos, tienen una tendencia al cambio, por su crecimiento y necesidad de adaptarse a su ambiente, y una tendencia al no cambio, que les da estabilidad; y así comprendí que la resistencia no era sino la falta de reconocimiento, por parte del terapeuta, de que en ese momento esa persona necesitaba un poco de estabilidad para no desintegrarse y más tarde retomar el camino. Por medio de la Terapia Familiar y por azar, llegué finalmente a la hipnosis ericksoniana. El canal fue Rosemary, amiga y ex-socia, a 33

quien agradezco el haber querido compartir conmigo sus inquietudes y experiencias luego de haber asistido a un taller sobre estos temas en el Instituto Ackermann de Nueva York. Empezamos las dos a experimentar con la hipnosis ericksoniana en forma autodidacta, a mi estilo, con asombro, con miedo, con precauciones, porque sabíamos de la enorme riqueza del inconsciente y su posible desbordamiento. Fuimos creando y construyendo desde adentro nuestras técnicas por ensayo y error, al igual que cualquier aprendizaje humano. Primero trabajamos con nosotras mismas. Una a otra nos indujimos trances, nos sugerimos cambios, nos asustamos al percibir sensaciones distorsionadas que ahora sabemos que son normales en los estados amplificados de conciencia, nos apoyamos y tranquilizamos mutuamente y, sobre todo, nos asombramos con los cambios espectaculares que vivimos. En un segundo momento, trabajamos en coterapia con algunas personas, apoyándonos y supervisándonos mutuamente. A partir del problema que presentaba el tratamiento de un paciente planeábamos una inducción y el trance. Una de nosotras realizaba el trabajo y la otra permanecía observando para ayudarla en caso de que se presentara cualquier complicación. Una cuidaba al paciente y la otra a la terapeuta. En ese tiempo conocí a Daniel Araoz a través de su libro, The New Hypnosis, que me resultó muy esclarecedor porque era la primera ocasión en que yo tenía una visión clara, sistematizada y expuesta didácticamente de lo que eran estas técnicas. En la hipnosis ericksoniana encontré la justificación teóricotécnica a mi persistencia, basada en mis convicciones: una vez que yo decidía algo, construía una realidad, no dejaba espacio para la duda. Construía esta realidad soñando despierta, es decir, con el hemisferio o cerebro derecho, y luego actuaba de acuerdo con ella, y las cosas se daban. Encontré así la técnica que fluía, que era congruente con mi estilo personal. Podía sentir junto con el paciente, acercarme a él, dejarme llevar por mi intuición integrada a los conocimientos. Esto, mediante un proceso de interacción entre iguales: dos seres humanos con papeles distintos, uno el de paciente y otro el de terapeuta, en el que los dos sentíamos, vivíamos, crecíamos. Donde yo era el facilitador de un proceso que se generaba en el interior del otro, a su ritmo y a su paso, ayudándole a utilizar sus propios recursos. 34

En un principio utilizaba estas técnicas en el momento en que el proceso terapéutico de una persona o una familia estaba atorado. Poco a poco las fui integrando más dentro de los recursos técnicos cotidianos, hasta que empecé a usarlas en forma espontánea cuando el paciente se expresaba con metáforas, o aparecía en él un afecto indiferenciado, hasta que de repente simplemente las técnicas fluyeron sin ningún esfuerzo. Desde la época en que me formé en Terapia Familiar en el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (ILEF) tres compañeras, Marta Fernández Solari, Diana Rubli, Rosemary Eustace y yo, nos integramos como equipo de trabajo: supervisábamos juntas, estudiábamos y preparábamos clases y, al mismo tiempo, fue surgiendo una gran amistad. Las cuatro queríamos crear técnicas nuevas o adaptar a la realidad de nuestros pacientes mexicanos, técnicas surgidas en otras culturas. Además nos interesaba la investigación en Psicología Clínica en general. Un buen día, nos invitaron a colaborar con El Colegio de México y el Instituto Nacional de Salud Pública, en un estudio sobre la estructura de la familia con múltiples muertes de infantes. Necesitábamos ser una persona moral para hacerlo. Y fundamos el Centro Mexicano de Investigación y Clínica, S.C. (CEMIC) en abril de 1987. Bromeando decíamos que seguíamos siendo las mismas cuatro amigas que hacíamos lo mismo, pero que ahora teníamos un nombre. Sin embargo, apenas lo tuvimos, empezaron a llovernos invitaciones y proyectos, entre ellos, la publicación de un libro titulado: El enfermo crónico y su familia. Propuestas terapéuticas. Poco a poco nos organizamos más formalmente y empezamos a impartir talleres sobre las técnicas que nosotras creábamos o adaptábamos. En ese primer momento, yo me dediqué principalmente a la hipnosis ericksoniana. Dos años más tarde se acercaron al grupo de médicos que habían trabajado con nosotros y se interesaban en la hipnosis y en la Terapia Familiar: Silvia Villamil y JorgeAbia. Con el tiempo fui sistematizando mis experiencias clínicas e integrándolas con las explicaciones teóricas del Psicoanálisis, del Constructivismo, de la Teoría de Sistemas y de la Antropología, mi formación de origen, animada por la retroalimentación proveniente de mis socios. Rosemary hizo un paréntesis, tal vez temporal, en el 35

trabajo con hipnosis y siguió por otro camino orientado por el Constructivismo y la Teoría de Sistemas y acercándose al Psicoanálisis, en una vuelta más de esas que damos al seguir simplemente andando por la vida. Dentro de mi trabajo con hipnosis fui desarrollando dos líneas: la primera se refiere a su aplicación a la psicoterapia con individuos y familias. La segunda, surgió de la invitación de mi yerno, dentista, a aplicar estas técnicas para controlar el dolor. El control de dolor con hipnosis fue fácil y tan exitoso que empecé a utilizarla cada vez más en mis pacientes enfermos crónicos. Las apliqué también con bastante éxito en los pacientes sujetos a quimioterapia para reducir los efectos secundarios de este tratamiento. Y en esas estaba cuando supe por Jorge, a quien había consultado como médico internista, que tenía que operarme de la vesícula. En el camino de regreso de su consultorio a la casa, venía pensando ¿cómo puedo yo seguir convenciendo a mis pacientes de que sus dolores se quitan imaginando símbolos y colores si yo me opero con anestesia? Y decidí que por congruencia conmigo misma, con mi trabajo y con mis pacientes, tenía que operarme sin anestesia, con hipnosis. Construí la realidad de que eso era posible y le pedí a Jorge que hiciera lo mismo. La operación fue un éxito y, sobre todo, una linda experiencia de crecimiento personal y profesional. Mediante la participación en congresos y talleres organizados por la Fundación Milton H. Erickson continué integrando mis conocimientos y experiencias clínicas con conocimientos sistematizados en forma distinta. En diciembre de 1988, concursé y fui seleccionada para conducir un curso corto sobre trabajo con metáforas con parejas y familias en el Cuarto Congreso Internacional de la Fundación Milton H. Erickson, en San Francisco, California. Asistí con Marta y Rosemary y, gracias al entusiasmo del Dr. Joseph Barber, especialista en Control de Dolor, mostramos a un pequeño grupo el video sobre mi operación. En ese Congreso conocimos a Mirta Ghiorzi, terapeuta de la clínica de la Fundación Milton H. Erickson, y a Michael Liebmann, director de esa clínica, quienes nos invitaron a Marta, a Jorge y a mí a impartir tres talleres en Phoenix: uno sobre control de dolor, otro sobre la relación médico-paciente y otro más sobre la estructura de la familia mexicana. Estos talleres se realizaron en mayo de 1989 con la participación, además, de Guillermo A. Bernal del Medical College 36

of Ohio. En esa ocasión, observamos el trabajo de los terapeutas de la Fundación, intercambiamos impresiones con ellos y tuvimos la oportunidad de estar en contacto cercano con ellos, con la Sra. Betty Erickson, viuda de Milton Erickson y con el presidente de la Fundación, Dr. Jeffrey Zeig. De regreso a México, cubrimos los requisitos formales para ser reconocidos como Instituto Ericksoniano. El reconocimiento me fue entregado por el Dr. Zeig en la ciudad de Guadalajara cuando yo asistía a un taller introductorio impartido por él, en agosto de 1989. Así constituimos Jorge y yo el Instituto Milton H. Erickson de la Ciudad de México que abrió las puertas a nuevos proyectos y posibilidades. Este libro es uno de los primeros. Hicimos crecer el Instituto durante diez años. En febrero de 2000 nos separamos. Jorge Abia siguió al frente de él y yo recibí de la Fundación el reconocimiento como Centro Ericksoniano de México. Primero en CEMIC y luego en el Instituto, ofrecimos talleres de actualización en diferentes técnicas para profesionales de la salud. Dentro de estos talleres, yo integré y ofrecí un curso de introducción a la hipnosis para terapeutas y después, cursos avanzados. Comentaba a los asistentes que yo había estructurado el taller para enseñarles cómo a mí me hubiera gustado aprender la hipnosis: en una forma clara, sistematizada y protegida. Y les repetía que se trataba de un conjunto de técnicas que ellos tendrían que integrar a su estilo personal de hacer terapia. Ahora, con el fruto de la experiencia integramos una Maestría en Psicoterapia Ericksoniana que ya tiene reconocimiento oficial y un Diplomado que se está ofreciendo en varias ciudades de México y en el extranjero. Estamos construyendo un nuevo estilo de hacer terapia1 y este libro presenta las bases, los primeros pasos. Surgió de la necesidad de difundir el contenido de los primeros talleres y mi trabajo clínico. Me parece que aporta una sistematización de estas dos experiencias. Describo las técnicas que me han sido útiles y que he desarrollado a partir de lo que otros autores han hecho, ilustrándolas con viñetas clínicas. Si bien los terapeutas ericksonianos tienden a rechazar las teorizaciones, yo considero que se deben rechazar las que sean rígidas, limitantes y que impidan observar a cada paciente como una realidad única, y a los cambios que permanentemente se dan en él. Considero también que los marcos de referencia teóricos flexibles pueden enriquecer y 37

guiar las técnicas ericksonianas. A lo largo de las siguientes páginas, los lectores podrán encontrar referencias constantes y explicaciones sustentadas en las teorías que considero congruentes con éstas y con mi estilo particular de enfrentar el mundo: lo que de acuerdo con 2 Gregory Bateson podría yo llamar mi Epistemología Personal .

Referenciasbibliogr áficas 1

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Ver: CORZO, Iris, “Epílogo” (antes Entrevista a Teresa Robles, un nuevo estilo de hacer terapia ) en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 109-129. BATESON, Gregory, Espíritu y naturaleza , Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979, p. 80.

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ANTECEDENTES

Podemos situar el inicio de la historia formal de la hipnosis en 1765 con los trabajos de Franz A. Mesmer y sus curaciones colectivas espectaculares. Mesmer proponía que las enfermedades eran consecuencia de una “aberración de la armonía orgánica” producida por la concentración inadecuada de un fluido magnético invisible que se asentaba en el cuerpo humano proveniente del sol, la luna, los planetas, la tierra, los metales y los animales. Pensaba que la curación consistía en hacer fluir el magnetismo, retirarlo de una zona del cuerpo y hacerlo llegar a otra, a través de la voluntad y la concentración mental y con ayuda de ciertos instrumentos externos: una vasija con agua a la que se añadía limaduras de hierro (“agua magnetizada”) y varillas del mismo material. Mesmer preparaba un ambiente especial, a media luz, con música, para realizar ahí su tratamiento, que primero fue individual y después colectivo. Reunía a los enfermos en grupos y los curaba “magnetizándolos” con varillas sumergidas en esta agua preparada o con pases manuales que él les hacía, concentrándose mientras paseaba entre ellos. Los enfermos presentaban fenómenos somáticos probablemente provocados por la sugestión: tosían, sudaban, algunos convulsionaban y, en muchos casos, obtenían alivio a sus males. Poco a poco, de la curación se pasó al espectáculo teatral. Hoy en día, cuando oímos hablar de la hipnosis, todavía pensamos en una situación de espectáculo. La primera imagen que se nos ocurre es la de una persona poderosa que está controlando la mente de otra que, dormida, irremisiblemente la obedece porque ha perdido la conciencia y la voluntad. 39

Esa imagen proviene de que todos nosotros, hemos estado en contacto con la hipnosis de teatro y tal vez algunos han escuchado que durante el siglo pasado y principios de éste, la hipnosis se utilizó en la medicina y la psicoterapia y se abandonó quién sabe por qué. Habrá quien piense que dejó de utilizarse por su ineficacia, otros sabrán que Freud dejó de usar la hipnosis porque sus pacientes se negaban a recordar lo que él les ordenaba o porque con ella desaparecían los síntomas y según él, después de un tiempo volvían a aparecer, porque el conflicto que los había originado quedaba irresuelto. Las imágenes que describí líneas antes corresponden en parte a la hipnosis clásica, con la que trabajaba Freud, en donde se proponía que el papel del hipnotizador consistía en inducir en el sujeto un estado en que estuviera receptivo a sus sugestiones, el trance. En términos generales, se dice que el trance es un “estado alterado de conciencia”, identificando a ésta con la “normalidad” como si todo lo que no es conciencia fuera un “estado alterado”. Nosotros preferimos hablar del trance ericksoniano como un estado alternativo o mejor aún amplificado de conciencia, donde la atención está vuelta hacia el interior al mismo tiempo que la persona sigue en contacto con el afuera. En los inicios de la historia formal de la hipnosis, se pensaba que el trance era un estado patológico o cuando menos implicaba tener una mente débil. En términos modernos, es un estado en que las facultades mentales críticas: “el razonamiento y la lógica, están temporal y parcialmente suspendidas y la persona está imaginando y sintiendo más que pensando”1. Neurofisiológicamente, se define como un estado en que el sujeto está funcionando bajo el predominio de su cerebro derecho. El sueño fisiológico es otro estado de conciencia, en donde se dan fenómenos similares a los del trance (alucinaciones, pérdida de la noción del tiempo, etcétera) que dependen de la actividad del cerebro derecho2. En la vigilia estamos bajo el predominio del cerebro izquierdo. De este tema se ocupa mas detenidamente en particular el capítulo de Marcelo Álvarez. Si definimos a la hipnosis como una técnica para inducir un estado amplificado de conciencia con algún fin determinado, habría que buscar el inicio de la historia informal de la hipnosis en los orígenes de la humanidad, de la cultura, en los ritos mágicos y 40

religiosos, en la adivinación de los sueños, en el arte de la profecía, en la medicina antigua y tradicional. Los distintos elementos que constituyen estas prácticas, inducen al trance porque focalizan la atención en sensaciones especiales: sonidos, olores, por ejemplo, que se dan dentro de un contexto particular en donde se tiene la certeza, que opera como autosugestión, de que ahí está sucediendo algo diferente. En la danza del venado de los indios del Norte de México, para un observador occidental, el danzante representa el papel del venado e imita todos sus movimientos, pero para el que baila, él es el venado en ese momento y vive la angustia que le provoca la persecución de los cazadores y, finalmente, su muerte. Todo esto, propiciado por los sonidos monótonos de la música y de los cascabeles que lleva en los pies. Entre los mismos indios, los danzantes de Pascola bailan día y noche sin parar, con la misma música monótona, con los mismos pasos que se repiten, hasta que caen al suelo. El cansancio físico y la concentración en los movimientos repetidos los hacen entrar en un estado de trance. Podemos también imaginar lo que vive la persona enferma que acude al curandero para “que le saque el mal”, en ese cuarto semioscuro, con olores desconocidos y decoración extraña, escuchando rezos que no entiende, con una mezcla de miedo y esperanza y gran expectación y cómo, a medida que avanza la curación, interpreta cada cosa que experimenta en el cuerpo como una señal de cambios incomprensibles. Siente la presencia del curandero o del brujo que está comunicándose con él en una forma diferente, se autosugiere que pasan cosas extrañas y busca descubrir en sus percepciones la constatación de que esto se da y, por supuesto la encuentra, porque la crea. En otro estilo, los distintos tipos de meditación que se practican desde hace miles de años en las culturas orientales producen también estados amplificados de conciencia. Lo logran al desviar la atención de los pensamientos y concentrarla en sensaciones, que pueden provenir de la sola respiración, o de la respiración ligada a un sonido o a un movimiento rítmico. Si regresamos a la historia formal de la hipnosis, en la hipnosis clásica se trataba de inducir un estado en que el sujeto perdiera la conciencia y el control para que éste pasara a manos del hipnotizador, con objeto de lograr que estuviera más receptivo a las sugestiones que provinieran de afuera. 41

Se hablaba de sujetos que eran más o menos hipnotizables —es decir que podían ser hipnotizados o no—, más o menos sugestionables, y se crearon pruebas y escalas cada vez “más precisas” para medir los grados de hipnotizabilidad y de sugestionabilidad. Se inventaron más y más técnicas, que llenan los manuales de hipnosis clásica para burlar el control y la resistencia del paciente, para “profundizar” el trance y para evitar que la persona saliera de él a voluntad. Éste fue el tipo de hipnosis que probó sus limitaciones. La hipnosis moderna tiene sus antecedentes en los años treinta en Nancy, Francia. En la Escuela de Nancy (entre cuyos exponentes destacan Liébault, Berheim y Coué) se consideraba que el estado de trance era un estado normal y no patológico como se afirmaba en la misma época en la Escuela de La Salpêtrière, en París, donde trabajaron Freud y Charcot. En Nancy se proponía que el cambio se producía en una forma no consciente, a través de la imaginación y sin intervención de la voluntad. Se proponía también que las sugestiones operan solamente cuando encuentran en la persona que las recibe un eco interno y, en este sentido, son autosugestiones3. Congruente con los principios de Nancy, en los años cincuenta, Milton H. Erickson, psiquiatra norteamericano, desarrolló las técnicas hipnóticas clásicas dándoles un nuevo sentido e instrumentó nuevas. Incorporó todas ellas como parte de un estilo de comunicación en general y de comunicación terapéutica en particular, eliminando la formalidad y los rituales de la hipnosis clásica, de modo que se llegó a hablar de que Milton H. Erickson hacía “hipnoterapia sin trance”. Sus aportaciones a la hipnosis moderna han sido fundamentales al grado que se le considera el padre de la 4 hipnosis moderna . En la segunda parte de este libro, trataremos detenidamente algunas técnicas, principios y características, pero antes, quisiera presentarles lo que yo considero dos de sus fundamentos primordiales: la Epistemología Constructivista y los resultados sobre la investigación acerca del funcionamiento diferente y complementario de los dos cerebros.

Referenciasbibliogr áficas 1

ROBLES, Teresa, “Dos tigres aprenden a pelear”, en La magia de nuestros disfraces, 2ª edición,Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 75-82. 42

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PÉREZ GÓMEZ, Augusto, “Alteraciones perceptuales”, en ARDILA, Alfredo, Psicología de la percepción, Trillas, México, 1980, pp. 335-355. ARAOZ, Daniel L., The NewHypnosis, Brunner/Mazel, New York, 1985, p. 4. ERICKSON, Milton H., Seminarios de introducción a la hipnosis, California 1958,Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2005.

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PRIMERA PARTE CÓMO SE CONSTRUYE LA REALIDAD

LA REALIDAD ¿SE CONOCE O SE CONSTRUYE?

No podemos conocer la realidad tal cual es porque estamos limitados por nuestros sentidos. Sabemos que hay sonidos cuya frecuencia perciben algunos animales, pero nosotros no. Nuestra vista también tiene limitaciones en cuanto a la distancia y el detalle. A lo largo de su historia, el hombre ha ido creando instrumentos para incrementar la capacidad de percepción de sus sentidos. Ahora puede ver con el microscopio y con el telescopio lo que antes no veía con sus propios ojos y ni siquiera soñaba que existiera. Al ir construyendo instrumentos que le permiten una percepción diferente de las cosas, va construyendo nuevas concepciones de la realidad. Esto es muy claro en relación con la percepción del dolor. Podemos considerar al dolor, desde el punto de vista orgánico, como una señal de nuestro cuerpo de que algún tejido está siendo lastimado, pero sabemos también que tendemos a interpretar como dolorosas las sensaciones que son desconocidas y, sobre todo, que se dan en un contexto en donde se espera que haya dolor. En el caso de personas que sufren una intervención quirúrgica, por ejemplo, se quejan más las que llegan a operarse con miedo, creyendo que van a sufrir mucho, o las que han tenido experiencias traumáticas de este tipo. Algunos médicos saben bien que si explican al paciente paso a paso lo que le van a hacer y lo que va a suceder durante el proceso de recuperación, éste se encuentra más tranquilo y reporta menos dolor. Si una persona sabe que en el periodo postoperatorio la cicatrización se siente como un estiramiento de la piel y comezón en la herida, cuando registre estas sensaciones serán para ella señales de que está sanando y no le molestarán. Si no lo sabe, al sentirlas, probablemente diga que son dolorosas (porque aprendemos que las heridas duelen) o cuando menos molestas. 47

Damos significado a los estímulos por nuestras experiencias previas y lo reforzamos con base en coincidencias que se repiten. Es el caso de las supersticiones: si derramamos sal, tendremos mala suerte, pero si echamos un poco de sal sobre nuestro hombro, ésta queda conjurada. Como después de haber realizado esta acción protectora, nada malo nos ocurre, nos convencemos de que eso fue gracias a la sal que tiramos por encima del hombro. Así vamos construyendo la realidad. No podemos conocerla tal cual es. La realidad no es sino una construcción personal y social, en cuanto que es compartida, aparentemente, porque nunca sabremos si el blanco que yo veo es el mismo blanco que tú ves. Entonces ¿cómo es que podemos ubicarnos y funcionar en esta realidad desconocida? Ernst von Glasersfeld nos responde utilizando una metáfora. La realidad es como una cerradura y nuestra construcción de ella, la llave que la abre1. Nunca conoceremos la forma interna de la cerradura, ni siquiera es importante, lo que importa es abrir la puerta. Y puede haber muchas llaves de formas distintas que abran la misma cerradura. Si una no abre, no cuestionamos la cerradura, sino simplemente buscamos otra llave. Podemos ver la actividad cognitiva del hombre, dice von Glasersfeld, como el estar forjando llaves con cuya ayuda puede abrir caminos que lo conduzcan a los fines que elige. Las teorías, las ideologías, todas las explicaciones del mundo, son llaves que abandonamos cuando muestran sus limitaciones. Antes, se creía que la Tierra era el centro del Universo y los planetas y el sol giraban alrededor de ella, se podían medir las estaciones del año y predecir los eclipses con bastante precisión. La llave abría las puertas necesarias. Cuando no abrió alguna puerta nueva fue preciso probar otra llave y surgió la concepción heliocéntrica del Universo: la Tierra y los planetas girando alrededor del sol, que sí abría esa cerradura. No podemos tener información sobre lo que es la realidad (la forma de la cerradura). Sólo tenemos información de lo que no es, si no abre la llave. Este último punto queda claramente ilustrado con otra metáfora, ahora propuesta por Watzlawick: El capitán de un navío debe cruzar un estrecho de mar durante una noche oscura y tempestuosa, sin conocer la configuración del estrecho, sin carta marina que lo 48

oriente, sin faro u otro auxilio de la navegación... Si el buque da contra los arrecifes... el capitán descubrió aquello que el derrotero NO era. Pero si en cambio llega sano y salvo a cruzar el estrecho, esto demuestra sólo que el derrotero tomado no lo llevó a chocar... con ningún arrecife... no le enseña al capitán nada sobre la verdadera configuración del estrecho de mar2. Navegamos a ciegas por la vida creyendo que conocemos el camino y, cuando chocamos, lloramos y nos asustamos en lugar de darnos cuenta que acabamos de descubrir una de las pocas cosas que realmente podemos conocer: lo que la realidad no es. El que nunca podamos conocer lo que es la realidad es el lado gris de este punto, el lado rosa es que la vida se nos presenta como un misterio, invitándonos a explorarla, llena de sorpresas y, cada vez que nos equivocamos, que las cosas no salen como creíamos que debían salir, es una invitación para reemprender la búsqueda por otro lado. Es el caso, por ejemplo, de una mujer que empieza a salir con un hombre casado que, por supuesto, no se lleva bien con su esposa: no se tocan y hace años que casi no se dirigen la palabra. Si la relación entre los amantes está cada vez mejor, probablemente ella le pida, o le exija, que se divorcie para establecer una relación abierta y permanente con ella. Si él reacciona negándose a divorciarse, aunque ella interprete esto como una falta de cariño o como rechazo, lo único que realmente sabe es que él no puede terminar la relación con su esposa, por cualquier razón que no conocemos: sus principios, el qué dirán, culpa, convencionalismo, entre otras alternativas posibles. Por la negativa de él a divorciarse, ella no puede saber si la quiere o no la quiere, nada más que en ese momento él no es capaz de terminar su relación matrimonial. Ambos ignoran qué tipo de relación no convencional sí pueden construir juntos. Para conocerlo, necesitarán probar y ensayar caminos diferentes y cada vez que fracasen, sabrán que así no es, hasta que de repente se encuentren viviendo una situación en donde los dos se sienten bien, en que están “haciendo un nuevo camino al andar, un camino con corazón”, como veremos más adelante. Si no recorremos caminos, ni siquiera tendremos la posibilidad de saber lo que éstos no son. Si no probamos las llaves, nunca 49

podremos saber cuáles no encajan con la cerradura, es decir, lo que la cerradura no es. Si probamos diferentes caminos, tendremos más posibilidades de conocer aunque sea a costa de tropezones, caídas y frentazos. Si tenemos más llaves, podremos abrir más puertas, aunque hayamos desechado muchas más. De aquí derivan dos presupuestos fundamentales: “Si quieres conocer, aprende a actuar” y “actúa siempre de modo que se incremente el número de 3 elecciones” (de llaves posibles) . Antonio Machado nos diría: “se 4 hace camino al andar” y Carlos Castaneda, en boca de Don Juan: “todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral...” y “Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti sólo, una pregunta... ¿tiene corazón 5 este camino?” ¿Abre la puerta que tú quieres la llave? Al interactuar con la realidad que no conocemos, construimos una realidad interna que es la que nos determina, determina las siguientes percepciones del mundo que nos rodea, determina cómo sentimos y en gran parte cómo actuamos. Esto es intuido por la sabiduría popular y por algunos poetas. Un conocido refrán mexicano dice: “Cada quién habla según le fue en la feria”. Ramón de Campoamor expresa en un poema: “En este mundo traidor / nada es verdad ni es mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”6. Y la realidad interna se construye en gran medida a partir de la posición que ocupamos respecto de los demás. Cuando hay una discusión acalorada entre dos personas, por ejemplo un adolescente y su padre, cada uno tiene su propia versión de lo sucedido, que surge de su posición frente al otro. Son visiones distintas y hasta contradictorias y no es que uno diga la verdad y el otro mienta, sino que cada uno tiene su propio punto de vista de lo que ocurrió. Y si una tercera persona observó el altercado, ésta tendrá seguramente una tercera versión. Además, todos sabemos que la discusión que se daría delante de un tercero sería diferente a la que se daría encontrándose los dos implicados a solas. Las diferencias dependerían asimismo de quién fuera el observador. No es lo mismo discutir ante la mamá, que puede tomar partido, que delante de una visita de compromiso. En todos los casos el tercero se vería de alguna manera afectado por la discusión que, incluso, podría llevarlo a actuar de alguna manera.Así, el observador y lo observado 50

se influyen mutuamente, forman una unidad. Pero además, tanto el adolescente como el padre actúan uno frente a otro en forma congruente con una visión previa que tenían de las cosas. Precisamente porque tenían dos versiones distintas surgió la discusión. El observador también reaccionará frente a ellos de acuerdo con la realidad que tiene ya construida de cómo debe comportarse un adolescente frente a su padre y éste frente a su hijo. Nuestra realidad interna nos lleva a actuar de determinada manera y al hacerlo influimos sobre la realidad exterior, especialmente sobre los otros con quienes nos relacionamos. Y así surgen las profecías que se autocumplen. La muchacha que está segura de que los pretendientes que se acercan a ella, la invitan a salir una vez y nunca más le vuelven a hablar, ha construido la realidad de que todos los hombres la abandonan, o que siempre elige hombres abandonadores. No advierte que cuando sale con alguien, como piensa que el otro se aburre con ella o no la acepta, su actitud es distante o molesta y provoca en el muchacho lo que ella temía. Días después de la salida, si el amigo le habla, ella le contesta con tono de reclamo, decepcionada de que sólo le llame para ver cómo está y no la invite a salir. Precisamente ese tono de reclamo puede ser la causa de que en el transcurso de la conversación el otro decida no invitarla, ni le vuelva a llamar, al menos en un tiempo largo. Es obvio que ella no se da cuenta de sus actitudes. Sus acciones inconscientes confirman su profecía. 7 Una profecía que se autocumple, nos dice Watzlawick , es una predicción que por la sola razón de haberse hecho se convierte en realidad y así confirma lo que profetizaba. La certeza de que un hecho va a suceder, hace que se creen las condiciones necesarias para que éste se dé, es decir, crea una realidad que no se habría dado sin él. Si construimos una realidad con la convicción absoluta de que es así, nos condicionamos para actuar de modo que se cumpla. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas porque dentro de nosotros hay por lo menos dos construcciones de la realidad que derivan del distinto funcionamiento de nuestros dos cerebros.

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Referenciasbibliogr áficas 1

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VON GLASERSFELD, Ernst, “Introducción al constructivismo radical”, en La realidad inventada , comp. P. Watzlawick, Gedisa,Argentina, 1988, pp. 20-37. WATZLAWICK, Paul, comp. La realidad inventada , Gedisa, Argentina, 1988, p. 18. VON FOERSTER, Heinz, “Construyendo una realidad”, en La realidad inventada , comp. P. Watzlawick, Gedisa,Argentina, 1988, pp. 38-56. MACHADO, Antonio, “Cantares”, cantado por Joan Manuel Serrat en Dedicado a Antonio Machado, poeta , CaraA, Discos Capitol. CASTANEDA, Carlos, Las enseñanzas de Don Juan, Fondo de Cultura Económica, México, 1989, p. 134. DE CAMPO AMOR, Ramón, Obras poéticas completas, Tomo I, Maucci Hermanos Casas Editoriales, México. WATZLAWICK, Paul, “Profecías que se autocumplen”, en La realidad inventada , comp. P. Watzlawick, Gedisa,Argentina, 1988, pp. 82-98.

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2. EL CEREBRO Los hombres deberían saber que de ningún lado más que del cerebro provienen las alegrías, deleites, risas, broma s y pesa res, tr isteza s, depresiones y lamentaciones. Y mediante esto, en un modo especial adquirimos la sabiduría y el conocimiento, y vemos y oímos ysabemos qué es lo malo yqué es lo bueno, qué es lo dulce y qué lo desagradable. Por el mismo órgano nos volvemos locos y delirantes, y nos asaltan miedos y terrores algunos por la noche y otros durante el día, y los sueños y los vagabundeos sin fin, y las preocupaciones que son nada adecuadas, y la ignorancia de las circunstancias del momento, la grosería y la falta de habilidades. Todas estas cosas le debemos al cerebro cuando no está sano... o cuando sufre cualquiera otra aflicción inusual o preternatural. Hipócrates en La enfermedad sagrada

Un poco de historia Desde finales del siglo XIX, ya en los albores del siglo XX, los grandes investigadores tales como Golgi y Ramon y Cajal, histólogos; Sherrington y Adrian, fisiólogos; Bernard, Erlich y Langley, farmacólogos; Pavlov y Freud, estudiosos de la conducta han revolucionado las ideas acerca de cómo funciona el sistema nervioso. El planteamiento de la “doctrina neuronal”, establece que la neurona es la unidad estructural y funcional del sistema nervioso; los estudios de Galvani respecto a la bio-electricidad, comprobaron el funcionamiento de las células nerviosas como conductores de electricidad y los estudios farmacológicos permitieron esclarecer las bases químicas de la transmisión de la información entre las neuronas, estableciendo sin lugar a dudas que todas las funciones del sistema nervioso, desde la recepción de la información hasta los procesos más intrincados de las estructuras superiores, se basan en mecanismos electro-químicos dentro de las redes neuronales. Sin embargo, ni los exhaustivos estudios sobre los reflejos por Sherrington y Pavlov, ni los estudios sobre la conducta con el rigor 53

de la metodología científica de Watson y Skiner, pudieron dilucidar los procesos más complejos: ¿Cómo se lleva a cabo la experiencia subjetiva? Es decir, ¿cómo se lleva a cabo la representación intracerebral de la realidad externa e interna del individuo y cómo es que ésta se almacena en esa intrincada red de neuronas? Estas preguntas han propiciado el desarrollo de una nueva generación de investigadores en todas las áreas del conocimiento y por supuesto, nuevas hipótesis de trabajo. El planteamiento de un proceso interno (cognitivo), fundamentado en una interrelación compleja entre las estructuras del sistema nervioso (específicamente del encéfalo), con base en las representaciones (guardadas en la memoria), provenientes de la experiencia sensorial, constituye un modelo atractivo para la explicación de la experiencia subjetiva de la realidad; no explica todo, pero es un buen comienzo. Permanece no obstante, el problema del estudio de los sustratos, no en sus características estructurales íntimas, sino en sus relaciones dinámicas y en sus mutuas influencias, para explicar los elementos de actos como los de comprensión o autocrítica o imaginación creativa, que pueden o no manifestarse como conducta observable de manera inmediata.

¿Cómoentoncesseestudia alcerebroysusfunciones? Durante mucho tiempo se utilizaron animales de experimentación, en los cuales se observaba el déficit producido como resultado de una lesión llevada a cabo intencionalmente, sin embargo, los resultados aun cuando ilustrativos, no siempre son aplicables a los seres humanos; otra forma largamente explotada fue la de estudiar a las personas con lesiones cualquiera que fuese el origen de la misma. Actualmente, con el avance tecnológico, la tomografía axial computarizada, los estudios con trazadores radioactivos, la termografía, la resonancia magnética y otras técnicas de imagenología funcional cerebral que pueden utilizarse tanto en humanos sanos como enfermos durante la ejecución de diversas tareas (como imaginar, resolver problemas manuales o mentales o planear una acción futura), pueden darnos luz en relación con los 1 algoritmos que rigen las interacciones neurales y que tienen como resultado eso que llamamos actividad mental. 54

Conociendo al cerebro: una forma de empezar Seguramente has visto alguna vez una nuez de castilla sin cáscara. Recuerda cómo está corrugada, con entrantes y salientes y con una división central a todo lo largo; si tomas sólo la mitad de la nuez y la observas, te darás cuenta cómo toda la parte externa es de color café, pero si la partes, puedes ver que el interior es blanco, ¿verdad? Bien, pues ésta es aproximadamente la forma y apariencia que tiene nuestro encéfalo. Como en la nuez dentro de su cáscara, nuestro encéfalo dentro del cráneo tiene dos partes llamadas hemisferios cerebrales (ver figura 1), uno derecho y uno izquierdo. Los dos se encuentran divididos a la mitad por un gran surco o fisura central, aun cuando en el fondo del surco se encuentran unidos por una enorme cantidad de fibras, llamadas cuerpo calloso, que a manera de cables conectan a las dos partes. Cada uno de los dos hemisferios está recubierto por una superficie de color gris, que en la nuez es como una telita color café; tiene un aspecto rugoso porque tiene entrantes y salientes que se llaman giros cerebrales y a causa de su coloración grisácea también se le llama sustancia gris. Esta cobertura de color gris, vista al microscopio, está constituida por unas células especiales HEMISFERIO HEMISFERIO llamadas células nerIZQUIERDO DERECHO viosas o neuronas y es lo que llamamos cerebro. Surcos Giros Los giros y surcos del cerebro forman abundantes pliegues, lo que garantiza que se acomode una gran superficie en el menor espacio posible y así, a mayor cantidad de pliegues, habrá una mayor superficie cerebral; sabemos ahora, que existe una relación Fisura directa entre el área cerebral y las capaFigura 1 cidades de integración. 55

Al nacer, el cerebrito del bebé es casi liso y sólo tiene algunas pequeñas marcas a las que se van agregando otros surcos y giros conforme va adquiriendo información y va aprendiendo a través de la experiencia. Existen referencias de que el encéfalo de Albert Einstein, a pesar de tener un peso total menor que el peso promedio de los varones (1230 grs. contra 1400 grs.), presentaba un cerebro con más giros y surcos que lo habitual, además de que los surcos eran más profundos y tenía variables en la densidad neuronal en diferentes áreas2. Cada hemisferio cerebral tiene cuatro divisiones llamadas lóbulos delimitados por algunos de esos surcos. Los lóbulos reciben su nombre de acuerdo al hueso del cráneo con el cual se relacionan. Así, para cada hemisferio, hacia el frente, tenemos al lóbulo frontal; de lado y hacia arriba, al lóbulo parietal; un poco más abajo, justo por arriba de la oreja, al lóbulo temporal y en la parte posterior, al lóbulo occipital. Por dentro, en la parte blanca que tienen ambos hemisferios se encuentran otras estructuras, los núcleos, que también son acumulaciones de células nerviosas que se conectan entre sí a través de millones de cables microscópicos. Éstos son las prolongaciones de las neuronas que allí se encuentran y que se llaman dendritas y axones, que además de interconectar a todas las estructuras internas de cada uno de los hemisCuerpo calloso ferios, a la manera de una central telefónica, forman también la densa red de interconexiones recíprocas con el hemisferio del otro lado, llamada cuerpo calloso (ver figura 2). Estos micro cables, a pesar de su diámetro microscópico pueden tener una longitud tal que también pueden conectarse en doble vía con las partes del sistema nervioso que se encuentran más abajo del encéfalo, llegando incluso Figur a 2 56

hasta la parte más baja de la médula espinal para recibir la información sensorial y para controlar las funciones motoras del resto del cuerpo; estas conexiones son cruzadas y simétricas para cada lado3. Así, el cerebro con sus dos hemisferios y las múltiples conexiones que hay entre ellas, recibe las experiencias de la vida diaria y las almacena, interpreta y utiliza. Estos dos hemisferios cerebrales son las estructuras que permiten que la mente se manifieste, ya que actúan como intermediarios entre ésta y su realidad; sin embargo, estos dos hemisferios no son tan simétricos como parecen. En realidad, los dos hemisferios son dos sistemas diferentes con estrategias también diferentes para codificar, almacenar, recuperar, interpretar la información y para manifestarse externamente; por tanto, podemos afirmar que prácticamente tenemos dos cerebros. ¿Y p

ara quédoscerebros?

La explicación científica parece ser bastante simple, aunque el proceso pudo haber sido bastante complicado. Una buena forma de compactar una gran cantidad de neuronas en un espacio reducido es haciendo pliegues (recordar el cerebro de A. Einstein), que a su vez forman surcos entre ellos, lo cual sucedió en el cerebro humano, que creció a una gran velocidad y quedó compactado dentro de su estuche óseo, siendo un cerebro más pesado que el del resto de los animales con relación a su peso corporal. Después de eso, con una creciente necesidad de establecer nuevos e intrincados circuitos neuronales que le proporcionarán las conexiones adecuadas para cumplir con funciones nuevas y más complicadas (tales como el lenguaje, la imaginación, la creatividad, el pensamiento lógico, la previsión para el futuro, etcétera), pero sin aumentar la cantidad de neuronas dentro del cráneo, el camino más útil fue el de establecer funciones diferentes en cada hemisferio y así, en lugar de tener funciones repetidas, éstas se repartieron, con lo cual se duplicó la capacidad del cerebro. ¡Simple ley de economía! Dos cerebros en lugar de uno repetido, lo que permite ampliar las posibilidades y hasta crear situaciones nuevas. 57

Los estudios recientes del cerebro confirman que existen funciones diferentes en cada lado del cerebro, pero también demuestran que los dos lados trabajan de manera conjunta y no de manera aislada. Una buena analogía es la de establecer las antiguas estructuras por debajo del cerebro como un automóvil, mientras que los dos cerebros serían el piloto y el copiloto; uno dirige al automóvil por el asfalto de la carretera, mientras el otro planea rutas alternas para llegar al mismo destino o hasta inventa destinos diferentes. En 1960 el Dr. Roger W. Sperry (premio Nóbel en 1981) descubrió las diferentes funciones de los cerebros derecho e izquierdo, haciendo observaciones clínicas en pacientes con cerebro dividido, lo cual significa que se encuentran interrumpidas las numerosas conexiones entre los dos hemisferios impidiendo así su comunicación; esta situación ha permitido establecer con mucha precisión las funciones diferenciales de cada cerebro. A un paciente que sufría de crisis epilépticas incontrolables se le practicó una sección del cuerpo calloso, separando así a los dos hemisferios. Con la esperanza de confinar los ataques a un solo hemisferio, curiosamente se eliminaron también los ataques unilaterales; es como si el cuerpo calloso intacto hubiera servido para facilitar la actividad de los ataques. Una vez recuperado el paciente de la intervención quirúrgica se encontró que, en algunas circunstancias, el paciente parecía tener dos formas diferentes de conciencia para el mismo hecho, dando la impresión de que cada lado del cerebro tenía una mente propia. Los numerosos estudios que se han llevado a cabo desde entonces han confirmado los descubrimientos del Dr. Sperry, con relación a que existen funciones mentales diferentes en uno y otro lado del cerebro y que ambos hemisferios cooperan entre sí para un funcionamiento global. La unión entre ellos a través de millones de micro cables establece una íntima unión simbiótica en la cual sus capacidades son complementarias, y aun cuando también hay otras opiniones, actualmente se ha demostrado la participación de las regiones frontales de ambos hemisferios en la imaginación y la previsión (o construcción) del futuro, íntimamente relacionadas con el proceso de la imaginación.

¿Cuáles son las destrezas o talentos especiales de cada uno de los hemisferios? 58

Los diferentes autores, en relación con sus funciones primordiales han dado por llamarles “hemisferio dominante” o “hemisferio mayor ” y “hemisferio no dominante” o “hemisferio menor ”, aun cuando no exista una relación de dominio entre uno y otro ni una diferencia significativa de tamaño. Un planteamiento actual, que hace referencia a la especialización complementaria de los dos hemisferios cerebrales, plantea la sustitución del concepto de dominancia y no dominancia, estableciendo un hemisferio categórico, que se encarga de los procesos secuenciales y analíticos y un hemisferio representacional, que se encarga de las relaciones 4 viso-espaciales . Sea cual sea la nomenclatura, la diferencia sobresaliente entre ambos se encuentra en las áreas del lenguaje, ya que las funciones de reconocimiento y producción del mismo se llevan a cabo en regiones específicas de uno de los hemisferios, generalmente el izquierdo, mientras que en su contraparte hemisférica no existe una gran relación funcional y hasta podríamos decir que el cerebro derecho es un cerebro “mudo” con relación al lenguaje semántico. En este punto, deberemos considerar que en el 91% de la población total el cerebro izquierdo es el dominante o categórico, en tanto que en el restante 9% lo es el cerebro derecho, no dominante o representacional. Sea cual fuere la dominancia en cada persona, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que dentro de nuestra cabeza se encuentran dos formas de entender el mundo y dos formas de relacionarse con él. Casi podríamos concluir que es como si fueran dos personas distintas unidas entre sí, donde cada una piensa, percibe y siente a su manera.

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Algunas de las caracter ísticas diferenciales de los dos cerebros: CEREBRO DERECHO, NO DOMINANTE, MENOR O REPRESENTACIONAL

CEREBRO IZQUIERDO, DOMINANTE, MAYOR O CATEGÓRICO Pensamiento lógico Pensamiento abstracto Es racional Es algorítmico Es simplificador Tiene comprensión del Lenguaje semántico Hace la elaboración del Lenguaje semántico Numérico Analítico Lineal Mide el tiempo Elabora operaciones aritméticas Hace relaciones temporales Es preciso Es explícito Es focal Es digital Tiene memoria verbal Reconoce la figura Mente consciente

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Es emocional Integra Es intuitivo Musical Holístico (totalizador) Reconocimiento de formas Elabora el lenguaje paraverbal y no verbal Imaginativo Colorido Metafórico Espacial Creativo Atemporal Alegórico Implícito Difuso Analógico Reconoce variaciones tonales Reconoce el fondo Mente inconsciente

¿Cuántas otras destrezas o talentos especiales son característica delhemisferioderecho? Hay aún muchos aspectos que no han sido claramente explicados acerca del funcionamiento del cerebro derecho, no dominante o representacional. Sabemos que es asiento de una enorme capacidad mental y que es un cerebro muy desarrollado, pero que no puede expresarse por medio del lenguaje semántico como su homólogo izquierdo, de manera que su forma de comunicación es totalmente simbólica (alegórica o analógica). Literalmente es un cerebro mudo pero no silencioso. En general, el hemisferio derecho parece mejor adaptado para captar la figura total, la estampa entera de una escena (es holístico), por lo que decimos que es el cerebro que ve el bosque en conjunto. Se encuentra claramente en ventaja para las habilidades tridimensionales y localización y manipulación espacial de los objetos, lo cual nos permite conducir un auto por un camino estrecho; tiene capacidad de construcción espacial y por tanto reconoce mejor las caras y las formas que el izquierdo. Oliver 5 Sacks , neurólogo inglés, relata los efectos de una lesión en el área de integración visual del cerebro derecho en un profesor de música, quien a consecuencia de esto, ha perdido en su totalidad la capacidad de relación emocional y personal de toda la información visual y sólo conserva la capacidad de categorizar y abstraer datos aislados y precisos de la misma. En este profesor, una parte de la información visual es enviada a otras zonas del mismo lado del cerebro, donde se “almacenan” las representaciones de objetos y en particular de los rostros; así, es capaz de reconocer unos ojos y establecer una relación con su dueño, pero es incapaz de reconocer el rostro completo. El paciente podía reconocer formas y reproducirlas, podía reconocer a las personas por su voz o por otra característica pero no podía reconocer rostros. Muchos de los aspectos poéticos y la imaginación creativa se generan en el cerebro derecho, éste es asiento de las apreciaciones musical y estética. A.R. Luria, un psicólogo contemporáneo, relata cómo un compositor, que a consecuencia de una embolia cerebral izquierda quedó limitado en sus funciones del habla, continuó componiendo música y al parecer con más éxito que antes, y aunque no podía escribir las notas por su limitación en el cuerpo del lado derecho 61

(dado que las conexiones con las partes más bajas del sistema nervioso son cruzadas), podía recordar las notas y tocarlas en el piano con la mano izquierda, lo cual fundamenta la especialización del cerebro derecho en la percepción de los sonidos no relacionados con el lenguaje, como lo es la música, pero también 6 otros sonidos como el llanto o los sonidos propios de la naturaleza . El cerebro derecho es también responsable de un amplio complemento de emociones que se manifiestan corporalmente y con la expresión facial. Es muy común que una persona diga algo aparentemente sin trascendencia o hasta sin sentido y lo acompaña con una risita, aun cuando al hemisferio izquierdo no le quede claro por qué.

¿Yquehaydelhemisferioizquierdo? En general, el hemisferio categórico izquierdo o dominante controla el lenguaje. Se especializa en producir y comprender la semántica de los sonidos del lenguaje, de darle significado a la información visual y auditiva; puede nombrar, deletrear describir y definir; controla la escritura utilizando símbolos para nombrar las cosas y los gestos con la mano derecha; siendo descriptivo, se encarga de la lógica y del razonamiento matemático, pondera el entendimiento de causa y efecto, establece estructuras de jerarquía, se especializa en relación con los detalles de nombres, hechos, días; elabora secuencias motoras complejas, participa con precisión puntual en las descripciones y respuestas, es decir, es analítico y secuencial. Así, el hemisferio categórico (el izquierdo en las personas diestras) ejerce un papel esencial en la organización cerebral del lenguaje y en todas las formas superiores de actividad relacionadas con el lenguaje. Cabe mencionar aquí, que existe entre los dos cerebros una relación dinámica y complementaria y que sólo se produce una alternancia natural en el predominio de uno y otro dentro de patrones establecidos biológicamente, llamados ritmos biológicos. Éste es un mecanismo de equilibrio que obedece a la ley de economía y que permite al sistema nervioso realizar los ajustes para su mejor funcionamiento. Estas alternancias se traducen orgánica y mentalmente en estados alternos de conciencia. 62

Así, en un momento dado dentro de un período de 60 a 90 minutos, el cerebro categórico (dominante) cede el cargo de manera natural al cerebro representacional (no dominante), con lo que la mente lógica deja el cargo a la mente creativa, holística y atemporal. A este ciclo por su frecuencia (más de doce veces), en un lapso de 24 horas, se le llama ultradiano y se le considera el marco biológico para los estados alternos de conciencia (trance hipnótico)7. El Dr. Milton H. Erickson solía tener largas sesiones terapéuticas, que en ocasiones llegaban a ser de tres horas, durante las cuales el sujeto invariablemente entraba de manera natural en una alternancia de actividad cortical con predominio del cerebro representacional, situación que él utilizaba magistralmente para una inducción natural o una mayor profundización del trance hipnótico y no es que el sujeto no esté en condiciones de entrar en trance en otros momentos, sino que en esta situación el sujeto recibe gustoso la oportunidad de entrar en un estado alterno de conciencia con mayor disposición que en cualquier otro.

Y, aquí no acaba la historia En efecto, no hay algo que nos haga pensar que la evolución biológica del cerebro humano ha llegado a su fin, dado que se mantiene la variabilidad genética y aun cuando parezca imperceptible, se mantiene una reproducción diferencial de acuerdo no sólo a las condiciones cambiantes del ambiente físico, sino también del entorno social. Sin embargo, caben aquí algunas preguntas, cuyas posibles respuestas son tan inquietantes como alentadoras: ¿hacia dónde va la evolución del cerebro?; ¿es sólo una cuestión de supervivencia? Y tal vez las respuestas a estas preguntas y a otras igual de inquietantes, como las que se originan en la incansable búsqueda de su origen, están contenidas en el mismo objeto de estudio. Su estructura y organización, su intrincada fisiología que apenas en el último siglo empezamos a desenmarañar, parece estar hecha a “imagen y semejanza” de ese entorno al que contiene y que a su vez trata de explicar. Su organización estructural y fisiológica parece ser un modelo de la estructura y organización de eso que llamamos 63

Universo y que a la interpretación de nuestro cerebro entendemos 8 como realidad . Aparentemente, a la luz de nuestro actual entendimiento, este proceso evolutivo es una forma de perfeccionar al modelo (el cerebro), lo cual sólo cambia las preguntas y resuelve poco las inquietudes, pero arroja mucha luz a muchos fenómenos que hasta hace pocos años parecían inexplicables para la ciencia, lo cual no deberá sorprendernos, ya que paradójicamente, nuestro mejor instrumento de estudio es también el objeto (inacabado) de estudio. Lo que me ocupa a continuación, sin embargo, no es el posible final evolutivo (si es que lo habrá) de esta estructura maravillosa, sino las ventajas de conocerlo y de desenmarañar algunas de sus cualidades intrínsecas y sobre todo aquéllas que parecen menos estudiadas y que solemos denominar como “raras”o “extrañas” y en un lenguaje más amable, “paranormales”. Esto fue, hasta hace algún tiempo, un desacato para la ciencia y sus mejores explicaciones científicas basadas en la Física, la Química y la Biología. Actualmente, desde la luz de los nuevos descubrimientos en diversos campos de la ciencia y en particular de la Física moderna, la Neurociencia, la Biología y la Psicología, es de donde surgen los nuevos modelos explicativos del Universo y de las interacciones entre sus partes y como parte de ese Universo, las explicaciones del ser humano y de esa estructura que llamamos cerebro.

Losnuevosmodelos Hasta hace poco menos de un siglo, nuestro entendimiento del Universo nos llevaba a la conclusión física de que todo era materia , desde partículas pequeñísimas como los átomos, hasta las grandes masas gravitando en el espacio. A mediados del siglo pasado, con la naciente era atómica, nos parecía que todo era energía , desde la energía que sostiene a los electrones en su posición en el átomo, hasta la que sostiene a las galaxias en su posición relativa a las otras galaxias. Muy recientemente, la Física nos proporciona otro elemento contenido en los campos de energía: la vibración. Esto, que a los no entendidos no nos explica mucho, a los físicos les ha 64

permitido encontrar nuevos caminos para explicar al Universo. La conjunción de materia, energía y vibración, abre nuevos caminos de entendimiento9. Estos nuevos caminos parecen haberse iniciado con los planteamientos de Wolfang Pauli (premio Nóbel de Física en 1945) y su principio de exclusión aplicado a las órbitas atómicas y que pone en jaque a los conceptos de espacio y tiempo o cuando menos obliga a pensar en un replanteamiento de ellos y por otro lado, de manera simultánea (ambos eran amigos), el principio de 10,11 sincronicidad planteado por Karl Gustav Jung (psicólogo) que cuestiona el concepto de “coincidencia”: cuando dos eventos aparentemente no relacionados causalmente y que tienen el mismo significado o un significado parecido, concurren en el tiempo y afirma que las coincidencias significativas no pueden concebirse como pura casualidad. Estos conceptos, retomados por el físico David Peat, lo llevan al planteamiento de que detrás de las coincidencias significativas existe algo más, a lo que llama “sincronicidad”, esto es, el “Principio Unificador, la conciencia individual y la totalidad del espacio y 12 tiempo” . Más tarde, David Bohm (colaborador de Einstein) plantea los conceptos de “orden implicado y orden explicado” para continuar con el trabajo inconcluso de Einsten en la predicción de la ubicación en espacio y tiempo de una partícula atómica en un modelo. La idea prevalente era que tan sólo había variables que aún no habían sido explicitadas y que al encontrarlas se encontraría también la explicación del fenómeno (variables ocultas). Bohm, bajo los principios de la Teoría Cuántica, postula que todo fenómeno tiene dos niveles de expresión: los que parten de la información disponible y que operativamente son útiles para explicarlo (orden desplegado) y aquellos que a partir de otras unidades de análisis o variables que tal vez por ahora no conocemos, son más reales, cuanto menos objetivables (orden implícito). Estas conclusiones son bastante inquietantes. ¿Significa entonces que la realidad puede ser diferente de como la percibimos? La respuesta es ¡sí! Bajo estos planeamientos, la realidad como la concebimos sólo depende de la forma en que la percibimos con los elementos con los que contamos (lo observado depende del observador). 65

¿Ydóndeseencuentra esa información? Jacobo Grinberg establece que todo el Universo constituye una “matriz informacional” o “campo informacional” de enorme complejidad, que contiene en sí y en cada una de sus partes el total de la información. A esta estructura de alta coherencia, los físicos cuánticos le han llamado “La Latttice”, y consideran que es la estructura fundamental del Universo (como de enrejado o celosía) y que unifica al 13 espacio y al tiempo . Este campo informacional, que Bohm llama el orden implícito, Grimberg lo denomina el “campo sintérgico”.

¿Yquéhaydelobservador? Nuestro cerebro, como instrumento de observación, interactúa con este campo informacional y es en esta interacción que se manifiesta para nosotros lo que llamamos realidad, aquello que percibimos tal como nos lo muestran nuestros sentidos y que para nosotros es el “mundo objetivo”. Sin embargo, a la luz de estos conocimientos, podemos deducir que nuestro cerebro toma sólo aquello que nuestros sentidos son capaces de captar en términos de modalidades sensoriales, que no son sino modos de energía o vibración (alteraciones en el campo informacional); es decir, objetos, colores, formas, texturas, sonidos, etcétera. Dado que en el campo informacional se encuentra la información, pero no la cualidad de la misma, es nuestro cerebro quien la decodifica de la forma en que puede hacerlo y el resultado final es lo que llamamos percepción, la que confundimos con el estímulo primario y esta confusión nos lleva a pensar que ese resultado final (percepción) no es algo que nosotros hemos creado en nuestro cerebro, sino la realidad inmutable y ajena a nosotros. Grimberg, desde la Teoría Sintérgica (o de Síntesis energética), plantea que el proceso que se lleva a cabo en la intrincada red de interconexiones neuronales del cerebro para interpretar la información de nuestros receptores sensoriales, constituye el “cam66

po neuronal” y que esta inmensa red de interconexiones constituye a su vez una matriz informacional que emula al campo sintérgico e interactúa con él. En conclusión, los hechos observados sólo son un estado particular de la materia, energía y vibración unidos por el significado común que le da el observador (nuestro cerebro), y las variables ocultas no son sólo abstracciones sino realidades físicas en el amplio sentido del término, contenidas en un orden implícito (campo informacional), como lo denomina Bohm, el Campo Sintérgico de Grinberg-Zyberbaum o el campo cuántico de la Física moderna.

Elmodeloholográfico El modelo holográfico, o como lo han llamado, “el nuevo paradigma de la ciencia”, se inició en la década de los 70's partiendo de los trabajos comentados previamente, de algunos científicos como los físicos Alain Aspect y David Bohm, el biólogo Rupert Sheldrake, neurofisiólogos como Karl Pribram y Jacobo Grinberg y otros más, que han generado este modelo común que con diferentes denominaciones y pequeñas variantes explican las interacciones entre cada elemento del Universo (ser humano incluido) y al Universo mismo como una estructura autocontenida e indivisible. La idea esencial es que todos los elementos componentes del Universo (cualquiera que sea su naturaleza) se encuentran íntimamente conectados entre sí, formando un todo único e indivisible y que un pequeño cambio en uno de sus componentes tiene un efecto indiscutible en los otros; las formas y los mecanismos empiezan a ser dilucidados. El físico Alain Aspect descubrió que las partículas subatómicas se comunican entre sí de forma instantánea, independientemente de lo que en nuestros parámetros limitados de percepción llamamos distancia; es decir, que independientemente de la distancia entre ellos, 10 metros o 10 mil millones de kilómetros, un cambio en uno afecta “instantáneamente” al otro y entrecomillé instantáneamente, porque éste también es uno de nuestros parámetros limitados de percepción. Esto supone que nuestros conceptos de distancia y tiempo establecidos por la Física clásica y por nuestra percepción 67

sensorial son sólo una ilusión, como lo plantea Bohm al afirmar, partiendo de los experimentos de Aspect, que en realidad cada cosa (elemento, componente o partícula del Universo) está conectada con todas las demás existentes y que todas entre sí y que todas forman parte de una sola cosa. Bohm afirma que a pesar de su aparente solidez, el Universo es como un gigantesco holograma, espléndidamente detallado. Un holograma es una fotografía tridimensional que se produce con un rayo láser y que al reproducirse muestra al objeto fotografiado idéntico al original en forma y proporciones, aun cuando podrían 14 variar las dimensiones . Esto no es la única característica de tales imágenes, resulta verdaderamente interesante que si una fotografía holográfica es cortada por la mitad, se descubrirá que las dos mitades contienen aún la información íntegra de la fotografía original. Esto significa que si seguimos seccionando la imagen en forma indefinida, cada minúsculo fragmento de la misma contendrá aún la información total de la imagen original; es decir, que cada minúscula partícula tiene en sí una versión más pequeña pero intacta del todo. Bohm intuyó a partir de esto, que la razón por la cual las partículas subatómicas están conectadas entre sí, independientemente de su distancia, radica en el hecho de que en realidad no están separadas, sino que forman parte de un todo en una diferente dimensión, lo cual expresado de otra manera, significa que todo cuanto existe es parte de un todo único e indivisible. Pero, ¿por qué las partículas nos parecen separadas? Porque nuestro sistema cerebral interactúa con el Universo a través de sus órganos receptivos, de tal forma que cada porción del Universo (materia, energía o vibración) que es recibida por los órganos sensoriales, es convertida en un lenguaje diferente, en el lenguaje de las neuronas (impulso eléctrico) que llega hasta las zonas específicas del cerebro que le dan una interpretación, lo que llamamos imagen perceptual y que nada tiene que ver con la impresión energética original, así lo que queda en el cerebro será siempre una representación o interpretación, pero nunca la realidad en sí15. Por tanto, en nuestra percepción, los objetos aparecen como separados e independientes y tenemos la interpretación de nuestro cerebro de que ésa es la realidad. 68

Así, la energía de campo electromagnético que nos rodea, para la interpretación de nuestro cerebro es luz, sin embargo la luz en realidad no existe como tal ni tampoco el sonido que fuera de nosotros es tan sólo vibración. El elemento de la realidad que codificamos en nuestro cerebro es en realidad un conjunto enormemente complicado de formas de energía concentradas en una estructura. En ella no hay colores ni formas, es como las codificamos e interpretamos que da como resultado lo que vemos. El holograma no es en sí una figura o una forma, es un conjunto o enramado de líneas (campo informacional), que al ser iluminado con otro rayo láser, muestra una imagen, un fantasma que contiene en cada una de sus partes la información del todo. En un nivel más profundo, la realidad no es otra que un superholograma. ¿Qué contiene éste? Bajo este planteamiento, debe contener cada partícula, energía o vibración que haya sido y será y cada posible configuración de materia, energía y vibración y cada una de ellas debe contener el total de la información del Universo. Las formas específicas en que interactuamos con el holograma 16 (la “Lattice” de Jacobo Grimberg) , tienen ahora ocupados a los científicos y en particular a los físicos desde los trabajos de Aspect; sin embargo, los misterios de algunos fenómenos empiezan a desvelarse en cascada. Uno de los problemas centrales en el estudio de la fisiología cerebral es (o era) el de encontrar el sitio específico de almacenamiento de la información. Hasta hace algunos años teníamos la idea de que la información era guardada en una región del lóbulo temporal, a manera de archivero, en el cual se iban acumulando los recuerdos. Actualmente sabemos que aun cuando esas regiones tienen un papel primordial en el proceso, actúan más como un direccionador que como un almacén. Sabemos ahora que la información se encuentra codificada en las redes de interconexión neuronal, de la misma forma que el enramado holográfico contiene la información del todo, lo que lleva a concluir que cuando almacenamos información lo hacemos en el total del sistema nervioso y muy probablemente en el total de las células de nuestro cuerpo. La evidencia de esto es que cuando recordamos, recordamos ¡con todo el cuerpo! Éste es el principio ideomotor.

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El cerebro humano, como producto de millones de años de evolución desde sus orígenes en los primeros animales pluricelulares organizados, tiene su origen y es parte integrada del todo, de ese inmenso holograma, así que en su evolución y perfeccionamiento se están perfeccionando también, las formas de interpretación de la información del Universo contenidas en él. Es de hecho, un modelo cada vez más preciso de esta estructura holográfica, que con sus billones de neuronas y sus posibilidades de interconexión, tienen como resultado una cantidad tal de posibilidades de combinaciones y permutaciones, que serían similares a la cantidad de partículas elementales del Universo. Estas combinaciones y permutaciones, llamados también algoritmos, son capaces de concentrar en una población neuronal restringida la información de miles de millones de neuronas. Se ha calculado que pueden memorizar algo así como 10 mil millones de bits de información, que equivaldría aproximadamente a la información contenida en la Enciclopedia Británica17. Esto explica la capacidad del cerebro para llevar a cabo las funciones que le caracterizan y que ahora sabemos que no se encuentran localizadas en áreas específicas, sino en la riqueza de las interconexiones y el extenso patrón de impulsos nerviosos que se entretejen en la red neuronal, de la misma forma que en el holograma se encuentran entretejidos los rayos láser que proyectan una imagen. Para el neurofisiólogo Karl Pribram el cerebro es un holograma que interpreta al Universo holográfico (la Lattice de Grinberg) a través de unos sentidos que no nos permiten captar de primera instancia una realidad holográfica, y es sólo en momentos específicos en que podemos tener acceso a la información existente y nos permite llegar a otros niveles de conciencia o bien, es cuando llegamos a otros niveles de conciencia cuando podemos tener acceso a toda esa información, adquiriendo de ese modo una visión de la realidad que la Física clásica y las ciencia tradicional no pueden explicar. Actualmente hay una cantidad de evidencias que confirman que el cerebro humano mimetiza al Universo, codificando y decodificando la información. Un hecho evidente es que aún no sabemos todo de él, pero nos estamos acercando bastante.

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Recientemente el biólogo Rupetr Sheldrake, ante la interrogante de cómo es que una célula indiferenciada producto de la fusión de los gametos hace para repartir la información del ADN de forma tal que se produzca una estirpe celular diferente de otra y que lleguen a diferenciarse en piel o cartílago, propone la explicación de la existencia de “campos generadores de forma” o “campos morfogenéticos”, semejantes a campos magnéticos que establecen un orden. Esto supone la existencia de una “memoria primordial” o colectiva, en la que se encuentra contenida toda la información de lo existente y que se utiliza sin pérdida de intensidad a través del espacio y del tiempo. Este campo mórfico semeja mucho el principio del campo informacional de la Lattice y al del orden implicado; implica un tipo especial de memoria, una memoria colectiva que incluye al ser humano y a todos los seres vivientes y que independientemente de que el humano lo haga consciente esta memoria existe, separando así, a la conciencia de la memoria primordial. De esta forma, aun cuando la información está allí, el cerebro humano sólo puede tener acceso a ella dependiendo de cómo focaliza su conciencia, de allí su división en niveles y estos niveles de conciencia dependen del funcionamiento individual y del acceso a los diferentes niveles o estados de conciencia; una focalización del observador con el cuerpo orgánico, tendrá como resultado un nivel de conciencia corporal. Parece ser entonces, que dependiendo del nivel de conciencia del observador y su focalización, tendrá como resultado un territorio perceptual dentro de este campo informacional.

¿Cuáles son las formas de llegar a estos estados diversos de conciencia? La realidad como la conocemos, depende de la interacción de nuestro cerebro y sus sistemas sensoriales con el campo informacional. Dado que la estructura actual de nuestros cerebros es muy parecida, percibimos en conjunto una realidad muy similar; estas interacciones son lo que llamamos experiencia. 71

Sabemos, sin embargo, por lo anteriormente expuesto, que existen múltiples niveles de interacción y estrictamente hablando, un número infinito de interacciones con el campo informacional y algunos de estos niveles de interacción se producen de manera espontánea de acuerdo a la variabilidad humana, lo que deja sentado que es posible tener diversos accesos y en consecuencia diversas formas perceptuales de la realidad. Algunos de esos niveles de interacción sólo pueden ser alcanzados bajo un entrenamiento riguroso como el de los Lamas tibetanos y otras disciplinas orientales, mientras que otros son tan cotidianos que se presentan en forma rítmica obedeciendo a patrones biológicos, como el estado de trance hipnótico o como preferimos llamarle ahora: “estados amplificados de conciencia”. Queda entre otras, la interrogante de que si las nuevas generaciones están cambiando de acuerdo a los grandes cambios en la humanidad y si los cerebros de los niños del futuro serán biológicamente diferentes y mejor adaptados a los cambios acelerados en el ambiente, cerebros con mayor disposición para ampliar los lapsos ultradianos de estados amplificados de conciencia, niños con nuevas y más eficientes especializaciones complementarias entre sus dos cerebros que les permitan optimizar los accesos al campo informacional, ¿son los niños Índigo una señal de ese cambio...?

Referenciasbibliográficas 1

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SEGUNDA PARTE CÓMO SE RE-CONSTRUYE LA REALIDAD

1. BUSCANDO CAMINOS CON CORAZÓN

En la primera parte, propusimos que no es posible conocer la realidad tal cual es. Al interactuar con la realidad exterior construimos dos realidades internas, una con cada uno de nuestros cerebros. La del izquierdo, es la versión oficial que nos contamos acerca de cómo sucedieron las cosas. La del derecho, constituye una especie de grabación de todas las sensaciones físicas de cada momento: los colores y las imágenes que vemos, los sonidos que escuchamos, los olores, los sabores, las texturas los registros de posición o movimiento de nuestro cuerpo, así como de los afectos que estuvieron ligados a ellas. Es importante recordar que queda grabado no “lo que realmente ocurrió” sino cómo lo vivimos. La segunda versión se expresa en imágenes y símbolos que son el lenguaje del inconsciente y es la que nos determina. Determina lo que sentimos y gran parte de nuestras conductas. En el cerebro derecho, en el inconsciente, están grabadas todas nuestras vivencias que son aprendizaje que podemos aprovechar. Por ejemplo, cuando aprendimos a caminar, vivimos seguramente muchos miedos que superamos porque queríamos pararnos en nuestros dos pies, como hacían los mayores, queríamos ir por nosotros mismos de un lugar a otro. Hicimos esfuerzos, probamos de distintas maneras, apoyándonos, deteniéndonos, tratando de equilibrarnos, hasta que lo logramos. Y ese momento en que por primera vez estuvimos parados en nuestros dos pies fue muy importante. Las cosas se veían diferentes desde esa perspectiva y tal vez nos temblaron las piernas y nos dimos un sentón y nos volvimos a levantar, orgullosos, llenos de satisfacción después de todo ese esfuerzo, quizá todavía con un poco de miedo de caer, pero era más el interés de ir a otro lugar, de poder hacer lo que hacían los demás, de alcanzar eso que nos llamaba la atención. Y así llegó ese otro gran 77

momento, el de dar el primer paso y probar y ensayar cómo avanzar un pie y mantener el equilibrio en el otro, y luego quedamos en una posición más difícil de mantener. Y así fuimos avanzando, paso por paso, y muchas veces nos caímos y nos levantamos, animados por las miradas y los aplausos de los demás y por el deseo de llegar allá, y de cada caída y de cada uno de los tropezones, aprendimos lo que no debíamos hacer. Aprendimos que era necesario primero ir de la mano de otro o agarrarse de algo firme y que después nos podíamos soltar y seguir por nosotros mismos. Aprendimos a aprender de la experiencia y a encontrar caminos por los que llegamos a donde queríamos llegar: el camino que lleva ahí adonde se come; el camino que lleva al lugar de los juguetes; el camino que lleva adonde está mamá. Aprendimos que se puede llegar al mismo lugar por caminos diferentes, unos más cortos, otros más largos, unos con más y otros con menos obstáculos, aprendimos que había caminos con corazón, tal vez los recorrimos, tal vez no. Y todos aprendimos a caminar a pesar de las caídas y si ahora, adultos, tropezamos y caemos alguna vez, a nadie se le ocurre decir que es porque no sabemos caminar. Tratemos de sintetizar en lenguaje racional todos los aprendizajes contenidos en esta experiencia: el interés y el deseo nos llevan a superar el miedo, aprendemos de los errores, podemos recibir ayuda en un primer momento para después actuar en forma independiente, hay muchas maneras de lograr lo que uno quiere, las fallas no son terribles ni negativas, etcétera. La lista sería interminable y cada uno de nosotros agregaría los que tienen algún significado especial para él. Por ejemplo, las personas que se dejan vencer por las dificultades, aún antes de intentar, pueden aprender mediante la evocación de estas experiencias a reconocer que sus intereses y su deseo de cambiar son más fuertes que las dificultades. Quienes “no saben pedir ayuda” pueden recordar que no es tan grave tomarse de la mano de alguien, porque después podrán soltarse y que incluso este primer momento es necesario. Por lo contrario, los que se creen incapaces de hacer algo por sí solos, se darán cuenta de que ya han logrado algo muy complicado, y con éxito. Los excesivamente exigentes consigo mismos que viven el cometer un error como fracaso, comprenderán que las caídas y los tropezones son necesarios para aprender y parte de todo proceso. El hecho de ir acumulando aprendizajes, recursos, a lo largo de nuestra vida, implicaría que cada momento debería ser más fácil 78

crecer, estar bien, tener logros. Milton H. Erickson y Carl Rogers sostienen que el hombre tiende naturalmente a crecer integrando, sano y disfrutando1. ¿Por qué aparecen entonces los problemas, los síntomas? Propongo que es porque algunas circunstancias difíciles que nos toca vivir estorban el proceso normal de crecimiento. Y es como si se fueran formando nudos, atorones, que nos llevan a crecer torcidos, cojeando, que nos dificultan el acceso a los aprendizajes anteriores de nuestra vida, que nos obligan a permanecer atados al pasado, a una sola manera de actuar que se repite y que pudo ser adecuada en ese momento, pero en otros no. Una persona que fue muy agredida en su infancia, tuvo que aprender a no acercarse a los otros, para evitar ser herida, y a atacar para defenderse. En consecuencia, continúa reaccionando así, sin lograr establecer relaciones cercanas y lastimando a todo aquel que se le acerque, independientemente de qué tipo de persona sea. En la Teoría de Sistemas se dice que la flexibilidad y la funcionalidad aparecen cuando hay variedad de alternativas, de llaves, de caminos, y que la rigidez y la disfuncionalidad son sinónimos de estereotipia. En la Teoría Psicoanalítica los distintos tipos de patología se caracterizan, entre otras cosas, porque tienen mecanismos de defensa o sea, modos de reaccionar frente a la angustia, estereotipados. En ambos casos se trata de nudos. Una vez deshechos, la persona queda libre para probar diferentes caminos. Por eso, otro principio básico de la terapia ericksoniana es nunca frenar o cortar opciones, sino al contrario, siempre probar nuevas. Si se trata de ayudar a una persona a perder peso, por ejemplo, en la hipnosis clásica se le haría una sugestión para provocar aversión a determinados tipos de alimentos “engordantes”. Sin dejar de lado que es un problema muy complejo que trasciende el hecho de la aversión o el gusto por los alimentos y que, por lo tanto, es necesario tratarlo en forma integral, en este tipo de hipnosis una de las sugestiones sería que la persona aprendiera a gustar los alimentos que conviene que coma, y otra, que disfrute tanto cada bocado, que sólo necesite comer poco para quedar muy satisfecha. En el ejemplo parece otro punto que quiero subrayar y es la búsqueda del cambio a través del camino del placer y no del castigo o del sufrimiento.

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En la hipnosis ericksoniana se induce un estado de trance, en donde los contenidos del inconsciente aparecen con facilidad porque toman formas más aceptables para el cerebro izquierdo, para deshacer nudos y que la persona siga su propia y natural evolución hacia la salud, el crecimiento, el estar bien con ella misma. Para deshacer los nudos, después de mirarlos, se necesita meter los dedos, lo que implica, trabajar con cuatro cerebros. Frente al pensamiento lógico del izquierdo se agrega y privilegia la visión del derecho y, de este modo, se obtiene un acceso directo al inconsciente. Se trabaja con los dos cerebros del paciente y yo propongo que además con los dos del terapeuta quien necesita sus intuiciones, sensaciones, y sus conocimientos teórico-técnicos para palpar los nudos, meter los dedos y ayudar a deshacerlos. El terapeuta, junto con el paciente, imagina y está en cierta medida en trance, y al favorecer cambios en las fantasías del otro, favorece cambios en las suyas y, por lo tanto, en él mismo. Es un proceso de coevolución, como diría Gregory Bateson, del terapeuta y del paciente2. En un estricto sentido batesoniano toda interacción lo es, pero tal vez la diferencia consiste en que en mi propuesta se trata de una coevolución asumida por el terapeuta. Trabajar con hipnosis es acompañar a la otra persona adonde quiera ir, cuidándola. Y a propósito de esto, Bill O’Hanlon cita en su libro Raíces profundas la siguiente anécdota de Erickson narrada por él mismo en un seminario: Un día volvía de la escuela secundaria cuando un caballo desbocado pasó velozmente junto a un grupo de nosotros para entrar en el corral de un granjero... en busca de un trago de agua. El caballo sudaba profusamente. Y el granjero no lo reconoció, de modo que lo acorralamos. Yo salté al lomo... puesto que tenía bridas, tomé las riendas y le dije “¡Arre!”... orientándolo hacia la carretera. Sabía que el caballo tomaría la dirección correcta... No sabía cuál era esa dirección. Y el caballo trotó y galopó. De vez en cuando olvidaba que estaba en la carretera y entraba en un campo. De modo que tenía que tironear un poco y 80

llamar su atención acerca del hecho de que se suponía que debía marchar por la carretera. Y, finalmente, a unos seis kilómetros del lugar donde lo había montado, entró en un corral, y el granjero dijo: “¿De modo que es así como ha vuelto ese animal? ¿Dónde lo encontraste?” “Aunos seis kilómetros de aquí”, le respondí. “¿Cómo sabías que volvería aquí?” “No lo sabía... el caballo lo sabía. Todo lo que hice fue 3 mantener su atención puesta en el camino” . La anécdota es una metáfora de lo que es el proceso terapéutico con este tipo de técnicas. En primer lugar, Erickson asume que el caballo sabe el camino, lo que implica que cada persona posee los recursos para cambiar, y que el cambio debe ser de acuerdo con ella misma. El papel del terapeuta es el que Erickson tuvo con el caballo: ponerlo en el camino (en estado de trance, en un contexto terapéutico), mantener su atención sin permitirle que se desviara. Aun cuando el animal supiera por donde ir, el hecho de que hubiera un jinete montado sobre él y con las riendas en la mano, lo hacía sentir seguro, que estaba siendo guiado. Por último, Erickson cuidó al caballo durante el trayecto. Aunque la historia no lo dice, se ocupó de que los coches no lo atropellaran. Y esto, que a menudo se olvida, es fundamental. Si bien es cierto que en el inconsciente se encuentran todas nuestras experiencias y recursos, también es verdad que se hallan mucha otras cosas. De acuerdo con el Psicoanálisis, lo integran por ejemplo, la energía libre, el instinto de vida y el instinto de muerte, 4 las pulsiones de vida, la libido y las pulsiones agresivas . En él están los registros de todo lo vivido y algunos de ellos pueden corresponder a situaciones traumáticas o muy dolorosas, que si aparecen en un estado de trance y no se manejan adecuadamente, pueden provocar en la persona una crisis de angustia o incluso una reacción psicótica. Cada vez que estas vivencias surjan en el curso del proceso terapéutico, la técnica consistirá en connotarlas como experiencias que fortalecen por sólo haberlas sobrevivido. 81

Aprender a inducir un trance es igual que aprender a inyectar. Cualquiera es capaz de hacerlo, pero para saber qué se inyecta es necesario el conocimiento médico. Y se puede enfermar o matar a alguien con una inyección. Por eso me parece importante subrayar que quienes manejen la hipnosis deben ser profesionales, es decir, personas con conocimientos sobre qué inyectar, y que lo hagan en un contexto terapéutico. Con frecuencia me preguntan cuáles son las indicaciones y contraindicaciones de la hipnosis. Sobre las primeras, antes acostumbraba enumerar una lista, aunque en términos generales utilizaba estas técnicas a modo de último recurso, cuando un proceso estaba atorado. La lista de indicaciones señalaba: permitir la relajación en general y la superación de situaciones traumáticas; develar material reprimido, como es el significado de un síntoma, sin necesidad de analizar las defensas; modificar fantasías y objetos internos. Si una persona está deprimida porque construyó la realidad de que su madre fue fría y distante y no le dio afecto, se construye en trance una nueva versión de su historia en la que ella es su propia madre y le da a la niñita que fue, todo el afecto y la cercanía que necesitaba. Para desencadenar procesos de cambio, sugiriendo, por ejemplo: “aprender a disfrutar...”; para anticipar soluciones, construyendo distintas alternativas en la fantasía y probando y ensayando con la imaginación cómo se siente en cada una de ellas; para movilizar recursos mentales y fisiológicos, con el fin de acelerar un proceso de curación física. Con personas que no quieren hacer confesiones vergonzosas, se les acompaña en el proceso para asegurar que se lleve a cabo en la forma adecuada, sin necesidad de conocer el contenido de lo que están elaborando; con pacientes obsesivos, racionalizadores, que tienen bloqueados los afectos y neutralizan cualquier interpretación porque ellos mismos ya se la hicieron antes y hasta la completan. Al entrar en trance una persona con estas características, surgen exuberantes los afectos y las fantasías que reprimía con sus razonamientos. Con pacientes deprimidos o que se encuentran en un estado de ansiedad que no les permite pensar ni concentrarse en el proceso de análisis. Con ellos, se inicia el trance a través de ese afecto para explorar su origen, si se quiere, y modificarlo. En general, el uso de la hipnosis está indicado con pacientes que “no se consideran aptos para el Psicoanálisis”, por su edad, su bajo nivel intelectual o cultural, o porque, como en 82

los casos citados anteriormente, su patología dificulta el proceso de análisis. El único requisito que debe tener una persona para trabajar con estas técnicas es que sea capaz de imaginar. Por lo tanto en la actualidad, pienso que la hipnosis está siempre indicada, ya que lo que se obtiene con ella es tener a la mano los recursos del inconsciente junto con los de la conciencia. Además, el entrenamiento en hipnosis enseña al terapeuta a utilizar más eficientemente la comunicación, a promover una mejor respuesta en el paciente y que, de esta manera sus intervenciones tengan un 5 mayor impacto . Respecto de las contraindicaciones, no considero que haya, sin embargo como en todo tipo de técnica, es indispensable que el terapeuta sea capaz de manejar cualquier situación complicada que se presente en el curso del tratamiento; que construya la realidad de que pase lo que pase él tiene las herramientas para conducir al paciente sano y salvo adonde quiera ir. De aquí la advertencia de que este tipo de técnicas deba manejarse sólo por profesionales. Es posible que la persona en trance se ponga a llorar o se asuste o se sienta atrapada en una escena aterrorizante. Mediante la sugestión y la connotación positiva, estas situaciones se transforman en recursos, o se reconstruyen de modo que el sujeto se sienta bien. Si alguien se pone a llorar, se le puede decir que ese llanto era necesario y sugerirle que a medida que va llorando está cada vez más y más relajado. Con respecto al hecho de que surgen escenas desagradables, yo siempre comento que si estaban ahí adentro, era importante que aparecieran para desaparecer definitivamente, porque al igual que el cuerpo saca a través del vómito y la diarrea todo lo que si se quedara adentro la haría daño, la mente desecha imágenes y afectos para sentirse bien. Y agrego que, por supuesto no es agradable vomitar ni tener diarrea, y tampoco el proceso por el cual eso se elimina, pero es necesario. Nuestros conocimientos de psicopatología y el sentido común nos permiten prever en qué pacientes pueden darse con más facilidad situaciones “complicadas” semejantes a las que acabo de describir. Las personas que han vivido en un pasado cercano una situación traumática, la tienen a flor de piel y, como todos tendemos a evitar el sufrimiento, se encuentran en una situación contradictoria: por un lado, ese recuerdo tiende a aparecer porque necesita ser elaborado, 83

por el otro, al ser doloroso, es reprimido. Al entrar esa persona en un estado amplificado de conciencia surgen fácilmente escenas relacionadas con él, que es necesario elaborar. Veremos más adelante, al hablar de “los caminos que quedan atrás, que no se han de volver a pisar”, que existen formas indirectas para lograrlo con un mínimo de sufrimiento. Casi todos los cuadros que el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disordes (DSM-IV) señala como graves, corresponden dentro de la Teoría Psicoanalítica a las patologías cuya etiología se ubica en los primeros dos años de vida, y durante los cuales la persona tiene que diferenciarse de la madre y del mundo exterior en general, distinguiendo lo que es ella de lo que no es ella, dentro del proceso de individuación, es decir, de llegar a vivirse ella misma como única y diferente, y construir una autoimagen. Los nudos que aparecen en esta etapa se manifiestan en la vida cotidiana bajo las formas que en Psicoanálisis se conocen con el término de psicosis6. En los estados de trance, algunas veces, no siempre, tales nudos aparecen como vivencias de desintegración, despersonalización, deformación de la imagen corporal, angustia que invade. Vivencias aterrorizantes para el paciente y también para el terapeuta si no se encuentra preparado y no es capaz de manejarlas connotándolas como momentos necesarios de transformación y crecimiento. Y, dado que durante el trance la comunicación se da no sólo con las palabras sino sobre todo a través de lo emocional, si aquél se angustia, el paciente lo percibe como una construcción de la realidad de que todo está perdido y se autosugiere eso mismo. En estas circunstancias se puede pasar del trance a una reacción psicótica y del consultorio del hipnoterapeuta al hospital psiquiátrico. Por ello reitero que, aun cuando en las siguientes páginas parezca muy fácil trabajar con estados de trance, es muy peligroso hacerlo si no se cuenta con los conocimientos profesionales y la práctica y experiencia clínicas requeridos para manejar bien cualquier situación crítica. No quiero decir que no sea posible trabajar con hipnosis con pacientes con desórdenes limítrofes y con desórdenes psicóticos, por el contrario, en mi experiencia la reconstrucción e integración internas que se logran con hipnosis a veces en un periodo relativamente corto (meses) no se obtienen en años con otros tipos de tratamiento. Lo que quiero subrayar es que antes de iniciar un 84

trance, el terapeuta debe anticipar las dificultades que pueden aparecer, haciendo un buen diagnóstico, y decidir si cree que tiene recursos técnicos y tranquilidad interna para enfrentarlas, dado que podrían presentarse situaciones aterrorizantes para nuestra mente racional, por ejemplo: La primera vez que decidí trabajar con hipnosis con una paciente limítrofe lo hice tomando todas las precauciones. Le di la última cita de la tarde para poder continuar la sesión el tiempo que fuera necesario. Cuando entró en trance empezó a sentir que su cuerpo se desmembraba: su pie derecho se alejaba de ella, los dedos de las manos se caían o zafaban y por ahí salía la sangre del cuerpo. Apenas empezó a describir lo que pasaba, le sugerí que era necesario que todas sus partes se separaran para que después pudieran tomar el lugar exacto que les correspondía. En ese momento se tranquilizó. Mi sugestión la hizo sentir segura, que todo estaba bajo control y además dirigió el proceso hacia la reconstrucción y la integración de la persona, que es la meta, tradicionalmente considerada casi imposible, en el tratamiento de estos pacientes. Desde el primer momento es importante construir la realidad de que todo lo que suceda es un paso para lograr el cambio deseado y sugerirlo a través de distintas verbalizaciones. Así queda “protegido” el proceso y quedan establecidos el camino y su dirección. Continuamos así permitiendo que las diferentes partes del cuerpo se separaran, sugiriendo siempre que ese era el primer paso para la integración. Llegó un momento en que había dedos, huesos, vísceras, flotando por todo el cuarto y la paciente permanecía tranquila porque sabía que era parte del proceso. Entonces le dije que observara cómo el ritmo de su respiración iba integrando las distintas partes de su cuerpo, llevando cada una justo al lugar que le correspondía y que observara cómo al llegar a su lugar quedaban firmemente unidas, y con flexibilidad. Esto es una metáfora que sugiere adaptación a diferentes situaciones, movimiento, posibilidad de cambio, pero además se orienta a evitar que aparezca otra fantasía aterrorizante: la de quedar petrificada, paralizada, por un pegamento fuerte y sólido. Sugerí también que observara con la vista, con el tacto (tocándose) y sintiendo las distintas sensaciones en la superficie de su cuerpo: cómo la piel cubría todo lo que era ella y, según quisiera, la protegía o la ponía en contacto con lo que no era ella. En esta forma, sugería distinción entre Yo y No-Yo, integración de una imagen corporal y 85

empezar a discriminar entre distintos tipos de relaciones, aprender a manejar la cercanía sin temor a ser tragado por el otro, etcétera. Terminamos cuando todo estuvo en su sitio y ella hubo ensayado su firmeza y flexibilidad, mientras yo continuaba sugiriendo integración, diferenciación Yo No-Yo, manejo de la cercanía y de la distancia, seguridad. Después de este primer trance, continuamos regularmente trabajando con hipnosis, casi sesión tras sesión durante un año. Los resultados con esta paciente me asombraron una vez más. La psiquiatría tradicional construye la realidad de que las personas limítrofres nunca llegan a estar realmente integradas, que tienen que pasar toda su vida bajo algún tipo de tratamiento para mantenerse estableces y por lo tanto, sucede así. Mi paciente y yo construimos la realidad de que ella se encontraba viviendo un proceso de integración y de crecimiento. De hecho, al permitirle sentirse desintegrada por un rato, como paso hacia la integración, aflojamos el nudo que antes impedía que ésta se diera espontáneamente. El resultado fue que después de un año de tratamiento, lleva dieciocho en que vive una vida satisfactoria para ella, ubicada en la realidad, manteniendo relaciones cercanas. Aprendió a caminar sin necesidad de agarrarse de la mano y sabe que si hubiera cualquier tropezón que le asustara, siempre puede tomarme de la mano por un ratito para volverse a levantar. Los terapeutas ericksonianos tienden a rechazar el empleo de marcos teóricos, en especial de psicopatología. Proponen que hacer un diagnóstico es etiquetar a una persona y que esto impide verla como individuo, único, que cambia continuamente y por lo tanto acompañarla en ese cambio. Hacer un diagnóstico equivaldría, desde su punto de vista, a ver el lado gris de esa persona, a sugerir patología y no salud. Yo disiento de esta posición porque si bien creo que es más útil ver el lado rosa, y siempre lo muestro a mis pacientes, también creo que no se puede olvidar el gris, y hay que mirarlo, aunque no se lo digamos al paciente, porque ahí es precisamente donde están los nudos que vamos a ayudar a deshacer. El mismo Erickson tenía un entrenamiento previo en psiquiatría y, no obstante que siempre señaló el peligro de dejarse atrapar por un diagnóstico, su eficacia espectacular se debía a que sabía observar hasta las mínimas claves 86

en los pacientes y podía integrarlas con todos sus conocimientos de psicopatología que ya tenía internalizados y que, según su propuesta, eran parte de sus recursos internos. La integración se daba en él en forma inconsciente y le permitía contar a cada paciente justo la historia que necesitaba escuchar y que correspondía en un nivel metafórico a los elementos claves de su problemática. Pero ahí, en la creación de esa historia, estaban integrados todos sus recursos, los del cerebro derecho: intuición, sensibilidad, percepción; y los del izquierdo: sus conocimientos de psiquiatría, que tenía “olvidados”. Trabajaba con sus dos cerebros colaborando con los dos de su paciente. Es por eso que muchos ericksonianos cuentan y cuentan historias a sus pacientes y repiten técnicas que han aprendido paso por paso sin tener los resultados que Erickson tenía. Les falta la mitad de los recursos. Considero que el primer paso para ser un buen psicoterapeuta es tener una formación teórica sólida, para después, si se quiere trabajar con hipnosis, poder darse el lujo de “olvidarla” frente a los pacientes con la tranquilidad de que nuestros dos cerebros están participando integradamente. Como ya señalé en la Introducción, y se observa a lo largo del texto, las teorías que constituyen mi marco de referencia son: el Psicoanálisis, para entender lo que sucede en la integración mentecuerpo de cada persona, y la Teoría de Sistemas, para entender cómo esto se concreta en las relaciones con los demás. En esa integración de mis recursos de los dos cerebros, he ido “descubriendo”, lo cual es mi construcción, tres tipos de nudos fundamentales que tienden a aparecer fácilmente en nuestra sociedad occidental y a los que siempre y con cualquier pretexto les 7 doy una aflojadita para irlos deshaciendo . El primer nudo aparece al aprender a separar en pares opuestos, excluyentes y hasta contradictorios, todo el mundo que nos rodea, en lugar de aceptarlos como dos partes necesarias y complementarias de una totalidad. Algunos de estos pares son: el día y la noche, lo bueno y lo malo, lo feo y lo bonito, la mente y el cuerpo. Y, por supuesto, aprendemos que hay sentimientos “buenos” y sentimientos “malos”. Se nos enseña que tenemos que sonreír, aunque tengamos motivos para estar tristes o enojados; que es de mala educación decir a la otra persona lo que nos parece mal de ella y, peor aún, si lo hacemos levantando el tono de voz. La reacción 87

más espontánea cuando una persona llora, es tratar de calmarla en lugar de acompañarla en su llanto. Crecemos en la ilusión de que podemos llegar a tener sólo la parte “linda” de la vida y como cada momento tiene la riqueza de la totalidad, al compararlo con la ilusión, el presente siempre sale perdiendo. Y así aprendemos a vivir anhelando la felicidad que no existe y que ponemos en el futuro: “cuando sea grande”, “cuando me case”, “cuando tenga mi casa propia”, sin poder disfrutar todo lo positivo del momento presente y aprovechar su lado gris para seguir creciendo. Siempre digo a mis pacientes que los malos momentos son útiles para, al menos por contraste, disfrutar más los buenos. Si estuviéramos en el éxtasis permanentemente, dejaríamos de percibirlo. Dice un proverbio chino que el pez no se da cuenta de que está en el agua hasta que lo sacan de ahí. Negar el lado gris de la vida es similar a pretender que un niño que se acaba un litro de helado de chocolate no tuviera después una indigestión. Ésta es la consecuencia necesaria para que el niño aprenda a no comer tanto helado junto, es un llamado de atención de su cuerpo para que aprenda a cuidarlo. Parte de los apretones y reenredos de este nudo surgen de que además nos enseñan a dejar de percibir las señales de nuestro cuerpo. Si un niño se cae y se raspa la rodilla, el adulto que se acerca a levantarlo se empeña en convencerlo de que no le duele. Algunas mamás deciden que es hora de ponerse el suéter y dicen al niño: “tienes frío” y si éste se atreve a responder que no, este tipo de mamá insistirá: “mamá sabe más que tú, tienes frío”. Muy diferente sería responder: “tal vez no sientas frío en este momento porque estás sudando, pero hace frío y te puedes resfriar”. En los dos primeros ejemplos el adulto trata de que el niño desconozca una percepción correcta, en el último, le permite que aprenda a escuchar a su cuerpo y, además, le pone el suéter. En la base de todas las patologías está el nudo de la disociación mente-cuerpo que aprendemos día a día, de manera imperceptible y continua en nuestra sociedad occidental. Tendemos a abstraer los sentimientos. Mucha gente se asombrará si le preguntan ¿cómo se siente la alegría en el cuerpo? ¿Y la tristeza? ¿Y la ansiedad? Habla de ella como si fueran etéreas. Cuando murió mi mamá, mi hijo Daniel que tenía entonces ocho años se acercó a mí en la noche y, señalando su pecho, me preguntó: 88

¿la tristeza duele aquí adentro? Si preguntamos cómo se siente la alegría en el cuerpo, distintas personas responderán, entre otras cosas que se siente como energía, ganas de brincar y de moverse, como algo que circula adentro, que quiere salir, el corazón late más rápido, el pecho se expande. Si preguntamos sobre la tristeza, algunas de las respuestas pueden ser: como una opresión en el pecho, el cuerpo sin fuerzas, las piernas pesadas, dificultar para respirar, un peso en la espalda. Lo que pasa en la mente pasa al mismo tiempo en el cuerpo. Todos hemos vivido la experiencia de tener un intenso dolor de cabeza, vómito o diarrea después de sufrir un disgusto, sobre todo si no pudimos manifestar lo que sentimos en ese momento. Éstos son síntomas psicosomáticos pero, cuando la no expresión de los afectos se vuelve un estilo de vida, se convierten en enfermedad y entonces aparecen la úlcera o los infartos repetidos. En Psicoanálisis se define el síntoma como la representación simbólica de un conflicto entre una pulsión que quiere ser satisfecha 8 y la defensa que le impide la satisfacción . En el caso de la úlcera, por ejemplo, la agresión que no puede ser dirigida hacia afuera se vuelve hacia el propio cuerpo, y esa es la única alternativa posible de expresión (estereotipo). Propongo que todo síntoma se ubica en tres niveles: en el cuerpo, que lo siente; en la mente, con un significado simbólico, que es parte de nuestra realidad interna; y en la interacción con los demás, donde casi siempre sirve para algo, por ejemplo, para obtener atención o agredir indirectamente a los demás. A menudo sucede que a través de cualquier tipo de psicoterapia llegamos a “descubrir” el significado simbólico y el “origen” de un síntoma y, aunque se supone que una vez develado esto el síntoma debe desaparecer, permanece, tal vez porque todavía sirva para algo en la interacción (beneficios secundarios) o por simple inercia en el nivel corporal. A mí me parece útil distinguir entre síntomas vivos y síntomas que son como un cascarón vacío. Los síntomas vivos son nudos sobre nudos de deseos que se quieren satisfacer, se reprimen y se satisfacen en forma simbólica, indirecta y con un componente de autocastigo. Es el caso de la úlcera. Y hay que irlos desanudando uno por uno y cada nudo que deshacemos hace aparecer al otro que 89

estaba abajo. Esto va a quedar más claro en el estudio de caso del capítulo 5 (p.173). Es también como una cebolla a la que vamos quitando capa tras capa hasta que desaparece. Los síntomas de cascarón vacío son los que ya fueron desanudados y permanecen por inercia en el cuerpo o en la interacción. Son muy “resistentes” a la psicoterapia tradicional, que intentaría seguir encontrándoles significado, pero desaparecen muy fácilmente con una simple sugestión hipnótica, puesto que el cerebro derecho está relacionado con el funcionamiento no consciente del cuerpo. Por eso hay casos espectaculares de pacientes que han recorrido todo tipo de terapias tratando de eliminar un síntoma, sin éxito y al llegar con el hipnoterapeuta, el síntoma desaparece en una sola sesión. Durante un taller sobre trabajo con síntomas psicosomáticos mediante la utilización de símbolos, una compañera con dermatitis o prurito solar crónico se ofreció para demostrar la técnica. Esta persona es médica, y durante varios años de psicoanálisis analizó el origen y el significado de su síntoma que, no obstante, persistía desde hacía ocho años. Ya en trace pedí a X la representación simbólica de “eso” que causaba la dermatitis. Apareció la imagen de un tenedor que le picaba desde el interior de su cuerpo. Al sugerirle que observara cuál era el símbolo de sus recursos internos para acabar con ese tenedor, aparecieron placas circulares rojas que corrían por el torrente sanguíneo, llegaban hasta él y lo envolvían. Dado que ésta no parecía ser una solución definitiva porque más tarde las placas podían zafarse y dejarlo libre, pedía a X que lo expulsara de su cuerpo. Lo hizo con grandes esfuerzos. De repente, empezó a moverse como si algo le incomodara: le seguía picando, ahora desde afuera. Le pregunté si quería que utilizáramos el tenedor para hacer una regresión en el tiempo hasta el “momento clave” de su historia, donde se había originado, a fin de reconstruirla y acabar con él definitivamente. Asintió y así lo hicimos. La imagen del tenedor fue el camino. Cuando llegamos a ese momento clave, primero apareció una luz naranja, luego algo rojo que se movía y parecía un feto. Después sonrió, era una bebé. De repente su expresión cambió y brincó como hacía con el tenedor. Le pregunté qué pasaba y me dijo: “tiene miedo a su mamá”. A partir de ahí comenzó la reconstrucción de la historia. Le sugerí: “tú eres una linda mamá con tus hijas, 90

¿quieres ser la mamá de esta bebé?”. Asintió sonriente. “Entonces —continué— tómala, cárgala, llévala contigo, sé la mamá que ella necesita tener (sonrió) para que crezca como necesita crecer... dale un lugar, su lugar, para que esté bien, obsérvala y acércate cuando ella necesite y a ratitos aléjate para que aprenda a estar bien, en su lugar, y que sepa que siempre que te requiera estás ahí y te puedes acercar... ayúdala a aprender a estar cerca y a estar lejos, a colocarse a la distancia en que se sienta cómoda, a encontrar su lugar... y deja que crezca junto a ti, aprendiendo a estar a ratos sola, a ratos acompañada, y aprendiendo a ser independiente”. A partir de ahí la niña crecía, yo continuaba sugiriendo: “que crezca aprendiendo a acercarse y a alejarse, reconstruyendo su historia que es la tuya, cambiando en ella lo que es necesario cambiar para que vivas y te sientas como te quieres sentir, como quieres vivir”. Un momento antes de llegar al presente, madre e hija se integraron, en un abrazo, en una sola persona: X. Han pasado ya diecinueve años. La dermatitis desapareció y desde entonces X se ha expuesto al sol en varias ocasiones y ha permanecido asintomática. Se trataba de un síntoma de cascarón vacío que pudo eliminarse espectacularmente en una sola sesión tal vez gracias a las elaboraciones que X había hecho antes. Las sugestiones que se hicieron a lo largo del trance surgieron del conocimiento de que las dermatitis se relacionan con problemas de contacto, de regulación de la distancia y de la cercanía. Esto apareció en forma indirecta en el trance cuando X dijo “tiene miedo a su mamá”. Lo importante es hacer un buen diagnóstico para darse cuenta si un síntoma es ya sólo un cascarón que se elimina con facilidad o la manifestación de un enredo de nudos que hay que empezar a aflojar. Propongo como una primera línea permanente de trabajo, integrar. Integrar sensaciones e ideas, integrar los aspectos positivos y negativos de cada momento, de cada situación. Lo que en el Psicoanálisis Kleiniano correspondería a establecer relaciones de 9 objeto total . El segundo nudo aparece porque se nos educa más para sufrir que para disfrutar. Aprendemos que esta vida es un Valle de Lágrimas, que con el crecimiento vienen las penas y las responsabilidades, que amar es sacrificarse por los demás, renunciar a cosas, que una vez que se tiene hijos, no se deja de tener preocupaciones. En lugar de 91

aprender que la vida está llena de retos, de experiencias interesantes, de satisfacciones, que el crecimiento nos abre nuevas posibilidades de conocer, de actuar, de sentir, que amar es compartir con el otro tipo de momentos, lo cual abre una gran cantidad de posibilidades, que el amado también nos da, que los hijos se disfrutan y nos hacen vivir muchos lindos momentos. Tendemos naturalmente a disfrutar. Nuestro inconsciente se rige por el principio del placer y así es cuando nacemos. Poco a poco a través de la educación, va surgiendo el principio de realidad que nos permite posponer una satisfacción. Lo cual es un requisito fundamental para vivir en sociedad, e incluso para tener acceso a otro tipo de satisfacciones. Pero debido a valores que venimos arrastrando desde siglos por nuestra tradición judeocristiana, en la imposición del principio de realidad casi siempre se nos pasa la mano. Considero que detrás de todas las patologías, desde cualquier marco teórico, está la dificultad de disfrutar. Para el deprimido todo es negro. No ve el lado rosa de las cosas, se recrimina, se autocompadece. El obsesivo tiene una autoexigencia tal que no se satisface con nada de lo que logra, siempre anhela algo más, razona en lugar de sentir. En la histeria, se vive “como si” se viviera, haciendo “como si” se sintiera. Y así podríamos seguir. Por lo tanto propongo que la segunda línea permanente de trabajo sea el aprender a disfrutar. Por último, antes hablábamos de que, desde el Psicoanálisis y la Teoría de Sistemas, la patología corresponde a la estereotipia, a seguir utilizando soluciones viejas que ya no son adecuadas. Éste es el tercer nudo. Y la tercera línea: siempre generar alternativas, abrir nuevos caminos para recorrerlos con el alma y con el cuerpo, disfrutando todo lo posible y aprendiendo de sus dificultades; probando y ensayando cuáles son buenos para cada quién, cuáles son, como diría Castañeda en boca de Don Juan, “caminos con corazón”: Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino: si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición... y no hay afrenta ni para ti ni para otros en 92

dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice... mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo y a ti sólo, una pregunta... ¿tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral... ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro 10 te debilita...

Notasyreferenciasbibliogr áficas 1

ROGERS, Carl R., “Rogers, Kohut, and Erickson: A Personal Perspective on Some Similarities and Differences”, en The Evolution of Psichotherapy, editado por Jeffrey K. Zeig, Brunner/Mazel, New York, 1987, p. 180. 2 BATESON, Gregory, “Forma, sustancia y diferencia”, en Pasos hacia una ecología de la mente. Una aproximación revolucionaria a la autocomprensión del hombre, Carlos Lohlé, BuenosAires, 1976, pp. 479-495. 3 GORDON y MEYERS-ANDERSON, 1981, citado en: O’HANLON, William H., Raíces profundas. Principios básicos de la terapia y de la hipnosis de Milton Erickson, Paidós,Argentina, 1989, p. 20. 4 FREUD, S., “El yo y el ello”, en FREUD, Sigmund, Obras completas, vol. XIX, Amorrortu editores, BuenosAires, 1979, pp. 2-66. 5 EUSTACE, J. Rosemary, “Entrevista con Jeffrey Zeig”, en Psicoterapia y familia , Revista de la Asociación Mexicana de Terapia Familiar, A.C., vol. 2, no. 1, México, 1989, p. 56. 6 LAPLANCHE, Jean y J. B. Pontalis, Diccionario de Psicoanálisis, Labor, España, 1983, pp. 321-323. 7 He encontrado que son algo tan común y casi el ABC para trabajar con casi todos los pacientes, que he grabado materiales de audio para que ellos los trabajen por su cuenta.Alom Editores produce y comercializa estos materiales de audio. 8 “el síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional, interceptada, es un resultado del proceso represivo”, FREUD, S., “Inhibición, síntoma y angustia”, en FREUD, Sigmund, Obras completas, vol. XIX, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979, pp. 2-66. 9 SEGAL, Hanna, Introducción a la obra de Melaine Klein, Paidós, Argentina, 1977, p. 71-84. 10 CASTAÑEDA, Carlos, Las enseñanzas de Don Juan, Fondo de Cultura Económica, México, 1989, pp. 133-134.

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2. EL INICIO DEL CAMINO. MÉTODOS DE INDUCCIÓN DE TRANCE

En la hipnosis tradicional, la inducción del trance es un momento fundamental. Es el primer paso de un procedimiento, donde se prueba: qué tan hipnotizable es el sujeto y la habilidad del terapeuta para mantener el control sobre él. Se hace por lo general a través de un ritual, donde se focaliza la atención del paciente en un punto determinado, poniéndolo en una posición pasiva. En el enfoque naturalista de la hipnosis ericksoniana, más que inducir desde afuera un estado amplificado de conciencia, se trata de facilitar o aprovechar el trance que aparece en forma natural en nosotros en diferentes momentos, para que la atención se centre en lo que es verdaderamente importante. Y lo que es verdaderamente importante es lo que aparece de manera espontánea una vez que la persona está en trance, es decir, puesta en el camino. La inducción no es un paso previo, es parte ya del trabajo terapéutico. Se elige el camino dando el primer paso y se hace camino al andar. Si todos los caminos son lo mismo, no llevan a ninguna parte, son caminos que van por el matorral, podemos iniciarlo por cualquier lugar, siempre y cuando para esa persona tenga corazón. Es necesario que nosotros recorramos el camino junto con ella y, para esto, sea cual fuera el método de inducción que se elija, es muy útil primero respirar al ritmo de la otra persona y después hablar siguiendo ese ritmo. Así nuestras propias palabras “le entran” en una forma adecuada para ella, fluyen sin obstáculos desde nosotros, se crea una unidad. Acompañar a alguien con la respiración es más cercano que acompañarlo de la mano. Cualquier modificación en el ritmo o estilo de respirar del paciente, nos hace sentir, darnos cuenta que hay un cambio dentro de él. Si dijimos que hipnotizar a alguien es acompañarlo a donde quiera ir, CUIDÁNDOLO, para esto hay que permanecer receptivos a lo que suceda dentro de la persona, 95

siguiendo su respiración, a través de sus gestos y expresiones en la cara y en el cuerpo y, si percibimos que algo va mal, si aparece una situación difícil, utilizar ese algo convirtiéndolo en un recurso, transformar esa situación en una que sea placentera. Definimos el trance como un estado en el que imaginamos y sentimos más que pensamos, en donde funcionamos bajo el predominio del cerebro derecho. En el trance las cosas se viven como en un sueño donde todo puede ocurrir: no existe sentido del tiempo, las sensaciones se distorsionan, podemos flotar o quedar paralizados, hundidos en el piso; surgen con frecuencia disociaciones de modo que podemos ser al mismo tiempo sujetos y observadores de lo que está pasando o aparecer representados en dos lugares o en dos formas distintas a la vez. Vivimos y sentimos lo que pasa, siempre hay afectos presentes. Todo lo que sucede en el sueño tiene un significado simbólico, metafórico. Este es el lenguaje en que se expresa el inconsciente. Mientras soñamos hacemos, además, movimientos involuntarios. De este modo, podemos dar el primer paso para entrar al mundo del inconsciente desde diferentes lugares: imaginando, concentrando la atención en sensaciones y afectos, utilizando un lenguaje metafórico, provocando disociaciones o movimientos involuntarios. A continuación, presento las técnicas de inducción que yo utilizo con mayor frecuencia y que parten de estas posibilidades1. Sabemos que el número de caminos posibles es ilimitado, cada quién podrá crear el suyo propio para cada momento particular. Por ahora, nos concretaremos a proponer cómo se puede iniciar el camino.

Crear orevivir una escena placentera Una de las formas más sencillas de inducir un trance es pedir a la otra persona que imagine una escena placentera y la viva con todos los detalles, yo acostumbro decir: Fíjate qué hora del día o de la noche es, nota la luminosidad o la oscuridad, siente la temperatura de ese lugar sobre tu piel, fíjate si estás sola o acompañada, mira los colores y las formas, escucha los sonidos o el silencio, siente la posición de cada una de las partes de 96

tu cuerpo o su movimiento, ahí en ese lugar, siente las texturas de lo que toca tu piel: en las manos, tal vez en la espalda o en cualquier otra parte, y siente tu respiración ahí, en esa escena, y vívela y disfrútala, porque estás sintiéndote como te quieres sentir, estás viviendo como quieres vivir. Al recrear esa persona en trance una situación placentera, está construyendo ya en ella una realidad en la que se siente como se quiere sentir, vive como quiere vivir y que ya es parte del mundo interno que la determina. Esta técnica, que Bandler y Grinder denominaron “Ensayo”, es una sugestión que en lugar de palabras utiliza imágenes y sensaciones. Si la verbalización no es directiva en cuanto al contenido de la escena que va a aparecer, pero sí lo es cuanto al hecho de que sea una escena placentera donde está sintiéndose como se quiere sentir, el Ensayo es muy útil para que el paciente se dé cuenta de lo que quiere, desde su interior. Recuerdo el caso de una muchacha estudiante de leyes que “quería” que la ayudara a sentirse mejor, más animada y ser más eficiente, cuando iba a los tribunales. Le pedí que construyera una escena donde se sintiera realmente como se quería sentir, y se encontró de repente en pants, en el campo, corriendo a la orilla de una presa. Molesta, me insistió en que ella quería estar bien, disfrutando el trabajo. Repetimos el ejercicio construyendo ahora una escena laboral “donde estaba sintiéndose como se quería sentir”. Para su sorpresa, no aparecieron los tribunales sino una oficina llena de plantas y de luz donde ella estaba dibujando sobre un restirador. Advirtió un camino que para ella tenía corazón. A partir de ahí pudimos comentar por qué había elegido su carrera (era hija de un abogado renombrado) y ella descubrió lo que en verdad quería hacer. Esta inducción se dirige principalmente a deshacer el segundo nudo. Casi siempre la utilizo para iniciar un proceso terapéutico. Lo hago para reforzar desde el primer momento la construcción de una realidad placentera pero también como una manera de sugerir sin palabras que el camino es un camino con corazón, que no se trata de venir a sufrir descubriendo los horrores reprimidos y cosas dolorosas sino de descubrir y construir realidades agradables y positivas. 97

Inducción a travésdela percepción desensaciones Consiste en guiar a la persona a enfocar su atención en lo que percibe con todos sus sentidos. Se le pide que sienta primero lo que sucede afuera, alrededor de ella, después, que sienta diferentes sensaciones en el exterior de su cuerpo y luego en su interior, llevándola a estar cada vez más y más dentro de ella misma: Mira los diferentes colores y formas que hay aquí en este cuarto, o mejor aún recuérdalos con los ojos cerrados... a través de tus párpados siente la luminosidad y la oscuridad de este lugar, escucha los sonidos o el silencio y fíjate cómo cada uno de esos sonidos, en lugar de distraer tu atención te ayuda a estar más en contacto contigo mismo porque te recuerda que están afuera mientras tú estás más y más adentro de ti... y ahora puedes sentir todo tu cuerpo apoyado en ese sillón, tal vez lo sientas muy pesado, tal vez muy ligero, y puedes sentir la textura de la tela del sillón en tu mano, que es diferente a la textura de la tela de tu camisa sobre tu brazo y, aún ahí, en tu brazo, hay lugares adonde roza la tela y lugares en que no, y puedes sentir el cuello de la camisa diferente, tal vez más duro, donde toca el cuello... siente el pelo que roza tu frente y el que roza el borde de tu oreja... tal vez todavía puedes sentir tus pies dentro de los zapatos, hay ahí muchas sensaciones... se siente distinto la planta del pie que apoya sobre la suela, al talón que recibe todo el peso de la pierna, estando en esa posición, y hay diferentes sensaciones de presión del zapato alrededor de cada uno de los pies. Puedes sentir la temperatura del anillo que rodea tu dedo, la presión de la correa de tu reloj e incluso la forma del reloj apoyada en tu muñeca... puedes tal vez sentir una mano apoyada sobre la otra y distinguir ahí al menos dos sensaciones: una es la sensación en la palma de la mano, que toca el dorso de la otra, la otra es la sensación de la mano que está abajo y que siente la 98

textura de la palma y el peso de la mano que está arriba... y puedes también sentir tu respiración, con todos los detalles: sentir cómo el aire que pasa a través de tu nariz, entrando y saliendo, y cómo con cada respiración tu pecho, tu abdomen, se levanta, se baja... y ahora que estás cada vez más relajado, en contacto contigo mismo, quizá puedas escuchar o sentir los latidos de tu corazón... El anterior es un ejemplo de verbalización, sin embargo es muy importante construir la inducción haciendo referencia a las sensaciones que puede tener ese paciente por la ropa que trae puesta, la posición de su cuerpo, etcétera, hablar de sentir el aire que entra por su nariz cuando está inhalando y referirse al que sale cuando está exhalando. Se trata de ir monitoreando lo que el paciente hace y siente al hacerlo. Al inicio sugerí que los ruidos del afuera servirían para mantener el trance, en lugar de interrumpirlo. En hipnosis ericksoniana un principio fundamental es la UTILIZACIÓN de todo lo que suceda para mantener a la persona en el camino y que llegue a donde quiera llegar en una forma protegida. Cualquier interferencia posible se convierte en un recurso. Cualquier cosa que suceda se transforma en un paso dentro del proceso de cambio y de crecimiento. Si nos referimos a sensaciones difíciles de percibir como los latidos del corazón, es preferible anticipar un “tal vez” para que si la persona no las siente, no crea que algo va mal, y se sugiera entonces que puede salir del trance y así lo haga. Es importante siempre asegurar que perciba lo que perciba, pase lo que pase, todo está bien. Si alguien dice que no siente diferencias de texturas, se le puede comentar que está aprendiendo a percibirlas y que se fije cómo cada vez es más fácil, lo cual es cierto y sirve a la vez de sugestión. Entre menos usuales sean las percepciones y más pequeñas las diferencias que pidamos a la persona que note, tendrá que enfocar más su atención y entrará más fácilmente en trance. Esta técnica sirve para ayudar a aflojar el primer nudo, para que el paciente aprenda a percibir su cuerpo, que por lo general está negado, disociado. Antes hablamos de cómo a menudo se nos educa a negar nuestras propias percepciones. En muchas patologías con un origen muy temprano, falta capacidad para autopercibirse. De acuerdo con la Teoría Psicoanalítica el Yo, que primero es yo corpo99

ral, empieza a formarse a partir de la autopercepción del cuerpo. Las pacientes anoréxicas o los obesos no se dan cuenta si tienen hambre o no, si ya se saciaron y, o dejan de comer o comen compulsivamente. Tampoco distinguen el frío o el calor, ni se dan cuenta del cansancio. Es frecuente escuchar de anoréxicas que hacen ejercicio hasta llegar a desvanecerse de repente. El solo hecho de aprender a percibir sensaciones, especialmente las que se dan en la piel (límite entre Yo y No-Yo) ayuda a la construcción de una autoimagen adecuada y, por lo tanto, es ya por sí mismo terapéutico. A menudo empleo esta inducción con personas ansiosas, porque las ayuda a relajarse y para las que llegan pidiendo hipnosis y esperan un procedimiento más formal.

Inducción a partir dela percepción deun afectoodeun dolor Cuando el paciente se queja de un afecto: angustia, miedo, depresión, o un dolor, se puede inducir el trance pidiéndole que describa minuciosamente cómo percibe el afecto o el dolor en el cuerpo. A la mayor parte de las personas les resulta difícil hacer esto, por lo que es útil interrogarlas para que detallen más y más lo que sienten, cada vez que contesten con alguna abstracción, les pido de nuevo que concreticen cómo se sienten en el cuerpo. A continuación muestro la inducción con una paciente que se quejaba de angustia: Y — ¿Cómo sientes la angustia en el cuerpo P — Como un dolor en los ojos, como cuando los aprietas mucho, mucho. Y — ¿Y dónde más? P — Como un nudo en la garganta y como ganas de llorar. Y — Y las ganas de llorar ¿cómo se sienten? P — Como los ojos llenos de lágrimas. Y — Y ¿qué más sientes cuando están los ojos llenos de lágrimas? P —Algo de ardor y dolor como cuando los aprietas. 100

Y — Como un dolor en los ojos, como cuando los aprietas y algo de ardor, como un nudo en la garganta, como ganas de llorar y los ojos llenos de lágrimas y ¿en qué otra parte del cuerpo sientes la angustia? P — En el pecho, como una opresión, algo que aprieta y que no me deja respirar. Para entonces, la persona ya se encuentra en trance y toda su atención se enfoca a percibir la angustia en el cuerpo. Por asociación, con frecuencia surgen espontáneamente situaciones de su historia relacionadas con ese afecto. Por ejemplo, escenas de su infancia en que se sintió sola y con miedo. Se pueden transformar estas escenas en situaciones placenteras. Se puede también utilizar la percepción del afecto para hacer una regresión hasta el momento en que éste “se originó”, o hacer aparecer un símbolo que lo represente a él o a su origen y reconstruirlos o hacerlos desaparecer en la forma en que veremos dos capítulos más adelante. Hay que ser muy cuidadosos porque el poner a una persona en contacto con un afecto displacentero facilita que aparezcan las situaciones dolorosas o aterrorizantes que se asocian a él y que antes mantenía reprimidas porque no era capaz de manejarlas. Si el terapeuta va a propiciar que aparezcan, debe tener la certeza de que apoyará y conducirá al paciente a superarlas. El hacer que una persona describa cómo siente el afecto en el cuerpo sirve para focalizar su atención, que entre en trance y empiece a aflojar el primer nudo, integrando mente-cuerpo. Sirve además para tener una descripción del síntoma con sus propias palabras. Cuando repito esta descripción antes de formular la última pregunta, lo hago para que, al escucharme, vuelva a focalizar cada una de estas sensaciones y se mantenga así dentro del trance. También se puede partir de la descripción de un dolor, para desaparecerlo con la técnica de símbolos (ver p. 152).

Inducción a partir dela utilización demetáforas Como ya sabemos, los símbolos y las metáforas son el lenguaje del inconsciente. Estas últimas ofrecen una representación simbólica y totalizadora de una situación, donde se incluyen en forma de 101

imágenes elementos que sería casi imposible incluir en una descripción verbal, entre otras razones porque probablemente no tenemos conciencia de muchos de ellos. El “ver” una situación a través de una metáfora nos ofrece una perspectiva más completa y, por lo tanto, la posibilidad de generar nuevas alternativas para su solución, de aflojar el nudo del estereotipo. Usamos elementos metafóricos en nuestro lenguaje cotidiano. Nos referimos a una situación difícil diciendo que estamos en un hoyo, o que vemos todo negro; y cuando eso empieza a solucionarse, decimos que aparece una lucecita a lo lejos y que lo negro se va aclarando. A veces hablamos de una relación conflictiva como una relación “de perros y gatos”. Este lenguaje metafórico es una puerta ideal para entrar al inconsciente. Para inducir el trance, basta con un empujoncito: tomar cualquier descripción metafórica que surja espontáneamente en el paciente y continuar con ella. Por ejemplo, si alguien habla de que sufrió “heridas profundas” en su niñez, se le puede decir: Todas las heridas, hasta las más profundas, cicatrizan tarde o temprano... unas cicatrizan de adentro hacia afuera, otras de afuera hacia adentro, pero lo más importante es primero limpiarlas bien para evitar cualquier infección y una vez que están limpias, dejarlas al aire, sin tocarlas, para que cicatricen. Si son muy profundas, tal vez necesiten vendoletas durante un tiempo. Pero de nada sirve una vez que están limpias para rascarles y rascarles porque eso lastima y retrasa la cicatrización. Y cuando las heridas sanan, la cicatriz queda ahí como un recuerdo, ya sin dolor, de esos momentos difíciles que ya pasaron, como recuerdo de esa experiencia a la que sobrevivimos y que nos sirvió para crecer. Al escuchar el paciente este verbalización, va evocando imágenes en relación con las heridas, como probablemente el lector o la lectora lo haga al leerla. En ella, hay muchas sugestiones implicadas: todas las heridas cicatrizan, es decir, siempre podemos superar cualquier tipo de problemas y salir adelante. Las situaciones 102

difíciles de la vida nos hacen crecer. Si estamos aquí recordándolas, es porque ya pasaron y las sobrevivimos. Es importante hablar de las cosas dolorosas, pero no sirve de mucho lastimarse repitiéndolas, sin salir de ellas. Algunas veces necesitamos de apoyo (vendoletas) durante un tiempo para sanar. Por más dolorosa y difícil que sea una situación, llega un momento en que se supera y deja de doler, aunque deje rastros, recuerdos. Se puede continuar esa inducción o iniciar un diálogo con el paciente en lenguaje metafórico: Y— Ahora estamos limpiando esas heridas para que puedan cicatrizar, tal vez algunas ya cicatrizaron. P — Sí, toda esa época de enfermedades y hospital, siento que ya se superó. Y— Ya cicatrizó y la cicatriz es un recuerdo, ya sin dolor, de esos malos momentos. Te recuerda que ya pasaron y todo lo que te hicieron crecer, porque con ellos te fortaleciste. P — Sí, aprendí a estar sola, a pasar menos mal los momentos difíciles. Cada vez que responde, le contesto con metáforas que utilizo para sugerir que el cambio ya se dio, que la situación dolorosa quedó en el pasado, para sugerir crecimiento. También podemos proponer directamente: Y esta situación que estás describiendo, ¿cómo podrías representarla en una metáfora? Deja que aparezca espontáneamente, utilizando tal vez colores, tal vez imágenes: plantas, animales, personajes o cualquier cosa que pueda aparecer. La primera imagen que surja, esa es, aunque parezca simple o extraña. ¿Y te diste cuenta cuál es la metáfora? (cuando asiente, continúo) Observándola con todos los detalles, fíjate si los 103

contornos están definidos o difusos, si tiene movimiento o no, mira los colores, observa en qué tipo de lugar o contexto está. Cuando una persona, una pareja o una familia me cuentan su problema, vuelven a vivir ahí los afectos relacionados con esa situación, están sintiendo, pero además razonando, para explicarme lo que pasa. El representarlo con una metáfora, corta el razonamiento y los mete de lleno al trance. Es preferible sugerir “deja que aparezca” y no “construye” una metáfora para que ésta surja realmente desde adentro, del inconsciente. El poner a la persona como observadora y a la expectativa, ayuda a eliminar del proceso la voluntad, la razón y la lógica. Le sugiero que puede usar colores o imágenes, para facilitar que esto suceda. El decir “¿ya te diste cuenta...?” es una sugestión. Esta frase implica que la metáfora ya está ahí y lo único que hace falta es que la persona se dé cuenta. La última parte, en donde propongo que observe detalladamente, sirve para concentrar más la atención en las imágenes y sostener el trance. Cuando hablemos de “Recorriendo caminos universales... el trabajo con metáforas” (p. 160) y “Haciendo camino al andar... caminos con corazón” (p. 165) veremos cómo continúa el trabajo una vez iniciado.

Inducción a travésdela disociación La forma más sencilla de provocar una disociación es decir: Obsérvate a ti mismo en una pantalla, actuando, como en una película, en donde puedes darte cuenta de la luminosidad o la oscuridad que hay ahí, de los colores y las formas, escucha los sonidos o el silencio y, sobre todo, mírate actuando ahí, observa tus gestos, la expresión de tu cara, tus movimientos... y puedes mirar esta película cuantas veces sea necesario, repetirla, pasarla en cámara lenta, hacia adelante o hacia atrás, o detenerla en un cuadro para observar algo muy especial. 104

Se entra al trance al disociar entre sujeto observador y sujeto observado, así como al construir las imágenes en la película. Esta inducción es útil para trabajar el Ensayo con aquellas personas que tienen dificultad para meterse dentro de una escena y vivirla. Una vez que se vieron en la pantalla, se puede sugerir que entren en la película, lo que seguramente les será más fácil. Es útil también para elaborar y superar situaciones traumáticas, un asalto, por ejemplo. Verlas en una pantalla permite poner distancia. El espectador no siente tanto en carne propia lo que está observando. A continuación, la situación traumática se puede reconstruir sugiriendo que lo que sucede ahí es diferente porque la persona se está defendiendo, o actuando de manera distinta. Otra forma de inducir el trance a través de una disociación es: Tu mente consciente puede estar atenta a los ruidos del afuera... tu mente consciente puede poner atención al contenido de mis palabras... tu mente consciente puede, si quiere, aprovechar este tiempo para arreglar todos los pendientes que tenga y tu mente inconsciente puede mientras tanto irse hacia atrás en el tiempo, mucho muy 2 atrás... hasta ese momento tan especial... En el ejemplo, la inducción se emplea para realizar una regresión, pero se puede usar con cualquier tipo de técnica. El disociar entre mente consciente y mente inconsciente, orientado cada cerebro a las actividades que le son propias, pone a la persona de inmediato en un estado de trance. La disociación es especialmente útil en aquellas situaciones en donde hay muchos distractores, porque enfocamos la atención del cerebro izquierdo en lo que distrae y de esta manera el derecho queda libre para hacer su trabajo. Una vez la utilicé para quitar un dolor de espalda a un amigo en el intermedio de una función de teatro. Con las personas que dicen no poder concentrarse fácilmente y que, por lo tanto, se autosugieren distracción, al disociar convertimos el distraerse en recurso para inducir el trance. Un caso similar es el de los sujetos que, ya sea por temor o desconfianza o porque quieren aprender, desean escuchar el contenido de las verbalizaciones y estar pendiente de todo lo que hace el terapeuta. En la terapia tradicional 105

dichas actitudes serían consideradas “resistencia”, para nosotros, son el camino para iniciar el trance. Siempre que se provoca una disociación ya sea para inducir el trance o para trabajar dentro de él, es conveniente sugerir integración antes de volver a la conciencia. En el primer caso, el de la pan-talla, esta integración se da cuando el observador entra en la película. Si no lo hace, es conveniente sugerir apagarla. En el segundo, la disociación mente consciente-mente inconsciente, se puede terminar sugiriendo: Y ahora, tu mente consciente y tu mente inconsciente, después de haber realizado cada una su trabajo, vuelven a integrarse en “X” (su nombre), para regresar así unidas a un estado completo de conciencia. De esta manera, antes de terminar damos otra aflojadita al primer nudo.

Inducción para entrenar en autohipnosis Generalmente la utilizo para entrenar a los pacientes en autohipnosis, para manejo de dolor o de tensión, por ejemplo. Al iniciar les explico que para entrar en trance, basta provocar movimientos involuntarios y evitar los voluntarios. Esto hace que el cerebro derecho tome el control. Comento que es como pasar “el switch del predominio” del cerebro izquierdo al derecho. Propongo: Cierra tus ojos y échalos hacia arriba y hacia atrás, como si quisieras mirar atrás de tu cabeza. Esto provoca movimientos involuntarios en tus párpados, como temblorcitos ¿los sientes?... (cuando asiente, continúo) Una vez que los sientes, puedes relajar tus ojos. Ya estás en estado de trance y sólo tienes que mantenerlo sintiendo tu respiración. Siente la respiración con todo detalle, sin modificarla, siente cómo estás respirando naturalmente en este 106

momento... siente el aire que pasa a través de tu nariz, entrando, saliendo... siente cómo se mueve tu pecho con cada respiración, y también tu abdomen... suben, bajan... y a medida que vas entrando más y más en ti mismo, pueden empezar a aparecer sensaciones distorsionadas que son normales en el estado de trance. Puede ser que en este momento ya puedas darte cuenta de cómo tu cuerpo o parte de tu cuerpo se siente más ligero... fíjate bien ¿ya te diste cuenta de qué sientes más pesado? (cuando responde, continúo) A veces se siente esa parte del cuerpo tan pesada que da la impresión de que se hunde ahí donde está apoyada, a veces se pierde la sensación de dónde termina la mano y dónde empieza el sillón, es como si fueran una misma cosa. ¿Ya te diste cuenta qué parte de tu cuerpo se siente más ligera, como si estuviera flotando? (cuando asiente, continúo) A veces incluso da la impresión de que no se tiene esa parte del cuerpo. Cuando una mano, un brazo o un pie, se sienten muy ligeros pueden comenzar a flotar, a subir por sí solos con movimientos inconscientes que son como temblorcitos ¿los sientes? y eso también es normal... todo puede pasar en un estado de trance, es como en los sueños. Algunas personas sienten alguna parte del cuerpo más fría o más caliente, o siente vibraciones internas, como energía que fluye en forma de ondas. O puedes sentir que alguna parte de tu cuerpo está más grande o más chica. Son las distorsiones en la percepción que aparecen en los estados de trance y que son normales. ¿Ya te diste cuenta qué estás sintiendo? (cuando responde que sí, continúo) Eso que sientes (y repito sus palabras) son señales de tu cuerpo de que estás en trance. La próxima vez que hagas este ejercicio probablemente vuelvan a aparecer, aunque también pueden surgir otras. A continuación le enseño a autosugerirse estar sin dolor o a eliminar la tensión. Comento que cualquier distorsión en las sensaciones es normal 107

durante el trance para así evitar que se asuste cuando repita el trance sin mí. Es muy importante monitorear todo lo que le sucede, acompañarlo paso a paso, preguntándole qué siente y reafirmando que todo está bien, ayudándolo a descubrir cuáles son sus propias señales de que se encuentra en estado de trance para que más tarde sepa reconocerlas y le sirvan para reafirmar y autosugerirse que está en trance así como para reconocer el momento en que ya puede “pedir a su cuerpo” eliminar el dolor o la tensión. Aquí también, al enumerar las posibles distorsiones de la percepción, sugiero que aparezcan, si es que no lo habían hecho.Antes de terminar, explico: Cuando quieras salir del trance, basta con que hagas movimientos voluntarios, para cambiar nuevamente “el switch del predominio” del cerebro derecho al izquierdo. Puedes, por ejemplo, estirarte un poco, mover los dedos, abrir los ojos o, si te sientes muy pesado, simplemente cambiar el ritmo de tu respiración y darte dos o tres minutos para recuperar la normalidad en tus sensaciones. Esta técnica, así como la Inducción a través de la percepción de sensaciones, entra al paciente en la autopercepción y le ayuda a

construir o reforzar su imagen corporal. Hasta aquí hemos visto diferentes maneras de iniciar el camino, de dar el primer paso. A continuación presentaré cómo se mantiene al otro en ese camino, su propio camino, en una forma segura y protegida.

Notasyreferenciasbibliogr áficas 1

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Milton H. Erickson proponía que podemos inducir el trance a partir de cualquiera de los fenómenos que se producen en él. Ver sus Seminarios de introducción a la hipnosis, California 1958,Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2005. Hacer tres afirmaciones permisivas y obvias para la mente consciente, de manera que la persona responda fácilmente “sí” a las tres y luego, por inercia, responda también “sí” a la cuarta, que es la sugestión. Esta es una técnica creada por Milton H. Erickson que él llamaba “Serie de sís”.

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3. CÓMO SE MANTIENEN LA DIRECCIÓN Y EL CAMINO. LAS TÉCNICAS PARA SUGERIR

Si todos los caminos son lo mismo, todos van por el matorral, cuando hablamos de mantener el camino hablamos de mantener el estado de trance y la atención puesta en lo que “es verdaderamente importante”: lo que surge en forma espontánea del inconsciente o sea lo que es necesario cambiar. Para lograrlo, reforzamos el trance con cualquier pretexto. El inconsciente va marcando el camino: los síntomas son una señal de que hay algo que arreglar. Podemos trabajar con ellos, modificarlos, y puede haber incluso mejorías evidentes pero mientras persistan, nos están diciendo que a esa cebolla todavía le queda alguna capita que quitar. Dado que cada quién tiene que encontrar su propio camino, el que para él tiene corazón, cuando hablamos de mantener la dirección nos referimos a: asegurar que se dé el cambio hacia el bienestar , que los elementos displacenteros se eliminen, o se transformen, que se inicien los procesos que desemboquen en la desaparición del síntoma, que el individuo crezca, aprenda a disfrutar, que pruebe recorrer distintos caminos porque puede haber más de uno que tenga corazón. Y en el que elija en cada momento, nosotros vamos a protegerlo asegurando la dirección adecuada. Para esto, tenemos que reetiquetar todo lo que suceda en el trance, sea lo que sea, como parte del proceso para estar bien.Así se hizo en el caso de la mujer con diagnóstico de desórdenes limítrofes que presenté, en donde se sugirió que la vivencia de desintegración era el primer paso para después reintegrarse con firmeza y flexibilidad. Apenas surja una situación displacentera o aterrorizante, es importante sugerir que aparece para desaparecer definitivamente, utilizando, por ejemplo, la metáfora de cómo el cuerpo elimina a través del vómito y la diarrea lo que le haría daño si se quedara adentro. 109

Una vez asegurada la dirección, debemos permitir e incluso impulsar al paciente para que se mueva con libertad dentro de ese camino y que si desea correr un rato, corra, o si quiere ir despacio, lo haga, y que se detenga cuando quiera para mirar hacia atrás o en zigzag, bailando, jugando, arrastrando los pies, con zapatos o descalzo, a gatas o bien erguido, y también se vale arrastrarse un rato y sentir y oler la tierra. Se trata de que cada quién descubra su manera de caminar e incluso pruebe diferentes estilos y formas. En este sentido, lo que en otras terapias se interpreta como resistencia aquí sólo significa que el paciente decidió detenerse un rato para tomar un respiro, o mirar hacia atrás, o ir más lento. A fin de que cada persona recorra el camino a su gusto es importante sugerirle repitiendo sus mismas palabras o utilizando términos, o bien ambiguos, o bien que abarquen todas las posibilidades, para que pueda darles el contenido que quiera. Al igual que no podemos saber si el blanco que yo veo es el mismo blanco que tú ves, tampoco podemos saber si le damos igual sentido a una palabra. “Ser feliz”, por ejemplo, puede tener significados diferentes para distintas personas: estar muy alegre, no tener preocupaciones, sentirse bien consigo mismo y con los demás, poseer cosas materiales o disfrutar con intensidad cada momento. Si el paciente comenta “deseo ser feliz” y lo ayudamos a construir una escena placentera en donde esté como quiere estar, diciéndole “y ahí eres feliz como quieres ser”, estaremos sugiriéndole lo que él desea. Si no usamos sus mismas palabras corremos el riesgo de sugerirle lo que él no desea, por ejemplo: “y ahí te sientes bien contigo mismo y con los demás, en paz, tranquilo, porque tienes lo que deseas”, cuando lo que él espera es “disfrutar intensamente cada momento”. Siempre hay que utilizar términos y frases ambiguos o que abarquen todas las opiniones, y nunca creer que sabemos lo que el otro siente o “debe sentir”. Si alguien en trance comenta que se encuentra en una playa, tal vez nos parezca lógico sugerirle: “sientes el calor del sol sobre tu piel”, pero puede ser que en su fantasía él se encuentre a la sombra, o en una playa europea donde hace frío, o que después de su comentario haya cambiado de escena y ahora esté en un lugar sin sol. En el capítulo anterior tenemos muchos ejemplos de verbalizaciones que utlizan la ambigüedad: 110

Fíjate qué hora del día o de la noche es, nota la luminosidad o la oscuridad, escucha los sonidos o el silencio, siente la temperatura de ese lugar y las diferentes texturas de lo que toca tu piel... estás ahí sintiéndote como te quieres sentir, viviendo como quieres vivir, actuando como quieres actuar... Aquí es importante señalar que se dice fíjate, nota, siente y no trata de. “Tratar” implica esfuerzo y además abre la posibilidad de que el individuo no pueda. Como veremos más adelante, tenemos que construir la realidad de que el cambio es un hecho que con toda certeza se da. “Tratar” es también un acto voluntario. La voluntad corresponde al cerebro izquierdo, y debemos buscar el predominio del derecho para mantener el estado de trance. Al igual que lo inducimos provocando movimientos involuntarios y salimos de él realizando movimientos voluntarios, usar la voluntad nos lleva a recuperar la conciencia o al menos estorba a que fluya el proceso inconsciente. Una forma práctica de hacer esto es poner al sujeto a observar lo que sucede: Observa cómo sucede ahí eso que tú quieres que suceda, fíjate en la expresión de tu cara, en tus gestos y movimientos que reflejan cómo te sientes bien, como te quieres sentir, porque estás actuando, natural y espontáneamente, como quieres actuar y todo está bien... En este ejemplo, estamos además disociando al poner a esa persona a observarse a sí misma, lo cual refuerza el trance. Otra manera de hacerlo es dar el control del cambio a un proceso que depende del cerebro derecho como es el soñar o el respirar. Si estamos transformando una escena displacentera en una placentera podemos sugerir: Mientras observas lo que sucede ahí, siente tu respiración con todo detalle, siente cómo pasa el aire a través de tu nariz, entrando, saliendo, siente cómo se mueven tu pecho y tu abdomen con cada respiración, en un sentido, 111

en otro, hacia arriba, hacia abajo, incluso tal vez puedas darte cuenta de hasta dónde se mueven tu pecho y tu abdomen con cada respiración... tu respiración es uno de los principales recursos que tienen tu cuerpo y tu mente para estar bien. Con cada respiración tu cuerpo se llena de vida, de aire fresco, de todo lo que necesitas para estar bien y echa fuera todo eso que si se quedara adentro te haría daño. Con cada respiración se dan momento a momento millones de cambios invisibles: muchas de tus células se dividen, otras crecen, unas nacen y otras mueren. Son exactamente los cambios que tu cuerpo necesita para seguir viviendo y estar bien... mientras sientes tu respiración, observa cómo, de la misma manera que está realizando cambios prodigiosos e invisibles dentro de ti, justo los cambios internos que es necesario realizar, tu respiración transforma esa escena cambiando exactamente lo que hay que cambiar para que tú te sientas ahí como te quieres sentir. La primera frase, al promover la disociación, refuerza el trance así como el hecho de focalizar la atención en cómo se siente respirar. Al hablar de que se están realizando cambios prodigiosos e invisibles, cambios internos, me estoy refiriendo literalmente a lo físico al mismo tiempo que metafóricamente estoy sugiriendo que se inicien procesos intrapsíquicos. Una vez que el paciente empieza a percibir cambios, si no se han completado para el momento de terminar el ejercicio, podemos proseguir: Y este cambio que ya se inició continúa durante el día y durante la noche con cada respiración, pero de manera muy especial en la noche mientras duermes, al soñar, utilizando los mecanismos con que se construyen los sueños... para seguir cambiando todo lo que es necesario cambiar, para seguir elaborando todo lo que es necesario elaborar, reconstruyendo una y otra vez esa escena en formas nuevas y diferentes, probando y ensayando cuál es mejor para ti. 112

Aunque la escena se haya reconstruido en su totalidad siempre es útil sugerir que el proceso continúa. El inconsciente funciona, entre otras formas, por asociación y condensación1. Cuando soñamos, por ejemplo, integramos en un personaje elementos de muchos. Al asociar un proceso fisiológico, la respiración o el soñar, con un proceso intrapsíquico, la transformación de una escena displacentera en una placentera, ambos quedan condensados, indisolublemente unidos. A partir de ahí son lo mismo, como ese personaje de los sueños que es uno, y al mismo tiempo muchos. Respiramos todo el tiempo, sin parar, y dormimos cada noche, por lo tanto se asegura que el proceso de elaboración interna continúe. Por otro lado, se conoce que los sueños son mecanismos de 2 reestructuración, indispensables para el equilibrio psíquico . Debemos emplear la sugestión para desencadenar procesos, para aflojar nudos y que el hilo se estire y fluya de manera natural hacia la integración, el crecimiento, el bienestar, la capacidad de disfrutar. Para esto, el verbo aprender es de mucha utilidad. Estar aprendiendo algo, implica que cada vez se hará mejor, las fallas y errores se superarán con el tiempo. Por lo tanto, si se da una recaída, el paciente no la interpretará como una señal de que el tratamiento no sirvió, o de que él es incapaz de cambiar, sino lo entenderá como parte de un proceso. Cuando desencadenamos procesos, el cambio ocurre indirectamente. No podemos dictar órdenes al inconsciente y quitar de un plumazo síntomas y dolores al estilo de la hipnosis tradicional. En primer lugar, sabemos que no existe la sugestión desde afuera, que ésta opera sólo cuando encuentra un eco interno y se convierte así en autosugestión. En segundo lugar vimos, en el capítulo 1 de esta parte, que los síntomas “vivos” son la señal de que abajo hay un nudo que desenmarañar. Si los eliminamos con “una orden”, aparecerá otro síntoma indicando que el nudo sigue ahí. El dolor físico también tiene la función de mostrarnos que algo malo sucede en el cuerpo: que un tejido está dañado o que se introdujo un elemento extraño. Si eliminamos el dolor con analgésicos sin investigar por qué apareció, el daño continúa y aumenta. Hay dolores que ya sabemos a qué se deben, y aunque ya nos estemos atendiendo, continúan, por ejemplo los dolores por metástasis de cáncer, o el dolor de muelas que prevalece aunque hayamos hecho cita con el dentista. En estos casos sí podemos quitar directamente el 113

dolor. Lo mismo sucede con los síntomas psíquicos. Si son síntomas vivos, primero tenemos que desamarrar el nudo. Si son síntomas de cascarón vacío, algunas veces se eliminan con una simple sugestión, otras veces requieren todavía de una elaboración como en el caso citado de la neurodermatitis (ver pp. 90-91). El orientarse a desencadenar procesos y no a borrar síntomas permite que cada persona recorra su camino como quiera; esto implica que el terapeuta tenga una actitud de respeto hacia el paciente, basada en la certeza de que él sabe lo que es bueno para sí mismo. Antonio Machado señala, en boca de Serrat, que al correr de la vida hemos hecho “camino al andar... golpe a golpe... verso a verso” al igual que aquel caminante al que dice: Caminante son tus huellas el camino y nada más / caminante no hay camino / se hace camino al andar / al andar se hace camino / al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar. Aprovechando que la senda que queda atrás nunca se ha de volver a pisar, podemos sugerir que todos los problemas, los síntomas, los dolores y las dificultades se quedan en el pasado, mientras que el cambio, el bienestar, el crecimiento, el placer y lo positivo, están en el presente. Ésa es una realidad que empleamos para promover el cambio porque otra distinta, como veremos al hablar de reconstruir la historia, es que: Todo pasa y todo queda / pero lo nuestro es pasar / pasar haciendo caminos / caminos sobre la mar. Y las estelas en la mar se hacen y se rehacen continuamente, sin esfuerzo, desaparecen, se vuelven a trazar y cada trazo es único. Podemos construir dos realidades diferentes y utilizarlas según se requiera: o nuestras vidas son “la senda que nunca se ha de volver a pisar” y ahí ponemos entonces todo lo negativo, o son “estelas en la mar” cambiantes, dinámicas, donde las experiencias pasadas son recursos que fluyen y tenemos a la mano, estelas que pueden 114

trazarse y retrazarse cuantas veces sea necesario. Regresando a la senda que nunca se ha de volver a pisar, usamos el tiempo pasado para hablar de los problemas y el tiempo presente para referirnos al cambio. Mejor aún el gerundio, que es un presente con movimiento. Las palabras antes y ahora son muy útiles. Así sugerimos a alguien que está aprendiendo a controlar el dolor: ¿Ya te diste cuenta qué sientes AHORA donde ANTES sentías el dolor? ¿Ya notaste cómo ESTÁ DESAPARECIENDO? Si empleamos la técnica del Ensayo para ayudar a una persona a dejar de fumar y le pedimos que construya escenas en donde ANTES fumaba y AHORA está sin fumar, se puede sugerir: Deja que aparezca uno de esos momentos en que

ANTES fumabas y donde AHORA estás sin fumar,

sintiéndote cómodo, bien, como te quieres sentir. Construye esa escena con todos los detalles (y lo hacemos revivirla en la forma que ya aprendimos): fíjate qué hora del día o de la noche es, la luminosidad o la oscuridad, mira los colores y las formas, escucha los sonidos o el silencio... y, sobre todo, fíjate en la expresión de tu cara, tus gestos o movimientos, que reflejan cómo TE SIENTES BIEN y observa cómo todo eso que ANTES te llevaba a fumar, AHORA te hace sentir bien y satisfecho porque YAdejaste de fumar. El futuro es ya presente en la fantasía, una realidad que ya está aquí. La frase “VAS a dejar de fumar con tranquilidad” dejaría abierta la posibilidad de que eso ocurriera dentro de un rato, varios días o diez años después. Si decimos “ya dejaste de fumar”, la afirmación se convierte en realidad presente en los registros de nuestro cerebro derecho y, por lo tanto, las cosas no pueden ser de otra manera. Construimos realidades y es necesario hacerlo en 115

forma drástica y tajante, sin dejar lugar a la duda, o a que el cambio no se dé en la forma adecuada. Cuando preguntamos: “¿YA TE DISTE CUENTA qué sientes AHORA donde ANTES había dolor?” El YA TE DISTE CUENTA implica que el cambio se dio y sólo falta que se dé cuenta. Y, pase lo que pase, se sigue construyendo esa realidad. Si la persona dice “me duele todavía un poco”, acostumbro responderle: “Fíjate bien, es adolorimiento y el adolorimiento es la señal de que ahí ESTUVO un dolor durante mucho tiempo y YA PASÓ, y poco a poco VA DESAPARECIENDO”. Si con respecto a una escena que estamos transformando, alguien dice que no cambia nada, sugiero: Fíjate bien, a veces el cambio empieza por un pequeño detalle, tan pequeño que tardas en darte cuenta, pero los cambios que van poquito a poquito son los más duraderos. “¿Ya te diste cuenta en qué detallito está cambiando?” Si asiente, podemos amplificar el cambio: Se inicia a veces por un pequeño cambio que de repente se AGRANDA y se EXTIENDE, hasta CAMBIAR en forma RADICAL lo que estaba sucediendo, de manera que AHORA, en esa escena, te SIENTES bien COMO TE QUIERES SENTIR. Otra realidad que construimos de partida es que todo ser humano tiene experiencias que son recursos y momentos placenteros para borrar o transformar situaciones desagradables. Como vimos, aprender a caminar nos dio una gran cantidad de recursos. Lo mismo sucedió cuando aprendimos a hablar, a comer solos, cuando fuimos por primera vez a la escuela y con cada suceso de nuestra vida. Respecto a los momentos placenteros, damos por hecho que existen en cualquier persona, por negra que parezca su historia o su situación actual. Todo mundo ha tenido cuando menos la 116

experiencia de disfrutar el mamar alguna vez leche sabrosa y calientita, sentirse arropado y cómodo, contemplar una flor o el cielo azul. Una amiga terapeuta me envió una vez a una paciente suya que quería suicidarse. Le pidió que tomara una o dos sesiones conmigo como un último intento para recuperar el deseo de vivir. Llegó vestida de negro y me dijo que venía sólo para complacer a su terapeuta, porque ella deseaba morir. Su vida estaba llena de sufrimientos: recordaba a su madre siempre enferma que murió cuando era muy niña. Decía que nunca nadie le dio un poco de apoyo ni de cariño y que toda su vida había sido sufrir y trabajar sin ningún sentido. Me contó que poco tiempo atrás inició una relación de pareja que por primera vez le hizo sentir que la vida valía la pena, pero que un día regresó a casa del trabajo más temprano que de costumbre y encontró a esta persona en la cama con una amiga de ambos. Le propuse que reconstruyera algún momento lindo de su historia en donde valía la pena vivir. Me respondió que no podía recordar ninguno. Entonces le dije que construyera una escena ideal en donde se sintiera como se quería sentir. Me dijo que necesitaba una ilusión, pero no pudo imaginar una escena así, le daba miedo incluso intentarlo. Le pedí que describiera su miedo y a través de esta descripción entró en trance. Sugerí que apareciera un símbolo que representara lo que producía ese miedo y me comentó que todo se veía negro. Cuando propuse que su respiración haría aparecer un símbolo de sus recursos internos para acabar con el negro o transformarlo, empezó a temblar. Comentó que el temblor era una señal que indicaba el camino para irnos hacia atrás en el tiempo hasta el momento en que ese negro surgió, a fin de reconstruir ese momento en su historia. Inicié una regresión a través del negro y del temblor, trabajando como veremos al hablar de estas técnicas en el próximo capítulo, mientras le sugería: Siente tu respiración mientras vas hacia atrás en el tiempo, siente cómo cada respiración va ECHANDO FUERA el NEGRO que ANTES te hacía daño, y haciendo surgir el blanco o tal vez otros colores que también están dentro de ti. 117

Comentó que no quería sentir la respiración porque da vida y ella tenía miedo de vivir y por eso quería matarse; entonces continué: Puedes, si quieres, dejar de sentir tu respiración, pero tu cuerpo sigue respirando aunque tú no te des cuenta, y con cada respiración. SE DAN CAMBIOS fundamentales e invisibles. DENTRO DE TI: millones de células se transforman con cada respiración, unas mueren, otras VIVEN, otras se dividen o CRECEN. Son CAMBIOS INTERNOS que no se ven pero que son FUNDAMENTALES y se han dado A TRAVÉS DE TU HISTORIA, siempre DESECHANDO todas esas sustancias que como EL NEGRO te harían daño si se quedaran adentro y LLENÁNDOTE de oxígeno, DE BLANCO o tal vez DE LUZ, sin que tú te des cuenta ni sientas nada. Son CAMBIOS que se dan por sí solos SIN necesidad de hacer ningún ESFUERZO. Así, sugerí en forma indirecta cambios internos y que surgieran elementos positivos (blanco o luz) que eliminaran a la depresión (negro). Poco a poco el temblor fue desapareciendo. Di por hecho que lo mismo sucedía con el miedo y le pregunté: ¿YA TE DISTE CUENTA qué sientes AHORA ahí donde ANTES sentías el miedo?

Y empezó a describir sensaciones agradables. Seguí: Fíjate también cómo ahí, donde ANTES era todo negro, están APARECIENDO OTROS COLORES que son parte tuya y que están echando fuera al negro, tomando su lugar. ¿YA TE DISTE CUENTA de qué otros colores están ahí? 118

Contestó: “blanco y amarillo”. Cuando todo era ya blanco y amarillo, le pedí que regresara hasta el momento actual “impregnando su historia con estos colores”. Al terminar le di una nueva cita con la certeza de que volvería. Regresó vestida de negro y con una mascada roja alrededor del cuello. Me contó que después de la inducción empezó a recordar momentos lindos que hacía mucho tiempo tenía olvidados. Recordó, por ejemplo, que iba al mercado con su papá y le compraba pedazos de sandía. Le llamó la atención que recordó incluso la sensación de frescura al morder la fruta y el jugo que le escurría por la boca. Este fue el principio de un proceso de recuperación de lindos recuerdos, blancos y amarillos, que poco a poco fueron borrando el negro que teñía su vida. Tuvimos dos sesiones más y regresó a continuar el proceso con su terapeuta. El trabajo que hizo conmigo consistió solamente en recuperar las ganas de vivir. En los ejemplos anteriores destaqué con mayúsculas algunas palabras. Podemos resaltarlas con el tono o ritmo de voz: ya sea pronunciándolas más fuerte o más lento para subrayarlas, o bajando el volumen a fin de obligar al que escucha a poner más atención en ellas o haciendo una pausa antes de pronunciarlas y causando así una expectativa. Se trata de un mensaje no verbal de que esas palabras son diferentes, más importantes, lo cual opera como una sugestión directa al cerebro derecho. Es la técnica de Entremezclado 3 desarrollada por Erickson y que tiene muchas variantes . Se puede construir un texto dentro de otro, como cuando utilizamos el contar un cuento a un niño, para quitarle un dolor: Ricitos de oro entró a la casita en el bosque y encontró una mesa puesta con tres tacitas: dos más grandes y una más chica, llenas de sopa caliente. Las olió, las probó y después tomó una por una. SENTÍA el sabor en la boca y todo SU CUERPO se fue calentando con la sopa, hasta que quedó BIEN satisfecha. Era un lugar CONFORTABLE , donde TENÍA todo lo QUE necesitaba para ESTAR BIEN. Lo entremezclado es: SENTÍA SU CUERPO BIEN, CONFORTABLE, TENÍA QUE ESTAR BIEN. No necesita ser una oración 119

perfectamente acabada, sino dar una ilación a las ideas y conceptos que se quieren sugerir. Basta con subrayar una o dos palabras, ANTES y AHORA, en el ejemplo de dejar de fumar, para sentar que el problema está en el pasado y el cambio en el presente. También es posible entremezclar utilizando dos voces: una de ellas narra cualquier cosa y la otra intercala palabra tras palabra las sugestiones. En el cuento de Ricitos de Oro hablamos de “estar bien”, en lugar de “no tener dolor”. La negación no existe en el lenguaje del inconsciente. Si queremos decir “no fumar” con imágenes, tenemos que dibujar primero un cigarro (fumar) y luego tacharlo. Al decir “no tienes dolor”, provocamos que primero sienta el dolor para poder después eliminarlo y corremos el riesgo de que el paciente, al percibir más dolor en un primer momento, se autosugiera que está peor y así sea. Es mejor emplear, en la medida de lo posible, frases afirmativas. Quisiera aclarar que el objetivo del entremezclado no es “engañar” a la persona hipnotizada para provocarle cambios sin que se dé cuenta, cambios “por su bien”, aunque sea contra su voluntad. Esto último definitivamente, no es posible. Se trata sólo de usar el lenguaje del inconsciente, el lenguaje analógico, para dar fuerza y jerarquía a algunas palabras. Hasta ahora hemos hablado de sugestiones que se hacen fundamentalmente con palabras. El entremezclado, utiliza el lenguaje verbal (palabras) y el analógico (ritmo y tono de voz). La técnica de Ensayo que vimos al hablar de Crear o revivir una escena placentera (pp. 96-97), es la sugestión analógica por excelencia. Al pedir a un sujeto que construya una escena en donde está sintiéndose como se quiere sentir, surge en imágenes y sensaciones lo que esa persona desea desde el fondo de su ser. Expresar en palabras lo dicho de esta manera es prácticamente imposible o cuando menos interminable. Y lo que aparece en imágenes y sensaciones es ya parte de su realidad interna. Hasta aquí hemos visto cómo se inicia el camino y cómo se mantienen el camino y la dirección. A continuación hablaremos de cómo se hace camino al andar, y sobre una estela en la mar se traza otra y otra más hasta que queda convertida en la nueva senda que se ve al volver la vista atrás o adelante.

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Notasyreferenciasbibliogr áficas 1

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Ver: “Las propiedades particulares del sistema Inconsciente”, en FREUD, Sigmund, “Lo inconsciente”, en Obras completas, vol. XIV, Amorrortu editores, BuenosAires, 1979, pp. 183-192. PÉREZ G., Augusto, “Alteraciones perceptuales”, en ARDILA, A., Psicología de la percepción, Trillas, México, 1980, p. 354. En inglés “interspersal”. En algunos textos en español se traduce como “intercalado”, sin embargo considero que interspersal es más que intercalar: se refiere a distintos niveles de percepción, con diferentes matices analógicos y, simultáneamente, los dos textos se integran en uno. Por esta razón prefiero utilizar: “entremezclado”.

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4. DESATANDO NUDOS, HACIENDO CAMINO AL ANDAR, O TRAZANDO ESTELAS EN LA MAR. DIFERENTES TÉCNICAS PARA RECONSTRUIR LA REALIDAD

Como en el inconsciente no hay un pensamiento lineal, ni dicotomías, ni contradicciones posibles, podemos simultáneamente o en distintos momentos desatar nudos, hacer camino al andar o trazar estelas en la mar, según convenga a la realidad que estamos reconstruyendo y así, por ejemplo, provocar que una estela que se trazó en la mar se convierta de repente en la senda que no se ha de volver a pisar. Las diferentes técnicas que presento son distintos caminos que he ido construyendo y reconstruyendo, a veces a partir del trabajo realizado por otros hipnoterapeutas, siempre a través de la experiencia clínica de todos los días, de la relación con un paciente, con otro y con otros, con la vida y conmigo misma.

DESATANDO NUDOS. Recuperación de aprendizajes y recursosinternos Partimos de que todas nuestras experiencias de vida son recursos y aprendizajes que sirven para crecer y ser felices. Cuando esto no sucede espontáneamente es porque hay nudos que impiden el flujo de los recursos, que permanecen enterrados y “olvidados”. Algunos aprendizajes provienen de experiencias universales, como nacer y tener que adaptarnos a vivir por nosotros mismos fuera del vientre de mamá; aprender a comunicarnos con los demás, primero con gestos y señas, luego con palabras; jugar, meternos en el juego y disfrutarlo, sentir satisfacción y orgullo por algo logrado, descansar y relajarnos después de un mal rato, etcétera. Hay también experiencias que son compartidas por los miembros de nuestra 123

sociedad o grupo social, aunque al mismo tiempo son vivencias profundamente individuales. En algunas, fuimos el protagonista, en otras, uno más que participaba en un ritual o una experiencia comunitaria. En todas ellas hay elementos que compartimos y que constituyen aprendizajes. Por ejemplo, en el primer día de escuela, todos nos enfrentamos a un ambiente ajeno al de la casa, con gente extraña, y nos quedamos ahí solos, tal vez llorando, tal vez no, pero todos nos tuvimos que adaptar a esa nueva situación y aprendimos a relacionarnos con personas diferentes a papá y a mamá. Cuando aprendimos a escribir y a leer, haya sido en una escuela grande o pequeña, en una escuela activa donde se nos estimulaba, en una escuela rígida y tradicional o incluso en nuestra casa, todos vivimos el placer de ver surgir del movimiento de nuestra mano un trazo, una letra, una palabra, nuestro nombre, y nos sentimos orgullosos de lo que podíamos lograr. Fue una experiencia llena de emoción, aun cuando haya habido sentimientos contradictorios, igual que el momento en que pudimos poner en sonidos y en palabras los signos que leíamos y leer de corrido una palabra completa. En el día de la primera comunión los niños católicos se sienten el centro de la fiesta, de una ocasión especial e irrepetible, atrayendo las miradas, caminando entre luces, música y olor de cera. Por el contrario, en la noche de la cena de navidad, participamos en un ritual, ya sea cantando villancicos, repartiendo y recibiendo regalos, desfilando para servirnos de los platos que sólo se preparan en esa ocasión, o esperando sentados a ser servidos. Así aprendimos tanto a ser el centro de una ocasión como a ser parte de una acción grupal, a adaptarnos a situaciones nuevas y diferentes, a relacionarnos con extraños y tuvimos la vivencia de lograr cosas como leer y escribir. Hay además experiencias que son específicamente individuales y tienen que ver con la historia de cada quién. Algunas personas habrán vivido su infancia en el campo, en contacto cercano con la naturaleza. Otras, aprendieron a desenvolverse desde muy pequeñas en grandes ciudades. Otras más tal vez vivieron durante un tiempo en el extranjero, en donde se hablaba un idioma distinto a su lengua materna. Erickson comentaba que la poliomielitis que sufrió y lo obligó a pasar meses enteros paralizado, sin poder mover más que los ojos, le significó “una oportunidad” para aprender a observar en detalle. Todas nuestras vivencias constituyen oportunidades y aprendizajes, recursos que están a la mano. 124

Podemos desenterrarlas, aflojar los nudos que las atoran, evocando las huellas de esos momentos con frases concretas que nos remitan a imágenes y sensaciones como hicimos al recordar cuando aprendimos a caminar, en el capítulo 1 de esta parte (p. 73). Ahí vimos que la misma experiencia contenía muchos aprendizajes diferentes. Así, dependiendo de lo que queremos sugerir, del proceso que vamos a desencadenar, se puede poner énfasis en distintas vivencias de la misma situación. Por ejemplo, para facilitar el proceso de individuación de una persona, es decir, que aprenda a 1 vivirse y reconocerse como única y diferente a las demás , inducimos el trance por cualquier técnica, y la hacemos regresar al momento de nacer: Y ahora estás ahí, en tu lugar, aprendiendo a vivirlo, a conocerlo, a disfrutarlo. ANTES estuviste mucho tiempo DENTRO DE MAMÁ, donde todo era siempre igual: las mismas sensaciones de textura en toda tu piel, siempre flotando, siempre ese mismo latido de corazón... pero naciste, TE SEPARASTE DE MAMÁ y aprendiste a respirar POR TI SOLO. Fue difícil, muy difícil pero APRENDISTE a SER tú mismo INDEPENDIENTE y ahora estás ahí, aprendiendo a RECONOCER hasta dónde llega tu piel y adónde empieza el afuera, QUÉ ERES TÚ y qué no eres tú. Y estás aprendiendo a ESTAR BIEN en ese lugar, tu lugar, SEPARADO DE MAMÁ. Sientes la temperatura del ambiente sobre tu carita y te das cuenta de cómo es diferente a la temperatura que sientes en los bracitos cubiertos por la ropa o adonde está el pañal. Aprendes ahora a RECONOCER las DIFERENCIAS, empiezas tal vez a distinguir colores borrosos, el afuera, que poco a poco va tomando formas conocidas y mientras tanto, TU cuerpo y tu mente APRENDEN a FUNCIONAR en forma INDEPENDIENTE, INTEGRADOS por tu respiración. Todo funciona natural y espontáneamente bien: la vejiga se llena y se vacía; cuando tienes hambre, mamas y cuando ya no quieres más, cierras la boca o tu cuerpo se encarga de echar afuera lo que ya no quiere. 125

Se puede continuar con la misma regresión, construyendo la realidad de que los malos ratos pasan: Y mientras aprendes a notar las diferencias en las texturas, en las sensaciones, en los sonidos alrededor, en los colores borrosos que empiezas tal vez a distinguir, descubres esa sensación interna desagradable, cada vez más molesta, esa sensación que persiste hagas lo que hagas y, de repente, ahí están esos sonidos que empiezan a ser conocidos... y esa voz... y el olor de la leche... y empiezas a mamar, a sentir esas sensaciones lindas en los labios, esa textura tan especial, la leche en la boca, su sabor y su olor, y la leche va resbalando y poco a poco VA BORRANDO ESO, esa sensación de molestia y dolor QUE PARECÍA eterna, INCAMBIABLE y con la leche SE VA DILUYENDO y en su lugar APARECEN calorcito y esa sensación tan especial de BIENESTAR que YA es CONOCIDA. Podemos terminar mostrando que tras la incomodidad de sentir la vejiga llena, ésta se vacía y se relaja, y después de tener los pañales mojados y fríos, viene mamá, los cambia y volvemos a sentirnos cómodos y calientes, etcétera, sugiriendo que los malos momentos pasan y llega luego el bienestar. Todas las experiencias nos permiten rescatar aprendizajes viejos, enfatizando lo que queremos sugerir en cada momento: individuación, esperanza, etcétera. El hacerlos surgir era una de las líneas fundamentales del trabajo de Milton H. Erickson. Otra forma de recuperar recursos es sugerir que la persona busque en su pasado situaciones en donde ha estado actuando como quiere actuar, logrando lo que quiere lograr, y que tome esas experiencias para utilizarlas en el presente. A continuación muestro la inducción que hice a una persona que deseaba cuidar su cuerpo: Estás escuchando el sonido de mi voz y puedes 126

recordar los colores de este cuarto, y a medida que empiezas a sentir más claramente la temperatura del ambiente sobre tu piel, sobre tu cara, puedes sentir tu brazo apoyado en el sillón (continué con impresiones sensoriales para profundizar el trance y seguí), y a medida que vas sintiendo todo esto, tal vez empieces a estar más consciente de esta experiencia nueva, linda y SENTIR cómo TU CUERPO se relaja recargado en el sillón que lo acoge y lo protege, mientras puedes darte cuenta Y DISFRUTAR cómo el aire entra por tu nariz, llena tus pulmones y sale haciéndote sentir cada vez más tranquila. Y en esta paz, probablemente puedas reconocer los latidos de tu corazón que palpita rítmicamente y así, estando tranquila contigo misma, quiero pedirte que te des el tiempo necesario para regresar a tu pasado y dejes que aparezca un recuerdo que sea placentero y que tiene que ver con el CUIDADO y el disfrute de tu cuerpo, un recuerdo que tal vez tenías olvidado, o tal vez no, un recuerdo que para ti fue PLACENTERO y que tiene que ver con el cuidado DE TU CUERPO. Regresa paso a paso a esa experiencia, saboréala, recuerda el lugar en donde estabas, cómo era su luminosidad u oscuridad, ¿YA TE DISTE CUENTA a dónde LLEGASTE? Escucha los sonidos o el silencio, vuelve a sentir todas las sensaciones de ese momento, observa cómo eras, observa detenidamente ese cuerpo que cuidabas y que AHORA quieres CUIDAR en una FORMA MÁS COMPLETA y diferente. Y quédate ahí disfrutando de ese recuerdo el tiempo que sea necesario mientras tu mente inconsciente ENCUENTRA en tu pasado momentos y experiencias que tienen que ver con el cuidado de tu cuerpo y su disfrute... puede ser que aparezcan imágenes o sensaciones que tengan que ver con esas experiencias o no, no importa, lo que importa es que ESTÁN AHÍ, las estás reviviendo, recuerdes o no, y tu mente inconsciente las está UTILIZANDO PARA APRENDER de ellas, para que en este momento tú cuides tu cuerpo, y LO DISFRUTES, en una forma nueva, diferente, más completa, como tú lo quieres cuidar. Esta noche vas a dormir y mientras 127

duermes y al soñar tu mente inconsciente seguirá aprendiendo de esas experiencias, integrándolas, clasificándolas, mientras duermes profundamente para DESPERTAR DESCANSADA Y RELAJADA a la mañana siguiente y AHORA. Parto de que existen momentos en que ha cuidado su cuerpo, aparezcan como imágenes o no, los recuerde o no, pero sugiero que está utilizándolos para aprender a hacerlo mejor, en una forma nueva, diferente, más completa. Aunque la paciente sólo quería “cuidar su cuerpo”, yo agregué “aprender a disfrutarlo”, para aflojar de paso ese nudo. Es importante constatar que todo va bien. Si hacemos referencia a una escena, debemos asegurarnos que la persona en trance está ahí antes de seguir con descripciones que no correspondan a lo que está viviendo. Esto es parte del acompañar al otro. Por si acaso no surgieran escenas concretas, señalo que pueden aparecer imágenes o sensaciones o no, pero de todos modos ESTÁN AHÍ. Ésta es otra construcción que hacemos. Aquí, como siempre en el trance, lo que aparece es un indicador del verdadero deseo de la persona. En un taller de Introducción a la Hipnosis pedí a los alumnos, como parte de sus prácticas, que me hicieran una inducción para “cuidar mi cuerpo”. Me parecía que en ese momento lo estaba descuidando por exceso de trabajo. Quería hacer más ejercicio, para lo cual necesitaba levantarme más temprano y bajar de peso. Apenas escuché “encuentra en tu pasado situaciones en donde has cuidado y disfrutado tu cuerpo en una forma más completa”, apareció mi cama recién abierta y yo acostándome, tapándome, acurrucándome. Comprendí que antes de aumentar las exigencias a mi cuerpo tenía que permitirle descansar y enseguida disminuí la carga de trabajo. Cuando hice esta inducción a una paciente con dificultades para dedicar tiempo a arreglarse, una de las escenas que aparecieron fue la siguiente: se encontraba en un corral del rancho adonde creció, depilándose las piernas con cera. Al terminar, y mientras se ponía crema y talco, unos cachorritos que jugaban por ahí se acercaron a oler la cera que se les pegó en el hocico y murieron asfixiados. Para ella, embellecer su cuerpo se relacionaba en forma inconsciente con lastimar y matar. Que el hecho haya sucedido o no y si tuvo culpa de la muerte de los perritos, no importa, lo que importa es que era una 128

realidad que había construido y que hasta ese momento le impedía dedicarse a embellecer su cuerpo como deseaba. Siempre que recuperamos recursos de nuestro pasado, estamos aflojando y desatando nudos para que fluyan hacia el presente, sin embargo algunas veces nos encontramos debajo con otros nudos aún más apretados, como es el caso de esta escena y es necesario deshacerlos.

HACIENDO CAMINOALANDAR,CAMINOS QUE PODEMOSVOLVERACAMINAR Antes hablamos de que la realidad interna grabada en el cerebro derecho es la que determina un gran número de nuestras conductas y cómo sentimos. Vimos que esa realidad se construye a lo largo de nuestra vida, a través de los registros de las sensaciones que percibimos al interactuar con la realidad exterior que no conocemos. Dichos registros son las huellas mnémicas de que hablaba Freud. Si las modificamos, las grabamos en una forma diferente, cambiamos lo que sentimos y cómo actuamos. Y es muy fácil hacerlo en estado de trance. Así los viejos problemas se transforman en caminos agradables que podemos volver a caminar cuantas veces queramos porque están llenos de recursos que, a partir de ese momento, tenemos a la mano.

Reconstrucción desituacionesdesagradables Cuando dentro de un trance aparece una escena displacentera, se puede reconstruir modificando el escenario en que ocurre, el argumento o los personajes, o incluso introduciendo nuevos. Antes, acostumbraba sugerir al paciente: “Cambia en esa situación lo que sea necesario para que tú ahí te sientas bien; puedes transformar los personajes, eliminar algunos, introducir otros, cambiar el escenario o lo que está sucediendo en ese lugar; puedes, si así lo deseas, entrar y hacer lo necesario para que ese niño que eres tú mismo se sienta bien ahí”. Sin embargo, en la actualidad, considero que sacar la voluntad de por medio y dejar que la modificación de la 129

escena surja del inconsciente, abre más y mejores posibilidades. Además, si uno pide a la persona en trance “cambia esa situación”, deja la puerta abierta para que responda “no puedo”. Así que actualmente ya que apareció la escena displacentera, digo al paciente: Ahora, siente tu respiración con todo detalle (y la describo) y observa cómo tu respiración cambia ahí justo lo que hay que cambiar para que, en esa escena, tú te sientas bien como te necesitas sentir... la respiración es muy poderosa, en cada instante opera cambios invisibles y fundamentales en millones y millones de células, siempre cambiando en cada una justo lo que es necesario cambiar para que tú estés bien, echando fuera el bióxido de carbono que si se quedara adentro te haría daño e integrando el oxígeno que cada una de tus células necesita para vivir. Observa cómo de la misma manera que la respiración opera en el cuerpo, ahí en esa escena, integra lo que es necesario integrar y echa fuera lo que si se quedara ahí dentro te haría daño y esto lo hace con cada respiración. ¿YA TE DISTE CUENTA cómo la respiración ESTÁ CAMBIANDO esa escena? En el caso de los perritos que murieron asfixiados, la situación se modificó de la siguiente manera: cuando ella se quitó la cera de las piernas, la metió en una bolsa de plástico y fue a tirarla lejos, adonde los cachorros no la alcanzaran, antes de seguir cuidando sus piernas. Esta escena así reconstruida se volvió camino de tierra, apisonado, firme, que es posible y útil volver a caminar.

Reconstrucción dela historia Se puede hacer siguiendo varios caminos, por ejemplo, transformando un personaje interno fundamental, una figura parental que sirve de base al individuo para integrar sus valores, sus 2 normas y la rigidez o flexibilidad con que se apegue a ellas . Las figuras parentales internalizadas son también la fuente de cariño de 130

donde la persona se nutre para tener una confianza básica e integrar 3 una autoimagen valorada, entre otras cosas . En algunas ocasiones propicio que el paciente entre en una escena de su infancia y se convierta en su propio padre o madre mientras comento que es el papá (o la mamá) que ese niño (o niña) necesitaba tener y que está ahí dándole todo lo que le hace falta. Milton H. Erickson proponía esta transformación sugiriendo a las personas que estaban reviviendo una escena de su infancia: “Y mi voz irá contigo y estará en las voces de tus padres y de tus maestros, en la voz de la lluvia y del viento, en las voces de tus compañeros”4. De esta manera, la voz del terapeuta, esa voz que impulsa a crecer, sustituía a cualquier otra voz negativa, a lo largo de su historia. Para introducir a una persona en una escena como su propia imagen parental, le digo: Tú eres el papá (o la mamá) que ese bebé (o ese niño) necesita tener. Tú sabes exactamente lo que necesita. Quédate ahí un momento mientras toda tu historia se está reconstruyendo. Mientras tú disfrutas estar ahí como papá de ese bebé y como niñito que tiene justo al papá que necesitaba tener, deja que tu historia se reconstruya, escena por escena, a través de tu respiración, durante el día, durante la noche, continuamente y sin parar, cada vez que el aire pasa por tu boca o por tu nariz, entrando o saliendo, con cada respiración. En una supervisión, alguien contó que el fin de semana anterior había participado en un grupo vivencial y que ahí entendió con claridad que el origen de todos sus problemas era su relación con su abuela, con quien vivió en su infancia, junto con su madre y sus dos hermanos. Comentó que su abuela estaba loca porque siempre la odió sin motivo, mientras que mostraba una predilección muy especial por su hermano. La odiaba, la agredía, la insultaba, la culpaba de todo y ella, que también odiaba a la abuela, al no poder defenderse se sentía muy mal y lloraba a solas y a escondidas. Confesó que su vida nunca había tenido sentido, que sólo esperaba ver que sus hijos ya no la necesitaran para morir y contaba los años que faltaban para que su hija menor terminara de estudiar. 131

Un rato antes habíamos platicado sobre el hecho de que dentro de unos meses yo iba a ser abuela. Le pregunté: “¿Te has imaginado cómo serías tú de abuela?” Y me contestó entusiasmada: “Sería una abuela sabia, que con gran paciencia enseñaría cosas a mis nietos, dedicándoles todo mi tiempo, sin la preocupación ni la responsabilidad de tenerlos que educar, los disfrutaría mucho”. Al preguntarle esto, le estaba abriendo la puerta para que construyera la realidad de que valía la pena seguir viviendo después de que sus hijos terminaran de estudiar. Esta persona se había ofrecido como voluntaria para hacer una demostración en el grupo, así que le propuse que hiciéramos un ejercicio. Puesto que quería aprender e iba a estar pendiente de la técnica, induje el trance a través de una disociación: Tu mente consciente puede estar atenta al contenido de mis palabras... tu mente consciente puede darse cuenta de mi tono de voz... tu mente consciente puede estar aprendiendo racionalmente de la experiencia y tu mente inconsciente puede, mientras tanto, llevarte HACIAATRÁS, mucho más atrás EN EL TIEMPO hasta un momento muy lejano de tu vida que ahora revives en una FORMA NUEVAY DIFERENTE, un momento en que M, la bebita está en brazos de M, su abuela sabia. Enseguida comentó que sentía cómo su abuela la acunaba rítmicamente en sus brazos. Yo continué: Siente y disfruta ese movimiento, siente tu cuerpecito recibido por los brazos de tu abuela que con toda su sabiduría sabe exactamente lo que tú necesitas. Es una mujer sabia y la sabiduría es conocimiento de la vida lleno de CARIÑO y CERCANÍA, la sabiduría es entrega y es posibilidad de VIVIR y DISFRUTAR intensamente cada momento como si fuera el único. Siente cómo esa abuela que es exactamente la abuela que necesitas tener para crecer sana y feliz, te transmite a través de sus brazos y de su movimiento rítmico todo esto. ¿YA TE DISTE CUENTA cómo se siente en tu cuerpecito el 132

estar RECIBIENDO sabiduría y CARIÑO de tu abuela? Cuando asintió, seguí: A través de cada movimiento de sus brazos, toda tu

HISTORIA se está RECONSTRUYENDO. Es una historia NUEVA y DIFERENTE porque ahora tienes a la

abuela que necesitabas tener. Toda tu historia se está reconstruyendo a través de tu respiración, INTEGRANDO en ella LO que es BUENO para ti y echando fuera, con cada respiración, lo que si se quedara adentro te haría daño, cambiando CON CADA RESPIRACIÓN justo lo que es necesario cambiar y mientras continúo hablando y cuento del 1 al 10, la historia se reconstruye y va avanzando y quiero que observes cómo la bebita va CRECIENDO y se convierte primero en una niña y luego en una adolescente y en una joven y en un adulto, siempre FELIZ, porque en esta nueva historia que YA ES una REALIDAD dentro de ti, tiene a la abuela que necesitaba tener para ser feliz... uno... ¿YA TE DISTE CUENTA cómo VA CRECIENDO?... dos... avanzando en el tiempo abrazada a su abuela sabia... tres... creciendo sana y feliz... cuatro... siempre RECIBIENDO sabiduría y CARIÑO de la abuela... cinco... y a medida que M chiquita va creciendo... seis... abrazada a la abuela... siete... abuela y nieta se funden en una sola... ocho... en M que LLEVA A la abuela dentro... nueve... ¿YA TE DISTE CUENTA cómo se siente llevar a LA ABUELA DENTRO? (asintió sonriendo)... diez... ¿cómo SE SIENTE? (respondió: “Como una luz brillante, amarilla”.) Siente esa luz dentro de ti, siente cómo recorre tu cuerpo, cómo M la abuela sabia es parte tuya y SIEMPRE estará CONTIGO dándote su sabiduría llena de cariño... y ahora, guardando esa luz dentro de ti y todas las sensaciones agradables que tienes ahora y, sobre todo, sabiendo que el proceso de reconstrucción de tu historia ya se inició y continúa por sí solo cada vez que el aire pasa a través de tu boca o de tu nariz, en 133

un sentido o en otro... podemos terminar el ejercicio para comentarlo y continuar aprendiendo de esta sesión. Al iniciar el ejercicio dije tres veces “tu mente consciente puede...” seguidas de afirmaciones obvias y después “y tu mente inconsciente puede mientras tanto llevarte hacia atrás”. Ésta es una forma de sugestión utilizada por Erickson, llamada serie de tres afirmaciones en la que induce el trance a través de una disociación entre consciente e inconsciente. Con las tres primeras afirmaciones se produce una especie de tendencia en el sujeto a responder “sí”, con lo que también responde afirmativamente a la sugestión de irse hacia atrás en el tiempo. Desde el primer momento, sugerí que su historia se revivía en una forma nueva y diferente para asegurar que no aparecieran escenas viejas, desagradables. Ella habló de sabiduría. Yo tomé esta palabra y amplié su significado al decir que “la sabiduría es conocimiento de la vida lleno de cariño y cercanía”, que es lo que necesitó que su abuela le diera y así utilicé sus propias palabras como vehículo para reconstruir su historia llenando carencias, a través del movimiento con que su abuela la acunaba y al que ella se refirió de manera espontánea. La regla clave de este tipo de trabajo es utilizar todo lo que el paciente haga o diga para inducir, sugerir, transformar. Acostumbro decir a las personas en trance que SIENTAN y VIVAN el cambio como una sensación física agradable: ¿Cómo se siente en tu cuerpecito estar recibiendo sabiduría y cariño de la abuela... cómo se siente llevar a la abuela dentro? Con esto damos una aflojadita al nudo que separa mente y cuerpo y reforzamos el cambio cuando el paciente descubre que lo siente en el cuerpo. Sería equivalente al “¿YA TE DISTE CUENTA?” que afirma que el proceso ya se dio y sólo falta que el sujeto se dé cuenta. Para reconstruir el pasado se puede tomar un síntoma como camino que lleva “al momento clave en que éste surgió” y transformarlo. Entrecomillo la última frase porque sabemos que 134

todo síntoma es el resultado de muchas vivencias repetidas. Al verbalizar de esta manera, logramos que el inconsciente condense en una escena todas estas situaciones, o las represente, integradas, en forma simbólica. Si se modifica un momento en el pasado, cambia la historia, el síntoma “queda sin origen” y, por lo tanto, desaparece. La puerta de entrada puede ser cualquier síntoma: un problema psicosomático, una idea obsesiva, un sueño repetitivo, un afecto. Inicio el trance a partir de éste: ya sea sintiéndolo en el cuerpo, si se trata de un afecto, o si es la idea obsesiva, repitiéndola, con diferentes voces, mirándola escrita en distintas formas y colores y, en el caso del sueño, entrando en él y reviviéndolo. Una vez ahí, continúo: Y ahora vamos a utilizar “X” (y describo todas las sensaciones e imágenes en que se descompuso el síntoma) como camino para llegar hasta ese lugar, ese momento clave en donde se originó, para TRANSFORMARLO. Voy a contar de 10 a 1 y con cada número nos vamos a ir más y más atrás en el tiempo, más atrás en tus recuerdos... en 10 estamos aquí, en este sillón, en 1 estamos en ese lugar y en ese momento que vamos a transformar... ¿empezamos? (cuando asiente, continúo, utilizando dos diferentes tonos de voz: uno para los números y otro para las sugestiones entre ellos) Diez... vamos HACIA ATRÁS en el tiempo... puede ser que en el camino aparezcan imágenes o recuerdos, tal vez no... si aparecen, simplemente déjalos pasar... nueve... seguimos hacia atrás en tus recuerdos, dejando pasar días, semanas, meses, tal vez años... ocho... más y más atrás, siempre a través de “X”... si quieres detenerte en algún lugar házmelo saber... siete... vamos hasta ese momento clave en donde “X” se originó... seis... para cambiarlo, para TRANSFORMARLO... cinco... y que así “X” DESAPAREZCA... cuatro... MÁS y MÁS ATRÁS... todo lo atrás que sea necesario... tres... a través de “X”... dos... recorremos el último tramo y... uno: 135

LLEGAMOS. YA ESTAMOS AHÍ. Fíjate bien ¿YA TE DISTE CUENTAADÓNDE LLEGAMOS?

El contar de 10 a 1 promueve la regresión. Pronuncio los números con un tono de voz y las sugestiones con otro. Los números son registrados por el cerebro izquierdo que es el que sabe contar, lo cual lo mantiene ocupado y distraído; y queda el camino libre para que las sugestiones se dirijan al cerebro derecho. Hablo en plural: “Vamos hacia atrás”, “recorremos el último tramo”, “llegamos”, como una manera de acompañar a la persona en trance y tranquilizarla a través de los recuerdos y vivencias difíciles que puedan surgir. Desde antes de llegar a “ese momento clave”, sugiero que es para transformarlo y así quedan establecidos la dirección del proceso y su éxito. Construyo terminantemente la realidad de que llegamos AHÍ, a donde teníamos que llegar y por eso pregunto entremezclando: “¿YA TE DISTE CUENTAA DÓNDE LLEGAMOS?” Y responda lo que responda, insisto en que ya estamos ahí y lo único que falta es que se dé cuenta. Algunas personas contestan enseguida que se encuentran en una determinada situación de su infancia. Si es así, les pido que la observen, se den cuenta qué está sucediendo y cómo se siente ahí, para pasar después a reconstruirla al igual que hicimos con el episodio de la cera y los perritos. Si alguien responde que llegó a una vivencia de la adolescencia, por lo general lo hago entrar en ella y desde ese punto continúo la regresión contando ahora de 5 a 1, para llegar a un momento más viejo. La adolescencia es una época de la vida en que se reviven y reactualizan viejos conflictos, porque en esta etapa el muchacho necesita integrar su identidad y, al tratar de hacerlo, surgen los problemas pendientes, muchas veces 5 para resolverse, otras no . Por esta razón, considero que lo que ahí aparece casi siempre tiene un origen anterior. Si a lo largo de la regresión la persona se angustia, entristece o tiene miedo, me detengo, le pregunto qué está sucediendo y sugiero que mientras ella permanece ahí el cambio continúa hacia atrás, hasta el momento clave en que el síntoma surgió. Puedo decir, por ejemplo: Mientras tú y yo nos quedamos un ratito en este lugar,

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transformando esta escena a través de tu respiración, tu mente inconsciente CONTINÚA su recorrido hacia atrás en el tiempo, HACIA ATRÁS en tus recuerdos, para cambiar, desde sus orígenes, todo lo que es necesario CAMBIAR para que “X” DESAPAREZCA. (Y continúo entonces reconstruyendo la escena en que se quedó.) No es necesario forzar al paciente a enfrentarse con sentimientos dolorosos o negativos, como pretendería hacerse con otras técnicas. Nuestro objetivo es desencadenar procesos, reconstruir la realidad interna en forma directa o indirecta, sin necesidad de mucho sufrimiento. Otro principio que considero fundamental es siempre avanzar por donde sea más fácil fluir, seguir caminos con corazón que son aquellos en los que el caminante se siente uno con el camino, y lo disfruta o al menos lo sufre lo menos posible. Estamos trabajando con el inconsciente y éste funciona a través del principio del placer. Es importante repetir que una vez que hicimos una regresión, damos por hecho que llegamos a un momento clave y una vez ahí, pase lo que pase, tenemos que transformarlo. No podemos conformarnos con explorar o conocer el origen de una dificultad, hay que reconstruirlo a toda costa, grabar una nueva huella mnémica que reemplace a la anterior de modo que el síntoma desaparezca. Revivir en trance una problemática, sin cambiarla, podría ser equivalente a remarcar y profundizar esa huella y, por lo tanto, reforzar el problema. Si trabajamos en esta forma y aparentemente no hay cambios, siempre podemos sugerir antes de terminar que EL CAMBIO YA SE DIO, aunque el paciente no se haya dado cuenta y que “continuará mediante los sueños y con cada respiración durante el día, durante la noche, durante el tiempo que sea necesario”. Algunas personas comentan que no llegaron a ninguna parte. En estos casos es importante insistir: “Fíjate bien a dónde llegamos”, “fíjate qué está sucediendo ahí, tal vez lo notes por algo que en cualquier instante COMIENZASA PERCIBIR, tal vez un color o algún contorno difuso que SE VA ACLARANDO, tal vez un sonido. Fíjate cómo te sientes en ese lugar”. Si insistimos, acabará por decir que ve algún color o forma, o cuando menos, que ve todo negro. Podemos 137

sugerir entonces que eso que ve es precisamente la representación simbólica de ese momento clave que queremos transformar y pedirle que observe cómo se transforma a través de su respiración. Si insiste en que “no hay nada”, le digo que “es porque tu mente inconsciente, que siempre te protege para que no sufras, te oculta esa situación que ESTAMOS CAMBIANDO y que está ahí, aunque no la veas... el negro (o la nada) es como una cortina que cubre lo que estamos transformando... siente tu respiración con todo detalle y deja que suceda ahí lo que sea necesario de modo que el síntoma desaparezca”. En cualquiera de estos casos (si apareció una escena, un símbolo, negro o “nada”) le pido “que observe con todos sus sentidos” cómo está cambiando y que descubra en su cuerpo una sensación física agradable que es la señal de que el proceso ya inició y continúa. Si usamos como método de inducción el percibir en el cuerpo un afecto o un síntoma, pregunto para cada una de las sensaciones con que lo describo: “¿YA TE DISTE CUENTA qué sientes AHORA donde ANTES sentías ‘X’?”. Apenas responda a mis preguntas señalando sensaciones agradables que ya sustituyeron a las desagradables que antes había, o descubra la sensación placentera que es la señal de que el cambio ya se dio, regresamos al presente, contando de 1 a 10, a través de la sensación física agradable, al mismo tiempo que sugiero la reconstrucción de su historia: Y ahora que YACAMBIÓ eso que era necesario cambiar, toda TU HISTORIA se está reconstruyendo, SE RECONSTRUYE con cada respiración, cada vez que el aire pasa a través de tu nariz, entrando o saliendo, y con cada paso que damos para regresar al momento presente mientras cuento del 1 al 10. Esa(s) sensación(es) linda(s) que estás sintiendo es(son) el camino que nos lleva de regreso al momento actual, reconstruyendo tu historia... uno... avanzando en el tiempo... ese(a) niño(a) va creciendo... dos... pasan los días, semanas, meses y años... tres... y en cada hora, en cada día, tu historia se va RECONSTRUYENDO... cuatro... es una HISTORIA NUEVA y diferente... cinco... regresando a través de esa sensación linda que es la señal del cambio... seis... avanzando más y más... siete... hasta el momento actual, 138

sintiéndote como te quieres sentir porque ya cambió lo que era necesario cambiar... ocho... más y más adelante en el tiempo... y ese(a) niño(a) que ya creció o sigue creciendo en algún momento se integra contigo... nueve... ¿ya se integró? (cuando asiente) recorremos el último tramo y LLEGAMOS... diez... YA ESTAMOS AQUÍ... guardando todas esas sensaciones lindas que tienes ahora, puedes ir abriendo los ojos, moviendo un poco las manos, estirándote o simplemente cambiando el ritmo de tu respiración. Quisiera recalcar que una vez que se llegó al “momento clave, al origen de un síntoma”, hay que cambiarlo echando mano de lo que sea necesario, o cuando menos iniciar la transformación y sugerir que ésta continúe. Estaba por terminar un proceso terapéutico con una mujer que había venido conmigo por un periodo corto para resolver problemas concretos de su vida actual, cuando me habló de un sueño repetitivo que le molestaba. Desde la primera sesión, me advirtió que no quería tocar situaciones viejas que le eran dolorosas, y así lo hicimos. Alguna vez me dijo, como “algo curioso”, que cuando hacía el amor de repente le pasaban ideas por la cabeza, por ejemplo, pensaba en la lista del supermercado. Sin embargo, nunca expresó su deseo de que trabajáramos sobre este punto que, según ella le causaba extrañeza pero no le molestaba tanto. Cuando me habló del sueño y me pidió que exploráramos le advertí que detrás de él podían aparecer cosas que quizá no deseaba recordar. Insistió e hicimos una regresión. En el sueño se veía a sí misma desnuda, acostada, con tierra espolvoreada sobre su cuerpo, y sentía una sensación desagradable. A partir de ahí llegamos a una época de su vida, alrededor de los 10 años, en que padecía una enfermedad que le impedía caminar. Vivía en su casa un tío adolescente, hermano de la mamá, que era el encargado de llevarla de un lado a otro. Ese tío le hacía caricias sexuales que la asustaban mucho. Él la amenazaba con que si lo acusaba, su mamá le iba a pegar e incluso tal vez le echara de la casa porque “eso era muy malo” y la mamá nunca lo culparía a él, que era su hermano y mayor. Le propuse que reconstruyera esa escena, 139

entrando ella como adulto a arreglar esa situación, o que dejara que su respiración se hiciera cargo. No pudo hacerlo, estaba aterrada y paralizada. Entonces le dije: “Tú sabes que yo atiendo niños, ¿quieres traer a esa niña a terapia conmigo?” Respondió que sí. En el trance, ella como adulto llevó a la niña a mi consultorio y tocó a la puerta. Cuando salí a recibirlas la niña tenía la mirada baja, no deseaba hablar conmigo. Le mostré, como hago siempre con los niños, que había juguetes, papel y colores y le dije que durante la hora que iba a estar ahí podía hacer cualquier cosa. Pasó la primera sesión en un rincón, sin hablar, atreviéndose apenas a levantar la mirada. Dentro del mismo trance, pasamos a la segunda consulta. La niña llegó un poco más confiada y alegre y le pregunté si quería que le contara un cuento. Respondió que sí y le platiqué la siguiente metáfora tomada de una historia creada por Joyce Mills y Richard Crowley para trabajar con niños que han sido víctimas de abuso sexual. Había una vez un jardín lleno de plantas que cuidaban diferentes jardineros. Unos eran cuidadosos con ellas pero otros no sabían cómo tratarlas y las lastimaban encajándoles los trinches en sus raíces cuando se aceraban a aflojar la tierra. Un día pasaron unos inspectores para revisar el jardín y cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando, sacaron con mucho cuidado a las plantas lastimadas y las llevaron a un invernadero, un lugar especial, para curarlas. A los malos jardineros los mandaron a una escuela en donde pudieran aprender cómo debían tratar a las plantas. En el invernadero, limpiaron las HERIDAS de las raíces y pusieron a las plantas en una cama de tierra llena de vitaminas y buen alimento y con mucha agua fresca para que sanaran pronto y crecieran fuertes y lindas. A través de los cristales entraban los rayos del sol que CURABAN sus heridas y las hacían SENTIR MUY, muy BIEN. Cuando las plantas ya ESTUVIERON CURADAS y sanas, y habían crecido FUERTES y lindas, LLENAS DE FLORES Y listas para dar FRUTOS, fueron llevadas nuevamente al jardín grande con todas las demás. 140

Terminé de contar la historia, me despedí de la niña que estaba tranquila y pedí a mi paciente que saliera del trance. Abrió los ojos sonriendo y me dijo que desde la época en que su abuelita le contaba cuentos, no recordaba uno tan lindo. El proceso terapéutico terminó, como estaba previsto. Un tiempo después me pidió unas sesiones más para trabajar otro problema; se sentía contenta y bien. Alguien preguntará por qué no investigué qué había pasado con su sexualidad. Yo tengo la certeza de que mejoró y que al hacer esta reconstrucción cambiaron muchas otras cosas relacionadas con esa vieja situación. No lo investigué porque ella prefería no referirse a este tema y yo respeté su actitud y su posición. Esto último me parece fundamental. Se trata de acompañar al paciente por donde quiere ir y no de arrastrarlo por donde jale la curiosidad del terapeuta. Con este ejemplo quiero mostrar que, pase lo que pase, una vez que se llegó al origen simbólico de un síntoma, hay que reconstruirlo.

Reconstrucción desueños Según Freud, los sueños son mecanismos a través de los cuales nuestro inconsciente busca satisfacer deseos que han sido frustrados6. Yo propongo que también los utiliza para resolver situaciones que estuvieron cargadas de afectos “negativos”, reviviéndolas hasta “desgastar” el afecto que contienen o, siguiendo la metáfora del vómito y la diarrea, hasta echarlo fuera para que no haga daño. Cuando esto se logra, los sueños son tranquilos y placenteros, cuando no, son inquietos o tenemos pesadillas. Me parece que los sueños repetitivos son también intentos fallidos de satisfacer deseos o de liberar afectos ligados a situaciones difíciles, como se vio en el caso anterior. Considero que si no llegan a ser pesadillas es porque, o sus contenidos están muy disfrazados a través de símbolos y/o porque se encuentran en un cierto equilibrio en ese momento y tal vez durante años. Estos sueños se presentan como puertas abiertas para entrar al inconsciente por caminos inexplorados que nos llevan a lugares fundamentales que de otro modo serían prácticamente inaccesibles. 141

Casi siempre los deseos y las dificultades se expresan en los sueños en forma simbólica, aunque a veces también se muestran directamente. Esto sucede con frecuencia en los niños pequeños que, si se quedaron con el antojo del helado que mamá no les compró, sueñan que saborean un helado gigantesco. Es el caso también de las situaciones traumáticas que reaparecen de manera continua. En un principio se viven con mucho dolor, pero poco a poco la carga de afecto va disminuyendo hasta llegar a desaparecer, y entonces dejamos de soñarlas. Más adelante, en “Haciendo caminos que quedan atrás”, veremos cómo acelerar este proceso. En otras ocasiones, por ejemplo en el caso de un asalto, podemos soñar que estamos defendiéndonos de los asaltantes y hasta agrediéndolos, en venganza de lo que nos hicieron. Estamos reconstruyendo nuestra realidad interna de modo espontáneo. Cuando a través de los sueños no logramos esta reconstrucción, ni liberar afectos, se hacen nudos. Con frecuencia encontramos detrás del insomnio que se han ido acumulando nudos sobre nudos a lo largo de la vida, que tienden a surgir en los sueños para desamarrarse. Pero como siguen apretados, provocan angustia. El no poder dormir es una medida de protección para evitar sentir esa angustia y así se establece un círculo vicioso: al no deshacerse los nudos, siguen apareciendo en los sueños, con angustia, y para evitar esto, el insomnio se mantiene. Algunos medicamentos para dormir entorpecen la actividad onírica y entonces la persona que los toma duerme, pero como casi no sueña, ni descansa ni desata sus nudos. A menudo explico a mis pacientes con insomnio que tenemos diferentes fases dentro del sueño y que se ha visto a través de experimentos con animales que si a éstos se les impide vivir la fase de ensoñar, despertándolos cada vez que van a entrar en ella, no descansan e incluso llegan a enloquecer. Les explico también que el sueño es un proceso natural que tiene que darse espontáneamente y que por lo tanto no sirve tratar de dormirse “a fuerzas”, dando vueltas en la cama de un lado para otro. Comento que lo importante es que descansen y que eso se logra soñando, ya sea que lo hagan despiertos o dormidos. A continuación les enseño a meterse en una escena placentera en donde ellos se sientan como se quieren sentir, viviendo como quieren vivir (ver p. 96), construyéndola con todos los detalles y, mientras están en trance, hago las siguientes sugestiones posthipnóticas: 142

Basta con que cierres los ojos y sientas tu respiración con todo detalle como haces ahora para que APAREZCAN ESCENAS LINDAS donde estás SINTIÉNDOTE COMO te QUIERES sentir, que revivirás con todo detalle... puede ser que aparezca una sola escena o varias, una tras otra o incluso simultáneamente, sobrepuestas, puede ser que las veas como flashazos o como una película o puede ser incluso que aparezcan representadas simbólicamente a través de sensaciones agradables que te hacen sentir como te quieres SENTIR... sea como sea ESTÁ BIEN... y si acaso aparecieran situaciones incómodas o desagradables, recuerda que todo lo que surge es para SALIR, para irse PARA SIEMPRE... es como cuando comemos algo que nos hace daño y nuestro cuerpo LO ECHA FUERA a través del vómito y la diarrea... si algo DESAGRADABLE aparece, simplemente DÉJALO IR, observa cómo TU RESPIRACIÓN se encarga de E C H A R L O F U E R A y hace que natural y ESPONTÁNEAMENTE reaparezcan, VUELVAN, las ESCENAS LINDAS EN DONDE tú estás SINTIÉNDOTE COMO te QUIERES SENTIR... y todo esto sucede sin hacer esfuerzos, NATURAL y ESPONTÁNEAMENTE. De esta manera, facilito que puedan repetir solos el trance y aseguro que salga bien. Es importante incluir la eventualidad de que aparezcan escenas displacenteras porque partimos de que el insomnio puede deberse al intento de evitar que surjan en el sueño recuerdos o vivencias dolorosas o angustiantes. Les propongo que repitan este ejercicio todas las noches al acostarse y que no se preocupen por dormir, porque lo más importante para que su cuerpo realmente descanse es que sueñen, aunque sea despiertos y les aseguro que si se pasaran toda la noche así estarían más descansados que si hubieran dormido. Les comento que si se despiertan a medianoche o muy temprano en la mañana, como sucede a menudo a las personas con insomnio, no traten de dormir. Que se levanten, se laven la cara y se refresquen, caminen un 143

momento o hagan cualquier otra cosa antes de volver a meterse a la cama, no para dormir, sino para ensoñar y descansar. Si a partir de una ensoñación se QUEDAN DORMIDOS o no, no importa, lo que importa —subrayo— es que DESCANSEN. Así se corta el círculo vicioso que consiste en que entre más tratan de dormir, menos pueden hacerlo y, paradójicamente, cuando desisten de lograrlo, porque dedican toda su atención a soñar despiertos, se quedan dormidos. Poco a poco vamos sustituyendo por “Ensayos”, los medicamentos que tomaban para dormir. El principal efecto de este trabajo es indirecto. Si una persona está continuamente ensayando en su imaginación, construyendo la realidad de que “está como quiere estar, sintiéndose como se quiere sentir” tiene que cambiar internamente lo que sea necesario cambiar para que esto se dé, es decir, está liberando afectos en forma simbólica, satisfaciendo deseos que habían quedado pendientes, reconstruyendo realidades internas. Pero si además lo hace justo antes de dormir, el proceso que se inició soñando despierto, probablemente continúa mientras sueña dormido y así se van 7 deshaciendo los nudos encubiertos que producían el insomnio . Podemos también trabajar con sueños en forma directa y pedir a la persona en trance que recuerde una pesadilla y entre en ella para vivirla en una forma diferente, en donde todo termina bien. De la misma manera que cuando reconstruimos una escena displacentera, le sugerimos que observe cómo su respiración cambia en ese sueño lo que es necesario cambiar. En el cerebro derecho, que condensa, la pesadilla no es la representación simbólica de un problema, sino que ES el mismo problema que representa. Al transformarla y hacer que termine bien, deshacemos el nudo que estaba ahí, entendamos nosotros o no el sentido del sueño. En algunos casos el argumento o las imágenes que aparecen son angustiantes o atemorizantes. En otros, el paciente describe el sueño y dice que se despertó asustado o angustiado. La sola presencia de estos afectos indica que es importante reconstruirlo. Como vimos en el capítulo anterior (p. 113), podemos también sugerir que el cambio continúa esa noche y las noches siguientes, utilizando los mecanismos con que se construyen los sueños. Y el cambio se da. Algunas veces podemos darnos cuenta claramente cómo fue, si la persona recuerda lo que soñó. 144

Trabajé con una persona que no podía manifestar la agresión contra su marido, sus padres, el jefe y, en general, todas las figuras de autoridad a lo largo de su historia. Decía que le gustaría poder actuar como su hijito de cinco años que expresaba libremente lo que no le gustaba y se defendía si lo agredían. En un primer momento le propuse que ensayara a expresar su agresión en la fantasía, pero no quiso intentarlo, entonces le dije: Está bien, cada quién tiene caminos propios y sorprendentes para CAMBIAR lo que es necesario c a m b i a r, e s t a n o c h e m i e n t r a s d u e r m e s TRANQUILAMENTE vas a SOÑAR y tu mente inconsciente puede utilizar los mecanismos con que construye los sueños para que APRENDAS JUGANDO, en una forma relajada, con tranquilidad, mientras DUERMES PROFUNDAMENTE y DESCANSAS, a EXPRESAR TU AGRESIÓN en una forma ADECUADA, protegida, a DEFENDERTE y a ESTAR BIEN. La semana siguiente llegó contándome muy divertida que había tenido dos sueños que le llamaron la atención. En el primero, estaba buscando en la sección amarilla del directorio telefónico funerarias para su jefe. Y dentro del sueño se decía a sí misma “pero si no se ha muerto” y seguía buscando. Después buscaba entre los anuncios grandes de la sección “Infiernos” los diferentes tipos de tormentos que ofrecía cada uno. En el segundo sueño se veía parada frente a una iglesia colonial. A los lados de la puerta había dos columnas, en el lado derecho veía a su hijo menor como angelito y el lado izquierdo, estaba vacío. Mientras observaba, la iglesia empezó a toser, cada vez más y más y de repente miró a los viejos santos empolvados salir expulsados por las ventanas, con cara de susto y agarrándose las túnicas para no tropezar. Cuando la iglesia dejó de toser y todo acabó, apareció al lado de la puerta, antes vacío, su imagen con una túnica. Comentó también que durante la semana, en varias ocasiones discutió con su marido y, a pesar de que él quería imponerle sus ideas, defendió su punto de vista incluso levantando el tono de voz. Luego se iba del lugar de la discusión a “esconderse” por un rato en otro lugar y ahí se asombraba de su comportamiento, se reía de las 145

reacciones y caras de asombro de su esposo y se moría de curiosidad por ver qué pasaba después. Cuando se ha reconstruido la realidad, las escenas que antes eran displacenteras, la vieja historia que ahora es nueva y esos sueños que nos ayudaron a crecer, se vuelven caminos firmes, apisonados, que ya no levantan polvo, llenos de recursos y aprendizajes que podemos volver a recorrer, creciendo con cada paso y aprendiendo de ellos. Por ejemplo M puede crear y recrear nuevas escenas con su abuela sabia y sentirse siempre acompañada por ella, porque la lleva adentro. La niña que fue a terapia, volver ahí cuantas veces quiera para resolver otros problemas o hablar de sus preocupaciones, y la paciente que aprendió a expresar la agresión en los sueños, seguir ensayando nuevos estilos a través de esos sueños o de variaciones sobre el mismo tema de los anteriores. Por eso decimos que son caminos que hacemos al andar y que podemos volver a caminar.

HACIENDO CAMINO AL ANDAR... CAMINOS QUE QUEDANATRÁS...QUE NO SE HANDE VOLVERAPISAR Cuando vivimos una situación traumática, la forma impactante en que ésta se da, dificulta la eliminación adecuada de los afectos que la acompañan, y éstos tienden a reaparecer. De manera similar, cuando no expresamos la agresión y se transforma en resentimiento reaparece en forma encubierta minando poco a poco nuestras relaciones con los otros y lastimando el cuerpo, cada vez más y más. En ambos casos, es como si camináramos en círculo repasando huellas viejas, sin poder quitar la vista de ellas ni ver hacia adelante ni hacia alrededor. Necesitamos romper ese círculo construyendo la realidad de que los síntomas, los problemas, los malos momentos, quedaron ya en el pasado, mientras que el cambio, los recursos, el bienestar, están en el presente. En el capítulo 3 mostré cómo utilizar las palabras ANTES y AHORA con la técnica del Ensayo. Si alguien quiere dejar de fumar, le digo: Deja que aparezca uno de esos momentos en que

ANTES fumabas y en donde AHORA estás SIN 146

FUMAR... y fíjate cómo TE SIENTES BIEN y mira ¡qué extraño!... pero todo eso que ANTES te llevaba a fumar, AHORA te hace SENTIR BIEN y satisfecho porque YA DEJASTE DE FUMAR y eso mismo TE MANTIENE SIN FUMAR, sintiéndote BIEN, cada vez MEJOR y más SATISFECHO.

Y así con cualquier problema. Si una persona desea hablar en público sintiéndose segura, sin que le suden manos, ni le tiemble la voz, sugiero: Y ahora estás HABLANDO EN PÚBLICO COMO tú QUIERES hablar, sintiéndote seguro, sin que te suden

las manos, con una voz firme, la voz que quieres tener. Y fíjate cómo en esa situación en donde ANTES te sudaban las manos y te temblaba la voz, AHORA te sientes seguro ¿YATE DISTE CUENTA cómo se sienten tus manos ahí, AHORA, en donde ANTES te SUDABAN? ¿YA TE DISTE CUENTA cómo suena tu voz AHORA, esa voz que ANTES TEMBLABA? y FÍJATE bien como todos esos pequeños detalles, que tal vez ni siquiera eran conscientes, pero que ANTES hacían TEMBLAR tu voz, sudar tus manos, AHORA te hacen SENTIR SEGURO al hablar en público como tú te quieres sentir. En los dos ejemplos, desde la primera frase establecí que el cambio ya se dio, y así aseguré que no apareciera una escena repitiendo el problema: fumando o incómodo porque dejó de fumar o sintiéndose mal al hablar en público. En ambos casos lo que ANTES eran dificultades o estímulos para hacer surgir el problema (aunque ni nosotros ni el paciente sepamos con exactitud cuáles eran) AHORA, son “facilidades” o estímulos para mantener el cambio. Se trata nuevamente del Principio de Utilización de todo lo que aparezca para lograr nuestra meta. Tenemos técnicas para superar situaciones traumáticas; una violación, un accidente o una catástrofe natural como el sismo de 147

1985 en la Ciudad de México. Estas situaciones tienden a aparecer en los sueños para ser elaboradas. Sin embargo, a veces están tan cargadas de afectos negativos, que nos inundan y no podemos superarlas por este camino. Entonces sufrimos de pesadillas o de insomnio que, como ya vimos, es una protección para no soñar, y durante el día, vienen a la mente escenas que nos angustian o vivimos en un estado de tensión permanente que nos pone de mal humor, o nos hace llorar por cualquier cosa. Parece que no pudiéramos despegar la mirada de las huellas de ese momento y volviéramos a caminar sobre ellas, sin poder ir en otra dirección. Siempre que trabajemos con estas técnicas, es importante cuidar que el sufrimiento sea el mínimo posible. A este respecto, comento a mis pacientes: “Vamos a recordar esta situación por un momentito para poder BORRARLA. Yo sé que es doloroso EN ESTE MOMENTO, pero a medida que avancemos, CADA VEZ será MÁS FÁCIL”. Desde aquí estoy primero, validando el hecho de que para ellos es doloroso y al mismo tiempo, sugiriendo ya el éxito. Otras veces comento que “una situación así es como una herida, y a las heridas es necesario lavarlas y dejarlas expuestas para que cicatricen bien, pero que desde luego no vamos a meterle el dedo nada más porque sí, ni a arrancarle la costra cuando empiece a cicatrizar, se trata solamente de lavarla para que no se infecte y CIERRE RÁPIDO y BIEN”. Utilizo en estado de trance las técnicas de desensibilización de la terapia conductual, que consisten en exponer a una persona en forma repetida a un estímulo cargado de afecto “negativo” (angustia, tristeza, miedo) hasta que desaparezca. El afecto puede desaparecer por el sólo hecho de la repetición del estímulo o porque se le alterne con otros cargados de afectos “positivos” hasta que borran los “negativos”. En cualquiera de las dos modalidades, sugerimos que esa vivencia YA PASÓ, que la persona SOBREVIVIÓ y SE FORTALECIÓ, que fue como una herida que está CICATRIZANDO y que las cicatrices son los recuerdos ya SIN DOLOR de los momentos difíciles que YAPASARON. En la primera modalidad, inducimos el trance por cualquier método y continuamos:

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Y ahora estás observando a través de un cristal ese momento doloroso que YA PASÓ. Desde ahí donde estás, CÓMODAMENTE sentado en este sillón observas todo lo que APRENDISTE de ese momento... SOBREVIVISTE , probaste tu fuerza y TE FORTALECISTE aún más. YA PASÓ... ya QUEDÓ ATRÁS... como un recuerdo cada vez MÁS BORROSO. Fíjate cómo se está empañando el cristal y cada vez se ve menos claro eso que está ahí... QUEDA contigo todo LO QUE APRENDISTE de esa EXPERIENCIA... es una herida que ESTÁ CICATRIZANDO, que tal vez YA CICATRIZÓ y la cicatriz es un recuerdo ya SIN DOLOR de un momento difícil que YA PASÓ... ¿YA TE DISTE CUENTA cómo se ESTÁ BORRANDO? (cuando asiente, continúo) y mientras termina de BORRARSE POR COMPLETO fíjate cómo ESTÁ APARECIENDO en tu cuerpo una SENSACIÓN AGRADABLE... ¿YA TE DISTE CUENTA CUÁL ES ESA SENSACIÓN? es la señal de que la herida YA CICATRIZÓ. Siéntela, disfrútala un momento... y después guárdala en tu interior mientras abres los ojos... durante el resto del día y para siempre... la sensación agradable de la cicatriz siempre estará ahí contigo, te des cuenta o no y cuando quieras sentirla otra vez, bastará con que mires un poquito dentro de ti mismo(a), mientras sientes con todo detalle tu respiración, para encontrarla. Al poner al paciente a observar su problema a través de un cristal provocamos una disociación. Como observador, aunque pueda conmoverse con la escena, no la sufre directamente. El poner un cristal de por medio implica que se mantiene en una posición protegida y nos permite utilizar la imagen de que se está empañando para sugerir que esa vivencia se borra. Al decirle que observe qué sensación agradable aparece en su cuerpo, hacemos que surja y que la perciba. Y de nuevo sugerimos que el cambio ya se dio, al connotarla como señal de éste. Agregamos que esta sensación agradable siempre lo va a acompañar para así compensar la 149

presencia de la cicatriz. Al hacerlo, además, aseguramos que cuando la busque con la certeza de que ahí está, la encuentre, porque de esta manera la recrea. Borramos las huellas de modo que ya no se tengan que seguir y la persona quede libre para caminar en cualquier dirección. En la segunda modalidad, hago entrar al paciente en una escena placentera: Las sensaciones agradables que tienes ahí son tus recursos para BORRAR las sensaciones desagradables de “X” (la situación traumática). ¿Ya te diste cuenta cuáles son esas sensaciones? ¿Cuáles son? (cuando las describe, continúo), quédate ahí un momento disfrutando (y repito cada una de las sensaciones que nombró) y después yo voy a contar de uno a tres. En uno estás ahí, disfrutando y LLENÁNDOTE DE todos esos RECURSOS; dos, estamos en blanco y tres, llegamos a esa situación desagradable con todas las sensaciones lindas de la otra, para BORRARLA. Estamos ahí un momentito y vuelvo a contar: tres, seguimos ahí; dos, vamos camino a la escena linda; uno, llegamos y nos quedamos ahí un momento mientras te llenas otra vez de todas las sensaciones lindas para ir con ellas a SEGUIR BORRANDO la escena desagradable. Cada vez ES MÁS FÁCIL regresar ahí, porque SE ESTÁ BORRANDO, ¿vamos? Uno, estamos aquí y tú estás lleno de todas esas sensaciones agradables; dos, vamos camino a “X”, una “X” DEBILITADA, que se ESTÁ BORRANDO; tres, llegamos a “X” ¿YATE DISTE CUENTA cómo cada vez es MÁS FÁCIL? BÓRRALA un poquito más y regresamos a llenarte de fuerzas y recursos ¿listo? tres, estamos en “X”, BORRÁNDOLA... Continuamos hasta que “X” y/o el afecto que se vive en “X” quedan borrados. La primera vez que hacemos entrar a la persona en la situación traumática la dejamos sólo unos segundos y enseguida la regresamos a la escena de los recursos. Sugerimos continuamente 150

que cada vez es más fácil porque “X” se está borrando, y así resulta. A medida que notamos por la expresión de la cara y del cuerpo que el paciente está menos angustiado mientras permanece en la escena desagradable, podemos ir alargando el tiempo ahí y concluir el ejercicio cuando ya puede enfrentarla o revivirla con tranquilidad. Para entonces, esa parte del camino ha quedado superada, las huellas se borraron y, se levantó la mirada del piso para dirigirse en otras direcciones. El viejo camino sin salida deja de tener influencia sobre el presente. Se le puede mirar sin dolor, cuando se vuelve la vista atrás, con la tranquilidad de que ya pasó. En el capítulo 1 de esta parte, hablamos de cómo en nuestra sociedad se nos enseña que hay sentimientos “buenos” y sentimientos “malos” y a los últimos se les reprime. Entre los “más malos” se encuentra la agresión y el no expresarla tiene muchas consecuencias. La depresión es agresión que cuando no se dirige sobre quien corresponde, se vuelve contra uno mismo8. Los psicoterapeutas sabemos que uno de los caminos para salir de ella es enojarse. Detrás de la gran mayoría de los síntomas y enfermedades psicosomáticas, la úlcera o la colitis nerviosa, por ejemplo, está la dificultad para expresar la agresión hacia afuera, que se dirige entonces al cuerpo. Entre las enfermedades autoinmunes, hay algunas en que las células que tienen la función de defender al cuerpo de elementos extraños, empiezan a atacarlo. En la Espondilitis Anquilosante, dichas células destruyen los cartílagos sanos. Algunos linfomas (tumores cancerosos) están formados por células que originalmente eran defensivas. En otras enfermedades el sistema inmunológico no ataca esos elementos extraños que invaden al cuerpo y le hacen daño. Se trata de un mal manejo de la agresión a nivel corporal que, al igual que en las relaciones con los demás, consiste en no expresar la agresión o volverla contra uno mismo. La represión de este afecto tiene más consecuencias. Los terapeutas familiares nos encontramos a menudo con parejas que quieren arreglar sus dificultades, pero están llenas de resentimientos que les impiden hacerlo. Puede ser que racionalmente el marido acepte el hecho de que su mujer no era virgen cuando la conoció, pero cada vez que toma unas copas, o hay cualquier tipo de problema, se lo reclama. La esposa 151

que “ya perdonó” la infidelidad del esposo, se la cobra en la cama al hacerle sentir que no la satisface. Es frecuente que la anorgasmia de la mujer sirva para agredir en forma encubierta a su pareja por quién sabe cuántos pendientes atrasados. Para desatar este nudo, empiezo por explicar a mis pacientes el daño que le hace a su cuerpo no expresar su coraje, su malhumor, su enojo. Les digo que es como dejar adentro energía que intoxica y enferma y que, si ellos se reprimen a fin de no lastimar a otros, paradójicamente, los dañan más, porque la agresión reprimida sale de manera indirecta y eso lastima peor. En el caso de las parejas con resentimientos es muy fácil mostrarles que sus intentos fallidos de arreglar las cosas tienen que ver con esto. Entonces les propongo aprender a sacar su enojo, sin lastimar a nadie. Y a cada uno por separado, le pido que cierre los ojos y se imagine a él mismo sacando su coraje contra la persona hacia la que tiene resentimientos. Comento que todo se vale en la fantasía: pueden gritarle, decirle las cosas más horribles, lastimarla, e incluso matarla y revivirla para volverla a matar. Todo se vale en la fantasía porque en la realidad no pasa nada, incluso nadie tiene que enterarse de lo que imaginan. Les aseguro que a la otra persona le hace bien porque ya no recibirá agresiones indirectas y porque va a mejorar la relación entre ellos. Les repito que se trata de echar fuera eso que si se quedara adentro les haría daño y los animo que permanezcan expresando su rabia, hasta que ya no les quede nada más. También les pido que le agradezcan las cosas que tienen que agradecer9. Una vez que la persona reclamó y agradeció queda libre para mirar hacia adelante o alrededor y elegir por donde ir, probando y ensayando caminos nuevos y diferentes. Se afloja así el tercer nudo.

TRAZANDO ESTELAS EN LA MAR... El trabajo con símbolos Las estelas en la mar pueden trazarse y retrazarse cuantas veces sea necesario, esto corresponde a la dinámica del inconsciente, siempre fluyendo, siempre transformándose. Los símbolos son el lenguaje del cerebro derecho. Expresan los síntomas, así como los recursos y los procesos que se dan en el inconsciente. Si bien en el cerebro izquierdo, que es analítico y por 152

lo tanto distingue y separa, el mapa no es el territorio; en el cerebro derecho que integra, totaliza, condensa, el mapa ES el territorio; el símbolo ES lo que representa y, por lo tanto, si lo modificamos, transformamos el síntoma; cuando creamos un nuevo símbolo, generamos un nuevo proceso. Hay que ser muy cuidadosos en la terapia para crear símbolos que deriven en procesos orientados a la salud, la integración, el bienestar10. Ya que el inconsciente se integra con energía libre, basta dar un empujoncito para que cada proceso siga su camino: ya sea desamarrando un nudo por ahí atorado si el empujón fue correcto, ya sea apretando otro que apenas se estaba formando, si no lo fue. Si queremos cambiar un afecto, depresión, por ejemplo, se puede inducir el trance a partir de cómo se percibe (ver p. 100) y sugerir: Deja que APAREZCA un símbolo que representa ESO que produce (y repito cada una de las sensaciones con que describió el afecto)... no lo busques, deja que APAREZCA... lo primero que SURJA, eso es. Un símbolo puede ser cualquier cosa: un color, una luz, una forma, puede ser un sonido, un olor, un sabor, una sensación física, puede ser incluso una idea que te pase por la mente y que se materializa después... ¿YA TE DISTE CUENTA cuál es ese símbolo? (le pido que me lo describa con todos los detalles preguntándole por ejemplo:) ¿cómo es?, ¿tiene colores?, ¿es brillante o mate?, ¿tiene movimiento?, ¿varía?... ahora déjalo ahí a un lado un momento y siente tu respiración, siéntela con todo detalle, siente cómo pasa el aire a través de tu nariz, entrando, saliendo... tal vez puedas escuchar cómo pasa ese aire a través de la nariz, incluso tal vez puedas darte cuenta de su temperatura... siente esa respiración que ES el principal RECURSO que tienen tu cuerpo y tu mente para estar bien, la respiración INTEGRA en cada una de tus células el oxígeno que LES HACE BIEN y ECHA FUERA todo ESO QUE si se quedara adentro HARÍA DAÑO... y mientras sientes tu respiración, deja QUE APAREZCA ese símbolo que representa los RECURSOS internos que tú TIENES, RECURSOS que son físicos, fisiológicos, mentales (y, 153

dependiendo de las creencias de la persona, puedo agregar, espirituales) para ACABAR, TRANSFORMAR o HACER lo que sea NECESARIO hacer con ese (y describo el símbolo del síntoma) de manera que “X” (el síntoma) DESAPAREZCA. ¿YA TE DISTE CUENTA cuál es ese símbolo? (si asiente, le pregunto cuál es y si dice que no, le repito que un símbolo puede ser cualquier cosa, etcétera, cuando me dice qué es, le pido que me lo describa interrogándole sobre sus características como ya hice con el símbolo del problema, y después continúo) Ahora, pon (describo el símbolo del problema) junto a (describo el símbolo de los recursos) siente tu respiración y observa cómo esa respiración hace que (el símbolo de los recursos al que llamo por su nombre) ACABE, DESAPAREZCA, TRANSFORME o haga LO que sea NECESARIO hacer con (describo el símbolo del problema) para que “X” (el síntoma) desaparezca... fíjate cómo sucede... ¿YA TE DISTE CUENTA cómo ESTÁ SUCEDIENDO? (cuando la persona dice que el cambio ya se dio, pregunto por cada una de las sensaciones desagradables en que se descompuso el afecto al iniciar el trance, sugiriendo que ya cambiaron, en la siguiente forma:) ¿YA TE DISTE CUENTA QUÉ SIENTES AHORA ahí adónde ANTES sentías... (la sensación desagradable)? (Antes de terminar el trance, sugiero que el proceso continúa a través de los sueños mientras la persona duerme profundamente y descansa a través de cada respiración.) Desde el inicio sugiero que el símbolo aparece y construyo la realidad de que así es. Si el paciente insiste en que no hay nada, le digo entonces que el símbolo es “nada” y empiezo a pedir que lo describa. Esta descripción sirve para reforzar el trance y poder utilizar las propias palabras del paciente para referirme al símbolo. La descripción de la respiración mantiene el trance y sirve como puente para empezar a hablar de sus recursos. Algunas personas, al concentrarse en su respiración, empiezan espontáneamente a transformar el símbolo del problema. En este caso, así como cuando 154

no aparece un símbolo de los recursos, la respiración es el recurso. Y en cualquier caso es también la energía que realiza el cambio, poniendo al sujeto como observador para impedir que haga intervenir su voluntad. Es muy importante sugerir que aparezca el símbolo de ESO que produce el síntoma y no del síntoma. No se trata de quitar un síntoma sin resolver el problema que lo originó porque aquél es sólo un indicador de que ahí hay un nudo que desamarrar, y si el nudo sigue igual, vuelve a aparecer otro síntoma en su lugar. La meta es cambiar ESO que lo originó, desatar el nudo que está en el fondo, generar procesos. Y como ESO es muy complejo y es difícil saber todo lo que abarca, no sugiero en forma drástica que se elimine, sino que dejo la puerta abierta para que se reconstruya o desaparezca. Éste es el único punto en que hay que ser tajantes, en 11 asegurar que el cambio se dé . Fuera de ahí, las estelas pueden trazarse y retrazarse en la mar del inconsciente de modo espontáneo y nosotros sólo tenemos que dejar que fluyan y seguir acompañando el proceso. Es importante recordar que los símbolos fluyen con una lógica que no es a la que estamos acostumbrados, y tener la mente abierta para seguir el proceso y no bloquearlo. Una vez apareció como símbolo de lo que producía un dolor de cabeza, una taza de café humeante y oloroso, y como símbolo de los recursos para hacerlo desaparecer, una flor. Desde la lógica racional es difícil entender qué puede hacer una flor con una taza de café. Con la respiración, la flor se metió en la taza, que se convirtió en maceta, absorbió el café, creció y se transformó en una planta llena de flores y, por supuesto, el dolor de cabeza desapareció. En otra ocasión, el símbolo de lo que causaba el problema era un sol resplandeciente. El sol simboliza poder, genera vida, da calor, etcétera, y parecería más un símbolo de recursos que de algo que provoca un problema. El símbolo de los recursos para acabar con el sol o transformarlo, fue el trazo del perfil de un águila. Nos podríamos preguntar ¿qué puede hacer esto con el sol? Cuando esa persona sintió su respiración, el trazo se fue convirtiendo en un águila con vida que cubrió con su cuerpo al sol, absorbió sus rayos y voló perdiéndose en el horizonte mientras atardecía.Al terminar el ejercicio, esta persona comentó que el perfil del águila le había recordado su nariz aguileña y que se le ocurrió que el sol representaba la imagen idealizada de su padre al que antes sentía que nunca podría alcanzar. Al cobrar vida el águila con los rayos del sol, se estaba identificando con su padre y, una vez que lo 155

internalizó, emprendió el vuelo para separarse de él, que además, dejó de brillar sobre su cielo. Esta técnica es muy útil para controlar el dolor. Es interesante que cuando el símbolo de los recursos no acaba definitivamente con el símbolo de ESO que producía el dolor, aunque éste desaparezca, es un indicador de que hay algo que arreglar en el nivel orgánico. Una vez, trabajando con un dolor por desgarre muscular, apareció como símbolo de lo que producía la molestia, un tronco de árbol cortado con varios trinches de jardinero encajados. El símbolo de los recursos fue un montón de heno que cubría todo. La imagen muestra por sí sola que era una analgesia temporal y que la dificultad no estaba resuelta, puesto que en cualquier momento el viento podía llevarse el heno y dejar al descubierto el tronco con los trinches encajados. En ocasiones sucede así, por ejemplo, el tenedor que representaba lo que producía la neurodermatitis (ver p. 90). El hecho de que el símbolo de los recursos sea insuficiente para acabar o transformar el símbolo de lo que produce el problema, es un indicador de que necesitamos hacer algo más, una regresión como en ese caso, o promover otra dinámica hasta que el problema se resuelva. Por ejemplo, algunas veces pido a la persona que entre en el símbolo de la dificultad “para transformarlo desde adentro”: Entra en “X” (el símbolo) para TRANSFORMARLO desde adentro en FORMA DRÁSTICA y DEFINITIVA con tu respiración... ¿ya estás ahí? bueno, ahora deja que tu respiración transforme a “X” desde adentro de manera que toda la ENERGÍA y la fuerza que ANTES servía para producir “Y” (el problema) AHORA sirva para hacerte sentir BIEN como tú te quieres sentir, para mantenerte SANO y EN ARMONÍA contigo mismo y con los demás. Tu respiración siempre te PROTEGE y te hace ESTAR SANO y BIEN. ¿YA TE DISTE CUENTA cómo desde adentro se transforma “X” radical y definitivamente? Continúo insistiendo en el cambio hasta que se haya dado. Se puede también hacer que el paciente entre en el símbolo de sus 156

recursos y que éste a su vez entre en él mediante su respiración y decir, por ejemplo, si el símbolo es una luz blanca: Métete dentro de esa luz y deja que te bañe, siéntela... ahora, deja que la luz entre dentro de ti a través de cada respiración, siente cómo entra y va LLENANDO tu cuerpo y tu mente, filtrándose en todas y cada una de tus células ¿YA TE DISTE CUENTA cómo se siente estar lleno de esa luz, TENER A LA MANO todos esos RECURSOS? Y ahora que ya estás LLENO DE LUZ, deja que esa luz blanca bañe toda tu HISTORIA y la transforme y la RECONSTRUYA llenándola con LINDOS MOMENTOS, encontrando y AMPLIFICANDO todas las EXPERIENCIAS y APRENDIZAJES que HAY en ella y que tal vez ni siquiera te habías dado cuenta... deja que bañe y llene toda tu historia transformándola y CAMBIANDO en ella LO que es NECESARIO cambiar para que tú ESTÉS bien, COMO QUIERES estar. Ésta es una manera indirecta de reconstruir la historia y de recuperar recursos dejando que las estelas vayan y vengan, se tracen una y otra vez, como mejor convenga. Ésta es la dinámica del inconsciente, siempre fluyendo, siempre cambiando. Por eso, cuando sugiero a una persona que cada vez que cierre los ojos y sienta su respiración podrá darse cuenta de que APARECE por sí solo el símbolo de sus recursos internos para tenerlo a la mano y volverlo a vivir como en ese momento, aclaro que puede ser que surja igual que en ese ejercicio, o de manera distinta, ya que el inconsciente cambia continuamente. Y añado: “Sea como sea SIEMPRE está bien, son TUS RECURSOS”. Erickson definió el trance como un estado en que la atención está concentrada en lo que es verdaderamente importante para la persona en ese momento. En donde surge en forma espontánea el nudo que es necesario desamarrar. Puede ser que empecemos a caminar por un camino y de repente nos encontremos en otro. Hace poco inicié un trance en un paciente con problemas graves de salud. Desde hacía dos años, a pesar de que su diagnóstico implicaba que sufriera un deterioro físico progresivo hasta llegar a morir, ha ganado peso, tiene dieta libre, está recuperando poco a poco sus actividades sin mayores problemas, a pesar de que los estudios radiológicos y de laboratorio muestran una realidad diferente. Él decía sentir una lucha interna muy difícil entre dos adversarios que no se resolvía en favor de ninguno de ellos. Tenía 157

pesadillas o al menos sueños inquietos en los que aparecían personajes agresores y un hombre que les hacía preguntas que él no podía responder, “como pidiéndole cuentas”. En ese momento, se sentía físicamente bien y con algunas molestias en las piernas. Decidimos trabajarlas con un símbolo para que desaparecieran. El símbolo de eso que causaba las molestias en las piernas fue un color rojo brillante. El símbolo de sus recursos para acabar con el rojo, un caballo café. Mientras el caballo se acercaba al rojo, vio venir un hombre a galope que quería matarlo. Le dije que permitiera que su respiración acabara con ese hombre y defendiera a su caballo. La respiración arrojó al agresor a un precipicio pero el agresor quedaba detenido de la orilla “por un pelo” que la respiración no lograba romper. Cuando estuvo a punto de lograrlo, surgió de la pared de roca del acantilado un soporte que lo detuvo. Entonces, le dije, haz lo que sea necesario para ACABAR DEFINITIVAMENTE con él. Entró a la escena y mató a ese hombre a puñaladas; después, el caballo café se acercó y con el hocico lo arrojó al precipicio. A partir de entonces, los sueños se volvieron más tranquilos y sintió que la lucha interna se inclinaba a favor de la salud. Quisimos recorrer el camino de las molestias en las piernas y de repente nos encontramos en un escenario en donde se libraba la lucha entre la vida y la muerte, entre una parte suya que quería matarlo, tal vez como castigo por las culpas de las que le pedía cuentas y la parte suya que quería vivir. Esto era lo verdaderamente importante para él en ese momento y fue lo que surgió en el trance. Como en este caso, a partir de un símbolo o de cualquier punto, se puede pasar en forma espontánea a cualquier otro, y si no percibimos lo que está sucediendo e insistimos en continuar por el camino que habíamos iniciado, el paciente puede sufrir complicaciones que van desde sensaciones generales de malestar, vómitos, insomnio, angustia indiferenciada, hasta la aparición de una reacción psicótica y terminar en un hospital psiquiátrico, porque afloró algo que estaba reprimido y no se resolvió. Sólo se rompió el equilibro en que esa persona se hallaba antes.Algo similar sucede en sujetos que han sido inducidos al trance en situaciones en que no hubo oportunidad de elaborar lo que ahí surgió porque los hipnotistas no tenían preparación para darse cuenta de lo que estaba sucediendo dentro de ellos y, por lo tanto, no lo trabajaron. Es el caso de la hipnosis de 158

teatro o del manejo que individuos sin una adecuada formación 12 clínica hacen, por ejemplo, para control de hábitos . Es fácil que suceda porque todo lo que aparece en trance son símbolos y éstos condensan situaciones y síntomas actuales y viejos. Cuando se manejan símbolos, cualquier cosa puede aparecer. Algunas veces fluyen tan rápido que no nos da tiempo de entender racionalmente en ese momento de qué se trata; y eso no importa, lo que importa es acompañar y asegurar que el proceso termine bien. Más tarde entenderemos, o tal vez nunca, no importa. Para acompañar es preciso observar, estar atentos a los gestos y expresiones de la persona en trance, los cambios en el ritmo de su respiración que nos indican si está tranquila, molesta, triste, asustada o angustiada. Si no estamos seguros de cómo se siente podemos preguntarle si todo VABIEN, sugiriendo que así es. Cuando la transformación de los símbolos es tan rápida que no hay tiempo para comprender qué pasa, propongo al paciente que sienta su respiración y sugiero que, de la misma manera que hace con el cuerpo, ahí en el trance, saque todo lo que si se quedara adentro le haría daño e integre y guarde lo que le hace bien. Le digo: “Fíjate cómo en cada momento CAMBIA LO que es NECESARIO cambiar y se REAFIRMA LO que es BUENO para ti. Tu mente inconsciente, que es sabia y te protege, sabe exactamente lo que es necesario transformar y lo hace a través de tu respiración”. Enseguida describo un trance con una dinámica de este tipo. Durante el tiempo que duró, yo repetía que la respiración guiaba el proceso. Cada vez que la paciente mostraba algún malestar, le recordaba que sintiera su respiración y observara cómo ésta cambiaba lo que era necesario cambiar ahí para que ella estuviera bien. Iniciamos el camino a partir de cómo esta mujer, con diagnóstico de depresión endógena, sentía la culpa en el cuerpo. Dijo sentirla “por aquí, como algo que te llena, te llega a todas las paredes... como una piedra fría, dura, molesta, que tienes metida y se quiere hacer más grande y ya no cabe... estoy viendo un túnel con agua... y pasan torpedos... el túnel es de bambú... al final hay una luz —y agregó con cara de desesperación—, pero no puedo llegar”. Le dije que sintiera su respiración y, al hacerlo, comentó: “Ya me salí de la tierra, estoy en el firmamento, veo la luna, las estrellas... y Jesús con su luz, sentado... pero Jesús ya se transformó en un ángel que tiene las manos amarradas y sobre él pasa un avión grandísimo, pero 159

grandísimo”. Le pedí otra vez que sintiera su respiración para que arreglara ahí todo lo que fuera necesario arreglar y se vio desatando las manos del ángel y continuó: “Ahora el ángel y yo regresamos al túnel, se acabaron los torpedos y está lleno de estalactitas... pero ya vamos a salir... está lloviendo... nos metemos a una cuevita de donde salen animalitos simpáticos: una viborita, un dinosaurio... ya la víbora no me está gustando, está creciendo (repetí: siente tu respiración) ahora se pelean la víbora y el ángel... y ahí está la manzana deAdán y Eva, con la víbora y algo altísimo, gigante, como cuello de jirafa... ahora estamos en un suelo de arena blanca rodeado de bambú y está Jesucristo mechudo, colgando de una cruz... lo voy a bajar... desapareció... ahora sólo hay una viejita tejiendo, una viejita muy fea con toda la cara arrugada (al sentir la respiración, la viejita desapareció) ahora hay un número UNO como de vela de cera entrando a una iglesia con trompetas... la gente está muy contenta, es un lugar llenísimo de gente y grandísimo, como la iglesia en que nos casamos y un colibrí... ya apareció la viejita, pero ahora está bonita”. Podríamos intentar entender el significado de los símbolos que aparecen a lo largo de este trance y rompernos la cabeza tratando de encontrar una relación entre ellos. Sin embargo, lo importante fue asegurar que cada vez que había alguna molestia en la paciente o la sensación de que algo de lo que ella observaba no le gustaba, yo sugería su transformación en la forma más adecuada y aunque ni ella ni yo sabíamos qué era lo más adecuado, su inconsciente sí lo sabía y lo hacía a través de su respiración. Terminé el trance en un momento en que todo estaba bien. Además de desencadenar un proceso de cambio, me fue muy útil, para planear el trabajo posterior, darme cuenta, entre otras cosas, de cómo le pesaban los valores y normas religiosas, que había símbolos fálicos amenazantes que dejaban de serlo cuando aparecía la iglesia en donde se casó, su temor a envejecer y, sobre todo, a ponerse fea, que más tarde apareció como temor a crecer en general, a dejar de ser una niñita y convertirse en mujer.

RECORRIENDO CAMINOS UNIVERSALES... El trabajo con metáforas La metáfora es una representación simbólica y totalizadora de un 160

problema o una situación, que se basa en experiencias que son universales porque pertenecen a la naturaleza o a la vida cotidiana. Al ser una representación simbólica, corresponde también al lenguaje del cerebro derecho en donde, igual que los símbolos, la metáfora ES lo que representa y, por lo tanto, al transformarse se transforma también eso que representaba. Al utilizar una metáfora nos comunicamos con los demás al menos en tres niveles. El primero, el textual, evoca al segundo que es más profundo y tiene un significado universal. Éste, a su vez, evoca un tercero que es individual y se refiere a lo que es relevante y significativo para cada persona de acuerdo con su historia y sus características. Este último puede ser inconsciente. Por ejemplo, si hablamos de sentirnos atrapados en un hoyo, sin poder salir, esta metáfora hace recordar a todos los que la escuchan la sensación de atrapamiento, pero además, hará revivir a cada quién las situaciones particulares en que ha estado atrapado en su vida. De esta manera, comunicándonos en distintos niveles y en forma indirecta, podemos referirnos a vivencias profundas y reconstruirlas. Erickson era experto en manejar este tipo de comunicación utilizando experiencias de la vida cotidiana. El uso del lenguaje metafórico para transmitir conocimientos es casi tan antiguo como la humanidad. Los pueblos primitivos observaban la naturaleza, la imitaban, personificaban a los animales y a los elementos naturales y los incorporaban a su vida. En algunos grupos, se daba a los guerreros nombres de animales salvajes lo cual implicaba que esas personas poseían las características de ese animal y debían imitarlo. Con frecuencia esto se mezclaba con elementos mágicos o religiosos. También se utilizaban las metáforas en sociedades más avanzadas. Cuando nacía una niña azteca, la partera que la recibía le decía con admiración y cariño que era “una piedra de jade, una pluma preciosa”. Detrás de tan sencilla frase estaban implicadas, entre otras cosas, la creencia de que cada niño que nace lleva en sí una parte de la divinidad, la veneración y el respeto por cada persona individual, la responsabilidad que los padres y toda la comunicad tenían de pulir esa piedra y cuidarla como algo valioso. Los mismos aztecas al identificar a sus guerreros con el águila o con el tigre (caballeros águila y caballeros tigre), establecían qué comportamiento esperaban de ellos en las batallas y en la vida diaria. 161

Los libros sagrados de las diferentes religiones emplean metáforas para transmitir sus enseñanzas, al igual que la poesía, los cuentos de hadas y la literatura en general. Cuando trabajamos con metáforas, recorremos caminos individuales que al mismo tiempo son universales. Puede ser que aparezcan de modo espontáneo en el lenguaje de cada persona y entonces sólo tenemos que seguirlas, como en el caso del capítulo 2 de esta parte (p. 102), en donde conté del paciente que me decía haber sufrido “heridas profundas” y continuamos hablando de que las heridas cicatrizan y cómo hay que cuidarlas. En otras ocasiones, yo introduzco la metáfora que me parece adecuada para sugerir lo que creo necesario, por ejemplo, al evocar el momento en que aprendimos a caminar, hablar de cómo los animales aprenden a 13 pelear o decir que los árboles CRECEN continuamente aunque no nos demos cuenta; que por su tronco duro circula savia suave, que las raíces les sirven para mantenerse SEGUROS y firmes en su lugar durante las tempestades y para TOMAR de su alrededor lo que les hace falta para CRECER. Si nos encontramos atorados en un proceso terapéutico sin entender qué pasa ni saber por dónde ir, podemos entrar en trance y dejar que aparezca representado en una metáfora lo que está sucediendo con el proceso, con el terapeuta y con el paciente (o los pacientes si se trata de una familia o un grupo) en ese momento. Esto es algo que con frecuencia utilizo para supervisar el trabajo de alumnos o el mío en equipo. Una vez, una compañera terapeuta familiar se vio a sí misma maniatada y amordazada en su sillón mientras los miembros de la familia, estaban frente a ella mostrándole todos “los horrores que hacían”. Sólo le permitían observarlos. Ella comprendió lo que sucedía, contó a la familia la metáfora, dejó de tratar de hacerlos cambiar y entender cosas y les pidió que se replantearan qué esperaban de la terapia. Resultó que asistían por presiones de la escuela de uno de los hijos pero, en realidad, no creían necesitar ayuda. En otras ocasiones, el problema o “su origen” aparecen representados en una metáfora lo cual es menos amenazante que los “recuerdos de la infancia”. Es el caso de “El Príncipe que llegó a ser rey” que voy a narrar a continuación. Este príncipe era un hombre exitoso que tenía dificultades para vivir plenamente su sexualidad con su mujer. Carecía de interés en la 162

relación sexual y la esposa se lo reclamaba. Le pedía también caricias que él no se animaba a hacer porque le parecían sucias, le daban asco. Y, aunque ella creía pedirlo en una forma linda y adecuada, él se sentía cada vez más criticado, no aceptado, y se llenaba de resentimiento. Se llenaba además de envidia porque ella aparecía frente a todo mundo como la esposa buena y maravillosa que lo aceptaba y lo comprendía siempre y además era muy exitosa social y profesionalmente. Y entre más maravillosa y comprensiva se mostraba ella, aplastándolo con sus cualidades, más deprimido, distante y rechazante estaba él. Tenía muchos rencores guardados de veinte años atrás, que seguían un patrón similar: cada intento de la esposa de hablar con él para arreglar algo o cada logro de ella, lo hacía sentir más devaluado, resentido y envidioso, lo que se reflejaba en la cama en donde él la agredía en forma indirecta comportándose cada vez más distante, “simplemente no sentía ganas de estar con ella aunque quisiera”. Por iniciativa de su pareja, aceptó trabajar con hipnosis para resolver “eso” que bloqueaba su sexualidad. Empezamos a partir de que sintiera en el cuerpo el asco y el rechazo que le provocaban esas caricias y desde ahí iniciamos una regresión. Al contar “uno” y preguntarle adónde había llegado, comentó que no sabía, que todo estaba oscuro y tenía frío. Sugerí que poco a poco la escena se iría aclarando y así fue. Empezó entonces a darse cuenta de que se encontraba como adolescente en un lugar sombrío, en el centro del patio de algo que parecía un castillo medieval. Sabía que lo rodeaba una multitud, todo su pueblo, mirándolo. Frente a él se hallaba un rey, alto y delgado, con ropajes oscuros, que le encomendaba una misión, prácticamente imposible de cumplir. Él era el príncipe y sabía que si fallaba en la prueba, le cortarían la mano. Y junto al rey, del lado izquierdo, vio al verdugo encargado de ejecutar el castigo. Era un hombre feo, bajo y musculoso, con una mirada negra, profunda y dura. El príncipe se encontraba muy asustado. Le pedí que sintiera su respiración y observara cómo ésta transformaba esa escena de manera que él se sintiera BIEN, SIN amenazas de CASTIGOS, pudiendo DISFRUTAR lo que le tocaba disfrutar en ese momento. A medida que fue respirando, la escena se aclaró más aún, pudo distinguir los rostros de la gente que lo observaba y, entre ellos, el de su madre, la reina. Ella se acercó, y 163

desde su lado se dirigió al rey explicándole que no tenía sentido exponer al príncipe a esa prueba porque ya en muchas ocasiones había demostrado su honestidad y su valor. La multitud empezó a aplaudir el discurso de la reina mientras él crecía y el rey envejecía. Al terminar, el anciano rey declaró que se daba cuenta de que el príncipe era quien debía gobernar, por lo que abdicó en su favor. En medio de aclamaciones del pueblo, el viejo rey se retiró y él subió al trono. Ahora, debía conducir a su pueblo y gobernarse a sí mismo, hacer lo que quisiera y estuviera bien para él. Sin embargo, cuando volteaba la mirada al verdugo, aún sentía miedo. Le pedí entonces que le pusiera un nombre para que lo hiciera suyo. Lo llamó Loagrio, “porque así eran sus ojos”. Le sugerí que ahora él mandaba sobre Loagrio y que toda su FUERZA que ANTES era una AMENAZA para él, AHORA estaba ahí PARA APOYARLO a lograr lo que él deseara lograr y a vivir como quisiera VIVIR, DISFRUTANDO su vida y su PODER y lo invité a probar que así era. Apareció de repente en la recámara real con una mujer, y pidiéndole a Loagrio que vigilara la entrada para que los dejaran tranquilos y nadie interrumpiera. Mientras Loagrio cumplía su función, él empezó a vivir su sexualidad en una forma nueva y diferente, aprendiendo a disfrutar lo que antes rechazaba. En la siguiente sesión le pedí que observara qué metáfora representaba el problema de la relación con su mujer en ese momento. Apareció una piedra preciosa sin pulir, pero él no tuvo ganas de pulirla. Tenía demasiados resentimientos hechos nudo. Le propuse que los sacara en la fantasía hasta eliminarlos por completo, para que no le hicieran daño a su cuerpo ni a la relación (tenía colitis crónica y empezaba a presentar problemas en la piel). No quiso. La sexualidad floreció en él, pero no quería vivirla con su mujer. No lo dejaba el rencor. Necesitaba seguirla agrediendo con su distancia, así que las escenas en la recámara real se trasladaron a la vida cotidiana con una amante. Un tiempo después, la esposa lo dejó. No aguantó más seguir apareciendo como la mujer maravillosa y cargar el peso de los resentimientos. Desde la Teoría Psicoanalítica, podríamos con facilidad identificar a los personajes de esta historia con las instancias psíquicas y su interrelación: Loagrio representaría a las fuerzas del 164

ello primero al servicio de un super yo rígido y sádico, el padre-rey y después sirviendo al joven rey, un super yo flexible. El príncipe sería el Yo; están presentes también la amenaza de castración y los personajes del complejo de Edipo. Tal elucubración teórica puede servirnos para hacer un diagnóstico, hipótesis o planear las intervenciones, sin embargo, no la comentamos ni hacemos ninguna interpretación, no es necesario, porque el paciente comprende los distintos sentidos de la metáfora. Uno de esos sentidos es que todos llegamos en un determinado momento a ser reyes y a gobernarnos solos. El otro, que de la misma manera que las dificultades se transforman en facilidades, lo que ANTES era amenazante, AHORA puede ser nuestro aliado. Habrá quien opine que el trabajo quedó incompleto, que debería habérmelas arreglado para que, en alguna forma indirecta, esta persona se librara de los resentimientos contra la esposa, que juntos pulieran esa piedra preciosa, la amante no apareciera. Yo le propuse trabajar el problema de la relación con su mujer y sacar el rencor contra ella, no sólo por el bien de su matrimonio sino por su salud. Cuando se negó, respeté su decisión. Me parece que nadie tiene derecho a determinar lo que es bueno para el otro. Esto iría en contra del hecho universal de que una vez que el príncipe llega a ser rey, se gobierna por sí mismo. Además, pienso que el desenlace no fue necesariamente negativo. Con la separación, se abrió para ambos la posibilidad de probar nuevos caminos y, caminando, hacer uno que tuviera corazón.

HACIENDO CAMINO AL ANDAR... CAMINOS CON CORAZÓN De la misma manera que antes aprendimos a volver la vista atrás y mirar la senda que no hemos de volver a pisar, ahora se trata de mirar hacia adelante, al futuro, y convertirlo ya en presente en nuestra realidad interna, para probar y ensayar los caminos que nos llevan allá, porque si bien “todos los caminos son lo mismo, todos van por el matorral”, en los que tienen corazón nos sentimos uno con el camino y se hace gozoso el viaje. Por el contrario, el camino que no tiene corazón, dice Don Juan en boca de Castaneda, nos hace maldecir la vida y nos debilita. 165

La forma más sencilla de mirar al futuro, es a través del “Ensayo”. Pedimos al paciente que se vea en un futuro cercano, en donde ya logró lo que quería lograr: Mientras estás ahí sintiéndote como te quisieras sentir, porque YA LOGRASTE lo que querías lograr, DISFRUTANDO ese logro y ese momento con todo detalle, deja que tu mente inconsciente CONSTRUYA diferentes CAMINOS para llegar ahí y mientras tú estás en ese lugar y en ese momento VIVIENDO COMO QUIERES vivir y disfrutando, deja que tu mente inconsciente trabaje para ti y construya caminos nuevos y los pruebe para ver cuál es mejor... ahora está PROBANDO y ENSAYANDO , construyendo y reconstruyendo esos caminos... y tú te asombrarás al encontrarte recorriéndolos, actuando y sintiendo en una forma nueva y diferente... y esta noche, mientras duermes y al soñar, tu mente inconsciente continuará construyendo éstos y otros caminos, probando y ensayando cuáles son mejores para ti, mientras DESCANSAS y duermes profundamente para DESPERTAR RELAJADO y descansado cuando ABRAS LOS OJOS. Con esto estamos grabando una nueva huella mnémica en el cerebro derecho, que es atemporal, y por lo tanto aunque en términos del cerebro izquierdo esa escena está en el futuro, es ya parte de su realidad interna, en donde sólo hay presente. Decimos que se da en un futuro cercano, de modo que así sea y sugerimos que entre las múltiples alternativas para llegar ahí, se ensayen diferentes a fin de elegir cuál es la mejor para él. Para evitar que la persona no esté tratando de comprobar en cada momento en su vida diaria si cambia o no, ni se autosugiera que no pasa nada, le decimos que se asombrará al encontrarse actuando y sintiendo en una forma nueva y diferente. Podemos también hacer caminos con corazón utilizando metáforas. Mientras el paciente cuenta y revive su problema, le pregunto:

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¿Cómo podrías representar eso que estás viviendo en una metáfora? con los ojos abiertos o los ojos cerrados, deja que APAREZCA una metáfora que representa este problema. Lo primero que se te ocurra eso es... ¿YA TE DISTE CUENTA cuál es la metáfora? (si contesta que no, puedo sugerir), puedes representarlo usando colores, plantas, animales, personajes o cualquier cosa, lo importante es que lo primero que APAREZCA eso es. No es necesaria una inducción formal porque al estar el paciente hablando de lo que le pasa y reviviéndolo, ya tiene un pie en el cerebro derecho y al construir la metáfora, pasa el otro pie y está en trance. De la misma manera que hacemos con los símbolos, una vez que la persona nos dice que ya la tiene, le pido que la observe con todo detalle y me la cuente. La metáfora nos ofrece una representación totalizadora y diferente del problema con matices que antes no habíamos visto. Después de oír la descripción que hace el paciente, continúo: Vuelve a mirar... (y describo la metáfora con sus propias palabras) pero ahora, mientras la observas siente tu respiración... siente cómo el aire pasa a través de tu nariz, entrando e INTEGRANDO LO que es BUENO para ti, y cómo pasa saliendo y ECHANDO FUERA todo lo que si se quedara adentro te haría DAÑO... siente cómo se mueven tu pecho y tu abdomen con cada respiración, tal vez puedas incluso escuchar el sonido del aire pasando a través de tu nariz... y observa, al mismo tiempo, cómo tu respiración CAMBIA ahí en... (la metáfora) lo que hay que cambiar para que el PROBLEMA DESAPAREZCA y TÚ estés BIEN como quieres estar ¿YATE DISTE CUENTA cómo está CAMBIANDO?, ¿qué está sucediendo ahí? (Y continúo trabajando como ya hemos visto para asegurar que el cambio se dé y sugiriendo que continúa con cada respiración.) 167

Al transformarse la metáfora se está construyendo en la fantasía un camino para salir de esa situación y es un camino con corazón porque surge desde el interior del sujeto. Preguntamos si todo ESTÁ BIEN ahora que YA CAMBIÓ lo que era necesario cambiar y si no es así, sugerimos que continúe “sintiendo su respiración para que ésta siga reconstruyendo ahí lo que sea necesario reconstruir para que todo esté bien”. Algo muy importante es que una vez que empezamos a trabajar con metáforas continuemos hablando en lenguaje metafórico, para mantenernos al menos con un pie en el cerebro derecho. Y continuamos así sesión tras sesión. A medida que va avanzando el proceso, podemos seguir transformando la metáfora para ir construyendo el camino que luego van a recorrer. Una vez, una persona me comentó que se sentía en “stand by”, atorada y sin saber qué hacer: estaba por dejar un trabajo de muchos años, donde no la reconocían y la explotaban, pero no buscaba otro; se dio cuenta de que a lo largo de su vida había desempeñado los papeles que los demás, especialmente su madre y su marido (del que se estaba divorciando), le asignaban. Ella conocía que los dos la utilizaban, le sacaban todo sin darle casi nada, pero ni siquiera sabía qué quería hacer de su vida. Deseaba romper ese estilo de relación, sin ser “mala” con ellos. Respecto a la madre, le gustaría seguirla cuidando y ayudando, respecto al marido se preguntaba si no podría cambiar. Por otro lado, éstas eran sus únicas relaciones cercanas con adultos, ya que pasaba meses enteros sin ver a su única amiga. Tenía una hijita de tres años. Cuando le propuse que representara su situación en una metáfora, apareció dentro de una especie de túnel o cueva oscura, cerrada, con un agujero arriba por donde entraba el sol. Ella sentía que la empujaban por la espalda obligándola a dar vueltas en círculo, sin parar. Al sentir su respiración, la dejaron de empujar y pudo detenerse bajo el rayo del sol y recibir su luz y su calor. Ese fue el principio del cambio. En la siguiente sesión llegó diciendo que estaba furiosa (algo nuevo en ella) y que había puesto los puntos sobre las íes a los anteriores patrones y al marido. Renunció al trabajo y fue a continuar los trámites del divorcio. Entró al agujero “echando rayos y centellas”. Sugerí que ese coraje era muy útil para transformar eso que la encerraba. Primero recogió unas piedras del piso y las empezó a arrojar para todos lados, pero era inútil. Comentó que sólo una 168

bomba podría acabar con eso. Empezó a sentir su respiración pero no era suficiente, le pregunté: “¿Quieres que entre yo ahí a ayudarte a respirar?” Respondió que sí, se tapó los oídos y de repente me dijo: “Ya voló todo el techo”. Ella se sintió tirada en el suelo por la explosión. Entraba el sol, se veían escombros alrededor. Se encontraba rodeada de paredes de aproximadamente seis metros de alto. Comentó: “Podría salir si quisiera, pero estoy muy cansada”. Se acostó en el piso y sugerí: “Tu cuerpo se está preparando para SALIR de ahí, estás APRENDIENDO a salir a lugares abiertos, LIBRE, después de tanto tiempo de estar encerrada”. Ella expresó extrañada “¡No me lastima el sol, como de costumbre! Hay mucha calma, es como si no supiera si salir o no”. Le respondí: “Es que ahí donde estás es un lugar conocido. Si quieres puedes asomarte afuera, ir y venir cuantas veces lo desees”. Respondió que todo se veía seco por la explosión y sin un ser humano en muchos kilómetros a la redonda, sólo a lo lejos, muy lejos, se alcanzaba a ver un árbol bonito. Terminé sugiriendo que su respiración iba a llenar de vida ese escenario y que, si se animaba a salir, cada uno de sus pasos iría transformando el lugar que pisaba. A la siguiente sesión, las bardas estaban más bajas y ella se encontraba sentada sobre una, observando hacia afuera, sin ganas de salir. Todavía el campo seguía seco. Le comenté que pronto llegaría la temporada de lluvias. De repente, vio a su nenita sentada afuera del agujero llamándola. Eso la hizo salir, y explorar un poco alrededor. A partir de ese momento, poco a poco se paró de la banca de stand by: empezó diferentes negocios, pidió ayuda a su madre, lo que nunca antes se había atrevido a hacer, y continuó su divorcio. Sugerí que podía entrar y salir del agujero, pero en ningún momento la presioné, respeté su paso acompañándola por donde quería ir. En este ejemplo se ve claramente cómo esta mujer fue construyendo y probando en la fantasía un camino con corazón que después recorrió en su vida cotidiana, en la “realidad de afuera”. Cada vez que una metáfora se transforma, un nudo se desamarra, se abre un camino y aparecen otros nudos que estaban detrás. Podemos seguir construyendo metáforas unas tras otra para desatar los nuevos nudos, como veremos en el estudio de caso del siguiente capítulo. He encontrado que es muy útil trabajar con metáforas en situaciones en que o bien no se sabe por dónde ir, o aparentemente 169

todo es muy simple pero no hay cambios. Cuando estoy con parejas o familias, les pido a todos que construyan al mismo tiempo una metáfora que represente el problema que viven en ese momento. Enseguida los invito a que las comenten en voz alta. Así cada uno puede darse cuenta de cómo viven el problema los demás. En “La realidad, ¿se conoce o se construye?” propuse que cada persona tiene una visión distinta de las cosas dependiendo de la posición que ocupe en una situación y de sus relaciones con los demás (ver ejemplo de la discusión entre el adolescente y su padre, p. 49). También propuse que no podemos conocer la realidad tal cual es, pero que al encimar las visiones que se tienen desde diferentes puntos, construimos una visión más completa, una llave que abre más puertas. Esto es lo que sucede al contar cada miembro de la familia su metáfora frente a los otros. A continuación, pido a todos que transformen esas metáforas una por una, a través de su respiración y comenten lo que sucedió. Cada metáfora integra aspectos conscientes e inconscientes de la persona que la elaboró y evoca también elementos en los que le escuchan. Al ir transformando cada uno las metáforas de los demás, va cambiando en sí mismo esos aspectos que de otro modo no habrían sido tocados. Una vez vi en consulta a dos hermanos. Habían crecido en un ambiente lleno de pleitos y conflictos entre la familia del padre y la de la madre y desde niños tuvieron que tomar partido, en distintos bandos. Ahora, adultos, cada uno era lo único que el otro tenía en la vida, querían acercarse aunque no sabían cómo. La metáfora del mayor fue la siguiente: dos perros que querían ser amigos, uno grande y uno chico, se ladraban, estaban tristes. Al transformarla, él se dio cuenta que al principio los dos tenían miedo, pero el grande se empezó a acercar al chico, a darle cariño, y el otro respondió bien. El menor observó cómo primero se quedaron viendo y después poco a poco dejaron de ladrar, se pusieron a jugar, se acariciaban y podían hacer cualquier cosa juntos. La metáfora de este último fue una puerta que se abría, pero cuando uno de ellos entraba, el otro salía o se caía por una trampa en el piso. Si uno estaba adentro la llave del otro no podía abrir. Se pasaban dando vueltas. Era muy fácil estar uno dentro, pero nunca los dos juntos. 170

Ambos resolvieron el problema en trance dejando abierta la puerta y esquivando las trampas. Después de esta sesión, comentaron que en varias ocasiones, habían estado contentos, y haciendo cosas juntos. Los caminos que construimos sólo desde la voluntad y la conciencia, sin tomar en cuenta lo que sentimos y deseamos, suelen seguir los esquemas del “deber ser” y de “lo razonable” y son como recetas que nos tratamos de imponer, por eso, si insistimos en seguirlos, nos debilitan y nos hacen maldecir la vida y, además, nos llevan a dar vueltas en círculo. Los caminos que construimos transformando nuestras propias metáforas, son caminos con corazón porque surgen desde adentro, y al recorrerlos, somos uno con ellos.

Notasyreferenciasbibliogr áficas 1

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Ver: MAHLER, Margaret S., Simbiosis humana: las vicisitudes de la individuación. I. Psicosis infantil, Joaquín Mortiz, México, 1986. Sobre los mecanismos de identificación y la formación del super yo, se pueden consultar las siguientes obras de Freud: “III. El Yo y el super yo (ideal del Yo)” y “V. Los vasallajes del Yo”, en FREUD, Sigmund, “El Yo y el ello”, en Obras completas, vol. XIX,Amorrortu editores, BuenosAires, 1979, pp. 30-40 y 49-66. ERICKSON, Erik H., Infancia ysociedad, Hormé,Argentina, 1983, pp. 222-225. Ver: ROSEN, Sidney, Mi voz irá contigo. Los cuentos didácticos de Milton H. Erickson, Paidós, Argentina, 1986, y ERICKSON, Milton H. y Ernest L. ROSSI, The February Man: Evolving Consciousness and Identity in Hypnotherapy, Brunner/Mazel, New York, 1989. Ver: FREUD, Anna, Psicoanálisis del desarrollo del niño y del adolescente, Paidós,Argentina, 1976, p. 166. Ver: “Sobre la psicología de los procesos oníricos”, en FREUD, Sigmund, “La interpretación de los sueños”, en Obras completas, vol. V. Amorrortu editores, BuenosAires, 1979, pp. 507-608. FREUD, Sigmund, “La interpretación de los sueños”, en Obras completas, vol. V, Amorrortu editores, BuenosAires, 1979, pp. 543-564 y 578-597. El modelo para el estudio de la depresión fue establecido por Freud en “Duelo y Melancolía”. Ver: FREUD, Sigmund, Obras completas, vol. XIV, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979 pp. 235-255. En especial se habla de cómo el odio por el objeto recae sobre el Yo en las pp. 248-245. Sobre este tema, consultar además: GRINBERG, L., Culpa y depresión. Estudio psicoanalítico, Alianza Editorial, España, 1983. Para conocer más sobre esta técnica ver el capítulo: “Creciendo con las 171

despedidas”, en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 83-88, y para vivirla, puedes usar el CD Recupera tu fuerza de vida de esta misma editorial. 10 Para esto, un poco después de la primera edición de este libro comencé a usar palabras protectoras entremezcladas: saludablemente, protegidamente, disfrutando, aprendiendo. Para conocer más sobre el uso de estas palabras ver el capítulo: “Aprendiendo, disfrutando, saludablemente, automáticamente”, en ROBLES, Teresa, La magia de nuestros disfraces, 2ª edición, Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 39-42. 11 Se puede incluso sugerir en forma paradojal que siga igual pero saludablemente renovado. 12 FINKELSTEIN, Selig, “Adverse Effects After Exposure to Lay Hypnosis in a Group Setting: A Case Report”, en American Journal of Clinical Hypnosis, The American Society of Clinical Hypnosis, vol. 32, No. 2, 1989, pp. 107-109. 13 ROBLES, Teresa, “Dos tigres aprenden a pelear”, en La magia de nuestros disfraces, 2ª edición,Alom Editores, S.A. de C.V., México, 2004, pp. 75-82.

5. DESATANDO NUDOS, HACIENDO CAMINO AL ANDAR Y ESTELAS EN LA MAR, EN EL CASO DE SHARON

Después de revisar todas estas técnicas podrían ustedes preguntarse ¿cuándo y cómo hay que utilizarlas? En el capítulo 1 de la Segunda Parte comenté que en un principio recurría a ellas cada vez que sentía que un proceso terapéutico estaba atorado. Después empecé a usarlas con regularidad, sesión tras sesión. Proponía al paciente que me describiera qué pasaba en su cuerpo o que imaginara tal o cual cosa. Generalmente prefería no hablar de hipnosis porque hay tantos prejuicios, mitos y expectativas mágicas alrededor de ésta, que me llevaba una o dos sesiones explicar de qué se trata, cómo funciona, sus bases teóricas y neurofisiológicas, para que se dieran cuenta de que no es posible que yo controle su voluntad y su mente. En la actualidad, cuando los pacientes llegan pidiéndome hipnosis porque saben que me dedico a esto, tengo que darme el tiempo para hacer estas aclaraciones. Lo que cambió radicalmente fue mi estilo de comunicación. Empecé a ver hacia el futuro más que hacia el pasado y a construir realidades incorporando las técnicas de sugestión a mi forma de hablar. Creo que en este momento hago hipnoterapia sin un trance formal con estados amplificados de conciencia, sugiriendo continuamente, evocando imágenes y sensaciones. Algunas veces también hago trances formales a los que me refiero como “ejercicios de imaginar”. En el caso que presento a continuación, ustedes podrán darse cuenta de todo esto. Los nombres que empleo son ficticios y algunos datos biográficos están alterados para salvaguardar la identidad de la paciente. Sharon es una mujer de 28 años que estudia pintura. Llegó diciéndome: “Siempre me busco hombres que me rechazan, que no me respetan y me lastiman. Mi pareja actual, Gonzalo, me puso los cuernos y estoy llena de rencor y de ideas obsesivas. No puedo dejar de pensar en eso. Cualquier fricción me lo recuerda. Estoy tan mal, tan llena de angustia que siento que me asfixio y no puedo respirar y, 173

sobre todo, no puedo ni separarme de él, ni dejar de pensar en eso. No soporto la soledad, nunca he podido estar sola, me angustio, me asfixio sólo de pensar que se va. No puedo estudiar ni pintar, ni buscar trabajo. Le tengo además mucha envidia porque él tiene dos posgrados y yo no. Me dan mucho coraje sus mentiras tan armadas, como las de mi mamá. A veces los confundo y ya no sé si el coraje es contra Gonzalo o contra mi mamá, o contra Carlos, mi primer marido, es como si todos fueran lo mismo”. Sobre Carlos, me dice: “Era mucho mayor que yo y lo tenía completamente idealizado. Era como un Dios para mí, que me enseñaba todo sobre la vida y me criticaba, yo era una escuincla tonta. Él hablaba de política, estaba en contra de la pequeña burguesía y de sus valores. Yo estaba enamorada de lo que creía que era él y me parece que él tampoco estaba enamorado de mí, sino de lo que quería que yo fuera. Y un día, el ídolo se hizo atole. Sentí como una puñalada cuando descubrí unos playboys que tenía escondidos, a pesar de sus críticas a lo pequeño burgués. Me casé con él a pesar de eso. Me sentía desgarrada. Era como si con la mitad de mi cuerpo lo amara idealizado y con la otra mitad rechazara al hombre de carne y hueso. Tuvimos unas sesiones de terapia de pareja y ahí el dolor se transformó en odio. La terapia acabó tomando café con la terapeuta y entré a psicoanálisis. En siete años y medio de psicoanálisis entendí todo lo que tenía que entender: que mi historia era una historia de mentiras en donde todos los hombres nos abandonaron. El abuelo dejó a la abuela cuando mi mamá y mi tía eran muy niñas y regresó viejo y alcohólico poco antes de morir, para que su mujer lo cuidara, y lo cuidó un tiempo, pero terminó internado en una granja psiquiátrica. Cuando esto sucedió, fue como si ya lo hubieran enterrado. Mi papá también nos abandonó pero durante 23 años me contaron que había muerto. Mi mamá y mi tía armaron una historia complicadísima digna de la mejor telenovela en la que mi papá era un noble inglés, y me registraron con un nombre y un apellido inglés, cuando ¡mira! soy tan prieta como cualquier mexicano. Bueno, pues según me decían era un noble inglés que en uno de sus viajes de negocios por tierras exóticas murió de una enfermedad tropical y, por supuesto, su familia aristócrata se quedó con la rica herencia que nos correspondía a mi madre y a mí. Me hicieron admirarlo y llorarle por 23 años hasta que por una indiscreción de mi tía supe quién era mi padre y que estaba 174

vivo. Lo fui a ver. Se conmovió al mirarme. Me dijo que nunca me reconoció porque dudaba de su paternidad. Me dio la impresión de que tal vez era homosexual. Estaba muy solo, bebía mucho. Yo lo visité varias veces”. En esa primera sesión hicimos entre las dos una lista de los puntos que sería importante trabajar y, al hacerlo, empecé a sugerir, entremezclando. Le pregunté: “¿Te parece bien en primer lugar ACABAR con la ANGUSTIA asfixiante que te molesta tanto? Cuando asintió, continué: “para esto, es necesario ECHAR FUERA todo ese RENCOR que sientes contra tu mamá, contra Carlos y contra Gonzalo. Y esto es muy fácil porque es un trabajo que tu RESPIRACIÓN realiza ESPONTÁNEAMENTE ya desde ahora. Siente tu respiración con todo detalle y fíjate cómo cada vez que inhalas, tu respiración integra, todo lo que te hace BIEN, poniendo CADA COSA EN SU LUGAR y fíjate cómo cuando exhalas, ECHA FUERA todo eso que si se quedara adentro te haría DAÑO: el bióxido de carbono, el RENCOR, la ANGUSTIA, todo lo que TIENE QUE SALIR. También ECHA fuera esas ideas obsesivas, que son el tercer punto que YA EMPEZAMOS, desde ahora, con tu respiración, a RESOLVER”. Ella agregó: “y la envidia”. “Y la ENVIDIA —repetí— es parte de todo eso que SALE a través de tu respiración. Y para que la ENVIDIA DESAPAREZCA en forma DEFINITIVA, es importante APRENDER que en este mundo las cosas no son o blancas o negras, sino que hay MUCHOS COLORES, que Carlos o Gonzalo o quien sea puede tener cosas buenas y TÚ TAMBIÉN, y los dos ESTAR BIEN, no es o tú o ellos, o todo o nada ¿te parece que éste sea el quinto punto? la envidia el cuarto y éste el quinto”. Asintió y continué: “a mí me parece que también es importante APRENDER a distinguir quién es quién y DIFERENCIAR entre mamá, Gonzalo, Carlos y tú, para que así sepas QUIÉN ES SHARON y qué quiere en la vida. ¿Sería el texto punto?” Estuvo de acuerdo. “Me parece que podríamos ver también qué tipo de RELACIÓN estableces CON LOS HOMBRES, y TRANSFORMARLA. Son siete puntos, pero para la próxima vez piensa si se te ocurre alguno más”. Quedamos en vernos semanalmente. El proceso duró 13 sesiones semanales que resumo a continuación y seis meses después, por un telefonazo supe que seguía bien y estaba por presentar su primera exposición. Antes de presentar el proceso terapéutico quisiera hacer algunos comentarios. 175

Desde el primer momento, empecé a sugerir cambio a través de la respiración. En este tipo de trabajo no hay que dar puntada sin hilo. Pase lo que pase, se haga lo que se haga, hay que utilizarlo ya para iniciar el cambio. Mientras, de acuerdo con mi sugestión, la angustia, el rencor, la envidia y las ideas obsesivas se empezaban a eliminar por la respiración, mientras se desencadenaba un proceso general de integración, podíamos empezar a trabajar con los otros puntos. A mí me es útil tener una lista de problemas para resolver, que son como puertas de entrada para otros tantos caminos. Si bien sabemos que en el inconsciente todo está interrelacionado y que cualquier cosa que cambie, cualquier nudo que se afloje y desamarre influye sobre la totalidad, cada uno de estos puntos es un hilito de donde empezar a jalar. Como pudo verse, no intenté hacer una historia clínica completa. Me concentré en definir el problema desde ella y desde mi punto de vista. De acuerdo con éste, le propuse varios puntos para trabajar. No quise hacer un diagnóstico formal. Lo que a mí me sirvió entender para organizar mis intervenciones fue lo siguiente. Parece que su familia de origen corresponde a lo que el grupo de Milán 1 denomina una “familia en transacción psicótica” y Maurizio Andolfi 2 una “familia rígida” , en donde se actúa “como si”, encubriendo la realidad o más bien mostrando una realidad y escondiendo otra. La que se muestra es la que “debe ser”, que no tiene mancha, la que se esconde es, por supuesto, “la manchada”. En estas familias no se ve a las personas tal cual son sino que se les confiere papeles: el marido que finalmente regresa a casa y la mujer que lo espera, pero como los locos no son bien vistos ahí y menos todavía los alcohólicos, el abuelo, una vez que cumplió con regresar, mejor se le entierra; la viuda pobre pero digna; el padre respetable y admirable que murió; etcétera, y las relaciones entre los miembros de la familia se dan en función de estos papeles. Por supuesto que los libretos son definidos e incambiables. Por eso a Sharon se le confundían las personas, no había aprendido a mirarlas ni a relacionarse con ellas como seres individuales y diferentes, todas estaban asimiladas a un mismo papel: el otro rechazante, que engaña y tiene todo, mientras ella no tiene nada. Además, ella, la mamá y la abuela, todas juntas, eran “las abandonadas”. A esto se suma que tenía vivencias de desintegración, se sentía dividida y no soportaba la soledad. 176

Segunda sesión Comentó al llegar que había estado más tranquila, pero algo “se le atora” y la pone muy nerviosa y llena de ansiedad. A partir del nerviosismo y la ansiedad, que sentía como “una sensación de vacío en el estómago, como si la apachurraran, como mariposas en el estómago y una opresión en el pecho, como si se lo aplastaran”, hicimos una regresión. Sharon describió de esta manera la escena adonde llegó: “me acabo de enojar con mi mamá, debo estar en kinder o en primero de Primaria, no sé si quiero algo que no me quiere dar... estoy haciendo un berrinche, gritando, llorando... dice que ya no me soporta y se va a la calle... me dice que ya no va a volver. Me siento enloquecer, corro a la cocina con mi abuela gritando, abro la ventana desesperada, la llamo y de todas maneras se va. Mi abuela trata de calmarme, me dice que mi mamá es así, que está medio loca, pero que sí me quiere. Estoy desesperada creyendo que no va a volver, jalando los barrotes... siento como si se me vaciara el estómago. Mi abuela me calma y me da algo de comer”. Le pido entonces que entre a la escena y sea la mamá que esa niñita necesita tener para crecer bien, SEGURA de ser QUERIDA por su mamá. Una vez que ella me dice que ya todo está bien, que la niñita está tranquila y contenta y que ya desaparecieron las sensaciones de nerviosismo y ansiedad, empiezo a contar hacia adelante para que la hija vaya creciendo, SEGURA, SANA, bien, abrazada de su mamá, la mamá que la QUIERE ya que es la mamá QUE NECESITA tener, hasta que las dos se funden en una sola Sharon.Al contar “diez” se ve en su casa, pintando, tranquila. Después del trance empieza a hablar del rencor que siente contra su mamá, su papá, Carlos y Gonzalo y cómo quisiera verlos sufrir. Su papá al menos ya sufre su soledad, Carlos está mal de salud, pero la enoja que se haya vuelto a casar y tenga una niña. Le recuerdo que aunque ella no se dé cuenta, su respiración está SACANDO el RENCOR y todo lo que si se quedara adentro le haría DAÑO, y que así ESTÁ APRENDIENDO que TODOS PUEDEN ESTAR BIEN, a estar ELLABIEN, independientemente de cómo estén los otros.

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Tercera sesión Llegó diciendo que se había sentido mal porque Gonzalo salió de la ciudad: “me dan ataques de soledad en cuanto se oscurece. Estoy intranquila como si algo fuera a suceder, como si fuera a estallar un globo allá afuera, pero lo suficientemente cerca para llegarlo a oír, o como si un florero fuera a quebrarse. Estoy solamente esperando una situación que me va a asustar mucho y entonces siento asfixia, falta de aire como cuando subo las escaleras, y jadeo para tomar el aire suficiente. Me sudan las manos y el estómago se me apachurra. En una época también me picaba la cabeza, tenía dermatitis seborreica”. A partir de estas sensaciones hicimos otra regresión contando de diez a uno. Al llegar al momento de origen del problema aparecieron varias escenas, que fuimos reconstruyendo una por una. Sharon las describió así: 1) “Tengo cinco o seis años y estoy viendo televisión en la sala, un programa de teatro que trata de una muchachita huérfana, que mandan a un orfelinato y ahí la hostigan las compañeras. Termina aventándose por la ventana. Tengo una sensación de asfixia y trato de controlar el llanto porque me da pena que los demás (mamá, tía y abuela) vean que lloro”. Le pedí que entrara nuevamente como la mamá de esa niña y que la hiciera sentir que la quería, que ella SÍ TENÍA una MAMÁ y justo la MAMÁ QUE NECESITABA tener. Ella entró en la escena, abrazó a la niña y le dijo que dejara de llorar para estar bonita, que ella era diferente porque sí tenía una mamá. Le habló y la abrazó hasta calmarla. 2) “Estoy enojada con mi mamá, no sé por qué y me está amenazando con pegarme... en el lapso entre la nalgada o el manazo y la amenaza, estoy llena de terror y angustia”. 3) “Hago un berrinche tan grueso que mi mamá me mete al agua fría y tengo las mismas sensaciones”. Sharon entró también a reconstruir estas escenas como la mamá de Sharon-niña, mientras yo sugería que estaba APRENDIENDO A QUERER y a SER QUERIDA. Cuando todo estuvo bien, se sentó a ver 178

televisión junto a ella. Estando ahí, recordó que tenía fobia a las mariposas negras, “una sensación de terror que me hace llorar. Cuando las veo, casi me desmayo”. Le sugerí entonces que dejara aparecer el símbolo de sus recursos internos para acabar con el miedo a las mariposas negras. En la pantalla de la televisión aparecieron una rosa roja en botón y la mariposa negra. Enseguida comentó angustiada “no las puedo juntar”. Le dije “no trates de hacer nada, solamente siente tu respiración con todo detalle, observa cómo tu respiración hace con ellas justo lo que es necesario hacer para que ese MIEDO a las mariposas DESAPAREZCA”. Enseguida comentó: “el botón ya se abrió grandotote y empieza a perseguir a la mariposa que huye... dan vueltas cada vez más rápido, ahora se ve como si fuera una cinta alrededor y al centro nada, como la ropa dentro de la lavadora... ahora van cada vez más lento... y la mariposa negra se convirtió en una de esas que llaman llamaradas, como las monarca, y está chupando la miel... y las dos aplaudimos contentas”. Nunca interpreté que la mariposa negra representaba a la madre temida, amenazante, que a través de las reconstrucciones de su historia y con la ayuda de la rosa, se transformó en una madre buena. Una vez que corroboré que habían desaparecido las sensaciones con que definió el ataque de soledad continué, contando ahora de uno a diez, mientras sugería que la historia se está reconstruyendo y que Sharon crecía SEGURA porque se sabía QUERIDA por su mamá Sharon, que estaba siempre con ella, DESDE ADENTRO, porque LAS DOS ERAN ahora UNA sola. Al llegar a diez se encontró en una reunión con amigos en donde había una mariposa negra y se sorprendió de que la miraba sin terror y con ganas de ir a ahuyentarla. Yo la animé a hacerlo sugiriendo: “ya PERDIÓ SU SIGNIFICADO y ahora es un simple animal feo como tantos otros”. Se paró y la espantó, y terminamos la sesión.

Cuarta sesión Durante la semana había estado pensando que su mamá también tenía cosas buenas y se sentía triste y culpable por tener tanto coraje contra ella: “ahora de grande, me comprende y me apoya en lo que quiero, con ella he podido llorar, me aguanta sin desmoronarse, me cuida y siempre me ha cuidado, cuando voy a su 179

casa me prepara la comida que me gusta y me teje suéteres. De niña me hacía ropa, me llevaba a clases de ballet, jugaba conmigo y era muy apapachadora, aunque tenía crisis de mucha depresión y de ahí salieron mis broncas”. En este momento, Sharon ya había empezado a deshacer el nudo de las dicotomías puesto que veía en su mamá lo bueno y lo malo. Estaba ya resolviendo el quinto punto de nuestra lista, al que llegó en forma indirecta a través de sus miedos, angustias y soledad. Comentó también que estuvo peleando con Gonzalo en una forma diferente. Él se fue de la casa y regresó días después desconcertado porque nunca la había visto así de segura y firme al discutir. Mientras él estuvo fuera salió con dos amigos y se dio cuenta con mucha claridad cómo empezaba a estar pendiente del que no le hacía caso y en cambio ni miraba al que la atendía. En ese momento cambió y empezó a platicar con este último y se sintió bien. Le comenté que estaba APRENDIENDO A SER QUERIDA y a querer a quien la trataba bien. Sin embargo, me dijo, con Gonzalo yo generé una situación conflictiva sin razón y así hago generalmente. Le propuse entonces que representara en una metáfora cuál era el problema de su relación con Gonzalo. Sharon describió así lo que apareció: “yo soy una fiera, como leona o pantera que está enfurecida desde siempre y hay un domador que me quiere dar latigazos y yo me le voy encima y me da otro más fuerte, y me tiro a matar”. Le propuse que observara cómo su respiración TRANSFORMABA esa escena EN la metáfora de una RELACIÓN SANA como ella quería tener, y enseguida me dijo: “me transformé de pantera en gatita de angora y me están acariciando de la cabeza a la cola, me está dando leche mi amigo Horacio (el nuevo amigo) y en otro momento es Gonzalo... los dos supercariñosos, contentos de verme, me agarran una patita y yo estoy tomando la leche muy tranquila. El traje de domador se convirtió en un pantalón de mezclilla y una camisa de cuadros”. Antes de terminar comentó que las noches que Gonzalo no estuvo en casa se durmió tranquila acompañada por su osito de peluche. Se decía “yo soy mi propia mamá y me voy a cuidar” y se preparaba leche caliente con miel como hacía su abuela cuando era niña y se repetía “con el osito no me va a pasar nada”. No tuvo ataques de soledad. 180

La siguiente sesión faltó sin avisar. Tal vez estaba cambiando muy rápido y se asustó. Necesitaba un poco de tiempo para recuperar el equilibrio.

Quinta sesión Cuando llegó me di cuenta que después de tanto cambio había dado un paso para atrás, cosa que sucede con bastante frecuencia. Cuando esto pasa comento que ésta es la forma habitual de cambiar en la vida: damos varios pasos para ADELANTE y luego alguno para atrás, pero enseguida volvemos a ir HACIA ADELANTE y que, de todos modos, nunca regresamos al punto de partida. Lo importante, señalo, es que la tendencia general sea a estar MEJOR. Además, cada paso para atrás es un indicador de que ahí hay todavía algo más que arreglar. Sharon me dijo: “estoy preocupada porque me siento entrando en un remolino de agua que me jala, aunque sólo meta un cabello. Desde el miércoles pasado que no vine, estoy muy acelerada: he vuelto a fumar marihuana, busco acostarme con quien sea y estoy bebiendo mucho.Además sigo enojada con Gonzalo”. Tradicionalmente se esperaría que el terapeuta, sorprendido por estas confesiones, se pusiera a investigar alrededor de la marihuana, el alcohol o la promiscuidad. Para mí lo importante era que ella veía esas conductas como negativas, como indicadores de un retroceso. Entendí desde la teoría que la presencia de Gonzalo correspondía a un “como si” estuviera acompañada. Al irse éste, ella buscó mantener este “como si” a través de la droga, el alcohol y la promiscuidad. Sin embargo, si en ese momento yo me ponía a investigar sobre los síntomas, perdía la oportunidad que me estaba ofreciendo de entrar a su inconsciente a través de la metáfora del remolino, que ella me describía tan vívidamente. Por eso, a boca de jarro, le pregunté: “¿cómo es ese remolino? míralo”. “Es como de agua turbia, como de río”, respondió. Sugerí entonces “observa cómo tu respiración hace aparecer un símbolo de tus RECURSOS internos para PARAR ese remolino, TRANSFORMARLO o HACER con él LO que sea NECESARIO, para que tú ESTÉS BIEN”. Apareció una pantera que se apoyó en sus patas traseras, metió las delanteras en el remolino y lo frenó. A continuación le pedí que me describiera 181

cómo sentía lo acelerado en el cuerpo y a partir de ahí hicimos otra regresión. Lo sentía como “dificultad al respirar, como si no me entrara aire a los pulmones, como que me tengo que mover, mover las manos y los brazos, siento miedo en toda esta parte desde el pecho hasta el abdomen y es como si convulsionara, como si el pecho se contrajera y se dilatara, siento también necesidad de tener algo en la boca, en los labios y en los dientes”. Al llegar a uno, Sharon me dijo: “tengo cuatro o cinco años, estoy en la sala de mi casa, llorando, mi mamá se fue a encerrar a su recámara. Mi abuela me está consolando con una mamila que me daban de grande con un chupón duro, era como una bomba, una supermamila y mi abuela me la da para que ya no llore... siento el sabor de la miel, eso me va calmando... quería una muñeca, la quería desesperadamente como si fuera la última oportunidad de tenerla”. Otra vez le pedí que entrara ahí como Sharon-Mamá y que hiciera lo que fuera necesario para que esa niña APRENDIERA A ESPERAR, para tener lo que necesitaba, le dije que tenía que darle SEGURIDAD de que ella siempre estaría ahí y de que siempre tendría lo que necesitara. Cuando la niña se tranquilizó, habían desaparecido todas las sensaciones molestas, excepto la necesidad de tener algo en la boca. Sugerí entonces mientras contaba de uno a diez para regresar al momento actual, “esa necesidad de tener algo en la boca CONTINÚA DESAPARECIENDO, a medida que la niña ESTÁ cada vez MÁS SEGURA internamente de que PUEDE ESPERAR y un poco más tarde TENER lo que quiere, puede incluso APRENDER A IMAGINAR y disfrutar que ya tiene lo que quiere”. Esto último alude a recuperar el viejo mecanismo que sirve de base al desarrollo de la capacidad de demorar la satisfacción y por el cual el bebé aprende a esperar el biberón un rato chupándose el dedo e imaginando que ya lo tiene.

Sexta sesión Había hablado con Gonzalo sobre la posibilidad de hacer una terapia de pareja. Él se negó y Sharon comentó que a pesar de que sintió cómo le subía la ira por el pecho al oír su negativa, no estalló como en otras ocasiones, y agregó: “creo que ha disminuido mucho el rencor que sentía contra él; de las ideas obsesivas y de la ansiedad 182

sólo me llegan flashazos de vez en cuando. Volví a dejar la marihuana y estoy bebiendo menos, pero todavía siento en los labios esa necesidad de tener algo y apoyarlo en los dientes”. A partir de esta sensación sugerí que apareciera el símbolo de ESO que producía esa necesidad. Aparecieron una mamila de bebé, con chupón aguadito y olor a leche y un volcán muy alto, con nieve en la cima y en erupción. El símbolo de sus recursos para transformarlos fue un crisantemo blanco. Con su respiración, el crisantemo empezó a dar vueltas alrededor del volcán, como bailando la danza del cascanueces y al hacerlo el volcán se enfriaba y se cubría de verde. Sugerí que toda la energía que ANTES servía para ESTALLAR, AHORA servía para CREAR VIDA y hacer crecer las plantas. El cráter se siguió cerrando hasta que sólo quedó un orificio chiquito, entonces, el crisantemo se bebió la leche y después se comió la mamila y la echó dentro del volcán. La flor se puso más blanca y más verde y su tallo y el volcán se llenaron de florecitas blancas de tres pétalos con centro amarillo como de yema de huevo. En sesiones anteriores, Sharon había reconstruido su historia entrando ella a ocupar el lugar de la madre que abandona, la madre amenazante y la madre que no da. A través de estos símbolos estaba ahora reconstruyendo e integrando las imágenes de la madre buena (mamila) y la madre amenazante (volcán) e internalizándolas, al ser ella el crisantemo.

Séptima sesión Contenta, comentó que estaba pintando mucho. La relación con Gonzalo estaba distante pero ella se sentía tranquila. Estaba conociendo gente nueva y quería trabajar en esta sesión el problema de su relación con los hombres y la agresividad que sentía hacia ellos, porque había un muchacho que le interesaba y la empezaba a buscar. Sharon describió así la metáfora que representaba ese problema: “son dos renos trabados que se están enfrentando”. Con la respiración... “ahora los renos están pastando y ponen una línea divisoria de su territorio, sin ventaja de uno ni de otro... ahora observan cómo pueden llegar a compartir algunos pedacitos de terreno”. Yo sugerí: “están APRENDIENDO a COMPARTIR, primero 183

están TRANQUILOS porque están separados, luego se observan y finalmente CONVIVEN y así APRENDEN a COMPARTIR”. Sharon continuó: “se observan en el agua y se ven muy parecidos, ambos son jefes de una manada... están contándose sus preocupaciones y se dan cuenta de que tienen más semejanzas que diferencias... uno conoce más de unas cosas y otro de otras. Se dan cuenta de que es absurdo dividir territorios porque es más fácil sobrevivir si se juntan las dos manadas para hacer frente a los lobos... se van cayendo cada vez mejor... no están de acuerdo sobre la mejor forma de protegerse de los lobos (sugiero: observa cómo APRENDEN a ARREGLAR sus DIFERENCIAS)... uno le explica a otro, pero sobre todo juegan con sus crías, nadan en el río, la pasan bien... son dos machos”. Ahí terminó el trance. Alguien podría preguntar por qué no promoví que los renos se convirtieran en hembra y macho antes de terminar el ejercicio. No lo hice porque ya se había dado un cambio importante y como lo que hacemos siempre es desencadenar procesos, damos por hecho que éstos continúan y así fue, en el siguiente ejercicio. Le propuse que dejara aparecer un símbolo que representara ESO que producía en ella la agresividad contra los hombres y apareció un animal con cuerpo de águila y cabeza de pantera. El símbolo de los recursos para transformar la ENERGÍA que ANTES producía la AGRESIVIDAD en FUERZA que AHORA tenía A SU SERVICIO, fue nuevamente una rosa roja. La rosa se acercó al animal y con su aroma lo calmó y lo durmió, a continuación lo empezó a acariciar y a cubrir transformándose ella en un capullo que lo envolvió. Sharon comentó “lo convirtió en una crisálida que todavía no sale, apenas se está transformando”. Terminamos el trance sugiriendo que esa transformación continuara durante el tiempo que fuera necesario.

Octava sesión Llegó contándome que terminó definitivamente con Gonzalo. La agredió, al criticarla en una reunión social y cuando ella quiso hablar con él sobre esto, se negó a escucharla. Sharon recordó entonces muchas otras agresiones semejantes que había recibido de él y, llorando, se las recordó y le pidió nuevamente que hicieran una terapia de pareja, él se negó. “Esta vez actué diferente —comenta Sharon—, sin berrinches, sin explotar, pude hablar y decirle lo que 184

sentía y pensaba. Él amenazó con irse, le dije que no lo detendría, en realidad quería que se fuera sin pleitos. Él no se iba, esperando que yo me quebrara, pero no fue así. Empecé a empacarle sus cosas (Gonzalo vivía en casa de ella) y cuando terminé le pedí que se fuera. No quería, lo tuve que correr. Cuando ya se fue me sentí muy bien aunque estaba temblando. Me puse a sentir mi respiración para que se fuera el miedo, y se fue, me decía: no va a pasar nada, eres capaz de estar sola, tiene que haber dolor, ¡ni modo...! y me calmé”. Pudo utilizar un recurso que aprendió en la terapia, la respiración, y no necesitó marihuana, ni cama, ni alcohol. “Al día siguiente me dije ahora sí estoy sola, puedo pensar en lo bueno y en lo malo de la relación con Gonzalo... y me gustó estar así. Estaba triste y tranquila. Lloré un rato, después fui al ballet con una amiga y platiqué con ella”. Sugerí que estaba empezando a APRENDER a escoger una PAREJA ADECUADA. “Estoy diferente, no busco galanes compulsivamente, no hago berrinches y no voy a caer en el juego de la relación con Gonzalo. No estoy esperando que vuelva a buscarme para recibirlo llorando y después pelear otra vez”.

Novena sesión Sharon entró diciéndome que estaba sorprendida de lo tranquila que había pasado la semana. Fue a una reunión en donde vio a Gonzalo enojado, observándola, y le dio miedo que la agrediera o que se acercara diciéndole que quería regresar, pero no pasó nada. Esa noche tuvo una pesadilla. “Soñé que me chupaba Drácula y me desperté diciéndome esto es un sueño, voy a transformarlo con la respiración como hago con Tere; Drácula es decente, si no lo invitan, no entra, y mientras yo no le abra la puerta, estoy a salvo del horror. Cerré los ojos, sentí la respiración como aquí y me paré de la cama (en el sueño) a cerrar la puerta y las ventanas para que Drácula no pudiera entrar. Después, me volví a dormir tranquila”. Fue un paso muy importante para Sharon haber incorporado ya como recurso para cambiar, lo que hacíamos en sesión. Esto, la forma en que manejó las cosas con Gonzalo y el hecho de que llevara ya dos semanas tranquila a pesar de haber terminado su relación y estar sola, fueron indicadores claros para mí de que el proceso terapéutico podría terminar pronto, porque su proceso interno iba 185

por buen camino. Ya habíamos desamarrado bastantes nudos y construido caminos con corazón a través de las metáforas. En esta ocasión quiso que trabajáramos una vez más sobre su forma de relacionarse con los hombres, “para no repetir la misma historia y elegir otra pareja inadecuada”. Propuse otra metáfora y apareció la siguiente: “soy una gallina, veo pasar un pollito feo y es como si me volcara a protegerlo, me digo pobre pollito, lo voy a cobijar bajo el ala... y resulta que el pollito no quiere la protección y empiezo a perseguirlo segura de que somos uno para el otro y a la fuerza lo pongo bajo el ala”. Le digo que observe cómo su respiración enseña a la gallina a relacionarse en una forma sana, diferente, y ella continúa: “pasan dos gallos negros, grandotes, elegantes, se acercan y quieren platicar conmigo, saben quién soy. Ya o me interesa el pollito, lo atiendo un poquito y me voy con los gallos que quieren que colaboremos todos juntos para hacer una nueva organización en el gallinero. Le digo al pollito que voy a ir a hacer cosas de grandes y que él no puede ir. Revisamos todo, los cajones que ya están sucios, discutimos si se debe cambiar diario la pajita o es mucho gasto. Me siento a gusto con los gallos que reconocen mis capacidades”. Le pido (y sugiero) que observe cómo AHORA ACTÚA DIFERENTE cuando pasa un pollito desprotegido. “Lo llevo con su mamá gallina, le puedo dar un poco de ternura pero ya no lo quiero retener. Un día me enamoré de un pollito así que inflé como Dios... Horacio es un gallo joven, no es pollito. Se preocupa de que sigo sin trabajo y me apoya”. En la metáfora de los renos, lo que aparecía como problema de su relación con los hombres era una simetría exacerbada y agresión. Ella se veía como macho. Éste era el problema aparente, abajo, estaba una relación de complementariedad en la que ella, gallina adulta, atrapaba y “protegía” a pollitos que después veía como Dios. Tanto Carlos como Gonzalo, dependían económicamente de ella, vivían en su casa y la explotaban.

Décima sesión Esta vez Sharon llegó con un problema que ya había manifestado desde la primera sesión y no habíamos trabajado directamente, la envidia. “Me enteré de que se casa un amigo mío y, aunque estoy 186

tranquila sin Gonzalo, se me retuerce el estómago de coraje porque él se casa y yo no. Siento mucha tensión en todo el cuerpo, ganas de agredir con las manos, ganas de enterrar las uñas, de apachurrar, de apretar”. Pregunté por la metáfora que representaba el problema de su relación envidiosa con los otros. Respondió: “veo venir corriendo un gladiador romano gigantesco que me va a pisar y yo soy como una hormiga”. Al sentir la respiración, comentó: “empiezo a crecer, como si me inflara y conforme se va acercando, veo que es agradable y guapo y que yo le simpatizo... empezamos a platicar”. Hasta ahora, habíamos trabajado con metáforas y símbolos, deshaciendo nudos, haciendo caminos, y con regresiones, reconstruyendo la historia. En este momento en que todo fluía ya con facilidad, empezamos a utilizar ensayos, para reafirmar el cambio. Le propuse que construyera la escena en donde se enteró de que su amigo se casaba, viviéndola AHORA en una forma nueva y DIFERENTE. Una vez que lo hubo logrado, continuamos ensayando con otras situaciones en donde ANTES tenía ENVIDIA y AHORA, todo eso que antes la hacía sentir ENVIDIA, AHORA la hacía sentir BIEN porque YA HABÍA CAMBIADO internamente lo que era necesario cambiar para que ella estuviera bien. En todas las escenas se sintió bien y dimos por hecho que ya la envidia había desaparecido. Parecerá muy fácil, y en realidad fue así, por todo el trabajo previo que habíamos hecho, por tantos nudos ya desatados, caminos que quedaron atrás y muchos más que se reconstruyeron y ahora avanzaban ya hacia adelante.

Onceava sesión Llegó sonriente, contando que se sentía tan tranquila, que hasta dejó de fumar. Está saliendo con Horacio y todo va bien, como con los renos y los gallos. Comenta: “así quiero estar... he estado arreglando diferencias viejas que tenía con varios amigos, como hicieron los renos y los gallos. Se me quitó la sensación de orfandad. El único problema que tengo ahora es que me molesta la relación entre mi abuela, mi mamá y mi tía; es una relación muy viciada y llena de rencor”. Para este momento, los grandes nudos en el nivel intrapsíquico estaban resueltos. Lo que Sharon comenta ahora corresponde más al 187

plano internacional. Para resolverlo, hicimos varios ensayos con los que se veía “APRENDIENDO A DISFRUTAR estar CON ELLAS, a pesar de que sean COMO SON”. Todo funcionó bien y terminamos la sesión. Se fue sonriente y tranquila como llegó.

Doceava sesión La mamá de Gonzalo le habló por teléfono para pedirle que volviera con él, porque estaba muy mal. Me dijo: “Estoy asustada porque cuando escuché a la señora, creo que una parte mía quería regresar con él aunque sé que me hace mal. Ya aprendí a estar sola, pero es como si esa parte mía estuviera encaprichada”. Le pedí que dejara aparecer una metáfora que representara esto que ella sentía y aparecieron dos, que Sharon describió así: 1) “Es un pajarito chiquito que apenas está empezando a volar. Quiere sacar una lombriz y no sale, es una raíz y entre más trabajo le cuesta, más se empecina en jalarla. Ya se lastimó el pico, en vez de ir a buscar lombrices a otro lado”. Cuando Sharon empezó a sentir su respiración, observó: “decido morder en vez de jalar y ya se dio cuenta de que no es lombriz, y ya la dejó. Aunque le daba miedo, empezó a hacer pininos en el aire. Está aprendiendo a volar y ya su perspectiva es más amplia. Se fue a orillas de un río sulfuroso, medicinal, y se está cuidando el pico: toma agua y pellizca cosas más suaves... poco a poco el pico y la lengua se van curando... cada vez está más contento. Sólo ha comido hierbitas e insectos que son más suaves. Está aprendiendo a reconocer las lombrices al verlas moverse y cuando ya está seguro, se abalanza sobre una. YA APRENDIÓ A VOLAR Y A DISTINGUIR ENTRE RAÍCES Y LOMBRICES (el entremezclado es de ella). Ya tiene

plumas grandes en las alas, mudó de plumaje. Ya es un pájaro adulto. Está buscando las varitas adecuadas para hacer su nidito... encontró otro pajarito”. 2) “Un obrero está con un mazo picando en una cantera y cada golpe le rebota y lo está lastimando, cimbrando todo su cuerpo, pero sigue con desesperación, en la necia; le sangran las manos por el esfuerzo. Está muy angustiado, se 188

siente impotente, pero en lugar de ir por otra herramienta, está en la necia”. Cuando empezó a sentir su respiración, el obrero... “llegó a un momento de agotamiento y se puso a pensar y recapacitó: yo no estoy fallando, lo que pasa es que esta herramienta no es para esta piedra. Se lava, se refresca, escoge un pico, trata y no puede y se dice: no estoy mal yo, sé golpearlo, pero esto es para una carga de dinamita. No se trata de desbaratarme en algo inútil, soy fuerte, tengo habilidades, destrezas... coloca las cargas explosivas en la cantidad adecuada, porque sabe usarlas... más tarde tendrá la oportunidad de demostrar que es fuerte, por ahora está comiendo, tranquilo, ya ni se acuerda de las lastimadas. Se le enfrían los músculos y empiezan a doler, entonces va a que lo curen en una clínica. Sabe que se tiene que curar. No va a poder trabajar mañana por haber estado en la necia. El doctor le dice que va a ver cómo evoluciona y que entre más se cuide, más pronto va a estar bien. Recuerda la lección de la cantera”. En las dos metáforas se ve claramente cómo Sharon resolvió su relación con Gonzalo: aprendió que no era para ella, dejó de lastimarse, voló la cantera (terminó la relación) con la carga de dinamita (agresión) adecuada, se curó y mientras lo hacía no se metió en ninguna otra relación (el pájaro sólo comió hierbitas y el obrero dejó para más tarde probar sus habilidades y ambos aprendieron de la experiencia). El pajarito creció y formó una pareja; el obrero sabía que era fuerte y capaz.

Treceava sesión Sharon llega contenta y diciendo: “he estado bien, vi a Gonzalo dos veces y me sentí tranquila, estoy saliendo con dos amigos, la relación con mi mamá está mejor... ya no vivo los malos momentos como fatales... me está gustando la soltería”. Concluimos que es el momento de terminar el proceso y le propongo para redondear todo, trabajar con la metáfora de un árbol. Esta idea la tomé de Daniel Araoz, quien comenta que A.M. Pelletier’s la propone para fortalecer 3 el Yo . En la actualidad la utilizo con bastante frecuencia para reforzar cualquier proceso de aprendizaje, crecimiento y cambio: 189

Con los ojos abiertos o cerrados, quiero que imagines un árbol GRANDE Y FUERTE, BONITO... puede ser cualquier árbol, lo que importa es que sea grande y bonito... ¿ya lo tienes ahí? fíjate en qué lugar está, si está solo o acompañado, qué hora del día o de la noche es... siente la temperatura de ese lugar sobre tu piel, mira los colores, las imágenes... acércate a él hasta estar bajo su sombra y desde ahí míralo... tócalo... huélelo... yo no sé cómo sea tu árbol, pero todos los árboles tienen raíces... unos las tienen bajo tierra y en otros una parte sale y se ve... las raíces sirven al árbol para sostenerlo FIRME y SEGURO en su lugar, a pesar de los vientos y las tempestades... con las raíces también el árbol TOMA de su alrededor LO QUE NECESITA para CRECER. Y eso que toma lo transforma en savia que sube por las raíces hasta el tronco, ese tronco con la savia se hace cada vez más grueso, MÁS FUERTE , porque el árbol está CONTINUAMENTE CRECIENDO, sin parar, aunque nadie se dé cuenta... si dejas de ver un árbol durante mucho tiempo puedes darte cuenta de todo lo que CRECIÓ... y ahora, si te acercas más al árbol y lo ves de cerca, si das la vuelta alrededor de él, mirándolo, podrás darte cuenta de cómo en su corteza hay HERIDAS que estás CICATRIZANDO o marcas que en otro tiempo fueron heridas... heridas que tal vez pusieron en peligro la vida del árbol, pero el árbol SOBREVIVIÓ y las HERIDAS CICATRIZARON y ahora son sólo recuerdos, ya SIN DOLOR de esos MALOS MOMENTOS que ya PASARON, y el árbol CRECIÓ y SE FORTALECIÓ con ellos... y las otras HERIDAS están ya CICATRIZANDO... y si ves para arriba, podrás darte cuenta de los diferentes verdes que tiene el follaje de ese árbol, verdes oscuros de hojas maduras, verdes claros y brillantes de hojas nuevas... porque el árbol está CONTINUAMENTE CAMBIANDO y renovando su follaje... seca y TIRA las hojas que ya NO SIRVEN y HACE CRECER NUEVAS, las que necesita en cada 190

momento... y seca y tira las hojas con toda tranquilidad, porque sabe que si las necesita las puede volver a hacer crecer... y si pones atención, tal vez puedas ver una hoja seca que cae mecida por el viento hasta el piso, donde tal vez haya más hojas secas... y las hojas secas caen al suelo y ahí se INTEGRAN a la tierra y sirven nuevamente de alimento al árbol que las transforma en savia para CRECER, para CICATRIZAR heridas, para sacar nuevas hojas y también para DAR FRUTOS... yo no sé qué clase de árbol sea el tuyo, pero los árboles que dan FRUTOS, tienen frutos que MADURAN, frutos que se quedan verdes y frutos que se pudren y caen... y los frutos que MADURAN, maduran gracias a que otros se quedaron verdes... y los frutos que se pudren y caen, también se INTEGRAN a la tierra y sirven nuevamente de alimento al árbol para CRECER... así ES LAVIDA, así es la Naturaleza, así son los árboles... y ahora respira profundamente el olor de tu árbol, déjalo que entre dentro de ti y te llene con cada respiración, tócalo, siéntelo, míralo, llénate con sus texturas, sus colores, sus formas y deja que SE INTEGRE a ti, siéntelo adentro... ¿YA TE DISTE CUENTA cómo se siente AGRADABLE en tu cuerpo, tener el árbol dentro y SER UNO con él?... este árbol es parte tuya desde ahora y para siempre, siempre CRECIENDO, siempre RENOVÁNDOSE, siempre DANDO FRUTOS, siempre CICATRIZANDO heridas, CON CADA RESPIRACIÓN... con cada respiración el árbol TOMA lo que le hace BIEN para vivir y hace CRECER NUEVAS HOJAS, y con cada respiración, el árbol también TIRA las HOJAS SECAS y los FRUTOS PODRIDOS, para que se REINTEGREN a la tierra y le sirvan nuevamente de alimento, CON CADA RESPIRACIÓN, cada vez que el aire pase a través de tu boca o de tu nariz, entrando o saliendo, con cada respiración y PARA SIEMPRE... y ahora, cuando quieras, puedes ir ABRIENDO LOS OJOS , y GUARDANDO dentro de ti todas las LINDAS SENSACIONES que tienes EN ESTE MOMENTO. 191

Ésta, como todas las metáforas, tiene sentidos universales que son los que destaqué a través de los entremezclados. Como todas las metáforas, el árbol evoca también significados que son relevantes para cada quién: para A.M. Pelletier’s que la creó, para Daniel que la retomó en su libro, para Sharon, para mí que la escribí, para cada persona que la escuche y para cada uno de los lectores... Sin más comentarios, dejemos que lo que hemos tomado cada uno hasta aquí, con nuestras propias raíces, nos haga CRECER, RENUEVE nuestro follaje, ayude a CICATRIZAR nuestras HERIDAS y siga DANDO FRUTOS CON CADARESPIRACIÓN.

Referenciasbibliogr áficas 1

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SELVINI-PALAZZOLI, Mara, Luigi BOSCOLO, Gianfranco CECCHIN y Giuliana PRATA, Paradoja y contraparadoja. Un nuevo modelo en la terapia de la familia a transacción esquizofrénica ,A.C.E.,Argentina, 1982, pp. 29-42. ANDOLFI, Maurizio, Detrás de la máscara familiar , Paidós, Argentina, 1984, pp. 15-27. Comunicación personal.

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TÉCNICAS concierto para cuatro cerebros en psicoterapia, quince años después, por Teresa Robles Te invitamos a que conozcas un libro ya clásico en español sobre psicoterapia ericksoniana, que es la referencia obligada, no sólo para los estudiosos del tema, sino para todo público interesado en conocer nuevas propuestas para mejorar su calidad de vida.

terapia cortada a la medida. Un seminario ericksoniano con Jeffrey K. Zeig, por Teresa Robles Trascripción del seminario impartido por el Dr. Jeffrey K. Zeig en la ciudad de México, que propone una comunicación más eficiente, cortando las intervenciones a la medida de cada paciente y envolviéndolas para regalo (conversación hipnótica).

la magia de nuestros disfraces, por Teresa Robles En este libro la autora muestra las bases teóricas que sostienen intervenciones ericksonianas,aparentementemuysimples.Estáescritodemaneraquenosllevaa reconocernosencadapárrafo,encadapáginayabrelaspuertasalcambio.

compartiendo experiencias de terapia con hipnosis, editado por Elizabeth Méndez Recopilación de nueve capítulos escritos por terapeutas ericksonianos latinos, de los cuales dos son de corte teórico y los siete restantes presentan técnicas originales que se pueden aplicar en distintos estilos de terapia.

hipnosis yterapia sexual , por DanielAraoz Este libro, establece un puente entre la terapia sexual y la hipnoterapia. Propone el concepto de autohipnosis negativa, así como un método para transformarla en positiva. El autor presenta su esquema de trabajo, junto con numerosas técnicas, fáciles de aplicar por cualquier terapeuta.

destrezas teatrales psicoterapéuticas, por Pedro H. Torres-Godoy con la colaboración de Mario J. Buchbinder y Elina Matoso A partir de una interesante experiencia con un grupo de actores, este práctico libro te enseñará cómo aprender amenos ejercicios que te

permitirán desarrollar habilidades teatrales que podrás utilizar en la terapia y en la vida diaria.

la psicoterapia, un proceso de autoconstrucción: I. los cimientos, por YolandaAguirre Primero de dos volúmenes. Un libro de texto sobre Epistemología constructivista y Teoría de Sistemas que ilustra las explicaciones racionales con cuentos, haciendo queellector aprendacon sus dos hemisferios cerebrales.

la psicoterapia, un proceso de autoconstrucción: II. la propuesta, por YolandaAguirre Este segundo tomo nos presenta una propuesta psicoterapéutica que utiliza la capacidad creadora que todo ser humano tiene, y la posibilidad de ponerla a nuestro servicio en la construcción de nuestro propio ser. jardineros, princesas y puerco espines, construyendo metáforas, por Consuelo Casula Este primer libro de la autora en español es un verdadero tratado sobre la metáfora, uno de los elementos esenciales del lenguaje hipnótico, para ser aplicada tanto en la psicoterapia como en la enseñanza. Los distintos lectores y estudiosos del lenguaje hipnótico, de la comunicación indirecta, encontrarán en este libro, justo lo que les interesa.

MANUALESERICKSONIANOSDE GRUPOS manual del grupo de crecimiento, por Teresa Robles El primero de una serie de manuales de técnicas ericksonianas para trabajar con grupos, escritos en forma tal que cualquier terapeuta puede aplicarlos. En cada capítulo se ofrece con conversación hipnótica una visiónoriginalsobreeltemaquetrataasícomoejercicios paratrabajarlo.

CASOSCLÍNICOS salir del túnel y olvidar, hipnosis ericksoniana con sintomatología psicótica, por Cinthia de Gortari Este libro muestra en cada sesión, cómo la actitud cercana, la mirada compasiva del terapeuta y las técnicas ericksonianas, pueden resolver problemáticas frentealas queotras psicoterapias semuestran escépticas.

ELIZABETH YMILTONH.ERICKSON homenaje a Elizabeth Moore Erickson, mujer extraordinaria, profesional, esposa, madre, compañera, por Marilia Baker

Te recomendamos este primer libro de la serie que se crea en conmemoración del padre de la terapia breve, la hipnosis moderna y de su compañera de vida. La obra nos muestra la contribución de Elizabeth a la obra del Dr. Erickson a través de la sinergia de una pareja que duró cerca de16 mildías, unotras otro.Publicado en inglés y español.

seminarios de introducción a la hipnosis, California 1958, por Milton H. Erickson Este seminario, dictado a un grupo de médicos en la época de madurez de su trabajo, muestra paso a paso su forma de hacer hipnosis. Es así un excelente punto de partida para principiantes, y aclara ideas a quienes ya trabajan con hipnosis. estrategias psicoterapéuticas de Milton H. Erickson, por Dan Short El autor propone una sistematización de las estrategias psicoterapéuticas del Dr. Erickson, ilustradas con casos clínicos. Se incluye un capítulo de la terapeuta italiana Consuelo Casula donde explica dos conceptos Esperanza y Resiliencia, que marcaron la obra del Dr. Erickson. Milton H. Erickson, un sanador americano, editado por Betty Alice Erickson y Bradford Keeney Es un honor y un placer contar con la publicación de este libro en español, porque además nos ofrece una visión diferente del Dr. Erickson. Una visión que propone que su trabajo era también espiritual. Y esto queda claro a través de las aportaciones de las personas más cercanas a él, y de sus amigos, discípulos y colaboradores.

NUEVOSPARADIGMASDE LACIENCIA tejiendo sueños yrealidades, aportaciones del paradigma holográfico a la psicoterapia ericksoniana , por Guillermina Krause La autora nos presenta en forma sencilla las últimas propuestas de la física cuántica para entender el Universo. Estas propuestas fascinantes, ofrecen una explicación a los cambios “milagrosos“ que se dan a través de la psicoterapia ericksoniana. Es un libro de interés general que nos lleva a expandir la conciencia.

AUTOAYUDA-Libros revisando el pasado para construir el futuro, por Teresa Robles A partir de elementos autobiográficos, la autora nos presenta en lenguaje cotidiano, conceptualizaciones teóricas, junto con sencillos

ejercicios de auto hipnosis. Lectores y lectoras se reconocen en estas páginas constando que, si bien somos únicos e individuales, en el fondo somos muy parecidos.

síndrome de pánico, una señal que nos despierta, por Sofía Bauer La autora menciona que el síndrome de pánico o crisis de angustia, es una señal que aparece para que cambies tu estilo de vida. Si escuchas su mensaje, puedes curarte. Ofrece ideas y ejercicios prácticos para disminuir la ansiedad. la granja de la esperanza, transformando las huellas de la vergüenza editado por Cecilia Fabre La vergüenza es universal y puede surgir a partir de distintas experiencias que generan una maraña de emociones. Este libro de cuentos terapéuticos para niños y grandes te ayudará a manejarla mejor. abriendo puertas con amor, caminos en la educación de los hijos y en la prevención de problemas futuros, por Angela Cota Guimarã es Mendonça y J.Augusto Mendonça Es un libro dirigido especialmente a los padres, psicólogos y educadores, donde a través de relatos sencillos, sobre temas universales, los autores ofrecen ejemplos prácticos y útiles de su vida para enfrentar situaciones de todos los días. guía de auto-preparación para el parto que sueñas tener, por Armelle Touyarot Este libro es una guía de auto-preparación para el acontecimiento “nacimiento” y está construido como un programa. El objetivo de la autora es que tengas una buena experiencia de tu parto utilizando la hipnosis ericksoniana. En la medida que vayas avanzando en su lectura podrás darte cuenta si responde a tus dudas, si tranquiliza tus miedos, si te da las herramientas que necesitas con el fin de sentirte lista para ese momento. Incluye un CD de audio con ejercicios de autohipnosis para ayudarte a entrar en el estado mental que necesitas para vivir tu parto como tú lo estás soñando tener.

Audio Y si quieres trabajar contigo mismo, evitar la terapia o salir de ella en poco tiempo, prueba nuestra serie de audio presentada en CD y en audiocinta. El CEM,atravésdeAlomEditores,promueveestaserieconejerciciossencillos, seguros,protegidos,para que puedas trabajar en casa.

recupera tu fuerza de vida, por Teresa Robles Es como un servicio general que todas las personas deberíamos hacernos de vez en cuando para estar bien en la vida, como hacemos servicio a nuestros coches y aparatos. música para entrar en contacto contigo producción Francisco Robles Dos versiones producidas a partir del Canon de Pachelbel, que te ayudan a entrar adentro de ti. Una, con instrumentos musicales mexicanos. Otra, con el sonido del mar y un sonido producido con diferentes cantos de sanación. Esta música es el fondo de los otros materiales de audio. Al escucharla, se reactivan y refuerzan los procesos desencadenados con los ejercicios que realizaste con ellos. Yo Soysanando, por Teresa Robles Estamos en nuestro lugar cuando disfrutamos la vida y tenemos paz interior. Yo Soy Sanando te ayuda a encontrar tu lugar, cumpliendo tu Misión, resolviendo las dificultades que encuentras en el camino y despertando tu Sabiduría Interior. escuchando mi cuerpo, mis emociones ymi espíritu, por Iris Corzo El ser humano es integral: es mente, cuerpo y espíritu. Si vivimos como un todo unificado, obtendremos la armonía. Esta grabación te invita a atender estos aspectos para favorecer tu bienestar. salud yenfermedad, por Iris Corzo Salud y enfermedad son partes de la vida. Este audio te invita a enfrentar la enfermedad de una manera diferente, participando activamente en tu curación, recuperando tu independencia y autonomía, utilizando tus recursos internos. para quererte tú a ti justo como necesitas, por Teresa Robles Aprendemos a mirar hacia fuera y olvidamos mirarnos a nosotros mismos. Dejamos de percibir las señales de nuestro cuerpo, tragamos nuestras emociones. Este CD te ayudará a reconocer tus emociones, escucharlas y digerirlas. Es ideal para personas que sufren de depresión, ansiedad y/o estrés. la herencia. música que desata imágenes producción Francisco Robles Esta música compuesta te lleva a entrar adentro de ti, desencadenando los procesos naturales que requieres en este momento de tu vida. Contiene una introducción de Teresa Robles para proteger el proceso y un final para facilitar que te pongas nuevamente en contacto con el mundo externo.

ejercicios de liberación de la energía negativa y el estrés, por Margarita Ramos Elorduy En este audio aprenderás ejercicios para manejar mejor tus emociones a través de golpecitos en distintas partes del cuerpo. Verás cómo puedes ponerlos en práctica desde el primer momento. para relacionarte mejor contigo ycon los demás, por Teresa Robles Si la vida es una escuela, las relaciones con los demás son la universidad. Este compacto constituye un servicio general a tus relaciones para ayudar a pasar al postgrado donde nos toca disfrutar la vida con paz interior. para volver a dormir como antes, por Montserrat Ramos Los sueños son parte de nuestros mecanismos para digerir las emociones que vamos acumulando día tras día. Cuando tenemos muchas indigestas, viene el insomnio. Este CD te ayudará a digerir las emociones viejas y nuevas de forma agradable y protegida mientras descansas y vuelves a dormir como antes. construye tu realidad y ayúdanos a construir un mundo mejor, por Teresa Robles Hoy en día, la Física Cuántica nos dice que el mundo que consideramos real es una proyección, algo como una ilusión y que nosotros construimos la realidad material. La construimos con nuestra intención, nuestro deseo y la imaginación. En este CD, aprenderás algo sobre estos temas, pero sobre todo te invitaremos a hacer un pacto entre tu parte humana y el Dios adentro de ti, para construir tu mundo a tu estilo y ayudarnos a, entre todos, construir un mundo mejor.

cuentos terapéuticos para chicos ygrandes, por Cecilia Fabre Los cuentos abren la puerta a una comprensión diferente de los problemas abriendo opciones más saludables para contactar con nuestras emociones y con nuestras experiencias de vida. Con este CD verás que los cuentos permiten que tanto adultos como niños se conecten con vivencias pasadas de una manera segura y protegida, poniendo a distancia los problemas mientras de manera cercana se resuelven, aprendiendo de ellos, cómoda y protegidamente.

para relacionarte mejor con tu cuerpo a través del ejercicio yla comida, por Teresa Robles Nuestro cuerpo es tan sabio que nos provoca hambre cuando le falta combustible y sed cuando necesita hidratarse. Y para que nunca dejemos de

alimentarnos, nos regala el disfrutar la comida. Cuando éramos chicos, disfrutábamos el ejercicio, que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien. Crecemos y mal aprendemos a comer a la hora de comer, a llevarnos a la boca cualquier cosa cuando tenemos hambre, que hay comidas sabrosas y otras obligatorias y que hacer ejercicio es una obligación. En este CD, recordarás cómo escuchar las señales de tu cuerpo y atenderlas para vivir con salud.

aprende autohipnosis, por Teresa Robles El Dr. Erickson decía que adentro de ti, de mí, está todo lo que necesitamos para resolver las dificultades que día a día la vida nos presenta para crecer: las grabaciones en nuestra mente inconsciente de nuestras experiencias de vida. Hoy día la Física Cuántica propone que toda la información del Universo está en cada una de sus partes, adentro de mí, la misma información que el mar, el sol, la luna y las estrellas. En este CD aprenderás a despertar esa Sabiduría Universal y a utilizarla conscientemente para resolver esas dificultades.

metáforas universales para el crecimiento personal, por Teresa Robles El Dr. Milton H. Erickson decía: la vida es dura, es injusta, el dolor existe, pero cómo la vivamos depende sólo de nosotros.A mí me gusta decir que la vida tiene de todo, también hay muy buenos momentos. Y si es injusta en nuestra contra, también es injusta a nuestro favor. La vida tiene de todo y siempre estamos creciendo como las plantas, los animales, como todo en este Universo.Este CD te ofrece en forma agradable, reflexiones y anécdotas que te ayudarán a disfrutar más esta vida, en los buenos y en los malos momentos.

para relacionarte mejor con tu cuerpo a través del ejercicio y la comida (para personas con diabetes e hipertensión), por Teresa Robles La diabetes es una enfermedad, pero también puede ser tu mejor amiga. Puede enseñarte a vivir saludablemente, cosa que muchas veces hemos olvidado. Nuestro cuerpo es tan sabio que nos provoca hambre cuando le falta combustible y sed cuando necesita hidratarse. Y para que nunca dejemos de alimentarnos, nos regala el disfrutar la comida. Cuando éramos chicos, disfrutábamos el ejercicio, que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien. Crecemos y mal aprendemos a comer a la hora de comer, a llevarnos a la boca cualquier cosa cuando tenemos hambre, que hay comidas sabrosas y otras obligatorias y que hacer ejercicio es una obligación. En este CD, recordarás cómo escuchar las señales de tu cuerpo y atenderlas para vivir con salud.

FASCÍCULOS textosselectos

abriendo puertas con amor, por Ángela Cota Guimarães Mendonça y J. Augusto Mendonça Los terapeutas ericksonianos sugieren y proponen a través de contar anécdotas de su vida. Este fascículo es una selección de textos dirigidos a maestros y padres de adolescentes, donde los autores narran sus experiencias como padres y como terapeutas.

manual del grupo de crecimiento, por Teresa Robles Asómate a este ameno fascículo que te encantará y en donde encontrarás una manera diferente de ver la vida, que corresponde a la manera de hacer psicoterapia que estamos construyendo en el Centro Ericksoniano de México, incorporando otros marcos de referencia. aprendiendo a caminar por la vida, por Teresa Robles Desde sus primeras páginas, este práctico fascículo te enseña, de manera segura y natural a utilizar los instrumentos necesarios, que de alguna forma ya conoces, y poderlos aplicar efectivamente en tu vida diaria.

ideasprácticas

para el manejo de conflictos yalgunas reflexiones, por Teresa Robles Es un texto que te invita a mirar y cambiar los aprendizajes que nos hacen competir por el primer lugar, tratar de ganar aplastando a los demás. Te enseña a colaborar en lugar de competir, a establecer negociaciones donde todos ganen y a entrar en contacto con tu Sabiduría Interior y la de los demás. para detectar y prevenir la anorexia y la bulimia entre tus seres queridos, porAdriana Barroso y Raúl D Ángelo La anorexia y la bulimia son padecimientos que pueden ser mortales y aparecen cada vez más y más temprano en nuestros adolescentes. Te invitamos a leer este fascículo que te ayudará a conocerlas y detectarlas con la ayuda del cuestionario que se incluye al final.

DICCIONARIOS diccionario breve en psicología: psicología activa, por Guillermo Flores Primer texto de la serie Diccionarios. Este sencillo y práctico texto

resulta un excelente apoyo para todo estudiante de la materia, así como para la gente interesada por conocer más sobre esta fascinante disciplina, ya que proporciona la definición de los términos más utilizados dentro del campo de la psicología.

TESTIMONIOS Victoria de las Mercedes, por Laura Elena Barrientos La biografía de una niña que, a pesar de graves errores y negligencia médicos, gracias a su extraordinario apego a la vida, la dedicación de sus padres y las “mercedes” de los amigos, ha salido victoriosa sobre diagnósticos derrotistas. voces abiertas al Amor, testimonios del Premio Nacional Victoria de las Mercedes l999, editado por Laura Elena Barrientos. Si te interesó el primer libro de esta serie, te cautivaremos con el segundo de la colección, en donde convergen veinte testimonios de vida, veinte vivencias y experiencias de seres humanos (cuidadores, familiares, discapacitados) que han aceptado el compromiso de vivir con orgullo y con valentía una existencia que la vida les deparó o que ellos eligieron como Misión.

HELIOS-VESTA

los maestros ascendidos escriben el libro de la vida Un texto de Metafìsica y para aquellos lectores que no comulgan con estas enseñanzas, es un bello cuento de hadas que, al leerlo, va abriendo puertas, estableciendo conexiones, acercándonos a una realidad y a una sabiduría diferentes, a través de un camino que va por rumbos distintos de la lógica racional.

encuentra tu misión, porAlicia Rodríguez La presidenta del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, organización no gubernamental de Naciones Unidas, nos relata cómo entró en contacto con este símbolo sagrado universal, así como su significado e importancia para el momento actual, para ayudar a generar la paz al interior de cada ser humano. tu alma gemela llamada Dios, por Ivonne Delaflor Es un libro que realmente produce cambios internos al leerse y al ejercitar sus diez visualizaciones prácticas. Representa el símbolo del nuevo movimiento espiritual: un despertar que se está dando en todas partes. Publicado en inglés y español.

tu alma gemela llamada Dios II, por Ivonne Delaflor Si te interesó el primer tomo, asómate a esta segunda obra en la que encontrarás pensamientos de amor a Dios, a la vida, con el recordatorio siempre positivo de que tú tienes la capacidad de elegir lo que quieras vivir. Publicado en inglés y español. la Maestría de la vida, co-creando una realidad de Amor, a través del poder del Compartir, por Ivonne Delaflor Tan interesante como sus obras anteriores, ésta es una recopilación en la Internet que la autora realizó de tres años de compartir experiencias con personas de diferentes tradiciones, lugares y religiones a través de un boletín inscrito en la Internet. transfórmate en Bandera de la Paz, claves para lograr ser una persona armónica y saludable, por medio del Símbolo de la Bandera de la Paz, porAlicia Rodríguez La presidenta del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, organización no gubernamental de Naciones Unidas, nos ofrece ideas prácticas y ejercicios para ayudarnos a ser una persona armónica y saludable utilizando el significado de paz que nos ofrece este Símbolo sagrado universal. en alas de LuzI, por Ronna Herman Este libro forma parte de una colección de cuatro libros que tratan sobre la esperanza. A través de sus páginas nos transmite mensajes sobre el amor: el amor a uno mismo, amor a la vida y cómo disfrutar de la experiencia de ser un ser humano potencialmente espiritual. El libro reafirma nuestra creencia en la unidad ya que sus mensajes nos ayudan a entender quiénes somos y cómo crear nuestra realidad perfecta, y ayudar a otros a hacer lo mismo, compartiendo la experiencia de la sabiduría y el amor.

LITERATURA el viaje yla luna, porAriel Sánchez Joven hacedor de audaces entreveros poéticos, Ariel Sánchez amalgama en un solo río tumultuoso ficción y realidad, lucidez apasionada y desgarramientos existenciales que asoman a honduras inexploradas del alma.

TITLESINENGLISH TECHNIQUES AConcert for Four Hemispheres in Psychotherapy by Teresa Robles If you want to know what it is the ericksonian psychotherapy, you can start reading this book. On it, Teresa Robles, Ph. D., shows us her own style to make therapy, in a simple language, clear and with many examples. As it happens with all her books, its reading takes you inside of you, something change and it makes you feel well. There Is Someone in There by Susana Carolusson This is a book about a perfectly healthy 23 year old who acquires a lifelong disability. It is about the greatest fear parents have concerning their children, that their child will be the victim of an accident and will be deprived of their ability to think, move, speak or do anything we associate with the ability to live a full life.

ELIZABETH & MILTONH.ERICKSON A Tribute to Elizabeth Moore Erickson, Colleague, Extraordinaire, Wife, Mother and Companion by Marilia Baker This book show us the contribution of Mrs. Elizabeth Moore Erickson to the work of his husband, Dr. Milton H. Erickson, through the synergy of a couple that spend together about 16,000 days, one after the other.

HELIOS-VESTA The Soulmate Called God, Vol. I by Ivonne Delaflor This book it is divided in five sections. In the first, named Inspirations, 54 poems are presented. The second contains nine creative visualization exercises. The third corresponds to a series of messages. The fourth contains affirmations of the Twin Soul and the last one, daily contemplations to inspire the hearth. The Soulmate Called God, Vol. II by Ivonne Delaflor In this book you will find love thoughts to God, to Life, with the reminder always positive that you have the capacity to choose what you want to live.

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Impreso en Vargas Impresores, S.A. de C.V. Francisco Fernández del Castillo Nº 2601 Delg. Benito Juárez 03500 México, D.F. Tels.: 5590-4442 y 5579-0019 1,000 ejemplares México, D.F., diciembre 2010

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