Conceptos, Principios y Funciones de La Orientación Profesional

February 9, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COSTA RICA

CARRERA DE ORIENTACIÓN ORIENTACIÓN PARA EL TRABAJO

ASESORAMIENTO

MARÍA BERNARDITA CALVO FUENTES MARCELA CAMPOS VALVERDE YESSICA ULATE CASTILLO

PROFESORA: SONIA ALPÍZAR CASTILLO

SEDE MORAVIA MAYO, 2015

Conceptos, principios y fundamentos de la Orientación Profesional

A continuación se desarrollan principios, características y un recorrido histórico sobre la Orientación vocacional como eje en el desarrollo a nivel profesional de los individuos.

Caracterización de la Orientación Vocacional La palabra “vocación” hace referencia al término “vocari” que quiere decir ser llamado, y se encuentra en los diccionarios como la “inclinación a cualquier estado, profesión o carrera”.

Su objetivo va, fundamentalmente, a preparar al sujeto, para lograr su madures vocacional más que a realizar simplemente una elección profesional; trata de ayudar al individuo a descubrir su proyecto de vida y a acepta la responsabilidad de continuarlo.

A diferencia de la Orientación profesional la cual tienen a ser más puntual y a incidir más sobre la actividad o profesión, la Orientación Vocacional tiene un carácter más procesual.

Caracterización a la elección profesional/vocacional Esta lleva una decisión implícita, y supone la existencia de opciones y la capacidad de elegir. Desde la teoría de “rasgos y factores” se hace hincapié en el objeto de la elección, profesión y en la adecuación individuo profesión. En las teorías del desarrollo, el objetivo se centra en el sujeto que realiza la elección y el modo en que esa elección tiene lugar, denominándola, elección vocacional.

Caracterización de la selección profesional Esta responde a la exigencia de tener que elegir al sujeto más capaz para desempeñar un determinado puesto de trabajo; la selección busca el mejor operario para cada puesto. Con esto, se realizan profesiogramas indicando el perfil del candidato que se demanda. Cabe destacar que la selección parte del “quehacer” para buscar el “ser” más idóneo mientras que la orientación parte del “ser” para llegar al “quehacer”, cobrando así un concepto esencialmente educativo o de formación.

Caracterización de la información profesional Se considera “todo dato válido acerca de puestos de trabajo, tareas y profesiones, que incluyan: deberes, requisitos de admisión, condiciones de trabajo, emolumentos, perspectivas, posibilidades de promoción y fuentes de información más completas”. (Rodríguez, 1999, citado por Sebastián, Rodríguez y Sánchez 2003).

Caracterización de la Educación/ Orientación para la carrera El movimiento surge en Estados Unidos alrededor de los años sesenta. Son una consecuencia de las teorías del desarrollo y se plantean la necesidad de vincular el sistema educativo al trabajo.

Algunas definiciones de Orientación Vocacional/Profesional

Para ello Sebastián, Rodríguez y Sánchez (2003), Realizan una recopilación cronológica de las definiciones que se han dado al respecto, para ello, se mencionarán algunas de ellas: 

1951: La Orientación Vocacional es un proceso mediante el cual se ayuda a una persona a desarrollar y aceptar una imagen copleta y adecuada de sí mismo y de su papel en el mundo laboral, a poner a prueba este concepto frente a la realidad

cotidiana y a convertirlo en una realidad para su satisfacción personal cotidiana y para beneficio de la sociedad. (Super, 1951). 

1983: “es un proceso de maduración y aprendizaje personal a través el cual se presta una ayuda al individuo para facilitarle la toma de decisiones vocacionales, con el objeto de que logre un óptimo de realización personal y de integración a través del mundo del trabajo. (Castaño, 1983).



1955: el proceso sistemático de ayuda, dirigida a todas las personas en período formativo, desempeño profesional y de tiempo libre, con la finalidad de desarrollar en ellas aquellas conductas vocacionales (tareas vocacionales) que le preparen para la vida adulta.

Desarrollo histórico de la Orientación

La Orientación, podría analizarse como un fenómeno antiguo, el cual, ha sufrido varias transformaciones que le fortalecen como disciplina científica. Sin embargo, no es posible hablar de la Orientación, sin trasladarse primeramente al pasado.

Según Rodríguez (1998) han existido tres grandes etapas que califican e identifican a la orientación profesional. En un primer momento, a finales del siglo XIX y principios del XX, se mantenía una connotación económica, social y pedagógica, mismas que debido a las diversas necesidades surgidas con la revolución industrial, se buscaba atender la nueva clase trabajadora. La Orientación se catalogaba como un puro proceso ligado a la oferta y demanda de servicios, donde no se tomaban en consideración aspectos esenciales del sujeto, personalidad, rasgos, entre otros; sino que trataba de adaptársele a determinado tipo de ocupación.

Posteriormente, a partir de los años cincuenta, se producen algunas variantes al concepto y visión de la orientación, brindándole un espacio al individuo, al autoconocimiento y nivelación entre el ser y la realidad ocupacional. Según Súper (1951) citado por Rodríguez (2008) “orientar profesionalmente es un proceso de ayuda al desarrollo de una persona para integrar el concepto de sí misma con el papel en el mundo del trabajo, con el fin de contrastarlo con la realidad y lograr satisfacciones

laborales y sociales” (p.15). Dicho concepto ejemplifica el cambio que mantenía a la orientación en crecimiento, tratando de adaptarse a las diversas modificaciones y requerimientos de los orientados.

Así, con el paso del tiempo surge la necesidad de que la Orientación se desarrolle de una forma más integral, compleja y más cercana a los modelos humanistas, vitales, socializadores, de previsión y de preparación de la persona hacia su futuro, de madurez para el cambio y de respeto a las diferencias; por lo que, en esta etapa es posible identificar como objeto de estudio de la Orientación, el sentido y planificación de la vida del ser humano, a lo largo de su ciclo vital. Agregando también que el profesional en orientación debe mantener una percepción integral del ser humano, como un sujeto capaz de vivir y sobresalir en su realidad.

Al respecto Isus (2008) indica:

En nuestra sociedad postindustrial la Orientación Profesional no sólo debe promover el conocimiento de sí mismo y del entorno laboral para hacer la primera elección profesional, sino que también debe promover actitudes, preparar para la sociedad cambiante, para las situaciones de desempleo; para las adaptaciones profesionales, para los cambios de ocupación y hasta de profesión (p.126).

Por lo tanto, la Orientación profesional, debe de evolucionar con forme trascurre la actualidad socio-cultural y personal. La capacidad de adaptación de la disciplina ante su realidad le provee de herramientas que le fortalecen en diversas áreas como la Orientación para el trabajo.

Orientación como disciplina

Con el transcurso de los años, la Orientación ha logrado avanzar y convertirse en una disciplina científica, donde se facilitan herramientas para el abordaje profesional en sus diversos contextos de desarrollo. Al respecto Guevara (2014) refiere:

[…] la Orientación como disciplina es concebida como el cuerpo de conocimientos teóricos, epistemológicos, principios, procesos metodológicos e instrumentales, que fundamentan la planificación, el diseño, la aplicación y la evaluación de las intervenciones profesionales, las cuales tienen como finalidad favorecer el desarrollo y el cambio positivo en las personas a lo largo de su vida, en los aspectos cognitivo, emocional, social, moral, vocacional profesional, laboral, familiar, entre otros (p.12).

Desde esta visión, existen estructuras definidas que conforman la disciplina de la Orientación, mismas que se han forjado ante el avance y la profesionalización de los procesos de abordaje de las diversas temáticas, en especial la comprensión del ser humano como un todo integrado. De este modo, se ve como la disciplina de la Orientación no se limita únicamente al trabajo en un área exclusiva; si no, que su alcance mejora en cada momento.

Según Bisquerra (1998) citado por Rodríguez (1993), como disciplina científica:

La Orientación puede definirse como el conjunto de conocimientos que permiten la aplicación tecnológica en el ámbito educativo de una serie de principios teóricos que facilitan el diseño, ejecución y evaluación de programas de intervención dirigidos a la producción de los cambios necesarios en la persona y en su contexto, a fin de lograr la plena autonomía y realización, tanto en su dimensión personal como social (p.67).

Por lo tanto, el profesional en Orientación debe mantener una percepción global del ser humano, como un sujeto capaz de vivir y sobresalir en su realidad. No es posible visualizar el trabajo del orientador ante diversas temáticas, sin dirigirse por algún concepto de esta disciplina que exprese sus verdaderos alcances y a la vez limitaciones.

Proceso conceptual de la disciplina

A través de los años, la conceptualización del término Orientación ha estado caracterizada por deficiencias e inconvenientes a la hora de establecer los parámetros asociados a las funciones, principios, objetivos, contextos de intervención y demás

elementos que se emplean en la disciplina. Al respecto, Vélaz (1998) citado por el Ministerio de Educación Español (2009, p. 33) menciona que esta confusión procede fundamentalmente de tres fuentes: 

La utilización de distintos adjetivos (vocacional, profesional, ocupacional, educativa, escolar, personal, etc.) para especificar el significado de la Orientación.



La utilización indistinta de términos conceptualmente diferentes (counseling y guidance) para referirse genéricamente a la intervención de los orientadores y las orientadoras.



La disparidad de funciones asignadas en cada momento a los y las profesionales de la orientación (diagnóstico, asesoramiento, terapia, consejo, enseñanza, etc.).

Por consiguiente, la Orientación ha sufrido un proceso donde es considerada por algunas entidades o profesionales como una disciplina, mientras que en otros momentos se le identifica como un agregado en el currículo. Es por esto, que se mencionarán algunos conceptos actuales de la disciplina de Orientación, buscando visualizarlos prioritariamente desde el contexto que compete al presente documento.

Ahora bien, de acuerdo con Bisquerra (1998) la Orientación es concebida como “un proceso de ayuda dirigido a todas las personas, a lo largo de toda la vida, con el objeto de potenciar el desarrollo de la personalidad integral” (p.16). De este modo, se visualiza a la Orientación como inmersa en las diversas etapas del desarrollo del ser humano y capaz de trabajar de una forma integral.

Aunado a lo anterior, Isus (2008, p.143) indica que:

-La Orientación Profesional debe de abarcar el ámbito del trabajo a lo largo de toda la vida. -El proceso de mediación que facilita el orientador debe iniciarse con la autoevaluación de las cualidades y potencial de cada persona.

Ante esto, la Orientación es visualizada como en ente que interviene en varios ámbitos del ser humano a lo largo de su desarrollo y no es posible separarla únicamente en subcategorías como la laboral u ocupacional, sin considerar la integralidad del sujeto.

Además se refleja como la Orientación esta provista de una serie de principios y procesos preestablecidos y validados a la hora de trabajar bajo esta disciplina, los cuales han evolucionado con el transcurso de los años; no obstante, su visión e importancia se mantienen en la actualidad y se desarrollaran a continuación.

Principios básicos de la Orientación

Según el Ministerio de Educación, Política Social y de Deportes (2009, p.35) donde se cita a Álvarez (1994); Rodríguez y Espinar (1993); Repetto, Rus y Puig (1994) y Martínez (2002) indican una serie de principios importantes de ser desarrollados en la Orientación como seguidamente se plasman.

El primer principio se refiere a que la prevención está basada en la necesidad de preparar a las personas para la superación de las diferentes crisis de desarrollo. Su objetivo es promocionar conductas saludables y competencias personales, como las relacionadas con la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, con el fin de evitar la aparición de problemas.

De esta manera, según Isus (2008) este principio consta de las siguientes características:

- Es proactiva (se produce antes de que aparezca el problema). - Es intencional y fundada en los conocimientos científicos sobre Orientación Profesional (enfoque evolutivo y cognitivo). - Restringe el riesgo de problemas de orientación en los miembros del grupo en que se interviene. - Modifica, siempre que sea posible, el contexto socio ambienta creador de situaciones conflictivas. - Dota a las personas de habilidades y competencias necesarias para enfrentarse con éxito a las situaciones de orientación profesional.

- Se fundamenta en procesar información de los determinantes personales (personalidad, actitudes, intereses…) y los determinantes sociales posibilidades de formación profesional, oferta laboral… (p.148).

En cuanto al segundo, se conoce como principio del desarrollo, el cual, trata de la intervención y proceso de acompañamiento del individuo durante su desarrollo, con la finalidad de lograr el máximo crecimiento de sus potencialidades. Desde el punto de vista madurativo se entiende el desarrollo como un proceso de crecimiento personal que lleva al sujeto a convertirse en un ser cada vez más complejo.

De igual forma, Isus (2008), menciona que en este nivel la Orientación profesional se caracteriza por:

Asumir el proceso de desarrollo a lo largo de toda la vida, estructurado en etapas o estadios madurativos. Considerar las etapas en función del desarrollo biológico, sin intervenir la experiencia del sujeto (Enfoque evolutivo). Contemplar las etapas en función de la capacidad de procesar la información y del desarrollo del pensamiento (Enfoque constructivista). Estimular el paso de un estadio a otro, a través de la consolidación de las habilidades propias de cada etapa, para enfrentarse mejor a la siguiente (p.149).

El tercer principio se presenta la intervención social, la cual se enfoca desde una perspectiva holística-sistémica de la Orientación, la que incluye condiciones ambientales y contextuales del individuo, ya que estas condiciones influyen en su toma de decisiones y en su desarrollo personal. Se considera el contexto como un elemento de referencia imprescindible de la acción orientadora.

En este caso Isus (2008), expone que este principio debe de enfocarse en descubrir, analizar e interpretar el proceso de interacción de las personas con su entorno, buscando el promover, elaborar y ejecutar intervenciones para la transformación del contexto, cuando sea posible, creando conciencia sobre los determinantes sociales que influyen en el proceso de desarrollo y los cambios tanto internos como externos en el sujeto. Lo anterior, se sintetiza en la búsqueda de la autorrealización y a la vez la

adaptación y equilibrio entre el contexto, la sociedad, la propia persona y su proyecto de vida.

Además, Sebastián, Rodríguez, y Sánchez, M. (2003), mencionan los principios más importantes de la Orientación profesional: 

Principio de prevención: preparación que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar una cosa. Este se subdivide en: 

Prevención primaria: Cuando los problemas no existen, se aplica para evitar que los alumnos actúen de manera inadecuada, así también abarca la comunidad, padres de familia y escuela. Se afirma que la prevención primaria es rentable y evita una inversión posterior para la solución de problemas.



Prevención Secundaria: Abarca el número o intensidad de casos ya ocurridos, por lo general relacionados con bajo rendimiento escolar, problemas familiares, problemas entre estudiantes. Posee un matiz terapéutico y aborda dimensiones de la conducta.

 

Prevención Terciaria: Es remedial y terapéutica.

Principio de desarrollo: Considera la Orientación profesional como un proceso continuo dirigido al desarrollo integral de las persona. Se busca facilitar el desarrollo personal, asumir y clarificar valores, posibilitar la toma de decisiones y solucionar las posibles crisis de los alumnos.



Principio de intervención social: denominado también ecológico, hace referencia al contexto del Orientado. Con este se debe tener en cuenta que: 

Se debe propiciar que todos los orientados pongan a prueba sus posibilidades, valores e intereses tomando contacto con la realidad.



Que los sujetos establezcan contacto con el mundo productivo, con las posibilidades de becas, ayudas y empleos.



Conviene evitar desde la institución educativa, las posibles discrepancias entre los objetivos y valores del individuo y la sociedad.

Áreas de intervención

Existen una serie de campos donde los profesionales en Orientación pueden intervenir, buscando el beneficio del orientado y el proceso como tal. Es así como Isus (2008, pp. 163-169) expone lo siguiente: 

Área situacional. Enseñar a ubicarse: para desarrollar esta habilidad, la persona necesita conocer sus principales determinantes personales en relación al contexto en donde vive, estudia o trabaja, analizando su entorno para luego evaluar su situación en la interrelación con el medio.



Área cognitiva. Enseñar a procesar la información: la importancia de determinar el estilo cognitivo y la forma en que la persona percibe, piensa y actúa, se constituye en una importante herramienta en la toma de decisiones. Además, se considera que los procesos de selección, identificación e interpretación de la información se pueden aprender y guiar al individuo de la mejor forma posible.



Área afectiva. Enseñar a sentir: en este apartado es necesario tomar en consideración lo relacionado con las emociones, intereses, valores, actitudes y sentimientos que determinan el comportamiento del ser humano. En la Orientación Profesional, interesan los aspectos relacionados con la inteligencia emocional inter e intrapersonal, lo cual, facilita o en caso negativo dificulta la toma de decisiones, motivación, relaciones interpersonales y demás áreas de desarrollo humano,



Área conativa. Enseñar a estructurarse: en esta área se evidencian todos los aspectos que la persona ha conseguido desarrollar, el aprendizaje y los resultados del proceso. Se comprende todos los aspectos del saber hacer, el conjunto de las funciones volitivas del impulso intencional, hasta llegar a la realización de la acción. Todo esto se asocia al aprendizaje constante y la incorporación de nuevos conocimientos que el sujeto debe de asimilar durante toda su vida y no únicamente en el transcurso de su preparación académica.

Funciones de la Orientación

Según Echeverría, Isus, Martínez y Sarasola (2008. pp. 152-160) las funciones en la Orientación Profesional, buscan reflejar el para qué de la disciplina, por lo que para su exploración se clasifican en dos grupos que se mencionaran seguidamente. 

Las funciones clásicas (se realizan desde sus inicios): en este apartado se encuentran las funciones de organización, planificación y evaluación del proceso orientador encaminado a: o Conocerse a sí mismo, donde mediante un proceso de evaluación o diagnóstico, el sujeto puede conocer cuáles son sus puntos fuertes y débiles, desarrollando estrategias para potenciar o en el caso necesario reducir los elementos inadecuados. o Conocer el entorno formativo y laboral o función de información, se proporciona al orientado información sobre elementos laborales, tendencias, requisitos, posibilidades o demás aspectos que requiera la persona. o Tomar decisiones, encaminadas no solamente al área vocacional, sino, a elementos generales del proyecto de vida y desarrollo de cada sujeto. o Promover la autorrealización o función educativa, se busca promover el desarrollo de las potencialidades del individuo en diversas áreas.



Las tendencias actuales (asociada a los cambios durante el proceso, valores, mundo del trabajo).

Este nivel guarda todas las funciones ligadas a los nuevos requerimientos de la sociedad y el individuo, en un mundo cambiante y en constante evolución, donde el profesional en Orientación debe de mantener una visión: Anticipadora de cambios,

introductora de nuevos valores, estimuladora del desarrollo regional y local, incentivadora de la colaboración, potenciadora de la igualdad social.

Por otro lado Sebastián, Rodríguez, y Sánchez (2003) mencionan las funciones de la Orientación Profesional clasificándolas de la siguiente manera: 

Función de ayuda o consejo para las personas, de forma individualizada, grupal y comunitaria, para que aprendan a discernir sus características personales y las oportunidades laborales y de tiempo libre que la sociedad les ofrece. La finalidad es que las personas elijan un trabajo o profesión y progresen adecuadamente a lo largo de la vida.



Función asesora: dirigida a todas las personas, para salir al paso de posibles desajustes y aplicación de medidas correctivas en caso de ser necesarias. Se insta en los centro a crear programas curriculares de orientación educativa y poblacional con servicios especializados.



Funciones diagnósticas y procesual: coordinadas y gestionadas por un profesional específicamente cualificado, el cual dará a conocer los datos de los sujetos orientados que aportan los programas estandarizados y los provenientes de los análisis individualizados que deben realizarse. Y para lo procesual, se refiere a los momentos de preparación y desarrollo.



Funciones informativa y formativa. Sobre la situación personal de los sujetos y del medio que los rodea, también sobre las posibilidades que la sociedad ofrece al orientado.



Función Socializadora.



Función Educativa: Debe enseñar a los sujetos a analizar sus características personales, los intereses, valores y a tomar decisiones. Debe estar integrada al currículo escolar y en colaboración con todos los agentes educativos y sociolaborales.



Funciones de evaluación e investigación, para evaluar la propia acción orientadora del profesional y de los orientados.

Modelos de Intervención en Orientación Profesional.

En cuanto a este tema, Sebastián, Rodríguez y Sánchez (2003) mencionan las siguientes: 

Modelo de Consejo (counseling) o clínico: Se emplea para aconsejar en la toma de decisiones, en situaciones de transición o ante un problema laboral o profesional, pues tiene como objetivo principal el satisface las necesidades de carácter personal, educativo y socio profesional de los sujetos. Su carácter es personalizado. Es importarte tenerlo en cuenta en situaciones como: dificultades de aprendizaje, orientación e información profesional individualizada, problemas emocionales, entre otros.



Modelo de Consulta: Es un modelo triangular (consultor, consultando, cliente), en donde se interviene de manera indirecta, entre un profesional que actúa de consultante para resolver una situación de una tercera persona. En los centros educativos se suele observar cuando un tutor o la familia del alumnado piden consejo al orientador del Centro o del Departamento de Orientación.



Modelo de Servicios: Se vincula a algún tipo de organización o estructura en los que se atienden determinadas necesidades de los sujetos, bien sean personas o estructurales. A semejanza de lo que ocurre en otros campos profesionales es el más extendido y mejor aceptado, puesto que se organiza para atender las solicitudes de sus miembros. Se caracteriza porque no tiene otros objetivos prefijados más que los de intervenir para dar respuesta al problema solicitado en una determinada circunstancia con un claro sentido remedial o reactivo, en unos

casos de forma individual (no se atiende a todos los alumnos sino a los que se muestran necesitados mediante: diagnóstico de problemas, detección de dificultades, trastornos, entre otros) y, en otros a través de atención al grupo (información puntual, apoyo al profesorado en asesoramiento de problemas, ayuda para el diagnóstico y evaluación). 

Modelo de Programas: El más reciente y basado en las teorías del desarrollo, supone considerar la orientación como una parte del proceso educativo. Es una acción sistemática, minuciosa planificada, dirigida hacia unas metas, como respuesta a las necesidades educativas. Además, constituye una parte integral de proceso educativo de cualquier centro.

La intervención por programas se sustenta en los principios de prevención, desarrollo e intervención social y en el carácter educativo de la Orientación. También, requiere la concreción de objetivos o competencias que deben adquirir los alumnos, en diferentes áreas, la concreción de actividades y estrategias para ayudar a los estudiantes al logro de sus metas, la consignación de los materiales a utilizar y la incorporación de profesionales competentes para diseñar programas y llevarlos a la práctica en donde pueda ocurrir una evaluación a lo largo del proceso.

La Orientación profesional desde la perspectiva no sexista

Hace algunos años los factores que incidían en la discriminación por género a la hora de optar por un trabajo o una profesión eran muchos. Es así como las actitudes personales y sociales ante el trabajo, en función del género generaban cambios importantes al proponer un planteamiento de la educación considerando que no fuese sexista, es decir, estudiando las actitudes de uno y otro género hacia el trabajo en general, dejando de lado, la concepción sobre la asignación de roles y funciones que siempre se habían considerado propios del hombre o de la mujer.

Para Rodríguez (1998) sobre el camino para erradicar la discriminación por género se debe estudiar con detenimiento los siguientes aspectos:

1. Hasta qué punto los valores y los fines sociales en una cultura determinada son esenciales para el desarrollo individual desde la perspectiva de género.

2. Conocer si la sociedad en que se enmarcan nuestras intervenciones orientadoras es democrática o autoritaria, capitalista o socialista.

3. El grado de alfabetización y distribución de hombres y mujeres en la educación.

4. Comprobar hasta qué punto la Orientación profesional de una cultura forma parte de los sistemas educativos, incluida la formación permanente.

5. Conocer cómo las normativas y costumbres sociales distribuyen los roles en la educación, en el trabajo y en la familia.

6. Cómo se prepara a los niños y niñas para el futuro laboral.

7. Cómo lucha la sociedad contra las barreras que pueden limitar el desarrollo profesional de las mujeres (p. 535).

Todos estos extremos, se deben analizar en un continuo proceso de revisión desde los niveles más grandes de la sociedad hasta un análisis profundo en el seno de las familias y a lo interior de los individuos para concientizar y erradicar cualquier acto que refuerce el desarrollo vocacional y profesional desde una perspectiva no sexista.

Aún en la actualidad, es común encontrar informes y estudios realizados por diferentes instancias como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras que al igual que Rodríguez (1998) destacan algunos elementos que por tradición han perjudicado a las mujeres en relación con los hombres sobre los beneficios y derechos laborales, entre los que destacan los siguientes:

La distribución ocupacional

Si bien es cierto, el incremento de las mujeres en el mundo del trabajo remunerado ha ido desde hace muchos años en aumento, este ha sido uno de los cambios sociales más dramáticos. Sin embargo, esto no ha eliminado la percepción de que existen trabajos solo para hombres y trabajos solo para mujeres. Rodríguez (1998) destaca que el “el problema es especialmente grave cuando se refiere a mujeres en inferioridad de condiciones…género y etnia interactúan, afectando el escalón socioeconómico”. A pesar de que los cambios han sido lentos no se puede negar que existen esfuerzos por eliminar estas barreras y favorecer el ingreso justo y equitativo tanto para hombres como para mujeres en el ámbito laboral.

El cambio en las pautas del trabajo y de la familia

Pese a que muchas mujeres se han incorporado al sector laboral, las funciones asignadas por la tradición y la sociedad con respecto a la familia, siguen vigentes. Es por esto, que la interrelación entre trabajo y familia afecta precisamente los roles de género, ya que la mujer entonces se desarrolla en dos áreas, mientras que los hombres, en muchos casos, se resisten a incorporarse a las tareas familias, relegando toda responsabilidad en las mujeres (Rodríguez, 1998).

No solo la forma en la que se distribuyen las ocupaciones y los roles laborales que ejerce la mujer generan ambientes de discriminación por género, en algunos escenarios, a la hora de ingresar en un trabajo pueden sufrir actos discriminatorios en los procesos de selección, los cuales Rodríguez (1998) divide en tres:

1.

Discriminación formal: Este se genera cuando un trabajo está vedado formalmente a un sexo o al otro o cuando el ser hombre o ser mujer no es cualificado de manera suficiente para conseguir un resultado exitoso en una tarea. En la actualidad, esta forma de discriminación prácticamente ha desaparecido.

2.

Discriminación informal: Se presenta como un trato diferenciado hacia una persona basado en su condición de género más que en características o habilidades relacionadas objetivamente con un trabajo. Es una práctica que en la actualidad sigue muy vigente, principalmente en los procesos de selección y compensación laboral.

3.

Discriminación inadvertida: Conocida también como disimulada se puede dar en los instrumentos diagnósticos (tests) y en las normativas para conseguir un trabajo que ya están dispuestos para que los superen uno de los dos géneros.

Además, de estas formas de discriminación presentes en los procesos de reclutamiento y selección de personal, a nivel de programas de estudio de acuerdo a Espín et al., (1995) citado por Rodríguez (1998, p. 539) indica que “se ha comprobado que existen actitudes sesgadas en los mismos orientadores/as”, produciendo algunas consecuencias derivadas del estereotipo de género. Cabe aclarar, que muchas de estas consecuencias propuestas por la autora, en la sociedad actual se evidencian que se han ido superando y tratando de generar un cambio al respecto. Entre estas destacan las bajas expectativas de éxito que puedan tener la mujeres al subestimar sus aptitudes aunado a la poca confianza en la propia capacidad para cursar carreras no tradicionales enfocándose principalmente en la relación de ayuda con otros, asimismo, el conflicto de roles que pueda desencadenar al dejar tareas tradicionales en el hogar, como el cuido de los hijos, para asumir funciones nuevas fuera del hogar.

Así como se ha logrado desarrollar estrategias para ir erradicando este tipo de discriminación, Rodríguez (1998) manifiesta que existen esfuerzos realizados desde la Orientación profesional para promover un cambio dinámico, no solo en las instituciones escolares y empresariales, sino también en el seno de la sociedad, es así como asevera que “el papel de agente social de cambio no puede substraerse de la Orientación directa a hombres y mujeres que son el objeto primero de dicha Orientación” (p. 541). Se establece además, que la proporción y la naturaleza del cambio dependerán de factores como el contexto cultural, la pertenencia o no a países desarrollados, la historial social del país, entre otros aspectos, que deben someterse a análisis para generar propuestas

como las que se detallan a continuación, mismas que han sido plateadas por Rodríguez (1999).

Medidas de Orientación y de información profesional

Promover en las mujeres la variedad de la elección profesional a través de procesos de Orientación escolar y profesional, así como, proveer de información ocupacional para despertar interés sobre otras carreras del mundo laboral y dotarles de herramientas para que exploren sobre estas. Además, de la eliminación de diferencias de hecho entre hombres y mujeres, se propone incluir módulos de educación no sexista en la enseñanza de la secundaria.

Medidas académicas y formativas.

En cuanto a estas medidas, se visualiza generar espacios de formación para las mujeres en perfiles profesionales de nuevas competencias con el objetivo de cualificar la presencia femenina en campos laborales no tradicionales para ellas.

Acciones positivas recomendadas.

Las acciones positivas se plantean con el propósito de incidir en las políticas de igualdad de oportunidades para todas las personas además de crear programas para desarrollar en el colectivo de mujeres el sentido de autonomía a través del trabajo.

Medidas desde los medios de comunicación.

Plantear estrategias de comunicación que ayuden a modificar la imagen de la mujer hacia una imagen corporativa, no tradicional, en puestos que por lo general ocupan los hombres.

Referencias

Echeverría, B., Isus, S., Martínez, M. y Sarasola, L. (2008). Orientación Profesional. Barcelona, España: UOC.

Ministerio de Educación, Política Social y de Deporte. (2009). Orientación Educativa: fundamentos teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas. España: Edita la secretaria general de información y publicaciones Orientación educativa. Barcelona: PPU

Rodríguez, M. (1998). La Orientación Profesional. Barcelona: Ariel.

Sebastián, A., Rodríguez, M. y Sánchez, M. (2003). Orientación Profesional, un proceso a lo largo de la vida. Madrid, España: Editorial DYKINSON, S.L.

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