Con Amor Se Enseña Mejor: Propuestas Para Docentes de Hoy - Cristina Gutiérrez & Cecilia García Huidobro & Eliana Condemarín

September 13, 2017 | Author: Libros Catolicos | Category: Self-Improvement, Emotions, Teachers, Feeling, Learning
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Descripción: Con Amor Se Enseña Mejor: Propuestas Para Docentes de Hoy - Cristina Gutiérrez & Cecilia García Huidobr...

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Con amor se enseña mejor

© Eliana Condemarín Cecilia García-Huidobro María Cristina Gutiérrez © Ediciones Universidad Alberto Hurtado Santiago de Chile Primera edición: abril de 2009 Segunda edición: marzo de 2011 ISBN: 978-956-8421-22-9 eISBN 978-956-9320-04-0 Registro de propiedad intelectual N°179282

Dirección editorial Alejandra Stevenson Editora ejecutiva Beatriz García Huidobro Diseño, diagramación e ilustraciones Paulina Veloso Imagen de la portada Susana Ruiz Pizarro Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.

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ÍNDICE PRÓLOGO PRESENTACIÓN PRINCIPIOS DIDÁCTICOS CLAVES PARA SER UN DOCENTE EXITOSO Cualidades y habilidades del que enseña Vínculo, mediación y resiliencia Sentimientos y emociones en el actuar pedagógico Vocación Habilidades sociales Algunos alcances en educación Asertividad Autoestima Autoestima del estudiante Autoestima del docente Valores Tipo de valores Valores pedagógicos Ejercer la autoridad Dominio de la disciplina Disciplina en el hogar y ejercicio de la disciplina Las normas en la familia y en la escuela son una fuente de bienestar Tiempo de espera o Tiempo Perdido 5

Planificación, organización del tiempo y manejo del currículum Manejo del currículum Estrategias para ser un buen docente CONOCIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES Características por edad Estudiantes de primero a quinto básico Estudiantes de sexto a octavo básico Estudiantes de educación media Valores a enseñar según edad Distintos tipos de estudiantes El estudiante creativo El estudiante con dificultades sociales, emocionales y conductuales Niños depresivos Niños ansiosos Niños oposicionistas Niños con desajuste social El estudiante competitivo El estudiante con déficit atencional El estudiante con trastornos específicos de aprendizaje HERRAMIENTAS Lectura: mediación y motivación Corrección de pruebas como evaluación formativa Entrevistas Trabajo escolar en casa Tareas Trabajos de investigación Mensajes positivos para una buena comunicación Pauta de auto evaluación y reflexión para el docente

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DEFINICIONES BIBLIOGRAFÍA

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PRÓLOGO Enseñar es, sin duda, una tarea gratificante pero difícil y demandante ya que para ejercerla no basta saber qué enseñar, sino que es necesario saber cómo enseñar y cómo vincularse con los niños y sus familias para ayudarlos en la tarea de convertirse en las mejores personas posibles. Si hay una profesión que requiere de inteligencia emocional para ser realizada es la docencia, en cualquier de los niveles educacionales en que se desarrolle. Un buen docente requiere adaptarse a las características de sus estudiantes de tal modo que pueda motivarlos a aprender y a crecer emocionalmente. Conocer a los estudiantes implica focalizarse en sus necesidades y conectarse con las emociones que experimentan, sincronizándose con ellas. El libro Con amor se enseña mejor está dirigido al cómo enseñar, de manera que se obtenga un impacto positivo. Ya desde el título de la obra, las autoras -que han trabajado largo tiempo en el sistema educacional en diferentes funciones- dan cuenta de los factores que ellas consideran esenciales para tener éxito en la tarea de enseñar. A partir de la imagen del buen pastor, en el texto se van describiendo y analizando los factores que se consideran esenciales para lograr una vinculación profesor-estudiante, que sea fortalecedora para el desarrollo personal. El tema de la enseñanza-aprendizaje está abordado tanto desde la perspectiva de los estudiantes, como de las características que definen un perfil docente que favorezca la relación con el estudiante. En relación al perfil necesario para realizar la función docente se enumeran y analizan las cualidades y habilidades que requiere un docente, desde cuatro tareas descritas como esenciales. Ellas son: Conocer a los estudiantes; Comprenderlos desde una perspectiva empática; Cuidarlos, estando atento a sus problemas, riesgos y necesidades; y la tarea de Conducirlos para que establezcan una relación sólida y consistente entre el mundo y sus valores personales. En el área de la perspectiva de los estudiantes se describen las características principales que ellos poseen en las diferentes etapas del desarrollo, así como algunos de los trastornos cognitivos y emocionales que pueden afectar su rendimiento académico y su bienestar emocional. Especialmente interesante es la clasificación de los valores en función de la relevancia se debería dársele a unos y otros según la edad de los estudiantes, de modo que estos énfasis sean una real ayuda en el crecimiento emocional y en la formación ética de niños y jóvenes. En relación a la perspectiva del análisis de las competencias docentes, destacan las estrategias que se derivan de las tareas propuestas como esenciales y específicas. Ellas son las conductas observables en los profesores que reflejan la presencia de emociones 8

positivas de ellos hacia sus estudiantes. Las descripciones realizadas por las autoras pueden favorecer la auto evaluación y reflexión de los docentes acerca de su labor, constituyendo la posibilidad de que se establezca un material de apoyo a grupos de reflexión pedagógica en las unidades educativas, y que también pueda ser utilizado en la etapa de formación inicial de profesores como herramienta para evaluar si los universitarios del ámbito de la educación poseen verdadera vocación para la enseñanza, a la vez que clarifiquen cuál será su misión y cuáles serán las competencias que necesitarán para desarrollar en forma efectiva su futuro rol de educadores. Un tema que cruza transversalmente el libro es el papel que juegan los valores en la tarea educativa, el que además se encuentra específicamente detallado en los valores pedagógicos que debiera trasmitir el docente y la educación en general. Se hace referencia a diversas modalidades que pueden ser utilizadas en la transmisión de valores, yendo desde la evaluación de los valores hasta la formulación de propuestas de trabajo con los estudiantes, destinadas a promover la formación de ellos. En la descripción del problema de la enseñanza desde la perspectiva del estudiante, se percibe la influencia de la formación de postgrado de las autoras, quienes, junto con poseer estudios en el área de la educación especial, han tenido un desarrollo profesional relevante en este campo. Se entregan estrategias de manejo que ayudarán a los profesores a enfrentar las conductas desadaptativas más frecuentes dentro del sistema escolar: la hiperactividad, la distractibilidad, la conducta oposicionista, la conducta agresiva y la conducta evitativa, entre otras. El libro ofrece a los profesores una serie de herramientas destinadas a planificar, organizar y optimizar el tiempo, obteniéndose un uso eficiente de éste aplicado al currículum. En el capítulo sobre herramientas se analizan diferentes recursos que pueden ser utilizados para enriquecer la labor pedagógica, se dan orientaciones útiles acerca de la relación familia escuela, sobre la comunicación con los estudiantes, y se aborda en lo esencial temas siempre complejos como suelen serlo las tareas y los hábitos de estudio. Este libro constituye una recopilación de antecedentes que incluye un amplio rango de las principales tareas que supone el enseñar, sustentándose en un modelo donde el compromiso con los estudiantes se halla siempre presente en la interacción pedagógica, tanto en su acción cotidiana como en el largo plazo. En síntesis, el texto se erige como un significativo aporte y un estímulo para la práctica docente. Neva Milicic M. Psicóloga Ph.D.

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Dedicado a nuestros hijos que, siendo padres, tienen la difícil tarea de educar.

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PRESENTACIÓN Al escribir este libro, hemos pensado en recopilar actitudes y conductas mediante las cuales un docente logra entusiasmar y motivar al estudiante para que quiera tener más conocimiento, ampliar su visión, aprender nuevas cosas, explorar el mundo en todas las áreas, desde las personales, sociales, comunitarias, históricas, sicológicas, humanas, hasta las áreas de las ciencias, de la matemática, de la tecnología o de la investigación. La mayoría de las personas del país coincide en qué y porqué educar, cuáles son los objetivos y contenidos de la educación y coinciden también, en la preocupación por la crisis observada en ella, una crisis de resultados donde no se logran los mínimos estándares de calidad y equidad que la sociedad desea y necesita. Mucho se ha escrito sobre que “los estudiantes se aburren en la sala de clase” porque el mundo al interior de los colegios nada tiene que ver con el mundo externo. ¿Cómo revertir esta situación? ¿Cómo hacer la educación útil, alegre y entretenida? Estas y muchas otras preguntas se hacen los educadores inquietos, los investigadores en educación y la gente común, que ven cómo esta crisis está afectando a la sociedad toda, en el presente y fundamentalmente para el futuro. Ya en la antigüedad, en Grecia o en el Imperio Romano, en los escritos de Séneca o de Aristóteles -siendo tutor de Alejandro Magno- se preguntaban las mismas cosas y se daban algunas ideas para alcanzar el éxito. Actualmente, en el cine hay películas que se refieren al tema del maestro o de personas que han acompañado y guiado a otros hasta que ellos alcancen sus propias metas. Por diversas que sean sus historias y formatos, en todas ellas los maestros que aparecen tienen algo en común que quisiéramos destacar como actitudes valiosas para llegar a ser un buen docente, maestro, guía, mediador y educador. Para todas las religiones la imagen del Buen Pastor del Evangelio, es un buen ejemplo de cómo debe ser un gran maestro, conductor y guía de su “rebaño”, donde las grandes tareas se concentran en conocer al que se guía, en comprenderlo, cuidarlo y conducirlo. Cuatro C que consideramos fundamentales en la tarea del Educador: Conocer: es considerar los antecedentes íntimos y personales que hacen de cada ser humano una persona única, original e irrepetible. Comprender: es ponerse en el lugar del otro, y desde ahí levantar juntos la mirada. Cuidar: es proteger en todo momento ese tesoro tan valioso que encierra cada ser en su dimensión cognitiva, afectiva, espiritual y psíquica, como también en su dimensión 12

individual, personal, social, comunitaria. Conducir: es guiar, acompañar, mostrar; llevar al estudiante a las metas e ideales que aspire alcanzar. Existen estudios que señalan que, independientemente de la metodología que se emplee, el entusiasmo, la vocación, la alegría de profesor o profesora al entregar su materia y la actitud positiva frente a la vida, son los factores que más influyen en el éxito del aprendizaje de los estudiantes. (Cassasus, 2003) Entendemos que la calidad de la Educación, pasa por un docente no solamente experto, maduro y que entrega contenidos informativos e instrumentales, sino por un pedagogo con una adecuada autoestima, con vocación, emocionalmente sano, con habilidades sociales desarrolladas que pueda abordar los valores, el juicio crítico, la responsabilidad, las emociones, la tolerancia, etc., facilitando así la formación de niños independientes, creativos; niños con ganas de seguir aprendiendo, con valores morales, éticos, sociales y afectivos. Debe considerar, como lo plantea Gladys Jadue (1996), que la familia ha cambiado y se ha incrementado la condición de niños en “riesgo social”, para los cuales la escuela debe tener mecanismos protectores a través de profesores dispuestos a efectuar talleres y tener mayor comunicación con la familia. No queremos pensar que la tarea de aprender solo depende del docente. Tenemos el resultado de la PSU 2005 donde solamente un estudiante alcanzó los puntajes más altos en las pruebas, habiendo por lo menos 30 estudiantes más en ese curso con esos mismos profesores, que no obtuvieron buenos resultados. Esto nos recuerda los factores de éxito que intervienen en el aprendizaje escolar donde encontramos múltiples variables para un eficaz desempeño. Nos cuestionamos la motivación y conducta del docente, su actitud, su vocación, sus sueños y sus expectativas frente al estudiante. Creemos que profesores motivados por un gran ideal, por el sueño de formar personas capaces de desarrollar el potencial de cada estudiante que se les ha confiado, pueden lograr entusiasmar y abrir un mundo nuevo a niños y jóvenes. Queremos enfatizar también la excelencia académica del docente que incluye ser experto en su tema, manejar con la mayor eficiencia la metodología de enseñanza respectiva, estar dispuesto a seguir perfeccionándose y mantenerse al día con las investigaciones. Estos no son temas nuevos y a veces por obvios se callan y por callados se olvidan. Por eso quisiéramos retomar la discusión en torno a las condiciones para ser un buen docente, entendiendo por ello aquél que acompaña y guía el caminar de los estudiantes.

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Al analizar la realidad de la educación en nuestro país desde el punto de vista de diferentes autores, proponemos en este libro estrategias que sirvan para lograr ser un “profesor o profesora como lo desean los estudiantes”, según las encuestas. Con afecto, las autoras

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“Educar es llenar de Sol la vida de los demás”. San Alberto Hurtado

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PRINCIPIOS DIDÁCTICOS Sean cuales fueran los métodos y las técnicas de enseñanza, y sea cual fuere la teoría en que se inspiran, estos deben adherirse a algunos principios que resultan lugares comunes, si se tiene en cuenta la madurez pedagógica alcanzada hasta hoy. Es posible que mañana las perspectivas sean otras y estas normas deberán, entonces, ser adaptadas. A esas normas generales, a las que todos los métodos y técnicas de enseñanza deben atenerse, se les da el nombre de principios didácticos. Se presentan a continuación, esos principios, seguidos de breves comentarios. El principio de la proximidad. Tiene por objeto hacer que la enseñanza, sea de la tendencia que fuere, parta del punto más próximo posible a la vida del educando. Este principio presenta tres aspectos que son: Partir de lo cercano a lo remoto. Partir de lo concreto hacia lo abstracto. Partir de lo conocido a lo desconocido. El principio de la dirección. Tiene por objeto señalar con claridad lo que se desea, a fin de que los educandos y los docentes tengan conciencia de la dirección de sus esfuerzos. Este principio se traduce en hacer que los objetivos que se quieren alcanzar sean claros y precisos. El principio de la individualidad. Procura respetar las diferencias individuales, no exigiendo la misma realización por parte de todos los estudiantes. La fórmula sería un proceso de enseñanza que estimulase la búsqueda de la excelencia, sin exigirla. Es preciso motivar al educando para que mejore sus realizaciones mediante un esfuerzo permanente de autosuperación. Deben reconocerse, por lo tanto, los méritos de la labor realizada y mostrar, cuando sea el caso, que podrían obtenerse mejores resultados. Se propiciarán luego oportunidades para que eso ocurra, en una marcha continua de autosuperación. El principio de orden. Es la secuencia en que deben desarrollarse los contenidos escolares, así como cuál debe ser el orden de estudio de las partes de un todo, para que las mismas sean más fácilmente aprendidas y asimiladas por los educandos. El principio de la eficiencia. Tiene por objeto que el estudiante despliegue un esfuerzo proporcionado a su capacidad para lograr el máximo de rendimiento en los estudios y descubra y utilice las técnicas de aprendizaje que mejor conduzcan a este fin.

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El principio de la realidad psicológica. Recomienda que no se pierda de vista la edad evolutiva de los estudiantes ni sus diferencias individuales para que, sean cuales fueren los caminos didácticos seguidos, no se minimice la individualidad de cada estudiante y se atienda en todo lo posible a su realidad biológica, psicológica y social. El principio de la dificultad. Recomienda colocar al estudiante en situaciones problemáticas, que exijan esfuerzo para su solución. Este podría llamarse también el principio del esfuerzo para alcanzar la meta. Es preciso tener cuidado de no poner al estudiante frente a situaciones de las cuales no tenga posibilidades de éxito, pues el fracaso continuo es altamente desmotivador para el ser humano, principalmente en su fase de formación. El principio de la participación. Supone que se lleva al estudiante a adoptar, en las tareas escolares, una actitud activa, dinámica y no pasiva. De ahí que deben utilizarse todos los recursos a fin de que el estudiante “participe” con su creatividad, espontaneidad y originalidad y no asista como mero espectador al proceso de enseñanza. El principio de vivencia. El principio de vivencia aconseja que la enseñanza parta de las experiencias anteriores del educando o de su contacto directo con el hecho o materia que se estudia. Cuando ese contacto directo no es posible, pueden usarse los recursos audiovisuales u otros recursos complementarios. El principio de la autocorrección. Dice este principio que, en los trabajos que reclamen correcciones, debe guiarse al estudiante para que él mismo los corrija, en la medida de lo posible. Este procedimiento hace que sea fácil para el educando tomar conciencia de sus equivocaciones y superarlas, en una labor de autocorrección. El principio de refuerzo. El proceso de enseñanza debe tener su atención puesta en el refuerzo, es decir repetir, repasar, revisar, recordar, a fin de que el aprendizaje se logre y se fije más fácilmente. El refuerzo positivo, es decir, el valorar el esfuerzo y los avances, debe ser constante. El principio de descubrimiento. El principio en cuestión consiste en orientar la enseñanza de manera que ofrezca al estudiante oportunidad de ir descubriendo por sí mismo los hechos, las causas, las relaciones, los conocimientos, etc., sin que le sean simplemente presentados. Por lo tanto, más que los contenidos, el estudiante aprenderá los procedimientos para llegar a ellos. Aprenderá a aprender. El principio de integración e irradiación. Consiste en la utilización de mayor número posible de fuentes o disciplinas, para dar un sentido de integración a los diversos sectores del conocimiento y un sentido de irradiación, dado que el mismo asunto puede extenderse a distintos sectores del conocimiento. Se sugiere que, primero, se 17

utilicen variadas disciplinas para la mejor comprensión de un asunto; y segundo, que una vez comprendido un asunto dentro del sector del conocimiento, correlacionarlo con otros sectores. En el primer caso, se estará usando un procedimiento de integración y, en el segundo, uno de irradiación. El hecho de integrar y de irradiar, además de propiciar conocimientos más profundos y significativos, facilita también el proceso de transferencias de las nociones estudiadas en la escuela a situaciones más allá de su esfera. El principio de transferencia. Dice este principio que todos los procedimientos de enseñanza deben tener como mira la aplicación de lo aprendido a nuevas situaciones, que no sean solo del ámbito escolar, y tender a la aplicación del contenido y de los procedimientos a otras áreas del conocimiento y del comportamiento. El principio de evaluación. Este principio recomienda que el profesor realice constantemente una labor de evaluación del trabajo de sus estudiantes, es decir, una evaluación continua, pues esta forma de proceder alertará al maestro en cuanto a la necesidad de ajustes parciales o generales en el proceso de enseñanza, y de los estudiantes en dificultades. El principio de la reflexión. Estimula al estudiante a usar la capacidad de pensar mediante el análisis, la asociación, la comparación, llevándolo a un razonamiento comprensivo que defina su actuar responsable. El principio de la responsabilidad. El proceso de enseñanza debe conducir al estudiante a responder con habilidad y reflexivamente frente a los acontecimientos, descubrir sus potencialidades y rendir al máximo de acuerdo a ellas, cumplir con los requerimientos implícitos en cada tarea y asumir las consecuencias de sus actos. Estos principios pueden ayudar a que el profesor y el proceso sean exitosos.

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“Lo que se enseña con una sonrisa se aprende mejor”. Neva Milicic

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CLAVES PARA SER UN DOCENTE EXITOSO CUALIDADES Y HABILIDADES DEL QUE ENSEÑA Antes de señalar las cualidades y habilidades de los que enseñan, hemos creído conveniente puntualizar acerca de lo que entendemos por calidad del profesor. Se ha dicho que la calidad viene expresada por el conjunto de cualidades que constituyen la manera de ser de una persona. También podemos considerarla como una cualidad sobresaliente. Creemos que la calidad está íntimamente relacionada con la forma. Toda realidad es formal. Pero la forma ha de ser adecuada al fin. Ante estas consideraciones podemos afirmar que tener calidad no consiste en ser una persona poderosa o brillante, o poseer un conjunto de cualidades generales que consiguen una buena aceptación social. En un docente, tener calidad supone tener concretamente una serie de cualidades organizadas y destinadas al fin propio de la educación. Por tanto, el profesor que desee tener calidad, que valore con profundidad lo que esto supone para la consecución de una educación de excelencia, deberá tener muy claro el fin que busca y habrá de gustarle perseguir ese fin; habrá de tener una elevada autoestima y una gran voluntad para lograr sus fines. Cuando se da esta trilogía de mente-corazón y voluntad integrados hacia un mismo objetivo, podemos decir que estamos en presencia de una realidad muy plena para poder educar. La imagen, el símbolo más completo del Educador y Pedagogo es la imagen del “Pastor”, quien conoce a sus ovejas, las cuida, las conduce a verdes praderas, distingue a unas de otras porque son todas diferentes, y las ovejas reconocen su voz. Es un Pastor porque toca la mente, la voluntad y el corazón de las ovejas. Conoce su identidad, evalúa su desempeño como Pastor y los logros de las ovejas porque las comprende y cuida de ellas, y realiza acciones de conducción hacia las metas y objetivos. Desarrollaremos estos conceptos analizando los cuatro rasgos del Educador. Hablaremos de las 4C (Conoce, Comprende, Cuida, Conduce). Conoce “Sé quien eres” Es lo central del educador: conocer a los que educa. Saber quiénes son los educandos, cuáles son sus necesidades, las conocidas y las ocultas, sus intereses, sus expectativas, sus sueños y anhelos, las características individuales de los niños y niñas, sus miedos y temores, su temperamento, carácter y personalidad, la edad psicológica y la etapa del desarrollo por la que están transitando; se pone en su lugar, empatiza con el estudiante. Estrategias para lograr conocer : 20

Empatizar: dar cariño y cercanía, poniéndose en su lugar. Utilizar todos los modos de conocimiento intuitivo, psicológico, experimental, racional. Saint Exupéry afirmaba en El principito que solo se conoce con el corazón. Poner atención: tener todos los sentidos abiertos y dispuestos para captar la información que se recibe del estudiante a través de los gestos, posturas, palabras, actitudes y miradas que permiten conocer al otro. Dar atención es dedicar tanto interés al otro, que percibe que es importante lo que dice. El otro se abre cuando siente que es tomado en cuenta, no con la mirada indagadora, sino con la mirada enaltecedora, alegre y sonriente que abre el corazón de los demás. Escuchar: poner interés en los mensajes y señales que envía el estudiante. A través de la actitud de escucha se puede pensar, sentir y acompañar al otro en su quehacer y en su ser. Un mal escucha está distraído, da por conocido el mensaje, mientras escucha elabora la respuesta que tiene predeterminada, no trabaja en su mente ni en su corazón con la información recibida, sin asociar, comparar ni analizar las situaciones y los acontecimientos que le informan. Al Escuchar se debe tomar en cuenta que el silencio es un arma importante para que el otro se abra, manejando los 4 NO:

No dogmatizar. No moralizar. N o diagnosticar. No ridiculizar. Dialogar: para conocer a las personas tenemos un medio fundamental: el diálogo íntimo y real, la verdadera comunicación, llegando a la otra persona mediante diversas formas y expresiones. Atender al emisor, al receptor y al mensaje en un clima de confianza, cercanía y una atmósfera afectiva que no sea amenazadora. Las señales corporales también comunican. El lenguaje coloquial y los movimientos son elementos básicos del diálogo; conviene tomar en cuenta que el silencio atento y receptivo es un arma importante para que el otro se abra. Comprende “Te entiendo” La comprensión hacia los estudiantes significa conocer las razones por las cuales ellos realizan tales y cuales acciones, cuáles son las motivaciones que los llevan a actuar, ya sea adecuada o inadecuadamente. Nadie hace nada si no es por una motivación. Siempre hay una intención para la acción. Los seres humanos aprendemos, entre otras maneras, 21

por medio del ensayo y del error; por consiguiente, comprender es dar una nueva posibilidad para reparar y tener éxito si se ha cometido un error. Por último, comprender significa entender que la persona es un misterio que merece el más grande de los respetos a su dignidad y a su libertad. Estrategias para comprender: Conocer razones: saber cuáles son las motivaciones que mueven al estudiante a actuar, cuáles son sus intenciones, los objetivos que persigue, las metas que quiere alcanzar. Perdonar: dar la oportunidad de empezar siempre de nuevo, el perdón es un súper don que permite volver a empezar y así reparar el error cometido. No hay estudiantes buenos o malos, simplemente están en un proceso de aprendizaje y desarrollo y tendrán momentos altos y bajos durante el proceso. Respetar: el respeto es la reverencia ante el misterio que es el ser humano, es comprender sus derechos y deberes, su dignidad y libertad, su talento y fragilidad, sus luces y sus sombras, sus diferencias, sus dificultades, sus fortalezas, su originalidad y forma única, la esencia irrepetible de su ser. Cuida “Me preocupo por ti” El educador tiene la responsabilidad de la vida que se le ha confiado, acompaña el desarrollo, el crecimiento y los aprendizajes del estudiante. Media para que las elecciones del estudiante sean seguras, adecuadas, favorables para un buen desempeño, evitando los ambientes y las relaciones vulnerables que dificulten u obstaculicen su desarrollo. El profesor se la juega por sus estudiantes, porque se cumplan sus sueños, y facilita los medios para lograrlo. Estrategias para cuidar: Servir: estar disponible como un padre y una madre en la capacidad de servicio desinteresado, demostrar con hechos que “me preocupo de ti”. Cuidar de otro es permitir al otro crecer. Reconocer: cuidar al otro es valorarlo, elogiarlo, estimularlo, darle afecto, mantener con el estudiante una “cuenta de ahorro emocional” positiva. Una mala relación es el desconocimiento del tú, es la ignorancia del otro. Por ejemplo, entre los esquimales, el castigo social era ignorar al otro, no tomarlo en cuenta hasta su muerte. Recibir refuerzos positivos debería ser un derecho de los estudiantes, pero no se considera un deber de los maestros hacerlo y rara vez se les agradece a aquéllos que estimulan y reconocen los méritos de sus estudiantes. Responsabilizarse: responder con habilidad, responsabilizarse del otro con habilidad; 22

aquél que asume la tarea de educar con capacidad de gestar talentos y desarrollar capacidades, respondiendo con destreza en cada circunstancia de su formación y aprendizaje, siendo fiel al estudiante que espera ser contenido por el educador. La responsabilidad sobre el educando va más allá del reconocimiento o de la respuesta. Conduce “Te acompaño” Conducir al estudiante es acompañarlo en su desarrollo, conducirlo hacia la meta, hacia la realización de sus sueños, de sus proyectos, de sus ideales. Para lograrlo es esencial saber cuál es la meta, y la meta fundamental es la autonomía y libertad para elegir las acciones y las actitudes que favorezcan alcanzar los aprendizajes y la formación que permitirá al estudiante tomar sus propias determinaciones y autocontrol: un hombre nuevo es un hombre libre. Estrategias para conducir: Autonomía: autónomo es aquel capaz de decidirse, de tomar una autodeterminación, ser capaz de decir “lo quiero y tengo razones para ello” y argumentar sus motivos. Es un error en educación decidir por otros y manejar y controlar la vida de los que se nos confían. Conducir a alguien es permitirle al otro que decida, que tenga opciones y escoja. Capacidad de ejecución: una persona es libre cuando es capaz de realizar esa decisión, se es más libre no solo cuando se decide, sino además cuando se ejecuta la opción que se ha escogido. Identidad: conducir a otro hacia la plenitud de su ser; conducirlo hacia lo que él es en toda su grandeza. El proceso de conducir a la meta es muy lento y se producen muchas tensiones entre lo que debe ser y lo que es. Testimonio: el proceso educativo se da con el ejemplo, con ser modelo, con dar testimonio de vida, de valores y actitudes a los que se adhiere. Toda palabra es vana si no va acompañada del ejemplo. Los NO del Buen Educador: No dogmatizar: repetir de memoria los principios o dichos aprendidos. No moralizar: categorizar de bien o mal. N o diagnosticar: colocar a alguien en una categoría, rotularlo y etiquetarlo. No ridiculizar: herir, disminuir, hacer de la acción del otro algo poco importante. Para conocer al educando es necesario considerar las 3T: 23

Tiempo Temor Trabajo Superar el tiempo significa conocer una persona en serio, dedicarle tiempo, comprometerse con ella, gastar tiempo físico y psíquico. Superar el temor significa no sentir miedo. Es un error creer que más vale ser escéptico y lejano porque “si no me comprometo no me involucro emocionalmente”. De ese modo el docente se transforma en un instructor y no en un educador. Ser educador de calidad significa trabajo para mejorar las actitudes, la forma de relacionarse, la capacidad de escuchar, y dar un testimonio de vida que lo convierta en mediador, que se mueve entre dos péndulos: el rigor y la tolerancia; la firmeza y la ternura.

En resumen, un buen educador: Conoce Comprende Cuida Conduce Como el Buen Pastor, crea vínculos, es mediador y cree en la capacidad de sus estudiantes, en su resiliencia, en su potencial. VÍNCULO, MEDIACIÓN Y RESILIENCIA Al proponer educar con amor para aprender mejor, no podemos dejar de destacar la importancia del tema de los vínculos, la mediación y la resiliencia, pues todo lo dicho anteriormente no se hace realidad en el estudiante si no se dan estas condiciones. Recordando al Principito en el libro de Saint Exupéry, podemos decir que el vínculo es lo que le da sentido a la relación interpersonal y la hace significativa a tal punto, que puede cambiar las conductas y los sentimientos por el solo hecho de haberse establecido “un lazo único, personal, permanente y profundo” que sería la definición de vínculo, por el cual la vida del zorro tuvo un significado distinto desde que se vinculó con el Principito. El educador comprometido con la formación y aprendizaje de sus estudiantes verificará el éxito de su gestión en la medida que vaya estableciendo ese lazo personal, que comprende haber desarrollado con ellos las cuatro C descritas anteriormente (conocer, 24

comprender, cuidar, conducir) con fidelidad, perseverancia, paciencia y responsabilidad. Innumerables son los testimonios de estudiantes que consideran como sus mejores maestros a aquellos que fueron cercanos, congruentes, exigentes y comprometidos en lo personal, sin dejar por ello de ser objetivos, de tener una meta clara en cuanto a los contenidos pedagógicos y académicos, y sin perder su autoridad. ¿A qué llamamos mediación? Mediación es la acción y efecto de servir de “puente”, mediar entre una persona y un bien. Interceder o rogar por alguien o algo. Interponerse entre dos o más, procurando transmitir unidad y amistad. Al hablar de mediación abordaremos el tema de los valores, que, si no se ven reflejados y encarnados en el quehacer del profesor, malamente podrán ser transferidos a los estudiantes para despertar en ellos el anhelo de superación, de saber, conocer, pensar, ser rigurosos, prudentes, trabajadores, honestos, esforzados, disciplinados, ordenados, etc. Actitudes que les harán más fácil y más feliz la vida académica, personal, familiar y profesional en el futuro. ¿A qué llamamos resiliencia? Este concepto utilizado en psicología viene de las ciencias físicas y significa: condición física de los materiales para volver a su estado original habiendo estado bajo fuerte presión. En relación con el ser humano dice relación con la capacidad de las personas para sobreponerse ante cualquier situación adversa. Los estudios recientes sobre las conductas de niños maltratados o sometidos a situaciones límite, sobre todo después de la segunda guerra mundial, dan cuenta de la capacidad que poseemos todos los seres humanos para superar las adversidades y salir fortalecidos de ellas e integrarnos sanamente a la sociedad, si se dan las condiciones de haber sido contenidos con un “apego cercano” en la primera infancia y haber tenido un “encuentro significativo” con alguien que tejió un lazo afectivo, que hizo posible salir delante de cualquier adversidad. En un estudio efectuado y finalizado en el 2007 por el psicólogo Felipe Lecannelier, se concluyó que el apego influye en la capacidad de auto control del niño y está relacionado con el vínculo madre-hijo, y no solo con el temperamento y factores ambientales como antes se creía. Estas capacidades son vitales para desenvolverse en la vida adulta. La visión alternativa y razonablemente optimista de las actuales teorías de Boris Cyrulnik y otros autores, que estudian y analizan acerca de la capacidad de volver a empezar y salir de experiencias traumáticas y daños que dejan algunos episodios sociales, afectivos 25

y culturales traumáticos durante la infancia, puede ser reconocida en múltiples testimonios de casos célebres. En efecto, por nombrar algunos casos de resiliencia: un grande de la música como Beethoven, desnutrido y extremadamente pobre, el menor de trece hermanos, hijo de padre y madre alcohólicos. Juan Pablo II, huérfano de padre, madre y hermanos a los 16 años, con duras experiencias de guerra… y muchos otros casos de resiliencia célebres porque todos ellos fueron capaces de salir adelante y volver a empezar, de surgir con alegría e integración, valorando la vida que les había sido dada. Estos casos ilustran nuestra convicción de que entre los estudiantes no hay “casos perdidos” solo hay personas que necesitan un encuentro significativo y una oportunidad para volver a creer en sí mismos y hacer aflorar esa reserva biosíquica llamada resiliencia, que les permite sacar fuerzas de flaqueza si el entorno social está dispuesto a ofrecérselos y el mundo que los rodea les ofrece fuertes vínculos y está dispuesto a ayudarles. Especialmente, el entorno escolar que es donde los estudiantes pasan la mayor parte de su tiempo de infancia y adolescencia. En su libro La resiliencia invisible (2006) las investigadoras Isabel Martínez, lingüista y logopeda y Ana Vásquez, doctora en psicología, describen las vicisitudes de dos grupos de niños que han crecido en condiciones desventajosas y culturas diferentes: niños sordos en Barcelona y niños extranjeros en París. Ellos consiguen salir adelante con el apoyo y protección que ejercen “los tutores invisibles”, que son personas cercanas a los niños pero que no son sus padres, educadores ni terapeutas y por lo tanto pasan desapercibidos. Ellos son compañeros de curso, padres de amigos, grupos de acción solidaria, clases extra programáticas, clubes de interés, etc. Plantean que la escuela, sus valores y actividades, convierten en “invisibles” otras acciones y otros valores que son externos al marco escolar, pero que pueden ser igual de importantes y enriquecedoras. Nos parece interesante leer las historias descritas y los elocuentes relatos de niños que justifican la teoría subyacente en ellas y que muestran cuán necesario es mejorar la comunicación entre la escuela y sus familias.

SENTIMIENTOS Y EMOCIONES EN EL ACTUAR PEDAGÓGICO En una encuesta pública publicada en El Mercurio como parte de la Campaña de Educación Chile 2006 diseñada por la Corporación Opción y con el apoyo de la 26

UNESCO (13 al 26 de abril, 2006), se dio a conocer la opinión de los jóvenes sobre las características que debería tener “el docente ideal”. Se interrogó a 2.604 escolares de 6 a 18 años. Ellos describieron la comprensión, el humor, la sensibilidad, la amistad entre profesor y los estudiantes, las clases entretenidas, el establecimiento de relaciones de confianza, etc., como fundamentales en la relación profesor-estudiante y en el proceso de enseñanzaaprendizaje. Es habitual que los docentes tengan muy presente una serie de objetivos para mejorar la relación profesor-estudiante. Estos objetivos son: Crear un clima de entendimiento. Respaldar y proteger al estudiante. Desarrollar una personalidad fuerte y respetuosa. Prepararlos para auto dirigir su estudio. Respetar normas. E scuchar y dialogar. Crear estudiantes sociables. Motivar los deseos de seguir aprendiendo. Fomentar la autoestima y la participación activa. Desafortunadamente estos objetivos no siempre se logran por diferentes circunstancias. En base a encuestas con estudiantes de diferentes niveles de enseñanza, hemos incluido otras cualidades, sentimientos y emociones que deberían mostrar los profesores para que la relación entre ellos sea considerada “ideal”. Características del docente “ideal” El maestro debería mostrarse: Amoroso Optimista Esperanzador Con sentido del humor Comprensivo Asertivo Flexible Motivador Justo Comprometido Estricto De buen ánimo 27

Empático Respetuoso Organizado Estas características son las que describen a una persona emocionalmente inteligente: “Los hombres que tienen inteligencia emocional son equilibrados, sociales y alegres, poseen una notable capacidad de compromiso con las personas y las causas, asumen responsabilidades, son solidarios y cuidadosos de las relaciones. Su vida emocional es viva y apropiada, se sienten cómodos con ellos mismos y con el universo social donde viven”. “Las mujeres que se muestran emocionalmente inteligentes son positivas y expresan sus sentimientos abiertamente, la vida para ellas tiene significado, son sociables, se adaptan bien a la tensión, se comunican fácilmente con personas nuevas. Son alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias en general, no son ansiosas, no se sienten culpables ni se hunden en la reflexión” (Goleman, 1996). Este tipo de personas son las que los estudiantes quisieran como profesores, en quienes lo emocional y los sentimientos estén en el mismo plano que lo intelectual, es decir, que se integren y que en algunas ocasiones lo primero prevalezca sobre lo segundo. Algunas consideraciones sobre las emociones y sentimientos La emoción es un estado de ánimo caracterizado por una conmoción orgánica consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos, como pueden ser el llanto, una carcajada, sudoración, enrojecimiento, etc. Se utiliza el concepto de emoción como sinónimo de sentimiento, de estados psicológicos y biológicos, y a una variedad de tendencias en el actuar. Existen algunos autores que ven diferencias entre la emoción y el sentimiento, señalando que el sentimiento es la permanencia de la emoción en el tiempo y la emoción es la respuesta al estímulo a través de los sentidos. Existen cientos de emociones así como innumerables matices. Por ejemplo el amor, este gran sentimiento, conlleva aceptación, simpatía, confianza, amabilidad, devoción, adoración, etc. Hay emociones más fácilmente observables como alegría, amor, sorpresa, ira, tristeza, miedo, vergüenza, ansiedad, desesperanza, preocupación, odio, entre otras. Estudios contemporáneos demuestran que las emociones se asocian a mejor memoria y a mejor capacidad de aprendizaje (Menecier, 2004). Los enfoques cognitivos las consideran importantísimas, ya que se comprende y se recuerda mejor las situaciones que van asociadas a la emoción que estas hayan provocado.

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“La emoción del profesor tiene que ver con lo que se aprende y determinan los juicios que los estudiantes tendrán sobre sus maestros” (Matta, 2004). Tomar conciencia de los propios sentimientos y emociones en el momento que se experimentan es fundamental para el actuar pedagógico, ya que la conciencia permite controlar las propias reacciones. Las dimensiones de la emoción son tres: una fisiológica como parte del sistema nervioso, una conductual como las manifestaciones corporales que las expresan y las sensoriales como la alegría, el amor, el miedo, etc. Todas las emociones se expresan y observan en conductas. Conductas características en la dimensión emocional Analizaremos algunas conductas que muestran los profesores cuando son catalogados de: Amoroso. El amor es el afecto por el cual se busca el bien para gozarlo. Encierra aceptación, simpatía, confianza, amabilidad, devoción, afinidad y otras emociones positivas. ¿Cómo demuestra el profesor este sentimiento frente a sus estudiantes? ¿Qué conductas son observables? Podemos decir que un docente es amoroso cuando: Conoce el nombre de cada uno de sus estudiantes. Está atento a sus necesidades. Es generoso, alegre, colaborador. Es mediador y guía. Estimula sus logros. Entrega recompensas orales o concretas en forma inmediata o diferida frente al cumplimiento académico general. Incentiva a los padres a expresarle al niño que “él es capaz de”. Hace reflexionar al estudiante acerca de sí mismo, siendo mediador en la conversación. Ayuda a conocer las emociones propias del estudiante. Otorga sentido de pertenencia. Trata de entender la conducta antes de castigar. Esperanzador. La esperanza según Syder, es creer alegremente que todo saldrá bien. Según Goleman, tener esperanza significa que uno no cederá a la ansiedad, a una actitud derrotista ni a la depresión cuando se enfrenta a los desafíos. El docente trasmite esperanza cuando: Reconoce y motiva al logro. 29

No descalifica. Tiene confianza en los recursos de los estudiantes. Crea un ambiente de respeto, amabilidad y empatía. Expresa interés en los sentimientos de los estudiantes. Respeta opiniones. Realiza reuniones donde se comparten experiencias. Promueve programas de tutoría con estudiantes superiores. Espaciente con el progreso de los niños. Optimista. Ser optimista significa tener grandes expectativas en que, por lo general, las cosas saldrán bien a pesar de los contratiempos. La estructura mental de una persona optimista genera esperanzas. El aprendizaje socio emocional es a través de los vínculos y los modelos y ¿qué mejor que un profesor optimista para crear el buen auto concepto académico? El profesor se muestra optimista cuando: Realza las aptitudes y habilidades del niño o niña. Alienta la expresión de las emociones de manera controlada para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. Crea situaciones para mejorar la atmósfera o clima del aula. Tiene capacidad de solución alternativa de problemas. Insta a hablar “consigo mismo”. Promueve “trabajo en parejas” donde un estudiante académicamente hábil se junta con otro no tan competente en los estudios, pero con otras habilidades. Apoya con actividades extras para optimizar resultados. Proporciona actividades y medios para que los estudiantes sean apoyados por sus padres. Trasmite a los estudiantes la idea de que, a pesar de los tropiezos, tienen la capacidad y voluntad para lograr éxito. Promueve el sentido de la reciprocidad y de la confianza mutua. Convence a sus estudiantes que “todo irá mejor la próxima vez”. Tiene expectativas realistas con los niños. Animosos y con humor. El humor es la disposición del ánimo para alentar algo. Puede ser habitual o pasajero. Se habla de “buen humor” cuando la disposición es positiva y cuando se posee la facultad de descubrir y manifestar lo divertido o absurdo de una situación. El ánimo se traduce, en este caso, como energía, valor, voluntad, espíritu para alentar acciones. Un profesor muestra buen ánimo y buen humor cuando: Junta o hermana lo alegre con lo triste a través de una anécdota, un refrán, otros hechos graciosos o extravagantes, etc. 30

Es comunicativo y positivo en su manera de pensar. Es capaz de intercalar chistes, bromas y anécdotas durante su clase para distender o relajar situaciones tensas. Crea un clima emocional cálido, participativo e interactivo. Los aportes de cada quien son valorados. Da responsabilidad a sus estudiantes, monitorea su cumplimiento. Realza las aptitudes y habilidades de los niños. Incentiva a persistir en su accionar hasta conseguir sus objetivos. Promueve la “lluvia de ideas” para la solución de conflictos. Es lúdico. Es consistente y predecible. Empático. La empatía es la habilidad o capacidad para “ponerse en la situación del otro”. Las demostraciones empáticas tienen consecuencias inmediatas en las personas que las reciben. Estas demostraciones dependen de los modelos que se han recibido o conocido y difieren de una persona a otra e incluso de una cultura a otra. Una investigación en EE.UU. del National Institute of Mental Health, mostró que la empatía tenía que ver con la disciplina que los padres y madres imponían a sus hijos. Los niños eran más empáticos cuando la disciplina incluía “llamados de atención” sobre la aplicación que una mala conducta provocaba en la otra persona. Era mejor decir por ejemplo: “Mira lo triste que se puso” en lugar de “Eso que le hiciste fue horrible”. Un profesor es empático cuando: Es capaz de “sentir” como el otro. Interpreta el tono de voz y las expresiones faciales y corporales de sus estudiantes. Refuerza las instrucciones. Ubica al estudiante cerca de sí mismo. Interpreta los sentimientos de otros a partir de pistas no verbales. No presiona y controla los ánimos. “Llama la atención” a los que presentan una conducta indeseada, en forma aislada y no en presencia del grupo-curso. Ayuda a los estudiantes a comprender las reglas sociales. Busca equilibrar el carácter y la competencia de cada uno de los niños. Está abierto a sus propias emociones. Propicia reuniones donde se pueda reflexionar sobre: ¿cómo se sienten?, ¿cómo se sienten con respecto a su relación con los compañeros?, ¿cómo se pueden resolver conflictos?, ¿qué quiero y espero aprender?, ¿cómo puedo colaborar?, etc. Promueve tanto lo cognitivo como las habilidades, la socialización y la motivación. 31

Otorga condiciones ambientales de respeto, amabilidad y reconocimiento. Asertivo. La asertividad apunta a un gran conjunto de comportamientos interpersonales que se refieren a la capacidad social de expresar lo que se piensa, lo que se siente y las creencias en forma adecuada al medio y en ausencia de ansiedad. La asertividad es un subconjunto de las habilidades sociales que maximiza la probabilidad de obtener ciertos objetivos. En el área de los afectos la asertividad implica tanto dar y recibir elogios como expresar los reales sentimientos, creencias y pensamientos. Ser asertivo implica cierto riesgo social, pues podría no tomarse en cuenta la opinión del otro; sin embargo, es un potencializador del desarrollo del individuo y favorece una adecuada formación del autoconcepto y la valorización de sí mismo. Un docente es asertivo cuando: Educa la expresión de las emociones. Muestra diversas formas de resolución de conflictos. Expresa el aprecio y el agrado que siente por las personas. Siempre agradece. Actúa coherentemente con sus principios, valores y creencias. Habla con la verdad y da razones. No dice sí “cuando quiere decir no”. Defiende sus derechos y los de sus estudiantes. Ser relaciona con sus pares y sus estudiantes en forma cálida, sincera y amistosa. Genera una buena disposición y confianza en los demás. Expresa sus opiniones de un modo adecuado a la situación respetando las de los demás. Resuelve los problemas en una situación determinada en forma consensuada. Es hábil en lo social y posee una sólida red de amistades. Da y recibe elogios. Expresa sentimientos positivos en general. Respeta el derecho de los otros. Es espontáneo. Estrategias para crear una atmósfera emocional positiva en la sala de clases El sistema escolar debe ser estructurado y a la vez flexible. Crear “apego” al profesor y al colegio sobre la base de la “disponibilidad”. Conectarse con los intereses de cada estudiante según su edad y sensibilidad. Establecer situaciones para que el estudiante asocie el aprendizaje con algo grato y placentero. 32

Dar oportunidad para pensar y actuar según la comprensión sobre sus acciones. Hacer campañas de “ayuda mutua” o tutorías entre estudiantes tanto en lo académico como en lo social y emocional. Hacer “juego de roles” donde se representen actitudes y situaciones que se desean implementar o evitar en la sala. Idealmente concebimos un profesor o profesora con las siguientes cualidades: Sincero. Ejerce su profesión por vocación. Digno. Respeta su conducta y su comportamiento. Equitativo. Es justo y franco. Seguro. Se domina a sí mismo y sabe lo que está haciendo. Respetuoso. Acepta opiniones aún cuando difieran de las suyas. Humilde. Pide y acepta sugerencias y consejos; reconoce sus errores. Generoso. Comparte conocimientos y aciertos. Leal. Cumple con sus principios, adhiere a los del colegio que lo acoge, apoya y defiende a sus estudiantes. Honesto. Dice la verdad y muestra sus sentimientos. Sobrio. Se ubica en la vida con serenidad, alegría y buen humor. Responsable. Conoce su materia y busca capacitación para ser experto en ella.

Es necesario recordar que: Las emociones son contagiosas. Las señales emocionales afectan a las personas con las que estamos. Existe una relación entre las emociones y el sistema nervioso de manera que estas repercuten en el sistema inmunológico. El respeto, el amor y el buen humor derriban la hostilidad en cualquier situación. Los estudiantes en general necesitan comentarios positivos porque los ayudan a incrementar su autoestima y auto-confianza. Cuanto más intenso es el sentimiento, más dominante es la “mente emocional” y más ineficaz la “mente racional”. El sentimiento o la percepción que el niño construye de sí mismo es fundamental y es trasmitido en gran medida por el profesor, resultando de gran importancia para la motivación y la actitud que desarrolle ante el aprendizaje. Los estudiantes que se sienten valorados y respaldados en la escuela se comprometen con los valores que ella promueve: por ejemplo: la responsabilidad, la solidaridad la amabilidad, etc. Existen necesidades psicológicas básicas que son imprescindibles de satisfacer por 33

parte de padres y profesores. Estas necesidades, entre otras, son: Afecto Aceptación Compañía Comunicación Seguridad Valoración Reconocimiento

VOCACIÓN La palabra vocación viene del verbo “vocare”, que en latín significa llamado. La tarea de educar consiste en acompañar el desarrollo y el crecimiento del ser humano para que alcance su plena madurez en todos los ámbitos y pueda libremente asumir un servicio que contribuya a mejorar el mundo en que le toca vivir. Según los distintos tipos de personalidad podemos distinguir aquellos llamados a servir o a “realizarse” desde las vocaciones sociales, científicas, artísticas, humanistas, religiosas, etc., dependiendo de las habilidades y características manifiestas para desempeñarse en ámbitos de esa naturaleza. Una de las condiciones necesarias para la calidad de un profesor es que tenga vocación. La vocación del docente requiere: Un gran carisma de humanismo afectivo-social, ya que, sin importar la disciplina que enseña, debe acompañar a la persona que aprende desplegando lo descrito en “cualidades y habilidades del que enseña”. Gusto por estar con otros, establecer relaciones sociales, interactuar, participar, cooperar, formar equipo, pertenecer a un grupo. La labor del docente siempre es interactiva e interpersonal. Habilidades sociales desarrolladas para ser competente en esta mediación, tales como la empatía, asertividad y respeto. 34

Inclinación para perseguir un fin; en este caso, para perseguir con ahínco la educación de cada uno de los estudiantes y su aprendizaje. Alegría en el desempeño de la profesión, “es el termómetro de la vocación”. Interés por cada uno de los niños y niñas que son alguien y no algo, creer que son capaces de conocimiento y de amor, capaces de pensar y de razonar, que gozan de libertad que les permite elegir entre el bien y el mal, entre la dignidad de sí mismos y la esclavitud de las pasiones, entre los grandes ideales del hombre o la vida vulgar, reconocer que no está aislado sino en comunicación con el mundo exterior, con su entorno, con otras personas y en el aspecto sobrenatural, con Dios mismo. Ejercer su profesión con espíritu de servicio y no admitir las cosas mal hechas, por el convencimiento de la nobleza de su trabajo. No repara en las dificultades, ni en sacrificios. Sentir vivos deseos de trascender, indispensables en un profesor de calidad. Desestimar la rutina en su tarea diaria y no ver dos días iguales en su hacer escolar. Dejar huella en sus estudiantes. Hacer de su vida un constante ejemplo con las actitudes y el comportamiento, de modo que el estudiante aprenda con más eficacia que a través de las solas palabras del profesor. Espíritu de superación para adquirir habilidades y destrezas para educar con técnica y metodología adecuada. Valorar más el esfuerzo del estudiante que la nota No está pendiente de modo exclusivo de las notas, de un número frío que en ocasiones solo refleja los conocimientos empaquetados en la memoria. En el último tiempo han aparecido películas que muestran la vocación del profesor y que es estimulante ver o volver a ver con una nueva mirada. Algunas de ellas son: Ni uno menos La sociedad de los poetas muertos Toma mi mano Mentes peligrosas La clase de música Los Coristas Música del corazón Triunfo a la vida Claro-oscuro La lengua de las mariposas 35

Machuca La vida es bella Un lugar en el mundo El profesor de piano La novicia rebelde Habilidades sociales “Las palabras ilustran, los ejemplos arrastran”. Anónimo Cuando se habla de habilidades nos referimos a la capacidad para ejecutar una conducta, que puede entenderse como destreza, diplomacia, capacidad, competencia, aptitud. Si hablamos de habilidades sociales decimos que la persona es capaz de ejecutar una conducta de intercambio, de interacción con otros, que se traduce en actos concretos con resultados favorables. Habilidad social es la capacidad de relacionarse con el medio, de establecer una interacción competente, integrando las áreas afectiva, social y cognitiva de forma adecuada. La habilidad social debe considerarse en un marco determinado; es diferente en relación a las características de cada país, donde existen sistemas de comunicación distintos, hábitos y costumbres que la propia idiosincrasia crea entre sus habitantes. Para abordar las habilidades sociales del docente es importante tener en cuenta la definición de interacción social que se refiere a un acción mutua o de reciprocidad; dicho de otro modo, la acción se desarrolla entre varias personas, lo cual da la posibilidad de una retroalimentación, de modo que la noción de habilidad social entre en el ámbito de lo recíproco y en el continuo de la acción del uno sobre el otro y de este sobre aquel. El ser humano está todo el tiempo inmerso en un proceso continuo de adaptarse desadaptarse- readaptarse; es precisamente por esta capacidad, que las habilidades sociales reciben hoy una importancia capital, debido a la complejidad en que se desenvuelven los seres humanos y a las exigencias que los diferentes medios imponen sobre el individuo. Características de las habilidades sociales Son aprendidas: casi todas las conductas y comportamientos de la persona son aprendidos. El término habilidades significa que la conducta interpersonal consiste en un conjunto de capacidades sociales en las que se ejecuta una conducta social de intercambio con resultados favorables para ambos implicados, donde está implícito el aprendizaje. Son aprendidas a lo largo del desarrollo, pero especialmente en la infancia. 36

Se aprende a relacionarse por modelo, por imitación, por ensayo y error, por experiencias con refuerzos positivos, por observación. Son recíprocas. El contacto humano, fundamento de las relaciones de intercambio, se produce en un indeterminado caudal de consecuencias de uno para con el otro y viceversa, por lo que existe en todo momento una constante ida y vuelta. La acción se desarrolla entre varias personas, lo cual da la posibilidad de una retroalimentación, por lo que la noción de habilidad social se considera dentro del ámbito de lo recíproco y en el continuo de la acción del uno sobre el otro y de este sobre aquel. Son circulares. La interacción fundamenta la respuesta del otro en una combinación de la acción iniciada; de manera que la habilidad social no termina sin la acción del otro, es decir, la habilidad social supone beneficios para ambos implicados. Se retroalimentan y aumentan con el refuerzo social positivo. Son ascendentes. A mayor interacción favorable, mayor bienestar, acercamiento y entendimiento. Por el contrario, a mayor incomprensión y desencuentro, mayor desagrado y frustración en el intercambio e interacción y mayor distanciamiento. Las habilidades sociales comprenden tres destrezas: Verbales. Se distinguen, entre otras, muletillas, clichés, formas de hablar, de saludar, de pedir, de agradecer, de regalar, de festejar. No verbales. Gestos, posturas, actitudes, miradas, voz, expresiones faciales, movimiento de las manos, piernas, etc. Procesos de mediación cognitiva. Son procesos de pensamiento con respecto a la interacción con otro, tales como asociar, observar, conocer, analizar, comparar, deducir, generalizar, sacar conclusiones, etc. La sociedad los ha descuidado y no se han enseñado y desarrollado destrezas cognitivas que tienen relación con procesos de pensamiento para adquirir buenas o malas habilidades sociales. Recientemente se están incorporando programas en los colegios para desarrollarlas. Son habilidades sociales: Desarrollar pensamiento alternativo. Percibir una situación problemática. Anticipar las consecuencias de sus actos. Dar y recibir elogios. Dar y recibir críticas respetuosamente. Defender los propios derechos. Exponer sus argumentos. 37

Respetar. Empatizar. Tomar decisiones. Resolver conflictos. Interactuar con personas diferentes. Participar, cooperar, integrarse. Hábitos de cortesía. Iniciar y poner término a una conversación. Empatía. Asertividad.

Algunos alcances acerca de las habilidades sociales en educación Las habilidades sociales se ejercitan constantemente en la interacción con los estudiantes, con los profesores, con los padres y con toda la comunidad escolar, ya que permanentemente se está en relación con otros. Conviene ejercitar las siguientes conductas a fin de facilitar la relación: Pensamiento alternativo. Generalizar varias respuestas o alternativas frente a una misma situación, incluso en situaciones simples como escoger cuál ropa usar, en qué medio transportarse, etc. Hay muchas formas de generar una respuesta correcta, se puede salir de una situación de diversas maneras, y todas pueden ser igualmente adecuadas. Desarrollar pensamiento alternativo es una muy buena manera de disminuir las dificultades afectivas y sociales. En ambientes ricos afectivamente se da normalmente esta conducta y es enriquecedora para encontrar alternativas variadas. Lo contrario es el pensamiento rígido, inflexible, categórico, inadaptativo, inadecuado. Anticipar las consecuencias de sus actos. Toda acción causa una reacción, es una constante de la física y ocurre también con el comportamiento, pues existe una relación entre la causa y el efecto. Como las habilidades sociales son circulares, podemos anticipar las reacciones y consecuencias de nuestros actos. Toda situación genera una emoción y una reacción, no hay conductas neutras. Por ejemplo, al poner un sobrenombre desagradable a alguien, es probable que genere una forma de desquite. 38

Capacidad de dar y recibir elogios. Esta práctica de salud mental y refuerzos positivos, desencadena en una interrelación nutritiva y de conductas positivas. No ser tacaño con los elogios, encontrar y transmitir lo positivo. Dar y recibir críticas. Es necesario corregir, señalar los errores; la crítica debe darse en dosis homeopáticas, adecuadas, oportunas, en el momento apropiado, centrándose en el hecho, sin atacar la persona y sin descalificar. Por ejemplo, decir “Tu pieza está desordenada” se recibe de manera muy diferente que “Eres un desordenado”. Hábitos de cortesía. Aprender a dar las gracias, a pedir por favor, a saludar, a despedirse, según los códigos sociales aceptados. Aprender a solicitar algún favor, de forma clara, precisa, concisa, por qué y para qué, sin rodeos, con el gesto, la voz y el concepto adecuados. Defender los propios derechos. Argumentar y respetar, sin atacar. Empatía. Ponerse en el lugar del otro, sentir como el otro. Hay un proverbio chino que ilustra este concepto: “Hasta que no te pongas los zapatos del otro no puedes opinar ni juzgar su caminar”. Iniciar, mantener y poner fin a una conversación. Implica interactuar asertivamente y dar razones para poner fin a un diálogo, atendiendo a las normas de cortesía y a las características de cada situación. Tomar decisiones. Decidir una acción a realizar en tiempo y momento adecuados, en relación con las circunstancias; ni más lento, ni más rápido de lo necesario. Integración con personas diferentes. Sexo, edad, raza, minusvalía, rango, autoridad, son variables que, entre otras, no deberían impedir la integración a diversos grupos. Resolver conflictos. Los problemas se presentarán siempre y lo importante será saber resolverlos con empatía, asertividad, justicia, respeto e inteligencia. Un conflicto no debe percibirse como una guerra a ganar ni como el momento que marca el término de una relación, sino entenderse como un desacuerdo ante el cual hay que buscar entendimiento y acuerdos. Asertividad La conducta asertiva es aquella que le permite a una persona expresar adecuadamente afecto u oposición. La conducta de afecto se expresa en dar y recibir elogios, expresar sentimientos positivos en general; en cambio la conducta de oposición se expresa al decir que no, al manifestar desacuerdo, al hacer y recibir críticas, al defender derechos y expresar en general sentimientos negativos.

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La asertividad debe respetar el derecho de los otros, intentando alcanzar el objetivo propuesto. Existe una tercera respuesta que no toma en cuenta ni la primera ni la segunda (expresar adecuadamente afecto u oposición) y tiende a efectuarse sin meditación, tornándose en una conducta violenta, atacante, descalificadora y agresiva. El concepto de asertividad ha evolucionado, considerándose en la actualidad como aquella conducta referida a comportamientos interpersonales cuya ejecución implica cierto riesgo social; es decir, que es posible la ocurrencia de algunas consecuencias negativas en términos de evaluación social inmediata y/o rechazo.

Es necesario recordar que: Ser asertivo es pensar lo que digo, decir lo que pienso y hacer lo que digo y pienso. Ser asertivo no es herir a los demás ni faltarles el respeto. Ser asertivo es hacerse cargo de la congruencia entre lo que pienso, digo y hago. Ser asertivo es usar el lenguaje a partir de sí mismo: “yo creo que…, yo pienso que…, a mí me parece…” Ser asertivo es reforzar con el gesto lo que se afirma o se niega con palabras. Ser asertivo es poder estar de acuerdo o en desacuerdo y seguir manteniendo el diálogo. Ser asertivo es poder decir que no sin agresividad ni violencia. Ser asertivo es decir la verdad aunque sea difícil. AUTOESTIMA La autoestima, entendida como “la suma de juicios que una persona tiene de sí misma” es una de las conductas psicológicas que tienen mayor incidencia en la calidad de vida de las personas (Haeussler y Milicic, 1995). Autoestima es el sentimiento del propio valer y del propio poder: “Yo tengo cualidades”. “Yo soy capaz” (Céspedes, 2000). Autoestima es el sentimiento de respeto hacia sí mismo, de confianza, identidad y propósito que tiene un individuo (Reasoner, 1982). La autoestima está compuesta por el amor a sí mismo, la visión de sí mismo, la confianza en sí mismo (Andree y Lebord, 1995). Como se puede apreciar, el concepto de sí mismo lo constituyen todas las características 40

que la persona se atribuye a sí misma, lo que piensa y siente respecto de sí. Origen de la autoestima Durante la niñez se forma gradualmente el concepto sobre sí mismo basado en los mensajes que se reciben de los padres en la primera infancia, y luego cada mensaje positivo o negativo dado no solo por sus padres, sino por profesores, otros niños y adultos, se acumula para ir formando un auto concepto de sí mismo. Si el niño recibe mensajes positivos acerca de su conducta, empezará a formarse un buen concepto de su persona. Si, por el contrario, se le compara y se le regaña con frecuencia, creerá que sirve para poco, se sentirá un niño malo y desarrollará una pobre imagen de sí mismo (Acevedo, 2005). Cada mensaje positivo o negativo deja una huella y estas se acumulan hasta formar un auto concepto que se transforma en autoestima alta o baja. La autoestima se forma día a día. Son pequeñas decisiones que toma el niño sobre sí mismo en el diario vivir y que forman impresiones tales como: “soy bueno, soy ordenado, soy obediente, me gusta hablar, me gusta jugar a la pelota, no me gusta comer, me cargan las verduras, me gusta jugar con amigos, etc.”. Después de los padres, son los compañeros en el colegio y especialmente los profesores, quienes poseen una influencia determinante y poderosa. Se encuentran en riesgo de desarrollar una autoestima pobre aquellos niños con problemas escolares, con impedimentos físicos o características que los hagan sentirse diferentes y en desmedro de los demás. Lo mismo sucederá con el niño sobreprotegido, quien recibe constantes mensajes de minusvalía, peligros o incapacidad para enfrentar las dificultades. Las personas desarrollan su concepto de eficiencia y autoestima mediante cuatro fuentes de información: Las experiencias directas de logro o éxito personal; las experiencias reiteradas de éxito son acumulativas. Experiencias vicarias; experiencias que se obtienen de los demás. La observación de situaciones de éxito o fracaso son informaciones muy especiales para la autoestima. Persuasión verbal; demostrar y convencer a la persona que posee las capacidades. Activación emocional; las expectativas de éxito aumentan en ausencia de tensión, nerviosismo, ansiedad, etc. (Bandura, 1967). De esta forma, si la autoestima es alta expresa un sentimiento de ser “suficientemente bueno” y de estar preparado para diferentes situaciones.

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La baja autoestima implica la insatisfacción, el rechazo y el desprecio hacia sí mismo por lo cual emerge la imposibilidad de realizar ciertas tareas y se genera un sentimiento de minusvalía. Las investigaciones demuestran que hay diferencias entre los géneros con respecto a la autoestima que tienen los niños y las niñas tanto en la percepción como en lo que demuestran. En investigaciones se ha encontrado que los hombres se perciben a sí mismos con habilidades cognitivas. Las mujeres tienden a tener mayores niveles de autoestima en lo que se refiere a su capacidad de interconexión con otros. También se señala que hay diferencias en el autoconcepto académico; los hombres tienen mejores niveles en habilidades físicas y matemáticas en tanto las mujeres se perciben superiores en áreas verbales, lectura y logro escolar (Josephs, Markeus y Tafarodi, 1992). Los varones muestran en promedio más altos niveles de autoestima en los cursos de 3° a 6° básico. En los estratos socio económicos altos, los niños tienen más alta la autoestima que sus iguales de estratos más bajos (Gorostegui y Milicic, 1993). El desarrollo de la autoestima en el ámbito escolar se relaciona con el rendimiento y la percepción positiva del clima escolar por parte de los estudiantes (Aron y Milicic 1999). Una escuela que promueve la creatividad y la libre elección de actividades puede mejorar la autoestima. En el libro Creo en Ti (Milicic, 2001), se afirma que en este ámbito escolar la construcción de la autoestima y del concepto positivo tienen directa relación con la confianza que se le entrega al niño: “confío en ti”. Autoestima del estudiante Las principales características de los niños y las niñas con autoestima positiva son: Se sienten bien con su cuerpo. Valoran sus capacidades físicas. Aceptan sus limitaciones. Son independientes. Son seguros de sí mismos. Aceptan desafíos. Son flexibles. Toleran las frustraciones. Tienen buenas relaciones con la mayoría de las personas. Son confiados y cooperadores. Aceptan críticas. 42

Aprovechan las debilidades y destrezas. Asumen sus responsabilidades. Son constantes. Estrategias para desarrollar autoestima en los estudiantes: No sobrecargar a los estudiantes con exigencias y normas, puesto que el exceso los conducirá a desistir en su cumplimiento. Dar trabajo acorde con las habilidades y destrezas de los estudiantes. Aprobar el trabajo bien hecho y el buen comportamiento. No exigir excelencia; valorar el esfuerzo. Corregir sin humillar. Favorecer las actividades del grupo. Mostrar afecto. Usar una metodología que fomente la cooperación más que la individualidad y la competencia. Promover actividades que permitan conocerse mejor a sí mismo, a su curso y a su grupo de pertenencia. Autoestima del docente Un aspecto muy importante para el ejercicio de la docencia es la percepción que se tiene de sí mismo; es decir, el autoconcepto y/o autoestima, lo que piensa y siente respecto de sí mismo. La figura del docente en su relación con el niño es decisiva para la formación de la autoestima. Debe sentirse orgulloso, realizado y pleno en el desempeño de su labor y transmitirlo. Como mediador debe encarar las creencias, valores y atributos sobre sí mismo y sobre los estudiantes que le han sido confiados. Debe sentirse aceptado, valorado y admirado. El docente es un modelo para el estudiante y el apoyo que él da y su compromiso con la enseñanza son de una importancia capital para el desarrollo de una autoestima positiva. Existen cinco componentes básicos para la autoestima del docente: Seguridad Auto concepto Integración Motivación Competencia Si uno de estos componentes mejora positivamente, influirá en forma positiva sobre los otros. Por el contrario, si se produce un deterioro en un área se afectará negativamente a 43

los otros (Voli, 1998). Podemos citar algunos ejemplos: Seguridad. Tiene confianza en sí mismo. Auto concepto. Confía en sí mismo, se permite la introspección. Integración. Amistoso y colabora al clima social. Motivación. Tiene fe en que lo que desea es posible de alcanzar. Sentimiento de competencia. Busca superarse, se motiva por aprender y valora sus éxitos. Un docente puede desarrollar una alta autoestima y transmitir mensajes positivos con las siguientes actitudes: Pensar que se tiene un conocimiento acabado de la materia que enseña. Sentirse a gusto con la labor que se desempeña. Realizar acciones que signifiquen ser valorado, aceptado, tomado en cuenta positivamente. Desarrollar un espíritu de servicio que satisfaga las necesidades de los demás y por eso ser reconocido. Actuar con una buena cuota de habilidades sociales que le permitan un intercambio positivo con el medio y con las personas con las que interactúa. Pensar que se cuenta con las condiciones personales necesarias para ser un buen docente. Pensar sobre sí mismo: “yo soy capaz, yo puedo, yo lo voy a lograr, sabré resolver esta dificultad, puedo pedir ayuda, soy una persona agradable, buena, responsable”. Pensar que se es una persona “querible”. Reflexionar sobre las acciones que se han realizado con éxito. Valorar de sí mismo el esfuerzo, tesón, conocimiento y amor que se ha puesto en las acciones que ha realizado con éxito. Tomar conciencia de que la propia actitud determina positivamente o negativamente el resultado de las acciones. Practicar permanentemente hábitos de cortesía. Desplegar hábitos de orden y disciplina que faciliten las acciones y hagan sentir bien.

También es necesario recordar lo siguiente: La autoestima se construye en la interacción con las personas que nos rodean. Es importantísimo sentirse querido y aceptado. 44

Los términos de autoestima y auto-concepto son distintos (Barrios, Frías y Maestre, 1996). El auto-concepto es la percepción que se tiene de diversos aspectos de sí mismo. La autoestima es la valoración positiva o negativa que se hace de sí mismo. El autoconcepto se refiere a la parte racional (cognitiva) y la autoestima a lo afectivo. El sentimiento de seguridad, factor muy relacionado con el desarrollo de la autoestima, se favorece poniendo límites, exigiendo el respeto a sí mismo e incentivando la responsabilidad.

VALORES Se define valores como aquellos criterios preferenciales, que determinan las acciones que se emprenden, tomando una opción. Todo lo que parece que vale la pena para vivir mejor y ser una buena persona, es un valor: honestidad, respeto, verdad, sinceridad, cortesía, obediencia, responsabilidad, compromiso, humor, privacidad, cercanía, ternura, simpatía, etc. Es valor todo aquello que a la persona le importa, le interesa, le parece valioso; lo que merece la pena, lo que atrae, lo que despierta las ganas de tenerlo o vivirlo. Generalmente se habla de valor en referencia a lo moral. En este caso se hablará en referencia a lo pedagógico, que pone el acento en desarrollar, hacer crecer, no imponer. Educar en valores en pedagogía es enseñar, modelar, guiar, conducir hacia un bien, hacia algo valioso para la vida personal y para la sociedad. Se asume como una tarea difícil pero no imposible y por sobre todo, importante. La existencia de los valores en las personas se genera en las actitudes. Conocemos los valores a los que una persona adhiere porque son percibidos, vivenciados, explicitados con la acción. No basta con afirmarlos verbalmente para que se den como existentes. Los valores deben ser encarnados, percibidos en las personas y en los hechos. Por el contrario, anti-valor es aquello que siendo importante para el sujeto, no es un bien ni para sí mismo ni para la sociedad. Es todo aquello que le hace daño tanto a la persona como a los demás, como el alcoholismo, la droga, el aborto, etc. Motivar a descubrir lo 45

que beneficia al estudiante, es una gran tarea para el educador. Tipos de valores Hay muchos tipos de valores: morales, estéticos, religiosos, intelectuales, espirituales, absolutos, pragmáticos, pedagógicos, racionales, afectivos, operativos, etc. Podemos citar algunos ejemplos: Morales: Relacionados con el bien o el mal (verdad, justicia). Éticos: Relacionados con el bien común (honestidad, equidad). Religiosos: Relacionados con la fe, con la adhesión a las creencias, con el sentido de la vida, con la trascendencia. Estéticos: Relacionado con la belleza (armonía, música, pintura, arte). Sociales: Relacionados con la comunidad, grupo (paz, dignidad). Intelectuales: Relacionados con el conocimiento (observación, análisis, juicio). Pedagógicos: Relacionados con la formación (responsabilidad, cooperación). Espirituales: Manifestación de ideales (fidelidad, generosidad). Absolutos: Aquellos que valen por sí mismos, no hay nada que los sustituya (dignidad, vida, persona, libertad). Pragmáticos: Aquellos que son útiles y traen un beneficio a la persona (reconocimiento, fama, poder, dinero). Racionales: Argumentos, conocimientos, información, fundamentación. Afectivos: Cordialidad, acogimiento, cercanía, anidados en el corazón. Operativos: Relacionado con acciones que en sí mismas son valiosas (gimnasia, orden, recreación, deportes). Valores pedagógicos Son valores pedagógicos aquellos que resguardan la dignidad humana. La dignidad humana es el valor fundamental y fundante del resto de los valores. Si el ser humano en sí mismo no se considera digno, ¿qué razón habría para llamar valiosas sus acciones y sus productos? Esto que parece tan abstracto, “dignidad humana”, en pedagogía es algo concreto cuando el educador ha tomado consciencia de que se ha confiado en sus manos a una persona integral, que siente, sufre, piensa, ama, llora, canta y aprende. Valor, valía, virtudes, valoraciones, son todos términos que forman parte substancial de nuestro actual vocabulario pedagógico. Lo corroboran los cientos de miles de libros, artículos, páginas de Internet escritas en todos los idiomas sobre el tema y se nos pide una respuesta en el quehacer escolar cotidiano. Para hablar de valor pedagógico hay que tomar en cuenta que estos operan en tres 46

niveles, desde las siguientes dimensiones operativas: Dimensión racional cognitiva: “lo entiendo”, racionalizo, conozco la teoría. Dimensión afectiva: “me gusta, me hace vibrar”, lo amo y experimento vivencialmente. Dimensión operativa: “lo realizo, lo hago”, lo vivo, lo encarno, me mueve a la acción. El punto de partida para la educación en valores son los valores mismos que el educador se esfuerza por adquirir y practicar. Las fuerzas naturales no son suficiente para formar personas, se necesita algo más: educación y educadores, valores pedagógicos que se transmitan en la vida. El esfuerzo pedagógico consiste en hacer que un valor externo se vuelva propio; esto es, acompañar al estudiante a descubrir que cierta conducta o comportamiento es valioso para él y para los demás, que le hará la vida más fácil y agradable. Por ejemplo: orden, esfuerzo, trabajo, solidaridad, compañerismo, amistad, conocimiento, curiosidad, etc. Los valores no son exclusivos, ni excluyentes o absolutos, sino complementarios entre sí. Valorar lo propio, sin hacerlo absoluto, afirmar los propios valores sin cerrarse a los otros absolutizándolos, es tener tolerancia y respeto por las diferencias individuales. Hombres y mujeres pensamos, sentimos y actuamos de forma diferente, incluso teniendo los mismos valores. Valores pedagógicos que transmite el docente y la pedagogía en general Respeto Superación Confianza Cooperación Compresión Puntualidad Orden Fraternidad Responsabilidad Lealtad Honestidad Justicia Solidaridad Limpieza Disciplina Perseverancia Criterio 47

Interés Reflexión A continuación expondremos dos de estos valores, de modo que se desarrolle de manera más amplia el concepto. Criterio Capacidad del ser humano para juzgar su entorno, para discernir lo conveniente de lo inconveniente, lo benéfico de lo nocivo. Criterio viene de “criba o cedazo que utilizaban los albañiles para colar la arena de las piedras a la hora de preparar la mezcla”. Haciendo la analogía, sería la capacidad humana de separar lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso. Hoy la sociedad valora lo que es factible y no tanto lo valioso; la viabilidad de los proyectos en economía, medicina, tecnología etc., suele ser más importante que la normativa ética. En el postmodernismo en que nos movemos, para nuestros jóvenes todo es bueno, relativo, lícito, y tiene justificación. ¿Cómo formar el criterio de nuestros estudiantes? La historia nos da testimonio de grandes maestros que han usado el recurso didáctico de conocer la interioridad humana para formar el criterio. Veamos algunos ejemplos: Quilón, maestro de espartanos invitaba a conocerse a sí mismo, ir adentro, leer dentro de sí, intus-legere = inteligencia, pues sin ese auto-conocimiento no serían capaces de la acción. Es el punto de partida para la educación en valores pues al conocer los estudiantes sus alcances y limitaciones, podrán ejercitarse en alcanzar lo que es necesario y bueno para ellos. Es tarea del educador que sus estudiantes se conozcan cada día más, propiciando espacios dentro y fuera del aula, espacios de reflexión y conciencia. Pitágoras, por otra parte, dividía el curso en dos durante cinco años: unos solo escuchaban al docente, y otros participaban activamente con preguntas y aportes al tema. Desarrollaba en sus estudiantes la capacidad de escucha, previa a toda participación. Era necesario desarrollar el oído antes de la vana opinión. La música, fundamental para él, invitaba a callar, a afinar la escucha, y disponerse a la reflexión personal. También exigía a sus estudiantes un acabado examen de conciencia al terminar el día, lo que los ayudaba a no vivir en la inmediatez de la vida, sino a aprender de los errores pasados, a prever consecuencias de los actos y a mejorar día a día (Laercio, 1984). Del criterio depende la clarificación de valores, la correcta escala de los mismos, el diálogo, el entendimiento intercultural, la democracia, la tolerancia. Sin criterio las jerarquías personales e individuales pueden contravenir el bienestar familiar y social.

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Justicia Es la cualidad de dar a cada quien lo que le corresponde (Vocabulario de Jurisprudencia Romana, Instituto Savigniani Compositum). Es el valor que une a la persona con el medio en que se desarrolla, vincula al individuo con el entorno, creándose una mutua implicancia de beneficio: cada persona comprende que sus actos tienen una repercusión social, y que las decisiones sociales entrañan una influencia personal. Por ejemplo, para repartir una torta en una familia compuesta por padre, madre, lactantes, escolares, adultos y ancianos, hay opciones para escoger un criterio: una podría ser cortarla en pedazos iguales, lo que sería llamado “equidad” y otra podría ser repartirla según la capacidad de comer y el apetito de cada uno, lo que sería “justicia” pues no supone una igualdad numérica, sino un dar lo que corresponde según las necesidades personales o las circunstancias de cada cual. Gran parte de los valores se fundamentan en la justicia. El respeto es “dar lo que corresponde” a las personas en cuanto al trato, consideración, dignidad. La puntualidad es “dar lo que corresponde” a la institución donde se trabaja y a las personas que guardan una relación con nosotros. Algunos maestros de la antigüedad muestran como inculcaron este valor. Solón repetía: “Aconseja a los ciudadanos no lo más agradable, sino lo mejor”. Tales de Mileto escribía: “No trabajes por ser bello de rostro, sé más bien bello en obras”. Sócrates exigía sus estudiantes: “Ser dueños de sí mismos”, pues el auto-dominio es reflejo de la justicia consigo mismo, ser capaz de ser señor de nosotros mismos y conseguir nuestras propias metas más valiosas. Como se forma un valor: el puente entre la idea y la vida

Condiciones que debe tener el Educador para que los valores sean recibidos El hecho de que el educador viva los valores lo convierte en “transmisor de valores”. Los valores se trasmiten aunque no se lo proponga, la voluntad de hacerlo se realiza de todas formas. Nadie da lo que no tiene, se transmite lo que se vive. Si tenemos amargura, transmitimos amargura; si tenemos miedo, transmitimos miedo (valores negativos); si somos alegres, transmitimos el valor de la alegría. Aunque se cumplan todas las condiciones de intención y voluntad para lograr transmitir 49

valores, si estos no se viven no llegan. Desear un valor tiene que ver con una motivación externa, con las condiciones de recepción del estudiante, si se muestra el valor puede que se despierte la intención y las ganas de obtenerlo. Para que el valor sea productivo debe ser motivador, interesante, atractivo, eso atrae la receptividad del mismo. Descubrir cuál es el valor de “enganche” es una estrategia que estimula y permite integrar otros valores. A veces los valores más importantes son adquiridos por los más simples y poco relevantes, como está contenido en el dicho popular: “El amor entra por estómago”. Una buena comida puede motivar una conversación, una actitud de apertura, así como un buen paseo puede motivar una actitud de confianza. En estos casos el valor inferior es vínculo para los superiores, son un camino sencillo y cotidiano para desarrollar vínculos más profundos. La recepción adecuada de un valor por parte del estudiante depende en primer lugar del respeto. Hay una diferencia entre respetar y estar de acuerdo. El respeto va por el valor absoluto, por la aceptación del hecho innegable de la dignidad de la persona humana. Es libre, único, original e irrepetible y su vida merece respeto. Shakespeare dijo: “El respeto es el eje del mundo”. Formar personas armónicas y orgánicas que integren lo cognitivo, lo afectivo, lo volitivo y lo espiritual, es un gran desafío de valor pedagógico, es lo que integra el ser persona. La dispersión es desintegración de la personalidad. Estrategias Enseñar a los estudiantes a escuchar atentamente por un buen tiempo, invitándolos a contestar preguntas y solo después ayudarlos. No permita respuestas rápidas, ya que la reflexión les ayudará a formar criterio-entendiéndose por criterio, pauta o norma para discernir una cosa-. Ayude a sus estudiantes a reflexionar y examinar su conciencia al dormir y al despertarse: ¿Dónde fui? ¿Qué hice? ¿Dónde estuve? ¿Cuáles cosas practiqué? ¿Hice algo que no debiera? ¿Qué haré hoy por mi familia, por mis compañeros, por mi patria? Esta era la herramienta didáctica de Pitágoras para ayudar a formar un criterio sólido, consciente de la realidad en que se vive y se actúa. El ejercicio que a continuación presentamos permite ejemplificar lo anterior. Haga un listado de los valores, de lo que es valioso para usted, sin orden ni jerarquía, y luego responda: ¿Por cuáles valores estoy dispuesto a dar la vida? ¿Cuál es mi motivación personal principal? ¿Cuáles son valores absolutos? ¿Por qué valor no estoy dispuesto a renunciar y no hay nada que lo sustituya? ¿De qué valor soy responsable? 50

¿Cuáles valores genero a mi alrededor? ¿Mi actuación genera vida y motivación en otros cercanos a mí? (social, comunitaria, personal, autoestima, etc.) ¿Qué valor encarno yo? ¿Qué valores encarnan otros educadores? Nombre tres personas. ¿Qué valor(es) quiero transmitir? A continuación, nombre personas que transmiten o encarnan valores. ¿Cuáles? ¿Cómo? Posteriormente, desarrolle actividades tales como: Revisar biografías. Ver películas y videos de contenido valórico. Desarrollar un diálogo de exaltación de valores. Comunicar experiencias de amor enaltecedor. Leer cuentos, fábulas, analogías, parábolas, para interiorizar valores y actitudes, favoreciendo la asimilación de conceptos: un buen cuento enseña más que mil discursos.

Es necesario recordar que: Para transmitir valores el amor es primordial. El amor respetuoso no domina, no invade, ni posee. El amor compresivo ubica los fenómenos en la etapa y circunstancias de la vida en que está el otro. El amor lúcido se da cuenta lo que conviene al otro, cuáles son sus necesidades. El amor paciente evita salirse de las casillas para luego volver y rectificar. El amor enaltecedor crea el clima adecuado para desarrollar valores. Para formar criterio es necesario considerar que esto conlleva a confiar en la razón como elemento capaz de distinguir lo verdadero de lo falso, lo bueno de lo malo, lo bello de lo abominable. Formar la capacidad crítica es anterior a la elección y práctica de valores. Por más que el educador se esfuerce en transmitir los valores, no garantiza que el estudiante lo vaya a imitar, porque él es libre de aceptarlos o no. Menospreciar, despreciar, descalificar, con la intención de transmitir valores, es una práctica inaceptable en educación.

EJERCER LA AUTORIDAD 51

“Creer en lo bueno del otro. Esa fe nuestra en el otro, se convierte en fuerza para que el otro crezca”. La autoridad es un servicio para que el otro crezca en la libertad de elegir el bien propio y ajeno, viene del latín y significa “sostener para crecer”. Algunos grandes personajes e instituciones sociales establecidas, pueden iluminarnos en este aspecto: Gandhi: Autoridad de Paz. Sostuvo la lucha pacífica de la India para que crezca unida como nación. Juan Pablo II: Autoridad de Unidad. Sostuvo el encuentro ecuménico entre las religiones para que crezca la paz y la unidad entre los pueblos. Teresa de Calcuta: Autoridad en misericordia. Sostuvo a los más desposeídos y moribundos para que crezca el respeto a la dignidad humana hacia los más pobres, poniendo su corazón en la miseria. Contraloría: Autoridad que sostiene la legalidad de las instituciones públicas para que crezcan en transparencia en beneficio de los ciudadanos. Confederación de la Producción y del Comercio: Autoridad que sostiene la misión de la empresa privada para que crezca la economía en beneficio de los trabajadores. Autoridad de los Padres: Sostenedores de la vida de sus hijos para que crezcan. Ejercer la autoridad como docente es prestar un servicio en lo cotidiano, en el diario vivir, en acciones concretas. No es un concepto abstracto, inabordable. Ejercer la autoridad es un servicio de ternura y de firmeza (Lyford-Pike, 1988). Servicio de Ternura. Dar un servicio de amor tierno, cariñoso, cercano, personal, incondicional, lleno de caricias y palabras de reconocimiento, de donación hacia un ser que se gestó en un acto de amor y que se recibe para educar en un acto de vocación y responsabilidad. Servicio de Firmeza. Dar un servicio de amor inteligente, comprometido, servicial, verdadero, responsable, paciente, al que se responde con obediencia. Estos componentes buscan el bien y el crecimiento de los estudiantes y no la comodidad de los profesores. Es una difícil armonía, pues por un lado la ternura exige comprensión, perdón, dialogo, acogimiento, y por otro lado la firmeza lleva a la obediencia, al crecimiento, al desarrollo de la potencialidad de ese ser humano. Por eso, haciendo una analogía con las plantas, a estas se las mima y se las poda, se las alimenta y se les ponen tutores, para que crezcan sanas, fuertes y manifiesten todo su esplendor. Firmeza mal entendida: Ternura mal entendida:

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Autoritarismo Rigidez Descontrol emocional Agresividad Descalificación Maltrato Abuso Libertinaje Blandura Tolerancia total, sin impunidad Permisividad Sobreprotección Abandono D esborde emocional Educar con autoridad exige coherencia de los profesores en cuanto a hacer lo que piensan, decir lo que piensan, y hacer lo que dicen. En definitiva, consiste en establecer un equilibrio y armonía entre estos binomios: Comprensión ~ Exigencia: “Entiendo que te encanta la televisión, pero es hora de comer”. Confianza ~ Respeto: “Yo sé que tú sabes, levanta la mano para contestar en tu turno”. Libertad ~ Obediencia: “Puedes elegir los calcetines, pero tienes que vestirte de inmediato”. Intimidad ~ Apertura: “Sé que te da vergüenza, pero tú puedes y debes leer el discurso”. Ternura ~ Firmeza: “Te quiero mucho, pero debes ordenar tus cosas antes de salir”. Sentimiento ~ Inteligencia: “Sé que esto te gusta, pero te puede hacer daño”. Educar con autoridad no es nada fácil pues los estudiantes en su etapa de crecimiento: E xploran el mundo, quieren conocer. Buscan su identidad, forman su personalidad, conocen su temperamento. Prueban sus límites, su independencia, su autonomía. Interactúan con otros, con el medio, consigo mismos. Desarrollan la conciencia moral, conocen el bien y el mal. Se mueven por amor y desamor: afecto y rechazo y refuerzos positivos. 53

Considerando lo anterior, los estudiantes requieren: Seguridad. Ser acompañados, contenidos, modelos a imitar, normas, ser claros. Confianza. Que se crea en ellos, que son capaces, que pueden realizar acciones por sí mismos. Autoestima. Buscan ser reconocidos, aplaudidos, valorados. Independencia. Buscan valerse por sí mismos, hacer las cosas sin ayuda. Identidad. Yo quiero, yo no quiero, yo soy, a mí me gusta… Conocer. Buscan explorar, investigar, curiosear, tocar. Interactuar. Requieren moverse, tocar, mirar, oler, hablar, estar con otros. Todo esto produce conflictos en algún momento. Para educar y ahorrarse conflictos permanentes, es importante educar en el ejercicio concreto de la autoridad: sostener para crecer. “Abonar en la cuenta de ahorro emocional suficientes caricias, refuerzos positivos, ternura, valoración, palabras de valor y confianza que nos permitan sobregirarnos en un momento de cansancio e irritación y que para nuestros estudiantes sigamos siendo su modelo, su referente y aún más, nos sigan queriendo”. (Milicic y Céspedes, 2008). Ventajas de ejercer una adecuada autoridad Al marcar los límites ponemos un tutor para crecer sanos, fuertes, rectos, firmes, sólidos al igual que los efectos de la poda en el mundo vegetal. Transmitimos a los estudiantes una imagen positiva de ellos mismos y una buena autoestima; por ejemplo, al obedecer el niño piensa: soy bueno, ordenado, cooperador, trabajador, alegre, obediente, servicial, etc. Perfilamos las normas de respeto y convivencia que enriquecen la organización social y familiar, como son el respetar turnos, obedecer a los semáforos, aplicar normas de cortesía, etc. Normas claras evitan trastornos de conducta y comportamiento en niños y jóvenes. Ilustra lo negativo la sentencia: “No hago lo que me agrada sino lo que me conviene”. Entrega modelos de responsabilidad personal y social. Los profesores también obedecen a una autoridad externa. Entrega un aprendizaje básico de hábitos tanto físicos (alimentación, higiene, sueño reparador) como sociales e intelectuales (comportamiento social, hábitos de trabajo y estudio, cortesía, respeto, relaciones interpersonales, participación, diálogo, comprensión, etc.).

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Es necesario recordar que:

Las actitudes para ejercer con eficiencia la autoridad son: Cariño incondicional Compromiso permanente Paciencia infinita Equilibrio y flexibilidad Constancia y perseverancia Hablar claro Mirar a los ojos Respaldar las palabras con actos Poner las reglas del juego con anterioridad Anticipar las consecuencias de sus actos Estas actitudes evitan autoritarismo y permisividad. Sin embargo, en casos extremos, es preferible para el desarrollo un exceso de autoridad que permitirá contar con múltiples límites para crecer, ya que la ausencia de esta dejaría al sujeto sin estructuras. Ejercer autoridad no traumatiza a nadie. “Ausencia de autoridad… un barco a la deriva…” (Aravena, 2007). Hay diversidad de normas pero un solo principio: Respetar derechos y deberes de padres y de hijos, de profesores y de estudiantes. DOMINIO DE LA DISCIPLINA Una de las claves para el éxito del proceso de enseñanza aprendizaje es la disciplina. Si bien el concepto de disciplina tiene varias acepciones, tomaremos para nuestro objetivo la siguiente: “Disciplina es la observancia de las leyes, reglas y ordenamiento de una institución, en este caso la institución escolar”. Es necesario tener presente que la disciplina se adquiere en la interacción constante entre el docente y el estudiante; no se adquiere en forma rápida sino en el largo plazo y debe formar parte de los objetivos transversales en el quehacer educativo formativo. Manejar las acciones que se presentan en la sala de clases es una situación muy compleja porque significa manejar la relación del docente y el conjunto de diferencias individuales 55

que forman el grupo curso. La disciplina es indispensable para poder realizar una buena relación enseñanza-aprendizaje y lograr mantenerla es habilidad de un profesor exitoso. En todas las salas de clases surgen problemas conductuales y no siempre hay tiempo, preparación o ánimo para analizar las causas que las provocan. Sin embargo, el docente debe implementar adecuadas conductas para lograr un aprendizaje eficaz en sus estudiantes. El manejo de las conductas disruptivas se ha vuelto importante por la presencia cada vez más frecuente de trastornos conductuales y emocionales en la infancia. A nivel de la sala de clases hay que considerar la actitud y la personalidad del docente en relación a las dificultades presentadas por los estudiantes. Por ejemplo: ¿tiende a pensar que es un problema de los apoderados? ¿Tiende a dar excesiva atención a las conductas problemas y las magnifica? O por el contrario, ¿minimiza los trastornos y no les da solución? La personalidad del docente imprime un tipo de clima determinado en la sala de clases; los profesores de carácter más estructurado y organizado son más efectivos en promover el autocontrol y el logro escolar, pero deben cuidar de no caer en excesiva rigidez o autoritarismo. Los profesores más espontáneos y tolerantes generan mayor participación y seguridad en los estudiantes, pero si es excesivo pueden generar falta de auto control y escasa formación de hábitos. Un docente organizado y carismático sería la formula más adecuada. Disciplina en el hogar y ejercicio de la disciplina Tanto en la escuela como en el hogar, la disciplina es un elemento básico para la educación de hijos e hijas y estudiantes. Se deben marClaves car límites y objetivos claros que permitan diferenciar qué está bien y qué está mal. Tal vez uno de los errores más frecuentes que cometen padres, madres y educadores, es excederse en la tolerancia. Y entonces empiezan los problemas. Se debería llegar a un equilibrio, pero, ¿cómo conseguirlo para ejercer una adecuada disciplina? A continuación revisaremos algunos de los principales errores que con mayor frecuencia debilitan y disminuyen la disciplina de padres y profesores: La permisividad. Es imposible educar sin intervenir. El niño pequeño no tiene conciencia de lo que es bueno ni de lo que es malo, de lo correcto o incorrecto, de lo conveniente o inconveniente. No sabe si se puede rayar en las paredes o no. Los adultos somos quienes hemos de decirle lo que está bien o lo que está mal. El dejar que se ponga de pie encima del sofá porque es pequeño, por miedo a frustrarlo o por comodidad, es el principio de una mala educación. Un hijo que hace “maldades” y sus padres no lo corrigen, finalmente pensará que es porque no lo estiman ni lo valoran. Un profesor que permite que la mayoría de los estudiantes masquen chicle, 56

hablen por celular, no tengan los materiales necesarios y a mano, no ejerce su autoridad ni promueve el seguir las normas establecidas. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices. Ceder después de decir no. Una vez que se ha decidido actuar, la primera regla de oro a respetar es la del no. El no es innegociable. Aunque nunca se debería negociar el no, suele ser el error más frecuente y que más daño hace a los educandos e hijos. Cuando usted vaya a decir no a su hijo o hija, piénselo bien, porque no hay marcha atrás. Si usted le ha dicho a su hijo que hoy no verá la televisión, porque ayer estuvo haciéndolo más tiempo del que debía y no cumplió con sus deberes, su hijo no puede ver la televisión aunque le pida de rodillas y por favor, con cara suplicante, llena de pena, una nueva oportunidad. Hay niños entrenados en esta parodia. Lo mismo ocurre con las normas impuestas por los profesores. E n cambio el sí, sí se puede negociar. Si usted piensa que el niño puede ver la televisión esa tarde, negocie con él qué programa y cuanto rato. El autoritarismo. Es el otro extremo de la permisividad. Es intentar que el niño haga todo lo que el padre quiere, anulándole su personalidad. El autoritarismo solo persigue la obediencia por la obediencia. Su objetivo no es una persona equilibrada y con capacidad de autodominio, sino hacer de ella una persona sumisa, una suerte de esclavo sin iniciativa, que haga todo lo que dicen los adultos. Es tan negativo para la educación como la permisividad. Falta de coherencia. Hemos dicho que los niños han de tener referentes y límites estables. Las reacciones del padre/madre o docente han de ser siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Nuestro estado de ánimo ha de influir lo menos posible en la importancia que se da a los hechos. Si hoy está mal rayar en la pared, mañana también. I gualmente, es fundamental la coherencia entre el padre y la madre. Si el padre le dice a su hijo que se debe comer con los cubiertos, la madre ha de apoyarlo, y viceversa. No debe caer en la trampa de: “Déjalo que coma como quiera, lo importante es que coma”. Gritar. A veces es difícil no perder los estribos. De hecho, todo educador sincero reconoce haberlos perdido alguna vez en mayor o menor medida. Perder los estribos supone un abuso de la fuerza que conlleva una humillación y un deterioro en la autoestima del niño. Además, a todo se acostumbran las personas. Así también los niños y niñas a los gritos que cada vez surten menos efecto: Perro ladrador, poco mordedor. Gritar conlleva un gran peligro inherente. Cuando los gritos no dan resultado, la ira del adulto puede pasar fácilmente al insulto, a la humillación e incluso a los malos tratos psíquicos y físicos. Nunca debemos llegar a este extremo. Si los padres o los profesores se sienten desbordados, deben pedir ayuda: tutores, 57

psicólogos, escuelas de padres, etc. No cumplir las promesas ni las amenazas. Los niños aprenden muy pronto que cuanto más promete o amenaza un padre/madre o profesor, menos cumple lo que dice. Las promesas y amenazas deber ser realistas, es decir fáciles de aplicar. Un día sin tele o sin salir, es posible. Un mes resulta imposible de controlar y cumplir. Negarse a negociar. No negociar nunca, implica rigidez e inflexibilidad. Supone autoritarismo y abuso de poder, y por lo tanto incomunicación. Un camino ideal para que en la adolescencia se rompan las relaciones entre los padres y los hijos. No escuchar. Muchos padres se quejan de que sus hijos no los escuchan. Y el problema es que ellos no han escuchado nunca a sus hijos. Los han juzgado, evaluado y les han dicho lo que habían de hacer, pero escuchar atentamente, empáticamente… no siempre. Exigir éxitos inmediatos. Con frecuencia, los padres tienen poca paciencia con sus hijos. Quieren que sean los mejores ahora. Olvidan que nadie ha nacido formado. Y todo requiere un periodo de aprendizaje con sus correspondientes errores. Situaciones y comportamientos que pueden admitir en los demás, no pueden soportarlos cuando se trata de sus hijos, en quienes solo ven aspectos negativos y que, “para que el niño aprenda”, se las repiten una y otra vez. Las normas en la familia y en la escuela son una fuente de bienestar En la familia y en la escuela establecemos normas y limites que nos facilitan la convivencia y permiten saber lo que esperamos de los otros y lo que ellos pueden esperar de nosotros. Si nos preguntamos por la razón de ser de esas normas o por el sentido de una regla, estamos haciendo referencia a los valores. Las reglas o normas acordadas se pueden conocer mediante algunas preguntas como ¿qué se espera de mí? ¿Cómo debo comportarme? ¿Cómo debo dar fuerza a mi familia? ¿Cómo se toman las decisiones? Cuando las reglas existentes en la familia son rígidas, inflexibles y no acordadas, se genera malestar por parte de los hijos. En el caso contrario, cuando las reglas son de consenso, acordes a la edad y a las posibilidades de cada cual, se genera bienestar en todos los miembros de la familia. Las normas y límites permiten guiar tanto el comportamiento de los estudiantes como el de los hijos. Las normas que favorecen la convivencia y permiten progresar a una familia o a un curso, son aquellas claras, realizadas en conjunto y adecuadas a su edad. Las normas pueden ser: Claras. Verbalmente explícitas y claras; los padres toman en cuenta la opinión de los 58

hijos y tienen en cuenta la etapa de desarrollo; por ejemplo, no vas a tomar ninguno de los frascos de este lugar. Difusas. Las reglas no son consistentes para los hijos, hasta que sobrepasan nuestra tolerancia y se nos salen de las manos sus conductas por no haber dictado normas consistentes. Los padres pueden no aclarar a sus hijos las normas, o dejar conversaciones abiertas cuando se deben hacer acuerdos. Rígidas. Las reglas con colocadas de forma autoritaria y sin tener en cuenta la opinión de los demás. Usualmente las dictan los padres sin tener en cuenta la opinión y sentimientos de los hijos. Es importante que ante varios problemas cotidianos como las tareas, el orden de la sala o habitación, la puntualidad, la hora de la comida o de llegada, se tengan en cuenta los siguientes puntos que favorecerán el cumplimiento de la norma: Definir claramente el problema. Enfocar los problemas uno por uno. Ser consecuentes y constantes. Ser positivos. Hacer saber a los niños y niñas lo que se espera de ellos.

Es necesario recordar que

La disciplina no es castigo sino una ayuda para que los niños se comporten de forma adecuada según su edad y nivel de desarrollo, tanto cuando están solos como en ambientes sociales. Los niños nunca deben sentirse ni amenazados ni temerosos cuando se les aplique la disciplina. Debemos enseñarles con ternura y firmeza. La disciplina ayuda a: E stimular la conducta adecuada. Ayudar a evitar que surjan problemas a medida que el niño crece. I nculcar un sentimiento de autodisciplina para toda la vida.

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Tiempo de Espera o Tiempo Perdido (Wasting Time) En la actualidad, ya entrados en el siglo XXI, en educación ha surgido con mucho ímpetu el interés y la discusión en torno al “tiempo” en la sala de clases. Las autoridades educacionales, en su afán por tratar de optimizar el tiempo y mejorar el rendimiento de los alumnos, han pensado en aumentar las horas que se dedican a las asignaturas de Lenguaje y Matemática (que se han presentado como las mas deficientes en término de rendimiento, Pisa 2010), sosteniendo que a “mayor cantidad de tiempo dedicado a la asignatura, mayor aprendizaje efectivo”. Esta aseveración no mejora las metodologías, la formación de los docentes, el contenido de las asignaturas, ni ninguna otra de las tantas variables involucradas en este proceso. Entonces, aunque se aumenten las horas exponencialmente, no se verán avances en el logro de los aprendizajes si no se refuerzan los otros aspectos de la asignatura considerada fundamental por todas las personas interesadas en el tema. Como planteamos en nuestro libro A Estudiar se aprende, los aprendizajes efectivos se obtienen si se considera la formación del profesor como un factor fundamental. Esta formación debería desarrollar un espíritu de responsabilidad que lo lleve a preparar la clase en forma adecuada (no recurrir a la improvisación), a destinar tiempo para buscar estrategias y a preparar una buena motivación (aspecto fundamental para despertar el interés del estudiante y por ende su concentración), a que tenga muy claro los objetivos que persigue con cada clase impartida, a que tenga conciencia y maneje el clima del aula, etc. En un artículo del diario El Mercurio del día 5 de Diciembre de 2010, la Directora del Centro de Perfeccionamiento Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación (CPEIP), Carmen Cruz Fabres, recuerda un estudio reciente hecho en el país que reveló que “en promedio, en muchos colegios, los aprendizajes efectivos no pasan de 20 minutos en una clase prevista de 45 a 90 minutos, lo que demuestra que hay mucho tiempo escolar que se pierde”. 60

Esto nos lleva a reflexionar sobre los llamados “Tiempos de Espera o “Tiempos Perdidos”, contrapuestos al llamado “Tiempo Activo de Aprender”, nombre con el que se designa al tiempo real durante el cual un estudiante se involucra totalmente en el proceso, siendo así mayor su posibilidad de logro. Todos hemos tenido la oportunidad de experimentar u observar el tiempo de espera que se desperdicia para que todos los niños y niñas ingresen a la sala de clase, para obtener silencio, para que organicen el material, para que pongan atención, para pasar la lista de asistencia, etc. No es difícil darse cuenta que con estas esperas se está privilegiando a la excepción; es decir, al estudiante que conversa, al que está distraído, al que no llega a tiempo, al que no saca sus materiales, y mientras tanto el 75% de los alumnos restantes deben esperar, perdiendo el interés o motivación con que posiblemente ingresaron a la clase. En el capítulo anterior se habla de las claves o factores para ser docentes y padres exitosos y queremos enfatizar una vez más que la motivación, claridad de la exposición, el hacer una clase en que se sostenga una conversación interactiva, la evaluación formativa, el contener emocionalmente al alumno y en el caso del hogar, al hijo o hija, son factores que indudablemente influyen en la obtención de logros académicos. El terminar con el Tiempo Perdido o Tiempo de Espera en los establecimientos educacionales tiene que ver, a nuestro entender, principalmente con la gestión de la dirección de la escuela y con el manejo metodológico y disciplinario de los docentes, siendo estos últimos responsables de cómo se desarrolla la clase, del clima que se genera y de la calidad de la interacción afectiva tanto con sus estudiantes como con los padres y apoderados.

Es necesario recordar que: Un docente puede lograr aprendizaje efectivo y de calidad sin perder tiempo, presentando una muy buena motivación, una seria planificación de clase, teniendo los objetivos muy claros y un adecuado manejo de la disciplina de su grupo. Mejorar los aprendizajes y la calidad de la educación en niños, niñas y jóvenes es un problema país, en el cual hay que considerar a los padres, a los directores y a los profesores, sin endosar la responsabilidad solo a uno de los actores y prescindir de los demás. E l Tiempo de Espera o Tiempo Perdido (Wasting Time) puede aminorarse con una adecuada gestión tanto directiva como docente. 61

N o se necesita mayor cantidad de tiempo con los estudiantes e hijos e hijas, sino que el tiempo entregado sea de calidad y se optimice eficazmente. Estrategias de modificación conductual a nivel de sala de clases Sin entrar a analizar en profundidad las técnicas para la modificación conductual, diremos que las técnicas de Condicionamiento Operante, aunque antiguas, son las que más se han usado y a nuestro juicio son aquellas que obtienen mejores resultados. Según Reynolds (1968), Condicionamiento Operante es una ciencia experimental de la conducta, es un proceso en el cual la “frecuencia de ocurrencia de una conducta se modifica por sus consecuencias”. Las modificaciones conductuales en la sala de clases tienen como fin: Disminuir o extinguir una conducta desadaptativa. Aumentar e implementar una conducta deseable o inexistente. Solo nombraremos las técnicas para modificar una conducta desadaptativa e implementar una adaptativa sin entrar en análisis de estas, por ser conocidas por los profesores. Para conductas desadaptativas: El hartazgo y la práctica negativa. El castigo. La negación del refuerzo. El aislamiento. El uso de conductas incompatibles. Para implementar una conducta adaptativa, las técnicas más conocidas son: Planes de refuerzo positivo, negativo y “sistema de Token”. La imitación o modelaje. Estos temas conviene profundizarlos a través de la lectura de los textos de Blackham Garth y Silberman (2002) y Buckley y Hill (1978), sugeridos en la bibliografía. Estrategias de manejo de conductas desadaptativas a nivel individual El cuadro que presentamos tiene por objeto una mejor comprensión de las estrategias para el manejo de diferentes conductas y es necesario insistir en que todas ellas se pueden, según criterio, aplicar a cualquiera de estas conductas desadaptativas.

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Es necesario recordar la conveniencia de: Resaltar lo positivo del estudiante y del grupo curso. Describir conductas y situaciones particulares en vez de rotular y generalizar. Generar cambios positivos en los estudiantes ayudándolos a fijarse metas y hacerse responsable de las consecuencias de su conducta. 65

Mantener actitud de diálogo y cercanía con los estudiantes. Trabajar en conjunto Colegio-Familia en una actitud de colaboración y no de crítica. Ser reservado y prudente con la información personal de cada estudiante y/o familia. No descalificar. No gritar. No cambiar de ánimo pues esto desconcierta a los estudiantes. No minimizar los problemas ni tampoco magnificarlos. Usar “mensajes yo” para mostrar consecuencias de los actos sobre los demás.

PLANIFICACIÓN, ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO Y MANEJO DEL CURRÍCULUM Planificación Para la planificación, organización del tiempo y manejo del currículum es esencial la aceptación de los profesores al proyecto educativo del colegio o escuela al que está adherido. Esto le permite poner los énfasis tanto en lo formativo, valórico, actitudinal como en lo metodológico. Solo a partir de allí podrá realizar una planificación adecuada que contemple, por un lado, el desarrollo de destrezas intelectuales, contenidos, actitudes y valores y, por otro, las actividades propias, los aprendizajes esperados, los indicadores de logro y los tipos de evaluación. Todo ello distribuido con acuciosidad en el tiempo y teniendo presente que debe atender tanto las necesidades de los más dotados como las de aquellos que aprenden de una manera o a un ritmo diferente de la mayoría. Una adecuada planificación hace posible distribuir equilibradamente la jornada diaria, semanal, quincenal y mensual o semestral y ayuda a disminuir el “estrés del profesor”. Planificación a nivel de escuela 66

Un programa coordinado donde se incluya todo el quehacer de la escuela, desde las áreas académicas hasta las actividades extra programáticas, debe ser efectuada por la Coordinación Pedagógica de cada establecimiento. Esta planificación amplia y explícita ayuda al docente y le da seguridad y confianza de que su propia actividad diaria podrá ser efectuada sin interferencias ni superpuesta a otras. El éxito de esta planificación dependerá del cuidado con que se organice la distribución y el acabado conocimiento del proyecto educativo de la Escuela por parte de la coordinación. Planificación a nivel del docente Su prioridad es organizar la “hora pedagógica”, habitualmente 45 minutos en un módulo y 90 minutos en dos módulos. Al planificar la hora pedagógica es necesario tomar en cuenta los factores de concentración y fatiga de los estudiantes. La concentración funciona como una pila: se carga o descarga en función de la fatiga. La máxima capacidad de concentración de un adolescente o de un adulto normal, dura de veinte a treinta minutos; después de ese tiempo interfieren otros estímulos que impiden mantenerla al máximo. La falta de concentración implica “falta de control” sobre la capacidad de atención que todos tenemos. Para optimizar la concentración y disminuir la fatiga, se recomienda cambiar los canales de recepción del estímulo y de actividades. Por ejemplo: si estoy escribiendo, cambio a escuchar; si estoy leyendo cambio a hablar; si estoy hablando cambio a escribir; si estoy escuchando, leo. En cuanto al cambio de actividad que debe realizarse para recuperar la concentración, es importante que la planificación de los horarios considere programar alternadamente asignaturas diferentes en temáticas y formas de abordaje. Por ejemplo, evitar que a continuación de dos módulos de física, vengan dos módulos de química o matemática, privilegiándose el cambio entre ciencias y materias humanísticas. Es así como en una sala de clases durante una hora pedagógica, el docente debe variar el estímulo para entregar el contenido, recogiendo información, exponiendo ideas, sintetizando, comentando, buscando alternativas, emitiendo juicios frente a una misma materia, con el fin de lograr la máxima concentración de sus estudiantes. Debe también variar la respuesta al estímulo. Por ejemplo, si en un módulo de dos horas pedagógicas durante la primera hora hubo discusión y exposición oral, cambiará el “canal de recepción auditivo” por un estímulo de “recepción visual” o de “expresión gráfica” en la segunda hora pedagógica. planificación de la unidad temática debe considerar: el contenido, la situación de aprendizaje, las actividades pedagógicas a realizar, los indicadores de logros y los 67

instrumentos de evaluación. Una hora pedagógica debe considerar, aproximadamente, la siguiente distribución del tiempo: Pedir silencio, saludar: 5 minutos. Recordar la materia pasada: 5 minutos. Motivación y presentación del tema: 10 minutos. Análisis y aplicación práctica del tema tratado: 10 minutos. Globalización, síntesis, ideas principales: 10 minutos. E ntrega de ejercicios, aplicación de lo tratado, tareas: 5 minutos. Es importante involucrar a los estudiantes en la planificación de la jornada de trabajo. Deben conocer cuándo se van a realizar trabajos, cuestionarios, guías, evaluaciones, etc. y guiarlos para confeccionar los horarios y organigramas que les ayuden y les permitan orientarse en el tiempo y en el espacio. Organización del tiempo Un horario diario equilibrado contempla: Dormir: 8 horas. Ir al colegio o trabajar: 8 horas. Hábitos vitales: hábitos de higiene, alimentación y traslado: 4 horas. Son 20 horas fijas que no pueden alterarse y que completan el día las 4 horas restantes: Trabajo escolar en casa: 2 horas para estudiantes de EM y 1 hora para estudiantes de EGB. Convivencia social: 1 hora. Desarrollo de talentos y actividades como deportes, música y otros: 1 a 2 horas. Las materias de mayor complejidad se deben ubicar en los momentos en que los niños están más descansados y no ubicarlas al final de la jornada escolar.

Es necesario recordar que: Los estudiantes deben manejar el calendario de actividades, controles y pruebas. El tiempo es un recurso no renovable, es una riqueza que se puede aprovechar o simplemente desperdiciar. 68

Se ha calculado que la riqueza en tiempo de que dispone una persona es de 21 millones de minutos, considerando que trabaje hasta los 60 años y destine 8 horas diarias para dormir. “Perder el tiempo” es una falta irreparable. Si apreciamos debidamente el valor del tiempo, sabremos aprovecharlo mejor. Las materias de mayor complejidad se deben ubicar en los momentos en que los niños están más descansados.

MANEJO DEL CURRÍCULUM El origen del término currículum se remonta la Siglo XVII, en las Universidades de Leiden y Glasgow. El término ha tenido diversas acepciones. Hemos seleccionado algunas definiciones porque consideramos que aportan elementos que servirían para manejar los diferentes enfoques de currículum: “Un conjunto de unidades de contenido estructurado en un una secuencia jerárquica” (Gagné 1966). “Caminos de aprendizaje, instrumento que trasforma la enseñanza, guía al profesor y ofrece una retroalimentación y modificaciones al diseño original” (Casarini, 1999). “Currículum son todas intenciones y objetivos que toman lugar en una escuela con la finalidad de alcanzar las metas de aprendizaje en el estudiante que la misión de la institución busca” (Robledo y otros, 2001). El currículum en Chile se constituye a partir del desafío de la Reforma Educacional (1990) que fue asegurar, por parte del Estado, “el acceso y calidad de los aprendizajes a toda la población escolar del país”. Los objetivos fundamentales (OF) y los contenidos mínimos obligatorios (CMO) buscan generar competencias que se desarrollen a lo largo de los catorce años de escolaridad (considerando a los párvulos). Los contenidos mínimos son de conocimiento, habilidades y actitudes. El manejo y adecuación del currículum con sus contenidos mínimos y objetivos fundamentales, constituye un importante aspecto para mejorar el conocimiento de los estudiantes. A partir de esta base los establecimientos quedan en libertad de adecuar sus programas. Cada establecimiento debe mostrar en su organización: Un currículum institucional u oficial. Qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar. Normas para modificaciones curriculares cuando sea necesario. Estos tres aspectos requieren o implican un proceso de “toma de decisiones” tanto de la 69

dirección del establecimiento como, muy especialmente, de los profesores. Se debe adaptar el ritmo y el estilo de aprendizaje al promedio de los estudiantes que conforman el grupo curso y demanda por parte del docente de un acabado conocimiento de las materias y metodologías requeridas. Se ha insistido en el uso de tecnologías como elemento fundamental para el mejoramiento en todos los niveles de la enseñanza. Este aspecto debe considerar las dificultades que provienen de la formación profesional, hábitos, actitudes, expectativas y costumbres de los profesores. Es tarea de la escuela y de cada docente buscar la integración efectiva entre las habilidades cognitivas de sus estudiantes y los medios destinados a este fin. La tecnología y la globalización por medio de las comunicaciones inmediatas y universales, es un aporte a la educación que requiere una planificación curricular cuidadosa y metódica, a fin de evitar que el medio se anteponga al fin. Cualquier aprendizaje académico se desarrolla sobre la base de la habilidad lectora que posean sus estudiantes, por lo que al hablar de currículum en la actividad académica nos referiremos al currículum cognitivo y nos detendremos a analizarlo desde la enseñanza para la lectura, la comprensión lectora, y las habilidades y destrezas desarrolladas para leer y escribir. Existen muchas metodologías para ser un buen lector y ser capaz de ampliar el conocimiento a través de la lectura; sin embargo, el éxito del currículum cognitivo (enseñar a pensar) plantea la necesidad de estimular la habilidad lectora a fin de obtener mejores resultados en todos los ámbitos del saber, con estrategias que incluyan distintos tipos de conocimiento de una manera flexible. Esto es la “enseñanza para la lectura auto-regulada”, que consiste en despertar en los estudiantes la conciencia de las variables que son importantes y su capacidad para tomar el control de su aprendizaje. A esto se le llama “aprendizaje auto-regulado”. Es importante proporcionar a los estudiantes, en especial a aquellos que tienen dificultades para aprender a partir de textos escritos, conocimiento de las variables que influyen en la comprensión de la lectura y de las estrategias que la facilitan. Un estudiante auto-regulado debería ser capaz de utilizar distintos tipos de conocimiento de manera flexible para aumentar la comprensión lectora: Conocimiento del mundo real. Ampliar la información a todo tipo de tópicos que faciliten la comprensión del mundo que nos rodea. Conocimiento meta-cognitivo. Experiencias y conocimientos previos que le permiten al estudiante seleccionar, emplear, controlar y evaluar el uso de estrategias de aprendizaje que, de acuerdo a sus características personales y experiencias de 70

aprendizaje previas, le facilitan la adquisición de nuevos conocimientos formales. Estrategias para el logro eficaz de tareas de aprendizaje. Esquemas, resumen, subrayado, preguntas, claves, técnicas de memoria, etc. ¿Cómo desarrollar el conocimiento del mundo real? E xperimentando en forma directa con el medio que los rodea. Teniendo acceso a la información informal a través de experiencias variadas y enriquecedoras para el conocimiento. Manteniendo un diálogo permanente de interacción y vínculo personal con el estudiante. Desarrollando un lenguaje rico en conceptos, modismos, vocabulario, expresión de ideas y sentimientos. Desarrollando la capacidad de observación, análisis, comparación, síntesis, juicio, conclusión, evaluación. Estableciendo un lazo afectivo permanente, personal, que facilite el fluir de las emociones e ideas que permiten la formación del pensamiento, del auto conocimiento y de comprensión del mundo que les rodea. Desarrollando las relaciones interpersonales y las interacciones con el medio social, cultural, histórico, científico, biológico, humanista, y religioso. ¿Como desarrollar el conocimiento meta-cognitivo? Hacer preguntas de todo tipo que faciliten las alternativas, las soluciones, las consecuencias, la experiencia previa, la información informal, el acceso al conocimiento previo. E ntrevistar al estudiante para tener acceso parcial a los conocimientos y actitudes del estudiante. Pensar en voz alta, comentar las ideas que van surgiendo en la experiencia lectora. Releer, pre-leer, asociar, analizar, comparar. Organizar la información. Desarrollar composiciones y resúmenes sobre el tema. Verbalizar las técnicas aplicadas en distintas circunstancias y analizar cuáles ha sido más efectivas para el propio aprendizaje. Involucrarse en los temas desde la propia experiencia. ¿Cómo desarrollar estrategias para el logro eficaz de las tareas? Aclarando los propósitos de la lectura. E nfocando adecuadamente la actividad: es diferente leer por entretención a leer cuando se estudia. Generando preguntas que despierten el interés y la atención sobre el tema. 71

Activando los conocimientos de base. Creando relaciones entre lo que se sabe y la nueva información. Prestando atención a los contenidos centrales y no a los secundarios o accesorios. Usando actividades de control para saber si se está comprendiendo, tales como autointerrogación, repetición, síntesis. Sacando conclusiones, interpretaciones, resumir, esquematizar. Simbolizar. Tomando en cuenta las características del estudiante y las exigencias propias de la tarea. Quien está familiarizado con el día a día escolar, ya sabe que hay mucho para enseñar en poco tiempo, por lo que darle un lugar a la enseñanza de estrategias dentro del currículum no es trivial y el tiempo que se destina a ello es una inversión para futuros aprendizajes. Los profesores tienen oportunidad de experimentar la “enseñanza auto-regulada” y el currículum cognitivo, antes, durante y después de leer un texto o enfrentarse a cualquier conocimiento. Es responsabilidad de la escuela dar espacio a la aplicación del currículum cognitivo para enseñar a pensar a los estudiantes, a partir de lo cual podrán adquirir nuevos conocimientos. Estrategias a desarrollar Enseñanza previa a la lectura del texto o entrega de un nuevo concepto, desarrollando la meta-cognición. Enseñanza de estrategias durante la lectura, como subrayar, buscar la idea principal, hacerse preguntas claves, clasificar la información. Enseñanza post lectura, como resumir, esquematizar, tomar apuntes, recordar, repasar, graficar, aplicar los contenidos y la información a nuevas situaciones.

Es necesario recordar que: Al organizar el currículum se deben aplicar estrategias que tengan distintos grados de exigencia que motiven y favorezcan la ayuda y cooperación mutua. La tecnología y globalización actuales exigen flexibilidad en el acceso a asesorías o consultorías que puedan “demostrar innovaciones probadas” como medio efectivo para mejorar el currículum y los aprendizajes. Programar el tiempo racionalmente para la transmisión de los contenidos, pensando siempre en la calidad de los mismos. Revisar las materias y contenidos de los libros de apoyo y adecuarlos al programa. 72

Los niños y los profesores necesitan tener la oportunidad de elegir entre las alternativas que da el programa, sin estar estrictamente sujetos a cumplir con el currículum en un tiempo y en un ritmo determinados.

ESTRATEGIAS PARA SER UN BUEN DOCENTE Creer en estudiantes. Una práctica docente esencial es creer que los estudiantes son capaces de aprender. No se les debe discriminar por factores socioeconómicos o culturales. Creer en los estudiantes implica respetarlos, disciplinarlos y ponerles exigencias. Manejar el currículo. Un docente debe ser sólido en el manejo de los contenidos del currículo y hábil para transferirlos adecuadamente y de manera atractiva. Indispensable también es tener claridad respecto a qué aprendizajes y habilidades se quiere fortalecer. Conocer a sus estudiantes. Un docente necesita conocer a cada uno de sus estudiantes en sus potencialidades, conocimientos previos y debilidades para poder mediar con éxito. Así podrá distribuir el trabajo de forma individual o grupal, ofrecer y supervisar espacios y tiempos especiales para reforzar a aquellos que se van quedando atrás y poner mayores desafíos a quienes avanzan más rápido. Tener paciencia. Un buen docente debe tener muchas virtudes, pero especialmente paciencia, serenidad y buen humor en su labor profesional y en el trato con los estudiantes. Debe trabajar con alegría y aprender a mirar lo positivo, ser una persona en constante perfeccionamiento y motivador para los estudiantes. Evaluación constante de logros. Tener espíritu crítico frente a sus acciones. Reconocer el valor de la evaluación externa y/o de la institución a la que pertenece. Evaluar los aprendizajes de los estudiantes constantemente para readecuar la metodología. Compartir criterios. Reconocer y compartir los logros tanto de los demás como los propios para enriquecer el trabajo pedagógico. Es interesante considerar que en una encuesta efectuada por la Corporación Opción con apoyo de la UNESCO, al preguntarles a los estudiantes cuáles serían las características de su “profesor ideal”, las respuestas fueron: que se tenga confianza en ellos, que se les respete, que haga clases amenas, 73

que tenga sentido del humor, que sea exigente pero cercano, que sea “amigo”, alguien en quien confiar. Un docente no se improvisa, se educa, incorpora nuevas cosas, integra elementos cognitivos, afectivos y volitivos en su desempeño como educador.

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“No trates de convertirte en un hombre de éxito, procura ser un hombre de valores”. Albert Einstein

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CONOCIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES Consideraciones previas Un docente exitoso conoce a sus estudiantes. La psicología evolutiva es una ciencia que intenta explicar los cambios que suceden a lo largo de la vida, entrega información sobre las etapas invariables y más o menos predecibles por las que transitan los seres humanos a lo largo de la vida, los patrones normativos que indican el momento en que se espera que sucedan determinados cambios, señala el modo de pensar, sentir, y actuar en cada etapa. También nos muestra la secuencia en el desarrollo fisiológico y psicológico que se debe tener en cuenta al momento de enfrentar el desafío de enseñar a estudiantes de distintas edades; por lo que hemos considerado necesario describir sucintamente las características de cada etapa del desarrollo en niños y adolescentes. Es importante destacar que el desarrollo de una persona no se produce a la misma velocidad y a la misma edad que el del resto del grupo; hay márgenes de adelantos y retrasos sin que esto revele deficiencias inquietantes. Los contactos afectivos y significativos con otro juegan un papel muy importante en el desarrollo y maduración mental del niño. El aporte del medio ambiente es decisivo y el docente es uno de los motivadores y orientadores de las potencialidades del niño. Podemos comparar la labor educativa con la analogía de un viaje en barco. “El capitán tiene, al salir, una ruta que debe seguir. Esa ruta contempla puertos intermedios en los que va cargando en las bodegas todo lo que necesitará para terminar el viaje con el mayor éxito. No le basta parar en cada puerto, tiene que aprovisionarse de la mayor cantidad de cosas para abastecer las bodegas y aprovisionar bien el barco”. “Si se pasa por todos los puertos y se carga lo suficiente, el barco podrá llegar a lanzarse a alta mar y navegará con seguridad. En alta mar hay vientos, si se los sabe aprovechar harán que el barco vaya hacia adelante a gran velocidad, pero si no se tiene la experiencia esos vientos pueden ser causa de innumerables problemas” (Alianza latinoamericana para la familia, 2004).

CARACTERÍSTICAS POR EDAD Diversa bibliografía señala que durante el desarrollo nos encontramos con ciertas conductas que indican cambios que son vividos por cada persona de una manera particular, pero todos ellos tienen elementos en común. Se debe considerar también que el paso de cada etapa de la vida requiere de un grado de madurez que permita afrontar la 77

etapa siguiente. De acuerdo al grado de madurez se pueden realizar ciertas cosas adecuadamente y otras no. Las características señaladas son una síntesis de varios autores, reorganizadas con fines didácticos. El estudiante de primero a quinto básico El crecimiento en el niño es un proceso continuo de transformaciones que hacen necesarias una serie de adecuaciones orgánicas, mentales y del aspecto afectivo de la personalidad. Va cambiando la estructura de las células nerviosas, lo cual trae como consecuencia cambios en la estructura del comportamiento. Madurez es llegar a ser una persona humana físicamente sana, emocionalmente estable, socialmente responsable y abierta a los valores del espíritu. Es estabilidad, equilibrio, estado en que se ha logrado crecer lo suficiente y se pueden tomar nuevas responsabilidades en todos los ámbitos del desarrollo. 6 años Dificultad para escoger ante una doble posibilidad. Tendencia a irse a los extremos. Sus decisiones son difíciles y en ocasiones inoportunas. Tendencia a identificarse con todo lo que ocurre a su alrededor. Inestable; pasa con facilidad de la risa a las lágrimas. Predisposición a querer ganar siempre, lo cual lo hace ser a veces pelador y rencoroso. Predisposición a las enfermedades contagiosas, pérdida de robustez. 7 años Rechazo a esquemas de pensamiento adulto. Aprecia la realidad interferida por sus percepciones. No acepta la realidad de los hechos y se aferra a sus fantasías. Distorsiona los hechos. Los ve a su manera. La fantasía acapara gran parte de la mente del niño de esta edad. Empieza a plantearse dudas, especialmente respecto a su nacimiento. Empieza a tomar conciencia de sí mismo y de los demás. N otoria ausencia de responsabilidades. Introvertido, mecanismo que le sirve para revivir experiencias pasadas. Muy vulnerable a las influencias del medio ambiente. Se encuentra en la época más adecuada de su vida para poder formar en él hábitos positivos. N ecesita ser permanentemente estimulado. Siente mucha necesidad de afecto. 8 años 78

Disminuye su capacidad de concentración. Adopta puntos de vista inamovibles. El niño no sale de su realidad y sólo acepta lo que le parece razonable, lo que tiene sentido desde su punto de vista. Continúa la distorsión de los hechos o fantasía, pero con menor ímpetu que en las etapas anteriores. Aprende a no exteriorizar todo lo que piensa o siente. En algunos casos se acentúa la tendencia a mentir. Reacciona más rápido y comprende mejor las reacciones de los demás. Se producen cambios bruscos de estados de ánimo; pasa de la actividad al descanso, del interés al desinterés. Los sentimientos en general y la afectividad en especial, adquieren en esta etapa gran importancia. Necesita saber si se aprecia lo que él hace. Goza de mejor salud y se cansa menos. 9 años Su individualidad busca restablecer su equilibrio y reorganizarse. Empieza a aparecer una actitud crítica con respecto a sí mismo y a los demás, basada en la justicia, en que a todos se les trate por igual. Esta actitud crítica se manifiesta también ante órdenes y prohibiciones. Requiere mayor información de tipo sexual en la medida que se siente curioso por aclarar sus dudas en este ámbito. Aparece el interés por coleccionar diferente tipos de cosas, interés que, por lo general, desaparece en la pubertad. Se profundiza su vida afectiva. E n esta edad tiende a reaparecer la introversión en algunos niños, lo cual crea la necesidad de ser tratados con especial dedicación e incluso con indulgencia en algunas ocasiones. Se robustece el sentimiento de la amistad; forma y selecciona su grupo de amigos, especialmente en el colegio. Se acrecienta su impulso a la actividad. 10 años Empieza a mostrar síntomas de independencia, especialmente con respecto a la influencia materna. No acepta todo sin argumentaciones; exige razones, pide explicaciones. Es una edad de equilibrio emocional, buena capacidad de adaptación y plena expansión. Constituye la cumbre de la infancia.

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Es necesario recordar que:

Los problemas que deben enfrentar los padres y profesores de un niño que crece son complejos y a menudo se requiere algo más que la experiencia personal para solucionarlos. Es importante saber que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, por lo cual cualquier esquema formativo preconcebido debe aplicarse en la medida que el niño lo requiera. Los profesores pueden ayudar enormemente: Teniendo paciencia en escucharlos, aún cuando haya que recibir las mismas preguntas repetidamente. Dándole el tipo de información que el niño desea. No darle información que pueda estar fuera de su alcance. Empleando vocabulario adecuado a la edad. Demostrándole tener confianza en él. Estimulándolo continuamente antes sus éxitos, por más mínimos que estos sean. El estudiante de sexto a octavo básico En el espacio de tiempo comprendido entre los 10 y 14 años, niños y niñas llegan a su plena determinación. El observador comprueba un cambio de conducta, cambio que permite deducir un cierto grado de desarrollo psíquico. El comportamiento adquiere mayores rasgos de conciencia. 80

El trato social se organiza en la escuela o fuera de ella, de un modo distinto. Sólo admite lo accesible a los sentidos y a la razón y rechaza radicalmente todo lo irreal, incomprensible y fantástico. La objetividad constituye el ideal de esta edad. Su actitud crítica frente a los adultos, especialmente padres y profesores, hace que en esta etapa preste especial atención a los hechos en sí mismos, y a que se actúe con él en forma justa y ecuánime. Su impulso vital se manifiesta en un ostensible afán de movimiento y de actividad, por lo que el docente debe hacer acopio de paciencia y empatía para lograr el aprendizaje de niños en continuo movimiento. Los niños son muy sensibles al ridículo frente a los adultos y a los niños de su misma edad, y sobre todo quieren ser muy considerados, que se les dé una alta importancia en su entorno. En las niñas el afán de hacerse valer se manifiesta, por un lado, en el especial cuidado de su físico, en la atención que presta al peinado, al vestido y a los adornos, y por otro lado, en el deseo de estimación. Sienten una gran necesidad de camaradería, de unión en actividades y gustos comunes. En ambos sexos, el afán de poder conduce a una participación cada vez mayor en las relaciones sociales dentro de la comunidad no solo escolar, y es el período de la vida en el cual se forman grupos juveniles y liderazgos. El niño no se acepta a sí mismo ni a los demás tal como son, elige modelos que lo representen imitándolos tanto en su físico como en su forma de comportamiento y en todo lo que hacen. Es frecuente que sean personas desconocidas quienes adquieren esta categoría, como los cantantes, artistas, futbolistas, etc. 11 años Inquieto, investigador, charlatán. Su curiosidad es ilimitada tanto dentro como fuera de la escuela. Comienza a convertirse en adolescente. Época de transición e iniciación en lo intelectual, emocional y físico. E stado de ánimo variable. Pasa de la risa a la cólera, suele ser violento. Tiende más a contradecir que a responder. Crítico al comportamiento de los adultos, suele ser insolente. En las niñas hay rechazo hacia el sexo opuesto. Padece de un hambre voraz constante, tanto de apetito como de experiencias. 12 años E l entusiasmo es una característica de esta edad y se muestra más reflexivo que en la edad anterior, tanto en lo intelectual como en lo emocional. Se percibe un conjunto de rasgos de conducta que anticipa claramente la madurez del adulto. Modos de pensar, de sentir, de actuar que prefiguran la mentalidad 81

madura. Mejora el carácter, se torna más afectuoso y adaptable. Acepta indicaciones y atiende razones. La escuela juega un papel muy importante: las notas, los exámenes y la idea de no pasar de curso le preocupa enormemente. La masturbación es practicada frecuentemente por un número considerable de niños de esta edad. Por curiosidad suelen estar expuestos a experiencias homosexuales con niños mayores. 13 años Adopta una actitud madura hacia los adultos y puede ser francamente objetivo en sus estimaciones y comentarios, aún en las discusiones con sus profesores. Le gusta razonar. Es capaz de pensar con independencia. Intelectualmente interviene fuerte y activamente en la discusión de un asunto. Los amigos son elegidos por afinidad de intereses. E sta enormemente permeable y educable en la esfera de los valores humanos y de las obligaciones sociales. E n sus relaciones interpersonales tiende a mostrarse amistoso y extravertido. Las diferencias temperamentales y sociales se hacen cada vez más evidentes. Se demuestra lleno de vida, reboza de energía, exuberancia y expansividad. Su equilibrio emocional se asienta. 14 años Demuestra una gran capacidad para adquirir conocimientos por medio de la lectura, la audición y la visión. Comienza a ser consciente de que la facultad de razonamiento es una operación cuyo control posee. Tiene también una prodigiosa capacidad para asimilar conocimientos. Comienzan a aflorar intensamente las diferencias individuales en preferencias, gustos y aficiones. La adolescencia se encuentra bien iniciada y comienzan a emerger múltiples y nuevas facetas de la conducta. Hay aumento de la fuerza de voluntad. Puede aparecer hosco y sombrío sin estar realmente de mal humor o insociable. Es sumamente sensible a las críticas y percibe agudamente los estados emocionales de las demás personas. Se observa un fuerte sentido del deber.

Es necesario recordar que: 82

Los rasgos de compañerismo en esta fase son: Mayor conciencia de las relaciones sociales. Formación de grupos. Separación de sexos. Formación de jerarquías. Aparición de líderes o “cabecillas”, especialmente dentro del sexo masculino. El niño no se acepta a sí mismo ni a los demás tal como son, elige modelos que los representan, imitándolos tanto en su físico como en su forma de comportamiento y en todo lo que hacen. En ambos sexos existe un aumento de los intereses. El docente deberá tener una actitud de apoyo en el descubrimiento de sus propios valores. Debe hacerlo comprender que un “estado conflictivo” es normal y valioso (si no se vuelve reiterativo y/o permanente), porque en la superación de un conflicto va surgiendo la madurez personal. En ningún período del desarrollo está el sujeto tan referido al mundo exterior como en este de la segunda infancia. El fin más importante de esta etapa del desarrollo consiste en la elaboración de estado personal, que se define como el perfeccionamiento del pensar, el afianzamiento del querer y la formación del yo, de la persona integral. La voluntad adquiere una notable tenacidad y perseverancia.

Estudiantes de educación media Expondremos las características del estudiante de educación media de modo diferente que la anterior descripción realizada para los estudiantes de educación básica. Las manifestaciones de la conducta del adolescente están tan íntimamente relacionadas entre sí, que hacen difícil señalar cuáles factores son biológicos, emocionales, sociales, sicológicos o afectivos. Por esto, solo describiremos lo que se observa como comportamiento general a esta edad evolutiva. El estudiante que enfrenta la educación media fluctúa entre 14 y 18 años de edad, con pequeñas variaciones dadas según estratos sociales o de procedencia. Esta edad del inicio de educación media corresponde a la etapa adolescente y hace referencia al carácter de crisis y de oportunidades que posee la pubertad y la juventud. Al hablar de crisis debemos diferenciar lo que corresponde a crisis del desarrollo o las normativas que son las esperadas por la edad. Estas tienen que ver con el ambiente y los cambios interiores, además de las crisis circunstanciales o accidentales. Surgen por las demandas del entorno junto con las presiones y las demandas internas y suelen ser 83

inesperadas, repentinas y dependientes de factores externos. En este caso, específicamente, hablaremos de crisis de la adolescencia como una etapa del desarrollo. “La adolescencia es especialmente complicada porque compromete a toda la familia en un viaje que va desde la dependencia hacia la autonomía e incluye un recorrido plagado de subidas y bajadas; el pasaje no es lineal ni ocurre como una curva dulce y elegante, sino con altibajos de un electrocardiograma”. (Sluzki, 2005) Los educadores deben tomar en cuenta que la mayoría de los desarrollos antisociales, extravíos, adicciones, criminalidad y otros, aparecen en este momento del desarrollo, por lo que la protección, la comunicación y la prevención se consideran de suma importancia en este período. Características de la edad En esta etapa se producen cambios fisiológicos importantes. La madurez biológica no coincide con la madurez emocional; sin embargo, los cambios hormonales diferencian a los niños de las niñas al desarrollarse los rasgos físicos tanto de un hombre como de una mujer maduros. A pesar de la apariencia física, ambos géneros son aún muy vulnerables en esta etapa y no han alcanzado la estabilidad emocional. Identidad. La introspección activa, lo psíquico, alcanzan su apogeo, adquiriendo toda la importancia sobre el mundo exterior; la atención y los intereses se vuelven intencionada y voluntariamente hacia la esfera de lo íntimo, interno, personal y propio, estando condicionada por la disposición personal y en parte por el medio ambiente. La tarea de la adolescencia es el logro de la identidad versus la confusión de roles. Este logro es fundamental para tomar decisiones. Afectividad. El desarrollo de la afectividad a través del enamoramiento o el nombre que se le quiera dar a la relación amorosa con otro, es una característica de esta etapa. Relacionarse con otro y formar un “nosotros,” requiere de saber sobre mi identidad, quién soy, qué quiero, qué me gusta, y no tener temor de dejar de ser yo mismo por estar con otro, comprobar cuánto se es capaz de entregar por amor de manera servicial y generosa, desarrollando así una alta autoestima y un conocimiento personal. Individualización. Descubrimiento del yo, conciencia de sí mismo, de sus miedos, resistencias, fortalezas, con una actitud crítica que le permite percibir el mundo interior descubriéndose como un ser único, separado de otros y de las cosas, experimentando por tanto una gran soledad. Egocentrismo. Los jóvenes giran en torno a su mundo personal en todos los planos. Hay diferencias en este punto entre los sexos por cuanto los varones poseen una 84

problemática intelectual más intensa. Aún así, ambos se sumergen en cavilaciones sobre sí mismos, mientras el muchacho lucha con problemas metafísicos y le da importancia a la pregunta de cómo es el mundo, la niña gira en torno a cómo es, qué impresión causa en otros, cómo se relaciona con los demás, y se pregunta por la calidad de sus vínculos, siendo para ambos una etapa egocéntrica. Autonomía. El cese de la dependencia de los padres promueve la autonomía emocional que le permitirá tomar decisiones sin culpas, ensayando el lugar y el rol que más tarde van a desempeñar en el mundo. Salir, probarse, pertenecer a un grupo, elegir donde participar, como en una gran escuela de entrenamiento. Pertenencia a un grupo. La experiencia de pertenecer a un grupo es un gran logro para el adolescente. Después de un largo proceso o en forma simultánea de ir elaborando el quién soy yo, qué sé de mí, cuánto me gusta de mí, qué aspectos quisiera cambiar, va logrando un sentido maduro de identidad vinculado a grupos de pertenencia. El salir más allá de sí mismo permite conocer otros modelos, otras formas de comportamientos (grupos de scouts, religiosos, deportivos, musicales, misioneros, artísticos, etc.), mientras que quedarse solo por sentirse amenazado no es aconsejable. La experiencia grupal entrega información sobre su propia identidad, les permite conocer cómo son ellos, junto con informarles acerca de cómo son vistos por los demás, cuáles son los caminos y grupos que seguir en el futuro, reafirmando así su identidad. Integración. A medida que el adolescente madura, logra sentir que tiene un lugar en el mundo, puede proyectar qué hacer, cuáles proyectos quisiera desarrollar, qué cosas le interesan. Pasa del egocentrismo a tomar en cuenta la realidad para centrarse afuera y desarrollar sus proyectos. Esta etapa correspondería al término de la enseñanza media etapa, periodo en que se elige una profesión u oficio. Idealismo. Esta actitud relacionada con los valores no se manifiesta solo en el actuar, en las obras realizadas, en la conducta práctica, sino principalmente en el juicio realizado hacia las realidades del mundo exterior. El adolescente suele mostrarse intransables frente a las conductas incongruentes de los adultos, tajantes en defender la verdad y la justicia, críticos frente a la cultura, radicales, racionales, realistas e intransigentes frente a la realidad. Suelen ser tajantes en sus juicios, llevando al extremo sus posturas frente a las cuestiones trascendentales, espirituales e ideológicas.

Es necesario recordar que:

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Padres y profesores que quieran sostener y acompañar a un adolescente deberán tener cuidado en la forma de comunicarse, cuidando las preguntas frontales y directas porque muchas veces habrá respuestas defensivas. Formas adecuadas poco amenazadoras de la comunicación serían: me da la impresión que… yo quisiera ayudarte… estoy disponible para ti… me gustaría comprender mejor la situación… No repetir los modelos en que el docente fue educado y desarrollar los roles que los estudiantes necesitan actualmente de sus profesores. Escuchar las demandas para dar satisfacción a sus ansias de crecer, madurar y saber y atender sus necesidades. Encontrar en el docente un clima de aceptación y acogimiento donde se puedan expresar temores, afectos, emociones y sentimientos, lo que permitirá al adolescente dar respuesta a las múltiples interrogantes que se despiertan en la adolescencia. Posibilitar al estudiante la participación en talleres especiales, escuelas de oficios, grupos de scouts, escuelas deportivas, etc., contribuye positivamente a la maduración espiritual, formación del carácter y aporta al discernimiento del joven. Es importante la frecuencia y continuidad, se espera que se realicen a lo menos una vez por semana. Señalar la conveniencia de mantener un diario de vida que dé respuesta a la opresión y agitación que les produce el mundo exterior, pudiendo ahí confesar sueños, añoranzas, secretos y deseos irrealizados especialmente cuando no se siente comprendido. Ayudar a ser adultos responsables, tomando decisiones, arriesgando opciones, eligiendo libremente, asumiendo la responsabilidad de esa opción, las consecuencias de sus actos, y los costos y beneficios de la conducta. Necesitan orientación vocacional. Conviene retrasar la elección profesional, pues la mayoría de los jóvenes carece de suficiente formación para elegir, no conocen en profundidad sus propias facultades y tienden a ser influenciados por el ambiente u otras personas al definir una elección. Recientes investigaciones prolongan la adolescencia por un largo período en la vida, extendiéndose hasta alrededor de los 25 años en relación y dependencia con la realización de su proyecto de vida.

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VALORES A ENSEÑAR SEGÚN LA EDAD Las características psicológicas permiten esbozar un plan de desarrollo y énfasis en los valores para cada etapa del desarrollo, entendiéndose que las realidades de cada grupo llevarán a abordajes diferenciados. Hasta los siete años: Obediencia Respeto Sinceridad Orden Generosidad Desde los ocho a los doce años: Responsabilidad Respeto Fortaleza Perseverancia Laboriosidad Paciencia Justicia Pudor Desde los trece a los quince años: Respeto Amistad Sencillez Patriotismo Sociabilidad Sobriedad 87

Pudor De dieciséis a dieciocho años: Prudencia Flexibilidad Comprensión Lealtad Audacia Humildad

DISTINTOS TIPOS DE ESTUDIANTES “Y a toda edad: alegría y optimismo” (Lynford Pike, 1998). Cuando se trata de conocer los motivos de la conducta de los estudiantes o de explicar las causas de una acción, las respuestas son muchas y variadas. Nuestro propósito no es señalar actitudes que obedecen a una patología, cuyo manejo corresponde al campo del clínico o de un equipo multidisciplinario, sino mostrar la dinámica, las características y las estrategias que puedan ayudar al docente a configurar una mejor manera de actuar con tres tipos de estudiantes, que son los que frecuentemente encontrará en la sala de clases: estudiantes creativos, estudiantes competitivos y estudiantes con dificultades socioemocionales, así como aquellos con déficit atencional y con trastornos específicos de aprendizaje. El estudiante creativo Una persona creativa es aquella que genera o combina ideas de una manera original, eficiente, fluida y flexible, que generalmente involucra una producción. Todos tenemos capacidad creativa, sin embargo, la creatividad como todas las aptitudes, varían de un individuo a otro. Muchos estudiantes parecen no revelar ninguna creatividad y esto es porque la misma, ha estado fuertemente inhibida en la vida del hogar y de la escuela. Algunos, sin embargo, revelan mayores posibilidades creativas, que otros, se les considera casi siempre como diferentes y suelen ser víctimas de la incomprensión de sus semejantes que los consideran difíciles, diferentes y/o extravagantes. Sería interesante identificar a estos individuos desde pequeños, de modo de favorecer el desarrollo de su espíritu creativo. El estudiante creativo “ve la situación” de manera diferente y nueva. él reproduce situaciones que si bien están basadas en experiencias previas, agregan elementos nuevos, combinan factores, anticipan posibilidades y 88

repuestas. Generalmente el niño creativo está “creando” cosas. Crear es inventar, es hallar elementos nuevos o conocidos, diseñar elementos, pensar divergentemente y en general “rompen con la rutina”. Características del niño creativo Las características del niño creativo serían las siguientes: Es diferente. Está siempre haciendo preguntas sobre temas que lo intrigan. Procura realizar tareas difíciles y peligrosas. Permanece absorto en sus pensamientos, es muy perceptivo e intuitivo. Es sincero. Puede ser tímido. Puede parecer desatento de los demás. Es independiente en su forma de pensar y de jugar. Es sumamente decidido y perseverante. Es activo y trabajador. Posee sentido del humor. Se muestra lento, a veces, para terminar sus tareas. Tiene iniciativa. Es simple, poco complicado. Es travieso. Es emotivo. Es luchador. Nunca se aburre. Es cariñoso. Es apasionado en los desacuerdos. Tiene inclinación a no aceptar el juicio de personas autoritarias. Es visionario y está dispuesto a correr riesgos. Le gusta, por lo común, trabajar solo y esforzarse por alcanzar objetivos distantes.

Es necesario recordar que: Los estudiantes con las características descritas deben ser comprendidos y orientados en la búsqueda de un ambiente donde puedan actuar, en lugar de ser “reprimidos y encuadrados” dentro de las normas comunes de comportamiento. 89

Más que de los estímulos, requieren de un ambiente donde puedan actuar. Diseñar es crear, combinando de distintas maneras las variables para luego evaluar el resultado de dichas combinaciones. Los inventos comunes que se usan diariamente fueron diseñados por alguien con un fin.

El estudiante con dificultades emocionales, sociales y conductuales ¿Qué son las emociones? Algunos autores dicen que son “respuestas corporales” desarrolladas a lo largo de la evolución para sobrevivir y adaptarse. Otros autores opinan que son “estados mentales” como resultado de repuestas corporales que se hacen conscientes en el cerebro. Daniel Goleman (1996) se refiere a la emoción como un “sentimiento y pensamiento característico a estados psicológicos y biológicos y a una variedad de tendencias al actuar”. “Una emoción es un cambio interno pasajero que aparece en respuesta a los estímulos ambientales, y nos acompañan desde el nacimiento. A medida que el niño crece las emociones se van haciendo conscientes y de este modo se establecen los esquemas emocionales más duraderos que interactúan constantemente con la personalidad en formación; son los sentimientos que también se organizan en jerarquías” (Céspedes, 2008). Existen cientos de emociones y en cada una de ellas se asimilan otras, como se observa en los siguientes ejemplos: Amor: aceptación, simpatía, confianza, amabilidad. Placer: felicidad, alegría, alivio, contento. Tristeza: congoja, pesar, melancolía, pena, depresión. Ira: furia, resentimiento, cólera, indignación. 90

Temor: ansiedad, nerviosismo, preocupación. Disgusto: repulsión. Vergüenza: culpabilidad, molestia, remordimiento. Las combinaciones son muchas; por ejemplo los celos son una variante de la ira pero también se mezclan con tristeza, admiración y amor. Actualmente se hace notar la importancia de las emociones en el aprendizaje. (Menecier, 2004) “No se puede pensar sin emoción” (Matta, 2004). Amanda Céspedes (1992) plantea que: “La conjunción entre el sistema emocional armónico y necesidades afectivas satisfechas de vida, da como resultado un ser humano equilibrado y sano”. Si no existe esta armonía se producen sufrimientos y alteraciones afectivo - emocionales. Las causas del sufrimiento en los niños son muchas y variadas; en algunos casos estas causas están en el hogar (violencia intrafamiliar, alcoholismo, etc.); otras veces la causa está en la escuela (fracaso escolar) y también pueden se ajenas a la casa y a la escuela. En los niños mayores la causa, además de las anteriores, puede hallarse en sus dificultades sentimentales. Las alteraciones afectivo-emocionales pueden tomar diversas formas sintomáticas: depresión, desánimo, oposicionismo, irritabilidad, desafíos, inquietud, etc. Afortunadamente estas alteraciones son reversibles en la medida en que reciban atención adecuada. Las alteraciones de la afectividad, entendiendo como afectividad al conjunto de vínculos individuales que unen al niño con los seres humanos que lo rodean, involucra sentimientos y afectos que son los factores más importantes de vinculación. A continuación describiremos cómo se manifiestan los niños depresivos, ansiosos, oposicionistas y con desajuste social. Niños depresivos Actualmente se considera la depresión como un “fenómeno con un trasfondo común que corresponde al compromiso del humor” (humor disfórico: irritabilidad, desánimo, “anda de mala”) y que se puede presentar con diferentes conductas disfuncionales de acuerdo a la etapa de desarrollo (García, 1999). Es un trastorno neuroinmunológico causado por stress cotidiano y fenómenos inmunológicos (Céspedes, 2007). Características observables en el cuadro depresivo a nivel de sala de clase y en el hogar: Fatiga, cansancio. Apariencia triste. 91

Dolores, molestias de tipo corporal, dolor de cabeza. Falta de apetito: anorexia, gula. Insomnio. Baja concentración. Apatía. Sentimiento de enfermedad, etc. Niños ansiosos La ansiedad es una respuesta normal psicofisiológica que prepara al organismo para enfrentar situaciones potencialmente peligrosas. Es normal tener ansiedad, pero si esta es muy intensa en relación al estímulo que la provoca, se transforma en una respuesta anormal. El organismo está diseñado para afrontar estímulos ansiosos transitorios de magnitud moderada, pero es frágil cuando dichos estímulos aumentan de intensidad, son inesperados o se prolongan excesivamente en el tiempo (Céspedes, 2008). Características observables en el niño ansioso: A nivel de jardín infantil: Terquedad, oposicionismo, porfía. Inquietud constante. Dificultades para dormir. A nivel escolar: Dificultad para concentrarse. Inquietud e impulsividad. Oposicionismo. Comer ansiosamente. En los adolescentes: Dificultades de concentración. Inquietud, impulsividad. Confrontación. Mal genio. Anorexia, bulimia. Consumo de cigarrillos, alcohol, drogas. Niños con trastorno oposicionista El trastorno oposicionista es un conflicto de dependencia-autonomía. El niño oposicionista busca su autonomía pero está influenciado por su dependencia; tiene un 92

fuerte sentimiento de pertenencia en relación a la familia. Dentro de este marco, se distinguen la conducta oposicionista y el trastorno oposicionista desafiante. La conducta oposicionista es ocasional y no representa un patrón generalizado de comportamiento, mientras que el trastorno oposicionista desafiante tiene un patrón generalizado de conducta y está dentro de las relaciones parentales perturbadas (Musalem, 1998). Características observables en el niño oposicionista: Sensible. Hiperactivo. Inquieto y voluntarioso. Impulsivo. Bajo umbral de reacción a los estímulos. No tolera la frustración. Poca capacidad de autocrítica. Le cuesta desarrollar empatía, no se pone en el lugar del otro. Es testarudo e irritable. Algunos niños presentan déficit atencional. No se siente significativo para sus padres. Niños con desajuste social La literatura describe a nivel de ajuste y desajuste social, dos tipos de niños: Niños populares o aceptados. Tienen contactos asociativos, sensibilidad y responsabilidad en la interacción con sus pares, son amistosos, responsables, espontáneos, esperan su turno, respetan opiniones, son justos con los demás. Expresan su agresión de una manera aceptada socialmente. Niños no populares. Demuestran dificultades en habilidades sociales, no saben cómo empezar un juego, cómo comunicarse, expresan mal sus emociones pero responden a los pares con una apropiada afectividad, aprobación o ayuda. Dentro de la clasificación de los niños no populares o rechazados, se describen dos tipos: Niños agresivos. Se portan de forma desadaptativa, son agresivos física y verbalmente, ignoran los deseos de los demás, provocan peleas, son molestosos, tienden a tomar ventajas de los demás, son impacientes, impulsivos e irritables. Niños retraídos socialmente. Son tímidos, miedosos, caen en la frustración. Tienen gran control de sus emociones y conductas. Se aíslan, dejan que otros niños los dominen. Como son ignorados por sus pares, se deprimen y tiene sentimientos de 93

incompetencia. Muchas veces una reacción emocional se trasforma en una reacción crónica de carácter o conductas anormales; lo importante es el diagnóstico oportuno y una estrategia educacional para cada niño en particular, ya que las diferencias individuales son dominantes sobre los tipos generalizados. Características observables en niños con problemas socio-emocionales y conductuales: No acepta de buen grado las decisiones del docente del grupo. Es peleador, se enoja con facilidad. Es matón, busca los altercados. Es rencoroso, provocador, mal educado, hosco. Interrumpe la clase y es difícil de manejar. Contradice sistemáticamente a los demás. Sus compañeros lo perciben de manera negativa y siempre que pueden, lo excluyen. Roba a menudo. Miente con frecuencia. Ocasionalmente destruye las cosas. Se niega a hacer favores a sus compañeros o profesores. No se abre a nuevos contactos con los compañeros fuera de su grupo. Participa poco en los trabajos de curso. Demuestra poca satisfacción respecto a las iniciativas del grupo. Contradice las iniciativas del curso. Se preocupa poco de los demás compañeros. Procura llamar la atención de sus compañeros mediante gestos y acciones no comunes. Procura llamar la atención del docente teniendo actitudes extravagantes o buscando ser reprendido. Tiende a dar excusas a cada instante y por cualquier cosa. Critica las buenas acciones hechas por otros. Demuestra enojo cuando otro compañero es alabado por el trabajo hecho. Hace ruidos durante las explicaciones del docente. Es sarcástico y burlesco. Tiende a quedar mudo cuando es reprendido por el docente. Es vengativo y a veces ataca a los compañeros cuando estos no pueden defenderse. Tiende a aislarse y mostrarse triste. Le gusta trabajar solo y nunca pide ayuda. Demuestra temor ante los compañeros. Cuando es interrogado se pone nervioso hasta el punto que le cuesta contestar. Se deja sugestionar con facilidad por las actitudes negativas que los demás tienen hacia él. 94

Llora con facilidad. Demuestra demasiada sensibilidad a la crítica. A menudo expresa sentimientos de desamparo e incertidumbre. Se demuestra incapaz de enfrentar situaciones nuevas. Es pasivo y le cuesta empezar a trabajar. Llama la atención su exagerada timidez. Estrategias a nivel escolar para niños con trastorno emocionales, conductuales y con desajuste social: Acogerlo. Reportar a los padres cualquier dificultad académica o cambios en el comportamiento, tan pronto como se presenten. Ser más tolerante cuando sobre reacciona frente a situaciones cotidianas. Favorecer la incorporación a actividades recreativas, deportivas o artísticas en la escuela, para que desarrolle nuevas actividades, interactúe con otros niños y se sienta bien con sus habilidades. Remitirlo a un especialista. Centrarse en los aspectos positivos de su comportamiento. Escucharlo, no interpretar ni etiquetar. Escuchar en forma activa: estar atento, cariñoso, sereno, acogedor. Valorarlo. Reconocer sus logros por pequeños que sean. Dar una señal de optimismo. Pensar: ¿Qué haría yo si fuera mi hijo? ¿Cómo querría que lo trataran? Actuar en consecuencia con las respuestas. Analizar los elementos que provocan su conducta. No sobreprotegerlo. Resaltar sus cualidades. Reconocer esfuerzos y logros. Darle responsabilidades dentro del curso. Incorporarlo a grupos con estudiantes tranquilos y estudiosos para que le sirvan de modelo.

Es necesario recordar que:

Desarrollar la afectividad en los niños es ayudarlo a conocerse y aceptarse a sí mismo y a los demás, a identificar sus sentimientos y a expresarlos. 95

La afectividad es una herramienta eficaz para el desarrollo integral del niño que le permitirá transformarse en un adulto emocionalmente equilibrado. Nuestras emociones nos guían. Solo se pueden mejorar las condiciones del niño cuando las personas que conviven con él conocen acerca de su situación. Una persona emocional y socialmente sana se caracteriza por: Aceptación: acepta las situaciones, no se niega a considerarlas. Interés: lo que lo rodea estimula su curiosidad. Creatividad: intenta “actuar” sobre el mundo, no se limita a observarlo. Flexibilidad: no se frustra y modifica su conducta para adecuarla a las nuevas situaciones. Felicidad: las personas felices suelen tener una vida hogareña, social y académica más rica. Como se ha podido establecer, en un grupo curso la diversidad de caracteres es lo que predomina, y el docente está obligado a crear con todos ellos una atmósfera afectiva adecuada.

Ficha N° 1 Registro de observaciones

Nombre del estudiante:_________________________________ Docente:_________________________________ Curso:_________________________ Mes:____________________ Número de los rasgos observados y fecha del día de la observación. 1. 2. 3. 4. 5. 6.

No acepta de buen grado las decisiones del docente del grupo. Es peleador, se enoja con facilidad. Es matón, busca los altercados. Es rencoroso, provocador, mal educado, hosco. Interrumpe la clase y es difícil de manejar. Contradice sistemáticamente a los demás. Sus compañeros lo perciben de manera negativa y siempre que pueden, lo excluyen. 7. Roba a menudo. 96

8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35.

Miente con frecuencia. Ocasionalmente destruye las cosas. Se niega a hacer favores a sus compañeros o profesores. No se abre a nuevos contactos con los compañeros fuera de su grupo. Participa poco en los trabajos de curso. Demuestra poca satisfacción respecto a las iniciativas del grupo. Contradice las iniciativas del curso. Se preocupa poco de los demás compañeros. Procura llamar la atención de sus compañeros mediante gestos y acciones no comunes. Procura llamar la atención del docente teniendo actitudes extravagantes o buscando ser reprendido. Tiende a dar excusas a cada instante y por cualquier cosa. Critica las buenas acciones hechas por otros. Demuestra enojo cuando otro compañero es alabado por el trabajo hecho. Hace ruidos durante las explicaciones del docente. Es sarcástico y burlesco. Tiende a quedar mudo cuando es reprendido por el docente. Es vengativo y a veces ataca a los compañeros cuando estos no pueden defenderse. Tiende a aislarse y mostrarse triste. Le gusta trabajar solo y nunca pide ayuda. Demuestra temor ante los compañeros. Cuando es interrogado se pone nervioso hasta el punto que le cuesta contestar. Sedeja sugestionar con facilidad por las actitudes negativas que los demás tienen hacia él. Llora con facilidad. Demuestra demasiada sensibilidad a la crítica. Amenudo expresa sentimientos de desamparo e incertidumbre. Sedemuestra incapaz a enfrentar situaciones nuevas. Es pasivo y le cuesta empezar a trabajar. Llama la atención su exagerada timidez.

Junto a cada rasgo observado, anote el día del mes en que usted lo observó. Por ejemplo: Característica: (3) Día del mes: 18. Característica: (1, 18, 10, 34) Día del mes: 41 (Martínez N.D. y Sanz M. Y., Entrenamiento en habilidades sociales, Univ. de Oriente, Cuba 2001)

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El estudiante competitivo ¿Qué se entiende por competencia? Competir es debatir, pelear, lidiar con dos o más personas, aspirando a una misma cosa. Consiste también en comparar a dos personas que realizan la misma actividad en función de los resultados. Un niño competitivo es aquel que lucha por ser el mejor. Generalmente se compite por el cariño de los padres, por el éxito escolar, por destacar en los deportes, por el prestigio, etc. En los niños competitivos existe un deseo inconsciente de sobresalir, distinguirse y ser admirados, porque cree que cuentan con ciertas habilidades o capacidades excepcionales que los hacen merecedores de sentirse superiores y sobrevalorados. A veces esto no corresponde a una sana idea de sí mismo ni corresponde a su realidad como persona. En la base de este comportamiento podemos determinar tres vertientes de influencia: una familiar, otra ambiental y otra de estilo personal, todas las cuales interactúan y se refuerzan mutuamente. En la familia está el modelo de comportamiento de los padres y los valores familiares que determinan el estilo de crianza. Hay padres que exigen mucho y así fomentan la competencia creyendo que hacen un bien al niño al prepararlo para el futuro; hay otros padres más permisivos que caen en el otro extremo al no exigir, no desarrollar motivación al logro ni al esfuerzo ni a la perseverancia bajo la excusa o pretexto de que “los niños deben ser felices en la infancia”. En lo ambiental hay una presión cultural -en que todos estamos involucrados- que cada vez se inicia más temprano: hay que competir para ser aceptados en un determinado colegio, hay que competir aprendiendo a leer lo más pronto posible, hay que competir para lograr un cupo en la universidad, etc. En cuanto al estilo personal, hay niños que son más afectivos, que están más centrados en los sentimientos, son más sensibles y dan más importancia al compartir. Hay otros que dan más importancia a los logros, tienen más fuerza y sus energías están dirigidas al éxito intelectual o material. Este tipo de niño responde mejor a las influencias que vienen de afuera y por lo tanto son más vulnerables a convertirse en una persona competitiva. La creencia de que se debe sobresalir, que hay que tener éxito y ser valorado por los demás para merecer afecto, es causante de los cuadros ansiosos que muchos niños están actualmente presentando. Existen distintos niveles de competitividad: se puede decir que hay un nivel adecuado cuando impulsa a que la persona obtenga logros, cumpla objetivos, y se sienta capaz y seguro, obtenga reconocimiento, sea reconocido, aprenda a respetar reglas, a convivir mejor, a exigirse al máximo y en general a tomar la competencia como una oportunidad para aprender la ética de un buen convivir. 98

Lo negativo de la competitividad excesiva es que esta actitud distancia al niño de sus compañeros que perciben en él una actitud egoísta y poco solidaria, que quiere siempre ganar a cualquier costo, que desea recibir mayor atención, etc. En general estos niños pueden provocar celos y envidia, que se manifiestan en rechazo por parte del grupo. En toda competencia hay un ganador y un perdedor y esto es otro factor de aislamiento. Hay que recordar que para un adecuado y equilibrado desarrollo emocional y afectivo el niño necesita de una red social de sustentación y si no la obtiene se refuerza su actitud de oposición y competencia. Cuando la competitividad es muy alta, los niños pueden desarrollar síntomas como irritabilidad, agobio, ansiedad, trastornos del sueño, etc. En su base estos niños son muy frágiles, su autoestima depende de sus éxitos, tienen una imagen sobrevalorada y a veces distorsionada de sí mismos. Les es muy difícil aprender el valor del fracaso, a tolerar la frustración, a aceptar que no se deben esconder ni justificar, sino que éxitos y fracasos tienen que ser valorados como instancias de crecimiento. Estos niños tienden a pensar que “si no soy el mejor, no valgo nada”. La sociedad, en general, se ha vuelto más competitiva, más centrada en el éxito, en los logros inmediatos, en el reconocimiento externo, etc., por lo tanto es dable pensar que esta visión del mundo llega a los niños a través del modelo de sus padres y de su entorno. Ayudar a un niño competitivo para que no se frustre cuando pierde, es seguir reforzando un comportamiento desadaptativo. Creemos que las estrategias de estímulos en el ambiente escolar, si bien deben reforzar, premiar los aspectos positivos, las habilidades y destrezas, requieren ha130 cerse en su justa medida y no solo considerar capacidades, inteligencia y éxito escolar, sino también la parte valórica del actuar de niños y jóvenes, por ejemplo, premiar su generosidad, su bondad, su honradez, su optimismo, su misericordia, su lealtad, su orden, su cooperación, etc. Deberíamos ayudar al niño competitivo a ver el fracaso como una forma de aprendizaje; esto lo prepara y lo hace más fuerte para enfrentar los momentos difíciles y lo hará un adulto que ponga sus capacidades y habilidades al servicio de los demás, trabajando y colaborando en equipo. Para esto hay que rescatar la tarea formadora de la familia y en especial de los padres. Ellos deben dar una base de seguridad, aceptación incondicional donde el niño no sienta que el cariño depende de sus logros y de sus comportamientos. Darse tiempo para conversar y usar esa instancia para conocer las dudas que puedan presentar los hijos, conocer sus inseguridades y los problemas que va enfrentando en su diario vivir, transmitirle valores, ayudarlo a pensar y a reflexionar sobre qué quiere hacer y cuáles serían las formas para conseguirlo, en una buena manera que el niño se sienta apoyado y querido. Frente a los problemas y fracasos de los hijos, sus padres y los profesores debemos esforzarnos para recoger e interpretar los sentimientos que hay 99

detrás, acompañarlos en su sentir y guiarlos para que ellos mismos vayan encontrando las soluciones y no se frustren en el camino. Estrategias para fomentar la sana competencia Las estrategias de aprendizaje son estructuras de funciones, recursos y habilidades (cognitivas, afectivas y motoras) que proporcionan “esquemas de acción para el enfrentamiento de situaciones o tareas con mejores posibilidades de éxito y economía de recursos”. Fomente la incorporación en talleres grupales. Realice actividades de servicio social, campañas solidarias y juegos cooperativos. Enséñele y demuéstrele que cooperar con el del lado da grandes satisfacciones. Enseñe que a menudo el éxito se construye sobre el fracaso. Explique que el fracaso es parte del camino al éxito, que de él se aprende y que es posible equivocarse en cualquier labor. Esto ayudará a su estudiante a tener la fuerza suficiente para enfrentar las dificultades de la vida. Comparta la desilusión de su estudiante, escuche sus quejas y luego, busque con él las consecuencias positivas de su fracaso. Ponga metas realistas. Las metas deben ir de acuerdo a la capacidad de su estudiante. No le exija por sobre ellas. Los niños no deben sentirse agobiados porque no cumplen metas que sobrepasan sus habilidades. Si el niño es lento para correr, no lo obligue a participar en pruebas de atletismo. Ponga metas a corto y largo plazo. Presente desafíos en que se puedan resolver metas a corto y largo plazo. Por ejemplo, si el niño quiere entrar al equipo de fútbol de colegio y no queda seleccionado, hágalo entender que debe tener paciencia y estimúlelo a ejercitarse para lograrlo. Ponga metas en relación a la capacidad del niño y no en relación a los otros. No lo premie porque ganó la carrera de los 100 metros planos sino porque superó su tiempo anterior. Se debe llevar un registro de sus logros personales. Pregúntele: ¿Cuánto pusiste de tu parte? ¿Cuánto has trabajado por eso? Fomente la autoevaluación. Que el niño establezca cuáles son sus objetivos, intereses y motivaciones ante una relación de competencia. Esto sucede con frecuencia en los equipos de fútbol, donde los jugadores se preguntan: ¿Cómo jugamos? ¿Qué se hizo bien? ¿Qué se hizo mal? Deje que tome sus propias decisiones y se equivoque. Debe ser capaz de enfrentar sus problemas solo y resolverlos. Debe sentir que aunque se equivoque lo seguirán queriendo. Debe tener claro por qué hace las cosas; si es por él mismo o por lo que otros esperan de él.

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Ayúdelo a fortalecer la confianza en sí mismo. Su estudiante debe sentir que usted lo quiere en forma incondicional. Su cariño no depende de sus logros. Evite las comparaciones negativas. No compare al niño o niña con otros pues cada uno es un ser diferente. No caiga en las comparaciones negativas entre dos o más niños, haciendo comentarios como: “Mira cómo tu compañero lo hace más rápido y mejor que tú”. Enséñele a que compita consigo mismo y no con el resto. Evite la crítica destructiva. No se centre en lo negativo “Tú siempre te equivocas” o “De nuevo lo hiciste mal”. Evite el perfeccionismo. “Está bonito, pero te podría haber quedado mejor”. Evite el pero, pues muchas veces los niños sienten que sus padres y profesores nunca están conformes. Utilice el arte de la distracción. Si el estudiante no tolera las frustraciones, trate de distraerlo cuando pierde e involúcrelo en otra actividad. También apóyese en el humor, búsquele el lado divertido a lo que pasó pero ríase con él y no de él. Cuéntele sus propias experiencias. Hágale sentir que usted también ha perdido algunas veces; por ejemplo, cuéntele cómo perdió una oferta de trabajo o el último partido de tenis o experiencias de su infancia. El niño tiene que saber y aceptar que los padres y profesores son vulnerables y que pueden tener sus propios fracasos. No base su propia autoestima en los triunfos de sus estudiantes. Los triunfos de los niños no deben ser importantes para la autoestima de los padres o profesores, pues se ejerce una fuerte presión sobre ellos. Si usted quiso ser el mejor estudiante de su colegio y no lo fue, no espere que su hijo o estudiante lo sea por usted. Déle una real importancia a las cosas. Explíquele que hay cosas por las que vale la pena amargarse y otras que no tienen mayor significación; analicen juntos el valor de lo que está contenido en los acontecimientos. Evite el recurso del mejor y del peor. No utilice un lenguaje que tiende a etiquetar y dividir a la gente en grupos de peores y mejores. Demuéstreles que un niño que no es bueno para algo puede ser excelente para otra actividad y que, dentro de esta perspectiva, el “mejor” y el “peor” no existen. Evite la competencia de “el que termina primero gana”. Aunque muchas veces es tentador estimular de este modo para que los niños terminen una actividad rápidamente, esto solo fomenta la competencia en un sentido negativo. Enséñeles a sus estudiantes a valorar el esfuerzo en lugar del simple resultado. Es fundamental estar cerca de ellos, interesarse por sus cosas, saber qué les gusta para 101

poder valorar el esfuerzo que realizaron y no solamente los resultados. Trate de conversar con sus estudiantes, conocer sus dudas e inseguridades, problemas y anhelos. Ayúdelos a reflexionar sobre qué quiere hacer y cuáles serían las formas para conseguirlo. El estudiante con déficit atencional Cada vez es más frecuente que los profesores se vean enfrentados a estudiantes diagnosticados con déficit atencional. Este es uno de los trastornos del desarrollo que más afecta a los niños tanto en su ámbito familiar como escolar y social. En el año 1980 se empezó a utilizar la denominación “Trastorno de déficit de atención con y sin hiperactividad”, que anteriormente había sido tipificado como “Síndrome hiperkinético”. El déficit atencional y la hiperactividad son las características más relevantes del trastorno. Son niños con inteligencia normal que presentan desatención, impulsividad e hiperactividad. “Las conductas que muestran estos niños no parecen estar orientados hacia una meta y el conjunto de acciones son atípicas en cuanto a calidad y cantidad en relación a lo esperado para su edad” (Kemberg, 1980). El DSM lll (Manual de clasificación y de caracterización de los trastornos psicológicos) hace la diferencia entre el déficit atencional con hiperactividad y el déficit atencional sin hiperactividad. El primero se caracteriza principalmente por: Distracción. Hiperactividad. Impulsividad. Baja tolerancia hacia la frustración. No respeto por las normas y Conducta perturbadora en lo social. El segundo cuadro se caracteriza principalmente por un déficit primario en la atención. En el año 1994 la clasificación hecha por el DSM lV señala tres tipos dentro del síndrome que son observados en las clases: Déficit atencional e hiperactividad combinados. Déficit atencional e hiperactividad predominantemente atencional. Déficit atencional e hiperactividad con predominio de hiperactividad e impulsividad. Existe una interacción causal entre atención y memoria: la impulsividad impide el desarrollo de estrategias para recordar y evocar, por lo tanto, la memoria es débil. 102

Características de estudiantes con problemas de atención-concentración Muestran inteligencia normal. Son impulsivos, tanto en lo intelectual como en lo afectivo y en lo conductual. Les es difícil resolver problemas y autocontrolarse. Son irreflexivos, no analizan soluciones posibles frente a un problema sino que realizan en forma inmediata la primera alternativa que imaginan y no se dan tiempo para evaluar consecuencias. Excesiva inquietud. Dificultades de atención; olvido de órdenes, trabajo desorganizado. Interrumpe en las clases y en las conversaciones. Le cuesta respetar turnos. Escasa tolerancia a la frustración. Peleador. Débil resistencia a la distracción por otros estímulos. Seleccionan estímulos al azar. Rendimiento inconsistente. Disminución de la autoestima. Características de los niños con déficit atencional e hiperactividad Inteligencia y pautas de desarrollo normales. Dificultades de atención en situaciones poco estructuradas. Rendimiento escolar errático. Son independientes. Elevado nivel de ansiedad. Incapacidad para postergar la gratificación de sus impulsos. Actúan lo que piensan o sienten, sin considerar consecuencias de su conducta. Lenguaje pobre, especialmente el lenguaje emocional. Necesitan tocar las cosas, sin ser destructivos. Rabietas ocasionales. Dominantes. Sensibles a las críticas. Fracasan en las pruebas de alternativas múltiples porque realizan un proceso incompleto de información. Muestran dificultades en la escritura, su trabajo es desordenado, sucio, no respetan márgenes, hacen borrones. En matemática muestran dificultades para la ubicación y alineación de los números. Estrategias generales para estudiantes con déficit atencional Utilizar con mucha frecuencia el refuerzo positivo. Retroalimentación inmediata. 103

Utilizar incentivos más que sermones. Ser consistente en la aplicación de normas. Tener estrategias previstas para enfrentar situaciones problemáticas. Tener clara la magnitud de las dificultades. Dar instrucciones directas. Facilitar la participación activa del niño en la implementación de conductas. Acomodar las exigencias tanto escolares como hogareñas a las posibilidades del niño según su edad madurativa. Tender a la rutina: lo conocido lo tranquiliza. Resaltar los aspectos positivos de su personalidad. Valorarlo constantemente. Dar responsabilidades que el niño pueda cumplir. Transformar los malos momentos en momentos de humor. Demostrar el afecto que se siente por él de todas las maneras posibles. No ridiculizar ni descalificar. No sobreproteger. No haga por él las cosas pero ayúdelo en lo que él pida o cuando notoriamente no es capaz de superar un obstáculo. Ubicar al niño con un compañero que no presente su condición, el cual se transformará en “compañero de aprendizaje”. (Villarroel, 2005)

Es necesario recordar que:

Los niños con déficit atencional son niños normales con disarmonías en diferentes áreas madurativas que afectan su conducta. La atención-concentración se renueva cambiando el “canal perceptivo” y/o cambiando de actividad. Por ejemplo, si se está escuchando, se cambia a escribir; si se está leyendo, se cambia a hablar. Un aprendizaje en que el niño asuma el control y la dirección será más eficiente que un sistema pedagógico con baja participación del estudiante. Existe una interacción entre déficit atencional, trastornos de aprendizaje de la lectura y escritura y problemas de conducta escolar. Requiere de mayor tiempo para completar su tarea porque sus recuerdos son débiles. En sus actividades no se puede exigir calidad y cantidad en forma simultánea, la mayoría de estos niños no pueden lograr ambas cosas al mismo tiempo. Es mejor que escriban con letra cursiva. 104

La repetición de curso (Coperland, 1991), “no puede reemplazar el diagnóstico y el tratamiento psicopedagógico, especialmente cuando el déficit atencional coexiste con un problema de aprendizaje”. En algunos casos necesitan implementar estrategias de auto control con especialistas. El estudiante con trastornos específicos de aprendizaje La expresión trastornos del aprendizaje es un término general que se aplica a un grupo heterogéneo de problemas para la adquisición y el uso de las capacidades de escuchar, hablar, leer, escribir, razonar o calcular. Estos trastornos son intrínsecos al individuo y se supone que se deben a anomalías del sistema nervioso central, y pueden aparecer durante toda la vida. Junto con los trastornos del aprendizaje pueden producirse problemas de las conductas de autocontrol, de percepción y de interacción sociales, pero sin constituir trastornos del aprendizaje en sí mismos. Aunque los trastornos del aprendizaje pueden aparecer junto con otras minusvalías (por ejemplo déficit sensorial, retraso mental, alteraciones emocionales graves) o como consecuencia de influencias externas (como diferencias culturales o instrucción insuficiente o inadecuada), no son resultados de esas minusvalías o influencias. Los problemas del aprendizaje (en inglés, learning disabilities, o LD) varían entre personas. Una persona con problemas del aprendizaje puede tener un tipo de problema de aprendizaje diferente al de otra. Características de los niños con problemas de aprendizaje: Se observan cinco características que definen a los niños con problemas de aprendizaje: Trastornos en la actividad motora. Se consideran cuatro perturbaciones en la actividad motora: Hiperactividad. Es la movilidad excesiva, es la forma más común de trastorno motor; es el movimiento excesivo o acelerado el individuo es incapaz de estarse quieto y está distraído, se controla con fármacos. Hipoactividad. Es la insuficiencia de actividad motora, es lo contrario a la hiperactividad. Falta de coordinación. Es la torpeza física y la falta de integración motora, insuficiencia al correr, saltar, etc., así como dificultades en el equilibrio, caídas, tropezones, etc. Perseverancia. Es la continuación automática y a menudo involuntaria de un 105

comportamiento; es persistente en una sola acción y le cuesta trabajo pasar de una situación a otra. Trastornos de emotividad. La probabilidad de que un niño desarrolle labilidad emocional aumenta cuando hay una disfunción cerebral. Si un niño tiene trastornos motores se prolongará su dependencia materna. Los problemas de carácter perceptivo o intelectual que dificultan los intentos del niño por hacer contacto bien logrado con el mundo lo llevan a frustraciones, malas interpretaciones de la realidad y patrones de comportamiento bizarros. Trastornos en la percepción. Las perturbaciones preceptuales se definen como la incapacidad de identificar discriminar e interpretar las sensaciones. El proceso de la percepción se da cuando los estímulos ambientales activan las células sensoriales receptivas, las cuales se encuentran dispersas por todo el cuerpo; los impulsos son interpretados en el cerebro como sensaciones auditivas, visuales, olfatorias, gustativas, cutáneas cenestésicas y vestibulares, según su origen. E l estudiante muestra una reproducción inadecuada de formas geométricas, las confusiones entre la figura y el fondo, las inversiones y las rotaciones de las letras prueban que existe algún problema de percepción visual. La incapacidad para reconocer tonalidades o para diferenciar sonidos, puede ser causa de una mala percepción auditiva. Si se es incapaz de identificar objetos familiares solo con el tacto se diría que existe una dificultad perceptiva cutánea. El mal funcionamiento en la percepción cenestésica y vestibular puede trastornar la retroalimentación interna respecto al movimiento, de donde surgirán problemas de coordinación, direccionalidad, orientación espacial y equilibrio. Trastornos en la simbolización. La simbolización es una de las formas superiores de la actividad mental y tiene que ver con el razonamiento concreto y abstracto. A ese nivel de operación, el cerebro integra la percepción y la memoria. Es posible dividir los procesos simbólicos receptivos (descodificación o desciframiento) y expresivos (codificación o cifrado). La actividad simbólica expresiva se puede dividir en subfunciones expresivo-vocales y expresivomotrices. Trastornos de la atención. Los trastornos de la atención se pueden clasificar como atención insuficiente o excesiva. La atención insuficiente se considera en los niños incapaces de apartar los estímulos extraños y superfluos; es decir, que se sienten atraídos por todo estímulo independiente de su empeño en la tarea que llevan a cabo. Esto da origen a un problema de atención que recibe los nombres de distractibilidad, hiperconciencia, hiperirritabilidad o capacidad breve de atención.

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La atención excesiva se considera en los niños que manifiestan fijaciones anormales de la atención en detalles triviales, mientras que pasa por alto los aspectos esenciales. Trastornos en la memoria. Entre los trastornos de memoria está la dificultad de asimilar, almacenar y recuperar la información. Es probable que tenga que ver con los procesos visuales, auditivos y otros implicados en el aprendizaje. Por lo tanto se puede hablar de trastornos en la memoria visual, en la memoria auditiva, etc. Causas probables de las dificultades de aprendizaje Se consideran como causas probables de las dificultades de aprendizaje una de origen orgánico y otra de origen ambiental: Dentro de la etiología de origen orgánico hay cuatro bases fundamentales: el concepto de disfunción cerebral mínima, las patologías de las que podría derivarse tal disfunción, las relaciones que hay entre los diversos tipos de disfunción cerebral, la relación existente entre disfunción cerebral y dificultades especificas del aprendizaje. Dentro de etiología de origen ambiental se considera que hay niños que manifiestan dificultades especificas en el aprendizaje y otras conductas que se consideran producto de la influencia del ambiente mas no de auténticas disfunciones cerebrales. Dos de los factores que influyen adversamente en la capacidad del niño para aprender son la falta de experiencia temprana y el desajuste emocional. Pauta para reconocer problemas de aprendizaje en un niño Es probable que: Tenga problemas en aprender el alfabeto, hacer rimar las palabras o conectar las letras con sus sonidos. Posea dificultades al deletrear palabras. Tenga una letra desordenada o tome el lápiz torpemente. Tenga dificultades para expresar sus ideas por escrito. Aprenda el lenguaje en forma atrasada y tenga un vocabulario limitado. Tenga dificultades para recordar los sonidos de las letras o escuchar pequeñas diferencias entre las palabras. Presente dificultades para comprender bromas, historietas cómicas ilustradas y sarcasmos. Le sea difícil seguir instrucciones. Tenga problemas en organizar lo que desea decir o no pueda pensar en la palabra que necesita para escribir o conversar. Pronuncie mal las palabras o use una palabra incorrecta que suena similar. No sigue las reglas sociales de la conversación, como respetar turnos o acercarse 107

demasiado a la persona que le escucha. Confunda los símbolos matemáticos y lea mal los números. No consiga repetir un cuento en orden (lo que ocurrió al principio, a continuación, posteriormente, al final). No sepa dónde comenzar una tarea o cómo seguir desde allí. Tenga errores al leer en voz alta, repita o se detenga a menudo. No comprenda lo que lee. Estrategias para enfrentar al niño con problemas de aprendizaje Elogie a su estudiante cuando le vaya bien. Los niños con problemas del aprendizaje rinden bien en una variedad de cosas. Averigüe cuáles le gustan, si bailar, jugar fútbol o trabajar con las computadoras. Déle bastantes oportunidades para perseguir sus fortalezas y talentos. Averigüe cómo su estudiante aprende mejor. ¿Aprende por medio de experiencias prácticas, o por medio de mirar o escuchar? Ayude al niño a aprender por medio de sus áreas de fortaleza. Deje que su estudiante ayude con las tareas domésticas. Estas pueden aumentar su confianza y destrezas concretas. Mantenga las instrucciones simples, divida las tareas en pasos pequeños y recompense los esfuerzos con elogios. Reúnase con el personal escolar y ayude a desarrollar un plan para tratar las necesidades de su estudiante. Averigüe cuáles son las potencialidades e intereses del estudiante y concéntrese en ellas. Proporcione al estudiante respuestas positivas y bastantes oportunidades para practicar. Revise la evaluación del estudiante para identificar las áreas específicas en las cuales tiene dificultad. Hable con especialistas en su escuela o colegio sobre métodos para enseñar a este estudiante. Divida tareas en etapas más pequeñas y proporcione instrucciones verbales y por escrito. Proporcione al estudiante más tiempo para completar el trabajo escolar o evaluaciones. Permita que el estudiante con problemas en la lectura recurra a libros grabados. Deje que el estudiante con dificultades en escuchar pida prestadas las notas de otros estudiantes o que use una grabadora.

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Enseñe destrezas para la organización, destreza de estudio y estrategias para el aprendizaje; estas ayudan a todos los estudiantes y en particular a aquellos con problemas de aprendizaje.

Es necesario recordar que:

Los problemas del aprendizaje tienden a ser diagnosticados cuando los niños llegan a la edad escolar, dado que en la escuela se concentran aquellas habilidades que pueden ser difíciles para el niño: leer, escribir, matemática, escuchar, hablar, razonar. Los profesores y los padres observan que el niño no está aprendiendo como se esperaba. Con trabajo y la ayuda apropiada, los niños con problemas del aprendizaje pueden aprender más fácil y exitosamente. Para los niños en edad escolar (incluyendo los niños preescolares), los servicios de educación especial y servicios relacionados son ayuda importante. Los investigadores creen que los problemas del aprendizaje son causados por diferencias en el funcionamiento del cerebro y la forma en la cual este procesa información. Los niños con problemas del aprendizaje no son “tontos” o “perezosos”. De hecho, ellos generalmente tienen un nivel de inteligencia superior al promedio; solo que sus cerebros procesan la información de una forma diferente. Para que alguien pueda ser diagnosticado con certeza de una dificultad específica de aprendizaje debe tener: Un desempeño en pruebas estandarizadas muy por debajo de lo que se supone tendría el 90% de las personas de su mismo nivel y educación. Que la alteración afecte de manera significativa las actividades académicas o la vida cotidiana relacionadas con ella. Que no se deba a ninguna afección en las estructuras de sus sentidos o nivel neurológico. La evaluación educativa de los problemas de aprendizaje se basará en el análisis del comportamiento conductual del niño, tanto en sus ventajas como en sus deficiencias. Las actuales teorías etiológicas que relacionan los trastornos del aprendizaje con lesiones cerebrales plantean dos graves problemas: no todos los niños con trastornos del aprendizaje muestran indicios clínicos -médicos- de esas lesiones, y no todos los niños con lesiones cerebrales padecen trastornos del aprendizaje.

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1. Adaptación del Psicólogo Jorge Méndez. “La psicología del yo y el problema de la adaptación”. Pax, México, 1960.

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“Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida”. Lao-tsé (570 aC - 490 aC) Filósofo chino

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HERRAMIENTAS Lectura: mediación y motivación Leer es uno de de los mecanismos mas complejos a los que puede llegar una persona. Leer implica decodificar un sistema de señales y símbolos abstractos. Cualquier lectura, del tipo que sea, tiene el mismo fin: la comprensión de lo que nos es presentado y el dominio de los contenidos para poder ser aplicados posteriormente. La gran preocupación en nuestro sistema educativo actual es la baja comprensión de la lectura en nuestros niños y adolescentes. No se sienten ni inclinados ni atraídos por la lectura que implica esmero y concentración, habiendo otros medios como la televisión, los juegos virtuales y tantos otros que los entretienen y distraen sin necesidad de desplegar mayores esfuerzos. En general, no les interesa leer libros y la mayoría se sienten agobiados cuando los profesores les recomiendan o exigen leer un número de títulos previamente determinados. Hoy en día tanto los educadores como padres nos enfrentamos a una “contienda desigual” para motivar a nuestros hijos y alumnos a que tomen un libro con agrado. Sin embargo, durante la práctica docente hemos podido constatar que la etapa de motivación inicial juega un rol importante y conducente al incluir aspectos tales como: 1. 2. 3. 4. 5.

Pequeña sinopsis del tema. Datos biográficos del autor. Época en que se escribió el libro. Sucesos que lo inspiraron. Análisis comparativo del tema escrito por otros autores, etc.

Es así como el alumno no va a comenzar “en blanco” sino que se le despertará la curiosidad por saber su contenido y desenlace. El tono coloquial que el profesor emplee, usando anécdotas o ejemplos cercanos a la edad de los niños y niñas, ayudará a que los estudiantes perciban menos agobiante la tarea exigida. Cuanto más ricas, plenas y agradables sean las asociaciones que se elaboren, mas posibilidades tendrán de convertirse en mejores lectores, de aumentar la capacidad de retener lo que leen y de realizar asociaciones entre diferentes textos leídos. Es necesario recordar que: La práctica diaria es el mejor sistema de perfeccionamiento de la lectura. E l profesor debe conocer el tema, autor, época y otros detalles relacionados con el libro que está exigiendo leer o recomendando.

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E xplicar por qué se está seleccionando y/o recomendando a determinados autores o determinados textos. No exigir plazos perentorios. N o todos los alumnos cuentan con las mismas facilidades de conseguir los textos y/o comprenderlos a cabalidad. La evaluación no puede ser un control de contenidos. Corrección de pruebas como evaluación formativa Entendiéndola como valoración calificadora, dictamen sobre los resultados actuales del trabajo y los que pueden esperarse en el futuro, es la evaluación un proceso que abarca el pasado, el presente y que proyecta futuros rendimientos y conductas antes determinados aprendizajes. Algunas de las funciones que cumple la evaluación son: Distribuye y regula adecuadamente el ritmo de aprendizaje. Retroalimenta los conocimientos adquiridos. Enfatiza los contenidos, los objetivos y la metodología. Detecta las deficiencias y los logros obtenidos. Delimita los factores que influyen en el aprendizaje. Sean cuales sean los resultados, siempre se produce un grado de aprendizaje en cada examen. Es importante que se analice una vez corregido pues es allí donde los profesores o apoderados juegan un papel importante, planteándose junto al estudiante las posibles causas de los errores cometidos: si fue porque comprendió mal la pregunta, o porque falló la memoria, o por una incorrecta planificación del tiempo que condujo a dejar preguntas incompletas, o por olvido de alguna idea importante relacionada con preguntas específicas, etc. En todos los casos, de todos los exámenes, podemos sacar alguna enseñanza. El profesor puede orientar al alumno a contrastar las respuestas (errores que se cometieron) con los libros de texto y apuntes, y a analizar cómo respondería a esa prueba en caso de que pudiese repetirla. Con toda seguridad se producirá una mejoría en los resultados futuros. Para que la evaluación tenga sentido y cumpla sus objetivos se debe: Analizar los resultados de la evaluación tanto a escala individual como a escala grupal. Analizar las calificaciones obtenidas y las causas. 114

Analizar las propias estrategias de aprendizaje que intervinieron negativamente en el proceso de preparación y estudio. Tomar compromisos que lleven a superar los errores descubiertos para no volver a cometerlos en el futuro.

Es necesario recordar que: La actitud emocional tanto del docente como del apoderado debe ser objetiva, no discriminatoria. A nadie le gusta que le “vaya mal”, si sucedió fue por algo que el estudiante debe descubrir y remediar, así se evitará que surjan “patitos feos” dentro del curso. E l estudio no es algo que se engendra a sí mismo, sino una práctica que necesita ser motivada y estimulada para que surja, continúe, se perfeccione y se ajuste a las características propias de cada persona. E l papel de los profesores es generar situaciones adecuadas para que sus estudiantes descubran y adquieran respuestas apropiadas ante diversas situaciones.

ENTREVISTAS La asesoría a los padres y a los estudiantes es una de las múltiples actividades que deben realizar los profesores. Es a través de la entrevista, entre otros recursos, que se puede obtener información que permita al docente realizar un eficaz apoyo, establecer un mejor vínculo con su estudiante y mediar en el proceso de aprendizaje. Existen varias técnicas y medios para obtener información. En los sistemas educacionales para obtenerla de los estudiantes y/o apoderados se usan, entre otras, algunas de las siguientes: Informe del docente anterior. Autobiografía del estudiante. E ncuestas. E ntrevistas. Sociogramas. Observación sistemática. Registro anecdótico. 115

Inventario de intereses. Técnicas proyectivas. En esta ocasión trataremos la entrevista, enfocada para que se pueda adecuar tanto para entrevistar al apoderado como al estudiante. Por definición, la entrevista implica un método o técnica de trabajo mediante la cual una persona penetra, a través del lenguaje, en la personalidad de otra y puede indagar en sus actitudes, motivaciones, puntos de vista y opiniones. La entrevista es una conversación que se sostiene con un propósito definido y no por la mera satisfacción de conversar. La entrevista: Es una conversación organizada. Posee objetivos flexibles. Es usada como medio de orientación personal, escolar y profesional del estudiante. Constituye un medio de orientación a los padres. La calidad y el éxito de ella depende, en gran parte, de las características personales del entrevistador, de su capacidad de observación y comprensión. También depende de la capacidad del entrevistado para verbalizar su pensamiento. Estas habilidades se pueden adquirir mediante un entrenamiento en caso de que los profesores consideren no poseerla. La entrevista no debe revestirse de formalidad porque puede colocar al interlocutor a la defensiva. El docente no logrará crear condiciones de comunicación que resulten efectivas para sus propósitos si inicia la entrevista con frases como: “Su hijo, señor, me da mucho trabajo” o “¿Cómo pudiste hacer eso, Pedro?”. La actitud del maestro debe ser estimulante, sincera y motivadora para que nazca en padres y estudiantes el deseo de dialogar con franqueza y de examinar continuamente las causas que parecen dificultar una acción. Las condiciones básicas para una entrevista Tener claros los objetivos. Disponer de tiempo y espacio para realizarla. Tener interés por la otra persona; actitud que debe ser expresada de modo que pueda ser percibida por el entrevistado. Capacidad del entrevistador para comprender empáticamente, para captar el punto de vista del otro y para confiar en la capacidad de la otra persona. La confiabilidad es uno de los puntos clave: supone que cualquier contenido puede abordarse entre el entrevistador y el entrevistado. La literatura especializada menciona cinco aspectos que podrían servir para acopio de 116

información en entrevista con los padres: Las reacciones emocionales de los padres hacia el niño. Cómo los padres comprenden al niño y a sus problemas. Los ideales, valores y aspiraciones de los padres con respecto al niño. Las técnicas y medidas disciplinarias de los padres. La actitud de los padres hacia el colegio, hacia el docente y hacia la enseñanza. Los aspectos y temas que servirán de base al maestro para preparar “el plan de la entrevista” con los niños serán, especialmente, los previstos por las pruebas de rendimiento y/o diagnóstico, las autobiografías de los estudiantes y las observaciones recogidas anteriormente. No olvidar que este no es un interrogatorio, de manera que preguntas como: ¿Dónde vives? ¿Cuántos hermanos tienes? ¿Qué hace tu papá?, deberán descartarse y tratar que esta conversación sea fluida dentro del contexto general. Preparación requerida: Con anterioridad a la realización de la entrevista, el docente deberá haber reunido y examinado todos los datos recogidos para que, mediante su análisis, establezca los puntos fundamentales que requieren aclaraciones y que constituirán el objetivo principal de la misma. Un aspecto importante a considerar es el ambiente favorable a la entrevista, que implica por parte del entrevistador una adecuada presentación y un lenguaje claro y sencillo, sin palabras rebuscadas o sofisticadas; y por parte del lugar, que sea convenientemente tranquilo y que ofrezca privacidad. No debe desarrollarse ante testigos, pues está implícita la “ética del entrevistador”, quien no deberá divulgar lo tratado. La información recibida debe mantenerse como confidencial y no revelarse; en ocasiones es necesario pedir permiso al entrevistado para dar a conocer alguna información. Condiciones básicas que deberá tener un entrevistador El entrevistador deberá mostrarse tal como es, no ocultar lo que piensa y siente durante el desarrollo de la entrevista; recibir con cordialidad a la persona entrevistada. Iniciará la conversación con temas agradables y de interés común. Deberá identificarse en el mayor grado posible con la persona entrevistada. Dará la impresión de que valora al entrevistado como persona, tal como es en ese momento. Deberá evitar un papel protector. Escuchará con atención la descripción del problema aparente para descubrir los indicios del problema real. Adoptará una actitud profesional, sin reflejar sorpresa, desazón o tensión emocional ante las revelaciones que le hagan. Evitará una actitud defensiva. No tratará de imponerse. 117

Será parco en dar consejos, pues lo que se pretende es lograr que el entrevistado acepte la responsabilidad de una decisión. Evitará sermonear, censurar, criticar, aspirando más que todo a comprender. Evitará hablar demasiado. Escuchará. Podrá hacer anotaciones, advirtiendo al entrevistado que es conveniente anotar para tener presente la información y poder referirse a ella cuando sea necesario. En cuanto a la conducción hay algunas técnicas de sondeo que pueden ayudar. Por ejemplo, para provocar nuevas confidencias, se podría preguntar de la siguiente manera: “¿Quiere decirnos algo más sobre esto?” o “Lo que usted acaba de decir me interesa… ¿podría darme más información al respecto?” o “Veo lo que quiere decir, ¿podría decirme algo más sobre lo que piensa en este sentido?” Para clarificar o precisar las informaciones, se podría preguntar de la siguiente manera: “Ahora, veamos si he comprendido bien. Usted me dijo que pensaba (el entrevistador resume las declaraciones del sujeto)”. También puede decir: “Me gustaría releer mis notas con usted, para ver si he comprendido su punto de vista”. Sugerencias para la entrevista a los padres Citar a ambos padres en la medida que esto sea posible. Disponer y hacer sentir que se tiene un tiempo especialmente dedicado para ellos. Citar con tiempo y cumplir puntualmente, reconociendo el esfuerzo que les pueda haber significado asistir a la entrevista. Tener muy claro el objetivo de la citación y expresarlo al iniciar la conversación. Al iniciar la entrevista, asignar un tiempo para contactarse cálidamente con cada padre. Destacarle en forma positiva su preocupación por el hijo. Plantear el motivo de la entrevista en términos positivos, claros, precisos y al alcance de los padres. Usar un lenguaje cotidiano, evitar el lenguaje psicologizante. Permitir que los padres se expresen con libertad respecto del problema o dificultad del estudiante, evitando prejuzgar, culpar o amenazar. E n el transcurso de la entrevista, mantener una posición equidistante, imparcial y afectuosa con ambos padres. Evitar aliarse con el que aparece más desvalido o más fuerte, o poner al estudiante contra los padres. Destacar positivamente los logros y los esfuerzos de los padres. Enfatizarles su rol de expertos respecto de su hijo, tanto por su experiencia como por su cercanía afectiva. Al pedirles algunos cambios en su proceder, manifestar que esto no es porque se les perciba como culpables sino porque son los mejores agentes para un cambio. Mantener la situación de entrevista referida al estudiante y a los problemas o dificultades que se quiera solucionar. Tampoco permitir que los padres desvíen la entrevista hacia otros problemas familiares o escolares. N o dedicarse a buscar las causas. Más que el porqué de las cosas, lo útil es saber cómo se dan las cosas; conocer cuándo ocurren, con qué frecuencia, en qué 118

contexto, desde cuándo, a quiénes afecta, cómo los afecta. Antes de dar nuevas soluciones, conocer las que se han intentado previamente. Buscar lograr pequeños acuerdos acerca del problema o dificultad del estudiante y la forma de realizar estos acuerdos en la vida diaria. Cuando los padres no logran ponerse de acuerdo o aparecen problemas de pareja o descalificaciones del uno al otro, intentar siempre centrarse en los problemas del estudiante y hacerlos ver que sobre las diferencias, lo que necesita el hijo que sus padres estén de acuerdo o sean capaces de llegar a consenso. Algunos de los objetivos específicos que debe perseguir una entrevista a padres o apoderados, son: Compartir las apreciaciones que se tienen sobre hijo-estudiante. Tratar de entender a la familia como grupo-sistema y al niño como parte de ese sistema. Determinar las áreas conflictivas, dando cuenta de las motivaciones y sentimientos involucrados. Crear en los padres una sensación de confianza y seguridad que incremente la colaboración familia-colegio, papás-profesores. Dar cuenta de los caminos escogidos para la solución de los problemas. Elaborar una estrategia educativa común. Aspectos a procurar durante la entrevista Que la persona esté relajada. Que la persona vea que se está preparado. Ponerse en el lugar del entrevistado. Ser un oyente atento. N o hacer alardes de autoridad. Procurar que los padres o el estudiante queden menos preocupados al salir de la entrevista, más motivados en el cambio y con más confianza en sí mismos. Prestar atención a los momentos de despedida. Procurar que la persona salga con deseos de otra entrevista. Contrariamente, los aspectos que deben evitarse durante una entrevista, son: Hablar demasiado. Someter a un interrogatorio. Aparentar prisa y preocupación. Hacer juicios prematuros. Alargar demasiado la reunión. Evaluación de la entrevista

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En la medida de lo posible, es necesario verificar los resultados de la entrevista. El aspecto más importante al evaluarla es el efecto causado sobre el entrevistado. Es importante que el entrevistador comente con sus pares (personas que tienen ingerencia en la educación del estudiante) los resultados, cuidando la confiabilidad de la misma. Preguntas como las siguientes pueden servir para este efecto: ¿Hubo un progreso en la toma de conciencia del problema por parte del estudiante y/o apoderado? ¿Ayudaron las entrevistas a que el estudiante tenga más confianza en sí mismo? ¿Se ha producido, después de las entrevistas, una mejoría en la conducta del estudiante? ¿Hubo progreso en la toma de conciencia del problema por parte del estudiante y/o apoderado y se manifiestan dispuestos a enfrentar el problema? Entrevistas de seguimiento Tener las conclusiones de la entrevista anterior a la vista. Conocer la percepción de los papás respecto a la evolución y ver si se cumplieron los acuerdos. Determinar caminos de acción a futuro. Aspectos que deberían conocerse de la familia y del estudiante: Sus componentes: lugar que ocupa el dentro de la familia, con quiénes vive, etc. Historia: antecedentes de salud y desarrollo personal y familiar; hechos significativos; detalles de otros hermanos. Comportamiento: cómo se comporta el estudiante en la casa. Actitud de los padres frente al colegio: qué aspiran, qué opinan de la educación que reciben sus hijos, cómo abordan los problemas escolares. Percepción de los padres de su hijo: cómo lo perciben en el aspecto emocional, social, educacional, etc. Pauta reducida de entrevista a los padres Es indispensable tomar en cuenta las condiciones básicas para una entrevista, las técnicas para una adecuada conducción y plantear el motivo en términos positivos, claros y precisos. Identificación. N ombre del estudiante. N ombre y profesión u ocupación de los padres. N úmero de hermanos. Fecha de nacimiento. Fecha entrevista. 120

Antecedentes. Historia y desarrollo personal. Hechos significativos. Aspectos biológicos. Ambiente familiar. Historia escolar. Comportamiento del niño en la casa. Redes de apoyo. Recursos y habilidades. Conflictos actuales. Cómo perciben los padres a su hijo en relación a lo escolar. Talentos. Hábitos. Refuerzos. Corrección. Límites. En relación al estudio: Cómo orientan y apoyan los padres al hijo en lo relacionado con lo escolar. Cómo refuerzan, cómo ponen limites y corrigen al hijo. Cómo mantienen un clima apropiado para el estudio, cómo lo motivan. Qué le trasmiten respecto al valor del estudio, del trabajo, de la cultura. Cómo el hijo responde a las acciones de los padres. Qué problemas perciben en relación a su adaptación y rendimiento escolar, qué han hecho por ayudarlo. Problemas que se perciben en relación con el colegio y con el rendimiento escolar: Dificultades específicas que hayan observado. Hábitos de estudio. Atención, concentración. Relación con los hermanos, compañeros y amigos. E xcesiva inquietud. Baja autoestima. Baja motivación escolar. Dificultades en lectura y escritura. Otros. Apreciación de factores posiblemente causales de las dificultades observadas.

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Es necesario recordar que: Conviene evitar la formulación de preguntas que se puedan responder con monosílabos o lacónicamente. Se debe conceder el tiempo suficiente. Hay que evitar la formulación de preguntas insinuantes; es decir, que sugieran una respuesta determinada. Usar el silencio constructivamente. Considerar que las entrevistas no siempre son concertadas de antemano, muchas veces surgen de forma casual. El entrevistador debe acostumbrarse a ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Mantener actitudes de respeto y aceptación hacia la otra persona, actitudes que deben ser comunicadas de algún modo. TRABAJO ESCOLAR EN LA CASA Las tareas, trabajos o investigaciones, como parte del trabajo escolar en la casa, son un valioso auxiliar didáctico que sirven para enseñar al estudiante a aprender y a autodirigisre en el estudio. Por lo tanto, no constituyen un fin sino un medio para lograr la fijación de los aprendizajes. Cuando las tareas pasan a ser una “carga” afectan de una manera importante la relación estudiante-docente, padres e hijos y ocasionalmente colegio-familia. Para algunos estudiantes las tareas y trabajos, más que un recurso que estimule y refuerce su aprendizaje, son causa de una desmotivación y rechazo de lo escolar. Se puede resumir diciendo que si bien los trabajos y tareas escolares constituyen un importante recurso pedagógico, no pocas veces se convierten en una carga para los estudiantes, papás y profesores. En este sentido nos parece muy necesario profundizar sobre esta problemática para implementar estrategias que permitan un mejor aprovechamiento y motivación hacia las tareas, trabajos e investigaciones. Para esto, definamos qué entendemos por: Tarea: actividades escolares para ser realizadas fuera de clases, en forma individual y que son controladas en la clase por el docente. Ejercicio: actividad escolar para ser realizada dentro o fuera de la clase, en forma individual o grupal de carácter voluntario y que son revisadas junto con el docente en la sala de clase. 123

Trabajos o investigaciones: actividades escolares para ser realizadas fuera de la clase, en forma individual o en grupos, a plazos más largos para una profundización de los contenidos programáticos del curso o asignatura. Tareas Principios orientadores sobre las tareas: Las tareas deben surgir del compromiso programático de la clase. Deben tener un objetivo pedagógico claro, expresado en forma sencilla, cuyo sentido los estudiantes puedan apreciar. Debe ser acompañada de instrucciones precisadas y detalladas para su realización. Debe ser realizada por el estudiante. El posible apoyo de la familia no debe sustituir el esfuerzo del propio estudiante. Debe ser comunicada en un momento oportuno del transcurso de la clase, que permita entregar con claridad las instrucciones para que los estudiantes las anoten y las registren en la agenda. La asignación de tareas debe darse de forma programada. No deben darse en cantidades excesivas y deben adaptarse a la capacidad de estudio de los estudiantes. N o deben darse como castigo. Debe prestarse atención a los factores motivacionales, variar el tipo de tareas, hacerlas más atractivas. Deben ser comentadas, analizadas y/o supervisadas. Sugerencias para los padres: Pregúntele a su hijo o hija qué aprendió en la escuela, no solamente en matemática, inglés o ciencias, sino con respecto a sus compañeros y a la escuela misma. Cuéntele de sus propias actividades durante el día. Ponga horarios regulares y limite la cantidad de televisión que mira. Ayude a su hijo con las tareas cuando se lo pida pero no se las haga, acompáñelo, apóyelo, pero recuerde que las tareas son para el estudiante. Sugerencias para los profesores: Todas las tareas deben ser comentadas y analizadas posteriormente en clase. La revisión de tareas puede ser una actividad especialmente apropiada para ayudar a los estudiantes con más dificultades o desmotivados. Debe darse especial atención y tiempo para analizar los errores, fijándose que los estudiantes los corrijan en sus cuadernos. Hay dos situaciones que atentan contra los objetivos de las tareas. La copia de estas y el excesivo apoyo que pueden recibir algunos estudiantes por parte de sus apoderados 124

o profesores particulares. Esta situación se podría enfrentar: Con tareas motivadoras. Entregando diferentes guías. Con la revisión de las tareas en la clase, verificando que el estudiante sea capaz de repetir exitosamente la actividad. Considerando ejercicios similares en las pruebas y mostrando cómo las tareas fueron una buena forma de prepararse para las evaluaciones. Insistiendo en reunión y entrevistas con los padres acerca de la conveniencia de favorecer el trabajo autónomo de los estudiantes. Argumentos a favor de las tareas: Constituyen una valiosa herramienta para el aprendizaje. Favorecen la memorización y adquisición de aprendizajes a través de la ejercitación. Complementan la enseñanza de la clase. Fomentan el trabajo independiente de los estudiantes. Permite un mejor aprovechamiento del tiempo libre de los estudiantes. Permite afianzar la racionalidad y el autocontrol. Permite a los padres conocer y participar en el aprendizaje de sus hijos. Argumentos en contra de las tareas: No se ha comprobado cuantitativamente la relación positiva entre hacer tareas y el aprendizaje. Fomenta de distintas maneras la desigualdad de oportunidades, por diferencias en la capacidad de las familias para ayudar a sus hijos. Deterioran la relación entre el colegio y la familia. Perjudican actividades familiares. Pueden incidir negativamente en las relaciones al interior de la familia. Entraban las relaciones entre profesores y estudiantes. Para muchos estudiantes constituyen una sobrecarga, se sienten sobre exigidos. Disminuyen la posibilidad de realizar otras actividades formativas, como entrenar en un deporte, estudiar un instrumento musical, asistir a talleres de arte u otras áreas de interés personal. En ocasiones, los profesores no revisan las tareas, lo que crea una gran frustración en los estudiantes que se han esforzado por hacer un buen trabajo. Las tareas parecen racionales si: No se dan en forma rutinaria. Corresponden al nivel de los estudiantes. Pueden hacerse sin ayuda ajena. No son asignadas en cantidades excesivas. 125

Forman parte importante de lo enseñado. En lo posible, causan placer a los estudiantes o por lo menos estos comprenden que es importante hacerlas. No se dan como castigo. Se distribuyen racional y planificadamente entre asignaturas, de modo que el total de tareas diarias corresponda a una carga adecuada. Van a ser revisadas por el docente y recibirán un comentario de su parte.

Es necesario recordar que: El docente tiene la obligación de registrar la tarea que da y el día en que va a ser revisada. En este registro, debe estar explicitado el tipo de tarea y el tiempo calculado para su ejecución. Si el docente no registra la tarea, no debe ser considerada como tal. Los profesores deben controlar que todos los estudiantes anoten sus tareas en la agenda. Es más útil dedicar tiempo a revisar que los estudiantes hagan esto que tomar medidas disciplinarias por la no ejecución de las mismas. Las tareas, al estar consideradas dentro del programa de la asignatura, deben tener para el estudiante un sentido claro dentro de los objetivos de aprendizaje. Deberá comprender la tarea como un reforzamiento de los aprendizajes adquiridos en la sala de clases. Se debe procurar dar tareas atractivas, desafiantes y organizadas en guías de trabajo diseñadas previamente. Deben evitarse tareas rutinarias y/o repetitivas como pintar ilustraciones y copiar textos. Se debe tener la seguridad que los estudiantes entendieron bien las instrucciones y están capacitados para haces sus tareas sin recibir apoyo externo de apoderados y profesores. La siguiente encuesta servirá al docente para conocer las actitudes y hábitos hacia las tareas y trabajos escolares de los estudiantes de 2° ciclo básico: Encuesta Contesta V o F dependiendo si la afirmación corresponde a lo que tú piensas.

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Objetivos de las preguntas: Las preguntas 1 - 3 - 7, corresponden a planificación del estudio. Las preguntas 2 - 16 - 18, corresponden a registro de tareas. Las preguntas 5 - 6 - 9 - 11, corresponden a malos hábitos personales. La preguntas 14 corresponde a la percepción de malos hábitos en los demás. Las preguntas 8 - 17, corresponden a una percepción negativa ante el tema de las tareas. 127

Las preguntas 4 - 10 - 12 - 13 - 15 - 19, corresponden a una percepción positiva ante el tema de las tareas y el aprendizaje que se obtiene a través de ellas. Trabajos de investigación Principios orientadores de los trabajos e investigaciones: Favorecer la formación de una mentalidad científica. Desarrollar habilidad para el trabajo y estudio en equipo. Habituar al estudiante a un estudio productivo y creador. Usar la bibliografía como una fuente permanente de consulta. Desarrollar destrezas para el manejo de diferentes técnicas de investigación. Desarrollar el pensamiento reflexivo, crítico y autocrítico. Ejercitar a los estudiantes en la preparación de resúmenes, preparación de informes, etc. Favorecer progresivamente la comprensión de la lectura a través de la interpretación, organización y valoración de antecedentes o informaciones requeridas. Desarrollar la responsabilidad, la constancia y el compromiso consigo mismo. Sugerencias: Los trabajos o investigaciones de preferencia deberían darse para trabajar en grupos, en base a cuestionarios. Deben ser realizados por los estudiantes. Deben estar sujetos a una programación escolar. Deben ser evaluados en base a una pauta común de contenidos de orden, limpieza, creatividad, etc. Deben contar con una pauta clara que oriente su realización.

Es necesario recordar que: Es indispensable reconocer y destacar la importancia e interés que ponen los estudiantes en los trabajos de investigación entre las asignaturas que frecuentemente los exigen, como Lenguaje y comunicación, Conocimiento del medio, Biología, etc. Deben programarse en el calendario los diferentes trabajos dados con una estimación del tiempo de ejecución. Al dar un trabajo es conveniente entregar una pauta en la que se definan criterios para la evaluación y calificación del trabajo de evaluación. Cada asignatura debería dar anualmente al menos un trabajo de investigación. 128

Debe motivarse el uso investigativo del material de biblioteca, de la red, etc. y enseñarles a citar las fuentes revisadas según normas. Trimestralmente, a nivel de ciclo, se pueden exponer los mejores trabajos como un modo de estimular a los estudiantes. MENSAJES POSITIVOS PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN Yo te quiero Tú puedes Tú eres capaz Yo creo en ti Nuestro lenguaje debe transmitir lo que los niños son: seres maravillosos llenos de talentos. En los siguientes listados se nombran algunas acciones y expresiones relacionadas con diferentes tipos e intenciones de mensajes, todos ellos sustentados en la premisa Tú puedes, tú eres capaz

Hábitos Tú puedes… Sacarte y ponerte los zapatos. Hacer la fila. Ir solo al baño. Sacar o guardar tus juguetes. Lavarte las manos y la cara. Vestirte por ti mismo. Comenzar o terminar tu trabajo. Mantener limpia la hoja de tu trabajo. Permanecer sentado. Psicomotricidad Tú puedes… Dibujar. Pintar. Recortar. Pegar. Correr. Saltar. Caminar.

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Intelectuales Tú eres capaz de… Observar. Hablar. Pensar. Recordar. Concentrarte. Crear. Escuchar. Prestar atención. Comprender. Pronunciar claramente. Leer. Asociar. Comparar. Sociales Tú puedes… Compartir tu colación. Ordenar tus cosas. Prestar tus juguetes. Prestar tus lápices. Prestar tus libros. Invitar a un amigo a tu casa. Expresar lo que sientes. Decir lo que quieres. Decirle a la mamá lo que piensas. Pedirle a tu mamá que te escuche. Contarle a tu papá lo que encuentras importante. Escuchar a tu compañero. Características 130

Tú eres… Alegre. Simpático.

Servicial. Cariñoso. Creativo. Entusiasta. Generoso. Capaz. Entretenido. Responsable. Capaz. Cooperador. Trabajador. Esforzado. Constante. Valiente. Fuerte. Hábil. Observador. Curioso. Respetuoso. Inteligente. Me gusta, me encanta tu… Optimismo. Alegría. Sonrisa. Ojos. Voz. Inteligencia. Cariño. Espontaneidad. Sinceridad al decir lo que piensas. Valor al decir lo que sientes. Franqueza al comunicarme tus inquietudes. Confianza al contarme tus problemas y dificultades. 131

Estrategias para pedir Yo quiero que tú… Por favor me prestas… Me ayudas a… Me acompañas a… Estrategias para poner límites Por favor, deja de… …gritar. …molestar a otros. Está prohibido. No has cumplido con las normas que establecimos. Reflejo de sentimientos Lo que siente el adulto: Yo siento mucha alegría (amor, miedo, rabia) por… Me da mucha alegría (pena, cariño, miedo, rabia) cuando… Me molesta mucho que… Me gusta que… PAUTA DE AUTO EVALUACIÓN Y REFLEXIÓN PARA EL DOCENTE ¿Estoy cumpliendo con la exigencia que se me ha impuesto? ¿Trato de estar al día en los aspectos metodológicos? ¿Estoy de acuerdo con el proyecto educativo del establecimiento en que me desempeño? Si no es así, ¿cómo podría colaborar? ¿Conozco la materia que enseño y me actualizo permanentemente para estar al día? ¿Soy capaz de permitir la expresión de sentimientos, fantasías, experiencias propias y familiares de mis estudiantes, sin entrar en juicios críticos? ¿Establezco con mis estudiantes un vínculo personal, cálido, permanente, afectivo? ¿Al enfrentar un problema en el grupo curso permito una “lluvia de ideas” para solucionarlo? ¿Tengo una “actitud de escucha” y utilizo una forma de expresión no verbal de aceptación para comunicarme con mis estudiantes? ¿Utilizo formas de expresión verbal positivas para comunicarme con los estudiantes? ¿Me siento capaz de producir cambio en mí? ¿Estoy dispuesto a cambiar mis actitudes si han sido mal evaluadas? ¿Vivo o encarno los valores que quiero transmitir a mis estudiantes? ¿Soy congruente en el pensar, decir y actuar frente a los estudiantes y mis colegas? ¿Soy capaz de ponerme metas y alcanzarlas? ¿Soy puntual, responsable, organizado, participativo y cooperador como docente? ¿Busco cuáles pueden ser las causas de la “conducta desadaptativa” de algún estudiante? 132

¿Trato de buscar solución a los problemas que enfrentan los estudiantes? ¿Mantengo un clima afectivo cálido dentro de la sala de clases? (no amenazador, descalificativo, agresivo, etc.) ¿Estoy dispuesto a entrevistarme con los padres y permitir que se aparten del ámbito escolar para poder hacer una derivación adecuada si fuera necesario? ¿Soy asertivo en la forma de expresar mi aceptación o desacuerdo frente a un hecho? ¿Estoy en condiciones de “jugármela” por una adaptación curricular si fuera necesario para los niños? ¿Tengo presente que en cada clase es necesario estimular, reforzar y desarrollar las habilidades de observación, descripción, comparación y establecer relaciones para que después estas habilidades las pueda aplicar o asociar a otras circunstancias o situaciones? ¿Incentivo el trabajo de colaboración y participación? ¿Cómo siento mi autoestima, como docente? ¿Estímulo en mis estudiantes la curiosidad, la alegría y el gozo? ¿Trato de fortalecer los lazos interpersonales y las habilidades comunicativas? ¿Cómo enfrento mi desaliento, rabia, tristeza, desesperanza, insatisfacción, enojo? ¿Soy capaz de reconocer mis estados de ánimo y errores y pedir ayuda? ¿Comparto mis éxitos metodológicos con mis colegas a fin de mejorar el rendimiento? ¿Cómo es mi relación con los demás profesores y con la comunidad escolar? ¿Recibo con agrado las sugerencias de mis colegas y superiores? ¿Soy capaz de priorizar mis actividades en relación a los valores a los que adhiero? (Equipo Psipedagogía CVD, 2000)

Es necesario recordar que: Es importante conectarse con los intereses de cada educando de acuerdo a la edad y situación social. Hay que acompañar el aprendizaje en un clima emocional cálido y positivo. Deben evitarse las comparaciones. Es conveniente motivar y adelantar los contenidos antes de entrar en materia.

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“El saber no basta, debemos aplicarlo. El desear no es suficiente, debemos hacerlo”. Goethe

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DEFINICIONES Los conceptos usados en este libro se han entendido por parte de las autoras, del modo que a continuación se describe por orden alfabético. Actitud: Disposición de ánimo manifestada en acciones concretas expresadas de algún modo. Forma concreta de conquistar ideales. (Actitud benévola, pacífica, amenazadora, conciliadora, atenta, respetuosa, etc.). Actitud positiva: Disposición de ánimo pro-activa, optimista, esperanzadora, alegre, llena de buen humor. Autoridad: Servicio para que el otro crezca en la libertad de elegir el bien propio y ajeno; viene del latín y significa sostener para crecer. Autoestima: Percepción que se tiene de sí mismo, sentimiento de respeto, confianza, identidad y propósito. Asertividad: Conducta que permite expresar adecuadamente afecto u oposición. Carisma: Don especial, gracia, que distingue de otros y que se entrega a los demás. Especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar. Crecimiento: Desplegar condiciones propias. Acción y efecto de crecer externa e internamente. Desarrollo: Desplegar aptitudes internas. Acrecentar, dar incremento a algo de orden físico, intelectual o moral. Crecimiento interno. Explicar una teoría y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Exponer o discutir con orden y amplitud cuestiones, temas, lecciones, etc. Destreza: Astucia para desarrollar la habilidad. Habilidad, arte, primor o propiedad con que se hace algo. Emoción: Reacción de los sentidos ante un estímulo externo. Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. Interés expectante con que se participa en algo que está ocurriendo. Educar: Dirigir, encaminar. Saber sacar lo mejor del educando. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Perfeccionar, afinar los sentidos. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía. Estrategia: Arte, traza para dirigir un asunto. En un proceso regulable, conjunto de las 136

reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento. Habilidad: Don personal para poner al servicio de otros metas y objetivos. Capacidad, disposición para algo. Gracia y destreza para ejecutar algo que sirve a la persona. Interés: Conveniencia o beneficio en el orden moral o material. Valor de algo.Inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc. Introversión: Acción y efecto de penetrar dentro de sí mismo, abstrayéndose de los sentidos. Mediación: Acción y efecto de servir de “puente”, mediar, entre una persona y un bien. Interceder o rogar por alguien o algo. Interponerse entre dos o más, procurando transmitir unidad y amistad. Existir o estar en medio de otros. Madurez: Estabilidad, equilibrio, estado en que se ha logrado crecer lo suficiente y se pueden tomar nuevas responsabilidades en todos los ámbitos del desarrollo. Llegar a ser una persona sana, emocionalmente estable, socialmente responsable y abierta a los valores del espíritu. Buen juicio o prudencia, sensatez. Armonía o desarrollo interior. Principio: Arraigo en un pensamiento “base” o “sólido”. Causa, origen de algo. Norma o idea fundamental que rige el pensamiento, la conducta y el comportamiento. Base, origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier materia. Punto que se considera como primero en una extensión o en una cosa. Resiliencia: Condición física de los materiales para volver a su estado original habiendo estado bajo fuerte presión. Capacidad del ser humano de sobreponerse a cualquier situación adversa, si se reúnen las condiciones de apego cercano en la primera infancia y un encuentro significativo con otro en el transcurso de la vida. Responsabilidad: Respon-habilidad = responder con habilidad, con permanencia. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. Sentimiento: Emoción o reacción que permanece en el tiempo. Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. Vínculo: Relación personal, permanente, libre, cargada de afecto. Unión o atadura de una persona o cosa con otra. Valor: Riqueza o concepto valioso, que mueve a la acción, que sirve para alimentar y encauzar las motivaciones y tener fuerza espiritual. Alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase. Cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros. 137

Vocación: Vocere = voz, llamado. Voz, llamado, envío, discípulo. Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera. Convocación, llamamiento.

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142

Índice Título Créditos Índice PRÓLOGO PRESENTACIÓN PRINCIPIOS DIDÁCTICOS CLAVES PARA SER UN DOCENTE EXITOSO Cualidades y habilidades del que enseña Vínculo, mediación y resiliencia Sentimientos y emociones en el actuar pedagógico Vocación Habilidades sociales Algunos alcances en educación Asertividad Autoestima Autoestima del estudiante Autoestima del docente Valores Tipo de valores Valores pedagógicos Ejercer la autoridad Dominio de la disciplina Disciplina en el hogar y ejercicio de la disciplina Las normas en la familia y en la escuela son una fuente de bienestar Tiempo de espera o Tiempo Perdido Planificación, organización del tiempo y manejo del currículum Manejo del currículum Estrategias para ser un buen docente

CONOCIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES Características por edad Estudiantes de primero a quinto básico Estudiantes de sexto a octavo básico 143

2 4 5 8 12 16 20 20 24 26 34 36 38 39 40 42 43 45 46 46 51 55 56 58 60 66 69 73

77 77 78 80

Estudiantes de educación media Valores a enseñar según edad Distintos tipos de estudiantes El estudiante creativo El estudiante con dificultades sociales, emocionales y conductuales Niños depresivos Niños ansiosos Niños oposicionistas Niños con desajuste social El estudiante competitivo El estudiante con déficit atencional El estudiante con trastornos específicos de aprendizaje

HERRAMIENTAS

83 87 88 88 94 91 92 92 93 98 102 105

113

Lectura: mediación y motivación Corrección de pruebas como evaluación formativa Entrevistas Trabajo escolar en casa Tareas Trabajos de investigación Mensajes positivos para una buena comunicación Pauta de auto evaluación y reflexión para el docente

DEFINICIONES BIBLIOGRAFÍA

113 114 115 123 124 128 129 132

136 139

144

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