COMUNICACIÓN 2 ARFUCH SEGUNDO PARCIAL
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COMUNICACIÓN 2 ARFUCH SEGUNDO PARCIAL Austin, J. “Conferencia I” y “Conferencia IX” en Cómo hacer cosas con palabras Austin se ocupa de estudiar el lenguaje ordinario, utilizado en la vida cotidiana. Sostiene que el lenguaje no se caracteriza por ser representación de la realidad, sino que es performativo. Construye la realidad abstrayéndola, no representa hechos preexistentes, porque el mundo se encuentra en constante cambio. El lenguaje no representa realidades, cosas perceptibles, sino que performa la realidad. Performar es construir, dar forma. Uno performa y no meramente describe lo que lo rodea. No existe una única manera de representar una única realidad, no somos testigos pasivos del mundo, sino que somos sujetos activos que construimos la realidad a través del lenguaje. El lenguaje es permormativo, realizativo, y no constatativo, no describe sino que construye la realidad. El decir no es inocente, ni descriptivo, sino que es construir el mundo, generar efectos, consecuencias, expectativas. En una primera instancia Austin diferencia entre los enunciados constatativos, que son aquellos que parecían solo describir la realidad, el estado de las cosas con verdad o falsedad, y los enunciados realizativos, que no describen nada, no son ni verdaderos ni falsos, y que al enunciarlos es realizar la acción que estoy diciendo, como por ejemplo prometer. Austin realiza esta distinción llegando a la conclusión de que todo enunciado, todo acto del habla tiene una dimensión perlocucionaria, no informan un estado de las cosas sino que generan efectos y cambios en el mismo, no representan el mundo, sino que lo performan, lo construyen. Austin lleva la característica de performatividad a todo el lenguaje. En todo acto de habla se hacen presentes tres dimensiones que son indivisibles entre sí y que son analizadas por Austin para llegar a la conclusión de que todo enunciado presenta rasgos performativos. Estas son: una dimensión locucionaria, que es el acto de decir, de introducir significados, expresar algo que tenga un sentido. Una dimensión ilocucionaria, que es la postura que tomó al enunciar la intención, el tono, la selección de la forma de hablar y de los códigos convencionales que estructuren el enunciado y lo carguen de sentido, la expresividad que le doy. Y una dimensión perlocucionaria, que es la dimensión de respuesta de mi discurso, y que está presente en todo acto del habla, ya que generó efectos y consecuencias, no describo inocentemente el mundo, sino que provocó cambios en el estado de las cosas, en el contexto, en el otro , en uno, en el mundo.. Esto implica una responsabilidad, y una ética, porque nuestro enunciado no describe sino que performa la realidad, la genera, somos responsables de las construcciones que realizamos a través del lenguaje.
Austin critica la idea del lenguaje como nomenclatura de la realidad, como representación de las cosas, porque no es que las cosas estén y las nombremos, sino que el lenguaje construye el mundo, el sentido de las cosas, se construye a través del habla. El lenguaje no se caracteriza por ser representacionalista, la relación entre las palabras y las cosas no es de representación sino de performatividad (teoría performativa del lenguaje). Todo decir es hacer, construir y modificar el estado de las cosas. El sujeto no es un espectador pasivo, sino que es un actor, es activo, el mundo no está dado, ya hecho, sino que es a construir y reconstruir. Somos actores en el mundo, y es por eso que hablar implica responsabilidad y compromiso, somos responsables de lo que decimos, de los cambios que generamos, de las construcciones que realizamos, de lo que hacemos al decir. Todos los enunciados cumplen una acción y generan una consecuencia. Puede relacionarse con la postura de Aicher, que propone ver al mundo como un proyecto, como algo que he construido por nosotros, que somos sujetos activos y que debemos tomar el compromiso de nuestras acciones. Proyectar es generar nuevos modelos, unir el pensamiento con al acción, encontrar nuevas formas de pensamiento y percepción, entender la libertad y no como una vestidura sino como una concientización, como proyecto. Como sujetos activos no debemos aceptar el mundo como es, porque el mundo es a construir y podemos cambiar el mundo en el que estamos. Relacionando la performatividad del lenguaje con el diseño grafico, toda pieza del diseño es performativa, porque diseñar no es decorativo sino que es construir, influir, cambiar el mundo. El diseño implica una responsabilidad y una ética social, porque no se trata solo de la utilización de determinadas técnicas y herramientas, sino que por ser una práctica significante deja marca en todos los registros de la vida social, construye, configura identidades, sujetos y subjetividades. Como diseñadores debemos tomar esta responsabilidad, no somos decoradores sino que construimos sentidos, ideologías, construimos el mundo. El lenguaje no es un instrumento para representar hechos. El sentido común que tenemos naturalizado nos hace pensar que el lenguaje es instrumento de representación, correspondencia con su referente, coincidencia entre lo dicho y la realidad. Tenemos esta percepción naturalizada, y que debemos desnaturalizar, porque el lenguaje no informa sino que construye. La imagen no es descriptiva aunque así lo tengamos naturalizado, no es representación, sino que trabaja performativamente. Nombrar las cosas es dar sentido, construir y reconstruir. La imagen constatativa es débil, funciona en cambio performativamente. La imagen no denota la realidad. En la imagen fija hay sentidos queno puedo mencionar, hay cosas que le están veladas, operaciones que la imagen no puede realizar. La imagen no es
literal. El sentido de la imagen es completado en la lectura, una imagen performa más que lo que describe, provoca efectos.
Gauthier, G. “El trabajo de la imagen, una lógica” en 20 lecciones sobre la imagen y el sentido Realiza una comparación entre la imagen, enunciado visual, y la lengua, enunciado lingüístico. Lleva la postura de Austin, d lo performativo a la imagen. El enunciado visual es más limitado a la hora de constatar, de describir. La imagen constatativa es débil, porque hay osas que le están negadas, la conjunción, la disyunción, la causa y efecto, causaconsecuencia. La imagen no tiene la posibilidad de mostrar esto, la imagen no es literal ni denota la realidad, aunque tengamos esto naturalizado. Hay operaciones que la imagen no puede realizar y el lenguaje sí. La imagen funciona más bien performativamente, la imagen no representa sino que construye, provoca efectos. El sentido de la imagen se terminar de construir en la lectura de la misma. La constatación de la imagen es solo un primer nivel de aproximación, la imagen a más largo plazo tiene a cambios de profundidad. La imagen es un enunciado constatativo débil, y es en cambio un enunciado performativo de acción ampliamente diferida y con rendimiento incierto. Las posibilidades constatativas de la imagen son limitadas, su nivel de denotación es limitado, la negación no puede ser introducida en la imagen. La imagen fija ignora la negación, y tiene dificultades para expresar la casualidad. Esta puede interpretarse pero es cultural, tiene que ver con códigos culturales aprendidos, convenciones sociales que entendemos por nuestra s vivencias y nuestra experiencia. Vemos la imagen en tiempo presente, es difícil hablar de la temporalidad de una imagen, porque recreamos el enunciado desde el presente, cuando la imagen se produjo en el pasado. Cuando la imagen llega al conocimiento del observador esta ya ha pasado necesariamente, por lo cual el observador puede sustituir al enunciador y vivir la imagen en presente, o asumir su papel de observador y vivirla en pasado. El futuro en la imagen se ve excluido. En la imagen no hay presencia atestiguada del enunciador, salvo en el estilo. La imagen se caracteriza por un procedimiento metonímicometafórico: No puede representar relaciones lógicas entre los elementos que la componen.
Alessandria, J. “La enunciación visual” en Imagen y metaimagen Funda su teoría en Austin. Estudia la enunciación en la imagen.
En las imágenes no hay un código como en la lengua (istema abstracto). No hay unidades previas, prexistentes que se combinen y actualices para construirla. No se basa en una reserva de signos. Esto no quiere decir que no haya convencionalidad, ni que sea un campo caótico, sino que cada imagen remite a otra imagen. La imagen es un enunciado visual.
White,H. “El texto histórico como artefacto literario” en El texto histórico como artefacto literario y otros escritos Para poder hacer un balance de sí mismo, el campo académico utiliza la historia pero es imposible que esa historia sea objetiva, ya que si el historiador mismo es un participante de ella, será imparcial, y si no lo es, es probable que no sepa distinguir los acontecimientos significativos y los insignificantes. Narrativas históricas: son ficciones verbales cuyos contenidos son tanto inventados como encontrados y cuyas formas tienen más en común con sus homólogos en la literatura que con la ciencia. Las historias ganan parte de su efecto explicativo a través de su éxito en construir relatos a partir de meras crónicas por medio de una operación llamada tramado (codificación de los hechos contenidos en las crónicas como componentes específicos de estructura de trama). Collingwood: insistía en que el historiador es sobre todo un narrador y consideraba que la sensibilidad histórica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato plausible a partir de un cúmulo de hechos que, en su forma no procesada, carecen por completo de sentido. Los acontecimientos son incorporados en un relato mediante la supresión y subordinación de algunos de ellos y el énfasis puesto en otros. El mismo conjunto de acontecimientos puede servir al historiador como componentes de un relato trágico o cómico, dependiendo de su elección respecto a la estructura de trama que considera más apropiada para ordenar esos acontecimientos, de manera que se incluyan dentro de un relato comprensible para el otro.
Y es comprensible porque se supone que la sociedad ya tiene formada una idea sobre los atributos genéricos de las situaciones trágicas, cómicas, novelescas y podrá reconocerlas como tales cuando las encuentre en un texto. La codificación de los acontecimientos en términos de tales estructuras de trama es una de las formas que posee una cultura para dotar de sentido a los pasados tanto personas como público. “La historia nunca debe ser creída como signo ambiguo de los acontecimientos de los que da cuenta, sino como una estructura simbólica que se “asemeja” a los acontecimientos relatados en ella con alguna forma que nos ha sido familiarizada en nuestra cultura literaria”. White plantea la idea de que el ordenamiento y la creación del os relatos históricos que son ajenos por ser del pasado, se hacen creíbles, conforme a como están contados, dependiendo de una estructura social determinada. Los datos de los distintos relatos son los mismos, lo que cambia y es diferente es la forma de relacionar dichos datos y la manera de contarlos. El historiador se basa en hechos reales y construyen con ellos relatos similares a los de ficción. Los acontecimientos son neutrales pero se le dan distintos sentidos por cada relato, distintas estructuraciones. Desde el momento en que se hace el relato (cargado de la subjetividad del historiador), el que lo escucha no puede vivir los hechos como reales. Los datos son los mismos y cada uno lo que hace es relacionarlos de distintas maneras. Imaginación constructiva: Siempre nos llega el dato ficcionado. Hay que leerlo a partir de mecanismos de ficción. No quiere decir que sea falso. Ese relato construye una realidad performativamente. Relaciones de poder: la historia se construye como ficción. La historia es neutra pero depende quien lo cuente va a contar lo que quiere. No es objetivo, porque el historiador le da su punto de vista. Toda historia es una construcción narrativa, tiene un narrador y una construcción de relato (trama). Hay reglas que garantiza el relato dl historiador. Resignificación: no necesariamente la historia es parcial porque dejo algo de lado.
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