Compendio de Musicoterapia

February 11, 2017 | Author: Nekane Igarza | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Compendio de Musicoterapia...

Description

Compendio de Musicoterapia Volumen I

Serafina Poch Blasco

La sesión de musicoterapia en retraso mental

Para faciliriar la labor y para un mejor rendimiento se precisa formar grupos lo más homogéneos posible. Hay que tratar en grupos separados a los niños con retraso mental, problemas emocionales, caracteriales, paralíticos cerebrales, ciegos, sordos, etc. El mezclarlos da lugar a desperdiciar energías y a crear malestar en el grupo porque no se pueden atender las necesidades específicas de cada niño.

Por tanto, una primera división considera el grado de retraso mental como problema más importante. Pueden establecerse dos grupos, uno formado por los niños con retraso mental grave (menos de CI 50) y otro compuesto por niños con retraso mental medio. Actualmente los niños borderline ya no están en los centros de educación especial, sino integrados en centros de enseñanza primaria-

La edad cronológica no es demasiado importante con los niños con retraso mental profundo; sí lo es en los medios, por lo que entre ellos podemos aplicar las divisiones usuales, es decir, muy pequeños (si hay guardería infantil), pequeños (de 4 a 6 años), medianos ( de 7 a 10 años) y adolescentes (de 11 a 15 años). Esta clasificación es orientativa, ya que lo esencial es el grado de desarrollo intelectual.

En cuanto al número de niños en cada grupo, este tipo de pacientes permite reunir un mayor número de niños por grupo que con otro tipo de problemas. Estos pacientes son generalmente los más numerosos porque se calcula que el 75% de los niños de un centro de educación pertenecen a este grupo. Por tanto, si el centro sólo cuenta con un musicoterapeuta, muchas veces no puede atenderlos a todos y se seleccionan aquellos niños que más puedan beneficiarse y se da preferencia alos más pequeños. Un musicoterapeuta pede atender a grupos de 10 niños como máximo si se trata de

hacer actividades muy generales, pero no es el número ideal. Con este tipo de problemas 6 o 7 podrían ser un buen promedio.

La frecuencia de las sesiones es de una vez por semana como mínimo. Su duración es de 45 minutos, y se dejan 10 minutos suplementarios al menos entre sesión y sesión para que el musicoterapeuta recoja el material utilizado en la sesión que ha finalizado, tome notas de lo más sobresaliente y prepare el material para la sesión siguiente.

Etapas de cada sesión

1. Dar la bienvenida a los niños. De la formación recibida del doctor Nordoff, en Filadelfia (1966), aprendí a utilizar, como saludo de bienvenida, la canción que él compuso; una melodía muy adecuada, que traducida dice así: “Buenos días, buenos días, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?”. El niño debe contestar cantando también: “Muy bien”, mientras el terapeuta estrecha la mano del niño, y así con cada uno del grupo, repitiendo la misma pregunta. Es conveniente pronunciar el nombre de cada niño. Este primer contacto afectivo tiene una gran importancia; el niño se siente querido y comprende que no forma parte del grupo como si fuese un simple número, sino como alguien apreciado por el musicoterapeuta. A continuación se pueden acompañar algunos comentarios breves sobre sobre cada niño; por ejemplo, hacerle notar lo guapo que es, preguntarle si se encuentra mejor (en el caso de uno que haya estado enfermo), lo bien peinado que va, etc. En suma, una frase cariñosa o de interés personal hacia cada niño, no algo general para todos porque eso significa muy poco a nivel personal. El niño desea sentir que es alguien y que cuenta para el musicoterapeuta y para sus compañeros.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------LA LA DO / SOL LA MI / RE RE MI / RE RE MI (altos)----------------------------Buenos días----Buenos días----¿Cómo estás?-------¿Cómo estás?--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

2. La identificación personal. Puede hacerse con la técnica Orff-Schulberg, consistente en que cada niño elija la melodía con la cual se puede cantar su

nombre y hasta tocarla en un instrumento. Por ejemplo, unos adolescentes con retraso mental del Instituto Médico Pedagógico Fray Bernardino Álvarez (1974) eligieron:

DO MI SOL / DO↑ LA / SI bemol SOL bemol / SOL bemol MI bemol / LA SOL FA / An to nio

Vic

tor

Ja

vier

Mi

guel

Ma un el

SI bemol MI bemol ↑ SOL bemol ↑ / En

ri

que

SOL LA SI / DO MI SOL DO / RE RE RE↑ SI / DO↑ Ri car do

Jo se Ma nuel Ce les ti no

Juan

Es necesario escribir la notación musical correspondiente a cada nombre, cosa que da lugar a: -

Cantar el nombre Tocarlo en un instrumento Tocarlo el musicoterapeuta, sin decir el nombre, para que lo identifique cada niño Escribirlo en papel pautado, cuando los niños están iniciados en los instrumentos de la notación musical El nombre del niño que toca el musicoterapeuta ouede ser adivinado por los demás niños del grupo. Esto constituye un excelente ejercicio de atención, de discriminación auditiva y de soporte emocional.

3. Identificación temporal. Se trata de hacer que los niños sean conscientes del día de la semana y de la época del año en que se vive, cosa que se consigue por ejemplo a través de canciones alusivas. Sin embargo, no es obligatorio hacerlo todos los días. 4. Contenido de cada sesión. Se fija según los objetivos propuestos en cada caso. Entre otros, tenemos los siguientes ejemplos: - Centros de interés. Son unos planteamientos que tener en cuenta. Especialmente en musicoterapia de grupo aplicada a retraso mental; en ellos se escoge un tema alrededor del cual girará toda la sesión (la familia,

los amigos, los viajes, el mar, la lluvia, etc.). Es posible estructurarlos de modo que atiendan no sólo a objetivos de refuerzo educativo, sino también de ayuda psicológica y de convivencia. - Musicoterapia para el desarrollo (Grham y Wood). - Otras técnicas 5. Despedida de la sesión. Puede utilizarse una canción emotiva, agradable de recordar, como despedida. Con niños con espina bífida, en el Instituto de Rehabilitación del Centro Médico de la Universidad de Nueva York (1966), utilizaba una canción de Meredith Wilson, Goodnight, my someone, antes de irse a acostar, melodía que seguí utilizando en otros centros, traducida y con una letra adecuada, tocándola al piano y cantçandola a un tiempo como canción de despedida al terminar cada sesión. (Ver programa Sibelius: partitura de Goodnight my someone)

Algunas técnicas

Improvisación musical en grupo. A modo de introducción y a fin de que los niños se den cuenta de que no todos pueden tocar a la vez, sino que deben seguirse unas directrices, es conveniente hacer el siguiente experimento. Se les dice: “Tocad todos a la vez lo que queráis”. Ellos lo hacen, pero a los pocos segundos se dan cuenta de lo desagradable que resulta, con lo que ellos mismos se convencen de la necesidad de establecer un orden y también comprenden que alguien debe dirigir.

Al principio, la improvisación no ha de sobrepasar 10 minutos como máximo. Las intervenciones serán cortas para permitir la participación repetida de todos los niños. Los instrumentos más adecuados son los de teclado, especialmente los metaláfonos. Si el centro no tiene uno para cada niño, no habrá más remedio que tocarlo por turnos; pasa lo mismo si se trata de un piano. Puede hacerse con instrumentos de percusión, pero resulta más pobre. Los niños pueden participar, además, turnándose en la dirección, una vez el musicoterapeuta les ha enseñado la técnica que consiste en que indiquen el orden de intervención de cada niño o con quién ha de establecer diálogo.

Es indispensable grabar las sesiones para estudiar y analizar las producciones de cada niño.

Relajación. No siempre es fácil conseguir este efecto, especialmente con niños hiperactivos. En lugar de obligarles a estar en silencio para escuchar la música, suele dar buen resultado empezar por invitarles a hacer algo creativo mientras escuchan, como por ejemplo, dibujar, manipular fichas planas o palitos de colores (con los que pueden hacer formas), moldear plastilina, manejar bloques pequeños de colores, preferiblemente de plástico antes que de madera para no hacer ruido al manipularlos…En definitiva, algo que ocupe sus manos de un modo más o menos mecánico, pero que no les obligue a un trabajo intelectual. Es preciso que cada niño tenga su propio material porque compartirlo obligaría a interferir con otro compañero. Es conveniente además que cada niño ocupe una mesita individual, o si la actividad se realiza en el suelo debe haber una separación entre uno y otro, a fin de que no se molesten y que cada niño goce de una cierta intimidad para que se pueda concentrar. Si la música ha sido bien elegida, suelen calmarse pronto. Además, les encanta, pues es una actividad que no comporta un esfuerzo intelectual, sino creativo. Puede constituir la mejor relajación y muchos niños terminan por dejar lo que están haciendo para escuchar simplemente, que es de lo que se trataba.

Viajes musicales. Con niños con retraso mental o pequeños, los “viajes musicales” han de consistir especialmente no sólo en jugar a visitar lugares geográficos, sino también en simular la utilización de medios de locomoción. En el primer caso, se muestran carteles de paisajes para imaginar que se está allí mientras se escucha una música adecuada o se canta una canción alusiva, etc. En el segundo caso, se elige un medio de transporte con el que se hace un viaje al lugar que muestra el cartel. Tipo de música adecuado. Música descriptiva de los lugares aludidos. Pueden ser útiles música de películas infantiles.

Canciones infantiles. Algunos ejemplos utilizados en el Creedmoore State Hospital de Nueva York 1967: -

-

Un tren: los niños se sientan en sillas alineadas, que incluso pueden tener movimiento si cada niño, una vez sentado, adelanta un paso cada vez, cogiendo el asiento con las manos e incorporándose un poco a cada paso. También pueden optar por la forma tradicional, es decir, haciendo una fila de pie, cogido cada niño a la cintura del niño que le precede. Un barquito: las sillas se alinean como muestra el dibujo. Los niño hacen movimientos de remar y se mueven como si se tratase del vaivén de las olas.

-

-

Un coche: se toma una caja de cartón de un metro de largo por medio de ancho más o menos, sin tapa ni fondo. En niño entra en ella, la levanta hasta la cintura e introduce las manos en dos agujeros laterales para su comodidad. Un avión: cada niño corre con los brazos en cruz balanceándolos a uno y otro lado.

Dibujo – música: Es un procedimiento que vengo utilizando desde mi primera experiencia en este campo, con niños tuberculosos del Hospital del Espíritu Santo (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 1963). Los niños pueden dibujar en el suelo o en su mesita individual. Primero lo hacen sin música, y por supuesto sin ningún tipo de consigna (“que dibujen lo que quieran”). Para este primer dibujo solamente se les dan 3 minutos; se pretende ver qué tema han elegido, si utilizan o no colores,…Se trata de detectar el estado de ánimo del niño y ver el tema que le preocupa o tiene en mente. Se anota el nombre del niño, la fecha y la expresión “sin música”. A veces, en la cara opuesta del mismo folio, irá el dibujo que haga el niño con música de fondo, aunque también puede hacerlo en un folio nuevo. En cualquier caso, interesa que vayan unidos los dos dibujos, el realizado sin música y el dibujado con música de fondo. Se anota el nombre y el compositor de la música escuchada. A la hora de estudiar los dibujos, interesa analizar o tener en cuenta lo qiguiente: -

-

Cuando se trate del dibujo realizado sin música debe señalarse el tema representado, la interpretación que da el niño a lo dibujado (“¿qué has dibujado?”, “¿quiénes son?”, “¿cómo se llaman?”, “¿qué hacen?”, “¿están tristes o alegres?”, “¿qué piensan?”,…), los aspectos positivos del dibujo desde el punto de vista emocional, los aspectos negativos, como por ejemplo rasgos de agresividad, deformidades, rasgos depresivos, negativismo (no quiere dibujar), apatía, indecisión (hacer algo y tacharlo a continuación…) y por último el estado emocional del niño cuando llaega a la sesión. Al estudiar el dibujo realizado con música de fondo, interesan el tema representado y la interpretación que da el niño a lo dibujado, así como las imágenes y sentimientos sugeridos por la música, el estado emocional que denota y los cambios experimentados en comparación con los resultados extraídos del dibujo elaborado sin música.

Es importante pedir al niño que nos explique lo dibujado, ya que no siempre coincide lo dibujado con la interpretación que él da y además es enriquecedor conocer la interpretación del niño. No importante no es la perfección del dibujo, sino su contenido expresivo, que va desde dibujos comprensivos para quien los contempla hasta simples garabatos. Todo posee un contenido expresivo y que puede ser analizado.

Esta técnica suelo utilizarla al principio de la sesión, aunque no siempre, porque ayuda a conocer el estado emocional del niño al llegar a la sala. Ello da la pauta para organizar la sesión o elegir la música más adecuada a cada niño. Las piezas de música más adecuadas para incitar a la creatividad deben ser muy cortas, tipo música de ballet, fragmentos de conciertos, el “leitmotiv” de piezas inspiradas. Puede elegirse un fragmento que contenga un tema atrayente y repetirlo varias veces en lugar de elegir una pieza que contenga varios temas a la vez, ya que así estamos seguros de que lo dibujado por el niño se refiere a ese tema específico.

Aprendizaje de conceptos musicales

En retraso mental, este aprendizaje tiene razón de ser como una actividad más, aunque no como la parte fundamental dado que no estamos en el área de la educación musical, pero es interesante:

a) Porque so problema básico es de orden intelectual y el aprendizaje de estos conceptos es uno más que les ayuda positivamente en el desarrollo de su inteligencia: les obliga a una gimnasia mental especialmente interesante para estos niños demasiado pasivos, y me refiero aquí concretamente al aprendizaje de las notas musicales. b) Muchos de estos niños pueden tener buena memoria musical para las canciones y para la danza. El cultivar estas facetas de su personalidad es una ayuda para su autoafirmación y hace que se sientan igual a otros niños. c) El cultivo de estos aprendizajes constituye una ayuda valiosísima para otros aprendizajes, como las matemáticas, la coordinación motora, la prelectura, etc. Entre los conceptos musicales que se trabajan se pueden citar los siguientes: -

Distinción entre silencio y sonido Sonido y ruido Identificación de sonidos Altura de sonidos (altos, medios, bajos) Fuerte-débil Sonidos continuos-discontinuos Sonidos agradables o desagradables Tiempo lento o rápido…

En cuanto a las actividades que se deben realizar con los sonidos musicales, existe un instrumento musical llamado resonator bells, utilizado especialmente en EEUU e Inglaterra y difundido últimamente por toda Europa, y que vengo utilizando desde 1967. Consiste en un metaláfono formado por notas sueltas y que pueden agruparse de diversos modos; cada una de estas notas consta de una placa metálica sobre una caja de resonancia de plástico o de madera. Para su uso basta con percutirlas con un macillo. Se venden en cajas que contienen en total dos octavas, incluyendo sostenidos y bemoles (notas blancas y negras, como el piano). Su sonoridad es muy rica en armónicos y no se desafina. Una de las ventajas pedagógicas de este instrumento es que las notas pueden ser distribuidas a cada niño, y ello permite muchas variaciones.

Sugerencias.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF