CÓMO COPIAR UN TEXTO DE UNA PÁGINA WEB PROTEGIDA

September 15, 2017 | Author: Brendiiz Antonio Santiago | Category: Web Browser, Google Chrome, Economic Growth, Internet Explorer, Poverty
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CÓMO COPIAR UN TEXTO DE UNA PÁGINA WEB PROTEGIDA Todo dependerá del navegador que se esté usando, por ejemplo Mozilla Firefox, Google Chrome o Internet Explorer. A continuación se muestra como guardar la página protegida desde estos navegadores.

Mozilla Firefox

o

Google Chrome

1. Ya que está abierta la pagina, se teclea Ctrl + S

momentos aparecerá la opción de guardar como

+

. En unos

, ya

usted la guarda en la carpeta que guste, descargas, documentos, etc. O en una memoria. 2. Posteriormente se va al lugar donde lo guardo la pagina, selecciona el archivo y le da clic izquierdo, ahí aparecerá una lista, abrir, imprimir, abrir con, usted elige abrir con, y ya de ahí, estan varias opciones para abrir, pero usted elige abrir con Microsof Word, ya qe si elige alguna otra, tampoco se podra copiar.

3. Ya que abrio el documento en Word, seguramente estara en vista Diseño web, entonces para que salga bien la impresión, se va usted a Vista, luego a diseño de

impresión. 4. Solo borra lo que no es indispensable, se le pone la letra al gusto y ya queda listo para imprimir.

Internet Explorer Desde este navegador, ya que se está en la pagina que se va a guardar. 1. Nos vamos a la parte superior de la pantalla, a la lado de una impresora esta la palabra Página, se da clic ahí y aparece una lista, se elige Guardar como... ya usted la guarda en la carpeta que guste, descargas, documentos, etc. O en una

memoria. 2. Se repite el procedimiento desde el paso número 2 de la hoja anterior.

18 de Diciembre 2013 El Universal

2013: ¿SE SENTARON LAS BASES PARA EL DESPEGUE? Las reformas aprobadas son sólo el inicio de lo que potencialmente puede ser un escenario favorable para nuestra economía ya que aún falta lo más importante. • Alejandro Villagómez Sin duda, el 2013 fue un año muy complicado para nuestra economía y a unos cuantos días para que concluya, me gustaría compartir algunas reflexiones sobre el tema. Probablemente la principal nota de este año fue el raquítico crecimiento económico alcanzado, muy por debajo de las expectativas que existían al iniciar la presente administración. Como ya es usual, la explicación se encuentra en una combinación de factores externos e internos, aunque importa saber cuáles de estos pesaron más. Es cierto que el entorno externo fue poco favorable. La economía norteamericana inició una desaceleración desde finales del año pasado y sus efectos los sentimos durante el primer semestre de este año. Sin embargo, soy de los que considera que los factores internos han sido más importantes en esta explicación, y aquí se incluyen elementos coyunturales así como estructurales. La lista puede ser amplia, pero me enfocaré sólo en algunos que considero particularmente relevantes. El primer tema se refiere a nuestro pobre mercado interno, atrofiado y con poca capacidad de respuesta, por lo que cuando se contrae el sector externo que ha sido nuestro principal motor de crecimiento desde hace ya algunos años, el mercado interno es incapaz de contrarrestar (o al menos mitigar) el choque negativo. Es un mercado plagado de rigideces, en donde dominan las estructuras poco competitivas y en donde convive la formalidad con una enorme informalidad. Un segundo gran problema está por el lado de la demanda. México es un país de más de 115 millones de habitantes, pero con una enorme pobreza y grandes desigualdades en la distribución del ingreso. A pesar de que en los últimos años algunos han enfatizado (y celebrado) el importante crecimiento de una clase media en el país, la verdad es que este fenómeno sólo es producto de una definición, pero lo que realmente tenemos es una población con bajos ingresos y poco poder adquisitivo. Una clase media pauperizada. No extraña que eventos como “El Buen Fin” no logren funcionar, entre otras cosas porque no existe esa clase media que pueda hacer una diferencia en el consumo y se convierta en un motor de crecimiento.

Finalmente, considero que es necesario señalar que existieron serios problema de implementación en la política macroeconómica, principalmente la fiscal. Si bien es cierto que el rezago en el gasto público es una regularidad durante un cambio de administración, en esta ocasión el retraso fue mayor. Este no es un punto menor en un país en donde una parte no despreciable del sector privado es altamente dependiente del gasto público. El manejo de la política fiscal ha dejado mucho que desear en este aspecto. Sin embargo, este año también existieron aspectos positivos y seguramente lo destacable es el amplio conjunto de reformas que fueron aprobadas, y que afectarán a telecomunicaciones, educación, energía y competencia, por señalar sólo algunas. No en todos los casos se trata de reformas estructurales y en su mayoría involucran cambios que se quedaron cortos respecto a las propuestas existentes y ampliamente discutidas en diversos medios. No obstante hay que reconocer que en todos los casos existen elementos positivos que podrían sentar las bases para un mayor crecimiento en el futuro. Pero es necesario recordar que la mayor parte de lo aprobado es sólo el inicio de un proceso cuyo éxito dependerá de las acciones que se tomen en los próximos meses. En varias de estas reformas se involucran nuevas entidades u organismos y nuevos mecanismos que deberán ser creados en los próximos meses. Falta definir reglamentaciones secundarias y precisar las nuevas reglas del juego. Habrá que ver si el Ejecutivo y el Legislativo deciden privilegiar los aspectos técnicos de este proceso o terminan politizando a estas nuevas instituciones. Nuestra historia muestra que en México cuesta trabajo crear buenas instituciones que promuevan efectivamente el crecimiento y no sólo se dediquen a redistribuir el pastel entre grupos de poder. Sin duda éste será el mayor reto. La mayor parte del trabajo político se realizó este año y ahora debe darse paso a aquellos aspectos técnicos que permitan garantizar el buen funcionamiento de lo creado. Finalmente, también hay que recordar que mucho de lo aprobado, aun suponiendo que se avanza de manera expedita y adecuada con su implementación, requiere de tiempo para poder afectar a las variables objetivo como son el crecimiento y el empleo. No veremos milagros en el 2014, aunque si se hacen bien las cosas, se puede aprovechar un impacto positivo en expectativas entre inversionistas y consumidores. Es cierto que existe aún una agenda amplia de cambios y reformas, pero lo ya aprobado ofrece una buena oportunidad sobre la mesa y esperemos que la política no termine dilapidándola como en otras ocasiones. Aprovecho para enviarles mis mejores deseos para estas fiestas decembrinas y para el 2014. • Alejandro Villagómez Favorable

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