Comentario de Textos. Elementos Formales
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COMENTARIO DE TEXTOS ELEMENTOS FORMALES Comentario de textos: • análisis del contenido (resumen, tema, ideas que se defiende, argumentos) y • de la expresión: forma de composición, sistemas de elocución (tipos de texto), valores estilísticos de las categorías gramaticales y de los usos semánticos, las figuras retóricas… La forma (expresión) de un texto revela de forma significativa las elecciones que el emisor (escritor/periodista) ha hecho de forma deliberada a I. ANÁLISIS DE TEXTO. 2b. A propósito del texto señale la tres elementos formales relevantes en la construcción del texto. hora de construir su texto (artículo) para redactar su escrito de una forma especial que le ayude a transmitir de forma efectiva el contenido de su mensaje. Por tanto, establecer tres elementos formales relevantes en la construcción del texto exige seleccionar cuáles son los aspectos más significativos para la elaboración de ese texto en particular, que no siempre han de coincidir con otros textos. Algunos de los aspectos que podemos comentar son:
1. REGISTRO COMUNICATIVO. Llamamos registro a las variedades lingüísticas diafásicas (que dependen del momento y el contexto comunicativo) y diástraticas (que dependen de la clase social y cultura de los hablantes). En la escritura, el escritor elige una determinada manera lingüística dependiendo de los intereses que le mueven: si quiere representar el habla de un barrio pobre o de la charla animada de unos amigos, utilizará un registro coloquial; pero sí lo que quiere es describir un bello paisaje de manera que sea estéticamente atractivo utilizará un registro formal literario o poético. El registro formal presenta una serie de rasgos característicos. a) Tratamiento y estilo cuidados y elaborados b) Tema especializado b) Ordenación lógica de las palabras
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c) Riqueza de vocabulario: uso de cultismos y tecnicismos d) Estructuras morfológicas y sintácticas correctas y ordenadas e) Precisión y corrección en el uso de las formas verbales El registro coloquial tiene unos rasgos muy característicos. a) Estilo informal y espontáneo. b) Oraciones cortas e incompletas c) Tono subjetivo: diminutivos, interjecciones, interrogaciones retóricas... c) Apelaciones al interlocutor: vocativos, imperativos, muletillas... d) Alteración del orden de los elementos de la oración e) Expresiones humorísticas
2. FORMA DE ELOCUCIÓN. En general nos vamos a encontrar con textos argumentativos (recordamos la defensa razonada de una idea-TESIS- apoyada en determinados ARGUMENTOS). No obstante, en ocasiones en el texto nos encontraremos otros fragmentos; descripciones, narraciones1, explicaciones de un determinado concepto… Por tanto, es importante que nos fijemos si en nuestro texto aparecen otras tipologías textuales: Naturalmente, estas formas del discurso no son independientes; por el contrario, se apoyan y refuerzan entre sí: la descripción enmarca y completa la narración; el diálogo ilustra muchos relatos, permitiendo la intervención directa de los personajes, o protagoniza la obra literaria completa en el caso de la obra dramática, cuyos personajes narrarán o describirán; la narración se convierte en exposición cuando cambia la materia (se da cuenta de ideas); y la exposición no podría progresar sin la argumentación.
1.- si dibuja o define con palabras : DESCRIPCIÓN 2.- si cuenta hechos: NARRACIÓN 3.- si da cuenta de ideas: EXPOSICIÓN 4.- si defiende una idea con razones: ARGUMENTACIÓN 5.- si conversa o discute: DIÁLOGO
3. EXPLICACIÓN DEL TÍTULO. Muchas veces estas narraciones constituyen lo que podemos denominar ‘argumentos basados en la experiencia del autor’. 1
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Sin duda un buen título determina si los lectores continúan leyendo el artículo o no, las personas cuando buscan información van haciendo golpes de vista en los títulos y en ocasiones en los subtítulos. Si encuentran una frase que llame su atención despertará su curiosidad y ahondaran en el texto, el ejemplo más práctico es cuando leemos el periódico. Es muy importante que el título tenga un equilibrio en su tamaño, es decir no tan corto que carezca de sentido y tampoco muy largo que abarque más de un tema, el secreto es ser claro, directo y manejar una temática específica. Y muchas veces encierra algún juego de palabras muy significativo en el contenido global del texto; por tanto, en estos casos es relevante comentar su sentido y el valor que otorga al artículo.
4. LÉXICO UTILIZADO Y RELACIONES SEMÁNTICAS. Tal y como hemos visto, la elección de un determinado tipo de léxico implica un valor conceptual; es decir, el autor selecciona determinadas formas con una intención comunicativa: extranjerismos, préstamos, latinismos, neologismos…2. Asimismo también es relevante la presencia de campos semánticos, sinonimia, antonimia etc., relaciones que aportan riqueza léxica a un texto3 (Semántica). Es importante también el valor expresivo de los sufijos:
Algunos sufijos atraen el cambio semántico. Tal es el caso del sufijo: -illo/-illa, que se aplica a numerosos lexemas para designar otro referente (otro objeto) distinto; ejemplos: de torta, tortilla; de manta, mantilla; de paso, pasillo; de bomba, bombilla. Se produce un cambio semántico. Hay otros casos con otros sufijos distintos como: paño, pañuelo; bodega, bodegón... Algunos sufijos pueden expresar tamaño: pajarillo, gatito, niñita, una mujerona, perrazo, muchachote... Estos sufijos aumentativos o diminutivos pueden estar lexicalizados con otros sentidos distintos de los originales. Este es el caso de cabezón o listillo en oraciones como “No seas cabezón” o “Eres un listillo”. Así sucede que, a menudo, en el diálogo, palabras con sufijo diminutivo adquieren valor aumentativo; y palabras con sufijo aumentativo adquieren otro valor figurado. Otros sufijos expresan una actitud de desprecio o desdén en el hablante, como en un “librucho” o “gentuza”. Pero en otras ocasiones, el sufijo indica afectividad en la intención del hablante. Un sufijo convenientemente aplicado expresa nuestro afecto, ternura, humor, ironía, censura o juego con toda claridad y con mucha fuerza que en una expresión directa:
Además, nos fijaremos si aparecen ejemplos de lenguaje proverbial, refranes, modismos o frases hechas. 2 3
Repasa la fotocopia y los ejercicios de léxico que hemos trabajado en clase. Para el estudio de la Semántica nos ceñiremos a la fotocopia que trabajamos.
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El lenguaje proverbial expresa la sabiduría de un pueblo. Los proverbios transmiten, de padre a hijos y de abuelos a nietos, enseñanzas extraídas de la experiencia de la vida, que andan rodando de boca en boca en la conversación cotidiana. Desconocemos el origen de la mayor parte de ellos. Otros son frases afortunadas de pensadores, poetas, personajes históricos o literarios, que con el paso del tiempo se han convertido en patrimonio de todos. Condensan ideas o consejos que están en la mente de todos y se aceptan con validez universal. El lenguaje proverbial enlaza el presente con el pasado. En España los proverbios se llaman REFRANES. Son una buena moneda de intercambio comunicativo; hacen más cálido y vivo el discurso y, aunque no todos nos parecen hoy igualmente acertados, porque la mente del hablante moderno ha cambiado, siguen constituyendo un lugar de encuentro, de consenso afectivo, entre los que conversan, porque todo el mundo los usa. Con los refranes, MODISMOS Y FRASES HECHAS –también llamado díceres y dichos- forman parte del lenguaje proverbial heredado.
Los modismos desempeñan una función en la oración: A palo seco; a trancas y barrancas; en cueros; para vestir santos; a la chita callando; de extranjis; con el corazón en la mano; a cuerpo de rey... Las frases hechas tienen estructura de oración: Apaga y vámonos; llueve sobre mojado; tente mientras cobro; las cosas de palacio van despacio; las mata callando; no tiene dos dedos de frente . 5. VALORES ESTILÍSTICOS DE LAS CATEGORÍAS GRAMATICALES. Con estilo nos referimos al conjunto de rasgos formales que caracterizan el uso estético de la lengua. Se suele distinguir entre dos tipos de estilo: nominal y verbal. En el estilo nominal predominan las formas nominales (sustantivos y adjetivos) y hay una notoria escasez o ausencia de formas verbales; este estilo pretende resaltar los conceptos, la esencia de lo nombrado. Esta forma estilística suele ir unida a la enumeración y a la elipsis. En cambio, en el estilo verbal hay mayoría de formas verbales lo que otorga al texto valores estáticos. En esta línea es muy rentable el análisis de las formas verbales (tiempos verbales, personas gramaticales) y su valor en el texto.4 6. FIGURAS ESTILÍSTICAS. El lenguaje figurado amplía los límites de las palabras, por lo que ganan extensión semántica. No tiene la misma extensión semántica verde en quiero una carpeta verde, que en ¡vaya viejo verde!, o en estás muy verde para el examen. De la misma manera, si decimos No es moco de pavo; le salió el tiro por la culata o se me ha quitado un peso de encima, el sentido figurado de cada expresión amplía la extensión semántica del significado literal. El lenguaje figurado es la forma de expresión cuyos significantes no solo hacen referencia a los significados literales que poseen el la lengua común, sino a otros con los que se asocian en función del poder evocador de las palabras. (Todo lo que se aparta del “sentido recto o normal” de las palabras, deriva en un “sentido figurado” o lo que hemos llegado a llamar, en ciertos casos concretos, “doble sentido”). Las palabras se desvían de sus sentidos originales para adquirir otro sentido nuevo, dependiendo del contexto y de la imaginación del emisor.
LA METÁFORA El lenguaje figurado es el lenguaje de las imágenes, llamadas también METÁFORAS. El mecanismos semántico de la metáfora responde a un proceso de identidad que consiste en nombrar una realidad (A) con el nombre de otra (B) con la que guarda una 4
El valor de los diferentes verbales se estudia en el cuadro adjunto del verbo.
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relación de semejanza. Un término real A puede identificarse con otro imaginario B porque ambos coinciden en una parte de sus respectivos significados En el lenguaje conversacional, utilizamos a veces otro tipo de metáfora que se llama METÁFORA IDIOMÁTICA; éstas tienen un significado ya concreto y conocido por todos: “batir las claras a punto de nieve”, se acercan más al tipo de las frases hechas y no dejan un espacio abierto al lector para una interpretación imaginativa. LA METONIMIA Y LA SINÉCDOQUE La METONIMIA: se basa en un proceso de contigüidad o relación con otro elemento; ejemplo: “cuello de la camisa”, toma su nombre (cuello) de su contigüidad con el cuello humano. La SINÉCDOQUE: es un tipo de metonimia, más común. Es cuando nombramos una parte en sustitución de “un todo”. Hay distintos tipos: beber dos vasos à se sustituye el contenido por el objeto que lo contiene. Escuchar a Mozart à se sustituye la música o la obra por el autor. Me gusta este jerez à se sustituye el producto por el origen. No hay que dormirse en los laureles à sustituye el signo (laureles) por lo que representa. PROCEDIMIENTOS SEMÁNTICOS DE INTENSIFICACIÓN Y DE INTENCIÓN La lengua tiene recursos muy variados para: Intensificar la expresión, como son interjecciones y vocativos, interrogaciones retóricas, oraciones exclamativas... Subrayar la intención del hablante, como los cambios de tono al hablar o en la escritura, cambiar el orden de una oración (hipérbaton) para poner delante lo que más te interesa. ♣ Además, la hipérbole, la antítesis y la ironía son procedimientos semánticos al servicio de la intención del hablante y de la intensidad de su mensaje. La HIPÉRBOLE: es un procedimiento enfático, frecuente en los usos cultos y coloquial, que consiste en una ponderación desmesurada, en una exageración: Esto es para morirse de risa; Aquel soldado valía por cien. Se puede presentar de varias formas: Como una metáfora idiomática: Habla por los codos o también una metáfora normal puede ser una exageración. Por medio de una estructura comparativa: Acudió rauda como una centella; Está más despistado que un pulpo en un garaje. Con una estructura consecutiva: Dio unos gritos tan fuertes que temblaron las paredes (Subordinada consecutiva). La hipérbole da pie, con facilidad, a la caricatura. Recordemos los famosos versos del soneto “A una nariz” de Quevedo: Érase un hombre a una nariz pegado; érase una nariz superlativa; érase una nariz sayón y escriba; érase un pez espada muy barbado. La ANTÍTESIS: expresa un contraste entre ideas o cualidades de sentido contrario. La contraposición resalta cada uno de los elementos enfrentados, como en estos versos de Gerardo Diego: Quien pudiera, como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso, pero con distinta agua.
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La IRONÍA: consiste en dar a entender o sugerir, a veces mediante la entonación, lo contrario de lo que se dice. Se define como una “burla artística”, pero es casi siempre la respuesta inteligente que un ser humano emite ante el dolor o lo irremediable. El mensaje suele adoptar un tono humorístico: Asegura mi amigo Ernesto que la gente Escribe muy mal, y yo, viendo cómo lo hace Él, le doy toda la razón. Se puede confiar en las malas personas, No cambian jamás. (William Faulkner).
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