Colin Wilson_Lo Oculto

September 1, 2018 | Author: Marian Alvarez Quintana | Category: Light, Science, Homo Sapiens, Universe, Theory
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Descrição: Encuadernación: Tapa blanda Editorial: ARKANO BOOKS Lengua: CASTELLANO ISBN: 9788496111134 3472 libro de ...

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Colin Wilson Lo Oculto Extractos y Comentarios por Pablo Nogueira 10 de enero de 2003 Resumen Se recogen algunos fragmentos de la versi´on espa˜nola de The Occult, de Colin Wilson, editada en Castellano en 1974 por Editorial Noguer. He agrupado los fragmentos que tratan de temas m´as o menos relacionados bajo las mismas secciones. Se trata de una agrupaci´on personal que no refleja el orden de aparici´on en el libro. Se resaltan en negrita los p´arrafos considerados de especial importancia. [Tambi´en se incluyen comentarios propios e indicaciones en este formato tipogr´afico].

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´ Indice 1. Prefacio

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2. Facultad X, voluntad y concentraci´on

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3. Concentraci´on, evoluci´on y civilizaci´on 3.1. Umbral vida/no-vida . . . . . . . . . . 3.2. Evoluci´on e intencionalidad . . . . . . 3.3. Descripci´on del proceso de aprendizaje 3.4. Los problemas de la civilizaci´on . . . . 3.5. La lucha contra el olvido . . . . . . . .

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4. Libre albedr´ıo, voluntad libre

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5. Captaci´on de significados

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6. Hipertensi´on del inconsciente 6.1. La concentraci´on como soluci´on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6.2. EL control del robot subconsciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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7. Georg Ivanovitch Gurdjieff 7.1. La importancia del trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.2. Memoria de s´ı mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.3. El control sobre la propia vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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8. Magia, misticismo y ocultismo 8.1. Sobre los poderes ps´ıquicos . . . . . . 8.2. El prop´osito de la iniciaci´on . . . . . 8.3. La importancia de los s´ımbolos . . . . 8.4. El mito y la religi´on . . . . . . . . . . 8.5. La filosof´ıa de Saint-Martin . . . . . . 8.6. El superhombre Nietzscheniano . . . 8.7. Romanticismo y revoluci´on industrial 8.8. La iluminaci´on . . . . . . . . . . . . 8.9. La premonici´on y el tiempo f´ısico . .

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9. El lado siniestro 9.1. La fascinaci´on por lo grotesco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9.2. Vampirismo y licantrop´ıa como met´aforas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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10. Brujer´ıa

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11. Espiritismo 11.1. La trivialidad de los mensajes . 11.2. La muerte f´ısica . . . . . . . . 11.3. El rol del subconsciente . . . . 11.4. La reencarnaci´on . . . . . . .

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12. I Ching, Tarot e inconsciente 12.1. El Tarot . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12.2. El I Ching . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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13. Miscel´anea 13.1. La Facultad X y la imaginaci´on 13.2. Las drogas . . . . . . . . . . . 13.3. La mente preconsciente . . . . 13.4. El mal es f´acil y el bien dif´ıcil 13.5. Los sue˜nos y el inconsciente .

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1.

Prefacio

Una u´ nica y obsesiva idea domina toda mi obra: la parad´ojica naturaleza de la libertad. Cuando los carros de combate alemanes entraron en Varsovia. . . parec´ıa perfectamente claro lo que entend´ıamos por libertad; se trataba de algo s´olido y definitivo que nos estaba siendo arrebatado. . . Pero cuando un empleado p´ublico se retira tras cuarenta a˜nos de trabajo y se encuentra a s´ı mismo extra˜namente aburrido y se siente desgraciado, la idea de la libertad se difumina y se hace menos precisa. . . Cuando me enfrento con un peligro o una crisis, siento como una amenaza a la libertad. . . y se hace repentinamente positiva y evidente. . . De semejante forma, un hombre violentamente enamorado cree que si pudiera poseer a la muchacha a quien desea, su libertad ser´ıa infinita. . . Una vez conseguido su deseo, todo parece una ilusi´on; se trataba, simplemente de una mujer. . . He reconocido siempre la realidad fundamental de la libertad. La visi´on no es ni una ilusi´on ni un espejismo. En tal caso, ¿qu´e ocurre? El problema reside en la estrecha limitaci´on que constri˜ne a la consciencia . . . La limitaci´on nos sume en un estado de permanente somnolencia, como si estuvi´esemos medio anestesiados, de modo que nunca intentamos ensanchar los l´ımites de nuestros poderes, con la consecuencia de que jam´as descubrimos cuales son esos l´ımites. [p´ag. 10] La facultad flaquea ante perspectivas inmensas; desprovista de ellas, se hunde. [p´ag. 11] ((El ser libre no es nada; el liberarse es delicioso)). . . El hombre acostumbrado a la libertad no disfruta de ella; quien acaba de recuperarla, siente una alegr´ıa inmensa de vivir. . . Es la misma sensaci´on que provoca el logro de algo largo tiempo deseado. [p´ag. 269]

2.

Facultad X, voluntad y concentraci´on

. . . el problema del ser humano radica en su tendencia a dejarse atrapar, con la frase de Heidegger, ((por la trivialidad de lo cotidiano)), por el mundo sofocante de sus preocupaciones personales, olvidando as´ı, todo un universo de m´as profundo significado que se abre en torno a e´ l. Y como quiera que el hombre necesita una fuerte motivaci´on para dar rienda suelta a sus energ´ıas ocultas, este olvido le hunde m´as a´un en la depresi´on y el aburrimiento, en la noci´on de que nada merece esfuerzo ni atenci´on. [p´ag. 12] [Una persona observa el valle id´ılico donde habita y se pregunta] por qu´e no puede alcanzar la dicha entre vacas y ovejas y reflexiona sobriamente: ((Todos mis poderes de percepci´on est´an ah´ıtos de placer y, sin embargo, no puedo experimentar ning´un deleite. El Hombre debe poseer un sentido latente al que este lugar no proporciona satisfacci´on alguna o tiene, quiz´as, alg´un deseo no relacionado con los sentidos y que est´a obligado a colmar si quiere ser feliz)). . . Ese ((sentido latente)) constituye el ansia de evoluci´on, el deseo de establecer contacto con la realidad profunda de las cosas. . . ¿Qui´en no ha experimentado esa extra˜na frustraci´on que domina al ser humano en momentos de placer y total satisfacci´on? . . . A ese ((sentido latente)) le di el nombre de Facultad X. . . . S´olo pensamos algo realmente cuando despierta la Facultad X [no cuando decimos las cosas y no las pensamos, como al decir gracias cuando nos pasan la sal] . . . La Facultad X constituye, pues, el poder de ((trascender el presente)) [de trascender los sentidos]. Todos sabemos que el pasado es tan real como el momento en que vivimos, y que Nueva York, Singapur, Lhasa y Stepney Green son lugares tan reales como aqu´el en que me encuentro en este momento. Pero mis sentidos lo niegan. Ellos me aseguran que este lugar y este momento son mucho m´as reales que cualesquiera otros, y s´olo en momentos de gran intensidad soy capaz de caer en la cuenta de su falacia. La Facultad X consiste en la certeza de la realidad de otros lugares y otros tiempos, y el hecho de poseerla—aunque sea de modo incierto y fragmentario—es lo que distingue al hombre de todos los otros animales. . . Si la realidad opresiva de este momento y este lugar constituye una mera ilusi´on, tambi´en lo es la sensaci´on de estar u´ nicamente aqu´ı y ahora. ((No estoy aqu´ı, pero tampoco en ning´un otro lugar)), dice Krishna. . . [p´ag. 42] Ser´ıa un error encasillar la Facultad X entre los poderes ocultos, pues no es uno de ellos. Consiste exclusivamente en la capacidad de captar lo real y sirve para unir las dos mitades en que se divide la mente humana: la conciencia y el subconsciente [¿relacionado con el Zen?]. Det´engase el lector por un momento a pensar qu´e ocurre cuando determinada melod´ıa o el olor de la le˜na quemada nos recuerda algo 4

que sucedi´o hace diez a˜nos. . . la mente se crispa y se contrae al captar de s´ubito la realidad del pasado como si fuera presente. Es lo mismo que le ocurre al Marcel [de El Camino de Swan] cuando saborea la magdalena; el pasado vuelve pero como realidad. La conciencia, por lo general tan perezosa, se concentra en esos momentos [m´as que concentraci´on, parece enso˜naci´on. La magdalena u otro objeto] proporcionan el est´ımulo; el resto lo hace nuestro poder personal, poder que normalmente nos pasa inadvertido. . . . Todas las criaturas vivas poseen, pues, la facultad de concentraci´on en lo que de veras les interesa. [Desviando est´ımulos que perciben sus sentidos, filtrado] . . . poseemos una potencia extraordinaria: la de concentrarnos sobre un aspecto determinado de la realidad. En esto radica precisamente la Facultad X. . . [Hay una aparente contradicci´on aqu´ı. La Facultad X es la capacidad de concentrarse en una realidad particular. Anteriormente, la Facultad X se defini´o como la capacidad de trascender el presente y percibir otras realidades.] Por otro lado cabe plantearse la siguiente cuesti´on: ¿Para qu´e sirve la consciencia? Cuando dormimos, su actividad es nula [disiento]. Cuando estamos muy cansados funciona como una luz difusa que apenas nos permite vislumbrar lo que nos rodea. Cuando estamos completamente despiertos act´ua como un reflector de gran potencia. Su tarea consiste en iluminar la realidad, en llegar hasta sus mismas entra˜nas, haciendo as´ı posible al hombre el actuar sobre ella para transformarla. De ah´ı que nuestro prop´osito deba consistir siempre en aumentar el poder lum´ınico de la consciencia, proceso por el que la realidad pasar´a a ser a´un ((m´as real)). . . Estamos sumidos en un ensue˜no pasivo e indolente, y no porque exista un l´ımite natural para nuestra conciencia, sino porque el ser humano ignora que puede dilatar e´ sta a voluntad. [p´ag. 43-44] . . . en estado de pasividad total, cuando la capacidad intelectual est´a en suspenso, los sentidos se hipersensibilizan. . . agudizamiento de una facultad determinada por medio del esfuerzo voluntario de relajaci´on. [Debido tambi´en a que se reducen los filtros de nuestro sistema perceptivo. Sin filtros se adquirir´ıa consciencia de cada cambio de temperatura, lo que no permitir´ıa la concentraci´on] [p´ag. 65-66] Nos limitamos a vivir d´ıa a d´ıa, dej´andonos vencer por el abatimiento cuando nos rodea lo mon´otono, y por la depresi´on cuando el futuro inmediato se anuncia poco halag¨ue˜no. S´olo nos servimos de nuestra capacidad de anticipar e imaginar cuando nos hallamos ante una situaci´on l´ımite; el resto del tiempo, cuando no la necesitamos, permitimos que se adormezca. . . . Nos hemos dejado atrapar en las redes de la realidad [personal], a pesar de ser precisamente m´as humanos en los raros momentos en que nos liberamos de ella. S´olo entonces la tensi´on en que vivimos se desvanece y nos es dado contemplar la vida desde una perspectiva exterior a nosotros mismos, como si fu´eramos dioses. . . En esos momentos de optimismo y afirmaci´on nos parece absurdo habernos dejado vencer alguna vez por la depresi´on o la abulia, pues resulta evidente que somos invencibles e indestructibles. Cada deserci´on o fracaso nos parece entonces el resultado de un absurdo error de c´alculo. [p´ag. 63] [La tendencia al abatimiento es b´asicamente] un estado mental resultado de la ignorancia . . . su desplome no guarda proporci´on alguna con la causa que lo origin´o. Una peque˜na dosis de monoton´ıa puede bastar para producir una desmoralizaci´on total [recuerda al comentario de Viktor Frankl sobre el sufrimiento en El Hombre en Busca de Sentido: el sufrimiento se expande como un gas, e independientemente de la gravedad de las causas, puede expandirse hasta ocuparlo todo]. . . . la diferencia fundamental entre el genio y el hombre normal radica en el hecho de que el primero posee la capacidad de concentrarse de manera continuada en unos valores por e´ l establecidos, mientras que el segundo cambia constantemente de objetivo. . . El problema actual. . . no radica en la incapacidad de lograr la concentraci´on necesaria para el desarrollo de sus facultades ps´ıquicas, sino en la ignorancia de lo que tal concentraci´on pueda valerle. . . Por lo general nunca salimos de nosotros mismos. Si no tenemos nada concreto en que ocuparnos dejamos vagar la mente repasando la chismograf´ıa del barrio, recordando la letra de una canci´on, incubando alguna preocupaci´on o resentimiento o bien rememorando. . . Yo mismo elijo en qu´e quiero ocupar mi conciencia. . . Ahora bien, supongamos que doy un paseo por la Regi´on de los Lagos. Contemplo un impresionante panorama, pero lo veo siempre a trav´es de una especie de cendal, el de mi yo y mis triviales preocupaciones. Con mi aquiescencia, el paisaje se mezcla con ((vibraciones)) mediocres. Pero veamos qu´e ocurre cuando estas vibraciones son m´as profundas. . . Me libero de una visi´on exclusivamente personal, miope. . . y caigo en la cuenta de que la vida es m´as amplia, sugestiva, importante y tr´agica de lo que hasta este momento cre´ıa. En realidad lo ‘sab´ıa’ ya antes, pero, con toda intenci´on, lo

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hab´ıa dejado caer en el olvido [y en esa percepci´on se renuevan las energ´ıas]. . . Estas vibraciones. . . van acompa˜nadas de una ((tensi´on)) interior. . . consecuencia de la voluntad o de la imaginaci´on, o bien producirse espont´aneamente, sin el concurso, al menos aparente, de la voluntad (como durante el acto sexual, por ejemplo). . . El primer paso. . . en el camino hacia el cambio, es la asimilaci´on intelectual de todo lo que he expuesto. . . el destino del hombre consiste en ((conectar)) con esos valores ajenos a e´ l mismo y liberarse as´ı de su propia ((individualidad)) [salir al encuentro del mundo y de sus semejantes] . . . Una vez definido el objeto de nuestras aspiraciones, podemos pasar al examen del m´etodo a seguir. [Obst´aculos son la tendencia a] la ((dispersi´on)) y a hacer una monta˜na de un grano de arena. . . l´ogicamente se sigue que la respuesta reside en la concentraci´on . . . [que] puede llegar a ser un desagradable ejercicio que no provoque sino emociones de tipo negativo [resistencia inicial de la que habla Fromm en El Arte de Amar]. [Se tiene el problema de] hacia d´onde dirigir [la concentraci´on. Hacia qu´e fines dirigirla. La respuesta es hacia la captaci´on de esa realidad m´as amplia de la que formamos parte. Prosigue la historia de un reo que va a morir ejecutado y se percata que todo aquello que dese´o hacer, pod´ıa haberlo hecho ((en cualquiera de los millones y millones de instantes que formaron su vida. . . Su existencia toda transcurri´o como un sue˜no. . . ))]. . . El m´etodo a seguir es el puro y simple aprendizaje, similar al que empleamos para conseguir el dominio de un deporte. . . repetir y repetir hasta alcanzar la destreza. . . El quid est´a en aprovechar todo vestigio de optimismo, con objeto de ampliarlo y elevarlo a la categor´ıa de ((experiencia cumbre)) [o sentimiento oce´anico], sin olvidar tampoco que nos hallamos ante un ejercicio objetivo que puede practicarse en cualquier momento libre, en el autob´us, en el metro o mientras se recorre un largo pasillo o se toma una taza de t´e. [p´ag. 102-106] . . . existe cierta relaci´on entre el autocontrol y la capacidad de sobrevivir. [p´ag. 117] Algunas de nuestras funciones son autom´aticas, como el respirar, el digerir, o el reaccionar ante una crisis. Ello significa que puedo hundirme en un estado total de abulia sin que tales funciones sean [llamativamente] afectadas. Otras funciones tambi´en deber´ıan ser autom´aticas, pero a´un no lo son. . . . Tenemos arraigado un h´abito de pasividad. . . si nos preguntamos por qu´e es ((peligroso)), habr´a que buscar la causa en la ´ıntima sensaci´on de tedio y paralizaci´on que nos hace desear una crisis, una excitaci´on, lo cual explica. . . el creciente aumento de cr´ımenes. . . [de] naturaleza violenta y sin sentido. . . [Se] Debe desarrollar la Facultad X. Lo cual no es tan dif´ıcil como parece; todo puede llegar a convertirse en un h´abito si realmente as´ı lo queremos [p´ag. 460-461]. Parece como si nada fuese imposible para el hombre, si se prepara mentalmente para ello. . . Su problema nunca ha sido de voluntad, sino de imaginaci´on: saber que debe dirigir su voluntad hacia un fin. . . nuestro problema no ha sido otro que el de la dif´ıcil comunicaci´on entre inteligencia e instinto. . . [p´ag. 465] [O quiz´as el no creer del todo que el fin se puede alcanzar.] El gran misterio contin´ua siendo la individualidad. Si la vida es una ¿c´omo es que existe en su seno lo singular? ¿Por qu´e cada ser se siente individual, u´ nico?. . . privada del individualismo, la vida no dar´ıa lugar a ning´un esfuerzo desesperado. . . la vida ha tenido que ser empujada hacia adelante, como se empujaba a latigazos a los esclavos. Jam´as ha demostrado tener una intencionalidad de tipo positivo, sino solamente la virtud negativa de permanecer viva y de evitar el dolor. . . La respuesta a la vieja cuesti´on teol´ogica de por qu´e la existencia del mal radica en que sin e´ ste reinar´ıa en el mundo la mediocridad, y finalmente, la muerte. . . con el desarrollo del arte, de la ciencia, de la filosof´ıa, el hombre ha adquirido la posibilidad de obtener una finalidad positiva hacia la cual dirigirse sin necesidad de ser impulsado desde atr´as. . . la solu´ existencia humana no es la posibilidad de una vida p´ostuma, sino aquellos momentos ci´on a la inutil de intensidad o e´ xtasis en que el universo adquiere un infinito inter´es, y en los cuales la idea de vivir eternamente en este mundo se nos aparece como una perspectiva deliciosa. . . la vida eterna ha de ser en este mundo y no en otro [Marx, Spinoza]. . . la u´ nica respuesta se halla en conocer el funcionamiento de la conciencia. S´olo una vez comprendido, seremos capaces de alterarlo, con el fin de poder abarcar mayor espacio posible de realidad. El proceso requiere concentraci´on y precisi´on, las virtudes del buen relojero [p´ag. 469-471]

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3. 3.1.

Concentraci´on, evoluci´on y civilizaci´on Umbral vida/no-vida

Es posible que la vida constituya, en realidad, un proceso ((qu´ımico)) originado en los mares templados. Mas no puedo evitar el pensar que un proceso qu´ımico cualquiera (como la disoluci´on de un trozo de hierro en a´ cido clorh´ıdrico) se diferencia de alg´un modo de un proceso vital. . . ni tampoco puedo evitar ver la vida como un principio de organizaci´on que se desarrolla en el seno mismo del proceso qu´ımico. . . [La vida no puede ser ajena a los procesos qu´ımicos, pero impone en ellos una organizaci´on determinada. No dice nada especial: un ((proceso qu´ımico)) es una manera muy general de llamar las cosas y quiere ser m´as espec´ıfico se˜nalando la diferencia que hay entre ciertos procesos qu´ımicos. Pero eso es obvio, son procesos qu´ımicos la disoluci´on de hierro en a´ cido clorh´ıdrico y tambi´en las explosiones at´omicas, pero son distintos. Tampoco menciona la diferencia entre proceso qu´ımico y proceso f´ısico. La pregunta fundamental es: ¿c´omo se diferencia la vida de la no-vida? Por ejemplo, la roca de la bacteria. La respuesta parece estar en la organizaci´on de la c´elula. Se trata de desgranar los niveles de descripci´on de la vida, desde la agrupaci´on de c´elulas, hasta la vida consciente de s´ı misma; pues no es lo mismo una bacteria que un vertebrado inteligente. Hay varios niveles de estudio. Esto queda po´eticamente reflejado en la frase de Bergson ((la inconsciencia de una piedra cayendo es algo bastante diferente de la inconsciencia de una col creciendo))—cit. Koestler, Janus, A Summing Up, p´ag. 229] [p´ag. 91-96]

3.2.

Evoluci´on e intencionalidad

[Para la ortodoxia cient´ıfica, la evoluci´on se fundamenta en el azar y en la lucha por la supervivencia] La ciencia se opone decididamente a la ((teleolog´ıa)) o noci´on de intencionalidad. ¿Por qu´e? Porque ha sufrido sus consecuencias en el pasado. El salvaje que cree ciegamente que el eclipse de luna constituye una manifestaci´on de la ira divina est´a bloqueando de forma activa el proceso cient´ıfico, como los cl´erigos que quemaron a Giordano Bruno e hicieron retractarse a Galileo. . . . aun admitiendo que la ciencia que prescinda de ella puede realizar descubrimientos de indiscutible val´ıa, debemos objetar que no hay raz´on cient´ıfica de peso que justifique la total proscripci´on de la idea de intencionalidad. [p´ag. 91–96] [Se encuentra un p´arrafo similar en la p´agina 16, en referencia a la teor´ıa evolutiva (Darwin, Monod) y al ((vitalismo)) (Bergson), o la idea de que la vida quiere dar lugar a criaturas ((superiores)), m´as sanas, m´as inteligentes,etc] Lo que afirma Foster es que a los ojos del inform´atico la complejidad de la estructura de la vida que contempla en torno a e´ l revela la existencia de un proceso de datos a escala masiva. [La vida como programa implica finalidad, programador] . . . cada vez que dise˜no un sistema de control parto del axioma de que la velocidad del sistema ha de ser mayor que la del mecanismo del proceso que se trate. . . La programaci´on de la materia s´olo puede llevarse a cabo mediante vibraciones—u ondas—mucho m´as r´apidas que las de dicha materia. [Explica que dichas vibraciones provienen de las radiaciones c´osmicas] [p´ag. 17] Nuestra propia experiencia nos ense˜na que la vida es un proceso en el que la voluntad desempe˜na un papel de gran importancia. Cuando tratamos de patinar o de tocar la trompeta por vez primera, nos parece imposible que podamos llegar a dominar operaci´on tan dif´ıcil. . . Pero decidimos concentrarnos, aumentando la presi´on sobre nuestra mente. . . y as´ı poco a poco dominamos el proceso. . . Una vez comprobada la enorme diferencia que separa la concentraci´on dirigida hacia una finalidad determinada del simple andar a la deriva, cuesta trabajo admitir que la vida haya llegado a su perfecci´on actual de modo absolutamente fortuito y accidental, [Pero para que exista finalidad ha de conocerse el fin, o al menos percatarse de su existencia.] [p´ag. 91-96] ¿De qu´e manera puede aplicarse este principio [el de selecci´on natural] a toda la comunidad? La ((selecci´on natural)) act´ua con respecto a individuos aislados. Resulta imposible imaginar que un accidente masivo

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de los genes originara toda una comunidad. . . [la respuesta quiz´as est´e en que si bien las mutaciones afectan a individuos aislados, la descendencia de e´ stos queda afectada al heredar los genes alterados, y si esta mutaci´on hace a la especie m´as adaptada entonces sobrevivir´an por selecci´on natural a sus cong´eneres, que ‘terminan’ muriendo. Resulta llamativo a primera vista que ciertas mutaciones en principio azarosas den resultados que parecen intencionales. Por ejemplo, el insecto palo: es muy llamativo que una mutaci´on le haga parecerse a una ramita, y que esto sea tan bueno en t´erminos de su supervivencia. Una mutaci´on azarosa da como resultado una semejanza con ramitas que le permite sobrevivir mejor. ¿Se dio la semejanza mutando a la primera? Entonces qu´e coincidencia m´as llamativa. ¿Se dio la mutaci´on progresivamente hasta alcanzar la semejanza? Entonces tenemos unas mutaciones azarosas perfeccionistas.] Nadie duda que e´ ste tipo de selecci´on constituye uno de los aspectos m´as importantes del proceso evolutivo, pero tampoco dudamos de que el accidente desempe˜ne un papel fundamental en la vida de quien habita en la gran ciudad. Por puro azar puedo encontrarme en la calle a alguien que me contagie un catarro o que cambie totalmente el curso de mi vida, pero ello no significa que todo lo que hago durante el d´ıa. . . no obedezca a un plan fijo y determinado. Por el contrario, el accidente supone en mi vida lo espor´adico, lo inesperado, frente a lo habitual intencionado. Lo mismo podr´ıa decirse respecto a la evoluci´on. [Prosigue mencionando la ‘teor´ıa telep´atica de la evoluci´on’ seg´un la cual la vida sigue un plan y de acuerdo con e´ ste organiza la materia para alcanzar mayor complejidad y libertad. Menciona la conciencia colectiva como conciencia instintiva, y habla del control consciente de tareas reflejas, como la digesti´on, en cierto tipo de organismos como el Microstomum. La discusi´on deber´ıa distinguir la organizaci´on interna de cada ser vivo antes de hablar de conciencia colectiva a nivel celular. Se trata de una visi´on antropocentrista. Luego habla de que la crueldad existe en el reino animal en relaci´on con la cadena alimenticia, introduciendo una e´ tica—de nuevo una visi´on antropocentrista. Contin´ua hablando de c´omo pudo surgir la consciencia y su separaci´on del inconsciente: debido a la complejidad del organismo ciertas funciones se realizan de manera autom´atica, m´as all´a del control consciente. Existe una estructura jer´arquica en la que los niveles superiores se encargan del control y los inferiores de la ejecuci´on. Cuanto m´as arriba en la jerarqu´ıa de control se tiene menos conocimiento de los niveles inferiores, pues se delega en los ‘subalternos’. El resultado es una serie de niveles que s´olo se dedican a la coordinaci´on, lleg´andose a la amnesia. Si se genera energ´ıa se despierta el canal directo con los niveles inferiores (encarnados en el subconsciente). Esa energ´ıa s´olo puede ser generada de forma deliberada, intencional.] Ahora bien; idealmente deber´ıa de darse un proceso continuo de ((realimentaci´on)). El aumento de la complejidad deber´ıa producir una mayor intencionalidad, un mayor apetito de vida, el cual, a su vez deber´ıa incitar a la mente a ampliar sus fronteras, a captar nuevas complejidades. Pero en la pr´actica, todo ser humano, incluso el m´as perfecto, llega a darse por vencido en un momento determinado. Se asusta ante la complejidad, y su apetito vital decrece. Tendr´ıa que superar ese momento de debilidad, seguir aspirando a lo complejo, que estimula a alcanzar nuevos niveles de intencionalidad. El hombre que pudiera llegar a ese punto. . . ser´ıa como un dios. . . He aqu´ı lo que diferencia al hombre de los animales: ninguno de e´ stos posee la capacidad de verterse al exterior para captar los secretos del universo. Su instinto es m´as agudo que el nuestro, y est´an m´as cerca que nosotros de la naturaleza [tambi´en en Fromm, The Sane Society], pero nunca gustar´an del supremo deleite de dejar volar la imaginaci´on para embriagarse despu´es con sus propias visiones. [p´ag. 97-100] [El ser humano] ha alcanzado el lugar que ocupa en el proceso evolutivo gracias a su capacidad para hacer de su mente un microscopio y concentrarse en las cosas peque˜nas. Pero e´ sto le ha transformado en una v´ıctima de lo diminuto y lo negativo. La historia de la humanidad es la historia de lo infantil, de ´ ´ estupidas querellas por futiles motivos. Al igual que el ama de casa. . . que dice ((Antes de que entre el sol en la casa, haz que se limpie los zapatos)), hemos llegado a hacernos esclavos de nuestra sorprendente capacidad para el detalle. . . La realidad es el conjunto de significados que existen en torno a nosotros, y lo irreal es la subjetividad humana, nuestra tendencia a dejarnos atrapar por las redes de valores que nosotros mismos hemos elegido. [p´ag. 152-153]

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3.3.

Descripci´on del proceso de aprendizaje

El ser humano ha conseguido llegar a su estado actual de civilizaci´on por medio del siguiente proceso: adquiere primero un conocimiento pr´actico cualquiera por medio del esfuerzo consciente, y lo pasa despu´es a su robot subconsciente, que aprende a llevarlo a la pr´actica de forma eficaz y autom´atica, tanto si se trata de montar en bicicleta como de hablar una lengua extranjera. Pero al repetir la acci´on de manera mec´anica. . . no tiene ya que concentrarse en ella, de modo que podr´ıa establecerse la siguiente ecuaci´on: a mayor uso del robot subconsciente, menor empleo de la facultad de concentraci´on. Esto explica la tendencia del hombre actual a dudar de los ((poderes)). . . por no utilizarlos ha llegado a creerlos inexistentes [Pierde motivaci´on al perder concentraci´on y viceversa; sensaci´on de que no merece la pena que afecta a la voluntad]. . . ¿Cu´al es el efecto de la m´usica y el arte en general? Precisamente tratar de contrarrestar el efecto aut´omata. . . contrario al concentrarse. [p´ag. 110-112]

3.4.

Los problemas de la civilizaci´on

La vida urbana trajo consigo las ventajas y desventajas que nos son tan familiares—enfermedades y cr´ımenes—, pero tambi´en el comercio y las artes. Determin´o la divisi´on del trabajo y proporcion´o tiempo libre para pensar. Destruy´o de una vez para siempre la inocencia primigenia del cazador y puso de relieve la b´asica hostilidad existente entre los seres humanos. . . El hombre dej´o de ser una criatura instintiva y simple. . . Hasta ese momento hab´ıan existido u´ nicamente peque˜nas aglomeraciones neol´ıticas, cuyo tama˜no estaba limitado por su capacidad para conseguir alimento suficiente. Si la poblaci´on aumentaba con demasiada rapidez, los m´as d´ebiles morir´ıan de hambre. Ello ten´ıa como resultado una actitud pasiva y pac´ıfica ante la vida y la naturaleza. Las grandes ciudades eran m´as pr´osperas a causa de que el ser humano hab´ıa acumulado sus recursos y de que ciertos hombres pod´ıan ((especializarse)). . . hab´ıa muchos modos de sobrevivir: trabajando, comerciando o robando a otros hombres. . . ser emprendedor era lo que contaba. . . . el habitante de la ciudad tiende a inclinarse m´as a los placeres sexuales. Las manifestaciones naturales de la masculinidad son la caza y la guerra. Si e´ stas disminuyen, son sustituidas, tambi´en naturalmente, por el inter´es en la actividad sexual. . . hacer el amor con una pl´acida y tranquila muchacha satisface en menor grado esta necesidad que practicarlo con una joven m´as hermosa, independiente y activa. All´ı donde las circunstancias exigen cierto tipo humano, e´ ste aparece prontamente [si bien por lo general los ((tipos humanos)) en vez de aparecer, se crean y no son reales, as´ı como tampoco los deseos fruto de las convenciones de una sociedad determinada, los cuales cambian la apariencia de sus objetos deseados al cambio de moda. Es una cuesti´on cultural] . . . realmente, el hombre no fue hecho para la civilizaci´on. Como ser agresivo y en´ergico, encuentra dif´ıcil encerrarse en los l´ımites de la misma [quiz´as e´ sa es la raz´on de su agresividad y no que sea cong´enita]. Responde a la falta de exigencias con el abatimiento, la tendencia a la abulia y la desmoralizaci´on. El instinto sexual s´ı contin´ua tan vivo como siempre [aunque bajo la capa de las convenciones sociales y la educaci´on, que pueden llegar a maquillarlo hasta hacerlo casi irreconocible], y aparece sobrecargado con la caracter´ıstica del dominio frustrado. El resultado no es otro que la hipersexualidad y la perversi´on er´otica [tambi´en generados por desconocimiento o falta de una sexualidad ‘natural’. Para Wilson, la sexualidad todav´ıa est´a en comunicaci´on directa con el subconsciente y, como fin, estimula la concentraci´on y tiene la capacidad de sacar la mente de la abulia.] [p´ag. 115-119] . . . el aprendizaje de la agricultura y la ganader´ıa. . . le hizo la vida mil veces m´as f´acil. . . . el campo puede alimentar a un n´umero de seres humanos de veinte a cincuenta veces mayor que la caza, lo cual significa que el escaso ocio. . . se increment´o en la misma proporci´on. Sin embargo esta nueva vida, aunque mucho m´as consciente, era tambi´en mezquina y dif´ıcil. . . m´as mon´otona que la del hombre dedicado a la caza o a la guerra. . . . se disfruta del ocio suficiente para pensar y servirse de su imaginaci´on. . . . Aunque el arado le liber´o, en cierto modo, de su dependencia de la caza, le confin´o tambi´en en una nueva prisi´on: su casa, sus campos, su granero y su establo. [p´ag. 97–100]

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3.5.

La lucha contra el olvido

T. E. Hulme, disc´ıpulo de Bergson, describe la vida como ((la inserci´on gradual de m´as y m´as libertad en la materia)). . . La verdadera evoluci´on comenz´o hace s´olo medio bill´on de a˜nos. Fue entonces cuando la vida logr´o, al fin, sobreponerse a su problema b´asico: el olvido. . . la fuerza vital invent´o el m´etodo de registrar la informaci´on en el mecanismo de la reproducci´on. . . Con la invenci´on de la reproducci´on y de la muerte, fueron cuerpos y no simples c´elulas los que continuaron el proceso de renovaci´on. La variedad sustituy´o a la uniformidad en cuanto ley b´asica de la existencia. La vida invent´o la muerte. [p´ag. 466] Si pudiera definirse el prop´osito positivo como la fuerza directriz de la humanidad, se alcanzar´ıa un punto decisivo en la evoluci´on, pues es much´ısimo m´as fuerte que el prop´osito negativo de evitar el dolor. El ser humano es capaz de hacer [m´as] cosas llevado por el amor o el entusiasmo de que ser´ıa capaz impulsado por el temor. [p´ag. 469] [Esta idea tambi´en la recoge Arthur Koestler en Janus, A Summing Up.]

4.

Libre albedr´ıo, voluntad libre

[La visi´on determinista dice:] ((No es posible elegir. ¿Es que un puente puede optar por no hundirse cuando la presi´on que ejerce el viento sobre e´ l excede a su capacidad de resistencia?)). . . El fiscal ve la vida del acusado como una serie sucesiva de elecciones frente a las cuales e´ ste ha podido reaccionar, no teniendo en cuenta sino su ambici´on y placer. [El libre albedr´ıo conlleva la responsabilidad de los propios actos, el determinismo no] Para e´ l, si el criminal se hubiese enfrentado con otro tipo de opciones y hubiera podido contar con alguna ayuda, habr´ıa llegado a ser probablemente, un hombre honrado. En otras palabras: la vida humana consiste. . . en una serie de posibilidades, cualesquiera de las cuales puede llegar a realizarse. Para el determinista, la vida se conduce como un efecto de las causas creadas encadenadas en el contexto de circunstancias de la persona. . . [p´ag. 92] [N´otese la frase ‘si se hubiese enfrentado con otro tipo de opciones’. Parece un argumento m´as compatibilista que de libre albedr´ıo—cf. J. Copeland, Inteligencia Artificial, Una Introducci´on Filos´ofica—. La conclusi´on es que no se enfrent´o con otras causas porque esas fueron sus causas. Aunque parece que hay determinismo aqu´ı, no lo hay. No es lo mismo decir que nuestras decisiones se basan en causas estrictamente determinadas y que por ello somos v´ıctimas de las causas, que decir que nuestras decisiones son libres, pero tienen consecuencias, luego somos ‘v´ıctimas’ de nuestras decisiones. No es ‘si se hubiese enfrentado con otro tipo de opciones’, sino ‘si hubiese elegido otras opciones’. Visto retrospectivamente todo parece determinado, eligi´o esto y no aquello por tal y cual causas, pero en el momento de la decisi´on, cualquier decisi´on es posible. Es como al tirar un dado, es f´acil saber el desarrollo de una partida de dados a posteriori, porque al salir este n´umero se apost´o aqu´ı y all´ı, pero en el momento de tirar el dado cualquier resultado es posible. Aunque en el ejemplo de los dados haya aleatoriedad no se est´a implicando que en las decisiones de las personas tenga que haberla siempre. La aleatoriedad sigue unas leyes, las de la probabilidad, cuando se estudia el suceso a gran escala (ley de los grandes n´umeros), basado en el estudio del pasado del suceso. Habr´ıa que ver si tales leyes se aplican a los individuos, aunque estas pudieran aplicarse a los conjuntos de individuos.] [Oponer la teleolog´ıa al determinismo, tal y como parecen hacer Wilson y Koestler (especialmente en The Ghost in the Machine y en Janus, A Summing Up), puede parecer contradictorio pero hay algunas cuestiones sutiles. Por un lado, el determinismo implica un camino fijo, o reglas establecidas fijas, pero e´ stas pueden ser ciegas, carecer de sentido o finalidad. El azar es todo lo contrario a una regla fija. La teleolog´ıa implica un plan, una finalidad, y en cierto sentido una determinaci´on. Cabr´ıa discutir si en la teleolog´ıa se necesitan reglas para cumplir el plan, o si e´ stas son fijas o flexibles, o c´omo diferenciamos una regla con sentido de una carente de e´ l—el sentido podr´ıamos estarlo dando nosotros, y una regla aparentemente sin sentido podr´ıa tenerlo en un marco de significado m´as amplio, etc.]

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5.

Captaci´on de significados

El hombre necesita para evolucionar, devorar ((significados)). . . [sentido m´as profundo de la vida, captarlos. Todo aquello que escapa a su visi´on estrecha y que est´a ah´ı: La Facultad X] [p´ag. 13] . . . El hombre ((sabe)) cosas que no ha aprendido en la escuela ni a trav´es de su experiencia vital diaria, cosas que a veces preferir´ıa ignorar [en referencia a que la percepci´on no est´a restringida a los l´ımites de los o´ rganos correspondientes, cita a William Blake]. [p´ag. 14] . . . esta sensaci´on suprema de captaci´on de significados, sensaci´on tan intensa que sobrepasa cualquier otra que podamos concebir y que merecer´ıa por si sola el mayor de los empe˜nos. Es esa sensaci´on la que incita al hombre a dar un paso adelante en su evoluci´on, pues mientras crea que el aburrimiento y el pesimismo le revelan la verdad del universo, se negar´a a hacer alg´un esfuerzo. [p´ag. 19] La capacidad de disfrutar de todo tipo de. . . [significados] constituye parte importante de nuestro proceso de descarga de energ´ıa. El analfabeto que se recupera de una grave operaci´on se aburre infinitamente en su cama del hospital, mientras que quien gusta de la lectura puede llegar a encontrar deliciosa esa inactividad [por un tiempo]. . . El aburrimiento radica en la incapacidad de captaci´on de [significados]. . . La diferencia fundamental entre el ser humano y el perro no radica en la falta de percepci´on del animal con respecto a los colores, sino en la mayor capacidad de respuesta que tiene el hombre en casi todos los aspectos. Cuanto m´as perfecto es el ser viviente, tiene mayor capacidad de captaci´on de significados y m´as apego a la vida. [p´ag. 20] La evoluci´on consiste, pues, en la capacidad de registrar esos ((significados)) que est´an ah´ı. [p´ag. 21] . . . ((lo diario)); m´as que una realidad objetiva, es una actitud mental. . . pero la existencia normal de cada d´ıa no nos exige abarcar muy lejos, y poco a poco hemos ca´ıdo en la costumbre de no intentarlo siquiera. . . Cada vez que un poema, un paisaje o una sinfon´ıa logra conmovernos, caemos en la cuenta de que habitamos un universo cargado de significados, universo que exige de nosotros algo m´as que la abulia. . . Nos exige concentraci´on. [p´ag. 144]

6.

Hipertensi´on del inconsciente

. . . la l´ogica ha aislado al hombre de las fuerzas del subconsciente. Si en mitad de la noche empiezo a tratar de resolver un problema matem´atico, me ser´a muy dif´ıcil despu´es volver a conciliar el sue˜no, pues el c´alculo me habr´a exigido una concentraci´on de los niveles mentales superiores; al comenzar la operaci´on, el hombre exige la dedicaci´on total de esos niveles. . . El conciliar de nuevo el sue˜no supone que. . . [la consciencia ceda] el dominio de la situaci´on al los niveles mentales inferiores. . . el sue˜no constituye un cambio de conductor. [Contin´ua diciendo que la evoluci´on se ha concentrado en el desarrollo del conductor-consciencia, sobre todo debido a la complejidad de su civilizaci´on]. La consecuencia es que el hombre civilizado tiende a sufrir de hipertensi´on del subconsciente . . . sus preocupaciones quedan relegadas al fondo de la mente, donde siguen gastando energ´ıa vital. . . ((hiperestesia)). La vida se le antoja una serie de obst´aculos insuperables, y cada grano de arena es para e´ l una monta˜na. . . algunas personas llegan a acostumbrarse tanto a este estado permanente de hipertensi´on que lo aceptan como normal. . . [Viene precedido este fragmento de un ejemplo: una persona que se casa y tiene hijos; las responsabilidades se le hacen cada vez m´as pesadas, pero durante su viaje de novios, as´ı como en los momentos en que se siente sano y optimista, las acomete entusiasta y hasta se permite ir de excursi´on en fin de semana.] . . . lo que caracteriza b´asicamente tal estado es el dejar de prestar atenci´on a las cosas. El hipertenso, como quien corre detr´as de un tren en marcha, no tiene tiempo de volver la cabeza ni a derecha ni a izquierdas. . . no descansa ni mira por la ventanilla. . . La tensi´on interior contin´ua, y trata de leer el peri´odico o mira simplemente al vaci´o mientras rumia sus desdichas.

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¿Qu´e ocurre cuando esta persona toma unas vacaciones y descubre s´ubitamente que ((todo va bien))? Hace sol, olvida la oficina durante una semana y se dedica tan solo a disfrutar del paisaje. . . La conciencia parece anegarse s´ubitamente en una oleada de vitalidad. . . La tensi´on interna se ha relajado y ya no desperdicia energ´ıa vital. . . El mirar las cosas con inter´es supone refrescar la mente.

6.1.

La concentraci´on como soluci´on

Cuando el hombre se concentra seriamente en los m´as nimios detalles, se libera de la hipertensi´on que invade el resto de su mente y renueva su energ´ıa vital . . . [El tratamiento de choque contra la hipertensi´on es] hacer algo que le cuesta un tremendo esfuerzo. El resultado inmediato es una sensaci´on de agotamiento, m´as pronto sucede a e´ sta una gran calma y tranquilidad. La hipertensi´on, por ser totalmente innecesaria. . . en realidad no es sino un h´abito pernicioso. . . Una vez que el choque ha logrado sacar a la mente de su estado de pasividad, las fuerzas vitales comienzan a actuar otra vez. Cuando el ser humano es saludable, se concentra solamente en un problema, y pone en e´ l todo su inter´es, mientras que su mecanismo de realimentaci´on funciona a expensas de todo lo que le rodea. Hace las cosas lentamente, con profunda atenci´on, y cuando comienza a cansarse afloja el paso y deja que su subconsciente comience la tarea de renovaci´on, pues sabe que el agotamiento, la depresi´on y el sentirse abatido a causa del cansancio llevan a un c´ırculo vicioso que a toda costa debe eludir si quiere conservar su eficiencia y su salud. La hipertensi´on es un mal de la conciencia, es decir, del ser humano [intr´ınseco]. . . es el precio que pagamos por las sinfon´ıas de Beethoven, las novelas de Balzac, los progresos de la medicina. . . [el precio por no] vivir en la suciedad, la ignorancia y la falta de comodidades. . . [sin embargo] todos los seres humanos mantienen hoy un estado que supone un grado de ((vigilancia)) y ansiedad mayor que el que necesitamos para vivir. . . queremos atender a todo, terminando as´ı exhaustos. . . Pero lo interesante es, precisamente, que haya momentos en los cuales, por un proceso de autosugesti´on o por estar totalmente absortos en nuestro trabajo, la tensi´on se relaja. . . He aqu´ı, precisamente, la esencia del poeta. . . un hombre que experimenta a menudo momentos en que la hipertensi´on habitual se desvanece, y que entonces se anega y se deleita en el inter´es de las cosas. . . a percibir que el mundo est´a cargado de significados que habitualmente no ve. [El poeta trata de aumentar el poder de su subconsciente, p. 54] [p´ag. 50-53]

6.2.

EL control del robot subconsciente

Se trata de una cuesti´on fundamental: la del control que ejerce el subconsciente sobre las actividades conscientes. El subconsciente rige la totalidad de las funciones nerviosas, desde la digesti´on hasta la excreci´on . . . La soluci´on est´a en relajarse y dejar actuar al inconsciente [autosugesti´on]. [p´ag. 40] [Antes de emprender cualquier tarea] ha de sumirse en un estado. . . que consiste en el adormecimiento del consciente y todas sus tensiones, pasando a ser el centro de gravedad vital esa ((existencia secreta)). . . [eliminar la ansiedad e hipertensi´on para concentrarse. Menciona la logoterapia de Viktor Frankl y la an´ecdota de c´omo conseguir el efecto contrario al que se busca: si se quiere evitar la tartamudez, int´entese tartamudear aposta] Todos estos experimentos se basan en la noci´on de que el ser humano posee una serie de poderes secretos de inmenso alcance, adormecidos por el desuso y la hipertensi´on. [p´ag. 63] Debe impedirse que la mente siga funcionando como un reloj de pulsera; ha de relajarse y tranquilizarse por completo, y convencer a la fuente escondida de donde nace la fortaleza para que comience a brotar. Tal es el secreto de los ascetas hind´ues que permanecen inm´oviles durante a˜nos. No se trata de un sacrificio, sino un continuo manantial de profunda delicia. Y es tambi´en un proceso autom´atico. Nuestro robot subconsciente se ajustar´a a cualesquiera condiciones si se le da el tiempo para ello. Se adaptar´a a la quietud de forma que cesa el tedio, pues e´ ste existe cuando nada ocurre en nuestro interior. Y nada

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ocurrir´a en nuestro interior mientras el mundo externo distraiga la mente. [p´ag. 316] La conciencia. . . su prop´osito es bien sencillo: ahincar los pies cada vez con m´as fuerza en el reino de la materia. . . ha llegado a convertirse en parte misma del gobierno [de nuestro ser total], lo que siempre resulta peligroso. . . la conciencia no es el se˜nor, sino el criado. Carece de la fuerza vital del instinto y, abandonada a su arbitrio, tiende a adoptar una actitud pasiva y asustadiza, alienada del mundo del instinto y de la materia. [p´ag. 467-468]

7.

Georg Ivanovitch Gurdjieff

. . . Crowley, era un mago nato. No s´olo no tuvo que hacer el menor esfuerzo para desarrollar sus facultades, sino que, incluso, resulta dudoso que tuviese alg´un control sobre ellas. . . el hecho de que la regla no pueda aplicarse a [Gurdjieff] le convierte en el m´as interesante de todos. . . pose´ıa una serie de poderes naturales, y a cultivarlos dedic´o toda su vida, con resultados sorprendentes.

7.1.

La importancia del trabajo

La clave del m´etodo de Gurdjieff radica en la palabra trabajo. [Se trata de evitar la abulia forz´andonos voluntariamente a realizar trabajo pesado que requiera nuestra atenci´on y concentraci´on (actividad, ejercicio). ((Lo que es bueno para el hombre tambi´en debe ser agradable aunque al principio haya que vencer ciertas resistencias)) (Fromm, El Arte de Amar, p. 109)]. . . . nuestro mundo interior llega a ser tan tedioso y predecible como nuestra vida exterior. El problema radica en convencer al robot [del subconsciente] para que trabaje con energ´ıas renovadas, y el mejor modo de obligarle a reaccionar consiste en utilizar la molestia y la incomodidad, con sus secuelas de angustia y dolor. Cuando la situaci´on se prolonga, el robot se ve obligado al contraataque. Ese esfuerzo supremo. . . es absolutamente necesario si queremos convencer al robot de la seriedad de nuestros prop´ositos. Cuando se produce la reacci´on, la monoton´ıa de la vida desaparece y nuestro mundo interior revive con renovadas energ´ıas. Evidentemente las pr´acticas asc´eticas de los santos obedecen al mismo principio. Desde el momento en que nace hasta la edad de veinti´un a˜nos, el hombre crece y se desarrolla en todos los aspectos. Durante este per´ıodo, dentro de nuestro ser se suceden una serie de cambios totalmente involuntarios, m´as, pasado ese tiempo, el proceso se detiene. Lo malo es que el ser humano, acostumbrado a no realizar esfuerzo alguno, halla dif´ıcil la idea de que el desarrollo ya no es autom´atico y, poco a poco, se va petrificando. Si de verdad quiere que el proceso contin´ue, ha de llevarse a cabo con tremendos esfuerzos que estimulen el robot del subconsciente. Ah´ı reside el secreto de Gurdjieff, cuyo prop´osito no es otro que sacudir la pereza natural del hombre, sacarle de su tendencia a la abulia y la inercia. [p´ag. 325-326] Detr´as de tan constante actividad se oculta la idea de que la vida carece de sentido; as´ı, la noci´on de ´ Pogossian de que toda tarea, en ultima instancia, es retributiva, constituye el perfecto ant´ıdoto a esta actitud [recuerda el c´elebre refr´an ‘Todo esfuerzo tiene su recompensa’.] . . . el hombre, por no ser sino un manojo de impulsos y emociones, carece, por decirlo as´ı, de una existencia real y concreta. Cambia de hora en hora, de segundo en segundo, v´ıctima indefensa de los acontecimientos que le arrastran. . . puede decirse en sentido literal que duerme todo el tiempo. S´olo en momentos privilegiados le es dado vislumbrar el hombre que pod´ıa ser, la libertad de que es capaz en potencia. Pero esos momentos son fugaces, y bien pronto la mente vuelve a sumirse en el sue˜no o, lo que es lo mismo, a ocuparse de una serie de trivialidades que conlleva la rutina diaria y a las que presta una atenci´on mucho mayor de la que merecen. [Se puede ((despertar))] pero con muchas dificultades, ya que el vicio del que tratamos de huir se asemeja a una poderosa corriente contra la cual es casi imposible nadar largo rato sin agotarse. Para escapar es necesario seguir un m´etodo muy concreto.

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El hombre es una m´aquina, y si quiere sobreponerse a su naturaleza mec´anica. . . debe primero comprenderla. En los momentos de ((conciencia superior)) se da siempre una claridad de visi´on. La vida adquiere [((adquiere)): antes o en s´ı no tiene] un profundo significado [como se renuevan energ´ıas, la vida parece hermosa y por eso nos apetece vivirla], y s´ubitamente parece ofrecer infinitas posibilidades. En tales momentos, la conciencia normal se nos aparece semejante a un sue˜no porque, al igual que e´ ste, separa al hombre de la realidad. Y cuando el ser humano columbra la verdadera naturaleza de esta realidad, nada parece tan importante como conservar esa imagen y, as´ı, trata por todos los medios de no olvidar, de no cejar en la lucha por alcanzarla. . . en esos estados de profunda intensidad, discierne claramente que es posible conseguirlo, que posee una voluntad aut´entica que le capacita para concentrarse en un determinado objetivo y alcanzarlo con el menor esfuerzo posible de energ´ıa. . . El mayor problema del hombre es su tendencia a dilapidar tiempo y conciencia, como quien contempla la lluvia a trav´es del cristal de una ventana bostezando y sin saber qu´e hacer. Gurdjieff hab´ıa hecho. . . un descubrimiento muy sencillo: el de que cualquier esfuerzo excepcional, cualquier nuevo comienzo, posee la facultad de despertar la mente. El hombre suele hallarse desconectado de la ((realidad)); mira un a´ rbol, pero ni lo ve ni cree en su existencia. La mente est´a en otro lugar, como ocurre cuando escuchamos a medias a alguien. . . y pensamos, al propio tiempo, en otra cosa. El resultado de esta actitud no es otro que la falta de claridad de visi´on. Pero una crisis o un instante de e´ xtasis nos obliga a aplicar doble esfuerzo a la percepci´on. . . y de s´ubito veo con acuidad en torno a m´ı. [Pero la vida diaria no ofrece cambios] . . . el hombre precisa de un ((despertador)) infalible. ¿C´omo lograrlo?. . . habituar al robot a que produzca una cantidad de energ´ıa mayor de la habitual. [Sigue la an´ecdota de un disc´ıpulo al que le mandaron realizar tareas del campo y de limpieza, y que tras quejarse por el resentimiento que le produc´ıan, le recomendaron que intentara aprender palabras de alguna lengua extranjera mientras realizaba su trabajo, as´ı como a adquirir plena conciencia de su cuerpo y sus movimientos. Tambi´en la contestaci´on que dio Gurdjieff a un intelectual: un zapatero es potencialmente mejor estudiante que un intelectual, el cual] vive en sue˜nos y escribe acerca de esos sue˜nos. M´as le valdr´ıa fregar conscientemente el suelo de una sola habitaci´on que escribir cien libros. . . Gurdjieff logr´o transformar unos seres ab´ulicos, ego´ıstas y confusos en maquinarias perfectamente equilibradas y demasiado ocupadas para pensar en sus propios problemas. [p´ag. 329-331]

7.2.

Memoria de s´ı mismo

El hombre tiende por s´ı mismo a entregarse a todo tipo de emociones negativas que le inhabilitan temporalmente. . . resistencia a dejarse invadir por emociones semejantes. . . ((Si vivimos d´ıas tranquilos y mon´otonos y largas noches de paz, nuestra mente se embrutece. M´as vale torturar nuestros esp´ıritus que sufrir la inanidad de la calma)). [Recuerda al ((malgastar las tardes)) de Herman Hesse en El Lobo Estepario] [p´ag. 334] Todos hemos experimentado en alg´un momento este tipo de sensaci´on: por fatigados que nos encontre´ mos, cualquier subita excitaci´on o crisis tiene la virtud de inyectarnos nuevas energ´ıas. El hombre posee dos clases de voluntad. . . . Cuando llevamos a cabo alguna tarea rutinaria, utilizamos la segunda, y en una m´ınima expresi´on. Pero cuando ocurre algo realmente importante [estalla la primera, que va unida a la imaginaci´on]. M´as no hace falta una crisis; cualquier trabajo que requiera un esfuerzo desusado puede accionar el mismo mecanismo. En esto se basan los m´etodos de Gurdjieff. [p´ag. 335] . . . De acuerdo son su sistema, existen en el hombre siete centros: el intelectual, el emocional, el locomotor o f´ısico, el instintivo, el sexual y dos m´as que llama ((intelectual superior)) y ((emocional superior)). . . Cada uno de ellos tiende a suplantar a los otros y a funcionar a expensas de la energ´ıa por ellos generada. Lo fundamental es que supo discernir cu´al era el problema b´asico del hombre y se aplic´o a remediarlo. El meollo de su sistema concierne a la conciencia, que se revela en el hombre a cuatro niveles: primero, el sue˜no, que nos envuelve en nuestro mundo particular; segundo, la vigilia, o mejor dicho, lo que llamamos vigilia, durante la cual, al parecer, el ser humano se abre a sus semejantes. Pero no es as´ı, sino que perma-

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nece encerrado en su mundo de fantas´ıa subjetiva [no hay una l´ınea clara que separa la vigilia y los sue˜nos], del que s´olo vienen a sacarle esos momentos de iluminaci´on [a los que llamaba momentos de] ((memoria de s´ı mismo)), y con ayuda de un sencillo ejercicio demuestra cuan dif´ıciles son de lograr. Si cerramos los ojos nos hundimos en la subjetividad interior. Supongamos que alguien nos pregunta entonces qu´e hora es. Al mirar la esfera nos olvidamos de nosotros mismos y pensamos s´olo en el reloj. Pero pruebe el lector a experimentar conciencia plena al mismo tiempo de s´ı mismo y del reloj, y ver´a que puede hacerlo solamente durante un tiempo muy limitado. A los pocos momentos nuestra atenci´on se debilita y o nos olvidamos del reloj o nos olvidamos de nosotros mismos [relaci´on entre la atenci´on, la concentraci´on, la memoria, y lo ef´ımero] . . . la opacidad est´a dentro de m´ı, pero yo la atribuyo al mundo exterior [el encontrarme en estado de ((memoria de m´ı mismo))] se debe a un esfuerzo por mi parte. . . aunque el hombre parece sencillo y de f´acil comprensi´on, es, en realidad, un ser enormemente complejo que funciona a diversos niveles. [p´ag. 336-337]

7.3.

El control sobre la propia vida

Gurdjieff da en su obra especial importancia a la idea de ser, de vivir plenamente. Insiste en que la mayor´ıa de los hombres no existen o s´olo en muy escasa medida. . . En una ocasi´on que le preguntaron si exist´ıa la vida m´as all´a de la muerte respondi´o que las nubecillas de niebla no sobreviven, porque casi no tienen materia susceptible de perdurar. A la pregunta de si existe el destino respondi´o que s´olo para los hombres poseedores de esencia; los dem´as est´an sujetos a la ley de las circunstancias. [p´ag. 340] En resumen y simplific´andolo mucho, el m´etodo de Gurdjieff consiste en un intento de adquirir control sobre la vida, en lugar de permitir que e´ sta sea la que nos arrastre. . . El criminal o el maniaco sexual suele aducir que le empuj´o al delito un ‘impulso irresistible’, y por eso, precisamente, en este tipo de personas la especie humana se manifiesta en su m´as bajo nivel. Hasta cierto punto todos nos dejamos llevar por nuestros impulsos, pero el mejor y m´as fuerte ser´a el que logre resistirse [o al que los impulsos le dirijan hacia algo positivo]. . . De ah´ı el prop´osito del trabajo: proporcionar un peso ps´ıquico que le transforme. . . en piedra que el viento sea incapaz de mover. [p´ag. 341] Husserl lleg´o a una conclusi´on de importancia b´asica: la conciencia humana es totalmente intencional. Ocupados en nuestras tareas no nos damos cuenta de la cantidad de esfuerzo deliberado que aplicamos diariamente al hecho de vivir. Ocurren tantas cosas que parece simplemente que ((pasan)) o ((se nos ofrecen)), que llegamos a creernos meros objetos pasivos sobre los que act´uan toda clase de circunstancias, lo cual es tan absurdo como escribir con un l´apiz sin ejercer la m´ınima presi´on sobre la punta del mismo. Los d´ıas de fiesta suelen producir. . . una sensaci´on de optimismo, de bienestar, de inter´es por la vida, debido a que los cambios nos inducen a poner m´as inter´es en el mecanismo de la conciencia, a ver y hacer. [Necesitamos el cambio porque somos cambio, evanescencia (cf. A. Watts La Vida Como Un Juego)]. . . ¿qu´e podemos hacer para remediar ese olvido de la existencia de que habla Heidegger? . . . vivir teniendo siempre presente la existencia de la muerte.. . . La ley de la intencionalidad dice que cuanto menos esfuerzo aplica el hombre a la percepci´on, menor ser´a tambi´en el placer que extraiga de ella. [Intencional: nosotros somos los due˜nos de nuestra existencia y debemos dirigirla todo lo posible]. . . la pobreza del valor que atribuye al universo. . . su tendencia a desvalorizar la vida es inconsciente. El primer paso debe consistir en analizar esa tendencia para iniciar un proceso de revalorizaci´on. . . la mayor parte de nuestras limitaciones son arbitrarias y se deben solamente a la costumbre. . . el h´abito de la obediencia. . . pero el prop´osito de la civilizaci´on no es otro, precisamente, que eliminar todo riesgo o peligro en nuestras vidas. . . [pero poseemos una] mente capaz de idear disciplinas tan estimulantes como cualquier peligro f´ısico, y capaces por s´ı mismas de transformar la evoluci´on humana—hasta el presente guiada s´olo por el azar y la selecci´on natural—en un proceso consciente y deliberado. . . si se encierra en una habitaci´on oscura y silenciosa a un ser humano, en unos pocos d´ıas o semanas su mente habr´ıa quedado aniquilada por completo. . . en la oscuridad y el silencio el proceso [de deterioro] es mucho m´as r´apido. [p´ag. 342-344] . . . en e´ l han desaparecido gran parte de las habituales tendencias de tipo neur´otico hacia el ego´ısmo, la

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compasi´on de s´ı mismo y la destrucci´on. . . . La gran conquista de Gurdjieff consisti´o en elevar este tipo de cuestiones de la magia y de lo oculto al mundo del sentido com´un y de lo cient´ıfico, al crear un aparato de conocimientos psicol´ogicos capaces de darles justificaci´on y cabida. [p´ag. 345] . . . trat´o de idear una especie de ((yoga para uso de Occidente)), aplicando m´etodos del todo occidentales—an´alisis cient´ıficos, precisi´on intelectual, habilidad pr´actica, energ´ıa—a fines psicol´ogicos. [p´ag. 347]

8.

Magia, misticismo y ocultismo

. . . en la mayor´ıa de los casos el inter´es que despierta lo sobrenatural obedece a razones totalmente equivocadas. [p´ag. 22] . . . el inter´es por el ocultismo conlleva cierto grado de inmadurez. [p´ag. 284] . . . su anhelo de hallar otro mundo de significados m´as profundos, mundo que representaban para e´ l [Ouspensky] los libros de ocultismo. [El resumen de esta idea es que el ocultismo conecta con la realidad m´as amplia, estimulando la Facultad X (imaginaci´on, despertar de la voluntad, etc.)] [p´ag. 28] No veo por qu´e no ha de aprender el hombre los ((trucos)) b´asicos de la telepat´ıa o incluso de la proyecci´on astral, de la misma forma que ha aprendido a utilizar racionalmente la memoria o a liberarse de las inhibiciones . . . por medio de la autosugesti´on. Algo tienen en com´un todos estos trucos. Ni unos ni otros podremos explicarlos nunca ni al m´as ´ıntimo de nuestros amigos. [p´ag. 40] [Las obras ocultistas o m´ısticas] no deben considerarse como intentos fracasados de ((hacer ciencia)), sino como tentativas de expresar su sabidur´ıa ((lunar)) de acuerdo con su propia idiosincrasia. En las aldeas peque˜nas y aisladas, la misma superstici´on puede contribuir a crear una suerte de ((atm´osfera m´agica)). . . [p´ag. 354] Al misticismo y al espiritualismo se llega no voluntaria, sino involuntariamente pues, es imposible obtener resultado alguno sin la anulaci´on previa de todo acto volitivo [p´ag. 69] [Esto parece entrar en conflicto con todo lo que ha dicho sobre la voluntad.] . . . la magia se halla en conexi´on con la parte escondida de la psique. Podr´ıa definirse como la ciencia que estudia los poderes ocultos del hombre. Se basa en la poderosa intuici´on de que hay m´as, infinitamente m´as, en la vida que lo que vemos con nuestra vista o percibimos con nuestros sentidos cada d´ıa. . . La superstici´on y el charlatanismo no deben, en modo alguno, afectar tal estado de maravilla, pues e´ ste se basa en una realidad, por muy absurdas que sus manifestaciones puedan parecer [p´ag. 135]. . . . lo m´agico se halla, de alg´un modo, conectado con la fuerza humana, con la verdadera voluntad del ser humano, la voluntad profunda e instintiva. . . un hombre puede jugar a cierto juego durante a˜nos con t´ecnica experta, hasta que un d´ıa, en un momento de excitaci´on, algo ocurre y el juego comienza a jugar con e´ l; de repente, el sujeto no puede equivocarse. . . la magia elemental elude toda conciencia, de modo que cuando somos capaces de llevar a cabo tales operaciones, lo hacemos sin comprensi´on consciente de ello, como cuando conseguimos una jugada afortunada en el cricket o en el billar. No podemos ofrecer una explicaci´on intelectual del duro trabajo necesario. . . la magia. . . es m´as un arte que una ciencia. . . la magia se halla relacionada de modo muy ´ıntimo con el proceso subconsciente. . . [p´ag. 299]. La diferencia entre el mago y el encantador es que el primero es un ser desinteresado, como el poeta o el cient´ıfico [se refiere a arquetipos, pues los poetas y cient´ıficos concretos y reales no se ajustan a la definici´on que t´acitamente asume Wilson], mientras que el segundo busca el poder personal. [p´ag. 122] El hombre ha llegado a ser algo tan complicado, que no est´a al tanto de la relaci´on existente entre su fuerza de voluntad y. . . la conciencia. . . Crowley ten´ıa cierta intuici´on de los poderes de la voluntad oculta, lo que Paracelso llamaba imaginaci´on. [p´ag. 300] . . . la empresa en que Crowley estaba embarcado: descubrir nuevos horizontes para la voluntad. Lo cual plantea la cuesti´on de por qu´e, en este caso, precisaba de la magia si los efectos conseguidos fueron consecuencia de la voluntad. . . La voluntad no puede operar in vacuo, excepto en ciertos momentos de total

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conciencia ´ıntima. Necesita un escenario dram´atico, convicci´on y prop´osito definido. . . necesitaba pensar en la gran ((doctrina secreta)) de la magia y verse a s´ı mismo como el marginado y solitario que contempla las estrellas. [p´ag. 301]

8.1.

Sobre los poderes ps´ıquicos

. . . las fuerzas ((ocultas)) les manten´ıan atentos a todo un panorama de significados [en relaci´on con los indios americanos y sus tradiciones]. [p´ag. 12] De este mundo subterr´aneo [de significados ocultos] forman parte los llamados poderes m´agicos: la clarividencia, la telepat´ıa y la adivinaci´on, ninguno de los cuales es absolutamente necesario para la evoluci´on [y el ser humano los ha dejado caer en desuso] . . . ((El hombre no es peque˜no, pero si condenadamente perezoso)). [p´ag. 13] M´as a´un, me atrevo a a firmar que si el ser humano quiere sobrevivir tiene que olvidarlos. [p´ag. 30] [En referencia a los experimentos de Rhine sobre telepat´ıa y psicocin´etica, llega a la misma conclusi´on que Koestler en Las Raices del Azar:] los ((poderes ps´ıquicos)) del hombre est´an en su mejor momento cuando su voluntad se halla enhiesta, y decaen profundamente cuando e´ sta flaquea. [Al cabo de muchos experimentos, el sujeto deja de adivinar naipes correctamente pues su atenci´on e inter´es disminuye.] [p´ag. 101] [Sobre el mecanismo de los poderes mentales y en especial la lectura del pensamiento:] Ser´ıa m´as apropiado admitir que dicho proceso se halla ´ıntimamente relacionado con lo que sucede cuando yo intento recordar una escena o un acontecimiento que en parte se me escapa. Se forma en mi mente una figura a medio componer, unos pocos y tantalizantes rasgos asociativos, pero nada m´as. . . nuestros propios procesos mentales son tan ((ocultos)) y misteriosos como los poderes de taumaturgos y tel´epatas. [p´ag. 152] Los poderes del subconsciente no constituyen la fuente de la salud, al menos por s´ı mismos. . . . la fuente. . . se halla en la fuerza evolutiva cuyo principal instrumento es la imaginaci´on, es decir, la Facultad ´ X. . . Los poderes ocultos, por s´ı mismos, no son mucho m´as utiles que, por ejemplo, la capacidad de llevar a cabo mentalmente largu´ısimas operaciones num´ericas. . . . escribe Aldous Huxley. . . ((Los m´ısticos. . . se han mostrado un´animes en prevenir a los aspirantes al conocimiento divino de que, en el camino de la contemplaci´on, desarrollar´an una serie de poderes ps´ıquicos que no deben de permitir que les distraigan de su tarea, pues tienen tan poca relaci´on con la Divinidad como cualquier tipo de fen´omeno psicof´ısico. . . )) . . . las facultades ocultas tienen su origen en la mente humana y no en demonios, dioses o esp´ıritus. ((Esto significa que cualquier religi´on, con tal de que cuente con adeptos dotados de fe ciega, puede crear por s´ı misma sus dioses, santos, y dem´as objetos de la adoraci´on de sus fieles. Estas objetivaciones o proyecciones se convierten, a su vez, en centros generadores de energ´ıa que vienen a reforzar la que suponen las plegarias, deseos e imaginaciones del creyente, al que ayudan a obtener los resultados deseados. En el. . . Libro Tibetano de los Muertos. . . , se afirma categ´oricamente que los dioses tutelares de los fieles, e incluso los mismos Budas, no son sino objetivaciones proyectadas por la mente humana, y, por lo tanto, carecen por completo de existencia real. La u´ nica verdad independiente y cierta es la Luz clara del Vac´ıo)). [p´ag. 408-409] Por diversas razones, la conciencia del ser humano es ineficiente. . . parece que le falte algo. . . fundamental. Son muchas las disciplinas religiosas, asc´eticas y m´ısticas que han tratado de subsanar esta deficiencia que los cristianos llaman pecado original. . . Husserl comenz´o a elaborar su fenomenolog´ıa, una modalidad de psicolog´ıa anal´ıtica basada en el reconocimiento de la intecionalidad de todos nuestros actos mentales. Dicha disciplina—que todav´ıa hoy es comprendida s´olo parcialmente—conduce al conocimiento del mecanismo de la conciencia, y, por tanto, al de la pieza ausente. . . si dicho mecanismo funcionara correctamente, el hombre adquirir´ıa o aprender´ıa a utilizar una serie de poderes y facultades que hoy permanecen ocultos (latentes, escondidos), y descubrir´ıa que, despu´es de todo, son perfectamente normales. [p´ag. 438]

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8.2.

El prop´osito de la iniciaci´on

El prop´osito de la iniciaci´on no es otro que el de ((despertar)) la mente con objeto de cristalizar la voluntad [una prueba dif´ıcil pone en marcha la voluntad que se requiere para superarla]. . . todo proceso de ascesis comienza con una f´errea etapa purgativa y, en ocasiones, de aut´entico tormento [p´ag. 113-114]. Todas e´ stas sectas tienen algo en com´un: la solemnidad de sus misterios, as´ı como el temor que e´ stos infund´ıan [p´ag. 157]. Los misterios. . . ten´ıan la finalidad de elevar la mente sobre la trivialidad. . . para poder as´ı contemplar el car´acter milagroso de la naturaleza [p´ag. 157]. El prop´osito de la iniciaci´on. . . es despertar en el aspirante un enorme sentido de responsabilidad y reverencia. [p´ag. 244]

8.3.

La importancia de los s´ımbolos

El hombre puede educar el subconsciente hasta hacerle responder a ciertas f´ormulas o s´ımbolos [en relaci´on tambi´en a las palabras m´agicas y al ritual]. . . El s´ımbolo que provoca este tipo de respuesta es hasta cierto punto arbitrario. . . esas palabras son las que controlan el mecanismo gracias al cual se libera el poder. . . el hecho de no pronunciar las palabras exactas provoca en el que las dice un sentimiento de culpa o un despertar del ((censor)) consciente [que hace que no produzcan efecto]. [El subconsciente] acude a la conciencia en busca de fuerza y sentido. . . la relaci´on ideal entre ambos se consigue s´olo cuando la conciencia se concentra por completo en una acci´on o fin determinado. . . . Pero el desarrollo de la fuerza de voluntad no tiene valor, b´asicamente, si no se aplica a un determinado fin. Y el fin que ha de proponerse la conciencia es ampliar el conocimiento, lograr una comprensi´on cada vez m´as profunda de las relaciones que subyacen en el orden real, iluminar y complementar las ((intuiciones)) lunares del subconsciente. [p´ag. 56-57] El arte, la m´usica, la filosof´ıa y el misticismo constituyen v´ıas de escape para la sordidez y la rutina diarias, mas todo ello exige un gasto inicial de enorme esfuerzo consciente: hay que sembrar antes de recoger. Por el contrario la magia y el ocultismo constituyen un m´etodo simple y directo de huir de lo que nos rodea. El estudioso de lo oculto, en vez de volcarse al exterior, al mundo de los grandes fil´osofos y compositores, se vuelve hacia su interior, intentando llegar a lo m´as profundo de su subconsciente. Esto explica que las formas m´as simples y primitivas de la magia sean siempre simb´olicas. El s´ımbolo no s´olo ejerce un extra˜no poder de atracci´on sobre el subconsciente, sino que es de f´acil comprensi´on y permite al hombre meditar largamente sobre e´ l. [p´ag. 81]

8.4.

El mito y la religi´on

La religi´on, la magia y el misticismo derivan todos de un mismo fen´omeno que se da en el hombre respecto al universo: la sensaci´on s´ubita de entrar en contacto con un nuevo ((significado)), significado e´ ste que se capta accidentalmente,. . . [p´ag. 18] En toda la mitolog´ıa universal aparecen leyendas en torno a una gigantesca inundaci´on [contin´ua relatando algunas de e´ stas leyendas que guardan un parecido tremendo entre ellas y con el relato b´ıblico del diluvio universal y el arca de No´e. Hace pensar en que e´ ste u´ ltimo se basase en los primeros de fecha anterior, por los datos que aporta Wilson]. [p´ag. 124] ˜ refleja la vida ´ıntima del ser El mito representa la vida de la raza, del mismo modo que el sueno humano. . . los arquetipos son, precisamente, motivos simb´olicos que forman parte de los mitos. . . ((En el subconsciente de cualquier hombre existe la imagen colectiva de la mujer))[Jung], imagen que proyecta sobre la mujer concreta, oblig´andola, en muchos casos, a encajar en ella como en una camisa de fuerza, lo que da lugar a una relaci´on entre los dos sexos totalmente inadecuada [´esta idea se

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puede aplicar a los dos sexos] [p´ag. 135]. . . La psicolog´ıa de Jung. . . deber´ıa tenerse siempre presente al considerar la historia de la magia. [p´ag. 137] [Sobre el factor com´un de las religiones e ideolog´ıas:] La religi´on dionis´ıaca lleg´o a gozar de gran predicamento a causa, en parte, de sus terribles amenazas: todo aquel que se opusiera a ella caer´ıa en la locura. . . El comunismo moderno utiliza id´enticas t´ecnicas [cf. Darkness at Noon de Koestler. Ver tambi´en ((The Psychology of Conversion)) en Arrow in the Blue] salvajes amenazas mezcladas con promesas de reconciliaci´on para el pecador arrepentido. El cristianismo, en sentido hist´orico, supuso un gigantesco paso para el hombre. Por vez primera, gran parte de la humanidad cre´ıa con firmeza en un dogma totalmente ajeno a las necesidades de la vida diaria, algo de importancia capital, pues. . . se encuentra encerrado en una peque˜na caja llamada presente, que destruye toda su intencionalidad de largo alcance de forma tan efectiva. . . Confinado a un presente gris y sin inter´es. . . se limita a vegetar. . . si queremos trascender la trivialidad. . . hemos de crearnos nuestros propios destinos e ideales. . . debemos reconocer que ha cumplido una misi´on que supera todos sus defectos: el dotar a un gran n´umero de seres humanos, a lo largo de los siglos, de un prop´osito, un ideal. . . cre´ıan literalmente en el demonio, tambi´en cre´ıan en a´ ngeles y en el Para´ıso. [Bueno, tambi´en los Nazis ten´ıan un ideal. Tener un ideal no lo convierte a uno autom´aticamente en un santo.] [p´ag. 178-179] [Sobre la masoner´ıa:] Con respecto a la idea fundamental que inspira la hermandad. . . ((Nadie puede alcanzar por s´ı mismo la verdad. S´olo. . . colaborando todos. . . generaci´on tras generaci´on. . . )). La existencia de una larga tradici´on secreta. . . preservaci´on para la posteridad de un importante misterio, heredado de los tiempos m´as remotos. . . de naturaleza tal que nadie podr´a conocerlo ni menos utilizarlo sin haberse sometido previamente a una larga purificaci´on. De ah´ı nuestro segundo prop´osito: preparar a nuestros miembros lo mejor posible y por los medios que nos proporciona la tradici´on. . . el tercero de los fines de la orden: la regeneraci´on de la humanidad. . . [p´ag. 243] . . . la noci´on de hermandad m´ıstica, la idea de pertenecer a una sociedad de adeptos a escala mundial, vino a satisfacer una aspiraci´on latente en los siglos XVII y XVIII. [p´ag. 266] El problema al que se enfrentan las religiones organizadas es siempre el mismo: c´omo infundir en sus seguidores un sentido de dedicaci´on capaz de remodelar sus vidas e incluso sus personalidades. Los masones lo lograron sirvi´endose de las t´ecnicas de los misterios. . . el iniciado emerg´ıa de las ceremonias convencido de hallarse en un universo matem´aticamente ordenado, en el que la finalidad de la vida estaba claramente definida. Toda una tradici´on acumulada. . . le respaldaba. . . la noci´on de fraternidad le proporcionaba el orgullo reci´en descubierto de pertenecer a la raza humana. Y lo que es m´as, el mundo est´a lleno de. . . hermanos activos y ben´eficos siempre dispuestos a tenderle sol´ıcitamente la mano. Este u´ ltimo factor constituye parte importante de la atracci´on que puede ejercer. . . cualquier religi´on, pues el ansia de seguridad. . . est´a m´as profundamente enraizada en e´ l que el instinto religioso mismo [v´ease el parecido con ((The Psychology of Conversion))]. [p´ag. 244] La persona en´ergica, siempre atareada, no tiene tiempo de ocuparse de cuestiones sobrenaturales, y este rechazo de tipo temperamental la lleva a deducir que el mundo material y pr´actico en que vive ´ es el unico real. Y es un instinto sano el que le hace pesar as´ı. . . a causa de la necesidad instintiva de situarse en un mundo sencillo, comprensible, en el que se puedan tomar decisiones y conformar sus vidas. Esto puede comprenderlo f´acilmente cualquiera que haya aprendido a amar la ciencia; hay en ella algo fr´ıo, duro, estimulante. . . Abre al hombre nuevas perspectivas de dominio y de conquista. Por el contrario, el mundo de lo oculto es h´umedo y nebuloso; recuerda al ser humano su ignorancia y le incita a adoptar una actitud pasiva ante la existencia [¿Se contradice el autor aqu´ı?]. [p´ag. 221-222] . . . cielo e infierno no son sino estados mentales [p´ag. 223] [Sobre las facultades curativas de Cagliostro y la sanaci´on en general:] Cagliostro significa para sus pacientes lo que las campanas de Pascua para Fausto, es decir, el aliento de lo ajeno y remoto. [p´ag. 260]

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8.5.

La filosof´ıa de Saint-Martin

El hombre es fundamentalmente bueno. . . no un miserable gusano. . . Creen obedecer los dictados de la humildad al negar que todo lo que existe en la Tierra y en el Universo fue creado exclusivamente para ellos. Lo contrario, piensan, ser´ıa prueba de desmedido orgullo. Y, en cambio, no temen la pereza y cobard´ıa que constituyen resultado inevitable de esa afectada modestia. En el rechazo, general en nuestros d´ıas, de la noci´on de que el ser humano es el rey del universo, radica nuestra negativa a enfrentarnos con la tarea de justificar tal t´ıtulo. Los deberes que e´ ste implica y conlleva nos parecen demasiado duros, y as´ı, preferimos abdicar de nuestra posici´on antes que aceptarla con todas sus consecuencias [p´ag. 265]. . . . el hombre es, en cierto modo, un dios que ha olvidado su origen y ha llegado a creerse un pordiosero. . . tal creencia no implica la negaci´on de la existencia de Dios, sino todo lo contrario. . . ((El ser humano muestra innumerables vestigios de aquellas facultades propias del Agente que lo cre´o. . . )) [p´ag. 267]. Podr´ıamos definir el e´ xtasis, sin temor a provocar pol´emica alguna, como la s´ubita erupci´on de emociones largo tiempo contenidas. [p´ag. 268]

8.6.

El superhombre Nietzscheniano

[Ideas similares se encuentran en Nietzsche, Shaw, Fromm, y Gurdjieff]. . . el hombre es un dios en potencia, que va comprendiendo gradualmente sus propios poderes. . . Crowley. . . Cre´o una moral fundamentalmente nietzscheniana: ((No debemos proteger al d´ebil ni al vicioso de los resultados de su propia inferioridad)); ((sentir piedad por un hombre es insultarle)). . . ((Los hombres fuertes y de e´ xito se expresan siempre de forma total, y cuando son lo suficientemente fuertes, no se produce da˜no alguno ni para ellos ni para los dem´as)). [p´ag. 306]

8.7.

Romanticismo y revoluci´on industrial

Los rom´anticos se sirvieron de la imaginaci´on para liberarse de frustraciones largo tiempo reprimidas, y para construir en su mente el mundo en que desear´ıan vivir [p´ag. 269]. . . . creemos ingenuamente que disfrutamos de una completa libertad. S´olo el hombre sensible intuye, para desgracia suya, la realidad de su condici´on. . . pero tal episodio nos muestra tambi´en el principal error en que cayeron los rom´anticos: el pesimismo y el derrotismo. Para ellos s´olo era posible escapar de la botella buscando refugio en el mundo irreal de la imaginaci´on, actitud que les inutilizaba para luchar en el mundo real. . . ignoraron la existencia de otra modalidad de e´ xtasis: el hambre furiosa, violenta, de vida [p´ag. 270]. El siglo XIX vio el nacimiento de la gran industria,. . . del humo, de la suciedad, del mal alcantarillado y de las chimeneas rezumando holl´ın, pero tambi´en fue el siglo del ferrocarril, de los canales, de las exploraciones geogr´aficas. . . Fue probablemente el siglo m´as en´ergico y vital de la historia de la humanidad. El nacimiento de las grandes empresas y el deseo repentino de hacer dinero signific´o, para el noventa y cinco por ciento de los seres humanos, el comienzo de una vida a´un m´as an´onima y oscura. De ah´ı el renacimiento de la magia, que constituye, fundamentalmente, una forma de rebeli´on contra la grosera realidad [p´ag. 271]. . . . los rom´anticos vuelven sus miradas con nostalgia a aquellos d´ıas de demonios e ´ıncubos, d´ıas mucho m´as estimulantes para la imaginaci´on que los de la locomotora y el vapor. [p´ag. 275]

8.8.

La iluminaci´on

. . . el concepto b´asico del yoga no es otro que el de ((c´omo dejar de pensar. . . Las numerosas pr´acticas son simples recursos para ayudarnos a conseguir la habilidad de aminorar el fluir de la conciencia, y finalmente detenerlo)). . . el quietismo, el. . . impedir que nuestras energ´ıas se nos escapen como agua por un sumidero. [p´ag. 303] . . . la iluminaci´on repentina constituye. . . la llave de toda sabidur´ıa. No s´olo responde a docenas de 20

preguntas a la vez, sino que el entusiasmo de poseerla abre el cerebro a nuevos problemas susceptibles de soluci´on. [p´ag. 452] [Dicha experiencia est´a relacionada con la intuici´on, que seg´un Wilson, funciona en el ((Tiempo III)), el tiempo propio del subconsciente responsable de la creatividad. Otros tiempos son el ((Tiempo I)), tiempo de nuestro quehacer diario, y el ((Tiempo II)) o tiempo contemplativo, que es el tiempo de la realidad m´as amplia y que se percibe en los momentos de iluminaci´on a trav´es de la Facultad X.] . . . las cosas pueden cambiar s´olo si el hombre aprende a ser e´ l mismo, a cultivar la peque˜na semilla de libertad que posee [p´ag. 452]. . . . ¿Es realmente necesario postular la existencia de tiempos distintos? S´olo es preciso defender la existencia de diversos niveles de personalidad. [p´ag. 457] Los estados de intuici´on m´ıstica s´olo pueden ser repentinos y abarcar una gran extensi´on del ((campo de acci´on de la conciencia)). . . Tal experiencia ha de ser unificadora, pues en ella el presente se funde con lo remoto. . . la facultad de relaci´on se agudiza extraordinariamente [p´ag. 452] [Pero tales ((percepciones)) vienen y se van, y aunque se tiene una sensaci´on de comprensi´on, resulta dif´ıcil analizar y formular qu´e se ha comprendido antes de que se pierda] mi conciencia percib´ıa conceptos, pero no los analizaba. . . Su campo de acci´on se ampliaba con tal velocidad que hac´ıa imposible el an´alisis o la identificaci´on. . . no pod´ıa asimilarlo intelectualmente. . . sumido en esa especie de limbo en que se van hundiendo los sue˜nos conforme nos despertamos. [p´ag. 453] [El m´ıstico trata de ((retener)) la experiencia de iluminaci´on, pues seg´un Wilson, es posible hacerlo aunque los ((m´usculos)) mentales para sostenerla est´an d´ebiles y poco desarrollados, haci´endose uso de ellos s´olo involuntariamente (cf. p´ag. 458-459). Para desarrollarlos se necesita una gran concentraci´on—que supongo va unida a la pr´actica, al ejercitar; en definitiva, a las condiciones necesarias para el desarrollo de cualquier cualidad o de cualquier arte (cf. El Arte de Amar de Fromm). Como resultado se despierta una sensaci´on de poder y libertad, de control sobre la propia vida.]

8.9.

La premonici´on y el tiempo f´ısico

Por otra parte, el fen´omeno de la premonici´on s´ı contradice lo que sabemos o creemos saber sobre el tiempo, que entendemos como proceso o cambio. Si hubiera un universo total y absolutamente vac´ıo, all´ı no existir´ıa el tiempo, que se mide por lo que ocurre a las entidades f´ısicas [tiempo subjetivo], por el giro de una ruedecilla en el interior de un reloj, por el envejecimiento paulatino del cuerpo humano, que se manifiesta como un fen´omeno irreversible. Si acabo de escuchar un disco y quiero o´ırlo otra vez, no tengo m´as que volver a colocar la aguja en el lugar oportuno [la memoria es un arma en la lucha contra el tiempo y la evanescencia], pero no existe una m´aquina del tiempo que nos devuelva a ayer, y el solo hecho de imaginarlo es un absurdo, pues si pudi´eramos retroceder, aunque s´olo fuera por diez segundos, nos encontrar´ıamos con otro yo diez segundos m´as joven. . . . Supongamos que los seres humanos nacieran y pasaran su vida entera a bordo de un tren en movimiento. Inventar´ıan entonces un t´ermino para expresar la sensaci´on de contemplar el paso de los distintos objetos al otro lado de las ventanas; la voz [((riempo))], por ejemplo. Cuando el tren se detuviese, dir´ıan que el [riempo] se hab´ıa parado; si daba marcha atr´as, dir´ıan que el riempo retroced´ıa. Pero si alguien escribiese un libro acerca de c´omo se puede viajar hacia delante o hacia atr´as en el [riempo], cometer´ıa un error, porque el [riempo] no existe por s´ı mismo, sino que consiste en la conjunci´on de varios elementos: el paisaje, el tren, y la persona que observa desde la ventanilla. Lo mismo puede decirse del tiempo. No tiene realidad. S´olo el cambio existe. . . . si la premonici´on fuera posible, el azar no existir´ıa, lo que no se atrever´ıa a afirmar ni el ocultista m´as descabellado. [p´ag. 448-449]

9. 9.1.

El lado siniestro La fascinaci´on por lo grotesco

[Comentando sobre el novelista Huysmans y su fascinaci´on por el satanismo] los adeptos de la magia se opon´ıan violentamente al espiritualismo. . . el inter´es por la figura de Gilles [de Rais] revela una curiosa

21

inmadurez. . . [la escena s´adica] no le parece horrible, como a sus lectores, sino grotesca, monstruosa y, por lo mismo, fascinante [tal como les parec´ıa a los surrealistas la obra del Marqu´es de Sade]. . . . El punto crucial de la novela lo constituye, sin duda, la escena de la misa negra. Los monaguillos son viejos enanos cubiertos de pintura y cosm´eticos. La capilla es negruzca y h´umeda, con las paredes resquebrajadas. El lenguaje de Huysmans no es expl´ıcito, pero resulta evidente que los excrementos desempe˜nan un papel importante en la misa negra. . . Se deduce que los participantes en la misa negra deseaban experimentar una sensaci´on lo suficientemente fuerte como para salir de su habitual estado de aton´ıa. Uno de los rasgos m´as caracter´ısticos de este tipo de ceremonias—incluso el aquelarre de las brujas—es la importancia de lo escatol´ogico. . . a pesar de lo horrible y siniestro del tema, constituye simplemente una expresi´on de sus frustraciones burguesas: los padres imponen en la mente del ni˜no la idea de limpieza, y as´ı, el revolcarse en la inmundicia y la en la suciedad, provocan a´un en el adulto una sensaci´on de maldad y de rebeli´on. Por otra parte, las abundantes ((blasfemias)) suenan totalmente inofensivas en o´ıdos no cat´olicos . . . la fealdad y repulsi´on que algunos autores a˜naden a sus novelas de g´enero pornogr´afico, en un alarde supremo de rebeld´ıa. . . pero el lector adivina. . . una profunda contradicci´on. Con tanto recargar las tintas, la misa negra queda convertida en un espect´aculo repugnante. El autor consciente de ello y para contrarrestar el efecto, tiene buen cuidado de mencionar que entre los asistentes figuran unas cuantas mujeres de gran atractivo. . . Lo que hace atractiva la misa negra es su elemento sexual normal, pagano. Y ello es as´ı precisamente a causa de la represi´on que conlleva toda civilizaci´on en que el ocio permite al ser humano perderse en ensue˜nos de este tipo. D. H. Lawrence comenzaba a minar los fundamentos del satanismo vulgar con la idea de que la actividad sexual es fundamentalmente liberadora. . . si los satanistas. . . hubiesen tenido alg´un poder de observaci´on, habr´ıan notado que despu´es de la org´ıa les penetraba una sensaci´on de libertad. . . bien contraria al satanismo. Esta no es una expresi´on aut´entica de la rebeli´on del hombre contra la divinidad, sino una ant´ıtesis artificial, resultado del fanatismo y la frustraci´on. . . . [el protagonista de la novela de Huysmans] es uno m´as de los muchos personajes ab´ulicos de la literatura francesa. . . cree que los tormentos. . . son los que acarrea la sensibilidad y la inteligencia, y no los que derivan del abandono y de la falta de disciplina [como de hecho son]. [p´ag. 289-291] [Por qu´e Crowley llevaba el germen de su propia destrucci´on:] El ni˜no introvertido que no amaba a su madre. . . carec´ıa casi por completo de capacidad afectiva, lo que hizo de e´ l un ((monstruo)) [p´ag. 304]. [Menciona en la p´agina 307 que su mujer termin´o por volverse loca, cosa que ocurr´ıa a las personas de su c´ırculo] . . . el disc´ıpulo termin´o as´ı estas relaciones: ((Estoy harto de su continuo ense˜nar, ense˜nar. . . )) [p´ag. 307]. . . . poderes que pose´ıa eran naturales, debidos a un subconsciente activ´ısimo, pero nunca lleg´o a tener una aut´entica fuerza ´ıntima, la fuerza necesaria para ser un creador. [p´ag. 315]

9.2.

Vampirismo y licantrop´ıa como met´aforas

La base sexual del vampirismo y la licantrop´ıa ha sido reconocida despu´es por Freud. El deseo carnal del hombre acostumbra a manifestarse con mucha m´as fuerza que en la mujer. Las ninfoman´ıacas no abundan, pero casi todo var´on sano es—al menos en imaginaci´on—un s´atiro [una visi´on sexista]. La minifalda supone un t´acito reconocimiento de que se despierta en el hombre un apetito totalmente impersonal al vislumbrar las zonas sexuales de la mujer. Resulta dif´ıcil imaginar una sociedad en la que los hombres vistan t´unicas cortas y traten de que las muchachas puedan notar sus miembros viriles; muchas mujeres no querr´ıan verlos [claramente otra visi´on sexista]. . . Este violento e impersonal apetito er´otico del hombre puede ser peligroso si est´a sujeto a frustraci´on, y es tambi´en susceptible de inducir a la crueldad. Los psic´ologos arguyen que todo ser humano tiene una ((personalidad social)), una obligaci´on de actuar de forma equilibrada y amistosa, lo cual puede esconder un fondo de frustraci´on criminal. Tal idea se aplica especialmente a los j´ovenes. . . la mayor parte de los cr´ımenes sexuales son cometidos por hombres de menos de veinticinco a˜nos [sexualidad inmadura]. . . Yendo por una calle recorrida por muchachas que se encaminan a su trabajo, se sienten como personas hambrientas rodeadas de manjares que no les pertenecen. . . en los hombres puede llevar a una forma de licantrop´ıa en la que la parte ((bestial)) de su personalidad les domina y les induce a violar [p´ag. 371]. [El agresor sexual est´a] obsesionado con las mujeres, pero. . . carece de la valent´ıa suficiente para acercarse normalmente a ellas. Su deseo llega a convertirse en un tormento, y aun as´ı teme realizarlo, porque piensa que ha de ser rechazado [y lleva a cabo en ella una venganza por 22

una afrenta inexistente]. . . frustraci´on sexual transformada en agresividad. [p´ag. 374-375]

10.

Brujer´ıa

Con la aparici´on en 1486 del Malleus Maleficarum. . . la nueva t´ecnica de la imprenta comenz´o a desempe˜nar un papel importante en la caza de brujas. Cualquier escritor que tuviese una imaginaci´on desbocada pod´ıa as´ı alcanzar cierta celebridad describiendo los demonios invocados por las brujas. . . La caza de brujas alcanz´o proporciones tan horrorosas que escapan a nuestra imaginaci´on. . . Atrocidades tales no pueden ser motivadas por una sola causa. Hab´ıa razones pol´ıticas [como la reconquista cat´olica en los pa´ıses protestantes] . . . tomaban venganza de s´ubditos rebeldes, con lo que acallaban posibles sublevaciones futuras. M´as tambi´en son importantes las motivaciones psicol´ogicas. El comienzo de la obsesi´on por las brujas coincidi´o con las oleadas de la peste negra y con la guerra de los cien a˜nos. Cuando el pueblo se halla oprimido y en condiciones miserables, la violencia llega a transformarse en una necesidad psicol´ogica. Y la violencia, en particular en las sociedades puritanas y represivas, se asocia siempre con lo sexual.. . . [El inquisidor] ten´ıa un puesto que le permit´ıa llevar a la pr´actica sus fantas´ıas sadicosexuales. Gracias a tanto demonio, aquelarre, tortura y olor de carne quemada, todo lo referente a la brujer´ıa se convirti´o en una obsesi´on morbosa y fascinadora. Su equivalente en nuestra e´ poca ser´ıa el crimen sexual particularmente violento, al que siguen siempre imitaciones y confesiones de lun´aticos. . . Hombres solitarios, intoxic´andose con las siniestras noticias en sus asfixiantes habitaciones, decidieron que merec´ıa la pena arriesgarse. [p´ag. 359-360] Hay algo peculiar en la imaginaci´on humana que s´olo en nuestra e´ poca comienza a ser reconocido en psicolog´ıa: cuando la expresi´on activa y creadora es sofocada [por lo que Fromm denomina fuerza heter´onoma en su Tener o Ser (p´ag. 84, ed. FCE), a saber, aquel conjunto de factores que frustran el desarrollo natural del individuo], se buscan est´ımulos poderosos, sin que importe su naturaleza terror´ıfica o negativa. La mente humana ans´ıa el movimiento, cualquier clase de movimiento. . . el tedio o el vac´ıo hace que la mente se llene de energ´ıa est´atica, lo que produce una penosa sensaci´on. . . Se crea as´ı una excesiva conciencia de s´ı mismo, lo cual suele dar como resultado que los instintos cesen en su callado y discreto trabajo. La sensibilidad queda como inerte. El deseo de sentimientos intensos—la m´as b´asica de todas las necesidades psicol´ogicas del ser humano—llega a transformarse en una especie de p´anico; la culpa y la desesperaci´on son preferibles al tedio. . . Lo que los inquisidores estaban haciendo era crear un corpus de mitos y s´ımbolos sobrecargados de significado, y que, como consecuencia, ejerc´ıan una poderosa atracci´on en mujeres imaginativas y llenas de tedio. El demonio halla quehacer. . . para mentes y manos ociosas. [Argumenta que muchas de las brujas confesas que relataban sus historias sin ser torturadas padec´ıan de histeria sexual y grados de masoquismo. Pone como ejemplo el caso de Isobel Gowdie] [p´ag. 362] La caza de brujas se apoder´o de Europa en oleadas, cada una de ellas seguida por un per´ıodo de calma. Hubo momentos en que las persecuciones fueron tan terribles que se produjeron reacciones espont´aneamente contra las mismas. . . Si los inquisidores mostraban cierta tolerancia, no era raro que ellos mismos terminasen quemados [acusados de estar al servicio del demonio y de apoyar a las brujas. Relata c´omo en Alemania, las propiedades de algunos herejes quemados pasaron a formar parte del patrimonio del primo de un obispo inquisidor]. . . La lectura de los tormentos afligidos hace que uno se pregunte si el ser humano es en verdad redimible. A lo que parece, por cada santo la humanidad ha producido cien criminales. . . el sentimiento u´ ltimo no es otro que la piedad, una piedad que incluye tanto a acusados como a acusadores. La mente humana no se ha hecho para que la encierren en l´ımites estrechos, y cuando as´ı ocurre, se torna trivial y maligna. . . Lo tr´agico [no es que se] ahorcase a un centenar de personas inocentes, sino que los seres humanos llegasen a tal desmoralizaci´on e inercia que aceptasen lo sucedido. . . No podemos imaginar un estancamiento tal en que el hombre no tiene otro escape que la murmuraci´on perversa acerca de sus vecinos. . . La vida en el siglo XV era tediosa y mon´otona para todos, desde el noble y el sacerdote hasta el campesino

23

y el pastor. Eran, probablemente, gentes tan imaginativas y sensibles como las de hoy. . . pero no ten´ıan posibilidad de escapar al ambiente opresivo. El u´ nico elemento fant´astico o poco usual lo proporcionaban los relatos de las confesiones de las brujas o los sermones en que el sacerdote les pon´ıa en guarda sobre c´omo evitar el contacto con una vieja que pod´ıa convertirse en liebre. . . Cuando la poderosa corriente de la cultura rom´antica comenz´o a satisfacer tal necesidad [de fantas´ıa mediante las novelas], la brujer´ıa se transform´o repentinamente en cosa del pasado. [p´ag. 364-366] . . . la brujer´ıa moderna parece mucho m´as variada que la precedente. Algunas reuniones de brujas son, sin duda, una mera excusa para entregarse a org´ıas sexuales, y poseen, al propio tiempo, caracter´ısticas evidentes de espect´aculo. Otras son del todo puritanas, y en ellas se considera a la brujer´ıa como una religi´on pante´ısta. Algunas se celebran con un esp´ıritu investigador, con el deseo de averiguar qu´e ritos entre los tradicionales producen resultados aut´enticos, objetiva o subjetivamente. [p´ag. 384]

11.

Espiritismo

Dostoievski dijo en cierta ocasi´on que Dios no concedi´o al hombre el don de la certidumbre porque ello le privar´ıa de libertad. . . Cualquiera que lea una historia de espiritismo puede llegar a creer que los esp´ıritus han adoptado id´entico principio: una evidencia excesiva del ((otro mundo)) har´ıa que el pensamiento y la conducta de los humanos cayese en la pereza. . . necesitamos la inseguridad y la crisis para mantenernos en pie. Es posible que alg´un d´ıa aprendamos a ponernos alerta tan autom´aticamente como respiramos, y si eso sucede, nos transformaremos en superhombres y viviremos a un nivel ininterrumpido de ((experiencia cumbre)). Pero mientras no alcancemos tal grado de autodeterminaci´on, lo mejor es que la vida contin´ue siendo lo m´as confusa y parad´ojica posible. [p´ag. 386] La facultad del medium parece semejante a la inspiraci´on po´etica; depende de la energ´ıa del sujeto y del estado de su mente. . . Se necesitar´ıa un alt´ısimo nivel de convicci´on moral para que un medium rechace la oportunidad de convencer a los asistentes, sobre todo, si sabe que e´ stos quieren ser convencidos. Y los mediums no poseen, precisamente, esta cualidad. . . Por el contrario, los poderes poco comunes de ˜ receptividad suelen estar acompanados de debilidad de car´acter. [p´ag. 388] [Relata la historia del medium Daniel Dunglas Home, al que califica de medium m´as convincente] nunca se preocupaba por la atm´osfera [p´ag. 389]. En cuanto a los fen´omenos que provocaba, insist´ıa en que sab´ıa tanto acerca de ellos como quienes los presenciaban. . . todo lo que ten´ıa que hacer era relajarse y procurar adoptar una emocionalidad propicia. . . e´ stos fen´omenos eran tan frecuentes que terminaron [por aburrir] [p´ag. 390]. . . . si bien los fen´omenos eran aut´enticos, ni conduc´ıan a ninguna parte ni probaban absolutamente nada [p´ag. 397]. Home puede compararse con un iceberg, pues la mayor parte de su ser pertenec´ıa al mundo del subconsciente; Gurdjieff trataba, en cambio, de expandir el a´ mbito de la conciencia [p´ag. 407]. Varios especialistas en la materia aseguran que el fantasma desaparece si el observador se acerca demasiado, y reaparece cuando e´ ste se aleja. [p´ag. 396]

11.1.

La trivialidad de los mensajes

Por lo general, imaginamos el esp´ıritu del hombre agonizante emergiendo del cuerpo en forma de nube para volar hacia otras regiones, pero si Jung est´a en lo cierto, lo que realmente sucede se aproxima m´as a un descenso al seno de la mente colectiva. Ello explicar´ıa uno de los aspectos m´as desconcertantes en materia de manifestaciones de los esp´ıritus: su frecuente trivialidad. . . Si el mundo de los esp´ıritus en lugar de ser ((otro lugar)) es tan s´olo ((otra parte de la mente)), no hay raz´on para que no reine en e´ l esta misma ley [p´ag. 402]. . . . los esp´ıritus nunca dicen nada realmente importante. . . [p´ag. 403]. El principal reparo que la mayor´ıa de las personas inteligentes opone al espiritismo no consiste en dudar de su autenticidad, sino en su desconfianza sobre la forma en que tal doctrina trata de simplificar el universo. . . comparados con la

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Divina Comedia. . . los ((mensajes)) que env´ıan los esp´ıritus resultan francamente decepcionantes [p´ag. 406]. [Recoge las palabras que supuestamente dijo el esp´ıritu de un suicida:] ((. . . No puedo enfrentarme con vosotros. No puedo enfrentarme con la vida. No entiendo nada. Quer´ıa que todo pasara. . . Pero cuando llegu´e all´ı encontr´e que no hab´ıa fracasado tanto como pensaba. Mi sistema nervioso me fall´o)). Es decir, lo que le impuls´o al suicidio fue una sensaci´on prematura de fracaso. [p´ag. 403] . . . llegamos a la conclusi´on parad´ojica de que las apariciones de los muertos que se expresan a trav´es de los mediums constituyen proyecciones de la mente de e´ stos, y al mismo tiempo, realidades objetivas. [p´ag. 409]

11.2.

La muerte f´ısica

. . . hay pruebas evidentes de que la muerte f´ısica no significa el fin total del ser humano (como afirman los materialistas), ni siquiera la transici´on a un plano m´as elevado e incomprensible (como afirman los individuos con tendencias m´ısticas), sino una especie de continuaci´on de la personalidad f´ısica. Dadas las circunstancias, lo interesante ser´ıa, sin duda, que los ((esp´ıritus)) se tomasen la molestia de explicar qu´e ocurre exactamente despu´es de la muerte y durante cu´anto tiempo conservan su apariencia terrenal. . . Para Swedenborg, el esp´ıritu progresa y se desarrolla ((en la otra vida)) del mismo modo que en e´ sta. El infierno debe interpretarse como un estado mental propio de esp´ıritus confusos y atormentados. . . Nuestra [estancia] en este mundo ya es absurda por s´ı misma: la vida parece real y tangible, pero en el momento en que nos proponemos rastrear un problema m´as all´a de ciertos l´ımites, todo se desvanece en una neblina de ambig¨uedades. Nos hallamos presos en una red de ilusiones y sue˜nos. . . [p´ag. 414-415]

11.3.

El rol del subconsciente

La u´ nica cr´ıtica constructiva que puede oponerse al espiritismo es que antes de ocuparse a investigar lo que puede suceder en el ((otro mundo)) es menester establecer una base s´olida de conocimientos respecto a la conciencia del ser humano. Y e´ sto replantea la cuesti´on inexplicable de los poltergeists. . . es imposible dudar de que tales fen´omenos sean provocados por ((monstruos del subconsciente)) [p´ag. 415-416] a la manera del monstruo de Forbidden Planet [p´ag. 401]. [Menciona en la p´ag. 400 el fen´omeno de exteriorizaci´on catal´ıtica de Jung. El origen de la teor´ıa ps´ıquica sobre los poltergeist se encuentra en Tyrrel, que sit´ua el origen de e´ stos en los trastornos sexuales de adolescentes. Wilson contin´ua mencionando la idea de ‘energ´ıa org´anica’ de Wilhem Reich, los fen´omenos de combusti´on espont´anea y las descargas el´ectricas que producen muchos son´ambulos, relacion´andolos con los fen´omenos f´ısicos de la electricidad y el magnetismo] ¿D´onde deber´ıa trazarse la l´ınea divisoria entre las facultades f´ısicas y las mentales, entre lo normal y lo ps´ıquico? Sabemos que cuando queremos abrir la mano nuestros nervios env´ıan un mensaje que va desde el cerebro hasta los dedos, pero ignoramos qu´e ocurre en t´erminos puramente f´ısicos. Yo no ((act´uo)) sobre mis dedos, y, al parecer, no se interpone proceso alguno entre el acto volitivo y la acci´on resultante de e´ l. ¿Es que puede considerarse este mecanismo como menos misterioso que las propiedades de la ((anguila el´ectrica)) o la facultad. . . para hacer saltar los objetos que se hallaban a su alrededor? [p´ag. 419]

11.4.

La reencarnaci´on

. . . la reencarnaci´on, la doctrina que afirma que despu´es de la muerte f´ısica, el esp´ıritu renace en un cuerpo distinto. Los griegos lo llamaron metempsicosis o transmigraci´on de las almas, y la creencia puede considerarse casi universal, pues aparece entre los antiguos egipcios, los hind´ues, los indios americanos y en el folklore de Europa y Africa . . . [Seg´un los hind´ues y budistas] el esp´ıritu regresa a la tierra una y otra vez para ocupar una posici´on m´as alta o m´as baja seg´un el grado de perfecci´on alcanzado en su existencia anterior. . . se extiende la ((larga cadena del ser)), en cuyo seno hay lugar para cada persona y para cada cosa. El hombre se halla a medio camino entre el esp´ıritu y la materia, y su prop´osito radica en ascender

25

continuamente [p´ag. 420-421]. Las conclusiones a que llega el autor [de Twenty Cases Suggestive of Reincarnation; se trata de Ian Stevens, de la Sociedad de Investigaciones Ps´ıquicas de EEUU] pueden resumirse de la siguiente manera: a) La reencarnaci´on puede considerarse un fen´omeno normal, pero el hecho de conservar los recuerdos de una existencia anterior es sumamente raro. Ello suele ocurrir cuando media una muerte violenta. b) Los esp´ıritus pueden elegir, al parecer, las circunstancias de su regreso a la tierra. c) El recuerdo de una existencia anterior suele darse entre personas que han aceptado previamente la idea de la reencarnaci´on. d) El mismo cuerpo puede alojar a m´as de un esp´ıritu. . . diferentes personalidades. . . deben considerarse como entidades ps´ıquicas distintas y no como diversos aspectos de una misma persona. [Hay algunas cuestiones importantes que no se tocan: ¿Qu´e es lo que se conserva de una vida a otra? Puesto que es posible recordar, no se trata de una p´erdida de memoria sino de la existencia aparente de un censor. ¿Se pueden elegir la circunstancias de regreso o se trata de un premio al ((grado de perfecci´on))? La diferencia radica en la idea de responsabilidad de los propios actos y la noci´on de castigo ante la falta moral. Parece que el tema de la reencarnaci´on tiene relaci´on con la idea del ‘No Nacido’ que explica Alan Watts en La Vida Como Un Juego, as´ı como con las ideas de Her´aclito sobre el cambio y la evanescencia. S´olo la ‘forma’ del esp´ıritu permanece en la reencarnaci´on, como la ‘forma’ de un remolino permanece en la cambiante corriente del r´ıo]

12.

I Ching, Tarot e inconsciente

((Quien obedezca a lo que hay de grande en e´ l, ser´a un gran hombre; qui´en obedezca a lo que hay de peque˜no en e´ l, ser´a insignificante)) [cita tomada del I Ching] [p´ag. 61]

12.1.

El Tarot

. . . de estas cincuenta y seis cartas del tarot o arcanos menores procede la baraja que hoy se utiliza normalmente para jugar, aunque puede usarse tambi´en con fines adivinatorios. . . . Este tipo de consulta se basa en la suposici´on de que entre el subconsciente y los sucesos que parecen deberse al azar existe una relaci´on m´as ´ıntima de lo que a primera vista podr´ıa imaginarse. El subconsciente sabe cosas que la conciencia ignora. En determinados momentos de relajaci´on o de fatiga, tales intuiciones pueden transmitirse a la conciencia. En otras ocasiones, el proceso se produce igualmente sin explicaci´on posible. . . De ello se deduce que cualquier objeto puede ser utilizado con fines adivinatorios. . . con tal de que dicho objeto posea para el adivino un significado concreto. . . . establecer una relaci´on [interacci´on] entre la mente consciente y el subconsciente. . . Los s´ımbolos de los naipes obedecen a un doble prop´osito: actuar a modo de alfabeto por medio del cual pueda expresarse el subconsciente, y estimular la actividad de e´ ste. . . Sin duda que el elemento m´as dudoso de la cartomancia es la intervenci´on de la fortuna y la mente l´ogica y racionalista no admitir´a f´acilmente que unos cuantos naipes elegidos al azar puedan tener un significado real.

12.2.

El I Ching

El tarot puede considerarse inferior al I Ching. . . el I Ching es un libro de adivinaci´on, trata tambi´en de elevar la mente sobre los problemas relativos a su destino, impuls´andola a la actividad y al autocontrol, en vez de preocuparse de modo pasivo por lo que el futuro le va a deparar. . . . Oriente es m´as impersonal, m´as filos´ofico que Occidente. La mente oriental funciona a base de abstracciones tales como

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esp´ıritu y naturaleza, cielo y tierra, fuego y agua, y su mirada se pierde en la distancia. La occidental mora en un mundo m´as personalizado y precisa de un salvador que act´ue de intermediario entre el hombre y la divinidad. Los s´ımbolos del tarot son m´as complejos, m´as personales y m´as violentos que los del I Ching. A primera vista, la preocupaci´on b´asica del tarot parece ser la de predecir el desastre, mientras que el I Ching tiende a ense˜nar al ((hombre superior)) c´omo controlar su destino. . . . Los s´ımbolos del tarot. . . no pretenden tanto anunciar un desastre como provocar una reacci´on capaz de sacar a la mente de ((la trivialidad de lo cotidiano)), oblig´andole a concentrarse en lo esencial. [p´ag. 85-87] [Todas estas ideas fueron desarrolladas por Jung a partir de los trabajos de Kammerer sobre sincronicidad y de su propia idea de inconsciente colectivo, etc.; ver tambi´en Koestler, Las Raices del Azar. Que la adivinaci´on haga salir de ‘la trivialidad de lo cotidiano’ es discutible. En Children of Dune, Frank Herbert intenta mostrar que la disposici´on hacia el conocimiento del futuro lleva a la pasividad y a la sensaci´on de inevitabilidad. La interpretaci´on de Wilson es un tanto intelectualista y est´a fundamentada en las ideas Jungianas, pero una observaci´on de la adivinaci´on mostrar´a que siempre lleva parejo un grado de pasividad. Si lo que se pretende no es conocer el futuro sino el subconsciente, ll´amesele por su nombre. Conocer el futuro es una contradicci´on en t´erminos, pues somos nosotros quienes formamos nuestro futuro dentro de los l´ımites que nos imponen nuestras circunstancias y, por tanto, ya no se trata de adivinarlo, pues como hacedores, conocemos lo que hacemos. Basta con ser previsores y ver las consecuencias de nuestras acciones y decisiones para saber a d´onde vamos.]

13.

Miscel´anea

Cuando le´ı este pasaje por primera vez, las circunstancias que rodeaban mi vida le dieron un especial significado [en referencia a un relato de Ouspensky sobre lo oculto]. [p´ag. 27] Si los ni˜nos pueden experimentar ((la gloria y el frescor de un sue˜no)) es porque al carecer de responsabilidades no necesitan este tipo de concentraci´on. [p´ag. 260] Hay muchas cosas que a´un no se han dicho ni pensado. [p´ag. 299] . . . un grupo de estudiosos puede lograr mayores e´ xitos que un investigador individual. . . al ense˜nar, aprend´ıa cosas que antes ignoraba. [p´ag. 340]

13.1.

La Facultad X y la imaginaci´on

[Wilson habla de la Facultad X como expresi´on de la imaginaci´on, como la capacidad de trascender el presente, de captar otras realidades distintas de la personal. En principio esto es m´as sutil que la mera enso˜naci´on, que la evasi´on con sus im´agenes falsas o fantas´ıas que nada tienen que ver con la realidad y que pueden ser da˜ninas. Lo que propugna es cierto, aunque su alcance es limitado. No s´olo de imaginaci´on se vive. La imaginaci´on es u´ til como un complemento m´as, pero cuando es lo u´ nico de que se dispone acaba cansando, guard´andose para mejores ocasiones. A la persona agotada y sin ganas de nada su potencialmente lejana muerte no le hace cambiar de actitud. Se requiere un esfuerzo intelectual e imaginativo para percibir la muerte como real, y si esto se lleva al extremo puede degenerar en neurosis. Aparte, la falta de incentivos por parte de la realidad inmediata durante un tiempo continuado acaba por cansar. Aqu´ı no vale ya la imaginaci´on, pues s´olo la imaginaci´on sirve entonces como realidad, intentando sustituir a e´ sta, y los seres humanos necesitan tambi´en de est´ımulos reales gratificantes, vivir una vida real y utilizar los escapes imaginativos lo menos posible o s´olo en los casos de emergencia, bien para activar al ‘robot del subconsciente’, bien para ver m´as all´a de los estrechos l´ımites en los que nos encontremos, o bien para prever y planear el propio futuro.] . . . el pintor impone su visi´on emocional a la realidad porque e´ sta es lo b´asico para el hombre y porque

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siente la necesidad de expresar lo que significa para e´ l mismo. [p´ag. 80]

13.2.

Las drogas

Todas las drogas, sin excepci´on, producen el efecto contrario a la concentraci´on [y por ello son el peor camino para desarrollar la voluntad] . . . pues tienden a fortalecer la tendencia de aceptar la pasividad [p´ag. 107]. . . . la mescalina produc´ıa sus efectos al desconectar los mecanismos normales de ((filtro)), permitiendo as´ı que los sentidos se inundasen con toda la riqueza del mundo f´ısico, lo cual ten´ıa como consecuencia la paralizaci´on de la [concentraci´on y de la capacidad para enfocar la mente]. Las ((iluminaciones)) producidas por la mescalina constitu´ıan el reverso de la capacidad mental que se desarrolla en m´ı cuando me encuentro trabajando bien. [p´ag. 464]

13.3.

La mente preconsciente

[Para Jung] la mente primitiva est´a mucho menos desarrollada en extensi´on y profundidad que la nuestra. En ella no aparecen a´un divididas funciones tales como la pensante y la volitiva. Para Jung, ambas son facultades preconscientes, lo que significa que el salvaje no piensa conscientemente, sino que los pensamientos se limitan a aparecer en e´ l. . . (lo que trae a la memoria la observaci´on de Mahler de que no es la m´usica lo que se compone, sino el compositor.) La voluntariedad del pensamiento reside, para el salvaje, en el subconsciente; m´as a´un, es incapaz de llevar a cabo un acto volitivo consciente, o bien adquiere previamente y por s´ı mismo un talante propicio a ese acto volitivo o lo adquiere por sugesti´on hipn´otica gracias a las artes del cham´an. . . El ser humano ejerce mejor su capacidad volitiva si se coloca previamente en ((situaci´on de desear)) [autosugesti´on], y, lo que es m´as, una sugesti´on o acontecimiento externo puede llegar a galvanizar nuestra voluntad de forma que parezca una facultad ajena a nuestra conciencia. Todo lo cual viene a corroborar que nuestro ((yo)) consciente padece una especie de ((corte de energ´ıa)) continuo debido a que, por lo general, son el c´alculo y la necesidad los que ponen en movimiento nuestra voluntad, y no el alma y el coraz´on. Cuando es un verdadero deseo el que apela a lo m´as profundo de nuestro yo, la respuesta se traduce en un manantial de energ´ıa sorprendente. . . la conciencia racional act´ua como una v´alvula que nos aisla de la corriente de la vida subyacente en cada ser humano, mientras que la magia consiste en el reconocimiento de la existencia de esa corriente, y en la b´usqueda de los medios necesarios para su aprovechamiento y utilizaci´on. [p´ag. 136]

13.4.

El mal es f´acil y el bien dif´ıcil

[Podemos] llegar a entender mejor lo negativo que lo positivo. ¿Podemos imaginar, por ejemplo, a un Hitler tan bondadoso como fuerte, deseoso de hacerse con el poder para liberar al pobre de su miseria y borrar el antisemitismo de la faz de la tierra? Evidentemente, no. Por lo general, el gobernante bondadoso resulta idealista e ineficaz: Los mejores carecen de convicciones, y los peores est´an llenos de apasionada violencia. . . [Es m´as sencillo destruir una casa que construirla. Ideas similares se recogen en la obra pol´ıtica de Arthur Koestler.] [p´ag. 145] . . . es el esp´ıritu de Dionisios, llevado a extremos incre´ıbles de frustraci´on y megaloman´ıa, el que permea la obra del Marqu´es de Sade. [p´ag. 160] [Sobre la e´ poca griega] los elementos caracter´ısticos de la e´ poca: crueldad, envidia, sue˜nos prof´eticos y un fanatismo supersticioso que resulta inquietantemente injustificado. [p´ag. 161]

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13.5.

˜ y el inconsciente Los suenos

Los sue˜nos. . . nos revelan la multitud de niveles de nuestro subconsciente. El noventa por ciento de los sue˜nos puede explicarse con facilidad, [atendiendo a antiguas experiencias], pero de s´ubito uno cualquiera se nos revela como absolutamente an´omalo, como si de pronto hubi´eramos sintonizado una emisora extranjera [p´ag. 398]. [Jung lleg´o a conversar con las figuras de su imaginaci´on] hay cosas en la psique que el hombre no crea, sino que se producen por s´ı mismas y tienen vida propia. . . [un personaje de su imaginaci´on] dijo cosas que yo nunca habr´ıa pensado conscientemente. [En los sue˜nos suceden cosas que nos parecen externas. Uno llega a asombrarse de la creatividad e imaginaci´on necesarias. Durante los sue˜nos se perciben o viven experiencias que no se nos ocurrir´ıan durante la vigilia.] [p´ag. 399] [Cuenta como Jung cre´ıa en la existencia de una entidad subconsciente aut´onoma, llamada a´ nima, a la que preguntaba cada vez que detectaba una alteraci´on emocional. Esta actitud da por sentado que el control consciente total es imposible, si bien se puede llevar a cabo m´as eficientemente interrogando a tales ‘entidades subconscientes’, que se asume tienen vida propia y aparentemente caen fuera del control consciente directo, pero no del indirecto. La comunicaci´on se lleva a cabo a trav´es de estados de a´ nimo, de im´agenes, sue˜nos, o de revelaciones s´ubitas] Jung insiste en que nuestro sentido de la ((individualidad))—en su acepci´on literal de algo indivisible— puede ser mera ilusi´on. Hemos de comprender que uno de los principios b´asicos de nuestra vida ps´ıquica es algo como si. . . Estoy preparando un examen y me concentro en los libros como si eso fuese lo m´as importante del mundo [cf. ((The Philosophy of As If)) citado en Janus de Koestler]. No lo es, sin embargo, y yo s´e que no lo es. Si comienzo a olvidarme de que tan s´olo estoy jugando al juego de como si, si empiezo a pensar que se trata en verdad de un asunto de vida o muerte, mis tensiones aumentan y me convierto en un neur´otico, con lo que mi equilibrio ps´ıquico se altera profundamente [parece haber una contradicci´on con las ideas expuestas sobre la concentraci´on, pues la concentraci´on requiere jugar al como si y tom´arselo en serio.] Entonces, lo que yo llamo mi personalidad, mi individualidad, no es sino una serie de como si. Si tengo fiebre, siento mi personalidad como difusa y desintegrada, y quedo desagradablemente consciente de la independencia de mis im´agenes mentales, que giran de un lado a otro de forma libre y multitudinaria, ignor´andome. . . Si me encuentro en un momento de felicidad y salud, experimento esta sensaci´on de alteridad que brota de mi subconsciente, sensaci´on al propio tiempo deliciosa. . . . [p´ag. 401] [La teor´ıa del como si parece describir y explicar los problemas relativos a la concentraci´on y a la percepci´on de realidades m´as amplias, asemej´andose a la teor´ıa de la Facultad X de Wilson, pero sin necesidad de incursiones ocultistas]

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