Ciencia Economica H. Mena Pags. 21 a 77

February 23, 2018 | Author: camifnz | Category: Market (Economics), Economics, Economic Model, Physics & Mathematics, Mathematics
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LOM

PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA

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HuGoMENAK.

Mena Keymer, Hugo Ciencia Económica, Metodología y Conceptos Primarios [texto impreso) 1Hugo Mena Keymer.- !' ed.- Santiago: LOM Ediciones, 2008. 180 p.: 21x16 cm.- (Colección Ciencias Humanas)

ISBN : 978-956-282-980-9 R.P.!: 170.625 l. Economía l. Título. II. Serie.

Dewey : 330 .-- cdd 21 Cutter : M534c Fuente: Agencia Catalográfica Chilena

Ciencia Económica: Metodología y Conceptos Primarios

© LOM Ediciones Primera edición en Chile, 2008 LS.B.N: 978-956-282-980-9 Registro de Propiedad Intelectual N": 170.625 Diseño, Composición y Diagramación: Editorial LOM. Concha y Toro 23, Santiago Fono: (56-2) 688 52 73 Fax: (56-2) 696 63 88 web: www.lom.cl e-mail: [email protected] Impreso en los talleres de LOM Mignel de Atero 2888, Quinta Normal Fonos: 716 9684-716 96951 Fax: 716 8304 Impreso en Santiago de Chile

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Parte A. Aspectos metodológicos fundamentales

A.l. La Economía como objeto de estudio: un 11 Sistema complejo" ¿Cuál es el objeto de estudio que define a la ciencia económica? ¿Qué elementos hacen que un "sistema" sea más (o menos) complejo? ¿Por qué la economía no puede estudiar la "realidad"? ¿Cuál es la implicación fundamental?

La Economía es una ciencia cuyo objeto de estudio es el "sistema económico". Cómo funciona el sistema económico es el tema principal para los economistas. Pero ¿qué es el"sisteilla económico"? ¿En qué consiste? ¿Cuáles son sus características principales? Primero, es un "sistema". La palabra "sistema" es probablemente familiar para el lector; se utiliza en muchas disciplinas, por ejemplo, en ingeniería (ingeniería de sistemas), en computación (sistemas de información), en medicina (el sistema biológico-químico del cuerpo humano), etc., de modo que lo primero que tenemos que entender es el concepto de "sistema". Un "sistema" es un conjunto de diferentes partes, algunas de las cuales (o todas) están relacionadas entre sí. Pensando en términos del concepto matemático de "conjunto", podemos interpretar un sistema como un conjunto, compuesto por muchos subconjuntos, algunos de los cuales se intersectan entre sí. Ver figura l. En este ejemplo, tenemos un conjunto (sistema) que está conformado por 8 subconjuntos. Estos subconjuntos representan las diferentes partes de este "sistema". Si, por ejemplo, este sistema representara el cuerpo humano,

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los subconjuntos o partes del sistema serían los diferentes órganos del cuerpo humano (cerebro, corazón, pulmones, riñones, etc.).

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abstracto. Para que exista un mercado solo se requiere que exista un objeto de transacción (cualquiera). A su vez, esto requiere de la existencia de dos tipos de sujetos: compradores y vendedores. A los primeros se les llama también "demandantes" y a los segundos, "oferentes". Como una primera aproximación, podemos clasificar los distintos tipos de mercados (o partes de un sistema económico) en los siguientes tipos de objetos de transacción:

1.- Mercados de bienes Bienes de consumo (ejemplo: el pan)

1.1. Bienes finales< Bienes de capital (ejemplo: una máquina amasadora)

Figura 1

Dos características de cualquier"sistema" serán-especialmente importantes para nuestros propósitos: a) su dimensión, b) el grado de interdependencia entre sus partes. La dimensión de un sistema es el número de partes que lo · conforman (en el ejemplo anterior: 8 partes). Un sistema será más complejo mientras mayor sea su dimensión y, aun más importante, mientras mayor sea el grado de interdependencia entre sus partes (es decir, mientras mayor sea el número de subconjuntos que se intersectan). ¡Esto último es crucial! El siguiente ejemplo (figura 2) representa un sistema con igual número de partes que el anterior (8); sin embargo, este es un sistema muchísimo más complejo, debido a la mayor interrelación entre sus partes.

Figura 2

¿Cuáles son las "partes" del sistema económico? Los mercados. El "mercado" para un economista no es un lugar físico; el mercado es un ente

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1.2. Bienes intermedios

(ejemplo: la harina para producir el pan)

Financieros (ej.: servicios bancarios)

2.- Mercados de servicios( No Financieros (ej.: servicios de peluquería)

3.- Mercados de activos 3.1. Activos reales (ejemplo: terrenos, pozos de petróleo) 3.2. Activos financieros (ejemplo: depósitos a plazo, acciones) De acuerdo con esta clasificación, el número de "partes" de un sistema económico sería igual al número de mercados de bienes de consumo, de bienes · de capital, de bienes intermedios, de servicios, de activos reales y de activos financieros. Hasta aquí ya podemos darnos cuenta de que el número de partes de este "sistema" es bastante grande. Hemos, sin embargo, subestimado el número de partes (mercados), pues para el economista un mercado es diferente de otro si el precio del bien (o servicio, o activo) es diferente. Así, dos bienes son diferentes si sus precios de mercado difieren entre sí, lo cual sucederá toda vez que dichos bienes se transen en mercados distintos. Lo que hace a un mercado distinto de otro son asimetrías (diferencias), ya sea por el lado de los oferentes (costos de producción distintos) o de los demandantes (gustos distintos, ingresos distintos). De este

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modo,lo que importa no es la apariencia física del objeto que se transa, sino su precio. Por esta razón el número de mercados (partes del sistema económico) es muchísimo mayor que el número de bienes (servicios, activos) físicamente diferentes. Puede haber dos bienes físicamente iguales y, sin embargo, conformar dos mercados totalmente distintos. Los siguientes ejemplos servirán para ilustrar esto último. • Una casa puede ser físicamente idéntica a otra, pero si la primera se usa para arriendo y la otra para compra-venta, estamos ante dos mercados distintos. Lo que distingue un mercado de otro no es la apariencia física del bien; basta con que los demandantes del bien no sean los mismos en uno y otro caso. Por cierto, este ejemplo se puede extender aun más. No es el mismo mercado una casa para arriendo en el sector sur de Santiago que en el sector oriente, aunque físicamente las casas sean idénticas ("clonadas"). Lo mismo es válido para las casas para venta. • Un kilo de naranjas en un supermercado_de La Dehesa4 puede tener un precio distinto (mayor) al kilo de naranjas en un supermercado de La Florida5, aunque las naranjas sean físicamente idénticas. La razón es que los demandantes de naranjas en uno y otro caso son distintos: poseen diferentes niveles de ingreso6• Por lo tanto, en este caso, también se trata de dos mercados diferentes. • Un mismo producto puede tener, permanentemente, precios distintos en distintos momentos del tiempo calendario, por "estacionalidades" que afecten a la producción y 1o al consumo. Esto es común en productos agrícolas. Por ejemplo, un kilo de manzanas adquirido en un supermercado a fines de la temporada de invierno puede costar entre un 70% y un 100% más que a fines del verano (temporada de cosecha). La razón es que los costos de guardar las manzanas en frigoríficos después de la temporada de cosecha, incrementan los costos de venta para los oferentes -y también porque la demanda por manzanas es menor en verano, debido a que hay mayor disponibilidad de sustitutos (frutas) que en invierno-. De modo que, desde un punto de vista económico, el mercado de las manzanas en invierno es distinto al mercado de las manzanas en verano.

Si conceptualizamos los mercados de esta forma, la clasificación que vimos antes para los distintos tipos de mercados o partes de un sistema económico, requiere subdividirse en una cantidad impresionante de mercados específicos. Pero esto no es todo. Por definición, las partes de un sistema son todas aquellas que contribuyen a explicar su funcionamiento. La radiografía de un sistema económico en particular -el sistema económico de Chile, por ejemplo- estará incompleta si no incluimos también todos aquellos mercados -de bienes, servicios y de activos- que no pertenecen geográficamente al sistema económico chileno, pero que sí están relacionados con los mercados que, geográficamente, pertenecen al sistema económico chileno. El comercio internacional-en bienes, servicios y activos- conecta a los países entre sí tanto o más de lo que, dentro de un mismo país, se interrelacionan las empresas del sector energía (por ejemplo) con las del sector manufacturero (por ejemplo). De modo que no es posible describir un sistema económico en particular sin incluir también todos aquellos mercados internacionales que son contrapartida de las ventas y compras de bienes, servicios y activos, entre un determinado país y el resto del mundo. Todo lo anterior implica que la dimensión (número de partes) del sistema económico es ... ¡gigantesca! Pero el enorme grado de complejidad del sistema económico no solo se debe a que consta de un número muy grande de partes. Si cada parte funcionara de manera totalmente independiente de las otras, no sería un sistema muy complejo. Pero ello no ocurre. Por el contrario, en la economía es difícil encontrar dicha independencia. Por lo general, cada mercado está relacionado con algún otro, de modo que el funcionamiento de una parte del sistema (comportamiento de un mercado particular) no es independiente del funcionamiento del resto de sus partes (comportamiento del resto de los mercados). Esta interdependencia entre mercados puede ser directa (mercado 1 con mercado 2, en el diagrama de abajo) o indirecta (mercado 1 con mercado 3, en dicho diagrama).

Interdependencia directa

Interdependencia indirecta

Sector de familias de más altos ingresos en Santiago de Chile. Sector de familias de clase media baja en Santiago de Chile. A su vez, el costo de transporte desde La Dehesa hasta La Florida (incluido el costo del tiempo) no compensa el "ahorro" que puede hacer una familia de La Dehesa al comprar naranjas en La Florida en vez de comprarlas en La Dehesa.

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Esta interdependencia entre las partes del sistema económico se presenta tanto al interior de un determinado tipo de mercado (de bienes de consumo, dentro del mercado de activos financieros, etc.) cOmo entre diferentes tipos de mercados (entre los mercados de bienes de consumo y los de activos financieros, por ejemplo). Así, si cambia el precio de un bien de consumo en particular, también cambiará el precio de otros bienes de consumo relacionados (bienes sustitutos o complementarios): el precio de un litro de Sprite no puede cambiar sin afectar el precio de un litro de Coca-Cola. De modo que los mercados individuales de bienes de consumo no son independientes entre sí. Este es un ejemplo de interdependencia directa. Pero también -como ya lo señalamos más arriba- puede haber interdependencia indirecta. Así, si sube el precio del pisco (o del ron), se puede afectar el precio de la Coca-Cola (si algún conjunto relevante de consumidores consume piscola o ron con Coca-Cola) y también el de la Fanta: el mercado del pisco (o del ron) estaría indirectamente relacionado (a través del mercado de la Coca-Cola) con el mercado dela Fanta, aunque el Pisco y la Fanta no estén directamente relacionados en el consumo de los individuos. Este tipo de interdependencia indirecta entre mercados se presenta también entre diferentes tipos de mercados, en particular, entre mercados de factores de la producción (insumos) y mercados de bienes. Por ejemplo: un alza en el precio de arriendo de las máquinas que usa la industria del cemento afectará el precio de venta en el mercado de los departamentos nuevos, pero también afectará el precio de venta de los departamentos usados (¡y también el precio de los arriendos de departamentos usados!), pues las familias pueden elegir entre comprar departamentos nuevos o usados (y entre comprar o arrendar). Los economistas decimos que hay cierto grado de sustituibilidad para las familias entre estos mercados. De este modo, el mercado de las máquinas que usa la industria del cemento está indirectamente conectado con el mercado de compra-venta de departamentos usados y con el mercado de arriendo de departamentos usados. Esta interdependencia entre las diferentes partes del sistema económico también se da entre mercados de distinta naturaleza, por ejemplo, entre mercados de bienes de consumo y mercados de activos financieros. Así, toda vez que un individuo gaste en bienes de consumo un monto inferior a su ingreso disponible para gastar, ahorrará la diferencia. Este ahorro lo destinará a comprar algún tipo de activo (un depósito a plazo o una cuenta de ahorro, por ejemplo). De modo que los mercados de bienes no son independientes de los mercados de activos. Por cierto, dichas interdependencias entre los mercados se multiplican al incluir aquellas que se originan como contrapartida del comercio internacional en bienes y activos. Quizás el comercio internacional representa una de

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las fuentes más ilustrativas para entender el grado de complejidad del sistema económico que se deriva de la gran cantidad de interrelaciones entre sus partes. En efecto, los nexos entre economías de distintos países que comercian entre sí permiten que los fenómenos que ocurren en otras partes del mundo (en otros "mercados") y que, aparentemente, no tienen nada que ver con nuestro país, terminen por afectarnos. ¿Cómo? A través de una serie de canales indirectos, los cuales representan los "vasos comunicantes" entre distintos mercados. En realidad, casi siempre es posible ingeniárselas para relacionar fenómenos y 1o mercados que, aparentemente, no están vinculados entre sí. Por ejemplo, ¿podría un cambio en algún mercado de, digamos, un país de África, terminar afectando el nivel de empleo en Chile? Por ejemplo, si, por alguna razón, suben los salarios de los trabajadores en África, ¿pueden verse afectados los salarios y el empleo en Chile? ¿Puede establecerse algún tipo de interrelación entre el mercado laboral en África y el mercado laboral en Chile si ni los chilenos pueden ir a trabajar a África ni los africanos a Chile? La respuesta es: sí. ¡Veamos! Supongamos que suben los salarios en África, debido a que las empresas africanas demandan más mano de obra (sube el nivel de actividad económica en Africa, por ejemplo). Como consecuencia, caerá la migración de trabajadores africanos hacia Europa y habrá menos oferta laboral en Europa; a continuación, subirá el salario promedio de los trabajadores en Europa. Lo anterior significa que subirán los costos de mano de obra -y, por ende, los costos de producción- de los productos químicos que importa Chile de Europa para producir fertilizantes, herbicidas y fungicidas, con lo cual· subirán los costos de elaboración de productos agrícolas en Chile y, por ende, sus precios al por mayor y al por menor. Sube, por tanto, el "costo de vida en Chile". Habrá más presión sindical por reajustes salariales. Si tales presiones se materializan, subirán los "salarios mínimos" y, por ende, el costo de la mano de obra en Chile. Con lo cual las empresas contratarán menos trabajadores: caerá el empleo y la producción. ¡De modo que dos mercados aparentemente no relacionados -el mercado de trabajadores en África y el mercado de trabajadores en Chile- pueden estarlo! Ahora bien, cuán significativos sean, en la práctica, todos los efectos indirectos que interconectan diferentes mercados, va a depender de las magnitudes específicas que tengan una serie de parámetros (números) que incidan en cada caso particular. En el presente ejemplo, tales magnitudes se referirían a una serie de aspectos concretos involucrados en la cadena de efectos indirectos que posee este ejemplo, tales como los siguientes: a) en cuánto se reduzca la migración de trabajadores africanos a Europa ante determinadas reducciones en la brecha entre los salarios pagados en África en relación a los pagados en Europa; b) cuánto representen estos trabajadores que

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no emigren a Europa, en relación al total de mano de obra existente en Europa; e) qué porcentaje sea el costo de la mano de obra respecto del costo total de producción de tales productos químicos importados de Europa por Chile; d) qué porcentaje representen los costos de los fertilizantes, herbicidas y fungicidas en el costo de producción de los productos agrícolas en Chile; e) cuán sensible sea la demanda total por mano de obra en Chile a los cambios en el salario mínimo (legal). A priori, tales magnitudes específicas son desconocidas. Pero sean cuales sean esas magnitudes, dichos efectos indirectos existen y, por ende, habría que considerarlos en el análisis económico. Este tipo de nexos hace aun más complejo el sistema económico, pues a las interrelaciones de los mercados locales se les suman las interrelaciones entre determinados mercados locales y determinados mercados pertenecientes a otros países. , Estas interdependencias entre los distintos mercados (partes) del sistema económico no son sino la contrapartida de las interdependencias que hay entre los individuos, las empresas y, en generat todos los entes que toman decisiones que afectan al sistema económico. El comportamiento del sector privado afecta a varios mercados simultáneamente. Las familias toman decisiones de consumo, de ahorro, de trabajo. Las empresas toman decisiones de producción, de inversión y de ahorro. Toda vez que estas decisiones económicas están relacionadas entre sí, se tomarán en forma simultánea, afectando varios mercados al mismo tiempo. Falta todavía considerar al "sector público", compuesto por el Gobierno Central y el Banco Central. El comportamiento del sector público se traduce en lo que se denomina Política Económica. El comportamiento del Gobierno Central define la Política Fiscat y el del Banco Central define la Política Monetaria y también (en Chile) la Política Cambiaría. El comportamiento del sector público busca alterar el funcionamiento "natural" del sistema económico (ciertos aspectos de éste) con el fin de lograr determinados objetivos o metas de política económica. De ese modo, esto también afectará a diferentes mercados (o partes del sistema económico). A estas alturas, el lector debiera estar más que convencido de la enorme complejidad del sistema que buscan explicar los economistas. La dimensión de éste (millones de partes), y sumado a ello la gran cantidad de interrelaciones entre sus partes, hacen del sistema económico "real" algo muchísimo más complejo que muchos otros sistemas. En síntesis. Supongamos que nos pudiésemos poner de acuerdo en la forma concreta de representar el sistema económico pertinente para describir el sistema económico chileno (por ejemplo), con todas sus partes (mercados nacionales y extrm~eros) y con todas sus interrelaciones (directas e indirectas).

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Llamemos a dicho sistema, el "sistema económico real". ¿Qué características tendría dicho sistema? ¡Sería un sistema de una dimensión y complejidad gigantescas! Desde un punto de vista matemático, podemos imaginar al sistema económico como un sistema de ecuaciones simultáneas (esto último, recoge las interdependencias, directas e indirectas, entre los mercados). ¡Pero dicho "sistema económico real" sería equivalente, entonces, a un sistema con millones de ecuaciones simultáneas! Por añadidura, habría que incorporar un aspecto que no incluimos en la discusión anterior y que, sin embargo, le agrega aún más complejidad al "sistema económico real". En efecto, muchos fenómenos económicos obedecen a comportamientos que tienen componentes aleatorios; es decir que varían al azar7• De modo que algunas de las variables del sistema de ecuaciones que describen el "sistema económico real" serán variables aleatorias, sujetas a algún tipo de distribución de probabilidades. ¿Qué significa todo esto? Que terminaríamos con un sistema de millones de ecuaciones simultáneas (no necesariamente todas lineales) y algunas de éstas conteniendo variables aleatorias. ¿Podemos analizar un sistema con tales características, con el obj'eto de entender su funcionamiento y efectuar algún tipo de predicción acerca de cómo se comportaría a través del tiempo? ¿Podemos efectivamente estudiar este "sistema económico real"? ¡Imposible! A ningún ser humano le cabe en su cerebro un sistema de esa magnitud y complejidad. Tampoco sería práctico descansar en un computador para hacer cualquier tipo de análisis económico, por el tiempo que demoraría la máquina en procesar tal cantidad de información. En efecto, el PC más rápido. que existe actualmente (2004) es capaz de procesar 200 millones de instrucciones por segundo. Si el computador usa el Método de Gauss para resolver un sistema den ecuaciones lineales con n incógnitas, el número de productos y divisiones involucrados en la resolución es de orden n3 13. Lo anterior implica que dicho PC se demoraría aproximadamente 521 días (¡alrededor de 17 meses!) en resolver un sistema de ecuaciones simultáneas lineales que tenga 300 mil incógnitas y 300 mil ecuaciones -un sistema "pequeño" para cualquier representación de un "sistema económico real"-. Por esta razón, a los economistas no nos queda más remedio que simplificar el "sistema económico real", precisamente porque no es factible estudiar la "realidad". La implicancia de ello es fuerte, clara e inequívoca: la ciencia económica estudia el sistema económico a través de un

Por ejemplo: la producción agrícola se ve afectada por factores climáticos tales como la lluvia, la temperatura, la humedad relativa del aire. El comportamiento de estos factores climáticos tiene un componente aleatorio. También el "entorno político" puede alterar el funcionamiento de determinados mercados; y el comportamiento del entorno político tiene componentes aleatorios.

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conjunto de modelos que constituyen representaciones abstractas y simplificadas de "la realidad"; por lo tanto, la ciencia económica no estudia el"sistema económico real", sino un" sistema económico ficticio". Este "sistema económico ficticio" es una versión reducida, simplificada, de "la realidad".

A.2. Teoría y modelos. Rol de los "supuestos" en el análisis económico ¿ Cuál es el papel que desempeñan las "teorías y los "modelos" en la ciencia económica? ¿Por qué se usan "supuestos" en economfa? ¿Por qué usted no debe confundir (i) ciencia económica con (ii) política económica? ¿En cuál de estas dos se incluyen consideraciones de carácter ético/ideológico/político? La discusión anterior nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿Cómo se estudia el"sistema económico"? Al respecto, lo primero que hay que asimilar es que los economistas deben, necesariamente, simplificar "la realidad" 8• Este proceso de simplificación es el que transforma el "sistema económico real" en otro sistema: el "sistema económico ficticio", que es el que estudian los economistas. ¿Cómo se hace dicho proceso de simplificación? Reduciendo drástica y discrecionalmente: a) la dimensión del sistema, y b) la cantidad de interrelaciones entre sus partes (mercados). Reducir la dimensión implica agrupar mercados, seleccionar algunos y, simplemente, dejar afuera a otros. Reducir la cantidad de interrelaciones implica separar (artificialmente) algunas decisiones de los agentes económicos de otras decisiones, "desconectar" mercados para reducir el número de interdependencias (especialmente las indirectas) entre las partes del sistema, disminuyendo así el número de variables que explican el comportamiento de las diversas variables económicas. Lo primero significará que, necesariamente, vamos a dejar fuera de nuestro análisis una serie de "partes" (mercados específicos) de nuestro "sistema". Lo segundo significará que tenemos que conformarnos con un determinado grado de imperfección, a la hora de explicar el funcionamiento de cada "parte" (o subconjunto de "partes") de nuestro "sistema". Habrá, por tanto, algunas variables que -a sabiendas de que pueden ser útiles para explicar determinadas decisiones que toman algunos agentes

La práctica de simplificar el sistema que representa el objeto de estudio no es exclusiva de la Economía. Se presenta en la mayoría de las ciencias.

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económicos y que afectan uno o más mercados - simplemente no podemos incluirlas en nuestro análisis económico. En este proceso primario de simplificación aparecen, por primera vez, los supuestos que utilizan los economistas (y que tanto molestan y les cuesta entender y aceptar a muchos estudiantes de economía, y a los no economistas). Los supuestos son abstracciones útiles y simplificaciones necesarias de la "realidad", que permiten construir un conjunto de modelos explicativos de los aspectos esenciales del comportamiento de determinadas partes o aspectos de un sistema económico simplificado. Así, se suponen ciertos mercados y no otros. Se suponen ciertas interrelaciones entre mercados y se descartan otras -debido a que se supone que los agentes económicos toman ciertas decisiones y no otras, y 1o que primero toman ciertas decisiones y después toman otras, y 1o que determinadas decisiones económicas las toman en forma independiente de otras-. Este proceso de descarte de interrelaciones es, por cierto, para" darle la vuelta" a la tremenda complejidad del sistema que se aborda en economía. Ahora bien, como en cualquier ciencia, en Economía también habrá un conjunto de "teorías", es decir, generalizaciones abstractas acerca de hipótesis de comportamiento para determinadas decisiones que toman los distintos "actores" (agentes económicos) del sistema bajo estudio. El objetivo básico de estas "teorías" será predecir algunos aspectos del comportamiento de determinadas partes del sistema económico. De forma totalmente consistente con lo que veíamos anteriormente, estas "teorías" necesariamente tendrán que simplificar los determinantes de dicho comportamiento, de tal forma que permitan entender el funcionamiento de un "sistema económico simplificado" (con "algunos pocos" mercados y "algunas pocas" interrelaciones entre éstos). En particular, una típica generalización abstracta que se usa en la "teoría económica de la empresa" consiste en la hipótesis de que todas las decisiones que toma una empresa privada tienen un común "denominador": son consistentes con maximizar, en la medida de lo posible, las utilidades de la empresa9• Esto significa, por ejemplo, que si una empresa contrata más trabajadores, tiene que ser cierto que el costo de contratar esos trabajadores no puede ser mayor que el beneficio que obtendrá la empresa por concepto de la mayor producción y mayores ventas que se generarán debido a la contratación de esos trabajadores. Igual "comportamiento egoísta" se supone para los individuos, a la hora de estudiar sus decisiones de consumo. Estas comparaciones costo-beneficio son intrínsecas a las distintas "teorías" que se usan en economía. La idea que Da lo mismo que esta hipótesis se plantee como que se trata de un comportamiento consciente o subconsciente. Lo importante es que la empresa se comporta "como si" maximizara sus utilidades.

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está detrás es que tal hipótesis de comportamiento "egoísta" predice mejor el funcionamiento de los mercados, que una hipótesis contraria ("altruista"), en la inmensa mayoría de los casos. Esta especie de "común denominador" de la teoría económica -las empresas y los individuos actúan movidos por su beneficio propio- también es, muchas veces, motivo de confusiones (¡y hasta de molestia, en profesionales de otras áreas del conocimiento!), por lo que conviene detenerse un poco más en este punto. En primer lugar, esta hipótesis de comportamiento económico para el sector privado (empresas y familias) no tiene nada que ver con que a los economistas les agrade o no les agrade, como personas, esta faceta egoísta del ser humano (y, por ende, no implica que los economistas seamos sujetos intrínsecamente egoístas, materialistas o perversos o algo por el estilo). Lo que le interesa a la ciencia económica (y al economista profesional) es solo intentar predecir el comportamiento económico de los individuos y empresas privadas, con el objeto de poder explicar el funcionamiento de las diversas "partes" de un sistema económico capitalista o "de mercado". No se trata de predecir todo el comportamiento de las personas, sino solo el comportamiento económico. De modo que se trata de una hipótesis cuyo rol es meramente funcional, pragmático; permite predecir mejor el comportamiento mayoritario de empresas e individuos en los diversos mercados, que una "hipótesis altruista" 10• Si, por cualquier razón, a uno no le agradan determinados resultados a que da lugar dicho funcionamiento del sistema económico, consistente con un "comportamiento egoísta" de las empresas privadas e individuos -lo cual es algo totalmente distinto- existe la Política Económica, que puede cambiar ciertos resultados que se dan naturalmente en una "economía de mercado" 11 • En segundo lugar, y como se mencionó más arriba, esta hipótesis de comportamiento egoísta que utiliza la ciencia económica se refiere solo a un aspecto del comportamiento humano: al "hamo economicus". Es decir, se circunscribe al comportamiento del individuo en la esfera de sus decisiones de tipo económico (o indirectamente relacionadas con éstas). Obviamente, ello

Esto de comportamiento mayoritario es muy importante. Siempre puede haber excepciones. Es posible que haya empresas de beneficencia. También es posible que un individuo prefiera comprarle un determinado bien o servicio a una determinada persona o proveedor, aunque le cueste más caro, simplemente porque "le cae bien" o siente que "necesita más el dinero" que otro que vende dicho bien o servicio más barato. ¡Pero la ciencia económica no puede estructurar sus hipótesis sobre la base de excepciones\

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Aquí es donde entra, precisamente, la discusión (fundamentalmente de carácter ideológico y político) acerca del "papel del Estado en la economía". Más adelante discutiremos en detalle el rol de la Política Económica.

no implica que la ciencia económica postule un reduccionismo de la persona humana a una pura dimensión material, una visión filosófica del mundo en la cual el hombre es intrínsecamente egoísta y materialista, que solo se mueve por incentivos materiales, y que ello se expresa en todas y cada una de las diversas facetas del comportamiento humano. Simplemente la ciencia económica no aborda las otras dimensiones del comportamiento humano (diferentes al "hamo economicus"), porque no le corresponde. Por cierto, de ello no se infiere que a los economistas, en tanto personas individuales, no les interesen las otras dimensiones del ser humano. El planteamiento anterior está muy relacionado con el concepto de "bienestar" que normalmente se usa en economía, y que también es fuente de confusión y, a veces, hasta de crítica por parte de otras disciplinas. En efecto, el concepto de ''bienestar" que se usa en economía se circunscribe al bienestar material; a su vez, éste normalmente se refiere a consumo 12 • Esta conceptualización del bienestar individual es totalmente consistente con el ámbito de estudio inherente a la ciencia económica. Que este concepto de bienestar excluya ot'ras dimensiones del ser humano (como la dimensión espiritual) no tiene connotación ética alguna, ni para los economistas en tanto personas individuales, ni para la economía como ciencia. Tampoco implica que todos los problemas de índole económica que enfrentan las personas deban abordarse {mica y exclusivamente bajo el prisma de la ciencia económica13• Solo expresa el reconocimiento del ámbito del individuo que le corresponde abordar a la Economía. No se le puede pedir a una ciencia que aborde aspectos del ser humano para los cuales simplemente ésta no fue diseñada. Lo anterior no significa que a los economistas, en tanto personas individuales, no les corresponda preocuparse por los aspectos éticos del ordenamiento económico de una sociedad. Pero ello entra en el ámbito de la Política Económica o Política Pública (a lo cual nos referiremos más adelante), no en el ámbito de la ciencia económica. Como veremos posteriormente, la

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También se ha extendido la contrapartida de este concepto de bienestar a otro más amplio: el de "calidad de vida". Este concepto, si bien va más allá de los niveles de consumo de bienes y servicios, comparte con aquel el hecho de que se refiere, fundamentalmente, a un concepto de bienestar individual (o familiar).

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También es válido el escenario contrario: la ciencia económica también puede aportar al entendimiento de problemas que no son de índole económica. Muchas veces, por ignorar la presencia implícita de incentivos (económicos o no económicos) individuales que los individuos evalúan en función de un análisis costo-beneficio, se cometen errores de diagnóstico y se diseñan políticas (o legislación) que pueden ser muy bien intencionadas, pero que terminan produciendo resultados diferentes a los deseados.

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teoría económica ciertamente puede ayudar al diseño de las políticas públicas, pero ambas cuestiones son, conceptualmente, diferentes. Ahora bien, una vez que el economista teórico ha escogido un determinado sistema económico simplificado para estudiar, busca explicar una serie de variables económicas en forma consistente con las hipótesis de comportamiento asumidas para las empresas y los individuos. Aquí surgen los "modelos" que se usan en economía. Los modelos económicos son representaciones matemáticas -generales, abstractas y simplificadas- que permiten representar determinadas teorías del comportamiento económico de las empresas y de los individuos y describir sus implicaciones concretas para el comportamiento de diversas variables económicas. Estos modelos pueden referirse a una o (generalmente) varias partes (mercados) de un sistema económico simplificado. Cuando el economista usa modelos específicos, vuelve a utilizar supuestos. En este contexto, los supuestos pueden cumplir una de las dos funciones siguientes: a) circunscribir las conclusiones del modelo e11 cuestión a determinadas condiciones iniciales; o b) desempeñar solo una función de simplificación del modelo, sin implicancia alguna para las conclusiones del modelo en cuestión. En el primer caso, el uso de supuestos no es más que el reconocimiento explícito de que el subsistema que se está analizando (un subconjunto particular del "sistema económico real") es aun demasiado complejo, o bien conviene -por razones metodológicas y 1o pedagógicas- estudiarlo "por partes," en forma secuencial. Por ejemplo, el economista que está intentando explicar cómo se determinan los precios de los diferentes bienes de consumo, típicamente va a partir suponiendo que los mercados son perfectamente competitivos (hay "muchos" compradores y vendedores en cada mercado). Este supuesto de "competencia perfecta", obviamente no significa que el economista teórico piense que, en el "mundo real", todos los mercados sean perfectamente competitivos. Solo significa que, para entender el funcionamiento de mercados que no son competitivos, es conveniente (metodológica y pedagógicamente) partir por comprender cómo funcionan los mercados cuando existe competencia perfecta, que es un escenario más simple. De esta forma, será mas fácil entender el caso de competencia imperfecta, se podrán comparar ambas situaciones y extraer conclusiones útiles a partir de dicha comparación14 • Es muy común emplear este tipo de supuestos en el análisis económico. En los casos de modelos macroeconómicos -es decir,

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Por lo demás, si muchas de las conclusiones acerca del funcionamiento de los mercados, cuando éstos se suponen perfectamente competitivos, se mantienen cuando éstos no son perfectamente competitivos (o bien, algunas conclusiones se modifican solo de forma tangencial), entonces el supuesto de competencia perfecta resulta ser un supuesto útil, desde un punto de vista analítico.

referidos a determinados aspectos del comportamiento agregado del sistema económico- en los cuales típicamente se incorporan varias interrelaciones (directas e indirectas) entre diferentes mercados, es común que la capacidad predictiva del modelo (que es lo que, en definitiva, interesa) dependa de uno o de varios de los supuestos utilizados. La razón de ello es básicamente la misma que indicábamos antes: el grado de complejidad del (sub) sistema bajo análisis es tal, que no hay forma de comprender su funcionamiento sin dichos supuestos. En algunas áreas específicas de la teoría económica aplicada --como en la Teoría del Comercio Internacional- es muy común la práctica de contar con modelos distintos para analizar problemas distintos (o situaciones diferentes). En todos estos casos, el economista profesional requiere contar con una "batería de modelos" diferentes, cada uno adaptado a distintas condiciones iniciales o características estructurales de la economía bajo estudio, para poder así captar diferentes aspectos de "la realidad". La frase "características estructurales de la economía bajo estudio" es importante, y señala que un modelo específico, diseñado para entender'un aspecto particular del funcionamiento del sistema económico, no tiene necesariamente "aplicabilidad universal". En efecto, puede que ese mismo aspecto particular del sistema económico, funcione diferente en un modelo que busque representar la economía de un "país desarrollado", versus otro que represente a un "país subdesarrollado". Por ejemplo, supóngase que nos interesa determinar cómo interactúan a través del tiempo la inversión (en maquinaria y equipo), el· crecimiento económico (inducido por dicha inversión) y la balanza de pagos (que refleja las transacciones entre el país y el resto del mundo). Sabemos que en los países desarrollados, la inversión en maquinaria y equipo corresponde, fundamentalmente, a bienes de capital nacionales, mientras que en los países subdesarrollados, dichos bienes corresponden, fundamentalmente, a bienes de capital importados. En dichas circunstancias, la interacción entre inversión, crecimiento económico y comportamiento de la balanza de pagos, será diferente en uno y otro caso. El economista aprende varios modelos distintos y debe desarrollar su capacidad de discernimiento para saber cuándo utilizar cada uno de esos modelos. Así, el estudio del sistema económico, a través de diferentes tipos de modelos -cada uno con supuestos distintos- resulta ser similar al caso de la medicina que estudia un "paciente" (sistema económico) cuya enfermedad es tan compleja y difícil de tipificar que requiere de una "junta médica" con médicos de diferentes especialidades (distintos tipos de modelos económicos específicos) para poder diagnosticarla adecuadamente. Al revés de lo que ocurre en economía, en el caso de la medicina las "juntas médicas" son la excepción,

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en vez de la norma. Posiblemente, ello sea un reflejo de que el "sistema económico real" es más grande y complejo que el sistema bioquímico que estudian los médicos. Aunque también es posible que, en parte, ello se deba a que la ciencia económica es "más ambiciosa" que la ciencia médica, toda vez que la medicina muchas veces se da por satisfecha si puede tipificar solo los síntomas del paciente ("sistema") y ello le basta para poder sanarlo, mientras que la ciencia económica no se da por satisfecha si no puede entender el origen de los síntomas. Para el economista profesional, el análisis del"paciente" siempre requiere de "juntas médicas" y, a su vez, éstas siempre requieren de dos tipos de "médicos": el médico internista o general-que es capaz de analizar el sistema en su conjunto, aunque sin entrar en "detalles"- y un conjunto de médicos especialistas en determinadas "partes" del sistema. Veamos un ejemplo para ilustrar el segundo caso señalado anteriormente, en que el supuesto solo cumple una función simplificatoria, de suyo no importante para las conclusiones del modelo en cuestión. Supóngase que estamos interesados en determinar el impacto cualitativo que tiene la política tributaria de un gobierno (cualquiera), sobre el gasto total de las familias en bienes de consumo. Es decir, no nos interesa cuantificar el impacto, sino saber en qué dirección cambiará el consumo del sector privado si el gobierno sube la tasa de impuesto a la renta que pagan las familias. Para responder esta pregunta, en el contexto de un modelo económico en particular, típicamente se supone que todas las familias están afectas a la misma tasa de impuesto a la renta; es decir, el modelo tendrá un supuesto que dice ... "existe solo una tasa de impuesto al ingreso". Obviamente, en "la realidad", esto no es cierto, pues normalmente las tasas de impuesto a la renta son más altas para las rentas más altas y más bajas para los que ganan menos. Pero ¿importa este supuesto para la respuesta a la pregunta que se está planteando el modelo? ¿Cambia en algo la respuesta si, en vez de considerar una única tasa de impuesto, tomamos en cuenta varias tasas y distinguimos diferentes familias, agrupándolas por tramos de ingreso sujetos a distintas tasas de impuesto? ¡No, en absoluto! Si el gobierno sube las tasas de impuesto sobre la renta (aunque sea para un subconjunto de la población) caerá el ingreso disponible para gastar de las familias y, por ende, disminuirá el consumo del sector privado. Dicho efecto cualitativo es totalmente independiente de que exista una única tasa de impuesto a la renta para todas las familias o de que existan varias tasas impositivas. Entonces, ¿para qué complicarse la vida considerando un modelo "más realista" (que incorpore varias tasas de impuesto) si con un modelo "menos realista" pero más simple, obtengo el mismo resultado en términos predictivos? Esta otra función de los supuestos en economía es muy bienvenida. En efecto, construir modelos

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económicos tiene una buena dosis de "arte" y éste consiste, precisamente, en encontrar la mayor cantidad posible de este tipo de supuestos simplificatorios, de forma tal de confeccionar el modelo más simple posible. Entre dos modelos confeccionados para explicar un mismo fenómeno, si ambos modelos tienen idéntico poder predictivo, siempre será preferible el más simple (el de menor dimensión y el que contemple menos interrelaciones entre mercados). Es más, muchas veces vale la pena sacrificar "algo" de poder predictivo, si no hacerlo implica trabajar con un modelo económico muchísimo más complejo. Los planteamientos anteriores debieran dejar absolutamente claro al lector que, por definición, los modelos económicos no pueden representar "la realidad". Afirmar que un modelo económico en particular --cualquiera que éste sea -representa "la realidad" es, en este sentido, la síntesis de la antítesis. Asimismo, los planteamientos anteriores debieran dejar absolutamente claro al lector que lo que interesa es la capacidad predictiva de un modelo económico en particular. Ello está circunscrito a determinados aspectos específicos de la realidad y 1o a determinadas variables económicas. Dicha capacidad predictiva no necesariamente está correlacionada con la cantidad y 1o tipo de "supuestos" que involucre un modelo económico en particular. Antes de finalizar esta digresión acerca del rol de los supuestos -y para ser ecuánime en este tema metodológico- hay que reconocer lo siguiente: en la práctica, a la hora de utilizar modelos económicos específicos, no siempre es fácil (factible) distinguir cuáles supuestos particulares son "del primer tipo" y cuáles del segundo (es decir, supuestos meramente simplificatorios). La razón fundamental de ello es que, en los modelos económicos, no todos los supuestos tienen un carácter explícito 15 • En muchos casos hay también una serie de supuestos implícitos o "escondidos". Esto, no por falta de transparencia científica de parte de quien confecciona el modelo, sino simplemente porque éste no sabe si se están o no considerando supuestos implícitos que pueden ser importantes para las conclusiones (o para alguna de ellas) que predice un determinado modelo. Parte del progreso del conocimiento científico en economía consiste, precisamente, en ir descubriendo estos supuestos implícitos que pueden tener diversos modelos económicos y examinar su pertinencia para las conclusiones de los mismos.

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En esto la ciencia económica se diferencia bastante de la matemática. En efecto, a la hora de demostrar un determinado "teorema", un matemático sabe cuáles son los "supuestos" requeridos para tal demostración: los supuestos (o "condiciones iniciales" del teorema) son todos explícitos. Puede que, con el correr del tiempo, un matemático (investigador) descubra que había supuestos que estaban demás para demostrar un determinado teorema. Pero no ocurre la situación inversa.

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A.3. El papel de la formalización matemática. Importancia

metodológica del concepto matemático de función ¿Por qué se utilizan las matemáticas en economía? ¿Qué cuestión general y fundamental debe usted saber acerca del concepto matemático de "función"? Partamos de lo más obvio: en economía se necesita utilizar notación y simbología matemática, simplemente porque resulta más práctico resumir con un símbolo varias líneas de texto y porque es útil para efectuar operaciones aritméticas elementales con distintas variables económicas. Pero, aparte de este uso trivial de las matemáticas, de orden práctico, hay al menos tres elementos específicos, directamente vinculados con el estudio del sistema económico, que hacen recomendable o inevitable emplear matemáticas en economía: i) el papel del concepto de" optimización" (maximización 1minimización) en la teoría económica; ii) la contrapartida matemática del concepto de "equilibrio de mercado", inherente al análisis económico; y iii) el papel del concepto de "función" en cualquier modelo económico. A continuación me refiero a cada uno de estos tres elementos 16 . En primer lugar, la formalización matemática surge como consecuencia de que la hipótesis de "optimización sujeta a restricciones" para el comportamiento de los agentes económicos tiene una" contrapartida natural" en el ámbito de la matemática (en particular, del cálculo diferencial). Así, por ejemplo, la teoría económica postula que las empresas privadas se comportan "como si" éstas maximizaran su beneficio o utilidades -y que todas las decisiones económicas que toma la empresa han de racionalizarse conforme a dicho principio-. A su vez, los beneficios de la empresa dependen de una serie de variables. Por cierto, maximizar variables que dependen de una serie de otras variables, representa una aplicación "natural" de las matemáticas. En segundo lugar, en economía se utiliza profusamente el concepto de "equilibrio de mercado". Si bien vamos a referimos a dicho concepto más adelante, baste por de pronto indicar que el equilibrio de mercado se refiere a una situación particular en que tanto compradores (demandantes) como vendedores (oferentes) están intercambiando un bien (u otro objeto de transacción) en condiciones tales 16

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Solo se abordarán en el detalle estrictamente necesario para alumnos de cursos básicos (introductorios) de economía; pensando particularmente en estudiantes universitarios y profesionales ajenos al estudio formal de la teoría económica.

que la cantidad intercambiada y el precio unitario correspondiente satisfacen, simultáneamente, al total de participantes en ambos lados del mercado. Así, un mercado estará en "equilibrio" cuando la demanda en ese mercado (la cual podemos representar por una ecuación) y la oferta en ese mercado (la cual podemos también representar por otra ecuación) establecen un determinado "precio de equilibrio" y una determinada "cantidad de equilibrio": un precio y una cantidad que satisface simultáneamente a ambos, oferentes y demandantes. Matemáticamente, ello es equivalente a definir "equilibrio de mercado" como la solución a un sistema de ecuaciones simultáneas (lo cual puede representarse en forma algebraica y 1o en forma geométrica 1 gráfica). Finalmente, recordemos que las teorías económicas se representan en una forma concreta: a través de modelos. Los modelos económicos hacen uso intensivo del concepto matemático de "función". ¿Por qué? Precisamente porque lo que hace el economista es intentar explicar de qué depende el comportamiento de diversas variables económicas. Las funciones que emplean los matemáticos sirven, precisamente, para representar relaciones de dependencia entre variables. De este modo, resulta muy útil para los economistas utilizar funciones en los modelos económicos. En términos simples y generales, una "función" no es más que una forma de representar una determinada relación de causalidad entre variables. El concepto de función es, así, no sólo aplicable al campo de la economía, sino a una gran cantidad de fenómenos, de diferente naturaleza (fenómenos sociales, políticos, históricos, biológicos, químicos, etc.). Ilustraremos la utilidad del concepto de función -y lo que se requiere saber de éste en el análisis económico elemental- usando un ejemplo que no tiene que ver con economía. Supongamos que nos interesa explicar por qué difiere, a través de países, el número de delitos por año. En particular, considérese como variable a explicar, el número de robos y asaltos por año, por cada millón de habitantes, en diferentes países del mundo. Usemos un símbolo cualquiera, como por ejemplo, Z, para referimos a esta variable. ¿De qué factores depende Z ? Al consultar a expertos en criminología que han estudiado este tema en diversos países, ellos nos indican que se ha descubierto que las siguientes 7 variables resultan ser las más importantes. Para mayor comodidad, vamos a "bautizar" con un símbolo a cada una de estas 7 variables: \ = tasa de desempleo promedio en los últimos 3 años X2 = porcentaje de la población que se encuentra en situación de extrema pobreza

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X3 = promedio de escolaridad del40% más pobre de la población = dotación de policías por cada 100 mil habitantes X5 = dotación de vehículos policiales por cada 1000 km 2 X6 = porcentaje de arrestos policiales por estos delitos que se traducen en penas de privación de libertad, por un período superior a 12 meses X7 = consumo de drogas o estupefacientes, como porcentaje de la población menor de 35 años.

x4

Dado lo anterior, podemos escribir la siguiente función:

z = f(X

x3'

X 4 , X 5, X6, X7 ) , X , 1 2 (+) (+) (-) (-) (-) (-) (+) ¿Qué significa esta simbología?

En primer lugar, significa que la variable Z, definida anteriormente, depende de todas estas siete variables X. Significa que hay una relación de causalidad: cada una de las variables X causan la variable Z (o dicho de otra manera: la variable Z es causada por cada una de las variables X). Pues bien, la variable Z de una función recibe el nombre genérico de variable dependiente. Por su parte, cada una de las variables Xde una función recibe el nombre genérico de variables independientes o variables explicativas 17 • En segundo lugar: ¿qué significan los signos(+) y(-) colocados debajo de cada una de las variables explicativas? Estos signos indican el tipo de correlación que se espera (o se postula) que exista entre cada una de las variables explicativas, por separado, y la variable dependiente Z. Lo de "por separado" es importante, pues indica que se trata de una situación hipotética, en la cual se supone que cambia solo una de las variables explicativas X, y uno se pregunta qué efecto cualitativo produce ello sobre la variable Z. Así, un signo (+) significa una correlación positiva; es decir, que ambas variables (la variable X correspondiente y la variable Z) se moverán en la misma dirección. Esto tiene dos formas equivalentes de interpretarse: i) si la variable X aumenta, aumentará Z; o bien ii) si la variable X disminuye, también disminuirá Z. Por ejemplo: la variable X1 tiene, debajo, un signo (+). Esto significa cualquiera de las siguientes dos cosas: i) si sube dicha tasa de desempleo (y las otras variables explicativas no cambian), subirá el número de robos y asaltos por cada millón de habitantes; o bien ii) si baja dicha tasa de desempleo (y las otras variables explicativas no cambian), bajará el número de robos y asaltos por cada millón de habitantes. Asímismo, un signo negativo(-) significa una correlación negativa, es decir, que ambas

variables se moverán en sentido contrario u opuesto. Por ejemplo: la variable X4 tiene, debajo, un signo (-). Esto significa cualquiera de las siguientes dos cosas: i) si aumentara la dotación de policías por cada 100 mil habitantes (y no cambiara ninguna de las otras variables X), entonces se reducirá Z; o bien ii) si disminuyera la dotación de policías por cada 100 mil habitantes (y no cambiara ninguna de las otras variables explicativas), entonces aumentará Z. Este ejemplo es suficiente para ilustrar todo lo que se necesita saber de "funciones", en cursos básicos de economía. Ahora bien, si nos interesa solo saber los efectos cualitativos de cambios en las variables X sobre la variable dependiente Z, da exactamente lo mismo cuál sea la forma explícita de la función (si es lineal, exponencial, etc.)l 8• Por lo tanto, podemos suponer cualquier forma funcional. Obviamente, escogemos la más simple: lineal. Expresemos esta función en una forma explícita: transformemos la función en una ecuación. Por ejemplo, tomando la función que teníamos para la variable Z, la podemos expresar en términos de una ecuación lineal, así:

Z=~~+~~+~~+~\+~\+~\+~~; donde cada una de estas a 1, a 2, ••• , a7 son constantes (pueden representar cualquier número). Estas constantes reciben el nombre genérico de parámetros. Ahora bien, para que esta ecuación nos proporcione la misma información que la función que teníamos antes, necesitamos incorporar la información que· teníamos acerca de los signos (+) o (-) que colocamos debajo de cada una de las variables explicativas X. ¿Cómo incorporamos dicha información en esta ecuación lineal que tenemos? Muy simple: suponemos valores positivos o negativos, para cada uno de estos parámetros (a 1, a2, ••• , a 7), conforme a los signos (+) o (-) que teníamos debajo de cada variable X. Concretamente, escribimos lo siguiente: a1, a2, a 7 >O

Esto significa que si, por ejemplo, sube el valor de la variable X3 (y todas las restantes variables X permanecen constantes), bajará el valor de la variable Z, pues el coeficiente a3 está definido como un número negativo. Esto es lo mismo que nos decía la función. Solo que ahora la ecuación nos agrega un poco más de información: nos dice que cuando \ sube en un determinado monto, la variable Z va a caer en ese mismo monto, multiplicado por el coeficiente a3• 18

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Vamos a usar este último término, pues resulta más adecuado.

a3' a4, a5, a6 < O

En el análisis teórico, generalmente nos interesa conocer solo los efectos cualitativos. En cambio, en el análisis empírico también nos interesan los efectos cuantitativos.

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Aparte de esta información de carácter cuantitativo (no siempre relevante), la información que nos da la función Z = f(\, ... , X7) es la misma que la que nos proporciona la ecuación lineal correspondiente que definimos recién. El lector se preguntará para qué ponemos una ecuación si ésta nos dice prácticamente lo mismo que la función. La razón es que en los modelos económicos normalmente es más fácil trabajar con ecuaciones explícitas (tales como ésta para Z). Además, trabajar con ecuaciones también nos sirve para conocer más detalles, que a veces son muy importantes. Por ejemplo, un modelo que represente las condiciones de equilibrio para un mercado mediante un sistema de ecuaciones lineales, podemos resolverlo fácilmente y encontrar, así, los valores de equilibrio para el precio y la cantidad. Lo cual puede ser importante. Es evidente que cualquier ecuación debe originarse (estar basada) en algún tipo de función, que postule una relación de causalidad para una determinada variable dependiente. Estas funciones han de estar respaldadas, a su vez, por una teoría económica. Así, la teoría económicá nos determina "funciones de comportamiento" para las diversas variables del sistema económico: relaciones de causalidad entre una serie de variables económicas (variables dependientes) y una serie de otras variables económicas (variables explicativas). A su vez, podemos representar dichas funciones en forma explícita, como ecuaciones (típicamente lineales, por ser más simples de trabajar). Funciones y ecuaciones son inherentes a los modelos económicos. Estos, a su vez, son necesarios para representar los diversos "sistemas económicos ficticios" que estudiamos los economistas.

A.4. Eficiencia económica y optimización restringida ¿Qué significa -y por qué es importante- el concepto de "eficiencia económica"? ¿Cuál es la contrapartida de dicho concepto en el ámbito de la matemática? Un concepto básico en Economía es el de eficiencia económica. La idea detrás de dicho concepto es simple. Los agentes económicos (empresas, individuos) toman decisiones que involucran, por una parte, utilizar recursos escasos y, por otra, obtener algún tipo de resultado que represente un beneficio. De esta manera, es inherente a las decisiones que toman empresas e individuos una confrontación entre beneficios esperados y recursos escasos. La idea de "eficiencia" se refiere a "sacarles el máximo provecho posible" a los recursos escasos. ¿Qué significa "máximo provecho" en este contexto? Significa que la decisión que toma el agente económico debe conducir a maximizar el beneficio individual que se espera obtener como consecuencia de dicha decisión. Por

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ejemplo, en el caso de una empresa privada, la decisión de cuánto producir de un bien debe determinarse en función de maximizar las utilidades de la empresa. En el caso de un individuo, la decisión de cuánto consumir de cada bien debe determinarse en función de maximizar el beneficio subjetivo que éste experimenta producto del consumo de bienes. ¿Y por qué el adjetivo ... "posible"? Simplemente porque el agente económico siempre dispone de recursos escasos y ello representa una limitante básica para sus decisiones económicas. Así, en el caso del individuo, éste siempre dispondrá de un presupuesto limitado para adquirir los distintos bienes de consumo. Asimismo, también son limitantes otros factores que afectan directamente las decisiones de los agentes económicos, como por ejemplo, los precios de mercado de los bienes de consumo (en el caso del individuo que toma su decisión de consumo de distintos bienes), los precios de mercado de los insumos y la forma en que se puede técnicamente producir un bien (en el caso de una empresa que se enfrenta a la decisión de cuánto producir). De modo que una empresa o individuo es eficiente, desde un punto de vista económico, si sus decisiones son consistentes con un proceso de maximización de beneficios, y dicho proceso internaliza las limitantes objetivas o restricciones que se enfrentan para alcanzar el beneficio máximo en cuestión. Este es un principio general que se aplica a cualquier tipo de decisión económica. Lo que varía, de decisión en decisión, es qué representa, concretamente, el "beneficio esperado", y cuál o cuáles son las restricciones específicas que se enfrentan para llevar a cabo dicha decisión. Este concepto de eficiencia que usan los economistas tiene una contrapartida casi "natural" en el campo de las matemáticas. En efecto, el "beneficio" que los agentes económicos maximizan, representa normalmente una variable que depende de una serie de otras variables explicativas. Es decir, lo que se maximiza es una función matemática. Una acción (cualquiera) que tome un agente económico, será eficiente si conduce a maximizar una función, sujeta a una o más restricciones. Eficiencia económica, por lo tanto, es lo mismo que la solución a un problema matemático, que consiste en maximizar una función, sujeto a una o más restricciones. Este tipo de problema matemático se denomina de optimización restringida. "Optimización" se refiere a maximizar (o minimizar, según sea el caso) 19 una determinada función: maximizar una variable que depende de una serie de variables explicativas. '~Restringida" se refiere a que dicha maximización (o minimización) está sujeta a una o más restricciones. No existe problema o decisión en economía que no involucre, al menos, una restricción: la de recursos. Los recursos siempre son limitados, escasos. En consecuencia, en Economía no existen problemas de optimización t9

Para una empresa privada, maximizar beneficios requiere minimizar costos.

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(maximización 1 minimización) que no tengan restricciones. El concepto de "recursos" involucra no solo recursos monetarios: ingreso disponible para gastar, en el caso de los consumidores. También representa una restricción de recursos el conocimiento tecnológico y los insumos primarios (mano de obra, recursos naturales) disponibles para producir bienes, en el caso de la producción total de bienes y servicios del sistema económico. El concepto de "recursos" también involucra aspectos tales como el tiempo y la información disponible para tomar decisiones económicas. Las decisiones de un agente económico en particular pueden también depender de las decisiones que tomen otros agentes económicos 20 -es decir, se trata de decisiones interdependientes entre agentes-. En este caso, el concepto de eficiencia económica equivale a un problema de optimización restringida aun más complejo, toda vez que el conjunto de restricciones que debe internalizar dicho agente es aún mayor.

A.S. Equilibrio: definición y utilidad metodológica del concepto ¿Qué significa -y por qué se usa tanto en economía-el concepto de "equilibrio"? ¿Qué se entiende por "mercado"? ¿Qué significa, desde el punto de vista de la economía, que dos (o más) bienes sean idénticos entre sí? El concepto de "equilibrio" es central en la teoría económica; se utiliza profusamente en economía. ¿Por qué? ¿Qué significa? El vocablo "equilibrio" se usa para calificar una determinada situación, cuya característica básica es que se trata de una situación que no cambia; una especie de "estado de quietud". Esta connotación general del término "equilibrio" podemos ilustrarla con un ejemplo, fuera del ámbito de la economía. Considérese un estanque de agua que tiene dos llaves: por una llave entra agua al estanque y por la otra sale agua del estanque. Si la cantidad de agua que entra, por período de tiempo (litros por minuto), es idéntica a la cantidad que sale por la otra llave, entonces el total de litros de agua al interior del estanque permanecerá constante. En este caso, la cantidad de litros de agua en dicho estanque describe una situación de "equilibrio". Es decir, mientras

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Este sería el caso de, por ejemplo, mercados no perfectamente competitivos, en los cuales la decisión óptima para una de las empresas también dependa de decisiones que tomen otras empresas del mercado en cuestión (o de mercados relacionados).

no cambien ni la velocidad de entrada ni de salida de agua del estanque (¡y mientras funcionen bien las llaves!), el estanque de agua permanecerá en "equilibrio". Esto último es importante, pues refleja que el estado de equilibrio es un estado condicional: permanece como tal siempre y cuando "los parámetros del equilibrio" -velocidad de entrada y de salida del agua y óptimas condiciones técnicas de funcionamiento de cada una de las llaves del estanque, en este caso- permanezcan inalterados. Este ejemplo nos sirve para entender esta especie de "estado de quietud" que está intrínsecamente asociado al concepto de "equilibrio" 21 • Ahora bien, en economía se aplica esta noción de equilibrio a dos cuestiones distintas: a) a los agentes económicos; y b) a los mercados. Vamos a ver, separadamente, cada una de estas dos cuestiones. Se dice que un determinado agente económico -una empresa, un individuo- se encuentra "en equilibrio". Pero, en estos casos, normalmente es necesario tipificar más, agregarle más especificidad: ¿equilibrio con relación a qué? Se requiere precisar que tal o cual agente económico se encuentra' en "equilibrio respecto de su decisión XX" (tendríamos que especificar este XX). Por ejemplo, se dice que un individuo está en "equilibrio respecto de su decisión de consumo", o que una empresa está" en equilibrio respecto de su decisión de contratación de insumos". Esta aplicación del concepto de equilibrio implica simplemente que el agente económico en cuestión (empresa, individuo) hatomado una decisión óptima -es decir, consistente con la solución a un problema de optimización restringida, como veíamos en la sección anterior- y que dicha decisión no cambiará, salvo que se alteren uno o más de los "parámetros del equilibrio"22 • Por ejemplo, se dice que una empresa está en equilibrio respecto de su decisión de contratación de insumos, si la cantidad que adquiere de cada insumo es tal que cumple con la igualdad entre el costo unitario del insumo para la empresa y el valor del aporte que éste le genera a la empresa, en términos de· mayor producción o ventas. En este ejemplo, los "parámetros del equilibrio" 2l

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También hay otra acepción de "equilibrio", complementaria y similar a esta (pero que no es necesario ahondar aquí). Siguiendo con el mismo ejemplo del estanque de agua, esta otra acepción indicaría que también puede haber un "estado de equilibrio" si la cantidad de agua que sale por una llave es distinta a la que entra, pero la diferencia entre ambas es constante. En este caso, la tasa de crecimiento del agua es constante (si la velocidad de entrada supera a la velocidad de salida, a una tasa constante), o la tasa de decrecimiento del agua es constante (si se da la situación inversa, en cuyo caso tarde o temprano el estanque quedará vacío). La distinción entre la primera y esta segunda acepción del concepto de equilibrio se relaciona con la distinción entre "equilibrio estático'' y "equilibrio dinámico". Nosotros usaremos solo la primera acepción. Los "parámetros del equilibrio" son todos aquellos que aparecen explícitamente en el problema de optimización restringida que enfrentó el agente económico en cuestión.

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serían todas aquellas variables que, si bien la empresa individual no controla, sí afectan esta cantidad óptima de insumos a comprar (rendimiento físico del insumo en términos de mayor producción, precio del insumo en el mercado correspondiente, precio de venta de los bienes que produce la empresa). En síntesis, esta utilización del concepto de equilibrio describe esencialmente lo mismo que lo que describen los conceptos de "eficiencia económica" y de "optimización restringida" 23 • De hecho, las condiciones que se usan para describir el equilibrio de un agente económico específico, para una decisión económica particular de éste, coinciden con las condiciones que describen los resultados del problema de optimización correspondiente. De este modo, una situación particular que involucre uno o más agentes económicos tomando decisiones, será" de equilibrio", si las decisiones son"eficientes", es decir, si son consistentes con las que se infieren a partir de un determinado problema de optimización (maximización o minimización) restringida, en el cual se consideran todas las restricciones relevantes. Para determinar las condiciones que caracterizan una situación de equilibrio de este tipo, por lo tanto, el economista debe partir por especificar cuál es el problema de optimización restringida que corresponde a cada caso en particular; debe determinar cuál es la función que el (o los) agente(s) económico(s) está(n) maximizando (o minimizando) y cuáles son las restricciones pertinentes que se enfrentan. A continuación, el economista debe resolver dicho problema de optimización restringida (poniéndose así en la misma situación en que estaría el o los agentes económicos en cuestión). Ello se resuelve en forma matemática. Una vez encontrada la solución, se obtienen las diversas condiciones específicas que deben cumplirse para que el o los agentes económicos tomen decisiones "eficientes". Esas mismas condiciones representarán las "condiciones de equilibrio". Veamos ahora la segunda utilización del concepto de equilibrio, que se hace en la teoría económica: el concepto de equilibrio de mercado. Esta segunda utilización del concepto de equilibrio se refiere explícitamente a los mercados, por lo cual analizaremos los aspectos centrales del concepto económico de "mercado" -si bien algunos de dichos aspectos han sido (tangencialmente) señalados anteriormente. En la Sección A.l. indicamos que el mercado no es un lugar físico determinado, no es algo tangible, sino una abstracción, útil para el análisis económico (como muchas otras abstracciones que se utilizan en Economía). La existencia de un mercado solo requiere de la existencia de: a) un objeto de transacción -un determinado bien, servicio, o instrumento financiero- y b) uno 23

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o más compradores y uno o más vendedores, cuyos intereses confluyan en el intercambio de dicho objeto de transacción. Dicha confluencia de intereses es lo fundamental; permite que los compradores/ vendedores específicos eventualmente concuerden en un determinado precio para materializar el intercambio. Para el economista, un mercado será distinto de otro cuando el objeto de transacción sea diferente. A su vez, este será diferente, cuando existan diferencias ya sea por el lado de los compradores (demandantes) o de los vendedores (oferentes), que se traduzcan en diferentes relaciones de intercambio (precios). Es por esto que, desde un punto de vista económico, puede haber dos objetos de transacción (bienes, por ejemplo) que sean físicamente idénticos ("clonados") pero que, sin embargo, constituyan dos objetos de transacción totalmente distintos (y, por ende, dos mercados distintos). Lo anterior significa que, a la hora de especificar un mercado en particular, hay que ser muy cuidadoso en la forma de definir el objeto de transacción en cuestión. Por ejemplo, si deseamos referirnos al"mercado de las casas", tenemos que especificar no solo las características físicas (tipo y año de edificación, metros cuadrados construidos, metros cuadrados de terreno, etc.), sino también si se trata de casas para fines residenciales o para uso como locales comerciales, si se trata de casas para arriendo o para venta, si estamos refiriéndonos a "segundas casas" (casas de veraneo), si corresponden a casas ubicadas en el sector sur o sector oriente de Santiago, etc. Todas estas especificaciones son cruciales para definir apropiadamente un mercado, pues los demandantes y 1o los oferentes pueden ser distintos según sea el caso, o bien pueden ser diferentes las preferencias (gustos) de los demandantes y 1o los costos pertinentes para los vendedores en cuestión. Y si hay diferencias en cualquiera de los dos tipos de partícipes -ingresos o gustos distintos, en el caso de los demandantes; costos· de producción y 1o de venta distintos, en el caso de los oferentes-los objetos de transacción serán también diferentes, y, por ende, sus precios. Es decir, se tratará de mercados distintos. Si bien en la Sección A. l. ya mencionamos que lo que distingue un bien de otro es el mercado (apropiadamente definido) en el que éste se transa y no la apariencia física del bien, es conveniente ser reiterativo en este punto, pues es fuente común de muchos errores. Para convencer al lector de lo frecuente que es esta confusión entre el concepto económico de "objeto de transacción en un mercado" y el"uso común" que, erróneamente, se hace de dicho concepto, permítaseme presentar un ejemplo concreto extraído de la prensa de Santiago. El siguiente es un extracto de un artículo de El Mercurio, aparecido en "Economía y Negocios", el23 de abril del2001.

Desafortunadamente, en Economía existe bastante redundancia terminológica.

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"LONDRES (REUTERS).- Llegó la hora de vender sus dólares si usted cree

en la capacidad de predicción de las hamburguesas. La moneda estadounidense está en sus mayores niveles de sobrevaluación en 15 años, según la última lectura del índice Big Mac de la revista The Economist, que usa el costo de la hamburguesa en distintos países como una guía de los tipos de cambio de equilibrio de largo plazo. Esto puede parecer simplista en un mundo en el que los economistas reciben grandes salarios para construir complejos modelos que predicen hacia dónde se encaminan las monedas, pero el índice se basa en un viejo concepto económico: la Paridad del Poder de Compra. Esta teoría sostiene que el tipo de cambio entre dos monedas, debería, en el largo plazo, moverse a un nivel igual que los precios de productos y servicios idénticos en cada país". ¿Dónde está el error conceptual fundamental en este párrafo? En la última línea; concretamente, en la palabra "idénticos". En efecto, por muy prestigiosa que sea la revista The Economist, los señore~ que utilizan este "índice Big Mac" no tienen idea de qué significa, desde el puntó de vistaeconómico, que dos (o más) bienes sean "idénticos". Éste es, preCisamente, un ejemplo concreto en que se comete el error conceptual de distinguir bienes (productos, servicios) exclusivamente sobre la base de la apariencia física de éstos. Siguiendo la misma lógica de este "índice Big Mac", podríamos decir, por ejemplo, que los arriendos de casas (¡físicamente idénticas!) en el sector oriente de Santiago están" sobrevaluados" en relación con las del sector sur de Santiago, toda vez que el precio de mercado de las primeras sea mayor al de las segundas. ¡Absurdo! Obviamente, el mercado de compra-venta de hamburguesas adquiridas en restaurantes en un país determinado (en Francia, por ejemplo) y en un año determinado, no tiene nada que ver con el mercado de compra-venta de hamburguesas en restaurantes de otro país (en Estados Unidos, por ejemplo)24 • El precio de las hamburguesas ofrecidas y consumidas en restaurantes en Francia se determina en el mercado local de Francia, y el precio de las hamburguesas ofrecidas y consumidas en restaurantes de Estados Unidos, se determina en el mercado local de Estados Unidos25 • Si los precios en ambos mercados son distintos, es simplemente porque

hay diferencias ya sea por el lado de la demanda -gustos distintos, ingresos distintos, precios de bienes relacionados distintos- y 1o por el lado de la oferta: costos distintos. Los costos pueden diferir ya sea porque los precios de algunos insumas sean diferentes (salarios diferentes, por ejemplo) y 1o porque las estrvcturas de costos difieren (porcentaje que representa cada ítem del costo en el costo unitario total de las hamburguesas servidas en restaurantes). En consecuencia, las diferencias de precios entre ambos bienes (mercados) pueden reflejar cualquiera (o una combinación) de estas condiciones. Aparte de ello, ¿qué indican tales diferencias de precios? ¡Absolutamente nada! Refirámonos, a continuación, al concepto de equilibrio de mercado. Considérese un mercado cualquiera; por ejemplo, el mercado por un bien de consumo, Z. Usemos el símbolo P2 para representar el precio unitario de este bien y representemos por qz a las unidades físicas de dicho bien (kilos de Z, litros de Z, o lo que corresponda). Este~ representará el objeto · a transar en este mercado, por período de tiempo (por mes, por año, o por lo que corresponda). Representaremos en un gráfico este mercado. Para ello, n,ecesitamos representar de alguna forma gráfica el comportamiento de los dos tipos de actores interesados en intercambiar este objeto de transacción: a) los compradores o demandantes del bien Z, por una parte, y b) los vendedores u oferentes del bien Z, por otra. Representemos gráficamente el comportamiento de los potenciales compradores de Z por una "curva de demanda por el bien Z", que denominamos D2 • Gráficamente.

Curva de demanda Pz

Dz 24

¡A no ser que "los señores del índice Big Mac" crean que los consumidores franceses van a viajar a Estados Unidos cada vez que las hamburguesas en Francia estén más caras (en dólares) que en E.E.U.U.\

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Ello implica que no existe sustitución en el consumo (la "elasticidad" correspondiente es cero) entre hamburguesas vendidas en E.E.U.U. y hamburguesas vendidas en Francia, tanto para los consumidores norteamericanos como para los franceses. Es decir, las hamburguesas ofrecidas y consumidas en restaurantes representan lo que los economistas denominan como un bien no transable (no transado) en el mercado mundial. Cosa distinta es que una parte de los insumos requeridos para producir y vender hamburguesas al por menor pueda ser transable en el mercado mundial.

qz Esta curva tiene pendiente negativa; es decir, a precios más altos, menor es la cantidad del bien Z que los consumidores estarán dispuestos a comprar. Más adelante justificaremos por qué tiene que ser así. Por el momento, aceptémoslo como algo intuitivo.

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Podemos interpretar la curva de demanda por un bien, de dos formas equivalentes. Por un lado, representa las cantidades máximas del bien Z que estos consumidores de Z estarían dispuestos a comprar, para los diferentes precios posibles del bien Z. Por otro lado, también indica los precios máximos que estarían dispuestos a pagar estos consumidores de Z por distintas cantidades del bien Z. En ambas interpretaciones, estamos suponiendo que permanecen constantes las otras variables explicativas que pueden afectar el consumo deseado del bien Z -como los gustos de estos potenciales consumidores por el bien Z, el nivel de ingreso que éstos perciben, los precios de otros bienes relacionados con el consumo del bien Z-. Por ejemplo, si qz representara litros de Coca-Cola por mes, estamos implícitamente suponiendo, a la hora de dibujar esta curva Dz, que están constantes los precios de bienes tales como el pisco, el ron, la Pepsi-Cola, la Sprite. Representemos gráficamente ahora el comportamiento de los potenciales vendedores de Z, por una "curva de ofertapor el bien Z", que denominamos Sz. Gráficamente:

lo único que se altera es el precio del bien, y, por ende, se mantienen constantes las otras variables explicativas que también pueden afectar las cantidades que estas empresas estarían dispuestas a producir y vender, a cada precio -tales como los costos de producción, los gastos de comercialización, etc. El mercado por el bien Z lo conforman estos dos tipos de actores: los demandantes y los oferentes. Para representar gráficamente este mercado, por lo tanto, tenemos que "juntar" en un mismo gráfico la curva de demanda con la curva de oferta. Es lo que hacemos a continuación.

El mercado y su equilibrio Pz

E

Po

1

)1( Dz

Curva de oferta p

q,

S

qz Esta curva tiene pendiente positiva; es decir, mientras mayor sea el precio, mayor será la cantidad del bien Z que las empresas estarán dispuestas a producir y vender. Al igual que en el caso de la curva de demanda, también podemos interpretar la curva de oferta de un bien de dos formas, equivalentes. Por un lado, representa las cantidades máximas del bien Z que estos productores/vendedores de Z estarían dispuestos a producir y vender, a diferentes precios hipotéticos de este bien. Por otro lado, también indica los precios mínimos que estas empresas están dispuestas a aceptar para producir y vender diferentes cantidades del bien Z. En ambas interpretaciones, estamos implícitamente suponiendo que

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1

Sz



qz

Las curvas de demanda y de oferta en el mercado del bien Z, se cortan en el punto E del gráfico. Dicho punto se denomina "punto de equilibrio en el mercado". Las coordenadas de ese punto son un determinado "precio de equilibrio", P0 y una determinada cantidad transada, q0, también de equilibrio. Esta combinación de precio y cantidad (P0 , ~) es la única combinación que satisface simultáneamente a ambos actores del mercado: oferentes y demandantes. Por eso representa una combinación (P, g) de equilibrio. Además, si no se mueven (desplazan) ni la oferta Sz ni la demanda Dz, el precio unitario del bien seguirá ·siendo P0 y la cantidad intercambiada entre compradores y vendedores seguirá siendo~: el mercado por el bien Z permanecerá "quieto"; no habrá motivo alguno para que cambie ni el precio de Z = P0 ni la cantidad qz = ~- Este es el sentido del concepto de equilibrio de mercado. Ahora bien, ¿por qué se utiliza tanto en Economía este concepto de equilibrio de mercado? ¿Significa ello que los economistas pensamos que los mercados siempre están (en "la práctica") en equilibrio? ¿Constituye acaso el equilibrio de los mercados una especie de "dogma de fe" de la ciencia económica al cual adhieren los economistas? ¡No! ¡No se trata de eso! Las preguntas anteriores (en distintas versiones) son muy comunes entre aquellos estudiantes

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de Economía como segunda (o tercera) disciplina26 • El concepto de" equilibrio" aplicado a los mercados se usa profusamente en la ciencia económica simplemente porque resulta ser útil; es decir, dicho concepto cumple un rol meramente funcional, pero, simultáneamente, muy importante desde un punto de vista analítico. Veamos por qué. Primero, hagámonos la siguiente pregunta: ¿Puede haber desequilibrio en un mercado? Sí, puede haber, pero -en la medida que los precios puedan cambiar libremente- solo de forma transitoria. En efecto, supóngase que, por alguna razón, en este mercado del bien Z el precio no fuera el de equilibrio. En ese caso, sólo dos situaciones serían posibles: a) que el precio sea menor al de equilibrio (Pz < P0); o bien b) que el precio sea mayor que el de equilibrio (Pz> P0). Examinemos ambas posibilidades. Veamos primero la primera situación.

1

o temprano, llegará a su nivel de equilibrio, pues en un mercado privado co~ precios libres (sin interferencia gubernamental de ningún tipo) la única formr de "racionar" los bienes disponibles es a través de los precios de éstos. j_ Veamos ahora la otra posibilidad. El siguiente gráfico ilustra el caso ef que, por alguna razón, el precio del bien Z está por sobre su nivel de equilibriq:

~>~

1 1

l i¡

Caso 2: Exceso de oferta

i l

p,

1

Sz

p,

1

Po

Caso 1: Exceso de demanda Pz Sz E

q,r

q,

q,c

q,

Esta corresponde al caso 1 ilustrado en el gráfico: (P 1 < P0). En este caso la cantidad que los consumidores desean comprar (q1cen el gráfico) es mayor a la cantidad que las empresas desean producir y vender (qt en el gráfico). De modo que si Pz < P0, habrá un exceso de demanda. En este ejemplo, el exceso de demanda sería igual a (q1c- q/)· Ahora bien, en una economía de mercado, con precios libres y flexibles, ¿qué sucederá en este mercado con el precio del bien, si hay exceso de demanda? El precio del bien subirá. ¿Hasta donde va a subir? Hasta que se elimine el exceso de demanda. Esto implica que Pzsubirá, en este ejemplo, desde P1 hasta P0• Esto no quiere decir que Pznecesariamente subirá en forma instantánea; puede demorarse, podría subir gradualmente. Pero, tarde

Probablemente, en mayor medida si dichos estudiantes son profesionales que provienen de disciplinas totalmente diferentes a la Economía.

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'1

1 1 Si éste fuera el caso, la cantidad del bien Z que los productores est4 dispuestos a producir y vender (qP 2 en el gráfico) sería mayor que la que lqs consumidores estarían dispuestos a comprar a dicho precio (qc2 en el gráficot, · En estas circunstancias, habría un exceso de oferta; en el ejemplo, dicho exces~ de oferta sería igual a (qP 2 - q'). ¿Qué sucederá con el Pz si hay exceso de ofert~ Va a bajar, simplemente porque las empresas no pueden vender qP 2 unidad del bien Z al precio P2, ya que al precio de P2 los consumidores solo están di puestos a comprar qc2 unidades del bien Z. ¿Hasta dónde bajará dicho precio? Hasta que se elimine dicho exceso de oferta. Ello solo ocurrirá cuando Pz = P0, que es el precio de equilibrio. ¿Conclusión? Un mercado libre puede estar en desequilibrio (exceso de demanda o exceso de oferta), pero solo de forma transitoria. De modo que el concepto de equilibrio de mercado es sumamente útil, pues nos sirve para determinar cuál es el precio y la cantidad que se intercambia en un determinado mercado, o bien cuál será (¡tarde o temprano!) el precio y la cantidad transada en dicho mercado. El poder predictivo asociado a este concepto de equilibrio de mercado, es, por tanto, sustancial. ¿Qué más se le puede pedir? Pero el lector podría aún contraargumentar en los siguientes términos (como lo he observado más de una vez). ¿Podría suceder que, partiendo de una situación de desequilibrio (transitorio), "justo antes" de que se llegara al q,c

Po p,

26

1

Dz qo

q,r

qz

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equilibrio, cambien las condiciones de oferta o de demanda y se desplacen estas curvas y, por lo tanto, no se llegue nunca al punto de equilibrio E de los gráficos anteriores? Sí, podría. ¿Significa esto, entonces, que el concepto de equilibrio no sirve, pues "en la práctica" los mercados pueden no estar nunca en equilibrio? ¡No! Precisamente la gran virtud asociada al concepto de equilibrio de mercado que usa la ciencia económica es que permite predecir la dirección en que se moverían los precios y las cantidades transadas si, por alguna razón, cambian las condiciones de oferta y 1o de demanda en los mercados. Abordemos esto con un ejemplo.

Cambios en las condiciones de oferta y demanda Sz'

Pz

Sz1

Po

Dz1

q,

qz

Supóngase que el punto E de los gráficos anteriores corresponde al punto A de este gráfico, de modo que S0z y D0z son las mismas curvas de oferta y demanda anteriores. Considérese cualquiera de los casos de desequilibrio ilustrados anteriormente. Es decir, el mercado del bien Z no está en el punto A, sino "cerca" de A; el precio del mercado se está ajustando, gradualmente, hacia P0 (partiendo desde un precio superior a P0, o inferior a P0; da lo mismo). Súbitamente, "justo antes" de que el Pz llegue a P0, el Gobierno decide bajar los impuestos a la renta que cobra a las familias. ¿Qué pasará en este mercado, como consecuencia? Las familias verán súbitamente incrementado su ingreso disponible para gastar, por lo que aumentarán su consumo de todos los bienes, incluido este bien z. Gráficamente, ello se reflejaría en un desplazamiento de la curva de demanda, de D0z a D'z: a cada precio hipotético de Z, la cantidad máxima que estos consumidores están dispuestos a comprar del bien Z, será mayor que antes, pues ahora disponen de más ingresos. ¿Qué implicará dicho incremento en la demanda por Z? Que en este mercado el precio y la cantidad transada se moverían en dirección a las coordenadas del punto B en el gráfico; es decir, el precio de Z tenderá a ser mayor que P0 y la cantidad transada tenderá

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a ser mayor que CJo· También es posible que, toda vez que estos cambios en precios y cantidades no sean instantáneos, ocurra que "justo antes" de llegar al punto B del gráfico, suceda otro cambio en las condiciones de este mercado, esta vez (por ejemplo) en las condiciones de oferta: por alguna razón, se produzca una mejora tecnológica en la producción del bien Z, que reduzca los costos de producción de las empresas que producen este bien. En ese caso, las empresas estarían dispuestas a producir y vender más unidades del bien Z, a cada precio hipotético del bien Z: la curva de oferta se desplazaría de S0z a S'z, en el gráfico. ¿Qué implicaría ello? Que el precio de mercado del bien Z tendería a caer en relación con el que prevalecería en el punto B. También implicaría que la cantidad transada en este mercado tenderá a ser mayor que la que habría prevalecido en el punto B. Por cierto, el ejemplo podría continuarse con muchos posibles desplazamientos adicionales. Pero no es necesario. ¿Cuál es el punto de fondo? Muy simple; podemos señalarlo mediante otra pregunta. ¿Podríamos haber dicho todo lo que hemos dicho en este ejemplo, con relación a cómo se van moviendo los precios y las cantidades transadas ante cambios en las condiciones de oferta y demanda, si no contáramos con el "auxilio" de nuestro concepto de equilibrio? ¡Imposible! Precisamente, fue nuestro concepto de equilibrio lo que nos permitió predecir la dirección en que se mueven los precios y las cantidades, cuando cambian las condiciones del mercado. ¡Y esto es todo lo que pedimos los economistas al concepto de equilibrio de mercado! No importa que, "en la práctica", nunca se alcance el punto de equilibrio porque siempre estén cambiando las condiciones de oferta o de demanda y dichos cambios puedan ocurrir "justo antes" de que se alcance el punto de equilibrio. Esto es muy parecido a lo que ocurre cuando alguien va a cazar conejos con un perro cuya raza y adiestramiento lo convierten en un "perro conejero". Si el perro efectivamente es apto para cazar conejos, entonces la trayectoria que siga el perro a través del campo (la trayectoria que sigan los precios y las cantidades transadas) va a representar un buen predictor de por dónde anda el conejo (por dónde anda el punto de equilibrio del mercado); aunque el perro nunca logre cazar el conejo (aunque los precios y las cantidades nunca sean las de un punto de equilibrio específico), porque "justo antes" de que el perro lo logre cazar, el conejo (punto de equilibrio) logre arrancarse. Si el objetivo fundamental es predecir las trayectorias aproximadas que siguen los precios y cantidades transadas, ante cambios en las condiciones de los mercados, entonces el concepto de equilibrio de mercado es sumamente útil. ¡Y ese es, precisamente, el objetivo fundamental asociado a dicho concepto! El concepto de equilibrio persigue un objetivo de carácter analítico, no descriptivo.

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Hemos visto cómo, en la ciencia económica, la noción de equilibrio se aplica a dos cuestiones distintas: a) a los agentes económicos; y b) a los mercados. Es importante que el lector entienda y distinga estas dos aplicaciones diferentes del concepto de equilibrio. Sin embargo, dicha distinción no implica que ambas cuestiones sean totalmente independientes entre sí. De hecho, no lo son. En efecto, cada punto (i.e. combinación precio/ cantidad) de una curva de oferta presupone la existencia de" equilibrio" para el correspondiente oferente. Y cada punto (i.e. combinación precio/cantidad) de una curva de demanda presupone la existencia de "equilibrio" para el correspondiente demandante 27 • Puesto que un equilibrio de mercado implica, por definición, una determinada combinación precio/cantidad que pertenece, simultáneamente, a la curva de oferta y a la curva de demanda que conforman el correspondiente mercado, es imposible que exista un equilibrio de mercado que no implique, simultáneamente, una situación de equilibrio para los correspondientes oferentes y demandantes. La existencia de equilibrio para los demandantes y oferentes de un mercado es condición necesaria (pero no-suficiente) para la existencia de equilibrio en dicho mercado.

A.6. Correlación y causalidad; identidades y ecuaciones de comportamiento: diferencias de concepto ¿Cuál es la diferencia conceptual entre una correlación estadística y una relación de causalidad entre variables? ¿Y entre relaciones de identidad entre variables y ecuaciones de comportamiento? ¿Por qué son importantes estas distinciones para la economía? Este aspecto metodológico que abordaremos representa un aspecto crucial en la ciencia económica. También es uno que es fuente común de dificultades de comunicación entre el economista profesional y, en particular, profesionales de otras disciplinas que toman cursos del área de Economía28 • Desafortunadamente este problema de" comunicación interdisciplinaria" también se presenta, de forma no poco frecuente, con algunos que podrían conceptualizarse como profesionales "primos hermanos" de los economistas: aquellos del área de negocios/ administración de empresas. En todos estos casos, resulta frecuente 27

Esto lo va a comprender el lector cuando estudie Teoría Microeconómica.

28

Cuando estos alumnos corresponden a profesionales que provienen del área de las ingenierías, de la fisica o del área de matemáticas, casi nunca tienen este tipo de problemas.

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encontrar que se comete (consciente o inconscientemente, da lo mismo para estos propósitos) el"pecado" (¡más que "venial"!) de confundir "correlaciones estadísticas" con "relaciones de causalidad" -así como también, a veces, confundir "identidades" con "ecuaciones de comportamiento". Quizás la mejor forma de introducir estos conceptos y explicar su diferencia -en particular, para la distinción entre correlación y causalidad- sea . mediante ejemplos concretos. La siguiente es una historia verídica, que me tocó presenciar personalmente. Hace algunos años, estaba en la casa de un amigo norteamericano, sentado frente al televisor, preparándome para ver una final del campeonato profesional de básquetbol norteamericano (una final de la NBA). Antes de que comenzara dicho partido, un periodista deportivo especializado en básquetbol nos presenta a los televidentes un gráfico. En un eje de dicho gráfico representaba el número de puntos por partido que había encestado el mejor jugador de uno de los equipos, durante los últimos 3 años. En el otro eje del gráfico dicho periodista colocaba el comportamiento promedio del índice de precios de las acciones en el mercado bursátil de Nueva York (NYSE), durante esos mismos 3 años. Había conectado los puntos correspondientes a ambas variables y había encontrado una "curva" que indicaba una correlación bastante buena entre ambas. Después de mostrar su novedoso estudio estadístico, les indicó a los televidentes que él podía predecir cuántos puntos iba a marcar este jugador en la final de la NBA. ¿Cómo? Muy simple, dijo: como ya había "cerrado" el mercado de la bolsa de Nueva York, él ya conocía cuál era el valor del índice de precios correspondiente. Esto le permitía calcular "su promedio" para dicho índice. Con lo cual predecía cuántos puntos iba a encestar dicho "jugador estrella" en esta final de la NBA. ¿Parece increíble? ¡Pero es cierto! Dicho "periodista deportivo" no tenía la más remota idea de la diferencia entre una correlación estadística y una relación de causalidad. Lo que había encontrado en su gráfico era solo una correlación. Sin embargo, él estaba utilizando dicha correlación, como si fuera una relación de causalidad, cuando la correlación estaba indicando casualidad. ¡Ahí estaba su problema! Obviamente, no existe ningún tipo de hipótesis o teoría del comportamiento que permita relacionar el desempeño deportivo de un jugador de básquetbol con la evolución de los precios de las acciones de las empresas. Si bien este ejemplo puede parecer "extremo", es útil para ilustrar el asunto que nos ocupa. Una correlación estadística entre dos (o más) variables puede desaparecer tan fácilmente como apareció. De modo que, por sí sola, una mera correlación

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entre variables no sirve para fines de predicción. ¡Puede servir como algo anecdótico! También podría potencialmente servir como antecedente empírico para pensar en" algo" que pudiera, de manera eventual, explicar por qué se da dicha correlación. En este último caso, la correlación estadística podría ser un insumo de un proceso creativo intelectual que conlleve, en un futuro, a establecer alguna "teoría" que permita racionalizar y generalizar dicha correlación. Podría dar lugar así a la configuración de alguna hipótesis de comportamiento, que sea consistente con determinados principios generales científicamente aceptados y que, eventualmente, "transformen" dicha correlación en algo interesante. Pero en este caso la correlación no tiene un valor en sí misma, sino que tendría un valor instrumental: podría "pavimentar el camino" para determinar una nueva relación de causalidad entre variables. Sin embargo, una mera correlación estadística entre variables (¡por muy alta que esta sea!) en sí misma, no indica nada más que eso: una correlación; es decir, que ambas variables se movieron juntas, de una determinada manera, para un determinado período de tiempo o para una muestra particular de "algo" (de países, ele empresas, de familias, etc.) ¿En qué se diferencia una correlación de una relación de causalidad? Una relación de causalidad entre dos (o más) variables requiere de la existencia de alguna función (matemática) que postule que una de las variables representa la variable dependiente y la otra (o las otras) variable(S) representa(n) la(s) variable(s) independiente(s) o explicativa(s). Si, por ejemplo, tenemos dos variables cualesquiera, X y Z, no es lo mismo decir que X =f(Z) a decir que Z = f(X). En el primer caso estamos diciendo que la variable Z causa a la variable X. En el segundo caso estamos diciendo exactamente lo contrario. Las correlaciones estélflísticas no distinguen entre estas dos situaciones: solo indican que X y Z se mueven juntas; ya sea que X y Z se muevan en el mismo sentido (ambas suben, o ambas bajan) o se muevan en sentido opuesto (cuando X aumenta, Z disminuye; y viceversa). No se puede inferir relación de causalidad alguna solo a

partir de una correlación estadística entre variables. Ahora bien, en la ciencia económica, las funciones de comportamiento -que describen determinadas relaciones de causalidad entre variables- deben, a su vez, estar basadas en determinadas teorías económicas29 • En Economía interesa explicar por qué las variables económicas se comportan de determinada manera y no de otra. Es por eso que en teoría económica usamos relaciones de causalidad (funciones) y no correlaciones estadísticas. Esta distinción es sumamente importante en Economía.

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A este punto ya nos referimos anteriormente.

Ahora bien, existen diferencias metodológicas entre distintas ciencias. En particular, no en todas las disciplinas ni áreas del conocimiento científico es tan crucial esta distinción entre correlación y causalidad, como lo es en la ciencia económica. En determinadas circunstancias muy particulares, el utilizar correlaciones para fines predictivos puede ser la única opción disponible. Este suele ser el caso de la Medicina. En efecto, el desarrollo del conocimiento científico en Medicina está, en cierto modo, urgido por la necesidad imperiosa de sanar pacientes, por la necesidad de curar enfermedades y salvar vidas humanas. Tales "necesidades vitales" distorsionan el ideal metodológico para un científico. Así, la ciencia médica -cuyo objeto central de estudio es el funcionamiento del"sistema bioquímico" que conforma el cuerpo humanomuchas veces se da por satisfecha si solo puede describir síntomas que reflejan un mal funcionamiento de alguna "parte" de dicho sistema, en la medida que ello le baste para poder eventualmente "sanar" al paciente, aunque no se entienda el origen de tales síntomas. Hay innumerables ejemplos de esto en medicina. Por ejemplo, un médico (nefrólogo) puede determinar cuá1 es el conjunto de síntomas asociados al mal funcionamiento del sistema renal y cuándo ello implica riesgo vital. Tal"diagnóstico" le es suficiente para "curar" al enfermo renal grave (mediante un tratamiento de hemodiálisis de por vida o a través de tm transplante renal). Sin embargo, la medicina no conoce (hasta ahora) por qué falla esta parte del"sistema bioquímico" que se llama "riñones". No sabe cuáles son las "variables explicativas" que corresponden al mal funcionamiento renal-que sería la "variable dependiente" de la "función de comportamiento" para los riñones, en este caso. Por cierto, un médico no puede darse el lujo de esperar que la investigación científica en medicina determine cuáles son las causas de la insuficiencia renal para recién, entonces, curar al enfermo (¡pues el paciente se muere antes!). El médico simplemente actúa sobre los síntomas (efectos), pues ello le resulta suficiente para evitarle al paciente las consecuencias vitales de la insuficiencia renal. Esta especie de "enfoque metodológico de urgencia vital" que utiliza comúnmente la medicina, si bien es perfectamente entendible, presenta serias limitaciones, aún desde la propia óptica de esta ciencia. En efecto, siguiendo con este mismo ejemplo, el desconocimiento de la función (en el sentido matemático del término) que explica la insuficiencia renal, impide la posibilidad de que esa "parte" del sistema vuelva a funcionar como debe -pues solo se pueden evitar los efectos de su mal funcionamiento, no sus causas, ya que éstas son desconocidas-. Como corolario, el "remedio", la "política" que aplica el médico (haciendo un símil con la "política" que aplica un Gobierno para alterar el funcionamiento de alguna "parte" del sistema económico) tendrá solo un "efecto curativo",

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pero nunca un "efecto preventivo" (sobre el subsistema renal, en este caso). En Economía esta metodología simplemente no es aceptable. En la teoría del funcionamiento del sistema económico no sería aceptable que solo se pudieran determinar los síntomas de una crisis de balanza de pagos, por ejemplo, y los "remedios" para evitar la prolongación de sus efectos a través del tiempo. Tanto o más importante que ello es pSder determinar sus causas y poder, así, evitar que dicho mal funcionamiento de una parte del sistema económico se repita en el futuro, en ese u otro "paciente" distinto. Al contrario de la Ciencia Económica, la Medicina es, fundamentalmente, una "ciencia empiricista" que trabaja mucho en base a correlaciones estadísticas. Muchas veces utiliza dichas correlaciones estadísticas "como si" éstas representaran relaciones de causalidad30• En efecto, es práctica común en la medicina efectuar" experimentos" con fines de investigación científica. Tales experimentos correlacionan empíricamente determinadas variables. A partir de ello, se extraen conclusiones que muchas veces no son, en estricto rigor, de carácter científico 31 • Por ejemplo, un experimento muy conocido es aquel que relaciona las siguientes dos variables: i) número de pacientes con cáncer al pulmón (llamémosle Z a esta variable), con ii) cantidad de cigarrillos diarios que, en promedio, fumaron dichos pacientes (llamémosle X a esta variable). Si esta correlación estadística entre X y Z resulta ser significativa (alta), entonces el investigador concluye que Z = f(X). Si bien es cierto que, en este caso particular, de existir una relación de causalidad entre ambas variables, ésta no podría ir en sentido contrario -es decir, no sería lógico postular que X =f(Z)-la sola correlación estadística entre X y Z (por muy alta que sea) no es suficiente para concluir que el consumo diario de cierto número mínimo de cigarrillos causa cáncer al pulmón. Puesto que la medicina no sabe por qué el consumo de cigarros desarrolla células cancerígenas en los pulmones -desconoce cuál es el conjunto de mecanismos específicos a través de los cuales el consumo de cigarros genera cáncer pulmonar-la relación funcional postulada, Z = f(X), es totalmente ad hoc. Este tipo de proceder representaría, desde la óptica de la ciencia económica, una herejía metodológica -pues implica utilizar correlaciones como relaciones de causalidad-. Por cierto, hay que reconocer que los objetivos

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Por cierto, ello no se debe a un error de interpretación de los científicos de la medicina (como sí era el caso del ejemplo anterior del periodista deportivo que comentaba la final de la NBA), sino a este "enfoque metodológico de urgencia vital" que se ven forzados a utilizar los médicos. Al menos, no en la acepción que tiene dicho término en la Ciencia Económica, en las Matemáticas y en otras ciencias.

de dichas ciencias -economía y medicina- no son totalmente simétricos, a pesar de que ambas tengan en común el estudio de un "sistema". Es importante señalar también que las correlaciones estadísticas entre dos variables, que puedan encontrarse a través de estudios empíricos, a veces ni siquiera son susceptibles de interpretarse como correlaciones propiamente tales, pues puede tratarse de "correlaciones espurias". En efecto, considere un investigador que desea determinar con qué variable se relaciona el comportamiento de una determinada variable X1. Por ejemplo, supóngase que X1 representa el número de casos de afecciones respiratorias en la Región Metropolitana. Supóngase (a modo de ejemplo) que un investigador chileno presenta un "experimento" en una reunión de expertos en salud pública, en la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la cual se está analizando éste y otros problemas de salud pública en el mundo. El investigador recolectó información estadística sobre X1 en Chile, considerando datos trimestrales, para los últimos 30 aí'i.os. Encuentra que el total de casos trimestrales de afecciones respiratorias está altamente correlacionado con las (4) estaciones del año: el menor número de casos se da en verano; suben los casos en otoño, llegan a su máximo en invierno, se red~cen en primavera, llegando a su mínimo en verano. Este patrón tiende a repetirse año a año, durante los últimos 30 años. Sobre la base de este "descubrimiento", decide que la variable X2 es, precisamente, las estaciones del año. ¡La correlación entre \ y X2 sale altísima! Al presentar este experimento en la reunión de la OMS, varios investigadores se extrañan, pues en sus países no se da dicha alta correlación entre número de enfermedades respiratorias trimestrales (X¡) y estaciones del año (XJ ¿La razón? Se trata de una "correlación espuria". ¿Por qué? Porque resulta que las estaciones del año están altamente correlacionadas en Chile con otra variable, Z: la contaminación ambiental en la Región Metropolitana. Es esta variable Z la que hace subir o bajar X1, no las estaciones del año per se. Un experimento o estudio estadístico en que se relacione el comportamiento -ya sea a través del tiempo, a través de países, a través de empresas, de familias, etc.- de una determinada variable X1 (cualquiera) con otra variable -sin tener ninguna base teórica que permita explicar por qué puede darse tal correlación- es perfectamente posible que salga "exitoso", en el sentido de que los datos utilizados indiquen que\ está altamente correlacionada con X2• ¿Significa esto que la correlación entre X1 y X2 es "alta" porque efectivamente \está muy relacionada con X/ ¡No necesariamente! Es perfectamente posible que los datos del experimento o estudio estadístico en cuestión reflejen que las variables y "se mueven juntas" simplemente porque hay una tercera variable, no contemplada en el experimento (digamos, Z), que está altamente correlacionada con X2 y con Xr De modo que la correlación estadística entre

x2

xl x2

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X1 y X2 sale "alta" no necesariamente porque X1 tenga algo que ver con el comportamiento de X2• En otras palabras, la correlación entre X1 y X2 se explica por la correlación entre X2 y z. De modo que puede ser Z (no Xz) la variable pertinente para ser considerada en el experimento que busque encontrar qué variable se relaciona con el comportamiento de X1• Este riesgo de "correlaciones espurias" estará siempre presente cuando se usen correlaciones. ¡Cuidado con las correlaciones! Independientemente de las razones que sean particulares a una ciencia y que puedan eventualmente hasta justificar el uso de correlaciones estadísticas para fines predictivos -como en el caso de la medicina- es importante señalar que tal práctica metodológica puede actuar como un freno al desarrollo científico, en particular si dicho desarrollo depende también de la investigación científica interdisciplinaria. Esto ocurrirá por dos razones: a) normalmente estas correlaciones involucran solo dos variables (o "muy pocas" variables), lo cual naturalmente tiende a descuidar que se investiguen las interacciones entre las diferentes "partes" del"sistema" bajo análisis; y b) las correlaciones, por definición, no indican causalidad, de modo que su (erróneo) uso como relaciones de causalidad, distorsiona el proceso de descubrir las verdaderas relaciones causa-efecto al interior del"sistema" bajo análisis 32• Estos dos elementos tenderán a dificultar la interacción entre ciencias que, potencialmente, puede ser de beneficio mutuo. El caso de la medicina y de la Ingeniería resulta ser un buen ejemplo de esto. Recuerdo una anécdota interesante en este sentido. Unos amigos ingenieros mecánicos y eléctricos, expertos en robótica, estaban diseñando un ambicioso proyecto de investigación conjunta con médicos (en una universidad norteamericana). La idea de estos ingenieros era investigar cómo mejorar, estructuralmente, las piernas ortopédicas (prótesis). Para ello, necesitaban modelar matemáticamente la forma en que el cerebro humano transmite los impulsos eléctricos hacia las piernas. Cada médico especialista con que estos investigadores ingenieros se entrevistaron para obtener tal información, les dijo cosas distintas y 1o demasiado vagas como para poder Dicho sea de paso, ambas cuestiones pueden contribuir a explicar por qué cuando un "paciente" le consulta a un médico (cualquiera) sobre la razón de un determinado diagnóstico (cualquiera), el número de "por qués" que es capaz de responder dicho médico es relativamente bajo -y dicho número tiende a ser aun menor si se trata de un médico especialista en alguna "parte específica" del "sistema bioquímico del cuerpo humano", que si se trata de un médico general o internista-. Invito al lector que haga una vez el experimento de hacer este tipo de interrogatorio, para que lo compruebe personalmente. También aprovecho de invitar al lector a que jamás se autorrecete especialistas médicos a base de manifestaciones externas superficiales de síntomas: debe pasar antes por un "médico general" o internista. ¡Un dolor de piernas puede tener un origen cerebral -nada que ver con un "traumatólogo"!

32

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ser representadas, matemáticamente, mediante ecuaciones diferenciales33 • El proyecto fracasó. Otro aspecto metodológico, en cierta forma relacionado con lo anterior, se refiere a la distinción entre identidades y ecuaciones de comportamiento. Esto también tiende a ser fuente de confusiones. Una identidad es una relación entre variables que se satisface siempre, por definición. No existe posibilidad alguna de que una identidad (cualquiera que esta sea) no se cumpla, simplemente porque, por construcción, está siempre definida para que se cumpla. A este tipo de relación entre variables se la llama tautológica. Veamos algunos ejemplos concretos. Existe una identidad contable entre el total de activos y el total de pasivos de una empresa (cualquiera). Dividamos arbitrariamente cada uno de esos dos totales en dos subconjuntos: A1 y A2, para los activos; L1 y L2, para los pasivos. Entonces podemos escribir la siguiente identidad:

(1)

A 1+ A 2 =L 1 + L 2

La expresión (1) dice que la suma de activos de una empresa es idéntica a la suma de pasivos. Por cierto, esta identidad (1) podría escribirse de muchas maneras; por ejemplo:

=

(l.a) A 1 L1 + L2 -A 2

; o bien

(l.b) L1 =A1 + A2 - L2 Y así sucesivamente. ¡Todas significan lo mismo! En todas estas posibles diferentes formas de escribir la identidad (1), es totalmente arbitrario qué variable uno escoge para poner al"lado izquierdo" y cuáles escoge para poner al"lado derecho" de la igualdad. Esto nos está reflejando que una identidad no indica absolutamente nada acerca de posibles relaciones de causalidad entre las variables involucradas. Por lo tanto, a partir de la identidad (1.a) no tiene ningún sentido escribir una función que diga que A1 = f(L 1, L2, Az); así como tampoco tendría sentido usar (l.b) para decir que L1 =f(A 1, A2, Lz). No se pueden inferir "funciones" a partir de ninguna de las múltiples formas de escribir la identidad (1). Si alguna de las variables que aparecen en una identidad (cualquiera) pudieran vincularse a través de una relación funcional (de causa-efecto), tal relación funcional no se puede desprender

33

Como el lector ya debe saber (a estas alturas), una ecuación debe respaldarse en alguna "función", que involucra una relación de causa-efecto entre un conjunto de "variables explicativas" y una determinada "variable dependiente".

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de la identidad per se, sino de algún "modelo" o "teoría" del comportamiento relevante para dichas variables. Las identidades tienen un carácter descriptivo, no explicativo. Reflejan una especie de fotografía de "algo": en el ejemplo de la identidad (1), ese "algo" se refiere al valor del conjunto de derechos y obligaciones que tiene un ente llamado "empresa" en un momento determinado del tiempo. También pueden utilizarse identidades para variables de otra naturaleza; por ejemplo: (2)

Superficie total de Chile= Superficie habitada +Superficie no habitada

(3)

Distancia= velocidad x tiempo

Uno puede utilizar una determinada identidad evaluando los números correspondientes, en distintos puntos del tiempo. Así, por ejemplo, podríamos considerar la identidad (1 ), para una empresa determinada. Podernos calcular el total de activos (pasivos) sumando A1 + A2 (y sumando L1 + L2) para un año cualquiera -para el año 2003, por ejemplo-. Podríamos repetir el mismo ejercicio y encontrar la suma total correspondiente para el año 2004. Supongamos que el primer número nos dio $4.000 millones y el del 2004 nos dio $5.000 millones. Es decir, el total de activos (pasivos) subieron un 25% entre el año 2003 y 2004, para una empresa cualquiera. Si solo disponernos de esta información -es decir, los valores para A1, A2 y L1, L2 para ambos años- ¿podemos decir algo de por qué subieron los activos o pasivos totales de esta empresa? ¡No! Simplemente porque no podemos inferir relación causa-efecto alguna a partir de una identidad (sea ésta de carácter contable o no). Solo podríamos decir (en este ejemplo) cuál es la contrapartida de tal incremento de 25% en los activos (pasivos) de esta empresa, cuál (o cuáles) componentes específicos del activo o del pasivo contribuyeron relativamente más a dicho incremento de 25%. Eso es todo lo que podernos inferir a partir de una comparación de una determinada identidad, en dos puntos del tiempo distintos. Lo mismo es válido si usarnos una identidad para comparar distintos países, por ejemplo. Independientemente del tipo de comparación que se quiera efectuar utilizando identidades, estas comparaciones no permitirán explicar cambios en ninguna de las diferentes variables incluidas en ellas. Para explicar cambios en el comportamiento de variables necesitarnos funciones, es decir, necesitarnos necesariamente "casarnos" con determinadas relaciones causa-efecto entre variables. Cuando estas "funciones" las expresarnos en términos explícitos, es decir, corno ecuaciones matemáticas, entonces tenernos lo que denominamos ecuaciones de comportamiento.

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Los "modelos" en Economía están siempre compuestos por varias ecuaciones de comportamiento, que surgen de determinadas funciones (las cuales, a su vez, están fundamentadas por determinadas teorías del comportamiento económico). También se incluyen determinadas identidades en los modelos económicos. Típicamente, estas identidades representan restricciones que tienen que satisfacerse al interior del subsistema económico cuyo comportamiento está siendo analizado por el modelo económico en cuestión. Algunas de estas identidades pueden ser similares a identidades de tipo contable -corno la identidad (1) del ejemplo anterior-. La presencia de identidades en los modelos económicos resulta útil para verificar cierta consistencia entre las diferentes predicciones que pueda tener un modelo para las distintas variables que éste pretenda explicar. Tales identidades no sirven, sin embargo, para explicar comportamiento económico. Este papel lo desempeñan las ecuaciones de comportamiento.

A.7. Economía y Política Económica: objetivos e instrumentos. Nexos entre la Economía y otras ciencias en la Política Económica. Política Económica y Políticas Públicas "Ciencia Económica" y "Política Económica": dos categorías conceptuales diferentes. ¿Qué es y por qué existe la Política Económica? ¿En qué medida la praxis del diseí'ío de cualquier Política Económica concreta es un tema del ámbito propio de los economistas, y en qué medida no lo es? ¿Por qué, en la práctica, no resulta posible definir una política económica específica descontextualizada de la Política Pública? ¿Por qué no es factible entender ni evaluar una política económica concreta de un gobierno en un país específico y en un momento histórico determinado, única y exclusivamente sobre la base de modelos económicos abstractos? Un sistema económico "de mercado", podría, en teoría, funcionar "de manera natural" en forma totalmente descentralizada, sin que para ello se requiriese necesariamente de un papel particular para el Estado o para el Gobierno -aparte de un rol de carácter institucional como garante de los derechos de propiedad, facilitador de información agregada pertinente para la torna de decisiones económicas, y, quizás, corno oferente de medios de pago para facilitar las transacciones-. Este sería, en principio, un sistema económico "puramente privado" (por así decirlo) en el cual el Gobierno solo desempeñaría un rol de "garante contemplativo". Tal sistema económico de

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mercado, sin embargo, produciría resultados en términos de bienestar colectivo, que no serían éticamente aceptables por la inmensa mayoría de la población. ¿Por qué? Simplemente porque en una "economía de mercado" las decisiones de producción de bienes y servicios se guían exclusivamente conforme a un criterio de rentabilidad privada. Es decir: i) el tipo de bienes y servicios que se producen; ii) las cantidades específicas en que éstos se producen; iii) la oportunidad en que éstos se producen; iv) la velocidad a que éstos se producen; v) así como los consumidores potenciales específicos para los cuales éstos se producen; son todos factores que responden a una comparación costo-beneficio, la cual emana del objetivo central de la empresa privada: maximizar (lo más que sea posible) las utilidades que se puedan obtener a través de la producción de bienes y 1o servicios. Si solo existiese este tipo de actividad económica privada, habría un subconjunto significativo de personas que quedarían excluidas del consumo de determinados bienes y 1o servicios; específicamente, todos aquellos individuos cuyos niveles de ingreso no fuesen suficientes como para pagar los precios que "el mercado" determine como rentables -desde el punto de vista de la empresa privada y del "promedio" de individuos que consumen dichos bienes y 1o servicios-. Así, por ejemplo, quedarían excluidos de los servicios de protección policial todos aquellos que, por insuficientes niveles de ingreso, no pudieran pagar su "precio de mercado"; quedarían excluidos de los servicios de salud y de educación, todos aquellos que no pudiesen pagar su "precio de mercado"; quedarían excluidos de contar con una vivienda, todas aquellas familias que no pudiesen pagar su "precio de mercado"; quedarían excluidas de un "consumo mínimo de subsistencia" todas aquellas familias cuyos ingresos fuesen insuficientes para adquirir en el mercado una "canasta básica de alimentos"; etc. Un sistema económico "de mercado" tiene dos caras: es eficiente para asignar los recursos (siempre escasos) de que dispone una sociedad y, simultáneamente, es excluyente hacia todos aquellos individuos cuya "restricción presupuestaria" no les permite beneficiarse de la distribución de los diferentes bienes y servicios que produce el sistema económico capitalista. Es esta "segunda cara" de dicho sistema la que justifica que el Estado recaude ingresos -cobre impuestos a familias y empresas- haga una especie de "fondo común" con esos recursos, y los redistribuya a la población, para enfrentar así estas "exclusiones" de bienestar que, éticamente, son inaceptables para la inmensa mayoría de la población en cualquier parte del mundo. En otras palabras, es función del Estado (¡no de la Ciencia Económica!) establecer las restricciones de carácter ético dentro de las cuales debe circunscribirse la maximización de la eficiencia económica a la que propende un sistema económico capitalista de

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mercado34 . Por ello, los Estados intervienen en el sistema económico en diferentes grados y formas específicas; los Gobiernos disponen de un Presupuesto, que deben administrar; existen políticas de los Gobiernos para abordar diferentes aspectos relacionados con el funcionamiento del sistema económico. En todos los países con sistemas económicos capitalistas, los Gobiernos tienen una Política Pública, donde el Estado es un ente ejecutor de "políticas sociales"35 y un árbitro que dirime intereses contrapuestos entre los distintos actores económicos y sociales, en pro del bienestar colectivo. Por cierto, en la práctica existen distintos conceptos acerca de lo que se entiende concretamente por "bienestar colectivo", lo cual significa que el papel específico del Estado dentro de un sistema económico capitalista sea un tema sujeto a controversia. Esto último se analizará a continuación, al estudiar el tema de la Política Económica. Entenderemos por Política Económica, el comportamiento del Gobierno destinado a la consecución de determinados resultados en relación con el funcionamiento del sistema económico. Tales resultados pueden ser tanto de carácter cualitativo (la firma de un Tratado de Libre Comercio, por ejemplo) c9mo cuantitativo (metas específicas para la tasa de inflación anual, por ejemplo). Hace muchos años, un economista holandés planteó una forma muy útil para conceptualizar la política económica y describirla en términos específicos36: toda Política Económica --en cualquier país y cualquier período de tiempo- puede describirse exhaustivamente mediante una especie de "libro con dos capítulos" (por así decirlo):

34

Así como el Estado, a través de las autoridades de Política Económica (entre otras), asume dicha responsabilidad de carácter ético, también resulta deseable que aquellas autoridades que deciden e implementan las diversas políticas de negocios (y otras complementarias) al interior de la empresa privada, asuman la responsabilidad de conciliar todas aquellas acciones que resulten funcionales al objetivo de maximizar las utilidades de la empresa, con la preservación de determinados estándares éticos. Ello, tanto al interior de la empresa misma (en particular, las relaciones laborales no solo han de concebirse como relaciones funcionales, sino también como relaciones humanas) como en lo referido a las interrelaciones de la empresa con sus dueños 1accionistas y con el medio externo (con "la competencia", con los compradores de los bienes y/o servicios que ésta produce, con sus proveedores de insumas y con las instituciones vinculadas al orden jurídico).

35

Las "políticas sociales" representan precisamente el mecanismo a través del cual el Estado se hace cargo de compensar tales "efectos excluyentes" en términos de bienestar, asociados a un sistema económico de mercado. Las Políticas Sociales comprenden la política educacional, de salud pública, de vivienda, más otros programas orientados a asistir a los gmpos más pobres de la población (tales como programas de alimentación básica), cuyas características específicas varían de país en país. Jan Tinbergen: On the Theory ofEconomic Policy, North-Holland Publishing Company, Amsterdam, 1955.

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a) el capítulo de los objetivos; y, b) el capítulo de los instrumentos. A su vez, la prueba de eficiencia que deben pasar las autoridades de política económica consiste en el grado de efectividad en que los instrumentos utilizados permitieron alcanzar los objetivos estipulados, dentro del período de tiempo establecido37• Al referirnos, separadamente, a estos "dos capítulos" (Objetivos e Instrumentos) que permiten describir cualquier política económica, abordaremos explícitamente la interacción entre la ciencia económica y otras disciplinas en la configuración concreta de una Política Económica, en la práctica. Así, examinaremos en qué medida la praxis del diseño de una Política Económica (cualquiera) representa una cuestión de carácter técnico, exclusiva del ámbito propio de los economistas, y en qué medida no lo es.

• Objetivos de política Los objetivos de una Política Económica consisten en un conjunto de metas específicas relacionadas con el sistema económico, en lo que se refiere a su funcionamiento y resultados en términos de bienestar colectivo, durante un período de tiempo predeterminado. Las metas de la Política Económica se establecen, por lo general, dentro de los Programas de Gobierno -aunque, a veces, también puedan cambiarse o se agreguen otras durante el período de gobierno-. En los sistemas políticos democráticos, el período de tiempo para el cual se definen las metas de la Política Económica es un período limitado y corresponde a aquél para el cual el Gobierno de tumo le corresponde ejercer el Poder Ejecutivo. Este será el contexto en el que se analizará la Política Económica. Para definir exhaustivamente los contenidos de este "primer capítulo" de la Política Económica -el "capítulo de los objetivos"- se requiere subdividir dicho "capítulo" en dos secciones. Por un lado, es necesario enunciar el conjunto de metas, cualitativas y cuantitativas; es decir, hacer una especie de listado de metas. Por otro lado, se requiere priorizar las diferentes metas, jerarquizarlas enfunción del tiempo calendario. Esto último es un reconocimiento explícito de dos aspectos importantes para el diseño de cualquier política económica: a) no todos los objetivos se pueden alcanzar en forma simultánea, pues toma tiempo producir cambios en el sistema económico; tanto en lo que se refiere a materias específicas de su funcionamiento, como en lo que se refiere a sus resultados en términos de bienestar colectivo; y b) no siempre resulta indiferente 37

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Dicha "prueba de eficiencia" es independiente de cuáles sean Jos objetivos específicos estipulados en la Política Económica.

la secuencia temporal específica en que tales cambios en el sistema económico se materialicen, tanto desde un punto de vista técnico como desde el punto de vista político. Podemos pensar en estas dos partes en que se subdivide el" capítulo de los objetivos" como dos etapas: en la primera etapa, se listan todas las metas deseadas; en la segunda, dichas metas se priorizan. Ahora bien, ¿en cuál de estas dos etapas específicas tienden a producirse más diferencias entre las políticas económicas? Depende del contexto histórico y del tipo de países que uno considere. Si uno considera a los denominados países industrializados o desarrollados durante los últimos 50 años, no es precisamente en la "primera etapa" donde se tienden a producir las diferencias más significativas, sino más bien a la hora de jerarquizar cada uno de los objetivos. En algunos de estos países (como Estados Unidos, Canadá), las diferencias en los objetivos de Política Económica en los distintos gobiernos son bastante mínimas. Por el contrario, si uno considera países en desarrollo -por ejemplo, los países latinoamericanos- el escenario es diferente. En este último caso, conviene distinguir entre dos contextos históricos distintos: antes y después del término de la denominada "Guerra Fría" 38• Durante la época de la "Guerra Fría" era frecuente en América Latina que los Programas Económicos de los distintos gobiernos postularan cambios bastante radicales en el sistema económico -tan radicales como pasar de un sistema económico capitalista a otro de carácter socialista, en el cual el Estado (no el sector privado, no el mercado) era el principal ente asignador de recursos en la economía-. En dicha época, era frecuente que diversos grupos o partidos políticos que se alternaban en el ejercicio del Poder Ejecutivo, tuviesen visiones muy disímiles en términos del papel del Estado en la economía. Como 38

Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, se gestaron dos bloques políticos de países: uno encabezado por los Estados Unidos (E.E.U.U.) y el otro por la (otrora) Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Ambos bloques iniciaron una vertiginosa carrera armamentista, en la cual el uso militar de la energía nuclear y el desarrollo de alta tecnología para producir armamento de largo alcance, constituyeron los pilares bélicos fundamentales. Representaba una guerra "fría" en el sentido de que dicha carrera armamentista estuvo (teóricamente) destinada a disuadirse mutuamente de una tercera guerra mundial, en virtud del temor a las consecuencias catastróficas que una guerra declarada con tal annamento nuclear tendría para ambos bloques de·países (para el mundo entero). Esta "Guerra Fría" tuvo una fuerte contrapartida ideológica. Era conceptualizada como una confrontación entre dos posturas totalmente excluyentes entre sí, respecto de la forma de concebir la libertad del hombre, el rol del Estado, y la organización social, económica y política: a) el capitalismo, por un lado, encabezado por E.E.U.U., versus b) el comunismo, por el otro, encabezado por la URSS. En términos de tipos de sistemas económicos, ello se tradujo en una confrontación ideológica entre dos sistemas de organización económica diferentes: i) un sistema con una economía centralmente planificada por el Estado (el esquema de la URSS), y ii) un sistema con una economía descentralizada, en la cual la asignación de recursos estaba orientada libremente por el sector privado, inserto en una "economía de mercado" (el esquema de E.E.U.U.).

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corolario, en dicho período las diferencias más importantes entre las Políticas Económicas tendían a producirse en la "primera etapa", es decir, en el listado de metas a alcanzar. Las diferencias en cuanto a prioridades para las metas comunes entre los distintos gobiernos, también se producían, pero fundamentalmente como consecuencia de las asimetrías en los tipos de objetivos a alcanzar. Con posterioridad al término de la "Guerra Fría",39 dicha situación cambió de manera significativa en América Latina. La disyuntiva entre un sistema económico capitalista versus uno socialista dejó de ser políticamente rentable; y se fueron acercando, gradualmente, las visiones de los diversos partidos y grupos políticos en relación con el rol del Estado en la economía 40 • A partir de la década de 1990 en adelante, ya ningún país latinoamericano democrático se planteó esquemas de políticas económicas conducentes a sustituir un sistema económico capitalista por uno socialista. Las diferencias al interior de estos países se están dando más bien en términos de cuál es el papel específico del Estado dentro de un sistema económico capitalista, en el cual el sector privado representa el eje central del sistema y el mercado es el principal ente asignador de recursos en la economía. En América Latina, a partir de 1990 en adelante, las mayores diferencias entre los diferentes gobiernos en relación con los objetivos de Política Económica, no se han dado en los contenidos específicos del conjunto de metas deseadas, sino más bien en las prioridades que se les asignan a éstas. Situémonos en el siglo XXI. Consideremos, a modo de ejemplo, la siguiente lista (incompleta y arbitraria) de objetivos de Política Económica para un período de tiempo determinado41 : 39

El término de la Guerra Fría normalmente se asocia con un hito simbólico: la histórica decisión de abrir el Muro de Berlín, el9 de noviembre de 1989. Dicha decisión fue tomada por Egon Krenz, líder comunista reformista que sustitnyó a Eric Honnecker en la República Democrática Alemana.

40

El caso de Chile posiblemente ha sido el caso más notable en América Latina en este sentido (lo cual ciertamente ha contribuido en forma positiva al buen desempeño de la economía chilena desde 1990 en adelante).

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El lector no debe pensar que los Gobiernos, a través de la Política Económica, están dotados de una especie de "poder mágico" que les permite determinar, por sí solos, el comportamiento de todas y cada una de las diferentes variables económicas asociadas a esta lista de o~jetivos. Una cosa es que un Gobierno pueda afectar, a través de su política económica, el comportamiento de una determinada variable económica. Otra cosa, muy diferente, es que éste pueda determinar dicho comportamiento. El grado en que un Gobierno (cualquiera) pueda influir sobre este listado de metas, es variable. Ello dependerá (entre otros factores) de cuál sea la meta específica que consideremos. Así, por ejemplo, un Gobierno podrá tener mucho más influencia sobre las metas referidas a las políticas fiscal, monetaria (inflación), cambiaría y de comercio exterior, que respecto a las metas de crecimiento económico. En particular, tm Gobierno puede influir sobre el crecimiento económico, pero no puede determinar la tasa de crecimiento de una economía.

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• • • • • • • •

metas de crecimiento económico metas de inflación metas de desempleo metas de déficit 1 superávit fiscal metas de políticas de comercio exterior metas de política cambiaría (tipo de sistema cambiario) metas de pobreza metas de distribución del ingreso Es muy probable que cualquier programa de gobierno en un país en desarrollo contemple, al menos, estos objetivos de Política Económica. ¿Significaría este "consenso" que no existe diferencia alguna en cuanto a los objetivos de política económica en los programas económicos de los gobiernos encabezados por distintas fuerzas políticas? No. Las razones son dos. Primero, porque la priorización de cada uno de estos objetivos específicos a través del tiempo, puede diferir. Por ejemplo, para un gobierno puede ser más importante preocuparse, primero, por el crecimiento económico, y, después, por reducir la pobreza. El argumento de ese gobierno podría ser que, en un 80%, la pobreza se elimina, gradualmente, con el crecimiento económico. Pero otro gobierno podría pensar distinto al respecto. Podría postular que, aunque sea cierto que el80% de la pobreza eventualmente se elimine con el crecimiento económico, el tiempo requerido para ello es "demasiado largo". Y el20% restante de pobreza que no logre ser eliminada por el crecimiento económico, corresponda a "pobreza extrema", sobre la cual se estime que hay que actuar en forma urgente. De modo que el trasfondo del desacuerdo entre estos dos gobiernos sería, en este caso, el tiempo que se está dispuesto a esperar para alcanzar determinadas metas en relación con la pobreza. ¿Es éste un simple problema "técnico", en el sentido de que puede ser zanjado por el economista a través de lo que éste aprendió de la ciencia económica? Claramente no. ¡Si lo fuere, hace mucho tiempo habría sido zanjado! Las preferencias particulares de los gobiernos en relación con la priorización en el tiempo del conjunto de objetivos de Política Económica no son una materia exclusiva de la ciencia económica. Hay una segunda razón por la cual los programas económicos de diferentes gobiernos no serán idénticos en este "capítulo de los objetivos" de la Política Económica, aún bajo el supuesto de que todos los gobiernos puedan concordar en el contenido de la lista de los objetivos. Consideremos en forma conjunta los dos últimos objetivos de dicha lista: las metas de pobreza y las metas de distribución del ingreso. Se producirá una interacción entre "objetivos" e "instrumentos" que, necesariamente, incrementará la lista de objetivos del ejemplo en cuestión y nos llevará a incluir objetivos que no son estrictamente

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de carácter económico. En efecto, para lograr alcanzar determinadas metas de reducción de la pobreza y, muy en particular, de mejoramiento en la distribución del ingreso, se requerirá implementar políticas educacionales y de salud pública (entre otras). De modo que, a la lista de objetivos del ejemplo, necesariamente habrá que agregarle, al menos, dos objetivos más: metas educacionales y metas de salud pública. ¿Qué significa esto? Simplemente que, en la práctica, es imposible definir una Política Económica descontextualizada de la Política Pública. La Política Económica es un subconjunto de la Política Pública.

Política Pública: diagrama simplificado

Otras Políticas Públicas Política de Salud

La Política Pública, además de los objetivos normalmente estipulados en la Política Económica, incluirá una serie de otras políticas (educacionales, de salud, vivienda, de desarrollo institucional, etc.) que interactúan con la Política Económica e interactúan entre sí (como se ilustra en el diagrama). Dicha interacción tiene dos orígenes. Por una parte, algunas de las metas contempladas en los objetivos de la Política Económica requieren, para ser alcanzadas, de otras políticas de naturaleza distinta. Este es precisamente el

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caso de la interacción entre las metas de pobreza/ distribución del ingreso, con las metas en términos de políticas de salud y política educacional. Es sabido que incrementar las posibilidades de acceso a los servicios de salud (en medicina curativa y preventiva) y de educación a los más pobres, tanto en términos de cobertura como de calidad del servicio, mejorará en forma directa el bienestar de éstos (reduciendo la pobreza) y, simultáneamente, se incrementarán las. oportunidades futuras de obtener empleos mejor remunerados (reduciendo la pobreza y mejorando la distribución del ingreso en la población a través del tiempo). Por otra parte, la implementación de las políticas públicas requiere de financiamiento, que proviene del Presupuesto Fiscal; de modo que las metas de déficit/ superávit fiscal que estipule la Política Económica deben ser consistentes con las metas del resto de las Políticas Públicas, y viceversa, pues el sector público es uno solo y los recursos del Estado son limitados. En otras palabras, cada Gobierno se ve enfrentado a un problema de asignación de recursos que es esencialmente similar al problema de asignación de recursos que enfrenta cualquier agente económico privado: asignar recursos escasos a fines múltiples y jerarquizables. Los planteamientos anteriores se pueden resumir así: a) existen criterios políticos y otros de naturaleza no-económica que influyen a la hora de definir las prioridades de los diferentes objetivos que contempla una política económica, aun aquellos que pudiesen conceptualizarse como objetivos estrictamente de índole económica; y b) los objetivos de una Política Económica (cualquiera) no son, en la práctica, totalmente separables del resto de los objetivos de la política pública. Esto es así, tanto en la etapa en que se enuncian las diferentes metas, como cuando éstas se priorizan en función del tiempo. El papel de otros profesionales (distintos a los economistas) y de otras ciencias (distintas a la economía) es, por tanto, insoslayable a la hora de definir en forma concreta una Política Económica, que ha de ser coherente con el conjunto de Políticas Públicas. De este modo, los dentistas políticos, los expertos en salud pública, los expertos en educación (entre otros); todos tienen un papel en la confección de cualquier Política Pública y, por ende, influirán de manera indirecta sobre la definición concreta de una Política Económica. Dos conclusiones resultan importantes de extraer en este "capítulo de los objetivos". En primer lugar, en la práctica, el contenido de dicho "capítulo" tiene necesariamente una naturaleza interdisciplinaria. La "esfera política" de la sociedad es importante y la "esfera técnica" también lo es; pero ésta última no se circunscribe solo al ámbito de la Economía. Como corolario, no existe nada parecido a una Política Económica "óptima" o "científica". Si existiese,

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todos los gobiernos en todos los países implementarían una misma Política Económica. No se puede comprender una determinada Política Económica exclusivamente sobre la base de criterios puramente técnicos, desde el ámbito de la ciencia económica. En segundo lugar -y relacionado con lo anterior- una cosa es la Política Económica en el contexto de un modelo macroeconómico en particular y otra, muy diferente, es la Política Económica en el contexto de "la realidad". La Política Económica que los economistas estudiamos en el contexto de modelos específicos, por definición, se abstrae de "la realidad" (pues se trata de "modelos") y normalmente no incorpora nexos entre objetivos estrictamente económicos y otros objetivos complementarios, que aparecen en un contexto más amplio: el de la política pública. De modo que, en rigor, no es posible entender ni evaluar una Política Económica concreta de un gobierno en un país específico y en un momento histórico determinado, única y exclusivamente sobre la base de modelos económicos abstractos. Ahora bien, ¿cuál es el aporte fundamental del economista profesional, en tanto "técnico", en este "capítulo de los objetivos" de la Política Económica? ¿En qué contribuye la ciencia económica a ello? La contribución fundamental del economista consiste en verificar si este "listado de objetivos", definido para un período de tiempo determinado, representa o no un conjunto de metas mutuamente consistentes entre sí y factibles de lograr dentro del lapso de tiempo correspondiente. En otras palabras, los economistas están en condiciones de determinar si la Política Económica es o no viable. Por cierto, puede haber varios listados de objetivos, priorizados en función del tiempo, que sean técnicamente viables. Cuál de todos se escoja, será una decisión de carácter político. Pero no es en el "capítulo de los objetivos" donde el aporte técnico del economista es relativamente más determinante, sino más bien en el "capítulo de los instrumentos".

• Instrumentos de política Una vez establecidas las metas específicas y la secuencia temporal en que éstas se alcanzarán dentro del lapso de tiempo predeterminado, corresponde determinar cómo se lograrán tales metas. Es decir, cuáles serán los instrumentos (o medios) específicos que habrán de utilizarse para conseguir cada uno de los objetivos establecidos. Si nos circunscribimos a objetivos estrictamente económicos (metas de inflación, de desempleo, de déficit 1superávit fiscal, etc.), es claro que la Ciencia Económica desempeña un papel crucial. En efecto, el entrenamiento profesional del economista le permite señalar cuáles son los efectos sobre una serie de variables macroeconómicas (las diversas metas de la política económica) que

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se producen ante cambios en otras variables (los instrumentos de la política económica). Los modelos macroeconómicos que maneja el economista son útiles (aunque no necesariamente suficientes), de modo que el aporte de "lo técnico" en determinar los instrumentos específicos de la política económica es incuestionable. ¿Significa ello que el problema de definir los instrumentos de la política económica es una cuestión exclusivamente técnica, sin que en esto desempeñe papel alguno la "esfera política" de la sociedad? No. Veamos un ejemplo simple. Supóngase que una de las metas específicas de un programa concreto de política económica en un país determinado es reducir el déficit fiscal que tiene dicho país, en un determinado monto, durante un lapso de 6 años. Consideremos, además, que dicho gobierno se ha autoimpuesto una restricción a su política fiscal: la de no alterar ningún tipo de impuesto durante su período. Bajo estas condiciones hipotéticas, ¿cuál sería la "recomendación técnica" del economista? Muy simple: para reducir el déficit fiscal bajo tales circunstancias, dicho gobierno solo tiene 4 opciones que evaluar: i) implementar medi?as conducentes a reducir la evasión de impuestos; ii) descansar en el crecimiento económico como forma de recaudar más ingresos tributarios; iii) vender activos del sector público al sector privado, para obtener así más recursos; o iv) reducir el gasto del sector público. Supóngase que dados los montos en que este gobierno quiere reducir el déficit fiscal, ninguna de las primeras tres opciones resulten convincentes. ¿Qué le queda por recomendar al economista? Solo la última opción: reducir el gasto público. Este representaría el instrumento de política adecuado para obtener el objetivo deseado en este caso. ¡Hasta aquí llega el aporte del economista! Pero resulta que, desde el punto de vista del gobierno en cuestión, tal recomendación es insuficiente. ¿Por qué? Porq~1e dicho gobierno necesita definir con más detalle el "instrumento" de política. Necesita saber cuál tipo de gasto del sector público habría que reducir. Pero para el economista, en cuanto "técnico", el objetivo en cuestión se logra reduciendo el gasto del sector público en un determinado monto, independientemente de cuál sea la partida presupuestaria específica. Sin embargo, ¿es indiferente que el gasto público se reduzca mediante, por ejemplo, una reducción en el gasto del Ministerio de Defensa Nacional (menor gasto en armamento) a que se reduzca el gasto en salud pública? Desde el punto de vista de la recomendación técnica del economista, da lo mismo, pues sea cual sea el ítem de gasto que se escoja, el monto es el mismo, y, por ende, el impacto sobre el déficit fiscal (objetivo) es equivalente. Pero, desde un punto de vista político, no es equivalente cuál de estas dos opciones concretas se escoja para bajar el gasto público. Ello, porque el gobierno tiene o puede tener otros objetivos adicionales -en este caso, con respecto a salud pública y defensa nacional-. Cuál opción concreta se escoja será

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una opción política, no técnica. Conclusión: la determinación de los instrumentos específicos de política económica es una cuestión fundamentalmente técnica, pero no solo técnica. La" esfera política" de la sociedad en muchos casos (como en el ilustrado en este ejemplo) desempeñará un papel importante. Al ampliar la óptica para mirar los objetivos -incorporando aquellos que no son, en rigor, de carácter económico- toda vez que la Política Económica ha de concebirse como parte de un todo orgánico más amplio (el de la política pública), surgen "otros técnicos" (diferentes al economista) con un papel importante a la hora de definir los instrumentos. Así, por ejemplo, para determinar los instrumentos específicos de una política de salud pública, los médicos (especialistas en salud pública) serán importantes. Para definir los· instrumentos adecuados para alcanzar determinadas metas en materias educacionales, habrá que acudir a expertos en educación; así, sucesivamente, para el resto de las políticas públicas. Finalmente, un último aspecto metodológico, antes de terminar con esta parte del texto. En la sección anterior planteamos lo particularmente importante que es para los economistas la distinción entre los conceptos de causalidad y correlación. Para aclarar y enfatizar aun más dicha distinción, hicimos un contrapunto entre la ciencia económica y la medicina, y presentamos algunos ejemplos. Pues bien, ahora que entendemos bien la diferencia conceptual entre Teoría Económica y Política Económica -sus interrelaciones y sus diferencias- es conveniente retomar brevemente la distinción entre causalidad y correlación, con el fin de hacer algunas precisiones finales sobre esta materia. En la sección anterior explicamos por qué la marcada diferencia conceptual que existe entre correlación y causalidad es sumamente importante en economía. Pero, para ser más precisos, debemos decir que la diferencia entre correlación y causalidad resulta crucial en la Ciencia Económica, en la teoría económica y en los modelos económicos (abstractos). Sin embargo, en la praxis de la Política Económica, tal distinción no tiene la misma preponderancia: aquí muchas veces los economistas se "transforman" un poco en "médicos". Ello ocurre a veces cuando "el paciente" (el sistema económico sobre el cual actúan las autoridades de política económica) se "enferma", entra en crisis. Es posible que no se sepa bien por qué entró en crisis -o bien que no haya tiempo para investigar bien las causas que originaron esa crisis-. Pero que, sin embargo, sí se sepa cómo sanarlo pronto, antes que siga empeorando su "estado de salud" y la crisis en cuestión se vuelva inmanejable. En estos casos, los economistas encargados de la Política Económica se pueden" olvidar" de las implicaciones que tiene la distinción conceptual entre correlación y causalidad, y simplemente

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actuar sobre los síntomas del "enfermo". ¿Cómo? Aplicando alguna receta ad-hoc que se sabe que "funciona" para estos casos, basado en algún tipo de correlación estadística entre variables económicas, históricamente observada, aunque no se sepa bien por qué funciona -es decir, aunque no se tenga totalmente claro el origen primario de la crisis específica que enfrenta esa economía (país) en particular-. En estos casos, resulta "aceptable" para el economista encargado de la política económica acudir simplemente a determinadas correlaciones estadísticas con el objeto de "sanar "al enfermo o, incluso, evitar futuras "enfermedades del paciente" (crisis del sistema económico de un país específico)42 • En conclusión, la distinción entre correlación y causalidad es importante, existe, hay que entenderla, y es crucial para la ciencia económica. Pero, en la práctica, puede no ser totalmente "respetada" por los propios economistas, cuando estos se ven o pueden verse enfrentados, como autoridades de política económica, a situaciones de crisis económicas específicas en un paí~ en particular.

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Un ejemplo concreto de esto son algunas crisis de balanza de pagos seguidas de recesiones económicas muy espectaculares, como la que ocurrió en Chile en 1981-1982. Hay varias condiciones iniciales que forman parte de la "radiografía del paciente", en estos casos. Para aquellos alumnos más avanzados (y particularmente interesados), tales condiciones iniciales de la economía son: a) tiene un sistema de tipo de cambio fijo, el cual es totalmente creíble por el sector privado (hasta antes de la crisis, obviamente); b) excepto por el tipo de cambio, todos los precios son libres, determinados por el mercado; e) es una "economía de mercado", sin restricciones (significativas) al comercio internacional en bienes ni en activos; podría decirse que las autoridades de política económica mantienen una política económica tipo laissez faire; d) el gobierno mantiene una política fiscal de presupuesto equilibrado (o superávit); e) existe una tasa de crecimiento económico significativamente "alta" y sostenida (hasta antes de la crisis, obviamente), y Qla balanza de pagos está en superávit, pero con una composición particular: déficit en cuenta corriente y superávit en cuenta de capitales; este último corresponde a endeudamiento externo del sector privado. Pues bien, en estos casos se tiende a dar una correlación estadística entre (i) déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos y (ii) probabilidad de crisis de balanza de pagos; mientras mayor es dicho déficit (como porcentaje del PIB o de las exportaciones totales), mayor es dicha probabilidad. Pero desde el punto de vista de la teoría económica, aun no se sabe bien por qué se presenta dicha correlación- es decir, no hay una relación de causalidad que "avale" dicha correlación estadística. El estudiante avanzado de economía que, además, conoce de teoría de finanzas corporativas, quizás pueda relacionar este problema de política económica con un conocido (y antiguo) teorema de finanzas corporativas: el Teorema de Modigliani y Miller. Al respecto, la pregunta sería: ¿por qué importa la estructura de la deuda de una empresa privada, entre deuda interna en moneda local y deuda externa en moneda extranjera, en el contexto de mercados perfectamente competitivos, sin la presenciª de impuestos ni distorsiones de ninguna especie, excepto porque el tipo de cambio esté fijado por un Banco Central?

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