Chile y Corea del Sur: el rumbo hacia una sociedad integradora

Chile y Corea del Sur: el rumbo hacia una sociedad integradora

Cuando se piensa en dos países geográficamente tan distantes y culturalmente tan distintos como Chile y Corea del Sur, se puede llegar a la apresurada conclusión de que la tarea de encontrar puntos en común común entre estas naciones puede resultar compleja. No obstante, al indagar indagar y analizar con cierta profundidad la historia y los sucesos recientes, nos puede asombrar la variedad de semejanzas que comparten nuestra larga y angosta faja de tierra y el distante pueblo dividido territorial e ideológicamente ideológicamente con su vecino vecino del norte. Pese a la lejanía geográfica, Chile ubicado en el Cono Sur de América mientras que la República de Corea es parte de la mitad sur de la Península de Corea en Asia Oriental; la barrera idiomática, el español y el coreano no pertenecen a la misma familia lingüística, lingüística, por lo tanto, cuentan cuentan con sistemas alfabético alfabéticoss distintos; y expresiones expresiones culturales opuestas, Chile con una sociedad relativamente heterogénea, al contrario de Corea que cuenta con uno de los grupos éticos más homogéneos del mundo, ambas naciones tienen una fuerte cercanía respecto a un sistema social basado en la estructura familiar familiar patriarcal patriarcal y un proceso proceso político político similar, similar, pasando pasando por periodos periodos de regímen regímenes es autoritarios y periodos democráticos. Para hablar de identida identidad d coreana coreana es imperativo imperativo nombrar nombrar y describir describir la ideología ideología filosófica y socio-política que predomina desde los tiempos de la Dinastía Joseon, que reinó entre los años 1392 y 1910. El confucianismo en la antigua Corea se encargó de ordenar a una sociedad rural y agrícola, dando dando directrices sociales y valores humanos humanos que aseguraban la estabilidad y armonía colectiva, regulando aspectos como la ética, los actos religiosos, la educación, el poder político, las interacciones sociales, y resaltando la importancia de una organización familiar rígida y jerárquica. En este sistema familiar  predominaba la voluntad del patriarca, por lo que el rol de la mujer quedaba relegado al ámbito doméstico y a la crianza de los hijos. Es así que no resulta extraño que el mayor estatus que podía aspirar una mujer coreana en aquellos tiempos era el de madre, especialmente si el primogénito era de sexo masculino. Mientras Mientras el confucianism confucianismo o regulaba regulaba con firmeza firmeza la vida privada privada y social social de los coreanos coreanos,, en Chile se vivía la institucionalización de la familia. Nuestro país que posee una fuerte tradición hispana-católica fomentó la celebración del matrimonio, donde la familia nuclear patriarcal determinaba el éxito del desarrollo social. El padre era el representante de la familia en el ámbito público, pues era el proveedor económico y jefe de hogar. hogar. La mujer, mujer, a su vez, solo actuaba actuaba en en la esfera privad privada, a, asumiendo asumiendo completamente el rol reproductivo y doméstico. Es interesante, por consiguiente, rescatar el papel protagónico de la mujer en el terreno espiritual, espiritual, tanto tanto en la cultura cultura coreana coreana como en la chilen chilena. a. En el Chamanismo Chamanismo,, recono reconocid cido o como la la región región autó autócto ctona na de Core Corea, a, las las mujere mujeress ejerci ejerciero eron n un rol rol fundamental en la práctica religiosa, ya que los hombres se sintieron cautivados por las nuevas nuevas religiones religiones provenientes provenientes princip principalmen almente te de China y Japón. Es así como la

 Mudang (término coreano genérico para referirse a un chamán) celebraba los rituales, relacionándose con el mundo sobrenatural, de espíritus, dioses y antepasados. No muy diferente a la  Machi, símbolo ancestral de la cultura mapuche, quien es una intermediaria entre los humanos y el mundo espiritual. Tanto la  Mudang como la  Machi lograron visibilidad y participación social gracias a la identificación como entidad

religiosa, en un periodo de la historia fuertemente marcado por la dominación masculina. Como es natural, el sistema familiar chileno y el coreano se tuvieron que adaptar a los vaivenes característicos de la modernidad. Ya desde los años 60, las mujeres coreanas se preocuparon por ir a la par con los hombres respecto al plano intelectual y  profesional. Influyeron también los cambios industriales y económicos que permitieron la incorporación de la mujer al mercado laboral. De igual forma, en Chile se incrementó el nivel de escolaridad y profesionalización. Sin embargo, uno de los efectos directos de la emancipación femenina es la baja natalidad, siendo Corea uno de los países con las tasas más bajas de nacimientos entre los países de la OCDE, según estudios del Banco Central y la ONU. Por otra parte, Chile ha sufrido desde los últimos veinte años una  baja sostenida en la tasa de fecundidad. Se suma a esto la disminución de matrimonios, el aumento de divorcios y las recientes constituciones familiares que promueven una flexibilización de roles, con un concepto de familia más dinámico y variante. Si bien la mujer ha ganado terreno en el ámbito laboral, no ha sido fácil competir de igual a igual, especialmente en el universo político y gerencial. La brecha salarial en Corea del Sur entre hombres y mujeres llegó a un 38,9 por ciento en el año 2012 y en Chile la realidad no es muy diferente, ya que el sueldo promedio de la mujer es un tercio más bajo que el de un hombre. Bajo este escenario y para apoyar una participación más activa de la mujer dentro de la sociedad coreana se ha promulgado una gran cantidad de leyes que velan por los derechos de la mujer y la igualdad de género, tales como la ley de igualdad de empleo y la ley contra la discriminación de género. Aunado a lo anterior, cabe destacar el importante paso que se dio en el año 2005 cuando se creó el Ministerio de Igualdad de Género y Familia. En Chile ha sido el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) el organismo que desde 1991 se ha encargado que la mujer goce de igualdad de derechos y oportunidades respecto del hombre. Recientemente se promulgó la ley que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, el cual se espera que esté en pleno funcionamiento para marzo de 2016. Hay, sin embargo, un punto donde Chile y Corea del Sur se diferencian drásticamente. Mientras que Chile se amparó casi en su totalidad en sus recursos naturales para  progresar económicamente en los últimos cuarenta años, Corea del Sur tomó un camino diferente. Dado a la escasez de recursos naturales, Corea debió recurrir a su único recurso inagotable: su capital humano. Es así como se llegó a la resolución de poner énfasis en una educación de calidad para obtener un recurso humano con conocimiento. Esta prioridad nacional ha fortalecido el sistema económico del país asiático, ayudado en gran medida por la filosofía del confucianismo que promueve el bien común, trabajo

duro y un alto nivel de lealtad y obediencia a un sistema laboral jerárquico. La educación se transformó en la principal herramienta de movilidad social efectiva, donde los esfuerzos gubernamentales por seguir desarrollando una infraestructura de tecnología de punta y mantener un profesorado altamente calificado han potenciado al sector productivo surcoreano convirtiéndolo en un país emergente. Lejos de aquella realidad se encuentra actualmente Chile. Es conocido el profundo debate sobre el futuro del sistema educativo que en los últimos años no ha logrado ser una potente herramienta para el progreso individual y colectivo. Una consecuencia funesta y directa de este contexto es la devaluada profesión docente, puesto que faltan condiciones económicas y académicas para atraer y retener a profesores talentosos y con vocación a las salas de clases. Las universidades chilenas no se han adaptado a los cambios propios de un mundo globalizado. Este retraso en el sistema educacional chileno a causa del limitado o nulo desarrollo de investigación científica y tecnológica es una de las grandes debilidades que presenta Chile a la hora de compararse con una  potencia mundial como Corea del Sur. Por supuesto que el sistema educacional coreano presenta también ciertos inconvenientes. Desde muy temprana edad los niños experimentan una vida presionada ya que viven en una sociedad muy focalizada en los logros. Los alumnos tienen gran cantidad de carga académica desde la enseñanza básica y muchas veces se critica que el sistema promueve un aprendizaje de memoria, sin grandes oportunidades para el estudio mediante el análisis. En el caso de Chile podemos sostener que una gran fortaleza de la educación nacional son los propios estudiantes que han levantado la voz exigiendo mejoras educativas y sociales. En nuestro país siempre ha sido complejo determinar qué es lo que define la identidad chilena, quizás porque en nuestra sociedad tiene un enfoque mucho más individualista, a diferencia de los coreanos que poseen un sentido de nacionalismo concreto, con un colectivismo social fuerte, herencia del confucianismo como ideología de estado. Aún con estos contrastes, ambos países vivieron cambios rotundos similares en los últimos años, por lo que tuvieron que adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias y formas de convivencia. Es de esperar que en un futuro cercano se debilite cada vez más el conservadurismo cultural, legado ya sea de una práctica filosófica o religiosa, y que, tanto en la sociedad chilena como en la coreana, la mujer pueda disfrutar de una sociedad mucho más digna y justa, y que la calidad de la educación sea un verdadero  puente que conecte el conocimiento cabal con una sociedad plenamente integradora.