Cerro de Pasco y Su Eterna Contaminación

July 22, 2017 | Author: Miguel Del Valle | Category: Mining, Pollution, Waste, Water, Lead
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Cerro de Pasco y su eterna contaminación Niños sufren alta intoxicación de plomo en la sangre. Empresas acumulan desechos al aire libre cuyas micropartículas inhalan las personas. Por Lucía García. Tiene catorce años pero su estatura y desarrollo le hacen aparentar menos de ocho. Al igual que sus cuatro hermanos, Antonio sufre un fuerte retraso en el crecimiento debido a que tiene la sangre intoxicada con altos niveles de plomo. Le basta cruzar la puerta de su casa en Champamarca, a 5 kilómetros de Cerro de Pasco, para encontrarse frontalmente con la explicación a su padecimiento. De forma casi espontánea, ha pasado a formar parte del paisaje y de su vida cotidiana un gran montículo formado por toneladas de residuos minerales contaminantes depositados por las empresas mineras que operan en la zona. Estos desechos emiten al aire partículas de plomo que van directamente al organismo del niño y afectan su crecimiento físico y funcional. Muchos afectados Al otro lado del tajo abierto, en el distrito de Quiulacocha, cientos de familias pasan por el mismo calvario. María de la Cruz Zacarías intenta sacar adelante a diez hijos intoxicados. Uno de ellos, Gian Pierre, alcanza los 28 microgramos de plomo por decilitro de sangre (ug/dL), casi el triple del máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda que estos niveles no excedan los 10 ug/dL. "Tiene una grave infección, le cuesta respirar, sufre continuos dolores de cabeza y en la escuela no rinde lo que debería", manifiesta la acongojada madre. A estos padecimientos se suman otros efectos de la inhalación de mineral tóxico, como desórdenes conductuales, déficit de lenguaje y anemia. A través de un estudio de plomo en sangre realizado en ambas localidades, se detectó que de 112 niños de Quiulacocha, 99 tenían más de 10 ug/dL e incluso algunos alcanzaban niveles por encima de los 30 ug/dL. En Champamarca, de 124 escolares, 101 tienen la sangre contaminada. Los menores de 6 años y las madres gestantes son más vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que afecta directamente al desarrollo intrauterino y puede suponer un alto riesgo para el feto. Los pobladores de la zona no tienen dudas a la hora de señalar un culpable. Aseguran que estas intoxicaciones son efecto de los depósitos de mineral y relaves –los pasivos ambientales–, desechos que las empresas mineras depositan al aire libre en grandes cantidades dando lugar a una especie de cerros artificiales que emiten micropartículas de plomo que son inhaladas por las personas. La laguna muerta La historia de la laguna Quiulacocha es un testimonio visual del drama que vive Cerro de Pasco. Donde hace apenas 15 años se divisaba una inmensa masa de agua de unas 5 hectáreas rodeada de un espectacular entorno natural, ahora hay un auténtico desastre natural. Cubierta con materiales del tajo, lo poco que hoy queda de la laguna está contaminado por la concentración de óxido, que le da un color naranja-rojizo.

Y los problemas de contaminación no son todos a los que los pobladores tienen que hacer frente. La actividad minera da lugar a explosiones diarias de dinamita que ponen en peligro la estabilidad de las viviendas que se ubican cerca de la explotación de la Empresa Volcan. En este sentido, la evidencia de fisuras y grietas en las casas, que por el avance de la explotación minera quedaron cerca del perímetro del tajo abierto, anuncia el alto riesgo de colapso al que están expuestas.

A pesar de los beneficios económicos que la actividad minera genera, la pobreza, la carencia de sistemas sanitarios, la acumulación de residuos sólidos y las construcciones precarias no solo se mantienen sino que empeoran. Además, la ausencia de atención sanitaria a los afectados hace que los perjuicios de la contaminación se hagan difíciles de contrarrestar y las personas se encuentren en peligro de contraer enfermedades de todo tipo. Ante esta situación –denunciada muchas veces–, los habitantes de Cerro de Pasco continúan preguntándose qué beneficios ha supuesto para ellos la minería. Hasta hoy nadie les ha dado una respuesta. Volcan niega ser responsable de daños La empresa minera Volcan negó su responsabilidad en la contaminación de la sangre de los niños en Quiulacocha y Champamarca y recordó que fue Centromin, la compañía que operó anteriormente en la zona, la que comenzó a acumular los residuos minerales que dieron lugar a los actuales desmontes en estas localidades. Además argumenta que, respecto al informe de determinación de plomo en la sangre del Minsa, los valores de calidad de agua y aire no sobrepasan los límites establecidos. En cuanto a las fisuras en las viviendas cercanas a la empresa minera, un vocero de Volcan, si bien admitió que las explosiones generadas por su actividad "podían causar ciertas molestias", negó rotundamente que estas fueran las causantes de las grietas. Así, achacó este fenómeno a la baja calidad del material con el que están construidas las casas y su mala planificación. Volcan opera en Cerro de Pasco desde los años 90. Sin embargo, la actividad minera se remonta a 1900, con la empresa norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation, que en 1976 pasó a ser estatizada y se convirtió en la Empresa Minera del Centro (Centromin), traspasada a Volcan mediante un proceso de privatización. Antiguamente la explotación era subterránea, pero en los años 70 comenzó a operar a cielo abierto. El tajo va creciendo y empieza a carcomer la ciudad antigua y todavía hoy sigue desplazando viviendas. Precisiones INCIDENCIA. La minería en Cerro de Pasco da trabajo a 2 mil personas, según el presidente regional Raúl Espinoza, quien tilda esta cifra de "insignificante" para una población que vive sobre todo de la agricultura y del comercio. REGALÍAS. Espinoza denunció, además, que "la empresa Volcan no paga regalías, o estas son ridículas". Asegura que mientras que debería pagar unos 10 millones de soles, esta cantidad actualmente no supera los 1.5 millones.

Las empresas mineras que operan en Pasco deben hacer frente a la contaminació n de los suelos como consecuencia de las actividades extractivas que se realizan en la zona desde hace más de 350 años . De ahí que la contaminación por plomo que muestran los niños de Cerro de Pasco, La Oroya y otras ciudades de la región, no necesariamente es consecuencia de las mineras que trabajan en la zona, aunque son las obligadas a aplicar Programas de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) para superar el problema y ‘limpiar’ el aire de forma que se establezca un equilibrio que permita proteger la salud de los pobladores y crear un ambiente de vida sana. La situación se agravó en años anteriores debido a las invasiones en zonas cerradas calificadas como pasivos mineros y en zonas de suelos con intenso afloramiento de óxidos naturales, no aptas para albergar asentamientos humanos; y se agudizó con la construcción de viviendas con tierras y rocas con óxido. A lo anterior se suma la falta de higiene, en muchos casos por falta de instalaciones de agua y desagüe; la deficiente nutrición y la a veces inoportuna asistencia médica. Lo anterior fue expuesto por Luis Pariona Arana, jefe de Relaciones Públicas de la empresa minera Volcan S.A., quien concluyó su exposición señalando que “más que un problema de contaminación, Cerro de Pasco enfrenta un problema de exposición (al plomo)”. El funcionario participó en la sesión del grupo de trabajo sobre ‘Contaminación de niños con plomo en la sangre’, que coordina Gloria Ramos Prudencio (NoA), y en la que intervinieron representantes de diversas mineras que operan en la zona. Según Pariona, los informes estaban basados en estudios y trabajos de investigación realizados por instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, que coinciden en señalar que Pasco fue el principal centro minero del incario, después de Potosí, en Bolivia, actividad que se acentuó durante el virreinato, a partir de 1567. De ahí la necesidad, dijo, de que el Ministerio de Salud lidere las acciones para hacer frente a los efectos de la contaminación por plomo en la sangre; levantar un diagnóstico integral de la población contaminada; brindar adecuada información y educación sobre el tema, y que todos los involucrados asuman un compromiso institucional para emprender acciones de difusión, educación y sensibilización. En la reunión, la minera Doe Run explicó que ha logrado reducir los índices de contaminación por plomo en la sangre mediante la mejora de la calidad del aire, el control de material ‘particulado’, instalación de filtros de alta eficiencia en sus chimeneas, reducción de las exposiciones con acciones de capacitación en higiene familiar, limpieza de calles y forestación de áreas públicas, etcétera. A su vez, minera Buenaventura, que opera en siete centros mineros, detalló que sus acciones de monitoreo y control del aire y de los vehículos transportadores de mineral, entre otros, ha permitido que opere con índices por debajo de los límites máximos permisibles (LMP); y la minera Raura reveló que se ha encontrado plomo en el hollín de las cocinas y paredes de las viviendas, ante lo cual ha financiado la instalación de redes de agua y desagües y reemplazado el uso de leña en lugar de la madera usada por las mineras, como se hacía antes. La ciudad de Cerro de Pasco está considerada como una las 16 ciudades más críticas del país, frente a lo cual es urgente asumir responsabilidades y no continuar

en la indiferencia y conducta pasiva que muestran las autoridades de los gobiernos locales. Responsables de la Contaminación de Cerro de Pasco Una reflexión sobre la contaminación en Cerro de Pasco ** Estos son los responsables del daño ambiental en Cerro de Pasco: Programas de Manejo y Adecuación Ambiental (PAMAS) no se cumplen porque no hay fiscalización gubernamental ni participación ciudadana Inversiones mineras no han significado progreso ni desarrollo social pero sí aumento de la pobreza y toda clase de lacras sociales NdeR.- ¿Por qué la riqueza minera de Cerro de Pasco no ha producido desarrollo de la región y progreso social y humano de sus habitantes? Hugo Sosa Santiago, investigador del Centro Labor en Cerro de Pasco, cree que en los 475 años de actividad minera en esta provincia, las empresas mineras han actuado de espaldas a la realidad, amparadas en una profunda insensibilidad de las instituciones del Estado y gobiernos locales. Estos nunca fiscalizaron el respeto al medio ambiente ni hicieron los esfuerzos para que las millonarias ganancias de las empresas significaran también el progreso de la región. Antecedentes: Desde que la minería fue definida como actividad económica, se ha constituido como una fuente de recursos para su desarrollo, sin embargo desde mediados del siglo pasado la humanidad a empezado a pensar seriamente en el costo social, ambiental y de salud que generan los sistemas de explotación y transformación de los recursos mineros no renovables, no sólo por destruir la tierra, sino especialmente por la gran cantidad de desmontes, relaves, gases tóxicos, polvos, aguas ácidas y otros que consecuentemente destruyen los recursos naturales del planeta, sumándose a esto el deterioro de la salud y la inestabilidad emocional y social de las poblaciones que viven al entorno del trabajo minero. La historia de la ciudad del Cerro de Pasco no es ajena a la situación descrita, desde 1630 en que Santiago Huaricapcha dio a conocer la existencia de una riqueza argentífera en esta zona, pasando por la llegada en 1900 de la empresa norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation, que en muestra clara de abuso y prepotencia no solo explotó los recursos mineros, sino también los hídricos y ganaderos. En 1976 fue estatizada y pasó a ser la Empresa Minera del Centro (CENTROMIN PERU), catalogada entonces como una de las principales de América Latina en producción minera, hasta que fue traspasada, mediante un dudoso proceso de privatización, a la empresa privada Volcan Cia. Minera. En los distritos de Chaupimarca, Yanacancha, Simón Bolívar, Tinyahuarco, Huayllay y Yarusyacán, actualmente vienen operando doce empresas mineras y siete plantas de beneficio mineral, todas ellas producen una gran diversidad de agentes contaminantes que son fuentes importantes de impactos directos e indirectos para el medio ambiente y la vida humana de Cerro de Pasco y de las zonas periféricas donde se desarrollan estas actividades. Al crecimiento irregular y desordenado de Cerro de Pasco y sus capitales distritales, hay que agregar la carencia de servicios básicos (agua, desagüe) suficientes y

adecuados, y los servicios de saneamiento y limpieza no son asumidos de manera prioritaria por las autoridades locales y comunales. En el estudio realizado por CISEPA- PUCP en 1996 se menciona que todo este proceso de asentamiento de la minería en Cerro de Pasco, ha generado profundas distorsiones negativas en la identidad socio cultural de la población, pérdida de la memoria histórica, destrucción de símbolos y de valores ancestrales; a lo cual complementaríamos que la población a consecuencia de estos impactos asume como algo natural y cotidiano, y parte de si vida, convivir con la contaminación. Si bien es cierto que la minería como actividad económica es significativa para el país, lamentablemente no lo es socialmente. En todas las épocas, la actividad del trabajador minero se ha desarrollado en un ambiente signado por enfermedades ocupacionales, deterioro de las relaciones sociales, pérdida de la identidad, incremento de madres adolescentes o madres solteras, aparición de bares, cantinas y discotecas como resultado de la presencia de “las contratas” de gente foránea, los cuáles suelen emigrar a otros lares al culminar su periodo laboral. Tajo abierto ocupa el 50% de la capital Contaminación del aire y plomo en la sangre de los habitantes, son los problemas crónicas de Cerro de Pasco Las zonas urbanas de los distritos de Simón Bolívar, Yanacancha y toda la circunscripción de Chaupimarca están directamente perjudicadas por los procesos de contaminación ambiental minero, observándose los siguientes problemas: - Permanencia de conflictos por uso de suelo: el tajo abierto ocupa el 50 % de polígono de la ciudad, el desalojo de pobladores y moradores, destrucción de viviendas, tugurización, hundimientos, modificación del paisaje, destrucción de calles e infraestructura. - Persistencia de la contaminación del recurso hídrico con relaves, desmontes, residuos sólidos y líquidos y aguas ácidas, que entre otros aspectos, trae como consecuencia la destrucción de la flora y fauna. Adicionalmente se presenta el déficit de suministro de agua para consumo humano, porque el abastecimiento es compartido con la empresa minera. - La contaminación del aire no ha sido mitigada, y es fuente directa de enfermedades en la población, particularmente de los niños menores de cinco años, a lo que hay que sumar la contaminación producida por las canchas de relaves, botaderos de basura, desmonte al aire libre, lluvia ácida y las fuentes de aguas contaminadas móviles y fijas. - La presencia de plomo en sangre, en valores que superan los límites permisibles dispuestos por la Organización Mundial de la Salud (10ug/dl) especialmente en niños menores de doce años en zonas como Paragsha, Champamarca y Huayllay. - Se mantiene el déficit de viviendas y dotación de servicios, con áreas verdes mínimas y escasas zonas de recreación. Empresas cumplen PAMAS solo por obligación, no por convicción

La ciudad de Cerro de Pasco está considerada como una las 16 ciudades más críticas del país (Evaluación de la Situación Urbano Ambiental de la Ciudad Minera

de Cerro de Pasco”, LABOR, 2003 pp10), frente a lo cual es urgente asumir responsabilidades y no continuar en la indiferencia y conducta pasiva que muestran los siguientes protagonistas: - Las autoridades de los gobiernos locales, tanto provincial como distritales, así como los funcionarios que representan a los ministerios de Educación, Agricultura, Energía y Minas y otros, no consideran al tema ambiental como prioritario, lo que ocasiona que la población (niños y adultos) tampoco valoren los recursos naturales ni la preservación de los mismos. - De igual manera nos atrevemos a indicar que las autoridades regionales, locales y comunales, igualmente, se sienten ajenos a la problemática de contaminación de sus localidades, pero a la vez nosotros también contribuimos con nuestra pasividad y posición de simples observadores. - Los responsables de las empresas mineras existentes en la región, amparados por un marco legal inadecuado y parcializado, no se conmueven por los graves los impactos ambientales y sociales que ocasionan y lamentablemente nunca ha tomado la iniciativa de superar y reparar los daños causados sobre los recursos naturales pertenecientes a las comunidades campesinas. Las empresas mineras, en la actualidad sólo se limitan a cumplir “por obligación” sus Programas de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), sin que existan iniciativas ni políticas empresariales ambientales propias, donde participen por igual, las organizaciones sociales afectadas, las autoridades locales y la población. - Poca o ninguna difusión de las normas vigentes, esto es una deficiencia que se observa en todo el país. El grueso de la población en el ámbito nacional recibe poca información de los medios de comunicación masiva, a ello se suma la falta de iniciativa de los pobladores por acceder a esa información, por lo cual se recomienda que la educación ambiental se imparta en todos los niveles educativos en forma permanente y a nivel nacional. Contaminación atmosférica, relaves y plomo en la sangre abaten a Cerro de Pasco De otro lado, en éstos últimos años, algunas instituciones como el Centro de Cultura Popular LABOR, vienen trabajando en los procesos prioritarios de sensibilización de la problemática ambiental y hacer evidente el estado de contaminación aguda que afecta a nuestras localidades. Actualmente, los trabajos consisten en apoyar procesos de participación, promoviendo que la población genere propuestas para identificar la contaminación, desarrollar sus capacidades organizativas para exigir sus derechos, impulsar otras actividades económicas y preservar los recursos naturales. En el primer año de gobierno municipal, la Comuna Provincial de Pasco ha convocado a reuniones de trabajo a los funcionarios de las empresas mineras del entorno, pero lamentablemente, luego de cuatro sesiones no hubo resultados positivos ni participativos. Por el contrario, los conflictos entre las empresas y las comunidades se han agudizado, muestra de ello es lo que ocurre entre la comunidad urbana de Ayapoto y Volcan Cia. Minera o el acontecimiento entre las comunidades campesinas de Lalaquia y Ticlacayán y la empresa Atacocha, ante los cuáles, las autoridades no tienen ningún rol protagónico para favorecer una solución a favor de las comunidades.

La contaminación ambiental es general. La ciudad del Cerro de Pasco, las zonas de Yanacancha, Paragsha, Ayapoto y Champamarca están contaminadas por la presencia de desmontes mineros y plomo en sangre; Quiulacocha, las cuencas de los ríos San Juan y Huallaga afectados por relaves, mientras que la microcuenca del Río Tingo es un cadáver. Sus aguas totalmente contaminadas no albergan ningún tipo de vida. Es hora de unirnos y luchar contra la contaminación del plomo, arsénico y gases tóxicos que afectan de manera crónica a las generaciones presentes y futuras. Es hora de luchar por la recuperación de nuestros recursos naturales, y hacer de Pasco un lugar digno y sano donde vivir. ES TAREA PRIORITARIA. www.EcoPortal.net

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