Ceramica Esoterica

May 5, 2017 | Author: Sebastian Calo | Category: N/A
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Curso de Filosofía Cerámica de la Academia Condorhuasi. La Cerámica Esotérica es la Cer&aacu...

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cerámica esotérica Jorge Fernández Chiti

curso dejifc/^cjia cerámica

S egunda Edición

La vibración sonora, o sonido interior de una vasija, nos indica que pulsa en un nivel energético superior. Pero ese nivel de energía superior o sutil se halla en comunica­ ción con la Fuente o Alma del ceramista que la hizo, y es su reflejo más fiel. Desconfiemos de la vasija que no tiene vibra­ ción sonora interior.

HAGO CLARO LO OSCURO

CONDORHUASI

LIBROS DE JORGE FERNÁNDEZ CHITI:

CERÁMICAY ESMALTES (1969). Agotado. ESMALTES CERÁMICOS (1970). Agotado. CURSO PRÁ CTICO DE CERÁMICA. TOMO 1 (1971). 1* Edición. CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA. TOMO 2 (1973). 1* Edición. CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA. TOMO 3 (1974). 1' Edición. CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA. TOMO 4 (1982). 1" Edición. CÓMO ESMALTAR EN CERÁMICA (1973). Agotado. CERÁMICA PARA NIÑOS (1972). 1” Edición. POEMAS DE UN CERAMISTA(1975). MANUAL DE ESMALTES CERÁMICOS. TO M 01 (1976). 1* Edición. MANUAL DE ESMALTES CERÁMICOS. TOMO 2 (1977). 1" Edición. MANUAL DE ESMALTES CERÁMICOS. TOMO 3 (1977). 1“ Edición. "EL MUNDO DE LOS CRISTALES", Película en colores. 1978. EL LIBRO DEL CERAMISTA (1978). 1* Edición EL ALFARERO (POEMAS). (1978). 1” Edición. CURSO DE ESCULTURA CERÁMICA MODERNA (1978). 1° Edición. LA REVISTA DEL CERAMISTA(1980). HISTORIA DE LA CERÁMICA, TOMO 1 (1975). Agotado. LAS HUELLAS DEL ALFARERO (Cuentos y poemas). 1982. LA CERÁMICA ARTÍSTICA ACTUAL (1983). DICCIONARIO DE CERÁMICA, TOMO 1 (1984). DICCIONARIO DE CERÁMICA, TOMO 2 (1985). DICCIONARIO DE CERÁMICA, TOMO 3 (1986). CERÁMICA ARTISTICA: LAS 200 PIEZAS MÁS REPRESENTATIVAS. DIAGNÓSTICO DE MATERIALES CERÁMICOS (1986). POEMAS TREMENDOS (1987). CURSO DE ESCULTURA CERÁMICAY MURAL (1989). ESTÉTICA DE LA NUEVAIMAGEN CERÁM ICA ESCULTÓRICA (1991). QUÉ ES LA CERAMOLOGÍA (1992). HORNOS CERÁMICOS (1992). BOLETIN INFORMATIVO DE CONDORHUASI (1993). LA CERÁMICA ESOTÉRICA (1993). ÚLTIMAS INVESTIGACIONES SOBRE LAS FIBRAS CERÁMICAS. Folleto 1993. HIERBAS Y PLANTAS CURATIVAS (1995). CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA, TOMO 2, 6o Edición (1995). CERÁMICA INDIGENA ARQUEOLÓGICA ARGENTINA (1997). DICCIONARIO INDIGENA ARGENTINO (1997). DECORACIÓN CERÁMICA (1998). LA SIMBÓLICA EN LA CERÁMICA INDIGENA ARGENTINA (2 tomos). 1998. HIERBAS Y PLANTAS CURATIVAS. 3° Edición ampliada. (2007). TÓXICOS CERÁMICOS (2000). DICCIONARIO DE ESTÉTICA DE LAS ARTES PLÁSTICAS (2003). ARTESANIA, FOLKLORE Y ARTE POPULAR (2003). CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA, TOMO 4, 3° Edición (2003). MANUAL DE ESMALTES CERÁMICOS (3 TOMOS). 4" Edición (2004). CURSO DE ESCULTURA Y MURAL CERÁMICOS, TOMO 1 (2004). HORNOS CERÁMICOS. 2” Edición (2005). CULTURA ARQUEOLÓGICA SAN FRANCISCO (2005). CULTURA ARQUEOLÓGICA CANDELARIA (2005). FILTRO CERÁMICO CONDORHUASI (2005). DICCIONARIO DE CERÁMICA (3 T.). Edición actualizada y muy ampliada. (2007). CURSO PRÁCTICO DE CERÁMICA. TOMO 1 . 7" Edición (2006) BOLETIN INFORMATIVO CONDORHUASI: www.sinectis.com.ar/u/condorhuasi CURSO DE CERÁMICA PARA NIÑOS Y JÓVENES. 2007.

Jo r g e F e r n á n d e z C h it i

C erám ica E so térica curso de filosofía cerám ica Segunda Edición

EDICIONES CONDORHUASI

CONDORHUASI INSTITUTO DE CERAMOLOGÍA Consagrado a la difusión del Arte Cerámico, en las ramas de Investigación, Enseñanza, Editorial y Museo Arqueológico.

Medrano 1335 CP 1179, Buenos Aires (República Argentina) Teléfono: (011) 4827-1070 [email protected] Página y boletín informativo: www.sinectis.com.ar/u/condorhuasi FOTO DE TAPA: Tortero o muyuna de la cultura arqueológica Sunchitúyoc (Sgo. del Estero), Argentina: año 900 a 1000 d.C. (Periodo Reciente).- Lleva grabados alusivos a la profunda cosmovisión andina y a su sentido esotérico de la vida. Obsérvese que el grabado de ARRIBA IZQUIERDA se desenrolla hacia la Izquierda; y el de ARRIBA DERECHA se desenvuelve hacia la derecha.- El de ABAJO IZQUIERDA se desenrolla hacia la derecha; y el de ABAJO DERECHA hacia la izquierda.Estos pares de contraposiciones reflejan que la mente indígena trabajaba sobre la base de OPUESTOS BINARIOS, al igual que la nuestra.- Cada mitograma o grabado se integra en un par de opuestos con sus vecinos tanto en sentido horizontal como vertical (pero no se opone sino que se equipara con el opuesto oblicuo o diagonal).- La Mística del Tawa o Número 4 rige este mitograma, que era la forma de ESCRITURA INDÍGENA.FOTO DE CONTRATAPA: Figura de arcilla (Waqanki) de la cultura arqueológica argentina Aguada (año 500 d.C.). Período Culminativo. Se refiere a una postura de meditación, con las manos apoyadas en el plexo solar. Induce un estado de conciencia superior acompañado por respiración abdominal.

Fernández Chiti, Jorge La cerámica esotérica: curso de filosofía cerámica. 2a ed. - Buenos Aires: Condorhuasí, 2008. 448 p . : il .; 20x14 cm. ISBN 978-987-1372-03-4 1. Filosofía. I. Título CDD 190

Fotocopiar libros es un delito penado p or Ley 11723. Incurren en él quien encarga, autoriza o realiza el fotocopiado. No defraudemos el derecho de autor. Apoyemos al libro argentino.

© 2008. Ediciones Condorhuasi. Hecho el depósito de ley. Impreso en la República Argentina. ISBN:

978-987-1372-03-4

PRÓLOGO

Este libro nació porque él mismo así lo quiso: no porque nosotros hayamos decidido escribirlo. Un día nos sentamos a la máquina para redactar la reedición de otro libro nuestro que se hallaba agotado, pero improvisamente y sin pensarlo escribimos en el papel " L a C e rá m ica E s o t é r ic a " , libro que de ningún modo pensábamos redactar. Y así, sucesivamente cada Capítulo fue hilvanándose tras el anterior, de manera espontánea, no explicable por los mecanismos de la razón ordinaria. Nosotros simplemente obedecimos. En el Interior de nuestro Ser se concentran los fluidos energéticos más sutiles y etéreos, y, -desde ese punto central- surgió y manó este nuevo hijo nuestro. Cuando la Obra ha madurado en el Interior se pare a sí misma, y ella sola anuncia cuándo ha llegado la hora del nacimiento. Un libro auténtico no es escrito: "se escribe". Y el verdadero autor no redacta: tran smite, recepta mediúmnicamente. A la manera de una Cadena misteriosa y circular, el presente libro puede leerse comenzando por cualquiera de sus Capítulos o eslabones. No es preciso seguir el orden numérico. Y recomendamos leerlo de esa manera, guiándose por el título o temas capitulares que más despierten el interés del lector. Luego, gradualmente, cada Capítulo lo llevará a otro, y así lo irá conduciendo a través del Laberinto. Nuestra comprensión deberá ensancharse, para lo cual en casos será preciso leer y releer varias veces ciertos temas, hasta compenetrarnos y hacernos Uno con ellos. La Cerámica Esotérica es la Cerámica Secreta, la que sólo muy pocos seres iluminados han llegado a conocer. Su decurso es milenario, muy anterior a la época de las Pirámides de Egipto (5000 años atrás) o de las Pirámides místicas de los Mayas. Una larga Cadena Iniciática enlazó y mantuvo imidos a los ceramistas de hace milenios desde el surgimiento de nuestro Arte, cuyos inicios fueron místicos y no utilitarios, pues las cerámicas más antiguas que revelan los hallazgos arqueológicos fueron amuletos o figurillas de evidente carácter mágico y esotérico. De ninguna manera se halla en los comienzos cerámica funcional o utilitaria (Vasos), la que aparece milenios después. Ello demuestra claramente que el hombre primigenio era un ser supradimensional, cuyo nivel de intuición era infinitamente superior al nuestro. El esoterismo cerámico fue profundo en todas las culturas antiguas. Para dar un solo ejemplo, el esmalte rojo Sangre de Buey se relaciona con el culto de Amida o Amithaba, el Buda de la Luz Infinita, del Trance y de la Longevidad. Su color era el Rojo. Quien tuviera en casa un Vaso esmaltado con Rojo Sangre, renacería en el Paraíso de la Liberación y la Luz, a condición de invocary nombrar cada día a Amithaba con el corazón

puro. Eso justificaba el tener un Vaso rojo en casa, no un simple afán decorativo. Hasta se fundó la Secta de la Tierra Pura, cuyo culto se basaba en la repetición diaria de la Palabra: Namu Amithaba ("en nombre del Buda”) en presencia de un Vaso esmaltado de Rojo. Esta sola invocación aseguraba la Iluminación y la Salvación. Este culto cundió durante los primeros siglos de nuestra Era y perduró hasta después del año 1300, uniendo en una concatenación mística a los ceramistas y a los poseedores de un esmalte "de Poder". Esta Cadena Áurea no se ha quebrado jamás. Si bien en la actualidad decursa secreta y subrepticia, al alcance de unos pocos ceramistasalquímicos, éstos existen de verdad, trabajan para la Humanidad, investigan y crean en otras dimensiones de la Entidad total. No se hallan a la vista del público ni se muestran en cartelera, pero se conocen entre sí a través de muy diversos países, y los mancomuna la Mística que alienta su trabajo de raíz milenaria. Es tarea de la vida el contactar con alguno de dichos Espíritus. Quizá uno pasó a tu lado sin reconocerlo. Quizá lo has rechazado o no has comprendido su Mensaje. La Misión de estos ceramistas-alquimistas es lograr el Despertar o la Iluminación para todos: ellos conocen el Gran Secreto que se halla detrás del esoterismo cerámico milenario. Porque el Secreto Iniciático existe y éste no ha sido quebrado ni obnubilado por el actual materialismo arribista, basado en el poder, la represión y la planificación mental. Pero debemos advertir que no existe carga más pesada que convivir con un Gran Secreto a cuestas. Gritarlo a viva voz o anunciarlo es imposible: la propia naturaleza del Secreto lo impide. Sólo por grados o Iniciación es dable reencender su vislumbre en otras mentes cándidas. Quienes han llegado a conocer la naturaleza del Gran Secreto deberían morirse: así pensamosa veces, cuando el rastrerismode los lucrativoso de los quesólo se buscan a sí mismos en todo nos pone piedras en el Camino. Pero tampoco "eso" lo podemos decidir egoísticamente, ya que no podemos cerrar las puertas de la iluminación a los limpios de corazón, a los jóvenes, a los que presienten las Entidades infinitas en la cotidianidad banal. El tránsito por esta vida y esta profesión de ceramólogos sólo se justifica como Vía para el Despertar. Todo lo demás es rastrerismo: ir al trabajo, a la escuela, obedecer, vender, exponer, autoadorarse: todo eso es rastrero. Para quienes anhelan "zafar" hemos escrito este libro, que será "piedra de contradicción" para los no iluminados, y esperanza para los puros. Pero hay Secreto. Hay Valor. Hay Misión. Hay Obra. Existe la Iluminación posible para todos. El único pecado budista es la "ausencia del Despertar": todo lo demás es banalidad, juego de poder mundano. Anímate; te esperamos; construye tu propio Atanor.

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CAPÍTULO 1

LA CERÁMICA COMO "ARS MUTA" (A RTE M U D A)

P ara los antiguos, las mutae artes eran aquellas que procedían "sin palabras ni sonidos"; por tanto, la poesía y la música quedaban excluidas de esa categoría de tipo artesana. Tanto la poiésis (poesía) como la musikhé (tékhme = arte) —poesía y música — eran artes consideradas superiores, pues su materia eran los sonidos, armónicos para el oído, mientras que el arte alfarero, como todos los otros oficios (carpintería, herrería, tejido, etc.) eran artes subalternas o "m udas". Al menos ésta fue la tesitura heredada de la filosofía griega, desde los tiempos de Platón, la que perduró hasta bien concluida la Edad Media y siglos después. La Iglesia por supuesto acentuó el menosprecio por las artes manuales o artesanas, pues servían a los hombres (vasijas, mesas, herramientas, ropas), mientras que aceptó hasta cierto grado las artes que dialogaban con Dios, como la música, usada para recitar sus horas canónicas, y la poesía, que era un arte métrica, que se escandía según estrictas normas de versificación, y servía para componer salmos, himnos y secciones recitadas de la misa. Tal era el menosprecio que los teólogos sentían por la cerámica, que esta ni siquiera tenía un nombre, o denominación propia. Hasta los tiempos de Cipriano Piccolpasso, que se ocupó de cerámica hacia el año 1550, en que escribió "Los Tres Libros del Arte del Vasijero" (I Tre Libri dell'Arte del Vasaio), la cerámica aún era innominada, pues simplemente se la llamaba" arte del vasero", o "del vasijero". La palabra "cerám ica" proviene del griego: keramiké (téklme), que no difiere mucho en su connotación peyorativa puesto que traducida significa "arcillosa" (arte). El vocablo

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"cerám ica", extraído del griego muy posteriormente y que en realidad es un cultismo o término del lenguaje literario, proviene de la arqueología, la historia y la historiografía artística modernas; es, por tanto, una palabra científica, no del lenguaje popular. No refleja, pues, cabalmente la verdadera connotación que, dentro de una escala de valores, todo vocablo expresa, cuando lo analizamos dentro del contexto de su tiempo y siempre que el término sea el usual y difundido a lo largo de toda una época. La filología es la ciencia consagrada a explicitar los sentidos y connotaciones que encierran los términos o vocablos, considerados dentro de un contexto histórico. Lo mismo sucede con la voz "alfarería", de origen árabe, derivada del material madre (alfar en árabe antiguo significa "barro o arcilla"). Pero dicho término no permite denominar el resultado de la obra hecha con arcilla o "alfar", por lo cual en español se tuvo que usar la palabra latina vas (vaso). De allí proviene la constante fluctuación, no decid ¡da aún, entre las voces alfarería y cerámica. Sin embargo, la segunda no oculta su origen culto, mientras que la primera delata su procedencia popular. Al hablar de esmaltes, por ejemplo, jamás se diría "esmaltes alfareros", pues esa dicción sería un disparate semántico. Se debe decir: "esmaltes cerámicos". Si bien se superponen parcialmente los significados de ambas pala­ bras, su semántica no coincide totalmente. "Alfarería" se refiere más bien a la labor de hacer una vasija; y cerámica a los estudios respectivos, o a las creaciones consideradas superiores. Por ejemplo, nadie osaría hablar de "escultura alfarera", pero sí todos dicen "escultura cerámica", "mural cerámico". Al hacer referencia al que hace u oficia las piezas, si se trata de vasijas se lo llamará "alfarero", o también "ceramista" si es que esmalta o hace "cerámica fina", aunque sea de uso decorativo u ornamental. Pero a un rústico hacedor de piezas que viva en medio del campo, recogiendo su barro en las sierras o en los pantanos, y hornee en un horno a leña elemental, nadie lo llamará "ceramista" sino "alfarero de campo", en el mejor de los casos. Existe, pues, un evidente sentido clasista en los dos términos. En latín al alfarero se le decía fíg ulus, y a su arte figulina ars, vocablos que no provienen ciertamente ni del material ni de la pieza fabricada, sino del verbo fingere: "hacer con las manos", que tampoco es exclusivo de la cerámica pues es extensivo a otros

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materiales, como piedra, etc. Rota figulina se llamaba a la rueda o torno del alfarero. Según el diccionario de la Real Academia, la "cerámica" es el: "Arte de fabricar vasijas y otros objetos de barro, loza y porcelana, de todas clases y calidades". Y, como segunda acepción, agrega: "Conocimiento científico de los mismos objetos, desde el punto de vista arqueológico". La misma distinción se da en inglés (y otras lenguas germánicas) entre los términos pottery (vasijería), y ceramics (cerámica). Es un disparate, pues, traducir potter por "ceram ista", como ha hecho una española recientemente. "El Diablo aborrece la música", decía Lutero, que es grata a Dios, expresando el sentir de su época y el de los teólogos escolásticos. Por tanto, a contrario sensu, a Lucifer le agradan las "artes mudas", que trabajan con materias inferiores o camales. De allí la desconfianza que siempre manifestó la Iglesia por todas aquellas artes y conocimientos que requerían investigación y, sobre todo, fuego. Se pensaba que los herreros y los que usaban fuego tenían trato con el Diablo, y miles de ellos fueron a la hoguera por el delito de poseer un simple hornillo de alquimista. El papa Inocencio VIH, muerto en 1492, persiguió a muerte a los alquimistas con sus Inquisidores de Brujerías: un poco de olor a azufre en una casa (usado para hacer reducciones y reflejos) bastaba para asesinar en el acto a un alquimista que tuviera un hornillo: se le partía el cráneo con el "mazo de las brujas", que era una porra de hierro con pinchos. En casos, a fin de que hablara y revelara sus "secretos", se le daba tormento lentamente hasta que moría. Si era judío o judaizante, el tormento era mucho peor. Cientos de miles de supuestos alquimistas (muchos de los cuales eran sólo ceramistas deseosos de obtener los reflejos árabes en el atanor) fueron a la hoguera. Por tal causa el secretismo fue un obligado recurso para poder salvar la vida. Y, sobre todo, el obtener oro a toda costa, ya que los "inquisidores" eran venales y corruptos, pues ante una vasija llena de monedas de oro o plata "hacían la vista gorda". El oro que tanto procuraban los judíos y árabes, no era sino la mejor posibilidad de salvarse, a sí y a sus hijos. De no hallarlo, los inquisidores se apoderaban de todo lo valioso que encontraban en la casa del alquimista, para lo cual ahorcaban a los familiares, únicos testigos de las fechorías

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ordenadas por el Santo Oficio, o las Santas Hermandades de asesinos y ladrones que en España se amparaban en la religión para robar y medrar (en nuestro país sucedió algo similar, y también durante la Alemania y la Italia nazifascistas).

Alquimista en el suplicio. Clérigos del Santo Oficio intentan arrancarle los "secretos" mediante espantosas torturas.

Entre las artes mudas hubo, sin embargo, una clara distinción. Se diferenciaba claramente entre el ars regia y el ars térrea ("arte áurea o de oro", y "arte de la tierra o la arcilla"). El "arte regia" fundía metales preciosos en el atanor, por tanto, como se fabricaba objetos para la Iglesia, los Papas y las clases dominantes, no existía desconfianza hacia el orfebre, a quien raramente se perseguía, siempre que lamiera los pies de los poderosos y obedeciera sus vanos caprichos. Contrariando las enseñanzas del primitivo cristianismo (que era esoterismo auténtico), la Iglesia se convirtió en un monstruo exhibicionista de riquezas mundanas. Por el otro lado, los pobres alfareros, constreñidos a fabricar humildes objetos de "arte térrea o de barro", para hacer rústicos platos, cuencos y ollas de terracota (los nobles los usaban de plata u oro), jarras,

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aguamaniles, escupideras y vasos de noche, eran los artesanos más despreciados de este m undo, cuyos servicios y productos se pagaban a mísero precio,vademásseles cobraba peaje e impuestos cuando acarreaban sus mercancías con destino a ferias o mercados. Si carecían de dinero para pagar las cargas impositivas, se les volcaba el carro con sus productos y se los "cachaba": de allí proviene la maldita palabra "cacharro", oriunda de las esferas del poder, el parasitismo, la rapiña disimulada. No seamos ingenuos: los esbirros que aplicaban "la ley" obedecían instrucciones de reyes y obispos, nobles y autoridades, quienes recibían parte del botín. Si el alfarero protestaba, simplemente se lo azotaba con el culo al aire, para humillarlo y ridiculizarlo ante los presentes que debían reír a carcajadas para no sufrir la misma suerte. Nada de esto figura en las "historias de cerámica" oficiales.

Ningún sabio ha enseñado el Gran Secreto de la teurgiacerámica a quien todavía no ha demostrado ser digno de la Doctrina: de allí que los menos adoren a su Maestro, y que los más lo denigren. Quienes no son capaces de aprender; quienes buscan la vía del facílismo; quienes intentan sacar provecho vil de la Doctrina; quienes piensan que en poco tiempo llegarán a crecer en su nivel de apreciación cósmica total, dentro de la cual se halla la estética y la alquímica, fracasarán es trepi tosa mente y no crecerán. Los malvados y los hipócritas no entenderán la Clave: para ellos están las escuelas de cerámica, de donde saldrán tal cual entraron, o más bien en peorestado, pues además de las propias recibirán todas las deformaciones de los enseñantes "no iniciados", que son la enorme m ayoría, aunque reconocem os que hay algunas mínimas excepciones. Como en todo, predominan los "sopladores" (sonffleiirs, los llamaban los alquimistas franceses): son los "copiones" sin doctrina propia metidos a docentes. Las "artes mudas" como la cerámica son artes sin palabras, o artes simbólicas. Si, por un lado,es cierto quecarecen del sonido vulgar, por el otro sus vasos se hallan cubiertos de jeroglíficos y símbolos cuya memoria y cuyo sentido se ha perdido ya, al menos para la mirada desatenta y frívola del ceramista o del crítico no iniciado. Para ellos, se trata solamente de meros ornamentos decorativos, cuyo sentido no va más allá del adorno banal y superfluo. Nada de 11

eso es cierto: para los antiguos, y tanto más en las culturas milenarias, toda guarda, dibujo, esquema, greca, símbolo realizado generalmente en negro, a veces esgrafiadoy otras a color, en casos grabado o formando simples texturas cuyo recuerdo significante se ha perdido, poseía un claro y evidente simbolismo inteligible para ellos, que funcionaba dentro de la estructura de su sistema cosmogónico, de su cosmovisión. El mutismo de la cerámica es sólo aparente: nada más elocuente para el que sabe Ver, para el que posee "el tercer ojo", el Prajna o auténtica sabiduría, la iniciática, que procede "de mi alma a tu alma", sin intermediarios. No es fácil comprender todo esto para qu ien ya ha sido arruinado por años de enseñanza vacua, adaptadiza: la enseñanza del "sistema", la de nuestras escuelas. El maestro Rinzai (budista Zen) enseñaba una "doctrina de poder". Consistía en "ver sin ser engañado por el color ni la forma" (que interfieren); "o ír sin ser engañado por los sonidos" (perturban)...; y "pensar sin ser engañado por configuraciones mentales": estas últimas son las que impone la enseñanza oficial, la de las escuelas programadas para fabricar chorizos de choricera, vendedores de piecitas, en vez de visionarios del Arte, de la Otra Dimensión vital, que es la única que importa. Oír sin sonidos; ver sin percibir formas...¿qué cosa es sino la enseñanza muda?, ¿el libro mudo del Saber? Si aspiras al Zen, a hacer de tu vida un "libro mudo", un lenguaje sin palabras pero pleno de sentido en vez de una "vejiga inflada", en ese caso te repetimos las preciosas pala­ bras del maestro budista Gasán: "abandona como inútil todo lo que has aprendido y experimentado". No es fácil desembarazarse de la borra escolar, de los prejuicios de tu propio Yo; pero lucha, acepta a tu Maestro si lo tienes: con los años podrás llegar a Ser-túmismo. Resígnate a esperar mientras estudias. Al principio no podrás "ver". Poco a poco se encenderá gradualmente la Luz. Las personas dominantes, exigentes y posesivas, que se acercan a la enseñanza con intenciones ínfimas, no pueden esperar; no aceptan estudiar; pretenden anticiparse a su tiempo cósmico. Estrujan al Maestro en vez de penetrar en su aura. Un monje ingenuo preguntó a su maestro: — ¿Cuál es la enseñanza final del budismo? — No la poseerás antes de com prenderla totalmente... — respondió el Maestro.

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Está claro que la nada, el "vacío interior", la espera, la concentración, la autorrelegación, el silencio y el mutismo son etapas necesarias para llegar a la Luz. Éste es el sentido profundo del Mutus Líber ("libro sin palabras"), y éste es el sentido total de la cerámica auténtica, la milenaria, la astral, la que habla al ser místico y dotado, no al vulgar comprador o hacedor de chucherías vendibles. Éstos no son capaces de tolerar el mutismo, quieren hacerse escuchar, no aceptan al sabio ni al Maestro. Son subproductos del "sistema" decadente y prostituto que impera en la actualidad, que ha subalternizado los valores culturales hasta lo denigrante. El mutismo místico es propio de todos los "primitivos", en especial de los indígenas americanos. Largas horas en posición de meditación y aparente reposo es su típica actitud. Dejar la "mente en blanco" es para ellos algo no aprendido sino natural. Es el mejor modo de energización. Dejar en blanco los vasos, sin decorados, sin esmalte, sin color (como los celadones o los blancos de porcelana), son concreciones de esta filosofía y sabiduría ances­ tral. Una buena cerámica no precisa "palabras": esmaltes, dibujos, colores, ornamentos, atractivos rastreros motivadores de la compra. Los antiguos no hadan cerámica "para" (vender), sino "porque" (necesitaban discurrir o manifestar laOtra Dimensión de la realidad total, universal, cósmica). Los animales igualmente reposan la mente, pasan horas en actitud contemplativa. Para ello es necesario un cambio radical en nuestro modo de ver y de asir el mundo. Los interesados y los mercachifles se reirán de esta filosofía. Su inferioridad moral y su negación para el Saber supremo es tal que jamás comprenderán. La mejor enseñanza procede sin palabras (sólo las necesarias). Un discípulo ansioso llegó a un monasterio Zen. Requirió enseñanza rápida al Maestro. Éste le preguntó: — ¿Has tomado tu desayuno o no? — Sí, lo he hecho, señor... — respondió el discípulo. — Entonces lava tus vasijas... — repuso el Maestro. Según la tradición, como resultado de esta respuesta tan sabia del Maestro Chao-chou el discípulo recibió la Iluminación o Despertar. En forma instantánea. Y nos preguntamos, ¿qué sucede actualmente cuando a un alumno inicial le pedimos que lave los

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morteros, piso, mesa y herramientas queensució...? Su repugnancia mal disimulada a veces marca la diferencia entre un verdadero Discípulo, que acepta y espera (posee Silencio Interior) y respeta a su Maestro, y el que lo estruja como a un estropajo. Huelgan las palabras. Abramos el Mutiis Liber.

In hacsanctaetverissimascientia, in nocturnisversatur tenebris, cni Sol non lucet; in densa umbra est cui de nocte non apparet Luna, dice el Cosmopolita ("en esta santa y muy verdadera ciencia, queda en las tinieblas de la noche aquel para quien no sale el Sol; y en sombra densa aquel para quien no sale la Luna"). El Sol y la Luna para la alquimia medieval; el Yang y el Yin para la china, son los dos principios mudos que alimentan todo Arte. Pero ab ómnibus insipientibus celate... ("cuídate de todos los ignorantes..."), dice el libro de Saint Didier publicado en 1561. La Gran Obra descubre los misterios de la Alquimia a los Hijos del Sol... El sentido cabalístico es claro y evidente: ‘‘Solisfiliis Artis

dedicatus". Scribendumestperambagesetaenigmata...:"sedebeescribir con ambages y enigmas..." para que quien no es digno de la Palabra no entienda. Si así lo hiciera, haría mal uso de ella, prostituyéndola para fines gananciosos, egoístasy exhibicionistas. Y desbarataría el Mensaje milenario. Y a ti te preguntamos, lector amigo: ¿quiénes son los Hijos del Sol? En tus manos embarradas está la gran Respuesta.

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CA PÍTULO 2

LA ARCILLA: LO MÍNIMO MÁXIMO

B udha nació hacia el año 560 a.C. en el Norte de la India. Su madre se llamaba Maia. Al concebirlo no conoció varón. Emba­ razada, tuvo la Anunciación de un ángel durante el sueño, que fue interpretado por los Brahmanes con estas palabras: "de ti ha de nacer un hijo que no reinará sobre la tierra, sino sobre las almas, y será el Señor máximo del mundo". "El hijo que llevas en tus entrañas será el Sol de la Verdad". El parto la sorprendió en una aldea por la que estaba de paso. Al nacer, recibió la visita de los Brahmanes, quienesdijeron:"Esterecién nacido salvará al mundo". Como Cristo, en su vida de predicación caminó sobre las aguas. Pronunció el "sermón de la montaña" y sudó en un huerto antes de morir. Es innegable que la mitología cristiana se inspiró en la egipcia y en la hindú al relatar la historia y la vida de Jesús, un ser búdicoquevivió,enseñóyfuecondenadoa muerte porel "sistema" de su época, cuyas bases contrariaba. Los Brahmanes respecto de Budha predijeron: "Viene para liberar de la esclavitud a los pobres, a los miserables y a los desesperados, a los que se ahogan en su riqueza y a los que nada poseen". Según cuenta la tradición m ilenaria, Budha recibió la Iluminación o el Despertar una noche debajo de una higuera: "se ha derrumbado el techo del edificio, mi corazón es libre...", dijo. Permaneció allí sentado siete días en estado contemplativo. Se marchó luego de allí y meditó bajo otro árbol, donde (como Cristo), fue tentado por el Diablo. Superada la prueba, decidió tener discípulos, propagar su doctrina y enseñar por todas partes, sobre todo a los menesterosos y a los despreciados de este mundo.

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Pero esta decisión le llevó tiempo y largas reflexiones. "¿Por qué entregar al mundo lo que conquisté con dura lucha? La verdad seguirá oculta para quienes se dejan arrastrar por deseos y ansiedades. Es difícil, misteriosa, profunda y huidiza", cavilaba. Recogió entonces trapos de mortajas, paños tirados por las mujeres menstruantes y telas que buscaba entre las basuras. Él mismo lavó esos trapos, los cosió unos con otros, y luego los tiñó y les dio color sumergiéndolos eiwd//í7ííí,«)/0/'0cr
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