Celebraciones_litúrgicas_de_Semana_Santa_guiadas_por_fieles_laicos[1]

February 13, 2018 | Author: leerfrances | Category: Mass (Liturgy), Eucharist, Priest, Lord's Prayer, Catholic Church
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Celebraciones litúrgicas de  Semana Santa guiadas por  fieles laicos     

 

  Preparado por 

Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría   Vicario Episcopal de Comunicación  Diócesis de Alajuela 

  2011 

Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Presentación La presente guía es un subsidio litúrgico preparado especialmente para las celebraciones en ausencia de presbíteros que los fieles laicos deben animar durante los días de la Semana Santa en distintas parroquias de nuestro país. Ante la falta de un instrumento publicado por la Comisión Nacional de Liturgia, he querido tomar uno de los instrumentos que utilizan los fieles para ese fin y reformarlo en su totalidad, corrigiéndole aquellas cosas que implicarían abusos litúrgicos graves y que se prestarían para confusión por parte de los fieles de las comunidades. Junto a los esquemas de las celebraciones, e querido incluirle unas primeras páginas de formación, donde explico a partir de la Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el Sagrado Ministerio de los Sacerdotes del 15 de agosto de 1997, la diferencia entre el sacerdocio común de los bautizados y el sacerdocio ministerial así como la colaboración que los fieles pueden prestar a quienes por gracia de Dios participamos del Orden Sacerdotal. He incluido además, la explicación de los cuatro polos en los que gira la celebración, a saber el templo, como lugar de la asamblea, el altar, lugar de la Eucaristía; el ambón, lugar de la Palabra y la sede, lugar del presidente, a partir del capítulo V de la nueva Institutio Generalis Missale Romanum 2000, para que los fieles, entendiendo que durante la celebración los ritos se realizan no indistintamente, sino en lugares muy concretos, aprendan a valorar y respetar esta riqueza que debe hablar por sí misma. Finalmente, este subsidio tiene carácter provisional, por lo que está sujeto siempre a mejoras, inclusiones y correcciones que el autor o expertos en la materia quieran agregar para su mejora. No sé, tal vez sea este el inicio de un futuro ritual definitivo que nos ayude a todos a tener confianza que nuestros fieles no sólo están llenos de muy buenas intenciones al querer compartir los días santos con algunas comunidades donde la falta de ministros ordenados imposibilita la celebración de los misterios de la fe, sino que además lo que están animando, lo están haciendo de acuerdo a las enseñanzas de nuestra Iglesia.

Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría

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Índice Presentación Pag. 2 Formación de fieles laicos para las celebraciones litúrgicas de Semana Santa. Pág. 4 PRINCIPIOS TEOLÓGICOS: El sacerdocio común y el sacerdocio ministerial. Pág. 4 La colaboración de fieles no ordenados en el ministerio pastoral. Pág. 6 La participación de los laicos en las celebraciones litúrgicas. Pág. 7 Las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero. Pág. 8 Los cuatros polos de la celebración. Pág. 9 I. La iglesia-TEMPLO: lugar de la ASAMBLEA. Pág. 9 II. EL ALTAR: lugar de la EUCARISTIA. Pág. 9 III. EL AMBON y EL Leccionario: lugar de LA PALABRA. Pág. 10 IV. LA SEDE: lugar del presidente de la asamblea, no del que dirige o anima. Pág.11 PRESIDIR: rol del ministro ordenado... ¿Y LOS LAICOS?... Pág. 12 Recomendaciones Importantísimas. Pág. 13 Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Pág. 16 Lunes Santo. Pág. 27 Martes Santo. Pág. 36 Miércoles Santo. Pág. 45 Jueves Santo: Inicio del Triduo Pascual. Pág. 54 Viernes Santo. Pág. 67 Sábado Santo: Solemne Vigilia Pascual. Pág. 84

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Formación de fieles laicos para las celebraciones litúrgicas de Semana Santa Justificación 1 Es necesario tener presente la urgencia y la importancia de la acción apostólica de los fieles laicos en el presente y en el futuro de la evangelización. La Iglesia no puede prescindir de esta obra, porque le es connatural, en cuanto Pueblo de Dios, y porque tiene necesidad de ella para realizar la propia misión evangelizadora. Debemos constatar, con viva satisfacción, que en muchas Iglesias particulares la colaboración de los fieles no ordenados en el ministerio pastoral del clero se desarrolla de manera bastante positiva, con abundantes frutos de bien, en el respeto los límites fijados por la naturaleza de los sacramentos y por la diversidad de carismas y funciones eclesiales, con soluciones generosas e inteligentes para hacer frente a las situaciones de falta o escasez de sagrados ministros 2. De este modo se ha aclarado aquel aspecto de la comunión, por el que algunos miembros de la Iglesia se ocupan con solicitud de remediar, en la medida en que les es posible, no siendo marcados por el carácter del sacramento del Orden, a situaciones de emergencia y crónicas necesidades en algunas comunidades 3. Tales fieles son llamados y delegados para asumir precisas tareas, tan importantes cuanto delicadas, sostenidos por la gracia del Señor, acompañados por los sagrados ministros y bien acogidos por las comunidades en favor de las cuales prestan el propio servicio. Los sagrados pastores agradecen profundamente la generosidad con la cual numerosos consagrados y fieles laicos se ofrecen para este específico servicio, desarrollado con un fiel sensus Ecclesiae y edificante dedicación. Particular gratitud y estímulo va a cuantos asumen estas tareas en situaciones de persecución de la comunidad cristiana, en los ambientes de misión, sean ellos territoriales o culturales, allí en donde la Iglesia aún está escasamente radicada, y la presencia del sacerdote es sólo esporádica 4.

PRINCIPIOS TEOLÓGICOS El sacerdocio común y el sacerdocio ministerial Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, ha deseado que su único e indivisible sacerdocio fuese participado a su Iglesia. Esta es el pueblo de la nueva alianza, en el cual, por la “regeneración y la acción del Espíritu Santo, los bautizados son consagrados para formar un templo espiritual y un sacerdocio santo, para ofrecer, mediante todas las actividades del cristiano, sacrificios espirituales y hacer conocer los prodigios de Aquel que de las tinieblas le llamó a su admirable luz (cfr. 1 Pe 2, 4-10) 5. “Un sólo Señor, una sola fe, un solo bautismo (Ef 4, 5); común es la dignidad de los miembros que deriva de su regeneración en Cristo, común la gracia de la filiación; común la

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Para la elaboración de esta formación se sigue de cerca la “Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el Sagrado Ministerio de los Sacerdotes del 15 de agosto de 1997 2 Cfr. Juan Pablo II, Discurso en el Simposio sobre « Colaboración de los laicos en el ministerio pastoral de los presbíteros » (22 abril de 1994), n. 2: L'Osservatore Romano, 23 abril 1994. 3 Cfr. C.I.C., cann. 230, § 3; 517, § 2; 861, § 2; 910, § 2; 943; 1112; Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Christifideles laici, n. 23 y nota 72: l.c., p. 430. 4 Cfr. Juan Pablo II, Carta enc. Redemptoris missio (7 diciembre 1990), n. 37, AAS 83 (1991), pp. 282-286. 5 Conc. Ecum. Vat. II, Const. Lumen gentium, n. 10.

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llamada a la perfección” 6. Vigente entre todos “una auténtica igualdad en cuanto a la dignidad y a la acción común a todos los fieles en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo”, algunos son constituidos, por voluntad de Cristo, “doctores, dispensadores de los misterios y pastores para los demás” 7. Sea el sacerdocio común de los fieles, sea el sacerdocio ministerial o jerárquico, “aunque diferentes esencialmente y no sólo de grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo”8. Entre ellos se tiene una eficaz unidad porque el Espíritu Santo unifica la Iglesia en la comunión y en el servicio y la provee de diversos dones jerárquicos y carismáticos 9. La diferencia esencial entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial no se encuentra, por tanto, en el sacerdocio de Cristo, el cual permanece siempre único e indivisible, ni tampoco en la santidad a la cual todos los fieles son llamados: “En efecto, el sacerdocio ministerial no significa de por sí un mayor grado de santidad respecto al sacerdocio común de los fieles; pero, por medio de él, los presbíteros reciben de Cristo en el Espíritu un don particular, para que puedan ayudar al Pueblo de Dios a ejercitar con fidelidad y plenitud el sacerdocio común que les ha sido conferido” 10. En la edificación de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, está vigente la diversidad de miembros y de funciones, pero uno solo es el Espíritu, que distribuye sus variados dones para el bien de la Iglesia según su riqueza y la necesidad de servicios (cfr. 1 Cor 12, 1-11) 11. La diversidad está en relación con el modo de participación al sacerdocio de Cristo y es esencial en el sentido que “mientras el sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal —vida de fe, de esperanza y de caridad, vida según el Espíritu— el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común, en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos los cristianos” 12. En consecuencia, el sacerdocio ministerial “difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles” 13. Con este fin se exhorta el sacerdote “a crecer en la conciencia de la profunda comunión que lo vincula al Pueblo de Dios” para “suscitar y desarrollar la corresponsabilidad en la común y única misión de salvación, con la diligente y cordial valoración de todos los carismas y tareas que el Espíritu otorga a los creyentes para la edificación de la Iglesia” 14. Las características que diferencian el sacerdocio ministerial de los Obispos y de los presbíteros de aquel común de los fieles, y delinean en consecuencia los confines de la colaboración de estos en el sagrado ministerio, se pueden sintetizar así: a) el sacerdocio ministerial tiene su raíz en la sucesión apostólica y esta dotado de una potestad sacra 15, la cual consiste en la facultad y responsabilidad de obrar en persona de Cristo Cabeza y Pastor 16; 6

Ibid. n. 32. Ibid. 8 Ibid. n. 10. 9 Ibid. n. 4 10 Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992), n. 17: AAS 84 (1992), p. 684. 11 Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen Gentium, n. 7. 12 CEC. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1547. 13 Ibid. n. 1592. 14 Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, n. 74: l.c., p. 788. 15 Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen Gentium nn. 10, 18, 27, 28; Dec. Presbyterorum ordinis n. 2, 6; Catecismo de la Iglesia Católica nn. 1538, 1576. 16 Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, n. 15: l.c., p. 680; Catecismo de la Iglesia Católica, n. 875. 7

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b) esto es lo que hace de los sagrados ministros servidores de Cristo y de la Iglesia, por medio de la proclamación autorizada de la Palabra de Dios, de la celebración de los Sacramentos y de la guía pastoral de los fieles 17. Poner el fundamento del ministerio ordenado en la sucesión apostólica, en cuanto tal ministerio continúa la misión recibida de los Apóstoles de parte de Cristo, es punto esencial de la doctrina eclesiológica católica 18. El ministerio ordenado, por tanto, es constituido sobre el fundamento de los Apóstoles para la edificación de la Iglesia: 19 “está totalmente al servicio de la Iglesia misma” 20. “A la naturaleza sacramental del ministerio eclesial está intrínsicamente ligado el carácter de servicio. Los ministros en efecto, en cuanto dependen totalmente de Cristo, quien les confiere la misión y autoridad, son verdaderamente 'esclavos de Cristo' (cfr. Rm 11), a imagen de El que, libremente ha tomado por nosotros 'la forma de siervo' (Flp 2, 7). Como la palabra y la gracia de la cual son ministros no son de ellos, sino de Cristo que se las ha confiado para los otros, ellos se harán libremente esclavos de todos”. 21

La colaboración de fieles no ordenados en el ministerio pastoral En los documentos conciliares, entre los varios aspectos de la participación de fieles no marcados por el carácter del Orden a la misión de la Iglesia, se considera su directa colaboración en las tareas específicas de los pastores 22. En efecto, “cuando la necesidad o la utilidad de la Iglesia lo exige, los pastores pueden confiar a los fieles no ordenados, según las normas establecidas por el derecho universal, algunas tareas que están relacionadas con su propio ministerio de pastores pero que no exigen el carácter del Orden” 23. Tal colaboración ha sido sucesivamente regulada por la legislación post-conciliar y, en modo particular, por el nuevo Código de Derecho Canónico. Este, después de haberse referido a las obligaciones y los derechos de todos los fieles, 24 en el título sucesivo, dedicado a las obligaciones y derechos de los fieles laicos, trata no solo de aquello que específicamente les compete, teniendo presente su condición secular 25, sino también de tareas o funciones que en realidad no son exclusivamente de ellos. De estas, algunas corresponderían a cualquier fiel sea o no ordenado 26, otras, al contrario se colocan en la línea de directo servicio en el sagrado ministerio de los fieles ordenados 27. Respecto a estas últimas tareas o funciones, los fieles no ordenados no son detentores de un derecho a ejercerlas, pero son “hábiles para ser llamados por los sagrados pastores en aquellos oficios eclesiásticos y en

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Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, n. 16: l.c., pp. 681-684; Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1592. Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, nn. 14-16: l.c., pp. 678-684; Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta Sacerdotium ministeriale (6 agosto 1983), III, 2-3: AAS 75 (1983), pp. 1004-1005. 19 Ef 2, 20; Ap 21, 14. 20 Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Pastores dabo vobis, n. 16: l.c., p. 681. 21 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 876. 22 Cfr. Conc. Ecum. Vat. II, Dec. Apostolicam actuositatem, n. 24. 23 Juan Pablo II, Exhort. ap. post-sinodal Christifideles laici, n. 23: l.c., p. 429. 24 C.I.C., cann. 208-223. 25 Ibid., cann. 225, § 2; 226; 227; 231, § 2. 26 Ibid., cann. 225, § 1; 228, § 2; 229; 231, § 1. 27 Ibid., can. 230, §§ 2-3, en lo relacionado con el ámbito litúrgico; can. 228, § 1, en relación a otros campos del sagrado ministerio; este último parágrafo se extiende también a otros ámbitos fuera del ministerio de los clérigos. 18

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aquellas tareas que están en grado de ejercitar según las prescripciones del derecho” 28, o también “donde no haya ministros (...) pueden suplirles en algunas de sus funciones (...) según las prescripciones del derecho” 29. A fin que una tal colaboración se pueda inserir armónicamente en la pastoral ministerial, es necesario que, para evitar desviaciones pastorales y abusos disciplinares, los principios doctrinales sean claros y que, de consecuencia, con coherente determinación, se promueva en toda la Iglesia una atenta y leal aplicación de las disposiciones vigentes, no alargando, abusivamente, los límites de excepcionalidad a aquellos casos que no pueden ser juzgados como “excepcionales”.

La participación de los laicos en las celebraciones litúrgicas 1. Las acciones litúrgicas deben manifestar con claridad la unidad ordenada del Pueblo de Dios en su condición de comunión orgánica 30 y por tanto la íntima conexión que media entre la acción litúrgica y la manifestación de la naturaleza orgánicamente estructurada de la Iglesia. Esto se da cuando todos los participantes desarrollan con fe y devoción la función propia de cada uno. 2. Para que también en este campo, sea salvaguardada la identidad eclesial de cada uno, se deben abandonar los abusos de distinto tipo que son contrarios a cuanto prevé el canon 907, según el cual en la celebración eucarística, a los diáconos y a los fieles no ordenados, no les es consentido pronunciar las oraciones y cualquier parte reservada al sacerdote celebrante — sobre todo la oración eucarística con la doxología conclusiva— o asumir acciones o gestos que son propios del mismo celebrante. Es también grave abuso el que un fiel no ordenado ejercite, de hecho, una casi “presidencia “de la Eucaristía dejando al sacerdote solo el mínimo para garantizar la validez. En la misma línea resulta evidente la ilicitud de usar, en las ceremonias litúrgicas, de parte de quien no ha sido ordenado, ornamentos reservados a los sacerdotes o a los diáconos (estola, casulla, dalmática). Se debe tratar cuidadosamente de evitar hasta la misma apariencia de confusión que puede surgir de comportamientos litúrgicamente anómalos. Como los ministros ordenados son llamados a la obligación de vestir todos los sagrados ornamentos, así los fieles no ordenados no pueden asumir cuanto no es propio de ellos. Para evitar confusiones entre la liturgia sacramental presidida por un clérigo o un diácono con otros actos animados o guiados por fieles no ordenados, es necesario que para estos últimos se adopten formulaciones claramente diferentes.

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Ibid., can. 228, § 1. Ibid., can. 230, § 3; cfr. 517, § 2; 776; 861, § 2; 910, § 2; 1112. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Conciium, nn. 26-28; C.I.C., can. 837.

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Las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero 1. En algunos lugares, las celebraciones dominicales 31 son guiadas, por la falta de presbíteros o diáconos, por fieles no ordenados. Este servicio, válido cuanto delicado, es desarrollado según el espíritu y las normas específicas emanadas en mérito por la competente Autoridad eclesiástica 32. Para animar las mencionadas celebraciones el fiel no ordenado deberá tener un especial mandato del Obispo, el cual pondrá atención en dar las oportunas indicaciones acerca de la duración, lugar, las condiciones y el presbítero responsable. 2. Tales celebraciones, cuyos textos deben ser los aprobados por la competente autoridad eclesiástica, se configuran siempre como soluciones temporales 33. Está prohibido inserir en su estructura elementos propios de la liturgia sacrificial, sobre todo la “plegaria eucarística”, aunque si en forma narrativa, para no engendrar errores en la mente de los fieles 34. A tal fin debe ser siempre recordado a quienes toman parte en ellas que tales celebraciones no sustituyen al Sacrificio eucarístico y que el precepto festivo se cumple solamente participando a la Santa Misa 35. En tales casos, allí donde las distancias o las condiciones físicas lo permitan, los fieles deben ser estimulados y ayudados todo el posible para cumplir con el precepto.

LOS CUATROS POLOS DE LA CELEBRACIÓN El capítulo V de la nueva Institutio Generalis Missale Romanum 2000 36, titulado “Disposición de las iglesias” para la celebración eucarística ha sido bastante remodelado respecto a la anterior. Distingue claramente los 4 polos de la celebración eucarística: I. El templo: lugar de la Asamblea II. El altar: lugar de la Eucaristía III. El ambón: lugar de la Palabra IV. La sede: lugar del Presidente

I. La iglesia-TEMPLO: lugar de la ASAMBLEA Se construye un templo para una Asamblea. La Asamblea es el primer y básico signo de todo acto litúrgico. Y es uno de signos de la presencia de Cristo: “Allí donde dos o tres están reunidos (no “se reúnen”) en mi Nombre, Yo estoy en medio de ellos” - Siendo la Asamblea, el actor principal de la celebración (“Asamblea celebrante”), la disposición del lugar debe expresar algo de lo que significa ser Asamblea: lo ideal es la disposición en medio círculo, iglesia en forma redunda o triangular o hexagonal, cuyo

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C.I.C., can. 1248, § 2. Cfr. Ibíd., can. 1248, § 2; Sagrada Congregación de los Ritos, Instr. Inter oecumenici (26 septiembre 1964), n. 37; AAS 66 (1964), p. 885; Sagrada Congregación para el Culto Divino, Directorio para las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero Christi Ecclesia (10 junio 1988): Notitiae 263 (1988). 33 Juan Pablo II, Alocución (5 junio 1993): AAS 86 (1994), p. 340. 34 Sagrada Congregación para el Culto Divino, Directorio para las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero Christi Ecclesia n. 35: l.c.; cfr. también C.I.C., can. 1378, § 2, n. 1 y § 3; can. 1384. 35 Cfr. C.I.C., can. 1248. 36 Institutio Generalis Missalis Romani 32

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centro es el altar. Pero en general en nuestros templos, los fieles ocupan una “nave” en forma rectangular. La IGMR desea que el lugar facilite la participación activa de los fieles y permite la posibilidad de algunos desplazamientos... Para el que entra en una celebración, la imagen que ésta le da es decisiva para su participación y su posible “comunión”: ¿La Asamblea es acogedora? ¿Ferviente? ¿Alegre? ¿Comunicativa? ¿Respetuosa de cada uno? ¿Atenta a la Palabra? ¿Orientada hacia Dios ?... son algunos puntos que merecen una atención especial. La mala costumbre de nuestra gente de llegar atrasada a la celebración no favorece la constitución “en Asamblea” de un grupo de personas. Y precisamente, los primeros ritos que inician la celebración, tienen como finalidad, la constitución en Asamblea de un grupo de personas reunidas: canto inicial (unir las voces para unir los corazones), saludo de apertura, acto penitencial, himno, oración colecta sobre la asamblea, (colecta, es decir, congregada). Se fomenta así la convicción de que es Cristo mismo el que convoca y congrega a sus hermanos. El Evangeliario llevado en la procesión de entrada ya lo significa. También la mala costumbre, en ciertos lugares, de dispersarse en el templo, en vez de agruparse cerca del altar, no es signo de una asamblea que “visibilice” ser el Cuerpo de Cristo, lo que es la finalidad de la Eucaristía: cristificar a la asamblea... Otra mala costumbre es la de disponer hojas o folletos en las bancas antes de la celebración (“¡le toca a quien le toque!”): no es signo de acogida, virtud tan típica del pueblo costarricense... (Cf. Los Evangélicos que saben acoger a la puerta a los que llegan... muchos son los “acomodadores”...) Llama la atención el “lugar de los cantores” (n.312): pide que se vea que son parte de la asamblea de los fieles en la que desempeñan una función particular, y que permite la plena participación en la misa, es decir, la participación sacramental: o sea, sería incoherente que el coro no participe en la comunión o que se quede sentado durante toda la misa, como si fuera un conjunto musical contratado para un acto que le es extraño, o que cante para “lucirse”. El mejor coro no es el que canta hermoso, sino el que hace participar a la asamblea.

II. EL ALTAR: lugar de la EUCARISTIA El altar es la piedra angular de un templo: “Ara Christus est” (El Altar es Cristo) Es al mismo tiempo 37: - la mesa de la Eucaristía alrededor de la cual se reúnen los cristianos para dar gracias a Dios y alimentarse con el Cuerpo y la Sangre de Cristo; 37

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y el altar (lugar alto), donde se hace presente el sacrificio de la cruz que se perpetúa a través de los siglos hasta que Cristo vuelva.

Signo de Cristo la “Piedra viva” 38, el altar se venera por parte de los ministros ordenados, con algunos signos expresivos: al llegar al altar, se le saluda con una inclinación profunda, se le besa, (se le inciensa), se deposita sobre él el Evangeliario. Pero estos signos de veneración se tornan incoherentes si no se respeta la veracidad de lo que representa: si además de las velas y flores (que no deben colocarse encima sino a los lados), se encuentran: cáliz, copones, vinajeras, copones de hostias, libros de canto, hojas de todo tamaño, cuadernos de avisos y de intenciones, caja de fósforos con los palitos quemados... solideo del obispo... como si fuera una mesa cualquiera sobre la que se deposita todo... También a veces, delante del altar, ocultándolo, se ha tomado la mala costumbre de colocar una silla (¡incluso una silla del comedor!), o una banca para el sacerdote y sus acompañantes. No es el lugar. Urge devolver al altar su nobleza y su belleza, despojándolo de todo lo que contradice su verdadero significado. Que el mantel sea limpio, que cáliz y vinajeras estén en la credencia, que las flores sean hermosas, las velas limpias y colocadas a las lados del altar. Solo se prevé sobre el altar, y mejor cerca de él, la cruz (a no ser que ya esté al fondo del ábside), las velas, algún adorno floral “con moderación” 39 - excepto sólo durante la Cuaresma-. Después de hacer una inclinación profunda el altar -espalda a la asamblea - el que dirige se vuelve al pueblo e inicia la celebración. El altar sirve exclusivamente para después de la oración de los fieles cuando se prepara la mesa colocando sobre él el corporal, para luego traer la Reserva del Santísimo Sacramento. El centro del altar, lo utilizan exclusivamente el Obispo o el sacerdote; nunca el diácono, menos el laico, porque es allí donde se realiza él “memorial del Señor”, la Eucaristía. Para una Acción Dominical en Ausencia del Presbítero con distribución de la comunión, las normas prevén que el diácono (o el laico) deposita el copón con las Hostias Consagradas sobre el altar, y se arrodilla delante de él, espalda a la asamblea, para un breve canto de adoración. El resto de la celebración lo hará espaldas al pueblo (¡pues el que dirige es parte del pueblo!) y sólo cuando tome el Cuerpo de Cristo para presentarlo a los fieles se volverá hacia ellos y elevando la Forma Consagrada dirá: “Este es el Cordero de Dios…”

III. EL AMBON y El Leccionario: lugar de LA PALABRA “La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia haya un lugar adecuado desde donde se la anuncie y hacia el cual converja espontáneamente la atención de los fieles durante la liturgia de la Palabra” 40. 38

Ibid. 298 Ibid. 305 40 Ibid. 309 39

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Conviene que este lugar sea un ambón fijo, y no un simple atril movible. Más que un simple mueble, el ambón debe ser un lugar destacado que significa otra forma de la presencia del Señor. Allí está el “Libro” (Leccionario) de la Sagrada Escritura que se convierte en Palabra de Dios o Palabra del Señor (Evangeliario), pues, “cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras, es Dios mismo quien habla a su pueblo, y Cristo, presente en su Palabra, quien anuncia el Evangelio” 41. El ambón debe servir exclusivamente para la proclamación de la Palabra: lecturas bíblicas, evangelio, homilía. Ni el guía o monitor, ni el animador del canto deben utilizarlo. Tampoco es el lugar de donde se dan avisos. Se debe disponer de otro pedestal, con micrófono si es necesario, en otro lugar que no esté necesariamente en el presbiterio. El salmo responsorial se proclama desde el ambón si se dirige a la asamblea: (p. ej. Aclamen al Señor...); o bien puede proclamarse desde la Asamblea en otro lugar de donde el salmista se orienta hacia la cruz, sí el salmo se dirige a Dios (p. ej. “Piedad, Señor, porque pequé contra ti”), lo que es el caso más frecuente. La reflexión que el que dirige la asamblea dirá, NO SE DIRÁ DESDE EL AMBÓN, SINO DESDE DONDE ESTÁ SU SILLA. Las intenciones de la Oración universal también, al igual que el salmo, pueden se leídas por un lector desde el atril de las moniciones, o mejor desde la asamblea, estando el que dirige en su lugar. Si un gasto se impone, es más bien para un Libro digno. No se debe acostumbrar hacer las lecturas frente a una Asamblea en un pequeño libro (Misa de cada día), ni menos en una hoja y peor aún si se muestran a la asamblea y no se dejan quietos en el ambón.

IV. LA SEDE: lugar del presidente de la Asamblea, no del que dirige o anima. También Cristo se “visibiliza” por la persona del ministro ordenado que hace las veces de Cristo cabeza y le presta su persona para realizar sus gestos. “En la Misa o Cena del Señor, el pueblo de Dios es congregado bajo la presidencia del sacerdote celebrante que oficia “in persona Christi” para celebrar el memorial del Señor o Sacrificio eucarístico” 42. Lo mismo que el ambón respecto al Libro de la Palabra, así también la sede respecto al ministro que preside. “La sede del sacerdote celebrante debe significar su función de Presidente de la asamblea y de moderador de la oración. Por tanto, su lugar más conveniente es de cara al pueblo... (Se sugiere al fondo del presbiterio), a menos que lo impide otra 41 42

Ibid. 29 Ibid. 27

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circunstancia, por ejemplo, si a causa de la excesiva distancia, resulta difícil la comunicación entre el sacerdote y la asamblea de los fieles” 43. Es este último criterio que hay que tener en cuenta ante todo: la comunicación entre el sacerdote y la asamblea. Por eso, en muchos casos, será preferible ubicar la sede del otro lado del ambón en paralelo con él. (Nunca delante del altar) No es sólo un mueble utilitario “para sentarse”, sino un lugar simbólico que visibiliza el rol del que va a hacer las veces de Cristo-cabeza. No debe tener apariencia de trono. Basta una silla curul, o faldistorio, (sede móvil bastante elegante que utiliza el Obispo, delante del altar, para las ordenaciones o la confirmación). La sede es única. Hay un solo Animador de la acción litúrgica. En ninguna parte de las normas de la misa se mencionan acompañantes a la derecha e izquierda, ni otros sacerdotes, ni menos monaguillos. Incluso si hay otros obispos o presbíteros, hay que prever otro lugar que destaque el colegio episcopal o el colegio presbiteral. Se debe evitar toda apariencia de co-presidencia. En cuanto a la ubicación de los otros ministros, en el mismo párrafo de la IGMR se dice: También en el presbiterio, se han de colocar los asientos para los sacerdotes concelebrantes y otros para los presbíteros que, revestidos con la vestidura coral, asisten a la celebración aunque no concelebren. El asiento para él diácono colóquese cerca (no a la par) de la sede del celebrante. Para los otros ministros, ubíquense de tal modo que se distingan claramente de los asientos del clero y ellos mismos puedan cumplir con facilidad el oficio que se les ha confiado 44. Por esta razón la silla que se colocará para el que dirige la celebración no será NUNCA la sede del Presbítero, sino OTRA silla distinta. No se colocará frente al altar, sino frente al presbiterio, de cara al pueblo pero al mismo nivel de los fieles, nunca elevada cerca del altar o detrás de éste. Desde allí iniciará la celebración y la concluirá, esa será su “sede”, si queremos llamarle de alguna forma.

PRESIDIR: rol del ministro ordenado... ¿Y LOS LAICOS?... Se reserva exclusivamente el vocabulario de la presidencia al ministerio ordenado, y se opta por otros términos (dirigir, guiar, conducir, animar...) en lo que se refiere al ministerio de los laicos. En este subsidio, el término utilizado será animador. El cargo propio del presbítero que es la “presidencia” de una comunidad se expresa teológicamente en términos de participación del ministerio apostólico. No es lo mismo para los laicos cuyo ministerio se fundamenta en los sacramentos de la iniciación cristiana y los carismas particulares. 43 44

Ibid. 309 Ibid.

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Además, es a partir de las acciones litúrgicas “mayores” de la Iglesia, aquellas que tienen un carácter de “eclesialidad primera”, que se puede definir la presidencia de la liturgia cristiana. El P. Congar establece una diferencia entre las acciones litúrgicas: Pertenecen a la eclesialidad primera las celebraciones de la Iglesia local presidida por su Obispo (o un sacerdote que lo representa), p. Ej. Iniciación cristiana, la Eucaristía dominical o festiva, la reconciliación de los penitentes, así como las horas principales del Oficio divino... Pertenecen a la eclesialidad secunda (no secundaria) ritos como los del matrimonio, la oración de las exequias, el oficio monástico. Según las épocas, la Iglesia ha asumido o no a su cuenta estas celebraciones...

Recomendaciones Importantísimas: 1. Cuando moderen una celebración de la Palabra en ausencia del Presbítero, los laicos no deben NUNCA utilizar los saludos como el ministro ordenado, ni realizar los gestos que normalmente utilizan éstos. Nunca deben utilizar una fórmula que dé pie a que los fieles respondan: “Y con tu espíritu”, sino que deben terminar el saludo distinto, posibilitando que los fieles respondan: “Amén”. Esto tanto para el saludo inicial, antes del Evangelio, antes del Padre Nuestro, al saludo de la paz y antes de terminar la celebración. Además, las oraciones siempre se hacen con las manos juntas y nunca extendidas, como normalmente las hacen los ministros ordenados. Veamos por ejemplo la celebración del Jueves Santo que aparece en el folleto: “Semana Santa en la Familia Cristiana” de la Comisión Nacional de Liturgia de Costa Rica, Serie “Liturgia y Laicado” N° 1, páginas 31-38: A. El saludo inicial que aparece es: “Que el amor de Dios Padre de nuestro Salvador, que murió para darnos vida, permanezca siempre con nosotros por Cristo nuestro Señor: Amén” Como vemos no hay posibilidad de respuesta: “y con tu espíritu”, pues esa respuesta es sólo para darla a los ministros ordenados, dado su carácter sacramental. B. La oración Colecta: La indicación dice claramente: “A continuación el que dirige dice, con las manos juntas, la siguiente oración” C. Antes del Evangelio: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Señor. Amén” No se extienden las manos, ni se dice el saludo que corresponde al ministro ordenado. Inmediatamente se enuncia: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. D. Al Padre Nuestro: Hermanos: mientras recitamos la Oración del Señor, comprometámonos a conservarnos siempre unidos en la paz y el amor. Digamos: Padre Nuestro…

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Se dice la oración con las manos juntas, no extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. No se dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” E. Saludo de la paz: Hermanos: que la paz que nos vamos a dar mutuamente, sea expresión del amor cristiano y del perdón mutuo. Saludémonos con un gesto de paz. Como es claro, nunca se dice la oración que dice los ministros ordenados: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros”. F. Oración después de la Comunión: Se dice con las manos juntas. G. Bendición y despedida: Con las manos juntas, el que dirige implora la bendición sobre él y los presentes: Hermanos: Amémonos como Jesús nos amó, y que descienda sobre nosotros y sobre el mundo entero, redimido con su sangre, la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Sin embargo es más recomendable utilizar las conocidas fórmulas de terminar nuestras oraciones personales, para evitar que los fieles piensen que se les da la bendición. Sugerimos por ejemplo: ™ “Nos cubrimos con la Sangre de Cristo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. ™ “El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna”. 2. Ninguno de los fieles laicos que dirigen la celebración en ausencia del presbítero debe considerarse sacerdote o clérigo de cuarto grado u orden. No se trata de una consagración o una institución, sino de delegación, designación o nombramiento para el momento o acto por determinado tiempo. 3. Consideren seriamente que esta condición de “guías” no es un privilegio, sino un servicio para bien de los demás. Esto les exige dignidad y ante todo humildad al desempeñar su función u oficio, pues siguen siendo laicos. 4. Aparezcan siempre como laicos sin necesidad de asimilarse al Clero; permanezcan laicos a la vista de la comunidad. El vestido, por consiguiente, ha de ser digno y adecuado; han de tener cuidado con la limpieza de sus manos y uñas. No han de usar vestiduras sagradas del ministro ordenado. 5. No se arroguen o atribuyan el derecho de presidir, sino considérense animadores, guías o moderadores de la asamblea reunida, por tanto ayúdense de otros laicos en la celebración: no hay necesidad que quien guía la celebración lo haga todo solo, sería más significativo que se haga -14-

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ayudar de otros, distribuyéndose los distintos servicios: proclamar el evangelio, hacer el comentario a las lecturas, distribuir la Comunión. 6. No busquen reverencias ni recompensas. No hay derecho a remuneración de ninguna clase; es un servicio sin ánimo de lucro que se presta con desinterés, alegría y mucha fe 7. Nunca utilicen el ambón o lugar de la Palabra para hacer las moniciones, entonar los cantos, dar avisos, pronunciar palabras de agradecimiento u ocasión etc. y ayúdenles a los fieles a hacer lo mismo. Este lugar es exclusivo de la Palabra de Dios. 8. Valoren el significado del saludo de la paz, que debe ser signo de fraternidad (antes de comulgar con Cristo entramos en comunión con los hermanos) y apenas debe darse a los que estén a nuestro lado. El ideal es no devaluar este gesto convirtiéndolo en un “recreo litúrgico”. 9. Enseñen a sus hermanos a comulgar como es debido: manos colocadas adecuadamente: la derecha por debajo de la izquierda. Esperen la respuesta que da el comulgante. 10. Cuidado con quienes reciben el Cuerpo de Cristo en la mano. Se escuchan comentarios sobre los gravísimos abusos que se dan: bajo este pretexto se están valiendo para llevar el Pan Consagrado a cultos satánicos. Otros no saben comulgar en la mano: manos sucias, en una sola mano (la otra ocupada) y otros hacen la señal de la cruz con la hostia. Pongamos más atención y no seamos ingenuos.

Bibliografía Utilizada: “Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el Sagrado Ministerio de los Sacerdotes del 15 de agosto de 1997, Librería Editrice Vaticana. IGMR2000. Comentarios de la CONALI Conferencia Episcopal de Chile, 2002.

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Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

En el Domingo de Ramos, tal como el Misal indica, la Iglesia conmemora la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su misterio pascual. Las dos fases del misterio de Cristo aparecen con un relieve especial en la liturgia de este día y conviene presentarlas como partes indisolubles de un todo: el aspecto triunfal en la procesión y el aspecto pasionario en la Eucaristía.

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¿Qué debemos preparar para este día? 1. El día de hoy se utiliza el color litúrgico rojo. Atención: el mantel del altar siempre es blanco, pero el frontal del mantel puede ser del color litúrgico correspondiente y si se puede también las velas. Se podría por ejemplo, colocar el mantel del color litúrgico primero y sobre éste, el mantel blanco de forma que color litúrgico se vea siempre debajo del mantel blanco. 2. Personas que ayuden y participen en la procesión y en una celebración. El guía no debe hacerlo todo sólo, si son varios misioneros, uno puede proclamar el evangelio, otro hacer la pequeña predica, otro las oraciones y otro distribuir la Comunión (en caso que en la comunión no exista ya un ministro extraordinario designado por el párroco. Si en la comunidad ya existe ese servicio, el fiel o los fieles designados como ministros extraordinarios de la Comunión serán quienes distribuyan la Comunión). 3. Buscar un lugar cercano al templo para iniciar la celebración y la procesión (a 500 metros como mínimo). Los fieles deben ser convocados para llegar allí 4. Palmas u otras ramas para la procesión. Se deben distribuir a los fieles con anticipación, para que las tengan en sus manos a la hora de la oración. 5. Agua bendita (solo se utiliza para la bendición de palmas, al finalizar la celebración se desecha discretamente en la tierra o se lleva al templo para las demás celebraciones. No se regala). Esta se le pide al sacerdote de la parroquia donde van a servir. No se debe tomar agua de santuarios marianos para ese fin (santuario de La Negrita, por ejemplo)

7. Cruz alta (se utiliza para la procesión). 8. La celebración inicia con la “bendición” de las palmas, por eso al ingresar al templo se continua la misma, de allí que las velas del Altar, deben estar encendidas al ingresar al templo. 9. Lectores, tanto para las lecturas como para la proclamación de la Pasión del Señor. 10. La lectura del evangelio de la pasión del Señor se hará, normalmente, con tres lectores: C: cronista +: Cristo y S: sinagoga. Se deben tener por lo menos 3 copias de la Pasión. 11. Para la proclamación del Evangelio antes de la procesión y la Pasión de nuestro Señor Jesucristo se utilizarán los correspondientes al ciclo litúrgico: Ciclo A: San Mateo Ciclo B: San Marcos Ciclo C: San Lucas Por esta razón no los incluimos en este folleto sino que deben tomarse de la Misa de Cada día u otro subsidio anual. 12. La procesión sustituye el acto penitencial de esta celebración. Por eso la celebración simplemente se continúa al llegar al templo. Durante la procesión se pueden entonar cantos (siempre católicos, nunca de otras denominaciones) que hagan referencia a lo que estamos celebrando.

6. Recipiente para el agua bendita y ramita para la aspersión de las palmas.

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Celebración de este día 1. Monición Inicial Hoy iniciamos la Semana Mayor, la Semana Santa, centrada de toda ella sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La Palabra de Dios nos invita a abrir nuestro corazón, a vivir cada paso de estas celebraciones porque nos muestran la realidad del cristiano. Hoy hemos venido con ramos en las manos para proclamar la realeza de Jesucristo, la realeza de su amor y de su Paz. En esta semana se corre por completo el telón que oculta el ministerio de Dios, Misterio de Amor y salvación. Pero al mismo tiempo, se descubre el profundo drama del hombre y de la Iglesia, drama de vida y muerte, traición y entrega. El mismo pueblo que hoy le aclama como rey, es el que días después pide a gritos su muerte. Las actitudes de cobardía y negación de los discípulos de Cristo son las nuestras ahora. Dejemos, pues que la Palabra Divina, entre y sea vivida en nosotros para que elimine todo aquello que nos aleja del amor de Jesucristo y podamos caminar junto con él a la pascua con nuestra cruz a cuestas.

2. Canto Inicial Animador:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Fieles:

Amén

Animador:

Palabras de bienvenida y explicación en la que recalcará a los fieles lo que se conmemora. Explicar que estas palmas son un signo y no se debe hacer un uso inapropiado o supersticioso de ellas. Que no se deben botar, sino mas bien darles todo el respeto y un lugar que se merecen

3. Oración sobre las palmas El animador invita a los fieles a que levanten las palmas, los ramos o flores para la oración. Luego con las manos juntas invita a los fieles a orar, pero sin decir “oremos”. Acrecienta, Señor, la fe de los que en ti esperan y escucha las plegarias de los que a ti acuden, para que quienes alzamos hoy los ramos en honor de Cristo victoriosos, permanezcamos en él. Dando fruto abundante de buenas obras por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén

El animador, rocía en silencio las palmas con el agua bendita..

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4. Monición al Evangelio: Escucharemos ahora la proclamación solemne del hecho histórico de la entrada de Jesús en Jerusalén. En el entusiasmo de la alegría, no olvidemos que el Reino de Cristo no es de este mundo. Hoy no se hace ningún canto antes de la Pasión. El Animador o el lector designado proclama el santo evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Lectura del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho.

5. Del Santo Evangelio según San N. Todos (incluido quien proclama): Gloria a Ti Señor Se debe leer el correspondiente al ciclo litúrgico Ciclo A: San Mateo, Ciclo B: San Marcos, Ciclo C: San Lucas Al final de la proclamación se dice: Animador: Fieles:

Palabra del Señor Gloria a Ti Señor Jesús.

6. Procesión hacia el templo -Primero va la Cruz alta (acompañantes con ramos de flores a cada lado de la cruz). -Luego el animador y demás colaboradores en la celebración junto con todos los fieles. -Se pueden y deben hacer cantos apropiados, como por ejemplo: ™ Tú reinaras, Anunciaremos tu reino, ™ Tu reino es vida, Que alegría cuando me dijeron, ™ Vienen con alegría, Hosanna al Hijo de David Llegados al templo se pide los fieles que se mantengan en pie, el animador ubicado en su lugar (nunca el ambón, ni el altar, ni la sede del sacerdote, sino el sitio elegido con anterioridad) y sin extender las manos ni decir oremos, continúa: Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor.

7. Oración Dios todopoderoso y eterno, tu quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, y que un día particípenos en su gloria resurrección, por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Todos:

Amén.

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8. Liturgia de la Palabra Monición a la primera lectura Nunca de dice “Monición a la primera lectura”, sino que simplemente se inicia la misma, de forma pausada para que los fieles estén atentos. Tener confianza en el Señor, es lo más nos cuesta a los cristianos, cerrar los ojos, dejarnos guiar por Él. En esta primera lectura se nos muestran las dificultades que hay en el camino, pero se puede avanzar si te abandonas en el Señor, así que afinemos nuestro oído, porque la Palabra de Dios es eficaz. Escuchemos. Lectura del libro de Isaías 50,4-17 Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Palabra de Dios. Fieles:

Te alabamos Señor

Salmo responsorial 21,8-9.17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2a) Monitor: Aun cuando sabe que afronta la muerte, Cristo canta su victoria final, es decir, su glorificación después de haber cumplido con el designio de Dios Padre. Al salmo vamos decir juntos: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lector:

Al verme, se burlan de mi, hacen visajes, menean la cabeza: «Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre, si tanto lo quiere.»

Fieles: Lector:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos

Fieles:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Lector:

Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.

Fieles:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Lector:

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel.

Fieles:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

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Monición a la segunda Lectura Confiando plenamente en su Padre, Jesucristo acepta la misión que le fue encomendada y la realiza. Mientras nosotros aspiramos al éxito y a la gloria, Jesucristo renuncia a los privilegios como Hijo de Dios, y se despoja de su condición divina para dirigirse a los más necesitados. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses, 6-1-1 Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cual quiera- y se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Fieles:

Te alabamos Señor

Hoy no hay canto antes de la lectura de la Pasión. El Animador y los lectores designados proclaman la pasión sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado. El animador dirá Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Monición a la Pasión La Pasión de Jesucristo es el juicio de Dios a los hombres. Toda la iniquidad de la corrupción humana sale a flote para enfrentarse con el Justo, el Hijo del Hombre. Dejemos que la Palabra de Dios penetre como fuego en nuestro interior, que Cristo reine en nosotros como una vida nueva. Animador: Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san N. Se debe leer el correspondiente al ciclo litúrgico Ciclo A: San Mateo Ciclo B: San Marcos Ciclo C: San Lucas Todos:

Gloria a Ti Señor.

Al final de la proclamación se dice: Animador: Fieles:

Palabra del Señor Gloria a Ti Señor Jesús.

9. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Hoy es un día para dejar que sea la Palabra la que hable por si sola. Será suficiente un pequeño mensaje. Se termina con un momento de silencio.

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10. Profesión de fe: Credo Animador:

Demos testimonio de la fe que profesamos respondiendo: “Si creo” (responder en forma personal)

Animador: Fieles:

¿Hermanos, creen en Dios Padre, creador del cielo y la tierra? Si, creo.

Animador:

¿Creen en su Hijo Jesucristo, concebido por obra del Espíritu Santo, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó de María Virgen, murió y resucitó por nuestra salvación?

Fieles:

Si, creo.

Animador:

¿Creen en el Espíritu Santo a quien adoramos con el Padre y con el Hijo, que nos enseña todas las cosas, que habita en nosotros como un templo y que es alma gloriosa de la iglesia?

Fieles:

Si, creo.

Animador:

¿Creen en la Iglesia de Cristo, Una, Santa, Católica y Apostólica?

Fieles:

Si, creo.

Animador:

¿Creen en un solo bautismo para el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos, la comunión de los santos y la vida eterna?

TODOS:

Esta es nuestra fe, esta la fe de la Iglesia que profesamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

11. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador:

En este tiempo de la sagrada pasión, en que Cristo presento al padre suplicas y oraciones con lagrimas, supliquemos humildemente a Dios para que se digne escuchar nuestra plegarias por amor a su hijo. Respondemos a cada intención: “TEN PIEDAD DE TU PUEBLO SEÑOR”

Lector:

Para que la Iglesia, esposa de Cristo, se purifique más plenamente por la Sangre de Cristo, en este tiempo santo de Pasión. Roguemos al Señor

Fieles:

Ten piedad de tu pueblo, Señor.

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Lector:

Para que todas las cosas en el mundo se pacifiquen en orden a la salvación, por medio de la sangre de Cristo. Roguemos al Señor

Fieles:

Ten piedad de tu pueble, Señor

Lector:

Para que todos los que participen de la Pasión de Cristo por la enfermedad y los sufrimientos alcancen fortaleza y paciencia. Roguemos al Señor

Fieles:

Ten piedad de tu pueble, Señor

Lector:

Para que nosotros, por la Pasión y Muerte de Cristo, lleguemos a la gloria de la Resurrección. Roguemos al Señor

Fieles:

Ten piedad de tu pueble, Señor

Se pueden hacer peticiones espontáneas Animador: Atiende, Señor, las suplicas de tu pueblo para que cuanto no se atreve a esperar por sus propios méritos, lo alcance por la pasión de tu hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Fieles: Amén

12. Rito de comunión -Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá al Sagrario (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir al Sagrario, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador:

Hermanos, ahora alabemos y demos gracias al Padre, que es un Dios de misericordia y de perdón. A cada intención decimos: “Bendito seas, por siempre Señor”

Animador:

Bendito seas, Dios Padre de bondad, porque tu paciencia es incansable y tu amor nunca falla; tú nos ofreces un tiempo favorable y unos días de salvación; Tú eres grande Señor Dios nuestro. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

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Animador:

Bendito seas, Hijo de Dios vivo, tú que eres fiel hasta la cruz; tú que acoges con bondad a quien se arrepiente. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas Espíritu Santo. Amor que aleja todo odio; Tú que invitas a los hombres al silencio para hablarles al corazón; Tú que das fuerzas en las tentaciones y confieres la vida nueva; ¡Tú eres fuerte bendito Espíritu del Señor!

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al altar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. Animador:

Jesucristo nos enseña a hablar con el Padre desde la mayor sencillez, nos enseña a mirarle con mucha ternura y amor; nos enseña a decirles Abba (papito), que no lo miremos lejano, sino más bien muy cercano. Dirijámonos al Padre como nuestro hermano mayor nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra

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Saludo de la paz: Animador:

Hermanos: que la paz que nos vamos a dar mutuamente, sea expresión del amor cristiano y del perdón mutuo. Saludémonos con un gesto de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo dichosos los llamados a la Cena del Señor.

Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que llevarán al Sagrario. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta. -25-

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Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

13. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos. Fortalecidos con tan santos ministerios, te dirigimos estas suplicas Señor: del mismo modo que la muerte de tu hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su resurrección nos alcance la plena posesión de lo que anhelamos. Por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén.

14. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, sobre todo invitando a participar en las celebraciones de los próximos días, e informando con exactitud de los horarios y actividades; así como insistiendo en la importancia que tiene para todos participar de la celebración de la Fiesta de Pascua.

15. Ritos de Despedida Animador:

Amigos: ahora regresemos a nuestras casas; comuniquemos a nuestros amigos y familiares la alegría de nuestra esperanza y la seguridad de nuestra fe. Pidamos al Señor su bendición para nosotros y para toda la comunidad.

Bendición final: (Se dice mientras todos hacen la señal de la cruz). Animador: Fieles: Animador: Fieles:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén. Bendigamos al Señor. Demos Gracias a Dios.

Canto Final -26-

Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Lunes Santo

Tras el esplendor del domingo, la liturgia entra en la angustia de la pasión siguiendo los últimos días de vida de Jesús. El Evangelio nos presenta el episodio de la Magdalena lavando y ungiendo los pies de Jesús, con el escándalo de Judas. En él se han inspirado algunos pasos y procesiones.

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Celebración de este día El animador, el monitor y los demás misioneros que participarán en la celebración estarán en la puerta del templo, recibiendo a los fieles. Luego de la monición inicial entran juntos, mientras se hace el canto inicial. Hacen la genuflexión (doblar la rodilla derecha) al Santísimo que estará en el Sagrario y cada uno ocupa su lugar.

1. Monición Inicial Paso a paso la liturgia nos va acercando a los últimos episodios de la vida mortal de Jesús aleccionándonos a seguir su ejemplo. La vivencia de esta celebración nos ayude a perfilar cada día en nosotros las actitudes del discípulo que comparte la misión y el destino de su maestro. Iniciemos pues con alegría nuestra celebración.

Canto de Entrada. (No podemos olvidar que estamos todavía en Cuaresma) Animador:

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Fieles:

Amén

Animador:

Que el amor de Cristo nuestro Salvador, que murió para darnos vida, permanezca siempre en nuestros corazones hoy y siempre.

Fieles:

Amén

Como vemos no hay posibilidad de respuesta: “y con tu espíritu”, pues esa respuesta es sólo para darla a los ministros ordenados, dado su carácter sacramental.

2. Acto Penitencial Animador: Hermanos al iniciar esta celebración, el Señor nos pide reconocer humildemente que somos pecadores. En silencio pidamos perdón: Deja unos instantes de silencio y luego invita a todos a rezar juntos. Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. TODOS:

Dios Todopoderoso y eterno, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Señor ten piedad (se puede cantar o rezar) Señor, Ten Piedad, Señor, Ten Piedad Cristo ten piedad, Cristo ten piedad Señor ten piedad, Señor ten piedad

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3. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, invita a los fieles a hacer oración y luego de unos instantes de silencio hace la oración con las manos juntas. Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor.

Padre Todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

4. Liturgia de la Palabra Monición a la primera Lectura El siervo del Señor es presentado como elegido por Dios y lleno de su Espíritu con la misión de hacer valer el derecho y la justicia salvadora en el mundo. Su modo será pacifico pero su propósito firme. Será alianza y luz para todos los pueblos que lo están esperando. Escuchemos. Lectura del libro del Profeta Isaías 42,1-7 Este es mi Servidor, a quien yo sostengo; mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Él no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá la caña quebrada; ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará, hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley. Así habla Dios, el Señor, el que creó el cielo y lo desplegó, el que extendió la tierra y lo que ella produce, el que da el aliento al pueblo que la habita y el espíritu a los que caminan por ella. Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo Ja luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial (Salmo 26) Lector: Señor es mi luz y mi salvación Lector:

Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿quién me hará temblar?

Fieles:

El Señor es mi luz y mi salvación

Lector:

Cuando se alzaron contra mí los malvados, para devorar mi carne, fueron ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropezaron y cayeron.

Fieles:

El Señor es mi luz y mi salvación -29-

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Lector:

Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra mí, no perderé la confianza.

Fieles:

El Señor es mi luz y mi salvación

Lector:

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, gozar de la dulzura del Señor contemplando su Templo.

Fieles:

El Señor es mi luz y mi salvación

Monición al Santo Evangelio La fragancia del perfume con que será ungido Cristo es signo adelantado de la unción que va a recibir con la muerte. Nosotros también debemos salir de este mundo ungidos para poder ir al Padre. Les invito a ponerse pie. Se puede hacer un pequeño canto que no sea aleluya El Animador o el lector designado proclama el Santo Evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Animador o lector: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Señor. Amén Del Santo Evangelio según San Juan (12, 1-11) Todos:

Gloria a ti Señor.

“Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: -“¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?” Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: -“Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.” Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien habrá resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti Señor Jesús -30-

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5. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Será suficiente un pequeño mensaje que se habrá preparado con base a las lecturas. Nunca se debe improvisar. Se termina con un momento de silencio. En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

6. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador:

Dios Omnipotente, Altísimo y Misericordioso, escucha tu Pueblo Santo, aquí reunido en tu Santísimo Nombre y acoge nuestras peticiones que te hacemos en atención al mandato de tu Único Hijo, Nuestro Señor: Respondemos a cada intención: “Te lo pedimos Señor”

Lector:

Para que el Redentor del mundo, que se entrego a la muerta por su grey, libre a la iglesia de todo mal. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que el Redentor del mundo, que oró con lágrimas en la cruz, interceda ante el Padre por todos los hombres. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que el Redentor del mundo, que tuvo tanta angustia y tristeza, socorra a los que sufren, les de paciencia en la tribulación y alivie sus dolores. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que nosotros, sus siervos, que recordamos con veneración su cruz, nos reanimen con la fuerza de su Resurrección. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Se pueden hacer peticiones espontáneas Animador: Todo esto te lo pedimos Dios Misericordioso por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén.

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7. Rito de comunión -Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá al Sagrario (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir al Sagrario, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador:

Hermanos, ahora alabemos y demos gracias al Padre, que es un Dios de misericordia y de perdón. A cada intención decimos: “Bendito seas, por siempre Señor”

Animador:

Bendito seas, Dios Padre de bondad, porque tu paciencia es incansable y tu amor nunca falla; tú nos ofreces un tiempo favorable y unos días de salvación; Tú eres grande Señor Dios nuestro. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas, Hijo de Dios vivo, tú que eres fiel hasta la cruz; tú que acoges con bondad a quien se arrepiente. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas Espíritu Santo. Amor que aleja todo odio; Tú que invitas a los hombres al silencio para hablarles al corazón; Tú que das fuerzas en las tentaciones y confieres la vida nueva; ¡Tú eres fuerte bendito Espíritu del Señor!

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al altar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. Animador:

Jesucristo nos enseña a hablar con el Padre desde la mayor sencillez, nos enseña a mirarle con mucha ternura y amor; nos enseña a decirles Abba (papito), que no lo miremos lejano, sino más bien muy cercano. Dirijámonos al Padre como nuestro hermano mayor nos enseñó:

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra.

Saludo de la paz: Animador:

Hermanos: que la paz que nos vamos a dar mutuamente, sea expresión del amor cristiano y del perdón mutuo. Saludémonos con un gesto de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la Cena del Señor.

Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme

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Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que llevarán al Sagrario. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta.

Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

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8. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos. Ven, Señor y protege con amor solícito al pueblo que has santificado en esta celebración, para que conserve siempre los dones que ha recibido de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos:

Amén.

9. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, sobre todo invitando a participar en las celebraciones de los próximos días, e informando con exactitud de los horarios y actividades; así como insistiendo en la importancia que tiene para todos participar de la celebración de la Fiesta de Pascua.

10. Ritos de Despedida Animador:

Amigos: ahora regresemos a nuestras casas; comuniquemos a nuestros amigos y familiares la alegría de nuestra esperanza y la seguridad de nuestra fe. Cristo nos anima siempre a alcanzar la liberación de todos los males que nos esclavizan. Pidamos al Señor su bendición para nosotros y para toda la comunidad.

Bendición final: (Se dice mientras todos hacen la señal de la cruz). Animador: Fieles:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Animador: Fieles:

Bendigamos al Señor. Fieles Demos Gracias a Dios.

Canto Final

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Martes Santo

El martes Jesús acude al Templo por el camino tantas veces recorrido. Los rostros de los que le acompañan están serios; ya no hay vítores de los acampados alrededor de Jerusalén, ni en la misma ciudad. Pero muchos quieren oír y ver al Maestro, al Hijo de David, al que resucitó a Lázaro, al que se ha proclamado Hijo del Padre eterno. Este día todos los grupos que se oponen a Jesús se van a unir y emplear sus armas dialécticas para destruirle. “Siguieron observando y le enviaron espías que simulaban ser justos para cogerle en alguna palabra y entregarlo al poder y jurisdicción del gobernador”(Lc). Muchas cosas van a quedar claras en este día y mucha va a ser la luz para los de mente y corazón abiertos.

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Celebración de este día El animador, el monitor y los demás misioneros que participarán en la celebración estarán en la puerta del templo, recibiendo a los fieles. Luego de la monición inicial entran juntos, mientras se hace el canto inicial. Hacen la genuflexión (doblar la rodilla derecha) al Santísimo que estará en el Sagrario y cada uno ocupa su lugar.

1. Monición Inicial Caminamos hacia la celebración de la Pascua. La vida de Jesús está signada por la fidelidad a la misión encomendada por el Padre. La maldad de los hombres teje su desenlace final. Esta celebración nos introduce en el misterio de Dios que por amor se ha entregado por nuestra redención. Iniciemos nuestra celebración con la certeza de sabernos salvados.

Canto de Entrada. (No podemos olvidar que estamos todavía en Cuaresma) Animador:

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Fieles:

Amén

Animador:

Que el amor de Cristo nuestro Salvador, que murió para darnos vida, permanezca siempre en nuestros corazones hoy y siempre.

Fieles:

Amén

Como vemos no hay posibilidad de respuesta: “y con tu espíritu”, pues esa respuesta es sólo para darla a los ministros ordenados, dado su carácter sacramental.

2. Acto Penitencial Animador: Hermanos al iniciar esta celebración, el Señor nos pide reconocer humildemente que somos pecadores. En silencio pidamos perdón: Deja unos instantes de silencio y luego invita a todos a rezar juntos. Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. TODOS:

Dios Todopoderoso y eterno, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Señor ten piedad (se puede cantar o rezar) Señor, Ten Piedad, Señor, Ten Piedad Cristo ten piedad, Cristo ten piedad Señor ten piedad, Señor ten piedad

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

3. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, invita a los fieles a hacer oración y luego de unos instantes de silencio hace la oración con las manos juntas. Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor.

Padre Todopoderoso, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la Pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y Dios por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

4. Liturgia de la Palabra Monición a la primera Lectura En esta lectura el siervo del Señor se presenta a sí mismo en un contexto universal, Su llamado y su elección viene desde la misma raíz de su existencia. Es llamado a ser luz para los pueblos con el mensaje de su persona. La llamada de Dios es Salvación. Lectura del libro del Profeta Isaías (IS. 49,1-6) ¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. Él hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. Él me dijo: “Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré”. Pero yo dije: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza”. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial (Salmo 70) Señor, tú eres mi refugio. Lector:

Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme! Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame.

Fieles:

Señor, tú eres mi refugio.

Lector:

Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza. ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío, de las garras del malvado y del violento! -38-

Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Fieles:

Señor, tú eres mi refugio.

Lector:

Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.

Fieles:

Señor, tú eres mi refugio.

Monición al Santo Evangelio La intimidad de una cena de amigos es el preludio de una traición que estará marcada por la oscuridad del que ha dejado espacio al pecado. Les invito a ponerse de pie. Se puede hacer un pequeño canto que no sea aleluya El Animador o el lector designado proclama el Santo Evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Animador o lector: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Señor. Amén Del Santo Evangelio según San Juan (13,21-33 y 36-38) Todos:

Gloria a ti Señor.

“Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: -“En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: -“Pregúntale de quién está hablando”. Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: -“Señor, ¿quién es?” Le responde Jesús: -“Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar.” Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: -“Lo que vas a hacer, hazlo pronto.” Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: “Compra lo que nos hace falta para la fiesta”, o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. Cuando salió, dice Jesús: -“Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.” -“Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros. Simón Pedro le dice: -“Señor, ¿a dónde vas?” Jesús le respondió: -“Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.” Pedro le dice: - “¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti.” Le responde Jesús: -“¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces.” Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti Señor Jesús -39-

Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

5. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Será suficiente un pequeño mensaje que se habrá preparado con base a las lecturas. Nunca se debe improvisar. Se termina con un momento de silencio. En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

6. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador:

Dirijamos. Hermanos, nuestra mirada a Jesús, levantado en la cruz, para que todos los que creen en el tengan vida eterna, y oremos por todos los hombres. Respondemos a cada intención: “Te lo pedimos Señor”

Lector:

Para que el Señor, que por nosotros murió en la cruz, tenga misericordia de su iglesia. Roguemos al Señor

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que aquel que con su sangre preciosas salvo al mundo, se muestre amigo y defensor de todos los hombres. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que los pobres, los atribulados, los desesperados y todos los que participan de la cruz de Cristo por sus sufrimientos, encuentran fuerza en la pasión del Señor. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Para que cuantos en el bautismo fuimos sumergidos en la muerte de Cristo, participemos también de su Resurrección. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Se pueden hacer peticiones espontáneas Animador: Todo esto te lo pedimos Dios Misericordioso por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén.

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7. Rito de comunión -Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá al Sagrario (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir al Sagrario, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador:

Hermanos, ahora alabemos y demos gracias al Padre, que es un Dios de misericordia y de perdón. A cada intención decimos: “Bendito seas, por siempre Señor”

Animador:

Bendito seas, Dios Padre de bondad, porque tu paciencia es incansable y tu amor nunca falla; tú nos ofreces un tiempo favorable y unos días de salvación; Tú eres grande Señor Dios nuestro. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas, Hijo de Dios vivo, tú que eres fiel hasta la cruz; tú que acoges con bondad a quien se arrepiente. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas Espíritu Santo. Amor que aleja todo odio; Tú que invitas a los hombres al silencio para hablarles al corazón; Tú que das fuerzas en las tentaciones y confieres la vida nueva; ¡Tú eres fuerte bendito Espíritu del Señor!

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al altar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. Animador:

Jesucristo nos enseña a hablar con el Padre desde la mayor sencillez, nos enseña a mirarle con mucha ternura y amor; nos enseña a decirles Abba (papito), que no lo miremos lejano, sino más bien muy cercano. Dirijámonos al Padre como nuestro hermano mayor nos enseñó:

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros”. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra

Saludo de la paz: Animador:

Hermanos: que la paz que nos vamos a dar mutuamente, sea expresión del amor cristiano y del perdón mutuo. Saludémonos con un gesto de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la Cena del Señor.

Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que llevarán al Sagrario. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta.

Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

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8. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos. Ven, Señor y protege con amor solícito al pueblo que has santificado en esta celebración, para que conserve siempre los dones que ha recibido de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos:

Amén.

9. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, sobre todo invitando a participar en las celebraciones de los próximos días, e informando con exactitud de los horarios y actividades; así como insistiendo en la importancia que tiene para todos participar de la celebración de la Fiesta de Pascua.

10. Ritos de Despedida Animador:

Amigos: ahora regresemos a nuestras casas; comuniquemos a nuestros amigos y familiares la alegría de nuestra esperanza y la seguridad de nuestra fe. Cristo nos anima siempre a alcanzar la liberación de todos los males que nos esclavizan. Pidamos al Señor su bendición para nosotros y para toda la comunidad.

Bendición final: (Se dice mientras todos hacen la señal de la cruz). Animador: Fieles:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Animador: Fieles:

Bendigamos al Señor. Fieles Demos Gracias a Dios.

Canto Final

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Miércoles Santo

El Miércoles Santo es el día de la entrega y la traición. Este día se recuerda el momento en que Judas, uno de los 12 discípulos del Señor, se pone de acuerdo con los enemigos de Jesús y se ofrece a entregarlo a cambio de 30 monedas de plata. Es el comienzo de la mortal confabulación

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Celebración de este día El animador, el monitor y los demás misioneros que participarán en la celebración estarán en la puerta del templo, recibiendo a los fieles. Luego de la monición inicial entran juntos, mientras se hace el canto inicial. Hacen la genuflexión (doblar la rodilla derecha) al Santísimo que estará en el Sagrario y cada uno ocupa su lugar.

1. Monición Inicial El siervo sufriente, aquel que lleva sobre si el pecado del mundo es aquel que fiel a su misión persevera en ella pues confía profundamente en su Señor. Él, cargando con la cruz de todos, se hace solidario con el pecador. Esta celebración nos introduce al misterio de la solidaridad divina al entregar su Cuerpo y su Sangre para redención del mundo. Iniciemos nuestra celebración uniendo nuestros corazones en alabanzas al Dios liberador.

Canto de Entrada. (No podemos olvidar que estamos todavía en Cuaresma) Animador:

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Fieles:

Amén

Animador:

Que el amor de Cristo nuestro Salvador, que murió para darnos vida, permanezca siempre en nuestros corazones hoy y siempre.

Fieles:

Amén

Como vemos no hay posibilidad de respuesta: “y con tu espíritu”, pues esa respuesta es sólo para darla a los ministros ordenados, dado su carácter sacramental.

2. Acto Penitencial Animador: Hermanos al iniciar esta celebración, el Señor nos pide reconocer humildemente que somos pecadores. En silencio pidamos perdón: Deja unos instantes de silencio y luego invita a todos a rezar juntos. Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. TODOS:

Dios Todopoderoso y eterno, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Señor ten piedad (se puede cantar o rezar) Señor, Ten Piedad, Señor, Ten Piedad Cristo ten piedad, Cristo ten piedad Señor ten piedad, Señor ten piedad

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3. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, invita a los fieles a hacer oración y luego de unos instantes de silencio hace la oración con las manos juntas. Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor.

Padre Todopoderoso, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y Dios por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén

4. Liturgia de la Palabra Monición a la primera Lectura El consuelo del abatido está en la escucha continua de la Palabra que le da fuerzas; fuerza para tener y compartir Lectura del libro del Profeta Isaías (50,4-9) El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado. Está cerca el que me hace justicia: ¿quién me va a procesar? ¡Comparezcamos todos juntos! ¿Quién será mi adversario en el juicio? ¡Que se acerque hasta mí! Sí, el Señor viene en mi ayuda: ¿quién me va a condenar? Todos ellos se gastarán como un vestido, se los comerá la polilla. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial (Salmo 68) Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor Lector:

Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

Fieles:

Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor

Lector:

La vergüenza me destroza el corazón, y no tengo remedio. -47-

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Espero compasión y no la encuentro, en vano busco un consuelo: pusieron veneno en mi comida, y cuando tuve sed me dieron vinagre. Fieles:

Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor

Lector:

Así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias; Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.

Fieles:

Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor

Monición al Santo Evangelio La acción de Judas nos podría parecer totalmente repugnante. Pero no pensamos que en nuestras vidas también convertimos fácilmente las cosas más importantes de Dios y del hombre en un puro egoísmo y afán de lucro. Escuchemos con atención el Santo Evangelio. Se puede hacer un pequeño canto que no sea aleluya El Animador o el lector designado proclama el Santo Evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Animador o lector: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Señor. Amén Del Santo Evangelio según San Mateo (26,14-25) Todos:

Gloria a ti Señor.

En aquel tiempo uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: -“¿Cuánto me darán si se lo entrego?”. Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. El primer día de los Ázimos los discípulos fueron a preguntar a Jesús: -“¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?”. Él respondió: -“Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: “El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos” Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: -“Les aseguro que uno de ustedes me entregará”. Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: -“¿Seré yo, Señor?”. Él respondió: -“El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!” Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: -“¿Seré yo, Maestro?”. –“Tú lo has dicho”, le respondió Jesús. Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti Señor Jesús -48-

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5. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Será suficiente un pequeño mensaje que se habrá preparado con base a las lecturas. Nunca se debe improvisar. Se termina con un momento de silencio. En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

6. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador: Dirijamos. Hermanos, nuestra mirada a Jesús, levantado en la cruz, para que todos los que creen en el tengan vida eterna, y oremos por todos los hombres. Respondemos a cada intención: “Te lo pedimos Señor” Lector:

Por la iglesia: para que Jesús, su esposo, lave con su sangre las, manchas de su amada. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Por el mundo: para que el Señor, que con su cruz, rescato el hombre del dominio de la muerte, abra a todos los pueblos los caminos del Evangelio. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Por los pecadores: para que Cristo, que despertó a Lázaro del sueño de la muerte, haga que aquellos que están muertos por el pecado, retornen a la vida por la penitencia. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Lector:

Por los que estamos aquí reunidos: para que nos amemos unos a otros tal como Cristo nos amo y se entrego a sí mismo por nosotros. Roguemos al Señor.

Fieles:

Te lo pedimos Señor.

Se pueden hacer peticiones espontáneas Animador: Todo esto te lo pedimos Dios Misericordioso por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén.

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7. Rito de comunión Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá al Sagrario (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir al Sagrario, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador:

Hermanos, ahora alabemos y demos gracias al Padre, que es un Dios de misericordia y de perdón. A cada intención decimos: “Bendito seas, por siempre Señor”

Animador:

Bendito seas, Dios Padre de bondad, porque tu paciencia es incansable y tu amor nunca falla; tú nos ofreces un tiempo favorable y unos días de salvación; Tú eres grande Señor Dios nuestro. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas, Hijo de Dios vivo, tú que eres fiel hasta la cruz; tú que acoges con bondad a quien se arrepiente. Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas Espíritu Santo. Amor que aleja todo odio; Tú que invitas a los hombres al silencio para hablarles al corazón; Tú que das fuerzas en las tentaciones y confieres la vida nueva; ¡Tú eres fuerte bendito Espíritu del Señor!

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al altar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. Animador:

Jesucristo nos enseña a hablar con el Padre desde la mayor sencillez, nos enseña a mirarle con mucha ternura y amor; nos enseña a decirles Abba (papito), que no lo miremos lejano, sino más bien muy cercano. Dirijámonos al Padre como nuestro hermano mayor nos enseñó:

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros”. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra

Saludo de la paz: Animador:

Hermanos: que la paz que nos vamos a dar mutuamente, sea expresión del amor cristiano y del perdón mutuo. Saludémonos con un gesto de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador: Hermanos, este el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la Cena del Señor. Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que llevarán al Sagrario. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta.

Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

8. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Ven, Señor y protege con amor solícito al pueblo que has santificado en esta celebración, para que conserve siempre los dones que ha recibido de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos:

Amén.

9. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, sobre todo invitando a participar en las celebraciones de los próximos días, e informando con exactitud de los horarios y actividades; así como insistiendo en la importancia que tiene para todos participar de la celebración de la Fiesta de Pascua.

10. Ritos de Despedida Animador:

Amigos: ahora regresemos a nuestras casas; comuniquemos a nuestros amigos y familiares la alegría de nuestra esperanza y la seguridad de nuestra fe. Cristo nos anima siempre a alcanzar la liberación de todos los males que nos esclavizan. Pidamos al Señor su bendición para nosotros y para toda la comunidad.

Bendición final: (Se dice mientras todos hacen la señal de la cruz). Animador: Fieles:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Animador: Fieles:

Bendigamos al Señor. Demos Gracias a Dios.

Canto Final

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Jueves Santo Inicio del Triduo Pascual

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¿Qué debemos tener en cuenta en este día? 1. Después del ten piedad se canta el himno del gloria que debe ser el texto litúrgico o por lo menos lo más parecido posible (ver N° 260, 294, 295 296 del Cantad Alegres a Dios). NUNCA CANTAR: Gloria, gloria aleluya, gloria, gloria aleluya… en nombre del Señor (N° 92 del Cantad Alegres a Dios) y menos: Gloria a Dios, Gloria Dios, Gloria al Padre, a Él le sea la Gloria, Aleluya, Amén. PUES NO SON LITÚRGICOS. 2. Después del Evangelio y de la pequeña reflexión hecha se procede al lavatorio de los pies. Para ello se debe escoger 12 HOMBRES, no se deben escoger mujeres ni niños, sino HOMBRES. No dudamos de la intención de querer que participen también las mujeres en esto, como lo hacen en otros servicios litúrgicos. Pero aquí no debe ser así. La norma establecida por la Iglesia es muy clara. En el n. 6 de la celebración del Jueves Santo, el Misal Romano establece lo siguiente: “Los varones designados para el rito van, acompañados por los ministros, a ocupar los asientos preparados para ellos en un lugar visible”. El texto oficial, en latín, utiliza la palabra “viri”, y todos sabemos que “vir” (varón) se opone a “mulier” (mujer). La razón de indica que deben ser “varones” parece clara. El “signo” litúrgico nos debe conectar con la realidad del Cenáculo: Cristo que lava los pies a sus apóstoles. El que lava los pies es el que anima o dirige la celebración, no se puede dar un lavatorio de “todos contra todos”, es decir, yo te lavo, tú me lavas etc.

3. NO SE HACE PROFESIÓN DE FE (Credo), e inmediatamente después del lavatorio de los pies, se hace la oración de los fieles 4. Terminada la celebración, prosigue la Vigilia de adoración de la Santísima Eucaristía, por ello no se despide a la gente como de costumbre, sino que prosigue la procesión con la Reserva del Santísimo Sacramento, que se traslada del altar (en donde ha quedado después de la Comunión), hasta el lugar ya preparado en el mismo templo para ser adorado por los fieles. Este lugar o altar debe haberse preparado con tiempo y debe estar SOBRIAMENTE adornado, sin excesivas flores, ni grandes lujos, sino modestamente pero digno del Señor. 5. Para la Vigilia se procurará que haya fieles que permanezcan en adoración. Se puede dividir la asamblea en grupos de media hora cada uno. Se ha de cuidar que no se repitan mucho los cantos entre un grupo y otro, lo mismo que las oraciones y textos bíblicos que utilizarán. 6. Cuando ya los fieles están en la Vigilia de Adoración, se procederá con cuidado a quitar los manteles el altar, quedando éste desnudo y se taparán todas las cruces que haya en el templo. 7. La Vigilia no debe pasar de la media noche y una vez concluida se trasladará el Santísimo Sacramento a un lugar adecuado (por Ej. en la sacristía en un Sagrario), no debe ser el Sagrario del templo, pues éste deberá permanecer abierto. Si no hay un lugar apto entonces se llevará al Sagrario del templo.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

¿Qué cosas debemos preparar? 1. El color litúrgico de este día es el blanco y/o dorado. Recordando lo que mencionábamos del mantel del altar que siempre es de color blanco (si pueden las velas del altar también). 2. Las flores no se deben poner nunca encima del Altar, ni arreglos florales sobre el altar. El nuevo Misal del año 2000 entre los nn. 268 y 269 dice. Dice así: “Obsérvese la moderación en la ornamentación del altar… La decoración floral sea siempre moderada, y colóquese preferentemente cerca del altar y no sobre el mismo”. 3. Esta celebración debe ser festiva, pero sin perder de vista que no es la fiesta todavía, apenas nos estamos preparando para la gran Fiesta que es la Pascua. Se debe arreglar bien bonito el templo (con cuidado de no hacerlo mejor que el Sábado en la Vigilia) 4. Elegir 12 apóstoles varones, que deben estar colocados en bancas frente al Altar desde el inicio de la celebración (NO pueden ser niños, ni mujeres, ya explicábamos por qué en el punto 2 de la página anterior). 5. Pichel con agua, y una tina o recipiente donde los “Apóstoles” puedan introducir uno de los dos pies, además un paño para secarles el pie que se ha lavado. Luego del lavatorio de los pies el animador se lavará las manos con abundante agua y jabón. 6. Dos paños limpios. Uno para secar los pies y otro para las manos del animador. 7. Bancas para los Apóstoles 8. Preparar con tiempo el altar de la Adoración del Santísimo (monumento). 9. Se pueden utilizar velitas, candelas o lámparas, que se encenderán mientras se da la comunión, pero se tendrá mucho cuidado para evitar cualquier incendio. 10. Cruz alta (se utiliza solo para la procesión) 11. Un corporal para que el animador o un ministro extraordinario cubran el Copón que se llevará en la procesión del Altar al altar de la Adoración. El animador no debe colocarse ningún manto o paño en los hombros, durante la procesión.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Celebración de este día El animador, el monitor y los demás misioneros que participarán en la celebración estarán en la puerta del templo, recibiendo a los fieles. Luego de la monición inicial entran juntos, mientras se hace el canto inicial. Hacen la genuflexión (doblar la rodilla derecha) al Santísimo que estará en el Sagrario y cada uno ocupa su lugar.

1. Monición Inicial Hermanos: No hay festividad cristiana más íntima, más profunda y más comprometedora que la del Jueves Santo. Hoy es Jueves Santo, el día en que el amor supremo de Jesús se hizo Pan entregado y Sangre derramada para que la Nueva Alianza sea una realidad. Hoy el Reino de Dios se manifiesta en la humildad de una mesa preparada, en un abrazo de paz, en el gesto de lavar los pies a los hermanos, en el partir y compartir el mismo trozo de pan. Hoy la Iglesia se siente una sola, porque uno es el Cuerpo de Cristo, uno el Pan, una la mesa, una la fe y una la salvación. Hoy los cristianos recibimos el nuevo y gran mandamiento: el de amar al prójimo como Cristo nos ha amado. Hoy descubrimos la sencillez de nuestra fe, la simplicidad de nuestros ritos, la profundidad de nuestro compromiso, la exigencia del proyecto divino de salvar al hombre de las estructuras humanas del egoísmo, del vicio y de la corrupción. Jueves Santo, día del amor, día del sacerdocio de Cristo y del servicio sacerdotal de los presbíteros. Día de oración, de reflexión, de unidad.

Canto de Entrada. Animador:

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Fieles:

Amén

Animador:

Que el amor de Cristo nuestro Salvador, que murió para darnos vida, permanezca siempre en nuestros corazones hoy y siempre.

Fieles:

Amén

Como vemos no hay posibilidad de respuesta: “y con tu espíritu”, pues esa respuesta es sólo para darla a los ministros ordenados, dado su carácter sacramental.

2. Acto Penitencial Animador:

Hermanos al iniciar esta celebración, el Señor nos pide reconocer humildemente que somos pecadores. En silencio pidamos perdón:

Deja unos instantes de silencio y luego continúa. Animador:

Amigos: Como Jesús lavo los pies a Pedro y demás Apóstoles, así hoy purifica nuestro corazón para que dejemos de ser opresores y pasemos a ser servidores de los hermanos.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Animador:

Tu, que aceptaste lavar los pies a los apósteles, purifica nuestros pecados y ten piedad de nosotros Se canta Señor, Ten Piedad

Animador:

Tú, que nos has dado el ejemplo para que perdonáramos, ten piedad de nosotros. Se canta Cristo ten piedad

Animador:

Tú, que fuiste traicionado por Judas, no tomes en cuenta nuestras infidelidades y ten piedad de nosotros. Se canta Señor, Ten Piedad

TODOS:

Dios Todopoderoso y eterno, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

3. Canto del Gloria Antes de iniciar este himno, se explica a los fieles brevemente que hoy al entonar este canto, se sonarán las campanas de la iglesia (de haber), o las campanillas y que desde hoy y hasta que volvamos a entonar el Gloria en la Vigilia Pascual, las campanas no sonarán más.

4. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, invita a los fieles a hacer oración y luego de unos instantes de silencio hace la oración con las manos juntas. Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor.

Señor Dios Nuestro, nos has convocado este día para celebrar aquella memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el Banquete de su amor, el sacrificio nuevo de la Alianza Eterna; te pedimos que la celebración de estos santos ministerios nos lleve a alcanzar de plenitud de amor y de vida. “Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

5. Liturgia de la Palabra Animador: Hermanos: Dios nos va a hablar. Antes de recibir el Pan de la Eucaristía, recibimos el Pan de la Palabra, a fin de renovar nuestra fe en el ministerio de Su presencia entre nosotros y en el ministerio de su Cuerpo y de su Sangre.

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Monición a la primera Lectura El pueblo hebreo celebra la primera Pascua como una asamblea familiar, como una fiesta: el Señor pasa dando la liberación. Comer el cordero es unirse a Dios en su obra que tiene como único objetivo la salvación del pueblo. Lectura del libro del Éxodo (12,1-8.11-14) Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: -Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. Digan a toda la comunidad de Israel: El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uro come habitualmente. Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto. Este será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial 115,12-13.15-16be. 17-1 s) El cáliz de la bendición es comunión con la Sangre de Cristo Lector:

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.

Fieles:

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo

Lector:

¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu siervo, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas.

Fieles:

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo

Lector:

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.

Fieles:

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo

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Monición a la Segunda Lectura Nuestro Cordero Pascual es Cristo, cuya muerte anunciamos cada vez que comemos el Pan y bebemos del Cáliz. Celebrar la eucaristía es morir por los hermanos y compartir con ellos existencia. Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (11,23-26) Hermanos: yo recibí del Señor lo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que se entrega por ustedes; hagan esto en memoria mía”. Así mismo también la copa después de cenar diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con en mi sangre. Cuantas veces la beben, háganlo en memoria mía.” Pues cada vez que ustedes comen este pan y beben esta copa, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Monición al Evangelio La participación en la Eucaristía supone limpiarnos totalmente del egoísmo y del deseo de denominar a los demás, para revestirnos, al contrario, con los ropajes interiores del esclavo que entrega todo de sí para servir a la comunidad. Quién se resista a hacerlo no puede compartir la mesa del Señor. En pie, cantamos para escuchar el Santo Evangelio. Se puede hacer un pequeño canto que no sea aleluya El Animador o el lector designado proclama el Santo Evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Animador o lector: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Señor. Amén Del Santo Evangelio según San Juan (13,1-15) Todos:

Gloria a ti Señor.

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: -“Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?” Jesús le respondió: -“Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.” Le dice Pedro: -“No me lavarás los pies jamás”. Jesús le respondió: -“Si no te lavo, no tienes parte conmigo.” Le dice Simón Pedro: -“Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza”. Jesús le dice: -“El que -60-

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se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.” Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: -“No estáis limpios todos.” Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: “¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he, lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. PALABRA DELSEÑOR. Todos: Gloria a ti Señor Jesús

6. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Será suficiente un pequeño mensaje que se habrá preparado con base a las lecturas. Nunca se debe improvisar. Se termina con un momento de silencio. Hoy sobre todo habría que centrarse en la Institución de la Eucaristía, el Orden Sacerdotal y el mandamiento del amor (estos son los tres temas principales de la celebración) En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

7. Lavatorio de los pies Monición al rito Se puede hacer una breve monición en la se explica el sentido de este ritual: ponerse con toda humildad al servicio de los demás, dando ejemplo del amor fraterno. Se entona cantos alegres referentes al amor fraterno.

8. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador: Al inicio de esta pascua que culminara con el próximo Domingo de Resurrección, con el ánimo dispuesto al servicio de los hermanos, dirijamos a Dios nuestras plegarias. Respondemos a cada intención: “Invocamos tu nombre Señor” Lector:

Para que en la Iglesia cada cristiano se reconozca humilde servidor de sus hermanos. Roguemos al Señor.

Fieles:

Invocamos tu nombre Señor.

Lector:

Para que el mundo aprecie el valor del amor de Cristo que se hizo sufriente para liberarnos del pecado. Roguemos al Señor.

Fieles:

Invocamos tu nombre Señor.

Lector:

Para que el amor de Cristo por los pecadores sea el mensaje de esperanza para el hombre de hoy. Roguemos al Señor. -61-

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Fieles:

Invocamos tu nombre Señor.

Lector:

Para que nuestra Eucaristía sea siempre el punto de partida y de llegada de nuestra comunidad cristiana. Roguemos al Señor.

Fieles:

Invocamos tu nombre Señor.

Lector:

Por el Santo Padre, los Obispos de nuestra Iglesia y todos los sacerdotes, para que el Señor les conceda fidelidad y fortaleza para poder ejercer el ministerio que Él les ha encomendado. Roguemos al Señor.

Fieles:

Invocamos tu nombre Señor.

Se pueden hacer peticiones espontáneas Animador: Padre, que por medio de tu Hijo Jesucristo nos has invitado a lavarnos los pies recíprocamente en el espíritu de aquel servicio que es la raíz de la nueva ley del amor, haz de todos nosotros, una autentica comunidad de hermanos, donde cada cual cumpla su tarea, atento a las necesidades de los demás. Por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén.

7. Rito de comunión -Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá al Sagrario (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir al Sagrario, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador: Demos gracia a Dios y hagámoslo con inmenso gozo: repetirán después de cada intención: “Te damos gracias por siempre Señor” Animador: Fieles:

Por la Eucaristía que es el sacrificio liberador de Jesús y de su Iglesia. “Te damos gracias por siempre Señor”

Animador: Fieles:

Por la Eucaristía que es el sacrificio vivo del amor infinito que Jesús nos dejo. “Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por la Eucaristía donde Jesús está presente bajo la presencia del pan y del vino.

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Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por la Eucaristía en la que Jesús alimenta nuestra vida por los demás.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por la Eucaristía que nos compromete a dar la vida por los demás.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por la Eucaristía que anuncia y anticipa el Banquete celestial.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por tu palabra de vida que nos prepara y conduce a la Eucaristía.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por los sacerdotes que nos explican tu mensaje de amor.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por los sacerdotes que nos hacen de tus sacramentos, especialmente de la Eucaristía.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por los jóvenes que se preparan para ser Sacerdotes, dando su vida en la pobreza, la obediencia y la castidad.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Animador:

Por el Santo Padre y todos los Obispos del mundo que asumen la misión de conducir fielmente a tu Iglesia hasta el reino eterno.

Fieles:

“Te damos gracias por siempre Señor”

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al altar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados. Animador:

Jesucristo nos ha mostrado un Padre que es amor puro, nos enseño a amarle con la oración que nos dejo, digamos todos juntos:

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros”. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra

Saludo de la paz: Animador:

Jesús nos ha dicho: Les doy el mandamiento nuevo: que se amen mutuamente, como yo les he amado. Ahora tenemos la posibilidad de poner en práctica este mandamiento. Saludémonos con un gesto de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la cena del Señor.

Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme -64-

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Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas. Monición a la Comunión Jesucristo es el Cordero de Dios, que se ha partido por nosotros. Él es la muestra más exquisita de Amor, Amor al Extremo, Amor de Cruz. El que se ha dado por nosotros, nos invita a que participemos del banquete que Él ha preparado para ti. Hoy de forma espontánea y clara se debe aclarar que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que hoy se mantendrá en el Altar, hasta el traslado en procesión al altar de la adoración. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta.

Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén -65-

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8. Procesión con el Santísimo Sacramento -Inmediatamente se inicia la procesión dentro del templo con el Santísimo, lo llevaremos hasta el Altar de la adoración (Santo Monumento) en donde se quedara hasta la hora convenida. Se debe invitar a los fieles a permanecer un ratito más en el templo o a regresar a las casa y en otros momentos de la noche regresar a visitar a Jesús. -El animador toma el corporal y cubre el Copón con el Santísimo Sacramento (no debe colocarse ningún paño en los hombres, esto es prohibido para los laicos) toma el Santísimo con ambas manos y con mucho cuidado y respeto inicia la procesión hasta el Santo Monumento, mientras se entonan cantos eucarísticos. Orden de la Procesión: a. Primero el que lleva la Cruz b. Luego el animador con el Santísimo y detrás de él los fieles c. Adorar y contemplar al Santísimo Llegados al altar de la Adoración, se hacen oraciones espontáneas y cantos, intercalados con momentos de silencio y pequeñas lecturas de la Palabra de Dios. Terminada la celebración, se deben quitar los manteles del altar y además quitar o cubrir las imágenes y adornos del templo.

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Viernes Santo

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¿Qué cosas debemos tener presentes este día? 1. Ayuno sagrado. El Viernes de la Pasión del Señor es día obligatorio de penitencia para toda la Iglesia, por medio de la abstinencia y del ayuno (CIC, can. 1251). Nuestro pueblo cristiano ve muchas veces en las privaciones un sentido mortificante que no es un culto a Dios en sí mismo. El sentido bíblico y cristiano del ayuno no es ni para aumentar ni para expresar tristeza, sino para dedicarse más intensamente a la meditación y a la oración. 2. Por la mañana se puede realizar el santo Vía crucis por las calles, haciendo altares en 14 casas distintas y separadas por cierta distancia. 3. Se debe elegir una hora apropiada cerca de las tres de la tarde. Por ejemplo, en lugares muy calientes, se podría esperar a las cuatro de la tarde, sin que este represente ningún problema. 4. Al iniciar la celebración el altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candeleros y sin manteles. El Sagrario estará abierto, el Santísimo estará en la sacristía (nunca en el altar del monumento, que por la mañana de este día se puede quitar por completo), por ello se deberá tener mucho respeto al estar allí. 5. El que anima la celebración ingresará en silencio, precedido de la monición. Llegará al frente del altar e inmediatamente se arrodillará, (no se postrará rostro en tierra, pues esto es sólo para los Ministros Ordenados), los demás fieles también se arrodillaran. Luego de un breve silencio se pondrá en pie y dirá la oración colecta, sin decir “Oremos”.

6. La lectura de la Pasión según San Lucas, la pueden hacer tanto hombres como mujeres, reservando la parte de la lectura que corresponde a Cristo a un varón. 7. Luego de la Pasión se hará la pequeña reflexión de las lecturas. 8. A continuación tiene lugar la Oración Universal siguiendo el modo indicado: primero el guía y luego el que dirige la celebración cierra con la oración propuesta. 9. Luego de la Oración Universal se procede a la Adoración de la Cruz. Habrá que recordar que la palabra adoración significa, “acercar la boca a algo”: por ello la adoración de la cruz significa venerar la Cruz de Cristo besándola. SÓLO SE UTILIZA UNA CRUZ, NO VARIAS. Y LA CRUZ DEBE ESTAR VACÍA, ES DECIR, SIN CRUCIFIJO. 10. Terminada la adoración de la cruz, se coloca un pequeño mantel en el altar, dos velas y el corporal. Se trae la Reserva del Santísimo y sin decir nada (NO HAY CANTOS), se coloca el Santísimo en el altar. Se reza el Padre nuestro, NO HAY SALUDO DE PAZ, se da la Comunión. Luego de la Comunión, se lleva nuevamente la Reserva al Sagrario en la sacristía, se quitan los manteles del altar, se dice la oración y se despide a la asamblea sin canto. La Cruz utilizada en la adoración puede quedar colocada frente al altar con dos velas encendidas, una a cada lado. Hoy después del descubrimiento de la Cruz, y mañana, hasta el inicio de la Vigilia Pascual, se hace genuflexión ante la cruz. (N°10 Generalidades Viernes Santo.)

¿Qué debemos preparar para esta celebración? 1. Una cruz de tamaño mediano para la adoración, (sin crucifijo) 2. Un pañito para limpiar la Cruz en el momento de la adoración.

3. Manto rojo o morado para cubrir la cruz. Dos velas si se puede de color rojo que se colocaran junto a la cruz, finalizada la adoración. 4. Un mantel sencillo para poner sobre el altar en el momento” de la comunión.

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Celebración de este día El animador, el monitor y los demás misioneros que participarán en la celebración estarán en la puerta del templo, recibiendo a los fieles. Luego de la monición inicial entran juntos, en absoluto silencio y llegando al altar se arrodillarán frente a él. No se postrarán, ya hemos explicado por qué esa postura no es conveniente para los laicos. Todos los fieles se arrodillan por un instante que debe ser algo prolongado. Luego se ponen en pie y cada uno ocupa su lugar. Inmediatamente el animador hace la oración colecta sin.

1. Monición Inicial El Vienes Santo es celebrado por todos los cristianos como día Sagrado. Día en que el poder de la opresión es destrozado por hombre sentado en el banquillo de los acusadores y alzado en una cruz humillante. Día tremendo de la justicia de Dios que confunde la soberbia y el orgullo humanos con el poder de un nuevo rey que juzga sin levantar la voz. Viernes Santo es duelo entre la luz y las tinieblas. Es día de opción: fe o incredulidad, amor u odio, verdad o mentira. No hemos venido hoy para recordar a un muerto ni para condolernos de sus sufrimientos. Hemos venido para desfilar frente a Cristo y hacer semejante nuestra vida con la suya. Hoy morimos al pecado, a la esclavitud de la ley y al reinado de la mentira. Es Día de silencio. Calla el hombre y Dios habla. El hombre se mira a sí mismo y se descubre tal cual es. La celebración de hoy, no se inicia como de costumbre, con cantos o aclamaciones jubilosas, sino en silencio que nos llama a contemplar a Cristo que muere y sobre todo que nos llama a pensar en nuestra propia muerte que unida a la de Él, es camino hacia la Pascua. Esta celebración es un encuentro personal con Aquel que para darnos vida, quiso experimentar la muerte.

2. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, hace la oración. ¡Oh! Dios, tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, por medio de su pasión ha destruido la muerte que como consecuencia del antiguo pecado, a todos los hombres alcanza. De este modo, los que hemos llevado grabada, por exigencia de la naturaleza humana, la imagen de Adán, el hombre terreno, llevaremos grabada en adelante, por la acción santificadora de tu gracia, la imagen de Jesucristo, el hombre Celestial. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

3. Liturgia de la Palabra Monición a la Primera Lectura Algo nuevo e inaudito sucede en la historia humana: el poder de Dios se manifiesta en un hombre despreciado y castigado hasta la muerte. Es el Siervo de Dios que entrega su vida para los muertos vean la luz. La muerte de Jesús no fue el resultado de los cálculos humanos: es la manifestación del amor supremo de Dios que redime a las ovejas con la muerte del Pastor. Lectura del Profeta Isaías (52,13-53,12) Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de Él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano; así asombrará a muchos pueblos: ante Él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. -69-

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¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como un brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos; ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable vino sobre Él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre Él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron. ¿Quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malhechores, porque murió con los malvados, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años; lo que el Señor quiere prosperará por sus manos. A causa de los trabajos de su alma, verá y se hartará, Con lo aprendido mi Siervo justificará a muchos, cargando con los crímenes de ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes, con los poderosos tendrá parte en los despojos, porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, y él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial 30,2 y 6.12-13.15-16.17 y 25.) Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Lector:

A Ti, Señor, me acojo: no quede Yo nunca defraudado; Tú que eres justo, ponme a salvo. A tus manos encomiendo mi espíritu: Tú, el Dios leal, me librarás.

Fieles:

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Lector:

Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto de mis conocidos: me ven por la calle y escapan de Mí. Me han olvidado como a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil.

Fieles:

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Lector:

Pero yo confío en Ti, Señor, te digo: “Tú eres mi Dios”. En tu mano están mi destino: líbrame de los enemigos que me persiguen.

Fieles:

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Lector:

Haz brillar tu Rostro sobre tu Siervo, sálvame por tu misericordia.

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Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor. Fieles:

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Monición a la Segunda mi espíritu Paradoja del juicio de Dios; nuestro Juez es, al mismo tiempo, nuestro mediador y Salvador. Su trono no es causa de temor: es invitación a acercarse con confianza para alcanzar misericordia. Pero también es exigencia: solo por la obediencia filial y no por la rebeldía, puede el hombre ser más hombre y alcanzar la estatura del hombre nuevo. Lectura de la carta a los hebreos 4,14-16; 5, 7-9r Hermanos: tenemos un Sumo Sacerdote que penetró los Cielos -Jesús el Hijo de Dios-. Mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, al fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo oportuno. Pues Cristo, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruego y súplicas, con poderoso clamor y lágrimas, al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Hoy no hay canto antes de la lectura de la Pasión. Por esa razón, el monitor dirá la aclamación Cristo por nosotros… El Animador y los lectores designados proclaman la pasión sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado. El animador dirá Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Monitor Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo, y le concedió el “Nombre-sobre-todo-nombre”. Animador: Todos:

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1-19,42) Gloria a Ti Señor.

C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo: + -« ¿A quién buscáis?» C. Le contestaron:

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S. -«A Jesús, el Nazareno.» C. Les dijo Jesús: + -«Yo Soy.» C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez: + -« ¿A quién buscáis?» C. Ellos dijeron: S. -«A Jesús, el Nazareno.» C. Jesús contestó: + -«Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.» C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Maleo. Dijo entonces Jesús a Pedro: + -«Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?» C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo». Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada que hacía de portera dijo entonces a Pedro: S. -« ¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» C. Él dijo: S. -«No lo soy.» C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina. Jesús le contestó: + -«Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.» C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:

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S. -« ¿Así contestas al sumo sacerdote?» C. Jesús respondió: + -«Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?» C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron: S. -« ¿No eres tú también de sus discípulos?» C. Él lo negó, diciendo: S. -«No lo soy.» C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo: S. -« ¿No te he visto yo con él en el huerto?» C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo: S. -« ¿Qué acusación presentáis contra este hombre?» C. Le contestaron: S. -«Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.» C. Pilato les dijo: S. -«Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.» C. Los judíos le dijeron: S. -«No estamos autorizados para dar muerte a nadie.» C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: S. -« ¿Eres tú el rey de los judíos?» C. Jesús te contestó: + « ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» C. Pilato replicó:

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S. -« ¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» C. Jesús te contestó: + -«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.» C. Pilato te dijo: S. -«Conque, ¿tú eres rey?» C. Jesús te contestó: + -«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.» C. Pilato te dijo: S. -«Y, ¿qué es la verdad?» C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo: S. -«Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?» C. Volvieron a gritar: S. -«A ése no, a Barrabás.» C. El tal Barrabás era un bandido. C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: S: -« ¡Salve, rey de los judíos!» C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo: S. -«Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.» C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: S. -«Aquí lo tenéis.» C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: S. -« ¡Crucifícalo, crucifícalo!»

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C. Pilato les dijo: S. -«Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.» C. Los judíos le contestaron: S. -«Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.» C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús: S. -« ¿De dónde eres tú?» C. Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo: S. -« ¿A mi no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?» C. Jesús le contestó: + «No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor. » C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban: S. -«Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el César.» C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman «el Enlosado» (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos: S. -«Aquí tenéis a vuestro rey.» C. Ellos gritaron: S. -« ¡Fuera, fuera; crucifícalo!» C. Pilato les dijo: S. -« ¿A vuestro rey voy a crucificar?» C. Contestaron los sumos sacerdotes: S. -«No tenemos más rey que al César.» C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.

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C. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.»Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: S. -«No escribas: “El rey de los judíos”, sino: “Este ha dicho: Soy el rey de los judíos”.» C. Pilato les contestó: S. -«Lo escrito, escrito está.» C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: S. -«No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca. » C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica.» Esto hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: + -«Mujer, ahí tienes a tu hijo.» C. Luego, dijo al discípulo: + -«Ahí tienes a tu madre.» C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. C. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo: +-«Tengo sed.» C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: +-«Está cumplido.» C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Todos se arrodillan y se hace una pausa. C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le

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traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.» Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura dé mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre tos judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Animador: PALABRA DEL SEÑOR. TODOS: Gloria a ti Señor Jesús

4. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Hoy es un día para dejar que sea la Palabra la que hable por si sola. Será suficiente un pequeño mensaje. Se termina con un momento de silencio.

5. Oración Universal: Animador:

Jesús Sumo Sacerdote nuestro, intercede por toda la humanidad ante el Padre. Unámonos a Él, con el espíritu despojado de egoísmo, discordias, desavenencias, prejuicios y revanchas, para que este Viernes Santo extienda sus frutos de reconciliación y paz a toda la iglesia, a los pueblos que sufren, a los hombres cansados, a los que buscan luz, y especialmente, a quienes se encuentran separados por la absurda barrera del egoísmo.

Monitor:

POR LA SANTA IGLESIA

Lector:

Oremos, hermanos, por la Iglesia Santa de Dios, para que el Señor le de la paz, la mantenga en la unidad, la proteja en toda la tierra y a todos los conceda una vida confiada y serena, para gloria de Dios. Padre Todopoderoso Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, que en Cristo manifiesta tu gloria todas las naciones, vela solicito por la obra de tu amor para que la iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre, por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor:

POR EL PAPA

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Lector:

Oremos también por nuestro Santo Padre (se dice el nombre), para que Dios, que lo llamo al orden episcopal, lo asista y proteja para bien de la iglesia como guía del pueblo santo de Dios. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna todas las cosas; atiende bondadoso nuestro suplicas y protege al Papa, para que el pueblo cristiano, gobernado por ti bajo el cayado del sumo pontífice, progrese siempre en la fe por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor:

POR TODOS LOS MINISTROS Y POR LOS FIELES

Lector:

Oremos también por nuestro obispo, por todos los obispos, presbíteros y diáconos y por los miembros del pueblo santo de Dios.

Animador:

Momento de silencio Dios Todopoderoso y eterno, cuyo espíritu santifica y gobierna todo el cuerpo de la Iglesia; Escucha las suplicas que te dirigimos por todos sus ministros para que, con la ayuda de tu gracia, cada uno te sirva fielmente en la vocación a que le has llamado por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor:

POR LOS CATECÚMENOS

Lector:

Oremos también por los catecúmenos, para que Dios nuestro Señor les ilumine interiormente, les abra con amor las puertas de la iglesia y así encuentren en el bautismo el perdón de sus pecados y la incorporación plena a Cristo, nuestro Señor. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, que haces fecunda a tu iglesia dándole constantemente nuevos hijos, acrecienta la fe y la sabiduría de los catecúmenos para que, Al renacer en la fuente bautismal, sean contados entre los hijos de adopción por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor:

POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Lector:

Oremos también por todos aquellos hermanos nuestros que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor asista y congregue en una sola iglesia a cuantos viven de acuerdo con la verdad que han conocido. Momento de silencio

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Animador:

Dios todopoderoso y eterno, que van reuniendo a tus hijos dispersos y velas por la unidad ya lograda: mira con amor a toda la grey que sigue a Cristo, para que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad congregue en una sola iglesia a los que consagro un solo bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor: Lector:

POR LOS JUDÍOS Oremos también por el pueblo judío, el primero a quien Dios hablo desde antiguo por los profetas, para que el Señor acreciente en ellos el amor de su nombre y la fidelidad a la alianza que sello con sus padres. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abrahán y su descendencia; escucha con piedad las suplicas de tu iglesia para que el pueblo de la primera alianza llegue a conseguir en plenitud la redención por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

Monitor:

POR LOS QUE NO CREEN CRISTO

Lector:

Oremos por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, se encuentren también ellos el camino de la salvación. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo que, viviendo con sinceridad ante ti, lleguen al conocimiento pleno de la verdad; y nosotros concédenos también que, progresando en la caridad fraterna y en deseo de conocerte mas, seamos ante el mundo testigos más convincentes de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor

Todos:

Amén.

Monitor:

POR LOS QUE NO CREEN DIOS

Lector:

Oremos por los que o admiten a Dios, para que por la rectitud y sinceridad de su vida alcancen el premio de llegar a Él. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que te busquen y, cuando te encuentren, descansen en ti; concédeles que, en medio de sus dificultades, los signos de tu amor y el testimonio de los creyentes les lleven al gozo de reconocerte como Dios y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor

Todos:

Amén.

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Monitor:

POR LOS GOBERNANTES

Lector:

Oremos por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor, según sus designios, les guíe en sus pensamientos y decisiones hacia la paz y la libertad de todos los hombres. Momento de silencio

Animador:

Todos:

Dios Todopoderoso y eterno, que tienes en tus manos el destino de todos los hombres y los derechos de todos los pueblos; asiste a los que gobiernan, para que, por tu gracia, se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo y la libertad religiosa de todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Monitor:

POR LOS ATRIBULADOS

Lector:

Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado, para que cure a los enfermos, de alimentos a los que padecen hambre, libere de la injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa los emigrantes y desterrados, proteja a los que viajan y de la salvación a los moribundos. Momento de silencio

Animador:

Dios Todopoderoso y eterno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren, lleguen hasta ti las suplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que sientan en sus adversidades la ayuda de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

6. Adoración de la Cruz Monitor:

La cruz desnuda, con brazos extendidos, es símbolo de Cristo que entrego su vida con amor sin límite. Adoremos y besemos esta cruz, considerada por muchos como símbolo de oprobio y de muerte, pero asumida por los fieles cristianos como la expresión de un compromiso irrenunciable: Ser todo para todos. “El que quisiera ser mi discípulo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga”. Hagamos nuestro este llamamiento de Jesucristo, cargando sobre nuestros hombros el peso de la comunidad, mientras doblamos rodillas para adorar a quien, siendo el Señor y el Maestro, nos dio ejemplo a seguir.

Una vez finalizada la monición, el animador y dos acompañantes se trasladan a la entrada del templo con cruz cubierta totalmente, se colocan un acompañante a cada lado con velas encendidas. A la entrada del templo, descubre un brazo de la cruz, la levanta y dice: Animador:

Mirad el árbol de la cruz.

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Monitor:

Donde estuvo clavada la salvación del mundo

Todos:

Venid a Adorarlo

A la centro del templo descubre el otro brazo de la cruz, la levanta y dice: Animador:

Mirad el árbol de la cruz.

Monitor:

Donde estuvo clavada la salvación del mundo

Todos:

Venid a Adorarlo

Frente al altar, mirando al pueblo, termina de descubrir la cruz, la levanta y dice: Animador:

Mirad el árbol de la cruz.

Monitor:

Donde estuvo clavada la salvación del mundo

Todos:

Venid a Adorarlo

El animador levanta la cruz para que todos los fieles puedan adorar la Cruz del Señor. Monitor:

Hermanos, acerquémonos a adorar el Árbol de la Cruz desde donde Cristo nos dio la salvación. En orden y con respeto nos acercamos a besar la Cruz o tocarla con nuestras manos. Además, hoy la Iglesia nos pide hacer la colecta para los Santos Lugares, por eso cerca de la cruz, podrán dejar su ofrenda.

En este momento se pueden hacer cantos penitenciales, pero sin la utilización de instrumentos musicales. Pueden ser cantos cuaresmales como: • Perdona a tu pueblo Señor; • Perdón oh Dios mío; • Victoria, Tú reinarás, oh Cruz tú nos salvarás; Salmo 50, Perdón Señor, perdón Cuando termina la adoración de la Cruz, el animador la coloca frente al Altar y los acompañantes colocan una vela junto a cada lado de la Cruz.

7. Rito de comunión -Se colocará un sencillo mantel blanco en el Altar y sobre éste se extenderá un corporal al centro del altar. Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá a la sacristía a traer la Reserva Eucarística (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar, acompañado por dos ayudantes con velas encendidas. Se colocará el copón con las Hostias Consagradas sobre el Corporal y las velasen las esquinas del Altar. -Hoy no se hace canto eucarístico ni los fieles deben arrodillarse al momento de traer el Santísimo Sacramento. - El animador frente al altar, de espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles, invitará a la oración del Padre Nuestro.

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Animador:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo sus divinas enseñanzas, nos atrevemos a decir: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

HOY NO HAY RITO DE LA PAZ Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la cena del Señor.

Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados, sin la utilización de instrumentos

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Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que se llevarán de nuevo a la sacristía. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta. Retirado el Santísimo del Altar, se despoja el mismo del mantel, e corporal y las velas.

8. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos. Dios todopoderoso y eterno que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos:

Amén.

9. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, sobre todo invitando a participar en la celebración de la Vigilia Pascual: se invita a los fieles a llevar candelas para celebración de la vigilia, pero aclarándoles que no se bendecirán, sino que se utilizarán como signo. Tampoco deben llevar agua en botellas, porque los laicos no pueden bendecir. Además de puede invitar a los fieles a organizar un compartir o ágape para mañana después de la Vigilia Pascual.

10. Ritos finales Terminados los avisos, el animador y los demás misioneros hacen genuflexión delante de la Cruz y se retiran en silencio absoluto.

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Sábado Santo Solemne Vigilia Pascual

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¿Qué debemos tener en cuenta en este día? 1. Por la mañana de este día se puede invitar a los fieles a rezar los misterios dolorosos del Santo Rosario, para unirse así a la Madre Dolorosa que espera llena de confianza la Resurrección de su Hijo. 2. Los fieles se reúnen después de las 6 de la tarde, (YA DEBE ESTAR OSCURO), en el lugar determinado, fuera del templo, alrededor de la fogata ya preparada. La celebración inicia sin invocación, sino con la invitación del que anima la celebración. 3. Esta celebración es la más Solemne y alegre de la Semana y los cantos deben ser reflejo de esa alegría. 4. Se hace la acción de gracias por el fuego, LOS LAICOS NO BENDICEN, por ello no se debe motivar a los fieles a que traigan agua, PUES NO QUEDARÁ BENDITA Y NO SE DEBE ENGAÑAR A LA GENTE, las velas serán un signo, pero NO QUEDAN BENDITAS. 5. Se enciende el Cirio Pascual de la fogata y se lleva en procesión hasta el templo que permanecerá cerrado y con las luces apagadas, haciendo las aclamaciones propuestas, ante las cuales los fieles se acercan al Cirio para encender sus velas e ir en procesión. A la tercera aclamación se encenderán las luces del lugar y se cantará o recitará el Pregón Pascual. Luego se apagan las velas y se proclaman las lecturas. El cirio Pascual debe colocarse cerca del ambón. 6. Después de la tercera lectura del Antiguo Testamento y su salmo, se entona el “Gloria a Dios en el cielo”. Mientras se canta “el Gloria” (tomar en cuenta N°1 del Jueves Santo), se adorna el altar, se ponen los manteles, las velas, las flores, etc. El color litúrgico de la Pascua es el blanco y el dorado. Para ello de debe organizar bien quién hará cada cosa y quién ayudará. Todo se hace con respeto y sumo cuidado. Luego se proclama la lectura del Nuevo Testamento. El salmo de esta lectura es el solemne canto del ALELUYA y luego se proclama el Evangelio. 7. Luego de la reflexión a la Palabra, se pide a los fieles encender de nuevo las velas de la luz del Cirio y se renuevan las promesas bautismales. Concluidas las renuncias y la profesión de fe, se rocía al pueblo con agua bendita. 8. La celebración continúa como de costumbre siguiendo las rúbricas ya estudiadas.

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¿Qué debemos preparar para la celebración? 1. Cerca de la entrada del templo se hace una fogata, que se debe estar lista antes de iniciar la celebración. 2. Tener listo el cirio y los granos de incienso (las llagas) 3. Foco, pilas 4. Los misioneros deben de solicitar ayuda a la comunidad para que les hagan el pie de cirio, deben adornar bien el mismo, pues este día el cirio tiene la primacía porque representa a Cristo victorioso. El Cirio Pascual estará colocado junto al ambón. 5. Cerca del altar, debe de preparar una mesa con un mantel blanco (aparte de la credencia) sobre ella una vasija mediana con el agua bendita y una ramita para la aspersión. 6. Se debe tener cuidado que la Reserva Eucarística sea suficiente para distribuir la Comunión este día. El Santísimo estará en la sacristía hasta el momento de la Comunión. 7. Preparar bien a los lectores de este día. 8. Preparar el ágape para después de la celebración, con alimentos traídos por los fieles.

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Celebración de este día El templo estará cerrado y con las luces apagadas, todos se reunirán fuera del templo, cerca de la fogata que debe ser preparada con tiempo y por personas responsables.

1. Monición Inicial Hermanos: Este es el día que hemos esperado con tanto júbilo, el día en que todos nosotros que somos Iglesia, somos rescatados de las garras de la muerte. Este es el día en que retorna la esperanza a toda la humanidad, es el día en que se abren las puertas del cielo y Jesucristo nos da la opción de la vida eterna. Hoy Jesucristo al vencer la muerte se levanta con gloria sobre buenos y malos, sobre justos e injustos, sobre santo y pecadores, y nos reafirma que el amor está sobre todo. Ya no vamos al vacío, al abismo, ahora tenemos la posibilidad de retornar a nuestro amor primero. Iniciemos con mucha alegría nuestra celebración.

2. Acción de gracias sobre el fuego Animador: El fuego tiene la terrible fuerza de transformar todo lo que afecta, nos anuncia que la creación adquiere un nuevo rostro y se convierte, para nosotros en instrumento de gracia. En nuevo comienzo de la vida, orientada hacia Dios. En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos diseminados por el mundo ha que se reúnan para velar en oración. Si recordamos a si la pascua del Señor, oyendo sus palabras y celebrando sus ministerios, podremos esperar tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con el siempre en Dios. Luego con las manos juntas continúa: ¡OH DIOS! que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz: te pedimos que bendigas este fuego, y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales encienda en nosotros deseos tan santos que podamos llegar con corazón limpio a las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo nuestro Señor. Fieles:

Amén

Uno de los misioneros sostiene el Cirio Pascual para que el animador coloque los granos de incienso (llagas) en el cirio mientras dice: Cristo ayer y hoy, Principio y fin, Alfa y Omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A Él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén. No hay necesidad de hacer trazos sobre el Cirio, basta con hacer los ritos propuestos de forma extraordinaria para los fieles, que deben diferenciarse de aquellos que realizan los sacerdotes de forma ordinaria.

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3. Procesión El Animador enciende el cirio tomando fuego de la fogata teniendo cuidado de que no se apague y portando cirio en sus manos ingresa en procesión al templo que como hemos mencionado debe estar con las luces apagado. La comunidad debe de ir detrás del animador y los demás misioneros.

En la entrada del templo, el animador levanta el cirio y canta: Animador: Fieles:

LUZ DE CRISTO Demos gracias a Dios

Inmediatamente baja el Cirio para que los fieles enciendan las velas y se vayan pasando el fuego unos a otros. Continúa la procesión y en el centro del templo levanta de nuevo el cirio y canta: Animador: Fieles:

LUZ DE CRISTO Demos gracias a Dios

Frente al altar y de frente al pueblo, por tercera vez levanta el Cirio y canta: Animador: Fieles:

LUZ DE CRISTO Demos gracias a Dios

En este momento se enciende una parte de las luces del templo. Luego se dirige a la base del Cirio, donde coloca éste con todo cuidado y reverencia para seguir con la celebración.

4. Pregón Pascual Monitor:

Expresemos con toda la iglesia, nuestra alegría por el triunfo sobre las tinieblas y elevemos a Dios Padre nuestra acción porque en Cristo-muerto y resucitado se ha cumplido su designio que nos redime.

La persona encargada de entonar el Pregón se acerca al ambón y canta solemnemente el mismo. Si no se puede cantar, entonces se proclamará despacio y buena acentuación. Sol LaP. Exulten los coros de los ángeles, Do Laexulte la asamblea celeste, Sol y un himno de gloria La aclame el triunfo del Señor resucitado. Fa Mi 7 Alégrese la tierra Fa Mi7 inundada por la nueva luz;

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Lael esplendor del rey Sol destruyó las tinieblas, Fa destruyó las tinieblas, Mi 7 las tinieblas del mundo.

(BIS A)

LaSol Que se alegre nuestra Madre la Iglesia, LaDo Laresplandeciente de la gloría de su Señor Sol y que en este lugar resuene unánime Lala aclamación de un pueblo en fiesta. La parte encerrada en el cuadro se omite si el que canta es un laico, en ese caso el canto continúa en Realmente es justo y necesario Sol LaP. El Señor esté con vosotros, Sol LaA. Y CON TU ESPÍRITU. Fa Mi7 P. Levantemos el corazón, Fa Mi7 A. LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR LaP. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Sol LaA. ES JUSTO Y NECESARIO, (Bis) LaSol Realmente es justo y necesario LaDo LaExaltar con el canto la alegría del espíritu, Sol y elevar un himno al Padre Todopoderoso Lay a su único Hijo, Jesucristo. Sol Él ha pagado por todos al eterno Padre Lala deuda de Adán, Do Lay con su sangre, derramada por amor, Sol ha cancelado la condena antigua -89-

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Ladel pecado. Fa Mi7 Esta es la Pascua Fa Mi en que se inmola el Cordero. Fa Mi7 Esta es la noche Fa en que fueron liberados Mi7 nuestros padres de Egipto. Fa Mi7 Esta es la noche Fa Mi que nos salva de la oscuridad del mal. LaEsta es la noche Sol en que Cristo ha vencido la muerte Fa y del infierno Mi retorna victorioso

(Bis A)

LaSol P. iOh admirable condescendencia Lade tu amor! Do LaiOh incomparable, ternura y caridad! Sol por rescatar al esclavo Lahas sacrificado al Hijo. Fa Mi7 Sin el pecado de Adán Fa Mi7 Cristo no nos habría rescatado. LaiOh feliz culpa! Sol que mereció tan grande redentor, La-

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iOh feliz culpa! Sol iOh noche maravillosa en que despojaste al Faraón Lay enriqueciste a Israel! Sol iOh noche maravillosa, tú sola conociste la hora Laen que Cristo resucitó. Sol iOh noche que destruyes el pecado Lay lavas todas nuestras culpas! Sol ¡Oh noche realmente gloriosa Fa que reconcilias Mi7 al hombre con su Dios. LaEsta es la noche Sol en que Cristo ha vencido la muerte Fa Mi7 y del infierno retorna victorioso.

(Bis A)

LaSol En esta noche acepta Padre Santo, Laeste sacrificio de alabanza Do que la Iglesia te ofrece Lapor medio de sus ministros, Sol en la liturgia solemne de este cirio Laque es signo de la nueva luz. Fa Mi7 LaTe rogamos, Señor, que este cirio Sol ofrecido en honor de tu nombre La-91-

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brille radiante; Sol llegue hasta Ti como perfume suave, Lase confunda con las estrellas del cielo; Sol lo encuentre encendido el lucero de la mañana, Fa esa estrella Mi7 que no conoce el ocaso; Laque es Cristo tu Hijo, Sol resucitado, Fa resucitado Mi7 de la muerte.

(Bis A)

LaSol LaAmén, amén, amén.

5. Liturgia de la Palabra (lecturas del Antiguo Testamento) En esta Vigilia, “madre de todo, las vigilias (San Agustín Serm, 219), se proponen muerte lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la Epístola y el Evangelio). En el caso de las celebraciones animadas por fieles laicos las circunstancias pastorales recomiendan reducir el número de lecturas del Antiguo Testamento. Por ello de las 7 lecturas se han elegido sólo tres lecturas del Antiguo Testamento con sus salmos y las dos del Nuevo Testamento. Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Animador:

Hermanos: con el anuncio solemne de la pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la resurrección del Señor. Escuchemos, en silencio meditativo la palabra de Dios. Recordemos las maravillas que DIOS ha realizado desde el principio de creación a favor de la humanidad, y como en el avance continuo de la historia de la salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su hijo, para que, con su muerte y resurrección, todos fuéramos salvados. Mientras contemplamos la gran trayectoria de esta historia santa, oremos intensamente, para que el designio de salvación universal que Dios inicio en el antiguo testamento, llegue a su plenitud y alcance a toda la humanidad por el ministerio de la resurrección de Jesucristo.

PRIMERA LECTURA Monición a la primera lectura Cristo el Señor de toda la creación, la Palabra salida de la boca del Padre. La humanidad es el proyecto creado por amor hecho a imagen y semejanza de Dios. Todo lo creado fue puesto a -92-

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disposición del hombre para darle un lugar agradable donde vivir y donde realizase, pero todo debe de regresar de nuevo del Padre Celestial. Lectura de libro del Génesis 1,1-2,2 Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: “Que exista la luz.” Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz “Día”; a la tiniebla, “Noche”. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. Y dijo Dios: “Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.” E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda “Cielo”. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo. Y dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.” Y así fue. Y llamó Dios a los continentes “Tierra”, y a la masa de las aguas la llamó “Mar”. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: “Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.” Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. Y dijo Dios: “Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra.” Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. Y dijo Dios: “Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.” Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: -Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra.” Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Y dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.” Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.” Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: “Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.” Y dijo Dios: “Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.” Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. Palabra de Dios Fieles: Te alabamos Señor.

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Salmo 104 (103), 1-2a. 5-6.10.12-14b. 24.35 (R.: Cf. 30) Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra. Lector:

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te envuelves con un manto de luz.

Fieles:

Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

Lector:

Formaste la tierra sobre sus cimientos: ¡no se moverá jamás! El océano la cubría como un manto, las aguas tapaban las montañas.

Fieles:

Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

Lector:

Haces brotar fuentes en los valles, y corren sus aguas por las quebradas. Las aves del cielo habitan junto a ellas y hacen oír su canto entre las ramas. Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

Fieles: Lector:

Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva.

Fieles:

Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

Lector:

Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas! ¡Bendice al Señor, alma mía!

Fieles:

Envía tu Espíritu y renueva la superficie de la tierra.

Terminada la lectura y el salmo, el animador invita a los fieles a ponerse en pie para hacer la siguiente oración, sin extender las manos ni decir oremos. Dios todopoderoso y eterno, admirable siempre en todas tus obras; que tus redimidos comprendan cómo la creación del mundo en el comienzo de los siglos, no fue obra de mayor grandeza que el sacrificio pascual de Cristo en la plenitud de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Fieles:

Amén.

SEGUNDA LECTURA Monición a la segunda lectura. Hermanos: nosotros no “elegimos a Dios, el es que nos elige y nos pide que confiemos plenamente en ÉL. Nosotros somos el pueblo de Egipto y el paso por el mar rojo es paso que debemos dar de esclavitud del pecado a la libertad de la gracia. Dios quiere la salvación de su pueblo.

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Lectura del Libro del Éxodo 14, 15-15,1 En aquellos días dijo el Señor a Moisés: — ¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Se puso en marcha, el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en medio del mar todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras velaban al amanecer, miró el Señor el campamento egipcio desde la columna de fuego y nube sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.” Dijo el Señor a Moisés: —Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes. Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por el seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar: Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este canto al Señor. (NO SE DICE PALABRA DE DIOS) SALMO Ex 15,1-6,17-18 Fieles:

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Lector:

Cantaremos al Señor, sublime es su victoria: caballos y carros ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poderes el Señor, él es mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.

Fieles:

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Lector:

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Los carros del Faraón los lanzó al mar, Ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes.

Fieles:

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Lector:

Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras.

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Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. Fieles:

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Lector:

Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás.

Fieles:

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Terminada la lectura y el salmo, el animador invita a los fieles a ponerse en pie para hacer la siguiente oración, sin extender las manos ni decir oremos. Oh Dios, que has iluminado los prodigios de los tiempos antiguos con la luz del Nuevo Testamento: el mar Rojo fue imagen de la fuente bautismal y el pueblo liberado de la esclavitud imagen de la familia cristiana; concede que todos los pueblos, elevados por su fe a la dignidad de pueblo elegido, se regeneren por la participación de tu Espíritu. Fieles:

Amén.

TERCERA LECTURA Monición a la Tercera lectura. A pesar de todo lo hecho, el pueblo aun sigue pecando, pero Dios cumplirá la promesa por su santo nombre, porque EL no puede desmentirse, es siempre fiel, porque él está más interesado en nuestra salvación que nosotros mismo Lectura de la Profecía de Ezequiel 36,16-28 En aquel tiempo me fue dirigida la esta palabra del Señor en estos términos: “Hijo de Adán”, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus acciones; como sangre inmunda fue su proceder ante mí. Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el país, por haberlo profanado con sus idolatrías. Los esparcí entre las naciones, anduvieron dispersos por los países; según su proceder, según sus acciones los sentencié. Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre; decían de ellos: “Éstos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.” Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las que se fue. Por eso, di a la casa de Israel: Esto dice el Señor: “No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros, en las naciones a las que habéis ido. Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que yo soy el Señor -oráculo del Señor, cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, que guardéis y cumpláis

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mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.” PALABRA DE DIOS. Fieles: Te alabamos Señor. SALMO 41,42 Mi alma tiene sed del Dios vivo Lector:

Tiene sed de Dios del Dios vivo: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Fieles:

Mi alma tiene sed del Dios vivo

Lector:

Cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.

Fieles:

Mi alma tiene sed del Dios vivo

Lector:

Envía tu luz y tu verdad; que ellos me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.

Fieles:

Mi alma tiene sed del Dios vivo

Lector:

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Señor , Dios mío.

Fieles:

Mi alma tiene sed del Dios vivo

Terminada la lectura y el salmo, el animador invita a los fieles a ponerse en pie para hacer la siguiente oración, sin extender las manos ni decir oremos. Oh Dios poder inmutable y luz sin ocaso, mira con bondad a tu Iglesia, sacramento de la nueva alianza, y, según tus eternos designios, lleva a terminado la obra de la salvación humana; que todo el mundo experimente y vea como lo abatido se levanta, lo viejo se renueva y vuelve a su integridad primera, por medio de nuestro Señor Jesucristo, de quien todo procede, Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

6. Canto del Gloria Mientras se canta “el Gloria” (tomar en cuenta N°1 del Jueves Santo), se pueden sonar todas las campanas del templo, se terminan de encender la luces del templo y se adorna el altar, se ponen los manteles, las velas, las flores, etc. El color litúrgico de la Pascua es el blanco y el dorado. Para ello de debe organizar bien quién hará cada cosa y quién ayudará. Todo se

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hace con respeto y sumo cuidado. Luego se proclama la lectura del Nuevo Testamento. El salmo de esta lectura es el solemne canto del ALELUYA y luego se proclama el Evangelio.

7. Oración Colecta: El animador sin extender las manos ni decir oremos, invita a los fieles a hacer oración y luego de unos instantes de silencio hace la oración con las manos juntas. Animador:

Les invito hermanos a que pongamos nuestras vidas e intenciones en manos del Señor, en esta noche Santa que estamos celebrando.

Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de resurrección del Señor, aviva en tu iglesia el espíritu filial, para que, renovados en tu cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo que es Dios y vive y reina Contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén

8. Continuación de la Liturgia de la Palabra (lecturas del Nuevo Testamento) Monición a la Epístola Nuestra vida cristiana e s vida en libertad de los que ahora hemos salido de la esclavitud del pecado, por Jesucristo nuestro Señor, pero esa libertad solo dura en la medida que seamos fieles a nuestra condición de hijos por adopción. Las promesas ha sido cumplidas por el Padre en Cristo su Hijo. Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-11 Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. PALABRA DE DIOS. Fieles:

Te alabamos Señor.

Terminada la Epístola, todos se ponen en pie y se entona solemnemente el Aleluya que será la antífona del Salmo que acompaña esta lectura del Nuevo Testamento y que nos prepara para la proclamación del Evangelio. Por eso se debe hacer todo el salmo y no sólo una estrofa. No hay monición al Evangelio.

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SALMO 117 (Preferiblemente cantado) ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY Lector:

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.

Fieles:

ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY

Lector:

La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.

Fieles:

ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY

Lector:

La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, Ha sido un milagro patente.

Fieles:

ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY

Evangelio El animador o el lector designado proclama el Santo Evangelio sin saludar ni extender las manos, como la haría el ministro ordenado sino simplemente enunciando: Del Santo Evangelio según San N. Y todos los fieles se signan con tres cruces, una en la frente, otra en la boca y otra en el pecho. Animador o lector: Hermanos: que, de manera especial en la proclamación del Evangelio, sintamos la presencia entre nosotros de Jesucristo Resucitado, nuestro Señor. Amén

Todos:

Del Santo Evangelio según San Mateo 28,1-10 (CICLO A) Gloria a Ti Señor.

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose. Corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis. Mirad, os lo he anunciado.” Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús, les salió al encuentro y les dijo: - Alegraos. Ellos se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: - No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán. Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti Señor.

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9. Pequeña reflexión: El animador o quien va a dirigir el mensaje de este día, se dirige a sus hermanos, no desde el ambón, sino desde un lugar adecuado. Debe tener presente, que no se deben hacer largas predicaciones. Será suficiente un pequeño mensaje que se habrá preparado con base a las lecturas. Nunca se debe improvisar. Se termina con un momento de silencio.

10. Renovación de las promesas del Bautismo Los fieles encienden de nuevo las velas que llevaron los fieles, tomando el fuego del Cirio. Monición Un día por la voluntad y boca de nuestros padres y padrino, renunciamos al mal y aceptamos vivir en la novedad de Cristo; en esta noche santa, con uso libre y consciente de nuestra libertad, hagámoslo nosotros, comprometiéndonos a vivir las exigencias del bautismo, especialmente la de ser, a imagen de Cristo, luz del mundo, como simbolizan los cirios encendidos que tenemos en nuestras manos. Animador:

Hermanos: por el ministerio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo, para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminando el ejercicio de la cuaresma, renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a Satanás y sus obras, y prometimos servir fielmente a Dios en la santa Iglesia católica. Así pues:

Renuncias Animador:

¿Renuncian ustedes a Satanás?

Todos:

Sí, renuncio.

Animador:

¿Renuncian a todas sus obras?

Todos:

Sí, renuncio.

Animador:

¿Renuncian a todas sus seducciones?

Todos:

Sí, renuncio.

Profesión de fe Animador: ¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? Todos:

Sí, creo.

Animador:

¿Creen en Jesucristo^ su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?

Todos:

Sí, creo.

Animador:

¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? -100-

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Todos:

Sí, creo.

Animador: Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado y nos ha hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, nos conserve con su gracia unidos a Jesucristo nuestro Señor, hasta la vida eterna. Fieles:

Amén.

En este momento se apagan las velas. Inmediatamente, el animador rocío con agua bendita –que previamente habrá llevado a bendecir donde un sacerdote- a los fieles, mientras se canta, por ejemplo: “Oh, oh , oh hay que nacer del agua”. Hecha la aspersión se continúa la celebración con la oración de los fieles. En ninguna celebración se hace colecta, pero al final de las celebraciones se invita a colaborar según cada uno pueda y quiera, para sufragar los distintos gastos de la semana. Para ello en las puertas del templo se pueden designar fieles que estén con los instrumentos adecuados (canastas, bolsas etc.)

11. Oración de los fieles u Oración Universal: Animador: en esta noche recorriendo el camino que nos conduce desde el pecado hasta la libertad de los hijos de Dios, unámonos a las suplicas de toda la Iglesia, para que la luz de Cristo sea siempre la guía en nuestro camino bautismal, a cada intención respondemos: “Tu diestra, Señor ha hecho maravillas” Lector:

Para que los cristianos seamos siempre mensajeros de la buena noticia de Cristo resucitado. Roguemos al Señor.

Fieles:

Tu diestra, Señor ha hecho maravillas

Lector:

Para que el mundo de hoy, sea arrancado del vacío de sus problemas y de su muerte, para caminar en una vida nueva. Roguemos al Señor.

Fieles:

Tu diestra, Señor ha hecho maravillas

Lector:

Por todos aquellos que esta por recibir a acaban de recibir el bautismo, para que especialmente sus familias se comprometan en trasmitirles la fe y en hacer crecer en ellos, el germen que la gracia de Dios les comunica por medio del sacramento. Roguemos al Señor.

Fieles:

Tu diestra, Señor ha hecho maravillas

Lector:

Para que nuestra vida testimonie que la muerte ya no tiene poder en quine cree en la resurrección. Roguemos al Señor.

Fieles:

Tu diestra, Señor ha hecho maravillas

Se pueden hacer peticiones espontáneas

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Animador: Padre, que tras la preparación cuaresmal nos abres el corazón al gran acontecimiento de la historia de la salvación; haz que reavivemos cada domingo la realidad de esta eucaristía que vive y reina por los siglos de los siglos. Fieles:

Amén.

12. Rito de comunión -Para el rito de Comunión, el monitor pedirá a los presentes que se postren de rodillas. Mientras se puede entonar un pequeño canto eucarístico. -Si en la comunidad existen ministros extraordinarios de la Comunión, en este momento uno de ellos irá a la sacristía (si no existen, entonces alguno de los misioneros; no tiene que ser por obligación quien está animando la celebración) y con mucho respeto y cuidado llevará el Santísimo Sacramento al altar. Lo hará respetando el siguiente rito: -Antes de ir a la sacristía, extenderá un corporal al centro del altar, sobre el cual luego depositará el copón con las Hostias Consagradas, pero luego se arrodilla delante del altar quedando de espaldas a la asamblea. - Finalizado el canto se prosigue con la oración de acción de gracias que realizará el animador arrodillado frente al altar (espaldas al pueblo, nunca al centro del altar mirando a los fieles). Animador:

Hermanos, ahora alabemos y demos gracias al Padre, que es un Dios de misericordia y de perdón. A cada intención decimos: “Bendito seas, por siempre Señor”

Animador:

Bendito seas, Dios Padre de bondad, porque tu paciencia es incansable y tu amor nunca falla; Tú has resucitado a tu Hijo de entre los muertos para darnos vida abundante y salvación, Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas, Hijo de Dios vivo, tú que diste la vida para rescatarnos de la muerte y el pecado, Tú que acoges con bondad a quien se arrepiente, Bendito seas Señor.

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Animador:

Bendito seas Espíritu Santo. Amor que aleja todo odio; Tú que invitas a los hombres al silencio para hablarles al corazón; Tú que das fuerzas en las tentaciones y confieres la vida nueva; ¡Tú eres fuerte bendito Espíritu del Señor!

Fieles:

Bendito seas, por siempre Señor

Se invita al silencio y a la adoración individual por unos breves instantes

Padre Nuestro Luego puesto en pie y siempre de espaldas al pueblo, frente al atar invita a la oración del Padre nuestro, la que hará con las manos juntas, nunca extendidas, pues este gesto es propio de los ministros ordenados.

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Celebraciones litúrgicas de Semana Santa guiadas por fieles laicos 

Animador:

Jesucristo nos enseña a hablar con el Padre desde la mayor sencillez, nos enseña a mirarle con mucha ternura y amor; nos enseña a decirles Abba (papito), que no lo miremos lejano, sino más bien muy cercano. Dirijámonos al Padre como nuestro hermano mayor nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Terminada la oración no dice la continuación del Padre Nuestro que sólo recitan los ministros ordenados: “Líbranos de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…” sino que continúa con la invitación al saludo de la paz, sin utilizar la fórmula que se dice en la Santa Misa: “Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles…” Ni tampoco la invitación se hace de la forma ordinaria utilizada por los ministros ordinarios: “La paz del Señor esté siempre con vosotros. Atención: El Canto del Cordero sólo se hace en Misa, nunca en una liturgia de la Palabra

Saludo de la paz: Animador:

Hoy tenemos la seguridad de la paz del Señor porque Cristo ha resucitado. Hoy tenemos la alegría de la esperanza. Y hoy Jesucristo nos envía a dar la paz a todos los que están angustiados, a todos los que están con rencor en sus corazones, para que puedan reposar en Él. Así que hoy, siguiendo su mandato, abracémonos unos a otros y entremos en la resurrección de nuestro Señor. Nos damos un saludo de paz.

Luego del gesto de la paz, que no debe extenderse por mucho tiempo, ni debe ser entendido como una oportunidad para saludar a todos los fieles, sino a los más cercanos, el animador invita a los fieles a prepararse para la Comunión, retomando el silencio. Animador:

Nos hemos dado la paz como signo de hermandad, ahora dispongámonos a recibir a Cristo, presente en el Altar.

Los ministros extraordinarios (de haberlos) o los misioneros que van a dar la Comunión, se acercan al altar pero sin colocarse de frente al pueblo. Sólo el animador con mucha reverencia se dirige al centro del altar, hace genuflexión (dobla la rodilla derecha ante Jesús) y luego toma con mucho respeto el Santísimo Sacramento y mostrándolo a los fieles dice: Ministro extraordinario o el Animador:

Hermanos, este el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a la Cena del Señor.

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Todos juntos, incluido el ministro extraordinario o el animador dicen: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme Luego, el ministro extraordinario o el animador comulgan con respeto y luego le dan la Comunión a los otros ministros extraordinario o misioneros que ayudarán a distribuir la Comunión. No está permitido que cada uno se acerque al altar para tomar por sí mismo la Comunión. Una vez que han comulgado, le dan la comunión a los fieles, cuidando que estos comulguen delante de ellos y estando atentos a que nadie se lleve el Santísimo Sacramento a las bancas.

Monición de Comunión: Se puede hacer una pequeña monición de forma espontánea en la que se aclara que solo los que se encuentran en “Gracia” están invitados a comer el Pan Eucarístico, las personas que no se han confesado o están en pecado grave, no deben comulgar. (Motivarlos a la Reconciliación con Dios, mediante la Confesión). Mientras se distribuye la Comunión se pueden entonar cantos apropiados. Terminado el rito de Comunión, quienes han distribuido la Comunión llevan el Santísimo al Altar, pero no se colocarán al centro del mismo, sino hacia uno de los lados, donde depositarán las Hostias Consagradas en el copón que llevarán al Sagrario. Si se han utilizado otros copones, estos se retiran y se colocan en la credencia (mesa pequeñita que normalmente está cerca del altar), para purificarlos después de la celebración. Esto nunca lo harán en el altar ni en la celebración, sino una vez finalizada esta.

Comunión Espiritual El monitor aclara que ahora se va a realizar la comunión espiritual para que aquellas personas que no pudieron comer el Cuerpo de Cristo, lo puedan recibir en forma espiritual. Animador:

Hermanos. La Eucaristía es el signo de la unidad que debe prevalecer entre nosotros, Porque somos Iglesia de Cristo. Hoy no podemos recibir a Jesucristo en especie, pero vamos a pedir a Jesús que venga de otro modo a cada uno de nosotros, de manera espiritual.

Señor Jesús, creemos que tu nos alimentas con tu Palabra y con la Eucaristía. Eres el Pan Vivo bajado del cielo. Sabemos y creemos que quien te come, si está bien dispuesto, aumenta sus fuerzas para luchar contra las tentaciones y alcanza el premio de la vida eterna. Señor Jesús muchas hermanos no han podido participar hoy de la Eucaristía, por eso te pedimos que vengas a ellos espiritualmente. Ven a esos corazones necesitados de Ti. (Momento de silencio) Señor quédate con nosotros, acompáñanos siempre. Da a nuestros hermanos la gracia de poder recibirte Sacramentalmente pues además de tu Palabra necesitamos tu Cuerpo y tu Sangre, Tú que vives y reinas con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén

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13. Oración Conclusiva El animador invita a la acción de gracias sin extender las manos ni decir oremos. Señor sobre nosotros tu espíritu de caridad, para que vivamos siempre unidos en tu amor los que hemos participado en un mismo sacramento pascual. Pos Jesucristo nuestro Señor. Todos:

Amén.

14. Avisos Se dan los avisos de interés para la comunidad, se invita al ágape en caso de haberse organizado, se dan los agradecimientos por la semana que se ha compartido y otros.

15. Ritos de Despedida Animador:

Amigos: ahora regresemos a nuestras casas; comuniquemos a nuestros amigos y familiares la alegría de nuestra esperanza y la seguridad de nuestra fe. Cristo ha resucitado y nos anima siempre a alcanzar la liberación de todos los males que nos esclavizan. Pidamos al Señor su bendición para nosotros y para toda la comunidad.

Bendición final: (Se dice mientras todos hacen la señal de la cruz). Animador: Fieles:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Animador: Fieles:

Vayamos en paz, aleluya, aleluya. Demos Gracias a Dios, aleluya, aleluya.

Canto Final Nota importante: Si la en el templo normalmente la comunidad mantiene la Reserva del Santísimo Sacramento, entonces se deja la Reserva en el Sagrario. Si la cantidad de Hostias Consagradas que permanece luego de la celebración es mucha, lo mejor es llevarla al templo parroquial. Si la cantidad de Hostias es poca y no se pueden dejar en la capilla, entonces se pueden consumir entre varios misioneros, luego de la celebración, pero con mucho respeto y una vez que los fieles se hayan alejado del templo. Nunca se deben llevar el Santísimo Sacramento a las casas, y si deben llevarlo al templo parroquias se trasladarán haciendo oración discreta.

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