Caz A Palabras 2

November 13, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Luces y sombras de Lorena Cordero  Víct  Ví ctor or Iva Ivanov novic icii en es espa paño ñoll Las residencias de Pablo Neruda Lombardi, cronista de Latinoamérica Entrevista a Alicia Yánez Cossío1

 

CINECLUB DE LA CASA 2013 Cine ecuatoriano contemporáneo De marzo a diciembre de 2013 Martes 18:30, Función y Foro con presencia del Director Sala de cine Alfredo Alfredo Pareja. Entrada Gratuita

En el nombre de la hija. Tania Hermida 9 de abril. Mete gol gana . Felipe Terán 23 de abril. Mejor no hablar (de ciertas cosas) . Javier Andrade 28 de mayo. A cielo abierto, derechos minados . Pocho Álvarez 11 de junio. A tus espaldas . Tito Jara 25 de junio. Labranza oculta . Gabriela Calvache 9 de julio. Impulso . Mateo Herrera 23 de julio. Problemas personales . Manolo Sarmiento y Lisandra Rivera I. 10 de septiembre. Cuando me toque a mí . Víctor Arregui 24 de septiembre. Con mi corazón en Yambo . María Fernanda Restrepo 29 de octubre. Pescador . Sebastián Cordero 19 de marzo.

5 de noviembre. Esas no son penas . Anahí Hoeneisen y Daniel Andrade 10 de diciembre. Descartes. Fernando Mieles

Sala de Cine Alfredo Pareja  Ave. Patria, entre 6 de Diciembre y 12 de Octubre. [email protected]. Tel.: 2520075 ext. 306/113   cinematecaEcuador cinematecaEc www.cinematecanacionalecuador.com / www.cce.org.ec Quito, Ecuador, 2013 2

 

editorial Respirar otras artes os anclajes marcan el camino en las energías que

uyen la Nueva Casa. Contradictorios entreque sí, duales en frente a las percepciones y la reacción engendran. El primero es depósito de dignidad y orgullo, nuestro presidente, Raúl Pérez Torres, fue parte del jurado

D

internacional que otorgó el premio Alba de las Letras y las Artes 2012 a la bailarina Alicia Alonso y al escritor uruguayo Eduardo Galeano, dentro de la Tercera Conferencia Interna-

cional por el Equilibrio del Mundo, realizada entre el 28 y 30

número dos  marzo 2013 •

de enero en La Habana. El segundo es el quiebre que sufrió

la escritora Cecibel Ayala Parra, poeta sensible; su cuerpo no volverá a ser jaula, su cuerpo es una ofrenda donde los  pájaros fucsias hacen la estancia de un verbo por inventarnos. Con su poemario  Poción de medianoche iniciamos la colección Casa Nueva. Todos los días se generan construcciones estéticas, es de ber institucional crear medios en los que se puedan alojar contenidos que hablen de nuestra esencia, de nuestra dimen -

sión de performadores del fuego en la palabra, la música, la danza... De esa búsqueda por visibilizar a los personajes y sus realidades nace Casapalabras, revista sobre las artes y las letras en el Ecuador, que tiene como propósito fundamental ser incluyente y permitir que los talentos de los distintos

territorios puedan dar a conocer su trabajo, puedan generar la nueva identidad cultural donde no hay imposibles. Una identidad donde los creadores son motor espiritual de la nueva identidad nacional que se va forjando desde un eje político de inclusión.  Nuevos tiempos se rreinventan, einventan, ya no somos más uuna na colonia ni aceptamos que nos vean circunscritos a la periferia. En

el camino debemos construir las nuevas vanguardias, confrontar los viejos paradigmas y ver que no solamente es posible danzar entre los átomos y el arte, sino que es urgente hacerlo, que es una necesidad irrenunciable ser, invertir los silencios tantas veces modulados, modulados, y desde esa visión del mundo donde la naturaleza tiene derechos y los seres humanos forjamos de forma permanente el sumak kawsay, kawsay, otra música, otra literatura, otra arquitectura, otras artes se deben respirar. Querido lector, disfrute con afecto esta Casapalabras, en sus páginas laten memorias que lo constituyen, que son parte de usted, de su entorno, palpitaciones que no solamente se quedan en una visión local sino que tienen acercamientos a las distintas construcciones creadoras que se dan en el mundo.

Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Dirección de Publicaciones Av. Av. Seis de Diciembre N16–224 y Patria Telf.: 2 565808 Ext. 426 [email protected] www.cce.org.ec Quito–Ecuador.

casapalabrascce

@casapalabrascce [email protected] 1

 

índice

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Jorge Bacilago realiza un recorrido por la trayectoria de

Chick Corea, el pianista que ha

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 puesto todo su talento talento al servi-

cio del jazz fussion.

Violeta Luna nos acerca a los uni-

Un vistazo a la trayectoria de Arturo Pérez-Reverte por estos días en que su prolíca labor

versos de Ileana Espinel, poeta ecuatoriana que desarrolló su pro puesta a partir de los años sesenta. Un justo homenaje.

 periodísticaa ha ssido  periodístic ido galard galardonad onadaa con el Premio Pedro Antonio de Alarcón.

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Paúl Hermann nos invita a trasponer los umbrales de las residencias que el poeta Pablo  Neruda tenía en Santiago, Val paraíso e Isla Negra. Un reco-

rrido por el diseño, la historia, Lorena Cordero,

5 El traductor de origen rumano

Víctor Ivanovici responde a las  preguntass que revista Casapa pregunta

labras le labras  le hizo sobre su ocio y nuestra literatura a propósito de la publicación de su libro  Disquisiciones y divagaciones.

fotógrafa ecuatoriana cuya obra engalana nuestra  portada, reexiona sobre sus obsesiones y su trayectoria vivencial y artística.

18 23

la nostalgia y la poesía.

32 Ofrecemos una breve muestra

 poética de Luis Alberto Bravo, a propósito de la publicación de su libro Utolands  en la colección Casa Nueva de nuestra institución.

34 De la escritora Silvia Stornaiolo  publicamoss Lola  publicamo  Lola,, cuento que forma parte del nuevo libro de cuentos que publicará la CCE.

35

9

La directora de Cinemateca Na-

cional, nuestra Wilma publicación Granda Noboa, honra con un ensayo sobre Quebradas Patricio Viteri Paredes ha

Mostramos la escultura en hielo que un grupo de artistas ecuatorianos crearon en el Breckendridge a menos

traducido del inglés para los lectores de Casapalabras Casapalabras,, el cuento  La ventana tapada  de Ambrose Bierce.

de oro, relaciones de poder en  Portovelo,  documental de John Twedy que recrea la odisea de su abuelo en este rincón de nuestra geografía.

38  Nuestra colaboradora Paulina Simon Torres explora en esta ocasión la pro-

ducción cinematográca de uno de los mayores directores latinoamericanos de todos los tiempos: Francis-

de 30 grados bajo cero.

co Lombardi, con motivo del festival que Cinemateca Nacional presenta  por estas fechas. fechas.

Patricio Herrera Crespo recuerda las circunstancias que rodearon la muerte del poeta mexicano

Recordamos

Manuel Acuña, y la complicada relación que tuvo con su musa

Rosario de la Peña.

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10

a

Cecibel Ayala y rendimos tributo

40

Conversamos con Alicia Yánez Cossío, escritora emblemática de nuestro país, sobre el ocio de la palabra y su prolíca producción literaria.

aa su suobra memoria y a pocos días de su desaparición física.

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 variaciones

Pérez

Reverte premiado U

n jurado conformado por directivos y medios de comunicación de Granada, España, ha de-

y televisión. Trabajó doce años como reportero en el diario Pueblo  Pueblo,, y nueve en los servicios informativos de

signado a Arturo Pérez-Reverte ganador de la XI edición de los Premios Nacionales de Periodismo

Televisión Española; como especialista en conictos armados cubrió las guerras de Chipre, Líbano, Eritrea, Sahara, Las Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Chad, Mozambique, las guerrillas del Sudán, An Angola gola y el gol pe de Estado de Túnez. Los últimos conictos que ha vivido son: la revolución de Rumania, la crisis de Libia

Pedro Antonio de Alarcón y Ciudad de Guadix por su trayectoria profesional.

Según destaca el jurado, Arturo Pérez-Reverte es un periodista y escritor de reconocido prestigio «que representa la esencia de estos premios». E incide en el

 paralelismo que, a pesar de la distancia en el tiempo, tiene con la gura del insigne Pedro Antonio de Alar cón como corresponsal de guerra y escritor.

Arturo Pérez-Reverte ha asegurado que para él

constituye un alto honor recibir este premio. Y no es

 para menos, pues antes que él lo recibieron periodistas como Iñaki Gabilondo, Carlos Herrera, Tico Medina, Rosa María Mateos, Manuel Alcántara, Luis del Olmo, Fernando Jáuregui y Ana Blanco, así como aquellos que fallecieron realizando su trabajo en conictos bélicos: José Couso, Julio Anguita Parrado, Miguel Gil, Julio Fuentes y Ricardo Ortega. La asignación del premio coincide con la promo-

ción que el periodista y escritor español está realizando de  El tango de la guardia vieja, novela que narra una turbia y apasionada historia de amor, traiciones e intrigas, se convulso, prolonga durante décadas ade través de unque siglo entre lacuatro luz crepuscular una época que se extingue. Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951. Entre 1973-1994 fue reportero de prensa, radio

y la guerra del Golfo. Desde 1991 escribe una página de opinión en el XL Semanal . Ha publicado:  El húsar  (1986), El maestroo de es  (1986),  El maestr

 grima (1988), La  grima (1988),  La tabla de Flandes Flandes (1990),  (1990), El  El club Dumas (1993), mas  (1993),  La sombra del águila águila (1993),  (1993), Territorio comanche (1994), comanche  (1994), Un asunto de honor  (1995),   (1995), Obra breve (1995), breve  (1995),  La piel del tambor  (1995),   (1995),  Patente de corso (1998), corso  (1998), La  La carta esférica (2000), esférica (2000), Con ánimo de ofender  (2001), La  (2001), La reina del Sur  (2002),  (2002), Cabo Trafal gar (2004), (2004), No  No me cogeréis vivo vivo (2005),  (2005), El  El pintor de batallas (2006), batallas cólera (2007), Ojos azules   (2006), Un día de cólera (2007), (2009), Cuando éramos honrados mercenarios mercenarios (2009),  (2009),  El asedio asedio (2010) y El tango tango ddee la Guardia Vieja (2012). Destaca  Las aventuras del capitán Alatriste  que está conformada por  El capitán Alatriste (1996), Alatriste  (1996), Limpieza  Limpieza de sangre (1997), sangre (1997), El  El sol de Br Breda eda (1998),  (1998), El  El oro oro del rey  (2000), El (2000),  El caballero del jubón amarillo amarillo (2003),  (2003), Cor sarios de Levante (2006) y  El puente de los asesinos (2011).

Ingresó en la Real Academia Española el 12 de ju nio de 2003, con El con El habla de un bravo del siglo XVII  XVII . 3

 

Sobre lugares libros Arturo Pérez-Reverte

ay un ejercicio fascinante, a medio camino entre la literatura y la vida, que muchos de ustedes habrán practicado alguna vez: visitar lugares leídos antes en libros y proyectar en ellos, enriqueciéndolos con esa memoria lectora, las historias reales o imaginarias, los personajes auténticos o de cción que en otro tiempo los poblaron y que de algún modo siguen ahí, apenas disimulados a poco que uno se je. Para quienes gozan de ese privilegio extraordinario, esto sitúa los lugares con bagaje histórico o literario en

H

un contexto singular que los hace aun más atractivos.

Ciudades, hoteles, calles, paisajes, cuando te acercas agrato elloscarácter con lecturas previas en la cabeza, personal; un sabor intenso. adquieren un Cambia mucho las cosas, en ese sentido, visitar Palermo habiendo leído  El gatopardo gatopardo,, o pasear  por Buenos Aires con Borges y Bioy Casares en la

recámara. Tampoco es lo mismo bajar del autobús turístico en Hisarlik, Turquía, para hacerte una foto mientras el guía cuenta que allí hubo una ciudad

llamada Troya, que caminar por esa llanura con viejas lecturas y traducciones en la cabeza, comprobando cómo el paso del tiempo no secó el río Escamandro,  pero alejó la orilla del mar color de vino con sus

cóncavas naves; sentir los gritos de guerra de hombres cubiertos de bronce ―cayó, ―cayó, y resonaron sus armas―, armas―, o ser consciente de que tus zapatos llevan de el mismo  polvo por el que Aquiles arrastró el cadáver Héctor atado a su carro.

Si eso ocurre con los libros leídos, calculen lo que sucede cuando los escribe uno mismo. Cuando

durante semanas, meses o años, pueblas determinados  paisajes con tu propia imaginación. A mí me ocurre

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con frecuencia, pues localizo los pasajes de casi todas mis novelas en sitios reales: viajo allí, tomo fotografías y notas, leo cuanto puedo encontrar sobre el asunto. Pocas sensaciones conozco tan agradables como caminar con maneras de cazador y el zurrón abierto; entrar en un bar, un restaurante, tomar asiento en una terraza y decidir: este sitio me sirve, lo meto en la novela. Y luego, recreándote en el placer que eso depara, imaginar a tus personajes moviéndose por el lugar, sentados donde estás, bebiendo lo que bebes, mirando lo que tú miras. Comparado con el acto de escribir, con el momento de darle a la tecla, esta fase  previa es superior, mucho más excitante y mágica. P Para ara

individuos como yo ―sólo soy un escritor profesional que cuenta cosas, no un artista ni un yonqui de las  palabras―, lo de escribir después la novela no es más que un trámite necesario y a menudo ingrato: un acto

casi burocrático que justica que inviertas tiempo y esfuerzos previos cuando todo es aún posible. Cuando te acercas a la novela por escribir es cribir sabiendo que está por

hacer y quizá esta vez consigas que sea perfecta, aunque tu instinto te diga que nunca lo será. Acercándote a cada nueva historia con la misma curiosidad y cautela con las que te acercarías a una mujer hermosa de la que te acabases de enamorar.

Volví a la Costa Azul hace unos días. Parte de mi última novela transcurre allí en 1937. Y la sensación fue extraña. Agridulce. Durante los dos últimos años me estuve moviendo por ese paisaje, primero con la expectación de una novela por escribir, y luego para trabajar en determinados pasajes a medida que la

historia progresaba en mi cabeza y en la pantalla del ordenador. Vivía rodeado de cuadernos de apuntes, mapas, libros ilustrados, guías antiguas y viejas fotos que me permitieron reconstruir los lugares como el

relato exigía, y mover con seguridad a mis personajes: saber lo que veían sentados en tal o cual sitio, describir la luz de un atardecer en la bahía de los Ángeles o las  palmeras de Matisse vistas desde la ventana del hotel

 Negresco, con sus copas vencidas bajo la lluvia. Ahora he vuelto a pasear por el barrio viejo de Niza,  por los pinares próximos a Antibes, junto al mar. He salido del hotel de París, en Montecarlo, y cruzado la plaza frente al casino para sentarme en la terraza de enfrente, como hace Max Costa, el protagonista masculino de El tango de la Guardia Vieja. Y he vuelto a detenerme en el recodo de la carretera donde él y Mecha Inzunza conversan de noche, en la oscuridad, nueve años después de su primer encuentro. Todo eso me era familiar antes de escribir la novela; pero ahora lo conozco de modo muy distinto. Demasiado íntimo, tal vez. Demasiado personal. Ya no podré volver a esos lugares sin amueblarlos con mi propia historia y

 personajes; sin verlos de otro modo que a través de la novela que yo escribí. Y no estoy seguro de que eso sea del todo bueno. Mi imaginación se apropió de ese

mundo para siempre, y ya nunca podré mirarlo con la inocencia de unos ojos libres.

 

actualidad

 Víctor

Ivanovici

en  español

N

ació en 1947, en Tulcea, Rumania. Realizó estudios generales y universitarios en Bucarest, postuniversitarios en Málaga (España). Obtuvo un doctorado en la Universidad de Cluj (Rumania), con una tesis sobre García Márquez. Entre 1971-1984 enseñó literatura española e hispanoamericana la yuniversidad de Bucarest. Desde 1985 en vive trabaja en Grecia. Actualmente es profesor asociado de la Universidad de Salónica, donde enseña literatura hispánica. Ha enseñado, también, teoría de la traducción en la Universidad de Atenas. Es miembro de la Unión de Escritores Rumanos, de la Sociedad de Escritores Griegos, de la Sociedad Griega de Literatura General y Comparada, de la Asociación Internacional de Literatura Comparada, de la  Asociación Internacional de Hispanistas, de la

 Asociación de Cervantistas y de la Sociedad de Hispanistas Griegos (miembro fundador y actual vicepresidente). Fue condecorado con la Orden del Mérito Civil (España). En enero de 2013, presentó su libro  Dis y dió una confequisiciones y divagaciones  divagaciones  y rencia en la CCE, en Quito.

 

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Entrevista En 1979 publicó Tríptico neohelénico, en griego. ¿De qué trata el libro? De tres poetas griegos, a saber (como reza el sub-título): explícitamente “Cavas, Seferis y Sikelia nós”. Los dos primeros supongo que no precisan de mayor presentación, pues han trascendido am-

 pliamente los connes de su patria y su lengua, en dirección a la universalidad. No así el tercero, uno de los pocos, si no el único  poeta vates de la Grecia moderna.  Á  NGE -

concepto perteneciente a Umberto Eco, cuya Opera aperta  nos ha bía señalado con un sello episte-

mológico indeleble, en la época “heroica” del estructuralismo y la semiótica.

Publica su siguiente libro en rumano y griego,  Surrealismo  y “surrealismos”, en 1997, ¿por qué no publicó nada en 17 años? Porque justamente en aquellos

años se sitúa un hito biográco que separa mi existencia en un antes y

un después: el exilio exilio.. En 1985, la irrealidad opresiva del “socialis-

Si bien Vladimir Nabokov tenía al ruso por lengua materna, escribió casi la totalidad de su obra en inglés, algo que va más allá de las palabras, algo que tiene que ver con cultura, con cosmovisión… Y veo que usted va del rumano al griego y al español sin complicaciones… El bilingüismo o plurilingüismo es

merece

mo real”, en su versión paranoica

il miglior  fabroo del parlar materno  fabr materno,, pero su inigualable destreza lingüística se

y delirante que fue la dictadura de Ceaucescu, me obligó a expatriar -

le convirtió en una jaula de oro y

él mismo se adjudicó la fama de

que había conquistado hasta“con en-tonces con mucho esfuerzo,

“genio local”. Es uno de los casoslímite que se dan en la historia de

tra viento y marea”: quince años

de carrera universitaria, un lugar

el terreno donde un escritor puede experimentar en carne propia un

la literatura universal, de modo que

dentro de aquel sector de la cultura rumana no contaminado por la le-

universalidad y el “terruño”. Por

 LOS   S   IKELIANÓS   IKELIAN ÓS   (1884-1951)

el homenaje dantesco de

su evaluación depende mucho “del color del cristal con que se mira”:

genio, pero local / local, pero genio.

En 1980 publicó Forma y apertura, en rumano. Obra por la que recibió el Premio de la Unión de Escritores de Rumania. Hábleme de ella…

me, es decir, a abandonar todo lo

 pra ideológica (pues, increíble pero cierto, sí hubo un tal sector: precario, acosado, amenazado, pero existente), y a recomenzarlo todo desde cero, desde el anonimato del  prófugo, con una única pero inestimable compensación: la libertad.

Ahora bien, la libertad es dura en el reino del mercado libre (de ahí

En  Forma y apertu apertura   secuestiona conguralo que en mis variosra  CV, rios e impresos que se me ha pedido rellenar a lo largo de mi vida docente, ocupa la rúbrica: “Cam pos de interés”: las letras hispánicas, las balcánicas (rumanas y grie-

gas) y otras europeas, en la doble  perspectiva del comparatismo y la teoría literaria. El libro incluye

estudios y ensayos sobre Góngora,  El   Quijote Quijote   (que, años antes fuera mi “tesina” o trabajo de licencia-

tura), Borges, Cortázar (puesto en  paralelo con el protosurrealista ru-

mano Urmuz), García Márquez, lo fantástico, los poetas rumanos Tu dor Arghezi y Lucian Blaga, todo ello bajo el signo de la apertura: 6

vehemente grito de li bertad  bert ad que que se oyera en el siglo XX.

reto dialéctico: la tensión entre la una parte comprender que ―como decía Jorge Semprún, a quien tuve el privilegio de conocer― su vocación no es la lengua sino el lenguaje (non pas la langue, mais le

langage:: así me lo dijo, en francés, langage  pese a que nuestra plática transcu-

rría en español). Obviamente, ello “va más allá de las palabras”, como

el “miedo” a ella, que analiza Erich Fromm, de ahí que la libertad no sea un valor vital para todos; a despecho de la corrección política, diría incluso que para la mayoría, para las masas, no lo es…). En estos 17 años hubo, hubo , pues, para mí, otras prio-

 bien lo señalas tú y lo conrma la lingüística: el estudioso rumanouruguayo Eugenio Coseriu ―en

ridades que publicar libros: sobrevi-

guaje y redundando en una compe-

quien muchos vieron a un Saussure

del siglo XX― solía distinguir el “saber idiomático”, cuyo objeto es una lengua concreta, del “saber elo cucional”, enfocado sobre el len -

vir, hacerme un nicho en la sociedad de acogida y, no en último término,  posesion  pose sionarme arme ddee la nu nueva eva le lengua ngua,, la griega, que, a pesar de materna, sólo

tencia lingüística genérica. Por otra  parte, no puede pasarse por alto el

la dominaba hasta donde puede dominar su idioma una minoría de la

que es un modo de situarnos en el

diáspora. Sin embargo, al cabo de este largo silencio que me impuso

el aprendizaje a ser libre, escribí un ensayo sobre el Surrealismo: el más

hecho de que la lengua materna nos

transmite su latente cosmovisión, mundo. «El platonismo» manifestaba al respecto Unamuno: «es el idioma griego que discurre en Pla-

tón, desarrollando sus metáforas milenarias».

 

En 1999 escribió, en español,  El mundo de la nueva narrativa his panoamericana. ¿Cómo se sintió

escribiendo en español? Bueno, no fue una experiencia totalmente inédita, pues desde 1966, cuando empecé a estudiar la lolo gía hispánica en la Universidad de

Bucarest, el castellano fue para mí un idioma de trabajo. A fuerza de  practicarlo con nes instrumentales, aprendí a saborearlo, a amarlo y por último a darle un uso más creativo.

¿En 1999, qué tenía de nuevo el mundo narrativo de Hispanoamérica? Pues la formidable explosión de vitalidad y talento que desde el  primer momento deslumbró a Oc-

cidente, con un “olvidado arte de contar” (como acertadamente lo

 puso de relieve Ricardo Gullón). Gullón).

Publica en el 2000  Hitos dispersos, en rumano. ¿De qué habla este libro? Como el primero y como los si-

guientes, de mis campos de interés: el balcánico (rumano y griego), el hispánicoo (Cervantes, García Lorc hispánic Lorca, a, el folclore sefardita o judeoespa-

ñol, García Márquez, Octavio Paz) y el teórico (traductología, teoría del lenguaje, teoría literaria). Por lo demás, este libro pretendió mar car, en su momento, mi «retorno al  país natal», a su lengua y su su ccultura, ultura, tras los quince años de exilio y a

despecho de él y de quienes me lo impusieron.

Obtuvo su doctorado con una tesis en rumano sobre García Márquez, y en 2004 publica, en español, Gabriel García Márquez y su Reino de Macondo. Este libro, con el que obtiene el Premio Internacional de Ensayo, ¿en qué se pareceSial al anterior? El libro madrileño es el producto

de unos treinta años de trabajo so bre el “ciclo macondino” en la obra de Gabo Gabo;; la tesis que mencionas no fue sino una etapa en este largo

ensayos, ¿si escribiese fcción en

camino, quizás la principal, pero

determinaría o elegiría, cada vez, en qué lengua expresarse. Igual me equivoco, porque, desgraciadamente, ninguna musa me ha vi-

sentí la necesidad de seguir traba jándola, librarla del “lastre” universitario y hacer de ella un ensayo

dirigido a un público más amplio, exigente y competente, sí, pero no necesariamente contaminado por los tics tics académicos.  académicos.

En 2001 publica, en rumano, Un kaftán para don Quijote. Hábleme de este libro… El perl temático del  Kaftán…  es  parecido al de los  Hitos…  (de hecho inicialmente quise titularlo

“Encuentros y otros hitos”). En él  pongo mayor énfasis en los temas de traductología, los cuales ocu pan su primer capítulo, “Hacia una  poética de la traducción”.

Publica en 2011, en la Casa de la Cultura Ecuatoriana,  Disquisiciones y divagaciones, ensayos sobre Carpentier, Carpentier, Borges, Octavio Octavi o  Paz, García Gar cía Márquez  Márq uez … ¿Cuál es

su vínculo con Ecuador? El vínculo explícito es un ensayo (demasiado) breve sobre la poesía y la “quitología” de mi gran amigo

Ulises Estrella, a quien de hecho le

qué lengua lo haría? En caso de hacerlo, me gustaría creer que cada asunto en particular

sitado hasta la fecha. Sólo el poeta frustrado dentro de mí asoma en la labor del traductor, que practico ha-

cia el rumano y el griego y, a ratos, hacia el español (lengua sin embargo adquirida).

Obtuvo un doctorado en la Universidad de Cluj (Rumania) con una tesis sobre García Márquez. Ahora que el escritor colombiano ha vuelto a ser noticia, debido a su pérdida de memoria, me gustaría preguntarle ¿cuál fue el tema de aquella tesis?… Ya lo he dicho: el “ciclo macon-

dino”, en el que clasico todas las obras de Gabo  que tienen una relación explícita o siquiera aluden a Macondo y a la estirpe de los

Buendía. Cronológicamente, se trata de las obras contenidas entre  La hojarasca (1955) y Crónica de una muerte anunciada  (1981). Es un “ciclo” sui géneris, que se va ar mando (para citar la metáfora críti-

ca al uso) como un rompecabezas,

debo el impulso de armar este li bro y de proponerlo a la Casa de

la Cultura, donde fue bien acogido  por la Dirección de Publicaciones, el temático consiste en que en  Disquisiciones…  refundó la mayor  parte de los ensayos de  El mundo de la nueva narrativa hispanoamericana.. Por último, hay también un ricana vínculo vivencial, biográco, en el sentido de que más de una pieza de este libro ha sido escrita en Quito, durante mis anteriores estadías en Ecuador. Ecuador.

Ha escrito, fundamentalmente artículos y 7

 

y cuyo diseño global congura un sistema solar teniendo en su centro a Cien años de soledad , a gui-

sa de estrella ja, rodeada de sus “satélites”.

Entre 1971-1984 enseñó literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Bucarest. Aún el boom  de la literatura no estallaba por completo. ¿Cuáles eran los autores y preocupaciones que lo ocupaban? Haz cuenta, sin embargo, de que mi generación tuvo la suerte de ser contemporánea del boom boom,, de poder observar in vivo la conquista del Viejo Mundo por los nuevos autores del

Mundo Nuevo. En 1966, año en que yo iniciaba mis estudios uni-

Enseña literatura hispánica en la Universidad de Salónica, Grecia. ¿Qué nuevos autores españoles y latinoamericanos le interesan? Para bien o para mal, a medida que la edad avanza, uno lee cada vez menos y re-lee re-lee cada  cada vez más. Me interesan prioritariamente los que más se prestan a la re-lectura: aquellos sobre quienes ya he meditado

larga y detenidamente. Procuro, sin embargo, no perder la curiosidad: ¡esto sí que es dejarse envejecer! Y la curiosidad es grata: no pocas veces te depara descubrimientos sor-

 prendentes. Para mí el último fue Roberto Bolaño.

Primero murieron Borges, Cortázar, Onetti, después Cabrera Infante, Benedetti, Carlos Fuentes. Peor aún, García Márquez ha perdido la memoria, le digo esto para preguntarle si la literatura latinoamericana no ha perdido espacio ante libros como los de Stieg Larsen, E.L. James, Murakami, Jonas Jonasson… ¿Y por qué ha de perderlo? ¿Solo

versitarios, Cien años de soledad   todavía no salía, y sólo un par de años habían pasado desde Rayuela  Rayuela,,  Aura  y  La ciudad y los perros perros… … Pese a, o precisamente por ello, todo se veía nuevo, acabado de estrenar, como el universo en los pri meros días después de la Creación.  porque nuevos nombres vienen a Igualmente nuestra recepción tenía sumarse a los anteriores? Lo su el frescor de las miradas de testi-  brayo: ¡a  sumarse,  no a reemplagos presenciales. A los del boom  zarlos! En la cultura, el “progreso” los sentíamos como a unos her-

manos mayores, puesto que Vargas Llosa sólo nos llevaba una década y Carlos Fuentes y García Márquez apenas dos. Sólo Cortázar tenía la edad de nuestros padres, pero, con su baby face  y su espíritu juguetón, parecía el más joven de todos. Los seguíamos, pues, hasta en sus aprensiones. Estábamos, por ejemplo, hartos como ellos de la famosa “novela social” (indigenista, telúrica, regionalista…), pero por nuestros propios motivos. La pro-

 paganda ocialista nos “comía el coco” con la carga de denuncia que

acarreaban esos libros, haciendo caso omiso de su valor estético, a tal punto que también nosotros llegamos a negárselo (sobre decir que fue una injusticia). 8

es una superstición. Por eso me  parece una tamaña horterada el

fallo de aquel jurado español que, al premiar  Los detectives salvajes salvajes,, dictaminaba que dicha novela «le

dio el carpetazo denitivo a la Rala  Ra yuela de  yuela  de Cortázar». Bolaño, como ya he dicho, es mi último “descu brimiento”, y es, ¿qué duda cabe?, un magníco narrador; pero semejantes juicios le hacen un aco servicio, porque en la literatura no caben clasicaciones futbolísticas.

García Márquez escribió El otoño otoño del patriarca, Vargas Llosa La fes fes-ta del Chivo, Miguel Ángel Asturias  El señor señor president presidentee, Roa Bastos Yo el supremo; es decir, el gran tema del boom fue el tema del dictador… ¿Cuál es al actual tema de la literatura latinoamericana?

Sobre el tema del dictador se han escrito varias novelas latinoamericanas, dentro y fuera del boom. Tres de ellas dio la casualidad que aparecieron hacia mediados de los

setenta, muy cerca una de otra:  El otoño del patriarca, patriarca, Yo el supremo  y, añadiré, El añadiré,  El recurso del método método,, de Carpentier; pero sólo García Márquez pertenecía por aquel entonces al boom.  La festa festa del Chivo Chivo   cierra la serie en 2010, El 2010, El señor prepre sidente la  sidente  la estrena en 1946; para no hablar del precursor absoluto de tal temática, don Ramón del Valle-In-

clán, con su esperpento novelesco Tirano Banderas, Banderas, que es de 1926. La mayoría de los relatos sobre este

asunto se han escrito, pues, fuera del ámbito del boom boom,, por cuanto me parece exagerado armar que la dictadura fuera el tema por ex-

celencia de este último. A Ayer, yer, como hoy y como siempre, la literatura desarrolla un repertorio temático

relativamente limitado: la vida, la muerte, el amor, el odio, la felici dad, la desgracia: los eternos dilemas, trágicos y ridículos del hom bre eterno… Pero con un sinfín de variantes, y entre ellas, una más: la de la dictadura y el dictador, que modula en clave latinoamericana el gran tema del poder. poder.

¿A qué autores ecuatorianos ha leído? Diría que a casi todos los ineludi bles, pero con más ahínco a aquellos que se dieron a conocer en

los setentas: Abdón Ubidia, Javier Vásconez, Iván Égüez, Raúl Pérez Torres, Francisco Proaño y un largo etcétera. La razón es evidente: los siento más cercanos por ser de mi

misma generación. También, o más, he leído a los poetas: a Jorge Carrera Andrade y Alfredo Gangotena en sus conexiones con las vanguardias continentales e inter-

nacionales, a Ulises Estrella desde y más allá de los tzántzicos... Y la lista puede continuar... (P.H.)

 

croquis

Escultura

ecuatoriana

enBreckendridge

U

n equipo de escultores conformado por Milton Estrella, Hugo Proaño, Antonio Cau-

 ja, Ángel Latorre y Wálter Zamora representó al Ecuador en el Evento Internacional de Escultura Monumental en Nie-

ve Comprimida, que se llevó a cabo en la localidad de Breckendridge

de Dénver. Colorado.  Fósil  fue  fue el nombre que el equipo dio a la escultura

de cinco metros de alto,

herramientas manuales a menos de treinta grados bajo cero. La escultura estuvo expuesta durante ocho días y fue una de las más comentadas del certamen.

Participaron equipos de Argentina, Australia, Estonia, Canadá, Es paña, China, Ecuador, Alemania, Inglaterra, México, Mongolia, Singapur, Estados Unidos-Alaska, Estados Unidos-Breckendridge. El evento contó con el auspicio de la Casa de la Cultura Ecuato-

 por cuatro de largo y cuatro de ancho

riana, el Ministerio de Cultura y la rma de

que tallaron con

equipos deportivos y de montaña The  North Face.

9

 

Unnocturno,

Rosario y suicidio

un

en la que inició su vida de poeta publicando varios de sus trabajos en el periódico  La Iberia . «Vivió en

una época en que la sociedad mexicana era dominada  por la intelectualidad intelectual idad losóco-posi losóco-positivista tivista,, además de una tendencia romántica en la poesía», se arma, a lo que se suma una vida retraía, pobre y solitaria en el salón de la Facultad de Medicina donde vivía y encontró la muerte.

¿Y quién era Rosario? Su nombre: Rosario de la Peña, una mujer vinculada al movimiento cultural, es  pecialmente poético, que recibía en su casa a los poetas  para tardes de tertulia y lectura de su suss últimas composiciones. Su atractivo se envolvió en una niebla de miste-

rio, pero fue real la admiración y el amor que despertó en intelectuales como José Martí y Manuel M. Flores,  pero la más fuerte pasión fue la de Manuel Acuña. En el libro Sonata para Valle Inclán y otros ensa-

 yos, del escritor ecuatoriano César E. Arroyo (Césare), uno de los cuales es “El cincuentenario de la muerte

uién en su juventud no recitó alguna vez los primeros versos del  Noctur  Nocturno no de Manuel Acuña:  Pues bien, yo necesito / decirte que te adoro  / decirte que te quiero / con todo el corazón... Bueno, corazón... Bueno,

Q

de Manuel Acuña”*, se transcribe las declaraciones de Rosario de la Peña, ya de 76 años, a la  Revista de  Revistas, en la que arma que ha decidido revelar el secreto que había pensado llevarse a la tumba, por la

 por lo menos los que ya estamos pintando canas.

solemnidad del acto de homenaje al poeta suicida.

Ahora que está en auge la moda “retro”, que los cantantes retornan a los viejos boleros, que vuelven a las tiendas especializadas los discos de vinilo, esta cró -

a lo que ella le respondía: «No siento por usted ahora otra cosa que admiración por el poeta y amistad por el

 por un velo de misterio que sobrepasó los años.

caballero. Quién sabe si más tarde, con el trato, con el tiempo, llegue usted a inspirarme cariño. Esto no es una negativa, es una explicación».

  Estos versos, que hoy se les diría “cortavenas”, Manuel Acuña los escribió para su amada Rosario,

Manuel continuó frecuentando su casa y declarándole su amor, mientras su fama de poeta se acrecen -

nica nos regresa 140 años cuando se conoció el poema

y se suicidó el poeta, hechos que estuvieron marcados

10

Manuel Acuña Acuña le había declarado su amor a Rosario

cuando ella le dijo que ese amor no podría ser nunca correspondido porque había descubierto las indelidades del joven poeta mexicano. Manuel Acuña (México 1849 - 1873) nació en Sal-

taba. Sin embargo, una delación de Guillermo Prieta a Rosario sobre los amores que Acuña tenía “con dos mujeres, una poetisa y una lavandera”, truncaron esa historia de amor, pues Rosario esperó aquel día la vi-

tillo, Coahuila, su juventud la pasó en la ciudad de

sita de Manuel y le dijo: «¡Que tal si me he creído de

México estudió medicina, peroseserelacionó vinculó acon la actividaddonde literaria, ámbito en el que Ignacio Manuel Altamirano, Agustín F. Cueva y Juan de Dios Peza. Apenas de 19 años, con un grupo de inte lectuales fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl,

sus palabras! Me ha engañado usted ocultándome sus

amores con dos mujeres. Todo lo sé. ¿Se atreve usted a negarlo?». Y entonces sólo me contestó: «Es cierto, Rosario, es la verdad». «Yo creo —añadí— que ya no me seguirá diciendo “mi santa prometida”».

 

crónica Ante estas palabras, el poeta se dirigió a una mesa y se puso a escribir febrilmente, mientras Rosario observaba de lejos cómo, nerviosamente, escribía y manchaba con sus dedos el original que iba redactando. Cuando terminó, dice Rosario: «Me acer -

qué a la mesa y él, tomando su sombrero  para marcharse, me dijo: “lea esto a ver qué le parece”», era el Nocturno el Nocturno,, mundialmente conocido como el  Nocturno a Ro sario. Poco tiempo después, en una mañana del 6 de diciembre de 1873, Manuel Acuña fue encontrado muerto en su celda de la Escueencontrado Es cuela de Medicina en la que habitaba como

 ... Esa era mi esperanza, /

mas ya que a sus fulgores /  se op opon onee el ho hond ndoo abis abismo mo  / qu quee exis existe te entr entree los dos, /¡adiós, /¡adiós, po  porr la la vez última, / amor de mis amores,  / la luz de mis tinieblas, / la esencia de mis  ores, / mi

lira de poeta, mi juventud, adiós!

alumno interno, con la copa de cianuro y un papel que decía: «Lo de menos es entrar en detalles sobre la causa de mi muer-

te; pero no creo que le importe a ninguno,

*Este ensayo fue  publicado  publicad o en el libro

 baste saber que nadie nadie más que yo yo es el el cul-

 Presencia del pasado, 

 pable».. T  pable» Tenía enía 24 24 años. años.

de Hugo Alemán, publica-

En el ambiente otaban los últimos versos de su Nocturno:

do por la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1949.

libros Sergio Pitol. Los mejores cuentos Pitol escribió sus primeros cuentos en una casa de campo. Pasaba allí la convalecencia de una ruptura amorosa. Se proponía odiar al mundo, pero no lo conseguía. Por las mañanas buscaba acantilados escabrosos y le venían a la mente los de Devon, un viaje a

Alberto Fuguet. Missing En esta novela de inusual portada, Alberto Fuguet mezcla, suma, resta,  juega con la fcción y la realidad para ofrecer el testimonio de una época, la del inicio del éxodo de los sudamericanos a Estados Unidos. Un libro de aprendizaje y maduración; una nove-

Inglaterra, y entre el deseo de viajar y el paisaje se adormecía en la hierba, para después llegar a su casa y poners po nerse e a leer a James, Kafka, Faulkner. Una noche escribió Victorio Ferri... y Ferri... y otros más, todos amargos y crueles, sobre personajes tocados por el diablo. 

la arriesgada y personal en la que un el escritor chileno ofrece, además, testimonio personal y sin ambages de su familia, al mejor estilo de la buenas novelas de antaño.

Wislawa Szymborska. Paisaje con grano de arena Paisaje con grano de arena es el primer volumen poético de la autora que se publica en lengua castellana. Los cien poemas recogidos en la presente antología de editorial Lumen constituconstituye una excelente muestra del recorrido, tanto literario como temático, de la poesía de Szymborska, poeta polaca galardonada con el Premio Nobel de Literatura, en 1996.

Alejandro Zambra. Formas de volver a casa La tercera novela de Zambra habla de la generación de quienes aprendían a leer o a dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet. La obra muestra el Chile de mediados de los años ochenta a través de un diario en que el escritor registra sus dudas, sus propósitos y también cómo inuye, en su trabajo, la inquieinquie tante presencia de una mujer. Formas de volver a casa ha casa ha recibido el Premio Altazor y el Premio del Consejo Nacional del Libro de Chile. 11

 

Corea Chick

el piano

por la ventana Jorge Basilago

nna asistía al funeral de una vecina, en Massachu-

a serlo, con la frescura de quien tiene abiertas todas las ventanas de

―Cab Calloway―, cuando ya ha bía empezado a ser Chick. Chick

setts, cuando lo vio. Era un viejo piano vertical, que había co-

la creatividad y las percepciones.

Corea.

A

nocido tiempos mejores. Discreta-

Junto con el piano, la inuencia  paterna dijo “jazz”. Y la discoteca

mente ofreció treinta dólares por él,

hogareña lo encantó con las ter-

y los familiares de la difunta aceptaron casi sin regatear. La situación

sas melodías de Horace Silver; el sobrio bebop de Bud Powell; la

facilidad para improvisar y mime-

económica no permitía esos lujos; era 1945, cuando la guerra y la  posguerra aún no se diferenciaban

endiablada y prístina digitación

y formatos de agrupación. «Una

de Art Tatum; el ritmo de McCoy Tyner (¡ah, esa infatigable mano izquierda!) y el lirismo clásico de Bill Evans. De todos aprendió algo,

vida sedentaria signica morir», repite Corea todavía, abriendo, como siempre, las ventanas, de par

 pequeño-gran inconveniente: su tamaño hacía imposible subirlo por

 pero lo condenó al inconsciente. Conservó apenas el sustrato. Las raíces de la caricia que convertía

Desde entonces su única cons tante será el cambio, las fronteras atravesadas y la búsqueda perma-

las escaleras. y su esposo, Ar -mando Corea,Ella tuvieron que contra tar una grúa para elevarlo e intro -

a esos hipopótamos de madera en delicadas sirenas. Los Corea no eran una familia

nente de nuevos interlocutores con quienes correr aventuras y riesgos

ducirlo en su departamento por la

acomodada, pero pudieron apoyar

ventana. Armando Anthony, Anthony, el hijo de ambos, se maravilló al ver bajar

a Chicky en su vocación musical. Así fue como, en plena adolescen cia, asistió unos años a la prestigiosa escuela Juilliard de Nueva York. Hasta que se cansó de los

demasiado. Ya con el instrumento en la puer-

ta de su casa, la mujer descubrió un

desde el cielo esa suerte de hipo-

 pótamo de madera, lleno de dientes  blancos y negros.

 Ventanas  Ventanas abiertas El pequeño Chicky, como lo re bautizó una de sus tías, tenía cuatro 12

Inquieto e impredecible, pronto lo bautizaron también como The Chameleon (El Camaleón), por su tizarse en los más diversos géneros

en par.

artísticos. Es casi unánime, en el mundo de la música, considerarlo entre los pianistas más inuyentes de los últimos cuarenta años, junto a Keith Jarrett y Herbie Hancock,

 programas rígidos, que pretendían

uno de sus compañeros de ruta más queridos. Pero estamos todavía en el cre-

conducirlo por aburridos caminos

 púsculo de los sesenta, y Chick es

 pavimentados de notas, cuando él deseaba lanzarse a campo traviesa

tan solo una joven promesa en la escena jazzística. Asoman ya es bozos del que sería su estilo (per -

en busca de los sonidos que llama-

 ban su atención. sus  primeros escarceos escarcPor eos entonces, con algunas

años y ya quería seguir los pasos

 bandas menores menore s le sumaron coloracoloraturas latinas a su teclado. Y llegó el

de su padre como músico. Jugaba

debut “rentado”, junto a un grande

cusivo, conciso y virtuoso en los solos, con innovaciones armónicas y en los desarrollos lineales), pero como acompañante no tiene grandes posibilidades de lucirlo. Pasa

 

partituras  por varios grupos con la misma

suerte hasta que el autista Herbie Mann, a nes de 1966, le produce su primera grabación como líder:

en Tones for Joan’s Bones, Corea se pone al frente de un quinteto que

completan Woody Shaw en trom peta; Joe Farrel Farrelll en saxo tenor y auta; Steve Swallow en contrabajo y Joe Chambers en batería. Como el disco debut apenas si

genera algún interés de público o crítica, el pianista atraviesa otro  período “a la sombra” de una gura importante, la cantante Sarah Vaughan. Recién en 1968, con la grabación de Now he sings, now he  sobs (hoy considerado un clásico,

 junto con sus arcángeles grabó el tema  Filles de Kilimanjaro Kilimanjaro,, en el disco In a Silent W Way ay. Ya Ya nada sería s ería igual. La electricidad y la improvisación acababan de alumbrar al  jazz-rock, rumbo que el grupo pro-

lugares comunes. Busca siempre una propuesta que desafíe al auditorio y lo coloque casi a la altura

de los intérpretes: las obras solo se completan en la mente y la sensi bilidad de quien las disfruta. En su

fundizó con el monumental doble LP Bitches Brew de 1970. Tras el estallido de semejante cúmulo de talento reunido, los fragmentos hi -

opinión, un arte que no “toca” de

cieron honor al Big Bang que les dio origen: McLaughlin brilló con

Corea suele mantener activos hasta ocho proyectos diferentes en simultáneo. En ellos salta sin pudores ni

su Mahavishnu Orchestra; Zawinul y Shorter armaron W Weather eather Report; y Corea creó Return to Forever, al que pronto se integró un jovencito

de 20 años llamado Al Di Meola,

tal suerte a las personas es apenas un acto de “pedantería intelectual”.

Por su condición camaleónica,

inconvenientes del piano eléctrico al acústico, de cualquier variante del jazz a la música clásica. Y  puedee hace  pued hacerlo rlo en soli solitari tario, o, a dúo (son memorables sus encuentros

tous y el baterista Roy Haynes),

quien con su guitarra lo convirtió en un fenómeno comercial impensado poco tiempo antes.

su música comienza a ganar espacio y prestigio en las grandes ligas

don de la ubicuidad, algo de Miles

Como si realmente tuviese el

 pian ista Frie  pianista Friedric drichh Gulda Gulda,, entre muchos otros), en tríos, cuartetos, quintetos, sextetos, con orquesta de cámara y hasta larmónica. No

en trío con el bajista Miroslav Vi-

del jazz. A tal punto que recibe la

con el vibrafonista Gary Burton, el guitarrista Paco de Lucía y el

convocatoria del trompetista Miles Davis, uno de sus “héroes” musica -

 perduró en aquellos  perduró aquellos conjuntos y en cada iniciativa posterior de sus ex compañeros. Desde el “descubri-

les desde la infancia, quien tras la

miento” de músicos jóvenes que

o equilibrados, pero eso tampoco

desvinculación de Herbie Hancock necesita un pianista para su grupo. Es la ventana hacia un cambio de

luego se proyectarían como líderes de sus propias bandas, hasta la li bertad para para dejarse dejarse llev llevar ar por la im provisación,  provis ación, pasando por la imprevisibilidad en el abordaje de obras y repertorios completos. Corea mantuvo en alto estas banderas en las varias formaciones de Return to Fo -

desalienta su voluntad de explora-

época y de universo musical.

Tocar con dios «Miles era realmente como un dios, algo más allá de la dimen -

sión humana», recuerda admirado Chick, quien pasó tres años en su  banda. Por sugerencia de Davis, Corea dejó momentáneamente el

 piano acústico acústico para tocar un Fender Rhodes eléctrico. Y se sumó a un seleccionado de nombres que im presionan con sólo mencionarlos:

John McLaughlin, Wayne Shorter, Joe Zawinul,entre Daveotros Holland JackDeJohnette, queypasa ron o permanecieron.

Un buen día, el dios de la trom peta dijo: «hágase la fusión», y

rever y también en otras agrupacio nes que lideró antes o después como Circle, Origin, Five Peace Band (junto a McLaughlin), New Trio y sus Elektric y Akoustic Bands.

Sin lugar lugares es comunes «No tengo ni idea de lo que sonará», conesa Chick, lacónico, cuando lo interrogan previo a un concierto. En sus shows  shows,, las canciones,

la instrumentación, el formato y el estilo nunca dejan espacio para los

siempre los resultados son parejos

ción y experimentación. De hecho,  parece tan convencido del camino a seguir que en cada etapa subyacen elementos o protagonistas de las anteriores.

Aunque, por lo general, busca la variante en lugar de la repetición o

la copia.deCuando debe reemplazar alguno los músicos con los quea trabaja a menudo, preere que el sustituto no se asemeje, estilísticamente, al original. Algo similar sucede en los numerosos tributos que rinde a sus referentes pianísticos: en lugar de limitarse al remanido

argumento de los “grandes éxitos” suele intervenir sobre algunas de sus obras menos conocidas, o inter  pretar temas propios compuestos en la clave del homenajeado. Estas características lo hacen

difícil de clasicar, que pero a él no le preocupa en lo cosa absoluto desconcierta a un mundo cada vez más centrado y cerrado en las etiquetas. «El arte va donde los artis-

13

 

tas lo lleven», sostuvo alguna vez, tan convencido de ello como de la

indiferencia con que el mercado, los medios masivos y la industria

discográca tratan a los outsiders   por elección como él.

Poco más de veinte años después de esa experiencia, consolidado como músico de prestigio internacional, Corea pudo crear su propia grabadora. Desde Stretch Records ―una pequeña empresa inserta dentro del conglomerado de Univer-

 Ambiente en perspectiva A mediados de los setenta, el sello Warner le ofreció una atractiva cantidad de dinero, como adelanto  por la grabación de varios discos. Los dos primeros vendieron muy  pocas copias, y los ejecutivos cre yeron necesario hacerle algunas sugerencias para “reorientar” el resto del trabajo. Chick buscó un buen abogado y logró un acuerdo extra judiciall para cancelar el contrato.  judicia «La realidad nanciera tiende a invalidar el valor musical. Eventual-

mente, esto coloca al músico en un

esquema mental donde usa su ener-

gía tratando de hacer música que en realidad no es la suya», se quejó. 14

sal― hace gala de la elasticidad que ese nombre implica, y se da el lujo de promover a nuevos talentos con quienes acostumbra a presentarse

en escenarios de todo el mundo, como los bajistas Avishai Cohen y John Joh n Patitucci Pat itucci y el baterist bateristaa Dav Davee

Weckl. Sin embargo, su intención no es convertirse en un empresario o

un productor de discos, sino actuar como fuente de consulta y apoyo

 para los artistas. Y a la vez nutrirse nutrirse de la frescura y creatividad expansivas que la juventud despliega.

Mientras tanto, continúa girando  por el mundo, con su piano, solo o acompañado. acompa ñado. Compone incansable-

mente ―algunas de sus creaciones, como La como  La festa, Spain  o Windows Windows,, ya son estándares de jazz― y, como hobby hobby,, se dedica a la pintu ra. «Siempre me encuentro obser-

vando la luz, el color y la sombra ―conesa―. Siempre estoy bus-

«La realidad  financiera tiende a invalidar el  valor musical. Eventualmente, esto coloca al músico en un esquema mental donde usa su energía tratando de hacer música que en realidad no es la suya». cando una manera de enmarcar el ambiente, de ponerlo en perspectiva». Tal vez porque todavía re-

cuerda que a través del marco de una ventana, en su Massachusetts natal, el piano entró en su vida. Y le modicó para siempre todas sus  perspectivas sobre el ambiente, la vida y el arte.

 

ensayo

 Acercamiento  Acercamiento   Ileana

Espinel (1933-2001) Violeta Luna acida en Guayaquil, esta mujer ha sido una de

 N

las mejores revelaciones en el ámbito intelectual del país.

Su pluma siempre estuvo abierta al estímulo sincero, a la orientación atinada y al aliento constante. Ella hizo  posible  posib le el que surg surgieran ieran promes promesas, as, nóvele nóveless talento talentoss y destacados Muchosvalores. escritores le debemos a ella nuestros logros.

Sin egoísmos ni poses, Ileana estuvo presta a guiarnos, enseñarnos y ponernos en el camino indicado. Fue la primera de las poetas serias y consistentes

de su generación. Fue quien emprendió en una poética completamente nueva, inaugurando un arte personal

aplaudido su indiscutible valor porque Ileana Espinel es tan conocida como una Juana de Ibarbourou, una Alfonsina Storni, una Dora Isella Russel, una Y Yolanda olanda Bedregal, etc. La poesía de Ileana dentro de cada una de sus fa cetas va acorde con las situaciones temporales, con la diaria miseria de la gente, con la íntima llamarada del amor, con el frío glacial de la soledad y el dolor. En su verso están presentes los desheredados, el amigo per dido en la gran tempestad del más allá, el amor irremediable, el sufrimiento pasajero, la nostalgia de Dios, la vida en todas sus manifestaciones y la l a muerte en todos

sus reejos incoherentes. Una poesía sin muerte, dijo cierto pensador, no es poesía. La obra de Ileana se viste de una forma sobria y magníca en la cual se avizora un talento poco común, una predisposición a lo perfecto que pocas veces se ve en las mujeres de letras. Sin descuidar la propiedad del

idioma ni la elegancia de su construcción, la autora no olvida la parte básica de la obra, su mensaje, su signi cación, su fondo estético. A través de la alegoría acertada, la comparación insuperable y original, la colocación de acentos, la gracia del ritmo, la autora consigue lo que se propone: gustar y deleitar.

que va desde el soneto clásico hasta la estrofa libre de

tendencia anarquizante. Su talento, cultura y calidad humana le han per mitido ocupar una de las más altas tribunas que mujer ecuatoriana haya ocupado en el parnaso continental. Toda su obra se reparte en poesía, ensayos crí-

ticos, crónicas de arte en general. Mujer de pa labra ágil, de personalidad recia y contundente, de observación justiciera, estimuladora y pers picaz, ha desarrollado en nuestro país un periodismo verdaderamente constructivo. Gracias a ella nuestra cultura ha traspuesto sus escasos límites y nuestros grandes valores

nacionales han tocado el alma y el corazón de otras gentes. Gracias a su exquisito es píritu de selección nuestro arte ha llegado a otras latitudes. Emprendedora veraz, esta mujer nació para los libros y en ellos encontró su sentido mismo de existencia. Obra impecable por la forma y el

fondo. Mensaje horizontal porque es para todos, palabra de elegancia magnánima. Ya Ya la crítica extranjera

la ha calicado encomiosamente y 15

 

La ingeniosa combinación de vocablos y cláusulas dan lugar a un sardonismo fulgurante dentro de la

una imagen atrevidamente hermosa que vista con los

 poética contemporánea del Ecuador. Ecuador. Es precisam precisamente ente Ileana Espinel la que inaugura esta escuela sardónica en la lírica femenina nacional. Revisemos:

 pero vista con la intuición es una verdad móvil que sangra dentro de nosotros mismos. Esta es una forma peculiar de describir un estado de ánimo, un modo de pensar y de ser. De ahí que en lite -

Casi una fría máscara de fuego eternizándose en mi antigua proa. Casi una verde y anchurosa boa enroscada en el mástil de mi ruego.

ratura cabe llegar al fenómeno poético con los ojos de adentro, porque la manifestación artística es intuición  pura del del amor; y éste resuelve ssus us incóg incógnitas nitas solamen solamente te

Casi un arcángel del abismo ciego despeñando las jarcias de mi loa. Casi un mínimo trozo de cocoa  para el hambreado hambreado corazón que lego.

al amparo de la subjetividad. En  Diríase que canto canto,, libro

que recoge lo más só lido de sus cuadernos anteriores, encontramos precisamente esta madurez lírica que se percibe de comienzo a n y satisface plenamente el paladar poético del buen lector. Pues esta especie de uva dulce y elevada se nos muestra decisiva desde el centro mismo de los afec-

Casi una daga errante y una mina de colmada miseria. Gris berlina  y sacrílego Dios que me convierte.

tos contradictorios, aun desde la savia del dolor y del

Con su lívida horadando la echa sombradedegusanos mis manos

cribe poroellograr afán de un impulso, suplirsimplemente una frustración la satisfacer compensación que su

 fue el amor para mí casi casi la muerte.

vida necesita para sentirse bien consigo misma y con

Ileana posee un sexto sentido para captar la música sutil de las ideas y su hábil combinación, de modo que la pieza adquiere resonancia altiva, elegancia indiscu tible y necesaria parquedad en las metáforas.

Tal es su sentido armónico que aún en las estrofas libres consigue una medida deleitable para sus íntimos compases. Tal su intuición para poner un orden signi-

cativo en las impresiones emanadas, que los tropos están dispuestos inteligentemente para este objetivo. Y la altura expresiva se impone sobre toda negación circunstancial:

 El frío se me cuela a dentelladas. Una daga me corta de carne a hueso el alma.  Entierro aquí aquí mi luz.  En un río amarillo, duro y gris, casi ciego.  Ahora, transito por el ruedo de un murciélago turbio.

capricho. La autora nos brinda una obra consistente. No es-

los demás. Ileana sabe que en su obra se entrega por entero, diciendo su verdad por sobre todas las cosas. De ahí que cada libro suyo constituye una ofrenda se-

ria, ajena a todo cuanto no sea su propio arte. Su estilo  personal y robusto lo vierte íntegro en su losofía de la vida, de la muerte, de Dios, de las sencillas cosas ordinarias, de la pura fe en el amor. La nostalgia por un pasado que acabó la hace evaluar su propia existencia. De cada una de sus medi-

taciones le nacen sus mejores sonetos como éste para David Ledesma:

 Ensayo una canción para para tu muerte como pudiera hacerlo por tu vida.  Ay, mi mi nostalgia de tu faz perdida perdida que ni ríe ni llora de no verte. Quien hubiera sabido convencerte de la inútil premura del suicida,  si en un tren tren que retorn retornaa de tu huida llego al mismo destino de tu suerte.

 Ríe la muerte. (Fruta en desvelo)

 Ensayo este poema sin lamento  para decirte, niño azul, que que siento desatada mi túnica de Cristo,  porque tú vives en la luz que canta

 Mi carcajada carcajada: : la nostalgia.  Harapo rojo de rojo

mientras mi gris cadáverque se levanta cada mañana a simular existo.

Cada signicante parcial está nutrido de una ener gía contrastante (fruta en desvelo) que desemboca en 16

ojos superciales es una maravilla cromática estática;

En su libro Tan solo 13 la 13 la autora nos conrma su intuición para vestir de inquieta soltura sus emociones.

 

Sin perseguir exactitud busca la armonía, porque sabe

El retruécano es otra gura de difícil colocación

que el arte no es «un conjunto de reglas sino una armonía de caprichos». Siempre en un círculo de desolación y ternura des-

que la autora la logra no muy visiblemente pero recurriendo a la inversión lógica y a cierta intención dialéc tica de una burla inteligente. Saber desconcertar es otra de sus cualidades. Cuando hiperboliza sabe guardar el equilibrio formal y el equili-

medida, sabe cuál es el momento oportuno para saltar  por encima de su mesura y estallar con genio, como si toda ella, hecha un rasgado vestido se tendiera a recibir de una vez la cuchillada denitiva de la vida. Y así, con una cólera amarga, arma: Soy la mierda repiten la voz y el eco de la voz del orbe que dilata su pestilente gloria.

 brioLade deparadoja cont contenido, enido, consig consiguiendo uiendo logros denit denitivos. ivos. es muy notoria en muchos casos: «Yo que río de angustia y de placer sollozo». La descripción vigorosa y audaz es otro de sus mé ritos. La poeta adjetiva acertadamente dando lugar a soberbias antítesis que cuajan exitosamente en el sig-

nicante nal. Poesía que midiéndose paralelamente con otros gé-

 Aquí también la hez de mis relojes: la fecal depresión de una fe que se extingue, de un amor que no cabe en mi abandono.

neros que la autora cultiva con extraordinario dominio como el ensayo, la crítica y la crónica, mantiene su altísimo sentido semántico e ideológico. Detrás del simple caparazón de las palabras se re-

Un lenguaje rico en guras de dicción es otra de las características de su poética. Gusta de la apóstrofe

fugia una psiquis peculiar, un talento poco común, una losofía del amor en dimensión distinta. Ileana Espinel deleita y conmueve. Su literatura crea

como de los epítetos brillantes que le sirven para ca-

licar a sus personajes preferidos como Oscar Wilde, César Vallejo, Vallejo, García Lorca, Lenin, Tio Ho, etc.

una teoría de la comprensión indisoluble. Una forma de lirismo social que desencadena la más robusta estructura del mensaje en perspectiva de fondo a tema.

metrónomo

Bajo fondo Mar dulce La tercera producción de esta banda dirigida por Gustavo Santaolla continúa ofreciendo una visión urbana de la vida en el Río de la Plata, con obras que fusionan el tango con géneros como la milonga y el amenco y establecen un matrimonio perfecto entre tradición y modernidad. Han sido invitados, entre otros, Nelly Furtado,

Catepecu Machu El mezcal y la cobra La banda argentina Catepecu Machu tiene discos buenos y discos estupendos, El mezcal y la cobra  cobra  pertenece al segundo grupo. Doce temas con inolvidables arreglos, con sutiles melodías, en los que prevalecen, como siempre, la energía y las innovacione innovaciones, s, pero sobre todo los textos y la voz de Fernando Ruiz Díaz. Este disco data de

Doctor Deseo Fugitivos del paraíso Entre la gran cantidad de discos grabados por la banda de rock español Doctor deseo, destaca Fugitivos del paraíso, paraíso, producción que pone a consideración de los megalómanos temas de inmensa factura. Las baladas tienen la oscuridad de extraño origen que se demanda de todas las producciones artísticas y se mueven, algunas ve-

Alux Nahual Leyenda Alux Nahual es una banda tan desconocida en Ecuador como mítica en Guatemala. Sus canciones podrían sonar ahora un poco extemporáneas, pero recogen el sentir de los pueblos centroamericanos contra el fuego que los asoló durante las décadas pasadas, así como textos que instan a los hombres latinoamericanos de las

Lágrima Ríos, Mala Rodríguez, Fernando Santillo. Contiene, además, El mareo,, quizás el último y poreo deroso éxito del recordado Gustavo Cerati.

2011 y es elpor más te producido la recienbanda, con nuevo baterista y manager . Existe, aunque no por estos pagos, una versión en vinilo.

ces rápidas, otras lentas, al vaivén de la nostalgia. Ponen, además, sobre el tapete, su eterna lucha por el derecho de la población LGBT a la alegría.

modernas urbes a volver la mirada hacia los pueblos y los amores eternos. No debe ser difícil en estos tiempos globales, dar con alguno de sus temas.

17 17

 

y

sombras de

Lorena

Cordero

L

orena Cordero (Quito, 1971) es fotógrafa y artista digital. Asiste a Parsons Nueva York y a Parsons Paris, pero en la medida en que regresa a Ecuador antes de concluir sus estudios universitarios, es también una autodidacta.

La limitación de materiales y recursos con los que se encuentra a su regreso le abren una puerta enorme, pues aprende a experimentar y sacar provecho de lo que tiene a su alcance. La práctica se convierte en su mejor escuela. Crea imágenes a partir de las iniciales, descubre el mundo de la manipulación y prueba nuevas técnicas sin rumbo aparente. Caos, dolor, inconformidad, inconf ormidad, silencio. Se vuelve a enamorar de la cámara a través de las personas, y entonces, el hacer fotos se transforma para ella en algo infinito, porque en el retrato se refleja y en la fotografía sana. Crea, consesu esposo y colega, Simón Brauer, Neurona Brauer,  Neurona Digita Digital l , una pequeña empresa dedicada a diferentes aspectos de la fotogra f otografía. fía. En su trayectoria como fotógrafa cuenta con varias exposiciones individuales y colectivas. En 2012 diseña y publica su primer libro de fotografía:  Laberinto en el espejo espejo,, el cual contiene tres series muy importantes:  Egos , Érase una una vez y Ánima  Ánima.. Desde 2007 ha obtenido varias menciones

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de en ely IPA (International phyhonor Awards) el Silver Award enPhotograThe Canon Creative Asia Awards 2010. Sus propuestas artísticas conllevan una búsqueda en la emocionalidad humana.

 

boceto ¿Estudió, además de fotografía y diseño, artes plásticas? Quise estudiar pintura también, la vida me llevó por la fotografía. El diseño vino por añadidura. No lo estudié. Lo siento, sigo mis instintos. ¿Cuáles son sus inuencias?

¿De dónde proviene la oscuridad de su obra? (risas). Yo Yo en cambio lo veo al revés... ¿De dónde sale la luz?, diría yo. A la nal, luz y sombra son un matrimonio en comunión. Tememos a nuestras sombras cuando en realidad son nuestras grandes maestras. ¿A qué llamamos oscuridad? ¿Al dolor desenmasca-

Mis en especial mi mamá, quien siempre nos guió padres, por el camino del arte. Uno de mis pintores favoritos, Chagall. Me encantan los renacentistas, el barroco, el impresionismo. Uno de

rado, a la¿No ira, es lastodo lágrimas, el desfogue, llanto, los una gritos, la de mencia? esto un forma deexpresar lo que habita en nuestro interior?

mis fotógrafos favoritos: Jan Saudek. Fue mi inspiración desde el principio. Me alucina la cruda honestidad

¿Cuáles son sus obsesiones? Quitarse la máscara, la honestidad. He tenido muchas, el control, el hacerme ver y el volverme invisible, el creerme dueña de la verdad, han ido y venido...

de Frida, la simplicidad con la que alcanza la belleza Robert Doisneau, la perfección técnica de Annie Lie bovitz... En n, nunca se para para de aprender aprender..

¿Cuál es su propuesta? Explorar y explorarse. Atreverse, quitarse la máscara, siempre hay una o mil.

¿De dónde ese interés por los payasos?  Nuevamente la máscara, más bien dicho lo que hay detrás. Me parece increíble que una persona, en este caso el payaso, más allá de como se sienta, tenga que subir

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 No quiero ser invisible

 

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 La niña de los fósforos fósforos

 

a escena para entretener. En mi serie  Ánima  Ánima   mostré aquello que hay detrás de nuestra máscara cotidiana.

Hábleme del erotismo de su trabajo… Me encanta esa palabra, me encanta el signicado de lo erótico. Es tan sutil y violento a la vez. Abarca tanto en una línea muy na. El erotismo está relacionado con el deseo, con la pasión, con la sensualidad y la capaci-

to en el cual puedo decir con orgullo que una imagen mía se reconoce que es mía. Lleva mi rma sin rmar -

la. Busco altos contrastes, busco fuerza, busco detalle,  busco que hable por por sí misma. Cada imagen es única y va cobrando fuerza y forma por sí sola, más allá de lo que yo haya planicado en un inicio. Trabajo mucho en estudio para después posprocesar digitalmente.

dad de atracción. No creo que todo mi trabajo se relacione con el erotismo, algunas imágenes sí. En  Egos  Egos:: la piel, la

seducción, la confrontación. El uso de ciertos elementos como los corsets corsets,, los encajes, la textura. Utilizo muchas texturas porque el ser humano está lleno de ellas, así como por capas que cons-

truyen su propia máscara. La máscara, el esconder, se relaciona con lo eróti co, y sí, es una constante en muchas imágenes mías, sin embargo también está el otro lado, el destruir esa máscara para llegar al alma. En Ánima mis  personajes dejan de ser personajes y se convierten en personas que expresan crudamente sus sentimientos. El ero-

tismo cae, todo cae y queda el ánima, el alma.

¿Qué acosa a sus personajes? El ser humano. Nuestros miedos, nuestras penas, amarguras. Nuestros demonios, que, como dije, son nuestros maestros.

Hábleme del interés de sus persona jes por las drogas drogas (risas) No lo veo así. En algunas imágenes mis personajes recurren a algu-

na sustancia, y más exactamente en tres:  Pinocho, Hansel y Gretel   y  La  Lujuria.   Siempre le pregunto al pú Lujuria.  blico qué le llega, pues lloo que yo veo no es lo mismo que tú ves. ¿Cuáles son tus laberintos? Yo soy mis per sonajes, aquellos que los representan son mis personajes. Estamos llenos de laberintos. La droga... otro escape de muchos seres humanos.

 Rapunzel 

Sus técnicas… Mis técnicas... llevo veinte años recorriendo por el

¿Cómo trabaja?

mundo de la fotografía. Del cuarto oscuro al proceso digital ha pasado mucho. Creo haber llegado a un pun-

to realizo un trabajo personal; converso, dirijo. Utilizo mucho la música como un puente emocional. La ilumi-

Desde la emocionalidad. Con cada persona que retra21

 

nación va a marcar denitivamente una emoción y la trabajamos previamente con mi esposo y colega Simón Brauer. También hay un gran trabajo con todo el equi -

 po: maquillador, peluquero, encargado del vestuario. vestuario.

¿De dónde salen sus temas? De mi interior, de mis cuestionamientos y vivencias.  

¿De dónde la violencia de sus personajes? (risas) Siento que ya respondí... Hay violencia en algu-

nos, no en todos. ¿Cómo te llega a ti, qué es lo que tú ves? La ternura de Blanca de Blanca Nieves, la Nieves, la paz de La de La humildad, la calma de La paciencia, la paciencia, la belleza de La de La niña de los fósforos, fósforos, ninguna de ellas tiene una carga de violencia. Muchas otras sí, pero depende de nuestra mirada, de nuestras vivencias, de nuestras sombras, que al ser expuestas se transforman en luz.

¿Qué proyectos tiene? Proyectos... Por ahora estoy de duelo. Después de la muerte de mi madre, ocurrida hace cuatro meses, me siento suspendida. Me cuestiono: ¿será que trabajo so-

 bre la muerte? En muchos momentos he sentido sentido que mi obra es demasiado fuerte para muchas personas, tal vez  porque las confronto con su realidad humana. Muchas

veces la gente ya carga suciente con su propio dolor y preeren algo liviano..., una comedia que les aleje de su realidad. Yo Yo siempre tiendo a irme en contra. No

con la intención de contrapuntear, es solo que necesito hacer y sacar lo que está en mi interior. Nuevamente

surge la pregunta ¿la muerte? Hay otro proyecto que me rondaba desde antes. Solo pue-

do decir que es bajo el agua, algo más etéreo. (P.H.)

«En muchos momentos he sentido que mi obra es demasiado fuerte para muchas personas, tal vez porque las confronto con su realidad humana».

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 La Lujuria

 

otras lenguas

La

 ventana  v entana

tapada Ambrose Bierce

n 1830, a pocas millas de lo que hoy es la gran ciudad de Cincinnati, había un bosque inmenso

E

y casi virgen. Toda la región estaba escasamen-

te poblada con gente de la frontera —almas inquietas que, tan pronto como construían sus casi habitables ho-

gares en tierras salvajes y lograban ese nivel de prospe-

ridad que hoy llamaríamos indigencia, impelidos por un misterioso impulso de su naturaleza, lo abandona  ban todo y se iban más hacia el oeste para encontrar nuevos peligros y privaciones en su intento por recu perar las escasas comodidades a las que renunciaron

voluntariamente—. Muchos ya habían abandonado esa región para irse a remotos poblados, pero entre los que se quedaron había uno que fue de los primeros en lle-

gar. Vivía solo, en una cabaña de troncos que el enorme gar.  bosque rodeaba por ttodos odos lados, y de cuya penumbra y silencio parecía formar parte, ya que nunca nadie lo vio sonreír o pronunciar una palabra innecesaria. Satisfacía sus simples necesidades con la venta o trueque

Se dice que el hombre se llamaba Murlock. Pare-

cía de setenta años, pero en realidad tenía alrededor de cincuenta. Algo lo había envejecido, aparte de los años. Tenía canos los cabellos y la barba larga, los ojos grises hundidos y opacos, su rostro atravesado  por arrugas singulares singular es que parecían pertenecer pertenec er a dos sistemas convergentes. convergentes. Su gura era alta y enjuta, encorvados los hombros como si llevara una carga. Yo

nunca lo vi; estos datos los supe por mi abuelo, quien

de pieles de animales salvajes en el pueblo ribereño,  pues nada cultivaba en esa tierra tierra que, de ser necesario,

me contó la historia del hombre cuando yo era peque-

 podría haberla reclamado como propia por derecho.

aquellos días lejanos. Un día hallaron a Murlock muerto en su cabaña.

Existían evidencias de “mejoras” —alguna vez taló los árboles de unos pocos acres de tierra cerca de la casa cas a y los tocones podridos se hallaban medio ocultos por los nuevos brotes que se esforzaron por reparar la devas -

tación ocasionada por el hacha—. Aparentemente, el entusiasmo del hombre por la agricultura se quemó con

una débil llama y desapareció en cenizas penitentes. La pequeña casa de troncos —con su chimenea de  palos, el techo de tejas combadas sujetas con postes atravesados y las grietas rellenadas con barro— tenía una sola puerta y, justo enfrente, una ventana. Sin em  bargo, la ventana estaba tapada con tablas —nadie puede recordar un momento en que no lo haya estado. Y

nadie conocía la razón—. Con seguridad no era porque el ocupante detestaba la luz y el aire, pues en las raras

ño. Él lo había conocido porque vivía cerca de allí, en

En esos tiempos y en esos lugares no había médicos forenses ni periódicos, y supongo que todos estuvieron de acuerdo en que murió de causas naturales, o me lo habrían dicho y yo lo recordaría. Lo único que sé es que, probablemente por hacer lo correcto, el cuerpo fue enterrado cerca de la cabaña y junto a la tumba de su

esposa, la cual había fallecido hacía tantos años que la tradición local apenas conservaba un indicio de su

existencia. Eso cierra el capítulo nal de esta historia verdadera —exceptuando, por cierto, las circunstancias en que muchos años después, en compañía de un espíritu igual de intrépido, entré en el lugar l ugar y me aventuré tan cerca de la cabaña arruinada que pude tirar una  piedra contra ella y me alejé corriendo para eludir al

ocasiones en que un cazador pasaba por ese sitio solitario por lo general podía ver al recluso asoleándose junto

fantasma que todo chico de los alrededores sabía que

a la puerta, si había sol en el cielo. Creo que hoy existen

me contó mi abuelo.

muy pocas personas que conocen el secreto de esa ven-

Cuando Murlock construyó su cabaña y empezó a descargar con fuerza su hacha para formar la granja

tana, y yo soy una de ellas, como luego verán ustedes.

habitaba el lugar—. Pero hay un capítulo anterior que

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(mientras el rie era su medio de subsistencia), él era  joven, recio y lleno de esperanzas. En ese territorio del este de donde provenía se había casado, como era costumbre, con una joven totalmente merecedora de su sincera devoción y que compartía los peligros y priva-

ciones del pedazo de tierra con un espíritu voluntarioso y alegre. Se desconoce su nombre; la tradición nada dice de sus encantos personales y espirituales, y, quien tenga dudas, está en libertad de abrigarlas, ¡pero Dios

estaba bien —que él la tendría otra vez como antes y todo podría explicarse—. Él carecía de experiencia en dolores profundos y su resistencia no había sido  probada. Su corazón no podía abarcarl abarcarloo todo y tam poco su s u imaginación ima ginación podía concebirlo concebir lo con co n exactitud. exa ctitud.

viudez de este hombre, porque ¿no fue el magnetismo

 No sabía que que el golpe había sido demasiado fu fuerte; erte; ese conocimiento vendría después y no se iría nunca. El dolor profundo modela las fuerzas y también los ins trumentos con los que toca los cantos fúnebres para los muertos, evocando para unos las notas más agudas y estridentes, y para otros las cuerdas más bajas y gra-

de ese recuerdo bendito lo que encadenó a su espíritu

ves que vibran recurrentes como el ritmo lento de un

aventurero a un solar como ese? Un día en que Murlock regresaba de cazar en una  parte lejana del bosque, encontró a su esposa postrada con ebre y delirando. No había un médico ni un vecino a millas; tampoco él podía abandonarla en

tambor lejano. Algunos seres se asustan; otros quedan anonadados. A unos les llega como el golpe de una e cha, hiriendo todas las sensibilidades de una vida más intensa; a otros como el golpe de una maza, aturdién -

no permita que yo las comparta! Sobre su cariño y felicidad existen abundantes pruebas en cada día de la

esas condiciones para buscar ayuda. Así que se dedicó a la tarea de cuidarla para devol-

verle la salud, pero al nal del tercer día ella quedó inconsciente y murió, al pare-

cer, sin haber recuperado el sentido. Por lo que conocemos de

su naturaleza, me aventuro a esbozar algunos de los detalles de la historia que narró mi abuelo. Cuando se convenció de que ella estaba muerta, Murlock tuvo el juicio suciente como para re-

dolos de forma aplastante. Pienso que Murlock fue afectado de esta última ma-

nera, porque (y aquí estamos

Se mantuvo al cuerpo en la junto luz del atardecer, atarde cer, aco modó l os cabellos y puso los toques finales al sencillo arreglo personal, y todo lo hizo mecánicamente, con un cuidado frío frí o e impersonal. impersonal .

cordar que a los muertos hay

en terreno más seguro que el de las conjeturas) apenas terminó su piadosa obra se des plomó en una silla junto a la

mesa donde yacía el cuerpo y, al notar cuán blanco se desta-

caba el perl en la penumbra cada vez mayor, colocó sobre el borde de la mesa sus bra-

zos y apoyó su rostro sobre ellos, todavía sin lágrimas y terriblemente cansado. En ese momento entró por la ventana abierta un sonido largo y

ululante, como el llanto de un

que prepararlos para el entierro. Al realizar su deber sa grado cometió errores, hizo algunas cosas incorrectas, y las correctas las realizó una y otra vez. Sus ocasio -

sonó ese grito sobrenatural en sus sentidos malogra-

nales fracasos en llevar a cabo algunos actos sencillos

dos. Quizá era una bestia salvaje; tal vez era un sueño.

y ordinarios lo llenaban de asombro, como el de un

Murlock estaba dormido.

 borracho ante la suspensión de leyes naturales conocidas. También También se asombraba por no llorar, y esto le sor -

Unas horas después, como más tarde dedujo, este vigilante descuidado despertó y apartando la cabeza de sus brazos se puso a escuchar atentamente —no supo por qué. Allí, en la profunda oscuridad junto a la muerta, recordándolo todo sin impresionarse, forz forzóó la vista para observar— no sabía qué. Todos sus sentidos estaban en alerta, detuvo la respiración y su sangre acalló la circulación como para ayudar al silencio. ¿Quién,

 prendía y avergonzaba; avergonzaba; sin duda era malo no llorar por los muertos. «Mañana —decía en voz alta— tengo que hacer el ataúd y cavar la tumba; y entonces la echaré de menos cuando ya no pueda verla; pero ahora... ella está muerta, por supuesto, pero eso está bien... de alguna manera debe estar bien. Las cosas no pueden estar tan

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cia atravesaba una subterránea convicción de que todo

niño perdido en las profundidades del bosque. Pero el

hombre no se movió. De nuevo, y más cerca que antes,

mal como parecen».

Se mantuvo junto al cuerpo en la luz del atardecer, acomodó los cabellos y puso los toques nales al sencillo arreglo personal, y todo lo hizo mecánicamente, con

quéDe lo había dóndebajo estaba? pronto,despertado la mesa seyagitó sus brazos, y en el mismo momento escuchó, o creyó escuchar, el sonido de un paso leve y suave, luego otro, ¡como pies desnu-

un cuidado frío e impersonal. Y todavía por su concien-

dos sobre el suelo!

 

Estaba tan aterrado que no

 pudo gritar ni moverse. Esperó, obligadamente —esperó en la oscuridad durante unos momentos

que el pavor convirtió en siglos, como lo sabe quien lo sufrió y

quedó vivo para contarlo—. Trató en vano de decir el nombre de la muerta, y en vano intentó exten -

der su brazo hasta el otro lado de la mesa para saber si ella seguía

allí. Su garganta no respondía, sus brazos y manos pesaban como  plomo. Entonces ocurrió algo más espantoso. Parecía que un cuerpo  pesado se arrojaba contra la mesa

empujándola con fuerza sobre su  pecho hasta casi derribarlo, y en ese mismo instante escuchó y sintió que algotan caía sobre elque suelo con un impacto violento toda la casa se estremeció. Luego escuchó

una confusa pelea y un revoltijo de sonidos imposibles de describir. Murlock se había puesto de pie. Un Un gran miedo le había hecho perder el control de sus facultades. Extendió rápidamente su mano sobre la mesa. ¡No había nada! Hay un momento en que el te-

rror se puede convertir en locura, y la locura incita a la acción. Sin un  propósito denido, sin ningún mo tivo excepto el impulso imprevisi-

 ble de un demente, Murlock saltó hacia la pared, tanteó un poco, agarró su rie cargado y disparó sin apuntar. Con el destello que alum bró la habitación con una iluminación intensa, vio a una enorme pan tera arrastrando a la mujer muerta

hacia la ventana, ¡con losDespués dientes clavados en su garganta! sobrevino una oscuridad más negra

que antes, y el silencio. Cuando recuperó la conciencia el sol brillaba y el bosque resonaba con el canto de los pájaros. El cuerpo yacía junto a la venta-

na, donde la bestia lo había dejado cuando se asustó por el fogonazo y la detonación del rie. Las ropas estaban revueltas, desordenados los largos cabellos, las extremidades desparramas de cualquier for-

ma. De la garganta, terriblemente lacerada, había manado un charco de sangre que aún no se había coa gulado totalmente. La cinta con la que ató sus muñecas se encon-

traba rota; las manos ligeramente apretadas. Entre los dientes de la

mujer había un pedazo de la oreja del animal.

Traducción del inglés: Patricio Viteri Paredes

a Hugo

Chávez «Hugo Chávez, memoria en las nuevas esperanzas, comandante donde no existen los imposibles. Millones

de corazones se hacen piel desde tu ser. Tu caminar por la tierra marca un nuevo sur en la historia. Comandante, la muerte no calza en ti porque eres la vida de muchas formas, en muchos tiempos. La Casa de la Cultura Ecuatoriana fue tu espacio de

afecto y de encuentro con el pueblo del Ecuador, fue tu Casa. Desde ella expresamos el inmenso dolor frente a

tu ausencia física y desde ella raticamos la proclama de tu permanencia en la memoria colectiva.

Juntos, Comandante, juntos soñando la nueva Patria, donde el pueblo cante tu nombre». Así se expresó el Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Raúl Pérez Torres, enfatizando que  pocos gobiernos latinoamericanos han hecho tanto por la cultura como el del Comandante Hugo Chávez.  No sólo se distribuyeron ediciones masivas (un millón de ejemplares) y gratuitas de  El Quijote y Los mi serables,, sino que los libros de autores venezolanos, latinoamericanos y mundiales fueron publicados en  serables tiradas enormes que se distribuían al pueblo en todo el país.  y se crearon editoriales tan prestigiosas Recalcó además Editorial que se impulsaron las Comunales como la Fundación El Perro y las Bibliotecas La Bibliotecas Rana y Monte Ávila Ediciones Latinoamericanas y fortaleció la Fundación Biblioteca Ayacucho. Todo esto sin olvidar el inmenso apoyo que se ha dado a todas las artes, sin excepción alguna. 25

 

P

ablo Neruda es el poeta por

antonomasia, por excelencia, todo lo que veía, Neruda lo convertía en poesía; el congrio de los helados mares de Chile caía sazona-

Paúl Hermann

do su platillo poético; de La Chascona unaa niña morena y ágil la sesonrisa convertía en agua en la punta de su pluma; el ue construida en 1953 por diccionario se trocaba en un orondo Germán Rodríguez en el bay melancólico sapo. Neruda era un rrio Bellavista de Santiago de Midas de la poesía, y todos lo saben, y nadie lo niega; al contrario, le ha - Chile, mi ciudad acorralada, como cen homenajes, le rinden tributos, se dice Silvio Rodríguez, por símbolos  ponen su su gorra. Yo, por ejem ejemplo, plo, es- de invierno. Puesto que todos los chilenos tuve en Chile, la tierra que mi padre me heredó, al nal del otoño pasa- somos marineros, somos peces, cado, y al mejor estilo del musulmán racolas, algas, y Neruda se creía, que peregrina a la Meca, del católico además, un capitán que escribía que peregrina a Jerusalén, yo pere- versos, procuró que todas sus re-

F

Cuando leo en Confeso que he vivido:  «Mi biblioteca pasó a ser considerable. Los antiguos libros de poesía relampagueaban en ella y mi inclinación a la historia natural la llenó de grandiosos libros de

 botánica iluminados a todo color; y libros de pájaros, de insectos o de  peces», cuando leo, digo, estas líneas, y recuerdo las fotografías se  pias que muestran, en el estudio de  La Chascona, Chascona, el nal que corrieron los libros de Neruda en manos de

sidencias en la tierra semejasen

los golpistas, como dice Patricio

griné las residencias que Ricardo tuvierann algo EliécerporNeftalí Reyes Basoalto dejó  barcos, o al menos tuviera de navío y, por supuesto, muchos en Santiago, Valparaíso e Isla Neobjetos de mar. En la medida, no gra. Y es que la acomodada posición obstante, en que La que  La Chascona Chas cona está económica que llegó a tener Neruda en Santiago, a muchos kilómetros gracias a sus misiones diplomáticas de las gaviotas y de los pelícanos,

Mans, me sangra un volcán, náu frago total, me escribo de sal, me enojo de ayer… Preero por lo tanto, pensar en la

más allá de las heladas aguas de sus

mares, le permitió dar rienda suelta a

de los cormoranes y del ruido con

niña morena y ágil como sacada de uno de  Los versos del capitán capitán,, que nos condujo por las escaleras de caracol de  La Chascona, Chascona , la única de

que arrullan y despiertan las olas,  Neruda hizo que le construyer construyeran an las tres casas que aún tiene guías una inmensa fuente, una fuente que en lugar de grabadoras. Por ella ta —dijo alguna vez—, habría sido cayera en cascada, desde lo más aprendí que “Chascona” es la palala segunda de sus pasiones: la construcción. «Si no hubiese sido poe-

constructor de casas». «En el hacer  poesía y en el hacer hacer casas hay siem pre algo que está naciendo, crecien-

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u san para rere alto hasta lo más bajo de la cons-  bra que los mapuches usan

trucción escalonada, una fuente ferirse a las mujeres, como Matilde que aislaba, literalmente, a la casa, Urrutia, con el pelo desordenado;

fuente que evocaba al mar y do, y construir también una- una sensualidad de laimplica madera, de los bar  que lastimosamente fue destruida, nices, de los colores, de los objetos al igual que los libros del poeta, a que se reconocen y se distribuyen en  poco de su muerte, en los días inun propósito de arquitectura». nombrables del 73.

 por ellacon supe la retrató, unque soloDiego cuerpo,Rivera una vez de frente y otra de perl, y que in cluso la puso en las líneas de su ca-

 bello indómito; por ella supe que en

 

geografías esta casa ubicada en las faldas del

cerro San Cristóbal, en Bellavista,  Neruda se encontraba con Matilde

cuando aún no se había divorciado de Delia del Carril ( La Hormiguita) ta) y que era, por tanto, un lugar clandestino para la comida, para la  poesía, para el amor. amor. Subí, como en un vaporoso sueño, por unas escaleras blancas, en voluta, y llegué a un comedor de diario, como de casa de  juguete,  juguet e, con una mesa redond redondaa y cuatro sillas estilo moderno, Ron Arad, para ser más preciso, todo

con laúdes; cavas de la Isla de Pascua; la medalla del Premio Nobel; cuadros de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Roberto Matta, José Caballero; y en la habitación de Matilde Urrutia, la mismísima Chascona, una cama con respaldar de algo así como esterilla, un cobertor rosa, blanco y verde, y

copas, mascarones de proa, y Jor ge Edwards, su secretario particular, dijo que también coleccionaba  poemas, de ahí su prolijidad que

un perro de peluche adormilado y triste. Y tiene botellas con formas ca-

cas para mis manías», dijo Neruda

 prichosas y copas, muchas copas de colores; un bar con las paredes

logrado convertir cada uno de los

y los pisos de piedra con una barra

en blanco y verde.

de bambú y un abanico de madera

Al lado, el gran comedor, exactamente igual al de un barco, con un gran ventanal, con nudosos tron-

en la pared que muestra fotos de

cos de árboles por columnas y una mesa larga como el mismo Chile. Para Neruda, la comida era un ri -

tual: realizaba convites, agasajaba a sus invitados con caldos aromáticos y vinos vaporosos y no permitía que nadie ingresara a la cocina a ver los poemas que hacía con los mismos panes y peces que otros usan para hacer milagros. Tiene  La Chascona  un par

tiempos en blanco y negro y, por supuesto, unos zapatos negros, gigantescos, talla cien, probablemente, o doscientos. Y es que Neruda coleccionaba conchas, barcos, libros, zapatos,  botellas,

solo se puede medir con una cinta

métrica hecha con versos. «Todo me entretiene y me divierto locamente con cualquier tontería. No busco razones losóen una entrevista que concedió en

1969, y la Fundación Neruda ha objetos que entretenían al poeta, en  souvenirs,, de ahí que en cada una  souvenirs de sus casas hay un almacén en el que se puede adquirir, a más de los objetos señalados, delantales de cocina con sus odas impresas, ré plicas del “mantel azul”, tazas con  poemas, mascarones miniatura, aches con su imagenen o sus textos, “horrores”, como dicen las viejitas, “maravillosos horrores y barbaridades”. Todo lo que tocó Neru-

da se ha convertido en oro, sigue siendo, desde el más allá, mi Midas preferido.

de mullidos sillones de cuero, una butaca para apoyar los pies cansados de tanto caminar recogiendo

caracolas; chimenea de piedra una en forma de cono; una mesa amarilla y redonda, decorada

 La Sebastiana

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La Chascona

 La piedra y los clavos, la tabla, ta bla, la teja  se unieron: he aquí levantada levantada / la casa chascona con agua que corre escri biendo en su idioma, / las zarzas guardaban su sitio con su sanguinario ra maje / hasta que la escala y sus muros  supieron tu nombre / y la flor encres pada, la vid y su alado zarcillo, zarcillo, / las ho jas de higuer higueraa que como estandartes de razas remotas / cernían sus alas oscuras sobre tu cabeza, cab eza, / el muro de azul victorioso, el ónix abstracto del suelo,  / tus ojos, mis ojos, están derramados en roca y madera / por todos los sitios,

 La Chascona

 los días ordenada febriles, lalapaz quecon construye  y sigue casa su trans-/  parencia. / Mi casa, tu casa, tu sueño en mis ojos, tu sangre siguiendo el ca mino del cuer c uerpo po que qu e duerme duer me / Como una paloma cerrada en sus alas inmóvil persigue su vuelo / Y el tiempo recoge en su copa tu sueño y el mío / En  la casa que apenas nació de las manos despiertas.

En la sala tiene un escritorio anSebastiana Sebastiana surca,  surca, seme jante a un barco, olas como casas. tiguo, con compartimentos secretos residen cia y a la derecha, una vista de la bahía n la cima del cerro Florida,  Neruda le compró esta residencia de Valparaíso, está la Plaza en la tierra que parece otar en el que ya la querría para sí un faro, y de los poetas; Lucila Godoy aire a los herederos del constructor siempre sillas, sillones de cuero, y está sentada, quizás escribiéndole español Sebastián Collado (de ahí siempre la butaca para apoyar los un soneto a un ferrocarrilero sui- su nombre). Invitó a un matrimo -  pies cansados de ir de Ceilán a Baja cida, a lo mejor leyendo un poema nio amigo, los Velasco-Martner, a California, de Temuco a Montpar de Fréderic Mistral. A su izquierda, habitar el primer piso y le fue po- nasse, de Singapur a Batavia. La sala es celeste, con pan de oro Vicente Huidobro, el poeta que sa- niendo cosas a los tres pisos supe bía ordeñar poemas como vacas, ha riores: un altillo, una chimenea, un aquí y allá, un caballo de carrusel y apoyado el sombrero en sus aristo-  baño y, por supuesto, las pinturas una ventana en forma de arco ante cráticas rodillas y muestra su des- que la habitan y los muebles que la cual Neruda puso botellas rojas,  precio a Neruda, quien camina so- la pueblan, hasta convertirla en un  botellas verdes, botellas azules, bo -

La Sebastiana

 paldas  La

E

 bre la arena de concreto buscando caracolas para siempre.

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Valparaíso hecho casa. Las angostas escaleras están cus-

tellas tornasoles, botellas. Uno de los lugares más impreArriba, como dice Inti Illimani, todiadas por ángeles silentes, de sionantes de la casa es el bar, amaricalienta el sol; abajo, en la bahía, el yeso, y cada piso ofrece su pro - llo, con una pared rosada que tiene  pi o ambi am bien ente te.. a un costado, del mismo color de mar se ha puesto plateado; a mis es -  pio

 

yogur, la única puerta de baño del

mente las festividades de septiem-

mundo que deja salir todas las intimidades y entrar todas las miradas

 bre y diciembre, para poder mirar, en compañía de sus amigos, los fuegos articiales de Valparaíso, una ciudad que amaba especialmente, una ciudad a la que le dedicó, en

a través de sus arabescos. Puesto que Matilde Urrutia se

tardaba, como toda dama, más allá de la paciencia en arreglarse, el poeta mandó instalar un baño

Confeso que he vivido, sus vivido, sus memo-

rias, decenas de páginas encendidas.

con baldosas de colores, con una ventana por la cual miraba el mar

mientras se daba, para salir a andar con el largo día jueves, los baños aquellos en que se tardaba en llenarse de jabón el rostro, qué deli-

ciosa espuma en sus mejillas, en las que sentía como si el mar le re-

galara blancura sucesiva… El sol y el mar se meten a su

habitación, con olas centelleantes,  por todas partes. Junto a su cama, sobre el velador, la ovejita beige con negro de aproximadamente veinte centímetros que lo acom pañó durante su infancia, adoles-

cencia y madurez, y en el ropero el frac negro riguroso que usó para recibir el Premio Nobel de literatura en 1971. Y tiene platos con globos aeros-

táticos, mapas, antiguas marinas, vitrales, un pájaro venezolano al que se le olvidó volar, una sopera italiana semejante a una vaca a la

que solo le falta mugir, un cuadro que no sabe si es caja de música o

reloj o las tres cosas. Neruda era

un fetichista, un enamorado de los objetos. «En mi casa —dijo en alguna entrevista— he reunido ju guetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hom bre que no juega perdió para siem-

 pre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. He edicado mi casa también como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche. Son mis propios juguetes.

Los he juntado a través de toda mi vida con el cientíco propósito de entretenerme solo».

 Neruda no habitaba esta casa, de hecho, pasaba en ella única-

 A La Sebastiana

Yo construí la casa. / La  hice primero de aire. /  Luego subí en el aire la  bandera / y la dejé col gada / del firmamento, de la estrella / de la cla ridad y de la oscuridad.  / Cemento, Cemento, hierro, vidrio,  / eran la fábula, / valían  más que el trigo y como com o el oro, / había que buscar y que vender, / y así  llegó un camión: / baja ron sacos / y más sacos,  / la torre se agarró a la tierra dura /  —  pero  pero,, no  basta, dijo el constructor, / Falta cemento, vidrio, fierro,enpuertas   —  /  / y/  no dormí la noche.  Pero crecía, / crecían las ventanas / y con poco, / con pegarle al papel y trabajar / y arremeter le con rodilla y hombro  / iba a crecer hasta lle gar a ser, / hasta poder  mirar por la ventana ventana,, /  y parecía que con tanto  saco / pudiera tener techo y subiría / y se aga rrara, al fin, de la bande ra / que aún colgaba del cielo sus colores.

Una casa en la arena de Isla Negra sla Negra no es una isla ni es

negra, es un poblado ubicado entre Valparaíso y Cartagena, la ciudad de Vicente Huidobro, por

I

una carretera perfecta como un soleado día de otoño. Por la autopista iba preguntándome ¿cuántos de los escritores que he leído habrían estado en

aquella casa? Contabilice, con los dedos, con un ábaco imaginario, naturalmente, a Antonio Skármeta, quien caracterizó a un simpático cartero que recorría los cientos de kilómetros que separa al puerto de San Antonio de la residencia del

 poeta, para llevarle su correspondencia. Contabilicé además a Jor ge Edwards, el último secretario de nuestro capitán de tierra rme; a Mario Vargas Llosa; a Enrique Vila Matas; a nuestra querida Violeta Parra.  Neruda dijo ser el primero en llegar a Isla Negra, o como se lla-

maba por entonces, Las Gaviotas. Dijo haberla fundado con el doctor Bulnes y el capitán de navío Eladio

Sobrino. Dijo haberle puesto baños, electricidad, árboles, y para que no quede duda de su amor por ese rom-

 peolas del mundo mundo,, le dedicó los li bros Memor  Memorial ial de Isla Negr Negraa y  Las  piedrass de Chile,  piedra Chile, y hasta el poema Una casa en la arena. En 1937, tras un largo viaje a París, Neruda, que buscaba un lugar para escribir su Canto General, le compró el sitio a un antiguo navegante español que recaló en

la zona tras el hundimiento de su  buque en Puerto Arenas, y le pidió al arquitecto Germán Rodríguez Arias le construyera una casa con

torre de hacia acceso, chimenea y gran ventanal el mar.  Neruda vivía en Isla Negra la mayor parte del tiempo, durante 20 años fue a trabajar y a descansar 29

 

en ella, a mirar las viejas y nuevas olas, sin teléfono, en compañía de Matilde.

Adelante, como quien dice, en el jardín, Neruda instaló una locomotora en memoria de su padre

maquinista, en memoria del sur donde nació y pasó los primeros años de su vida.  Ni esta casa ni  La Sabastiana tienen guía; en la caseta de recep ción le entregan a uno mapas de los museos con las locaciones nu-

meradas, y una especie de teléfono inalámbrico con información sobre el lugar en el que uno se encuentra y las cosas que mira.

En la casa de Isla Negra Neruda escribió parte importante de su obra

literaria, reunió la mayor parte de sus libros y, sobre todo, de sus colec ciones, por ejemplo, sus mascaro -

compañeros la nariz, que le dejaron

sino en las aguas del Sena». En el pasillo que conduce de la sala de los mascarones de proa a su

una mancha desde la frente. Años

«Tengo un barco velero dentro de una botella. Para decir la verdad, tengo más de uno. Es una ver -

después volvió al pueblo y quiso comprarlo, pero el precio, aún para  Neruda, fue muy alto. Sucede, sin embargo, que un día se quemó la talabartería y que el caballo, aun que perdió la cola, se salvó del inerno. Fue a subasta y Neruda lo adquirió, para que los pescadores lo metieran a la casa por la terraza, Julio Escámez pintara su cuerpo y

dadera ota. Tienen sus nombres escritos, sus palos, sus velas, sus

sus amigos le pusieran un par de nuevas y robustas colas.

 proas y sus s us anclas». ancl as». Más adelante está un moái de

 Neruda, como hemos dicho, coleccionó muchas cosas, pero sobre todo, caracoles. «Lo mejor que coleccioné en mi vida –dijo–

estudio, hay un inmenso ventanal que da al mar, y delante de este, decenas de barcos en botellas, que  parecieran navegar sobre las tu-

multuosas olas del helado Pacíco.

dos metros de altura, delgado y largo como el mismo Chile, que se trajo de la Isla de Pascua y al que, supersticioso como era, le sacó un ojo con una navaja para que no

fuera a ojearlo. Hay después una

nes de proa. «Mis juguetes más grandes son los mascarones de proa. Como mu-

mesa de vidrio construida sobre la

chas cosas mías, estos mascarones han salido retratados en los diarios, en las revistas, y han sido discutidos

recibía a sus amigos más solemnes.

con benevolencia benevo lencia o con rencor... r encor... Yo Yo tengo mascarones y mascaronas.

 perteneció a un talabartero de Te-

La más pequeña y deliciosa, que

 por entonces Neftalí

muchas veces Salvador Allende me ha tratado de arrebatar, se llama María Celeste. Perteneció a un

Reyes, veía todas las

navío francés, de menor

30

tamaño, y posiblemente no navegó

 Isla Negra

inmensa rueda de una carreta; en esta sala ―me dijo el auricular― Hacia el nal está un caballo tamaño natural, un caballo que muco y que Neruda, mañanas camino de la escuela. Tanto le toca-

 ban él y sus

fueron mis caracoles. Me dieron el placer de su prodigiosa estructura: la pureza lunar de una por celana misteriosa agregada a la multiplicidad de las formas, tác -

tiles, góticas, funcionales. Miles de pequeñas puertas submarinas se abrieron a mi conocimiento desde aquel día en que don Carlos

de la Torre, ilustre malacólogo de Cuba, me regaló los mejores ejemplares de su colección. Desde en-

 

tonces, y al azar de mis viajes recorrí los siete mares

recomendados

acechándolos y buscándolos». Pero nada hay más impresionante que el diente de narval que atraviesa una de las paredes de su residencia

como un trueno de Zeus. Una mañana, Matilde vio otando en las olas de Isla Negra algo que después identicaron como la  puerta de madera clara de un barco holandés, y que los pescadores sacaron del mar para que el poeta se

hiciera su escritorio, para que se sentara a escribir por la mañana, con pluma y tinta verde sobre papel blanco. Los cuerpos de Neruda y Matilde reposan frente al

mar, en un cementerio de piedra con forma de barco.

Casa 

Tal vez esta es la casa en que viví / cuando yo no existí ni había tierra, / cuando todo era luna o piedra o som bra, / cuando la luz inmóvil no nacía. / Tal vez entonces esta piedra era / mi casa, mis ventanas o mis ojos. / Me recuerda esta rosa de granito / Algo que  me habitaba o que habité, / cuev cuevaa o cabeza cósmica de sueños, / copa o castillo o nave o nacimiento. / Toco el tenaz esfuerzo de la roca, / su baluar ba luarte te  golpeado en la salmuera, / y sé que aquí quedaron grietas mías, / arrug arr ugaadas sustancias que subieron / desde  profundidades hastapor mi eso alma, / y piedra fui, piedra seré, / toco esta  y para mí no ha muerto: / es lo que fui,  lo que seré, reposo / de un combate tan largo como el tiempo. Bibliografía 

 NERUDA, Pablo 2012  Antología General . Edición Real Academia Español, Asociación de Academias de la Lengua Española. Editorial Alfagura.

 — 1969  A new decade poems: 1958-1967 . Grove press.  New York. York.  — 2004 Confeso que he vivido. R.B.A Editores. Barcelona, 1994.

SILVA BIJIT, Roberto SILVA Rober to 2004 20 04 Habla Neruda, memorias impo sibles de corregir  corregir . Editorial Catalonia. www.fundacionneruda.org

31

 

Imágenes poéticas Luis  Alberto

Bravo El tesoro de los pájaros  Hubo una señora que nos alquilaba  y que que sse e ca casó só con su pad padre re ado adoptiv ptivoo para palaracasa adq adquir uirir ir los bie bienes; nes;  Ella solía llamar a los pájaros pájaros como si hiciera una llamada telefónica: «¿Aló Pepe?, ¿aló Copenhague?».  Ahora la entiendo, cuando tras tras la puerta  se jalaba los cabellos… ¡Bautizaré a los pájaros! Les pondré nombres de ciudades escandinavas. Así un pájaro se llamará Copenhague; Otro será Suomussalmi, y otro Espoo. Los árboles se llamarán como los niños antiguos:

Cipriano, Tomás, Tomás, Farfounet o Nils.

Y los colores como las estaciones en… ¡Neverland!: La Luz de las Bicicletas, La Niebla en los Patios,/   Los Tréboles en una Taza. Los caminos se llamarán como las películas antiguas:  Anónimo veneciano, veneciano, Le petit soldat , oo El  El desencanto.

El sexo de las mujeres se llamará Suiza o /   Luxemburgo; y el de los hombres Bulgaria o Brasil.

A los /   las hormigas habrá que llamarlas como paraguas (fuera de la casa cuando la lluvia);  porque los paraguas recordarán recordarán las marcas que / hacían los zapatos 32

 

casa nueva en los caminos antiguos: donde se acostumbraba a

llamar por su nombre a los niños, que solían recordar la fecha de la vid;  por eso nuestros pasos se llamarán como las clases / del vino

y los patos por cada hoja que picoteaban antes de / tiempo, y por cada pistilo que arrancaban (y que sangraban como una niña en su primera

menstruación); ¡porque ha vuelto Nils de Bulgaria!

y aunque agarró una enfermedad mortal en Suiza, fumará las hojas que no alcanzaron los patos… ¡Sí! ¡¡Ha vuelto Nils de Bulgaria!!

Y le miran las niñas desde el zaguán (mientras las madres les espían sus diarios)

(y mientras sus padres cruzan la cerca y visitan a las otras mujeres que les parieron otros hijos).

Edición CCE

Porque ha vuelto Nils de Bulgaria… Mírenlo como camina por El desencanto; desencanto; lleva en el walkman (que le regaló su primera amante)

esa canción de aquel cantante del Brasil… “¡Oh, qué guapo es Nils!”, dicen las l as ardillas; mientras los pintores sin historia

descubren en aquella nariz descontinuada, todas las imprecisiones de las barcas, de los cuadros de Whistler (James Abbott McNeill). “Bienvenido Nils…” “¡Oh, Nils!”  —«El que defeca debajo de las ramas» Y luego se ríen…— 

Luis Alberto Bravo (Milagro, 1979). Ganador del Concurso de poesía y cuento

Lenguaraz 2009 (México). Ha  publicado los poemarios:

 

§ (Y Copenhague defecará lluvia blanca

y dormirá sobre Nils… Dormirá en honor a los cabellos que se jalaba la vieja

y que a su vez soñaba con un niño que le pudiera acariciar; tal vez el mismo niño que ya no lo recuerdan en los caminos antiguos, y que solía aplastar elmente la vid).

 Antropología Pop para árboles epilépticos, Utolands, Cuentos  para hacer dormir a una niña  punk, Las ardillas del Orden  Enano.  y la novela Septiembre.  Ha sido incluido en antologías nacionales y extranjeras. Textos suyos han sido traducidos al inglés y al francés. Fue considera-

do por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2011 como uno de ‘Los 25 secretos

literarios de América Latina’. La Dirección de Publicaciones de la CCE publicará su li bro Utolands en su colección Casa Nueva. 33

 

cuento Claro, eso que yo consideraba feliz es ahora motivo de traumas,  podría analizarlo y llegar a causar un escándalo de esos terribles que solo se ven en las películas gringas de medianoche en los canales na-

o a l L Silvia Stornaiolo

lo que me habían hecho. Todo Todo co-

excesivos cuando llegaba la noche,  pero en las mañanas, aparte de pa-

gas, muchas de ellas solteras como ella. Al principio guardaba la ilusión de que una de ellas el las fuera mi padre, ya que se notaba el exa -

gerado amor, el pelo corto y las fachitas masculinas, a más de las

a mi hermana unas faldas cosidas

a mano, igualitas a la de la chica del vídeo, que era una niña más o

34

sarse en el sofá de la sala viendo

televisión con un genio horrendo, nos daba órdenes a las tres como si fuera de llegar a una casa y hacer ese tipo de cosas. Mi hermana

la quería mucho, se sentaba alegre en sus piernas para que le hiciera el caballito.

las que nos explicaba que se podía tanto amar a un hombre como a

vacía como la cuenta bancaria de mi madre, que en su absurda ingenui -

una mujer y que no tenía nada de malo que una de sus amigas se convirtiera en nuestro papá-mamá.

dad había rmado la posibilidad de compartirla con aquella invasora; así que por eso terminé trabajando

Mi hermana, cuatro años menor que yo, las llamaba papá a todas,

en las calles.

cosa que permití porque me daba

 pena, y también relacionaba mucho

Ella bailaba con otro niñito, y su  padre, al ver ese espectáculo, se enfurecía mucho y la regañaba; por eso ella sufría, por lo menos eso

mi vida con el padre de la chica del

vídeo, sintiendo siempre que un  padre era un mal ser que no permitía que sus hijas hicieran lo que quisieran. Todo Todo era muy complica-

Pero gracias a eso, cuando hacía la demostración del baile, sentía una

do, de eso me doy cuenta ahora, en

innita tristeza, pero trataba de hacer los pasos exactamente iguales a

normal y hasta feliz se podría decir. Feliz en esos términos complicados

los del vídeo, que según recuerdo y me doy cuenta ahora, eran bas-

que uno enreda y desenreda cuando cree que crece, aunque nunca se llega a crecer del todo.

tante sensuales para una niña de

graciada tenía problemas con el alcohol. La alegría y los cariños eran

con tres o cuatro copas adentro, en

menos de mi edad en ese tiempo.

fue lo que entendí en ese tiempo.

dido y soportado. Ella, mi madre, era amargadísima, pero esta des-

Luego de un mes, más o menos, un día que al n llegábamos contentas con las compritas de la semana, encontramos nuestra casa vacía, tan

conversaciones de amor libre que nos daba mamá cuando ya estaba

S

(eso pienso ahora; antes era como un circo feliz); pero una se ena moró, y esa una se quedó más de lo que ninguna otra hubiera po-

se fue convirtiendo en el recorrido del terror. Mi madre tenía muchas ami-

sintonizó la versión original de la  Lambada  Lambada   fue que recordé con ternura una etapa de mi niñez, cuando mi madre nos hizo a mí y

amantes entrando y saliendo de la casa como si fuera un prostíbulo

esa edad, sin tomar en cuenta el alto de la faldita roja, y la especie de sostén que llevaba en el  pecho vacío de ocho años, pensé que, simplemente, no estaba bien menzó como un recuerdo tierno y

eguramente porque en el taxi de regreso el señor conductor

cionales. Bueno, resulta que mamá andaba sola, por eso tenía a tantas

ese entonces lo que pasaba era muy

Silvia Stornaiolo  nació en Quito en octubre de 1980. Estudios de Ciencias de la Educación, Filosofía y Literatura en la Universidad Católica del Ecuador y en New port University de Califor-

nia, y talleres de apreciación del arte en Roma, Italia. Ha

 publicado el libro de cuentos   Cuerva críos.

 

escaleta 1 1

“Quebradas de Oro”,

relaciones Portovelo poder

2

(1916-1946) Wilma Granda Noboa

Te invito, sombra, al aire. \ Sombra de veinte siglos, \ a la verdad del aire, \ del aire, aire, aire. \ Sombra que nunca sales \ deeltusilbo cueva\ q yue al  mundo \ no devolviste de volviste que al nacer te dio el aire,\ el aire, aire, aire.\ Sombra sin luz, minera \ por las  profundidades  profundi dades \ de veinte tumbas, veinte \ siglos huecos sin aire, \ Sin aire, aire, aire. \ ¡Sombra, a los picos, \ Sombra, / de la verdad del aire, \ del aire, aire, aire! \ . Rafael Alberti

Keller Tweedy3,

el verde valle de Portovelo le  parecerá,  parece rá, quizás quizás,, una pizarr pizarraa en blanco donde escribirá su visión y misión para misión  para América: América: «luchar por la libertad y la justicia». Abuelo del realizador John Tweedy4, Keller fue un ingeniero mecánico graduado en Princeton, igual que su padre. Los Tweedy, amigos cercanos del presidente Washington, apoyaron

A

las guerras de secesión y compartieron con los millonarios Rockefeller o Vanderbilt una particular idea acer -

ca de la expansión norteamericana en América donde, «multiplicar la riqueza o crearla a cualquier costa» signicaría lo mismo que «luchar por el débil y el equivocado» o «luchar por la libertad y la justicia».  Postulados neocoloniales que K. Tweedy reiterará al despedirse de

sus tías solteronas y victorianas, en su rancho ovejero de Nuevo México, rumbo a Portovelo, Ecuador, adonde llega en 1916 para dirigir la compañía minera Sadco, concesionada a los Vanderbilt en 1896.

35

 

montañas de la provincia de El

la frente y descubre para nosotros la mina, como una oquedad sugerida en la sospecha o terror de ser enterrados vivos. La espalda del minero encubre la desolación de

y vasto de los mejores inventos del “sueño americano” de entonces, que en ninguna otra ciudad ecuatoriana se disponía: luz eléctrica, agua potable, cable, teléfono, cinematógra-

Oro», dice John Tweedy cuando

lo imprevisto y su única fortaleza

fo, comidas y bebidas en conservas,

estrena su documental en el 2001. John elabora el guión y dirige junto a su esposa Beret E. Strong5. El documental relata la odisea del abue-

se desvanece cuando posa frente a la cámara y exhibe su sonrisa in-

sistemas de saneamiento ambien-

«Mis abuelos llegaron por bu-

que desde New York, pasando por el nuevo canal de Panamá, luego,  por tren, barco y mula hacia las

lo Keller, a lomo de mula, guiado  por indígena indígenass cargadores cargadores o guandos guandos quienes, desde el puerto de Guaya-

quil,

completa que recuerda a la pobreza o a la expresión de una subjetividad estereotipada y endilgada al

gringo en Ecuador que disponía de

 portovelense tipo, especialmente a

 propia. Hasta los techos de las ca-

enormes maquinarias6, pieza por campamento minero. Por prime-

 

MUESTRA DE ARCHIVO FÍLMICO CINEMATEC CINEMATECA-CCE A-CCE 

ra vez, el valle de río dorado dormirá a los pies de Keller quien mirará el cerro de frente, vislumbrando a su vellocino de oro. Luminoso como el nombre de la mejor veta regis-

Quebradas de Oro, Documental 2001 Dir.: John Tweedy Tweedy - Beret Strong. Viernes 29 de marzo 2013. Sala Alfredo Pareja Diezcanseco: 17:15 y 19:30 horas. Entrada gratuita.

trada por José Baltasar Vélez y Ramírez, azoguero de su majestad en el siglo XVII. No había tiempo que  perder, the time is money. Desde

36

territorio, leyes, policía y moneda sas lucieron alguna vez la  bandera norteamericana,

trasladan

 pieza, hasta el

tal, dancing parties, parties, etc.  etc.  Es decir, toda la organización de un  un  enclave

en previsión de ataques enemigos durante las guerras propias o inventadas. El documental de epo peya familiar queda desmontado. Las aparentes virtudes del abuelo se desvanecen por testimonio de  pobladores y descendien-

tes de mineros. K.Tweedy, de 32 años de edad, habría ejercido un poder total y entramado a la supuesta superioridad de una civi-

lización occidental frente a la de un pueblo “remo-

la Sadco, durante la primera mitad

to y bárbaro” como Portovelo que, como otros cientos, alimentaron

del siglo siglo XX. La mentada mentad a disciplidiscipl i-

con oro y sangre la primera acu-

na para el trabajo sobreexplota sobreexplotado, do,

mulación originaria, la revolución industrial y la actual globalización que beneció a Inglaterra y a Estados Unidos, fundamentalmente. Hazañas de crueldad en su nombre

aquel que sobrevivió al imperio de

la tenacidad para sortear la muer-

ese día, el de caballo de T Tweedy weedy pasta en medio rebaños que el abuelo Keller imagina de 24 kilates.  Al documental se incluyen lmaciones y fotografías de la época. Pero también, como en el sueño de Midas, un minero actual desciende

 bar” el oro físico de la compañía, etc., puede haberlos predispuesto, también, a lo único que hasta aho-

con una lámpara de mercurio sobre

ra añoran: el consumo consolador

te y la oscuridad, el cumplimiento irrestricto de férreas leyes civiles y religiosas que le impedían “ro-

fueron posibles por el trabajo de millones de mitayos y mineros7, y por la audacia de exploradores como Keller Tweedy8.

 

El documental asume la presen-

cia de los esposos Tw Tweedy eedy - Strong, como realizadores intencionados de la película. Es importante destacar su proceso para el sentido na-

rrativo del documental, el hecho de que John aparece lmado e inter cambia con su esposa la cámara.

Asimismo, que ambos construyen un guión que parece reformular-

se, cada vez, ante la evidencia de lo real. Pareciera inevitable lmar a uno o dos sobrevivientes de la mina quienes desordenan la inicial previsión de los Tweedy que era recuperar la gesta del abuelo y conjugar una historia similar o

idílica entre nietos de gerente, por una parte, y nietos de mineros, por

cia de una migración permanente, de una desterritorialización tipo

1 El documental se realizó en el 2001, con la participación de zarumeños y portovelenses Se estrena en abril 2004 en las ciudades de Portovelo, Machala, y Zaruma. Asisten

campamento o vivienda temporal que vivió Portovelo con la llegada de miles de migrantes nacionales y

de Toronto-Canadá; Austin-Texas; Dallas-Texas; San Francisco-California; Francisco-Cali fornia; y Denver-Co Denver-Colorado. lorado.

extranjeros y que habría forzado a una actualización permanentemente de la comunicación oral, fortaleciendo, frente a la dominación y las disciplinas del trabajo, un lenguaje cifrado, una jerga o argot que rivalice como un contrapoder efectivo y complaciente. El documental plantea, enton-

ces, un regreso conversacional para rever y releer la explotación, todavía en presente. Pues, si fue inaudi to pensar que en Portovelo circula ba entre 1916 y 1946 una moneda

700 personas a la exhibición. Se proyecta en festivales

2 Portovelo se ubica al suroccidente del Ecuador, a 570 kilómetros al sur de Quito y 246 kilómetros al sur de

Guayaquil. De lo poco que se sabe, las minas de Portovelo se desde 1557 pero, desmantelado el poblado de explotan Asiento de Minas, Portovelo no existe ocialmente. Vuelve a cobrar vida en 1896, cuando se establece la compañía estadounidense South American Development

Company (Sadco), convertida en una de las poderosas del mundo. Los norteamericanos reconstruyen el pueblo con

hospital, planta eléctrica y de agua. Durante esos años Portovelo adquiere reputación mundial. La Cámara de

Minería de Ecuador arma que, desde inicios del siglo XX hasta la actualidad, han salido 120 toneladas de oro aproximadamente. En los años de bonanza, miles de

ecuatorianos y extranjeros llegan a trabajar en las minas.

La Sadco fue expulsada en 1946, luego de alegatos y escarceos con el Estado y gobierno ecuatorianos, por no

 pagar impuestos ni mejorar las condiciones de trabajo

de los mineros. En 1968, Portovelo se convierte en  parroquia del cantón cantón Zaruma. En 1980 asciend asciendee a cantón y la explotación minera continúa con más de una centena de agrupaciones privadas. (Datos tomados de revista electrónica Portovelo.com). 3 

Mellik Tweedy, Gerente de la CÍA. norteamericana Soud American Development Sadco, en Portovelo, Ecuador, durante 1916-1946.

4

John Tweedy, nieto de Mellick Tweedy. Su padre

otra. Asunto que,Sin a todas luces, es irreconciliable. embargo, el

inventada “Paterson”.por La la vozSadco, en off  llamada del do-

documental recupera un ámbito  conversacional entre los pobladores acerca de sus estrategias de integración y resistencia al poder

cumental nos recuerda que desde

nació en Portovelo en 1921. John se doctoró en derecho en la Universidad de Stanford California. Se licencia en Sociología en la Universidad de Brown. Abogado y cineasta.

el año 2000, en Ecuador circula el

5

de la Sadco. Y, aunque se plantean conictos y diferencias con los realizadores, las pautas de los espectadores involucrados en la lmación

denirse entonces como un cine  participativo, tanto en la produc-

son importantes. Plantean un re-conocimiento y discrimen acerca de lo que ellos conocen de más y no se ha dicho para el documental. Por

Por ello, les invitamos a mirar

ello, la proyección del documental con los pobladores será una premisa fundamental de esta realización donde quizás sí esté presente la rica oralidad de los portovelenses, apenas vislumbrada en la lmación. Riqueza oral que debió gestarse,  pensamos, para resistir la experien-

dólar norteamericano como moneda corriente. La película intenta

ción como en la exhibición y sus alcances. un tesoro de Archivo que trata sobre la explotación minera y atraviesa la

otra historia del Ecuador, esa que necesita ser mirada desde distintas ópticas. Provocar el habla sobre este documental sería la mejor intención de los realizadores y de la Cine -

mateca Nacional para reconocer,  juntos,, un elemento import  juntos importante ante del  patrimonio  patrimo nio de iimágene mágeness  lmadas lmadas en Ecuador a inicios del siglo XX.

Beret E. Strong , doctora de letras, literatura comparada

de la Universidad de Brown. Es autora de libros sobre Jorge Luis Borges y leyendas de la cultura del mar

Pacíco. Directora de documentales sobre temas diversos como cultura indígena en islas de Micronesia, la batalla de Iwo Jima en la Segunda Guerra Mundial y la educación de niños con discapacidades. Es esposa de John Tweedy. Endurecidos y resignados hombres debían transportar centenas de metros de cable de acero para construir  El

6

Castillo,, mole metálica de 300 toneladas de peso y 45 Castillo metros de altura. Era el pique  pique requerido  requerido en Portovelo, para explotar las varias vetas de la mina a 300 y 400 metros de  profundidad. Toda Toda esa construcción monumental se hizo sobre las espaldas de trabajadores ecuatorianos. 7 El terror al trabajo forzado, citado por un cronista indio, Pedro Sari, se consigna en esta cita: «…No  puede imaginarse su majestad, el sufrimiento de esos

 pobres indios subiendo por unas escaleras de cuerda y cargando sobre sus un las peso de ochenta o más. El inerno dehombros trabajar en minas los hacelibras huir, dejando abandonadas a sus esposas e hijos desnudos y

con hambre…» . La ruta de las escaleras tenía fama de

leyenda: «Un paso en falso y toda una recua de mulas

 puede precipitarse al abismo, llevando consigo a los hombres que encuentre a su paso…». 8 Y, antes, informantes y viajeros como Alonso de Mercadillo en 1550. Diego de Ortegón y Francisco de Anuncibay en 1592. Francisco de Caldas en 1804.

Ambrosio Maldonado, Corregidor de Zaruma en 1837. La compañía inglesa Great Zaruma Gold Mining Co. en 1880 y desde 1895, la Sadco.

37

 

Lombardi, la historia cronista de la historia de Latinoamérica Paulina Simon Torres Lombardi, quien debutó en 1977 con el largometraje Muert  Muertee al amanecer, dio la pauta desde el inicio de su carrera en el cine y en el teatro, de un interés hondo por ahondar en uede ser arbitrario decirlo,  pero coincide coincide con bastante bastante exactitud la idea de que el cine latinoamericano desde sus al bores vive etapas muy marcadas marcadas  por la historia social del continente

P

y una búsqueda, reexión y examen de conciencia continuo sobre la identidad. Desde las primeras imágenes audiovisuales explorando las calles, el campo, las selvas, los pue-

 blos aborígenes, aborígenes, las raíces, hasta la

del Perú, muy similares a los de

cia en su obra que es la de adap-

«El cine de Lombardi tiene un poco de todo lo que implica ser latinoamericano. Sin centrarse solo en el colorido y lo exuberante, abre abre las

tar novelas de peruanos, como en este caso y en  Pantaleón y las vi sitadoras,, de Mario Vargas Llosa,  sitadoras más delante de Jaime Bayly o del

escritor chileno, Alberto Fuguet en  en  Tinta roja.

los últimos 15 años la tonalidad ha

habla por toda la región y ya desde 1985 fue seleccionado en Can-

ojos frente a la tragedia de las dic-

taduras militares, la violencia de las guerrillas, represión, autoritarismo, corrupción y vicios de la sociedad. En este sentido y con la trascendencia universal que tiene el poder de dar voz al marginado, desentrañar las trampas de la política y denunciar el horror, el director peruano Francisco Lombardi es uno de los más grandes valores que tiene la cinematografía latinoamericana.

da a un sistema militar despiadado y una viñeta provocadora sobre la clara e incómoda relación que exis-

te y clases en un entre Perú razas complejo, sin sociales aceptación

Otras tendencias que marca Lombardi en los albores de su carrera cinematográca es la de co sechar decenas de premios. Su cine

 plativo y experi experimental, mental, en las tres décadas pasadas se concentraron todos los esfuerzos de los cineastas por denunciar, criticar, abrir los

to político trascendente del Perú.  La ciudad y los perr perros os es una mira-

otros países de América Latina. Con La ciudad y los perros, de 1985, marca también una tenden-

concentración inevitable en la miseria y la marginalidad. El realismo social ha marcado la historia del cine latino y aunque en variado y han nacido voces que ex ploran un un cine más íntimo, ccontem ontem-

38

las historias sociales y los dramas

Cada obra de Lombardi desnuda con enorme valentía un momen-

nes, Mejor Película en Biarritz y San Sebastián, honores destinados usualmente al cine europeo y que coloca a Lombardi como un vocero

de América Latina. El cine de Lombardi tiene un  poco de todo lo que implica ser latinoamericano. Sin centrarse solo en

el colorido y lo exuberante, abre las  puertas a una mirada crítica sobre

la corrupción del sistema político,

de su diversidad.

puertascrítica a unasobre mirada la corrupción del sistema político...».  La boca del lobo (1988), una de las películas más intensas e impactantes del cine latinoamericano, ha-

 bla de hechos reales, y está rodada de un modo muy documental. Un  pequeño pueblo que se vuelve la

lo clandestino y oscuro de las trai-

víctima del conicto armado entre el ejército peruano y Sendero Lu -

ciones, aislamiento de las clases socialeselaltas, la pobreza extrema, la inocencia y la victimización del campesino, la crudeza y arrogancia

minoso. Estremecedoras imágenes que difícilmente abandonan al es pectador luego de años de haber

de la prensa roja.

y sin concesiones.

visto a este Lombardi de voz clara

 

escaleta 2 Para 1999, la fama de Lombardi En 1990, Lombardi explora otras  posibilidades del realismo social, el habrá crecido tanto que dirige Panrealismo urbano, con una especial taleón y las visitadoras  y se vuelatención a los conictos de clases ve un éxito de taquilla comercial. y la decadencia de las clases altas

en medio de las crisis económicas, visto en Caídos en el cielo, cielo, historia que, de algún modo en 1998, con tinúa con el tema urbano en No en  No se lo digas a nadie, nadie, que decide tocar bras más delicadas de la conservadora sociedad limeña, ya no un pro blema de clases, sino una cuestión de preferencias sexuales. Bayly es  por entonces ya una gura provo provoca cadora de la sociedad peruana, odia-

do y amado, siempre polémico y su novela sobre homosexualidad e hi-

 pesar de cuestionar su proceder, proceder, devela el vértigo de moverse entre una

violencia profunda que ahoga a la sociedad. Ojos que no ven, ven, por su Abandona el realismo social para  parte, es uno de los momentos podar unos pasos en la comedia: la líticos más importantes de los últi -

anécdota de un capitán que lleva la mos años para toda América Latina, misión de satisfacer sexualmente a la revelación de los videos grabados su pelotón en la Amazonía. La se-  por Vladimiro Montesinos, asesor riedad del evento, de la extorsión y de Fujimori, que revelan un aparato tentación que sufre el capitán Pan-

toja, a modo de denuncia social, resulta inválida frente al protago-

nismo de “La colombiana”, una Angie Cepeda que en el furor de su carrera logra que se la vea a ella y no mucho más.

Retoma el mundo urbano y se centra profundamente en la crisis

de corrupción de dimensiones insospechadas. La obra de Lombardi articula esa

historia de América Latina que es todavía muy próxima y que puede revisitarse en cada momento con la

necesidad de dejarla atrás; pero sin duda vemos su cine como un padre

del realismo social, al que volvemos siempre con un referente artístico y

 pocresía social, llevada al cine con  política entre 2000 y 2003 con Tinta narrativo.

y Ojos que no ven, la primera Una retrospectiva de Francisco Lomtodas las cartas sobre la mesa, como- roja es el estilo de Lombardi, conmocio incursiona en el mundo periodísti-  bardi se presenta en la sala Alfredo Pareja na a la prejuiciosa Lima y a tantos co de la crónica roja, como nunca de la Casa de la Cultura del 20 al 24 de marrincones de Latinoamérica. se había hecho hasta entonces y a zo, dos funciones diarias, entrada libre.

CARTELERA

LA CIUDAD  Y LOS PERROS Inauguración: Miércoles 20, 19h30 Domingo 24, 16h00

LA BOCA DEL LOBO

CAÍDOS DEL CIELO

Sábado 23, 19h30

Viernes 22, 17h15

PANTALEÓN Y  LAS VISITADORAS  Viernes 22, 19h30

NO SE LO DIGAS  A NADIE Jueves 21, 19h30

TINTA ROJA 

OJOS QUE NO VEN

Sábado 23, 17h15

Jueves 21, 17h15 Domingo 24, 18h30

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 Alicia  

 A 

Cossío

licia Yánez Cossío (Quito, 1929) es una de las más importantes escritoras del Ecuador de todos los tiempos. Nació en una familia antigua, numerosa, de aquellas que privilegiaban la educación religiosa. Se casó con el médico cubano Luis Campos y vivió en Cuba por cinco años. A su regreso, se dedicó al magisterio

aningún tiempo completo, actividad por la cual no sentía apego. Desarrolló su labor a la sombra y envío su primera novela,  Br  Bruna, una, soroche y los tíos , al Premio Nacional de Novela convocada por diario  El Universo,   cuando casi tenía cuarenta y cinco años de edad, con un pseudónimo masculino. Su obra, poblada poblada por personajes femeninos, f emeninos, hab habla la de la deshumanización de la sociedad contemporánea, la lucha de la mujer por encontrar su identidad y su  voz en medio med io del machismo machis mo y otros o tros anacronismos. anacronism os. Con trece novelas, Alicia Yánez Cossío es la escri-

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tora ecuatoriana que más libros de este género ha publicado. Es autora de: Lucio  Luciolas las (poesía, 1949), Hacia el Quito de ayer   (teatro, 1951),  De la sangre y el tiempo  (poesía, 1964 ), Bruna, soroche y los tíos   (novela,1971),  Poesía  (1974), El beso y otras fricciones (relatos, 1974), Yo vendo unos ojos negros (novela,1979),  Más allá de las islas   (novela,1980), Carta a mi nieto (1980), La casa del sano  (novela, 1989), En la línea  placer   place r  (novela, lí nea más débil del triángulo. tr iángulo. Coedición. (1992),  El Cristo feo  (novela,1995), Aprendiendo a morir   (novela,1997),  Retratos cubanos   (relatos,1998), Y amarle pude (novela, 2000), Se que vienen  (novea matarme (novela, 2001), Concierto de sombras  sombras  (novela, 2002), Escla  Esclavos vos de Chatham Chatham (novela, 2006), Memo  Memorias rias de la Pivihuarmi Cuxirimay Occllo (novela, 2008), La última reina (novela inédita), entre otros.

 

magnetófono

¿Cómo descubrió su vocación por las letras?

¿Cómo encontró, en calidad de esposa, y madre de cinco hijos,

 por lo tanto no me era posible cum-

Gracias a unas cartas escritas a un abuelo imaginario cuando tenía alrededor de unos ocho años.

condiciones para un ofcio de tanta

de creatividad literaria en la que estoy convencida de lo que hago.

¿Qué libros inuyeron en usted? Siempre hay inuencia de otros li bros.  bro s. Mi primeras primeras lecturas lecturas fueron fueron libros de aventuras: Julio Verne y Salgari. Más tarde, el que más inu-

yó en una época de mi vida fue el Se gundo  gun do Sexo Sexo,, de Simone de Beauvoir.

concentración como la literatura? La concentración solo me es necesaria en el momento de la escritura.

 plirlos, a diferencia de los talleres

enseñanza. ¿Por qué?

¿Si no hubiese enviado  Bruna , soroche y los tíos a concurso con un seudónimo masculino, habría perdido? Posiblemente sí, como sucedió con la Primera Bienal que organizó la

Porque nunca pude estar de acuer-

Casa de la Cultura en la que man-

do con los programas ociales y

dé esta misma novela con el título

Al igual que Nabokov, quien también estuvo obligado a dictar cátedra, usted odia el ofcio de la

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En la actualidad nada es difícil para las escritoras. Las actividades de género gén ero han cambiado radicalmente. Lo difícil es publicar. Ecuador no es un país de lectores. Las ediciones de libros son muy limitadas. limit adas. Los autores no pueden controlar cont rolar el número de ejemplares. Además, hay hay editoriales edito riales abusivas que se creen dueñas de las obras e imponen sus condiciones. de  La ciudad ci udad dormida y el seudónimo de Romina, una bailarina a-

menca, que debieron creer que se refería a Ramona de don Pancho, y ni siquiera la leyeron. Para este concurso cambié el título y el seu-

Jean Cocteau decía que escribir es un acto de fe, que es un acto religioso incluso, ¿comparte esa opinión? Estoy de acuerdo, escribir es un acto religioso en el sentido de que

dónimo fue Jersy Kosinski, el autor de El pájaro pájaro pintado pintado,, que estaba de

es necesario adentrarse en una paz interior, ajena a las actitudes nega-

moda en esosfue días. mi estuvo verdadera suerte el Pero jurado;

tivas, enaun estado mejante la gracia.

de alegría, se-

integrado por Benjamín Carrión y

Angel F. Rojas.

¿Es la suya una obra feminista? En mis primeras obra sí, pero en la

¿Después del éxito de  Bruna, soroche y los tíos  pudo dedicarse exclusivamente a la escritura? Todavía no, porque mis hijos aún

actualidad cuestiono el feminismo de quienes luchan solamente por

eran pequeños y mi prioridad siem pre fueron mis hijos y en e n segundo s egundo lugar la literatura.

Ser escritor en Ecuador es difícil, ¿ser escritora en Ecuador es más difícil aún? En la actualidad nada es difícil para las escritoras. Las actividades de género han cambiado radicalmente. Lo difícil es publicar. Ecuador no es un país de lectores. Las ediciones de libros son muy limitadas. Los autores no pueden controlar el

número de ejemplares. Además, hay editoriales abusivas que se creen dueñas de las obras e imponen sus condiciones.

¿Cuáles son las mejores condiciones para ser escritora? Leer siempre y amar apasionada42

mente el ocio.

sus intereses económicos, ajenos a los problemas de la enorme masa de mujeres desposeídas que claman por ayuda. Hay que cuestionar

¿Se interesó por el humor en sus obras? El humor es parte de mi personalidad.

 En 1971 ganó el Concurso Nacional de Novela Cincuentenario de diario El Universo de Guayaquil, y en 1996 recibió el Premio Sor Juan  Inés de la Cruz a la mejor novela latinoamericana escrita por una mujer. ¿Qué han representado los  premios para usted? Esos dos premios han sido fundamentales para mí.

Estudió en una escuela religiosa. Cuando se acercó al comunismo, ¿dejó de creer en Dios?

a las feministas que utilizan a las

 Nunca he formado parte de grupos  políticos ni religiosos. Por tem-

abuelas para que se ocupen de sus

 peramento no pertenezco, ni he

hijos, a las que obligan a los padres a que hagan el ocio de madres, a

 pertenecido nunca a agrupaciones agrupacio nes

las que tratan de emular al hombre y les parece denigrante ocuparse de la familia.

¿Es usted pionera de la obra de ciencia fcción en Ecuador?

Publiqué los relatos de  El beso y otras fcciones  fcciones  en la colección de  Novelas Latinoamericanas de ediciones Paulinas en el año de 1975.

¿Por qué el interés por la ciencia ci encia fcción? En todo escritor hay algo de visio-

nario. Esta obra la escribí después de la lectura de  Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

donde se impongan maneras de

 pensar. Soy agnóstica, pero quiero aclarar que soy una persona profundamente religiosa.

Luis Miguel Campos, su hijo, es escritor. ¿Qué le parece que haya seguido el tan difícil camino de la escritura? Mi hijo Luis Miguel Campos es quien tiene escritas la mayor parte

de obras teatrales, más de 35.  La  Marujita se ha muerto con Leucemia llegó a tener más de mil re presentaciones. Para él, el camino de la escritura no supone ninguna

dicultad, el problema es encontrar salas de teatro que tengan alquileres asequibles. (P.H.C.)

 

tributo

Cecibel

 Ayala:  Ay ala: la palabra está de luto a penúltima vez que la vi mos tenía los  jeans  arre-

L

mangados para evitar mancharlos con la cadena de la bici-

haber una nueva oportunidad de hacerlo. Puesto que consideraba que las máscaras son terriblemente más be-

cleta, y lo sucientemente bajos

llas que los rostros, poco sabíamos

como para cubrir las magulladuras y moretones que se había hecho al impactarse contra un automóvil en movimiento. Bromeamos oscuramente sobre

sobre ella. Había estudiado comu-

la muerte… La última vez llegó al departa-

 poesía y de la muerte, no sabemos en qué orden, pues a n de cuentas,

fundamental de desarrollo literario

mento de diseño de la Editorial con el grabado de Bravo que ilustra la  portada de  Poción de medianoche medianoche,,

 para ella eran la misma cosa. Te-

tanto de Ecuador como de México,

 poemario que sigue a su precoz y  brillante El cazador , y que la CCE

nicación en la Universidad Central, trabajado en la Corporación Tribu Urbana, decía que era viuda de estado civil y vivía enamorada de la

níamos, eso sí, muchas referencias de su obra, sobre El sobre El cazador , libro en el que aclaró que su naturaleza era de una versatilidad impercep-

 publicó en el 2008.

tible, Violeta Luna dijo: «Altiva y

 Nos despedimos, como siem pre, con abrazos, pu pues es en la medida

dispuesta a despojarse de las as-

en que Cecibel siempre andaba coqueteando con la oscuridad, le gustaba despedirse como si no fuera a

xiantes pieles históricas, Cecibel se maniesta auténtica, reexiva, subversiva y humana. Su escritura

rompe con lo articioso, lo trivial,

lo petulante e instaura un lenguaje  para la libertad y la integridad».

Miguel Donoso Pareja, escritor  país en e n el que q ue coordinó coordi nó talleres tal leres de los que emergieron autores como Juan Villoro, armó: « El cazador   de Cecibel Ayala Ayala es un libro extra-

ño en el que la demoniaca Lilita, enemiga de los nacimientos, y la celestial Ceres, diosa de la fertili dad, dialogan sobre yelsus amor y la sexualidad, el deseo rituales, la vida y la muerte, en todos sus estertores».

También para escritores de su generación, como Freddy Ayala Plazarte, Cecibel empezaba a constituirse en un referente: « El cazador   es una sensación helada que atraviesa el agujero de nuestra

memoria, la nostalgia de recordar el cuerpo y el espíritu de un ser que se vuelve misterio en nuestros recuerdos». Las invitaciones para la pre-

sentación de su libro están hechas, tienen hora y lugar, pero sin ella, la  palabra,  palabr a, incluso la más oscura, est estáá de luto.

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libros  Animalia

y el éxito. Libro que nos  precipita, además, a un nal catastróco con mar de fondo.

Conocimientos   Docencia universitaria, investigación científca Cincuenta poemas breves

de Fernando López Milán que hablan de cómo los hombres se hacen lobos y

 potros, osos y cocodrilos. Pero no se engañe, este libro, aparentemente para niños, está pensado tam bién para adultos. Vea-

Nuevas

publicaciones Constitución y cultura.  Agenda constitucional  mínima para el sector cultural estatal 

Un día de invierno en Nueva York  y otro relatos   

mos una muestra: “Hom bre mosca”. «El hombre

se hace mosca para estar / en la miel y en la mierda, / sin que por eso nadie se sorprenda».

Luis A. Romo Saltos es una autoridad en los cam-

 pos de la físico físico-químic -química, a,

El santuario de las gaviotas 

la termodinámica y la física de interfases. Más

de 25 libros de ciencia, losofía y educación ha entregado a la comunidad cientíca, a los docentes y estudiantes. Su

alta especialización le ha llevado a participar en los más importantes eventos universitarios y congresos

cientícos del mundo. Fue Libro de Nelson Valdivieso que cuenta la historia de cuatro amigos

en busca de su destino, y que nos lleva a recorrer los imaginarios del autor sobre varios puntos de nuestra geografía, y lugares más distantes como Kuwait o Buenos Aires.

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Libro de aventuras, libro que habla de la amistad, de la pobreza, del fracaso

 presidente  preside nte del Consejo Interamericano de Ciencia y Tecnología (OEA) y  presidente  preside nte fundador fundador de la Sociedad Ecuatoriana de Ciencias Exactas y Naturales y de la Comunidad

El texto que nos presenta Adrián de la Torre constituye un análisis sobre los derechos culturales que recoge de manera exhaustiva la nueva Constitución

ecuatoriana, como una de las consecuencias de la recuperación de las liber-

tades públicas y un paso

Cientíca Ecuatoriana.

cualitativo hacia la construcción del socialismo del buen vivir. Esta nueva Constitución deja atrás el modelo liberal de Estado de derecho centrado en los individuos y da paso a un modelo en el que los

Una vida en lay ciencia, la investigación la cátedra recorre estas páginas testimoniales.

derechos colectivos tienen el mismo peso y las mismas posibilidades de exigibilidad.

 Patricio Herrera Herrera Cres Crespo po

 Raúl Pérez Torres

Libro de Juan Cristóbal Jara que tiene cierto aire de crónica de viajes y relatos que muestran las cotidianidades de personajes solitarios en busca

de compañía, que hurgan en las preocupaciones intelectuales y artísticas de seres que aparecen y desaparecen sin dejar huellas

ni vacíos, de ingleses que sueñan con bosques lle-

nos de druidas… Historias en las que al-

guien agoniza, que nos conducen con altos niveles de suspenso hacia los

únicos nales posibles, no siempre sorprendentes  pero verosímiles. Textos que se caracteri-

zan por presentar nas ironías, por realizar críticas a todos los actores del american way life.

 

MUSEOS EL MUSEO DE ARTE COLONIAL DE LA CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA, con ocasión de la Semana Santa, presenta la exposición ´Semana Santa, entre el rito y la pasión´, en la que se muestran obras de Sánchez Galque, Caspicara, Manuel Samaniego, Bernardo Rodríguez, Antonio Salas y otros artistas de los siglos XVI, XVII y XVIII, pertenecientes a los fondos de arte que posee la Institución, producidas en la época colonial. Como parte de la muestra se recrean las ceremonias Domingo de Ramos, Arrastre de Caudas y Procesión del Viernes Santo.

 

Manuel Samaniego, Jesucristo entrega las llaves a San Pedro. Fotografía: Judy de Bustamante  Archivo fotográfico fotográfico del los Museos Museos de la CCE

MUSEO DE ARTE COLONIAL Centro Histórico de Quito Cuenca y Mejía esquina Inauguración: 21 de marzo de 2013. 19h00 Clausura: 9 de mayo de 2013 Horario: martes a sábado 09h00 a 16h00

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