Caso Volkswagen

March 2, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Volkswagen trucó sus coches para evitar los límites a las emisiones El grupo alemán tendrá que someter medio millón de vehículos a revisión en EE UU y se enfrenta a una sanción multimillonaria. Nueva York 19 SEP 2015 - 06:25 COT Empleados de Volkswagenen realizando la inspección final. / Jochen Lübke La agencia que en Estados Unidos se encarga de la protección del medioambiente acusa al grupo Volkswagen de haber hecho trampa al instalar en sus vehículos de manera deliberada un programa informático diseñado para evitar los límites a las emisiones. La compañía alemana está obligada a modificar el sistema, lo que le forzará a hacer una llamada a revisión que afectará a 482.000 modelos Volkswagen y Audi. El programa se instaló en algunos vehículos diésel vendidos entre 2008 y 2015, de acuerdo con la nota en la que se detalla la acción contra el grupo automovilístico. El sistema era capaz de detectar cuando el vehículo era sometido a la prueba oficial de emisiones. El dispositivo se encendía en ese momento y hacía un control completo de las emisiones de humo, pero se apagaba en condiciones normales de circulación. Los modelos que deberán pasar ahora por el taller son las versiones cuatro cilindros del Jetta, Beetle, Audi A3 y Golf, además de los Passat que de 2014 y 2015. La agencia calcula que estos coches emiten hasta 40 veces más contaminantes que los indicados por la normativa, por eso se considera una “violación muy seria” de la Clean Air Act. “Es ilegal y una amenaza para la salud pública”, valora el regulador. El grupo alemán podría hacer frente a una multa máxima de 37.500 dólares por cada vehículo, lo que elevaría el total a 18.000 millones. Pero desde la agencia no indican en este momento el alcance de la reprimenda. El grupo Volkswagen, por su parte, evita hacer comentarios sobre la acción de la autoridad de medioambiente en EE UU, en la que también participa el Estado de California. Los títulos de Volkswagen cayeron casi un 4% tras el anuncio. Las autoridades estadounidenses insisten en la importancia de que todos los fabricantes respeten la legislación en materia de medioambiente. Al mismo tiempo asegura que la acción por parte de los propietarios no debe ser inmediata, porque son seguros. Además, es legal conducirlos aunque no respetan el estándar. La acusación de EE UU y California daña además la imagen de Volkswagen, que ofrece en sus campañas estos vehículos diesel como eficientes y respetuosos con el medioambiente. El dispositivo que llevan instalado, como denuncian los reguladores, los hacía más limpios de lo que en realidad son. El grupo alemán se limita a decir que está cooperando y debe emitir aún la llamada a revisión.

¿Cómo lograba Volkswagen hacer trampas en las pruebas a sus coches? El software detectaba si el coche podía estar pasando un examen o circulando con libertad

Nueva York 24 SEP 2015 - 03:08 COT

Los ingenieros de Volkswagen recurrieron a la informática para falsear, de manera deliberada, los resultados de los controles antipolución que realizan las autoridades encargadas de la protección del medioambiente y la salud pública. Se trata de un algoritmo que a simple vista es lo suficientemente discreto para evitar ser detectado, pero a su vez de gran sofisticación para permitir al vehículo “reconocer” cuando estaba siendo sometido a las pruebas oficiales. El fabricante alemán confirma ahora que el sistema se equipó en 11 millones de vehículos diésel vendidos en todo el mundo, lo que da una dimensión de la escala del fraude. En la práctica, el dispositivo “puente” permitiría activar todos los controles de emisiones del coche para que el rendimiento del vehículo se ajustara durante la prueba a los límites oficiales que se imponen a las emisiones. El mecanismo volvía a desactivarse y se colocaba en la posición normal cuando detectaba que el vehículo era utilizado en condiciones normales de tráfico. El grupo alemán no ha precisado aún como funciona el programa informático, pero varias fuentes señalan que un programa informático analizaba parámetros como la posición del volante, velocidad, duración del uso del motor y presión para cambiar del modo de examen al modo de circulación normal. La trampa fue destapada por la Universidad de Virginia Occidental, hace algo más de un año, mientras realizaba un estudio sobre energías alternativas. En un laboratorio logró reproducir las condiciones reales de circulación. Pero los resultados no cuadraban con los datos que les había facilitado Volkswagen y en ese momento lo comunicó a la agencia encargada de la protección del medio ambiente. Drew Kodjak, del International Council on Clean Transportation, explica que fueron los primeros sorprendidos con los resultados porque su estudio pretendía demostrar justo lo contrario: que el diésel es una alternativa limpia. Explica que para ello se utilizaron tres vehículos de cuatro cilindros como referencia. Comprobaron que los de Volkswagen excedían enormemente los límites. La EPA decidió iniciar su propia investigación para determinar lo que estaba pasando y dio con la trampa. Los técnicos de Volkswagen argumentaron que se trataba de un error técnico o que los controles de los vehículos examinados no estaban bien calibrados. De hecho, se escudaron en la dificultad que tienen por lo general los fabricantes a la hora de realizar este tipo de mediciones en los diésel. Pero las autoridades no aceptaron esa explicación y amenazaron con no dar la certificación a nuevos modelos si no admitían que trucaron los coches y hacían una llamada a revisión. EE UU ya sancionó hace un año a Kia y Hyundai por haber subestimado el consumo de carburante de sus vehículos y haber violado así las reglas de la Clear Air Act por emitir más contaminantes de los certificados por la EPA. Aquel caso se resolvió con una sanción de 100 millones de dólares. Pero Volkswagen se enfrenta a una reprimenda mucho mayor, además de a un problema de imagen colosal. El fabricante alemán no precisa cómo el cambio del sistema va a afectar al rendimiento del coche, porque este tipo de límites a las emisiones restan potencia a los vehículos y puede afectar a su rendimiento, lo que restaría atractivo a los diésel.

Volkswagen reparará los coches grandes afectados por el escándalo de las emisiones en EEUU El grupo alemán pacta con los reguladores una solución técnica que permite evitar la recomprar todos los modelos de gran cilindrada

Nueva York 15 NOV 2016 - 11:36 COT Expositor de Volkswagen en una feria del automóvil PAULO WHITAKER REUTERS

El grupo Volkswagen sigue cerrando los flecos del expediente que tiene abierto desde hace un año en Estados Unidos por el escándalo de las emisiones. Esta vez cubre a los 80.000 vehículos diésel de gran cilindrada que integraban el dispositivo para engañar los límites. La multinacional alemana ofrecerá a sus actuales dueños la posibilidad de recomprar los vehículos cuando no sea posible repararlos. Los modelos cubiertos por el pacto equipan motores de tres litros que fueron comercializados por Audi, VW y Porsche, como el todo camino Cayenne, Touareg o el Q5. Se suman así al medio millón de vehículos de dos cilindros que estaban cubiertos por el anterior parto fraguado el pasado verano. De esta manera, se resolvería otro de los aspectos clave en las discusiones con los reguladores en EE UU.

El acuerdo con la agencia de protección medioambiental (EPA) y las autoridades de California estaría desglosado de la siguiente manera. Volkswagen está autorizada a reparar cerca de 60.000 vehículos con la solución propuesta. Se trata de los modelos más recientes que salieron al mercado. Pero hay 19.000 viejos modelos que a la compañía le sale más a cuenta recomprarlos, porque la reparación es compleja. Los detalles del pacto no son públicos y el plan debe ser aprobado por el juez que sigue todo el proceso de negociación, por lo que puede haber cambios. Si recibe la luz verde, supondrá un importante ahorro para Volkswagen, porque bastaría con una actualización del sistema informático para resolver el problema. La recompra de toda la flota afectada le abría costado unos 4.000 millones de dólares. El escándalo de las emisiones afectó a cerca de 11 millones de vehículos diésel en todo el mundo. Volkswagen ya acordó desembolsar 16.500 millones para resolver las cuestiones pendientes con los modelos de dos cilindros, pero tuvo que dejar descolgado los coches con motores más grandes porque no terminaban de recibir el aprobado de los reguladores para reparar los motores más grandes. Aunque la compañía admitió desde un primer momento su responsabilidad y se mostró dispuesta a cooperar, la investigación en curso está tratando de determinar si sus empleados destruyeron documentos que podrían servir de prueba en una causa penal. Hay propietarios de estos coches de tres litros que demandaron en paralelo a Volkswagen por publicidad engañosa. El Departamento de Justicia negocia en paralelo con la compañía para cerrar un pacto antes de que expire la presidencia de Barack Obama, en una investigación penal a la que se han sumado las demandas de varios estados y de inversores. Y que VW evite cualquier sanción adicional debe conseguir, además, que dejen de circular el 85% de los coches que contaminan por encima de los límites establecidos. Volkswagen aconseja a varios directivos no viajar a EE UU por el riesgo de extradición Washington ha imputado ya a seis antiguos ejecutivos de la empresa por el escándalo de las emisiones Berlín 13 ENE 2017 - 12:13 COT El logo de Volkswagen en una fábrica de la compañía recientemente abierta en Wrzesnia (Polonia). KACPER Los problemas para Volkswagen no parecen terminar. Al mismo tiempo que cerraba un acuerdo económico con el que confíaba en pasar página al escándalo de las emisiones, el Departamento de Justicia de EE UU anunciaba la imputación de seis antiguos directos del mayor fabricante de coches de Europa, incluido el que fue detenido el pasado sábado en el aeropuerto internacional de Miami. Ahora, según ha podido saber la agencia Reuters de fuentes internas, Volkswagen aconseja a varios de sus directivos no viajar a EE UU. Temen los problemas con la Justicia a los que se pueden enfrentar en suelo estadounidense. “Varios ejecutivos de Volkswagen han sido alertados para que no viajen a Estados Unidos”, aseguró a Reuters un asesor legal de la empresa que pidió guardar el anonimato. Otro asesor añadió que esta recomendación también se extiende a aquellos que todavía no han sido acusados de ningún delito en el país norteamericano. “Uno no necesita probar todos sus límites”, añadió. El gigante del automóvil con sede en Wolfsburgo (Alemania) ha declinado comentar esta información. La noticia es solo una más en el goteo de informaciones de los últimos días. El Süddeutsche Zeitung publicó el miércoles que el antiguo presidente del grupo, Martin Winterkorn, y el actual jefe de la marca Volkswagen, Herbert Diess, sabían cómo se estaban manipulando las emisiones de 11 millones de coches diésel antes de lo que hasta ahora habían reconocido. Según las declaraciones de dos testigos a las autoridades estadounidenses, los dos directivos fueron informados de las prácticas ilegales en junio de 2015 y esperaron hasta septiembre a informar a la opinión pública. Según una información que el periódico de Múnich publicará el sábado, Winterkorn fue informado del escándalo mucho antes: en 2012. Esta espera es importante, ya que podría tener consecuencias penales por falsear la información a los inversores. Los problemas para Winterkorn, hasta 2015 un hombre venerado en Alemania y en el mundo del automóvil, no acaban aquí. No solo porque se haya conocido que mientras la empresa que él dirigió recorta 30.000 puestos de trabajo en todo el mundo, él haya empezado el año con el cobro de una pensión de 3.100 euros al día. Der Spiegel acaba de publicar más detalles sobre las ventajas que disfrutaba Winterkorn, el hombre que presumía de conocer hasta el último tornillo de los coches que fabricaba. Según esta revista, el presidente de Volkswagen tenía acceso

a una magnífica casa de 400 metros cuadrados en Braunschweig, en el centro de Alemania, por un alquiler de cinco euros mensuales por metro cuadrado. En virtud del acuerdo alcanzado esta semana a pocos días de que la Administración Obama sea reemplazada por la del nuevo presidente, Donald Trump, Volkswagen pagará una multa de 4.300 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros). La sanción, mayor de lo que esperaban los analistas, permite a Volkswagen evitar que la investigación de los motores trucados llegue a los tribunales. La multa se suma a los 14.700 millones de dólares que pactó con las autoridades para compensar a los consumidores afectados y para apoyar la tecnología de vehículos sin emisiones.

EE UU imputa a seis antiguos ejecutivos de Volkswagen por el fraude de las emisiones El Departamento de Justicia acusa a la dirección del fabricante de ocultar deliberadamente el fraude a reguladores, inversores y consumidores Nueva York 12 ENE 2017 - 05:59 COT La fiscal general de EE UU, Loretta Lynch CARLOS BARRIA REUTERS EFE La investigación del escándalo de las emisiones en Estados Unidos se salda con la imputación de seis antiguos ejecutivos y empleados de Volkswagen, a los que acusa de conspirar para cometer un fraude. La fiscal general, Loretta Lynch, resaltó que “no se trata de simples empleados” y lamentó que la dirección del grupo alemán "eligiera de forma deliberada engañar" a reguladoras, inversores y consumidores vendiendo como limpios coches que en realidad eran altamente contaminantes. Volkswagen es sancionada con 4.100 millones de euros no solo por violar los límites que se imponen a las emisiones de gases contaminantes, también por obstrucción a la justicia. “La compañía conocía estos problemas, los ofuscó, los negó y engañó”, enfatizó la responsable del Departamento de Justicia, que no descartó que a los seis imputados puedan sumarse otros. El grupo alemán, además, será sometido a tres años de vigilancia por parte de un supervisor independiente. “Todos abusaron de su posición”, afirmó la fiscal general. Los seis imputados son Heinz-Jakob Neusser, Jens Hadler, Richard Dorenkamp, Bernd Gottweis, Jürgen Peter y Oliver Schmidt. Este último fue arrestado el pasado sábado en Florida. “Todos abusaron de su posición”, afirmó la fiscal general. Andrew McCabe, segundo de mando en el FBI, insistió que es la evidencia de que “los máximos ejecutivos de Volkswagen conocían durante años la violación y la ocultaron”. “No podemos meter a compañía en la cárcel pero sí podemos hacer que paguen multas y hacer que sus gestores rindan cuentas”, afirmó, “ninguna corporación es demasiado grande ni demasiado global para quedar al margen de la Ley”. Gina McCarthy, la administradora de la agencia de la protección del medio ambiente, cree que así se evitará que un fraude similar vuelva a suceder. “Las reglas son iguales para todos”, concluyó. El consejero delegado de la compañía, Matthias Müller, indicó en un comunicado: “Volkswagen lamenta profundamente el comportamiento que ocasionó esta crisis. Continuaremos aplicando cambios a nuestra forma de pensar y trabajar”. Volkswagen ya admitió cuando estalló el escándalo en septiembre de 2015 que actuó de forma fraudulenta, instalando en secreto en los coches con motores diésel un dispositivo que permitía esquivar las emisiones. En total vendió 11 millones de vehículos trucados por todo el mundo, de los que 600.000 se comercializaron en el mercado de EE UU. La compañía pactó en paralelo un desembolso de 17.500 millones para compensar a los propietarios y los concesionarios. Volkswagen acuerda una multa de 4.100 millones en EE UU por el fraude de las emisiones La reprimenda se suma a los 16.600 millones que le costará compensar a los dueños de los coches trucados Nueva York 10 ENE 2017 - 14:08 COT Logotipo del fabricante de automóviles alemán Volkswagen IAN LANGSDON EFE Volkswagen anunció un principio de acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por el que acepta pagar un multa de 4.300 millones de dólares (4.100 millones de euros) para dar carpetazo al expediente por el escándalo de las emisiones. La reprimenda es mayor de la esperada. El pacto, que debe aún formalizarse,

se cierra a una semana de que acabe el mandato del presidente Barack Obama, que viene de acordar también con Deutsche Bank por el fraude del empaquetado de deuda basura. La multa, que se concretará en las próximas horas, es la más alta que se impone a un fabricante de coches. Quintuplica los 900 millones que el departamento que dirige Loretta Lynch impuso a General Motors por los accidentes que provocó un defecto técnico en el sistema de encendido, en los que fallecieron más de un centenar de personas. Un año antes, la japonesa Toyota abonó 1.200 millones por la aceleración involuntaria del híbrido Prius. El fraude afectó a 11 millones de vehículos en todo el mundo y 600.000 en EE UU. Fue la propia Volkswagen la que hizo pública la cantidad negocida para poder saldar cuentas con las autoridades estadounidenses. La sanción excedería las provisiones que hizo para afrontar la multa, por lo que el desembolso debe ser autorizado por su consejo de supervisión. El fabricante adelanta, además, que junto a la reprimenda civil está en disposición de aceptar la culpabilidad en el fraude. Debe determinarse, por tanto, cómo se va a exigir responsabilidades penales a las compañías por la trama. Volkswagen aseguró hasta ahora que ningún miembro de su consejo de administración estaba al corriente del engaño. Pero es conocido que las autoridades judiciales en Alemania están investigando el papel de Martin Winterkorn cuando era consejero delegado del grupo. Horas antes de hacerse el anuncio, las autoridades estadounidenses arrestaron al ejecutivo responsable del departamento de cumplimiento de la reglamentación en EE UU. Se trata de Oliver Schmidt, que ocupó el cargo hasta marzo de 2015. El pasado mes de septiembre, un veterano ingeniero de la compañía admitió haber participado en el fraude de las emisiones. James Liang formó parte del núcleo duro de la trama. Un alto ejecutivo de Volkswagen ha sido arrestado por las autoridades estadounidenses en relación con el escándalo de los motores diesel trucados de la compañía, según ha informado este lunes el periódico The New York Times. El diario, que cita a dos fuentes, identificó al detenido como Oliver Schmidt, encargado de la oficina de cumplimiento de las regulaciones de la compañía entre 2014 y marzo de 2015. El pacto permite a Volkswagen evitar que la investigación de los motores trucados llegue a los tribunales. La multa se suma a los 17.500 millones que pactó con las autoridades para compensar a los propietarios de los vehículos afectados y a los concesionarios. El dispositivo que le permitió esquivar los límites a las emisiones se instaló en 475.000 coches con motores de dos litros y 80.000 de mayor cilindrada. Los ingenieros desarrollaron un sistema electrónico que permitía al coche detectar cuando estaba siendo sometido a las pruebas de control de emisiones. Pero en condiciones de tráfico normal, los vehículos no eran tan limpios y emitían hasta 40 veces más gases contaminantes de los permitidos por la agencia del medio ambiente. Volkswagen lleva sin vender coches con motores diésel desde septiembre de 2015 y no recibió la certificación para comercializar nuevos modelos. De hecho, la marca alemana confirmó hace algunas semanas que renuncia al diésel en EE UU, porque va a ser muy difícil para la marca recuperar su imagen y porque los reguladores están siendo más estrictos. En su lugar, apuesta por los vehículos eléctricos.

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