Cartas de Amor de Grandes Hombres

March 29, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Cartas de Amor de Grandes Hombres...

Description

 

 AMADA INMORTAL "6 de julio, por la mañana. ¡Mi ángel, mi otro yo, todo mi mundo! Sólo unas pocas palabras en el día de hoy, escritas a lápiz (escritas con el tuyo). Mi futuro no quedará fijado hasta mañana. ¡Qué frívolo derroche de tiempo! ¿Por qué esta pena profunda cuando es la necesidad quien ordena? ¿Puede nuestro amor subsistir sin sacrificio, sin anhelarlo todo? ¿Puede ayudar a nuestro amor el que tu arte no sea enteramente mío, el que yo no sea totalmente tuyo? Dirige tus ojos a la hermosa naturaleza y no dejes que tu mente sea perturbada por el destino. El amor lo requiere todo, y es muy justo que así sea: así soy yo contigo, así eres tú conmigo; sólo que tú olvidas fácilmente que debo vivir para mí y para ti. Si estábamos completamente unidos, tú no deberías sentir esta tristeza en mayor medida que yo. Mi jornada ha sido terrible.No llegué aquí hasta las 4 de la mañana de ayer a causa de los caballos. El cochero eligió otra ruta ¡pero qué terrible camino el escogido! En la última etapa me advirtió que no debería viajar de noche, y me previno de parar junto a los árboles; pero esto sólo contribuyó a exacerbarme, y me equivoqué; a causa del mal estado de la ruta, una vía execrable y tortuosa, el carruaje se averió. Sin el postillón que tenía junto a mí, hubiera quedado abandonado en el camino. El príncipe Esterhazy, que viajaba por otro camino con ocho caballos, tuvo el mismo accidente que yo había tenido con cuatro. Sin embargo, siento ahora un extraño placer, como me ocurre siempre después de haber vencido una nueva dificultad. Pronto volveremos a encontrarnos. No puedo comunicarte hoy las observaciones que me he estado haciendo acerca de los pasados días de mi vida. Si no hubieran estado tan cerca uno del otro nuestros corazones, creo que nunca me hubiera planteado estas cosas. Mi corazón está lleno de cientos de cosas que he de decirte. ¡Ay, hay momentos en que consigo encontrar ese lenguaje! ¡Alégrate! Continúas siendo mi única verdad, mi único amor, todo mi yo como yo lo soy para ti. Y así para siempre; debemos dejar que los dioses nos envíen lo que debe ser y lo que será. Fielmente tuyo, Ludwig. 6 de julio, lunes, por la tarde ¡Estás sufriendo, queridísima mía! Acabo de darme cuenta de que estas cartas deben darse al correo muy temprano. Los lunes y los jueves son los únicos días en los que el carruaje del correo va desde aquí hasta K. ¡Estás sufriendo tanto! ¡Ah!, donde yo estoy, allá estás tú conmigo; conmigo y contigo, habré de encontrar los medios para vivir contigo. ¡Qué vida! ¡Así!, sin ti, perseguido por la amabilidad de las gentes aquí y allá, mientras que lo que yo deseo no es nada más que lo que realmente merezco -la humildad del hombre hacia los hombres, todo esto me duele-y cuando me considero en contacto con el universo, ¿qué es lo que soy, quién soy y quién es aquel capaz de ser llamado el más grande? ¡Y nuevamente vuelve aquí a encontrarse el elemento divino de lo humano! Lloro al pensar que sólo el sábado, con suerte, recibirás mis primeras palabras. Por mucho que tú me ames, mi amor por ti es más ardiente, pero que ello no haya de alejarte de mí. ¡Buenas noches! Como un inválido recién llegado a las benéficas aguas termales, debo ir a descansar. ¡Ay, Dios! ¡Tan cerca! ¡Tan lejos! ¿No es nuestro amor una estructura realmente celeste, firme como la cúpula del cielo? Buenos días, en la mañana del 7 de julio.  julio.    Antes de levantarme, mis pensamientos volaron hacia ti, inmortal inmor tal bienamada; en ciertos momentos eran dulces, en otros dolorosos, aguardando la respuesta del destino y confiando en que los hados nos escuchen. No puedo seguir viviendo permanentemente sin ti, de ninguna manera; he decidido recorrer la distancia que nos separa para volar a tus brazos, sentirme realmente en el hogar junto a ti y enviar mi alma envuelta en tu cariño a los dominios del espíritu. ¡Sí, pase lo que pase, así debe ser! Debes tenerme afecto, más aún sabiendo cuan grande es mi amor hacia ti. ¡Nunca podrá otra mujer poseer mi corazón, nunca, nunca! ¡Oh, Dios! ¿Por qué debe uno alejarse de aquello que tan profundamente ama? La vida que llevo en Viena es miserable. Tu amor me hace el más feliz y al mismo tiempo el más infeliz de los hombres. A mis años, necesito cierta uniformidad, cierta igualdad en el camino de mi vida; ¿puede darse esto en nuestra mutua situación? Angel mío, acabo de saber que el carruaje del correo parte diariamente y debo terminar para que cuanto antes puedas recibir esta carta. ¡Sé sencilla! Sólo a través de una tranquila contemplación de nuestra existencia podremos conseguir nuestro objetivo de vivir juntos. ¡Sé sencilla! ¡Amame! ¡Amame hoy, ámame ayer! ¡Después de ti, de ti, de ti, mi vida, todo mi ser vive un anhelo cargado de lágrimas!  Adiós. ¡Oh, continúa amándome!, y nunca dudes de que haya un corazón más fiel al tuyo que el mío. Tu bienamado, Ludwig. Siempre tuyo. Siempre mía. Siempre nuestro".  nuestro".  

 

6 de diciembre de 1909 44 Fontenoy Street, Dublín PUBLICIDAD

¡Noretta mía! Esta tarde recibí la conmovedora carta en la que me cuentas quecoronas andabas sinsólo ropacincuenta, interior. Elydía veinticinco noelconseguí las doscientas corona s sino otras cincuenta día primero. Esto es todo en lo que al dinero se refiere. Te envío un pequeño billete de banco y espero que al menos puedas comprarte un lindo par de bragas, te mandaré más cuan cuando do me paguen de n nuevo. uevo. Me gustaría que que usaras bragas con tres o cuatro adornos, uno sobre el otro, desde las rodillas hasta los muslos, con grandes lazos escarlata, es decir, no bragas de colegiala con un pobre ribete de lazo angosto, apretado alrededor de las piernas y tan delgado que se ve la piel entre ellos, sino bragas de mujer (o, si prefieres la palabra) de señora, con los bajos completamente sueltos sueltos y perneras anchas, llenos de lazos y cintas, y con abundante perfume de modo que las enseñes, ya sea cuando alces la ropa rápidamente o cuando te abrace bellamente, lista para ser amada, pueda ver solamente la ondulación de una masa de telas y así, cuando me recueste encima de ti para abrirlos y darte un beso ardiente de deseo en tu indecente trasero desnudo, pueda oler el perfume de tus bragas tanto como el caliente olor de tu sexo y el pesado aroma de tu trasero. Te habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia. Lo es, querida, en algunos momentos. Te sueño a veces en posiciones obscenas. Imagino cosas muy sucias, que no escribiré hasta que vea qué es lo que tú me escribes. Los más insignificantes detalles me producen una gran erección. Un movimiento lascivo de tu boca, una manchita color castaño en la parte de atrás de tus bragas, una palabra obscena pronunciada en un murmullo de tus labios húmedos, un ruido sin recato, repentino, de tu trasero y entonces asciende un feo olor por tus espaldas. En algunos momentos me siento loco, con ganas de hacerlo de alguna forma sucia, sentir tus lujuriosos labios ardientes chupándome, follar entre tus dos senos coronados de rosa, en tu cara, y derramarme en tus mejillas ardientes y en tus ojos, conseguir la erección frotándome contra tus nalgas y poseerte sodomíticamente. ¡Basta per stasera!

 

Espero que te haya llegado mi telegrama y lo hayas comprendido.  Adiós, querida querida mía a quien trato de de degradar gradar y perv pervertir. ertir. ¿Cómo sobre esta tierra de Dios es posible que ames una cosa como yo? ¡Oh, estoy tan ansioso de recibir tu respuesta, querida!

8 de diciembre de 1909 44 Fontenoy Street, Dublín Mi dulce putita Nora, he hecho como me lo pediste, muchachita sucia, y me hice dos pajas mientras leía tu carta. Me deleita ver que haces como si te follara por atrás. Sí, ahora puedo recordar esa noche cuando de follé por atrás mucho tiempo. Fue la follada más sucia que te he hecho, querida. Horas y horas mi sexo estuvo duro dentro tuyo, entrando y saliendo de tu trasero vuelto hacia arriba. Sentía tus rollizas nalgas sudorosas bajo mi vientre y veía tu rostro y tus ojos enloquecidos. A cada una de mis arremetidas, tu desvergonzada lengua salía de entre tus labios, y si te embestía con mayor fuerza que la usual, gruesos y sucios gases surgían balbuceantes de tu trasero. Tenías un culo lleno de pedos aquella noche, querida, y con la follada salieron todos para afuera, gruesos otros más rápidos pequeños requiebros alegres ycamaradas, una gran cantidad de ventosos, peditos sucios queyterminaron en un largo chorrear de tu agujero. Es delicioso follarse a una mujer con pedos cuando cada embestida le saca uno. Estoy seguro que podría reconocer los de ella en un cuarto lleno de mujeres flatulentas. Es un ruido mucho más juvenil, que en nada se parece a los flatos húmedos que deben poseer las esposas gordas. Es más repentino y seco y sucio como el que imagino haría para divertirse una muchacha desnuda en el dormitorio de la escuela por la noche. Confío que Nora dejará escapar sus gases en mi rostro para que también pueda conocer su olor. Dices que a la vuelta me vas a chupar y quieres que lama tu sexo, pequeña pícara depravada. Espero que alguna vez me sorprendas s orprendas

 

durmiendo vestido, me asaltes con un destello de puta en tus soñolientos ojos, me desabroches con suavidad, botón por botón en el vuelo de mi trusa, y saques gentilmente la gruesa fusta de tu amante, la escondas en tu boca húmeda y la mames hasta que dura y erectísima acabe en tu boca. Algunas veces también te sorprenderé dormida, levantaré tu camisón y abriré suavemente tus bombachas caliente; suavemente me recostaré y comenzaré a lamer con placidez alrededor de tu sexo. Te agitarás incómoda, entonces entonces lameré los labios del sexo de mi querida. Te pondrás a gruñir y a gemir, a suspirar y pedorrear ávida en tu sueño. Entonces lameré más rápido, como un perro voraz, hasta que tu sexo sea una masa de suciedad y tu cuerpo un corcoveo salvaje. PUBLICIDAD

¡Buenas noches, mi pequeña Nora pedorra, mi sucia pajarita folladora! Hay una palabra amable, querida, que subrayaste para que me masturbara mejor. Escríbeme más acerca de eso y de ti misma, dulcemente, totalmente sucia, totalmente sucia. JIM

9 de diciembre de 1909 44 Fontenoy Street, Dublín Mi dulce sucia pajarita folladora. Aquí está otra nota para comprar bragas bonitas o ligueros o ligas. Compra bragas de puta, amor, y trata de perfumarlas con algún suave aroma y de decorarlas también un poquito por atrás. Pareces ansiosa de saber cómo recibí tu carta que, dices, es peor que la mía. ¿Cómo que es peor que la mía, amor? Sí, es peor en una o dos de sus partes. Me refiero a la parte en la que dices que lo harás con tu lengua (no me refiero a que me chupes) y en esa amable palabra que escribiste tan grande y subrayaste, pequeña pícara. Es estremecedor escuchar esa palabra (y una o dos de las que no escribiste) en los labios de una chica. Pero ojalá hables de ti y no de mí. Escríbeme una carta larga, larga, llena de esas y otras cosas acerca de ti, querida. Ahora ya sabes cómo endurecérmela. Dime las cosas mínimas acerca de ti tan minuciosamente como sean de obscenas, sucias y secretas. No escribas más. Deja a cada oración llenarse de sucias palabras y sonidos sin

 

recato. Son lo más amable de oír y de ver en el papel, porque las más sucias son las más bellas. Las dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias son las que yo más quiero. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas, porque hace cosas más sucias. Si amo tanto tu coño no es por ser la parte de tu cuerpo que penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día acostado masturbándome masturbándome en la contemplación de la divina palabra que escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Ojalá pudiera oír a tus labios murmurando esas poderosamente excitantes palabras obscenas, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos lascivos, sentir tu cuerpo agitándose debajo de mí, oír y oler los gruesos sucios pedos de muchacha ir pop pop fuera de tu hermoso culo de muchacha desnuda y follar, follar, follar a mi ardiente culo sucio de pajarita folladora por siempre. Estoy contento ahora porque mi putita me dijo que quiere entregarme su trasero, quecomo la folle por su boca, quiere desabotonarme desaboton arme y sacar mi palitoyyquiere mamarlo una teta. Más yymás sucias que éstas quiere mi pequeña folladora desnuda que le haga, mi perversa excitable amante, mi dulce pedorrita obscena. Buenas noches mi coñito, me voy a acostar y pajearme hasta acabar. Escribe más y más sucias cosas, querida. Acaricia tu coñito mientras me escribes para hacer peor y peor lo que escribes. Escribe grandes las palabras obscenas y subráyalas y bésalas y ponlas un momento en tu dulce sexo caliente, querida, y también levanta un momento tu vestido y ponlas debajo de tu querido culito pedorro. Haz más si quieres y mándame entonces la carta, mi querida pajarita folladora del trasero café. JIM

[Fragmento de una carta] Dublín, 13 de diciembre de 1909

 

...ir a otras? Tú puedes dármelo todo y más de lo que ellas pueden. ¿Querida, crees definitivamente en mi amor? ¡Oh, hazlo, Nora! ¿Acaso no se lee en mis ojos cuando hablo de ti? Como dice tu madre, "se iluminan como velas en mi cabeza". Cariño, ahora el tiempo pasará volando hasta que tus brazos me estrechen. Nunca te abandonaré de nuevo. No sólo deseo tu cuerpo (como sabes), sino también tu compañía. Querida mía, supongo que mi amor por ti parece pobre y raído comparado con tu generoso y espléndido amor hacia mí. Pero es el mejor que puedo ofrecerte, querido amor mío. Acepta mi amor, sálvame y protégeme. Soy tu niño, ya te dije, y debes ser dura conmigo, pequeña madre mía. Castígame tanto como quieras. Me parecería delicioso sentir mi carne estremeciénd estremeciéndose ose bajo tu mano. ¿Sabes lo que quiero decir, Nora mía? m ía? Desearía que me pegaras o incluso que me azotaras. No jugando, querida, sino en serio, y en mi carne desnuda. Desearía que fueras dura, dura, querida, y tuvieras grandes y orgullosos pechos y muslos rollizos. ¡Querría ser azotado por ti, Nora, amor! Me hubiera gustado hacer alguna cosa que te molestara, siquiera algo trivial, quizá mejor una de mis sucias costumbres que te hacen reír: y escuchar entonces que me llamas a tu cuarto y encontrarte sentada en la silla de brazos con tus robustos muslos abiertos y tu cara bien roja de ira y un bastón en la mano. Te veo mostrándome lo que hice y entonces con un movimiento de rabia me empujarás hacia ti y hundirás mi rostro en tu seno. Entonces sentiré tus manos bajándome la trusa y hurgando dentro de la ropa y levantando la camisa, para encontrarme luchando con tus fuertes brazos en tu seno y sentirte inclinada sobre mí (como una nodriza que fustiga el trasero de un niño) hasta que tus grandes y llenos pechos casi me toquen y te sienta azotarme, azotarme, azotarme malvadamente en mi carne desnuda y estremecida! Perdóname, cariño, si esto es insensato. Empiezo la carta con total tranquilidad y debo terminarla ahora en mi estilo alocado. Querida, ¿estás ofendida por mi forma desvergonzada de escribir? Supongo que algunas de las cosas obscenas que escribí te hicieron sonrojar. ¿Estás enfadada porque te dije que me gustaba mirar la mancha oscura que aparece tras tus bragas blancas de adolescente? Supongo que me consideras un inmundo desgraciado. ¿Cómo contestarás estas cartas? Espero, y espero que tú también, me escribas cartas incluso más desaforadas y sucias que las mías.

 

Nora, puedes hacerlo si sólo lo deseas, pero también debo decirte que [INCONCLUSA]

16 de diciembre de 1909 44 Fontenoy Street, Dublín Dulce niña querida, ¡finalmente me escribes! Seguro que has masturbado ferozmente ese sucio coñito tuyo para escribirme una carta tan incoherente. En cuanto a mí, estoy tan fuera de forma que tendrás que lamerme una buena hora antes que pueda tener un cuerno lo suficientemente firme para metértelo, no digamos para follarte. He hecho tanto y tan seguido que me da miedo mirar cómo lo he hecho, después de todo me lo he hecho. Querida, por favor no me folles demasiado a mi vuelta. Folla todo lo que quieras fuera de mí por ahí de la primera noche; pero dame tiempo para reponerme. Querida, toda la follada debe ser hecha por ti, porque como estoy blando y diminuto, ninguna niña en Europa, a excepción tuya, desperdiciaría su tiempo y energía conmigo. Fóllame, querida; en todas las nuevas formas que tu deseo sugiera. Fóllame ataviada con tus vestidos de calle, con tu velo y tu sombrero puesto, con tu cara sonrosada por el viento y el frío y la lluvia y tus botas embarradas; fóllame también a caballo sobre mis piernas, cuando esté sentado en una silla, montándome de arriba hacia abajo mostrándome los ribetes de tus bragas y mi pito firmemente clavado en tu coño, o móntame sobre la espalda de un sillón. Desnuda, fóllame, solamente con tus medias y tu sobrero puesto, acostados en el piso, con una flor roja en el culo, montándome como un hombre, con tus muslos entre los míos y tu robusto trasero. Móntame vestida con tu bata de estar (ojalá tengas esa tan bonita), con nada debajo de ella, ábrela repentinamen repentinamente te y muéstrame tu vientre y tus muslos y tu espalda y empújame sobre ti, encima de la mesa de la cocina. Fóllame con tu culo, boca abajo en la cama, con tu cabello suelto, desnuda, pero con tus adorables bragas rosas perfumadas, abiertas desvergonzadamente desvergonzadamente de atrás y medio caídas, de modo que se pueda entrever un poco tu trasero. Fóllame, si puedes, acuclillada en el baño, con tus vestidos levantados gruñend gruñendo o como una puerca que caga y una gran cosa gruesa sucia serpenteando con lentitud fuera de tu trasero. Fóllame en las escaleras, en la

 

oscuridad, como una niñera follando con su s u soldado que le desabotona gentilmente la trusa y desliza su mano en su pajarito y lo acaricia con su camisa y con ese contacto se va humedeciendo y entonces lo toma con suavidad y lo acaricia junto con sus dos bolas a punto de estallar y finalmente agarra atrevida la pija que ella mama y la manosea y la acaricia suavemente, murmurando para él en sus oídos palabras obscenas e historias indecentes que otras chicas le han contado a ella y ella dice cosas sucias y se mea las bragas con placer y deja salir suave, quieta, tranquilamente, tranquilamente, tibios peditos de su trasero hasta que su clítoris está tan firme como el de él y de pronto se lo mete y lo monta. ¡Basta! ¡Basta per Dio! He acabado y todas las tonterías han desaparecido. desaparecido. ¡Ahora, la respuesta a tus preguntas! Todavía no hemos inaugurado. Te mando algunos carteles. Esperamos inaugurar el veinte o veintiuno. Cuenta catorce días a partir de entonces y tres y medio más para el viaje y estaré en Trieste. Prepárate. Coloca un lindo linóleo marrón agradable en la cocina y, por la noche, cuelga un par de cortinas rojas comunes en las ventanas. Procura un sillón cómodo y barato para tu perezoso amante. Haz todo lo que te digo, querida, pues una vez que llegue no me m e moveré de esa cocina en una semana, leyendo y mirando cómo preparas la comida; y hablándote, hablándote, hablándote, hablándote, ¡Qué supremamente feliz seré! ¡Dios mío, allí seré feliz! I figlioli, il fuoco, una bona mangiata, un caffé nero, un Brasil, il Piccolo della cera, e Nora, Nora mía, Norina, Noretta, Norella, Noruccia, etc, etc... Eva y Eileen deben dormir juntas. Consigue algún lugar para Georgie. Quiero que Nora y yo tengamos dos camas para el trabajo nocturno. Estoy manteniendo y mantendré mi promesa, amor mío. ¡El tiempo vuela, vuela rápidamente! Quiero regresar regresar a mi amor, mi vida, mi estrella, mi pequeña Irlanda de ojos extraños! ¡Cien mil besos, cariño! JIM

 

Las cartas de amor de 10  personajes históricos: históricos: De  Napoleón a Freud Freud

Como podemos verlo en esta pequeña antología, nadie que se haya enamorado de verdad se ha librado de caligrafiar sus sentimientos más profundos.

 

POR MARÍA COPIHUE  COPIHUE             

     

 

 El corazón es capaz de hacernos decir, y hasta escribir, cosas que, en e n otras circunstancias, podrían sonar ridículas. Pero sólo la pasión amorosa puede, por  fortuna, excusarnos.

Revista Diners de septiembre de 1986 Edición número 198  De Napoleón Bonaparte a Josefina  La relación del emperador francés y su esposa Josefina es una de las más tormentosas de la historia. La emperatriz llevó una disipada pero siempre supo conservar el afecto del general y sostuvo con él una copiosa correspondencia. “Verona, 13 de noviembre de de 1796 Ya no te amo: al contrario, te detesto. Eres una fea, una ingrata, una estúpida, una desgreñada. Ya no me escribes; ya no amas a tu marido. ¡Sabes el placer que tus cartas le producen y no le escribes más que seis líneas trazadas al azar! ¿Qué hacéis señora durante todo el día? ¿Qué importantísimo negocio es ese que os impide escribir a vuestro tiernísimo amante? ¿Qué afecto ahoga y os hace desdeñar el tierno y constante amor que le habéis prometido? ¿Quién puede ser ese maravilloso, ese nuevo amante que absorbe todos vuestros instantes, tiraniza vuestros días y os impide i mpide acortaros de vuestro marido? La verdad es, mi buena amiga, que me tiene inquieto el no recibir cartas tuyas. tu yas. Escríbeme pronto cuatro  páginas y llénalas llénalas de esas amables frases que inundan mi corazón corazón de sentimiento y de placer. Muy pronto te estrecharé entre mis brazos b razos y te cubriré de besos ardientes como el clima del Ecuador. Bonaparte”.   Bonaparte”.

De Bolívar a Manuela Sáenz   En su período de mayor gloria, días antes de la batalla de Ayacucho, el Libertador le

 

escribe a Manuela Sáenz exhortándola a quedarse en Lima para evitar escándalos y enojos de su esposo el doctor Thorne: “Ica, 20 de abril de 1825  1825  Mi bella y buena Manuela: Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y del d el honor. Lo veo bien, gimo de tan horrible situación, por ti, porque te debes reconciliar con quien no amas, y yo porque debo separarme de quien idolatro. Sí, te idolatro hoy más que nunca jamás. Al arrancarme de tu amor am or y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alm y de tu corazón divino, de ese corazón sin modelo. Cuando tú eras mía yo te amaba más por tu genio encantador que por tus atractivos deliciosos. Pero ahora ya me parece que una eternidad nos separa porque mi propia determinación me ha puesto en el tormento de arrancarme de tu amor, y tu corazón  justo nos separa de nosotros mismos, mismos, puesto que nos arrancamos el alma alma que nos daba existencia, dándonos el placer de vivir. En lo futuro tú estarás sola aunque al lado de tu marido. Yo estaré solo en medio del mundo. Sólo la gloria de habernos vencido será nuestro consuelo. ¡El deber nos dice d ice que ya no somos más culpables!  No, no lo seremos más. S.B.”   S.B.”

De Henry Miller  Hace unos meses se publicaron por primera vez las cartas de amor de uno de los octagenarios más famosos, el escritor Henry Miller, quien a partir de los 70 años de edad sostuvo un tórrido romance epistolar con la modelo y actriz de 25, Brenda Venus.

 

Fue ella quien buscó su dirección y comenzó a escribirle como una admiradora más, hasta que pasados unos meses se conocieron y, como era de esperarse, el viejo Miller se volvió a enamorar. Para entonces, el escritor estaba casi ciego y enfermo, incluso había perdido la memoria y tenía dificultades físicas para escribir. Sin embargo, la correspondencia superó las 1.500 cartas, de las cuales se han convertido en el éxito de librería del momento, bajo el título  Dear, dear branda: The love letters of Henry Miller to Brenda Venus, por  por su estilo, un tanto picaresco, picaresco,

 publicamos aquí solo el comienzo de dos de ellas. La La primera corresponde al  período de apogeo del romance; la segunda fue enviada enviada poco antes de su muerte. muerte. Vea tambien:  tambien: La  La Guerra de los Mil Días por alguien que vivió vivió para contarla  contarla 

“12/79   “12/79 Acabas de irte. Es como si la ciudad hubiera perdido todo su poder eléctrico. Te has ido. No veré a Brenda por unos días. Debo aprender a vivir sin Brenda. Puedo  pensar, puedo esperar. Te has has metido en mi espíritu, en en todo mi ser. Eres como los  Navajos, de los que leí en mi mi juventud, que aparecen aparecen silenciosamente y se van van sin hacer ruido. Solo con mis sueños… No hablo más de mis deseos, ni de mis apetitos. Eres una  pantera vestida de seda y armiño… un ángel eterno eterno de bondad, gracia y luz. H.M. H.M.   1/80  No he sido capaz de irme irme a dormir después de que hablamos hablamos esta tarde. Me siento demasiado feliz, demasiado elevado. No solamente tienes magia en tus manos, sino en tu voz, en tu mente y en todo tu cuerpo. Eres algo como para celebrar, como la vida misma. Me acabo de tomar un Valium y dos aspirinas que usualmente me disponen a dormir dor mir (imaginativamente) (imaginativamente) a tu lado,  preferiblemente en tus brazos, pero no como un fornicador fornicador sino como un amante.

 

Mientras más te conozco, más profundamente crece mi respeto por ti y mi certidumbre de que todos tus deseos se cumplirán. Y quiero decir, antes que tengas ochenta o noventa.

A mí me ha tomado todos estos años, cualquiera sea el éxito que he h e tenido en mi vida.”   vida.” Henry Miller demuestra con sus cartas el principio de Deleuze: “Sólo se escribe por amor. Toda escritura es una carta de amor”. También viene a reafirmar que el amor no pasa, es el mismo sentir de otro tiempo, solo cambia su estilo,

De Freud  El padre de los complejos también alfuna evz escribió cartas de amor. Esta fue dirigida a su esposa Martha Bernays Mi preciosa amada: Sólo cuatro letras, que quizás lleguen al mismo tiempo que yo. Me alegro que hayas renunciado a poner resistencia a mi viaje. ¿Recuerdas aún mi primer cumplido hace tres años y medio, cuando no sospechabas nada? Te dije que de tus labios caían rosas y perlas, igual que le sucedía a la princesa del cuento que la única duda posible era si lo que predominaba en ti es bondad o la inteligencia. Así adquiriste el nombre de princesita. Y ahora que te conozco bien, no puedo sino corroborar el cumplido, aptitud tan sólo adivinaba por entonces. Que las cosas sigan siendo siempre entre nosotros como lo son hoy. Debo dejarte, querida mía, pues es medianoche. Que el amor y la ciencia jamás abandonen a tu Sigmund.

De Eloísa a Abelardo Una de las historias de amor más dolorosas es la de Abelardo y Eloísa, quien a los 18 años fue seducida por él, su maestro, el gran filósofo del siglo XII. Aunque hubo

 

matrimonio, un tío de ella, mal  promesa de matrimonio, mal informado, lo mandó a mutilar mutilar cruelmente. Abelardo tomó los hábitos y obligó a Eloísa a hacer lo mismo antes que él. Esta carta de la joven mujer al famoso filósofo es una de las más hermosas declaracioness de amor. declaracione La carta que has enviado últimamente a uno de tus amigos para consolarlo, mi bien amado, ha llegado por casualidad hasta mí. Un vistazo sobre los primeros caracteres me bastó para reconocer de inmediato que era tuya, y puse tanto fervor en leerla como amor por la mano que la escribió. Quería, al menos, encontrar en sus palabras alguna imagen del que la ha escrito. ¡Ay! ¡A y! Casi todos los detalles de esta carta estaban llenos de hiel y amargura, pues sólo contenían el relato doloroso de nuestra conversión, y de tus cruces continuas, oh, mi único bien. … Si los retratos de los amigos amigos ausentes engañan dulcemente nuestras miradas, y suavizan las nostalgias de la ausencia con un vano fantasma de consuelo, cuánta mayor alegría debemos sentir recibiendo las cartas que nos traen la verdadera marca del amigo ausente. Gracias al cielo aún te queda ese medio de devolvernos tu presencia. Querido, querido, tú lo sabes y nadie lo ignora, perdiéndote lo he perdido todo. El crimen infame que te ha arrebatado de mi ternura también me ha desprendido de mí misma. Pero pensando en ti, la enormidad de mi pérdida se borra. Por ese mismo Dios al que te has consagrado, te suplico que me restituyas tu  presencia dentro de lo posible, es decir por medio de La virtud consoladora de alguna carta. Reanimada de esta manera, me dedicaré con más fervor al servicio divino. Adiós: Lo eres todo para mí, Eloísa.”   Eloísa.”

De Luis XIV  Luisa de Valliiére tenía apenas 16 años cuando el buen mozo rey Luis XIV se

 

enamoró de ella. Sin embargo, la adolescente sólo sentía sentimientos de culpa  porque el rey se había fijado en ella, y por eso ingresó al al convento. Para hacerle la corte, el rey mandó la mandó sacar de allí dos veces hasta que llegó su nueva favorita, la Montespan, y Luisa volvió a donde las hermanas Carmelitas. “A la señorita de la Valliere:  Valliere:   ¿Desea usted mi muerte? Dígamelo muy sinceramente, Señorita. Será necesario satisfacerla. Todo el mundo busca con afán aquello que puede inquietarme. Se dice que la Señorita no es cruel, que la suerte me ha tratado bastante bien, pero no se dice que yo la amo y que usted me desespera. Usted posee una ternura que me hace rabiar. ¡En nombre de Dios, cambie su manera de tratar a un príncipe que se muere  por usted, o bien sea toda dulce dulce o sea usted toda cruel. cruel. El rey. (1664)”  (1664)”  Vea tambien:  tambien: La  La historia detrás del Guernica de Picasso  Picasso 

De Neruda  El poeta Pablo Neruda se enamoró por primera vez de Albertina Azócar, a quien le escribió 111 cartas de amor. Esta es de 1922 “¿Qué cosas contarte, mi Pequeña, para que te diviertas? Es de noche, y estoy alegre, alegre. Solo en mi casa, que es como una torre llena de ventanas por donde miro la noche llena de estrellas. No siento el cansancio del viaje, a pesar de lo accidentado que fue. Pero llegué al fin. Vagué toda la tarde po estas calles que tanto he visto. Por las afueras, anduve y traje grandes atados de violetas que por lo hermosas debieran ser para ti. Qué alegría ver este pasto verde, estos cerros oscuros de las nieblas del atardecer y sentirme yo, yo mismo, libre de tanta tontería. ¡Ah! Si tú estuvieras, Albertina. Si estuvieras junto a ese brasero que me entibia, si estuvieras con tus hermosos ojos tristes, con tu silencio que tanto me gusta, con tu tu

 

mis besos. ¡Ven Pequeña! O por lo menos piensa en mí.  boca que necesita mis mí. Uno, dos, tres, cien besos de tu Pablo.”  Pablo.” 

De Petrarca  El viernes 4 de abril de 1327 en la iglesia Santa Clara, Petrarca vio por primera vez a Laura de Noves, y desde ese día se enamoró de ella. Se le declaró, según dice la leyenda, a pesar de que era casada. Ella murió de peste al poco tiempo, en el mismo día, en el mismo lugar y a la misma hora que Petrarca la contempló por primera vez. “Laura:   “Laura: Para llamarla, suspiro la palabra Amor, que está escrita en mi corazón. Es como comenzar por una alabanza para pronunciar su dulce primera sílaba. Así su nombre, pronunciado incluso por otros, o tros, me enseña a alabarla y a soñar con usted, digna de todas las adoraciones, de todas las alabanzas. Pero es necesario callar  porque Apolo puede ponerse celoso celoso de una lengua murtal murtal tan presuntuosa, por hablar sin cesar de este árbol de ramas verdes que se le ha consagrado. Petrarca”   Petrarca”

De Wagner  La correspondencia de Wagner comprende varios volúmenes, y abarca toda su vida artística, desde las cartas a Minna, su primera esposa, hasta aquellos de sus días de Bayreuth. Tal vez su gran amor fue Mathilde Wesendouk, casada con uno de sus discípulos, y fue ella quien al parecer le inspiró Tristán e Isolda”. La siguiente es una de las cartas que él envió a Mathilde: Zurich, verano de 1858, martes por la mañana. Sin duda no esperes que deje tu maravillosa, tu espléndida carta sin respuesta. ¿O es que deberé d eberé renunciar, ante la suprema nobleza de tus palabras, al derecho de contestarle? ¿Y cómo podré responderte si no es de una manera digna de ti?

 

Las luchas formidables que hemos sostenido, ¿cómo podrían terminar sino por la victoria alcanzada sobre todas nuestras aspiraciones, sobre todos nuestros deseos? Si no me ves en mucho tiempo, entonces… ruega ruega por mí en secreto, ¡porque es que estoy sufriendo! Pero si voy a verte, puedes estar segura de que llevaré a vuestra casa lo mejor de mi ser…  ser…   Había llegado a ser hasta doloroso mi trabajo de artista porque no existía en mí el deseo intenso, el implacable deseo de encontrar algo, en vez de esta negociación, de esta hostilidad, la afirmación de mí mismo…  mismo…  Una mujer tímida, titubeante, se arrojó con sublime valor en el océano de mi gsufrimiento para ofrecerme ese momento espléndido, para decirme “te amo”.  amo”.   He seguido siendo el mismo y mi amor por tu no pudo nunca perder ese perfume, no  pudo perder ni siquiera un átomo átomo de ese perfume. Tu amor amor será mi bien supremo, sin él mi existencia estaría en contradicción con ella misma. Gracias, bello ángel mío, lleno de amor. Richard.”   Richard.”

Del Marqués de Sade  A pesar de la negra fama que le precede al Marqués de Sade, pudo escribir la más triste de las cartas de amor a su esposa desde la cárcel, condenado allí por “sádico”  por su propia suegra: “Hoy jueves 14 de diciembre de 1780, hace 1400 días, 200 semanas y casi 46 meses que estamos separados. He recibido sesenta y ocho provisiones por quincenas y cien cartas tuyas y ésta es la que 114 de las mías. Me gusta con locura ver copias de tu  puño y letra; no puedes puedes imaginar el placer que me me da. Nunca olvidaré que, mientras mientras yo estaba en Italia empezaste a copiar el Celibataire, porque había algunos pasajes que tú creías que me gustarían. Esta atención tuya la he recordado cien veces lo menos.

 

He recibido todos tus envíos. Esta vez, corazón mío, son encantadores y te los agradezco con toda mi alma: una vela soberbia, un faisán f aisán digno de ser presentado a un comandante de torre, una flor de azahar exquisita y unas confituras selectas…  selectas… 

Sácame de aquí mi buena amiga, te lo suplico con toda mi alma. Por lo menos envíame mis sábanas cuanto antes, te lo ruego. Adiós mi querida amiga, ámame tanto como sufro, es todo lo que pido. Sade

10 famosas cartas de amor  1. De Gustave Flaubert  “La próxima vez que te vea te cubriré con amor, con caricias, con éxtasis. Te atiborraré con todas las alegrías de la carne, de tal forma que te desmayes y mueras. Quiero que te sientas maravillada conmigo, y que te confieses a ti misma que ni siquiera habías soñado con ser transportada de esa manera. Cuando seas vieja, quiero que recuerdes esas pocas horas, quiero que tus huesos secos tiemblen de alegría cuando pienses en ellas”.  

2. De Oscar Wilde  “Mi niño,  niño,  Tu soneto es encantador, y es una maravilla que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, estén hechos tanto para la locura de la música y las canciones como para la locura de  besar. Tu delgada alma dorada camina en el medio de la pasión y la poesía. Sé que Jacinto, aenquien Apolo amaba con locura, Ve era allá tú ena los tiempos de Grecia. qué estás Londres, y cuándo vas atanta Salisbury? enfriar tus manos en el ¿Por Crepúsculo grissolo de las cosas góticas, y ven aquí cuando quieras. Es un lugar encantador en el que solo faltas tú;  pero ve a Salisbury primero. Siempre, con imperecedero amor, tuyo”.  tuyo”. 

3. De Ernest Hemingway  "Mi querido pepinillo, Salgo en el barco con Paxthe, Don Andrés y Gregorio y estoy afuera todo el día. Luego regreso con la certeza de que habrá una carta o varias. Y tal vez las haya. Si no hay, estaré triste y esperaré hasta la mañana siguiente. Pensaré que no habrá nada hasta la noche.

 

Escríbeme pepinillo, si fuera un trabajo que tienes que hacer lo harías. Es muy duro estar aquí sin ti y lo estoy haciendo pero te extraño tanto que podría morir. Si algo te pasara moriría de la misma forma que un animal muere en el zoológico si algo le pasa a su pareja. Mucho amor, mi querida Mary. Debes saber que no estoy siendo impaciente, estoy simplemente desesperado”. desesperado”.  

4. De Lewis Carroll  “Mi queridísima Gertrude:  Gertrude:  Te sentirás apenada, y sorprendida, y desconcertada, de oír la extraña enfermedad que me aqueja desde que te fuiste. Llamé al doctor y le dije “Deme medicina, pues estoy cansado”. Él me respondió: “¡Tonterías! Usted no quiere medicina: ¡vaya a la cama!”. A lo que le repliqué: “No, no es el tipo de cansancio que quiere cama. Estoy cansado en la cara”.   Él me dijo: “Cree que sean los labios”. “Por supuesto – dije dije – . ¡Eso es exactamente lo que tengo!”. Me miró con gravedad y dijo: “Creo que usted ha estado dando demasiados besos. “Bueno – dije dije –, sí le di un beso a una amiga mía”.  mía”.   “Piense otra vez – me me dijo –; ¿está seguro que fue solo uno?”. uno? ”. Lo pensé otra vez y dije: “Tal vez fueron once”.  once”.  Así que el doctor dijo: “No le debe dar más hasta que sus labios descansen”. “Pero qué se supone que haga – dije dije –, porque mire, le debo 182 más”. Me miró con tanta gravedad que las lágrimas se le escurrieron por las mejillas y dijo: “Podría enviarlos en una caja”.  caja”.  Entonces me acordé de una pequeña caja que alguna vez compré en Dover, y pensé regalársela a una niña o a otra. Así que los empaqué todos con mucho cuidado. Cuéntame si llegan a salvo o si se pierde alguno en el camino”.  camino”.  

5. De Balzac  "Mi amado angel, Estoy loco por ti: no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo  pensar en nada diferente a ti. A pesar de d e mí, mi imaginación me lleva a pensar en ti. Te agarro, te beso, te acaricio, mil de las más amorosas caricias se apoderan de mí. En cuanto a mi corazón, ahí estarás muy presente. Tengo una deliciosa sensación de ti allí. Pero mi Dios, ¿qué será de mí ahora que me has privado de la razón? Esta es una manía que, esta mañana, me aterroriza. Me pongo de pie y me digo a mí mismo: “Me voy para allá”. Luego allá”.  Luego me siento de nuevo, movido por la responsabilidad. Ahí hay un conflicto miedoso. Esto no es vida. Nunca antes había sido así. Tú lo has devorado todo.

 

Me siento tonto y feliz tan pronto pienso en ti. Giro en un sueño delicioso en el que en un instante se viven mil años. ¡Qué situación tan horrible! Estoy abrumado por el amor, sintiendo amor en cada poro, viviendo solo por amor, y viendo cómo me consumen los sufrimientos, atrapado en mil hilos de telaraña. O, mi querida Eva, no lo sabías. Levanté tu carta. Está frente a mí y te hablo como si estuvieras acá. Te veo, como te vi ayer, hermosa, asombrosamente hermosa. Ayer, durante toda la tarde, me dije a mí mismo: “¡Es mía!”. Ah, ¡los ángeles no están tan felices en el paraíso como yo lo estaba ayer!".

6. De Nathaniel Hawthorne  "Mi querida, Me gustaría tener el don de hacer rimas, porque a mi parecer hay poesía en mi cabeza y en mi corazón desde que estoy enamorado de ti. Tú eres un poema. ¿De qué tipo? ¿Épico? Que se apiaden de mí, ¡no! ¿Un soneto? No; porque es demasiado elaborado y artificial. Tú eres una especie dulce, simple, alegre y patética, cuyamezcla naturaleza es el canto, a veces con lágrimasdey balada otras con sonrisas, y en ocasiones con una de sonrisas y lágrimas".

7. De Víctor Hugo  "Mi adorable y adorada, Me he estado preguntanto si tal felicidad no es un sueño. Me parece que lo que siento no es terrenal. Todavía no logro comprender este cielo sin nubes. Toda mi alma es tuya. Mi Adele, por qué no hay otra palabra para esto aparte de ‘alegría’ ¿Es porque el discurso humano no tiene el poder de expresar tanta felicidad? Temo que de repente despierte de este sueño divino. ¡Oh! ¡Ahora eres mía! ¡Por fin eres mía! Pronto, en unos meses, tal vez, mi angel dormirá en mis brazos, despertará en mis brazos, vivirá ahí. ¡Todos tus  pensamientos, tiempo, todas tus miradas pen samientos, todo el tiempo,todo todaselmis miradas serán para ti! serán para mí; todos mis pensamientos, Adiós, mi ángel, mi amada Adele. ¡Adiós! Todavía estoy lejos de ti, pero puedo soñar contigo. Pronto, quizás, estarás a mi lado. Adiós; perdón por el delirio de tu esposo que te abraza y que te adora, tanto en esta vida como en la otra".

8. De James Joyce  "Tú eres mi amor. Me tiene completamente en tu poder. Sé y siento que si en el futuro escribo algo bueno y noble debo hacerlo solo oyendo las puertas de tu corazón. Me gustaría

 

que mi vida transcurriera a tu lado, hasta que nos convirtamos en un mismo ser que morirá cuando llegue el momento".

9. De John Keats  "Mi dulce Fanny, ¿Tú temes, a veces, que yo no te quiera tanto como tú lo deseas? Mi querida niña, yo te quiero siempre y sin reserva. Entre más te conozco más te quiero. De todas las formas  posibles, incluso mis celos han sido agonías de amor. amor . Yo habría muerto por ti. Tú siempre eres nueva. El último de tus besos siempre es el más dulce; la última sonrisa, la más  brillante; el último movimiento el más elegante. Cuando pasaste por mi ventana ayer, sentí tanta admiración como la primera vez que te vi. Incluso si no me quisieras no podría evitar sentir una completa devoción hacia ti: así que me siento profundamente enamorado al saber que me amas. Mi mente ha sido las más descontenta e inquieta y se ha puesto sobre un cuerpo demasiado  pequeño. Nunca había sentido que mi mente reposara repos ara con absoluta alegría, como me ocurrió contigo. Cuando estás en elmis cuarto mis pensamientos ventana: tú siempre hacestúque todos sentidos se concentren".nunca se van por la

10. De Goethe  "No puedo evitar amarte más de lo que es bueno para mí. Me sentiré feliz hasta que te vea otra vez. Siempre soy consciente de mi cercanía a ti, tu presencia nunca me deja. Adiós a ti, a quien amo mil veces"

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF