CARMEN BARRIGUETE MERCHÁN -- LA AFECTIVIDAD--ASPECTOS EVOLUTIVOS Y EDUCATIVOS

September 9, 2017 | Author: Zam Zamora | Category: Attachment Theory, Behavior, Adults, Socialization, Emotions
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LA AFECTIVIDAD:' ASPECTOS EVOLUTIVOS Y EDUCATIVOS,

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Carmen BARRIGÜETE MERCHÁN, '

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Facultad de Educación. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación (Universidad Complutense Madridi,

Introducción 1. CONCEPTO 2. DESARROLLO DE LAAFECTMDAD 2.1. Agentes sociales 2.1.1. Familia 2.1.2. Escuela 2.1.3. Sociedad 2.2. Configuración y desarrollo

de la figura de apego

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3. PRINCIPALES TRASTORNOS AFECTIVOS 3.1. Causas y consecuencias 3.1.1. Ruptura del núcleo familiar 3.1.2. Carencia afectiva 3.1.3. Dificultades de aprendizaje 3.2. Maltrato

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3.2.1. Concepto 3.2.2. Origen 3.2.3. Tipología

3.3. Tratamiento 3.3.1. Centros de acogida

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4. IMPLICACIONES EDUCATIVAS ENTRE EL NIÑO Y LOS PADRES 4.1. Causas y tratamiento

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Resumen BibUografía

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No existe motivación más fuerte que el Amor

Introducción Desde el momento de su nacimiento el niño se encuentra en un estado de de­ pendencia absoluta, para poder crecer, desarrollarse, integrarse socialmente e incluso para sobrevivir necesita de los demás. Para que logre independizarse y alcanzar su autonomía es necesario que se considere a sí mismo como individuo particular distinto de los demás, es decir, que tome conciencia de su propia identidad, de su propio yo, «superándose», disociándose de todo lo que le rodea.

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Para llegar a este se requiere un proceso que se va a producir paulatina­ mente gracias a la evolución de diversos aspectos, tales como: eL desarrollo psico­ mot01; que ayude al niño/a a ampliar el entorno físico iniciando así una etapa de exploración e independencia que le permita moverse y relacionarse con los obje­ tos libremente; desarrollo intelectual mediante el cual· comprende e interpreta estas relaciones con los objetos y con las demás personas, a la vez que inicia la permanencia de sus estructuras cognitivas; el desarrollo qfect~vo-social a lo largo de su evolución permite al sujeto establecer relaciones con los demás que enri­ quezcan su proceso de socialización hasta alcanzar el nivel de madurez deseado. Los agentes sociales (familia, escuela, sociedad) contribuirán a que el sujeto alcance dicha maduración y configure una personalidad ajustada y sin trastor­ nos, fruto de una integración evolutiva sana y normal. Si esta integración no se realiza de forma eficaz el sujeto desarrolla conductas antisociales y trastornos de personalidad que incidirán de forma negativa en su rendimiento escolar.

CONCEPTO 1. Educar a los niños ha sido una de las preocupaciones constantes a lo largb de la historia de la Humanidad, la formación integral del individuo era y es el objetivo principal de cúalquier proceso de aprendizaje. Al logro de dicha formación con­ tribuye un modo especial la afectividad mediante la cual el sujeto establece relaciones con su entorno, primero con sus padres y a continuación las amplía al resto de la sociedad.

194

Necesidades educatilJas especiales -----------------

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El'conceptO de Afectividad en sentido estricto es .la respuesta emocional y . sentimental de una persona a un estímulo, a una situación. Blendes la define como el conjunto. del emociones y pasiones. ~

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Los psicólogos intcospeccionistas distinguían entre emociones y sentimien­ tos como estados afectivos que sobrevienen súbita y bruscamente en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras, los sentimientos como estados afectivos complejos, estables, más durad ecos que las emociones peco menos intensos. Las pasiones serían estados afectivos que participan, en las ca­ racterísticas de las emociones y de los sentimientos en cuanto posean la intensi­ dad de la emoción y la estabilidad del sentimiento. La emoción constituye un capítulo complejo de la psicología; a través de las emociones el sujeto expresa gran parte de su vida afectiva (alegría, tristeza, ira, celos, miedo ...), sin la emoción seríamos máquinas y por tanto inservibles. Aun­ que durante mucho tiempo las emociones debían ser disimuladas, hoy en día

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La Cl/'ectividad: aspectos evolutívosy educativos

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forman parte de la motivación, y en ciertos momentos pueden ser definitorias de nuestra conducta, transmitiendo sin palabras nuestro estado de ánimo.

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Su control se encuentra regulado por las normativas sociales y culturales, que marcan la diversidad en el comportamiento humano. En la emoción influ­ yen tanto elementos genéticos de maduración del individuo como los elemen­ tos situacionales de aprendizaje. Las distintas emociones aparecen progresiva­ mente a lo largo del desarrollo psicológico del nir'ío.

DESARROLLO 2. DjJfante su.sprimeros años, el niño tiene que desarrollar conducta.s que le trans~it"~úJ-seguridad en sí mismo y en su entorno, los padres serán 10s:e~I1carga· dos de proporcionársela mediante la satisfacc~~ILqe sus necesidades (alimenta­ ción, sed, calor, limpieza, etc.) tiene que saber que los padres és'ÜíñáJi.r para así poder esta91~cer asociad6ñés entré-elblefié:ilary"él' cbmportamiénto nlaterno. A partir cié ese momento empieza a extender su confianza al resto de su entor­ no, si los padres fallan su seguridad falla yes el inicio de un sentimiento de ca­ rencia afectiva que le marcará a lo largo su vida. el primer año el marco psicológico y social sigue siendo la familia, la ma­ dre seguirá siendo el marco de referencia esencial, el niño afectivamente co­ mienza a comprender que una promesa puede retrasarse o no realizarse pero ya no comprenderá nunca falsas promesas. En esta edad la ansiedad es un estado afectivo bastante frecuente, el origen se encuentra en la importancia del niño para enfrentarse con su mundo exte­ rior, es consciente de que necesita de los demás para poder subsistir, por eso sufre las separaciones, ausencias o retrasos de los adultos y especialmente de la madre como un hecho traumático que le lleva a un aferramiento desesperado por temor a perder el afecto sus seres queridos. A partir de los dos años el niño ha alcanzado un nivel de autonomía y madu­ ración fisiológica, lingüística y motriz que le permitirá ampliar su espacio e irá reafirmando a través del juego dicha autonomía.

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Entre los 4 y 5 años será capaz de tomar iniciativas en sus comportamientos, asimismo comienza a desarrollar una conciencia moral que le va indicando lo que está bien o lo que está mal y un sentido de aplicación que le permitirá diri­ gir y valorar sus logros educativos. Según va crecíendo tiene el convencimiento de que el adulto es el que im­ pone normas y directrices, va a ser el que le elogie o el que le critique, eso le hace tomar conciencia de que su desaprobación o rechazo es pérdida de valor mientras que el elogio y la aceptación es demostración de cariño, en el primer caso la imagen que tiene de sí mismo es de inseguridad e inadaptación, en el segundo el niño se siente apoyado y querido, de esta forma su nivel de autoesti­ ma, adaptación y madurez es el adecuado, desarrollando sus áreas de comuni­

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Necesidades edUUJlivas especzale5

cación¡ socialización y autoconcepto, sin ningún tipo de dificultad que se mani­ festará de forma positiva en sus logros escolares. Desde los seis años, las relaciones con otros niños aumentan y se consoli­ dan, así se van formando las «sociedades» infantiles que son clave en el desarrQ­ 110 de la autonomía infantil. Los padres y educadores deben fomentar dichas re­ laciones, nunca inhibirlas para no interferir ensu consecución. Entre los 8 y 11 años comienzan a manifestarse los trastornos de la vida afec­ tiva y lo hacen a través de dificultades de aprendizaje. Niños que hasta el mo­ mento"han mantenido un ritmo académico satisfactorio empiezan a cambiar, sus calificaciones se resienten sin motivo aparente que lo justifique. En ese momento el niño se encuentra entre dos estadios, final de la niñez, comienzo de la adolescencia; es un momento importante en la configuración de su personalidad donde influye de forma notable el hecho de cr~cer y vivir en el seno de una familia equilibrada. ';t La vida afectiva del preadolescente se caracteriza por un afán de emancipa­ ción, independencia y libertad; ya no es un niño y no quiere que se le trate co­ mo tal, quiere hacer lo que le agrade sin que nadie le diga lo que tiene que ha­ cer. Este afán de independencia y autodeterminación es la raíz de una serie de formas de comportamiento que han llevado a designar a este estadio como «se­ gunda edad de obstinación)}. A consecuencia de esto, la unión con la familia es menor, se sublevan ante todo lo que representa sujeción y tutela, en casa se comportan de forma extraña, no quieren salir con sus padres y se avergüenzan de ellos, los critican y se inicia un distanciamiento comunicativo, pero al misrl10 tiempo tienen sentimientos contradictorios, saben que dependen de ellos y que los necesitan pero su deseo de libertad e independencia es más fuerte yeso les lleva a verles como «controladores de su vida». Si a estos cambios evolutivos que sufre el adolescente le ai'ladimos proble­ mas de carencia afectiva motivada por la falta de atención de los padres en las primeras etapas infantiles, malas relaciones familiares, inadaptación, bajo rendi­ miento escolar... su personalidad y sus relaciones sociales se verán afectadas ne­ gativamente. Para que esto no suceda es fundamental que desde los primeros meses de su vida se desarrolle de forma armónica una figura de apego que va a ser la destinada a desarrollar su afectividad y socialización mediante' la interiori­ zación de valores, normas y conductas que marcarán su comportamiento y su personalidad.

2.1

Agentes sociales Las influencias que el nif'lo recibe desde el momento de su nacimiento van for­ mando su personalidad, la relación que establezca el niño con su entorno de­ pende de las características personales y de la actuación de los agentes sociales, cuando estos no aportan experiencias positivas el proceso de socialización del sujeto se resiente, la integración de los procesos mentales, afectivos y conduc­

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La aj(xtividad: aspectos evolutivos y educatiuos

tuales no se realiza de forma ajustada, lo que dará lugar a la aparición de trastor­ nos y dificultades, Por tanto, las influencias transmitidas por la familia, la escuela y la sociedad

son para que"ersúlCfo"a]cañce' Ü'ñaesyabílídadc6ri.dúctualy un nivel de

'maaurez aaecuaao~~'---'-' '-------''-

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Familia

2.1.1

La familia constituye el medio natural en el que el niño comienza su vida e inicia

su aprendizaje básico través de una serie de estímulos y de vivencias que le

condicionan profundamente a lo largo de toda su existencia, la estabilidad y

equilibrio en su relación paterna así como el resto de los miembros familiares

definen el clima afectivo, en elque el niño ve transcurrir la primera etapa de su

vida.

a

Esta relación será la base del' proceso de socialización infantil', dicho .c1ima afect1voderermiriap'oaerosamente la receptividad y adaptación del niño en su ' "pwc'csodeescolár1zación. ' La existencia de vínculos sólidos, estables y de calidad, n6 sólo permiten la

consolidación de bases importantes de seguridad para el niño, sino que es una

fuente de estimulación que alienta logros y en general impide la desmotivación.

Si el modelo de pareja que transmiten los padres le resulta atractivo, el niño in­

terioriza una experiencia intelectual en virtud de la cual aprende que siendo co­

mo sus padres podrá algún día reconstruir en sí mismo, no sólo la personalidad

.. admirada de sus progenitores, sino la posibilidad de tener una familia como la que él ha disfrutado. Por el contrario, si'faliatrestos vínculos entre la pareja, el niño se convierte

en el mejor de los caso:;"en. juez y víctima del comportamiento paterno dando

-lugar Atras,tófÍ1()S y desajustes tanto en su desarrollo evolutivo como en su per­

sonalidad que posteriormente influyen en su rendimiento escolar. Baja autoesti­

ma,inhibición,incapacidad de expresión, trastornos de sqciªliz:itción y descon­

fianza en las relaciones interpersorii:Ues son algunas de las conductas que

.. constituyen el perfil psicológico de estos niños (CRYAN, 1985). A modo de resumen, podemos decir que el niño necesita modelos de con­

ducta en un hogar que exista un ambiente feliz para que pueda desarrollar su

autonomía. El orden externo, la estabilidad emocional, la serenidad psicológica,

así como la felicidad humana son fruto de vivencias saludables y no de simples

reflexiones. Todo esto es el mejor marco para una educación infantil y un apren­ dizaje adecuado. .

Escuela En el desarrollo social del niño la escuela y los compañeros ocupan un lugar

muy importante. La escuela no sólo interviene en la transmisión del saber cien­

2.1.2

198

Necesidades educativas especiales

tífico, cultural mente organizado sino que influye en la socialización e individua­ lización del niño desarrollando las relaciones afectivas, la habilidad para partici­ par en las situaciones sociales Uuegos, trabajos en grupo, ete.), las destrezas de comunicación, el rol sexual, las conductas presociales y la propia identidad per­ sonal (autoconcepto, autoestima, autonomía); respecto a la identidad persónal el niño cuando entra en la escuela viene acompañado de un grupo de experien­ cias previas que le permiten tener un concepto de sí mismo que se va a encon­ trar reafirmado o no por el concepto que los demás van a tener de él, lo que su­ pondrá una ampliación de su mundo de relaciones. En ese enriqueCimiento de la identidad personal podemos decir que inter­ vienen ciertos factores como la imagen positiva de uno mismo, los sentimientos de autoestima, autoeficacia y autoconfianza, experiencias personales de éxito y de fracaso, los resultados de los aprendizajes, las valoraciones, comentarios, in­ formaciones y calificaciones que recibe el niño de los demás en el contexto es­ colar, las percepciones que tiene de los demás ante su conducta, la valoración que el niño hace de sí mismo expresando en qué medida se considera capaz, valioso y significativo, todo ello contribuye a la formación de una identidad per­ sonal que va regulando y determinando la conducta infantil. Además de configurar el autoconcepto y la autoestima, "la escuela contribuirá a desarrollar la capacidad intelectual del niño. En esta etapa comenzará a recibir evaluaciones de sus maestros, de sus compañeros y de sus padres, de acuerdo a sus disposiciones naturales y a su rendimiento, dicha evaluación influirá en su autoconcepto y en la forma de percibir su propio proceso de aprendizaje, lo que contribuirá a mejorar o a dificultar su rendimiento. Investigaciones realizadas verifican que los niños que presentan juicios posi­ tivos sobre sus capacidades personales en relación con las tareas escolares ob- '" tienen mejores resultados que aquellos cuya opinión sobre sí mismos es negati­ va, esto a la larga influirá en el autoconcepto académico y en sus posteriores éxitos y fracasos (GIMENo, 1976). La incorporación al mundo de la escuela se realiza a través de la escuela in­ fantil donde el niño enriquece su mundo social ampliando su círculo de figura de apego y evitando así caer en la familia nuclear, teniendo siempl:e como obje­ tivo favorecer el desarrollo físico, motor, lingüístico y social, lo que le permitirá posteriormente una configuración ajustada de la personalidad.

El paso de la escuela infantil a la escuela primaria plantea nuevos retos, su­ pone el paso de un proceso de enseñanza no estructurado a uno de conoci­ mientos sistematizados, horarios menos flexibles, disminución de la libertad y evaluación del rendimiento del alumno (GREENFIELD y LEUVE, 1982). En esta eta­ pa se va desarrollando el pensamiento y las capacidades intelectuales básicas dentro de los objetivos que recoge el Real Decreto 1006/1991 de 14 de junio por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educa­ ción Primaria, y de acuerdo al principio metodológico de que el proceso de en­ señanzaha de garantizar la funcionalidad de los aprendizajes. Funcionalidad que no es únicamente una construcción de conocimientos útiles y pertinentes, sino también el desarrollo de habilidades y estrategias de planificación y regula­ ción de la propia actividad de aprendizaje, es decir, el aprender a aprender, para

La afectividad: aspectos evolutilJos y educativos

199

lo cual se desarrollan programas que mejoren la solución de problemas, la crea­ tividad, el razonamiento inductivo y deductivo, en definitiva', mejora en lo cog­ nitivo yen lo metacognitivo. Igualmente, el profesor tratará de enseñar a los alumnos a convivir. Educar es socializar y en la Educación Primaria uno de los principales objetivos es que los alumnos y alumnas interioriCen reglas básicas que regulen una convivencia social pacífica y satisfactoria. En aquellos casos en que las situaciones ambientales sean conflictivas se in­ tentará que la relación con los profesores sea estrecha. Los niños buscan un pa­ dre o una madre ideales, pero la realidad es otra y viene la decepción, entonces el profesor puede convertirse en ese ideal que no han encontrado, el profesor debe comprender la situación y no rechazar esa relación, pero debe saber ac­ tuar y saber decir para que no exista confusión en el niño respecto a los roles que cada uno representa; deben ser consejeros, orientadores peró siempre contando con los padres y haciéndoles participar en el proceso edúcativo de sus hijos para evitar labores opuestas y contraproducentes, de est~ modo am­ bos contribuirán a mejorar el desarrollo intelectual, afectivo y social del niño.

Sociedad El niño es un ser social desde el momento de su nacimiento a diferencia de los animales; se encuentra desprotegido, necesita ele los demás para resolver sus necesidades básicas, entre estas necesidades se encuentra el desarrollo de la afectividad. Según va satisfaciendo estas necesidades, el niño se va motivando biológica y socialmente, incorporándose de forma efectiva al grupo y estableciendo las re­ laciones interpersonales tan necesarias para él como para el grupo. La relación que establece el nii10 con su entorno no es algo pasivo sino que está basado en la transmisión de su modo de actuar y pensar, es decir, su propia individualidad, frente al grupo en·que se desenvuelve, pero a su vez diCho gru­ po le influye en la adquisición de una serie de actitudes (responsabilidad, soli­ daridad, toma de decisión, ete.) que determina su conducta y sus relaciones. Esta interacción culminará con el momento en que dicho grupo le transmita su bagaje cultural acumulado a lo largo de todo el desarrollo histórico de la es­ peciehumana, dicha transmisión implica valores, normas, asignaciones de ro­ les, enseñanza, lenguaje, destrezas, contenidos, ete., y se va a reaÍizar con ayuda de los agentes sociales entre los que se encuentra: madre, padre, hermanos,. otros familiares, compañeros, amigos, maestros, otros adultos, algunas insti­ tuciones, medios de comunicación (T.V cine, prensa ...), libros, juguetes, folclo­ re, etc. La forma de actuar de estos agentes dependerá de factores contextuales co­ mo la clase social, país, zona geográfica en donde el niño nace y vive, así como factores personales como son el sexo, aptitudes físicas, psicológicas, ete.; asi­

2.1.3

200

Necesidades educativas especiales

mismo los vínculos afectivos que el niño establece con los padres, hermanos, amigos... son la base de su desarrollo social por tanto el apego y la amistad me~ diatizarán dicho desarrollo. El proceso de socialización lleva implícito aprender a evitar conductas consí, deradas como perjudiciales y por el contrario adquirir determinadas habilidades sociales. No podemos olvidar que el ambiente percibido por cada individuo no tiene correspondencia absoluta con el ambiente real, nos muestra cómo los estímu­ los ambientales se convierten en cogniciones a través de complejos procesos en los que los modelos mentales preestablecidos, los fenómenos de conciencia, las expectativas del sujeto actúan como mediadores y adquieren un valor diferen­ cial; de este modo se llega a establecer una relación entre el hombre y su me­ dio. Dicho medio puede ser modificado y adaptado por el hombre de acuerdo a sus necesidades, incluso puede crear un medio cultural y tecnológi~o que le sea propio mediante el cual podrá liberarse o suavizar las presiones ambientales (factores atmosféricos, ruidos, aglomeraciones, hacinamientos, hambre, pobre­ za, etc.). Estas presiones actúan de diferente forma en unos individuos y en otros; en un caso, desarrollando conductas adaptativas que les permitan domi­ nar ese medio que se les presenta como enemigo y en otro por el contrario de­ sarrolla conductas de inadaptación y rechazo.

2.2 Configuración y desarrollo de la figura de apego

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Uno de los aspectos cruciales del desarrollo social es el desarrollo afectivo, éste se inicia desde el momento del nacimiento y lo hace a través de la construcción de la figura de apego que representa los lazos de unión de él y los demás. Los padres deben recordar que sus hijos realizan el aprendizaje con ellos y luego lo amplia en sus relaciones con los demás. De su educación familiar en el aspecto afectivo dependerá su comportamiento posterior, el niño que ha crecido en un ambiente conflictivo y carente de cariño más adelante rechazará la sociedad y todo lo que ella representa. El apego puede definirse como el conjunto de sentimientos asociados a las personas con los que convive, que influirán en el 'sujeto transmitiéndoles senti­ mientos de seguridad, bienestar, placer generados por la proximidad y contacto con ellos. Para que esto suceda es necesario que la experiencia de interacciones privilegiadas sea prolongada y que el niño aprenda a diferenciar unas personas de otras y a vincularse de manera estable a alguna de ellas desarrollando así conductas, expectativas y sentimientos de apego. Este vínculo afectivo se forma a lo largo del primer año de vida como resultado de la necesidad de vinculación afectiva que tiene el niño y de la conducta que, pone en juego para satisfacer di­ cha necesidad, así como del ofrecimiento de cuidado y atención específicos que le ofrece la madre o quien ocupa el rol materno. Es por tanto el resultado de la interacción privilegiada entre el niño y su grupo reducido de adultos,

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El apego supone también la construcción de un modelo mental, resultado de dicha relación. Los contenidos más importantes de esa relación son los re­ cuerdos que deja, el concepto que se tiene de la figura de apego, de sí mismo y, por último, las expectativas sobre la propia relación. De todos ellos, los 'refe­ ridos a la dísponibilidad de la figura de apego y la toma de conciencia de que esa figura no puede fallar, hace que el niño desarrolle un modelo mental posi­ tivo y una conducta social adaptada y segura, lo cual influye en un desarrollo intelectual primero sensomotriz y posteriormente representacional (COOL y otros, 1991).

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Cuando el niño asiste a la escuela amplia los contextos de socialización ex­ ternos al hogar, pero sin que desaparezca la influencia de los padres sobre la au­ toestima, motivación, etc., y sobre el comportamiento general del ni1io, hasta este momento se han aceptado las normas pero a partir de entonces este pa­ trón de conducta se acepta si va acompañado de afecto; cuando esto no sucede el niño comienza a desarrolIar conductas agresivas, comportamientos ,ª-ntisocia­ les que se manifiestan en ambientes externos del hogar. Este período se caracteriza por una combinación de control, afecto, comu­ nicaCión y exigencias de madurez representado en la figura del-maestro, nue­ va figura de apego de esta etapa; los padres en este mom'ento se manifiestan en su comportamiento de acuerdo a sus roles sexuales, así la madre será una figura emotiva, sensible a las situaciones interpersonales, afectuosa y acepta­ dora mientras que los padres se muestran más independientes, dominantes, asertivos y competentes a la hora de afrontar y resolver los problemas (LÓPEZ, 1988). . En esta nueva etapa ya lo largo de todos los años de su estancia en la escue­ la, el niño trata y conoce nuevos compañeros que se añaden al número de figu­ ras de apego ya consolidadas, la relación con estos supondrá una influencia ne­ gativa o positiva que se manifestará en la adaptación o inadaI)tación durante su período de escolarización e incluso posteriormente. El rechazo por parte de los compañeros le ocasionará trastornos emocionales, sentimientos de ansiedad, baja autoestima, conductas desordenadas y sentimientos de hostilidad. hacia ellos y hacia la escuela, en cambio cuando esas relaciones son de mutua acepta­ ción se alcanzarán los objetivos propuestos. En la adolescencia los intercambios e interacciones sociales se amplían de forma extraordinaria, se debilita la referencia a lo familiar, las fíguras de apego de la etapa infantil se debilitan. Según va adquiriendo autonomía personal, el sujeto va emancipándose de su fanlilia; dicha emancipación se produce de for- . ma diferente de unos sujetos a otros. La preferencia del hijo hacia la madre se debilita, la comunicación se deterio­ ra y multiplican las interrupciones de la conducta del adolescente por la inter­ vención de sus padres. Más tarde las relaciones suelen mejorar aunque continúa la falta de intimidad con los padres en todo lo relativo a su propia vida, los jóve­ nes van haciéndose más independientes, aunque no siempre se logra esa inde­ pendencia; algunos adultos son eternos adolescentes y se caracterizan por te­ ner sentirnú:ntos de inferioridad, incapacidad para tornar decisiones, pautas de

201

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202

Necesidades educativas especiales

I

comportamiento irresponsable, ansiedad, egocentrismo y parasitismo emocio­ nal alargando de este modo las figuras de apego configuradas con anterioridad (SER-\LD, 1976). Paralelamente a la emancipación familiar, el adolescente va estableciendo I;¡­ zas más estrechos con el grupo de compañeros; primero la pandilla de un solo sexo, más tarde pandilla de distinto sexo, la fase final cuya característica es la disgregación de dicha pandilla por consolidar relaciones entre parejas que poco a poco se desligarán del grupo. Los chicos desarrollan más despacio la intimi­ dad interpersonal, las chicas son más precoces en este aspecto, pero ambos si­ guen necesitando el afecto y cariño de los padres tanto o más que en la infan­ cia, aunque se muestren huraños y esquivos ya que a su vez rechaza la actitud paternalista o maternal aunque la opinión de éstos sobre su futuro sigue siendo importante, frente a la de los compañeros y amigos que influyen en las decisio­ nes cotidianas. La relación de pareja va a ser lo que representa su reafirmació¡{ como perso­ na autónoma y madura, a través de dicha relación irá rompiendo con la depen­ dencia paternal y le permitirá cambiar su rol de hijo para iniciar una nueva eta­ pa en que a su vez él adquirirá el rol de pareja, marido y padre, para modelar y ser modelo de su propia familia. Si su desarrollo afectivo ha estado bien configurado su relación de pareja se­ rá rica y profunda, si por el contrario la afectividad no está presente, la relación será algo vacio y superfluo que le llevará al hastío ya la ruptura con sustitucio­ nes continuas sin presencia del amor quedando sólo en meras satisfacciones SCL . xuales sin adquirir compromisos ni responsabilidades que a la larga le dejará con la amargura de la soledad y de la insatisfacción.

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Como vemos es una etapa de conflictos constantes, el sujeto lucha por de­ fender su independencia, su seguridad, sus valores, sus creencias frente a todo lo impuesto, bien sea por la familia o por la sociedad; esta última le somete a demandas constantes que le plantean numerosas dudas sobre su futuro, sus proyectos, pero en esa lucha por superar los obstáculos irá fortaleciendo su personalidad, adquiriendo y enriqueciéndose con valores que mantendrá a lo . largo de su vida, que le influirán en el logro de las metas propuestas y le ayuda­ rán en la realización de sus proyectos. Asimismo, podemos decir que la figura de apego ayuda al sujeto a encontrar su autonomía personal y a través de las diferentes figuras que va creando a lo largo de su vida, adquiriendo nuevas experiencias, desarrollando diversas con­ ductas, asumiendo nuevos roles y así ir configurando una personalidad ajustada. Para finalizar, diremos que en algunos casos, por influencias socioculturales, la figura de apego no se ve como algo directo e individual sino que ésta es cap­ tada por el sujeto como algo colectivo, quien le va a ayudar y proteger no es la madre sino que será la tribu, el clan, la comuna, la secta, ete., y al llegar a la ado­ lescencia se sustituye y personaliza por el llamado elemento protector, miem­ bro de ese colectivo que le va a proporcionar la seguridad y atención de la que se sienten necesitados.

La afectividad: aspectos evolutivos y educativos

203

¿Qué pasa cuando todo esto se rompe?, que el niño es un ser indefenso, in­ capaz de tener un desarrollo evolutivo normal presentando una sintomatología muy diversa que va desde el apocamiento, timidez, pérdida de iniciativa, baja autoestima, hasta agresividad, desplantes y otras manifestaciones que son fruto de los mecanismos de defensa desarrollados por cada individuo para enmasca­ rar su inferioridad y su abandono afectivo, que en algunos casos le llevará a de­ sarrollar conductas antisociales que culminarán en comportamientos delictivos y que en definitiva son fruto de sus experiencias tempranas frustrantes y cuyos efectos nocivos han emergido una vez pasado el umbral de la adolescencia.

PRINCIPALES TRASTORNOS AFECTIVOS 3. Los trastornos afectivos pueden ser causados por diversas situacioné}:3 conflicti­ vas que se originan en casa, escuela, amigos, ete., sus consecuencias se mani­ fiestan en bajo rendimiento académico, desarrollo evolutivo inadecuado, desa­ justes en la personalidad, baja motivación, conducta inestable e,incluso, a veces, antisocial y agresiva. La ruptura dél núcleo familiar (separación, divorcio ...), carencia afectiva, abandono, falta de atención, características culturales de la familia así como la situación económica, ete., son algunas de las posibles causas que originan di­ chos trastornos. Los sujetos que sufren dicha situación se caracterizan por ser niños obsesio­ nados, deprimidos, tristes, sin seguridad psíquica, niños de familias rotas que vi­ ven en lo más íntimo el drama familiar y que transciende a través de dificultades de aprendizaje, relaciones interpersonales conflictivas, bajo autoconcepto, inse­ guridad, etc.

Causas y consecuencias de los trastornos afectivos 3.1 Es sumamente difícil hacer una clasificación de las causas que originan los tras­ tornos afectivos, muchos autores lo han intentado y desde distintos enfoques (RUTTER, 1978, SPITZER, 1972; CANT\VEEL, 1980; WAND, 1962; FLEIGMER 1972; GOLDWIN 1979; GONZÁtEZ, E. 1987), pero siempre las conclusiones formuladas se caracteri­ zan por ser poco fiables y nada representativas, incluso a veces contrapuestas. Sabemos que un sistema de clasificación es fundamental porque permite re­ coger información, predecir y desarrollar conceptos dentro de una disciplina científica, la fuente de la que se parte para iniciar una posible clasificación de es­ tos trastornos de la infancia puede ser el ambiente familiar en el que transcurre los primeros años de la vida del niño por la influencia que tiene en la configura­ ción de su personalidad. Los enfrentamientos entre la pareja ocasionan que los

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Necesidades educativas especiales

niños vivan en un hogar tenso e incluso agresivo lo que es sumamente perjudi­ cial para su desarrollo psíquico aún más que la ruptura del núcleo familiar. Si es­ te ambiente es roto mediante una separación o un divorcio hace que el nií10 lo viva de forma tan traumática que dificulta sus actividades escolares por lo que aparecen las dificultades de aprendizaje que a su vez distorsionan el desarrollo normal de'la personalidad.

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Teniendo en cuenta estos supuestos vamos a centrarnos en tres aspectos re­ presentativos de esta problemática.

II 3.1.1

Ruptura del núcleof~miliar La familia consútuye la primera unidad socializada, todo lo que el nií10 posee depende de ella y en ella aprende las pautas que guiarán sus relaciones afectivas y si se rompe el núcleo familiar se rompe la estabilidad emociqnal necesaria pa­ ra un normal desarrollo y comienzan los desajustes de la personalidad. Las desavenencias conyugales, las peleas crispadas, los repro(~hes mutuos, la autoridad desequilibrada y los repetidos trastornos van dejando una huella negativa en el pequeí10 que se siente asombrado e impotente sin saber qué pensar. Poco a poco va reaccionando ante estímulos negativos y se vuelve irri­ table y violento. La decepción ante una vida familiar así, le convierte en un su­ jeto apático y falto de interés, sus relaciones afectivas se vuelven tirantes y de­ sarrolla escasamente su capacidad de relación. Según el ministerio de Asuntos Sociales en España, hay 35.000 matrimonios disueltos, el 73% tiene hijos me­ nores de edad. El nií10 sufre la separación de los padres con angustia, tiene sensación de amenaza que ha ido influyendo en su afectividad e incluso se ha sentido culpa­ ble de haber provocado la situación, de ahí que a uno de cada tres niños con padres separados se le haya detectado síndromes depresivos ya que el ambien­ te del lugar ha cambiado, el dinero se convierte en un problema y los hijos son el pretexto para hacerse daí10 la pareja; a esto hay que añadir los problemas por la custodia y el síndrome del fin de semana en el que se espera la visita del pro­ genitor: en muchos casos la espera es en vano (
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