Características Del Estado Somocista
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Características del estado somocista
Desde su independencia, en 1821, y durante todo el siglo XIX, orden social en Nicaragua se caracterizó por el ejercicio oligárquico del poder y por una economía basada en el cultivo y la exportación de café. Hacia fines de siglo, el gobierno comenzó negociaciones con Japón para la construcción de un canal interoceánico. Esta decisión provocó un enfrentamiento con los EE.UU., país que veía afectados s intereses de sus empresas en la región. En la década de 1910, EE.UU. invadió Nicaragua y colocó en el gobierno a un empleado de una empresa norteamericana. Años después se organizó un movimiento resistencia y rechazo al gobierno, absolutamente manejado por las empresas estadounidenses, que fue aplastado. La resistencia continuó y en la década del 20; la región fue liderada por Augusto César Sandinista la definitiva retirada de las tropas norteamericanas de Nicaragua, objetivo que logró en 1933. En 1936, Somoza derrocó al presidente Sacasa y accedió al gobierno, manteniéndose en el poder durante 20 años Luego fue sucedido por sus hijos. Al abandonar Nicaragua, las tropas estadounidenses dejaron talado un sistema de poder basado, en el plano militar, en la en lo político, en un sistema electoral controlado por unas pocas familias; en lo económico, en el control monopolico de los principales recursos productivos (plantaciones, boses, ferrocarriles, aduana, etc.) por parte de la familia Somoza y red de amistades. Desde el gobierno, Anastasio Somoza enfrentó la creciente oposición de obreros, campesinos, estudiantes y hasta de algunos de grupos propietarios. Para evitarlo, llevó adelante una fuerte represión, a través de un impresionante incremento de los miembros las fuerzas policiales y militares, la creación de numerosas cárceles, la persecución, los secuestros y la aplicación de torturas por parte de la Guardia Nacional. (imagen de Anastasio Somoza)
Somoza logró controlar el gobierno realizando fraudes permanentes en todas las elecciones que convocaba, o reprimiendo y atemorizando a la oposición con la finalidad de que no se presentaran a los comicios. Ante el crecimiento los opositores, Somoza suprimió las elección de 1941 y reformó Constitución, estableciendo la ampliación su mandato y la posibilidad de continuar en, gobierno del país. Anastasio Somoza, a dado “Tacho”, fue ases nado en 1956. Lo sucedió en el gobierno, también mediante elecciones fraudulentas, su hijo Luis Somoza. Éste nombró a su hermano meno llamado Anastasio con su padre, al frente de la temida Guardia Nacional La economía nicaragüense durante la dictadura de los Somoza Basada principalmente en el latifundio agrícola, la economía nicaragüensee se orientó a la producción de algunas pocas materias primas para el mercado mundial (café, azúcar y frutas). A partir de la década del 50, se desarrolló el cultivo del algodón y aumentaron las exportaciones. Este cultivo constituyó el área más tecnificada de la economía y la producción quedó concentrada en unos pocos propietarios, incluidos los Somoza, que se expandieron desalojando de sus tierras a millares de campesinos pobres, los que fueron convertidos en mano de obra barata para el levantamiento de las cosechas. A cambio de jornadas de más de quince horas de trabajo, los obreros recibían como salario bonos, que sólo podían ser canjeados en tiendas pertenecientes a las mismas empresas. En los latifundios también, se encontraban los galpones donde vivían los trabajadores, los que carecían de luz y de agua. En los primeros veinte años de gobierno, la familia Somoza se había convertido en la principal propietaria de tierras de todo el país. Poseía más de 50 establecimientos ganaderos, 46 cafetales y 48 casas, solamente en Managua, la ciudad capital de Nicaragua. Al momento de su derrocamiento, por la revolución de 1979, la fortuna de los Somoza estaba valuada en 500 ó 600 millones de dólares eran los propietarios de la quinta parte de las tierras cultivables de nicaragua.
Gran parte de sus bienes fueron obtenidos por la extorsión sobre los antiguos propietarios, para obligarlos a malvenderlos, por la violencia y por la corrupción. También, el dictador cobraba comisiones a quienes exportaban o importaban mercancías y a aquello que manejaban actividades ilegales, como la prostitución, los juegos de azar y el contrabando. En la Nicaragua de Somoza, la mayoría de las empresas del Estado (como los ferrocarriles o compañías de electricidad) y hasta los capitales públicos, estaban dirigidos por los parientes del dictador desigualdades económicas y la absoluta pobreza en la que se encontraba la inmensa mayoría de la población, aumentaban año a año. El gobierno somocista, apoyado por unos pocos propietarios de tierras y empresarios nicaragüenses y por las empresas norteamericanas, no daba respuestas a los problemas sociales, como el hambre, el analfabetismo y los bajos salarios s trabajadores. Esta situación, sumada a la imposibilidad de organizar y ejercer libremente la oposición al gobierno, llevó a un grupo de jóvenes, inspirados en el triunfo de la experiencia revolucionaria cubana de 1959, a conformar —en 1961— el Frente Sandinista de Liberación Nacional e iniciar la lucha armada la dictadura. Desde el punto de vista jurídico, el régimen somocista era una democracia constitucional, que cumplía con los requisitos formales de cualquier sistema democrático basado en los principios que conforman este arreglo institucional: la división de poderes. En sentido político, era un régimen «presidencialista», en donde el Jefe de Estado y de Gobierno, asumió con el apoyo de la Guardia Nacional (G.N.), atribuciones por encima de las que le otorgaba la Ley, lo que los tratadistas llaman facultades metaconstitucionales. El «presidencialismo somocista» fue producto de un golpe de estado, legitimado a posteriori con un formalismo jurídico agradable a los ojos de la potencia hegemónica Una vez consolidada, el fundador de la dinastía somocista, comenzó a intervenir los poderes Legislativo y Judicial. En lugar de apoyarse en una más o menos rígida separación de poderes, el régimen somocista se caracterizo por una virtual fusión de dichos poderes. El control ejercido por Somoza sobre la Guardia Nacional (G.N), sobre su partido, y desde luego sobre las ambiciones y oportunidades de carreras políticas, tuvo un papel central en ese proceso. Su capacidad de concentrar y controlar recursos para imponer su voluntad, lo convirtió en poder despótico.
El Somocismo se convirtió en una extraña combinación de un régimen formalmente representativo y democrático, con un sistema pragmático de corte absolutista que convirtió por muchos años a las elecciones en rituales vacíos, al Poder Legislativo en mera caja de resonancia de las decisiones del Ejecutivo en la que, cuando más se expresaba una oposición testimonial, y al Poder Judicial en dócil instrumento de las necesidades y caprichos del somoza de turno. Para que exista democracia, la elección de los gobernantes debe tener un carácter periódico, es decir, ocurrir en intervalos regulares; en el tiempo de los somozas, se recurría a todo tipo de estratagemas para evitarlas. La periodicidad es una condición necesaria pero no suficiente, otros factores como la alternabilidad en el poder, deben de estar presentes para que hagan posible su sostenibilidad. Si los somozas fueron capaces por muchos años de hacer virtualmente cualquier cosa, lo que más de una vez supuso arbitrariedades y excesos políticos, fue porque el sistema careció de competencia electoral que hiciera posible un autentico pluralismo. En la medida que Somoza por medio de la G.N., tenía asegurada las victorias en todas las contiendas electorales no sólo uniformaba la conducta política que, por definición, determinaba el Jefe del Ejecutivo y a la vez Jefe de la G.N., sino que monopolizaba el desarrollo de las carreras políticas. Si lo primero hacía posible la subordinación de las instituciones, lo segundo garantizaba el sometimiento de los individuos que no podían arriesgarse a una discrepancia. Los estudiosos de las democracias presidenciales sostienen que el sistema de partidos es uno de los factores determinantes del poder presidencial, y que la alternancia en la presidencia es una condición necesaria, aunque no suficiente para la democratización del Poder Ejecutivo. Una democracia es sostenible cuando ésta condiciones de reproducir los requisitos que le permitan continuar existiendo. En Nicaragua, los «guardianes de la dictadura» y un partido oficialista dócil, imposibilitaron estas condiciones, y facilitaron por cerca de cuarenta años el dominio del Ejecutivo sobre los poderes Legislativo y Judicial. Aunque no cuenta con la Guardia Nacional del pasado, el Poder Ejecutivo actual, todavía tiene en sus manos enormes recursos económicos, administrativos, judiciales y regulatorios para doblegar a los otros poderes y los municipios. El sistema político nicaragüense, aún no cuenta con un autentico sistema de pesos y contrapesos, análogos al de las democracias presidenciales actuales. Frente a los poderes omnímodos del zarismo presidencial somocista, hoy tenemos un presidencialismo sin corona imperial, pero no un sistema cooperativo y equitativo de pesos y contrapesos con una Presidencia democráticamente controlada. Nicaragua sigue siendo un país presidencialista, tanto por evidentes razones constitucionales como por historia, ya que estamos acostumbrado a ver en el Jefe del Ejecutivo un eje ordenador de la vida nacional. Sin embargo, el presidencialismo nicaragüense ya no es el de antes, ha perdido una buena parte de las llamadas facultades metaconstitucionales que le daba la discreción para repartir costos y beneficios. Los somozas quedaron atrás, pero debemos impedir la instalación y arraigo de un neo-somocismo que frenaría la democratización, hay
que seguir adelante para impulsarla, conducirla y protegerla, de alguna manera, de las fuerzas y personajes que no se encuentran muy a gusto con el derrotero de cambio político por lo que se ha enfilado el país en los últimos años. La democracia como forma de vida y de gobierno no puede existir mientras la sociedad tenga características o prácticas no democráticas (extrema pobreza, explotación laboral, corrupción, dedazo, etc.); por ello es imprescindible también trascender el campo de las instituciones políticas y democratizar la sociedad civil ya que es desde la esfera de lo social que surgen y se consolidan las instituciones políticas.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE NICARAGUA Recinto universitario “Rubén Darío” facultad de ciencias e ingeniería Ingeniería en computación
Tema: características del estado somocista
Nombre: Nelson Raúl López
Fecha: 25 de marzo del 2014
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