Capítulo 20

1IIu qué sirve todo esto?

Khrysé sonrle. Se siente¡ gusto atll. Ese e3 3u huno tG pr€ocupes. No pug de3 aplender

díÁ.

todo en un

confórmete con to-

m¿¡ los utensi¡iod sólo con dod dedos mientr¡s

levantái el meñique.Eso

será suficiente por hoy.

Debe de ser a.lEuna

excént¡ice- Ellss siemore ouieren uamar ta aten¿ión.

Mira, muchacha. El meior modo de comerlos es sosteniéndolos con esta pinza mientras pinchas el bicho que hay dent¡o con un Pa¡illo.

fue el turno de los ¡Estas cosas están...slurp... estÁn,.. slurp.,, están büení-

Carlos, mi¡a cómo come ahora los caracoles. Si no fue¡a por su aspecto diría que iamis ha tenido uno en sus mano6. Ya te lo dije, Malio. Hacen cualquie¡ cosa por pafecer originales. Pero en ¡a altá sociedad hasta lo mós ridículo termina por corivertirse en moda.

No sé quó dlablos ser{ pero jemér habls comido 8l8o tsn bueno. ¿S€ Püede repetir?

entonc$ otro tle faisanes, que estaba pqla chg palse los dedos. Pelo nada de caracoles. Creo que hago mucho ruido al chupotlo.s. Esta vez le deré e los lansostidos. Mi emiga dice que aéuí están muy buenos. Ah, y dos

,\\ tt..

A seguir vi€ndo el mundo de a¡ri ba, querida. ¿Has p¡obado

o. Pero vi toms¡Io Pol televisión en lss vidrieras de los supermercados.

e1

¡Pero

fii:..

e.ol

coss? No vec nuda

Hmmm... En verdad tie nen costumbfes extrañas, ¿eh? Pero tanto me

jor. A Kungyo le encan-

tan las cosas ra¡as. Tam bién él es bastante exc?n

... El que tieni din€ro

Oh, está bien. Déjalos donde eq tén. Tengo otros psres en eI co che.

Así son Ios nuevos ticos.

o

Yo,.. No puedo creerlo...De ser una mendiga Pidiendo limosna en las calles, paso de pronto a come¡ en los mejores restaurantes Y ves tirme con la ropa más cara... No lo sé... Es como el cuento de Cenicienta, ¿sábes? Y tú eres mi hsda

Io has dicho. Pe¡o Ins hadas madrinas desapa¡ecen el dís menos pensado"'

¿Qué quieces

decii'l

IAr VeZ, tar Vez, tAt VeZ... P¡r mero asegurémonos de sus id€n tidades. ¿Tienes Ia computadq

Mira, Phvllis. Tú eras una men.liga que salvó mi vidá y ayudó a at¡aPa¡ e un feroz ssesino. Demostraste se¡ muy astuta y tener agallas. sólo por eso creo que mere ces la posibilidad de conocer un mundo meior que el

Pera disfrutar

eso ti€ne sus reglas. Y debes aprenderlas muy bien. Porque día yo ya no estiré aquí para ayuderte. Y tú tendrás que sola o vo,verás a l8s calles. ¿Has comp¡endido

Nada, Carlos. La iimusina es rentada. Agencia ses Rally, en el 261 de la calle 47.

d;

remj'

¿Y cómo podríamos averigüar quién Is ha'

Siempre digo que en la vide, para tener éxito, uno debe explo ¿QLré sabes hace¡ tú?

tar Io que nejor sabe hacer. Pues... rob& frutas en los negocjos y esconde¡me en

los botes de basur& para re visarlos antes de que llegue eI cañión recólector.

que clear uñ ha¡o de mE a tu elrededor. Y para ello r

!1

o

gn esta genciUa ceremonia te bau tizo bdo el nomb.e de Vanity.

-

en et champ8gne y trazó l él un signo de burbujas en frente de ls muchacha. E¡a símbolo de lo femeni¡o, au! Phyllis A¡cher támós lo su

)Atí, ' 'P

\l

¡Y si a¡roiá.g tu copa por la vento¡¡iLla todo quedq rá sellado para siempre!

G.iÁ u"r""

r"nemos que realzar ta mercti

""í, ¿Has averiguado quién rentó dería ante Kungyo,

o

po¡ tu nombre. yuis Archer suena... suena a¡

vdgú.

\.------------:

¿Vanity? ¡Me en-

ca¡ta!

-

Te equivocas, Rentalon

ls limusina a nombre

de

las dos. Como si quisie¡an comparti¡ lgs gas, tos, y en especiel los impuestos. Ls otrs se llama PhyUis Archer y.,.

¡En el listado del Segu¡o So

cisl Phyllis A¡cher figura

iNo puedo crce¡lo!

Studio 54,Una disco de moda. Andy Werhol y Al Paci no pasan sr¡s noches squí. Un buen luger para conocer hombres interesan

tes.

¡Y usted no mire!

ry ti -'-'at

Lá limusina se detuvo exac tamente en la pu€¡ta. De ella baja¡on dos personas muy dife¡entes de las que habian subido er¡ el Seville.

=

Recuerda có¡iro te dije que caminaras. Un pie de Iente del otro en la misma línea. iY mueve esa cola, vamos!

fo\-'

ta oa \-

.Aquí hay algo ¡¡ás. Algo que hue Ie ra¡o. Mario. Y ,,rso nos convie ne, Dime s¡ no parecen dos pnÑ titutas de alto nivel que encont¡a ¡on unos billetes en los bolsillos d€ sus clientes.

Pues

bie¡... ¿Quién

se

Las miles de cabezas bailotesndo aparecíün y Oesaparecísn másico mente bajo eI h¡pnótico €fecio d-el estroboscopio. La música atu¡día los oídos y el humo Ie daba al lu-

preocuDafía oor la desa

pe¡ición de dos margiñ;

EAr Un ASpeCtO infernal.

Ya lo sabes. Si algún hombre te pre gunta de dónde eres, nunca digas lá vetdad. Inventa un oasado slorioso

"'

"rg,l"

r"¡"no

r"g;.

- ' .

Inventa otro. llso te

v ¿;

Y Sr Oespues no

ll"^::"j19: d"

Dios... J

Nunca.,. Nunca lo hice.

De acuerdo. Pelo has

ta que me aburra. ecuerdo?

¿D-e

Los homb¡es son como niños. Cu¿ndo consiguen lo que quig aen ya no les interesa. No cedas ante su rornanticismo, H; te desesr. ¿De acuerdo? I?o que

tú digas.

Mi ámigo estÁ hecho una seda. ¿Y sabes quién le enseñó? Yo.

Ha caído en la t¡amga' ¿cómo

Está bien. Pero no le hagas daño. Kungyo las quiere enteras,Y tampoco te defnores. Yo me encorgare oe

avisárle que nos reuni¡emos en el ba¡co,

Es uns diosa. Quiero Probarla antes de entregélsela a Kungyo.

Ustédes parecen tener ex periencia en esto de sedu Oh, no tánto como Pa¡e ce, Sólo somos dos estu dientes de vscaciones.

Pe¡o aún no me has dicho adóq de estamos

oh. vamos e mi casa.

vendo.

t¡anquilidad,

Hmm... Está bien.

i!

a tu casa. c¡eí que conversa-

¿Y bien? ¿Qué te Parece mi casa?

tu casa. Pero no te imagines cosas, ¿eh? Lo hago pars esper8 r s n ánliga.Nsda més. a

Nada impresionante.¿Tie

Está aquí cerca. TenEo bebidas v ellí oodre ¡nos convefsar con mas

Vqmos. A todas

les glsta hacer en aquí. He nacido para amag

se desear u¡ po quito. Y dudo que vuelva a te

en mis brazos,

vaya. Esto se estií vol vie¡do grave.., No m€ hagas hablar Y quíta t€ la ¡opa de una vez.

Si es poa lus buenas, sl Pero me gusta comenza¡ por los zapatos.

;/ -:

No estoy jugendo, Mario. Te detesto y no me importaría matart€.Pero quiero saber dónde está mi amiga. Ella es muy ingenua en cieatos áspectos, te lo dije. Y no sabría defenderse de estas cos8s. Por ello, te lo pido

poi última v,-2.

N S¡'%

un gua¡dia allí. Y rápidamente recono a Msrio. permitiendo su paso. Pero hubo un minúsculo gesto en el rostro del Latino.Un guiño. Una inclinación de cabeza. Un

HoIa, Hatto. SoY Yo, Mario.

: &e"'2\É

o

!'ffi.r/r/e

(iDiosl ¡Esto se ha pueg

to peor! ¡Si no encr¡entro a vanity de inmediq to, no sé qué voy a hace¡!)

Ju¡o... Juro que e!

toy tan sorprendi-

do como tú, señor.

Nu¡ca se nos había escgpado ningllne

Dime qué hs ocurrido, Carlos...

muchacha antes,

los moto¡es. sólo está ros espelando a que traje¡an dos muchachas. Ambas ya a bordo, aunque algo des)ladas. No veo por qué se-

demo¡ando la partide.

Pues acaba de ocurrit.Y en mi propio barco. Y no uria, sino dos. No podemos queda¡nos por máE

tiempo aquí. Podría

mos tene! problemas con las autoridades.

Tienes razón. La vez no falla¡é,

V l;"I!.iii;"i,;;; ñ connigo a mi isla. I::,-q:",::3PTi9-"E Pero sólo hasta que

¿A-. a su isla? Usted no

iu"á'"1'nce,.*,nu

:;;:vy':l:

"ut.vo de sus muchs-

7>

8e ca.lm€n ¡as cosás

t(: a solas. Sentado v meditsndo

Él no pareci¿ preocuirsrse po¡ aquella inesperada apa¡ición. Su voz sigui¿ sien do suav€ y sus movimientos, lentos.

Y tú debes de ser una de

las muchach¿s.-

¿yerdad? Te ruego no tcngas nriedo. En mi isla seréis muv bien :¡atadás. Sólo las qulero p¡ra idrrlirerlas.¿Qué otro placer pr¡edo peimitirme s es-

ta

Pues res¡Ita que no te nemos ganas de ir a tu iÉla. Y eerá meio¡ que ffte digss dónde tienen

En

al$in luga¡ de est€

barco, supongo. Tu a migs hs desap€¡ccido de su camalote. Pero

pronto la encont¡are-

edud?

8n ese momento sintió el to

rll

.."

No temas. No voy a hacerte dsño.Sólo tienes que dejar ese arma y se te da¡á el meior de los csma¡otes pa¡a disfruta¡ do este h€rmoso vis je p0¡ ios siete ¡r,t'

Cofnpréndelo. Cada hombre de e bordo te está buscando.'Tienen orden de disparar si

te aesistes. Quc disp¡rr€n, Pre

fiero mour parecef,

¡Estás locol iNo

voy a quedarme en este barcoi

n

Ah, estas jóvenes tan

otros

l¡

encontrarón. Ya

no puede escag¡¡ do equí.

iDisparen! ¡Dispa¡en! ¡No podemos deja!las con vida!

Llega¡on a la rampa de canotáje. Exhaustas y heladas. EmpapAdas de noche v ensios€s de vida.

Yo... tamoién cref que te habían a-

Lo hicieron... Peao cuando escapé y4.,. ya no pudieron encontrar me.,, Cuando me trajeron a1... al ba¡co Io comprendí todo... ¿Y sg

es... es mds peligroso que el mío de

Ajá. Pero tiene algo de bueno... ¿Y ssbes qué es?

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Esos estupendos cara-

coles. Pero no me pidas que les pinche el bicho. ¿De acuerdo?

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