CANTOS DEL CORAZÓN. Reflexiones sobre los Salmos - JOAN CHITTISTER

February 4, 2017 | Author: Libros Catolicos | Category: N/A
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CANTOS DEL CORAZÓN. Reflexiones sobre los Salmos - JOAN CHITTISTER...

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JOAN CHITTISTER

Cantos del corazón Reflexiones sobre los Salmos

2 MENSAJERO

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la red: www.conlicencia.com o por teléfono: +34 91 702 1970 / +34 93 272 0447 Título original: Songs of the Heart. Reflections on the Psalms © Twenty-Third Publications, 2012 A Division of Bayard One Montauk Avenue, Suite 200 New London, CT 06320 www.23rdpublications.com Traducción: Fermín O. Soto © Ediciones Mensajero, 2016 Grupo de Comunicación Loyola C. Padre Lojendio 2 48008 Bilbao – España Tfno.: +34 944 470 358 / Fax: +34 944 472 630 [email protected] / www.mensajero.com Diseño de cubierta: María José Casanova Edición Digital ISBN: 978-84-271-3814-8

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Índice Portada Créditos Índice Introducción Canto 1: CAMINO DE VIDA Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 16 Canto 2: LIDERAZGO Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 112 Canto 3: MISERICORDIA Y JUSTICIA Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 85 Canto 4: ILUMINACIÓN Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 43 Canto 5: INTIMIDAD Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 27 Canto 6: NIÑOS Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 103 Canto 7: PATRIOTISMO Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 47 Canto 8: HOSPITALIDAD Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 68 Canto 9: CONSOLAR Ideas para el alma 4

Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 23 Canto 10: MADUREZ Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 37 Canto 11: ESTRÉS Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 25 Canto 12: TIEMPO Ideas para el alma Un relato sapiencial de Theophane el monje Actividad del Salmo 103 Canto 13: RISA Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 126 Canto 14: SENCILLEZ Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 73 Canto 15: AUTOACEPTACIÓN Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 51 Canto 16: TALENTO Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 52 Canto 17: PERDÓN Puntos para el alma Un relato sapiencial Actividad del Salmo 32 Canto 18: COMPROMISO Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 130 Canto 19: ŠABBAT Ideas para el alma Un relato sapiencial Actividad del Salmo 46 5

Canto 20: TRADICIÓN Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 19 Canto 21: ORACIÓN Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 92 Canto 22: GRATITUD Ideas para el alma Un relato sapiencial chino Actividad del Salmo 105 Canto 23: HUMILDAD Ideas para el alma Un relato sapiencial de Theophane el monje Actividad del Salmo 18 Canto 24: NATURALEZA Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 89 Canto 25: DAR GRACIAS A DIOS Ideas para el alma Un relato jasídico Actividad del Salmo 63 Notas

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Introducción

El secreto para vivir una vida plena y feliz es aprender a cantar cantos nuevos. En realidad, este libro tiene su origen en cantos entonados hace miles de años. Pero realmente no lo sabrás al leerlo, porque sus palabras hablan tan claramente del hoy como de todos los ayeres que nos precedieron. Son los salmos que el mundo judeocristiano ha rezado a diario durante siglos. Y la razón de su relevancia es clara: los salmos son la historia en marcha del alma humana –la tuya y la mía–. Este libro es un paseo por los salmos escritos por un pueblo pero rezados desde entonces por muchos pueblos diferentes. Dado que tratan de la vida, de lo que significa ser humano, de lo que es debatirse y reír, estar confuso y deprimido, luchar por aceptarse uno mismo y esforzarse por alcanzar la iluminación, hablan de todos nosotros. Lo mejor de todo es que están escritos en un lenguaje universal que nunca pasa de moda, que es siempre nuevo, siempre incisivo. Son los lenguajes de la poesía y el canto. Hay dos cosas en la vida que lo explican todo sin explicar nada en absoluto: una es la música y la otra es la poesía. Como dijo Aaron Copland, el gran compositor americano: «Se puede expresar todo el problema de forma bastante sencilla preguntando: “¿Tiene la música un sentido?”. Mi respuesta sería: “Sí”. Y “¿Se puede expresar, con el mismo número de palabras, cuál es ese sentido?”. A eso mi respuesta sería: “No”». En el «sí y no» reside, de hecho, la belleza de ambas. Tanto la música como la poesía acceden al inconsciente y le dan rienda suelta. Tanto la música como la poesía tratan de lo que significa en lo más hondo de nuestras almas ser humanos. Tanto la música como la poesía nos permiten dar nuestro propio significado a la obra y así ampliar el significado y la conciencia de otros. Tanto la música como la poesía son eternamente flexibles: albergan en sí el significado que les damos en cualquier momento del tiempo, así como el significado que nos expresan con palabras eternas. Los salmos de este libro –todos ellos composiciones poéticas y musicales– tienen también un significado para nosotros. Si es cierto que «la historia de un pueblo se encuentra en sus cantos», como dice George Jelinek, esta historia espiritual de la Casa de Israel es también nuestra historia. Y quizá la historia de todo ser humano vivo en busca del Dios vivo. Los 150 cantos de alabanza del libro de los Salmos son una amplia visión de conjunto de la vida espiritual que, dicen algunos, expresa prácticamente la gama completa de la fe religiosa de Israel. Son el relato universal de la peregrinación del alma a lo largo de la vida.

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El salmista nos canta al corazón y a la mente en un lenguaje que entendemos. Los salmos traen a nuestros oídos poesía que desencadena en nosotros nuevas partículas de esperanza en la presencia del Dios vivo. Aquí mismo. Ahora mismo. Y para nosotros en particular. El salmista es poeta y figura de sabiduría, baladista e historiador del esfuerzo de los humanos por alcanzar a Dios. Este libro se propone tender un puente entre las dos culturas, las dos eras, el alma del salmista y la nuestra. El proceso es simple: pone las palabras del salmista bajo el microscopio de hoy para traer una percepción y una perspectiva nuevas a estos tiempos y desafíos. Después nos toca a nosotros traer al salmo nuestro ser, traer nuestras vidas al microscopio, para entablar el diálogo del alma. Mi recomendación es que se trate despacio cada segmento. Es importante participar en la conversación, cuestionar la postura del salmista a partir de nuestras propias percepciones, quizá memorizar cada versículo, y sumir así el vinagre de nuestras vidas en la miel de las frases. Luego, dejándoles filtrarse en nuestras venas, podemos comenzar un nuevo canto de alabanza para todas las edades de nuestras vidas en el corazón del mundo y también en el nuestro. Ojalá este sencillo libro se convierta para ti en un oasis en el tiempo, lejos de las tensiones de un mundo que demanda más atención de la que el alma humana puede prestarle. Ojalá también aprendas de sus poesías y sus cantos a encontrar un nuevo sentido en el corazón de la vida. Y, sobre todo, ojalá hagas tuyos sus cantos.

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CANTO 1:

CAMINO DE VIDA «Me enseñarás un camino de vida, me colmarás de gozo en tu presencia». (Salmo 16)

El camino de la vida es un sistema sinuoso. Queremos que sea recto y claro. Muy pocas veces lo es. Se trata de algo que se va desplegando poco a poco mientras la vivimos. Hablamos de «planearla» y «descubrirla», pero es más frecuente descubrir la vida retrospectivamente que con anticipación. La mayor parte de las veces no descubrimos la vida: nos descubre ella a nosotros. La única cuestión es si la reconocemos y aceptamos cuando viene; si le damos y extraemos de ella, tal como es, un sentido. Hoy los psicólogos hablan mucho de «alienación», ese «Cuando las personas sentimiento de no estar en contacto con el yo; de no sirven a otras personas, saber exactamente qué queremos hacer en la vida o qué la vida ya no carece sentido tienen para nosotros las cosas mientras corremos de sentido». de un sitio a otro en busca de algo que nos falta pero no JOHN GA RDNER sabemos identificar. Los analistas sociales dicen que la alienación comenzó a marcarnos, como sociedad, cuando la línea de montaje comenzó a reemplazar al trabajo artesanal. Las personas atornillaban estructuras metálicas, seleccionaban melocotones o cortaban bolsillos para pantalones durante toda su vida, pero sin experimentar nunca la sensación de creatividad que conlleva el «montar un coche», «cultivar un huerto» o «diseñar un traje». Evidentemente, es cuestión de encontrar «el colmo del gozo en presencia de Dios». Acaso la alienación sea la señal de que, después de todo, la nuestra no es una cultura secular. Tal vez seamos, en realidad, una cultura muy espiritual que sufre por el hecho de que hemos quedado a la deriva, desligados de todos los pilares, y abocados a encontrar por nosotros mismos las cosas que de verdad cuentan en la vida.

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Ideas para el alma • El sentido no procede de lo que hacemos. Procede de lo que somos. Si somos amantes de la belleza, nuestros días estarán llenos de belleza y nosotros también. Si nos comprometemos con la justicia, ella nos impulsará más allá de toda fatiga o fracaso. Si nos dedicamos a construir comunidad humana, encontraremos el sentido en las personas con cuyas vidas entremos en contacto. La vida solo se vuelve gris, apática y triste cuando lo único que nos mueve es nuestro programa diario. • La vida va deprisa, pero su sentido solo va quedando patente muy poco a poco. El reto es preguntarnos continuamente a nosotros mismos cuál es. • Logro es lo que hacemos en beneficio propio. El sentido deriva de lo que hacemos en favor de los demás.

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Un relato sapiencial de la tradición oral A dos discípulos que habían llegado a depender de su maestro les preocupaba lo que harían cuando él envejeciera y muriese. El anciano, notándolo, les hizo acercarse a él y les contó esta historia: Hubo una vez un estudiante que pasó muchos años junto a su maestro. Cuando este sintió que iba a morir, quiso que incluso su muerte fuera una lección. Aquella noche, el maestro tomó una antorcha, llamó al estudiante y se internó con él en el bosque. Pronto llegaron a su centro, donde el maestro apagó la antorcha sin dar ninguna explicación. «¿Qué ocurre?», preguntó el estudiante. «Se ha apagado la antorcha», contestó el maestro, y siguió andando. «Pero –gritó el estudiante– ¿vas a dejarme aquí, en la oscuridad?». «No, no te dejaré en la oscuridad –oyó decir a su maestro desde la negrura circundante–. Te dejaré buscando la luz».

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Actividad del Salmo 16 Esta semana, haz algo creativo –elaborar un pastel, pintar un cuadro, cortar flores y formar un ramo– que te «colme de gozo».

Salmo 161 ¡Protégeme, Dios, que me refugio en ti! Declaro al Señor: Tú eres mi Señor, no tengo bien fuera de ti. ellos, en cambio, a los consagrados de la tierra: Son mis príncipes, todo mi afán es por ellos. ¡Multiplican sus penas los que corren tras dioses extraños. No derramaré sus libaciones de sangre, mis labios no pronunciarán sus nombres. El Señor es la porción de mi lote y de mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado una parcela apacible, es espléndida mi heredad. Bendigo al Señor que me aconseja, aun de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, siento un gozo entrañable, incluso mi carne habita segura; pues no entregarás mi vida al Abismo, ni dejarás al fiel tuyo ver la fosa. Me enseñarás un camino de vida, me colmarás de gozo en tu presencia, de delicias perpetuas a tu diestra.

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CANTO 2:

LIDERAZGO «Dichoso el que respeta al Señor… En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo… Su frente se levanta con honor». (Salmo 112)

En un siglo que ha producido a Adolf Hitler, Ferdinand Marcos, Nicolae Ceausescu, Terminator y las bandas juveniles, por un lado, y a Martin Luther King, Jr., Dan Berrigan2 y Mahatma Gandhi, por el otro, nos vemos enfrentados a lo que parecen ser conceptos contradictorios de liderazgo. ¿Es la fuerza o es el ejemplo lo que lo define? La consecuencia de esto es que hemos desarrollado ideas muy extrañas sobre lo que significa ser fuerte, eficiente y tener relevancia pública. El liderazgo se ha convertido en un enigma. ¿Hemos de ser seguidores fieles o individuos independientes? ¿Son líderes aquellos en quienes se confía o lo son aquellos a quienes se teme? Estas preguntas son de carácter cultural. En las «Cuestiona la autoridad, sociedades muy gregarias es sumamente importante pero primero fomentar el individualismo para que la persona no resulte levanta la mano». engullida en aras del desarrollo nacional. En esas AUTOR DESCONOCIDO situaciones, los líderes se convierten en déspotas que utilizan a la gente en nombre de ideales personales o sociales que tal vez beneficien, o tal vez no, a los individuos cuyas vidas se sacrifican al proyecto. Los faraones construyeron grandiosas pirámides, pero el precio fue un millón de vidas. Los reyes de España reunieron un tesoro nacional con el oro de América, pero el precio fueron poblaciones enteras de nativos americanos. En las sociedades muy individualistas, como la nuestra, es igual de importante fomentar el sentido de la responsabilidad colectiva para que los intereses privados no usurpen el bien común. Los directivos de empresa que se asignan sueldos millonarios mientras los trabajadores despedidos de clase media pierden su casa por la ejecución de una hipoteca no benefician a la sociedad, aunque la afectan. Las bandas callejeras que aterrorizan vecindarios para ejercer un poder que no les corresponde no influyen en una sociedad: la amenazan. Los familiares que manipulan a su entorno para sus propias necesidades emocionales, sea cual sea el coste para quienes los rodean, tienen el control, pero no son líderes. 14

Liderazgo es la capacidad de perseguir el mayor bien con independencia de que las demás personas vayan en la misma dirección o no. Es, como dice el salmista, la capacidad de ser una luz en las tinieblas para los rectos. Y a menudo es un papel muy, muy solitario.

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Ideas para el alma • El liderazgo no es una pieza intercambiable que pueda alternarse a voluntad. No hacemos «rotar» a los organistas, los programadores informáticos y los contables. El liderazgo es una habilidad, un don, un carisma. Los grupos que quieren tener éxito, sobrevivir, necesitan un liderazgo. Los grupos que destruyen a sus líderes se destruyen a sí mismos. • Los verdaderos líderes no se proponen organizar a una multitud. Simplemente toman la dirección correcta, por solitario que sea el camino, y un día descubren que los sigue una multitud. • Para ser líder no es necesario tener un cargo oficial. Solo se necesita valor, honradez y decir claramente adónde va uno y por qué. Thomas Merton fue un líder espiritual que nunca abandonó su monasterio ni dirigió un retiro. Los Beatles no lideraron un cambio en los estilos musicales enseñando música, sino haciendo algo diferente con ella, sin más. Rosa Parks ya había ido demasiadas veces a la parte trasera del autobús. La pregunta es sencilla: ¿en qué cosas crees pero aún no has hecho nada en relación con ellas? Mientras no respondas a esta pregunta no habrá pruebas de que seas un verdadero líder ni de lo contrario.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Un rabino joven dijo a su maestro: «Cuando estudio y cuando me uno a los demás en las grandes fiestas, me siento intensamente iluminado y vivo. Pero en cuanto todo termina, la sensación desaparece: en mi interior se apaga todo». El rabino anciano contestó: «Es el mismo sentimiento que se da cuando una persona atraviesa el bosque por la noche, cuando la brisa es fresca y la fragancia del aire deliciosa. Si al caminante se le une otro que lleva una linterna, juntos pueden ir seguros y alegres. Pero si llegan a una encrucijada y el que lleva la linterna se separa, el otro debe buscar su camino a tientas, a menos que lleve su propia luz interior». Cuento jasídico

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Actividad del Salmo 112 Haz algo por la justicia, por la paz o por compasión. Conviértete en una «luz en las tinieblas para los rectos».

Salmo 112 Aleluya. Dichoso el que respeta al Señor y es entusiasta de sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia de los rectos será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su justicia se afirma siempre. En las tinieblas amanece para los rectos el Piadoso y Clemente y Justo. Dichoso el hombre que se apiada y presta y administra rectamente sus asuntos: porque no vacilará jamás y será perpetuo el recuerdo del honrado. No temerá las malas noticias; se siente firme confiado en el Señor. Su ánimo está firme, sin temer, hasta ver derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres, su justicia se afirma siempre, alzará el cuerno con honor. El malvado al verlo se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará.

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CANTO 3:

MISERICORDIA Y JUSTICIA «Misericordia y Lealtad se encuentran, Justicia y Paz se besan; Lealtad brota de la tierra, Justicia se asoma desde el cielo». (Salmo 85)

Esta sociedad está enzarzada en un combate mortal entre la misericordia y la justicia. Si hemos de pecar por exceso, ¿en qué bando nos alinearemos? ¿En qué bando queremos estar cuando tomemos atajos, adaptemos las normas a nuestra conveniencia, rompamos las reglas o sucumbamos a necesidades que de otro modo, o en otro lugar, quedan insatisfechas? ¿Qué bando es el correcto? A las personas que defienden la misericordia las llamamos «liberales sensibleras». A las personas que piden más cárceles, condenas más largas o la pena de muerte las llamamos «gente honrada». Sin embargo, parece que nunca consideramos que la misericordia y la justicia puedan ser la misma cosa. ¿Y si no se pudiera separar una de otra? Entonces, ¿qué debemos hacer cuando juzguemos a los demás? Pero, tal como están las cosas, enemistamos entre sí a dos elementos que para funcionar deben estar inextricablemente unidos. Oponemos entre sí dos elementos que, si se separan, quedarán debilitados por la pérdida de su otra dimensión. Creemos que debemos ser o lo uno o lo otro, en vez de aprender a ser ambas cosas a la vez. Olvidamos que puede ser misericordioso impedir que «Los niños son inocentes una persona haga daño a las demás o a sí misma. No y aman la justicia, recordamos que practicar la compasión puede ser la mientras que la mayoría forma más elevada de justicia. Es decir, no lo de los adultos recordamos hasta que un día necesitamos las dos. Hasta son malvados que examinamos nuestra propia vida y las vidas de y prefieren aquellos a quienes amamos y descubrimos que están la misericordia». bañadas en misericordia, cuando muchos dirían que lo G. K. CHESTERTON que hacía falta era justicia. Entonces entendemos a Dios un poco mejor. Entonces entendemos la misericordia y la justicia de un modo distinto.

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Ideas para el alma • El más extraño de todos los fenómenos humanos es, quizá, el hecho de que damos por supuesta la misericordia de Dios para con nosotros, pero se nos hace muy difícil ser misericordiosos. Si necesitáramos una prueba de que Dios es completamente «Otro», ciertamente sería esta. • A menudo se confunde la justicia con la severidad. La justicia exige que tengamos en cuenta incluso el más mínimo factor atenuante de un hecho. La justicia mira al motivo, la posibilidad y la necesidad. La severidad solo mira a la ley. • «¿Por qué estás en la cárcel?», dicen que le preguntó Mary Jones, la veterana sindicalista, al hombre pobre, joven y desempleado que estaba en la celda. «Por robar cincuenta dólares». «Lástima que no robaras un ferrocarril – contestó ella–. Ahora quizá estarías en el Senado». Esto nos hace pensar, ¿verdad? ¿Cómo es que los delitos cometidos por gente de clase baja son el azote de la nación, mientras que los delitos financieros no son más que caprichos de los negocios? Tal vez valga la pena que nos lo preguntemos. La respuesta podría decirnos quizá más de lo que queremos saber acerca de nuestra sociedad, de nosotros mismos y de nuestros estándares tanto de justicia como de misericordia.

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Un relato sapiencial de la tradición oral «¿Quién está más cerca de Dios? –preguntó el buscador–, ¿el santo o el pecador?». «El pecador, por supuesto», dijo el anciano. «Pero ¿cómo es posible eso?». «Porque cada vez que una persona peca, rompe el cordón que la une a Dios. Pero cada vez que Dios la perdona, el cordón se anuda de nuevo. Y así, gracias a la misericordia de Dios, el cordón se acorta y el pecador se acerca a Dios».

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Actividad del Salmo 85 Únete como voluntario, o haz un donativo, a una organización en la que «Misericordia y Lealtad se encuentren». Por ejemplo, un comedor social que se pronuncie contra la pobreza, o un sistema agrícola comunitario que emplee energías renovables.

Salmo 85 Señor, has sido bueno con tu tierra, has cambiado la suerte de Jacob; has perdonado la culpa de tu pueblo, has cubierto todos sus pecados. Has reprimido tu cólera, te has retraído de tu ira encendida. Restáuranos, Dios salvador nuestro, calma tu enojo con nosotros. ¿Vas a estar siempre indignado con nosotros, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo te festeje? Demuéstranos, Señor, tu lealtad y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice Dios: el Señor propone la paz a su pueblo, a sus leales, a los que recobran la esperanza. Ya se acerca su Salvación a sus fieles, para que la Gloria habite en nuestra tierra. Bondad y Lealtad se encuentran, Justicia y Paz se besan; Lealtad brota de la tierra, Justicia se asoma desde el cielo. Pues el Señor dará la prosperidad y nuestra tierra dará su cosecha. Justicia caminará delante de él encaminando sus pasos.

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CANTO 4:

ILUMINACIÓN «Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu Monte Santo, hasta tu morada». (Salmo 43)

A menudo los instantes de oscuridad de la vida –esos momentos en los que el presente se nos hace insoportable y el futuro se nos antoja imposible– parecen momentos vacíos, inútiles. Únicamente más tarde, cuando miramos atrás, vemos cuán fecundos para nosotros fueron, en realidad, esos periodos. La oscuridad, de hecho, es el comienzo de la luz. Es el lugar donde nos vemos obligados a reparar en lo que hasta entonces no hemos querido o podido comprender. La oscuridad es ambigüedad espiritual, santa contradicción, misterio que desarma. En este mundo, la función clave de la oscuridad –sea del tipo «Un descubrimiento que sea– es siempre, a fin de cuentas, iluminar. Lo que consiste en ver lo que aprendemos cuando no encontramos nuestro camino en una todos han visto etapa penosa de la vida son percepciones intuitivas que no y pensar lo que nadie hemos captado en otras situaciones mejores. Quizá no ha pensado». ponemos tanta atención cuando la vida nos va bien. Cuando ALBERT SZENT-GY ORGY la vida es fácil, no escuchamos en absoluto. Cuando la vida es difícil, tenemos el buen sentido de preguntarnos por qué lo es. Oímos hablar mucho de las pérdidas que se sufren en la vida, pero no llegamos a saber realmente lo que es una presencia intangible hasta que muere alguien a quien queremos de verdad. Leemos un artículo tras otro sobre la simplicidad de la vida, pero no llegamos a darnos cuenta realmente de cuán pocas cosas necesitamos para ser felices hasta que perdemos algo de gran importancia. La iluminación es el momento de la vida en el que exteriormente apenas nos queda nada y de pronto descubrimos en nuestro interior algo que compensa toda esa carencia. Los filósofos y los teólogos discuten sin cesar sobre algo que todo ser humano, de un modo u otro, acaba por saber sin la menor duda: la vida es un proceso en el que vemos disiparse las dimensiones materiales de la condición humana al tiempo que el espíritu se va volviendo más fuerte, más grande, más rico en su camino hacia la eternidad.

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Ideas para el alma • Hay momentos en la vida en los que todo aquello por lo que hemos trabajado, todo aquello para lo que hemos ahorrado, todo lo que hemos aguardado, lo que hemos planeado, se desmorona, muere y fracasa. El trabajo se va, se acaba el dinero, muere un niño, la familia se deshace, el negocio se hunde, los sueños de toda una vida se rompen en pedazos. El sentimiento es de oscuridad. La tentación es desesperar. La esperanza es ser libre. Si soy capaz de aferrarme a la vida con confianza, eso es la iluminación. Después, ya no hay absolutamente nada cuya pérdida pueda destruirme. • Jonathan Swift escribió: «Ojalá vivas todos los días de tu vida». Qué infrecuente es eso. La mayoría de nosotros nos pasamos la mitad del día de hoy aguardando un mañana impreciso en vez de disfrutar de lo que tenemos delante ahora mismo. • El psicólogo Carl Jung trató de enseñarle al mundo que en todo hay un lado iluminado y un lado oscuro, un lado oscuro y un lado iluminado. Estés donde estés ahora en la vida –en la oscuridad o en la luz–, la iluminación supone considerar qué exigirá de nosotros su opuesto. Entonces sabremos qué nos exigirá la vida para completar el proceso actual.

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Un relato sapiencial de la tradición oral «Maestro, vengo a ti en busca de iluminación», dijo el sacerdote al santo. «Bien –dijo el maestro–; entonces, como primer ejercicio de tu retiro, sal al patio, echa la cabeza hacia atrás, abre los brazos y espera a que vaya a buscarte». En cuanto el sacerdote se colocó en posición en el patio, llegó la lluvia. Y llovió. Y llovió. Y llovió. Al final vino el anciano maestro. «Bien, sacerdote –dijo–, ¿has sido iluminado hoy?». «¿Lo dices en serio? –dijo el sacerdote, indignado–. Me he pasado una hora aquí, de pie bajo la lluvia. ¡Estoy empapado y me siento ridículo!». Y el maestro dijo: «Bien, sacerdote; para ser el primer día de un retiro, me parece una gran iluminación».

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Actividad del Salmo 43 Haz al menos una cosa que alimente tu alma, que te conduzca hasta el Monte Santo de Dios, hasta su morada.

Salmo 43 Hazme justicia, Dios, defiende mi causa contra gente desleal, del hombre traidor y criminal ponme a salvo. Pues tú eres mi Dios y mi protector: ¿por qué me rechazas? ¿Por qué voy andando sombrío, hostigado por el enemigo? Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu Monte Santo, hasta tu morada, y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi gozo y alegría. Te daré gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué estás gimiendo? Espera en Dios, que aún le darás gracias: Salvación de mi rostro, Dios mío.

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CANTO 5:

INTIMIDAD «Hablo del deseo de mi corazón: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplando la belleza del Señor». (Salmo 27)

Hay un documento del siglo VI, la Regla de san Benito, pensado para señalar el camino hacia la plenitud de vida, que lo dice bien claro: todos debemos tener a alguien que nos conozca y sea lo bastante sabio, solícito y equilibrado para ayudarnos a conocernos a nosotros mismos. San Benito lo llama «el cuarto grado de humildad». Significa que, si no trabajamos los pensamientos, las ideas y los sufrimientos que nos consumen, no podemos superarlos. «Que haya espacio Necesitamos aprender a confiar, a compartir, a admitir nuestras en vuestra unión». debilidades, a quitarnos las máscaras, a estar en el mundo con JA LIL GIBRA N sinceridad y autenticidad. Eso no quiere decir que debamos contárselo todo a todos. Quiere decir que debemos contarle todo a alguien. Por eso es tan importante escoger a los amigos. Por eso es fundamental para nuestro desarrollo que dejemos entrar a alguien en nuestra vida. La intimidad no es una circunstancia; es una necesidad del crecimiento humano. «Encuentro refugio en hablar contigo», escribió Emily Dickinson. Quizá no hay mejor forma de describir los efectos reales de la intimidad. Nuestros íntimos son aquellos con quienes nos sentimos seguros y respetados, por muy insignificantes que nos consideremos en ese momento. La pregunta es si alguno de nosotros ha vivido plenamente antes de haber experimentado tal consuelo. El salmista lo dice claramente: no somos un mundo aparte. Para encontrar la plenitud de vida, hemos de salir de nosotros mismos a fin de hallar la presencia divina en el otro. La conciencia de que hay belleza más allá de nosotros mismos nos llama a ser más de lo que podemos ser solos.

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Ideas para el alma • Solo podemos tener intimidad con aquellos a los que permitimos ser ellos mismos. La intimidad no es el derecho a controlar a otro; es, simplemente, la esperanza de poder confiar en el otro por nuestro propio bien. A la persona con la que podemos tener intimidad, le podemos descubrir la otra mitad de nuestra alma, sabiendo que nunca, en ninguna circunstancia, lo usará en contra nuestra y que ella puede hacer lo mismo con nosotros. • Si en la vida no hay nadie con quien seas completamente sincero – completamente–, no hay nadie en la vida a quien ames de verdad. • Guárdate de las personas que no te dejan espacio para más amigos, para otras actividades, para nuevas ideas y para experiencias sin relación con ellas. Están mucho más interesadas en sí mismas que en ti. • El pintor Claude Monet escribió: «Quizá les deba a las flores el haberme convertido en pintor». Creo que en esa declaración hay una enseñanza. ¿Hay algo que ames lo bastante como para decir que ha cambiado, modelado, conformado tu vida?

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Un relato sapiencial de la tradición oral Había una vez un hombre que era célebre por su sabiduría y santidad. Siempre que le preguntaban cómo había alcanzado tal iluminación, él decía: «Sé lo que hay en la Biblia». Un día, cuando acababa de darle esa respuesta a quien le había preguntado, una voz exasperada gritó: «Bueno, ¿y qué hay en la Biblia?». «En la Biblia –dijo el iluminado– hay dos flores prensadas y una carta de mi amigo Jonathan».

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Actividad del Salmo 27 Hoy arriésgate, juégate lo que eres, entablando una conversación seria con otra persona. Habla sinceramente «del deseo de tu corazón».

Salmo 27 El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es baluarte de mi vida: ¿de quién me asustaré? Cuando me atacan los malhechores para tragarme vivo, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no teme; si entran en batalla contra mí, aun así yo confío. Una cosa pido al Señor, es lo que busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida; contemplando la belleza del Señor, observando su templo. Él me guarecerá en su cabaña a la hora del peligro; me esconderá en lo escondido de su tienda, me alzará sobre la roca. Entonces levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca. En su tienda ofreceré sacrificios entre aclamaciones, cantando y tañendo para el Señor. Escucha, Señor, mi voz que te llama, ten piedad de mí, respóndeme. –Buscad mi rostro. 31

–Mi corazón dice: Yo busco tu rostro, Señor, no me ocultes tu rostro. No apartes con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me acogerá. Indícame, Señor, tu camino, guíame por un sendero llano, pues me están espiando; no me entregues a la saña de mis rivales. Se levantan contra mí testigos falsos, acusadores violentos. Yo, en cambio, espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. –Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

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CANTO 6:

NIÑOS «Como un padre se enternece con sus hijos, así se enternece el Señor con sus fieles». (Salmo 103)

Para nosotros, en nuestra cultura de hoy, la familia es un concepto muy diferente, muy complejo. Muchos nos hemos criado en una sociedad de familias monorraciales, monoconfesionales, donde el padre «traía el pan a casa» y la madre se dedicaba a «sus labores»; donde no se mezclaban los colores, y las mujeres, como clase, no disponían de independencia económica. El divorcio era socialmente inaceptable. Las mujeres, ante la ley, eran menores de edad. La maternidad era un proceso incontrolable. Pero la consecuencia de todo ello era que muchos niños vivían en hogares violentos, sin amor, de los que no había escapatoria. Lloramos la pérdida de aquellas estructuras ideales, y –por «Nuestra especie muchos motivos– con razón. El número de hogares más amenazada monoparentales va en aumento. El grupo de las familias son los niños». 3 combinadas deja a los hijos con dos familias a tiempo parcial en DA NIEL BERRIGA N lugar de una a tiempo completo. La pobreza infantil se está multiplicando a un ritmo alarmante en el país más rico del mundo. El matrimonio ha pasado a tener, en demasiados casos, un marcado carácter de ensayo experimental. En consecuencia, tendemos a imaginar que las antiguas formas de vida familiar eran perfectas, pese al hecho de que aquellas épocas produjeron también mucho sufrimiento, e incluso mucho pecado. Las personas pasaban su vida entera en matrimonios sin amor. Los hijos no eran deseados, sufrían desatención, abusos, carencias. Las mujeres y los niños eran abandonados impunemente o reducidos a la pobreza, o se les obligaba a soportar infidelidades sin número. La pregunta de si alguna vez ese ideal fue una realidad adquiere una gran trascendencia social. Al mismo tiempo, nos ha preocupado tanto la aparición de modernas de familia –interracial, monoparental, combinada, con homoparental4– que con demasiada frecuencia hemos perdido de subyacente de las relaciones humanas. Cuando rezamos Dios de amor, 33

diversas formas hijos adoptivos, vista la esencia olvidamos que el

amor de Dios no toma ninguna forma, no tiene límites, no sabe lo que son barreras, no exige una prueba sistémica y definitiva de decoro. Olvidamos que el amor de Dios es incondicional y exige eso mismo de nosotros. Hemos olvidado que solo el amor puede crear una familia. Pero el salmista tiene más juicio. El salmista habla siempre y únicamente del Dios lleno de ternura, el Dios que no admite obstáculos a la alianza, el Dios que no excluye a ningún color, ningún estatus, ninguna clase social, ningún sexo, de la plenitud de la vida, porque este Dios pone el amor por encima de la ley. El salmista nos hace examinar toda relación en busca de la característica que la sostiene, no de las obligaciones legales que la definen ni de las estructuras que la conforman. Para convertirnos en la familia de Dios, la familia humana, debemos –no nos quepa duda– hacer lo mismo: simplemente rogar para que toda familia, sea cual sea su forma, tenga los recursos que necesita para vivir con dignidad y amor, y la espiritualidad que necesita para vivir siempre con integridad, ternura y risas.

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Ideas para el alma • «La decisión de tener un hijo –escribió Elizabeth Stone– es trascendental. Es decidir, de una vez para siempre, que tu corazón andará dando vueltas por ahí, fuera de tu cuerpo». Y su idea era correcta, pero incompleta. Todos los niños, nuestros o no, son portadores de la vida que les dejamos. En todo niño viviente residen las consecuencias de las normas, de las conciencias de todos nosotros. • Dentro de cada uno de nosotros hay un niño que necesita protección, cuidados, alimento, aprecio. ¿Quién cuida del niño que hay en ti? ¿De quién es el niño interior al que más quieres en este mundo? Sea quien sea esa persona, su «niño del alma» es parte de tu familia, con independencia de quiénes sean tus familiares según la ley. • Nunca tengas miedo de ser afectuoso. La ternura es un vínculo más fuerte que la sangre, más seguro que la eternidad, más prometedor que el poder. La ternura expresa que buscamos a otro y que hemos sido encontrados.

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Un relato sapiencial de la tradición oral El hermano del gran poeta japonés Riokan le pidió a este que viniera a su casa y hablara con su hijo, que era un delincuente. Riokan fue y no reprendió en absoluto al muchacho. Pasó allí la noche y, a la mañana siguiente, se preparó para partir. El díscolo sobrino, mientras le ataba las sandalias a Riokan, notó que le caía encima una gota de agua tibia. Mirando hacia arriba, vio que Riokan lo miraba a él con los ojos llenos de lágrimas. Después Riokan volvió a su casa, y el sobrino cambió para bien.

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Actividad del Salmo 103 Haz hoy algo especial por un niño o niña: tu propio hijo, un sobrino, un nieto, un niño víctima de la pobreza, un hijo de una familia monoparental. Sé cariñoso con un niño; sé tan tierno como Dios.

Salmo 103 Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi interior, a su santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios. Él perdona todas tus culpas, cura todas tus dolencias. Él rescata tu vida de la fosa y te corona con su bondad y compasión. Él te sacia de bienes en la adolescencia y tu juventud se renueva como la de un águila. El Señor hace justicia y defiende a los oprimidos. Enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los israelitas. El Señor es compasivo y clemente, paciente y misericordioso. No está siempre pleiteando ni guarda rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Pues como se eleva el cielo sobre la tierra, así vence su misericordia a sus fieles. Como dista la aurora del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre se enternece con sus hijos, así se enternece el Señor con sus fieles. Pues él conoce nuestra condición y se acuerda de que somos barro. El hombre dura lo que la hierba, 37

florece como flor campestre, que el viento la roza, y ya no existe, su puesto no vuelve a verla. Pero la misericordia del Señor con sus fieles dura desde siempre hasta siempre; su justicia pasa de hijos a nietos, para los que guardan la alianza y recitan y cumplen sus mandatos. El Señor afirmó en el cielo su trono, su reinado gobierna el universo. Bendecid al Señor, ángeles suyos, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a cumplir su palabra. Bendecid al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplís su voluntad. Bendecid al Señor, todas sus obras, en todo lugar de su imperio. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

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CANTO 7:

PATRIOTISMO «Dios es rey de toda la tierra… Dios reina sobre las naciones». (Salmo 47)

En la historia de Estados Unidos hay dos conceptos que merecen ser revisados en estos tiempos. El primero es el patriotismo. El segundo es el jingoísmo. No son palabras sinónimas, por más que a veces tendamos a usarlas como tales. El patriotismo es el amor a la patria –literalmente, a la tierra «padre»–. El jingoísmo es chovinismo: un amor a la patria al que le falta ojo crítico. O, tal vez mejor, un amor a la patria al que le falta un ojo amoroso. Cuando amamos algo hasta el punto de perder la capacidad de compararlo con lo mejor que puede llegar a ser, en realidad no lo «amamos». Lo convertimos en un ídolo. El jingoísmo es una idolatría destructiva, el tipo de fetichismo nacional que, llevado hasta el extremo, desemboca en el holocausto de los judíos, el genocidio de los bosnios, la matanza de palestinos y la masacre de los nativos americanos. Pero el salmista lo dice claramente. Dios «reina sobre las naciones». Lo que hacemos con la gente en nombre del «americanismo» será juzgado a la luz de lo que es bueno para la creación, para nosotros y para aquellos a cuyas vidas afectamos como nación. El patriotismo, por otro lado, es un compromiso con los ideales por los que luchamos como nación. El verdadero patriotismo acoge, alienta, se compromete a participar en los grandes debates nacionales que cuestionan la guerra, se oponen a los impuestos y deciden el sistema penal. El patriotismo plantea preguntas incómodas: ¿de verdad «Cuando pienso estamos invirtiendo, en este país, suficiente dinero en que Dios es justo, educación? ¿Bastan ocho semanas de formación para que la tiemblo por mi país». gente que depende de las prestaciones sociales adquiera los THOMA S JEFFERSON conocimientos necesarios para encontrar y conservar un empleo, ahora que les hemos quitado a sus hijos los vales de comida? ¿Qué exige exactamente una ética de la vida en todos los niveles, en todo momento? ¿Debemos seguir entregando más de la mitad del presupuesto nacional a los militares? Estas preguntas involucran al patriota con honestidad y valentía. Estas preguntas y otras igual de difíciles, de candentes, determinarán la dirección que tomará realmente nuestro país. 39

Ideas para el alma • En este planeta no habrá verdadero patriotismo hasta que, para todos y cada uno de nosotros, nuestro país sea el mundo. Entre tanto, no somos más que tribus que se disputan un territorio que, para empezar, no nos pertenece. • Solo saliendo de nuestro país podemos llegar a saber de verdad lo que significa ser de nuestro país. Es algo estimulante y humillante. El verdadero amor a la patria exige que encontremos la belleza de otras culturas y nos afanemos por crecer a partir de lo que hemos aprendido de los demás. Como dijo Albert Camus: «Amo demasiado a mi país para ser nacionalista». • La espiritualidad del patriotismo exige que «demos al césar lo que es del césar» y nada más.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Durante la Segunda Guerra Mundial, una viuda alemana mantuvo ocultos en su casa a unos refugiados judíos. Cuando sus amigos se enteraron de la situación, se alarmaron en extremo. «Estás poniendo en riesgo tu bienestar», dijeron. «Ya lo sé», replicó ella. «Entonces –preguntaron– ¿por qué sigues adelante con esta locura?». Su respuesta fue escueta y directa: «Lo estoy haciendo –dijo– porque ahora es el momento y yo estoy aquí».

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Actividad del Salmo 47 Dedica hoy treinta minutos a instruirte sobre una cultura o religión que te inspire temor o que no comprendas. Recita al principio y al final de tu tiempo de estudio el pasaje «Dios es rey de toda la tierra… Dios reina sobre las naciones».

Salmo 47 Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo porque el Señor es altísimo y terrible, emperador de toda la tierra. Él nos somete pueblos, nos sojuzga naciones. Nos escoge nuestra heredad, orgullo de Jacob, su amado. Ascendió Dios entre aclamaciones, el Señor a toque de trompeta. Tañed para Dios, tañed, tañed para nuestro rey, tañed, porque Dios es rey de toda la tierra: tañed con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su santo trono. Príncipes paganos se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán, porque de Dios son los escudos de la tierra, y él es sublime.

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CANTO 8:

HOSPITALIDAD «Padre de huérfanos, protector de viudas, es Dios en su santa morada. Dios da un hogar a los que están solos». (Salmo 68)

Yo era muy pequeña –tendría unos cuatro años– cuando sucedió. La lluvia había estado azotando nuestra casa todo el día. Sentada junto a la ventana de la sala, perdida en las ensoñaciones propias de una hija única en un día lluvioso mientras contaba, hora tras hora, las gotas que caían, lo vi salir del bosque, al otro lado del camino. El chico era delgado y estaba harapiento, sucio y empapado. También estaba a muchos kilómetros de cualquier parte. Lo vi acurrucarse bajo los escalones de nuestro porche al tiempo que el día se nublaba más y más. Él no se movió. Me estremecí al verlo y fui a buscar a mi madre. No recuerdo más detalles. Solo lo recuerdo a él, sentado a la mesa en nuestra cocina, con la ropa de mi padre, la cabeza gacha, las manos entrelazadas e inertes en el regazo mientras mi madre le servía más sopa en el tazón y le untaba más mermelada en el pan. Luego vino gente de uniforme y se lo llevó lentamente mientras yo observaba desde una distancia prudencial. Al salir, abrazó a mi madre. Ella lo rodeó con los brazos y le dio un beso en la cabeza. ¿Quién era aquel desconocido que había usurpado el amor de mi madre? ¿Y por qué? No he olvidado la escena. No hace falta pensar mucho para comprender por qué «Concédeme que forman parte de la vida espiritual cualidades como la reconozca honestidad, el autocontrol, la devoción y el amor. Pero ¿la en los otros hombres hospitalidad –el arte de ser amable con las personas–? y mujeres, ¿Por qué precisamente la hospitalidad? La pregunta atrae Dios mío, el resplandor el interés del alma. Nos da algo en lo que vale la pena de tu rostro». pensar, quizá. ¿Por qué uno de los documentos P. TEILHA RD DE CHA RDIN espirituales más antiguos de la civilización occidental, la Regla de san Benito, apenas dice una palabra del ascetismo pero habla una y otra vez de la hospitalidad y de la acogida a los huéspedes? Es un enigma que nos tienta con algo que vale la pena conocer. La respuesta, creo, es que la hospitalidad es básica. Es ella la que nos enseña las demás cosas de la vida. Es ella la que nos prepara para desenvolvernos en las demás 43

cosas. Es la hospitalidad la que nos enseña la honestidad y el autocontrol, la devoción y el amor, la apertura y la confianza. El camino de la hospitalidad es más arduo y encierra más sentido que cualquier ascetismo que podamos idear para nosotros mismos. Por la hospitalidad, los anacoretas del desierto, buscadores espirituales que se internaban en las regiones más recónditas de Egipto y Oriente Próximo para llevar una vida de soledad y oración, infringían todas sus reglas de vida, porque dejar que una persona vague sin agua y sin ayuda por el desierto es, bien mirado, condenarla a muerte. La hospitalidad es el arte de tener un alma abierta y una mente que escucha en un mundo donde, solos, moriríamos todos por inanición del alma.

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Ideas para el alma Es muy fácil ser amables con los vecinos. Cuando llegan a la vecindad personas a las que nunca hemos visto antes –el subsahariano que pasea; el musulmán que está mirando las casas; la señora de las bolsas que vaga por la ciudad–, es entonces cuando el corazón humano es sometido a la mayor de las pruebas. «Si somos benévolos y corteses con los extraños –escribió Francis Bacon–, es señal de que somos ciudadanos del mundo». La Escritura es un catálogo de mensajes de Dios que llegaron por mediación de desconocidos. Uno tras otro, los relatos de la Escritura detallan las bendiciones que llegan con lo inesperado. Cuando la persona se para a pensar, vacila. ¿Es posible que cada desconocido al que rechazamos sea un mensaje divino que perdemos? La hospitalidad no es solo cuestión de abrir la puerta; es cuestión de abrir el corazón. La hospitalidad es nuestro modo de transformar un mundo lleno de prejuicios, corazón a corazón.

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Un relato sapiencial de la tradición oral

Un viejo rabino preguntó una vez a sus discípulos cómo podían distinguir que había terminado la noche y comenzado el día. «¿Tal vez –preguntó uno de los discípulos– cuando ves un animal a lo lejos y distingues si es una oveja o un perro?». «No», respondió el rabino. Otro preguntó: «¿Es cuando ves un árbol a lo lejos y distingues si es una higuera o un melocotonero?». «No», respondió el rabino. «Entonces, ¿cuándo es?», preguntaron los discípulos. «Es cuando puedes mirar a la cara a cualquier hombre o mujer y ver que es tu hermano o hermana. Porque si no ves eso, aún es de noche».

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Actividad del Salmo 68 Haz hoy un acto de hospitalidad con un vecino: rastrillar las hojas secas de su jardín, retirar la nieve de su tramo de acera, llevarle un postre, ofrecerte a cuidar a su bebé…

Salmo 68 Se levanta Dios, se dispersan sus enemigos, huyen sus rivales. Como se disipa el humo, así se disipan; como se derrite la cera ante el fuego, perecen los malvados ante Dios. Los honrados se alegran, se alborozan ante Dios, lo festejan con alegría. Cantad a Dios, tañed en su honor, apisonad un camino al jinete en la estepa; en Nombre del Señor regocijaos ante él. Padre de huérfanos, protector de viudas, es Dios en su santa morada. Dios da un hogar a los que están solos, saca de la prisión a los cautivos; los rebeldes se quedan solos en el yermo. Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo, cuando avanzabas por el páramo, la tierra tembló, el cielo destiló, ante el Dios del Sinaí, ante Dios, el Dios de Israel. Una lluvia generosa derramaste, Dios, tú aliviaste tu heredad extenuada. Tu rebaño habitó en ella, la que bondadosamente, Dios, habías preparado para el desgraciado. Mi Señor da el parte de guerra 47

y una multitud pregona la noticia: Reyes, ejércitos van huyendo, van huyendo. Finca y casa se reparten como botín, ¿y os quedáis tumbados en los apriscos?; alas de paloma recubiertas de plata con las plumas irisadas de oro. Cuando el Todopoderoso desbarataba reyes, nevaba en el Monte Salmón. Montaña divina es la montaña de Basán, montaña escarpada es la montaña de Basán. ¿Por qué tenéis envidia, montañas escarpadas, del monte que ha escogido Dios para habitar? En él habitará el Señor por siempre. Los carros de Dios son miles y miles, millares los arqueros. El Señor marcha del Sinaí al santuario. Subiste a la cumbre llevando cautivos, recibiste como tributo hombres, incluso rebeldes; y te instalaste, Señor Dios. Bendito el Señor cada día: Dios carga con nuestra salvación. Dios es para nosotros el Dios Salvador, al Señor mío toca librar de la muerte. Dios machaca la cabeza del enemigo, el cuero cabelludo del que incurre en culpa. Dice el Señor: Los traeré de Basán, los traeré desde el fondo del mar, para que bañes los pies en sangre y las lenguas de los perros se ceben en el enemigo. Aparece tu cortejo, Dios, el cortejo de mi Dios y mi Rey al santuario. Al frente marchan los cantores, detrás los tañedores en medio las muchachas tocando panderos. En la asamblea bendecid a Dios, 48

al Señor en la congregación de Israel. Allí los va guiando Benjamín, el más pequeño, los príncipes de Judá en tropeles, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí. Manda, Dios, según tu autoridad, confirma, Dios, lo que has hecho por nosotros desde tu templo de Jerusalén, donde los reyes te llevan tributo. Reprime a la Fiera del Cañaveral, a la banda de Toros, a los Novillos de los pueblos. Que se te postren con lingotes de plata. Desbarata a los pueblos belicosos. Lleguen los magnates de Egipto, Nubia extienda las manos a Dios. Reinos del mundo, cantad a Dios, tañed para nuestro Señor, que cabalga por los cielos de los cielos antiquísimos; que hace tronar su voz potente: Reconoced el poder de Dios. Sobre Israel su majestad, sobre las nubes su autoridad. Formidable es Dios en su santuario. El Dios de Israel da fuerza y poder a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!

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CANTO 9:

CONSOLAR «Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo... Tu vara y tu cayado me sosiegan». (Salmo 23)

Érase una vez –nos dice un relato jasídico– una pequeña comunidad judía muy preocupada por el hecho de que su rabino desaparecía en el bosque cada noche de šabbat. ¿Se iba a cantar con los ángeles? ¿A orar con Elías? ¿A hablar directamente con Dios? Por eso, tras varios meses así, al final enviaron a uno que lo siguiera para que a la vuelta revelara adónde iba el rabino. La siguiente víspera de šabbat, como era de «Más que nada, esperar, el rabino cruzó el bosque y tomó el camino estamos en esta vida de la montaña, que lo condujo a la cima y, más allá, para ayudar a los demás. a una casa de campo que se alzaba al otro lado de Y si no puedes ayudarlos, la montaña. Y allí el sacristán vio, por la ventana, a al menos no les hagas daño». una gentil de avanzada edad que yacía, enferma y DA LA I LA MA consumida, en su lecho. El rabino barrió, partió leña, encendió el fuego, preparó un gran caldero de estofado, lavó la ropa de la cama y se marchó aprisa, a fin de llegar a la sinagoga a tiempo para el servicio de la mañana. También regresó el sacristán, que llegó sin aliento. «¿Y bien? –quiso saber la comunidad–. ¿Ha subido al cielo el rabino?». «No, amigos míos –dijo él, con dulce sonrisa–. Nuestro rabino no ha subido al cielo. Nuestro rabino ha subido mucho más arriba». Hay algunas clases de dolor que no se pueden suprimir en la vida. La pérdida. Las heridas emocionales. El rechazo. La discapacidad. Pero quienes entran en el dolor de otro saben lo que es hablar del amor de un Dios que no cambia las circunstancias que nos dan forma, sino que las atraviesa con nosotros, acompañándonos paso a paso por el camino. El dolor es esa dimensión de la vida humana que nos llama tanto a prestar como a saber recibir los cuidados –torpes a veces, a menudo incompletos, pero sanadores en todo caso– que proporcionan quienes, simplemente, se sientan junto a los que sufren. Pensándolo mejor, la verdadera cuestión es si la comunidad conservó aquel rabino o se buscó otro –por el bien de la fe, claro está–.

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El adentrarse en el dolor con otra persona abre el corazón del Dios que busca siempre entre nosotros el rostro que más se parezca al suyo.

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Ideas para el alma • El consuelo es una cosa pequeña y tierna. Lo único que requiere es presencia asidua, escucha paciente y verdadero interés. Tal vez por eso hay tan poco en el mundo. Nos exige salir de nosotros mismos y acercarnos al otro de distintas maneras, sin recibir nada a cambio. De hecho, el consuelo es una cosa muy cara. • No tengas miedo a dejar que el dolor emocional acceda a tu consciencia. Es la única manera de identificarlo y curarlo. De lo contrario, aflorará en forma de ira, depresión, desesperanza o falta de objetivos. Irónicamente, lo que atenúa el dolor es abrazarlo, ponerle nombre y aceptarlo.

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Un relato sapiencial de la tradición oral «¿Tú curas a la gente que acude a ti?», preguntó el discípulo al santo. «Las personas no vienen a que las curen –respondió el santo–. Vienen a que las alivien. Para curarse tendrían que cambiar. Y no hay nada que deseen menos que eso».

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Actividad del Salmo 23 Muchas veces la música sirve de consuelo en momentos de dolor y oscuridad. Envía a alguien que esté experimentando dolor y oscuridad un CD que le guste, o lleva a la persona a un concierto. Sé «vara y cayado».

Salmo 23 El Señor es mi pastor: nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por senderos de justicia como pide su título. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo: tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. Me pones delante una mesa frente a mis enemigos; me unges con perfume la cabeza, y mi copa rebosa. Tu bondad y lealtad me escoltan todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por días sin término.

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CANTO 10:

MADUREZ «Encomienda al Señor tu camino… Hará salir tu justicia como la aurora, tu derecho como el mediodía». (Salmo 37)

Cuando el hombre tiró a su esposa por la escalera que daba acceso al edificio, la gente del vecindario explicó que era un buen hombre que tenía problemas con la bebida y estaba en paro y no podía controlarse y ella no debería molestarle. Yo, sin hacerme notar, escuchaba a los adultos que, a mi alrededor, se encogían de hombros y se explicaban unos a otros cómo funciona el mundo. Pero, a pesar de no tener más que once años, yo sabía que estaban equivocados. Él sería bueno y estaría en paro, frustrado y «No trates de ser un santo. enfermo, pero hay muchísima gente que está No funcionará. así. No le daba derecho a hacer daño a otra Trata solo de ser un ser humano. persona, a ser injusto con ella, a perder su Eso es más difícil». propio sentido de la identidad. Yo sabía que la JOHN DUFRESENE diferencia entre esta situación y la de las demás personas del edificio que estaban pasando los mismos apuros no tenía nada que ver con las circunstancias. Tenía que ver, en primer lugar, con la forma en la que habían aprendido a encarar la vida. Aquí faltaba algo. ¿Qué era? Con el paso de los años, comencé a notar que crecer no es difícil. Sin embargo, madurar sí. El crecimiento es biológico y, en la práctica, sucede por sí mismo. La madurez, en cambio, es emocional y requiere esfuerzo, requiere un compromiso personal. La madurez implica que hay algo en nosotros que ha llegado a su sazón. Hay algo que está preparado. Hay algo que ha concluido su desarrollo. Hay algo que se ha convertido en lo máximo que puede ser. Allá en lo hondo, en el espacio de quietud de nuestro interior, sabemos que cuando ya hemos madurado, no estamos a merced de nuestro entorno. Respondemos a la vida, no reaccionamos a ella. El salmista nombra las cualidades que constituyen la madurez: compromiso5 , justicia, derecho y espiritualidad. La persona madura tiene sus raíces en Dios, cumple con sus responsabilidades, da al mundo lo que le debe y tiene el tipo de conocimiento de

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sí que conduce a crecer hasta el día en que morimos. Los adultos no hacen daño a otras personas con el objeto de satisfacer sus extremos emocionales, para luego excusarse.

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Ideas para el alma • Nuestra vida no es algo único. Todo el mundo sufre, ama, cambia, lucha y muere. Lo que sí es único es nuestro modo de conducirnos en la vida. Unos luchan continuamente; otros –aquellos de nosotros que son emocionalmente adultos– aprenden a aceptar de buen grado y con esperanza las vueltas del camino. • Ser adulto significa asumir nuestra responsabilidad para con la generación que nos precede y la que nos sigue. No es de adultos enriquecerse a expensas del futuro de los hijos. No es de adultos cuidar de nosotros mismos y hacer caso omiso de las necesidades de quienes nos prepararon para sucederlos. Ser adulto es pagar las deudas que tenemos con el resto del mundo. • Es adulta aquella persona tan consciente de sus propios fracasos en la vida que siempre se muestra benigna ante los fracasos y las necesidades de los demás.

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Un relato sapiencial de la tradición oral «A los diez años –escribió el bromista en la pared– me preocupaba lo que pudieran pensar de mí mis padres. A los veinte años me preocupaba lo que pudieran pensar de mí mis amigos. A los treinta años me preocupaba lo que pudieran pensar de mí mis jefes. A los cuarenta años me preocupaba lo que pudieran pensar de mí mis vecinos. Solo cuando cumplí los cincuenta me percaté de que nadie pensaba en mí».

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Actividad del Salmo 37 Nombra a una persona que conozcas cuya integridad «brille como el mediodía». Envíale hoy una tarjeta o llámala por teléfono. Dile por qué significa tanto para ti su integridad.

Salmo 37 No te exasperes por los malvados, no envidies a los inicuos, pues como hierba se secarán enseguida y como césped verde se agostarán. Confía en el Señor y haz el bien, habita una tierra y cultiva la fidelidad; sea el Señor tu delicia y te dará lo que pide tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en él, que él actuará: hará salir tu justicia como la aurora, tu derecho como el mediodía. Descansa en el Señor y espera en él; no te exasperes por el que triunfa empleando la intriga. Cohíbe la ira, reprime el coraje, no te exasperes hasta obrar mal; pues los malvados serán excluidos, y los que esperan en el Señor poseerán la tierra. Aguarda un momento: ya no está el malvado, fíjate en su puesto: ya no está. Pero los marginados poseerán la tierra y disfrutarán de gran prosperidad. Intriga el malvado contra el honrado y rechina sus dientes contra él; pero el Señor se ríe de él porque ve que le llega su hora. Los malvados desenvainan la espada y asestan el arco, 59

para abatir a pobres y humildes, para asesinar a los hombres rectos: su espada les atravesará el corazón, sus arcos se quebrarán. Más vale la escasez de un honrado que la opulencia de muchos malvados; pues a los malvados se les romperán los brazos mientras que el Señor sostiene a los honrados. El Señor se ocupa de los días de los buenos: su heredad durará siempre. No se agostarán en la mala estación, en plena carestía se saciarán. Pero los malvados perecerán, los enemigos del Señor se marchitarán como el verdor de un prado, en humo se disiparán. El malvado pide prestado y no devuelve, el honrado se compadece y reparte. Los que el Señor bendice poseerán la tierra, los que él maldice serán excluidos. El Señor asegura los pasos del hombre y se ocupa de sus caminos. Aunque tropiece, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano. Fui joven, ya soy viejo: nunca he visto a un justo abandonado ni a su linaje mendigando el pan. A diario se compadece y presta: su semilla será bendita. Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa. Porque el Señor ama el derecho y no abandona a sus fieles. Los criminales son aniquilados, la estirpe de los malvados se extinguirá. Los honrados poseerán la tierra y habitarán siempre en ella. 60

La boca del honrado medita la sabiduría, su lengua pronuncia el derecho, lleva en el corazón la ley de su Dios: sus pasos no vacilarán. Espía el malvado al honrado intentando darle muerte: El Señor no lo entrega en sus manos, no permite que lo condenen en un juicio. Espera en el Señor, sigue su camino: te levantará a poseer la tierra, y verás la expulsión de los malvados. Vi a un malvado que se jactaba, que prosperaba como cedro frondoso: volví a pasar y ya no estaba, lo busqué y no se encontraba. Observa al íntegro, fíjate en el recto: el hombre pacífico tiene un porvenir; pero los impíos serán aniquilados en masa, el porvenir de los malvados quedará truncado. La salvación de los honrados viene del Señor, él es su alcázar durante el peligro; el Señor los auxilia y los libra, los libra de los malvados y los salva, porque se refugian en él.

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CANTO 11:

ESTRÉS «A ti, señor Dios mío, levanto mi alma: en ti confío… Alivia los ahogos de mi corazón». (Salmo 25)

Me hice con un ordenador cuando aún los anunciaban como algo que «ahorraba tiempo». ¿Te has fijado en que ya no los anuncian así? La verdad es que no hace falta ser una lumbrera para comprender que los ordenadores no ahorran tiempo ni mucho menos. Simplemente nos permiten hacer las cosas el doble de rápido que podíamos hacerlas sin ellos, y así ahora podemos hacer el doble en el mismo tiempo. Nuestro ritmo de vida se acelera día a día. Todo el mundo quiere respuestas instantáneas para todo. La paciencia es una reliquia espiritual, como las gárgolas de las catedrales y los objetos personales conservados en casas museo. En Occidente, la noción de esperar a algo es cosa del pasado. La comida es rápida, la comunicación es instantánea, los seres humanos son lanzados en metro y desde los aeropuertos, la gente hace seis coladas al día en lavadoras cronometradas al minuto, el dinero retirado de una cuenta bancaria en un país sale por un agujero de la pared en un callejón de una aldea de otro país en cuestión de segundos. Las cosas pequeñas de la vida, las cosas que requerían horas y días –la comida, la compra, las gestiones en el banco, viajar de un punto a otro, las visitas y el contacto humano–, se están acelerando en proporciones vertiginosas. Se nos empuja desde todos los lados para que vayamos más rápido, «El sol saldrá hagamos más, pensemos menos. Nos apresuramos desde el sin tu ayuda». nacimiento hasta la muerte, de un sitio a otro, de la concepción TA LMUD natural a la clonación en tubo de ensayo en tiempo récord, con pocas oportunidades o ninguna para integrar nada de ello en el alma, para evaluarlo con la mente, para afrontar el efecto que tiene en nosotros una parte de la vida antes de encontrarnos frente a las exigencias de la siguiente. Los profesionales lo llaman «estrés». Los contemplativos lo llaman «falta de equilibrio» en la vida. El analista social Alvin Toffler lo llamó «el shock del futuro», la incapacidad para sobrellevar espiritual y psicológicamente los crecientes efectos de la tecnología en nuestra vida diaria. 62

¿Cómo podremos sobrevivir a todo ello –sin venirnos abajo, sin abandonar, sin rechazar las cosas por las que más debemos preocuparnos–, en un mundo que cambia rápidamente, de tal forma que la humanidad siga siendo humana en alguna medida? El salmista lo dice claramente: la sensatez alivia la angustia. El hacer mucho no influye tanto en el grado de estrés que nos provoca el hacerlo. Es la actitud con la que lo hacemos la que determina el efecto que tendrá en nosotros. Es la cautela espiritual que ponemos en las situaciones naturales la que decide el peaje que tenemos que pagar para sobrevivir al enloquecido paso del tiempo.

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Ideas para el alma • El estrés nos hace más fuertes, es cierto, pero también nos escarmienta. Aprendemos que no sobrevivimos solos a aquello a lo que sobrevivimos. • Lo malo del estrés es que, si no tenemos el grado suficiente, nos volvemos flácidos en el aspecto emocional; y si es excesivo, nos deja agotados mental y físicamente. El nivel adecuado de estrés es el que necesitemos para aventurarnos más allá de nuestra zona de bienestar, pero sin perder todo o la mayor parte de nuestro bienestar. • Hay un proverbio yugoslavo que enseña que «lo que no se puede cambiar es mejor dejarlo». Pero no lo dejamos. Por el contrario, concentramos nuestras mejores energías en ello y nos preguntamos por qué no estamos disfrutando de las demás cosas de la vida como deberíamos.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Había una vez dos ladrones que fueron sometidos a una ordalía. Si lograban cruzar un despeñadero caminando por un alambre, se les consideraría inocentes y se les perdonaría. Pero, en caso de no lograrlo, se creería que los dioses los habían «ajusticiado» por ser culpables. En esa ocasión concreta, el primer ladrón llegó al otro lado. El segundo ladrón, aterrorizado, le gritó desde el lado opuesto de la sima: «¿Cómo lo has hecho?». Y el primer ladrón le contestó: «No lo sé. Lo único que sé es que, cuando notaba que me inclinaba hacia un lado, procuraba ladearme hacia el otro». Aprende la lección: lo que nos permite ladearnos hacia la izquierda cuando la vida nos inclina a la derecha es un corazón confiado. Con razón a eso se le llama «equilibrio».

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Actividad del Salmo 25 Anota lo que haces, hora a hora, durante tres días. Dedica luego treinta minutos a leer y ponderar tus notas. ¿Qué has descubierto en relación con el equilibrio, el estrés, el trabajo y la diversión? Si no estás satisfecho con el resultado, haz algo al respecto. Si estás satisfecho, da gracias a Dios.

Salmo 25 A ti, Señor Dios mío, levanto mi alma: en ti confío, no quede defraudado, no triunfen de mí mis enemigos. Los que esperan en ti no queden defraudados; quedan defraudados los desleales sin razón. Indícame, Señor, tus caminos, enséñame tus sendas; encamíname por tu fidelidad, enséñame, pues tú eres mi Dios salvador. En ti espero todo el día por tu bondad, Señor. Acuérdate, Señor, de que tu compasión y tu lealtad son eternas; de mis pecados juveniles, de mis culpas, no te acuerdes; según tu lealtad, acuérdate de mí. Bueno y recto es el Señor; por eso señala a los pecadores el camino; encamina con el mandato a los humildes, enseña a los humildes su camino. Las sendas del Señor son bondad y lealtad para los que observan la alianza y sus preceptos. Por tu Nombre, Señor, perdona mi delito por grande que sea. ¿Quién es ese que respeta al Señor? Le indicará el camino que ha de escoger: la dicha será su morada y su descendencia poseerá la tierra.

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El Señor se confía a sus fieles y con su alianza los instruye. Mis ojos están fijos en el Señor, que él sacará mis pies de la red. Vuélvete a mí y ten piedad, que estoy solo y afligido; ensancha mi corazón apretado y sácame de mis congojas. Atiende a mi aflicción y mi fatiga y perdona todos mis pecados; mira cuántos son mis enemigos que me odian con odio violento. Guarda mi vida y líbrame, no quede defraudado de haberme acogido a ti. Rectitud y honradez me custodiarán porque espero en ti. Redime, Dios, a Israel de todos sus peligros.

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CANTO 12:

TIEMPO «El hombre dura lo que la hierba, florece como flor campestre, que el viento la roza y ya no existe». (Salmo 103)

El salmista habla desde una situación social de la que nuestra generación y nuestra cultura necesitan aprender: para el salmista, la vida es pasajera, frágil, «rescatada de la fosa» a diario. La supervivencia es una cuestión de esfuerzo humano masivo y penalidades naturales. La tierra que hay que cultivar es un desierto; el agua escasea; la vegetación está dispersa, es escuálida y débil. La vida cotidiana es una bendición de proporciones gigantescas. Pero ahora damos la vida por asegurada. Nos sentimos invulnerables. Por lo tanto, perdemos de vista nuestras necesidades y el breve don del tiempo. Conocemos mejor las necesidades y flaquezas de los demás que las nuestras. Actuamos como si estuviéramos aquí para siempre. Invertimos el tiempo como si no tuviéramos más que tiempo. Desperdiciamos las cosas grandes de la vida: los compromisos evangélicos, la familia, la naturaleza, nuestra responsabilidad sobre el ocio y sobre las cosas de las que nos servimos –la ambición, la ropa, el consumo, el juego–.

«El tiempo es la única moneda de tu vida. Es la única moneda que tienes y solo tú puedes decidir en qué la gastarás». CA RL SA NDBURG

Creemos disponer de todo el tiempo del mundo. Haremos más tarde lo que tenemos que hacer: nos reconciliaremos «más tarde»; sentaremos la cabeza «más tarde»; rezaremos «más tarde»; pondremos cierto orden en nuestra vida «más tarde»; estudiaremos eso de la energía nuclear, lo de la economía, lo del racismo, lo del sexismo «más tarde». Cuando hayamos terminado eso tan importante que estamos haciendo ahora. Sin embargo, también hoy hemos sido «rescatados de la fosa». La pregunta es «¿por qué?». Da igual la razón: hazlo ahora.

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Ideas para el alma • Es una vida miserable en verdad la que se centra exclusivamente en sí misma. Pregúntate por un momento: «¿A qué he dedicado mi tiempo?». Si murieras mañana, ¿quién se daría cuenta aparte de ti? ¿Qué vida, aparte de la tuya, perdería algo? Si no puedes nombrar diez personas, quizá te debas plantear unirte a una organización de voluntarios y ofrecer tu tiempo. • Somos las únicas manos que tiene Dios. La creación continúa creando a través de nosotros. En este momento de tu vida, ¿qué estás haciendo de todo lo que Dios quiere que se haga en favor del mundo? • El salmista nos recuerda que, por muy larga que sea la vida, aun así es demasiado corta para desperdiciarla. Pero ¿qué significa exactamente «desperdiciar» el tiempo? Los puritanos dirían que estamos desperdiciando el tiempo cuando no estamos ocupados en alguna labor útil. Los estadounidenses dirían que es un periodo en el que no avanzamos hacia una meta determinada. El hedonista diría que es cuando no lo estamos pasando bien. El salmista diría que es un periodo en el que no vivimos la vida plenamente, no tenemos conciencia de ella ni del sentido que tiene para nosotros en un momento dado. ¿Qué vida estás viviendo? ¿Es buena para ti?

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Un relato sapiencial de Theophane el monje Yo solo tenía un deseo: entregarme por completo a Dios. Así que me encaminé al monasterio. Un viejo monje me preguntó: «¿Qué es lo que quieres?». Yo dije: «Solo quiero entregarme a Dios». Esperaba que fuera amable, paternal, pero me gritó: «¡¡¡Ahora!!!». Quedé estupefacto. Volvió a gritar: «¡¡¡Ahora!!!». Luego cogió un palo y vino a por mí. Me di la vuelta y eché a correr. Él me persiguió blandiendo su palo y gritando «¡¡¡Ahora, ahora!!!». Esto fue hace años. Aún me sigue, dondequiera que vaya. Siempre ese palo, siempre ese «¡¡¡Ahora!!!». Tales of a Magic Monastery

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Actividad del Salmo 103 Haz cada día al menos una cosa que te guste de verdad. ¿Te gusta estar solo? Dilo y ponlo en práctica. ¿Te gusta leer, o tocar el piano, o pintar? Dilo y hazlo. ¿Te gusta pasar tiempo con los amigos? Llámalos. Planéalo. No te limites a dejar que «todos tus días se vayan»… Salmo 1036

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CANTO 13:

RISA «Cuando el Señor cambió la suerte de Sion, creíamos soñar; se nos llenaba de risas la boca, la lengua de júbilo». (Salmo 126)

Este salmo nos habla de la risa, disciplina espiritual que pasamos por alto con excesiva frecuencia. Lo que es importante notar en relación con este salmo es que la acción tiene lugar después de la destrucción de Jerusalén y la cautividad en Babilonia. Esas personas habían sufrido lo indecible. Pero, una vez liberadas, no reaccionaron con rencor. Aprendieron a reír; y también nosotros debemos aprender. La función del humor no es restar «El día peor empleado de todos importancia a las cosas serias. La función de es aquel en el que no hemos reído». un buen chiste es permitirnos ver la vida de NICOLA S CHA MFORT un modo diferente del habitual, derribar del trono a los poderosos para que todos volvamos a ser iguales. El humor da ánimos a un pueblo cuando este no tiene otra defensa. A los judíos, por ejemplo, les deleitaba contar el chiste del anciano con sombrero de copa y filacterias que se presentó en la comisaría de la Gestapo. Traía en la mano un anuncio que llamaba a los buenos jóvenes arios a prestar el juramento de servir al Führer. «¿Qué haces aquí?», preguntó el comandante al viejo judío. «Vengo en respuesta a este anuncio», dijo el anciano. «¿Qué? –preguntó, incrédulo, el comandante–. Eso es ridículo. Tú no eres joven». «No –dijo el anciano–, tengo setenta y tres años». «Y, desde luego, no eres ario». «No –dijo el anciano–, soy judío. Por los cuatro costados». «Y, naturalmente, no te comprometes a servir al Führer». «No –dijo el anciano–, no movería un dedo por ese hombre». «Entonces ¿qué haces aquí?», insistió el comandante, enojado. 72

«Pues nada –dijo el viejo judío–, solo he venido a decirles que no cuenten conmigo». La idea es esta: el humor dignifica a un pueblo en las situaciones que lo denigran. La risa nos alivia del peso de lo cotidiano. El humor nos enseña que ninguna imposición, ni grande ni pequeña, puede quebrar un espíritu inquebrantable. Y, un día, ese anciano reservado, enterrado en lo hondo de nuestro ánimo, se convierte en el santo patrón de nuestra resistencia silenciosa y risueña frente a los sistemas que nos rechazan pero no pueden sobrevivir a nuestro desprecio. El humor pone a los opresores en su sitio, los desarma, les quita el poder de destruirnos. No te rindas a lo que te rebaja. Aprende a reírte de ello y reduce el poder que tiene sobre ti.

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Ideas para el alma • Mi Dios es un Dios que ríe. ¿Y por qué no? Henos aquí viviendo a toda prisa, en la creencia de que todo depende de nosotros. Y aún no hay nada que sea perfecto. ¿No te parece que deberíamos habernos acostumbrado a la imperfección? No es de extrañar que Dios nos encuentre tan divertidos. En fin, mejor eso que encontrarnos insoportables. • Nunca confundas el humor con el ridículo. El humor limpia el alma de tensiones; el ridículo crea tensión, convierte a una persona en objeto de escarnio público y le quita la alegría a la vida. Hace daño. Cuando nos reímos de algo que no es un mero fallo de lo que es normal, algo que no se puede cambiar, algo que no es un triunfo de la inocencia sobre la petulancia, eso no es humor. No tiene gracia reírse de los defectos físicos, las peculiaridades étnicas, el esfuerzo humano. Eso es hacer de la risa un arma. • «El médico me dio seis meses de vida, pero como no podía pagarle la factura me dio seis meses más», dijo Walter Matthau. ¿Ves a lo que me refiero? Pensar lo impensable hace que nos sintamos mejor instantáneamente.

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Un relato sapiencial de Anthony de Mello, SJ Se decía del gran maestro de zen, Rinzai, que lo último que hacía cada noche, antes de irse a la cama, era soltar una enorme carcajada que resonaba por todos los pasillos y podía oírse en todos los pabellones del monasterio. Y lo primero que hacía al levantarse por las mañanas era ponerse a reír de tal manera que despertaba a todos los monjes, por muy profundamente que durmieran. Sus discípulos solían preguntarle por qué reía de aquel modo, pero él no lo dijo nunca. Y, cuando murió, se llevó consigo a la tumba el secreto de sus carcajadas. La oración de la rana -1-7

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Actividad del Salmo 126 Alquila una película que te haga reír, una que «te llene de risas la boca, la lengua de júbilo». Siéntate a verla con unos amigos. No olvides hacer palomitas.

Salmo 126 Cuando cambió el Señor la suerte de Sión, creíamos soñar; se nos llenaba de risas la boca, la lengua de júbilo. Hasta los paganos comentaban: El Señor ha estado grande con ellos. –El Señor ha estado grande con nosotros, y celebramos fiesta. Cambia, Señor, nuestra suerte, como los cauces del Negueb. Los que siembran con lágrimas cosechan con júbilo. Al ir iba llorando llevando la bolsa de semilla; al volver vuelve cantando llevando sus gavillas.

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CANTO 14:

SENCILLEZ «¿A quién tengo yo en el cielo? Contigo ¿qué me importa la tierra?... Dios es la roca de mi mente, mi lote perpetuo». (Salmo 73)

No es fácil escribir acerca de la sencillez en un mundo complejo. Aún es más difícil pensar en ella. El concepto parece suscitar una de estas dos reacciones: culpabilidad («Sé que poseo demasiadas cosas, pero soy incapaz de vivir de otra manera») o burla («Ya sé que no puedo tenerlo todo. ¿Dónde iba a meterlo?»). El caso es que la frugalidad es una sencillez de segunda clase. La sencillez nos exige mucho más que deshacernos de los chismes que no queremos o de lo que nos sobra. La sencillez exige que aprendamos a llevar una vida centrada, a hacer de Dios «nuestro lote», en un mundo que desgarra nuestros días, nuestras vidas, nuestras mentes, reduciéndolos a jirones enmarañados. ¿No es la sencillez, en realidad, lo que los antiguos llamaban «pureza de corazón», ese buscar decididamente la esencia de la vida en vez de codiciar sus florituras? La sencillez es estar abierto a la belleza de lo presente, «Solo poseemos sea cual sea su forma, sean cuales sean sus carencias. lo que no podamos perder Es evidente que la sencillez conduce a la libertad del en un naufragio». alma. Cuando cultivamos el sentido de lo «suficiente», PROV ERBIO Á RA BE cuando aprendemos a disfrutar de las cosas por lo que son, cuando aprendemos a ser benignos incluso con nuestras carencias, descubrimos que somos libres de estar donde estamos y dejar de lamentarnos por no estar en otro sitio. La sencillez de vida en un mundo complejo y complicado se caracteriza, creo yo, por cuatro rasgos: una vida es sencilla si es sincera, si está libre de estorbos, si está abierta a las ideas de otros, si conserva la serenidad en medio de un impulso ciego que raya en el caos. ¿Cuál de estas cosas se te da mejor? ¿Y cuál es la que menos practicas?

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Ideas para el alma • La simplicidad de vida es lo que la hermana Madeleva Wolff, CSC, poeta y rectora, llamaba «asimiento habitualmente relajado». En otras palabras, lo que da la medida de la sencillez de nuestras vidas no es lo que hemos acumulado; es lo que estamos dispuestos a dejar cuando debemos hacerlo. • Cuando pretendemos acomodar a nuestros designios cada elemento de la vida, perdemos todo sentido de la sencillez. «Dejarse ir con la corriente» es una disciplina espiritual muy liberadora y buena para las relaciones interpersonales, la vida social y la úlcera. • Fingir que somos algo que no somos, que estamos un poco mejor situados, que somos una pizca más cultos de lo que somos en realidad, que tenemos una familia con más recursos de los que verdaderamente poseemos, nos pone en una tesitura de peligro continuo. A buen seguro, alguien descubrirá la verdad. ¿No sería menos estresante –y, sobre todo, una prueba de santa simplicidad– ser sinceros en relación con todo ello?

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Un relato sapiencial de la tradición oral Riokan, maestro zen, llevaba la más sencilla de las vidas en una pequeña choza al pie de la montaña. Una noche visitó la choza un ladrón para solo descubrir que allí no había nada que robar. Riokan volvió y lo sorprendió in fraganti. «Has hecho un largo camino para visitarme –le dijo al intruso– y no deberías irte con las manos vacías. Por favor, toma mi ropa como regalo». El ladrón quedó perplejo. Cogió la ropa y se escabulló. «Pobre hombre –meditó Riokan–. Ojalá pudiera darle la hermosa luna».

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Actividad del Salmo 73 Regala hoy tres cosas: una que no te sirva para nada, otra que aprecies y otra que acabes de comprar.

Salmo 73 ¡Qué bueno es Dios para el honrado, Dios para los limpios de corazón! Pero yo, por poco tropiezan mis pies, casi resbalaron mis pisadas, porque envidiaba a los perversos viendo prosperar a los malvados. Para ellos no hay sinsabores, su vientre está sano y rollizo; no pasan las fatigas humanas ni sufren como los demás. Por eso su collar es el orgullo y se visten un traje de violencia. Sus ojos asoman entre las carnes y les pasan fantasías por la mente. Insultan y hablan con malicia y desde lo alto amenazan con la opresión. Su boca se atreve con el cielo y su lengua se pasea por la tierra. Por eso los siguen sus secuaces y se abrevan de ellos copiosamente. Ellos dicen: ¿Lo va a saber Dios, se va a enterar el Altísimo? Así son los malvados: siempre seguros acumulan riquezas. Entonces, ¿para qué purifico mi conciencia y me lavo las manos como inocente? ¿Para qué aguanto yo todo el día y me corrijo cada mañana? Si yo dijera que voy a declarar como ellos, 80

renegaría de la estirpe de tus hijos. Meditaba yo para entenderlo, pero me resultaba muy difícil, hasta que entré en el misterio de Dios y comprendí el destino de ellos. Es verdad: los pones en el resbaladero, los precipitas en la ruina; en un momento causaron horror y acaban consumidos de espantos: como un sueño al despertar, Señor, como imágenes que se desprecian al levantarse. Cuando mi corazón se agriaba y me punzaban los riñones, yo era un necio y un ignorante, era un animal ante ti. Pero yo siempre estaré contigo: agarras mi mano diestra, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso. ¿A quién tengo yo en el cielo? Contigo ¿qué me importa la tierra? Aunque se consuman mi carne y mi mente, Dios es la roca de mi mente, mi lote perpetuo. Sí, los que se alejan de ti se pierden, destruyes a los que te son infieles. Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio y contar todas tus acciones.

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CANTO 15:

AUTOACEPTACIÓN «Tú amas a los que buscan la verdad. Céntrame en la sabiduría, porque tú conoces mi fragilidad». (Salmo 51)

La máxima «Conócete a ti mismo», que campeaba en el templo de Apolo en Delfos, en la Grecia del siglo VI a. C., es una de las normas más antiguas de la filosofía occidental. Es un buen consejo. A menudo proyectamos en otras personas las tendencias que no admitimos en nosotros mismos. En nuestro tiempo, no obstante, nos preocupa la autoestima tanto como el autoconocimiento. Ambas posturas son valiosas. Pero ambas son insuficientes, creo yo. El autoconocimiento nos da perspectiva y la autoestima nos infunde confianza en nosotros mismos, pero es la autoaceptación la que nos da la paz del corazón. Por supuesto, implica que yo me conozca y me valore. Pero, a menos que yo sea capaz de comenzar por, simplemente, aceptarme a mí misma, es posible que ninguna de las otras dos dimensiones cobre nunca vida en mí. Evidentemente, aunque sepa quién soy, aunque reconozca cómo soy en realidad, si no acepto lo que veo ahí no podré apreciarlo jamás. Y, lo que es peor, también viviré con miedo de que alguien vea lo más hondo de mi interior y me rechace. Pero, como nos enseña el salmista, es ahí donde el «La vida está llena Dios que nos trajo al mundo, nuestro amoroso de piezas teatrales internas, Dios Madre, se convierte en el pilar –no la instantáneas y sensacionales, amenaza– de nuestras vidas. Dios sabe representadas ante exactamente quiénes somos. Dios conoce nuestra un solo espectador». fragilidad. Y Dios la acepta. Y la recoge. Dios nos ANTHONY POWELL ama no a pesar de ella, sino a causa de ella, a causa del esfuerzo que implica y de la confianza que requiere. Hay gloria en el barro que somos. Hay belleza en el cambio. La noción de una vida estática, la idea de que podemos convertirnos en algo y quedarnos ahí, es falsa. Nos enfrentamos a la novedad durante toda nuestra vida. Buscamos la verdad todos los días. Y Dios nos ama por buscarla. Lo que necesitamos no es la perfección. Lo que necesitamos es un centro que nos estabilice en tiempos de cambio, tanto de cambio interior como de cambio a nuestro alrededor.

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Ideas para el alma • «Céntrame en la sabiduría», oramos con el salmista. Todos estamos centrados en algo. En cada uno de nosotros hay ese imán interno que orienta nuestras decisiones y ocupa nuestros pensamientos. Para algunos es el miedo; para otros es la ambición; para muchos es la aprobación social; para una parte de la humanidad es la independencia; para los desdichados de verdad, es la perfección en un sentido u otro. Sin embargo, cuando la piedra imán interior es la sabiduría, podemos tomar la vida tal cual es y alegrarnos de haber aprendido de ella en lugar de ser aplastados por ella. • Todo aquel que diga que quiere volver a ser joven, o es tonto o miente. En primer lugar, aquel periodo no fue menos difícil que este. Con frecuencia es más duro, de hecho. En segundo lugar, el cometido de aquel periodo fue conducirnos a este. El ahora encierra algo para nosotros que hará que el futuro sea aún mejor con solo que seamos capaces de avanzar hacia él sin detenernos. No dejes de vivir porque la vida no sea perfecta. • Escribo mi vida en mi propia sangre. Todo lo demás es falso. Cuando algo me duela, sabré en qué consiste el dolor. Cuando fracase, descubriré en qué consiste la supervivencia. Cuando ame, llegaré a saber en qué consiste el altruismo. Y cuando sepamos todo eso, seremos sabios y estaremos plenamente vivos.

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Un relato sapiencial de Anthony de Mello, SJ Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara. Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado. Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte». Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies… Te quiero…». Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla!, cambié. El canto del pájaro8

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Actividad del Salmo 51 Mírate hoy a un espejo y sonríe. Repite cinco veces los versículos del salmo: «Tú amas a los que buscan la verdad. Céntrame en la sabiduría, porque tú conoces mi fragilidad».

Salmo 51 Misericordia, oh Dios, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito y limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa y tengo siempre presente mi pecado. Contra ti solo pequé, cometí la maldad que repruebas. Que tus argumentos te hagan justicia y resultes inocente en el juicio. Mira, culpable nací, pecador me concibió mi madre. Tú quieres la sinceridad interior y en lo íntimo me inculcas sabiduría. Límpiame con hisopo del pecado, lávame hasta quedar más blanco que la nieve. Anúnciame gozo y alegría, que se regocijen los huesos triturados. Tápate el rostro ante mi pecado y borra toda mi culpa. Crea en mí, Dios, un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro ni me quites tu santo espíritu; devuélveme el gozo de la salvación, afiánzame con un espíritu generoso. Enseñaré a los malvados tus caminos, y los pecadores volverán a ti. De homicidio líbrame, oh Dios, Dios y Salvador mío, 85

y mi lengua aclamará tu justicia. Señor mío, ábreme los labios y mi boca proclamará tu alabanza. Un sacrificio no te satisface, si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas. Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y triturado, tú, Dios, no lo desprecias. Dígnate favorecer a Sión y reconstruye la muralla de Jerusalén; entonces aceptarás sacrificios legítimos, ofrendas y holocaustos, y sobre tu altar se inmolarán novillos.

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CANTO 16:

TALENTO «Soy como un verde olivo en la casa de Dios». (Salmo 52)

La vida no tiene nada que ver con ir mecánicamente del nacimiento a la muerte. La vida es el desarrollo del ser hasta alcanzar la alegría desbordante. La vida es confiar en nuestros talentos y practicar nuestros dones. Pero ¿cómo? Los olivos nos dan una pista incluso hoy mismo. El olivo es en la literatura judía una imagen muy importante y cargada de sentido. Para la mentalidad judía, crecer «como un olivo» no es algo irrelevante. No es fácil cultivar árboles en Oriente Próximo. La arena no es precisamente un elemento propicio para la silvicultura. Sin embargo, hay una madera que parece crecerse en la dificultad del proceso. El olivo, en terreno árido y con poca agua, produce una madera dura dutante mucho tiempo. «Crecer como un olivo» significa, pues, crecer sin mucha ayuda, crecer robusto, crecer durante mucho tiempo y crecer con poco sustento. El olivo no necesita mucho para desarrollarse; da una madera de calidad al cabo de un largo y pausado proceso de crecimiento, y no muere fácilmente –a veces vive miles de años–. El olivo tiene talento para vivir. De hecho, en el Huerto de los Olivos hay algunos que, según los cálculos de los expertos, estaban allí la noche de la Última Cena, cuando Cristo fue a orar al huerto. Asombroso, ¿verdad? Por el contrario, en esta cultura, en estos tiempos, estamos «La ausencia de riesgo tentados de pensar que todo –incluidas nuestras es signo seguro capacidades naturales– debería llegarnos con facilidad. de mediocridad». Queremos un servicio rápido y resultados instantáneos. CHA RLES DE FOUCA ULD Queremos mucho a cambio de nada. Queremos el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Y queremos abandonar cuando algo no sale bien a la primera. No nos parecemos mucho al olivo centrado, robusto y tenaz. Tenemos muy poco talento para el talento. Pero los talentos que yacen dormidos en nuestra alma nos destruyen de dentro afuera. Si no aprendemos a dejar que cobren vida en nosotros lenta, paciente y (si es necesario) dolorosamente, corremos el riesgo de convertirnos en robots. 87

Nos entregamos al dolor de una muerte en vida. El talento es un don que no se irá.

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Ideas para el alma • Tener talento para la jardinería y no desarrollarlo es privar de color al mundo. Imagina lo gris que sería el mundo si ningún jardinero se tomara en serio el cultivo de flores. La pregunta es esta: ¿de qué estamos privando al mundo? • El talento al que no acompaña la perseverancia necesaria para desarrollarlo no vale gran cosa. Hay demasiada gente que se pasa la vida hablando de lo que podría haber hecho si hubiera perseverado en algo durante el tiempo suficiente para que diera fruto. • Vladimir Nabokov escribió, con gran perspicacia: «El genio es un africano que inventa la nieve». En otras palabras, el genio siempre realiza lo irrealizable. No temas a las ideas nuevas que procedan de sitios extraños. Examina cuidadosamente cada una de ellas, pero examínalas todas con la esperanza que produce el buscar diamantes en la arena blanca.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Al monasterio llegó un escritor para componer un libro sobre el Iluminado. «La gente dice que es usted un genio. ¿Lo es?», preguntó el escritor. «Podría decirse que sí», dijo el Iluminado. El escritor prosiguió: «¿Y qué es lo que lo convierte a uno en un genio?». «La capacidad de reconocer», respondió el Iluminado. «¿De reconocer qué?», preguntó el escritor. «Es un genio –dijo el Iluminado– quien sabe reconocer la mariposa en una oruga; el águila en un huevo; el santo en un ser humano egoísta».

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Actividad del Salmo 52 «Sigue a tu dicha –escribió Joseph Campbell– y no volverás a trabajar ni un solo día de tu vida». ¿Qué te hace sentir dichoso? Probablemente es ahí donde está tu talento. «Sigue a tu dicha» hoy.

Salmo 52 ¿Por qué te glorías de la maldad, valeroso, y ultrajas a Dios todo el día? Tramas crímenes, tu lengua es navaja afilada, autor de fraudes. Prefieres el mal al bien, la mentira a la honradez. Amas las palabras corrosivas, lengua embustera. Pues Dios te destruirá para siempre, te sacará, te arrastrará de la tienda, arrancará tus raíces del suelo vital. Lo verán los honrados y se asustarán y se reirán de él: Mirad al valiente que no apoyó en Dios su fortaleza, confió en sus inmensas riquezas, se hizo fuerte en el crimen. Pero yo, como verde olivo en la casa de Dios, he confiado en la lealtad de Dios por siempre jamás. Te daré gracias siempre porque has actuado; espero en tu Nombre, que es bueno, delante de tus fieles.

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CANTO 17:

PERDÓN «Se consumían mis huesos cuando callaba… Día y noche tu mano pesaba sobre mí». (Salmo 32)

Este salmo es una muestra de buena psicología en relación con las cargas que llevamos en nuestro interior: los pecados no perdonados. Cuando no nos enfrentamos a nuestras culpas, «Con frecuencia nuestros problemas, nuestra debilidad, nuestra cólera, es el más malvado nuestra sensación de insuficiencia –o, lo que es peor, el que conoce el camino cuando culpamos de ellos a otros o los negamos, o más corto hasta el templo». necesitamos ser perfectos, o nos ponemos a la PROV ERBIO JA PONÉS defensiva–, nos estamos negando a aceptarnos a nosotros mismos. Todos los médicos y los psicólogos del país ven a diario en sus consultas las consecuencias de eso. En todos nosotros hay cosas que necesitamos encarar o perdonarnos. Hay en nosotros cosas por las que debemos pedir perdón a alguien y lo sabemos, pero nos lo impiden el orgullo y la obstinación. Esas cosas se convierten en una barrera entre la comunidad y nosotros, en un ascua en la boca del estómago, en un obstáculo para la felicidad verdadera. Y nada va a mejorar hasta que las afrontemos. El perdón se hace realidad cuando ya no sentimos la necesidad de guardar rencor; cuando somos lo bastante fuertes como para no depender de aquel o aquello que tan cruelmente destapó esa necesidad en nosotros. El problema no es el perdón; lo que pone a prueba todas nuestras fuerzas es seguir viviendo hasta que llegue el perdón. Algunas personas opinan que la absolución no es completa hasta que todo vuelva a ser como antes. Pero lo cierto es que, después de una gran herida, las cosas nunca son lo que fueron antes: solo pueden ser o mejores o nada. Ambos son estados de vida aceptables. «La vida es una aventura de perdón», dijo Norman Cousins. En otras palabras, dispondrás de numerosas oportunidades para practicar. No tardes demasiado en empezar o pasará la vida antes de que la hayas vivido. 92

Puntos para el alma • Quienes han cultivado la humildad y la autocrítica conocen de primera mano el dolor de fracasar, por lo que pueden levantarse incluso a mayor altura que antes, ya que sus lágrimas los han curado. • No confundas debilidad y pecado. La mayoría de nosotros luchamos con algo que nunca logramos vencer del todo. Precisamente esa lucha puede convertirse en el fundamento de la compasión por los demás. • El valor del pecado reside en lo que aprendemos acerca del perdón: cómo alcanzarlo y también cómo concederlo. • La incapacidad de perdonar a otra persona procede, casi con total seguridad, de la incapacidad de perdonarnos a nosotros mismos. Si solo nos permitimos ser perfectos –como si el fracaso no aportara sus propias lecciones a la vida–, ciertamente no seremos capaces de perdonar a nadie.

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Un relato sapiencial Una vez, un hermano cometió un pecado en Escete y los ancianos se reunieron y enviaron a llamar al abad Moisés. Sin embargo, él no quiso ir. Después el presbítero le envió un mensaje que decía: «Ven, todos te están esperando». Así que al final se levantó para ir. Y tomó una espuerta gastada y agujereada, la llenó de arena y la llevó consigo. Los que salieron a su encuentro dijeron: «¿Qué es esto, padre?». Entonces el anciano dijo: «Mis pecados se derraman a mi espalda, pero yo no los veo. Y hoy he venido a juzgar los pecados de otro». Al oír esto, no le dijeron nada al hermano y lo perdonaron. Relatos de los Padres y las Madres del Desierto

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Actividad del Salmo 32 ¿Has oído hablar de actos de bondad aleatorios? Realiza hoy un acto de perdón aleatorio. Tú eliges. ¿Hay alguien a quien no le hayas dirigido la palabra en años, meses, semanas? Envíale una tarjeta. Llámalo por teléfono. O quizá tienes que perdonarte algo a ti mismo. Inténtalo.

Salmo 32 ¡Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han enterrado su pecado! ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito y cuya conciencia no queda turbia! Se consumían mis huesos cuando callaba, cuando rugía sin parar; porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; se me secaba la savia en un bochorno estivo. Te declaré mi pecado, no te encubrí mi delito; propuse confesarme de mis delitos al Señor; y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique... la avenida de aguas torrenciales no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, cuando grito: ¡Socorro!, me rodeas. –Te instruiré y te señalaré el camino que has de seguir, te aconsejaré, fijaré en ti mis ojos. No seáis como caballos o mulos, irracionales, cuyo brío hay que domar con freno y bocado. Solo así puedes acercarte. El malvado sufre muchas penas, al que confía en el Señor su lealtad lo rodea. Festejad al Señor los honrados, alegraos, aclamadlo, los rectos de corazón. 95

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CANTO 18:

COMPROMISO «Aguardo al Señor, lo aguarda mi alma, esperando su palabra». (Salmo 130)

Compromiso y entusiasmo son dos conceptos que, desgraciadamente, se confunden a menudo. El compromiso es esa cualidad de la vida que depende más de la capacidad para esperar –en los buenos tiempos y en los malos– a que algo llegue a su culminación que de la capacidad de mantener en su grado máximo, y durante un largo periodo, una emoción suscitada por ese algo. El entusiasmo es excitación alimentada por la satisfacción. Sin embargo, es precisamente la confusión entre las dos ideas lo que lleva a tanta gente a desalentarse en mitad de un proyecto. Cuando el trabajo deja de gustar; cuando orar por la paz no lleva a ninguna parte; cuando la terapia de pareja no infunde nuevo vigor al matrimonio; cuando no es que los proyectos, los planes y las esperanzas se frustren, sino que se van a pique, es entonces cuando empieza de verdad el compromiso. Cuando decae el entusiasmo, y se extingue el amor romántico, y se instaura la apatía moral –una extenuante «Los lugares más pérdida de energía y objetivos–, ese el momento en el ardientes del infierno que se nos pide que demos tanto como recibimos. Es están reservados entonces cuando lo que creíamos una aventura se para quienes, en tiempos convierte en un compromiso. A veces, en un de gran crisis moral, compromiso prolongado, arduo, exigente, que nos tienta se mantienen neutrales». a desesperar. Como si Dios abandonara alguna vez a los DA NTE9 buenos. Como si esperar al tiempo adecuado de Dios fuera una pérdida de tiempo. Como si la Palabra de Dios pudiera fallarnos al final de todo. «Una vez le dijo la paloma a la nube: “¿Cuántos copos de nieve se necesitan para quebrar una rama?”. “No tengo ni idea –contestó la nube–. Sencillamente, sigo nevando hasta que se quiebra”.

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“Mmm… –reflexionó la pequeña paloma–. Me pregunto cuántas voces harán falta para que llegue la paz”». El compromiso es esa cualidad de la naturaleza humana que nos dice que no contemos los días, los meses ni los años; las conversaciones, los esfuerzos ni los rechazos, sino que, sencillamente, sigamos perseverando hasta que «se reúnan todas las cosas en la plenitud de los tiempos», hasta que todo esté listo, hasta que todos los corazones estén a la espera de que se cumpla la Palabra de Dios en esta situación. Cuando más desanimados, más fatigados, más solos nos sentimos: ese es justo el momento en el que no debemos abandonar.

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Ideas para el alma • «Lo más grande de todo es la comprensión», escribió Friedrich von Hugel. «La comprensión lo es todo». Y él lo sabía bien. Von Hugel, teólogo seglar cuya obra contribuyó a inaugurar la era de los estudios teológicos y bíblicos modernos, encontró por todos los flancos la oposición de la Iglesia a la que amaba. Sin embargo, perseveró y su legado sigue vivo en nosotros. Por cierto: aun frente a toda aquella presión, estas fueron las últimas palabras que pronunció. En su lecho de muerte. Eso es compromiso. • ¿Cómo sabes que mantienes realmente un compromiso con algo? Es fácil. Si todavía te afecta a ti algo que afecta al objeto de tu interés, estás comprometido con él, por más que esto te suponga algún tipo de incomodidad. • Mae West dijo una vez: «El exceso de algo bueno es maravilloso». Qué liberador. Esa idea implica que el compromiso es la capacidad para volverse loco por algo. Si en la vida no hay nada que te haga perder el sentido, no has empezado a vivir.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Un monje zen de Japón quiso publicar los libros sagrados, que en aquella época solo se podían leer en chino. Los libros se imprimirían con bloques de madera en una edición de setecientos ejemplares, una labor gigantesca. El monje comenzó por viajar recaudando donativos para ese fin. Unos pocos simpatizantes le dieron cien monedas de oro, pero la mayor parte del tiempo solo recibió monedas de poco valor. Al cabo de diez años, el monje tenía dinero suficiente para comenzar su trabajo. Pero entonces hubo una terrible riada en la región, a la que siguió el hambre. Así que el monje tomó el dinero que había reunido para los libros y lo gastó en salvar a otros de morir de hambre. Después comenzó de nuevo su colecta. Quince años después se propagó una epidemia por el país. Para ayudar a su pueblo, el monje volvió a donar lo que había recaudado. Por tercera vez inició su tarea, y al cabo de veinte años se cumplió su deseo: se imprimieron los libros. Los bloques con los que se produjo la primera edición de los libros sagrados pueden verse hoy en un monasterio de Kioto. Sin embargo, los japoneses cuentan a sus hijos que en realidad el monje produjo tres conjuntos de libros sagrados. Y los dos primeros conjuntos, que fueron invisibles – explican con gran orgullo–, incluso superan al tercero.

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Actividad del Salmo 130 Mantener encendida la pasión del compromiso requiere esfuerzo. Trata de reavivar la pasión por un compromiso concreto que haya decaído en tu vida: una promesa, una relación personal, una causa relacionada con la justicia o la paz, la propagación del Evangelio. Haz hoy algo para probar a reavivar la llama.

Salmo 130 Desde lo hondo te grito, Señor, Dueño mío, escucha mi voz. Estén tus oídos atentos a mi petición de gracia. Si llevas cuenta, Señor, de los delitos, Dueño mío, ¿quién resistirá? Pero el perdón es cosa tuya, y así te haces respetar. Aguardo al Señor, lo aguarda mi alma, esperando su palabra; mi alma a mi Dueño, más que el centinela a la aurora. Espera Israel en el Señor, ¡como el centinela la aurora! Que la misericordia es cosa del Señor y es generoso redimiendo. Él redimirá a Israel de todos sus delitos.

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CANTO 19:

ŠABBAT «Parad y reconoced que soy Dios». (Salmo 46)

Para mí hay dos imágenes que rodean a este tema del šabbat y el ocio. El primer recuerdo yace sepultado en poesía antigua; el segundo tiene que ver con un rabino cuyo nombre no recuerdo. El primer episodio sucedió durante mi primer año de instituto, creo. Por alguna razón, tropecé con las obras del poeta francés Charles Péguy, que escribió: «Yo amo al que duerme, dice Dios». Esas palabras no me dijeron mucho por entonces; más que otra cosa, me parecieron un poco tontas, o, como mínimo, confusas. Pero, por curioso que parezca, tales palabras me han acompañado continuamente desde entonces. Ahora, después de décadas de vida monástica, he llegado a comprender su sabiduría, he comenzado a percatarme de su importancia. Hoy entiendo que el sueño es señal de confianza. La capacidad de descansar devuelve el mundo a Dios por un instante. El descanso, el šabbat y el ocio liberan una parte de nosotros que los corsés del tiempo y la responsabilidad tratan de asfixiar e intentan suprimir a diario. El segundo episodio sucedió durante un viaje a Jerusalén «Cualquiera puede años después. Un rabino de allí se había unido a nosotros guardar el šabbat, para la comida con la que se celebraba el comienzo del pero para santificarlo šabbat. Por razones obvias, recuerdo como si fuera ayer es necesario su ejemplo definitivo de observancia del šabbat. «¿Ve el resto de la semana». esto? –dijo sacando una estilográfica del bolsillo del pecho ALICE WA LKER y girándola entre sus dedos–. Soy escritor y en šabbat no me permito sostener la pluma. En šabbat debo permitirme volver a ser nuevo». En esas dos ocasiones descubrí lo que trata de enseñarnos el salmista acerca del aprender a estar en quietud. Es algo más que la simple observación de que todo el mundo necesita relajarse un poco, descansar lo suficiente para trabajar más duro la semana siguiente, pasar de un ritmo frenético a otro caótico. Va mucho más allá del hecho de que todo el mundo necesita vacaciones. Es mucho más que eso. Lo que nos enseña este versículo del salmo es el simple hecho de que un alma que no tiene sentido del šabbat es un alma agitada. 102

Ideas para el alma • La primera razón de ser del šabbat, enseñan los rabinos, es igualar al rico con el pobre. A salvo de la amenaza del trabajo, en šabbat los pobres vivían, al menos un día a la semana, con la misma especie de libertad que los ricos. En otras palabras, el šabbat es el regalo de Dios a la dignidad de todo el género humano. Nos obliga a concentrarnos en las personas que somos, en lugar de en lo que hacemos. • La segunda razón de ser del šabbat, dicen los rabinos, es movernos a evaluar nuestro trabajo. Se nos pide que determinemos también, como hizo Dios en el séptimo día, si lo que hacemos en la vida es realmente «bueno» o no. Bueno para nosotros mismos, bueno para la gente que nos rodea, bueno para el desarrollo del mundo. Pero si es ese el caso, puede que la razón de que haya bombas nucleares, películas pornográficas y trabajadores mal pagados sea precisamente que hemos perdido el respeto por el šabbat. A lo que me refiero es a esto: ¿cuándo fue, sinceramente, la última vez que te sentaste a pensar cómo es tu vida y te preguntaste si el trabajo que haces es real y verdaderamente «bueno»? • La tercera razón de ser del šabbat, nos enseña la tradición hebrea, es muy distinta de la compulsión estadounidense de convertir al šabbat en más de lo mismo, solo que más ruidoso, más rápido y más largo. El šabbat debe inducirnos a reflexionar sobre la vida en sí: dónde hemos estado, adónde vamos y por qué. El tiempo de šabbat pide una meditación silenciosa y seria, y una búsqueda de sentido.

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Un relato sapiencial La mañana de un día de labor, mirando por la ventana, el maestro jasídico Najman de Bratzlav vio correr por la calle a su discípulo Jaím. Rabí Najman abrió la ventana e invitó a Jaím a entrar. Así lo hizo este, y Najman le dijo: «Jaím, ¿has visto el cielo esta mañana?». «No, rabí», contestó Jaím. «¿Has visto la calle esta mañana?». «Sí, rabí». «Dime, por favor, Jaím: ¿qué has visto en la calle?». «He visto gente, carros y mercancías. He visto comerciantes y campesinos que iban y venían, vendían y compraban». «Jaím –dijo Najman–, dentro de cincuenta años, dentro de cien años, habrá un mercado en esa misma calle. Habrá entonces otros vehículos que traerán comerciantes y mercancías a la calle. Pero yo no estaré aquí ni tú tampoco. Por eso te pregunto, Jaím: ¿de qué sirve correr si ni siquiera tienes tiempo de mirar al cielo?». Relato de Gates of Shabbat: A Guide for Observing Shabbat, de la Conferencia Central de Rabinos Americanos

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Actividad del Salmo 46 Tómate al menos un «momento de šabbat» cada día. Hazlo deteniéndote y rezando «Parad y reconoced que soy Dios».

Salmo 46 Dios es para nosotros refugio y fortaleza, auxilio en los asedios, del todo disponible. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra y los montes vacilen en alta mar. Que hiervan y bramen sus aguas, que sacudan los montes con su oleaje. [El Señor Todopoderoso está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.] Un río con sus acequias alegra la ciudad de Dios: santuario de la morada del Altísimo. Con Dios en medio de ella, no vacila: al despuntar la aurora la auxilia Dios. Pueblos retumban, reyes se agitan; él lanza su trueno, se tambalea la tierra. El Señor Todopoderoso está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid a ver las obras del Señor, los espantos que provoca en la tierra: pone fin a las guerras hasta el confín del orbe: rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los carros. Rendíos y reconoced que soy Dios, excelso sobre los pueblos, excelso sobre la tierra. El Señor Todopoderoso está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

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CANTO 20:

TRADICIÓN «Un día le pasa el mensaje a otro día, una noche le informa a otra noche». (Salmo 19)

No es en el pasado donde vivimos. Quienes se aferran a él –a sus alegrías o a sus penas– se niegan a sí mismos las posibilidades del presente. Al mismo tiempo, quienes no se nutren del pasado se niegan a sí mismos una buena referencia para construir un nuevo futuro. El pasado explica en parte nuestra situación de hoy, estemos donde estemos. Pero el pasado no es razón para continuar con algo en el presente, a no ser que ese algo encierre la energía suficiente para que lo que hacemos hoy sea necesario y valga la pena. Generación tras generación, nos recitamos a nosotros mismos los relatos del pasado, las tareas del presente y la promesa del futuro. Las verdades eternas que residen en el corazón humano, la llamada de Dios que resuena por todo el mundo, son la medida de todos ellos. Esta tensión entre las experiencias pasadas, la sabiduría de las edades y la urgencia subyacente del ahora nos deja con el acto espiritual equilibrador de todos los tiempos. Lord Halifax escribió: «La instrucción es lo que nos queda cuando hemos olvidado todo lo que nos enseñaron». Es la necesidad de cambiar lo que cuestiona la tradición, y la tradición lo que posibilita el cambio sin catástrofes. Lo que queda una vez concluido el proceso se llama vida. Encontrar el equilibrio entre ambas es como caminar por una cuerda floja y engrasada sobre las cataratas del Niágara.

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«No soy yo quien pertenece al pasado, sino que el pasado me pertenece a mí». MA RY ANTIN

Ideas para el alma • La tradición es el pegamento de una comunidad. Piénsalo un momento. Por poner un ejemplo: es la tradición lo que hace que una familia se siga reuniendo en Nochebuena cuando, sin ella, los hermanos y hermanas peleados no querrían volver a estar juntos en la misma habitación en lo que les quedara de vida. La tradición nos mantiene en contacto hasta que por fin estamos preparados para descubrir cuánto nos amamos mutuamente. • El cambio pone a prueba a la tradición. Una tradición que no pudiera asimilar el cambio no podría ser tradición, para empezar. • Cosas como el dominio masculino, la supremacía de la raza blanca y la subordinación femenina no son «tradición», aunque más de una figura religiosa lo sostenga. Solo son prácticas sociales persistentes que, apoyándose en una biología errónea, con el paso del tiempo se convirtieron en teología. Hoy deben ceder su lugar a la nueva información y a un conocimiento fundamentado. Si no, las sangrías serían aún una práctica básica de la medicina, el Sol aún giraría en torno a la Tierra, los indios aún tendrían media alma y la Iglesia regiría aún los Estados porque en otro tiempo creímos que todo eso formaba parte de la ley natural. Culpar a Dios de los designios humanos, llamar revelación a lo que son simples prácticas inveteradas debidas a la falta de datos, es la peor tradición de todas.

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Un relato sapiencial de la tradición oral Como el tejado tenía goteras, un maestro zen mandó a dos monjes traer algo para contener el agua. Uno trajo una bañera; el otro, un cesto. El primero fue reprendido severamente; el segundo, sumamente elogiado.

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Actividad del Salmo 19 Comienza un álbum de recortes o «memoria de tradiciones» que explique aquellas con las que creciste en tu familia. Después, entrégaselo como regalo de cumpleaños o de Navidad a tus nietos, sobrinos, biznietos, hijos, etc.

Salmo 19 Los cielos proclaman la gloria de Dios, pregona el firmamento la obra de sus manos. Un día le pasa el mensaje a otro día, una noche le informa a otra noche. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que se oiga su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, a los confines del orbe su lenguaje. Allí le ha plantado una tienda al sol: él, como un esposo, sale de su alcoba, contento como un héroe, a recorrer su camino. Asoma por un extremo del cielo y su órbita llega al otro extremo; nada se esconde de su calor. La ley del Señor es perfecta: devuelve el respiro; el precepto del Señor es fiable: instruye al ignorante; los mandatos del Señor son rectos: alegran el corazón; la norma del Señor es límpida: da luz a los ojos; el respeto del Señor es puro: dura para siempre; los mandamientos del Señor son genuinos: justos sin excepción; son más valiosos que el oro, que el metal más fino; son más dulces que la miel que destila un panal. Aunque tu siervo se alumbra con ellos y guardarlos trae gran recompensa, 109

las inadvertencias, ¿quién las percibe? Absuélveme de culpas ocultas. Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine. Entonces seré íntegro e inocente de grave pecado. Que te agraden las palabras de mi boca, acepta mi meditación, ¡Señor, Roca mía, Redentor mío!

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CANTO 21:

ORACIÓN «Es bueno proclamar por la mañana tu lealtad y tu fidelidad de noche». (Salmo 92)

Algunas personas preguntan: «¿Cómo hemos de rezar?». Otras preguntan –y creo que es más adecuado–: «¿Cómo rezas tú?». La oración es una parte muy personal del desarrollo espiritual. Cambia con nosotros. Gana profundidad a medida que crecemos, se vuelve más simple a la vez que nosotros, con el paso de los años. La oración nos centra, nos pone a prueba y nos despoja, como dice la plegaria, «de toda vanidad». En nuestro fuero interno, sabemos quiénes somos, lo que necesitamos, lo que nos falta, lo que no comprendemos y lo que ansiamos al mismo tiempo. Esta consciencia y la dependencia de Dios que conlleva son la fuente de la oración.

«He vivido para agradecer a Dios que no todas mis plegarias hayan tenido respuesta». JEA N INGELOW

Dichos pensamientos, si los respetamos y afrontamos, pasarán a depender de una vida orante que, con el correr del tiempo, nos dejará sin nada más que nuestro deseo de Dios. La oración es la conciencia de que la cuestión no es si Dios está presente ante nosotros –eso podemos darlo por supuesto–; antes al contrario, la oración es el proceso por el que llegamos a estar presentes ante Dios. Así, la verdadera oración puede alimentarse de varias cosas: las Escrituras, la naturaleza, la experiencia personal, las presiones emocionales, la dedicación intelectual al Dios que es más grande que cualquier idea de Dios que podamos tener. Pero, sea cual sea el recurso que nos ayuda a adquirir conciencia de Dios, al final nuestra manera de orar tiene algo que ver con quién somos. Por tanto, la idea de que existe alguna fórmula, ritual, programa o modo de oración adecuado para todo el mundo es, en el mejor de los casos, ingenua. Hasta la Regla de san Benito, ese documento del siglo VI sobre la vida espiritual que dedica más capítulos a la oración que a cualquier otra materia de la regla, concluye el largo esquema de los salmos y lecturas diciendo: «Pero si alguno de los monjes conoce un modo mejor, que

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los ordene de otra manera». Descubrimos que no hay una forma única y definitiva de evaluar una vida de oración. La oración es auténtica si nos cambia, si permite que Dios irrumpa en nuestras vidas. Y, para ello, debemos «proclamar por la mañana su lealtad y su fidelidad de noche». Fragmento del prólogo de Joan Chittister a Praying with the Benedictines, de Guerric DeBona, OSB. Copyright ©2006. Reproducido con autorización de Paulist Press, Inc., New York/Mahwah, NJ. www.paulistpress.com.

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Ideas para el alma • La plegaria brota en el corazón a la vista bien de lo irresistiblemente bello, bien de lo insoportablemente difícil. Es, en ambos casos, señal de que lo divino se abre paso entre lo mundano. • Cuando hemos rezado plegarias durante el tiempo suficiente, todas las palabras se disipan y comenzamos a vivir en presencia de Dios. Entonces la oración es, por fin, auténtica. • Cada vez que oramos, estamos un paso más cerca no de cambiar a Dios, sino de nuestra propia conversión. • La oración no es un acto mágico; es una relación que da vida a nuestra dimensión espiritual, que nos pone en sintonía con el universo, que oye resonar el gran Yo Soy por doquier.

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Un relato sapiencial de Anthony de Mello, SJ Un zapatero remendón acudió al rabino Isaac de Ger y le dijo: «No sé qué hacer con mi oración de la mañana. Mis clientes son personas pobres que no tienen más que un par de zapatos. Yo se los recojo a última hora del día y me paso la noche trabajando; al amanecer, aún me queda trabajo por hacer si quiero que todos ellos los tengan listos para ir a trabajar. Y mi pregunta es: ¿qué debo hacer con mi oración de la mañana?». «¿Qué has venido haciendo hasta ahora?», preguntó el rabino. «Unas veces hago la oración a todo correr y vuelvo enseguida a mi trabajo; pero eso me hace sentirme mal. Otras veces dejo que se me pase la hora de la oración, y también entonces tengo la sensación de haber faltado; y de vez en cuando, al levantar el martillo para golpear un zapato, casi puedo escuchar cómo mi corazón suspira: “¡Qué desgraciado soy, pues no soy capaz de hacer mi oración de la mañana…!”». Le respondió el rabino: «Si yo fuera Dios, apreciaría más ese suspiro que la oración». La oración de la rana -1-10

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Actividad del Salmo 92 Prueba durante una semana otra forma distinta de orar: canta con un CD; siéntate veinte minutos a repetir en silencio una oración o una palabra sagrada; reza el rosario; recita un salmo en voz alta; lee despacio un pasaje de las Escrituras y reflexiona después sobre él; escucha tus cantos religiosos preferidos, etc. En la Red hay muchas ayudas para la oración.

Salmo 92 Es bueno dar gracias al Señor y tañer en tu honor, Altísimo, proclamar por la mañana tu lealtad y tu fidelidad de noche. Con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras, porque tus acciones, Señor, son mi alegría y mi júbilo las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! El ignorante no los entiende, el necio no los comprende. Aunque crezcan como hierba los malvados y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre. Tú en cambio, Señor, eres siempre excelso. Cierto, Señor, tus enemigos, cierto, tus enemigos perecerán, los malhechores se dispersarán. Se alza mi cuerno como de un búfalo, estoy amasado con aceite fresco. Mis ojos verán la derrota de mi rival. Cuando se alcen contra mí los perversos, el honrado florecerá como palmera, se elevará como cedro del Líbano, plantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios. 115

En la vejez seguirá dando fruto, y estará lozano y frondoso, proclamando que el Señor es recto, Roca mía, en que no hay maldad.

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CANTO 22:

GRATITUD «Dad gracias a Dios, invocad su Nombre». (Salmo 105)

Este es un salmo histórico. Narra una historia de dolor vital, misterio y salvación por Dios. Nos recuerda las pruebas a las que fueron sometidos Abrahán, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón. Al final nos damos cuenta de lo que quiere decir: a la larga, todo lo que Dios permite que nos ocurra está bien. Toda dificultad es una oportunidad; algo que no demanda auxilio, sino crecimiento personal. Tenemos que aprender a aceptar la voluntad de Dios en «Un ciervo herido nuestras vidas y ser fieles en todas las circunstancias, buenas y salta más alto». malas. Dios se ocupa a la vez de nuestro bien y de nuestro EMILY DICKINSON crecimiento. A nosotros nos gusta lo bueno, pero no soportamos lo malo. En consecuencia, a menudo no miramos los problemas con la perspectiva que la fe nos da. No miramos debajo de lo que nos preocupa para descubrir qué significado tiene y a qué nos desafía. No nos preguntamos: «¿De qué modo puedo crecer partiendo de esto?». Todas las cosas vienen de las manos de Dios. Dios obra en nuestras vidas incluso cuando no somos capaces de verlo. Esas son situaciones que se dan en la vida de todos y que todos comprendemos. No son fáciles, pero esas son las cosas que nos llaman a la santidad, también. Es una buena lección. Nos atascamos tanto en lo inmediato, lo cotidiano, que olvidamos la forma completa de nuestras vidas. Todos tenemos una historia, y un relato, de dolor, pero en toda ella y en todo él hemos sido salvados. De todo lo negativo procede un bien, procede el crecimiento, si nosotros lo permitimos. Es importante recordarlo en cada nueva ocasión en que nuestro mundo propio parezca llegar a su fin. Así pues, también nuestra historia nos dice: «Da gracias a Dios, invoca su Nombre»; siembra esperanza y fe, no desesperación y malestar.

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Ideas para el alma • La vida es una maestra implacable. Y la vida enseña sin cesar. • El mito de la vida estable persiste en las mentes de muchos, pero solamente seduce a los débiles de corazón. • Son las heridas de la vida lo que da lugar a las cicatrices del alma. Y el tejido cicatrizado siempre es más fuerte que el tejido normal. • Nosotros no creamos nuestro destino; solo le damos forma. • La vida consiste en tomar todas las piezas de nuestra existencia, considerar cuál ha sido la función de cada una y crecer más allá de ellas para convertirnos en la persona que queremos ser ahora.

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Un relato sapiencial chino Érase una vez un granjero cuyo único caballo se escapó de la cuadra. Cuando los vecinos lamentaron la pérdida que había sufrido, el granjero dijo: «Buen suceso, mal suceso, ¿quién sabe?». Pero cuando el caballo regresó a la granja al frente de una manada entera de caballos salvajes, los vecinos felicitaron al anciano por su buena suerte. Entonces el granjero dijo: «Buen suceso, mal suceso, ¿quién sabe?». Más tarde, cuando el hijo único del granjero cayó del caballo, rompiéndose una pierna, en la temporada de cosecha, los vecinos deploraron los problemas del granjero. Pero el granjero dijo: «Buen suceso, mal suceso, ¿quién sabe?». Y cuando el jefe militar reclutó para su ejército a todos los jóvenes del valle excepto al muchacho que tenía la pierna rota, los demás granjeros a los que habían privado de sus hijos maldijeron su mala suerte y celebraron la buena fortuna del granjero. Pero el granjero dijo: «Buen suceso, mal suceso, ¿quién sabe?».

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Actividad del Salmo 105 Escribe en una hoja de papel: «Te doy gracias, Dios mío», diez veces, en columna. Ahora completa la oración dando gracias a Dios por cinco acontecimientos «buenos» de tu vida y cinco «malos». Comparte tu oración de gratitud con un amigo íntimo.

Salmo 105 Dad gracias al Señor, invocad su Nombre, informad de sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, comentad todas sus maravillas. Gloriaos de su Nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad siempre su presencia. Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios y las sentencias de su boca. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. Se acuerda siempre de su alianza, de la palabra dada, por mil generaciones, de la alianza sellada con Abrahán y el juramento hecho a Isaac, confirmado como ley para Jacob, como alianza eterna para Israel. A ti te daré el país cananeo como lote de tu heredad. Cuando eran unos pocos mortales, contados e inmigrantes en el país, cuando erraban de pueblo en pueblo, de un reino a otra nación, a nadie le permitió oprimirlos, y por ellos castigó a reyes: No toquéis a mis ungidos, no maltratéis a mis profetas. 120

Llamó al hambre sobre aquel país, cortando el sustento de pan, por delante había enviado a su hombre, a José, vendido como esclavo. Le trabaron los pies en grillos, le metieron el cuello en la argolla; hasta que se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó. El rey lo mandó libertar, el soberano le abrió la prisión. Lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones, para que a su gusto instruyera a los nobles y aleccionase a los consejeros. Entonces Israel entró en Egipto, Jacob emigró al país de Cam. Dios hizo a su pueblo muy fecundo y más poderoso que sus enemigos. Les cambió el corazón para que odiaran a su pueblo y usaran malas artes con sus siervos. Envió a Moisés, su siervo, y a Aarón, su elegido, que ejecutaron contra ellos signos y prodigios contra el país de Cam. Envió la oscuridad y oscureció, pero ellos resistieron a sus palabras. Convirtió sus aguas en sangre y dio muerte a sus peces. Pululaban ranas por el país, hasta en las estancias reales. Ordenó que vinieran tábanos y mosquitos por todo el territorio. En vez de lluvia les dio granizo y rayos por todo el territorio. Dañó higueras y viñas y tronchó los árboles del país. Ordenó que viniera langosta, saltamontes innumerables, 121

que roían la hierba de la tierra y devoraban los frutos de sus campos. Hirió a los primogénitos del país: primicias de su virilidad. Los sacó cargados de oro y plata, y entre sus tribus ninguno tropezaba. Los egipcios se alegraban de su marcha, porque los sobrecogió el terror. Tendió una nube que los cubriese y un fuego que los alumbrara de noche. Lo pidieron, y envió codornices y los sació con pan celeste. Hendió la peña y brotó agua, que corrió hecha un río por el desierto. Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a Abrahán, su siervo. Sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con aclaraciones. Les asignó las tierras de los paganos, y poseyeron las haciendas de las naciones. Para que así guarden sus decretos y observen su Ley. ¡Aleluya!

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CANTO 23:

HUMILDAD «Tú salvas al pueblo humilde». (Salmo 18)

Este es un buen salmo para acometer cualquier empresa difícil. Ayuda a comprender mejor cualquier situación de riesgo, incertidumbre o presión. El mensaje es escueto y claro: Dios salva al pueblo humilde, a aquellos para quienes Dios es Dios. La humildad, a fin de cuentas, es simplemente la verdad de nuestra existencia. Humildad es la capacidad de saber en todo momento quiénes somos en el universo. La humildad deja que Dios sea Dios. Son humildes los que no necesitan controlarlo todo. Son humildes los que no necesitan razones para todo. Son humildes los que no necesitan estar «Cualquiera puede ser papa; seguros de todo. Son humildes los que, yo soy la prueba de ello». simplemente, hacen todo lo que está en su mano y JUA N XXIII luego dejan que la vida siga su curso. Dejan que ocurran las cosas. Dejan que los programas, el trabajo, los planes y las personas sigan su propio camino, porque confían en los demás y confían en Dios. Entonces Dios puede actuar en sus vidas. Entonces ellos pueden permitir los cambios, sabiendo que «Dios salva al pueblo humilde».

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Ideas para el alma • Las personas que son humildes de verdad, que saben que son tierra o humus –de donde procede la palabra humilde–, tienen cierto aire de independencia y autocontrol. • Humildad es la entrega total y continua al poder de Dios presente en mi vida y en las vidas de los demás. • La persona humilde regala todos sus dones especiales –sus ideas, su tiempo, su talento, su presencia– y queda sinceramente sorprendida cuando descubre que las demás personas los necesitan de verdad. • Humildad es la capacidad de reconocer la gloria que hay en el barro del que estoy hecho. • La humildad nos salva de esa enfermedad terminal que es el egocentrismo. Nos permite sentirnos cómodos con lo que somos, de tal manera que también podemos sentirnos cómodos con lo que son los demás.

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Un relato sapiencial de Theophane el monje Me acerqué a un monje muy anciano y le pregunté: «¿En qué consiste la audacia de la humildad?». Aquel hombre no me conocía de nada, pero ¿sabes cuál fue su respuesta? «En ser el primero en decir “Te quiero”».

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Actividad del Salmo 18 Dile hoy «Te quiero» a alguien, a la persona que menos se lo espere. Dile por qué la quieres.

Salmo 18 ¡Yo te amo, Señor, mi fortaleza! ¡Señor, mi peña, mi alcázar, mi libertador!, ¡Dios mío, roca mía en que me refugio! ¡Fuerza mía salvadora, mi baluarte famoso! Invoco al Señor y quedo libre del enemigo. Me cercaban lazos de Muerte, torrentes destructores me aterraban, me envolvían lazos del Abismo, me asaltaban redes de muerte. En el peligro invocaba al Señor pidiendo socorro a mi Dios; desde su templo escuchó mi clamor, mi grito de socorro llegó a él, a sus oídos. Tembló y retembló la tierra, los cimientos de los montes vacilaron estremecidos por su cólera. De su nariz se alzaba una humareda, de su boca un fuego voraz y lanzaba ascuas ardiendo. Inclinó los cielos y bajó, con nubarrones bajo los pies; volaba cabalgando un querubín, cerniéndose sobre las alas del viento se escondió en la oscuridad; como un toldo lo rodeaban oscuro aguacero y nubes espesas. Al fulgor de su presencia, las nubes se deshicieron en granizo y centellas; mientras el Señor tronaba en el cielo, 126

el Altísimo lanzaba su voz. Disparando saetas los dispersaba, enloquecidos por relámpagos continuos. Apareció el cauce del mar y se descubrieron los cimientos del orbe, ante tu bramido, Señor, ante el resoplar furioso de tu nariz. Desde arriba alargó la mano y me agarró y me sacó de las aguas caudalosas; me libró de enemigos poderosos, de adversarios más fuertes que yo. Me asaltaban el día funesto, pero el Señor fue mi apoyo. Me sacó a un lugar espacioso, me libró porque me amaba. El Señor retribuyó mi rectitud, retribuyó la pureza de mis manos, porque seguí los caminos del Señor y no renegué de mi Dios; porque tuve presentes sus mandatos y no aparté de mí sus preceptos; fui íntegro con él guardándome de toda culpa. El Señor retribuyó mi rectitud, la pureza de mis manos ante sus ojos. Con el leal tú eres leal, con el íntegro tú eres íntegro, con el sincero tú eres sincero, con el taimado tú eres sagaz. Tú salvas al pueblo afligido y humillas los ojos soberbios. Tú, Señor, enciendes mi lámpara, Dios mío, tú alumbras mis tinieblas. Por ti yo corro a la refriega, por mi Dios asalto la muralla. Perfecto es el camino de Dios, la palabra del Señor es acendrada, 127

es escudo para los que a él se acogen. Porque, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿Quién es Roca fuera de nuestro Dios? Dios me ciñe de valor y hace íntegros mis caminos; me hace los pies como de cierva y me asienta en sus alturas, adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tensar la ballesta. Me prestaste tu escudo salvador, tu diestra me sostuvo, multiplicaste tus cuidados conmigo. Ensanchaste el camino a mis pasos y no flaquearon mis tobillos. Perseguía al enemigo hasta alcanzarlo y no volvía hasta haber acabado con él; los machaqué y no pudieron rehacerse, cayeron bajo mis pies. Me ceñiste de valor para la guerra, doblegaste a los que me resistían; pusiste en fuga a mis enemigos, reduje al silencio a mis adversarios. Pedían auxilio, nadie los salvaba; gritaban al Señor, no les respondía. Los reduje a polvo que arrebata el viento, los desmenucé como barro de la calle. Me libraste de las contiendas de mi pueblo, me hiciste cabeza de naciones; un pueblo extraño fue mi vasallo. Los extranjeros me adulaban, me escuchaban y obedecían. Los extranjeros desfallecían, salían temblando de sus baluartes. ¡Viva el Señor, bendita sea mi Roca! ¡Sea ensalzado mi Dios y Salvador! El Dios que me dio el desquite y me sometió los pueblos, 128

que me libró del enemigo, me levantó sobre los que resistían y me libró del hombre violento. Por eso te daré gracias ante las naciones y tañeré, Señor, en tu honor: Tú diste gran victoria a tu rey, fuiste fiel con tu Ungido, con David y su descendencia por siempre.

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CANTO 24:

NATURALEZA «Tuyos son los cielos, tuya es la tierra; el orbe y cuanto contiene tú lo cimentaste». (Salmo 89)

Este salmo trata de relaciones. Resuena con la promesa y las responsabilidades que conlleva una alianza con Dios. Nos recuerda que somos los administradores, no los propietarios, de esta creación. El problema llega cuando olvidamos eso; cuando «Disponer unas flores comenzamos a creer que todas las cosas de la vida nos en un jarrón puede pertenecen. Hablamos de «nuestros empleados», aportar una sensación «nuestros proyectos», «nuestro dinero», «nuestro de tranquilidad coche», «nuestro país», «nuestro éxito» y «nuestros en un día atareado, logros». Comenzamos a apropiarnos de las obras de lo mismo que… Dios, y la posesión de las obras de Dios conduce rezar una oración». inevitablemente a la ruina y la decepción, porque el ANNE MORROW LINDBERGH centro se desplaza. Comenzamos a pensar en el control en vez de en la comunidad humana, el sentido de la vida y el verdadero significado de las cosas. El salmo pide un espíritu de cocreación. Nos pide que soltemos la presa.

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Ideas para el alma • Debemos empezar a ver el planeta como algo con vida propia, sagrado y lleno de la gloria de Dios. • Le hemos hecho la guerra a la naturaleza y nos preguntamos por qué hay tan poca paz en nuestro interior, cuando lo que destruimos es precisamente lo que más necesitamos. • Estar inmerso en la naturaleza es estar inmerso en la imaginación de Dios. • No existimos al margen de la naturaleza, por encima de la naturaleza ni con independencia de la naturaleza; somos, hablando claro, su elemento más vulnerable. • Lo que más ha perdido el mundo moderno es el sentido de la responsabilidad sobre la naturaleza. En la sociedad del usar y tirar no se considera que haya vida en nada. Las cosas solo tienen una utilidad temporal.

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Un relato sapiencial de la tradición oral «Hay tres niveles en el desarrollo espiritual –dijo el maestro–: el carnal, el espiritual y el divino». «Y bien, maestro –preguntaron los discípulos, impacientes–, ¿cuál es el nivel carnal?». «Es el nivel en el que los árboles se ven como árboles y las montañas como montañas», respondió el maestro. «¿Y el espiritual?», continuaron los discípulos. «El espiritual es cuando uno profundiza en las cosas. Entonces los árboles dejan de ser árboles y las montañas, montañas». «¿Y el divino?», preguntaron sobrecogidos los discípulos. «Ah, sí, el divino –dijo el maestro, con risa contenida– es cuando los árboles vuelven a ser árboles y las montañas, montañas».

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Actividad del Salmo 89 Ten una cita contigo mismo en la naturaleza. Una vez a la semana, ve a disfrutar de algún paisaje natural: un lago, un bosque, un jardín, una puesta de sol…

Salmo 89 La lealtad del Señor cantaré eternamente, anunciaré de edad en edad tu fidelidad. Afirmo: Tu lealtad está construida en los cielos, en ellos está firme tu fidelidad: –He sellado una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo y te construiré un trono para todas las edades. Proclamen los cielos tu maravilla, Señor, tu fidelidad en la asamblea de los Santos. Pues, ¿quién sobre las nubes se compara al Señor o se asemeja al Señor entre los seres divinos? Dios es temido en el Consejo de los Santos, es grande y terrible para toda su corte. Señor Dios Todopoderoso, ¿quién como tú? Tu poder y fidelidad, Señor, te hacen corte. Tú domeñas la soberbia del mar y amansas la hinchazón del oleaje. Tú traspasaste y destrozaste a Rahab, con brazo potente dispersaste al enemigo. Tuyos son los cielos, tuya es la tierra; el orbe y cuanto contiene tú lo cimentaste. Tú has creado el Norte y el Sur, el Tabor y el Hermón aclaman tu Nombre. Tú tienes un brazo valeroso; fuerte es tu izquierda, sublime tu derecha. Justicia y Derecho sostienen tu trono, 133

Bondad y Lealtad se presentan ante ti. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, Señor, a la luz de tu rostro. Tu Nombre es su gozo constante, tu justicia es su orgullo. Tú eres su honor y su fuerza; con tu favor se alza nuestro cuerno. Porque el Señor es nuestro Escudo, del Santo de Israel nuestro rey. Un día hablaste en visión declarando a tus leales: He ceñido la diadema a un valiente, he exaltado a un soldado de la tropa. Encontré en David un siervo y lo he ungido con óleo sagrado. Mi mano estará firme con él y mi brazo lo hará esforzado. No lo engañará el enemigo ni los criminales lo humillarán. Ante él machacaré a sus adversarios y heriré a los que lo odian. Mi fidelidad y lealtad lo acompañarán, en mi Nombre se alzará su cuerno. Extenderé su izquierda hasta el Mar y su derecha hasta Los Ríos. Él me invocará: Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca de salvación. Y yo lo nombraré mi primogénito, excelso entre los reyes de la tierra. Le guardaré lealtad eterna y mi alianza con él será estable. Le daré un linaje perpetuo y un trono duradero como el cielo. Si sus hijos abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos, si profanan mis preceptos y no guardan mis mandatos, castigaré con vara sus delitos 134

y a latigazos sus culpas; pero no les retiraré mi lealtad ni desmentiré mi fidelidad; no profanaré mi alianza ni cambiaré mis promesas. Una vez juré por mi santidad no faltar a mi palabra con David. Su linaje será perpetuo y su trono como el sol en mi presencia; como la luna que permanece siempre: testigo fidedigno en las nubes. Pero tú, encolerizado con tu Ungido, lo has rechazado y desechado; has roto la alianza con tu siervo y has profanado por los suelos su diadema. Has desportillado sus tapias y derrocado sus fortalezas. Cualquier viandante la saquea y es la afrenta de sus vecinos. Has alzado la diestra de sus enemigos, y llenado de gozo a sus adversarios. Le has doblado la hoja de la espada y no lo has sostenido en la batalla. Has empañado su resplandor y has derribado su trono por tierra. Has acortado los días de su juventud y lo has vestido de ignominia. ¿Hasta cuándo, Señor, te mantienes escondido y arde como fuego tu cólera? Recuerda lo que dura mi vida: ¿has creado en vano a los humanos? ¿Qué hombre vivirá sin ver la muerte? ¿Quién librará su vida de la garra del Abismo? ¿Dónde está, Dueño mío, tu antigua lealtad, lo que tu fidelidad juró a David? Fíjate, Dueño mío, en la afrenta de tus siervos, lo que tengo que aguantar de todos los pueblos: 135

cómo afrentan las huellas de tu Ungido, cómo afrentan, Señor, tus enemigos. ¡Bendito el Señor por siempre! Amén, amén. Amén, amén.

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CANTO 25:

DAR GRACIAS A DIOS «Tu amor vale más que la vida… Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará». (Salmo 63)

Aprendo yendo adonde tengo que ir», escribió Theodore Roethke. Y este es un concepto importante. No se puede planear todo en la vida. Nuestra vida es Dios y la clave de ella es la gratitud. Dar gracias a Dios es bueno psicológicamente para tener pensamientos luminosos y llenos de energía. No es verdad, nos dicen los psicólogos, que, según nos sentimos, así pensamos. Al contrario: según lo que pensemos, así nos sentiremos; y los pensamientos se pueden cambiar. Dar gracias a Dios es bueno espiritualmente. Es el comienzo de la contemplación. Dar gracias a Dios es bueno socialmente. Hace que seamos una presencia positiva en un grupo. (Solo las personas negativas quieren estar cerca de personas negativas). Necesitamos detenernos y dar gracias a Dios –conscientemente– por las cosas buenas del día. Dedicamos tanto tiempo a desear que las cosas fuesen mejor que no vemos nuestros verdaderos dones. Hay festines en nuestra vida y no disfrutamos de ellos «La vaca debe pastar porque siempre estamos tratando de atrapar algo más: el donde está atada». plan perfecto, el trabajo perfecto, el amigo perfecto, la PROV ERBIO A FRICA NO comunidad perfecta. Hemos de percatarnos de que por todas partes estamos rodeados de regalos de Dios, de que la alegría es una actitud de la mente, es saber que mi vida es, fundamentalmente, buena. La insatisfacción es, con demasiada frecuencia, síntoma de que algo no va bien en mi vida. Como dice el místico oriental: «Oh, maravilla de maravillas: parto leña; saco agua del pozo».

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Ideas para el alma • Solo lo ordinario hace que lo especial sea especial. Atiborrarse de lo especial es perder todo sentido de lo excepcional que hay en la vida. • Lo ordinario nos revela, poco a poco, centímetro a centímetro, «la santidad de la vida, ante la que nos postramos en adoración», escribió Dag Hammarskjöld. • Para el verdadero místico, el paso de las estaciones no es algo trivial. Es la repetición que, al final de todo, nos abre los ojos a Dios donde Dios ha estado siempre: justo bajo nuestros pies. • Si preparo la cena, eso es algo ordinario. Si al servirla pongo una flor en la mesa, eso es divino. • El llegar a estar plenamente vivo es labor de toda una vida. Hay mucho en cada uno de nosotros que nunca hemos tocado, mucha belleza en la que estamos embebidos y que pasamos por alto. La consciencia eleva lo ordinario al nivel de lo sublime.

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Un relato jasídico Un rabino soñó que estaba en el cielo. «¿Dónde está el paraíso?», preguntó. Así que le enseñaron una estancia donde había muchos líderes espirituales sentados en torno a una mesa, absortos en las Escrituras. «Entonces ¿a esto se reduce el paraíso?», preguntó, decepcionado. «No lo entiendes –le dijeron–. No son los sabios quienes están en el paraíso. Es el paraíso el que está en los sabios».

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Actividad del Salmo 63 Convierte en una costumbre decir «gracias» a Dios y a otra persona por lo menos una vez al día. Sé específico cuando digas «gracias». Hazlo durante un mes y luego evalúa el efecto de esta práctica espiritual en tu vida, si ha tenido alguno.

Salmo 63 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo: mi garganta tiene sed de ti, mi carne desfallece por ti, en un páramo reseco, sin agua. Así te contemplé en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria. Pues tu amor vale más que la vida, te elogiarán mis labios; así te bendeciré mientras viva, alzando las manos en tu Nombre. Como de enjundia y de manteca me saciaré, y con labios jubilosos te alabará mi boca. Si en el lecho me acuerdo de ti, velando medito en ti: que fuiste mi auxilio y exulto a la sombra de tus alas. Mi aliento se pega a ti y tu diestra me sostiene. Los que buscan mi perdición entrarán en lo profundo de la tierra, serán entregados a la espada, y echados como pasto a las raposas. Pero el rey celebrará a Dios, se gloriarán los que juran por él, cuando tapen la boca a los mentirosos.

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Notas 1. Al final de cada capítulo se reproduce la versión que la Biblia de Nuestro Pueblo (Mensajero, Bilbao 2011) ofrece del salmo citado por Joan Chittister [N. del E.]. 2. Sacerdote jesuita estadounidense que desde la década de 1960 ha destacado en su país como activista por la paz y los derechos humanos [N. del T.]. 3. Se usa esta denominación, entre otras, para referirse a las familias formadas al unirse dos personas de las cuales al menos una aporta hijos de relaciones anteriores [N. del T.]. 4. «Dicho de una familia: Formada por dos personas del mismo sexo y los hijos» (Diccionario lengua española, 23.ª edición) [N. del T.].

de la

5. En español el salmista no menciona el compromiso, pero en inglés la cita comienza con el imperativo commit, que en otros contextos puede significar «comprométete» [N. del T.]. 6. El texto de este salmo se encuentra al final del capítulo 6 [N. del E.]. 7. En Anthony DE MELLO,

Obra completa, vol. I, Sal Terrae, Santander 2003, 684 [N. del T.].

8. En Anthony DE MELLO,

Obra completa, vol. I, Sal Terrae, Santander 2003, 187-188 [N. del T.].

9. Esta supuesta cita, aunque muy difundida, es apócrifa. Se refiere al canto III del Infierno de Dante, pero no forma parte de él [N. del T.]. 10. En Anthony DE MELLO,

Obra completa, vol. I, Sal Terrae, Santander 2003, 572 [N. del T.].

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Índice Portada Créditos Índice Introducción Canto 1: CAMINO DE VIDA

2 3 4 7 9

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 16

10 11 12

Canto 2: LIDERAZGO

14

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 112

16 17 18

Canto 3: MISERICORDIA Y JUSTICIA Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 85

19 20 21 22

Canto 4: ILUMINACIÓN

24

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 43

25 26 27

Canto 5: INTIMIDAD

28

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 27

29 30 31

Canto 6: NIÑOS

33

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 103

35 36 37

Canto 7: PATRIOTISMO

39

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral

40 41 143

Actividad del Salmo 47

42

Canto 8: HOSPITALIDAD

43

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 68

45 46 47

Canto 9: CONSOLAR

50

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 23

52 53 54

Canto 10: MADUREZ

55

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 37

57 58 59

Canto 11: ESTRÉS

62

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 25

64 65 66

Canto 12: TIEMPO

68

Ideas para el alma Un relato sapiencial de Theophane el monje Actividad del Salmo 103

Canto 13: RISA

69 70 71

72

Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 126

Canto 14: SENCILLEZ

74 75 76

77

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 73

78 79 80

Canto 15: AUTOACEPTACIÓN

82

Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 51

Canto 16: TALENTO

83 84 85

87 144

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 52

89 90 91

Canto 17: PERDÓN

92

Puntos para el alma Un relato sapiencial Actividad del Salmo 32

93 94 95

Canto 18: COMPROMISO

97

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 130

99 100 101

Canto 19: ŠABBAT

102

Ideas para el alma Un relato sapiencial Actividad del Salmo 46

103 104 105

Canto 20: TRADICIÓN

106

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral Actividad del Salmo 19

107 108 109

Canto 21: ORACIÓN

111

Ideas para el alma Un relato sapiencial de Anthony de Mello, sj Actividad del Salmo 92

113 114 115

Canto 22: GRATITUD

117

Ideas para el alma Un relato sapiencial chino Actividad del Salmo 105

118 119 120

Canto 23: HUMILDAD

123

Ideas para el alma Un relato sapiencial de Theophane el monje Actividad del Salmo 18

Canto 24: NATURALEZA

124 125 126

130

Ideas para el alma Un relato sapiencial de la tradición oral

131 132 145

Actividad del Salmo 89

133

Canto 25: DAR GRACIAS A DIOS Ideas para el alma Un relato jasídico Actividad del Salmo 63

137 138 139 140

Notas

142

146

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