Cambiando el Corazón de un Rebelde

September 14, 2017 | Author: thesonhenry | Category: Sin, Love, Forgiveness, Prayer, Anger
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Cambiando el Corazón de un Rebelde El criar hijos es un desafío; el criar hijos buenos es un gran desafío, y el criar hijos piadosos es un desafío increíble pero no imposible! Existen varios ingredientes importantes que se necesitan para criar hijos piadosos. Uno de ellos es el enseñar a los hijos a obedecer. La obediencia para ser obediencia debe de ser inmediata y dulce. Los padres deben también enseñar a sus hijos a mostrar respeto y honor. Un niño a quien no se le enseña a respetar a sus padres no respetará a otros adultos, a gente grande de edad, a su cónyuge ni a Dios. Así que los padres deben también proteger a sus hijos del mal — el mal en general, y en particular las malas influencias. Es una filosofía falsa la que dice que producirás hijos mejores al exponerlos a la suciedad de este mundo. Romanos 16:19 dice, "...pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos (o ignorantes) para el mal." Los creyentes bíblicos fundamentales son constantemente acusados de sobreproteger a sus hijos. ¿Puedo darte mi punto de vista respecto a esto? No perdemos a nuestros hijos por ser sobreprotectores; los perdemos por ser ásperos y exigentes o por ser inconstantes en nuestras propias vidas. El enseñar obediencia y respeto y el proteger a nuestros hijos del mal son ingredientes esenciales y necesarios para criar hijos piadosos. Pero no son los únicos ingredientes esenciales. De hecho, puedes tener esos ingredientes y aun así fracasar en criar un hijo sabio y piadoso.

Ganando y conservando el corazón de tu hijo. En Proverbios 23:26 leemos, "Dame, hijo mío, tu corazón..." El ingrediente esencial para criar buenos hijos es ganar sus corazones a tiempo, conservarlos, y estar extremadamente alertas para no perderlos. Pero si pierdes el corazón de un hijo, entonces elabora rápidamente un plan para obtener de nuevo su corazón, no importando lo que se necesite hacer para lograrlo. Debes decidir estar dispuesto a pagar cualquier precio, no importando cuánto tiempo, problemas o dinero se necesiten para obtener de nuevo su corazón. Considera esto: Dios conoce tu corazón. Y Dios sabe de antemano si amas o no suficientemente a tu hijo como para estar dispuesto a pagar el precio de tener que tratar con su desobediencia y rebelión. El corazón de todo problema es un problema de corazón. Y eso incluye la rebelión. No es posible hacer demasiado hincapié en esto, porque este "corazón" del que estoy hablando controla todo lo que hay en la vida de una persona.

Un padre que tiene el corazón de su hijo tendrá acceso a todo lo que hay en la vida de su hijo — sabrá lo que está sucediendo en la vida de su hijo, podrá guiar los pasos de su hijo en la dirección correcta, podrá proteger sus ojos y oídos de cuadros inadecuados o de música mala y podrá determinar quiénes serán sus amigos. Cualquier padre que no tiene el corazón de su hijo tiene un hijo que tiene el potencial para convertirse en un rebelde que destroza el corazón de sus padres. ¿Tienes el corazón de tu hijo? No te engañes; te harías daño a tí mismo y a él. Este "corazón" del que estoy hablando no se diseñó para conservarse. Fue diseñado para darse. Quienquiera que sea a quien tu hijo dé su corazón, será también la persona que tendrá la vida y lealtad de tu hijo. Puedo preguntarte, "¿Tienes en este momento el corazón de tu hijo?" ¿Preferiría tu hijo pasar tiempo contigo más que con cualquier otra persona? ¿Te escucha tu hijo con respeto cuando tú hablas? ¿Tiene tu hijo un deseo genuino de agradarte? ¿Lastima a tu hijo el desagradarte? ¿Es tu hijo leal a ti en tu presencia y a tus espaldas? ¿Sabes lo que está sucediendo dentro de tu hijo? Una de las formas más grandes en que Satanás roba prematuramente a los padres el corazón de sus hijos, es el hacer que los jóvenes se enreden en el juego de los novios. ¿Acaso no existe otra alternativa a esta propuesta que es tan común en nuestros días, pero que a la vez está destruyendo a tantos jóvenes? Yo creo que existe una alternativa bíblica excelente por medio de la cual una persona planea dar su corazón a otra única persona en la vida. Entonces se guarda de codiciar a cualquier otra, antes de que encuentre a esa otra persona y después de que se case con esa persona. Al ir de novia en novia, nuestros jóvenes no están aprendiendo a estar comprometidos. ¡ Están aprendiendo a romper una relación! Todos nacemos con el deseo de agradar a nuestros padres, de estar cerca de ellos, de compartir cosas con ellos y de ganar su alabanza y aprobación. Una de las mentiras más grandes de Satanás para con los padres de hoy en día es ésta: "Cierto grado de rebeldía adolescente es normal y debe de esperarse de cada joven." Ya que esperas la rebeldía no sientes que debes tratar con ella. ¡La rebelión no es normal! De acuerdo con I Samuel 15:23, la rebelión es pecado, y expone al hijo al reino, poder y control de Satanás. Un poco de rebeldía debe de ser una señal para el padre de que el corazón está divagando, está emproblemado y está deseoso de amor, atención y aceptación. Un poco de rebeldía es como el cáncer que se desarrolla rápidamente y se multiplica exponencialmente hasta convertirse en una masa completa de rebelión destructora de vida.

Tres peligros para el corazón Existen tres grandes peligros para el corazón. Se presentan en este orden: el corazón se puede perder, después endurecer, y después ser robado. 1. El corazón se puede perder. Muchas veces los padres pierden el corazón de sus hijos al expresarles ira. Contrario a lo que muchos padres creen, la ira no quebranta la voluntad del niño. (Esa no es una meta apropiada. Tú debes querer dirigir la voluntad de tu hijo, no quebrantarla.) La ira quebranta el espíritu de un niño y provoca que endurezca su corazón. Tremendas explosiones de ira pueden causar que un niño se refugie en una concha. Y cuando se mete en su concha, se lleva su corazón junto con él. ¡El corazón es algo demasiado delicado como para sobrevivir a las catastróficas explosiones de la ira de un padre! Algunas veces los padres pierden el corazón de su hijo cuando quebrantan el mandamiento: "... padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos." (Efesios 6:4) Puedes provocar a tu hijo a ira al criticarlo o molestarlo. Puedes provocar a tu hijo a ira al elevar tan alto el estándar requerido para ganarse tus elogios y aprobación que él no pueda alcanzarlo. No se puede esperar que un niño inexperto e inmaduro pueda hacer un trabajo tan bien como un padre experto, maduro y perfeccionista. Cuando un niño hace lo mejor que puede, debe de ser elogiado, lo haya o no hecho tan bien como alguna otra persona. Tampoco debe de ser comparado con otros para de esta manera hacerlo sentirse inferior. Puedes provocar a tu hijo a ira al obligarlo a hacer algo de lo cual está terriblemente temeroso. Puedes provocar a tu hijo a ira al no comunicarte con él lo suficiente, al pasar mucho tiempo fuera de la casa o al ver la televisión y leer el periódico por mucho tiempo. 2. El niño para adaptarse al dolor que le causa el que tú estés perdiendo su corazón, lo endurece más. 3. Después de que el corazón se endurece, alguien más lo puede robar. Cuando el rey David no escuchó las necesidades de los hombres de Israel, ellos endurecieron su corazón hacia él. Después Absalón fue, vió esta área débil y les brindó un oído atento. Absalón los escuchó, habló con ellos, los tocó y robó sus corazones. (II Samuel 15:5-6) Lo que Absalón usó para robar sus corazones, son las mismas cosas que son usadas en nuestros días para robar a los padres el corazón de los jóvenes. Pero aquí están las buenas nuevas: ¡Esas mismas cosas funcionarán también para que los padres "roben" de vuelta el corazón de sus hijos e hijas de aquellos que se los robaron primero! Gracias a Dios esto es verdad, lo he visto funcionar una y otra vez. Papá, Mamá, ¡escucha a tu hijo! Después tócalo mientras hablas con él de una forma amable y con preocupación. Si escuchas cuidadosamente a tu hijo, te darás cuenta de lo que le está lastimando y lo que le molesta. Proverbios 24:3 dice que con sabiduría se edifica la casa.

Algunos padres dicen, "Mis hijos no quieren hablar." Eso no es cierto; los niños quieren hablar. Pero ellos quieren hablar de cosas que tú consideras insignificantes. Tú y yo debemos de aprender que si algo es importante para ellos, ¡entonces es importante! Lo que yo veo como las necesidades de mi hija y lo que ella ve como sus necesidades pueden ser dos cosas muy diferentes. Yo tengo que suplir sus necesidades no sólo de la manera como yo las percibo sino como ella las percibe. ¡Esto significa que el utilizar tiempo para darle un beso a su pequeña muñeca debido a que le duele su dedito, será más importante para tu felicidad dentro de 20 años que el utilizar ese tiempo para escuchar a tu jefe ofreciéndote un aumento! Significa que debes preocuparte porque a tu hijo se le atoró su camioncito en el lodo. ¿Por qué dan los hijos su corazón a sus amigos? Porque ellos los escuchan. Tú no vas a criar buenos hijos basándote en qué tan bien se ven exteriormente — aún cuando se acoplen o no a tus reglas. Debes de alcanzar algo más que la superficie: "Hijo, ¿qué has estado pensando? ¿Cómo te sientes repecto a esto? ¿Te molesta esto? ¿Qué estás diciendo para tus adentros? ¿Estás leyendo tu Biblia? ¿Estás recibiendo repuesta a tus oraciones?" Sólo el corazón puede conservar al corazón, la mano por sí sola no puede conservar el corazón. Tampoco es probable que unos varazos enderecen a un adolescente rebelde. La primera cosa que se debe de hacer al menor síntoma de rebeldía, es no exasperarse rápidamente y no darse por vencido. Lo que se debe hacer es acercarse más al joven. El hogar que tiene un joven rebelde muchas veces está lleno de una atmósfera negativa y llena de crítica. Eso debe de cambiar. Los elogios crean una atmósfera de amor, gozo y aceptación tanto en una casa como en una iglesia. No te gustaría asistir a una iglesia que tiene una atmósfera áspera y llena de crítica. Pero ésta es tan mala en un hogar como en una iglesia. Aún un rebelde está deseoso de recibir elogios y aceptación de parte de su padre. Y si un padre observa diligentemente, podrá encontrar algo por lo cual pueda elogiar aún al hijo más rebelde.

Cómo hacer que un rebelde cambie Un padre necesita seguir los siguientes pasos para poder hacer que un rebelde cambie. 1. Los padres deben primeramente reconocer ante Dios y su hijo que han perdido el corazón de su hijo, y sinceramente buscar el perdón de ambos. La mayoría de los padres tratan de cambiar primero al niño. Pero el orden de Dios es muy significativo: "Hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos" viene antes de que se dé en sentido contrario.

Una vez que el padre es justificado, entonces estará listo para alcanzar al que es desobediente. (Lucas 1:17). Usualmente la justicia requiere humildad de parte del padre antes de que la gracia sea dada para alcanzar al niño. Esta es la razón por la cual el aconsejar solamente al joven rebelde usualmente alcanza a lograr poco o nada. 2. Los padres deben de examinar sus vidas para asegurarse de que estén dedicados completamente al Señor y limpiados de toda maldad. Un padre con pecado en su vida encontrará difícil o imposible el tratar con el pecado en la vida de su hijo. 3. Al hijo rebelde se le debe separar completamente de todas las influencias personales malas. Proverbios 13:20 dice, "El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado." Esto incluirá a todos los amigos (especialmente el novio o novia), así como familiares que no estén totalmente de acuerdo con los objetivos espirituales de los padres. Usualmente esto significa que la educación en el hogar es esencial y no una opción. El padre debe de ser muy minucioso en esta área de tal manera que el hijo no pueda ni asistir a una clase dominical con jóvenes de su misma edad sin que el padre esté presente. 4. El joven debe también estar completamente separado de todas las influencias impersonales negativas. El hogar debe de estar limpio de televisiones, radios, cassettes de música inadecuada, libros, revistas dudosas, catálogos de ventas, etc. Satanás mantendrá el terreno en la vida de un rebelde, si es que aún queda algo, para desde ahí seguir controlando el terreno. 5. Todo lo malo que sea removido deberá ser reemplazado por lo que es bueno. El niño no puede convertirse en un vacío espiritual. 6. El padre debe pedir sinceramente que Dios ate todos los poderes demoniácos que puedan estar influenciando a su hijo. Cada vez que trates con la rebeldía, puedes estar seguro de que estás tratando con poderes satánicos. 7. El padre no debe obedecer a su inclinación natural de alejarse de su hijo, sino al contrario debe acercarse más a él. Ambos padres deben de pasar horas y horas con el joven. Deben de hablar, trabajar, enseñar, jugar, orar, estudiar, compartir las Escrituras etc. El padre especialmente debe de comprometerse a dar una hora del día por un mínimo de seis semanas. 8. El niño debe ser constantemente elogiado, aun por la muestra más pequeña de cualidades de carácter. Aun el niño más rebelde está deseoso del elogio y la aceptación de su padre. El elogio es como un imán poderoso que acerca el corazón de tu hijo hacia ti. 9. El padre debe humillarse a sí mismo continuamente, para pedirle perdón a su hijo por ira, crítica, inconsistencias, etc., y por su falta de comunicación, amor, elogios, preocupación, etc., conforme Dios vaya revelando estas fallas.

10. El padre debe ayudar al hijo a tratar con la amargura, aceptarlo y perdonarlo mientras se empieza a abrir y a compartir pecados y fracasos previamente ocultos. Muchas veces los rebeldes revelan cosas muy impactantes. Un padre debe decidir perdonar cualquier cosa. 11. El padre debe estar comprometido a seguir los principios de Dios y negarse a ceder ante la presión que vendrá tanto de afuera de la casa, como también del hijo mismo, cuando estos principios se establecen por primera vez. 12. El padre debe considerar tomar un viaje de una semana con el niño a un lugar de predicación y enseñanza bíblica intensiva. 13. El padre debe comprometerse a un cambio duradero y no simplemente a una "rápida reparación." Lo más maravilloso de estos principios es la rapidez con que funcionan. Casi cada rebelde cambia aproximadamente en dos semanas. El peligro en ese punto es que el padre deje de ser consistente y que el joven se vuelva aún peor de lo que era. También es peligroso para un padre experimentar sólo con unos cuantos de estos principios esperando que las cosas mejoren.

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