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Cada Cosa En Su Lugar Alicia María Uzcanga Lavalle Personajes: * Matilde. (30 años) Carácter distraído * Rubén de Mal Revés. (40 años) Ladrón * Carmen. (20 años) Empleada de la boutique, coqueta. * La vecina. (25 años) Sorda * El vendedor .(30 años) Tartamudo * El portero. (35 años) Homosexual * El locutor de radio. Lugar: Un apartamento modesto. Representa cocinacomedor, sala. Dos entradas, una de la cocina a la calle; otra a la habitación. Un biombo en medio de la cocina y la sala. Todo en la casa en desorden, todo tirado, las cosas más inverosímiles regadas por el suelo. Se podría pensar que nadie recoge nada. El apartamento es pequeño. Narrador. Esta es la historia de un divertido enredo entre Rubén de Mal Revés, un experimentado ladrón y Matilde un ama de casa muy despistada y un grupo de personas que harán de un simple robo una gran hazaña. Veremos como un sencillo robo para un gran y renombrado ladrón no siempre es fácil. ACTO UNICO Al abrirse el telón aparece Matilde en la cocina; mal peinada con crema en la cara, tubos en el cabello, con bata y chanclas. Hecha en la licuadora dos huevos, agua y otras sustancias, a la vez que se mueve algo en la cacerola y apaga otra que separa de la lumbre. El radio que está en la mesa en ese momento da la noticia. Locutor.… y por ese motivo suplicamos a todas las
personas de la ciudad tengan sumo cuidado, ya que va armado y puede ser peligroso. Matilde. ¿Diosito eres tú? Locutor. No, yo no soy Diosito, soy el radio acá estoy en la mesa. (Matilde va hacia la mesa) Locutor. les decía, les advertimos a las personas que tengan mucho cuidado, ya que ese ladrón va armado y puede resultar muy peligroso, la policía repartí…. (Matilde lo apaga de golpe) Matilde. ¡Que mentira Sr. radio!, si la colonia villas de la fuente es la más segura de todo Uruapan. (Matilde continua con la preparación de la cena).Al momento entra Rubén de Mal Revés con pistola en mano, tropieza con una andadera, pero sigue caminando muy serio. Apunta a Matilde, la cual contestará siempre atendiendo a sus cosas y sin prestar atención a Rubén. Rubén. ¡Ay…ah…ah…arriba las manos! Matilde. Imposible señor. ¿No ve que si subo las manos se bajará el turrón? Rubén. ¡Es una orden! Matilde. No. es para cuatro órdenes, hoy viene a cenar el jefe de mi esposo con su esposa. Rubén. Me refiero a que le acabo de dar una orden. ¡Suba las manos! Matilde. Bueno, al rato cuando me desocupe con mucho gusto lo haré. Rubén. ¡Señora!... ¡Basta!... ¡soy Rubén de Mal Revés! Matilde. Mucho gusto señor al revés. Me llamo Matilde. (Le extiende la mano. Totalmente atolondrado, con la pistola en ella Rubén la extiende también, lo saluda tomándolo por la pistola. Ella recapacita, se limpia la mano en el delantal). Bueno ahora que ya nos conocemos, ayúdeme por favor. Mi esposo dice que cada cosa en su lugar y cada lugar con sus cosas y es muy cierto. Yo por eso
siempre soy muy ordenada. Quite la andadera de en medio alguien se puede tropezar. Rubén. ¡Está bien, pero suba las manos! Entonces se escucha el llanto de un bebe. Matilde. (Exclama sorprendida) ¡El niño!. Hay estas criaturas del Señor, Despiertan cuando menos deben. Sígale moviendo aquí que luego se baja el turrón, (dirigiéndose a Rubén) ¡ah! y deje eso por aquí, cada cosa en su lugar (señalándole la pistola). Matilde sale de escena por unos segundos; va hacia el cuarto mientras tato Rubén atiende a las indicaciones de ella. Matilde regresa a la cocina. Matilde. Ya le deje la mamila bien colocadita sobre el palo de golf. (Rubén la ve con rareza). Sí es que así es como mejor se detiene. ¡Pero cuantas veces le tengo que repetirle que cada cosa en su lugar! (agarra la pistola, apuntándole distraídamente a Rubén) ¡Guarde esto en su funda!. Mientras Rubén continua moviendo el turrón ella mueve algunas cosas del suelo. Suena el teléfono. Matilde. ¡Oh! (exclama y corre a buscar por el departamento el teléfono) Hola. (Contesta amablemente y hace una pausa). ¡Hola querido!. (Rubén le hace señas desesperadamente para que no vaya a hablar de él, y le apunta con la pistola). ¡Sí!, la casa en orden; no, no he visto a nadie, aquí hay un señor que me está ayudando, no creo que tenga prisa. (Camina por la habitación mientras Rubén le sigue) ella voltea y Rubén se asusta un poco. Pues es un poco raaro, pero… Parece buena gente (mira a Rubén de arriba hacia abajo y hace una pequeña pausa). No, no necesito nada. ¡Ah! Si, tráeme por favor servilletas, siii ya sé que me trajiste ayer unas servilletas pero, por equivocación las eche al buzón… Si mientras encuentro la llave. Si no te preocupes la casa en orden ya sabes… Gracias querido, adiós. (Cuelga el teléfono y lo deja en el piso). Matilde. (a Rubén) y eso que hace ahí (señalando la pistola) ¡cada
cosa en su lugar! Rubén. (enojado; a Matilde). ¡Señora, basta!, ¡No ve que tengo una pistola! Matilde. (le interrumpe respondiéndole). ¡Pero claro que me doy cuenta!, si la anda dejando ahí por todas partes. Comienza a limpiar la mesa. Rubén. ¡señora escúcheme... Soy malo muy malo, y vengo a refugiarme de la policía y usted es mi prisionera y si usted no me hace caso le juro que…! En ese momento suena el timbre de la puerta que hace que Rubén deje de hablar. Matilde deja de limpiar, se acomoda el pelo y se dirige a abrir la puerta. Matilde. ¡Buenas tardes, qué milagro! Vecina. No vecinita chula tengo limones agrios quiero un poco de azúcar. Matilde. bueno, (la agarra del hombro) pero no pase por que este señor tiene una pistola (señala a Rubén). Vecina. (sorprendida, entra al departamento). ¡Hay que bueno! Me encantan las estolas, quiero verlas. Matilde. (dirigiéndose a Rubén). No se preocupe es sorda como una tapia. Rubén.(dirigiéndose a Matilde viendo a la vecina) Dígale ¡Que no vendo nada !, ¡que se largue! Vecina.(a Rubén) ¡Pero claro! Las estolas van con vestido largo. Matilde.(a la vecina) Vecina, el no vende estolas, esa no es su profesión. Vecina. ¡Por dios vecina!, que ocurrencia, como que en camisón. ¡no, no! Las estolas van con vestido de noche. Rubén.(desesperado) ¡Que plaga! Vecina. ¡En la plaza!, no viera que no he visto nada Matilde. (le da la taza de azúcar) Aquí esta lo que quería no tengo tiempo, gracias (la empuja hacia la puerta).
Vecina.(Se regresa. A Rubén) Entonces cuando trae las estolas. Rubén.¡Que no vendo eso! ¡no vendo eso ! ¡Entiéndame! ¡Ha... Me van a volver loco entre los dos! (enojado se quita su gorro y lo arroja al piso). Vecina.Pues son las diez y quince, quizás si cierran a las dos tiene tiempo de ir y venir. Rubén. (acercándose desesperado a la vecina) ¡Señora, entiéndame! ¡No vendo nada! ¡No vendo nada!, ¡NO VENDO ESO! Vecina. Si, mi marido tiene peso. No hay problema en eso Rubén. (mirando al cielo) ¡Porque dios! (devolviendo la mirada a la vecina) ¡Señora yo no vendo eso! ¡No soy vendedor! Vecina. ¿Un fiador?, bueno no creo que haya problema. Rubén. (Desesperado)¿Por qué me fui a meter en esta casa de locas?. Vecina. ¡No! Las de foca me dan alergia, preferiría las de Chinchilla, pero pues si no hay de Chinchilla pueden ser de otra cosa. Rubén. (a Matilde) ¡Por favor dígale que se vaya o no respondo de mi! Vecina. ¿De mink? No, prefiero las de Chinchilla. Bueno ya me voy gracias por el azúcar. Matilde le acompaña a la puerta. Matilde.Siento mucho lo ocurrido. (Disculpándose con Rubén) Es un, poco, sorda. Bueno ya casi acabo, ándele ayúdeme a tener, todo, en orden. Rubén. ¡No yo no la voy a ayudar en nada! Entiéndame ¡Soy malo! ¡Muy malo! ¡Si no me responde..! En ese momento vuelve a sonar el timbre de la puerta. Matilde se dirige a ella y abre. Matilde. ¿Dígame? Carmen. Buenas tardes, vengo de la boutique con el vestido que encargó.
Matilde. Hay si pase usted. Carmen. Gracias. Entra Carmen al departamento, caminando coquetamente. Rubén se encuentra en la mesa comiendo una manzana que se acababa de robar. Carmen. ¡Hola guapo! (dirigiéndose a Rubén). Rubén. Hola Matilde. En seguida vuelvo, no tardo nada en ir por el dinero. En ese momento sale Matilde de la habitación. Carmen. Si está bien. Oiga que simpática es su prima (a Rubén) Rubén. (con tono nervioso dirigiéndose a Carmen) No es mi prima. Carmen. (comienza a acercársele a Rubén) Hay, ya decía yo que el parecido era tan, extraordinario porque de seguro son hermanos (le agarra el hombro). Rubén. No somos hermanos. Carmen. Hay pero si tienen el aire de familia. Rubén. Si verdad. Carmen. Si, el hombre de mis sueños es muy parecido a usted. Rubén. Será también de familia. Rubén se está agarrando la pistola que en ese momento la traía ocultada en la parte trasera del pantalón. Carmen. ¡Viera que no le he preguntado! Pero en el próximo sueño lo haré, oiga, y, ¿Qué esconde con tanto interés? Rubén. Es una de ¡esas!, Para el ese, (le responde con voz misteriosa). Carmen. ¡Hay! Que interesante Rubén comienza a caminar para atrás y ella le sigue. Se ve usted es un hombre muy culto. En ese momento a Rubén se le cae la pistola. Carmen. (sorprendida) ¡Ha! Hay pero que hombre (tocándose por el cuello provocativamente) si hasta una pistola tiene, con lo que he soñado un hombre así. Rubén recoge la pistola y se le acerca a Carmen rápidamente. Rubén. Si. ¡Señora está usted en mi poder! (apuntándole con la
pistola). Carmen. ¡Hay señor! Pero creo que es inútil que me amenace, si quiere que le corresponda solo diga TE DESEO (diciéndole con voz provocativa a Rubén) y yo no tendré inconveniente en correr a sus brazos. Pero dígame ¿A qué vino aquí? La señora es casada, en cambio yo soy soltera S O L T E R I T A, dígame cuando va a asaltarme a mí. Rubén. ¡Silencio, Esta usted en mi poder! Carmen. ¡Hay sí! Y no deje que me le escape (lo abraza). En ese momento Matilde regresa a escena. Matilde. (le da el dinero a Carmen) Aquí está el dinero, gracias, adiós. Carmen. Oiga pero adiós ¡no!, creo que su hermano me quiere invitar a salir Matilde.¡Adiós! Carmen. ¡Hay! (mientras Matilde la lleva del brazo hacia la puerta ella le grita) ¡recuerde tiene su casa en colon 26! Matilde.(a Rubén)¡Hay pero qué barbaridad! Yo con tantas cosas que tengo que hacer y ella hasta dándole su dirección. (Rubén se sienta y se recarga en la mesa) El niño despertó y no se quería dormirse, y en el botiquín del baño no estaba el dinero, hasta que me acorde que lo había dejado en la bañera del niño. Pero por dios que hace usted. Rubén. (Rubén se levanta) ¡Eso es lo que yo digo! ¿Qué hago aquí? ¡Quiero asaltar, amenazar, y nadie me hace caso! Matilde. (lo agarra del hombro) Ándele no se desanime, escogió un mal día no se desespere ande sea bueno y ayúdeme. Rubén. ¡No señora! Esta vez si me atenderá o disparo. (Saca la pistola) En ese momento suena el timbre de la casa, Matilde va a la puerta y abre. Vendedor. Buenas tardes Matilde.¿ Dígame?
Vendedor.(tartamudeando) te te tengo in in sec sec ti cid da da. Matilde da la vuelta dirigiéndose a Rubén. Matilde. Hágame el Favor de atender al joven, yo tengo que terminar mi quehacer. (Se dirige al vendedor) pase usted. Vendedor.(a Rubén) tra tra traigo in insec tici da pa pa ra in sec sectos. Rubén. (al vendedor) ¡No queremos nada! Vendedor. Ca ca… Rubén. ¡Eso menos! Vendedor. Ca ca da vez que u sus ted lo e che che , que que da ra to to.. Rubén. ¿Quedaré toto? Vendedor. Que quedara to todo sin ani animales, sin cuca cuca… Matilde. ¡Ah pues si cuca le compró déjeme uno! Esa vecina siempre nos anda presumiendo Vendedor. Sin cuca cucarachas, mos qui quitos y chin chin… Matilde. (golpea la mesa) ¡óigame joven en esta casa no se dicen groserías, hágame el favor de retirarse de aquí ya le compré lo que cuca le compró. Matilde le da el dinero, le arrebata el frasco de insecticida y le da la vuelta al vendedor Vendedor. Ya vallase ¡gracias! El vendedor sale de escena. Matilde.(a Rubén) ¡ Pero qué vergüenza ir a decir groserías en casa ajena!, y en sima querer vender de ese modo. Rubén.(tartamudeando) Si bu bueno lo que él quiso decir era chin chin Matilde.¡Óigame usted también! Rubén. ¡CHINCHES! Me voy a volver loco si vuelven a tocar la puerta ¡Le ordeno que ya no la habrá! Matilde. Es que no puedo, mi esposo dice que es una falta de educación.
En ese momento se escucha de nueva cuenta el timbre. Matilde se dirige hacia la puerta, mientras Rubén se da la media vuelta y se oculta de bajo de la mesa. Portero. (con voz asustada) ¡Muy pero muy buenos días!, Matilde. ¡buenos días! (se saludan con doble beso en la mejilla) Matilde da la vuelta y entran al departamento. Portero.¡Vengo A S U S U S T A D I S I M O! ¿Ya oíste la noticia? Matilde. ¿Qué noticia? Portero.¿No has oído nada? Yo en cuanto lo supe, dije ¡Hombre de dios corre y vuela a decirle a tus amigos que tengan mucho cuidado! Por eso vengo a ver a tu esposo. Matilde. –Pues lo siento mi esposo no está, y yo tengo mucho que hacer así que si me disculpas. Portero.Por mi ni te preocupes, sería muy mal amigo y pero portero si no te cuidara, así que me quedare aquí hasta que regrese tu esposo, para que no tengas miedo. Yo anoche me encerré con doble llave, porque dicen que ese hombre del mal revés es ¡malote malote! Y como uno nunca sabe que intenciones llevan. En ese momento Rubén sale de la mesa. Rubén.¡Pues yo le aseguro que de las que usted se imagina ninguna! (con pistola en mano. Reacciona inmediatamente y la esconde). Portero.(a Rubén)¡Hay hombre de dios! Que susto me has dado muchachote.(se le acerca sigilosamente) Matilde. –(a Rubén) El señor es amigo de mi esposo y portero del edificio. Matilde. Amigo ¡Íntimo! El esposo de Matilde es muy bonito con migo. Rubén.¿Y usted le permite esas amistades a su esposo? Matilde. Si, el señor es el único que viene aquí (señalando al portero). Portero.Bueno joven y usted de donde salió Rubén.¡Es lo que yo le pregunto a usted, ¿ de dónde salió? Y con
esas fachas! Portero.Hay groserote esta ropa es el último grito de la moda si quiere ir un día a mi departamento es el primero a la derecha (señalándole con la mano) tengo una colección de camisitas soñadas se las mostrare con mucho gusto y si alguna le gusta se la regalo (le agarra la mano, inmediatamente Rubén se hace hacia atras) Matilde.(al portero) Bueno el señor es un PERSONA MUY INTERESANTE (señalando a Rubén). Portero.Si sí, luego luego se le nota de seguro está aquí para protegerte de ese terrible bandido y qué bueno que vine porque aquí con usted estamos seguras (tose) ¡seguros! Rubén.(al portero) Pues yo opino que debería de bajar a su departamento no sea que su mujer... Portero.¡Lagarto! no soy casado que horror Rubén.¡También se le puede ocurrir al ladrón robarse su colección de camisas por eso opino que debería bajar a su departamento! Portero.¡No y no voy! no es que tenga miedo pero el ladrón puede (hace una pausa), al verme cambiar de opinión y en lugar de robar quererse aprovecharse de mi tan solo de pensarlo, ¡me estremezco! hay no prefiero morir, ¡no y no! yo me quedo y me quedo (suena el piso) con usted me siento seguro. Rubén.(a Matilde) ¡Por favor dígale que se largue! Matilde.(a Rubén) Bueno lo hare aunque pierda tiempo, usted me cae bien. Matilde va a la ventana Matilde. ¡Un hombre muy guapo está tocando a su puerta! Rubén y el portero. ¡¿QUÉ?! Matilde. Hay es muy guapo y de ojos azules parece tejano y creo que quiere informes Portero. (emocionado) ¿Si? Bueno, debo ir a cumplir con mis obligaciones. ¡Oh un cowboy ¡ soy de las esclavas que prefieren barba azul. Sale de escena.
Rubén.(a Matilde) Espero que el tejano ese que vio no sea policía Matilde. (a Rubén con voz norteña) ¿Cual texano? Rubén.¡Pues ese que dice que vio! Matilde. No hay nadie, fue para ayudarle a usted… Rubén. ¿A mí? Matilde. Si usted me lo pidió. Bien ya está todo terminado ahora solo debo de arreglarme (se agarra el pelo) se queda a cenar con nosotros? Mi esposo no debe tardar. Rubén.¡No señora, no gracias (marca el teléfono) ¿ policía? ¡Si! habla Rubén de mal revés por favor, por lo que más quieran vengan por mí! Se escucha una patrulla y sale corriendo Rubén Matilde.¡Cierre bien no sea que alguien se meta! (le grita a Rubén) Matilde. (al publico) Hay pobre hombre de haber venido otro día le hubiera atendido mejor, hubiera levantado las manos y hasta me hubiera asustado ¡Pero con tantas cosas que hacer! IMPOSIBLE, ¡ja! Voy a arreglarme para estar lista. Sale de escena y se cierra el telón.
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