Cabecita Negra

Cabecita negra Es un lugar común, en la crítica literaria, analizar las sutiles o explícitas consecuencias que el período peronista produjo en la literatura. Pero no por ser tan común deja de ser fascinante. Propongo el tema tirando algunas de las puntas más clásicas. Me extraa que en El !lep" aun nadie "a#a abierto un foro sobre la literatura de Carlos $amerro, que es uno de los contemporáneos que está pisando fuerte con sus no%elas, sobre todo con &as islas. Pero escribi' una no%ela sobre E%a, # además un estupendo libro de crítica literaria, El nacimiento de la literatura argentina, en donde dice, por ejemplo, que textos como el Casa tomada están tan asociados al peronismo, que a"ora ni siquiera se trata de que es necesario explicarnos estos cuentos con el peronismo( es el peronismo lo que nos explicamos explicamos con estos cuentos. )n eje que, sobre todo a la carrera de &etras, le gusta frecuentar para estos asuntos, es simplemente el de la %iolencia. * "a#, ciertamente, una %iolencia en estos textos que se leen a la luz del peronismo, que es clasista. +i nos atenemos a la frase de olos"ino%, el signo es la arena de la luc"a de clases, %emos que en estos textos, escritos entre los aos cuarenta # los cincuenta, "a# una %iolencia clasista, un enfrentamiento entre lo que sería la capa intelectual de clase media # los cabecitas negras, la masas populares que entran en escena en la %ida política a partir del - de octubre del /0. Por eso la %iolencia se trata de una in%asi'n( las masas in%aden espacios que "asta ese momento estaban libres de ellas. 1n%asi'n sería la palabra cla%e( estos textos escritos en el contexto peronista dan cuenta de una sensaci'n de in%asi'n. En 2uenos !ires, alienaci'n # %ida cotidiana, +ebrelli es el primero, en -34/, en dar esta cla%e de lectura( 5Casa tomada expresa fantásticamente esa angustiosa sensaci'n de in%asi'n que el cabecita negra pro%oca en la clase media6. Como la ma#oría de los textos literarios no "an sido escritos por cabecitas negras sino por intelectuales de las capas medias, todos ellos coinciden de algún modo en esta sensaci'n de in%asi'n, de no poder escuc"ar el último concierto de !lban 2erg por culpa de los gritos populares, peronistas, del altoparlante. !ndr7s !%ellaneda, que es uno de los te'ricos que más se especializaron en análisis ideol'gicos en textos literarios, dice en su estudio 5El "abla de la ideología6 lo siguiente( 5El sentimiento de in%asi'n es típico en la clase media opositora al peronismo de la 7poc 7poca, a, muc" muc"as as %ece %ecess racio raciona nali liza zado do aqu7l aqu7l pres presti tigi gios osam amen ente te co con n la dico dicoto tomí mía a de sarmiento de ci%ilizaci'n frente a barbarie6.

)n gran lector de +armiento como Ezequiel Martínez Estrada es considerado por la crítica como el primero en producir un texto que da cuenta de esta %iolencia in%asi%a que la clase media percibe por parte de la clase alta. Estrada es mu# conocido por su persuasi%a # alocada ensa#ística, pero escribi' literatura, por ejemplo unos %einte cuentos. ! la par de su 58u7 es esto6, un ensa#o sobre el peronismo, estos cuentos que escribi' Estrada fueron escritos entre -3/9 # -30, ni antes ni despu7s, es decir, durante los aos fuertes del peronismo.  :odos ellos tematizan el acoso # el desamparo del "ombre medio ante la in%asi'n de las masas. +ábado de $loria, uno de los más signi;cati%os, si bien está ambientado en el golpe del / de junio del /9, nos remite al - de octubre del /0. a%id ias, cuando dice que la literatura argentina empieza con una %iolaci'n # así sigue, considera esta toma de la casa como una de las %iolaciones, la %iolaci'n del espacio pri%ado, íntimo. Para reforzar esta lectura peronista, ozenmac"er publica en -34F Cabecita =egra, que %endría a ser, en esta línea de lectura, una reformulaci'n ir'nica de Casa tomada( aquí lo que se quiere interpretar en Casa tomada es explícito( el seor &anari es el in%adido, un ciudadano de clase media, conser%ador # clasista, que "abla de los pobres como 5los negros6, # una pareja de cabecitas negras, el policía # su "ermana, le in%aden la casa, se le acuestan en la cama, le toman el G"isA#. =o se puede precisar del todo si fue +ebrelli o osenmac"er el primero en "acer esta lectura de Casa tomada, e ignoro si "a# alguna entre%ista a ozenmac"er que sea iluminadora. >e cualquier modo, a esta altura es imposible des%incular estos textos del peronismo. * si bien Casa tomada puede leerse sin este criterio, sin ningún problema, "a# otros cuentos de Cortázar que sí nos exigen una lectura peronista, como &a banda, de Din del juego, en donde "a# referencias "ist'ricas, como la fec"a, que es febrero de -3/. Es impresionante, en este texto, la manera despecti%a con la que se representa a los personajes de las capas populares, que son los que le in%aden el $ran Cine Hpera al protagonista( son cuerpos. &uego precisa que se trata de 5cocineras endomingadas6, pero en un primer momento se re;ere a ellos como cuerpos, ni siquiera se trata de personas. Este cuento narra la %ida de ese Cortázar que no podía escuc"ar su música culta por culpa de los altoparlantes. * acá la referencia peronista, además de la fec"a, es transparente #a que esta banda, que es toda una masa popular # grosera, es la 52!=>!

de alpargatas6, es decir, alpargatas sí, # libros no. emos entonces la in%asi'n de estos personajes de clase baja, de estos cabecitas negras, que a lo largo del corpus de textos sobre peronismo aparecen siempre cali;cados de una manera similar( los monstruos, para el Cortázar de &as puertas del cieloI los roosos para el coronel de Esa mujer de odolfo Jals"I los negros, en ozenmac"er # DogGillI en todos los casos, se trata de los cabecitas negras que ponen las patas en las fuentes de la plaza de ma#o, que in%aden la escena política, # pro%ocan en la clase media una sensaci'n de pesadilla, de "umillaci'n, de inseguridad. Cabecita =egra termina así( 5# de pronto el seor &anari supo que desde entonces jamás estaría seguro de nada. >e nada6.  * el narrador de &a banda, expresa la in%asi'n en estos t7rminos( 5comprendi' que esa %isi'n podía prolongarse a la calle, a El $ale'n, a su traje azul, a su programa de la noc"e, a su o;cina de maana, a su plan de a"orro, a su %eraneo de marzo, a su amiga, a su madurez, al día de su muerte6.