Burton-Russell, Jeffrey, Satanás, La primitiva tradición cristiana, Juan José Utrilla (trad.), México, Fondo de Cultura Económica, 1986,.pdf

August 11, 2017 | Author: Antonio Asakura | Category: Devil, God, Satan, Problem Of Evil, Existence
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JEFFREY BURTON RUSSELL

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SATANAS l.a primitiva tradición cristiana

Traducción de

J"GAN

JosÉ V TRILLA

(QlECCION

POPUlAR

FONDO DE CULTURA ECONOMICA

Primera edición en inglés, 1981 Primera edición en espaií.ol, 198G

A

F!LOSOFJA Y LETRAS

Título original: Satan. The Early Chri;,tian Tradition © 19(\1, Coruell University PublicJdo por Corncll l!ni·:ersity Press, Ithau IS13~.J

0-8014-1267-6

D. R. © 1986, FoNDO DL CuLTURA Eco~Ó::-1!c.,, S. A. Av. de la Universidad. 975; 0:_11 00 ?-.!éxico, D. F.

ISBN 968-16-2196-1 Impreso f:'n .\-·íéxico

nE C.

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CHA"'.L0!'TE~

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PREFACIO Este libro es el segundo volumen de mi historia del concepto del Diablo. La historia tiene un doble propósito: en primer lugar, comprender mejor la naturaleza del mal; en segundo, desarrollar un método para la historia de los conceptos y de su teología histórica. El primer volumen, El diablo: percepciones del mal desde la Antigüedad hasta el cristianismo primitivo, publicado en 1977, presentaba un estudio intercultural de la idea del mal, y seguía después la evolución del concepto del Diablo en el pensamiento hebreo y en el cristianismo primitivo hasta el siglo 1 de la era cristiana. El presente volumen prosigue el estudio de la evolución de este concepto en el pensamiento cristiano hasta el siglo v, cuando estaban ya establecidas las líneas básicas de la tradición. Examino sobre todo la tradición cristiana, y tan sólo hago un breve resumen del pensamiento judío postapocalíptico, ya que el Diablo ha sido una figura mucho menos importante en el judaísmo que en el cristianismo. Trato las partes oriental y occidental de la comunidad cristiana y de pensadores definidos co· mo herejes, así como de aquellos a quienes se llegó a considerar ortodoxos. Agregué al primer volumen un apéndice en el que hacía una breve declaración de mis creencias porque no se puede ni se debe desligar el punto de vista del autor de la escritura histórica y porque me pareció que asunto tan importante para la humanidad como el

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problema del mal, sería torpeza y cobardía tratar de ocultarme. No he perdido la fe en la importancia de la franqueza, pero he modificado en cierta medida mi vi- .

sión del Diablo. Espero que sea señal de un criterio abierto el hecho de que pueda yo cambiar, como resul-: tado de la investigación y la reflexión. ' Cuando escribí El Diablo . .. , tracé una frontera de- · masiado tajante entre la historia y la teología. La primera puede ser independiente de la segunda, pero la teología no puede ser independiente de la historia. Los enunciados teológicos menos inciertos son los enunciados históricos. En este volumen exploro la relación entre la historia de los conceptos y la teología histórica. En mi libro anterior hice excesivo énfasis en el supuesto enfoque futuro del concepto; mi opinión actual es que la mejor definición de un concepto no consiste ni en sus orígenes ni en su enfoque futuro; más bien, debe definírselo en términos de toda la tradición. Aún me sigo inclinando a creer que el Diablo existe y que sus obras se manifiestan dolorosamente para nosotros. La primera descripción cristiana del Diablo que se conoce figura en los Evangelios de Rabbulos (p. 102), que datan de 586 d. c. Por ende, las ilustraciones de este libro, exceptuando el fresco de Adán y Eva del siglo IV, que representa a la serpiente (y no a Satanás en sí), están tomadas de periodos distintos del que cubre el texto. Es probable que las pinturas de los siglos VI a IX constituyan representaciones bastante fieles de concepciones anteriores; cada una de las cuatro ilustraciones más recientes esclarece un aspecto general. Por qué el arte cristiano no retrata al Diablo antes del siglo VI es algo que ignoramos. Agradezco la ayuda y los consejos de: Cameron AirhartJ Larry Ayres, Carl T. Berkhout, W'illiam Donahue, 10

Hal Drake, Abraham Friesen, Richard Hecht, Henry Ansgar Kelly, Ernst Kitzinger, Raimundo Panikkar, Kevin Roddy, Diana M. Russell, Jennifer Russell, Kay Scheuer, Tim Vivian y \Vendy \Vright. También doy las gracias al Comité de Investigación de la U niversi~ dad de California en Santa Bárbara por su amable

ayuda. }EFFREY BuRTON RussELL

Santa Bárbara, Califorma

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Algún día te darás cuenta al fin de cu:íl es el cosmos del que formas parte, de cuál Soberano proviene tu experiencia, y de que te ha sido srñalado tul límite de tiempo, y si no lo utilizas para disipar las nubes de tu espíritu, se habrá ido, y "tú" te habrás ido, y nunca más volverás. 1fARCO AuRELIO,

Meditaciones

El mundo es tanto más rico al contener un diablo, siempre que mantengamos el pie sobre su cuello.

Las variedades de la experiencia religiosa

\VrLLIAM jAMES,

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I. EL DIABLO

EL PROBLEMA del mal es el tema de este libro. ¿Por qué se nos hace mal y por qué hacemos mal nosotros? No hay respuestas fáciles; en asuntos humanos, la verdad suele ser inversamente proporcional a la certeza con la cual se afirma. Cuando Meg Greenfield escribió sobre el culto de Jim Jones, señaló los peligros de simplificar el problema del mal. Al oír de las muertes masivas de Guyana, la gente reaccionó de inmediato, racionalizando el horror en términos de sus propios prejuicios. Los secularistas dijeron que era el resultado de la fe religiosa; los conservadores, c¡ue era el producto del radicalismo de izquierda, y los radicales, que el racismo de derecha de la sociedad capitalista había llevado a las víctimas a la desesperación. Estas explicaciones apresuradas, escribió Greenfield, vuelven "a la noche menos temible" y "domestican el horror al hacerlo encajar con nuestros prejuicios y predilecciones". Pero concluía que en realidad el horror surge de los ~~impulsos oscuros que acechan en cada psique individual" y que "la selva se encuentra a sólo unos metros de distancia". 1 El 11 de octubre de 1978, la United Press International informó que un padre "tuvo a su hija Tina Ann, de diez años, presa en una alacena de un metro por 1.20 [su casita blanca de madera], mientras la iba 1

M. Greenfield, "Heart of Darkness", N ewsweek, 4 de diciembre de 1978, p. 132.

15 y i-,:

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matando a golpes poco a poco. La enterró bajo un cobertizo semiderruido a espaldas de la casa) y la familia abandonó el pueblo unos cuantos meses después". El lo. de enero de 1980, la UPI informó que "piratas thai mantuvieron presos a 121 mujeres y niños vietnamitas en una isla selvática desierta durante siete días, violándolos y cazándolos como bestias. . . U na niña de ocho años fue violada por 100 hombres ... Los piratas encontraban tanto placer en la cacería como en la presa" .~,_El mal --el mal radical- existe, y su existencia nos impone la obligación de tratar de comprenderlo y transformarlo. Cada una de las explicaciones corrientes del mal -por ejemplo, la herencia genética, el medio social, la distinción de clases, la ignorancia, la enfermedad mental- puede ayudar a resolver algunos problemas individuales y contribuir a nuestra percepción general. Pero queda el hecho irreductible de que la bestia permanece dentro de nosotros. ¿O acaso es algo peor que la bestia? Una bestia es natural. Q..a esencia del mal que está en nosotros puede ser natural o no.')Nos vemos obli~ gados, como hizo John Hick en su libro El mal y el dios del amor, a analizar el mal y a penar por él.2 Este libro trata del problema del mal, pero no pretende resolverlo, como si fuera, al decir de Ursula LeGuin, "algo que puede resolverse, que tiene una respuesta, como un problema de aritmética de quinto año. Si se quiere una respuesta, sólo se tiene que buscar el final del libro. Eso es escapismo, plantear el mal como 'problema', en lugar de lo que realmente es: todo el dolor, el sufrimiento y la devastación, la pérdida y la injusticia con los que toparemos a lo largo de nuestra vida y

deberemos. enfrentar una y otra vez, admitirlos. y vivir con ellos. para llevar una vida humana''. 3 El problema del mal trasciende la religión. También el ateo sincero ha de enfrentarse al mal, como lo hizo Camus en La peste. Los. monistas, como los hindúes, que creen que Dios abarca tanto el bien como el rrial, deben cuidarse de no reprimir el problema en vez de resolverlo, pues una armonía divina que abarca el napalm y los gases neurotóxicos supera aun el entendimiento de los más ilustrados. El problema del mal es particularmente agudo en la tradición monoteísta del judaí~mo, del cristianismo y del Islam; los esfuerzos de esta tradición por justificar ante el hombre los caminos de Dios reciben el nombre de teodicea. En la teodicea existen cuatro opciones lógicas: 1) Dios no es totalmente bueno ni todopoderoso (opinión que por lo general queda excluida, pues nadie llamaría Dios a esto); 2) Dios es esencialmente bueno, pero no todopoderoso; 3) Dios es todopoderoso, pero no totalmente bueno; 4) Dios es totalmente bueno y todopoderoso. Esta última opción, que es la que suele adoptar la tradición judeocristiana e islámica, presenta dificul~ tades, pues requiere una cierta concordancia entre la existencia de Dios y la del mal. La solución perfecta se neis sigue escapando, ya que por lo general acabamos por salvar la bondad de Dios a expensas de su poder, o bien su poder a expensas de su bondad. La teodicea siempre ha constituido la tarea más difícil de toda teología monoteísta que suponga la omni~ ' del Dios: Si el Dios es esenpotencia y la benevolencia cialmente bueno y todopoderoso, ¿por qué permite el 1

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J. Hick,

Evil and the God of Lave. Nueva York, 1966.

U. K. LeGuin, The Language of the Night. Nueva York, 1979, p. 69.

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mal? Puede resumirse el problema como sigue: 1) El inundo, que incluye materia, energía y espíritu, fue creado por Dios a partir de la nada; 2) Dios es omnisciente; 3) Dios es omnipotente (puede crear cualquier mundo que sea lógicamente capaz de ser creado); 4) Dios es perfectamente bueno (elige crear el mejor de los mundos lógicamente capaces de ser creados); 5) pero el mundo contiene el mal. No sirven las soluciones sencillas, y se han propuesto muchas teodiceas; 1) Lo que se advierte como mal en realidad es necesario para un bien superior. 2) El mal es el derivado necesario de la creación de un universo esencialmente bueno. 3) Si se le percibe de manera apropiada, el mal carece de existencia real: es el no ser. 4) El universo es imperfecto, pero Dios lo está llevando hacia la perfección. 5) Toda la cuestión del mal carece de importancia semántica. 6) El significado del mal es un misterio que Dios oculta por siempre a nuestro entendimiento. 7) El sufrimiento nos somete a prueba y nos instruye, permitiéndonos madurar. 8) El sufrimiento es un castigo por nuestros pecados. 9) El mal es sólo el resultado del pecado, que se deriva del ejercicio del libre albedrío. Dios permite el mal para alcanzar el bien superior de la libertad. Este último ha sido el argumento más sobresaliente de la teodicea cristiana. Pero los ateos han planteado dos poderosas objeciones: ¿Por qué son tau grandes el grado y .la cantidad .de sufrimiento? ¿No bastaría al plan de libertad de Dws que nos abofeteáramos o nos pateáramos unos a otros, sin utilizar el cuchillo o el napalm? Y la segunda objeción: ¿cómo pueden ser resultado de un pecado de libre albedrío los males naturales, como el cáncer y los huracanes? 4 4

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' Analicé los argumentos a favor y en contra de las teodi-

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Pueden ofrecerse argumentos de otros tipos.5 Si _partimos de un Dios que no permite que sufran los irlocentes, obviamente ese Dios no existe. ¿Por qué suponer la existencia de ese Dios? ¿Qué alternativas hay? Toda idea convincente de Dios debe explicar tanto el bien como el mal del cosmos. R. W. K. Paterson sugiere que en el mejor de los mundos posibles~ en contraposición con las mundos ideales~ es necesario que el bien sobrepase al mal, pero no lo es que no exista el mal. Es posible que en el cosmos, en conjunto, el bien sobrepase al mal; de hecho, en la vida de cada individuo el bien puede sobrepasar al mal, y la felicidad al sufrimiento, siempre que la existencia del individuo no esté limitada a esta: tierra, sino que tenga otra dimensión. Esta teodicea exige la creencia en una "vida futura", como quiera que se la defina. Paterson tiene plena conciencia de que esta teodicea no es segura (ninguna lo es) ; pero observa, atinadamente; que "una solución al problema reas 1 a 9 en The Devil ... (Ithaca, N. Y., 1977), pp. 223-

i 227. R. Richman arguye que sobre el teísta pesa la carga de encontrar una teodicea adecuada, "so pena de escepticismo moral" ("The Argument from Evil", Religious Studies, 4/1969/, 203-211). J. L. Mackie asevera que no hay una solución válida para el problema que no modifique la omnipotencia o la bondad de Dios ("Evil and Omnipotence", Mind, 64/1955/, 212). W. H. Poteat cree que puede reconciliarse la libertad del hombre (y por ende, su capacidad de pecar) con la omnisciencia de Dios, si utilizamos el lenguaje correctamente y "no mezclamos modelos de conocimiento que no pueden compararse entre sí" ("Foreknowledge and Foreordination", Journal of Religion, 40/1960/, 26). Véase también D. L. Doig, "The Question of E vil Re-examined", Theology, 69 ( 1966), 485492; T. Penelhum, "Divine Goodness and the Problem of Evil", Religious Studies, 2 (1966), 95-107; F. Sontag, The God of Evil (Nueva York, 1970). 5

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del mal no nece . d r. sanamente ebe demostrar que el . f umverso es de hecho la obra de un creado bueno y omnisciente; es sólo que esta ~ig;; e_ctame~te 0 lógi~a, religiosa y moralmente compatible c~515 {esu ta sencm de los males naturales en el universo" ~ a preEstos problemas radican en el corazón deÍ del Diablo l"b concepto bases d 1 ' hque ~ste I ro aborda históricamente. Las e a 1stona de los conceptos son las . . n10o eNs posi.ble enco.ntrar l. a Verdad en 1.u senti~~aiebnsoteus~ o eXIste 0 b ·, ' 1en existe sólo en la mente d n· esta oculta po · e ws Y t das las percep~i~~mpre a nuestros ojos mortales.¡_Ta- ¡_ es son percepciones humanas 1h ech os so 1 ' y os ~ n o que nosotros creemos que son. los h h !' no son algo sólido, sino una ro •• , ' ec os " 0 1 menor probabilidad. ¿Qué es u~ á~:t~ ~~ de maror o \ mos? O corno lo 11 - d · e s como 0 ve- f . . ve e ena or, o el místico o el r . , 0 el pmtor o el geneticista el fabricante de pap Pis~~' 0 como se ve desde un avión, 0 desde una alturae · e s :emtros o con la cara apoyada contra su corteza ~e. i~ o se ve en un día soleado 0 como .. · e 10 una oscura medianoche? ¿Es' como lo P~~clbimos en to, o como Jo ve un niño? ¿Es como l~erci e un adh.ulmano un pe ve un ser urro, una mosca, un cerebro? ¿Su realidad resid ' e en su masa o en su estructura celular?, La "ver- 1

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.: R. K. Paterson, "E vil, Omniscience and O . ce ' Rel:gwus Studies 15 (1979) 1 23 ' mmpoten(cita tomada de la p.' 23 ). Una ' - ' esp. pp. 1-2 y 23 de la compatibilidad de D' deflensa congruente y lógica maleslaqu h p G eac h en Prouidence and wscone E ·z (C b . e ace . Griffin, un teólogo de proces~ts am ndge, 1977). D. R. tencia de Dios está limitada o~ ~menta. q?e I.a omnipofue creado por Él. Dios tr b ~ h caos pnmtgemo, que no sándose hacia el mejoramie~t:JaV ~ oral con cosmos, impul"Is Theodic . . case a resena de P. Hefner 59 (1979), é'7-~3~uestwn of Power?", /ournal of Religion;

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dadera" naturaleza del árbol es una hipótesis o un mito. Su "realidad objetiva", si existe tal cosa, existe sólo en el espíritu de Dios. Si es difícil establecer la realidad objetiva de un árbol, mucho más difícil es establccer la de una estructura humana. Imaginemos una conversación entre un bautista, un católico, un musulmán y un marxista en torno al tema ~"¿Qué es el . . . ?n N 'bl bl d d b cnstmmsmo. o es pos1 e esta ecer ver a es a solutas por lo que toca a __ !~- _e~trtt_':turas hu~~ ·_/Sin'- -·embargo, si buscamos la VCrGad---de la mañera'. ~refinada posible, podremos obtene~,:_J__a_ v~r_dAd _eiJ...-· entido humano, má~ que_absoluto._ El propósito de ----~-- storia, como er-ae todas las disciplinas, es un esfuerzo disciplinado por señalar el camino hacia la verdad. La historia no es un mero ejercicio intelectual: es una vocación sagrada. La historia y la teología son disciplinas bastante distintas entre sí; pero hay terrenos en que convergen. La histm:ia es independiente de la teología: Investiga muchos otros intereses humanos; y los historiadores no hacen afirmaciones pro_p_iamente sobre realidadéSffie.ta--=fj__sicas y transhumanas. La teología, por otra parte, depende ·en gran medida de la historia. Algunas veces los teólogos hacen afirmaciones metafísicas basadas en Siwuestos a prwn Q_. en_ I omos es, a l 1 H'. d _oncros, ur;t ~ombre sustantivo del Diablo. Pronto 1e 1J 0 e Dws destrmra el kairos del Diablo t' ! su era. En 21.3, todas la~ cosas (presumiblem~nst~ t~~~ola~ cos)as_ de es~a era _del mal) perecerán junto con el Malo: otrvai tto~~:um nano •q> ti:OVTJQtica por el mal comenzó con la experiencia, con la "sensación que tiene el hombre de estar viviendo en un mundo ajeno a él, en el cual 1

Epifanio, Panarion, 24,6. Para las di\'ersas ediciones de Epifanía, ver el Ensayo sobre las fuentes. El gnosticismo primitivo ha atraído a muchísimos autores y Uio lugar a varias disputas eruditas que aún están en vigor. Entre las obras más ~mportantes o accesibles se cuentan las de J. Daniélou y H.-I. Marrou, The Christian Centuries: Thc First Six llundred Years (Londres, 1961), pp. 56-6fi; W. Schmithals, Gnosticism in Corinth: An lnvestigation of the Lettcrs lo the Corinthians, 2a. ed. {N::T "-~-e los demonios, que ocuv.t-' l: l:stru~-'':'" .c.escro camine_ _,__.

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Si bien Justino compartía con los padres apostólicos Ja d!stinción entre los ánge~:s caídos y los de~on~~s, se basaba en una interpretac10n dudosa del Geneszs~ La triple división entre el Diablo, los ángeles caídos Y ~~~ demonios carecía de función y por último desapareclO de la tradición, junto con la historia de los ángeles-gi~ ¡_:santes alrededor del siglo v. . Justino es ambivalente con respecto a la relaCIÓ~ entre el Diablo y los demonios. No considera al Drablo como un principio independiente, a la manera de los dualistas; probablemente, siendo el Diablo el jefe, príncipe o general de los ángeles caídos, haya que verlo como uno de éstos.~q No obstante, si es un ángel, difiere del resto de los fmgeles en su poder, así como en la cronología de su primer pecado. Porque mientras los gigantes pecaron con mujeres en tiempos de Noé, el Diablo pecó al menos desde los días de Adán y Eva, porque Justino lo identificaba con la serpiente. 29 Aunen diversas ocasiones distingue entre los .~ngeles caídos. Y los demonios, equiparando a éstos ~on l~s luJos ~e los P;,tmero~. 2 A p. 5: no.ibu¡;, . . ot dcnv ot ).E'(O~tcvm bo.t~m:~¡;, los hl.jos .. , son los que reciben el nombre de d~momos . 2 A p. 7 · _ 0 ( cra.iif.oL iiY'tEAm xa.l t\a.L!lovE¡;; ... ,;&v cpo.uArov, tlo.t~6vrov. ~:' ri1 (<

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taron a estas preguntas. Clemente (c. 150-210) nació pagano. Estudió y enseñó en Atenas y Alejandría; esta última era el polo cultural del cristianismo, el centro de la filosofía y la teología cristianas, así como Roma era el polo doctrinal.' La vastedad de los conocimientos de Clemente y su criterio abierto e inquieto son obvios en sus escritos, que son filosóficos, alegóricos, gnósticos en el sentido lato del término, y caracterizados por :o.ensibilidad ética y enten·

siguió buscando la verd d fl , . . la filosofía debidame t a 1 osof¡ca, msistiemlo en que t o. S'ocrates' hab'ia dicho neentendida. L 1 b ' apuntaua hacia Cris· vid as,· Cl emente an-·¡d" que e de iamos exam¡nar . nuestr"S ' 10 que cb · '"' uz e la revelacio' d' . emos exammarlas a la n IVIna. 1 d Clemente sintió agudamente la . ., 1 en la creación de D' . contradiccion del m • lOS e mtent' r a sistema filosófico coherente.2 S~ Icaria dentro de un ser tan extrema con la d T _oral, aunque lejos de · deocristiana con e ,ertuhano de ét'Jea JU f ' f ue una síntesis e Ica estoica.s Los alejandrino . d' 1 s, JU ws y cristia · crup eo de la alegoría e l nos, mtrodujeron el turas, afirmando que l n a mte:rr.etación de las Escripretados al menos en ~s tefxtos hibhcos debían ser interral y trascendente Pa resClormas disc re t as: 1'Itera! mof . ra emente 1 n· ' arma metafísica y objet' . ' e mblo existe en fora de la actividad al' Iva, pero también es una met, m Igna que ha 1 an estudioso modern , Y en e alma humana o arguyo qu Cl · U , en re las dos po, · · e emente "vacil b b t . sJcwnes pero mej , d a a a smtetizándolas.4 El Diabl . or sera ecir que estahumano y fuera de él.' o exrste dentro del espíritu

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filosofía platónica ll ' 1~ Su ontología (la abstracta c~vo. a Clemente ~Iabología, y la no existenc:n~al del ser) en

a subrayar lugar de la presencia del señor d e l rla Ae mal más que la sorda dimiento psicológico. ma- unque menos mteresado · Imbuido en la filosofía, particularmente en la de lot: estoicos, \os platónicos intermedios y el gran sabio judío 'W. E. G Fl v¡/d '(Nue y of Alexandria's Treatment f Clement alejandrino Filón, Clemente mostró una comprensión the Probl em o·, Eoy 2d'. Sobre la obra de C! va . ork, 1971), p. 99 o del pensamiento pagano que superó aun a la de Justino. ~ .J. emente ' · sobre las fuen1 El criterio de Clemente se asemeja en muchos aspect í- ,'jlr!te:~. o(b~s aqui citadas so'n v~,~f ;~,!~~ay(To , ·, 'U{i;IÓ , ~se.); "La salvación del . ut.); la "Mis, al de su contemporáneo neoplatónico Plotino. De~ 4""¡jM!~'6 ( ro.); fcagmentos del "Tnc~ iRico); el "Prode convertirse al cristianismo, Clemente se volvió r . ·¡1 . :· _- dt n a los griegos (Exhort) ea oto' (Teod.). y la ! Juy P 72 · · ' to adversario de la religión pagana pero, como !

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J.

Daniélou y H. I. Marrou. The Christian Centuri First Six Hundred Years (Londres, 1964), p. 128. 1

tn>'T .' · • · gno,· ~e mf.a.. lap. aguda 226. psicología de la d emono 1ogía, por Eva-

135 1

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que Tertuliano u Orígenes en el Diablo, no obstante lo tomó en serio, sobre la base de la tradición cristiana y de su preocupación por el gnosticismo. Clemente fue incluido por el común dualismo de su época) aceptando que Jesús había venido a la tierra para revelar la deidad oculta a unos cuantos elegidos, y a enseñarles el conocimiento salvador. 6 Adaptó elementos del emanacio. nismo platónico a su propio sistema de cristianismo, pero rechazó de manera categórica la elaborada confusión mitológica del gnosticismo con su exagerado dualismo. Su teoría del mal se deriva, en parte, de su oposición a las ideas gnósticas. 7 Clemente fue el primer cristiano que intentó dar una explicación del mal en términos de ontología y la teo-logía de la privación. Según esta teoría, el mal realmente no existe en sí mismo, sino que es, antes bien, una falta de ser. La privación, que refleja la influencia del emanacionismo platónico y gnóstico, introdujo un elemento confuso e innecesario en la diabología cristiana. Clemente empezó con la existencia de Dios. Dios existe absolutamente, su ser es total y perfecto, y es total y perfectamente bueno. Sólo Dios es perfecto; todo lo demás que pueda existir es, por lo tanto, menos real y bueno. Dios creó al mundo de la nada. 8 Su motivo para hacerlo e~ S. Lilla, Clement of Alexandria: A Study in Christian Platonism and Gnosticism (Londres, 1971). 1 Floyd, p. 91. 8 No es claro lo que Clemente pensó por "de la nada". Se valió de la frase Ex ¡.Li¡ Óno~ y no de E7; oflx Ovoo~. Puesto que !-Ll'J es un negativo condicional, antes que el negativo absol.uto olm, es probable que no pensara ex nihilo, sino, antes b1en, de materia no formada, ü/.:r¡, que tanto Clemente como los neoplatónicos consideraban como un "casi" total n~ .ser. En tales sistemas cuanto más real es una cosa, más esp1ntual; cuanto menos ;eal, más material. La materia, como una vez dijo 8

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pura generosidad: aunque completo en sí mismo, desea compartir su bondad y extenderla a otros seres. Como sólo Él existe, debe crear estos otros seres. 9 Y como sólo Dios es perfecto, el muudo creado es necesariamente imperfecto. Es real, pero no completamente real; bueno, pero no completamente bueno. El cosmos es tan sólo una copia pobre y deficiente de la verdadera 'realidad.lO' No todo es deficiente por igual. Una gran variedad de formas componen el cosmos, y las diferencias entre estas formas hacen inevitable que algunas sean más deficientes que otras. Por lo tanto, puede construirse una cadena del ser. Los seres que ocupan un lugar más bajo en la escala son menos reales, menos buenos y menos espirituales que los seres situados en un punto más alto de la escala; es decir, "carecen)) de más realidad y bondad, están más "privados)). Dios, en la cúspide, es ser perfecto y bondad perfecta, espíritu completo. Por debajo de Dios se disponen los ángeles, a su vez divididos jerárquicamente entre sí, siendo los ángeles más grandes los más reales, más buenos y más cercanos a Dios. Cilson, se encuentra en el borde de la irrealidad. Este realismo es, filosóficamente, el exacto opuesto del materialismo prevaleciente en la cultura occidental de hoy. , & Tut. 1.9.88; Floyd, p. 13. 10 La fue?te de esta idea es la caverna de Platón, y todas las generacwnes han sentido su fuerza. Aun en la moderna sociedad materialista, muchas personas responden con una inme~iata comprensión intuitiva a la metáfora platónica, en espeCl~l cuando se traduce en la obvia analogía moderna: Si algmen ha pasado toda su vida en un cine, con las luces apagadas, viendo sólo lo que se proyecta en la pantalla, tendrá una visión sombría, vacilante y bidimensional del mundo· una vez fuera, quedamos deslumbrados y pasmados por la ric~ Y. desenfrenada realidad. Este mundo es como la pantalla del eme, estrecha, plana y crasamente inferior en comparación con el mundo de Dios.

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. n los humanos. luego los a niDebajo de los ángeles Vl:l~e y así sucesivamente hasta a le; las planttls, las ple ras, d hylC que es la mem ., . . . 110 forma a. • d la materia prumgema, , ~ es¡.)iritual, m!:ts espros buena meno::. n nos real, meno : iente más mala. . t· de ser y j10f conslgu ' VlS a ' . . ., ·¡·

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rnodt tea O'pmtua . . ¡ ld ed Dios u Clemente adopto, una v e rsión Ó' el mundo l ' Platónica entre el Y.ÓG~!O; vo,Tl~~~ó-- el mundo matena e. oo I ÓO'¡.tor; awu ., '" · h -t no es sm y los ángeles, y inferiores. El kosmos insiste s humanos Y -tos Aunque 'ere .. del kosmos nO' · d cido por emauna pálida copdta fue creado, no que fue produena del ser es,

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en re;lidad, una limpiamente,' por ni,;mo San Agu,tln, Para el 'htema, emp unca ha funcionado b•enl Plotino, vé.,e otro, te6logo,, n (caú) completamente ma ~ en bargo, borré la matena con;;' '1 pp. 16!-166, donde, 'Pro. 1-4; Mise. 1-18. Para una raíz del NT de la 1dea de 1 sakado, EAvTQOaa'"• E~ wu l:"a-tava; Ricos 23. Yo os h . é -,....¡V. ste verb 0 e la Pasi6n como la derrota de los poden~s ma l 1gnos, v ase c1on por medio del s ·T , parece tmplicar la redcnM 1 Efesios 2:2. El bautismo repre~enta un triunfo de la "Trinidad ' bola del Buen Sam ac~t tcw, AurQov .. Ricos 28 emplea la par'_ . ·¿ d d e corrupcwn, .' . 1 an ano con Cr t 0 a cri~liana sobre la Tnm a corlSlstente en e nosotros los humano ' lS como el Samaritan Diablo, su Hijo el Anticristo y el Espíritu maligno, es decir, nios como los ladron:s como el hombre asaltado, y los dem~~ 28 la oper~ci_ón ,?e la inclinación ~ecstias salvajes". El monje, apiadado, la recibió dentro de la caverna, y le preguntó por qué \'iajaba sola por el desierto. Ella empezó a conversar normalmente pero, poco a poco, fue endulzando sus palabras y despertando las simpatías del monje. La dulzura de su habla gradualmente se apoderó del espíritu del monje, hasta que le hizo concebir pensamientos de lujuria. Ella em· pezó a mezclar bromas y risas con sus palabras, y luego, con la mano le tocó la barbilla y la harba, como por reverencia, y luego le dio palmadas en el cuello. El monje empezó a sentir que ardía de deseo pero, cuando estaba a punto de consumar su pasión, el demonio dejó escapar un terrible grito con voz ronca, se 7.afó de su abrazo )' partió riendo horriblemf'nte de su vergüenza.1S

l Después de la tentación, el siguiente paso del Diabla·! es despertar el miedo. El límite entre los asaltos diabólicos internos y externos es muy poroso. Los demonios a veces envían sueños y alucinaciones para atemorizar a los monjes, pero a veces los demonios están externamente presentes, con la apariencia, los sonidos y el olor de varios seres. Tomando la apariencia de hombres santos, dicen mentiras; tomando las formas de gigantes, bestias feroces y seres reptantes, acobardan y repugnan. Exudan olores nauseabundos y con frecuencia hacen estrépitos que alteran los nervios. A Ycces mezclan estos efectos. Antonio fue despertado un día por horribles gritos, y las paredes de su choza temblaron; luego los demonios irrumpieron en numerosas formas aterradoras, como "leones, osos, leopardos, toros, serpientes.' áspides, escorpiones y lobos", todos los cuales le ame11 ~. zaban con rugidos y gritos guturales. S

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Pract. 43. Pract. 5, 43, 45; Plegaria, 46, 50, 97, 148.

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sías, temores y tentaciones. Asimismo, los demonios dis.criminan. A la mayoría de los hombres los tientan a hacer hechos burdos; con los monjes su tarea tiene que ser más sutil: "Cuanto mayor es el progreso que hace el alma, más terribles son los adversarios que emprenden la guerra contra nosotros." 62 Astutos demonios su, tilmente desvían a monjes ilustrados de su contempla. , ción de Dios, introduciendo engaños y obsesiones de tal delicadeza que sólo un monje sagaz y especialmente protegido por la gracia de Dios puede encontrar los medios de resistir. Los demonios pueden atacar en cualquier forma, desde la tentación refinada de hacer algo apa.... rentemente bueno, luego burdas tentaciones de lujuria y codicia, hasta llegar a brutales ataques físicos. Adoptan formas feróces y causan apariciones temibles; al te· ran nuestros cuerpos, nos rascan las narices y las orejas, ponen tensos nuestros estómagos, nos hacen dormitar durante la plegaria e hincharnos con flatulencia, causando graves daños o lesiones y aun saltando sobre nosotros para golpearnos, todo ello para desviarnos de nuestro propósito divino. 63 La psicología de la tentación, según Evagrio, era precisa. Nuestras almas, habiendo caído del cielo y envuelPract. 59. Plegaria 46, 50, 72-73, 94-99, 111; Pract. 54; Antir. 1.44, 2.25, 2.34, 2.50, 2.52-55, 4.14-62, 8.62. Pract. 48: Atacan a los monjes por medio de sus pensamientos, 5t0. 'tÓl'V }.oylcr¡.üirv. En su introducción a la traducción de Bamberger, Jean Leclcrcq observa que las descripciones que hace Evagrio de las actividades de los demonios en el Antirrhetikos hacen que "las tentaciones de San Antonio parezcan los sueños de un niño de brazos ... Lo que hoy se llama 'psicología profunda' no llega en realidad a la parte más profunda del hombre, donde reside en él la imagen de Dios"; la psicología de Evagrio sí lo hace (p. xii). e-J

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e.

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tas hoy en el cuerpo, tienen tendencias, y es borrosa su visión de Dios. Están dominadas por una emoción ( pathe) que no pueden sacudirse. El torbellino emocional de nuestras almas es endémico en nuestro estado caído. Es la pathe la que debemos trae :1.l problema del mal, pero no es tan obhgados a 1

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enfrentarse al problema del Diablu; pueden defi:1ir el mal en diversas formas. El historiador puede contentarse, como historiador, con describir el desarrollo del concepto; pero el teólogo-historiador está obligado a enfrentarse al problema del Diablo, por la razón de que el Diablo siempre ha constituido una creencia cristiana central, un elemento integral de la tradición cristiana. Los teólogos que excluyen a Satanás en interés de sus propias opiniones personales corren el riesgo de mantener una visión incoherente del cristianismo. Según la teología histórica de los conceptos, ¿qué debemos creer con respecto al Diablo? Debemos estar dispuestos a enfrentarnos abiertamente al problema del mal, sin tratar de evadirlo intelectualmente. Debemos est:'lT abiertos a la posibilidad de la existencia de uno o de varios espíritus m~ligno
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