Bunz, Mercedes-La Revolucion Silenciosa

February 5, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Mercedes Bunz La revolución silenciosa Cómo los algoritmos transforman el conocimiento, el trabajo, la o p inión p ú blica

y la política sin hacer mucho ruido

Traducción de Griselda Mársico con la colaboración de Uwe Schoor

il CRUCE li

Índic e

Prólogo

Cuando los algoritmos aprendieron a escribir

9

11

2 ¿La automatización del conocimiento sustituye al experto?

37

La segunda naturaleza

57

De las masas y cómo se las produce

75

La opinión pública digital

99

3

4

5

cruce casa edit o ra Buenos Aires

6

La revolución silenciosa

117

Agradecimientos

141

Bibliografía

145

TITULO ORIGINAL Die sti //e Revolullon

O Mercedes Bun.z O 20 12 Suhrkamp Verlag O 2 O17 cruce casa editora O TRADUCCIÓN Gnselda Mársico

con la colaboraoón de Uwe Schoor CORRECCIÓN Gabnela Ubald1111 MAOUETACIÓN y DISEÑO cruce casa ed11ora

Primera Edición - JUNIO 201 7 IMPRESO EN ARGENTINA 1 Cultura 01gmil 2 Internet. J . Filosofía Soc_iaf

1 Marsico Gnselda 1rad 11 Titulo. CDD 300 1 I SB N 978-987 45637 -7-4

¿Lo s buscad ores sa brán mas que nosotros en un futuro no muy lejano? ¿El mu ndo será u n lugar mejo r si hay m ás conoc1m1entos? ¿El conoc1miento sera p ronto un p roduao que tambien se pod rá co mp rar en e l supermercad o? ¿El uso de com p utado ras nos hace mas creativos? ¿Podemos escapar a la reorg anización d el conocimiento?

Cuando los algoritmos aprendiero n a escribi r

La digi talización modifi ca lo que sabemos y cóino lo sabemos. Pero estamos muy lejos de saber lo suficiente como para decir qué s ignifica eso exactamente. Nadie es perabél, por ejemplo, que en aJgú n momento los algoritmos aprendieran a escribir, y cuando eso sucedió, en e l fondo tampoco nadie lo notó. Recién medio año después d e que los algoritmos redactaran una crónica sobre un pa rtido de béisbol disputado por un pequeño equipo de Illinois, los Northwes tcrn Wildcats, Davíd Carr. columnista de m edios del New York Times, advi rtió este n uevo ava nce técnico y escrib io: "Se vienen Los robots. ¡Oh, ya llegaron!".· Es lo que ha sucedido muchas veces en nuestra h istoria con las innovaciones: cuando queda definitivamente claro que a parti r de ci erto momen to tendremos que mirar determinadas cosas con otros ojos, el shock es general; pero antes de que los nuevos in ventos se impongan en nuestra vida cotidiana, a menudo ni siquiera nos damos cuenta de que está pasando algo. Desde hace siglos, en los cuartitos de atrás de las casas se inventan innovac iones que cambiarán el mundo sin que la sociedad lo perciba. En el pasado los garages eran los lugares en los que se ideaban máquinas nuevas o se perfeccionaban las vie jas, fueran autos o com putadoras; los primeros productos de ~ Vea'e Dav id C.irr, l he Robo1s Are Comi11gl Oh, Tl1ey'rc Heri•" 1•11 Tlu• Npw lhrk Ti mes, 19 di! oc tu l.11e J e 2009, h 1tp://med rnd ecodcr.blug:;.ny11111e>.r11111l ;,009/ 10¡ 19 1l11:-

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11

Apple y de Microso ft, por ejemplo, todavía fuero n el resultado de estos trabajos manuales en lo!> garage:.. Pero para las innovaciones digita les ya ni s iqu iera hace fa lta un garage: )(}s algori tmos no neces itan un techo. Sin que lo advirtamos, nacen como trabajos de semi narios o proyectos univers itarios, co mo el buscador de Google ... y poco después ya es tán transformando e l curso de las cosas. También el comienzo de la revolución industrial fue sorpres ivo para sus con temporáneos: "El capitalismo llegó s in anunciarse "', escribe e l his toriador de la econom ía Karl Polanyi. ' Tocio empieza con un inve nto que en apariencia no tie ne nada de espectacular, la "lanzadera rápidan, una lanzat'rlc ". k d' ), t/.,1/, 1' 'J'I·

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7 l\tJnin Hei1ll-¡:¡:•·r, La fl" 'll'""" por la lt'UllCJ . c 11 LmojPr""""' ,.,.,,,. "'"'· ll.orc.crl> en Ja cueva de Ch auvet, en Francia. tienen trein ta y dos mi l años de a n tigüedad. El ant ropólogo fra ntc:. Andrc Le roi-Gourha n, que ha inves tigado sobre es te t ipo de p in turas, señala que la escri tu ra es la tercera me moria ele la espe· cíe h u m an a, después del AD N y e l cerebro. 11 Y e'> td Lercern me m oria está reo rdená ndose u na vez m ás: hoy buscar es u n nuevo modo de s aber algo. Esta nueva circunstancia yct fue regis trada e n los Estados Unidos por el crítico de.: medios Nicho las Carr, qu ie n en un ensayo se pregun tó co n p reocu· pació n s i Google nos está idio tiLando.' 4 Una pregunt a q ue en contró un gran eco en revis tas y e n la p rensa d ia n a, qu e se discutió m ucho en b mesa, que cons tituyó un tema Je co nvers ació n e n las pausas del mediodía y que quedo lina lm e n te para la mesa del bar. No es ni ngu na ::.orprcsa que se haya discu tido con ta nta inte ns idad, porque en ú lti ma in !>lan cia se tra ta de una transformación fundamental e n el ámb ito de l conocim iento. P recisa men te por eso no debe n amo!> p recip itarnos a darnos por satisfechos con resp ue:-tcl~ demas iado fáci les. Primero tendría m os q ue intenLa r com p render esa tra ns formación, para, adem ás, poder influi r mejor ::.obre 13 Amlré Lcro1 Go urhan. El gestu y fo palabr ''"'' , 1,•li1 R1•1h n \nlll'rtrl m1/ 100 Fruy1•11. E111t> •r~clml'bem· 111 /k ~ h1111 , ll.1111l111 r~n. •'17'il IN tl1• l,1 T.f

1

26

ar tiem pos d ifíci les. Google pre te nde dejar atra:) e l "invie rno ió n de conjunto. La his toria de Inte rne t ya ha demo trado J t> manera impactan te que los huma nos no pocl emo!> uomini.lí por nuestra cuenta la montaña de datos qu e es ta dispo nib le en línea. Al com ie nzo todavía se reda cta ban los 111dices d e los buscadores de lnternet, pero cuando las ma as uescubrieron In ternet y c rearon innumerables páginas web, las redacciones huma nas ya no dieron a basto con lo-. rndicc · d e contenidos. La ca talogación automá tica fu e el siguien te pa~o decisivo e n la historia de la digita lizació n_ Y entre los bu ::.cadores au tomáti cos, Google fu e el prime ro e n re ·o lver esa tarea. Los a lgoritmos d e Google co nsegu ian estimar y cla~i fi­ car los conte nidos mejor y más rápido qu e lo~ de otro!> serv idores. Siendo aún estudiantes, sus inven to res, Sergey Brin y Larry Page. inves tigaro n un nuevo e nfoque, q ue prc~e nta ron al mun do e n i998 en ~u artículo 'T he Ainatomy ol a LargeScale H ypertex tual Web Search Engi ne". •1 Lo m.-Í!.> relevante: Google no solo evalua los distintos s itios m e diante el a nálisb de su contenido y según la cantidad de veces que !>e acced e 15 Sergcv Rnn ,. L"' rrnc.. Pa~e. "Th,. A11.i1m11r uf .1 L 1rgc ~1..11 1 • ¡ [ 1•.1k\ll1o1[ ,\,.[ 1 Search Eng1ne. llll p:, mlnlaiJ.,1a 11lurd p.Ju puh¡pa¡>1.orz años m ás Larde las ovejas vu e lven a mul tiplicarse y el s tock sube vertigino samente a 45 miUones, antes de volver a dis m inuir a fines ~e los noventa. ¿Cómo es que desaparecen de l mapa och o mi llones de ovejas en un lapso ta n breve? ¿Qu é pa~rí? ¿Aca o un virus le taJ redujo Je modo ta n drás tico el número de an imales, hacie ndo que la cría se vol viera una inversión rentable? Lo que mues t ran estos ejemplos e:. que la comparación au to má tica y la visua lización a utomalica de datos plantc,m una cantidad innume rable d e nuevas preguntas.

30 31

De ma nera t p1 c e l nuevo procedimie nto, e n el que se tiende a tratdl' los datos e n plural al re lacionarlos e n torm a a utomáti ca con otros datos. res ulta s umamente prod uctivo. Para terminar, nos encontra mos con una te rcera y u ltima variació n d el tem a e.le la p luralidad en el caso de l a rchi vad o de dalos, que ta mbié n se está transforma ndo d e m a ne ra radical e n e l ámbito dig ital. El conocimienlo ya no se e ncuentra excl11sivarnente e n un lugar de terminad o. Se dispersa, por decirlo de alguna m a n era. Puesto que se diíunde en un es tado m a terial com ple ta m ente nuevo, que comúnme nte se ue nomina "nube de datos" (c/oud) , ·e pued e acceder a e l de d e cualquier parte. Desde q11e e l te lé fono móvil se ha c01 1ve rliclo e n una computadora y que e n nues tra \rida cotidiana va mos aco111pa11ados por un número cada vez m ayor de aparatos digitales m oviles, e n e l fondo esta nube d e
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