BUNGE, Mario. Economía y Filosofía, Taurus, 1990.
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MARIO BUNGE *r
Foundations & Philosophy of Science IJnit, McGill Universitt, Mon¡real
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ECOIVOMIA Y FILOSOFIA C onti s i ón E c onóni c ' .
PRESENTACION DE RAUL PREBISCH p' ra
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SEGUNDA EDICION
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Reservadostodos los derechos.Ni la totalidad ni parte de estelibro puede reproducirseo transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico,incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacehamientode información y sistemade recuperación,sin . permiso escrito de Editorial Tecnos, S. A.
O by Manro Br-;Nce E DIT OR IAL T EC N OS , S.4 ., 1 9 85 O'Donnell, 27 . 28009MADRID I S B N : 8 4 -3 0 9 -1 1 6 5 -0 De p ó s i to L e g a l : M - 1 8 2 2 3-1 9 8 5 Printed in Spain. Impreso en España por GAMA, S. A. Tracia. l7 - 28037 Madrid
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PRESENTACION
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Ha sido para mí una grata -rorpresa que Marío Bunge me sugiríera escribír la introduccíón a este pequeño libro. Filósofo eminente, se ha dejado llevar por su vasta curiosidad intelectual al campo de la ciencia económica o, más bien dicho, de lá oasí llamada ciencia económica>, como me hc dado en decir frecuentemente. Y ha escrito este libro muy provocativo. Llega en muy buena oportunidad y nos será de gran ayuda a los economistas que, como en mí caso, rechazan los artículos de fe del pensamiento convencional. El doctor Bunge aruemete resueltamente contrs las teorías clásicas y neoclásicas,sin que escapen a su análisís crítico las concepciones marxistas. Pero es a las neoclásicas a donde se díríg e prefere nte mente. Como he recordado más de una vez en los últimos tiempos, yo he sido un firme neoclásico en mi juventud. Sin embargo, Ia gran depresión mundial me hízo comenzar una obra de desmantelamíento. De haber sido esa depresión un simple descenso cíclico pude haber recordado, sin compartirlo, desde luego, una afirmación de un profeior mío, neoclásico al extremo, quíen decía sentenciosamente: " Las crisis cíclicas eliminan inexorabiemente a los menos aptos, a los ineficientes, Io mismo que un invierno muy severo termina con los tuberculosos. Formas crueles -agregaba-, pero muy eficaces de saneamiento.)) Bien sabemos que la gran depresíón eliminó a muchísimos sanos en todo el mundo. Yfue necesaria la gran obra de Keynes, que Mario Bunge ad-
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m¡ra, para comprender la índole de este fenómeno y decídir contiarrestarlo con nuevas iáeas, muy audaces en aquellos tiempos. Tardé bastante tiempo, sin embargo, en llevar mi tarea crítíca al punto avanzado en que hoy me encuentra. Quienes esperábamos en la Américu Latina, llevados por el razonamíento neoclásico, que el desaruollo económíco intpulsado por la industrialización iría estrechando progresivamente las grandes disparidades en la distribución del ingreso, tuvímos que reconocer lo contrarío frente u la evídencia de los hechos. pero en vano pudimos encontrar una explicación valedera de este fenó_ meno a la IuZ de las enseñanzasneoclásícas. Más aún, no hay una teoría económica que permita explicar los fenómenos globales del ctisa_ rrollo, ni de esas crecientes dtsparidades sociales, salvo en lo que concierne a ciertas restricciones del libre juego de las leyes económicas y a las imper_ fecciones del mercado. ¿Qué hacer entonce,s?Al procurcr la respuesta, entro decididamente a un campo de amplia coirtci_ dencia con el doctor Bunge. Si la teoría económica resulta claramente ínsuficiente es porque ígnora la estructura social y sus mutaciones y las cambiantes relacíones de poder que emergen de todo ello. En su afliyt de asepsia doctrinaría, sus adeptos evitan cuidadosamente la influencia de elemeitos exópe_ nos. A mi juício, ni los elementos técnicos, potític-os, sociales y culturales son exógenos. Forman Darte integrante de un sistema y, como tales, tienen gran influencia en esGS,mufaciones y en las contrádic_ ciones que aparecen cada vez más en su funciona_ m iento. La penetración del progreso técníco de los cen_ tros, en sus diversas manifestaciones, tierte un pa_ pel importantísimo en esas mutaciones de la es_ tructura social. La estructura social de la periferia es sumamente heterogénea y permite que el fruto
del progreso técníco, de la creciente pr.oductividad que le acompañe, se concentre
perioresde ia estructurasociar'írfi,íi'"::':; :h ry?f"t la mayorparte de los _idio, p;;;r;;;r;r.
Ahí radica el fenólfno de apropiación del exce_ dente económic.o. Et sistema ]unciona ,fn griil", tropiezos mientras no hay fuLrzos que contrarres_ tan este poder de apropiación det'excedinii,")" donde sale, en últ.¡máinitancia., to orr^ii;;;;;;, capital reproductivo, cuyo cont'inuo crecimiento es esenciol a la dinámica del sístema. En otros t¿lm¡_ nos, mientras domíne,sin contrapesos el poder po-li tico y económico de los estratotr superiores, se de_ senvuelve la acutnulac_ión al m|smo tt"mpo,-'io !, sociedad privilegiada de consumo en tares "riroior. clásicos no admitieron ómeno importantísimo ues sosluvieron gue el
colectividad por alza o;'r!'*:!:::,:r::o: ',: baja generctlde -el los precios. ei Llegar ,iiiriro" o una posición de equiribrio-ro cual ,"chazi "t it i", tor Bunge como yo_, habría ,trropn)ir¡¿r"í" apropia.ciónempr.esarialdel fruto drt w;g;;r-, ,¿'r_ nico, sin otras disparídadei d¡stribui¡ro7 correspondíentesa la aportación de to, ;;""i;, aiiir"r",l, individuos al proceso pioductivo. El excedentese retiene debido a la heterogenei_ enórrtenode expansión 'ntegrante del proceso de dentostr0r ert un
Pues bien, en el avance de las mutacione., eJ_ lo el poder sindical y te de la fuerza de trá_ , e n u i n a m e n t ey no en de democratización.
I Capitali.rmo periférico _ Crisis y 1' q"or Transformación, Fondo de Cultura Económica, -México, l9ái. '
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Ademós, comienza la tendencia a la hipertrofia del Estado, que se explíca en cierto ntodo por la pre' sión soclat y la propia dinámíca del Estado y el crecímiento de los gastos militares ' Y ese doble poder redistibutivo -de la fuerza de trabaio y del 'Estado-se aontrapone cada vez más al poder de apropiación de los estratos superiores' Eita creciente confrontación no obedece a princípio regulador alguno. Más todavía, el oumento del consumo privado y social de la fuerza cle trabajo y del consumo civil y militar del Estado, que resultan de esa confrontación, no se cumple a expensas del consumo privilegiado de los estratos superiores, sino que se superpone a ese consulrto. Y, con el andar del tiempo, se va debilitando el rítmo de crecimiento del e.rcedente y de Ia ocLtnlu' lación de capital reproductivo (que hay que distinguir del capital que no aumenta progresivamente la productividad y el entpleo). Así pues, la pugna distribtttiva termina por reducir la rentabilidad de las empresas, con efectos adversos a la ocupación. Y la ctutoridad monetaria, por más que se hayu preocupado de la estabílidad del nivel de precios, se ve obligada a ceder, creando el dinero necesario para que el alza de las remuneraciones provenienfe directa e indirectamente de Ia presión redistributiva pueda traducirse en alza de precios y restablecer así la dinámica del excedente. Trátase de un nLtevo tipo de inflación, de inflación social, que suele complicarse con formas inveteradas de inflación. Y aquí entra en escena el inefable doctor Friedman, que ha adquirido gran influencia en nuestro hemisferio sur. Mu¡, sencillo, nos dice este prestigioso economista. Hay que frenar la creación de dinero por el sistema bancario. No interesa cual sea el orígen subyacente de este fenómeno, sino desbarc.tar el poder sindical y político de Ia fuerza del Estado y achicar las dimensiones del Estado. ¿Cómo hacer lo primero? Por Ia restriccíón crel2
ditícia, a fin de eliminar la plétora monetaria. Es el método de la sangría a que se refiere Mario Bunge. Y uno recuerda a aquel médico famoso'de una novela clásica que recomendaba esta operación para elíminar Ia plétora sanguínea: oQue el pacíente se debilitara cada vez mós, no importa, hay que proseguir tenazmente. En una de esas el enfermo muere. Pero el médico no se perturba y frente a r¿r^sdiscípulos desconcertados exclama: ¡Qué lástima, de no haberse muerto el paciente habríamos comprobado la eficiencia de mi terapéutíca.t>
Pues bien, la sangría monetaria lleva fatalmente a la contracción de la economía y Ia desocupación. Y ha¡, que persistir hasta doblegar el pocier sindical y polítíco, de manera que puedan descender las remuneraciones y restablecersela dinámica del excedente. Tal es el friedm.anismo en boga. Por cierto que en vctrios de nuestros países hemos venido, además, usando un método mucho más expeditivo. Recurrir al poder militar del Estado para suprimir el poder de la fuerza de trabajo. Y en esta .forma se mantíenen las remuneraciones mientras se dejan que los precios oalcancen su propio nivelr. Pero no abominemos de Milton Friedman por este desenlace. ¿Acaso el poder redistributivo no significa una flagrante violación del juego de las leyes del mercado? Hay, pues, que recuruir a la fuerza para corregír esta grave desviación del sistema. Lo cual tiene tarnbién la virtud de permitir el florecimiento del liberalismo económico a costa del proceso de democratización y del bienestar de grandes masas. No digo que la restricción monetaria haya sido íneficaz en otros tiempos para corregir las violaciones de las reglas del juego cuando se ha abusado del crédito privado; pero es absurdo pensar que pueda combatir la inflación de tipo social; el
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problema es mucho más profundo. Y, a mi juicio, no se podrá resolver sin una transformación fundamental en el régimen de dístribución del ingreso
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nuevo por devorarse a sí misma. Es tiempo que sociólogos y polítólogos proyecten también sus luces sobre estefundamental problema. Mucho más habría que decir sobre todo ello, pero sospecho que Marío Bunge pudiera acusarme legítímamente de extralimitación frente a la escueta sobriedad de su libro. Pero basta lo que acabo de exponer para justfficar su crítica a la teoría y subrayar la necesidad de una tarea muy profunda de re novación. Renovación teórica no sólo en el ámbito de la macroeconomía dinámica a que me he venido refi.riendo, sino a la microeconomía. Afirma sin ambages el doctor Bunge que varios de los supuestos sobre los cuales se funda aquélla, acerca de la conducta humana, no están de acuerdo con lo que la psicología y la antropología nos enseña. Su crítíca es incisiva y justifica aquí también un gran esfuerzo de renovacíón. Finalmente, Mario Bunge lleva su examen a los modelos econcmétricos. Acepta ciertos modelos parciales, pero duda acerca de los ntodelos globaIes. S¿¿ ef;cacia es muy díscutible, sobre todo cuando se pretende que ses.n instrumentos de prevísión. Concuerdo con él en que un buen modelo requiere ineludiblemente una buena teoría. Y una buena teoría no ha surgido como para enfrentar la grave crisis que el doctor Bunge encuentra con razón en el pensamiento económico presente. Intriga mucho comprobar que no hemos podido superar las teorías de hace más de un siglo. En l4
cuanto al neoclasicismo, yo creo que gravita enor.memente el peso de los intereses que tienden a mantener el estado de cosas existentes. No me refiero solamente al desarrollo interno de nuestros países, síno a las relaciones CentroPeriferia en cuya complejidad no han penetrado en forma alguna las teorías neoclásicas. No reconocen, por supuesto, la hegemonía de los centros ni Ia dependencía periferica; fenómeno político al que se superpone la superioridad técnica y económica de los centros. La teoría de la división internacional del trabajo y las ventajas comparativas tienen una grtn validez lógica; pero ignoran las grandes diferencias estructurales entre los centros y la periferia que traen también grandes contradicciones en el desaruollo periférico. Diría sin vacilación que al perseguir sus propios inf ereses con vistas muy cortas, /os centros no se han preocupado históricamente ni se preocupan ahora de estímular a los países perifericos a qtte desenvuelvan sus ventajas comparativas'en el íntercambio Ce manufacturas, además de las trabas con que tropiezan las exportacionesprimarias. Tctl es la dinámica del sistema internacionai. Este pequeño libro de Mario Bunge invita a una sostenida reflexión. Yo he tratado de subrayar mis primeras impresiones y me síento llevado a profundizar mi examen. Y celebro y agradezco que el autor nte haya invitado a su lectura. Mario Bunge, como yo, fuimos eliminados de Ia cátedra universítaría en momentos aciagos de nuestro país. Lo cual contribuyó a alejar nuestros caminos. Veo cthora con profunda satisfacción que se aventura en el campo de Ia economía, donde nuestros caminos llegan a encontrarse. Espero que siga trabajando en é1, desde su posicíón de filósofo y gran conocedor del método científico para descubrir esta compleja realidad en que vivímo,s. Ahora, si se me permite, un recuerdo de viejos
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tiempos. El padre de Mario, el doctor Augusto Bunge, me ofrecíó su cordíal amistad en mis prímeros años universitarios. ¿Cómo no habría de emocionarme el gesto de su híjo ilustre al recordar mí nombre? En su casa, que yo visitaba con frecuencia, conocí a Mario cuando empezaba a caminar. Augusto Bunge era hombre de gran talento y vísión universal, y tenía un papel eminente en el partido socialísta. En mi prímera conversacíón con é1, creo que en 1920, en la cual quedé fascínado, me preguntó qué pensaba de la plataforma del partido. Muchas cosas buenas y ofras que no lo son,le dije; entre estas últimas, el demandar el pago de salarios en oro (concepto muy neoclásico) para combatir la inflación. Me pidió inmediatamente un artículo para la revista La Hora, que él dírigía desde la izquierda del partido. Fue mi primer artículo en que, posiblemente con pedantería juvenil, demostraba que el oro también se había desvalorizado. Tambíén tenía Augusto Bunge una posición crítica acerca de este asunto y la publicación de mi artículo le fue claramente recriminada por la jerarquía. Cuando comprobé esta expresión de dogmatisnto arrojé ol canasto mi solicitud de entrar al partído, que por coincidencia yo había firmado en ese mis¡no momento. Si para bien o para mal, no podría decirlo hasta ahora. ReuI
PRBSIScH
CEPAL (ComisiónEconómicapara América Latina de las NacionesUnidas) Washington, D.C., 16 de febrerode 1982
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION
La crisis económica mundial no ha amainado en el curso de los tres años transcurridos desde que apareció la primera edición de estelibro. En particular, las economíasde los paísesen vías de desarrollo (valga el eufemismo) han seguido decayendo:su deuda exterior ha aumentado al punto de que en muchos casosse ha vuelto impagable, y los precios de sus productos de exportación han continuado bajando t. Se dirá que hubo dos excepciones: Japón y los EE.UU. Es verdad que la economíajaponesaha escapado casi incólume, graciasa que: a) estáreguladapor el gobierno, b) ha adoptado un régimen de participación en las ganancias,c) ha seguido elevando su nivel técnico, y d) practica el proteccionismo al mismo tiempo que invade el mercado mundial con productos de alta calidad a buen precio. Pero hay señalesde que los socios económicosdel Japón no seguirántolerando esta relación asimétrica. En cuanto a la economía norteamericana,es verdad que se recuperó en 1983.Pero el precio de estarecuperación temporal ha sido un aumento enorme de la deuda exterior y de la deuda fiscal. La economía norteamericana se ha repuesto no sólo gracias a una política de reconversiónindustrial que está restringiendolos sectores tradicionales. sino también a las enormesinversiones extranjeras atraídas por la estabilidad sociopolítica y las altas tasasde interés. Este remedio, lejos de curar el mal de fondo, no hace sino agravarlo a largo I Castro, Fidel (1983),Lo crisiseconómicay social del mundo, Informe a la VII Cumbre de los paísesno alineados,Oficina de Publicacionesdel Consejo de Estado, La Habana.
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plazo: una economía no es sana cuando pasa gradualmente a manos de sus acreedores.Ni cuando, como ocurre con la norteamericana, está caracterizada por una productividad decrecientey por la rigidez de su organización. Mientras tatrto casi todos los economistasacadémicos han seguido dando la espaldaa la realidad. En particular, nadie se asornbró cuando, en 1983, se otorgó el premio Nobel de economía al autor de una demostración matemática de que es posible el equilibrio general (o sea, en todos los mercados) en una economía de competencia perfecta. El que tal economía no exista, ni sea posible resucitarla sin desmantelarlos oligopolios, ni privatizar las empresasestatales,ni destruir las cooperativas, los sindicatosobreros y las instituciones de seguridad social, pareceríano importarles a quienes siguen pensando como en 1920. Ha habido, desdeiuego, excepciones:algunos prestigiosos eco;romistashan criticado agudamentela economía neoclásica, así como las políticas económicasque se inspiran en ella. Por ejemplo, los profesores británicos A.J. Browfl, D. F. Hendry y N. Ericsson2han demolido el libro Monetary Trends in the United States and the United Kingdom (1982), en que Milton Friedman y Anna Schwartz pretendían demostrar que los períodos de prosperidad se debieron a la aplicación de políticas monetaristas. Otro ejemplo es el libro Dangerous Currents3, en que un conocido profesor del MIT denuncia con vehemenciael estancamientode la economía teórica, afirmando que la teoría neoclásica se ha convertido en una ideología, y que el retorno a la misma es paralelo al retcrno al fundamentalismo religioso. Se dirá que es muy cómodo criticar pero que, a fal2 Bank of England Panel of Academic Consultants,paper N." 22, Bank of England, Londres, 1983. 3 Thurow, Lester (1983), Dangerous Currents, Random House, New York.
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Pgnq., Jvlario (1985), Seudociencioe ideología, Alianza Edito_ ri al , M adr id.
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PREFACIO
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La economía mundial está cojeando, y la economía política hace poco por ayudarla a marchar. Lo que es peor, en ocasiones contribuye a empeorarla, como ocurre con el monetarismo. Cuando una disciplina es impotente o incluso contraproducente, es indicio de que está en crisis. Siendo este el caso, incumbe al metodólogo examinar los supuestosde la disciplina y la manera en que han sido sometidos a prueba. El presente ensayo se propone precisamenteeso: analizar algunas de las ideas básicas de la economía política y averiguar si corresponden a la realidad. El resultado de este análisis es que muchos de dichos supuestosson falsos y otros jamás han sido puestos a prueba, no obstante lo cual sigue enseñándoselos como verdades reveladas en centenares de facultades de economía. Si esto es así, la economía política no es aún una c ie n c i a c a b a l s i n o u n a s e m i c i e n c i a . y s i e s t o e s verdad, es urgente hacer algo por convertirla en una ciencia. Para esto será menester empezar por desembarazarsede los supuestos falsos, poner a prueba los que aún no han sido contrastados con lo s he c h o s , y r e v i s a r l o s s u p u e s t o sf i l o s ó f i c o s ( o n tológicos, gnoseológicosy éticos). Agradezco los comentarios y las críticas de los profesores S. N. Afriat (University of Ottawa), A. A s im a k o p o u l o s ( M c G i l l U n i v e r s i t y ) , G . C h i c h i l -
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nisky (Columbia University), G. Heal (University of E ssex), y J. Niosi (Un iv e rs it é d u Q u é b e c ), a s í como de varios participantes del Symposium on Mathematical Economics and Public Policy (University of Essex, marzo de l98l), en el que expuse lo esencial dé este trabajo.
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INTRODUCCION La economía política es la más vieja y respetada de todas las ciencias sociales. Sin embargo, todavía no ha madurado, a punto tal de que algunos distinguidos economistas dudan de que sea una ciencia o incluso pueda convertirse en tal. Ningún otro campo del conocimiento ha sido cultivado por tantos filósofos importantes y, sin embargo, la filosofía de la economía está aun atrasada. Esto es tanto más extraño por cuanto, mientras el investigador en una ciencia "dura, no necesita saber mucha metodología porque "el propio tema tiene una propiedad autoaseante que torna inofens iv a s s u s a b e r r a c i o n e s " , e n u n a c i e n c i a " b l a n d a , como la economía política, un investigador confuso re s p e c t o d e p r o b l e m a s m e t o d o l ó g i c o s b á s i c o s pasarse la vida boxeando con sombras', "puede (S a m u e l s o n , 1 9 6 5 , p . i x ) . La problemática de la filosofia y metodología de la economía política es vasta, interesante, y tiene importancia práctica, porque las teorías y políticas e c on ó m i c a sn o s a f e c t a n a t o d o s . ( C p . K e y n e s 1 9 3 6 , Hu t c h i s o n , 1 9 7 7 . ) H e a q u í u n a m u e s t r a d e d i c h a problemática. ¿De qué trata la economía política: in d ivi d u o s , r e c u r s o s e s c a s o s , b i e n e s y s e r v i c i o s , in t e r c a m b i o , o s i s t e m a s e c o n ó m i c o s ? ¿ C u á l e s s o n las peculiaridadesde los conceptos e hipótesis económicos? ¿Hay leyes económicas, o tan sólo tendencias económicas y reglas económicas? ¿Es posible la economía política dado que la economía interactúa tan fuertemente con la política y la cultura? La microeconomía, y en particular la teoría del consumidor, ¿es un capítulo de la psicologírr'l L -)
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La macroeconomía, ¿es reductible a la teoría de la decisión o a la teoría de los juegos? ¿Por qué se sigue estudiando las teorías clásicas y neoclásicas en las escuelasde economía? ¿Cómo se convalidan los modelos teóricos económicos? ¿Cómo se relacionan las políticas económicas con los modelos económicos? La economía positiva, ¿tiene supuestos filosóficos? La economía normativa (o política económica), ¿prescinde de los valores y es moralmente neutra? La economía, ¿está inevitablemente contaminada de ideología, y es inevitable que toda ideología sea acientífica? ¿Cuál es la condición científica de la economía política: arte, ciencia, o semiciencia? En particular, ¿es el monetarismo científico o seudocientífico? Estos son algunos de Ios problemas que nos ocuparán en lo que sigue.
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CAPITULO I
EL ASUNTO DE LA ECONOMIA POLITICA Hace casi medio siglo el famoso economista Lionel Robbins -más tarde Lord Robbins- escribió que "Todos hablamos de lo mismo, pero todavía no nos- hemos puesto de acuerdo sobre qué estamos h a b l a n d o , ( 1 9 3 5 p . l ) . L a i n d e t e r m i n a ó i ó nc o n c e r niente a los referentesde la economía política no ha disminuido entre tanto. Los microeconomistas dicen tratar de productores y consumidores indivi_ duales, los macroeconomistas estudian economías enteras, los que hacen politología económica estud ia n s u p e r s i s t e m a se c o n ó m i c o - p o l í t i c o s ,y l o s i n _ g e ni e r o s q u e s e d e d i c a n a c u e s t i o n e s e c o n ó m i c a s s.ostienenque, en último análisis, la economía polít ic a s e o c u p a d e l a p r o d u c c i ó n y , p o r e n d e , d e transformaciones energéticas. A primera vista el problema de la referencia tiene
nomías nacionales y regionales. Más aún, puesto q u e l o s s i s t e m a se c o n ó m i c o se s t á n c o m p u e s t o s p o r individuos, Pero ni siquiera sabemos si hay leyes de esta clase. (Si el lector abriga aun dudas acerca de la diferencia entre reglas y leyes, le invito a que lea el Apéndice 2.) De los tres tipos de generalizacioneseconómicas (tendencias, leyes y reglas), las leyes son las más difíciles de conseguir. Las tendencias se descubren habitualmente con ayuda de técnicas econométricas, y las reglas pueden ponerse de manifiesto estudiando historia económica, así como el funcionamiento de sistemas económicos tales como exp lo t a c i o n e s a g r í c o l a s , f á b r i c a s , y c o m e r c i o s . E n cambio, el descubrimiento de leyes requiere algo má s q u e d a t o s , t a n t o m á s p o r c u a n t o n i n g ú n c o n ju n t o d e d a t o s s u g i e r e s i n a m b i g ü e d a d u n a l e y . Ei descubrimiento de leyes va de la mano con la construcción de teorías científicas. Tanto es así q u e, a l m e n o s e n l a s c i e n c i a s , . d u r a s o , s e e m p l e a tácitamente la siguiente definición (Bunge 1969). Una hipótesis se llama (enunciado de) ley si, y solamente si, a) es general en algún respecto (o +J
s ea, no es od hot'), b) p e rt e n e c e a a lg ú n s is t e ma hipotético-deductivo (teo rí a ) y c ) t ra s id o c o n f irmado satisfactoriament ee n a lg ú n d o min io (o s e a , puede considerárselo v e rd a d e ro o a d e c u a d o c o n r especto a dicho dominio ). L o s e c o n o mis t a su s a n e l término .,ley' de maner a má s lib e ra l, lo q u e a c a s o explique su resistencia a a b a n d o n a r c ie rt a s h ip ó t e sis que no son confirmables o que han sido refutadas, como se verá den t ro d e u n ra t o ' La economía política c o n t ie n e d iv e rs o s e n u n c ia dos de ley, aún descon t a n d o la s d e f in ic io n e s q u e pasan por leyes, así c o mo la s d u d o s a s . , le y e s " psicológicas que subya c e n a la e c o n o mí a p o lí t ic a neoclásica. Una ley ge n u in a e s la d e q u e e x is t e ulla correlación positiv a e n t re c o n s u mo e in g re s o . Otra es la ley de Co b b -Do u g la s " P ro d u c t o : : (t LbÁ I-b,,, donde nL , d e n o t a e l t ra b a jo in sumo y "K " el capital in s u mo , e n t a n t o q u e a y b s on constantespositivas . Cie rt a me n t e , h a y d iv e rs a s otras funciones de pro d u c c ié n q u e s e a ju s t a n igualmente bien a los d a t o s , y la h ip ó t e s is n o d a cuenta de la innovación t é c n ic a (S o lo w 1 9 6 0 ). S in embargo, la Iey de Cobb -Do u g la s s e c o n s id e ra g e neralmentecomo una bu e n a a p ro x ima c ió n a la v e rdad. A demás, es una le y u n iv e rs a l, v á lid a p a ra t o das las economías moCe rn a s ,s e a n c a p it a lis t a s ,s o cialistas o mixtas. Un tercer enunciado nomológico es éste: (Robinson 1933, p. 313). Esta no es una mera regularidad empírica, sino que pertenecea la teoría del oligopolio. Pero, por contener el concepto moral de explotación, es una proposición económico-ética antes que puramente económica. A demás de tener sus p ro p ia s le y e s la e c o n o mí a política, como cualquier o t ra c ie n c ia s o c ia l, t o ma prestadasleyes de las cie n c ia s n a t u ra le s .E n p rime r lugar la economía da p o r s e n t a d o (p re s u p o lle ) q u e 44
n a d a p r o v i e n e d e l a n a d a ( u n a d e l a s p o s i b l e sv e r s io ne s d e l p r i n c i p i o d e c o n s e r v a c i ó n d e l a e n e r g í a ) . Esta ley subyace, en particular, a la ley de CobbDouglas que acabamos de mencionar. También es uno de los supuestosde los modelos que se emp le an p a r a a d m i n i s t r a r r e c u r s o s a g o t a b l e s , t a l e s c o m o l o s m i n e r a l e s .E n e f e c t o , t o d o s e s o s m o d e l o s giran en torno a la noción de reserva, que no tendría sentido en el País de Cucaña, donde la energía puede salir de la nada y sin trabajo. Y todo modelo realista de un recurso renovable, tal como un bosque o una pesquería,exige, ademá s, l e y e s b i o l ó g i c a s e s p e c í f i c a s . E n p a r t i c u l a r , s e m e j a n t e sm o d e l o s i n c l u y e n l e y e s d e c r e c i m i e n t o e n co n d i c i o n e s d e e x p l o t a c i ó n . ( C p . C l a r k 1 9 7 6 . ) Un a a d m i n i s t r a c i ó nq u e f u e s e a e x p l o t a r u n r e c u r s o renovable a una tasa mayor que la diferencia entre las tasas de natalidad y de mortalidad (como se ha v e n i d o h a c i e n d o e n e l c a s o d e l a s b a l l e n a s )s e r í a acusada de incompetencia. Muíatis mutandis, lo q u e v a l e p a r a l o s r e c u r s o sn a t u r a l e sv a l e t a m b i é n ,o a l n r e n o sd e b i e r a v a l e r , p a r a l o s r e c u r s o sh u m a n o s . E s t o s n o s e a d m i n i s t r a nb i e n s i s e i g n o r a n l a s l e y e s básicas de la biología y psicología humanas. En resumen, las políticas económicas, sea que conciernan a una firma, a una industria o a una nación, debieran basarsesobre modelos realistasde lo s s i s t e m a s e n c u e s t i ó n . Y s e m e j a n t e s m o d e l o s re a l i s t a s i n c l u y e n l a s l e y e s n a t u r a l e s p e r t i n e n t e s a d e m á s d e l e y e s , o a l m e n o s t e n c i e n c i a se , conómicas (y sociales y políticas). L a c o l e c c i ó n d e l a s l e y e s e c o n ó m i c a se s v a r i a b l e : a l pa r q u e a l g u n ? s F r u € V ? sl e y e s s e i n c o r p o r a n d e c u a nd o e n c u a n d o a d i c h a c o l e c c i ó n , o t r a s l a a b a n d o na n . E s t e e g r e s o p u e d e d e b e r s e a u n o d e d o s mo t i v o s . U n o e s q u e l o s s i s t e m a s e c o n ó m i c o s d e c ie r t o t i p o d e j a n d e e x i s t i r . ( L a s l e y e s e m e r g e n y d e s ap a r e c e nj u n t o c o n l a s c o s a s q u e l a s p o s e e n :n o residen en un reino separado y más elevado de las
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i deas platónicas.) P or e je mp lo , la s le y e s e c o n ó micas típicas de las econ o mí a s e s c la v is t a y f e u d a l desaparecieronjunto co n d ic h a s e c o n o mí a s . (Y la s leyes biológicas dejarán de operar en nuestro planeta si se pone en uso e l a lma c é n d e b o mb a s n u cleáres.) 'E l segundomecanismo d e d e s g a s t ee s la c rí t ic a y l á'Contrastaciónempíric a , d e re s u lt a s d e la s c u a le s algunos enunciados de ley son degradados al rango de hipótesis falsas. Un ejemplo clásico es la ..ley,, de S ay, o "ley de los me rc a d o s , , ,s e g ú rrla c u a l " L a oferta crea su propia demanda". En efecto, a veces no hay compradores. Otra es la famosa curva de Phillips, o más bien su in t e rp re t a c ió nc a u s a l, s e g ú n l a cual "E l desempleo c a u s a la b a ja d e p re c io s y salarios". La estanflació n(in f la c ió n s in c re c imie n t o y con desempleo) ha re f u t a d o e s t a g e n e ra liz a c ió n . ( Véase la figura 3.)
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F i g u re t-1 . T a s a d e c a m b i o d e preci os (i ncl uyendo sal ari os)como f u n c i ó n d e l a ta s a U d e d e s o c u paci ón.S egúnl a.l eyo ae É ni tti ps la p ri m e ra d e c re c ea l a u me n tar l a desocupaci ón.(La tasa .natl _ r a l " d e d e s e mp l e oU * d e F ri e dman correspondeal equi l i bri o, o s e a , a l e s ta d o .ó p ti mo ' .) En p eríodosde ei tanfl aci ón íos p.eci o, a u m e n ta nJ u n to c o n l a d esocupaci ón(recta punteada).
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N o t i e n e n a d a d e v e r g o n z o s oe l q u e u n a h i p ó t e s i s c ien t í f i c a s e a r e f u t a d a . L o q u e s í d e b i e r a a u e . g o n _ z a r e s e l a f e r r a r s e o b c e c a d a m e n t ea h i p ó t e s i J e n a u s e n c i ad e d a t o s o e n p r e s e n c i ad e d a t o s a d v e r s o s . Y cu a n d o s e u s a h i p ó t e s i s n o t o r i a m e n t ef a l s a s p a r a f u nd a m e n t a r p o l í t i c a s q u e a f e c t a n e l b i e n e s t a i d e mil l o n e s d e s e r e s h u m a n o s , e s t a m o s e n p r e s e n c i a de un escándalo.Como veremos en el capítulo 6, e s te e s e l c a s o d e l a s p o l í t i c a s m o n e t a r i s t a s . L o s e c o n o m i s t a sn o s u e l e n d u d a r l a e x i s t e n c i ad e le y e s e c o n ó m i c a s . D i s c r e p a n e n c a m b i o e n c u a n t o a l a l c a n c ed e d i c h a s l e y e s . E n t a n t o q u e a l g u n o sd e e llo s s o s t i e n e nq u e t o d a s l a s l e y e s e c o n ó m i c a s s o n re gi o n a l e s o l i n l i t a d a s t e m p o r a l m e n t e ( o h i s t ó r i c a _ me n t e r e l a t i v a s ) ,o t r o s - e n p a r t i c u l a r l o s q u e a b u _ san de las teoríasde la utilidad, de Ia decisión y de lo s j u e g o s - s o s t i e n e n q u e l a s l e y e s e c o n ó m i c a s son universales, en el sentido de que valen por doquier en todos los tiempos. Propongo una solución salomónica:mientras al_ g u na s l e y e s e c o n ó m i c a s s o n u n i v e r s a l e s ,o t r a s s o n lo ca l e s . E n o t r a s p a l a b r a s , e n t a n t o q u e a l g u n a s le y e s e c o n ó m i c a s v a l e n p a r a t o d o s l ó s s i s t " e m a s e c o n ó m i c o s ( y t o d o s l o s s i s t e m a sp o l í t i c o s y j u r í d i _ c o s) , o t r a s v a l e n s o l a m e n t ep a r a s i s t e m a sd e C i e r t o s t ip os o e s p e c i e s .P o r e j e m p l o , l a l e y d e l o s r e n d i _ mien t o s d e c r e c i e n t e sy l a l e y d e C o b b - D o u g l a s p a _ re c e n s e r u n i v e l ' s a l e s .E n c a m b i o t o c l a l e y i o n c e r _ n ie n t e , s e Aa l a l i b r e c o m p e t e n c i a ,s e a a l o i i g o p o l i o , e s t á a c o t a d a t e m p o r a l m e n t e .T a n t o e s a s í , - q ú e l a s le y e s d e l a c o m p e t e n c i a p e r f e c t a d e s a p a r e c i é r o na l f e n ec e r e l m e r c a d o l i b r e , y l a s l e y e s d e l o l i g o p o l i o s o n r e e m p l a z a d a sp o r l a s d e l m o n o p o l i o t o d a v e z que se produce la fusión de los monopolios que d o m i n a n u n s e c t o r . ( E s t o v a l e c u a l q u i - e r as e a e l ré g i m e n d e p r o p i e d a d . ) Si b i e n l o s e c o n o m i s t a s n o h a n p u e s t o m a y o r atención a la distinción enrre ley y regla, los filósofos la han tenido muy en cuenta. (Cp Brown 47
1973.) En efecto, casi todos los filósofos se agrupan, sea en la escuela no mo t é t ic a , s e a e n la v o lu n tarista. S egún Ia primera la s o c ie d a d , y e n p a rt ic u l ar la economía, está suje t a a le y e s t a n in v io la b le s c omo las leyes naturale s . E l h o mb re p u e d e a c a s o llegar a conocer algunas d e e s t a s le y e s y u t iliz a rla s 'en su provecho, pero no p u e d e e s c a p a r a e lla s ' E n c ambio, los voluntaristas s o s t ie n e n q u e n o h a y le yes sociales:que todo p ro c e d e c o n f o rme a d e c is io nes tomadas más o me n o s lib re me n t e p o r in d iv iduos o grupos de individu o s . P a ra s a b e r c u á l d e la s dos escuelas tiene razó n , e x a min e mo s u n p a r d e casos. Considérese la gene ra liz a c ió n " L a p ro d u c c ió n aumenta con la inversión " . E s t o e s c ie rt o , p e ro lo s inversores pueden abst e n e rs e d e in v e rt ir d u ra n t e períodos de incertidumb re c a u s a d ap o r c a mb io s s o ciales y técnicos muy rá p id o s . De mo d o q u e , a u n que la ley es verdadera, c o n t ie n e v a ria b le s (in v e rsiones de trabajo y cap it a l) q u e d e p e n d e n d e la elección. E n otras palabra s ,u n a v e z q u e lo s d e c is o res han asignado valore s a la s v a ria b le s ir-rd e p e n dientes, la dependiente re s p o n d e rá c o n f o rme a la ley y con prescindenciad e c u a le s q u ie rara s g o s d e personalidad de los dec is o re s . O t ro e je mp lo : " L a productividad es una fu n c ió n mo n ó t o n a c re c ie n t e del nivel técnico." Olv id e mo s p o r e l mo me n t o e l problema de cuantificar lo s n iv e le s t é c n ic o s . P o d e *o, aonaeder que la ley e s v e rd a d e ra , p e ro , d e n t ro ' de ciertos límites, el niv e l t é c n ic o p u e d e a ju s t a rs ea voluntad. (Depende del e s t a d o d e l c o n o c imie n t o , de las inversiones iniciale s , y d e v a ria b le s s o c ia le s tales como el volumen y la c a lid a d d e la ma n o d e obra, así como de los s a la rio s . ) Concluimos que las do s e s c u e la s ,la n o mo t é t ic a y la voluntarista, tienen p a rt e d e ra z ó n . Ha y le y e s sociales, en particular e c o n ó mic a s ; p e ro , le jo s d e ser independientesde la v o lu n t a d h u ma n a , a lg u n a s leyes son puestas en v ig o r o s u s p e n d id a s p o r e l 48
hombre. Algunas comienzan como reglas más .o me n o s e f i c i e n t e s ( p a r a c i e r t o s f i n e s ) y , a l s e r p u e s t a s e n v i g o r y p e r f e c c i o n a d a s ,t e r m i n a n c o m o l e y e s. N o h a y m i s t e r i o e n e s t o , p o r q u e e l h o m b r e e s el creador, reformador y destructor de los sistema s s o c i a l e s h u m a n o s . E l h a c e r y d e s h a c e r r e g l a s e s t á c o n s t r e ñ i d op o r l e y e s p e r o n o r e g i d o p o r é s t a s . Pero, si reconocemos la existencia de reglas sociales al lado de leyes sociales, debemos estar preparados para explicar algunos hechos económicos e n té r m i n o s d e r e g l a s , o t r o s e n t é r m i n o s d e l e y e s , y otros en términos de reglas y leyes. Esto puede parecer obvio pero contradice la tradición positiv is ta s e g ú n l a c u a l t o d o h e c h o , s e a n a t u r a l o s o c i a l , e s e x p l i c a b l e p o r l e y e s y c i r c u n s t a n c i a s .Y t a m b i é n c o n t r a d i c e l a t r a d i c i ó n h i s t ó r i c o - c u l t u r a l ,s e g ú n l a c u a l l a s c i e n c i a s s o c i a l e sn o p u e d e n e x p l i c a r n a d a : a lo s u m o p u e d e n , . c o m p r e n d e r o p o r e m p a t í a (V e r s t e h e n ) . Por ejemplo, podemos explicar cierto aumento del costo de la vida por un aumento brusco de la t a s a d e i n t e r é s ( r e g l a ) , d e c i s i ó nq u e a s u v e z p u e d e explicarse por la política monetarista adoptada por la s au t o r i d a d e s f i n a n c i e r a s . Y p o d e m o s e x p l i c a r l a adopción de tal política en términos de valuaciones que no se basan sobre reglas ni leyes sino sobre in t e r e s e s c r e a d o s , i g n o r a n c i a , e t c . ( L a e c o n o m í a n e o c l á s i c ae s t á l e j o s d e s e r v e r d a d e r a , p e r o a l m e nos tiene el mérito de la exactitud y de haber insist id o e n l a c e n t r a l i d a d d e l a v a l u a c i ó n c o m o m o t i v o d e l a a c c i ó n h u m a n a . L a p s i c o l o g í an o s d e b e a ú n la s l e y e s d e l a v a l u a c i ó n . ) Presumiblemente, la explicación correcta de cualquier hecho económico complejo requiere leyes, reglas, valuaciones, y datos referentes a las c irc un s t a n c i a sy a n t e c e d e n t e se s p e c i a l e s .( E n c a m b io , l a s t e n d e n c i a s c a r e c e n d e v a l o r e x p l i c a t i v o : son objetos a explicar.) Típicamente, el explicar p o r q u é u n i n d i v i d u o o u n g r u p o e m p r e n d ea c c i o n e s
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de tipo A puede exigir pre mis a sd e lo s c u a t ro t ip o s : (Lav) Todo A es segu id o d e u n B (s ie mp re o c o n alguna probabilidad). (V uluucititt) B es valio s o p a ra lo s in d iv id u o s (o grupos) de clase C. (Reglu) Esfuérzate por alcanzar cuanto sea f a c t ible y valioso para ti (o p a ra t u g ru p o ). (Dato) E l individuo ( o g ru p o ) e n c u e s t ió n e s d e clase C. E n resumen, la inves t ig a c ió n e c o n ó mic a d e s c u bre tendencias, leyes y re g la s q u e o p e ra n e n la sociedad. A lgunas de e s t a s le y e s s o n u n iv e rs a le s y otras están acotadas temp o ra lme n t e ; y a lg u n a s re glas terminan convirtié n d o s e e n le y e s . L a I imit a ción temporal de algu n a s le y e s e c o n ó mic a s la s torna similares a las ley e s b io ló g ic a s : e s t a s ú lt ima s no existían antes de que e me rg ie s e la p rime ra c é lula. S e ha dicho a veces (p e j. Hic k s 1 9 7 9 ) q u e la diferencia entre las leyes d e I a e c o n o mí a y la s d e la ciencia natural es que la s p rime ra s c o n t ie n e n re t a rdos temporales. (P . ej., la c o s e c h a d e l a ñ o e n c u rs o depende de lo que se s e mb ró e l a ñ o p a s a d o . ) E s v erdad que la microfisi c a n o c o n o c e (a ú n ) re t a rd o s temporales, pero la fisic a d e lo s ma c ro s is t e ma sd o tados de memoria sí lo s c o n o c e , y t a mb ié n lo s c onoce, desde luego, Ia b io lo g í a . (Re c u é rd e s eq u e hay genes y aun órgano s e n t e ro s q u e n o s e (e x p l-e san" sino mucho despué s d e l n a c imie n t o . ) L a d if e rencia real entre leyes e c o n ó mic a s y le y e s b io ló g ic as reside en otra cos a : e l h o mb re p u e d e c re a r, torcer, suspender o des t ru ir la s p rime r¿ lsa l c o n : , truir, modificar o destr u ir lo s s is t e ma se c o n ó mic o s correspondientes.E sta e s la f in a lid a d d e t o d a re v o lución económica delibe ra d a , s e a v io le n t a o p a c í fica.
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CAPITULO 4
TEORIAS Y MODELOS ECONOMICOS En todos los campos de investigación una teoríct es un sistema de proposiciones (formulas) uniOu, por la relación de deductibilidad (argamasa sintác_ t ic a) y u n a s u n t o c o m ú n ( a r g a m a s as e m á n t i c a ) . En una teoría bien organizada toda proposición ,"u u n a p r e m i s a ( p o s t u l a d o , d e f i n i c i ó n ó d a t o ¡ , "i, ,"u unu c,onsecuencia(teorema) de algunas premisás toÁu_ das conjuntamente. (Ojo: En el lenguaje ordinario y en las ciencias palabra la ,.teoría, désigna "blandaso il;;;; una hipótesis. Por ejemplo, la .,teoríá" dinámica " áe Harrod (1952) se reducé a la proposición á; q;; l; tasa de crecimiento g es igual a lá tasa de inversión s dividida por la razón cupituVp.oducción t, ; ;;;; g : sl!. Otro ejemplo de uso iulgar de la pafabü es el del título del famoso lib.o d. M;"d;i Teoría econónúca marxistd, que es una obra pura_ mente descriptiva y crítica, sin asomo ¿" t"oifui.i A l g u n o s e c o n o m i s t a s _ c r e e nq u e l a s t . o r i ; ; ; ; ; ellos manejan son edificios puiamente lógicos á matenráticosmientras no se rei agreguedato-s. Esta opinión es equivocada. Una diférencia entre una teoría en matemática pura y una teoría en economía política, o algírn otro campo de investigación fác_ t ic a , e s q u e l a s p r o p o s i c i o n e sd e e s t e ú l t i m o t i e n e n referencia fáctica: se refieren a alguna parte o as_ pecto de la realidad. Gracias a está referencia fác_ tica las teorías científicas pueden ser puestas a prueba contrastándose algunas de sus pioposicio_ n e s co n d a t o s d e o b s e r v a c i ó n , m e d i c i ó n , o ' . * p . r i _ mentación. Otra diferencia entre las teorías tie lrr 5l
matemática pura, por un lado, y las de la ciencia y la tecnología, por otro, es que algunas de las proposiciones de estas últimas representan, correcta o incorrectamente, regularidades o leyes objetivas. En todo caso en las ciencias avanzadas, que son los marcapasos metodológicos de las demás, toda teoría genuina contiene enunciados legales, es decir, fórmulas que representan regularidades objetivas (leyes). Un cuerpo de conocimientos que contiene tan sólo tendencias, como las que resultan de análisis econométricos, no cuenta como teoría. Por consiguiente, no puede explicar nada. Tampoco puede usarse para calcular predicciones fidedignas: a lo sumo da extrapolaciones. También los modelos (conceptuales o teóricos) son sistemas hipotético-deductivos y, tanto en ciencia fáctica como en tecnología, se refieren a partes o aspectos del mundo natural o social. Los modelos difieren de las teorías en tres respectos. En primer lugar, los mcdelos tienen un dominio (o clase de referencia) más angosto que las teorías. Así, por ejemplo, podemos hablar de una teoría de una economía entera, pero hablaremos de un modelo de una fábrica de alfileres. En segundo lugar, los modelos son representaciones muy idealizadas (simplificadas) de sus objetos, tanto que algunos de ellos pueden llamarse ,.caricaturas>(Gibbard y Varian 1978). En tercer lugar, a diferencia de las teor ías, los modelos pued e n n o c o n t e n e r le y e s . A s í , por ejemplo, mientras un nrodelo de una granja debe contener, o al menos presuponer, algunas [eyes biológicas específrcas (p. ej. ..Los cerdos alcanzan el estado adulto al año de edad"), un rlodelo de un banco puede no contener ningún enunciado de ley aparte de algunas generalizaciones acerca de la conducta humana y de la sociedad. Hay dos maneras de construir un modelo teórico: desde el comienzo o sobre la base de alguna teoría. Llamo modelo libre al primero, y ligado al se52
gundo. Los modelos libres pueden o no contener enunciados de ley. En cambio los modelos ligados contienen proposiciones de este tipo pcrqué son generados especificando teorías, es decir, enriqueciendo estas últimas mediante suposicionesespetiales. Por ejemplo, dada una teoría general de la
La economía política contemporánea tiene algunas teorías, tales como la teoría neoclásicadel equilibrio, y numerosos modelos, tales como los mohelo s l i n e a l e s d e p r o d u c c i ó n . ( V é a s e l o s A p é n d i c e s 3 y 4 . ) S i n e m b a r g o , a v e c e s s e h a d i s p u t a d ol a p o s i b ilid a d m i s m a d e c o n s t r u i r t a l e s s i s t e m a s hipotético-deductivos, o al menos la posibilidad de que sean verdaderos en algún sentido. Una objeción comúrr es la que puede denominarserománica y reza así: oNo puedes capturar al hombre con un puñado de fórmulas, porque no hay dos seres humanos idénticos y porque todos cambiamos de con-
La respuesta breve es que todas las ciencias fácticas y técnicas enfrentan la rpisma dificultad en lo que respecta a la variabilidad y mutabilidad indivi-
cuanto a la mensurabilidad, al par que algunas propiedades de un sistema económico son en efécto cualitativas -o en todo caso aún no han sido cuantificadas- la rnayoría son cuantitativas. (Más aún, la economía política podría definirse como la ciencia social que se ocupa de las propiedadescuantita-
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tivas de los sistemas económicos, tales como números de personas empleadas o desocupadas, cantidades de bienes producidos, intercambiados o consumidos, etc. En cambio, la llamada ciencia de la administración enfoca su atención sobre las propiedades estructurales de los sistemas económicos, aunque sin descuidar las cuantitativas.) Además, la predictibilidad no es una propiedad intrínseca del asunto de una teoria, sino una propiedad de la última. Finalmente, en todas las ciencias, incluso en física, debemos tolerar predicciones imprecisas de la forma
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