Buceo - Curso de Apnea - Umberto Pelizzari - Pesca Submarina

April 8, 2017 | Author: edy500 | Category: N/A
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Apnéia, várias técnicas....

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Stefano

CURSO DI::



euRSo oE ~1.Io.I,,;;I¡"'¡¡ Este manuaL presenta un recorrido didáctico desde La teoría a la

práctica de este deporte. Para ello. comienza introduciendo. en la primera parte. los conocimientos necesarios antes de entrar en el agua -el equipo, la adaptación del cuerpo al agua, La adaptación del cuerpo a la apnea- para seguir. en la segunda parte. con las técnicas de respiración y de relajación que nos preparan física y mentalmente para la práctica de la apnea . A continuación, en la tercera parte. de carácter más práctico. se desarrollan las técnicas que eL apneista debe dominar: el aleteo. la compensación, la formación en piscina yen aguas libres y la seguridad. Por último, se detalla el entrenamiento del apneista incluyendo la programación anual y La valoración de los parámetros físicos de base. El lector encontrará numerosos ejercicios profusamente ilustrados que lo guiarán paso a paso en la adquisición de una correcta técnica.

Umberto PeUznrl es uno de los principales referentes en este deporte que a lo largo de su carrera deportiva ha establecido plus marcas mundiales en todas las especialidades de Crea, en 1995, junto con Renzo Mauarri campeón mundial de pesca emy, una escueta tigación en '- .....¡,

ISBN: 84 · 80HI -1 82 ·X

9 www.paidotribo.com

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CURSO DE

APNEA

Umberto Pelizzori - Srefono Tovoglieri

Q uedan rigurosa men!e prohi bidas, sin la 3u!oriuáó n escri r3 de los ti m b res del copyrighl. ~io Ju uncioncs esl3blecid3s en las leyes. b reproducción puci31 o tot:.J1 de CSl3 obr:l. por cU3Jq uier medio o procedimiento, com prelldidos 13 repr0gr3fb y el rr:l.r:l. miemo informárico y 13 dim ibución de ejem pb rcs de d l3 med i3 me 31q ui ler o présumo públicos.

T ítulo

origin ~ l:

Corso d i apne3

Revis ión t«nia y 3 d3pl~ción: O livier Ilerrer:l

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Tr:ld ucción: G3b rie!3 Re3J Ha.rd isson Il ustr:l do ncs: Carlos Pár:I.I11 0S Diseno de cubi ert:!.: D:lvid Carretero

e 2005.

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CJ de la Energía, 19-21 08915 Badalon3 (Es¡nna) Tel.: 93 323 3J 11 - Fu: 93 453 50 33

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E- n\;lil: pr toda

modelos más blandos, adecuados a quien es ligero con musculatura grácil, hasta mode· muy rigidos, indicados para aquéllos con piernas robustas y corpulentos y con

Las aletas no requieren grandes cuidados, basta enjuagarlas en agua dulce des· pués de cada inmersión y evitar la exposición prolongada al sol, para impedir que la goma del calzante se pueda vulcanizar, haciéndose porosa y, por ello, menos resistente. Al final de la temporada, se deben desmontar los tornillos de las palas y limpiarlos con una gota de antioxidante.

En el mercado existen muchos modelos de traje de apnea que pueden satisfacer todas las exigencias. Escogeremos entre trajes hechos a medida con pantalones de talle alto o con tirantes, monoforrados o biforrados, de color negro, verde , gris, mimetizado, etc., con o sin cremallera. Sobre todo, un traje debe ser caliente , así que tendrá un

El traje de buceo

espesor suficiente para aislar el cuerpo del agua fría. Es indispensable que tenga las medidas adecuadas y un corte que se ciña perfectamente al cuerpo. No deben existir vías de agua que dispersen el calor y debe ser confeccionado en neopreno de ópti ma calidad, es decir, blando y elástico para no constreñir el tórax y limitar la ventilación. Otra característica del buen neopreno es que sea incompresible. Descendiendo,

neeta-

la presión tiende a aplastar el neopreno, cuyo espesor se reduce , perd iendo parte de

de las

su poder aislante y provocando importantes variaciones de flotación.

lureza. ~I

El traje monoforrado es más indicado para quien compite y para quien se sumer-

tobi-

ge a altas cotas todo el año. El traje biforrado conviene a quien se sumerge menos.

Je ciñe

Existe un tercer tipo de neopreno sin forrar, adoptado, casi sin excepción , por los atle-

lanera,

tas de competición. A continuación, trataremos de explicar con detalle las diferencias entre estos tipos de neopreno.

ndo la

37

El monoforrado tiene un único forro que puede ir en el interior o en el exterior, la otra superficie es lisa. La goma en contacto con la piel es suave, caliente y de buena

adherencia; por el contrario, si la parte forrada está en contacto con el cuerpo, tendremos dos ventajas: se pone con facilidad ya que el tejido resbala sobre la piel, ~ tiene un poder térmico mayor fuera del agua; el traje se secará antes al estar el neo-

preno en contacto directo con el aire, ventaja ésta que prevalece sobre todo durante los tras lados en barco en los meses fríos. Si en cambio el forro se aplica en el exterior, el traje será más res istente a los desgarros y abrasiones , en relación con uno liso, pero nos (o~tará más ponérnoslo, pues el neopreno interior no resbala sobre la piel. Un traje está biforrado cuando el neopreno está prensado entre dos forros. Es muy duro, ya que no se rompe contra las rocas y no se desgarra al ponerlo. Presenta en cambio una mayor rigidez con el uso y un menor poder térmico con respecto a uno monoforrado del mismo espesor. No obstante, es el más utilizado entre los submarini ~ tas porque dura mucho más que un traje monoforrado.

Para terminar, hablemos del traje de neopreno microporoso interior y liso exterior, comúnmente llamado « chicle ~ entre los buceadores, en el cual la parte e porosa del neopreno está en contacto con la piel. Las capas de neopreno tiene" n ambos lados vulcanizados y la zona central esponjosa, con muchas celdillas llenas de aire. Las ve ntajas de esta solución son la suavidad y el alto poder térmico , ya que el material poroso se adhiere a la piel y reduce al máximo las infiltraciones de agua, t Pero el chicle tiene dos inconvenientes, es difícil de poner y es más delicado. Cuando l' hace calor, se moja y se rocia con agua enjabonada para facilitar que se deslice sobre la piel. Debemos poner especial atención en su manipulación , pues puede romperse c incluso con la sola pres ión de los dedos. Si en cambio hace frío, y se quiere evitar e e contacto del traje mojado , se puede salpicar con polvos de talco el interior para favorecer el des lizamiento de la prenda. Existen dos tipos de traje: sin forrar y monoforrado. El primero es liso por fuera u y resulta suavísimo, porque conserva la elasticidad característica del neopreno; va f bien en invierno, pues se seca rápido, pero es muy delicado y se rompe con facilj. t dad, basta una uña para perforarlo , y si se roza contra las rocas es muy probable s que se rasgue. El segundo es igualmente caliente, pero tiene la ventaja de ser más te resi stente a abrasiones y desgarros al estar protegido por el forro exterior. Tarda

.,

más tiempo en secarse, por lo que la dispersión de calor en invierno es mayor, sobre El todo, si se producen tras lados en barca.

Los cortes más co munes de un traje de neopreno son el dos piezas y el mono- re pieza. El dos piezas está constituido por una chaqueta y un pantalón, mientras que bi el mono pieza es un traje de corte único con chaqueta y pantalón unidos, que se usa Cl generalmente en aguas cálidas. En el dos piezas la capucha viene incorporada, mien· di tras que en el monopieza constituye un accesorio aparte. El pantalón es preferible sí que sea de talle alto, porque crea menores constricciones al tórax durante la venti la· SE

.38

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PONERSE EL TRAJE DE llUCEO

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plazado por nuestro cuerpo inmerso? El peso específico del agua dulce es siempre inferior al del agua salada, por tanto, el empuje de flotación es también inferior. Esto significa que el lastre justo en una piscina no será suficiente en el mar porque el agua de mar tiene un peso específico superior por la presencia de sales disueltas. Igualmente, el lastre escogido para el Mar Mediterráneo no será el mismo, a paridad

I al

de equipamiento, que para el Mar Rojo, donde la concentración salina alcanza valores superiores al 40%. Será necesario, entonces , prever un aumento del lastre, cuyas variaciones incidirán también en el empeño muscular, a causa de la mayor o menor

la

resistencia ofrecida a las extremidades que-empujan durante el aleteo. Así, una emer-

lu·

gencia en agua de mar desde - 30 m a la superficie requiere cierta cantidad de ener-

",.

gía muscular, que será muy superior si el esfuerzo se realiza en agua dulce.

'1·



a

,

En slntesis, las cuatro grandes variables de la flotación en agua son el equipamiento, la cantidad de aire que hemos inspirado, la densidad del agua y la presión hidrostática que varia en función de la profundidad. Es evidente que un traje de 7 mm de espesor confiere mayor flotabilidad respeclo a uno de 4 mm. Lo mismo resulta para una inspiración máxima respecto a una incompleta. Todo ello se refiere, además, a la profundidad operativa, Que incide de modo determinante sobre la flotación del apneísta. Para concluir, esbocemos la posibilidad de utilizar un lastre móvil a elección de las personas con exigencias particu lares, que deben economizar energías durante el descenso. Los ambientes sumergidos tienen características físicas y químicas muy diferentes del

la presión

ambiente terrestre en el que vivimos. El agua es más densa que el aire y reacciona

H= I D.DDD Presión af m osférica P= lATM= I llg/cm Z -

ATM + ATU= ATA

q

PresiÓl1 ambiellte

-JO tu= 2 ATA -20 tu: 3 ATA -30 tI1: 4 ATA -100 111=1 1ATA

-

= lATU = 2ATU

- JO

111

-20

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...........

3ATU

~~~~~.~ J ATM= l ,O UBAR=l O 1 J

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..7

sobre el organismo produciendo modificaciones importantes. Un aspecto que requie· re la máxima atención es la presión. Cada zambullida expone al cuerpo a variaciones de presión en función de la profundidad: en descenso aumenta, en emergencia disminuye. El aumento y la disminución , como veremos , requieren estrategias de comportamiento que explican el entrenamiento y las técnicas de inmersión empleadas. La física nos enseña que los líquido s no pueden comprimirse, mientras que los gases sí. Nuestro cuerpo está constituido por un 70% de agua y un 30% de sólidos, ambos imposibles de comprimir, y por espacios ocupados por gases, sujetos a variaciones de presión, como aquélla a la que nos sometemos cuando nos sumergimos. Esto explica, por ejemplo, por qué a medida que descendemos los espacios vacíos de nuestro cuerpo y del equipo se van aplastando. Ante este hecho, los oídos, los pul · manes y la máscara deberán ser oportunamente compe nsados, aspecto del que hablaremos en el Capítulo 7. La presión es percibida como un fenómeno de aplastamiento. En las inmersiones en aguas abiertas y a veces en piscinas con profundidad superior a 3 m, una de las sensaciones que hace advertir una variación significativa de la presión es ese fastidioso dolor de oídos, debido a la pre sión ejercida por el agua sobre los t ímpanos , o ese habitual aplastamiento de la máscara sobre la cara, si no se espira breveme nte por la nariz dentro de ella. En física, la presión es una magnitud resultante de la aplicación de una fuerza sobre una determinada superficie:

p= F/S= lkg/lcm' . 1 ATM - 1013 MILIBAR

=

760 mmHg

Con referencia a la inmersión nos interesa definir qué se entiende por: • Presión atmosférica. • Presión hidrostática. • Presión ambiental. Presión armosférico

(ATM ) Presión hidrosrórica (ATU)

Es aquélla ejercida por el peso de una columna de aire de 10.000 m de altura, las dimensiones de la atmósfera, sob re 1 cm 2 situado a nivel del mar. Es la presión ejercida por una columna de agua de 10m de altura sobre cada centímetro cuadrado de un cuerpo en inmersión . Por cada 10m de profundidad el aumento es de 1 ATM.

Presión ambiemol (ATA)

Llamada también presión absoluta, es la suma de la presión atmosférica a nivel del mar, que es siempre de 1 ATA, y de la presión hidrostática, que varía 1 ATA cada 10m de profundidad: ATA = ATM

+ ATU

=

'equíe-

Por ello,

:iones

A nivel del mar

jismi-

A - lO m

npor-

A - 20 m

+ O ATU '" 1 ATA ATA"" 1 ATM + 1 ATU = 2 ATA ATA. I ATM + 2 ATU • 3 ATA

A - 90 m

ATA · I ATM

ATA ::: 1 ATM

+ 9 ATU •

10 ATA

e los 'dos,

las leyes que siguen son necesarias para explicar qué modificaciones produce la

arianos ,

presión durante la inmersión,

; de

la ley de Boyle dice :

)ul~ue

la ley de l30yle y Marione

A temperatura constante , el volumen de un gas es inversamente proporcio nal a la presión que recibe ,

.ta-

ad va la

10

P x V '" K cuando la temperatura es constante, o también:

PI x VI '" P2 X V2 Esto significa que cuando descendemos , el volumen aéreo de nuestros pulmones se reducirá en proporción a la presión, A 50 m de profundidad, un apneísta tendrá un

a

volumen pulmonar 6 veces menor que en superficie , Para ver mejor los efectos de esta ley imaginemos que sumergimos en agua un globo de goma que en superficie tiene un volumen de 6 1. Esto es lo que sucederá:

10 m

p =:! H \

:W

P =:-1 \1\

nl

1/2

\ =2 I

Esto implica que cuanto más se desciende, más aumen ta la presión ambiental, y más se aplasta la máscara contra la cara por efecto de la reducción del volumen aéreo. Analicemos las modificaciones de las gafas durante la sumersión. Si en superficie el volumen de aire encerrado en la máscara es, por ejemplo, de 100 cc, a 10m de profundidad el vol umen interno se habrá reducido a la mitad, SO cc, y la presión se habrá, en cambio, duplicado a dos atmósferas: será necesario espirar aire por la nariz para equilibrar la presión ambiental o los 50 cc de aire a los que ha quedado reducido. Es decir, se trata de transferir aire de las vias respiratorias a la concavidad que forman la~ gafas y así compensarlas. La ley de Da lton

La ley de Dalton dice así: la presión ejercida por una mezcla de gases es igual a la suma de las presiones parciales de los gases que la componen.

Cuando estamos en tierra firme nos encontramos inmersos en la atmósfera, que está constituida por una mezcla de gases, lo que llamamos el aire. los gases que lo componen están presentes en porcentajes distintos. Para favorecer el tratamiento del argumento desde el plano didáct ico hemos simplificado Jos datos reales. Diremos que globalmente:

AIRE =

{

21911 oxígeno (0 2) 78911 nitrógeno (N 2) 0,04911 dióxido de carbon o (C0 2)

Como ya hemos visto, a nivel del mar la presión atmosférica 1ATM = 1 kg/cm 2 = 760 mmHg.

0, = 21%

PI~),

\, = 78%

Pp\, = 0,78

= 0,21

H-I O.OOOm

P

\ ¡rt'

=

""eo, = 0,00..

es:

,y

en

En relación con los porcentajes de los gases que componen el aire, variará la presión parcial de éstos. Dicho en otros términos, significa que a nivel del mar la presión del aire será igual

m

a la suma de Pp O2 + Pp N2 + Pp CO 2 , o lo que es lo mismo:

JO

P aire

la

'" Pp O2

+

Pp N2

+ Pp CO 2

o d 1 ATM - 0,21 ATM

+ 0,786

ATM +.0,004 ATM

El apneísta que hace una sumersión profunda introduce, con la última inspiración, ;

la mayor cantidad de aire posible en los pulmones y de éste sólo una parte. el 21 %, es oxigeno. Durante el descenso, el desplazamiento en el fondo y la subida, todas

sus células respiran para sobrevivir, los músculos se mueven gracias a la energía producida en presencia del oxígeno. El oxigeno metabolizado se convierte en dióxido de (aroono. la presión parcial del oxígeno, Pp O2, Y la presión parcial del dióxido de carbono, Pp COz' variaran en función de la presión ambiental pero también debido a la actividad del apneista. En los pulmones se producen intercambios gaseosos entre la sangre y el aire alveolar -el que llega a los alvéolos pulmonares- , gracias al gradiente de presión de cada uno de los gases. Dallon nos permite estudiar por separado el ciclo del oxigeno y el ciclo del dióxido de carbono, en relación con los porcentajes que componen el aire respirado. Mas adelante (La difusión, pág. 59), veremos cuán importante es la ley de Dalton para entender por qué y cómo ocurre el intercambio gaseoso en los pulmones durante la respiración.

2.2

EL CICLO DEL OXíGENO

De las primeras vías aéreas a los pulmones, de los alveolos pulmonares a la sangre, de los glóbulos rojos a las células de todo el cuerpo, el oxígeno pasa activando los procesos de oxidación que sostienen la vida de las células. Hablar de respiración y de producción energética a escala muscular requiere conocer los aparatos implicados. Comenzaremos, pues, por analizar los aparatos cardiocirculatorio y respiratorio para llegar a descubrir cómo los músculos del atleta emplean el oxigeno para moverse.

APARATO CARDIOVASCULAR Para el apneísta, la actividad del sistema cardiovascular es como el reloj para el maratoniano. Marca el ritmo, le dice cuándo empezar y cuándo acabar. las pulsaciones debidas al paso de la sangre a través de las arterias dan el ritmo a la acción de la apnea. SI

El Corazón

El corazón es el órgano central del sistema circulatorio. Importantísimo para quien practica apnea, determina el ritmo de su preparación, de su inmersión y de la recuperación ent re una prestación y la otra. Es un músculo hueco que tiene la capacidad de contraerse rítmicamente y funciona como una bomba que succiona e impu lsa: aspira la sangre de las venas y la impulsa a la periferia a través de las arterias. Está situado en la cavidad torácica entre los dos pulmones, sobre el diafragma que 10 separa de la cavidad abdominal. En el individuo adulto su peso es de unos 250 g: grande como un puño, tiene la forma de un cono volteado; cuando sus cavidades están relajadas. contiene un poco menos de medio litro de sangre. Su interior está compuesto por cuatro cavidades: dos superiores, las aurículas , y dos inferiores, los ventrículos . En sentido longitudinal distinguimos un corazón derecho formado por la aurícula y el ventriculo derechos, y un corazón izquierdo foro mado por la aurícula y el ventrículo izquierdos. las cavidades derecha e izquierda no se comunican entre ellas, mientras que cada aurícula comunica con el propio ventrículo a través de una válvula sin retorno: la válvula auriculoventricular. De esta forma, la sangre de la aurícula pasa al ventrículo y llenándolo determina el cierre de la válvula, impidiendo el reflujo de la sangre a la aurícula durante la contrac· ción del ventríc ulo. A las aurículas llega la sangre periférica transportada por las venas, mientras que en cada ventrículo nace una arteria, que transporta la sa ngre hacia la periferia. Donde nace cada arteria existe un sistema de válvu las que permite el paso de la sangre pero le impide el camino de retorno.

Las vasos sanguíneos

Los vasos sanguíneos que desde el corazón se dirigen hacia la periferia son las arte' rias; los vasos que con recorrido inverso convergen desde los tejidos y los órganos al corazón son las venas. Las arterias, a medida que se alejan del corazón, se rami fican abundantemente y al mismo tiempo disminuyen de calibre y reciben el nombre de arteriolas; luego , continúan en vasos todavía más finos llamados capila res arte· riales que, a su vez, desembocan en los capilares venosos que confluyen luego en venas de calibre mayor. Los capilares representan el punto de unión de los dos sistemas: arterial y venoso.

Las a rrerias

Las arterias son un sistema de canales de pared muscular y elástica que conducen la sa ngre expulsada por los ventriculos y la distribuyen hacia la periferia a través de una fin ísima red microscópica que alcanza todos los tejidos del cuerpo. Del corazón parten las dos grandes arterias principales: l . Del ventriculo izquierdo parte la arteria aorta, que da inicio al circuito mayor: de aquí fluye la sangre fresca y bien ox igenada que luego se distri· buye hacia la periferia. 2. Del ventrículo derecho parte la arteria pulmonar, que da inicio al circuito

52

menor: desde aquí la sa ngre procedente de la periferia es transportada a los pulmones, donde cederá dióxido de carbono y tomará oxígeno.

la onda de sangre que viene impulsada por la contracción del ventrículo en las arterias principales se propaga, gracias a su pared elástica, a la velocidad de 9 m por segundo; en las arteriolas disminuye hasta 1 mm/s para propiciar el intercambio gaseoso entre la sangre y las células de los tejidos. las venas son conductos encargados de transportar la sangre de la periferia del cuero

Los venas

po hacia el corazón. Nacen en los tejidos como conductos microscópicos, y a lo largo de su discurrir confluyen entre ellas formando vasos de calibre siempre mayor, las vénulas. hasta resultar en dos gruesos troncos: la vena cava superior y la vena cava inferior; ambas entran en la aurícula derecha. La vena cava superior recoge la sangre de la cabeza y del cuello, la vena cava inferior lleva la sangre que proviene del resto del cuerpo. Un tercer tronco principal recolecta la sangre que refluye de los pul· mones y entra en la aurícula izquierda: se trata de las venas pulmonares, que devuelven al corazón la sangre oxigenada y limpia de dióxido de carbono. No es ve rdad, pues, que todas las ve nas lleve n sangre venosa, rica en

COz, y que todas la s

arterias transporten sangre arterial, es decir, rica en oxígeno. Como hemos visto, la arteria pulmonar desplaza sangre pobre de oxígeno y la vena pulmonar, en cam· bio, traslada sangre bien oxigenada. la verdadera diferencia entre arterias y venas en realidad está en el hecho de que las primeras tienen un discurrir centrífugo, transo portando sangre del corazón hacia la periferia y las segundas conducen sangre de la periferia hacia el corazón. O sencillamente: las arterias sacan sangre del corazón, y las venas la introducen en él. los 'capilares son conductos finísimos y microscópicos, que representan el tramo terminal de las arteriolas y el inicial de los vasos venosos. Para hacer entender cuán extensa es la red formada por los capilares, baste considerar que en el hombre la superficie de sus capilares es de unos 6.300 m Z•

CICLO CARDIACO El trabajo del corazón se cumple a través de dos fases distintas que se suceden continuamente: una fase de contracción llamada sístole y una fase de distensión llamada diástole, En la diastólica tanto las aurículas como los ventrículos se encuentran en su periodo de relajación; en este momento la sangre que llega al corazón entra en las aurículas. A medida que las aurículas se llenan, se crea una diferencia de presión entre éstas y los ventrículos todavía vacíos. las válvulas auriculoventriculares, cediendo a la presión de la masa de sangre, se abren, y la sangre pasa a los ventrículos, que en poco tiempo se llenan. En este punto las aurículas se contraen empujan-

Los copilares

do la sangre a los ven trículos , los cuales a su vez entran en fase de contracción. Con el aumento de la presión en los ventrículos las válvulas auriculoventriculares se cierran. La sangre contenida en los ventrículos, a causa de la contracción, pasa a la aorta y a la arteria pulmonar. Aquí termina la fase de contracción o sístole y se inicia la fase de dilatación o diásto· le; nueva sangre llega impulsada a las aurículas y comienza un nuevo cido. En condiciones de reposo, el corazón se contrae 50·100 veces por minuto y bombea cerca de 5 I de sangre. Tal canti · dad aumenta cuando se realiza una actividad física, en caso de trabajo muscular muy fuerte, el flujo cardíaco se incre· menta alcanzando valores superiores a los 20 I por minuto. En un apneísta bien entrenado, la frecuencia cardíaca puede descender a valores notablemente inferiores respecto a la media, alcanzando inclu so las 30-40 pulsaciones, situación muy ventajosa para la apnea. La bradicardia, o reducción de la frecuencia cardiaca, puede ser también induc ida, como veremos en el Capítulo 4, con particu lares técnicas de entre· namiento autógeno, pero sobre todo es uno de los aspectos fisiológicos más interesantes que caracterizan el reflejo de I i/IIÚIl

(11· (o

rirr"llIf'Íú" s(¡"f.,,,IÍII('(/.

inmersión (véase Capítulo 3).

Circuito mayor

la circulación de la sangre se cumple a través de dos sistemas cerrados circulares que

y circuito menor

tienen en común el punto de partida y de llegada: el corazón. Éstos son la circulación pulmonar o circuito menor y la circulación sistémica o circuito mayor. El circuito menor se inicia con la arteria pulmonar, que, desde el ventrículo dere cho, penetra en los pulmones, donde se divide en numerosísimas ramificaciones que forman una tupida red de arteriolas microscópi cas que envuelven la pared de los alvéolos pulmonares. Desde aquí la sangre, después de haberse oxigenado a través de los capilares, pasa a los vasos ve nosos, los cuales a su vez se convierten en las venas pulmonares que entran en la aurícula izquierda. La sangre, entonces, es empujada hacia el ve ntrículo izquierdo a través de la válvu la que los comunica y aquí se inicia el circuito mayor. La sangre sale del corazón por la aorta para ser distribuida al resto del cuerpo a través de arterias y arteriolas. En los tej idos, la sangre arterial cede las sustancias nutritivas y el oxígeno, y recoge las sustancias de desecho de las células y el dióxido de carbono. En este punto el sistema es ya venoso y está devolvien· do al corazón sangre por oxigenar; ésta entra en la aurícula derecha por medio de las venas cavas para luego ser enviada otra vez a los pulmones a través de la arteria pulmonar, dando comienzo de nuevo el circuito menor.

la sangre es una masa líquida que circula por todas las partes del cuerpo por medio del aparato cardioci rcu latorio. Está formada por cuatro componen tes princ ipales: plasma (50%)

• glóbulos blancos (5%)

glóbulos rojos (45%)

• plaquetas

El plasma es una solución de color amarillento constituida por un 93% de agua que transporta los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las sustancias que deben ser distribuidas a todas las cé lul as de l cuerpo: sales, proteínas, grasas y azúcares, además de proteínas especiales, como son los anticuerpos y las hormonas y una cierta cantidad de gas di suelto. Los glóbulos rojos tienen la función de transportar el oxigeno, posible gracias a una sustancia contenida en estas célu las especializadas, la hemoglobina, una molécula compleja caracterizada por terminales de hierro (Fe) que tienen una particular afi nidad con el oxígeno: se oxidan. Cuando la sangre se enriquece de oxígeno adquiere un color rojo vivo; cuando el contenido de oxígeno se reduce, el color se torna rojo oscu ro. El dióx ido de carbono se transporta por varios mecanismos, cerca de la mitad va dis uelto en el plasma y el restante se combina con la hemoglobina de los tejidos, una vez liberado el oxígeno. Cuando alcanza los pul· mones, la hemog lobina cede instantáneamen te el dióxido de carbono y se liga al oxígeno de nuevo. Un individ uo adu lto posee unos 5 I de sang re; cada centímetro Cúbi(O de su sangre contiene cerca de 5 millones de glóbulos rojos.

APARATO RESPIRATORIO la respiración es el proceso de metabolización del oxígeno que se produce gracias a los aparatos card iocircu latorio y respiratorio, por los cuale s la sang re circu lante en el cuerpo se recarga de oxígeno y al mismo tiempo se libe ra de dióxido de carbono. Como para la circulación, un buen conoc imi ento del aparato respiratorio permite entrenar determinadas técnicas, en cuya base se encuentra la manipulación del ritmo respiratorio, como son el entrenamiento autógeno o la respiración diafragmática sobre las que versa el Capítulo 4. Los órganos que se ocupan del intercambio gaseoso son los pulmones . El aire llega a los pu lmones a través de las vías aéreas superiores de las que forman parte las vías nasales y la cavidad bucal. Éstas con tinúan en la tráquea, un conducto que en el lórax se divide en dos: los bronquios princi pales que entran en cada uno de los pulmones. Los pu lmones están colocados en la cavidad torácica, y la ocupan casi por completo. Tienen la forma,

grosso modo, de un cono,

de unos 20 cm de altu ra; el dere-

cho está dividido en tres lóbulos por dos profundas hendiduras ; el izquierdo sólo en dos. Los bronquios se dividen en los bronquios lobulares apenas penetran en los pulmones, luego, se ramifican todavía más en los bronquiolos para acabar formando en los bronquios terminales racimos de microscópicas vesiculas, los alvéolos

Lo sangre

pulmonares. Los intercambios gaseosos entre la sangre y el aire acontecen en estos alveolos . Si se pud ieran extender en un plano horizontal los alveolos pulmonares , estos formarían una superficie de 60·80 m2 • las paredes de las cavidades alveolares son muy finas y el oxígeno que a ellas llega debe atravesarlas por difusión para encono trarse en la sutilisima red de capilares sanguíneos que conducen a la vena pu lmonar.

la respiració n-

La respiración se compone de dos acto s distintos: la inspiración, que consiste en la entrada de aire en los pulmones, y la espiración, que permite la expulsión del aire contenido en ell?s. La mecáni ca de la re spiración es el resu ltado de la acción combi · nada de los músculos de la caja torácica y del diafragma, que, con sus rítmicos movi · mientas de contracción y relajación, aumentan y disminuyen el volumen de la cavidad. Determina, además , las variaciones de flotación en el agua y la disponibilidad de una reserva de oxígeno a favor de la apnea. La inspiración se caracteriza por la contracción de los músculos intercostales externos, con la consiguiente elevación de las costillas, y por la contracción del dia-

fragma, un músculo en forma de cúpula, base de la cavidad torácica. la elevación de las costillas y el descenso del diafragma permiten un aumento volumetrico de la caja. De acuerdo con la ley de Boyle, a medida que su vol umen aumenta, la presión dentro de ella dis minuye respecto de la ambiental reclamando cierta cantidad de aire del exterior: se inspira . Con la espiración , la caja torácica se vacía y el diafragma se

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* Comunmente asociamos los té rminos respiración y ventilación pulmonar, que significa el flujo del aire, de entrada y de salida, entre la at mósfera y los alvéolos pulmonares (uno solo de los cuatro sucesos fun cionales en los que puede dividirse el proceso, más complejo, que es la respiración). N. del Revisor técn ico.

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alza, el volumen del tórax se reduce e, inevitablemente, cierta cantidad de aire se ve forzado a salir de los pulmones: se espira. Con cada acto respiratorio en reposo,

entran y salen cerca de 500 mi de aire (este volumen puede aumentar hasta superar tos 2.500 con una inspiración forzada). Las modificaciones volumétricas del tórax,

esenciales en la mecánica respiratoria, son debidas a los movimientos de las costillas provocados por la contracción muscular pero, sobre todo, por el diafragma. Por esta

razón, para preparar una buena apnea, es necesario adoptar ciertas técnicas de respiración diafragmáticas que garanticen una perfecta venti lación y el mantenimiento del justo equilibrio entre oxígeno y dióxido de carbono, evitando la hiperventilación o el descenso excesivo del anhídrido carbónico contenido en la sangre. los intercambios gaseosos se dan en los alvéolos, el oxígeno deja aquí el aire para penetrar en el torrente circulatorio mientras el dióxido de carbono efectúa el proceso inverso. En un examen espirométrico se evaluan las siguientes características: •

Frecuencia: el numero de actos respi ratorios por minuto (l3-16/ min). Por lo general, es inversamente proporcional a la talla del sujeto.



Ritmo: la sucesión de los actos respiratorios.



Volumen o aire corriente: cantidad de aire que entra y sale del aparato respiratorio (300-500 mI).

I

Volumen o aire de reser va inspiratoria: cantidad máxima de aire que, des pués de una inspiración normal, puede ser introducida todavía en los pulmones con una inspiración forzada (2.000-3.000 mi).

E~ pirariólI



Volumen o aire de reserva espiratoria: cantidad máxima de aire Que se puede todavía expulsar después de una espiración normal con una espiración forzada (1.000· 1.500 mI).



Capacidad vital : la suma del volumen corriente y de las reservas inspiratoria y espiratoria (3.500-5.000 mI).



Volumen residual: el que queda en el aparato respiratorio después de una espiración forzada (1.000 mI).



Capacidad pulmonar total: la suma de la capacidad vital y del volumen residual (6.000ml).



Espacio muerto broncotraqueal: de los 500 mi de aire de un acto inspiratorio

sólo 2/3 llegan a los alvéolos, el resto permanece en las vías aéreas superiores. Se tiene un espacio muerto anatómico que corresponde a las cavidades del aparato respiratorio que no contienen alvéolos y un espacio muerto fisiológi -

co que representa el volumen real de gas que no entra en equilibrio con la san gre_ En condiciones fisiológicas las dos variantes deben corresponderse,

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Oxígeno, nitrógeno

los componentes del aire atmosférico importantes para la respiración son el oxige-

y vapor de ogua

no, el nitrógeno y el vapor de agua. Este último permite mantener húmedas las mucosas que revisten las vías aéreas, El oxigeno representa el 21 % del aire y el nitrógeno el restante 79%; el dióxido de carbono se encuentra en cantidades insignificantes, el 0,04%. La composición del ai re inspirado es distinta de aquélla del aire espirado, en

lo que concierne a los porcentajes de oxigeno y de dióxido de carbono. En el aire exhalado, el oxigeno pasa del 2191) al 16,391) y el dióxido de carbono del 0,0491) al 4,5%.

Se trata de los intercambios gaseosos que se producen en los alvéolos pulmonares: parte del oxígeno pasa a la sangre e igual cantidad de dióxido de carbono pasa de la sangre a los alvéolos. Por lo que se refiere al nitrógeno , se puede apreciar un pequeño aumento en el aire espirado. Esta diferencia no es real, sino que va ligada a las variantes del oxígeno y del dióxido de carbono. El nitrógeno atmosférico, de hecho, no participa en ninguna reacción química del organismo, no se meta baliza. No obstante, este gas está disuelto en la sangre y es absorbido por los tejidos, en particu lar, los grasos, sin que se combine nunca con otro componente. Sabemos que la presión atmosférica a nivel del mar es de 760 mmHg. La presión del

La difusión

aire no es otra cosa que la suma de las presiones parciales de los gases que lo componen , siendo la presión parcial de cada gas directamente proporcional a los porcentajes de los gases de la mezcla, según enuncia la ley de Dalton. Se sabe, además, que un gas tiende a pasar de un punto de mayor presión a uno de menor pre sión hasta que la diferencia de presión se equilibre.

La sangre que circula por los capilares de las paredes de los alvéolos pulmonares se encuentra casi en contacto con el aire de los alvéolos. Llega a los pulmones a través de las arterias pulmonares y es sangre pobre en oxigeno, en cuanto procede de los tej idos del cuerpo donde lo ha cedido y se ha enriquecido de dióxido de carbono. En ella, la presión parcial del oxígeno es de 40 mmHg mientras que la del dióxido de carbono es de 46 mm Hg. En el aire alveolar, en cambio, la presión parcial de oxigeno es de 100 mmHg y la de dióxido es casi nula. Para equilibrar la diferencia de presión se crea un flujo por el cual cierta cantidad de oxígeno se difunde del alvéolo a la sangre y cierta cantidad de dióxido de carbono lo hace de la sangre al aire alveolar. En los tejidos del cuerpo ocurre un proceso análogo pero en sentido contrario; la sangre procedente del corazón, rica en oxígeno, entra en contacto con las células y los liquidas de los tejidos, llenos de dióxido de carbono y pobres en oxigeno. Se produce difusión de gases en las dos direcciones, aunque en este caso el oxigeno pasa de la sangre a las células y el dióxido de carbono de las células a la sangre. En este punto, la sangre ha perdido las características de sangre arterial y se transforma en sangre venosa, debe pues retornar a los pulmones para cargarse de oxígeno. El ser humano puede modificar a voluntad el ritmo y la intensidad del acto respiratorio; la función respiratoria puede ser en parte controlada, mientras que, por otro lado, se comporta como un reflejo no condicionado, operativo aunque seamos inconscientes de ello o pretendamos alterarlo. Los impulsos que garantizan esta autonomía proceden de un centro nervioso del encéfalo llamado centro respi ratorio, que envía continuamente impulsos a través de los nervios a los músculos intercostales y el día-

El eSTímulo respiraTorio

fragma. El centro respiratorio recibe información muy exacta acerca de la presión de CO 2 , hecha por receptores químicos que analizan la composición de la sangre. La san gre es examinada en su contenido de dióx ido de carbono; cuando se detecta, aunque sea un pequeño aumento del porcentaj e de dióxido , el centro entra en acción para corregir el exceso de gas y restablecer el equi librio 0 r C02' enviando estímulos al aparato respiratorio y modificando la intens idad y la profundidad de los movimientos. Por esta razón no es posible contener la respiración más allá de un cierto lím ite de tiempo. Las contracciones diafragmáticas, verdaderos puñetazos para el estómago, son una clar.a manifestación del organismo que, habiendo alcanzado valores altos de CO 2, demanda al apneísta que reanude la respiración. Este mismo mecanismo explica también por qué la necesidad de respirar se atenúa después de varias inspiraciones y espiraciones profundas, cuando los valores de COz contenidos en la san gre bajan respecto a la norma. Los músculos

¿Por qué existen atletas que han obtenido grandes resultados en peso constante mientras otros lo consiguen sólo en el variable? Después de todo se han entrenado incesantemente durante años, siguiendo un régimen de vida ascético basado en el ejercicio, el reposo, una férrea dieta y poco más. La respuesta es compleja y depende de muchos (infinidad) pequeños detalles, como el estado mental o incluso la con formación del calzan te o de las palas de las aletas. En un récord de descenso en peso constante, que depende sobre todo de los recursos personales en términos de potencia y resistencia, uno de los principales factores que determ inan la victoria es fisiológico: las fibras musculares de las piernas, sobre todo de los muslos, deben generar en un par de minutos o poco más una cierta potencia, manteniendo bajo el consumo de oxígeno respecto al de los adversarios que descienden en lastre variable. La investigación ha permitido profundizar sobre cómo los músculos humanos se adaptan al ejercicio - o a su ausencia- y en qué medida los músculos de un individuo se pueden modificar para adecuarse a las necesidades de distintas disciplinas, tales como el esfuerzo prolongado de una apnea dinámica, el alternado de un descenso en peso constante o la necesidad de relajación de una apnea estática. La investigación nos permite comprender por qué los plusmarquistas mundiales triunfan , pero también entender mejor las capacidades de las personas corrientes.

Lo estructuro del músculo

La musculatura esquelética constituye el tejido más abundante de l cuerpo humano y uno de los más adaptables. Entrenamientos intensivos con pesas pueden duplicar o triplicar la masa muscular, mientras que la total falta de uso tras un trauma puede reducirla en un 20% en sólo dos semanas . Un músculo es un haz de células o fibras manten idas juntas por el tejido conectivo. Cada una está formada por una membrana y muchos núcleos que yacen esparcidos a lo largo de la fibra, y miles de filamentos internos, las miofibrillas. que se

60

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encuentran en el sarcoplasma. Las fibras musculares mayores del hombre alcanzan los 30 cm de largo V 0,05-0,15 mm de diámetro y contienen varios miles de núcleos.

las miofibrillas tienen la misma longitud de la fibra y constituyen la parte de las células capaz de contraerse en respuesta a un impulso nervioso. Las células nerviosas motrices o motoneuronas se extienden desde la médula espinal a un grupo de fibras musculares, formando una unidad motriz. En los músculos de las piernas, una sola

motoneurona puede enlazar más de mil fibras musculares. Donde es necesaria gran precisión, por ejemplo, para controlar un dedo o un globo ocular, una motoneurona

controla pocas fibras, incluso sólo una. La contracción de la miofibrilla es completada por sus minúsculos componentes, las sarcómeras, que están en la extremidad de la misma miofibrilla. Cada sarcómera está compuesta por dos proteínas filamentosas, la miosina y la act ina, cuya interacción causa la contracción. Ésta implica el plegamiento de la sarcómera en modo telescópico, donde los filamentos de actina situados en la extremidad del filamento central de miosina resbalan hacia el centro de la miosina misma. Un componente de la molecula de miosina, la llamada cadena pesada, determina las características funcionales de la fibra muscular. En el adulto, esta cadena existe en tres variedades distintas o isoformas, señaladas como 1, U·a y lI·b; las fibras que las contienen llevan el mismo nombre. Las fibras de tipo 1 son llamadas tambien fibras lentas, los tipos U-a y U-b, f ibras rápidas: la máxima velocidad de contracción de una fibra tipo I es de un décimo de la velocidad de una fibra



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61

de tipo II-b; la fibra de tipo II-a es intermedia. Además de los tres distintos tipos de fibras, existen híbridos que contienen dos isoformas de miosina, en proporciones variables. las características funcionales de estas fibras híbridas son parecidas a las del tipo dominante. Lo m a te ria

La velocidad de contracción de las fibras musculares está determinada por el modo

d e los músculos

en que éstas utilizan el adenosintrifosfato (ATP) en la cadena pesada de la miosina para extraer energía. Las fibras lentas se basan en la relativa eficacia del mecanismo aeróbico, mient~as las veloces dependen principalmente del anaeróbico. Así, las fibras lentas son importantes para actividades que requieren resistencia, como la carrera de fondo, el ciclismo o la natación, mientras que las fibras veloces son fundamentales para la potencía, como el levantamiento de pesas, la carrera corta o la apnea profunda , cuando se trata de vencer el empuje hidrostatico al principio de la inmersión O de separarse del fondo al inicio de la emergencia . El adulto medio tiene el mismo número de fibras lentas que veloces, pero como especie los seres humanos presentan una gran variabilidad. Hay personas que en el cuadriceps tienen sólo el 19911 de fibras lentas, mientras otras llegan al 95%. Un individuo con el 95% de fibras lentas podría ser un buen maratoniano, pero no tendría mucho éxito como velocista y aún menos como apneísta; lo contrario sucede con quien tiene sólo el 19% de fibras lentas.

Sacar músculos

Un principio importante que hay que considerar es que las fibras musculares no pueden multiplicarse; envejeciendo se pierde fibra pero no se puede generar nueva. Por lo tanto, un músculo puede agrandarse sólo si sus fibras se vuelven más gruesas. Lo que causa el cambio de volumen en el músculo es la creación de nuevas miofibrillas. La acción mecánica que el entrenamiento ejercita sobre los tendones y las demás estructuras conectadas a los músculos provoca la síntesis de proteínas mensajeras, las cuales activan los genes que inducen a las fibras musculares a producir mas proteínas contráctiles. Estas proteínas, principalmente miosina y actina, son necesarias para la gran cantidad de miofibrillas adicionales producidas por la fibra. Para esti mular la construcción de las nuevas proteínas y mantener una adecuada relación entre volumen celular y núcleos, es necesario sintetizar estos últimos. Las fibras musculares tienen núcleos múltiples que, dentro de la fibra , no pueden dividirse; los nuevos núcleos son donados por las llamadas células satélite . Esparcidas entre los muchos núcleos de la superfiCie de una fibra muscular, las células satélite están separadas de las células musculares, tienen un solo núcleo y se pueden reproducir por división. Después de la fusión con la fibra muscular sirven como fuente de nuevos núcleos para abastecer a la fibra en crecimiento. Las células satélite proliferan en respuesta al entrenamiento. Una teoría muy difundida sostiene que el ejercicio intenso propina minidesgarros en las fibras muscu-

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lares. las áreas dañadas atraen a las células satélite. que se incorporan al tejido y empiezan a producir proteínas para suplir las lagunas. A medida que estas células se multiplican, algunas permanecen como satélites de la fibra, pero otras entran a formar parte de ella. Sus núcleos resultan indistinguibles de los de la célula muscular, y con estos núcleos adicionales la fibra es capaz de generar más proteínas y crear má.s miofibrillas. Para producir una proteína, la célula muscular, como cualquier otra célula del cuerpo, debe tener un proyecto que especifique el orden en que deben ser colocados los aminoácidos que indican la proteína que será creada. Esta información resi· de en distintos genes del núcleo celular; el pr.oceso por el cual la información sale del núcleo cel ular y entra en el citoplasma, donde las proteínas son sintetizadas. se inicia con la transcripción , que acontece en el núcleo cuando la información del gen, codificada en el ADN, es copiada en el ARN mensajero (ARNm). Éste transporta la información del núcleo a los ribosomas , que ensamblan los aminoácidos de las pro· teínas -por ejemplo. actina o una de las isoforma s de miosina- según el ARNm, proceso denominado traducción.

la transformación de las fibras musculares es posible. Cuando los músculos son

Tra nsformor los músculos

sometidos repetidamente a estímulos se leccionados, como en el entrenamiento con pesas si la carga es medio alta, el número de fibras ve loces II -b disminuye por su transformación en fibras ve loces II-a; en estas últimas los núcleos dejan de expresar el gen lI·b para expresar elll-a. Si el ejercicio intenso continúa (carga elevada, ejecución lenta, número de repeticiones) durante un mes o más, las fibras musculares II -b se transforman en fibras II-a. A la par, las fibras aumentan su producción de proteína

y se vue lven más gruesas. La conversión de las do s fibras veloces, II -a y II-b, es consecuencia natural del entrenamiento y de su interrupción. En cambio, entre los tipos I y II los resultados son menos evidentes. En los últimos 20 años, los experimentos no han demostrado que la conversión sea posible, aunque al inicio de la década de 1990 se obtuvieran indio cios según los cuales un riguroso régimen de entrenamiento puede convertir las fibras lentas en fibras veloces II-a. Si un cierto tipo de ejercicio puede convertir las fibras de tipo I en II -a, seria lógico preguntarse si otro tipo de ejercicio podría lograr lo contrario. El proceso parece posible, aunque hasta ahora ningún estudio lo ha demostrado con certeza. los mejores atletas en deportes de resistencia tienen por lo general altas proporciones de fibras lentas de tipo I - hasta un 9S%- en los principales grupos de músculos, como las piernas. Hasta el momento no sabemos si estos atletas nacieron con un elevado porcentaje de fibras I y luego se orientaron hacia disciplinas de las que podían extraer ventaja dadas sus características innatas. o si fueron gradualmente elevando el porcentaje de las fibras a través de entrenamientos prolongados. Sabemos, en cualquier caso, que las fibras II-a pueden converti rse en el

¿lento o rópido?

tipo 1; el tiempo requerido es mucho más largo si se compara con el necesario para la transformación de las fibras JI-b a II -a. Podria ser que los grandes -maratonianos sean congénitamente distintos. Y también los velocistas. Estos últimos, respecto a los fondistas, tendrían la ventaja de un porcentaje reducido de fibras de tipo 1. Aún así, un aspirante a esprinter con demasiadas fibras de tipo 1 no debe rendirse: se ha demostrado que la hipertrofia producida por los entrenamientos de resistencia hace crecer las fibras de tipo 1. Así, un entrenamiento con pesas puede ampliar la sección del músculo formada por fibras veloces sin alterp,r la relación entre fibras lentas y rápidas. Los músculos

Se trata ahora de entender cuáles son las fibras que le interesa desarrollar al apneísta

del opneisro

para entrenarse en consecuencia. Hasta el presente ninguna investigación ha podido aclarar si un deportista que desciende en peso constante o un pescador submarino debe tener un conjunto muscular prevaleciente de tipo I o 11. las hipótesis formuladas sobre la experiencia de algunos atletas de alto nivel y de los médicos especialistas son contradictorias. Por el momento, nos limitaremos a observar que durante una inmersión profunda en peso constante, el buceador emplea los músculos en una acción veloz y potente (la velocidad de descenso ideal es superior a 1 mi s) para vencer la resistencia del empuje de flotación. luego, este empuje disminuye hasta alcanzar la flotabilidad neutra, a continuación prosiguen la flotabilidad negativa y la caída libre. Podríamos establecer que si al principio se necesita un aleteo potente sostenido por las fibras rápidas de tipo JI-a y JI-b, en la fase sucesiva, la acción del aleteo pasaría por un período de relajamiento muscular durante el cual se regeneran las fuentes energéticas (ATP), en economía de oxígeno, para emplear nueva potencia y velocidad al ini cio del ascenso y durante la subida. En esta fase, la carga sobre las piernas se aligera con la disminución de la presión hidrostática y el aumento del empuje de flotación que lo trae hacia la superficie. En conclusión, podríamos decir que un desarrollo equilibrado de la masa muscular, con igual reparto de los tipos de fibra, sería una combinación ventajosa para el apneísta.

Lo p roducción

Quien practica apnea debe conoce r los mecanismos energéticos que sostienen la acti-

de e ne rg ío m uscular

vidad muscular por dos razones fundamentales: planificar su preparación y distribuir el esfuerzo en el agua para economizar. la capacidad de los músculos para contraerse y relajarse constantemente crea la posibilidad del movimiento; cuanto más se ejercita nuestro físico, más resistente resulta, entendida la resistencia como capacidad motriz. la contracción de los músculos se produce por un estimulo nervioso y por una reacción química que para realizarse necesita energía. Conocer cómo acontece la reacción química que permite la contracción muscular es importante , tanto como aprender cómo se puede adquirir la energía necesaria para sostener largo tiempo la actividad del músculo. la única que el músculo puede utilizar es la energía

química liberada de la escisión del ácido adenosintrifosfato, el ATP. la particularidad



del ATP es que puede ser reconstituido por otras reacciones químicas, despues de haber reaccionado, haberse dividido en otras sustancias y haber producido la energía química necesaria para la contracción muscular. Esta característica es básica porque la cantidad de ATP presente en las celulas musculares es muy pequeña y sufi ciente para un número limitado de contracciones; después de los primeros 8-10 segundos debe ser regenerado por otras vías. Nuestro organismo emplea dos modos, a través de los sistemas aeróbico yanaeróbico.

En el sistema aeróbico (fig. inferior), el oxígeno transportado por la sangre sirve para

El sistem a aeróbico

la combustión de las sustancias absorbidas por la alimentación y oportunamente transformadas, que tienen el papel del carburante. Puede ser comparado con el motor de explosión. Se trata, de hecho, de un sistema en el que los músculos funcionan como un motor, en el que el carburante, el glucógeno y el oxigeno, se mezclan en el proceso de oxidación para producir energía química que es transformada por la com bustión mecánica o movimiento. En nuestro caso, la contracción de la fibra muscular acciona el músculo que mueve la extremidad . En el sistema anaeróbico (fig. inferior), las sustancias energéticas de reserva presen -

El sistema anaeróbica

tes en los músculos son transformadas muy deprisa sin el empleo de oxígeno. El uso

de este sistema crea algunos problemas para la reposición, porque necesita un tiem po que permita al oxígeno oxidar los alimentos y transportarlos al músculo para que produzca nueva energía.

SISTEMA AERÓBICO

SISTEMA ANAERÓBICO

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El mecanismo aeróbico interviene cuando la actividad muscular requiere un empleo energético de intensidad limitada, por lo que el organismo tiene tiempo suficiente para la transformación de los alimentos por medio del oxígeno, y el material energético producido es suficiente para reconstru ir el ATP. En estas condiciones el trabajo muscular puede durar incluso horas, utilizando las reservas alimenticias y el oxígeno de la respi · ración. En este sistema es de particular importanc ia la capacidad del organismo para suministrar oxigeno a los músculos mediante los aparatos respiratorio y circulatorio. Para quien se sumerge en apnea esto resultaría imposible . El único aire del que dispone el apneísta está contenido en sus pulmones y además, durante una inmersión profunda, el blood shift (véase Capítulo 3) induce una vasoconstricción periférica selectiva, por la cual afluye menos sangre, y por tanto, menos oxígeno, a las extremidades. Nuestro organismo utiliza el sistema aeróbico preferentemente en actividades de cierta duración, como los recorridos de larga distancia corriendo, nadando o con esquís de fondo. Una hipótes is acreditada por la experiencia y la observación de apneístas de cate· goría es que el sistema aeróbico interviene sólo en un momento preciso del deseen· so, justo después de haber pasado el punto de flotación neutra, en torno a - 12 m, cuando la acción ya no es tan intensa como en superficie y todavía el blood shift no es significativo. La acción muscular se vuelve más suelta y fluida, no hay necesidad de desarrollar potencia, los valores de oxígeno son todavía buenos y el flujo sanguí· neo a escala periférica es aún importante. El mecanismo anaeróbico, en cambio, interviene cuando el organismo debe producir esfuerzos máximos en tiempos breves. En este caso, se libera una potencia elevada que requiere un notable consumo de enero gía en poco tiempo. Para el buceador en apnea, éste es el mecanismo energético más importante. En este tipo de acciones, los músculos utilizan exclusivamente las sus· tancias energéticas acumuladas, en particular, azúcares. En esta categoría entran actividades como la carrera corta, el salto, el lanzamiento o el levantamiento de pesas. Tal forma de uso de la energía desarrolla en el músculo reacciones químicas diferentes que determinan sensaciones e informaciones corporales muy distintas; reconocerlas es determinante para comportarse en consonancia con aquello que está sucediéndole al organismo. Por ejemplo, nuestro cuerpo reconstituye las reservas energéticas utilizando, además del oxígeno, una elevada cantidad de agua. Por ello, la actividad prolongada estimula la sed. Aunque resulte extraño, en el agua se pier· den líquidos y la sudoración no es la principal responsable, sino la producción de hormonas que estimulan la diuresis. Hay que beber para reconstituir el material energético y evitar la deshidratación que se produce después de una actividad prolongada.

2.0

VER [JAJO EL AGUA

Los ojos están preparados para ver a través del aire, que es un gas con caracteristi·

66

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cas físicas bien diversas de las del agua; sin una máscara, la visión subacuática se hace confusa y distinta. Además, el índice de refracción de un líqu ido y de una mezcla de gases varía notablemente. razón por la cual 105 rayos de luz sufren modifica,iones que aprecia el ojo. El ojo es el órgano sensible a las sensaciones luminosas. Es responsable del sentido

El ojo

de la vista, uno de lo s canales a través del cual nos relacionamos con el mundo. Está

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compuesto por el globo ocular y sus anexos . El globo o bulbo ocular es una estructura esférica situada dentro de la cavidad orbital constituida por tres membranas concéntricas , esclerótica, coroides y retina. y una serie de sustancias fluidas o semiflu idas. la esclerótica es espesa, resistente y de color blanco, y se vuelve más fina y transparente en la parte anterior para permitir el paso de la luz, donde recibe el nombre de córnea. La coroides es riquísima en vasos sanguíneos ; en correspondencia con la córnea cambia de aspecto y color, y forma un diafragma muscular que consti tuye el iris. En el centro, el iris es interrumpido por un orificio circular, la pupila. El iris es la parte coloreada del ojo; su co lor se debe a la presencia de célu las pigmen tadas, de cuya densidad dependen la s distintas gradac ion es que varían de individuo a individuo. El orificio de la pupila es de aspecto negro, por él entra la luz a una especie de cámara oscura fotográfica. Si pudiésemos ver un ojo cortado transversalmente, encontraríamos un espacio grande entre córnea e iris , llamado cámara anterior, lleno de un líquido límpido incoloro compuesto sobre todo por agua, el humor acuoso; la luz pasa a través de este líquido antes de llegar a la pupila. l a función del iris es la de regular el tamaño del agujero pupilar, según la intensidad lum inosa del ambiente. Al iris sigue el cristalino, una verdadera lente, convexa por ambas partes, que refracta los rayos de la luz que entran en el ojo. El cristalino es muy transparente y elástico. y puede variar constantemente de forma . De hecho, está con tenido en una cápsu la epitelial , pegada por minúscu las fibras al resto del ojo, que puede ser tensada y aplanada. Cuando cesa la tensión , la lente vuelve a su convexidad habitual. Gracias a esta tensión que hace variar la curvatura es pOSible la visión de cerca o de lejos. Esta forma de regularse se llama poder de acomodación. Una vez at ravesado el cristalino, la luz recorre la cámara posterior, llena de una sustancia semifluida. el humor vítreo. El fondo del ojo, detrás del humor vítreo, está tapizado por la retina, que es como la película sensib le de la cámara fotográfica. las células de la retina están organ izadas sobre nueve estratos, de los cuales el más importante e interesante es aquél en el que están contenidas las células sensitivas responsables del fenómeno visual , los conos y los bastoncillos. Éstos conforman una tupidisima alfombra a la que llega la luz; si los materiales refractados son integros, las imágenes se forman en la retina enfocadas . Por fin , el nervio óptico. conectado con la reti na, transfiere los impu lsos nerviosos al sistema nervioso central, razón ésta para recordar el mantener los ojos bien cerrados cuando la apnea lo permita. para reducir al mínimo la estimulación nerviosa y ahorrar oxígeno. La visión en el aire

los conos de la retina son sensibles a los estímu los ópticos y están especializados en la percepción de los colores. A la luz del día, los rayos atraviesan la córnea, el humor acuoso, la pup ila, el cristalino, el humor vítreo y, al final, se registran en la retina. El cristal ino en foca los rayos luminosos en la parte centra l de la retina, donde los conos

68

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son muy abundantes. En este punto, se forma nítida la imagen del objeto mirado. En cambio, los conos situados fuera de la fóvea registran la visión privada de detalles. Por la tarde y por la noche, la luz es demasiado escasa para poder estimular los conos,

pero es suficiente para estimular los bastoncillos, los cuales, a diferencia de los conos, no son sensibles a la frecuencia que consiente el reconocimiento de los colores. los bastoncillos contienen una sustancia roja, la pú rpura retiniana, Que tiene la propie-

dad de descomponerse decolorándose a la luz y de reconstituirse en la oscuridad. Esto explica por qué, cuando se pasa de una estancia iluminada a una oscura, nos quedamos momentáneamente ciegos, hasta que la púrpura retiniana de los bastonci· lIos se reconstituye y nos permite ver en escasas condiciones de iluminación. Como ya dijimos, el agua tiene un índice de refracción distinto respecto al aire. El

Lo visión en e l aguo

punto de enfoque, en consecuencia, cae detrás de la retina y la imagen que es leída por el sistema nervioso central aparece desenfocada. La visión de los objetos es, por ello, imprecisa. La máscara o gafa subacuática asume en esta situación una función correctiva. De hecho, poniéndonosla metemos delante de los ojos una cámara de aire, que permite el enfoque habitual. Aún así, este sistema presenta un inconveniente. Los rayos luminosos alcanzan los ojos del buceador pasando primero a través del agua, después a través del cristal y luego a través del aire aprisionado en las gafas, todos ellos con un índice de refracción diferente. la imagen final que alcanza la retina se ha mod ificado respecto a la aérea: es 33% mayor y está un 25% más cerca. Además de refractar la luz de manera diferente, el agua también la absorbe. Este fenómeno altera los colores del especuo, que son absorbidos a distinta profundidad

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en relación a su longitud de onda. En los 10 primeros metros desaparecen el rojo y el naranja, entre los 10 Y 20 metros, el amarillo y el verde, más allá de los 20 metros resta solamente el azul. Cuando una inmersión supera los 20 metros, la luz ambien· tal asume una dominante azul, y para ver los colores reales se hace indispensable una linterna, cuya luz artificial restituya como por encanto la extraordinaria policromía de los fondos. Quien haya recogido alguna vez de niño una estrella de mar a apenas un metro de profundidad y la haya traído a la superficie, recordará haber extraido del agua una criatura marroncilla que con la luz solar adquirió un bello rojo brillante, sin saber que estaba, efectuando un verdadero experimento de física.

2.4

EL CALOr,

Cuando se entra en el agua, sea en una piscina, en el mar o en un lago, es experiencia común advertir una sensación de frío, determinada por la dispersión de calor a que nos somete el agua, veinticinco veces más rápida que en el aire. No obstante, son suficientes pocos minutos para que el organismo se aclimate. los vasos sanguíneos periféricos se contraen, reduciendo la afluencia de sangre y retrasando la pérdida de calor corporal; así, se facilita el mantenimiento de la temperatura a 36 oC, favoreciendo las funciones vitales. Si el cuerpo permanece en el agua, el organismo reaccionará buscando calentarse, es decir, moverá los músculos tiritando, ejercicio que agotará la energía disponible en poco tiempo. Si el cuerpo permanece desprendiendo calor, la temperatura comenzará a caer, los escalofríos se volverán más intensos y prolongados, manos y pies se entumecerán y entraremos en situación de generar incidentes mayores. Si la temperatura corporal desciende a 35 oC se verifican las condiciones de la hipotermia, si desciende a 32 oC se anula la capacidad de razonar (de discernir ... Que es muy peligroso) y por debajo de los 32 oC hay un inmediato peligro para la vida. Con agua fría, la decisión de llevar guantes, capucha y escarpines de grosor ade· cuado debe ser tomada atentamente, considerando las variaciones de flotación que el indumento comporta. Si el fria les asalta aún más allá de sus expectativas, no duden en salir del agua y calentarse. Un buen apneista debe saber renunciar a la inmersión cuando las condiciones ambientales lo requieren; recuerden que hacen apnea por diversión y para sentirse bien, nunca para sufrir.

70

CAPíTULO J

ADAPTACIÓN DEL CUERPO A LA APNEA

unque su cuerpo haya evolucionado en tierra firme, incluso en un ambiente tre -

A

mendamente modificado por la civilización tecnológica con respecto a los

patrones naturales, el hombre ha osado desafiar al «sexto continente». Y lo ha hecho desde una posición de inferioridad si la comparamos con la de otros mamiferos. No obstante, ha consegu ido resultados extraordinarios. Durante milenios, el camino ha

sido lento, ponderado, progresivo: primero, la recolección de alimentos en aguas poco profundas; después, de esponjas, de conchas perliferas o de riquezas tragadas por las aguas. a profundidades siempre más vertiginosas. En las últimas décadas del siglo xx y hasta nuestros días, la progresión de la apnea ha registrado importantes logros. El hombre ha resquebrajado el muro de la problematica médica, en apariencia incuestionable, y de las 10.000 preguntas sobre la presión , la dispersión del calor, etc. El cuerpo humano esta constituido en su mayor parte por agua, y el feto, como hemos visto, vive en el líquido amniótico como en un remanso de mar. El recién naci · do, si es parido en inmersión como un minúsculo cetaceo, puede permanecer sumer· gido en agua templada, donde mantendra los ojos abiertos, sin atragantarse, sin agitarse, moviéndose en estilo braza como si alguien se 10 hubiera indicado; se encuentra maravillosamente bien, puesto que esta habituado a vivir en el elemento líquido. Después, con el transcurrir de los meses, esta predisposición natural, si no se cultiva como es debido, se debilita, se pierde en tentativas natatorias torpes, en brazadas caóticas, en llanto y atragantándose; y así, se hace necesario empezar todo de nuevo. la apnea es la suspensión voluntaria y temporal de la respiración . En el hombre es un comportamiento transitorio y de breve duración . De hecho, puede estar semanas sin comer, pocos días sin beber, pero sólo algunos minutos si n respirar. Para el apneísta, la acuaticidad es un componente fundamental, que le permite actuar en un mundo diferente como si fuera su habitat natural y utilizar del mejor modo los pocos minutos de que dis pone. El hábito al agua debe adquirirse de modo lento y gradual, en piscina, en su perficie, en inmersión. Para poder madurar una buena preparación, el atleta debe estudiar con atención su comportamiento. escuchándose y sintiendo el contacto con el elemento líquido sin el auxilio de equipamiento

71

alguno, pues éste sólo se empleará tras la preparación de base. En la actualidad, todas las escuelas reconocen que aquel que consigue , con la voluntad , dominar el instinto de conservación, ha alcanzado un buen nivel , controlando los pensamien· tos e impulsos negativos , causa de ca si la total idad de los inc identes. Hay que recordar que todos los sentidos , bien despiertos y desarrollados para el ambiente terrestre, cambian baj o el agua; si estos cambios no se conocen bien pueden ocasionar graves problemas. En el Capitulo 2 hemos afrontado las alteraciones perceptivas a las que se some· te nuestro cuerpo en inmersión; hemos estudiado cómo en el agua cambia el modo de pensar, de ver y de intercambiar calor. En este capítulo nos ocuparemos de las modificaciones que se producen cuando nos sumergimos en apnea. Comenzaremos por algunas consideraciones importantes sobre la capacidad acuática del hombre para entender cómo el reflejo de inmersión nos asemeja a tantos otros mamíferos. A través del estudio del blood shift (véase pág . 77) profundizaremos en el análisis de las modificaciones cardiorrespiratorias y en su relación con el sistema nervioso.

0. 1

NATURALEZA ACUÁTICA DEL HOMBRE

El parecido entre el hombre y el mar es incre íble, sea desde un punto de vista fisico· funcional o desde un punto de vi sta químico. Nuestro cuerpo está constituido princi' palmente por agua, que alcanza en un adulto hasta el 60% de su masa total, un 80% en el lactante e incluso el 97% en el embrión humano; como indicaba Jacques Mayal «en nosotros hay un verdadero océano». El océano que hay en ti

La afinidad que existe entre el agua del mar y la sangre es extraordinaria. Desde el punto de vista químico, el mar es bastante similar a los líquidos internos de los ani· males y vegetales que hoy lo pueblan, tanto que casi constituye para ellos sangre y linfa externos. Incluso la sangre humana tiene una composición en sales afín a la que se cree que fue la composición del océano en eras precedentes, cuando la vida animal comenzó a manifestarse en nuestro planeta. Todavía hoy en la sangre hay una fuerte concentración de cloruro de sodio , la sal común . las analog ías , aún así, no ter· minan aquí. la sangre alimenta todos los tej idos del cuerpo mediante el transporte del oxígeno y de las proteínas indispensables para la respiración y nutrición de la célula. En cierto sentido, el mar obra de la misma manera con el plancton, que cons· tituye la base de la cadena aliment icia de las distintas especies marinas. Igual que la sangre , tiene una función respiratoria; grac ias al oxígeno disuelto en sus aguas, la casi totalidad de los an imales marinos pueden respirar. El doctor Brooks escribió: «la vida que nació en el mar no pudo iniciar el camino de la tierra hasta que las fuerzas de la evolución no consiguieron crear un organismo capaz de portar consigo un peda·

72

zo de océano •. la vida se ha individualizado de és te pero ha mantenido consigo «un jirón de mar. En lo más profundo de su memoria genética, el hombre posee todavía el recue rdo de su pasado acuático». Si esto es verdad para el hombre ad ulto, qué pensar del neonato que acaba de pasar nueve meses en un ambiente líquido. El feto crece en el vientre materno nutrido y envuelto por el líquido amniótico. En esta fase vive en el agua. Sus pulmones existen pero no funcionan; lo harán por vía refleja después del nacimiento cuando el cordó n umbilical sea cortado. El oxígeno que requieren los millones de células que constituyen el feto está garantizado por la c!rculación sangu ínea, alime ntada por la placenta a través del cordón umbilical, que intermed ia entre el niño y la madre. En las últimas semanas de gestación, el feto empezará a practicar el refleja respiratorio inhalando el líquido amniótico. Otra característica anfibia impresionante del feto concierne al corazón: durante los nueve meses de vida intrauterina, el músculo card iaco se desarrolla transformándose de corazón con dos cavidades, como el de los peces, en corazón con tres cavidades, como el de los reptiles, hasta convertirse en el corazón con cuatro cavidades propio de los mamíferos. Es fácil imaginar la relación íntima, los lazos fortisimos que unen al neonato con el elemento liquido, el caldo pri· mordial del que procede. Por ello, un recién nacido no se encuentra para nada a disgusto si se sumerge en agua, pues parece existir una continuidad entre el agua de la madre y el agua en que se ha inmerso, y por ello, se encuentra en su elemento, como si no hubiera salido nunca de él. Otra cualidad acuática del hombre está ligada también a los primeros momentos de vida: en Jos primeros tres meses, la hemoglobina del neonato tiene mayor afinidad con el oxigeno que la de los adultos. Después, esta propiedad tiende a disminuir gradualmente, lo que desde un punto de vista fisiológico significa que el bebé está en estos tres meses más predispuesto a la apnea. La práctica del parto acuático está ten iendo notable éxito en muchos países. Se considera una técnica moderna, aunque muchas culturas primitivas sumergen a las mujeres en los difíciles momentos de la dilatación y del parto, como práctica derivada de tradiciones muy antiguas. Son ejemplo de ello las poblaciones pigmeas que viven en la se lva atravesada por el río Uturi, en el Congo, algunas tribus que ocupan la Amazonia peruana o los aborígenes de la costa occidental de Australia. Algunos casos de parto en el agua han sido documentados entre las antiguas poblaciones maoríes de Nueva Zelanda y entre los indios de Panamá. Esta fórmula permite evitar el trauma del brusco paso entre el familiar universo líquido del vientre materno y el ambiente seco y desconocido de la vida terrestre. Ha sido realizada una investigación muy completa, con métodos de origen psicoanalítico, sobre una población muestra de niños de 4 a 10 años, todos nacidos en el agua. El porcentaje de individuos extrovertidos, comunicativos y optimistas era cerca del 70% superior a aquél de los niños coetáneos nacidos de partos convencio-

Nacer en el aguo

na les. Según psicólogos y médicos, esto se relaciona con el hecho de que el primer empuje recibido por el neonato en el momento del nacimiento no fue el de la gravedad, violento y hacia abajo, sino el del agua, envolvente, homogéneo y hacia arriba.

Lo vuelTo o los orígenes

El difunto profesor Luigi Odone , docente de Psicología Clínica en la Universidad de Génova, se ocupó durante años del aspecto pSicodinámico y del perfil psicoactitudi nal del apneísta. Sostenía que en el agua, el hombre vuelve a los orígenes, pues durante la vida prenatal experimentó una existencia acuática que luego no olvidará completamente. El inconsciente sabe sobre sus orígenes y sobre la relación con la naturaleza, los elementos, el universo. Hemos nacido como animales marinos, en sentido tanto ontogénico, nacimiento del ser, como filogenético, nacimiento de la especie. Según el profesor Odone, el proceso de desarrollo psicológico del hombre no hace otra cosa que recapitular su precedente proceso de desarrollo biológico. y lo hace más que a escala mnemónica, en el ámbito de la percepCión: allí donde la memoria no llega de manera consciente, se llega de manera inconsciente. En el momento en que nos sumergimos, experimentamos lo que viene definido como una profunda regresión, una capacidad de retorno de la psique al estado de quietud. En el agua recuperamos con alegría aquella dimensión de aquietamiento, de con· fortable seg uridad, de paz, que disfrutábamos en el vientre materno. El nacimiento comporta una dinámica biológica, un empuje a la vida, un esfuerzo por sobrevivir (llorar, moverse, succionar del pezón de la madre , comer, digerir.,,). Desde el momento en que el neonato viene al mundo se interrumpe este estado de homeóstasis, como lo define freud, de equilibrio, que había caracterizado los primeros nueve meses de su vida. En un ambiente acuático nuestra mente es capaz de alcanzar gran armonía con las sensaciones arquetipicas de la quietud y el placer. los dos mundos, el de debajo y el de encima del agua, podrían considerarse paralelos y privados de contacto. En base a este razonamiento se explicaría la posibilidad de actuaciones asombrosas sólo en el elemento líquido. El profesor Odone sostenía la dificultad de describir este fenómeno en términos medicocientíficos; deberíamos simplemente aceptarlo. sin demostraciones. basándonos en nuestro conocimiento directo sensitivo y perceptivo del fenómeno.

0.2

EL REFLEJO DE INMERSiÓN

Para entender el verdadero significado de este reflejo, propio de 105 mamíferos, es necesario observar con atención el comportamiento de un recié n nacido; nos sorprenderá la facilidad con la que está en el agua, se diría que es su ambiente natural. Si a esta primera experiencia se le da continuidad en los primeros meses de vida, dejará sus trazas indelebles en la psique del individuo . Desde qu~ nacemos, llevamos un pequeño bagaje hereditario de reflejos que nos quedan del proceso evolutivo de la

7.

especie. Estos reflejos son actos involuntarios que tienen la función de consentir una primera adaptadón al am biente. Por ejemplo , un recien nacido sumergido en agua realiza automáticamente una apnea, reflejo de inmersión , y nada, reflejo natatorio, adoptando movimientos eficaces. El reflejo de inmersión está en todos nosotros, el apneísta sólo tiene que despertarlo. Desde el punto de vista fisiológico, está caracterizado por una bradicardia. reducción de la frecuencia cardíaca , por una vasoconsIricción periférica selectiva de los órganos resistentes a una condición hipóxica y por una reducción del metabolismo del oxígeno. Cuando nos sumergimos en agua, aunque sea poca, se verifican modificaciones fisiológica s que nos permiten una mejor adaptación al medio liquido. El reflejo de inmersión explica, por ejemplo, por Que los experimentos de apnea en seco o en cámara hiperbárica han dado siempre resultados muy alejados de los relativos a la apnea en el agua. O aclara por qué se obtienen condiciones de relajación física y concentración mental particulares . Además de la ya citada reducción del ritmo cardíaco , se produce una notable dismi-

Los modificaciones

nudón de la presión sanguínea y una relajación muscular general del aparato loco·

fisiol6gicas

motor. Baste pensar en la distensión de la columna vertebral derivada de la posición cabeza abajo y de la falta de peso ejercida por el empuje de flotación. Otro paráme· tro interesante observado en los campeones es el relativo a la producción de dióxido de carbono. El porcentaje de CO 2 encontrado en el aire espirado varía según el tipo de apnea realizada. Despues de una apnea en seco, el dióxido de carbono aumenta sigu iendo un incremento previsible. la misma apnea hecha en piscina ha arrojado un porcentaje de los gases espirados sorpre ndente respecto a las expectativas teórica s. El de CO 2 se mantiene constante, y disminuye después de una inmersión profunda Que dure el mismo tiempo; increible. Como se observa, aunque se han dado muchos pasos en este ámbito , todavía queda mucho por descubrir. Por su parte, el aparato circulatorio permite inmersiones que podríamos calificar de fantásticas. En el hombre se verifica lo que había sido observado en todos los mamíferos marinos: la sangre que irriga la periferia del cuerpo es reclamada en el tronco, la frecuencia cardíaca se reduce significativame nte, lo que asegura un importante ahorro de oxigeno. la foca, por ejemplo, que puede sumergirse hasta los 300 m de profundi· dad, reduce de golpe las propias pulsaciones de 120 a 20 pulsaciones por minuto. Algunos estudios realizados j unto a Umberto Pelizzari han revelado que, en las apne·

El estudio

as estáticas en agua, la frecuencia ca rdíaca disminuye gradualmente hasta alcanzar

en los opneísros

las 30 pulsaciones por minuto. El fenómeno es todavía más evidente en la apnea pro· funda. Como cuenta el mismo Pelizzari : «Alguna vez he permanecido un rato en el fondo, al final de inmersiones de más de 100 m, para concentrarme só lo en el corazón. Pues bien, es increíble pero advierto un latido cardíaco cada 7-8 segundos. Los médicos de mi equipo se sonríen cuando se lo comento y sostienen que es impos i-

75

ble que en un hombre la frecuencia cardíaca se reduzca a 9 pulsaciones por minuto. Veremos. Estoy convencido de que apenas se logre la impermeabilización por debajo de los 100 m de un holter, el instrumento utilizado para el registro de un electrocardiograma, tendremos este fenómeno verificadolt. la reducción del ritmo cardíaco no es exclusiva de los mamíferos marinos , está presente en todos los animales de sangre caliente y con respiración pulmonar. No sólo los castores y los hipopÓtamos, lo que es comprensible dadas sus costumbres, sino también el perro, cuando se ve obligado a meter la cabeza bajo el agua, muestra un evidente descenso de las pulsaciones. El fenómeno también lo manifiesta el pato, que no es mamífero. Ha sido definido como reflejo de inmersión y basta sumergir la cara en una palangana llena de agua para provocar una disminución automática de las pulsaciones. Se trata de una reacción instintiva , que también presentan los recién naci· dos y niños muy pequeños, todavía incapaces de nadar, pero que inmersos en una bañera desarrollan la apnea refleja. Con fármacos apropiados se puede hacer desaparece r este fenómeno: experimentando con focas, se ha visto a estos animales interrumpir bruscamente sus inmersiones dando evidentes signos de dificultad. l a s p regunras

Muchas cuest iones se han verificado en la trayectoria del conocimiento científico apli-

que esperan rodavía

cado al comportamiento del hombre en apnea , pero todavía son numerosas las dudas

una respuesta

y los fenómenos fisiológicos que esperan ser explicados. El doctor luca Torcello, que sigue a Umberto Pelizzari desde que éste diera sus primeros pasos en el

profundismo,

ha coordinado con frecuencia tests experimentales junto a él. En una entrevista hace algunos años , sostenía de un modo sincero y desarmante que al principio de cada sesión de exámenes seguían algunas líneas de trabajo con la esperanza de poder dar respuesta a interrogantes ya existentes y que, al final del período, muchísimas dudas quedaban sin resolver, habiéndose incrementado los problemas ... En su opinión, estamos al inicio de un camino misterioso y fascinante, no sabemos cómo será ni adónde llevará, pero es necesario recorrerlo. Se necesita tiempo, mucho tiempo. Un individuo en apnea que es sometido a exigencias extremas, puede reaccionar desde el punto de vista fisiológico de una forma imprevisible y peculiar. Para reducir a la mitad la presión atmosférica que tenemos a nível del mar se necesita escalar una montaña de 5.000 m, pero para dupl icarla basta sumergirse a 10m de profundidad. Esto da idea de cómo cambian mucho más deprisa las cond iciones en el agua que en el aire. y de las situaciones ambientales extremas que nos encontraremos más allá de los 100 m. ¿Cómo se puede pensar que todos los hombres que respiran y viven en una atmósfera de presión reaccionarian del mismo modo si fueran sometidos a variaciones tan extremas? Se tiende a pensar con facilidad que el límite del hombre en profundidad está ligado al tiempo de inmersión, a su permanencia bajo el agua. No es en absoluto así. Hoy en dia, con el equipamiento moderno un apneísta se sumerge a 150 m y emerge en menos de 3 minutos. Una inmersión en la que se alcanza la máxi -

76

111

n

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ma profundidad empujados por un lastre y se gana la superficie arrastrados por un balón de ox ígeno puede considerarse una apnea estát ica , en cuanto no se produce ningún esfuerzo fi sico. Hay apneístas de alta competición que superan los 7 minutos ; si el resultado de la inmersión estuviese verdaderamente ligado al tiempo, deberíamos ser capaces de descender hasta 400 m y, por el momento, esto no es as í. El problema real está en la compensación de los tímpanos. Con el incremento de la profundidad, aumenta la presión que incide sobre la membrana timpánica, provocando un abombamiento hacia dentro. En ese punto se debe compensar, es decir, coger aire de 105 pulmones y mandarlo hacia 105 oídos par~ empujar el tímpano de la posición en la que se encuentra a la normal. Si esto no sucediera, la membrana se rompería; éste es el límite actual que dificulta la apnea profunda. En un descenso en lastre constante a -60 m, el volumen pulmonar es igual a un séptimo del inicial; es arduo conseguir robar aire de un pulmón en estas condiciones para empujarlo hacia 105 oídos. La solución está en la disminución de la frecuencia de compensación y en el empleo del diafragma como método para compensar (véase Capítulo 7). En la modalidad no limits, Pelizzari y otros campeones están practicando una nueva técnica que resulta bastante delicada. Consiste en quitarse el tapón de la nariz en torno alas 80 m e inundar completamente las vías aéreas superiores. Allí donde el agua sust ituya al aire se producirá un ahorro de este último, que permitirá una compensación a una cota superior. Es una práctica complicada que están experimentando sólo 105 atletas de más alto nivel.

J. J

EL OLOOD 5HIFT

En la década de 1950, el fisiólogo francés Cabarrou llegó a la conclusión de que más allá de 105 50 m de profundidad el hombre no podría descender: «Apres iI s'écrase ... », sentenció: «después, se rompe». Fue preciso casi un decenio antes de que 105 hechos pudieran desmentirlo. Enzo Maiorca, el 15 de agosto de 1961, traspasó el fatídico muro de 105 - SO m. El doctor Cabarrou había deducido sus catastróficas conclusiones del aplastamiento de algunos recipientes llevados a -45 m, que se parecían , por con · sistencia y resistencia, a una caja torácica humana. Pero el tórax no es solamente un contenedor estático que alberga corazón y pulmones , es también el envoltorio de un complejo mecanismo fisiológico que responde a reglas bien precisas . Sólo 17 años más tarde tuvimos la respuesta a los innumerables interrogantes suscitados por la inmersión de Maiorca. Al principio, se argumentó aduciendo factores hereditarios y un entrenamiento progresivo , aunque la verdadera respuesta debía ser localizada más tarde en la bradicardia y en el blood shift. En 1974, en la isla de Elba, en Italia, Jacques Mayol se sometió a un delicadísimo test

Lo pruebo d e lo

médico que consistía en una extracción de sangre durante una inmersión en apnea.

exisre ncia d e l blood shifr

77

le fue introducido un catéter a través del codo, en la vena cava superior, lo cual permitió a los médicos medir la presión venosa intratorácica a 60 y a 40 m de profundi· dad. Se constató que la cantidad de sangre contenida en el tÓrax durante la inmersión aumentaba pasando de 1 1 a 2,2 l. Fue la demostración del reclamo de sangre intratorácico, más tarde llamado blood shift por el fisiólogo de la Marina estadounidense, Karl Shaefer, que lo estudió y lo teorizó por primera vez en 1968. El blood

shifr, un automatismo fisiológico que está siempre presente en todas las inmersiones en apnea, en proporción al aumento de la profundidad, desmiente la teoría de Cabarrou. la expl.icación es simple. A nivel del mar la presión atmosférica es de 1 bar; en descenso la presión hidrostática aumenta un bar cada 10m, por tanto, a 20 m ten · dremos 3 bar; a 30 m, 4 bar, y alOa m, 11 bar. la presión actúa en todo el cuerpo, pero ahora interesa observar cómo se comportan los pulmones. El aire en ellos con· tenido, a causa del aumento de la presión, se reduce progresivamente de volumen por efecto de la ley de Boyle. A 100 m, el aire contenido en los pulmones ocupará 1/ 11 del volumen inicial y los pulmones mismos serán 11 veces menores que en superficie. El problema reside en que el espacio dejado libre no puede permanecer vacío porque se verificaría una implosión, como vaticinaba Cabarrou, un aplasta· miento torácico debido al peso del agua más la presión atmosférica externa. Po r qué el rórax

la experiencia nos enseña que el aplastamiento no se verifica gracias al blood shift.

no se a p lasra

la sangre empujada en los pulmones ocupa la parte liberada por la reducción del volumen aéreo. Como liquido, la sangre es incompresible. 10 que permite que nos adaptemos sin llegar a la implosión. El blood shift no es un fenómeno pasivo para contrarrestar la presión hidrostática, es además un fenómeno activo que permite un disfrute mayor del oxígeno por parte de los órganos más importantes como corazón y cerebro, en detrimento de los órganos y tejidos periféricos que pueden mantener una situación hipóxica. Algunos médicos sostienen que el propio blood shifr, que hoy permite inmersiones a cotas consideradas inalcanzables hasta hace algunos años, podría constituir en el futuro el límite fisiológico de la inmersión en apnea. El cora-

A nivf'111I-1 mllr

78

zón, a cotas superiores, podría encontrarse ahogado por la elevada cantidad de sangre que afluye de la periferia, impidiendole su función de bombeo. Pero debemos hablar en términos de hipótesis, sobre todo despues de las innumerables rectificaciones que la ciencia y la medicina subacuática han sufrido en los últimos 30 años. los delfines, que entre los mamíferos marinos son los parientes más próximos al hombre, y los otros cetáceos alcanzan habitualmente profundidades considerables. El cachalote y el elefante marino son los primeros de esta singular competición, ya que pueden sumergirse a más de 1.000 m de profundidad. El cachalote, cuando se sumerge, almacena en los pulmones casi 3.000 I de aire, equivalentes a una botella de 20 I cargada a 150 atm. Cuando alcanza los - 1.000 m, esto es, a 101 atm, el volumen de los gases contenidos en sus pulmones debería haberse reducido a 1/1 DO, es decir, a 30 1. El cachalote debería implosionar, su inmenso cuerpo debería reventar, pero no sucede; es más, a esta profundidad el animal tiene incluso fuerza para entablar luchas furibundas con el gran calamar, su alimento preferido. Todo esto es posible gracias a que el organismo de los mamíferos marinos ha sufrido una maravillosa adaptación a un ambiente hostil. las focas, las ballenas y los delfines tienen, además de los pulmones, la tráquea y los bronquios colapsables, porque los anillos cartilaginosos que los componen no están soldados como en el hombre. Además, tienen las costillas flotantes, es decir, sin soldar anteriormente al esternón, más flexibles, por tanto, ante la compresión.

3.4

OIDO, NARIZ Y 130CA

los oídos, la nariz y la boca constituyen una parte muy delicada para el apneísta. Tener problemas en las primeras vías respiratorias o en los oidos significa renunciar a la apnea; cuidarlos supone conocerlos bien, pero, sobre todo, saber cómo hacerlos más resistentes y cómo entrenarlos para que estén siempre en buen estado. El oído, por su conformación anatómica, es el órgano más expuesto y sensible a los efec-

El oído

los de la presión en inmersión. Antes de describir las maniobras para la compensación de las cavidades anexas al órgano del oído (véase Capítulo 7), proponemos algunas nociones de anatomía y fisiología del oído y de la trompa de Eustaquio que ayudarán a comprender mejor esta problemática. Directamente expuesto a variaciones termicas y de presión durante la actividad subacuática, el oído puede sufrir lesiones que, además de ser con frecuencia muy dolorosas, pueden comprometer la función auditiva, que se resume en dos: • Transmisiva: el sonido viene transformado en estimulos mecánicos (conducto auditivo externo + oído medio, este último formado por el tímpano y la cadena osicular). • Nerviosa: los estímulos mecánicos mueven el liquido contenido en el oído interno (cóclea) para crear el impulso nervioso. 79

AnaTomía y fi siología

El oído puede ser dividido en oído externo, med io e interno. El oído externo está

del oído

formado por el pabellón auricular, que, con su forma cóncava, tiene la función de recoger los sonidos y conducirlos al canal auditivo externo. Se trata de un conducto que se introduce con recorrido levemente tortuoso y está cerrado en su extremidad interna por el tímpano, una fina membrana, elástica, sem icircular y oblicua, con un diámetro de cerca de l cm, que separa herméticamente el oído externo del medio. Su función es amplificar las vibraciones acústicas que, junto a las estructuras del oído medio, son transformadas en estimulas mecánicos precisos, de ondas sonoras en movimiento. El oído medio está situado en una pequeña cavidad del hueso temporal llamada también caja timpánica. Presenta tres orificios cerrados, uno hacia el exterior -que cierra la membrana del tímpano- y dos hacia el interior -ventanas oval y redonda. También establece comunicación con la nasofaringe mediante la trompa de

Eustaquio. un canal osteocartilaginoso que se abre al tragar y equilibra la presión en ambos lados del tímpano. Cruzando la caja timpánica hay una cadena de tres hue· secillos, el martillo , el yunque y el estribo; el primero está en contacto con el tímpa· no, el último cierra la ve ntana oval. La cade na de huesecillos o cadena osicular debe tener la máxima libertad de movimiento para suministrar una fiel transmisión del sonido, por ello es necesario que el oído medio esté siempre libre y limpio, función de la trompa de Eustaquio. las vibracione s procedentes del oído externo son recogi·

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OIDO I:>;TERNO El oído interno es un conjunto de estructuras muy delicadas, compuesto por un laberinto membranoso constituido por cavidades y canales rel le nos de líqu ido, la endolinfa, y un laberinto óseo que circunda y protege tales cavidades. El espacio entre ambos laberintos lo rellena otro líquido , la peri linfa. El oído interno contiene en su parte anterior el órgano específico de la audición, la cóclea o caracol, y en su parte poste rior, el órgano del equilibrio. 81

El sentido del equilibrio

la parte posterior del oído interno contiene tres estructuras: los canales semicirculares, el sáculo y el utrículo, que funcionan como órganos del equilibrio. los canales semicirculares son tres tubos llenos de endolinfa, cuyos extremos aparecen ensanchados y provistos de unas crestas con cilios sensitivos. Cada canal describe media circunferencia en cada una de las tres direcciones del espacio, por lo que, cualquier movimiento rotatorio de la cabeza mueve el líquido estimulando las células ciliadas sensibles a tales variaciones. El utrículo y el sáculo son dos bolsitas comunicadas entre sí que forman el vestíbulo, Del utrículo nacen los tres canales semicirculares mientras que el sáculo comunica con el caracol. Estas dos bolsitas también albergan cilios sensitivos, protegidos por una masa gelat inosa que contiene diminutos cristales de carbonato cálcico (otolitos) que actúan respondiendo al movimiento recti líneo (variaciones de gravedad y aceleración lineal). El apneísta que se sumerge en peso constante asume una posición cabeza abajo, diametralmente opuesta a aquélla en la que nos encontramos cuando estamos en tierra firme. En estas condiciones los canales semicirculares reciben estimulas que son difíciles de captar. El aumento de la presión en descenso y la necesidad de compensar, la posición cabeza abajo, la velocidad de descenso y el agua fría cuando se atraviesa una termoclina se convierten en factores que limitan la profundidad y explican por qué en el descenso variable reglamentado y en el no fimits los atletas adoptan, según las técnicas más modernas, la pos ición cabeza arriba.

El senrido del oído

El sentido del oido lo suministran las estructuras nerviosas de la cóclea o caracol . los receptores nerviosos son células ci liadas agrupadas en el interior del caracol, en el órgano de (orti, y estimuladas por los movimientos del líquido coclear. En este nivel , el estimulo mecánico se transforma en un impulso bioeléctrico nervioso que alcanza el sistema nervioso central a través del nervio auditivo o vestibu lococlear. Los líquidos acompañan los movim ientos de la cadena osicu lar, puesto que en correspondencia con el oido medio, el laberinto óseo se interrumpe en dos puntos membranosos, la ventana oval y la ventana redonda. La primera está ligada al estribo que bate contra la membrana misma durante tos movimientos del tímpano y de la cadena osicular. Estos movimientos originan un empuje en el líquido coclear, empuje que luego compensa la ventana redonda; la retracción de una supone la expansión de la otra. Las características anatómicas y la acción combinada de estas estructu ras permiten la percepción fidelísima de l sonido. Una compensación adecuada se basa en la integ ridad y competencia de las estructuras del oído junto a un buen conocimiento de las maniobras y de las propias capacidades. A través de las trompas de Eustaquio se procura la equidad de presiones entre las dos caras del tímpano, clave para evitar las molestias, los dolores y las lesiones. Recuerde que una compensación superficial o inadecuada puede acarrear daños auditivos serios.

82



la trompa de Eustaquio es un canal osteocartilaginoso que comunica la caja del

Anaromía y fisiología de

tímpano con la pared lateral de la nasofarínge oTiene un desarrollo en dirección obli-

la trompo de Eusraquio

cua hacia el interior. para abajo y hacia delante. En el adulto tiene un tamaño entre

36 y 40 mm, 10-12 de los cuales constituyen el tramo óseo superior y los restantes representan la porción cartilaginosa inferior. La trompa ósea está formada por una expansión del hue so timpánico; situada bajo la base del cráneo, corre a lo largo del espesor de la pirámide del hueso temporal y tiene una función pasiva en la mecáni-

ca tubárica. la trompa cartilaginosa con tinua la porción ósea, presenta una andadura arqueada y se alarga progresivamente .hacia la nasofaringe. Su característica elasticidad está determinada por la lámina fibroelástica que forma el suelo y la pared externa de la trompa entera, y por sus propias láminas, la lámina lateral en la parte alta y la lámina mediana en la parte baja. Esta última presenta incisiones longitudi· nales que aísla n las placas de cartílago aumentando la elasticidad. El orificio tubá· rico, también conocido como pabellón tubárico, está situado en la pared lateral de la nasofaringe y contiene la amígdala tubárica, que pertenece a las estructuras linfáti· cas del anillo de Waldeyer. Las porciones de las trompas aparecen como dos órganos, diferentes por estruc· tura macro y microscópica y por morfologia. Se presentan como dos troncos de cono aplastados transversalmente, con las extremidades opuestas que se conjugan en el istmo tubárico formando un ángulo de 160' abierto hacia abajo. En este punto la seco ción de la trompa mide 2 mm . En reposo la trompa es un cana l virtual, que se abre sólo por medio de mecanismos fisiológicos activos (degl ución , masticación, bostezo , eructación, em isión de sonido) o mecanismos pasivos (maniobras de insuflación y diferencia de presión entre los dos extremos) cuando la trompa desempeña sus fun· ciones en el oído medio.



10/12 mm

IIOHFOL(K;i \ TI 'B iRU . I E\ L~ ,[JETO 11lI1 :ro 83

La dinámica tubárica se basa en la actividad de las musculaturas intrinseca y extrínseca , que consiguen vencer la fuerza elástica de la trompa cartilaginosa y la tensión superficial de las paredes tubáricas. Para facilitar la apertura, las células cali· ciformes del epitelio respiratorio segregan una sustancia ten so-activa, cuya misión es disminuir la tensión superficial que se crea entre las paredes mucosas. El epitelio no es el mismo en toda su superficie interna. Del epitelio de la porción ósea, delgado y pobre en glándulas como en el oído medio, se pasa al resistente epitelio de la trompa cartilaginosa, rico en células ciliadas , caliciformes y estructuras linfáticas, como la rinofaringe (nas.ofaringe) y las fosas nasales. Esta diferencia entre los tramos permi te un adecuado y óptimo enlace entre los sistemas auricular y respiratorio. La diná· mica de la trompa de Eustaquio depende de la acción de los músculos que actúan exclusivamente sobre la trompa cart ilaginosa, la única porción móvil. Los músculos i ntrínsecos abren y cierran el orificio tubárico, mientras otros músculos accesorios refuerzan la acción de manera ind irecta , pues la trompa mantiene relaciones tanto anatómicas como funcionales con las estructuras adyacentes. Los ejercicios de gimnasia tubárica - mandibulares. linguales. velares o mixtos(ilustrados en el Capítulo 7) tienen la finalidad de promover un uso correcto tanto de la mandíbula y la lengua como del velo del paladar, que favorezca la apertura de las trompas de Eustaquio y mejore la compensación. Se trata de movimientos simples que ayudan al control de las estructuras implicadas en tales maniobras. los funciones tubóricos

las trompas de Eustaquio tienen como objetivo garantizar la máxima operatividad y segur idad a las estructuras del oído medio, o sea, la cadena osicular y la membrana t impánica. Desempeñan tres importantes funciones: •

función de aireación o ventilación : por medio de la apertura periódica activa, la trompa asegura a las cavidades oto masto ideas un adecuado aporte de aire, para que sobre las dos caras de la membrana timpánica se mantenga un equilibrio de presión constante, coincidente con la presión externa. Esto asegura la movilidad requerida por el sistema tímpano·osícular y, en consecuencia, una fiel transmisión mecánica del estímulo sonoro. La función de aireación se resiente con cambios posturales o de presión . Variaciones bruscas de la presión externa (despegue y aterrizaje en avión , descensos subacuáticos, saltos, viajes en funicular... ) provocan la retracción de la membrana y causan sensaciones de obstruc· ción o fastidio y, en el caso de flogosis de la caja del tímpano, dolor. En ausencia de patología, la situación se resuelve con la apertura activa de la trompa - manio· bra de compensación- o con un mecanismo pasivo inducido por diferencias de presión superiores a 1S mmHg.



Función de defensa o protección: protege el oído med io de cualquier agente químico, físico o biológico que, alcanzada la caja del tímpano , pudiera alterar su

funcionalidad. los tejidos que la componen y los adyacentes faríngeos están preparados para activar defensas inmunológicas contra los agentes patógenos ya conocidos por el organismo. La producción de secreciones ricas en enzimas bacteriolíticas constituye su barrera de defensa. Existen, además, factores mecánicos que configuran un verdadero obstáculo a la hora de remontar la trompa : el contacto superficial casi permanente de las paredes tubáricas y un mecanismo a válvula por el cual hay una mayor resistencia al movimiento de flujo aéreo hacia el oido medio que hacia la nasofaringe.



Función de drenaje: limpia el canal tub~rico de secreciones excesivas y libera la caja del timpano de vertidos de residuos patológicos. El drenaje se produce gracias a los movimientos sincronizados de los cilios vibrátiles, en los que es rica la trompa cartilaginosa en dirección a la nasofaringe.

PREVENCiÓN E HIGIENE La actividad óptima de las trompas de Eustaquio depende de la perfecta integridad y

Nariz

tonicidad de todas las estructuras que componen el área rinofaringeotubárica que, directa o indirectamente, intervienen en la mecánica de la trompa. Estas estructuras deben entrenarse y cuidarse con constancia. La profilaxis y la limpieza de las vías nasales son factores esenciales para la inte gridad del orificio tubárico, colocado en la pared lateral de la nasofaringe en correspondencia con la cola del cornete inferior_ Una respiración preferentemente oral excluye esta zona del paso de aire proveniente del ambiente externo. En consecuencia, virus y bacterias pueden colonizarla sin ser estorbados, representando asi una fuente patógena peligrosa para el oído medio y la trompa misma. Se sabe que flogosis agudas y crónicas actúan sobre la mucosa respiratoria, volviéndola edematosa y espesa, y que esto, a su vez, obstaculiza de forma mecánica la apertura de las trompas haciendo imposible la compensación. Es, por tanto, aconsejable emplear la respiración nasal que permita bonificar la mucosa, eliminar agentes patógenos peligrosos y favorecer la actividad tubárica. Por el mismo motivo, la nariz debe estar siempre limpia. Parece suficiente sonarse unas diez veces al día, aún en ausencia de resfriado o alergia, para eliminar eventuales residuos procedentes del distrito auricular y de los senos paranasales_ Es importante subrayar que sorber por la nariz es contraproducente para el orificio tubárico; se crea un brusco juego de presiones que, a la larga, puede volver laxos e hipomóviles los tejidos que constituyen y circundan el orificio mismo, con la consecuente alteración de la tonicidad, de la elasticidad y de la correcta actividad de esta zona. Además de la simple atención diaria, existen otros cuidados a practicar. La terapia far-

l a limpieza de lo nariz

macológica preventiva cuenta con gotas y sprays que favorecen la profilaxis de las vias respiratorias y mejoran eventuales obstrucciones nasofaríngeas. Se trata de sol u-

85

ciones fisiológicas que lavan los conductos. Se pueden aplicar implicando a la p.ar las dos fosas nasales (moviendo la cabeza el líquido entra por un orificio de la nariz y sale por el otro) o solamente una (el liquido recorre un solo orificio). Quien practica yoga es pos ible que conozca la expresión yola neO, que traducida del sánscrito significa '< ducha nasal,.. Aconsejada antes de empezar los ejercicios respiratorios, lava y purifica la nariz. Cada dia inhalamos unos 8.000 l de aire que dejan retenidas muchas particulas; la finalidad de yola rleti es higienizar la nariz, que según los maestros de yoga es una verdadera antena de

prano, capaz de absorber la energía presente en el

aire (véase Capitulo 4). Para los occidentales, los lavados nasales han demostrado ser muy útiles sea con finalidad preventiva o curativa. En particular, las terapias termales se sirven de aguas y vapores minerales, en espeCial , de tipo sulfúreo, sulfuroso y de sales de bromo y yodo. Es un tratamiento recomendable en los períodos primaveral y estival. Las terapias más indicadas son: aerosol nasal, insuflaciones, inhalaciones, técnica de Politzer y lavados nasales . Limpieza de oídos

La única zona alcanzable de forma directa es el oído externo. Como para la nariz, proponemos algunos buenos hábitos. El conducto auditivo debe estar siempre libre y limpio. Normalmente, el oído se limpia solo, portando los detritos de cerumen y celulares hacia el exterior del conducto mismo, de donde es fácil extraerlos. El uso de bastoncillos está desaconsejado, pues suele producir el efecto opuesto de empujar los residuos y comprimirlos al término del conducto. Así, es fácil que se forme un tapón de cerumen que puede extraerse sólo con la ayuda de un médico, quien utiliza una jeringuilla sin aguja cargada de agua a temperatura ambiente para extraerlo; el agua es empujada en el conducto y provoca la salida del tapón. Para eventualidades más banales y frecuentes , como residuos ceruminosos secos, granos o costras dentro del conducto, aconsejamos aplicar emplastes locales con agua templada esterilizada y esperar la resolución espontánea. La temperatura del agua es fundamental; cuanto más se aleja de la temperatura corporal, más proclive será al movimiento de los líquidos del oído interno , que afectados podrían dañar las células nerviosas y provocar vértigos temporales. Cuando nos encontramos en el agua, los tapones especiales «Proplug" de fabricación americana responden a este problema , aislando los tímpanos del frío a la par que garantizan la comunicación con el ambiente externo , lo que permite la compensación. Por lo que respecta al oído medio , la única cosa que se puede hacer es asegurar la limpieza y el bienestar a través de una constante actividad tubárica. Por ello , aconsejamos la gimnasia tubárica y el consumo frecuente de chicles y caramelos, pues masticación y deglución solic itan la intervención espontánea de las trompas de Eustaquio. El oído med io, además, obtiene gran beneficio de la terapia termal de la insuflación, en la cual está directamente implicado. Consiste en dirigir los vapores termales benéficos del orificio tubárico a la caja del tímpano.

86

En caso de inflamación aguda y recurrente del oído sería oportuno dirigirse al médico especialista, para eliminar la fuente patógena y el riesgo de hacerla degenerar en una patología crónica.

LOS TAPONES DOC5 PROPLUG Se Ira/a de lopol/es (tl/otómicos fabricados para las necesidades de los submaril/islas. 1:.'" dos l'erSiOfws. dí'f-echa e i:.qllierda. se adaptal/ pí'/fi'cIWllf'l/le al cOl/dl/clo al/di/im e.,temo (CA!!.). Por ('~'/a m::.!JII sr IIfl('rl/ de distilllas f//f'didas. Un peque/io orificio. la 1I01/lada /,á/Pllla de S('oll. pl'l"/l/ile mOl/lener en eqllilibrio la presiól/ el/he la parle il/le/'m/ .r ('.l'l rI'110 drl rOl/dllcto.

VÁLVULA

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ESIOS lapones ga/'{lllli:.on la ({¡cacia ele 1(1 compensación. pero 011/1hlll la ci,.mlaciólI de agua q/U' enfría el tímpano y el condllclo. e.llJollielldo (1 fas o/'f')"as (1 dit'ersas patolo{!íos. COfllO la otitis. En por/irlllor. 1II(1II1('//{'/'lo lempem/lllYl corpo/nl eTl el e/islrilo timpá"ico jetl'orece lo sel/sibilidlUl de/límpal/o a la presión y (l lo CO/llpe!/Soc/ólI.

CONmOLES PEI\IÓDICOS Quienes practican regularmente la inmersión, tanto para la competición como para el divertimento, exponen los oídos a condiciones extremas, tanto que sugerimos seguir reconocimientos médicos periódicos, muy simples pero importantes. No cabe duda de que estos controles se vuelven necesarios cuando se verifican molestias auriculares durante o después de la inmersión. Los exámenes instrumentales de rutina no son dolorosos; simplemente, estudian la funcionalidad y la integridad de las estructuras del oído. Consiste en la observación directa de la membrana timpánica. En ausencia de pato-

Oroscopia direcra

logia aparece lisa, de perfil un iforme, de color nacarado y translúcida; en transparencia debe ser visible el martillo y la luz del otoscopio debe reflejarse sobre el tim pano, creando un triángulo luminoso en la parte inferior. En caso de afección, estas características desaparecen, presentándose los distintos cuadros patológicos.

87

Trián,culo IUlllilltho 9mm

Audiometrío tonol

la audiometría tonal permite evaluar en términos cual itativos (Hz) V cuantitativos (d8) una eventual caída auditiva de tipo transmisivo o nervioso. El examen tiene lugar en una cabina insonorizada V el paciente recibe, por cascos, estimulas sonoros de variada intensidad y frecuencia. El gráfico resultante, el audiograma, tiene en el eje de abscisas la frecuencia en Hz V en el eje de ordenadas la intensidad en dB (figs. A y B,

pág. 89).

la impedanciomerría

La impedanciometría es una evaluación objetiva de la movilidad V, por tanto, de la funcionalidad del sistema timpano-osicular. No requiere ninguna colaboración por parte del paciente salvo su inmovilidad durante la ejecución. La prueba la componen la búsqueda del reflejo estapediano (relativo al estribo) V la timpanometria, o medición de la elasticidad de la membrana. En ambas pruebas se utiliza la sonda impe-

. VICI transmisiva

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88

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danciométrica, que vierte en el conducto auditivo externo presión aérea y estímulos

sonoros para, simultáneamente. recoger 105 efectos producidos. La timpanometría, representada gráficamente con el timpanograma (fjg.

(l, indaga el

Tlmponomerrío

efecto de las variaciones de presión en la movilidad del sistema de transmisión. la sonda impedanciométrica expulsa una presión aérea comprendida entre

+/-

200

mmHzO (se puede llegar a valores de +/- 400 mmH 20). El flujo de presión provoca la máxima flexibilidad, Y, por tanto, la mínima impedancia , si el sistema de transmisión está libre y funcionando; encuentra un nivel de resistencia creciente al crecer la rigidez del sistema mismo_ los valores normales oscilan entre 0,5 cm de ai re en niveles de presión de

+/- so

mmH 20 .

En el diagrama de la Figura

e distinguimos:

Curva tipo A: timpanograma normal. Curva tipo B: timpanograma plano. El pico está ausente y los valores de

com-

pliance (eje de ordenadas) son iguales en toda la gama de presiones . El oído medio está completamente ocupado por líqu ido que reduce la correcta movilidad del sistema tímpano-osicular; típico cuadro de otitis media serosa y seromucosa.

Curva tipo C: el pico se mueve sobre va lores de presión negativos «SO mmH 20). Esto es signo de disfuncionalidad tubárica, que deriva de una depresión en el interior de la caja del tímpano con la consecuente retracc ión de la membrana. En presencia de una membrana timpanica intacta existen dos simple s manio-

89

J

bras que permiten evaluar la funcionalidad tubárica a través de la timpanometría. Son las pruebas de venti lación forzada que normalmente se ejecutan una detrás de otra.

Maniobra de Valsalva! el paciente exhala forzadamente por la nariz tapada y el aire se desvía a las trompas. Si la trompa funciona, el pico se mueve hacia valores de presión positivos; si está bloqueada, el píco permanece en la misma posición (fig. O).

Maniobra de Toynbee: el paciente, con la boca cerrada y la nariz tapada, debe deglutir tres veces seguidas. Esta maniobra provoca el efecto contrario a la anterior, el pico se mueve hacia valores de presión negativos (fig. D). Una trompa hipomóvil o bloqueada impipe la ejecución y altera la configuración del timpanograma.

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Los senos faciales

Los senos son las cavidades de los huesos de la cara, recubiertos de mucosa y en comunicación con las cavidades nasales a través de numerosos canales. La campen· sación de los senos faciales no comporta nil1gún problema, por cuanto, en contacto directo con las vías aéreas superiores, la equiparación con la presión externa sucede ~

espontáneamente. Aún así, el submarinista debe prestar atención en caso de con· gestión de las mucosas causada por procesos.lnflamatorios como sinusitis o resfria· do. La abundancia de secreciones que se verifica en estos casos puede determinar la obstrucción de los canales de comunicación con las cavidades nasales y crear pro· blemas de compensación durante el descenso. Si el aumento de la presión externa no se equilibra con el paso natural de aire, en los senos se crea una depresión que actúa como fuerza aspirante, reclamando sangre de los capilares. Se deriva una inflamación

90

de las mucosas hasta provocar dolor intenso, con frecuencia asociado a rotura de capilares y a epistaxis o pérd ida de sang re por la nariz. Puede suceder, aunque muy raramente, que una pequeña burbuja de aire, aprisiona-

Dienres

da en una caries o bajo un empaste mal reconstruido, pueda comprimir la pulpa den tal con el aumento de la presión y provoque dolor.

91

SEGUNDA PARTE

EL ARTE DE NO RESPIRAR

,

CAPíTULO 4

RESPIRAR Y RELAJARSE

l mejor modo de prepararse para un chapuzón en lo profundo o para sencilla-

E

mente permanecer sumergidos en el agua largo rato es aprender a respirar y a

relajarse. Hasta hace pocos decenios dominaba una corriente. que para simplificar

llamaremos «apnea de fuerza», que utilizaba una serie de técnicas «inhibitoriaslt cuyo fin era forzar el organismo más allá de sus limites. la hiperventilación, un recurso insuficiente además de peligroso del que hablaremos más adelante , es hija de este

modo de entender la apnea. El primero que rompió con estas costumbres fue Jaeques

Mayol. El apneísta fran cés adoptó métodos de relajación y de respiración tomados de ant iguas disciplinas orientales, yoga sobre todo, y de su versión occidental izada, el entrenamiento autógeno y el entrenamiento mental. Mayol abrió una nueva corriente de pensamiento, oponiendo a la apnea de fuerza, la de relajam ie nto. Esto significó para muchos una mutación radical de sus entrenamientos y 105 resultados , incluso en competición , no se hicieron esperar. En este capitulo hemos intentado resumir las motivacio nes fi siológ icas que nos ponen a favor de la apnea de relajamiento y proponemos una serie de método s yejercicios para aprender a trabajar sobre el cuerpo y la mente. Hablaremos de estrés, ansia y aburrimiento, y de los riesgos y ventajas que estos estados fisiológicos alterados suponen para el apneísta. Para alejar toda posibilidad de estrés trataremos de alcanzar, a través de las técnicas de respiración y relajación, aquella tranquilidad necesaria para tener experiencias positivas o una apnea que produzca placer, bienestar y alegría. Basta pensar en cómo pasa el tiempo durante la estática, para entender que los límites son primero mentales y luego , físicos. Hay que creerlo primero y, antes o después, llegaremos a hacer aquello que nunca habíamos logrado. Participar en un curso de apnea puede ayudar a un cambio personal en la manera de valorar los propios recursos , desde la perspectiva de obtener resultados concretos en este deporte e, incluso, en la vida de todos los días.

4.1

ESTRtS. ANSIA y A[)URRIMIENTO

El ansia es un sentimiento que surge de forma automática en situaciones que la persona considera problemáticas o potencialmente peligrosas. Al principio se desata una C).')

¿QU~ LE SUCEDE A NUESTRO ORGANISMO CUANDO ESTAMOS ANSIOSOS?

Vasoconsrricci6n : Es('o$a Q.rigrllaáón de los /eji(/os, Lel/la pr()f";s;ól/ de o,l'Ígello por p arle de lor/m; los lejidos. l'a/'oreCí' /111 (l1I1I/l'1I10 dp las ¡mlsaciol/es del com:'ó". Conrrocciones musculares y arritmia cardíaca : Serial de 11101 fi If/C;QII(ulI;el/l o cordíaco que se presento bajo

n/rias fomj(j .~. En gel/eral. I"í'duce el aporte cardíaco y contribuye a 11//(1 forma de m ,wrollslllcÚÓII. HipoxiO: {(II'('w ia grflf1m! dr o,l'Íg('IIO. LlC/'(l a /ll/a /lx/ucciólI de 1(18 filll riol/e$ del orgal/ismo .r ¡a/'orere el (//11//1'1110

r!r las ,)///Jmrio ll (,.~ del CUro;;ÓlI.

Anesresia muscular: E,~ rrw,mdo por /1/1 es/(alo de olls/N/ar!. U el'o a /'01/ l/l/O 6('1"/0 $"",Wl'ióu de impolf>lIcia ¡¡sica)" de /l/ofeslo/' gf'flf'rol. Dificulrad respiraroriO : Los /'.~I(ldos de ('0/1 !fY'("IIl' IIr/a

/111(1

/iIl/IIQr''-Ó'' d(' In actil'idad flIllScl/lar

1/('galil'Os I/CI'(III a 1/11 (jI/III('/llu de lo I'el/tilacióu .H' e.l]Jerimellto dificullad a{ respirar y s('lI s(lcióll de ahogo. állill/o

Vómiro, diarrea, acidez: La (/Ilsirdad pllede producir cO/l seClle//cios en lípicas 1I/(lIIlfe.~ I(l eioll eS de {o I/(;IIS('O

sill

beucficios.

el (¡paralO gas/roinles/illa' eOIl las

.r de Jo acide=. ¡::.s'os Iraslomos. (/ Sil I'l' =. cOl/(liáormll lIegalimlllelll e los

lIparu/o.f circlllatorio y 1Il'lI romll.s('lIlar COII 111/0 reacción ('/1 c"dello. reacción positiva que prepa ra al ind ividuo ante la situación ; un estado de alerta que mejora las condiciones de base, que se activa para afrontar la amenaza. Cada persona reacciona de modo diferente a los estímulos, depend iendo de muchos factores : ambiente familiar, experiencias precedentes , etc . En consecuencia, cada individuo tiene un umbral de tolerancia y las situaciones que uno s perciben como problemáticas o dañinas no lo son para otros . Si el estimulo es valorado como peligroso reaccionamos implicando los sistemas nervioso y endocrino, que preparan a la persona para el ataque o la huida. Si el estimu lo que recibe la persona tiene un grado óptimo , la activación será óptima y la prestación otro tanto ; si es excesivo, la activación también lo será, y la prestación no hará má s que decrecer. El síndrome de ataque o fuga comporta un aumento de la producción y la libe · ración de numerosas sustancias , entre las cuales desempeñan un papel fundamental la adrenalina y la noradrenalina, secretadas por la médula suprarrenal. la nor· adrenalina incrementa la frecuencia y la fuerza de las pu lsaciones, facilitando la respiración en cuanto provoca la dilatación de los bronquios , elevando los niveles de vigilancia y atención . Todo esto lleva al sujeto a la zona de activación óptima. Pero los efectos producidos por estas sustancias no son ún icamente pos itivos, pueden también dar lugar a una inh ibición de los procesos cognit ivos a favor de aquéllos emocionales, ligados a la actividad de las partes más ancestrales de nuestro cerebro, el tronco cerebral y el sistema límbico. Si el ansia se prolonga, desencadena el estrés o estado de tensión permanente . El sujeto está en estado de alarma , con sume mucha más energía y sus prestaciones ,

')6

fisicas y mentales, se vuelven cada vez más débiles. El aburrimiento es una causa de estrés para el organismo, en el cual domina la repetición, la rutina de lo ya hecho, de lo ya visto, de lo poco interesante, monótono, gris. En este caso, la activación no llega al nivel óptimo, el sujeto no obtiene resultados y la mente se separa de la situación sin reaccionar. Para un atleta puede tratarse de un entrenamiento repetitivo; el efecto será una pérdida de la atención, con la consecuente reducción del rendimiento.

1-

E. Mc Grath ha definido el estrés como «resultado del desequilib rio ent re

demandas requeridas al individuo y capacidad del mismo de r esponder a tales demandas». Podríamos decir que t?dos vivimos cada día un cierto nivel de estrés, que puede ser positivo porque nos advierte de un peligro, de un problema que resolver. Ciertos factores pueden cambiar un estrés positivo en uno negativo. Estos factores son la posibilidad de elección, el grado de control y la capac idad de anticipar las consecuencias. Es una experiencia común que la imposición de un problema genera tensión o est rés

Posibilid a d de elección

negativo . Y al contrario, elegir planteárselo valorando la propia capacidad y la decisión de resolverlo produce un estrés posit iv o. En apnea estática, por ejemplo, se podría dar el caso del compañero que declara: « ... Hoy debes hacer 4 minutos», cuando nuestra mejor marca es de 3 min 30 s; el estrés inducido por esta elección será

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('.(Iudo di' oh'rlf/. I~' 1,1111111/(/(10 símlrOll1t' di- o/m/lIt' 11 fiw;a.

97

CONOCER EL ESTRÉS PARA EVITARLO

lo causa del estrés E.~ illlpOrftll/fl'

las ('(/lisas qlle p',U'ml/ el eslrPs pom adra/ido (ll/ l es de qut' progrese y f/(!I'e al púnico o/ opl/píSf(t, qm' l/O lo r(!rOI/(lcr (lClI'Jolla de l'.rperiellclO,l" de prrpl/el' bllí.'· nos resultados y I'il'ir esla e.lper/(>llcio .~e el/cOl/tra· ba ell la blísqlll'da interior. la inlrospec,ióll. la I'uella o lo.s ol'Íl!elles. hacer de /lila , disl'I;J!illa d('po,.,i/'(I 111111 disn;J/ifln de la lIIen/e.

I.. u mllllm occidental. dunde impera /a .wpa· ración en/re (,lIe'7Jo y /l/ell/e, 110 ofrecía a .l/ayol /l/é/odos apropiados: /u/'o que l'('l'/lrr;r a las (III/i· I!uas ('Idtllm ,~ o/'ielllales ('1/ las ('lIoles {'spí,.il" y

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paquel('s elU'rgéticos ell UII ('stado casi puro, COII 1m; qlU' Sí' prodllce UII. lIoll/élllo,~/o, lIIetabolis/l/o de la !'Ieclricidod. El orgal/islI/o absorbe (.Ji'C/riÓ· dad d(' la olmósfera, la IIIil;=l' sin IllIber profill/{Ii::o·

lérm;,/O etwrp:ío e.I]JI'csa 1111 cOI/l'epto menos I'(/sIO y mI/ellO I/Iá.s II/uleriol, POfYI 1111 )'ogui ellJ(>fI,m·

do. estudiado .r entendido la cU(/UI'O q'w lo ha geneme/o. Sin emhal'go. podemos /Iludo,. olgllnas

II/ielllo II/islllo es liria forlllo ~'/ltil de prnnn, ¡:;¡ pnwa (',ds/e ('1/ el "ire. en ('/ rtlif//ellto. e1l el U{llta.

jOl'/l/os y ('OI/replos úase adoplándolos o nl/eslra cullum. hóbi/os de rido .1: por supuesto. (1 filies· tras e.ni:,rellcias deportif'as. Los )"oguis dedicafl mucho a/(>IU'ión al cuidado de la I/ari:.. con~;de·

cllelpo SOfl comprefldidos ('OI!i"lllOlllenle y reulli· dos o lf'(lI·é~' de técnicas particulares de respim·

en la 111:: del sol. No es 11; o.l'Ígello 11; nitrógeno. "i r/(a/l/if/as "i ('alar, El aire. el agua. los a/iIlU'II/oS. In (u::. solar ('Olldlu'ell el pnl1lH del qlw depellde cualquier II;JO de rida onill/o/ o /'egelol . .r éSle pef/('Im ell todo el cl/elpo. ille/IISO allí donde l4 aire 110 pl/ed(' /legru: Es I//I('slra I'('rdodero "u/,.,'· ción. porque sil/ ello /la es posibl(' rida alguna, /:,'/

ma l 0p'lII/(lII o e.5le objetlt'o. Tradlicir prnnnyanlll

roda COII/O 111/0 alllt'lIa prúuirYI. cuidado que debería ('Ol/I'(','lirse en costulflbre entre los aplll'i.~. las. El ('lIsal/(:l/(/mielllo de tri nariz modifico Sil forma de ('/l/bue/o )' g uío l'I aire il/spimdo han'a =.orulS de lasfo.ws I/asales dOllde (as /ermiuoct'OIl('S

111

lter"iosas .WI/ más IIIIII/t'rosas. allí donde el yo/{ui .sillía IllIe.~/ro pril/Cliwl insll'l/l1/('nio fisiológiro para copIar el P'·IIl Ul. ('ollriel/{'. por 101/10. enlreliarse durafl/(' los ('jerriáos ('11 inspirar ensane/fOl/do {a.~ ol('los de la lIariz para jacorerer el paso (/(,{ oin' jn',H·o .. I/ejorándola. e$la capacidad beneficiará la illdispel/sou/¡' ('ol/Cl'",mció" melltal ,múre (,1 proC('SO respimlorio. Para los q/le prefierell las cer/(:::'08 de la jisiolop;ía, será tÍlil COI/O('('I' la 10('alizrwiólI de los cel/Ims o(((l/il'os del Súl('1I/0 l/('rl'loso c(,l/lral. EII el f'/Ir.W de fa eroluclól/. nll('s/ro cer('uro se ha agral/dado como 11110 ciudad que {'rece, Ilablemos de la par/e histórica, la ciudad anliguo qlle engloba los (ffl/i~//Os borrios o el cerebro reptil o primiliro. la p(t!eocor/c:;a. IAlego. rill'lIIos ('/ eflsOflrhr> de lo dudad o la lI('o,or/('::.a (·('reÚral. Las /erllliI/aclolles /wl'I'iosas sellsiúilísillltu que lopi.zan lo par/e dondl' e.~tá si/l/oda pI apara/o o/folim están en directo relación COII la ciudad ,.jeja. o ('011 aqllella parle d(,l f'1'reúro. scd(' de lo.~ ¡I/slifl/os. heredada de I//W.~tro,~ lIIá.s lejwlos wl/epasrdos. Por río /'('flejo 10('(/fIlOS ('1 ('(','('61'0 I'isCl'ml)i por cOllúglliellle, órgallos la/e.~ ('OIllU el cora::.ón. los I'OSO.~ SOf/{!/IíIH'os. la I'('ii~a. d i/l/estillo y la /'eúculo bifior: A Inl/,és di' o/ras cunexiolles illfluencia//los lalllbiéll la ¡1I/)ófiSÚ y el ¡/lIJo/álamo, que /i('lIell .H,d,. ('1/ (>/ ("('/'f'uro p,.imi/il'o; de esle /l/oda, estinllllofllo,~ eOIl las hormollos lodo el sis/emo C'l1docrino, ('1 /Jislelf/o l/el'l'ioso químico. Dada la impar/oficia de lo ('elY'(lfIía elllre sede o/folira .r paleocor/e::.a ('S opor/I/llo j(lIui/¡ori:;arIlOs eDil la jisionomía de lo 1101'1:. y, ell par/icular. /0 conjO/'marión oerodil/(ímica de las /'Íos i"lemas. I.ÁI corrienle de aif'(' qfU' pelletra se sllódiride. en cada josa. ell II'('s corredores. t.11 la reglón o/fatil'o. si/uoda ('/1 la e//l/a di' la clÍpula nasal. el aire i/lrierle fa dlf'('c('/ó" de/flujo y entra en con/aclo con

112

las :.ol/a,~ ('opa('('.~ de pacibir los %res. DI la respimción norlf/al. sólo /lila pequeijo par/e del rolu/l/en de ail'(' i"holado /'0 a /,0::'0,.10 :.olla O/fOI¡'·lf. Para (111111('1110" la eficacia de los ejercicios respiralor;os ('S illdi.~p(.'lIsabl(' dirigir consáentemel/te el 0;''(' hacia ('s/as zonas. Por ejemplo. podell/os Imaginar oh'rlll/o rosa r11ll'(fllt(> fa respiración, .\0 es por casl/afidad qm' el il/ciellso sca lIIuy empleado ya ql/P, IJ('/'jllll/al/do e/ oi/'('. eslil/lulo el cenlro olfallm. /a/'or('c/elldo aqlle//oó' parlcs sen.úbles ql/f' ('01)//11'(1/1 e/ pl'll ll a, /)esl)//(:s de esla dl'scl'liJc/ón de lo fI(tri::.. ql/e hClllos dlfi/lido ('OfllO «Wlt(,flfI pránico». Intel/temas el/il'lIder ql/é dl'slil/o tielle el pl'ana )' a tmrés dl> qué ríos plll'dl' ser disiribuido en el 01'gm'¡slllo. SeglÍlI la (fI/(//olllía yóguica. Ilupslro rlll''7)O ('S atmresodo por lII/O densa red de 72.000 lIadi. q/le ('1/ sáll,~('r¡'o q"i('re di>cir tubo. Siguieudo algullo.5 tradie/ol/es. estos nad i se CI'lI:.(1II IlltÍltiples 1'('("l'S ('// .nI ('0"';/10 hacia lo por·,e uaja di> la ('011/111110 I'erfl,/Jral. a/ruresaudo en Sll recorrido algllllos ¡Jlllllos eslmlégicos enlre los principales c huk(,l'll, /) ascellsu o el¡iempo lulal de ¡f/flwf'sió". La I'elon'dud óplilila (' /)' de I III/S. lu (/"e ,1/80 la 11101/1 i('l1e mi aleleo lIIás

(,elajae/u /1((.1'1(1 a!cal/zo/' el 60% d(~ lo. pro/flndidad,

(wle

e/I

11/01/1(>11101'11

(,1 qm>108 pi('l'I/os se parall y se pro-

('oída IifH'(', (ldop/(J/Ido /lila POÚf'iÚII que (~, w/{, a 0l)fu/'f'char la /'f,lon'dad odqflirida.

2. Hidrodinómico del cuerpo I~a po:úciún I/'//so d(, la co!J('=.a. (,1 bra=.o d(' la ('OIllIJ('I/.'iarióll ('11 POSI(';(J1/ ;//correrlo

Capílulo 9). el

('//(' '1)0

flnlfl('ado. las p;emas oH'parados

.WII

(I'éase

l odos jrwlol'es que ofrecen I1'S;slel/-

ela al afIlia .1' l'('dll{'('1I la ou'le/'ociólI del desn'lIso. Iprol'('('hol' al

lIIá.t'I·1II0

lo ('oído Ir'bre supone

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0. Losrre Lilas/re deterfl/il/a la diMl'ilmción d('1 esfuer=.o. ,...;¡ es ('/(' I'odulol'o/'('('('/o /'('Ioúdod de bojada pero sl/pol/drá

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4 . Calidad del aguo La del/sidod del agua ('1/

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6.0

FORMAS DE ALETEAR

Hacer un recorrido aleteando de espaldas es divertido. La velocidad que se puede alcanzar resulta emocionante para el neófito, aunque podría ilusionarlo V distraerlo de la atención por controlar el gesto. Esto sirve para decir, en suma, que un aleteo incorrecto pro· duce una propulsión satisfactoria. El alumno que adopta distintos modos de aletear experimenta sistemas de propulsión diferentes en los que se emplean grupos musculares variados_ Es una experiencia motriz fantástica porque tiende a reequilibrar el empeño muscular, sob~e todo en los sujetos con escasa experiencia. Al principio, aletear en posiciones distintas puede ser útil para impostar bien los movimientos y no cometer errores o, por lo menos, para adquirir la sensibilidad que facilita la autocorrección. Después será indispensable para un desarrollo adecuado de las diferentes masas musculares y poder estructurar un buen entrenamiento. En concreto, cambiar de posición en el agua implica utilizar grupos musculares diversos y favorecer la relajación de aquéllos utilizados previamente. Además, los cambios de posición sensibilizan ante los distintos estados de equilibrio V percepción que las posiciones provocan, y procuran una conciencia más refinada de la propia acción. En definitiva, utilizar diferentes formas de aleteo para grandes desplazamientos en superficie, implicando así diferentes gru· pos musculares, evita el agotamiento fisico y se mejora la seguridad.

Aleteo verricol

La posición que se asume para este ejercicio es erecta; la amplitud no cambia mucho y el ritmo es lento. Las primeras veces es dificil que el aleteo sea simétrico, por ello con la oposición de las manos el alumno permanecerá en la dirección fijada. Con el tiempo los haces musculares que controlan el movimiento estarán entrenados y la acción sera correcta. Entonces se podrá utilizar un lastre oportuno para que el gesto técnico se vuelva más eficaz. Dos consejos para evitar los errores más comunes: cuando la pierna retrocede, el pie debe mantenerse en extensi~m; cuando la pierna se adelanta, la rodilla no debe doblarse en exceso. Un desplazamiento en superficie es índice de asimetría en la acción.

Aleteo en superficie

Se trata de aletear en decúbito prono (boca abajo) con los brazos extendidos hacia delante y las palmas de las manos hacia abajo. El cuerpo no está relajado, sino ligera-

152

mente arqueado a la altura de las lumbares ya que el aleteo, si es correcto, hace resbalar el busto sobre un plano diagonal respecto al del agua, lo cual permite la respiración_ Si la posición no es perfecta, la boca no emerge para respirar y la ejecución resulta imposible. Además, con frecuencia, las aletas sobresalen del agua y hacen que se pierda la propulsión. Para mejorar la posición del cuerpo es muy útil mantener las manos sobre los riñones, aferrando las muñecas y, forzando al máximo, arquearse hacia detrás para aproximar los codos lo máximo pasible. Al mismo tiempo, hay que llevar la cabeza hacia arriba (hiperextensión) como si quisiéramos mirar el cielo. Este ejercicio extenuante se practicará en breves distancias para aprender el punto justo de hundimiento de las aletas. Una vez conquistada la posición, se pasará a la postura con los brazos extendidos hacia delante y la cabeza mirando al fondo, que es la forma común de aletear en superfi· cie cuando se usan la máscara y el tubo. En esta posición la cara emerge vuelta hacia arriba, por lo que resulta fácil respirar. Es

Alereo de espaldas

ventajosa porque favorece un relajamiento general del cuerpo, que reposa sobre el agua sostenido por la flotación. Aleteando de espaldas, el cuerpo mantiene una posición más natural y facilita la constante inmersión de las aletas. Permite relajar la musculatura cansada y, con frecuencia, nos socorre en los desplazamientos de larga distancia. La cabeza, como siempre, actúa de timón de profundidad. Llevando el mentón hacia el pecho, las piernas se hundirán y el aleteo podrá ampliarse. Cuidado con exagerar porque de la posición correcta en diagonal se tiende sin advertirlo a la posición vertical, volviendo mayor la resistencia del agua y menor el deslizamiento. Si por el contrario llevamos la cabeza hacia atrás, las aletas tenderán a salir del ag ua. Un punto de referencia óptimo para verificar la correcta ejecución es el remolino que las aletas dejan en la superficie cuando despuntan sin llegar a emerger. Las manos, apoyadas sobre los muslos , pueden acompañar el movimiento de las piernas y sentir la amplitud y el ritmo. Cuidado con encajar en demasía la cabeza entre los hombros; esto causa una contracción inútil.

153



Alereo de lodo

Resulta una posición muy relajante, aunque para respirar haya que girar levemente la

cabeza. De lado se trabaja sobre un plano casi paralelo a la superficie , (osa que permite un aleteo sin límites de amplitud , con las aletas sumergidas sin provocar ruido ni espuma. Tiene la ventaja de permitir mirar en la dirección del desplazamiento o de observar la acción de las extre· midades inferiores para advertir eventuales errores. Un brazo va

extendido hacia delante con la palma de la mano girada hacia aba-

jo y el otro permanece apoyado sobre el costado.

6.4

LOS ERRORES DEL ALETEO

Un buen instructor ayudará a entender el origen del problema y permitirá corregir la acción para favorecer un cambio significat ivo en el modo de manejar las aletas . Es muy importante considerar las propias características antropométricas y no intentar copiar el ejercicio correcto de quien es, por ejemplo, 10 cm mas alto y tiene una estructura muscular muy diferente. Para facilitar la identificación del problema técni co personal hemos reunido los errores en tres grupos de causas: acción de las extre midades inferiores, posición del cuerpo y aletas inadecuadas.

B. A. Errores debidos a la acción incorrecta de las extremidades inferiores 1. 2. 3. 4. S. 6. 7. 8. 9. 10.

Patada demasiado amplia. Pausa en la máxima apertura. Flexión de la cadera hacia delante. Flexión de la pierna hacia la cadera. Extensión de la pierna. Movimiento de ida incompleto. Pie sin extender en la fase de vuelta. Piernas divergentes. Movimiento demasiado estrecho y veloz. Pie valgo.

Errores debidos a la posición del cuerpo 11. 12 . 13. 14. 1S.

Cabeza hiperextendida. Posición arqueada del cuerpo. Cabeza encajada en los hombros. Inversión del balanceo de los hombros. Error de hidrodinámica.

C. Ineficacia de las aletas 16. Calzante ancho. 17. Calzante blando. 18. Falta de canalizaciones laterales. 19. Un ión entre pala y calzame. 20. Ineficacia de la pala.

Analizaremos ahora los errores describiendo primero su dinámica, luego las causas y finalmente sugerimos las correcciones a adoptar.

A. Errores debidos o lo acción incorrecto de los extremidades inferiores 1. Parada demasiada amplia Descri pción:

Apertura inadecuada de las articulaciones inferiores. La articulación coxofemoral (cadera) en la ida está exageradamente flexionada mientras que en el movimiento de retorno está exageradamente hiperextendida.

3

Causas:

Interpretación falsa del avance lento y tranquilo. Quien la ejecuta cree que así la acción tiene más eficacia y estilo. • Acción controlada en demasía que evidencia la tensión de quien maniobra.

Efectos :

• Las piernas abiertas ofrecen mayor resistencia al avance. • Andadura discontinua, en la que se alternan momentos lentos y veloces.

Corrección :

La ejecución veloz del aleteo favorece la sens ibilidad del avance en agua. que es, además , menos amplio. • Adoptar distintas posiciones para controlar la acción de las piernas. Por ejemplo, sobre el lado izquierdo y derecho; en posición supina y sentados.

1.=).5

2. Pauso en la móxima apertura Descripción:

El apneísta efectúa una pausa de tiempo variable al llegar a la máxima apertura. El ritmo se interrumpe y la acción no es continua. Muchas veces este error está asociado a la patada demasiado amplia descrita en el punto anterior.

1

3

Causas:

• Sensación de seguridad y tranquilidad dada por la acción estabi lizadora de las aletas comparable a los alerones de un avión. • Movimiento demasiado controlado que evidencia la tensión de quien lo ejecuta. • Se trata de una asociación equivocada de la pausa de la braza en inmersión.

Efectos:

• las piernas ofrecen mayor resistencia.

• la velocidad se ve reducida por las pausas. • Se alternan momentos veloces y lentos. Corrección:

• Ejecución veloz del aleteo, sin perder el ritmo en la máxima apertura para crear un movimiento con· tinuo. • logrado un aleteo adecuado, reducir progresivamente la velocidad sin alargar la patada.

156

0. Flexión de lo cadera hacia delante Descripción:

En la fase de ida la rodilla se desplaza demasiado y provoca la flexión excesiva de la cadera. la aleta pierde su función porque no desplaza agua.

2

1

3

Causas:

• Poco entrenamiento; tono muscular de los flexore s de la cadera insuficiente. El apneísta acusa la resi stencia del agua sobre la aleta y la evita. • Aletas demasiado duras o largas.

Efectos:

la cadera flexionada hasta los 90 ' adelanta al muslo que desplaza agua hacia delante y frena el avance. En la fase de ida, la parte superior de la pala no lleva agua.

Corrección:

• Aletear en vertical, aumentando poco a poco el lastre. • Adopta r di stintas posturas para controlar la acc ión de las pie rnas. Por ejemplo, sobre el lado dere· cho o izqu ierdo, en pos ición supina , sentados, con la tabla en superficie. • Aletear con las manos sobre los muslos para sentir cómo se dirige hacia delante.

137

4. Flexión de lo pierna hacia lo codera Descripción:

En la fase de vuelta el apneísta dobla la pierna hacia la cadera. El sistema pie-aleta, se cescurre» en el agua evitando la res istencia que ésta ofrece.

2

3

4

~c Causas:

• Poco entrenamiento; tono muscular de los extensores de la cadera insuficiente. El nadador acusa la resistencia del agua y la evita_ • Aletas demasiado largas o duras.

Efectos:

• Ineficacia de la propulsión; la parte posterior de la pala no lleva agua y el ava nce es nulo.

Corrección:

Aletear en vertical , aumentando progresivamente el lastre. Adoptar desplazamientos en distintas posiciones, por ejemplo, sobre el lado izquierdo y derecho, posición supina, sentados, con la tabla en superficie.

5. Extensión de lo pierna Descripción:

El inicio de la fa se de ida es correcto; la extremidad avanza con la rodilla semif]exionada pero el error se verifica en la parte final de la ida cuando la incompleta extensión de la pierna favorece el inicio del movimiento de retorno permitiendo una ligera extensión de la cadera hasta el alineamiento de la rodilla ya en la fase de retorno.

2

4

3

Causas:

• Poco entrenamiento. Tono muscular de los extensores de la pierna insuficiente: cuádriceps femoral débil. Aletas excesivamente duras o largas .

Efectos:

• Ineficacia parcial de la propulsión del movimiento de ida. El deportista acusa la resistenc ia del agua y la evita invirtiendo la acción antes de completarla . • Pérdida del empuje de la parte final del movi miento de ida.

Corrección:

• Potenciación del cuádriceps en el gimnasio: la leg exrention (extensión de la pierna) calibrada entre 10' y 70' aumenta la fuerza del muslo. • Centrar la atención en la contracción del cuádriceps sintie ndo la extensión completa de la pierna. Cuidado con efectuar pausas al final del movi miento.

159

6. Movimiento de ido incompleto Descripción:

El aleteo no es simétrico respecto al plano frontal y se desarrolla exclusivamente en la parte posterior, es decir, hacia atrás. El movimiento de ida es incompleto, la extremidad no supera nunca el plano frontal de referencia, el abdomen, para completar el aleteo. En una posición prona (horizontal boca abajo; aquélla adoptada durante la apnea dinámica) la acción del aleteo será siempre hacia atrás, hacia abajo.

2

4

Causas:

Escasa percepción del movimiento y de la postura. Tensión muscular. En general, se manifiesta en sujetos con poca acuaticidad. Lastre demasiado positivo. • Posición incorrecta del cuerpo, a veces causada por la postura errada de la cabeza, que está demasiado tensa, por lo que el movimiento de hipere xte nsión de las extremidades inferiores, en la fase de regreso, representa la tentativa de corregir la hidrodinámica del cuerpo.

Efectos:

• Postura poco hidrodinám ica del cuerpo. • Postura de avance oblicua, poco hidrod inámica. Poca resistencia a causa de la notable tensión muscular acumulada .

Corrección:

• Traslación en el fondo. • Cambiar el lastre o reducir la cantidad de aire en los pulmones. • En la apnea dinámica, empujar los pies hacia abajo_

160

7. Pie sin exrender en lo fose de vuelTO Descripción:

El pie está en completa flexión, en ángulo recto respecto a la pierna. En general, este error está asociado a la fle xión de la pierna hacia la cadera.

1

2

3

Causas:

• Poca fuerza de la estructura muscular de la pierna. • Fuertes tensiones musculares a cargo de los tibiales anteriores y del pie. • Problemas de la articulación del tobillo, de la rodilla, del muslo. • Atetas con el calzante o la pala demasiado rígida.

Efectos:

• Ineficacia total de la propulsión de las aletas en la fase de vuelta. • Sumado a la correcta aleteada en fase de ida, produce un movimiento rotatorio del busto sobre el eje longitudinal y provoca continuas variaciones de flo tación.

Corrección :

• Aletear velozmente en vertical. • Controlar con la vista la acción del pie. aleteando de lado. • Ejercicios de movilidad articular del tobillo en tierra firme; estiramientos.

161

8. Piemos divergentes Descripción:

las extremidades inferiores no están ni paralelas entre sí ni con el eje del tronco. Divergen también respecto al eje longitudinal del cuerpo.

2

3

Causas:

4

• En general , este error se asocia al pie valgo; las aletas chocan entre sí y se tiende a separar las piernas para que no rocen. • Tensiones musculares en las extremidades inferiores.

Efectos:

• Notable pérdida de energía. la acción, aunque eficaz, no es económica. • Oscilación excesiva del busto. Flotación incorrecta del cuerpo; tensiones musculares asociadas dañinas .

Corrección:

• Sentados sobre el borde de la piscina, aletear controlando la alineación del eje del pie. Potenciar la musculatura de la pierna y del pie. Movi lizar el tobillo. Reforzar la musculatura.

1(¡2

Q. Movimienro demasiado esrrecho y veloz Descripción:

la frecuencia del aleteo es demasiado elevada comprometiendo la economía del desplazamiento .

2

Causas:

• Excesiva tensión emotiva; falta de control sobre la situación.

Efectos:

• Consumo elevado de oxígeno. • Escasa relajación y dificultad para integrarse en el ambie nte.

Corrección:

• Preparar bien la inmersión mentalmente. • Imaginar la ejecución lenta y con una patada amplia. • Co ntrol ar la frecuencia contando.

160

10. Pie va lgo Descripción:

El pie valgo se refleja en las aletas con la unión de la punta de las palas; el eje de éstas no está aline-

ado con el de las extremidades.

Causas:

• Carencia ligamentosa del tobillo y el pie. Escaso tono muscular del tibial anterior y posterior, del peroneo anterior y de los peroneos largo y

corto. • Falta de control de la acción por el uso de aletas con palas demasiado largas , rígidas o sin canali ·

zaciones laterales (véase pág. 173).

Efectos:

Las palas se tocan entre sí y el apneísta tiende a corregir esto separando las rodillas (véase pág. 162).

• El empuje es ineficaz y antieconómieo. Corrección:

• Control activo de la acción. • Aletear de espaldas y observarse. Movilizar los tobillos y potenciar su estructura muscular. • Sentados en el borde de la piscina, aletear comprobando la alineación de los ejes de los pies y de las piernas.

164

ASIMEmlA DE LA ACCIÓN Descripción:

Los errores 3, 4. 5, 6 V 7 pueden manifestarse en un solo lado. a izquierda o a derecha.

Causas:

• Poca fuerza en una de las dos piernas. • Escasa sensibilidad que no permite sentir la diferencia.

• Problemas con las articulaciones: cadera, rodilla. tobillo. • Tensiones musculares en ,la parte derecha o izquierda.

Efectos:

Posición del cuerpo equivocada. • Avance a izquierda o derecha, no en línea recta.

Corrección:

• Aletear en vertical y observar el movimiento.

• Potenciar la musculatura más débil. • Aletear de lado en superficie.

• Relajación analítica de las partes contraídas.

165

o. Errores debidos o la posición del cuerpo 1 1. Cabeza hiperexrendida Descripción:

Como un hombre que en t ierra firme mira la dirección en la que camina, el apneísta en inmersión tien de a mirar el sentido en el que se mueve. Es instintivo; y precisamente por este motivo, consideran · do que en el agua nos desplazamos por el eje longitudinal , se realiza una hiperextensión de la cabeza para mirar hacia delante.

Causas:

Factores psicológicos: ansia generada por miedo a colisionar, a lo desconocido, etc. • Rigidez del cuello.

Efectos:

• Contracción de los músculos cervicales y del trapecio. Consumo de oxígeno. Variaciones de flotabilidad.

Corrección:

• Mantener el mentón cerca del esternón. • En apnea profunda, mirar el cabo manteniendo la cabeza entre los brazos . • Efectuar recorridos en apnea dinám ica con los brazos extendidos hacia delante: las orejas deben rozar los brazos. • Mirarse el abdomen.

166

12. Posición arqueado del cuerpo Descripción:

la posición del submarinista es arqueada, la cabeza V la columna vertebral están hiperextendidas. el busto se arquea hacia arriba.

Causas:

• Hiperextensión de la cabeza. • Tensión muscular del tronco debida a inseguridad o ans iedad. Rigidez de la pelvis y de los hombros.

Efectos:

• Hidrodinámica escasa. • Dificultad para mantener la profundidad en la apnea dinámica. Flotabilidad demasiado positiva. • Alejamiento del cabo en apnea profunda. • Escaso rendimiento, rápido cansancio.

Corrección:

• Natación con aletas en superficie buscando el máximo estiramiento. Apnea dinámica con los brazos extendidos hacia delante y la cabeza mantenida entre ellos . Estiramiento del raquis (columna vertebral).

1(,7

13. Hombros elevados y cabezo encojado en e llos Descripción:

los hombros están encogidos y la cabeza encajada en ellos, con lo que se revela una tensión muscular en la parte alta del tronco, sobre todo, a cargo de los hombros.

Causas:

• Carga emotiva: ansia. • Tensión muscular de la parte alta del dorso. • Problemas articulares de la cintura escapular. • Frio.

Efectos:

• Reducción del balanceo del busto y, en consecuencia, de la penetración en el fluido. • Posición del cue rpo poco relajada y posible lastre errado. • La postura, combinada co n el aleteo correcto en la fase de ¡da, produce un movimiento rotatorio del busto sobre el eje longitudina l, lo que induce a continuas variaciones de flotabilidad.

Corrección:

• Efectuar recorridos breves. • Controlar los brazos: deben estar relajados. • Efectuar pequeños movimientos imperceptibles con la cabeza y los hombros para verificar el esta· do de tensión cervical, de los trapecios y del cíngu lo humeroescapular. • Sentir el empuje del ag ua sobre los hombros y dejar que asuman una posición natu ral.

168

14. Inversión del balanceo de los hombros Descripción:

Como sucede al caminar en relación con el avance de la extremidad inferior (en el aleteo equivale a la fase de empuje en la ida). se produce el movimiento de avance del hombro opuesto: hombro derecho· pierna izquierda y hombro izquierdo-pierna derecha. En este caso. la acción está invertida y el movimiento de la pierna derecha se combina con el brazo derecho.

Causas:

Falta de control de la acción: dificultad de coordinación por estrés. En la apnea profunda. relajación excesiva y pérdida del dominio del ejercicio.

Efectos:

• Inversión del balanceo de los hombros y el tronco que, asociado al movimiento de las extremidades inferiores, produce continuos cambios de flotabilidad del cuerpo, pasando de la posición del flanco derecho al izquierdo. • En la apnea profunda, se evidencian rotaciones sobre el eje longitudinal del cuerpo y continuas osci · laciones del cuerpo a derecha e izquierda.

Corrección:

• Aletear en posición vertical teniendo los hombros fuera del agua o a nivel de la superficie . Utilizar lastres progresivos para aumentar la carga sobre las piernas y mejorar la capacidad de control bajo estrés . • Aletear en vertical sujetándonos al borde de la piscina. Con los brazos estirados , sentir el empuje sobre la mano izquierda en la fase de ida de la pierna izquierda y viceversa.

169

=

15. Error de hidrodinómico Descripción:

Durante un descenso en lastre constante , el apneísta, debiendo compensar con el método Valsalva, se lleva la mano a la nariz con el codo alejado del cuerpo.

2

Causas:

SI

3

• Tensión emotiva: ansia. Falta de contro l sobre la acción.

• Problemas articulares de la cintura escapular. Efectos:

• Ralentización del descenso por efecto de la resistencia ofrecida por el brazo. • Pérdida de la posición hidrodinámica del cuerpo.

Corrección:

• Concentrar la atención en el codo. • El movimiento relajado de la mano debe seguir la línea mediana del cuerpo. • Adoptar la técnica de Marcante-Odaglia (Frenzel) para la compensación (véase Capítu lo 7).

170

C. Ineficacia de las aletas Después de haber visto en detalle los errores y las consecuencias de movimientos incorrectos del cuerpo, pasemos a analizar los problemas que pueden presentarse a causa de la ineficacia de las aletas .

16. Calzonte ancha Descripción:

Uno de los motivos más relevantes en la pérdida de eficacia de las aletas es la poca compatibilidad entre el pie y el calzan te.

Causas:

Los modelos de calzante son pocos y, por ello, casi siempre se está obligado a elegir aletas que a veces no calzan perfectamente. El compromiso entre la comodidad del pie y la eficiencia de la transmisión del movimiento a la pala va casi siempre en perjuicio de esta última.

Efectos:

El juego del pie en el calzante repercute en la transmisión de la fuerza que debe imprimirse a la pala. Muchos apneistas intentan obviar este problema con el uso de escarpines o calcetines de grosor adecuado. Esta solución no consigue, sin embargo, reducir los espacios situados bajo el puente y sobre los dedos. No es fácil darse cuenta de este problema; hace falta atención y sensibilidad y sólo la personalización del calzante podrá resolver el problema.

Corrección:

Se puede intentar reducir el juego del pie con espesores de neopreno que lo mantengan sin sacrifi · carla demasiado. En la natación con aletas, los atletas adoptan las punteras, una especie de escarpi nes que encapuchan los dedos y empujan el pie hacia los talones. Otros encolan pedazos de neopre no en el interior del calzante, forrándolo por completo. Más sencillo resulta cortar una plantilla de neopreno para fijarla dentro.

171

17. Calzanre blando Descripción:

Un calzante demasiado blando depende de la estructura y de la mezcla de goma con la que está construido. En los últimos tiempos se ha empezado a evaluar el componente técnico además de la comodidad, en particular, se está contemplando la necesidad de un calzante que favorezca la transmisión eficaz del movimiento.

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DEFORMACIÓN ELÁSTICA

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Causas:

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Excesiva suavidad de algunas mezclas de goma de los calzantes, explicable por la búsqueda de comodidad. Forma del (alzante inadecuada. los espesores y los refuerzos con los que ha sido proyectada no son suficientes para garantizar la transmisión de la fuerza.

Efectos:

En la fase de empuje, la aleta está sujeta a una deformación elástica importante, de manera particular en condiciones limite, como en la separación del fondo o tras el golpe de riñón cuando la resistencia, consecuencia de la pres ión hidrostática, es mayor. En esos momentos, dichas deformaciones determinan una pérdida de adherencia al agua. En la fase de ida el pie se apoya sobre el empeine y crea un espacio bajo la planta; en la fase de retorno la planta del pie se soporta en la suela y provoca un alejamiento del talón. De este modo, la suela del calzante demasiado blanda no forma un cue rpo único con las guias laterales y se produ ce una flexión a mitad del puente, exactamente donde termina la inserción de la pala bajo la suela, lo que da lugar a un ulterior alargamiento del talón del calzante. Los movi mientos producidos por la acción del nadador se dispersan a causa de la blandura de la goma y se desperdicia mucha energía.

Corrección:

Evitar calzantes demasiado blandos; mejor renunciar a la comodidad en favor de una mayor adheren cia y eficacia.

172

18. Folto de canalizaciones laterales Descripción:

Algunas pruebas experimentales han evidenciado que las aletas largas, dotadas de guías que llegan hasta la mitad de la pala, dispersan lateralmente casi un 20% del agua desalojada.

Di~ l lrr~i{¡n

1

Causas:

la falta de canalizaciones laterales que encaucen el flujo de agua producido por el aleteo.

Efectos:

las aletas derrapan de lado, el aleteo con frecuencia no es correcto: los pies resultan valgas (véase

pág. 164). Corrección:

Para redu cir esta dispersión lateral, que vuelve las aletas inestables , es suficiente aplicar a las palas sencillos perfiles de goma en forma de

~ ln

como los utilizados para aislar las ventanas. Para que esta

medida no resulte contraproducente, los apliques no deben ser demasiado pesados porque reducirían la respuesta elástica de la pala y reducirían su capacidad para regresar a la pos ición original , ni demasiado ligeros porque no cumplirían su función . Cuidado con confundir las canalizaciones laterales con las nervaduras presentes sobre la superficie de las aletas, que sirven para hacer más rígida la pala, por su mayor espesor, y no para canalizar los flujos de agua.

17:1

19. Lo unión entre polo y colzonre Descripción:

En las aletas con pala intercambiable, un punto critico es la unión entre la pala y el calzan te, por lo que, si las dos partes no están bien acopladas, se produ cirá un cierto «juego».

Causas:

la pala está fija sólo por los tornillos; el montaje no ha sido bien realizado.

Efectos:

Hay una cierta dispersión de ene~gia aunque ésta no es comparable a la del calzan te ancho y blando.

Corrección:

Este inconveniente se obvia de manera simple, sellando con silicona el espacio entre pala y calzante y el espesor de las guías. Quitar los tornillos, desmontar la pala y montarla utilizando la silicona es una operación que permite transformar la pala y el calzante en un cuerpo único, evitando los inconve nientes de que la pala se suel te y de dispersión de la energia.

20. Ineficacia de lo polo Descripc ión:

Con el tiempo la elasticidad de las palas no es la misma, y los materiales en general se debilitan y exponen la aleta a posibles roturas.

Causas:

lo dicho vale sobre todo para los materiales plásticos; el carbono t iene una gran resistencia al uso.

Efectos:

No es fácil darse cuenta de la disminución de las prestaciones de las propias aletas.

Corrección:

Es oportuno probar con frecue nc ia otros modelos para entender la diferencia en términos de esfuerzo y recogida.

17.

6. 5

LA MONOALETA

La historia del hombre está llena de experiencias en las que la observación de la naturaleza ha sido fundamental para inspirar soluciones tecnológicas revolucionarias. Basta recordar el sueño de Leonardo da Vinci de poder volar y luego, observar un moderno 80eing para comprender el largo camino recorrido. Observando las aves nació la idea de volar, viendo un tronco flotar, la de navegar, siguiendo a los mamí· feros marinos -los delfines, las ballenas- , Mayal encontró las respuestas a las cuestiones planteadas en su libro Horno Delphinu~, o al vínculo del apneista con sus orígenes acuáticos. Empujados por un peso hacia el abismo y por un globo hacia la luz, Maya l y Maiorca entab laron una lucha por la conquista del azul que duró décadas, pero, ni el uno ni el otro, se propusieron nunca inventar un instrumento que, como alternativa a las aletas clásicas, pudiera dar al hombre, al buceador, un sistema de propulsión más eficaz. La solución estaba en la monoaleta. De la técnica de base de la natación con aletas, que desde hace años propone en la competición el uso de este útil, se originó la búsqueda de un gesto adecuado a las exigencias de los profundistas. Quedó claro que las monoaletas utilizadas habían sido proyectadas y construidas para la natación, una acción que se ejecuta en horizontal y en la que el deportista no está sujeto a ninguna variación de presión. Faltaba responder a cómo habria funcionado en profundidad, donde la presión hidrostática cambia de forma significativa en descenso y en emergencia. Daba inicio una nueva era también para los apneistas que comenzaban a modificar la técnica, a adaptarse sintiendo que tenían, no dos pies, dos extremidades independientes, diferenciadas, sino una cola, una sola aleta, un gesto nuevo, de mayor implicación en el plano técnico y emocional. Un modo nuevo de moverse bajo el agua, de expresarse, de hacer apnea, de experimentar sensaciones, de soltarse en inmersión, de senti rse a través de un estar más cercano a los delfines , que implica un número mayor de múscu los no localizados principalmente en las extremidades inferiores como sucede con la doble aleta. En igualdad de condiciones, el trabajo parecia menos fatigoso y más rentable desde el punto de vista de la velocidad y, por tanto, de los tiempos de inmersión.

La primera que utilizó la monoaleta en peso constante fue nada menos que la hija mayor de Enzo Maiorca, Rossana. El 4 de julio de 1992,

175

Rossana Maiorca, fue la primera apneísta que realizó un récord: - 58 m en 1 min 48 s, dieciséis segundos menos respecto a los - 56 m del año anterior. Algo más de una década después, esta modalidad se practica como un modo de sumergirse más natural, inspirado en los cetáceos, que nos han propuesto una forma díferente de buscar la profundidad pura. y se ha confirmado unánimemente que el lastre constante con la monoaleta es más rápido y económico, incluso parece perfilarse una cierta facilidad en la compensación ligada a la acción del busto , la caja torácica y el abdomen, que no permanecen quietos, si no que acompañan como una onda el gesto. Si se considera que el tiempo

tot~1

de una inmersión a la misma cota es del 30% más breve respecto

a las dos aletas, la compensación debería resultar más dificil

-o por lo menos , más

precipitada-, mientras que en realidad todo acontece de forma más fácil. La sensación común de muchos buceadores es que la acción ondulatoria del cuerpo favorece la compensación, sobre todo, si el ritmo del movimiento es fluido. Tal vez como efecto de la sensación agradable y de la relajación a la que induce, el hecho es que la onda que recorre el cuerpo aplica cierta presión sobre el diafragma sirviéndose del abdomen que, junto a los glúteos y los abductores de las extremidades inferiores, participa en el movimiento conclusivo. En la patada hacia abajo, el arqueamiento del busto favorecería la presión sobre el diafragma y el desplazamiento de aire de los pulmones a la cabeza, es decir, hacia los oídos. Así lo manifiestan algunos atletas. Lo elección

Las monoaletas disponibles han sido concebidas para satisfacer el gesto de la nata-

de lo monoolero

ción con aletas. En función de la modalidad de competición -velocismo, fondo, etc.y de las características antropométricas del nadador, la pala manifestará cierta flexión y elasticidad (kilogramos de empuje). Los materiales pueden ser cuatro: plástico, fibra de vidrio, carbono y

carbon mix (mixto de

fibra de vidrio y carbono). Cada uno

de estos materiales tiene características físicas que favorecen más o menos la prestación. Las grabaciones hechas a los profundistas ponen en evidencia cómo las alas laterales se doblan de forma importante y pierden eficacia en el apoyo y empuje de la pala. Para subsanar este defecto, algunos atletas han sugerido la fabricación de la aleta de tal modo que ofrezca un punto de apoyo al avance más eficaz, a efecto cuchara, para que sea capaz de plegarse en el centro, manteniendo una cierta rigidez sobre los perfiles externos, para dirigir el flujo de agua desplazado hacia el centro. Una vez más la idea nace de la observación de las aletas caudales de cetáceos como los delfines. En Rusia ya se han hecho experimentos en este sentido, aunque orien· tados a la natación con aletas. Desde el mar pueden verse con frecuencia las hélices de los motores de las embarcaciones que pasan; no hay una igual a otra, porque cambian los motores a los que van asociados y varía la andadura que se pretende tener. Lo mismo ocurre con las ale· tas; no existirá un artilugio que nos impulse más, podrá sólo hacernos aprovechar mejor nuestro potencial para el objetivo que nos proponemos. La elección de las ale-

176

tas tradicionales o de la monoaleta nace del compromiso entre la prestación requerida y el esfuerzo que se está dispuesto a sostener. En este tipo de aletas, el coste es con frecuencia sinónimo de materiales especiales y de métodos de producción al detalle, casi artesanales. En general, la fibra de carbono utilizada para las palas se presenta en forma de tejido, la trama se dispone con una orientación que consiente obtener la resistencia y la elasticidad buscadas. El porcentaje de fibra de carbono en el compuesto puede alcanzar el 60% y confiere propiedades mecánicas óptimas al material, mientras la matriz sirve para proteger las fibras y redistribuir las cargas de modo uniforme, aunque, en realidad, con frecuencia contienen fibra de vidrio en su parte interna. los compuestos a base de tejidos de fibra de vidrio o vitrocarbono y resina epoxi se utilizan para la fabricación de la monoaleta. Tienen la ve ntaja de tener un coste inferior a los tejidos en carbono puro, manteniendo las propiedades mecánicas. En cuanto a las propiedades elásticas, si suponemos que la deformación es directamente proporcional a la fuerza aplicada, podemos definir la rigidez como la constante de proporcionalidad. En otros términos, para deformar de la misma forma una pala dos veces más rígida será necesaria una fuerza doble. Algunos modelos de monoaleta vie-

Pala sin deformar en el plano frontal

nen clasificados con un número expresado en kilogramos de

=o-

empuje, que valora la rigidez en cuanto describe los kilogramos de peso aplicados a un punto de la aleta para obtener una determinada deformación. Cuanto más rígida es la aleta, mayor peso se necesitará para doblarla. Se trata, en cualquier caso, de un parámetro puramente indicativo. El tipo de rigidez se define según el tipo de fuerza aplicada. A nosotros nos interesa la rigidez de flexión en el plano sagital y en el transversal (fig 1). Esta propiedad de flexión

Flexión en el plano sagital

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trans~frsaj

Fluión en el plano (bordes m~s rígidos que el centro) Ef«to cuchar¡

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depende del material y de la sección de la pala. Comparando palas en material polimérico y en material compuesto, observamos que en el primero la flexibilidad la da un espesor elevado, mientras que en el segundo la da el propio material ,

~ Torsión

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en el plano

trans~ersal

más rígido, pero con espesores tales que hacen la pala compuesta igualo más flexible que la polimérica.

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177

la monoaleta puede ser comparada con una placa; es necesario valorar la flexibili dad en relación con un plano ortogonal al del movimiento (plano transversal) y al de la torsión. la gran ventaja de los materiales compuestos , sean de fibra de vidrio, carbono o mixtos respecto a los materiales tradicionales, es que eligiendo de manera oportuna la disposición de las láminas se pueden obtener elasticidades diferentes a partir del mismo material de base. Encontraremos aletas más rígidas por el centro y flexibles en los extremos o viceversa o más flexibles por el centro, que son capaces de crear el efecto cuchara (arqueado convexo). Una resistencia a la torsión elevada es siempre recomendable para evitar deformaciones en forma de «$» a lo largo del borde libre. la propiedad más importante es la flexibilidad en el sentido del movimiento. Como ya dijimos, depende también del espesor, así que para tener una aleta flexible

178

==

necesitamos espesores moderados. Una pala flexible pero resistente en los puntos justos (en la junta entre la pala y el calzante y al final de las guias) adopta un perfil con sección variable, más fino donde se requiere flexibilidad y más grueso donde se

exige resistencia.

EJEflClClOS PREPAf\ATQRIOS PAfIA lA MONOALETA Aletear bajo el agua con la monoaleta es más complicado que con las dos aletas. Aunque ventajosa, la monoaleta requiere una disponibilidad articular de la columna y una coordinación más compleja respecto a la requerida por la acción alternada de las extremidades inferiores. El punto débil de una acción correcta es casi siempre la zona lumbar y las articulaciones de la cintura escapular (los hombros). Con frecuen cia los bloqueos parciales en la zona lumbar o la rigidez articular de esta zona de la columna vertebral constituyen un límite a la fluidez de la acción. La imposibilidad de alargar más allá de la cabeza y de alinear los brazos con la espalda, a causa de una escasa movilidad articular en la cintura escapular, hace dificil que se dé una hidrodinámica favorable, y aumenta la resistencia al avance, con una pérdida de eficacia en la propulsión para la cual se emplea tanta energía. La poca movilidad de la columna vertebral o incluso el bloqueo lumbar impiden el paso, en la cadena biomecánica que implica la acción de la cabeza a los pies, del movimiento ondulatorio que caracteriza el gesto. Esta situación favorece la descarga de la propulsión sobre las rodillas que se doblan para generar un empuje compensatorio que luego resulta ser poco efectivo y antieconómico. A la luz de las consideraciones expuestas, los ejercicios propuestos a continuación pretenden hacer sentir el movimiento en el agua y, por tanto:

• movilizar las articulaciones implicadas mejorar la elasticidad muscular y potenciar fuerza y resistencia aumentar la coordinación de las acciones que componen la técnica Se trata de una progresión didáctica precisa de acercamiento al gesto de la monoaleta. Empezaremos a cuerpo libre para proseguir con las aletas cortas y concluir con la monoaleta. Así, la resistencia a la propulsión será gradual y beneficiará la sensibilidad motriz necesaria para coordinar un gesto complejo que implica numerosos músculos y articulaciones particularmente delicados, como la columna y los hombros.

EJERCICIOS A CUERPO llORE Se trata de adoptar distintas posiciones para sensibilizarse con el movimiento oscilatorio de la pelvis que genera una onda que se propaga a través del cuerpo hasta des cargar en la monoaleta, punto de apoyo para el avance. Todos los músculos deben trabajar en sinergia; es importante conocerlos, sentirlos. Los ejercicios que siguen tienen esta finalidad:

179

l . De espaldas, con los brazos en los costados , efectuar la patada de mariposa manteniendo la cabeza alineada con la columna vertebral. la acción debe ejecutarse con toda la espina dorsal. Un buen punto de referencia donde mantener la aten· ción es la pelvis , que debe seguir un movim iento oscilatorio. 2. En posición prona, mantener los brazos en los costados y dar una patada de mariposa; la cara permanecerá inmersa si mantenemos la cabeza alineada con la columna. Para respirar, levantar la cabeza hacia delante cada cierto tiempo. El centro de la acció~ son las caderas; concentrar la atención sobre su movimiento oscilatorio arriba/abajo. 3.

En posición lateral derecha adoptar la postura descrita ejecutando la patada de mariposa. Desde aquí se puede controlar con la vista el movimiento incorrecto de las rodillas.

4. Repetir en posición lateral izquierda. 5. los mismos ejercicios pueden realizarse con los brazos estirados por encima de la cabeza. Resultan muy útiles para mejorar la movilidad de los hombros y los codos en la alineación de los antebrazos, además de potenciar los músculos empleados en la fase de apoyo para el mantenim iento de la hidrodinámica en inmersión .

EJERCICIOS CON ALETAS COIITAS Son los mismos ejercicios que a cuerpo libre. Cambia la resistencia ofrecida por las aletas cortas, que es el punto de apoyo sobre el que se descarga la energía ondulatoria que se propaga y que tiene por efecto un avance efectivo. Cambia también la tensión muscular del mantenimiento de la hidrodinámica. Representan un paso hacia el uso correcto de la monoaleta. 6. Colocarse de lado con los brazos en los costados y ejecutar la patada. Mantener la cabeza alineada con la columna vertebral. Mantener la atención en la pelvis y las rodillas; la primera debe oscilar libremente, mientras que las segundas deben moderar la flexión. 7. En posición prona, con los brazos en los costados , mover las piernas en estilo mariposa buscando mantener la cabeza alineada. Como la cara permanece sumergida, resultará más sencillo realizar este ejercicio ayudándose del tubo central usado para la natación con aletas ; en ausencia del tubo, levantar la cabeza para respirar hacia delante.

ISO

8. Sobre el lado derecho, practicar la patada de mariposa atendiendo a la alineación de la cabeza y la columna vertebral. Como en el ejercicio análogo a cuerpo libre, se puede controlar con el rabillo del ojo el movimiento correcto de las extremidades. 9.

Repetimos el ejercicio sobre el lado izquierdo.

10. Damos un paso adelante colocando los brazos extendidos por encima de la cabeza; así se favorece la tensión necesaria ~ara el buen apoyo del cuerpo y la flotabilidad correcta. Se consigue una mayor hidroainámica y un gesto global similar al que se realizará con la monoaleta.

EJErlClCIOS CON LAS ALETAS DE APNEA Para acercarnos a los ejercicios preparatorios para la monoaleta, respetando el criterio de la progresión, podemos sustituir las aletas cortas por las largas. El efecto será un punto de apoyo mayor y un avance más eficaz. El fin es aumentar la sensación de resistencia en los pies. 11. De espaldas, con los brazos en los costados, ejecutar la patada . La mirada apuntará a lo alto, un punto de referencia óptimo para el control de la posición . La pel · vis debe oscilar hacia arriba y hacia abajo, mientras el movimiento ondulatorio que se consigue debe pasar ininterrumpido de los hombros a las aletas. 12. En posición prona, con los brazos en los costados, batir las piernas en estilo mari· posa alineando columna y cabeza. Respirar alzándola o haciendo uso del tubo cen° tral. No olviden prestar atención al movimiento de la pelvis. 13. Sobre el lado derecho , adoptar posición y patada. Con pequeños movimientos de cabeza, controlar el movimiento de piernas y caderas. Junto a las sensaciones de la acción será fácil tener una idea precisa del gesto para corregirlo. Recuerden que comienza en la pelvis con un movimiento oscilatorio que, dada la posición, se desarrolla en sentido lateral. 14. Repet imos el ejercicio sobre el lado izquierdo. 15. Todos los ejercicios pueden practicarse con los brazos estirados por encima de la cabeza, la postura más hidrodinámica, éstos se convierten en el punto de apoyo de la acción ondulatoria, que encuentra así la forma de descargar la onda de la oscilación de la cadera.

18 1

16. En posición prona, batir la patada de mariposa teniendo las manos, una sobre la otra, apoyadas en el centro de una tabla. la cabeza debe alinearse sin tensiones con la columna vertebral sin alcanzar la hiperextensión. Empujar la tabla hacia delante y no hacia abajo para distender hombros y brazos para propiciar una posi· ción más adecuada. El uso del tubo de natación con aletas permitirá respirar sin levantar la cabeza.

EJERCICIOS CON LA MONOALETA Después de haber probado, sentido, comprendido el movimiento oscilatorio de la pel· vis con distintos tipos de resistencia en los pies, ha llegado el momento de calzar la monoafeta. Aconsejamos utilizar al principio una pala muy blanda y de superficie redu· cida. Las sensaciones iniciales serán agradables, pero hay que tener cuidado de no dejarse llevar por la emoción de la velocidad aunque la acción no sea correcta, un error que, una vez automatizado, requerirá tiempo corregir.

J 7. De espaldas, con los brazos en los costados, mover las piernas en estilo maripo· sa buscando la alineación de espalda y cabeza. la monoaleta ofrece una superfi· cie de apoyo mucho mayor. Se producirá una sensación de vuelo. Cuidado con la emoción del deslizamiento que puede hacer olvidar el movimiento ondulatorio de la cadera y llevar a doblar las rodillas. Recuerden que todo empieza desde la pel· vis que oscila y que el movimiento ondulatorio debe pasar sin interrupciones, de los hombros a la pala de la aleta a través de todo el cuerpo. 18. En posición prona, con los brazos en los costados, batir la patada de mariposa. Con el tubo central no hará falta levantar la cabeza, con lo que será más fácil mano tener la continuidad de la acción para sensibilizarse con ella.

J 9. Sobre el lado derecho, ejecutar la patada de mariposa manteniendo en linea el cuerpo. Realizado en inmersión ya media agua, puede resultar un poco problemá· tico. Observando con la máscara se pueden controlar y corregir eventuales errores. 20. Realizamos el mismo ejercicio sobre el lado izquierdo. 21. Todos los ejercicios deben practicarse con los brazos extendidos hacia arriba. Ésta es la posición final que caracteriza la técnica de la monoaleta. Todos los ejercicios propuestos con los brazos estirados tienen la finalidad de sensibilizar, movi lizar y reforzar las estructuras articulares y musculares empleadas en las tensiones de apoyo al movimiento ondulatorio consecuente con la oscilación de la cadera. Con la monoaleta nos ponemos a prueba acercándonos al gesto final de la investiga· ción técn ica.

182

CAPiTULO 7

LA COMPENSACIÓN

oy no logro compensar». «Con los oídos en estas condiciones, no podré

«H entrar en el agua ... ». Son algunas de las frases más comunes de los apneístas

que tienen una sensibilidad especial por el estado de salud de sus oídos. Sensibilidad más que justificada, porque cualquier problema del aparato auditivo tiene siempre una ún ica consecuencia: nada de inmersiones. Compensar significa evitar Que los tímpanos sean aplastados hacia dentro por el aumento de la presión hidrostática durante la

inmersión; para ello, es necesario introducir aire en el oído medio a través de las maniobras descritas en este capítulo, con objeto de devolver el tímpano a su posición original. Por efecto de la presión, durante el descenso, todo nuestro cuerpo sufre una compresión. los tejidos que nos componen están constituidos en su mayoría por liquidos y huesos, por lo que pueden considerarse incompresibles. Pero existen además cavidades que deben ser equilibradas con la presión ambiental. A medida que bajamos será necesario practicar una maniobra que facilite la afluencia de aire a tales cavidades -oídos, senos frontales y paranasales- , para compensar las variaciones de presión externas. Si esto no ocurriese, los órganos y las estructuras anatómicas en cuestión sufrirían daños (barotraumas) a causa de la diferencia de presión. Durante una inmersión en apnea, la compensación implica no sólo los oídos y los senos, sino también la máscara. Esta parte del equipo constituye otro espacio importante --en comunicación con la nariz- sujeto a las mismas variaciones. En este capítulo proponemos las técnicas y las maniobras necesarias que si son ejecutadas con corrección evitarán problemas.

7. 1

MANI013RAS DE COMPENSACiÓN

la compensación es una manipulación subjetiva. A las preguntas «¿cada cuánto com-

pensar?», «¿cuántas compensaciones haces en los primeros veinte metros?» es imposible responder. De hecho, no existe una ley fisica precisa, sino que depende de la sensibilidad del tímpano. los primeros 15 o 20 m son los más delicados, pues la frecuencia de compensación es mayor y también la capacidad por parte del apneísta de mandar más o menos aire de los pulmones hacia los tímpanos. Esto es debido a que la presión a -10m se dobla respecto a la superficie (pasa de 1 a 2 atm), mientras que,

a partir de ahí, aunque aumente siempre 1 atm cada 10m, proporcionalmente se produce un incremento menor. Traducido en términos prácticos , los primeros 10 metros requieren un número de maniobras mayor respecto, por ejemplo, a la cota de los 20 a los 30 m; los problemas debidos a alguna patología surgen siempre en los primeros metros de profundidad y raramente a cotas más elevadas. La primera compensación debe producirse apenas terminado el golpe de riñón , a menos de 1 m de profundidad y debe continuar hasta que se toque la cota máxima. Las técnicas son fundamentalmente dos, la primera, más sencilla, toma el nombre de Antonio Valsalva; la segu l'!da, un poco más compleja , de Marcante y Odaglia, sus descubridores, más conocida en algunos países como maniobra de Frenzel. Maniobro de Volsolva

Se efectúa cerrando la boca y apretando la nariz con los dedos. Es seguramente la más fácil y espontánea_ Basta soplar. El aire, no pudiendo salir por la nariz o la boca, llega directamente al oido medio y, por tanto , al tímpano.

Maniobro

La compensación se produce combinando determinados movimientos de la mandí-

de Marcanre-Odoglla

bula y de sus haces musculares con el movimiento de la lengua, que ejerce cierta presión sobre el velo del paladar. La manipulación de Marcante-Odaglia o de Frenzel es un poco más dificil de realizar; con frecuencia , fuera del agua se logra practicarla, pero en inmersión las posibilidades de fracaso son muy altas. La capacidad de compensar en el agua con esta técnica depende, sobre todo al principio, de una predisposición natural del individuo, aunque es posible llegar a realizarla con el entrenamiento y la gimnasia tubárica.

Orras maniobras

Existen otras técnicas de compensación que se efectúan con particulares movimientos de la lengua, de la campanilla y de la mandíbula. La acción controlada de estas estructuras permite actuar sobre los grupos musculares que determinan la apertura de las trompas de Eustaquio y la reducción del vol umen faríngeo, forzando así el aire en el oído medio. Los argumentos a fa vor de la compensación realizada con maniobras linguo-m andíbulo-ve lares o del tipo Marcante-Od aglia son evidentes: • Es más suave, menos traumática para el tímpano. • Permite mantener las dos manos libres, pues en sujetos bien entrenados basta la presión de la máscara contra la nariz para compensar. No requiere la intervención de una sobre presión pulmonar, ni tiene en los pulmones reflejo alguno, por lo que evita cualquier alteración cardiocirculatoria, excluyendo los inconvenientes de la maniobra de Valsalva. • Se puede conseguir un resultado igual de pres ión incluso en condiciones de espiración, por este motivo resulta recomendable para las inmersiones muy profundas.

18.

Aún requiriendo una ejecución más compleja y una capacidad particular, puede obtenerse una presión superior a la maniobra de Valsalva, sin que el apneísta sea musculoso . • Además de aumentar la presión , a la par activa movimientos similares a los de la deglución, aunque más intensos y localizados en los orificios de la trompa de Eustaquio, favoreciendo su apertura, por lo que se compensa con pres iones inferiores a las que requiere el método de Valsalva. Emplea haces musculares reducidísimos en relación con los empleados en el método Valsalva, de aquí su valor. Es de rápida ejecución y puede ser repetida continuamente con un mínimo esfuerzo y con extrema facilidad.

TtCNICA DE VA15ALVA Antonio Maria Valsalva (1666-1723), célebre anatomista y autor del tratado De Aura

Humana, ha dado el nombre a la maniobra de compensación usada por millones de submarinistas. A principios de 1700, Antonio Valsalva empleaba esta manipulac ión para expeler, agujereada la membrana timpánica, las sustancias purulentas de la oti· tis media. Posteriormente, el método de Valsalva se empleó en inmersión y se acuñó su enunciación correcta en relación con la ley de Pascal: «Creando una pr esión en la cavidad mayor ésta será difundida de modo uniforme en todas las cav i · dades menores comun icantes_o La maniobra consiste en ejecutar un esfuerzo respiratorio máximo, iniciándolo en apnea inspiratoria y manteniendo, como dicen los escritos, «fue rtemente cerradas la boca y la nariz». El esfuerzo espiratorio, estando cerradas las salidas naturales, provoca un aumento de la presión intratorácica, que, en esas condiciones, encuentra su escape hacia el ambiente externo en la dirección del tímpano. Dado que la presión la provoca un esfuerzo espiratorio, es decir, una disminución del volumen endotorácico, para alcanzar su m áxima eficacia debe practicarse en apnea inspi ratoria. De esto se tendería a pensar que un sujeto en espiración forzada no podría ejecutar esta técnica, y un apneísta que se encuentra en cotas muy profundas no podría obtener la máx ima potencia, o sea la máxima presión , y tendría dificultades para compensar, siendo el vol umen de aire pulmonar proporcionalmente reducido respecto a la pro· fundidad. Sin embargo, esto no sucede así; de hecho, muchos apneístas que descienden a cotas muy profundas utilizan al inicio la técnica de Marcante·Odaglia, para luego pasar, en la última fase, a la técnica Valsalva. El resultado no dependerá de la fuerza sino de la capacidad de permanecer relajados y comportarse en el fondo con

IS,j

la misma soltura y control con los que se actúa en superficie. El método Valsalva es útil cuando la compensación del oído medio resu lta dificultosa. En estos casos , es necesario compensar con mucha frecuencia ya que es suficiente un breve retraso en iniciar la siguiente maniobra para que el golpe de ventosa en la trompa de Eustaquio comprometa la acción de compensación . Una estrategia es mantener abiertas las trompas en los primeros 10-20 m de descenso. Una buena habilidad en la compen sación permitirá, sea con Valsalva o Marcante-Odaglia , tener las trompas abiertas, favoreciendo un continuo paso de aire para equilibrar la presión del oído medio.

TÉCNICA DE MARCANTE-ODAGLlA Duilio Marcante, uno de los padres fundadores del submarinismo italiano, y el profesor Giorgio Odaglia. pionero de la medicina hiperbárica, han dado el nombre a la maniobra de compensación conocida como Marcante -Odaglia y que en algunos países se conoce con el nombre de maniobra de Frenzel. El principio inspirador de esta técnica es simple: es mucho más ventajoso y menos costoso poner bajo presión

un espacio aéreo restringido, como el tramo rinofaríngeo, antes que uno amplio, como el ocupado por todo el árbol respiratorio. la cuestión estriba en conseguir aislar la región de la rinofaringe -donde, recordamos, desembocan las trompas de Eustaquio- de las restantes cavidades aéreas internas y externas. la separación del ambiente externo se logra cerrando la nariz. apretando con los dedos o aprovechando la compresión ejercida por la máscara; la separación de las vías respiratorias , empujando el velo del paladar hacia arriba. De este modo, se provoca la reducción de este pequeño espacio y del volumen de gas que contiene. Dado que el volumen es inversamente proporcional a la presión (ley de Boyle), esta última aumenta. Ocurre asi porque la lengua retrocede, llena la orofaringe. es empujada contra el velo del paladar, en una posición similar a la que asume en la deglución. Accionándola como un pistón hacia arriba, comprime el aire contenido en la pequeña cavidad. A la acción de la lengua , además , va asociada la contracción de los músculos faríngeos necesarios para el movimiento inicial ya descrito. Estos múscu los próximos a los orificios de las trompas de Eustaquio favorecen su apertura y, por tanto, el paso del aire a presión hacia el oído medio. Con frecuencia, apneistas expertos utilizan maniobras de compensación identifi· cadas como Valsalva que, en cambio, en un análisis más profundo, se revelan como variantes de la Marcante-Odaglia. Para asegurarse, basta probar a compensar repetidamente con la boca abierta en espiración manteniendo una mano sobre la zona epigástrica (por debajo de las costillas). Si se advierte en los tímpanos la clásica vibración,

186

síntoma del aumento de la presión, y la zona epigástrica permanece inmóvil, quiere decir que la maniobra ejecutada es la Marcante-Odaglia y no la Valsalva. Pero, atención, a veces sucede que, aun realizando esta maniobra correcta, el aparato respiratorio, tal vez por costumbre o por reflejo, se mueve. Si esto ocurre, será necesario intentarlo sin mover ni costillas ni diafragma. Otra forma sencilla de verificar que manipulación se está efectuando consiste en realizarla con la boca abierta; en la Valsalva el aire saldrá por la boca, mientras que con el metodo Marcante-Odaglia funcionará. Como ya dijimos, el Marcante-Odaglia será positivo cuando la mano apoyada sobre el estómago no advierta movimientos. cuando se sientan las. trompas abiertas y las dos membranas timpánicas tensas hacia fuera por la presión que actúa desde la cara interna.

TÉCNICAS PEr,SONALES Las maniobras de compensación expuestas ayudarán a desarrollar el metodo que mejor se adapte a las características y exigencias individuales; más dificil será adquirir la sen· sibilidad necesaria para emplear las diversas tecnicas en situaciones extremas. No esperar nunca al dolor para compensar es fundamental . anticipar y recordar que la mejor maniobra es aquella que se hace con menos esfuerzo. Antes que conocer todas las maniobras sin saber cómo ejecutarlas, es mejor adaptarse a la presión con una maniobra personal que sea eficaz. Es important ísimo para la seguridad que cada apneísta comprenda la ejecución de su maniobra de compensación. A veces las maniobras personalizadas resultan ser una combinación de las descritas y responden adecuadamente a las características del buceador. Desatender este aspecto simple. pero determinante, puede representar un verdadero riesgo para la incolumidad de los oídos. Por ello, en la piscina se pueden experimentar estas tecnicas. primero cabeza arriba y luego cabeza abajo. para poner a punto el propio metodo. No existen ejercicios especificos, aunque es posible compensar cabeza arriba agarrados a un cabo lastrado o a una esca· lerilla lo bastante profunda. Se pueden efectuar maniobras de compensación en situación extrema de máxima espiración, una vez alcanzado el fondo. Durante el descenso se intenta mover la mandíbula hacia delante o hacia atrás. Se puede mover la lengua desde, casi acariciar, la parte más estrecha y elevada del paladar hasta la parte más blanda posterior. Se puede mover la lengua plegándola completamente hacia atrás, como si se intentase llevarla a la garganta, o se puede realizar una maniobra normal de deglución.

7.2

USO DEL DIAFRAGMA EN LA COMPENSACiÓN

Como vimos en el Capítu lo 2. el diafragma es un músculo plano situado entre los pulmones y el estómago. Determinante en la respiración, favorece el uso de la parte baja de 105 pulmones, la más importante por su capacidad, ya que mueve mayor cantidad 187

de aire tanto en inspiración como en espiración. $i este músculo está bien entrenado, puede resultar fundamental en las fases más difíciles de la compensación. Un apneísta que controla el diafragma podrá beneficiarse de una reserva de aire para compensar. Como sabemos, el volumen de aire contenido en los pulmones se reduce con el aumen to de la presión (ley de Boyle). A ciertas cotas, y considerando además que parte del aire inspirado en superficie ya ha sido utilizado para compensar las gafas y los oídos, la reserva de aire ,será mínima y la compensación, más difícil. A cotas profundas, por tanto, y por profundas se entiende cotas del todo relativas al nivel de experiencia, resulta determinante coger aire de la parte baja de los pulmones para compensar. Llegar a mover correctamente el diafrag· ma permite superar ese umbral crítico más allá del cual se advierte la sensación de no poder continuar, cuando se piensa:

fll((¡1" 1¡¡//!fUI/O ill(or/t'flo. 1J/'SfJtté$, &eró $/lfici/'lIle IIIwl(ell/'l" 11/ ru(ill(¡ II/tu 1'1': por $('f//Wl/t (' il/ll'l/sificm'la II,Iiridad 1'11 los flím /1'"1'I"I'(/(>IIII'S

illmersión. (le form(l q/ll' prepal1!//lUs las I'I/mt/!lm.~.

Sacar la lengua hacia el mentón tanto como podamos, entonces retirarla llevándola muy atrás, manteniendo la punta pegada al suelo oral. Barrer con la lengua el paladar en dirección anteroposterior, intentando alcanzar el velo del paladar. La ejecución correcta de este ejercicio con frecuencia va acompañada del reflejo de vóm ito. Recorrer el perímetro lab ial externo con movimientos linguales rotatorios en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario.

Ejercicios linguales

(1

111

Ejercicios m o ndibulo res

Abrir y cerrar repetidamente la boca. Efectuar movimientos laterales a derecha e izquierda, sin contraer los labios. Realizar rotaciones mandibulares sobre el plano frontal, en el sentido de las agu o jas del reloj y contrario a éste. Hacer lo mismo sobre el plano transversal. Durante la acción , si uno o ambos oídos vertiesen algo de mucosidad en la caja del tímpano, es fácil que el sujeto advierta un ruido de papel arrugado en la parte mencionada. Si el oído medio está libre, el único sonido presente será el de la articu · lación temporomandibular. Estos ejerciciqs son muy importantes, ya que los músculos del velo del paladar desempeñan un papel primordial en la gimnasia tubárica. Cuando sea posible, aconsejamos observar el velo para analizar la calidad de los movimientos. Pronunciar una serie de tres

lal

sucesivas, breves y enérgicas, luego, cerrar la

boca durante algunos segundos y recomenzar. Las vocalizaciones deben provocar una contracción decidida y completa del velo del paladar; si no, hay que insistir en el ejercicio. la pausa aconsejada responde a que series más largas podrían provocar una contracción velar continua, haciendo impero ceptibles los movimientos. Del mismo modo pronunciar series sucesivas de

IV, lel, 101, l ul , l ik/, l ak/ ,

/ ok/ , / uk/. Contraer el velo sin emitir sonido (corresponde a la ejecución de una

l al

áfona).

Sirviéndose de un depresor lingual o de una cucharilla se puede rozar el velo del paladar provocando una contracción por reflejo. Para algunas personas este ejercicio no es adecuado, pues estimula el vómito. Ejercicios soplados

Apagar una vela colocada a distancia creciente, inflar un globo, sop lar por una pajita en un vaso de agua. El ejercicio presupone un cierre ve lar perfecto, por lo que no debería escapar aire por la nariz. Emitir vocales aisladas a intensidad y frecuencia variables. Este ejercicio implica excursiones laríngeas y velares.

Ejercicios linguo·velores

Hacer resbalar la lengua por el paladar, teniéndola bien adherida, en dirección ante· roposterior, hasta que no cabe y se despega produciendo un sonido característico (ejercicio del chasquido del caballo). En general, se tiende a reproducir este sonido batiendo rápida y repetidamente la punta de la lengua contra los alvéolos dentales inferiores; es oportuno hacer notar que el ejercicio correcto implica, en cambio, también el dorso de la lengua y cómo el ápice cae más adelante. Teniendo la boca abierta, mover la lengua como un pistón hacia el velo y, a la vez, contraer este último sin emitir ningún sonido.

La punta de la lengua debe mantenerse adherida al pavimento oral.

190

Intentar inducir un bostezo a través de una inspiración oral profunda, seguida por

Ejercicios

una apnea de 2-3 s, durante los cuales, teniendo la boca abierta, se contrae el velo

linguo-mondíbulo-velores

sin emitir sonido, para Juego soltar el aire en espiración oral. El bostezo es un acto fisiológico básico que implica varios músculos y provoca una apertura tubárica activa. Ejecutar la siguiente sucesión de movimientos: • Extender V bajar la mandíbula. • Empujar la lengua fuera de la boca, lo más posible hacia el mentón. Retirar la lengua barriendo el paladar en dirección anteroposterior, teniendo la boca abierta. Emitir una

lal

sonora.

• Cerrar la boca V retraer ligeramente la mandíbula. Coger un sorbo de agua, cerrar la nariz con dos dedos V deglutir bajando la cabeza.

Ejercicios de deglución

Esta posición dirige el aire desplazado por el líquido hacia la trompa V protege las vías aéreas, evitando episodios de inhalación y tos. Puede realizarse ut ilizando cualquier bebida . Cuanto más denso V volum inoso es el líquido (jugos de fruta, leche, batidos ... ), más ai re será desplazado. la apertura tubárica se produce también gracias a la eructación, por lo tanto, se pueden usar bebidas con gas, cerrando la nariz en el momento de la subida del aire. Esta práctica favorece la respiración nasal, la apertura tubárica (gracias a los juegos

Ejercicios de espiración

de presión que se crean durante tal tipo de respiración), la aireación de la rinofaringe V fosas nasales V la estimulación de los movimientos velares. Primero, una fosa nasal por vez, cerrando la otra con la simple presión de un dedo, V, luego, ambas. • Inspiración nasal V espiración oral. • Inspiración V espiración tranquilas. Inspiración breve V enérgica seguida de espiración tranquila. Inspiración tranquila seguida de espiración breve V enérgica. Inspiración V espiración breves v enérgicas.

LA AUTOINSUFLAClÓN El término «maniobra de autoinsuflaciónlt se utiliza para identificar los ejercicios úti· les para la preparación de las trompas de Eustaquio. la actividad óptima de la trompa - fundamento de la compensación- se basa en un entrenamiento muscular conti nuo V equilibrado. En este apartado veremos en detalle algunas maniobras de compensación ejecutadas en seco. En la g imnasia tubarica los ej ercicios deben realizarse en el modo indicado en las páginas sig uientes; durante la inmersión, 19 1

f-

pueden producirse algunas variaciones en base a la libertad de

ADVERTENCIA

movimiento y a las exigencias individuale s. Tanto fuera del agua como en inmersión, es necesario recordar que tales maniobras

/Jtmmle 1" fl/ol/iobm de (I/lloiIlS/ljlm:üíll. lo

no deben efectuarse nunca en caso de inflamación del

III(~I'Q" pm1e

aper-

oído o de resfriado fuerte, para evitar que los agentes pató-

dkk de/l/m del oído.

genos escalen la trompa y que el desplazamiento de aire y líqui-

I/lr(¡

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ejer-

do en el oído medio pueda causar dolor y dañar las estructuras.

1/I00'i-

En cambio, son muy provechosos en estos casos los eje rcicios

11111/ 1111' 111 -

musculare s que mantienen en movim ie nto la trompa , favore-

pe,.iodo di'

ciendo la aireación y la limpieza del oído inflamado . Las manio-

linl/po p/lJ/olIg'(mo y desapar('r('lYíll (llll'l/as SI'

bras de co mpen sac ión pueden proteger el oído y hacer más

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correcta y adecuada a la situación. Su éxito radica en una actividad tubárica adecuada y constantemente estimulada. Como ya hemos subrayado, los ejercicios permiten a cada uno obtener un mayor dominio de las estructuras que intervienen en la maniobra, de modo que entrenando en piscina, cuando la s condiciones físicas y ambientales lo permit ieran, la s maniobras de Valsalva y Marcante-Odaglia podrían ser sust itui-

das por un movimiento concreto de algunos múscu los, obteniendo el mismo resultado con menor dispendio de aire y energía. Maniobra de Volsolva

1. Efectuar una inspiración oral medianamente profunda. 2. Cerrar la boca, bajar la cabeza y pinzar un poco la nariz con dos dedos . 3. So plar fuerte si n inflar las mej illas ni abrir la boca. 4.

Mantenerse así unos 4-5 s.

5.

Liberar la nariz dejando salir el aire. La maniobra debe ser breve y es aconsejable respetar un momento de relajación

entre una ejecución y otra para evitar la hipe rventilación . La Valsalva es eficaz si el momentáneo estado de presión que se crea en la rinofaringe durante el ejercicio es suficiente para provocar la apertura tubárica. De hecho, en el caso de que sea necesaria una presión más elevada, la apertura improvisada podría ser incluso dañina. Para reducir la presión torácica que se crea durante la operación es posible. después de la inspiración oral, pron unciar dos vocales en sucesión antes de proceder a la autoinsuflación. Maniobra de Mysuria

1. Inspiración oral no demasiado profunda. 2.

Hinchar los carrillos con el aire inspirado y pinzar la nariz con los dedos de una mano.

3.

Utilizar la segun da mano apoyando el pulgar sobre una mejilla, la palma en la boca y lo s restantes dedos so bre la otra mejilla.

192

4. Apoyar la base de la lengua contra el paladar y empujarla ligeramente hacia atrás. s. Desinflar los carrillos con una leve presión de los dedos sin dejar salir el aire por la boca y, al mismo tiempo, bajar la cabeza deglutiendo. La maniobra de Mysuria auna la sobrepresión del tramo nasofaríngeo y la con· tracción de toda la zona velofaringea determinada por el acto de deglución. Esto ami· nora los valores de presión necesarios para la apertura tubárica en relación con los de la maniobra de Valsalva. La rinofaringe o nasofaringe es una cavidad cerrada llena de aire a presión que con

Maniobro

facilidad se puede empujar hacia el oído medio a través de la trompa de Eustaquio.

de Morconre-Odaglia

lo hemos tratado con amplitud en los apartados precedentes, aunque puede ser útil

o Frenzel

recordar que es la operación que requiere más coordinación. 1. Introducir aire en el tramo oral a través de una acción de bombeo de la base de la lengua. 2. Mantener a un tiempo la nariz cerrada y la glotis apretada (igual que durante un esfuerzo) mientras se realiza la acción. 3. En la ejecución, el velo del paladar debe ser repetidamente contraído.

Existen en el mercado dispositivos que favorecen la compensación justa del oído

Uso del dispositivo

medio, garantizando el buen funcionamiento del sistema de transmisión timpánico-

de autoinsufloción

osicular y una ventilación adecuada de la caja del tímpano. Gracias a estos di spos iti· vos, se inyecta aire desde la nariz hac ia la bóveda rinofaríngea , donde está ubicado el orificio de la trompa de Eustaquio. El éxito está asegurado sólo por la existencia de una trompa anatómica y fisiológicamente normal, sobre la que han sido delineadas las características del dispositivo. Si tal situación no se presenta y las alteraciones de la presión y funcionales del oído medio derivan de un prolongado estado de insufi· ciencia o inactividad tubárica, hay que hacer preceder y, en un seg undo momento, apoyar el uso del dispositivo con un programa de gimnasia tubárica, para realizar un tratamiento específico y completo.

Indicaciones para utilizar con corrección el dispositivo de autoinsuflación: 1. Conectar el globo a la perita de plástico. 2. Colocar la parte redonda en contacto con uno de los orificios nasales y cerrar el otro con un dedo. 3.

Realizar una inspiración oral profunda y cerrar la boca.

4.

Soplar el aire de la nariz e inflar el globo. Sugerimos algunos ejercicios para llevar a cabo con este

dispositivo. No olviden que, para una correcta y completa eje· cución, deben realizarse por los dos orificios.

Ejercicio A

l. Hinchar el globo hasta la dimensión deseada. 2. Aspirar el aire por la nariz . 3. Deglutir. El ejercicio de deglución asocia la apertura tubárica activa, provocada por la deglución misma, a un mecanismo de apertura paSivo creado por el dispositivo. Tal combinación , gracias a la movilización de flujo s aéreos consistentes , permite una aireación óptima del oído medio y una limpieza tubárica eficaz.

Ejercicio O

1.

Inflar el globo.

2.

Pronunciar las frases propuestas a continuación con intensidad sostenida, articu ' landa y separando bien los distintos fonemas: Tu guante está roto.

El gomero gasta gustoso.

El gusto de la golosina.

El tótem está partido.

El agua gotea.

El gato grande juega con la gatita.

El coche chorrea agua .

Gato , gata, gato.

3. Con la mandíbula ligeramente desencajada , pronunciar: tlAug, aug , aug ... » tlGu í, gui , ga/ go/ gue/ gui/gu» tlKi , k i, ka/ ko/ ke/ ki/ku» tlGlug, glug , glug .»

19-+

Durante la subida del aire por la cavidad rinofaríngea y la trompa de Eustaqu ío, la voz adquiere un t imbre característico que puede ser definido como intermitente , monótono, sucio, vibrante. Simultáneamente a la emis ión vocal es posible advert ir sensaciones de oído libre, de aire en movimiento o en subida hacia el oído, de con fusión o aturdimiento, de limpieza y frescura. El ejercicio fonético tiene el mismo fin que el anterior. la apertura activa de la trompa se produce a través de la pronunciación de precisas sucesiones fonéticas. En general, los fonemas que provocan la apero tura tubárica son aquéllos cuya correcta articulación requiere movimientos velares decididos. aunque cada uno debe encontrar I~ frase más efectiva para sí.

7.4

COMPEN SAR LA MÁSCARA

Al sumergirse en profundidad se advierte el aplastamiento provocado por la presión del agua sobre los tímpanos. Para evitar el dolor o la rotura timpánica que este inconveniente puede causar, se efectúa la maniobra de compensación, con las técnicas precedentemente descritas. Existe, sin embargo, otra cavidad aérea que sufre este fenómeno, la máscara, por lo que, como ya dijimos en el Capítulo 1, la m ás indicada para practicar apnea es la de menor volumen. Cuanto más reducido sea el volumen interno, menos aire habrá que emplear para equilibrar las presiones interna y externa, con lo que se evitará el fastidioso golpe de ventosa. De hecho, el aumento de la presión hidrostática provoca el aplastamiento de las gafas contra el rostro con el consecuente efecto ventosa. Esta complicación sobreviene con el aumento de la presión y, por tanto, de la profundidad, y debe prevenirse a toda costa para evitar lesiones capi lares en el globo ocular, que se generan por el efecto de vacío entre la máscara y la cara. Las gafas deben compensarse, al igual que la membrana timpánica. La

El volumen de los gafos

maniobra de compensación es muy sencilla: durante el descenso es suficiente soplar aire a través de la nariz, para mantener constante el volumen interno y conseguir que la máscara se mantenga distanciada del rostro. Por este motivo. es imposible bajar con gafas de natación, pues la nariz no está comunicada y no puede evitarse el efeclo del aplastamiento. las máscaras de apnea presentan la caracte rística de tener el volumen interno reducido para compensarlas con menor cant idad de ai re, aire que ya no quedará a disposición de los tímpanos. El limite impuesto por la imposibilidad de compensar las gafas existe para los apneístas de buen nivel en cuanto sobrepasan cotas superiores a los 20 m. No debemos desalentarnos Iras las primeras tentativas ; es una maniobra que se puede entrenar, mejorando la sen sibili · dad para llegar a entender cuándo y, sobre todo, cuánto aire debe soplarse en la máscara. Aconsejamos anticipar el aplastamiento de las gafas sobre la cara varios metros antes de que acontezca, aunque no se advierta la necesidad. Esto permite evitar el

1%

brusco e intenso reclamo de aire de los pulmones para vencer la fuerte presión sobre la cara cuando se está al límite de la compensación. El aire no debe ser expulsado sin criterio, el apneista no es un submarinista con enormes reservas de aire embotellado, dispone sólo del aire de sus pulmones. Se debe soplar el mínimo indis· pensable, tanto para los tímpanos como para las gafas, evitando que el aire salga, siendo desaprovechado. De gran utilidad resulta iniciar la inmersión con la másca· ra completamente compensada, situación que podría parecer normal aunque, si la observamos, no siempre se cumple. De hecho, cuando estamos en superficie y ventilamos, además de tomar aire por la boca, inspira· mos también por la nariz, por lo que en el momento de sumergirnos, las gafas requieren ya una compensación parcial. Para evitarlo, en la última fase de la ventilación , la espiración debe realizarse no sólo por la boca, sino también por la nariz, para llenar la cavidad de la más· cara. Un error que se comete en profundidad es el de robar aire de las gafas en la tentativa de compensar los tímpanos. Esto provoca un aplastamiento total sobre la cara, antes incluso de tocar la cota crítica. Este incon·

.....

veniente se puede evitar recurriendo al diafragma,

...

como hemos explicado: si activamos este músculo de un modo correcto, nos permite utilizar aire residual de los pulmones que no solemos emplear.

7.5

COMPENSAR EN LA COTA LIMITE

Son muchos los apneístas, incluso expertos, que , hablando de profundida.d límite, manifiestan certezas irrebatibles acerca de la imposi bilidad de superar ciertas cotas. El buceador se ve obligado a interrumpir el descenso por absoluta falta de aire para compensar la máscara V los tímpanos, aunque cuando emerge tiene oxígeno de reserva a disposición. Observados atentamente en la fase final de la inmersión , cero ca nos a la profundidad máxima, su posición de caída cambia por completo, sus cuero pos, hidrodinámicos y relajados , se vuelven de pronto rígidos, la espalda se arquea, las piernas se doblan y, sobre todo, error importantísimo, la cabeza se hiperextien· de hacia atrás, como si mirara el fondo. Cuando la cabeza se encuentra en esta pos;·

196

RESFRIADO. SINUSITIS Y OTROS PROIlLEMAS OTORRINOLARINGOLÓGICOS f1 oído 1fIf!(/jO J: ell part¡,ular. la caja timpánica. las trompas de f,'/ISlaqllio. J' el complejo de los

S('IIOS

paf"(lIIllSoles y las fosas f/(lsales rofIJIlituyl'/Ila IIl/idud de la

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o (l/g/in póbilo del/lro (Iel sello.

Por este

fIIo/i,.o, rI f'(/"i/ibrio de /)lY'liol/('$ (/"1' es corree/o en el descel/lO puddo l/O Sf'rlO dumll/(, I AI Ji/l/Il.lillS f"/" se/' ógi/y ro/II/or/a, ('011 WI gol/Jf' de ri,,611 q/ll' l/OS pcnl/ifa o/mf/zo/' f'¡ fOlldo COfl 111/0 Iras/aciól/ Oú!iCIIO, El ('(¡("PO d,..ú(' es/al' s/Il'/( o y lo ale/cada ser amplio .r hOfll OW~IH'(I, PI/ro q//(' la apll(!(/ di"á/lli('(l sea c('{)lIómi('(/ ,1' eficil'lIle, /0 fémica ({('úe ser depurada. COfllO i/lIs/ro el Capttl/lo 6. Es imposible efectua/' 1If/O al('/eada colI/plda y (/lIIplia CQIIIO ('11 el desc('fIso ell proflllldir/ad: lo pl'l!.~e1/ci(/ delfo/ldo df' /0 piscllla limifo lo aff/plitud del mor/miel/lO hacta oúajo. fI lIIellO,~ q/le sc log!"/;' froflsita!" (l I 11/ dd mismo, SiclI/pn' ('11 bllSffI de la má.l'illla relajació". ('$ (/cof/sl,/aúle 1II(lIIfef/er los úm:.os ell los cosfados paro ef·ilar 1('1Is10IlCS mllSClllal"r,f (l /0 o/film de los 1/011/bros y dl' la espalda. PodfYíll ir (,.I'Ielldidos hacia delallf(' para b/w'w' II/OYo/, hidrodil/(ímiw ell el caso de enlrenl/miel/los espefÍjicos qm' prf'/"('(/II orrollqll('s el/ dil/ámica a rel()('idod l'.'·'n'/I/(/. La wbt':(1 debe estol" a{il/eada fOI/ el Cllt'lpO: laal/farla para miror prol'oca. además de ul/a I/ofable pé/y/id" d(' la n.'iojaciólI. IlII alllllellto de la res/stellcio del 0l. .uO. lllo 1Yj('I"rIll'io óplima poro determinar la Im.H'('loáo SOIl 1m fíl/('(l~ direniof/ales de las eolJes de la púcilla. El giro fambiéll n:q/liell.' SIl /libado. Llegados al fi f/o/ de la ralle. si $e gira hacia la i:.q/lienJo. el bm:.o derecho se apo,lYI e/l el/l/I/ro pomfocililf".lo ff/olliobro. miel/Iros d izquinYlo 1'(1 ('11 lo di'Y'ccióll de /a fllIcr'o fIlordIO. E:", ('1 ('oso d(' pom profulldidad. el brazo izquierdo SI' opoyoró ('11 14 fOlldo y /¡MÓ de eje de rolaciólI al fIIOl'l/l/i"l/to del ('//e/po. Si se quien' ffimr a /0 derecha . .si,.,,(' /0 d(',~cri,)(,¡ól/ opu/'sla, El re('orrido debe concluirse COII //1/ a/eleo rO I/.~ /(III/ (' y /il/(>(I!. f!l'iffllldo wlI/wl//ar 1'1 /'itl/lo, que f'S pelignufsi/l/o. (>1/ /0 fC/lfa/ú'o de respiml" lo (¡lIfes posi()Ie (l'hISf' (optl/l/O .5, ('"fgroj;' 2). Se deve recordar, al /'01111'1'1' la apl/ea, l/O !"espirar!uer!e o illlplIl.si,'(llflellle (I'(!ase ('apffl/lo 10. ('pfgrofe 1),

APNEA VERTICAL ALETEANDO ( manos en el fonda ) la intención es colocar al apneísta en la posic ión cabeza abajo que asume durante una inmersión en peso constante. Así se reproduce el gesto y el esfuerzo de un descenso profundo estando en la piscina. Está claro Que el efecto de la presión y la consecuente compensación dependen de la profund idad de la piscina,

Ejecución 1. Después de haber realizado el golpe de riñón y alcanzado el fondo, el apneísta se coloca en vertical con los brazos extendidos y las manos apoyadas en ebiondo. La cabeza debe mantenerse relajada y en línea con el busto en med io de los brazos. No obstante, y solamente para facilitar la adaptación a esta posición se podrá

permitir en las primeras repeticiones una hiperextens ión de la cabeza para poder ver el Fondo donde nos apoyamos . 2. Manten iendo la posición , se inicia un aleteo amplio y homogéneo que imita el ritmo, intens idad y amplitud del descen so en proFundidad .

En esta postura , los centros vestibulares, sede del equilibrio,

reciben los mismos estimulos a los que están sujetos durante un descenso en peso constante . Si se aumenta el tiempo de inmersión y se . . .aría la amplitud y el ritmo, se podrá trabajar en condiciones hipóxicas.

TRASLACIÓ N EN EL FONDO Es un ejercicio de destreza óptimo para mejorar el aleteo, el autocontrol y, sobre todo,

el sentido del equilibrio cabeza abajo y la orientación en el agua. Se trata de caminar sobre las manos buscando la máxima adherencia al fondo con una aleteada apropiada.

Ejecución 1. Tras alcanzar el fondo con un golpe de riñón en escuadra. se adopta la vertica l, apoyándose sobre las dos manos . 2. La cabeza debe estar alineada con la columna verteb ral Uusto entre los brazos) para mantener la posición durante el desarrollo de la práctica.

3. Asumida la postura, se empieza a aletear para conservar la adherencia al fondo y avanzar moviendo primero una mano y después la otra. 4. Caminar con las manos hacia atrás, en la dirección opuesta a la que se mira. 5. Terminada la traslación, girarse y emerger. El aleteo debe ser amplio, lento y simétrico, para garantizar la vertical y un adecuado avance. La acción se da en agua profunda; podrá realizarse llevando la más cara y luego, operar sin ella para mejorar la percepción del cuerpo en relación con el agua, el equilibrio ,y, en su conjunto, el autocontrol. La buena realización se distingue por el mantenimiento de la vertical, la amplitud del aleteo, la coordi nación del desplazamiento de los brazos y, sobre todo, por la tranquilidad y el estilo personal, que son índice de serenidad y armonía.

APNEA HOr\IZONTAL ALETEANDO (manos en el mura) El ejercicio es prácticamente como el anterior, con la diferencia de que la posición del apneísta ha girado 90 ' - perpendicular a la pared-, para permitirle asumir una pos ición horizontal que si mule la apnea dinámica. Ejecución 1. las manos se apoyan en la pared , los brazos se mantienen derechos y la cabeza, en la línea del cuerpo. 2. Las piernas aletean de modo regular y uniforme. Aumentando el tiempo de inmersión, la amplitud y el ritmo, sentimos los estímulos especificas del entrenamiento.

238

RECORRIDO SUMERGIDO MIXTO, PIERNAS Y ¡¡!\AlOS Se trata de hacer un recorrido mixto en inmersión. Si la ida se hace aleteando, la vuelta debemos hacerla deslizándonos por un cabo predispuesto. Se puede elegir una piscina o las aguas abiertas disponiendo una guía a profundidad constante .

Ejecución

l. Aleteo correcto. 2. Movimiento de los brazos lento y regular. 3. Tranqui lidad en la inmersión.

4. Ausencia de trabajo muscular de las partes no implicadas en cada fase del recorrido.

Este ejercicio es preparatorio para la inmersión a lo largo de un cabo guía , que se emplea en aguas libres para el peso constante. Adoptando procedimientos dife-

rentes, la ida con aletas y la vuelta con los brazos, el apneista adquiere. piscina tras piscina, sensibilidad para distender los sectores musculares que no deben utilizarse.

5TOP ANDGO Después de haber depositado varios cinturones de lastre en la piscina, partir haciendo un recorrido con aletas. Llegados al final, realizar una apnea estática, empleando los cinturones para permanecer anclados al fondo el tiempo oportuno, que podrá aumentarse en base a la práctica. Sin emerger, completar el recorrido de vuelta. Como variante, efectuar una apnea estática antes de partir y otra a mitad o al final del recorrido. Combinando varios stop

ano go,

crearemos nuevas situaciones de entrena-

miento, sobre todo, mentalmente. Evaluar los siguientes factores: aleteada correcta y regular, posición justa y relajada en la apnea estática (ni demasiado larga, ni demasiado corta), control de la acción en el recorrido de vuelta. Este ejercicio propone una apnea a la espera, combina la dinámica con la estática, y trata de encontrar un equi librio entre aletear de modo suelto y con el menor esfuerzo posible, transcurrir el tiempo de estática en absoluto relax y completar el recorrido con pausa y tranquilidad.

8. 4 Y AHO RA, JUGUEMOS CON LA APNEA Jugar en apnea se puede y se debe . No sólo porque el juego. demostrado por decenas de estudios, es el mejor modo de aprender (todos los cachorros de cada especie aprenden jugando), sino porque incluir momentos lúdicos al final de un entrenamie nto es ideal para relajarse y reencontrarse con los compañeros. Al terminar, el juego favorece la recuperación de la atención que nos acerca al ambiente en que nos encontramos, descargando las tensiones que hayan podido acumularse . En las

239



primeras inmersiones. el juego es un i nst rument o útil para au mentar la capacidad acu áti ca en ambientes sin protección. Sin contar con que, divirtiéndose, el apneísta olvida el tiempo y las prestaciones, porque su atención está centrada en un

objetivo lúdico. No pensar en la apnea es óptimo para realizar un buen tiempo, un

buen descenso o una buena distancia, además de potenciar las motivaciones. la introducción del entretenimiento en la práctica de la apnea permite acercar el espíritu colectivo a un deporte en apariencia individual y satisfacer esa propensión del individuo a la socialización, cosa gratificante. El disfrute no significa irresponsabilidad , jugar no quiere decir olvidar la seguridad . Todos los partidos requ ieren dos o más personas 'y esto supone, de hecho, atención. Proponemos ahora varios juegos, entre los cuales, algunos necesitan material de apoyo: una pizarra de plástico, un lápiz , una goma, globos, cuerdas de distinto color, el tablero de damas oportunamente lastrado y las fichas un poco modificadas para poder usarlas bajo el agua, aros y sogas de distinto tipo como ejemplo para crear situaciones lúdicas sumergidas.

JUEGOS PARA LA APNEA ESTÁTICA Todos los juegos que proponemos se hacen con un seguimiento recíproco y constante. Con el compañero o en grupo, la seguridad es una cuestión de vigilancia y atención: la presión de una mano da mucha información sobre el bienestar de una persona. Tijeras, piedra y papel

El pasatiempo es muy sencillo , cada participante puede simular tres objetos con las manos: Papel

- mano abierta

Piedra

- puño cerrado

Tijeras . dedos índice y medio extendidos Los dos apneístas se ponen uno frente al otro y a una señal convenida muestran la mano, hasta ese momento mantenida detrás de la espalda. las reglas son:

• tijeras gana al papel • papel gana a la piedra

• piedra gana a las tijeras Por supuesto, vence quien logra permanecer más partidas sumergido. lo descarga

Un grupo de tres o más se dispone en círculo cogidos de la mano. Un elegido hace de central eléctrica y manda una descarga o apretón de manos, que pasará de mano en mano hasta volver a la central. El objetivo del grupo es hacer girar la descarga lo máximo posible.

Puntos y líneas. El transmisor lo representan los dedos de las manos. Uno envía un

Alfabeto morse

mensaje, el siguiente lo transmite. la dificultad estriba en conservar el mensaje original y resistir lo máximo posible. Al terminar la cadena, el receptor final podría, si dispone de una pizarra submarina , escrib ir el mensaje para el control final y la comparación con los otros grupos que compiten. Es un ejercicio óptimo para el entrenamiento y el calentamiento. En superficie o en

Lo espiración mós largo

tierra, espirar largamente. Un cronómetro y el compañero son suficientes para un desafío entusiasta. Soltar las burbujas más hermosas desde el fondo marino, mientras otra persona vigi-

Ourbujos

la desde la superficie. Un juez establece los tiempos de apnea y los concursantes deben permanecer bajo el

El reloj

agua sin reloj el tiempo establecido. Triunfa quien más se aproxime al tiempo pedido. Variante: todos se sumergen tras la indicación del juez vigilante, que los hará romper la apnea a una señal convenida . Gana quien dictamine con mayor exactitud el tiempo transcurrido. De la posición de flor de loto a la vertical cabeza abajo, dejar correr la imaginación

El budo

creando figuras que duren el mayor tiempo posible. Hacer paradas en el fondo en espiración completa. Domina el que más aguante.

Pulmones vocíos

Una partida de damas particular, pues los movimientos se efectúan bajo el agua. Al

Los damos

emerger, cada contrincante debe quitarse la máscara para no poder ver desde la superficie y volvérsela a poner sólo en el momento de ir al fondo y jugar de nuevo. Cada jugador prepara una moneda para la carrera de la pulga, que se realiza en el

Lo pulgo

fondo. la intención es llegar el primero a la meta. la pulga debe moverse sin ser tocada , sólo con el desplazamiento de agua que provocan las manos o, con apneístas de buen nivel, el chorro de la boca. Se puede emerger a coger aire a sab iendas de que supone un retraso en el objetivo, alcanzar la meta.

JUEGOS PARA LA APNEA DINÁMICA Preestablecido un recorrido sumergido, el vencedor es aquél que llega el último. los

El caracol

participantes no pueden pararse, sólo dosificar la frecuencia del aleteo. Es un buen medio para desarrollar habilidad y propulsión. Determinado un recorrido

~elevos

más o menos complicado, organizar varios equipos con dos o más apneístas y dis-

2-+1

ponerlos en los extremos o sobre el bordillo de la piscina, según la longitud y el nivel de preparación de los participantes. Cualquier cosa puede servir de testigo. Los tra· yectos su mergidos, dependiendo del material didáctico disponible, podrán ser de dis· tinta dificultad. Recorridos submarinos

En el mar, los itinerarios submarinos pueden ayudar a descubrir el entorno. Se trata de pasajes en grutas abiertas, o a traves de objetos preparados y predispuestos como aros, cuadrados, cabos, etc.

Recorridos en parejo

Formadas las parejas, cada una salvará una determinada distancia. Uno de los dos componentes empujará al otro por los pies, que estarán apoyados sobre sus hom· bros. El compañero que va delante debe só lo corregir la dirección. Al llegar a la mitad del recorrido, cambiarán los papeles y volverán al punto de partida.

Lo oruga

El juego anterior puede volverse más divertido con la participación de otros apneís· tas, componiendo una oruga submarina, que recorrerá cierto trecho antes de invertir el sentido del desplazamiento.

El ciego

Utilizando una máscara con los cristales oscurecidos, el jugador debe efectuar un recorrido en el que se habrán predispuesto diversos obstáculos (cabos, aros, escua· dras, etc.). Cana quien llega en el menor tiempo posible a la meta.

Pies pesados

Oportunamente lastrados, sin aletas pero con gafas, se pueden hacer trayectos, carre· ra de relevos o luchas para esquivar al adversario. Todo bajo el agua, naturalmente, en el mar o en piscina, aunque poco profunda.

Hockey submarino

El disco podría ser un plomo pequeño de medio kilo. Provistos del tubo, que usarán como stick, los jugadores deben puntuar en la portería contraria, representada por el muro de la piscina.

Paracaídas

Disponer en el fondo pequeños saquitos de plástico numerados o de diferentes colo· res, anclados por un peso. Cada equipo debe hacer despegar su paracaídas descargando aire de los pulmones dentro del saco, quizá despues de haber realizado un breve recorrido. Vencen los que consiguen que su paracaídas emerja el primero.

CAPiTULO 9

LA FORMACiÓN EN AGUAS LIBRES

Un cabo del que nunca he visto el final, quizá por eso atrae mi curiosidad.

H

a llegado el momento de sumergirnos en las aguas del mar abierto o de los lagos y de poner a prueba todo lo que hemos aprendido en la piscina. Las aguas libres

se deben experimentar con progresión y prudencia, sabiendo desde el principio que

estaremos en una situación en la que hay que considerar las variaciones ambientales como la corriente, las mareas, las olas, la temperatura, las condiciones meteorológi· cas , etc. En los primeros epígrafes de este capitulo hemos resumido las princ ipales nociones sobre el ambiente submarino, sus características fisicas y movimientos; no encontrarán nada en este libro sobre la flora y la fauna, que representa para muchos una de las motivaciones para practicar apnea, porque su vastedad requeriría todo un volumen (en la bibliografia aparecen textos especificos que pueden consultarse). Por lo que a nosotros concierne, nos limitaremos a una única recomendación: sumergirse en apnea en las aguas del mar o de un lago supone penetrar silenciosamente y con gracia en un ambiente que todavía hoy reserva tantas sorpresas. Uno de los placeres que convierte en fascinante la apnea o el buceo con máscara y tubo es la observación de la vida marina. Las aguas constituyen ambientes biológicos muy distintos entre sí y hospedan gran variedad de seres vivos. Durante cada inmersión, el apneísta debe proceder como un visitante educado, como un huésped cortés y no como un rapiñador, cada amante del mar debe ser consciente de los daños potenciales que un comportamiento inadecuado podría provocar.

9 .1

El PLANETA OCÉANO

Las imágenes que recibimos desde el espacio muestran la Tierra cubierta por el agua, un planeta oceánico, con el 71 96 de su superficie ocupada por los mares, el 55% de los cuales son profundos . La oceanografía es una ciencia relativamente reciente, pues empezó su desarrollo a finales del siglo XVIII. Hasta entonces. los movimientos de las masas de agua y la geología del fondo marino se estudiaban sólo en función de la navegación. Hacia finales del XVIII, el arte de la navegación y las ciencias del mar se

separaron para seguir cada uno su propio curso. Hoy, los geógrafos se inclinan por considerar que el océano es, en realidad , uno 5010, aunque reciba tres nombres dis· tintos. El océano representa una parte de la hidrosfera, que está constituida por el conjunto de todas las aguas presentes en el planeta en sus distintos estados. En términos de volumen, el 9 7% de la hidrosfera la constituyen las aguas marinas oceá· nicas, mientras que los otros componentes son las aguas continentales de superficie: los glaciares, los cursos de aguas y los lagos, las aguas subterráneas y el vapor de agua atmosférico. La necesidad de uniformar el conocimiento ha llevado a definir de

IIIIJIlOSFEHA

Ilicios ) I.iclos pola rcs 2, 1%



Ln"os o y cursos dc agua

Océallos \ IlIare$

Acuíferos ~lIbterníneos 0_6%





Atlnósfcra 0,00 1%

Biosfera 0 .0000,%

0.01 %

97.3% forma muy esquemática el Océano Mundial como constituido por un cuerpo de agua único, distribuido en torno a la Antártida, que se extiende hacia el norte a tra· vés de tres «golfos» principales, comprendidos entre las masas continentales. Estos golfos son los océanos Atlántico, índico y Pacifico. Cada porción de océano encerrada entre las partes continentales se diversificó a través de importantes cambios fisicoquímicos que han influido en el sistema climático, biológico y geoquímico, asumiendo el nombre de mar. Las propiedades fisicas de los mares dependen de la temperatura, densidad y concentración de sus sales. Temperatura y salinidad están sujetas a variaciones, sobre todo, en superficie, donde el océano interactúa con la atmósfera. En esta interacción se produce el intercambio de energía, calor y materia, ya sea en forma gaseosa (burbujas), líquida (gotas) o sólida (d isuelta o en suspensión), lo que produce la diversidad en las distintas latitudes. La salinidad del Mar del Norte es del 9 %o frente al 40 %o del Mar Rojo. Las teorias sobre la formación de los océanos son varias, aunque existe una hipó· tesis que la explica como producto de la condensación del vapor de agua que, pre-

sente en la atmósfera primordial,

comenzó a caer

sobre la tierra bajo forma de lluvia

cuando se enfrió el planeta. Estas ll uvias torrenciales fueron concentrándose en las zonas más bajas del globo hasta que llenaron las cuencas hoy llamadas oceánicas, que contienen cerca de 1.500 millones de km) de agua. El agua, al caer sobre la superficie terrestre, arrastró consigo, antes de llegar a las cuencas, mu ltitud de sales minerales que, junto a las producidas por la in tensa actividad volcánica, son responsables de la salinidad de los océanos. Como sucede con el aire, el agua fría es más. densa y tiende a estratificarse bajo la

Lo rermocl ino

más cálida. Se crean así verdaderos estratos de agua de distinta temperatura a distinta profundidad. La delimitación de las capas de agua a la misma temperatura se llama termoclina. Hablando de la génes is de los océanos, nombramos la temperatura del agua, imputando a esta caracte rística física una importante responsabilidad, incluso en la determinación del clima: los cambios de estado del agua, por ejemplo, la evaporación, hacen la función de un gran termostato en las regiones costeras. La principal fuente térmica que calienta el mar es la radiación solar¡ la penetración en profundidad de las radiaciones está asociada a la turbidez del agua, es decir, a la cantidad de partículas en suspensión. En pleno océano, y en condiciones normales, el 8096 de la energía es absorbida entre la superficie y el primer metro de profundidad, mientras que la asimilada a l Oa m es sólo del 0,4596 del total de la energía almacenada por las aguas marinas. El calentamiento de las aguas profundas puede producirse por conducción, es decir, por la transmisión de calor de una partícula caliente a otra más fría, o por convección, un fenómeno mucho más significativo. La convección se verifica en las ag uas marinas, en medio del movimiento turbulento de las aguas superficiales, como las olas y los movimientos verticales debidos a la diferencia de sali nidad, sobre todo, donde la evapo ración es muy fuerte, o donde la temperatura de las masas de aire es muy baja, cerca de los polos. la vida marina está condicionada por la temperatura del agua y para el hombre que se sumerge es impresci nd ible conocer su magnitud con el fin de determ inar una protección térmica adecuada. En el Capítulo 1 dijimos que en el agua el calor corporal se difunde 25 veces más rápido que en el aire,

razón que justifica el uso de

un traje de

neopreno de espesor adecuado al ambiente. la presencia de la termoclina añade una ulterior motivación para elegir un traje; tanto en el mar como en el lago. se veri-



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fican saltos de temperatura entre la superficie, en general, más caliente, y los estratos en profundidad . que a veces superan incluso los IO ' C, sobre todo, en los lagos, que son más pequeños y menos profundos. Por lo tanto, cuando nos sumergimos hay que tener en cuenta que la diferencia entre la temperatura en superficie y en profundidad es notable. La vestimenta debe ser adecuada a las condiciones que encontraremos en el fondo y no en superficie. En las aguas tro· picales, en cambio, la diferencia de temperatura en general es insignificante.

La salinidad

La salinidad del mar tiene un valor medio que se mueve en torno al 35960, lo que significa que la masa total de sustancia sólida contenida en 1.000 g de agua (cerca de 1 1) tiene un valor medio de unos 35 g. En realidad, existen variaciones que en ciertos casos alcanzan valores relevantes, tanto en superficie como en el fondo. En los océa· nos, los valores de salinidad más altos se encuentran en las zonas tropicales, donde alcanzan el 37960. En el ecuador, donde las precipitaciones son elevadas y la nubosi· dad atenúa la acción de las radiaciones solares, la salinidad del agua, en general , es inferior. En las latitudes altas y hacia los polos , la cantidad de sal desciende hasta registrar valores en torno al 33-34%0. En estas zonas, la evaporación es menos intensa y el aporte de agua dulce, que se origina cuando se funden los hielos, es nota· ble. Pero todo lo dicho sobre la distribución de la salinidad cambia si se trata de los mares o de la porción de océano encerrada por un continente; aquí, la cuantía de sal en agua denota variaciones. Así, en la Manga, la salinidad es del 35960; en la costa danesa del Mar del Norte se rebaja al 32960, y en el golfo de Fi nlandia, tierra de mil ríos, se llega al 3·4960, dada la importante afluencia de agua dulce. La reducción de la sali· nidad en esta agua eleva el punto de congelación, por lo que, contrariamente al agua marina, que se conge la en torno a los - 2 ' C, en estas con diciones, las aguas se con· gelan a O' C. ocasionando problemas para la navegación. Pasando al Mar Rojo, encor· setado entre tierras desérticas, su concentración salina está entre las más altas de los mares abiertos, y el valor varia del 41 al 43%0, con una temperatura media del agua de 24 ' C contra los 13-14 ' C de los océanos. En el Mediterráneo, la salinidad media pasa al 36960. aunque los valores varían mucho según las zonas, y van del 18%0 en el Mar Negro. debido al abundante aporte de agua dulce de los ríos rusos, hasta el 40%0 de concentración salina del Mar de levante , donde la costa africana es desértica.

La salinidad y la temperatura definen la densidad del agua, de la que, en defin itiva , depende el empuje de flotación (véase el principio de Arquímedes descrito en el Capítulo 2), que determina la flotabi lidad del apneista. Todo buen submarinista y amante del mar debe conocer todo esto para escoger el lastre adecuado, que en el Mediterráneo será evidentemente distinto al del Mar Rojo. la alta concentración salina en este último requiere un aumento adicional de peso a paridad de equipa· miento, para compensar la mayor densidad y, por tanto, el mayor empuje de flotación.

Hubo un tiempo en que, la transparencia del agua de mar se media basándose en la

lo transparencia

visibilidad de un disco blanco de un diámetro de 30 cm puesto en el agua. Con este método se registraron en los mares subtropicales valores oscilantes entre los 30 y los 60 m de profundidad, aunque un vislumbre de reflejos se registraba hasta cotas preabisales. Hoy la técnica para medir la transparencia del agua marina ha cambiado y en lugar del disco blanco se usan células fotoeléctricas que perm iten medir el alcance de una determinada longitud de onda del espectro luminoso a una cierta profundidad. Como aprendimos en el Capítulo 2 al hablar de la absorción de los colores, bajo los 20 m todo es azul. Aun así, un .componente fundamental del grado de trans parencia es la suspens ión de las partícu las que vuelven el agua más turbia, impidie ndo el paso de la luz, cosa que tiene una impo rtancia primordial para la vida marina. la cadena alimenticia tiene como primer es labón el plancton, constituido por seres vivos microscópicos, animales (zooplancton) y vegetales (fitoplancton), de los cuales este último precisa la luz para realizar la fotosíntesis necesaria para mantenerse con vida. No es difícil intuir a partir de estas pocas observaciones cómo la con· tam inación física del agua puede modificar profundamente la cade na alimenticia y provocar la ruptura de ecosistemas enteros.

9.2

LOS MOVIMIENTOS DEL AGUA

El mar está en constante exposición a la acción de fuerzas como la atracción gravitatoria del sol y la luna, el viento y la presión atmosférica, y a las fuerzas generadas por la variación de algunas características, como la densidad, la salinidad y la temperatu ra. Estos factores determinan cambios en las masas de agua que generan:



las olas



las corrientes



las mareas

Estos movimientos inciden sobre la actividad subacuática y es necesario conocerlos para poder planificar mejor las inmersiones, haciéndolas más seguras y divertidas. Con frecuencia, son las olas y la corrien te las que inspiran mayor temor a quien se aproxima al mar; com prendiéndolas será más fáci l prever la evolución del mar y, sobre todo, adoptar estrategias de comportamiento adecuadas . Las olas u ondas cortas son los movimientos de la superficie del mar más conocidos. La causa más frecuente de las olas es el viento. Menos común, pero también significativa, es la actividad sísmica que produce, a veces, maremotos de intensidad enorme, que ge neran un grupo reducido de gigantes ondas li bres. Cada ola causada por el viento se

los olas

forma de la misma manera. Para conocer el fenómeno que produce las olas imagi nemos la superficie del mar o del lago en calma y la acción del viento que. improvisadamente, golpea la extensión de agua. Ésta provoca al inicio la formación de pequeñas crestas y, si la acción del viento continúa superando los 4·5 m por segundo, el flanco inclinado de cada cresta presentará una superficie mayor sobre la que el viento podrá empujar con ángulos de impacto cercanos a la perpendicularidad. Dada la naturaleza turbulenta del flujo de aire, se formarán primero olas pequeñas. Las más inclinadas se romperán V cederán parte de su energía a otras más estables, por las que serán alcanzadas. Si con· tinúa, la acción .del viento inten si fi cará el movimiento ondulatorio y originará las olas forzadas, crecientes en dimensión y velocidad, hasta que alcancen un estado estacio· nario con tamaño y velocidad constantes, compatibles con la fuerza del viento y la ten· sión superficial. Si la velocidad del viento fuera más rápida que la ola, la cresta se incl i· naría fuertemente hasta precipitar y desaparecer en el seno, dando lugar a una mar rizada caracterizada por la pre sencia de espuma en las crestas, de lo que se desprende que las caracteristicas del viento que genera la ola serán determinantes. Tres son los factores que determinan el tamaño que la onda puede alcanzar: 1.

Fuerza del viento (velocidad).

2.

Duración del viento (tiempo).

3.

La superficie libre de obstácul os sobre la que está actuando el viento o zona de fe tch.

El movimiento ondulatorio no cesa en concomi tancia con la caída del viento, sino que se atenúa ligeramente en relación con la dispersión de la energía. Además del oleaje, la superficie del mar presenta movimiento s oscilatorios más lentos, asociados a la presencia de ondas largas. Entre las ondas largas más conocidas destaca la marea astronó· mica y el Uunam; u onda libre, Que, de

aspecto

más

r egular y estable. se propaga a gran· des distanc ias.

Si se observan los objetos flotante s durante la manife stación del fenómeno de la onda corta y en ausencia de viento, es fácil recibir la sensación de que éstos se mue· ven hacia delante y hacia atrás como hacia arriba y hacia abajo, sin avanzar ni retro· ceder. Si hubiese transporte de agua, también Jos objetos flotantes serían arrastrados

248

en la dirección del desplazamiento de las olas. En realidad , se trata de un movi· miento oscilatorio que depende del movimiento de las partículas de agua. Cada partícu la está sujeta a la acción del viento, a la fuerza de gravedad y a la tensión superficial (la fuerza de cohesión de las molécu las que constituyen el líq uido), por lo que describen órbitas circulares. Sobre la parte más elevada de la ola, la cresta, se moverán en la misma dirección que és ta, mientras que en la parte más deprimida, el seno, lo harán en la dirección opuesta. Estos movimientos se transmiten a las partí· culas más profundas, pero el diámetro de las órbitas circulares descritas disminuye rápidamente a una profundidad par a la mi t ~d de la longitud de la ola. Por esta razón, superada la superficie agitada, bajo el agua reina la quietud. Cada ola se caracte riza, entonces, por longitud, altura y período. La longitud de la ola es la distancia entre dos crestas consecutivas. La altura es el valor del desnivel entre cresta y seno y es igual al diámetro de las órbitas recorridas por las partículas de agua en superficie. El período es el tiempo empleado por dos crestas consecutivas en pasar por el mismo punto de referenc ia. CtESTA

CRESTA

I AlTUItA DE LA

ou. Nlvtl DE AA"'.



LONGITUD DE ONDA

En mar abierto, cuando las olas mayores caen por su propio peso, en el seno se forman olas más pequeñas. Las olas más grandes viajan a mayor velocidad que las más pequeñas. Así, lejos de la zona de fetch, las olas se propagan como una sucesión de olas grandes seguidas de una serie de olas pequeñas, generando una mar ordenada. Este estado de mar se llama ~ mar de fondo ~ u oleaje tipo ~ swell " para distinguirlo del mar desordenado y caótico que se da en la zona de fecth, denominado ~ mar de viento" u oleaje tipo ~sea" _ En ocasiones, la rotación del viento puede determinar la propagación de la energía de la ola en distintas direcciones, foro mando una situación de aguas confusas que se mueven en dos o más direcciones. Cuando la ola se acerca a la costa y alcanza aguas más bajas que la mitad de su Ion· gitud de onda, la velocidad disminuye y las partículas de agua más profundas , en con· tacto con el fondo, pierden velocidad debido al roce. El fondo ejerce una acción de frenado, por lo que la base de la ola va más lenta; la cresta, en cambio, procede sin variar la velocidad, adquiere una forma aguda y su altura aumenta hasta que sobrepasa el limite de la estabilidad y se precipita en el seno, provocando la rotura del oleaje de fondo, donde se produce el paso del movimiento oscilatorio al transporte de la masa

ESCALA ANEMOMtrRICA DEAUFORT

Velocidad media 1 del viento a una ahura de 10m sobre un terreno llano y descubierto

Denominación

Cifra Beaufort

del "leolO

1-

En tierra

nudos

km/h

Calma

0-1

0-1

Calma. El humo se eleva verticalmente.

Ventolina

1-3

1-5

El humo revela la dirección del viento.

Flojito (Brisa muy débil)

4-6

6·11

3

Flojo (8risa débil)

7-10

4

Bonancibe o moderado (brisa moderada)

11·16

20-28

El viento levanta el polvo y las hojas de papel; los ramos se agitan.

5

Fresquito (brisa fresca)

17-21

29·38

Los arbustos comienzan a ondear; en las aguas de tierra firme se forman pequeñas olas con crestas_

6

fresco (brisa fuerte)

22-27

39-49

las ramas gruesas se agitan; los hilos telegraficos silban; el uso del paraguas es dificil.

7

Frescachón (Viento fuerte)

28-33

50-6 1

Los arboles se agitan enteramente, caminar contra el viento resula dificil.

8

Temporal

34-40

62-74

El viento rompe las ramas; caminar contra el viento se vuelve muy dificil.

9

Temporal fuerte

41-47

75-88

El viento causa daños a 105 edificios (tejas, alerones, chimeneas).

10

Temporal duro

48-55

89-102

Árboles arrancados de cuajo; daños de importancia en los edificios.

11

Temporal muy duro

55-63

103-117

5e verifica muy rara vez; devastaciones graves y extensas.

12

Temporal huracanado

64 y más

118 y más

-

O

1 2

¡

Se percibe el viento en el rostro; las hojas se mueven; una veleta normal se pone en movimiento.

12-19

Hojas y ramilletes en constante movimiento; el viento

ondea banderas ligeras.

I 2S0

Descripción de los efectos

-

- j;

,

Descripción de los efectos

Altura

de las olas

En la costa

En alta mar

m

• El mar es como un espeJo.

Calma.

Se forman pequeñas crestas que parecen escamas de pez, pero

las barcas de pesca apenas se mueven.

0,1 (0,1)

El viento infla las ve las de los barcos que se deslizan a 1-2 nudos.

0,2 (0,3)

tienen aspecto vítreo, pero no se rompen. Olas muy pequeñas; las crestas más grandes comienzan a romper: espuma de aspecto vítreo; borreguillos dispersos.

las barcas asumen una andadura ligera y navegan a 3-4 nudos.

0,6 (1)

Olas pequeñas que se vuelven más largas; abundantes borreguil los.

Viento moderado; las embarcaciones izan todas las velas y asumen una buena andadura.

1 (1,5)

Olas moderadas que asumen una forma netamente alargada; gran abundancia de borreguillos. Algunos rociones.

las embarcaciones recortan velas.

2 (2,5)

Comienzan a formarse olas más grandes; crestas de espuma blanca ampliamente extendidas. aumento de los rociones.

Imposible la navegación de embarcaciones menores. las embarcaciones bajan a dos rizos; la pesca requiere precauciones.

la mar se vuelve gruesa; la espuma blanca proveniente de las olas mas grandes que se rompen comienza a ser soplada en tiras que se disponen en el lecho del viento.

las embarcaciones permanecen en puerto; las que se encuentran en el mar, se meten a la capa. Es peligrosa la navegación de buques con cubierta.

Grandes olas de altura media y más largas; del borde superior de las crestas comienzan a separarse vórtices de salpicaduras; la espuma es soplada en tiras muy netas que se disponen en el lecho del viento.

Es peligrosa la navegación de buques grandes. Todas las embarcaciones se dirigen a puerto.

sin rastro de espuma.

Crestas todavía pequeñas pero más evidentes; las crestas

3 (4)

4 (5,5)

5,5 (7,5)

Olas gruesas; espesas tiras de espuma sobre el lecho del viento; las crestas comienzan a vacilar, a hundirse y a romperse en tubos; la mar em ieza a rugir; las salpicaduras pueden reducir la visibilidad.

7 (10)

Olas muy gruesas con grandes crestas; la espuma se dispone en anchos bancos y es soplada en el lecho del viento en espesas tiras blancas; la mar aparece blanca y su rugido es intenso; la rotura en tubos se vuelve constante y violenta; la viSibilidad es reducida.

9 (12,5)

GruesiSlma marejada (las embarcaciones de pequeño y mediano tonelaje desaparecen de la vista); el mar esta totalmente cubierto de bancos de espuma blanca alargados en la dirección del viento; el viento dispersa el borde de la cresta de las olas, que asume un aspecto espumoso; visibilidad reducida.

11,5(15)

El aire está lleno de espuma y salpicaduras; el mar está completamente blanco de espuma a la deriva; la visibilidad es extremadamente reducida.

14 (1 7,5)

I zS I

!

I

LOlIgi lllfl d(' olido del oli'ajt'

1"



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líquida. Para una misma ola. la forma de rotura depende de la pendiente del fondo: cuando la ola encuentra un fondo empinado, rompe cerca de la costa (zona de rompiente estrecha), aumentando bruscamente su altura y avanzando con gran energía; si el fondo es de suave pendiente, la ola comienza a romper lejos de la línea costera de forma suave, pudiéndose observar varios frentes de ola rompiendo a la vez (zona de rompiente ancha). Para entrar en el mar por la zona de rompiente. hay que observar la escena para entender el periodo de la serie de olas y escoger el momento más propicio. El agua que se descarga en la costa del rompiente debe luego volver al mar. Esta vuelta genera una corriente de retorno o resaca. Las corrienres

las corrientes marinas pueden originarse por varios motivos. La tendencia a restablecer el equilibrio de las características fisicoquímicas del agua crea el desplazamiento de las masas y, por tanto , genera las corrientes. En particular, la diferencia de: •

temperatura



salinidad



evaporación de la superfi cie



aporte de agua dulce

pone en movimiento las partícu las de agua y produce las corrientes. No obstante. la principal causa es la acción del viento. Cuando éste actúa sobre la superficie del mar provocando el movimiento de las olas, parte de la energía recibida por la masa de agua superficial se transm ite en profundidad . Cuanto más se transfiera el impulso a los estratos más hondos, menor será la intensidad por efecto del rozamiento hasta que se anule. Durante la transmisión del movimiento hacia abajo se verifica un fenómeno importante: el agua en superficie, golpeada por la masa de aire. no se mueve en la misma dirección del viento. sino que por el efecto de Coriolis -derivado de la rota·

ción de la TIerra- tiende a desviarse respecto al viento a izq uierda y derecha, según se encuentre en el hemisferio Sur o Norte, respectivamente (ley de Ferrel). Suponiendo que la masa de agua implicada en el

fenómeno fuese dividida en estratos superpuestos, se obtiene que la desviación del movimiento se acentúa en el paso de una capa a otra. La ley que regula la desvia-

~ !/~¡;·v7--Om I _ ~.•

' +--57 4

ción del movimiento en la transmisión de energía de la

atmósfera al mar sirve también para cada

~strato

I

de

¡

agua Que transmite el impulso al inferior. Se forma así una espiral, ll amada de Ekman, que tiene como efecto

1

último la formación de un flujo de agua a unos 100 m de profundidad, cuya dirección describe un ángulo de

DF,

,

O~" -L !

D\'~

cerca de 90 ' respecto a la dirección del viento. El pro-

OA!

ceso activado por éste y la dinámica de las masas de

100m

agua, combinadas con el efecto de rotación terrestre,

I.EY DE FERREL



generan las grandes corrientes oceán icas que determinan su dirección. Se trata de corrientes importantísimas que bordean los continentes e influyen en el clima. Entre las más conocidas mencionaremos la Corriente del Golfo, un sistema que del Mar de los Sargazos bor-

D\I: Din"t'('ión dtl movitnHomo drl \;f"nlO DF: Dil'fiTiún d('1 nu'o l)\,: n in-c'rjtlll

dea el Golfo de México y la costa oriental de Estados Unidos, hasta alcanzar el banco de Terranova.

De importancia fundamental para la inmersión es el conocimiento de las corrientes que se propagan próximas a la línea costera. la observación de la costa yel movimiento de l agua en superficie serán determinantes para la planificación de una buena actividad submarina. Si no se conoce la zona de inmersión, es aconsejable pedir información en un centro de buceo cercano o entre los pescadores del lugar. la más común entre las distintas formas de corriente costera es la generada en la zona de rompientes. Se trata de corrientes que circulan a lo largo de la costa, producidas por olas que llegan oblicuas a la linea costera e impiden el regular retorno al mar del agua acumulada en tierra por el transporte del oleaje en rotura. De este modo, se genera una corriente paralela a la línea costera. la otra forma importante es la corriente de resaca.

En general, la origina la acumulación de agua en el litoral debida al transporte asociado a la rotura del oleaje; para volver al mar, el agua se moverá de las zonas de mayor acumulación (mayor presión) a las de menor acumulación (menor presión). Estos gradientes puede generarlos el propio oleaje incidente, como, por ejemplo, dos frentes de oleaje con incidencia oblicua, que acumulan más agua en las zonas de la playa donde coinciden dos crestas; el agua tiende a salir por la zona de senos. También una orografía irregular puede generar gradientes en la acumulación del agua, como, por ejemplo, un cabo.

25J



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acomejal//os alg/l/los ('jereir/os de p"lIIlI(/sia lubán"co (lY!ose Capíllllo -:) (m/N de {'I/Imr {'I/ elllglla. J)c esl(' fIIodo. se pl'f!'

y $(' ftl/'Of'f!/'I!II I(/s maniobras dc ,..,'i se adf'ief'te la apariciólI de UII eSfa(/o (/IIsIo,m dlll1l11ll·lo p/'('poració" 1'11 s"pr/firie. 1/0 se deoc dmla/" 1'11 COI/ceder más /¡'('mpo o/a rr!ojllción y si pcrsis/e es IIwjor ref//l/lciO/: Sobl'/' aúol/dollo/' se/'(>II(1l11ell/e frellle a II/Ilf illmerúól/

pUfll/l los rs/nll'IlIlYIs IIlmcllhlrl!!J ¡'¡/I/Jlicadas e/l la ape/'/1I1Y1 de hl$ //'OlIIpa$ de J:il$laqllio, COfllp(,lIsac/ón.

for..oda por IIIOI;,'os pe/'!Jolmles {!!J (I/dicc de I/Iadlll-e=,

265

Apnea d inóm ico

Tecnicamente, el ejercicio no constituye una dificultad, salvo por el hecho de conca-

en profundidad

tenar varias acciones bien precisas que neces itan una buena ejecución, demostrativa de la capacidad del apneísta para mantener el control de la situación yeventualmente, el estilo, indicador de su capacidad acuática. Se trata de efectuar un recorrido sumergido en apnea aleteando a profundidad constante, por ejemplo, - 7m .

Ejecución • Sumergirse con un golpe de riñón. • Alcanzadilla profundidad elegida, empezar a aletear con un ritmo adecuado a las condiciones, sin tocar el fondo. • Por seguridad, después del golpe de riñón y hasta el final de la inmersión , hay que quitarse el tubo de la boca.

Con tiempo y entrenamiento se podrá aumentar la dificultad del recorrido, la longitud , la durac ión de la inmersión y la profundidad para crear estímulos que mejoren nuestras prestaciones.

2hÓ

9 .4

RECUPERACiÓN DEL ACCIDENTADO

Se trata de reproducir el salvamento en profundidad de un apneísta en estado de

inconscienc ia. El objetivo es llevar al accidentado a la superficie lo más rápido posible y hacer que vuelva a respirar. la simulación en piscina de esta técnica (véase Capítulo 8) resultará extremadamente útil. Estar preparados en caso de

necesidad es una justa responsabilidad del apneísta. Practicaremos como se describe a continuación, operando en un fondo que puede variar de los l Oa los 15m,

con un compañero y un asistente en superficie. Establecido quién desempeñara el papel de socorrista y de víctima , procederemos como sigue.

Ejecución • la víctim a partirá primero. Una vez alcanzado el fondo, se pondrá en posición prona en apnea estática. El mismo ejercicio puede desarrollarse cerca de un cabo guia. En tal caso, el accidentado se mantendrá a la cota establecida suje· tándose con las manos al cabo. • Después de controlar desde la su perficie , parte el socorrista, alcanza a la víc· ti ma, le quita V se quita el cinturón de lastre, V los abandona en el fondo. • En flotabil idad positiva, inician el ascenso en pareja. Ex isten distintos modos de llevar a la superficie a un apneista en estado de inconsciencia. Es el más fácil (fig.

A, pág.

268). El socorrista pasa un brazo por debajo de la axila

Orazo baj o lo axi la

de la víctima, le coge la cabeza con la mano del mismo brazo agarrando la mandíbula. con lo que se enco ntrará en un plano perpendicular respecto a la víctim a. disponiendo de todo el espacio necesario para aletear. Para evitar que el cuerpo del accidentado ofrezca resistencia al agua, es necesario que el socorrista aproxime al socorrido a su costado con el brazo. El socorrista toma al accidentado por las ax ilas y, con los brazos extendidos hacia

Con los b razos tensos

arriba, in icia el ascenso aleteando de modo decidido (fig. B, pág. 268). Se podrá colo-

bajo los axilas

car delante o detrás de él, según la corpu lencia y la situación. En cualquier caso, sus piernas estarán por debajo de las de la víctima y tend rán espacio suficiente para ale· tear. Llegados a la superficie, el socorrista debe mantener la cabeza del acciden tado fuera del agua; luego, debe quitarle las gafas y as istirlo con la respi ración boca a boca, mientras lo transporta rápido hacia el punto de salida mas seguro. Las técnicas de sacarrismo aparecen más detalladas en el Capítu lo 10.

2ú7

A

9 .5

JUEGOS EN APNEA EN MAR AOIERTO

Estos juegos deben controlarlos desde la superficie personas expertas en casos de urgencia médica.

Pulmones vacios

Se trata de bajar algún metro con los pulmones vacíos. Es un ejercicio utilísimo para entrenar la compensación.

Descensos

Sin lastre alguno y con el traje de neopreno, practicar evoluciones fantasiosas dejan-

con flotabilidad positiva

do espacio a la creatividad personal. La flotabilidad pOSitiva requiere buenas técnicas de inmersión para vencer el empuje del agua. Los golpes de riñón deben ser perfec·

tos para facilitar la bajada. Esprinr en subida

Varios apneistas, después de haber alcanzado j untos la profundidad deseada, vuelan hacia la superficie. Gana el que llega primero.

El ciego

Utilizando una máscara oscurecida, tal como hemos descrito en el Capítulo 8, debe efectuar un descenso a lo largo de un cabo previamente dispuesto y alcanzar un disco del que desenganchar un testigo que debe llevarse a la superficie. Después de la partida, el jugador no puede impulsarse tirando del cabo con las manos, pero le está permitido resbalar por él.

26H

Se trata de emerger intentando salir del agua lo máximo posible como dando un

Salro de lo orco

salto. Consiste en descender alrededor de un cabo efectuando el mayor número de giros

Tornillo

posible hasta llegar a la meta. Vence quien gire más , tanto en bajada como en subida . La idea de este juego es hacer una parada a una determinada cota para escribir algo,

Escribir

lo que requiere cierta lucidez y experiencia. Basta disponer una pizarra pequeña con lápiz para anotar las respuestas a cuestione~ matemáticas o de otro tipo. Tras haber inventado un mapa inicial con referencias precisas en profundidad y en

Cazo 0 1 te soro

superficie y, después de haber escondido las pistas que llevan al tesoro, los equipos deben seguirlas y encontrarlo. Ganan los que recuperan el tesoro. Es obvio que no se trata de esquí alpino, sino de un descenso en apnea sin aletas y

Descenso libre

tirando del cabo. La bajada será lo más lenta posible , y a lo largo del recorrido, el j ugador podrá encontrar, oportunamente dispuestas, algunas tareas que desempeñar: deshacer o hacer un nudo, utilizar una pizarra, inflar un globo, etc. Se trata de descender con un lastre atado al cabo que, desde la superficie, se emple·

Ascensor

ará para subir al apneísta, quien , concluido el descenso , será recuperado por los asis· tentes de la barca. La embarcación debe ser adecuada a tal propósito . Si se dispone de un globo inflable, vinculado al cabo como en el variable no ¡¡mirs, el ascenso podrá hacerse con él. Como en la natación sincronizada donde las nadadoras crean figuras en la superficie

Pi róm ide

del agua apoyándose en la acción de soporte de las compañeras, aquí los apneístas pueden sostener, aleteando adecuadamente, a otros compañeros para componer dis· tintas figuras. Un jurado dictaminará la originalidad de las figuras creadas por cada equipo y su nivel de dificultad. Utilizando un lastre móvil atado a un cabo, varios apneístas descienden juntos , sol-

Descenso en grupo

tándose cada uno en su cota . Se asciende aleteando a lo largo del cabo. La acción de los buceadores debe ser coordinada, para lo cual han de aletear todos juntos y man o tener así el contacto con el lastre. Consiste en efectuar paradas programadas en descenso y ascenso, a distintas cotas .

Srop ond 90

CAPíTULO 10

LA SEGURIDAD

L

a apnea es una disciplina que requiere un gran esfuerzo individual sin que por ello deba practicarse en soledad. El sistema de parejas const ituye la primera

reg la de la seguridad en el agua. En este capitulo trataremos cada aspecto de la seguridad. comenzando por el estudio de los peligros potenciales: la hipeIVentilación (técnica altamente contraindicada y superada por la ventilación asociada a la relajación),

los estados presincopales y el sincope. Veremos las reglas de la prevención que garantizan una apnea sin riesgos y divertida, el sistema de parejas , junto con la ali · mentación, la hidratación y la protección del frío. la seguridad depende también del estado mental; resulta determinante conocerse en el plano psicológico, ser capaces de escuchar y guiar el propio pensamiento, saber controlar ciertas reacciones, dominar los impulsos, así como articular las acciones interiores conscientes e inconscientes, los pensamientos pesimistas y optimistas, las decisiones y las dudas. Finalmente, consideramos que también forma parte del bagaje del apneísta el conocimiento de las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), por lo cual aconsejamos seguir un curso específico, pues leer un libro o estudiarlas no nos parece suficiente. Confíen en los especialistas y aprenderán las maniobras que precisa una emergencia.

10.1 PELIGROS DE LA APNEA Conocer los r iesgos que caracterizan la inmersión es responsabilidad del propio apneísta, por dos razones: permite hacer frente a las posibles urgencias del compañero y a la vez adoptar el comportamiento adecuado que garantice una actividad segura. La medicina deportiva ha hecho en los últimos años progresos notables y ha descubierto algunos peligros relacionados con técnicas en uso desde hace tiempo, como, por ejemplo, la hiperv entilación , considerada hoy causa de muchos síncopes.

27 1

Hiperventiloción

Hace cerca de 40 años algunos precursores del profundismo italiano pusieron a punto un sistema de ventilación que parecía permitir al hombre permanecer en apnea más tiempo. Esta técnica fue definida como hiperventilación. Adoptada como método de referencia, fue empleada por un grupo de pescadores submarinos; algunos la siguen todavía hoy porque desconocen sus desventajas y riesgos. Antes de efectuar el golpe de riñón, se practicaba una respiración particular: la frecuencia de 105 actos respiratorios era elevada, y se mantenían durante algunos minutos pero, sobre todo, la forma de terminar la fase espiratoria era especiaL la maniobra era forzada, tanto que se. oía, proveniente del tubo, un silbido estridente, como un gemido, un lamento al final de cada acto exhalatorio. la eficacia de la técnica parecía esconderse justo detrás de la intensidad de aquel sonido «asmát ico», Muchos pescado· res submarinos del pasado respiraban como un fuelle sirviéndose de movimientos alternados de los brazos : apertura y cierre repetitivos , para dilatar y vaciar hasta el espasmo la caja torácica. El objetivo era eliminar todo el aire viejo, o al menos la mayor parte, y cargarse lo más pOSible de oxígeno, de modo que el organismo fuese autónomo por cierto tiempo. Después de dos o tres minutos de hiperventilación, a veces incluso menos, la cabeza empezaba a dar vueltas, y las yemas de 105 dedos y las puntas de las extremidades hormigueaban. Observando a los atletas que hiperventilaban antes de sumergirse, el profesor Mauro Ficini - fallecido en agosto de 1996- se dio cuenta de que algo no funcionaba, comenzó a verificar la validez del método, y descubrió que no sólo no era operativo como se creía¡ sino que repre· sentaba incluso un peligro. Durante la hiperventilación, de hecho, no se acumula mayor cantidad de oxígeno en los alvéolos pulmonares. Después de dos o tres actos respiratorios profundos, la hemoglobina presente en los glóbulos rojos para el transporte del oxígeno a los órganos está ya saturada. En compensación, la respiración forzada provoca la bajada de la tasa de CO 2 , el gas de descarga producido por el trabajo metabólico de las células que respiran , es decir, las que oxidan moléculas de caro bono para producir la energía empleada por el organismo. la desorientación, el atur· dimiento, la se nsación extraña que se acusa al término de la hiperventilación no son señal de una hiperoxigenación, sino el aviso inequivoco de que los valores de presión del CO 2 han alcanzado un nivel demasiado bajo. Nuestro organismo es complejo y está dotado de mecanismos sofisticados destinados a suministrar señales útiles, aptas para reconocer que algo en el sistema no funciona y avisarnos a tiempo. Cuando se contiene la respiración , ocurre que al principio se está bien , no se advierte la necesidad de recargar el aire; esto sucede porque los intercambios celulares vitales continúan con los dos gases protagonistas: el Oz captado por los alvéolo s pulmonares y dirigido a las células, y el CO 2 que está siendo acumulado como producto de desecho. El estado de bienestar se mantiene hasta que los receptores sens ibilisimos del cuerpo humano captan que los parámetros de control no se encuentran entre los límites preestablecidos. El organismo está llegan -

27'2

do a una fase critica y nos pone en guardia. El O2 pasa de 100· 105 mmHg (milíme· tros de mercurio), valores medidos en los alveolos pulmonares en la primerísima fase inspiratoria, a 80 mmHg de presión parcial. El CO 2 continúa siendo expulsado de las células que componen los órganos y entra en la sangre: de una presión parcial inicial de 40 mmHg crece hasta va lores próximos a los 55-60 mmHg. Las campanas de alar· ma que saltan al advertir estos datos se ponen a funcionar: especiales núcleos de células nerviosas, quimiorreceptores carotídeos, aórticos y bulbares. receptivos sobre todo al aumento de la presión del CO 2 en el flujo hemático arterial. a las variaciones infinitesimales del grado de pH y, en segun~o análisis, a la carencia de O2• ordenan al centro respiratorio tomar aire. ¿Qué le sucede al atleta que mantiene la respiración conscientemente? Primero se verifica el deseo creciente de aire que se vuelve pronto una necesidad irresistible de respirar, la llamada hambre de aire. Forzando la apnea, el deportista sentirá una molestia difusa en el estómago. en la glotis. hasta que se produzca un sobresalto espasmódico de los músculos respiratorios, las conocidas contracciones diafragmáticas. A decir verdad, no todas las personas acusan los mismos síntomas, lo que significa que algunos pueden, en condiciones de apnea forzada, no sentir las contracciones, por falta de sensibilidad o por ausencia de tal manifestación. Luego. llega el punto de ruptura de la apnea y el sujeto está obligado a volver a respirar para no correr el riesgo de sufrir un síncope. Con la hi perventila· ción se engañan los centros bulbar es que estimulan el reinicio de la respiración. Es cierto, ha sido detectado que después de algunos minutos de hiperventi· lación, el nivel de presión de CO 2 baja hasta alcanzar valores de 25·30 mmHg. El organismo. antes de sentir los estímulos inducidos por el incremento del dióxido de car bono, se arriesga a entrar en colapso debido a la escasez de oxígeno: Oz break poinr o punto de ruptura del oxigeno. De hecho. hiperventilando, el apneísta no advierte. o lo advierte en menor medida, el hambre de aire, la necesl · dad de respirar, y es probable que pueda entrar en síncope. En inmersión -donde entra en juego la presión hidrostática que modifica tanto el volumen pulmonar como la presión parcial de los gases respiratorios dentro de los alvéolos- , el problema de la hiperventilación se agrava. El O2 pasa del alvéolo al torrente hemáttco con facilidad, ayudado por la presión parcial incrementada, e indu· ce a entretenerse en el fondo, ya que el oxigeno a disposición parece engañosamen· te abundante. En el ascenso, en cambio, los valores del vol umen pulmonar y de la s presiones parciales de los gases van disminuyendo hasta recuperar la normalidad, descubriendo que el oxígeno se ha consumido en exceso, hasta el punto de no tener el suficiente para alcanzar la superficie. Durante una apnea realizada después de una hiperventilación y, por tanto, iniciada con una tasa de CO 2 más baja, la llegada de las primeras contracciones diafragmáticas se retrasa, el intervalo entre una contracción

y otra se reduce y su intensidad crece. Además, se provoca un aumento de la freo cuencia cardíaca (han sido registrados valores hasta de 110 latidos por minuto), una

subida de la presión sanguínea y la inevitable contracción de

LA HIPEfWENTILAClÓN

muchos haces musculares, tres condiciones muy desfavorables a la apnea. Esto puede ser suficiente para convencer a cualquiera del

o/m COS(I qll(' /1/10 ,écf/i("(I fO/-:.flda ,"

hecho de que la hiperventilación no sirve para nada . • Quien hiper-

n"o:; di' ('s¡úroc;ó/I l' illsp;mriólI qlU' !lem. a lIird fisioló{dco. (I /11/(/ ('''(//I("("/Ofl dl' la lJ/y.'siól/ pardal dI'! rfió.ridú df> ror!Jollo;

ventila se engaña a sí mismo», decía Jacques Mayol. Cuando las condiciones fisiológicas normales tienden a restablecerse, como

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facilidad. Como vimos en el Capitulo 3, el hombre posee un reflejo

creer,

de inmersión que se manifiesta con una relajación general de los

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sucede durante el ascenso, el síncope puede sobrevenir con mayor

músculos y una disminución de la frecuencia cardíaca y de la pre· sión sanguínea. Con la hiperventilación, se desencadenan reacciones que son contrarias a las que nuestro cuerpo logra cuando está inmerso en apnea.

No hiperventilar jamás antes de la apnea. ESTados presincopoles

la función cerebral normal depende de un adecuado aporte de oxigeno y glucosa al

y síncope

cerebro. la disminución , más allá de ciertos limites , de estos dos factores lleva a la pérdida del conocimiento. En nuestro caso, el anegamiento de los pulmones es el resultado más frecuente del desmayo en el agua. la mayor parte de las muertes se deben casi siempre al hecho de que el buceador no es asistido con inmediatez. El ane · gamiento que determina que se encharquen los pulmones puede, además, enmasca-

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rar la verdadera causa del desmayo, que se define como sincope y que puede tam bién ser seco. Puede ocurrir que no se produzca el anegamiento de los pulmones por una serie de causas fortuitas, como la posición en la que el buceador se apoya en el fondo y al concomitante trismo de la mandíbula que cierra la boca e impide la entrada del agua. De esta manera han sido rescatados submarinistas tras muchos minutos de parada respiratoria. La oxigenación cardíaca y cerebral se mantuvo por el aumen· to de la presión parcial del poco oxígeno que quedaba en circulación. La secuencia mas común en un incidente de este tipo es la siguiente: el apneista realiza una larga hiperventilación para prolongar el tiempo y !a profundidad de inmersión, disminuye así los valores de CO 2 -que pueden alcanzar los 15 mmHg- y aumenta la presión par· cial de oxígeno (Pp O2) hasta 140 mmHg. Por efecto del incremento de la presión par· cial de los gases alveolares, a un cierto punto del trayecto, mas allá de los -20 m, el CO 2 alveolar se difunde hacia la sa ngre por efecto del llamado «gradiente invertido»; los estímulos o contracciones diafragmaticas, asociadas al hambre de aire, aparecen con retraso. El O2 he matico se mantiene siempre elevado por efecto de la presión hidrostatica, determinando lo que conocemos como «período de bienestan.. Los hechos que llevan al síncope son simples si consideramos que el principio base

El síncope: defensa

que regula cada actividad fisiológica es la conservación de la vida incluso a costa de

extremo del cuerpo

lesiones permanentes. Estar en apnea, contener voluntariamente la respiración, conduce hacia un gradual consumo del oxígeno presente en los pulmones y. por tanto, en la sangre, con el correspondiente aumento del dióxido de carbono. Los receptores que sirven para la medición de los gases presentes en la sangre analizan con cons· tancia estas variaciones y comunican al cerebro el estado de las cosas. Apenas el dióxido de carbono supera cierto nivel , salta el reflejo respiratorio bajo forma de contracciones, el apneísta ignora este estímulo mientras los niveles de ambos gases continúan uno subiendo y otro bajando. El cerebro acelera sus señales, a través de un lenguaje cada vez mas elocuente; si se continúa sin satisfacer esta necesidad se llega a un punto en el que la parte autónoma del cerebro asume el control de la situación, interrumpiendo la función voluntaria: llega el sincope, un evento orientado a reducir toda actividad metabólica para favorecer una, aunque sea mínima, oxigenación del corazón y del cerebro. Por tanto, debemos ver el síncope como una tentativa extrema de salvamento y no como el primer acto del ... fin. El apneísta es quien decide (por error o por necesidad) dejar de respirar, deter· minación interrumpida, a la postre, por el propio organismo, que toma las riendas y reactiva la respiración. Cuando metemos la cara en el agua se bloquea la respiración. Dicho bloqueo es mas poderoso que el impulso de respirar, lo cual es absolutamente obvio (y un acto reflejo del cuerpo, que sabe que respirar liquido significa ahogarse y, por tanto, existe un eficiente sistema que se opone a esta posibilidad). No siem· pre se pasa directamente del estado consciente al síncope; existen situaciones

intermedias, conocidas como estados presincopales o presíncope. Se trata de momentos en los que el sujeto no sabe lo que hace, pero no se ha desmayado, se mueve, aunque de modo desordenado y convu lso, tanto que en nuestra jerga este estado se llama

iC samba ~

(por el parecido de muchos estados presincopales con una

danza poco coordinada). Tanto del síncope como de la

ttsamba~

se puede sali r

sin consecuencia alguna, basta tener un asistente que nos ayude a volver a r espi r ar aire y que esté al lado en el momento de retomar el estado de conciencia. Sepamos

qu~

existen síncopes de los cuales el sujeto sale muy rápido, y estados

en los que se requiere un experto y un reanimador equipado. Puede darse una violentísima oclusión de la mandíbula (trismo) por alargarse la condición de hipoxia, para la cual se requieren: un instrumento capaz de forzar la mandíbula, maniobra de respiración artificial e incluso suministro de oxigeno. A veces, en el presíncope las contracciones son tan bruscas que son necesarias dos personas para sujetar al accidentado y poder reactivar la respiración regular. Apneístas de altísimo nivel que han tenido, y superado, distintos síncopes, cuentan no haber acusado el umbral del peli· gro, así como tantos otros han alcanzado notables resultados en este deporte sin conocer ni «samba» ni desmayo. El profesor Ficin! solía decir que existen los predispuestos o «con la tendencia»; mientras no existan datos científicos al respecto, es probable que tuviese razón. Otro dato sorprendente, sobre todo por la frecuencia con la que se presenta, es que casi todos aquellos que lo han padecido lo niegan. yalgu· nos no aceptan la idea de haber sido socorridos. Para evitar el riesgo hay que conocerse bien a sí mismo y los propios límites, ser conscientes del nivel de apnea adquirido y no ir más allá, pero , ante todo, respirar de modo

Lo p¡Y'COlltlÚI/ de l/O l'Spirar ("01/ IlIcI-=(I uf jif/oli:,or 11ff" 0IJl/I'o /'S /{II geslo imporlalllísi1110. I///e Pllede I'sloúl('("('/·Io difi'/"t'//rio I'I/In' fa I'ido y 111/(1 desagradaúle f'.'lJe/"iellcla: pora la seg/lridar! dr! (/lIt'I(/ deúe cOII/·"rlirse 1'1/ IIfI (WIOIll(lIÍ.WIO 01 lérmi"o de roda apl/eo. ya sea esltÍlien. dimími/"(/ o fJrofilllda.

correcto antes de sumergirse y evitar la hiperve nti lación. la fase más crítica y delicada después de una apnea extrema es la salida. lo adecuado de la primera respiración a la salida del agua puede decidir el éxito de la inmersión y la ausencia de síncope. El acto respiratorio inicial debe ser siempre espirar, para dejar espacio en los pulmones a nuevo aire oxigenado. El error que se comete con frecuencia es el de descargar con fuerza por la boca apenas se emerge del agua; o

incluso peor, comenzar a espirar durante el ascenso. Esto provoca una bajada repen· tina de la presión parcial de oxigeno en la sangre con la consecuente «samba» o, al límite, síncope. Eviten exhalar forzadamente después de una apnea . Conviene, en cambio, espi rar con suavidad el ai re por la boca sin vaciar del todo los pulmones y tomar aire de inmediato con decisión para volver a cargarlos de oxígeno. luego, se podrán vaciar del todo, volviendo a una respiración normal. De esta forma se permite que la presión parcial de oxígeno no caiga por debajo de los valores que llevarían a la «samba» o al síncope.

276

10.2 PREVENCIÓN los procesos químicos que posibilitan la vida son regulados por mecanismos neuro·

hormonales que no acontecen en el mismo momento y de la misma forma para todos. Traducido a la práctica, significa que se tiene distin ta resistencia al frío, al cansancio, diferentes tiempos de digestión y asimilación de los alimentos, diversos tiempos de apnea y de recuperación, etc. Otro aspecto destacable es la causa más grave del estrés: lo desconocido. No conocer la situación que se decide afrontar produce en el individuo un aumento de la tensión. Por esta ~azón, es responsabilidad del apneísta, como en toda actividad subacuática, predisponer un plan de emergencia y comunicarlo al compañero, junto al resto de la información que precede a la actividad, La finalidad es considerar cualquier aspecto de la inmersión con el objeto de minimizar el factor riesgo , la improvisación abre el camino más breve al estrés y al potencial incidente. El primer paso, por lo tanto, es recoger la información necesaria para conocer la situación en tierra, en el barco y en el agua. Las condiciones meteorológicas y el estado de la mar, la orografía del lugar y la bati-

Saber prever

metría nos dirán cómo plan ificar la actividad. Cartas náuticas, previsión del tiempo,

poro proveer

boletín del mar, capitanía del puerto, centros de submarinismo y pescadores del lugar --como todas las personas que cotidianamente viven en esa zona- podrán suministrar las indicaciones justas, Después se

PLAN DE INMERSI6N

deben establecer y convenir los tiempos de entrada y salida del agua, la dirección, los traslados a las zonas consideradas de interés, la profundidad de los descensos y el tipo de entre-



~'CÚIIO:::('O uiclI /0 ú/llaciólI en la l'lIIúorca-

I'iÚI/

namiento o de actividad que se realizará. Un buen plan de

.r ('1/ //('/'/'(/?

inmersión debe prever también el comportamiento en caso

• f.· /.Jo /w preporodo lodo.'"

de imprevistos, un tema que se trata con profundidad en el



apartado 10,5, Después de haber predispuesto y discutido el

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plan de emergencia con el grupo, cada uno de sus compo-

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nentes repasará las señales para asegurarse de que hablan

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todos «la misma lengua» e incluso comprobar de nuevo,

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mediante pregunta s, que todos hayan entendido la informa-

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ción concerniente a la jornada de apnea. Una buena organización del sistema de pareja permitirá estar más tranquilos y pres-

El sistema de parejo

tar mayor atención al compañero durante su actuación, teniendo la certeza de disponer de un «ángel de la guarda» en superficie. Podemos afirmar que prevenir los potenciales riesgos de inmersión en cualquier situación - aguas abiertas o piscinapasa por activar un sistema de pareja eficaz. Es el momento de describir los requisitos y las reglas de comportamiento del sistema de apneístas que constituyen la

'2 77

pareja. Ser un buen compañero de inm ersión supone tener la misma pasión , acti· tud y preparación en apnea. El entusiasmo y la dedicación en el mar nacen también de la idea de poder disfrutar con un amigo pailttulares emociones y sensaciones. Un compañero adecuado debería:

• Tener una buena preparación ; al menos igual a la del otro componente de la pareja. Haber recibido una buena formación y conocer todos los problemas de la inmersió~

en apnea.

• Saber realizar las técnicas de reanimación (RCP): masaje cardiaco y respiración artificial.

No es suficiente tener una pareja valida, es preciso Que ambos sean responsables y Que sepan seguir algunas reglas sencillas. En particular, sería necesario: • Respetar el plan de inmersión previsto y discutido con el compañero. • Adecuar el programa y las expectativas a las exigencias del menos experto. Comunicar toda variación en la situación personal o ambiental que requiera un cambio en el plan de inmersión. • Adoptar la regla de «uno arriba y otro abajo •. • Jamás perderse de vista. Lo asistencia

Todo ejercicio de apnea empieza con la formación de las parejas, establecidas las cua·

01 compañero

les cada participante debe conocer siempre dónde se encuentra el compañero y Qué está haciendo. Determinante para el éxito de la experiencia es la adecuadón de las capaci· dades técnicas y atléticas del más fuerte a las capacidades del menos experto o menos en forma. Veamos algunas simples normas de seguridad para activar el sistema de pare· ja y, por tanto, la asistencia durante la apnea estática, la dinámica y el peso constante.

Lo asistencia

la apnea estática consiste en permanecer Quietos, in móviles y flotando en superficie

en lo apnea estórica

durante el mayor tiempo posible. Garantizar la seguridad para el asistente es bastante sencillo y poco atareado desde el punto de vista físico. Desde el punto de vista de la atención, resulta mucho más trabajoso, porque debe informar del cronómetro respetan· do la concentración de quien la ejecuta. Se está cercano al compañero y al mismo tiempo se cronometra. El ayudante debe, con un ligero toque acordado previamente, verifi· car el estado de conciencia cada cierto tiempo. El que ejecuta la apnea estática debe responder al control con un gesto simple e inequívoco como, por ejemplo, un OK hecho uniendo el índice y pulgar de una mano. Si no se obtuviera contestación, el auxiliar debe· rá repetir inmediatamente la mencionada señal y, si a la segunda comprobación tampo· ca hubiese respuesta, entonces tendrá Que interrumpir la actuación del compañero.

Otro aspecto por definir es la cadencia del control en orden de tiempo. Dos son los metodos: A. Las señales se dan cas ualmente cada 10·20 s; este sistema tiene la ventaja de no condicionar en ningún modo la prestación. 8. Las señales siguen un tiempo preestablecido; por ejemplo, la primera des pues del primer minuto y luego cada 30 s. De este modo, se está informado sobre el paso del tiempo.

Psicológicamente el segundo es más duro. Aunque es verdad que hacer una apnea estát ica supone hacer un viaje fuera del tiempo, de este modo se interfiere en la con · centración y la relajación incitando al intento de superarse y, por tanto, induciendo a una apnea de fuerza en vez de a una apnea mental. El que asiste debe recordar que su función no termina cuando el compañero se mueve para interrumpir su prestación . La experiencia enseña que varios segundos despues de acabar puede surgir el malestar. Recuerden observar al compañero incluso después de que haya emergido y controlar por un momento su estado de conciencia y su respiración . El objetivo de la apnea dinámica es recorrer la mayor distancia posible a profundidad

La asistencia

constante. El riesgo es muy alto en los últimos metros. El as istente sigue al apneísta

en lo apnea dinómica

desde la superficie y se mantiene cas i sobre la vertical del buceador. Nadando con aletas, máscara, tubo y una tabla en las manos podrá mirar, respirar y controlar al compañero con facilidad, preparado para intervenir en caso de necesidad y ofrecién · dole un soporte a la flotación (figs. A y B, pág. 280). Esta técnica de asistencia, llamada 'uno arriba y otro abajo», también se adopta para el peso constante y cualquier inmersión en aguas abiertas. ~79

/ lo asisTencia

El descenso en peso constante se practica en aguas libres, y consiste en bajar a la

en el descenso en

maxima profundidad posible propulsado por las aletas y con una cierta cantidad de

peso conSTonre

lastre en la cintura. con la que se volverá a emerger aleteando. Es obvio que el auxiliar no puede acompañar durante todo el descenso a quien se sumerge. la asisten-

cia, en este caso, se practica en los últimos metros antes de llegar a la superficie. los de mayor riesgo de sincope.

Antes de comenzar, comprobar si el lastre es correcto, recordando que si la flotabilidad es demasiado positiva, el descenso resultará cansado, pero si es muy negativa, durante el ascenso será peligroso: evaluar la notabilidad neutra con el asisten te, Que debe venir determinada por la profundidad que se presume alcanzar. La familiaridad con la inmersión profunda, la tranquilidad y la serenidad o, por el con-

2HO

10.0 LAS SEÑALES MANUALES RECOMENDACIONES PARA EL APNEíSTA

El aparato auditivo en inmersión no es capaz de recibir sonidos inteligibles; no obstante, es posible sentir un fondo



Nunca sumergirse solo.

de ruidos, típicos del ambiente marino. En tierra firme, el



Llevar siempre la boya consigo.

sonido se propaga por el aire con una velocidad tal que la

• •



llevar un lastre en que la flotabilidad

onda sonora es percibida primero por un oído y luego, por

neutra se consiga a - 10m.

el otro. El sistema nervioso central se vale de este interva-

Compensar antes de que sobrevenga

lo de tiempo para definir la dirección de la que procede el

el dolor.

sonido. En el agua, el sonido viaja cuatro veces más rápido

Dejar en t rar agua en la capucha antes de l

por efecto de la densidad del líquido en relación con los

descenso, evitando que quede aire entre

gases que componen la atmósfera. Nuestro aparato auditi-

el neopreno y el tímpano.

vo registra el rumor pero no distingue la procedencia de las

Quitarse el tubo de la boca durante

vibraciones, por la brevedad del intervalo de llegada entre

la inmersión.

un oido y otro. Ésta es una buena razón para mirar alrede-

Nunca espirar con fuerza y por completo

dor, girando 360 ' , si emergiendo del fondo se oye el motor

al final de la apnea.

de una embarcación; no podemos estar seguros ni de la dis-



Compensar la máscara durante la bajada.

tancia ni de la dirección de la que procede, de la variación



Evitar la apnea si no se encuentran en

en la intensidad del ruido sólo se puede interpretar si la

buenas condiciones.

embarcación se está alejando o acercando. Durante la pre-



paración de una inmersión, mientras nos relajamos y respiramos en superficie, es difici l oir el motor de un barco que se aproxima y, por ello, este momento constituye una situación potencialmente peligrosa para el apneísta. Para permanecer tranquilos y poder abandonarnos, una boya de señalización y un buen compañero vigilante son determinantes y necesarios. Resultar visibles al patrón de una embarcación propicia el que se mantenga distante del punto de nuestra inmersión. Examinar la zona circundante verificando que no hayan barcos peligrosos en las cercanías garantizará la estabilidad y la tranquilidad del apneista que se prepara para sumergirse. Comunicarse

la imposibilidad de comunicarse verbalmente bajo el agua ha empujado a los sub-

bajo el agua

marinistas a codificar un lenguaje hecho de señales convencionales que, combinadas , permiten crear frases.

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10.4 ALIMENTACiÓN Y PROTECCiÓN CONTRA EL

mio

la relación entre apnea y alimentación no ha sido todavía definida con precisión por los investigadores. No existen datos exactos aunque se disponga de información y se hayan registrado fenómenos a 105 que, en cualquier caso, no les ha sido dada una explicación fundamentada. Éste es uno de los motivos de tanto empirismo e improvi-

sación. Algunos atletas, aun teniendo extraños hábitos, obtienen resultados sobresalientes; a veces son imitados de manera torpe e ¡napropiada, lo que causa sólo el

empeoramiento de las condiciones base de 10,5 imitadores. El primer paso imprescindible es el propiO examen: hay que conocerse profundamente, fiarse de las propias sensaciones, buscando responderlas y secundarlas. Horarios, cansancio, hambre, sed, ritmos, frío son elementos a los que convendrá siempre atender. Conocer el gasto energético es fundamental; todavía no se conocen los mecanismos precisos, pero en los apneístas se produce un consumo energético muy elevado que no depende sólo de la temperatura del agua, de las condiciones de la mar, de la carga individual y de los otros factores. Hay que suministrar al organismo una cantidad adecuada de comida y jamás practitar apnea en ayunas . El gasto de glucosa expresa una parte de la energía necesaria a una actividad motriz: en las apneas repetidas se ha calculado un con· sumo global alto frente a una actividad muscular modesta, por lo que se entiende que existe un consumo consistente. Al apneista, como a cualquier otro deportista, le sirve la energía de todos los principios nutritivos. Consideremos algunas hipótesis.

mar

La noche precedente cenar un plato principal con un alto contenido de proteínas (car-

Solida a l

nes, huevos, pescado). Las legumbres (proteínas vegetales), aunque representen un

de un día enrero

aspecto muy estimado por cualquier nutricionista que se respete, en nuestro campo tienen algunas contraindicaciones. La producción de gases en el intestino provoca distensión abdominal (y menor movilidad pulmonar) y posibles dolores por las variaciones de la presión durante las inmersiones; tómenlo en consideración. Por la mañana, el desayuno debe preceder al menos una hora y media la entrada en el agua; un abundante componente liquido hará más rápido el tránsito a través del tubo digestivo. Elijan qué consum ir según la propia facilidad de digestión, teniendo en cuenta que no están recomendados ni el té ni el café demasiado fuertes , pues aumentan la excitación y el consumo de oxigeno. los zumos de fruta , en particular, los cítricos, provocan acidez; el riesgo, consecuente con la posición cabeza abajo, es el de sentir los jugos gástricos llegar al esófago, o incluso a la boca. la leche requiere una diges· tión laboriosa. Infusiones y tisanas no tienen sólo el efecto por el cual se comerciali zan, sino que pueden producir otros colaterales. Como conclusión de lo dicho, una sola cosa: iconózcanse! Consuman sólo aquello que ya hayan experimentado. El componente sólido debe tener un alto contenido de carbohidratos de cade na larga, es decir, cereales, pan, galletas, bizcocho. Ingiéranlos en cantidad generosa

pero no exagerada porque les limitará la apnea . Resultan óptimos la mermelada y la miel , siempre que hagan una buena digestión y un consumo moderado. El yogur sustituye las cualidades nutritivas de la leche , pero es más denso, por lo que lo diluiremos en otro líquido (incluso agua) . Tengan en cuenta que es ácido, por ello, sirven las mismas consideraciones que para los zumos de fruta. Desaconsejamos el des· ayuno a la inglesa o a la alemana: su altísimo contenido en grasas garantiza una notable reserva de energía, pero su digestión es demasiado larga. Si piensan estar muchas horas en el mar, les ayudará alguna galleta o un poco de pan, no todo junto, sino en dos o t~es tomas. Al volver a tierra después de varias horas haciendo apnea, tendremos cierta carencia de agua y sales (sodiO en particular). Algo de fruta yagua sirven como reintegradores, equiparables a los que se comercializan. Las bebidas azucaradas van muy bien. La comida más copiosa, la cena, comprenderá los nutrientes que nos han faltado durante la jornada (proteínas) y, como queda por delante la noche completa para digerir, no se descarta ningún al imento; recomendamos los vegetales, tanto crudos como cocidos, de los que obtener el aporte de fibra que permita un buen tránsito intestinal y una oportuna eliminación de los residuos. Solid o 01 mor

Un buen desayuno por la mañana es la manera justa de comenzar, procurando que

después de mediodía

no carezca de ninguno de los principios nutritivos. Al menos dos horas antes de sumergirse, un pequeño bocadillo, una media ración de pasta o un poco de fruta pro· veerán las energías necesarias hasta la noche.

Qué comer y qué evita r



Bebidas g aseosas (refrescos, agua, cerveza): el CO 2 añadido las hace poco indicadas antes y durante la actividad en cuanto distienden la pared del estómago y empujan hacia arriba el diafragma. En el caso de la cerveza, está contraindicada hasta 4·5 h antes de sumergirse por sus efectos sobre la digestión.



Alcohol: en general, debería evitarse con decisión. El vino en pequeñas dosis (una copa en las comidas) no produce consecuencias; sin embargo, no debe tomarse antes de una inmersión.



Dulces: preferibles los poco elaborados , por mot ivos obvios de digestibilidad. Prohibidos los caramelos antes de entrar en el agua.



Chocolate: contiene discretas dosis de un excitante similar a la cafeína; su efecto es irrelevante en pequeñas cantidades (por ej., para darle gusto a la leche del desayuno). Por otro lado, el chocolate contiene, además, sales minerales y ... ies tan bueno!

286



Chicles: masticando se usan, aunque sea indirectamente, algunos músculos úti· les para la compensación; contra esta ventaja añadamos que el chicle estimula los jugos gástricos - uno de los reflejos de la masticación- , que pueden empeorar los síntomas de acidez que acarrea la posición del descenso en apnea, de los que ya hemos hablado, además aumenta la secreción de la saliva, que hace disminuir las sales ci rcu lantes . Mej or rehu irlos.



Ajos. cebollas y puerros: se dice que tienen un efecto positivo y Jacques Mayol los hizo populares en el ambiente de nu.estro deporte. Su efecto debería estar ligado a acciones seudofarmacológicas todavía sin comprobar. Tienen una acción vasodilatadora periférica, que actúa contra la vasoconstricción que determina el fenómeno del blood shifr descrito en el Capítulo 3; sobre esta base , sería conveniente eliminarlos. En cualquier caso, no existen datos exactos ni sobre los daños ni sobre las ventajas derivados de estas hortalizas .



Antioxidantes: las vitaminas

e y E desempeñan una acción antagonista a la de

los radicales libres, que muchos estudios demuestran que son producidos en abundancia durante la apnea cuando los tejidos se encuentran en condición hipó· xica. La producción de radicales libres es objeto de atentos análisis tanto en el hombre sano como en el enfermo, pues son corresponsables de muchos males . Uno de los efectos negativos , que desde hace poco se considera a cargo de las células cerebrales de quien practica apnea con constancia, podría estar directamente relacionado con la adquisición de los radicales libres. Parece ser que sólo quien se sumerge a profundidades elevadas y con mucha frecuencia está expuesto a este riesgo. La investigación en este campo está poco desarrollada; también la ciencia está sujeta a las leyes del mercado y la apnea no tiene todavía suficiente peso comercial. No se puede pensar en anular el problema de los radicales libres comiendo alimentos ricos en principios antioxidantes , aunque ingiriendo alimentos ricos en vitaminas

e, E y A Y en ácidos grasos poliinsaturados

nos reforzare·

mas para reducir al mínimo el daño. Fruta y verdura, leche y carnes (hígado), acei te, pescado y frutos secos serán bienvenidos en nuestra mesa .



Regaliz: tiene como efectos importantes reducir la irritación de la mucosa faríngea, útil en invierno cuando el aire es frío y en caso de tos ligera, e inducir la retención de potasio, una sal que perdemos abundantemente durante la práctica deportiva. No abusar de ella , uno o dos caramelos serán suficientes .



Integradores alimenticios: en el mercado existen de todo tipo. Los productos compuestos por el 55% de carhohidratos, el 30% de lípidos y el 15% de proteínas

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pueden ser la solución a muchos problemas. Son muy digesti-

QUENAS REGLAS ALIMENTICIAS

vos, tienen un volumen reducido y pocos desechos , represen-

tan el mejor modo de aguantar una jornada de mucho trabajo. •

Disueltos en agua y tomados a sorbos. pueden obviar el défi ·

\"00,\111101'

• BI,b(',. of.{I/(J • Ilar'f'!'

I/f/O

cit energético de aquéllos que no consiguen comer por la

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mañana. También son muy indicados en los fines de semana

• f~'¡lor el o/follol •

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intensos transcurridos en lugares perdidos donde no se encuentra el alimento adecuado. Otros integradores útiles al

dp 1m/a ," r(,l'dull.l

• Elimillar el (',I"('i',W de peso, poco $(//1I(/0!J/(' • F,swc!/Of',H' y (/1(,lId(,f;~{,

.

apneísta son los salinos, en particular, el magnesio, que participa en varios procesos bioquímicos ligados a la respiración, durante la fatiga psicofisica.

Cómo y cuóndo beber

Durante una salida al mar, convendría beber a sorbos de vez en cuando un poco de agua, aunque no se tenga sed; la humidificación continua de las mucosas de la boca da una falsa señal a nuestro centro regulador de la sed. La actividad submarina provoca un aumento de la producción de orina, que en esos momentos es fundamental mente hipotónica, se parece muchísimo al agua y la produce una hormona específica que favorece el empobrecimiento de sodio. Esto explica por qué con frecuenci a sen timos la necesidad de comer cosas saladas después de las largas horas pasadas en el mar. Seber agua bastará para reintegrar la pérdida.

Lo remperatura corporal

Cuando nos sumergimos en el agua, advertimos un estremecimiento de frío Que depende del hecho de que el calor corporal, que se mantiene constante en torno a las 37'C, se pierde mucho más rápido, a causa del coeficiente de conductividad térmica del agua, Que es 25 veces superior al del aire. En breve, se produce una adaptación Que nos hace sentir la temperatura más agradable, y nuestro organ ismo se adecua al frío con una vasoconstricción periférica, por la que los vasos sanguíneos se contraen y afluye menos sangre a la superficie cutánea. De esta forma se disminuye la dispersión de calor, manteniéndolo en la profundidad del envoltorio corporal. Sin embargo, al permanecer largo rato en el agua, los mecanismos de aclimatación no serán suficientes y se comenzará a temblar; los escalofríos son la respuesta fisiológica del cuerpo que intenta calentarse contrayendo espasmódicamente los músculos para producir calor, en una acción que reclama mucha energía. Los escalofrios suponen el síntoma Que advier· te al apneista de su entrada en una situación de reserva, una buena razón para salir. El fria no se vence. Se puede prevenir llevando un traje de buceo de espesor adecuado a las condiciones y, como ya hemos aprendido hablando de alimentación, adoptando estrategias orientadas a Que aguantemos en el agua. Con la permanencia en el agua fria, la temperatura corporal empieza a bajar, los temblores serán más intensos

y prolongados y las manos y

105 pies se entumecerán. Cuando baja en torno a los 3S ' C

se verifica la condición de hipotermia, que representa un serio peligro. Si la exposición

al fria se prolonga y la temperatura desciende a 32 ' e, la capacidad de razonar disminuye, y por debajo de los 32 ' e existe una inmediata amenaza para la vi da.

10.5 GESTiÓN DE EMERGENCIA El riesgo mayor para el apneísta es la asfixia por anegamiento de los pulmones . Por esta razón, debería saber aplicar correctamente las técnicas de primeros auxilios y en particular, la reanimación cardiopulmonar

(RC~) .

Este tema no se puede tratar en pro-

fundidad dentro de un curso de apnea, en cuanto que requiere tiempo, un maniquí cada dos alumnos y, sobre todo, la guia de una persona experta y competente en la materia, un instructor de RCP. Recomendamos completar la formación participando en un curso de primeros auxilios y, por tranquilidad y seguridad , comprobar que el compañero también sepa socorrer con las maniobras de reanimación.

PREDISPONER UN PLAN DE EMERGENCIA El plan de emergencia debe ser simple y claro. En cualquier situación que se presen · te, cada componente del grupo debe saber qué hacer, y activar en un tiempo breve el proceso que permita a los socorristas atender de forma adecuada a la víctima y solicitar ayuda médica. Un plan de emergencia debe prever tres cosas precisas :

• Kit de primeros auxilios . • Kir para el suministro de 0 2' • Sistema de comunicación con el Servicio Médico de Urgencias. Debe llevarse siempre. Se trata de una caja que contiene útiles y medicamentos para

Kit de p rimeros auxilios

asistir las pequeñas urgencias que se puedan presentar en un ambiente marino. Atención a la caducidad de los productos. El O2 es fundamental ante una emergencia subacuática. En el lugar de in mers ión debe

Kit

haber dispon ible una botella de 0 2; en caso de sincope, es de gran utilidad para favo·

de O 2

para el suminisrro

recer la recuperación respiratoria. Saber quién, dónde y cuándo llamar al servicio médico de urgencias supone, en un

SiSTema de comunicación

caso serio, ser rápidos en el auxilio y no perder un tiempo precioso. Datos de la

con el Servicio t-Aédica

American Heart Association que ponen en relación la intervención de la unidad de

de Urgencias

reanimación con los tiempos de activación de la RPe dicen que si ésta se efectúa en los primeros 4 min del episodio que ha producido el paro cardiaco, y la unidad interviene en los primeros 8 min , las probabilidades de éxito son del 43!1(i, frente a un 1()!I(i si la unidad llega entre los 8 y los 12 mino

289

CÓMO AGUAR ANTE UNA EMERGENCIA EN EL MAR Mientras la actuación ante una urgencia en piscina es competencia del socorrista del lugar, la gestión de una situación en el mar corre a nuestro cargo. Tener en la memoria del teléfono móvil un número útil de la zona que se frecuenta no es suficiente; hace falta que todos los componentes del grupo sepan cómo utilizar el teléfono. Esta información se acuerda con el compañero durante el briefing (charla previa a la actividad).

Qué hacer en coso de emergencia

En el momento en que se percibe que la persona que está inmersa se encuentra en dificultades, debe iniciarse una secuencia de operaciones prec isas, que tendrán éxito si se ha dispuesto un plan de emergencia adecuado a la situación; veamos cuáles.

l1úsqueda del cuerpo

Podría ocurrir que el accidentado se viera desde la superficie; en este caso, sumer-

de la vícrima

girse sólo si está tranquilo. Si acabáis de emerger, haced el intento después de haberos recuperado por completo y valorado que la emoción no os haya provocado una

taquicardia elevada , librarse de rodo

librarse de todo el equipo superfluo (fusites, linterna, portapeces) sin preocuparse de

el equipo superiluo

perderlo. Si se está atado. in tentar ligar a la víctima pasándole el cabo bajo las axilas; liberarlo de los plomos e intentar recuperarlo desde la superficie. Una alternativa válida, si el propio cinturón está atado, es la de abandonar los plomos e intentar res catar a la víctima aferrándola con las manos. Si resbalase o no se alcanzara la superficie, se podría entonces recuperar con el cabo. En el caso de que el apneísta no se viera desde la superficie, rastrear desde una cota útil que permita ver bien el fondo. La búsqueda se realiza en recorridos circulares concéntricos, cada vez más amplios respecto a un punto referencial en lo profundo y cercano al presunto lugar de desaparición de la víctima.

Recuperación

El fin de esta acc ión es llevar lo más rápido posible al accidentado a la superficie. Hay

en profundidad de un

varios modos de ejecutar esta maniobra; en cualquier caso, apenas el socorrista

apneísra Inconscienre

alcance al socorrido, debe quitarse y quitarle el cinturón de lastre y abandonarlos en el fondo. Con lastre positivo, se inicia el ascenso en pareja. Se cogerá a la víctima pasándole un brazo bajo la axi la y sosteniéndole la cabeza con la mano. Si es alcanzada durante la subida, y por tanto, a media agua, podrá ser conducida a la superficie -después de abandonar el cinturón de lastre- sosten ié ndola con los brazos extendidos y las manos apoyadas bajo las axi las (como se explica en el Apartado 9.4). El socorrista puede colocarse de frente o detrás del accidentado; lo importante es aletear enérgicamente y mantenerlo con los brazos extendidos favoreciendo la hidrodinámica y el empuje de flotación.

190

Apenas alcanzada la su perficie, se intentará establecer una flotabilidad cómoda para

Operaciones a realizar

la víctima y el socorrista, deshaciéndose de cualquier peso superfluo. En este mamen·

en lo superficie

to, se debe colocar al ahogado de modo que favorezca la respirac ión espontánea, o la aplicación de la artificial, que puede ejecutarse también en el agua. Para ello, el soco· rrista debe ponerse a sus espaldas y sostenerle la cabeza colocando las manos sobre la mandíbula de modo que los dedos sigan la línea del hueso; mantener alto el men o tón y, sin quitarle la máscara, sacarle el tubo de la boca. Para transportarlo , apoyar la nuca de la víctima sobre el propio esternón y aletear de espaldas. Si la respiración no empezase espontáneamente, iniciar la respira¡;:ión artificial boca·tubo (véase fig.). Este procedimiento permite al socorrista elevar el mentón y tener abiertas las vías aéreas mientras nada con facilidad. Para hacer esto, el socorrista debe qu itarle la máscara y recolocar el tubo en la boca, cerrándola de forma hermética con la mano izquierda. El meñique hará presión bajo el mentón, y el anular y el medio lo harán en torno al tubo sobre los labios , ejerciendo una presión adecuada, mientras que el índice y el pulgar taparán la naríz. Hay que recordar que para mantener las vías aéreas libres es necesario sost ener la cabeza hacia atrás. la mano derecha servirá para guiar el tubo a la boca y efectuar la insuflación cada cinco segundos, para ello se debe repe· tir: «mil uno, mit dos , mil tres, mil cuatro y mil cinco •. Asegúrense de que no haya agua antes de comenzar. Muchas víctimas han podido restablecerse gracias a la eficaz venti· lación recibida en el mar. los apneístas requieren una respiración artificial más pro· longada que los bañistas a causa de la distan· cia que los separa del punto de salida. Además de la descrita, existen otras técnicas, entre ellas, las empleadas por la Cruz Roja y el Nariona/ Safety Council, en las que se reco· mienda siempre la triple maniobra: • mover la cabeza hacia aIras • elevar la mand íbula • abrir la boca Son pocos los métodos de respiración artificial en el agua que dotan de un ade· cuado soporte a la mandíbula para mantener abiertas las vías aéreas de la víctima. En el caso de una incorrecta apertura, el aire en vez de el"trar en los pulmones lo hace en el estómago, éste empuja el diafragma e impide que el aire insuflado por el so· corrista penetre en los pulmones. Es muy probable que se produzcan ataques de vómito, por lo que, si es posible, durante la respiración artificial haria falta tener levantada la mandíbula. Recomendamos el sistema de la mascarilla de bolsillo (poc· 291

ker mask), en el cual se aplican las tres maniobras. la sujeción con las dos manos levantando la mandíbu la mantiene las vías aéreas abiertas y ayuda a mantener la boca del accidentado lejos del agua, permite ventilar a traves de la boca o de la nariz, elimina el contacto boca a boca con la víctima y deja al socorrista nadar sin dificul tades. Por ello, cada buceador debería llevar consigo una mascarilla, tal vez engan chada a la boya. Hay que evitar las bofetadas. sacudidas y otros proced imientos afines: no obedecen a ninguna indicación cientifica. Sacar o lo víctima

Una vez alcanzad,a la barca o la orilla, se intentará sacar al desventurado del agua. En

del aguo

tierra, las tecnicas de reanimación resultarán más efectivas. El socorrista decidirá si le quita las aletas al accidentado an tes de salir o no y considerará si otras personas en la superficie pueden ayudar. Tres son las situaciones en las que nos podemos encontrar operando: en la barc.a, en la playa o en los escollos. Ayudar al compañero a subir a la embarcación puede resultar difici l, especialmente si no se tiene una esca· lera o una plataforma. Un cabo o una red serán de ayuda en el momento de izar a una persona inconsciente (vease fig. , pág. 293). En esta situación el procedimiento de rodar funciona bien, pues evita malgastar energías . En embarcaciones bajas, como una zódiac, el sencillo alzamiento del cuerpo inanimado pod ría bastar; se debe recor· dar que aprovechar el empuje del agua puede ayudar a levantarlo. Si se llega a una playa, hay que dejarse llevar por la rompiente. Ya en la costa, usar el propio cuerpo para frenar las olas de modo que el compañero no trague agua. Una vez fuera del agua, se puede cargar al accidentado acomodándol9 en la espalda, como muestran las figuras. Para trasladarlo bien sin esforzarse demasiado y sin dañarse, conviene actuar con poca agua. Un tanto acuclillados, de modo que la espal · da se encuent re a nivel de la superficie, se agarra a la víctima y se la apoya en los hombros o en las caderas. luego, se la levanta y se camina hacia la playa. Para des· cargarlo, arrodi llarse y agarrándo le la cabeza hacer rodar la persona desmayada hasta apoyarla de espaldas en el suelo. Llevar al compañero a la orilla es una empresa dificil, así que lo mejor es extremar las precauciones. Si el mar está agitado, eva' luar atentamente el moment o propicio cuando, entre una ola y otra, hay un momento de calma. Si se está en una costa rocosa, el salvamento es muy pe ligroso, por lo que será mejor esperar la pausa entre olas antes de nadar hacia los escollos. lo mejor es agarrarse bien a las piedras mientras se retira el agua, y luego, intentar levantar o hacer rodar a la víctima hacia el lugar más alto antes de que rompa la siguiente ola. Cualquier método será más fácil y seguro si colaboran otras personas.

Qué hacer cuando

Una vez en la orilla, la cabeza del accidentado debe orientarse hacia el mar y los pies

se estó por fin fuero

hacia tierra; si se está en una barca, la cabeza irá hacia popa y los pies hacia proa; de

del aguo

este modo, la cabeza quedará más baja para favorecer la circulación del corazón y del cerebro. Es mejor practicar las maniobras de respiración artificial en seco; y, en

292

\

'fiy'S pos/M,'" ¡'lrlllas ¡f.>XI/ro,.

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1ft

"í", ¡lila fiwm (/{'/ {fl!lIa.

caso de necesidad, debe saberse administrar una R(P completa. El último consejo:

hacer que el agua alojada en los pulmones salga. Para ello, si esta embarcado, elevar los pies de la víctima , que debe encontrarse en posición prona. En la costa, intentar

lo mismo girando el cuerpo; si la orilla es muy empinada, girarlo sobre el flanco izquierdo en posición de seguridad durante algunos segundos y dejar que el agua

salga sola por efecto de la pendiente.

Tiempo o disposición

Desde el momento en que el apneista entra en sincope hasta que el corazón, si no se logra reactivar la respiración, deja de latir, pueden transcurrir hasta 8 minutos. Éste es el periodo útil para procurar el socorro adecuado al ahogado. Una vez que el cara· zón se para (muerte clínica o aparente), las cél ulas cerebrales comienzan a morir y el cerebro sufre daños irreversibles debidos a la anoxia. Después de 3·4 min de para· da cardiaca acontece la muerte biológica (electroencefalograma plano). Es evidente que dada la escasez de tiempo. el socorrista deberia poder diagnosticar la parada res· piratoria con rapidez, controlar el latido cardíaco y, revelada la gravedad del problema, tomar la decisión de intervenir en el modo más adecuado. Los elementos necesarios para una diagnosis se pueden observar en el rostro del sujeto; esta circunstancia resulta muy útil, visto que los apneístas suelen vestir un atuendo difí· cil de quitar. Como primera cosa, entonces. hay que retirar la mascara de la cara

de la víctima, y examinar sus labios y sus pupilas. Si los labios están azulados significa que la sangre que corre por debajo de la fina capa de piel que los cubre es pobre en oxígeno: el estado de hipoxia es ya avanzado. Situación todavia más grave es aquella en que la pupila se presenta dilatada al máximo y arrefléxica, es decir, insensible a las variaciones de la luz: es una indicación de que los centros nerviosos de la pupi la han entrado también en estado de hipoxia y, en términos generalizados, que las células cerebrales no reciben más oxigeno, signo de que el corazón se ha parado. En uno y otro caso, la primera operación a realizar es la respiración arti · ficial. No es posible practicar una RCP en el agua, por lo que hay que llevar ~ la victima lo más deprisa posible fuera de ella, para aplicarle todos los cuidados necesarios. No pierdan un tiempo precioso intentando que expulse toda el agua inhalada: también en un principio de anegamiento pulmonar el problema principal es la falta de oxígeno para los tejidos; suministrar aire de inmediato insuflándolo con el boca a boca o, mejor todavía, con la mascarilla de bolsillo. Por ello, retrasar la intervención para vaciar los pulmones , con la intención de volve r más efectiva la respiración art i· ficial , podria en realidad comprometer el éxito de la operación. Hay que subrayar que si el síncope acontece en aguas frías, la reducción del consumo metabólico causado por la hipotermia consiente soportar mejor una mengua del flujo sanguíneo cerebral: con una temperatura interna de 30 ' C el suministro de oxígeno al cerebro puede pararse durante 10 min sin causar daños de tipo neurológico. La literatura médica relata casos de reanimación concluidos felizmente después de algunas decenas de minutos de parada respiratoria. Esto significa que, además de la necesidad de prove er la reanimación en el plazo más breve posible, se puede y se debe intentar la

intervención incluso en sujetos para los cuales se supone que ya ha transcurrido el límite de tiempo útil de reanimación.

PRIMEROS AUXILIOS los primeros auxilios, como la fase in icial de los cuidados de emergencia que prec isa un enfermo O un accidentado, son, con frecuencia, si no olvidados, al menos infra-

valorados . El papel de los médicos de urgencias comienza en el momento en el que

la víctima llega a la entrada de urgencias de un hospital. Existe, por tanto, una pausa del auxilio larga y peligrosa que va del momento del incidente al inicio de la intervención médica. En este texto no han sido tratadas, intencionadamente, las técnicas de reanimación y primeros auxilios porque existen insti tu,ciones y centros previstos para tal fin que organizan cursos de formación especializados, en los que animamos a participar. Es evidente que no só lo cada instructor de apnea, sino también cada apneísta res· ponsable, debe saber ap licar las técnicas de reanimación, no sólo por la propia segu· ridad, sino por la del grupo y la del compañero.

CAPíTULO 11

EL ENTRENAMIENTO DEL APNEíSTA

E

l mundo de la apnea está atravesando una fase de profunda transformación, pasando de un período pionero y poético a otro que podemos definir como pro-

fesional, en el cual la racionalización de los métodos de entrenamiento y de la s técnicas caminan en paralelo con la investigación. La programación de la actividad fisica reviste cada vez mayor importancia, y el trabajo es dosificado cualitativa y cuantitati-

vam ente, respetando la genética del atleta. Un apneísta de alto nivel no es un superdotado, es un deportista que se entrena de modo serio, siguiendo unas tablas con-

cretas y una preparación que va del trabajo físico al psíquico, técnico y táctico. Por fin se ha abandonado la idea de que el apneísta debía ser un sujeto dotado de particulares y misteriosas capacidades mentales, o provisto de poderes no identificables desde un punto de vista médico, cosa a la que ha ayudado el hecho de que el número de apneístas de alto nivel va en aumento_ Se entrena más y de forma coordinada , a través del análisis y de la identificación de los factores que caracterizan la actividad , y se programa en consecuencia. No existe un recetario milagroso para convertirse en campeón de apnea, só lo un largo trabajo de paciencia y voluntad. El físico es la base de toda actividad deportiva, y sin una adecuada preparación física es imposib le llegar a resultados satisfactorios. El entrenamiento del apneísta de competición se divide en una preparación física genérica (natación, carrera, pesos) y una específica (apnea estática, dinámica y profunda). En los capítulos anteriores hemos visto las principales técnicas de inmersión; si la pasión por la apnea les ha conquistado y han decidido mejorar sus prestaciones, la lectura de las páginas siguientes podrá se ries útil.

11.1 LA PREPARACIÓN FíSICA DEL APNEíSTA El entrenamiento genérico en seco debe darse a lo largo del año y organizar los estímulos necesarios, llamados «cargas de trabajo», capaces de crear la adaptación orgánica orientada a mejorar las marcas. Constancia y gradualidad son las dos palabras fundamentales en el entrenamiento del apneísta. La preparación física tiene un papel fundamental en el período invernal, de al menos unos cinco meses . Este tipo de trabajo tenderá luego a disminuir en intensidad y tiempo para dar paso al entrenamien-

297

to específico o en el agua. Todavía son muchos los aspectos oscuros sobre la fisiología del hombre en apnea. Entre éstos, el hecho de que no se conozca desde que momento una actuación de descenso en peso constante o en apnea dinámica se transforma de gesto aeróbico en anaeróbico. Otro punto importante para la apnea bajo agua seria poder entender cuáles fibras a nivel muscular son preferibles, si las blancas o las rojas. Una vez comprendidas éstas y otras cuestiones se podrá, también, entender mejor cómo efectuar en los detalles un entrenamiento fís ico para la apnea. Es muy importante no tener dudas sobre el hecho de que el entrenamiento físi co no puede y 1')0 debe sustituir al específico en el agua, debe insertarse en el programa só lo si el tiempo a disposición lo permite y como complemento del agua. Existen todavía enormes dudas referidas a la preparación del apneísta; incógnitas en el campo fisiológico no permiten plantear el trabajo de manera más específica. Aún hoy no se sabe con exactitud si es conveniente desarrollar la fibra blanca o bien la roja de los músculos; en este sentido, distintos equipos médicos han realizado estudios que resultan opuestos entre sí. Dudas similares se plantean para el entrenamiento especifico del descenso en peso constante. Esta especialidad, desde el punto de vista fisiológico, se considera inicialmente como anaeróbica aláctica, luego, aeróbica y al final anaeróbica láct ica. No faltan especialistas que cuestionan esta secuencia, y el pun to capital es que no se sabe en qué momento se produce el paso de una situación a otra. El día en que todas estas incógn itas sean despejadas, el entrenamiento físico podrá acercarse mucho más a las exigencias de la apnea. Como norma general, los dos primeros meses de trabajo del año se dedican por entero a la preparación física genérica; luego. se introduce paulatinamente la preparación específica para llegar a la fase de máxima carga, en la que se combinan los dos tipos, ya en abril y mayo. A partir de junio el entrenamiento en seco tiende a desaparecer para ceder espacio a las prestaciones en el agua. Así, nos acercamos al momento más importante, el período estival. Cuando el trabajo físico específico es predominante, se puede introducir una cita semanal de entrenamiento en apnea, aunque en esta fase no se deben tener prestaciones elevadas en el agua. Como en todos los deportes, no es posible mantener la forma al máximo por periodos demasiado largos. Será necesario programarse de manera que se alcancen las mejores condiciones en la parte más importante de la temporada, la competición. Si se inician con demasiada anticipación las tablas, se corre el riesgo de entrar en forma demasiado pronto y de encontrarse en plena estación de competición ya en fase de caída; éste es el problema del exceso de entrenamiento. Éste es uno de los problemas que la mayor parte de los apneistas de elite tiene que resol ver: cómo entrenarse para poder estar en forma en el período justo, ni antes ni después. Si se registran durante el año todos los entrenamientos, se tendrá una agenda de trabajo que permitirá entender mejor cómo nos deberemos comportar el próximo año. anticipando o posponiendo las diversas fases, independientemente del «retraso» o «anticipación,. advertido en el estado en forma en el agua.

298

I El objetivo de la preparación física es entrenar dos factores básicos: la capacidad anaeróbica y la potenc ia aeróbica (\t02máx ). la potenc ia aeróbica es erróneamente, V con frecuencia, desatendida cuando se habla de apnea, en cambio, es un factor capitaL la V0 2máx mide la cantidad de oxígeno que los músculos pueden utilizar en una unidad de tiempo para producir energía. Un atleta que posea una buena V0 2 máx tendrá características favorables para la practica de la apnea: gran número de glóbulos rojos, valor alto de hemoglobina. baja frecuencia cardíaca, elevada capacidad vital consecuente al entrenamiento aeróbico. La capacidad anaeróbica bien trabajada permite soportar los altos niveles de ácido láctico que ~e forman, por ejemplo, despues de una aleteada veloz en apnea. Es importante que todos los músculos mantengan su elasticidad (es fundamental estirar antes y después del deporte) y que el corazón se habitúe al esfuerzo. Cada ejercicio se aumenta de modo gradual. subiendo el ritmo y la intensidad semana tras semana. El entrenamiento personalizado de un apneísta de competición requiere la presencia de un equipo medico especializado que pueda evaluar la base de partida del sujeto a traves de los métodos descritos. luego, con la ayuda de un preparador fisico, puede estudiarse una tabla que permita, por un lado, potenc iar en su conjunto todos los apartados implicados en la prestación y, por otro, detectar los sectores carentes para correg ir en func ión de ellos el trabajo. Es indispensable in stituir controles intermedios que sigan la justa evolución de la preparación. El aspecto psicológico reviste asimismo mucha importancia y no puede descuidarse; es fundamental crear una relación de confianza y reciproco conocimiento entre el atleta, el preparador, el equipo médico y el psicólogo, con el fin de asegurar que 10 que se ejecuta, aun en el máximo rigor científico, no sea invalidado por lo que condiciona inexorablemente la duración de la apnea en el hombre: las sensaciones psicosomáticas. las tablas de entrenamiento presentadas en este capítulo, relativas a la carrera, a la natación y a las pesas, han sido expresadas con números indicativos y para servir de ejemplo. Los valores deberán ser modificados dependiendo de la preparación y del nivel personal. Entre todos los deportes que sirven para preparar la apnea, la natación es el esencial y el más útil. Si por motivos de tiempo se está obligado a elegir, la natación debe tener prioridad sobre la carrera y las pesas. Existen otros deportes beneficiosos para el apneísta (esqui de fondo, mounroin bike, ciclismo".) que por motivos evidentes no podrán ser tratados aquí con detenimiento.

LA CARRERA La carrera es protagonista en los cinco meses iniciales de la preparación. Durante los dos primeros, el ritmo debe mantenerse bajo, incrementando la duración del trabajo, pasando de los 30 min iniciales a los 60 min de carrera en 60 días. Terminada esta fase considerada de base. en los tres meses restantes los ejercicios tienen la finalidad de adaptar el organismo a tolerar condiciones de hipoxia elevada, trabajando la capacidad anaeróbica láctica. los ejercicios principales son:

299

/

Al Carrera con el control de la respiración : correr a ritmo reducido espirando e inspirando muy despacio, manteniendo constante el numero de pasos de las dos fases respiratorias. El tiempo de espiración debe ser doble que el de inspiración (por ej., 10 zancadas en espiración - S zancadas en inspiración).

Objetivo 1: aumentar el tiempo de carrera a paridad de pasos en inspiración y en espiración. Objetivo 2: incrementar el número de pasos en espiración y en inspiración manteniendo el mismo tiempo total de carrera.

B) Carrera con el control de la respiración y breves apneas al término de cada fase respiratoria: por ejemplo, 10 zancadas en espiración - 2 zancadas en apnea - 5 zancadas en inspiración - 2 zancadas en apnea. Objetivos: iguales a los del ejercicio precedente.

el Serie de recorridos en apnea con breve recuperación: por ejemplo, 10 zan · cadas en apnea - 5 zancadas respirando repetido 20 veces. Objetivo 1: aumentar el número de apneas. Objetivo 2: aumentar el recorrido de la carrera en apnea. O) Máximas distancias en apnea a bajo ritmo con elevada recuperación: por ejemplo, 50 zancadas de carrera en apnea con recuperación total repetido 10 veces. Objetivo: aumentar el recorrido en apnea. E)

Máxima velocidad con larga recuperación. Objetivo: aumentar la distancia en apnea a paridad de velocidad.

CÓMO ORGANIZAR EL ENmENAMIENTO

PropO/U'1II0S algul/os módulos de efl/rel/alll;en/o para repelidos de manC/"a ártica: Ilrídlllo / 10 mi" de car,.el"(¡ úase di' ,olef//(ulI;elllo. JI (20111;11),

e (/5 m;II). D (/5 //Iill): psli

I"(If"ú'I/IOS

lIódulo :! /0111;11 de carrero úase de calefl/amieuto. /J (20 min). F (1,' lIIill), E (/5/11;/1): es/ira lIIiell/os l/(idlllo ,1 10 111;1/ de carrera úas/' de calellla//liet/lo. JI (20 llti,,). r (15 //Iill). D (1" mili): pSlim mll'lIlos

l/tíd/llo -1 10 II/ill de carrera base de calen/amiento. J1 (20 mili), mil'lIlos 300

e (15 mi/l). E (/5min): eslim

F) Incremento gradual de la dista ncia con recuperación constante: por ejemplo, 2 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 4 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 6 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando - 20 zancadas en apnea - 10 zancadas respirando ... ).

Objetivo 1: incrementar la distancia máxima en apnea. Objetivo 2: disminuir los pasos de recuperación a paridad de distancia recorri da en apnea. Como se puede apreciar, la medida de

lo~

ejercicios no la constituyen los segun-

dos o los minutos, sino los pasos. Así, evitaremos pasar el tiempo con los ojos fijos en el reloj. Cada atleta tiene su paso como unidad de medida, que podría ser del todo distinta a la de otro deportista; ésta es una buena razón para no imitar la ejecución de otro.

LA NATACIÓN Un óptimo nadador puede convertirse con facilidad en un buen apneista, si no tiene problemas de compensación, pues ser hábil nadando presupone una buena acuaticidad, la característica más importante para un apneísta de cualquier nivel. Además, la natación es fundamental por los beneficios que aporta en el ámbito de la respiración y cardiovascular, así como por la pOSibilidad que ofrece de entrenar los grupos musculares empleados en ausencia de gravedad, con ventajas notables para la movilidad articular. Un músculo preparado a través de la natación, ejercicio aeróbico por excelencia, mantendrá una forma más grácil e hidrodinámica respecto a uno ejercitado por medio de una actividad en seco. Sin embargo, existen secuencias de trabajo distintas. Es aconsejable insertar al final de cada entrenamiento unos 20 min de natación con aletas, que mantengan en forma los músculos que intervienen en el aleteo. Para aumentar las cargas de trabajo se pueden usar cinturones de lastre o tobilleras. Proponemos a continuación y como ejemplo seis tablas de entrenamiento de natación pura, con tiempos y distancias referenciales, adecuadas para un nadador medio. La Indicación esencial que se desprende de los ejercicios siguientes es Que el trabajo debe ser muy variado.

LAS PESAS El periodo de entrenamiento con pesas se divide en tres fases fundamentales, bien distintas entre sí, que duran en total unos cinco meses. En ellas se atenderán los haces musculares que intervienen en el aleteo y también el resto del cuerpo. El apneísta debe evitar cargas de trabajo elevadas con movimientos lentos destinados a incrementar el volumen de la masa Que provocaría una hipertrofia muscular y, en consecuencia, un aumento del consumo de oxigeno. Al principio de la estación, normalmente hacia

TIPO DE ENTRENAMJENTO

CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES

• entrenamiento

• resistencia 80%

velocidad 20%

• entrenamiento frQccionado

• resistencia 80%

velocidad 15%

• entrenamiento de velocidad

• resistencia 85%

velocidad 15%

TAOLA O

nPODE ENTRENAMIENTO

CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES

• 200 m calentamiento • 4 x 100 m erol, 20 s reposo • 3 x 100 m erol, 10 s reposo • 2 x 100 m erol, S s reposo

• entrenamiento fraccionado

• resistencia 80%

velocidad 20%

• 5 x 50 m sólo brazos, 15 s reposo (resp. hipóxica)

• entrenamiento fraccionado

• resistencia 80%

velocidad 20%

• 2 x 150, 3 min

• entrenamiento fraccionado • entrenamiento fraccionado

• resistencia 80%

velocidad 20%

• resistencia 1096

velocidad 9096

TAOLA C

TIPO DE ENTRENAMJENTO

CALIDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES

• •

200 m calentamiento 2 x 200 m, 20 s reposo • 2 x 100 m, 15 s reposo • 2 X SO m, la s reposo

• entrenamiento fraccionado

• resistencia 8096

velocidad 2096

• escalera: 50. 100, 200. 300,

• entrenamiento de repetición

• resistencia 4596

velocidad 55%

• entrenamiento de velocidad

• resistencia 8596

velocidad 15%

TAOLA A

• 200 m calentamiento

fraccionado • 4 x 100 m eral, 10 s reposo

• 3 x 200 m erol, sólo brazos, 15 s reposo



nadar 1 piscina lenta (P: L.), 1 piscina ve loz (P. V.); 2 P. L., 2 P.

v.;

J P L., J P. V.; 4 P L., 4 P. V.; J P L., J P. V.; 2 PL., 2 P V.; IPL.,IP.V.

reposo

• 4 x 50 m máxima velocidad, 1min reposo

200, 100, 50 con 1 min de reposo entre un ejercicio y otro a ritmo veloz • 300 m sólo brazos, 2 piscinas lentas, 1 muy rápida

30:2

I

-

/

TAOLA D

TIPO DE ENmENAMJENTO

CALIDADES DESARROUADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES

• enfrenamiento

• res istencia 80%

velocidad 2096

• resistencia 75%

velocidad 25%

esprinr

• resistencia 10%

velocidad 9096

• esprint

• resistencia 10%

velocidad 90%

TAOLA F

TIPO DE ENmENAMIENTO

CAUDADES DESARROLLADAS EN TÉRMINOS PORCENTUALES

• 200 m calentamiento

• entrenamiento fraccionado

• resistencia 80% velocidad 20%

• 5 x 75 m, salida cada 1 min 45 s (respiración hipóxica)

• entrenamiento fraccionado

• resistencia 80% velocidad 20%

• entrenamiento continuo + entrenamiento de repetición

• resistencia 72,596 velocidad 27,596

r• 200 m calentamiento • 3 x 100 m, 20 S reposo

fraccionado

• 3 x 75 m, 15 s reposo • 3 x SO m, 10 s reposo • 5 x 50 m, lOs reposo

• entrenamiento fraccionado

(respiración hipóxica)

• 6 x 2S m, salida cada 1 min a máxima velocidad • 3 x 50 m, salida cada 2 min a máxima velocidad

I

TAOLA E

• 200 m calentamiento

• 4 x 50 m, salida cada I min 30 s • 400 m sólo piernas 400 m sólo brazos (respi ración hipóxica)

• 2 x 400 m, con reposo de 30 s entre uno y otro, I piscina lenta,

1 piscina veloz

5 x SO m, sólo brazos cada I min 45 s (resp. hipóxica) 1.000 m: 100 lentos, 100 veloces, 200 lentos, 200 veloces, 100 lentos, 100 veloces, ultimas 200 a la máxima velocidad

l

diciembre, se efectúa una preparac ión general (macrociclo) de unos dos meses, con tres o cÓatro citas semanales. Los objetivos son los siguientes: A)

Preparación muscular de la parte inferior del cuerpo, del tronco yextremidades superiore s.

Bl

Tonificación de la musculatura postural (abdominales y lumbares).

C)

Mantenimiento y gradual potenciación de la actividad cardiovascular (poten· cia aeróbica).

Los dos métodos más eficaces para alcanzar los objetivos precedentes son el PHA

training (Peripheral Heart Action) y el Circuit training que, además, pueden combinarse en una misma sesión de entrenamiento.

PHA

training

El PHA consiste en 5·10 microcircuitos compuestos por 4·6 ejercicios. Cada microcir· cuita debe repeti rse 2·3 veces antes de pasar a1 sucesivo. Las repeticiones de cada ejercicio individual se sitúan entre 20 y 40, Y se ejecutan rápidamente , con una carga cercana al 30% del máximo. La recuperación entre ejercicios es de 1S - 30 s y la pausa entre circu itos es de 1 min 30 s con aparatos aeróbicos (remos, bic icleta, step, cinta).

Circuit training

El Circuir rraining es un entrenamiento aeróbico de tipo mi xto, basado en una serie de prácticas que movilizan las partes del cuerpo donde con mayor frecuencia se veri · fican problemas circulatorios y acumulación de grasa. (onsiste en un único circuito co nstituido por 10·1 S ejercicios que debemos repetir 2·4 veces. Las repeticiones de cada ejercicio son elevadas, de 30 a SO, o el máximo que es posible ejecutar en un tiempo que va de 45 s a 1 min con una recuperación de 1S s entre un ejercicio y otro, y con una carga de trabajo del 25% al 40%. La frecuencia cardiaca y el consumo de oxígeno son altos. Los grupos musculares empleados son sobre todo de las extremi· dades inferiores (cuádriceps y bíceps femoral, glúteos, gemelos, tibiales), abdomina· les, lumbares, pectorales, deltoides, dorsales, tríceps y bíceps. Los medios que se emplean son los aparatos compute rizados que permiten reproducir y simular, de manera más o menos fiel, los ejercicios típicos de actividades al aire libre: correr, escalar, remar, subir escaleras, etc., con la ve ntaja de poder, en cada instante, con· trolar el tipo de esfuerzo realizado (control de la frecue ncia cardíaca, del consumo de oxigeno. etc). Terminada esta primera fase, se prosigue con un período de preparación especial, o mesocic1o, que durará cerca de dos meses, en los cuales se frecuentará el gimna sio dos o tres veces por semana. En esta fase, se retomarán los ejercicios preceden· tes, pero se realizarán a alta velocidad y con una ca rga en torno al 10· 15% del máximo para llegar a 60 repeticiones . Seguirá, por último, un período muy delicado, el microcic1o, de un mes de duración con dos citas se manales, cuya utilidad y validez

304

dependen de la seriedad con que se hayan llevado a cabo las dos primeras fases. Se repetirán las prácticas del segundo período con la misma carga, pero esta vez se efec· tuarán en apnea. El número de repeticiones depende del nivel de preparación y de la capacidad de mantener la apnea en seco cuando se está en movimiento. Los objetivos son: • Mayor tolerancia a la concentración alta de ácido láctico y mejoramiento del umbral de potencia. Trabajo muscular en apnea para

estim~lar

la acidosis muscular (aumento del

CO 2 y disminución del 02)'

EL STI'.ETCHING, MOVILI DAD ARTI CULAR Y ELASTICIDAD MUSCULAR la elasticidad muscular y la movilidad articular son siempre garantía de un gesto atlético y eficaz , a menudo estas dos cualidades resultan ser en algu nas disciplinas deportivas los puntos fuertes que pueden marcar la diferencia final. La apnea entra en el grupo de estas disciplinas deportivas, en las que estas cualidades físicas juegan un importante papel en la economía general de la prestación. Cualquiera que haya estado un período sin practi car ningún tipo de actividad física habrá notado que en poco tiempo se produjo una disminución de estas dos capacidades físicas junto con la condición física general. Naturalmente, apenas se retoman los entrenamientos, se recu pera la buena movilidad articular y elasticidad muscular junto con la condición fisica general. No obstante , es importante no descuidar aquellos ejercicios específicos que deberán siempre formar parte de un entrenamiento completo. Un músculo inactivo pierde tono en un tiempo muy breve, se debilita y se vuelve rígido perdiendo elasticidad, del mismo modo las principales articulaciones se resienten notablemente, perdiendo ese equilibrio perfecto que sólo la sinergia de un aparato tendinomuscular perfectamente funcional y activo está en grado de garantizar, asimismo, el grado de amplitud del movimiento de la articulación sufrirá una influencia negativa. La elasticidad muscular es una propiedad que permite vivir el movimien to en un modo más sereno, cualquiera sea la actividad realizada, prescin diendo de si se practica o no actividad física, es siempre importante tener una buena movilidad articular y elasticidad muscular. En lo referido a la actividad subacuática en apnea, podemos entender porqué un físico poco entrenado pero dotado de una buena elasticidad muscular logrará desenvolverse en el modo más aceptable en la mayor parte de las situaciones, si bien la prestación final se resentirá por la carencia objetiva de condición física.

305

los músculos poseen propiedades increíb les , una de ellas es la

capa~idad

de esti ramiento; naturalmente, esto se deberá conseguir de manera gradual para evitar traumas en los tejidos y las fibras musculares. Un músculo expuesto a regulares y constantes actividades de esti ramien to está preparado para efectuar en un modo más rápido y eficaz cualquier tipo de movimiento, es más fácil el paso del estado de inactividad a la fase activa, ya que se ve favorecida la amplitud del movimiento y sobre todo dis· minuye la posibilidad de traumas derivados de la escasa elasticidad muscu· lar, como puede ser el caso de la tendinitis. Un deportista perfectamente entrenado tampoco debe descuidar la s bre o ves sesiones de estiramientos (stretching) tanto antes co mo después del entrenamiento. Un músculo bien entrenado necesita aún más ejercicios de estiramiento antes de la actividad física para evitar lesiones y favorecer una mayor amplitud articular, y después de la actividad física o del entrenamiento para distender las fibras, ya que debido a la contracción muscular producida por el ejercic io, se ocasiona una nueva situació n de rigidez e hinchazón. ¿Cuántos apneístas han sufrido de tendinitis, especia lmente en el tendón de Aqui les? Probablemente muchos. las mayores molestias pueden experi mentarse, con más frecuencia, en las articu laciones inferiores que transmi ten la energía a las aletas. los apneístas que utilizan la monoaleta no pueden descuidar en ningún modo el stretching, que junto con un adecuado entrenamiento garantiza una perfecta movilidad articular de todas las zonas implicadas en el movimiento. Una buena práctica de stretching se consigue realizando lo s ejercicios con toda tranquilidad. Podemos hacer los ejercicios incluso en nuestra s casas y sin necesidad de aparatos especiales. las sesiones de estiramie ntos deben ser concebidas como un momento de relajación en el que se busca devolver a la musculatura y a las articu laciones la elasticidad original. Como ya se ha seña lado, el stretching ayudará notablemente al aparato musculoesquefético aun sin el acompañamiento de un entrenamiento específico que es siempre aconsejab le. la elast icidad muscular con la consig ui ente movilidad articular son nuestras aliadas en el momento en que nos sumergimos , nuestra vue lta , luego, será más fluida y natural sin el riesgo de poder sufrir algún trauma en la zona lumbar por frío . Notamos que los miembros superiores, que contribuyen a balancear la acción del cuerpo, mantendrán una posición más hidrodinámica y relajada. los miembros inferiores podrán realizar la acción de propulsión con un movimiento decidido y continuo y podrán oscilar libre· mente hasta la máxima apertura que las articulaciones de la cadera, de las rodi ll as y de los tobillos permitan.

:3 06

Supongamos que no hemos realizado actividad fisica por un largo perío· do y que no somos capaces, desde la posición erecta, de llevar el busto hacia delante y bajar hasta tocar la punta de los pies con las manos sin doblar las piernas porque nuestra musculatura perdió elasticidad. En el momento que queramos dar amplitud y potencia a la zancada, nos daremos cuenta que esto será dificultoso y hasta doloroso, no lograremos distender completamente nuestros miembros haciendo trabajar en el mejor de los modos la pala de las aletas, y, si insistimos, podremos incluso provocar traumas a la musculatura que se manifestarán bajo la forma de molestos y dolorosos estiramientos y contracturas. Para aquellos que practican la apnea con la monoaleta, el strerching resulta aún más importante, ya que para realizar un gesto correcto es necesaria una gran movilidad articular y elasticidad muscular. Pensemos en un buzo que no consigue extender los miembros superiores entrenados hasta el eje longitudinal del cuerpo, además de la cabeza, en modo perfecto , o, que tenga una movilidad articular limitada del tracto lum· bar o en algún otro de los sectores mayormente influyentes, seg uro que toda su acción de propulsión se resentirá en un modo relevante co n consecuen cias negativas. Una perfecta elasticidad muscular y movilidad articular se rán indi spensables para cualquier movimiento en inmersión; un cuerpo flexible y elástico podrá cambiar de posición, torcerse, flexionarse y distenderse sin problemas, dando eficacia a la acción en general. Una acción armónica y fluida pero mitirá también consumir menor cantidad de oxígeno. Podemos realizar nuestras sesiones de strerching sin tenerlas que añadir a otros entrenamientos particulares dedicando para ello los momentos de mayor tranquilidad, por ejemplo, mientras miramos la televisión o escuchamos música; muchos ejercicios podrán realizarse en grupo mientras se ¡man tiene una charla placentera.

11

Por la mañana, en pocos minutos , para iniciar la jornada en la mejor de las condiciones.

Cuándo practicar ejercicios de stretching

Durante el trabajo para disminuir la tensión nerviosa y reencontrar un mínimo de re lajación . • Tras haber permanecido por un largo período de tiempo en posición estática. Cuando nos sentimos rígidos y una buena relajación nos puede ayudar. Reduce la tensión muscular y favorece la relajación psicofisica.

Por qué practicar

Ayuda a la coordinación motora garantizando mayor eficacia y libertad

stretching

en los movimientos.

307

• Previene las posibles lesiones que puede ocasionar la actividad mu scu· lar en frío o con escaso calentamiento como los tirones, desga rros y tendinitis. • Hace más fácil afrontar actividades comprometidas preparando los músculos principalmente implicados en la acción. • Desarrolla la conciencia del propio cuerpo. Practicar preferiblemente el

srrerching junto con una sesión de relajación aumenta notablemente la s ve ntajas y los beneficios _ • Permite a ,la mente tomar conciencia de las percepciones cinestésicas provenientes del cuerpo como de posibles elementos de molestia y ten sión. • Favorece la circulación sanguínea. • Produce sensación de bienestar.

Cómo realizar los ejercicios de stretching y por cuánto tiempo

El stretching es una práctica muy útil y so bre todo accesible para cualquiera sin necesidad de preparación física o dotes físicas particulares. Los ejercicios pueden ser realizados por personas de todas las edades que tengan buena salud y no presenten problemas físicos especificas. Para obtener beneficios se requiere de un tiempo de práctica relativamente breve. son suficientes 10 o 15 minutos al día para poder apreciar los resultados en pocas sesiones. Para un apneísta, que se sumerge en agua, tener una buena elasticidad y movilidad articular son cualidades indispensables para poder hacer frente a la resistencia del medio y moverse con soltura con el equipo. Para que el trabajo realizado sea eficaz y no produzca consecuencias con· traproducentes se deben seguir unas reglas muy simples, al menos al principio. La técnica de estiramiento debe ser suave y progresiva, es un error forzar en exceso el músculo en la primera sesión. Los músculos poseen un reflejo de estiramiento que interviene cuando las fibras se estiran en exceso causando una contracción instantánea que tenderá a poner rígido el mú scu lo que se quería estirar. Por el contrario, se buscará estirar la musculatura en forma progresiva, con decisión pero sin llegar al umbral del dolor. Se deberá experimentar una sensación de relajación de las tensiones musculares. Naturalmente, trabajando de este modo, se necesitará, seguramente. mayor tiempo, pero 105 resultados llegarán y nos daremos cuenta de que nos podemos mover con mayor soltura y naturalidad. Las primeras sesiones se caracterizarán por estiramientos que no llegarán al umbral del dolor y con una duración de entre 30 a 40 segundos, la sensación de tensión tenderá a desaparecer cuando el músculo se relaje, en cada repetición nos daremos cuenta de que el grado de elongación tenderá lentamente a aumentar y lograremos alcanzar puntos del cuerpo cada vez más

308

lejanos. Después de esta fase predominantemente estática se pasará a la fase en la que durante el stretching se introducirán los movimientos de estiramiento progresivo, es decir, una vez que se alcanza la posición y se la man tiene por algunos segundos , se estirará un poco más pero sin llegar al umbral del excesivo dolor, esta acción podrá durar inicialmente entre 30 y

90 segundos para seguidamente experimentar la sensación de bienestar fruto de la descontracción y del ritmo de la respiración. La práctica del stretching debería siempre preceder y seguir a la sesión de entrenamiento. El máximo nivel de una sesión de srretching se consigue cuando los estiramientos se realizan acompañados de una correcta respiración, como hemos visto al tratar el tema de la relajación. La respiración es fundamental en cualquier tipo de técnica que busque la relajación ya sea mental o física. Acompañando al estiramiento, la respiración deberá ser lenta, rítmica y controlada. Como en el Pranayama, la fase espiratoria será profunda y lenta acompañando el estiramiento del músculo; en la fase inspiratoria mantendremos la posición y después con una larga espiración intentaremos estirar un poco más para Finalmente relajar el músculo. Este trabajo deberá realizarse en el modo más natural posible. $i encontramos que nos resulta dificil regular y mantener una respiración correcta y rítmica, seguramente se debe a una búsqueda excesiva del estiramiento muscular, quizás exagera do; en este caso, debemos disminuir ligeramente la tensión para reencon trar la respiración más natural posible. Este ejercicio, si se realiza correcta· mente, nos proporcionará una sensación de relajación, descontracción muscular y tranquilidad mental, fundamental en la concepción moderna de la apnea. El cuerpo humano comprende un elevadísimo número de músculos , más o menos implicados en algunos movimientds específicos que un apneísta o pescador submarino realizan habitualmente; como regla general, es importante practicar estiramientos en modo global para así conseguir una elas -

Los músculos y las zonas que más necesitan del stretching para la inmersión en apnea

ticidad y buena movilidad en el conjunto de las articulaciones de todo nuestro cuerpo . Cada uno de nosotros tiene una estructura muscular y conformación física diferentes, primero deberemos determinar cuále s son las zonas corporales que más necesitan de una intervención para conseguir una armonia en el conjunto del movimiento, para después desarrollar un trabajo específico dirigido a distintas zonas y asociado también a un tra bajo más genérico. Una vez se hayan obtenido buenas condiciones generales, se puede pasar a un trabajo más específico dirigido a aquellas zonas que están más implicadas en la acción de propulSión de las aletas tradicio -

309

nales o de la monoaleta durante la inmersión. Con el uso de las aletas tradicionales, los músculos más implicados serán los que parten de la zona lumbar hasta los flexores y extensores de los dedos de los pies; en cambio, aquellos que utilicen la monoaleta, como el movimiento es más complejo y generado en la casi totalidad de los músculos, será absolutamente necesario un trabajo de stretching que comprenda por igual todos los grupos musculares. Naturalmente, a nadie le hará daño hacer estiramientos, incluso si n la necesidad de tener que usar la monoaleta, antes bien, moverse en el fondo del m~r como una anguila es fundamental para cualquier pescador en apnea; con frecuencia ante la conformación del fondo o el imprevisto acercamiento de una presa es necesario realizar movimientos o torsiones dignos de un elástico. En cada caso es una buena regla practicar estiramientos para permitir a las articulacione s principales estar siempre libres de cualquier impedimento y mantener todos los grados de movimiento con que la naturaleza nos ha dotado, en particular, la articulación escapulohumeral y la coxofemoral necesitarán una atención especial ya que el equilibrio muscular que las regula es mucho más delicado.

11.2 EL ENTRENAMIENTO EN EL AGUA El mejor entrenamiento para la apnea es la apnea. En este epígrafe ve remos con qué frecuencia, orden y cadencia se deben organizar las prácticas en apnea estática, diná· mica y de descenso. Hay reglas genera les que es oportuno respetar y que hemos recopilado en la tabla RecomendaCiones para el apneísra de la página 282. Resultará útil al lector para evitar los errores más comunes. Un consejo fundamental es no nadar nunc;a. antes de una sesió n de apnea. La natación provoca un aumento del ritmo cardiaco)' la intervención de los grupos musculares que requiere el estilo adoptado y hace vana la relajación. Los tres tipos de apnea son muy distintos entre sí, aunque es posible relacionarlos en la acción: en general, l min de apnea estática permite llegar a 20/22 m de apnea horizontal y a 10m de apnea profunda . No puede decirse que sea siempre así, pero con frecuencia, si esta regla no se verifica, es a causa de factores emotivos y psicológicos o por falta de técnica; un buen instructor puede ayudar a localizar y anali zar esta limitación. Una ficha personalizada es básica como instrumento de control y verificación de las progresiones observadas. El entrenamiento no es otra cosa que un cambio y una adaptación funcional de nuestro organismo al esfuerzo de una carga. Es necesario identificar todos los parámetros de esta carga a fin de poder programar el entrenamiento y modularlo. En el ciclismo, por ejemplo, el kilometraje recorrido y la velocidad constituyen dos de los aspec:j

IO

tos de carga, definidos también como volumen e intensidad. En el caso de la apnea, sea en el mar o en piscina, la carga la constituyen el tiempo de apnea (profundidad o dis· tancia) y de recuperación. Volviendo al ejemplo del ciclista, se puede hablar de factores que inciden sobre la carga: dos horas de bicicleta a 40 km/ h, a una temperatura de 35 ' C, son más duras que el mismo tiempo a igual velocidad en una jornada más fres ca. En apnea son muchas las circunstancias que pueden hacer variar las dos cargas que nos interesan. Una inmersión a 30 m, con agua a 12 ' C, es más dificil que la misma inmersión en aguas tropicales. Del mismo modo, 75 m de apnea dinámica en una piscina de 25 m con aletas pequeñas de goma so~ más duros que 75 m en piscina de 50 m con aletas largas. Podrían citarse muchos ejemplos como éste. Veamos los factores que pueden influenciar una carga de trabajo en apnea, factores que se deben tener en cuenta, para poder variar el programa y entender eventuales mejorías o caídas en el rendimiento imprevistas. Recuerden que nunca se debe hacer una inmersión en solitario y consulten el Capítulo 10 para aprender a organizar una sesión de entrenamiento con todas las garantías de seguridad requeridas por este deporte.

• Temperatura del agua • Tiempo transcurrido ya en el agua • Intensidad del trabajo realizado • Visibilidad • lastre • Material técnico a disposición • Corriente • Concentración • Forma fisica • Estrés

MUY

)

IMPO~TANTE

En las tablas y ejercicios que siguen, los valores indicados (tiempos de apnea, tiempos de recuperación, medida de las distancias, profundidad) sirven de ejemplo. Cada apneista debe atenerse a su propio nivel y capacidad.

ENTRENAr. LA APNEA ESTÁTICA En este epígrafe se encuentran las tablas para organizar el entrenamiento, que resultará más eficaz si se t ienen presentes las siguientes y sencillas reglas : • Nunca hacer apnea sin una asistencia adecuada. • No calentar (natación, apnea dinámica) antes de la estática. Si la temperatura es baja, usar el traje de buzo durante la sesión. • La posición puede variar de apneísta a apneísta y debe ser de absoluta relajación.

3 11

• Antes de empezar conviene efectuar tres o cuatro apneas de calentamiento que permitan un acercamiento al primer punto de la tabla . • La tabla debe ser personalizada en función del propio nivel. En las tablas que siguen , los tiempos indicados corresponden a un apneísta que alcance los 4 min de apnea estática. Los de mayor capacidad podrán aumentar los tiempos de apnea o disminuir los tiempos de recuperación. Los más modestos reducirán los tiempos de ejecución y ampliarán los tiempos de recuperación. Las apneas estáticas en piscina se efectuan llenando los pulmones al 70-7 5%

d~

su capacidad total. Una inspiración completa no per m i te

alcanzar la rel~ación y distensión necesarias . Siguiendo las secuencias propuestas en estas páginas, hay Que recordar no superar nunca las ocho apneas de una misma tabla. En el caso de que se logren las ocho con facilidad, se debe aumentar la intensidad del trabajo (incremen· tar el tiempo de apnea o reducir el intervalo de recuperación). Entrenar la apnea estática no significa meterse en el agua e intentar res isti r un poco más que la última vez. Existen programaciones Que nos permiten mejorar grao dualmente nuestro nivel de preparación. Las dos tablas propuestas (A y B) constitu· yen la base para un buen trabajo. El primer paso es realizar la propia tabla de entre· namiento dedicando la primera cita a encontrar, con la ayuda del compañero o del instructor, los tiempos y la recuperación que servirán de tabla de partida. Si en fase de realización (A o B) nos encontramos sin aliento después de tres o cuatro apneas, significa Que las cargas deben revisarse y aligerarse . Si por el contrario se llega a la octava apnea con mucha facilidad , procederemos a aumentar los tiempos de apnea y a reducir los de recuperación; es preferible no tener nunca un tiempo de recuperación superior a tres minutos. Si las tablas de base no son lo más cercanas a nuestra capa· cidad, no debemos preocuparnos ; de hecho, los objetivos se alcanzarán de forma cada vez más veloz, e incrementaremos la dificultad de nuestra tabla.

a12

TABlA A TIEMPOS DE APNEA CONSTANTES DISMINUYENDO LOS TIEMPOS DE RECUPERACIÓN

TAIlLA A 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA

2 min APNEA

2 min APNEA 2 min APNEA

> > > > > > >

3 min 2 min 50 s

RECUPERACIÓN

2 min 40 s 2 min 30 s 2min20s

RECUPERACiÓN

2minl0s

RECUPERACiÓN

2 min

RECUPERACIÓN

El tiempo de apnea es el 50/60%

FIN

del tiempo máximo.

2 min APNEA

RECUPERACiÓN RECUPERACiÓN RECUPERACiÓN

Cada apneista tendrá una Tabla A y una Tabla S, que serán básicas, de las cuales se partirá para trabajar sobre un preciso objetivo.

En cada entrenamiento hay que

proponerse un solo objetivo. la tabla obtenida alcanzando el objetivo 3 constituye la nueva tabla base, que sustituirá a la anterior, y de la que se debe partir para tocar los nuevos objetivos 1 y 2. los máximos deben probarse una vez cada dos meses, no con más frecuencia. Objetivo 1: aumentar el número de apneas con el mínimo intervalo de recuperación

(e n el ejemplo, dismi nu ir 105 tiempos de recuperación empezando con 2 min 50 s de primer intervalo, en lugar de los 3 min iniciales de la tabla, para lograr repetir 105 2 min de recuperación ):

TAIlLA A 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA 2 min APNEA

> > > > > > >

2min50s R~CUPERACIÓN 2 min 40 5 R CUPERACIÓN 2 min 30 s RECUPERACiÓN 2 min 20 5 RECUPERACIÓN 2min l Os RECUPERACIÓN 2 min

RECUPERACiÓN

2 min

RECUPERACiÓN FIN

Objetivo 2: llegar a disminuir el intervalo de recuperación mínimo (en el ejemplo,

pasar de una recuperación mínima de 2 min a una de 1 min SO s).

3 13

Objetivo 3: incrementar el tiempo constante de apnea con el mismo tiempo de descanso (en nuestro ejemplo, pasar de 8 apneas de 2 min a 8 apneas de 2 min lOs con la misma recuperación)_ Recuerden que la tabla obtenida alcanzando este

nuevo objetivo constituye la nueva tabla de base. TABLA B

AUMENTO DE LOS TIEMPOS DE APNEA MANTENIENDO CONSTANTE EL TIEMPO DE RECUPERACiÓN

TABLA B 2 min

APNEA >

2min45s

RECUPERACIÓN

2minlOs

2 min 45 s

RECUPERACIÓN

2min20s

APNEA > APNEA >

2min45s

RECUPERACIÓN

2 min 30 s

APNEA >

2min45s

RECUPERACIÓN

2 min 40 s

APNEA >

2min45s

RECUPERACiÓN

2 mi n 50 s

APNEA >

2min45s

RECUPERACiÓN

El tiempo inic ial de apnea es el

3 mi n

2 min 45 s

RECUPERACiÓN

50% del tiempo máximo.

3 min lOs

APNEA > APNEA

FIN

Objetivo 1: aumentar el número de apneas de tiempo máximo con el mismo tiempo de recuperación (en el ejemplo, iniciar con una apnea de 2 min lOs en lugar de los 2 min iniciales de la tabla para repetir los 3 min lOs).

Objetivo 2: incrementar el tiempo máximo de apnea manteniendo constante el intervalo de descanso (en el ejemp lo, superar los 3 min lO s).

Objetivo 3: disminuir los tiempos de recuperación. Pasar a un tiempo inferior de descanso con los mismos tiempos de apnea (en el ejemplo, pasar de 8 intervalos de 2 min 45 s a 8 intervalos de 2 min 30 s con indéntica secuencia de apnea). Recordad que la tabla que se ha obtenido al alcanzar este nuevo objetivo constituye la nueva tabla de base. los pasos de incremento en los tiempos de apnea y de dism inución en los intervalos de recuperación varian dependiendo del nivel del apneista. Para quien empieza con estas tablas, será fácil mejorar, alcanzar el objetivo 3 con tranquilidad, aumentar la apnea y disminuir los intervalos , incluso hasta 15 s. Cuando progrese, será más dificil; sobre valores al limite, los pasos pueden ser de 2-3 s. Hay días en que resulta casi imposible concentrarse, convivir y sufrir las contracciones diafragmáticas o alcanzar los tiempos de apnea habituales; no nos desmoralicemos. En lugar de entre·

.'3 14

nar con las tablas A o S, efectuemos trabajos alternativos, cuya implicación ps icológica sea me nor: • apneas estáticas sin tiempos fijos preestablecidos , durante las cuales practicar nuevas técnicas de relajación y concentración. • apneas es táticas a pulmón vacio. • serie de ap neas con un solo acto respiratorio completo. serie de apneas co n de sca nsos muy breves. Combinando las Tablas A y S se puede obtener una Tabla

e en la cual los t iempos

de apnea crecen y los tiempos de recuperación disminuyen.

TABLA C AUMENTO DE LOS TIEMPOS DE APNEA Y DISMIN UCiÓN DE LOS TIEMPOS DE RECUPERACiÓN

TA[)LA e 2 min

APNEA 3 min 30 s

RECUPERACIÓN

2min lO s

APNEA 3 min 20 s

RECUPERACIÓN

2 min 20 s

APNEA 3min l Os

RECUPERACIÓN

2 min 30 s

APNEA 3 min

RECUPERACiÓN

2 min 40 s

APNEA 2 min SO s

RECUPERACIÓN

2 min SO s

APNEA 2 min 40 s

RECUPERACIÓN

3 min

APNEA 2 min 30 s

RECUPERACiÓN

3 min 10 s

APNEA

FI N

ENmENAR LA APNEA DINÁMICA Algunos co nsejos que recomendamos seguir: • En general, la apnea dinamica se desarrolla en piscina , donde la temperatura del agua es agradable, por lo que el bañador es suficiente atuendo; el traje de buzo no es necesario. El contacto directo con el agua, ade más, favorece la se nsibilidad en la acción del aleteo. • Antes de iniciar la tabla de entrenam iento, realiza r algunas apneas dinamicas de calentamiento que serviran para regu lar la velocidad. en el caso de que el eje rcicio prevea un tiempo preciso de ejecución (veanse ejercicios E y F). • Hay que llegar a controlar, incl uso reducir, la velocidad del aleteo, sobre todo , en la última fase del recorrido de una apnea prolongada cuando, por instinto, manifestemos la tendencia a acelerar el ritmo.

3 15

Si están previstas para el mismo día, entrenar la apnea dinámica siempre despues de la estática. • En las tablas que siguen, los tiempos propuestos son puramente indicativos, para dar una idea sobre el tipo de trabajo a ejecutar. El apneísta adoptará valores apropiados a su nivel. Lo importante es mantener las lineas de gu ía de cada ejercicio. En los recorridos en apnea dinámica, los brazos deben mantenerse en los cos tados par~ propiciar el máximo relajamiento, mientras que en las salidas en velocidad se aconseja tenerlos estirados hacia delante para ser mas hidrodinámicos y por seguridad a la llegada al borde. • En las tablas desaconsejamos superar el número de apneas propuestas. Es preferible trabajar sobre las cargas , incrementando la intensidad (aumento de la distancia, reducción de los tiempos de recuperación). • Au mento de la carga con resistencias artificiales: apneas dinamicas con trajes de distinto grosor, cinturones de lastre, ropa. elásticos ligados a la cintura y fijados al borde de la piscina, o tabla de corcho en pos ición de resistencia al avance. De la serie de tablas de entrenamientos que sigue, aconsejamos trabajar con tres tablas distintas.

Toblo A SERIE DE APNEAS HORIZONTALES CON CONTRO L DE DISTANCIA Y TI EMPO Ejemp lo: 10 x 50 m con I min de reposo. Objetivo 1: au mentar la distancia recorrida a paridad de recuperación (10 x 55 con l min de recu peración). Objetivo 2: mantener la misma distancia disminuyendo el intervalo de descanso (10 x SO con SS s de recupe ración).

3 16

Tabla O SERIE DE RECORRIDOS HORIZONTALES CON SALIDA EN TIEMPO PREFUADO Ejemplo: 10 x SO m con salida cada 2 mino

De este modo, nadando más rápido, se descansa más tiempo y viceversa (si se recorren 50 m en 50 s, se descansa 1 min lOs, si se recorren en 1 min 15 s, se descansan 45 s).

Objetivo 1: incrementar la distancia recorrida con los mismos tiempos de salida. Objetivo 2: disminuir el tiempo de salida respetando el recorrido.

Tabla

e

CARRERA RÁPIDA EN CORTAS DISTANCIAS CON BREVE INTERVALO DE RECUPERACIÓN Ejemplo: 6 veces 2S m de apnea muy rápida con 1 min 30 s de reposo. Objetivo 1: aumentar el número de apneas hasta 1Q.

Objetivo 2: aumentar la distancia recorrida a velocidad máxima. IMPORTANTE: para evitar posibles traumas musculares, este trabajo no debe efec· tuarse sin calentamiento previo. La idea es quemar el máximo de oxigeno a disposi· ción en un breve recorrido. Si el ejercicio no se realiza a la máxima velocidad, la intención será vana.

Tabla D SERIE DE RECORRIDOS EN APNEA CON RECUPERACiÓN NADANDO (ideal en entrenamiento con agua poco caliente) Ejemplo: 25 m de apnea con 25 m de recuperación, nadando 10 veces, sin pararse. Total 500 m.

Objetivo 1: aumentar el tramo recorrido en apnea. Objetivo 2: incrementar la distancia total recorrida, manteniendo la relación de apneas y recuperaciones nadando. IMPORTANTE: no interrumpir nunca para descansar. Se trata de conseguir economizar las fuerzas y el consumo de oxígeno sobre el recorrido total. Si no fuera posible, empezar por trayectos más cortos e intervalos nadando más largos.

:J 17

,

Toblo E SERIE PROGRESIVA DE TRABAJO PREDOMINANTE HIPERCÁPNICO (nadamos siempre más rápido y descansamos menos) Ejemplo: VELOCIDAD

RECUPERACiÓN

10 x SO m

SALIDA

2 X 50 m

3 min

I min 20 s

min 40 s

2 x 50 2 x SO 2 x 50 2 x SO

m

2min4Ss

1 min 10 s

min 35 s

m

2 min 30 s 2 min 1S S 2 min

1 min

min 30 s

SO s

min 2S s

40 s

min 20 s

m m

Toblo F SERIE PROGRESIVA DE TRABAJO PREDOMINANTE HIPÓXICO (nadamos siempre más despacio y descansamos menos)

Ejemplo: 10 x 50 m

SALIDA

VELOCIDAD

2 x 50 m

2 min 30 s

SO s

2 x 50 2 x 50 2 x 50 2 x 50

2 min 30 s

60 s

RECUPERACiÓN

m m m

2 min 30 s

min 10 s

1 min 40 s 1 min 30 s min 20 s

2min30s

min 20 s

min 10 s

m

2min30s

min 30 s

min

En el caso de las tablas E y F, si las cargas son demasiado altas, podemos reducir las distancias (10 x 2S m en lugar de 10 x 50) y aumentar los tiempos de salida

(empezar en 4 min en vez de en 3 min para la tabla E y salir cada 3 min 30 s en lugar de cada 2 min 30 s en la tabla eje rcic io.

3 18

n. lo importante es que se sigan las líneas de guía del

Toblo G SERIE DE APNEAS DINÁMICAS CON UN SOLO ACTO RESPIRATORIO DE RECUPERACiÓN

Ejemplo: 500 m recorridos en apneas dinámicas de 10m con un solo acto respiratorio de recuperación . Objetivo 1: aumentar la distancia de la fracción recorrida en apnea.

Objetivo 2: aumentar la distancia total recorrida. IMPORTANTE: No interrumpir la secuencia de las apneas para descansar antes de haber concluido el recorrido. Si esto no fuera posible, convendría efectuar apneas

más cortas, pero siempre con un solo acto respiratorio.

Toblo H SERIE DE APNEAS DINÁMICAS COMBINADAS CON APNEAS ESTÁTICAS (stop and go)

l. ESTÁTICA

DINÁMICA

2. DINÁMICA

ESTÁTICA

3. ESTÁTICA

DINÁMICA

ESTÁTICA

4. DINÁMI CA

ESTÁTICA

DINÁMICA

Objetivo 1: incrementar los tiempos de estática manteniendo constantes los metfOS recorridos en dinámica.

Objetivo 2: incrementar las distancias recorridas en dinámica manteniendo fijos los tiempos de estática.

Objetivo 3: incrementar los tiempos de estática y las distancias recorridas en diná· mica.

3 19

Si no contamos con el equ ipo adecuado (aletas , gafas. traje de buzo, etc). podemos proponer una alternativa para la apnea dinámica que describimos a continuación:

SERIE DE PISCINAS A ESTILO UBRE (disminuyendo de forma gradual la frecuencia de la respiración) No aumentar in~efinidamente el número de brazadas en apnea, sino pararse al máximo núme ro que perm ita cubrir los 50 m. 50 m estilo libre respirando cada 2 brazadas

400 m esti lo libre

. / 50 m estilo libre respirando cada 3 brazadas /"

50 m estilo libre respirando cada 4 brazadas ...

~

50 m estilo libre respirando cada 9 brazadas

ENTI\ENAR LA APNEA PROFUNDA Tantos metros de agua sobre la cabeza deberían hacernos reflexionar requiriendo nuestra maxima atención ; recordemos por tanto: •

Sumergirse siempre a lo largo de un cabo guía.



Disponer en todo momento de la asistencia adecuada.



Efectuar dos o tres descensos de calentamiento antes de iniciar el entrenamiento.



Una apnea profunda requiere una inspiración total y máxima.



En el caso de apneas a gran profundidad en las que los problemas de compensación de gafas y oídos comienzan a notarse, podría ser de utilidad iniciar la inmersión con la boca llena de aire.



El lastre debe permitir la flotación positiva a partir de los 10m.



Durante el descenso, los brazos irán por delante de la cabeza y en el ascenso caerán a lo largo del tronco.



IMPORTANTíSIMO: incluso en el caso de tablas con intervalos de recuperación decr eciente. el t iempo míni mo de recuperación en supeñici e debe ser SIEMPRE al menos TRES VECES más largo que el tiempo de la inmersión. Ejemplo: si el tiempo de apnea total es de 1 min, el reposo debe ser, como mínimo, de 3 mino



Las tablas que proponemos pueden dividirse en varios días.



Recuerden que la profundidad y los tiempos de recuperación son sólo orientati vos; cada apneísta trabajará dependiendo del propio nivel y variando las cargas y tiempos de recuperación.

320

las tablas A y B no son programas de entrenamiento, sino más bien ejercicios que permiten un acercamiento gradual a una nueva profundidad, limitando las dudas y los miedos que el salto de algún metro hac ia una cota nunca antes establecida puede provocar. A la nueva profundidad se llega a través de pasos intermedios de dificultad creciente. las tablas A y B son muy útiles también para practicar la compensación en condiciones de mayor seguridad en nuevas cotas o en aquellas que ya se han alcan-

Toblo A

zado pero en las que se tienen problemas de compensación.

ENTRENAMIENTO PARA ALCANZAR UNA NUEVA COTA CON CARGAS DE TRABAJO CRECIENTES USANDO EL LASTRE IDEAL DESCENSO CON LOS BRAZOS

----;.~

EMERGENCIA CON LOS BRAZOS

DESCENSO CON ALETAS



EMERGENCIA CON LOS BRAZOS

DESCENSO CON LOS BRAZOS



EMERGENCIA CON ALETAS

DESCENSO CON LOS BRAZOS·

PAUSA

- _ o EMERGENCIA CON LOS BRAZOS



PAUSA

-_o

DESCENSO CON ALETAS DESCENSO CON LOS BRAZOS

----;.~

DESCENSO CON ALETAS

----;.~

PAUSA EMERGENCIA CON ALETAS

EMERGENCIA CON LOS BRAZOS

--... EMERGENCIA CON ALETAS

Todos los descensos se suponen realizados a la máxima cota nueva. Cada descenso y ascenso se entienden a lo largo del cabo guía. la última inmersión de la tabla es un descenso en peso constante; se ha llegado respetando el criterio de la progresión. Al finalizar esta tabla, la cota sobre la que se ha trabajado se convierte en profundidad segura para el apneísta.

Toblo

a

ENTRENAMIENTO POR ACERCAMIENTO A UNA NUEVA COTA CON CARGAS DE TRABAJO CRECIENTES Y USANDO LASTRES MÓVILES VARIABLES Ejemplo: si el lastre ideal es de 4 kg. DESCENSO

DESENGANCHE

10 kg

10 kg

O kg

9 kg

B kg

I kg

B kg

6 kg

2 kg

7 kg

4 kg

Jkg

6 kg

2 kg

4 kg

S kg

I kg

4 kg

4 kg

O kg

4 kg

EMERGENCIA

32 1

Todos Jos descensos se suponen real izados a la máxima cota nueva. El séptimo descenso es una inmersión en lastre con stante . Como se observa en la tabla , cada bajada implica mayor dificultad que la anterior. Es necesario trabajar con dos cinturones de lastre , uno móvil que se deposita en el fondo y otro fijo en la cintura. En la sub ida se seguirá el cabo del cintu rón de lastre dejado en el fondo y unido a una boya en la superficie. La s tablas

e y D son programas de entrenamiento en

lo s que nos mantendremos

siempre por debajo de la cota máxima pero con tiempos de recuperación reducidos.

Toblo

e SERIE DE APNEAS EN LASTRE CONSTANTE (MÁX SI REDUC IENDO GRADUALMENTE EL INTERVALO DE RECUPERACiÓN Ejemplo:

2S m

4 min

RECUPERACiÓN

2S m

3 min4Ss

RECUPERACIÓN

2S m

3 min 30 S

RECUPERACIÓN

2S m

3 min 15 s

RECUPERACIÓN

25 m

3 min

RECUPERACIÓN

2S m

2min4Ss

RECUPERACIÓN

25 m

2 min 30 S

RECUPERACiÓN

25 m

FIN

Este trabajo debe efectuarse en profundidade s cercanas al 60%de la cota máxima . Objetivo 1: disminuir el intervalo de recuperac ión re spetando siempre que su duración sea el triple de l tiempo de inmersión. Objetivo 2: incrementar la profundidad tocada a paridad de tiempo de descan so.

Toblo D SERIE DE APNEAS EN LASTRE CONSTANTE (MÁX. SI AUMENTANDO LA PROFUNDIDAD Y MANTENIENDO CONSTANTE LA RECUPERACIÓN Ejemplo:

20 m 22 m 24 m 26m 2S m 30 m 32 m 34 m

• • • • •

• •



3minl5s

RECUPERACiÓN

3min 15s

RECUPERACiÓN

3m inl5s

RECUPERACiÓN

3minl5s

RECUPERACiÓN

3 min 15 s

RECUPERACIÓN

3 min 15 s

RECUPERACIÓN

3 min 15 s

RECUPERACIÓN FIN

La profundidad de partida debe rondar el 50% de la cota máxima .

.32 ~

CARRERA:

De base

PESAS:

I el mes de macrociclo

NATACIÓN:

De base

APNEA:

NATACiÓN:

De base 2° mes de macrociclo De base

APNEA:

Una vez semanal

CARRERA: PESAS:

Trabajos específicos (véanse págs. 300·30 1) 1el mes de preparación especial

NATACiÓN:

véanse tablas en págs. 302·303

AP. ESTÁTICA:

Una vez semanal

AP. DINÁMICA:

Una vez semanal

CARRERA: PESAS:

AP. PROFUNDA:

CARRERA:

AP. ESTÁTICA:

Trabajos específicos (véanse págs. 300-301) 2° mes de preparación especial véanse tablas en páginas 302·303 Dos veces semanales

AP. DINÁMICA:

Una vez semanal

PESAS: NATACIÓN:

AP. PROFUNDA: CARRERA:

Trabajos específicos (véanse págs. 300-30 1)

PESAS:

Preparación final

NATACiÓN: AP. DINÁMICA:

véanse tablas en páginas 302-303 Dos veces semanales Dos veces semanales

AP. PROFUNDA:

Una vez semanal

CARRERA:

Trabajos específicos (disminución gradual)

AP. ESTÁTICA:

PESAS: NATACiÓN:

véanse tablas en págs. 302·303

AP. ESTÁTICA:

Dos veces semanales

AP. DINÁMICA:

Dos veces semanales Dos veces semanales

AP. PROFUNDA:

32 4

CARRERA: PESAS: NATACIÓN: AP. ESTÁTICA:

Una vez semanal

AP. DINÁMICA

Dos veces semanales Tres veces semanales

AP. PROfUNDA CARRERA: PESAS: NATACiÓN: AP. ESTÁTICA:

Una vez semanal

AP. DINÁMICA:

Una vez semanal

AP. PROfUNDA:

Lo máximo posible

CARRERA: PESAS: NATACIÓN: AP. ESTÁTICA: AP. DINÁMICA: AP. PROfUNDA:

lo máximo posible

CARRERA: PESAS: NATACiÓN: AP. ESTÁTICA: AP. DINÁMICA: AP. PROfUNDA:

lo máximo posible

DESCANSO SÓLO ALG UNA SALIDA DE PESCA SUBMARINA O APNEA EN EL MAR

325

11.4 VALORACiÓN DE LOS PARÁMETROS FíSICOS DE [JASE En la preparación de un apneista de alto nivel hay que considerar algunos parámetros

que permitan entender el estado físico del sujeto, las modificaciones que su organismo experimenta, autorregulándose, tanto en el entrenamiento físico como en la fase de apnea. El profesor Magno nos ha proporcionado una lista de exámenes y tests que permiten entender si el trabajo evoluciona convenientemente. Analizados estos resul · tados, se puede proceder a una personalización del entrenamiento. Exornen

hemocromociromérrico

Para

conocer al detalle la cantidad y la morfología de la parte corpuscular de la san-

9re es necesario este examen: los valores del hematocrito y de la hemog lobi na , la morfologia de los hematíes; datos que consentirán calcular la capacidad de oxigenación del sujeto.

Examen radiogrófico

Habitualmente, se realiza una radiografia del tórax en la proyección P-A, que permi-

del tórax

te estudiar la morfologia de la caja torácica y, de forma indirecta, de la columna vertebral , el parénquima pulmonar con el árbol bronquial, el corazón y los grandes vasos , los se nos pleurales. Para un conocimiento más completo es oportuno realizar dos radiografías del tórax -en espiración yen inspiración máximas- con el fin de evaluar el grado de movilidad de los dos hemidiafragmas que permitiría, tras un entrenamiento dirigido, reducir el espacio muerto respiratorio. En realidad, para el detalle del diafragma seria necesario controlar al atleta por medio de una radiografia dinámica (e ndoscopia) en la que se observa el diafragma en espiración máxima y luego, en inspiración máxima , aunque este método no es siempre bien aceptado por el sujeto, por el evidente aumento del tiempo de exposición a las radiaciones y por el riesgo iatrogénico a las exposiciones sucesivas_

Elecrrocardiograma en

Una prueba indispensable para valorar las condiciones reales de la conducción cardia-

reposo y bajo esfuerzo

ca. Considerando el examen efectuado bajo esfuerzo seria más indicado ut ilizar una cinta rodante en lugar de un cicloergómetro. Para comprender mejor las respuestas del organismo a un esfuerzo, deberíamos someter al atleta a la prueba dos veces, la primera respirando con normalidad y la segunda en apnea, después de haber seguido una hiperventilación controlada, en dos momentos separados entre si, manteniendo constantes los vatios a una intens idad media (80 Watt), para evaluar las modificaciones de la frecuencia cardiaca, del estado de reposo a la rotura de la apnea_ Resulta evidente que cuanto más entrenado está el sujeto, la ruptura de la apnea se produce a frecuencias menores, y este dato puede ya evidenciar el grado de entrenamiento del atleta. Hay que recordar, además, que siguiendo este tipo de examen pueden aparecer arritm ias, para las que el deport ista debe estar preparado.

326

Con este método se pueden medir los volúmenes pulmonares estáticos y dinám icos.

Espiromerrío

Se determinan: volumen corriente (VC) • capacidad vital (CV) • volumen de reserva inspiratoria (VRI) • volumen de reserva espiratoria (VRE) • volumen de reserva espiratoria máxima por segundo (VEMSl • flujos espiratorios forzados (FEF) Todo ello es indispensable para la valoración de las pequeñas y medianas vías aéreas de base. Antes de efectuar el examen , es necesario hiperventilar a fin de obte ner una óptima ventilac ión alveolar. Resultan muy interesantes los estudios asociados a las reacciones a la apnea que muchos pacientes asmáticos presentan: la sintomatología mejoraba hasta casi su desaparición si la apnea se practicaba con regularidad. Intentando explicar el motivo de tales reacciones, se ha planteado la hipótesis de que la hiperventilación , seguida de una apnea más o menos prolongada, crea una distensión alveolar con un buen nivel de oxigenación que, con el tiempo, controla la bron coconstricción como respuesta a los estímulos que inducen la crisis asmática. Resulta imprescind ible la medición de los espac ios intercostales, en particular, entre

Medición de los dióm(

la 111 y la IV costilla y entre la VII y la X, porque para el sujeto que practica apnea no

Tros torócicos

es importante potenciar los músculos pectorales o el trapecio , implicados en la respiración aunque de manera indirecta, sino desarrollar los mú sculos intercostales. Trabajando los músculos asociados de forma directa a los movimientos de inspiración y espiración, se obtiene un aumento de la amplitud torácica en cada acto respiratorio, consintiendo atrapar más aire en los pulmones antes de una apnea. La pliometría es indispensable para evaluar la densidad y la masa corporal. El peso es un parámetro muy importante y debe controlarse porque constituye un elemento cuantitativo del equilibrio energético del deportista, es decir, de la relación entre las calorías introducidas y las consumidas; de hecho. las oscilaciones de peso indican si el régimen dietético que sigue es correcto. Para determinar el peso ideal en relación con la altura del sujeto se han empleado varias reglas, que van de la de Broca a la usada actualmente, la cual considera el ¡ndice de la masa corporal (Body Mass IndexJ obtenido de: BMI - Peso corporalj(altura en metros)2

Pliomerr¡o

Conside rando que:

• sujeto normal • sujeto con sobre peso

19,5-24 ,0 24 ,1-29,0

BMI BMI



> 29,0

BMI

sujeto obeso

El peso corporal total está constitu ido por la masa corporal magra (MCM) y la grasa corporal (GC), que en el hombre joven y sedentario es del 15%, mientras que en la mujer es del 26%. La MCM se obtiene sustrayendo al peso corporal total, el peso de la grasa; esta ~asa se refiere a la masa muscular aunque, en realidad, contiene el peso de otros tejidos y órganos (hígado, riñ ón, huesos, etc.). La masa muscular constituye cerca del 40-5096 de la MCM, cuyo peso es tanto mayor cuanto menor sea la grasa corpo ral. Con la pliometría se puede valorar la CC midiendo el espesor de los pliegues cutáneos en el triceps, omóplato y abdomen. VisiTO ORL

Esencial por la timpanometria y el examen impedanciométrico (véase Capítulo 3) para el estudio morfológico del único responsable de una buena compensación , indispensable para el apneísta, quien debiendo descender y ascender mucho más rápido de lo que lo haría un submarinista con equipo autónomo de respiración , no puede perder tiempo en la compensación.

GasomelTía arterial

Indispensable para evaluar la concentración hemática de O2 que, como se ha visto, desempeña un papel esencial en los receptores carotídeos y bulbares para reprender la respiración. Se puede efectuar mejor en el momento de ruptura de una apnea en seco. Importante la valoración de pH, pC0 2 , p02' bases, etc. Más sencillo y menos invasor es el método de la saturometría durante la apnea en seco, para valorar a qué nivel de saturación de la Hb se produce la ruptura de la apnea.

Medición muscular

Efectuada en los músculos de las extremidades inferiores antes y durante un entrenamiento.

Ecocardiograma en seco y en agua

Útil, tanto en condiciones de esfuerzo como en reposo, para estudiar eventuales modificaciones de los parámetros cardíacos tales como el espesor del septo I.v. o la pared posterior, ya que, como se sabe , el corazón del apneísta tiende a la bradicar· dia, con reducción de la fuerza de contracción y de la fracción de expulsión, y por tanto, al consecuente ahorro de 0 2.

.328

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329

,

Han colaborado :

En los ejercicios para mejorar, la elasticidad de la caja torácica y la función muscular y respiratoria: Sandro Sola, Fisioterapeuta. En el entrenamiento del apneísta: el profesor Luigi Magno, los doctores De Ferrari y Tedeschi. En el análisis y los errores del aleteo: Marco Mardollo, instructor Apnea Academy. En la anatomía y la alimentación del apneísta: el doctor Nicola Sponsiello, dietólogo. En la biomecánica del aleteo: el ingeniero Davide Zanatta. En la didáctica y la técnica de inmersión: Cario Besnati, Marco Mardollo. Pierpaolo Martini, Renzo Mazzari, Nicola Sponsiello. En las técnicas de relajación: el doctor Lorenzo Manfredini, psicoterapeuta. En las técnicas yoga: Paola Traldi, instructora de yoga. En la historia de la apnea: Tino Quijano. las secciones médicas y cientificas se han realizado gracias a la colaboración del profesor Umberto Berrettini, cardiólogo, y el doctor $tefano Correale, otorrinolaringólogo.

euRSo oE

iAU'u.&.::Il.oI

Este manual presenta un recorrido didáctico desde la teoría a la práctica de este deporte. Para ello. comienza introduciendo. en la primera parte. los conocimientos necesarios antes de entrar en el agua -eL equipo. La adaptación del cuerpo al agua, la adaptación del cuerpo a la apnea- para seguir, en la segunda parte. con las técnicas de respiración y de relajación que nos preparan física y mentalmente para la práctica de la apnea. A continuación, en la tercera parte, de carácter más práctico. se desarrollan las técnicas que el apneísta debe dominar: el aleteo. la compensación. la formación en piscina

yen aguas libres y la seguridad. Por ultimo. se detalla el entrenamiento del apneísta incluyendo la programación anual y la valoración de los parámetros físicos de base. El lector encontrará numerosos ejercicios profusamente ilustrados que lo guiarán paso a paso en la adquisición de una correcta técnica.

Umberta PelIzDrI es uno de los principales referentes en este deporte que a lo carrera deportiva ha establecido mundiales en todas las Crea. en 1995. junto con campeón mundial de emy. una escueta para tigación en ..

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