Breve Historia de La Educacion Adventista en El Peru 1898

July 15, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
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BREVE HISTORIA DE LA EDUCACION ADVENTISTA EN EL PERU 1898-1996 CAPITULO I LA DESTRUCCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO INCAICO El primer contacto “Evangelizador Cristiano” en el tawantinsuyo fue ominoso. Su primera claridad, dada el 16 de noviembre de 1532, el primer converso el Inca Atahualpa y su recompensa fue la muerte. El imperio del sol fue destruido sin misericordia por soldados conquistadores sedientos de oro y por sacerdotes maestros en la dominación religiosa que implantaron en las tierras vencidas la única religión que conocían: la de estaca y hoguera. El neto conquistador no estaba interesado en el bienestar ni mucho menos en la educación de los pueblos conquistados. Que educación podía esperar el pueblo incaico de un Francisco Pizarro que al ser exhortado por un sacerdote a preocuparse por la cristianización y la educación de los hijos de los incas tal como lo había firmado en su compromiso con la corona, contesto: Hombre, yo no he venido para estas cosas, he venido para quitarles su oro. El Sistema Educativo incaico organizado y centralizado en el ¨Yachaywasi¨ y en el ¨Acllawasi¨ fue destruido totalmente. Las primeras escuelas españolas beneficiaron a la prole estrictamente hispana y, con las restricciones esperadas, a los criollos hispano-incaicos, más tarde al amparo de nuevas leyes, no acogieron con liberalidad a la masa de la población indígena, pues el sistema de enseñanza implantado tenía en gran medida el propósito de acentuar y perpetuar la servidumbre. CAPITULO II LA LLEGADA DEL PROTESTANTISMO AL PERU Víctimas de la Inquisición Los primeros protestantes que llegaron al Virreinato del Perú, fueron cazados por la inquisición y tratados con el rigor y crueldad. Entre las víctimas del primer ¨Auto de Fe¨, realizado en Lima el de 27 noviembre de 1573, fue quemado vivo un artesano francés Mateo Salade, luego corrió igual suerte Jan Bernal, un sastre flamenco que prefirió la muerte antes que negar su fe. Sin embargo, de un modo u otro los principios bíblicos de libertad fueron propagados en medio de una sociedad cautiva y reprimida.

La Intolerancia Republicana Sin embargo, en la última década del siglo XIX las actividades evangélicas de los grupos protestantes que empezaron a hacer notoria su presencia, disgustaron grandemente a la Iglesia Católica, la cual amparada un espíritu de intolerancia. Las primeras décadas del siglo XIX fueron de efervescencia política predecible en Latinoamérica. Una a una las colonias europeas rompieron sus cadenas y el amanecer de la libertad política comenzó a disfrutarse. Aunque el movimiento emancipador nunca dirigió sus huestes contra la iglesia católica. Imbuido de este mismo espíritu, el obispo de Maynas lanzo una furibunda declaración de excomunión contra los patriotas; y el obispo de Trujillo hasta hablo de hacer una resistencia tenaz a las huestes libertadoras. Esto sumando a otras manifestaciones de fanatismo, sin duda, influyeron grandemente en el juicio de don José de San Martin para que en su Estatuto Provisorio del 28 de Julio de 1821, Articulo 1 Estableciera que la religión Católica apostólica y romana era la religión del Estado. Artículo 2, otros que profesaban la religión cristiana aunque disintiendo de algunos principios de la religión. Artículo 3, Nadie podrá ser funcionario público sino profesa la religión católica. La constitución Vitalicia, dictada en 1826 por Don Simón Bolívar, mantuvo el mismo tenor monopolista católico, ratificando que; La religión del Perú es la católica apostólica romana. La Nación la protege por todos del medio conforme al espíritu del Evangelio. Comienzos del Protestantismo en el Perú Francisco Penzotti, colportor de las Sociedades Bíblicas, llegar en 1884 al Perú y por fin la obra evangélica pudo ser establecida. Su tarea ardua fue premiada cuando en 1890 logra establecer una congregación metodista. En 1845 existía un permiso otorgado solo a los extranjeros para que pudiesen realizar cultos protestantes entre ellos mismos. Tales actividades se realizaron en las embajadas respectivas. Diego Thomson o el inicio Bautista En el siglo XIX Diego Thomson, fue a este pastor bautista escoces, educador nato y colportor bíblico valiente, a quien cupo netamente el inicio de la obra evangélica en el Perú, al vincularse con la educación pública peruana, gracias a la visión educadora y al protección de los libertadores José de San Martin y Simón Bolívar.

Tan pronto se proclamó la independencia en 1821, considero la posibilidad de establecer escuelas protestantes en el país, Bernardo Monteagudo, primer ministro del libertador, trajo a Diego Thomson y lo nombro como responsable de la organización de la educación pública de la naciente Republica del Perú. En efecto, el decreto del 6 de Julio de 1822 se ordenó el establecimiento del sistema educativo de enseñanza mutua, llamado también Lancasteriano. En tanto que las disposiciones estipulaban primero el establecimiento de una escuela “Normal de enseñanza mutua, bajo la dirección de D. Diego Thomson”. Luego el mismo decreto disponía la disolución del convento de Santo Tomas a fin de iniciar allí la Escuela Normal. Con la ayuda de Simón Rodríguez mientras recorrieron juntos los departamentos del sur, el libertador estableció escuelas con este sistema en Arequipa, Cuzco, Puno y mediante un decreto, dispuso la transformación de otro convento el de Ocopa, en el departamento de Huánuco, en donde la instrucción era un sistema Británico y también fue establecido en Trujillo. Los acontecimientos políticos impidieron a Thomson permanecer por más tiempo en el país y salió en setiembre de 1824. Fueron secundados por José Francisco Navarrete. Thomson nombre a Jhon Bringham como su agente quien arribo a lima en Julio de 1825. Le siguió Lucas Matthwes quien llego a esta ciudad en 1828. Posteriormente llegarían las actividades de Addrew M. Milne y Francisco Penzotti, entre 1883 y 1888, con resultados más halagadores. En realidad, fueron las actividades misioneras de Penzottilas que resquebrajaron inicialmente el poderío del clero católico en el Perú. Su trabajo indeclinable le costó persecución y prisión en Arequipa. En 1877, llegaron los hermanos William y Archibald Taylor, quienes eran metodistas, con miras a establecer una misión de auto sostén en el Perú, pero su misión evangélica fue efímera. El inicio Metodista Fueron los metodistas los que iniciaron en el Perú el segundo éxito protestante relacionado con la educación y esto fue logrado bajo el liderazgo de Thomas B. Wood. Cuando llego en 1892, fundo con la ayuda de su hija una escuela en el Callao, en 1895 tenía cinco escuelas en el puerto. Wood mismo formo instituciones bíblicos en 1893, eventualmente se transformaron en una escuela teológica en 1906. En 1899 estableció una escuela comercial

en Lima. También fundo el colegio Metodista del Callao. En 1904 bajo sus auspicios los metodistas crearon un colegio en Tarma que al trasladarse a Huancayo se constituyó en el “Colegio Andino”. En 1906 fundo otro colegio en Lima, el cual fue seguido por un colegio secundario de mujeres el “Lima High School” Hoy conocido como “Colegio María Alvarado”, además de los metodistas otros estudiaron interesados en fundar instituciones educativas evangélicas en el Perú. Los adventistas, así como otras misiones protestantes figuran también entre los pioneros de la educación evangélica en el país. Los grupos que más aprovecharon la coyuntura liberacionista de las primeras décadas del siglo XX fueron los metodistas y los adventistas. CAPITULO III COMIENZOS DE LA IGLESIA ADVENTISTA Difíciles inicios en medio del fanatismo 1898-1908, y comenzó sus actividades en el Perú en el año 1898. Ese año, un grupo laico de adventistas chilenos, decidieron establecer la obra adventista en el Perú. Dividirse en dos grupos que se establecieran en diferentes lugares. Un primer grupo, formado por tres matrimonios y cinco jóvenes, liderado por José Luis Escobar, vino a la capital. Un segundo grupo, compuesto por dos familias, desembarco en Mollendo y de inmediato se dirigió a Arequipa con el propósito de establecerse allí, comenzaron a distribuir tratados en una esquina del mercado, pero casi de inmediato fueron arrestados y deportados. Escobar logro mejor éxito en su empresa misionera, el pastor Grandville H. Baber ya encontró un pequeño grupo de creyentes, Baber condujo algunas reuniones que las realizo con la puertas y ventanas cerradas, el éxito de Escobar se debió en parte al hecho de que Lima gozaba de una atmosfera más liberal. Tuvieron dificultades para celebrar sus reuniones de culto. Hacia 1902 el grupo adventista había crecido y se necesitaron refuerzos ministeriales. El 14 de noviembre de 1905 llego de Norteamérica a Lima el pastor Franklin Leland Perry con el propósito de consolidar la obra ya iniciada. En 1906 se organizó la Misión Peruana teniendo como presidente a Avelino N. Allen. El año siguiente se organizó la primera iglesia adventista y se realizaron ciclos de conferencias evangélicas en Lima y Callao, siendo los conferenciantes F. L. Perry y Ramón Beltrán. J. W. Westphal, entonces presidente de la Unión Sudamericana.

El primer encargado de la naciente Misión Peruana, no tenía un concepto muy diferente de su campo misionero, a pesar de tales dificultades y perspectivas ya desde 1907, la iglesia deseaba iniciar una “pequeña escuela diurna” en la capital, pero carecía de fondos. Además, había el deseo de fundar una “escuela indígena”, mostrado por un creyente normalista en Puno y la súplica de Eduardo F. Forga dirigida a F. L. Perry, además en forma escrita, en varios números de la Review and Herald. La organización de un grupo de creyentes en la ciudad de Puno, fue solamente el inicio de una serie de sucesos notables que la Iglesia Adventista experimento en la región del Altiplano, vinculado con su obra educativo. El crecimiento de la obra adventista en diversas localidades del norte, centro y sur del país, asi como en Ecuador y Bolivia, en 1914, la organización de la Unión Incaica con su oficina central en Lima y con las misiones de Ecuador, Bolivia, Perú y del Lago Titicaca. Además de las escuelas en la hoya del Titicaca, se había iniciado también una escuela adventista en Laraos, Yauyos. Sin embargo al hablar de la obra educativa adventista no es posible ignorar cuatro pioneros peruanos destacados: Eduardo Forga y Manuel Zúñiga, el norteamericano Fernando Stahl y el argentino Pedro Kalbermatter. Eduardo F. Forga Es al más notable de los primeros adventistas del séptimo día, en el ambiente político, destacado liberal Arequipeño, defensor de la libertad religiosa y principios de temperancia, defensor de la población indígena de su patria. Fue promotor de misioneros, incansable difusor de la literatura cristiana, excelente traductor de obras evangélicas al castellano. Aunque tuvo que huir del Perú para salvar su vida, y murió sin ver el cumplimiento de sus sueño de libertad en su propio país. Eduardo Francisco Forga Selinger nació en Arequipa el 26 de marzo de 1871 y fue el cuarto de seis hijos de una familia acaudalada. En 1881 fue enviado con sus tres hermanos mayores a una escuela católica en Friburgo, Suiza. Posteriormente en 1886 viajaron a Alemania donde Eduardo en colegios de Hamburgo hasta 1890 y finalmente en 1894 se graduó en Berlín como ingeniero de minas. Durante sus últimos

años de estudio, adopto el vegetarianismo, gracias a los tratamientos recibidos por la cura natural, pudo sanarse de una dispepsia crónica. A su retorno a Arequipa en marzo de 1896, allí vio con preocupación los efectos devastadores del alcoholismo en los habitantes andino, por lo cual decidió atacar el flagelo del alcoholismo, haciendo panfletos que favorecían la temperancia, hidroterapia, el vegetarianismo la higiene y la reforma social. Llegando sus folletos la mayor parte a Perú, Chile, Argentina, Uruguay, México, Cuba y aun España. También abogo por la ley de la Libertad religiosa, hacia 1904 Forga, quedo convencido de que debía dedicar todas sus energías a la causa de la libertad religiosa. Forga mismo llamaba a su ciudad natal una “ciudadela de oscurantismo”, “La roma de Perú”. En el mes de julio se inicia la edición del folleto mensual La Reforma, más conocida en el ámbito laboral como “Biblioteca Nacional Anti-romana de Reforma Higiénica Liberal Cristiana” de los cuales puede verse su oposición al programa civilista del Dr. José Pardo enemigo declarado de toda doctrina y además enemigo de la educación. Su exigencia a la separación de la iglesia y el Estado, su análisis de la miseria fomentada por las fiestas patronales como vanas prácticas de una religiosidad falsa. El tercer folleto Titulado Punto sobre las ies, analiza el impacto de sus anteriores folletos enfatizando que la iglesia ha sido incompetente para desmentir lo dicho, el epilogo escribe: La Biblia es el cañón que libertara al Perú y a la América Latina. En el duodécimo numero titulado “El evangelismo en el Perú”, Forga hace una breve reseña del protestantismo en el país. La existencia de La Reforma fue efímera, pues a parecer apenas llego hasta el 26 de setiembre de 1906, sin embargo su impacto fue grande. Al final las intrigas en su contra prevalecieron, y la autoridad decreto que el hogar de Forga debería ser allanado. Turbas excitadas fueron levantadas para apresarlo, pero el prefecto que era su amigo personal le previno del peligro, para luego con la ayuda de amigos huir a Mollendo y de allí a Londres donde encontró refugio en la “Junta de la Misión Extranjera de Gran Bretaña” En Londres Forga comenzó de inmediato a levantar fondos a fin de iniciar una escuela indígena quechua, Forga al igual que otros, siempre pensó en la fundación de una institución educativa agrícola que pudiera brindar la educación cristiana con los principios del evangelio a los descendientes de los Incas.

En unas delas reuniones conoció al padre del profesor Lacey, quien le invito a su hogar en Torquay para descansar y estudiar la Biblia. Allí conoció a Margarita Lacey quien le impresiono, pero sus primeros cortejos y propuesta de noviazgo fueron rechazados. “Una carta de Torquay cambio la situación” Tras un romance de unos pocos meses, Eduardo y Margarita se casaron en Londres el 7 de diciembre de 1906. Forga tenía planes definidos para su patria D. F. Watkins, un misionero ingles que entonces estaba trabajando en favor de los indígenas peruanos, ya antes de dejar su país fue presidente de una rama de la Sociedad Evangélica Incaica en el Perú. Con el mismo Watkins, comenzaron en Londres a fin de levantar fondos para un proyecto misionero entre los indígenas. Con el Dr. Grattan Guiness quien estuvo muy interesado en el proyecto misionero entre los indígenas de Bolivia y Perú. Forga emprendió el camino de regreso al Perú con su esposa Margarita, precedido por Walkins y Gueniss pero sus planes fueron alterados tras algunos consejos meditados de su concuñado W. C. White. Forga se unió al cuerpo de obreros para trabajar gracias al oportuno consejo de Elena de White. Al firmar el contrato con la Junta de la Unión Misionera Extranjera, mediante el cual Forga asumiría la dirección de la obra de publicaciones en Arequipa en su ciudad natal, el pidió tres cosas: “el refuerzo de obreros evangélicos, una imprenta y el inicio de un trabajo evangélico especial por los indígenas. Guiness apoyo decididamente el programa esbozado por Forga de modo que quince misiones fueron enviados al Perú. Además se compró la hacienda “Urco”. Sus hermanos protestantes evangélicos reaccionaron con acendrado disgusto y marcada antipatía, por su nueva fe, pero Forga siempre los trato con deferencia y amor cristiano y él fue un incansable promotor de las publicaciones con el mensaje que él amaba. Forga propicio e influencio grandemente para el envió de muchos misioneros a Sudamérica, y la Asociación General de la IASD adopto algunas recomendaciones sugeridas por él. Forga mientras estuvo en Inglaterra le aconteció tres cosas importantes: su llamada para trabajar en España, el bautismo de Eduardo y la escritura de su testamento. Forga vivió y trabajo en España desde el 13 de marzo de 1913 hasta los primeros meses de 1915. Repentinamente enfermo de gravedad y fue llevado al sanatorio Adventista de Gland, Suiza, donde tras una larga y penosa parálisis murió el 28 de agosto de 1915. Su esposa Margarita, quien conoció más que a nadie sus actividades, tenía la convicción de “que él había sido

envenenado” Forga descansa en Gland a orilla del lago Geneva, esperando el día glorioso de la resurrección. La vida de Eduardo Francisco Forga Selinger fue corta y su ministerio fugas y fructífero. Durante su vida de acción se mostró como un abanderado de la libertad religiosa, reforma y libertad de manera muy particular, fue un promotor entusiasta de la literatura adventista y evangélica y su fortuna lo dividió para el beneficio de de los indígenas y su educación. Además de esto sus convicciones sobre salud y sus prácticas temperantes lo guiaron a abrazar finalmente la fe adventista que tanto amo hasta el final de sus días. CAPITULO IV EL DESRROLLO EDUCATIVO ADVENTISTA Los heroicos años iniciales: 1908-1923 Las primeras escuelas adventistas en el Perú fueron fundadas en el contexto de un ambiente extremadamente hostil: la autoridad civil, el clero católico romano y los gamonales, negaban y obstaculizaban la libertad y todo intento de educación al campesinado. La providencia determino que en un ambiente tal las escuelas adventistas prosperaran brindando educación a los marginados hijos de los Incas. La primera escuela adventista en el Perú está vinculada de modo directo con el logro de la libertad religiosa, a partir de ella la lucha por la libertad religiosa. Esa fue la escuela de Platería, en Puno, la cual se inició primero gracias a la visión, valentía y decisión de Manuel Zúñiga Camacho. Manuel Zúñiga Camacho Manuel nació el 25 de diciembre de 1871 en el Ayllu Cutimbo, sitio en las cercanías de Puno. A los doce años el Dr. Higinio Herrera quien le hizo cursar la primaria en la Escuela Municipal de Moquegua. Allí en las clases de religión impartidas por un sacerdote apellidado Zúñiga, recibió la primera inspiración “de salvar a los aymaras de la opresión y del abuso de los hacendaos. A los 24 años Manuel decidió cambiar sus apellidos adoptando Zúñiga en recuerdo de su profesor de religión. Luego se enrolo al ejército revolucionario como el soldado Manuel Zúñiga Camacho Herido en batalla, llego a Arequipa, donde entro en contacto con Forga quien le ayudo a conseguir una biblia y le animo a estudiarla.

Luego de una estadía en Lima donde trabajo como auxiliar de enfermería, viajo a chile en 1896 y entro en contacto con los adventistas. En enero de 1898 regreso a su terruño y se estableció en casa de su madre en la localidad de Utawilaya. Entonces sus ansias de hacer algo por sus hermanos le impulsaron a fundar una escuela rural, de modo que sus coterráneos pudiesen aprender a leer y escribir. La escuela comenzó a funcionar en 1902 en su casa. A las clases se enrolaron “hombres, mujeres y niños de yoda la edad” Entonces la escuela de Camacho se tornó en una academia de evangelización la audiencia que crecía de ciento cincuenta a ochocientas personas. Finalmente, se determinó que Fernando Sthal, entonces destacado en Bolivia, atendiera parcialmente la feligresía de Puno. Así, el 21 de mayo de 1911 el presidente de la Unión Incaica, J. W. Wetphal, A. N. y F. Sthal visitaron Utawilaya, ordenando a F. Sthal como anciano y a Manuel Zúñiga como diacono. En julio del mismo año, los Sthal se trasladaron a Utawilaya y se alojaron en la casa de Zúñiga. La escuela de Platería y su secuela Educativa La llegada de los Sthal a Utawilaya marca una etapa distinguida en el desarrollo del adventismo en el Perú. Los dirigentes adventistas se percataron desde un comienzo de la importancia de una escuela como medio efectivo de culturización y evangelización, por tanto decidieron reforzar la escuela de Utawilaya. Con este propósito en mente se compró una pequeña propiedad en Platería en mayo de 1911, mientras tanto la escuela siguió funcionando en la casa de Zúñiga quien continúo como maestro juntamente con la Sra. Ana Sthal. El éxito que se iba logrando disgusto tremendamente sobre todo al clero católico puneño. Se desato entonces una “persecución fiera y sistemática” contra la misión de Platería, dirigida por el párroco de Chucuito don Julio Tomas Bravo. Sin embrago, el 3 de marzo de 1913, una turba de doscientos campesinos enardecidos, atacaron la misión de Platería. El obispo, quien conducía en persona el ataque, arrebato las llaves al guardián, y abriendo las puertas destruyo el material escolar existente y las medicinas. La turba se ensaño contra los creyentes, quienes al negarse a arrodillarse fueron golpeados y atados. Cuando apareció don Manuel Zúñiga, el también fue maltratado y amarrado, la publicación de estos hechos vergonzosos en la presa levanto una ola de repulsa nacional, las acciones que llevaron a la modificación de la Constitución nacional de modo que se estableciese la libertad religiosa. El obispo Ampuero y otros sacerdotes de Puno procedieron a indisponer a las autoridades capitalistas contra Sthal y la causa adventista. Guillermo Billinghurst, entonces presidente del

Perú, envió una comisión investigadora a Platería, la cual encontró que los creyentes “eran por lejos más inteligentes y corteses que los demás” la comisión dio un informe muy favorable para la obra adventista. El 20 de octubre de 1915, el Congreso de la República aprobó la enmienda del artículo 4 de la Constitución, dándose así la oportunidad para que otras confesiones practicaran sus formas de adoración. El ataque a la Misión de Platería no altero el programa adventista establecido, sino más lo catapulto. La escuela se trasladó de Utawilaya a Platería e inicio sus labores en nuevos edificios en abril de 1913, con los esposos Bartolomé Rojas e Hilaria de Rojas quienes eran profesores de titulados de nacionalidad argentina. La dureza del clima altiplánico obligo a los esposos a dejar Platería en 1915, emergencia que fue suplida por la Sra. Ana Sthal quien asumió la dirección y la ayuda de Manuel Zúñiga y Luciano Chambi como maestros auxiliares. El éxito de la escuela de Platería despertó un interés inusitado por la educación en otras comunidades campesinas del altiplano. El plan educativo consistía en preparar lo más pronto posibles graduados para enseñar en escuelas nacientes. Tanto éxito tuvo el programa educativo adventista de universidad, coeducación, instrucción higiénica, religiosa e industrial en Platería, así como su sistema normal, que eminentes educadores como Antonio Encinas y Vicente Villarán y otros más llamaron a la Normal de Platería a sus escuelas Satélites. Hacia 1918 había 26 escuelas con un alumnado cercano a los mil 550, estando los egresados de Platería a cargo de 25 de ellas. En 1919 el número de escuelas llego a 40, y durante la siguiente década la cifra bordeo el centenar. Cuarto décadas más tarde las escuelas habían crecido a un numero de ciento sesenta y dos con un alumnado de 19 mil 862 estudiantes. Cada escuela era un verdadero crisol de cultura y “una puerta abierta para presentar el evangelio a la gente” Privados de toda garantía de las autoridades locales, estos maestros y campesinos fueron objeto de amenazas, vejámenes, insultos, maltratos, prisión y aun muerte. Manuel Zúñiga el primero de ellos, soporto una persecución clerical incesante hasta conseguir algunas garantías, aun así, su vida fue puesta en peligro. El mismo Fernando Sthal fue apedreado y casi quemado vivo en la escuela de Queñuani, a la cual había ido a inaugúrala, por una turba liberada por los sacerdotes Julio Tomas Bravo Fermín Manrique. Profesores fueron azotados por las autoridades locales.

Especialmente desde 1919 a 1923, se perdieron muchas vidas y en conjunto se ha estimado que por cada nueva estación misionera o escuela que se abría una persona era asesinada. La Expansión Educativa adventista a las comunidades Quechua Pedro Kalbermatter logro establecer primero una escuela en Llallaupata, localidad de Santiago de Pupuja, provincia de Azángaro, Puno. Allí Kalbermatter, el sábado 11 de setiembre de 1920, se enfrentó a una turba de doscientos atacantes armados y liberados por el párroco de Samán, con solo la biblia en mano y extendiendo la otra en señal de saludo. Con anterioridad en samán los edificios escolares habían sido destruidos por dos veces hasta los cimientos por turbas dirigidos personalmente por el párroco del distrito. La agresión rebaso los límites con la masacre de Llallahua, la cual fue perpetrada por gamonales, clero y las autoridades azangarinas. A estos atropellos se sumaron otros, tales como una segunda matanza a los campesinos de Azángaro, por el delito de querer una educación cristiana, el incendio de la escuela de Choquechambi, el asalto a la escuela de Condorcuyo, el perpetrado contra la escuela de Lampa, la cual fue forzada a cerrar sus labores en tres ocasiones tanto que varios alumnos fueron encarcelados y su profesor Asensio Sosa fue azotado públicamente, Sosa volvió a abrir la escuela y continuo con su labor educadora, el intento de asesinar a Fernando Sthal en Sandia, los veinticinco juicios con que hicieron un carga montón los gamonales y el clero a Kalbermatter. Pese a todos esos ataques, en apenas dos años Kalbermatter pudo organizar 25 escuelas entre las comunidades quechuas. El año de 1922 fue un año en que los enemigos de la causa educativa adventista manifestaron especial zaña El progreso educativo dirigido por los adventistas no pudo ser detenido, pues los mismos campesinos pudieron percibir que “por primera vez en un lapso que bordeaba los cuatro siglos se iba a hacer algo diferente a favor de su educación “un aprecio hacia ellos y a su cultura. Una escuela tras otra fue fundándose, gasta que vino el tiempo cuando los adventistas llegaron a tener en la región más escuelas que el gobierno y la obra educativa “no pudo ser detenida por nadie”

Los años de consolidación: 1923-1953 La consolidación de la educación adventista en el Perú fue entre 1923 y 1953. En medio de los vaivenes político-económicos, las escuelas y colegios adventistas no fueron ajenos a esos problemas y dificultades. La escuela Normal en Chullunquiani El cual inicio sus actividades como instituto Normal en diciembre de 1922, con cerca de cien docentes alumnos que habían ya iniciado su ciclo de Normal en Platería. Las actividades se iniciaron el 1 de febrero de 1923 bajo el liderazgo de B. L. Thompson, A. R. Denis y W. Miller como director, vice director y encargado de departamento agrícola fue conocido como Escuela Normal Adventista de Juliaca hasta 1928, cuando paso a ser reconocido como “Colegio Adventista del Titicaca” (CAT) por el Consejo Nacional de Enseñanza. Sin embargo, al año siguiente no se le hizo renovar el permiso de su funcionamiento. Entonces tanto el CAT como las demás instituciones educativas adventistas y protestantes pasaron una grave crisis cuando por influencia clerical se prohibió su funcionamiento. De modo que el CAT fue cerrado y no pudo abrirse de ningún modo pese a la intersección personal y repetida del embajador de los E.E.U.U. La reapertura del CAT llego en forma tan repentina como fue su clausura. El golpe de Estado de 1930 que derroco a Leguía llevo a Sánchez Cerro a la presidencia, este quien había sido tratado anteriormente en la clínica Adventista de Juliaca tenía respeto y la gratitud más grande a los adventistas, de modo que ordeno la apertura del CAT. En 1950, no obstante el colegio recupero su autonomía por disposición del Ministerio de Educación bajo el nombre de Colegio Particular Titicaca. Hoy es oficializado por el ministerio de educación como un instituto de educación superior. El colegio Industrial de Miraflores En Lima, en 1919, al fundarse el entonces Instituto Industrial de Miraflores. Ya desde el año 1907 se hizo un intento educativo que no próspero y hacia 1908 Forga menciona que se pensaba establecer un colegio agrícola Industrial en Tarma. En junio de 1917, la Unión voto establecer una escuela primaria en Lima. El año siguiente, el 15 de marzo de 1918, la educación adventista inicio su tarea educativa en Lima con la apertura de una escuela que funciono bajo la dirección del profesor Fernando

Osorio. Esta misma escuela sirvió de base para iniciar el 30 de abril de 1919 el “Instituto Industrial” en un lugar alquilado en Miraflores, teniendo como su primer director a H. B. Lundquist. Las clases se iniciaron con 8 alumnos pero después fue incrementado, entonces era muy evidente la necesidad de adquirir una propiedad mayor lo cual se logró en 1923, la construcción se inició en 1925. En 1926 fueron estrenados tres edificios y se logró matricular a cuarenta y cuatro alumnos, de los cuales doce eran de secundaria. Hacia 1928 el Instituto ya había provisto dieciocho misioneros. En realidad el Instituto causo impresión favorable entre la población limeña desde un comienzo gracias a sus actividades, sin embargo tuvo que sortear serias dificultades económicas y legislativas en los años siguientes. El año 1940 el crecimiento del Instituto fue muy notable, pues delos 44 alumnos que tuvo en 1926, ahora tenía 235. Pero el año 1942 llego lo peor cuando el 12 de enero, el secretario del Consejo Nacional de Educación comunico al director del Instituto, el acuerdo tomado por el consejo el 10’ del mismo mes, “Clausurando el colegio Industrial del Miraflores” Asi se siguió hasta el año 1944. Este año la institución cambio de nombre a Colegio Unión. Por entonces también el colegio pasaba apuros por su programa coeducación. Hacia 1946 el colegio volvió a trasladarse, esta vez a Ñaña, ya transformada en la actual Universidad Peruana Unión. Expansión Educativa Adventista en Amazonia La década de los 20, Fernando Sthal tuvo que alejarse obligatoriamente del altiplano por razones de salud, su dinamismo le ayudo a crear nuevas escuelas en la región del Amazonia peruana en favor delos nativos de esa zona. Ya hacia 1920, solo en la región circundante del Titicaca existían 40 escuelas con una asistencia que sobrepasaba los dos mil, y la avalancha de pedidos de comunidades suplicando por la apertura de nuevas escuelas. En 1925 y asolo 10 años de la creación de la División sudamericana, el número de adventistas en el Perú llegaba a siete mil. En abril de 1927 se creó la misión Amazonas como resultado del avance de la obra en la Amazonia peruana. La crisis del 22 de octubre de 1929: El pacto Leguía – Lisson Por el año 1929 hubo sin embargo una notable baja en la feligresía especialmente en el área del Altiplano en 1933 treinta y tres escuelas se crearon Esos mismos años se sucito la mayor

amenaza a la educación adventista. El 22 de junio de 1929 un decreto lesivo a la libertad religiosa. En efecto una reestructuración de la enseñanza primaria y secundaria nacional. Art 1 Las instituciones educativas de la Republica no se debían enseñar ninguna doctrina que contradijera a la religión del Estado. Art. 2 Clausura a todos los instituciones educativos privadas que infringieron la el primer artículo, expropiaría los edificios escolares y el equipo de la escuela. Art. 3 Obligaba una instrucción moral y religioso de acuerdo a los planes y currícula y los textos que proporcionaba el Estado. Era evidente que la legislativa manipulada por el clero, estaba dirigida contra la obra educativa adventista. Algunas autoridades fueran muy rápidas, de Azángaro procedió de inmediato a la clausura de dos escuelas en su jurisdicción. El decreto afecto a los colegios de Chullunquiani y el Instituto de Miraflores. La crisis del 12 de enero de 1942: el cierre del Instituto Industrial de Miraflores La educación adventista tuvo una nueva crisis en 1942. Ya hacia 1939 y 1940, se sucinto un nuevo resurgimiento eclesiástico en las regiones del Altiplano y Amazonia. El Instituto Industrial de Miraflores, sin embargo tuvo que pasar por un periodo de zozobra debido a las disposiciones gubernamentales del sector educativo. De allí en adelante, el 12 de julio de 1944. Hasta el año 1940 el Instituto venía ofreciendo tres años de instrucción oficialmente, en 1940, repentinamente el Ministerio de Educación redujo el rango oficial de los estudios. El crecimiento en el nivel secundario: 1953-1983 El auge del nivel secundario El propósito de la educación adventista es conseguir la educación superior por el Estado. Sin embargo durante tres décadas la educación adventista garvito en el nivel secundario con un crecimiento secundario constante. Nuevas aventuras misioneras educativas En la última década la Misión del Lago Titicaca tuvo dos aventuras educativas misioneras, al abrir la educación alos uros de las islas flotantes y los huarayos en la selva de Madre de Dios,

gracias a la labor pionera y sacrificada del profesor Carlos Velásquez y su esposa cuando inicio sus actividades en Toroni-pata con al escuela flotante adventista el 1 de abril de 1963 su éxito llevo a iniciar una segunda escala flotante hacia el año 1972. Todo esto cambio y transformo la vida de los uros y otras islas mediante el evangelio. Y esto se reflejó a nivel Mundial mediante documentales que los extranjeros hacían con referencia a estas islas y la educación adventista. CAPITULO V EVIDENCIAD INNEGABLES Hacia fines de 1907 cuando ya se pensaba intensamente en la fundación de una escuela que preparara debidamente obreros nacionales para el avance de la obra. J. W. Westphal, entonces presidente de la Unión Sudamericana. Sin embargo, a pesar de desalientos, la iglesia adventista del Perú inició sus labores educativas el año de 1908 iniciado en Utawilaya que posteriormente se trasladaría e Platería entonces los Adventistas ni se imaginaban que estaban comenzando una de las más grandes aventuras misioneras jamás realizados por el protestantismo. Han transcurrido como 88 años desde cuando la iglesia adventista aceptó el desafío presentado Manuel Zúñiga y se cumplirá y se cumplirá también de este modo el sueño y la súplica de Eduardo Forga en favor de la juventud Peruana. Al repasar la historia de los comienzos de la obra Adventista, uno se percata que esta fue realmente heroica, pues en ninguna parte de todo el continente sudamericano el clero del país combatió tan tenazmente la obra adventista como en el Perú. Sin embargo, las vidas de misioneros y maestros Peruanos cristianos, así como de los alumnos comuneros ávidos de educación, ofrendas en aras de la causa educativa cristiana no han sido vanas. Sus frutos son por demás evidentes. Hoy por hoy la Iglesia Adventista cuanta con cientos de escuelas y colegios y miles de Alumnos, posee además con Una Organización Universitaria repartidos en Tres Cedes en el País, que en las cuales se preparan miles de jóvenes con miras a una mejor calidad de vida y un propósito misionero en los alrededores de su entorno. La obra Adventista por lo que enfrentó en el Perú, fue una historia de Azaña más grande que jamás haya pasado el Perú. Hazen indica que la obra educativa Adventista fue una de las mayores potencias para el cambio de Puno. De comienzo del siglo. Curiosamente en los últimos años, el catolicismo vuelva a sentirse perturbado por el éxito innegable de lo que ellos denominan la Acción de las comunidades religiosas evangélicas

fundamentalistas – entre ellas los adventistas – en alejados rincones de la selva, comunidades andinas, o en áreas marginales de las ciudades de la grey católico romano. Dondequiera que el Adventismo ha llegado con sus contenidos religiosos postulados, sus principios éticos practicados en las experiencias comunitarias vividas dentro de las comunidades y su programa educativo integral Aplicado, “ la mejor Ruta hacia la Dignidad Humana” ha desencadenado una dialéctica especifica de cambio y progreso, de redención y autogestión para las comunidades campesinas del Perú todo esto presenta una realidad que vista desde otro Angulo, expresa de manera practica el principio educativo cristiano de educar es redimir; que en el Perú como ya señaló el insigne educador peruano Antonio Encinas, los adventistas han venido realizando de manera silenciosa y efectiva en favor de las comunidades donde han venido actuando y señalándoles de este modo practico.

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