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BREVIARIOS DEL
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA 427
LA DINÁMICA DEL CAPITALISMO FERNAND BRAUDEL
TRADUCCIÓN DE RAFAEL TUSÓN CALATAYUD
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO
La dinámica del capitalismo
Fernand Braudel
Primera edición en francés 1985 Primera edición en español, 1986 Primera reimpresión. 1993 Título original La Dynamique du capitalisme
!1985, "es #ditions $rt%aud, París &. '. !1986, ()*&) &+ -"T-'$ +)*/0$, . $. &+ 2. arretera Picac%o $usco 44 174 /éico, &. (. 0:* 968;16;4471;3 ero al principio, repito, no me preocup !e precisar los lmites o la naturale4a !e esta %i!a m-s bien soporta!a &ue protagoni4a!a. 3e &ueri!o %er y mostrar este con"unto !e historia generalmente mal aprecia!o %i%i!o !e *orma me!iocre, y sumergirme en l, *amiliari4arme con l. )espus !e esto, y s'lo entonces, habr- llega!o el momento !e salir !el mismo. #a impresi'n pro*un!a, inme!iata, &ue se obtiene tras esta pesca submarina, es la !e &ue nos encontramos en unas aguas muy antiguas, en me!io !e una historia &ue, en cierto mo!o, no tiene e!a!, &ue po!ramos encontrar tal cual !os, tres o !ie4 siglos antes y &ue, en ocasiones, po!emos percibir !urante un momento aero otra cosa &ue se !i*un!e, aun&ue mal, son las asociaciones, las agrupaciones !e tcnicas el tim'n !e co!aste, m-s el casco !e tingla!illo, m-s la artillera na%al, m-s la na%egaci'n !e altura as como el capitalismo, suma 7
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!e arti*icios, proce!imientos, costumbres y reali4aciones. ;caso *ueron la na%egaci'n !e altura y el capitalismo los &ue *or"aron la supremaca !e Europa, por el mero hecho !e no haberse !i*un!i!o en blo&ue= >ero me preguntar-n uste!es ;por &u est-n sus !os ero esta ra4'n por s sola, e%i!entemente, no es ni >o!ra ser su*iciente. #a %er!a! es &ue las mone!as y las ciu!a!es participan a la %e4 !e la coti!ianei!a! inmemorial y !e la m-s reciente mo!erni!a!. #a mone!a es un in%ento anti&usimo, si enten!emos como tal to!o me!io &ue agilita los intercambios. 2 sin intercambios no hay socie!a!. En cuanto a las ciu!a!es, eisten !es!e la >rehistoria. e trata !e estructuras multiseculares &ue *orman parte !e la %i!a m-s comero son asimismo multiplica!ores capaces !e a!aptarse al cambio, !e ayu!arle po!erosamente. >o!ramos a*irmar &ue las ciu!a!es y la mone!a *abricaron la mo!erni!a!: pero tambin, siguien!o la regla !e reciproci!a! tan cara a Deorges Dur%itch, &ue la mo!erni!a!, la masa en mo%imiento !e la %i!a !e los hombres, impuls' la epansi'n !e la mone!a y construy' la creciente tirana !e las ciu!a!es. Ciu!a!es y mone!as son, al mismo tiempo, motores e in!ica!ores: pro%ocan y señalan el cambio. 2 tambin son su consecuencia.
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P )igamos &ue no es *-cil !elimitar el inmenso terreno !e lo habitual, !e lo rutinario, (ese gran ausente !e la historia(. En reali!a!, lo habitual in%a!e el con"unto !e la %i!a !e los hombres y se !i*un!e en ella al igual &ue las sombras !el atar!ecer in%a!en un paisa"e. >ero estas sombras, esta *alta !e memoria y !e luci!e4 a!miten a la %e4 4onas menos ilumina!as y 4onas m-s ilumina!as &ue otras. era necesario establecer el lmite entre sombra y lu4, entre rutina y !ecisi'n consciente. Fna %e4 estableci!o, nos sera posible !istinguir lo &ue est- a la !erecha y lo &ue est- a la i4&uier!a !el especta!or o, me"or !icho, lo &ue est- por !eba"o y lo &ue est- por encima !e l. >ues bien, imagnense uste!es la enorme y mor&ue les pue!o asegurar &ue na!a resulta m-s *-cil en Europa en Esta!os Fni!os es !i*erente &ue obser%ar to!a%a lo &ue pue!e ser un merca!o en la calle !e una ciu!a!, o una tien!a !e antaño, o un buhonero !ispuesto a contarnos sus %ia"es, o una *eria, o una bolsa. Kayan uste!es a Rrasil, tierras a!entro !e Raha, a Cabilla o al T*rica negra, y encontrar-n merca!os arcaicos &ue aero !e"emos estas enumeraciones. 3emos !istingui!o, para simpli*icar, !os registros !e la economa !e merca!o uno in*erior, los merca!os, tien!as y buhoneros, y otro superior, las *erias y las bolsas. >rimera pregunta plantea!a ;en &u nos pue!en ayu!ar estos instrumentos !el intercambio para eplicar, grosso mo!o, las %icisitu!es !e la economa europea !el ntiguo 8gimen, !el siglo % al JK= egun!a pregunta ;c'mo pue!en esclarecernos, por seme"an4a o por contraste, los mecanismos !e la economa no europea, !e la &ue s'lo estamos comen4an!o a saber algunas cosas= Estas son las !os preguntas a las &ue &uisiramos respon!er paraU concluir esta con*erencia. I En primer lugar, la e%oluci'n !e Occi!ente a lo largo !e estos cuatro siglos JK JK, JK y JK.
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El siglo JK, sobre to!o a partir !e 1I50, presencia un resurgir general !e la economa en bene*icio !e las ciu!a!es &ue, *a%oreci!as por la subi!a !e los precios (in!ustriales(, mientras &ue los precios agrcolas se estabili4an o ba"an, !espegan m-s r-pi!amente &ue el campo. En ese momento, el papel motor correspon!e con to!a seguri!a! a las tien!as !e artesanos o, me"or aars se anima y empie4a a ponerse a tono: el !inero y el cr!ito *luyen as ca!a %e4 m-s libremente !e una pla4a a otra. )entro !e este ambiente, es natural &ue las *erias salgan per!ien!o hechas para acti%ar los intercambios tra!icionales, gracias, entre otras cosas, a sus pri%ilegios *iscales, pier!en su ra4'n !e ser en un perio!o !e intercambios y !e cr!itos *-ciles. No obstante, si bien comien4an a !eclinar all !on!e la %i!a se precipita, *lorecen y se mantienen all- !on!e subsisten economas aars *ueron, en !e*initi%a, re%olucionarios. En resumen, el siglo JK lo incrementara to!o en Europa, inclui!o el (contramerca!o(. Go!o esto es %er!a! por lo &ue se re*iere a Europa. 3asta ahora s'lo hemos habla!o !e ella. 2 no es por&ue &ueramos centrarlo to!o en su %i!a particular, siguien!o una %isi'n eurocentrista !emasia!o c'mo!a, sino simplemente por&ue el o*icio !e historia!or se ha !esarrolla!o en Europa y los historia!ores se han a*erra!o a su propio pasa!o. )es!e hace algunos !ecenios, se ha pro!uci!o un pro*un!o cambio: las *uentes !ocumentales en la n!ia, en 6ap'n y en Gur&ua son eplota!as sistem-ticamente, y empe4amos a conocer la historia !e estos pases por otra %a, &ue ya no es la !e las cr'nicas !e los %ia"eros o la !e los libros !e historia!ores europeos. abemos ya lo su*iciente como para po!er plantearnos la siguiente pregunta si los engrana"es !el intercambio &ue acabamos !e !escribir para el caso europeo eisten *uera !e Europa y eisten en China, en la n!ia, a lo largo !el slam y en 6ap'n, ;po!emos acaso utili4arlos para un ensayo !e an-lisis comparati%o= El ob"eti%o sera, en el caso !e ser posible, situar en lneas generales la noEuropa con relaci'n a la misma Europa, %er si el creciente abismo &ue entre ellas se abre !urante el siglo i era ya %isible antes !e la 8e%oluci'n in!ustrial, y si Europa se encontraba o no a!elanta!a con respecto al resto !el mun!o. >rimera constataci'n en to!as partes hay instala!os merca!os, incluso en a&uellas socie!a!es apenas esbo4a!as, como en T*rica negra y en las ci%ili4aciones amerin!ias. *ortiori, en las socie!a!es m-s !ensas y e%oluciona!as, &ue aparecen literalmente acribilla!as !e merca!os elementales 3acien!o un pe&ueño es*uer4o, estos merca!os aparecer-n ante nuestros O"os ao!ramos a*irmar &ue la economa !el mun!o entero se hace %isible en un autntico mapa !e relie%e.
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2. LOS JUEGOS DEL INTERCAMBIO En mi anterior con*erencia señal el lugar caracterstico &ue ocupa, !el siglo JK al JK, un enorme sector !e autoconsumo &ue permanece en lo esencial completamente al margen !e la economa !e intercambio. Europa, incluso la m-s !esarrolla!a, aparece sembra!a, hasta el siglo %iii e incluso m-s a!elante, !e 4onas &ue participan poco en la %i!a general y &ue, en su aislamiento, se obstinan en lle%ar su propia eistencia, casi por completo encerra!a en s misma. ?uisiera abor!ar hoy Ao &ue concierne propiamente al intercambio y &ue !esignaremos a la %e4 como economía de mercado y como capitalismo. Este !oble apelati%o in!ica &ue pensamos !i*erenciar estos !os sectores &ue, !es!e nuestro punto !e %ista, no se con*un!en. 8epitamos, no obstante, &ue estos !os grupos !e acti%i!a! 4economía de mercado y capitalismo minoritarios hasta el siglo JK y &ue la mayora !e las acciones !e los hombres permanece encerra!a, sumergi!a, en el inmenso campo !e la %i!a material. i bien la economa !e merca!o se encuentra en plena epansi'n, cubre ya %astsimas super*icies y cosecha itos espectaculares, a!olece aara recoger una !e sus im-genes, es importante mirar siempre al *on!o !el po4o, hasta llegar a la masa pro*un!a !el agua o !e la vida material a la &ue a*ectan los precios !el merca!o, pero no calan en ella ni consiguen arrastrarla siempre. >or lo tanto, to!a historia econ'mica &ue no sea a !oble registro a saber, la sali!a !el po4o y el po4o en su pro*un!i!a! corre el peligro !e &ue!ar terriblemente incompleta. Fna %e4 señala!o esto, resulta e%i!ente &ue entre los siglos JK y %i, la 4ona ocupa!a por esta %i!a r-pi!a &ue es la economa !e merca!o no ha cesa!o !e epan!irse. #a %ariaci'n en ca!ena !e los precios !e merca!o es, a tra%s !el espacio, la señal &ue lo anuncia y lo !emuestra. Estos precios %aran en el mun!o entero en Europa, segrncipe, ;no es acaso a prop'sito !el merca!o nacional, !e la ban!era nacional &ue hay &ue !e*en!er, !e la in!ustria nacional liga!a al merca!o interior y eterior y a la &ue interesa promo%er= En esta 4ona estrecha y sensible !el merca!o es !on!e resulta posible y l'gico actuar. En ella repercuten las me!i!as toma!as, como !emuestra la pr-ctica !iaria. Ganto es as &ue se ha llega!o a creer, con ra4'n o sin ella, &ue los intercambios "uegan por s solos un papel !ecisi%o, e&uilibrante, &ue allanan los !esni%eles me!iante la competencia, a"ustan la o*erta y la !eman!a, y &ue el merca!o es un !ios escon!i!o y ben%olo, la (mano in%isible( !e !am mith, el merca!o autorregula!or !el siglo JJ y la pie!ra angular !e la economa, si nos atenemos al laisse4 *aire, laisse4 passer. 3ay en esto una parte !e %er!a! y otra !e mala *e, pero tambin !e ilusi'n. ;>o!emos acaso ol%i!ar cu-ntas %eces el merca!o *ue in%erti!o y *alsea!o, arbitrariamente *i"a!os sus precios por los monopolios !e hecho y !e !erecho= 2 sobre to!o, si a!mitimos las %irtu!es competi!oras !el merca!o (el primer or!ena!or puesto al ser%icio !e los hombres(, es importante señalar al menos &ue el merca!o no es sino un neo imper*ecto entre pro!ucci'n y consumo, aun&ue s'lo *uese en la me!i!a en &ue sigue sien!o parcial. ubrayemos esta or rato, cerca !e $lorencia, nos señalan las A!as y %eni!as !e las letras !e cambio entre las ciu!a!es italianas y los puntos -lgi!os !el capitalismo europeo Rarcelona, Montpellier, %ignon, >ars, #on!res, Rru"as... >ero se trata a&u !e "uegos tan a"enos al comagos nternacionales, en Rasilea. s pues, el mun!o !e la mercanca o !el intercambio se encuentra estrictamente "erar&ui4a!o, !es!e los m-s humil!es o*icios mo4os !e cuer!a, !escarga!ores, buhoneros, carreteros, marineros hasta los ca"eros, ten!eros, agentes !e nombres !i%ersos, usureros y, *inalmente, hasta los negociantes. #o &ue a primera %ista resulta sorpren!ente es &ue la especiali4aci'n, la !i%isi'n !el traba"o, &ue no hace m-s &ue acentuarse r-pi!amente al comp-s !e los progresos !e la economa !e merca!o, a*ecta a to!a esta socie!a! mercantil sal%o a su cima, la !e los negociantes capitalistas. s este proceso !e parcelaci'n !e *unciones, esta mo!erni4aci'n, se mani*est' ante to!o y solamente en la base los o*icios, los ten!eros, incluso los buhoneros, se especiali4an. No ocurre lo mismo en lo alto !e la pir-mi!e, ya &ue, hasta el siglo JJ, el merca!er !e altos %uelos no se limita, por as !ecir, a una sola acti%i!a! es comerciante, claro est-, pero nunca !e un solo ramo, sino &ue, segara resumir, seguira el conse"o !e un pro%erbio *rancs &ue recomien!a 6ne pas mettretoussesoeu%sdansle m=me panier6 L(no "ug-rselo to!o a una sola carta(. )e hecho, yo pienso o ?ue el merca!er no se especiali4a por&ue ninguno !e los ramos &ue se encuentran a su alcance est- lo su*icientemente !esarrolla!o como para absorber to!a su acti%i!a!. e cree con !emasia!a *recuencia &ue el capitalismo !e antaño era menor, !ebi!o a la *alta !e capitales, &ue le *ue preciso ir acumulan!o !urante mucho tiempo para epan!irse. in embargo, la correspon!encia mercantil o las memorias !e las c-maras !e comercio nos muestran bastante a menu!o el caso !e capitales &ue buscan inero resulta signi*icati%o &ue, sal%o en casos ecepcionales, no se interese por el sistema !e pro!ucci'n y se contente, me!iante el sistema !e traba"o a !omicilio o puttin) out , con controlar la pro!ucci'n artesanal para asegurarse me"or su comerciali4aci'n. $rente al artesano y al sistema !el puttin) out , las manu*acturas no representar-n, hasta el siglo JJ, m-s &ue una pe&ueña parte !e la pro!ucci'n. ?ue si el gran comerciante cambia tan a menu!o !e acti%i!a!, es por&ue los gran!es bene*icios cambian sin cesar !e sector. El capitalismo es !e naturale4a coyuntural. ncluso hoy en !a, uno !e sus gran!es %alores es su *acili!a! !e a!aptaci'n y !e recon%ersi'n. O ?ue una ara Ma Weber, el capitalismo, en el senti!o mo!erno !e la palabra, no habra si!o ni m-s ni menos &ue una creaci'n !el protestantismo o, me"or aarasitismo, en suma, !e larga !uraci'n la burguesa no cesa !e !estruir a la clase !ominante para nutrirse !e ella. >ero su ascensi'n *ue lenta, paciente, traspas-n!ose sin cesar la ambici'n a hi"os y nietos. 2 as sucesi%amente. Fna socie!a! !e este tipo, !eri%a!a !e la socie!a! *eu!al y &ue to!a%a sigue sien!o *eu!al a me!ias, es una socie!a! en la cual la propie!a! y los pri%ilegios sociales se encuentran relati%amente a sal%o, en la cual las *amilias pue!en !is*rutar !e a&uellos con relati%a tran&uili!a!, al ser la propie!a! sacrosanta y !esear ellos &ue as sea, y en la cual permanecen, por lo general, en su sitio. hora bien, es preciso &ue estas aguas sociales estn tran&uilas o relati%amente tran&uilas para &ue se pro!u4ca la acumulaci'n y se mantengan los lina"es, y para &ue, si la economa monetaria colabora, emer"a por *in el capitalismo. Éste !estruye, con este proceso, ciertos bastiones !e la alta socie!a!, pero reconstruye, en cambio y para bene*icio propio, otros tan s'li!os y !ura!eros como a&uellos. Estas largas gestaciones !e *ortunas *amiliares, &ue !esembocan un buen !a en un ito espectacular, nos resultan tan *amiliares, tanto en el pasa!o como en el presente, &ue nos cuesta !arnos cuenta !e &ue estamos a&u, !e hecho, ante una caracterstica esencial !e las socie!a!es !e Occi!ente. No reparamos en ella, en reali!a! sino !istanci-n!onos y obser%an!o el espect-culo !i*erente &ue nos o*recen las socie!a!es etraeuropeas. En estas socie!a!es, lo &ue llamamos o po!emos llamar capitalismo tropie4a en general con obst-culos sociales na!a *-ciles o imposibles !e *ran&uear. on estos obst-culos los &ue nos sitero la occi!ental y la "aponesa son los ara !ecirlo con otros trminos, los señoros, es !ecir, las tierras, los pueblos y las rentas territoriales, son !istribui!os por el Esta!o, al igual &ue antaño lo haca el Esta!o carolingio, y se encuentran !e nue%o !isponibles ca!a %e4 &ue muere su bene*iciarlo, Esto constituye para el prncipe una *orma !e pagar los ser%icios !e sol!a!os y caballeros. Cuan!o muere el señor, su señoro y to!os sus bienes %uel%en al ult-n !e Estambul o al Dran Mogol !e )elhi. )igamos &ue estos gran!es prncipes, mientras !ura su autori!a!, pue!en cambiar !e socie!a! !ominante, !e lite, igual &ue !e camisa, y no se pri%an !e ello. #a cima !e la socie!a! se renue%a, por lo tanto, muy a menu!o y las *amilias no tienen la posibili!a! !e incrustarse en ella. Fn reciente estu!io sobre el Cairo en el siglo JK nos señala &ue los gran!es comerciantes no consiguen mantenerse en su puesto m-s all- !e una sola generaci'n. #a socie!a! poltica los !e%ora. i en la n!ia la %i!a mercantil es m-s s'li!a, es por&ue se !esarrolla al margen !e la socie!a! inestable !e la cima, !entro !e los marcos protectores constitui!os por las castas !e merca!eres y ban&ueros. Fna %e4 señala!o esto, po!r-n uste!es compren!er me"or la tesis &ue sostengo, bastante sencilla y %erosmil eisten unas con!iciones sociales en la base !el a%ance y !el triun*o !el capitalismo. Éste eige cierta tran&uili!a! !el or!en social, as como cierta neutrali!a!, !ebili!a! y complacencia !el Esta!o. E incluso en Occi!ente encontramos !i%ersos gra!os !e esta complacencia a ra4ones claramente sociales e incrusta!as en su pasa!o se !ebe &ue $rancia haya si!o siempre un pas menos *a%orable al capitalismo &ue, por e"emplo, nglaterra. Creo &ue este punto !e %ista no suscitar- ob"eciones serias. En cambio, un nue%o problema se plantea. El capitalismo re&uiere una "erar&ua. >ero, ;&u es eactamente una "erar&ua para un historia!or &ue %e !es*ilar ante s cientos y cientos !e socie!a!es &ue poseen to!as ellas remata!as en la cima con un puña!o !e pri%ilegia!os y !e responsables= Ker!a! !e ayer para la Kenecia !el siglo J, para la Europa !el ntiguo 8gimen y para la $rancia !e Monsieur Ghiers o la !e 19P+, en la &ue los esl'ganes populares !enunciaban el po!er !e las (!oscientas *amilias(. >ero %er!a! tambin en 6ap'n, en la China, en Gur&ua y en la n!ia. 2 %er!a! to!a%a hoy incluso en los Esta!os Fni!os, el capitalismo no in%enta las "erar&uas sino &ue las utili4a, al igual &ue tampoco ha in%enta!o el merca!o o el consumo. El es, !entro !e la amplia perspecti%a !e la historia, el %isitante nocturno. #lega cuan!o ya to!o est- en su sitio. )icho !e otra *orma, el problema en s !e la "erar&ua lo rebasa, lo trascien!e, lo !omina por anticipa!o. 2 las socie!a!es no capitalistas no han suprimi!o, !esgracia!amente, las "erar&uas. Go!o esto abre las puertas a largas !iscusiones &ue he trata!o !e presentar en mi libro sin aportar conclusiones. >or&ue ah resi!e, sin !u!a, el problema cla%e, el mayor !e to!os los problemas ;hay &ue !estruir la "erar&ua, la !epen!encia !e un hombre con respecto a otro= , a*irm' 6ean>aul artre en 19+Q. >ero, ;es esto realmente posible=
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3. EL TIEMPO DEL MUNDO. En los !os captulos anteriores, las pie4as !el rompecabe4as les han si!o presenta!as o bien aisla!as, o bien reagrupa!as en un or!en arbitrario, !ebi!o a las necesi!a!es !e la eplicaci'n. e trata ahora !e reconstruir el rompecabe4as. Este es el ob"eto !el tercer y ero, en lo &ue respecta a sus leyes, el mun!o no ha cambia!o apenas sigue !istribuyn!ose, estructuralmente, entre pri%ilegia!os y no pri%ilegia!os. Eiste una especie !e socie!a! mun!ial, tan "erar&ui4a!a como una socie!a! or!inaria y &ue es como su imagen agran!a!a, pero reconocible. Microcosmos y macrocosmos, presentan en !e*initi%a la misma tetura. ;>or &u= Es lo &ue tratar !e eplicar, aun&ue no estoy seguro !e conseguirlo. El historia!or %e con mayor *acili!a! los cómos &ue los porAués, y me"or las consecuencias &ue los orgenes !e los gran!es problemas. 8a4'n !e m-s, claro est-, para &ue le apasione aor lo !em-s, pue!en eistir, incluso !e *orma prolonga!a, !os centros simult-neos en una misma economamun!o 8oma y le"an!ra en tiempos !e ugusto, ntonio y Cleopatra: Kenecia y Dno%a en tiempos !e la guerra !e Chioggia 1P@Q1PQ1: #on!res y Tmster!am en el siglo JK, antes !e la eliminaci'n !e*initi%a !e 3olan!a. >or&ue uno !e los !os centros acaba siempre por ser elimina!o. En 19H9, el centro !el mun!o pas' !e este mo!o, con un poco !e in!ecisi'n pero sin ambigXe!a! !e #on!res a Nue%a 2orS. Go!a economamun!o se !i%i!e en 4onas sucesi%as. El cora4'n, es !ecir, la regi'n &ue se etien!e en torno al centro las >ro%incias Fni!as pero no to!as las >ro%incias Fni!as cuan!o Tmster!am !omina el mun!o en el siglo JK: nglaterra pero no to!a nglaterra cuan!o #on!res, a partir !e los años 1@Q0, suplant' !e*initi%amente a Tmster!am Kienen !espus las 4onas interme!ias alre!e!or !el pi%ote central. $inalmente, ciertas 4onas marginales muy amplias &ue, !entro !e la !i%isi'n !el traba"o &ue caracteri4a a la economa mun!o, son 4onas subor!ina!as y !epen!ientes, m-s &ue participantes. En estas 4onas
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peri*ricas, la %i!a !e los hombres e%oca a menu!o el purgatorio, cuan!o no el in*ierno. 2 la situaci'n geogr-*ica es, claramente, una ra4'n su*iciente para ello. Estas obser%aciones !emasia!o apresura!as eigiran e%i!entemente comentarios y eplicaciones. #as encontrar-n uste!es en el tercer %olumen !e mi obra, pero pue!en hacerse una i!ea eacta !e las mismas en el libro !e mmanuel Wallenstein, D$e Modern Borld4+ystem, e!ita!o en 19@I en los Esta!os Fni!os y publica!o en $rancia con el ttulo !e !e +ystéme du Monde du XV siecle a nos *ours $lammiarion1. El hecho !e &ue yo no est siempre !e acuer!o con el autor acerca !e tal o cual punto, incluso acerca !e una o !os i!eas generales, tiene poca importancia. Nuestros puntos !e %ista son, en lo esencial, i!nticos, incluso tenien!o en cuenta &ue, para mmanuel Wallenstein, no hay m-s economamun!o &ue la !e Europa, *un!a!a s'lo a partir !el siglo %i, mientras &ue para m, mucho antes !e haber si!o conoci!o por el hombre europeo en su totali!a!, !es!e la E!a! Me!ia e incluso !es!e la ntigXe!a!, el mun!o ha esta!o !i%i!i!o en 4onas econ'micas m-s o menos centrali4a!as, m-s o menos coherentes, es !ecir, en !i%ersas economasmun!o &ue coeisten. Estas economas coeistentes, &ue no mantienen entre si mas &ue intercambios sumamente limita!os, se reparten el espacio habita!o !el planeta a una y otra parte !e regiones limtro*es bastante amplias cuya tra%esa, en general, o*rece pocas %enta"as al comercio, sal%o raras ecepciones. 3asta >e!ro el Dran!e, 8usia constituye por s misma una !e estas economas, &ue %i%e, en lo esencial, por s misma y para s misma. El inmenso mperio turco, hasta *inales !el siglo JK, es tambin una !e estas economasmun!o. >or el contrario, el mperio !e Carlos K o !e $elipe 11 no es una !e ellas, pese a su inmensi!a! se halla inclui!o !es!e su nacimiento en la %asta re! !e la economa, antigua y %i%a4, constitui!a a partir !e Europa. >or&ue antes !e 1I9H, antes !el %ia"e !e Crist'bal Col'n, Europa, m-s el Me!iterr-neo, con sus antenas !irigi!as hacia el #e"ano Oriente, constituye tambin ella una economamun!o, centra!a entonces en las glorias !e Kenecia. e ampliar- con los gran!es !escubrimientos, se aneionar- el tl-ntico con sus islas y costas, y !espus, tras una larga con&uista, el interior !el continente americano: multiplicar- asimismo sus la4os con las economasmun!o, aero los !escentramientos y recentramientos son escasos, y por ello, tanto m-s importantes. En el caso !e Europa y !e las 4onas aneiona!as por ella, se opero un centramiento hacia 1PQ0, a *a%or !e Kenecia. 3acia 1500, se pro!u"o un salto brusco y gigantesco !e Kenecia a mberes y !espus, hacia 155015+0, una %uelta al Me!iterr-neo, pero esta %e4 a *a%or !e Dno%a: *inalmente, hacia 15901+10, una trans*erencia a Tmster!am en !on!e el centro econ'mico !e 1
#$% &'$()**+,- $ *$/&0$- E moderno sistema mundial. La agricultura capitalista -y los orígenes (le la economía mundo europea en el siglo XVI, Siglo XXI, M $('+( 1!7!. G
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La dinámica del capitalismo
Fernand Braudel
la 4ona europea se estabili4ar- !urante casi !os siglos. Entre 1@Q0 y 1Q15 se !espla4ar- hacia #on!res, y en 19H9, atra%esar- el tl-ntico para situarse en Nue%a 2orS. En el relo" !el mun!o europeo, la hora *at!ica habr- sona!o por lo tanto cinco %eces y, en ca!a ocasi'n, estos !espla4amientos se reali4aron a tra%s !e luchas, cho&ues y *uertes crisis econ'micas. >or lo general, son los malos tiempos econ'micos los &ue acaban !estruyen!o el antiguo centro, ya amena4a!o, y los &ue con*irman el surgimiento !e uno nue%o. Go!o esto, e%i!entemente, sin una regulari!a! matem-tica: una crisis insistente constituye una prueba los *uertes la superan y los !biles sucumben en el intento. El centro no se !errumba, pues, a ca!a golpe &ue recibe. l contrario, las crisis !el siglo JK acabaron normalmente bene*ician!o a Tmster!am 3oy %i%imos, !es!e hace algunos años, una crisis mun!ial &ue se anuncia *uerte y !ura!era. i Nue%a 2orS sucumbiese ante esta prueba cosa &ue no creo, el mun!o !ebera encontrar o in%entar un centro nue%o: si los Esta!os Fni!os resisten, como to!o parece anunciar, pue!en salir robusteci!os !e esta prueba, ya &ue las restantes economas corren el peligro !e su*rir mucho m-s &ue ellos con la con"unci'n hostil &ue atra%esamos. En to!o caso, centramiento, !escentramiento y recentramiento parecen estar liga!os, normalmente, a crisis prolonga!as !e la economa general. Es por lo tanto a tra%s !e estas crisis como tenemos &ue abor!ar el !i*cil estu!io !e los mecanismos !e con"unto !ebi!o a los cuales se in%ierte la historia general. Fn e"emplo, obser%a!o !e cerca, nos !ispensar- !e la obligaci'n !e hacer un comentario !emasia!o largo. Gras una serie !e a%atares, acci!entes polticos y en ra4'n mismo !e la no consoli!aci'n !el centro !el mun!o en mberes, el Me!iterr-neo entero se !es&uit' a lo largo !e la segun!a mita! !el siglo JK. #a plata &ue, al llegar en gran!es canti!a!es !e las minas americanas, pasaba hasta entonces prioritariamente !e España a $lan!es por el tl-ntico, tom' a partir !e 15+Q el camino !el mar nterior, y Dno%a se con%irti' en su centro re!istribui!or. El Me!iterr-neo conoci' entonces una especie !e 8enacimiento econ'mico, !es!e el estrecho !e Dibraltar hasta los mares !e #e%ante. >ero el (siglo !e los geno%eses(, como se ha llama!o a este perio!o, !ur' poco. #a situaci'n se !eterior', y las *erias geno%esas !e >iacen4a &ue, !urante casi me!io siglo, haban si!o el gran centro !e clearin) !e los negocios europeos, pier!en !es!e antes !e 1+H1 su papel principal. El Me!iterr-neo %uel%e a con%ertirse, como era l'gico suponer tras los gran!es !escubrimientos, en un espacio secun!ario, y permanecer- como tal a partir !e entonces. Esta !eca!encia !el Me!iterr-neo, un siglo !espus !e Crist'bal Col'n, y por lo tanto al trmino !e una enorme y sorpren!ente tregua, es uno !e los problemas cruciales suscita!os por el grueso libro &ue publi&u, hace ya mucho tiempo, sobre el espacio me!iterr-neo. ;?u *echa po!emos asignarle a este re*lu"o 1+10, 1+H0, 1+50=: y, sobre to!o, ;&u proceso inter%iene en ello= Esta segun!a pregunta, la m-s importante, ha si!o resuelta !e *orma brillante y eacta, !es!e mi punto !e %ista, en un artculo !e 8ichar! G. 8app .D$e Eournal o% (conomic istory, 19@5. Fno !e los m-s hermosos artculos, a*irmara yo con gusto, &ue me ha si!o !a!o leer !es!e hace mucho tiempo. #o &ue nos !emuestra es &ue el mun!o me!iterr-neo, a partir !e los años 15@0, *ue hostiga!o, atropella!o y sa&uea!o por na%os y merca!eres n'r!icos, y &ue stos no construyeron su primera %ortuna gracias a las Compañas !e n!ias o a sus a%enturas por los siete mares del mun!o. +e %olcaron sobre las ri&ue4as eistentes en el mar nterior y se apo!eraron !e ellas emplean!o to!os los me!ios me"ores o peores. nun!aron el Me!iterr-neo !e pro!uctos baratos, a menu!o mercancas !e mala cali!a!, pero &ue imitaban a conciencia los ecelentes te"i!os !el ur, a!orn-n!olos incluso con sellos %enecianos uni%ersalmente *amosos a *in !e %en!erlos con este la"el en los merca!os or!inarios !e Kenecia. causa !e esto, la in!ustria me!iterr-nea per!a simult-neamente su clientela y su reputaci'n. magnense lo &ue ocurrira si, !urante %einte, treinta o cuarenta años, algunos pases nue%os tu%ieran la posibili!a! !e apro%echarse sistem-ticamente y sin escror el contrario, hacia me!ia!os !el iglo !e las #uces, comien4a una era !i*erente. #on!res, nue%a soberana, ya no es una ciu!a! Esta!o, sino la capital !e las slas Rrit-nicas, &ue le aportan la *uer4a irresistible !e un mercado nacional 3ay, por lo tanto, !os *ases la !e creaciones y !ominaciones urbanas y la !e creaciones y !ominaciones (nacionales(. Go!o esto %amos a %erlo muy r-pi!amente, no s'lo por&ue est-n uste!es al corriente !e estos hechos tan conoci!os, no s'lo por&ue les he habla!o ya !e ellos, sino tambin por&ue s'lo cuenta, a mi enten!er, el con"unto !e estos hechos conoci!os, ya &ue, a la %ista !e este con"unto, es cuan!o se plantea y se aclara !e una *orma bastante nue%a el problema !el capitalismo. Europa gir' sucesi%amente, hasta 1@50, alre!e!or !e ciu!a!es esenciales, trans*orma!as por su mismo papel en monstruos sagra!os Kenecia, mberes, Dno%a y Tmster!am. in embargo, ninguna ciu!a! !e esta categora !omina to!a%a la %i!a econ'mica en el siglo J. 2 no por&ue Europa no constituya to!a%a una economamun!o estructura!a y organi4a!a. El Me!iterr-neo, con&uista!o !urante una poca por el slam, %ol%i' a abrirse a la cristian!a!, y el comercio !e #e%ante proporcion' a Occi!ente esa antena larga y prestigiosa sin la cual no eiste seguramente ninguna economamun!o !igna !e tal nombre. )os regionespiloto se in!i%i!uali4aron claramente talia al sur, y los >ases Ra"os al norte. 2 el centro !e gra%e!a! !el con"unto se estabili4' entre estas !os 4onas, a mita! !e camino, en las *erias !e Champagne y !e Rrie, *erias stas &ue son ciu!a!es arti*iciales aña!i!as a una casi gran ciu!a! Groyesy a tres ciu!a!es secun!arias >ro%ins, Rarsur ube y #agny. era !emasia!o a*irmar &ue este centro !e gra%e!a! se sitrsico, el mar 8o"o y las cara%anas !e #e%ante le abren a priori to!os los merca!os !e Europa. En reali!a!, la primaca italiana se !i%i!ir- !urante mucho tiempo entre cuatro po!erosas ciu!a!es Kenecia, Mil-n, $lorencia y Dno%a. 3asta la !errota !e Dno%a en 1PQ1, no comien4a el reina!o, largo pero no siempre tran&uilo, !e Kenecia. )urar-, sin embargo, m-s !e un siglo, mientras Kenecia reine sobre las pla4as !e #e%ante, y sea el principal !istribui!or, para Europa entera, &ue acu!e a ella, !e los co!icia!os pro!uctos !e Oriente Me!io. En, el siglo %i, mberes suplanta a la ciu!a! !e an Marcos, al con%ertirse en almacn !e la pimienta &ue >ortugal importa en gran!es canti!a!es por la %a tl-ntica: y, en consecuencia, el puerto !el Escaut se trans*orma en un enorme centro, !ueño !e los tr-*icos !el tl-ntico y !e la Europa !el Norte. )espus, !i%ersas ra4ones polticas &ue sera !emasia!o largo enumerar a&u, y &ue %an uni!as a la guerra !e los españoles en los >ases Ra"os, !ar-n el puesto !ominante a Dno%a. En cuanto a la *ortuna !e la ciu!a! !e an 6orge, no se *un!amenta en el comercio !el #e%ante, sino en el !el Nue%o Mun!o, en el !e e%illa y en los rau!ales !e plata !e las minas americanas, en cuyo re!istribui!or europeo se con%ierte. $inalmente, Tmster!am pone a to!os !e acuer!o su larga prepon!erancia m-s !e siglo y me!io, e"erci!a !es!e el R-ltico hasta el #e%ante y las Molucas, !epen!e en lo esencial !e su !ominio incontestable sobre las mercancas !el Norte por un la!o y, por otro, sobre las especias *inas canela, cla%o, etc., cuyas *uentes en el #e"ano Oriente acapar' con bastante rapi!e4 en su totali!a!. Estos casi monopolios le permiten actuar a su anto"o pr-cticamente en to!as partes. >ero !e"emos estas ciu!a!esimperio para centrarnos r-pi!amente en el problema !e los merca!os y economas nacionales. Fna economa nacional es un espacio poltico trans*orma!o por el Esta!o, en ra4'n !e las necesi!a!es e inno%aciones !e la %i!a material, en un espacio econ'mico coherente, uni*ica!o y cuyas acti%i!a!es pue!en !irigirse "untas en una misma !irecci'n. 'lo nglaterra pu!o reali4ar tempranamente esta proe4a. e habla con respecto a ella !e re%oluciones agrcola, poltica, *inanciera, in!ustrial. 3ay &ue aña!ir a esta lista, asign-n!ole el nombre &ue se &uiera, la re%oluci'n &ue cre' su merca!o nacional. Otto 3int4e, critican!o a ombart, *ue uno !e los primeros en señalar la importancia !e esta trans*ormaci'n, &ue se !ebi' a la relati%a abun!ancia, !entro !e un territorio bastante eiguo, !e me!ios !e transporte, sum-n!ose la na%egaci'n !e cabota"e a la apreta!a re! !e ros y canales y a los numerosos carros y bestias !e carga. >or me!iaci'n !e #on!res, las pro%incias inglesas intercambian los pro!uctos y los eportan, a!em-s !e &ue el espacio ingls se liber' muy pronto !e a!uanas y pea"es interiores. $inalmente, nglaterra se uni' con Escocia en 1@0@, y con rlan!a en 1Q01. Esta proe4a, pensar-n uste!es, ya *ue reali4a!a por las >ro%incias Fni!as, pero su territorio era minars, situa!o en el interior !e sus tierras, no es ni si&uiera la capital econ'mica !e $rancia: este papel *ue !esempeña!o !urante mucho 2!
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Fernand Braudel
tiempo por 1,yon, !es!e el establecimiento !e sus *erias en 1I+ 1. e inici' un !esli4amiento a *inales !el siglo JK a *a%or !e >ars, pero no hubo continui!a!. 3asta 1@05, con la (bancarrota( !e amuel Rernar!, >ars no se con%ierte en el centro econ'mico !el merca!o *rancs, y hasta 1@HI, tras la reorgani4aci'n !e la Rolsa !e >ars, no comen4ar- a !esempeñar su papel. >ero ya es tar!e, y el motor, aun&ue se acelera en tiempos !e #uis JK, no llegar- ni a animar ni a subyugar al con"unto !el espacio *rancs. nglaterra tu%o un !estino mucho m-s sencillo. No hubo m-s &ue un centro econ'mico y poltico, #on!res, a partir !el siglo JK, y ste, al !esarrollarse con rapi!e4, mo!ela al mismo tiempo el merca!o ingls a su con%eniencia, es !ecir, segor otra parte, su insulari!a! ayu!' a nglaterra a separarse !e los !em-s pases y a liberarse !e la in"erencia !el capitalismo etran"ero. Esto se consigui' *-cilmente *rente a mberes gracias a Ghomas Dresham, con la creaci'n !el tocS (>c$an)e en 155Q. e consigui' tambin *rente a los hanse-ticos en 159@, con ocasi'n !el cierre !el talho* y !e la supresi'n !e los pri%ilegios !e sus antiguos huspe!es. Gambin *ue *-cil con respecto a Tmster!am, a partir !e la primera cta !e Na%egaci'n, en 1+51. >or esta poca, Tmster!am !omina lo esencial !el comercio europeo. >ero nglaterra contaba *rente a ella con un me!io !e presi'n los %eleros holan!eses, !ebi!o al rgimen !e %ientos, necesitaban hacer escala constantemente en los puertos ingleses. Es, sin !u!a, esto lo &ue eplica &ue 3olan!a haya acepta!o !e nglaterra me!i!as proteccionistas &ue no acept' !e na!ie m-s. En to!o caso, nglaterra supo proteger su merca!o nacional y su naciente in!ustria me"or &ue ningrecisemos bien &ue el trmino re%oluci'n se emplea a&u, como siempre, en senti!o contrario. Fna re%oluci'n, segero seguro &ue esta potencia, si bien se *orma me!iante un lento traba"o sobre s misma, se re*uer4a con la eplotaci'n !el pr'"imo y, a lo largo !e este !oble proceso, la !istancia &ue la separa !e las !em-s aumenta. #as !os eplicaciones interna y eterna %an, pues, inetricablemente uni!as. 3a llega!o ya el momento !e concluir. No estoy seguro, hasta a&u, !e haberles con%enci!o. >ero !u!o to!a%a m-s !e po!er con%encerles ahora, al con*iarles, para *inali4ar mis eplicaciones, lo &ue opino !el mun!o y !el capitalismo !e hoy a la lu4 !el mun!o y !el capitalismo !e ayer, tales como yo los %eo y tales como he trata!o !e !escribirlos. >ero, ;no es necesario acaso &ue la eplicaci'n hist'rica llegue hasta los tiempos presentes y se "usti*i&ue a tra%s !e este encuentro= Cierto es &ue el capitalismo actual ha cambia!o !e talla y !e proporciones !e una *orma *ant-stica. e ha puesto a la altura !e los intercambios b-sicos y !e los me!ios actuales, tambin ellos *ant-sticamente agran!a!os. >ero mutatis mutandis, !u!o &ue la naturale4a !el capitalismo haya cambia!o !e arriba aba"o. Gres pruebas me sir%en !e apoyo El capitalismo sigue basa!o en la eplotaci'n !e los recursos y posibili!a!es internacionales o, !icho !e otra *orma, eiste !entro !e los lmites !el mun!o, o al menos tien!e a abarcar al mun!o entero. u gran proyecto actual es el !e reconstruir este uni%ersalismo. igue apoy-n!ose, obstina!amente, en monopolios !e hecho y !e !erecho, pese a las %iolencias !esenca!ena!as a este respecto en contra suya. #a or)anización, como !ecimos hoy, continero es err'neo consi!erar &ue esto constituya un hecho %er!a!eramente nue%o. M-s aero yo po!ra citarles para el ero he cosecha!o muy pocos itos. hora bien, siguien!o esta !irecci'n es como po!emos, !es!e mi punto !e %ista, encontrar una %a !e sali!a *uera !e las eplicaciones a las &ue me he ceñi!o a *alta !e otra cosa me"or. )i%i!ir para compren!er me"or, !i%i!ir en tres planos o tres etapas, supone mutilar y *or4ar la reali!a! econ'mica y social, mucho m-s comple"a. En reali!a!, es el con"unto lo &ue habr- &ue tomar para compren!er a un mismo tiempo las ra4ones !el cambio !e las tasas !e
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