La poda de los bonsái (1ª parte)
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Director: Josep M. Miquel
[email protected] Traducción y corrección: Momoyo Nishiyama. Aimée Díaz. Administración: Jordi Fontanet. Redacción: Isabel Hierro, Julie Lecomte, Juli Pascual, Warren David.
[email protected] Publicidad y suscripciones: Warren David.
[email protected] Edita: Jardin Press Esturió, 8 43880 Coma-ruga
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© Jardin Press Bajo licencia de: Bonsai Sekai Tokio, Japón.
Impreso por: Jordi Dassoy, impressor D. L.B. B-33252-2002 ISBN: 978-84-96291 -20-1 Con la colaboración del Equipo Técnico de Mistral Bonsai.
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Poda (1ª parte)
No se puede aprender a podar leyendo libros, realmente la única manera de aprender a podar es podando. Entonces, ¿para que escribimos este libro? Si es verdad que los únicos que pueden enseñarnos a podar son los árboles, también es verdad que podemos aprender de la experiencia de los demás, para comprender que es lo que buscamos al podar. El concepto principal y único de la poda es dirigir la fuerza de los árboles. Esto implica que si, cuando cortamos una rama, no intentamos que la fuerza se dirija hacia otra, lo que haremos simplemente será castigar al árbol. Los árboles son seres inteligentes y sensibles a nuestros cuidados. Especialmente los bonsáis dependen de que sepamos comprender lo que puede y lo que no puede hacer un árbol, o lo que quiere y no quiere, si nos expresamos mejor. Cada árbol tiene su manera de formar las ramas, los árboles de hoja caduca, como los olmos, extienden sus ramas finas en todas direcciones, abarcando un espacio colosal. Son árboles fuertes y potentes, y sus ramas se abren siempre en ángulo agudo, intentando subir y abarcar un gran espacio, distribuyendo así sus hojas para que reciban el sol y el aire, que son las fuentes principales de la vida de un árbol. En cambio las sabinas, viven agarradas a las rocas, a donde los hombres las hemos relegado. La mayor parte de las sabinas que vivían en los bosques abiertos fueron cortadas para aprovechar su madera. Las ramas de las sabinas que viven entre peñas se abren de manera tortuosa, replegándose para protegerse de las inclemencias de la naturaleza agreste. Es evidente que no podemos formar de la misma manera dos árboles tan diferentes. Pero en cambio, cuando podamos los bonsáis para que sus formas sean armoniosas, si que seguimos siempre el mismo método: eliminamos las ramas sobrantes, para concentrar su fuerza en las ramas más bien situadas. El origen de la poda se halla en los inicios de la agricultura. Los olivos por ejemplo, que vemos en los campos, extienden sus ramas en busca del sol, desplegando sus faldas, llenas de ramas finas, que florecen abundantemente y dan fruto. Estamos tan acostumbrados a ver las formas de los olivos en los campos, que ya no pensamos que sus formas están creadas artificialmente por medio de la poda: Si los dejamos crecer a su aire, recobran rápidamente su primitiva forma cónica, como 3
podemos ver en los campos abandonados. La poda dirige la fuerza de los árboles, pero a condición de que lo que le pidamos a los árboles sea coherente con su manera de crecer. ¿Porqué podamos los bonsáis? La respuesta es fácil: para que sus formas se asemejen a la de los árboles que vemos en la naturaleza. Los bonsáis sugieren, en un reducido tamaño, la impresión que sentimos cuando contemplamos un viejo y enorme árbol. Para ello debemos dirigir su fuerza de manera que mantengan vigorosamente todas sus ramas: un bonsái que se descuida, pierde rápidamente su belleza, y muchas de sus ramas, las más débiles, acaban secándose. Pero de aquí viene el principal problema de la poda en los bonsáis: si ordenamos demasiado las ramas de nuestros bonsáis, no se asemejarán a las de los árboles que crecen libres. Muchas veces, en los viejos árboles nos impresiona una rama extraña, inexplicable, pero que sigue viviendo tercamente. Los viejos árboles, como los bonsáis, tienen pocas ramas, ya que con el paso de los años han ido desprendiéndose de todas las superfluas. Por eso, cuando trabajamos bonsáis, si or-
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denamos demasiado las ramas, o dejamos demasiadas ramas, nuestros árboles serán bonitos, pero carecerán de la imprevisibilidad de la vida que hace tan bellos a los bonsáis. Es verdad que todas las ramas de los árboles tienen un sentido: normalmente no se cruzan, ya que no es práctico para un árbol formar dos ramas que compitan entre ellas por el sol. Pero a veces hay ramas que salen de lugares inesperados, que viven perfectamente, y aportan a los árboles una parte de su energía. En los árboles que vemos en la naturaleza, encontramos ramas desordenadas, pero que nos impresionan profundamente. Podar no es cortar las ramas “feas”, sino dirigir suavemente la fuerza de un árbol. Esta es resumida la séptima ley de la poda que explicamos en este pequeño libro. Por eso no insistiremos aquí en las “ramas feas” las “ramas mal situadas” y todos esos conceptos que en realidad no sirven para aprender a podar. Antes de decidirnos a cortar una rama, pensaremos que papel cumple en la formación del árbol. Muchas veces dejamos ramas aparentemente feas, demasiado largas, aparentemente mal situadas, pero que nos interesa conservar ya que cumplen un papel impor-
tante en la formación del árbol. A menudo estas ramas refuerzan una parte floja del árbol o mantienen el vigor de una rama débil. Más adelante cuando el resto de la rama tenga la fuerza suficiente, reduciremos esta parte “fea”, a veces cortándola de una vez, a veces cortándola gradualmente durante varias temporadas. Así conseguiremos que su fuerza se reparta por los brotes mejor situados, y no se pierda. ¿Pero es que todas las ramas de un bonsái deben ser bonitas? El Sr. Murata Isamu, un día, nos mostraba emocionado como algunas ramas que normalmente se consideran feas, dan un gran carácter a los bonsáis. El Sr. Murata nos decía que esta era la prueba definitiva de la maestría de quien había formado el árbol. No hay nada que me haga más miedo, cuando intento enseñar a alguien a podar, que ver como empieza a cortar las ramas que considera feas, sin pensar en porqué están en el árbol. Luego como el árbol no brota por donde espera, alambra exhaustivamente sus ramas, privándole de su libertad y reduciendo aún más su fuerza. Señores, ¡confiemos un poco más en nues-
tros árboles! ¿Quien sabe formar mejor las ramas de un olivo, él o nosotros? ¿Los arces no saben como han de formar sus ramas? ¿O los fresnos, o los pinos? No sabría encontrar una especie de árbol que no tenga en sus genes la experiencia acumulada durante millones de años. Trabajar detrás de los árboles, dejando que expresen su forma, entendiendo lo que quieren, equilibrando su fuerza, ayudándoles, ya que viven en una maceta pequeña, es una de las mayores fuentes de satisfacción, que hace que valga la pena cultivar bonsáis. Pero si trabajamos así, ¿Como sabremos si hemos podado bien o no? Es fácil: los árboles nos lo confirmarán con su brotación. La belleza no es el objetivo instantáneo de la poda, es el resultado a largo plazo, la prueba del 9 de que el trabajo ha sido bien realizado. Quizás trabajando con toda nuestra fuerza conseguiremos que los dioses posen sus manos en nuestros árboles. Josep-Maria Miquel
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Sumario: Las siete leyes de la poda
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Ramas problemáticas 13 Principales tipos de poda
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Poda básica para formar un tronco o una rama Ciclo de la poda básica
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Poda simple 20 Diferencias entre la poda simple y la poda mixta
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Poda mixta 28 Poda mixta simple de un fresno
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Poda mixta compleja en fresno
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Poda mixta en conífera
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Poda mixta de una rama avanzada de olivo
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Poda para mejorar y renovar las ramas 42 Ciclo de la poda para mejorar y renovar las ramas
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Poda en una sola vez
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Poda de olivo (aclarado)
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Poda de olivo (corrección de ramas)
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Poda de un lentisco
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Poda en dos veces de los árboles de hoja caduca Poda de otoño de un granado
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Poda de otoño de un Acer palmatum
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Poda de invierno de un Acer palmatum 80 Detalles interesantes para complementar la poda Cómo cerrar las heridas de poda
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Corrección de las zonas de seguridad 92 Herramientas para podar
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Cómo afilar las herramientas de poda 96 Cómo ajustar bien las herramientas de poda Después de la poda
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43 años podando 110
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LAS SIETE LEYES DE LA PODA 1. Si dejamos crecer libremente un tronco o rama, engordará rápidamente, pero no ramificará. Cuando dejamos crecer libremente una sola rama esta crece y engorda muy rápidamente. De momento el tronco engordará mucho, pero al podar su fuerza se frenará drásticamente. Es como un coche que circula en 5ª marcha, va muy aprisa, pero no puede maniobrar con agilidad: si lo frenamos bruscamente, deberemos cambiar las marchas, para poder recuperar suavemente la velocidad.
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2. Si recortamos repetidamente un tronco o rama, ramificará rápidamente pero engordará muy poco. Cuando recortamos repetidamente un tronco engordará muy lentamente. Como un coche en 1ª marcha: puede maniobrar muy fácilmente pero le cuesta coger velocidad.
Cuando el tronco tiene el grosor suficiente, empezar a ramificarlo es muy conveniente, pero hacerlo antes de que haya engordado lo suficiente es contraproducente.
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3. Cuando dejamos crecer libremente un
tronco o una rama, el árbol formará una fuerte raíz larga para alimentarlo. El crecimiento rápido de un tronco o rama se traduce en el crecimiento de una raíz fuerte. Este sistema consigue crecimientos muy rápidos, pero puede colapsarse rápidamente con una poda drástica. Si podamos drásticamente la raíz se colapsará: la única manera de evitarlo es trasplantar y podar al mismo tiempo: Cortaremos el tronco y la raíz a la vez. Pero al trasplantar y podar frenaremos la fuerza del árbol y perderemos parte de lo que hemos ganado: a veces lo más rápido no es lo mejor para llegar antes. “Vísteme despacio que tengo prisa”. El crecimiento de un brote fuerte se traduce necesariamente en el crecimiento de una raíz fuerte.
El árbol crece a a gran velocidad, y las raíces también.
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4. Un árbol ramificado formará
raíces ramificadas. Del mismo modo una rama ramificada formará también raíces ramificadas. Las raíces son un espejo de las ramas. Cuando vemos una árbol que crece ramificado, podemos estar seguros de que sus raíces también lo están. Podríamos resumir estas dos leyes con las palabras “Lo que hay arriba es lo que hay abajo”. Pero si pensamos bien, podemos sacar un buen partido de esta característica de los árboles. Por ejemplo dejando crecer una rama controladamente, manteniendo espesas las otras, como veremos en la poda mixta. El crecimiento de muchas ramas se traduce necesariamente en el crecimiento de muchas raíces ramificadas.
Después de podar, las raíces largas frenan su crecimiento.
El árbol crece más lentamente, y las raíces también.
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CICLO DE LA PODA PARA FORMAR INVIERNO
PRIMAVERA
PODA SIMPLE
Cortamos la rama del año anterior, para continuarla dejando crecer un solo brote.
Pag. 24
* ACLARADO DE BROTES Después de podar eliminaremos los brotes mal dirigidos. Esta técnica es esencial para eliminar los brotes mal situados y dejar crecer los que nos interesan para formar la rama o tronco.
PODA MIXTA
Cortamos la rama del año anterior, para continuarla dejando crecer dos o más brotes: un brote crece libre para engordar el conjunto y, recortamos otro brote para formar al mismo tiempo una ramificación.
Pag. 32
* Desarrollaremos las técnicas señaladas con un asterisco en la segunda parte de este libro 12
UN TRONCO O UNA RAMA PRIMAVERA
VERANO
* (PODA SIMPLE) DEJAR CRECER UN SOLO BROTE. Hacemos esto para formar la estructura de un tronco o de una rama.
* (PODA MIXTA) DEJAR CRECER UN BROTE... Dejamos crecer un brote para formar un tronco o una rama, pero...
* ...Y FRENAR LOS OTROS (PODA MIXTA). Recortaremos uno o más brotes laterales, para formar al mismo tiempo la base de la futura ramificación.
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Poda simple (dejando una sola rama) Este tipo de poda consiste en dejar crecer una sola punta, que iremos reemplazando en cada poda. Es la manera más rápida para obtener troncos o ramas gruesos, pero quizás no la mejor. Sólo podemos aplicarla en especies que broten bien después de la poda.
Dejaremos crecer este brote.
Eliminaremos los demás.
1. Plantón que estamos dejando crecer para formar el tronco de un bonsái.
2. Cuando el plantón tenga el grueso adecuado, al final de invierno lo cortaremos.
3. Después de cortar. Guardaremos el brote mejor situado y eliminaremos todos los demás. Trasplantaremos en una maceta más grande.
Dejaremos crecer este brote.
4. Dejaremos crecer libremente el brote para que engrose el tronco. 14
5. Si el tronco ha engordado lo suficiente, al final del siguiente invierno, volveremos a cortar.
6. Repetiremos la selección de brotes, dejando crecer solo uno. Plantaremos en una maceta más grande.
7. Dejaremos crecer de nuevo el brote bien situado, para que engorde el tronco.
VENTAJAS DE LA PODA SIMPLE: • Los brotes que dejamos crecer engordan muy rápidamente.
Cuando el tronco tenga el grosor y forma adecuados, lo cortaremos y dejaremos crecer los brotes laterales para formar las ramas. La pega de la poda simple, es que a veces no salen brotes por donde queremos.
8. Si el tronco ha engordado bien, lo cortaremos al final del siguiente invierno. Repetiremos este proceso hasta conseguir el tronco del grosor y la forma adecuados.
PEGAS DE LA PODA SIMPLE: • Los cortes son muy violentos , cada vez que cortamos violentamente muchas raíces se secan, lo que frena el desarrollo del árbol, y perdemos parte de lo que hemos conseguido. • Dejamos bastantes heridas que han de cicatrizar. • No podemos podar así los árboles a los que les cuesta brotar del tronco, como las coníferas.
9. Si el tronco tiene el grosor y la medida que queremos, podemos plantar el árbol en una maceta de bonsái para formar las ramas, aunque normalmente lo que haremos será plantarlo en una maceta grande o caja de rejilla, que usamos para que el árbol crezca mas, hasta tener formadas las ramas. 15
Diferencias entre la poda simple y la Ejemplo de “poda simple”.
Cortamos el tronco que ha crecido durante varios años drásticamente. No dejamos ninguna rama, y esperamos la nueva brotación. Si queremos que el tronco continúe engordando, después de que brote, dejaremos crecer el brote mejor situado y eliminaremos todos los demás. Esta la manera más rápida de conseguir que un tronco engorde rápidamente, pero después deberemos empezar las ramas
Esta zona que hemos dejado larga para asegurar la brotación, recibe el nombre de “zona de seguridad”
Después de que el árbol haya brotado, eliminaremos la parte sobrante del tronco: si lo hacemos ahora, se vería más bonito en la foto, pero si se seca una parte del tronco cercana al corte, puede que el brote que queremos dejar crecer no salga por donde queremos.
“de cero”. Podemos podar de esta manera los árboles de especies que rebrotan bien, como por ejemplo los árboles de hoja caduca, o los de hoja perenne como olivos, ficus, etc. En este caso hemos podado de manera drástica un cotoneaster. El problema es que cuanto más endurezca el tronco más difícil será que, después de la poda, el árbol brote por las partes donde queremos formar las nuevas ramas.
Dejaremos crecer solo un brote que salga aproximadamente por esta parte del tronco
Eliminaremos lo antes posible todos los demás brotes que salgan : concentraremos toda la fuerza del árbol en el crecimiento del brote escogido (flecha verde).
La zona de seguridad será mayor cuanto más drástica sea la poda.
En la poda directa dejaremos crecer una sola rama y eliminaremos las demás. 16
poda mixta Ejemplo de “poda mixta”.
Cortamos el tronco que ha crecido durante toda la anterior temporada, pero dejamos algunas ramas cortas. Durante la temporada de crecimiento dejaremos crecer una rama bien situada, para engrosar el tronco, pero mantendremos cortas (recortándolas) las ramas inferiores. De esta manera cuando decidamos que el tronco ya tiene el grosor suficiente, nos aseguraremos la brotación por los lugares
en los que queremos formar las nuevas ramas. Es como si mantuviéramos algunas ramas bajas “en conserva” a la espera de que decidamos hacerlas crecer. El brote superior engordará un poco menos, pero ganaremos precisión. Es una manera de formar los árboles que tiene muchas ventajas y que es imprescindible seguir en los árboles que brotan mal del tronco como pinos o sabinas.
Dejaremos crecer este brote.
Recortaremos las ramas inferiores por la línea de puntos, para mantenerlas “congeladas”.
En la poda mixta dejaremos crecer una rama, pero mantendremos cortas las demás. 17
Esquema de la poda mixta (Dejando varias ramas)
1. Plantón que estamos dejando crecer para formar el tronco de un bonsái.
2. Cuando el plantón tenga el grueso adecuado, al final de invierno lo cortaremos.
Dejaremos crecer libremente el brote mejor situado.
3. Después de cortar. Guardaremos el brote mejor situado pero guardaremos también otro brote con el que pre-formaremos una rama. Como siempre aprovecharemos para plantar en una maceta un poco más grande.
Si este brote coge demasiada fuerza lo frenaremos recortando un poco su punta.
4. Dejaremos crecer libremente el brote principal para que engorde el tronco. Frenaremos el brote secundario para dirigir la fuerza al brote principal. 18
5. Si el tronco ha engordado lo suficiente, al final del siguiente invierno, volveremos a cortar.
6. Repetiremos la selección de brotes: frenaremos la rama “en conserva” de la derecha y dejaremos crecer los brotes bien situados. A partir de ahora podemos seguir por dos caminos.
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7 (1). Primer camino: Mantendremos la rama “en conserva” y dejaremos crecer un solo ápice. Así engordaremos la rama rápidamente y aseguraremos la futura brotación por la rama “en conserva”. Podríamos definir este estilo como “poda mixta simple”. Este tipo de poda se suele usar para formar coníferas de pequeño tamaño, con troncos de grosor considerable.
7 (2). Dejaremos crecer libremente el brote principal, frenaremos la rama “en conserva”, pero crearemos una segunda rama en conserva más arriba del tronco. Podríamos definir este estilo de poda como “poda mixta compleja”. Si seguimos trabajando de esta manera, iremos formando un tronco grueso con numerosas “ramas en conserva”. Esta manera de podar se utiliza para formar coníferas de tamaño mediano o grande.
La poda mixta consiste en mantener “en conserva” algunas ramas en la parte baja del tronco, pinzándolas repetidamente, mientras dejamos crecer libremente un brote para engordar el conjunto. Conforme avanza el trabajo, podemos eliminar alguna de estas ramas “congeladas” si nos llega a parecer innecesaria. ¿Para que sirve la poda mixta?. La poda mixta sirve para formar rápidamente troncos y ramas de coníferas, como pinos o sabinas, que no brotan si cortamos drásticamente el tronco. Pero también puede aplicarse en todas las demás especies, especialmente las que presentan problemas de entrenudos largos.
La ventaja de la poda mixta es que aseguramos la brotación en los lugares del tronco por donde queremos que salgan las ramas, que mantendremos cortas con el pinzado. Así, cuando el tronco tenga el grosor adecuado, podremos cortarlo y formar rápidamente las ramas. Es una manera de podar que muchos de ustedes habrán aplicado de una manera intuitiva. Estos ejemplos de formación de un tronco, sirven exactamente para la formación de una rama: imagínense simplemente que los brotes en vez de salir de la maceta salen directamente del tronco. 19
CICLO DE LA PODA PARA MEJORAR OTOÑO
Árboles de hoja caduca
PODA DE OTOÑO DE RAMAS FINAS.
Esta poda sirve para acercar las yemas a las partes de las ramas por donde queremos que broten en primavera.
Pág. 64
INVIERNO
Árboles de hoja caduca
• ACLARADO DE LAS RAMAS. • PODA DE INVIERNO PARA CORREGIR LAS RAMAS GRUESAS.
Estas podas sirven para aclarar las ramas demasiado espesas, permitiendo así rejuvenecer las ramas en primavera, corregir las ramas demasiado largas, o mal situadas.
Pág. 84
Árboles de hoja perenne
• ACLARADO DE LAS RAMAS. • PODA DE INVIERNO PARA CORREGIR LAS RAMAS GRUESAS.
Estas podas sirven para aclarar las ramas demasiado espesas, permitiendo así rejuvenecer las ramas en primavera, corregir las ramas demasiado largas, o mal situadas.
Pág. 50
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Y RENOVAR LAS RAMAS PRIMAVERA
VERANO
Todos los árboles * ACLARADO DE BROTES. Después de podar eliminaremos los brotes mal dirigidos. Esta técnica es muy importante para dirigir bien las ramas, si no lo hacemos los árboles se desordenarán y será imposible formar unas ramas finas bonitas.
Todos los árboles * DEJAR CRECER UN BROTE. Hacemos esto para engrosar una parte de la rama que queremos que crezca más que las otras. Cuando el brote alcance la medida deseada lo recortaremos.
Todos los árboles * RECORTE DE BROTES TIERNOS
(PINZADO).
Para densificar las ramas, recortaremos las puntas de los brotes tiernos rápidamente.
Después de defoliar salen numerosos brotes: hemos de aclarar de nuevo.
* Desarrollaremos las técnicas señaladas con un asterisco en la segunda parte de este libro
Todos los árboles * DEFOLIACIÓN. Defoliamos algunas especies de entrenudos largos, para conseguir una brotación más densa. También podemos defoliar para densificar más rápidamente cualquier árbol que brote bien después de cortar las hojas. 21
Poda en una sola vez Ejemplo nº 2: Poda de un lentisco
Lentisco (Pistacia lentiscus) en septiembre del 2014. Es un lentisco hembra, podemos verlo por sus pequeños frutos de color rojo. 22
Marzo del 2015. Después de la primera fase del aclarado. Las ramas de este árbol se han formado durante 9 años. 23
Poda para formar y mantener las ramas finas: Poda en dos veces
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Podaremos en dos veces los árboles de hoja caduca: La primera vez en otoño, la segunda vez al final del invierno
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Poda en dos veces de los árboles de Ventajas de la poda de otoño:
El mejor momento para podar en otoño es justo antes de que acaben de caer las hojas.
En los árboles de hoja caduca la poda de las ramas finas no se efectúa en una sola vez: Podaremos una primera vez en otoño, acortando las ramas finas, y una segunda vez, al final del invierno, para eliminar las ramas gruesas innecesarias y acabar de aclarar bien las ramas del árbol. El mejor momento para podar por primera vez es en otoño, justo antes de que caigan las hojas.
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1. Conseguiremos que los árboles formen las yemas en las zonas de las ramas donde queremos que broten en primavera. En efecto, los árboles empezarán en otoño a formar las yemas que se abrirán en la siguiente primavera. Si no acortamos las ramas ahora, las yemas más fuertes se formarán en las puntas de las ramas: Cuando llegue la primavera, al cortar las ramas largas, para conseguir que los árboles sean más compactos, desperdiciaremos todo el esfuerzo realizado por el árbol durante el invierno, acumulando pacientemente sus reservas en las puntas de las ramas que cortaremos. Podemos imaginar que a los árboles no les hace ninguna gracia que tiremos a la basura todo su esfuerzo. Al acortar las ramas en otoño, conseguiremos que las yemas se formen lentamente en las zonas adecuadas, con lo que la brotación en primavera será mucho mejor. 2. Reforzaremos las ramas débiles. Cortando las ramas demasiado fuertes equilibraremos fácilmente la fuerza de los árboles
Primera parte de la poda. Otoño. Cortaremos las puntas demasiado largas de las ramas finas No nos entretendremos en aclarar bien las ramas: ya lo haremos al final del invierno.
hoja caduca 3. Podremos podar con precisión al final de invierno, al ver las yemas. Cuando ajustemos las ramas en primavera, sabremos exactamente por donde podemos cortar, ya que veremos las yemas que habrán crecido durante el invierno en las zonas adecuadas.. Si no podamos en otoño, las yemas cerca de la base de las ramas no se desarrollan y podaremos “a ciegas”.
Problemas de la poda de otoño: 1. Como en otoño e invierno los árboles no crecerán, no podemos realizar cortes grandes, ya que las heridas no se cerrarían. Por eso acabaremos la poda al final del invierno, cuando falte poco para que los árboles crezcan. Para que las cicatrices grandes cierren bien, el árbol debe empezar a crecer poco después de podarlo. 2. No podemos podar en otoño los árboles que no pierden las hojas, ya que los dejaríamos todo el invierno con pocas hojas, y solo conseguiríamos debilitarlos. Por esta razón tampoco podemos podar en dos veces las coníferas.
Ramas de Acer palmatum en febrero, después de podarlas en noviembre. Vemos que hay numerosas yemas bien situadas: ahora podremos aclararlas con facilidad, ya que vemos bien por donde saldrán los nuevos brotes.
3. La poda de otoño NO es una poda de corrección de ramas. Esta poda solo sirve para que los árboles formen yemas cerca de las zonas por donde queremos que crezcan los futuros brotes. Muchas veces al podar en otoño, nos embalamos y corregimos las ramas más de lo necesario. Parece una tontería pero debemos aprender a no hacerlo, aunque no es fácil. No perdamos la concentración y no nos desviemos de nuestro objetivo.
Segunda parte de la poda. Final de invierno. Cortaremos las ramas innecesarias y aclararemos bien las ramas finas. Si hemos podado en otoño las yemas nos indicarán por donde podemos cortar.
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Cómo cerrar las heridas de poda Al podar realizamos inevitablemente muchos cortes en los árboles. Los árboles se defienden naturalmente formando unos tejidos de crecimiento rápido, parecidos a las cicatrices, con los que sellan la madera desnuda, impidiendo que se empiece a pudrir. La circulación de savia del árbol se concentra en la piel y en las papas exteriores de la madera: la savia desciende por la piel. La madera central es casi inactiva, y por eso es fácilmente atacable por hongos e insectos. Esta madera cumple una función muy importante, sostiene toda la estructura del árbol. Por eso si se pudre
grandes partes del tronco pueden llegar a desaparecer, como vemos en muchos viejos árboles. Con el tiempo esto puede llegar a ocasionar la muerte del árbol. Por eso, para mantener la salud de los árboles, es importante realizar cortes limpios, ya que así el árbol cicatriza más fácilmente. Mejor aún si protegemos los cortes con una pasta selladora. Pero ¡Atención, las cicatrices solo crecen encima de la madera! Si usamos una pasta selladora que al secarse endurezca demasiado, dificultaremos el crecimiento de las cicatrices.
Vemos un corte limpio: como las cicatrices tienen más grosor que la piel de los árboles, ahuecaremos los cortes para que al final la cicatriz no deje un feo bulto. Para que un árbol pueda cerrar bien un corte es imprescindible también que todo el perímetro del corte este vivo.
Casi inmediatamente después de podar, protegeremos los cortes. En este caso usamos una selladora plástica que aplicamos con un pincel. Esta pasta selladora es muy efectiva, normalmente la diluimos con agua, para que forme una película más fina. 28
Vemos como al crecer las cicatrices expulsan la fina película de pasta selladora plástica. La distinguimos en la foto por su color oscuro.
Este corte cierra sin pasta selladora. Vemos como la madera desprotegida ha empezado a enmohecer.
La condición necesaria para que un árbol pueda cerrar una herida es que crezca vigorosamente. Los bonsáis viven en macetas pequeñas, y crecen menos que los árboles libres. Por eso a menudo dejaremos crecer libremente un brote al lado de la herida para que esta cierre más rápidamente.
Si no fuera por los restos de pasta selladora que vemos en la foto, casi no podríamos descubrir que en esta parte se realizó un gran corte que el árbol ha cerrado perfectamente. Eliminaremos fácilmente estos restos cepillándolos. 29
Cómo afilar las herramientas de poda
Afilador de diamante de 60 micrones. Estos afiladores son rápidos y eficaces y se pueden llevar muy bien en el bolsillo. Hay también afiladores de dos caras: una cara (30 micrones) sirve para desbastar filos dañados y la otra (60 micrones) sirve para afilar. Podemos usar también una piedra de afilar.
Con el afilador repasaremos el filo, siguiendo el ángulo de corte de la hoja. Trabajaremos siempre por el lado exterior de cada hoja: si afilamos por el lado interior separaremos los filos de las dos hojas y estropearemos fatalmente el corte de las tijeras.
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Después de afilar, colocaremos el afilador plano, encima del lado interior de la hoja, y eliminaremos la rebaba. Recuerden ¡No afilaremos nunca por este lado!
Para afilar unas tijeras podadoras tradicionales, trabajaremos de manera idéntica a la de las tijeras finas: Afilaremos el borde siguiendo el ángulo de la hoja. Con estos afiladores unas 10 pasadas suelen ser suficientes para dejar un filo perfecto.
Vista en detalle del borde de la hoja: podemos comprobar el afilado impecable. Para trabajar bien, es necesario realizar cortes limpios, trabajando con herramientas muy bien afiladas.
Después de afilar, eliminaremos la rebaba de l lado interior, trabajando con el afilador plano encima de la hoja. ¡No afilaremos nunca por este lado!
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Antes de afilar las tijeras podadoras kuikiri hemos de mirar como ajustan las hojas: una hoja va por encima de la otra. En este caso, la hoja que cierra encima de la otra es la superior.
Afilaremos suavemente por el lado interior la hoja que ajusta por encima de la otra. Utilizaremos una lima fina de acero, de alma redonda: es difícil llegar a los huecos de estas tijeras con un afilador plano.
Afilaremos por el lado exterior la hoja que ajusta por dentro. En realidad es raro tener que afilar unas buenas podadoras kuikiri: la fricción de las láminas casi las afila solas. 32
Cómo ajustar bien las herramientas de poda
Abrir
Para liberar unas tijeras “atascadas” golpearemos el gozne encima de un hueco entre dos superficies duras.
Cerrar
Para ajustar las tijeras golpearemos el gozne encima de una superficie dura.
La tijeras se “abren” al cabo del tiempo, por causa del trabajo que desgasta el gozne y las hojas. Es muy simple volverlas a ajustar, golpeando el gozne con un martillo de esta manera. Pero si golpeamos demasiado fuerte, a veces las tijeras quedan “atascadas”.
No hay manera de desatascar las tijeras abriéndolas y cerrándolas exageradamente, ni llenándolas de aceite. La manera de “desatascar “unas tijeras bloqueadas es golpeando el gozne sobre un hueco. Así, golpeando poco a poco, para no abrirlas demasiado, conseguiremos desbloquearlas fácilmente. 33
Punica granatum 42 cm. 21 años, formado desde esqueje. Josep M. Miquel. Abril 2015. Brotación de un granado después de la segunda poda de final de invierno. 34
En las puntas de las ramas fuertes se agrupan numerosos brotes. Habrá que seleccionarlos para que la rama continúe su formación. La poda forma parte de un proceso que no se acaba cuando cortamos las ramas. Veremos esta parte del trabajo y las siguientes en la segunda parte de este número especial.
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Shimizu Akira, 43 años podando
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El Sr. Shimizu Akira podando sus árboles. Vamos a revisar este artículo a la luz de la lectura de las páginas de este libro.
Estos Styrax empezaron por unos esquejes realizados por el Sr. Shimizu Akira en 1972, en el año que nació su hija. El patrón del que se sacaron estas espigas salió de un árbol que cultivaba un aficionado, cerca de su casa. Este árbol se obtuvo por el acodo de una rama de un viejo árbol que crecía en las inmediaciones. Este árbol tenía unas ramas muy densas, y hojas relativamente pequeñas. El Sr. Shimizu visitó numerosas veces a su vecino, pidiéndole que le vendiera el árbol, hasta que lo consiguió. Cuando realizó los primeros esquejes, se dijo que algún día estos árboles se presentarían a la exposición Kokufu bonsai ten. Con este objetivo, planificó detalladamente un trabajo de 30 años, dividiéndolo en fases de 10 años. Durante los primeros 10 años, se dedicó a construir el tronco. Los segundos 10 años los dedicó a formar la estructura básica de las ramas. Los últimos 10 años los dividió en dos partes de 5 años: la primera parte, acabar la estructura de las ramas, y los últimos 5 aumentar la densidad de las ramas, consiguiendo que sean finas y naturales.
muy distintos. Los Styrax son árboles pequeños, pero relativamente altos. Suelen agruparse en bosques y, quizás por eso, sus formas son naturalmente muy diversas. El Sr. Shimizu no hizo nada más que intentar explicar con sus árboles las características de esta especie. La base de las ramas de los Styrax engorda rápidamente, a veces formando bultos. Pero cuando el tronco se engorda, estos bultos desaparecen, y se convierten en formas interesantes. El nebari también es irregular, como en los Styrax que encontramos en la naturaleza.
En ese momento decidió que nunca vendería o regalaría un árbol de estos hasta que el trabajo estuviera terminado. Pero como siempre hay excepciones: vendió alguno, muy pocos, de los árboles por insistencia de algún cliente. Es posible formar árboles de muchas formas distintas. En junio de hace 33 años, empezó los esquejes de ramas jóvenes. Al siguiente año, después de confirmar el crecimiento, empezó a dar forma a lo que luego serían los troncos. Cuando trabajamos con una sola especie, muchos autores hacen árboles de formas muy parecidas. Para evitarlo, desde este momento, el Sr. Shimizu, dio formas muy variadas a sus plantones. Los tres árboles que les presentamos son 37
2. Trabajo de un árbol formado al 65%
Styrax japonica antes de podar las ramas finas. 46 cm. Como ya vimos en las páginas anteriores, este árbol se hizo acodando la parte superior del anterior. Después del acodo, lo trasplantó directamente en maceta. Ahora hace 5 años de este trabajo. La forma general del árbol ya está definida y las ramas tienen un buen movimiento. Ahora hay que densificar la ramificación, para completar la formación del árbol.
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Las ramas que se cruzan, no dejan pasar el sol a las demás. Por eso corta las ramas que molestan. De esta manera la luz y el aire llegan bien a las ramas interiores.
En las partes en las que salen demasiadas ramas, el eje de la rama principal tiende a abultarse. Esto se puede solucionar fácilmente cortando alguna rama gruesa de las que hay en exceso. En esta fase de trabajo hay que cuidar tanto la conicidad de las ramas como la del tronco.
Formar las ramas pequeñas. El árbol de la primera foto está acodado, utilizando la parte superior para formar un multitronco, como ya hemos visto. Como no hace falta engordar los tron-
cos, lo ha plantado directamente en una maceta para empezar la formación de las ramas. El objetivo de este trabajo es formar ramas elegantes y finas, corrigiendo el
Styrax japonica después de podar. 45 cm. El árbol se inclina un poco hacia detrás, por eso en el siguiente trasplante, lo inclinará un poco hacia adelante.
del tronco. Hay que corregir también, las ramas cruzadas y las mal dirigidas, mejorando al mismo tiempo la conicidad. Después de podar el árbol quedará un poco “triste”, pero este trabajo es absolutamente necesario para poder continuar bien la formación de las ramas.
Ramas después de podar. Todavía hay pocas ramas finas: las puntas de las ramas después de cortar se nota que son gruesas: faltan aún las ramas finas. No hay más remedio que continuar trabajando unos cuantos años más.
Esta vez les explicamos solo la poda, pero para formar las ramas pequeñas es casi más importante la selección de brotes y la defoliación. En esta especie, podemos defoliar aproximadamente en junio. En ese momento no defolia los brotes interiores débiles, pero si que lo hace en los brotes exteriores fuertes.
exceso de fuerza que tienen siempre las ramas del ápice. Las ramas bajas y las interiores tienen menos fuerza. Es importante también, conseguir que el movimiento de las ramas armonice con el 39
3. Trabajo de un árbol formado al 70%
Styrax japonica. 78 cm. 30 años, formado desde esqueje.
Proceso de corrección de las puntas de las ramas para aumentar su movimiento.
Elimina las puntas secas, resultantes de antiguos trabajos de poda.
Arreglar el perfil del árbol. El Sr. Shimizu ha trabajado este árbol durante 30 años, desde el esqueje. Las ramas se abren de forma muy bonita, y ya está casi a tocar el final de la formación. El trabajo sigue, aumentando la densidad de las ramas finas, pero también teniendo en cuenta el perfil del árbol. 40
Esta punta se dejó crecer desde la última poda, para mantener el vigor del árbol, pero ahora hay que reemplazarla. Poda dejando solo uno o dos brotes.
La perfección de un bonsái llega poco a poco, corrigiendo las ramas o raíces largas, y equilibrando la fuerza de todo el árbol. Aunque este árbol está formado en un 70%, aún salen ramas demasiado fuertes, pero esto lo corregiremos podando de la manera que se explica en este artículo.
Styrax japonica. Después de podar. 66 cm. Si quiere cortar más, podará por aquí.
Saldrán brotes por aquí.
En los árboles formados, la punta de las ramas ha de ser fina y delicada. Por eso hay que reemplazar las puntas bastas por nuevos brotes finos.
Ramas después de podar. Ya vemos muchas ramas pequeñas, pero la densidad de las ramas aún no es igual en todas las partes del árbol.
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Conclusiones sobre la poda Los árboles cambian y se mantienen con el trabajo constante. Incluso los mejores árboles, que llegan a las más prestigiosas exposiciones, no pueden mantener su forma indefinidamente. El tronco y las ramas engordan, las ramas finas se debilitan... Por lo tanto, una vez cada 5 o a lo máximo 10 años hay que reformarlos para que su belleza renazca, y solo hay una manera de hacerlo: una poda valiente. Si cortamos las ramas finas, hasta las ramas de hace 5 años, necesitaremos al menos 5 años, para que el árbol recupere su belleza. Si podamos fuerte, hasta las ramas formadas hace 10 años, necesitaremos también 10 años para reformarlo. Para que podamos legar a las siguientes generaciones los excepcionales árboles de hoja caduca de hoy en día, es absolutamente necesario rehacerlos periódicamente. Esta es una ley que no es exclusiva de esta especie, sino de todos los bonsáis. Por eso es necesario rehacer constantemente las ramas pequeñas con una poda ajustada a las necesidades del árbol: si podamos demasiado nunca acabaremos de formar los árboles. Si podamos demasiado poco, los árboles se debilitarán. Hay que conseguir siempre que los árboles rebroten desde la parte interior de las ramas. Si dejamos crecer demasiado las puntas de las ramas, sin corregirlas, las ramas interiores secarán muy fácilmente. Por eso es necesario mantener y avanzar la ramificación con las tijeras, trabajando durante muchos años.
En los árboles de hoja caduca no hay otro sistema que trabajar de verdad, aquí no valen alambres. Una de las maneras de conseguir que las ramas finas se desarrollen rápidamente es defoliando. Pero después hay que podar y seleccionar los nuevos brotes, sino este trabajo no sirve para nada. Hay que trabajar siempre pensando en el vigor del árbol, y en como evolucionará dentro de las siguientes temporadas: no podemos podar pensando en el resultado inmediato, sino en el futuro del árbol. Naturalmente, durante la temporada de crecimiento, hay que pinzar los brotes demasiado largos, para equilibrar la fuerza de las ramas, evitando así que se sequen las ramas débiles. Por eso, no podemos descuidar el riego durante los meses calurosos del verano, de junio a septiembre. Los árboles de hoja caduca son muy fuertes y tienen mucha vitalidad, pero necesitan de agua durante todo el verano, si descuidamos el riego, se secan muy rápidamente. Por eso, el principal trabajo durante el verano es el riego. Los buenos bonsáis de hoja caduca, se forman con la ayuda de las manos de los hombres: los cuidados y técnicas adecuadas hacen que cada año aumente más su encanto, y renacen con las podas fuertes que hay que hacer periódicamente. Cada vez que se repite este ciclo, el aspecto del árbol mejora, y sus formas llegan a estar mucho más allá de lo que ningún autor es capaz de imaginar.
Shimizu Akira 42
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