BOCK, Susan (1991) - Los Hunos - Tradición e Historia

May 3, 2017 | Author: Tchkpal | Category: N/A
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Los Hunos: tradición e historia, Antig. crist. (Murcia) IX, 1991

De todos los numerosos casos de mutaciones de imperios que la historia del mundo ha permitido observar, el que más ha llamado la atención de profanos y eruditos es el tema de cómo fue posible que el Imperio y la cultura de Roma se vinieran abajo'. No hay historiador que se haya ocupado de historia romana a quien no se le haya planteado la cuestión ni que en algún momento de su quehacer científico no haya pensado en enfrentarse con el tema. Y es claro que al prologar un libro como el que tienes entre manos el tema es inevitable. 1 La bibliografía es inmensa. Puede consultarse la obra de Alexander Demant, Der Fa11 Roms. Die Auflosung des romischen Reiches im Urteil der Nachwelt, Verlag C.H. Beck, München 1984, pp. 629-668. De toda esa bibliografía hay algunos títulos que, por lo generales, conviene recordar expresamente como es el caso de W. Rehm, Der Untergang Roms im abendlandischen Denken. Ein Beitrag zur Geschichte der Geschichtsschreibung und zum Dekadenzproblem, Darmstadt 1966 (es reproducción fotomecánica de la edición de Leipzig 1930, en la colección Das Erbe der Alten, Heft XVIII), o de la obra colectiva editada por G.W. Bowersock, J. Clive y S.R. Graubard, Edward Gibbon and the Decline and Fa11 of the Roman Empire, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts y Londres 1977, con algunas contribuciones de historia de la investigación. Y aunque no es exactamente lo mismo está profundamente emparentado por el tema el libro de Salvatore d' Elia, Il Basso Impero nella cultura moderna da1 Quattrocento ad oggi, Napoles 1967. Por lo demás las obras más conocidas sobre el tema que podemos recordar aquí podrían ser: G. Ferrero, Der Untergang der Zivilisation des Altertums, Stuttgart 1922; A.E.R. Boak, Manpower Shortage and the Fa11 of the Roman Empire in the West, Ann Arbor, University of Michigan Press, 1955; 11 passaggio dell' ~ntichitd'al Medioevo in Occidente, Setti. de Spoletto, 1962; E.E. Kaegi, Byzantium and the Decline of Kome, 1968; J. Vogt, Der Niedergang Roms, Zünch 1965; K. Christ, Der Untergang des romisches Reiches, Darmstadt 1970; A. Momigliano, «La caduta senza rumore di un impero nel 476 D.C.)), Annali della Scuola Normali Superiore di Pisa, Serie 111, vol. 111, fasc. 2, 1973, 397-418 (reproducido en Sesto contributo alla storia degli studi classici e del mondo antico, Roma 1980, 159179); P. Brown, Religione e societd nell' etd di Sant' Agostino, Torino 1975; G. Gunderson, ~EconomicChange and the Demise of the Roman Empire)), Explorations in Economic History 13, 1976,43-68; A. Momigliano, «Gibbon from an Italian Point of Wiew», Daedalus 105, 1976, 125-135; E. Patlagean, «Dans le miroir, h travers le miroir: un sikcle de déclin du monde antique)), Entretiens de la Fondation Hardt XXVI, Vandoeuvres-Geneve 1980, 209140; J. Arce, M. Fernández-Galiano, J.J. Sayas, J.M. Blázquez y L. A. García Moreno, La caída del Imperio Romano de occidente en el año 476, Madrid, Cuadernos de la Fundación Pastor 24.

Como no pretendemos hacer un tratamiento sistemático de la cuestión, queremos tomar como punto de referencia la obra que acabamos de citar de A. Demant, Der Fa11 Roms. Die Auflosung des romischen Reiches im Urteil der Nachwelt, Munich 19842y vamos a asomarnos a la marcha de la investigación a lo largo de los diez últimos años, con algunos comentarios al respecto. A. Demandt confiesa en el prólogo: «La mayor dificultad en la redacción de este libro estribó en que no existía una historia de un problema ni en ésta ni en ninguna otra cuestión histórica. ¿Era importante tal hecho? Yo sólo puedo decir que carecía de modelo que imitar o mejorar. Ofrezco mi obra para que los venideros la puedan superar. ¡Ojalá el presente libro constituya una ayuda de metodología histórica para futuros intentos de elucidación tanto de ésta como de otras cuestiones!». Estas afirmaciones del autor se pueden matizar, pero son indicativas de su intención de servir de punto de referencia en la historiografía del problema. Tras exponer las etapas de la historiografía, el intento de sistematización de las diferentes posiciones de los historiadores frente al hecho histórico del final del Imperio Romano de Occidente, que plantea A. Demant, le ha llevado a la distinción de seis categorías o clases en las que se pueden ordenar las diferentes teorías lanzadas a la publicidad3: 1. La culpa fue del Cristianismo. Lanzada la teoría por conocidos autores que arrancan de la apologética pagana y que se potencian con Voltaire y Gibbon, hoy es una teoría sin peso y sin defensores, al menos en estricta puridad4. 2. La historiografía de corte marxista, que ha merecido bien de la ciencia de la Antigüedad Clásica en muchos ámbitos, no ha sido la única en buscar explicaciones socioeconómicas pero El libro fue mal recibido por algunos críticos como P.R. Ghosh, JRS 75, 1985, 256 s. y A. Heuss, «Zum 2 Untergang einer Epoche, Merkur. Deutsche Zeitschriftfür europaisches Denken 39,1985,65 SS.,meramente referenciado por otros como Antike Welt XV, 2, 1984, p. 62, y puntualizado por otros, como Adam en Byzanrion LIV, 1984,713716, Diesner, en Deutsche Literaturzeitung CV, 1894, 1004-1006 y el mismo de nuevo en Gnomon LVII, 1985,42-47; G. Alfoldy, «Der Fa11 der Falle: Der Fall Roms. Eine Auseinandersetzung mit Alexander Demant*, publicada en edición resumida en Spektrum der Wissenschaft, Junio 1985, pp. 141 y en texto íntegro en Die Krise des Romischen Reiches, Stuttgart 1989, 464-490 Véase también K. Christ, Hist. Zeitschrift 240, 1985, 641-647; Frank en American Historical Review XC, 1985, 115; Wankeme en Les Etudes Classiques LIII, 1985, 305; Gottfned, en Classical Journal LXXXI, 1986, 261-262; L. Schumacher, Gymnasium 93, 1986, 365 SS.; Thiel, en German Studies, Sect 1: Philosophy and History XIX, 1986, 147-148; Weiler, en Grazer Beitrage. Zeitschrift für die Klassische Altertumswissenschaft, XIIXIII, 1985-1986,390-398;G. Wirth, Bonner Jahrb. CLXXXVI 1985186 789-795; D'Elia en Orpheus VIII, 19887, 172174, E. Demougeot, en Revue des Etudes Anciennes 90, 1988, 423-435; Kolb en Archiv für Kulturgeschichte LXXI, 1989,503-505; Pero para nuestro planteamiento de hoy es un buen hito. Ha sido la última vez que alguien ha pretendido hacer un análisis en profunidad con amplísima documentacion y seria valoración y por eso lo tomamos como punto de referencia, precisamente también en razón de las críticas que ha suscitado. El mismo A. Demandt volvió sobre el tema en ~NeuereLIteratur zum Dekadenzproblem», Historische Zeitschrift CCXLI, 1985, 105-118. La clasificación de Demandt ha sido revisada y criticada por G. Alfoldy, «Der Fall der Falle: Der Fall Roms. 3 Eine Auseinandersetzung mit Alexander Demantn, trabajo publicado resumido en Spektrum der Wissenschaft, junio 1985, 141 SS. y extensamente en el libro Die Krise des Romischen Reiches. Geschichte, Geschichtsschreibung und Geschichtsbetrachtung, Stuttgart 1989,464-490. 4 G. Alfoldy concede que los cristianos sintieron a los invasores y enemigos de Roma como «hermanos» y cita el caso de Orosio, pero para el momento de las invasiones el cristianismo había ya experimentado una gran metamorfosis y a Orosio se puede oponer desde Prudencio a Sinesio de Cirene, así como toda la teología política de San Agustín que canoniza al Imperio e invita a su defensa y es claro que en Constantinopla el cristianismono no fue óbice para el patriotismo y la defensa política y militar del Imperio. («Der Fa11 der Falle...», p. 478). Más recientemente Diesner ha vuelto sobre el problema (Véase: H.-J. Diesner, «Der Untergang Roms im Zwielicbt: Das Westreicb zwischen zentrifugalen und zentripetalen Kraftenn, JbAC XXXII, 1989, 7-22).

sí ha sido el grupo más importante en el análisis de la evolución social y administrativa del Imperio. Su dogmatismo ha tendido a eliminar el factor fuerza en el problema que aquí nos ocupa. Para la dogmática del materialismo histórico que necesita explicar por causas económico-sociales mecanicistas cuanto ocurre sobre la faz de la tierra, ha sido tabú cualquier enfoque que tuviera que ver con la voluntad de poder de unos hombres frente a otros o de unos pueblos frente a otros. Sus tesis, empero, no han ahogado la luz de la evidencia y no han podido impedir que el problema del fin del Imperio resurja siempre de sus cenizas y arroje a los ojos del espectador la imagen siempre real y operativa de unos pueblos que entraron por la fuerza dentro de las fronteras de la oikumene clásica cambiando el estado de las cosas. 3. Un tercer grupo de autores han formulado explicaciones fundadas en las ciencias naturales, desde climáticas, hasta demográficas y raciales. Aquí entran desde historiadores de la geomorfología hasta nombres como O. Seeck, T. Frank, algunos de los pensadores del nacionalsocialismo; e historiadores tan serios como A. E. R. Boak, con su famoso libro Manpower Shortage and the Fall of the Roman Empire in the West, 1955. 4. En una cuarta categoría encierra Demant las explicaciones basadas en problemas de política interior. En esta categoría se incluirían pensadores liberales, que ponen el acento de las causas de la ruina de Roma en su evolución tardoantigua hacia el tipo de estado despótico o totalitario, en su aumento canceroso de la burocracia, en el desinterés de las clases altas por el Estado. Está claro que todos estos factores influyeron en el debilitamiento y caída final de Roma. Por ello es difícil citar aquí nombres concretos, ya que muchos de los que se pueden aducir también aparecerían en otros apartados. 5. Un quinto grupo de pensadores ponen el centro de su reflexión en la decadencia cíclica de Estados y Culturas, acentuando el pesimismo frente a cualquier visión optimista de la historia del mundo. Aquí habría que recordar a Spengler y Toynbee. 6. Finalmente entrarían en el último grupo los que explican el fin del Imperio Romano en occidente por el impacto que sobre el mismo tuvieron los germanos, de cualquier modo que ello se entienda, ya sea al modo romántico del impacto de las invasiones, ya sea según la formulación de J. Straub, la ruina se debió a causas internas que obraron con ocasión de la coyuntura de la presión de los germanos. En esta categoría Demandt cita nombres como Piganiol, W. Ensslin, F. Altheim, K.-F. Stroheker, H.-1. Marrou, F. Vittinghoff, A. H. M. Jones, M.I. Finley, F. G. Maier y K. Christ y el mismo A. Demandt. G. Alfoldy confiesa que por influjo de Demandt en su Historia Social Romana, publicada por primera vez en 1975 en Wiesbaden, al redactar la tercera edición, Wiesbaden 1984, acentuó con más fuerza que en las dos ediciones precedentes, el papel de las presiones bárbaras en la historia del Imperio Romano Tardío. Comencemos advirtiendo que este hito que hacemos del libro de Demandt es completamente artificial. Los mismos historiadores que escribían antes de 1984 han seguido escribiendo después y si la clasificación que acabamos de enumerar no es apta para integrar de manera satisfactoria las antiguas exposiciones, ello vale igualmente para los años sucesivos. Y es que, en efecto, desde que primero A. Riegl en 18895iniciara el reconocimiento de este período histórico con características específicas y luego en 1948 H.-1. Marrou escribiera su 5 A. Riegl, Die agyptische Textilienfunde im k. k. osterreichischen Museum Wien, Viena 1889,y especialmente su obra más conocida en Spatromische Kunstirrdustrie, l9Ol/l927/1973 (ed. española El arte industrial tardorromano, Libros Visor, Madrid 1992)y en ésta polemizó contra dos direcciones, contra el clasicismo estético (que minusvaloraba el arte tardoantiguo como barbarizante) y contra la doctrina del arte y de la historia materialistas (que sólo se ocupa de finalidades, material y técnica).

Retractatio haciendo espacio a la Antigüedad Tardía como período histórico con personalidad propia6, tema sobre el que volvió en años posteriores7,la investigación ha hecho cambiar muy profundamente la imagen de estos siglos y de sus componentes, entre los cuales, sin duda, el más relevante es la desaparición del Imperio Romano como poder absoluto y único. Ya Demandt8 observó con agudeza, siguiendo a Nietzsche, que establecer lo esencial de un fenómeno histórico es un intento de explicar de qué se trata en el fenómeno estudiado y que en los temas históricos se resuelve en una relación objeto-sujeto. Elegir una sobre otras para Nietzsche era fruto de la voluntad de poder y esto en un doble sentido: tanto en la confrontación con el objeto como en la confrontación con las interpretaciones concurrentes. La esencia, el sentido, la significación de un objeto surge de su relación con el sujeto que lo intenta contemplar y explicar. En el caso de la caída de Roma nos movemos entre una interpretación minimalista (la interrupción de la serie de emperadores en la parte occidental del Imperio) y una maximalista (el quiebro de una historia del mundo dividida en dos etapas una antigua-pagana y otra cristiana y moderna). La interpretación minimal es evidente para todo el que quiera entrar en este tema con seriedad; pero antes de llegar al máximo indicado hay muchas posibles precisiones a hacer. Es cierto que hay un momento en el que el mundo se hace cristiano y que la cultura cristianizada configura la etapa histórica en la que aún estamos viviendo; pero es igualmente cierto que esta cultura cristianizada contiene multitud de elementos antiguos, los cuales han hecho que los investigadores se pregunten realmente si Roma cayó o si vivimos aún en la cultura romana9. La discusión del problema de la caída de Roma en los tiempos actuales se multiplica y fecunda convirtiéndose en la contemplación de una bola mágica con mil caras, todas las cuales miran al mismo centro, pero cada una desde un ángulo diferente.

OBRAS GENERALES Se siguen reimprimiendo obras de hace algunos años más o menos revisadas como P.e. A. H. M. Jones, The Decline of the Ancient World, que es el primero de los once volúmenes que componen una Historia General de Europa, publicado en 1966 y del que la edición de Harlow 1992 es la undécina impresión; o M. Grant, The Fa11 of the Roman Empire, Londres 1976 y de la que se ha publicado una segunda edición revisada en 1990. Entre los estudios recientes podríamos distinguir las siguientes perspectivas: A. Kazhdan y G. Constable, People and power in Byzantium. An Introduction to modern byzantine Studies, Dumbarton Oaks Center for Byzantine Studies, Trustees for Harvard University, Washington, District of Columbia 1982. - Spatantike und Frühes Christentum, Catálogo de la exposición (Frankfurt a. M. 19831984), Frankfurt 1983. D. Stutzinger (coordinador), Spatantike und früher Christentum. Ausstellung im Liebieghaus

6 H.-1. Marrou, Retractatio, Paris 1948. 7 H.-1. Marrou, Décadence romaine ou antiquité tardive? IIl-IV siecles, Points Histoire H. 29, Paris 1977; recogido en Christiana Tempora. Mélanges d'Histoire, d' Archéologie, d' Epigraphie et de Patristique, Ecole Francaise de Rorne 1978, pp. 1-85 (Hay edición española). 8 Opus laudatum, p. 172. 9 H. Aubin (Ed.), Kulturbruch oder Kulturcontinuitat im Uebergang von der Antike zum Mittelalter, Darmstadt 1968.

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D) CRISTIANISMO El cristianismo participó en la modificación profunda de la estructura y concepción del mundo de todos los estratos sociales. Era una religio simplex et absoluta, según Amiano Marcelino (XXXI, 16, 18); más comprensible debido a ser monoteísta y tener un dogma sólido, además de la promesa de una resurrección después de la muerte. «Los grandes problemas de la fe no eran asunto exclusivo del clero o de las gentes cultas, sino una cuestión vital para todo el mundo.» (Maier, en siglo XXI, p. 46). Se discutían estos problemas como hoy los partidos de fútbol o la vuelta ciclista. Gregorio de Nisa comenta en el 382, en Constantinopla, «La ciudad está llena de gentes, que dicen cosas ininteligibles e incomprensibles por las calles, mercados, plazas y cruces de caminos. Cuando voy a la tienda y pregunto cuánto tengo que pagar, me responden con un discurso filosófico sobre el Hijo engendrado o no engendrado del Padre. Cuando pregunto en una panaderia por el precio del pan, me responde el panadero que, sin lugar a dudas, el Padre es más grande que el 114 LIBANKJS, orations, 20. 3; 19. 27; 19. 31. 115 BROWNING, R., op. cit., p. 13; LIBANIO, Orations, 20.3; Probablementese temía que ocurriría lo mismo que a Teofilo, el consularis Syriae en el año 353, cuando la gente de antioquía calcibus incessens etpugnis conculcans seminecem laiatu miserando discerpsit: AMIANO MARCELINO, 14. 7, 6. Ver también: LIBANIO, Orations, 1. 102, y JULIANO, Misop., 370.c. 116 BROWNING, R., op. cit., p. 15, n"9; KRUSE, H., ~Studienzur Offiziellen Geltung des Kaiserbildes im Romischen Reiche*, 19.3. 117 C. Th., 15.4. 1: 5 de mayo de 425. 118 In Isaiam, 13, MPG, 30 589 A-B. 119 C. Th., 9. 44. 1: el 6 de julio del año 386.

Hijo. Cuando pregunto en las termas si puedo tomar un baño, intenta demostrarme el bañero que, con toda certeza, el Hijo ha surgido de la nadadz0. Los dirigentes eclesiásticos procedían en gran parte de las grandes familias nobles, tuvieron una formación e influencias claramente aristocráticas y estaban extraordinariamente capacitados. Su decisión de entrar en el clero en muchos casos no obedecía a motivos religiosos, sino que venía determinada por el estrato social al que pertenecían. Quizá por eso, el papel de la Iglesia en el comportamiento y la transformación social tendía a reforzar la consolidación de las autoridades existentes, reconociendo la idea de servicio y las relaciones de subordinación. A pesar de eso, hubo otros con un profundo pensamiento y motivación religiosa. «Para ellos, la procedencia divina de su cargo se extendía a todos los aspectos de la existencia». Ellos lucharon contra la vida ostentosa que llevaban muchas de las figuras episcopales, contra la usura; llevaron a cabo actividades de caridad, e intervinieron en favor de los esclavos. Ambrosio de Milán, principal figura occidental en la lucha contra el arrianismo, defendió la independencia de la Iglesia frente al emperador: el Emperador está en la Iglesia, no sobre la Iglesia. En este período surge también el monacato, que niega la ecclesia triumphans, y busca una vuelta al cristianismo primitivo. Son cristianos que se retiran de la vida y tentaciones mundanas, viviendo en cuevas y en el desierto como ermitaños. Comienza lentamente el monacato «cenobita»: monjes que forman comunidades con reglas de vida ascética con el fin de la contemplación común en oración y caridad. En el siglo IV, el monacato penetra en el Occidente.

1. La Iglesia El poder absoluto del emperador se fundaba no sólo en el apoyo militar e institucional, sino también en su identificación con lo divino: Diocleciano como hijo de Júpiter y Maximiano como hijo de Hércules. La conversión de Constantino tendrá grandes repercusiones no sólo en la Iglesia cristiana sino en todos los aspectos del mundo romano. Él nunca elevó el cristianismo a religión del Estado, ni persiguió a los paganos. El Edicto de Milán, del 313 d.C., es una reafirmación del edicto de tolerancia de todas las religiones, promulgado por Galerio. Se confirmó la igualdad del cristianismo con el resto de las religiones. Las Navidades fueron fijadas durante el reinado de Constantino en el aniversario del nacimiento del dios Sol. La conducta religiosa de Constantino es algo ambigua desde nuestro punto de vista; es muy posible que su conversión se basara, al menos en parte, en razones políticas. Constantino nunca renunció al cargo de pontijex maximus, pero también es verdad que su gobierno era favorable a los cristianos. Después de él la legitimación y autoridad moral del emperador, como administrador terreno del poder divino o representante de Cristo, emanaba del Dios cristiano. Este papel de emperador por la gracia de Dios se manifestaba en el vestir, en la representación del emperador con el nimbo, y en el desarrollo de un riguroso y pomposo ceremonial, de clara influencia oriental. Tras su reconocimiento, la Iglesia comenzó a crecer y enriquecerse. Entre la conversión de Constantino, en el 312, y la muerte de San Agustín, en el 430, el cristianismo que era una pequeña secta se convierte en un poder dentro del imperio comparable al del emperador y al del ejército. Este es el período de la ecclesia triumphans, representada artísticamente con el Cristo triunfante con la cruz como signo de victoria. 120 GREGORIO DE NISA, Oratio de Deitate Filii et Spiritus Sancti, Patrologia Graeca, (Migne), 47, p. 557.

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Pero este cambio religioso no se limitó a lo superficial y ceremonial. La Iglesia, perfectamente estructurada desde el principio e independiente, pronto pierde parte de su libertad. Convencidos de su derecho divino, los emperadores intervinieron, y a veces por encima de los obispos, en la política eclesiástica. Este hecho tendrá un doble perfil: hay unión bajo un solo emperador y una religión, pero también se producirá una división del Imperio durante las crisis dogmáticas, cuando los emperadores del occidente y del oriente sigan, a veces, criterios enfrentados. La Iglesia oriental tendía a ceder ante la autoridad del emperador, pero no ocurría lo mismo en Occidente, donde Hilario de Poitiers llegó a llamar a Constancio el «Anticristo» (Con. Const. Imp., 8). 2. Arrianismo Durante más de cien años el arrianismo influyó enormemente en la escisión entre ambas mitades del imperio. En el concilio de Nicea (325), el homoousios fue proclamado dogma oficial de la Iglesia imperial y el arrianismo condenado como herético. Pero el arrianismo se mostró tan poderoso que parte de los decretos anti-arrianos tuvieron que ser retirados. Los sínodos de Sirmium (357), y Rímini (359), durante el reinado de Constancio en el Oriente, declararon el arrianismo como religión del Estado. Pero los nicenos, afincados principalmente en el Occidente vieron su causa favorecida temporalmente por dos factores: una crisis teológica que dividió al arrianismo y la política religiosa de Juliano. En el 364, reinaban de nuevo dos emperadores con criterios religiosos distintos: Valentiniano 1 era ortodoxo y Valente proarriano. Con su apoyo, y hasta su muerte, en el 378, los arrianos lograron ocupar la mayor parte de las sedes episcopales de Oriente. Teodosio 1, en el 380, por un edicto, elevó la profesión de la fe nicena a única religión del imperio. Pero la Iglesia obligó al emperador a llevar el asunto a un concilio en el 381 (11 Ecuménico de Constantinopla, que estableció el credo de Nicea como profesión de fe de la Iglesia imperial), mostrando de esta forma que los problemas religiosos ya no se podían resolver por edicto imperial y haciendo evidente una escisión entre los dos poderes. Después del concilio de Constantinopla, el arrianismo sólo tuvo importancia entre los germanos. (El godo Ulfila, consagrado obispo por el aniano Eusebio de Nicomedia en el 343, fue el pionero de la evangelización de los visigodos. A través de estos últimos, el cristianismo arriano pasó a los ostrogodos, vándalos, burgundios y hérulos. Estas tribus se mantuvieron fieles a su credo durante un tiempo relativamente largo: los burgundios, hasta el 516 y los visigodos hasta el 589lZ1. El extenso poder de los obispos, elegidos por los sínodos, se basaba en su autoridad docente y espiritual, como sucesores de los apóstoles. Ejercían la potestad jurídica sobre el clero y sobre las propiedades eclesiásticas y tenían el derecho de juzgar casos inapelables en los procesos entre laicos. A pesar de que algunos fueron criticados por sus ostentosos modos de vida se ocuparon en aliviar las necesidades espirituales y materiales de los pobres. Los clérigos vieron sus filas aumentadas debido a los grandes privilegios de que disfrutaban. Estaban exentos de cargas comunales y de prestar el servicio militar. De tanta transcendencia como la conversión de Constantino es la inauguración de Constantinopla, el 11 de mayo de 330. Su fundación vino motivada por varias razones: ésta será la 121 MAIER, F., dmperium Romanum Christianumx, Siglo X X I , p. 105.

capital del Imperio, una «nueva Roma» cristiana, frente a la antigua Roma pagana; en el campo político-económico, se verificó el hecho del desplazamiento del peso político hacia el Oriente determinado por su superioridad económica. La Roma antigua, la aeterna urbs, había perdido mucho tiempo antes su función de centro gubernamental. Además la localización de la nueva capital en Bizancio, en el Bósforo, tenía una gran importancia estratégica. Se hallaba en la encrucijada entre el Oriente y el Occidente, entre los frentes germano y persa. Su localización geográfica también dominaba las vías comerciales entre el mar Negro y el Egeo, y entre el Danubio y el Eúfrates, y le permitía mantener un floreciente comercio e intercambio cultural con todos los centros más importantes del Mediterráneo incluyendo Egipto, África septentrional, Siria, y, naturalmente, ItalialZ2.

En este siglo, paralela a la aplicación de las nuevas reformas, se muestra una evidente recuperación en la situación económica. Una de las medidas fundamentales es la estabilización del sistema monetario. En el siglo 111, se produce una seria devaluación del sistema bimetálico y los precios llegaron a aumentar en un 300%. Diocleciano, en un primer paso, consiguió frenar esta tendencia regulando la base monetaria de forma que un aúreo equivalía a 20 denarios de plata (argenti). Constantino terminará la reforma basando todo el sistema monetario en el solidus, (aproximadamente 4.5 gramos de oro). 24 denarios de plata equivalían a un solidus. Pero la recuperación económica también se basó en las reformas tributarias llevadas a cabo en este período. La annona, un impuesto cobrado en especie a los propietarios, se convirtió en un impuesto mixto (capitatio-iugatio) que se fijó según el tamaño y producción de la finca, y del número de esclavos y colonos123.Para hacer el censo de los bienes, «los campos eran medidos palmo a palmo; se calculaban las superficies cultivadas de viñedos y frutales; se anotaba el número de animales de todo género y se contaba a los hombres uno a uno»124.Este censo, a partir del 3 12 se hizo cada 15 años. La carga fiscal tuvo que ser soportada por las dos clases sociales pero eran, sin duda, los ricos quienes pagaban la mayor parte de los tributos. Su pago no parece haber sido excesivamente gravoso para ellos; sin embargo, para los pobres era nefasto, porque ahora tenían que pagar con solidi y no en especie como antes. Cuando necesitaban dinero tenían que acudir a los prestamistas, lo cual era muy arriesgado (y normalmente tenía resultados fatídicos), o entrar al servicio del rico. Crisóstomo dice, «El rey, al ordenar que los tributos sean menores, es más útil a los ricos que a los pobres; en cambio cuando hace lo contrario daña el interés de los que poseen pocas riquezas. A los ricos, en efecto, poco puede dañarles la dureza de las contribuciones; éstas, en cambio, caen como un torrente sobre las casas de los pobres, llenando las aldeas de gemidos (...)». Este autor nunca habla de un rico que haya sufrido por culpa de los impuest o ~ ~ ~ ~ . Los recaudadores de los impuestos eran temidos y odiados por los humiliores, más que ningún otro cargo público. Crisóstomo, no niega la necesidad e importancia los impuestos, y 122 DAGRON, G., Naissance &une Capitule, París, 1974. 123 MAIER, G., op. cit., 9, p. 75; RÉMONDON, A., La Crise de 1'Empire Romain, París, 1954, pp. 287-292. 124 LACTANCIO, De Mortibus Persecutorum, 48. 2; MAIER, F., op. cit., 9 , p. 35. BLANCO, A,, 125 CRISOSTOMO, Comparato Regis et Monachi, PG de Migne, 47, p. 390; GONZEconomía y sociedad enel bajo Imperio, p. 217.

dice que no deben ser eludidos, pero arremete contra los publicanos, a veces los compara desfavorablemente con los ladrones. Y, en otro lugar dice: «Aunque nada hay peor que un publicano, pues éste es el último límite de la maldad, cosa que el mismo Cristo indica al aducir como ejemplo de los peores males a los publicanos y a las meretrices. Es, en efecto, una violencia que se desarrolla con confianza y libertad,una rapiña sin que nadie la reprima, una desvergonzada especie de avaricia, un negocio totalmente alejado de la razón, un comercio insolente (...)»126.

Esta presión fiscal empujó a los pobres, que ya tenían cerrada la posibilidad de mejorar su estatus o de enriquecerse, al endeudamiento y, en consecuencia, pierden su independencia. Tuvieron que buscar la protección de los potentes, los grandes terratenientes, que buscaban mano de obra para sus latifundios. Por eso, muchos fugados de las ciudades y campesinos arrendatarios se hicieron colonos127.«A nivel fiscal el único responsable de su dominio es el propietario; los colonos que allí trabajan son dispensados del impuesto personal y ligados al suelo hereditariamente 'por el nombre y calificación de colono', es decir, son inscritos en el capítulo del dominio y es el propietario el que está encargado de la percepción del impuesto por cuenta del fisco (...) Como dice Valente en el 370, los senadores han llegado a convertirse en los defensores naturales del 'inocente y apacible campesinado'»128. La estabilización de la moneda, y sus consecuencias deflacionistas, tendrá importantes repercusiones no sólo en la economía sino en la estructura social. La clase media desaparece y se produce una división muy marcada entre los dos estratos de la población restantes, los honestiores y los humiliores: los que tienen oro y los que no sólo no lo tienen, sino que no tienen medios para obtenerlo. De esta manera, se forma una sociedad cerrada en la cual la situación social del individuo será inmutable.

1. Agricultura Lo más característico de la época será la desaparición gradual del pequeño campesinado y la implantación del latifundismo en todas las regiones rurales del Imperio. Este lento desplazamiento de la base económica desde las ciudades hacia los grandes latifundios comenzó en el siglo 111. Su formación no tiene una explicación lógica dentro del marco económico del momento, considerando los grandes riesgos en estas zonas casi imposibles de defender de los ataques de los numerosos enemigos. Aunque es difícil explicar las razones de esta tendencia, probablemente se debiera a varias causas. Entre ellas: el menor atractivo de vivir en las ciudades por la dura carga fiscal; el empequeñecimiento de las ciudades y la reducción de su potencial económico debido a las frecuentes interrupciones de las comunicaciones y a la pérdida de poder. La aristocracia senatorial, los propietarios de estas grandes fincas, pasaron a vivir en ellas con mucho lujo y refinamiento. Y se producirá una verdadera urbanización del campo. Ciertas 126 CRISOSTOMO, In Dimissionem Chanaeae, PG, 52, p. 450; Non esse ad Gratiam Concionandum, PG, 51, p. 365; cfr. GONZÁLEZ BLANCO, A,, op. cit., p. 218. 127 GOFFART, W., Barbarians and Romans, 1980, pp. 98 y 99. 128 DAGRON, G., op. cit., p. 180.

actividades de la industria y artesanía, propias de las ciudades, pasaron a formar parte de las explotaciones rústicas: alfarería, tejeduría, fragua, comercio, etc. Pronto produjeron no sólo para su propio uso sino para toda la región. Se crea una nueva sociedad piramidal en cada finca y en su cima se halla el gran terrateniente. A finales del siglo IV y durante el siglo V, se hace evidente una recuperación económica en el Occidente, particularmente en la Galia. Las invasiones, los desórdenes de las usurpaciones, los movimientos revolucionarios, como el de los bagaudas creaban un estado de inseguridad que favoreció la transformación de las antiguas villas en lugares fortificados.

2. Comercio A pesar de la diferencia de recursos y de población entre las dos partes del Imperio, los puntos de unificación (la lengua latina, el Derecho romano, la Administración y las excelentes vías de comunicación), permitían un intenso y floreciente comercio interior y exterior. Por su mayor concentración de habitantes, los mayores centros industriales y artesanales se situaron en las provincias orientales. Estas ciudades llevaban a cabo una gran actividad comercial y fueron, durante mucho tiempo, la principal fuente de ingresos, a través de los impuestos, de las arcas imperiales. Pero la dura carga fiscal que tuvierón que soportar desde finales del siglo 111, ejerció efectos depresivos sobre su economía. Se verá una disminución de las pequeñas ciudades. Los artesanos, que al principio se agruparon libremente, se verán muy afectados por las nuevas leyes de agremiación obligatoria, decretadas por Diocleciano en 297, y por la ley de vinculación hereditaria de los oficios. A pesar de ello, las grandes ciudades industriales y comerciales siguieron floreciendo, particularmente en Egipto y Siria. Hay un comercio con Rusia, China, Turquestán, por todo el Mediterráneo, por la Galia, y África. Constantinopla fue una especie de plataforma del comercio internaci~nal'~~. Las provincias occidentales eran más bien consumidores y proveedores de las materias e peso primas. Por ejemplo Salviano dice que desde la Galia «nos llegan muchas quejas s ~ b r el de los tributos y los abusos fiscales», así como la condición de las masas. Es indudable una decadencia económica, aunque admitiendo que existían zonas más o menos amplias donde la agricultura era aún floreciente, aunque no tanto como antaño'30. Las provincias alpinas y Danubianas tenían una finalidad predominante de defensa militar más que un valor económico. Su desarrollo económico no fue uniforme: -Raetia era la menos romanizada, y estuvo siempre expuesta a la presión bárbara. Pasó por ella la vía Clauda Agusta por el valle de Adigio. Tenía pocos recursos naturales, pocos centros urbanos, ninguna instalación de colonos-soldados. La capital era Augusta Vindelicorum (Augsburgo) y Castra Regina (Ratisbona) era la fortaleza militar de la provincia. Sus productos principales eran la cerámica y la lana. -Noricum (alta Austria, Carintia y Estiria). Rica en bosques, hierro, sal y pastos, pero con pocas tierras cultivables. -Pannonia tierra de vastas llanuras y pequeñas alturas, campos fértiles y abundante agua 129 MAER, F., op. cit., 9, p. 80. 130 SALVIANO, De Gubernatione Dei, V , 5. 21; MARTINO, F., Historia económica de la Roma antigua, Ed. AKAL, Madrid, 1985, p. 563.

(Danubio: Drava y Sava). Tuvo gran importancia para los romanos por razones defensivas. Mantenía un importante comercio con el Oriente, con las provincias occidentales y con los países bárbaros. Era un país extremadamente rico que exportaba trigo, hierro, ganado y esclavos. En el año 374 los godos fueron asentados como foederati y cuatro años más tarde grupos de godos/hunos entran en Pannonia. En el año 401 se produce un nuevo asentamiento de federados godos, alanos y hunos. Roma intenta reorganizar su poder en estas tierras pero entre el 410-420 se produce una expansión gradual de los hunos. Hacia el año 424-Pannonia Prima es cedida a los hunos. -Moesia fue también ocupada por los romanos por razones militares. Rica en yacimientos de minerales. Sus principales ciudades a lo largo del Danubio eran: Singidunum (Belgrado), Tricornum, Viminacium (Kostolac) y en el interior se hallaba Naissus (Nis). -Dacia era otra provincia riquísima, no sólo en agricultura (trigo) sino también en minas de plata, plomo, oro, cobre, y hierro, mármol y piedra para construcción. Además tenía un floreciente comercio de sal, miel, cera, madera, ganado, pieles y artesanía. Las fronteras en el norte y noreste no eran fronteras cerradas. Un sistema de puntos comerciales, situados a lo largo de la frontera y en los extremos de las vías romanas, suministraban al Imperio las materias primas, ámbar, esclavos, etc. A partir del siglo 11este comercio se verá interrumpido frecuentemente por los ataques de grupos de bandidos y por invasiones de bárbaros. Los puntos estratégicos son reforzados con guarniciones de tropas romanas y por la conversión de las ciudades en fortificaciones. Pero además de la instalación de guarniciones militares los romanos defendieron sus intereses por medio de severas restricciones sobre el comercio con los bárbaros, desde antes del siglo 1 a.c. Desde principios del siglo 111 se prohibió la exportación de ciertos productos, tales como armas, armaduras, caballos, animales de carga, dinero, hierro, granos y sal, considerados como de valor militar. También se limitó el paso de comerciantes del otro lado del limes. Éstos eran desarmados en la frontera y entraban en el imperio con escolta militar, y sus actividades se realizan sólo en ciertas fortalezas en los limes131. Tales medidas restrictivas sobre la entrada en las provincias romanas se tomaron varias veces con anterioridad. Se menciona tal medida en los relatos de las guerras de Marco Aurelio a finales del siglo 11, y Valente seguía esta práctica cuando, en el 369, después de su victoria sobre los visigodos, limitó el comercio a sólo dos ciudades situadas en el bajo Danubio. En el año 371 fue erigida una fortaleza, llamada Commercium, en el Danubio, donde tuvo lugar toda la actividad comercial entre los bárbaros y romanos de esta región. Estas restriciones, de lugares y artículos, sobre el comercio con el mundo bárbaro estaban basadas en razones estratégicas. En parte eran medidas que debilitaban u obstruían el desarrollo del enemigo. Además, se temía que los comerciantes bárbaros que tenían libre acceso al Imperio, pudieran volver a sus territorios no sólo con productos estratégicos, como armas y caballos, sino que éstos actuasen como espías para sus compatriotas, facilitándoles información sobre la localización y fuerza de las tropas. Entre los productos cuya exportación estaba prohibida se hallaban el hierro, los caballos y animales de carga, granos y sal, además de armas. En los años 370-375 se añadieron a la lista: vino, aceite y oro. A pesar de estas prohibiciones, San Arnbrosio escribió en el 386, «los romanos con agrado dan a los bárbaros vino para que éstos se emborrachen y así son más 131 TACITO, Hist., N,64-65; DION CASSIO, LXXI, 15.

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fácilmente derrotad os^'^^. No parece que viese mal esta conducta, ni moralmente ni porque fuera contra la ley. Además, defendió la usura como un modo de luchar contra el enemigo, basándose en la Biblia (Deuteronomio, 23, 19-20) que dice: «No exijas de tus hermanos interés alguno, ni por dinero, ni por víveres, ni por nada de lo que con usura suele prestarse. Puedes exigírselo al extranjero, pero no a tu hermano, para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas en la tierra en que vas a entrar para poseerla». Estas medidas restrictivas tuvieron efectos negativos para los mercaderes romanos y para numerososas ciudades situadas en los limes que basaban su economía en el comercio; muchas fueron abandonadas.

132 C. Th., IV. 63.2: non solum aurum barbaris minimepraebeatur, sed etiam si apud eos inventumfuerit, subtili auferatur ingenio; IV 41. 1; SAN AMBROSIO, De Hellia et Ieunio, LN.

111. EL MUNDO BÁRBARO

El propósito de este capítulo es presentar un breve resumen del mundo bárbaro septentrional para poder, con este trasfondo, enfocar mejor el papel de estos pueblos y su importancia en los acontecimientos durante los siglos IV-V. La palabra griega «bárbaro» tiene connotaciones hoy muy distintas a cuando fue adoptada por los romanos'33.Entonces tenía un significado general de «extranjero», y se aplicó a todos aquellos pueblos non-Romanus, que vivían al otro lado de sus extensas fronteras y con una lengua y costumbres distintas a las greco-romanas. Según W. Goffart, el término, en el contexto clásico, significaba «el otros, y su uso podía ser neutral o peyorativo. El tardo antiguo es el período en el cual se lleva a cabo una re-definición de lo que era «civilizado» y lo que no lo era; esta tendencia convirtió a los adoradores de los dioses antiguos en pagani o marginados en un Imperio cristiano. Hubo hostilidad hacia los bárbaros pero ningún obstáculo les impedía llegar a ser «respetables». Los bárbaros entraron en el ejército, y hasta hubo matrimonios entre francos, vándalos y godos, y la familia real de T e o d ~ s i o ' ~ ~ . Considerando la gran estima en que los romanos se tenían a sí mismos, no es extraño que su uso adquiriera un sentido despectivo hacia estos pueblos. Se observa una modificación del término con el paso del tiempo. Bárbaro significaría el hombre del desorden, el violento, el malo, el salvaje que no conoce las comodidades elementales. Ya no se usa solamente para designar a pueblos concretos; también los «civilizados romanos» pueden tener aspecto y cometer actos de barbari~mo'~~. Probablemente por este significado de la palabra, Ammiano Marceconsiderando a los persas como un pueblo más cercano por su nivel de civilizalino (siglo N),

133 ROSSI, L., Trajan's Column and the Dacian Wars, p. 20; THEODORETO DE CIRO, Thérapeutique des Maladies Helléniques, 5,55-75; SULPICIO SEVERO, Chron., 2. 3.6, CSEL, 1, p. 59; LECHNBER, K., «Byzanz und die barbaren», Saeculum, 6, 1955, p. 299; VICTOR VITENSIS, Historia persecutionis Vandalicae, 6, 1952, pp. 109121. 134 GOFFART, W., Rome's Fa11 and After, p. 129; MOHRMANN, C., Vigiliae Christianae, 6, 1952, pp. 109121. 135 DINDORFF, L., en JOHANNES MALALAS Chronographia, CSHB, 28, VII, Bonn, 1831: dice que debemos la «barbariedad» no tanto a los bárbaros como a los romanos.

ción al imperio romano, no se refiere a ellos como bárbaros sino por su nombre. En el siglo VII, el bárbaro será el germano pagano13'j. El problema de los bárbaros al norte de las fronteras imperiales es extremadamente complejo. Su expansión desde Escandinavia comienza en el siglo 11 y durará más de mil años. Atraviesan en diagonal la Europa central hacia los Cárpatos y el Mar Negro. Mientras, los godos alcanzan la Dacia, Tracia y Grecia en el siglo 111, otros pueblos germánicos procedentes de Jutlandia, de Escandinavia y de las riberas del Báltico se instalan en la Europa central, provocando la migración de los alamanes, los burgundios, los francos, los sajones y los vándalos hacia Occidente y el limes del Rhin. Son rechazados por el emperador Galo. Diocleciano (284305) concierta una alianza con Genobandes, el rey franco en el 287-288. En el 355 los alamanes invaden la Galia pero son derrotados por Juliano. Una nueva invasión de los alamanes es rechazada en el año 368. Estas invasiones en los territorios imperiales durante el siglo IV (para muchos historiadores el momento en que comienza el declive del poderío romano), son la causa principal de la caída del pars occidental. A finales del siglo XVIII, Gibbon escribe: «En el período azaroso de la ruina del imperio romano, que puede fundadamente fecharse desde el reinado de Valente (la derrota de Adrianópolis) asaltábanse la dicha y aún la existencia de cada individuo, y la industria y los trabajos de siglos fueron exterminados bajo las plantas de los bárbaros de Escitia y de Germania»'37.Piganiol es más tajante cuando dice que «La civilización romana no ha muerto de una muerte natural, sino que ha sido asesinada^'^^. A finales del siglo IV, los romanos tienen a los bárbaros asimilados dentro del Imperio. Es un nuevo Estado dentro del Estado porque a pesar de adoptar ciertos aspectos superficiales de la cultura romana, conservan su lengua, sus propios jefes y leyes, y sus costumbres. No son sometidos ni esclavos, sino defensores conjuntos (como foederati) del Estado donde viven. Pero, a pesar de ser considerado como uno de los aspectos más transcendentes de la época, es sorprendente lo poco que sabemos sobre estos pueblos procedentes del otro lado del limes, sus orígenes, sus costumbres, su sociedad y sus motivaciones. Las últimas investigaciones comienzan a esclarecer esta gran laguna. La impresión ofrecida en muchos manuales, de un Imperio Romano agotado por los continuos y encarnizados ataques de pueblos guerreros, hambrientos y con deseos de botín y de derribar al gran Imperio Romano, está comenzando a desaparecer. Este enfoque de la historia, además, nunca ha sido universal, ni siquiera en el momento de los acontecimientos, como veremos en los escritos de Salviano y de Crisóstomo.

A) NACIONALISMOS Según Musset (p. 168), es «peligroso» el uso de los nombres colectivos de estos pueblos godos, francos, vándalos, etc., porque en esta época ninguno de estos pueblos existe en un 136 BELTRÁN, F., «El concepto de barbarie en la Hispania visigoda», Antigüedad y Cristianismo, DI, Murcia, 1986, pp. 53-68: Este autor dice que «Bárbaro (...) en su versión política aplicábase a todos aquellos reinos o pueblos que no estuvieran sometidos a la égida de Roma»; DAUGE, Y.,Le Barbare. Recherches sur la conception Romaine de la barbarie et de la civilisation, Bruselas, 1981; BREZZI, P., «Romani e barbari nel giudizio degli scrittori Cristiani dei secoli IV-VI, SS, VD, Spoleto, 1962; COURCELLE, P., Historie Litteraire des grandes invasions Germaniques, París, 1964. 137 Tomo 111, cap. XXl, p. 274. 138 PIGANIOL, A., L'Empeire Chretien, Par's, 1947, p. 421.

estado simple: todos son amasijos de tribus y poblaciones, a veces de orígenes muy distintos. Por ejemplo los vándalos de África están compuestos de vándalos asdingos, vándalos silingos, alanos, suevos e hispano-romanos y los burgundios tienen elementos asiáticos, etc. Con esta idea en la mente haremos un pequeño resumen de los principales participantes en los acontecimientos de la época. Los nacionalismos surgen en principio en aquellas áreas donde se produce una disminución del poderío e influencia romana. Hubo una profunda romanización de la Galia y desaparecieron casi todos los monumentos y ciudades celtas prerromanas a principios del siglo 1. Pero a finales de este siglo y hasta mediados del siglo 111aparecen edificios y monumentos típicos que serán distintos de los mediterráneos. Y durante el siglo 11 resurgen una cerámica y arte decorativas celtas'39. Se conservó la lengua celta a pesar de la difusión del latín. En el siglo 11, el obispo de Lyon tuvo que recurrir al idioma celta y Septimio Severo (193-211) autorizó la redacción de los testamentos en esta lengua. La religión también sufrió grandes influencias. El druidismo se prohibió a los ciudadanos romanos por Augusto: y Tiberio y Claudio «pusieron ésta religión al margen de la ley». Pero, al igual que ocurriera con la lengua, su práctica continuó. Sus dioses se identifican con los de los romanos, pero J. J. Hatt dice que «en el siglo 111resurgieron los dioses celtas abandonando los disfraces grecorromanos que antes les habían impuesto»140.

El grupo de bárbaros tratado en este estudio estará limitado a las tribus asentadas en los territorios septentrionales que tomaron parte en las invasiones de finales del siglo IV y del siglo V los germanos y los no-germanos. Musset los divide en tres grupos: germanos, iraníes y turcos. Los roces entre ellos y el imperio comenzaron con la expansión romana y la dominación por éstos de grandes territorios ocupados hasta entonces por esas tribus indígenas, y se intensificaron con el establecimiento de las fronteras fortificadas. En el momento de los primeros contactos con los romanos, los territorios al norte del limes estaban poblados por numerosas tribus, asentadas en pequeñas aldeas dispersas y dedicadas a la agricultura y la ganadería principalmente. Son regiones regadas por numerosos ríos y donde, además, las nevadas invernales y las lluvias de primavera ofrecen suficiente humedad para la agricultura y tierras de pasto. Abundaban los bosques y la caza. No hubo necesidad de concentración de la población bajo un gobierno fuertemente centralizado porque no era esencial esa «cooperación intensa» vista en las civilizaciones asentadas en las orillas de un gran río y dependientes de él. Así, durante los siglos 111 a VI, la población (unas 9 personas por milla cuadrada, o sea, la cuarta parte de la población de hoy) permaneció más dispersa, asentada en pueblos pequeños y caseríos.

1. Los germanos Son todos los pobladores de Europa central, entre el Rhin y el Vístula. Estos numerosos pueblos, que nunca adoptaron un nombre genérico para sí mismos, habían emigrado poco a 139 MILLAR, F., «Las provincias Occidentales: Galia, Hispania y Britanian, Siglo XXI, vol. 8, p. 142. 140 HATT, J., «Essai sur l'évolution de la religion Gauloisen, Revue des Etudes Anciennes, 67, 19965, p. 80.

poco durante los últimos siglos desde la Escandinavia meridional llegando -hacia el primer milenio a.c.- a la Pomerania central, y en el 500 se hallan asentados en Europa central. Su avance es finalmente frenado en la Galia (entre el 58 y el 51 a.c.) y en las provincias de Recia y Noricum, en el 16 a.c., cuando topan con el limes romano. Se convertirán en vecinos muy incómodos para el imperio, ejerciendo una presión continua y atravesando con frecuencia estas fronteras. Conscientes de un cierto parecido cultural y unidad lingüística (indoeuropeo) entre estas gentes, los romanos las englobaron bajo el término germani. Este nombre genérico, cuyo origen es desconocido, se halla por primera vez -hacia el 90 a.c.- en la obra del historiador griego Posidonio, y poco después en los Comentarios de César. Desde el principio de nuestra era se ha intentado agruparlos: Plinio el Viejo (75 d.C.), en su Naturalis Historia, hizo una clasificación topográfica y Tácito intentó agruparlos según una genealogía mítica. Pero no es hasta el siglo XIX cuando se da una clasificación racional, según nuestra perspectiva, basada en la lingüística. En esta clasificación de Musset I4l se distinguen tres grupos: 1. dialectos nórdicos: escandinavo antiguo y lenguas modernas surgidas de él. 2. dialectos occidentales: francos, alamanes, bávaros, lombardos, anglos, sajones, frisones. De éstos procede el alemán, holandés e inglés modernos. 3. dialectos orientales: godos, burgundios, vándalos, rugios, bastarnos, etc.; todos desaparecidos. Este sistema de clasificación, aunque no es preciso y tiene un valor muy relativo sigue vigente hoy a la espera de un nuevo estudio más profundo. Es generalmente aceptado porque, a pesar de no ofrecer una base genealógica ni histórica de los distintos pueblos que tomaron parte en los acontecimientos de la época, permite situarlos geográficamente al oeste y al este del río Oder'42.

2. Los no-germanos Los no-germanos, que aparecen como una fuerza activa en los acontecimientos a finales del siglo IV, serán conocidos como escitas. Son los alanos y hunos procedentes de las estepas, que vivían del pastoreo, la ganadería (especialmente equina) y del comercio. Durante los siglos 111 y IV, a pesar de su economía sedentaria, se hacen evidentes grandes movimientos, o «pulsaciones migratorias~casi continuas de estas tribus. Estos movimientos pueden ser debidos a un crecimiento demográfico, o ser desplazamientos provocados por la llegada de nuevas gentes. Las antiguas tribus se reagrupan en un proceso no muy claro. Uno de los principales resultados de estos movimientos y nuevas afiliaciones y confederaciones será el nacimiento de los nacionalismos. Varias tribus identificadas en la antigüedad desaparecen, como los caucos en la costa del mar del Norte y los hermunderos, y en su lugar aparecen los sajones y los turingios respectivamente. Varias tribus se agrupan bajo el nombre de alamanes y las del Rhin inferior toman el nombre de francos. Los godos habían ocupado los territorios al norte y al este de la frontera danubiana, entre el río Don y el Danubio (Rumania y sur de Rusia) desde tiempos remotos, y su identificación con los escitas que ocuparon estas tierras antes puede significar que los romanos creían que eran el mismo pueblo con un nuevo nombre. 141 Las Invasiones: Las oleadas germánicas, p. 7 . 142 MUSSET, L., op. cit., p. 7.

Por ser un fenómeno mudo, aunque afectó a una gran extensión territorial, se tiende a subestimar su importancia en los hechos posteriores. No se puede decir con certeza hoy si estos cambios eran alianzas militares entre pueblos culturalmente afines o la dominación de una tribu por otra. A principios del siglo IV, «hay un resurgimiento indígena, es decir, el afloramiento de un estilo de vida, un arte, unas lenguas y unas instituciones anteriores a la conquista romana, momentáneamente desaparecidas a causa de ésta, pero que luego reaparecieron al amparo de las invasiones (...). La barbarie (...) pudo ser el resultado de un conservadurismo, de una continuidad profunda con su pasado prerromano (...) disimulado a causa de la superposición de elementos grecorromanos clásicos o cristianos»143.Los enfrentamientos más tardíos, entre Estilicón, Rufino, Gainas y Eutropio pueden ser el resultado de la contraposición de los Estados bárbaros, cada uno representando una «nación» luchando por la supremacía dentro del Imperio Romano. «La aparición de los primeros Estados en el norte de Europa no fue provocada por la concentración de personas en un hábitat circunscrito (...) sino para hacer frente a la amenaza militar de los imperios Mediterráneos y para explotar las posibilidades de saqueo y comercio que ofrecía la gran riqueza de Grecia y Roma»144. Debido en gran parte a estos desplazamientos y reagrupaciones, no se puede tratar a los germanos como unidad antropológica. Además, la muy extendida práctica de la cremación durante los primeros años de nuestra era, hace muy difícil realizar un estudio en profundidad. Los pocos esqueletos que existen muestran una relativa homogeneidad del tipo dolicocéfalo en Escandinavia, más acentuada en el sur de Germania y un incremento de éste en las zonas conquistadas. Algunos pueblos orientales, como los burgundios, muestran señales de mestizaje con elementos mong~loides'~~.

Aunque experimentan grandes desplazamientos migratorios, son fundamentalmente pueblos agrícolas sedentarios. Su economía -sin duda organizada colectivamente- se basa en el cultivo del trigo, cebada, avena, centeno, lino, mijo, legumbres y en la ganadería bovina. Cada sippe (estirpe o clan) decide su lugar de asentamiento. La arqueología confirma que estos pueblos permanecían en el mismo asentamiento durante décadas o siglos, y que sus métodos y economía eran muy similares a los de los campesinos romanos. También se supone que hubo un comercio de alguna importancia entre ellos y el Imperio, basado en el intercambio de productos. Se han hallado grandes cantidades de monedas romanas en Germania y en Escandinavia, pero las tribus nunca tuvieron una sistema monetario. El patrón era el ganado y barras de metales pre~iososl~~.

D) SOCIEDAD La cultura se hace más compleja y variada con las nuevas agrupaciones, y las lenguas se diversifican. A pesar de tener un idioma de raíz común (el indoeuropeo), no hay una intercomprensión general. La escritura surge entre los nórdicos (rúnico)y entre los godos. Ésta tendrá un 143 144 145 146

MUSSET, L., op. cit., p. 154. HARRIS, M., Caníbales y reyes, pp. 226-228. MUSSET, L., op. cit., pp. 6 y 7. TODD, M., The Northern Barbarians, pp. 116 y 117: MUSSET, L., op. cit., p. 12.

alfabeto basado en el griego y será propagada por Ulfila (311-383) con la traducción del Nuevo Testamento. Su antigua estructura social es poco conocida, aunque parece tener una estratificación aristocrática/guerrera desde alrededor del 500 a.c. Hubo un jefelrey guerrero, un sacerdocio (druidas) y campesinos. Las conquistas romanas consolidaron estos reinos feudales inconexos y móviles en provincia^'^^. Pero en el siglo IV, parece que se pueden diferenciar cuatro clases sociales: 1) la nobleza 2) La base de la sociedad, constituida por los hombres libres, los guerreros. 3) Debajo de ellos estaban los semi-libres, que tenían sus orígenes en los pueblos vencidos y en general culturalmente afines y 4) los esclavos. Son Estados adaptables. En tiempo de paz, el jefe sólo tiene la autoridad que le confiere su influencia social, el número de sus fieles, y un ambiguo prestigio religioso. El verdadero poder pertenece a las asambleas locales de hombres libres que se celebran periódicamente al aire libre. Pero en tiempo de guerra se convierte en un Estado militar y los jefes -hereditarios, o elegidos- gozan de un poder casi absoluto'48.Los guerreros prestan juramento y su fidelidad a su jefe es bien conocida. Las tribus de los germanos orientales son gobernadas por reyes que asumen la función sacra, bélica y judicial. Las tribus occidentales sin reyes, en tiempos de guerra eligen duques o caudillos.

En los siglos IV y V no existía ya una casta sacerdotal como tal, y la autoridad política y religiosa se reúne en una sola persona. No se sabe si existía una unidad religiosa, pero parece que si hubo un panteón común. En cuanto a la mitología, sólo se conoce la versión escandinava. Las grandes figuras divinas son Wdthanaz (Wotan o Odín)= dios de la magia y de la victoria, y más tarde de la guerra; Tiuz (Ziu, Tyr)= dios de las asambleas; Thunraz (Donnar, Thor) = dios del trueno; Niord (Freyr y Freyja) = dioses de la fecundidad y los fenómenos atmosféricos. El cristianismo (arrianismo) tendrá gran arraigo entre los bárbaros. El godo Ulfila (311-383), consagrado obispo por el arriano Eusebio de Nicomedia en el 343, fue el pionero de la evangelización de los visigodos. A través de éstos el arrianismo pasó a los ostrogodos, vándalos, burgundios y hérulos. Según Filostorgio, Ulfilas entró en territorio godo como obispo para los cristianos viviendo allí (Filostorgio, ii,5.). Teoderico 11 (454), rey visigodo y arriano, envió a Ajax entre los suevos en España.

F) LOS PUEBLOS GERMANOS 1. Los godos Según la tradición recogida por Casiodoro y por Jordanes en el siglo VI, los godos emigraron desde la isla de Escanda hacia el 1.400 a.c. y se asentaron primero en la costa meridional del mar Báltico. Otras fuentes anteriores (como Plinio en el 75 d.C.), hablan de los guthones, y Tácito, en el 98, menciona a los gothones, situados al noreste de Germania. Tolomeo los sitúa en la orilla derecha del bajo Vístula. Encabezados por su rey Fillimer, emigraron hacia el sureste 147 HARRIS, M., op. cit., pp. 226-228. 148 MUSSET, L., op. cit., pp. 10-14.

y la estepa póntica, y en el 230 ocupan un gran territorio entre el Vístula y el Don, con su centro en el valle del Dnieper bajo. A principios del siglo 111, se dividen en dos reinos: los ostrogodos (gretungi), asentados al este del río Dniester, en el Don inferior, hasta el año 375, y los visigodos (tervingi), que ocuparon los territorios al oeste del Dniester. No conocemos la raz6n de esta división (no hay noticias de conflictos entre los dos) pero puede deberse en parte a las distintas influencias que reciben las dos partes que dan lugar a las diferencias en su economía y política. La parte oriental enttaria en contacto con los pueblos de las estepas, pronto se convertirían en excelentes jinetes seminómadas, y adoptarían la cota de malla y el vestido iraní. Serán frecuentemente confundidos con los escitas. Mientras, los visigodos tendrán más afinidad con los germanos del oeste y con los romanos. Ocuparon la ribera septentrional del Danubio desde Pannonia hasta la desembocadura, cobrando tributos y proporcionando soldados para el ejército romano. En el 271, Aureliano les cedió la Dacia. 2. Los burgundios Hay grandes desacuerdos entre los historiadores sobre sus orígenes. Arniano dice que ellos «sabían que eran los descendientes de los romanos» y los sitúa en la segunda mitad del siglo IV, al este del Rhin y al norte de los alamanes, ayudando al ejercito romano contra este enemigo común (28. 5. 9-1 1). Otro contemporáneo, Orosio, dice que fueron instalados en campamentos por Augustus como guardias en el interior de Germania (Hist~riaadversus paganos, 7.32. 12). Pero según Musset (p. 12), emigraron desde Escandinavia y aparecen, como uno de los componentes de los vindili, en la costa meridional del Bdltico. Basa su hipótesis en el parecido de sus tradiciones, en su dialecto oriental (parecido al gótico), y en los numerosos topónimos en Escandinavia (anotados por primera vez en la Edad Media) con afinidades con el nombre burgundio. Goffart dice que es difícil saber si su dialecto era parecido al gótico porque es una lengua extinta. Y Courtois piensa que no tienen sentido tantas discusiones porque, después de todo, no hay manera de comprobar ninguna de estas hipbtesis, ni nos permite establecer la antigüedad de estos topónimo~l~~. Se pueden observar algunas señales poco dudosas de mestizaje con elementos mongoloides (Musset, p. 12). Además, imitan la extraña práctica (huna) de las deformaciones craneanas. A principios del siglo 111 comienzan a emigrar hacia el oeste y en el 260 se hallan juntos con los alamanes en el limes romano de los Campos Decumates. Ocuparon en el 359 el territorio de la Suabia central entre el Rhin y el Danubio al sur. 3. Los rugios

Es uno de los pueblos germánicos menores emparentados con los godos, y menos poderosos que los ostrogodos. Casiodoro y Jordanes dan bastantes referencias de la formación de un grupo de pueblos relacionados durante mucho tiempo: los godos, los rugios, los vándalos y luego los hérulos y los esciros. Esta unión se debería seguramente a su asentamiento común a orillas del mar Báltico (Musset, p. 34). Los ulmerugios parecen ser «los rugios de las islas», sin duda de las existentes en la desembocadura del Oder (Musset, p. 60). Vivían en Panonia Inferior. Cuando se 149 GOFFART, W., Barbarians and Romans, p. 19; COURTOIS, C., «Rapports entre wisigoths et vandales: i goti in Occidente*, pp. 15-17.

desmoronó el reino godo bajo los ataques de los hunos en el 375, el pueblo se trasladó al oeste del Dnieper y a lo largo del Danubio. Fueron seguidos por los visigodos, los alanos, los esciros, los taifales y los hérulos. Durante los primeros 15 años del reinado de Atila, los hunos y sus satélites ostrogodos, gépidos, rugios, y hérulos saquearon los Balcanes año tras año. En el 447 atraviesan Macedonia y penetran hasta las Termópilas. En 487 son vencidos por Odoacro cerca de Viena (Vindobona). Son los únicos bárbaros de que tenemos noticias de que eran víctimas de los bandidos romanos del sur.

4. Los hérulos Pueblo germánico asentado desde el siglo 111 al oeste del mar de Azor. En el 267 partieron de Crimea con 500 barcos, se apoderaron de Bizancio, atravesaron el estrecho, saquearon las islas de Lemmos y Esciros, alcanzaron la península, incendiaron Atenas, Corinto, Esparta y Argos y recorrieron todo el Peloponeso.

5. Los vándalos En las tradiciones godas, parece que su lugar de origen era Escandinavia, en el norte de Jutlandia. Los restos arqueológicos hallados en Vendsyssel son muy parecidos a los procedentes de Silesia, el primer hábitat conocido con seguridad de los vándalos. En el siglo 1 a.c. están asentados en la orilla meridional del mar Báltico. Cuando Plinio habla de los vindili, entonces asentados en la Pomerania, incluía bajo esta denominación un gran número de tribus, entre las cuales estaban los burgundios y los varinos. Más tarde serán principalmente dos grupos, los silingos y los asdingos. Tolomeo sitúa a los primeros en la Silesia actual y Dión Casio dice que los asdingos estaban asentados entre el Vístula y el Dniester. En el 171 los asdingos intentan sin éxito invadir la Dacia y en el siglo 111 se trasladan a la llanura panónica. Mientras, los silingos ocupan la orilla septentrional del río Main. Hasta el siglo V, cuando llegan los hunos, estos dos grupos seguirán un tipo de vida paralela pero separada, con asentamientos relativamente estables. En el 401 se hallan frente a la Recia y en el 405 entre los pueblos que cruzan el Rhin.

6. Los bastarnos Era un pueblo germano mezclado con los sármatas desde el siglo 111 a.c. en el bajo Danubio: fueron reforzados por la llegada de tribus del grupo oriental, los costobocos, y luego con los godos. Desde el siglo 1 hay textos que mencionan contactos entre los bastarnos y sármatas y roxolanos.

7. Los alamanes Mencionados por primera vez hacia el 213, este pueblo probablemente nace a principios del siglo 111 por un reagrupamiento de numerosas tribus (los suevos, los quados, los teutones, los carudos, los eudusii, etc.) situados entre el Rhin medio y el Danubio superior. El nombre alamani, que significa «todos los hombres», parece respaldar esta teoría y después del siglo VI se extiende su uso para designar a todos los germanos. Pero ellos mismos preferían el nombre Suabos y su territorio tomó el nombre de Suabia.

En el siglo IV ya forman una unidad poderosa y una amenaza a los limes romanos. Tenían una caballería muy efectiva armada con arcos y largas espadas de dos filos.

8. Los francos Otro de los pueblos germanos que tuvieron un origen tardío y probablemente por una reagrupación de tribus en el Rhin inferior durante el siglo 111. Su nombre aparece por primera vez en la Historia Augusta relacionado con hechos ocurridos en el año 241 y luego en relación con las invasiones de la Galia en el 257. Su primer rey conocido, Genobaldo, pactó un foedus con Roma en el 287. A finales del siglo 111 ya aparecen en el ejército romano en la Galia, y en el siglo IV tres francos alcanzaron el consulado ordinario: Merobaudo (377 y 383), Ricomero (384) y Bauto (385). Generalmente eran fieles aliados de los romanos.

De raíces étnicas y lingüísticas distintas, estos pueblos presentan rasgos sociales y culturales afines. Vistos en conjunto son pueblos errantes, guerreros, sin historia, sin escritura (...), salvajes sin cultura. Pero, estudiándolos grupo a grupo, resultan ser gentes asombrosas, a caballo entre dos grandes civilizaciones heterogéneas, que poblaron lo que denominamos el Asia Central. Esta región, aunque no completamente desconocida hasta ahora, rara vez ha sido abordada en los estudios dedicados a la Historia Antigua. Los estudios occidentales apenas se han desviado más allá del Tigris y del Eúfrates y de Irán. Una de las pocas excepciones es la obra de P. Lerichels0.En su estudio no sólo hace una clara definición de los territorios designados bajo el término «Asia Central» sino que también hace un breve resumen de su historia y de los problemas y últimos avances de la arqueología en la región. El siguiente resumen de su trabajo puede servir de gran ayuda al lector poco acostumbrado a los nombres geográficos al este del Mar Negro. «Este mundo del lejano Oriente asiático ha sido considerado como un dominio marginal de las grandes civilizaciones: una zona de paso de pueblos en movimento, encrucijada de influencias, cruce de rutas entre Oriente y Occidente, y área de contacto de los grandes imperios en los que padecía pasivamente la dominación cambiante. Sólo la aventura de los Griegos en Bactriana le confieren cierta unidad durante dos siglos, pero este episodio se manifestó sin porvenir. Idos los Griegos, aparentemente sin dejar trazas de su pasoI5l, nada parecía llamar la atención tras lo que podría ser considerado un accidente de su historia, hasta que el torbellino de la conquista de Gengis Khan y de Tamerlán viniera a arrastrar la capa de polvo y olvido en que reposaba. Esta pobreza de conocimientos se debe a la indigencia de nuestras fuentes concerniente a la región, a su aislamiento geográfico y a su situación política que han hecho la búsqueda arqueológica muy difícil en la zona (situada entre China, Irán y la India). Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado. La prospección arqueológica conoce, después de algún tiempo un gran desarrollo; las excavaciones y descubrimientos se han multiplicado en el curso de estos últimos años y e

150 «L'Asie Centrale dans I'antiquité, Revue des Etudes Anciennes, LXXV, Annales de 1'Universite de Bordeau

III, 1973. 151 FOUCHER, A,, La vieille route de l'lnde de Bactres a Taxila, Paris, 1, 1942, pp. 74 y 310.

sus resultados permiten ya precisar las grandes líneas de la historia de la región y de las civilizaciones que allí se desarrollaron y delimitar los principales problemas. El término «Asia Central» es más bien ambiguo. A principios de siglo se refería al Turkestan Oriental (la Cuenca del Tarim rodeada por los macizos de Tien Shan al norte, de Pamir al oeste y de Astin Tagh al sur) y el Turkestan Occidental (que se extiende entre los montes Indou Kush en el sur y la estepa de los Kirguises y (de este a oeste) del Pamir y del paso de Dzungaria al Mar Caspio. Esta región es actualmente: Irán oriental, Afganistán, y las repúblicas ex-soviéticas de Tadjikistán, Ouzbekistán, Turkmenistán, Kirgizie y Kazakhstan. (Ver mapa). Desde la época neolítica el Asia central ha jugado un papel importante en el surgimiento o difusión de la civilización, consecuencia de lo que se llama «Revolución Neolíticap: desarrollo de una civilización sedentaria basada en el regadío en la Turkmenistán meridional, transmisión de los elementos de esta nueva civilización hacia el Sudeste y al Este, hacia China, donde la cultura de Yang Chao ha proporcionado una cerámica pintada decorada con motivos derivados de los repertorios egeo y mesopotámico. Sin embargo, se llega muy pronto a un estancamiento en la evolución de estos primeros focos que realmente no alcanzaron el estadio urbano y terminaron por decaer. Curiosamente, los dos grandes valles de Amu Daria y Syr Daria, no han asumido aquí el papel de ejes de la civilización que han podido jugar en otros sitios el Tigris y Eúfrates, el Nilo o el Indo. Así, fuera de los dos focos periféricos de Turkmenistán y del sudeste de Afganistán, Asia central no conoció una civilización sedentaria importante, antes del siglo VI11 a.c. Los habitantes pertenecen de hecho al dominio de la estepa donde se desarrolla, entre los pueblos europoides que la ocupan entonces, una serie de civilizaciones designadas con el nombre de la comarca donde han sido identificadas. Se pasa insensiblemente del estado agrícola sedentario al del nomadismo pastoril y la mutación parece completarse al final del primer milenio. La estepa se convierte entonces en el dominio de tribus de jinetes que se reagrupan en grandes confederaciones, ocupando toda la llanura herbosa entre el mar Negro y los montes Tien Shan, hasta dar en la periferia con poblaciones sedentarias a las que someten o eliminan (es entonces cuando las comarcas de Turkmenistán son abandonadas definitivamente) o entre las cuales los grupos de jinetes hacen incursiones en profundidad. El mundo sedentario conoce entonces el gran estremecimiento del final del segundo milenio, provocando el debilitamiento o la ruina de los grandes imperios lo que ocasiona la llegada de nuevos pueblos. Comienza aquí el problema del origen de los pueblos indoeuropeos que se encuentran fijados, al final del segundo o a principios del primer milenio, en los límites de la estepa: Medos y Persas al Oeste, IndoAryos al Este, sin hablar del problema tan controvertido de los «Tocarios» de Tarim. Los descubrimientos recientes parecen poder aportar algunos elementos de respuesta, aunque no se pueda hablar de una solución realmente satisfactoria. El comienzo del primer milenio, que marca la ruina definitiva de las áreas de Turkmenistán, ve en compensación el nacimiento en el valle de Oxus de emplazamientos urbanos, de los cuales los primeros parecen remontarse al siglo VIII. Esta urbanización se ve acelerada por la conquista de Ciro, que somete el sur de la estepa hasta Syr Daria y allí funda tres ciudades, antes de caer bajo los golpes de los masagetas. Es entonces cuando se produce la gran ruptura del Asia Central en dos zonas netamente diferenciadas, separadas grosso modo por el Syr Daria. Al sur, ricas regiones que pertenecen definitivamente al mundo sedentario; al norte, el dominio reservado a los grandes jinetes. Se establece un equilibrio precario entre la zona de la estepa, donde se opera una continua mezcla

de poblaciones; y la Sogdiana y la «Bactriana de las mil ciudades» que, de la dominación persa pasa -tras la conquista de Alejandro- a la de los Seléucidas para formar, a partir del 250 a.c., un reino independiente -escindido del mundo mediterráneo por la conquista parta de las regiones situadas entre el mar Caspio y el Eúfrates. A partir del año 190 este reino emprende la conquista del Norte de la India hasta el Ganges medio, pero sus fuerzas se consumen en luchas internas, de manera que hacia el 130 la Bactriana griega cae en manos de los nómadas yue tche venidos de los confines de China. Es en el seno de estas tribus donde se constituye la dinastía Kouchane que, desde finales del primer siglo hasta nuestra era, extiende progresivamente su dominio del Indo bajo al Syr Daria y al Cachemire y su influencia se hace sentir en la península india y en la cuenca del Tarim, donde se enfrenta sin éxito a los ejércitos chinos del imperio de los Han. El imperio Koudhroan conoce su apogeo bajo el brillante reinado de Kanichka, durante el cual, parece, el budismo se difunde por toda Asia central y de allí, por la cuenca del Tarim. Pero, a mitad del siglo 111 d.C., los Sasánidas, que han tomado el poder en Irán, extienden su imperio hasta el Indo, bajo el reinado de Sapur 1. Su dominación es rápidamente repelida por la llegada de nuevos pueblos venidos de las estepas a principios del Siglo V, los Kidaritas que son a su vez derrotados hacia el 450 por los hunos ephatalitas (o «hunos blancos», por oposición a los «hunos negros» que, en la misma época, afluyen a E u r ~ p a ) ' ~ ~ . Algunos de los pueblos que entraron en contacto con los hunos son: 1. Los escitas. Es un pueblo de nómadas ecuestres que, junto con los cimerios, aparecen citados por primera vez hacia el 7 13 a.c., en tiempos de Sargón 11. Hay una gran confusión en relación al término «escita». Por una parte, muchas fuentes e historiadores lo han utilizado para referirse a todos los nómadas de las estepas. Sin embargo, en la terminología soviética se aplica a un pueblo nómada que ocupaba las estepas del Turkestán occidental al norte del Mar Negro. Durante el siglo VI11 a.c. los masagetas emigraron desde su territorio al norte del Oxus, desplazando a los escitas quienes a su vez arrollaron a los cimerios. Los cimerios avanzan hacia el sur y junto con los asirios destruyen el reino de Urartu hacia el 713. Posteriormente, el reino frigio cayó ante su invasión en el 695 después de lo cual avanzan hacia Lidia153.Los escitas también se adentraron en la península de Anatolia, atravesando el Cáucaso, donde se ven envueltos en luchas contra los asirios y los medos e incluso llegaron hasta Egipto (611) donde fueron rechazados por Psamético 1. Tras las campañas de Ciro y de Darío contra ellos en el 5 14512, los escitas «cruzan el Dniester, penetran en el área balcánica y ocupan el bajo Danubio, la llanura panónica y la región meridional de los Cárpatos. Un nuevo avance los lleva hasta el actual Brandeburgo. Unidos a los cimerios llegan a la parte oriental del área germánica, y junto a los tracios ocupan la Italia septentrional. La superioridad bélica de los escitas se debe a que practican la táctica de combate de la estepa: «jinetes a caballo con armas ligeras>P4. Su economía se basaba en la ganadería, el comercio de pieles, carne, cereales y esclavos. Fueron creadores de un arte mueble (frente al monumental de los pueblos sedentarios), decorativo. Lo más representativo son las figuras de animales muy estilizadas, casi abstractas. A veces 152 Para un resumen de la actividad arqueológica llevada a cabo en Asia Central ver: LERICHE, P., «L'Asie Centrale dans l'antiquité», pp. 281 y 282. 153 HOUWINK TEN CATE, P. H. J., «Asia Menor entre los Hititas y los Persas», Siglo XXI,111, pp. 114-117. 154 KINDER, H. y HILGEMANN, W., Atlas Histórico Mundial, 1, Ed. Istmo, Madrid, 1979, p. 21.

se «mezclaban partes de animales distintos o reforzaban el valor decorativo de un animal con espirales, motivos geométricos y vegetales estilizados dentro de su cuerpo o aún incrustando en él otros animal es^'^^. 2. Los sármatas. Una agrupación de tribus procedentes del Asia central: yácigos, aorsos, roxolanos y alanos; indoeuropeos, se les supone una lengua parecida a la de los escitas. Eran nómadas con una economía basada en el pastoreo. Desplazan a los escitas en el siglo IV a.c. Luego, en la Siberia occidental, los sármatas son dominados por los masagetas. La derrota de los masagetas, hacia el 173 a.c., por los hunos, puede ser la causa fundamental de la transformación de los sármatas en un Estado. Su centro se hallaba en el reino de los escitas reales. Se abren relaciones comerciales con las colonias griegas en las orillas septentrionales del mar Negro, y pronto su arte y cultura adquiere nuevos elementos. A las influencias sibero-escita e irano-jónica se añade la greco-índica. Adoran el fuego (influjo iránico o centro-asiático); los escitas adoraban los elementos. Durante los primeros momentos de su historia hasta más o menos el siglo 1 a.c. tenían una sociedad matriarcal y las doncellas tomaban parte en las batallas. «Se les prohibía el matrimonio hasta que hubieran dado muerte en combate a un enemigo»156.Coincidió la formación de las clases sociales diferenciadas con la desaparición de la organización matriarcal y con la formación de las unidades de caballería pesada. En este momento se halla asentado en la Dacia un grupo descrito por Estrabón; dice que eran nómadas y que vivían en tiendas de fieltro. Se atribuye a los sármatas la invención del estribo metálico a la cual siguió poco después la de la espuela. El grueso de su ejército estaba formado por arqueros móviles, vestidos con gorros cónicos y corseletes de cuero. No eran, en principio, expertos arqueros a caballo y dotaron a su ejército de una caballería pesada, limitada, según Tácito, sólo a los miembros de la aristocracia. El jinete y el caballo llevaban armadura de escamas, anillos o placas. Los escudos eran de cuero o madera, y utilizaban largas lanzas y largas espadas puntiagudas. Sus caballos eran de dos tipos: los de pura raza «ferghana» y el pequeño caballo de Mongolia. Marco Aurelio, en el 172 d.C. por sus victorias contra los sármatas, recibió el título de Sarmaticus y en las monedas se inscribió «de Sarmatis». 5.500 de estos guerreros fueron enviados a Bretaña para la defensa de la Muralla de Adriano y el fuerte romano en Chester. En el siglo IV son conquistados por los hunos, que matan a la mayoría y asimilan a otros, pero algunos consiguieron huir hacia el Occidente. 3. Los roxolanos. Una de las tribus afiliadas con los sármatas; se ignora si por parentesco o sometimiento previo. Procedentes de Asia emigraron hacia el Volga y luego ocuparon las regiones entre el Don y el Dnieper. Aliados con los escitas lucharon contra los griegos de Crimea, son derrotados por el general póntico Diofanto; luego se unen a él para luchar contra los romanos hasta que son derrotados. Su ejército es descrito como grande (50.000 hombres) pero indisciplinado y sólo utilizaba armas ligeras. 155 BLANCO FREIJEIRO, A., Arte Antiguo del Asia Anterior, Sevilla, 1975, p. 373. 156 MILLAR, F., op. cit., 8, p. 262; HERODOTO, Hist; DEWALDS, C., «Women and Culture in Herodotus' History; TYRELL, W., Amazons: A Study in Athenian Mythmaking; VERNANT, J-P., Mythe et Societe en Grece Ancienne; CARLIER-DETIENNE, J . , «Les amazons font la guerre et I'amour», p. 20.

Son descritos por Ovidio en el 8 d.C. Hacia el 20 d.C. cruzan los Cárpatos y entran en la llanura húngara. En el 62 llegan al bajo Danubio donde entran en contacto con los bastarnos, tracios y dacios, y les incitan a luchar contra los romanos. Después de Nerón, los emperadores se contentan con contener a las tribus sármatas y no intentan dominarlas. En el siglo 111, la mayor parte de ellas son absorbidas por los godos y alanos. 4. Los yácigos. Son también parte de la «comunidad» sármata, emparentados con los roxolanos; fueron empujados desde los territorios al norte del mar Azov hacia la cuenca panónica, quizá por los movimientos migratorios de los roxolanos. Hacia el 20 d.C. fueron asentados por Tiberio entre el Danubio y el Tisza. Nada pacíficos, en el 92 cruzan el Danubio pero son rechazados por Domiciano. En el 166 y 167, junto con los marcomanos y los cuados invaden Panonia, Nórico y hasta el norte de Italia. Esta invasión fue rechazada por Marco Aurelio. Y, a pesar de las continuas grandes derrotas que sufren, en el siglo 111 (236-238), invaden la Dacia en el 248 y 252 y la Panonia en el 254. 5. Los aorsos. Procedían originariamente de Sogdiana. Reconocidos como buenos guerreros, fueron elogiados por Wu-ti, emperador de la dinastía Han. Se funden en parte con los alanos y marchan hacia el Kuban. Permanecieron en el Volga hasta finales del período precristiano y luego se desplazan hacia el norte y ocupan las orillas del Kuban y los territorios entre el mar Azov y el Don. Eran una de las tribus sármatas más numerosas, unos 20.000 hombres hacia el 66 d.C. 6. Los alanos. Tribu iraní, quizá de origen escandinavo: surge del actual Turquestán en el siglo 1 d.C.; fue uno de los grupos que formaban la comunidad sármata (poco numeroso, según Estrabón 20.000); emigrando desde Sogdiana hacia el Kubán, su historia europea comienza con la de los hunos (son sometidos por ellos): luego nunca consiguieron formar una unidad política; su caballería era de hecho superior a la huna (los caballos de éstos tenían fama por su excelencia desde el siglo 111). El papel histórico de este pueblo es secundario. Toman parte en el paso del Rhin: su rey Goar se pone en seguida al servicio de los romanos, primero en Renania y luego en la Galia central. Un grupo encabezado por el rey Respendial se une con los vándalos y entra en España. Maenchen Helfen ofrece la hipótesis de que probablemente la mayor parte de los alanos rompieran su alianza con los hunos hacia el 400 d.C. y emigraran hacia el oeste. Esta hipótesis se ve respaldada por el análisis de los nombres entre los hunos en la época de Atila. Además, en el siglo IV los alanos no jugaron ningún papel político en el mundo huno: ninguno de sus nobles fue aceptado como un igual en la corte ni ocupó un lugar destacad^'^^. Los Alanos acantonados a la orilla del Loira en la Galia se ponen al servicio de Aecio, primero para contener a los visigodos y luego para cortar el paso a los hunos. Su rey Sangibano jugó un papel decisivo en el fracaso de Atila frente a Orleans. Los alanos en España (409) recibieron en sorteo la Lusitania y la Cartaginense, territorio considerable que, debido a su escaso número, apenas podían ocupar. Después de ser desplazados en el 418 por los visigodos enviados por Roma se unieron a los vándalos asdingos y les siguieron por Galicia, Andalucía y finalmente a África. Los reyes vándalos tuvieron el título de Rex vandalorum et Alanorum. 157 MAENCHEN-HELFEN, O., The World of the Huns, p. 441.

H. LAS INVASIONES ¿Qué son las invasiones, cuándo comenzaron, cuándo terminaron, quién tomó parte en ellas y por qué? Hasta hace pocos años las respuestas a esas preguntas parecían ser sencillas: las invasiones, fueron llevadas a cabo por pueblos bárbaros guerreros, en busca de botín y con el deseo de derrocar al gran Imperio Romano. Sin embargo, ya en el año 1920, Mackail habla de infiltraciones no invasiones. Según él, grupos (y, a veces, tribus enteras) entraron poco a poco; a veces por la fuerza, a veces de acuerdo con el gobierno romano y a menudo «invitados» por los romanos'58. Es interesante comprobar que los contemporáneos no eran conscientes de ellas. Para los historiadores más tardíos, estos pueblos invasores tendrían en común: 1) un origen lejano'59; 2) veían sus metas frustradas por los romanos (que bloquean su avance por la fuerza)I6O, 3) eventual invasión del territorio romano161y 4) la afirmación de la supremacía de su etnia"j2. Pero este esquema tradicional está siendo profundamente revisado, comenzando con la definición del término «invasión» y haciendo hincapié en los grandes movimientos migratorios y el resultante asentamiento de pueblos frente a los limes romanos, que a menudo se malinterpretan como invasiones. Para W. Goffart las invasiones son una invención de los historiadores, cuando no un simple recurso inconsciente, para poner término a una época, o inaugurar una nueva. En otras palabras: los bárbaros son un modo efectivo de hacer caer a Roma163. Otros historiadores aunque no niegan la existencia de éstas no las ven como «epoch making». Los reinos bárbaros eran mutaciones de la forma romana de gobernar y las leyes de los visigodos, francos y lombardos estaban más relacionadas con el derecho romano que con sus propias leyes an~estrales'~~. Joseph Vogt, dice que «es importante (...) mantener presente la idea de que este fenómeno es una migración de gentes, no meramente una invasión de bárbaros~'~~. Goffart afirma1@' que los involucrados eran poco numerosos, decenas de miles a lo más, desorganizados y no solamente sin conocimientos estratégicos, sino sin cohesión entre ellos167,no eran una amenaza. No era posible un derrocamiento del Imperio por ellos, aunque sí podían causar grandes estragos entre los campesinos romanos. 158 MACKAIL, J., «Ammianus Marcellinus», p. 115. 159 Ver: Passio Sancti Segismundi Regis, MGH, SS; R. Merov., 2. 333; DIESNER, H., The Great Migration, p. 9; ZOLLNER, E., Die Stellung der Volker im Frankenreich, p. 46, n V 0 ; DIXON, P., Barbarian Europe, p. 13. 160 AUBIN, H., en ANDREAS, Die neue Propylaen Weltgeschichte, p. 78; MARCELLINUS COMES, Chron., a. 517, MGH, AA, pp. 99 y 100. 161 PABLO DIACONO, Historia Romana, MGH, AA, 2, pp. 195-224. Procopio describe cómo los godos atacaban el territorio romano y, finalmente, cómo cae el último obstáculo en su camino con la muerte de Aecio, BV, LOEB, 2,8-22 y 40-42; MARCELLINUS COMES, Chron., a. 454, MGH, 11, p. 86. 162 GOFFART, W., Rome's Fa11 and Ajier, p. 114. Según este autor es difícil hallar muestras de afirmación étnica en las fuentes hasta el siglo VIII; Liber Historiae Francorum, 5, MGH, AA, 11, p. 86. 163 Rome's Fa11 and Ajier, pp. 120 y 121; PIGANIOL, «Points de vue sur les invasines Germaniques» en FROESCH, H., Der untergang des Romischen Reiches, pp. 286-291; THOMPSON, E., Romans and Barbarians. 164 GOFFART, W., op. cit., p. 124. 165 The Decline of Rome, p. 183. Quizá el término alemán, Volkerwanderung,expresa mejor estos movimientos de los pueblos. Ver CAPELLE, W., Das Alte Germanien; HACHMANN, R., The Germanic People, pp. 11-49; ZOLLNER, E., Die Stellung der Volken im Frankenreich, pp. 46, 47 y 52. 166 Barbarians and Romans, p. 5. 167 Los godos, vándalos y gépidos nunca se llamaban a sí mismos germanos ni fueron considerados como tales por los romanos. Este concepto se inició, entre los historiadores, en la Edad Carolingia.

Estas descripciones de alas invasiones bárbaras» generalmente no toman en consideración la continua experiencia del Imperio con las guarniciones y fronteras amenazadas desde el inicio de su expansión. Hay constancia de grandes migraciones desde el primer milenio a.c. Éstas continuaron, y aumentaron con el paso de los siglos, y causaron reagrupaciones entre los participantes. Estos movimientos, según algunos historiadores, fueron provocados por un continuo incremento demográfico, lo cual causó una crisis de abastecimiento; otros defienden la hipótesis de un abrupto cambio climático que afectó a sus medios de subsistencia. Las fuentes antiguas tienden a poner la causa en su organización social guerrera, sin leyes, que favorece el deseo de saqueo, botín y conquista y en el hecho de que unos pueblos sedentarios sean echados de sus territorios por otros recién llegados. Esas razones pueden explicar algunas de las presiones sobre las fronteras romanas; pero otros antropólogos (Hocart, y S. Ratzel) recuerdan que los movimientos de gentes no son específicos de un período de tiempo determinado, y que este flujo continuo es característico en el hombre hasta hoy. (No se debe confundir estabilidad de gobierno con estabilidad de La conquista romana primero, el establecimiento del limes romano del Rhin después, y más tarde el del Danubio, las detuvieron hasta el 376. La edificación de estas fronteras rígidas entre el mundo bárbaro y el romano puede ser el centro del problema; para invadir tuvieron que cruzar estos limes impuestos a la fuerza, y que eran incómodos para ambas partes. Se limitaba el comercio libre, el intercambio cultural y eran difíciles y costosos de mantener. El período de invasiones por excelencia, según la mayoría de los manuales, comenzó a finales del siglo IV, y éstas eran distintas a las demás'69porque los pueblos bárbaros enfrentados con el Imperio eran muy distintos de los de los siglos anteriores descritos por las fuentes a principios de nuestra era, consiguieron derrocar al Imperio Occidental y establecer un reino bárbaro en su lugar. Condensadas en un pcríodo de tiempo relativamente breve y llevadas a cabo con tanta fuerza, son un acontecimento dramático desde nuestra perspectiva. Evocando la imagen de grandes catástrofes naturales, no sólo los contemporáneos de los acontecimientos, sino también los historiadores modernos describen como inundaciones, grandes olas, torbellinos, aludes, etc., el hecho de que pueblos enteros se lanzaran contra el Imperio en busca de refugio, tierras y botín170. Sin embargo, las invasiones del siglo 111eran más espectaculares y desastrosas que las de los siglos siguientes. También fue más fuerte la respuesta estratégica romana. Por ejemplo, las amplias ciudades de las provincias cambiaron de forma, y se convirtieron en pequeñas ciudades fuertemente fortificadas. Las fuentes del siglo IV no parecen notar un mayor peligro desde fuera ni una mayor necesidad de protección. No vieron a los germanos como una fuerza unificada, sino como tribus desunidas y ninguna de ellas muy grande. Algunos de estos pueblos habían vivido hasta 30 años como vecinos. El problema real parece estar en la desguarnición de las fronteras provocada por las guerras civiles dentro del Imperio; la peor crisis bárbara del tardoantiguo tendrá lugar durante el reinado de Honorio, y coincide con el derrumbamiento de la armonía domésticaL71. 168 169 170 171

GOFFART, W., Barbarians and Rornans, p. 27. GOFFART, W., Rornes Fa11 and After, p. 112. MLISSET, L., Las invasiones, p. 6. GOFFART, W., Rome's Fall and After, pp. 125 y 126.

W. Goffart redefine el problema de las invasiones de la siguiente manera: 1) Los bárbaros eran vecinos conocidos y no necesariamente temidos; asentados desde hace tiempo en las fronteras del Imperio y no extraños procedentes de tierras lejanas. 2) Desde el siglo 111, el gobierno romano estaba más abierto a utilizar otros métodos aparte de la fuerza para tratar con ellos y les halló empleos constructivos dentro del Imperio. 3) Las invasiones bárbaras después del 370 no eran numerosas ni de larga duración, y la meta de los bárbaros era conseguir un lugar dentro de un Imperio no dañado. 4) Los bárbaros no pudieron (o no quisieron) afirmar su hegemonía étnica, y muy pocos mantuvieron su nombre e identidad después del siglo VI17'. Debido a la época y al tema que aborda este trabajo, consideramos lo más adecuado seguir el planteamiento propuesto por L. Musset en su libro Las invasiones (p. 29), en el que describe las invasiones como movimientos provocadores de cambios políticos de mayor envergadura, y con resultados de larga duración. La primera invasión germánica fue llevada a cabo por grupos muy heterogéneos, tuvo lugar a finales del s. IV y principios del s. V, afectó a todo el continente desde el Caspio, y trasladó hasta África a un pueblo formado a orillas del Báltico. «La invasión del 376 comenzó en el bajo Danubio, rompió definitivamente la barrera del limes. La invasión del 406, que se originó en el Rhin, robó parte de España y la totalidad de África173.La segunda invasión -según Musset- en el siglo V y principios del VI, dirigida por los francos, un pueblo germánico, y llevada a cabo por un grupo más homogéneo que el anterior, fue bastante menos espectacular. La tercera invasión (en los SS. VI y VII) cae fuera del ámbito de este trabajo. Si es verdad que, como dice Goffart, «exceptuando los alanos y los hunos, los bárbaros que participaron en las invasiones eran todos vecinos del Imperio, que habían estado en frecuente contacto con la civilización romana desde hacía varias décadas», y que «eran relativamente pocos, considerando la mayor organización y fuerza militar del Imperio, con deficiente organización, fuerza y ¿por qué no fueron expulsados? Algunos autores piensan que fue debido a su gran número, otros a que eran indispensables. Muchos sirvieron como auxiliares y luchaban en el ejército y algunos hasta tenían altos cargos militares. Según Amiano Marcelino, fueron recibidos con alegría porque iban a participar activamente en la defensa del Imperi~"~. Otra posibilidad es que costara menos asimilarlos que luchar contra ellos. No todos fueron considerados enemigos. El hecho de que estuvieran asentados muchos años como vecinos permitió el paso de influencias culturales de un lado a otro. Quizá nunca serán conocidos todos los fenómenos de trasfondo de las invasiones. «El trastorno general no favorece la redacción de notas históricas; las perturbaciones se traducen en destrucciones de documentos; los desastres son exagerados y los vencidos muestran una tendencia natural a explicar el éxito del adversario por su irresistible superioridad numérica; el pánico favorece la proliferación de los relatos más extraordinarios, especialmente los de traición (...) y después del siglo V, todo escrito procede de una fuente eclesiástica (...) y los hechos son apreciados con relación a la Iglesia y a los

172 GOFFART, W., Rome's Fa11 and After, p. 129. 173 THOMPSON, E., Romans and Barbarians, pp. 15-19. 174 GOFFART, W., Barbarians and Romans, pp. 5 y 31. 175 Rerum gestarum, XXXI, 4. 3 y 4: «La primera impresión que produjeron antes fue de satisfacción que de alarma (...). El ingreso de aquellos extranjeros en nuestro ejército iba a hacerlo invenciblev. 176 MUSSET, L., Las invasiones, p. 5.

IV. LOS ANOS 370 A 395

A) LOS HUNOS LLEGAN A TERRITORIO DE LOS ALANOS Asentados al sur del Volga y al oeste del mar Caspio (Ucrania) desde el siglo 1 a.c., se hallaban los alanos, pueblo iraní, del que escribe Amiano Marcelino, al tiempo que narra su invasión por los hunos, un poco antes del año 370: P7.Esto parece más probable y los 684 685 686 687

JORDANES, Getica, XXXIX, 202-206, Chron.Min., p. 110. MGH, V: p. XXXV. JORDANES, Getica, XL, 207, Chron.Min., p. 111. Getica, XL, 207, Chron.Min., p. 111.

godos reaccionarían con gran violencia (...a la venganza). Los visigodos se separaron de los alanos y cayeron con ferocidad sobre los hunos. Atila se atrincheró detrás de los carros en su campamento. La lucha no terminó al caer la noche: «Torismundo, hijo del rey Teodorico, creyendo volver a reunirse con los suyos, engañado por la oscuridad de la noche, vino a dar en los carros de los enemigos; y, mientras peleaba con denuedo, alguien le hirió en la cabeza, derribándole del caballo; pero los suyos, que cuidaban de él, le salvaron y se retiró del combate. Aecio, por su parte, habiéndose extraviado también en la confusión de aquella noche, vagaba en medio de los enemigos, temiendo que les hubiese acontecido desgracia a los godos. Al fin encontró el campamento de los aliados, después de haberlo buscado por largo tiempo, y pasó el resto de la noche vigilando detrás de una muralla de escudos. En cuanto amaneció el día siguiente, viendo los campos cubiertos de cadáveres, y que los hunos no se atrevían a salir de su campamento, convencidos de que era indispensable que Atila hubiese experimentado una pérdida muy grande para haber abandonado el campo de batalla, Aecio y sus aliados no dudaron que les pertenecía la victoria. Sin embargo, hasta después de su derrota, el rey de los hunos conservaba altiva actitud. Dícese que en aquella famosa batalla que dieron las naciones más valerosas, perecieron por ambas partes ciento sesenta y dos mil hombres, sin contar noventa mil gépidos y francos que antes de la acción principal cayeron a los golpes que mutuamente se descargaron en un encuentro nocturno, peleando los francos por los romanos, y los gépidos por los h ~ n o s » ~ ~ ~ . Para los historiadores modernos, el número de muertos que nos da Jordanes es extremamente difícil de creer: Bury dice rotundamente que es absurdo (p. 293) y Thompson duda que Atila pudiera haber alimentado a más de 30,000 guerreros (p. 142). Sin embargo, algunos años más tarde, según Damascio, en el Oriente todavía se pensaba que la lucha era tan atroz que «pocos soldados sobrevivieron: y las almas de los que habían caído siguieron luchando durante tres días y tres noches tan ferozmente como cuando estuvieran vivos; y se podía oír claramente el ruido de sus armas»689. Las Chronicas de Hidacio y de Próspero y la Chronica Gallica, todas anteriores a Casiodoro, dan los nombres de los jefes militares, dicen que el número de bajas era muy grande por ambos lados, no mencionan la preeminencia de godos sobre romanos o viceversa, y ninguno menciona que consiguieran una victoria690.Casiodoro será el primer autor antiguo que dice que 688 JORDANES, Getica, XL, 21 1 y 212, Chron.Min., p. 112; XLI, 117, p. 113. 689 DAMASCIO, Ap., DIOGENES LAERCIO DE COBET, (Didot), 63: en THOMPSON, Attila and the Huns, p. 142, n". 690 HIDACIO, Chron., 150, Chron.Min. XI, p. 26: in campis Catalaunicis haud longe de civitate, quam efiegerant, Mettis, Aetio duci et regi Theosori, quibus erat in pace societas, aperto Marte confligens divino caesa superatur auxilio: bellum nox intempesta diremit (...) CCC ferme milia hominum in eo certamine cecidisse memorantur; Chron.Gallica, a.CCCCLII, 139, MGH, 1.9, p. 662 y a.DXI, 615, MGH, 1.9, p. 663: Aetius patricius cum Theoderico rege Gothorum contra Attilam regem Hunorum Tricassis pugnat loco Mauriacos, ubi Theodericus a quo occisus incertum est et Laudaricus congnatus Attilae: cadavera ver0 innumera; PROSPERO, Chron., Addit. altera a.446-457,

la victoria fue conseguida gracias a la valentía de los g o d o ~ ~Para ~ ' . U. Tackholm (p. 263), eso muestra claramente su prejuicio en favor de los godos, ya notado en algunas secciones anteriores de su crónica, y esta tendencia será seguida y exagerada por Jordanes que hace una recopilación de su obra. «En el descanso que proporcionó el asedio, los visigodos y los hijos de Teodorico buscaron los unos a su rey, y los otros a su padre, extrañando su ausencia en medio del triunfo que acababan de conseguir. Buscáronle durante largo tiempo, según costumbre de los valientes, y al fin le encontraron debajo de un gran montón de cadáveres, y, después de entonar cánticos en alabanza suya, le llevaron ante la vista de los enemigos. Antes de terminar las exequias de Teodorico, los godos proclamaron rey, al ruido de las armas, al valiente y glorioso Torismundo; y éste terminó los funerales de su amado padre cual correspondía a un hijo»692. Con la muerte de Teodorico se cumplió la predicción que, poco después de ser rechazado de Tolosa, hicieron los adivinos a Atila, aunque él creía que se refería a Aecio: «Desconfiando de sus tropas, no atreviéndose a trabar combate, y agitándose ya en su mente la idea de huir, extremo más cruel que la misma muerte, se decidió a consultar a sus adivinos para conocer lo venidero. Estos, después de haber observado en tanto las entrañas de las víctimas, en tanto ciertas venas que aparecen sobre sus huesos descubiertos, presagiaron a los hunos funestos acontecimientos. Sin embargo, hacía algo menos siniestra su predicción el anuncio de que debía sucumbir, por parte de sus enemigos, uno de sus jefes supremos, que había de perecer antes de la victoria de los suyos, sin gozar de un triunfo que su muerte haría funesto». Los godos, tras la muerte de su rey, querían venganza. Y viendo que Atila estaba bloqueado en su campamento: «(...) y como sabían que le quedaban pocos víveres, y por otra parte, que sus arqueros, apostados detrás de los parapetos del campamento, defendían incesantemente el acceso a flechazos, convínose en mantenerle bloqueado. Refiérese que en esta situación desesperada, el rey de los hunos, grande siempre hasta en el último extremo, hizo formar una hoguera con sillas de caballos, dispuesto a precipitarse en las llamas si el enemigo forzaba el campamento: sea para que ninguno pudiera gloriarse de haberle herido, sea para no caer él, dueño de las naciones, en poder de temibles enemigos.»

(continuatio cod. Oventensis, 18), MGH, IX, p. 490; y en el Continuatio cod. Reichenaviensis, MGH, p.490: Hunorum Tricassis pugnat loco Mauriacos, ubi Theodericus a quo occisus incertum est et Laudaricus cognatus Attilae: cadavera vero innumera. 691 CASIODORO, Chron., 1253, MGH, XI, p. 157: His conss. Romani Aetio duce Gothis auxiliaribus contra Attilam in campo Catalaunico pugnaverunt, qui virtute Gothorum superatus abscessit. 692 JORDANES, Getica, XLI, 214,215, p. 112 y 113.

Sin duda tenían la posibilidad de borrar del mapa al ejército huno. Pero esto no entraba en los planes de Aecio. «Después de acabar estas cosas, movido por el dolor de su pérdida y por la impetuosidad de su valor, Torismundo ardía en deseos de vengar la muerte de su padre sobre los que quedaban de los hunos. Para ello consultó al patricio Aecio, a causa de su edad y de su consumada prudencia, para que le dijese qué debía hacer en aquella ocasión. Pero temiendo éste que, una vez aplastados los hunos, cayesen los godos sobre el Imperio romano, le decidió con sus consejos a regresar a sus hogares y a ocupar el trono que su padre acababa de dejar, por temor de que sus hermanos, apoderándose del tesoro real, se hiciesen dueños del reino de los visigodos, y tuviese que mantener contra los suyos importante guerra, y, lo que era peor, desgraciadamente, Torismundo escuchó el consejo sin sospechar el interés que lo dictaba, sino, por el contrario, viendo en él atención a sus intereses, y, dejando allí a los hunos, partió para la G a l i a ~ ~ ~ ~ . A pesar de que Jordanes, y muchos de los historiadores modernos que se basan en su obra694, culpan a Aecio como el responsable de que Attila y el resto de sus tropas pudieran escapar, es posible que Torismundo y Aecio llegaran por separado a la misma decisión, de no exterminarles 693 JORDANES, Getica, XL, 212 y 213, p. 112; 215 y 216, p. 113. 694 BURY, J., p. 293; STEIN, p. 498; THOMPSON, E., p. 142; BUGIANI, C., Storia de Ezio, p. 185; SOLARI, A,, Il Rinnovanento dell'lmpero Romano, 1, p. 330; SIRAGO, V., «Gala Placidia e la trasformazione politica dell'Occidente», p. 361.

completamente. Los visigodos se aliaron con los romanos porque no tenían otra opción en este momento y no por amistad695. Theodorico 1 había sido un jefe tan hábil que consiguió mantener un equilibrio entre las facciones prorromanas y antirromanas y reinó 33 años. Desde el 439 las relaciones con el Imperio eran de paz aunque no amistosas. Pero hubo discordias entre sus propios hijos. Torismundo probablemente respaldaba la política de hostilidad hacia el Imperio696,y éste puede ser el motivo de las tensiones entre él y sus hermanos; no veía la necesidad de cumplir los compromisos de su padre. Su decisión de abandonar a los romanos antes de obtener una victoria aplastante pudo deberse a dos razones: Primero, existía de verdad la posibilidad que sus hermanos se proclamasen reyes en su ausencia. Y, en segundo lugar, no se puede descartar la posibilidad que tampoco quisiera la derrota y muerte de Atila y por eso dejó a Aecio solo; mientras los hunos se mantuviesen fuertes y amenazantes las fuerzas romanas estarían divididas, y debilitadas, luchando en dos frentes (además, los romanos, después de la prohibición de Atila, ya no tenían donde reclutar hombres). Esta es la misma política que Teodorico había utilizado en el 425 y el 436-9 y que Torismundo usaría el año siguiente en el 452. (Cuando Aecio esta luchando contra los hunos en Italia, él ataca y derrota a los alanos en Orleans, una acción anti-romana, porque los alanos eran foederati asentados en Aquitania para frenar el avance de los armoricanos). Así, ambos aliados salían ganando dejando a los hunos escapar con sus fuerzas ligeramente debilitadas. Aecio también convenció a los francos para volver a sus territorios con el pretexto de que Atila pasaría cerca de allí en su retirada y no se podía descartar la posibilidad de que intentara colocar a su hermano mayor, que había pedido ayuda a Atila el año anterior, en el trono en su ausencia. Libre de estos auxiliares Aecio podía proseguir su propia política en relación a los hunos y dejó escapar a Atila con el resto de sus tropas. Se supone que Aecio quería renovar las relaciones amistosos de antes y, de esta manera tener ayuda para mantener a los godos bajo control. Desgraciadamente las cosas no salieron como Aecio esperaba.

6. Evaluación de la batalla Por supuesto tuvo más trascendencia para los escritores antiguos del occidente que para los orientales. Procopio, que escribió en la época de Justiniano, dice solamente que Atila fue ~ ' . autor, muy interesado en derrotado por Aecio, sin decir donde ni mencionar a los g ~ d o s ~Este las tácticas y estrategias de las guerras, en este caso no las menciona, lo cual puede ser una indicación de que se basó en los escritos de Prisco quien no tenía ningún interés en estos

695 TACKHOLM, U., p. 270, dice: otra hipótesis posible es que Aecio, reconociendo la dificultad de mantener unido un ejército poco disciplinado y sin tradición de cooperación entre los varios grupos que los componían, consideraba mejor contentarse con una victoria a medias, ya ganada. 696 PROSPERO, Ep., a.453, 1371, MGH, p. 483: Apud gothos intra Gallias consistentes interjilios Theodoris regis, quorwn Thorismodus maximus natupatri successerat, orta dissensio est, et cum rex ea moliretur, quae et Romnae paci et Gothicae adversarentur quieti, a germanis sis, quia noxiis dispositionibus irrevocabiliter instet, occisus est; THOMPSON, Attila and the Huns, p. 123: menciona también la actitud anti-romana de Tonsmundo; SOLARI, A., op.cit., p. 31 1: piensa que Aecio fomentó la animosidad de los hermanos contra Tonsmundo, lo cual es muy posible. 697 PROCOPIO, BV, 3.4.14, Loeb, vol. 2.

aspectos. Y Victor Tunnensis, en África, sigue la misma linea que Procopio, pero fecha la batalla en el 449. Aecio es el vencedor y tampoco menciona a los g o d o ~ ~ ~ ~ . La importancia de esta batalla en la historia y el futuro del Imperio Occidental ha sido muy exagerada. Bury dice que la campaña de Atila en la Galia fue decidida cuando éste fue rechazado ante Orleans. La batalla tuvo lugar cuando los hunos estaban en retirada y su verdadera importancia estuvo en que dañó enormemente la reputación de Atila como un conquistador invencible, diezmó sus tropas y limitó su campo de acción699.

698 VICTOR TUNNENSIS, MGH, XI, p. 185. 699 BURY, E., Attila and the Huns, p. 294.

XI. LOS ANOS 452 Y 453

En septiembre de 45 1, las relaciones entre los hunos y el Imperio oriental estaban más bien tensas. Marciano se negaba rotundamente a pagar el tributo acordado por Teodosio. Atila envió entonces dos embajadas: una, al emperador Valentiniano en el occidente, advirtiendo que no debían hacer daño a su prometida Honoria porque él la vengaría si algo le ocurriese y, además insistiendo en la entrega de la mitad del Imperio; hacía el Imperio oriental hizo partir otros emisarios exigiendo el pago de los tributos que Teodosio había acordado. En repuesta a sus amenazas de guerra, el gobierno de Marciano decidió primero enviar a la corte huna una embajada encabezada por el magister militum praesentalis Apolonio; era éste un seguidor del isaurio Zenón, enemigo de Crisafio y de su política de apaciguar a los hunos, y su hermano, Rufo, se había casado con la hija de Saturnino, prometida de Constancio. Cuando Atila averiguó que Apolonio no traía con él el tributo sino que venía sólo para negociar, se negó a recibirle; pero, a la vez, le ordenó entregar cualquier regalo que llevase o le mataría. El embajador valientemente se negó, diciendo que le entregaría los regalos solamente si era recibido como debía y si le mataban ya no serían regalos sino botín robado de un hombre muerto. Tras esta réplica, Atila le permitió volver a Constantinopla7". Después del fracaso de este intento de negociaciones, Atila envió una pequeña banda de hunos a saquear la Ilíria oriental probablemente para mostrar al Emperador lo que le tenía preparado para la siguiente campaña de primavera-verano. Aunque se describe como pequeña a esta banda de hunos, el número de los guerreros no debía ser despreciable, ya que hubo gran número de guerreros libres tras la batalla de los Campos Cataláunicos en la Galia. Esta amenaza contra la frontera septentrional, según Seeck701,era tal que Marciano no sólo trasladó el cuarto concilio ecuménico desde Nicea a Calcedonia sino que él mismo se puso al frente de sus tropas para repeler la agresión. Se supone que el Emperador consiguió rechazar a los hunos aunque las fuentes no lo mencionan como una gran victoria romana en este campo. Sea por una derrota a manos de los romanos, o por otras razones que no son conocidas, Atila decidió posponer su invasión del Imperio oriental. 700 PRISCO, frag. 18. 701 Untergang, VI, p. 273.

A) ATILA INVADE ITALIA De pronto, sorprendiendo a todo el mundo, en la primavera del año 452, Atila, con un ejército tan grande como el que invadió la Galia, salió de las provincias de Pannonia, cruzó los Alpes Julianos y entró en el norte de Italia702.Sin embargo, por las cartas del Papa León, es evidente que se temía una invasión de este tipo. Cuando, en mayo, el Emperador Marciano decidió convocar un concilio ecuménico en Nicea, el Papa le aconsejó posponerlo, ya que, debido a la amenaza de una inminente guerra, los obispos de muchas provincias no podrían dejar sus iglesias abandonadas703. La decisión de invadir Italia en este momento es casi imposible de explicar por varias razones: 1) Este era un país donde, con un ejército diezmado, podía esperar tener pocos éxitos decisivos, y una campaña durante el caluroso verano del sur podía ser muy peligrosa para sus tropas. 2) Uno de sus primeros objetivos tendría que ser Rávena y esta ciudad resultaba prácticamente inexpugnable debido a los pantanos y las marismas que la protegían y porque se abastecía por mar. 3) Roma, en este momento sede del papado, ya no tenía un peso determinante en el equilibrio político de la época. 4) Además el país no tenía esa variedad de pueblos, con sentimientos antirromanos como la Galia. Eran un pueblo unido y tomarían las armas para luchar juntos contra los invasores. De hecho, parece que estaban armados desde la caída de Cartago en manos de los vándalos704.5) Era evidente que el Imperio Oriental enviaría tropas tan rápidamente como pudieran porque no le iban a permitir arrasar 1talia tranquilamente. Por ser desconocidos los verdaderos motivos de esta invasión se ha especulado sobre la posibilidad de que Atila no pudiese frenar a sus guerreros, hambrientos de venganza y de botín. La Chronica del año 452 dice que Atila guardaba rencor a Aecio y a los romanos occidentales a pesar del hecho a quienes consideraba culpables de su derrota en los Campos Cataláunic~s~~~, de que les dejaran escapar con gran parte de sus tropas. También se ha ofrecido la hipótesis de que Atila, viendo que su poderío y área de influencia eran todavía enormes, decidió continuar su plan de rescatar a Honoria y reclamar su derecho al trono occidental. En este caso la invasión de Ilíria era sólo para distraer la atención, mientras él reagrupaba a sus guerreros706. Thompson, siguiendo la narración de Próspero, dice que raramente en la historia un statesman ha sido tan sorprendido por los acontecimientos como Aecio en 452. Aecio había confiado demasiado en el mal estado de las tropas húnicas, y quizá también confió en la posibilidad de poder abrir negociaciones con Atila y restablecer su amistad. Probablemente por esta razón, Aecio dejó los Alpes desguarnecidos permitiendo, con este descuido, la entrada a los hunos sin que estos hallasen resistencia. El general llega a ver la situación tan peligrosa, que su primera reacción fue la de intentar huir de Italia con el Emperador707. 702 Chron. Gallica, 141, MGH 1, p. 663: Insperata in Galliis clade accepta furatus Attila Italiam petit, quam incolae metu territi praesidio nudavere. 703 Ep., XLI, ACO 11: IV, 43: Sacerdotes provinciarum omnium congregari praesentis temporis necesitas nulla ratione permittit, quoniam illae provinciae de quibus maxime sunt evocandi, inquietae bello ab ecclesiis suis eos non patiunter abscedere. 704 BUSSAGLI, M., Atila, p. 169. 705 Chron.Min. 11, 141. 706 THOMPSON, Attila and the Huns, p. 141; BUSSAGLI, M., Atila, p. 169; MAIER, F., op.cit., 9, p. 131. 707 THOMPSON, E., Attila and the Huns, p. 144; PROSPERO, Ep, 1367, Chron.Min. 11, p. 482: «Atila, recuperadas las fuerzas que había perdido en Galia, decide entrar en Italia por las Panonias, no preveyendo nada nuestro jefe Aecio según las operaciones de la guerra anterior, de tal modo que ni siquiera usara de las barreras de los Alpes, con

Maenchen-Helfen argumenta que probablemente los romanos no tuvieron suficiente número de tropas para vigilar y así defender todos los puertos de los Alpes. Paulo Diácono describe las entradas a la península: «Italia está circundada por los mares Tirreno y Adriático, pero al oeste y norte está cerrada por los Alpes que se pueden atravesar sólo por unos pocos puertos estrechos. Sin embargo, en la parte oriental se une con Pannonia con una entrada amplia y casi llana»708.Es por esta última, con puestos de vigilancia incapaces de rechazar una invasión709,por donde pasaron los hunos. La primera operación militar de los hunos tras llegar a la llanura era el asedio de Aquilea. Esta gran ciudad fortificada, situada en una punta, o lengua, de tierra en el golfo Adriático, y cuyas murallas baña al oriente el río Natissa, había sido asaltada muchas veces en su larga historia pero nunca tomada710.Los primeros asaltos fueron rechazados y los hunos sólo hacían mínimos progresos. Pronto comenzaron a murmurar en el campamento que debían desistir y retirarse. Los hunos usando sus tácticas de ataque no podían tomar la ciudad y Thompson piensa que Atila, viendo esto, buscó ayuda entre los pueblos sometidos, más diestros en el asedio de ciudades amuralladas y en la construción de máquinas de asedio. Para explicar el período de tiempo entre las primeras acciones bélicas y la renovación de éstas surgió esta leyenda: Atila, andando en derredor de las murallas, deliberando acerca de si levantaría el sitio o no, vió «cigüeñas sacando sus polluelos de la ciudad, y contra su costumbre, yendo a depositarlas en el campo. Dotado, como estaba, de espíritu observador y penetrante, impresionole aquello (...) y, dirigiéndose a los suyos, dijo: 'Mirad esas aves que presienten lo que va a suceder; abandonan una ciudad destinada a la destrucción y, ante los peligros que las amenazan, desertan de murallas próximas a caer (...)»711. Este «acontecimiento» generalmente descartado por los historiadores como una fábula o leyenda, nos recuerda el episodio de la «espada de Marte». Una vez más el jefe huno, en un momento crítico, recibe una señal que muestra el lazo entre él y lo divino. Atila, a los ojos de su pueblo, no era un simple rey mortal sino estaba protegido por alguna fuerza divina, y también podía leer el futuro escondido detrás de los misterios de la naturaleza, ocultados a los demás seres humanos. Los hunos, reforzados con máquinas de guerra, renovaron los ataques y la ciudad, después de tres meses de asedio, fue conquistada (probablemente a finales de agosto o a principio de

los que los enemigos podían ser rechazados, estimando que esto era sólo suerior a sus esperanzas si toda Italia se alejaba con el emperador. Más, cuando viese esto, repleto de deshonra y peligro, la vergüenza contuvo el miedo y la violencia se daba por la sublevación amplísima de tantas provincias nobles y la pasión hostil se había de completar, y nada pareció más saludable entre todos los consejos del príncipe y del senado del pueblo romano, que por legados se pidiese la paz de rey tan temble». 708 Historia Langobardorum, 11, 9. 709 Not. Dign. (Occid),24. 710 CASIODORO, Chron. Magni Avrelii, 1255,MGH, p. 157: Attila redeunte gratis viribus Aquileiam magna vi dimicans introivit; AMIANO MARCELWO, XXI, 12.1: Hacia el año 337 «Juliano (...) sabiendo además que esta ciudad no había sido tomada nunca ni jamás sería entregada (...)D. 711 JORDANES, Getica, XLII, 219, Chron.Min., p. 114; PROCOPIO, BG, Iii,iv. 30-35.

septiembre porque por Plinio sabemos que las cigüeñas abandonan Italia después de la Vulcanalia- 23 de agosto)712. Aunque Jordanes decía que la destrucción de Aquilea fue tal que en el siglo VI era imposible localizar el lugar y nunca fue reconstruida713,la verdad es que en el año 458 es otra vez sede episcopal y en el siglo VI se construye allí una basílica con suelo de mosaicos714. Alentados por este gran éxito, los hunos marcharon hacia el sur, conquistando todas las ciudades a su paso. Los habitantes, demasiado aterrados para resistir fueron llevadas a Pannonia como esclavos715.Cayó Patavium (Padua), la ciudad natal de Livio. Entonces los hunos volvieron hacia el oeste y arrasaron Verona, Brixia, y Bérgamo. Penetraron en Liguria y conquistaron Mediolanum (Milán) y Ticinum (Pavía) pero por alguna razón estas dos ciudades no fueron destruidas ni mataron a sus habitantes; los que no habían huido, no fueron asesinados. Sobre el saqueo de Milán existe un cuento que se atribuye a Prisco pero cuya veracidad es sospechosa. Se dice que en un palacio Atila vio un cuadro que representaba a los emperadores Teodosio y Valentiniano sentados en tronos dorados con algunos escitas muertos o postrados a sus pies. El jefe huno mandó a un pintor local hacer otro cuadro en el cual Atila estaba sentado en el trono y los dos emperadores vaciaban un saco de oro a sus pies716. El historiador E. Gibbon nos dice que Atila: «vino a fundar sin su disposición una república que resucitó (...) el arte y la fuerza de la industria traficante. Al extremo del golfo donde el Adriático remeda escasamente las oleadas del Océano, asoman hasta cerca de cien islillas desviadas con bajos del continente, y resguardadas del mar con varios arrecifes que franquean la entrada a los bajeles por estrechos y recónditos canales. Hasta mediados del siglo quinto, aquellos islotes estaban yermos, despoblados y desconocidos (...) Una porción de familias de Aquileya, Padua y pueblos comarcanos, huyendo de la espada de los hunos, hallaron salvamento por las islas cercanas. Los modales de los Venecianos fugitivos, sus artes y su gobierno se fueron labrando sucesivamente con su nueva situación; y una de las cartas de Casiodoro, que describe su estado como setenta años después, puede conceptuarse por el monumento primitivo de la En una nota de pie de página, E. Gibbon dice: «No confirma esta emigración ninguna autoridad contemporánea; pero la verdad está probada por el acontecimiento; la tradición puede conservar las circunstancias. Refugiáronse los ciudadanos de Aquileya en la isla de Grado, los

712 Naturalis Historia XVIII, p. 314. 713 Chron. Gallica, a.DXI, 617, Chron.Min. 1, p. 663; Consularia Italica, Add. ad Prosp. Havn., Chron.Min. Ii, p. 302; JORDANES, Getica, XLII, Chron.Min. 220-21, p. 114; CASIODORO, Chron., 1255, Chron.Min. 11, p. 157; PROCOPIO, BG, 1.4.30-35. 714 PAPA LEON 1, Ep., carta fechada el 21 de marzo del año 458; BRUSIN, B., Aquileia e Grado, p. 11 y La Basilica del Fondo Tullio alla Beligna de Aquileia, pp. 74-78. 715 Chron. Gallica, a.CCCCLI1, 141, Chron.Min. 1, p. 662: «(...) quam incolae (Italiam) metu solo territi praesidio nudavere; JORDANES, Getica, XLII, 222, Chron.Min. 1, p. 1l4:Per Venetum civitates Hunni bacchantur. 716 SUIDAS, S.V., ADLER, A., Suidae Lexicon, 3, 161, 346. 717 op.cit., X X X I V , p. 223.

de Padua en Rivo Alto, o Rialto, en donde luego se fundo la ciudad de Venecia, e t c . ~ ~ lEl *. emplazamiento de la ciudad de Venecia en el lugar que hoy ocupa data del año 828 d.C. Parecía evidente que Atila se proponia cruzar los Apeninos y avanzar hasta Roma. Pero según Prisco, (la fuente citada por Jordanes), «los suyos le hicieron desistir, no por interés de la ciudad, que hubieran querido destruir, sino por temor de que aconteciese desgracia al rey, a quien recordaron el ejemplo de Alarico, que no sobrevivió mucho tiempo después de haberse apoderado de Roma»719.La situación en Italia en estos momentos podía justificar las dudas de Atila sobre seguir la marcha hacia Roma o no. El año anterior el país sufrió una gran carestía y esta fue agravada por las invasiones. Los hunos hallaron no sólo hambre por todas partes sino también la peste. No sólo tendrían problemas de abastecimiento sino también hubo peligro que la plaga se propagase entre los invasores. Aecio descartó su decisión de abandonar el país porque sería un acto no solamente deshonorable sino peligroso y el Imperio Occidental decide pedir la paz720.

Próspero, un contemporáneo de los acontecimientos y piadoso creyente, dice que Aecio consultó sobre este asunto. «La mejor solución hallada por el emperador, el senado y el pueblo romano fue la de mandar una embajada al temible rey y pedir la paz. El beatísimo papa León, confiado en la ayuda de Dios, y sabiendo que este nunca falta a las actividades de los piadosos, se hizo cargo de las negociaciones, junto con el varón consular Avieno y el varón del ex prefecto Trigedio. Y tal como se esperaba, el rey recibió cortésmente a la delegación y se sintió tan honrado por la presencia del sumo sacerdote, que ordenó a sus hombres detener las hostilidades, y prometiendo paz regresó más allá del Danubio»721. Así, la embajada fue encabezada por León 1, un hombre recto y de gran habilidad diplomática''. NO es de extrañar que un hombre de la iglesia formara parte de una embajada de esta índole. Hubo precedentes de obispos y prelados a la cabeza de embajadas parecidas. Pero esta vez estaba en peligro no sólo Roma sino todo el imperio occidental y el representante imperial tendría que ser una persona de gran importancia. La política religiosa del papado en el occidente tiene poca importancia en esta época; solamente es fuerte en cuanto que mantiene el espíritu del imperio romano en aquellas zonas 718 Cap. XXXV, nota 55, p. 239. 719 JORDANES, Getica, XLII, 222, Chron.Min. 1, p. 219. 720 PROSPERO, Ep., 1367, Chron.Min. 11, p. 482: Sed cum hoc plenum dedecoris et perriculi videretur, continuit verecundia metum, et tot nobilium provinciarum lattissima eversione credita est saevita et cupiditas hostilis explenda (...). 721 Ep., 1367, Chron.Min. 1, p. 482: Sed cum hoc plenum dedecoris et periculi videretur, continuit verecundia metum et tot nobilium provinciarum latissima eversione credita est saevitia et cupiditas hostilis explenda, nihilque inter omnia consilia principis ac senatus populique Romani salubrius visum est, quam ut per legatos pax truculentissimi regis expeteretur. Suscepit hoc negotium cum viro consulari Avieno et viro praefectorio Trygetio beatissimus papa Leo auxilio dei fretus, quem sciret numquam piorum laboribus defuisse. Nec aliud secutum est quam praesumpserat fides. Nam tota legatione dignanter accepta ita summi sacerdotis praesentia rex gavisus est, ut et bello abstinere praeciperet et ultra Danuvium promissa pace discederet. 722 León el Grande era obispo de Roma entre el 440 y el 461, y es considerado como el fundador del Papado moderno. En el año 455, también entró en tratos con Geiserico tras el saqueo de Roma. MIGNE, PL, pp. 54-56; BOWDER, D., Who was Who in the Roman World, p. 122.

ocupadas, ya que será el único guardián de los vestigios de una antigua civilización. Pero en este momento León «representaba el papel de los obispos, que actuaron como verdaderos portadores de la autoridad en aquellos tiempos de confusión y decadencia del poder estatal. A partir del siglo V la jerarquía eclesiástica irá sustituyendo los cargos antes ocupados por el Senado723. De los otros participantes se sabe que el ex-praefecto Trigetio era un hombre con experiencia diplomática con los bárbaros y que Gennadio Avieno, cónsul en el año 450, era un hombre de grandes riquezas. El encuentro entre esta ilustre embajada y Atila tuvo lugar en «el paraje llamado Acrovento Mamboleto, por donde diariamente pasan el Mincio numerosos viajeros». Y Jordanes dice sencillamente que, convencido por los argumentos de León 1, Atila se retiró de Italia724. Gibbon cuenta que «La elocuencia arrolladora de León, su presencia majestuosa y sus vestidos sacerdotales movieron la veneración de Atila para con el padre espiritual del cristianismo. La aparición de los dos apóstoles San Pedro y San Pablo amenazando al bárbaro, si desestimaba las instancias de aquel sucesor de entrambos, es una de las leyendas mas grandiosas de la tradición eclesiástica. Acreedor era el salvamento de Roma a la intervención de los seres celestes; justo es que repitamos una fábula representada por el pincel de Rafael, y luego por el cincel de algar di^^^^. Pero Bury no está de acuerdo y piensa que, «No es muy probable que este rey pagano se hubiera preocupado por las amenazas de truenos o de otros argumentos de la Iglesia>>726. Se puede argumentar que los nómadas eran un pueblo muy impresionable y supersticioso y temían lo sagrado, aunque fuera de una religión extraña a la suya. El Cantar de los Nibelungos, aunque de ningún valor histórico para esta época por estar redactado unos 740 años más tarde, se hace eco de este supuesto profundo respeto que tenía Atila hacia la religión cristiana: en el Canto XX el rey huno aconsejado a pedir la mano de Krimilda tras la muerte de su mujer, responde: ¿Cómo podría ser ello posible siendo yo un pagano y no habiendo recibido el bautismo? Aunque no era creyente muestra conocer las docírinas de la Iglesia y la importancia del bautismo, y cierto respeto hacía ellos. Sorprendentemente, no hubo testigos que dejaran escritos sobre un acontecimiento de tal magnitud y esto pone en duda el que tuviera lugar este encuentro727.Si Atila y León I llegaron a entrevistarse, y este último convenció al huno a no atacar Roma, las posibilidades propagandísticas hubieran sido de enorme importancia para los cristianos - un «milagro» que la Iglesia podía haber utilizado a su favor y sin duda hubiera sido recogido por casi todas las fuentes contemporáneas. Y a pesar de eso, no fue mencionado en las Chronicas, ni por los Padres de la Iglesia, ni siquiera por el propio Papa León en sus sermones y cartas. Sin embargo, en una carta 723 MAIER, F., opcit., 9, p. 132. 724 Esta reconstnición del encuentro fue recogida por JORDANES, Getica, XLII, 223, Chron.Min. 11, p. 220; A través de los años este encuentro contado por Próspero y Jordanes ha sido adornado con leyendas como que los santos Pedro y Pablo acompañaron al Papa y que un venerable anciano mantuvo su espada desenvainada al lado de León, amenazando a Atila. 725 GIBBON, E., op.cit., IV, cap. MULV, p. 225. 726 Attila and the Huns, p. 295. 727 Para BUSSAGLI (Atila,p. 175) está fuera de discusión la realidad histórica de la embajada y que esta aparece como un iniciativa de León 1. Además dice que «es absurdo y antihistóricojusgar las acciones de Atila basándose sobre una lógica racional y con esquemas modernos que no son válidos ni siquiera para el mundo romano y paleocristiano» de entonces.

escrita al Papa Símaco en 512 ó 513, los obispos orientales mencionan que el Papa León negoció con Atila la liberación de los cautivos cristianos, judíos y paganos728. Ni siquiera Hidacio, que recogía todas las noticias que llegaban a sus manos, menciona esta, ahora, famosa entrevista. El no hubiera omitido una noticia de tanta importancia para el mundo cristiano. Según él, aunque fueron también atacados por el hambre y la peste que asolaba Italia, lo que convenció a Atila a regresar a sus tierras era el hecho de que M a r c i a n ~aprovechando ~~~, que la mayor parte de los hunos estaban lejos, envió unos auxiliares que, bajo el mando de Aecio, «mataron» a los hunos. Además, fueron subyugados en sus propios territorios por la plaga y por el ejército de Marciano. Sin embargo ninguna de las fuentes menciona la invasión por tropas orientales de los dominios hunos ni de sus victorias allí. «Sobre este asunto parece que Hidacio sabia más que las fuentes orientales sabían, o que estos olvidaron de relatar. Pero él no dice quien fue su fuente»730. Siempre cabe la duda de si Atila realmente quería conquistar y devastar a Roma, o no. Esta ciudad ya no era el centro gubernativo del país pero sí el centro cultural del occidente: la ciudad eterna. Como conquistador su posición hubiera sido insostenible. Sin embargo, una muestra de bondad, después de haber demostrado que su poder y fuerza estaban intactos podía tener unas repercusiones muy favorables para sus propósitos: aunque pagano no era anticristiano; y aunque bárbaro y, según los romanos, inculto (y probablemente analfabeto) no era su intención destruir el mundo romano, ni sus monumentos, ni su cultura. Para algunos de los historiadores modernos hubo otro motivo más decisivo -y convincente- para la retirada de los hunos de Italia. Las tropas de Atila ya habían sufrido grandes bajas durante la batalla en los Campos Cataláunicos y existía el gran peligro de que los pueblos germanos en la retaguardia huna intentaran una sublevación contra sus amos Si ahora tuviesen más perdidas por el hambre y la peste, no serían capaces de controlar una rebelión de este tipo. Acordada la paz, Atila «conteniendo los estragos que causaba su ejército, regresó al otro lado del Danubio, a las provincias de donde había salido; pero declarando públicamente y con amenazas que volvería con más terror a Italia si no le entregaban a Honoria, hermana del emperador Valentiniano e hija de la emperatriz Placidia, con la parte que le correspondía del tesoro

Aunque se produjo una retirada momentánea de las tropas hunas y un breve descanso en las hostilidades, las amenazas de Atila no dejaron dudas entre los romanos de su intención de volver pronto con nuevas ofensivas bélicas. 728 CASPAR, E., Geschichte des Papsttum 2, pp. 121 y 122. 729 HIDACIO, Chron., 154, Chron.Min. 11, p. 26 y 27: Secundo regni anno principis Marciani Huni, qui Italiam praedabantur, aliquantis etiam civitatibus inruptis, divinitus partim fame, partim morbo quodam plagis caelestibus feriuntur: missis etiam per Marcianum principem Aetio duce caeduntur auxiliis pariterque in sedibus suis et caelestivus plagis etper Marciani subiguntur exercitum et ita subacti pace facta cum Romanis proprias universe repetunt sedes, ad quas rex eorum Attila mox reversus interiit; THOMPSON, E., Attila and the Huns, pp. 147 y 148. 730 THOMPSON, E., Romans and Barbarians, p. 151. 731 JORDANES, Getica, XLLII, 223-4, MGH, V, p. 115; HIDACIO, Chronicon, a.452, 149, Chron.Min. 11, p. 26: ~Placidia,la madre del emperador Valentiniano muere en Roma».

De vuelta en sus territorios Atila comenzó los preparativos para las siguientes campañas de primavera. Su primer acto fue enviar al emperador Marciano un aviso amenazando con atacar al imperio oriental y esclavizar a sus habitantes porque se habían negado a pagar el tributo acordado por Teod~sio~~'. Pero sintiendo remordimientos por su inacción, e indignado vivir sin combatir con su habilidad y astucia ordinarias, y, escuchando solamente las voces de su rencor, volvió la cara hacia los visigodos. Pero no obtuvo con estos igual éxito que con los romanos. Acudió de nuevo por un camino distinto del de la primera vez, deseando reducir a su obediencia a los alanos, establecidos al otro lado del río Ligeris (Loira), con objeto de que su derrota, cambiando el aspecto de la guerra, aumentase el terror que inspiraba. Torismundo, rey de los visigodos, comprendió la estratagema del rey de los hunos con tanta sutileza como aquel había empleado en imaginarla: acudió diestramente al territorio de los alanos antes que él, y cuando llegó Atila, encontrolo dispuesto y salió a su encuentro. Habiendo trabado el combate, Torismundo le quitó en seguida la esperanza de vencer, casi de la misma manera que hizo en los Campos Cataláunicos; y habiéndole vencido y puesto en derrota, le obligó a abandonar la Galia y a huir a su país733.

C) LA MUERTE DE ATILA Mientras ambos bandos se preparaban para la lucha, Atila decidió añadir otra esposa a su larga lista de mujeres. Esta nueva esposa se llamaba Ildico. Si este es su verdadero nombre, debió ser de origen germánico y se dice que era joven y bella. Después de la ceremonia la celebración duró toda la noche, y Atila bebió mucho antes de retirarse. «Muy entrado» el día siguiente los sirvientes se alarmaron cuando vieron que su jefe no aparecía. Finalmente, después de llamarle a gritos, decidieron entrar en la alcoba. Allí encontraron a Atila muerto y a Ildico (diminutivo de Hilde), cubierta con su velo, llorando a su lado. El rey huno había sangrado fuertemente por la nariz, y por estar borracho se había asfixiado mientras dormía. Su cuerpo no presentaba indicios de ninguna herida734. Aunque parece que los hunos no dudaron de la inocencia de Ildico (no hay indicios que fuese castigada), a los ojos del mundo exterior tenía que haber sido difícil creer que Atila podía morir tranquilamente en su cama por motivos naturales -un hecho poco común entre los jefes militares y emperadores de su época735.

732 JORDANES, Getica, XLLII, 225; PRISCO, Except.Leg., 9, 691. 733 JORDANES, Getica, XLIII, 225-227, p. 115. 734 JORDANES, Getica, XLIX, 254, p. 123, dice que sus hijos, mujeres y concubinas eran casi un pueblo entero, y cita a Prisco como la fuente para este acontecimiento- «ut Priscus istoricus refert», XLIX, 254, p. 123. 735 Es sorprendente que otro caso parecido de que tenemos noticia tambián afectó a un jefe huno -un tío de Atila llamado Octar- que también murió durante unas campañas contra los burgundios, hacia el año 430, después de un banquete. Lo cuenta SOCRATES, VII.30.1-6: «el rey de los hunos reventó después de un copioso banquete y dejó a sus hombres sin jefe». Esto hace pensar que los hunos se portaban realmente como «bestias» en estos banquetes, bebiendo y comiendo más de la cuenta, o que tenían una tendencia o enfermedad hereditaria que le hacían propensos a estos tipos de muertes. Es claro que no se puede llegar a ningún tipo de conclusión basándose en sólo dos casos y éstos poco documentados.

Naturalmente no tardaron mucho en aparecer rumores de que Atila había sido asesinado. Y Marcellinus Comes, que escribió un siglo mas tarde, afirmó que fue matado por su muchos años más tarde, Chaucer, en The Pardoner's Tale, escribe: Lo, Attila, el gran conquistador, Murió mientras dormía, vergonzosamente y con deshonra, Sangrando por la nariz, borracho; Un jefe debe vivir sobrio. En la EDDA, Krimilda es la esposa de Atila y no Ildico, y es ella quien da muerte al rey huno para vengar la muerte de su primer marido Sigfrido. Y en la leyenda teutónica (islandesavikinga) se cuenta que Atila fue asesinado por Gudrún, la hermana del rey b~rgundio'~~. M. Bussagli, en su obra Atila (p. 187), relata una versión fantástica hallada en un manuscrito ruso del siglo XVI: «En ella, la esposa es además Honoria. Atila estaba asediando Roma y amenazó con destruir la ciudad si no se le concedía por esposa a la princesa, que en el texto tenía treinta años. El emperador y todo el consejo obligaron a Honoria a aceptar el matrimonio. La princesa consintió, pero Atila murió por epistaxis en su presencia antes de consumar el matrimonio. Entonces Honoria tomó el manto del soberano y, cubriéndose con él, anunció a los hunos la muerte y explicó la causa. Los hunos transportaron el cuerpo de Atila a través de Italia y Alemania y lo sepultaron en Hungría».

D) EL DUELO Y FUNERAL Los hunos desconcertados, cortaron su pelo e hiriéronse las caras, y a veces, arrancáronse trozos de piel para que «el más grande de todos los guerreros sea llorado no con lamentaciones y lágrimas de mujeres sino con la sangre de sus hombres>>738. Jordanes, que confiesa que no tiene más información sobre el entierro (pauca de multis cidere non omittamus), dice: Su cuerpo fue expuesto en medio de la llanura, bajo un pabellón de seda, y mientras su pueblo velaba el cadáver de su rey un grupo de los más expertos guerreros galoparon frenéticamente alrededor en modum circensium (una costumbre que existió hasta hace pocas generaciones entre algunos pueblos caucásicos). La endecha que cantaron, que ha sufrido por lo menos dos traducciones (del huno al godo o griego y del griego al latín) ha sido conservada por este historiador godo: Praecipuus Hunnorum rex Attila, patre genitus Mundzuco fortissimarum gentium dominus qui inaudita ante se potentia solus Scythica et Germanica regna possedit nec non utraque Romani orbis imperia 736 Chron., 454, MGH, p. 180:Attila rex Hunnorum Europae orbator provinciae noctu mulieris manu cultroque confoditur. quidam ver0 sanguinis reiectione necatum perhibent. 737 CHADWICK, The Heroic Age, 37, p. 156. 738 JORDANES, XLIX, 255.

captis civitatibus terruit et, ne predae reliqua subderetur, placatus praecibus annuum vectigal accepit: cumque haec omnia proventu felicitatis egerit non vulnere hostium, non fraude suorum, sed gente incolumi inter gaudia laetus, sine sensu doloris occubit. quis ergo hunc exitum putet, quem nullus aestimat vindi~andum?~~~. Durante los ritos funerarios se «mezclaban los contrarios y a las lágrimas unían la alegría». Cuando cayó la noche el cuerpo fue depositado dentro de tres ataúdes, uno de oro, otro de plata y el tercero de hierro, y enterrado dentro de un túmulo con todos los tesoros y armas que había conquistado. Después, todos los que habían participado en el enterramiento fueron muertos y enterrados con Por el escaso detalle con que el duelo y entierro están descritos, parece que no hubo testigos romanos. A. Cook pensó que los hunos adquirieron algunos aspectos de la tradición homérica por medio de sus contactos con el Imperio Oriental. Pero también es posible que el acontecimiento haya sido «embellecido» con añadidos literarios que hace muy difícil distinguir entre los elementos hunos, godos y homéricos (es sospechoso el parecido entre Atila y Holofemes y entre ~ ' .embargo los pocos datos que han llegado a nuestros días demuestran que Ildico y J ~ d i t ) ~Sin fue un funeral fastuoso y merece la pena analizar algunos aspectos. Los ritos, aunque similares en muchos aspectos a los relatados en el Beowuy, no son germánicos. Podemos encontrar un paralelo más estrecho entre este entierro y los de los demás nómadas de las estepas. Un ejemplo es el enterramiento del jefe huno dentro de tres ataúdes. La antigüedad del uso de ataúdes múltiples por los hsiung-nu ha sido probada por las excavaciones llevadas a cabo en Noin-ula7". En las siguientes páginas reproducimos unos planos y dibujos de algunos de los kurganes de los shan-yu hsiung-nu en Noin Ula743.En estos se puede ver que el cadáver del difunto se colocaba dentro de tres ataúdes. El primero, según los 739 JORDANES, Getica, XLIX, 257, p. 124; BUSSAGLI, M., Atila, p. 138: «El más grande de los hunos, el rey Atila, hijo de Munzuc, señor de poderosísimas gentes, con un poder desconocido hasta él, fue el amo único de los reinos escitas y germánicos y aterrorizó a los dos imperios del mundo romano conquistando ciudades. Aplacado por los ruegos para que respetase otras, aceptó un mbuto anual. Después de haber cumplido felizmente todas esas empresas, murió no por herida enemiga, no por traición de los suyos, sino entre su pueblo, intacto y seguro, contento, con alegría y sin dolor. ¿Quien, por tanto, podría imaginar esa muerte como un verdadero final, si nadie puede pensar en vengarla?». Traducción del italiano al español por Eugenio Gallego. 740 JORDANES, Getica, XLII, 258, pp. 124-5: El fuenral es llamado strava, quizá la única palabra de la lengua huna que ha sobrevivido. Pero algunos autores han dado a esste término un ongen turco, eslavo y hasta gérmanico. Ver: MAENCHEN-HELFEN, p. 155. 741 COOK, A., «The Possible Begetter of the Old English Beowulf and Widsith*, pp. 229s; MAENCHENHELFEN, O., «The Legend of the Ongin of the Huns», p. 244; KLAEBER, F., «Attila's and Beowulf's Funeral», pp.257-258. 742 BUSSAGLI, M., Atila, p. 181. 743 RUDENKO, R., «Kultur de Hsiung-nu und die Hügelgraber von Noin Ula, pp. 122-129.

Situación de los kurganes en Noin Ula.

Kurgan n? 24 en Noin Ula

dibujos, tiene unos dos metros de largo; el segundo, aproximadamente un metro más y el tercero, con otro metro más, mide alrededor de cuatro de largo. El tercero probablemente servía como «cámara» para colocar el ajuar funerario. Los tres están hechos del mismo material y después de cerrados se cubrieron con un túmulo de piedras y tierra. Prisco da valor simbólico de los tres metales de sus ataúdes: oro y plata que Atila había recibido como tributos y el hierro las armas que había utilizado para sus conquistas. Una posible hipótesis es que esto es otro ejemplo de la degradación de los ritos. Hallamos en los cultos más antiguos uralo-altáicos que el oro estaba ligado al Sol y la plata a la Luna, y en los misterios mitráicos el hierro correspondía al cuarto peldaño hacia el cielo (y a Mercurio). Así, la declaración de Prisco podía haber estado vigente en su día porque, particularmente en relación al hierro, estos metales habían adoptado nuevos significados. El hierro y la espada de Atila eran conceptos inseparables, igual que el oro y plata significaban el bienestar de su pueblo. El carácter multiétnico del pueblo huno también es evidente en la coexistencia de los dos ritos, de inhumación e incineración. La inhumación a veces consistía en la colocación del difunto directamente en una fosa simple o bajo un túmulo con corredor. En los casos de incineración también se han constatado que a veces el cuerpo fue quemado directamente en la

Ballod-Kurgan

fosa y otras la pira estaba alejada de la tumba. Esto último es más frecuente en las estepas del bajo Volga y orilla septentrional del mar Negro744. Otro aspecto que es común a los hunos, escitas, otros grupos nómadas y los chinos consiste en las inmolaciones funerarias. Tanto d o s hsiung-nu como los escitas degüellan sobre la tumba de los jefes a sus mujeres y servidores»745. Esta costumbre no fue abolida en China hasta la dinastía Han Occidental (206 a.C-24 d.C.), cuando comenzaron a sustituir a las victimas con figuras de arcilla. Así, aunque tenemos pocos datos concretos sobre ellos y sus costumbres, parece que los hunos mantuvieron su base cultural a pesar de que estuvieron en contacto con pueblos muy variados. Sin duda, no sufrieron una aculturación más pronunciada debido a que los distintos pueblos de las estepas con un sustrato cultural muy parecido, no «mezclaron» sus costumbres 744 BOSI, F., «Alcuni aspetti della cultura materiale unna negli autori tardoantichi», p. 107. 745 GROUSSET, R., El Imperio de las Estepas, p. 61.

Kurgan n? 6, Noin Ula.

con las de los bárbaros a quienes sometían; el período de tiempo en contacto con los occidentales había sido relativamente corto -poco más de 60 años- para producir cambios grandes en sus creencias fundamentales. H.M. Chadwick dice que las semejanzas halladas en estos ritos con los de otras gentes son debidas al fondo social uniforme de todos los pueblos en la «edad heroica»746. El comentario de Prisco de que «se mezclaban los contrarios y a las lágrimas unían la alegría», puede ser entendido como una afirmación de que entre su propio pueblo, algunos estaban contentos por la muerte del rey. Sin embargo, por lo que hemos visto, estos serían muy poco numerosos y es dudoso que hubieran demostrado su alegría en este momento. ¿Se podría considerar como una alegría basada en la creencia en la ascensión al cielo o la reencarnación del «alma» de su rey divino? El hecho de que «los hunos desconcertados, cortaron su pelo e hirieron la caras, y a veces, arrancaron trozos de piel» como manifestación de su dolor es una costumbre muy difundida por --

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746 CHADWICK, H., The Heroic Age, p. 53.

A. Kurgan n" 6; B. Kurgan n? 23. Noin Ula.

todo el oriente medio y en Europa oriental. M. Bussagli menciona una pintura de'pendzikent en Sogdiana que muestra personas en el funeral de un gran héroe hiriéndose la cara747.Es muy difícil decir el área de origen de esta costumbre porque hasta se halla su práctica en las ceremonias de iniciación entre los nativos en Australia. Eliade lo relaciona con los cultos solares y sugiere que en este caso los iniciados sufren una «muerte simbólica» cuando se arrancan el pelo y la barba y al día siguiente renacen como el sol (p. 178). Naturalmente, si este mito tuvo el mismo significado al principio, en esta época se podría haber operado ya una degradación como la de muchos otros hacia una forma menor, y convertirse en tradición o costumbre. «Su cuerpo fue expuesto en medio de la llanura, bajo un pabellón de seda y su pueblo velaba el cadáver». Este escenario está también lleno de connotaciones religiosas. Simbólicamente, el 747 BUSSAGLI, M., Atila, p. 180: «La zona de origen de esa manifestación de dolor parece ser el área del Aral. Mas tarde, una gran pintura de Pendzikent (Sogdiana), que representa los funerales de un héroe muestra figuras dolientes en el acto de herirse el rostro, mientras Dalidasa (el famoso poeta hindú) en el Raghuvamsha, allude a la costumbre de las viudas de los huna (hunos) del Oxus, o sea de Amu Darya, de herirse las mejillas en señal de dolor».

centro de la llanura podía ser el centro sagrado de la tierra. Pero surgen muchas preguntas. Según nos cuenta M. Eliade el camino de los muertos en las creencias populares uralo-altáicas sube por las montañas y Bolot, un rey legendario de los mongoles entró en el otro mundo por una gruta situada en lo alto de los montes748.¿Fue enterrado en el cementerio con los demás reyes nómadas? Es evidente que existía por lo menos uno porque en el año 440 atacó a un fuerte comercial en represalia porque, según él, el obispo de esta ciudad había entrado en territorio huno y había robado los tesoros enterrados en las tumbas reales. S. Brandon nos dice que la religión de los pueblos altaicos se basaba en una cosmogonía que concebía el cielo a modo de una gran tienda sustentada por postes o columnas. Si tomamos en consideración la supuesta divinidad del rey huno su pueblo probablemente esperaba su ascensión (o la de su alma) al cielo. «Los más expertos de los guerreros galoparon frenéticamente alrededor de la tienda. En las costumbres de este tipo se manifiesta ciertamente un elemento catártico y defensivo, pero también parece que forman parte del proceso de renacimiento e instalación en la otra vida gracias a la íntima relación que une a los que participen en el duelo con el difunto. Así, se suele representar un combate sagrado. Cuando por fin ha sido derrotado «el último enemigo» y la muerte ha sido absorbida en la victoria'»749. Las celebraciones y hasta banquetes sobre las tumbas han sido mostradas por el hallazgo de vasos y restos óseos de animales en los estratos superiores de los túmulos y cerca de las piras. También era muy frecuente depositar en las tumbas un ajuar funerario, arma$, armadura, sillas de montar y bridas en los enterramientos de hombres y placas de plata y joyas en las de las mujeres. Es difícil encontrar paralelos para explicar la rapidez con que fue enterrado. Normalmente las ceremonias duraban más tiempo, en algunos casos hasta semanas, para permitir la transición del alma a otro cuerpo con más seguridad. Los huesos más frecuentemente hallados en las tumbas son de caballos, probablemente sacrificados a propósito. Así, extraña el hecho de que no se mencione tal ceremonia pero si que todos los que participaron en el enterramiento fueron muertos y enterrados con él. Hasta el momento no se halla en las investigaciones recientes sobre este período mención de esta práctica. La noticia de la muerte del rey huno seguramente corrió rápidamente por todo el mundo, «dando alegría», como dice Jordanes, a todos y especialmente a los romanos. Y Prisco juró que él estaba diciendo la verdad cuando decía que en la misma noche que murió Atila una figura divina apareció al lado del emperador mientras dormía y le mostró el arco de Atila

748 ELIADE, M., Historia de las creencias y de las ideas religiosas, p. 135. 749 BRANDON, S., Diccionario de religiones comparadas, p. 101. 750 JORDANES, Getica, XLVIII, 253, p. 123: nec aliter ab Hunnorum dominio divelli potuit gens aliqua Scythica, nisi optata cunctis nationibus in commune et Romanis mors Attilae proveniret, quae tam fuit vilis, ut vita.

XII. DESPUÉS DE ATILA

1. El Occidente Después de la muerte de Atila, cuando el Imperio ya se ve libre de la amenaza huna y puede comenzar un período de paz y reconstrucción, tienen lugar unos acontecimientos que parecen firmar la sentencia de muerte para el Imperio occidental: el asesinato de Aecio y después el del emperador Valentiniano. Los bárbaros y sus reyes ambicionaban desde hace muchos años derrotar al Imperio, o por lo menos, poder tomar parte activa en el gobierno y disfrutar de sus riquezas. Para conseguir tales propósitos, desde sus cargos de relativa importancia dentro del Imperio, tomaron parte en las intrigas y complots de la corte y llevaron a cabo una serie de maniobras, incluido enlaces matnmoninales con familias poderosas. Pero sus actividades políticas siempre toparon con un gran obstáculo: Ae~io'~'. Aunque las escasez de fuentes hace difícil valorar su carrera, Aecio fue sin duda uno de los más geniales, valerosos y ambiciosos generales del Imperio Romano tardío752.Pero, desde nuestro punto de vista, es muy probable que pusiera sus propios intereses antes de los del Imperio. Por lo que cuentan las fuentes, entre el año 429, cuando es nombrado magister militum praesentalis, y su muerte en el 454, llevó a cabo una política de mantener el status quo, concentrando todas sus fuerzas en la Galia (lo que beneficiaba a los grandes terratenientes, que le apoyaban en el Senado), e ignorando los problemas en el resto del occidente. En el 433 atacó 751 MOSS, J., «The Effects of the Policies of Aetius on the History of Westem Wuropeq Historia, XXII, 1973, pp. 71 1-731: En este artículo el autor ofrece un estudio relativamente imparcial sobre Aecio y los efectos de su política en el occidente. 752 Sobre la popularidad de Aecio ver: MEROBAUDES, Panegérico a Aecio, MGH, X I V ; GREGORIO DE TOURS, Hist. Francoruin, 2.7 y 8: que le describe como un hombre astuto pero a continuación recopila las alabanzas de Renato Profuturo Frigeridus; FAROLI, A., «I1 Senato Romano in onore de Ezion, p. 268 y 269; OLAJOS, T., ~L'inscnptionde la Statue d'Aetius et Merobaudes~,pp. 470 y 471.

a los burgundios, entre el 436 y el 439 mantuvo una guerra con los godos, en el 437 capturó a Tibato y aplastó la rebelión de los bagaudas y en el 45 1, aliado con los godos, venció a Atila en los Campos Cataláunicos. También consiguió evitar roces con el gobierno de Constantinopla, pero quizá este distanciamiento del Imperio Oriental no fue una medida acertada. En la corte Occidental, el poder estaba repartido, después de la retirada de Galla Placidia, entre el emperador y sus eunucos por un lado, y Aecio, con el apoyo de la nobleza por otro. E. Stein, que considera a la aristocracia senatorial romana subversiva hacia el Estado, describe a Aecio como el artífice por el cual estos senadores se salvaron de los sacrificios materiales que una defensa activa de sus tierras hubiera exigido. Sin embargo, S. Oost rechaza este hipótesis de una alianza entre los nobles y el general. Aunque parece que Aecio sí tuvo un grupo de partidarios, compuesto de más miembros galos que italianos, no se puede hablar de un partido político que le respaldarse753. J. Moss, hablando sobre su política, dice que en el 433, los suevos ocuparon gran parte de España754,los vándalos estaban marchando hacia el este en África y probablemente hubo revueltas de los bagaudas en la Galia, y pregunta «¿qué hizo Aecio?». Atacó, con su caballería huna, a los burgundios y, un poco más tarde en este mismo año, firma un tratado con Genserico, reconociendo su posesiones de Numidia, Byzancena y Proconsularis, en África. Este acuerdo, en el año 435, le permitió concentrar toda su atención en la Galia. Tampoco en los años venideros parece que se preocupó mucho de los problemas planteados por las piratas en el 437 y 438, ni del saqueo de Sicilia por los vándalos en el 440755. Pero no todos estaban de su parte. En su contra, se esgrimían tres argumentos fundamentales; quizá el más grave, era la traición. Desde el punto de vista del Imperio Occidental esta acusación se remonta a principios del reinado de Valentiniano. Aecio había apoyado al usurpador Juan, asesinó a Félix y su esposa, y en un tratado con los vándalos, el Imperio pierde sus posesiones en África. A esta lista se puede añadir: la promesa de la entrega de Pannonia a Rua en el 433, el no aplastar a los tropas hunas de Atila en los Campos Cataláunicos y el no cerrar los pasos Julianos en el 452. También fue acusado de intrigar para colocar a su propio hijo, Gaudencio, en el trono. Y en tercer lugar, lo que finalmente será el motivo de su asesinato, el miedo, y probablemente los celos, provocado por ser demasiado poderoso. Procopio narra que Máximo, viendo que Aecio era extremadamente poderoso debido a su reciente victoria sobre Atila, pensó que Aecio seria un impedimento en sus planes. Y, por eso entró en un complot con los eunucos del emperador, sin considerar que todas las esperanzas de los romanos estaban centradas en él. Y Valentiniano, temoroso del poder y valor de Aecio, le asesinó756. J. Moss dice que, psicológicamente hablando, debería haber sido muy difícil para Valentiniano asesinar a un hombre que había sido una personalidad dominante en su vida durante 30 años. La decisión de matarle muestra hasta qué punto había llegado la obsesión -

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753 GOFFART, W., «The Date and Purpose of Vegetius' De Re Militarin, p. 79; STEIN, E., Bas-Empire, 1, pp. 337-342; WALLACE HADRLL, J., The Barbarian West, pp. 26-28; MOSS, J., op.cit., p. 721; OOST, S., Galla Placidia, pp. 235-238. 754 En el 439 toman Mérida y en el 441, Sevilla: HIDACIO, 119, a.439 y 123, a.441. 755 PROSPERO, 1330, 1332 (437-438); HIDACIO, 171. 756 SIDONIO APOLINAR, Carmina, VII, 319, dice que «Placidio (Flavius Placidius Valentiniatzus),un hombre medio idiota, asesió a Aecion; JUAN DE ANTIOQUIA, frag.201; PROCOPIO, BV, 1.4.16-18.

de V a l e n t i n i a n ~y~el ~ ~poder de Aecio: el emperador no se fiaba de nadie más que de sí mismo758.Sin embargo, es interesante observar que el emperador tuvo la precaución de esperar hasta que Atila estuviera muerto y que no existiera un heredero huno fuerte que vengara la muerte del general romano. Este hecho eclipsa por completo la reputación del Emperador, lo cual muestra la fama que había alcanzado Aecio ya en el siglo V. Aecio será conocido siempre como el hombre que salvó el Después de asesinar a Aecio, Valentiniano preguntó a cierto ciudadano si había actuado bien. Este contestó que él no sabía eso pero si sabía que «el emperador había cortado su mano A partir de estos acontecimientos, el emperador intenta intimidar a la derecha con la otra>>760. aristocracia; el eunuco Heraclio toma la dirección del gobierno pero los germanos del Norte se deciden a atacar de nuevo. El emperador sobrevivió poco a Aecio. El 16 de marzo de 455, cuando Valentiniano 111 participaba en los Campos de Marte en unas maniobras militares, a pesar del peligro de mezclarse con las tropas que habían luchado al lado del general muerto y que le respetaban, fue asesinado por dos bárbaros, Optila y Traustila, antiguos compañeros de A e ~ i o ~Con ~ l . él acaba una de las dinastías más largas de la Historia de Roma. Hidacio cuenta que el senador Petronio Máximo, su sucesor, casa con la viuda de Valentiniano y hace casarse a su hijo Paladio (al que nombra César), con la hija de Valentiniano. Eudoxia, la viuda de Valentiniano y ahora esposa de Máximo, pide ayuda a Genserico que está en Cartago, según Procopio, porque él es amigo y aliado, y porque «Teodosio había muerto y ahora Marciano ocupaba su lugar». Genserico acude y conquista y saquea Roma. En su huida, Máximo, que apenas reinó cuatro meses (marzo a mayo de 455), es asesinado y descuartizado por la muchedumbre en Roma762.Genserico vuelve a Cartago con sus naves repletas de tesoros y llevando cautivos a Eudoxia y a sus hijas, y al hijo de Aecio llamado G a u n d i ~ i o ~ ~ ~ .

757 Cuatro años antes, y antes de la victoria contra los hunos en los Campos Cataláunicos, la situación entre el emperador y Aecio no parecía tan tensa, o por lo menos eso es lo que nos da a entender el Nov.val, XXXIII: 3 1 de enero de 451: Imp. Valent(inianus) a Aetio Patricio. Cum diebus omnibus et momentis studium celsitudinis tuae et sollicitudinem pervigilem circa utilitatem publicam conprobemus, etiam praesenti insinuatione monstrasti, qua nullum pateris benigna er salubri providentia addictae per necessitatem ingenuitati praeiudicium provenire. Ostendis non omnia sinistrae licere fortunae, ut status, quem illa voluit inopia cogente mutari, ad splendorem suum humanitatis nostrae beneficio reducatur; y también al final de este mismo decreto: Quam saluberriman legem, Aeti parens karissime atque amantissime, inlustris et praecelsa magnitud0 tua notitiae omniunt propositis vulgabit edictis. Naturalmente, estos pueden ser fómulas ceremoniales y, desde nuestros días sería difícil leer entre líneas. 758 MOSS, J., op.cit., p. 730; OOST, S., op.cit., pp. 300 y 301. 759 MARCELLINUS COMES, Chron., a.454; SIDONIO APOLINAR, Carmina, 9.300; OOST, S., op.cit., p. 198. 760 PROCOPIO, BG, 111, IV.23; BEDA, Chron., IIIICCCCXXVI, 493, MGH 111, p. 305: «Con Aecio, patricio, que era la salvación de la gran parte occidental de la República y del reino, cayó el reino y no se pudo $mas lavantarn. 761 JUAN DE ANTIOQUIA, frag. 201.5. 762 Según PROCOPIO, BG, IV.36: Valentiniano fue muerto por Máximo y que este tomó a la viuda como esposa; HIDACIO, Chron., 455, 162, p. 27: Valentiniano, emperador de Roma de treinta y seis años de edad, despuCs de haber reinado durante treinta y uno, es asesinado por dos bárbaros, familiares de Aecio, durante una asamblea militar; JORDANES, Romana, 334, p. 43: dice que fue asesinado por dos familiares de Aecio. 763 HIDACIO, Chron., 456, MGH, 11, p. 28.

Con el fin de la dinastía teodosiana comenzó la disgregación del imperio occidental764.La autoridad del gobierno de Rávena no sobrepasaba las fronteras de Italia, e incluso en Italia eran frecuentes las situaciones caóticas. Tras la muerte de Aecio y de Valentiniano el control del imperio occidental fue manipulado por el magister militum, Ricimero. Este bárbaro, suevo por parte paterna y de madre visigoda, recibió el título de patricio y casó con la hija del emperador Antemio en 468. En 20 años se sucedieron en el trono 9 emperadores: Máximo (455) duró solo cuatro meses; Avito (455-456), suegro de Sidonio Apolinar, diplomático hábil, fue nombrado obispo de Clermont-Ferand para alejarle de la política; Majoriano (457-461) demasiado independiente y capacitado, fue asesinado por orden de Ricimero; Severo (461-465), Antemio (466472), Olibrio (472), Glicerio (473), Julio Nepote (473-475), y Rómulo (475-476), quien no es reconocido como legítimo por el imperio oriental. (Nepote, el emperador legitimado por Oriente, vivió aún hasta el año 480 en Dalmacia). A la luz de esta situación no es sorprendente que años después comenzaran a surgir rumores o leyendas sobre la muerte de Atila. No era corriente que un gran jefe de Estado, romano o bárbaro, muriese tranquilamente en su cama. Casi era un fraude para el mundo romano que ninguno de sus miembros hubiese sido capaz de entrar en la historia como «salvador» de la humanidad, derrotando plenamente o matando a Atila. Esta hubiera sido una hazaña que se podía haber aprovechado al máximo, igual que la embajada del Papa León. Pero parece obvió que una derrota, o el asesinato del jefe huno en esta época tardía quizá no hubiera influido mucho en el curso de la historia. El gobierno occidental estaba en un estado caótico y no hubo hombres capaces de poner orden. Finalmente, el 23 de agosto de 476, una facción de los germanos foederati aclamaron en Italia como rey al general Odoacro y destronaron al emperador-niño Rómulo Augústulo. Reconocido por Constantinopla como una especie de virrey, Odoacro gobernó Italia hasta el advenimiento de Teodorico.

2. El Oriente A Marciano (450-457), un tracio que había llegado al trono por su matrimonio con Pulqueria (hermana de Teodosio 11) le sucede León 1 (457-474) y Zenón (474-491), generales muy capacitados. La política fue dictada, en gran medida, por el ejército cuya verdadera cabeza rectora fue el alano Flavio Ardabur Aspar, patricio, y princeps senatus. Pero en el año 466 fue aislado del poder militar, y acusado de conspirar con los vándalos contra el imperio oriental. Fue asesinado en 47 1 por una reacción antigermana. Hacia el 466, León 1comenzó a sustituir a los germanos con mercenarios isaurios de Asia Menor. Uno de esos jefes, Tarasicodisa, sucedió a León 1 en el trono oriental con el nombre de Zenón.

3. Ilírico Occidental Dalmacia tendrá cierta importancia en la defensa de dos regiones estratégicas. Para el Imperio Oriental su importancia consistía en la defensa de los Balcanes y por sus minas de Mientras desde las zonas costeras, casi incomunicadas con el oriente, se hierro y- plomo765. controlaban las aguas del Adriático que bañaban también las costas italianas orientales. 764 MAIER, F., op.cit., 9, p. 122. 765 DAVIES, O., Rornan Mines in Europe, pp. 183-197.

A pesar de eso, esta provincia, entregada al Imperio Oriental en el 437, será un territorio casi autónomo desde la muerte de Aecio y Valentiniano hasta el año 536, primero bajo el mando del comes rei militaris Dalmatiae Marcellinus Comes y luego bajo su sobrino, Julio Nepos7@. Marcellinus fue nombrado por Valentiniano pero no hay indicios de que Constantinopla intentase desplazarle. En el año 457, parece que tenía bastante influencia y renombre para ser el candidato de los nobles galo-romanos al trono occidental767. Participó, con Majoriano, en la defensa de Italia y Sicilia contra los ataques de los vándalos hasta que Ricimero sobornó a sus tropas, principalmente mercenarios hunos, y se vio forzado volver a Dalmacia. Majoriano será asesinado por Ricimero poco Parece que es en este momento cuando enemistado con el gobierno occidental, Marcellinus vuelve hacía el Emperador León, reconoce su soberanía en la Dalrnacia, y es nombrado Magister militum per Dalmutia. Tras su salida de Sicilia en el 461, Ricimero se vio incapaz de hacer frente a las incursiones de los vándalos, y tras la muerte del emperador Libio Severo en 465, pidió ayuda al gobierno oriental; se reconcilió con Marcellinus y aceptó la soberanía del Emperador León y su candidato al trono, Antemio, Magister militum per Illyricum, en el 467769. Antemio y sus tropas se unen con el ejército de Marcellinus (ahora Patricio) en Salona, donde embarcan hacía Italia. A pesar de los preparativos, esta intervención en el occidente no será un gran éxito para Constantinopla: en el 468, la expedición naval oriental al norte de África fue derrotada y Marcellinus asesinado en Si~ilia~~O. Julio Nepos sucede a su tío como Magister militum Dalrnatiae, en el 468, y en el 473 es enviado por León a Italia para eliminar al usurpador Glicerio. Nepos subió al trono en junio del 474, es reconocido como legítimo emperador por Zenón, el sucesor de León, y derrocado menos de catorce meses más tarde por su propio Magister militum Orestes. Se retira a Dalmacia, reconocido como legitimo emperador, donde vive cinco años hasta que es asesinado771.

B) LOS SUCESORES DE ATILA Se desconoce el número de hijos que tuvo Atila pero después de su muerte estos dividieron entre ellos, mediante sorteo, los pueblos sometidos. Aunque no disponemos de noticias sobre las sistemas hereditarios entre los hunos, parece que esta es la primera vez que utilizan este método de reparto772.Tampoco sabemos porque se dividió el territorio así y no lo heredó el hijo mayor. Este reparto, quizá más que la muerte de Atila, es el principio de la desintegración del imperio huno, tras solo diecinueve años de existencia. El problema fundamental parece ser, no 766 WOZNIAK, F., «East Rome, Ravenna and Westem Illyricum», p. 356. 767 SIDONIO APOLINAR, Ep., MGH, 8.1, 116; WILKES, J., Dalmatia, p. 420. 768 WOZNIAK, F., op.cit., pp. 359 y 360. 769 STEIN, E., Histoire du Bus-Empire, i, pp. 387 y 388. 770 PRISCO, frag. 42; MARCELLINUS COMES, A.468; PROCOPIO, BV, 1, 6.10-27; COURTOIS, C., Les vandales et L'Afrique, pp. 194-204. 771 MARCELLINUS COMES, a.474, 475 y 480; JüAN DE ANTIOQUIA, frag. 209; ENSSLIN, W., dulius Neposn, pp. 2505-6; JORDANES, 241. 772 JORDANES, Getica, L, 259, p. 125: namfili Attilae, quorumper licentiam libidinispenepopulusfuit, gentes sibi dividi aequa sorte poscebant, ut ad instar familiae bellicosi reges cum populis mitterenrur in sortem. Esta no es la primera vez que se menciona este tipo de reparto por sorteo entre los pueblos bárbaros. Un ejemplo es la que tuvo lugar en España en el año 417, unos años después de la llegada de las hordas del norte. HIDACIO, Chron., 49, Chron.Min. 1; OROSIO, Hist., VIII, 40.10: Habita sorte et distributa usque ad nunc (A.D.417)possessione.

sólo el gran número de herederos sino por la falta de uno designado, preparado y capaz de ocupar su lugar. Es sorprendente lo poco previsor que demostró ser Atila por no haber dejado nombrado un sucesor o por lo menos, algún tipo de ley de sucesión. Aunque también tenía varias razones para no hacerlo: Primero, mientras no hubiese ningún heredero oficial habría menos intrigas y complots en la corte y su palabra era ley. Y, si todos tenían la posibilidad de acceder al trono se esforzarían más en sus cargos para hacer méritos ante sus ojos. También extraña, que en estos primeros momentos no hay noticias de discordias entre los t lugartenientes) de Atila hijos ni luchas por el poder, y que los Aoyaoq o ~ n t z f i G ~ t o(grandes desaparecen de la escena. Orestes se fue hacia el occidente y parece que sirvió con distinción en algún cargo militar porque unos 20 años más tarde (475) Julio Nepos le nombró patricio y tuvo el mando supremo del ejército. Pero en este mismo año Orestes se sublevó contra el emperador y puso a su hijo, Rómulo, en el trono, gobernando el imperio como Aecio lo había hecho durante el reinado de Valentiniano 111. El año siguiente muere en Pavía y su hijo, derrocado, se retira a Nápoles. Se pierde la pista de Edeco hasta 469, cuando, a la cabeza de los Sciri y acompañado por su hijo Hunoulpho, se unieron con otras naciones en una gran conspiración contra los ostrogodos. Es derrotado por los ostrogodos bajo el mando de los hermanos de Valamiro, Theodimero y Vidimero, al lado del desconocido río Bolia, en Pannonia. Edeco podía haber muerto en esta batalla porque ya no se habla más de él. Su hijo Odoacro llega a Italia como jefe de una banda de mercenarios y será el primer emperador bárbaro773.Así, Rómulo, el último emperador romano (hijo de Orestes), será derrocado por Odoacro, el primer rey bárbaro (hijo de Edeco). Ambos padres habían sido los hombres de confianza de Atila en la época en que Prisco es parte de la embajada de Máximo a la corte huno.

Cuando los nuevos reyes hunos se retiraron a los dominios que les habían tocado en suerte su gran fuerza militar se vio inmediatamentemermada. Llegó a su fin la posibilidad de llevar a cabo acciones militares de gran envergadura. No hubo un líder supremo que pudiera coordinar las acciones bélicas. Se perdió la ventaja de poder reunir numerosos guerreros y llevar a cabo sus ataque rápidos. Se desintegró la unidad entre ellos y se volvieron a un estado de pueblos y tribus independientes, cada uno con sus propios intereses. Pocos meses después comenzaron a surgir entre ellos discordias «para obtener el mando del reino». Esas luchas, a su vez, animaron a algunos de los pueblos sometidos a rebelarse774.

773 Edeco: llamado Idico por JUAN DE ANTIOQUIA, frag. 209; Aedico según el ANONIMO VALESIANO, 45; Edica por JORDANES, Getica, LIV, 277, p. 130; MAENCHEN-HELFEN, The World of the Huns, p. 388, nV04: No cree que este es el mismo Edeco que estuvo en el campamento de Atila. Otro hijo de Edeco fue a Constantinopla y años más tarde llega a ser Magister militum de Ilíria. MUSSET, Las invasions, p. 23, dice que «Odoacro era sin duda un esciron, n 9 2 , p. 28, «algunos textos d m a n que era hénilo, de todos modos es un error creer que era huno». 774 PROSPERO, Chron., 453, 1370, pp. 482-3: «Muerto Atila en sus sedes, se incitaron primeramente grandes luchas entre sus hijos para obtener el reino, después algunas de las gentes que obedecían a los hunos, habiendo seguido los defectos dieron causas y ocasiones para las guerras por lo que aquellos ferocísimos pueblos se triturasen por mutuos

1. Comienzan las insurrecciones de los pueblos sometidos La batalla en el río Nedao Las revueltas comenzaron con los ostrogodos asentados en el valle del Theiss pero la gran sublevación contra los hunos -«hijos de Atila»- tuvo lugar en el 455 y fue encabezada por Ardarico, el rey de los gépidos, uno de los hombres de confianza de Atila775,y aliado durante la invasión de las Galias en 45 1. A ellos se unieron los sciros, los rugios, los hérulos y los suevos. Los ostrogodos, que parece ya eran libres, no tomaron parte en estas luchas, por los cual ~ ~ se ~ .menciona qué naciones se aliaron con los hunos ganaron la enemistad de los g é p i d ~ s NO pero éstos podrían haber sido los sciros, alanos, rugios y quizá algunos de los ostrogodos. Esta batalla, de mucha mayor importancia que la de los Campos Cataláunicos, tuvo lugar en las Jordanes narra como «la lanza del orillas de un río desconocido, llamado Nedao en Pannor~ia~~~. gépido, la espada del godo, la flecha del huno, la infantería sueva, las armas ligeras de los hérulos y las pesadas de los alanos se cruzaron», infligiendo gravísimas pérdidas, dicen que cayeron 30.000 hombres entre los hunos y sus aliados. Halló la muerte en esta batalla Ellac, el hijo mayor de Atila y gobernador de los Acatziros, cuyo fin su padre, amante de todo mérito, envidiara778.Bury piensa que Ardarico y sus aliados podían haber recibido apoyo por parte del emperador M a r ~ i a n o ~ ~ ~ .

El revocatio Pannoniarum Sidonio escribió en su panegírico del emperador Avito -su suegro- que éste recuperó «las Pannonias, perdidas durante muchas generaciones, por medio de una mera marcha»780.Sin embargo, esta afirmación es, sin duda, exagerar un acontecimiento de mucha menos importancia. Además de ser casi imposible después de su proclamación en Arles el 9 de julio del 455, marchar hacia el norte y este, cruzar Raetia y Noricum, someter a los bárbaros en Pannonia y entrar en Italia el 9 de septiembre del mismo año, una victoria y reconquista de esta magnitud seguramente sería una gran noticia (particularmente en este momento cuando el Imperio estaba perdiendo terreno ante los bárbaros -Roma había sido saqueada siete meses antes por los vándalos). Sin embargo, las crónicas no lo mencionan781.

775 JORDANES, Getica, L, 262, p. 126: haec causa Ardarici regis Gepidarum felix affuit diversis nationibus, qui Hunnorum regimini inviti famulabantur, eorumque diu rnaestissimos unimos ad helaritatem libertatis votivam erexit f...). 776 Los godos no participaron, como puevlo, en esta batalla, aunque es posible que algunos podían haberse unido a los hunos y otros con los rebeldes. MAENCHEN-HELFEN, O., The World of the Huns, p. 144; ALFOLDI, A., Der Untergang der Romerherrschaft in Pannonien, pp. 97-99; SCHMIDT, L., Die Ostgoten in Pannonien, p. 459; ENSSLIN, W., Theoderich der Grosse, p. 11; THOMPSON, E., A History of Attila and the Huns, p. 153. 777 Este río, en el sur de Pannonia, es desconocido pero es probablemente uno de los tributarios del río Sava. 778 JORDANES, Getica, L, 260-262, p. 125. 779 BURY, J., History of the Later Roman Empire, p. 296. 780 SIDONIO, Panegírico a Avitus, Vv, 589 y 590. 781 MAENCHEN-HELFEN, O., The World of the Huns, pp. 145-147: piensa que Pannonia no fue recuperada y que Avito probablemente se limitó a enviar algunos de sus oficiales en busca de reclutas para continuar la guerra contra los vándalos, igualque hace Marciano dos años más tarde.

La retirada de los hunos Tras la derrota y la muerte de Ellac, sus hermanos y la gran mayoría de los hunos se retiraron al otro lado de los Cárpatos hasta la orillas del mar Negro (Pontus Euxinus), donde 80 años antes sus antepasados habían entrado en la historia occidental aplastando al reino ostrogodo asentado allí. En este período, y en parte debido a la retirada de los hunos, tuvieron lugar grandes cambios geográficos de los pueblos bárbaros. Los gépidos ocuparon los dominios hunos de la Dacia (Transilvania) y las llanuras entre el Theiss y el Danubio, una zona, conocida como el cuadrilátero de oro por sus numerosas minas auríferas. Los ostrogodos fueron asentados por los romanos en la Pannonia septentrional como federados del imperio; los sarmatas y los cemandri y algunos de los hunos habitaron Castra Martis, en Ilírico; los rugios pidieron asentamiento en Bizye y Arcadiópolis; los sciros y los sadagarios y algunos de los alanos con su jefe (Candac), recibieron Scythia minor y Moesia inferior; los hérulos encontraron tierras entre los rugios y los sciros; y Emac, el hijo menor de Atila, se asentó en 1a.zona más lejana de Escitia menor, mientras sus parientes, Emnetzur y ~ ~ . la Vitzindur, ocuparon por la fuerza, Oescus, Vtus y Almus in Dacia R i p e n s i ~ ~Aunque mayoría de los hunos conservaron sus organización tribal, los que quedaron sin jefes se desparramaron por todas partes y Jordanes hace una clara distinción entre éstos, que tomaron por la fuerza los territorios, y los demás bárbaros, que recibieron nuevos lugares de asentamiento. 2. La primera guerra entre los godos y los hunos Sin embargo, el gran poder devastador de los hunos (ahora dividido en dos grandes bloques -uno en la Dobrogea, bajo el mando de E m a ~y~otro ~ ~en, Dacia Ripensis) no había disminuido, y su odio y deseos de venganza hacia los ostrogodos no tardaron en mostrarse. Los ostrogodos, aislados políticamente por los gépidos porque estos no les habían apoyado en su rebelión tuvieron que aguantar en solitario un ataque de los hunos entre el 455 y 456. Según Jordanes: «Los ostrogodos vivían en Pannonia bajo su rey, Valamiro, y sus hermanos Thiudimero y Vidimero. Aunque sus territorios estaban separados, su política era una (consilia tamen unita). Valarniro habitaba entre los ríos Scarniunga y Aqua nigra, Thiudimer cerca del lago Pelso y Vidimero entre los dos. Ahora, los hijos de Atila, considerando a los godos como desertores, llegando hasta ellos con el pretexto de buscar esclavos huidos, atacaron al pueblo de Valamiro sin que sus hermanos se enteraran del suceso. El rey consiguió repeler el ataque, aunque tenía 782 JORDANES, Getica, 263; Para más discusión sobre los desplazamientos de los hunos y los bárbaros ver: MACARTNEY, C., The End of the Huns, pp. 106-144; THOMPSON, E., A History of the Huns, p. 153; ALFOLDI, A,, Der Untergang, p. 100; SCHMIDT, L., «Die Ostgoten in Pannonien», p. 459; SCHONFELD, M., Worterbuch der Altgermanischen Personen und Volkernamen, pp. 275-286; HOLTHAUSEN, F., Gotisches Etymologisches Worterbuch, pp. 16 y 32. 783 Visto por Prisco en el banquete en la tienda de Atila durante la embajada de Maximino en 449. Parece que este hijo era el predilecto: «Los ojos de Atila se entemecieron mientras volvía hacía su hijo y le acarició la mejilla», porque los adivinos habían dicho que el poder huno atravesaría una gran crisis pero luego sería restaurado por Emac. PRISCO, p. 318.17.

pocos hombres, y eventualmente se sobrepuso al enemigo. Los hunos sobrevivientes huyeron a Escitia, a las orillas del río Danaber, que los hunos llaman en su propio lengua Var. Valamero envió un mensaje con las buenas noticias a su hermano Thiudimer, y el mismo día que llegó, el mensajero halló una alegría mayor: en ese día nació T e o d o r i ~ o » ~ ~ ~ . En el 461, Valamiro firmó un foedus con los romanos y recibió el subsidio annual de 300 libras de oro785. Los hunos, que habían buscado refugio al otro lado de los montes Cárpatos, no tardaron en cruzarlos de nuevo y volvieron a sus hogares en el valle del río Theiss. Pero esta vez no entraron en masa en plan de conquista sino más bien se infiltraron lentamente. Jordanes dice que un grupo se estableció junto con otros bárbaros en la vecindad de Castra Martis, que había caído bajo los hunos de Uldin muchos años antes y que Emnetzur y Ultzindur, dos familiares de Emac, recibieron tierras en la Dacia Ripensis desde la cual controlaron las fortalezas de Utus, Oescus y Almus. Debido a estos asentamientos se precipitaron en Romania otros gmpos de hunos que sometieron al imperio y que son conocidos como los Sacromontisi y los F o s s a t i ~ i ~ ~ ~ . Aunque el 457 será un año de relativa paz en las provincias balcánicas parece que los hunos continúan controlando ciertas zonas al sur del Danubio. A finales de este año el Emperador León envió una sacra a todos los obispos pidiendo su opinión sobre la validez de la consagración de Timoteo Aeluro como obispo de Alejandría. Sin embargo, no escribió a las provincias Dacia Ripensis, Moesia superior y Praevalitana, por lo cual se supone que la mayoría de la población romana y los clérigos habían huido de los h u n o ~ ~ ~ ~ . Para sus proyectadas campañas contra los vándalos, en el 458 el Emperador Occidental Mayoriano (457-461), «uniendo los pueblos que habitaban cerca de sus dominios, algunos por las armas y otros por sus palabras»788compuso un ejército casi exclusivamente de bárbaros, incluyendo algunos h u n o ~ ~ ~ ~ . Parte del plan de Mayoriano era enviar a Marcellinus, Conde de Dalmacia, a ocupar la isla de Sicilia y protejerla de las invasiones vándalas por mar (Véase más arriba, pp. 338-339). Gran parte de su ejército estaba compuesto de hunos, bajo el mando de un tal Tuldila (nombre germano), que mostraron ser tan infieles como los del emperador en Italia. Ricimero les sobornó

784 Getica, LII, 268 y 269; Es probablemente este conflicto el narrado en el Lay of Angantyr, la parte más antigua del Hervararsaga, y en el Widsith, un antiguo poema inglés compuesto en la segunda mitad del siglo VIi. Ver: CHAMBERS, R. (trad.), Widsith, Cambndge, 1912: HEUSLER, A. y RANISCH, W. (Ed.), Eddica Minora, Dortmund, 1903. 785 PRISCO, Except. Leg., 9. 786 JORDANES, Getica, L, 265 y 266, p. 126 y 127. 787 Estos, tras la caída de su Imperio, se desbandaron, ocupando tres ciudades en la Dacia Ripensis y dispersando por todas partes, invadieron la Romania: PRISCO, EL, 124, 13; ACO 11, p. 95 y 11, V, pp. 24-98; KRUGER, G., Realencyclopaedie für Protestantische Theologie und Kirche, pp. 377 y 378; MOELLER, C., Das Konzil von Chalcedon, 2, p. 668. 788 PRISCO, EL, 585,2-4. 789 SIDONIO, VV. 484-488: Bastarna, Suebus, Pannoniuus, Neurus, Chunus, Geta, Dacus, Halanus, Bellonotus, Rugus, Burgundius, Vesus, Alites, Bisalta, Ostrogotus, Procrustes, Sarmata, Moschus -1gunos de estos ya desaparecidos.

para que dejaran a Marcelino solo y este tuvo que regresar a Italia790.Los hunos han vuelto a ser los grupos divididos e inconstantes que fueron a su entrada en el mundo occidental.

3. La segunda guerra entre los godos y los hunos Unos diez años después de la muerte de Atila, hacia el año 463, Dengizech, otro hijo de Atila y denominado por Jordanes como el «rey de los hunos», estaba asentado con su grupo en el valle del Theiss. Pero, al recibir noticias que los Sadagi estaban siendo atacados por los ostrogodos, reunió a las pocas tribus todavía bajo su control, los Ultzinzures, los Angisciri, los Bittugures y los Bardores, y se puso en marcha. Llegando a la ciudad de Bassiana (entre Sirmium y Singidunum) en Pannonia, comenzaron a devastar todo el territorio circundante. Pero los ostrogodos cayeron sobre ellos y tuvieron una victoria tan contundente que los hunos fueron ~'. expulsados y los supervivientes «desde entonces hasta hoy» temen a los g ~ d o s ~Dengizech desaparece de la historia hasta el año 466. Prisco, en el último párrafo del fragmento 30, dice que hacia el 465, llegaron a Constantinopla embajadores de los pueblos Saraguri, Uguri (que habitaban las estepas del río Ural, y que darán origen a los pueblos búlgaro y húngaro), y de los Onoguri. Estos habían sido desplazados de sus territorios por los Sabiri, (asentados en el norte del Cáucaso), y que a su vez habían sido empujados de sus hábitats por un pueblo llamado los Avaros. Esta es la primera mención de este pueblo en la historia. Aparentemente los Avaros habían sido puestos en movimiento por «las gentes que vivían en las orillas del Océano, echados de sus hogares por una irrupción del mar y por una invasión de grifos que no dejarían de comer a la humanidad hasta que ni un hombre permaneció vivo». Así, se puede ver que unos 12 años después de la muerte de Atila, las estepas sufrieron una nueva convulsión de pueblos chocando contra pueblos, causando grandes desplazamientos y nuevas luchas. Los Acatziros, sometidos por Atila y que luego consiguieron su libertad, una vez más fueron dominados por gentes procedentes del oriente. El origen de esta nueva ola de tribus en marcha es desconocido; pudo ser en los territorios al norte y noreste de los Altai en la Siberia oriental o más cercano, en el área del mar Aral. Sea como sea, estos bloqueaban la retirada de los hunos derrotados hacia el este, y éstos tenían que permanecer, buscando un hogar, dentro de los territorios del enemigo. Pero no todos habían sido pacificados. Alrededor del año 466, un grupo, bajo el mando de Hormidac, ocuparon Sardica (Sofía) después de devastar todo el territorio circundante. Antemio, yerno del emperador Marciano y futuro emperador, les asedió en la ciudad con poco éxito. Sus tropas sufrieron de hambre y sed, probablemente debido a la devastación de los campos por 790 SIDONIO, Carm., V. 475: Obsequium gens una negat, quae nuper ab Histro rettulit indomitum solito truculentior agmen quod dominis per bella caret, pauloque superbo Tuldila plectendas in proelia suggerit iras. Tu tamen hanc differs poenam, sed sanguinis auctor maioris, dum parcis, eras. non pertulit ultra hoc pro te plus cauta manus vestrumque pudorum sprevit pro vobis; primi cadit hostia belli quisque rebellis erat; Prisco, frag. 29.

los hunos. Y éstos, también sufriendo de la escasez de víveres dentro de las murallas, decidieron salir y enfrentarse a las tropas romanas. En el primer choque de los ejércitos el comandante de la caballería romana desertó al enemigo pero Antemio siguió luchando con la infantería. El asedio terminó con un acuerdo entre los dos partes y la entrega del traidor. Se ha especulado que este oficial pudo haber sido un huno. Si es verdad que era un huno, este hecho muestra lo mucho que ha cambiado la situación -Atila nunca hubiera entregado un huno al enemigo sino lo hubiera castigado por traidor a su Es probablemente en el 466, unos 15 años tras la caída del imperio huno, cuando una embajada de los «hijos de Atila» llegó a Constantinopla. Los hunos querían llegar a un acuerdo por el cual les permitiera comerciar de nuevo en las ciudades de las orillas del Danubio. El cierre de estos mercados puede datar al reinado de Marciano, cuando reafirmó la prohibición de la venta de armas, armaduras y hierro a los bárbaros. Esa ley estaba vigente todavía en la época de Procopio, cien años más tarde. Pero el emperador León (457-474) no vio razón para permitir que un pueblo que había causado tanto daño obtuviera cualquier beneficio comercial con el imperio. Hubo deserciones entre los hunos cuando se enteraron de la decisión del emperador. Dengizech quería declarar la guerra pero su hermano, Emac, se negó a unirse con él, diciendo que él estaba demasiado ocupado con las revueltas de los saraguros dentro de sus dominios793.

4. La última invasión del Imperio romano por los hunos Así, Dengizech decidió marchar solo contra el imperio oriental. El Magister militum de Tracia, Anagastes, hijo de Arnegisclo quien luchó contra Atila años antes, vino a su encuentro en las orillas del Danubio. El huno, ignorando a una embajada enviada por Anagastes, envió una suya directamente al emperador, exigiendo tierra y dinero. El emperador León estaba en este momento dispuesto a alistar a los bárbaros en su ejército pero las negociaciones fracasaron y Dengizech invadió las provincias romanas en 467794. La guerra duró unos dos años. Para el 469 Marcellinus Comes escribió que «La cabeza de Dengizech, hijo de Atila, rey de los hunos, fue traída a Constantinopla». Y el Chronicon Pascua1 narra con un poco más detalle el final de esta campaña: «Dengizech, hijo de Atila, fue muerto por Anagastes, Magister Militum de Tracia. Su cabeza se envió a Constantinopla, trasladada en procesión a lo largo de

791 JORDANES, Getica, LLIII, 273, p. 128: ut iam ex illo tempore qui remanserunt Hunni et usque actenus Gothorum arma formident. 792 SIDONIO, Carm., 11,239, llamaba a estos grupos Scythicae vagae turba plagae, y decía: feritatis abundans, dira, rapaz, vehemens, ipsis quoque gentibus illic barbara barbaricis. SEECK, Untergang, VI, p. 358, fecha este incidente hacia el año 466 ó 467. SIDONIO, Carm., 11,269s; THOMPSON E., A History of Attila and the Huns, p. 155. 793 PRISCO, frag. 36. 794 GORDON, C., The Age of Attila, p. 135: piensa que el emperador estaba más dispuesto a negociar en este momento debido a la necesidad de protejer sus fronteras septentrionalesporque estaba preparando una ofensiva contra los vándalos en África; MAENCHEN-HELFEN, O., The World of the Huns, p. 166: ofrece la hipótesis del peligro de una repetición de los acontecimientos del año 376: un desplazamiento de los campesinos con el agravente de que los hunos necesitaban territorios mucho más amplios que los agricultores.

la vía Mesé, y colgada sobre un poste en la puerta del Xylokerkos. Toda la ciudad se acercó a verla dando vueltas a su alrededor»795. El principal grupo de los hunos estaba asentado, durante el reino de León (457-474) y de Zenón (474-491), en el área del valle del río Theiss y la desembocadura del Danubio. No todos participaron en las incursiones contra los territorios imperiales. Algunos, y quizá Ernac entre ellos, entraron al servicio del imperio. Hacia el 469, Chelchal, un huno, servía bajo el mando de Anagastes. Éste, durante unas negociaciones de paz, reunió a los jefes godos, diciendo que el emperador León estaba de acuerdo en cederles tierras dentro del imperio, pero que en realidad tenía la intención de beneficiar solamente a los hunos. Además les recordó el rencor que los godos siempre habían sentido hacia ellos y que sus antepasados juraron no pactar nunca con nómadas. Aunque él mismo era un huno, les revelaba las verdaderas intenciones del emperador porque él era amante de la verdad. Los godos le creyeron y comenzaron sospechar de la lealtad de sus aliados hunos. No tardó en surgir una lucha entre los dos grupos hasta que comprendieron que esto beneficiaba solamente al enemigo común y pactaron una nueva alianza contra el Imperio796. Debido a su gran prestigio como guerreros, después de la muerte de Atila el nombre «huno» llega a ser un término genérico que incluye a todos las nómadas procedentes de las estepas, sean hunos o no. Así, no es de extrañar que durante el reinado de Justiniano (527-565) se menciona a «mercenarios hunos» en el ejército romano bajo el mando de Belisario. Procopio de Caesarea, el historiador griego que acompañó a Belisario durante sus campañas relata: «(...) y A'igan era de nacimiento un masageta, pueblo que se llama ahora huno (...) y les siguieron alrededor de 400 herulos, encabezados por Pharas, y unos 600 aliados bárbaros de la nación Masageta, todos arqueros de caballería.» La táctica de los jinetes nómadas produjo una transformación del arte militar de Bizancio y de Persia: que dio un lugar cada vez más amplio a los arqueros montad o ~ ~ ~ ~ . Así, desapareció el gran poderío huno pero nunca se borró el nombre ni el temor que provocaba. La mayoría de los hunos volvieron a agruparse en tribus y clanes similares a los de aquellos tiempos cuando penetraron en el occidente, o a mezclarse individualmente con los otros pueblos bárbaros. Sin embargo, a pesar de su erradicación como pueblo, los hunos no desaparecieron y la «sangre huna» circuló durante muchos decenios, por la historia del Imperio de oriente798.Muchos entraron en el ejército romano, y algunos de los grandes personajes de la historia, que aun es romana, tendrán sangre huna» - o de estrechos lazos hérulo-huno. Jordanes, en el siglo VI, menciona uno de estos llamado Mundo (Munzuc o Mundiuch), que decía ser descendiente de Atila, pero no se halla ningún dato que respalde esta declaración. Según Musset (p. 138) era un mestizo de huno y gépido. Este jefe huno, a la cabeza de una tribu de hérulos y hunos desterrados y fugitivos, poco disciplinados pero extremamente capaces, se alía con Teodorico y con el emperador Justiniano. En 526, año en el que muere Teodorico, Mundo es ya uno de los generales romanos de más 795 Chron. Pascual, 3, p. 598; MARCELLINUS COMES, Chron., a.469: caput Denzicix Hunnorum regis Attilae filii Constantinopolim adlatum est. 796 PRISCO, frag. 39. 797 PROCOPIO, BG, 111, XI; MUSSET, L., op.cit., p. 18. 798 BUSSAGLI, M., Atila, p. 195.

renombre y desde 530 es Magister militum de Iliria. Sus mercenarios lucharon al lado de Belisario en Persia y tuvieron una actuación decisiva en la revuelta Nika, en Constantinopla en el 532. Murió trágicamente combatiendo, sin coraza ni escudo, tratando de vengar la muerte de su único hijo.

nam hic Mundo de Attilanis quondam origine descendens Gepidarum gentem fugiens ultra Danubium in incultis locis sine ullis terrae cultoribus divagatus et plerisque abactoribus scamarisque et latronibus undecumque collectis turrem quae Herta dicitur super Canubii ripam positam occupans ibique agresti ritu praedaeque innectens vicinis regem se suis grassatoribus fecerat. Hunc ergo pene desperatum et iam de traditione sua deliberantem Petza subvenierna e manibus Saviniani eripuit, suoque regi Theodorico cum gratiarum actione fecit subie~tum'~~.

799 JORDANES, Getica, LVIII, 301.

XIII. ASPECTOS CULTURALES

Casi todas las narraciones históricas sobre los hunos son recopilaciones más o menos detalladas de lo contado por los autores antiguos, griegos, romanos y galos. Los historiadores modernos sólo introducen modificaciones basadas las menos en hallazgos arqueológicos y las más en las teorías de su tiempo sobre la evolución social; de aquí deducen sus supuestas metas políticas y analizan su influencia sobre el Imperio Romano; ciertamente ello nos permite conocer mejor los movimientos de los hunos, su expansión, y su participación en los acontecimientos pero siguen diciéndonos muy poco sobre su cultura y sobre como ésta evolucionó. Quizá el mayor problema para el conocimiento de la cultura huna, sea la naturaleza de las fuentes disponibles, representadas principalmente por Amiano Marcelino, Próspero, Prisco, Salviano, Casiodoro y Jordanes, todos ellos historiadores contemporáneos de los acontecimientos narrados, viviendo dentro de una cultura que consideraban superior a todas las demás, y con tanta coincidencia en las fuentes hizo que conceptos y lenguaje de claro matiz etnocentristagoO; sus discrepancias se limitasen a los hechos pero sus opiniones fueran enormemente semejantes, lo cual añadía una inmerecida verosimilitud, causa de que fuesen recopiadas generación tras generación e, incluso, siguen siendo utilizadas hoy; «salvajismo» y «barbarie» se usa con relativa facilidad al referirse a los hunos.

1. La necesidad de un nuevo enfoque etnológico Quizá con un nuevo enfoque, utilizando los métodos antropológicos desarrollados durante el último siglo, podemos acercarnos más a este pueblo y encontrar respuestas a las cuestiones más complicadas (y menos documentadas): el por qué de su «extraña» vida, sus motivaciones, cómo era su cultura, etc. La suya era una vida extraña para todos los occidentales, incluyendo a los bárbaros pero quizá no tanto para otros pueblos nómadas. 800 M. HARRIS define el 807.

Paralelo a este enfoque antropológico, y basándose en los estudios lingüísticos, etnológicos y los hallazgos arqueológicos, es posible un acercamiento a cierto aspecto de la vida huna que todavía no ha sido tratado con gran profundidad, que es la religión. Este elemento de la cultura huna es extremadamente difícil de abordar ya que no dejaron ni monumentos ni documentos escritos, y, quizá, tengamos que limitarnos a buscar las respuestas menos inverosímiles, entre las posibles. Los investigadores de las lenguas indoeuropeas fueron los primeros que abrieron un camino en este campo, en su búsqueda del lugar de origen de las lenguas indoeuropeas. Los gramáticos y filólogos pronto se percataron de que «la comunidad de lenguaje podía concebirse desde tiempos muy remotos, sin unidad de raza ni unidad política, pero no sin un mínimo de civilización común, tanto de civilización intelectual, espiritual, como de civilización material»808.Unos hombres que compartían un hábitat natural común tendrían una misma concepción del mundo y unas respuestas similares (mitos-ritos); además, por su proximidad, un lenguaje casi común. Estos primeros lingüistas llevaron a cabo un estudio sobre la mitología comparada, por ser estos textos los más numerosos. Aunque sean de gran ayuda, muchos de sus métodos y conclusiones no son aceptables hoy, habida cuenta de que no se puede estudiar la mitología de un pueblo aisladamente, sin tener en cuenta su historia y su posterior evolución. Así, tomando como base la suposición de que todas los tribus nómadas de los territorios bajo estudio tuvieron creencias parecidas, y similares a las de sus vecinos sedentarios, se puede esperar que algunos de estos mitos han sobrevivido de alguna forma en los mitos y leyendas de los grupos que ocupan hoy los territorios que ellos habitaron. El principal problema con que se enfrenta uno en este momento es «cómo» interpretar los ritos; desde las investigaciones de Frazer se ha mostrado que interpretaciones puramente intui805 HARRIS, M., op. cit.,p. 540 y 541. 806 HARRIS, M., op. cit., pp. 548 y 552. 807 JORGENSON, J., «On Ethics and Anthropologyn, Current Anthropology, 12, (3), pp. 321-334.

tivas no son fiables. El antropólogo Levi-Strauss recomienda que, si uno busca el significado de un rito o mito, debe preocuparse de la «estructura» - e s decir, las relaciones entre las distintas partes y las de éstas con la totalidad809.Así, la tarea en este campo hoy es la de juntar los fragmentos narrados en las fuentes e intentar interpretarlos con la ayuda de las costumbres y creencias que han sobrevivido en estas partes del mundo. Un estudio en profundidad desborda por completo mis posibilidades y el propósito de este trabajo. Sin embargo, quizá un rápido repaso y resumen de los elementos y conceptos religiosos así como la inclusión de algunos mitos y leyendas de los pueblos que habitaban estos territorios puedan dar un poco de luz sobre fragmentos que hallamos en las fuentes. Con ellos en mente quizá algunos cambios que observamos en la sociedad huna tengan un nuevo enfoque y no parezcan tan drásticos o extraños a su modo de vida. Con miras a entender la religiosidad de los hunos parece oportuno revisar algunos conceptos referidos a la religión, y obligado el ocuparnos de las ideas religiosas de los pueblos con los que se asemejaban o convivían.

1. Resumen de conceptos

1

Uno de los problemas con que nos enfrentamos es la diferencia en el significado que puede tener el término «religión» en el mundo moderno y en el de los nómadas de hace 1.500 años (o solamente de hace 500). En un diccionario de hoy podemos encontrar la siguiente definición de la religión: «Conjunto de las creencias sobre Dios y lo que espera el hombre después de la muerte, y de los cultos y prácticas relacionadas con esas creencias». M. Eliade810,explica que toda definición del fenómeno religioso opone lo sagrado y la vida religiosa a lo profano y la vida secular. Surgen dificultades teóricas y de orden práctico para delimitar los dos porque en algunas culturas no se puede observar una clara diferencia entre lo natural y lo sobrenatural y, a veces, los dos se mezclan. Según M. Eliade, la creencia en un ser divino celeste, creador del universo y que garantiza la fecundidad de la tierra en forma de lluvia, es casi universal, aunque no se puede afirmar que haya sido la primera y única creencia del hombre primitivo. El hábitat por excelencia de este ser divino será el cielo, que no sólo cubre todo sino que se revela tal como es: infinito y trascendente. Debido a que estas regiones superiores celestes no son accesibles al hombre, se convirtieron naturalmente en el dominio de las fuerzas y de los seres sobrehumanos y el altísimo se convierte en un atributo de la divinidad. El simple hecho de ser «elevado», de encontrarse en «lo alto», significa ser «poderoso»811. a) Hierofanias

Como todas las sociedades tienen sus creencias, símbolos y rituales sagrados que se oponen a los acontecimientos ordinarios o profanos, el siguiente problema es distinguir entre lo que es 808 DUMÉZIL, G., Mito y epopeya, p. 9. 809 HUMPHREY, C., Some Ritual Techniques in the Buil-cult of the Buriat Mongols, p. 15. 810 Tratado de historia de las religiones, p. 28. 81 1 ELIADE, M., pp. 79-89. En las páginas 154 a 166 se halla un bibliografía muy completa de estudios sobre la religión de los pueblos antiguos.

sagrado y lo que no es, recordando siempre que lo sagrado puede manifestarse en cualquier objeto profano. Para demarcar entre los dos se necesita disponer de una cantidad suficiente de «hechos sagrados», o Hierofanias (expresan una modalidad de lo sagrado). Estos pueden tener formas muy heterogéneas, varían de una sociedad a otra. Hay que tomar en cuenta: las formas divinas, los mitos, los objetos sagrados, los símbolos (ideogramas), los animales, las plantas, los hombres consagrados, los lugares, ritos, las cosmologías, los teologúmenos, y acontecimientos cósmicos, biológicos, o sociales, e t ~ . ~ l ~ . Toda hierofanía manifiesta la existencia de las dos esencias opuestas: sagradalprofana, espíritulmateria, eternolno eterno. Debido a que estas manifestaciones están enraizadas dentro de una situación histórica determinada es comprensible que, frecuentemente, el significado de éstos y su relación con la experiencia religiosa no sean muy claras para los investigadores8I3. El hecho de que cualquier objeto, como por ejemplo una piedra, puede convertirse en una hierofanta no significa que todas las piedras fueran consideradas sagradas. Los objetos se convierten en elementos sagrados en la medida en que incorporan algo distinto de sí mismos, una fuerza poderosa. Esta fuerza ha recibido numerosas denominaciones entre las cuales están el animismo, el mana, y el alma.

b) El animismo El animismo es la creencia de que dentro de un objeto material hay una fuerza invisible e intangible - e l alma. Tylor en su libro Primitive Culture, publicado en año 1871, desarrolló la tesis de que la idea básica del alma fue inventada para explicar todos los fenómenos cotidianos pero enigmáticos, como los sueños, los trances, las visiones, las sombras y los reflejos. Una vez que fue establecida, esta idea básica fue ampliada, dando lugar a toda una variedad de seres sobrenaturales, incluidas las almas de los animales, plantas y otros objetos materiales.así como los dioses, demonios, espíritus, diablos, espectros, santos, hadas, duendes, gnomos, ángeles, etc. Hoy sabemos que la religión es mucho más que un intento de explicar fenómenos enigmáticos, que cumple una gran diversidad de funciones económicas, políticas y psicológicas814. c) El

animatismo y el mana

En el año 1914, R. Marett, acuñó el término Animatismo para designar una fuerza sobrenatural que no deriva su efecto de las almas. La posesión de una fuerza animatista concentrada puede dar a algunos objetos, animales o personas 'poderes extraordinarios independientes del poder proveniente de las almas y de los dioses. El Mana, según M. Eliade es para los melanesios la fuerza misteriosa y poderosa que poseen ciertos individuos y generalmente, las almas de los muertos, y todos los espíritus. No es una fuerza impersonal y no puede aplicarse a objetos inanimados. Tampoco es una noción universal. Muy interesantes son los ejemplos que M. Harris cita que muestran la existencia, quizá subconsciente, hoy en día de la «creencia» en estos poderes. Por ejemplo: los jabones y detergentes limpian gracias a su «poder de limpieza>P5. 812 813 814 815

HUMPHREY, C., op. cit.,pp. 15-25. HARRIS, M, op. cit., p. 436; ELIADE, M, op. cit., pp. 31,42,59 Y 61. HARRIS, M., op. cit., pp. 433 y 434. HARRIS, M., p. 435; ELIADE, M., p. 49.

d) Religión y magia Otro problema es la relación entre religión y magia. Para M. Eliade las dos siempre van juntas hasta en las sociedades más avanzadas (p. 53). J. Frazer en The Golden Bough dijo que lo que define si una creencia concreta es religiosa o no depende del grado en que los participantes crean poder lograr que una entidad o fuerza obedezca sus Órdenes. si la actitud de la persona es de humildad e incertidumbre y se inclina a suplicar y pedir favores y concesiones, entonces sus creencias y acciones son básicamente religiosas. Pero si el hombre actúa como si controlase la situación, y la fuerza que rige los acontecimientos, que no tiene dudas sobre el resultado y que en lugar de suplicar exige, no hay duda de que sus prácticas y creencias son ejemplos de magia. e) ClasiLficación de los cultos A. Wallace, distingue cuatro variedades principales de cultos religiosos816: (a) Cultos individualistas: donde cada individuo es un especialista que establece relaciones personales con los seres y fuerzas sobrenaturales según su necesidad (como protección). No parece existir ninguna cultura con una religión totalmente individualista. (b) Cultos chamanistas: chamán es una palabra de los pueblos de Siberia para designar al especialista religioso con dedicación a tiempo parcial. En sus usos transculturales se aplica a individuos que actúan como adivinos, curanderos, mediums espiritualistas y magos a cambio de regalos, honorarios, prestigio y poder; se les reconoce capacidades especiales para entrar en contacto con seres espirituales y controlar las fuerzas sobrenaturales. J.P. Roux advierte contra la tendencia de llamar «chamanismo» a todo lo que tiene algún vago parecido con él. Su papel se centra en tres aspectos «religiosos»: «el viaje al cielo» mediante el trance; el establecimiento de lazos con los animales y espíritus zoomórficos y la búsqueda de objetivos concretos, como la curación o la predicción del futuro. «No hay pruebas en las fuentes de su existencia antes de la era cristiana. El término hsiungnu para chamán, Kam (en las palabras Eshkam y A t ~ k a m )no ~ ~aparece ~, en las fuentes chinas hasta el siglo IX, y es a partir del siglo X cuando la institución se extiende rápidamente. Tampoco se ha mostrado sin lugar a duda que la Bokalabra de los ávaros es la turca Bogü (brujo). Bogü es frecuentemente confundido con: BukalBuga que significa toro: Bugu (ciervo): y Buku (nudo de árbol)- todos los cuales juegan un papel importante en los mitos de estos pueblos nómadas»818. (c) Cultos comunitarios: Las formas de las creencias y prácticas se vuelven más elaboradas. Grupos de no especialistas organizados en términos de grados de edad, sociedades de hombres, clanes o linajes asumen la responsabilidad de celebrar, regular y ocasionalmente, rituales considerados esenciales para su propio bienestar o para la supervivencia de la sociedad. No hay especialistas religiosos con dedicación plena. (d) Cultos eclesiásticos: implica un sacerdocio o clero profesional con dedicación plena que forman una burocracia que monopoliza la celebración de ciertos ritos en nombre de individuos, grupos y la sociedad entera. Normalmente están estrechamente vinculados a sistemas políticos 816 Religion: An Antropological View, N.Y., 1966. 817 NEMETH, «Über den Urspning des Wortes Samann, p. 242. 818 ROUX, J., «La religion des peuples de la Steppen, pp. 518 y 519.

de nivel estatal (aunque también pueden entrar en conflicto con la clase dirigente). «Es evidente que este tipo de culto sería incompatible con la infraestructura y la economía política de los cazadores y recolectores como también la compleja base astronómica y matemática de las creencias y rituales eclesiástico^»^'^. Un ingrediente importante en estas religiones es que subraya la necesidad de que los seres humanos sean caritativos y compasivos con los débiles y los pobres, lo que favorece la conversión de los conquistados, con una mejora de la economía propia: dejar a las poblaciones enemigas en sus territorios y obligarles a que aportaran impuestos, tributos y mano de obra. Juega un papel importante en los cultos eclesiásticos el concepto de la «revitalización».Las creencias y rituales tienden a preocuparse de alcanzar una mejora drástica en las condiciones inmediatas de la vida y/o en la perspectiva de un vida futura: un proceso de interacción política y religiosa entre una casta, clase, minoría u otro grupo social necesitado y subordinado y un grupo dominante. Algunas hacen hincapié en las actitudes pasivas, la adopción de prácticas culturales antiguas en vez de nuevas o la salvación como recompensa después de la muerte; otros preconizan una resistencia más o menos abierta a una acción política o militar agresivaEz0. 2. La religión de los puebios estepariosEZ1 Después de la ya comentada falta de textos escritos propios el principal problema es que las estepas han constituido la vía de paso de todas las grandes religiones (el Budismo, el Mazdeísmo, el Taoísmo y, más tardío, el Cristianismo). Así, no es sorprendente que ciertos elementos fueran aceptados por unos grupos y pasados a otros hacia el occidente y hacia el oriente. Por ejemplo, el culto al fuego, de origen iraní, aparece perfectamente asimilado desde una fecha remota y llega hasta China; y el calendario chino de los Doce Animales está atestiguado en Ucrania desde el siglo VI822. El hecho de que los nómadas son muy constantes (conservadores) en sus creencias, permite comparar la información dada en las fuentes antiguas con la creencias que existen en esta zona hoy en día; se han encontrado ciertos hechos religiosos entre los nómadas de la Turquía meridional idénticos a los descritos en el siglo VIII, a pesar de que este pueblo está inserto durante siete siglos en el mundo Pero, ¿basándose en lo parecido de costumbres y lingüísticas, se puede llegar a la conclusión de que existía también una religión común? ¿Es una estructura iraní o escita comparable con una siberiana o altaica? Parece que no, aunque existían ciertos elementos similares, por la naturaleza de su hábitat común. J.P. Roux explica que hubo una diferencia no sólo entke la religión del pueblo llano (que tendía al politeísmo) y la de los dirigentes (monoteísmo) sino también en función de la estructura política -los clanes independientes casi siempre son totemistas.

819 HARRIS, M., op. cit., p. 461. 820 HARRIS, M., op. cit., p. 466. 821 Basado en el trabajo de J. P. Roux, op. cit., pp. 513-532. 822 CHAVANNES, E., Toung Pao (1906) y Documents sur les Tou-kiue (Turcs), 1903; TURAN, O., On Iki Hayvanli Türk Takvimi, Istambul, 1941; BAZIN, L., Les Calendriers Turcs anciens et medievals, (Ser. reproducción des theses, Univ. de Lille, 111, 1974, pp. 154-156. 823 ROUX, J.P., Les traditions des nomades de la Turquie meridional, 1970.

3. Algunos mitos y leyendas Para el estudio de los mitos y leyendas de los nómadas hemos dividido los pueblos en tres grandes grupos: a) los uralo-altáicos; b) los pueblos bálticos y c) los osetas, asentados en el Cáucaso.

a) Los pueblos uralo-altaicos En este grupo se hallan los turcos, los mongoles y los de habla tungás-manchu, con un parentesco lingüístico y cultural, que habitaban la zona septentrional de la Gran Muralla. Probablemente pertenecían a este grupo en la antigüedad varios pueblos oriundos de Asia Central conocidos como escitas, sármatas y hunosSz4.Entre ellos se observa la creencia en una divinidad suprema, creador, que reside en «lo alto»825y que es descrito como «luminoso», «blanco», e t ~ . ~ ~ ~ . «Los atributos de ser no sólo creadores y todopoderosos, sino también sabios puede ser la causa de que, en muchos casos, se hayan transformado en figuras abstractas que explican la unidad cósmica y por los cuales se puede obtener una comprehensión global del mundo. En general, este ser supremo cede su lugar en todas partes a otras realidades religiosas y es sustituido por un derniurgo creado por él (que arregla y organiza el mundo en nombre del ser supremo y con arreglo a sus dictados) o por una divinidad solar. «Se pasa de la pasividad y distancia de los seres celestes a formas religiosas dinámicas, eficientes, y fácilmente accesibles. La vida inmediata del hombre se impregna cada vez más de sacralidad. Las creencias en el mana, el animismo, el totemismo, la devoción a los espíritus de los muertos y a las divinidades locales colocan al hombre en una posición religiosa distinta de la que tenía frente al ser supremo celeste»827. Los mitos casi universales de ascensión serían quizá el resultado natural de la evolución anteriormente mencionada - un enlace o modo de comunicación entre el cielo y los mortales. La ascensión permanente de los «buenos» que conocían las necesidades de la humanidad y podían interceder por ellos ante el dios supremo y las ascensiones temporales llevadas a cabo por los chamanes, llevando las plegarias al cielo y trayendo de vuelta a la tierra las respuestas o mandatos. Estas tribus vagantes, quizá más que los pueblos sedentarios, estaban muy influenciadas por los fenómenos naturales. Los meteoros fueron considerados como una grieta en el cielo por el cual se podía elevar una petición a la divinidad del otro lado. Hoy en día los hombres más civilizados todavía formulan un deseo, o elevan una petición a una fuerza inconcreta cuando ven

824 BRANDON, S., Diccionario de Religiones. 825 HARVA, Die religiosen Vorstellungen der Altaischen Volker, p. 144; KARJALAWEN, Die religion der Jugra-volker, p. 149; ELIADE, M., op. cit., pp. 93 y 96. Los beltires elevan sus plegarias al «misericordiosísimo Khan» (Kaira-kan y al «jefe». Los tártaros de Minussinsk llaman al dios supremo creador de la tierra»; etc. Los yakutos, «el sabio dueño creador* (urün ajy tojon) o el «muy alto dueño» (ar tojon); los tártaros del altai, «el grande* (ülgan)o el muy grande (bai ülgan). El que lo ve y lo sabe todo, puede y es todo. 826 KARJALAWEN, K., op. cit., pp. 250 y 254. El nombre más frecuente entre los ostiaks y los voguls es Numturem, «Turem el alto» o «Turem el que mora en los alto», y añaden al nombre de Turem los calificativos «grande», «luminoso», «dorado», «blanco», «altísimo», «dueño» y «señor», «padre mío», «dorada luz», etc. El Numi-tarem de los voguls no es sólo el creador, sino además el civilizador de la humanidad, el que enseña a los hombres a pescar, etc. 827 ELIADE, M., op. cit., pp. 87,92 y 93.

«una estrella cayendo». El trueno fue desde un principio el atributo esencial de las divindades uránicas. A veces se singulariza y adquiere especial autonomía y el rayo es en todas las mitologías el arma del dios del cielo; todo lo que cae de las regiones superiores participa de la sacralidad uránica; por eso se veneraba a los meteoritos828.

(1) Los mongoles y los turcos El dios supremo mongol, creador de todas las cosas se llamaba Tengri, que significa «cielo». El reinaba sobre el universo desde lo más alto donde podía ver todo. Así, cuando los mongoles hacen un juramento, proclaman: 9~~. 2. El arte de las estepas El arte bárbaro que se desarrolla en el occidente a partir de las «invasiones de los nómadas» incorpora muchos elementos procedentes de las estepas y será una fusión de elementos asiáticos y nórdicosgw.La primera impresión que da es la de un arte muy estereotipado. Su estilo en este período ya estuvo fijado desde mucho antes y es el resultado de la mezcla de muchas fuentesg0'. El arte de las estepas, que ya ha tomado forma desde el siglo X a.C, será difundido a través de Europa por los volkerwanderung (migraciones de pueblos) a partir de la llegada de los hunos. Es un arte enigmático, muy mal definido. Según R. HuyghegM,se incluye todo lo que no cuadra con el mundo occidental, el indio o el chino y se halla en los grandes temtorios con fronteras con estas grandes culturas antiguas. Para este autor, este arte, que florece con la difusión de la metalurgia, tuvo su origen en las regiones próximas del Cáucaso903en los siglos XX a XIV a.c., y fue llevado hacia el oriente por los nómadas. Por medio de los centros metalúrgicos de Siberia (Pazyryk, Minusinsk, y Katanga) este arte fue transmitido a Mongolia, Siberia oriental y el norte de China. Algunos de los ejemplos más antiguos proceden de Irán (Tepe Hisar, Tepe Sialk, Tepe Guiyan, Susa, Tell-i-Burkum cerca de Persépolis), que demuestran una elegante estilización de las figuras animales, que son reducidos a formas casi geométricas, y Siria donde predomina el realismo. Sobre ellos actúa una influencia nórdica, la de los Kasitas que llegan de la región del Caspio en los siglos XVIII-XII (que será conocido como el arte de Luristán). R. Groussetgo4 -

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897 BOSI, F., «Alcuni aspetti della Cultura matenale Unna negli auton Tardoantichh, Studi in Memoria di Giuseppe Bovini, 1989, p. 109, n"0. 898 SCHRIEBER, J., op. cit., p. 78. 899 BOSI, F., op. cit., p. 111: De los famosos lazos, por ser de materiales perecederos, no se han encontrado restos. En las excavaciones de estas tumbas se ha comprobado un hecho muy significativo: que los hunos y sus caballos entraban en combate sin coraza, y por eso la mayor mbilidad del caballo no impedido por el peso de la armadura, que permitía su famosa rapidez de ataque y huida; ZOSIMO, IV, 20.4; AMIANO MARCELINO, XXXI, 2.9. 900 Historia del arte, Ed. Salvat, p. 157. 901 Cambridge Ancient History, p. 101. 902 El arte y el hombre, p. 229. 903 Para M. BUSSAGLI, p. 742, nace en el arte Saka y escita, que ocupaban las estepas que lindan con el desierto de Takiamakan y se extienden hasta la orilla septemtnonal del Mar Negro. 904 L'Empire des Steppes, p. 43.

observa una doble corriente en la estética esteparia: primero un arte naturalista con raíces en el arte asirio, arqueménida y griego, y un arte decorativo que transforma lo naturalista por motivos puramente decorativos. El tema más frecuente son los animales: ciervos (al galope-tendido, fig. 4A), alces, lobos (fig. 4B), e animales fantásticos como grifos y otros producidos por la mezcla de partes de animales distintos en uno solo. Ya mucho antes de los escitas, que emigran desde los territorios del nordeste del Caspio y se instalan en la Rusia meridional en el siglo VI1 a.c., hay un arte animalista muy difundido por las estepas. Es un arte realista pero muy simplificado y parece que su principal objetivo es la decoración. Los animales tuvieron entre los nómadas una importancia primordial. Su existencia dependía de los animales de una forma u otra y no extraña que formen parte de sus creencias religiosas; por ejemplo, que las fuerzas sobrenaturales tomaban posesión de los cuerpos de los animales o que adaptaban su forma; los convierten en el libro de lectura del futuro; los animales salvajes inofensivos, como los ciervos (fig. 5 ) , tuvieron una función en la religión popular, porque un espíritu benigno se apropió con mucho gusto de este libre e inofensivo animal; recordemos el ciervo que guió a los hunos hacía el occidente. H. Schrieber considera que estas pequeñas imágenes esquematizadas y entrelazadas, pueden ser representaciones de animales totémicos, y fueron por eso llevados como amuletos para protegerse del mal o propiciar la buena caza, o la lluvia, e t ~ . ~ O ~ .

Entre los hallazgos en el occidente, la figura del águila surge más que otros símbolos. Sin embargo en Asia central este ave no es el animal predominante hasta el tiempo en que los hunos entran en contacto con los occidentales, donde fue el elemento característico de la soberanía, símbolo del dios supremo tanto de Zeus como del Indra y Visnú indio y del dios de la religión antigua persa, Ahura Mazda. Para los antiguos el águila tuvo una estrecha relación con el trueno y el relámpago. Según la antigua creencia popular, sujetaba en sus garras un haz de relámpagos y truenos y se puede ver brillar su pico hasta entre las más espesas nubes. Los hunos, como tantos otros pueblos de las estepas, estuvieron impotentes en sus tiendas a merced de los violentos elementos naturales, donde notaron por la fuerza las características especiales del pájaro, del rayo y de la tormenta, que consideraban divinas. Sin embargo, a pesar de ser una manifestación venerada, no puede ser invocada de modo indiscriminado. Es sólo al volcarse contra las ciudades de Europa, cuando sus guerreros encontraron que las legiones romanas portaban, como insignia de guerra, el águila906. «La predominancia del uso del águila como motivo figurativo en los materiales excavados del periodo de Attila, es una señal de que este ave adquirió una particular importancia como ave totémica o simbólica, representando la divinidad suprema, creadora del universo». Puede ser que se convirtiera también en el emblema de los jefes y reyes hunos (ver fig. 15), como ya lo era del emperador romano y de las legiones. Es evidente, por los restos hallados en las tumbas de hombres y mujeres de la clase alta, que 905 SCHRIEBER, H., Gli Unni, pp. 74 y 75. 906 SCHRIEBER, H., op. cit.,pp. 76 y 77.

Fig. 4 A. Reno de oro. Cáucaso, siglos VI a IV a.c. Museo del Ermitage, Leningrado.

el águila adquirió una amplia difusión entre los nómadas-jinetes hunos. Se representa sobre las armas, cinturones, placas, enjaezamientos de los caballos y también en colgantes. En general se trata sólo de cabezas del rapaz, pero ya en lo que se denomina el «arte bárbaro» se hallan con mucha más frecuencia imágenes enteras. Este repertorio se explica sólo con la excepcional importancia del águila en la cosmología mágica de las clases dominantes, cuyas tumbas de corredores pnncipescos presentan tanta afinidad del inventario del Kasahstanal Baciono viennian907. Hay un retorcimiento de líneas y estilización realista que mantiene el modelado de los cuerpos «las composiciones dibujan sagaces líneas geométricas pero no desaparece jamás el movimiento y la tensión»908.Los hunos combinan las «torsiones» de las figuras de los territorios chino siberiano y las composiciones «embrolladas» de los escitas y de los sármatas, pero conservan un cierto realismo asombroso (fig. 6). Esta decoración llega a tal punto que los animales se pierden en la decoración de cuerpos retorcidos. Los cuernos y cornetas y el pelo de los caballos forman espirales y bucles y, junto con las colas, emergen del follaje cabezas de pájaros, grifos, e t ~ . ~(ver " fig. 3). 907 WERNER, J. y SCHRIEBER,H.,op. cit.,p. 76. 908 HUYGHE, R., op. cit., p. 230. 909 BUSSAGLI, M., ~Definizionecritica del concetto di «Arte delle steppe», p. 743: Basándose en un relato de Herodoto (IV, 71-75) que de-scribe el uso de alucinógenos por los escitas, y en los testimonios literarios de escritores que experimentaron con estas drogas (Theophile Gautier y Ch. Baudelaire), «que muestran que los efectos alucinógenos de estas drogas alteran la realidad de manera similar a la conocida zootassie del arte escita* (injertos de animales de otras especies sobre el cuerpo del animal estilizado), piensa que el uso de estas drogas por los artesanos podían ser la base de la creación de las formas fantásticas y compuestas».

Fig. 4 B. Cabeza de lobo de bronce. Siglos V a 111 a.c. Museo Cernuschi, Paris.

Fig. 5 A. Ciervo de bronce; colgante. Región de Minusinsk; siglos VIII a III a.c. Museo Cernuschi, Paris.

Fig. 5 B. Ciervo de oro. Kul-oba, Crimea; siglo V a.c. Museo del Ermitage, Leningrado.

Fig. 5 C. Ciervo de oro. Soldhalompuszta, Hungría; siglo V a.c. Museo de Budapest.

Fig. 6A. Hebilla de oro. Mide 12,5 x 8,3 cm. Animal fantástico, con cuerpo felino, alas y corneta de antílope, matando un caballo. Región del Don, Siberia; siglos IV a III a.c. Museo del Ermitage, S. Petersburgo.

a ; III a.c. a III d.C. Metropolitan Museum, New York. Fig. 6B. Hebilla de bronce. ~ o n ~ o l isiglos

b) Los espejos

Estos pequeños objetos de bronce, estaban muy difundidos desde China (los espejos chinos fueron muy estimados y copiados, especialmente los de la dinastía Han) hasta el Occidente. Además de una utilidad cotidiana probablemente tuvieron un poder mágico para estos pueblos: casi todos proceden de tumbas. Hasta se han hallado fragmentos cuyos bordes lisos muestran que fueron utilizados a pesar de estar rotos. Los «espejos colgantes» (ver fig. 1) que los sármatas extendieron por las estepas entre el Volga y el bajo Danubio durante los siglos 1 a.C a IV d.C., son pequeños discos de bronce, frecuentemente plateados en el lado liso, con un alto contenido de zinc, y se llevaba colgando del cuello por una cuerda que pasaba por una perforación en el apéndide (orejuela). Los «loop mirrors» difieren de los anteriores en que la cuerda pasaba por un anillo o pomo en la parte posterior del espejo. La decoración es monótona, líneas en relieve. Estos eran los

espejos de los sármatas orientales con quienes los hunos se aliaron cerca del río Don y así estos objetos llegaron al occidente con los hunos, aunque no parece que los utilizaron. Su número es muy escaso en las tumbas en Hungría y el valle del Danubio. C)

Los calderos de bronce

Los calderos de bronce han sido tema de gran interés para los arqueólogos desde el siglo XIX. Zoltán Takács, fue el primero en postular que la mayoría de éstos fueron no solamente usados y distribuidos por los hunos sino también hechos por ellos. El hallazgo de gran número de calderos, esparcidos por todos los territorios de los nómadas, desde principios de este siglo, hace imprescindible nuevos estudios y replantamientos de los problemas que presentan910.Por ejemplo, hay grandes diferencias entre los calderones hallados en el oriente lejano y en las regiones escitas y sármatas (hasta hoy no ha aparecido ninguno en las excavaciones llevadas a cabo en la región de Minusinsk ni en Kazakhstán); sin embargo, se encuentran ciertos elementos comunes entre todos: asas fuertes y una forma redondeada que puede indicar una utilización idéntica entre todos estos pueblos. Además los calderos hunos no parecen estar influidos por los escitas ni sármatas, sino tienen más parecido con los excavados en Ordos, hechos por los chinos para los hsiung-nu, o por ellos mismos. Conocidos como «calderos de bronce», los de las regiones de Eurasia y Occidente, según los análisis químicos y espectrográficos, son más bien de cobre (71% a 99%) mezclados con otras impurezas. Fueron hechos con dos a cuatro moldes y, a pesar de que las juntas no fueron limadas y, a veces, los ribetes horizontales no coinciden donde deben, los calderones sármatas y hunos fueron hechos por expertos en la metalúrgia911. Las formas son más o menos parecidas de un extremo al otro del mundo nómada: cónico, de campana, hemisférico u ovales. Los pies tienen formas cónicas, trípodes o pies con perforaciones. Estos dos últimos permitían un mejor aprovechamiento del fuego, siempre escaso en las estepas. Los tamaños varían entre moderado y grande (de tres pies de altura, hasta aquéllos en los cuales caben hasta 140 litros)912. La mayor diferencia se halla en las asas y en la decoración. Las asas son grandes y fuertes, que facilitaban poder retirar el recipiente del fuego por medio de grandes ganchos. Las formas de éstas variaban siendo las más frecuentemente asociadas con los hunos aquéllas con terminaciones en forma de hongos o champiñones, que difieren de las de los sármatas (en forma de círculos) y las de otras regiones (curvas y rectangulares, con o sin fest~nes)~'~. Los ribetes en relieve probablemente tuvieron, en principio, un propósito no sólo decorativo sino funcional, el que permitía ser más fácilmente atado para su transporte. Aunque de diferentes dimensiones, generalmente son altos, de tamaño mediano con paredes gruesas, de forma cilíndrica con un pie cónico. El cuerpo está casi siempre dividido en cuatro 910 MAENCHEN-HELFEN, O., The World of the Huns, p. 306. 91 1 MAENCHEN-HELFEN, O., op. cit., pp. 319-321. 912 SPASSKAIA, E., «Mednye Kitly Rannikh Kochevnikov Kazakhastana i Kirgizii», pp. 163. 913 BUSSAGLI, M., Atila, pp. 48-50, basándose en las investigaciones de R. Wasson y C1. Lévi-Strauss, piensa que hay una correlación entre la decoración de las asas, que parecen una sección vertical de un hongo, y el mayor número de calderones con este tipo de decoración en los territorios al oeste de los Urales, al norte del mar Negro y el mar de Azov, Rumania, Bulgaria, Hungría y hasta Chfilons-sur-Mame en Francia, donde crece el Amanita muscaria. Este hongo contiene un alucinógeno probablemente utilizado en los ritos religiosos o, según este autor podía haber sido usado para incrementar la agresividad y la resistencia al dolor y la fuerza de los jinetes hunos.

partes por ribetes en relieve. La decoración alrededor del cuello es de motivos geométricos y más bien sencillos. La misma tipología sigue hasta los siglos XII y XIII9I4. Hay algunos ejemplares de gran belleza que no muestran señales de uso, lo cual hace pensar que más que objetos de uso cotidiano eran signos de prestigio y emblemas del jefe. Sin embargo, de los 18 calderos hunos, sólo el de Jedrzychowice fue hallado en una tumba; en el área de Minusinsk ninguno procede de las tumbas y, en Kazakhastán y Kirgizia sólo dos de 33. Esto parece indicar que no tenían un significado sagrado ni de propiedad personal. Así, y debido a que normalmente los calderones hunos eran de un tamaño mediano, probablemente fueron utilizados para guisar la carne9I5.La pintura rupestre de Bol'shaya Boyarskaya muestra unas 21 tiendas y 16 calderos. Evidentementeun asentamiento tan pequeño no tendría tantos recipientes sacrificiales. (ver fig. 9B). Por otro lado, su hallazgo fuera de las tumbas puede indicar que eran propiedad colectiva para llevar a cabo sacrificios. Son hallados frecuentemente en la arena, al lado de ríos o riachuelos. Spasskaia (pp. 166-167),piensa que los nómadas llevaron a cabo ciertos ritos al lado de las corrientes de agua en la primavera, almacenaban el agua en los calderones antes de subir a los pastos de verano, y los utilizaban otra vez en el otoño. En las llanuras de Rumania y Hungría, donde no hubo pastos altos de verano, los hunos enterraban sus calderones cerca de lagos, riachuelos, ríos y hasta en las orillas de las marismas, conservando así, un antiguo rito9I6.

3. Los yacimientos Ahora, siguiendo la división territorial hecha por Halphen, y comenzando en el lejano oriente, haremos un pequeño resumen de los hallazgos arqueológicos. a) China, el Ordos y Mongolia Hasta la fundación de la dinastía Chang (1300-1028 a.c.), los chinos nunca habían utilizado figuras de animales en su arte decorativo. Los bronces arcaicos tenían una decoración geométrica en zig-zag sobre la cual, a veces, se destacaba una máscara, probablemente de los antiguos brujos (t'ao-t'ie), o de un monstruo, con enormes ojos en relieve rematados con espesas cejas y dos cuernos que ocasionalmente tomaban forma de dragones. Sin embargo, excavaciones en NganYang, capital china durante la dinastia Chang, han descubierto objetos de bronce decorado en el «estilo animal» y que son bastante más antiguos que otros objetos similares hallados en Siberia y sugieren que quizá este estilo tuvo origen en China y no entre los nómadas917. Desde principios del milenio hasta el siglo VI a.c., ese arte animalista adquiere líneas más sencillas y el realismo cede a un renacer geométrico. Los Reinos Combatientes (siglos V-111), reciben influencias esteparias de los escitas, a través de el Ordos, lo cual se manifiesta en las representaciones de los animales con formas curva da^^^^. El Ordos (curva del Huang-Ho) y Mongolia eran el lugar de origen de los Turko-mongoles, y fue antiguamente ocupado por los hsiung-nu. «Estos tuvieron una estructura estatal con un rey hereditario (Shan-yu), conocían la agricultura itinerante, tuvieron fortificaciones fijas y villas 914 915 916 917 918

BOSI, F., op. cit., p. 112, n"5. MAENCHEN-HELFEN, O., op. cit., pp. 326 y 327. MAENCHEN-HELFEN, O., op. cit., p. 330. HUYGHE, R., op. cit., p. 224; GROUSSET, R., op. cit., p. 643. HUYGHE, R., op. cit., pp. 226-231.

Yacimientos principales de Mongolia y Siberia oriental.

donde vivían los artesanos, agricultores, etc. En T'aikuan, capital de la provincia de Shan-Si se ha excavado un castillo de los hsiung-nu, fechado en el siglo 111. Su nombre, en mongol, significa «unir el mundo y gobernar todos los países». Hecho de ladrillo blanco (arena y cal), la superficie de los muros es muy dura; se dice que los obreros estaban castigados con la muerte si se podía hundir un clavo en la pared. En este recinto se han hallado restos de baldosas impresas,

Noin Ula, Mongolia.

flechas, cerámica, estatuas de bronce y un escudo con la representación de un hsiung-nu y un dragón. Con la disgregación de su aparato estatal volvieron a una forma de vida más primitiva, la nómada. (Probablemente muchas bibus de Asia central y sur de Siberia en el siglo 11 a.c. pasaron a una vida seminómada a un nomadismo total, agrupándose alrededor de los hsiungn~»)~l~. El yacimiento principal de Mongolia es el de Noin-ula, al sur del Lago Baikal a orillas del río Orhon.
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