Blazquez, J. M. Hispania Desde El Año 138 Al 235

July 22, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Hispania desde el a Hispania año ño 138 al 235  J osé Marí ría a Blá lázq zque uez z Martí rtíne nez z

 

Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones  [Web]  [Web]  P ágina mantenida mantenida por el por el Taller Digital  

 

[Otra edición:  Hispania  36, n.º 132, 1976, 5-87 (también en J.M.ª Blázquez,  Nuevos estudios  sobre la romanización, Madrid 1989, 341-450)]. Versión digital por cortesía del autor, como  parte de su Obra Completa, corregida de nuevo bajo su supervisión y con la paginación original. © Texto, José María Blázquez Martínez © De la versión digital, Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia

Hispania desde el año 138 al 235 José María Blázquez Martínez Real Academia de la Historia. Madrid. [-5→] 

Dión Cassio (71, 36, 4) consideró la época de Marco Aurelio 1 como el momento cumbre del Imperio Romano. La situación económica, social y religiosa de Hispania durante el gobierno de los Antoninos y de los Severos no ha sido objeto de particular estudio, lo [-5 6-] que nos proponemos hacer hoy. No pretendemos hacer un estudio exhaustivo de todo el material, lo que excedería de los límites de un trabajo, sino sólo re→

coger lostrazar documentos literarios, y epigráficos importantes, queossirven para un ccuadro uadro generalarqueológicos de la época. Para alig aligerar erar el e l más estudio lo descargamos descargam de toda bibliografía de tipo general.   Minas.  Las fuentes posteriores a Plinio dejaron de interesarse por la Península Ibérica, por lo que los datos sobre las explotaciones mineras del siglo II son escasos. Varios documentos hablan de una explotación intensa de las minas del suroeste a partir del auge de la vida municipal y del impulso que a la economía de las provincias dieron los

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  Para la economía de Hispania en el período anterior cf. J. M. Blázquez, Economía de los pueblos  prerromanos del área ár ea no ibérica i bérica hasta hasta la l a época de August Augusto, o,  Estudios de economía de la Península IIbébérica, Barcelona, 1968, 191 y ss. Idem, Exportación e importación en Hispania al final de la República Romana y durante el principado de Augusto y sus consecuencias,  Anuario de Histori Historia a Económica y Social , Madrid, 1968, 37 y ss. Idem, Estructura económica de la Bética al final de la República Romana y a comienzos leí Imperio (años 72 a.C. - 100),  Hispania, 27, 1967, 18 y ss. Idem, Economía de Hispania al final de la República Romana y a comienzos del Imperio según Estrabón y Plinio,  Revista de la l a Universidad de Madrid , 20, 1971, 57 y ss. Idem., La romanización , I-II. Madrid, 1974-75. A. Tovar - J. M. Blázquez, Histori  Historia a de la His Hispania pania Romana, Madrid, 1975. A. Balil, Economía de la Hispania Romana,  Estudios de economía de la Península Ibérica , 289 y ss. Sobre las fuentes antiguas sobre la minería Geografía rafía y Etnografía antiguas de la Península Ibérica, II, Madrid, 1963, 221 hispana cf. A. Schulten, Geog y ss. J. J. van Nostrand, Roman Spain,  An economic Survey of Ancient Rome, III. New Jersey 1959. 150 y ss. L. G. West,  Imperial Roman Spai Spain n.  The Objects of Trade , Oxford, 1929, 40 y ss. En general M. Marchetti,  Le Province Provi nce Romane del la Spagna , Roma 1917. El tema de este trabajo lo hemos tratado en Hispanien unter den Antoninen und Severern,   Aufstieg und Niedergang der römischen Welt , Berlín, 1975, II, 3. 452 y ss., pero en la publicación de Hispania se abordan varios nuevos temas y se completa sustancialmente la bibliografía y se defienden nuevos puntos de vista. M. L. Sánchez,  Economía de la  Andalucía romana durante dur ante l a. dinastía de los Antoninos , Salaman Salamanca, ca, 1974. Véanse las consideraciones en gran parte aplicables a Hispania de A. Dernan, Matériaux et réflexions pour servir á une étude du développement et du sous-développement dans les provinces de l'Empire Romain,  Aufstieg ..., ..., 3 y ss. A. Prieto, Estruct  Estructura ura social del Conventus Cordubensis dur durante ante el alt o Imperio Romano, Granada, 1973.

 

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emperadores flavios y Trajano, como las tablas de bronce de Aljustrel 2 en Lusitania, de época adrianea. Este impulso en las minas del suroeste continuó en época de los Antoninos. Muy posiblemente las minas de plata de los alrededores de Carthago Nova 3 y las de Sierra Morena habían perdido parte de su importancia para entonces. Las monedas recogidas en estas últimas minas indican que fueron explotadas desde el siglo I a.C. y en los dos o tres siguientes. En la mina de El Centenillo, Sierra Morena, se dejó de trabajar desde finales del siglo II, fecha en que debió cesar la explotación de mineral en muchas minas de Sierra Morena, como en la de Diógenes (Ciudad Real). Las minas de plomo hispanas, de las que se obtenía la plata, entraron en decadencia en época flavia, con la competencia de las minas británicas 4. A su decadencia alude Plinio ( NH 34, 164). Las minas de [-6 7-] cobre de Córdoba, confiscadas por Tiberio a S . Marius (Tac.  Ann.  6, 19, 1), en época de los Antoninos se explotaban todavía, como lo demuestra que este cobre, el más cotizado en época de Plinio ( NH 34, 4), se exportaba a Ostia, donde residía T .  Flavius,  Augusti libertus Polychrysus,  procurator massae marianae (CIL II, 1179), griego, a juzgar por el nombre.  Rostovtzeff 5 se inclinaba a creer que las minas de plata de Hispania se hallaban agotadas en parte en el siglo II, lo cual es muy posible para algunas minas; ello explicaría las medidas adoptadas por Adriano en cuanto a las minas de plata y el florecimiento de la industria minera en Britannia. Una inscripción hallada en Aljustrel 6, fechada en el →

año 173ator o en el 235,umerigida por los coloni de la rationalium explotación, minera, en las honor de deun  procur  procurator metallorum metallor ,  que, además, era vicarius indica que minas  jaron de explotarse alg algún ún tiempo, ya que se le llama restitutor metallorum,  siéndolo de nuevo. Las min minas as del suroeste, o sea, las de la actual provincia de Huelva, tienen su momento de máxim máximaa aactividad ctividad a partir del últim últimoo cuarto cuar to del siglo siglo I, y concretamente en los años del gobierno de los Antoninos, a juzgar por las monedas 7 y la cerámica 8 en ellas recogida. En los últimos decenios del siglo II mermó mucho su producción.   2

 A. D'Ors,  Epigrafí  Epigrafía a jur jurídica ídica de lla a Hispania Hispani a romana , Madrid. 1953, 71 y ss. Sobre otros aspectos de las minas del SO cf. J. M. Blázquez, Explotaciones mineras en Hispania durante la República y el alto Im perio Romano. Romano. Problemas económicos, económicos, sociales soc iales y técnicos, Anuario de Historia social y económica de  España 2, 1969, 5 y ss. J. M. Luzón, Los sistemas de desagüe en minas romanas del suroeste peninsular,  Archivo Español de Arqueología 41. 1968, 101 y ss. Idem, Instrumentos mineros de la España Anminerí a his hispana pana e iberorr iberorromana omana, León 1971, 221 y ss. Las fuentes sobre la minería de Hispatigua, La minería nia en general en J. M. Blázquez, Fuentes literarias griegas y romanas referentes a las explotaciones mineras de la Hispania Romana, La minería hispana his pana e iberorromana , 117 y ss. con toda la bibliografía. 3  A. Beltrán, Las minas romanas de la región de Cartagena, según los datos de la Colección de su Museo,  Memorias de los Museos Arqueológicos Provincial Provinciales es  5, 1944. 201 y ss. Idem, Objetos romanos de  plomo en el Museo Museo de Cartagena Cartagena y sus inscripciones, i nscripciones, Memorias de los Museos Arqueológicos Pr Provinovinciales 8, 1948, 202 y ss. 4  R. G. Collingwood, Roman Britain, An economic Survey of Ancient Rome, III. 34 y ss. S. Frere,  Britannia , Lon Londres dres 1967, 283 y ss. J. Liversidge, Britai  Britain n in the Roman Empire, Londres 1968, passim . 5   Historia Histori a soci al y   económica del Imperio Romano.  II, Madrid, 1937. 174. Para las minas de la región de Castillo cf. Cl. Domergue - G. Tamain,  Note sur le distr district ict minier de Linares-La Carolina Carol ina ( Jaén  Jaén) dans l'Antiquité,  Mélang Mélanges es de préhistoire, archéocivilisation archéocivilis ation et ethnologie ethnologie offerts à A. Varagnac", Varagnac", París 1971, 199 y ss. El autor cree que estas minas estaban en el siglo II ya en decadencia, pero que se seguía tra bajando en ellas. 6  M. Rostovtzeff, op cit . 7  A. Blanco - J. M. Luzón, Mineros antiguos españoles,  Archivo Español de Arqueología  39, 1966. 73 y ss., fig. 1.

 

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Los datos sobre las minas del suroeste arrojan unas ideas muy significativas de la intensidad intensid ad de su explotación, que indi indican can que estas minas eran las más im importantes portantes en el el Sur en el siglo II: Riotinto, de 18 a 20 millones de toneladas de escorias antiguas; Tarsis, de 6 a 7 millones y Lusitania, de 1 a 1,5 millones de toneladas. La mayoría de las escorias del suroeste son de una metalurgia de plata. Aproximadamente un cuarto son de metalurgia de cobre. Gracias a las aportaciones [-7 8-] de la Arqueología es posible conocer bastante bien el estado social y las condiciones de trabajo, las sociedades y asociaciones de los mineros en las minas de Riotinto. Las tumbas de los mineros con sus vasos de cerámica sigillata y vidrios suelen ser mejores que las de otras comunidades de trabajadores. Hay también cierta abundancia de lápidas funerarias. La condición de los esclavos mejoró sensiblemente en las minas del SO en el siglo II. Los documentos epigráficos indican unas buenas relaciones entre los siervos y los amos, bien demostradas por las inscripciones, como la de Theodorus Diogenes,  de finales del siglo II, dedicada a su ama  Fir  Firmia mia Epiphania o las de otros señores a sus esclavos. El sector capitalista de las explotaciones mineras estaba formado por los coloni , socii y occupatores. A Mater na Novaugustauna mujer de esta clase pertenece la lápida de Riotinto de Licinia Materna na.  Los obreros metalúrgicos y peones de las minas poseían también collegia,  asociaciones, cuyas actividades eran muy variadas: organizar fiestas en honor de los dioses patronos y banquetes en común en algunas fechas del año, organizar y administrar los fon→

dos allegados funeral,seelconserva entierro dentro del cementerio común y cuidar de las tumbas.a collegium salutare Procedente dealRiotinto una inscripció inscripción n dedicada por el  Iovi Optimo Maximo.  Las lápidas del SO tienen la importancia de señalar casi siempre la procedencia de los mineros, que, como los colonos de las tierras, eran libres en su mayoría en estos años, lo que indica un cambio grande en los sistemas de explotación, tanto en la agricultura como en la minería. Aparecen mujeres celtíberas, como  Licinia  Materna; una familia de  Emerit  Emerita a Augusta; un Camalus,  que por su nombre debe ser lu Reburrinus inus de Castellum Berense en el NO, en territorio de los lísitano o galaico; un  Reburr mites, que trabajaba con su hermano y varios talabrigenses,  ciudad lusitana entre  Bra cara y Conimbriga 9. Esta emigración de trabajadores del NO, o de la Meseta, no sólo era de varones, sino también de mujeres; así aparecen cerca de Aroche una Vibia Cris pa, arabrigensis (CIL II, 967) ;  Fabia Frisca Fr isca, serpensis (CIL II, 971);  Baebia Crinita Crini ta,  turobrigensis (CIL II, 964) y en Alongo una persona de Olisipo (CIL II, 959). En las minas de Cástulo se ha hallado recientemente una inscri inscripción pción dedicada a un joven de vein Paternus  Pater nus,  que [-8 9-] pertenecía a la  gentili  gentilitas tas de los cántabros orgete años, llamado 10 nomescos . Los compañeros de la tribu encargaron la lápida, lo que indica que eran varios, libres y que del N emigraron emigraron a Cástulo en busca de trabajo. La primera autoridad del distrito minero era el  procur  procurator ator metallorum metallor um.  De los límites de este trabajo se conocen los nombres de los  procur  procuratores atores Augusti,  citados en las lápidas de Villalís 11, León, →

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 J. M. Luzón, Lucernas mineras de Riotinto,  Zephyrus  40, 1967, 128 y ss. J.. M. Luzón - D. Ruiz, El po blado minero romano romano de Riotinto, Riotinto,  Habis 1, 1970. 125 y ss. F. Mayet, Parois fines et céramique sigillée de Riotinto (Huelva), Habis 1, 39 y ss 9  A. Blanco, Antigüedades de Riotinto,  Zephyrus 13, 1962, 92 y ss. 10   A. D'Ors - R. Contreras, Orgenomescos en las minas romanas de Sierra Morena,  Archivo Español de  Arqueología 32. 1959, 167 y ss. 11   M. Gómez-Moreno, La legión VII Gemina ilustrada,   Boletín de la Real Academia de la Historia 54, 1909, 19 y ss.

 

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que muy posiblemente eran administradores de las explotaciones auríferas de Las Médulas 12, en la segunda mitad del siglo II. Eran estos procuradores imperiales:  Hermes,   Augustorum  Augus torum libertus liber tus,  año 163;  Zoilus,  Augustorum libertus,  año 165-166;  Aelius Flavius,  año 167; Valerius Sempronianus,  año 175;  Aurelius Eutyches Eutyche s,  184;  Aurelius Fir mus,  año 191. Tres de ellos son de origen griego. Los libertos imperiales estaban frecuentemente al frente de las explotaciones mineras, lo que indica su importancia en la hacienda del emperador. La presencia de estos procuradores, en la segunda mitad del siglo II, en el NO demuestra bien a las claras que estas minas se seguían explotando y eran monopolio del emperador.  Recientemente 13 se ha publicado una serie de lápidas votivas halladas en  Asturica  Augusta  Augus ta,  capital del distrito minero y en  Legio Septima Gemina,  asiento de la legión, administrativo, trativo, muy posidedicadas a deidades exóticas [-9 10-]  por personal imperial adminis  blemente de las minas, minas, como  Iulius Silvanus Melanio,  procurator Augustorum  Provinciae  Provi nciae Hispaniae Citerioris Citer ioris ,  198-209; había sido  procurat  procurator or argentariorun argentar iorun en Dalmacia, en el  Municipium Domavianum,  importante centro minero. Se conocen los  procuradores adores Augusti Augusti ,  como Publius Aelius Hilarianus Hilar ianus, 184-192; Punombres de otros  procur blius Maximus,  192-198; Claudius Zenobius,  212-222, y Gaius Otacilius Saturninus,  192-198.  Las continuas reparaciones de las calzadas del NO en época severiana, a las que →

nos másseveriana; adelante, según prueban también que la ahora minas de detrabajar orobajar se explotaban a finalesreferiremos de la dinastía Dom Domergue ergue se deja tra en varias minas hispanas, ignorándose las causas.  Representaciones de mineros se conocen varias. La más conocida es el relieve de Palazuelos (Linares), que representa una cuadrilla de mineros con sus instrumentos de trabajo dentro de una galería 14. El capataz cierra la marcha y está representado a tamaño mayor. Lleva en su mano derecha una tenaza y en la izquierda posiblemente una campana. El minero que le precede lleva al hombro un pico-martillo; el tercero lleva una lucerna. Visten calzón corto cubierto con un mandil de tiras de cuero. La fecha de este relieve parece ser la época de los Antoninos. De la misma época es la estela sepulcral del niño Quintus Artulus,  muerto a los cuatro años, procedente de Baños de la Encina, en las proximidades de la localidad anterior. Representa al hijo de un minero con 12

  C. Domergue, Les exploitations aurifères du Nord-ouest de la Péninsule Ibérique sous l'occupation romaine,  La minería hispana e iberorr iberorromana omana, 141 y ss. Idem, Introduction à l'étude des mines d'or du nord-ouest de la. Péninsule Ibérique dans l'Antiquité,  Legio VII VI I Gemina , León 1970, 253 y ss. Idem, À  propos de Pline. Naturalis Naturalis Historia 33, 70-78 et pour illustrer i llustrer sa description des mines d'or d' or romaines romaines d'Espagne,  Archivo Español de Arqueología  45-47, 1972-74, 499 y ss. Idem, La mise en valeur des gisements d'alluvion aurifères du nord-ouest de l'Espagne dans l'Antiquité, une technique d'exploitation romaine, Congreso Nacional de Arqueología  12, 563 y ss. D. G. Bird, The Roman Gold Mines of  North-West  North -West Spain,  BJ , 1972, 36 y ss. P. R. Lewis - G. D. Jones, Roman Gold Mining in North Wets Spain, Journal of Roman Studies  60, 1970, 169 y ss. G. Sáenz - J. Vélez, Contribución al estudio de la minería primitiva del oro en el noroeste de España,  Madrid, 1974. La im i mportancia de la región minera minera de Asturias y Galicia queda bien manifiesta en la creación de la provincia  Hispania , nova, citerior antoniniana.  (CIL II 2661). o sea. de la l a región que que comprendía comprendía los cotos del NO. F. de Almeida, Almeida, Minas de ouro na "Gallaecia" portuguesa, Legio VII Gemina, 287 y ss. 13  A. García y Bellido, Lápidas votivas a deidades exóticas halladas recientemente en Astorga y León,    Boletín de la Real Academia de la His Historia toria  163, 1968, 101 y ss. D. Nony, À propos des nouveaux procurateurs d'Astorga, Archivo Español de Arqueología 43. 1970. 195 y ss. 14  A. Blanco - J. M. Luzón, op. cit .,., 85, fig. 5.

 

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martillo y cesta de juguete 15. Estos relieves prueban igualmente la explotación de las minas de plomo argentífero, en el siglo II, en las proximidades de Cástulo.  Los metales citados por Plinio 16 debían exportarse en mayor o menor grado en el siglo II. Las minas británicas de cinc dejaron de explotarse desde el año 50 al siglo III, lo que parece indicar que en las minas de este mineral en Hispania se trabajaba 17. El tesoro imperial percibía de las minas hispanas la partida más grande de ingresos. Hispania y Britannia produjeron grandes cantidades de [-10 11-] minerales, pero no se desarrolló en ellas una industria de fabricación de bronces, como en Campania e, incluso, en la Galia. Las minas de oro y plata eran monopolio del emperador.  →

 Agricultura  Agricult ura.  Aceite. Arboricultura. Textiles.  La

agricultura era la principal fuente de ingresos. Los datos mencionados por Estrabón sobre la agricultura hispana, en gran  parte, se refieren a los años del Principado de Aug Augusto, usto, pero la situación agrícola agrícola no debía cambiar mucho en el siglo n y primera mitad del siglo III, hasta la invasión de francos y alemanes, hacia el 262 18. Esto se deduce del hecho de que en las monedas de Antonino Pío 19 está la efigie de Hispania, de pie, con corona de torres y cogiendo unas espigas; a su pie hay un conejo y confirma el elogio de la riqueza del valle del Betis escrito por Filóstrato Filóstrato en época severiana (VAp. 5, 6), en lo que coincide con Estrabón (3, 141 y ss.).  El aceite seguía siendo uno de los productos hispanos más afamados. El momento de máxim máximaa exportación y, por lo ttanto, anto, de producción del aceite bético, se sitúa entre los años 140-160, disminuyendo notablemente desde el año 160 al 200. Pausanias (10, 32, 19) en época de Marco Aurelio, junto a los aceites finos del Ática, Sición y de Istria, menciona el hispano. Galeno ( De  De sanit .  tuenda 3, 605) da algún dato interesante sobre el laboreo de la aceituna en Hispania, como es que las aceitunas se prensaban blancas y no maduras. El enorme consumo de aceite en todo el imperio, utilizado no sólo para uso doméstico, sino también en droguería y perfumería, determinó la política oleícola de los Antoninos, cuya época marca el momento de máxima exportación del aceite hispano, como se verá más adelante.  A la arboricultora alude también el médico Galeno, que cita las ciruelas de Hispania ( De  De sanit .  tuenda,  5, 904;  De bonis malisque suc. [-11 12-] 5, 15) muy utilizadas como purgante purgante ( De  De alim. fac . 2, 31, 3; De bonis malisque suc. 6, 51). El esparto, e sparto, que fue uno de los productos hispanos más famosos en el Mundo Antiguo (Plin.  NH 19, 26 y →

ss.; 37, 203; Mela 2, 86; Str. 3, 4, 9-10), lo menciona Oppiano, escritor de la época de 15

 A. Blanco - J. M. Luzón, op. cit .,., 86, fig. 10.  J. M. Blázquez, Fuentes literarias griegas y romanas referentes a las explotaciones mineras de la Hispania Romana, 134 y ss. 17  M. Rostovtzeff, op. cit .,., II, 173. 18   J. M. Blázquez, La crisis del siglo III en Hispania y Mauritania Tingitana,  Hispania  28, 1968, 5 y ss. Sobre las explotaciones agrícolas en el Valle del Guadalquivir cf. M. Ponsich, Prospections archéologiques dans la Vallée du Guadalquivir,   Mélanges de la Casa de Velázquez 8, 1972, 603 y ss. Idem,  Im plantati on rurale anti que sur  le Bas Guadalquivir , París 1974. Sobre la esclavitud en Hispania Hispania cf. J. M. l ibertos en la España Romana,  Salamanca 1971. J. M. Blázquez, L'esclavage dans Mangas,  Esclavos y libertos les exploitations agricoles de l'Hispania Romaine,  Mélanges de la Casa de Velázquez  8,   8, 634 y ss.; L. Abad, El Guadalquivir , vía f luvial romana, Sevilla 1975. 19  J. M. C, Toynbee, The Hadrian School , Cambridge 1934, 97 y ss. H. Cohen,  Descripti  Description on histori que des monnaies, II, Graz, 1955, 310 y ss. 413. 16

 

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Marco Aurelio ( Hal   Hal .  3, 342), que dice que con él se confeccionaban redes de caza 20. Gran parte de la Bética y de la costa levantina estaba en regadío mediante los célebres canales tartésicos de los que habla Estrabón (3, 2,5; 5, 4) y de los que se conservan algunos en el levante ibérico, como los de Mijares (Valencia) 21, que, aunque de comienzos del Imperio, debía continuar en explotación. La gran masa de la población del centro y de la mitad norte de Hispania, seguía dedicándose a la agricultura, al pastoreo y a   las explotaciones mineras. 22 Robert Etienne  recientemente cree que los nombres de Córdoba,  Astigi e  Hispalis,  citados en las ánforas, indican la vinculación de la propiedad aceitera a un conventus  jurídico  jurídi co para el cobro de los derechos de aduanas. El gran número de marcas señala un elevado número de distribuidores distribuidores de ac aceite, eite, pero prueban también la exis existencia tencia de grandes propiedades familiares, pues seguramente muchos propietarios debían ser distribuidores como los  II   AVR.  HERACLAE PAT ET FIL,  y los  III   ENNIORUM ENNIORUM IULIORUM .  Un mismo propietario tenía varios  fundi ,  lo cual es muy posible, como los  III    ENNIORUM IULIORUM .  Varios  fundi se vinculaban a un mismo nombre, como el de  L. IUNIUS MELISSUS y los  fundi Scimmianorum y de  F .  Paterni,  dependientes del conventus de  Hispalis.  Al nombre Q. FR siguen cuatro nombres de lugar. Q.T   A .A.  disponía de 8 villici,  lo que correspondería a 8  fundi  f undi.  No  No hay duda, pues, de la existencia de importantes propietarios en la Bética. Etienne piensa en la extensión de 1.500 a 2.500 Ha. las explotaciones agrícolas de trigo y olivar, y que posiblemente había una ciertapara oposición entre la pequeña y media propiedad alrededor de las villas, trabajadas éstas por personal libre, y la gran propiedad, que requeriría unas grandes inversiones de dinero, que lo serían por esclavos, pero a partir de Marco [-12 13-] Aurelio se debió generalizar en Hispania, como en África y aún antes, los colonos libres. Estas grandes  propiedades serían las confiscadas por Septimio Severo, después del año 197. La exHeracl es,  que disponía de tres  fundi , Barba,  Crumese y Cepar ,   plotación de  Aurelius Heracles  pasó a las manos de tres emperadores, que tienen que ser Septimio Septimio Severo, Severo, Caraca Caracalla lla y Geta. No hay huellas de que en la Península Ibérica desarrollaran una política agraria del tipo de la llevada a efecto en África 23.  →

Ganadería, Pesca, Caza.  La

abundancia de ganado bovino queda bien patente en algunas estelas; así en una procedente de Hontoria de la Cantera (Burgos) 24 se esculpió a un pastor que sigue a dos bueyes; en la de Gastiain 25 (Navarra) un gran toro ocupa la 26  parte central la composición; composi ción; y entodas las lápidas Sos del Rey Católico, Sofuentes, Artajona, Los de Bañales, Eslava, Ujué, ellas endeAragón y Navarra , quizá vinculadas con el culto al toro, o con Mitra, hay toros en todas ellas. 

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Mergelina gelina , Murcia 1962, 837 y ss. A. Gar J. Vilá, El Campus Spartarius,  Homenaje al Prof. Cayetano Mer cía y Bellido, La Península Ibérica I bérica en los  comienzo comienzoss de su Historia , Madrid 1953, 443 y ss. 21  T. M. Doñate, Riegos romanos romanos del Mijares,  Archivo de Prehistoria Levantina 11, 1966, 203 y ss. 22  Les problèmes historiques du latifundium, Mélanges de la l a Casa de Velázquez  8,  8, 622 y ss. 23  M. Mazza, Lotte sociali soci ali e res restaurazi taurazione one autoriat autoriataria aria nell III ssecolo ecolo d .C ..,, Roma 1973, 157 y ss. 24  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal ,  Madrid, 1949, 376 y ss. J. M. Blázquez, La economía ganadera de la España Antigua a la luz de las fuentes literarias griegas y romanas,  Emerita  25, 1957, 159 y ss. 25  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 381 y 3. n. 385. 26  J. Uranga, El culto al toro en Navarra y Aragón,  Problemas de la Prehistori Prehi storia a y etnología Vas Vascas cas, Pam plona 1966, 223 y ss.

 

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Entre los caballos más veloces cita Oppiano ( Kyn  Kyn.  1278-290) los iberos; más resistentes eran, en cambio, los libios. Se conoce bien la raza de caballos asturianos, los famosos asturcones, por las representaciones de équidos de ocho estelas vadinienses (León), del siglo III 27. Bien representado re presentado está también el caballo en las estelas de Zurita (S (Santanantan28 29 der), o en e n la de Oyarzun, en Guipúz Guipúzcoa coa , o en la de Urbiola Urbiola (Navarra) . [-13 14-]   De alim.  La pesca era muy abundante en calidad y cantidad (Str. 3, 2, 7) 30. Galeno ( De  fac .,  3, 30, 4) cita el atún hispano y Oppiano ( Hal .  3, 620-624) describe bien su pesca  por los marineros gaditanos. gaditanos. El gramático del sigl sigloo II, Aulo Gelio, Gelio, en sus Noctae Atticae Attic ae (6, 16, 5) cita la morena tartésica, t artésica, al igual que el profes profesor or de filoso filosofía fía en Atenas, Pollux, en su Onomasticon (6, 63).  ali m. f ac.  La caza continuó en época imperial siendo muy abundante. Galeno ( De alim  De nat . ann.  13, 15) le describe. En una 3, 1, 15) menciona el conejo y Claudio Eliano ( De inscripción dedicada a Diana por Q.  Tullius Maximus,  legatus Angustí Legionis VII Geminae,  entre 162-166, se mencionan como animales salvajes de caza, las cabras, ciervos, jabalíes y caballos (CIL II, 2660). Feroces jabalíes y huidizos ciervos cita otra inscripción métrica de Clunia, junto a alusiones a las labores agrícolas 31. Siendo la caza tan estimada por los hispanos, no es de extrañar que hubiera una buena raza de perros. Los galgos hispanos los menciona Oppiano en su poema  Kyneget  Kynegetiká iká (1, 391); recomienda este autor cruzar un perro sármata con una perra ibérica para obtener un buen →

 Kyn.  1, 397). Pollux (Onom.  37) alaba los perros peninsulares. La afición de resultado ( Kyn los hispanos a la caza queda bien patente en una serie de relieves funerarios. Sin negar el carácter funerario del tema de la caza, el realismo indica claramente que los lapicidas copiaban escenas tomadas del natural. Estas estelas proceden de Lara de los Infantes (Burgos). Representan cacerías de ciervos y jabalíes, a veces acompañadas de perros, o de un sirviente, posiblemente un siervo 32. Una escena de caza se representa en la estela de Octavia,  hallada en Villatuerta (Navarra). El cazador, seguido de un perro, lleva escudo pequeño y espada. La fiera es un oso. Animales salvajes aparecen en otras estelas, como jabalíes y una cierva en la de  Lucreti  Lucretius us del Museo de León 33. Estelas todas que son [-14 15-] de época de los Antoninos o de los Severos. La caza no tenía importancia económica, sólo como ejercicio físico y entretenimiento e ntretenimiento 34.   Mercadere  Merc aderess.  Comercio de exportación.  Aceite.  Vino.  Garum.  Sigillata Hispana.   Minerales  Mineral es. Banca. Importación, terra sigillata, bronces y esculturas, Industria zapatera →

 y textil  texSe til . Centros .  compañías de comerciantes dentro de los límites de este conoce lacomerciales existencia de

trabajo. Los comerciantes hispanos de Puteoli, a finales del siglo II o comienzos del 27

 J. M. Blázquez, Caballo y ultratumba en la Península Hispánica,  Am  Ampurias purias  21, 1959, 287 y ss., figs. 14, láms. I-V. E. Marcos, Nuevas lápidas vadinienses de la provincia de León, Tierras de León, 1971, 69 y ss. 28  J. M. Blázquez, L'héroïsation équestre dans la Péninsule Ibérique, Celticum 6, 1963, 416 figs. 11-12. I. Barandiarán, Tres estelas del territorio de los vascones, Caesaraugusta , 31-32, 1968. 200 y ss. 29  I. Barandiarán, op. cit .,., 216 y ss.. fig. 6. 30  A. García y Bellido,  La Península Ibérica Ibér ica en los comienz comienzos os de su Histor Historia ia, 457 y ss. 31  BSEAA A 25, 1959, 17 y ss.  S. Mariner, Correcciones al texto de un epígrafe métrico cluniense,  BSEA 32  A. García y Bellido, Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 364 y ss., n.º 357, 365, 37 í..1. A. Abásolo, Epigrafí  Epigrafía a romana de la región de Lara de los Infantes , Burg Burgos, os, 1974. n.º 115-116, 139. 33  A. García y Bellido, op. cit .,., 381, n.º 389. 34  J. M. Blázquez, Caballo y ultratumba en la Península Ibérica, lám. V, 2.

 

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siguiente tenían un almacén donde guardaban las salazones (Elian,  De nat .  ann.  136). Todo el importante comercio bético de aceite, vino,  garum y minerales iba a Roma a través de Ostia. La importancia del comercio peninsular queda bien patente en la presencia de una serie de gentes hispanas en la ciudad dedicadas al comercio de productos  peninsulares,  peninsu lares, como  Dorotheus,  procurator massae marianae (CIL XIX, 52), posiblemente un liberto imperial, como el  Hispanus (CIL XIV, 4316), que consagró un ara al genio del emperador, agradecido por haber sido nombrado tabularius.  En Ostia no hay noticia de la existencia de una corporación de comerciantes hispanos, como en Puteoli, dedicada a la importación del vino, aceite y  garum hispanos; quizá la administración de este comercio, estuviera en manos de comerciantes procedentes de otras regiones im periales 35. Varios son los hispanos residentes en Ostia, como el lusitano  M . Cassius  Maximus (CIL XIV, 4822), natural de  Aeminium; el liberto, a juzgar por el cognomen L.   Numisius Agathemerus,  natural de Hispania Citerior (CIL XIX, 397) y  M .  Aemilius  Malacitanus (CIL XIV, 4778). Esta gente se dedicaría toda ella muy posiblemente al comercio de productos hispanos. Testigo de este comercio hispano a través de Ostia son las ánforas hispanas del Monte Testaccio en Roma, que desembarcaron en el puerto de  sigillata a hispana,  aparecidos en las excavaciones de Ostia y los pocos fragmentos de  sigillat 36 Ostia   y principalmente los sellos de ánforas, que hablan de una intensa actividad comercial con Hispania, hasta el año 160. A partir de Cómodo hace en Ostia su aparición el aceitetráfico africano, al principio, bético. 16-] comercialsustituyendo con Oriente tímidamente, y más concretamente con alSiria, de Un intenso [-15 probablemente donde proceden, indican las anclas de navíos naufragados en los puertos de Huelva, Málaga y Carthago Nova 37; estas últimas, gemelas de las anteriores, con nombres sirios. Posiblemente exportaban metales, pues las tres ciudades citadas eran centros im portantes de exportación de mineral minerales. es. Una inscri inscripción pción griega griega de Málaga Málaga menciona a una comunidad de negotiatores orientales, sirios y asiáticos, presidida por T .  Clodius  Iulianus 38. La inscripción hoy está perdida y su fecha 110 es segura. Se trata de una comunidad de comerciantes dedicada posiblemente a la exportación de  garum o de metales de Sierra Morena. Parece ser que los malacitanos se dedicaban fundamentalmente al comercio de las salazones, pues en Roma vivió un cierto  P .  Clodius Athenius,  negotians salsarius, que pertenecía a una sociedad de negotiatores malacitanorum (CIL →

35 36 A.

de Revista Arqueología Balil , Hispania y Ostia,  33, 1960, 215 y ss. y Museos  43, 1957, 715  A. Balil, Notas sobre terra Archivo sigillata Español hispánica, de Archivos, Bibliotecas y ss. 37   J. Jáuregui - A. Beltrán Acerca de unas anclas romanas del Museo de Cartagena, Crónica del II Con greso Arqueológico del Sudeste Español , 1946, 336 y ss. A. García y Bellido - J. Menéndez Pidal,  El distylo sepulcral romano de Iulipa (Zalamea) , Madrid 1963, 74 y s., con todos los testimonios testimonios sirios si rios en Hispania. De procedencia hispana y de época de Antonino Pío son tres lingotes de cobre de Planier (Francia) (M. Euzennat, Lingots espagnols retrouvés en mer,  Etudes Classiques , 3, 1968-70, 89 y ss.). La lectura de M. Euzennat de uno de ellos, que es mucho mejor que la P. Benoit, permite conocer la fecha, el nombre, Primulus, del explotador de la mina o agente imperial encargado de su control, el peso, 97,250 Kg. y el lugar de residencia del procurador, Ossonoba, en el Sur de Lusitania; un segundo lingote tiene el mismo formulario: indicación del peso, 98,235 Kgs., nombre del explotador, Cossini Crasi l(iberti) m(etalli) p(ublici) c(onductoris) y referencia a un procurador que controlaba la explotación: a(gentis) v(ice) p(rocuratoris); F. Laubenhemer-Leenhard, Recherches sur les lingots de cuivre et de  plomb d'époque romaine romaine dans les l es régions de Langu Languedoc-Roussillon edoc-Roussillon et de Provence-corse, París, Par ís, 1973, 36 y ss., para los lingotes de Planier. 38  A. D'Ors, op. cit .,., 395.

 

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XIV, 9677). Otras inscripciones de Roma mencionan a comerciantes de aceite héticos: negotiatores olearii ex Baetica (CIL VI, 1625b);  L.  Marius Phoebus,  mercator olei hispani hispa ni ex provincia Baetica (CIL VI, 1935), C . Sextius Regulianus, diff  diffusor usor olearius olearius ex  Baetica  Baetic a,  que traficó en  Lugdunum (CIL VI, 29722). Posiblemente traficaba tra ficaba eenn negocios negocios aceiteros el mercator   cordobés  M .  Fabius,  libertus Trium Marcorum,  establecido en  AE ,  1916, 41). El sur de la Galia atrajo bastantes hispanos, posiblemente  Narbona ( AE  posiblemente dedicados al comercio, pues en Nîmes existía una regio hispana (CIL XII, 3363). Un proto  Aelii Optati ,  procedentes  procedentes de tipo de comerciantes en aceite es la fami familia lia de los [-16 17-] Aelii la Galia y establecidos en la Bética en el siglo II. En Peñaflor, entre Sevilla y Córdoba, en plena zona aceitera, se halló una estela funeraria erigida por  Aelia Opiata Opiat a en memo39 ria de Q.  Aelius Optatus   (CIL II, 2329). Sus marcas de aceite aparecen en Autun y Roma. La familia parece tener otros miembros dedicados al comercio del aceite, como  M .  Aelius Alexander (CIL XV, 2689) y Q. Aelius Minicianus (CIL XV, 2690). Muchas ánforas del Monte Testaccio llevan sobre su panza el nombre o los nombres de los negociantes intermediarios. Estos poderosos traficantes compraban al por mayor la producción de tal o cual marca y aseguraban la expedición a Roma, o a la Galia o al limes renano. Los armadores, como los negotiatores,  log lograban, raban, a veces, beneficios considera bles. Las inscrip inscripciones ciones de estas ánforas llevan frecuentemente el nombre de  L. Aelius Optatus (CIL XV, 3693, 3795). Una inscripción de Ulia,  Montemayor, menciona a  L.  →

 Aelius Optatus (CIL

II, 1533); la inscripción se Este fechaestaba entre asociado los años 222 debe de ser un descendiente delcomo exportador de aceite. para yel235, comercio a otros negociantes, los Caecilii (CIL XV, 3795), mencionados en el año 154 (CIL XV, 3775) y cuyo nombre se lee incompleto,  D.  D.  Caeciliorum Hospitalis et  Materni (CIL XV, 3769), año 154 y en una inscripción de Écija, D. Caecilius Hospitalis et Caecilia Materna (CIL II, 1474). Los Caecilii de las ánforas pintadas de Roma vivían en  Astigi hacia el año 160. Su asociado traficaba por el mismo tiempo en  Astigi.  El nombre de esta ciudad va pintado muy frecuentemente cerca cer ca del asa en las inscripciones inscripciones del Testaccio. Se puede deducir que dos miembros de la familia, en la misma región, ya que Peñaflor está a poca distancia de  Astigi y  bien comunicada, se dedicaban al comercio aceitero en la misma zona, durante el segundo tercio del siglo II. Las inscripciones de Sevill evillaa son importantes por citar un colegi colegioo de barqueros que negociaban en Hispalis (CIL II, 1168-1169). Los scapharii qui Romulae negotiantur dedicaron una inscripción inscripción a Antonino Pío. Es el mismo collegium scapharii Romulae consistentes (CIL II, 1183), que en época de Marco Aurelio y L. Vero erigieron una lápida a Sextus Iulius, que desempeñó muchos cargos militares y civiles y el de ayudante de Ulpius [-17 18-]  Saturnimis , praefectus annonae ad oleum afrum et hispanum recensendum item solami na transferenda item vecturas naviculariis exolvendas y procurator Augusti ad ripam (CIL II, 1180) 40. Esta inscripción señala la dependencia económica en que los  scapharii , como los navicularii, se encontraban con respecto a Sextus Iulius. Obtenían los navicularii  por los servicios prestados una compensación, compensación, que pagaba el delegado local del  prefecto de la annona,  que vigilaba todos los collegia de transportistas de la annona.  →

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  E. Thouvenot, Una familia de negociantes en aceite establecida en la Bética en el siglo II: Los Aelii Optati,  Archivo Español de Arqueología  25, 1952, 225 y ss.; J. M. Caamaño Gesto, Los Aelii de la Península nínsula Ibérica, Ibéric a, Boletín del Seminario de Estudi Estudios os de Arte y Arqueología 38, 1972, 144. 40  Sobre la carrera de Sex. Iulius Possessor, cf. H. Nesselhauf, Sex. Iulius Possessor,  Madrider Mitt Mitteiluneilun gen 5, 1964, 180 y ss.

 

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También hay inscripciones hispanas que mencionan comerciantes de la localidad, como Q. Ovilius Venustianus, negotians (CIL II, 4317) y Pompeius Faliscus , mercator (CIL II 6110), este último del siglo II.   En época imperial hasta la gran crisis del siglo III Hispania continuó exportando  preferentemente productos alimentici alimenticios os y materias primas, algún producto de lujo como textiles y redes de caza; aunque para la época de los Antoninos y de los Severos, no se disponga dispo nga de aautores, utores, como Estrabón y Punió, que dan una lis lista ta de productos hispanos de exportación. Luciano ( Nav  Nav.  23) menciona la salazón y el aceite hispano entre los bocados exquisitos, exquisitos, lo que indica que se exportaban a Oriente.  Hispania exportó en época de los Antoninos y de los Severos ingentes cantidades de aceite a Roma y al resto de la Europa Occidental. Sólo Sólo citaremos algunas algunas marcas a título de ejemplos.   L.  F .  C ..,,  140-198? exporta a

Colchester, Corbridge, Richboroug Richborough, h, Roma, Vechten, Feldberg, Colonia-Müngersdorf, Vidy-Lausanne, Vindonissa,  Au Bois de Vaud, Maguncia, Haddernheim, Arentsburg, Binchester, Londres, Walton-le-Dale, Autun, Lyon, Solothurn, Arentsburg, Augst, Augmantel, Forêt de Compiègne, Cannstatt, Saalburg, Bonn, Xanten, desde Estrella Estre lla de la Torrentera, La Dehesilla y Castillejo, Castillejo, en la Bética. Bét ica.   L.  IUNI .  MELISSIP ..,,  época

de Antonino Pío y Cómodo, exporta a Benwell, Car-

 pow, Castor, Chesters, Colchester, Corbridg Corbridge, e, Heronbridg Heronbridge, e, Housesteads, Ilkley, Lincoln, Londres, Piercebridge, Gilchester, Verulaminum ,  Wroxeter, York, Roma, Caude bec-Les-Elbeuf, Metz, Neuss, Strasbourg, Treveris Treveris,, Zug Zugmantel, mantel, Clermont, Clermont, Ruan, Forêt de [-18 19-] Compiègne, Saalburg, Grand, Heddernheim, Handbridge, Malton, Ospringe, South Shields, Wroxeter, Augst, Engelhalbinsel, Kapersburg, St. Gervais-sur-Arve. Dépt. de l'Allier, St. Cyr-sur-Dive, Lison Forêt de Compiègne, Oberparth, Grozen, Mandeure, Worms, Wiesbaden, Stolberg, Chesterford, Avenenes, Besançon, Dalheim, Lectoure, Périgueux, Cirencester, Angers, Arentsburg, Braehy, Nantes, Vieux-Virtou, Italic a.  El nombre  Melisus indica un origen oriental para Vidy-Lausanne, desde Astigi e Italica esta familia, de condición servil; el fundador de la firma sería ya hombre libre. En tres lugares la firma va asociada a  F .  SIMMIANO ( figlina  f iglina Scimniana?),  o a  F . PATERNI .  Otras veces aparecen los herederos de la firma.  III  MINICIOR,  160-230?, exporta a Colchester, Corbridge, Londres, Warrington, →

Roma, Etampes, desde Arva en laprimeros Bética. Amiembros la primitiva firma se le unió Arentsburg, un tercer miembro de Maguncia, la misma familia. Los dos exportaban en época de Marco Aurelio y Cómodo, y la sociedad de los tres bajo Heliogábalo y Ale jandro Severo. Severo.   P . N . N ..,,  160-210? 160-210?,, Ca Caerleon, erleon, Cirencester, Colchester, Corbridge, Lincoln, Si Silcheslchester, Soyth Shields, York, Roma, Arentsburg, Avenenes, Augst, Heddernheim, Treveris, Ruan, Berkach, Darmstadt, Oberflorstadt, desde  Arva,  aparece también en Moycs de S. Sebastián, Al-colea, y en la Bética. Un ánfora lleva las siglas de  Hispalis, puerto  puerto de em barque.  Q. I .  A.,  130-170, exporta a Roma, Boulogne, Wroxeter, Arausio, Heddernheim, Chester, Cirencester, Colchester, Corbridge, Richborough, Wroxeter, Arenstburg, Heddernheim, Kastell Echzell, Maguncia, Metz, Treveris, Strasbourg, Walheim, Vienne, desde Malpica, en la Bética. Algunas Algunas ánforas llevan escrito el nomb nombre re de Astigi, que era

 

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la aduana donde se pagaban los consumos. En tres ánforas se leen los nombres de QQ.  Caesiorum Caesiani et Macrini , Q. Caesius Caesianus y Q. Caesius Macrinus; son posiblemente los consignatarios de los buques o quizás los mismos expedidores de la mercancía.  Posiblemente son los mismos que se documentan igualmente en otras ánforas ( Q.  C . C . y Q. C . M .). .). [-19 20-]  →

Q. I . M ..,,  130-180, exporta

a Ilchester, Roma, Lezoux, Trion, Trion, Fin d'Ann d'Annecy, ecy, Arents burg, Bregenz, Bregenz, Dépt. de l'Oi l'Oise, se, Kastell Butzbach, Wiesbaden, Caudebec-les-Elbeuf, Avenches, Rottweil, Londres, Sedlescombe, Augst, Ems, Zugmantel, Mülhausen, Stockstadt, Friedberg, Saalburg, Xanten, Vienne, desde Malpica.  Q.  M .  R.,  140-180, exporta a Ambleside, Chester, Corbridge, Londres, Papcastle, Richborough, Shopshire, Wroxeter, Roma, Dépt. de l'Oise, Laufen, Strasborug, Vindonissa,  Zugmantel, Arausio, Vienne, Forêt de Compiègne, Lunnern, Mardeure, Maguncia, Heddernheim, Arentsburg.  Q.  ND.  AND,  130-180,

exporta a Roma, Arentsburg, Londres, Kastell Erbach. Un ánfora lleva el nombre de la ciudad de Córdoba, posiblemente donde estaba la aduana. La hacienda se encontraba probablemente en el conventus de Córdoba, ya que  Astigi e  Hispalis parecen tener aduanas para sus productos.  SAENIANENSES ,  80/90-130/140, exporta a Londres, Richborough, Roma, Alise, Sta. Reina, Augst, Avenches, Bern, Grimmlinghausen, Maguncia, Metz, Neuss, Nijmegen, Nuits St. Georges, Trion, Vindonissa,  Ginebra, Ste. Colombe, St. Albans, Bonn, Vichy, Windisch, Vienne, Baden, Aosta, St. Germain, Studenberg, Basel-Augst, Nuits, St. Georges, Frankfurt, Stolberg, Hammerau, Nyon, St. Colombe, Angers,  Acqua Sabaudia,  Caerwent, Leicester, St. Albans. La  fligina  fl igina se encontraba posiblemente en Las Huertas del Río.  SAXUM FERREUM ,  110-160?, exporta a Black Gate, Canterbury, Chester, Cirencester, Colchester, Ilkley, Lincoln, Wroxeter, York, Roma, Alise, Ste. Reine, Baden, Maguncia, Trion, Vindonissa,  Ginebra, Poitiers, Autun, Melun, Forêt de Compiègne, Besançon, Bonn, Vechten, Arles, Trinquetaille, Arausio, y en Hispania, La Reina y Huerta de Belén. Una inscripción del Monte Testaccio lleva el nombre de Córdoba, lugar de la aduana y de los consumos. La  figlina  fi glina se hallaba posiblemente en Huerta de Belén, a pocos kilómetros de Celti.   F .  SCIMINIANO,  SCIMNIANI ,  160-210,

exporta a Benwell, Broughon-Humberm Carpow, Chester, Cirencester, Colchester, [-20 21-] Corbridge, Housesteads, Londres,  Norton Dis Disney, ney, Sea Mil Mills, ls, Selby, Silchester, Silchester, Wakering, Wroxeter, York, Roma, Arents burg, Bingen, Bingen, Grand, Heddernheim, Maguncia, Maguncia, Niederbieber, Zugm Zugmantel. antel. Un ánfora del  /FIG SCIMNIA AS  AS (tigi); está Monte Testaccio lleva la frase  R(eceptum)  o  R(ecognitum) /FIG datada en el año 161; posiblemente indi indica ca que la aduana y los impuestos impuestos situados en Astigi había recibido el envase, desde el figlinum  fi glinum Scimmanum, que debía encontrarse en el conventus de la ciudad.  Muchas de estas estampillas tienen variantes que son muy importantes para conocer las familias de los exportadores, pero aquí se prescinde de ellas, aunque no de los →

 

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lugares a donde se exportaban. Del estudio de N. H. Callender 41  es posible deducir, como lo hace él, alg algunos unos datos extraordinariamente importantes para el comercio bético. Desde el principio del siglo I el sur de Hispania reemplazó a Italia como región exportadora de productos, lo que implica la decadencia de la agricultura y vinicultura itálicas; el vacío que en la exportación dejó Italia lo llenó la Bética desde principios del siglo I.   La annona imperial era el principal consumidor del vino y aceite hispano, es decir, la población de Roma y el ejército del limes europeo. Como M. H. Callender 42  acertadamente escribe: "la enorme extensión del comercio del sur de Hispania queda atestiguada por las numerosas ánforas globulares, estampilladas y sin estampillar halladas en el Occidente y por la gigantesca masa del Monte Testaccio, el más importante testimonio de la exportación hispana a otros lugares occidentales  y el gran número de ánforas globulares halladas en las ciudades excavadas". Ya Dressel, que estudió en el siglo XIX las ánforas del Monte Testaccio, llegó a la conclusión de que la mayoría procedían de la Bética y de la Tarraconensis y más concretamente del Valle del Guadalquivir. Esta exportación es de capital importancia para la historia económica del Occidente e indica el papel importante [-21 22-]  desempeñado por Hispania en los dos primeros siglos de la Era. Este comercio comenzó a decaer con los Severos. A partir de Alejandro Severo debió desaparecer en gran parte, posiblemente debido a las confiscaciones de que fue objeto por el fundador de la dinastía. Hasta la época de los severos fue empresa →

 privada. Algunas según lo después señalado,delde197. estarLabajo confiscación imperial, es ánforas decir, dellevan haberindicaciones sido nacionalizadas mencionada inscripción de Sextus Iulius Possessor ,  que durante los años 161-163 fue procurador imperial del valle del Betis y ayudante en la inspección del aceite de África e Hispania, indica que posiblemente su cargo no tenía por finalidad controlar el comercio aceitero  por el Estado, como sugiere Rostovtzeff 43, quien cree que el aceite exportado a Roma era un impuesto en especie pagado por la hacienda imperial en las provincias, sino, P ossessor era un inspector de la calidad del aceite. como Van Nostrand indica 44,  Iulius Possessor El Estado Romano no ponía ningún impuesto a sus propios productos. Las ánforas his panas con tituli picti 45 normalmente incluyen los símbolos áá,  ááá,  etc., que posiblemente hacen referencia a un impuesto. Los productos hispanos pagaban un impuesto como lo indica la inscripción de Ostia que menciona el impuesto de 2 1/2 por ciento (CIL XIV, 4708).  En las estampillas del sur de Hispania va indicada frecuentemente la  figlina:  fi glina:  Barbensís ,  Ceparia,  Grumensis,  Salsensis,  Scalensia,  Saxum ferreum,  Scimnianum,  Virginenia.  Otras estampillas indican la cooperación de dos o más miembros de la Aurelii Heracles Heracle s,  padre  Ermii Iulii Iul ii , los familia en el comercio, como los  II   Aurelii padre e hijo, los III  Ermii 41

Roman Anforae ,  Londres 1965. También A. Beltrán,  Las ánforas ánf oras romanas en España,  Zaragoza 1970,   Roman 589 y ss. E. Thevenot, L'importation des produits espagnols chez les éduens et les lincons,  Revue Archéologique de l'Est et du Centre Est  1,  1, 1950, 68 y ss. El año 257 Hispania dejó de exportar aceite, según las ánforas del Testaccio. R. Etienne, Les amphores du Testaccio au III siècle,  MAH  61,   61, 1949, 151 y ss. En el libro de M. H. Callender no hay ánforas posteriores al 235. E. Rodríguez Almeida, Novedades de epigrafía anforaria del Monte Testaccio,  Recherches sur les amphores romaines, Roma 1972, 106 y ss. 42  Op. cit ..,, 49. 43   PW , 13, 139.  PW  44  Op. cit ..,, 196. 45  M. H. Callender, Op. cit .,., 22.

 

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 II   Iuni Melisii Melisi i y los  II   Menicii Menici i.  Las aduanas estaban en Córdoba,  Astigi e  Hispalis (el nombre de  Astigi aparece 95 veces; el de Córdoba 45 y el de  Hispalis 35). Esta exporta-

ción llevaba consigo el cultivo del olivo, la fabricación de envases, buenas vías fluviales y marítimas de transporte, t ransporte, gran número de puert puertos os de embarque, desarroll desarrolloo grande de la industria de construcción naval y una gigantesca mano de obra; todo ello implica un comercio bien organizado y unas redes de distribución muy perfeccionadas. En Hispania había una tendencia no muy grande hacia el gran latifundio. Sin embargo, el desaaceiter a presupone la aparición de una agri agricultura cultura de tipo rrollo de la [-22 23-] industria aceitera capitalista.  A juzgar por las inscripciones pintadas procedentes del Monte Testaccio, que han  podido ser datadas, el e l auge del comercio aceitero hispano se puede situar entre los años 140 y 165, según se indicó ya. Desde el punto de vista de la economía el momento me jor de His Hispania pania fue el reinado de Antonino Pío, a juzgar por la export exportación ación del aceite y las explotaciones de las minas de Riotinto, confirmando lo escrito por su biógrafo ( SHA.  Vita Anton.  1,  2) de que bajo su mandato todas las provincias florecieron. En Hispania, en general, se acusan las mismas corrientes económicas, sociales y religiosas que en el resto del Imperio Romano. Las mismas inscripciones indican que en  Hispalis, Astigi y Córdoba estaban las fábricas del Valle del Betis para la fabricación de ánforas. Baste recordar que en la carta de Alcalá del Río, en plena zona aceitera, se hallan 30 fábricas, →

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diseminadas por de 250deKm   a. Britannia Las tres ciudades están muy comunicadas entreunsí. territorio La exportación aceite es prácticamente toda bien his pana hasta el final del si sigl gloo II; después se debi debióó dirig dirigir ir a Roma el comercio.  Dión Crisóstomo (Orat .  79, 5) alude al coste elevado de las importaciones hi hispanas spanas a Italia y a la sangría de dinero que costaban que, en parte, debía quedar en Italia, de bido al absentism absentismoo de los grandes terratenientes t erratenientes y a su permanencia en Italia, como los 47 Valerii Vegeti .  Cálculos sobre el volumen de las exportaciones hispanas son muy difíciles de hacer. Se calcula por T. Frank 48 que el Monte Testaccio tiene unos cuarenta millones de ánforas aproximadamente, casi en [-23 24-]  su totalidad procedentes de Hispania, en  poco más de un sig siglo, lo, con predomi predominio nio del vino y aceite sobre el e l  garum;  en total, unos dos mil millones de litros, ya que la capacidad media de cada ánfora es de unos 50 litros. El precio del ánfora oscilaba entre 20 y 40 sestercios. El valor total del Monte Testaccio puede calcularse en 1.200 millones de sestercios y fue hecho en poco más de un siglo, a partir del II. T. Frank ha calculado el consumo anual de vino y aceite entre ciento doce y siete millones de litros anuales respectivamente y que el 50 % o algo más del vino consumido en Roma procedía de Hispania, siendo todavía mayor la importa→

 

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 M. Ponsich, Implantati on, 292 y s.  A. Balil, Los Valerii Vegeti, una familia senatorial oriunda de la Bética, Oretania 8-9, 1961, 96 y ss. Sobre el  Kalendarium Vegetianum, res privata de Marco Aurelio, cf. A. M. Canto,  Habis 4, 311 y ss. Marco Lucrecio, citado en esta lápida, es el cuarto funcionario de dicho cargo, lo que indica que esta  procuratela era de gran envergadura. envergadura. Se trataba de una donación que debió desaparecer desapar ecer hacia mediados del siglo III. Los funcionarios funcionarios de esta e sta procuratela son: T . Claudius Proculus Cornelianus ent entre re 161-167;  P .  Magnius Rufus Magonianus,  180-189;  L.  Cominius Vipsanius Salutaris,  193-209;  M .  Lucretius  Iulianus ,  2-211. Sobre las principales familias béticas cf. C. Castillo, Städte und Personen der Baetica,  Aufstieg... , 631 y ss. 

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 Rome and Italy of the Empire, An Economic Economic Survey of Ancient Rome. V, 272 y s.

 

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ción de aceite, lo que suma unos ingresos de 60 y 24 millones de sestercios respectivamente. A estas cifras c ifras hay que añadir el consumo de Britannia, Galia y Germania.  M. Ponsich 49 insi  insiste ste en que el N de Mauritania era, en gran parte, una continuación de la Bética y que las capas superiores de la población tenían preferencia por los productos héticos, como el aceite; incluso sugiere, al igual que para el llamado  garum gaditano, que la zona de Tánger enviaba todo su aceite a la Bética, donde posiblemente mezclado con el bético era reexportado bajo otra etiqueta a las regiones mediterráneas. Habría, pues, un gran consorcio hispano-marroquí, exactamente igual que para el  garum, y esta centralización de productos estaría en manos de compañías,  socii . Todas las fábricas de salazón del Estrecho, tanto las ya citadas como las de Mauritania Tingitana  Lixus,  Arzila, Kouass, Tahadart, Cotta, Sahara, Alcazarsegher, Senia y Torres) forma( Lixus rían una gran cooperativa cuya dirección estaría en manos de los gaditanos, pueblo comercial y marinero por excelencia (Str. 3, 1, 8).   Hispania Hisp ania exportó e xportó terra, sigillata durante toda la época imperial. Fragmentos de terra sigillata hispana han aparecido en Stoskstadt, Germania, Saint Bertrand de Cominges, Saint Placart y Ostia. Mauritania Tingitana fue la región del Imperio que hispana. Sobre un millar de ejemplares de diversa procedenimportó más terra sigillata hispana cia, hay casi 400 estampillas estampillas de procedencia hispana, concretamente de la Bética 50. His pania comienza comienza a exportar terra sigillata a [-24 25-] Mauritania Tingitana en la segunda →

mitad delLa siglo I, masa sigue de la exportación en elexportados II, para desaparecer en Tingi langitana segunda mitad del siglo sig lo III. gran vasos hispanos a Mauritania Ti tana procede de alfares localizados en el sur de la Península. Los min minerales erales eran exportados e xportados en su mayoría a Roma.  Este gigantesco comercio de exportación, al igual que el de importación y la ex plotación de las minas, minas, requería una banca bien organizada organizada y bien distribuida distribuida en los centros claves de la economía. Banqueros aparecen citados en varias inscripciones; así  A. Virgilius, argentarius en Carthago Nova (CIL II, 3440) ; los numularii de  Emerit  Emerita a,   Augusta  Augus ta (CIL II, 498) y  Iulius Secundinus,  en Onda, Castellón (CIL II, 4034). En un legado fundacional de Barcelona de tiempos de Marco Aurelio el capital se coloca al 6 % de interés y en uno un poco más antiguo, de tiempos de Antonino Pío, también hallado en Barcelona, el interés es al 5 % 51.  Hispania importaba preferentemente bienes de consumo y productos manufacturados, fundamentalmente con carácter decorativo.  49

  Recherches Recherches archéologi ques à Tanger et dans sa s a région , París, 1970. 238, 258 y ss., 282 y s., 287, 290 y s. 50   G. Martín, Comercio y producción de cerámicas finas en época imperial, Comunicaciones a la I Reunión de Historia de la economía antigua de la Península Ibérica , Valencia 1968, 120. Ac.-CP. Ostia s igill ata hispanique en Maurétanie M aurétanie III, Studi Miscelanei 21, 1969-72, 682 y ss. 688. J. Boube, La terra sigill Tingitane,  I ,  Les marques de potiers ,  Rabal, 1965, Idem, La terra sigillata en Maurétanie Tingitane. Supplément au catalogue des marques de potiers,  BAM  6,  6, 1966, 115 y ss. En contra de la reciente tesis de M. Gabriela Martín, Consideraciones sobre la terra sigillata hispánica, mauritana y la terra sigillata clara en Marruecos,  Papeles del Labor Laboratorio atorio de Arqueología de Vale Valencia ncia 6, 1969, 151 y ss., quien cree que gran parte de la sigillata de Mauritania, que Boube cree ser de origen hispano, no lo es, está el hecho de que recientemente han aparecido en Andújar (Jaén) moldes de terra sigillata que aparece en Marruecos. Y también C. Domergue, Marcas de alfareros en "terra sigillata" procedentes de Cástulo y aportaciones a la "terra sigillata" hispánica de tipo B,  Oretania 9, 1967, 24 y ss. M. Ponsich, Pérennité des relations dans le circuit du Detroit de Gibraltar, Aufstieg ..., ..., 655 y ss. 51  A. D'Ors, Op. cit .,., 520 y ss.

 

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Hispania importó posiblemente a lo largo de los siglos II y III la llamada  sigillat  sigillata a clara,  de orig origen en africano, documentada eenn la costa mediterránea hispana: Rosas, Am Ampupurias, Gerona, San Feliú de Guixols, Tarragona, Valencia, Jávea, Elche, Cartagena, San Pedro de Alcántara, Baleares e Ibiza 52. Algunos bronces son muy [-25 26-]  posiblemente importados, como la taza argéntea de Alicante 53. La mayoría de las esculturas  Italica a son buenas copias hechas en Roma. La Venus de Italic  Italica a, de influenhalladas en  Italic cia alejandrina, y el Mercurio vinieron igualmente de Roma 54. Llegaban probablemente como cargas de retorno de los barcos que comerciaban entre Hispania y Roma. En His pania hay un número relativamente grande de copias grieg griegas as que llegaron llegaron en época de los Antoninos y de los Severos, como el Esculapio, de procedencia desconocida, de época antoniana, copia de un original ggrieg riegoo de éépoca poca helenística 55, la cabeza de Hércules hallada en Tarragona, de influjo escopeo, fechada en la segunda mitad del siglo II 56  y el Dionysos de Aldaia, Valencia, creación romana imperial del siglo II avanzado 57. Importada de Grecia o de Italia es la cabeza de sátiro de Italic  Italica a, de finales del siglo II 58. El material de algunas esculturas procede de fuera de Hispania, bien porque llegara en  bruto, bien ya trabajado, como las cabe cabezas zas de Marco Aurelio Aurelio y L. Vero, halladas halladas en T Taa59  Italica a,  de rragona , de mármol itálico, al igual que el busto de joven procedente de  Italic 60 época de Marco Aurelio . De mármol de Carrara es un busto de varón de época de Marco Aurelio 61. Los sarcófagos llegaban ya tallados y eran la carga de retorno igual→

mente de es loselbarcos que transportaban mercancías hispanas. Importado probablemente de Roma de Husillos, Palencia, con el tema de la Orestiada, fechado a mediados 62 del siglo II . De [-26 27-] época de los Severos e importado de Roma es el sarcófago de Córdoba con las puertas del Hades 63.  En Uxama 64, en la provincia tarraconense, en el siglo II, el collegium sutorum erigió un ara a los dioses  Lugoves (CIL II, 2818). Los Centonarii,  fabricantes de lonas, hechas de retazos cosidos, que empapadas en vinagre y agua se empleaban para extinguir incendios, y de ahí también significa el término bomberos, dedicaron un ara al em perador Antonino Pío, en Sevill evillaa (CIL II, 1167). El colegio está compuesto por 100 →

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 G. Martín, Op.  cit .,.,  121 y ss. L. Caballero, Cerámica sigillata clara decorada de los tipos A, A/C y C, Trabajos de Prehistoria 28, 1971, 3 y ss. Idem, Estado actual del estudio de la cerámica sigillata clara del Mediterráneo Occidental,  Am  Ampurias purias  28, 166, 139 y ss. Idem, Nuevos datos sobre cerámica sigillata clara de tipo B y sigillata brillante, Trabajos de Prehistoria 27, 1970. 300 y ss. M. Fernández-Miranda -

el Cerro deyMontecristo  Madrid, 1975, passim . Excavaciones .   A.Caballero, García y Abdera Bellido, Parerga de en Arqueología Epigrafía ,hispano-romana,   Archivo Español de  Arqueología 39, 1966, 144 y ss. 54  A. García y Bellido, Colonia Aelia, Augusta Italica, Madrid, 1960. 146, lám. 34; 148, lám. 38. 55  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 88 y ss. n. 71. 56  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 94 y ss. n. 781. 57  Esculturas as romanas de España y Portugal , 96 y ss. n. 82.  A. García y Bellido,  Escultur 58  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 103, n. 96. 59  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 36 y ss. ns. 26-27. 60  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 59 y ss. n. 47. 61  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 61, n. 48. 62  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 212 y ss. n. 249. 63  A. García y Bellido, El sarcófago romano de Córdoba,  Archivo Español de Arqueología  31, 1959, 3 y ss. F. Matz, Das Problem der Orans und ein Sarkophag in Córdoba,  Madrider Mittei M ittei lungen 9, 1968, 300 y ss. 64  A. García Merino, La ciudad romana de Uxama,  Boletín del Seminario de Estudi Estudios os de Arte y Arqueolo gía  36, 1970, 383 y ss.; 37, 1971, 85 y ss. 53 L.

 

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miembros; y constituído directamente por el emperador. Un segundo colegio de fabricantes de lonas se documenta en Tarragona (CIL II, 4318) 65. Una fábrica de armas y de estatuas funcionaba en Val Valencia encia (CIL II, 3771). Los centros comerciales en época de los Antoninos y de los Severos debían ser los mismos que los enumerados por Estrabón, en el libro tercero de su Geografía, dedicado a Hispania. Carthago Nova,  que desempeñó un papel importantísimo en época republicana como ciudad comercial y minera (Str. 3, 210; 4, 6) debió decaer mucho a comienzos del Imperio 66.  OFICIOS.  La lista de oficios atestiguada en Hispania es la siguiente (se excluyen algunas profesiones artísticas y comerciales de las que ya se ha hablado).  Centonarii, Collegium, Hispalis (CIL II, 1167), de época de Antonino Pío.   Infector   Infe ctor , Liberalis, Obulco (CIL II, 5519), del siglo II o comienzos del III. [-27 28-]   Navicularii  Navicular ii , cf. Scapharii .   Perfe  Per fector ctor et e t pictor , Q. Attilius Messor , siglo II, Tarragona ( CIL II, 4085).  Scapharii, Hispalis (CIL II, 1168-9, 1180, 1183), año 146 y de Antonino Pío y Lucio Vero.  Serrarii augustorum augustorum, Italica (CIL II, 1131), siglo III.  Stractor , Silius Hospes, Tarraco (CIL II, 4114), época de los Severos. Severos.  Sutor , Collegium, Uxama (CIL II, 2818), siglo II, Carthago Nova (CIL II, 5125).  →

PROFESIONES LIBERALES. Varias inscripciones mencionan al homo bonus,  en relación con la justicia del  Italica a,  Q.  Cortalinus (CIL II, 1145), siglo III; en  Hispalis, L. Castritius mismo; así en  Italic  Honoratus (CIL II, 1183); Vimulensis Gallus,  en  Baesippo,  finales del siglo II o comienzos del siglo III (CIL II, 1924), y  Aemilius Valerius Valer ius Chorintus ,  en Tarraco,  siglo III (CIL II, 4261).  Una inscripción de época de los Antoninos está dedicada por los confectores aeris a T .  Flavio Angusti liberto,  Polychryso, procuratori Montis Mariani (CIL II, 1179),  procede de Hispalis.  Una sepultura de  Emeri  Emerita ta,  de época de Antonino Pío, conservaba todo el instrumental de un médico dentro de dos estuches de bronce; el primero contenía: una cucharilla de cirugía en bronce, una espátula, dos sondas y un escalpelo; un segundo estuche guardaba dos pinzas, tres planchas rectangulares, dos dobladas en ángulo recto, un instrumento impreciso y cuatro mangos, todo ello de bronce, una cuchara, una sonda, tam bién de bronce, dos fórceps y unas tijeras de hierro y fragmentos de ampullae de vidrio 67 .  65

 A. D'Ors, Op. cit .,., 391.   J. M. Blázquez, Ciudades hispanas en época de Augusto,   Bimilenario de Caesaraugusta,  Zaragoza 1976. A. Balil, Casa y urbanismo urbanismo en la España Antigu Antigua. a. Casa familiar familiar y vivienda colectiva en la España Estudios os de Arte y Arqueología 38, 1972, 55 y ss. 39. 1973. 115 y ss. Romana,  Boletín del Seminario de Estudi Bilbilis en el siglo II debía haber decaído bastante, cf. M. A. Martín Bueno,  Bilbil  Bilbilis is . Estudio históricoarqueológico , Zaragoza 1975, 320. 67   J. Zaragoza, La medicina en la España Antigua, Cuadernos de Historia de la Medicina Española  4, 1961, 149 y ss. 66

 

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En Alcolea del Río una inscripción (CIL II, 6328) menciona a un denudator  gimnasius, finales del siglo II o comienzos del siglo III.  En las estelas de Lara de los Infantes se representan algunos oficios, como un vendedor de líquidos y un telar 68. [-28 29-]  Se conocen los nombres de algunos artistas que trabajaron en esta época, como el  Demetrios os,  griego, a juzgar por la inscripción en su lengua y por el nombre del escultor  Demetri  Emerita ta,  en una estatua mitraica; el del pintor que esculpió a mediados del siglo II, en  Emeri C .  Silvanus,  que trabajó en el siglo III en el techo de la tumba de  Postumius en Carmona; el de Q. Attius Messor ,  que pintó en el templo de Minerva, en Tarragona, en el siglo II; el del mus musivarius ivarius Perissoterus,  que hizo un mosaico de  Italic  Italica a,  griego, a juzgar  Marcell y Marcelinus, que en el  por el nombre, al ig igual ual que Seleucus y  Antius,  siglo II y Marce  Italica a,  el primero era probablemente liberto griego. Un arquisiglo III trabajaron en  Italic tecto, indígena a juzgar por el nombre,  Belci  Belcilesus lesus, trabajó en el siglo III en Segobriga 69. La mayoría de estos e stos esclavos eran orientales.  →

I ND  NDUSTRIA USTRIA ARTESANA ARTESANA Y CONSERVERA CONSERVERA. CERÁMICA. Hispania tuvo buenos talleres de escultura, localizados en Barcelona y Tarragona, en la Provincia Tarraconense. Al primero pertenece un retrato funerario femenino, hallado en Barcelona, con el peinado de  Annia Galeria Gale ria Faustina,  esposa de Antonino Pío. Hubo también talleres ambulantes de escultores griegos que trabajaron en esta ciudad. A uno de ellos hay que atribuir la cabeza de desconocido, mal supuesta de Antonio Pío, encontrada en la muralla de Barcelona. El mismo artista labró la cabeza del desconocido, coetánea de Faustina Menor y de Lucilla 70; a un taller que trabajó a final de los Severos o un poco posterior pertenece el sarcófago tarraconense con el rapto de Proser pina 71 de mala técnica, y posiblemente el de las Musas y Apollo, de época severiana, con algunos defectos evidentes en su composición, que indica una producción industrial de taller; está fabricado con mármol itálico 72. Otros talleres trabajaban en otras regiones. Un trabajo local, con defectos en su ejecución, es el [-29 30-] sarcófago de Valado, Lusitania, datado en el siglo III, con Musas 73. Hispania ha dado buena escultura de emperadores fechada en éépoca poca ant antonini oniniana ana y severiana, muchas de cuyas pi piezas ezas pueden competir con las mejores del resto del Imperio, como los bustos de Antonino Pío de Puente Genil 74, de Caparra, 75  y de Málaga; de Marco Aurelio y de Lucio Vero de →

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 A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal ,  339, J. A. Abásolo, op. cit .,  n.º 148149. 69  A. García y Bellido, Nombres de artistas en la España Romana,   Archivo Español de Arqueología 28, 1955, 7 y s., 10 y ss., 15 y s. 70  A. García y Bellido, Retratos romanos hallados en las murallas de Barcelona,  Archivo Español de Arqueología  38, 1965, 55 y ss. 71  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 222 y ss., n. 252. 72  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 228, n. 254. 73  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 35 y ss., n. 25. 74  Esculturas as rromanas omanas de España y Portugal ,  350 y ss. n. 155; A. Blanco, Un retrato  A. García y Bellido,  Escultur del emperador Antonino Pío,  Miscel ánea de estudios dedi cados al prof profesor esor Antonio Marín Ocete , Granada, 1974, 59 y ss. 75   J. M. Blázquez, Caparra,  Madrid 1965, 60 láms., 18. Idem, Esculturas romanas en el Palacio de los Excmos. Duques de Airón en Plasencia, Zephyrus 14, 1963, 117 y ss.

 

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Tarragona 76, de Septimio Severo de  Emeri  Emerita ta 77 y de particulares, como, además de los  Italica a,  de época de Marco  bustos ya citados de Barc Barcelona, elona, el busto de desconocido de Italic 78 Aurelio . De los años de este gobi gobierno, erno, se conocen unos cuantos retratos retr atos buenos, como 79 los procedentes de Jumilla (Murcia) y Villalba (Valladolid) . De época de Cómodo es el busto de varón de Boston, procedente de Hispania 80. Cabe enumerar otras otr as varias pie81 zas, como las cabezas halladas en la provincia de Toledo , los retratos de Faustina La Menor de Utrera y el persa arrodillado de El Arahal (Sevilla) 82, de época de los Antoninos; la estatua de Dionisos, del Mitreo de Cabra (Córdoba), un Eros dormido, fechados en el siglo II 83, etc.  Tres ciudades, Tarragona,  Italic  Italica a y Emerita Emerit a son las que han dado [-30 31-] las me jores piezas piezas escultóricas de gran ttamaño, amaño, que indican la existencia de buenos talleres talleres de escultura.  Entre estas esculturas descuellan: el Mercurio sedente, de mediados del siglo II,  procedente de  Italic  Italica a 84; los dos Cronos de mediados del siglo II, el Dadophoros, todos de  Emerit  Emerita a 85  y el Plutón del teatro de  Emerit  Emerita a,  de la misma fecha 86; los Dionisos  Emerita ta y escanciadores de Tarragona y de Valencia 87; las cabezas de Serapis de  Emeri 88 Valladolid, de mediados del siglo II y de época de los Severos, respectivamente . Las mejores esculturas de dioses son la Venus de  Emerit  Emerita a,  de mediados del siglo II 89, las Dianas de  Italic  Italica a y Emerita Emerit a 90 y la Ceres-Proserpina de esta última localidad, localidad, de mediamedia→

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dos del siglo II lo . Hispania puede presentar buenosa,ejemplares de relieves92.de  Emerita   de época severiana religiosos, como del templo de Marte, de  Emerit A edificios la época estudiada en este trabajo pertenece una serie de esculturas thoracatas militares romanas, halladas en Espejo (Córdoba), probablemente de época de Septimio Septimio Severo; Severo; en Ibiza, Ibiza, de tiempos de Adriano o Antonino Pío; en Iruña; en Tarragona, dos; y en Mérida, del primer tercio del siglo III, obra de un taller local 93. De época de los Severos es el Mausoleo de Sádaba 94, buen exponente de la riqueza de la burguesía hispana de este período, que sigue las modas artísticas de Roma. Junto a estos talleres [-31 32-] trabajaron otros →

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 A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 36 y s., ns. 26-27.  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 37 y s., n. 28. 78  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 59 y s., n. 47. 79  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 61 y ss., ns. 48-49. 80  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 64 y s, n. 50. 77

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 J. M. Blázquez, Retratos romanos de la provincia de Toledo,  Archivo Español de Arqueología 43, 218 y ss. 82  J. M. Luzón - M. P. León, Esculturas romanas de Andalucía, II,  Habis 3, 1972, 258. 83  A. Blanco - J. García - M. Bendala, Excavaciones en Cabra (Córdoba). La Casa del Mitra (Primera Campaña, Cam paña, 1971), Habis 3, 314 y ss. 84  J. Menéndez Pidal, EL Mausoleo de Los Atilios, Archivo Español de Arqueología 43, 1910, 89 y ss. 85  Esculturas as romanas de España y Portugal , 117 y ss., n.º 118-120.  A. García y Bellido,  Escultur 86  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 89 y ss. n.º 72. 87  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 95 y ss. n.º 81-82. 88  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 115 y ss. n.º 116-117. 89  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 141 y s. n.º 145. 90  A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as romanas de España y Portugal , 148 y ss. n.º 157-159. 91  Esculturas as romanas de España y Portugal , 154 y s. n. 165.  A. García y Bellido,  Escultur 92  M. P. León, Los Los relieves reli eves del templo templo de Marte en Mérida, Mérida,  Habis 1, 1970, 181 y ss. 93  P. Acuña, Escultur  Esculturas as mil militares itares romanas de España y Portugal .  I. Esculturas t horacata horacatass, Burgos 1975. 46 y ss., 51 y ss.. 56 y ss.. 80 y ss. 94  J. Menéndez Pidal, op. cit .,., 89 y ss.

 

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típicamente indígenas indígenas que produjeron obras de ca carácter rácter funerario; son los conocidos con los nombres de León, Burgos y Navarra, siguiendo la clasificación de A. García y Bellido 95. El taller que más tiende a la decoración figurativa relivaria es el de Burgos. El grupo navarro se caracteriza por desempeñar los vegetales, la vid y los arbustos un pa pel importante como elemento decorativo y sim simbólico. bólico. En el noroeste, como en general en toda Lusitania, las estelas están llenas de signos astrales como en las de Vigo 96 y en figuras uras completas. Un tipo espelas de Monte [-32 33-] Cildá 97 hay representaciones de fig cial son las estelas de togados dentro de hornacinas, de un arte bárbaro documentadas en toda la Península: Carthago Nova,  Cástulo (tres ejemplares), Peal del Becerro y Baños (Jaén),  Emerit  Emerita a,  Talaván (Cáceres), Valdunciel (Salamanca), Castro de San Facundo →

95

 A. García y Bellido,  Escultur  Esculturas as rrumanas umanas de España y Portugal ,  321 y ss. Idem, Las más bellas estelas geométricas geom étricas hispanorroman hispanorromanas as de tradición céltica, cél tica,  Homm  Hommage age à Albert Grenier , Bruselas 1962, 729 y ss. J. Elorza, Ensayo topográfico de epigrafía romana alavesa,  Estudios de Arqueología Alavesa 2, 1967, 119 y ss. Idem, Estelas decoradas romanas en la provincia de Álava,  Estudios de Arqueología Alavesa  4, 1969, 235 y ss. Idem, Un taller de escultura romana en la divisoria de Navarra y Álava, Cuadernos de Trabajo de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma  13, 1969, 53 y ss. A. Lozano, Tipología de las estelas y la población de Hispania,  Revista de la Univer Universidad sidad Complutense , 22, 1973,

89 y ss.; J. A. Abásolo, Nu Nuevas evas urnas urnas en e n forma forma de casa, procedentes de Poza de la Sal (Bu ( Burgos), rgos), Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología  39, 1973, 434 y ss.; Idem, Epigrafía romana de Iglesia Pinta (Burgos),  Boletín del Seminar Seminario io de Est Estudios udios de Arte y Arqueología  38, 165 y ss.; Idem, Dos nuevas inscripciones i nscripciones aparecidas en la provincia provi ncia de Burgos, Burgos, Boletín del Seminario de Estudi os de Arte y Arqueología  38, 485 y ss.; C. García Merino, Una estela inédita procedente de Lara (Burgos),  Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología   37, 1971, 433 y ss.; R. Martín, Inscripción romana de Bercial, Alcolea del Tajo (Toledo),  Boletín del Seminario de Est Estudios udios de Arte y Arqueología  37, 165 y ss. 96   J. M. Álvarez - F. Bouza Brey, Inscripciones romanas de Vigo, Cuadernos de Estudios Gallegos 16, 1961, 5 y ss. D. Julia,  Etude épigraphique épigraphi que et iconographique des stèles funéraires funérair es de Vigo , Heidelberg 1971. También en Lusitania cf. J. M. Blázquez, Caparra,  II, Madrid 1966, 35, lám. XX. C. Callejo, Aportaciones a la epigrafía del Campo Norbense,  Boletín de la Real Academia Academia de la Historia Histori a  157, 1965, 30 y ss., láms. 13-14; 17, lám. 23; 68 y ss., lám. 31. Idem, Inscripciones del Museo de Cáceres,  publicadas por Monsalud Monsalud y por Mallon y Marín,  Revista de Estudios Extremeños 26, 1970, 430 y ss., láms. 1-2; 37 y ss., lám. 6; 441 y s., lám. 13. Las conclusiones a que llega D. Julia en el estudio citado de las estelas de Vigo, que data en la primera mitad del siglo III son importantes desde el punto de vista social y religioso: de la onomástica romana (sóloEndosesta mujeres nombresnoindígenas, otros tres nombres predominio asocian el elemento romano al indígena. fecha llevan la onomástica es puramente latina, sino compuesta), el paso de los tria nomina al sistema de nombre único, la presencia de tres clunienses, la gente que más emigra en Hispania (Julia piensa que posiblemente gozaban de un privilegio fiscal, acordado por un rescripto), el medio social que indicaban estas estelas es el de la clase medía. La originalidad más significativa es la riqueza iconográfica, 13 estelas entre 22 llevan signos astrales, frecuentemente asociados a rosetas, que nosotros creemos que indican una concepción astral de la ultratumba y que no es un simple elemento decorativo; el signo de Tanit, de origen púnico, aparece en dos estelas. En las estelas de Vigo se representan frecuentemente figuras humanas completas. Julia ve en ellas una tradición indígena típica del noroeste, lo cual no es totalmente exacto, pues si bien los llamados togados bajo hornacina se documentan más bien hacia el noroeste; las estelas con figuras humanas son típicas de la zona de Álava y Navarra. Creemos que estas estelas de Vigo, que forman un grupo muy homogéneo, responden a una población en función del puerto, posiblemente no galaica, ya que los mismos temas decorativos (incluso los signos astrales, arcos, triángulos, etc.) parecen más pro pios de otras regiones de Hispania Hispania que del noroeste. 97  M. A. García Guinea - J. González Echegaray - J. A. San Miguel,  Excavaciones en Mont e Cil Cildá dá. Olleros de Pisuerga ( Palencia  Palencia ), Madrid 1966, 31 y ss.

 

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(Orense), Barcelos y Bibrares (Portugal), Santa Tecla, Vigo y Azaño (Pontevedra) 98. Junto a estos talleres locales, de tradición indígena, había otros talleres muy buenos dedicados a la labra de la piedra, que produjeron la serie, excelente, de capiteles de orden corintio de Clunia 99.  Al lado de todos estos talleres, otros trabajaron una serie grande de obras de carácter funcional, imitando modelos helenísticos o romanos, en calizas o mármoles locales, como la crátera del siglo II, la acrótera con cabeza de Medusa, de la misma fecha, el relieve con fascio, el cipo con cabeza de Medusa, de época antoniniana, el ara funeraria en forma de templete, de finales del siglo II, o de los primeros años del siguiente de Barcelona. Todas estas piezas están fabricadas, menos la primera, que es de mármol  blanco, en piedra caliz calizaa de Montjui Montjuich, ch, lo que indica que fueron trabajadas en talleres locales de la ciudad, para una clientela al tanto de los gustos y modas de Roma y muy influenciada por los modelos clásicos 100.  Talleres Tall eres locales trabajaron en muchas ciudades im importantes; portantes; así de Segobriga se conservan unas columnas decoradas con motivos veg vegetales, etales, que responden a las corrientes arar101 tísticas, bien documentadas documentadas en el norte de África, en época severiana . Hispania contó,  excelentes. tes. Un ig igualmente, ualmente, con buenos talleres de fundidores f undidores que hicieron obras [-33 34-] excelen  buen bronce de hacia el año 200 200 es el pas pasarriendas arriendas de Morón (Sevill (Sevilla) a) con caballo 102.  La industria de salazón continuó próspera en esta época. Una serie de fábricas tra→

 bajaban a lo de toda costa medi mediterránea terránea ibérica, de la Bética del sur suren delaLusitania, como la largo de Jávea, conlanumerosos depósitos y una piscina, todoytallado roca, con canal de comunicación con el mar. La piscina podía tratarse de un vivero para la conservación inmediata inmediata de la pesca, antes de su prepara preparación; ción; Calpe con varios depósitos excavados en la roca, que comunican con el mar; Tossal de Manises, la antigua  Lucentum,  con algunos depósitos tallados en la roca, próximos al mar; Santa Pola con depósitos romanos; Cartagena; Villaricos, con muchos depósitos repartidos en cuatro grupos; el principal está formado por seis depósitos dispuestos en ángulo recto, cuyas dimensiones interiores varían entre dos y tres metros; Almuñécar, la antigua Sexi,  que, según Estrabón (3, 4, 2), Plinio ( NH  NH 32, 146) y Marcial (7, 78), era un importante centro productor de  garum,  con ruinas de depósitos en mal estado de conservación; Torrox, con un grupo de tres depósitos; Torremolinos; S. Pedro de Alcántara, con dos o tres establecimientos de salazón; Carteia,  con depósitos muy bien conservados; Villavieja, la antigua  Mellar  Mellaria ia,  citada por Estrabón (3, 1, 8) y por Plinio ( NH  NH 9, 48) como uno de los centros productores de  garum y salazó salazón, n, con restos de depósitos; depósitos; Belo , con tres fábricas de salazón, que son las más completas de las conocidas en Hispania. Según Estrabón (3, 1, 8) la ciudad era famosa por las fábricas de  garum.  El sistema de construcción de los depósitos recuerda los de Lixus. Hay cinco conjuntos de fábricas de forma y capacidad diferentes. El primero, con acceso directo al mar, se compone de seis depósitos con un volumen total de 20 m3; cuatro están agrupados dos a dos y dos más pequeños reserva 

98

 A. García y Bellido, Sobre un tipo de estela funeraria de togado bajo hornacina,  Archivo Español de  Arqueología 40, 1967, 110 y ss. 99  M. Trapote, Los capiteles de Clunia. Hallazgos hasta 1964, Valladolid 1965. 100  J. M. Blázquez, Panorama general de la escultura romana en Cataluña,  Problemas de la Prehistoria Prehist oria y de la Arqueología Catalanas, Barcelona 1963, 238 y ss. 101  H. Losada - R. Donoso, Excavaciones en Segóbriga , Madrid 1965, 54, lám. VII. 102  A. Blanco, El pasarriendas pasarri endas romano romano de Morón, Morón, Archivo Español de Arqueología 40, 1967, 99 y ss.

 

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dos al garum. El segundo conjunto es más grande y está mejor dispuesto. Se compone de nueve depósitos de dimensiones variables y un volumen de 40 a 50 m 3. El tercer conjunto está formado por una gran sala a cuyo aalrededor lrededor están alineados seis depósitos depósitos de un vo3 lumen de 35 m . El cuarto tiene ocho depósitos agrupados en una gran sala, y otros dos más pequeños para el  garum en una sala vecina con un volumen total de 40 m 3. Un quinto conjunto se compone de seis depósitos de 30 a 40 m3 agrupados [-34 35-] en una gran sala. Todas estas construcciones parecen ser una pequeña parte de la gran instalación industrial de  Belo ;  en Barbate, la antigua  Baesippo,  se conocen también ruinas de depósitos; Cerro del Trigo, con seis depósitos de salazón; Sanlúcar de Barrameda, con diez depósitos que cubren una extensión de 25 m. por 10 m. En la costa lusitana las fá bricas de salaz salazón ón eran muy numerosas: Cacessa, Antas, Torres de Ares, P Praia raia de Quar103 terira, Pera Per a de Armação, Portmão, Port mão, V Vão, ão, Senhora da Lux y Boccadorio .  Los alfares para la fabricación de ánforas fueron muy numerosos, dado el intenso comercio de exportación de aceite, vino y  garum. Ya se ha indicado que las fincas dedicadas a la producción aceitera tenían sus propias fábricas de ánforas. Cinco alfares han aparecido en Almodóvar del Río (Córdoba), Torre Alta, Trebujena, Mesas de Asta, Jerez de la Frontera 104, etc. Una serie de hornos cerámicos esparcidos por la costa mediterránea hisp hispánica ánica se ha supuesto que eran los que fabricaban la sigillat  sigillata a clara . Estos son: Olocau (dos), Higueruelas, Albalat, Fuente la Higuera, en la provincia de Valencia; Bo→

rriol, Val dey Uxó, Almenara la provincia Castellón; Reus (dos), Villanueva Geltrú, Ampurias(dos), (dos),enSabadell (dos),deSan Martín Cardona, de Sarroca, Fontscaldes, Rubí, Ruios, en Cataluña; Écija y Torrox 105 en Andalucía. De la industria musivaria se hablará al referirse al urbanismo. [-35 36-]  →

POBLACIÓN. URBANIZACIÓN. R OMANIZACIÓN OMANIZACIÓN. DESPLAZAMIENTOS DE LA POBLACIÓN. La población hispana en su casi totalidad era de origen indoeuropeo, como se deduce de la onomástica, incluso en regiones como Álava, que después fueron habitadas  por los vascos. En las provincias de Lusitania y en la mitad superior de la Tarraconense  predominaba  predomi naba el elemento indíg indígena ena indoeuropeo 106. En tiempo de Marco Aurelio, el año 103

 M. Ponsich - M. Tarradell, Garum et industries antiques de salaison dans la Méditerranée occidentale,  París 1965, 81 y ss. G. Martín, Las pesquerías romanas de la costa de Alicante, Saguntum 10,

 LaA.fact oría pesquera deAportaciones Punta de L'Arenal L' y io otros restos tos roma1970, y ss.( Alicante G. Martín - M. cia Serres, nos de138 Jávea  Alicante ),  Valen Valencia 1970. Moreno - L. Abad, Aportacion esArenal al estudio estud de lares pesca en la Antigüedad,  Habis 2, 1971, 209 y ss. M. Sotomayor, Nueva factoría de salazones de pescado en Almuñécar (Granada), Noticiario Arqueológico Hispánico 16, 1971, 147 y ss. M. Esteve, Sanlúcar Sanlúcar de BarraBarr ameda (Cádiz). Fábrica de salazón romana en La Algaida,  Noticiari  Noticiario o Arqueológico Hispánico  1, 1953,

126 y ss.  G. Bonsor,  Archaeological Expedition along t he Guadalquivi r ,  Nueva Nueva York, 1931. C. Pemán, Pemán, Alfares y embarcaderos romanos en la provincia de Cádiz,  Archivo Español de Arqueología  32, 1959, 169 y ss. J. F. de la Peña, Alfares y marcas de ánforas del valle medio del Guadalquivir,  Archivo Español de Arqueología  40, 1967, 129 y ss. 105  D. Fletcher, Tipología de los hornos cerámicos romanos de España,  Archivo Español de Arqueología   38, 1965, 70 y ss. D. Fletcher - J. Alcocer, El horno romano de Olocau,  Archivo de Prehistoria Prehis toria Levantina 9, 1961, 115 y ss. 106   M. L. Albertos,  La onomástica personal ,  primitiva de Hispania Tarraconense y Bélica ,  Salamanca 1966. Idem, Nuevos antropónimos hispánicos, Emerita  37, 1964, 209 y ss.; 33. 1965, 109 y ss. J. M. de  Navascués, On Onom omástica ástica salmantina salmantina de la época romana, romana,  Boletín de la Real Academia Academia de la Historia Histori a  158, 1966, 181 y ss. M. Palomar, Palomar, La onomástica personal prelati prelatina na de la Antigua Lusitani Lusitania a, Salamanca

104

 

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166, llegaron nuevos colonos de Italia e Hispania, probablemente diezmada por la peste (SHA. Vita Marc.  11, 7). Se ha calculado la población de Hispania en unos 7 millones de habitantes y la vida media en algo menos de 40 años 107. La vida media de los esclavos era algo más corta. La urbanización dio un gran avance en época imperial. Hay datos muy significativos de ello. Ptolomeo (II-IV,  passim)  enumera en Hispania unas cuatrocientas localidades, cifra algo menor que la de Plinio ( NH 3, 7-28) 108, que prueba una concentración concentrac ión de la población en los núcleos urbanos y en sus te territorios. rritorios. En este sentido es muy significativo comparar los datos de Plinio con los de Ptolomeo. El primero menciona en la provincia Tarraconense 179 centros urbanos y 114 rurales o  populi.  En total, 293. Hacia mediados del siglo II, Ptolomeo cataloga 248 nom bres de ciudades; el número de las comunidades comunidades rurales había descendido a 27. Las ciudades habían ascendido a 105 y los  populi disminuido a 87. Esta revolución urbana ha de suponerse concentrada casi exclusivamente en el noroeste de Hispania, al norte del río Duero, donde predominaba la población rural. Para crear el núcleo de tales concen fora a. Los limici,  a mediados del siglo II, en el traciones Roma se valió [-36 37-] de los  for nacimiento del río Limia, formaban la comunidad urbana del  Forum Limicorum (Ptol.  gigurrii II, 6, 43), que dio lugar a la moderna Guinzo de Limia. La tribu vecina de los  gigurr formó el  Forum Gigurrorum Gigurror um (Ptol. II, 6, 37), origen de Valdeorras, Los bibali se concentraban en el núcleo urbano del  Forum Bibalorum B ibalorum (Ptol. II, 6, 42) y los narbasi en el →

 Forum Narbasorum (Ptol. II, 6, 48).

del económica norte de L Lusitani usitania y noroeste de la la Tarraconense no alcanzaron el gradoLas de ciudades prosperidad de losacentros urbanos de la Bética y Levante y conservaron su fisonomía, en gran parte nada romana. La política implantada por Roma tendía a la concentración de los caseríos dispersos por el campo. La creación de concentraciones urbanas destruía poco a poco la vida indígena tradicional y favorecía la introducción de la cultura romana y la romanización. Desde el  punto de vista económi e conómico co la urbanización suponía la creación de una burguesía burguesía urbana, de una clase de terratenientes, comerciantes e industriales, que vivían en las ciudades y desarrollaban desarroll aban una gran actividad económica. La extensión de las ciudades hispanas nunca igualó a las de la Galia. Carmona medía 49 Ha., Córdoba 70, Tarraco 40, Caesaraugusta 30,  Itálic  Itálica a 30, las dos  Augustobriga y Pompado 50, Uxama y Termantia 30 y 20 respectivamente; aún hubo ciudades de área más reducida: Valencia la Velha sólo alcanzó 12 Ha., Caparra 16, Barci  Barcino no 12 y  Lucus Angusti 9 o 10 Ha. Los habitantes de los centros urbanos eran gentes ricas y civilizadas, terratenientes e industriales, en beneficio de los cuales trabajaba el resto de la  población.. La mayoría de ellos debían ser rent  población rentistas; istas; extraían sus ingresos de las propiedades agrícolas. La ciudades hispanas se embellecieron con exce excelentes lentes edificios durante los años de los Antoninos y de los Severos. Durante el gobierno de los Antoninos, en Hispania, como en el resto del Imperio, se construyó menos que durante la dinastía severiana, con  1957. J. Untermann,  Elementos de un Atlas ant antroponímico roponímico de la Hispania Antigua,  Madrid 1965. J. M. Iglesias, Onomástica prerromana en la epigrafía cántabra, Santander, 1974. Idem, Epigrafí  Epigrafía a cántabra .   Estereometrí a, decoración y onomástica , Salamanca, 1975. 107  A. García y Bellido, El promedio de vida en la España romana,  Archivo Español de Arqueología 27, 1954, 259 y ss. M. C. de R., Estudio sobre la edad de la mortalidad en la Lusitania Romana, Caesarau gusta  5, 1954. 200 y ss. 108  A. García y Bellido, Urbanística de las grandes ciudades del Mundo Antiguo, Madrid 1966, 188 y ss.

 

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firmando el juicio sobre M. Aurelio (SHA. Vita Marc.  1, 16) de que era poco amigo de construcciones. Este último emperador levantó o reparó pocos edificios, pero la situación de la hacienda, debido a las gguerras, uerras, era ccatastrófica. atastrófica. Del segund segundoo tercio del siglo siglo II data el mithraeum de Emeri  Emerita ta, que ha proporcionado un conjunto muy variado de esculturas, ya citadas, refere referentes ntes a este culto. De época de los A Antoninos ntoninos ddata ata el [-37 38-] tem109  Júpiterr de Caparra  y el llamado templo de Diana de  Emerit  Emerita a,  que muy posi plo de  Júpite  blemente es el templo t emplo dedicado al culto del emperador e mperador Antonino Pío; de él procede una 110 excelente cabeza . Los anfiteatros de Tarraco y el de Itálic  Itálica a y la parte excavada de la 111 ciudad son, según su excavador J. M. Luzón , de época de los Severos.  Italic  Italica a se hermoseó con gran cantidad de mosaicos en época de Marco Aurelio. Tení Teníaa una red de am plias vías vías tiradas a ccordel, ordel, que se cruz cruzaban aban regul regularmente armente con las transvers transversales, ales, formando formando grandes rectángulos ocupados por viviendas espaciosas, espaciosas, generalmente dos por cada c ada rectángulo. Las vías urbanas estaban recubiertas de grandes losas de formas poligonales acopladas. A ambos lados de la calzada corrían dos amplias aceras porticadas. Tal organización sólo tiene paralelos en las ciudades del Oriente helenístico, como Antioquía del Orontes, Éfeso, Damasco, Gerasa, Palmira y Apamea. La vía principal de las excavadas tiene una anchura de 16 m. La calzada central medía 8 m. Las aceras para los peatones medían 4 m. de anchura. Las vías secundarias medían 14 m. de ancho, 6 en la calzada y 4 cada acera. [-38 39-] Las casas de Italic  Italica a son de una sola planta, en algún caso con al→



gún piso tenía superior, rectangulares y encuadradas por dobles. cuatro calles. Generalmente cada manzana dos viviendas, separadas por paredes Las habitaciones se distri buían alrededor de los patios, por lo general dos, con aljibe aljibe y pozo, y rodeados de un  pórtico, al que daban las habitaciones. Algunas Algunas casas tenían te nían pisci piscinas nas cubiertas, adornadas con mosai mosaicos cos de peces y fuent fuentes. es. La casa mejor conocida es llaa llamada "Casa de los  pájaros" por uno de los mosaicos. mosaicos. Ocupa media insula.  Tenía dos puertas: una puerta angosta daba acceso a la casa, la segunda a una panadería, a juzgar por el horno. De la  puerta, protegid protegidaa por un muro que la defendía de la entrada del aire, a ire, se entraba en un vestíbulo cubierto, que daba paso a un gran patio columnado de 22 x 40 x 18,30 m. Su 109

 J. M. Blázquez, Caparra, II, Madrid, Madrid, 1966, 16.  J. M. Álvarez Martínez, El genio de la Colonia Augusta Emerita, Habis 2, 260. 111  A. García y Bellido, Colonia Aelia Augusta Italica,  77 y ss. Idem, La Italica de Hadriano,  Les empereurs romains d'Espagne, París Par ís 1965, 7 y ss. A. Blanco, (Mosaicos antiguos antiguos de asunto asunto báquico, Boletín 110

de la Real Academia de la Historia  131,

24 ydess.) escribe, "cuando gobernaban el Imperio la dinastía de los. Antoninos y los Severos, la1952, ciudad Itálica debió de conocer una época de bastante  prosperidad y bienestar, porque entonces entonces se pavimentaron pavimentaron con lujosos mosaicos la mayoría de las casas excavadas... Los mosaicos más antiguos parecen posteriores a Adriano (117-138). y repiten, por lo general, patrones que estaban de moda en Italia en el siglo II d.C. La mayor parle de los pavimentos corresponden a la época de los Antoninos y los Severos". Uno de los mosaicos más antiguos sería el de Baco. trasladado a  Sevilla, que se dataría a finales del reinado de Adriano. De época de los Antoninos sería el mosaico de Ariadna y Gea y otras personificaciones de la fecundidad, las estaciones y los bustos de los ancianos barbudos. De época severiana sería, según A. Blanco, el mosaico con el triunfo de Baco. Cabe la posibilidad posibi lidad de que los mosaicos sean algo posteriores a llaa casa, pero J. J . M. Luz Luzón ón los cree severianos (Un retrato de Balbino en Italica,  Habis 2, 271). A. García y Bellido cree que la Itálica excavada es de época de Adriano, pero el excavador actual de la ciudad, J. M. Luzón. así como A. Blanco,  basado este último en el estudio de los mosaicos, opinan que que es todo ello de época severiana. Sobre la cronología de las casas de  Itali ca,  cf. A. Balil, Casa  yy urbani smo,  141 y ss.;  en Ilici y en Conimbriga,  págs. 115, 173 y ss., hay casas de época severiana. sever iana. Es int i nteresante eresante señalar lo l o que afirma afirma A. Balil, Balil, que en Lusitania no se alejan los grandes propietarios de las residencias urbanas, como en el Conventus Tarraconensis.

 

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centro debía ser un jardín y ocultaba una gran cámara abovedada, con sendos pozos en los extremos. Por los cuatro lados del peristilo corría un claustro espacios espacioso, o, de casi 3,50 m. de anchura, pavimentado con mosaico de piedrecillas. A derecha e izquierda de este  patio se abrían las habitaciones. En una de ellas apareció un bello mosaico, mosaico, con pequeños cuadritos ocupados cada uno por la imagen polícroma de un pájaro. Una serie de de partamentos del fondo del patio estaban adornados con seis magníficos magníficos mosai mosaicos. cos. En esta parte de la casa estaba el triclinium,  gran sala cuadrada c uadrada de 10'60 x 8,75 m. con dos  pequeños patios descubiertos a ambos ambos lado ladoss de la ssala. ala. El de la derecha tenía una pi piscina scina y una escalinata de descenso; el de la izquierda, una fuente. El larario en forma de exedra daba al peristilo mayor; estaba pavimentado con un pequeño mosaico decorado con lotos y palmetas. En la parte posterior existían unas habitaciones lujosamente pavimentadas con mosaicos y habitaciones de servicio ssin in mos mosaicos. aicos. Los alm almacenes acenes y cuadras se encontraban a ambos lados del vestíbulo. Los planos de las casas italicenses son posiblemente obra de un arquitecto esmerado. Se ve en ellos un estudio muy detenido. La casa descrita es de una regularidad extremada. La casa contigua tenía ttambién ambién una distribución distribución muy regular, con tres t res pat patios, ios, uno tras otro; el último último y menor tenía una piscin piscinaa con escalinata de descenso. Una casa excavada a mediados del siglo XIX ofrece un esquema bellísimo y tiene una organización en cruz, dejando cuatro grandes espacios, tres de los cuales son patios abiertos, columnados columnados y uno es el vestíbulo. Los cuatro rectángulos forma[-39 40-] llados los brazos de lapor cruzsuestán ocupados por habitaciones pri Laespaciosas madapor "Casa de Hylas", mosaico principal, debió ser unaprivadas. devadas. las más de  Italica  Italic a.  Abundan en ella los patios y peristilos y las habitaciones pavimentadas con mosaico. Al patio abierto a bierto del sur se descendía por una doble escali escalinata; nata; su cent centro ro lo ocupa ba una fontana, forra forrada da en su interior con un mosaico mosaico de peces. Otra mansión con ggranrandes patios en su parte posterior debía ser una hostelería y una tienda. La habitación mayor se encontraba detrás de un patio pequeño con seis columnas. Su pavimento estaba formado por opus sectile de dibujo sencillo y rica policromía. La casa de más lujo es la llamada llam ada "Casa de la exedra", que cubría un rect rectángul ánguloo de área de cerca c erca de 3.000 m2. Estaba formada por dos partes fundamentales: a)  una residencia de gran lujo, con patio  porticado. b)  dos grandes ámbitos paralelos y yuxtapuestos, uno de los cuales terminaba en un gran ábside o exedra. Ambas partes fueron destinadas a menesteres diferentes. La mansión de lujo tenía una serie de habitaciones espaciosas distribuidas alrededor de un gran patio abierto. Una de estas habitaciones era un triclinio, de planta rectangular. Próxima estaba una habitación alargada con un soberbio pavimento de opus sectile.  Otras estancias debieron ser dormitorios y las que caían al exterior tabernae.  Las dependencias del servicio se encontraban al fondo rodeando otro patio menor. Hay unas termas  pequeñas, unas cocinas y pilas de lavar. El patio principal principal,, con fuente en el centro, esta ba rodeado de un claustro. Un Unoo de los largos largos espacios adjuntos corría a un nivel más  bajo que el de la casa; eestuvo stuvo descubierto y formaba un dromos, en cuya extremidad se alzaba una gigantesca gigantesca exedra, cubierta con una media cúpula. A su lado se extendía longitudinalmente otro corredor, que debía ir cubierto, al que se descendía por dos escaleras, situadas en los extremos. El destino de estas dos construcciones longitudinales se ha supuesto que fuera un gymnasium o palestra. La contigua al horno de la exedra debió ser una especie de cryptoporticus.  La fecha de este edificio debe ser la época severiana. El anfiteatro, también de época severiana, es uno de los más amplios de todo el Imperio, con capacidad para unos 25.000 espectadores. Se conservan bien la cavea con sus →

 

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José María Blázquez: Hispania desde el año 138 al 235

 pasillos, los vomitoria y la arena con sus sótanos de servicio. Su eje mayor mide 160 m.  pasillos, y el e l menor, 137 m. En Córdoba, en estos años, las casas se hicieron de nueva planta o se restauraron considerablemente, a juzgar por los excelentes mosaicos, [-40 41-] como el de Polifem P olifemoo y Galatea, fechado fe chado hacia el año 200 112, y los restantes mosaicos de la Plaza de la Corredera, también del siglo II o comienzos del siguiente: cabeza de Océano y de Medusa, Peces, Actor trágico, Eros y Psique y mosaico geométrico 113. En Cártama (Málaga) (Málag a) ha aparecido un gran mosaico, también de época severiana, con el tema de Venus sobre la concha, rodeada de pajarillos, que prueba un buen momento en algunas casas de la ciudad 114. En la villa de Alcolea, a 11 kilómetros al nordeste de Córdoba, los mosaicos son también de época severiana, como el de tema báquico, el de la loba y los gemelos; quizá de finales de los Antoninos, y el mosaico geométrico de la primera mitad del siglo III 115; los mosaicos de la villa romana de El Puig de Cebolla (Valencia), con ocho mosaicos geométricos, se datan en la segunda mitad del siglo II y en el primer cuarto del siglo III 116, época en la que se datan muchos mosaicos del conventus Tarraconensis,  probablemente  probablemente relacionados, como ssee indicó yya, a, con algunos algunos cambios cambios en la la organización rural de estos años. Los ricos terratenientes en época severiana comienzan a habitar las villae rusticae y hermosearlas con mosaicos, lo que indica que la ciudad comenzaba a entrar en crisis y todo lo que ello significaba en el plano político, social, económico y artístico. Posiblemente los más huían de las liturgias municipales. De los años →

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de losdeAntoninos y de los Severos mosaicos, queel indican nivel vida en los poseedores de las  datan fincas multitud urbanas oderústicas, como Neptunoundebuen Sa118  badell, el de Circe [-41 42-] (Sagunto) , que es el primer intento de desarrollar com posiciones  posici ones mitológ mitológicas icas y simból simbólicas icas polícrom polícromas as en el conventus tarraconens tarr aconensis is; de época severiana o tardoseveriana son los mosaicos de "Las tres Gracias", de Barcelona 119, el de "La Medusa", de Tarraco,  al menos en sus cuadros secundarios y orlas y, quizá, los ornamentales de Altafulla. Mosaicos polícromos ornamentales no figurados hay en Paes →

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 A. Blanco, Polifemo y Galatea,  Archivo Español de Arqueología 32, 1959, 174 y ss.  A. García y Bellido, Los mosaicos romanos de la Plaza de la Corredera en Córdoba, Boletín de la Real  Academia  Academ ia de la Hist Historia oria  157, 1965, 183 y ss. 114  A. García y Bellido, Contribución al corpus de mosaicos hispano-romanos,  Boletín de la Real Academia de la Historia  168, 1971, 17 y ss. 115  A. García y Bellido, Los mosaicos de Alcolea (Córdoba),  Boletín de la Real Academia de la Historia Histor ia  113

156, 1965, 7 y ss. Mosaicos de la época severiana tiene la villaEspañol romana de de Arqueología Torres Novas en1964. Lusitania do Paço, Mosaicos romanos de "Villa Cardilius",  Archivo  37, 81 y (A. ss., fig. 36, 11-12), según A. Balil, (Sobre algunos mosaicos lusitanos,   Cuadernos de Trabajos de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma  13, 1969, 155, para los mosaicos de tema nilótico de Emerita e Itali  Italica ca, 91 y ss. con paralelos). 116  A. Balil, Los mosaicos de la villa, romana de El Puig de Cebolla (Valencia),  Congreso Nacional de  Arqueología 9, 1966, 336 y ss. 117  A. Balil, Las escuelas musivarias del Conventus Tarraconensis, Congreso Nacional de Arqueología 8, 1955, 406 y ss. Idem,  La mosaïque gréco-romaine ,  París. 1965, 32 y ss. Otros mosaicos que pueden ser de época de los l os Antoninos Antoninos o de los Severos Sever os en A. García y Bellido, Contribución Contribución al Corpus de m mosaicos osaicos hispano-romanos. Mosaicos de Cártama, Itálica y Córdoba,  Boletín de la Real Academia de la Historia  168, 1971. 17 y ss. M. Bobadilla, El mosaico de peces de La Pineda (Tarragona),  Pyrenae 5, 1969. 141 y ss. El mosaico en colores se generalizó en época de los Severos y el blanco y negro a mediados del siglo II, cf. A. Blanco - J. M. Luzón, El mosaico de Neptuno en Itál ica, Sevilla 1974. 118  M. A. Vall de Pla, Mosaicos romanos de Sagunto, Archivo de Prehistoria Levantina 9, 1961, 154 y ss. 119  A. Balil, El mosaico de "Las Tres Gracias", de Barcelona, Archivo Español de Arqueología 31, 1958, 63 y ss. Siguiente >>

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